espiri ual - OCD - Carmelitas Descalzos

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espiri ual
Vida Espiritual N° 167
Mayo - agosto 2012
Orden de Carmelitas Descalzos
Provincia de Colombia
HERENCIA FEMENINA
de Dios en el Carmelo
Padre Carlos Alberto León Daza OCD
AL CARMELITA
siempre lo acompaña
un rostro de mujer
Padre Carlos Alberto Henao Jaramillo OCD
DEVOCIÓN
a la Virgen del Carmen:
una cuestión de “hábito”
Edward Orlando Rojas García
1
www.monticelo.org / [email protected]/ (574) 311 4444 ext. 103 / Calle 10A N°22 6C Int. 103 / Medellín, Colombia
Vida
Orden de Carmelitas Descalzos
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
CONTENIDO
3
4
Editorial
Herencia femenina
de Dios en el Carmelo
Padre Carlos Alberto León Daza OCD
14
Al carmelita
18
Y Dios dijo hágase,
22
Devoción a la
Virgen del Carmen:
Vida Espiritual No 167
Una publicación de la Orden de Carmelitas Descalzos,
Provincia de Colombia
Edward Orlando Rojas García
Monticelo Casa de Espiritualidad y Convenciones
Calle 10 A No 22 – 6C Interior 103 / Tel. (+57 4) 3114444
[email protected]
siempre lo acompaña
un rostro de mujer
Padre Carlos Alberto Henao Jaramillo OCD
y la fundación se hizo
Tomado de la monición inicial de la Eucaristía
de celebración de los 100 años del Monasterio
de La Ceja
26
una cuestión de “hábito”
Superior Provincial: Padre Jorge Mario Naranjo M. OCD
Consejo Editorial: Director: Padre Carlos Alberto Ospina OCD
[email protected], Catalina Schuth B.
[email protected],
Claudia Victoria Llano – [email protected]
Recomendados
Libros / películas / música
Colaboradores en esta edición: Padre Carlos Alberto León D. OCD
Padre Carlos Alberto Henao J. OCD / Padre Heverth Lizcano Q. OCD
Padre Francisco Alejandro Tobón G. OCD / Edward Orlando Rojas G.
Monasterio Carmelitas Descalzas la Ceja, Ant.
Fray Silvio Andrés de Cristo
Vida
ISSN 0120- 811X / Resolución No 00535 Mayo 1962 / Mingobierno
Diseño: D.G. Clara Botero Arango / Pub. Camilo Jaramillo Arango
ADMARK GROUP/ www.admargroup.co / [email protected]
Fotografías: Julia Castro / AdMark Group / www.shutterstock.com /
Elena Correa / Archivos particulares / www.sxc.hu
espiri ual
Impresión: Grafoprint
2
Medellín / Mayo de 2012 / Valor de la edición $15.000
Orden de Carmelitas Descalzos
Editorial
En la mañana de Pascua, la mañana para
la humanidad, se levanta el sol (Mc 16,2),
literal y figuradamente, se levanta Dios
a través de su Hijo y envía el mensaje
de esperanza en boca de mujer:
id, y contad… no tengáis miedo…
Son muchos los textos en la Biblia que sólo incluyen
varones, textos en los que la mujer, por la cultura de
la época, no cabe. En la sociedad judía de Jesús, la
mujer no era sujeto de derechos civiles, se sentaba
aparte en la sinagoga, no se le podía enseñar la Escritura y no tenía voz en la ceremonia; pero Él tuvo para
ella -como para todos los desposeídos- una valoración
distinta. Jesús supo (y nos lo enseña) acoger todo lo
excluido, abrazar y reconocer al pequeño y pobre,
para dignificarlo y elevarlo, para Gloria del Padre.
ningún otro desposeído, se sentirá excluido. Ellas
nuevamente son las que dan inicio con su fe en esa
resurrección, en un mundo posible para todos, en una
sociedad de un Dios para todos.
Marcos, Lucas y Mateo, cada uno en diferentes momentos del relato, mencionan a Jesús acompañado
por mujeres, lo cual debió ser todo un escándalo. Se
habla de compañía en la cruz; de acompañarlo en su
vida pública; de servirlo, no en el sentido de hacer
labores domésticas, pues no es éste el significado en
el lenguaje evangélico, sino de servir como dar la vida
cumpliendo una misión evangelizadora (Lc 8,1-3); y
se habla también de seguirlo en el sentido dado por
el mismo Jesús, de serle fiel y dejar todo por Él. Y
quizá lo más revelador es que se habla de “recordarlo” (Lc 24,5-8; Mc 16,6-7), lo cual quiere decir que las
mujeres sí habían escuchado las enseñanzas de Jesús
en Galilea, aunque a veces pudiera inferirse de los
mismos evangelios que fueron transmitidas sólo a los
varones.
Esta vez en nuestra revista le hemos dado entonces la
palabra a las mujeres, la que les pertenece, la dulce,
la reveladora, la valiente, la fundante, porque ellas
tienen voz y la tuvieron desde siempre en el proyecto
de Jesús. Ellas todas, mensajeras cabales, mujeres de
palabra, le “cumplieron” al Señor, supieron escucharlo (obedecer-seguir) y llevar el mensaje. Son ellas, las
mujeres, las primeras testigos de la resurrección, y ya
en las comunidades de Hechos de los Apóstoles, que
son un claro reflejo de la acción del Resucitado, se ve
un cambio, las mujeres tienen voz, participan en los
oficios litúrgicos, son apóstoles (enviados)2 y profetas
(voz de Dios)3, porque con Jesús todo se hace nuevo.
Con Juan y María Madre, a los pies de la cruz, en
ese primer Pentecostés1, nace la Iglesia del costado
abierto de Jesús. Así, nuestra fe es femenina y masculina. El Carmelo también es, por Teresa y Juan, femenino y masculino.
Porque la fe que pone Jesús en cada uno de nosotros
nos vuelve extraordinariamente importantes y hace
que podamos lograr cosas grandiosas, celebremos la
vida de todas estas mujeres del Carmelo que nos invitan a seguirlo y servirlo para hacer de cada uno, la
mejor obra del Creador.
La mujer no ha sido la excepción en el proyecto de
Dios. Son mujeres las que, habiendo sido enfrentadas a
una historia de varones, a una historia de destrucción,
se hacen testigos de la resurrección, resurrección
de Jesús que es promesa de un mundo incluyente
en el que ya ni ellas por su condición de género, ni
1. E inclinando la cabeza entregó el Espíritu (Jn 19,30).
2. Mt 28,7; Mc 16,7
3. Lc 24, 9-10
3
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Su propia espiritualidad
se ve consolidada
por una genuina base de intimidad;
una relación maternal
y filial de gran riqueza.
4
Orden de Carmelitas Descalzos
Herencia
femenina
de Dios en el Carmelo
Padre Carlos Alberto León Daza OCD
Sacerdote Carmelita Descalzo, Superior y Párroco en la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, Tumaco (Nariño)
Hay quien dice que en cuanto a los orígenes históricos, los carmelitas
nos encontramos en una condición de inferioridad respecto
a otros religiosos, quizás, “más afortunados”, pues no conocemos
quién fue nuestro verdadero fundador.
En cuanto al tiempo de su nacimiento, todo se
reduce, más o menos, a estos pocos datos: en la
segunda mitad del siglo XII, en un año impreciso,
algunos llamados “palmeros” o peregrinos en Tierra Santa, se establecieron en el Monte Carmelo,
junto a la fuente de Elías, con el propósito de vivir
allí, en un estilo rigurosamente eremítico-contemplativo.
que, frente a esta nueva situación, no tardaron en
contemplar en María a una madre, más que a una
“patrona”, y de esta manera, comprendieron la
vocación de vivir como familia y no simplemente
como un grupo social. Este llamado entonces debe
ser para los Carmelitas el ideal de vida, pues se encuentra en los orígenes de su vocación; y así rezan
sus Constituciones: Los Hermanos Descalzos de la
Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo
forman parte de una familia religiosa2. Es decir,
no son huérfanos, cuentan con la inspiración, compañía y guía de la misma Madre de Dios. Al considerarse más hijos que vasallos, van produciendo
un cambio de ruta, buscando relaciones más espontáneas, más íntimas y de mayor afectividad con
la Virgen. De este modo, su propia espiritualidad
se ve posteriormente consolidada por una genuina
base de intimidad; una relación maternal y filial de
gran riqueza.
