“PRIVATIZAR AL SECTOR PRIVADO…” Francisco Javier Meléndez Hernández* I. INTRODUCCIÓN En reciente entrevista concedida al periódico El Financiero, David de Ferranti, Vice-Presidente del Banco Mundial, para América Latina y el Caribe, señaló que si bien México ha logrado importantes avances en materia de modernización y desarrollo de 1994 a la fecha, todavía hay algunas tareas pendientes de lograr para que la transición hacia una nación madura sea completa. Afirmando que el reto de completar las reformas estructurales especialmente la fiscal, es tan importante como el desafío de “Privatizar al sector privado”1. Luego de señalar que aparte de los recursos que se requieren invertir en Infraestructura física, y para mejorar el capital humano al través de la educación pública y la salud de la población, para poder aumentar el ingreso de cerca de la mitad de la población que vive bajo la línea de pobreza, se requiere fortalecer el marco institucional en el cual se desarrolla mejor la inversión privada destacando que: “Si bien fue difícil privatizar al sector público, es aún más difícil privatizar al sector privado”2. En esta Nota se aborda esta temática porque está muy relacionada con el contenido de un ensayo publicado por el presente autor en el número dos del año 2001, de esta misma revista, titulado: “La política industrial de México a la luz de la Reforma Fiscal”; en el que se señala que para coadyuvar al logro de la Reforma Fiscal se requiere una reconversión competitiva, como parte integrante de una verdadera revolución microeconómica que replantee el esquema productivo sectorial industrial, señalando que: “la tarea es de los empresarios o productores que deben abandonar su actitud dependiente o beligerante hacia el gobierno y adoptar una actitud no-dependiente o no-beligerante y no-pasiva, sino proactiva …..Se requiere de la modernización de la perspectiva empresarial, así como la organización de los productores”, concluyendo con la pregunta: “¿Está el sector empresarial preparado para iniciar una ofensiva productiva en condiciones competiti3 vas?” . * Investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las Ciencias Administrativas de la Universidad Veracruzana 1 “La IP necesita un cambio radical: BM”El Financiero, lunes 19 de abril de 2004, pàgina 1. 2 Idem, página 6 3 F.J.Meléndez Hernández,”La política industrial de México a la luz de la Reforma Fiscal”. Ciencia Administrativa, Xalapa, Ver.: IIESCA, 2001, Número 2. 72 I.I.E.S.C.A. Ensayos II. POLÍTICA DE DESARROLLO El antecedente formal es la publicación por A. Hirschman, del libro The Strategy of Economic Development, donde hacìa un planteamiento de las formas en que el gobierno podía inducir el desarrollo económico, al través de los eslabonamientos hacia delante o hacia atrás, de los desequilibrios regionales y las secuencias de inversión privada vía excesos o escaseces de servicios públicos así como los 4 efectos de filtración y de polarización. Si bien el libro estaba intentado para América Latina, los principales beneficiarios fueron primeramente Japón, y posteriormente Corea del Sur y Taiwan, que han sabido combinar las prescripciones de Hirschman, con sus instituciones económicas y han logrado un grado de desarrollo sustancial a partir de la interacción de sus sectores empresariales y los gobiernos explotando su ventaja comparativa adecuadamente y generando y utilizando las economías externas y las de escala. El caso de Japón ha sido ampliamente documentado por A. Shonfield 5 mientras que el caso de Corea del Sur y Taiwan lo ha sido por D. Rodrik6, detallando cómo en ambos países los gobiernos tenían clara su política que básicamente buscaba internalizar las complementariedades industriales en Corea del Sur, mientras que en Taiwan, lo hacían mediante intervenciones más directas. Ambos gobiernos tenían claras sus prioridades industriales y no dudaban en intervenir, a través de subsidios, restricciones al comercio, guías administrativas, empresas públicas y asignación de créditos oficiales, partiendo de condiciones iniciales favorables (como un alto nivel de educación de la fuerza laboral) y una buena gestión política, orientada a evitar las fallas de coordinación. Existen un número de formas de incentivar la producción industrial, a continuación se revisará una propuesta típica de la política de promoción industrial. III. POLÍTICA INDUSTRIAL Una apretada síntesis de las formas de incentivar el desarrollo industrial incluye 7 las siguientes políticas: a) Fomentar las industrias con elevado valor añadido. b) Ofrecer incentivos especiales a los sectores que ofrecen insumos al resto de la economía. c) Promoción de industrias con potencial económico futuro. d) Contrarrestar los efectos de las políticas industriales de otros países. e) Existencia de externalidades. f) Subsidiar a las industrias de alta tecnología. 