Simposio sobre Ríos Transfronterizos. Caso Río Madera

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Simposio sobre Ríos Transfronterizos. Caso Río Madera
HIDRÁULICA Y MORFOLOGÍA DEL RIO MADERA
M.Sc. Ing. Jorge Molina Carpio
Instituto de Hidráulica e Hidrología, UMSA
[email protected]
1
ANTECEDENTES
En noviembre de 2004, el consorcio Furnas Centrais Elétricas y Construtora Noberto
Odebrecht presentó los estudios de factibilidad del complejo hidroeléctrico del río Madera.
Estos estudios contemplan la construcción de dos presas en el tramo brasileño del río, entre
Porto Velho y Abuná, con una potencia instalada de 6450 MW. Adicionalmente se propone la
construcción de otra presa en el tramo binacional Abuná-Guayaramerín y posiblemente, una
cuarta presa en el río Beni, en Cachuela Esperanza. En abril de 2004, la empresa Odebrecht
solicitó a la Superintendencia de Electricidad de Bolivia licencias provisionales para realizar
estudios de factibilidad para las dos centrales hidroeléctricas aguas arriba de Jirau. La solicitud
fue rechazada por la Superintendencia en base a las observaciones realizadas por varias
instituciones.
Según sus impulsores, además de generar energía, la construcción de las presas posibilitaría la
navegación del río Madera, actualmente interrumpida por las cachuelas y rápidos existentes en
ese tramo. La construcciòn de las obras del complejo tendrá efectos sobre el comportamiento
hidráulico y morfológico del río Madera, de los que pueden derivarse impactos ambientales y
socio-económicos que se extiendan más allá de la frontera. Este tema es analizado en el
presente artículo.
2
LA REGIÓN
El río Madera es el principal afluente del río Amazonas tanto por caudal como por longitud.
En su confluencia con el Amazonas, el río Madera es uno de los cinco ríos más caudalosos del
mundo, drenando un área de 1,420,000 km2. Es además la fuente principal de sedimentos en
suspensión y sólidos disueltos de la cuenca amazónica (figura 1). El río Madera drena casi
toda la cuenca amazónica boliviana, que ocupa una superficie de 724,000 km2 (66% del
territorio del país).
El río Madera es el único afluente de la margen derecha del Amazonas que nace en la
cordillera de Los Andes. Se forma por la unión de los ríos Beni y Mamoré en las proximidades
de la población de Villa Bella. Se acostumbra denominar Alto Madera al curso (y cuenca) del
río aguas arriba de esa población y Bajo Madera al curso aguas abajo de Porto Velho. Entre
los dos se encuentra el tramo de cachuelas (cascadas de baja altura) y rápidos donde se
proyecta construir las represas (ver figuras 2 y 3). Los principales formadores del Alto Madera
son los ríos Beni, Madre de Dios y Mamoré, que nacen en la falda oriental de la cordillera de
Los Andes a altitudes superiores a los 4000 msnm. Otro afluente importante del Alto Madera
es el río Iténez, cuyas nacientes están en el Planalto Central brasileño, a menos de 500 msnm.
El Bajo Madera se extiende desde la cachuela de Santo Antônio hasta la confluencia con el río
Amazonas. La longitud de este tramo es de 1100 km con un desnivel total aproximado de 19
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m, siendo navegable todo el año. La cuenca del Bajo Madera tiene una superficie aproximada
de 460000 km2 y recibe una precipitación media de alrededor de 2300 mm/año. La
precipitación y la temperatura presentan poca variación espacial en el Bajo Madera, lo que se
explica por su baja altitud y relieve.
Figura 1: Caudal sólido en la Cuenca Amazónica
Fuente: Estudios de impacto ambiental, río Madera, 2004
Figura 2: Cachuelas del tramo Abuná-Guayaramerín
Fuente: Angulo, G., Al Mar por las Hidrovías de la Integración Sudamericana
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El tramo de cachuelas se inicia inmediatamente aguas abajo de las ciudades gemelas de
Guayaramerín y Guajará Mirim, sobre el río Mamoré, y termina en la Cachuela de Santo
Antonio, 5 km aguas arriba de Porto Velho. Este tramo presenta 18 cachuelas y rápidos que se
extienden a lo largo de una longitud de 360 km. El desnivel estimado para este tramo por el
estudio de inventario (PCE, Furnas, Odebrecht, 2002) es de 60 m. La figura 2 muestra las
cachuelas identificadas en el tramo Abuná-Guayaramerín. El subtramo Abuná-Cachuela de
Santo Antonio, donde se proyecta construir las dos represas, tiene 222 km de longitud. En este
subtramo, el río Madera no recibe a ningún afluente importante.