Ahora bien, si esta Orden no cuenta con los “datos”
arriba mencionados, no por eso es desafortunada,
pues posee su primera inspiración: una tensión decididamente vertical-teocéntrica, cristológica -en
obsequio de Jesucristo-1 llena de fe, de esperanza
y de caridad. Más tarde esa tensión se ve enriquecida con una tensión horizontal –la praxis del ministerio apostólico- con la inserción entre las órdenes
mendicantes. Ante el cambio de paradigma, ya sus
relaciones no podían ser de carácter feudal; así es
1. Tomado de la fórmula de Profesión Religiosa
de la Orden de Carmelitas Descalzos.
2. Constituciones de la Orden de Carmelitas Descalzos, capítulo 1.
5
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Ante este panorama, podemos,
perfectamente y sin ambages,
situar a la mujer en la base de
la experiencia existencial de los
carmelitas tanto de ayer como
de hoy. Las santas del Carmelo le
gritan al mundo el verdadero camino para encontrarse con Dios.
Lo que nos quieren mostrar –cada
una desde su lugar- no es una espiritualidad sino LA ESPIRITUALIDAD. Rostros diferentes, pero
uno mismo: el de Cristo. Tiempos
diferentes, pero uno solo: el de
la Salvación. Comunicación total
donde no hay barreras de idiomas porque el objetivo primero
es dar todo y darse así a sí mismo
por el bien del otro.
En la vida de las santas -de las
mujeres- del Carmelo se nota
una gran madurez humana en la
que sobresale el equilibrio entre
la vida interior y la vida comunitaria. Y es que no importa si es
el siglo II o XXI, lo que interesa
es que la palabra se haga vida,
diciendo con el filósofo Quand
dire est faire, es decir, una palabra que brota de lo profundo
del corazón del hombre para
ubicarse en lo profundo del corazón de Dios, creando vida y vida
en abundancia. Y de esto sí que
saben las mujeres del Carmelo,
pues de ello son maestras y referentes universales para todos
aquellos que quieran vislumbrar
los linderos del Cielo.
Sentido de esta vocación
El que busque el sentido del llamado que Dios le hace sólo en
la inmanencia de testigos históricos de seguro caerá en el sin
sentido, en la frustración, pues
estará reduciendo la experiencia
de Dios a un espacio y a un tiem-
En la vida
de las santas
-de las mujeresdel Carmelo se nota
una gran madurez
humana en la que
sobresale
el equilibrio entre
la vida interior
y la vida
comunitaria.
mundo como si no estuvieran en
él y con la mirada puesta en el
otro, se remontan -cual águila- al
cielo de lo inenarrable, mostrándole al mundo el rostro femenino
de Dios. Ya decía Santa Teresa:
caminemos para el cielo monjas
del Carmelo. Sí, son las Carmelitas quienes en su consagración al
Señor saben y entienden que por
María se va a Cristo y que crucificándose todos los días en su
Cruz, llevan por todas partes el
morir de Cristo para que se manifieste la gloria del Resucitado.
po determinado, lo cual sería
pretender encasillar al Espíritu
que sopla cuando, donde y como
quiere.
Este Espíritu genera mujeres
que, en todos los momentos de
la historia, han salido de sus
máximas personales para entrar
a la máxima universal del amor.
Son aquellas que tomando consciencia de la marca indeleble de
Jesús en su corazón, viven en el
6
El ideal de la vida carmelitana
se ha de encontrar no sólo en el
pasado, que es extraño para el
hombre de hoy, sino en la experiencia de la vida comunitaria,
totalmente actual para quien se
encuentra en búsqueda de sentido. Así lo recuerda Santa Teresa de Jesús a todas sus hijas; en
Moradas V 1,2 ella recuerda el
principio de la Orden, pero no se
queda ahí sino que hace un fuerte
llamado a la disposición de quien
Orden de Carmelitas Descalzos
quiere caminar esa andadura: Así digo ahora que,
aunque todas las que traemos este hábito sagrado
del Carmen somos llamadas a la oración y contemplación, porque éste fue nuestro principio, de esta
casta venimos, de aquellos santos padres nuestros
del Monte Carmelo que en tan gran soledad y con
tanto desprecio del mundo buscaban este tesoro,
esta preciosa margarita de que hablamos, pocas
nos disponemos para que nos las descubra el Señor.
o en Teresa de los Andes, o en Sor Isabel de la Trinidad. Al mirar la mujer en el Carmelo, es necesario poner el espejo retrospectivo, con la certeza
de que nos encontraremos con un gran número de
Carmelitas, quizás desconocidas, pero Carmelitas,
lo que comporta una hechura sin igual de la mano
de Dios haciendo criaturas que dejen ver su rostro
de ternura a este mundo que sólo pide efectividad,
olvidando que lo efectivo es también lo afectivo.
Esta palabra de Santa Teresa hace caer en la cuenta
de que los carmelitas son dueños de una vocación
que desde sus inicios tiene un rostro femenino, el
rostro de la Madre de Dios. Además, la santa abulense presenta el perfil de quien porta el hábito del
Carmen, aclarando que tienen que ser buscadores
de Dios, y ello en soledad, soledad que desde Dios
nunca será ausencia sino presencia plena y plenificante, por lo que ella misma dice que no es la
persona misma quien lo hace, sino que se tiene que
disponer para que la descubra el Señor.3 O sea que
El Carmelo es la Orden que camina en búsqueda del
tesoro más excelso, de la mano del mismo Dios y
con el corazón marcado por la presencia tierna de
la madre, María.
Las Carmelitas en la fuente del Carmelo
La donación total del propio ser y de toda la vida
es la voluntad de vivir y trabajar con Cristo, que y
también quiere decir sufrir y morir con Él en aquella terrible muerte de la que brota la vida de la
gracia para la humanidad. De esta manera, la vida
de la esposa de Dios se transforma en maternidad
espiritual para toda la humanidad redimida, y no
importa si es ella misma la que obra directamente
para la salvación de las almas o si es solamente su
sacrificio el que da frutos de gracia, puesto que de
estas cosas ni ella ni quizás ningún otro ser humano sería capaz de darse cuenta.
Así se expresaba la carmelita descalza Edith Stein,
reflexionando sobre la obra de María como colaboradora de Cristo redentor, lo cual se convierte en
la misión de la carmelita: salvar almas y atraerlas
a Cristo.
No podemos caer en la tentación de pensar que tal
disposición y entrega sólo se dio en Teresa de Jesús, o en Teresa Benedicta, o en Teresa de Lisieux,
3. Moradas V 1,2
7
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Esta misión de las Carmelitas
Descalzas, también se hace presente en Tierra Santa. Allí, como
los primeros ermitaños que dieron origen a la Orden, recogen
el mensaje de los lugares en los
cuales la acción salvadora de
Dios se ha manifestado del modo
más tangible, y la entregan a la
Iglesia en la sencillez de la vida
comunitaria, esto es, meditando
la Palabra del Señor y vigilando
en oración,4 de tal manera, dan
testimonio de la esperanza de
la Iglesia que espera el retorno
del Señor. Estas carmelitas, que
gozan de un total anonimato,
entran en comunión cotidianamente con los últimos momentos
del Salvador entre el domingo
de Ramos y el domingo de Resurrección. Son mujeres de la Pascua, que le presentan a todo el
mundo el camino de seguimiento del Señor. En la Ciudad de la
Paz -ciudad Santa-, desgarrada
por la violencia, quieren vivir su
vida consagrada al Amor atrayendo hacia el Señor a los hermanos
alejados.