4 Albert O. Hirschman, The Strategy of Economic Development. (N.York- London: W.W. Norton & Company, 1958). 5 Andrew Shonfield. Naturaleza y alcances de la economía mixta. (México, D.F. :Fondo de Cultura Económica, 1984) . 6 Dani Rodrik.”Getting interventions right: how South Korea and Taiwan grew rich”. Economic Policy. Abril de 1995. Páginas 55-107. 7 Paul R. Krugman y Maurice Obstfeld; Economía Internacional Teoría y Política, Tercera Ediciòn, (Madrid, España: Mc Graw Hill Book Co., 1994 ) capìtulo 12. 73 “Privatizar al sector privado...” g) Estrategia en la política industrial. Las primeras cuatro, esto es de la ‘a’ a la ‘d’, han sido descalificadas como argumentos, por los autores del texto citado, ya que no demuestran una falla del mecanismo de mercado, por ejemplo, en el primer caso, si se fomentan las industrias que tienen elevado valor agregado cabe recordar que estas industrias generalmente poseen elevada intensidad de capital físico y/o humano y por ello al aplicar una cantidad de capital limitada, la generación de empleo se vería reducida, a menos que se reduzcan los salarios, con lo cual se revierte la intención. En el caso ‘b’ de la producción de insumos, se argumenta que si no hay fallas del mercado, al fomentar el aumento de la producción de los insumos, entonces se reduce la producción de bienes de consumo y el producto-ingreso nacional no se ve afectado. En el caso ‘c’ de la promoción de industrias con potencial futuro, se supone que si una industria crecerá en el futuro, entonces el capital y el trabajo se desplazarán hacia esa industria, pero al fomentarla las autoridades, entonces habrá un desplazamiento exagerado y si además no hay falla de mercado los rendimientos caerán. En el caso ‘d’, de contrarrestar los efectos de las políticas de otros países, se argumenta que si otros países distorsionan su estructura productiva, esto no es razón para distorsionar la del país doméstico. En cambio, los argumentos a partir de ‘e’ son válidos, ya que en el caso de la existencia de externalidades, este es el argumento básico de la industria naciente vía la sustitución de importaciones mediante prohibiciones a la importación o aranceles, ya que se supone que hay externalidades importantes que representan una falla del mercado y por ello éste sí es aceptado como argumento para la promoción de la industria. En el caso f) de los subsidios a las empresas de alta tecnología, se acepta generalmente que hay un fallo del mercado y por lo tanto el Estado deba quizás subsidiar los gastos de Investigación y Desarrollo de las empresas y apoyar la selección de industrias intensivas en conocimiento. Finalmente, en el caso g) de la política industrial estratégica, (este es el argumento de Brander-Spencer) cuando existen imperfecciones de mercado, y donde hay la presencia de un fuerte competidor extranjero, entonces será válido subsidiar al productor doméstico para fortalecer su posición de mercado, sin embargo, se requiere mucha más información de la que probablemente se dispone y sobre todo es desaconsejable, ya que inicia una ofensiva comercial de la que nadie quiere ser responsable. IV. POLÍTICA INDUSTRIAL EN MÉXICO Una revisión de las políticas públicas en México nos señala que los apoyos a la promoción industrial han sido mayoritariamente fuera de los conceptos enlistados en la sección anterior, excepto por la política de industrialización vía los aranceles, que ya fue proscrita por la participación en el GATT (Acuerdo General de Aranceles y Comercio) y en la Organización Mundial del Comercio, y que los apoyos se han dado discrecionalmente como forma compensatoria por los daños causados por la política económica general. Excepto también por los esfuerzos de la descentralización industrial que se dieron a partir de 1977, que fueron impulsados por la Secretaría de Programación y Presupuesto. 