Emilia Pardo Bazán - Colectivo Miles de Voces

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Emilia Pardo Bazán
(1851-1921)
Una mujer en un mundo para hombres.
Autor: Jorge Lahoz
30-03-2016
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Centro Europeo para la Difusión de las Ciencias
Sociales (CEDCS), bajo la dirección del Dr. Emilio
Sola, con la colaboración tecnológica de Alma
Comunicación Creativa.
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Emilia Pardo Bazán: Una mujer en un mundo para hombres
Emilia Pardo Bazán nació en 1851 en A Coruña, en el seno de una familia liberal, de
clase alta, noble: los condes de Pardo Bazán. Cuando era pequeña, su padre estuvo muy
implicado en la vida institucional del país, siendo miembro de la Unión Liberal, un partido que aglutinaba a liberales moderadamente conservadores (conservadores puritanos,
como Cánovas) y liberales moderadamente progresistas (progresistas moderados), y que
gobernó entre 1958 y 1963, hasta el estallido de la Gloriosa Revolución, o Septembrina,
que dio origen al Sexenio Democrático (1864-1874), durante el que tuvo lugar la Primera
República (1873-1874). Este periodo supuso el primer ensayo de democracia de tipo
liberal en España.
Volviendo al padre de Pardo Bazán, éste empezó a sentirse decepcionado ante el progresivo declive de la Unión Liberal, y fue perdiendo poco a poco ese interés activo en la
vida institucional del país. En cualquier caso, las amistades de su padre, como él mismo,
hicieron que las ideas y personajes vinculados al liberalismo estuvieran en contacto con
ella desde pequeña.
Tras el fracaso del Sexenio y de la Primera República (1873-1874), se inicia un nuevo
periodo: la Restauración. En este periodo, uno de esos moderados puritanos de la Unión
Liberal, Antonio Cánovas del Castillo, lideraría un nuevo proyecto liberal-conservador
que se materializó en la Constitución de 1876, que puso al mismo Cánovas al frente del
gobierno. Fue la primera vez que en el Estado se consolidaba, relativamente, un orden
político liberal, con el que se ponía fin, por cierto, a las guerras carlistas (que llegaron a
constituir verdaderas guerras civiles). Durante el periodo iniciado por Cánovas, la Restauración, se fomentó una lenta pero irreversible industrialización, que dio nacimiento a
un movimiento obrero que sería, de entonces en adelante, sistemática y constantemente
reprimido, y que ya en la década de 1880s cobraría una importante fuerza.
Lo que nos interesa aquí de todo esto, es que las ideas liberales estaban ya más que
presentes en el país cuando Pardo Bazán tenía la edad suficiente para ser capaz de adquirir
conciencia de su entorno, esto es, conciencia política. No obstante, para ella, esa toma de
conciencia no fue tan sencilla:
Emilia es una mujer y, como tal, estudió lo que las mujeres, o al menos las de clase
alta, debían estudiar: religión católica, costura y lo que se llamaban en la época “materias de adorno”, que eran mitología, geografía, urbanidad y francés. Nada que incitara a
despertar un pensamiento crítico, ya que estas “materias de adorno” estaban enmarcadas
en el ideal de la mujer como “ángel del hogar”, ideal que se basaba en el prototipo de la
mujer como buena esposa, ama de casa y mujer discreta. A través de él, se fomentaba la
reclusión de la mujer en el espacio doméstico. La mujer podía recrear su imaginación con
fábulas mitológicas, pero era mejor no hablarle de episodios bélicos o conflictos políticos,
es decir, de Historia (no fuera que adquiriera conocimientos sobre el mundo).
Pero Emilia Pardo de Bazán se salvó de esa ignorancia impuesta. Quizá en ello haya
dos motivos que no deben desligarse: su condición social (nobleza liberal-progresista,
que no cualquier nobleza) y su inteligencia y/o carácter. Una anécdota muy ilustrativa:
de niña, cuando comenzó a recibir clases de piano, protestó porque lo detestaba, diciendo
que prefería estudiar latín. Y así se hizo.
No hay que olvidar que una biografía está siempre condicionada por el contexto histórico en el que se desarrolla (clase social, ámbito urbano/rural, situación política y
social del momento, ambiente cultural, nivel intelectual de su entorno más cercano, etc.).
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Emilia Pardo Bazán: Una mujer en un mundo para hombres
La vida de Pardo Bazán no fue la de una campesina, o la de una obrera que tuviera que
empezar a trabajar en una fábrica a la edad de 12 años, con una jornada de 12 horas, y
un sueldo menor al de un obrero hombre. No se entiende la evolución de Pardo Bazán
sin entender eso, como tampoco se debe obviar el triunfo del liberalismo-conservador,
ni tampoco el nacimiento, también en aquella época, de un movimiento político que va
a ser fundamental hasta nuestros días: el feminismo.
