Tapa OIM - Ministerio Público Fiscal

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Nuevo escenario en la lucha contra
la trata de personas en la Argentina
Herramientas para la persecución del delito y asistencia a sus víctimas
MINISTERIO PUBLICO NACIONAL
PRESENTACIÓN
En abril de 2008, Argentina aprobó la ley N º 26.364 – Prevención y sanción de
la trata de personas y asistencia a sus víctimas. Esta ley fue el resultado de un
largo proceso en el que se obtuvo mayor visibilidad social e institucional en la
problemática de la trata de personas, no sólo en nuestro país sino en gran parte
del mundo. Hacia fines del siglo XX, hablar de trata de personas para
explotación sexual o laboral parecía un anacronismo: la esclavitud había
desaparecido definitivamente, diluida bajo los efectos combinados del desarrollo
y la expansión de derechos. Sin embargo, en ese contexto de certezas, a
mediados de la década de 1990 comenzaron a percibirse situaciones que
rememoraban las antiguas redes de tratantes de siglos anteriores: a los países
de Europa Occidental llegaban mujeres trasladadas clandestinamente desde la
ex - URSS, y eran forzadas a prostituirse.
Los servicios de asistencia y diversas ONGs de distintos continentes
contribuyeron a poner en evidencia la historicidad y sistematicidad de estos
traslados, al igual que la coacción y la violencia que sostenían la explotación
sexual de las víctimas. Así, en el año 2000, las Naciones Unidas acordaron tres
documentos centrales para diagnosticar y luchar contra la trata de personas,
nueva modalidad del crimen organizado. Nos referimos a la Convención contra el
Crimen Organizado Trasnacional, y a dos de sus protocolos: el Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y
niños, y el Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes. Con estos instrumentos
se buscó promover y unificar la tipificación y persecución del delito, definiendo dos
finalidades principales de explotación: la sexual y la laboral.
Argentina ratificó la Convención y sus Protocolos en 2002, y posteriormente, en
el año 2003, se detectaron decenas de casos de mujeres dominicanas
explotadas sexualmente en el país. La Procuración General de la Nación a
través de su Oficina de Asistencia a Víctimas y la Organización Internacional
para las Migraciones (OIM), se involucraron en el acompañamiento, la
asistencia y el retorno de las mujeres que deseaban regresar a la República
Dominicana. El padecimiento de las mujeres dominicanas hizo que llamaran la
atención a nivel local, los primeros casos de trata de personas para explotación
sexual. Posteriormente se documentaron casos similares, con víctimas
principalmente paraguayas y de diversas provincias argentinas como Misiones,
Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe, entre otras. Los lugares de explotación
también recorrieron todo el territorio nacional.
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Entre 2005 y 2006, un conjunto de episodios vinculados a pequeños y precarios
talleres de confección de indumentaria pusieron en evidencia la existencia de
trata de personas para la explotación laboral. En algunos casos, las víctimas, de
nacionalidad boliviana, habían ingresado al país mediante mecanismos de
tráfico ilícito de migrantes.
En 2008, la Procuración General de la Nación y la Organización Internacional
para las Migraciones firmaron un convenio de cooperación en el marco de las
acciones impulsadas por medio de la ley 26.364. El convenio tiene como
propósito brindar una adecuada asistencia a las víctimas de este delito –en
cuya investigación participan fiscales federales de todo el país–, y promover la
prevención y cooperación en la investigación de un delito de alcance
trasnacional. Esta publicación también es uno de los resultados alcanzados
luego de la firma de ese convenio.
La reciente incorporación de los tipos penales de trata de personas a nuestro
Código Penal mediante la ley 26.364 trajo aparejado el comienzo de una
exégesis normativa del tipo penal en sí mismo, pero también de otras normas
penales y marcos legales preexistentes, conexos al proceso de la trata de
personas, cuyo conocimiento resulta indispensable para abordar eficazmente la
cuestión: la situación legal del migrante, el esquema legal y operativo de
asistencia a las víctimas, la regulación nacional de la explotación de la
prostitución ajena y del trabajo forzoso, entre otras.
En su conjunto, esta publicación busca acercar al lector información calificada e
interpretaciones plausibles sobre estos puntos. La serie de documentos
elaborados pretende servir de herramienta para mejorar el proceso de detección,
investigación y sanción del delito, así como la protección integral de sus víctimas.
Eugenio Ambrosi
Representante Regional de OIM
para el Cono Sur
Esteban Righi
Procurador General de la
Nación
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Las opiniones expresadas en la presente publicación corresponden a los autores y no reflejan necesariamente los
puntos de vista de la Organización Internacional para las Migraciones
La OIM está consagrada al principio de que la migración en condiciones humanas y de forma ordenada beneficia
a los migrantes y a la sociedad. En su calidad de organismo intergubernamental la OIM trabaja con sus asociados
de la comunidad internacional para: ayudar a encarar los desafíos que plantea la migración a nivel operativo,
fomentar la comprensión de las cuestiones migratorias, alentar el desarrollo social y económico a través de la
migración, y velar por el respeto de la dignidad humana y el bienestar de los migrantes.
Editor:
Organización Internacional para las Migraciones
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