CAMINO ESPIRITUAL DE CHAMPAGNAT (Oración de la mañana) Marcelino Champagnat fue fiel a la Gracia que el Señor le regaló. Su fidelidad consistió en vivir continuamente abierto y disponible a la Voluntad del Padre… Todo lo demás lo hizo Dios. Lectura personal del testimonio del Hno. Aidant sobre M. Chamapagnat. “Conocí por primera vez al P. Champagnat en St. Didier-sur-Chalaronne, en el año 1936, siendo alumno de la escuela de sus Hermanos. Lo conocí después en la casa del Hermitage en 1837 y permanecí en relación con él hasta su muerte. Aunque de carácter alegre y abierto, se observaba siempre en él un semblante reflexivo y de gravedad que no podía provenir sino del pensamiento de la presencia de Dios, del que estaba penetrado. Nos decía que ese ejercicio es el más corto y el más fácil para llegar a la perfección. Nos recomendaba su práctica con mucha frecuencia, ya en sus instrucciones, ya en sus avisos particulares. Pero pedía hacerlo sin esforzarse mucho: un simple recuerdo, una mirada del alma a Dios que nos penetra, y en quien, como dice el Apóstol, vivimos, nos movemos y somos. Cantidad de veces le oí hablar de la confianza, e incitarnos a abandonarnos en Dios en toda circunstancia. Fui enviado a Marlhes y certifico haber oído allá algunas personas importantes de la parroquia decir que nuestro Fundador era un hombre de empuje y confianza. Cuando había emprendido alguna cosa, se consagraba a ella con confianza desde que sabía que era la Voluntad de Dios. Tenía una singular aversión por la vanidad y los elogios. Frecuentemente le oí decir que él era tan sólo un pobre instrumento, elegido por la divina providencia para dirigir esta Congregación; y que si llegara a saber que Dios no la quería, la dejaría de inmediato. Teníamos hacia él la mayor admiración y lo considerábamos todos como un santo. Pasé tres años, como he dicho, bajo su paternal dirección; observándolo de cerca, no he podido notar en él más que dos cosas: el interés por la gloria de Dios y el celo por la salvación de las almas”. Oramos con el testimonio del Hno. Aidant sobre el P. Champagnat: entresaca algunas de las ideas que expresan en QUIEN ESTABA FUNDAMENTADO CHAMPAGNAT… y algunos otros rasgos de su camino espiritual… Comparte con tus hermanos, en sencillez, lo que te llena el corazón… Canto: Hermano, confía en Dios. En él expresamos el compromiso de vivir una fuerte espiritualidad centrada en Cristo. Como para Champagnat, para nosotros el amor y la confianza en Dios, pues Él nos amó primero, son razones suficientes para entregar toda una vida… HERMANO, CONFIA EN DIOS Hermano que conoces el mundo de hoy, pero crees en la mirada de Jesús. Acoge humildemente este don que es para ti. Camina confiando en el Señor. Es Dios quien nos reúne a todos para sí, formando una gran fraternidad, y nuestra Buena Madre, nos ayuda a decir sí, Marcelino nos enseña a responder. HERMANO MIO, CONFIA SIEMPRE EN DIOS, EL TE CONOCE BIEN, Y SIEMPRE TE ACOMPAÑARA. HERMANO MIO, EN LA DIFICULTAD, DIOS SIEMPRE SERA FIEL, SU AMOR NUNCA TE DEJARA. (Confía siempre en Dios). Extiende tu las manos y abre el corazón al joven y al pequeño sin hogar. de la pobreza amigo, y del amor universal abierto a la Palabra y los demás. Son muchos lo que han dado ejemplo al caminar, felices de entregar su vida a Dios. Nos mueve sus respuesta a entregar el corazón, promesa de ser santos para Dios. Es como nos quería nuestro Padre Champagnat. debemos hacer vida nuestro sí. Con el Salmo siguiente terminamos nuestro encuentro poniéndonos, como Champagnat lo hacía e invitaba a hacer frecuentemente, en las manos del Dios Padre Providente dispuesto a buscar y hacer en todo su santa VOLUNTAD. MI VIDA SERIA INÚTIL MI suerte está en tus manos, Señor, cual diminuto grano de semilla, para que Tú lo siembres; cual tranquila corriente