74 I.I.E.S.C.A. Ensayos Una revisión simple de los apoyos gubernamentales a los empresarios industriales, contiene un listado como el que sigue: De 1976 a 1982, se les apoyó con certificados de promoción fiscal, reestructuración de adeudos y compra de empresas (arruinadas), de 1982 a 1988, se les regresó el 34% del capital accionario de los bancos que se habían nacionalizado en 1982; de 1988 a 1994 se privatizaron alrededor de quinientas empresas que habían pertenecido al sector privado y habían sido nacionalizadas para mantener los empleos, así como la creación del Fideicomiso de Cobertura de Riesgos Cambiarios (FICORCA), y la reprivatización total de los bancos; de 1994 a 2000, se les dió apoyo al través de FOBAPROA y otros fideicomisos como el de las carreteras de cuota.8 Sin embargo, lo que el Vicepresidente del Banco Mundial, David de Ferranti sostiene es que “los empresarios de nuestro país deben cambiar, tan radicalmente como lo hizo el sector público, para dejar de ser rentistas e invertir en actividades productivas y mejorar su capacidad competitiva, pero sin la protección guber9 namental, sino comprometiéndose con el desarrollo” . Según él “fue difícil privatizar al sector público, pero aún es más difícil privatizar al sector privado. Y con esto quiero decir que el sector privado necesita modernizarse y prepararse para competir, poniendo todas las energías juntas de manera abierta y transparente con mejores prácticas corporativas y empresariales para ganar mercados y no buscando que el gobierno establezca medidas que lo protejan o eludiendo la competencia”10. Opinión que es compartida en el Congreso por los diferentes grupos políticos, señalando el Presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados que “….muchos empresarios que ahora critican y que florecieron en un país protegido, pero ahora que está abierto a la globalización no tienen voluntad ni de11 cisión para arriesgar en él, con inversión y creación de empleos…” Por su parte el coordinador de la fracción perredista, señaló que “…es necesario cambiar la política económica, hay que hacer una política expansionista y no una de contención…. México es un país que ya debería estar en el siete u ocho por ciento de incremento del PIB. Sobre la base de la política actual que es de contención, evidentemente que la economía seguirá atorada”12 Lo que nos lleva a la conclusión del ensayo de 2001, en que se mencionaba que si la Reforma Fiscal arrojaba un saldo deficitario, la economía seguiría siendo dirigista, esto es liderada por el gobierno, pero si se tiene saldo fiscal superavitario, entonces para no caer en el estancamiento se necesita un sector empresarial y productivo más ágil, que asuma el liderazgo económico y mantenga y eleve la creación y generación del empleo-producción-ingreso ante un menor gasto del gobierno, con crecidas inversiones y mayor presencia en los mercados nacio8 Luis Soto, “Agenda Confidencial” El Financiero, viernes 16 de abril de 2004; página 34. 9 El Financiero, 19 de abril de 2004,página 1 10 11 12 Idem, página 6 “ Madero Muñoz responde a la IP; ‘hay empresarios enanos’” El Financiero, jueves 15 de abril de 2004, pàgina 29. Idem. 75 “Privatizar al sector privado...” nales e internacionales, y el resultado ha sido tal como se anticipaba de superávit en las finanzas públicas, acompañado de un bajo crecimiento económico a lo largo de lo que va del sexenio. V. CONCLUSIONES La expectativa de la Reforma Fiscal, se desvaneció ante los magros resultados, de una miscelánea fiscal, con ingresos sólo ligeramente superiores a lo que se había estado recaudando fiscalmente. Sin embargo la desaparición del liderazgo económico del Estado, no ha encontrado sustituto en el sector empresarial, porque éste no ha crecido a la magnitud del desafío dado por la liberalización política y social en general que la sociedad mexicana quiso experimentar desde el año 2000, toda vez que lo que se requiere es llenar un vacío económico, mientras que los empresarios han actuado a la sombra del poder político, esto es, han sido dependientes. Por lo que se requiere su crecimiento y desarrollo profesional. Una segunda conclusión tiene que ver con el procedimiento para valorar la calidad del trabajo de los investigadores académicos, que actualmente considera entre otros indicadores el número de citas bibliográficas que obtiene un investigador, o el número de participaciones en eventos académicos, o las invitaciones recibidas para participar en los laboratorios y centros de investigación de élite, pero que son tangenciales o periféricas, mientras que la valoración puede ser directa, para ello es útil recordar que la esencia de la ciencia es su método y que el propósito de la ciencia es la explicación y la predicción, por lo tanto, la forma directa de valorar el trabajo científico reside en la claridad de la explicación y lo acertado de las predicciones, desde luego al través de algún método, y no por inspiración divina. En el ensayo del presente autor del año 2001, se explicaba la relación entre crecimiento económico y déficit mediante una fórmula algebraica lo cual es indicador de claridad y se predecía una deficiencia al efectuar la sustitución de fuente de gasto, esta relación explicada ha resultado claramente acertada. 76