MANUAL DE RESPONSABLES DE LA ASOCIACIÓN « COOPERADORES SALESIANOS » edición abierta a nuevas aportaciones consulta mundial VIA DEI,LA PISANA, 1111 -- ROMA agosto de 1993 PRESENTACIÓN Presentar un libro es como llevar un niño al bautizo: se expresan los mejores deseos e ilusiones de que se críe bien, llegue más lejos que los adultos presentes a la ceremonia y que viva feliz muchos años. Pero aquí no estamos ante una criatura por la que llorar si no todo sale según nuestros sueños. Estamos ante un texto que debemos mirar con ojos críticos para completarlo, corregirlo y adecuarlo a la realidad. Todo ello no quita importancia al Manual que tenéis en vuestras manos, preparado por voluntad de la Consulta Mundial de Cooperadores para responder a ciertas necesidades de los centros. Su valor consistirá en la capacidad de provocar reacciones, de no pasar inadvertido y de crear un ambiente donde se vea si lo que dice corresponde a la vida de cada día. Hay un aspecto que no podemos dejar de comprender: el deseo de dirigirse a los responsables de la Asociación, encargados de ser sus animadores y dirigentes. Es decir, los destinatarios de esta obra son los "mandos" de la organización. Es un número restringido de personas, pero se ponen las bases para formar nuevos coordinadores, consejeros responsables de sector, delegados y delegadas. Su destinatario es, por tanto, el reducido grupo de personas de las que depende, ordinariamente, el desarrollo y vitalidad de los centros o su estancamiento. Es aquí donde brotan los buenos deseos, surgidos de una idea que debiera ser un hecho: lograr una formación de calidad. El nuevo Manual afronta este problema desde las siguientes perspectivas: − desde cada persona en particular, con su riqueza interior, espiritual y evangélica; − desde el grupo que es el Consejo de Centro o el inspectorial, como núcleo de animación y orientación; − desde las distintas funciones, encomendadas a personas que no deben ser dueñas de un área, sino fieles custodios de un bien común; - desde la necesidad de formación espiritual, para asegurar la eficacia de lo que se propone a las otros; - desde la importancia que tiene la organización externa, no como mera formalidad vacía e inútil, sino como apoyo y desarrollo de la formación interior; − desde la característica salesiana del ser y actuar de los responsables de la Asociación, con objeto de proseguir la magnífica experiencia comenzada por san Juan Bosco. Pero es mucho más lo que hay en este libro, que, por fidelidad a los que le han precedido, también se llama "manual". V Desea, pues, vivir y crecer en las manos sensibles y activas de todos sus primeros destinatarios. Siento la necesidad de dar las gracias, en nombre de la Asociación y de cuantos se van a beneficiar de él, a todos los que directa o indirectamente han colaborado a su nacimiento. Sólo me queda confiarlo y recomendarlo a los animadores y dirigentes de la Asociación de Cooperadores Salesianos. Que san Juan Bosco os asista en el trabajo. Afmo., Antonio Martinelli Consejero General del sector "Familia Salesiana" Roma, 15 de agosto de 1993 VI INTRODUCCIÓN 1. Breve historia del "Manual de dirigentes de los Cooperadores Salesianos" En 1883, durante el III Capítulo General salesiano, se propuso y se debatió la idea de hacer un Reglamento para dirigir la Pía Unión de Cooperadores. La asamblea aprobó la propuesta e hizo votos para que se redactara de modo conveniente, teniendo en cuenta las observaciones del debate. Don Bosco, que ya había hecho algunas aclaraciones, se encargó de ello y el mismo año de 1883 Io imprimió con el título de Normas generales para los Decuriones de la Pía Unión de Cooperadores Salesianos. Son diecisiete normas generales -provisionales hasta que se compusiera un manual a propósito- impresas en la tipografía salesiana de Sampierdarena 2 . Don Miguel Rúa sintió la necesidad de una guía que indicara el modo de cooperar y que, al mismo tiempo, ayudara a mantener el espíritu de la Unión y a robustecer su estructura. En 1893 hizo, pues, preparar un Manual. El mismo año se convocó el primer congreso de directores diocesanos y decuriones. Tuvo lugar el 12 y 13 de septiembre, cerca de la tumba de san Juan Bosco, en el colegio de Valsálice (Turín). Los congresistas ya conocían el Manual teórico práctico para los Directores y Decuriones de la Pía Unión de Cooperadores Salesianos, que se imprimiría, el mes de diciembre, en la tipografía salesiana del Oratorio de Turín con presentación-de don Miguel Rúa, que, tras recordar brevemente la historia de la Asociación, definía la tarea de los directores diocesanos y de los decuriones, y daba normas para la creación de Comités de Cooperadores y Subcomités de Cooperadoras que apoyaran las Obras Salesianas. Daba también directrices para las conferencias de propaganda, indicaba detalla damente las principales formas de apostolado recomendadas por el Fundador y ofrecía ideas y fragmentos de conferencias publicadas en el Boletín Salesiano 4 . En 1894 el mismo don Miguel Rúa mandó un ejemplar del citado Manual a los directores de las casas indicando que se leyera en el comedor para que lo conocieran todos los Salesianos 5 . En 1895, don Miguel Rúa, durante el VII Capítulo General, que presidía, sometió a una comisión especial el estudio de algunas no;nuas que regularan las relaciones de los Cooperadores con las obras salesianas y de éstas con la Dirección General de Turín en lo relativo a los mismos. Dichas normas se insertarán, en once artículos, al final de los Reglamentos de la Sociedad Salesiana, publicados a continuación de las Constituciones6 . El Manual de 1893 fue ampliado y mejorado en sucesivas ediciones hasta 1898 con el título de Manual teórico práctico para uso de los Decuriones y Directores de la Pía 1 Memorias Biográficas, XVI, 448-453. 2 G. FAvINI, II cammino di una grande idea, LDC, Turín 1962, 98, 105-108. ' 3 E.CERIA, 1 Cooperatori salesiani. Un po di storia, SEI, Turín 1952, 67. 4 G. FAVINI, o.c., 189 s. E. 5 CERIA, o.c., 67. E. 6 CARTA, o.c., 68. VII Asociación de Cooperadores Salesianos de Don Bosco (Tipografia Salesiana, Turín 1898, 162 páginas). Incluye una fotografía de Don Bosco con autógrafo, la imagen de san Francisco de Sales y un prólogo de don Miguel Rúa, fechado el 8 de diciembre de 1893 y dirigido a los «beneméritos cooperadores». Tiene tres partes más un anexo de "pautas" para Conferencias y dos apéndices. El 111 Congreso, celebrado en Turín el mes de mayo de 1903, aprobó las directrices de la actividad de los Cooperadores; son una adaptación práctica del Reglamento a las necesidades de la épocar. En 1904, durante el X Capítulo General, don Miguel Rúa propuso que se codificaran una serie de Directrices para los Salesianos en treinta y siete artículos, teniendo en cuenta las decisiones de los capítulos precedentes e insertándolas, como apéndice, al final de las Constituciones. Para facilitar esta operación editó un opúsculo aparte, titulado Pía Unión de Cooperadores - Reglamento para uso de los Socios Salesianos2. En 1917 don Pablo Albera hizo una nueva edición de dicho Reglamento3. Alrededor de 1920, don Felipe Rinaldi preparó y envió a los dirigentes de la Pía Unión un 'Apéndice" al Reglamento, donde, vistas por los superiores y aprobadas por el Rector Mayor don Pablo Albera, se incluían las normas dadas, en 1915, por el congreso de Cooperadores de Sáo Paulo (Brasil)4. El Manual de 1893 se reeditó en 1898, 1917, 1920 y 1941. La última edición fue publicada, con el visto bueno de don Renato Ziggiotti, en la Escuela Tipográfica Salesiana de Turín (Cl. Cottolengo, 32); se omitía la parte de las conferencias. En 1958, Guido Favini, secretario general de Cooperadores, sacó a luz el Manual de dirigentes de la Pía Unión de Cooperadores Salesianos, en edición extra comercial de la T ,DC, impresa en la casa Tecnograph de Turín. Su edición definitiva es de 1959, encuadernada en plástico verde, con el visto bueno de Agustín Archenti e impresa en el Instituto Salesiano de Artes Gráficas, Calle Don Bosco (provincia de Asti). Como escribe don Renato Ziggiotti, ofrece noticias e ideas claras y precisas sobre la Tercera Familia Salesiana y da normas prácticas para su organización y funcionamiento. El mismo la presenta a los Cooperadores el 31 de enero de 1959. Este Manual comprende: introducción, con la historia de la Pía Unión; parte 1: organización; parte II: cuidado de los inscritos; parte 111: formas de apostolado; parte IV: normas y directrices del XVIII Capítulo General de los Salesianos para la Pía Unión; parte V: tesoro espiritual (indulgencias, privilegios); apéndice con esquemas de conferencias. En 1975 se publica el pequeño volumen Cooperadores Salesianos - Manual de Dirigentes, en edición extra comercial, con presentación sin firma donde se explican las principales razones de su nacimiento. La edición anterior, de 1959, «cuidada con amor y competencia por Guido Favini», estaba agotada y necesitaba ser actualizada a la luz del Nuevo Reglamento de Cooperadores y de las decisiones tomadas por los superiores en los últimos años. Se explican los criterios y principios que lo han inspirado y su fin: es un instrumento de trabajo, orientación y consulta para facilitar la aplicación del Nuevo 1 E. CERIA, o.c., 73. 2 G. FAvIN1, o.c., 199. 3 E. CERIA, o.c., 81. E. CERIA, o.c., 86. V1II Reglamento de Cooperadores, y se propone facilitar la unidad de dirección entre los centros y la creatividad y eficacia de la acción. En 1977, siendo Rector Mayor don Luis Rícceri, consejero de Pastoral de Adultos (y Cooperadores) don Juan Raineri y delegado central Mario Cogliandro, se hace la segunda edición del mencionado Manual, en formato de bolsillo, junto con una Guía para la formación de los Cooperadores. Comprende: presentación; introducción; 1: el Cooperador; II: campo de la misión; III: el Centro; IV: Consejo inspectorial; V: Consejo nacional; VI: Dirección General; Documento para los Salesianos, y en Apéndice: 1. material de ayuda; 2. beneficios espirituales; 3. convención entre Salesianos e Hijas de María Auxiliadora (1974); 4. ejemplo de Reglamento del Consejo nacional. Los Manuales de Dirigentes de 1898 a 1941 fueron escritos para los dirigentes de la época, o sea, los directores diocesanos y Ios decuriones (sacerdotes diocesanos). Los de 1958 y 1959 estaban destinados a los superiores salesianos (Dirección General, inspectores, delegados inspectoriales, directores de las casas y delegados locales) y a los directores diocesanos y decuriones. En ellos aparecen por primera vez un "Consejo Superior de Cooperadores" (del que también forman parte cooperadores seglares) y los celadores, asimismo seglares, algunos de los cuales serán elegidos para formar un Consejo local y el Consejo inspectorial. El Manual de 1975 y de 1977, fruto del posconcilio, prevé por primera vez la elección de dirigentes seglares. 2. Proceso de redacción del nuevo "Manual de responsables de la Asociación de Cooperadores Salesianos" El presente Manual es fruto de un trabajo comenzado en 1987, cuando, durante la segunda reunión de la Consulta mundial, se vio la necesidad de dar una serie de orientaciones a los dirigentes y animadores de la Asociación com. o punto de referencia coherente e igual para todos. A primeros de 1988, tras sugerencia de don Sergio Cuevas, José Reinoso trazó un esquema del posible contenido del futuro manual de dirigentes, dividido en capítulos, y lo mandó a un grupo de cooperadores, salesianos e Hijas de María Auxiliadora para que opinaran y aportaran cuanto les pareciera conveniente. En su reunión de 1989, la Consulta Mundial examinó con atención el nuevo esquema y decidió adoptarlo y dar vida al nuevo manual, pedido con insistencia por los animadores de la Asociación. En dicha reunión se distribuyeron entre los consultores los sectores de trabajo, las tareas precisas y los plazos para hacer una labor orgánica sobre el tema, según la experiencia de cada uno. Algunos consultores -Pierangiolo Fabrini, Katalaie Kabeya y María Teresa Martellientregaron a la Secretaría Ejecutiva Central la redacción de varios capítulos. Posteriol 'mente se acudió a algunos cooperadores de Italia expertos en los diversos sectores. Los criterios para esta selección fueron básicamente su capacidad, competencia y experiencia, así como su vivencia de la vocación de Cooperador con sensibilidad y características laicales. Este trabajo lo tomó con interés el coordinador general, Paolo Santoni, que llamó a Oliviero Zoli, Luigi Sarcheletti, Silvio Mila, Lello Nicastro, Nino Sammartano, Turi Mobilia, Giuseppe Ceci y Lella Foti. Se invitó a los redactores a un encuentro de revisión conjunta del material recibido. Asistieron Daniela Beretta, Luigi Sarcheletti, Pierangiolo Fabrini, María Collino, José Reinoso, Paolo Santoni y W Teresa Martelli. IX En la Secretaría Ejecutiva Central se reorganizó todo el material y se integró y completó con las observaciones de los asistentes al encuentro. La Consulta Mundial, en sesión de junio de 1991, vio y analizó sistemáticamente el primer borrador e hizo sus observaciones. Con ello se procedió a una redacción sistemática, completa y lo más uniforme posible. Pierangiolo Fabrini, de la Consulta Mundial, ensambló después las diversas partes. Concluida esta etapa, se reunió un grupo restringido de cinco consultores más el ex coordinador general Luigi Sarcheletti, para hacer una revisión general, de la que salió un texto que, sin ser definitivo, ya aparecía unificado y coherente en su conjunto. La última fase contó con la aportación significativa y enriquecedora de don Antonio Martinelli. Con los consultores encargados de la última redacción, analizó la claridad en la exposición de los temas, la unidad y lógica interna de su contenido y la fidelidad a los objetivos establecidos al comenzar el trabajo. El nuevo Manual recoge algunas normas e indicaciones confiirnadas por la experiencia, ofrece otras nuevas e invita a una atenta experimentación del mismo. Este Manual tiene en cuenta, sobre todo, el Reglamento de Vida Apostólica (RVA) y a su Comentario oficial. Cuando parece oportuno, se hace también referencia a los documentos conciliares y a otros más recientes del Magisterio de la Iglesia. Quiere ser un instrumento de trabajo, orientación y formación, especialmente aunque no sólo, para los dirigentes y animadores que nunca dejan a un lado su preparación, para servir cada vez mejor a cada uno de los cooperadores y a la Asociación. X PRIMERA PARTE PARA UNA ANIMACIÓN DE CALIDAD EN LA ASOCIACIÓN DE COOPERADORES SALESIANOS Capítulo 1 OPCIÓN SALESIANA DE LA ANIMACIÓN EN LA VIDA DE LA ASOCIACIÓN Capítulo II RESPONSABLES DE LA ASOCIACIÓN Capítulo III FORMACIÓN DE LOS RESPONSABLES DE LA ASOCIACIÓN Capítulo IV ESTRUCTURAS DE ANIMACIÓN Capítulo V MÉTODOS Y MEDIOS DE ANIMACIÓN Capítulo VI APOSTOLADO DEL COOPERADOR Y SU PROGRAMACIÓN 1 CAPÍTULO 1 OPCIÓN SALESIANA DE LA ANIMACIÓN EN LA VIDA DE LA ASOCIACIÓN 1. Introducción A. B. Un aspecto de la naturaleza original de la A.C.S. El RIA y las competencias que atañen a los seglares y a los religiosos responsables 2. La animación 3. La animación salesiana 4. La animación salesiana en la A.C.S. 5. Responsables de la animación en la A.C.S. 6. Una mirada rápida al responsable animador A. B. Dimensión personal Servicio de animación 7. Algunas precisiones importantes 3 1. INTRODUCCIÓN A. Un aspecto de la naturaleza original de la A.C.S. Según el pensamiento de san Juan Bosco, recogido en el Capítulo General salesiano de 1971-72, los Cooperadores son, con pleno derecho, parte de la Familia Salesiana y en ella tienen responsabilidades particulares en la realización del proyecto apostólico del Fundador. Para comprender su originalidad, hay que tener en cuenta dos principios: * la unidad institucional de Cooperadores y Salesianos1; * la justa autonomía de los Cooperadores, que no debe confundirse con separación. La Congregación Salesiana es, por voluntad del Fundador, el centro de estabilidad, cohesión y animación. El Rector Mayor, sucesor y, por tanto, representante de la paternidad carismática del Fundador, es el superior de la Asociación y en ella tiene la función de Moderador Supremo2. La autonomía de la Asociación ha de verse a la luz de su unión particular con la Congregación Salesiana, que tiene el mismo superior (y también de la relación especial con las Hijas de María Auxiliadora), y en conexión con dichos vínculos. Dicha autonomía se concreta en el artículo 43 § 1: «La Asociación, en sus ámbitos local e inspectorial, se rige colegialmente por un Consejo». El resto del artículo define la composición de los Consejos, mientras que el 44 señala sus principales funciones y funcionamiento, especificando los aspectos que son competencia de los Cooperadores. Esta dirección autónoma es colegial, conforme a Ios principios del Vaticano II sobre el apostolado asociado3; por esta razón eI órgano directivo, en sus distintos niveles, es siempre un Consejo. Así pues, comunión, autonomía y colegialidad definen la identidad de la Asociación en la Familia Salesiana. B. El RVA y las competencias que atañen a los seglares y a los religiosos responsables El RVA recoge estos principios4; en esta línea, indica: 1. los sectores de responsabilidad típica (no exclusiva) de los religiosos: asistencia espiritual y formación salesiana, especialmente apostólica; 2. los sectores en que los seglares, por sus Consejos de Cooperadores, tienen una responsabilidad particular conforme a la autonomía de la Asociación: actividades apostólicas, información y formación especialmente secular, organización, administración, propuestas, recursos; 3. algunos sectores de competencia común, porque se trata de realidades que requieren la contribución de ambas partes; por ejemplo, los aspectos fundamentales de la foi mación. RVA, arts. 5 y 24. 2 RVA, art. 23 § 1. En particular, Apostólicam actuositátem 19. 5 4 RVA, en particular, arts. 23, 24, 42 § 2, 46, 25 §l, y el artículo 1 de la Convención entre los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora del 16 de agosto de 1986. En este contexto de comunión, autonomía y colegialidad se sitúa la animación de la Asociación, en la que intervienen seglares y religiosos para contribuir complementariamente a su crecimiento. Unos y otros, en su trabajo de animación, deben tener conciencia de la autonomía de la Asociación en la comunión institucional, sostenida por la colegialidad en la responsabilidad de la animación. 2. LA ANIMACIÓN El término "animación" engloba una realidad muy amplia. Es una aproximación moderna a la acción de gobierno y al trabajo con grupos humanos. Aquí nos limitaremos a algunos aspectos esenciales para una animación provechosa de los Cooperadores. − Es un estilo de actividad que hace crecer desde la participación y que, por tanto, se presenta como sugerencia, motivación y persuasión, y no como imposición o coacción externa, ni siquiera de tipo moral. - Es una opción que afecta a todos los grupos fundamentales de la Familia Salesiana (Salesianos, Hijas de María Auxiliadora y Cooperadores) y los hace actuar según esa línea concreta de compromiso y servicio. − Es un proceso que hace participar corresponsablemente para realizar un proyecto evangélico común. - Es docilidad al Espíritu del Señor, primer animador de todo el pueblo de Dios en el mundo s . 3. LA ANIMACIÓN SALESIANA En este contexto, la animación salesiana es expresión del Sistema Preventivo, que, basándose en la razón, la religión y el amor: − busca el crecimiento de la persona; − educa en la responsabilidad de la plenitud de la propia vida; - ofrece las condiciones para participar personalmente en un proyecto común. La animación salesiana es la realización plena - del espíritu cordial de san Juan Bosco, - de la pedagogía del acompañamiento, - de la presencia y − de la asistencia que apela a los recursos interiores de la persona, haciéndola progresivamente responsable de su propio crecimiento 2 . 4. LA ANIMACIÓN SALESIANA EN LA A.C.S. En la A.C.S., la animación se vive con destinatarios particulares: − jóvenes y adultos, - seglares y sacerdotes, - padres de familia y educadores, − profesionales y obreros. s Cf.RVA, art. 27§2. 2 Cf. RVA, art. 15. 6 Tiene las características de la animación salesiana y presta un servicio de: ayuda a la formación espiritual salesiana favoreciendo la comprensión del compromiso apostólico personal y asociativo; - estímulo al discernimiento y fidelidad vocacional mediante iniciativas adecuadas para el desarrollo de la generosidad en la donación; - profundización de la responsabilidad social y cultural, mediante la inserción en un proyecto evangélico de promoción humana y cristiana en la Iglesia local. La animación es una obra de asistencia y acompañamiento según el estilo de san Juan Bosco. Supone: - capacidad de diálogo: capacidad de escucha efectiva y de respuesta motivada y adaptada al interlocutor; - capacidad de comunicación: capacidad de hacerse escuchar y, por tanto, de saber hablar de corazón y al corazón; - capacidad de discernimiento: saber captar los problemas, las circunstancias y el modo de ver y sentir de los demás, así como la clase de ayuda pedida, y las cualidades y capacidad de las personas, etcétera. Requiere, además, sensibilidad, generosidad, espontaneidad, sinceridad y sentido de fraternidad, colaboración y comunión1 . 5. RESPONSABLES DE LA ANIMACIÓN EN LA A.C.S. El primer animador del pueblo de Dios y, por tanto, de los Cooperadores, es el Espíritu Santo. El RVA especifica asimismo a quién, dócil al Espíritu, se confía el papel de animación en la Asociación. * En el ámbito local, quien anima las actividades es el Centro local 2 por medio de su Consejo 3 ; conviene no olvidar que del Consejo local forman parte el delegado o delegada local, y, según el espíritu del art. 23 § 3 del RVA, convendrá implicar también a los directores y directoras. * En el ámbito inspectorial5 , para promocionar y coordinar las iniciativas de formación y de apostolado, se acude al Consejo inspectorial 6 , al delegado y la delegada inspectoriales 7 , a los inspectores s y a las inspectoras 9 . 1 RVA, en particular, arts. 3, 8, 10, 111 16.1 18.1 19, 20.2, 22.1, 24.1, 26, 31.2, 33.2, 34, 38. 2 RVA, art. 41. s RVA, arts. 44, 45 § 1. 4 5 6 7 a RVA, arts. 46, 25 §1; Convención, arts. 11 § 2 y 12. RVA, art. 42 § 1. RVA, am. 44 y 45 § 2. RVA, arts. 46, 25 § 1; Convención, am. 11 § 2 y 12. RVA, art. 23 § 3. 9 Convención, arts. 1. 2. 7 ∗ En el ámbito mundia4 los animadores son el Rector Mayor, la Consulta Mundial de Cooperadores2 y el Consejero de Familia Salesiana 3 . ∗ Donde parezca conveniente, se pueden constituir organismos de animación de ámbito nacional ylo regional, que respondan a los fines previstos en el artículo 47 del RVA 4 . El presente Manual, por una opción muy precisa, se dirige de modo particular a los miembros de los Consejos de todos los niveles (local, inspectorial, nacional, regional y mundial), que tienen responsabilidades concretas y específicas según el RVA. 6, UNA MIRADA RÁPIDA AL RESPONSABLE ANIMADOR A continuación se dan sintéticamente algunas indicaciones sobre la figura del responsable animador, de acuerdo con las principales características personales que se le piden y en relación al servicio de animación que debe prestar. A. Dimensión personal Para que el responsable pueda desempeñar bien su papel de animador y ofrecer un servicio de calidad necesita algunos requisitos, que afectan especialmente al ámbito personal y deben cultivarse y desarrollarse siempre con diligencia y dinamismo. L Ser educador. Parte integrante y substancial del animador salesiano es poner en el centro la educación y sus procesos. Por lo tanto: − aplica eI Sistema Preventivo, método educativo impregnado de la caridad del Buen Pastor 5 ; - procura vivir y dar testimonio del valor de la fe; crea las condiciones necesarias para que otros cooperadores crezcan en su identidad humana, cristiana y salesiana. 2 Ser persona de comunión en la Asociación y en las relaciones con Ios demás grupos de la Familia Salesiana, con la Iglesia y con la zona. 3. Estar atento a la evolución de los tiempos − en sintonía con la realidad que debe animar; − a la escucha de las necesidades y urgencias de los hermanos; 1 RVA, art. 23 § 1-2. 2 RVA, art. 2 3 § 2 . 3 RVA, ara 23 § 1. 4 Las regiones de la A.C.S son doce: Italia-Oriente Medio, Centro de Europa, Ibérica, Anglohablante, Atlántica, Brasil, Pacífico-Caribe Norte, Pacífico-Caribe Sur, Asiática, India, África de lengua inglesa, África de lenguas francesa e ibéricas. Son numerosas las referencias, incluso prácticas, en el RVA; cf., en particular, los arts. 1 § 1, 9, 15 entero, 29 § 2, 31 § 2, y también los artículos 7, 9, 12, 18, 26, 28, 31, 33 § 3, 40. 5 8 − dispuesto a interpretar los signos concretos de la vida, con objeto de llevar la Asociación hacia perspectivas y soluciones de futuro. 4. Estar abierto al sentido de Iglesia − identificándose con su vida y su historia, - asumiendo las indicaciones de la tradición y la novedad del camino eclesial, − haciendo la renovación que proponen el Pastor universal y los pastores locales, ofreciendo a los grupos e instituciones eclesiales la riqueza del carisma de san Juan Bosco. 5. Estar atento a la persona. Significa, en particular: - tratar de conocer las preocupaciones actuales de las personas a que se dirige; compartir su vida y sus dificultades cotidianas; − tener eI sentido de los otros; - saber vivir con ellos, evitar polémicas inútiles y no ofender su sensibilidad; poner la fuerza del propio corazón al alcance y servicio de todos; - conocer a todos e interesarse sinceramente por sus problemas, haciéndose capaz de suscitar un dinamismo que envuelva y arrastre y de encontrar mejoras que susciten reacciones positivas. 6. Ser capaz de formación continua. El responsable animador salesiano no puede dar por terminada su foi nuación cuando acepta servir a los demás. Al contrario; precisamente de ese servicio nace la necesidad de continuarla. La formación no significa que se ha adquirido algo de una vez para siempre; se pone el acento sobre la experiencia vivida durante eI proceso de formación. No basta la formación intelectual y doctrinal; hoy se requiere una formación continua, completa y unitaria: el formador se realiza viviendo de modo unitario y coherente, integrando vida espiritual y vida profesional, servicio a la misión y compromiso vocacional. La vida en su totalidad y conjunto, con sus diferentes etapas, está siempre en desarrollo. B. Servicio de animación Para realizar una acción eficaz, el responsable animador procurará desarrollar prioritariamente algunas cualidades que caracterizan su servicio de animación. 1. Disponibilidad, que significa: − poner a disposición su tiempo y su competencia, − saber escuchar y aceptar el punto de vista de los demás, - saber insertarse con entusiasmo y colaboración activa en lo que proponen los otros, llevándolo adelante con responsabilidad y evitando dedicarse sólo a aquello en que aparece como protagonista. Esto supone dedicación sincera a la Asociación, sobre todo, al grupo que debe animar, y vivir el celo apostólico que ha aprendido de san Juan Bosco. 2 Implicación: − comprenderá y hará comprender que no estamos llamados a trabajar solos; suscitará interés y apasionamiento por las iniciativas concretas y por el proyecto entero de san Juan Bosco; - sabrá exponer sus ideas de modo vivo, concreto, directo y al alcance de todos; 9 - buscará el asentimiento motivado de los demás, exigiendo coherencia con Ios compromisos asumidos. 3. Creatividad podrían ponerse muchísimos ejemplos concretos; nos limitamos a algunas sugerencias: − aprovechar ocasiones y circunstancias, medios y recursos para hacer el bien, incluso cuando la situación no parece la mejor ni la más adecuada; - ofrecer a la Asociación nuevos estímulos, perspectivas, compromisos y objetivos sin repetir siempre lo mismo; − ir delante del grupo en la previsión, de algún modo profética, de lo que puede ocurrir en el mundo y en la Iglesia; - mirar lo nuevo como posible camino del Espíritu Santo para sugerir respuestas a las nuevas necesidades; - unir realismo y esperanza, audacia y prudencia, preparación y abandono en Dios. 4. Acompañamiento Es un estilo de estar al lado del otro, modo moderno de vivir la dinámica de la asistencia peculiar del Sistema Preventivo. Se trata de una opción muy importante para el responsable de la Asociación; este aspecto se profundizará en el quinto capítulo. 5. Familiaridad Es el modo de hacer típicamente salesiano, que − elimina distancias, - hace que todos se sientan a gusto, - suprime las formalidades inútiles, sin detrimento de la cortesía y el respeto, − implica, en igualdad de condiciones, en el mismo proyecto apostólico; - da la certeza interna y externa de pertenecer a la misma Familia Salesiana2 . 7. ALGUNAS PRECISIONES IMPORTANTES El servicio de animación es ya, por sí mismo, una actividad apostólica del responsable de la Asociación; es una valiosa aportación a su vitalidad; por tanto, no hace falta que busque otras actividades pastorales para responder a su vocación apostólica de cooperador. El servicio responsable no debe asustar ni desalentar al cooperador llamado a prestarlo en los diversos niveles de la organización. El desaliento es indicio de falta de confianza en Dios y en los hermanos que viven a nuestro lado o, también, de excesiva desconfianza en los medios y capacidades personales. Nadie es perfecto; lo que hace falta es procurar mejorar siempre. 1 2 Cf. RVA, art 30. Cf. RVA, art. 31 § 2. 10 CAPÍTULO 11 RESPONSABLES DE LA AS®CIACIóN 8. Introducción A. B. C< Relaciones entre animación y gobierno en la A.C.S. La colegialidad La colegialidad de un Consejo requiere el sentido de la originalidad personal 9. Responsables seglares en la Asociación A . Quiénes son B . Funciones de los responsables seglares 1. Hacer que la Asociación funcione en todos sus frentes 2. Cuidar la dimensión laical de la Asociación 3. Problemas concretos de un dirigente seglar C . L o s responsables seglares en los distintos niveles de la organización de la Asociación 1. Elección de un dirigente o responsable de la Asociación en sus distintos niveles 2. Expresiones de responsabilidad asociativa en los distintos niveles D. El responsable seglar en el ámbito internacional 10. Responsables salesianos e Hijas de María Auxiliadora A. Quiénes son B. Funciones de los responsables salesianos e Hijas de María Auxilúidora 1. Ser animador espiritual 2. Ser responsable, sobre todo, de la formación salesiana apostólica 3. Participar, de derecho, en el Consejo de la Asociación C. Los responsables salesianos e Hijas de María Auxiliadora en los distintos niveles 1. En el nivel local 2. En el nivel inspeetorial 3. En los niveles nacional y regional 4. El delegado/a en el nivel central 11. El delegado seglar y el delegado sacerdote diocesano, un caso particular 11 8. INTRODUCCIÓN A. Relaciones entre animación y gobierno en la A.C.S. Este capítulo presenta la figura del animador en cuanto que desempeña un papel de animación y gobierno en la Asociación l . Conviene advertir que la animación en la Asociación incluye el gobierno, aspecto que no debe infravalorarse. En este sentido podemos hablar de " dirigentes" de la Asociación, incluyendo en dicho término a los que asumen un cargo o responsabilidad de servicio en la Asociación según el RVA. El artículo 43 del RVA prevé esta función cuando dice que la Asociación, en sus ámbitos local e inspectoría, se rige colegialmente por un Consejo2 . Así pues, los dirigentes, en sentido estricto, serán los miembros seglares, religiosos/as y miembros del clero secular de los Consejos locales e inspectoriales. En el nivel mundial existe el papel no sólo de animación, sino también de gobierno del Rector Mayor en cuanto moderador supremo de la Asociación, con la colaboración del consejero de Familia Salesiana. En el ejercicio de su ministerio, el Rector Mayor se sirve de la Consulta Mundial de Cooperadores3 . A los inspectores e inspectoras les corresponden algunas intervenciones de gobierno especificadas claramente en el Reglamento de Vida Apostólica. En adelante daremos indistintamente el nombre de "responsable" o "dirigente" a la persona que desempeña funciones de animación y gobierno en la Asociación. Vamos a reflexionar sobre tres figuras de responsable-dirigente: el seglar, el delegado/a salesiano o Hija de María Auxiliadora y el delegado seglar o sacerdote diocesano. B. La colegialidad El artículo 20 del RVA dice que todos los cargos se ejercen como un servicio fraterno. Con ello se subraya el espíritu de responsabilidad y comunión que debe inspirar a quienes son elegidos para animar y dirigir la Asociación en cualquier nivel. La colegialidad exige que los miembros de un Consejo se integren y estén dispuestos a colaborar activamente y a hacer un camino de cultivo y maduración de las cualidades que requiere su cargo. Deben saber trabajar en equipo (cf. RVA, 43.1). He aquí algunas aplicaciones y consecuencias. Apelamos a una lectura correcta de la "colegialidad". Dos expresiones complementa rias indican el sentido de colegialidad que deben tener los dirigentes: 1. Todo el Consejo es responsable de toda la vida de la Asociación. 2. Distribuir las competencias específicas entre los miembros de un Consejo es asignar la coordinación de actividad y servicio en un sector, que luego se somete a la decisión de todo el Consejo. t Para los animadores seglares, aquí el tema se trata desde un punto de vista más bien teórico; en el capítulo V se hablará del aspecto práctico. En el caso del delegadola, ambos aspectos se presentan completos en este capítulo. 2 RVA, a r t 4 3 § 1 . 3 RVA, art. 23. 13 Los responsables deben ser capaces de coordinarse entre sí, en el mismo nivel y entre los distintos niveles: entre la realidad local y la inspectorial, y entre ésta y la nacional y mundial. La competencia asignada a un sector exige el intercambio de informaciones en el mismo nivel y entre el propio nivel y los demás. La multiplicidad de funciones y tareas no puede recaer en la misma persona. La distribución, según la posibilidad y capacidad de cada uno, ayudará a aprovechar las fuerzas y a lograr los objetivos y fines de la Asociación. La responsabilidad colegial pide la presencia activa en todos sectores de la vida de los Cooperadores; cuando, por razones justas o por lo que sea, un responsable no puede llevar a cabo su trabajo, todo el Consejo tiene eI deber de suplir, por el bien de las personas y de la Asociación. C. La colegialidad de un Consejo requiere el sentido de la originalidad personal En cuanto responsable con una función específica, el dirigente debe ser, en su campo, un experto que aprovecha su preparación y competencia en el trabajo profesional de cada día. Está abierto a la aportación de todos. Lleva adelante su tarea de guía y animación con creatividad. El principio colegial de la Asociación no impide su iniciativa personal, aunque sabe que periódicamente debe dar al Consejo cuenta de su sector y de cada una de las iniciativas programadas. Sin embargo, la creatividad e iniciativa de cada consejero debe evitar la multiplicación dispersiva de compromisos. 9. RESPONSABLES SEGLARES EN LA ASOCIACIÓN A. Quiénes son Los responsables seglares en la Asociación son, a tenor del RVA, los miembros seglares de los Consejos locales e inspectoriales y de la Consulta Mundial. Todos ellos tienen una función de animación y gobierno en la Asociación. Los miembros y conductores de las Conferencias nacionales y regionales están llamados a desempeñar un papel típico de animación. Sólo tendrán tareas de gobierno en las competencias que les asignen los Reglamentos de cada Conferencia nacional o regional. Recuerden siempre todos que se trata de gobierno colegial. B. Funciones de los responsables seglares Los responsables seglares, por su situación secular, contribuyen de modo original e insustituible a desarrollar la riqueza de la dimensión laical de la Asociación. No puede infravalorarse su experiencia secular personal en la familia, en la sociedad y en la Iglesia. Los valores evangélicos de la laicidad, vividos en plenitud, hacen, de los responsables, sujetos cualificados de animación y espiritualidad en todos los sectores de la Asociación. 14 L Hacer que la Asociación funcione en todos sus frentes Con expresiones inmediatas queremos recordar que: a) el gobierno de la Asociación, es decir, las decisiones sobre su vida y actividades, no es competencia del delegado o delegada; b) la misma relación numérica, en los diferentes momentos de decisión, debe estar claramente a favor de los seglares respecto a los religiosos; e) la búsqueda de los medios para el desarrollo de la Asociación compete a los seglares; d) los ámbitos en que deben intervenir los seglares no son únicamente los materiales, administrativos y simplemente técnicos, sino todos, incluidos los de la formación y la espiritualidad; e) el funcionamiento de la Asociación no se refiere sólo a los aspectos externos de la actividad, sino también a los efectos y consecuencias sobre cada persona y sobre los grupos. Ello supone que el dirigente conoce directamente y a fondo el RVA y la sección del Código de Derecho Canónico que habla de las asociaciones públicas de seglares. 2. Cuidar la dimensión laical de la Asociación Compete a los dirigentes seglares la responsabilidad específica de cuidar el aspecto secular en la formación de los cooperadores, según el artículo 38 del RVA. El contenido de la formación se refiere a áreas particulares de la vida: a) la familia ' , b) la profesión, e) la sociedad civil3 , d) la sociedad política4 , e) la cultura. 3. Problemas concretos de un dirigente seglar Nos detenemos en dos situaciones particulares. a) Tiempo y familia La obligación de conciliar los compromisos de dirigente con los de la familia plantean algunas dificultades, pero hay que encontrar las soluciones adecuadas. El dirigente no sería fiel a su vocación de Cooperador si descuidara su presencia activa en la propia familia. Lo mejor sería que el dirigente lograra implicar a la familia en sus compromisos asociativos; así evitará que familia y Asociación aparezcan como alternativas o enfrentadas. Administrar las propias fuerzas y el tiempo personal, programando con anterioridad los compromisos de todo el año, facilitará la solución de muchos problemas concretos. b) Tiempo y profesión Ante todo, hay que aplicar aquí los criterios y soluciones indicados en el párrafo anterior. 1 RVA, arts. 8, 11 § 2, 13 § 2, 16 § 1, 17, 37 § 2. 2 RVA, arts. 4 § 2, 10, 32 § 3. RVA, arts. 3, 11 § 1-2, 12, 14 § 3, 16 § 1, 50. 4 RVA, arta. 11 y 17. 5 RVA, arts.11§1,12,16§1,17,29§1. 15 El ámbito profesional no ocupa sólo tiempo material, sino también, y sobre todo, psicológico. La cualificación y la responsabilidad civil y legal del trabajo, la capacidad profesional y la competencia ajena restringen las posibilidades de libertad y movimiento. La Asociación podría pagar las consecuencias. Será, pues, cuestión de hacer opciones, que a veces podrán ser dificiles y dolorosas: En algunos casos, cuando parece que es imposible combinar ambas cosas, conviene renunciar a la responsabilidad en la Asociación; - en otros, se requiere un esfuerzo especial para combinar ambos campos; el dirigente sabrá demostrar su voluntad de responder al don de Dios y al servicio de los hermanos; - en los demás casos, el dirigente asumirá su tarea con generosidad. C. Los responsables seglares en los distintos niveles de la Asociación 1. Elección de un dirigente o responsable de la Asociación en sus distintos niveles Para cualquier Consejo, el RVA adopta el principio electivo: el Consejo local se forma con miembros elegidos por los cooperadores del Centro1; el Consejo inspectorial se forma con miembros elegidos por los consejeros de los centros2. El principio de elección alcanza también al coordinador: todo Consejo elige, de entre sus miembros seglares, al propio coordinador3. Los posibles abusos se evitarán recurriendo al Consejo de nivel superior o a la Consulta Mundial y, en última hipótesis, al Rector Mayor. El RVA adopta el principio electivo en la selección de los miembros de cualquier Consejo. El Consejo local está formado por miembros que eligen los cooperadores del Centro. El Consejo inspectorial está formado por miembros que eligen los consejeros de los Centros. El mismo principio vale para los coordinadores, excepto el mundial4. La elección, en la Asociación, combina tres exigencias distintas: − la libertad de expresión de cada elector, − respeto y aceptación de la opción mayoritaria, - el relevo de las personas en los cargos. La libertad en el momento de elegir exige: - conocimiento de las cualidades y posibilidades de los candidatos, mediante una pequeña biografia de las personas; − preparación personal y de grupo incluso por la oración, a fin de discernir evangélicamente y seleccionar las personas que ayuden a la Asociación en su desarrollo; - superar la idea del "responsable honorario": no podemos permitirnos el lujo de personas que no trabajen de verdad y garanticen un contacto constante y activo con la propia realidad asociativa. 1 RVA, art. 43 § 2. 2 RVA, art. 43 § 3. 3 RVA, 4 art. 44 § 2. RVA, art. 48 § 1: Entre los cooperadores de la Consulta Mundial el Rector Mayor nombra al coordinador general 16 El respeto y aceptación de las opciones de la mayoría exige la observancia plena del RVA en todas sus partes. Si hay abusos, podrán evitarse recurriendo al Consejo del nivel superior o a la Consulta Mundial y, en última hipótesis, al Rector Mayor. El relevo exige que la Asociación: - prepare personas capaces de asumir cargos de responsabilidad; − sepa confiar a gente nueva el servicio de la responsabilidad; − ayude a los que terminan su servicio a seguir colaborando con discreción y fraternidad. 2. Expresiones de responsabilidad en los distintos niveles a) En el nivel local Téngase en cuenta que generalmente los miembros del grupo responsable en el ámbito local son seglares, excepto un delegado/a con funciones específicas. Por lo tanto, es a ellos, y no al delegado/a, a quienes corresponde sacar adelante el trabajo del Centro. El nivel Iocal es el que da vida a la Asociación. Lo demás existe para contribuir a mantener pujante la realidad local. Por ello, en este ámbito tiene que estar más presente el papel de gobierno, animación y formación de los responsables seglares. Si en el Centro local hay personas capaces de desempeñar convenientemente el mencionado triple papel, la vitalidad de la Asociación está asegurada. Se requieren, pues, en este nivel responsables que posean idealmente las cualidades y capacidades de que se habla en el primer capítulo. Dichas cualidades y capacidades se requieren asimismo en los responsables de los demás niveles. La vida exige organización. Lo cual supone programar, revisar y formular proyectos. Aquí tenemos uno de los aspectos más serios de los responsables de la Asociación. La organización comporta saber distribuir la responsabilidad para ser más eficaz. Generalmente cada consejero se encarga de un sector. Conviene implicar al mayor número posible de miembros en las diversas actividades e iniciativas. Los responsables deben aplicar y vivir los principios de la corresponsabilidad y de la subsidiariedad: el primero envuelve al mayor número posible de personas; el segundo respeta las competencias ajenas. Las siguientes preguntas y sus correspondientes respuestas ayudarán a los dirigentes a revisar su acción: "¿Crece la colaboración en nuestro Centro? ¿Qué es lo que no la favorece? ¿Logra cada cooperador sentirse parte del Centro y se siente estimulado a dar lo mejor de sí? ¿Logra el Centro ser ambiente de maduración humana, cristiana y apostólica mediante lo específicamente salesiano? ¿Qué hace el Consejo frente a estos objetivos? ¿Cómo actúa cada miembro del Consejo?" La revisión llevará necesariamente a hacer un proyecto más consciente, dará consistencia y solidez a la capacidad de hacer propuestas y ayudará a que sean mejores y concretas para llevar a cabo con continuidad la formación cristiana permanente y el servicio educativo mediante lo que es específicamente salesiano t . Cuanto aquí se dice sobre la programación, revisión y proyección es aplicable a los restantes niveles de animación. b) En el nivel inspectorial Los responsables seglares del ámbito inspectorial son personas elegidas por los consejeros locales. Dado que no siempre están en contacto con los centros, deben 1 Acerca de este párrafo, cf. capítulo VII. 17 procurar conocer la realidad, pues su labor es guiar colegialmente la agrupación inspectorial, formada por centros locales. Por consiguiente, deben tener la posibilidad de ponerse en contacto con sus centros. De ellos depende que la Asociación salga del aislamiento local y que los cooperadores puedan confrontarse con otros centros e incluso en un radio más amplio. Se requiere, pues, que sean personas con amplitud de miras y capaces de animar realidades más amplias. Tienen poder deliberativo en algunos casos de ámbito inspectorial. Entonces se necesita un discernimiento prudente que evite la ligereza y la improvisación. Son muy importantes sus encuentros periódicos con los Consejos y los cooperadores en los centros. c) En los niveles regional, nacional y mundial En el ámbito nacional y/o regional, la Asociación puede organizar, según el artículo 47.1, una Conferencia nacional y/o regional que coordine las realidades inspectoriales. Dicha Conferencia tiene una función de servicio a la Asociación, para facilitar la inserción de su acción apostólica en las distintas realidades locales e inspectoriales mediante una programación nacional o regional orgánica de carácter eclesial y civil. Los responsables de la Conferencia son elegidos, por los Consejos inspectoriales que la forman, para este papel de coordinación y estímulo. El RVA sólo habla de un cooperador elegido que, con un delegado/a, asegure la marcha de la Conferencia. El papel de este cooperador sólo puede ser el de coordinar y animar las actividades de la agrupación. Se requiere, pues, una persona capaz de unir y motivar. Debe tener la posibilidad de moverse en una realidad territorial más amplia, en la que se inserta con unidad de objetivos al lado de los demás responsables. Sus funciones y responsabilidades las establece la misma Conferencia. D. El responsable seglar en el nivel internacional Este título se refiere a los consultores mundiales, que, fuera de los cinco que nombra el Rector Mayor, son elegidos por los coordinadores inspectoriales y por un número de delegados/as que no supere la mitad de los electores seglares o del clero secular. Los consultores forman un organismo de ayuda directa al Rector Mayor para la animación y el gobierno de la Asociación en todo el mundo; no es un organismo de gobierno como los Consejos inspectoriales y locales. «Es obvio que la Consulta tiene un papel importante y de peso, llamada como está a llevar al Rector Mayor la voz directa de los cooperadores de todo el mundo y ayudarle en la compleja y delicada responsabilidad de animación y coordinación de toda la ,Asociación»;. Cuanto se dice de la Consulta concierne fundamentalmente a sus miembros seglares, puesto que de los 18 que la forman, normalmente sólo 3 son religiosos/as. Es de desear que el miembro de la Consulta, además de las cualidades necesarias a todo responsable, reúna las siguientes condiciones: - que conozca bien la realidad asociativa de la zona que representa; - que pueda moverse por su región, para animar y participar en los grandes momentos asociativos de la zona y asistir a las sesiones de la Consulta Mundial. 