“Helicópteros Marinos S.A. c/Tierra del Fuego, Provincia de s/acción

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“Helicópteros Marinos S.A. c/Tierra del Fuego, Provincia de s/acción declarativa” (JO)
S.C. H.340, L.XXXIX.-
Suprema
Corte :
-IA fs. 90/128, Helicópteros Marinos S.A. promovió demanda declarativa de
certeza contra la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (en
adelante, “la Provincia” o “Tierra del Fuego”), en los términos del art. 322 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación (CPCCN).
Solicitó que V.E.:
•
disipe el estado de incertidumbre existente respecto del alcance de la jurisdicción
tributaria provincial sobre actividades desarrolladas en el mar territorial -fuera de la
franja de tres millas marinas contadas desde las líneas de base establecidas por la ley
23.968- desde enero de 1993 hasta marzo de 1998;
•
declare la inconstitucionalidad de los arts. 2 y 81 de la Constitución Provincial,
mediante los cuales se pretendería extender su territorio más allá de los límites que le
fueran fijados por las normas federales en la materia.
Explicó que presta servicios de transporte entre la costa de la Isla Grande de
Tierra del Fuego y el yacimiento de hidrocarburos ubicado sobre el lote “Hidra” (plataformas
Hidra Centro e Hidra Norte), localizado a unos 12,8 kms. de aquella costa, en las cercanías de
la estancia Río Cullen. Medido en millas marinas o náuticas (equivalente a 1852 mts.),
“Hidra” -como punto de extracción de los hidrocarburos contenidos en la cuenca- está ubicada
a 7 millas marinas de la costa.
Adujo que el 3 de mayo de 1999, la Dirección General de Rentas (DGR) de la
demandada dictó la resolución Nº 4/99, por la cual determinó de oficio una supuesta diferencia
en el impuesto sobre los ingresos brutos por los anticipos enero de 1993 hasta marzo de 1998.
Ella -en cuanto es materia de la presente causa- se fundó en la presunta jurisdicción provincial
sobre los espacios marítimos ubicados más allá de las tres millas marinas, en los cuales
Helicópteros Marinos desarrolla parte de su actividad, de modo que atribuye a la Provincia los
ingresos obtenidos por la actividad desarrollada en esa porción de mar territorial.
Manifestó haber recurrido dicho acto administrativo pero que el organismo
recaudador provincial rechazó sus defensas, al insistir en la existencia de potestad tributaria
provincial sobre las actividades desarrolladas fuera de las 3 millas marinas.
Contra tal denegatoria, interpuso recurso de apelación ante el Ministerio de
Economía, Obras y Servicios Públicos de la Provincia, finalmente desestimado el 15 de
febrero de 2002.
Recordó que el art. 1º de la ley 23.775 declaró Provincia al entonces Territorio
de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y fijó sus límites. Sin embargo, el
Poder Ejecutivo Nacional observó la parte del artículo que establecía los límites y promulgó la
ley sin ese texto (cfr. art. 1º, decreto 905/90).
Concluyó, entonces, que los límites de la Provincia creada debían
necesariamente coincidir con los del entonces Territorio de Tierra del Fuego, Antártida e Islas
del Atlántico Sur, fijados por decreto-ley 2191/57, el cual carecía de referencia alguna al mar
territorial o a la plataforma continental.
Sin embargo, reconoció que, al adquirir el ex-Territorio el status de Provincia,
resulta aplicable la ley 18.502, que otorga a estas unidades políticas jurisdicción sobre las
zonas marítimas hasta una distancia de tres millas marinas medidas desde la línea de más bajas
mareas o, a partir del dictado de la ley 23.968, de las líneas de base allí definidas.
Añadió que no existen normas de rango constitucional que atribuyan a las
provincias dominio o jurisdicción alguna sobre el mar territorial o plataforma submarina, pues
las normas legales a través de las cuales la Nación ejerció el mandato constitucional referido a
la fijación de los límites, les otorgaron una jurisdicción restringida, tales como el texto original
del art. 2340 del Código Civil o la ley 18.502.
Fuera de este último precepto, descartó que se hubieran producido
modificaciones relacionadas con el alcance de la jurisdicción provincial sobre los espacios
marítimos. En especial, analizó las leyes 23.968, 24.145, 24.543 y 24.922, para negarles
efectos innovativos respecto de la distribución de potestades efectuada por su similar 18.502.
