N Ú M . (i- BARCELONA, 22 DE JULIO DE 1 9 1 4 - N o c o m p r e , d o c o m o m p s p * s e l r m « en v e r . r o el e \ ^ " [ ' ^ ^ ' > . _ T . s a b e s q n e s i e m p r e d i c e q n e e l c a l o r y el nDOvlmUnto e s l a v i d a . - P u e s hija mía eon mis d m f n l o n e s esa lógica seria matarme. 10 cfeNTÍ No hay que fiar en las profecías de los proverbios. «Quien madruga, Dios le ayuda»—dice uno de muy popular y sabido. Otro, en cambio, asegura: «Que no por mucho madrugar, amanece más temprano». Tal vez tengan ambos su miajita de razón; perx). lo que es evidente es que el uno resulta completa negación del otro. También es moneda corriente oirhablar de las alabanzas de la hora du la muerte. De ahí que, cuando muere alguna personalidad conocida, se diga: '<ha llegado para Fulano la hctra de las alabanzas». Pero también esta afirmación tiene sus quiebros, como se ha denjostrado recientemente con motivo de la nvuerte dfel archiduque heredero de Austria, y de un ex ministro inglés que respondía é Chamberlain. , La prensa rtiúndial-ha juzgado con seXero, cgn acre criterio, la influencia del archiduqiii) Fernando Francisco, en los destinos del imperio ducal, se ha estimado como una temeridad vi^jí á*l^Osnia y á Herzegovina, cuyos naturalds no podían perdonarle el brutal despojó que ^n su nacionalidad habían sufrido, y finalmente, se le tachaba de aiiíibiciosas'miras imperialistas que,.-puestas en práctica á la muerte de sn tío, hubieran podido ser el botafuegos para que estallara la tan temida conflagración europea. Cuanto á Ghamberlainjííampoco es de rosas ni de laureles la corona que, á s u memoria, ha tejido. Como todos los ambiciosos vulgares y sin talento, era hombre de'gihanUes osadías. Mientras conserve fíi^^.^n* un átomo de decoro y dignidad, lío podrá olvidar el despectivo juicio que, sobre su condición y su destino, emitió en dias de verdadera prueba para nuestro país, cuando por la fuerza de las circunstancias se veía obligado á sostener las campañas de Cuba y Filipinas. Chamberlain era un mercader elevado á ministro, con la satánica soberbia del personaje improvisado, pero cayó de su falsa altura, y ha muerto en la más c o m pleta soledad y olvido. También la prensa mundial ha usado con él «el sistema CORREO DE LOS NIÑOS egipcio». ¿Sabéis cuál era ese sistema? Pues el de publicar á la muerte de sufc más encumbrados personajes, todas las felonías, todas las maldades que en vida habian cometido. La muerte del heredero de Austria, nos haJiecho conocer algunas etiqueterias de aquella corte, que serán todo lo razonables y justas que se quiera, pero que no encajan con el espíritu progresivo de nuestros días. El archiduque se ' habia casado con una señora dignísima, pero que no era de estirpe real; sus hijos, es decir, los hijos del archiduque y de su esposa, jamás serían reconocidos como j hijoe del heredero dei trono, sino como simples particulares, y, por consiguiente, i no podrían alternar con los miembros de la casa imperial. Murieron los padres algunos soberanos indicaron que asistirían al entierro, pero se les hizo saber que no podia ser, por no consentir el protocolo que se hicieran honores imperiales á la esposa; tampoco los hijos pudieron asistir; ellos no tenían rango en la corte, y. por consiguiente, no podían acompañar los restos de sus padres hasta la última morada; mandar unas flores, sí. Todos estos arcaísmos, todas esas aparatosas anticuallas, han dejado al descubierto algo que pugna y está en abierta contradicción con el espíritu de nuestros días; no creo que nadie que tenga algo de sensibilidad en su alma, que nadie que discurra con elevado y noble criterio haya aplaudido ni admirado eso que llaman el protocolo, ni haya sentido