Las Carmelitas en Francia
El número de monasterios carmelitas fundados por Santa Teresa aumentaron con maravillosa
rapidez. Era tal la veneración de
la que gozaba en España la fundadora en vida, que recibía más
propuestas de fundación de las
que podía atender. Aunque sumamente cuidadosa en la selección
de las superioras para los nuevos
conventos, no siempre disponía
de las personas más capaces y
se quejaba en varias ocasiones
de la carencia de prudencia o de
la falta de espíritu de algunas de
ellas. Tuvo que llegar incluso a
fundar alguna vez superando lo
4. Regla Primitiva de los Carmelitas
Las santas
carmelitas han
leído la Palabra
a partir de su
propia experiencia
humana
y cristiana, la cual
se vuelve
para ellas en
verdadera clave
de lectura
de la vida.
dispuesto por las Constituciones. Tales dificultades pueden ser inevitables durante la primera etapa de una nueva Orden, pero Teresa se
esforzó por contrarrestarlas con detalladas instrucciones en las visitas canónicas a sus conventos. Deseaba que una de sus personas más
favoritas, Ana de Jesús (Lobera) le sucediera en el cargo de “fundadora” de la Orden. Ana de Jesús sometió las Constituciones de Santa
Teresa, ya revisadas por el Capítulo General de 1581, a la aprobación
de la Santa Sede.
Con la llegada de los frailes Descalzos a la Ciudad Eterna, otros conventos se sucedieron rápidamente en diversas partes de Italia. La
beatificación y canonización de Santa Teresa (1614-1618) actuó como
estímulo. Al comienzo del siglo XVII a la Beata María de la Encarnación (1565-1618) se le destinó para fundar en Francia. Varios intentos
se hicieron para conseguir algunas monjas preparadas por la misma
Santa Fundadora, pero los superiores españoles se declararon insolventes para enviar personas más allá de los Pirineos.
Monsieur De Berulle, recibió un breve de Roma autorizándole para
que procediera a una fundación; por mediación del embajador en
Francia obtuvo un mandato del Rey para solicitar al general enviara
algunas monjas a París. Entre estas estaba Ana de Jesús y la Venerable Ana de San Bartolomé (1549 a Junio de 1626); además, una
hermana lega que había acompañado a Santa Teresa durante el últi-
8
Orden de Carmelitas Descalzos
muy atrevidas, pero ¿quién no se
atreve cuando se tiene la certeza de que se hace con la fuerza
de Dios?
La lectura bíblica de las santas
del Carmelo ha sido siempre sapiencial, es decir, al contacto con
la vida y para iluminar la vida a
la luz de la voluntad de Dios: una
sabiduría de la vida, comunicada
por la Palabra del Dios Padre de
Jesucristo: yo te alabo porque
escondiste estas cosas a los sabios y entendidos y las revelaste a los pequeños (Mt 11,25); y
con las dirigidas a Timoteo: Las
Sagradas Letras tienen el poder
de comunicarte la sabiduría que
conduce hacia la salvación por la
fe en Jesucristo (2Tim 3,15).
mo año de su vida. Todas las siete hermanas salieron de España para
París, a donde llegaron en Julio de 1604.
Durante la revolución francesa todas las comunidades fueron suprimidas; una de ellas, la de Compiegne, se esforzó por mantener, tanto
como las circunstancias lo permitían, las observancias prescriptas por
la Regla; diez y seis monjas fueron detenidas, enviadas a prisión,
trasladadas a París, juzgadas, condenadas a muerte y guillotinadas,
el 17 de Julio de 1794. Otra monja carmelita, la Madre Camila del
Niño Jesús sufrió con su comunidad largo encarcelamiento, pero
cuando fue liberada, llegó a ser el instrumento para restablecer no
sólo su convento, sino otros.
Este momento de la Orden nos da a entender que la misericordia de
Dios se revela en la historia de los seres humanos y se manifiesta en
personas concretas. Estas monjas vivieron su cielo en la tierra en aras
de dar gloria a Dios a la manera de la amiga de Dios, Teresa de Jesús
y de la mano de la Madre y Reina del Carmelo.
Libertad y creatividad
Al ser El Carmelo una Orden acompañada por la Madre de Dios y
guiada por el Espíritu, se remonta al encuentro con Dios con alas
de libertad y por supuesto, con fina creatividad, propio del actuar
Divino. Tales características las encontramos en las lecturas que las
santas carmelitas hacen de los textos bíblicos, para algunos, quizás,
9
Las santas carmelitas han leído
la Palabra a partir de su propia
experiencia humana y cristiana,
la cual se vuelve para ellas en
verdadera clave de lectura de
la vida. Hay en ellas algo que es
anterior a la lectura del texto
de la Escritura y que les marca
e influye radicalmente. Es la experiencia humana y cristiana que
ellas tienen de Dios en la vida.
Es la amistad y la unión con Dios
que atraviesa todo su ser. Esta
experiencia hace que descubran
en la Sagrada Escritura un sentido y una luz que otros no logran
hallar, pues donde no existe esta
experiencia de unión y de amistad con Dios, no se puede entrar
en profundidad en la Biblia. Aquí
unos ejemplos iluminadores:
El acceso que tenían las mujeres
a la Biblia era muy limitado y ni
siquiera había una disponible en
lengua vernácula. Oían los textos
sagrados y la liturgia en latín,
una lengua que era desconocida
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
para la mayoría. María Magdalena de Pazzi5 parece que tenía algún conocimiento de latín, pues
cita algunas frases de la Biblia
en esta lengua. Santa Teresa de
Jesús confiesa que no entendía
nada de latín. Diverso es el caso
de Teresa de los Andes, en cuya
época a inicios de siglo ya había
una traducción española del oficio divino.
Cuando Santa Teresa comenta la
Sagrada Escritura, se somete en
todo a la doctrina de la Iglesia;
y cuando hace referencia a las
mujeres del Evangelio y a su cercanía con Jesús para hacer ver
que éstas no deben ser excluidas
de las gracias espirituales, exclama: No aborrecisteis, Señor
de mi alma, cuando andabais
por el mundo, las mujeres, antes las favorecisteis siempre...
no como los jueces de este mundo, que -como son hijos de Adán
y, en fin, todos varones, no hay
virtud de mujer que no tengan
por sospechosa...6; y cuando le
recuerdan el texto en que Pablo
manda que las mujeres callen en
la iglesia7, recibe una palabra
que le dice: Diles que no se sigan
por sola una parte de la Escritura, que miren otras.
Otro caso ejemplar es el de Santa Teresita que, en medio de una
sociedad y una Iglesia marcada
por el rigorismo del jansenismo,
logra descubrir en las páginas del
Evangelio el rostro misericordioso de Dios. Al no tener acceso
directo a la Biblia completa, se
contenta con conocer los textos
del Oficio Divino y los escritos de
los autores espirituales. Ella logra acceder a muchos textos del
Antiguo Testamento sólo a través
de los apuntes que su hermana
Celina le proporciona al ingresar
al convento. Por ello, es importante recordar que fue el himno
a la caridad en 1Cor 13 lo que le
ayuda a Teresita a expresar su
misión y su vocación de ser el
amor en el corazón de la Iglesia
(MB 3 Vº).
Al encontrarnos con la misión
universal de Teresita, nos podemos dar cuenta que ella como
muchas otras mujeres del Carmelo cuando leen la Biblia no están solas, sino que inspiradas por
el Espíritu se sienten unidas a los
hermanos y hermanas que inten-
Cuando leen
la Biblia
no están solas,
sino que
inspiradas por
el Espíritu
se sienten unidas
a los hermanos
y hermanas.
5. Santa María Magdalena de Pazzi (1566
- 1607), monja Carmelita, nacida en
Florencia, Italia, en el año 1556, de padres
nobles, Camilo de G. de Pazzi y Magdalena
María Buendelmonto.
6. CE 4,1
7. cfr. Tit 2,5; 1 Cor 14,34.
taron antes que ellas meditar la
ley del Señor día y noche.8 Este
contacto profundo con la Palabra
de Dios fue lo que sacó a Teresita
del claustro para lanzarla al encuentro con toda la humanidad,
como patrona universal de las
misiones.