La tabla 1 muestra los caudales medios mensuales del río Mamoré en Guajará Mirim y del río
Madera en las estaciones hidrométricas de Abuná y Porto Velho. La superficie de la cuenca
del Mamoré en Guayaramerín ha sido estimada en 589,000 km2, de la cuenca del Madera en
la estación de Abuná en 932,000 km2 y en Porto Velho, en 988,000 km2. El caudal máximo
medio mensual se produce en marzo y el mínimo en septiembre. Este comportamiento es
resultado de la combinación de los regímenes hidrológicos de sus dos principales formadores:
los ríos Mamoré y Beni, cuyos máximos se producen en abril y febrero, respectivamente.
Mediante un análisis de regresión, los responsables del estudio estimaron que los caudales
medios del periodo 1931-2001 en Jirau y Porto Velho son 17687 m³/s y 17983 m³/s,
respectivamente.
Tabla 1: Caudales medios mensuales de los ríos Mamoré y Madera
Río/estac Periodo
Mamoré
en Guayar.
Madera en
Abuná
Madera en
P. Velho
Ene
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Año
11939 14011 15270 14591 10634 6311
3133
2136
2285
3557
6213
8282
23932 29379 33058 31812 25930 18442 11461 6455
4789
6115
10002 15987 18113
1967-01 23968 30761 35659 34503 26387 18471 11792 7167
1931-01* 24268 29582 34207 30706 23107 16155 10750 6938
5696
5691
6646
6944
10381 16320 18979
10553 16896 17983
1970- 01
9299
1976-97
Feb
Mar
Abr
Fuente: PCE, Furnas, Odebrecht, 2002
3
May
Jun
*Observado y estimado
EL PROYECTO
En 1971 el Ministerio de Minas y Energía de Brasil identificó las cachuelas de Jirau, Santo
Antônio y Teotônio como posibles sitios para la construcción de centrales hidroeléctricas. Las
empresas Furnas Centrais Elétricas SA y CNO-Constructora Noberto Odebrecht SA, que
tienen la licencia de la Agencia Nacional de Electricidad del Brasil (ANEEL), concluyeron los
estudios de Inventario en 2003, el estudio de factibilidad en 2004 y los estudios de impacto
ambiental en 2005.
Los estudios proponen la construcción de las centrales hidroeléctricas de Jirau y Santo
Antonio en el tramo brasileño Abuná-Porto Velho, que fueron seleccionadas como la
combinación más conveniente de partición de caída, desde el punto de vista brasileño. La
figura 3 muestra la ubicación de esas dos centrales. Se ha propuesto y se está estudiando una
tercera central, que aprovecharía el desnivel de algo más de 20 m que existe en el tramo
binacional Abuná-Guayaramerín y posiblemente, una cuarta en Cachuela Esperanza sobre el
río Beni, situada íntegramente en territorio boliviano (figura 3).
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Figura 3: Ubicación de las centrales hidroeléctricas del río Madera
Fuente: Complexo hidrelétrico do rio Madeira, estudos de viabilidade, 2004
La tabla 2 resume las principales características técnicas y de costos de las centrales Jirau y
Santo Antonio. En el caso de la central de Jirau, la necesidad de evitar la inundación de
territorio boliviano obligó a considerar un nivel variable durante el año, lo que marca una
diferencia importante con los estudios de inventario.
Los costos de la energía generada no incluyen los costos de transmisión. La vida útil de los
embalses fue estimada bajo el supuesto de que los embalses tienen una capacidad de retención
de sedimentos muy baja: 20% al inicio del proyecto en el caso de Jirau, que se va reduciendo a
1% al cabo de 15 años, para ser virtualmente 0% a partir de los 30 años. Esta estimación se
basa en la gran longitud y modesto volumen de los embalses en relación al caudal líquido del
río Madera.