simpatía por el viejo Emperador ni su fastuosa y etiquetera corte. Para esos niños huérfanos, privados de asistir al entierro de sus padres, separados de la corte y alejados de su contacto, para esos sí habrá habido mucha simpatía y noble conmiseración. Lo demás, no ha resultado, y logrado sólo poner de manifiesto doradas miserias, que valía más quedasen para siempre ignoradas, y, sobre todo, retiradas de la práctica. La miseria dorada resulta más repulsiva que la andrajosa y desarrapada; ípor qué? Sencillamente, porque la primera es la mentira, y la segunda es la verdad. PACHIN CORREO DE LOS NINOS BATALLA DE LAS TERMOPILAS El puente de las Termopilas, pur donde habia de pasar el ejército de Xerxes, esté en nna hilera de montaftas, teniendo por nn lado el mar é una gran profundidad, y por el otro escarpadas y altísimas rocas, formando una barrera alta é inexpugnable. Llegó Leónidas con sus trescientos espartanos y unos sieke mil auxiliares, que de diferentes puntos se le reunieron durante su marcha. El ejército de Xerxes cubria desde el pie del puente las llannras de la jTraquenia, pareciendo sus tiendas una inmensa bandada de blancas palomas paciendo' sobre laa hierbas. Leónidas, resuelto é no dejar pasar aquel ejército tan numeroso, mandó construir una barricada ciclópea colocando de vanguardia aquellos trescientos hombrea cuyo acontecimiento biso inmortales. Xerxes, sorprendido del atrevimiento de los espartanos, escribió á Leónidas en estos términos: <Si te qnieres someter te daré el imperio de Orecia,» Leónidas contesto: «To h? nacido para servir & mi patria, no para dominarla.» Xerxes volvióle é escribir: «Entrega las armas.» A lo que el jefe espartano contestó: «Ven é buscarlas,» Xerxes se Incomodó de tanta osadía, y dio orden á Medos y Cssians de qne fuesen á coger é aquellos atrevidos, y qne vivos ó muertos se los llevaran á su presencia. Al ver que se acercaban, algunos soldados dijeron & Leónidas: —Ta estén aqui los persas. A lo que Leónidas respondió: —Ta antes estibamos nosotros. En VCB de esperar á los persas detrás de la barricada, salieron á recibirles. Al poco rato estaba todo el sitio lleno de cadáveres persas, procurando escapar los que aún quedaban vivos. Xerxes, para acabar de nna vez, envió á Hidarnes con diez mil hombres llamados inmortales. Pero los griegos tenian la snperioridad de las armae y del valor de quien defiende su patria. Hidarnes y sus diez mil inmorta—Eso qne haces de t o « « r siempre las eaoliantas de Cayeron oasi todos bajo- el filo de c a f e , s e ha d e a c a b a r , T e o d o r o . , ' _ . , ,, —•Pero, bljsi m i a , si nr tengo na e á n t i m o y t ú t e e m las espadas y picaS de aquellos p e » s e n q u e t o m e a l R o l T o y a ir e l l e v a r l a l a m e s a , p e r o u i . . . . . _ Xt,rtna « n v«« d « runihir « » o e s d e m a « I . . d o ; l s l b l e , ¿DO t e p a r e c e ? UerOBS, y Ji.erxes, en VezuereciDir COKREO DE LOS NlNOS en sus tiendas & sn victorioso general llevando prisionero k Leónidas, recibió la noticia de sn gran derrota. A la mañana s i g a i e n t e nuevas y poderosas fuerzas probaron de forzar el oaso, desde' e n t o n c e s ya célebre, s n f ñ e n d o terribles descalabros, X e r x e s y a perdía toda esperanza de forzar el paso. En la inquietad en que se e n c o n traba por haber sido derrotado por un ejército tan peqneño, se le presentó nn habitante de aqnel país llamado Epialtes y enseñóle nn camico por donde podia sorprender & los griegos. Entonces X e r z e s pnso al - E s c a c h e u s t e d , p o r t e r e , ¿ q u é le p a s a al a s c e o e o r q u e n mando de aqnel vil las mejores q . l e r e s u b i r n i b a a r ? —ee b A d e c l a r a d o en h u e l g a , D . T i m