de américa latinay el caribe1

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11.
EUROPA Y LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN
DE AMÉRICA LATINAY EL CARIBE 1
B. Carolina Crisorio
Norberto R. Aguirre
Olelia B. Sche?
1.Los inicios de Ias relaciones de América Latina y
elCaríbe con Europa. EI período colonial
El estudio de Ias sociedades surgidas en América Latina y el Caribe a partir deI sigla XVI adquieren pleno sentido si se Ias enfoca
comoparte de un conjunto más vasto, puesto que eran consideradas como apéndice o complemento de Ias diferentes países europeos. Así Ia estructura interna de cada una de estas sociedades
estuvo determinada por su núcleo metropolitano, pero también por
Ia estructura socio-económica precolombina propia de cada región. No fue igual el tipo de dominio hispano, lusitano, francés,
holandés o inglés. La peculiaridad de cada área estuvo en buena
medidacondicionada aI juego de intereses intra metropolitanos y a
Ia c~pacidad de resistencia de Ias pueblos indígenas a Ias que Ias
dOl111nadores
tuvieron que enfrentarse. Esta último, a su vez, se
-I
2 ~ad,:<,emos Ias sugerencias y aportes dei Dr. Sergio Guerra Vilaboy.
IIlicage;ti~os, docentes e investigadores dei Instituto de lnvestigaciones de Historia Econó(Arg~f 111a).
OClalde Ia Facultad de Ciencias Económicas de Ia Universidad de Buenos Aires.
85
1111
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11
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III~I
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relacionaba con una multiplicidad de causas socioeconómicas
políticas, religiosas y culturales de cada uno de los pueblos aborí~
genes.
Lo cierto es, que Ias relaciones metropolitano-coloniales
tenían en común al menos estos aspectos: 1. EI interés por obtener
beneficios económicos de Ias colonias. 2. Su posesión otorgaba
poder político y prestigio en Ias relaciones internacionales. 3. La
ubicación de estas colonias podía brindar ventajas estratégicomilitares. 4. Estas posesiones eran vistas también como fichas
intercambiables en los momentos de negociación entre dos contendientes de Ias tantas guerras europeas.
Sin embargo, se pusieron en juego múltiples causas por
Ias cuales dichas relaciones resultaron muy diversas, dependiendo
entre otras cosas de: I. Cuál era el proceso político interno en el
que estaba inrnerso cada metrópoli en el momento en que tomaron
contacto con América. 2. Cuál o cuáles eran Ias potencias vecinas
en Ia región donde pretendían asentarse. 3. Cómo era el poder militar y estratégico propio o de sus contendientes. 4. Qué grupos se
hicieron cargo de Ia explotación colonial, ya fueran los sectores
privados, religiosos o estatales. 5. Cuál era, el desarrollo de Ias
fuerzas productivas, con mayores o menores rasgos precapitalistas, ligados en distinto grado al comercio a larga distancia, y con
elementos que favorecieron o frenaron Ia sociedad industrial. 6.
Cuál era el conjunto de creencias; en definitiva, cuáles eran Ias
mentalidades que les permitian encarar por propias manos ellaboreo de Ia tierra o despreciar dichas tareas, estar predispuestos a Ia
piratería, anteponer el deseo de obtener beneficios económicosen
el marco dei mercantilismo, o estar preocupados también por
construir al mismo tiempo un edificio institucional más sólido,
pensando también si era posible "salvar" Ias almas de los aborígenes, o si era importante o no que los esclavos hubieran sido
cristianizados antes de ser incorporados como fuerza de trabajo.
Todos estos aspectos dieron lugar a diversos modelos de
apropiación de los excedentes económicos, de subordinación o
expulsión de los pueblos aborígenes, construyeron, en suma, dis-
tintos tipos de dominación colonial que condicionaron Ias relaciones sociales. Y estos elementos pusieron Ias bases de los incipientes procesos de integración regional, donde poco a poco se
perfilaron Ias contradicciones entre los intereses metropolitanos y
criollos. Es más, en algunos casos, como Ias posesiones de Gran
BretaDa,Ias instituciones y Ias relaciones sociales surgidas de estos vínculos asimétricos siguieron vias divergentes. Las trece colonias inglesas de Norteamérica, se conformaron en un contexto
muy diferente dei caribefio, dando lugar a dos mundos muy distantes, aún contando con Ia misma metrópoli.
Aceptando entonces Ia diversidad inicial de 10 que hoy
llamamosAmérica Latina, debido a dos grandes corrientes heterogéneasen sí mismas: una, aportada por los pueblos precolombinosy otra, por Ia Europa preindustrial con todos sus matices. Nos
encontramos así con un punto de partida complejo, que parece
inclinarnuestro análisis a favor de los obstáculos de una posible
integración latinoamericana y caribefia, basado en este origen
multiétnicoy multicultural. AI mismo tiempo, esos mismos vínculos metropolitano-coloniales dejaron latentes fuerzas que trabajaron en los siglos XIX y XX hacia propuestas de integración
que si bien no fueron exitosas, permiten Ia aparición de nuevas
alternativas integracionistas a fines de Ia vigésima centuria que
reabrenel debate de su factibilidad.
Uno de los rasgos que Ias diferentes metrópolis tuvieron
en común y que se puso de manifiesto en su relación con Ias colonias fue el mercantilismo.3EI deseo de acumular metálico dio un
Importanteimpulso a Ia conquista y colonización de nuestro continente.
La búsqueda, localización y extracción de metales precioSosfue uno de los motores que derramaron aventureros en el Nuevo Mundo, pero tanlbién atrajo muy pronto a Ia burocracia real
metropolitanahispana preocupada por evitar el descontrol político
-,
De acuerdo con esta doctrilla, Ia prosperidad de una nación estaba relacionada con Ia
aCUl!lulación de capital
86
II
"I
identüicado
en especial,
por los metales
preciosos.
87
y económico, y por qué no Ia de Ia moral y Ias "buenas costum_
bres" de estos lejanos colonos.
Fue así que se colocaron los principales ladrillos institu_
cionales resignificando antiguas instituciones indígenas como Ia
mita o el yanaconazgo o intentando trasladar viejas costumbres
europeas en un nuevo marco, como Ia encomienda o el reparti_
miento de indios que tiene claras raíces feudales. AI mismo tiempo, Ia polémica desatada frente a estos habitantes inesperados
acerca de si eran o 110seres humanos, se saldÇJrápidamente a favor de Ia segunda categoría, 10cual permitió darle un nuevo impulso evangelizador heredado de Ias antiguas cruzadas: era necesaria Ia salvación de estas almas que desconocían de manera absoluta el cristianismo. Por supuesto, los aborígenes pasaron a ser
considerados menores de edad bajo Ia tutela de un espaiíol y, en
los hechos, en Ia mayoría de Ias ocasiones fueron reducidos a Ia
servidumbre.
En eI más puro espaiíol y servidos de un intérprete nativo
a través deI requerimiento llevaron elnombre de los reyes, representantes a su manera de Cristo en Ia tierra, aIos oídos de Ia 110bleza indígena que aceptaran o no Ia grandeza de tales senores
nunca vistos, vieron desmoronar sus dominios y sus creencias para siempre. De este modo también, Ia Iglesia, controlando pueblos
y reducciones, pudo llevar adelante su misión evangelizadora sin
descuidar sus fortunas terrenales. AI mismo tiempo, Ia asociación
de intereses privados (comerciantes, aventureros, nobles, etc.) e
intereses públicos (Estados monárquicos, Iglesias) asociados para
financiar empresas de alto costo y riesgo y decididos a mantener
por Ia fuerza un sistema de monopolio que garantizara Ia obtención de Ias ganancias esperadas, terminó dando lugar a 10que aIgunos investigadores denominan pacto colonial orientado a Ia
"complementariedad" de Ias economías en una notable relación
asimétrica. Por un lado, el mercado europeo fue abastecido por
metales preciosos y productos primarios en una diversidad jamás
vista, valiéndose en muchos casos de Ia población nativa como
fuerza de trabajo o acarreando población africana esclava hacia
88
Ias colonias americanas. Por otro lado, los productos manufacturados -y Ios esclavos- tuvieron Ul1mercado cautivo en Ias colonias.
En primera instancia Ia corona castellana se inspiró en el
modelo colonial portugués de control a través de Ia Casa de 111dias. Sin embargo, Ias dimensiones territoriales que lograban incorporar, gracias a Ias divisiones de los pueblos nativos, hizo que
se fuera improvisando en poco tiempo un sistema de monopolio
que duró tres siglos.4 Sin duda, los centros de extracción minera
se transformaron para Espafía y, poco después para Portugal, en
losprincipales focos de atención económica,política, estratégica y
militar. A su alrededor fueron articulándose regiones productivas
consideradas subsidiarias, secundarias o marginales de estos ejes.