La madre
Es importante presentar algunas
expresiones que tienen como
fuente la experiencia interior en
la vida de dos mujeres del Carmelo y que hoy son referentes
para todos aquellos que quieren
alcanzar la santidad. Santa Teresa y Santa Teresita: heroínas que
en medios adversos han mostrado la cara misericordiosa de Dios,
no como un dato intelectual sino
como experiencia existencial.
El siglo XVI, altamente marcado
por las relaciones interpersonales pragmáticas y superficiales,
reflejaba la imagen que se tenía de Dios, lejano y castigador.
Poseían la experiencia del señor
feudal al cual tenían que rendirle
honor y gloria, aun en detrimento
propio; relaciones marcadas más
por el temor que por el amor. En
este contexto sólo a Santa Teresa de Jesús se le podría ocurrir
presentar la relación con la humanidad de Jesucristo -que es la
Santidad- desde la amistad: Que
no es otra cosa oración mental –a
mi parecer- sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos
nos ama (V 8,5). Tal propuesta,
en su momento y en el nuestro,
no es bien valorada pues resulta difícil pensar cómo ser amigos
en sociedades conformadas por
grupos humanos egoístas, donde
8. Regla Primitiva, número 8.
10
Orden de Carmelitas Descalzos
El verdadero
camino para llegar
a Dios
es la pequeñez,
la humildad
y la confianza
el otro está relegado a última instancia, donde se
niega la alteridad y se afirma el individualismo.
Frente a este tipo de relaciones, la Santa abulense
llama a cambiar el paradigma del ser humano tanto
de ayer como de hoy; escuchémosla : …se ensanchó
el corazón, y no me parece que es cosa, como digo,
que su nacimiento es del corazón, sino de otra
parte aun más interior, como una cosa profunda…,
parece que se va dilatando y ensanchando todo
nuestro interior y produciendo unos bienes que
no se pueden decir, ni aun el alma sabe entender
qué es lo que se le da allí: entiende una fragancia,
digamos ahora, como si en aquel hondón interior
estuviese un brasero adonde se echasen olorosos
perfumes (M IV 5-6). Sí, olorosos perfumes que son
como las acciones de los hombres que conforman
su voluntad con la de Dios, pues la voluntad bien
me parece que debe estar unida en alguna manera
con la de Dios, más en los efectos y en obras (M
IV 8). Hasta convertirse ésta en señora (CE 53,6),
integrando la razón y el corazón, la inteligencia racional y los sentimientos.
Santa Teresa es mujer sin igual, puesto que se atreve a decir lo que no se ha dicho hasta el momento y
11
menos por boca de mujer. Defiende a las mujeres,
llama la atención a los letrados, se enfrenta a las
autoridades eclesiásticas, amiga de todos, e íntima
de Dios. En fin, Teresa lo que está proponiendo es
una comunicación nueva con el Señor que habita al
interior del hombre y, surge como una fuente que
no se agota, es Jesucristo mismo viviendo en cada
uno.9
De otra parte y en otro momento histórico, la Hija
(Teresita) sigue huellas de la Madre (Teresa de Jesús) para gritarle al mundo -más cercano a nosotros- que el verdadero camino para llegar a Dios es
la pequeñez, la humildad y la confianza, categorías
que no estaban en el horizonte en la Francia de
Teresita, aunque contrariamente se promulgaran
los tres pilares galos, luego derechos del hombre:
égalité, liberté et fraternité, mismos que Teresita
asumiera para sí y, aunque no los encontrara en
la clausura, totalmente, sí los llevaría en el corazón10.
9. Moradas IV 2,4.
10. Cfr. (MC 28r) Allí en el Carmelo no todo fue dulce por eso
después de nueve años Teresa constatará con lucidez: «Las faltas
de discreción, de educación, la susceptibilidad de ciertos caracteres... no hacen la vida muy agradable. Sé muy bien que tales enfermedades morales son crónicas, no hay esperanza de curación».
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Teresita vive en una época de grandes descubrimientos que llevan a la deificación de
la razón, una confianza sin límites en la
ciencia, a un cientificismo esencialmente
utilitario que busca siempre la aplicación
pragmática, y de ahí, al pragmatismo como
una moral de la acción. Se impone la razón
frente al sentimiento, la sensatez frente al
apasionamiento, lo objetivo a lo subjetivo,
lo concreto a lo inmaterial, la demostración
a la especulación y reflexión, y el realismo
al idealismo.
En contraposición a este panorama que
quiere borrar a Dios de la historia para reducirlo a un experimento controlable y medible, Teresita se siente “mirada”, “contemplada” por la Trinidad, se sabe sostenida por
su fuerza liberadora en su vida interior, se
siente poseída por esta verdad interior que
va configurando su vida. Por ello proclama:
Jesús nos llama, quiere mirarnos a placer.
Pero no está solo, las otras dos personas
de la Trinidad Santa vienen con Él a poseer
nuestra alma (Carta 165). En el entorno de
Teresita es impensable la muerte de Dios en
una existencia cristiana.
He aquí la novedad de la propuesta de Santa
Teresita respecto a la imagen de Dios que
tenían sus compatriotas: para ella es un
Dios cercano, encarnado, un Dios Trinitario
que habita en el limitado corazón humano.
Para ella, la imagen de Dios es punto de referencia definitivo de las relaciones humanas y comunitarias, relaciones de igualdad y
mutualismo, asumiendo lo diferente. Y todo
esto lo vivió Teresita como en un campo de
batalla, por eso nos dice: Nuestro Dios, el
huésped de nuestras almas, lo sabe y por
eso viene a nosotras con la intención de
encontrar una morada, una tienda vacía
en medio del campo de batalla de la tierra
(Carta 165).
En el entorno de Teresita
es impensable la muerte de Dios
en una existencia cristiana.
12
Orden de Carmelitas Descalzos
El cultivo
de la vida interior
revela la verdad
de la creatura
frente a
su Creador,
la verdadera
dignidad
de su condición
como hijo de Dios.
La vida de Teresita se va desarrollando dentro de un proyecto
de crecimiento espiritual. Podemos decir que toda ella transcurre dentro de la más auténtica
paradoja humana. Nada del ser
humano se escapa a la mirada
de Dios que quiere hacer de su
criatura su semejante. En la conciencia creyente de Teresita, va
asomando poco a poco la realidad de Dios que se manifiesta
como gracia, como auto comunicación de la vida divina en la
entraña humana. Es allí donde
Dios salva, es allí donde se manifiesta como amigo y camino. Es
por esto que se pierden muchas
almas porque no atienden el llamado que Dios hace desde su ternura y divinidad.
Qué lástima me dan las almas
que se pierden… Es tan fácil extraviarse por los senderos floridos del mundo… Ciertamente
para un alma un tanto elevada,
la dulzura que él ofrece va mezclada de amargura, y el vacío inmenso de los deseos nunca podrá
llenarse con las alabanzas de un
instante. Pero si mi corazón no
se hubiera elevado hacia Dios
desde su primer despertar, si el
mundo me hubiera sonreído desde mi entrada en la vida, ¿qué
habría sido de mi?” (Ms A 40r).
Los deseos de Teresita tienen
que ser discernidos, y así lo realiza desde criterios evangélicos y
en fidelidad a su conciencia.
Teresa advierte al mundo de la
necesidad de elevar el corazón al
Señor y de la toma de conciencia
de que Él está buscando al ser
humano desde siempre; tenemos
que tener deseos grandes pues
el pneuma divino, el soplo vital
de Dios, no puede inspirar deseos irrealizables: Dios no puede
inspirar deseos irrealizables; por
lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad
(Ms C 2v). He ahí la grandeza de
Teresita, ubicarse a los pies del
Señor para servirlo. Con actitud
humilde y con confianza, pues
es la confianza la que hace milagros (Carta 129). Ella logra vivir
su cielo en la tierra atrayendo
hacia el Señor a todas aquellas
almas que se han alejado de la
Luz verdadera.