de aguas, para que Tú la encauces. ¡Mi vida sería inútil lejos de tu presencia, Señor! Los que programan una sociedad a su antojo pretenden imponernos por la fuerza sus ídolos: EL ídolo de la eficacia, el ídolo de la competencia, el ídolo de la técnica, como esperanzas supremas de seguridad y salvación, como acabada realización del hombre y de la comunidad. Pero yo jamás hincaré mis rodillas ante sus manifestaciones seductoras; jamás entraré en el juego de la prisa que nos desangra y de las novedades que nos vacían, ¡jamás, Señor! Tú eres mi Todo. Tú agigantas mi vida con tus proyectos de amor. Tú diriges mis pasos por senderos de adoración y amistad. Cuando me desvío de mi verdad, me sales al paso. Cuando intento traicionarme a mí mismo, me podas mis brotes de perdición y me injertas la savia de la nueva responsabilidad. ¡Nada puede separarme de mi destino en ti, Señor! Por eso mana en mí la fuente de la alegría; por eso duermo en paz, sin necesidad de echar mano a sus frascos de narcóticos y barbitúricos. ¡Tú eres mi descanso, Señor! Todas las fibras de mi ser respiran la confianza en ti. Porque Tú haces al hombre nuevo, y en tu presencia se elevan bosques de alegría perpetua. FRATERNIDAD Oración de la mañana Motivación: En el testamento espiritual, Champagnat expresa su deseo más ferviente: “No haya entre ustedes sino un solo corazón y un mismo espíritu”. El corazón de Champagnat es el corazón de un padre y una madre juntos. En esta oración queremos meternos en él para sacar más razones para vivir en fraternidad, solidaridad y familia, esto es: como AUTENTICOS HERMANOS. Leemos con atención, libremente, el texto que nos recuerda y nos mete en el espíritu de nuestro orígenes: Firmado el contrato, se puso él mismo a limpiar y acondicionar la casita y colocó en ella los muebles más indispensables. Con sus propias manos fabricó dos camas de madera para los dos hermanos, y una mesa de comedor. Luego trajo a sus dos discípulos a la casita, que se convirtió en la cuna de los Hermanitos de María. La pobreza más estricta se respiraba por doquier. El traspaso se hizo por vía oral y Marcelino Champagnat, aprovechando sus ratos libres, limpió y reparó el inmueble. También fabricó dos camas de madera y una mesa para el comedor. Luego completó el rudimentario mobiliario con algunos otros muebles viejos que le regalaron. La ropa de cama, los utensilios de cocina, vajilla, etc., eran escasos o brillaban por su ausencia. Los Hermanos no olvidarán nunca que, al venir a vivir en comunidad y al juntarse para constituir una familia, se han comprometido a quererse como HERMANOS… En los comienzos éramos pobres. El pan era del color de la tierra, pero teníamos siempre lo necesario. Nuestro buen Superior, como el más cariñoso de los padres, tenía gran cuidado con nosotros. Una madre no tiene más ternura con sus hijos que lo que él nos prodigaba. La comparación no es exacta, pues con frecuencia las madres aman a sus hijos con un amor sólo carnal. Él, en cambio, nos amaba verdaderamente en Dios. (Hno. Lorenzo) Como carecían de despertador, un alambre unía la casa parroquial con el noviciado, distante unos cien metros. Con tal medio de comunicación, el vicario los despertaba a las cinco de la mañana. El tiempo se distribuía entre la oración, el trabajo manual y el estudio. CANTO: SOMOS UNA FAMILIA Los inicios fueron realmente pobres, Nuestro pan del color de la tierra, pero nunca nos faltó lo necesario. Nuestro Superior se preocupaba de nosotros como lo hubiese hecho el más tierno de los padres. Recuerdo su interés por mí, cuando estuve enfermo en La Valla. Vino a verme todos los días y jamás se olvidó de traerme alguna cosa para hacerme feliz. A menudo nos hablaba de la solicitud que Dios manifiesta a todos aquellos que se le confían. Tenía un gran fervor a