Nueva Espaiía, el Alto Peru o Nueva Granada recibieron el máximo de atención, mientras que otras zonas como el Río de Ia
Plata y Paraguay se vieron desatendidas y dependiendo de sus
propios y limitados recursos. Aquellas regiones que contaban con
poblacionesindígenas irreductibles y belicosas obligaron a defender Ias fronteras con Ias capitanías generales que obligaban a un
especialesfuerzo armanlentista como ocurrió en el sur chileno.
En el caso de Portugal, el descubrimiento de oro en el
centro de Brasil -Minas Gerais- en el siglo XVIII modificó Ia
atenciónprestada a Ia zona y fue Ia causa principal dei traslado de
Ia capital de Bahía a Río de Janeiro
Desde Ias comunidades indígenas hasta Ias haciendas y
obrajes Ias sociedades coloniales se estructuraron en función de
este deseo de metales preciosos. AI mismo tiempo, aquellos que no
fueroninvitados aI reparto deI mundo mediante eI Tratado de Tordesillas, buscaron enmendar esta falencia a través deI pillaje y Ia
piratería. Además, irónicamente, a pesar de Ias grandes prevenciones y de todo el aparato de control monopólico creado por Ia
4
.
Jose María Oliva Melgar, Seminario: El monopolio de Indias: tres siglos de explotación
económica colonial. En Programa de Doctorado 1999-2000 Cambios. permanencias y
transiciones en Europa y América (siglo.~ XIII-XX). Universidad de Huelva.
89
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corona castellana, los metalesfluyeron generososhacia otros des-
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111:
tinos en Ia propia Europa, ya seaa través deI comercio o deI pago
de deudas que el Estado metropolitano contraía por mala admlnistración de los recursos,para mantenersusgastos bélicos, etc.S
Tarde o temprano holandeses, ingleses y franceses comenzaron a instalarse en los confines deI imperio hispaDo, probando su suerte como piratas, contrabandistas, colonos o participando deI comercio metropolitano-colonial y deI comercio trian-
I
I
III
111"
gular de esclavos entre Mrica, América y Europa.6
EI comercio a larga distancia tenninó por 'desempenar un
rol importante, creando necesidades de transporte y servicios financieros que enfrentaron nuevos desafios. Entre ellos el hecho de
-I
I
~ Para el problema de Ia "plata", como se lIamó globalmente a Ia producción de metales
preciosos en el imperio hispano ver P. Bakewell: "La minería en Ia Hispanoamérica colonial" en L. Bethell, ed: Historia de América Latina. Barcelona. 1990; D. A Brading: Minero,r y comerciantes en el México borbónico (1763-1810). Madrid, 1975. E. 1. Hamilton:
Guerra y precio,r en Espana. Madrid, Ariel, 1988. R. Romano: COYllntllras opuestas. La
crisi.r dei siglo XVII en Espana e Hispanoamérica, México, 1993. P. Vilar: "Consideraciones sobre Ia historia de los precios" e "Historia de los precios, historia general (un nuevo
libro de E. J. Hamilton)", En Crecimiento y de.rarrollo. Barcelona, Ariel., 1994.
6 Ciro F. S. Cardoso y Héctor Pérez Brignoli: Historia Económica de América Lafina,
México, Critica, 1987, Tomo I.
~
I
I
encontrar Ia tecnología adecuada para hacer más seguro el cruce
deI Atlántico con Ias preciosas cargas, sorteando Ias prolongadas
travesías y los múltiples peIigros. AI mismo tiempo este comercio
ayudó a moldear Ias nuevas instituciones, creando para su regulación un importante aparato jurídico yadministrativo.
En efecto, si bien el comercio a larga distancia metropolitano colonial reconoce sus antecedentes en el comercio a larga
distancia resucitado a fines de Ia Edad Media europea, el cela
metropolitano por no compartir los beneficios desembocá en instituciones monopólicas que intentaban frenar cualquier drenaje de
metálicoo recursosnaturales fluyenteshacia el centro o evitar
cualquier intromisión enlos mercados cautivos coloniales.7
I
7
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.
111
I
I
j,i
li,
A M. Bemal y A Garcia Baquero: Tres siglos de comercio sevillano. 1598-1868. Sevi-
lia, 1976. D. A Brading: "La Espafta de los Borbones y su Imperio americano" En L.
Bethell op. cito P. Chaunu: Sevilla y América. Siglos XVI y XVII. Sevilla, 1983. 1.H. EIliot:
"Espana y América en los siglos XVI y XVII", en L. Bethell op. cito Barcelona, 1990. L.
90
Esta situación permitió el crecimiento de Ia figura deI
mercader, como intermediario entre el artesano-productor Y los
lejanoSconsumidores.8 De este modo, sociedades de mercaderes
cornpitieroncon nobles y soldados por Ias licencias reales para
explotarnuevos asentamientos, garantizando a Ia corona espanola
participación en Ias ganancias. A su vez, mientras que Ias primeras expediciones fueron financiadas desde Espana, a partir de
1516 los recursos antillanos respaldaron Ias expediciones que
culrninaroncon Ia conquista de México por Hernán Cortés; mientras Ias riquezas de México subvencionaron Ia continuación de Ia
exploraciónhacia el norte y sur y, una década más tarde, apoyaron Ia conquista deI Perú.9
Por otra parte, el hecho de que Ia corona hispana se concentrara en proteger los codiciados centros mineros, dando lugar a
Ia aparición de una multiplicidad de actividades productivas pensadas como apéndices de Ia minería, hizo que surgieran otras formas productivas y, por ende, nuevas relaciones sociales. Así, muy
temprano, junto a formas de producción orientadas al consumo
local, como Ia hacienda, Ia estancia, Ias comunidades indígenas
o el obraje, apareció Ia plantación dirigida principahnente a
abastecer al mercado externo. En efecto, cuando a partir de 1515
se inició Ia explotación de azúcar en Ias tierras en tomo a Ia villa
de Santo Domingo y Ia mano de obra esclava africana fue introducidatres afios después en reemplazo de Ia fuerza de trabajo indígena,que no soportó el impacto de brotales formas de dominación,se abrió un capítulo que tornaria dimensionesinsospechadas.
En efecto, el comercio metropolitano-colonial dio impulso aI proceso de acumulación primitiva de capital que terminá benefician~ía
Fuentes: El comercio espanol con América. 1650-1700. Sevilla, 1980. C.H. Hann~:. Comercio y navegación entre Espana y Ias lndias en la época de los Hab.rburgo,
~exlco, 1979.
Como 10s mercaderes involucrados son de distintas nacionalidades, que se encuentran
asentados en colonias en Sevilla o porque también intervienen desde otros puntos de Europa,
co~o Amsterdam o Londres, se ha lIegado a plantear Ia existencia de un "monopolio inter~Cl0nal de productores de mercancias".
M' ?avis. La Europa Atlántica
eXiCo,Siglo XXI, 1973.
de,rde el descubrimiento
ha.rta Ia industrialización.
91
do principalmente a Europa occidental a costa de América y de
Africa.
Asimismo, es necesario subrayar que el periodo colonial
no puede ser considerado como un todo homogéneo. Ellargo camino que se extiende desde fines dei siglo XV hasta principios deI
siglo XVIII reconoce numerosas etapas. Por ejemplo, Ia Espafía
"donde no se pone el sol" que tuvo su momento de esplendor con
Carlos I de Espafia -eI famoso Habsburgo Carlos V y su hijo y
sucesor Felipe lI, entró en Ios afios finales deI propio Felipe 11en
una lenta decadencia. Por eIlo, eI siglo XVII, que éontó con monarcas débiles, los así l1amados"Austrias menores", representan
una especial oportunidad para eI crecimiento económico de Ias
colonias americanas.
Dei mismo modo, el cambio de dinastía en el trono de
Castilla y Aragón a partir de los Borbones, a comienzos deI siglo
XVIII, se traduce tiempo después en Ias Ilamadas refonnas borbónicas -que tuvieron su correlato en Brasil con Ias reformas
pOl:nbalinas-que para muchos fue un importante antecedente para
los posteriores procesos independentistas.
Según algunos estudios estas refonnas favorecieron Ia
expansión de Ia economía colonial puesto que se logró un aumento
de Ia actividad minera, de Ias exportaciones agrícolas y dei intercambio regional comercial.\OSin embargo, Halperín Donghi en su
clásico trabajo sobre América Latina sostiene que Ias reformas
-
obraron como una "segunda conquista".
Ii
En efecto, Ia fundación de Ios virreinatos dei Río de Ia
Plata y de Nueva Granada, junto con el ascenso de Chile y Venezuela a Ia categoría de capitmúas, son ejemplo dei deseo de centralizar Ia autoridad y reforzar el control metropolitano. La liberación deI comercio vino a legalizar una situación ya existente. De
todos modos, esta "Iiberalización" fue bastante limitada, puesto
10 Víctor
Bulmer-Thomas:
La
hi.ftoria
econômica
independencia, México, FCE, 1994.
11 Tulio Halperín Donghi: Historia contemporánea
Editorial, 1968.
