3_PEC_2013 Axel Cotón Gutiérrez

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Historia Antigua II (El Mundo Clásico) – Tercera Prueba de Evaluación continua
HISTORIA ANTIGUA II (EL MUNDO CLÁSICO)
TERCERA PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA
PERIODO DE REALIZACIÓN: 20/04/2013
FECHA LÍMITE DE ENTREGA: 13/05/2013
INDICACIONES: utilice, siempre que sea posible, este archivo de Microsoft Word para realizar el
ejercicio y colgarlo en la página virtual de la asignatura. Aténganse lo más pasible a los epígrafes de
las preguntas. Pueden añadir las páginas que crea necesarias.
NOTA IMPORTARTE: Es imprescindible entregar las pruebas en un formato digital estándar y
compatible, que se puede abrir con cualquier ordenador. Por ello recomendamos que utilicen
siempre Microsoft Word (versión 2003 o anterior) o cualquier otro que sea compatible con este.
COMENTARIO DE TEXTO
EL AÑO DE LOS CUATRO EMPERADORES.
Después de Nerón y de Galba, mientras Otón y Vitelio se disputaban el Imperio,
concibió Vespasiano la esperanza de alcanzarlo él mismo, esperanza que alimentaba
desde antiguo y que fundaba en los siguientes prodigios: en una finca de campo
perteneciente a los Flavios, situada cerca de Roma, existía una encina vieja consagrada
a Marte; cada vez que Vespasia dio a luz allí, la encina produjo un retoño, indicio cierto
de los destinos del niño que había nacido; el primero fue débil y se secó rápidamente;
así la niña nacida no pasó del año; el segundo, robusto y grande, prometía gran
prosperidad; el tercero fue tan fuerte como un árbol. Sabino, padre de Vespasiano, fue, a
lo que dicen, bajo la fe de un arúspice, a anunciar a su madre que le había nacido un
nieto que llegaría a emperador; de lo que rió la mujer, asombrada —contestó— de que
su hijo chochease ya cuando ella conservaba su razón. Más adelante, cuando
Vespasiano fue edil, furioso C. César porque no había mandado barrer las calles, hizo
arrojarle fango, lo que ejecutaron los soldados, una parte del fango le cayó por dentro de
la toga hasta el pecho, y testigos del caso, interpretaron el hecho diciendo que algún día,
hollada la República, desgarrada por la guerra civil, se refugiaría bajo su protección y
como en su seno. En otra ocasión, mientras estaba comiendo, un perro vagabundo entró
hasta allí, trayendo de la calle una mano humana, que dejó bajo la mesa. Cierta noche,
mientras cenaba, habiendo roto el yugo un buey de labor, se precipitó en el comedor,
ahuyento a todos los esclavos, y dejándose caer de repente como vencido por el
cansancio, a los pies de Vespasiano, bajó la cabeza ante él. En el campo de su abuelo,
un ciprés que fuese arrancado de raíz y echado al suelo, sin que ocurriese esto por
violencia de tempestad, a la mañana siguiente apareció plantado en el mismo sitio y más
verde y robusto. En Acaya soñó Vespasiano que empezaría para él y los suyos una era
de prosperidad el día en que extrajesen una muela a Nerón; a la mañana siguiente,
cuando entró en la cámara de este príncipe, el médico le mostró una muela que acababa
de extraerle. Mientras cerca de la Judea, consultaba el oráculo del dios del Carmelo
(174), las suertes le contestaron que, por más grande que fuera la empresa que meditase,
podía estar seguro del éxito. Josefo, uno de los prisioneros judíos más distinguidos, no
cesó de afirmar mientras le cargaban de cadenas que no tardaría en devolverle la
libertad el mismo Vespasiano. Vespasiano emperador. También de Roma le anunciaban
presagios favorables; le decían, por ejemplo, que Nerón, en sus últimos días, había sido
advertido en sueños para que sacase del santuario la estatua de Júpiter Optimo Máximo,
que la trasladase a casa de Vespasiano y desde allí al Circo; que poco tiempo después,
cuando Galba reunía los comicios para su segundo consulado la estatua de Julio César
había dado la vuelta por sí misma hacia oriente; y, por último, que antes de la batalla de
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Betriácum, dos águilas habían peleado en presencia de los dos ejércitos y que después
de haber vencido una de ellas, otra llegada de la parte de Oriente ahuyentó a la
vencedora.