María, y sabía transmitirlo por todas partes. De hecho quería que comunicásemos a los niños esta confianza y devoción. Recuerdo que muchas veces me repetía: "si algún bien hemos hecho, Lorenzo, ha sido gracias a María, sin Ella no hubiésemos hecho nada". Ni siquiera la ternura de la madres en el trata con sus hijos es superior a la del P. Champagnat en su relación con nosotros. Y no es, la verdad, una comparación demasiado justa, porque las madres aman a sus hijos con amor humano, y él en cambio, nos amó verdaderamente en Dios. Piensa, mientras escuchas la canción, en tu comunidad, en tu familia y descubre la llamada a ser un CHAMPAGNAT HOY… ¿Qué reto siento en mi concretamente? Si deseas puedes compartirlo en forma de oración. Si nos hablaba de la bondad de Dios y de su amor por nosotros. Un fuego se encendía en nuestro corazón, su espíritu de amor. Un fuego que ni el trabajo ni las miserias, ni ninguna dificultad, podrían apagar. COMO UNA MADRE AMA, ASI EL NOS AMO.(2) (Padre de ternura en Dios). Oración de la Comunidad Queremos darte gracias, Señor, porque nos has elegido y reunido en comunidad; por eso, levantamos nuestros brazos en acción de gracias y te alabamos, Padre, por la unidad que estableces en nosotros, a pesar de nuestras resistencias e impaciencias. Como un solo cuerpo estamos congregados ante Ti porque cuidas de nosotros con amor. Te damos gracias por tu Hijo, Jesús, que ha sido capaz de amar a los hermanos más que a sí mismo, hasta ofrecer su vida por todos. Ante esta muestra de entrega amorosa te pedimos santifiques nuestra comunidad: haz que nos amemos de verdad los aquí reunidos; que ninguno de nosotros ahorre energía en amar; que quien venga a nuestra comunidad encuentre nuestras manos extendidas para acoger y abrazar; que aquí nadie se sienta juzgado sino acogido y comprendido; que nuestra comunidad sea fermento de paz y de fraternidad. Que tu espíritu, Señor, ayude a transformar nuestra comunidad en presencia viva de tu amor aquí donde vivimos. Que, como en Nazaret, y en el Hermitage y junto a Jesús, María, Marcelino y los primeros hermanos, nuestra comunidad sea testimonio vivo de tu amor. Amén. EXPERIENCIA MONTAGNE Motivación: No puedo ver a un niño sin que me asalte el deseo de enseñarle el catecismo y decirle cuánto le ama Jesucristo. Hemos nacido de una experiencia de solidaridad hecha por un hombre que vivió con los ojos bien abiertos y el corazón siempre dispuesto. Entremos en su corazón y oremos para convertirnos… Con este canto nos introducimos en el corazón del mundo y de Champagnat: EN LOS OJOS DE UN MUCHACHO Nuestra historia comenzó en los ojos de un muchacho abandonado, que enfrentándose a la muerte, conmovió tu corazón. En el lecho del dolor fuiste su último consuelo y dijiste: ¡Cuántos niños morirán sin saber que Dios les ama! ¡Cuántos niños morirán sin sentir una mirada! NECESITAMOS HERMANOS, HERMANOS. JUNTO AL JOVEN, JUNTO AL NIñO COMPARTIENDO SU AMISTAD. NECESITAMOS HERMANOS, HERMANOS. LOS MAS POBRES NOS ESPERAN. HOY TAMBIEN ES REALIDAD. Nuestra historia sigue hoy en los ojos de otros niños marginados, que reclaman un amigo que les ame de verdad. El milagro es escuchar estas voces apagadas y servirles con un amplio corazón, siendo Hermano entre los pobres. Con un amplio corazón, respondiendo a sus llamadas. ¡¡Cuántos niños morirán sin saber que Dios les ama!! Recordamos niños y jóvenes de nuestros pueblos y barrios que conocemos y están en necesidad, los hacemos presentes en nuestra oración… escuchamos sus necesidades y nos dejamos tocar por ellas… CHAMPAGNAT ACTUÓ ASÍ… Así estaban las cosas cuando un acontecimiento, sin duda providencial, vino a acabar con las vacilaciones del señor Champagnat y a decidirle a no dilatar por más tiempo la fundación de los Hermanos. Un día le llamaron para confesar a