92
de América
Latina
de.~de Ia
de América Latina Madrid, Alianza
que los puertos americanos podían comerciar entre sí pero no con
otras potencias y sus colonias, sino sólo con puertos espafioles.
Reciénen 1797 se decretó el comercio directo con neutrales.12
l.Cuál fue el impacto a nível regional? Si bien en algunos
casOSaumentá el intercambio intercolonial, en otros, exacerbó Ias
rivalidadespreexistentes, obstaculizando Ia posibilidad de integraciónluego de Ias Iuchas por Ia independencia.Tal el caso de Lima
y Buenos Aires, donde Ia ciudad-puerto rioplatense había jugado
desde su marginalidad en el virreinato peruano un importante papel en el contrabando con portugueses e ingleses, perjudicando los
intereses de Ia corona y entrando a pugnar con los comerciantes
limeiíos.En Ia nueva geografia borbónica, dicha rivalidad se saldaba a favor de Buenos Aires, a Ia que se incorpora eI Alto Peru
conIa importante actividad minera de Potosí.
Por detrás de estas nuevas jurisdicciones dos corrientes se
estaban enfrentando: Ia dei Pacífico, lidereada por Espafia, y Ia
Atlánticasometida ai influjo británico. Como veremos a continuaciónGran Bretafia es Ia gran ganadora en esta lid durante el siglo
XIX, si bien salieron ai ruedo otros competidores. Entre ellos Ia
vieja rival, Francia, y por supuesto, con ímpetu creciente los Estados Unidos.
Cuba y el Caribe constituyen un capítulo particular.
Mientras Ia primera pennaneció en manos de Ia metrópoli hasta
fines de Ia decimonovena centuria, Ias restantes islas dei Caribe
fueronescenarios de Ias luchas de Ias grandes potencias deseosas
de participar dei festín de Ias posesiones de Castilla. Por el Caribe
penetraronpiratas y comerciantes británicos, franceses y holandeses. Resulta redundante seiíalar que el impacto sobre Ia pobIaciónnativa fue deIetéreo,traduciéndose prácticamente en Ia desaparición de Ia misma y en su reempIazo con pobIación esclava
procedentede Africa. Se calcula en alrededor de dos millones de
personas eI voIumen de población que arribó con vida soIamente
ai Caribe a través dei AtIántico.
-12
199iristina Mazzeo: EI comercio libre en el Perú, Lima, Universidad Católica dei Perú,
93
Por su parte, entre 1763 y 1867, cerca de ochocientos mil
esclavos desti~ados a Ias plantaciones de azúcar arribaron a Cuba.13En el Santo Domingo francés Ias plantaciones quedaron en
manos de pocos blancos, Ia mayoría de Ias veces absentistas, dejando una herencia de fuerte violencia social.
Como bien se ha senalado, los distintos intereses económicos y políticos estratégicos de Ias metrópolis coloniales de
América Latina durante los siglos XVI y XVII, y su diversa estructura económica interna, originaron diferencias importantes
entre Ias mismas que se harían sentir con fuerza en el futuro de Ia
región y que llevaron ai fracaso los intentos integracionistas pensados para e! área. Sin embargo, esto no significa que Ias relaciones entre estas regiones coloniales hayan sido inexistentes y que
los proyectos de unificación no tuvieran una base sobre Ia cual
asentarse.
Vn caso que merece especial atención, por Ia dimensión
que tomó en el subcontinente, es el de Brasil, ai estar cruzada su
historia por tendencias que llevaban tanto ai enfrentamiento como
a Ia complementación con otras regiones y países de América dei
Sur. Esta colonia portuguesa14no despertó en un principio gran
interés para Ia corona lusitana, inmersa principalmente en Ia
construcción dei Imperio Oriental.15La propia estructura factoriaI
de Ias ocupaciones portuguesas, sustancialmente distintas a Ias
castellanas y Ia falta de detección de Ia existencia de oro y plata
durante Ia primera etapa de ocupación, relegaron a Brasil a un
lugar secundario en el imperio portugués.
LI Gloria García: "EI auge de Ia sociedad esclavisla en Cuba", en La colonia. evolución
.rocioeconómica y formación nacional. La Habana, Editora Política, 1994.
14 EI Tratado de Tordesillas de 1494 otorgó a Portugal una parte de Ia América deI Sur,
colindante con el Océano Atlántico. Sin embargo, este acuerdo no fue cumplido por ninguno
de los dos signatarios y tanto Espana como Portugal avanzaron mas aliá de los límites
fijados. EI mismo tuvo vigencia de todos modos hasta 1750, ano en el cual se firmó el
Tratado de Madrid que vino a sustituir aI anterior. Este estableció una nueva línea íronteriza
entre los dos imperios, complementada por el Tratado de San IIdefonso de 1777, Ia que se
aproximaha hastante aIos límites deI Brasil actual.
L La primera lIegada de portugueses a Brasil se produce en el ano 1500 cuando Pedra
Alvarez Cabral arribó aI sur deI Cabo San Roque, que lIamó Vera Cruz.
94
EI primer producto de importancia obtenido en Ia colonia
fileel palo brasil, que Ia ligó a Ia economía europea a través de Ia
metrápoli,Yque llevó a que su propio nombre, Tierra de Ia Santa
Cruz, fuese modificado por e! de Brasil. Este tráfico dia lugar ai
establecimientode pequenas factorías portuguesas a 10 largo dei
litoral brasileno, desde Pernambuco hasta Bahía de Todos los
Santos, en Ia primera década de! siglo XVI. A diferencia de 10
acaecidocon Ias colonias castellanas, Ia estructura de factoría dei
asentamientoportugués no suponía Ia necesidad de poblamiento
dei territorio, pues sólo se requería un bajo número de personas
para garantizar Ia extraccián deI paio brasil. También Ia relación
con Ia población indígena fue muy distinta a Ia establecida en los
territorios castellanos, pues ai principio se limitó ai intercambio
de productos y, luego que avanzó Ia colonización agrícola asociada a Ia expansión de plantaciones azucareras en Ia región de Per-
nambuco,se pasó a escIavizarai aborigen,contribuyendoa su
marginacióno extermínio.
La forma en que se desarrolló el proceso colonizador terminá ligando fuertemente esta colonia portuguesa a Europa. Como sefiala Caio Prado Junior, "si vamos a Ia esencia de nuestra
formación,veremos que en realidad nos constituímos para abastecer de azúcar, tabaco, y algunos otros artículos, más tarde de oro
y diamantes, después algodón, y en seguida café ai comercio europeo".16
Ya durante el siglo XVI Brasil sufrió los embates de los
conflictoseuropeos y de Ias luchas entre Ias potencias coloniales.
La llegada de los franceses hacia fines de Ia década de 1530, que
recorríanlibremente Ias costas de Ia colonia lusitana, se convirtió
en Ia primera expresión de 10antedicho y obligó a Juan III a elaborar un plan para ocupar y defender este territorio.17Esto dio
origen a Ias quince capitanías hereditarias en Ias que se dividió
-16
17 Caio Prado Junior: Hi.rtoria Económica dei Brasil, Buenos Aires, Ed. Futuro, 1960.
En febrero de 1531 lIegó a Brasil Martin Alfonso de Sousa con Ia misión de defender Ias
co~
de los ataques tranceses,
Co on1zación
permanente
determinar
los límites de Brasil y lIevar a cabo una
de norte a sur, siguiendo
ellitoral.
95
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Brasil desde1532,quedandoen manosde Ia coronael monopolio
dei palo brasil,18de los esclavos, de Ias especias y un quinto de los
minerales y piedras preciosas que se encontrasen, aspecto que
Portugal empleaba con relación a todas sus posesiones ultramari_
nas.
Con Ia instalación de Ias capitanias se inició el ciclo deI
azúcar, producto de gran valor comercial en Europa, -que hasta
entonces se abastecía en Sicilia, Madera, Cabo Verde y el Oriente
pero en cantidades muy reducidas-, 10que ligó nuevamente a Ia
coloniaportuguesaaI ViejoContinente,con su'sprincipalesnúcleos en Bahía y Pemambuco. Hacia mediados deI siglo XVII
Brasil se convirtió en el mayor productor mundial de este producto, dando origen a grandes propiedades y a Ia masiva introducción de mano de obra esclava traída de Ias costas africanas.
Asimismo, los conflictos con los franceses persistieron a
10 largo dei siglo XVI, pues hacia 1594 estos fundaron Saint
Louis,en Maranhão,de dondefueronexpulsadosreciénen 1615.
Paralelamente, los problemas con los espaõoles se aplacaron temporalmente, por Ia unificación de Ias dos coronas entre los afios
1580 y 1640, 10 que permitió el establecimiento de vínculos comerciales impensados hasta ese entonces, en especial con Ia cueDca deI Plata. EI puerto de Buenos Aires sobre el que pesaba, por
presión limefia,Ia prohibición de realizar actividades comerciales,
se convirtió en una zona de creciente contrabando, en el que los
portugueses -y los ingleses- desempefiaranun papel muy destacado.