Indicó que la Provincia carece de dominio originario sobre el mar territorial o la
plataforma submarina y que su carácter archipielágico no altera el reparto jurisdiccional de la
ley 18.502.
En subsidio, y para la hipótesis de considerar válida la postura provincial, opuso
la prescripción de todos los anticipos del año 1993 y desde enero hasta abril de 1994.
Ofreció prueba y solicitó el dictado de una medida cautelar de no innovar, a fin
de que la demandada se abstenga de perseguir el cobro del impuesto así como de imponer
sanciones durante la sustanciación del juicio.
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- II De conformidad con el dictamen de este Ministerio Público de fs. 129/130, V.E.
declaró que la causa corresponde a su competencia originaria e hizo lugar a la medida cautelar
pedida (fs. 134/135).
- III A fs. 153/180, la Provincia contestó la demanda y solicitó su rechazo.
Liminarmente, opuso la inadmisibilidad de la acción intentada, pues adujo que bajo la apariencia de una acción declarativa- se encubre una pretensión de condena, cual es
dejar sin efecto la resolución DGR 4/99, lo que desnaturaliza la esencia y el fin del remedio
previsto en el art. 322 del CPCCN.
Añadió que la actora se sometió libre y voluntariamente al sistema recursivo
provincial, por lo que debió emplear el medio idóneo allí previsto: la acción contencioso
administrativa ante el Superior Tribunal local (art. 157 de la Constitución Provincial), dentro
del plazo de noventa días de notificada la decisión del Ministerio de Economía, Obras y
Servicios Públicos.
Denunció la inacción de la interesada, quien dejó transcurrir ese lapso sin
presentar su demanda, lo cual provocó la caducidad de la vía contencioso administrativa y la
firmeza de la resolución DGR 4/99, que deviene así insusceptible de revisión judicial.
En cuanto al fondo de la cuestión, esgrimió -en primer término- que para
resolverla no es necesario el análisis de la extensión del mar territorial sobre el cual la
Provincia ejerce jurisdicción, sino determinar la existencia de un “punto de conexión” que
habilitaría el ejercicio de la potestad tributaria sobre todos los ingresos brutos de la actora.
En tal sentido, explicó que dicha parte -en lo que aquí es relevante- se ocupa de
trasladar al personal de otra empresa mediante helicópteros, desde Río Cullen (Provincia de
Tierra del Fuego) hasta la plataforma marina de explotación hidrocarburífera “Hidra” y su
posterior regreso a la base terrestre. Calificó a esta operatoria de “vuelos redondos”, pues
comparten origen y destino en la Provincia, lugar donde se desarrollan las tareas principales de
la compañía. Aclaró que la plataforma “Hidra” no está tripulada y solo se la visita dos o tres
veces por semana para tareas de mantenimiento y controles de producción.
En tales condiciones, afirmó que el hecho imponible se configuró por una
actividad indisociable, cuya parte principal fue prestada en tierra, pero que abarca todos los
ingresos así devengados, pues jamás se habrían producido de no existir esa necesaria e
imprescindible apoyatura del estado ribereño.
En segundo término, y para la hipótesis de no compartirse su postura acerca de
la existencia de un “punto de conexión” y sus alcances, manifestó que los fundamentos de
Fallos: 326:3368 son errados, pues sus límites se extienden -en el mar adyacente a sus costashasta las 12 millas marinas y, por ende, la actividad allí desarrollada por la actora lo ha sido
dentro de la Provincia.
En ese orden, indicó que, al ser reestablecido el Territorio Nacional de Tierra
del Fuego en 1957, tenía derecho de dominio sobre las tres millas del mar adyacente a sus
costas, por lo cual luego podía invocar derechos propios y originarios sobre él.
Insistió también en punto a que la ley 18.502 fue implícitamente derogada el 5
de octubre de 1984, cuando la República Argentina suscribió la “Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar”, tesitura convalidada por el posterior dictado de la ley
23.968. En idéntico sentido, enfatizó que ese efecto derogatorio se reiteró con la sanción de
ley 24.543 (ratificación de aquella Convención) y sus similares 24.145 y 24.922, preceptos
que confirman la extensión de sus límites hasta las 12 millas marinas adyacentes a sus costas.