un niño enfermo (6) y, según su costumbre, se puso inmediatamente en camino. Antes de confesar al muchacho, le hizo algunas preguntas para saber si tenía las disposiciones necesarias para recibir los sacramentos. ¡Cuál no fue su sorpresa al comprobar que ignoraba los principales misterios y que ni siquiera tenía noción de la existencia de Dios! Profundamente afligido al ver a un niño de doce años (7) en tan absoluta ignorancia, y asustado al verle 69 morir en esta situación, se sentó a su lado para enseñarle las verdades y misterios fundamentales de la salvación. Dos horas empleó en instruirlo y confesarlo y sólo con gran esfuerzo consiguió enseñarle lo indispensable, pues el niño estaba tan enfermo que apenas comprendía lo que le estaba diciendo. Después de confesarlo y haberle sugerido actos de amor de Dios y contrición para disponerle a bien morir, lo dejó para atender a otro enfermo que se hallaba en la casa vecina. Al salir, quiso saber cómo se encontraba el muchacho. -"Falleció poco después de dejarlo usted", dijeron sus padres sollozando. Un sentimiento de alegría por haber llegado tan oportunamente se mezcló en su alma con otro de temor al comprobar el peligro que había corrido el pobre chico al que acababa de librar quizás de condenarse. Regresó embebido en estos pensamientos y repitiendo en su interior: -"¡Cuántos niños se encontrar n a diario en la misma situación y correr n los mismos riesgos por no tener a nadie que les enseñe las verdades de la fe!". Y la idea de fundar una sociedad de Hermanos dedicados a impedir este peligro por medio de la educación cristiana se hizo en él tan obsesiva que fue a buscar a Juan María Granjón y le expuso sus planes. Después de ponderarle el bien que el proyectado Instituto estaba destinado a realizar, le preguntó si estaría dispuesto a formar parte de él para dedicarse a la educación de los niños. El joven, que le había seguido con suma atención, le respondió: - "Estoy en sus manos. Haga de mí lo que quiera. Me consideraré inmensamente feliz de poder consagrar mis fuerzas y salud e incluso la vida a 70 la instrucción cristiana de los niños, si considera que sirvo para eso". Encantado y edificado por esta respuesta, el señor Champagnat le dijo: -"Animo. Dios te bendecir y la santísima Virgen te enviar compañeros". HOY SEGUIMOS CON PARECIDAS SITUACIONES Y LLAMADAS… Llamadas del Capítulo General a: (Doc. Misión: 29-34 y solidaridad 18 y 20) Nos comprometemos a trabajar por construir comunidades más proféticas, sencillas y abiertas especialmente a los jóvenes. A evaluar la misión de nuestras unidades administrativas y a realizar los cambios necesarios para ser más fieles a nuestro carisma. A lograr una escuela Marista más evangelizadora. A promover la catequesis, los movimientos y otras actividades apostólicas con audacia y creatividad, implicando a los Hermanos y seglares de acuerdo con su realidad. A desarrollar y a profundizar el encuentro y compromiso con los seglares, en la vida de nuestras comunidades y en nuestro trabajo apostólico. A favorecer un mayor acercamiento a los pobres, cada Hermano está invitado a: a hacer una “peregrinación de solidaridad” a realizar un compromiso de voluntariado al servicio de los pobres, preferentemente con niños y jóvenes. Ha llegado la hora de asumir colectivamente, de manera decidida e inequívoca, la llamada evangélica a la solidaridad. Nuestra respuesta ante: El SEÑOR, CHAMPAGNAT Y EL INSTITUTO HOY. NUESTRA IDENTIDAD Oración de la mañana En su testamento espiritual y a lo largo de su vida, Marcelino Champagnat, fue dándonos poco a poco los signos de nuestra identidad. Hoy queremos orar desde ahí para renovarnos y aportar, con claridad, a la Iglesia y el mundo, lo que nuestro rico carisma tiene de original y de vida. Dejémonos guiar por el espíritu de