En efecto, los comerciantes portugueses convertidos en
los actores principales deI comercio ilegal desarrolIado en BueDoS
Aires crearon "un amplio circuito -expresión de su interés por
Potosí- que abarcaba Brasil. Africa. Portugal y, por infinitos lazos
y redes, al Mediterráneo, Francia, el norte de Europa, para prolongarse hasta el Eh.1remoOriente. Dentro dei sistema, Brasil Y
BueDOS
Aires eran esencialmentebases para alcanzar los valiosos
distritosmineros altoperuanos".19
La Corona hispana, además, tuvo que enfrentar el dilema
de abandonar Ia ciudad de Buenos Aires en función deI virtual
aislamientoal que Ia misma era sàmetida, y el temor de que ésta
fuese ocupada por otras potencias europeas. Por elIo recurrió a
"Ia creación dei sistema Brasil-Rio de Ia PIata, dos zonas de produccióndistinta y complementaria. Con tales fines una cédula de
1602concedió aios portefios el derecho de exportar anualmente
2000fanegas de harina, 500 quintales de cecina y 500 arrobas de
sebo, para retomar con negros dei Brasil".20Si bien este fue un
paliativo menor y no surtió efectos ai momento de controlar el
contrabando,era sin embargo Ia primera vez que se hacía mención
a una articulación económica entre Ia zona de Ia cuenca dei Plata
conel Brasil.
Como podemos apreciar, esta fuerte relación con Ia ecoDomíaeuropea daba lugar a Ia creación de vínculos económicos
entreregiones de América que hasta entonces sólo habían tenido
desencuentros.También se puede detectar Ia presencia de los lusitanosen Tucumán y Córdoba, cumpliendo allí un papel destacado.
Por su parte, los sectores comerciales limefios opusieron
una feroz resistencia al avance comercial portugués desde Buenos
Aires,10que lIevó a que Ias excepcionespara el tráfico otorgadas
a Ia ciudad rioplatense fuesen cada vez más acotadas y que el
contrabandoentrase en una etapa de organización definitiva con el
correr de Ia primera mitad dei siglo XVII, lIevando oro y plata a
~rasil a cambio de Ia introducción de esclavos y otras mercancias.
19
. dC, S. Assadourian,
~ ependencia,
18 Para dedicarse a Ia exlrncción deI paIo brasil era necesaria una concesión por parte dd
soberano 10 que marcaba los estrechos vinculos entre poder político y económico ~
Portugal.
96
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,I
Buenos
C. Beato, J. C. Chiaramonte:
Aices, Hyspamérica,
Argentina:
de Ia conquista
a Ia
1986.
21 Ibid.
197~~r S. Villalobos: Comercio y contrabando
en el Rio de Ia Plata y Chile, Buenos Aires,
97
~
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II '~
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~II
I
~
La unión de Ias dos coronas también supuso Ia inrnersión
de Portugal en los conflictos internacionales de los Habsburgo,
teniendo un particular impacto Ia lucha de los Países Bajos contra
Madrid para independizarse de su domínio. Por ello los holande_
ses comenzaron a atacar posesiones portuguesas en Brasil y en
1624 Bahía fue tomada brevemente, recuperada un afio después
por Ias fuerzas de Felipe IV. También ocuparon Ia región de Pernambuco, y Olinda y Recife cayeron en sus manos en 1630. En
1633 fue el turno de Rio Grande do Norte, en 1634 de Paraiba, en
1635 de Ia mayor parte de Pernambuco, entre .1637 y 1641 Ceará
y Sergipe y en 1641 Maranhão, por 10 cual aI momento de separarse Ias coronas en Ia península ibérica en 1640 casi todo el Nordeste había sido perdido en manos holandesas.
EI nuevo soberano portugués y los colonos lusitanos organizaron entonces Ia resistencia aios nuevos ocupantes. Ante Ia
pérdida de parte de Ias posesiones orientales y el abandono de Ia
India, Portugal colocó a Brasil en el centro de sus intereses estratégicos y económicos y en 1645 marcó el inicio de Ia rebelión:
Olinda capituló en 1648 y Recife en 1654,10 que marcó el defini.
tivo repliegue de los holandeses de Ia colonia lusitana.
Pero hacia Ia década de 1650 Ias características de Ia
ocupación portuguesa dei Brasil mostraban claramente Ia debili.
dad de sus lineamientos para el asentamiento y organización definitiva de estos territorios, pues ni siquiera Ia línea costera estaba
ocupada en su totalidad y sólo en Ias zonas de Sao Paulo y Río de
Janeiro Ia penetración lusitana iba más aliá de los 100 kilómetros,
aspecto que comenzaría a ser redefinido desde entonces -en gran
medida gracias aios bandeirantes- y en el que el ciclo minero iba
a desempenar un papel importante como complemento de aqueJla
estrategia.
Cuando se produjo Ia separación de Ias coronas de PortUgal y Espana, Madrid llevó a cabo una serie de represalias contra
los intereses lusitanos establecidos fundamentalmente en Buenos
Aires. La fuerte ligazón comercial establecida entre Ia ciudad yel
área rioplatensecon Ia coloniaportuguesadei Brasil sufrióun
fuerte impacto, aunque éste nunca se interrumpió por completo y
el contrabando adquirió una dimensiónaún mayor.
Los intereses lusitanos en Ia zona llevaron así a Ia creaciónde Ia Colonia de Sacramento a fines dei siglo XVII, que sirvió como cabecera de puente en el Rio de Ia Plata para Ia introducciónde mercancías de contrabando. Pero al caer Portugal en Ia
esfera de influencia inglesa en el siglo XVIII, tras Ia guerra de
Sucesión Espafiola, este tráfico ligó a ambas regiones a Ia isla
europea.
Tal como senalan Assadourian, Beato y Chiaramonte,
"Inglaterraproveía mercaderías que Lisboa enviaba a Brasil; desde Río de Janeiro eran trasladados por mar hasta Colonia de Sacramentodonde se establecían los lazos necesarios con los interesadosrioplatenses. Así, bajo Ia forma de contrabando, Ias mercaderías eran vendidas y Ia plata obtenida no tardaba en llegar a
Lisboapor medio de Ia fiota de Rio de Janeiro. Desde Lisboa, a
su vez, una gran proporción dei metálico llegaba a Londres, cerrándoseentonces el ciclo de este comercio"?2
Si bien Ia Colonia de Sacramento pasó a manos hispanas
en forma definitiva tras el Tratado de San Ildefonso, estos VÍnculos forjados durante el último siglo y medio permanecieron y Ia
relaciónde Ias dos regiones coloniales con Europa Occidental, en
especial con sus respectivas metrópolis y con Gran Bretafia y
Francia,tendió a consolidarse durante todo el siglo XVIII.
Por otro lado, en Brasil tanto Ia explotación azucarera
comoIa deI tabaco, el algodón y Ia ganadera habían propiciado,
deirnismo modo que en Ia América hispana, Ia conformación de
grandeslatifundios, dando origen a una clase de ricos plantadores
y propietarios, que tuvieron una amplia influencia sobre el poder
políticolocal. Aquí también el algodón y el tabaco lograron proyectarse hacia el mercado externo en forma efectiva luego de
los lazos entre Europa Occidental y Ia colonia
116~0,reforzando
USltana.
-22
C. S. Assadourian, C. Beato, J. C. Chiaramonte: op. cito
98
99
11 1111
"
III~
I
II III~I.'
J
'li
,.~
Como ya hemos sefialado, desde fines deI siglo XVII y
hasta el momento de su independencia en 1822 Brasil pasó a ser
Ia principal posesión de un imperio portugués en declinación
constante. Por ello entre 1650 y 1750 Ia mitad deI territorio brasilefio actual fue explorado y colonizado. Esto se vio reflejado en
el Tratado de Madrid entre Espana y Portugal de 1750, que SUstituía al de Tordesillas y establecía una línea fronteriza más cercana a Ia deI Brasil actual. De todos modos, el afincamiento de ]os
portugueses en el interior deI territorio no siguió Ias característi_
cas castellanas y por ello surgieron una serie de "islas" de poblamiento, en muchos casos aisladas entre sí, que repercutirían sobre
Ia organización espacial deI Brasil independiente y que sería una
forma de colonización característica de] Centro-Sur con influencia hasta hoy.
En Ia primera mitad deI siglo XVIII Ia colonia lusitana
tuvo como principal característica el predominio abrumador deI
oro en Ias exportaciones de Ia colonia, 10que marcaba el iniciode
un nuevo ciclo, luego deI estancamiento sufrido por Ia producción
azucarera. Los yacimientos más importantes se encontraban en
Minas Gerais, aunque también se hallaron en Matto Grosso,
Goiás y Bahía. EI oro se convirtió, como antes el azúcar, en ]a
base principal de Ia economía brasilefia durante esa centuria, aunque ya hacia 1760-1770 había entrado en declinación. Así y todo,
aÚDen 1801 seguía representando el 15,2% deI total de Ias exportaciones de Ia colonia. Paralelamente encontraron diamantes,
convirtiéndose en el primer gran productor moderno y lograndoel
monopolio en el mercado internacional casi todo el siglo XVIII.