e t e o . tropas que tenia. Poco antes de la noche penetraron las tropas en un bosque donde improvisaron un destacamento, para sorprenderle, sin qne los soldados de Leónidas lo notasen. Al hacerse de día notó Leónidas la invasión de los e n e m i g o s , y, en vez de retirarse, qne le era m u y f&cil, propaso & sus tropao atacar al enemigo en su mismo c a m p a mento, levantado al pie de las montafias. Temeraria era la empresa, pero fué aceptada con aclamaciones de alegría por aquel grupo de hombres cuyos nombres habr&n de ser grabados en oro como gloria de aquella a n t i g u a raza. Antes de salir el alba bajaban por aquellas montañas capitaneados por Leónidas, y , tomando como objetivo la tienda de X e r x e s , llenando de terror y admiración & aqnel ;,rande ejército, penetraban al fin sn la tienda del rey cuando hacia poco rato que la habia abandonado. Entonces, y como impulsados por nna fnerza poderosa, entraron en aquella r e u nión de tiendas, matando y destrozando todo c u a n t o se oponía á su paso, entrando el desorden y confusión en el campamento ^ersa. Avergonzados y alentados los persas al ver el reducido número de los que habian tenido la extraña valentía de atacarlos, se juntaron en masas compactas y tan n u m e rosas, que era imposible escapara nn sólo e n e m i g o . El inmortal Leónidas cayó atravesado por i n n u m e r a b l e s flechas, y persas y espartanos disputaron largo rato el cuerpo de aquel gran h é r o e . En aquella lucha d e s e s p e r a i a murieron dos hermanos de Xerxes y un gran n ú m e ro de persas. Por fin, los espartanos lograron recoger el cadáver de sn jefe y retirarse en bnen orden de un e n e m i g o mil veces mayor, hasta llegar k la montafia, donde encontraron reunidos el ejército destacado la noche anterior. E n el sitie de Antelas, célebre desde a q i e l l a jornada, murieron todos los soldados pe Leónidas. ^^...^ ............ CORREO DE LOS KIÑOS UNA IDEA ORKÍINAL INOCENilA {Iiioetti'',ia! ¡Frlis aoelo allí do *u reloo se halle! íQaé alegre aera s u valle. y qni aaal ae.ásn cielo! Por doqtúar Inz y colores, y saeplros y aeorisas, qae v a g a n entre l a i brisas ó daarmen entre las flores. Maehos sasurros snaves eo sa aJtmóefera encantada, mucha flor en sn enramada, y en su espacio machas aves. —tálram*. Timóte», que Tleaen i cobrerms ' I recibo. Y mil y mil arroyados llenos de ballentes perlas, y blaoaas nabes, por verlas, oopiwdo en ellos los cielos. ¡Paro y snblime Ingar, donde la nifiea se pa«a! ¡Alli nnnoa el sol abrasa ni se alsa ifrilado el mar! Bella le muestras U vida qne se dealiza entra floras, y i aofim: con ans colores va la inocencia dormida. I<a dicha, sin más agravios qne sns pneriles enojos, ya se retrata en sns ojos, ya jngnetea en sns laMos. Y, de sm inocencia dnefios, hallo, «n la nifiea dormida, tan halagtlella la vida... tan aonrosndus los inefios!... P a p e , I n c l e a d o a n d e i m » y o , l o g r ó 8 a l T » r i * d e 1» q«*m». L S. CORREO DE LOS NIÑOS LA INDESTRUCTIBILIDAD O E LAS GRANDES CIUDADES £ a t r e U s grandes ciudades dal maado r a r a «s l a q n » a o h a tenido qae haetr frente a l g a a a vea & s a total dflstracsión. Peno acabar coa n n a ciadad es bastante difícil, s e g ú n se verá por l o qne s i g a e : B o m a , por ejemplo, h a sido asolada por la peste diea veces n a i a menos; la han quemado en dos ocasiones, y en seis ae vio obligada á rendirse por hambre. Pero de todo h a triunfado y tal vez debe á s u g r a n vitalidad el s o b r c K o m b r e de Ciudad Eterna que suele dársele. Parla h a sufrido ocho sitios, diez hambrea, dos plagas y Un f u e g o qne la devastó. Constantinopla h a sido incendiada ea nueve ocasiones y ha soportado cuatro p l a