Hidráulica y morfología del Río Madera
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Tabla 2: Características generales de las centrales de Jirau y Santo Antonio
Santo Antônio
Jirau
3150
3300
2212
2212
1973
Caída bruta media (m)
16.8
17.10
Caída líquida de referencia (m)
13.9
15.2
Nivel de agua normal en el embalse (msnm)
70.0
90.0
Nivel de agua normal aguas abajo (msnm)
55.29
74.23
271
258
84000
82600
60.0
35.5
44, Bulbo
44, Bulbo
73
75
0.68
0.66
0.58
4500-6500
5000-7000
Características de las centrales
Potencia instalada (MW)
Energía media, p. histórico (MW med) - cota
constante
Cota 90 variable
Superficie normal del embalse (km2)
Caudal de diseño del vertedero, T=10000 años (m3/s)
Altura máxima de la presa (m)
Número y tipo de turbina
Potencia unitaria de cada turbina (MW)
Factor de capacidad de las plantas - cota constante
Cota variable
Costo de la central, sin esclusas ni línea de
transmisión (millones U$)
Costo de la energía generada (U$/MWh)
33-45
Fuente: Complexo hidrelétrico do rio Madeira, estudos de viabilidade, 2004
35-50
Los datos que maneja el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI)
muestran que el nivel del cero de la regla limnimétrica de Guayaramerín es de 112.51 msnm,
más de 11 m por encima de la regla de Cachuela Esperanza. El nivel normal del agua en el
futuro embalse debería alcanzar el de Guayaramerín para eliminar el obstáculo a la navegación
que representa la cachuela próxima a esta población. Si ese es el caso y solo se construye una
presa en ese tramo, Cachuela Esperanza sería sumergida por el nuevo embalse. La represa en
el tramo binacional eliminaría a la de Cachuela Esperanza. Estos datos deberían ser
confirmados por el levantamiento topo-batimétrico que realiza ENDE. El nuevo embalse
(Ribeirao) inundaría territorio boliviano a lo largo de los ríos Madera, Mamoré y Beni.
Para obtener la licencia ambiental, los impulsores dividieron el proyecto en tres componentes:
centrales hidroeléctricas, esclusas de navegación y línea de transmisión. Esto debido a que la
legislación brasileña considera que el área de influencia para proyectos de navegación es la
cuenca, lo que complicaba los estudios de impacto ambiental. En una decisión sui generis, el
IBAMA (Instituto Brasileño de Medio Ambiente) definió que el área de influencia del
complejo hidroeléctrico tenia como límite superior a la frontera boliviano-brasileña en Abuná,
donde empieza el tramo binacional.
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4
HIDRÁULICA
Las cachuelas (figura 4) son la manifestación de un control geológico impuesto por las rocas
duras del Escudo precámbrico. Como consecuencia, el tramo de cachuelas entre Guayaramerín
y Porto Velho es hidráulica y morfológicamente diferente de los tramos situados aguas arriba
y abajo. Entre Guayaramerín y Porto Velho, el río Madera fluye “encajonado”, es decir en un
cauce estable y bien definido, con niveles de base controlados estructuralmente y con muy
poca libertad de moverse lateralmente. No se observan meandros ni las típicas lagunas “cuerno
de buey” de los meandros cortados. Tampoco se observan las várzeas o lagunas de inundación,
tan frecuentes en el Amazonas, y la superficie de la llanura de inundación del Madera es
relativamente pequeña.
El desnivel del tramo (60 m en 360 km) es mucho mayor que el del río Mamoré entre
Guayaramerín y Puerto Villaroel (80 m en 1317 km). El Mamoré es un río típico de llanura,
con amplios meandros, lagunas cuerno de buey y fuerte migración lateral del cauce. Forma
una enorme llanura estacional de inundación (100 000 km2), de alta productividad pesquera.
Figura 4: Cachuela de Teotonio
Foto: J. Molina
El perfil longitudinal del lecho entre Guayaramerín y Porto Velho evidencia claramente los
controles hidráulicos aguas arriba de las cachuelas y las profundas fosas al pie y en otros
puntos (ver figura 8). Las cachuelas más importantes (figura 4) son verdaderas caídas
hidráulicas, donde se produce una gran oxigenación del agua. Todo esto crea una sucesión de
ambientes acuáticos y una gran biodiversidad: solamente en el tramo brasileño del Madera,
los autores del EIA registraron un número más alto de especies de peces que en cualquier otro
río del mundo.