Este fue otro importante elemento que reforzó los lazos de Brasil
con los paises europeos, en detrimento de una posible articulación
con otras regiones de América.
Mientras tanto, el azúcar mantuvo un lugar preponderante
durante Ia primera mitad deI siglo XVIII, aunque Gran Bretaiía
I
:11
dejó de ser su principal destino,23al cobrar importancia ltalia,
PortUgaly otros países mediterráneos.
Luego de 1760 Ia activa competencia de Ias Indias Occidentalesdesplazaria al azúcar de Brasil de los mercados europeos,
10que marcaria el punto de inflexión para ésta y el desplazamientodeI eje económico y político deI Nordeste hacia el CentroSur.
EI sur brasilefio fue colonizado sobre Ia base de Ia ganaderia, con un sistema que 10 diferenció deI resto deI territorio.
Comono eran regiones aptas para Ia producción de mercancías de
granvalor comercial para Ia época, ni vinculadas al mercado extemo, se recurrió a capas medias o pobres de Ia población portuguesa. En general, como sefiala Caio Prado Junior, provenían de
Ias Azores y "emigraban en grupos familiares 10 que también es
casiúnico en Ia colonización deI Brasil",24dando lugar a una subdivisiónde Ia propiedad atipica en el continente americano. Pero
bacia fines deI siglo XVIII, y con vistas a consolidar Ia posición
portuguesa en esa región, se tendió a Ia conformación de grandes
propiedades.EI cuero, al igual que en Ia zona deI Plata, constituyó
su principal producción exportable, aunque hacia fines deI siglo
XVIII y principios deI XIX podemos apreciar Ia instalación de
saladeros, 10 que llevó a una competencia y a conflictos importantesentre esta región y el área deI Litoral y cuenca deI Rio de Ia
Plata.
De este modo, Ia producción de artículos destinados al
mercadointernacional determinaba Ias otras actividades económicas y orientaba los vínculos con el resto de Ias colonias sudamericanas. Con muchas de estas regiones, Ias producciones eran competitivas y Ia hostilidad entre Ias coronas portuguesa y espanola
ll~vóa que Ia misma se expresase a veces en conflictos abiertos.
S.membargo, como ya hemos visto, esto no significó que Ias relaCIonescomerciales entre algunas de estas regiones con el Brasil
fueseninexistentes,no sólo a través deI contrabando con el Rio de
-23
24 ~o~enzó a consumir el proveniente de sus colonias en Ias lndias Occidentales.
aIOPrado Junior, op. cit.. p. 106.
IH
100
101
Ia Plata, sino también por medio de Ia venta de mulas deI Litoral,
destinadas a Ia eh."plotaciónaurifera, o de ganado vacuno de Ia
Banda Oriental aIos saladeros de Rio Grande.
A su vez, desde Ia región de Moxos (hoy Bolivia) llega.
ban caballos para el Matto Grosso desde 1771 y en Ia frontera
luso-hispana deI PerudeI Alto Amazonaslos contactoseran re.
guIares. Además, el contrabando, practicado con los comerciantes
ingleses durante el siglo XVIII, mostraba que para el caso lusobrasileno Ia existencia deI pacto colonial hacia tiempo que habia
dejado de ser una realidad para transformarse en una mera fonualidado
Sin lugar a dudas, Ias relaciones comerciales con Europa
Occidental constituían el eje sobre el que se asentaba Ia colonia.
No fue una casualidad que Ias principales ciudades de Ia región
fueran los puertos de salida de Ias exportaciones: Rio de Janeiro,
Balúa, Recife, San Luis y Belém.
Para concluir, senalemos que el proceso de conquista y
ocupación de Brasil, tras estar sometido a Ia fuerte competencia
de sucesivas ocupaciones coloniales, quedó bajo Ia égida de Lisboa, 10cual dejó como saldo, aI igual que en Ias colonias hispanas, que una parte de su economia estuviera orientada al mercado
externo, tal el caso de Ia minería, el azúcar o el tabaco. Esto no
sólo tiene una fuerte impronta en su posterior vida independiente,
donde el sector externo ha continuadojugando un papel preponderante, sino también debe leerse en su dimensión política, dado que
el siglo XIX encontró aI Brasil altamente proclive aIos lazos con
su ex metrópoli, con Londres y con Europa Occidental. Por supuesto que el proceso cambió especialmentedespués de Ia Primera
Guerra Mundial, cuando los intereses políticos y económicos de
Rio de Janeiro se orientaron hacia Washington.
A su vez, actividades destinadas aI consumo interno, co'
mo Ia ganadería tendieron a ser competitivas con los productores
argentinos deI Litoral y Ia región pampeana, convirtiéndose en un
obstáculo para un potencial proceso de integración de Ias econo'
mias regionales y favorecieron el desencuentropolítico.
102
2. EI ocaso dei antiguo mundo colonial. Las relaciones
con Gran Bretaõa y Europa Occidental
Las guerras de Ia independencia
Es interesante revisar el papel jugado por Ias grandes potencias
durante Ias luchas por Ia independencia. No por muy debatido
puedenegarse el hecho de que Ia aparición de Napoleón Bonaparteen el proceso revolucionario francés significó un giro en este
último.El ejército francés, como bien refleja León Tolstoi en su
novelaGuerra y paz, surcó de este a oeste a Eurasia con Ia pretensiónde dominarIa pero, al mismo tiempo, difimdió Ias ideas de
libertad,igualdad y fraternidad más alIá deI Viejo Continente, con
efectosinsospechados en el caso americano.
Una de Ias primeras consecuencias de estaoleada libertaria sonó como campanazo trágico, que puso en alerta aIos senores duenos de Ia tierra de todo el Nuevo Mundo: Ia rebelión de
esc1avosen el Santo Domingo francés. Esto se sumaba a episodios percibidos con temor por los intereses metropolitanocOloniales,que hacían peligrar el statu quo de Ias sociedades coloniales,como Ia independenciade Ias trece colonias británicas de
Norteamérica.También en esos afios se dio el estallido de Túpac
Amaru,proceso visto desde numerosos ángulos, que ha despertado un profuso y prolongado debate no concluido. Mientras que
BoleslaoLewin25Ia ha valorado como un antecedente revolucionaria que inspiró Ias posteriores luchas por Ia independencia,
existeIa convicción en otros historiadores, como Tulio Halperin
~onghi26de que en realidad fue un conflicto entre castas, que solo
s~rviópara que en el Peru se tomara una posición contrarrevolucl0naria.
---2S
26~O:~lao Lewin: La rebelión de Tumpac Amaru. Buenos Aires, Editorial Hachette, 1957.
u 10lIalperín Donghi, op. cito
103
11
Por nuestra parte consideramos que si bien es cierto que
Ia élite peruana se volcó a una postura conservadora, y aunque Ios
postulados dei movimiento tupamarista quizás nunca llegaron a
plantear claramente el inicio de una Iucha por Ia independencia
este estallido tuvo un impacto profundamente revulsivo en Ia so~
ciedad virreinal. Como consecuencia de este hecho, el Peruse
mostró reticente a separarse de "Ia madre patria" por el temor aI
potencial cambio social. Además hay que tener en cuenta los lazos
económicos y políticos que ulÚana esta élite con Ia metrópoli.
Por otra parte, Ia rebeIióndeilíderindígenaparece haber
tenido un impacto importante en muchos dirigentes de Ia primera
revolución que pudo sostenerse en América: Ia encabezada por
Buenos Aires en el Virreinato dei Río de Ia Plata?7 A su vez, Manuel Belgrano colocó un sol inca en Ia bandera argentina, tratando
de atraer a Ia lucha independentista a Ia población quechua y aymara. Además, cuando se discutía Ia foma de gobiemo que habria de tener Ia futura Argentina, propuso instaurar un régimen
monárquico cuyo primer soberano seria un descendientede Túpac
Amaru. Podríamos decir que Belgrano, a pesar de su ascendencia
italiana, o precisamente por ella, comprendió Ia importancia de
encontrar elementos de identificación y motivación para que Ia
población de origen indígena y mestiza abrazara Ia causa de Ia
revolución. Él creyó ver como posible motor de unidad Ia pertenencia étnica, es decir que pensó que por Ia exaltación de su arigen no europeo este importante sector social podria ser movilizado. Es probable que esa percepción no fuera tan desacertada,
aunque no encontró eI modo de llegar a ellos, que vieron Ia lucha
entre realistas y revolucionarios como un conflicto ajeno.
Asimismo, Ias medidas que tomó en 1814 aboliendoIas
fomas serviles con fuerte coacción extraeconómica en el Alto
Peru no causaron el impacto deseado, porque para principias deI
guo
r
27 Ver Pedro de Angelis: Colección de obras y documentos relativos a Ia historia anil 71
y moderna de Ia Provincias dei Rio de Ia Pia ta. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 19 '
tomo VII.
sigla XIX muchas de elIas ya no eran tan utilizadas y, por el contrario, sí despertaron el enojo de los criollos.