1 Comentmio oficial al RVA, pág. 269 (edición italiana). 18 10. RESPONSABLES SALESIANOS E HITAS DE MARÍA AUXILIADORA A. Quiénes son El delegado y la delegada son miembros de la Congregación Salesiana o del instituto de Hijas de María Auxiliadora nombrados respectivamente: - por su inspector o inspectora (nivel local e inspectorial), − o por otros organismos competentes de sus Institutos (Conferencia nacional, regional). El nombramiento tiene lugar después de oír el parecer del Consejo de Cooperado-res en los respectivos niveles. La presencia del responsable religioso (salesiano o Hija de María Auxiliadora) en la Asociación está regulada por el artículo 46 del RVA. El delegado/a se inserta responsable y colegialmente en el Consejo con una función específica: la formación salesiana apostólica de los cooperadores. En consecuencia, según las normas conciliares, el delegado/a debe: - estar formado para esta función; − ser fiel a la doctrina y al espíritu de la Iglesia; − ser capaz de alimentar la vida espiritual de los seglares y su sentido apostólico; − ser capaz de aconsejar con sabiduría a los seglares y de asistirlos en sus empresas apostólicas y favorecer sus iniciativas; − ser capaz de dialogar con ellos para hacer más eficaz su misión; - estimar y promocionar la labor apostólica del seglar. De modo particular se recomienda a los religiosos y religiosas que promocionen de buena gana las obras de los seglares según el espíritu y las Constituciones que han profesado. B. Función de los responsables salesianos e Hijas de María Auxiliadora L Ser animador espiritual El delegado/a lo define el RVA fundamentalmente con el término de animador1, en el sentido que le da el Derecho Canónico2. Significa que el delegado/a está llamado/a dar y estimular la vida y vitalidad de la Asociación. Puede hacerlo recordando a los cooperadores: - su naturaleza y finalidad: se trata de un grupo eclesial; - las motivaciones de su pertenencia, la necesidad de compartir responsabilidades y el deber de las obligaciones específicas de cada cargo; − el estilo particular de gobierno; − la autenticidad salesiana; - el compromiso apostólico y la necesidad de vivir la espiritualidad del "da mihi ánimas". Será tarea prioritaria de su animación la ayuda a cada uno y al grupo en el crecimiento vocacional. 1 RVA, art. 46. 2 Canon 317 § 2. 19 Pero, sobre todo, debe ser consciente de que su labor de animación tiene por objeto hacer crecer a los cooperadores, particularmente a los dirigentes, ayudándolos a descubrir sus talentos, que pondrán a disposición de todos. 2. Responder, sobre todo, de la formación salesiana apostólica 1 Al delegado se le define también como formador en lo salesiano y apostólico. Es el término que mejor indica su función: es el maestro de espíritu, de oración y de apostolado. Es o debe ser un experto de estas cosas. El delegado/a cultivará, pues, corresponsablemente con el Consejo y el encargado de la formación: - la formación humana del cooperador, - su formación cristiana y eclesial, - su formación salesiana. Su presencia debe asegurar la salesianidad y el compromiso apostólico de cada cooperador y de la Asociación. Su tarea no se realiza sólo en los momentos formales de formación (por ejemplo, la dirección espiritual y las intervenciones programadas), sino también en el clima fraterno de confianza y en las condiciones externas de la vida de oración y de comunión. 3. Participar, de derecho, en el Consejo de la Asociación Indicamos este último aspecto porque el delegado/a, como miembro de los distintos Consejos, participa en las decisiones y da su aportación en el proceso de discernimiento. De ahí su obligación de asistir a las reuniones del Consejo, aunque sin arrogarse nunca funciones que competen al coordinador o al Consejo. C. Los responsables salesianos e Rijas de María Auxiliadora en los distintos niveles 1. En el nivel local a) Nombramiento El delegado/a es nombrado por su inspector o inspectora después de oír el parecer del Consejo local de Cooperadores. No es, por tanto, nombrado por su director o directora, ni éstos pueden destituirlo. El inspector o inspectora puede recavar el parecer del Consejo local de Cooperadores en una sesión conjunta o como crea más prudente. b) Perspectiva del delegado El delegado/a cuida la formación apostólica. La salesianidad no puede entenderse fuera del "da mihi ánimas". Por ello, un campo específico de la formación salesiana es la formación apostólica. Llamamos la atención sobre dos aspectos: * Delegado, para la "salesianidad" de la Asociación San Juan Bosco quería que la Asociación se distinguiera por su caridad activa, en cuyo centro figure el "da mihi ánimas" como compromiso incansable por la salvación de los jóvenes y como búsqueda de la interioridad apostólica. La salesianidad no existe sin el "da mihi ánimas"; por lo tanto, un campo específico de la formación salesiana es la formación apostólica. 1 RVA, art. 46 § 2. 20 * Delegado de una "comunidad salesiana" concreta A tenor de los Reglamentos de los Salesianosr y de las Hijas de María Auxiliadora, la comunidad tiene responsabilidad en la animación de los Cooperadores2. Por consiguiente, el delegado/a es el lazo de unión entre la Comunidad religiosa y los Cooperadores. Muchas dificultades de los Cooperadores con la Comunidad religiosa se deben a la falta de comunicación, con los consiguientes problemas de malestar recíproco. El delegado/a facilita las relaciones fraternas y apostólicas entre la comunidad y la Asociación. 2. En el nivel inspectorial a) Nombramiento El delegado/a inspectorial es nombrado/a por su inspector o inspectora, después de oír el parecer del Consejo inspectorial de Cooperadores3. Puede hacerlo en presencia de todo el Consejo o individualmente, o como crea más oportuno, e incluso por carta. b) Tareas comunes al delegado y a la delegada - El delegado salesiano y la delegada Hija de María Auxiliadora se encargan de que los delegados locales se formen en su papel. Harán esto por separado en cada Instituto o de manera concordada. - El delegado y la delegada son miembros de derecho del Consejo inspectorial; participan, pues, colegialmente en el gobierno de la Asociación en su ámbito inspectorial. Sin embargo, ninguno de ellos preside las sesiones o toma la decisión final. - El delegado/a salesiano o Hija de María Auxiliadora cuida la formación salesiana y apostólica de los miembros del Consejo, según la programación de la Asociación y de acuerdo con el responsable del sector. - El delegado y delegada visitan con regularidad los centros de Cooperadores de sus respectivas inspectorías. e) Tarea específica del delegado salesiano El delegado inspectorial salesiano visita también los centros erigidos en obras de las Hijas de María Auxiliadora, previo acuerdo con la inspectora y su delegada inspectorial. 3. Los niveles nacional y regional a) El RVA prevé la posibilidad de esta estructura en el artículo 47 como elemento de animación y coordinación. b) Cuando se juzga oportuna la creación de Conferencias nacionales y/o regionales, también está prevista la presencia del religioso, a tenor del RVA, que puede ser salesiano o Hija de María Auxiliadora. c) El RVA y la misma Conferencia, en sus estatutos, consideran las funciones del delegado/a nacional ylo regional. 1 Reglamentos 2 3 Generales de los Salesianos, art. 36. RVA, art. 23 § 3. RVA,art. 4 6 § 2 . 21 Los animadores religiosos de ámbito nacional/regional han sido hasta ahora salesianos, pero también puede serlo una Hija de María Auxiliadora. El Reglamento habla de esta figura en el artículo 47.3, donde se afirma: «El funcionamiento de la Conferencia queda garantizado por un cooperador, elegido entre los miembros de la propia Conferencia, y por un delegado/a nacional y/o regional, nombrado por los inspectores e inspectoras interesados». Sus tareas no son distintas de las de cualquier delegado; pero conviene tener en cuenta que es la Conferencia la que se da sus propios Estatutos, que no deben contradecir los artículos del RVA. Por ello, la Conferencia no puede reservarse funciones asignadas, por ejemplo, a los Consejos. Su fin es el servicio con miras a una vitalidad y colaboración más eficaces. Los Estatutos, según esta línea, fijarán las funciones del delegado/a, de acuerdo con la finalidad de dichas Conferencias y el papel que el RVA asigna al delegado/a. 4. El delegado l a en el nivel central La Convención afina explícitamente que, entre los cinco miembros que el Rector Mayor nombra para la Consulta Mundial, tiene que haber una Hija de María Auxiliadora; pero no le asigna ninguna función específica. Su papel, pues, se determinará según los artículos 23 y 28 del RVA sobre los consultores. Asistirá al Rector Mayor en la animación de la Asociación y en la coordinación de las actividades formativas y apostólicas como Hija de María Auxiliadora. Lo cual, comporta, en primer lugar, la aportación de su animación en lo que se refiere a la Asociación mundial, sobre todo en lo relacionado con las Hijas de María Auxiliadora, teniendo como destinatarias directas a las delegadas inspectoriales2. Además, según el artículo 48 del RVA, contribuye como consultora a lo que el citado artículo pide a todos los consultores, ya que tiene los mismos deberes y derechos que los restantes miembros de la Consulta. Diverso es el caso del delegado central o general dado que su figura no aparece en el RVA. Hasta ahora ha actuado en la Consulta Mundial como uno de los cinco miembros que nombra el Rector Mayor, y no por Reglamento o Convención. Actúa de acuerdo con el consejero de Familia Salesiana, que es, por derecho, miembro de la Consulta Mundial y tiene las funciones que le asignan los Reglamentos salesianos y el RVA. El papel del delegado central, en la Consulta y en la Asociación, depende del hecho de ser nombrado por el Rector Mayor como miembro de la Consulta. Su papel específico se deduce de su representar al consejero de Familia Salesiana o es consecuencia de las facultades que le asigna el Rector Mayor. Convención, art. 13. 2 Cf. también capítulo N, apéndice 1: Reglamento Interno de la Consulta Mundial. 22 I I . EL DELEGADO SEGLAR Y EL DELEGADO SACERDOTE DIOCESANO, UN CASO PARTICULAR Cuando el Centro no está erigido en una obra salesiana o de las Hijas de María Auxiliadora, el inspector puede nombrar como delegado local a un cooperador adecuadamente preparador. En la actualidad hay delegados cooperadores. Las personas en quienes es más fácil pensar, por su preparación teológica y pastoral, son los cooperadores párrocos diocesanos o diáconos permanentes; pero no se excluye que pueda nombrarse, como delegados, a cooperadores seglares bien preparados. El único requisito es su preparación, particularmente en salesianidad y apostolado. Lo nombra el inspector siguiendo el mismo camino que para los delegados salesianos. Conviene que el nombramiento del delegado cooperador se comunique al Obispo, dado que el Centro se ha erigido con su permiso. Como delegado, tiene que ser invitado a participar en las reuniones de los delegados de la agrupación inspectorial. El delegado no salesiano ni Hija de María Auxiliadora desempeña su papel del mismo modo que los delegados/as religiosos, excepto, cuando es seglar, de lo que es propiamente sacerdotal. Cuando el delegado es un cooperador no sacerdote, hay que recordar el artículo 5 de la Convención: «Los delegados locales no sacerdotes hagan lo posible por tener, para su Centro, de acuerdo con el inspector, un sacerdote salesiano para los momentos fuertes de oración y de discernimiento y para la vida sacramental y litúrgica de los coopera-dores». Es importante que el delegado seglar respete las atribuciones propias del coordinador y de los restantes miembros del Consejo; no debe arrogarse responsabilidades que competen a otros cargos. Tenga también en cuenta que el hecho de ser seglar y delegado no le sitúa en una posición de superioridad respecto a los demás miembros del Consejo. x RVA, art. 4 6 3 y R D B , V , 5 . 23 CAPÍTULO III FORMACIÓN DE LOS RESPONSABLES DE LA ASOCIACIÓN 12. Introducción 13. Importancia de la formación de los responsables A. Para la persona en sí misma B. Para el servicio que tiene que prestar C. Para la misión que debe cumplir 14. Criterios salesianos de formación de los responsables A. Unidad entre ser y hacer B. Interacción entre acción y reflexión C. Lo concreto como lugar de formación ('formarse actuando") D. El hacer bien justifica la acción (competencia y profesionalidad) 15. Encargados de la formación A. La Consulta Mundial B. La Conferencia nacional o regional C. El Consejo inspectorial D. El Consejo local E. El delegado salesiano y la delegada Hija de María Auxiliadora " E El consejero del sector Formación" G. Cooperadores bien preparados H. El cooperador, primer responsable de su formación 16. Ámbitos/sectores de la formación de los responsables A. Mentalidad = doctrina 1. Contenidos doctrinales eclesiales 2. Contenidos doctrinales de la tradición salesiana B. Actitudes = espiritualidad 1. Querer colaborar con todos 2. Saber valorar los dones de todos 3. Actuar con estilo de animación C. Acción = pastoral 1. Trabajar habitualmente en grupo 2. Cultivar la autonomía asociativa 17. Instrumentos y tiempos de formación de los responsables A. Instrumentos de formación B. Tiempos de formación de los responsables 1. Tiempos ordinarios 2. Tiempos extraordinarios 18. Aspectos específicos de la formación de los responsables A. Responsables seglares B. Responsables salesianos e Hijas de María Auxiliadora C. Delegado la seglar y sacerdote diocesano 25 12. INTRODUCCIÓN' El objeto de este capítulo es considerar la formación específica que necesita el foiiuador de los cooperadores, sea laico, miembro del clero secular o religioso. No se refiere, pues, al plan de formación de los miembros de la Asociación. 13. IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN DE LOS RESPONSABLES A. Para la persona en sí misma Para desempeñar con competencia su servicio de dirigente, el cooperador necesita una formación continua. Hay que tomar conciencia, ante todo, del hecho nuevo que supone la formación en nuestro mundo. El acento se pone sobre la vivencia del proceso de formación y sobre la integración que hay que hacer entre dimensión espiritual y secular, entre lo conocido y lo nuevo, entre riqueza personal y compromiso apostólico. Sólo así madura desde dentro la persona del cooperador. B. Para el servicio que tiene que prestar El RVA dice que deben ser los responsables de la ACS quienes ayuden a los cooperadores en su foiuiación, sin contentarse con intervenciones superficiales. Así pues, para prestar un servicio digno de tal nombre, el responsable debe comprender la importancia de su foiniación, como un proceso personal continuo de maduración en la fe y de configuración con Cristo, según la voluntad del Padre y bajo la guía del Espíritu Santo2. El artículo 37 del RVA foi mula claramente estas exigencias y la necesidad de la dimensión salesiana en la formación3. C. Para la misión que debe cumplir La misión requiere personas formadas, capaces de responder a las necesidades actuales. Llamamos la atención sobre algunos aspectos que no deben olvidarse. 1. El primero es el carácter evolutivo de la persona humana, que crece y madura aprendiendo de la vida y respondiendo a las nuevas situaciones; de ahí la necesidad de seguir ayudando a todos para que se inserten activamente en la Iglesia y en la sociedad, que también se renuevan continuamente. 1 RVA, cap. V (= arts. 36-40); Apostólicam actuositátem, cap. VI (= núms. 28-32); Christifideles laici, cap. V (= núms. 57-63). En cuanto a las dotes que necesitan los formadores, cf. Ratio fundamentalis institutionis sace rtotalis, CONGREGACIÓN DE EDUCACIÓN CATÓLICA, 6 de enero de 1970, núm. 30. 2 Cf. Christifideles laici, núm. 60. 3 Cf. toda el art. 37 (Contenidos de la formación). 27 2. La fidelidad al crecimiento vocacional pide a los fieles que, en línea con las indicaciones del Vaticano II, caminen al paso de las cambiantes condiciones de la vida, a fin de poder superar las inevitables dicotomías que presenta la complejidad social. 3. El dinamismo de la juventud, que es un reto para las tareas educativas. Hoy se siente más la necesidad de la educación porque son más rápidas la evolución y la transformación social, fruto de un pluralismo mayor en la sociedad contemporánea. Entrar en el dinamismo de estas tres exigencias es hacer un «proyecto de vida que lleve a la madurez humana y cristiana» ' , proyecto que nunca podemos dar por terminado. Por consiguiente, el procurarse una formación sólida es algo prioritario y de conciencia para un dirigente cooperador: no debe infravalorarla ni improvisarla. 14. CRITERIOS SALESIANOS DE FORMACIÓN DE LOS RESPONSABLES A. Unidad entre ser y hacer El cristiano está Ilamado a vivir en unidad toda su existencia. La expresión salesiana que hoy se usa es: interioridad apostólica. Los dualismos y dicotomías ocurren cuando hay superficialidad (kfalta de interioridad!) y mero activismo (ifalta de sentido apostólico!). Entre sus dos dimensiones -miembro de la Iglesia y ciudadano del mundo-, el dirigente cooperador no está llamado a elegir, excluyendo uno de los dos términos, sino a integrar y hacer confluir en unidad todas sus fuerzas. B. Interacción entre acción y reflexión La formación se realiza en la interacción continua de acción y reflexión; comporta un dinamismo, una actividad, una metodología y una preocupación que afectan a toda la vida e impulsan a autoformarse por la reflexión sobre lo experimentado. La teoría es necesaria, pero tiene que medirse con la práctica; la experiencia es imprescindible, pero debe hallar continuamente las razones de su ser. C. Lo concreto como lugar de formación ( "formarse actuando") Del criterio anterior se deduce que uno se forma actuando; también el formador. La llamada al crecimiento continuo, a la maduración progresiva y a la santidad llega en las actividades y en las situaciones concretas: Dios llama aquí y ahora. La acción educa cuando estimula a la autoformación; requiere una aportación consciente de quienes participan en el proceso de foiinación. San Juan Bosco siguió siempre este método para sí mismo y para sus jóvenes. Apostólicam actuositátem, 29 e. 28 D. El hacer bien justifica la acción (competencia y profesionalidad) La calidad es hoy criterio de desarrollo y éxito en todos los campos. La competencia sólo resulta un mito inaceptable cuando aparece como fin. En cambio, cuando se la ve como instrumento, es un medio necesario para actuar con eficacia. El bien hay que hacerlo bien; no basta actuar de cualquier modo. Hay que lograr los objetivos de las intervenciones que hemos programado. 15. ENCARGADOS DE LA FORMACIÓN Este apartado contiene indicaciones sobre las estructuras y las personas responsables de la fa ' noción. Su presentación sigue un orden meramente lógico (del ámbito más amplio al más restringido) y no de importancia. A. La Consulta Mundial La responsabilidad de la Consulta en la formación está indicada en el artículo 23 § 2 del RVA: «En el ejercicio de su ministerio, [el Rector Mayor] es ayudado por la Consulta Mundial de Cooperadores, sobre todo para animar a toda la Asociación y coordinar las iniciativas de formación y apostolado». A n i m a r y c o o r d i n a r son los dos téiu inos que definen el servicio de la Consulta Mundial. Un objetivo de la animación es la educación de calidad; por su parte, la coordinación no es para anular la originalidad personal, sino para lograr los fines de la Asociación. B. La Conferencia nacional o regional «La finalidad de estas posibles Conferencias, como órganos de coordinación y animación, es el servicio para una mayor vitalidad y una colaboración más eficaz» ' . El Reglamento de las Conferencias puede señalar ámbitos de coordinación y de estímulo en el sector de la formación. C. El Consejo inspectorial Es el primer interlocutor de la Consulta en el tema de la formación. Al Consejo inspectorial le compete promover y coordinar las iniciativas de formación y de apostolado en el ámbito inspectorial. No basta "coordinar"; tiene que organizar iniciativas para los centros de la Inspectoría. Ambas cosas se realizan: − preparando personas competentes que actúen en los centros; - organizando encuentros, reuniones y actividades de formación; - en la admisión a la Promesa, como momento de revisión y compromiso para seguir el camino de formación; − mediante la redacción y la adaptación inspectorial del plan de formación de la Asociación. 1 RVA, art. 47 § 2. 29 D. El Consejo local El Consejo local ' cumple las tareas de formación siguiendo el RVA. Ante todo, «al Consejo local le incumbe seguir al aspirante a cooperador en su proceso de formación» 2 . En segundo lugar, de modo análogo al Consejo inspectorial, promociona localmente las iniciativas de formación y de apostolado indicadas en el apartado anterior. E. El delegado salesiano y la delegada Hija de María Auxiliadora En el segundo capítulo de este Manual se presenta al delegado/a como formado'. El artículo 46 § 1 del RVA afirma que es el responsable, «sobre todo, de la formación salesiana y apostólica». No lo hace solo, sino en corresponsabilidad con cooperadores bien preparados. F. El consejero del sector "Formación" El RVA no habla de esta figura ni de su papel. En el cuarto capítulo de este Manual se presenta la experiencia de muchos Consejos locales e inspectoriales que con razón han introducido este servicio para un área tan importante en la vida de la Asociación. Su función y responsabilidad dependen de las competencias que le asigne el Consejo. G. Cooperadores bien preparados El artículo 38 § 2 del RVA especifica claramente que la formación tiene lugar por la acción de cooperadores bien preparados; su labor no es alternativa a la de los delegados/as, sino complementaria. H. El cooperador, primer responsable de su formación El artículo 38 § 1 del RVA subraya que el responsable de la formación es, en primer lugar, el mismo cooperador: «El cooperador es el primero y principal responsable de su propia formación». 16. ÁMBITOS/SECTORES DE LA FORMACIÓN DE LOS RESPONSABLES Este apartado considera los tres aspectos que habitualmente se presentan como objetivos de un proyecto: ayudar a las personas a adquirir una nueva mentalidad que se nutra de razones profundas (A. mentalidad doctrina), pasar del análisis racional y razonable de los problemas y situaciones y de los contenidos intelectuales a las actitudes interiores que alimentan a la persona con miras a la acción (B. actitudes = espirituali- RVA, art. 44 § 1. 2 RVA, art.45§l. 30 dad), y, por último, pasar a la acción: lo que se ha visto con la mente y se ha asimilado en el espíritu, ponerlo por obra (C. acción = pastoral). A. Mentalidad = doctrina El responsable necesita una formación amplia si quiere ayudar a los demás, comenzando por su esfuerzo intelectual en profundizar los contenidos de la tradición cristiana y salesiana. 1. Contenidos doctrinales eclesiales Hoy son fundamentales los siguientes sectores: a) Las novedades teológicas del Vaticano II Para concretar esta indicación, parece suficiente hablar de la importancia doctrinal de la nueva visión de la Iglesia (Lumen géntium y Gáudium et spes), de la palabra de Dios (Dei Vérbum) y de la oración de la Iglesia (Sacrosánctum Conciium). b) Las novedades en la evangelización y en la catequesis Esta indicación tiende particularmente a dar relieve al Catecismo de la Iglesia Católica y a cuanto ha servido para prepararlo y profundizarlo. En concreto, hay que conocer a fondo la exhortación apostólica Evangélii nuntiandi, el Documento de Santo Domingo y las intervenciones de Juan Pablo II sobre la nueva evangelización. San Juan Bosco no se cansaba de decir que su obra había nacido de una catequesis. Sacar sus consecuencias para nuestro mundo es tarea del cooperador dirigente que quiere ser fiel a su Fundador. e) Las novedades en el ámbito de la Doctrina Social de la Iglesia Aquí tenemos un aspecto particularmente significativo de la presencia de la Iglesia en el mundo contemporáneo. No es posible citar todos los documentos. Lo que interesa es adquirir cierta competencia en la doctrina de la Iglesia sobre el trabajo del hombre (Labórem exercens), sobre el compromiso en lo social (Populórum progressio, Sollicitudo rei socialis) y sobre la nueva comprensión del mundo (Centésimus annus). Las orientaciones que nacen de esta rica tradición deben asumirlas los dirigentes de los Cooperadores, si quieren ayudar a los Centros a no mirar desde la ventana cuando nace un mundo nuevo. d) Las novedades del compromiso moral del cristiano Las situaciones de la vida concreta y de las relaciones en la familia, de la sociedad civil y de la sociedad política necesitan un retorno a la substancia del Evangelio: la justicia, el bien común, la gratuidad, la solidaridad, el sentido del deber, la aceptación de la vida, etcétera. Es un llamamiento a la moralidad en todos los momentos de la existencia. e) Las novedades de la presencia laica en la Iglesia Dos documentos recogen, en particular, las novedades del posconcilio: Mulíeris dignitátem y Christifideles laici; pero es importante leer también, desde la perspectiva "Iglesia-Seglares-Mundo", los documentos conciliares Lumen géntium, Gáudium et spes y Apostólicam actuositátem y la encíclica Redemptoris missio, que abre horizontes nuevos al trabajo de los seglares. 31 2. Contenidos doctrinales de la tradición salesiana Los aspectos más específicamente salesianos de la formación doctrinal del dirigente cooperador son: a) El conocimiento de san Juan Bosco y de la Familia Salesiana. La vida del Fundador, su obra y su experiencia educativa y personal en Valdocco, pasada después a Mornese, no pueden ser sólo objeto de curiosidad intelectual. Se necesita una profundización de calidad, fruto de estudio y de amor. Así, es preciso conocer cada uno de los grupos que forman la Familia Salesiana. Poseemos una documentación abundante, que el cooperador dirigente debe conocer. Don Egidio Viganó ha escrito sendas circulares sobre la identidad de cada grupo: es un instrumento útil para comprender la vida y la experiencia de las instituciones que se inspiran en san Juan Bosco. b) El estudio de la historia y vida de la Asociación de Cooperadores Salesianos en el mundo y en el ámbito local. Se conoce poco la santidad de cooperadores concretos; convendría recuperar la memoria de estos hermanos y belnianas. El texto que debería ser un "manual" para el cooperador dirigente es, sin duda, el Comentario oficial del RVA. B. Actitudes = espiritualidad No basta un conocimiento doctrinal de los contenidos eclesiales y salesianos descritos en el último apartado. No se puede prescindir de su asimilación vital, de modo que resulten referencia fácil y habitual en la realidad cotidiana. De los contenidos acumulados en la mente deben nacer virtudes para la vida. Cuando el dirigente utilice el cuadro de valores del Evangelio y de san Juan Bosco, podrá considerarse una persona "espiritual", persona de síntesis y unidad: su corazón estará lleno de Cristo y de espíritu salesiano. En este contexto, interesa recordar las actitudes típicas del formador cristiano que mira a san Juan Bosco como a inspirador de su vida. No se trata de recoger Ios elementos de la espiritualidad salesiana, sino de aprender de su historia a vivir el hoy, ayudando a los hennanos a crecer y formarse. He aquí las actitudes más significativas: 1. Querer colaborar con todos San Juan Bosco es conocido por su capacidad " cooperativa": confiaba a todos una responsabilidad, por pequeña que fuera. El dirigente no se pone en el centro, sino que coloca a los demás en el corazón de sus intereses. No es un conquistador solitario, sino un tenaz buscador de convergencias. Muchas virtudes "salesianos" encuentran aquí un terreno de crecimiento y fecundidad: optimismo y confianza ante las personas, apertura y acogida ante las propuestas de todos, creatividad estimulada por la búsqueda común, adaptación a las situaciones concretas, etcétera. 2. Saber valorar los dones de todos Un dirigente está siempre en el cruce de muchas fuerzas y expectativas. También en la ACS el responsable trabaja por la formación de sus hermanos ayudando a cada uno a descubrir el don recibido, a ponerlo en relación con los talentos que han recibido los demás y a buscar juntos un proyecto común y compartido. 32 La historia del Oratorio de san Juan Bosco habla de chicos y adultos, de religiosos y seglares, de personas preparadas y de gente sencilla: todos unidos y generosos en dar la aportación según las posibilidades de cada uno. El dirigente de los Cooperadores trabaja para que todos sepan poner a disposición de los demás lo que han recibido personalmente. 3. Actuar con estilo de animación Ya en eI primer capítulo nos referimos al estilo de animación que se usa entre los Cooperadores. En el contexto de esta reflexión, "animar" significa recordar al dirigente el esfuerzo de atender más a la foiniación de las personas que al simple funcionamiento de las estructuras, de seguir más los procesos vocacionales que los aspectos organizativos, de mirar más a la calidad que a la cantidad de las intervenciones, a abrir a la confrontación con la vida y la cultura más que a encerrar a la Asociación en un aislamiento de tranquilidad. C. Acción = pastoral La acción fortalece, de ordinario, la mentalidad y las actitudes interiores. Por otro lado, estas últimas necesitan concretarse en comportamientos tangibles y controlables. Un sector importante de la formación de los dirigentes es hacer experiencia directa de algunas opciones operativas que sean consecuencia de su modo de pensar y de vivir. Lo ilustramos con dos referencias prácticas. 1. 7I-abajar habitualmente en grupo Una formación individualista no dispone a trabajar con otros ni a la solidaridad ni a buscar juntos. En cambio, cuando, frente a los problemas e interrogantes que surgen de la vida de cada día, la primera reacción del dirigente es saber convocar a los otros y con ellos buscar y profundizar, el trabajo en grupo es el principio de la solución de dificultades. Además, el trabajo en grupo asegura la calidad de la intervención: muchos ojos ven más y mejor que dos. A veces pensamos que trabajar solos nos hace ser más veloces para llegar a la conclusión. En nuestra Asociación sería perjudicial. Sin embargo, el trabajo en grupo necesita un soporte técnico: la dinámica de grupo. No afrontamos aquí el tema; lo haremos más adelante: en la sección B del capítulo VII. 2. Hacer crecer la autonomía asociativa Esta expresión podemos leerla de muchas maneras. Aquí lo hacemos desde el punto de vista del dirigente. La autonomía asociativa comporta: a) Asumir la responsabilidad de las decisiones Nadie niega el vínculo de la Asociación con la Congregación Salesiana y con el Instituto de Hijas de María Auxiliadora. Pero, a veces el vínculo puede transformarse en dependencia a la hora de tomar decisiones, pues se confía a la presencia de los religiosos/as la responsabilidad efectiva de los centros. Es decir, no funcionan los papeles previstos por el RVA, con el consiguiente peligro de desequilibrar la dimensión Iaical de la Asociación. 33 b) Organizar el trabajo del Centro El dirigente se guía únicamente por el RVA, donde encuentra no sólo la fuente de su espiritualidad, sino también el valor que tiene la organización interna. El artículo 44 § 1 del RVA detelaiiina las principales funciones de los Consejos. Aplicarlas dará fuerza y consistencia a la Asociación. Según el pensamiento de san Juan Bosco, la organización es el aspecto externo de la espiritualidad y el sostén del camino formativo de las personas, y da a todos la seguridad del acierto de las opciones. e) Renovarse en la continuidad El dirigente tendrá la preocupación de hacer cada vez más adecuados a la realidad el papel y el servicio de la Asociación según los fines que le dio su Fundador. Por consiguiente, se sentirá estimulado a escrutar los signos de los tiempos oteando el futuro, y, con sensibilidad constructiva y espíritu de creatividad original, buscará los instrumentos más idóneos para asegurar el progreso de la Asociación en sintonía con los tiempos y las circunstancias. Se trata de desarrollar una actitud interior de renovación constante; lo cual requiere un discernimiento muy atento: por una parte, hay que evitar aceleraciones irreflexivas y estancamientos que rompan la marcha, propios de quien cambia sólo por cambiar; por otra, hay que asegurar la fecunda continuidad que nace de una espiritualidad rica y profunda. 17, INSTRUMENTOS Y TIEMPOS DE FORMACIÓN DE LOS RESPONSABLES A. Instrumentos de formación Para alcanzar los objetivos indicados anteriormente, se requiere un esfuerzo constante para profundizar la propia vocación y formación. Es, pues, necesario dar cabida, en la vida de cada día, a la reflexión y al estudio, iluminando así la experiencia concreta. En línea con cuanto hemos dicho sobre los aspectos particulares de un proyecto (doctrina, actitudes, acción), recordamos ahora algunos instrumentos concretos de formación para los responsables. Helos aquí: ∗ cursillos de formación específica para los encargados de los sectores de animación en los distintos niveles; ∗ congresos jornadas de estudio, reuniones de cooperadores, que forman parte de la vida asociativa y enriquecen su dinámica; ∗ encuentros y reuniones programadas por los organismos eclesiales con miras a un servicio más eficaz de animación a las asociaciones de seglares; ∗ lectura y reflexión de la literatura salesiana destinada a la animación de los Cooperadores (por ejemplo, "Cooperadores", el boletín inspectorial -donde exista-, obras sobre temas y sectores específicos, etc.); ∗ retiros mensuales, ejercicios espirituales y momentos fuertes de oración, que contribuyen al crecimiento de la propia interioridad y a la profundización de las actitudes espirituales que debemos testimoniar; ∗ preocupación constante de conocer personalmente a los miembros del grupo, compartiendo fraternalmente la alegría, el dolor y las justas aspiraciones de quienes están a nuestro lado (RVA, artículo 10); ∗ participación y actividad de carácter personal, tanto en el ámbito de cada grupo de la Familia Salesiana, como en toda ella; 34 * confrontación y revisión personal y de grupo sobre la animación, mediante encuentros específicos; por ejemplo, reuniones y encuentros de responsables de los distintos niveles o por sectores de trabajo. B. Tiempos de formación de los responsables 1. Tiempos ordinarios La exhortación apostólica Christifideles laici ve en la adolescencia y en la juventud los períodos de la vida más decisivos y significativos para la formación. Sin embargo, todas las horas de la existencia humana pueden ser momento formativo, tiempo oportuno para el paso del Señor, que «nunca deja de llamar a través de la evolución de las situaciones personales y ambientales» (RVA, artículo 37 § 1). Sólo una atención a Dios y a su acción transformadora puede llevar a cabo una formación en sintonía con las exigencias de la vida y de la historia. 2. Tiempos extraordinarios La formación específica del responsable se justifica por su servicio a la Asociación en circunstancias y ocasiones particulares y "extraordinarias", que, aunque son de distinto orden, duración e importancia, no por ello dejan de comprometer; exigen docilidad al Espíritu Santo y disponibilidad sincera a acogerlas y vivirlas como momentos privilegiados de enriquecimiento espiritual y de donación de sí. Tal situación puede presentarse, por ejemplo, con motivo de la preparación a la promesa de cooperador, en el estudio y profundización del RVA y en la preparación y organización de un cursillo de formación específica, de un día de encuentro, etcétera. 18. ASPECTOS ESPECÍFICOS DE LA FORMACIÓN DE LOS RESPONSABLES Es importante que cada responsable tenga conciencia de que ofrece una aportación específica de servicio, según su condición, su estado de vida y su papel en la Asociación. Necesita una profundización continua y una preparación cada vez mayor y una adecuación a la evolución y a la urgencia de la realidad cotidiana. A. Responsables seglares En cuanto a los responsables seglares, su foiiaiación específica se refiere a: estudiar el papel y misión del seglar en la Iglesia; - conocer el contenido y el proceso de la formación de que se ha hablado arriba; trabajar en la formación "permanente", para introducir en el tejido de la vida cotidiana los valores evangélicos del espíritu salesiano: espiritualidad de la encarnación; construir el "hombre interior", para expresarse en la caridad pastoral; - consolidar su compromiso de animación ocupándose de la organización de la Asociación y acompañando el itinerario formativo de los cooperadores; así será multiplicador de agentes de pastoral. 35 B. Responsables salesianos e Hijas de María Auxiliadora Por parte del delegado/a salesiano o Hija de María Auxiliadora, su formación específica debe orientarse particularmente: - a profundizar en la identidad, misión y papel del seglar en la Iglesia y en la Familia Salesiana, a fin de dar a los cooperadores respuestas válidas en eI ámbito de su formación salesiana y apostólica; - a desarrollar su disponibilidad a dejarse implicar en la formación de personas que viven en el mundo, a fin de transmitirles los valores auténticos de la espiritualidad secular de estilo salesiano; - a hacer crecer la comunión en la corresponsabilidad diferenciada; - a trabajar de modo concreto, al lado de otros miembros cualificados, en un servicio pastoral que ofrezca ayuda espiritual de apoyo y guía a los demás. C. Delegado/a seglar y sacerdote diocesano El delegado/a no salesiano ni Hija de María Auxiliadora necesita poner un cuidado particular en otros aspectos de la foiuiación que se suponen en quien ha hecho la opción de la vida religiosa. * Necesidad de una formación salesiana profunda Nadie puede formarse en el espíritu salesiano si no Io conoce y si no vive Io que quiere transmitir; debe conocer las fuentes salesianas y tener la posibilidad de llegar a ellas (isería cómodo y oportuno disponer de una pequeña biblioteca salesiana!). Además, son imprescindibles el contacto frecuente con el mundo salesiano en sus diferentes aspectos y una mayor atención a la asistencia a jornadas de estudio y revisión, para mantener siembre viva y auténtica la propia salesianidad y la del centro al que pertenece. * Necesidad de una formación teológico-bíblica Cuando el delegado/a es un seglar que no ha tenido una formación teológico-bíblica específica, hay que cuidar de modo particular este aspecto fundamental de la formación. Hoy existen muchos centros de formación teológica para seglares, incluso por correspondencia, gracias a los cuales no será dificil prepararse convenientemente. * Necesidad de una formación pastoral y apostólica Una buena formación en este sector la pide explícitamente el mismo papel del delegado/a, que se dedica, sobre todo, a un servicio pastoral. Para ello puede ser muy útil también la experiencia vivida de fauna concreta con los jóvenes en el campo apostólico. Dado que el aspecto de la formación es un elemento de importancia fundamental y prioritaria en la vida y en el desarrollo de la Asociación, los responsables procurarán hacer una revisión constante y detenida de su camino y crecimiento como animadores personal y comunitariamente. 