En estas Carmelitas se va percibiendo que nada hay imposible
cuando se entra en relación con
los deseos, cuando los deseos de
13
Dios y los tuyos coinciden hasta
el extremo de sentir una unidad
profunda con la realidad divina.
Esta vivencia interior bien podría
recordarnos el relato bíblico de
la Anunciación (Lc 1,26-39). Podemos percibir a una mujer-María que percibe a un Dios concreto, que llama siempre a ser más,
a agrandar a su criatura amada.
Los deseos profundos vienen del
pneuma divino y, seguirlos, supone situarse ante la propia historia fiándose del Espíritu, tejedor
de la vida auténtica.
Estoy convencido de que no sólo
esta es la experiencia de mujeres-carmelitas de ayer, sino
también de hoy, pues en cada
Carmelo, en cada palomarcito, el cultivo de la vida interior
revela la verdad de la creatura
frente a su Creador, la verdadera
dignidad de su condición como
hijo de Dios. El Carmelo, así nos
lo sigue revelando Dios en rostro
femenino, es lugar de transformación, libertad, y palabra para
el mundo de hoy.
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Adornada siempre
con sus mejores galas,
sus hijos le cantan
con apreciable fervor.
Virgen de Villa de Leyva
14
Orden de Carmelitas Descalzos
Al carmelita
siempre lo acampaña
un rostro de mujer
Padre Carlos Alberto Henao Jaramillo OCD / Sacerdote Carmelita Descalzo. Maestro en Artes
Plásticas de la Universidad Nacional de Medellín. Actualmente es conventual en el Noviciado de la
Orden de Carmelitas Descalzos en Villa de Leyva, Boyacá.
La Madre de Dios, la madre de Jesús y por ende nuestra madre y hermana,
ha recibido un tributo especial cada mes de julio en las casas de la Provincia
y de la Orden del Carmelo Descalzo desde su llegada a tierras colombianas.
Adornada siempre con sus mejores galas, sus hijos
le cantan con apreciable fervor. Pero de modo especial dos fiestas inundan el corazón del carmelita colombiano: La primera, en la siempre hermosa
Villa de Leyva, donde como novicios aprendimos a
amar más y más a la Madre de Dios. Y la segunda, la
que el pueblo sonsoneño, entre agrestes montañas
y cumbres antioqueñas, y con el frío propio de las
alturas andinas, tributa con delicadeza y elegancia
a la Reina y Hermosura del Carmelo.
Alrededor de estas fiestas, la imagen de Santa María del Monte Carmelo se presenta con su maternal
ternura para ser venerada por su pueblo. Cada una
en su estilo, mantiene la esencia de las cosas bellas
y sagradas.
“La Mechudita”
La Mechudita, como se le conoce popularmente en
la Villa, es una imagen de particular belleza. Su
15
origen procede de tierras americanas, de la escuela quiteña que junto a la cuzqueña representan los
dos estilos más significativos del arte colonial. En
esta imagen podemos constatar el exquisito gusto
artístico de aquellos hombres que elaboraban sus
imágenes con los estándares europeos pero mezclando su concepción artística de acuerdo a su sentir americano. Enigmática en todo el sentido de la
palabra, pues sólo sale una vez al año del Monasterio de Villa de Leyva a visitar a sus hijos, que la
esperan siempre a la entrada, derrochando frescura y amabilidad.
De vieja data, esta imagen de vestir es de cara
redonda y rolliza. Su ajuar es elaborado en finas
telas y artísticos bordados hechos por las mismas
monjas y su cuerpo no es otra cosa que intrincadas
estructuras para dar forma a su cuerpo de mujer
robusta. La figura denotada por su blanco manto
hace las veces de montaña santa para lograr de esa
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
manera el sincretismo necesario
en la evangelización de aquellas
épocas: que los indígenas vieran
a través de la Madre de Dios, a
la madre tierra.
Ella es una carmelita
más hasta el mes
de julio, su mes
florido, cuando
pertenece por entero
al pueblo
que la aclama.
El trabajo más elaborado está
en sus manos, pies y rostro delicadamente tallados en madera
estucada y terminada al oleo,
dándole la ternura y belleza necesarias para cargar a su Hijo
querido entre sus brazos. Como
dijimos, La Mechudita tiene su
tradición, pues permanece durante todo el año acompañando
las oraciones de las madres justo
en su coro. Ella es una carmelita
más hasta el mes de julio, su mes
florido, cuando pertenece por
entero al pueblo que la aclama.
Talla de fe
Desde el Camarín del Carmen, en
la Parroquia de Sonsón, emerge
majestuosa la imagen de nuestra Señora, flotando entre nubes
y en un cielo azul esplendoroso,
desde el excelente retablo traído desde España por una devota familia del lugar. Esta imagen
sonsoneña, tallada en fina madera policromada y trabajada
con hermosos encajes y relieves
delicados, es una obra extraordinaria de la imagineria española,
rico ejemplo del arte religioso.
Diferente a la tradición leyvana,
cada 16 de julio, en artísticas
carrozas elaboradas con exquisito gusto por las damas devotas
del lugar, la señorial imagen sale
de su templo y recorre elegantemente las calles, adornada además por su corona de oro, recamada de estrellas y brillantes,
bastón y escapulario que reposan
durante todo el año bajo estrictas medidas de seguridad pues representan gran valor sentimental y económico para la comunidad y el
pueblo en general.
Esta talla, llega al país en los primeros años del pasado siglo, trabajo
de esbeltas líneas para seducir al orante y llevarlo a una profunda
y sincera reflexión espiritual sobre el papel de la Madre de Dios en
medio del pueblo creyente.
Dos obras, dos miradas, dos rostros femeninos para encarnar una sola
presencia, la maternal protección de la Madre del Salvador. Imágenes que estimulan nuestra fe y la esencia del Carmelo en Colombia.
La Mechudita en Villa de Leyva y la Señora del Carmen, en Sonsón,
representan para los carmelitas el rostro femenino que llevamos muy
en el corazón, las que nos anuncian siempre al Redentor y las que
nos impulsan a trabajar cada día más por este pueblo que clama su
maternal ternura.
16
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
De esta casta venimos,
de estos santos padres
del Monte Carmelo,
hermanos de la Bienaventurada
Virgen María
18
Orden de Carmelitas Descalzos
Y Dios dijo hágase,
y la fundación se hizo
Tomado de la monición inicial de la Eucaristía de celebración
de los 100 años del Monasterio de La Ceja
Esta historia comienza en 1562 con una mujer llamada Teresa de Jesús,
quien hace 450 años fundó el primer Monasterio de Carmelitas Descalzas,
y se ha prolongado a través del tiempo.
De esta casta venimos, de estos santos padres del
Monte Carmelo, hermanos de la Bienaventurada
Virgen María1. De esta casta venimos, de estas santas madres del Monasterio de San José en Medellín
que, siguiendo las huellas de Santa Teresa, salieron
de su tierra a fundar este palomarcito2 que fuera
un remedo de la casita de Nazaret.
Un día como hoy, 12 de marzo, del año 1912, salieron muy de mañana nuestras cinco Madres a fundar
en la Ceja del Tambo: Magdalena del Corazón de
María (Restrepo Molina), Joaquina de la Santísima
Trinidad (Vélez Barrientos), María Ignacia de Santa
Teresa (Echavarría Muñoz), Catalina del Niño Jesús
de Praga (Gaviria Franco), María Josefa de San Eliseo (Arango Molina).
Pero esa historia se tejió desde 1900, cuando se
recogieron las primeras limosnas para la nueva
fundación. El 15 de octubre de 1903, monseñor
1. V Moradas 5,2
2. Fundaciones 2,5
19
Joaquín Pardo Vergara, arzobispo de Medellín,
nos dio el primer permiso para la fundación y,
rápidamente, unas señoras de la Ceja se dieron a
la tarea de recoger fondos. Así, doña Florentina
Escobar escribía a María Rosa en Medellín: Pídale a
la Sagrada Familia nos vaya bien, muy bien, nuestro
deseo es recoger ¡mucho, ¡mucho! ¡mucho! Dios
sabrá. Ocúpenme pues en lo que ustedes crean que
pueda serles útil, yo para muy poco sirvo, pero sí
sueño con verlas a ustedes aquí en esta Santa casa
de la Virgen y ver nuestra población enriquecida
con el convento.