Quizás por eso no encontró eco en Ia élite, que debatía en
Tucumán en 1816 Ias posibilidades de declarar Ia independencia,
su propuesta de monarquía indígena. Por supuesto, ni eI Río de Ia
Plata estaba dispuesto a imponer una monarquía de dudoso linaje
que podía arrastrarlo a vaya a saber qué compromisos con una
población en su hinterland que Ia alejaba de sus vínculos con Ia
rubia Albión, ni eI Alto Peru, ya de por sí poco a dispuesto subordinarse a Ias pretensiones de Ia ciudad-puerto de Buenos Aires,
queria dar Ia menor cabida a estas castas recientementeaplastadas
con Ia derrota dei movimientotupamaro.
(,Era que Belgrano "deliraba" como se ha sostenido? (,O
en realidad estaba dispuesto a darle un contenido social a Ia revoluciónindependentistaque pocos líderes estuvieron dispuestos a
enfrentar? Algo parecidoocurriócon SimónBolívarque no encontróeco en Ia élite criollacuandointentóprofundizarlos cambios sociales.28
Sin duda los criollos de Ias ex colonias hispanas preferian
identificarse con Europa y no con un pasado mestizo o indígena.
~Noserá que el convencimientoque tenía Ia mayoría de los revolucionarios de que había que establecer lazos 10 más fructíferos
posibles en el plano económico y político con Gran Bretaiia, -y
Europa-, enterró una posible vía de identificación en un pasado
común precolombino, coartando una posible unidad en un nuevo
marco que no sofocara Ia raíz mestiza?
Podría decirse, entonces, que los vínculos existentes o
potencialescon Europa crearon un polo de atracción que muchas
veces no favoreció los procesos de integración latinoamericana y
caribefia.
Por otra parte, conviene sefialar que Ia solicitud de Napoleón Bonaparte ai rey borbón Carlos IV para que autorizara a
Iastropas atravesar Espana desde Francia hacia Portugal culminó
2>!
.
Recordemos
lndependencia
que cuando
Bolívar
liberó a Ias e.~c1avos para incorporarias
a Ia causa
de Ia
fue mal visto por Ia élite dei cacao.
l
104
105
con consecuencias cruciales para Ias colonias americanas. La caída de Ia península ibérica en manos de los Bonaparte fue el detonante para que se iniciara el capítulo de Ias guerras de Ia independencia en Hispanoamérica, ai mismo tiempo que provocó Ia huida
dei rey y Ia corte portuguesa hacia Brasil, dando lugar allí a una
transición más larga, y sobre todo más incruenta hacia Ia independencia.29
Las guerras napoleónicas le permitieron a Gran Bretafia,
que a Ia sazón ya había perdido Ias trece colonias, tener nuevas
expectativas acerca de Ias colonias hispanas. En efecto, desde
siempre Ia "reina de los mares" había codiciado Ias posesiones
hispanas. Tras Ia Guerra de Sucesión Espafiola Inglaterra consiguió tener una presencia legal en el intercambio metropolitanocoloniat3°aunque se había valido dei contrabando como en el caso
dei Río de Ia Plata donde lograba penetrar sus productos manufacturados y escIavos a cambio de metales altoperuanos. En 1806
y 1807 intentó hacerse dei virreinato rioplatense y fue derrotada
por Ia propia acción de los colonos encabezados por el virrey de
origen francés Liniers. EI cautiverio de Fernando VII aceleró 10
que ya se venía anunciando. Las fracasadas invasiones inglesas le
perrnitieron madurar Ia idea de establecer lazos económicos más
fructíferos con estas colonias. Es sabido que si bien dichos intentos de invasiones fueron un fracaso desde el punto de vista político y militar, resultaron fértiles en el mundo de los negocios, dejando lazos con sectores mercantiles en ambas ciudades-puerto:
Buenos Aires y Montevideo.
AI mismo tiempo, el Foreing Office de manera discreta
colaboró con los planes de Francisco Miranda. Por ello, su política osciló entre el relacionamiento a través de los negocios y de Ia
diplomacia, y Ia política de Ias cafíoneras a Ia que se recurrió
cuando fallaban otros recursos.
29
Cuando Pedro I retomó a Ia península ihérica, dejó a su hijo gobemando
pero tiempo después Pedro II se declararia independiente.
30 Esta presencia se sintió a través de Ia aprobación de los asientos.
106
a su nombr~,
Simultáneamente, Londres siguió una sutil política de
atracción de los jóvenes revolucionarios que se educaban en Europa a través de redes secretas, Ias logias, estableciendo vínculos
políticos como también económicos. Mucho se ha debatido de Ia
participación en Ias mismas de personajes tan destacados como
SimónBolívar, José de San Martin y Bernardo O'Higgins.
EI movirniento independentista latinoanlericano surge de
Ias propias motivaciones internas de Ias élites criollas hispanoamericanas de cada región y recibe el estímulo a veces discreto a
vecesmás explícito de Gran Bretafia. Por supuesto que esta actitud despierta el recelo de los Estados Unidos, que a través de Ia
Doctrina Monroe (1823), que procIamaba "América para los
americanos"y que muchos han traducido como "América para los
norteamericanos",buscaban frenar no sólo Ia presencia activa de
Gran Bretaiía, sino también otras aventuras encaradas por Ias
grandes potencias en Ias, para ese entonces, ex colonias hispanoamencanas.
Volviendoal periodo de efervescencia independentista recordemosque Ia Franda de Napoleón, antes de perder su armada
en manos dei almirante Nelson, también había mirado con apetito
.Ias colonias hispanas. A causa de ello, el virrey Liniers organiza
Ia resistenciaa Ia invasión inglesa. Por eso también es reemplazado como virrey por Cisneros. Es debido a sus lazos con Francia
que,haciendo valer su carisma, encabeza el bando contrarrevolucionario que se atrinchera en Córdoba para resistir el embate de
Iastropas de Buenos Aires. Es por su devoción por Francia que
fue fusilado como castigo ejemplar por organizar Ia resistencia a
Iacausa de Ia revolución.
.
Ellargo capítulo de Ia independenciareconoce también Ia
diversidadde cada una de Ias regiones. La guerra adquirió características extremadamente violentas -aunque toda guerra siempre
es violenta- en el norte de América deI Sur. Bolívar tuvo que enfrentar una tenaz resistencia de Ias élites locales que vieron con
Inalosojos muchos de sus movimientos que ponían en peligro su
107
status, a partir de 1816, trastocando Ia base misma de su Susten_
tación económica y política.
Por su parte, México y Peru, que ya habían tenido que enfrentar rebeliones con fuerte contenido social como Ia de Hidalgo
y Morelos, o Ia de Túpac Amaru respectivamente, trataron de
mantener sus lazos con Ia corona espaiíola. No se resignaban a
que por más que aguardaran Ia restauración de Fernando VII, su
retorno era el canto deI cisne de un imperio que se hundía herido
en el centro rnismo deI poder. Los sectores más c~nservadores de
México y Peru sólo se convencieron de Ia infertilidad de sus es-
11
fuerzos cuando Ios liberales encabezados por Riego se hicieron
fugazmente dei poder a principios de Ia década de 1820. Ambos
bastiones realistas terminaron cediendo a Ia oleada separatista que
concluyó en 1824.
Sólo Cuba y Puerto Rico debieron esperar hasta fines deI
siglo XIX para cortar los Iazos de subordinación a Espana. EUo
fue el resultado
dei auge de Ia economía
de plantación
azucarera
-
cuyo principal mercado ya eran los Estados Unidos- y Ias oportunas concesiones espanolas a Ia élite criolla de Ias Antillas espaiíolas, atemorizada por los recientes acontecimientos de Ia vecina
isla de Haití. De allí que Ias conspiraciones anticolonialistas deI
periodo,comoIa de Solesy Rayosde Bolívar(1823)en Ia islade
Cuba, fracasaran estrepitosamente casi aI mismo tiempo que Ias
gobiernos de Colombia y México abandonaban sus proyectos independentistas para Ias Antillas espanolas, debido a los cambias
en Ia coyuntura internacional -fracaso de los planes de reconquista
de Espana y Ia Santa Alianza- y Ias presiones de Inglaterra y Estados Unidos para no alterar el status quo caribeiío.
Se puede afirmar que Ia principal ganadora en este proceso fue Gran Bretaiía. EI Foreign Ojjice osciló entre Ia actitud
prudente y moderada, como el retraso en el reconocimiento de
muchos de Ios procesos independentistas y Ia intervención armada, como 10prueban Ias variadas aventuras en Ias que participá
sola o acompanada de otras potencias extracontinentales a 10largo deI siglo XIX.
