(coordinadores) JOSÉ ANTONIO FORZÁN y RAFAEL GARCÍA PAVÓN TOLKIEN y ORWELL I LOS MITOS Y EL SENTIDO DE LA HISTORIA CENTRO DE ESTUDIOS EN FILOSOFÍA APLICADA, A.C. ~ [g: PUBLICACIONES CRUZ O., S.A. LITERA TURA JOSÉ ANTONIO FORZÁN RAFAEL GARCÍA PAVÓN Coordinadores TOLKIEN y ORWELL LOS MITOS Y EL SENTIDO DE LA HISTORIA CENTRO DE ESTUDIOS EN FILOSOFÍA APLICADA, Publicaciones Cruz O., S.A. A.e. ÍNDICE PRÓLOGO DE LA POETICA A LA ÉTICA Donde yo esté, estarás José Antonio Forzán y Rafael García Pavón 3 PRESENTACIÓN REPERCUSIONES DE LA LITERATURA Carlos Gómez Palacio y Campos EL VALOR DEL MITO 15 Carlos Lepe 19 INTRODUCCIÓN PODER, TÉCNICA Y TIEMPO 23 Rafael Garcia Pavón VIDA, OBRA Y POÉTICAS NARRATIVAS UN ANILLO Y SIETE MANDAMIENTOS (O por qué dos más dos dan cinco) 35 David Calderón LECCIONES DE UN SIGLO EN CENIZAS George Orwell y la revolución de uno mismo Jorge Alberto Hidalgo Toledo 49 TOLKIEN COMO EXPERIENCIA LITERARIA 55 Luis Guerrero EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: ENTRE LA IMAGINACIÓN Y LA HISTORIA Beatriz Ureña 67 PODER, TÉCNICA Y COMUNICACIÓN ORWELL y TOLKIEN: EL PODER TOTALITARIO Francisco Javier Vilchis DE LA TÉCNICA 77 EL SEÑOR DE LOS ANILLOS Y EL PODER DEL NO PODER Igor Ayala 89 MITO Y SENTIDO DE LA HISTORIA EL MITO, EL HÉROE Y LA ÉTICA Rafael Núñez Ochoa 101 LOS MITOS Y EL SENTIDO DE LA HISTORIA A PARTIR DE CARL G. JUNG Pablo Fernández Juárez LA REBELIÓN DE LA GRANJA VERSIÓN BENJAMiN Mariano Robles LA REELABORACIÓN DE UN MITO: TRISTAN E ISOLDA ENEL SEÑOR DE LOS ANILLOS DE J.R.R. TOLK1EN Pedro de los Ángeles y Santacruz LA CONDICIÓN DEL HÉROE Y LA RESPONSABILIDAD 113 121 129 ÉTICA LITERATURA FANTÁSTICA Y CRÍTICA SOCIAL 141 Juan José Sanabria López CARTA A ORWELL. (O si George no hubiera muerto, todavía escribiría) Rafael Tonatiuh Ramírez APOLOGÍAS PARA SAURON y EL 149 GRAN HERMANO Rodrigo Terrazas 157 FRODO: HÉROE DE LA ESPERANZA Miguel Martínez Huerta 165 LECTURAS DE TOLKIEN LO ESPECTRAL EN FICTURA Fernando Díaz Cid 173 POSTF ACIO SOMBRAS DE LO FANTÁSTICO José Antonio Forzán 187 PRÓLOGO DE LA POETICA A LA ÉTICA Donde Yo esté, estarás José Antonio Forzán y Rafael García Pavón Son los comienzos del siglo XXI. En el año 2003 se conmemoraron los 30 años de la muerte de J.R.R. Tolkien, autor' de la epopeya El Señor de los Anillos (obra que cumplió 50 años de vida en el 2005), y el centenario del nacimiento de George Orwell, escritor. de 1984 y La rebelión en la granja. Ambos crearon obras inmortales de la literatura que en la actualidad se han convertido en películas, debido, precisamente, a que sus temáticas y la manera de tratarlas son de proyección atemporal. La obra El Señor de los Anillos tiene como motivación principal la exposición de una mitología que funja como respuesta a las dos guerras mundiales que pusieron en crisis el marco de valores humanos a principios del siglo pasado. Valores como la bondad, la amistad, la comunidad y la responsabilidad sobre la propia existencia, son expuestos en las historias de este autor católico, hoy tan comentado. Por otro lado, sus libros son el punto de referencia de buena parte de las obras de ficción y de fantasía de los últimos años. Por su parte, las obras de George Orwell son una honda crítica social a la manipulación que ejercen los medios de comunicación en las sociedades tecnocráticas (el término Big Brother tiene su fuente en esta obra) y en las crisis políticas provocadas por la guerra fría. Además, Orwell se ha convertido en una referencia obligada para los periodistas que buscan un marco ético: sus diversos ensayos en torno a la responsabilidad social de los líderes de opinión se han retornado para la realización de cursos de ética y otras estrategias formativas integrales. Inspirados por las obras de ambos pilares de la literatura, un grupo de apasionados especialistas se dio cita en la Universidad Anáhuac para dialogar sobre el alto impacto que ambos han tenido alrededor del mundo. Sus obras, traducidas a una diversidad de idiomas, se han consolidado en la mente de jóvenes y adultos que buscan entre sus páginas un motivo para 3 De la Poetica a la Ética segUIr leyendo y viviendo por la construcción de un mundo meJor. Este libro recoge las lecturas encontradas de los especialistas participantes provenientes de campos como la filosofia, la semiótica, la comunicación, la crítica literaria, la sociología, entre otras disciplinas sociales. Tal abanico de posibilidades confirma la defensa de una perspectiva humanística, tan poco valorada en nuestros días a causa de un aparente pragmatismo. Porque si esta compilación de ideas existe, es porque aquellos que nos encontramos en octubre del 2003 confiamos en que los valores humanos y la ética deben conducir los actos de una sociedad siempre en lucha por salir de la crisis. Tal encuentro de voluntades y pasiones, se manifestó gracias a la muestra filmica y pictórica del evento, así como a la música que daba realce a las presentaciones orales y a la entusiasta participación de un grupo de estudiantes cada vez más identificados con las historias analizadas durante una semana. La presente recopilación está dividida en cinco partes, mismas que a continuación describiremos brevemente, con