- IV A los fines de una correcta solución del caso, estimo necesario precisar el
contenido de la demanda, toda vez que sus términos pueden inducir a confusión acerca de lo
que es -y debe ser- la materia a decidir (Fallos: 322:2947).
El objeto del reclamo consiste, acordando una recta interpretación al escrito
inicial y a su contestación, en disipar el estado de incertidumbre existente respecto del alcance
de la jurisdicción tributaria de la Provincia de Tierra del Fuego sobre el mar territorial
adyacente a sus costas, fuera de la franja de tres millas marinas contadas desde las líneas de
base establecidas por la ley 23.968, desde enero de 1993 hasta marzo de 1998.
Desde esta perspectiva, pienso que la pretensión de la actora no desnaturaliza la
esencia ni el fin del remedio previsto en el art. 322 del CPCCN, pues busca precaver los
efectos de un acto en ciernes (resolución DGR 4/99 y su confirmatoria del Ministerio de
Economía, Obras y Servicios Públicos de la Provincia del 15 de febrero de 2002), al que se
atribuye ilegitimidad y lesión al régimen federal, lo cual constituye “causa” en los términos de
la Ley Fundamental (Fallos: 308:2569; 310:606 y 977; 311:421, entre otros).
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Sobre la base de estas premisas, considero que se encuentran cumplidos los
requisitos establecidos por el Código ritual, pues ha mediado una actividad explícita de la
demandada, que sumió al contribuyente en un “estado de incertidumbre sobre la existencia,
alcance y modalidad de una relación jurídica”, entendiéndose por tal a aquella que es
“concreta” al momento de dictarse el fallo (Fallos: 310:606; 311:421).
Como claramente advirtió V.E. en Fallos: 310:606 (cons. 5º), la admisión de
que concurren en la especie los presupuestos de la acción meramente declarativa, en especial
el estado de incertidumbre respecto de los alcances de la relación jurídica concreta y el interés
suficiente en el accionante, constituye el primer obstáculo a la viabilidad de la defensa
intentada por la demandada.
En efecto, dentro de ese marco, la exigencia de iniciar la acción contencioso
administrativa ante el Superior Tribunal local (art. 157 de la Constitución Provincial) y el pago
previo de lo que constituye el objeto de la discusión -en la forma requerida por el art. 68,
segundo párrafo, del Código Fiscal (texto según ley 485) como condición para el acceso a la
instancia judicial- implicaría desconocer la necesidad de tutela judicial inmediata que, en casos
como el presente, tiende a dilucidar el estado de falta de certeza entre el contribuyente que
cuestiona la actitud del Estado y este último.
Por otra parte, no puede obviarse que la presente demanda corresponde a la
competencia originaria del Tribunal, como ya se resolvió a fs. 134/135, que -por provenir de la
Constitución- no puede quedar subordinada al cumplimiento de los requisitos ni a los plazos
de caducidad establecidos por leyes locales (Fallos: 323:1206, cons. 2º, entre otros).
Por lo expuesto, considero que se encuentran satisfechos la totalidad de los
recaudos fijados por el art. 322 del CPCCN para la procedencia de la acción intentada.
-VEn cuanto al fondo del asunto, por la índole del planteo y sus efectos propios,
pienso que corresponde analizar, en primer lugar, el alcance y relevancia que la demandada
asigna a la existencia de un “punto de conexión” en su jurisdicción.
Esgrime la Provincia que los vuelos tienen origen y destino en Río Cullen,
donde asimismo se desarrollan las tareas principales de la compañía, lo cual demostraría una
necesaria e imprescindible apoyatura en el estado ribereño, que habilitaría el ejercicio de su
potestad tributaria sobre toda la actividad de la actora, tanto la que ejerce dentro de su
jurisdicción como aquella que la excede.
Según inveterada doctrina de V.E., no es objetable “la facultad de las
provincias para darse leyes y ordenanzas de impuestos y, en general, todas las que juzguen
conducentes a su bienestar y prosperidad, sin más limitaciones que las enumeradas en el
artículo 108 -hoy art. 126- de la Constitución; siendo la creación de impuestos, elección de
objetos imponibles y formalidades de percepción, del resorte propio de las provincias, porque
entre los derechos que hacen a la autonomía de ellas es primordial el de imponer
contribuciones y percibirlas sin intervención de autoridad extraña (Fallos: 7:373; 105:273;
114:282; 137:212; 150:419)” (Fallos: 235:571, entre muchos otros).