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La figura 5 muestra la variación de velocidades a lo largo del río Madera en el subtramo entre
Jirau (km 0) y Abuná (km 129) para condiciones naturales (líneas segmentadas) y con la
represa (líneas llenas). Se observa que en condiciones naturales, en las cachuelas más
importantes la velocidad media del flujo supera los 5 m/s en aguas bajas y alcanza los 8 m/s en
aguas altas. La velocidad es muy inferior en los trechos intermedios, pero aún así se mantiene
cerca o por encima de 1 m/s para caudales medios y bajos. La figura 5 muestra que la represa
provocará una disminución significativa del flujo para todo el subtramo, por el aumento de los
niveles de agua.
Figura 5: Velocidad de flujo entre Jirau y Abuná
Fuente: Estudios de impacto ambiental, río Madera, 2004
Inevitablemente una represa elevará los niveles naturales del agua en el río que embalsa. Esa
elevación de niveles está asociada a varios impactos ambientales y sociales, pero también a
otros aspectos importantes como la operación del embalse, los costos de la energía generada y
en el caso de centrales en cascada, la ubicación de las otras centrales. La sobre-elevación
puede extenderse muchos kilómetros aguas arriba debido al remanso hidráulico inducido por
la represa y afectar el funcionamiento de las otras centrales situadas río arriba.
Dos aspectos son mencionados por Furnas y Odebrecht como favorables respecto a otros
proyectos brasileños en la Amazonía: la superficie relativamente pequeña del embalse
respecto a la potencia instalada (0.08-0.09 km2/MW) y el corto tiempo de residencia del agua,
en promedio 1.5 días. Adicionalmente “ante la posibilidad de que no se construyan los
proyectos binacionales y para no inundar territorio boliviano”, se consideró un régimen de
operación con niveles variables a lo largo del año para el embalse de Jirau (tabla 3), para evitar
que aguas arriba de Abuná, “se mantengan inundadas todo el año áreas antes alcanzadas
solamente durante el período de crecidas”.
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Tabla 3: Curva Guía del embalse Jirau
Variable
Unidad
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Caudal
(Milm3/s) 23.9 29.1 33.6 30.2 22.7 15.9 10.6 6.8 5.6 6.8 10.4 16.6
Nivel agua (m)
90 90 90 90 89.5 87 85 83 82.5 83 85 87.5
Fuente: Complexo hidrelétrico do rio Madeira, estudos de viabilidade, 2004
La resolución 555 de 19/12/2006 de la Agencia Nacional del Agua intentó formalizar lo
anterior de la siguiente forma: IV – el nivel del água normal del embalse Jirau deberá variar
acompañando las condiciiones naturales del rio Madeira, observando la curva-guia abajo
(sección 42.6 de la tabla 4), evaluada anualmente, y respetando los niveles de agua necesarios
para garantizar el transporte de balsas en Abuná y los usos múltiples del agua”. En las
respuestas de Furnas-Odebrecht a las observaciones del IBAMA (mayo 2007), la resolución
555 es usada muchas veces como una “prueba” de que no habrá efectos sobre territorio
boliviano.
Sin embargo, aun sin tomar en cuanta la sedimentación y operando con niveles variables en el
embalse, los estudios de factibilidad (ver tablas 4 y 5) muestran que los niveles naturales
serían modificados para todos los caudales hasta 33600 m3/s. Por ejemplo, para un caudal de
5600 m3/s y el nivel mínimo de operación de Jirau de 82.5 m, el nivel del agua en la sección
42.3 en la confluencia con el río Abuná aumenta de 81.96 a 83.66 m.
Tabla 4: Niveles de agua en condiciones naturales
Sección28=Jirau, sección 42.3=río Abuná, secciòn 42.6=Estación hidrométrica Vila do Abuná
Tabla 5: Niveles de agua con embalse Jirau
Fuente: EIA–Tomo B 7/8, p. 4.14
La interrogante es: ¿cuáles serían los niveles de agua que habría que mantener en el embalse
de Jirau para no afectar los niveles en Abuná y por tanto territorio boliviano? Si son muy bajos
y/o próximos a los niveles naturales, se pone en riesgo la viabilidad del proyecto e incluso, la
justificación para construir la represa. Recuérdese (tabla 2) que la operación con niveles
variables ya afecta fuertemente el factor de carga y por tanto, el costo de la energía generada.