la intención de que el lector se acerque a las mismas. VIDA, OBRA Y POÉTICAS NARRATIVAS David Calderón abre este apartado, subrayando que Tolkien y Orwell nos presentan obras necesarias para desarrollar nuestra imaginación moral y, por 10 tanto, para una formación ética que se enfrenta con responsabilidad al poder del Anillo que desnaturaliza 10 natural, mecánica y sistemáticamente. El Mtro. Calderón atraviesa los senderos que hermanan a Tolkien y a Orwell en su lucha ética por la responsabilidad de hacerse cargo del orden natural de las cosas, y de las denuncias del peligro de 10 arbitrario. Ambos autores, según el comentario, nos advierten que el bien no está en las utopías como tales porque éstas vacían al mundo de su propio ser y 10 sobresimplifican. Por su parte, Jorge Hidalgo se pregunta ¿dónde se vuelve la vida letra y dónde la inconformidad resolución? La literatura, 4 José Antonio Forzán y Rafael García Pavón desde la poética de Orwell, es un activismo político que señala la verdad de una historia que ha sido mentira. Éste es el análisis y el ensayo que nos presenta el Mtro. Hidalgo, ¿es posible y cómo es posible, siguiendo la experiencia de Orwell, que la literatura pretenda transformar radicalmente a la sociedad? La respuesta parece ser que por su capacidad de crear mundos fantásticos conscientes de la naturaleza humana. Fantasía, recuperación, escape y consuelo son los ejes del texto de Luis 1. Guerrero para hacer de su lectura de Tolkien una experiencia literaria de sentido. Para el Dr. Guerrero la fantasía no se reduce a mera imaginación, sino que su característica principal es la sub-creación. Gracias a este mundo fantástico podemos recuperar 10 real del nuestro, como .una relación estética, una relación del individuo consigo mismo y la realidad. Debido la fantasía no sólo nos redescubrimos, sino que escapamos de todo aquello que clausura nuestra capacidad de tener posibilidades de relación originaria con el mundo. La fantasía de Tolkien nos lleva a la consolación de la eucatástrofe. A su vez, Beatriz Ureña abre un espacio para la reflexión contextualizada del proceso creativo. Si bien la lectura de Tolkien y Orwell se eleva en sus mundos más allá de su tiempo concreto, es posible también leerlos como rep¡-esentantes de su propio momento histórico y social. De cierta manera esta lectura se justifica con la idea de que Tolkien y Orwell tienen en común el ser ingleses nacidos en las colonias. PODER, TÉCNICA Y COMUNICACIÓN A este apartado 10 forman dos artículos. El primero de ellos, de Xavier Vilchis, señala que Frodo es la imagen de la responsabilidad que se nos ha dado a todos; sin embargo, en nuestra condición posmoderna, hemos aniquilado la responsabilidad de cuidar la propia vida. El Dr. Vilchis recorre la obra de Tolkien, y de Orwell bajo una idea común: el Anillo y el Big Brother son productos de nuestra capacidad técnica, eternamente seductores, por 10 que aíslan al individuos de su razón personal de existir, de su vocación. El poder sin amor, y 5 De la Poetica a la Ética sin responsabilidad convierten a buenas creaturas en esquizoides, a idealistas en fascistas sin reparos, a sistemas al servicio del hombre en sistemas totalitarios. Para el comentador, el Big Brother es el ejemplo de la humillación total que convierte la dignidad humana en una superfluidad militante. Para Igor Ayala, autor del segundo artículo del apartado, Tolikien nos presenta la forma en que debe combatir se el poder corruptor del Anillo: a través del poder del no-poder, es decir, por medio de la renuncia heroica al poder mismo. El Mtro. Ayala nos presenta el fundamento de este combate, pues Sauron basa su poder en los instrumentos, mientras que la Comunidad 10 combate por medio de sus virtudes y sus valores. MITO Y SENTIDO DE LA HISTORIA Este apartado que plantea la importancia de la narración en la construcción de la continuidad humana, abre con la reflexión de Rafael Núñez. Para el comentador, Tolkien es un creador de mitologías, no como un mitómano, sino como recreador de la memoria y el sentido humano. El Mtro. Núñez hace un análisis de la verdad en el mito a través de la lectura de El Silmarillion, comparando sus raíces lingliísticas, metafóricas y analógicas con el cristianismo y las mitologías nórdicas. La labor de Tolkien no es sobre los hechos, sino sobre las verdades de siempre. Se revisa la heroicidad de los héroes tolkienanos de manera análoga con Gilgamesh y los héroes griegos. Finalmente nos muestra cómo los héroes de El Señor de los Anillos tienen un carácter católico intrínseco por su misión de solidaridad y de comunidad, pues el héroe es aquél que se vence a sí mismo por su fidelidad al bien y a la bondad, así como por su exaltación de la humildad. A su vez, Pablo Fernández Juárez señala que los mitos son el medio para el contacto con nuestra propia personalidad y con nuestra propia humanidad. Carl G. Jung nos da una base psicológica para comprender cómo las mitologías y los mundos creados por Tolkien y Orwell impactan con sus arquetipos y sus símbolos en el inconsciente colectivo de la cultura universal. El 6 José Antonio Forzán y Rafael García Pavón Psic. Fernández nos lleva por este viaje