¡Ah!, pero la iniciativa de esta fundación nació de
las señoritas María Rosa Restrepo y Ana Raquel Isaza, quienes “prendieron fuego” en Medellín buscando platica y aspirantes, y renovando el permiso
de fundación. El 8 de diciembre de 1910, monseñor
Manuel José Cayzedo contestaba a su petición: El
Convento de la Ceja se hará, Dios mediante.
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Sí, se haría, porque don Pedro
Pablo Bernal comenzaría con
“ánimos animosos” y en 1909
continuaría don Francisco Duque
Posada quien, además de recoger
firmas para solicitar la fundación, se entregó con alma, vida
y corazón a dirigir esta obra de
Dios. Y así escribía a la señorita
María Rosa Restrepo: De la casita
de nuestra Señora del Carmen le
diré que no queda por terminar
de lo convenido en el interior
sino el fogón y empañetado del
suelo de las celdas… díganme si
han logrado conseguir más fondos para que no se nos quede sin
terminar lo que han luchado tanto, para mí es sensible no tener
capital para ayudar a tan grandiosa obra, pero nuestro Señor
recibirá mi buena voluntad.
Otro incansable bienhechor fue
el señor cura párroco de esta población, el presbítero Guillermo
Gómez, quien apoyaba los bazares y rifas a favor de la Casita de
Jesús, María y José. Buena voluntad y dificultades sobraron para
hacer este rinconcito de Dios. Y
así Ana Raquel escribía al padre
Eladio Jaramillo, otro de nuestros entrañables amigos: parece
que el Señor lo puso a Usted,
Padre, para que siguiera paso
a paso las alternativas de esta
obra que tanto nos ha hecho sufrir; pero que en realidad se tienen por nada con la esperanza de
que siquiera se salvara un alma…
Dios le pague Padre porque usted como un San Francisco de Sales, se deja necear sin descanso.
Descanso no tuvo don Antonio
María Melguizo, nuestro síndico desde la fundación, quien se
trasladó a La Ceja con su familia
20
a seguir paso a paso la construcción. Siempre estaba pendiente
de la obra y él mismo se subía
a los andamios con los obreros.
Toda la consecución de los materiales pasaba por sus manos
y cuando el dinero disminuía él
mismo, de su propio peculio, lo
proporcionaba hasta terminar la
obra.
En su lecho de muerte le decía
así a su esposa, que se inquietaba por el excesivo cuidado que
tenía con sus monjitas: Tú eres
capaz de manejar los intereses
tuyos y de mi hija, en cambio las
monjitas, alejadas de los negocios, están impedidas y pueden
sufrir los resultados de una mala
inversión.
Amigos fuertes de Dios, protectores nuestros, fueron los que el
Orden de Carmelitas Descalzos
Señor puso para realizar una obra
que desde la eternidad se gestaba en su corazón y fue tejida en
medio de cansancio, fraternidad, alfardas, humildad, escasez, tornillos, clavos y silencio,
que unían en una sola oración a
Medellín y La Ceja.
Hasta que llegó el momento tan
esperado: la llegada de las monjitas a La Ceja, que la Madre Isabel de San José, priora de Medellín, comunicaría a don Francisco
el 9 de febrero de 1912, y la cual
tendría una sentida respuesta:
Anteayer al mediodía me encontraba en mi oficina, y me ocupaba a las dos de la tarde en rezar
la visita a Jesús Sacramentado,
y cuando acababa la visita a San
José, fui sorprendido con el paquete en que me remitió su reverencia los tornillos… y grande
fue la alegría al leer su cartica
con la gran noticia y no pude menos de buscar de nuevo el libro
y rezar el Te Deum en acción de
Gracias, pues San José quería
que en su mes se llevara a efecto
la fundación.
Y Dios dijo “HÁGASE”, y la fundación se hizo. Nuestras hermanas
llegaron a las tres de la tarde;
en las afueras de La Ceja las esperaban algunos sacerdotes y el
pueblo entero. La comitiva en
procesión se dirigió a la Capilla
provisional, instalada en uno de
los locutorios del nuevo Carmelo, donde se cantó el Te Deum en
acción de gracias. Al día siguiente celebraron nuestras madres su
primera Eucaristía que a través
de cien años se ha perpetuado
incesantemente.
Una obra que desde
la eternidad
se gestaba en su
corazón y fue tejida
en medio
de cansancio,
fraternidad,
alfardas, humildad...
21
Noventa y ocho años después de
permanecer en nuestro antiguo
Monasterio, Dios dijo: Sal de tu
tierra3, a la tierra que yo te mostraré y brilló una estrella en Nazaret, casa de nuestras hermanas Siervas de la Iglesia, quienes
nos acogieron cuando nuestro
Monasterio se deterioraba irremediablemente y corrían peligro
nuestras vidas.
Hoy seguimos nuestro éxodo hacia la tierra prometida: el nuevo
Monasterio que lentamente se
levanta para ser una estrella que
dé de sí gran resplandor. Con inmensos sentimientos de gratitud
a nuestro Señor que se ha ocupado de nuestros asuntos hoy, nosotras, reunidas en torno al altar y
experimentando la presencia de
todas nuestras madres que nos
han precedido, queremos cantar
eternamente las misericordias
del Señor y anunciar su fidelidad
por todas las edades.
3. Gen 12,1
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
“Virgencita del Carmen,
pongo a mi hija en tus manos,
sánala y te prometo
que durante dos años
la visto con tu hábito”
Virgen de Sonsón
22
Orden de Carmelitas Descalzos
Crónica:
Devoción a la Virgen del Carmen:
una cuestión de “hábito”
Edward Orlando Rojas García
Grupo Interdisciplinario Escuela de Espiritualidad Edith Stein. Cali
A ‘Rosita’, como le dicen en el pueblo, la estaba matando la angustia. Su única
hija, de apenas cinco años y a quien consideraba la luz de sus ojos, pescó una
afección respiratoria que don Honorio, el boticario, no había podido curar.
Corría el año de 1945 en Vijes, un pueblo marginado de
la geografía vallecaucana; los centros hospitalarios no
existían ni en el diccionario, mucho menos medicinas
para curar un cuadro asmático. Allí, al único que le dicen
“doctor” es alcalde.
Los remedios artesanales de don Honorio no hicieron
efecto y la pequeña María se veía cada día peor. Rosita, una
madre soltera que se ganaba la vida lavando y planchando
ropas ajenas y que a diario reiventó cosas para sobrevivir,
se aferró entonces a su única y más grande riqueza: la
devoción a la Santísima Virgen del Carmen.
En un rincón de su rancho de bareque, Rosita clavó las rodillas contra el suelo de barro, entrelazó sus brazos pegados al pecho, levantó su mirada aguada por las lágrimas y
la dirigió suplicante a una empolvada imagen de la Virgen
que se iluminaba tenue con la luz de un cabito de vela.
Ella temía que su pequeña fuera la próxima víctima de la
“bronquitis cru”, enfermedad que le arrebató dos hijas a
su hermana mayor.
“Virgencita del Carmen, pongo a mi hija en tus manos,
sánala y te prometo que durante dos años la visto con
tu hábito”, exclamó Rosita al momento de establecer un
trato sagrado con la madre de Dios.
23
Pidiendo limosna y ayuda entre familiares y amigos, doña
Rosa pudo levantarse lo de la tela y la costura y en una
semana tuvo en sus manos un hermoso hábito, cosido a la
medida de su hija. Desde entonces, la pequeña María fue
el centro de atracción en las celebraciones religiosas de
sábados, domingos y fechas especiales.
Siempre acompañada de su madre, la niña hacía presencia en la iglesia de Vijes, vestida de pies a cabeza como
la Virgen del Carmen. Pese a su corta edad, jamás sintió
vergüenza. Ella sabía de la promesa.