108
Cuando Espana comprendió que estaba perdiendo en toda
Ia línea, le ofreció prolongar Ia libertad de comercio a Gran Bretaiía -concedida en eI marco de Ia lucha contra Ia expansión napoleónica-a cambio de apoyar aios ejércitos hispanos en Ia represiónde Ia independencia:"Londres inició una política de doble
aspecto. En el nivel oficial siguió instando a Ia corona espanola
para que aceptara una mediación imparcial. Por otra parte, en el
planosecreto, Ios dirigentes de Ia política inglesa alentaron y apoyaron aios luchadores por Ia independencia latinoamericana."
Prontoquedó claro que Gran Bretana terminó apoyando a quienes
le garantizaban Ia libertad de comercio.
Por otro lado "los próceres de Ia independencia se aprovecharonde Ia ayuda inglesa, sin hacerse ilusiones sobre los motivos que Ia inspiraron, y también trataron de sacar ventajas de Ias
contradicciones de intereses entre Ias potencias", como 10 hizo
Bolívar, quien tendía a confiar más en Ia ayuda británica que Ia
estadounidensepuesto que veia "con honda preocupación y desconfianzaIas tendencias expansionistas que se manifestaban en el
país deI norte.,,31
Por otra parte, Ia primer república continental en constituirse, Estados Unidos, se convirtió en otro importante polo de
atracciónen el proceso de independenciahispanoamericana. Es de
destacar que el peso de Ia influencia estadounidense se dio sobre
Iaspueblos indígenas en ellento y sistemático avance de Ia frontera hacia el Pacífico y se sintió con mucha más fuerza sobre el vecino México. Poco a poco, durante eI siglo XIX, se fue proyectando más y más en el continente, poniendo de manifiesto una
fuerterivalidad con los británicos.32
(.Cuáles fueron Ias consecuencias de Ias guerras independentistasen Ias relaciones con Europa? Las ex colonias tuvieron
quepasar un periodo de transición de duración variada para poder
31
C Demetrio Boersner: Relacione.~ internacionales
3Zaracas,Editorial Nueva Sociedad, 1990.
de América
Latina. Breve hi.~toria,
LatiVer J. Fred Rippy: La rivalidad entre Estado.~ Unidos y Gran BretaFía por América
na (1808-1830). Buenos Aires, EUDEBA, 1967.
109
li
II
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! I:I~
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reorganizar el espacio en nuevos estados que pudieran ser viables
políticamente. En ese camino no sólo se enfrentaron regiones con
proyectos contrapuestos, sino que Ias grandes potencias -incluido
Estados Unidos que acrecentaba su territorio y su poder económi.
co y político hemisférico- tendieron a intervenir en el diseiío re.
gional, regulando el interjuego de Ias fuerzas económicas y políticas locales, intentando recuperar los territorios perdidos, marchando de manera conjunta o enfrentadas entre sí.
II
II
111
III
La formación de los Estados nacionales y sus
vínculos económicos y políticos con Europa
!IIII
Terminado el ciclo de Ias guerras de Ia independencia, si bien se
aceptó que América Latina eligiera un camino propio políticamente, Ias grandes potencias velaron para que sus intereses económicos y políticos fueran respetados. Cuando consideraron necesaria Ia presión armada o Ia intervención directa, no dudaron en
hacerlo.
Por supuesto que cada capítulo tiene un contexto particular. Por ejemplo, Ia Banda Oriental del Uruguay fue Ia manzana
de Ia discordia entre Ia Argentina y Brasil. Si bien es cierto que
existía una vieja rivalidad entre los puertos de Buenos Aires y
Montevideo, cuando el triunfo de Ias armas argentinas sobre Ias
tropas brasileiías podría haber asegurado Ia integración argentinouruguaya, Ia hábil diplomacia británica favoreció Ia creación de
un Estado tapón, favorable a sus intereses económicos,políticosy
estratégicos en el estuario de Ia cuenca dei Plata.
Desde el punto de vista económico, Ias guerras independentistas de Ias colonias hispanas dejaron sumida a Ia región en
un contexto de inestabilidad política que, sumado al impacto económico negativo en el sector productivo, le dificultó, en un prÍl11er
momento, Ia inserción en el mercado internacional y retrasó Ias
posibilidades de atracción de capital. 33
En primer lugar, esto es uno de los aspectos que impidió a
Ias jóvenes naciones lograr un desarrollo industrial autónomo,
sumado a que no contaban con condiciones favorables previas en
ese sentido, como sí había ocurrido con los Estados Unidos.34
En segundo término, su mercado interno estaba en un
proceso muy rudimentario de organización, 10que se traducía en
una demanda muy deprimida, puesto que o tenian pocos habitantes, como en el caso de Ias Provincias Unidas dei Rio de Ia Plata,
o Ia pobIación, en su mayoría atadas a formas precapitalistas de
producción (como Ia servidumbre y Ia esclavitud), no tenía una
capacidad de consumo 10suficientemente alta como para favorecerun proceso de despegue autónomo. Inclusive, donde era fuerte
Ia presencia de comunidades indígenas, éstas mante11ÍanaÚllmuchas actividades para el autoconsumo, restando posibilidades a Ia
expansión de Ia demanda interna privada. A esto se sumaba Ia
inestabilidadpolítica, como el caso de Colombia, agravada por el
aislamientointerno entre sus disímiles regiones que dificuItaba eI
procesode creación de un verdadero mercado nacional.35
De allí que por los propios condicionantes internos de Ias
jóvenesnaciones en formación, sumado a Ia pujanza británica de
Ia segunda mitad dei siglo XIX, con todos los bríos generados por
Ia primera fase de Ia Revolución Industrial, Ias llevaron a un periodo postindependentista de aislamiento, para terminar arrojándoseaios brazos de Gran Bretaiía que, en especial a partir de Ia
década de 1850, aprovechó sus oportunidades, seguida a gran
distanciade Europa Occidental y de los Estados Unidos. Esto interfirióen muchos de los proyectos de integración regional.
33
Leandro Prados de Ia Escosura y Samuel Amaral: La independencia americana:
~onsecuenciaseconómicas, Madrid, Alianza Universidad, 1993.
.~ un hecho que Ias colonias británicas de América dei Norte quedaron mejor
f,OSIClonadas para lograr su propia
via de industr~alización.
LeanMarco Palacios: Las con.~ecuencia.~ económicas de Ia independencia
dro Prados
110
de Ia Escosura
y Samuel
Amaral:
op. cito
en
Colombia. En
111
II
ill
III11
Además, los pasos dados hacia Ia liberación de Ia economía no siempre dieron los frutos esperados por muchos de los dirigentes revolucionarios. En diferentes lugares, aquellas actividades que lograron sobrevivir a Ia crisis de Ias guerras civiles, tuvie.
ron que soportar Ia competencia de productos manufacturados
arribados desde el exterior, principalmente de Gran Bretafía,
abortando Ia posibilidad de una vía autónoma de desarrollo económico. Esta determinó que más tarde que temprano los nuevos
estados se inclinaran por concurrir con sus productos primarios aI
mercado extemo en el deseo de equilibrar sus agotadas arcas.36
Hacia mediados deI siglo XIX Latinoamérica se fue vo1cando a Ia
exportación de productos primarios de origen minero, agropecuario o a Ia agroindustria.37
Terminadas Ias guerras de Ia independencia, en general se
dio una tendencia conservadora, preservándose en muchas regiones el orden económico y tributario colonial. Esto, muchas veces
fue interpretado como Ia implementación de políticas arancelarias
dirigidas ai proteccionismo y enfrentadas a Ias grandes potencias
y de neto corte nacionalista. Sin embargo, Víctor Bulmer- Thomas
descubre detrás de estas posturas Ia contradicción entre los intereses de Ia burguesía comercial y de los sectores financieros. "Los
partidarios de libre comercio deseaban que Ias restricciones comerciales fuesen 10 más bajas posible, y sus argumentos fueron
enérgicamente apoyados por los comerciantes extranjeros que se
habían establecido en toda Ia región desde el derrumbe dei poder
ibérico, y cuya razón de ser era Ia importación de bienes extranjeros. Los partidarios deI comercio exterior en general eran apoyados por los gobiemos, aunque debe recordarse que los accionistaS
extranjeros (sobre todo británicos) tenían el interés opuesto, porque en muchos casos se suponía que el pago dei servicio de Ia
deuda estaría garantizado por los ingresos aduanales. Además,
sostiene que para comprender por qué el sector exportador no re-
sultó tan rentable como se esperaba, 10 que ocurría era que Ia econo!11Íano exportadora no servía de complemento a ese sector en
muchos lugares, puesto que "Ios nexos hacia atrás y hacia delante
deI sector exportador con el resto de Ia econornía solían ser débiles, Y Ia demanda de bienes y servieios derivada de los ingresos
podía ,,38
estimular 10 mismo Ias importaciones que Ia producción
36 Cardoso y Brignoli, op. cito
37 Uno de los productos no tradicionales que tuvo su auge en Ia década de 1850 fue el guallO
en el Peru.
ind Los .tratados comerciales que sobre todo Gran Bretana deseaba firmar con los estados
&ra~endlentes solían verse como un compromiso aceptable, porque permitían mantener los
vamenes a tasa que podían maximizar el ingreso." Victor Buhner-Thomas, loco cito
1I2
Ioca.I
Asimismo, recordemos que América Latina y el Caribe
continuaron siendo un escenario de lucha de Ias potencias europeas y de Estados Unidos. En ese sentido, un caso claro de Ia rivalidadbritánico estadounidense es el de Centroamérica. La guerra de Ia independencia desmanteló Ia red de distribución de Ias
importacionesencabezada por los comerciantes de Guatemala a
través de los productores de anil y de los adelantos de dinero a Ias
autoridadeslocales. Esto ayudó a desestructurar el espacio colonialaI romperse los vínculos con Espana, pennitió Ia entrada de Ia
competenciaruinosa de los panos británicos y reorientó Ia economía hacia el mercado extemo, impidiendo el éxito de Ia Confederación.Por otra parte, a partir de fines de Ia década de los cuarenta Ia región empezó a sentir el influjo de los Estados Unidos,
lanzadoa Ia conquista de Ia costa deI Pacífico después deI arrebato de territorios a México (1848). Esto dio lugar a una reestructuraciónen función de los intereses estadounidenses en Ia región.