36 CAPÍTULO IV ESTRUCTURAS DE ANIMACIÓN 19. Introducción: criterios salesianos para la organización 20. El Centro, unidad fundamental A. Naturaleza del Centro 1. Dimensión comunitaria dei Centro 2. Apoyo vocacional 3. Espíritu de familia en el Centro de Cooperadores 4. Apertura apostólica 5. La sede del Centro B. Vula del Centro: elementos imprescindibles 1. El Consejo a) Elementos característicos del Consejo local ∗ Naturaleza del Consejo local ∗ El Consejo local: elección ∗ Primera reunión del Consejo local ∗ Funciones del Consejo local b) El coordinador local c) Dirección colegial d) Actitudes del coordinador local e) El delegado y la delegada f) Organización del Consejo y funciones confiadas a los diversos consejeros ∗ Sector FORMACIÓN * Sector COMPROMISO APOSTÓLICO ∗ Sector FAMILIA ∗ Sector MISIONES ∗ Sector COMUNICACIÓN SOCIAL ∗ Sector COOPERADORES JÓVENES y relaciones con el M.J.S. ∗ Sector IGLESIA LOCAL ∗ Sector RELACIONES CON LA FAMILIA SALESIANA ∗ Otros posibles sectores 2. La secretaría 3. El administrador 4. Las reuniones periódicas C. Vida del Centro: elementos institucionales 1. Erección de un Centro 2. Fusión de centros 3. Traslado de centros 4. Supresión de un Centro 5. Relaciones entre los centros D. Vida del Centro: elementos característicos 1. Admisión de cooperadores en el Centro (ingreso en la Asociación) a) Criterios prioritarios para la admisión b) Criterios prioritarios sobre la vocación e) Criterios prioritarios sobre el itinerario seguido d) Criterios prioritarios sobre las motivaciones 2. Salida de la Asociación 3. Relaciones con otros organismos a) Organismos salesianos b) Organismos eclesiales e) Organismos civiles y sociales 4. Cooperadores aislados 5. Solidaridad económica 37 21. Organización en el ámbito inspectorial A. B. Naturaleza y fines Elementos imprescindibles 1. El Consejo inspectorial a) Elementos característicos del Consejo inspectorial ∗ Primera constitución del Consejo inspectorial ∗ Elección del Consejo inspectorial ∗ Renovación del Consejo inspectorial ∗ Funciones del Consejo inspectorial b) El coordinador inspectorial ∗ Dirección colegial del Consejo inspectorial ∗ Actitud del coordinador inspectorial c) El delegado y la delegada d) Organización del Consejo y tareas encomendadas a los diversos consejeros 2. La secretaría 3. El administrador 4. Programación de las iniciativas 5. Las reuniones periódicas del Consejo inspectorial 22. La Conferencia nacional yl o regional A. B. C. D. E. F. Naturaleza de la Conferencia nacional ylo regional Creación de la Conferencia nacional y/o regional Funciones de la Conferencia nacional y/o regional Responsables de la Conferencia Funciones de los responsables Otros posibles organismos de la Conferencia 23. La Consulta Mundial A. B. C. D. E. F. G. H. 1. J. K. Naturaleza de la Consulta Mundial Fines, funciones y tareas de la Consulta Mundial Miembros de la Consulta Convocatoria de la Consulta Labor de los consultores en su región Cargos dentro de la Consulta 1. Funciones del coordinador general 2. Funciones del administrador 3. Funciones de la Secretaría Ejecutiva Central Relaciones con la Familia Salesiana y otros organismos Reuniones de la Consulta Mundial Congresos regionales y mundiales Sustitución de consultores Sede de la Asociación APÉNDICE 1 APÉNDICE II APÉNDICE III APÉNDICE IV APÉNDICE V APÉNDICE VI APÉNDICE VII REGLAMENTO INTERNO DE LA CONSULTA MUNDIAL ORIENTACIONES PARA LA ACCIÓN DE LOS CONSULTORES MODELO DE REGLAMENTO INTERNO DEL CONSEJO MODELO DE REGLAMENTO INTERNO DE LA CONFERENCIA EJEMPLO DE BALANCE Y DE PRESUPUESTO EJEMPLO DE CONVOCATORIA DE REUNIÓN EJEMPLO DE SOLICITUD DE ADMISIÓN EN LA ASOCIACIÓN DECRETO DE ERECCIÓN DE UN CENTRO DE LA A.C.S. 38 19. INTRODUCCIÓN: CRITERIOS SALESIANOS PARA LA ORGANIZACIÓN Según el pensamiento de san Juan Bosco, la Asociación debe organizarse a la luz de los tres criterios siguientes: - flexibilidad, - adaptabilidad, - servicio a la persona. El buen funcionamiento de un organismo no necesita estructuras complicadas y rígidas, pues deben estimular la vida de la Asociación y no servir a la burocracia. En cualquier nivel es importante lograr fea usas ágiles de programación, de acción y de revisión. Además, aunque todos forman parte de la misma Asociación mundial, no pueden descuidarse las exigencias ligadas a la cultura, a la geografía y a la historia de los lugares donde se encuentra y actúa la Asociación. El RVA afirma oportunamente: «Organización flexible, que se adapta a las diversas situaciones ambientales y eclesiales» r. Por último, el criterio principal es siempre el bien de la persona. Evangélicamente esto se enuncia con las palabras del Señor: «El sábado es para el hombre y no el hombre para el sábado». Aplicada a las estructuras, esta frase dice que la persona, en su desarrollo y crecimiento vocacional, es siempre el centro de todo y que el objetivo de la Asociación son su capacidad apostólica y la fidelidad al espíritu salesiano. EL CENTRO, UNIDAD FUNDAMENTAL 2 20. El Centro, como lo presenta el RVA, es la célula primera y fundamental de la organización de la Asociación: se privilegia la base con respecto a los vértices. En efecto, es «la unidad de base de la acción, a cuyo servicio se ponen los demás organismos y estructuras de nivel superior». Es fácil deducir del RVA algunas características que distinguen al Centro de Cooperadores. A. Naturaleza del Centro 1. Dimensión comunitaria del Centro La vocación personal debe vivirse individualmente; pero cuando san Juan Bosco piensa en los cooperadores como parte de un grupo, la comunión y la colaboración con los demás miembros de la Asociación son un punto de referencia importante que introduce a cada uno en una realidad más amplia y compleja, donde todos están llamados a un papel importante. El cooperador halla en su Centro la respuesta concreta a los problemas que implican su "dimensión salesiana" y su actividad apostólica. 2. Apoyo vocacional La función más importante de un Centro es ayudar al cooperador a vivir en el sentido más pleno posible su vocación cristiana y salesiana, haciéndolo «persona capaz de crecer y de crecer en la capacidad de dar». 1 RVA, art.41§1. 2 RVA, arts. 21, 36, 41, 42, 43, 44, 45. 39 3. Espíritu de familia en el Centro de Cooperadores El Centro hace de la acogida su modo de vivir. Está abierto a las personas, no las hace sentirse "huéspedes " ni, mucho menos, intrusas. Se abre a la colaboración con otras fuerzas de la Familia Salesiana. Pone en relación y confrontación las experiencias de las personas y de los grupos para enriquecer su vitalidad. Comparte las necesidades de cuantos se mueven en su ámbito, sobre todo de los jóvenes y de los sectores populares. 4. Apertura apostólica Hay que evitar, sobre todo, el peligro de que el Centro sea sólo un lugar de refugio, por muy gratificante que sea, para un grupo de personas que hace consistir su compromiso en verse periódicamente por la sola razón de que gusta estar juntos. El Centro debe ser el alma de un deteijuinado territorio eclesial y civil. Las iniciativas encuentran aquí el lugar donde exponerlas y ver si procede realizarlas. 5. La sede del Centro En la organización de un Centro, tiene importancia su sede. Será modesta y sencilla, acogedora y práctica, donde los cooperadores puedan verse, incluso cuando no hay reunión, y preparar el trabajo que va a realizar la Asociación. Hay que procurar que esté al día y sea funcional para la vida asociativa y para la actividad apostólica (por ejemplo, tiene que estar al día el archivo de los inscritos, no sólo con los nombres de los que van ingresando, sino también con las principales actividades que realizan los cooperadores; téngase una documentación clara de la correspondencia, de las circulares, de las actividades hechas, de los encuentros, de las reuniones y de todo lo que es la vida del Centro). No se trata de simple interés "arqueológico" o "documental", sino de evaluar oportunamente lo que se hace, de hacerlo objeto de reflexión, de hacer más enriquecedora e interesante la propia vida asociativa, de hacer más viva y consciente la vida del Centro, de estimular la iniciativa y de sugerir soluciones. La sede puede ser el lugar donde se cultiva el sentido de pertenencia, donde se ayuda a cada uno con encuentros personales de formación y donde se da a conocer a amigos y simpatizantes la vida de un Centro. B. Vida del Centro: elementos imprescindibles Sin quitar nada a la «flexibilidad y adaptabilidad a las diversas situaciones ambientales y eclesiales»1 , los elementos imprescindibles son: 1. el Consejo local (coordinador2 , delegado/a 3 , administrador 4 , responsables de otros sectores 5 ); 2. un servicio de secretaría; 3. las reuniones periódicas. RVA, a r t 4 1 § 1 . 1 2 RVA, art. 4 4 § 2. 3 RVA, are 4 3 § 2. 4 RVA, art. 49 § 3. 5 RVA, art. 43 § 2. 40 La animación y la coordinación del Centro, hechas «como servicio fraterno», tienen en los organismos previstos por el Reglamento su expresión práctica. L El Consejo a) Elementos característicos del Consejo local * Naturaleza del Consejo local El Consejo local es el órgano de gobierno y animación que rige la Asociación en su ámbito local, el Centro. Es un órgano colegial con funciones muy precisas del que depende la marcha del Centro. Lo componen de tres a siete miembros y un delegado o delegada. * El Consejo local: elección Para proceder a la elección del Consejo, así como para cumplir otros deberes oficiales, los cooperadores del Centro se reúnen en asamblea, convocados − por el coordinador inspectorial, si se trata de la primera constitución del Consejo (cuando es una nueva inspectoría o delegación, provee el consultor de la región o el coordinador general); − por el coordinador que cesa, cuando hay que renovar el Consejo. El Consejo que cesa ylo la Asamblea determinan el número de miembros del Consejo que hay que elegir -de 3 a 7, incluido el coordinador, teniendo en cuenta las necesidades, el trabajo y la extensión de la zona- y las modalidades de la votación. No estará de más decir que, en las elecciones del Consejo local, de acuerdo con cuanto prevén el RVA y el Código de Derecho Canónico, todo Consejo que cesa o la Asamblea de Cooperadores pueden adoptar las formas concretas de elección que mejor respondan a la situación local, con tal que se garanticen los principios de libertad de expresión y elección de los electores, el respeto de las opciones de la mayoría y un relevo de las personas en los cargos. Según este espíritu, vez por vez podrán adoptarse las noimuas que parezcan convenientes 1 . Para la validez de la Asamblea electiva hay que seguir las noi nas previstas en el canon 119 del Código de Derecho Canónico 2 , que transcribimos a continuación. a. En la primera y la segunda votación se necesita la mayoría absoluta. b. Después de dos escrutinios ineficaces, se hace la tercera sobre los dos candidatos que han obtenido mayor número de votos; si son más, sólo son elegibles los dos de más edad, tanto en caso de empate de votos de ambos candidatos, como en el caso de disparidad de votos entre un candidato de mayoría relativa y otros candidatos con empate de votos, de entre los que sólo es elegible el de más edad. c. En el tercer escrutinio resulta elegido el que, entre los dos candidatos, ha obtenido más votos o, en caso de empate, el de más edad. d. La tercera votación es definitiva; por tanto, una vez hecha, se da por terminada la votación 3 . Téngase en cuenta que a veces puede ser útil para la persona y para la vida de la Asociación aceptar la disponibilidad de un cooperador no elegido. 1 Si resulta más cómodo u oportuno, preséntese una lista de personas dispuestas a prestar el servicio de dirigente, pero dando siempre la posibilidad de hacer libremente otras designaciones. 2 Cf. Comentario oficial del RVA en su articulo 43 § 1. 3 Comentario oficial del RVA, pág. 420 (edición italiana). 41 Quienes han desempeñado el cargo de consejero durante dos trienios consecutivos no pueden ser reelegidos. En casos excepcionales, justificados por una situación particular, reconocida y presentada, se pide al Rector la autorización de elegir a un consejero para el tercer trienio consecutivo; dicha solicitud debe hacerla a su debido tiempo el Consejo que cesa. * Primera reunión del Consejo local La primera reunión del Consejo la convoca el coordinador que cesa o, si fuera necesario, el miembro del Consejo que ha tenido más votos y, en caso de empate, el de mayor antigüedad de promesa y, en caso de igualdad, el de más edad o, finalmente, el coordinador inspectorial. En su primera sesión, el Consejo elige al coordinador y al administrador. También puede hacerse el reparto de funciones a los restantes consejeros, teniendo en cuenta las necesidades organizativas del Consejo. Es oportuno que la primera reunión del Consejo sea inmediatamente después de la elección o que, por lo menos, se fije en seguida su fecha, hora y lugar. * Funciones del Consejo local Las principales funciones aparecen enumeradas en el artículo 44 del RVA. Las recordamos con breves observaciones; para más detalles, remitimos al Comentario oficial. He aquí sus funciones: - Garantizas de acuerdo con el inspector salesiano, el funcionamiento de la Asociación, de modo que logre sus fines. El Consejo debe tener muy claros los fines de la Asociación en el ámbito local, para buscar el mejor modo de conseguirlos. Ello implicará programar y evaluar periódicamente. Es obvio que el Consejo no puede dejar de implicar al inspector, quizás mediante el delegado, ni el inspector puede dejar de interesarse por el funcionamiento de la Asociación. Procurará estar con los cooperadores del Centro cuando hace la visita canónica a las obras salesianas. Aunque nos se menciona directamente, un papel análogo tiene la inspectora para los centros erigidos en sus casas. - Promover y coordinar las iniciativas de formación y apostolado de los Cooperadores. El Consejo debe sentirse promotor de iniciativas de formación y de apostolado de los cooperadores. Es un servicio esencial. Debe comenzar estudiando las necesidades de formación de los miembros y las exigencias del apostolado. Para no dispersar fuerzas, es necesaria la coordinación y, por tanto, también en este aspecto resultan imprescindibles la programación y la revisión periódicas. - Mantener los lazos de unión con la Congregación Salesiana y demás grupos de la Familia. Lo primero será mentalizar a los miembros sobre el tema de la Familia, partiendo del conocimiento recíproco. Después hay que pensar en reforzar dichos lazos procurando llegar a una verdadera comunión. Conviene no olvidar el papel del coordinador, al que competen, en nombre del Consejo, las relaciones con los organismos, incluidos los grupos de la Familia Salesiana. - Convocar reuniones, asambleas y congresos. Son medios que contribuyen al vigor de la Asociación y a formar y desarrollar el sentido de pertenencia 2 . Son, pues, imprescindibles. Necesitan continuidad, buena preparación y conducción inteligente, sabiendo que, cuando no se hacen bien, producen el efecto contrario. Para más detalles, ver el capítulo quinto de este Manual. Comentario oficial del RVA, págs, 425-27 (edición italiana). 1 Para mayor información se remite al capítulo V. 42 − Atender a la administración de los bienes de la Asociación. El Consejo procurará crear, ante todo, una mentalidad de solidaridad y, después, de apoyo a la Asociación. Se tendrá en cuenta que la administración se confía a un Consejo, al que el administrador debe rendir cuentas. Le compete el papel de preparar los presupuestos y balances y de seguir la administración ordinaria de los bienes del Centro. Dar a conocer el balance significa sensibilizar a los cooperadores acerca de las necesidades de la Asociación. El objetivo es responsabilizar y hacer comprender a todos las necesidades de la misma. b) El coordinador local Es elegido por el Consejo, en la primera reunión, de entre sus miembros seglares, a tenor del canon 119 del Código de Derecho Canónico, citado anteriormente. Su papel es fundamental. De él depende en gran parte la marcha del Centro. Tiene funciones específicas, que indica el artículo 44 § 2. Son: − Convocar las reuniones, presidirlas, coordinar sus trabajos y hacer cumplir lo acordado. Convoca con regularidad el Consejo, según un calendario de reuniones estudiado precedentemente. Comprueba que todos los miembros del Consejo reciben a su debido tiempo la convocatoria, donde figurará el orden del día. Pide su asistencia a las reuniones cuando se repiten las ausencias. Si el coordinador no puede asistir, las reuniones ya convocadas son presididas y moderadas por un miembro del Consejo, delegado por el coordinador. Conviene que siga personalmente, con el delegado/a, si lo hay, y con el consejero encargado de la formación, a los cooperadores que viven lejos del Centro, a los enfermos, a quienes se encuentran en alguna dificultad particular y a los aspirantes a cooperadores. - Informar a los organismos superiores de la vida y actividades de la Asociación. La comunicación es necesaria en cualquier organismo. El mismo principio vale también para nuestra Asociación. Comporta la necesidad de estar en estrecha relación con los organismos superiores mediante informes periódicos y satisfaciendo oportunamente sus peticiones; debe asegurarse que se manda a Ios organismos previstos cuando indica el RVA; por ejemplo, los presupuestos y balances, las solicitudes de erección, etcétera. - Representar a la Asociación. Procura no faltar en los órganos de que está llamado a formar parte o asistir; si es necesario, manda a un cooperador que lo represente. Se esforzará por acudir a los organismos donde conviene que la Asociación haga oír su voz. − Mantener, en nombre del Consejo, las relaciones con los organismos laicales y eclesiales y con los demás grupos de la Familia Salesiana. Asegura la conexión con los organismos eclesiales, parroquiales y diocesanos de apostolado seglar, con las Consultas y los Consejos, etcétera. Debe hacerlo también en el ámbito de la Familia Salesiana. Si es posible, intervendrá personalmente o se hará representar por otro cooperador en las actividades y celebraciones de la Familia Salesiana donde se requiera su presencia; por ejemplo, en congresos, reuniones, fiestas particulares, etcétera. − Tomar decisiones, en caso de urgencia, dentro del ámbito de las competencias del Consejo, informándole posteriormente. En efecto, el coordinador no es presidente, sino coordinador; debe saber que no goza de una autoridad personal, sino que actúa como miembro de un Consejo, que es quien la tiene. De ahí su deber de rendir cuentas cuando substituye al Consejo en cualquier decisión que es competencia del mismo. Otras tareas del coordinador son: − recibir la solicitud de admisión de un aspirante a cooperador; - recibir, en su caso, la comunicación escrita de salida de la Asociación por parte de un cooperador; 43 − transmitir el parecer del Consejo local al Consejo inspectorial, cuando se lo pidan t . c) Dirección colegial Téngase siempre presente la característica de la dirección colegial2 propia de cualquier Consejo. La participación solidaria de todos sus miembros muestra la corresponsabilidad de un Consejo. El coordinador, como indica la palabra, "coordina " la dirección de la Asociación; por tanto, nunca es una decisión personal. El Comentario oficial al RVA 3 recuerda las condiciones necesarias para hablar de colegia Edad. «Para hacer un acto colegial -dice-, según el canon 119 se necesitan tres condiciones previas: − la convocatoria de todos los miembros del respectivo Consejo, hecha a tenor del canon 166; − la presencia de la mayoría absoluta de los miembros del respectivo Consejo; - la mayoría absoluta se calcula sobre el número de miembros que asisten al acto colegial. La mayoría es absoluta cuando supera en media unidad el número de los miembros presentes, es decir, la mitad aritmética del número total de los asistentes, más uno». d) Actitudes del coordinador local El servicio del coordinador es delicado e insubstituible, a veces dificil. Debe saber cultivar la sensibilidad y la generosidad fraterna. Un coordinador dominador o que sólo actúa cuando se siente protagonista indis cutible en las actividades, no ayuda a que los cooperadores de su Centro crezcan, maduren y se formen, incluso con miras a una sucesión para cuando cese en el cargo según lo dispuesto por el RVA. Ser coordinador no es un puesto de poder ni ocasión para satisfacer su anhelo de protagonismo; al contrario, debe saber hacer trabajar a todos los miembros del Consejo evitando continuas suplencias, dando cabida a todos y siguiendo el desarrollo de las actividades. e) El delegado y la delegada Todo Consejo tiene su delegado o delegada. Normalmente, cuando el Centro está en una obra de los Salesianos, el delegado es uno de éstos, nombrado por su inspector; cuando el Centro se halla en una obra de las Hijas de María Auxiliadora, la delegada es una de ellas, nombrada por su inspectora; cuando el Centro está en una sede que no es de los Salesianos ni de las Hijas de María Auxiliadora, su delegado o delegada es un cooperador seglar o miembro del clero secular, nombrado por el inspector de la zona. f) Organización del Consejo y funciones confiadas a los diversos consejeros Conviene que cada consejero tenga bien definidas sus funciones y que cada uno tenga muy claro su trabajo. Cf. C o m e n t a r i o oficial del RVA, pág. 430 (edición italiana). Cf. RVA, art. 43 § 1. t Comentario oficial al RVA, pág. 419 (edición italiana). 2 RVA, art. 46; cf. el capítulo segundo, donde se describe el papel y la figura del delegado/a. 3 44 Así, de común acuerdo los miembros del Consejo se reparten las tareas y/ o cargos correspondientes a los distintos sectores de actividad, además de la obligatoria designación de un administrador, que se elige de entre los miembros del Consejo. Lo cual no significa que, una vez asignados los cargos, ya no puedan cambiarse cuando parezca necesario. Conviene saber encontrar personas capaces de desempeñar varios cargos a la vez por su competencia específica, sensibilidad e interés. Sin embargo, todos los cooperadores deben estar dispuestos y convenientemente preparados para desempeñar cualquier papel en la Asociación. A título de orientación, ofrecemos una serie de sectores específicos de animación más importantesl. ∗ Sector FORMACIÓN El consejero de Formación es un miembro cualificado del Consejo. Asume la responsabilidad de programar el trabajo de crecimiento humano, cristiano y salesiano de los miembros del Centro y de someterlo a todo el Consejo, no sólo para obtener su aprobación, sino también para sensibilizarlo acerca de este problema. Actúa en estrecha relación con el delegado/a local y el coordinador. Entre sus quehaceres específicos cabe recordar: − estimular la promoción vocacional (en ciertos casos funciona como un sector autónomo de animación); - adecuar a la realidad del Centro local los planes de formación inicial y permanente propuestos por los niveles inspectorial y mundial, introduciendo sus objetivos en la programación anual del Centro; − pensar en la organi7ción del retiro mensual y en la asistencia de los miembros a los ejercicios espirituales de cada año; − proveer a la creación de una biblioteca formativa y al conocimiento y difusión de la literatura y materiales de apoyo de la Familia Salesiana; - acompañar, con el delegado local, a los aspirantes en su itinerario de discernimiento vocacional y a los cooperadores en su maduración y fidelidad a los compromisos salesianos que han tomado. ∗ Sector COMPROMISO APOSTÓLICO El consejero que se encarga de este sector tiene como tarea principal la de sensibilizar, animar e impulsar la acción apostólica de los miembros del Centro. Procura que todo cooperador viva y actúe en aimonía con el segundo capítulo del RVA -Compromiso apostólico-, que indica los ambientes, destinatarios, intervenciones y metodología típicos del estilo de san Juan Bosco. Ayudará a todos los cooperadores a tener un apostolado a medida de sus posibilidades. Prepara materiales de apoyo en la línea de la pastoral juvenil, popular y misionera; acompaña la foiiuación apostólica de Ios miembros del Centro. Cuida las relaciones con los organismos pastorales de la Iglesia local y con otras personas dedicadas al trabajo con los jóvenes y con las clases populares. Donde sea posible, promociona la organización de un apostolado de grupo en el ámbito del Centro local. Sabe hallar la ocasión para que se compartan las experiencias apostólicas. 1 El número de sectores es mayor que el número permitido de consejeros. Significa que algunos consejeros tienen que atender más de un campo. 45 ∗ Sector FAMILIA Es un sector muy amplio. Toma en consideración la familia con todos sus problemas; verbigracia, la preparación para el matrimonio, la educación de los hijos, el derecho a la vida, etcétera. Se encarga de alentar y promocionar iniciativas para los novios y para los matrimonios jóvenes, y no sólo de cooperadores ("Hogares Don Bosco" de España), sobre las relaciones padres-hijos; ayuda a los cooperadores a insertarse en los consultorios familiares y en organismos civiles, sociales y culturales en que se habla de la familia y se decide por ella. ∗ Sector MISIONES El apostolado misionero puede hacerse de muchos modos: recogida de fondos, vigilias de oración, sensibilización, propaganda, creación de mentalidad y espíritu misioneros mediante seminarios o cursillos, actividades manuales, viajes misioneros, estancias cortas en tierras de misión, voluntariado en el tercer mundo, difusión de prensa y material misioneros, becas misioneras, "adopciones" misioneras. ∗ Sector COMUNICACIÓN SOCIAL 1 Procurar que los cooperadores lleven a casa y difundan en sus ambientes la prensa católica, particularmente, la salesiana; realizar, participar y señalar transmisiones radiofónicas y televisivas; fomentar la educación en la crítica y en el debate; incrementar el teatro no profesional; enseñar a reconocer en la música un vehículo de mensajes y un medio para la animación litúrgica y para los momentos de sana alegría. ∗ Sector COOPERADORES JÓVENES y relaciones con el M.J.S.2 Sigue a los jóvenes aspirantes a cooperadores; estimula las iniciativas de los cooperadores jóvenes (catequesis, oratorio, centros juveniles, etc.); favorece los encuentros entre cooperadores jóvenes y adultos (¡la Asociación es única!), la participación en campamentos juveniles, la inserción de los cooperadores jóvenes en las iniciativas del M.J.S. Organizar, con el consejero de Formación y el delegado/a, actividades de promoción vocacional. ∗ Sector IGLESIA LOCAL 3 El consejero encargado de este sector busca espacios para un servicio pastoral en las instituciones de la Iglesia local; se inserta en los Consejos pastorales parroquiales y diocesanos y en la Comisión diocesana de apostolado seglar; procura formar con su familia una "Iglesia doméstica", primera célula de la Iglesia local; introduce y promociona verdaderas formas de catequesis para lograr una comunidad de fe; trata de animar actividades litúrgicas; da vida a actividades de servicio y promoción humana. Para alcanzar estos objetivos, el consejero estudia la pastoral diocesana a fin de insertarse en ella, y la local, a fin de colaborar eficazmente; colabora con los demás organismos locales de pastoral, sobre todo juvenil; presta atención a las orientaciones de los obispos y de las Conferencias episcopales. 1 RVA, arts. 16, 17. 2 RVA, arts. 16, 20, 36. 3 RVA, arts. 3, 6, 11, 17, 18, 22 § 1, 27 § 2, 37, 40. 46 * Sector RELACIONES CON LA FAMILIA SALESIANA Las relaciones con la Familia Salesiana corresponden al coordinador; pero el mantenimiento de los lazos de unión pertenece a todo el Consejo s : una cosa es la representación, propia del coordinador y otra la sensibilización hacia la Familia Salesiana. Actualmente se camina hacia una mayor comunión y colaboración entre los grupos de la Familia Salesiana. Estos aspectos necesitan un cuidado especial en la Asociación. En perfecta asinonía con el coordinador, el consejero de este sector asegurará la presencia de los cooperadores en las actividades de la Familia Salesiana y tomará parte en su organización. * Otros posibles sectores Pueden crearse otros sectores para la animación local, a fin de responder a las retos y necesidades de la propia realidad asociativa y juvenil: pastoral vocacional, liturgia, etcétera. El Consejo puede servirse de cooperadores particularmente competentes para formar grupos de trabajo sobre problemas y actividades específicos: profesores, antiguos alumnos, cooperadores sacerdotes y diáconos, etc. 2. La secretaría El consejero que desempeña este cargo cuida en particular el fichero (repaso y actualización de los datos personales de los cooperadores, de sus direcciones, etc.), la correspondencia, el archivo (circulares, documentos oficiales, crónicas, fotografías, infor mes, modelos de impresos, actas de reuniones, etc.), la sede de los Cooperadores (inventario, materiales, bienes de equipo). Colabora con el coordinador, especialmente en la preparación técnica de las reuniones y congresos, etc.; levanta acta de cada sesión del Consejo local y de las reuniones del Centro, que se leerán al principio de la reunión siguiente; prepara el informe sobre el estado de la Asociación local, que debe enviar periódicamente a la oficina inspectorial. 3. El administrador La administración de los bienes de la Asociación corresponde al Consejo. Para ello nombra explícitamente a un consejero, que cuidará de todo el aspecto administrativo. Sus funciones son: − guardar los libros de contabilidad y el inventario de los bienes; − preparar el balance y el presupuesto anual, que presenta con los justificantes; organizar y revisar el modo de financiación, que presentará al Consejo. − presentar las cuentas al organismo superior. Debe tener en cuenta las obligaciones previstas por el Código de Derecho Canónico para los administradores de bienes eclesiásticos 2 . Los bienes de la Asociación, por el hecho de ser asociación pública de fieles, son bienes de la Iglesia, y como tales administrarse. La gestión económico-financiera de la Asociación forma parte de la responsabilidad de todos los Consejos. s RVA, art. 44. 2 Código de Derecho Canónico, canon 1282. 47 4. Las reuniones periódicas La vida asociativa exige que los cooperadores se reúnan para formarse' y para poder lograr los fines de la Asociación. No cabe un cooperador sin referencia explícita a un Centro 3 , lo cual implica la existencia de reuniones y de actividades compartidas 4 . C. Vida del Centro: elementos institucionales 1. Erección de un Centro5 La erección de un Centro se hace mediante decreto del Consejo inspectorial, firmado por el coordinador, previo consentimiento escrito del inspector (también de la inspectora sí es en una obra de las Hijas de María Auxiliadora). El consentimiento escrito del Obispo diocesano para erigir centros fuera de las obras salesianas y de las Hijas de María Auxiliadora lo piden conjuntamente el coordinador inspectorial y el inspector. Cuando se crea una nueva inspectoría o delegación, mientras se forma su Consejo, los primeros centros se constituirán mediante decreto del Rector Mayor o del coordinador general. 2. Fusión de centros La fusión de dos o más centros en uno tiene lugar mediante acto colegial del Consejo inspectorial y decreto del mismo, previo acuerdo de los centros interesados, con el consentimiento del inspector (y de la inspectora, si se trata de centros erigidos en obras de las Hijas de María Auxiliadora). Se necesita el consentimiento del Obispo cuando se trata de centros constituidos fuera de las obras salesianas y de las Hijas de María Auxiliadora. El nuevo Centro sucede, en el aspecto económico activo y pasivo, a los centros fusionados, salvo disposición contraria en el decreto de fusión. 3. Traslado de centros Cuando se suprime una obra salesiana o de las Hijas de María Auxiliadora donde hay un Centro local, éste puede trasladarse a otra obra cercana de los Salesianos o de las Hijas de María Auxiliadora, según las modalidades previstas para la erección de nuevos centros 6 , de acuerdo con el Consejo local del Centro que se traslada. Si en la sede a la que se traslada el Centro ya existe otro, se puede proceder a la fusión de ambos. Si resulta imposible trasladarlo a una obra salesiana o de las Hijas de María Auxiliadora, se puede constituir en una obra diocesana, previo consentimiento de su Obispo, con las condiciones y modalidades previstas por el artículo 45 § 2 del RVA. 1 RVA, art. 38 § 3. 2 Cf. RVA, art. 46 § 1. 3 RVA, art. 41 § 3. 4 Cf. el capítulo V, donde se habla específicamente de las reuniones. 5 RVA, art. 45. 6 RVA, art. 45 § 2. 48 4. Supresión de un Centro Un Centro local puede suprimirse porque desaparece la obra salesiana o de las Hijas de María Auxiliadora en que estaba erigido, o por razones intrínsecas cuando hay motivos suficientes a juicio del Consejo inspectorial, comunicados al Consejo local, previo consentimiento del inspector, y de la inspectora para centros de obras que dependen de ella, o del Obispo diocesano para centros que están fuera de obras salesianas o de las Hijas de María Auxiliadora. Los bienes temporales de los centros suprimidos, incluida su situación económica activa y pasiva, pasan al Consejo inspectorial, salvo disposición contraria en el decreto de supresión. 5. Relaciones entre los centros Cuando los centros locales se erigen en obras salesianas o de las Hijas de María Auxiliadora, es muy importante que se establezcan relaciones de entendimiento y colaboración mediante acuerdo entre los Consejos locales, respetando siempre la autonomía de cada Centro y la superior competencia del Consejo inspectorial. Conviene que, por lo menos, tengan algunas iniciativas comunes. D. Vida del centro: elementos característicos 1. Admisión de cooperadores en el Centro (entrada en la Asociación) l El aspirante a cooperador debe manifestar su intención de prepararse a ingresar en la Asociación a los responsables del Centro de su zona, es decir, al Consejo local, que examinará la solicitud y decidirá acerca de su admisión al período de formación y la duración del mismo. Cuando el aspirante ha alcanzado la madurez suficiente, pedirá su ingreso por escrito al Consejo local, que en una reunión a propósito dará su parecer sobre la aceptación y lo trasmitirá al Consejo inspectorial para la necesaria ratificación 3 . Una vez hecha la promesa, el responsable más representativo que asista a la ceremonia entregará al nuevo cooperador el atestado u otro documento oficial de pertenencia, firmado por el Rector Mayor o su representante. a) Criterios prioritarios para la admisión Conviene ofrecer algunos criterios para la admisión de cooperadores como instrumento válido para quien desea ingresar en la Asociación, para el Centro que acompaña al aspirante en su formación y para los Consejos locales e inspectoriales que tienen la responsabilidad de pronunciarse acerca de la admisión. b) Criterios prioritarios sobre la vocación − Los responsables de la admisión deben discernir, ante todo, si el candidato tiene una disposición vocacional para la vida y la misión salesiana. − No basta que el candidato sea "buena persona" o un cristiano " apostólico". - El futuro cooperador debe conocer a san Juan Bosco, su vida y espíritu, el compromiso que supone vivir como verdadero salesiano en el mundo y en la Iglesia; r RVA, arts. 36, 45. 2 Para el contenido del período de formación, cf. RVA, art. 36 § 1. 3 RVA, art.. 45 § 1. 49 también debe saber que este camino se hace con una comunidad cristiana de referencia (Centro local). e) Criterios prioritarios sobre el itinerario seguido El aspirante a cooperador debe: - haber seguido y asimilado el plan de folutación inicial, que asegura el conocimiento y adhesión vital al RVA; - haber hecho experiencia de grupo en un Centro, compartiendo su vida y su misión y mostrándose corresponsable e integrado en la Asociación; - crecer en la conciencia de ser parte integrante de la Familia Salesiana, y demostrarlo participando en ella y viviendo en su comunión; − haber seguido el itinerario de formación con la ayuda y orientación de sus responsables y con los miembros del propio Centro; - haber alcanzado una madurez humana y afectiva que permita cumplir las obligaciones familiares, profesionales y civiles y tener una fe y caridad maduras nacidas de una vida interior que se construye día a día; − vivir y demostrar los rasgos característicos del espíritu salesiano, especialmente el amor a los jóvenes, la capacidad apostólica, la cordialidad, el optimismo, la alegría salesiana, el conocimiento y práctica del Sistema Preventivo, etc.; - estar comprometido cristianamente en la profesión, en la familia y en el trabajo apostólico. d) Criterios prioritarios acerca de las motivaciones Que sus motivaciones sean: - personales y personalizadas; - aceptadas por libre opción y decisión; − coherentes a la luz de la vocación salesiana; maduradas y confrontadas bajo la acción del Espíritu en el discernimiento personal y de grupo. 2. Salida de la Asociación1 La solicitud que hace un cooperador para salir de la Asociación, después de haberlo pensado bien, se presenta al Consejo del propio Centro local, que oídas las razones, la enviará al Consejo inspectorial de la Asociación. El interesado puede mandarla directamente al Consejo inspectorial por motivos personales. Corresponde al Consejo inspectorial decidir con acto oficial, tomado con espíritu de caridad y claridad, el cese de la pertenencia a la Asociación de un cooperador cuya vida no sea coherente con el RVA. Las motivaciones, formuladas según el espíritu de que habla el artículo 39 del RVA, se comunican al interesado y al Consejo de su Centro. Si se quiere apelar contra la decisión tomada, el recurso será transmitido al Superior General. 3. Relaciones con otros organismos a) Organismos salesianos El Centro puede dar vida a obras propias o adherirse, por la presencia de grupos de cooperadores, a obras y organismos de la Familia Salesiana, tales como los obradores i RVA, art. 39. 50 Mamá Margarita, los Hogares Don Bosco, la Asociación de Devotos de María Auxiliadora, centros misioneros, centros juveniles, etcétera. En este caso conviene que un consejero se encargue de las relaciones con dichas obras; también puede el Consejo designar un cooperador que le represente en tales obras y organismos. b) Organismos eclesiales El Centro se adherirá al organismo eclesial diocesano y parroquial que une y coordina las asociaciones laicales, tales como la Consulta o Consejo pastoral de seglares. El Consejo comunicará a la correspondiente oficina diocesana o al párroco los nombres de sus representantes (el coordinador y/u otro miembro del Consejo). Estos procurarán participar siempre activamente en las reuniones de dicho orga nismo, contribuir a la solución de los problemas de la Iglesia local y asegurar la conexión de dichos organismos con el Centro. e) Organismos civiles y sociales El Centro mantendrá buenas relaciones con las administraciones civiles de los entes locales (ayuntamientos, tenencias de alcaldía, concejalías, comités de barrio, descentralización territorial, etc.), particularmente con las que se interesan por los problemas de la juventud, de los marginados y de los ámbitos populares. 4. Cooperadores aislados Los cooperadores aislados, es decir, que viven donde no hay Centro, forman parte del Centro territorialmente más próximo y participan en su vida. Si en el mismo lugar hay varios cooperadores, y no se ve la posibilidad u oportunidad de erigir un Centro, podrán formar "grupos", tras aprobación del Consejo local e inspectorial, con un representante que podría ser llamado a foiwar parte, a título consultivo, del Consejo local. El Consejo local acordará con tales cooperadores las modalidades para mantener y favorecer su participación en el Centro. 5. Solidaridad económica 2 Tanto el Consejo como el Centro necesitan financiar su propio funcionamiento. Teniendo presente el RVA, que habla de "aportaciones voluntarias", cada Centro debe estudiar el sistema más apropiado para favorecer el sostenimiento de la Asociación; los responsables deben insistir oportunamente en que quien la ama y desea que viva, tiene que sentirse corresponsable en sus foz tizas de financiación. Es un modo significativo de vivir la propia pertenencia a la Asociación y de sentirse parte activa del Centro. En ninguno de éstos debe faltar el administrador, previsto explícitamente por el RVA. Conviene que la administración del Centro se lleve con claridad y corrección, dando cuenta de las entradas y salidas. Cada Centro procurará hacer anualmente un breve infoiine económico para los cooperadores del Centro y lo pondrá a su disposición. Dicho infouune se mandará después al Consejo inspectorial. i RVA, art. 41 § 3. 2 RVA, art. 21. 51 Puesto que el Centro es el núcleo fundamental de la Asociación, debe participar en el sostén económico de los diversos niveles según la agrupación de que foliua parte: inspectorial, nacional o regional y mundial. 21. ORGANIZACIÓN EN EL ÁMBITO INSPECTORIAL Naturaleza y fines f A. Apenas sea posible, los centros se organizan en Inspectoría, apoyándose en la realidad estructural de la Inspectoría salesiana 2 , aunque no coincida con la demarcación inspectorial de las Hijas de María Auxiliadora 3 . Hay, pues, una doble responsabilidad: por un lado, la de los centros, que, conservando su reconocimiento como estructura fundamental de la Asociación, tienen el deber de referirse a su propia realidad inspectorial, y, por otro, la responsabilidad que tiene el Consejo inspectorial de mantener la conexión entre los centros. La coordinación inspectorial asegura, mediante la conexión efectiva y funcional de los mismos, la presencia tangible de la realidad asociativa. La labor de animación y coordinación que hemos visto en el Consejo local, no tiene menos importancia en el Consejo inspectorial, por la amplitud del territorio interesado y por la necesidad de asegurar la realización del proyecto de san Juan Bosco. También la realidad inspectorial tiene un Consejo 4 . B. Elementos imprescindibles Para poder hablar de la realidad inspectorial de los Cooperadores se necesitan varios centros en el ámbito inspectorial, que haya un Consejo inspectorial (coordinador, delegado y delegada, consejeros y administrador) y que éste se reúna periódicamente para la animación. Conviene que también funcione una secretaría. 1. Consejo inspectorial a) Elementos característicos del Consejo inspectorial El Consejo inspectorial es el órgano de animación y gobierno de la agrupación inspectorial. Consta de tres a doce miembros, elegidos por los Consejos locales de la agrupación inspectorial. Perruanecen en el cargo tres años y pueden ser reelegidos por otro trienio consecutivo. Forman parte de él un delegado salesiano y una delegada Hija de María Auxiliadora, nombrados respectivamente por su inspector e inspectora. 1 RVA, arts. 42, 43, 44, 45, 21. 2 RVA, a r t 4 2 § 1 . 3 En este caso, téngase presente el art. 7 de la Convención. 4 RVA, art. 43 § 1. 52 ∗ Creación de un Consejo inspectorial La iniciativa de crear un Consejo inspectorial la toman de común acuerdo los consejeros de los centros interesados y el inspector salesiano y la inspectora si hay cen tros en las obras de las Hijas de María Auxiliadora, pues deben nombrar respectivamente un delegado y una delegada. La iniciativa para crear un nuevo Consejo ins pectorial puede salir también del consultor mundial de la región a que pertenece la Inspectoría. En este caso es él quien convoca a los respectivos Consejos locales. La decisión de constituir un nuevo Consejo inspectorial se toma por mayoría absoluta en una asamblea explícitamente convocada para ello, feaatada por los Consejos de los centros. Todos los consejeros de los centros locales deben ser convocados y tiene que asistir la mayoría absoluta'. ∗ Elección del Consejo inspectorial La asamblea constitutiva elige a los miembros del Consejo inspectorial, después de fijar las modalidades de elección y el número de consejeros (de 3 a 12) de entre los miembros no salesianos ni Hijas de María Auxiliadora de la agrupación. También pueden ser elegidos algunos delegados y delegadas locales, pero éstos, más el delegado y la delegada inspectoriales, no deben superar la tercera parte del Consejo. En ésta reunión o en otra posterior, se elegirá al coordinador, de entre los miembros elegidos no salesianos ni Hijas de María Auxiliadora. Si la elección se deja para otra vez, la convocatoria la hace el consejero más antiguo de promesa o, en caso de igualdad, el de más edad. En ésta reunión o en otra, el Consejo inspectorial elige a su administrador y se asignan los cargos específicos según las actividades programadas, que pueden corresponder a los sectores de los Consejos locales, teniendo naturalmente en cuenta la realidad inspectorial 3 , que es más amplia que la del Centro local; lo mismo cabe decir de la posible formación de grupos y comisiones de trabajo. ∗ Renovación del Consejo inspectorial La convocatoria para renovar el Consejo inspectorial la hace el coordinador inspectorial que cesa. Para el posible recurso a la postulación (cf. CIC, canon 180 ss.), que para el Consejo inspectorial es verdaderamente excepcional y debe estar ampliamente justificado por una situación muy particular, ve en este mismo capítulo El Consejo local: elección (21. B. 01; A. 02 § 4). ∗ Funciones del Consejo inspectorial Las funciones de un Consejo inspectorial son las mismas que las del Consejo local, aplicadas a la realidad inspectorial, que es más amplia y menos personalizada, porque es difícil que los consejeros conozcan a todos los miembros de la agrupación inspectorial. Recordamos y comentamos aquí brevemente las principales funciones. ' Cf. Acto colegial, núm. 1.02.9. 2 RVA, art. 49 § 3. 3 Cf. núms. 1.02.12.1 y siguientes y, además, el Apéndice II: Modelo de reglamento interno de un Consejo inspectorial. 4 RVA, art. 44 § 1. 