No obstante y a pesar del ardor y de las instancias de sus partidarios, se necesitó para
decidirle que el azar hiciera que se declarasen por él tropas lejanas y que ni siquiera le
conocían. Dos mil hombres extraídos de las legiones del ejército de Misia y enviados en
socorro de Otón, se enteraron por el camino de la derrota y muerte de este príncipe; sin
embargo, no dejaron de avanzar hasta Aquileya, como si no hubiesen creído la noticia.
Allí se entregaron por holganza a toda clase de excesos y rapiñas, y temiendo que al
regreso se los obligase a dar cuenta de su conducta y se los castigase, adoptaron el
partido de elegir un nuevo emperador; pues ¿eran ellos menos que las legiones de
España que habían elegido a Galba? ¿Que los pretorianos que hablan proclamado a
Otón? ¿Que el ejército de Germania que habla coronado a Vitelio? Pasaron, por lo tanto,
revista a los nombres de todos los legados consulares, a cualquier ejército que
perteneciesen entonces, y ya los habían rechazado por una u otra razón, cuando
soldados de la tercera legión, que había pasado de la Siria a la Misia por el tiempo de la
muerte de Nerón, nombraron a Vespasiano, haciendo de él grandes elogios.
(Suetonio, Los Doce Césares, Vespasiano V-VI)
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A.- LEA DETENIDAMENTE EL TEXTO, INDIQUE LAS PALABRAS O FRASES QUE
CONSIDERAN RELEVANTES PARA SU INTERPRETACIÓN. REALICE UN BREVÍSIMO
RESUMEN DE CINCO O SEIS LÍNEAS DEL MISMO.
1. Palabras o frases relevantes:
• Después de Nerón y de Galba, mientras Otón y Vitelio se disputaban el Imperio,
concibió Vespasiano la esperanza de alcanzarlo él mismo,…
• perteneciente a los Flavios.
• la libertad de la plebe estaba más a salvo en la guerra que en la paz le había
nacido un nieto que llegaría a emperador;…
• desgarrada por la guerra civil.
• Vespasiano emperador.
• declarasen por él tropas lejanas y que ni siquiera le conocían.
• Otón, se enteraron por el camino de la derrota y muerte de este príncipe.
• ¿Que el ejército de Germania que habla coronado a Vitelio?
• nombraron a Vespasiano,...
2. Resumen:
El texto narra la ascensión al poder de roma del general Vespasiano, tras la
muerte de Nerón y la lucha por ocupar el Principado por parte de Galba, Otón y Vitelio
durante el corto período de tiempo del 68-69 d.C. El texto intenta justificar la ascensión
de Vespasiano, primero de los llamados “Flavios” y no perteneciente hasta los ahora
dominantes “Julio-Claudios”, explicando que durante toda la vida de éste hubo augurios
e indicios de ello sucedería, dando a entender que ha sido designio de los Dioses que
Vespasiano sea emperador.
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B.-RESPONDA A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS, SIEMPRE RELACIONÁNDOLAS
CON EL TEXTO.
1.- Sitúe el texto cronológicamente y sus antecedentes.
El texto nos narra cómo acabamos de comentar el nombramiento como
emperador romano al general Vespasiano en el año 69 d.C.
Los príncipes que estuvieron al frente del Imperio desde la muerte de Augusto
en el 14 hasta la crisis del 68-69 (Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón) son conocidos
como Julio-Claudios (14-68). Se les llama así porque procedían de dos familias: los
Julios (Augusto era sobrino de Julio César) y los Claudios (Tiberio era hijo de Livia,
mujer de Augusto, con su primer marido Tiberio Claudio). Con ellos comienza a
desarrollarse la ideología imperial, aunque el primero y el tercero (Tiberio y Claudio)
mostraron unas tendencias más tradicionales y el segundo y el cuarto (Calígula y Nerón)
profundizaron mucho más rápido en el pensamiento iniciado por Augusto.
La época de Nerón (54-68) fue el momento más decisivo en este período de
transformaciones. Nerón elaboró una nueva teoría política absolutista y teocrática y se
identificó con el dios Apolo-Helios. Esta ideología se manifestó en su programa
político, social y cultural. Intentó convertirse en príncipe protector de los humildes y de
las artes. Realizó una gran reforma en la composición del Senado para convertirlo en
una institución mucho más fiel a su persona (sustituyendo a una gran cantidad de
miembros de la antigua Nobilitas por Homines Noui y decurionales). Su política social
fue muy popular: organización de juegos costosos, ejecución de grandes obras públicas
y aumento de las distribuciones gratuitas a la plebe. A nivel cultural, admiró la Grecia
clásica y creó el Aula Neuroniana, una especie de academia que agrupaba a pintores,
escultores, arquitectos, músicos y literatos. De este modo se ganó el apoyo de los
grandes intelectuales de su época (entre ellos, Séneca). Nerón murió suicidado tras
haber sufrido una serie de atentados por parte de la vieja aristocracia. Al final del
Imperio de Nerón, se inició la Rebelión Judía (66-73): los judíos se rebelaron contra el
corrupto gobernador de Judea y lograron expulsar a los romanos. El general Vespasiano
y su hijo Tito fueron enviados para sofocarla.