Empero, estas facultades de imponer contribuciones y percibirlas sin
intervención de autoridad extraña han de ser ejercidas por las provincias sobre aquellas
actividades creadoras de riqueza que se producen dentro del ámbito físico de sus respectivos
Estados (Fallos: 307:360, cons. 15) pues, cuando las ellas gravan operaciones realizadas fuera
de sus territorios, exceden el ámbito de sus potestades e invaden otras jurisdicciones (Fallos:
149:260; 151:92; 163:285; 166:109; 174:435; 182:170, entre muchos otros). Criterio que,
implícita pero indudablemente, también surge de Fallos: 319:2211 (cons. 5º, segundo párrafo,
in fine).
Con mayor precisión aún, remarcó el Tribunal que las provincias pueden elegir
el método adecuado para la determinación del impuesto sobre las actividades lucrativas
(antecedente del impuesto sobre los ingresos brutos aquí discutido), pudiendo hacerlo por
medio del precio de venta de los productos o cualquier otro “…que le permita establecer el
quantum de la actividad desarrollada dentro de su territorio. Va de suyo, que la gabela así
percibida será válida y legítima en tanto no grave específicamente actividades
extraterritoriales” (Fallos: 286:301, cons. 12. Subrayado agregado).
Bajo estas claras premisas, concluyo que la postura de la demandada es
inaceptable, pues -bajo el argumento de la existencia de un “punto de conexión” en su
territorio- intenta gravar una porción de actividad realizada a extramuros de sus límites físicos,
excediendo indebidamente el ámbito de sus potestades e invadiendo otra jurisdicción. Por ello,
considero que su pretensión, en este aspecto, debe ser rechazada.
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- VI Sentado lo anterior, estimo que corresponde determinar el alcance de las
potestades tributarias de la Provincia de Tierra del Fuego en el mar adyacente a sus costas
desde enero de 1993 hasta marzo de 1998.
Adelanto, en mi opinión, que los argumentos de la Provincia son
sustancialmente idénticos a los ya analizados en Fallos: 326:3368 y, por ende, carecen de
relevancia para modificar lo allí resuelto.
En primer lugar, tanto este Ministerio Público como el Tribunal han sido claros
al indicar que sólo la República Argentina asumió la calidad de “Estado Parte” ante la
comunidad jurídica internacional al aprobar -mediante la ley 24.543- la “Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar”. Por ello, debe desestimarse nuevamente la
postura de la demandada, quien pretende atribuirse derechos nacidos de esa Convención (cfr.
fs. 167), en la que no revistió carácter de parte y que no contiene mención alguna respecto de
las unidades políticas integrantes de un “Estado Parte” (Fallos: 326:3368, cons. 7º).
De igual manera, disiento con la Provincia cuando reitera que la ley 23.968, por
haberse inspirado en la “Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar”,
derogó implícitamente -por incompatibilidad- a su similar 18.502 y extendió el mar territorial
de las provincias ribereñas hasta las 12 millas. Tal inteligencia no surge del texto de la ley ni
de los debates legislativos que la antecedieron. Para fundar mi postura, en honor a la brevedad,
me remito a lo expuesto en el dictamen de Fallos: 326:3368 (pto. VIII).
Puntualizó la demandada que si el Congreso Nacional -en uso de sus
atribuciones para arreglar definitivamente los límites de la Nación y siguiendo las nuevas
corrientes del derecho internacional- extendió por ley 23.968 el límite del mar territorial de la
República Argentina hasta las 12 millas, esa nueva porción acrece por accesión el originario
dominio público provincial.
En ese razonamiento olvida que los límites físicos del Territorio Nacional de
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur fueron precisados por el decreto 2191/57,
donde se acotó su superficie a los espacios terrestres allí detallados. Ello impide, como señaló
el Tribunal, que su sucesora pueda alegar -como aquí nuevamente lo hace- derechos propios y
originarios sobre el mar adyacente (Fallos: 326:3368, cons. 5º).
Además, negó la Corte que el Territorio Nacional pudiera contar con una
jurisdicción marítima que no tenían unidades institucionales de índole superior. En tal sentido,
observo que los fundamentos de la accionada no son aptos para sostener su postura contraria.