53 − Garantizar, de acuerdo con el inspector salesiano, el funcionamiento de la Asociación, de modo que logre sus fines. Si el interés del inspector era necesario en el ámbito local, mucho más lo es aquí. Su conocimiento de la realidad inspectorial y su apoyo influyen mucho en la animación de los Cooperadores. Su papel de iluminación y las prerrogativas que le dan el RVA (nombramiento de delegados, consentimiento para la erección de un Centro, etc.) y los Reglamentos Generales de los Salesianos evidencian la necesidad de su implicación. Aunque directamente no se menciona a la inspectora en este nivel, ningún Consejo inspectorial puede prescindir de su aportación para la animación de la Asociación. El RVA dice que corresponde al Consejo y al inspector hacer que funcione la Asociación en el ámbito inspectorial. Téngase en cuenta que del buen funcionamiento del Consejo y de su entendimiento con el inspector y la inspectora puede depender el desarrollo de la Asociación, el nacimiento de nuevos centros y la presencia eficaz en la vida eclesial y social de la zona. El Consejo solicita, por tanto, la visita periódica del inspector, para exponerle los problemas de la realidad inspectorial de los Cooperadores y para que le ponga al corriente de los que afectan a toda la Familia Salesiana. También se reunirá con la inspectora. Así pues, se inserta plenamente en la realidad y en las actividades de las inspectorías salesiana y de las Hijas de María Auxiliadora, estando en contacto con los distintas oficinas inspectoriales (vocaciones, oratorios, parroquias, centros juveniles, etc.). − Promover y coordinar las iniciativas de formación y apostolado de los Cooperadores. El Consejo inspectorial puede enriquecer enoii cemente las iniciativas, particularmente las de formación de los Centros, pero también las de apostolado, ya que puede organizarlas en un campo más amplio y con mayores posibilidades de opción en todos los sentidos. La misma participación de los centros en estas actividades es ya un enriquecimiento. Piénsese, por ejemplo, en reuniones de formación sobre temas generales o específicos, en ejercicios espirituales, en jornadas de espiritualidad, en encuentros para encargados de sectores, en cursillos de formación, etcétera. Así, desde el punto de vista apostólico, puede poner en marcha iniciativas que superan las posibilidades de cada Centro. − Mantener los lazos de unión con la Congregación Salesiana y demás grupos de la Familia. Es posible que en la zona de la Inspectoría actúen varios grupos de la Familia Salesiana. El RVA indica que se entablen con ellos lazos de comunión y colaboración, y lo presenta como algo que corresponde al Consejo inspectorial. Una manera de cultivar dichos lazos consistirá en asistir a las actividades, celebraciones y conmemoraciones de ámbito inspectorial de los grupos de la Familia Salesiana. El Consejo verá cuándo dicha presencia debe ser más o menos consistente. También favorece los vínculos con la Familia Salesiana la presencia del Consejo en sus organismos inspectoriales de coordinación y programación. − Convocar reuniones, asambleas y congresos. Estas actividades afectan por sí mismas a la vida de los centros; a veces, sólo en parte, pero con mayor frecuencia en su totalidad. Por consiguiente, tienen que programarse bien y comunicarse a tiempo. Para lograr sus objetivos, deben responder a verdaderas necesidades de los centros. Un modo de conocerlas es el contacto directo del Consejo con los centros mediante visitas de conjunto de los consejeros o del mayor número posible. Hay que organizarlas bien; de lo contrario, producen efectos negativos de cara a futuras actividades análogas. Insistimos en que son necesarias para crear sentido de pertenencia. En general, son signo de la vitalidad de la Asociación. 54 - Atender a la administración de los bienes de la Asociación. Económicamente el Consejo inspectorial depende de las aportaciones de los centros y de iniciativas organizadas por el mismo Consejo para autofinanciarse. También puede tener que administrar los bienes de un Centro suprimido o de centros fusionados en uno solo. Hay que recordar que son bienes de la Iglesia y que, por tanto, deben administrarse según el Derecho Canónico. Corresponde al Consejo examinar y aprobar los balances inspectoriales y pedir el envío de los balances locales. b) El coordinador inspectorial 1 El coordinador inspectorial es elegido por el Consejo inspectorial, en su primera reunión, de entre sus miembros no salesianos ni Hijas de María Auxiliadora. Sus funciones no difieren de las del coordinador local, pero hay que verlas a la luz de la realidad inspectorial, lógicamente más amplia y articulada. Subrayamos algunas particularidades. - Convocar las reuniones, presidirlas, coordinar sus trabajos y hacer cumplir lo acordado. Convoca periódicamente el Consejo, según un calendario establecido por los consejeros. Procura que todos los miembros del Consejo reciban a tiempo la convocatoria con el orden del día y pide la asistencia a las reuniones. Se considera garante de la realización de los acuerdos tomados en las reuniones. Si no puede asistir a las reuniones del Consejo inspectorial ya convocadas, delega en un consejero que las presida y modere. Tiene contactos frecuentes con los Consejo locales y, cuando le es posible, participa en las ocasiones particularmente significativas para los centros. Coordina las actividades de los diversos sectores. Informar a los organismos superiores acerca de la vida y actividades de la Asociación. Es importante que el RVA asigne al coordinador la responsabilidad de la información a los organismos superiores, porque es el miembro del Consejo que debería estar mejor informado, ya que no se limita a un sector particular, sino que sigue todos. Ello no significa que es él quien realiza materialmente esta tarea; pero debe asegurarse de que los niveles superiores reciben infoiiuación de lo que sucede en el ámbito inspectorial, es decir, de que sean infoiiuados. - Representar a la Asociación. El coordinador asegura su asistencia personal, cuando le es posible, y su colaboración en todos los organismos o actividades donde se requiere la representación de los Cooperadores. Si no puede, delega en un representante. El coordinador debe asumir esta responsabilidad con seriedad; de lo contrario, es como si la Asociación no existiera para muchos organismos. En cualquier caso, hay que evitar el aislamiento. Mantener, en nombre del Consejo, las relaciones con los organismos laicales y eclesiales y con los demás grupos de la Familia Salesiana. El artículo 44.2 del RVA menciona explícitamente tres tipos de organismos -laicales, eclesiales y de la Familia Salesiana- con los que hay que mantener relaciones. Puede tratarse de organizaciones de compromiso social, de actividades diocesanas y regionales de apostolado seglar, de Consultas o Consejos de la Familia Salesiana. No es sólo cuestión de asistir, sino de aportar específicamente lo que la Asociación como tal puede dar inspectorialmente. La colaboración y la presencia en las actividades y decisiones de tales organismos es signo concreto de estar en relación con ellos. 1 RVA, art44§2. 55 - Tomar decisiones, en caso de urgencia, dentro del ámbito de las competencias del Consejo, informándole posteriormente. No siempre vive en la misma localidad la mayor parte de los consejeros inspectoriales; por ello, a veces no sería fácil solucionar a tiempo a situaciones imprevistas. El coordinador, pues, decide lo que crea más conveniente según el Reglamento o su espíritu, e infoiInará oportunamente al Consejo. * Dirección colegial del Consejo inspectorial También en el ámbito inspectorial vale el principio de la dirección colegial. Hemos dicho que el coordinador inspectorial debe comunicar al Consejo las decisiones que ha tomado en caso de urgencia sin consultar a los consejeros, precisamente porque la dirección es colegial. Al hablar de la dirección colegial del Centro local se ha explicado en qué consiste. Si allí era importante la colegialidad, lo es todavía más en el nivel inspectorial, ya que se toman decisiones muy importantes; por ejemplo, ratificar la admisión de nuevos cooperadores y la posibilidad de anular la pertenencia de un miembro a la Asociación por motivos graves. En todos los casos requeridos, pero especialmente en los de consecuencias más graves, hay que procurar que el acto colegial sea válido jurídicamente. Los actos del Consejo inspectorial se regulan por los cánones 119 y 166 del Código de Derecho Canónico. ' * Actitud del coordinador inspectorial El coordinador inspectorial debe ser capaz de coordinar una realidad que quizás no conoce muy bien, porque está constituida por centros en los que no ha vivido nunca. Su actitud, por tanto, será la de estar abierto a todas las realidades de la Inspectoría y dejarse enriquecer por las novedades que ofrezca cada Centro, insertándolas en una visión más amplia y compleja. Procurará evitar la actitud de quien impone a los demás la experiencia limitada que ha adquirido en su Centro de origen. e) El delegado y la delegada Todo Consejo inspectorial tiene un delegado salesiano y una delegada Hija de María Auxiliadora. Ambos son miembros de derecho del Consejo inspectorial. Los demás delegados y delegadas pueden formar parte de él, pero el total de los delegados salesianas y delegadas Hijas de María Auxiliadora no puede superar la tercera parte del mismo. d) Organización del Consejo y tareas encomendadas a los diversos consejeros El Consejo inspectorial debe cuidar una realidad que supera las posibilidades de una persona; por ello, es importante distribuir bien las responsabilidades. Los sectores no son distintos de los que se indican para el ámbito local, aunque hay que pasar de la realidad bien definida de un Centro a la realidad más amplia del nivel inspectorial. Tampoco hay que olvidar que los responsables de los sectores inspectoriales tienen como destinatarios a los encargados de sectores de los centros locales. Por consiguiente, deben cuidar más su preparación: nadie puede ayudar a otro si no tiene nada que ofrecerle, es decir, si no aporta nada a su trabajo de animación. Cf. Comentario oficial del RVA, pág. 420 (edición italiana). 2 RVA, art. 43. 3 y 5. Para una información más amplia sobre el delegado y la delegada, cf., en particular, también los arts. 46. 25.1, 38.2 y 48.2 del RVA. 56 Para resolver el problema de la animación de inspectorías muy extensas, algunos Consejos las dividen en zonas, y al frente de cada una ponen a un responsable que forme parte del Consejo inspectorial, para que la anime en su nombre. Puede tener la asistencia de un "Consejo de zona " con las atribuciones que le delegue el Consejo inspectorial. 2. La Secretaría La coordinación de una realidad tan amplia requiere el servicio de una secretaría eficiente, para que la información, la coordinación de las iniciativas y las relaciones con los centros y con los niveles superiores funcionen bien. En lo demás, sus responsabilidades no difieren de las del ámbito local, de que ya se ha hablado. 3. El administrador También las responsabilidades del administrador inspectorial están en la línea de las descritas para eI administrador local. Sin embargo, hay que tener presente que su cargo lo relaciona con los administradores locales y deberá dar ejemplo de buen administrador y sensibilizar a los administradores acerca de la necesidad de sostener la Asociación en sus niveles superiores. Su labor de educación en este sentido será preciosa, pues una de las lagunas que suele haber en las asociaciones es la falta de apoyo a la Institución en sus diversos niveles. 4. Programación de las iniciativas Por su posición de "eslabón" entre los centros locales y la Consulta Mundial, la programación de las actividades inspectoriales es muy importante. La programación de los centros debe tener en cuenta la programación del Consejo inspectorial, que a su vez tendrá presente la de la Consulta Mundial y, si existe, la que él mismo ha contribuido a preparar en la Conferencia nacional o regional. Por consiguiente, es imprescindible que esté a tiempo la programación de los organismos superiores, para que, a su vez, la puedan tener en cuenta los inferiores. El Consejo inspectorial procura que las iniciativas, las fechas de las reuniones y otros actos lleguen al conocimiento del inspector salesiano y hallen sitio en el calendario oficial de la Inspectoría, incluso para evitar la simultaneidad de compromisos. 5. Las reuniones periódicas del Consejo inspectorial Las reuniones periódicas del Consejo inspectorial son convocadas por el coordina dor; normalmente lo hace por escrito e incluyendo el orden del día, siguiendo, de ordinario, un calendario concordado precedentemente. Ordinariamente las reuniones son en la sede inspectorial. Pueden preverse algunas en la residencia del inspector o de la inspectora, o, por turno, en los centros, para conocer de cerca las diversas realidades y asegurar mejor la conexión y una colaboración más eficaz con ellos. La frecuencia de las reuniones es, noinialmente, al menos mensual o, cuando más, bimestral. Los temas que pueden tratarse son: - de carácter formativo (por ejemplo: cursillos de foiuiación y preparación de los dirigentes o de los cooperadores, tandas inspectoriales de ejercicios espirituales, asis tencia a cursillos de foiiiiación y ejercicios espirituales programados para la Familia Salesiana, etc.); - de carácter organizativo (por ejemplo: estudio de la situación de los centros, pastoral vocacional de la Familia Salesiana y de la Asociación, celebraciones, reuniones, congresos, etc.); 57 - de carácter infointativo: actividad de los sectores (misiones, centros juveniles, obradores misioneros, etc., iniciativas en marcha, comunicaciones. 22. LA CONFERENCIA NACIONAL Y/O REGIONAL' A. Naturaleza de la Conferencia nacional ylo regional La Conferencia nacional o regional es un órgano facultativo de la Asociación: coordina y estimula, pero no dirige. Su fin es favorecer la vitalidad y la colaboración en la animación de la Asociación en un país o en una región. Su creación se deja al juicio de los Consejos inspectoriales. B. Creación de la Conferencia nacional y/ o regional Es preciso que los Consejos inspectoriales de la región o de la nación (o naciones) interesada valoren atentamente la oportunidad de crear la Conferencia. Una vez comprobada su oportunidad, para su creación se requieren dos actos jurídicos: 1. que los Consejos inspectoriales se reúnan en sesión conjunta a propósito, es decir, realizada formalmente para crear la Conferencia; en ella se fijan los criterios de participación y el modo de elegir a sus miembros; 2. que conste por escrito la aprobación de los inspectores interesados. La sesión conjunta es muy importante y requiere una preparación bien cuidada, de forma que estén claras las directrices, previamente estudiadas por los Consejos inspectoriales interesados. El consultor mundial de la zona puede hacerse promotor de la Conferencia nacional o regional. Conviene pedir la opinión de la Consulta Mundial, a fin de preparar una normativa sencilla pero capaz de desarrollar un apostolado eficaz. C. Funciones de la Conferencia nacional o regional Las funciones de la Conferencia nacional o regional son: − ponerse al servicio de los organismos legítimos de dirección, para coordinar las iniciativas de ámbito nacional o regional; − estimular a una acción apostólica más eficaz e insertada del mejor modo posible en la pastoral nacional o regional de la Iglesia; − fomentar la colaboración, vitalidad, unidad de objetivos y acción común de los Consejos inspectoriales de la Conferencia. Para llevar a cabo dichas funciones, la Conferencia establece: - los criterios de participación y el modo de elegir a sus miembros; - los cargos estatutarios para la conducción de la Conferencia; - las funciones del cooperador encargado y las del delegado/a. t RVA, art 47; cf. también el Apéndice 111 de este capítulo: Modelo de reglamento interno de la Conferencia nacional. 2 RVA, art. 4 7 § 2 . 58 D. Responsables de la Conferencia El artículo 47 del RVA sólo habla de dos responsables: un cooperador, elegido de entre los miembros de la Conferencia, y un delegado o delegada, designados por los res pectivos inspectores e inspectoras. El cooperador será elegido en sesión conjunta de los Consejos inspectoriales de la Conferencia. E. Funciones de los responsables El cooperador elegido tiene la función de conducir la Conferencia; por esto se llama conductor, y le asistirá un delegado o delegada. Conviene advertir que no es causal, para la Conferencia nacional o regional, el término de "conductor" en lugar de coordinador; la denominación distinta indica que también son distintos el papel que se le asigna y el servicio que presta a la Asociación. Las funciones del conductor y del delegado/a se establecen en la sesión conjunta en la que se crea la Conferencia; pueden recogerse en un reglamento interno y no deben oponerse, so pena de nulidad, a lo que dispone el RVA. F. Otros posibles órganos de la Conferencia La Conferencia puede prever también algunos órganos que, aun sin reconocimiento y validez jurídicos, faciliten su funcionamiento; por ejemplo, una secretaría1 o un comité restringido, un administrador y un encargado de la prensa. 23. LA CONSULTA MUNDIAL 2 A. Naturaleza de la Consulta Mundial La Consulta Mundial es el organismo colegial del que se sirve el Rector Mayor para la animación y el gobierno de la Asociación en todo el mundo. B. Fines, funciones y tareas de la Consulta Mundial Los fines y funciones de la Consulta Mundial se exponen detalladamente en su reglamento interno, aprobado en asamblea plenaria y por el Rector Mayor; aparece en un apéndice de este capítulo3 . La Consulta Mundial tiene funciones de animación y coordinación de las iniciativas de fol ' nación y de apostolado, y organizativas y administrativas. En efecto, 1 Cf. Apéndice III. 2 RVA, arts. 23 § 2, 48, 49. 3 Cf. Apéndice I. 59 − detei mina, con el consejero de Familia Salesiana, el tema, la sede y los participantes de los posibles congresos mundiales o encuentros internacionales y se encarga de su organización; − administra los bienes de la Asociación; - tiene autoridad para permitir, a los Consejos locales e inspectoriales, actos de administración extraordinaria o de enajenación que no requieran intervención de la Sede Apostólica, tras aprobación del Rector Mayor; − tiene también función judicial-administrativa: es competente para resolver las dudas y controversias sobre la pertenencia de un Centro erigido en una obra de las Hijas de María Auxiliadora a la propia agrupación inspectorial, según cuanto dispone el artículo 7 de la Convención entre Salesianos e Hijas de María Auxiliadora. C. Miembros de la Consulta Forman parte de la Consulta: - por derecho: el consejero general de Familia Salesiana; - por nombramiento: cinco consultores designados libremente por el Rector Mayor, uno de los cuales será Hija de María Auxiliadora; - por elección: tantos cuantas son las regiones de los Cooperadores Salesianos, es decir, doce miembros. El representante de la región es elegido por los coordinadores inspectoriales y por un número de delegados/as salesianos e Hijas de María Auxiliadora designados al efecto por los inspectores e inspectoras interesados que no supere la mitad de los coordinadores votantesl. Las modalidades de elección las propone la Consulta al Rector Mayor; puede ser también por correo2. El coordinador general es nombrado por el Rector Mayor de entre los miembros de la Consultas. D. Convocatoria de la Consulta La Consulta Mundial es convocada por el Rector Mayor ordinariamente cada dos años y, extraordinariamente, cuando lo piden al menos dos tercios de consultores. El orden del día de la asamblea lo redacta y envía a los consultores el coordinador general, de acuerdo con el consejero general de Familia Salesiana. E. Labor de los consultores en su región Los consultores desempeñan sus funciones de representación en asamblea colegial e individualmente como encargados de una región de los Cooperadores Salesianos. RVA, art. 48 § 1 (modificado). 2 RVA, a r t 4 8 § 3 . 3 RVA, art. 48 § 1. 60 El trabajo de cada consultor en su zona se regula por las Orientaciones para la acción de los consultores, formuladas en la asamblea general y aprobadas por el Rector Mayor'. Los consultores dan juicios sobre el funcionamiento de la Asociación; esto se hace mediante la presencia y visita personal a los centros y a las realidades inspectoriales según las exigencias que surjan y las necesidades de intervención. E Cargos dentro de la Consulta Según el artículo 48 del RVA, los cargos específicos que existen en la Consulta, además del consejero de Familia Salesiana, son tres; dos que se consideran necesarios: el coordinador general y el administrador; el tercero es recomendable: la Secretaría Ejecutiva Central. El Reglamento Interno prevé también el delegado central. 1. Funciones del coordinador general 1 as funciones del coordinador general no aparecen señaladas en el RVA. Forman parte del ejercicio del ministerio del Rector Mayor, sobre todo para la conducción práctica de la Consulta Mundial, en estrecha colaboración con el consejero general de Familia Salesiana. Están bien definidas en el Reglamento interno de la Consulta Mundial 2 . De acuerdo con el Rector Mayor y dicho consejero, el coordinador general: ejerce la función de moderador de las reuniones de la Consulta Mundial; - asegura los servicios de la Secretaría Ejecutiva Central, particularmente en lo que se refiere al cuidado del archivo y la correspondencia; - asegura la redacción del noticiario informativo y fofmativo "Salesiani Cooperatores" con la participación del delegado central; - toma decisiones sobre asuntos de administración ordinaria o de carácter urgente, con la obligación de informar a la Consulta y pedir su ratificación. Procura, además, que se comuniquen a los órganos de la Asociación los acuerdos de la Consulta y que se lleven a práctica las decisiones de ésta para los sectores de actividad; mantiene relación constante con los consultores mundiales y, a menudo por ellos, con las Conferencias nacionales o regionales y con los Consejos inspectoriales. Desempeña asimismo las funciones de representación que le confíe el Rector Mayor. 2. Funciones del administrador El administrador es un miembro de la Consulta Mundial, que eligen los componentes de la misma 3 . Su única función, citada en el artículo 49 § 3 del RVA, es presentar el balance económico a la Consulta, que a su vez lo presentará al Rector Mayor para su aprobación. Sin embargo, no hay que olvidar las funciones previstas por la legislación universal de la Iglesia para los administradores de bienes eclesiásticos en el Código de Derecho Canónico. Cf. el Apéndice 1 de este capítulo. 2 Cf. el Apéndice II de este capítulo. 3 RVA, art. 49 § 3. 4C Código de Derecho Canónico, cánones 1281-1289. 61 Los balances anuales de la Consulta, preparados por el administrador, se mandan a los Consejos inspectoriales. Las aportaciones para el sostenimiento de la Consulta Mundial las envían los Consejos inspectoriales al administrador por medio de la Secretaría Ejecutiva Central, que tiene su sede en Roma. 3. Funciones de la Secretaría Ejecutiva Central El tercer cargo, que puede recaer sobre varias personas a las órdenes de un responsable, es la Secretaría Ejecutiva Central; de ella puede servirse la Consulta Mundial para hacer más ágil y funcional su labor1. En el RVA no se dan otras dispo-siciones, a fin de dejar amplio espacio a la acción concreta de la Secretaría, según las variadas necesidades ejecutivas de la Consulta Mundial. De acuerdo con el Reglamento Interno de la Consulta, la Secretaría está formada por un número variable de personas con tareas ejecutivas, dirigidas por un responsable, y está a las órdenes directas del coordinador general y en estrecha conexión con el delegado central. En particular, se encarga de: - las relaciones epistolares con los diferentes organismos; − el archivo y la documentación; − la redacción de "Salesiani Cooperatores" y otros materiales; − la preparación de los actos administrativos. G. Relaciones con la Familia Salesiana La Consulta Mundial cultiva las relaciones con la Familia Salesiana: en las regiones, por los respectivos consultores y, en el centro, con los vértices de los grupos. Estará presente en las actividades que organice la Familia colaborando en su preparación y ejecución. Informará de las suyas vez por vez a los responsables de los grupos en el nivel que aconsejen las circunstancias. La Consulta Mundial está en relación con el Pontificium Consílium pro Laicis y demás organismos internacionales de apostolado seglar. También está en relación con los organismos civiles y sociales de ámbito internacional que le facilitan el logro de sus propios objetivos. H. Reuniones de la Consulta Mundial Sus reuniones son presididas por el Rector Mayor. Si éste no puede hacerlo, le siguen, por orden, el coordinador general y el consejero general de Familia Salesiana. En ellas se hacen y se revisan los programas de organización, animación y formación de la Asociación. Las decisiones se toman por mayoría absoluta de los presentes; entran en vigor cuando las aprueba el Rector Mayor; se publican, igual que otras comunicaciones oficiales de la Consulta, en "Salesiani Cooperatores", órgano oficial de la Asociación. 1 RVA, art. 48 § 7. 62 Congresos regionales y mundiales La Consulta Mundial, de acuerdo con el consejero general de Familia Salesiana, determina el tema, la sede y los participantes de los congresos mundiales y de los encuentros internacionales, y se encarga de su organización; los convoca el Rector Mayor. J. Sustitución de consultores Los miembros de la Consulta elegidos por los Consejos que causen baja por dimisión o otro motivo, serán sustituidos por los que en las votaciones les seguían en votos; si no los hay, la Consulta puede elegir los sustitutos, que permanecerán en el cargo hasta que ésta termine su mandato. También por esto es importante conservar las actas de elección de consultores. K. Sede de la Asociación La sede central de la Asociación se encuentra en Roma: en la Casa Generalicia de los Salesianos. 1 RVA, art. 48 § 5. 2 RVA,art 6 § 63 APÉNDICES DEL CAPÍTULO IV APÉNDICE 1 REGLAMENTO INTERNO DE LA CONSULTA MUNDIAL APÉNDICE II MODELO DE REGLAMENTO INTERNO DEL CONSEJO APÉNDICE III APÉNDICE IV APÉNDICE V APÉNDICE VI APÉNDICE VII MODELO DE REGLAMENTO INTERNO DE LA CONFERENCIA NACIONAL EJEMPLO DE BALANCE Y PRESUPUESTO EJEMPLO DE CONVOCATORIA DE UNA REUNIÓN EJEMPLO DE SOLICITUD DE ADMISIÓN EN LA ASOCIACIÓN 65 DECRETO DE ERECCIÓN DE UN CENTRO DE LA A.C.S. APÉNDICE 1 REGLAMENTO INTERNO DE LA CONSULTA MUNDIAL 1 - Fines y funciones Art. 1. La Consulta Mundial, según el art. 23.2 del Reglamento de Vida Apostólica, es un organismo colegial que asiste al Rector Mayor en la animación y coordinación de los Cooperadores Salesianos de todo el mundo. Art. 2. Realiza tal servicio mediante revisiones periódicas, deliberaciones y sugerencias sobre el funcionamiento de la Asociación y con propuestas de intervenciones prácticas. Art. 3. Respetando el principio de subsidiariedad: − promociona y coordina iniciativas de formación y de apostolado (art. 23.2); - cuida la organización de la Asociación y favorece su información (art. 23.2); - mantiene los lazos de unión con la Congregación Salesiana (cf. art. 24.2); − fomenta las relaciones de comunión con los demás grupos de la Familia Salesiana (cf. arts. 44, 25.2); − valora las propuestas y problemas que le llegan de los cooperadores, de los Consejos y de las Conferencias, y los presenta a la autoridad competente; - administra los bienes de la Asociación en el nivel mundial. II - Composición Art. 4. La composición de la Consulta Mundial se hace conforme al art. 48 del Reglamento de Vida Apostólica. De los cinco miembros nombrados por el Rector mayor uno será salesiano y otro, Hija de María Auxiliadora. Art. 5. Para hacer más funcional su servicio, la Consulta Mundial organiza una Secretaria Ejecutiva Central (cf. art. 48.7), que se encarga de: − el contacto con los consultores mundiales, − las relaciones con los Consejos inspectoriales, - la correspondencia, − el archivo y la documentación, − la prensa (redacción de "Cooperadores", publicación de materiales de apoyo), - la preparación de los actos administrativos. Art. 6. El consejero general de Familia Salesiana representa al Rector Mayor (cf. RVA, art. 23.1). De acuerdo con él: a) promueve el desarrollo, la animación espiritual y la formación apostólica de los cooperadores; b) favorece la pastoral de conjunto manteniendo relaciones frecuentes con los consejeros de sectores y con los consejeros regionales del Consejo General, con los inspectores y delegados nacionales e inspectoriales, con los Consejos y las Conferencias inspectoriales y, por la correspondiente consejera general de las Hijas de María Auxiliadora, con las delegadas, para cuanto tiene que ver con la vida de la Asociación (cf. art. 23.1). Art. 7. El delegado central colabora con el consejero general de Familia Salesiana para el estudio de las orientaciones de la Asociación, la formación permanente de los animadores y la pastoral vocacional. Art. 8. El coordinador general es nombrado por el Rector Mayor (cf. art. 48.1 del RVA). De acuerdo con él y su representante: a) ejerce la función de moderador en las reuniones de la Consulta; b) asegura los servicios de la Secretaría Ejecutiva Central, particularmente el archivo, la correspondencia y el noticiario informativo. Además, decide sobre asuntos de administración ordinaria de carácter urgente, con la obligación de informar a la Consulta y de pedir su ratificación. Art. 9. Expertos. La Consulta, para cumplir sus funciones, puede servirse de expertos, aunque no sean miembros de la Asociación. 67 I11 - Funcionamiento Art. 10. Reuniones de la Consulta. La Consulta Mundial es convocada por el Rector Mayor ordinariamente cada dos años y, de forma extraordinaria, cuando lo pidan dos tercios de consultores. El coordinador general, de acuerdo con el consejero general de Familia Salesiana y previo entendimiento con cada uno de los consultores, redacta y envía el orden del día tres meses antes de la reunión. Las sesiones de la Consulta son presididas por el Rector Mayor o, en su lugar, por el consejero general de Familia Salesiana. Los acuerdos se toman por mayoría absoluta de los presentes. Entran en vigor cuando los aprueba el Rector Mayor (cf. art. 48.6). Art. 11. Órgano oficial de comunicación. Los acuerdos y comunicaciones de la Consulta Mundial se publicarán en "Salesiani Cooperatores", órgano oficial de la Asociación. Art. 12. Financiación. El administrador hace anualmente el presupuesto y el balance de la Consulta Mundial y los envía a Consejos inspectoriales. El sentido de pertenencia y corresponsabilidad incluye, de modo concreto, el aspecto económico (art. 21). La Consulta Mundial, para cumplir sus funciones de animación y coordinación, necesita la aportación generosa y fraterna de los Consejos inspectoriales. Tales aportaciones deben mandarse al administrador de la Consulta, en Roma. El Consejo inspectorial mandará también donativos al Rector Mayor para las necesidades más urgentes del vasto campo salesiano. IV - Congresos y reuniones Art. 13. Congresos y reuniones internacionales. Los organiza la Consulta Mundial a propuesta de las Confe- rencias nacionales o de los Consejos inspectoriales interesados, pero los convoca el Rector Mayor. ORIENTACIONES PARA LA LABOR DE LOS CONSULTORES Los consultores está llamados a prestar a la Asociación, en su nivel central (en las reuniones de la Consulta) y en la periferia individualmente (en sus países), un servicio de animación y coordinación. Su trabajo en la Consulta lo indica el Reglamento Interno, mientras que el de cada consultor en la periferia queda a la iniciativa de cada uno de ellos. Sin embargo, parece conveniente dar algunas orientaciones prácticas: − El consultor mundial respetará la justa autonomía de los Consejos inspectoriales y locales; − de acuerdo con los delegados y dirigentes locales, promoverá la vitalidad de la Asociación en las inspectorías; − de acuerdo con los inspectores y delegados, fomentará la erección de centros y las reuniones de los cooperadores para elegir sus Consejos y coordinadores inspectoriales y locales, donde aún no se haya provisto a ello; - según sus posibilidades, se pondrá a disposición de los Consejos inspectoriales, para asistir a sus reuniones y celebraciones, para informar sobre la actividad de la Consulta Mundial y para otros menesteres; - fomentará la difusión del órgano de unión e información mundial "Salesiani Cooperatores", y de otros materiales de la Consulta Mundial y de las Inspectorías, entre los dirigentes y animadores de la Asociación, buscando también el modo de hacerlos traducir; - para cumplir mejor su función, buscará "colaboradores corresponsales" para el envío de noticias de las inspectorías y a las inspectorías; - colaborará a la redacción de "Salesiani Cooperatores" mandando artículos, noticias, fotografías y otros materiales; - organizará y colaborará en la organización de los congresos y reuniones de su zona o en cada una de las naciones de la misma; − estará en contacto con el consejero general de Familia Salesiana y con su consejero regional salesiano, por escrito y en sus visitas ; periódicas o extraordinarias. 68 APÉNDICE II MODELO DE REGLAMENTO INTERNO DEL CONSEJO INSPECTORIAL1 1 - Principios generales 1. El Consejo inspectorial de Cooperadores Salesianos (CICS) es el órgano de animación, coordinación, formación y regulación administrativa de la Asociación de Cooperadores Salesianos. Funciona colegialmente (RVA, art. 43.1). 2. Las acciones del CICS se ajustan a lo indicado en el RVA, en este Reglamento Interno y en la normativa eclesial o salesiana legítima. 3. En el desempeño de sus funciones, el CICS sigue los principios de corresponsabilidad y subsidiariedad. II - Funciones 4. Las funciones más importantes del CICS son (RVA, art. 44.1): a) garantizar, de acuerdo con el inspector salesiano, el funcionamiento de la Asociación, para que ésta alcance sus fines; b) fomentar y coordinar las iniciativas de formación y apostolado de los cooperadores; e) mantener los lazos de unión con la Congregación y demás grupos de la Familia Salesiana; d) convocar reuniones, asambleas y congresos; e) llevar la administración de los bienes de la Asociación. 5. Derivadas de las anteriores, son también incumbencias del CICS: a) preparar, en los primeros 45 días después de su elección y durante el primer mes del año, el plan de animación inspectorial anual; b) representar a la Asociación ante el Estado, la Conferencia Episcopal y otros organismos civiles y eclesiales; e) presentar los centros a la autoridad eclesiástica local, cuando se erigen fuera de estructuras salesianas o de las Hijas de María Auxiliadora (RVA, art. 45.2); d) fusionar un Centro local de una obra de las Hijas de María Auxiliadora con otro de una obra salesiana, previo consentimiento de los respectivos inspectores y después de oír a los Consejos locales interesados; el decreto de fusión lo firma el coordinador inspectorial (Convención, art. 2); e) suprimir un Centro local, en cuanto tal, si desaparece la obra salesiana o de las Hijas de María Auxiliadora donde estaba erigido, con la autorización del inspector o de la inspectora, o bien del Obispo diocesano cuando se trata de un centro independiente; los bienes del Centro suprimido pasan al Consejo inspectorial (Convención, art. 4); f) aprobar el balance económico de la Asociación, antes de enviarlo a la Consulta Mundial (RVA, art. 45.2); g) erigir canónicamente los centros locales (RVA, art. 45.2) y visitarlos anualmente; h) elegir al propio coordinador (RVA, art. 44.2); i) dar su parecer (de carácter consultivo) con miras al nombramiento del delegado/a inspectorial; j) enviar anualmente las aportaciones de los centros a la Consulta Mundial y al Rector Mayor (RVA, art. 21); k) decidir el alejamiento definitivo de un cooperador, cuando se vea en él un tenor de vida públicamente contrario al RVA (RVA, art. 39.2). III - Estructura 6. En Perú, el Consejo inspectorial está formado por el coordinador inspectorial, el consejero de formación, el consejero de apostolado, el consejero de organización, el consejero de promoción vocacional, el consejero de acción litúrgica, el administrador inspectorial y el secretario del Consejo. 1 Adaptación del Reglamento de la inspectoría de Perú. 69 Queda abierta la posibilidad de organizar nuevos sectores de trabajo y, por tanto, la de nombrar nuevos consejeros, a tenor del art. 43.3 del RVA. El delegado y la delegada inspectoriales son miembros de derecho (RVA, art. 46.1). 7. El coordinador inspectorial Cumple las funciones que le asigna el artículo 44.2 del RVA: a) convocar las reuniones, presidirlas, coordinar sus trabajos y hacer cumplir lo acordado; b) informar a los organismos superiores acerca de la vida y actividades de la Asociación; c) representar a la Asociación; d) mantener, en nombre del Consejo, las relaciones con los organismos laicales y eclesiales y con los demás grupos de la Familia Salesiana; e) tomar decisiones, en caso de urgencia, dentro del ámbito de las competencias del Consejo, informándole posteriormente; f) elegir, con los coordinadores y delegados inspectoriales, al representante de la propia región en la Consulta Mundial (RVA, art. 48.2). 8. El consejero de formación. Es responsable, con el delegado, del plan anual de formación del CICS: a) está atento a que se siga el Manual de formación en los centros locales; b) organiza en la Inspectoría cursillos, seminarios y simposios de formación permanente de los cooperadores; c) es responsable de los retiros y ejercicios espirituales que organiza el CICS para sus miembros; d) sigue especialmente a los centros que comienzan, intercambiando con ellos una correspondencia asidua y visitándolos cuando le sea posible; e) envía material de formación a los centros. 9. El consejero de apostolado. Coordina, apoya y estimula las actividades apostólicas de los centros locales: a) difunde en ellos planes y programas pastorales para los oratorios; b) sigue especialmente el área de pastoral familiar y favorece su desarrollo; e) está en contacto, en nombre del CICS, con los cooperadores ancianos y enfermos. 10. El consejero de organización. Proyecta el plan de animación inspectorial y el calendario de las actividades anuales: a) administra la biblioteca del CICS; b) es responsable del material propio de su función: fichas personales, impresos de la promesa, diplomas de erección canónica, etc. En la distribución de este material, actúa de acuerdo con el administrador inspectorial; c) cuida el aspecto estadístico de la Asociación; para tener siempre al día los datos, trabaja de acuerdo con el secretario del Consejo inspectorial, que es el responsable del registro general; d) le corresponde la difusión del boletín inspectorial y del Boletín Salesiano; e) colabora con el consejero de promoción vocacional en las campañas de difusión vocacional; f) es responsable del área de relaciones públicas de la Asociación. 11. El consejero de promoción vocacionaL Organiza campañas dirigidas a dar a conocer la vocación del Cooperador salesiano: a) administra el material de propaganda vocacional (opúsculos, carteles, audiovisuales)), en cuya distribución actúa de acuerdo con el administrador inspectorial; b) difunde el espíritu misionero seglar (voluntariado); e) está en contacto con los cooperadores dedicados a actividades misioneras. 12. El consejero de acción litúrgica. Se encarga de la organización y ejecución de los actos litúrgicos y paralitúrgicos del CICS: a) es responsable de los funerales y sufragios por los difuntos de la Asociación; b) difunde el espíritu litúrgico. 13. El administrador inspectoriaL Se encarga de la contabilidad del CICS y de la Asociación en general: a) coordina las actividades encaminadas a recoger fondos; b) informa mensualmente al Consejo del movimiento económico de la Asociación; c) una vez al año envía el balance a la Consulta Mundial; d) es responsabilidad suya el mantenimiento del local del CICS; e) distribuye el boletín en la inspectoría. 70 14. El secretario inspectoriaL Es responsable de la redacción y cuidado del acta y del registro general: a) le corresponde organizar y tener la día el archivo; b) redacta y envía la correspondencia y la documentación oficial del Consejo inspectorial; c) administra el material propio de la secretaría_ 15. El delegado inspectorial. Es nombrado por su inspector, después de oír el parecer del Consejo inspectorial (RVA, art. 46.2): a) ejerce sus funciones de animación espiritual y de responsabilidad de la formación salesiana y apostólica en todos los centros de la Inspectoría (Convención, art. 11.1); b) representa al inspector en su responsabilidad con la Asociación (RVA, art. 23.3); c) procede de acuerdo con la delegada inspectorial Hija de María Auxiliadora, con objeto de hacer un trabajo apostólico fecundo y mirando a una pastoral común; d) de acuerdo con la inspectora y su delegada, visita los centros erigidos en obras de las Hijas de María Auxiliadora, incluso para «conservar y desarrollar las relaciones» que unen a los Cooperadores con la Congregación Salesiana (RVA, art. 24.2); e) es miembro de derecho del Consejo inspectorial. 16. La delegada inspectorial. Es nombrada por su inspectora, después de oír el parecer del Consejo inspectorial (RVA, art. 46.2): a) colabora con las delegadas locales en su trabajo de animación; b) procura sensibilizar a las comunidades de su Instituto con respecto a la vocación de Cooperador; c) visita los centros erigidos en obras de las Hijas de María Auxiliadora; d) actúa de acuerdo con el delegado inspectorial salesiano; e) es miembro de derecho del Consejo inspectorial (RVA, art. 46.1). IV - Funcionamiento 17. Cada consejero inspectorial es responsable inmediato de la proyección, ejecución y evaluación de las actividades del área de su competencia, sin que ello comprometa para nada la naturaleza colegial de las decisiones tomadas. 18. Además de las funciones enunciadas, cualquier consejero puede recibir un encargo extraordinario para atender a las necesidades urgentes, a juicio del Consejo. En este caso, se entrega al consejero designado un documento escrito donde se especifican sus competencias en el tiempo y la responsabilidad de la función extraordinaria. 19. El consejero inspectorial tiene la obligación de estar en contacto con sus homólogos de los centros locales. 20. El CICS se reúne semanalmente. La sesión puede ser reservada, según la naturaleza de los temas tratados. 21. Para que sean válidos los acuerdos tomados en una reunión, se requiere, como mínimo, la presencia de la mitad del Consejo. 22. Mensualmente el CICS se reúne con los coordinadores de los centros locales más próximos. Esta reunión, llamada "reunión de coordinadores, tiene por objeto armonizar el camino de la Asociación con el de los Consejos locales. Si un coordinador no puede asistir una vez o nunca, manda un representante con la capacidad de tomar decisiones. Los acuerdos de esta reunión obligan en toda la Inspectoría si así lo decide el CICS. 23. En el desempeño de sus funciones, el CICS cuenta con la ayuda de un "grupo de apoyo", integrado por cooperadores de los centros locales más cercanos. Su número es flexible. Realizan las tareas que les confíe el CICS. Intervienen, sin voto, en las reuniones. 24. El CICS tiene un boletín informativo-formativo inspectorial. Todas las disposiciones del CICS entran en vigor a partir de su publicación en dicho boletín, a menos que se indique explícitamente lo contrario en las mismas disposiciones. 71 V - Elección y dimisión 25. El CICS permanece en el cargo durante un período de tres años (RVA, art. 43.3). 26. Los consejeros inspectoriales pueden ser reelegidos por otro trienio consecutivo (RVA, art. 43.4). 27. Cuando se acerca el término de su mandato, el CICS convoca, al menos tres meses antes, a los Consejos de los centros erigidos canónicamente, para proceder a la elección del nuevo Consejo inspectorial. 28. Para poder ser propuesto como candidato, se necesita: a) ser cooperador con promesa; b) poseer, a juicio de quien lo propone, la idoneidad necesaria para desempeñar el servicio inspectorial; c) por parte de la persona propuesta, disponer del tiempo mínimo para atender las responsabilidades del CICS; d) por razones obvias de funcionalidad del CICS, se aconseja la candidatura de personas que vivan cerca de la sede inspectorial. 29. En los centros cuyos Consejos intervienen como electores, se sigue el siguiente procedimiento: a) el coordinador local lee en la reunión plenaria del Centro la convocatoria e invita a todos los cooperadores y aspirantes a presentar nombres de posibles candidatos; para ello puede dar un plazo de algunas semanas; b) pasado dicho plazo, el Consejo local se reúne para designar tres candidatos; los centros que están lejos de la sede inspectoría[ tendrán en cuenta lo sugerido en el art. 28.d; e) una vez designados los candidatos, el coordinador envía al CICS sus nombres y datos personales, además de la fecha de su promesa, cargos desempeñados y trabajo apostólico. 30. El CICS prepara, con criterios propios y según las propuestas recibidas de los Consejos, la "lista oficiar de candidatos, que manda inmediatamente a los centros con derecho a voto. 31. Los Consejos electores seleccionan ocho nombres de la lista oficial, que se escriben en una hoja, que firmarán el delegado y el coordinador; éste es el voto que se depositará en sobre cerrado el día de la elección; las firmas del coordinador y del delegado son imprescindibles para la validez. 32. El día fijado para la elección, los Consejos electores serán representados por uno de sus miembros. Es válido el voto por correo. De entre los consejeros portadores del voto local se nombrará un "comité electoral", integrado por un presidente, un secretario y un escrutador. Los candidatos de la lista oficial no pueden pertenecer al mencionado comité, cuyas funciones son: − controlar la validez de cada voto, − hacer el escrutinio, - proclamar a los elegidos, - redactar el acta correspondiente. 