gas, cinco sitios, y además h a sido regida por monarcas peores que las mismas p l a g a s . S i n embargo, Constantinopla subsiste á pesar de todo. Por último, Londres, si bien no ka te«ido que luchar con enemigos extranjeros, no h a dejado de sufrir bastante con luchas intestinas y h a v i s t o diezmada au población en cinco o c M i o n c s por plagas d i w r s a s , aman de a l g a n a s visitas del tifus, cólera y otras epidemias. También h a experimentado varias veces los ofaotos, m á s ó m e n o s grandes, del iaeendio, y, no obstante, s i g n e siendo la ciudad mayor del mundo. C0N0CIIIIENT08 ÚTILES Para limpiar los objetos de latón no deben emplearse ácidos, pues el metal ae deslustraría con ellos; es menester fro> tarlos con aceite de oliva y tripoli fino, lavándolos en seguida con agua y Jabón. D e e s t a manera se obtiene un brillo ad mirabie. \ E 1 remedio m á s sencillo y eficaz contra le picadura de los mosquitos, es h u medecer un trapo empapado en u n a dico lución de sal común y agua, la hinchazón V la molestia desapareceráa en s e g u i d a . P a r a distinguir la lana de la seda cuando ambas se encuentran e n el miamo tefidc, ae prepara Una mezcla d e a m o niaeo liquido concentrado y óxido de eobrc, 8 e sumerge en ella el tejido durante a l g ú n tiempo, y , cuanao se retira, la —iUa'ad expende vino, letoritar —Lo qae vino el guardia. seda se ha disnelto y l a lana, en cambio, —BntoneeB pásale asted «I recado de qne no aae ba permanece en su primer estado. j vlito. iánimas á la inexperia juventuí )or un autor más ¡nenperio que ella disparate, obedecer c i e g a m e n t e . Caando no os sea posible la obediencia exponed clara y dulcemente por qué no obedecéis. La paciencia es la virtnd m&s n e c e j saria para la vida pr&ctica. B&lsamo efl-^ c a c i s i m o para aplicar c o n s t a n t e m e n t e & , U s heridas qne cada i a s t a n t e abre la ' contrariedad en n a e s t r o corazón. 1 Peor es razonar ¡demasiado que ser l tonto de caoirote. Cnando os l a s t i m é i s ' razonando, suspended el razonamiento, i Lft alegría y la bondad se hermanan. Sed baenos é i n d n l g e n t e s y estaréis siempre contentos. be - P a r a a u s e n t u r la m t s e r l » . p r o p o n g o al terrlJ nicabo . un i x u n b a t e a 25 l u n d s . j l ^ ' 1 ° « «» t**^ " s p o r t . p r o f e a l o n a l e n e l a s u n t o , le dA l e c c i o n e s ur N o discutáis con personas tercas. N o seáis tercos en v u e s t r a s d i e c u s i o i e s . «M&s se hacfl con a n a gota de m i e L qne una arroba de h í e U dice el refr&n,: y dice bien, pero & v e c e s da mejor r e s u l - . tado una e s t a c a . J L a laboriosidad sin la constancia es nula, y el orden es la base de todo t r a bajo. Por fln l l f g a el anHísdo rtla, e m p e z » n d o p r rociarlo e s i n c l a d e v i ó l e l a , a n i t s d« e m p e z a r e l c o m b a t e . ' T delante de su adversarl , con a y u d a de los dos b n l l d o g s s u a m i g o , e u s a j ó el g o l p e d e i l s l r o . . M&s vale hacer una cosa bien que < mnchas mal. No os impacientéis a u n c a , ] mas no vay&is oon t a n t a lentitud que.j degeneréis en perezosos. ! No deis bromas & quién LO sepa llevarlas. L a s bromas casi siempre resaltan groseras. La broma ha de ser ó m n y expontánea [ó m n y premeditada p a r » salir bien. No deis bromas á quien n o conozcáis. L l e v a d todas las bromas oon guasa viva, N o despreciéis n i n g ú n consejo, m a s meditad bien el que habéis de seguir. ^ S l n d o t a n t i r r l b l o , q n e por-un m o m * " ' ^ ^ * ' o a d v e r s a l o c o m p l e t a m e n t e m o m i f i c a d o . La obediencia es el oimiento de t o das U s v i r t u d e s . Es m&s difícil mandar qne