jungiano a una nueva lectura a través de la génesis y las funciones de los mitos de los autores analizados. En síntesis, los mitos deben ser los medios del pensar y no las máscaras que ocultan la verdad. El tercer artículo, de la autoría de Mariano Robles, muestra la contradicción entre el sueño y la realización del progreso que Orwell expresa en su obra La rebelión de la granja. La sección, según el propio Mtro. Robles, está escrita desde la conciencia de uno de los personajes de la granja: el burro Benjamín. Su versión es la del cínico observador del desencanto del progreso llevado a cabo por los proyectos de emancipación modernos en la granja. Para este burro, que representa la conciencia histórica del siglo XX como pasiva ante la barbarie, todo se ha invertido: las utopías se volvieron el pretexto para realizar el capricho de los arbitrarios pero sagaces. Somos de alguna manera como Benjamín: el ejemplo de que no basta la conciencia para transformar el mundo. Por su parte, para Pedro de los Ángeles Santacruz el-mito es la invención de la verdad, no sólo la comunica sino que su misma representación es la verdad misma. Por ello, los mitos pueden ser vueltos a representar en situaciones concretas y existenciales distintas para ampliar la experiencia de la verdad pues todo pensar es metáforico. Concretamente El Mtro. De los Ángeles nos presenta cómo el mito de Tristán e Isolda, arquetipo del matrimonio y la pareja medieval, es reconstruido en su forma más positiva y católica en la relación entre Aragorn y Arwen. LA CONDICIÓN DEL HÉROE Y LA RESPONSABILIDAD ÉTICA Abre este apartado la lectura de Juan Sanabria, quien afirma que la literatura es un arte narrativo que se ha convertido, sobre todo en el siglo XX, en la forma de crítica social de mayor penetración. El Mtro. Sanabria nos presenta cómo la narrativa fantástica de Tolkien y Orwell crean mitologías que tienen un valor cognoscitivo y de crítica social a la idea de una sociedad perfecta, es decir, a las utopías hechas realidad que se 7 De la Poetica a la Ética convierten en un deseo del poder. En la primera parte nos hace reflexionar sobre el valor de los mitos y sobre la imagen social de los héroes míticos, para después analizar estas situación en la obra de Tolkien y Orwell. Sin fantasía, sin héroes míticos, no hay reflexión sobre la vida concreta. Rafael Tonatiuh Ramírez, por su parte, le escribe una carta a Orwell, llevada a tal punto que si éste reviviera, seguro pediría volver a ser enterrado. El Mtro. Ramírez en su estilo epistolar nos muestra la forma en que cada una de las realidades profetizadas, imaginadas y advertidas por Orwell son ahora parte de nuestra historia o son las realidades dominantes de nuestra sociedad: desde la guerra fría hasta el programa de televisión Big Brother. La situación apocalíptica (¿integrada?) consiste en que vivimos más gozosamente que los protagonistas sociales de 1984, es decir, con menos conciencia de que esto ha sucedido. Con un estilo particular y polémico, continúa el artículo de Rodrigo Terrazas, mismo que nos hace reflexionar acerca de que si la representación del bien en Tolkien y Orwell no cae en "la melosidad de 10 simple y la heroicidad de 10 simulado". Para Rodrigo Terrazas el verdadero bien y el héroe se encuentran en la recuperación de la individualidad que se nos ha arrebatado. En Tolkien el bien aparece demasiado bien definido y el mal demasiado poco humano, demasiado incierto para ser malvado, llegando a veces a ser la fácil proyección de los buenos, su necesaria y propia contradicción para justificar su propia simpleza. Como si los protagonistas no tuvieran opción de elegir (sin esa personalidad no hay elección posible entre el bien y el mal), Sauron parece ser el culpable de la bondad de la Comarca. Cierra el capítulo la reflexión de Miguel Martínez Huerta, quien, de acuerdo con el estudio sobre el héroe del pensador Tomás Car1yle, analiza específicamente en qué consiste la heroicidad de Frodo. A éste, como héroe de siempre, 10 aqueja un solo mal: el de darse por vencido. La misión fundamental del hobbit es que el poder se transforme moralmente para que sea factible un mejor futuro, es decir, la heroicidad de Frodo está en ser el puente entre 10 que ha sido y el porvenir. Los héroes son 8 José Antonio Forzán y Rafael García Pavón qUIenes ponen en marcha la historia que exige la fidelidad al bien. LECTURAS DE TOLKIEN Este capítulo sirve de escenario para la reflexión de Fernando Díaz Cid, quien aportó su obra fictórica durante la realización del foro sobre Tolkien y Orwell. En el juego de lo prometido y su fracaso se abren las puertas a lo espectral, a lo fictórico, a los espacios de, ficción entre la escritura y la pintura, y por tanto a la interpretación ilimitada de las obras. El Mtro. Díaz realiza en este texto, con una fuerte carga semiótica, un juego de espectros entre el texto de Tolkien y las dos obras que realizó específicamente para este evento, en el cual destaca el espectro como ese desequilibrio de identidades en las cuales se fusiona el sujeto y el objeto pictórico (¿o fictórico?) en el que la verdad se presenta como lo que no se manifiesta, sino como aquello que evoca la necesidad