Pardo Bazán fue toda su vida una mujer abiertamente católica. Hasta los años 70, es
decir, hasta que triunfa la Restauración, ella misma se declaraba carlista, y llegó a ir con
su marido a Gran Bretaña a comprar armas para los carlistas durante las guerras civiles
que tuvieron lugar a raíz de los conflictos dinásticos entre éstos y los Borbones. Pero
en los 70 va a entrar en contacto con los intelectuales krausistas, que defendían, grosso
modo, la regeneración política y social a través de la educación (desde una perspectiva
liberal). La influencia de las ideas liberales en ella va creciendo, y estas ideas se consolidan en su pensamiento durante los años 80.
Aunque ya se había dado a conocer como escritora en 1876, con la publicación de un
estudio sobre el Padre Feijóo, y aunque había escrito poesía desde adolescente, la primera
obra destacable de Pardo Bazán llega en 1883: La Cuestión Palpitante, que le costaría la
separación de su marido. En esta obra, tal y como ella misma reconocía, no exponía ideas
esencialmente nuevas. Criticaba ciertos aspectos del naturalismo iniciado en Francia por
Émile Zola (como el determinismo), y defendía el realismo español. Era una obra en la
que recopilaba artículos de crítica literaria que había publicado anteriormente, y que son
una buena síntesis de la literatura francesa, británica y española de ese periodo (aborda
también la literatura de otros lugares, como Rusia, pero con menos detalle). A pesar de
que, según ella misma, no decía nada nuevo, esta obra fue tremendamente polémica, hasta
el punto de costarle la separación de su marido. ¿Cómo se explica esto? La respuesta es
sencilla: no decía nada nuevo en sí, pero nunca antes lo había dicho una mujer, y menos
en una obra de tales características.
Pardo Bazán va a ser siempre una mujer liberal-conservadora y católica, una intelectual que no exponía ideas revolucionarias o chocantes ni siquiera para la época. Y, sin
embargo, va a enfrentarse a constantes obstáculos en su intento de evolucionar como
ensayista, novelista o académica. Y todos esos obstáculos se derivan del simple hecho
de ser mujer. Es decir, aquellas ideas eran inofensivas si eran esgrimidas por un hombre,
pero si las defendía una mujer se volvían peligrosas.
Es llamativo que se sucedan de manera casi inmediata en el tiempo tres fenómenos, en
este orden: publicación de La Cuestión Palpitante (1883), separación de su marido e inicio de su vida académica y profesional. Esta obra es tan importante para la historia de la
crítica literaria como para ella misma: fue el detonante de su relativa emancipación. Para
Pardo Bazán, el matrimonio, la vida doméstica, era el obstáculo más inmediato que le
había impedido iniciar una verdadera carrera profesional, conquistar el espacio público.
En 1886 publicaba Los Pazos de Ulloa, que quizá es su novela más conocida. Pero
empezaría a publicar también numerosos cuentos, entre los que destacan aquéllos referidos a la violencia de género, o a los matrimonios forzados de mujeres adolescentes (es
recomendable una recopilación de estos cuentos, titulada Cuentos de mujeres valientes).
Son los años en que la primera oleada del feminismo parece llegar a España a través de
algunas mujeres, como Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán.
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Emilia Pardo Bazán: Una mujer en un mundo para hombres
En 1906 fue nombrada presidenta de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid,
y en 1908 Alfonso XIII le otorga el título de condesa (su padre había muerto años antes).
En 1910 fue nombrada por Canalejas consejera del Ministerio de Instrucción Pública.
En 1916 obtuvo la Cátedra en Lenguas Neolatinas de la Universidad Central de Madrid,
hecho por el cual sufrió un boicot por parte de alumnos y profesores, llegando a contar tan
sólo con un alumno en su clase. Era la primera vez en el Estado Español que una mujer
accedía a una cátedra. Emilia Pardo de Bazán muere en 1921 en Madrid.
Una reflexión
Pardo Bazán, mujer católica y conservadora, no tenía un discurso radicalmente innovador, ni pretendió tenerlo. “Lo único” radical que hizo Pardo Bazán fue ser una mujer en
un espacio (conservador) reservado a los hombres. Y “lo único” radical que dijo es que
las mujeres debían tener acceso a ese espacio.
Algunos de sus cuentos hablaban de violencia de género, desde la subjetividad de las
mujeres que la viven. Y en casi todos sus cuentos, con el fin de ambientarlos, hace referencia a hechos históricos de la segunda mitad del XIX. Las “materias de adorno” no
lograron, en ningún caso, convertir a Emilia Pardo Bazán en un “ángel del hogar”, sino
todo lo contrario: una pesadilla para los hombres, que preferían por lo general ver a la
mujer apartada de su camino, en casa, sin estorbar en los asuntos de hombres. Que una
mujer católica y liberal-conservadora causara revuelo en un mundo liberal-conservador y
católico es algo sobre lo que merece la pena reflexionar.
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