33. Se considerarán elegidos los ocho candidatos más votados. Si hubiera empate, se preferirá al que lleva más tiempo de cooperador; en caso de nuevo empate, se considerará elegido el de más edad. Terminado el escrutinio, el presidente del comité electoral proclamará a los ocho nuevos consejeros, que inmediatamente se reúnen en privado con los delegados inspectoriales para designar al coordinador y distribuir convenientemente las responsabilidades (RVA, art. 44.2). 34. El Consejo elegido asume inmediatamente sus funciones. 35. El cargo de consejero inspectorial obliga al elegido durante el trienio correspondiente. 36. En caso de muerte o renuncia de un consejero, el CICS puede nombrar como sustituto a un cooperador idóneo, que desempeñará el cargo hasta el final del trienio. El cargo vacante puede asimismo encomendarse interinamente a un miembro del Consejo. 37. Un consejero inspectorial puede ser destituido por el CICS cuando se compruebe que su tenor de vida no es coherente con la vocación de Cooperador (RVA, art. 39.2). Es también motivo de destitución la falta constante de responsabilidad en el cargo asignado. 72 APÉNDICE III MODELO DE REGLAMENTO INTERNO DE CONFERENCIA NACIONAL1 Preámbulo En conformidad con cuanto dispone el artículo 47 del RVA de la A.C.S., los siete Consejos inspectoriales de España, tras aprobación de los respectivos inspectores salesianos, han procedido a constituir la Conferencia nacional de la Asociación de Cooperadores Salesianos de España en sesión conjunta celebrada para el caso en el día de hoy, 6 de junio de 1987. Naturaleza 1. La Conferencia nacional de la Asociación de Cooperadores Salesianos de España es un órgano de coordinación, animación y representación. Fines 2. La Conferencia nacional de la Asociación de Cooperadores Salesianos de España tiene, como fines principales: − favorecer la vitalidad a la Asociación en cada una de las inspectorías; - conseguir entre ellas la debida coordinación y una colaboración eficaz en las actividades apostólicas y otras iniciativas posibles, según los casos; − garantizar la unidad de la formación en las diversas inspectorías, respetando el justo pluralismo; procurar que la Asociación se mantenga abierta a todas las realidades eclesiales y sociales en que vive y actúa. Funciones 3. Para alcanzar dichos fines, la Conferencia tiene las siguientes funciones: − impulsar la reflexión sobre la identidad del Cooperador y su tarea en la sociedad; - procurar la preparación de cooperadores expertos en determinadas materias (teología, espiritualidad secular y salesiana, educación y pastoral juvenil, etc.), útiles para la formación de otros cooperadores y para la misión de la Asociación; − estudiar y promocionar las orientaciones del Magisterio de la Iglesia; − estudiar y promocionar igualmente las orientaciones generales de la Consulta Mundial y, en particular, del Rector Mayor; − representar a la Asociación, en su nivel nacional, ante los organismos y autoridades eclesiásticas y civiles; - favorecer, con espíritu de servicio y coordinación, las relaciones de animación, información y gobierno del superior de la Asociación, de la Consulta Mundial y del dicasterio salesiano de Familia Salesiana con los Consejos inspectoriales; − mantener el contacto con la Congregación Salesiana, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora y demás grupos de la Familia Salesiana; - estar en contacto y colaborar con los organismos eclesiales y las instituciones seglares de apostolado de ámbito nacional, especialmente con la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y el Consejo General de Laicos; - coordinar los planes de formación inicial y permanente, los criterios de admisión y las iniciativas comunes en la actividad pastoral; − cuidar la información interna de la Asociación en general, y de las inspectorías y centros en particular, sirviéndose, sobre todo, del Boletín Salesiano de Cooperadores; − determinar y preparar el programa nacional anual de actividades y el correspondiente calendario; t Publicamos, como ejemplo, el Reglamento Interno de la Conferencia española, recordando que también existen otros modelos. 73 − fomentar contactos de reflexión e intercambio de experiencias y organizar encuentros, reuniones y congresos cuando parezca necesario o conveniente, a juicio de dos tercios de los votantes; - aprobar el presupuesto anual, preparado por el administrador. Estructuras 4. Las estructuras de la Conferencia nacional son tres: Conferencia en sesión plenaria, − Conferencia en sesión restringida, − Secretaría Ejecutiva. Conferencia en sesión plenaria 5. Pertenecen de derecho al pleno de la Conferencia: - el coordinador nacional, − el delegado y la delegada nacionales, - el consultor mundial, si pertenece a una inspectoría española, - los coordinadores de los Consejos inspectoriales, - los delegados inspectoriales, − las delegadas inspectoriales. Pertenecen por elección: − el secretario, - el administrador, − tres o más cooperadores, elegidos para formar parte de la Secretaría Ejecutiva como consejeros, dos cooperadores por inspectoría. 6. Los miembros elegidos por la Conferencia en sesión plenaria lo son del modo siguiente: − el secretario, el administrador y los consejeros son elegidos por los miembros de la Conferencia nacional, mediante votación distinta para cada uno de ellos, de entre los candidatos presentados. − Los dos cooperadores representantes de cada inspectoría son elegidos por el respectivo Consejo inspectorial. 7. En todos los casos, resultará elegido quien obtenga la mayoría absoluta de los votos. Si en la primera votación ningún candidato alcanza dicha mayoría, se hace la segunda. Si tampoco en ésta alcanza ningún candidato la mayoría absoluta, se procede a la tercera, en la que sólo tendrán derecho a ser votados los dos candidatos que hayan tenido mayor número de votos. En caso de empate, resultará elegido el de más antigüedad de promesa y, en caso de igualdad, el de más edad. 8. Los miembros de la Conferencia elegidos por ésta permanecen en el cargo tres años y pueden ser reelegidos para otro trienio consecutivo; pero, de ordinario, no para el tercero. 9. Los miembros de la Conferencia que representan a cada una de las inspectorías son elegidos por el respectivo Consejo inspectorial, vez por vez, para cada sesión plenaria. 10. La Conferencia nacional se reúne, por lo menos, una vez al a ñ o y siempre que lo requiera algún asunto importante, a juicio del coordinador nacional o de un tercio de los miembros de la Conferencia. 11. Todos los miembros de la Conferencia nacional tienen derecho a voto. Para que las decisiones sean válidas, debe asistir, por lo menos, la mitad más uno de los componentes de la misma. 12. Las decisiones de la Conferencia tienen carácter de orientación. Sin embargo, la misma Conferencia puede proponer una materia como vinculante, en cuyo caso debe ser aprobada por los dos tercios de los presentes. 13. Corresponde al coordinador nacional convocar las reuniones de la Conferencia. 14. Compete a la misma Conferencia la interpretación de este Reglamento Interno. Para cualquier modificación del mismo se requiere su aprobación por los dos tercios de Ios presentes. 74 Conferencia en sesión restringida 15. Pertenecen a la Conferencia en sesión restringida los miembros de la Secretaría Ejecutiva, el consultor mundial si pertenece a una inspectoría española y los coordinadores y delegados inspectoriales. Se reúnen una vez al año, ordinariamente a mitad de curso, y su función es revisar la marcha de los acuerdos tomados por la Conferencia en sesión plenaria y favorecer la coordinación entre las inspectorías. Secretaría Ejecutiva 16. La Conferencia nacional de Cooperadores se sirve de una Secretaría Ejecutiva, formada por el coordinador nacional, el delegado nacional, el secretario, el administrador y tres o más consejeros, elegidos por la Conferencia reunida en sesión plenaria para este fin. 17. Dentro de la naturaleza colegial del gobierno de la Asociación, el coordinador nacional es el supremo responsable de las funciones y de la gestión encomendadas a la Secretaria Ejecutiva; los demás miembros de la misma actuarán de acuerdo con él. 18. Compete a la Secretaría Ejecutiva: - preparar el orden del día para las reuniones de la Conferencia y darlo a conocer a los Consejos inspectoriales con la antelación necesaria; - vigilar para que se cumplan los acuerdos tomados en las reuniones de la Conferencia y, si hace falta, dar los pasos oportunos para su puesta en práctica; - estar en contacto con los miembros de la Conferencia para la animación y coordinación de la Asociación. 19. La Secretaría Ejecutiva se reúne al menos una vez al mes y siempre que el coordinador nacional o la tercera parte de sus miembros lo crean oportuno. La convocatoria de la misma atañe al coordinador nacional. FIGURAS Y FUNCIONES DE LOS MIEMBROS DE LA SECRETARÍA EJECUTIVA Conductor nacional 20. La Conferencia nacional, para asegurar su buen funcionamiento, elige de entre sus miembros a un conductor nacional. 21. El conductor nacional es elegido de entre los candidatos presentados por los Consejos inspectoriales. Tienen derecho a voto en esta elección todos los miembros de la Conferencia. 22. Las modalidades de su elección siguen las normas contenidas en el art 7 de este Reglamento. 23. El conductor nacional permanece en el cargo cuatro años y sólo puede ser reelegido para otro cuatrienio consecutivo. 24. Las funciones propias del conductor nacional son las que le asignan los artículos de este Reglamento Interno; sobre todo, la de representar a la Asociación en los diversos ámbitos nacionales y la de coordinar y moderar las reuniones de la misma Conferencia 25. En caso de ausencia justificada del conductor nacional, la Conferencia elegirá de entre los miembros de la Secretaría Ejecutiva uno que lo supla en tal circunstancia Delegado nacional 26. El delegado o delegada nacional será nombrado según los Estatutos de la Conferencia Ibérica salesiana para la Delegación Nacional de Cooperadores Salesianos. 75 Secretario 27. El secretario levantará acta de las sesiones y desempeñará las demás funciones propias de su cargo. Administrador 28. El administrador preparará el presupuesto y el balance anuales, administrará el fondo económico de la Conferencia nacional y los presentará a la sesión plenaria de la misma para su aprobación. Consejeros 29. Los diferentes sectores cuya responsabilidad atañe a los consejeros los determina la Conferencia nacional; sus funciones son confiadas a los consejeros por el coordinador nacional, de acuerdo con las situaciones concretas y las actividades de la Asociación. Administración 30. La Conferencia nacional dispone de un fondo económico, constituido por las aportaciones de los Consejos inspectoriales y por otras posibles entradas. - Los bienes materiales de la Asociación son administrados por el administrador, de acuerdo con el coordinador nacional y la Secretaría Ejecutiva El presupuesto anual y el balance tienen que ser debidamente aprobados, previo conocimiento, por la Conferencia nacional reunida en sesión plenaria. - Los gastos de viaje y alojamiento de cada uno de los miembros de la Conferencia, cuando son convocados para las reuniones establecidas oficialmente en este Reglamento, correrán a cargo de la misma. Aprobación del Reglamento Interno 31. Compete a la Conferencia nacional aprobar el presente Reglamento Interno, que deberá ser revisado dentro de tres años. SECRETARÍA EJECUTIVA DE LA CONFERENCIA NACIONAL_ ESTATUTOS 1. Secretaría Ejecutiva La Secretaría Ejecutiva de la Conferencia Nacional está formada por los miembros indicados en el Reglamento Interno de la misma Desempeña sus funciones según los presentes estatutos. 2. Coordinador El coordinador es el responsable supremo de la gestión de la Secretaría Ejecutiva Funciones: Las funciones del coordinador son las que indica le Reglamento Interno para el coordinador nacional. 3. Delegado Es el salesiano o la Hija de María Auxiliadora que con el coordinador asegura el funcionamiento de la Conferencia nacional. 76 Funciones: - Cuidar, con los delegados inspectoriales, la animación espiritual de los Cooperadores, dando impulso, sobre todo, a su formación salesiana y apostólica. - Colaborar con los consejeros de la Secretaría Ejecutiva, cuidando su formación específica de animación espiritual y salesiana. 4. Suplente del coordinador Es el miembro de la Secretaría Ejecutiva que sustituye al coordinador nacional en los casos y circunstancias previstas por el Reglamento Interno. Funciones: Son las mismas del coordinador nacional, en el caso de suplencia, y las que, ocasionalmente, se le puedan delegar. 5. Administrador Es el miembro de la Secretaría Ejecutiva que administra el fondo económico de la Conferencia nacional y de "Cooperación Salesiana y Tercer Mundo". En el desempeño de su cargo debe tener en cuenta, de modo especial, el carácter peculiar de los bienes eclesiásticos que posee o administra la Asociación. Funciones: - Preparar el presupuesto y el balance anuales de la Conferencia nacional. - Presentarlos a la Conferencia en sesión plenaria para su aprobación. − Preparar también el presupuesto y el balance anuales de "Cooperación Salesiana y Tercer Mundo" y presentarlos igualmente a la Conferencia en sesión plenaria para su aprobación. 6. Secretario El secretario es el responsable de los servicios normales y permanentes de toda la Secretaría. Funciones: − Levantar acta de las reuniones de la Conferencia en sesión plenaria, de la Conferencia nacional en sesión restringida y de la Secretaría Ejecutiva, y enviarla a los Consejos inspectoriales. - Mantener en orden y al día los archivos de la Conferencia nacional y de la Secretaría Ejecutiva. Organizar los ficheros y demás servicios ordinarios. - Mantener en orden la biblioteca. − Asistir a los miembros de la Secretaría Ejecutiva en cuanto a la documentación, tramitaciones, correspondencia, etc. 7. Sectores de que son responsables los consejeros En la Secretaría Ejecutiva se establecen los sectores necesarios para llevar adelante los servicios propios de la Asociación. Son los siguientes: Formación, Jóvenes, Hogares Don Bosco, Cooperación Salesiana y Tercer Mundo, e Información. 8. Sector "Formación" Un miembro de la Secretaria Ejecutiva es responsable del sector de la Formación. Funciones: - Estimular a los Consejos inspectoriales a que promocionen la formación de los cooperadores, siguiendo las orientaciones de la Conferencia nacional. − Estar en contacto con los respectivos sectores de Formación de Ios Consejos inspectoriales, a fin de conocer experiencias e iniciativas, como información útil para la Conferencia nacional. − Animar a los Consejos inspectoriales a que preparen cooperadores expertos en espiritualidad, salesianidad, etc. 77 − Hacer lo que le encargue la Conferencia nacional en relación con los planes de formación: preparación de libros, opúsculos, etc. - Coordinar el contenido de formación del "Boletín de Cooperadores". - Colaborar con la delegación nacional de Cooperadores en la organización de encuentros de formación para delegados y delegadas inspectoriales y locales. 9. Sector "Jóvenes" Un miembro de la Secretaría Ejecutiva es responsable del sector "Jóvenes". Funciones: - Estar en relación con el sector "Jóvenes" de los Consejos inspectoriales. - Organizar y coordinar los encuentros nacionales o de sectores programados por la Conferencia nacional. − Animar la promoción vocacional de los cooperadores jóvenes y hacer de enlace para el intercambio de experiencias en este campo. - Coordinar y potenciar los servicios y las iniciativas SALCO. − Recoger y pasar a los correspondientes sectores inspectoriales toda la información posible sobre la juventud, grupos y movimientos juveniles de la Iglesia o de la Familia Salesiana y experiencias similares. 10. Sector "Hogares Don Bosco" Un miembro de la Secretaria Ejecutiva asume la responsabilidad del sector "Hogares Don Bosco". Funciones: − Estar en contacto con el consejero de "Hogares Don Bosco" de los Consejos inspectoriales. Animar a los Consejos inspectoriales en la promoción de grupos de "Hogares Don Bosco". − Ocuparse de su formación y darles impulso de modo adecuado. − Estimular a los Consejos inspectoriales, para que presenten la vocación de Cooperador a los matrimonios de los "Hogares Don Bosco". - Hacer lo que le encargue la Conferencia nacional para la preparación de materiales de formación: libros de formación permanente u otros. Promocionar y organizar los encuentros nacionales u otros, aprobados por la Conferencia nacional. − Estar en contacto con otros movimientos familiares de carácter nacional. 11. Sector "Cooperación Salesiana y Tercer Mundo" Un miembro de la Secretaría Ejecutiva es el responsable del sector "Cooperación Salesiana y Tercer Mundo Funciones: - Dar a conocer a los cooperadores y a los centros locales, por medio de sus Consejos inspectoriales, la actividad y las iniciativas de "Cooperación Salesiana y Tercer Mundo". - Estar en contacto con los respectivos sectores de los Consejos inspectoriales con miras a esta obra. Estimular la sensibilidad hacia los problemas concretos del Tercer Mundo. - Coordinar las campañas de recogida de fondos y su distribución, y mantener relaciones con los salesianos e Hijas de Maria Auxiliadora que reciben las subvenciones de "Cooperación Salesiana y Tercer Mundo". - Mentalizar a los cooperadores, para llegar gradualmente a un voluntariado misionero seglar propio, y dar los pasos oportunos, en coordinación con los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora. Relacionarse con otras iniciativas y movimientos similares. 12. Sector "Información" Un miembro de la Secretaría Ejecutiva asume la responsabilidad del sector "Información". Funciones: - Servir de canal de comunicación entre los Consejos inspectoriales, la Conferencia y la Secretaría Ejecutiva. 78 − Coordinar la publicación del "Boletín de Cooperadores Salesianos", colaborando con el coordinador nacional y de acuerdo con las orientaciones del sector "Formación" en sus aspectos específicos. − Estar al día en lo que se refiere a los movimientos laicales y sus actividades. 13. Artículo adicional Las funciones de la Secretaría Ejecutiva y sus sectores están sujetos a revisión cuando parezca oportuno por razones de eficacia, a juicio de la Conferencia reunida en sesión plenaria. 79 APÉNDICE IV EJEMPLO DE BALANCE Y PRESUPUESTO BALANCE ECONÓMICO DEL AÑO ENTRADAS (posibles conceptos) A. Solidaridad económica y aportaciones varias .......................................................................... B. Actividades varias (por ejemplo: producto de reuniones, actos organizados en el nivel inspectorial; fruto de loterías, etc.) .................................................................... C. Donativos recibidos para financiar el boletín inspectorial ...................................................... D. Reembolsos de los centros por materiales ................................................................................ E. Créditos anteriores de los centros ............................................................................................. F. Misiones (donativos para las misiones) .................................................................................... G. Varios e imprevistos (especificar) ............................................................................................. Total entradas ............................................................ SALIDAS (posibles conceptos) A. Gastos de gestión de la Oficina inspectorial: material de oficina, teléfono, electricidad, etc ...................................................................................................................... B. Gastos de encuentros, campamentos, reuniones, etc ................................................................ C. Boletín inspectorial: gastos ....................................................................................................... D. Adquisición de materiales, material de formación, etc ............................................................ E. Deudas previstas: Consulta Mundial, Oficina nacional ........................................................... E Misiones (donativos enviados a las misiones) ............................................................................ G. Varios e imprevistos (especificar) ............................................................................................. Total salidas ............................... .................................................................................................. PRESUPUESTO DEL ANO 81 En un presupuesto se prevé el movimiento económico del año que sigue; los posibles conceptos de ENTRADAS y SALIDAS deben ser, en principio, las indicadas en la situación económica, que se refiere al año que acaba de terminar. APÉNDICE V EJEMPLO DE CONVOCATORIA DE REUNIÓN Fecha ............... Destinatarios de la reunión O B JETO: .................................. - Indicar la fecha y el lugar de la reunión. - ORDEN DEL DÍA, especificando los tenias que se van a tratar. Por ejemplo: 1. Documento de don Antonio Martineili sobre el "Proyecto Seglares". (Cuando se trata de un tema formativo, generalmente se adjunta el documento en cuestión, a fin de que los asistentes puedan llegar preparados a la reunión.) 2. Puesta a punto del programa para el congreso... 3. Examen de las actividades llevadas a cabo... (Por ejemplo: Encuentros tenidos con la Familia Salesiana...). 4. Varios e imprevistos. - Palabras finales. Firma de quien convoca la reunión 82 APÉNDICE VI EJEMPLO DE SOLICITUD DE ADMISIÓN EN LA ASOCIACIÓN COOPERADORES SALESIANOS SOLICITUD DE INSCRIPCIÓN CENTRO de ............................................... e ............................................ ANO ................................................... Inspectoría Salesiana .............................................................................................................................................. Inspectoría de Hijas de María Auxiliadora ........................................................................................................... El que suscribe ....................................................................................................................................................... n a c i d e n .......................................................................... (prov. de ......................................................................) el ................. con residencia en .............................................................................................................................. calle/plaza .................................................................................................................................Código postal ......... teléf ............................................................................................................................................................................. habiendo hecho el camino de formación previsto para los aspirantes a cooperadores y habiendo reconocido mi llamada a ser cooperador salesiano, consciente de los compromisos que supone dicha opción, PIDO ser admitido a formar parte de la Asociación. (lugar y fecha) (firma legible) NOTA: El aspirante a cooperador presenta la petición en su Centro, si es posible, durante la Santa Misa (ofertorio) o en una celebración de la Palabra. Parte reservada al Consejo local , COOPERADORES SALESIANOS Centro ..........................................................................Ciudad de .......................................................................... El día ................................................................. se reunió el Consejo local del Centro. Estuvieron presentes los consejeros ............................................................................................................................................................... Examinada la petición, el Consejo acuerda admitir al aspirante en la Asociación de Cooperadores Salesianos. (fecha) (coord. local.) Parte reservada a la Oficina inspectorial de Cooperadores (delegado/ a local) Convalidada el ......................................................................................................................................................... (coordinador inspectorial) (delegado/a inspectorial) De la inspectoría de BILBAO (España) 83 EjEIN(PLO DE DECLARACIÓN DE ACEPTACIÓN EN LA A.C.S. El/la que suscribe ....................................................................................................................................................... declara que en ........................................................................................................................................... el día....... del mes de .........................del año 199_, fue aceptado como Cooperador Salesiano perteneciente al Centro .............................................................................................................................................. "Su fidelidad está sostenida por el afecto y la solidaridad de sus hermanos y hermanas cooperadores y demás miemhms de la Familia Salesiana" (RVA, art 39). Por la Asociación: (firma) En el día de hoy, ...................................de 199_, he sido aceptado como Cooperador Salesiano por la bondad de Dios, que ha inspirado mi elección libre. El Cooperador: (firma) 84 APÉNDICE VII DECRETO DE ERECCI©N DE UN CENTRO DE LA A.C.S. El Consejo inspectorial de Cooperadores de ........................................................................................................ obtenido el consentimiento del inspector don ...................................................................................................... y (si el Centro está en una obra de las Hijas de María Auxiliadora) de la inspectora sor ................................................................................................................................................. (o bien, si el Centro está fuera de una obra salesiana o de las Hijas de María Auxiliadora) del ordinario del lugar, mons ................................................................................................................................................................ obispo de ................................................................................................................................................................... a tenor del art. 45 § 2 del Reglamento de vida Apostólica, por el presente decreto de su coordinador/ a, ERIGE EL CENTRO DE COOPERADORES en la obra salesiana de ................................ e ........................................................................................................................................................................................................................................................................................................ (o bien) en la obra de las Hijas de María Auxiliadora de .................................................................................... (o bien) en la parroquia .......................................................................................................................................... diócesis .................................................................................................................................................................... sita en la calle ................................................................. Distrito postal .............................................................. ciudad y asigna su pertenencia a la agrupación inspectorial salesiana de ........................................................................ Doy fe, Lugar y fecha ...................................................... (firma) (coordinador inspectorial) (firma) ........................... ......................................... (secretario) PS. El Centro existe desde el año ..................... 85 CAPÍTULO V MÉTODOS Y MEDIOS DE ~ A C I Ó N 24. Conceptos previos 25. Método de animación A. B. C. D. E. Caminar al lado del cooperador Saber escuchar y tener inventiva Implicar y hacer participar Cultivar el sentido de pertenencia a la Asociación Abrir a formas de comunión y colaboración 26. Medios de animación A. Las reuniones 1. Las reuniones en los distintos niveles 2. Preparación de la reunión 3. Momentos fundamentales de las reuniones 4. Actitudes y papel del Consejo 5. Actitud y papel de cada dirigente en la reunión 6. Reuniones de programación y revisión de los Consejos y los centros 7. Reuniones de los Consejos y los centros para los presupuestos y balances B. Animación de los cooperadores en congresos, conferencias, encuentros y simposios... C. Profundización de la dimensión espiritual 1. La oración 2. Encuentros de oración 3. La Reconciliación y la Eucaristía a) Necesidad y celebración de estos sacramentos b) Celebraciones preparadas convenientemente D. La dirección espiritual E. Revisión de grupo sobre la fe: retiro mensual y ejercicios espirituales 1. El retiro mensual: qué hacer 2. Los ejercicios espirituales anuales F. Espíritu de familia (celebraciones festivas) G. Programar las iniciativas APÉNDICE 1 CÓMO LOGRAR REUNIONES PROVECHOSAS: SUGERENCIAS PRÁCTICAS 87 EL MPJOR MODO DE HACER UNA BUENA REUNIÓN 24. INTRODUCCIÓN Todos los dirigentes y animadores, independientemente del cargo que desempeñan, tienen la responsabilidad de procurar que crezca armónicamente la Asociación. Atenderán, pues, simultáneamente al camino de cada cooperador y al de toda la Asociación, procurando colmar las necesidades de todos, combinando con inteligencia los quehaceres más específicamente formativos con las tareas más típicamente apostólicas, creando y manteniendo entre todos el clima de unidad y familia que quería nuestro Fundador. Es muy importante el método de animación que se sigue, pues está al servicio del crecimiento de las personas y del grupos, a fin de lograr mejor los objetivos de la Asociación. El método debe ser el Sistema Preventivo de san Juan Bosco, que supone amor, cordialidad, caridad, fraternidad, comunión y capacidad de diálogo. 25. MÉTODO DE ANIMACIÓN El responsable está entre los cooperadores con el estilo y el método salesiano, que podemos llamar "método del acompañamiento": significa caminar al lado del otro ofreciéndole la ayuda que necesita haciendo converger en él, como elemento central, todas las propuestas. Caminar juntos es un modo de adquisición personal de conocimientos, de autoformación, descubrimiento y maduración. La ayuda ha de verse como un servicio al crecimiento vocacional, encaminado a crear las disposiciones de espíritu necesarias para cumplir convenientemente la propia misión. El tomador, a ejemplo del Señor, imita su actitud tomando la iniciativa del encuentro y caminando con sus destinatarios escuchando y compartiendo sus inquietudes y sus aspiraciones2. Este método comporta los aspectos que se estudian a continuación. A. Caminar al lado del cooperador Se trata de acompañar al cooperador en el camino de su formación teórica, práctica, espiritual, humana, cristiana y salesiana durante las diversas etapas de su vida de joven, de adulto y de anciano. El camino debe hacerse yendo al mismo paso; no siempre es fácil: requiere de ambas partes intuición y capacidad de responder adecuadamente a los retos del ambiente y de las situaciones. Es muy importante actuar con espíritu de servicio y de caridad dinámica. Al mismo tiempo, acompañar a otro resulta un momento forruativo para el responsable. Escribía Teilhard de Chardin: «Cada vez me convenzo más de que, cuando no se enseña, se guarda una provisión enorme de verdades que sólo se entienden a medias: yo aprendo enseñando». Para la animación, cf. el primer capítulo ; para la dinámica de grupo, cf. también el capítulo séptimo. 2 Cf. XXIII Capítulo General de los Salesianos, núm. 93. 89 B. Saber escuchar y tener inventiva Este método requiere, en el dirigente, vigilancia y atención constantes para responder a las expectativas y necesidades de carácter espiritual, formativo y apostólico del cooperador. Se requiere disponibilidad de escucha, sensibilidad para prevenir las peticiones, capacidad de sumergirse en las condiciones cotidianas de la vida para responder mejor a las múltiples necesidades del cooperador. Este método exige también al responsable el desarrollo de su inventiva, característica del espíritu salesiano, que es incansable, emprendedor y creativo. C. Implicar y hacer partícipe El método exige asimismo que el responsable cuide y estimule la participación activa de cada cooperador. Para ello, procura interesar, valorar, sugerir, alentar e implicar al cooperador; por tanto, se esfuerza en conocer personalmente a cada uno, se interesa por sus problemas y dificultades y participa fraternalmente en sus alegrías. Nos encontramos de lleno en el estilo de san Juan Bosco. D. Cultivar el sentido de pertenencia a la Asociación Nuestro método requiere también que se mantenga vivo el sentido de pertenencia a la Asociación, fomentando los vínculos de fraternidad, coordinando iniciativas, experiencias y proyectos, cultivando la sensibilidad hacia los distintos niveles (local, inspectorial, nacional, regional y mundial). Ello da al cooperador la conciencia de que es miembro de una realidad más amplia -la asociativa- que san Juan Bosco quiso que fuera de dimensión mundial al servicio de la familia, de la Iglesia, de la Familia Salesiana y de la sociedad civil. Así, como hermanos y hermanas en san Juan Bosco, los cooperadores darán a sus relaciones un carácter de respeto, afabilidad, alegría, estima y afecto'. E. Abrir a formas de comunión y colaboración Por último, este método ayuda al cooperador a abrirse a foiiuas de comunión y colaboración, no sólo con la Familia Salesiana y otros organismos eclesiales, sino también con organizaciones civiles, sociales, culturales, profesionales, políticas, sindicales, juveniles y humanitarias. El acompañamiento debe llevar a una visión auténtica de la vida salesiana, que es compromiso y servicio a los jóvenes y a las clases populares y lleva a trabajar a su lado con la óptica del da mihi ánimas. En resumen, es preciso que el responsable, al utilizar los medios de animación que acabamos de exponer, siga el método del acompañamiento, condición imprescindible para que los medios indicados puedan alcanzar los objetivos que se persiguen. t RVA, art. 19. 90 26. MEDIOS DE ANIMACIÓN Los medios para animar y dirigir son muchos. Algunos, que el RVA indica explícitamente, son esenciales para que la vida y el crecimiento de la Asociación sean coherentes, en su conjunto, con las líneas generales de referencia, es decir, para que se pueda hablar de una Asociación con una identidad única en sus objetivos, métodos y medios. Hay, pues, instrumentos de animación que no pueden faltar en la vida de la Asociación, mientras que otros tendrán en cuenta la diversidad cultural y ambiental. Otras actividades e iniciativas, no exigidas necesariamente como peculiares de la identidad de la Asociación, pueden emplearse, según la oportunidad y las circunstancias, como medios para conseguir los objetivos propios de la ACS 1 . En estos casos hay que tener presente la coherencia con su espíritu y la fidelidad a las características que le dio san Juan Bosco. En los siguientes apartados se consideran, sin pretender ser exhaustivos, los medios que parecen imprescindibles para la identidad de la Asociación, teniendo en cuenta lo que debe caracterizarlos como expresión típica. Son los instrumentos que desarrollan el sentido de pertenencia y acrecientan el compromiso y la vida espiritual de los cooperadores y su participación efectiva en la vida de la ACS. A. Las reuniones 2 Las reuniones de los Consejos, de los órganos directivos en los distintos niveles 3 y de los mismos cooperadores son ocasiones y medios importantes de encuentro, de oración, de formación, de fraternidad, de intercambio de ideas y de programación, ejecución y revisión. Son elementos que deben estar presentes, aunque en proporción diversa según los objetivos específicos de cada reunión. L Las reuniones en los distintos niveles * Las reuniones del Consejo Las reuniones del Consejo son convocadas por el coordinador mediante una cita que incluye el orden del día. Su número y frecuencia varía según las actividades y necesidades, pero se aconseja por lo menos mensualmente para los Consejos locales y, al menos cada dos meses, para los inspectoriales. En ellas pueden participar también, aunque sin derecho a voto, expertos e invitados. Se hacen en el lugar indicado en la cita; normalmente, en la sede del Consejo. 1 Verbigracia, forman parte de la vida asociativa normal las reuniones que cumplan ciertas condiciones; por ejemplo, la señalación de los términos que las identifican (lugar, día, hora) y de sus temas, la atención al estilo de su conducción y desarrollo, el esfuerzo de implicar activamente a todos, la preocupación de concreción, actuación y coordinación. Estos elementos son imprescindibles: no hay asociación si no hay reuniones con estas características y con este estilo. Las modalidades para que las tengan son susceptibles de variación y pueden cambiar de una vez a otra. 2 Cf. también el primer Apéndice de este capítulo. 3 Estas indicaciones son útiles como punto de referencia para cualquier reunión de grupo, aunque no siempre puede ser oportuno o necesario para el cumplimiento de algunas formalidades. 91 El secretario debe levantar acta de las reuniones, que se conservará en un archivo a propósito. La reunión es válida si asiste la mayoría absoluta de los que tienen derechos . * Las reuniones de los centros locales También los cooperadores de un Centro tienen sus reuniones y sesiones. Cuanto se ha dicho a propósito de la convocatoria, del orden del día y de su frecuencia debe aplicarse también aquí. En realidad, actualmente el medio que más se utiliza para la formación y para la organización son las reuniones mensuales, que incluso podrían ser quincenales, si se quiere dar más continuidad y eficacia a la labor foiniativa de los centros. Para que esta actividad de animación y formación sea más provechosa, conviene tener en cuenta lo que se dice en los siguientes apartados, que en general vale para cualquier reunión del Centro local o de otros niveles. 2 Preparación de la reunión Todas las reuniones deben organizarse con suficiente antelación; para cada una de ellas se requiere: − que la fecha, el lugar y la hora (si es posible, de comienzo y de terminación) se indiquen con exactitud y con tiempo; − que se comunique a todos los interesados, sin olvidar, por ejemplo, al director o directora de la casa donde tiene lugar la reunión, o bien, al inspector e inspectora, cuando se trata del Consejo inspectorial; − que el orden del día sea claro y no difuso: debe indicar con precisión los fines y los temas; - organícese la reunión de modo que sea posible la participación «activa y con espíritu de iniciativa»2 de todos los asistentes (por ejemplo, si se trata de un tema de formación, conviene adjuntar los documentos necesarios para el debate). − el organismo que debe preparar las reuniones -de ordinario el Consejo- lo hará con la mayor seriedad, porque es el único modo de que resulten bien. 3. Momentos fundamentales de la reunión He aquí los momentos fundamentales que normalmente no deben faltar en ninguna reunión. a) En las reuniones del Consejo − momento de oración y recogimiento; − lectura y aprobación del acta de la reunión anterior; − el coordinador presenta el orden del día; - debate de cada uno de sus puntos y posible decisión; - tema foiuiativo y reflexión de grupo; - acuerdos prácticos y asignación de tareas a personas o grupos. La mitad más uno, según el canon 119 del Código de Derecho Canónico; cf. Comentario oficial del RVA, págs. 420 s y 428 ss. (edición italiana). 2 RVA,art.20§1. 92 b) En las reuniones de Centro ∗ Reuniones normalmente mensuales y formativas - El tema, punto clave de la reunión en un Centro, debe llevarse la mayor parte del tiempo. La manera de presentarlo y desarrollarlo puede variar. Se aconseja hacerlo brevemente y aplicar después el método de ver, juzgar, actuar y compartir las experiencias al respecto. - Otros elementos de estas reuniones son: . oración al principio y al fin, . comunicaciones, . decisiones prácticas y, si es el caso, asignación de tareas y otros puntos; . la fecha de la próxima reunión y, si es posible, su tema. Sobre este punto, se aconseja leer con atención el apéndice de este capítulo. * Reuniones de revisión y programación. Pueden sustituir a las anteriores. Seguirán el método propio de esta clase de reuniones. Tanto en las reuniones del Consejo como en las de Centro, se tendrán en cuenta estas dos recomendaciones fundamentales: - Todo debe hacerse en un ambiente de verdadera fraternidad y espíritu de familia; empezar y terminar siempre la reunión a la hora señalada. 4. Actitudes y papel del Consejo La colegialidad de los Consejos inspectoriales y locales exige a todos los consejeros: ∗ autenticidad, sinceridad y transparencia; ∗ interdependencia y coordinación efectivas: se trata de evitar protagonismos y de actuar en colaboración, de apreciar la aportación de todos, de. valorar los aspectos "corales" y de tener presente que se trata siempre de un trabajo común y que las decisiones finales son de todo el Consejo; ∗ coordinación: el Consejo, por sus miembros, organiza, evalúa, da a conocer y coordina las actividades, estudiando y afrontando los problemas con criterios evangélicos y procurando ser fieles a san Juan Bosco y a la propia identidad de "apóstoles salesianos en el mundo"; ∗ actuación y concreción: el Consejo actúa "por lo que es", es decir, signo de comunión y salesianidad, y "por lo que hace", es decir, un servicio de animación; el Consejo no interviene ocasional y fragmentariamente; sigue un plan programático, teniendo presente que lo primero es la formación de las personas y que es un guía que se confronta constantemente con el RVA, busca y orienta la acción en el ámbito inspectorial y local, señala objetivos precisos y da directrices claras. 5. Actitud y papel de cada dirigente en la reunión En su actuación, el dirigente sabe ser responsable del servicio que se le ha confiado y ha aceptado libremente y que no puede delegar en otros. Por ello, estudia el orden del día, es puntual, participa activamente dando su parecer; sabe escuchar y conoce a los demás dirigentes, comparte con ellos corresponsablemente el fruto del propio trabajo apostólico, de la propia competencia y de la propia opción; capta los signos de los tiempos, porque vive en el presente con la experiencia del pasado y mirando al futuro, que procurará preparar y proyectar; sabe discernir los valores salesianos y los difunde en su ambiente; promociona y defiende en la realidad social los valores humanos y s Cf el primer capítulo y RVA, cap. III: Comunión y colaboración. 93 cristianos; aprecia Ios valores específicos de la condición seglar y se hace su portador en la Familia Salesiana. 6. Reuniones de programación y revisión de los Consejos y de los centros Tienen importancia particular las siguientes reuniones: ∗ la primera del año social, donde se estudia la programación anual, se hacen las opciones prácticas del año, Ios temas que se van a tratar en el mismo período, los puntos en los que hay que sensibilizar, el calendario de las actividades y cuáles se van a empezar o continuar; ∗ la última, en la que se hace revisión y se ponen las bases para la programación del año siguiente. 