obedecer, pero no h a y regla sin e x c e p c i ó n . En la perfecta obediencia consiste la felicidad, El qne no obedece m&s qae & s u capricho se haoe desgraciado. Todo pobre debe estar sujeto & otra v o l u n t a d m i s sabia que la s u y a . El que esté e x e n t o de la l e y de los hombres le qaeda qne cumplir la de Dios. El que no obedece prontamente y sin réplica no es obediente. N o siend.i un ^ Haced las cosas con aplomo ccmo o s i D g u r e i s que se hacen y j a m a s queda-1 réis en'ridícnlo. ' No seáis ni demasiado crédulos n i demasiado desconflados. j, Sed g e n e r o s o s sin llegar á pródigos. Tomad da e s t a s m á x i m a s creáis más c o n v e n i e n t e . < T v a á l e v a n t a r s e el t e r r i b l e b o x e a d o r , p a r a te n i s f r e v a n c h a , c n a n d o d i v i s a á s u s adverBarlo»...i, íi'¡H*»«P«reeldos, q u e " l e ero. han t o m a d o p o r t r i n c h e r a , un v a t t e r - lo que. A.SCENSIÓN DiC F U I ' N S I A Y O U 10 O R H E O DE LOS NIÑOS La conricncia es el m^jor de nosotros mismos —81 U d a m a l o r a d a a h ^ n faaae o o m o la aDttgat, p o d r U h i a c a r e l t i e n t e , p e r o n e m e gaataa loa • • p á r r a g o s r e l l e n o i 4e .ilgodón. El califato de Córdoba ae bailaba todavía en en a p o g e o . H a blan terminado y a los reinados de A b d e r r a h m i n I I I y de sn hijo Al* H a k s m , qne snpieron l e v a n t a r l a s ciencias, l a s a r t e s y las letras ara. bes i bn m i s alto grado de esplendor. Almansor e{ Victorioto dirigia los destinos de la Espafia mnsnlmana, preparindose para d e rrumbar otra vea l o s e s t a d o s qne los crietianoB habian reoonqnia tado, mientras qne el débil y afeminado H i x e m I I se entregaba sin freno i los placeres. Alejado por completo, el m o narca, del gobierno de s n s e s t a dos y de l a s penosas f a t i g a s de l a guerra, tenia s u residencia habitual y BU corte en los maravillosos jardines d e Medina Zara, donde s a vida se dealiaaba en u n a continua orgia. E x i s t í a por aquel entonces, en la corte musulmana, una pobre mnjer que era duafta ds un peqnefio campo lindante con los jardines del califa H i x e m , y aquel terreno insignificante destr^l^. f h cierto modo la regularidad de loa hermosos pensiles del califa. < El jefe de l o s musulmanes, deseando adquirir i toda costa aquel campo y l e v a n t a r en él u n magnifico pabellón para s u regalo, mandó hacer proposieiones i la pobre mujer oon el fin de que le vendiera sn hacienda. L a mnjer las rehusó todas, resuelta i conservar aqnella pequefia herencia, legado de s u s padres, y que ella t e n í a en mayor e s t i m a que las m i s preciadas riquezas de su poderoso vecino. Tal resolución puso furioso al califa y a v i v ó m i s s u s deseos de poseer aquella modesta herencia; y llamando & a l g u n o s de s u s servidores, l e s ordenó que s s apoderasen inmediatamente de aqnel terreno, echando de é l i sfl l e g i t i m a duefia sin satíafacerle el valor. Los ejecutaron las órdenes injustas de sefior, y la pobre mujer vio despojada de s u patrimonio, sin qne s u s l i g r i m a s fuesen bastante para enternecer i l o s fieros ejecutores de los caprichos de un déspota. La desconsolada mnjer fué i quejarse del h e c h o al oadí Beohir, el cnal, creyendo con Justa raaón qne el primer deber de un monarca ea la Justicia, nó sólo se e n c a r g ó de la causa, sino que hiao concebir i l a despojada lisonjeras esperansas de nn pronto y satisfactorio arreglo. Satisfecho el califa por el logro de s u s deseos, mandó levantar en el terreno n s n r - credos su sa COREEO DE LOS NINOS 11 pmdo nn loberblo pnbellén, donde eolia retirarse i desoansar de sns negocios ó de los placeres de