Según el IBAMA: Destacase que la Curva Guía establecida es una curva válida para efectos
Hidráulica y morfología del Río Madera
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Simposio sobre Ríos Transfronterizos. Caso Río Madera
de planeamiento, considerando el caudal medio mensual. En tiempo real el embalse deberá
ser operado a partir de las curvas de remanso y de un sistema de previsión en Abunã,
apoyado en una rede telemétrica en tiempo real en la cuenca del río Madera. En
consecuencia el factor de carga puede estar sobrestimado y la curva guía ser inaplicable si se
exige que el régimen hidráulico arriba de Abuná permanezca inalterado. Como agravante, la
curva guia propuesta no considera los efectos de sedimentaciòn y la consecuente
sobrelevación del nivel del agua, tema que será analizado más adelante.
La figura 6 muestra los perfiles hidráulicos (línea que une los niveles del agua) en el tramo
Jirau-Abuná, para un caudal bajo, uno medio y uno alto, para las situaciones con y sin represa.
Estos perfiles fueron simulados mediante el programa HEC-RAS, Se usaron secciones
transversales obtenidas de levantamientos topobatimétricos y restitución aerofotogramétrica
realizados por los consultores. La simulación se realizó sin considerar el problema de
sedimentación, sea natural o inducida por los embalses.
Figura 6: Perfil de la línea de agua entre Jirau y Abuná
Fuente: Complexo hidrelétrico do rio Madeira, estudos de viabilidade, 2004
Se observa que los niveles del agua con represa son más altos que sin represa para todos los
caudales, excepto los más grandes (48800 m3/s corresponde al caudal máximo histórico). Esto
es particularmente cierto en la cola o extremo superior del embalse, donde empieza el tramo
binacional. Como referencia, la boca del río Abuná se sitúa a 119 km de distancia de la represa
Jirau. La figura 6 muestra que a esa distancia el nivel con represa es claramente más alto, tanto
para caudales bajos (líneas verdes) como para caudales medios (líneas azules). Es decir que,
aún con los niveles variables propuestos en la tabla 3, existirá inundación estacional en el
tramo binacional arriba de la confluencia con el río Abuná.
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Simposio sobre Ríos Transfronterizos. Caso Río Madera
El aumento del niveles está asociado a varios impactos ambientales. Muchas especies de peces
serán incapaces de adaptarse a las nuevas condiciones hidráulicas creadas por el embalse y
desaparecerán. Cambiará la calidad del agua, especialmente en los afluentes, y se crearán
condiciones adecuadas para la proliferación de los mosquitos vectores de la malaria, en una
zona que ya es endémica.
5
MORFOLOGÍA Y SEDIMENTOS
La construcción de una represa y la consiguiente formación de un embalse provoca cambios
morfológicos significativos en el curso de agua afectado. En el embalse se producirán
procesos de deposición de sedimentos y de erosión de márgenes, que pueden extenderse un
tramo aguas arriba. Aguas abajo del embalse ocurrirán procesos erosivos en las márgenes y el
cauce principal, asociados a cambios morfológicos del río que se extienden a una cierta
distancia de la represa. Todos estos cambios son resultado del proceso de adaptación a los
cambios introducidos por las obras hidráulicas y la búsqueda de un nuevo estado de equilibrio
morfológico del río. En todos los casos el embalse tiende a perder gradualmente su capacidad
de almacenamiento y de generación de energía, en el caso de centrales hidroeléctricas. Se
producen también otros cambios asociados a la sedimentación, en su mayoría negativos desde
el punto de vista ambiental.
A pesar de los avances científicos y de técnicas de recolección de datos, es difícil estimar con
precisión la cantidad de sedimento que atrapará un embalse. La dificultad más frecuente es la
falta de información confiable y de larga duración sobre la cantidad de sedimento transportado
por los ríos. Entre los factores que influencian el proceso de sedimentación están la forma y
tamaño del embalse en relación a la cantidad de sedimento que ingresa, la distribución del
tamaño de las partículas, las fluctuaciones en el aporte de agua y sedimentos al embalse y la
forma de operación del embalse (WCD, 2001).