Champagnat. HERMANITOS SENCILLEZ DE MARÍA Contempla cada uno de los dibujos y deja que surjan en ti los sentimientos que el Espíritu te quiere comunicar. Descubre, desde estos dibujos, algunas de las características de nuestra IDENTIDAD y trata de hacer oración desde ello. Puedes compartirla con tus hermanos. Con la canción Hermanitos de María queremos expresar el agradecimiento y el gozo de ser HERMANOS MARISTAS HOY a la vez que nos comprometemos a seguir respondiendo con generosidad a este DON maravilloso que Dios nos ha regalado. HERMANITOS DE MARIA Hermanitos de María, damos gracias a Jesús, nuestros padres y mayores nos animan con su luz. MADRE, MADRE, MADRE, MADRE. Conocemos la alegría de vivir en comunidad, la noticia anunciaremos como el Padre Champagnat. Te pedimos la esperanza, te pedimos la humildad. Haznos pobres, Madre nuestra, danos siempre la verdad. Consagramos nuestras vidas en las manos del Señor, al servicio de los hombres entregamos nuestros don. ESCUCHAMOS CON ATENCIÓN LA PALABRA DE DIOS. Lc. 10, 21-22 En ese momento, Jesús, movido por el Espíritu Santo, se estremeció de alegría y dijo: “Padre, Señor del cielo y de la tierra, yo te bendigo, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes y se las has mostrado a los pequeñitos. Sí, Padre, así te pareció bien. Mi Padre puso todas las cosas en mis manos, y nadie sabe quien es el Hijo sino el Padre; ni quien es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera dárselo a conocer”. Momento de silencio y contemplación… Respondemos con el salmo: SALMO DE LA SENCILLEZ Lleno de gozo en el Espíritu Santo, has dicho: Te alabo, Padre, Señor de tierra y cielo porque has revelado estas cosas a los sencillos y se las has ocultado a los hombres soberbios. Gracias, Jesús, por la buena noticia que has dado, que si el hombre no es niño no entra en el Reino. Gracias porque has elegido al pescador en la playa, remendando la red y dejando la pesca al sereno. Gracias porque te acercaste a la mujer pecadora y la dejaste marchar con el cántaro lleno. Gracias, Señor del alba, Señor de la vida, por dejar tu amor en lo sencillo del sendero. Tú has dicho que al orar y llamar al Padre el hombre le llame en lo escondido, dentro. Has dicho que al ayudar, al dar limosna al hermano, la mano derecha no sepa lo que la otra ha hecho. Tú has dicho que al sentarse en la mesa en las bodas que se ocupe siempre el último puesto. Tú has dicho que tu madre era feliz porque acogió sin cálculos, en fe sencilla, el reto de la Palabra de Dios, la voluntad del Padre, que sólo en el corazón encuentra eco. Dame un corazón humilde, que camine en la luz, un corazón, Señor del alba, que rompa el cerco de mi egoísmo, de mi orgullo, de mi yo, y se abra en amistad al hombre y se entregue en juego. Dame un corazón humilde, Señor Jesús, que la verdad haga verdad en mi vida a la luz de tu proyecto. Dame un corazón humilde que se sienta pobre, nada, ante la inmensidad de Dios, Señor y Dueño. Dame un corazón sencillo como el canto de la alondra que despierte la mañana de mi vida a lo bello, y que al caer la tarde, entre dos luces, regrese a tus manos en búsqueda del sueño. Podemos expresar algún eco en forma de canto (algún estribillo sencillo, o frase del salmo…) FIDELIDAD CREATIVA Oración de la mañana Frente al futuro, a la novedad constante de Dios y su Espíritu, Marcelino respondió con firmeza, rapidez, audacia, riesgo… Hoy tenemos muchos retos que se centran todos en la Refundación. Miremos a Champagnat, su decisión y audacia y apropiémonos de su corazón, de sus ojos, de su audacia… y caminemos en paz, pero de prisa. Canción: Cortó la Roca. Cortó la roca, hizo hermanos levantando una casa, una familia de trabajo y alabanza, con el ejemplo construyó fraternidad. Pero fue Dios el que vivía en el cuerpo de este hombre, el