qne se hallaba rodeado en s n r e g i a morada. Un día, hallándose solo el califa en sn pabellón, vio eon sorpresa llegar al cadí montado en nn asno y llevando nn saco vacío. •> —Cadí Bachir,—le dijo el califa;—¿qné es lo que te trae i mi presencia? —Principe de los creyentes,—contestó el cadí;—vengo i suplicarte que me dejes llenar este eaeo de la tierra que han hollado t u s benditas plantas. H ' x e m dio su permiso, y Beehir llenó ei saco, mientras el califa le contemplaba con extrañeaa. Concluida su tarea, se acerca Bechir al califa y le supltca qne le a y u d e á cargar el saco sobre su j n m e n t o . Tan extrafla petición sorprendió en gran manera al orgulloso califa, pero accedió k la súplica dal cadi, gracias al acendrado cariño que — L o i b e l a d i t o a de c b o f a m e r e s u l t a n s e p e r oraa, m e loa b e b o c o n del I t i y con efusldn, sefiores. profesaba i Bechir, que & la caalidad de hombre de bien, r e u n í a ' l a de ^ un leal servidor. Probó el débil y afeminado H i x e m de levantar el saco, pero fueron vanos todos sus esfueraoB. —Príncipe de los creyentes,—le dijo entonces Bechir,—¿ peSarde no contener este saco m&s que una parte iasignifloante del campo qne has nsnrpádo i nna pobre y débil mujer, no puedes levantarlo ni sostenerlo: ¿cómo sostendrás, pues, todo sn peso sobre t n conciencia onando te halles ante el tribunal del Supremo Juca? Qnedó H i x e m confuso y avergonzado, sin atreverse k fljar sn mirada sobre aqnel hombre justo, qae tenía clavados sus tranquilos ojos en el semblante de su sefior. Repuesto el califa ds su estupor, y en nn arranque noble y generoso de su corazón, dio orden de buscar k la pebre mujer tan injustamente despojada de su hacienda, y en presencia del mismo cadi le devolvió su campo, j u n t o con el rico pabellón que habia mandado construir para su regalo. Sin embargo de no existir nada perfecto en esta mundo, no h a y ningún hombre malvado por completo. A n n los de corazón más empedernido no pueden eludir la voz de sn cnnaiencia. CORREO DE LOS NlíTos 12 D O N D E LAS DAN LAS TOMAN LOS DOS RATONES CUBN.O U n ratón, cansado de vivir en continuas alarmas y peligros & canea de los g a t o s que hacían gran mortandad en la ratonera i a c i ó n , llamó & un compadre que h a b i t a ba un agnjero de su vecindad, y le dijot — Me ba ccnrrido nn bufn p e n samiento. Yo he leído, en c i e r t o s libros qne y o roía estes días pasados, q n e h a y o n bello^país, l l a m a do las Indias, donde n a e s t r o p n e hlo está mejor y con más s e g u r i dad que en é s t e . En este pais, los sabios creen que el alma de a n raroraa f a m a r á un elefante y sacar h u m o p o r las narices tón ba sido en o t i o tieknpo el a l m a - ¡ H o m b r e , eso no es poslblel — E s p e i H , c h i c o , e>piír . de un gran capitán, de nn rey ó de un faquir, y qne ella podrá, d e s pnés de la mnerte del ratón, e n trar en el cuerpo de algnna bella dama ó de algún gran doctor. Si no e s t o y trascordado, esto se l l a m a metempsicosis. En esta creencia tratan á todos los animales con una oaridad fraternal. Se ven hospitales de ratones qne v Í 7 e n &•' pensión y como personas de mérito. V a m o s , hermano: partamos pasa un país tan bello, donde la policía ee t * i buena, que se rinde justicia á nuestro mérito, Bl otro se deja persuadir, y hé aqui á nuestros dos ratones que parten j n n t o s . Embarcáronse en nn buque que — A l p r i n c i p i o h a y q u e s u g e s t i o n a r l o y l c o l o c a r l e b i e n el iba á hacer un largo viaje, desli pitilla. zándoee á lo l a r g o de los cordajes l a tarde de la víspera del embarque. Marchan y e s t á n locos de contento al verse en el mar, lejos de las tierras