de su constante interpretación e interpelación. SOBRE LA INTRODUCCIÓN Y EL POSTFACIO Para abrir y cerrar la colección de artículos, nos hemos dado a la tarea de presentar dos textos que buscan aclarar la temática general de Tolkien y 01well: de la poética a la ética, sin pretender abarcar los principales comentarios de los lectores que dan vida a esta antología. Este par de apostillas son un recorrido personal de las obras en cuestión. La introducción, a cargo de Rafael García Pavón, presenta a Tolkien y Orwell como los necesarios poetas de nuestro tiempo, no como meros creadores de ficciones, sino como creadores de representaciones del sentido y del horizonte de las posibilidades de nuestro desarrollo vital. Siguiendo algunas de las ideas de la hermenéutica de Hans-Georg Gadamer, el Mtro. Rafael García nos presenta cómo es posible que la representación de los mundos fantásticos de Tolkien y las contra-utopías de Orwell lleguen a ser actuales en cualquier 9 De la Poetica a la Ética momento. Todo ello en contra de la constante tecnificación e industrialización del arte, que se remite a reproducir cánones y no a crear experiencias vitales. Este texto muestra cómo la poética es una creación constante de la experiencia de nuestro llegar a ser en el tiempo, contra la clausura del espíritu que ha producido la creciente tecnificación. Por su parte, en el postfacio, José Antonio Forzán señala a la literatura fantástica como una recuperación de lo humano. Tolkien y Orwell luchan los dos con el poder de su fantasía contra las amenazas y los efectos del poder desmedido que se ha concretado en la historia pasada y que sigue amenazando a una sociedad democrática. El Mtro. Forzán nos expone en al primera parte de su texto cómo el poder construye su propia justificación a través del aislamiento entre los individuos y su eterna soledad en la comodidad y conformidad de sus comarcas. En la segunda parte, analiza la importancia del lenguaje como experiencia fundamental de sentido y de relación personal con el mundo, como arma contra el totalitarismo. En la última parte, señala cómo los medios de comunicación hoy día producen una falsa democracia desvaneciendo la intimidad, casa del lenguaje. Este libro no podía estar completo sin las presentaciones del Dr. Carlos Gómez Palacio y del Mtro. Carlos Lepe. El primero muestra la importancia de Tolkien y Orwell para las producciones y las lecturas, tanto cinematográficas como comunicativas, que han marcado la historia contemporánea. El segundo hace una sucinta reflexión entorno a la idea del mito en los autores que hoy nos reúnen y la importancia de la mitología en la formación humanística integral. Falta, eso sí, agradecer a quienes contribuyeron a la realización del foro Tolkien y Orwell: De la poética a la ética, pero cuyas palabras tomaron otra forma que la escrita. En primera instancia, a los alumnos que dieron vida al evento. Así como a Gonzalo Ceja, Warner Brothers, Entornos Virtuales Anáhuac y, muy especialmente, a la Sociedad Tolkiendili de México, A.C., por ser ponentes desde sus particularidades. Así como a 10 José Antonio Forzán y Rafael García Pavón nuestros panelistas, habría que saludar a quienes ayudaron en buena medida a la realización del seminario: Mariana Santoyo, Francisco Paniagua, Sr. Trejoy AngélicaBreña. Dejamos este espacio a otras lecturas posibles, disculpando el prejuicio que, sobre las magníficas obras de Tolkien y Orwell, se formen tras el repaso de esta diseminació~ de significados que apuesta por plantear a la ética lejana a un manual esquemático y poco vivo. P.S.: Queremos agradecer al Lic. Rafael García Garza, GEP de Méxicoy al Centro de Estudios en Filosofia Aplicada, el apoyo incondicional para la publicación de este libro. Todo este esfuerzo está dedicado a la incomparable y profética memoria del Dr. Francisco Javier Vilchis Peñaloza quien se nos adelantó en el camino a la Comarca. 11 TOLKIEN COMO EXPERIENCIA LITERARIA Luis Guerrero· El título de mi participación: Tolkien como experiencia literaria marca una doble intención: en primer lugar pretendo mostrar el valor que la lectura de una obra como El Señor de los Anillos puede tener, no sólo desde un punto de vista estético, sino también su valor social e individual. En segundo lugar, y como corolario del primer punto, quiero establecer ciertas diferencias entre el Tolkien llevado a la pantalla grande y el Tolkien leído. No porque quiera criticar o defender la producción de Peter Jackson, sino para hacer énfasis en Tolkien como experiencia literaria. Para esto me basaré en un ensayo escrito por Tolkien, titulado Sobre los cuentos de hadas) que redactó en los años 1938-1939, época en la que empezaba a gestarse El Señor de los Anillos. 2 En este ensayo, Tolkien se pregunta: "¿Cuáles son en nuestro tiempo, si es que existen, los valores y funciones de los cuentos de hadas?" (Tolkien, 2002: 95) En su respuesta señala que este género narrativo-literario ofrece cuatro propiedades, y aunque comunes con otros géneros literarios, en su conjunto son específicas para los cuentos de hadas: la fantasía, la recuperación, la evasión y el consuelo. Estas cuatro características, simplemente enumeradas, tienen poca significación e incluso hasta se les podría recibir con cierta desconfianza. Estas propiedades pueden aplicarse -aunque de distinto modo- a la obra misma, al autor y al lector. No pretendo, a continuación, hacer una síntesis de estas características, pues se encuentran bien desarrolladas, y no de manera muy extensa, por el propio Tolkien en la obra mencionada. Tomaré ocasión de • Facultad de Filosofía, Universidad Iberoamericana. 