Los dos años pasaron y el trato que doña Rosita hizo con
la madre de Dios se cumplió a cabalidad. La “bronquitis
cru” desapareció, la pequeña María jamás volvió a sufrir
afecciones respiratorias y el milagro se consumó. Cuestión de fe.
A mediados de 2009, Rosita murió a los 99 años de edad y
lo último que vio fue el rostro de su adorada María: el de
su hija, quien la acompañó hasta en los momentos finales,
y el de la santísima Virgen del Carmen, a quien, incluso
agonizando, se encomendó como lo hizo sagradamente
todos los días de su vigorosa y devota vida.
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Perdóname
por ignorarte,
recíbeme
para honrarte,
cúbrenos
con tu manto
y enséñanos
a permanecer
en Jesús.
Tengo mil dificultades: ayúdame. De los enemigos del alma: sálvame. En mis
desaciertos: ilumíname. En mis dudas y penas: confórtame. En mis enfermedades: fortaléceme. Cuando me desprecien: anímame. En las tentaciones:
defiéndeme. En horas difíciles: consuélame. Con tu corazón maternal: ámame. Con tu inmenso poder: protégeme. Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Una oración que Aura Rosa García, “Rosita”, mi abuela materna, repitió
hasta perder el aliento.
Rosita, sin que nadie se lo haya enseñado pues difícilmente hizo hasta tercero de primaria, profesó una devoción propia de los hermanos de Nuestra
Señora del Monte Carmelo, quienes toman el hábito en honor a la Virgen del
Carmen como un recordatorio de que sus vidas le pertenecen a ella, y por
ella, a Cristo.
Lo que sí conoció a la perfección Rosita son las palabras que la propia Virgen María le expresó al Papa Juan XXII, en una manifestación que data del
siglo XIV: Como Madre de Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos y
protección especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas,
sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza.
Ese hábito con el que Rosita vistió a su hija María Ferney -mi madre-, también me cubrió a mi, muchos años después, aunque viví 34 años alejado
radicalmente de la devoción mariana, de la que incluso llegué a burlarme.
24
Fue en el año 2007, cuando el mundo parecía devorarme, cuando hasta
el respirar se hacía insoportable y
la angustia se adueñaba de mi corazón, por esas cosas que sólo Dios
entiende, fui a parar a una parroquia
donde luce imponente, cual patrona,
la figura iluminada de la Virgen del
Carmen.
Allí, en ese lugar conocido como El
Templete, encontré el punto de partida de un camino que hasta ese entonces me había negado a recorrer.
Allí entendí que valieron la pena los
miles de Rosarios en los que Rosita
y María, mi abuela y mi madre, me
consagraron. Allí, de la mano de los
carmelitas, comencé a recorrer y a
vivir mi propia devoción, esa misma
herencia espiritual que me legó “mi
vieja”.
Hace dos años, en 2010, me fue impuesto el sagrado escapulario de la
Virgen del Carmen, como miembro
de la Orden del Carmelo Seglar Jesús,
María y José. Ese día me sentí como la
pequeña María en la iglesia de Vijes,
vestido de pies a cabeza con el hábito
de la Madre Santa, aunque realmente
sólo llevara un escapulario.
Ese día supe por qué mi mamá, siendo una niña, jamás se avergonzó,
jamás se apenó, pese a sentir el rumor del templo y que se le clavaban
cientos de miradas. La razón: ella
entonces, y yo en ese instante, nos
estábamos poniendo en manos de la
mismísima Madre de Dios: tremendo
compromiso.
Acompañado por mi pequeña hija
‘Mariana’, cuyo nombre escogí por
mi devoción, le dije a la Virgen del
Carmen: perdóname por ignorarte,
recíbeme para honrarte, cúbrenos
con tu manto y enséñanos a permanecer en Jesús.
Orden de Carmelitas Descalzos
Las cargueras de la virgen
Durante la Fiesta de la Virgen del Carmen, un grupo de
24 mujeres, se echa al hombro -por turnos- la imagen
de la madre de Dios en una procesión que va desde
la Parroquia de San Fernando hasta El Templete.
“Las Cargueras” nacen tomando como referencia el
hecho histórico de que fueron las mujeres las que más
siguieron y acompañaron a Jesús en los momentos
trascendentales de su paso por el mundo.
Se trata de una experiencia original que, según el
padre Gonzalo Zapata, sólo se da en Cali. El único
requisito para ser carguera de la Virgen del Carmen
es ser mujer y pertenecer a la parroquia; mujer de
fe, amor y tradición parroquial, detalla el párroco de
El Templete.
Durante las procesiones, las cargueras caminan con
una devoción extrema, vestidas con el uniforme
parroquial: camiseta de manga larga blanca con el
25
escudo carmelitano bordado, el Sagrado Escapulario
mariano, pantalón negro y una devoción extrema.
Para ellas es un honor y una oportunidad de
manifestar su amor a la Virgen María. Lo hacen como
mujeres amantes de la Virgen del Carmen, agregó el
padre Zapata, uno de los gestores y promotores de
esta tradición que anualmente cobra fuerza.
Ana María Jiménez, quien hizo parte del primer
grupo que cargó la imagen de la Virgen hace tres
años, cuenta su experiencia personal: era como
ofrecerle mi corazón a ella (la Virgen del Carmen)
a través del acto de amor de cargar su imagen. Es
una forma de decirle que somos de la Virgen para
la gloria de Jesús. Me gustaría que esta devoción
creciera a nivel de todas las diócesis, para que
muchas mujeres crezcan espiritualmente con este
acto de amor. No es el acto de cargar y que te vean;
va mucho más allá.
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Recomendados
Diario de
Etty Hillesum
“Una vida conmocionada”
Fray Silvio Andrés de Cristo
{
Etty experimenta que el dolor,
la muerte y el sufrimiento no tienen
la última palabra. Esta mujer judía
irradia la belleza que cada ser
humano tiene en el interior.
Estas páginas escritas con una fuerte libertad
interior se abren espacio en circunstancias de
profundo dolor, angustia, miedo y sin sentido. Etty
Hillesum, una mujer de 27 años de edad, deja
translucir a través de su Diario, la experiencia de
sentirse abrigada por una Presencia mayor que su
propia vida.
posible a través de las manos del ser humano, del
otro. Escribe: sólo una cosa es para mí cada vez
más evidente: que tú no puedes ayudarnos, que
debemos ayudarte a ti y así nos ayudaremos a
nosotros mismos. Es lo único que tiene importancia
en estos tiempos, Dios: salvar un fragmente de ti
en nosotros.
Desde su balcón en Amsterdam-Zuid, vive en carne
propia el dolor de su pueblo judío perseguido
por la fuerza aniquiladora de los nazis. A partir
de esta realidad tan irracional, ella se siente
impulsada a buscar la vida interior; descubre que
cada movimiento de la persona está inspirado
por Alguien que, como ella escribe, tenemos que
desenlodar del corazón de cada ser humano. Es una
convencida de que la experiencia del amor y de la
entrega sin límites, es lo único que puede salvar al
hombre de no caer en el odio.
Etty experimenta que el dolor, la muerte y el
sufrimiento no tienen la última palabra. Esta mujer
judía irradia la belleza que cada ser humano tiene
en el interior. Con pequeñas líneas revela que el
ser humano está en proyecto, esta por construirse
y como creyente, se abandona en esa Presencia
que la abriga, y que con su testimonio conforta a
sus hermanos judíos, diciéndoles que no sean como
las personas que olvidan que no pueden estar en
la garras de nadie, cuando estamos en tus brazos.
Es en los campos de concentración de Auschwitz,
donde se niega la presencia de Dios por el dolor,
donde la vida pierde dulzura y encanto. Cuando
ya no existe la posibilidad humana, Etty cae en la
cuenta y conduce a los suyos a apropiarse de su
existencia. Entiende que la ayuda de Dios sólo es
Etty Hillesum nace en Middelburg (Países Bajos) en
1914. Hija de Louis Hillesum, doctor en Lenguas
Clásicas y de Rebeca Bermstein, perteneció a la
burguesía judía de Amsterdam. Tenía dos hermanos,
Jaap y Mischa, que murieron junto con ella y sus
padres en Auschwitz el 30 de noviembre de 1943.