malditas donde loa gatos ejereían su tiranía. La navegaoidn fné feliis. Arribaa á Gurata, no para bnscar riquezas oomo l o s mercaderes, sino para hacerse tratar bien por los indios. A p e n a s hubieron ellos llegado á « a casa d e s t i l a d a á los a i t o n e s , cuando querían ocupr r los primeros l u g a r e s . Uno decia haber sido, en otro tiempo, un famoso brahmán de la costa del Malabar; el otro protesteba qoe había sido nna bella dama CeRRKO DE LOS NlNOS del mismo país, con largas orejas. Tan insolentes se hicieron, q'-e ios ratones tadianos no padieron sofrirle»; y, en vez de ser comido.^ por los g a t o s , faeron eatrangaladoÉi por sos propios hermaaos. Por lejos que se v a y a para e v i . tar el peligro, si no se es modesto y sensato se encuentra nno oon su desgracia. J. M. R. DONDE LA.S DA.N LAS TOMAN U S CAMPANAS COMO BARÓMETRO L a s campanas de las iglesias, además de servir para llamar á los fieles, tienen ..otra aplicación, —Asi, v e s , se lo(f •« e n s e g n l d a . — i P e r f e o t a m e n t o , h o m b r e , perfecta-nantel puesto qne también hacen m u y bien de barómetro. La explicación de esto no pnede ser más sencilla: Siendo, como es, la atmósfera el conductor exclusivo del sonido, claro está qne la intensidad y claridad del sonido, tal como lo percibimos, depende del estado del medio qne lo conduce. Segúa esto, si se oye por- la noche el taflido con mucha claridad, es señal de que el día siguiente s e r á . h ú m e d } ó lluvioso, puesto qne el aire, muy cargado de hu medad, transmite mejor el sonido que el aire seco. Otro tanto pnede decirse de la atmósfera densa y la atmósfera P i r o l o ú n i c o q a e l o g r a r o n , fné una d u c h a B i n ' o a l e f a c ligera; aquélla conduce el sonido e l d n , d e j í n d o l e s t a s t r a j e c i t o s en r e m o j o y s i n t i e n d o u n i r l o mejor que ésta, y así el tañido d« r e g u l a r . las campana* Uega con más clari dad al oído cuando el barómetro está alto que cuando está bajo, y 'mejor cuando el aire es caliente que cnando es frío. Bstos principies son conocidos de todos los qUe vivan en el campo 'y se 'rigen por los toques de campana, pudiendo citarse el caso de Lebekke, paeblo de Bélgica, donde á cosa de nueve kilómetros de distancia hav nnas campanas peqaefias, que los de alli han titulado «campanas de agua*, porque cuando su tañido se oye con claridad desde el pneblo, es seguro que va á llover. 1* CORREO DE LOS NIÑOS DEPORTIVAS Ftot-ball. - C o n t i n ú i u «on creciente enttMiaamo los partidos eorrespondientes i l a «Copa Valentl». Ú l t i m a m e n t e jngaron loe primeros teams de los clnbs « Y o n n g Boys» y «Gladiator». El partido, que f n i e n extremo áispntado é interesante, dio por resultado la v i c t o ria de los «Yonog-Beys», por 2 g o a l s á t. Estos trianfos, gracias at admirable Juega y . magnifica combinaoidn de qne hicieron gala, y qne mereció los pMceinea de la n n m e rosa eeocnrrencia qne asistió al campo del «New Catalonia», d c a d e ae celebró el partido, El «Gladiator» se defendió con tesón, si bien no pudo l o ^ a r forzar l a p u e r t a c o n traria. El concurso de la «Copa Júpiter», creado por el club de este nomVre, lo Jugaron estos oon los del <T, B. H.>, ganando los primeros por 7 goals & 0 . Loa primeros teams del «España* y el «Espato!», jugaron la «Copa C a t a l u ña», faltando Todavía a l g u n o s partidos para saber á cual correspenderi el preciado trtifeo. Ba San Ginés de Ttlasar se celebró hace pocos dias un interesante partido entre el primer team del «Bsbart F. C.» contra r l primer tenca del «Mataró», que tan e s p e rado era entre los amantes del sport f o o t b a l Ü B t a . 