2 El escrito original -más breve- se redactó para una conferencia que Tolkien dio en la University of Sto Andrews en 1938. 55 Tolkien como experiencia literaria ellas para manifestar algunas ideas en mi calidad de lector de Tolkien, para hablar de sus escritos como experiencia literaria. FANTASÍA La primera característica se refiere a que un cuento de hadas nos introduce al mundo de la fantasía. Hay que distinguir primeramente entre imaginación y fantasía. Si bien la fantasía requiere de la imaginación, ésta no es sinónimo de aquélla. Uno puede imaginarse, en este momento, cómo dejó su habitación esta mañana, o traer a su imaginación algún acontecimiento de su infancia, o situarse con su imaginación, en un estadio de fútbol. La imaginación no implica salirse de los parámetros reales de nuestra vida. En cambio, la fantasía es introducirnos a un mundo que se sale de esos parámetros. Con la fantasía podemos imaginar que hemos metido el gol decisivo para nuestro país en la final de la copa del mundo, o podemos -al modo de Tolkien- introducirnos a un mundo de criaturas mágicas y de asombrosas aventuras. Este mundo creado por la fantasía es llamado por Tolkien mundo secundario o sub-mundo, para diferenciarlo de 10 que denominamos mundo real. El mundo secundario tiene sus propios personajes, leyes y acontecimientos. Me atrevo a afirmar que prácticamente todas las personas tenemos nuestros mundos fantásticos, que nos acompañan a 10 largo de nuestra vida, y en la que somos cosas diversas a nuestra realidad fáctica: estos mundos secundarios no por eso dejan de existir. Hay, sin embargo, una diferencia entre los mundos secundarios que cada uno nos forjamos y los cuentos fantásticos, como género literario, pues éstos, cuando están bien concebidos y escritos, tienen la cualidad de trasladarnos a su mundo, haciéndonos partícipes de su historia, de sus aventuras, avatares y desenlaces. Tolkien 10 expresa así en su ensayo: Áncho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas y lleno todo él de cosas diversas: hay allí 56 Luis Guerrero toda suerte de bestias y pájaros; mares sin riberas e incontables estrellas; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. (Tolkien, 2002: 13) Además, como nos recuerda Tolkien, algunos de esos cuentos nos ayudan a cambiar de actitud hacia nuestra propia vida y hacia el mundo real, a ver con otras categorías nuestra propia realidad. Para esto, tanto el autor de los cuentos de hadas como sus lectores u oyentes tienen que tener la capacidad de ser sub-creadores, el tener la fantasía necesaria para involucrarse en ese nuevo mundo. De ahí que los niños sean tan buenos receptores de los cuentos. Invertiré ahora la relación entre imaginación y fantasía, para mostrar una de las diferencias entre ser lectores o espectadores, o dicho de otro modo, entre leer un libro y ver la película. La película sobre El Señor de los Anillos es una buen ejemplo de cómo es posible introducir al receptor al mundo de la fantasía, al mundo creado por Tolkien, aunque -por otro lado- reduce mucho el ámbito de la imaginación. Ésta es muy relevante para que el lector pueda ser un sub-creador, pues es el lector quien tiene que poner las imágenes. Me detendré en este punto. La escritura deja a la imaginación del lector la reconstrucción de lo que está siendo narrado; por medio de esa reconstrucción, el lector crea un vasto mundo de imágenes propias, que corresponden al mundo que está leyendo. Las palabras sólo son unos acompañantes, unos cuantos bastones en la nieve que ayudan a que la imaginación tenga un hilo conductor. Al respecto Tolkien afirmó: "Si el relato dice: él se subió a una colina y vio el río en el valle de abajo. Cualquier oyente de estas palabras tendrá su propia imagen, y estará hecha de todas las colinas, y los ríos y los valles que él ha visto, pero especialmente de la Colina, el Río, el Valle, que fueron para él la primera personificación de la palabra" (Tolkien, 2002: 95). 57 Tolkien como experiencia literaria Para ejemplificar este punto leeré el comienzo de El hobbit, en el que se narra 10 que es un agujero hobbit: En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, yeso significa comodidad. Tenía una puerta redonda, perfecta como un ojo de buey, pintada de verde, con una manilla de bronce dorada y brillante, justo en medio. La puerta se abría a un vestíbulo cilíndrico, como un túnel: un túnel muy cómodo, sin humos, con paredes revestidas de madera y suelos enlosados y alfombrados, provistos de sillas barnizadas, y montones y montones de perchas para sombreros y abrigos; el hobbit era aficionado a las visitas. (Tolkien, 1977: 1) < El que lee este texto con un mínimo de imaginación, se imagina -valga la redundancia-, aunque sea de manera vaga, cómo