26
Orden de Carmelitas Descalzos
Etty entiende
que la ayuda
de Dios sólo
es posible
a través de
las manos
del ser humano,
del otro.
27
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Amar
{
Etty experimenta que el dolor,
la muerte y el sufrimiento no tienen
la última palabra. Esta mujer judía
irradia la belleza que cada ser
humano tiene en el interior.
a los enemigos
no es fácil
Padre Heverth Lizcano Quintero OCD
El Señor nos dice que amemos a nuestros enemigos. Con
esta expresión finaliza una de las mejores películas de
2011, nominada a varios premios Oscar, y ganadora de la
estatuilla a la mejor actriz secundaria, Octavia Spencer.
No era para menos recibir tantos elogios y nominaciones:
unos diálogos dignos de recordar en la historia del cine;
unas actuaciones impecables, creíbles y contundentes; y
una fotografía que no sirve sólo para iluminar el colorido
pastel de una época retratada como hueca, sino también
para sacar a escena la oscuridad de una sociedad que en
los años sesenta disfrutaba de la esclavitud. Dream Works
Pictures nos ofrece con Criadas y Señoras una historia de
mujeres (no exclusivamente para mujeres), de fuerza y
valor admirables, que hace que durante media película
tengamos una sonrisa en la cara y durante la otra media,
un nudo en la garganta por lo que pueda pasarles a las
protagonistas.
Amar a nuestros enemigos... es difícil. En un principio
debemos comenzar por decir la verdad, dice la magistral Viola Davis interpretando a la sosegada empleada doméstica Aibileen Clark, cuando sale de su último trabajo
en una casa de familia “distinguida” en Mississippi, y la
vemos perderse en un camino que la lleva a horizontes
donde la humillación no existe y donde los sueños pueden realizarse. La verdad le permitió descubrir realmente
quién era ella, y para qué estaba destinada.
Con esta película y teniendo en cuenta lo que dice Fray
Nelson Medina O.P., podemos asegurar que no tenemos
más opción en el cristianismo sino la de amar a nuestros
enemigos:
Ama a tu enemigo: es el único modo de mostrar que no
padeces su misma enfermedad.
Ama a tu enemigo: así separarás a tu enemigo de su enemigo, que es también tu enemigo, y se llama pecado.
Ama a tu enemigo: construye con él una historia que les
permita mirar en la misma dirección y decir un día: “eso”
pretendía destruirnos, pero “nosotros” vencimos.
Ama a tu enemigo: no dejes que el mal te mueva como
se mueve un peón en el ajedrez.
Ama a tu enemigo: muestra que eres mayor y mejor que
lo que se dice de ti.
28
The Help
Año de producción: 2011
Género: Drama
Clasificación: Todos los públicos
Director: Tate Taylor
Música: Thomas Newman
Fotografía: Stephen Goldblatt
Intérpretes: Allison Janney (Charlotte Phelan), Viola Davis (Aibileen Clark), Bryce Dallas Howard (Hilly
Holbrook), Emma Stone (Skeeter), Octavia Spencer
(Minny Jackson).
Orden de Carmelitas Descalzos
Te amo
en voz baja
Padre Heverth Lizcano Quintero OCD
{
Para algunos descubrir
la vocación sacerdotal ha sido
más que una experiencia
asombrosa, un murmullo de Dios.
La Promoción Vocacional Carmelitana de la Provincia de
Colombia realizó este año un nuevo video vocacional
con el título Te amo en Voz Baja, teniendo en cuenta
la experiencia de esos enamorados que se dicen al oído
el amor que se profesan con una entonación tan suave,
pero tan poderosa, que ese susurro estremece las fibras
más internas del alma. Es así como nace la idea de realizar un video vocacional pensando en ese te amo que se
pronuncia en voz baja, y porque para algunos descubrir
la vocación sacerdotal ha sido más que una experiencia
asombrosa, un murmullo de Dios, que desencadena una
serie de decisiones que transforman la existencia.
Este video es una invitación propia del Carmelo, rescata
que la vocación a fin de cuentas tiene que ser un camino
de silencio para aprender a escuchar el lenguaje de Dios
y para aprender a disfrutar de ese amor gratuito que Él
tiene para cada uno de sus elegidos, porque es en el silencio donde descubrimos el sentido de la libertad que nos
concede el Creador: su Amor. El Carmelo Descalzo, una
escuela del silencio para encontrarnos con Dios.
Te amo en voz baja
Video Promoción Vocacional Carmelitana
Provincia de Santa Teresita Colombia
Duración: 2minutos
Año de Producción: 2012
http://www.youtube.com/watch?v=7KxKd991KNg
29
Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012
Salve
Regina
Catedral Notre Dame de París
Edición: Hortus 056, Francia, 2007.
Padre Francisco Alejando Tobón González OCD
{
Esta música, que no acaba,
porque es bien hecha, porque
hace presente la Eternidad
de un Dios Hermoso, es la que
escuchamos en Salve Regina.
Si la música es palabra de Dios, si en verdad tiene
la capacidad de abrir el corazón del hombre para
realizar en él una nueva creación, es preciso buscar aquella que sea como la luz que atraviesa los
vitrales de una catedral, con fuerza y hermosura.
Su compositor es Yves Castagnet, organista de
coro de Notre Dame, quien todos los días está allí,
acompañando humilde y armoniosamente los Oficios Divinos, las misas de la Catedral, y que conoce
su universo sonoro como la palma de su mano.
Hay música religiosa que pudo tener como objetivo
enseñar una verdad de fe. Hay música de iglesia
que se creó buscando simplemente hacer algo que
se pareciera a la música de la calle, al lenguaje de
hoy. Hay melodías que se hicieron para que todo
el mundo las pudiera cantar con facilidad, así no
fueran bonitas, y se asemejaran a cancioncitas
infantiles. Hay música que fue creada para hacer
presente la grandeza de Dios, para tocar su poder
creador, para hacer sentir el murmullo de una voz
que habla en la brisa que pasa1, o para expresar la
majestad de un Dios que descorteza los cedros del
Líbano2, ese Dios tremendo y fascinante que sí es
posible experimentar.
Luego, Olivier Latry, organista titular del gran órgano de Notre Dame, hace presente la delicada
omnipotencia de Dios con una obra que se inspira
en lo que él mismo realizó como improvisación en
la Universidad de Kansas, Estados Unidos, en 1999,
y que finalmente dejó plasmada en esta composición que parafrasea el texto de la misma antífona
Salve Regina, haciéndonos entender sensiblemente
las palabras que se dirigen a Nuestra Señora. La
pieza fue escogida de un modo espontáneo por los
músicos de Notre Dame, teniendo en cuenta que
esta antífona ha sido cantada todos los días en la
Catedral, al final del oficio de Vísperas.
Esta música, que no acaba, porque es bien hecha,
porque hace presente la Eternidad de un Dios Hermoso, es la que escuchamos en Salve Regina, música sacra contemporánea, cantada por la Maîtrise
de Notre Dame de París, dirigida por Lionel Sow;
una Misa toda inspirada en la melodía sencilla y sublime de la antífona gregoriana que lleva su mismo
nombre.
1. 1 R 19, 12-13
2. Sal 29, 5
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Estamos aquí ante una de las más grandes expresiones de lo que se hace en música sacra actualmente. Este trabajo es un ejemplo de lo que puede
ser la música en la Iglesia. Se hace palpable la Hermosura Divina. Quien escucha, siendo simplemente
sensible, se deja conmover, y la música entra en
su ser hasta producir en él una nueva creación. El
Espíritu hace su obra. ¿Es esto lo que deberíamos
hacer quienes desde la música prestamos un servicio a Dios y a los hombres?
Orden de Carmelitas Descalzos
Quien escucha,
siendo simplemente
sensible, se deja conmover,
y la música entra
en su ser hasta producir
en él una nueva creación.
El Espíritu
hace su obra.
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