Según el estudio de factibilidad (Furnas et al, 2004), “el río Madera es uno de los mayores ríos
del mundo en términos de descarga sólida, estimada en 750 mill.ton/año”. Sin embargo, las
estimaciones sobre el caudal sólido del río Madera varían mucho según la fuente. Guyot et al
(1995) estimaron un transporte medio de 306 mill.ton/año de sedimentos en suspensión para el
periodo 1978-93 en Porto Velho. En Villa Bella, en la confluencia de los ríos Mamoré y Beni,
los mismos autores estimaron un transporte de 257 mill.ton/año de sedimentos y 36
mill.ton/año de materias disueltas, para el periodo 1983-90. Del total de sedimentos en Villa
Bella, 192 mill.ton/año provenían del río Beni y 65 del río Mamoré. Según Ferreira et al,
(1988, citado por Guyot et al, 1995), el río Madera aporta 550 mill.ton/año de sedimentos en
suspensión y 37-45 mill.ton/año de materias disueltas en su confluencia con el río Amazonas.
Esas estimaciones difieren en un factor de 2. Esto puede deberse a diferencias en los métodos
de medición, de cálculo y a periodos de cálculo no coincidentes. También muestra las
dificultades para obtener información confiable y de larga duración sobre la cantidad de
sedimento transportado por muchos ríos del mundo.
Mediante métodos indirectos (por la profundidad y velocidad del río Madera es muy difícil
realizar mediciones), se estimó que el transporte de fondo representa 6% del caudal en
Hidráulica y morfología del Río Madera
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Simposio sobre Ríos Transfronterizos. Caso Río Madera
suspensión. Se denomina caudal o transporte de fondo al que se mueve por el lecho o cerca del
lecho del río, por arrastre o saltación. El tamaño de las partículas que se mueven por el fondo
es generalmente mucho más grande que el tamaño de las partículas que se mueven en
suspensión. Por eso mismo, son las primeras que se depositan en el fondo de los embalses,
empezando generalmente por el extremo aguas arriba.
La tabla 6 muestra la proporción media de arena, limo y arcilla en los sedimentos
transportados por el río Madera. La fracción de arena (tamaño igual o superior a 0.07 mm y
menor a 2 mm) es de 14.4%. De ese porcentaje, 12% corresponden a arenas finas con
diámetro de hasta 0.25 mm y el restante 2.4% a arenas medias, gruesas y cascajo. Las arenas
representan el material más riesgoso para las turbinas y el que
Tabla 6: Porcentaje de arcilla, limo y arena en los sedimentos del Madera
Sólidos
% Arcilla
% Limo
% Arena
En suspensión
25.0
60.1
9.3
Del lecho
0.1
0.4
5.2
Total
25.0
60.6
14.4
Fuente: Complexo hidrelétrico do rio Madeira, estudos de viabilidade, 2004
Los estudios de factibilidad (2004) y EIA (2005) identificaron una tendencia de aumento de la
carga de sedimentos con el tiempo en el tramo de estudio, lo que tiene gran importancia para
los proyectos Jirau y Santo Antonio. Mediante el método de doble masa y los datos
disponibles de la ANA, de la FURNAS y del USGS, se halló que a partir de 1990, se produjo
un cambio significativo en la relación caudal sólido con caudal líquido, como se observa en la
figura 7. La tasa anual media de aumento de la carga de sedimentos R fue estimada en 1.83%,
lo que probablemente esté asociado al aumento de la erosión en la cuenca.
En condiciones naturales las características hidráulicas del tramo Abuná-Porto Velho
favorecen el tránsito de sedimentos, pero es necesario evaluar si eso cambiará con la
construcción de las represas. Para ello y mediante métodos preliminares como el de la curva
de Brune, se estimó que aproximadamente un 50% del volumen de ambos embalses se
perdería por la deposición de sedimentos. Después de un cierto tiempo (22 a 28 años de
operación), ya no habría deposición y todo el sedimento pasaría por las turbinas y vertederos.
Considerando la gran cantidad de sedimentos que pasará por los sistemas de descarga desde el
inicio de la operación, los autores recomiendan “que las turbinas y demás equipos sean
proyectados para soportar los impactos de esas partículas”.