Al morir nerón en el año 68, tras la configuración de Julio Vindex en la Galia,
apoyado por Galba en la Tarraconense y Otón en La Lusitania, se producía en el
Imperio una gran crisis, cuyo foco se hallaba, principalmente en las provincias
occidentales. Durante un largo año se sucedieron 4 emperadores, los tres primeros
Galba, Otón y Vitelio fueron puestos y retirados por el propio ejército. Sólo el último de
ellos, Vespasiano, surgido de las legiones de Oriente consiguió superar la crisis e
imponer un nuevo orden, iniciando su propia dinastía “Los Flavios”.
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2.- Origen de los emperadores y causas del conflicto
Origen de los emperadores:
Al morir Nerón en el 68, el Senado nombró emperador a un patricio no
perteneciente a la familia Julio-Claudia: Galba, quien había gobernado la Provincia
hispana de la Tarraconense y se había levantado contra Nerón. Galba intentó volver al
Principado de inspiración senatorial. Sin embargo, su mandato solo duró 7 meses,
siendo asesinado en enero del 69 por los partidarios de su antiguo compañero y actual
rival Otón, quien se había ganado de forma oportunista el apoyo de los neronistas. El
Senado se vio obligado a nombrar emperador a Otón, cuyo mandato duró tan solo 2
meses debido al levantamiento del sector senatorial más tradicional representado por
Vitelio, nombrado Imperator por el ejército de Germania en febrero del 69, siendo
nombrado poco después emperador. Este fue finalmente abatido por las legiones
provinciales de Vespasiano en diciembre del 69, quien había sido nombrado por los
ejércitos orientales y por su tradición familiar.
Causas del conflicto:
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El descontento de importantes grupos opuestos al régimen: la nobleza senatorial
descontenta del régimen y altos caballeros desplazados por los ecuestres y los
libertos enriquecidos.
Sublevación de las provincias occidentales presionadas fundamentalmente desde el
punto de vista fiscal y alarmadas por la desigualdad de trato respecto a las
orientales.
Descontento del ejército tan abandonado en la política neroniana, dotado de gran
poder y que al mismo tiempo necesitaba una reforma.
Una gran crisis económica.
A todo lo anterior hay que contraponer a los “neronianos”, los amigos y favoritos
del emperador Nerón, a sus beneficios e incluso a su ideología política. Donde
encontramos también a la masa común de los pretorianos y a la plebe urbana.
Haciendo inevitable el coche de estos dos grandes agrupamientos sociopolíticos que
llevó a una guerra civil y a una crisis imperial.
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3.- Principales acontecimientos y resolución del problema planteado
La revuelta de Julio Vindex, protector de la Galia Lugdunense, en marzo del año
68 no encontró eco en el ejército del Rin donde se hallaba Verginio Rufo, fiel al
Princeps. Por ello los rebeldes giraron sus aspiraciones al extremo occidental del
Imperio, donde se reunían varias circunstancias favorables a la rebelión: la
Tarraconense todavía seguía siendo una provincia relativamente armada, dotada de una
estimable fuerza de legiones y con unas poblaciones de tradición guerrera que permitía
el reclutamiento por los rebeldes de una nueva legión: La VII Gemina.
Las provincias hispánicas se hallaban gobernadas por personajes descontentos,
como el tradicionalista aristócrata Galba, en la Tarraconense y por Otón, gobernador de
Lusitania. Servio Sulpicio Galba era un viejo senador de 73 años, que había realizado su
carrera en el principado de Tiberio. Al morir Nerón en el 68 d.C., el Senado lo nombró
emperador, tal vez debido a su tradicionalismo y a su edad avanzada. Al principio
permaneció fiel a los principios augústeos. Galba consiguió el apoyo de Otón,
gobernador de la Lusitania y de Cecina, gobernador de la Bética, atrayendo a los
hispanos a su causa y asegurándose aliados en Roma con la ayuda de Ninfidio Sabino,
jefe de los pretorianos. Pero en lugar de obrar con prudencia, intentó de inmediato dar
rienda suelta a sus convicciones aristocráticas y a los principios civiles del régimen
propugnado por la más pura tradición augustea. Vitelio, que debía su carrera a Nerón,
muy pronto se sublevaría al frente de su ejército. Pero el mayor error de Galba fue
nombrar como sucesor a Lucio Calpurnio en lugar de a su aliado Otón. Por todo ello
mientras Galba se dirigía a Roma por el camino más largo, atravesando los Pirineos, se
estableció un clímax de descontento. Ello lo aprovechó Otón, que tras reunir en torno
suyo a los dispersos y atemorizados neronianos y a los pretorianos, asegurándose así
mismo el apoyo de los senadores prometiendo un programa de gobierno basado en el
orden y el equilibrio. Por lo que tras la muerte de Galba, asesinado en enero del 69, fue
proclamado Princeps.