0)ntadas veces se había notado ignal espectación, ni había ofredido el campo t a n animado aspecto, debido al nnmeroso público que allí se congregó para presenciar el . pa.-tíds. Et «Bsbart» no pndo presentar el equipo completo, y á pesar de qne el «Mataró» it.a reforzado, el dominio del pVimero í u é completo, lucienclo nn j u e g o de combinacióa rápida, qne f n i m n y celebrado. Bl resnltado fuá 1 á O, á favor d e l «Esbart», £u30urtiomjnio.—Es l a nota del día, el sport favorito de los deportistas. Dado lo rignrcso de la estación, las excursiones ee emprenden en las primeras horas de la mafiana, pernoctando los excursionistas en los bosques y frondas que les ofrcMen delicioso descanso y bieneetar: allí se improviaan los ágapes al aire libre, se dedican á higiénicos ejercicios, regresando al atardecer á la capital, con lastre de oxigeno para algunos dias. RA-KHTA C O R K E O I>K LOS NIÑOS A T 13 I M'iDO Dt: iJcSBiJAK J ' L A V T A S P a r a conservar i. las flores y k las plantas peqneñas, cnando se desee»n, sns formas y s n s colores, da mny baenos resaltados el método q a e v a m o s á e x plicar: Se e m p i e e a por lavar m a y bien cierta cantidad de arena, de modo qne no q u e den en ella onerpos extrafios, y l a e g o se la déla s e i a r bien y se pasa per a n tamix de modo qne no qnede ni a n a partícula gruesa. En el fondo de una vasija de barro se dispone u n a capa de esta arena y se extiende encima l a flor con l a s hojas y la parte de t a l l o que se qaiere conservar; e n c i m a se v a vertiendo arena poco <^ poco, pero teniendo cuidado de ir e x t e n diendo á la vez l o s pétalos y las hojas, de modo qne la p l a n t a n o se deforme lo mka mínimo. Cnando la arena ha subido unos tres centímetros por encima de toda l a planta, se lleva todo & un horno calentado k Unos 4,5° y allí se deja un día ó dos 6Í la planta es m u y carnosa. Terminada la desecación, h a y que tener mncho cuidado de no romper la plan ta al sacarla, y para ello se itk dejando escurrir la arena poco k poco. o í-^ A I í'ttOB-..tíJlA G£0GUAFlt,O De viaje se encontrabun des sujetos, y entablando conversación, cosa que es mny natnral en tal caso, dijo el nno eer de Francia y el otro ser ástnrianc; y al dejar aquél el nombre de su ciadad consignado, el artar e x c l a m ó al punto: Vaya, que el caso es bien raro, de mi villa k su ciudad, en los nombres sólo bailo la primera letra distinta; lector, ¿de dónde eran amb, tt A.01AZ. COBBESPONDENCIA A n t é a l o Dai, l o l a c t ú n a c e r t a d a . - U a A l m e l a , I r i t n e h l t t e ; el T e r s o , m á s a d e l a n t e . — M I « a a d e ro, t u t r a b a j í n t i e n . - J . B u s q u e t s , a c e p t a b l e s t a s p a s a t i e s a p o e . - A . Canalejo, i u s envíos aceptables. - B . B^lrA, p r o m a s « d e l a n t e . — A . O., b i e n t a solucioaea. La lolueión «n el próximo SOLUCIÓN número. á lot patatiempot númer* del anterior Rombo.— ABONO P A B A L A S F L O B E S Se obtiene nn excelente abono pai a l a s flores cultivadas en tiescos ó en jardín, mezclando en ana botella las s u s t a n c i a s qna k continuación se expresan: Cinco partes de salitre, diez de sal de cocina, cinco de sal Glanber, n n a de m a g n e s i a y tres do fosfato de sosa. P a r a dar este abono k l a s plantas se disuelve u n a cncharadíta de la mezcla en un litro de a g u a caliente y s e riega k diario. B s A l, A B 0 L 0 s R Charada —Semanario. pan la eorriipiinileiieia al dirtelm it Corno de loi Xlllot, tpartado, t t R e d a c d d n y A d m i n i s t r a c i ó n : Oalle d e ' l a s C o r t e s , SDS—Barcelona. —¿Tú dónde t>as»r¿8 el verano? —En Montserrat. ¿Y ti? — Y o , en l a costa. Con las c a l a b a c i t a s de L n i s , iré & tomar baños de mar.