El estudio sedimentológico que forma parte del EIA usó un método más avanzado para
estimar la deposición de sedimentos: el modelo matemático unidimensional (HEC-6), aplicado
a todo el todo el tramo entre Villa Bella y Porto Velho. El modelo necesita, entre otras cosas,
de secciones transversales del río, que no estaban disponibles para todo el tramo. Para el
subtramo aguas arriba de Abuná se recurrió a batimetrías parciales del lecho del río Madera,
que cubrían un ancho de 60 m del canal central del río. Se consideraron dos hipótesis de
evolución de la producción de sedimentos: a) una condición estabilizada que mantiene la
Hidráulica y morfología del Río Madera
III-11
Simposio sobre Ríos Transfronterizos. Caso Río Madera
situación actual (R=0%) y b) una condición de crecimiento de la producción de sedimentos de
2% anual. Para cada hipótesis se simularon varias alternativas.
Figura 7: Curva de doble masa – río Madera em Porto Velho
30000000
2001
25000000
20000000
15000000
1990
10000000
5000000
1970
0
0
100000
200000
300000
400000
500000
600000
700000
Q L Acumulada (m³/ s)
Fuente: Complexo hidrelétrico do rio Madeira, estudos de viabilidade, 2004
La figura 8 ilustra los resultados obtenidos para una de las alternativas. El perfil actual del
fondo del lecho se muestra como una línea color marrón oscuro. El perfil después de 50 años
de operación de las represas se muestras en color marrón claro. La figura 8 muestra también
los niveles del agua al inicio (línea azul) y después de 50 años (línea roja). El aumento más
grande de nivel se produzca cerca de la cachuela de Riberao (km 398), situada en el tramo
binacional. El nivel de agua en este punto sube cerca de 6 m en 50 años para el caudal de
17000 m3/s. Esa diferencia significa que un extenso tramo del río Madera aguas arriba de la
confluencia quedaría inundado, al igual que un tramo del río Abuná, cuya desembocadura
quedaría parcialmente bloqueada por los sedimentos y el nivel del agua del río principal.
Los resultados anteriores son compatibles con lo que se conoce del comportamiento de
embalses. En particular, con la formación de depósitos de material grueso en el extremo aguas
arriba del embalse. El modelo predice, como era de esperar, que la mayor parte del sedimento
será transportado aguas abajo, pero que una parte se depositará, incluso en el subtramo
binacional aguas arriba de Abuná, afectando por tanto territorio boliviano. El modelo predice
que entre 93 y 97% de la arena que transporta el río Madera sería retenida en el tramo de
estudio durante los 50 años de simulación. En cambio, prácticamente todo el material fino
(limo y arcilla) pasaría aguas abajo. Finalmente, los autores mencionan que cabe esperar la
construcción de las represas de Guajara-Mirim reduciría la sedimentación en los embalses
Jirau y Santo Antonio.
Hidráulica y morfología del Río Madera
III-12
Simposio sobre Ríos Transfronterizos. Caso Río Madera
Figura 8: Perfil del lecho y de la línea de agua para el caso 2-90-C
Los resultados del estudio sedimentológico provocaron un revuelo en Brasil, porque indican
explícitamente que habrán impactos transfronterizos y que territorio boliviano será afectado
por el embalse de Jirau. Esto pone en duda la viabilidad misma del proyecto y abre la
posibilidad de que Bolivia demande a Brasil ante tribunales internacionales. A consecuencia
de todo esto, Furnas y Odebrecht descartaron los resultados de sus propios estudios de
factibilidad y EIA, con el argumento que se basaron en información incompleta.
Posteriormente el consorcio contrató a consultores, cuya opinión “experta” sirvió de base para
afirmar que “no habrá sedimentación significativa en los embalses y por tanto, no deberán
ocurrir sobre-elevaciones de los perfiles de la línea de agua” (Furnas, Odebrecht, 2007). Con
esos argumentos y gracias al apoyo político del Gobierno brasileño, se concedió la licencia
ambiental a las dos represas en julio de 2007. La licitación de la hidroeléctrica de Santo
Antonio se hará efectiva el 30 de octubre. La posición oficial brasileña es que no habrá
impactos de ningún tipo en Bolivia lo que, como se ha visto, no tiene sustento técnico y
requiere de una buena dosis de fe. Al mismo tiempo, se manipula a la opinión pública y al
Gobierno boliviano mediante ofertas de apoyo para realizar los estudios de la represa
binacional y de otros proyectos hidroeléctricos.