Otón castigó a los pretorianos partícipes en el motín e hizo condenar al traidor
Tigelino, repuso en pie la estatua de Nerón y reemprendió algunas obras inconclusas.
Por lo que pronto se le considero el heredero de Nerón. Pero no consiguió el consenso y
apoyo entre las fuerzas contrarias al Senado, principalmente las provincias y sus
ejércitos. En febrero del 69, el ejército de Germania aclama Imperator a Aulo Vitelio,
apoyado por la plebe urbana de Roma. Vitelio había mandado a Roma dos cuerpos del
ejército al mando de dos generales: Cecina por los Alpes y Valente por el valle del
Ródano. Otón se enfrentó a las tropas de Vitelio, siendo derrotado en Betriacum el 14
de abril del 69.
Vitelio siguió la línea de Otón como entusiasta de la ideología neroniana pero
limitándose a su vertiente popular y exhibicionista. Pero cometió grandes errores, como
entrar en Roma saqueando la ciudad y las represalias tomadas contra los centuriones
que habían permanecido fieles a Otón. Todo ello provocó descontentos sobre todo en
sectores de la oficialidad de los ejércitos.
Una rebelión estalló en Mauretania y el ejército de Oriente hasta entonces pasivo
ante la crisis, decidió nombrar a Vespasiano como nuevo emperador. Este último era un
militar de brillante carrera que había aceptado la proclamación del tradicionalista Galba.
Se encontraba al frente de las tropas que trataban de sofocar la sublevación celota de
Judea, lo que le acarreó más apoyos. Contaba Vespasiano con el apoyo de las élites
orientales como Muciano o Tiberio Julio Alejandro. Por su tradición familiar y personal
Vespasiano se había atraído con rapidez a todos los partidarios del orden, desplegando
una activa propaganda de restauración y paz en la tradición augustea.
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En la misma Roma los partidarios de Vespasiano salieron abiertamente a la calle
enfrentándose a los de Vitelio, provocando durante unos días una sangrienta revolución
en la capital. Las tropas de Vespasiano lograron la victoria sobre las de Vitelio en la
segunda batalla de Betriacum, entrando a continuación en Roma. Vitelio, ya
abandonado de todos, fue asesinado en diciembre del 69, mientras el hijo menor de
Vespasiano, Domiciano, era aclamado César. Vespasiano fue nombrado nuevo Princeps
en Roma. Con este hecho termino la guerra civil y se instauro una nueva dinastía “Los
Flavios”.
Este período de crisis del 68-69 no fue una crisis del régimen del Principado,
pues en ningún momento sus instituciones corrieron peligro ni llegó a plantearse la
restauración de la República. Debe interpretarse más bien como el intento de
reacomodación de los distintos grupos sociales de poder al régimen del Principado y
como la entrada en la Historia del Imperio Romano de las aristocracias provinciales.
No obstante el conflicto se solucionó definitivamente gracias a que devolvió el
orden y restableció la paz, restructuró el ejército y la administración, saneó la economía
y las finanzas y afianzo la autoridad Imperial.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA:
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AZCÁRATE, B.; AZCÁRATE, Mª V. y SÁNCHEZ, J.; Atlas Histórico y
Geográfico Universitario, UNED, Madrid 2006.
BAJO ÁLVAREZ, F.; CABRERO PIQUERO, J.; FERNÁNDEZ URIEL, P.;
Historia Antigua Universal III. Historia de Roma. UNED. Madrid, 2007. Edición
julio de 2011.
POSADAS, J.L.; Año 69. Laberinto. Madrid, 2009.
SUETONIO G., Los Doce Césares. Texto íntegro traducido en la dirección online:
http://uhphistoria.files.wordpress.com/2011/02/gaio-suetonio-los-doce-cesares.pdf
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