7. Reuniones de los Consejos y de los centros pam los presupuestos y balances También son importantes las reuniones en que se estudia el presupuesto (al principio del año solar) y el balance (al final del mismo), preparados por el administrador del Consejo y acompañados de un informe sencillo y claro que los explique. B. Animación de los cooperadores en congresos, conferencias, encuentros y simposios... Para participar más activamente en la vida de la Iglesia local, para favorecer la formación humana y profesional, cristiana salesiana, doctrinal y apostólica de los cooperadores, para responder prácticamente a cuanto dispone el artículo 44 §§ 1, 2 y 3 del RVA y para animar la Asociación en sus distintos niveles, los Consejos inspectorial y local organizan, adecuándose a los niveles y posibilidades: ∗ congresos, reuniones, encuentros, conferencias, asambleas, seminarios de estudio, vigilias de oración, mesas redondas, peregrinaciones y jornadas de oración que suponen la dedicación de un día; ∗ campos de trabajo, campamentos para parejas de novios, campamentos de formación, ejercicios espirituales, cursillos, etc., que requieren varios días. Es evidente que, para que una iniciativa log r e su fin, hay que hacer todo con atención y diligencia. Hay que encontrar el período oportuno y que lo sepan los posibles interesados, procurando hacerla interesante. Es preciso organizarla previendo las posibles necesidades, adelantándose a las dificultades, eligiendo bien a los animadores, dejando claros los objetivos, implicando a los grupos de la Familia Salesiana, coordinando bien su realización y cuidando la acogida, los momentos de oración, el trabajo de grupo, los momentos de fraternidad y el descanso. Es oportuno organizar un grupo responsable de cada sector. Se tendrá en cuenta que estas actividades favorecen el sentido de pertenencia, como demuestran los hechos, y que la Asociación se hace cada vez más viva y influyente; es lo que trata de obtener la animación. C. Profundización de la dimensión espiritual La vocación del cooperador salesiano es eminentemente apostólica y pone al servicio del reino de Dios. Vivirla requiere, pues, el apoyo de una espiritualidad profunda, de una honda relación con el Señor, porque «la fecundidad del apostolado de 94 los seglares depende de su unión vital con Cristo» 1 . A ejemplo de san Juan Bosco, la espiritualidad del cooperador transforma el trabajo y la vida misma en oración, que hace de sus ocupaciones y relaciones y del trabajo apostólico ocasiones de encuentro con el Señor, sin dejar de ser ocasiones de encuentro con el hombre. Aquí indicamos los medios de animación fundamentales para adquirir una espiritualidad sólida, la única que impulsa al compromiso auténtico; significa que el cooperador halla en sí la fuerza que lo lleva a lograr los fines por los que se ha hecho cooperador. L La oración La oración del cooperador es «sencilla y llena de confianza, alegre y creativa, impregnada de intenso ardor apostólico; pero, sobre todo, conecta con la vida y se prolonga en ella»2 . En este estilo de oración nos educamos y formamos. Los dirigentes, por tanto, deben cuidar los momentos de oración en la vida asociativa, para que, por su medio, los cooperadores puedan hacer experiencia directa de ella y sea parte integrante de su vida cotidiana. Así pues, todo encuentro, incluidos los de carácter organizativo, debe comenzar y terminar con un momento de oración, que nos abra mejor al Espíritu que nos guía. Aunque breve, la oración no debe ser apresurada ni distraída: es importante el clima en que se hace; tiene que caracterizarse por una concentración, recogimiento y compostura que ayuden a tomar conciencia de que estamos en diálogo con el Señor. Antes de la oración debe haber un momento de silencio, que disponga el espíritu a este diálogo. Conviene incluir también la escucha de la Palabra de Dios, aunque sólo sean unos versículos, oportunamente escogidos y a tono con la situación, y una pausa de reflexión personal al final de la lectura. En la oración es importante no sólo lo que nosotros decimos a Dios, que ya conoce nuestras necesidades, sino también lo que él nos dice a nosotros si estamos en actitud de escucha. Rezar no es sólo hablar de nosotros; es, sobre todo, escuchar; las pausas, pues, son importantes. 2. Encuentras de oración Conviene, pues, organizar también encuentros específicos de oración sobre un tema particular que se considera elemento importante en la formación del cooperador. En un encuentro de oración se pueden incluir pasajes bien seleccionados del Magisterio de la Iglesia o significativos para la espiritualidad salesiana; habrá tiempo para el intercambio de resonancias personales y para la formulación de intenciones espontáneas de oración, para el canto y para los gestos simbólicos, fruto de la creatividad del grupo o individual. En los encuentros conviene tener en cuenta también la oración litúrgica de la Iglesia laudes y vísperas-, que educa en el sentido eclesial de la oración. Apostólicam actuositátem, 4. 2 RVA, art. 32 § 2. 95 3. La Reconciliación y la Eucaristía a) Necesidad y celebración de estos sacramentos La Reconciliación y la Eucaristía son dos pilares insustituibles en la vida del cooperador. San Juan Bosco recomendaba acercarse con frecuencia a ambos sacramen tos, fuentes de vida espiritual. En la Eucaristía, el cooperador «bebe en la fuente de la caridad pastoral» r , se alimenta del Cuerpo de Cristo, que le comunica su vida y el ardor de su caridad. En la Reconciliación, el cooperador experimenta el amor misericordioso del Padre, que libera del pecado e infunde energías para vivir la vida nueva del Evangelio. Sobre todo durante el aspirantado, hay que ayudar al futuro cooperador a que descubra la riqueza espiritual de estos dos sacramentos y a que los frecuente por una necesidad íntima de su vida de fe. En cuanto a la Reconciliación, es importante que el cooperador se convenza de que no basta acusarse de los pecados, para alcanzar el perdón de Dios; es también una ocasión para revisar la propia vida y controlar el propio camino y la fidelidad a la vocación; es igualmente ocasión para tomar conciencia de los propios límites y de los obstáculos interiores que frenan o dificultan el camino de fe y para hacer propósito de seguir adelante en el camino espiritual con la gracia de Dios. La frecuencia de estos sacramentos tiene ritmos personales que dependen de las exigencias espirituales y del camino de crecimiento en la vida de fe de cada cooperador; pero el Consejo local programará durante el año celebraciones eucarísticas durante los retiros u otros encuentros, precedidas de momentos reservados a las confesiones. b) Celebraciones preparadas convenientemente «La participación activa y consciente en la vida litúrgica y sacramental de la Iglesia» 2 no depende únicamente de las disposiciones subjetivas, sino también del mayor o menor cuidado con que se preparan las celebraciones litúrgicas. Los consejeros del Centro prepararán con diligencia las celebraciones eucarísticas, comenzando por la colocación de los participantes respecto al altar. Por ejemplo, una disposición circular facilita el sentido de la comunión fraterna en tomo a Cristo. Se podrá estudiar un gesto de acogida al principio de la celebración; hay que prestar atención a la liturgia de la Palabra, encomendando las lecturas a cooperadores o aspirantes que tengan una dicción clara, lean con tranquilidad y capten y hagan captar los matices del pasaje. La oración de los fieles podrá enriquecerse con intenciones espontáneas, siempre de fauna mesurada y sencilla que evite el peligro de exhibición foiaialista. En la celebración se podrán incluir gestos y símbolos capaces de hacer más viva y animada la celebración; por ejemplo, el rezo del Padrenuestro con las manos unidas o, en el ofertorio, llevar otros dones además del pan y el vino con una explicación que ayude a entender su significado particular de ofrenda. No debe descuidarse el canto, que hace sentir más fuerte la unidad de la asamblea; se copiará su letra y se distribuirá a los asistentes. Pero, sobre todo, hay que atender al clima general de la celebración, para que sea de recogimiento, sin quitarle el carácter de fiesta y alegría. Se hará comprender que la eficacia sacramental de la celebración no depende de nuestra capacidad de organización 1 RVA,ara33§3. 2 Christifideles laici 16. 96 y que los elementos que añadimos a la celebración no deben ser ocasión de distracción ni de benévola concesión al espectáculo. En cuanto a la Reconciliación, puede ser oportuna, de cuando en cuando, una liturgia penitencial comunitaria, organizada también como revisión de la fidelidad a la vocación salesiana. ¿Qué nivel tiene -cabe preguntarse- nuestra caridad apostólica? ¿Hasta qué punto logramos practicar y atestiguar, en familia y en las relaciones con los demás, en el trabajo y en los compromisos eclesiales, los valores del Sistema Preventivo? ¿Qué actitud tenemos frente a la pobreza, a las necesidades y a las urgencias pastorales de quien vive cerca de nosotros y de toda la zona? D. La dirección espiritual Todo cristiano es responsable de su vida de fe y del camino espiritual que sigue. Debe confrontarse con la Palabra de Dios, para entender mejor lo que el Señor quiere de él; suya es la responsabilidad de progresar en la fidelidad a la vocación y en el cumplimiento de su misión. En esta responsabilidad no está solo. En la Iglesia hay hermanos que lo pueden ayudar y sostener, por su ministerio específico, en la nada fácil tarea del discernimiento espiritual. No se trata sólo de entender el plan de Dios sobre nosotros y su voluntad de cada día, sino también de comprendemos a nosotros mismos, las dificultades que encontramos para seguir a Cristo, las decisiones que debemos tomar y los pasos que debemos dar para adelantar espiritualmente. No es fácil hacerlo solo; al contrario, resulta muy dificil. Tal es la razón por la que es importante y cada día más pedido hoy en la Iglesia el servicio de la dirección espiritual. Quien desea sinceramente adelantar en su relación con el Señor y crecer y madurar en su compromiso apostólico, no puede prescindir de un director espiritual, de tener alguien, más maduro en la fe, que lo ayude a ver y a orientarse. El director espiritual no sustituye al fiel ni le exonera de tener que decidir y elegir personalmente; pero le ayuda a valorar con más claridad y conocimiento, a la luz de la fe, sus situaciones personales. Evidentemente, la dirección espiritual es distinta de la confesión, aunque un confesor puede ser también director espiritual. La confesión misma puede ser ocasión y lugar de la dirección espiritual, si se hace con el tiempo que requiere. Pero, substancialmente, la confesión y la dirección espiritual son distintas. Se puede acudir a un sacerdote para la confesión y a otro para la dirección espiritual, como también, si el director espiritual es habitualmente el confesor, se puede acudir a él fuera de la confesión. Naturalmente, el director espiritual que es también confesor de un fiel, lo conoce mejor y tendrá más elementos para ayudarle a valorar y discernir. Es preferible elegir un único sacerdote para confesor y director espiritual. Para un cooperador, además, seria preferible que fuera salesiano, pues, al compartir la misma vocación, comprende mejor las necesidades y problemas espirituales del cooperador y podrá ayudarle mejor en el camino de fe. El cooperador, para algún consejo o sugerencia sobre la vida de fe, puede dirigirse también a otro cooperador seglar o a una salesiana o a un antiguo alumno. 97 E. Las revisiones de grupo sobre la fe: retiro mensual y ejercicios espirituales Si es verdad que el sacramento de la Reconciliación es ya una ocasión de hacer revisión de vida, también lo es que el cooperador que desea crecer en su vida de fe y en su apostolado necesita tiempos fuertes que le permitan revisar el camino con mayor serenidad y profundidad, con mayor tiempo a disposición y en un ambiente y clima más favorables. San Juan Bosco aconsejaba a los cooperadores «hacer anualmente algunos días de ejercicios espirituales» y, una vez, al mes «el ejercicio de la buena muerte, confesando y comulgando». El RVA recoge estas sugerencias en su artículo 34, que recomienda al cooperador el retiro mensual y los ejercicios espirituales cada año como momentos fuertes de discernimiento. Estos momentos tienen el doble objetivo de revisión y de conversión: son ocasión de iluminación sobre la propia vida de fe para descubrir lo que tiene de positivo y de negativo a la luz del Evangelio y del RVA, a fin de discernir la voz del Espíritu Santo; son también ocasión de purificación y de renovar el propósito de amar a Dios y al prójimo, a partir de un encuentro fuerte con Cristo en los sacramentos de la ReconciIiación y la Eucaristía 2 . Es evidente que estos momentos fuertes, tan decisivos para la vida espiritual y apostólica del cooperador, no pueden dejarse al azar ni a la improvisación; hay que prepararlos bien. Los consejeros y el delegado/a del Centro son los encargados de organizar el retiro mensual con las modalidades que parezcan más oportunas en cada caso. L El retiro mensual: qué hacer Muchos se preguntan si es posible mantener el ritmo mensual del retiro. Lo es si logra compaginar retiro y reunión mensual. Algunos centros son capaces de hacer ambas cosas; otros las armonizan, o bien, prescindiendo del ritmo estrictamente mensual del retiro, aprovechan momentos litúrgicos fuertes para dedicarle un día entero o medio o algunas horas. La organización del retiro puede variar de una vez a otra; pero nunca debe faltar lo siguiente: - escucha de la Palabra de Dios, − una meditación o enseñanza a cargo de un predicador o conferenciante, − tiempo para las confesiones, − la celebración eucarística, - un clima general de escucha interior. También son importantes los momentos de silencio para la meditación personal y el tiempo para el intercambio de las reflexiones hechas. Un espacio de fraternidad espontánea al final del retiro puede servir igualmente para hacer circular el enriquecimiento espiritual de cada uno. 2 Los ejercicios espirituales anuales Es una actividad de suma importancia espiritual; por lo mismo, no puede descuidarse nunca. t Reglamento de Don Bosco, VIII, 2. 2 Cf. Comentario oficial del RIA, pág. 350 (edición italiana). 98 Los ejercicios espirituales de varios días requieren un compromiso que ordinariamente supera la dimensión local, Pueden organizarse y hacerse para varios centros de la misma zona, buscando el tiempo y los modos más idóneos, en una colaboración ciertamente provechosa en muchos aspectos. El Consejo inspectorial puede proponer y ofrecer una o varias tandas, llegando incluso a diferenciarlas según sus destinatarios. No hace falta demostrar que el encuentro entre cooperadores de distintos centros enriquece a todos, incluso por la confrontación de las experiencias espirituales y apostólicas; favorece la comunión y unidad en la Asociación y abre nuevos horizontes. Al ser mayor el tiempo de que se dispone, durante los ejercicios espirituales la Palabra de Dios puede ser profundizada a la luz del Magisterio y de las enseñanzas de los obispos; pueden desarrollarse igualmente los aspectos más cercanos y peculiares de la espiritualidad salesiana, de modo que los ejercicios espirituales sean también ocasión de crecimiento y maduración en la fidelidad a la vocación. F. El espíritu de familia (celebraciones festivas) San Juan Bosco fue un fundador inagotable. No se contentó con dar vida a la Congregación de San Francisco de Sales, sino que pensó también en una congregación gemela para la educación de las jóvenes y, con santa María-Dominica Mazzarello, fundó las Hijas de María Auxiliadora. Intuyó también la importante aportación que podían dar a la misión salesiana los seglares, y para ellos fundó la rama de los Cooperadores. En una palabra, pensó en una familia apostólica que, junta, aunque con formas y estados de vida diversos, llevase adelante en la Iglesia su misma misión juvenil y popular. Y la pensó unida por vínculos de fraternidad y de comunión. Después de su muerte, esta familia se enriqueció con otras ramas y grupos que se inspiran en la misma espiritualidad y en la misma opción apostólica. Dicho brevemente, el espíritu de familia consiste en la conciencia de un parentesco espiritual: el hecho de tener todos el mismo padre espiritual y de trabajar en la misma misión, aunque con formas distintas y autónomas y con reglas y estatutos propios. Esta conciencia se traduce en vínculos de fraternidad y comunión, que se expresan concretamente en múltiples formas de comunión, de apoyo y de colaboración. El espíritu de familia es, por tanto, una dimensión espiritual que da origen a iniciativas concretas de comunión y que, a su vez, se alimenta y consolida con ellas. Igual que en una familia cualquiera, si no hay encuentro, no puede haber diálogo; si no hay comunicación vital, su intimidad se debilita y se expone al empobrecimiento espiritual de quienes la componen. El espíritu de familia es una característica del espíritu salesiano; el RVA recomienda a Ios cooperadores que cuiden «la comunión fraterna y la colaboración con los demás grupos de la Familia Salesiana, mediante el conocimiento y la información recíprocos, la mutua ayuda espiritual y formativa y participando en los compromisos apostólicos comunes»l. He ahí indicaciones claras y concretas de cómo vivir en espíritu de familia; corresponde a los Consejos de los distintos niveles, y sobre todo al local, hacerlas efectivas teniendo en cuenta la realidad de familia en que se halla. * Se pueden organizar y celebrar juntos algunas fiestas litúrgicas salesianas más significativas (san Juan Bosco, san Francisco de Sales, santa María-Dominica Mazzarello, RVA, art. 22 § 1 y Reglamento de Don Bosco, VI, 1. 99 santo Domingo Savio, María Auxiliadora), y aprovechar esa ocasión para profundizar el conocimiento de tan significativas figuras de la historia salesiana. * Pueden programarse juntos momentos de formación y de espiritualidad: un retiro, un encuentro, etc. * Los Consejos de cooperadores y de otros grupos pueden tener algún encuentro para intercambiar informaciones, conocerse y programar actividades apostólicas que respondan a necesidades pastorales del lugar. En el nivel local también se puede organizar una fiesta de la Familia Salesiana. G. Programar las iniciativas Una exigencia del espíritu de familia es que los Consejos de cooperadores, en sus distintos niveles, tengan en cuenta las citas de la Familia Salesiana para programar la actividad de la Asociación. El cooperador, sobre todo el dirigente, «está dispuesto a participar, en los diferentes niveles y de la forma más conveniente, en estructuras de intercomunicación y colaboración, creadas de común acuerdo por los responsables de los diversos grupos de la Familia Salesiana» 1 . i RVA,art22§2. 100 APÉNDICE 1 CÓMO LOGRAR REUNIONES PROVECHOSAS: SUGERENCIAS PRÁC'IICAS ELEMENTOS IMPORTANTES DEL ENCUENTRO L Siempre debe haber un orden del día: definido con claridad, - escrito a máquina y no simplemente a mano, una copia para cada asistente, - si es posible, recibido antes de la reunión. 2. Informar a los que deben asistir: − con tiempo, - con instrucciones claras sobre lo que se va a hacer, - evitando apaños de última hora. 3. Comenzar a la hora establecida: − la gente suele llegar cuando cree que se va a comenzar, − empezar más tarde significa fastidiar a los puntuales, los asistentes deben saber cuándo se termina. 4. Terminar en el momento establecido: − estimula a no perder tiempo, − anima a portarse como quien no tiene tiempo que hacer, permite saber a qué hora se vuelve a casa. 5. Crear un clima de apertura, que supone: - respeto a las personas, − respeto a las ideas de los demás, -- oportunidad de intervenir para cada uno, - conciencia de que lo que importa es captar lo bueno, no "tener razón". 6. Utilizar el mínimo de formalidades, que significa: - disponer de una estructura suficiente para poder trabajar, − hacer actas sencillas (no son un documento legal), - conservar copia de los informes, de las liturgias, de la documentación de las actividades, etc. tener archivo de fotografías, etc. ELEMENTOS FIJOS DEL ENCUENTRO ∗ oración * formación ∗ compartir juntos * misión L Oración − Bien preparada, - sin prisas, - basada en la Sagrada Escritura, con momentos de silencio, − oración, no simplemente "oraciones". 2. Formación, basada en el RVA Fuentes de material formativo: el Boletín Salesiano, - "Salesiani Cooperatores", - mensajes del Rector Mayor, discursos del Papa, − pastorales del obispo, 101 - libros y artículos sobre el espíritu salesiano, san Juan Bosco, etc. Utilizarlas de forma sistemática, no como "comodines" del último minuto. 3. Compartir juntos - dar la bienvenida, no sólo a los nuevos, - sentados de manera cómoda; si es posible, no como en la escuela, − aceptar las posibles excusas de no asistencia, recordar a los enfermos y ausentes, y a quienes han sufrido alguna desgracia personal o familiar, − dar a todos el mismo trato. 4. Misión (apostolado) − escuchar informes sobre el apostolado, - apreciar el trabajo de cada uno, − apoyar en situaciones especialmente diftciies, - planificar la acción apostólica como grupo, − preguntarse con frecuencia "cuáles son las necesidades", - evaluar, planificar, revisar. ELEMENTOS VARIABLES DEL ENCUENTRO Alguna vez se puede: invitar a un conferenciante, utilizar audiovisuales (casete, grabación, etc.), − escuchar una ponencia sobre un tema particular, presentar un nuevo libro o revista, − introducir un tiempo litúrgico que se acerca, reunirse con otro Centro, − oír Io que tienen que decimos los jóvenes sobre su mundo..., preparar una fiesta especial que se acerca, celebrar una fiesta o acontecimiento con una liturgia solemne. No hace falta que haya siempre algo especial, aunque conviene de cuando en cuando; lo importante es programarlas y hacerlas bien. EL MEJOR MODO DE HACER UNA BUENA REUNIÓN, Las reuniones pueden organizarse del modo que más ayude a crecer; pero, como no es posible la inventiva y creatividad infinita, generalmente se harán así: 1. Comienzo − oración o celebración de la Eucaristía, - acta de la reunión anterior, problemas que plantee dicha acta, (Se da la bienvenida antes de la oración y no formalmente después de ella.) 2. Parte principal del encuentro formación, - planificación y evaluación, - intervención extraordinaria propia del encuentro, otros temas o puntos que hay que ver y tratar. 3. Conclusión - recomendaciones, avisos, anuncios..., próxima reunión, - oración final. 4. Despedida Si es posible, un refresco... (Tomado y adaptado de los Cooperadores de Australia.) 102 CAPÍTULO VI APOSTOLADO DEL COOPERADOR Y SU PROGRAMACIÓN 27. Introducción 28. Apostolado del cooperador A. Apostolado individual del cooperador 1. Compromiso apostólico 2. Campo del apostolado individual del cooperador 3. Apostolado en lo social y en lo político 4. Apostolado del oratorio 5. Apostolado en la Iglesia local 6. Apostolado en la comunicación social 7. Apostolado en defensa de valores humanos 8. Apostolado de la alegría familiar 9. Apostolado de los cooperadores enfermos y ancianos 10. Apostolado del testimonio y en la vida de cada día 11. La animación de la Asociación es una fonsuta de apostolado B. Apostolado de grupo 1. Obras de Cooperadores 2. Estructuras donde actuar 3. Testimonio público de valores cristianos no siempre respetados 4. Apostolado de grupo en la comunicación social 5. Apostolado misionero. El voluntariado 6. Apostolado de la promoción vocacional 7. Apostolado en el campo eclesial 29. Programación apostólica A. Necesidad de la programación B. Programación de las actividades apostólicas C. Evaluación del apostolado APÉNDICE 1 EJEMPLOS DE APOSTOLADO 101 27. INTRODUCCIÓN San Juan Bosco quiso que los Cooperadores se distinguieran de las otras terceras órdenes por el ejercicio práctico de la caridad. De ello se hace eco el título de nuestro Reglamento: Reglamento de Vida Apostólica. No cabe, pues, imaginar a un cooperador que, de uno u otro modo, no esté en alguna obra de apostolado. Pero, ¿cuál es el apostolado específico de la Asociación de Cooperadores, cuál es el campo característico de su apostolado y compromiso eclesial? En este capítulo vamos a intentar explicar el apostolado del cooperador. 28. APOSTOLADO DEL COOPERADOR Dos son las modalidades que puede tener el apostolado del cooperador: individual y como miembro de un grupo de cooperadores que realizan juntos su apostolado. A. Apostolado individual del cooperador 1. Compromiso apostólico En cuanto cristiano y católico, el cooperador debe sentirse responsable de la fe como persona y como miembro de la Iglesia. Al hacerse cooperador, su compromiso resulta aún más específico, pues con la promesa entra a formar parte de una Asociación apostólica que tiene un fin preciso: la salvación de los jóvenes y de las clases populares. Ahora bien, si el cooperador ha adquirido la espiritualidad del da mihi ánimas, no debe esforzarse demasiado para hallar ocasiones de hacer apostolado individual, ya que «el cooperador realiza su apostolado, ante todo, en los quehaceres cotidianos»1. A ello se refiere el RVA cuando menciona los ambientes en que el cooperador debe sentirse implicado apostólicamente: - la familia, - el matrimonio, para los casados; - el ambiente de vida y de trabajo; la realidad social. En una palabra, puede decirse que el cooperador es siempre y en todas partes apóstol o, por lo menos, debería serlo. 2. Campo del apostolado individual del cooperador Así pues, el campo del apostolado individual es muy amplio; pero el hecho de que el RVA se refiera explícitamente a los ámbitos mencionados significa que el cooperador debe prestar una atención particular a ellos, donde se juega el futuro del hombre. Por lo tanto, un cooperador no puede ser indiferente a lo que ocurre en tales sectores de la vida humana. Lo cual supone, como parte integrante de su apostolado, adquirir una información adecuada y un conocimiento profundo de dichas realidades, con objeto de actuar en ellas 1 RVA, art. 7. 103 inteligentemente de forma apostólica y con estilo salesiano. En tal sentido, es oportuno que medite con atención los artículos 8-11 del RVA, para penetrar a fondo en su alcance. Es evidente que la actuación del cooperador en estos ambientes deben ser plenamente coherente con el carisma salesiano: el cooperador presta una atención particular a la realidad juvenil y a las clases populares de su zona. 3. Apostolado en lo social y en lo político La realidad se estudia para poderle dar respuestas, que tal vez no sean "grandes" ni deslumbrantes, pero no por ello menos necesarias. Es importante que el cooperador entienda que, a menudo, lo que cuenta es influir en las estructuras más que en los casos particulares. En consecuencia, el cooperador procurará comprometerse en las organizaciones y estructuras que influyen sobre la sociedad y, particularmente, sobre la juventud y las clases populares. Este es el ámbito específico del apostolado en lo político y en lo social. El ejercicio activo y directo de la política supone cierta inclinación personal, pero ello no debe ni puede apartar al cooperador, en cuanto individuo y en cuanto Asociación, de un esfuerzo serio e incisivo en sector tan importante. Por desgracia, la implicación en la política de muchos cristianos, incluidos los cooperadores, carece de relieve. Quizás no es el trabajo directo lo que puede hacer el cooperador, pero hay muchas formas de estar en la política y debemos sentir la obligación de hacer algo en este campo, según las inclinaciones personales. Dada su extrema importancia, hay que procurar estar presente donde se toman las decisiones. Es inútil y vano esperar que las cosas se arreglen sin un trabajo personal serio y sin una presencia calificada en los puestos de decisión. Los lamentos son infructuosos e ineficaces. 4. Apostolado en el oratorio El oratorio sigue siendo una opción constante para el corazón salesiano. El cooperador puede dedicarse a esta actividad incluso a título personal, haciendo, por ejemplo, de su casa o de alguno de sus locales, un lugar de encuentro para los jóvenes o un centro "de recogida" de ayudas para los pobres. Otra forma de apostolado individual del cooperador es su presencia en oratorios abiertos en obras salesianas, parroquiales o de barrio. A veces pueden coexistir o integrarse ambas formas. 5. Apostolado en la Iglesia local El trabajo parroquial verá ocupado al cooperador, sobre todo, en las actividades que más influyen en los destinatarios de la misión salesiana. He aquí algunas: catequesis, asistencia a jóvenes que viven en dificultad, preparación al matrimonio, etc., además de la atención a los pobres. 6. Apostolado en la comunicación social Un apostolado que el cooperador no puede olvidar nunca son los medios de comunicación social. No se trata sólo de distribuir y difundir libros o revistas buenas, sino también, cuando sea posible, de participar en la producción y creación de dichos materiales. Ser cooperador comprometido en la comunicación social de cualquier nivel es un modo eficaz de estar hoy con san Juan Bosco. Sabemos que los medios de comunicación modelan a los jóvenes y a las clases populares. Por esto recomienda el RVA «el 104 compromiso en el campo de la comunicación social, que crea cultura y difunde en el pueblo modelos de vida»i. Es inútil lamentarse, si no somos capaces de actuar eficazmente en este campo y si, en cambio, lo dejamos a quienes proponen y difunden valores y modelos de vida que no compartimos. 7. Apostolado en defensa de valones humanos Hay aspectos particulares que ofenden la moral y las buenas costumbres, a veces muy profundamente, la dignidad del hombre y el derecho a la vida. Pensemos, por ejemplo, en la pornografía, en el aborto, en ciertas formas de convivencia de muchas parejas que inciden negativamente sobre sus hijos, en las distintas maneras de explotación del pobre. El cooperador no se queda en la crítica estéril ni en la condena igualmente infructuosa y contraproducente, sino que acomete una acción positiva concreta, sostenida por el amor y la comprensión, para ofrecer valores alternativos. 8. Apostolado de la alegría familiar Si los matrimonios buenos no son capaces de valorar y hacer palpable que en realidad su vida es más hermosa que la de quien vive en la aridez del egoísmo y de la desunión, será difícil que otros asuman sus valores. Hoy el apostolado quizás más importante del cooperador, casado o no, es el testimonio de una vida ejemplar en la propia familia y en la sociedad, una vida que en su conjunto atraiga por sus valores más hondos vividos en la alegría más genuina y auténtica. Nada puede sustituir la eficacia del apostolado "del buen ejemplo". 9. Apostolado de los cooperadores enfermos y ancianos El cooperador enfeiuio o anciano no podrá desarrollar formas de apostolado fuera de casa o del lugar donde lo atienden; sin embargo, puede seguir haciendo apostolado, no sólo con su ejemplo cristiano de fe sólida y de aceptación voluntaria de la situación en que se encuentra, sino también, y sobre todo, con la oración, si la permite la enfermedad, y por el ofrecimiento cristiano del dolor y de la situación que le procura su estado físico. Decía san Juan Bosco que los frutos se recogen al final de la vida. Cabría matizar que se recogen no sólo después de la vida, sino también antes, cuando se viven en plenitud los valores que hemos procurado sostener en nuestros años más jóvenes; de este modo, con el ejemplo, se puede ayudar a quien vive valores marginales, que no permiten hallar la serenidad y alegría de vivir en la verdad, y a los jóvenes, tan solicitados por los valores engañosos. Id Apostolado del testimonio y en la vida de cada día El cooperador auténtico sabe que lo importante no es tener una actitud exterior de apóstol, sino serlo efectivamente. No se trata de hacer actividades apostólicas, sino de un modo de ser, que en la vida de cada día encontrará mil formas concretas de expresarse. Hoy la tendencia es privilegiar y dar importancia a la acción (con frecuencia se habla de "hacer": hacer política, hacer caridad, etc.); en estos casos se trata de mero activismo (falta el sentido apostólico), que nace de una visión reductiva de las cosas y no 1 RVA, art. 16 § 1. 105 permite vivir en plenitud la realidad que nos rodea. Puede ocurrir, también al cooperador, dar más importancia al "hacer" que al "ser"; las consecuencias no se hacen esperar: la persona se cansa y busca otras experiencias, exactamente como los que "hacen" e, incapaces de profundidad interior, siempre necesitan nuevas experiencias. Así, hay quien empieza, hace la promesa, y luego se disipa como humo en el viento. I l La animación de la Asociación es una forma de apostolado Entre las formas de apostolado no hay que olvidar la muy importante de animar la propia Asociación. Requiere mucho cuidado, preparación, formación específica, y absorbe muchas energías. Es imprescindible que esta actividad se haga lo mejor posible; el dirigente no necesita buscar otras formas de apostolado para responder adecuadamente a su vocación de cooperador: es suficiente que se dedique con interés a este servicio a la Asociación y a los demás cooperadores. ¡Será una opción magnífica de apostolado! B. Apostolado de grupo Cuanto se ha dicho del apostolado individual puede afirmarse también del que hacen los miembros de la Asociación con otros cooperadores. Conviene advertir que los cooperadores, cuando actúan como grupo en nombre de la Asociación, no lo hacen simplemente como personas privadas, sino en nombre de la Iglesia: la ACS es una asociación pública de fieles y, por tanto, sus miembros implican a la Iglesia en lo que hacen como grupo eclesial. Es importante tener conciencia de ello, incluso para evitar errores que podrían per judicar a la Iglesia. 1. Obras de Coopemdores Aunque el RVA no habla explícitamente de obras propias de los Cooperadores, ello no impide que éstos puedan empezar obras apostólicas y de promoción humana organizadas a nivel de Centro o de una o varias inspectorías. Obviamente, se trata siempre de obras de apostolado, y no de obras de lucro. Dado que debe configurarse como experiencias ejemplares, hay que estudiarlas bien para no empezar una actividad que al poco tiempo se deja por falta de quien la dirija o atienda. Cuando se decide llevar obras propias, hay que adquirir la "personalidad jurídica" (no se opone al RVA) y tener en cuenta las correspondientes normas legislativas eclesiásticas y civiles, y se consultará, en espíritu de familia, a los salesianos e Hijas de María Auxiliadora del lugar, para evitar duplicados o superposiciones de obras y actividades. Existen ya experiencias interesantes de cooperadores que llevan con competencia y continuidad obras educativas que pertenecían a los salesianos o a las Hijas de María Auxiliadora. Naturalmente, se trata siempre de personas preparadas y capaces de hacerlo bien. En la Asociación hay muchas de estas fuerzas. Pero debe quedar claro que los cooperadores que empiezan tales obras tienen que proveer a su continuidad, cosa no siempre fácil. Por ello, sólo pueden emprenderse tras seria y madura reflexión. 2 Estructu,ras donde actuar El apostolado de grupo, lo mismo que el individual, es más frecuente en estructuras que ya existen; las prefiere el Reglamento. 106 Es importante fijarse en el orden de preferencia señalado por el RVA para el traba-jo en estructuras ya existentesl : estructuras civiles, estructuras eclesiales, estructuras salesianas. El RVA llama al cooperador, en su compromiso apostólico como individuo y como grupo, a actuar, ante todo, en estructuras civiles, después en estructuras eclesiales y, por último en las salesianas. En esta opción es muy clara la intención del RVA sobre la prio ridad del trabajo de los cooperadores. Ciertamente es en las estructuras civiles donde más se necesita la presencia de los valores cristianos vividos con autenticidad; a ellas debe dar la prioridad el cooperador, como individuo y como grupo, en coherencia con su identidad de "verdadero salesiano" en el mundo. 3. Testimonio público de algunos valores no siempre respetados Alguna vez la Asociación como tal, en determinados lugares, regiones o naciones, puede estar llamada a dar testimonio de algunos valores que, de uno u otro modo, son pisoteados. El RVA ofrece esta posibilidad. Cuando lo requieren «las directrices de la Iglesia local, interviene con valentía en la promoción y defensa de los valores humanos y cristianos». La Asociación, además, «ilumina y anima a todos los cooperadores a que asuman responsablemente sus compromisos en la sociedad»3 . No se excluye que en el mismo nivel mundial pueda interesarse la Asociación por semejantes situaciones y que esté llamada a dar un testimonio cristiano, tomando una posición clara acerca de ciertos valores humanos y cristianos; también estas intervenciones serán expresión de su apostolado. En ciertos casos, dicho testimonio podría darse con la presencia física en algunas manifestaciones. 4. Apostolado de grupo en la comunicación social Pero donde los cooperadores, como Asociación más que individualmente, están llamados a un apostolado de conjunto, es en el campo de los medios de comunicación social, con iniciativas apropiadas; verbigracia, la difusión de la buena prensa, el trabajo en la radio y en la televisión, el periodismo; se trata de actividades que generalmente requieren la colaboración y la capacidad material de varias personas. La Asociación produce un buen número de revistas que se envían a personas y miembros de organismos y asociaciones próximas a los cooperadores y al mundo salesiano. Debería buscarse su difusión mediante artículos en diarios y periódicos locales y otros medios de divulgación. Es un sector que está totalmente por explorar en nuestra Asociación. 5. Apostolado misionero. El valuntariado Los cooperadores tienen también la posibilidad de actividad apostólica en tierras de misión: matrimonios o individuos que parten como misioneros y que, en corresponsa- RVA, art. 17. 2 RVA, 11§2. 3 RVA, ibídem. 107 bilidad, son sostenidos, incluso económicamente, por su Centro o por su Inspectoría de origen. Hoy se habla mucho de voluntariado en países en vías de desarrollo. Cabe pensar en un voluntariado propio con objetivos precisos; por ejemplo, los Obradores "Mamá Margarita", que realizan actividades productivas para recaudar fondos para las misiones. Actividades de este tipo pueden realizarse individualmente, pero resultan mejor si se hacen en grupo. Alguna vez, recoger medios materiales, de procedencia personal o derivadas de acti vidades hechas en grupo, para recaudar fondos con fines caritativos o para sostener obras que entran de lleno en el ámbito de la misión salesiana, puede ser también una forma interesante de demostrar el celo apostólico. 6. Apostolado de la promoción vocacional Una forma de apostolado muy querida de san Juan Bosco es la promoción vocacional al sacerdocio o a la vida religiosa. Dado que esto tiene más bien una dimensión personal, ordinariamente la realiza el cooperador como individuo. Sin embargo, también este apostolado resulta más eficaz cuando se hace no individualmente, sino como grupo o, mejor, como Centro. En efecto, a veces hay que sostener a los "candidatos " económicamente, sobre todo en tierras de misión, y en ocasiones también las vocaciones "de casa" necesitan un acompañamiento que resulta más fácil para el Centro que para un cooperador en particular. La promoción vocacional de los candidatos a cooperador debe interesar a todos sin excepción, como individuos y como grupo o Centro. Para lo que se refiere más específicamente a este aspecto, remitimos al capítulo once de este Manual: La expansión es señal de fecundidad. 7_ Apostolado en el campo eclesial Comentando la frase: el cooperador ofrece «responsablemente su colaboración a los obispos y a los párrocos» ' , el Comentario oficial dice que esta expresión «subraya el nuevo tipo de relaciones entre los seglares y los eclesiásticos proclamado por el Vaticano II. Una relación que ya no es de sujeto activo (los pastores) y de sujeto pasivo y puramente receptivo (los fieles), sino una relación de colaboración responsable entre sujetos igualmente activos dentro del reconocimiento de los diferentes ministerios y servicios: de presidencia, la de los obispos y párrocos, y de colaboración responsable en virtud de su competencia y de los dones del Espíritu, la de los seglares»2 . La colaboración puede llegar a todos los campos; pero el cooperador se inclinará por los que afectan a la juventud y a las clases populares. Lo cierto es que el cooperador, como miembro de la Iglesia, no puede ser indiferente al apostolado de tipo eclesial. 29. PROGRAMACIÓN APOSTÓLICA Sabemos lo voluble que es la naturaleza humana. El hombre reacciona contra esta tendencia imponiéndose un ritmo y unos plazos de actividad, a fin de realizar la mayor r RVA, art. 17; cf. Memorias Biográficas XVII, 25, y Código de Derecho Canónico, canon 305. 2 Comentario oficial del RVA, pág. 209 (edición italiana). 108 cantidad de cosas en el menor tiempo posible. Se trata de una metodología y estrategia que le permite caminar más ágilmente hacia el objetivo que se ha fijado. A. Necesidad de la programación El cooperador salesiano no está fuera de la lógica de la programación y no logrará llevar adelante un apostolado serio y eficaz, si no lo programa como individuo y como grupo. Esto no quita nada a lo dicho a propósito de las mil ocasiones que ofrece la vida para el trabajo apostólico. Es imprescindible hacer una programación para el apostolado elegido y para el sector en que se desea hacer sentir la propia presencia. Si, por ejemplo, queremos dar vida a alguna actividad parroquial, lo primero que hay que hacer es un análisis detallado de los elementos que la distinguen y una planificación de los tiempos y del trabajo que se requiere para empezarla y mantenerla viva. Un eslogan famoso de los cooperadores de España es: Jamás un cooperador sin for mación, jamás un cooperador sin apostolado. Es interesante y significativo, pero si los cooperadores no programan su apostolado, para muchos no será más que eso, un eslogan. B. Programación de las actividades apostólicas A menudo la programación del apostolado comportará alguna actividad específica que se suma a las del propio trabajo o de casa. Ello no significa que hay que renunciar a planificar; al contrario, en este caso la programación es todavía más importante y necesaria. Hay que identificar los aspectos que requieren más esfuerzo personal y tomar conciencia de las necesidades reales, para buscar la respuesta más apropiada. Este pequeño esfuerzo ayudará no poco a hacer apostolado en las numerosas ocasiones que ofrece la vida de cada día. Sin embargo, la programación del apostolado tiene su significado más pleno cuando se refiere al apostolado como grupo. El tener que dar respuesta a los interrogantes del apostolado sobre la clase de trabajo, sus responsables, el modo, los medios y los destinatarios, etc., hará que la actividad programada sea más eficaz y adecuada a las necesidades. Es preciso fijarse objetivos y encontrar los medios para lograrlos. Esto no se puede hacer sin programación. C. Evaluación del apostolado La reunión, al menos mensual, que se tendrá en el propio Centro, ayudará a ver la autenticidad del propio apostolado, y alentará a seguir adelante. Más aún, el hecho de compartir todas las formas de apostolado que llevan adelante los diversos miembros del Centro hará las reuniones más animadas y atrayentes, porque se hablará de lo que se está viviendo en concreto y no en abstracto. 1 Para profundizar en este tema, cf. en particular el segundo capítulo del RVA. 109 Guando el apostolado se hace en equipo, la evaluación es más necesaria todavía, para coordinar mejor y revisar continuamente la labor de cada uno en función de los objetivos establecidos en la programación. 110 APÉNDICE I EJEMPLOS DE APOSTOLADO ACTIVIDADES APOSTÓLICAS, CAMPOS DE APOSTOLADO, COMPROMISOS APOSTÓLICOS - Catequesis parroquial, escolar, familiar. − Actividades formativas con grupos, asociaciones y movimientos. − Apostolado familiar, preparación de novios al matrimonio (catequesis prematrimonial), "Hogares Don Bosco", educación de los hijos. - Actividades apostólicas en centros educativos y escolares para formar en la libertad y en el amor. - Actividades de carácter social: asistencia caritativa, médica y cultural, cuidado y asistencia de enfermos. - Obras de asistencia social llevadas adelante por cooperadores con los chicos de la calle, para elevar la cultura de las masas pobres y para asistir a los marginados y a los drogados. − Actividades de comunicación social: periodismo, difusión de la buena prensa, intervenciones radiofónicas y televisivas, creación de material de comunicación. - Actividades de pastoral vocacional, promoción de las vocaciones, asistencia a quienes tienen vocación pero carecen de medios para estudiar, grupos de oración por las vocaciones. - Actividades de tipo misionero, asistencia directa a las necesidades económicas de las misiones, voluntariado misionero, apostolado misionero en el barrio. − Actividades de compromiso sociopolítico, sindicatos, responsabilidades de gobierno, educación en el bien común, en el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia, de las actividades sociopolíticas. - Actividades de oración, apostolado de la oración, organización de jornadas, sesiones de oración, retiros, ejercicios espirituales, promoción de la celebración de los sacramentos. - Actividades de servicio y ministerio parroquial, ministros extraordinarios de la Palabra, de la Eucaristía, Consejo parroquial, animación litúrgica, canto. - Actividades de servicios diocesanos, Consejo diocesano, Cáritas. - Actividades de asistencia a la pastoral juvenil, campamentos escolares, apoyo al tiempo libre. - Actividades oratorianas en estructuras propias o en colaboración con otros: parroquias, instituciones, etc. 111 II PARTE CÓMO CUSTODIAR FIELMENTE Y DESARROLLAR LA MAGNÍFICA EXPERIENCIA COMENZADA POR SAN JUAN BOSCO Capítulo VII CÓMO LLEVAR ADELANTE LA ANIMACIÓN DE UN GRUPO Sección A: ELEMENTOS QUE DAN DINAMISMO A UN GRUPO Sección B: NOCIONES DE DINÁMICA DE GRUPOS Capítulo VIII CULTIVAR EL SENTIDO DE PERTENENCIA. Y LA FIDELIDAD A LOS COMPROMISOS ASUMIDOS Capítulo IX LA EXPANSIÓN ES SIGNO DE FECUNDIDAD 113 CAPÍTULO VII CÓMO LLEVAR ADELANTE LA ANIMACIÓN DE UN GRUPO SECCIÓN A: ELEMENTOS QUE DAN DINAMISMO A UN GRUPO 30. Introducción 31. Los tres elementos dinámicos que hacen funcionar a un grupo A. Necesidad de la presencia simultánea de los tres elementos 32. Los tres elementos dinámicos en el Reglamento de Vida Apostólica 33. El elemento dinámico "FORMACIÓN" 34. El elemento dinámico "ACCIÓN" A. La acción siempre tiene un objetivo B. Necesidad de estar implicados C. La acción sola no basta D. La acción programada 35. El elemento dinámico "EVALUACIÓN" A. Objeto de la evaluación B. El elemento dinámico "evaluación", base de la nueva programación 36. Conclusión APÉNDICE 1 APÉNDICE II APÉNDICE III APÉNDICE IV EVALUACIÓN DE UN CENTRO HECHA POR SUS MIEMBROS EVALUACIÓN DEL COORDINADOR EVALUACIÓN A NIVEL DE CONSEJO PARA EVALUAR LA ACCIÓN DE UN DELEGADO/A Sobre la formación Sobre la misión Sobre la organización Sobre la salesianidad APÉNDICE V ler. EJEMPLO DE PROGRAMACIÓN: "PROYECTO ANUAL INSPECTORIAL' APÉNDICE VI 2° EJEMPLO DE PROGRAMACIÓN: "PLAN DE ANIMACIÓN INSPEC, IORIAL" 115 30. INTRODUCCIÓN La experiencia concreta enseña que a menudo entre los cooperadores se olvida lo que hace funcionar más eficazmente a un grupo y hace válida y adecuada su acción. De esa forma sucede que a veces un grupo-Centro de Cooperadores pierde consistencia, se queda sin vitalidad y termina por desaparecer. El objeto de este capítulo es examinar los elementos que hacen que funcione un grupo y aseguran su duración en el tiempo y su dinamismo (Sección A: Algunas consideraciones técnicas), y proporcionar elementos prácticos y operativos para la animación de un grupo, que tienen en cuenta algunos aspectos psicológicos y pedagógicos (Sección B: Elementos prácticos para la animación de grupo). 