En efecto, ella señala que el art. 2340, inc. 1º, del Código Civil (en su versión
original) designaba como bien público de los estados particulares los mares adyacentes hasta
la distancia de una legua marina, equivalente a tres millas naúticas (cfr. fs. 164). Añade que la
única provincia con litoral marítimo en aquel momento que podía reclamar mayores derechos
-Buenos Aires- había fijado su mar territorial en tres millas marinas (cfr. fs. 165, pto. 4).
En consecuencia, y siguiendo el propio razonamiento de la demandada, puede
observarse que la regla del equal footing no es afectada por su cotejo con la Provincia de
Buenos Aires, puesto que la posterior conversión del Territorio Nacional en provincia
autónoma se verifica en el mismo plano de igualdad que la aquella en lo atinente al alcance de
la jurisdicción sobre el mar adyacente, en ambos casos, limitado a las tres millas marinas.
En cuanto al pretendido efecto derogatorio de las leyes 24.543 y 24.145
respecto de su similar 18.502, los fundamentos de la demandada son sustancialmente idénticos
a los ya analizados por este Ministerio Público en Fallos: 326:3368 (ptos. XI y X), a los cuales
me remito.
- VII Para culminar, la Provincia funda su pretensión en la ley 24.922, a la que
atribuye el carácter de nueva e inequívoca ratificación de la pérdida de vigencia de la ley
18.502 (cfr. fs. 176 vta., pto. V.c).
Este Ministerio Público ya se expidió en sentido contrario a ello en Fallos:
326:3368 (pto. XIV), postura compartida por el Tribunal, quien destacó: “Por último, y en lo
que se refiere a la ley 24.922, que declaró del dominio y jurisdicción de las provincias con
litoral marítimo los recursos vivos que pueblan las aguas interiores y el mar territorial
argentino adyacente a sus costas hasta las 12 millas marinas, tiene por su propia
especificidad un alcance acotado a la actividad pesquera, por lo que no cabe extraer una
conclusión que extienda sus efectos a otros ámbitos dentro de esos límites sobre los cuales la
Nación Argentina conserva plena jurisdicción” (2º párrafo , cons. 10º, Fallos: 326:3368).
A todo evento, la Provincia argumenta que el art. 72 de la ley 24.922 derogó a
su similar 18.502 a partir de enero de 1998, razón por la cual sus disposiciones no pueden
aplicarse a los períodos fiscales enero a marzo de 1998 aquí debatidos.
En mi parecer, yerra la accionada en punto al alcance de la derogación
dispuesta. El art. 72 de la ley 24.922 establece: “Deróganse el artículo 4° de la Ley 17.094, el
“Helicópteros Marinos S.A. c/Tierra del Fuego, Provincia de s/acción declarativa” (JO)
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inciso 1) del artículo 6° y el artículo 8° de la Ley 21.673, el artículo 2° de la Ley 22.260, y las
Leyes 17.500, 18.502, 19.001, 20.136, 20.489, 21.514, 22.018, 22.107, y toda otra norma
legal, en todo aquello que se oponga a lo establecido en la presente ley” (subrayado,
agregado).
En este punto, es prudente recordar que “...la primera fuente de interpretación
de la ley es su letra y las palabras deben entenderse empleadas en su verdadero sentido, en el
que tienen en la vida diaria, y cuando la ley emplea varios términos sucesivos, es la regla más
segura de interpretación la de que esos términos no son superfluos, sino que han sido
empleados con algún propósito, sea de ampliar, de limitar o de corregir los conceptos”
(Fallos: 200:176; 307:928, entre otros).
La indicación “derógase” seguida de los términos “en todo aquello que se
oponga a lo establecido en la presente ley” no puede ser entendida como una redacción
descuidada o desafortunada del legislador, sino que la sucesión entre ambos indica que los
preceptos legales allí enumerados fueron privados de sus efectos sólo en aquellos aspectos
contrarios al nuevo régimen sancionado.
Para disipar toda duda, es necesario destacar que el texto original de este
artículo disponía: “Deróganse el artículo 4° de la Ley 17.094, los artículos 6° al 8° de la Ley
21.673 y las Leyes 17.500, 18.502, 19.001, 20.136, 20.489, 21.514, 22.018 y 22.107 en todo
aquello que se oponga a lo establecido en la presente ley” (Diario de Sesiones de la
Honorable Cámara de Diputados de la Nación, 05/11/97, p. 3862).