es un agujero hobbit. Pasemos ahora al espectador de la película; puede afirmar que el productor tuvo una imaginación muy buena y bien lograda, que incluso supera las imágenes que él se había forjado; sin embargo, difícilmente las imágenes de la película serán iguales a las del lector; es más, cuando la narración es representada en imágenes filmadas, se deja muy poco a la imaginación. La Comarca se ha convertido en un lugar visualmente concreto, como 10 son los personajes y los acontecimientos. Pensemos ahora en el conjunto de la historia que constituye El Señor de los Anillos, con sus 62 capítulos y más de mil páginas, con un sinnúmero de protagonistas, lugares y acontecimientos distintos. Cuando alguien lee con agrado esos libros, su capacidad imaginativa se desarrolla de una forma sorprendente. Además, en el caso de esta extensa obra, hay un plus muy importante que es su duración. Yo recomiendo que la 58 Luis Guerrero lectura de El Señor de los Anillos se haga en un periodo largo, de varios meses. Por la extensión de los capítulos éstos pueden leerse al ritmo de un capítulo diario; de tal forma que ese viaje por el mundo de los hobbits, elfos, arcos y demás seres, pueda recrearse y ser vivido con una mejor consistencia temporal. Me atrevo también a recomendar que se lea en un buen lugar, incluido un cómodo sillón y, de preferencia, a una misma hora. A este respecto hay que aplaudir la idea de Peter Jackson de espaciar la presentación de las películas a 3 años, aunque aún así- no puede compararse con los tiempos de su lectura. La imaginación como fantasía es una llave que nos introduce a un vasto mundo, y aunque no es el mundo real, no debemos rebajar su valor. Michael Ende en su obra La Historia Interminable, nos muestra el grave peligro que corre el mundo de la fantasía, haciendo un paralelismo con nuestra sociedad contemporánea, cuando se ha perdido la fe en ella, cuando se prefieren los juegos de Nintendo o la televisión. RECUPERACIÓN La segunda característica de los cuentos de hadas es la recuperación. La recuperación de 10 real en nuestro mundo gracias al mundo de la fantasía. La estética no sólo se refiere a que algo sea bello, o que nos guste, sino que va más allá; tiene una relación con el mundo, con la historia, la sociedad y con el sentido de nuestra vida. Así se ha considero desde hace mucho. El arte se ha desempeñado como una forma elevada en la que los hombres pueden valorar el mundo, constituye una forma -cuasi mística/ estética- de relación del individuo consigo mismo y con la realidad. Como ya había mencionado, cuando Tolkien habla del mundo secundario 10 hace para distinguirlo de la realidad (no imaginativa) de nuestra cotidianidad. Tolkien asegura que los cuentos de hadas, las historias fantásticas pueden ayudarnos a recuperar nuestro mundo real, y de esa forma, también a recuperarnos a nosotros mismos. 59 Tolkien como experiencia literaria Para explicar esto debemos remontarnos a los filósofos de la antigliedad. Platón y Aristóteles afirmaron que el principio de la filosofía, de ese saber más profundo sobre la realidad, tenía su origen en la admiración. Una de las preguntas que están en el fondo de toda reflexión filosófica surge al admirarnos de que las cosas estén ahí, que existan. ¿Por qué el ser y no más bien la nada? ¿Cómo recuperan la realidad obras como las de Tolkien? Él mismo nos lo dice: "Debemos encontrarnos con el centauro y con el dragón para poder observar luego, también de improviso, ovejas, perros, caballos y lobos, con los ojos de los más primitivos pastores. Los cuentos de hadas nos ayudan a hacer esta recuperación" (Tolkien, 2002: 72). Es necesario alejarse de las cosas para poder reencontrarlas, valorarlas. Sobre esto hay muchos ejemplos. Es una experiencia generalizada de los secuestrados que son liberados y regresan a su mundo, redescubren hasta las cosas más simples: una sonrisa, un sillón, un semáforo, un plato de sopa; cuando todo parecía perdido, de pronto, las cosas vuelven a estar ahí, pero con un brillo especial, como si les dieran la bienvenida al mundo, un mundo que podía haberse perdido y se ha recuperado. Pondré otro ejemplo. Casi todos nosotros hemos experimentado, al ver determinadas fotografías, en una revista, en un libro, o por otro medio, que hay lugares: un café al aire libre ubicado en una pequeña plaza parisina, un sendero de montaña, las almenas de un antiguo castillo del Rhin, una pequeña playa alejada de la civilización; al observar esas fotografías nuestra imaginación y deseo se van hacia aquellos lugares y desearíamos estar ahí. Si este mismo interés despertado por la fotografía lo pudiéramos aplicar a nuestra mirada sobre muchos lugares cotidianos, en nuestra propia ciudad, que nos son cercanos, aprenderíamos a apreciarlos y a frecuentarlos con otra actitud, como si estuviéramos dentro de una fotografía digna de admiración. En nuestras sociedades tecnificadas, donde las cosas tienen una función de simple instrumento, debemos aprender a 60 Luis Guerrero mirar las cosas, a dejarnos sorprender por ellas, y no simplemente a nombrarlas o usarlas. Por ejemplo, El Señor de los Anillos narra algunas tormentas majestuosas, las nubes que