31. LOS TRES ELEMENTOS DINÁMICOS QUE HACEN FUNCIONAR A UN GRUPO Los tres elementos esenciales para el buen funcionamiento de cualquier grupo o Centro que, si se ponen en práctica de modo regular y sistemático, pueden asegurar su vitalidad y duración en el tiempo son: − formación, - acción-programación, − evaluación, en continuo intercambio entre sí. A. Necesidad de la presencia simultánea de los tres elementos Estos tres elementos, que se llaman dinámicos, son imprescindibles: sin su presencia simultánea el grupo, antes o después, termina por disolverse. Hay a veces grupos con una formación muy sólida y que tienen mucha actividad apostólica. También un grupo así puede perder fuerza y poco a poco agotarse y disolverse. Las razones pueden ser múltiples: unas veces serán los roces, antagonismos o intereses particulares en conflicto (siempre al acecho en todos los organismos y en cualquier nivel) los que se impongan; otras, es la pérdida de interés lo que lleva a que tal o cual miembro se disocie del grupo y éste acaba por fraccionarse y deshacerse: antes de que los responsables se den cuenta, la situación habrá precipitado y la vida del grupo quedará comprometida irremediablemente. Esto sucede porque no ha habido evaluación. Si falta este tercer elemento, en conti nuo intercambio con los otros dos, no se siente la necesidad de confrontarse con los problemas internos o externos, y el grupo, aunque esté muy firme en otros aspectos, termina por disolverse. Sin embargo, no es la evaluación la que asegura, por sí sola, el camino del grupo: lo mismo ocurre si falta uno de los otros elementos, porque los tres son igualmente esenciales: las tres dimensiones deben estar presentes a la vez en todo grupo y en cualquier organismo que pretenda resistir el paso del tiempo. 117 32. LOS TRES ELEMENTOS DINÁMICOS EN EL REGLAMENTO DE VIDA APOSTÓLICA' " El RVA dedica todo el capítulo segundo a la actividad apostólica ( = elemento dinámico " acción") y toda el capítulo quinto a la formación (= elemento dinámico ' formación"), aunque ambas dimensiones aparecen continuamente en él. El Reglamento presenta también momentos de revisión espiritual en los tiempos fuertes: no sólo el retiro mensual y los ejercicios espirituales de cada año, sino también la vida sacramental y de oración, pueden llevar al cooperador a una revisión personal ante el Señor, siempre presente en la vida del hombre (= elemento dinámico " evaluaciónprogramación"). El RVA introduce el elemento de la programación cuando habla1 de las funciones más importantes de los Consejos en los distintos niveles, aun sin nombrarla explícitamente, desde el momento que sólo por la programación es posible garantizar el funciona-miento de la Asociación de modo que logre sus fines, convocar reuniones, asambleas y congresos, promover y coordinar las iniciativas y mantener los lazos de unión con la Congregación y demás grupos de la Familia Salesiana, etc. El RVA, pues, tiene presentes las tres dimensiones, aunque, naturalmente, no las presenta en la óptica que nos interesa aquí -limitada a la animación de un grupo- ni se preocupa de establecer sus relaciones mutuas. Ahora bien, no basta saber que están ahí; deben ser práctica constante y normal en Ios niveles local, inspectorial, nacional y regional e internacional, pues sólo así es posible un trabajo serio en cualquier ámbito. EL ELEMENTO DINÁMICO " FORMACIÓN" 33. Aquí queremos hablar de la formación como elemento esencial para el funcionamiento del grupo y como respuesta a las necesidades que se sienten en su vida o en la del individuo en cuanto miembro del grupo. Damos ahora por descontada la formación básica; se habla de la formación que capacita a la persona para responder a las exigencias de la vida del grupo y de sus actividades. Si, por ejemplo, el cooperador que pertenece a un grupo de catequistas ve que el grupo no cuida la foi uiación y renovación continua de sus miembros en relación a su apostolado, y que, por tanto, no hacen un trabajo satisfactorio, pronto surgirá la insatisfacción y el desaliento en el grupo y en los destinatarios de su catequesis. En este caso habrá que cuidar la formación. Dígase otro tanto de la vida del Centro. Si no funcionan bien las relaciones entre sus miembros y se ve la necesidad de confrontarse empleando técnicas de dinámica de grupo -cosa que puede llevar a una enriquecedora experiencia de vida cristiana y de espíritu de familia-, es imprescindible desarrollar una formación específica. Lo mismo cabe decir de todos los aspectos, dimensiones o campos de actividad. Es importante comprender que si el cooperador y los centros no se forman según las necesidades reales del apostolado y del grupo mediante una evaluación seria, éste y el Centro en cuanto tal serán muy frágiles. Las necesidades captadas serán el punto de partida para una programación de la formación individual y de grupo. 1 RVA, art.44§1. 118 34. EL ELEMENTO DINÁMICO 'ACCIÓN" La "acción" se ha de entender como actividad de los miembros de la Asociación individualmente y como grupo. A. La acción siempre tiene un objetivo Los grupos humanos nacen en función de una acción común; dicho de otro modo, las personas se mueven siempre por un objetivo. Es un aspecto fundamental. Reunirse sin motivo no puede durar mucho. Ocurre también en la Asociación: nos reunimos para una acción común o para encontrar apoyo mutuo. Reunirse sólo para una formación teórica que no desemboque en la acción o en cualquier objetivo concreto, no puede durar: es inevitable que pronto se pregunte por qué nos reunimos, por las implicaciones concretas de los encuentros y por lo que motiva la existencia del grupo. B. Necesidad de estar implicados El motivo necesario para la existencia de un grupo es la implicación de todos sus miembros en una actividad o el mantener vivo el interés de cada uno. En efecto, se nota que, en general, los miembros que más fácilmente se alejan de un grupo son los que no se sienten implicados en ninguna actividad o que efectivamente no lo están. Es preciso que todos se sientan parte integrante del grupo, para que todos y cada uno den su aportación concreta y constructiva a alguna actividad. De ahí la necesidad de valorar a todos y de que vean que es real su aportación. C. La acción sola no basta La acción no puede prescindir de los otros dos elementos dinámicos, ni puede llevarse adelante si no va unida constantemente a los otros dos elementos esenciales para la vida de cada uno y del Centro o grupo. La evaluación bien llevada hace ver la utilidad y eI nivel de satisfacción de la acción, de modo que luego pueda programarse mejor. Esto se aplica a todas las actividades del grupo: a las reuniones, a las celebraciones sacramentales y de oración, al funcionamiento de los Consejos, etcétera. Si las actividades se hacen sin reflexión, sin una estrecha relación y continuo intercambio con la evaluación y programación y con la consiguiente formación, pronto surgirá la insatisfacción. D. La acción programada En resumen, debe haber "acción", pero acción programada, evaluada continuamente y programada de nuevo por lo menos una vez al año. Cuando falla la programación, no cabe evaluación propiamente dicha ni individual ni de grupo. La programación bien hecha y aplicada es la clave para la eficacia de la acción. Comprende el examen de la situación y eI análisis de los hechos esenciales, la definición 119 del proyecto a partir del análisis y la búsqueda de las posibles soluciones, para llegar después a la programación de la acción concreta. 35. EL ELEMENTO DINÁMICO "EVALUACIÓN" El elemento dinámico evaluación, que también podríamos llamar discernimiento, lo ilustra la Biblia en la parábola del rey que analiza la fuerza de su ejército frente a la del enemigo, para decidir lo que tiene que hacer. Se trata de un elemento que se olvida con frecuencia en la Iglesia y en nuestra ACS. La evaluación da miedo muchas veces, porque puede sacar a relucir la propia debilidad: es más fácil dejarse arrastrar por las circunstancias que someterse a la fatiga de evaluar las propias fuerzas y del "cambio de marcha" cuando sea necesario. Sin embargo, es la clave para adelantar y renovarse continuamente. En el grupo, como en la lucha por la vida, lo que no se renueva, muere. A. Objeto de la evaluación La evaluación supone cierta madurez; no hay que dejarse dominar por el temor a someterse a ella: es obvio que la evaluación no pretende ni implica un juicio global sobre la persona como tal ni pone en tela de juicio su capacidad y mérito; lo único que busca es someter a examen la acción del grupo en su conjunto siguiendo la dinámica del ver, juzgar y actuar. Como el médico examina a un paciente para encontrar la causa de una enfermedad y decidir lo que hay que hacer, así actúa también quien evalúa: busca las causas de la buena o mala marcha de la situación, por ejemplo, de un grupo, para poder mejorar lo que no va bien o consolidar e impulsar lo que va bien. B. El elemento dinámico "evaluación", base de la nueva programación De esta forma, el elemento dinámico "evaluación" impide que la programación siga ajena a la realidad. Si la evaluación es efectiva, se considerarán los resultados positivos y los que pudieran ser negativos o insatisfactorios, así como las causas y motivos de unos y otros; la nueva programación incluirá algún elemento de novedad y muy probablemente de crecimiento. Así se podrá evitar que el grupo se agote y lo estimulará a crecer, a fin de responder a las necesidades y objetivos para los que ha nacido. 120 36. CONCLUSIÓN He aquí una representación gráfica de la estrecha relación de la interacción y el continuo intercambio que hay que procurar entre los tres elementos esenciales para la vida del grupo. FORMACIÓN II II A C C I Ó N - P R O G R A M A C I Ó N - E V A L U A C I Ó N Formación, acción y evaluación-programación son tres elementos relacionados entre sí; uno influye en otro. Mantenerlos en relación asegura la base necesaria para una programación adecuada y el logro de los objetivos de cualquier grupo. Todo ello afecta a los diversos niveles de la Asociación de Cooperadores en su camino de renovación continua; la ausencia de las tres dimensiones o de una sola llevaría a la falta de vitalidad en la Asociación y, pronto o tarde, produciría inevitablemente, la disolución de los centros. 121 APÉNDICE I EVALUACIÓN DE UN CENTRO HECHA POR SUS MIEMBROS 1. ¿Cuál ha sido el crecimiento del Centro este año numéricamente, - cualitativamente? 2. ¿Cómo se manifiesta el crecimiento? ¿Cuáles son sus indicadores? 3. Si no hay crecimiento, ¿a qué se debe? 4. ¿Cómo ha funcionado el Consejo? - ¿Se reúne periódicamente? − ¿Tiene un programa? - ¿Anima? − ¿Sigue a los cooperadores que se encuentran en alguna dificultad y a los que viven lejos? 5. ¿Cuáles han sido las actividades del año que se evalúa, − individuales, − de grupo? 6. Estas actividades ¿responden a un programa o son fruto de la rutina ("porque siempre se han hecho")? 7. ¿Cómo ha sido la formación permanente de los miembros con promesa y la inicial de los aspirantes? ¿Quién y cómo la ha hecho? 8. ¿Cuáles son los puntos fuertes del Centro? ¿Cuáles los débiles? 9. ¿Cuál ha sido su aportación y participación en la vida inspectorial? 10. ¿Qué influjo tiene el Centro en la zona y cuál es su presencia en lo político y en lo social? ¿Cuáles son los campos preferidos de su actividad? 11. ¿Existe una programación y la evaluación detallada del programa del Centro? 12. Si no existe, ¿por qué? 13. Nueva programación, aprovechando los puntos fuertes y débiles descubiertos. 122 APÉNDICE II EVALUACIÓN DEL COORDINA I)0Rt L ¿Ha entendido su papel, funciones y responsabilidades especificas? 2. ¿Convoca las reuniones - del Centro según un calendario previsto, − de vez en cuando, - cuando se lo piden? 3. ¿Convoca el Consejo local - según un calendario concordado, ocasionalmente, - si se lo piden? 4. Las comunicaciones con el Consejo inspectorial, ¿son − constantes, − ocasionales, - raras? 5. ¿Envía información sobre la vida y actividad del Centro al Consejo inspectorial siempre, − nunca, - alguna que otra vez? 6. En las relaciones con los organismos laicales, eclesiales y salesianos de tu territorio, ¿representa a la Asociación - directamente, - por otros, - con nadie? 7. La preparación y desarrollo de los encuentros, ¿los lleva − personalmente, con el Consejo, − por el delegado/a, − improvisando? 8. Las relaciones con los cooperadores del Centro, próximos o lejanos, ¿son continuas, − raras, - inexistentes? 9. ¿Crea un clima de serenidad y entusiasmo en las reuniones y actividades del Centro? ¿Tiene en cuenta las fechas y acontecimientos importantes (onomásticos, cumpleaños, momentos tris-tes) de la vida del grupo? 10. ¿Sabe valorar a cada uno de los miembros del Centro? t Tomada y adaptada de "Ragno" (Sicilia). 123 APÉNDICE III EVALUACIÓN DEL CONSEJO 1. La reunión mensual se hace: - en un día fijo, - con tiempo suficiente a disposición del grupo, con un orden del día lijado de antemano, − comunicado con antelación. 2. La reunión − es convocada y regulada por el coordinador, − en ella hay tiempo suficiente para la oración, − para la formación. 3. En la reunión - el clima es verdaderamente salesiano, - hay apoyo reciproco, serenidad, ninguna rivalidad..., las decisiones se toman corresponsablemenie. 4. Las reuniones en general tienen como objetivo: - poner en práctica lo que dicen los arts. 44 y 45 del RVA, - estudiar la aplicación y adaptación de los programas preparados por "organismos superiores', - planificar al respectivo nivel, − evaluar actividades, programas..., - examinar la situación del grupo (Centro), asegurar la fidelidad del grupo al RVA. 5. Las reuniones sirven para profundizar en las propias funciones. APÉNDICE IV PARA EVALUAR LA ACCIÓN DE UN DELEGADO O DELEGADA Respecto a la formación: 1. ¿Sigue un plan anual de formación? 2. La formación que da es de carácter espiritual (una buena exhortación) o de carácter apostólico (lleva al compromiso en la Iglesia, en la sociedad o en el proyecto salesiano)? 3. ¿La asimilación del espíritu salesiano comporta su aplicación a la vida? 4. ¿Enseña la cordialidad salesiana con su actitud e interés personal por cada miembro del grupo? Respecto a la misión: 1. Su contacto con los cooperadores ¿se limita a las reuniones? 2. ¿Suscita inquietudes apostólicas en los cooperadores? Respecto a la organización: 1. ¿Se siente parte del grupo cuyo delegado/a y asiste a las reuniones con intervenciones bien prepara-das? 2. ¿Da su aportación a la marcha de la Asociación en su nivel, sin interferir las responsabilidades de los restantes miembros del Consejo? 3. ¿Es visto como animador y formador que se atiene a su papel? Respecto a la salesianidad: 1. ¿Vive salesianamente y transmite salesianidad con su presencia y su modo de hacer? 2. ¿Logra que entre la comunidad y la Asociación haya comunicación y entendimiento? 124 APÉNDICE V " 1er. EJEMPLO DE PROGRAMACIÓN: PROYECTO ANUAL DE ÁMBITO INSPECTORIAL"t A. Objetivos: 1. 2. 3. En comunión con la Iglesia local, fomentar la participación del cooperador en la vida y misión de la Iglesia. En comunión con la Familia Salesiana, colaborar y participar en el proyecto educativo pastoral salesiano. En comunión con la Asociación, consolidar las estructuras de animación y gobierno, de forma que todo Centro sea lugar de comunión fraterna y misión apostólica, y reforzar el sentido de pertenencia de cada miembro a la Asociación y a los centros locales. B. Actividades: 1. Actividades del Consejo inspectarial LL Con relación al primer objetivo: ∗ impulsar el conocimiento del plan pastoral de la Conferencia Episcopal... * Apoyar e impulsar los "Hogares Don Bosco", como aportación al apostolado de los cooperadores en el ámbito de la acción de la pastoral de la Iglesia en la familia. 1.2. Con relación al segundo objetivo: ∗ Participar en las actividades y acontecimientos inspectoriales y locales de la Familia Salesiana. ∗ Colaborar en la convivencia de la Familia Salesiana. ∗ Colaborar en la animación misionera salesiana mediante la "Cooperación Salesiana y Tercer Mundo", el voluntariado y otras posibles iniciativas... 13. Con relación al tercer objetivo: ∗ Animar y seguir adelante en la preparación del plan de formación... ∗ Intensificar y seguir adelante en la formación inicial y permanente. ∗ Organizar los ejercicios espirituales de los centros. ∗ Organizar las reuniones previstas en el calendario. ∗ Visitar los centros de la Inspectoría. 2. Actividades de los Consejos y centros locales 2.1. Con relación al primer objetivo ∗ Implicar apostólicamente en el trabajo de las parroquias. ∗ Procurar crear algún grupo de "Hogares Don Bosco". ∗ Estudiar la Doctrina Social de la Iglesia. 2.2. Con relación al segundo objetivo ∗ Impulsar la relación y la información recíproca con los otros grupos de la Familia Salesiana_ ∗ Participar en encuentros de oración y convivencia de la comunidad salesiana local. ∗ Colaborar en el Consejo pastoral de la Familia Salesiana_ 23. Con relación al tercer objetivo ∗ Redactar el proyecto anual. ∗ Seguir adelante en el plan de formación inicial y permanente. ∗ Prestar una atención especial a la promoción de la vocación del cooperador entre los jóvenes, cuidando su formación y su compromiso apostólico. ∗ Consolidar el funcionamiento del Consejo del Centro y sus diversas estructuras de gobierno y animación en línea con el RVA. 3. Actividades de coda cooperador 3.1. Con relación al primer objetivo ∗ Insertarse en los movimientos eclesiales. ∗ Para la formación y, especialmente de este año, profundizar en la Doctrina Social de la Iglesia Tomado y adaptado de la inspectoría de Madrid. 125 3.2. Con relación al segundo objetivo ∗ Vivir y difundir la propia vocación y el carisma de san Juan Bosco. * Colaborar y participar en las actividades de la Familia Salesiana ∗ Participar en los momentos de convivencia y oración con la comunidad salesiana de la zona 33. Con relación al tercer objetivo ∗ Estar atento al propio "plan de vida" para vivir con entusiasmo la vocación del cooperador salesiano. ∗ Participar activamente en las reuniones y en los momentos de formación: oración, retiros, ejercicios espirituales, celebraciones... ∗ Estar dispuesto a asumir cargos de animación y gobierno. ∗ Compartir los bienes para sostener y financiar la Asociación de Cooperadores. 29 EJEMPLO DE PROGRAMACIÓN: "PLAN DE ANIMACIÓN INSPECTORIAI" Arcas prioritarias Las necesidades de la Asociación son muchas y no podemos afrontarlas todas a la vez Partiendo de la visión que tenemos de la Asociación y de los centros, proponemos las siguientes áreas prioritarias: 1. promoción vocacional 2. formación 3. organización Actividades 1. Promoción vocacional 1.1. Estimular y apoyar en todos los centros alguna iniciativa concreta de promoción vocacional adecuada a su realidad. 1.2. Participar y colaborar en las iniciativas vocacionales de otros grupos de la Familia Salesiana. 1.3. Proponer a los directores y directoras de las casas de formación un día de reflexión sobre el discernimiento vocacional salesiano referido al cooperador. 2. Formación 2.1. Animar a que los Centros den una formación que convierta al cooperador en protagonista de su formación. 2.2. Ofrecer a la Asociación unos ejercicios espirituales anuales que sean distintos del encuentra inspectorial que se celebra normalmente todos los años (cf. RVA, art. 34.2). 2.3. Fomentar un encuentro de los Consejos locales para compartir experiencias y evaluar los procesos de la formación inicial y permanente. 2.4. Favorecer y estimular encuentras de zona. 3. Organización 3.1. Consolidar las estructuras de la organización de los centros teniendo en cuenta los siguientes aspectos: 3.1.1. Erección canónica de todos los centros. Conviene que cada uno tenga su nombre, por ejemplo: San Juan Bosco, Santa MQ Dominica Marsarello, San Francisco de Sales... 3.1.2. Reconocimiento del Centro en el ámbito diocesano y su integración en la asociación seglar de cada diócesis. 3.1.3. Llevar libros de contabilidad, actas de las reuniones, crónicas, etc. 3.1.4. Que todo Centro tenga su propio local. 3.1.5. Poner al día archivos, biblioteca y materiales de ayuda. 3.1.6. Dar cuenta anual de la contabilidad y de la programación, que hay que mandar al Consejo inspectorial. 3.2. Procurar el reconocimiento de la personalidad jurídica de la Asociación por parte de los organismos oficiales. 3.3. Tener al día el archivo inspectorial Hacer y distribuir la lista oficial de la Asociación con los datos relativos a los cooperadores con promesa y a los aspirantes. NB. Se han presentado estos dos sencillos ejemplos de ~ a c i ó n , para ayudar prácticamente a los que comienzan su camino asociativa; otros ya tienen experiencia de programación y evaluación: sobre ella pueden construir y seguir adelante. 126 CAPÍTULO VII SECCIÓN B: NOCIONES DE DINÁMICA DE GRUPOS 37. Introducción 38, Constitución de un grupo A. La dinámica interna del grupo B. La dinámica externa del grupo 39. Principales funciones de la dinámica de grupos 40. Presencia de un animador 41. Tres fenómenos importantes: A. Fase de reacción interpersonal B. Polarización de los miembros del grupo en torno al animador C. Fase del grupo centrado en el gripa 42. Tensiones en el grupo 43. Necesidad de relaciones interpersonales auténticas A. La comprensión - aceptación B. La comunicación C. La colaboración 1. Actitud del animador hacia el grupo 2. Actitud del grupo hacia el animador 44. Técnicas de participación 45. Las reuniones-debate 46. El animador en el ejercicio de su función A. Orientaciones para la conducción de las reuniones B. Elementos que conviene tener presentes en la animación 1. Con relación a sí mismo 2. Con relación a los miembros del grupo 3. Con relación a los objetivos y al tema 4. Con relación a las condiciones externas C. Elementos que demuestran la capacidad del animador APÉNDICE 1: ALGUNAS TÉCNICAS DE REUNIÓN 127 37. INTRODUCCIÓN El objeto de esta segunda parte es presentar algunos aspectos psicológicos y pedagógicos que regulan la dinámica de un grupo. Comenzamos con dos advertencias importantes para captar la óptica con que se ha redactado y debe leerse esta parte: 1. las orientaciones acerca de este tema no son unívocas y plenamente aceptadas y no todas encuentran el mismo consenso; 2. los aspectos que presentamos aquí no pueden entenderse como reglas o normas que por sí solas basten para el buen funcionamiento de un grupo, sino como un instrumento útil para su animación y como orientación práctica de carácter general. El fin es dar indicaciones concretas y de consulta rápida que, teniendo en cuenta experiencias bien logradas, puedan servir al responsable para realizar mejor su función de animador. No tiene sentido pensar que basta conocer los mecanismos psicológicos y pedagógicos que influyen en un grupo para garantizar una buena animación. Conviene tener en cuenta, ante todo, que siempre hay "variables" individuales, debidas a los componen-tes del grupo, y propias del ambiente que se vive en cada momento; también hay que considerar la personalidad concreta del animador. El objetivo principal de un animador no es tanto "crear" un grupo, cuanto saberlo animar. Lo importante no es el " qué", sino el "cómo". Por ejemplo, se da el caso de animadores que saben que animar es desarrollar los gérmenes o potencialidades de vida que están "dormidos" en el interior de la persona, pero no saben cómo "despertarlos" y hacerlos germinar; hay otros que están muy al día en la teoría de la animación, pero su modo de animar es totalmente negativo; hay también animadores convencidos de que guían a un grupo de forma democrática, cuando en realidad no es así. Algunos animadores quedan fascinados por ciertas técnicas de animación, y las utilizan una y otra vez como fórmula mágica; tampoco es eso. El animador de los cooperadores conoce las técnicas, pero sabe darles el papel que les corresponde. En este capítulo vamos a presentar algunos aspectos psicológicos y pedagógicos de la dinámica de grupos, e insistiremos principalmente, por no decir casi exclusivamente, en los mecanismos concretos más importantes que actúan en la vida de un grupo, y no tanto en los elementos teóricos. Lo que interesa es que eI animador comprenda la importancia de respetar ciertos aspectos de la dinámica de grupos que influyen directamente en la práctica, pero sin ser su esclavo. 38. CONSTITUCIÓN DE UN GRUPO Todo grupo se forma y se mantiene por dos razones: una de orden psicológico y otra de orden sociológico. Psicológicamente eI grupo se forma para satisfacer necesidades y expectativas de las personas (psicogrupo); sociológicamente nace el grupo para responder a alguna necesidad del ambiente exterior (sociogrupo). En todos ellos se dan ambas motivaciones, pero, generalmente, predomina una de las dos. Lo mismo sucede de hecho en la Asociación de Cooperadores Salesianos, aunque se haya entrado en ella por una opción libre. 129 A. La dinámica interna del grupo El grupo existe y funciona en la medida en que parece capaz de satisfacer las propias necesidades y expectativas. Cuando sucede esto, se crea entre sus componentes un fuerte sentido de pertenencia al grupo. Las necesidades y expectativas pueden ser también de tipo vocacional, como es el caso de los Cooperadores. Sobre el sentido de pertenencia se construye la cohesión del grupo y sigue la participación asidua en las actividades. Su capacidad de satisfacer las necesidades y expectativas de los componentes, su cohesión y el modo de ejercer la autoridad, etc, dan origen a un estilo del grupo. El principio general, de todos modos, es el mismo: un grupo sólo funciona bien cuando sus componentes (incluido el animador) ven que satisface sus necesidades y expectativas personales. B. La dinámica externa del grupo El grupo vive en un ambiente social y, en el caso del Cooperador, eclesial muy variado que, además de influir sobre cada persona, influye también sobre el grupo como tal. El grupo debe tener siempre en cuenta las exigencias del ambiente exterior y responder a las mismas equilibrando su dinámica interna. Sería un error que el grupo se cerrase en sí mismo, en las necesidades y exigencias propias. Al tener que vivir en contacto con la realidad, es más, al tener que responder a las exigencias de tantos y tan variados sectores del ambiente social y eclesial, es evidente que la dinámica interna del grupo se encuentre en continuo proceso de adaptación y de renovación, cosa que el animador del grupo debe tener en cuenta. Todo grupo humano está hecho de relaciones que pueden provocar conflictos y tensiones, pero también ayudar a crecer y a madurar. Por esto, la psicología ha formulado oportunas técnicas de grupo. 39. PRINCIPALES SIGNIFICADOS DE LA DINÁMICA DE GRUPOS Dos son los principales significados de la dinámica de grupos: a) conocer los fenómenos específicos de los pequeños grupos y las leyes que los rigen; b) cómo influir en las personas (de un grupo) o en los grupos para obtener un cambio de la personalidad o fisonomía del grupo. En este segundo caso se realiza una función terapéutica. Ambos significados dicen que existe una posibilidad de actuar e influir en el comportamiento de los individuos y de los grupos y de ayudar a su buen funcionamiento, crecimiento y maduración. En sentido peyorativo, también se podría pensar en una manipulación del grupo. 40. PRESENCIA DE UN ANIMADOR Un hecho digno de atención es que en todo grupo humano, apenas constituido, surgen "dirigentes". Es cierto que todo grupo que desee tener una vida dinámica y aspire 1 Cf. R. MUCCHILLI, La dinamita di gruppo, 130 Leumann (Turín) 1970, págs. 215 s. a un poco de creatividad, necesita ser animado, ya que en él debe funcionar continuamente un mecanismo de estímulo, de animación y de apertura a nuevos horizontes. Cuando los responsables carecen de calidad animadora, el grupo se adormece. ¡Cada grupo tiene los dirigentes que se merece y que es capaz de generar! Los grupos de formación y de servicio cristiano no escapan a esta ley y, por tanto, deben reflexionar y tomar conciencia de cuanto sucede en su interior y en el exterior para poder renovarse continuamente. 4 1 . TRES FENÓMENOS IMPORTANTES En el grupo se dan habitualmente algunos fenómenos que los expertos conocen y describen, y cuyo conocimiento es útil a quien lo anima. Nos limitamos a mencionarlos. En todo grupo se dan las siguientes fases. 1. Fase de la reacción iníerpersonal Consiste en que los componentes del grupo se reflejan unos en otros y, en sus comportamientos y reacciones, pueden conocer los propios comportamientos, y modificarlos. 2. Polarización de los miembros del grupo en torno al animador o guía Este puede unificar en sí las expectativas de todos como modelo de comportamiento; pero también puede ocurrir que lo rechacen, especialmente si es impuesto. Es muy importante su modo de ejercer la autoridad. 3. Fase del grupo centrado en el grupo Aparecen los comportamientos de agresividad o defensa entre sus miembros, foiuiu lación de los conflictos, la cadena de libre asociación según las ideas y la inclinación a la fojuiación espontánea de subgrupos. Estas tres fases ofrecen ocasiones de crecimiento, pero también de paralización, que el animador debe captar. En este proceso, la autenticidad de las relaciones, la comunicación y la participación es la mejor garantía para superar las posibles dificultades. 42. TENSIONES EN EL GRUPO Todo grupo debe afrontar algunos problemas importantes que amenazan su existencia, funcionamiento y eficacia. Hay que lograr una adecuada identificación de Ios miembros con el grupo, de modo que lleguen a formar un " nosotros " maduro que dé ori gen a un hondo sentido de pertenencia. No obstante, a pesar de su buen funcionamiento, todo grupo debe afrontar conti nuamente dificultades y tensiones internas. a) Algunas pueden nacer de que la organización del grupo es percibida como algo que nivela las personalidades individuales y no tiene en cuenta las legítimas aspiraciones de cada uno. b) Otras pueden provenir de la posible divergencia sobre los fines del grupo, sobre cómo los vive cada uno y cómo se explicitan en la organización. c) Un tercer grupo de tensiones pueden surgir cuando el grupo es inmaduro y se centra en el egoísmo de sus componentes o en el afán de protagonismo. d) Otras tensiones surgen del modo de ejercer la autoridad el animador. No pocas de las actuales estructuras de tipo religioso están planteadas en buena medida sobre un concepto de autoridad calcada sobre la paterna, y se atribuye a una persona que se pone 131 ante los demás y los "guía" y "anima" porque, en la práctica, se los considera incapaces de guiarse a sí mismos, de decidir y de colaborar en la búsqueda del bien personal y común. La actitud correspondiente se define como "paternalista". Esto no depende sólo de las personas que asumen este estilo de comportamiento, sino que, con frecuencia, está condicionado por la misma estructura de la organización. Los Cooperadores han sufrido y sufren todavía este tipo de autoridad. De ahí la necesidad de aplicar convenientemente la dinámica de grupos. 43. NECESIDAD DE RELACIONES 1NTERPERSONALES AUTÉNTICAS Así pues, nos preguntamos cuál es la mejor forma de actuar en una realidad como la que hemos descrito, para aplicar con provecho la ayuda que ofrece la psicología. Una solución posible la ofrece una metodología que tenga en cuenta las leyes psicológicas. La experiencia, como las normas que ofrece la investigación de la ciencia psicológica, dice que el único camino para acompañar la dinámica de un grupo y superar las tensiones que se presentan en su vida, consiste en crear un sistema de relaciones interpersonales que, por su autenticidad, haga posible la verdadera comunicación en todas las direcciones y que, al mismo tiempo, facilite el establecimiento de un sistema de animación del grupo capaz de promover la cohesión y la eficacia. Conviene, pues, tener en cuenta tres aspectos complementarios entre sí: - la comprensión-aceptación, - la comunicación, - la colaboración. A. La comprensión-aceptación El concepto que cada uno tiene d e sí mismo es un filtro a través del que se percibe toda la realidad; es un criterio por el que se valora la eficacia propia y la de los demás. Por tanto, se tiende a aceptar y asimilar las experiencias que coinciden con el esquema del propio yo. En cambio, se tiende a deformar, negar y rechazar las experiencias y comportamientos que no entran en tal esquema (= conducta defensiva). La conducta defensiva crea un tipo de relaciones interpersonales que se manifiestan en la actitud diplomática, por la que cada uno evita tocar las teclas que puedan crearle experiencias desagradables, y en la actitud individualista de trabajo, con la que cada uno evita el control y la confrontación con los demás. Sin embargo, existe la posibilidad de una conducta basada en relaciones interpersonales auténticas. El problema es que éstas no son automáticas; deben construirse. El modo de hacerlo es aplicar algunas enseñanzas psicológicas sin las que la convivencia resulta dificil, cuando no imposible. a) La posibilidad de establecer relaciones verdaderamente auténticas va estrechamente unida a la capacidad de recibir respuestas-reflejo (feed-back) no valorativas (= no críticas). La respuesta-reflejo es la reacción, verbal o no, que los otros tienen ante el comportamiento de una persona; la respuesta no valorativa es aquella en la que, aun expresando con libertad y espontaneidad el propio pensar y el propio sentir, no se da -ni siquiera interiormente- ninguna valoración, positiva o negativa, sobre el interlocutor. b) Ponerse en contacto con otro y, ante su comportamiento (sea cual sea), ser capaces de "reflejarle" una respuesta (verbal o no) franca y sincera, sin formulación de juicio alguno sobre su persona, significa decirle que se la acepta sin condiciones. 132 e) Una parte de los comportamientos, razonamientos, actitudes y tomas de posición más o menos racionalizados- son sólo reacciones a la atmósfera crítica en la que se está sumergido; hace sentirse inseguro e induce a defenderse y tomar una actitud de rigidez. DiflciImente se encontrará una solución válida, si no se abandona la exigencia de que los demás sean como los propios esquemas nos dicen que deberían ser o si no se desmonta la rigidez que se produce en cada uno al tener que madurar algo en sí mismo. No es posible educar en una relación auténticamente humana, si no se está plenamente dispuesto y abierto a ser, al mismo tiempo, transformado por la relación. d) La capacidad de diálogo depende del grado de seguridad en si mismo y, por tanto, de la ausencia de la necesidad compulsiva de defenderse. Cuanto más defensiva sea nuestra actitud, tanto menor será la capacidad de crear las condiciones para recibir una reacción-reflejo objetiva y no valorativa. Cuanto más comprensiva, no crítica ni defensiva sea nuestra actitud, tanto más abandonarán Ios otros su actitud defensiva. e) El clima en el que se crece La maduración humana y el progreso del grupo sólo se realizan en un clima en el que crezca progresivamente la capacidad de: − dar y recibir reacciones-reflejo no críticas; − tener como propios (y ayudar a los otros a hacer lo mismo) los sentimientos, ideas y valores que la experiencia interna nos presenta (sin máscaras ni formalismos); - abrirse a nuevos valores, actitudes y sentimientos y facilitar a los demás la misma "apertura"; - saber valorar con serenidad y objetividad (y ayudar a que los otros hagan lo mismo) los nuevos valores, ideas, actitudes y saber asumir el riesgo de lo que se considera valioso, dejando a los demás la plena libertad de asumirlo, conforme a sus propios puntos de vista. Podemos terminar este tema diciendo que la actitud de comprensión-aceptación encierra necesariamente la comunicación recíproca de una verdad fundamental: la aceptación es estima incondicional. Es muy probable que todo animador se sienta llamado a reflexionar sobre lo que hemos dicho en estas páginas: seguramente le ayudará a entender las razones de posibles fracasos anteriores. B. La comunicación La comunicación es otro elemento que puede conducir a nuevos descubrimientos para mejorar la animación. Por "comunicación" se entiende un proceso que pone en relación recíproca a las personas. Consiste en transmitirse mutuamente un pensamiento, una información, un estado emotivo. La comunicación es una relación interhumana, un contacto que tiene por objeto hacer participar a otros en el conocimiento de algo. La condición fundamental para cualquier comunicación interpersonal es la relación interpersonal auténtica. Cuando las personas transmiten y sienten mutuamente estima y aceptación, se pueden comunicar con libertad otros contenidos y ser recibidos correctamente. Si falta esa comunicación de fondo, surgirán una serie de conductas defensivas, y cualquier contenido, aun eI más simple e insignificante, corre el peligro de ser deformado, distorsionado o incluso no percibido y negado. 133 Hay circunstancias que, en el ámbito de la comunicación, inciden sobre la calidad y sobre la misma posibilidad de la animación. a) Los miembros de un grupo tienden a sentirse marginados e inseguros cuando no hay una comunicación fácil de ideas y sentimientos (no se sabe cómo piensa el animador, que en realidad tampoco sabe lo que piensan los demás). b) Cuando se quiere facilitar un cambio de actitud, y de la relativa conducta, es necesario multiplicar las ocasiones de comunicación formal e informal. c) Un miembro de un grupo colabora y es más útil cuando siente que tiene libre acceso a toda la información que le afecta, particularmente a la referida a su persona y a su función. d) Un grupo se siente más unido y eficaz cuando sus miembros se sienten parte activa en todos los elementos que influyen en las decisiones y en las orientaciones. e) La reducción de las vías de comunicación y de los encuentros personales limita la posibilidad de que circule la información y tiende a aislar entre sí a los miembros del grupo. C. La colaboración El tercer elemento que facilita la animación es la colaboración. Aquí entra en juego la forma de ejercer la autoridad. En los grupos pueden surgir dificultades, no sólo debidas a circunstancias concretas, sino también por la naturaleza misma de la autoridad del animador. Todos saben que la dependencia tiende a inhibir la conducta espontánea. Cuanto más se siente la autoridad como dominio, tanto más se inhibe inevitablemente la libertad y autenticidad de la comunicación y tanto más tienden los miembros de un grupo a descargar las responsabilidades sobre el animador y a tomar una actitud reactiva de pasividad gregaria. Para evitarlo, es importante prestar atención a la actitud del animador hacia el grupo, y viceversa. 1. Actitud del animador hacia el grupo La aceptación y estima incondicional del grupo por parte del animador significa que le considera responsable, capaz de fidelidad y de estudiar un plan de acción para lograr los objetivos del grupo. El animador no debe sentir la necesidad de hacer y establecer y ordenar todo como si se tratara de "sus" planes. Su posición de animador y, simultáneamente, de miembro del grupo con ciertas capacidades (no tiene todas las capacidades y competencias), podrá facilitar la cohesión en el grupo y la realización del proyecto común. 2. Actitud del grupo hacia el animador Por parte del grupo, la aceptación y estima incondicional del animador se manifiesta, ante todo, en reconocer su persona como digna de estima y en aceptar que es responsable ante Dios, ante la Iglesia y ante el grupo y que tiene su propia conciencia; pero también se manifiesta en aceptar aI animador como miembro del "nosotros", donde él da su propia aportación desde su puesto y competencia. Conviene subrayar que, en las relaciones animador-grupo, la animación no se realiza plenamente mientras no se supere la dimensión vertical y se consiga una auténtica dimensión horizontal. Es algo más que la "camaradería tolerante" y no menoscaba el principio de autoridad; hay que superar también la simple comunicación vertical, de forma que todos trabajen y colaboren en el mismo proyecto, con responsabilidades y tareas distintas, conocidas y reconocidas por todos. 134 44. TÉCNICAS DE PARTICIPACIÓN El animador debe tener claro que cuanto hemos dicho responde a la necesidad de toda persona de sentirse responsable de su destino y digno de ser tenido en cuenta, realidad que se expresa muy bien en el concepto de participación. La participación es una actitud psicosocial que hoy tiende a crecer en todas partes y es uno de los objetivos más importantes del proceso educativo y de la vida social. Es un elemento de primera importancia en el crecimiento de un grupo, siempre que se busque expresamente. La participación es la capacidad de tomar parte activa y responsable en las decisiones que afectan a cada uno en la vida social y comunitaria. Todo miembro maduro de un grupo necesita saber que cuenta y esto se expresa claramente mediante la participación. Sería fatal para el crecimiento de un grupo no tomar en consideración estos aspectos y no darle la importancia que merece. 45. LAS REUNIONES-DEBATE Lo expuesto hasta ahora tiene su aplicación inmediata, aunque no exclusiva, en las reuniones-debate, que son esenciales en la vida del grupo. Desde esta perspectiva, presentamos algunos elementos de dinámica de grupos sobre las reuniones. 1. Número de participantes La experiencia dice que el número óptimo de participantes de una reunión está comprendido entre cinco y diez. 2. Condiciones materiales También hay que tener en cuenta las condiciones materiales. Un lugar acogedor y silencioso, la ausencia de grupos de presión alrededor del grupo de trabajo y el tiempo suficiente (de una hora y media a tres) son factores que favorecen el desarrollo de la reunión. 3. La disposición Tiene también importancia la disposición material: mesas redondas u ovaladas, o mejor la mesa llamada sociométrica, facilitan la interacción, el intercambio de cada uno con todos cara a cara. Sentarse en círculo, si no hay mesas, puede producir el mismo efecto. 4. La interacción Un elemento importante, y vital para el grupo, en las reuniones-debate es la interacción entre los miembros del grupo; silencios largos y propuestas que no producen reacción son señal de que al grupo le falta vitalidad. Tal vez la interacción se reduce a la de un miembro, o dos, con respecto al grupo, mientras los demás asisten indiferentes al conflicto entre esas personas. El silencio del grupo es señal de su incapacidad para reaccionar. Tampoco se debe reducir la reunión a un diálogo entre el animador y el grupo. Es importante que exista interacción amplia entre los miembros, ya que esto aumenta la participación y provoca, a su vez, la interacción. En un grupo, cada miembro tiene su papel, lo desee o no. Quien cree, por ejemplo, que es neutral porque está callado, juega en el grupo el papel de freno o de oposición muda. S. DE PmRI, Progetto di sé e partecipazione, Ediciones Paulinas, Roma 1982. 