Posteriormente, y a propuesta del diputado Castillo, se agregó -entre otras- la
expresión “y toda otra norma legal”, añadido que en nada altera lo aquí expuesto sobre el
alcance de la derogación dispuesta (Diario de Sesiones de la Honorable Cámara de Diputados
de la Nación, 19/11/97, p. 4405).
La postura de la accionada, en consecuencia, no aparenta ser una razonable
derivación de los términos utilizados, puesto que, de aspirar el legislador a una derogación
total de los preceptos enumerados en el art. 72 de la ley 24.922, la salvedad final allí contenida
hubiera resultado superflua.
- VIII La actora solicitó también que V.E. declare la inconstitucionalidad de los arts.
2º y 81 de la Constitución Provincial.
La demandada se opuso. Argumentó que no defiende la jurisdicción de la
Provincia sobre el mar territorial en idéntica extensión a la nacional, ni tampoco que sus
límites están determinados por la Constitución local, en desprecio de aquellos fijados por el
Congreso Nacional. Aceptó que -conforme al art. 75, inc. 15, de la Constitución Nacional- el
único que traza los límites nacionales y provinciales es el Congreso.
Puntualizó que sustenta la potestad tributaria provincial sobre el mar adyacente
a sus costas hasta una distancia de 12 millas en lo prescripto por la Constitución Nacional, el
Código Civil y las leyes 23.968, 24.145, 24.543 y 24.922.
Por ello, manifestó que los arts. 2º y 81 de su Constitución no integran la
materia en litigio y, en consecuencia, es inoficioso cualquier pronunciamiento sobre ellos.
En tales condiciones, cabe preguntarse si procede examinar la alegación de
inconstitucionalidad de los arts. 2º y 81 de la Constitución Provincial. La actora entendería
que, sobre ellos, la Provincia intenta gravarla y, en este sentido, debo concluir que es correcto
lo afirmado por ésta sobre la inexistencia de agravio, pues no se vislumbra, desde mi punto de
vista, circunstancia alguna en cuya virtud, según lo dispuesto por el art. 322 del Código de
rito, se genere en torno a estos preceptos “un estado de incertidumbre sobre la existencia,
alcance o modalidades de una relación jurídica”, la cual, a su vez, “pudiera producir un
perjuicio o lesión actual al actor”.
Desde esta perspectiva, pienso que el agravio traído por la actora resulta
conjetural o hipotético, ya que no probó comportamiento alguno de la demandada,
configurativo del requisito del “acto en ciernes” y sustentado en los arts. 2º y 81 de la
Constitución Provincial, que pueda válidamente originar una relación jurídica concreta que
inmediatice su gravamen (arg. L. 373. L.XXXIX, “La Cabaña S.A. c/Buenos Aires, Provincia
de s/acción declarativa de inconstitucionalidad”, del 2 de diciembre de 2003).
Por lo tanto, la pretensión deducida, de una declaración general y directa de
inconstitucionalidad de dos preceptos de la Constitución local, no constituye “causa” o “caso
contencioso” que permita, desde mi óptica, la intervención del Poder Judicial de la Nación
(confr. C.626, L.XXI, “Contreras Hermanos y otros c/Río Negro, Provincia de s/acción
declarativa de inconstitucionalidad”, del 19 de agosto de 1999 y Fallos: 319:2642).
Opino, por tanto, que corresponde rechazar el planteo genérico de
inconstitucionalidad de los arts. 2º y 81 de la Constitución de la Provincia de Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur.
“Helicópteros Marinos S.A. c/Tierra del Fuego, Provincia de s/acción declarativa” (JO)
S.C. H.340, L.XXXIX.-
Por último, en atención a la forma como se dictamina, los restantes agravios
vinculados con la prescripción de la deuda reclamada en concepto de anticipos por los
períodos fiscales 1993 y enero hasta abril de 1994 devienen -en mi parecer- abstractos.
- IX Por lo expuesto, pienso que corresponde hacer lugar parcialmente a la demanda,
declarar la improcedencia de la pretensión fiscal sobre la actividad desarrollada por la actora
en el mar territorial, fuera de la franja de tres millas marinas contadas desde las líneas de base
establecidas por la ley 23.968, desde enero de 1993 hasta marzo de 1998 y rechazar la
impugnación de los arts. 2º y 81 de la Constitución de la Provincia de Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Buenos Aires, 27 de abril de 2006.RICARDO O. BAUSSET.-
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