se forman en el horizonte, la oscuridad del cielo, los rayos y relámpagos, la cortina de agua que se precipita, el olor a tierra húmeda.3 De esta forma, la lluvia no es sólo el mal tiempo que aumenta el caótico tráfico de la ciudad, nos ensucia el coche, oculta los baches en que caemos, o nos moja si nos descuidamos; la lluvia es más que eso. Esta recuperación nos proporciona un distinto tipo de saber. Si yo preguntara qué es el agua: la respuesta podría ser m\¡y académica H20; ustedes saben más propiedades científicas que el primer filósofo de Occidente, Tales de Mileto, el cual afirmaba que toda la realidad estaba compuesta por agua. Él ignoraba los descubrimientos químicos que están recogidos en la tabla periódica de los elementos, pero tenía algo que lo convertía en sabio: se sorprendía del Mar Egeo, de los ríos y tempestades, y de la importancia del agua para la transformación cíclica de la tierra y de todos los seres vivientes. Su saber no era un simple saber escolarizado, sino una actitud de admiración por la realidad. Permítanme poner un último ejemplo de esta recu peración por medio de una experiencia personal. Hace algunos años, después de una ascensión al Iztaccihuatl, al caer la tarde, bajaba por una vereda, estaba exhausto y con mucha sed. Recuerdo que de repente me tope con un envase de jugo, desde luego que ya estaba vacío, pero aquel envase, unido a mis experiencias vividas en la ascensión, a la sed y al cansancio que tenía, se quedaron gravados en mí. Durante muchos meses, cuando tenía ocasión de tomar un jugo, mi imaginación retornaba a aquella vereda, y lo que había vivido aquel día. Así los jugos dejaron de ser simples jugos.4 Podrían ser comparadas a las tormentas narradas por Tolstoi en Ana Karenina. Me víene a la mente la anécdota del níño, a quien le dijeron que el contenido de los programas de televisión que más veía no era un contenido real, y que tampoco el superhéroe que admiraba era real; hasta que, confundido, preguntó: ¿yo soy real? 3 -+ 61 Tolkien como experiencia literaria Una colega, que hizo un tesis de filosofia sobre Tolkien en 1992, afirmó que los cuentos de hadas funcionan como un telescopio inverso que nos hacen mirar desde lejos la realidad cotidiana y, de ese modo, redescubrirla. (Athie, 1992: 101) ESCAPE La tercera característica de los cuentos de hadas es el escape. La fantasía no cambia nuestro mundo pero sí crea otro y nos ayuda, en un sentido positivo, a escaparnos de muchas de los males, incoherencias o "irrealidades" de lo que llamamos mundo real. La fantasía nos permite retornar al niño que todos llevamos dentro, a nuestros deseos fantásticos. Todos los días necesitamos dormir varias horas, dejar que nuestra conciencia se escape por el mundo de los sueños, en los que se mezclan: realidades, fantasías, deseos, miedos, temores, alegrías, etc. Si los seres humanos no tuviéramos ese cotidiano y largo escape no podríamos sobrevivir. Como es sabido, Freud dio mucha importancia a la gestación e infancia, para entender parte del desarrollo psicológico de cada persona, tanto para distinguir aspectos singulares en los individuos como para ver características presentes en todos los hombres. Por ejemplo, el significado de la posición fetal que en muchos momentos de la vida acompaña a los hombres, como una forma de reclamar aquella paz que tuvimos en el seno materno. Todos necesitamos regresar -de una forma o de otra- a nuestra infancia, pertenecemos a ella. Hay aspectos de la infancia que siempre nos acompañan, como una sombra amiga. La fantasía, la necesidad de aventuras, los lugares mágicos, no son cosas que terminan cuando pasa la feliz inocencia de la niñez, cuando nos sumimos en el mundo de las obligaciones, ocupaciones y preocupaciones. Tal vez no soñemos con castillos y dragones, pero sí nos imaginamos, frecuentemente, en un mundo fantástico: en el cual se abren nuevas posibilidades, deseos, sueños; es un mundo que está alimentado por el diálogo permanente que tenemos con nosotros mIsmos. 62 Luis Guerrero Necesitamos "escapar" frecuentemente a un mundo distinto al nuestro. También, porque el nuestro puede convertirse, de repente, en un mundo ajeno y agresivo. Tolkien hace esta reflexión utilizando el ejemplo de un presidiario: "¿Por qué ha de ser despreciado el hombre que estando encarcelado, intenta fugarse y volver a casa? O bien, si no le es posible aquello, piensa y habla de otros temas que no sean los carceleros y los muros de la prisión. El mundo externo no es menos real por el hecho de que el prisionero no pueda verlo" (Tolkien, 2002: 75). El prisionero tiene el recurso de la imaginación, puede recordar diversas escenas de su vida pasada en su hogar, con los suyos, o puede trasladarse con su mente y tratar de imaginar qué estarán haciendo los suyos, o que lugares quisiera visitar cuando salga de prisión. Su vida real es su vida interior, hecha de recuerdos, deseos e imágenes. La cárcel es algo con 10 que tiene que convivir pero que no debe convertir en su vida. Nosotros no vivimos en una prisión, aunque en cierto sentido sí. Además, como afirmaba Tolkien, la tecnología y el mundo social está lleno de irrealidades. La tecnología permite que una ciudad