que escuchaba, sonreía y daba fuerzas para amar. PORQUE EL HOMBRE SIN DIOS NO ES DUEÑO DE SI MISMO. PORQUE EL HOMBRE SIN DIOS CONOCE LA DERROTA. Y ES QUE EL HOMBRE SIN DIOS NO PUEDE CAMINAR. (2). Le combatían y discutían su idea de locura, desanimaban su entusiasmo y se oponían; él no tenía quien luchase a su favor. Pero fue Dios el que apoyaba cada paso de este hombre, el que velaba y desmentía al orgulloso y charlatán. Corrió los montes, probó el cansancio y el sabor de los sudores, el aldeano recibió sus bendiciones, le dio su cama y él durmió en el portal. Pero fue Dios el que alumbraba el corazón de este hombre PORQUE EL HOMBRE SIN DIOS NO ES DUEÑO DE SÍ MISMO, y mantenía su esperanza PORQUE EL HOMBRE SIN DIOS CONOCE LA DERROTA Y ES por el pobre sin hogar. QUE EL HOMBRE SIN DIOS, NO PUEDE CAMINAR. Escuchamos la canción: cortó la roca, mientras nos fijamos en el dibujo y dejamos que vengan a nuestra mente los recuerdos de la vida del P. Champagnat en sus esfuerzos por ser FIEL a la idea de la Fundación de los Hermanitos de María. Desde esos ecos o desde los ecos de la canción que escuchamos: compartimos nuestra oración. La roca Feliz el hombre que construye su casa sobre Roca, nada ni nadie podrá derribarla. Llegan las lluvias y los torrentes, soplan la tempestad y los vientos. Pero tu casa inquebrantable permanece firme sobre la roca. Tú has construido, sobre todo, hogares de luz para los niños de los pobres habitantes de chozas. Enseñaste a amar a Jesús y a María, nuestra Madre, anunciaste el Evangelio para gloria del padre. Tú oyes la brisa ligera, Dios habla en lo profundo del valle. Tú has construido tu vida como buen albañil; hay que tallar la roca, edificar la casa. A lo largo de tu vida reconstruyes la Iglesia, profeta y siervo de la tierra prometida. A Jesús por María, esa es tu divisa para trazar los caminos del reino que ya llega. Jesús y María hacen los cimientos. Tu confianza y fe son tu sola pasión. Así has construido la casa de tus hermanos; La Valla sobre los montes, islote de nuestra tierra; en el valle del Hermitage, junto al riachuelo, tus discípulos se convierten en constructores sin fronteras. Hoy tú estás para abrirnos el mundo; Dios junto a los hombres en una obra fecunda. Contigo, si quieres, haremos la ronda para tomar de la mano a todos los niños de la tierra. ¿EN QUÉ, EN QUIÉN ESTÁ AFIANZADA MI VIDA?¿SOBRE QUÉ EDIFICO MI VIDA? ¿QUIÉN ME DA SEGURIDAD? Terminamos cantando: Constrúyenos la casa (Kairoi) Constrúyenos la casa. Danos tu herencia. Guarda a nuestro pueblo, que reine la paz. (bis) Es tan inútil que el hombre construya..., es tan inútil que el guarda vigile... Si el Señor no está en todo presente, no triunfará nuestro plan. Es tan inútil que al sol te levantes... y que trasnoches hasta amanecer. Porque el Señor alimenta tu cuerpo, mientras descansa te ofrece su pan. Porque la herencia de Dios son los hijos, y su salario, el fruto del vientre. Las buenas obras que hiciste de joven son las saetas, y el arco, el amor. Feliz el hombre que tiene por norma los presupuestos que lleva el amor; no ha de temer a ningún adversario, su amor es fuerte y no morirá. LA MESA DE LA VALLA FRATERNIDAD Ambientación. Una mesa, o el altar, con un mantel, unos platos, en el medio una canasta con panes, unas flores y una o dos velas, el cuadro de champagnat… Una frase: CREÓ FRATERNIDAD… Motivación: Aquí por primera vez nos llamamos HERMANITOS. Alrededor de una mesa, junto al fuego del hogar, en una casa humilde, sencilla, pequeña, con los indispensable para dar espacio a lo esencial: la fraternidad, la misión, el ENCUENTRO con el Dios presente en la comunidad. Hay hermanos porque hay un Padre y una Madre Hay hermanos porque hay un corazón que nos une y enlaza más fuerte que la propia sangre. Hay hermanos porque, aunque