6
CONCLUSIONES
La probabilidad de que los proyectos brasileños de Jirau y Santo Antonio tengan impactos
negativos sobre territorio y población boliviana es muy alta. Pero la manipulación de que han
sido objeto los resultados de los estudios dificulta la evaluación de la magnitud de esos
impactos. En el caso específico del comportamiento hidráulico y morfológico del río Madera,
quedan varias interrogantes y tareas pendientes. Los mismos autores del estudio
hidrosedimentológico proponen una segunda etapa de levantamientos topobatimétricos y
perfiles longitudinales, así como mediciones de descarga líquida y sólida, incluyendo
Hidráulica y morfología del Río Madera
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Simposio sobre Ríos Transfronterizos. Caso Río Madera
mediciones de descarga sólida en algunos afluentes importantes, como es el caso del río
Abuná y los ríos Mutum-Paraná y Jaci-Paraná.
Siendo un tema de interés nacional, es necesario que los técnicos aporten a la discusión con
información y análisis fundamentados. ENDE se encuentra actualmente llevando a cabo un
levantamiento topobatimétrico del tramo entre Abuná y Guayaramerín. Con esa información,
la que se ha pedido al Brasil y la que se puede obtener de varios programas de investigación,
se podría llevar a cabo análisis independientes, recurriendo incluso a modelos, de tal manera
de obtener resultados más precisos y confiables. La identificación de vacíos de información y
simplificaciones metodológicas utilizadas en la modelación, son en realidad un aporte y
ayudan a definir las tareas pendientes..
Esos resultados proveerán de sustento técnico, pero el país ya pudo y debió tener una posición
oficial sobre los proyectos hidroeléctricos del río Madera. Solamente los sectores sociales del
Norte Amazónico han manifestado su posición firme y clara. Han pasado más de cuatro años
desde que la sociedad civil dio la voz de alerta sobre esos proyectos y que el mismo Gobierno
brasileño los presentó en La Paz y simplemente se ha dejado que el proceso siga su curso. Se
han perdido ya muchas oportunidades de intervenir y a medida que avanza el tiempo, la
situación empeora.
Además de los impactos ambientales negativos, existen aspectos legales, geopolíticos y
sociales que deben ser tomados en cuenta al adoptar una posición. El país debe avanzar al
mismo tiempo en tareas importantes como un marco legal que asegure el control de nuestros
recursos naturales, Políticas nacionales de Energía y Aguas Internacionales y estrategias,
planes y programas de desarrollo energético de corto, mediano y largo plazo, que identifiquen
y respondan a las necesidades del país y de la Amazonía boliviana. Pero no se puede esperar a
concluir esas tareas para tomar una decisión. Con toda probabilidad, sería demasiado tarde.
REFERENCIAS
Angulo, G., Al Mar por las Hidrovías de la Integración Sudamericana.
Guyot, J.L., Quintanilla, J., Cortés, J & Filizola, N. 1995. Les flux de matières dissoutes et particulaires
des Andes de Bolivie vers le río Madeira en Amazonie Brésilienne. En Memorias del Seminario
Internacional de Aguas Glaciares y Cambios climáticos en los Andes Tropicales.
PCE-Projetos e Consultorias de Engenharia, Furnas Centrais Elétricas SA y CNO-Constructora
Noberto Odebrecht SA, 2002. Inventário Hidrelétrico do rio Madeira, trecho Porto Velho – Abunã,
relatorio final. Noviembre 2002.
PCE, Furnas, Odebrecht, 2004. Complexo hidrelétrico do rio Madeira, Estudos de Viabilidade do AHE
Jirau, nov. 2004, Brasil.
PCE, Furnas, Odebrecht, 2004. Complexo hidrelétrico do rio Madeira, Estudos de Viabilidade do AHE
Santo Antônio, nov. 2004, Brasil.
Furnas, Odebrecht, 2007. Respostas as perguntas apresentada pelo IBAMA no ambito do processo de
licenciamiento ambiental do complexo Madeira.
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