135 46. EL ANIMADOR EN EL EJERCICIO DE SU FUNCIÓN A. Orientaciones para la conducción de las reuniones Muchas intervenciones del animador se producen sobre la marcha, tales como resumir las ideas expuestas o sintetizar una parte del debate; el animador debe hacer, de vez en cuando, el resumen de cuanto se ha dicho o hecho. La intervención sobre situaciones negativas exige una táctica más dificil; hay que tener en cuenta los siguientes principios: ∗ Una tensión negativa (conflicto latente, ansiedades encubiertas, inhibiciones que crean dificultad, etc.) debe ser analizada; de lo contrario, pronto o tarde termina por paralizar el grupo; ∗ el animador no debe analizarla, sino observarla y hacerla notar al grupo, pidiendo que se exprese sobre el tema; ∗ para esto hay que escoger el momento en el que la tensión está suficientemente difundida o prolongada, de modo que la hayan podido advertir todos los miembros del grupo; es importante que el animador haga, de vez en cuando, una lectura atenta de lo que sucede en el grupo, ayudando a todos a tomar conciencia de su significado, tanto a nivel verbal como al no verbal; ∗ cuando el grupo permanece pasivo, el animador buscará cómo estimularlo a la participación con preguntas, con comunicaciones breves o formando subgrupos en la sala si el grupo es suficientemente numeroso; ∗ en el caso de que alguien intente monopolizar el grupo, el animador resumirá educadamente el tema y pasará la palabra a otro. De la misma forma se procederá cuando alguien trata de centrar el interés sobre un hecho personal o marginal. B. Elementos que conviene tener en cuenta en la animación 1. Con relación a sí mismo El animador debe examinar continuamente sus actitudes, reacciones y función y la adecuación al tipo de reunión o al momento. Mantendrá una postura neutral ante las diversas ideas y propuestas, pero estimulará a los participantes a que se clarifiquen los diversos pareceres y se llegue a una solución. 2 Con respecto a los miembros del grupo Reflexionará sobre quiénes son los componentes del grupo, sus actitudes, el significado de sus intervenciones o de sus silencios, la dinámica del grupo, las interacciones, los fenómenos psicológicos, la vida afectiva del grupo y sus dificultades. Deberá promover una postura de equilibrio entre los componentes, disuadiendo tentativas de mono-polio o dominio por parte de alguno y procurará mantener al grupo lejos de cualquier exceso de emotividad. 3. En relación con los objetivos y con el tema Tendrá siempre presentes los objetivos del trabajo y de la reunión, las finalidades, el desarrollo del tema y la síntesis. No permitirá que se trate de eludir el tema y la finalidad de la reunión y hará advertir cualquier intento de ello, normalmente no intencionado. 4. En cuanto a los condicionamientos externos Examinará las condiciones en las que se desarrolla la reunión, la valoración del tiempo, el horario y el influjo de las condiciones ambientales sobre el trabajo. El animador tiene que ser sensible a las necesidades y dificultades del grupo y de cada persona. 136 C. Elementos que demuestran la capacidad del animador ∗ Naturalidad en la conducción de la reunión, que nace de la confianza en si mismo, de la ausencia de temores ante el grupo, de la confianza en la capacidad del grupo. ∗ Percepción de la dinámica del grupo, unida a su capacidad para descubrir y analizar los fenómenos psicológicos, captar las interacciones, las actitudes, los papeles, etc., en el grupo. ∗ Oportunidad en las intervenciones: la intervención del animador debe producirse siempre en condiciones claramente oportunas; si, por ejemplo, se da cuenta de que algo no funciona, no siempre es necesario que intervenga inmediatamente. 137 APÉNDICE 1 ALGUNAS FORMAS DE REUNIÓN I. El coloquio El coloquio es un debate-diálogo entre 3-4 expertos y 3-4 representantes del grupo, ante la asamblea de éste. 2. El "fórum" El "fórum" es un debate entre uno o más expertos y el grupo, teniendo todos la posibilidad de intervenir. 3. El panel El panel es un debate entre expertos sobre un tema ante un grupo, que, al final, puede intervenir. 4. La conferencia La conferencia es una exposición realizada por un experto. 5. El simposio El simposio consiste en breves ponencias de expertos sin intervención del grupo. 6. La consulta rápida La consulta rápida consiste en hacer pequeños subgrupos (de 4 a 6 personas), en el mismo lugar, para intercambiar ideas durante unos minutos con objeto de formular una pregunta a los expertos, hacer una propuesta o valorar lo que se ha dicho. 7. "Brrain-storming": "lluvia de ideas" El "brain-storming" consiste en recoger pareceres o ideas de todo el grupo sobre un punto bien definido durante un tiempo limitado (5-15 minutos). Las intervenciones se exponen sin ningún comentario. 8. Preguntas Durante un período de tiempo (5-20 minutos) el grupo hace preguntas a un experto, que tratará de dar una respuesta inmediata. 139 CAPITULO VIII CULTIVAR EL SENTIDO DE PERTENENCIA Y LA FIDELIDAD A LOS COMPROMISOS ASUMIDOS 47. Introducción 48. Los responsables sostienen la pertenencia y la renovación de la fidelidad de los cooperadores A. Un itinerario imprescindible de formación en la fidelidad B. Un testimonio personal eficaz 49. Los responsables ante el cese de pertenencia a la asociación y la infidelidad sistemática a los compromiso asumidos A. Abandono personal de la Asociación B. Alejamiento de la Asociación 50. Conclusión 141 47. INTRODUCCIÓN Cuando un miembro de la Asociación acepta el servicio de la animación, asume dicha responsabilidad, no sólo ante la Asociación como tal, sino también con cada uno de los cooperadores, en lo que se refiere al sentido de pertenencia y a la fidelidad. Lo cual no quiere decir que cada cooperador, según el artículo 38 del RVA, deje de ser el primer responsable de su perseverancia en los compromisos asumidos. En el camino de formación de los cooperadores, la pertenencia y la fidelidad no deben considerarse dos realidades estáticas, rígidas y alcanzadas de una vez para siempre, sino realidades dinámicas en continuo crecimiento y renovación. La promesa no es llegada, sino punto de partida en la historia personal de pertenencia y fidelidad, que, en cuanto humana, incluye victorias y derrotas individuales y asociativas. 48. LOS RESPONSABLES SOS1 'IENEN LA PERTENENCIA,. Y LA RENOVACIÓN DE LA F'II)ELIDAD DE LOS COOPERADORES En su esfuerzo de perseverancia, el cooperador es sostenido por la gracia de Dios y por la ayuda fraterna de los cooperadores, particularmente de los responsables en los diversos niveles. A. Un itinerario imprescindible de formación en la fidelidad ∗ Los responsables de la Asociación ya durante la formación inicial deben ayudar al cooperador a situar su camino de fidelidad en la perspectiva de la formación permanente, viviendo a diario la fidelidad a su vocación y misión. ∗ En la comunicación y en el diálogo formativo, los responsables no pueden limitarse a la práctica exterior, sino que deben invitar a la vivencia interior como respuesta a la llamada de Dios. ∗ Para educar en la pertenencia y en la fidelidad, el responsable debe estimular al trabajo y responsabilidad personal del cooperador. ∗ Tiene que crear un ambiente de comunión, de espíritu de familia y de afecto: son elementos imprescindibles para vivir el gozo de la pertenencia y apoyar el esfuerzo de fidelidad de los cooperadores como respuesta a los interrogantes y a los nuevos horizontes de actividad, que son parte integrante de la vida de la Asociación. ∗ El responsable preparará adecuadamente los momentos fuertes de la vida de la Asociación (jornadas de espiritualidad, ejercicios y retiros espirituales, etc.) y la celebración de los misterios del Señor a lo largo del año litúrgico, para robustecer la voluntad de pertenencia y el compromiso de crecimiento personal. B. Un testimonio personal eficaz El responsable da testimonio de fidelidad y de pertenencia cuando trabaja y anima a trabajar desinteresadamente por la Asociación y sus obras, cuando en cualquier caso y circunstancia demuestra una preocupación real por las personas más que por las cosas y cuando con sacrificio es fiel a compromisos poco gratificantes. 143 49. LOS RESPONSABLES ANTE EL CESE DE PERTENENCIA A LA ASOCIACIÓN Y LA INFIDELIDAD SISTEMÁTICA A LOS COMPROMISOS ASUMIDOS A. Abandono personal de la Asociación Praxis que se sigue Ante todo, hay que advertir que la ausencia prolongada de la vida asociativa no puede considerarse sin más un abandono de la Asociación, aunque debilite el sentido de pertenencia y no ayude a construir el Centro. Todos los cooperadores del Centro harán una labor discreta y silenciosa de recuperación: con la oración, comprensión, encuentros personales, ayuda en las decisiones y en las dificultades, visitas, continuando los contactos oficiales y comunicaciones, invitaciones a fiestas u ocasiones particulares. Los responsables, con fraternidad salesiana, analizarán los casos de abandono y las motivaciones del alejamiento, y ofrecerán ocasiones y momentos de reflexión en compañía y, por último, ayudarán a decidir con libertad de conciencia. Si se confikina la decisión de abandono, los responsables rogarán que se comunique de forma oportuna al Consejo local, y transmitirán dicha decisión a los organismos superiores. B. Alejamiento de la Asociación La ACS es una asociación pública de fieles; como tal, observa los cánones del Derecho Canónico sobre la dimisión de la Asociación. Tal acto no es únicamente jurídico, sino que, al implicar la responsabilidad humana y cristiana de los responsables y del interesado, requiere discernimiento y seriedad. Praxis que se sigue ∗ Identificar, según los cánones 308 1 y 3162 , el tenor de vida no coherente con los deberes fundamentales, según indica el artículo 39 § 2 del RVA, lo cual supone un antitestimonio en el nivel eclesial asociativo. ∗ Comprobar, con espíritu de caridad y con claridad, que se trata de una infidelidad substancial. ∗ Verificar con discreción evangélica los hechos de la infidelidad a los compromisos cristianos y salesianos, demostrados en comportamientos claros, notorios y bien compro bados que constituyen un escándalo público. * Ayudar con solicitud evangélica a tomar conciencia del significado y consecuencias de la infidelidad sistemática. Canon 308: Nadie que haya sido admitido legítimamente en una asociación puede ser expulsado de ella, si no es por causa justa, de acuerdo con la norma del derecho y de los estatutos. 2 Canon 316 § 1: Quien públicamente rechazara la fe católica o se apartara de la comunión eclesiástica, o se encuentre condenado por excomunión impuesta o declarada, no puede ser válidamente admitido en las asociaciones públicas_ § 2: Quienes, estando legítimamente adscritos, cayeran en eI caso del § 1, deben ser expulsados de la asociación, después de haber sido previamente amonestados, de acuerdo con los propios estatutos y quedando a salvo el derecho a recurrir a la autoridad eclesiástica de la que se trata en el canon 312, § 1. 144 ∗ Manifestar con fraternidad evangélica la disponibilidad a acompañar durante un período de prueba y recuperación. ∗ Cuando se ha intentado todo con resultado negativo, declarar con pesar humano y cristiano el alejamiento de la Asociación, confiando esta tarea a un amigo o persona particularmente idónea para ello. ∗ Comunicarlo a los organismos superiores. 50. CONCLUSIÓN Como es obvio, lo que interesa a la Asociación es la perseverancia de sus miembros. Cuanto se haga en este sentido por parte de los dirigentes será signo de que hay conciencia de responsabilidad. 145 CAPÍTULO IX LA EXPANSIÓN ES SEÑAL DE FECUNDIDAD 51. Introducción 52. Condiciones necesarias para la expansión de la Asociación 53. «Por sus frutos los conoceréis» 54. Qué hacer en la práctica para que se extienda la Asociación A. Respecto al posible "candidato" a cooperador B. Respecto al grupo de cooperadores: dividirse para crecer C. Cuando la expansión aconseja la apertura de un Centro independiente 55. Los medios de comunicación social y la expansión de la Asociación 56. Implicación en los organismos eclesiales y otras intervenciones oportunas 57. De la simple agrupación al desarrollo y madurez de la vocación personal 58. Conclusión 147 51. INTRODUCCIÓN El objeto de este capítulo es indicar las condiciones para que la Asociación crezca y se extienda. Igual que una familia sin hijos está avocada a desaparecer en la historia, así también una asociación sin nuevos miembros. Para que una asociación crezca, necesita capacidad de regeneración; estamos convencidos de que la A.C.S. la tiene, pero el problema es si se emplea de modo adecuado. 52. CONDICIONES NECESARIAS PARA LA EXPANSIÓN DE LA ASOCIACIÓN La vitalidad de una asociación no es automática. La expansión requiere esfuerzo y trabajo. Para que ocurra, entre el individuo y el grupo debe haber un intercambio vital, por el que el grupo satisface algunas necesidades o aspiraciones de una persona, y ésta, a su vez, encuentra en el grupo una especie de expresión de sí misma. Por ello, para que tenga lugar la expansión: ∗ Hace falta que el individuo se identifique con el grupo, es decir, tenga un arraigado sentido de pertenencia (nadie trabaja por lo que no significa nada para él). ∗ Por consiguiente, el individuo debe hallar en el grupo la satisfacción de algunas de sus necesidades o aspiraciones, por lo menos de carácter espiritual. Aquí está la base de lo que hemos Ilamado "sentido de pertenencia", lo único que es capaz de llevar a una persona al deseo de compartir su experiencia con otros e invitarlos a hacer lo mismo: «Ven y verás; a lo mejor sientes tú también lo que he experimentado yo». El que halla satisfacción y vive la pertenencia quiere a la Asociación, y hará lo posible por su expansión; al contrario, quien no la ama no hará nada por ella. Pero, para ello, es absolutamente necesario que la Asociación se encame en la realidad de las personas. ∗ El que entra a formar parte de la Asociación debe haber hecho una opción consciente: su ingreso debe estar bien motivado y ser fruto de un verdadero discernimiento. 53. « POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS » Los centros, los Consejos y la Asociación deben confrontarse a menudo con lo que están haciendo, para descubrir la clase de pertenencia, de cohesión y de autenticidad vocacional. Por los hechos conocerán el nivel más o menos alto de fecundidad vocacional que han alcanzado. La luz no puede ocultarse: donde está, ilumina. El cooperador que siente interés por la Asociación, la dará a conocer con el ejemplo y con su palabra. No cabe duda que algunas de las personas con las que el cooperador trata continuamente, le preguntarán por el motivo de su alegría, de su deseo de llevar a otros a Cristo y de su interés por los demás. El cooperador que vive en contacto con muchas personas no puede dejar de conocer situaciones de este tipo, a menos que su vida no signifique nada. Pero si tiene un signi- 149 ficado, no le faltarán oportunidades para presentar lo que él vive. El deseo del oyente y la invitación del cooperador a compartir su experiencia no se harán esperar. 54. QUÉ HACER EN LA PRÁCTICA PARA QUE SE EXTIENDA LA ASOCIACIÓN A. Respecto al posible "candidato" a cooperador 1. Invitar a "ir a ver" lo que el Centro vive y hace. Suponemos que hay un ambiente salesiano, una acogida cordial y un acompañamiento en el camino de búsqueda que ha emprendido o va a emprender esa persona. Resulta embarazoso invitar a un posible candidato a ponerse en contacto con un Centro que no atrae, que no tiene dinamismo ni comunión sincera entre sus miembros. 2. Invitar a un encuentro con los responsables de la formación en el Centro: delegado/a, responsable de la formación, cooperadores calificados, etc. 3. Invitar a alguna fiesta, como primer contacto con el mundo salesiano. El tipo de acogida que encuentre producirá ciertamente una reacción en él. 4. Presentarle la biografia de san Juan Bosco y algunos opúsculos, adaptados a su cultura y características, que hablen de la vida salesiana de forma atrayente. 5. Invitar a un trabajo apostólico con algunos cooperadores. 6. Invitar a comprometerse en un apostolado particular y a seguir en contacto per sonal durante el propio camino. 7. Invitar a encuentros, seminarios o congresos donde se presente la opción del cooperador salesiano. B. Respecto al grupo de cooperadores: dividirse para crecer Según las leyes de la dinámica de grupo, no es posible la eficacia formativa y apostólica cuando el grupo es excesivamente numeroso. Si la expansión lleva a que el número de cooperadores de un Centro sea elevado, el grupo originario debería dividirse en subgrupos, para que las relaciones sean más per sonalizadas y el trabajo ad infra (dirigido al grupo) y ad extra (dirigido a los destinatarios) más profundo. Cuando el grupo es demasiado numeroso, sólo tiene vitalidad el núcleo que trabaja, mientras que la mayoría peii uanece al margen y difícilmente se integra en él. En este caso, sólo un pequeño grupo trabaja, se compromete y lleva verdaderamente vida de grupo. Una división puede dar hondura y eficacia al grupo originario, que hará que todos los subgrupos se reúnan por lo menos una vez al año como "Centro único". Las demás reuniones de carácter formativo u otras pueden hacerse por separado. Cada subgrupo cultivará su propia expansión, pero siempre de acuerdo con el primero. Los dirigentes del único Centro pueden ser elegidos de entre los miembros de Ios diversos grupos, y darán cuenta de su trabajo y de sus respectivos grupos en la reunión mensual del Consejo. Está, pues, clara la miopía de quienes no quieren que, donde hay salesianos e Hijas de María Auxiliadora, haya dos centros: uno en los salesianos y otro en las Hermanas. 150 Hay que evitar la rivalidad entre los centros y favorecer un espíritu de familia que ayude a llevar adelante la misión salesiana en la zona. Cada miembro de cada subgrupo trabajará por la expansión del grupo a que pertenece. C. Cuando la expansión aconseja la apertura de un Centro independiente Puede ocurrir que la expansión sea tal, que aconseje la erección de un nuevo Centro en otra parte de la ciudad, porque hay cooperadores suficientes para formarlo o porque hay quien es capaz de darle vida. El Consejo local debería alegrarse de haber dado origen a un nuevo Centro, que, en su día, será independiente1. ¿No había pensado san Juan Bosco que sus cooperadores estarían en las parroquias, animados por el párroco? ¡Quizás se ha perdido un poco de vista su óptica "expansionista"! Cuando un cooperador, estimulado por la lejanía de su Centro, ve la posibilidad de reunir cierto número de cooperadores, siempre en comunión con el Centro al que pertenece, podrá proceder a ello, hasta que su Centro recomiende la formación de otro autónomo. No podemos olvidar este proceso de expansión, si aceptamos como proféticas las palabras de nuestro Fundador: «La obra de los cooperadores se difundirá por toda la cristiandad ... Los cooperadores serán los que ayudarán a promover el espíritu católico»2. 55. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y LA EXPANSIÓN DE LA ASOCIACIÓN Un elemento que no puede descuidarse en la dinámica de expansión a que nos estamos refiriendo son los medios de comunicación social. La Asociación produce en todo el mundo alrededor de un centenar de boletines o publicaciones parecidas, sumando las de carácter inspectorial y las de ámbito local. Muchas veces este tipo de medios se dirige sólo a lectores de la Asociación; pero cabría pensar también en mandarlos: - a los párrocos, a los obispos, - a otras personas y asociaciones: maestros, catequistas... Hay asimismo otros materiales, folletos y literatura salesiana de distintos niveles que se pueden repartir y dar a conocer de muchas fonuas. También cabe pensar en el envío de artículos a diarios o revistas elegidos a propósito para dar a conocer la Asociación y sus actividades. 1 En este caso, se observarán, naturalmente, las disposiciones del RVA para la erección de los centros: c f . el capítulo cuarto. 2 Memorias Biográficas XVI, 161. 151 Este servicio de información es una necesidad que hoy se siente más que antes en la Asociación y fuera de ella. Si se plantea bien y funciona, sus frutos se verán también en la expansión de la Asociación. 56. IMPLICACIÓN EN LOS ORGANISMOS ECLESIALES Y OTRAS INTERVENCIONES OPORTUNAS Un elemento que suele descuidarse en la Asociación es la presencia en organismos eclesiales locales. Darse a conocer en la Iglesia no es indiferente para el desarrollo de la Asociación. Así pues, también hay que cuidar este aspecto. Lo mismo decimos sobre la defensa de las causas justas; por ejemplo: el hambre en el mundo, el aborto, la escuela católica, etc., que requieren una presencia de la Asociación y una intervención que manifieste su pensamiento. Hay que salir al descubierto y ser protagonista de la historia también como Asociación. 57. DE LA SIMPLE AGRUPACIÓN AL DESARROLLO Y MADUREZ DE LA VOCACIÓN PERSONAL Cuanto se ha dicho hasta ahora en este capítulo indica que es necesario pasar de una concepción estática de la Asociación a una visión más dinámica y, por lo tanto, con mayor capacidad de enganche y acción. No debemos pensar que la Asociación está formada por personas sin una identidad vocacional bien clara y asumida conscientemente. Existen diversas clases de grupos humanos; uno de ellos es la agrupación. Su mayor peligro es el anonimato. Los individuos se agrupan y, con frecuencia, pierden su personalidad ocultándose tras la masa del grupo. Ahora bien, si éste no tiene una identidad fuerte, su influjo en la zona es casi nulo: es como si no existiera. Un grupo así no puede pretender su expansión; no posee dinamismo interno que lleven a su expansión. Por eso, la A.C.S. debe superar las formas endebles de centros sin vitalidad. Es un cambio que sólo se produce si los cooperadores, como personas, son vocacionalmente maduros. Hay que vencer el anonimato y llegar al desarrollo verdadero, a la floración de todos los recursos vocacionales del individuo, del Centro y de la Asociación. La Asociación no debe frenar el impulso apostólico de sus miembros. Al contrario, tiene que estimular a la maduración y el desarrollo de todas sus posibilidades como personas y como grupo. Quiere decir que la Asociación tiene como fin no el de agrupar a las personas, sino el de ayudarlas a desarrollar todas sus posibilidades desde el punto de vista salesiano. Si nos agrupamos es para crecer. No es, pues, cuestión de trabajar para aumentar en número, sino para ser más salesiano y más apóstol. Resulta, pues, evidente el motivo por el que se ha incluido este aspecto de la fecundidad y la expansión en nuestro Manual: sólo las personas bien formadas serán capaces de dar razón de por qué son cooperadores y de atraer a otros a compartir la misma 152 experiencia. Sólo los grupos que posean una vitalidad fuerte pueden pensar en crecer continuamente. ¿Podemos pensar en centros llenos de cooperadores? Dependerá de la visión que tengamos de la Asociación: ¿es dinámica o estática? El Capítulo General salesiano de 1883, presidido aún por san Juan Bosco, no tenía una visión estática. Basta un leer el siguiente párrafo: «Si en una parroquia pueden constituirse varias decurias, el párroco será su jefe o director ... Donde hay una casa sale siana, su director será también el jefe de los decuriones y cooperadores de aquel lugar ... Los decuriones, según nuestro Reglamento, son los jefes de diez o más cooperadores o cooperadoras del lugar» 1 . Como se ve, ¡san Juan Bosco no limitaba la expansión de sus cooperadores en un territorio! 58. CONCLUSIÓN Para que haya hijos, tiene que haber padres. Todo cooperador y cooperadora puede ser padre o madre de otro cooperador o cooperadora. Nadie puede dejar que pase su vida sin haber hecho algo para que entre alguien a for p iar parte de la Asociación. «Por sus frutos los conoceréis». Te conocerán por tus frutos; por sus frutos se conocerá la vitalidad e importancia de la Asociación hoy. No podemos escudamos en que hoy es difícil crecer como Asociación en la Iglesia. Si fuera así, no crecería ninguna de ellas; pero los hechos demuestran lo contrario: hay algunas que no cesan de crecer, porque tienen algo que decir al mundo actual. Que nuestra Asociación de Cooperadores Salesianos tenga o no fecundidad, depende de cada uno personalmente y de todos los que tratan de vivir esta vocación en la Iglesia con coherencia y entusiasmo. 1 Memorias Biográficas XVI, 451 153 ÍNDICE Presentación .................................................................................................................página V Introducción ........................................................................................................................... .........................................................................................................................................VII 1. Historia del "Manual de Dirigentes de Cooperadores Salesianos" 2 . Proceso de preparación de este "Manual de Responsables de la Asociación de Cooperadores Salesianos" PRIMERA PAR 1E PARA UNA ANIMACIÓN DE CALIDAD EN LA ASOCIACIÓN DE COOPERADORES SALESIANOS CAPÍTULO 1 OPCIÓN SALESIANA DE LA ANIMACIÓN EN LA VIDA DE LA. ASOCIACIÓN 1. Introducción ..........................................................................................................................1 A. Un aspecto de la naturaleza original de la A.C.S. B. El RUA y las competencias que atañen a los seglares y a los religiosos responsables 2. La animación .........................................................................................................................5 3. La animación salesiana ........................................................................................................6 4. La animación salesiana en la A.C.S ....................................................................................6 5. Responsables de la animación en la A.C.S..........................................................................7 6. Una mirada rápida al responsable animador ...................................................................8 A. Dimensión personal B. Servicio de animación 7. Algunas precisiones importantes ..................................................................................... 10 CAPÍTULO II RESPONSABLES DE LA ASOCIACIÓN 8. Introducción ....................................................................................................................... 13 A. Relaciones entre animación y gobierno en la A.C.S. B. La colegialidad C. La colegialidad de un Consejo requiere el sentido de la originalidad personal 9. Responsables seglares en la Asociación .......................................................................... 14 A. Quiénes son B. Funciones de los responsables seglares 1. Hacer que la Asociación funcione en todos los frentes 2. Cuidar la dimensión laical de la Asociación 3. Problemas concretos de un dirigente seglar 155 C. Los responsables seglares en los distintos niveles de la organización de la Asociación 1. Cómo se elige a un dirigente o responsable de la Asociación en sus distintos niveles 2. Expresiones de responsabilidad asociativa en los distintos niveles D. El responsable seglar en el ámbito internacional 10. Responsables salesianos e Hijas de María Auxiliadora ................................................ 19 A. Quiénes son B. Funciones de los responsables salesianos e Hijas de María Auxiliadora 1. Ser animador espiritual 2. Responder, sobre todo, de la formación salesiana apostólica 3. Participar, de derecho, en el Consejo de la Asociación C. Los responsables salesianos e Hijas de María Auxiliadora en los distintos niveles 1. En el nivel local 2. En el nivel inspectorial 3. En los niveles nacional y regional 4. El delegado/a en el nivel central 11. El delegado seglar y el delegado sacerdote diocesano, un caso particular . . 23 CAPÍTULO III FORMACIÓN DE LOS RESPONSABLES DE 'LA ASOCIACIÓN 12. Introducción ......................................................................................................................27 13. Importancia de la formación de los responsables ... 28 A. Para la persona en sí misma B. Para el servicio que tiene que prestar C. Para la misión que debe cumplir 14. Criterios salesianos de formación de los responsables , . 28 A. Unidad entre ser y hacer 13. Interacción entre acción y reflexión C. Lo concreto como lugar de formación (formarse actuando") D. El hacer bien justifica la acción (competencia y profesionalidad) 15. Encargados de la formación . . . 29 A. La Consulta Mundial . 13. La Conferencia nacional o regional C. El Consejo inspectorial 1), El Consejo local E. El delegado salesiano y la delegada Hija de María Auxiliadora E El consejero del sector "Formación" G. Cooperadores bien preparados H. El cooperador, primer responsable de su formación 16. Ámbitos/sectores d e la formación de A. Mentalidad doctrina los responsables 1, Contenidos doctrinales eclesiales 2. Contenidos doctrinales de la tradición salesiana B. Actitudes = espiritualidad 1, Querer colaborar con todos 1.56 . 30 2. Saber valorar los dones de todos 3. Actuar con estilo de animación C. Acción = pastoral 1. Trabajar habitualmente en grupo 2. Cultivar la autonomía asociativa 17. Instrumentos y tiempos de formación de Ios responsables .....................................34 A. Instrumentos de formación B. Tiempos de formación de los responsables 1. Tiempos ordinarios 2. Tiempos extraordinarios 18. Aspectos específicos de la formación de los responsables .......................................35 A. Responsables seglares B. Responsables salesianos e Hilas de María Auxiliadora C. Delegado l a seglar y sacerdote diocesano CAPÍTULO IV ESTRUCTURAS DE ANIMACIÓN 19. Introducción: criterios salesianos para la organización ..........................................39 20. El Centro, unidad fundamental ....................................................................................39 A . Naturaleza del Centro 1. Dimensión comunitaria del Centro 2. Apoyo vocacional Espíritu de familia en el Centro de Cooperadores 4. Apertura apostólica 5. La sede del Centro B. Vida del Centro: elementos imprescindibles 1. El Consejo a) Elementos característicos del Consejo local ∗ Naturaleza del Consejo local ∗ El Consejo local: elección ∗ Primera reunión del Consejo local ∗ Funciones del Consejo local b) El coordinador local c) La dirección colegial d) Actitudes del coordinador local e) El delegado y la delegada f) Organización del Consejo y funciones confiadas a los diversos consejeros ∗ Sector FORMACIÓN ∗ Sector COMPROMISO APOSTÓLICO ∗ Sector FAMILIA ∗ Sector MISIONES ∗ Sector COMUNICACIÓN SOCIAL ∗ Sector COOPERADORES JÓVENES y relaciones con el MJS ∗ Sector IGLESIA LOCAL ∗ Sector RELACIONES CON LA FAMILIA SALESIANA 157 ∗ Otros posibles sectores 2. Sector SECRETARÍA 3. El administrador 4. Las reuniones periódicas C. Vida del Centro: elementos institucionales 1. Erección de un Centro 2. Fusión de centros 3. Traslado de centros 4. Supresión de un Centro 5. Relaciones entre los centros D. Vida del Centro: elementos característicos 1. Admisión de cooperadores en el Centro (ingreso en la Asociación) a) Criterios prioritarios para la admisión b) Criterios prioritarios sobre la vocación c) Criterios prioritarios sobre el itinerario seguido d) Criterios prioritarios acerca de las motivaciones 2. Salida de la Asociación 3. Relaciones con otros organismos a) Organismos salesianos b) Organismos eclesiales c) Organismos civiles y sociales 4. Los cooperadores aislados 5. Solidaridad económica 21. Organización en el ámbito inspectorial .....................................................................52 A. Naturaleza y fines B. Elementos imprescindibles 1. El Consejo inspectorial a) Elementos característicos del Consejo inspectorial ∗ Primera constitución del Consejo inspectorial ∗ Elección del Consejo inspectorial ∗ Renovación del Consejo inspectorial ∗ Funciones del Consejo inspectorial b) El coordinador inspectorial ∗ Dirección colegial del Consejo inspectorial ∗ Actitud del coordinador inspectorial c) El delegado y la delegada d) Organización del Consejo y tareas encomendadas a los diversos consejeros 2. La secretaría 3. El administrador 4. Programación de las iniciativas 5. Las reuniones periódicas del Consejo inspectorial 22. La Conferencia nacional y/o regional .........................................................................58 A. Naturaleza de la Conferencia nacional ylo regional B. Creación de la Conferencia nacional y/o regional C. Funciones de la Conferencia nacional ylo regional D. Responsables de la Conferencia 158 E. Funciones de los responsables F. Otros posibles organismos de la Conferencia 23. La Consulta Mundial ................................................................................................ ...........................................................................................................................................59 A. Naturaleza de la Consulta Mundial 13. Fines, funciones y tareas de la Consulta Mundial C. Miembros de la Consulta D. Convocatoria de la Consulta E. Labor de los consultores en su región F. Cargos dentro de la Consulta 1. Funciones del coordinador general 2. Funciones del administrador 3. Funciones de la Secretaría Ejecutiva Central G. Relaciones con la Familia Salesiana y otros organismos H. Reuniones de la Consulta Mundial 1. Congresos regionales y mundiales J. Sustitución de consultores K. Sede de la Asociación APÉNDICE I REGLAMENTO INTERNO DE LA CONSULTA MUNDIAL . ... 67 1 Fines y funciones II Composición III Funcionamiento IV Reuniones y congresos ORIENTACIONES PARA LA LABOR DE LOS CONSULTORES APÉNDICE II MODELO DE REGLAMENTO DEL CONSEJO INSPECTORIAL 69 1 Principios generales II Funciones III Estructura IV Funcionamiento V Elección y dimisión APÉNDICE III MODELO DE REGLAMENTO DE LA CONFERENCIA NACIONAL ............................................................................................. . 73 Preámbulo Naturaleza Fines Funciones Estructuras La Conferencia en sesión plenaria La Conferencia en sesión restringida Secretaría Ejecutiva Figuras y funciones de los miembros de la Secretaria ejecutiva Conductor nacional Delegado nacional Secretario Administrador Consejeros Administración Aprobación del Reglamento Interno 159 SECRETARÍA DE LA CONFERENCIA NACIONAL. ESTATUTOS 76 1. Secretaría ejecutiva 2. Coordinador 3. Delegado/a 4. Suplente del coordinador 5. Administrador 6. Secretario 7. Sectores de que son responsables los consejeros 8. Sector "formación" 9. Sector "jóvenes" 10. Sector "Hogares Don Bosco" 11. Sector "Cooperación Salesiana y Tercer Mundo" 12. Sector "información" 13. Artículo adicional APÉNDICE IV EJEMPLO DE PRESUPUESTO Y BALANCE .......................................81 APÉNDICE V EJEMPLO DE CONVOCATORIA DE REUNIÓN ...................................8 2 APÉNDICE VI EJEMPLO DE SOLICITUD DE ADMISIÓN ...........................................8 3 EJEMPLO DE DECLARACIÓN DE ACEPTACIÓN ...............................8 4 DECRETO DE ERECCIÓN DE UN CENTRO ........................................8 5 APÉNDICE CAPÍTULO V MÉTODOS Y MEDIOS DE ANIMACIÓN 24. Introducción .................................................................................................................... 89 25. Método de animación .................................................................................................... 89 A. Caminar al lado del cooperador B. Saber escuchar y tener inventiva C. Implicar y hacer participar D. Cultivar el sentido de pertenencia a la Asociación E. Abrir a formas de comunión y colaboración 26. Medios de animación ..................................................................................................... 91 A. Las reuniones 1. Las reuniones en los distintos niveles 2. Preparación de la reunión 3. Momentos fundamentales de las reuniones 4. Actitudes y papel del Consejo 5. Actitud y papel de cada dirigente en la reunión 6. Las reuniones de programación y revisión de los Consejos y los centros 7. Las reuniones de los Consejos y los centros para los presupuestos y balances B. La animación de los cooperadores mediante congresos, conferencias, encuentros y simposios C. La profundización de la dimensión espiritual 1. La oración 2. Los encuentros de oración 160 3. La Reconciliación y la Eucaristía a) Necesidad y celebración de estos sacramentos b) Celebraciones preparadas convenientemente D. La dirección espiritual E. Revisión de grupo sobre la fe: retiro mensual y ejercicios espirituales 1. El retiro mensual: qué hacer 2. Los ejercicios espirituales anuales E Espíritu de familia (celebraciónes festivas) G. Programar las iniciativas APÉNDICE 1 CÓMO LOGRAR REUNIONES PROVECHOSAS: SUGERENCIAS PRÁCTICAS ...................................................................101 EL MEJOR MODO DE HACER UNA BUENA REUNIÓN CAPÍTULO VI APOSTOLADO DEL COOPERADOR Y SU PROGRAMACIÓN 27. Introducción ................................................................................................................ 103 28. Apostolado del cooperador ................................................................................ ......................................................................................................................................... 103 A. Apostolado individual del cooperador 1. Compromiso apostólico Apostolado en lo social y en lo político 3. Apostolado del oratorio 4, Apostolado en la Iglesia local 5. Apostolado en la comunicación social 6. Apostolado en defensa de valores humanos 7. Apostolado de la alegría familiar 8. Apostolado de los cooperadores enfei !nos y ancianos 9. Apostolado del testimonio y de la vida de cada día 10. La animación de la Asociación es una forma de apostolado 11. B. Apostolado de grupo 1. Obras de cooperadores 2. Estructuras donde actuar 3. Testimonio público de valores cristianos no siempre respetados 4. Apostolado de grupo en la comunicación social 5. Apostolado misionero. El voluntariado 6. Apostolado de la promoción vocacional 7. Apostolado en el campo eclesial 29. Programación apostólica ............................................................................................. 108 A. Necesidad de la programación B. Programación de las actividades apostólicas C. Evaluación del apostolado APÉNDICE 1 EJEMPLOS DE APOSTOLADO ............................................................... 111 161 SEGUNDA PARTE CÓMO CUSTODIAR FIELMENTE Y DESARROLLAR LA MAGNÍFICA EXPERIENCIA COMENZADA POR SAN JUAN BOSCO CAPÍTULO VII CÓMO LLEVAR ADELANTE LA ANIMACIÓN DE UN GRUPO SECCIÓN A: ELEMENTOS QUE DAN DINAMISMO A UN GRUPO 30. Introducción ....................................................................................................................116 31. Los tres elementos dinámicos que hacen funcionar a un grupo ................................. .................................................................................................................................................... 116 A . Necesidad de la presencia simultánea de los tres elementos 32. Los tres elementos dinámicos en el Reglamento de Vida Apostólica ........................117 33. El elemento dinámico "TFORMACION" ....................................................................117 34. El elemento dinámico 'ACCIÓN' ...................................................................................118 A. La acción siempre tiene un objetivo B. Necesidad de estar implicados C. La acción sola no basta D. La acción programada 3$. El elemento dinámico "EVALUACIÓN" ......................................................................119 A. Objeto de la evaluación B. El elemento dinámico "evaluación", base de la nueva programación 36. Conclusión .....................................................................................................................120 APÉNDICE I EVALUACIÓN DE UN CENTRO POR SUS MIEMBROS .............121 APÉNDICE II EVALUACIÓN DEL COORDINADOR ...........................................122 APÉNDICE UI EVALUACIÓNA NIVEL DEL CONSEJO .................................................123 APÉNDICE IV PARA EVALUAR LA ACCIÓN DE UN DELEGADOIA ......................... .................................................................................................................123 Sobre la formación Sobre la misión Sobre la organización Sobre la salesianidad APÉNDICE V 1 er. EJEMPLO DE PROGRAMACIÓN: "PROYEC 1 D ANUAL INSPECTORIAL" ............................ 124 2 APÉNDICE VI 2 EJEMPLO DE PROGRAMACIÓN: "PLAN DE ANIMACIÓN INSPECTORIAL" ........................125 SECCIÓN B: NOCIONES DE DINÁMICA DE GRUPOS 37. 38. Introducción ..................................................................................................................129 Constitución de un grupo ............................................................................................129 A. La dinámica interna del grupo 162 B. La dinámica externa del grupo 39. Principales significados de la dinámica de grupos .....................................................130 40. Presencia de un animador .............................................................................................130 41. Tres fenómenos importantes: .......................................................................................131 A. Fase de reacción interpersonal B. Polarización de los miembros del grupo en torno al animador C. Fase del grupo centrado en el grupo 42. Tensiones en el grupo ....................................................................................................131 43. Necesidad de relaciones interpersonales auténticas ..................................................132 A. La comprensión-aceptación B. La comunicación C. La colaboración 1. Actitud del animador hacia el grupo 2. Actitud del grupo hacia el animador 44. Técnicas de participación ..............................................................................................135 45. Las reuniones-debate .....................................................................................................135 46. El animador en el ejercicio de su función ...................................................................136 A. Orientaciones para la conducción de las reuniones B. Elementos que conviene tener presentes en la animación 1. Con relación a sí mismo 2. Con relación a los miembros del grupo 3. Con relación a los objetivos y al tema 4. Con relación a las condiciones externas C. Elementos que demuestran la capacidad del animador APÉNDICE 1: ALGUNAS TÉCNICAS DE REUNIÓN .....................................................139 CAPÍTULO VIII CULTIVAR EL SENTIDO DE PERTENENCIA Y LA FIDELIDAD A LOS COMPROMISOS ASUMIDOS 47. Introducción ....................................................................................................................143 48. Los responsables sostienen la pertenencia y la renovación de la fidelidad de los cooperadores ....................................................143 A. Un itinerario imprescindible de formación en la fidelidad B. Un testimonio personal eficaz 49. Los responsables ante el cese de pertenencia a la asociación y la infidelidad sistemática a los compromisos asumidos ............................................144 A. Abandono personal de la Asociación B. Alejamiento de la Asociación 50. Conclusión .......................................................................................................................145 CAPÍTULO IX LA EXPANSIÓN ES SEÑAL DE FECUNDIDAD 51. Introducción ....................................................................................................................149 52, Condiciones necesarias para la expansión de la Asociación .....................................149 163 53. «Por sus frutos los conoceréis» ..................................................................................... 149 54. Qué hacer en la práctica para que se extienda la Asociación ...................................150 A. Respecto al posible "candidato" a cooperador B. Respecto al grupo de cooperadores: dividirse para crecer C. Cuando la expansión aconseja la apertura de un Centro independiente 55. Los medios de comunicación social y la expansión de la Asociación .......................151 56. Implicación en los organismos eclesiales y otras intervenciones oportunas 57. De la simple agrupación al desarrollo y madurez de la vocación personal ............ 152 58. Conclusión ....................................................................................................................... 153 ÍNDICE .................................................................................................................................. 155 164