diferentes, tenemos la misma mesa, las mismas flores sobre ella y respiramos el mismo aroma sencillo del campo. Hay hermanos porque tenemos la misma puerta y ventana, la misma casa. Aquí en esta casa hay HERMANOS. Una mesa tosca, hecha de madera tosca y sin pulir, hecha con manos toscas, con clavos toscos. Aquí se respira pobreza que es sencillez, paz que es armonía y familia porque somos HERMANOS. Las manos de Champagnat lo hicieron casi todo. La mesa, el armario, la casa arreglada y los primeros clavos. Por supuesto que también hizo la primera comida, puso la primera mesa, repartió el primer caldo y el primer pan. Creo que también puso la primera sonrisa y dio a todos, eran pocos, el primer abrazo. Seremos HERMANITOS DE MARIA – dijo – así tan sencillos como las violetas del campo. Aprenderemos a leer y escribir poco a poco. Aprenderemos a caminar y a rezar. Aprenderemos a amar a Jesús y María y también a repartir el pan. Tiempo de reflexión y contemplación de la mesa y casa dejándonos tocar por esos aspectos antes descritos…Después de un tiempo podemos reaccionar con alabanzas o reflexiones que ayuden a la oración a nuestros hermanos (as). CANTO: SOMOS UNA FAMILIA Los inicios fueron realmente pobres, Nuestro pan del color de la tierra, pero nunca nos faltó lo necesario. Nuestro Superior se preocupaba de nosotros como lo hubiese hecho el más tierno de los padres. Recuerdo su interés por mí, cuando estuve enfermo en La Valla. Vino a verme todos los días y jamás se olvidó de traerme alguna cosa para hacerme feliz. A menudo nos hablaba de la solicitud que Dios manifiesta a todos aquellos que se le confían. Tenía un gran fervor a María, y sabía transmitirlo por todas partes. De hecho quería que comunicásemos a los niños esta confianza y devoción. Recuerdo que muchas veces me repetía: "si algún bien hemos hecho, Lorenzo, ha sido gracias a María, sin Ella no hubiésemos hecho nada". Ni siquiera la ternura de las madres en el trato con sus hijos es superior a la del P. Champagnat en su relación con nosotros. Y no es, la verdad, una comparación demasiado justa, porque las madres aman a sus hijos con amor humano, y él en cambio, nos amó verdaderamente en Dios. Si nos hablaba de la bondad de Dios y de su amor por nosotros. Un fuego se encendía en nuestro corazón, su espíritu de amor. Un fuego que ni el trabajo ni las miserias, ni ninguna dificultad, podrían apagar. COMO UNA MADRE AMA, ASI EL NOS AMO.(2) (Padre de ternura en Dios). Piensa, mientras escuchas la canción, en tu comunidad, en tu familia y descubre la llamada a ser un CHAMPAGNAT HOY… ¿Qué reto siento en mi concretamente? Si deseas puedes compartirlo en forma de oración. Oración de la Comunidad Queremos darte gracias, Señor, porque nos has elegido y reunido en comunidad; por eso, levantamos nuestros brazos en acción de gracias y te alabamos, Padre, por la unidad que estableces en nosotros, a pesar de nuestras resistencias e impaciencias. Como un solo cuerpo estamos congregados ante Ti porque cuidas de nosotros con amor. Te damos gracias por tu Hijo, Jesús, que ha sido capaz de amar a los hermanos más que a sí mismo, hasta ofrecer su vida por todos. Ante esta muestra de entrega amorosa te pedimos santifiques nuestras comunidades: haz que nos amemos de verdad los aquí reunidos; que ninguno de nosotros ahorre energía en amar; que quien venga a nuestra comunidad encuentre nuestras manos extendidas para acoger y abrazar; que aquí nadie se sienta juzgado sino acogido y comprendido; que nuestra comunidad sea fermento de paz y de fraternidad. Que tu espíritu, Señor, ayude a transformar nuestra comunidad en presencia viva de tu amor aquí donde vivimos. Que, como en Nazaret, y en la Valla, y junto a Jesús, María, Marcelino y los primeros hermanos, nuestra comunidad sea testimonio vivo de tu amor. Amén.