no duerma, con sus luces, escaparates, tránsito nocturno, etc. La noche deja de ser noche: Por la tecnología las distancias se acortan, podemos vivir con un corazón artificial, o que una mujer nos diga por el auricular -bajo un módico precio- que nos desea. La moda tecnológica nos puede hacer sentirnos alguien, porque tenemos un hl.;tenaparato de sonido, un teléfono celular o una Palm de última generación, o nos hace sentir menos porque nuestro automóvil no es un modelo socialmente reconocido. ¿Pero todo aquello es real? El mundo cambiante es uno de los aspectos que siempre ha interesado a la filosofía. ¿Algo que cambia -que antes no era y en algún tiempo ya no será- qué realidad tiene? Traslademos la pregunta al campo de la tecnología: ¿Qué tan real es, por ejemplo, un programa de computación que ya es, o será en breve, obsoleto? ¿Qué tan reales son las videocaseteras que en pocos años ya no estarán a la venta en el mercado? Uno puede hacer un click en la computadora y el programa obsoleto queda 63 Tolkien como experiencia literaria borrado. En unos años las videocaseteras serán tiradas, por miles, al camión de la basura, pues se habrán descompuesto y no tendrá caso arreglarlas. ¿Qué tan reales son, ahora, los peluquines que usaban en la corte francesa hace algunos siglos? ¿No era eso una ficción? Tolkien nos recuerda que la realidad que permanece y que siempre tiene cosas importantes que decirnos son las nubes,· los bosques, el sol, las montañas, el mar; y en otro orden de cosas, los amigos, nuestro hogar, la lucha perenne entre el bien y el mal, en el que están en juego realidades que deben ser salvadas. Tolkien era consciente de cómo las fábricas de principios del siglo XX arrasaban grandes extensiones de bosques; aspecto que ha quedado bien representado en la película, cuando Saruman construía su ejercito destructor. CONSOLACIÓN La cuarta y última característica de los cuentos de hadas es la consolación. Tolkien utiliza una expresión interesante para referirse a este último punto: la Eucatástrofe, misma que señala un fin "no-catastrófico" en los cuentos de hadas, pero también en la lucha real entre el bien y el mal. El guión de la película recoge muy bien este carácter esperanzador, se trata de un diálogo entre Frodo y Sam: -Frodo: Ya no quiero seguir, Sam. -Sam: Lo sé. Es un horror. Por nosotros, ni siquiera estaríamos aquí. Pero aquí estamos. Es igual que en las grandes historias, mi señor Frodo. Las verdaderamente importantes. Estaban llenas de oscuridad y peligro. A veces uno no quería saber el fin. Porque ¿cómo podría ser un final feliz? ¿Cómo podría ser el mundo como antes cuando han pasado tantas cosas malas? Pero al final las sombras sólo son transitorias. Aun la oscuridad debe terminar. Vendrá un nuevo día. Cuando el sol brille, iluminará hasta la claridad. Esas eran las historias que 64 Luis Guerrero perduraban, que tenían significado. Aunque fuera demasiado pequeño para entender por qué. Pero, mi señor Frodo, creo que sí lo entiendo. Ahora lo sé. La gente en esas historias tuvo ocasión de dar la vuelta y nunca lo hizo. Siguió caminando porque tenía algo de lo cual aferrarse. -Frodo: Y nosotros ¿a qué nos aferramos? -Sam: A que el bien aún existe. Lo sé, mi señor Frodo. y tenemos que defenderlo. Esta Eucatástrofe es el rechazo a la creencia de una derrota universal y definitiva. El Señor de los Anillos, representa el severo peligro en el que se encuentra la Tierra Media, y lo desproporcionado que son sus medios para combatir al mal y a sus fuerzas aliadas, pero aún así, hay esperanza y lucha. Éste es el encanto, en cuanto drama, que produce la saga. Teniendo en cuenta las relaciones entre el mundo fantástico de los arcos, magos y hobbits, con nuestro mundo real, la recuperación del mundo no se hace sólo por medio de la fantasía, sino que nos indica que nosotros también somos parte de una trama universal, que la lucha entre el bien y el mal no es sólo en las novelas y cuentos de hadas, o en los relatos religiosos, es algo de lo que, lamentable~ente, somos testigos todos los días. En los últimos años hemos observado invasiones y guerras injustas, palpamos la desigualdad social entre los países, vivimos bajo la sensación de inseguridad que se vive en las grandes ciudades, somos conscientes del grave deterioro ecológico de nuestro planeta, y también -por qué no decirlode la superficialidad y el vacío que ahogan la existencia de nuestra sociedad de consumo. Como la trama de El Señor de los Anillos, en esta lucha real entre el bien y el mal hay distintos papeles, en ocasiones misiones grandes encomendadas a hobbits simples, o misiones secundarias que en el conjunto tienen una importancia decisiva. La Eucatástrofe es una creencia en un buen final, en la esperanza de que los diversos avatares tienen un sentido, en que las cosas verdaderamente valiosas no se perderán en la 65 Tolkien como experiencia literaria medida en que cada uno ponga su parte por salvar nuestro mundo. REFERENCIAS - ATHIE LAMBERRI,Rosario (1992), El concepto de sub-creador en J.R.R. Tolkien. México: Universidad Panamericana. TOLKIEN,J.R.R. (2002). Árbol y hoja. Barcelona: Minotauro. (1977). El Hobbit. Barcelona: Minotauro. m m_