..
Por otra parte, los países centroamericanos no contaban
nI slquiera con un sistema bancario incipiente, dificultado por los
limitesdifusos en cuanto a Ia tenencia de Ia tierra, impidiendo que
Ia misma fuera tomada como garantía deI crédito. Gran parte de
I~ tierras estaban en manos de Ias comunidades indígenas, los
eJldosy Ia IgIesia, y fue por impulso de Ia principal actividad de
exportaciónque se inició Ia refonna liberal dirigida a desestancar
Iapropiedadterritorial, que permitió que muchas áreas pasaran a
-38"
1I3
I~
1f~"il
li'
..
I
1<
!
II
,~
manos de propietarios individuales. Podríamos aquí subrayar que
Ia vinculación con los mercados extemos -estadounidense y eUro_
peos, principalmente el británico-, a través de Ia producción y exportación deI café condicionó Ias nuevas relaciones sociales. AI
respecto, Héctor Lindo-Fuentes sostiene: "Se trataba de un círculo
vIrtuoso: el cultivo deI café proporcionaba los fondos para Ia
transformación de Ias instituciones y, a su vez, Ia existencia de
registros de propiedad y de leyes regulando el crédito hipotecario
contribuía a mejorar el clima financiero y a permitir Ia creaciónde
bancos, 10 cual financiaba nuevas fincas de café:" Este proceso
fue dando lugar a Ia conformación deI incipiente sistema bancario
primero en Costa Rica, luego en Guatemala y EI Salvador, que
mucho más tarde se extendióa Nicaragua y Honduras.39
Uno de los primeros sectores que atrajo inversiones a
partir de Ia segunda década del siglo XIX fue Ia minería, con excepción de varios países, entre ellos Paraguay.40Se calculan mversiones en toda Ia región por un monto total de 3.5 millonesde
libras esterlinas, sin dar los resultados esperados.41
En México, el descenso de Ia producción de plata entre
1820 y fines de 1840 se tradujo en un gran esfuerzo de exportación de este metal que, sin embargo, no logró cubrir los costos de
Ias importaciones crecientes de textiles procedentes de Gran Bretafia. Además, su esfuerzo por aumentar Ias entradas a través de
exportaciones como el índigo, Ia cochinilla y el palo campecheno
sólo no dieron los resultados esperados para recuperar rápidamente Ia economia por Ia baja de los precios en el mercado inter-
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39 Héctor Lindo-Fuentes:
Consecuencia.v
económica.v de la independencia
de
Centroamérica. En Leandro Prados de Ia Escosura y Samuel Amaral, loc. cito
40 Conviene recordar el aislacionismo en el que hallaba Paraguay desde Ia declaración de
su independencia.EI gobiemo de Asunción negoció con el argentino Juan Manuel de Rosas
Ia salida de sus productos a través dei puerto de Buenos Aires. La figura de Gaspar
Rodriguez de Francia, como Ias de sus sucesores Carlos Antonio López y Francisco S?lan~
López es muy polémica, y se centra en Ias formas de gobiemo y en Ias tormas de propleda
de Ia tierra. Ver: León Pomer: La guerra del Paraguay. gran negocio, Buenos Aires, Ed.
CaIden, 1968; Carlos Pastore: La lucha por la tierra en Paragllay, Asunción, 1972 Y
Sergio Guerra Vilaboy: Paragllay: de la independencia a la dominación imperialista.
A,unción, Carlos Schaumann Editor, 1991.
41 Se constituyeron 25 compaíÜas que en su mayoría quebraron.
nacionalde los productos primarios,42sino que reforzaron los lazos con los mercados extemos no latinoamericanos. La otra consecuenciade esta imposibilidad de equilibrar el sector extemo fue
que se debió requerir ~ada vez ~ás aI cré?ito, como ?ien s~ ha
sostenidoen "Ia capacldad que tlene un paIS de financIar prestamoSal Estado depende de su provisión de reservas" y como Ia
acumulaciónde estas bajaba, Ia primera consecuencia era que el
mercadode valores mexicano era débil y mal organizado 10cual
implicabaque debía recurrirse cada vez más al mercado extemo,43
beneficiandolos lazos con los centros financieros encabezados por
Londres.Es importante destacar que en el caso de México Ia proximidadcon los Estados Unidos 10transformó en un interesante
bocadoterritorial y económico.
Sín duda, Ia producción minera con más presencia fue Ia
deIa plata, que se vio perjudicada cuando Gran Bretafia adoptó el
patrón oro. Por su parte, Chile se insertó en el mercado mundial,
aprovechandoIa demanda creciente de cobre aI son de Ia RevoluciónIndustrial.
Marco Palacios ha sefialado Ias siguientes etapas en Ia
economíacolombiana: el periodo que va de 1821 a 1827 con mayor acento en medidas arancelarias de corte liberal debido a Ias
necesidadesestratégicas de Ia alianza con Gran Bretafia. Un segundomomento proteccionista con Ia dictadura bolivariana y Ia
disoluciónde Ia Gran Colombia. EI periodo que va de 1833 a
1845,cuando se implementa un proteccionismo moderado como
respuestaa Ia doble crisis, fiscal y deI comercio exterior. Finalmentea partir de 1847 se produce una baja sustancial de Ias aranceiesextemos. El deseo de Ia élite criolla de mantener en sus manosel poder político obligó a Ias comerciantes británicos a tratar
~e adaptarse a Ias particularidades de Ia sociedad colombiana.
La independenciano condujo al temido cambio de una élite imPortadorachapetona por una inglesa y se puede especular si acaso
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43 Ibid.a,
1. Salvucci y otros: "Las consecuencias económicas de Ia independencia
en Leandro
Prados
de Ia Escosura
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Amaral,
loco cito
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que el antibolivarismo de algunos grandes comerciantes bogotanos
después de 1826-27 no se debió en parte a su temor a que Ias proclividades inglesas dei padre de Ia patria podrían conducirlo a
conceder privilegios especiales a los comerciantes de aquella na.
ción; pero a comienzos de Ia década de 1830 los manufactureros
británicos y sus agentes comerciales ya conocían el reducido tamafío deI mercado colombiano, su costosa fragmentación geográ.
fica y se habían familiarizado con el extendido sistema de sobor.
nos de Ia administración de aduanas que los ob~igó en Ia década
de 1820 a contratar intermediarios colombianos en los principales
puertos. Además de Ias prácticas corruptas de Ias administraciones aduaneras, los comerciantes ingleses aprendieron que, por
debajo de Ias leyes mercantiles e inclusive de los tratados internacionales de "comercio, navegación y amistad", los negocios se
realizaban dentro deI marco institucional lentamente construido
durante Ia colonia: el parentesco, el honor, Ias conexiones sociaIes
y políticas tejían una maIla impenetrable para el forastero competidor.,>44Por último en este periodo el ritmo creciente de Ias importaciones de textiles británicos, que ya se ha sefialado, y Ia baja
en Ia producción de oro en Popayán y Chocó, impulsó ai pequeno
grupo de importadores a fomentar Ia agroexportación.
Europa Occidental, Ia hegemonía británica y
Ias aspiraciones de los Estados Unidos
A partir de Ia segundamitad deI siglo XIX se terminangrosSO
modo de conformar desde el punto de vista territorial los estados
nacionales en América Latina y el Caribe. En eI camino quedará
más de un intento integracionista, dejando a Ias jóvenes naciones
sometidas al influjo deI mercado eh1erno, de los grandes centrOS
44 Marco Palacio: "Las consecuencias económicas de Ia independencia en Colombia." En
Leandro Prados de Ia Escosura y Samuel Amaral, loco cito
116
financieros, además según los casos sentirán el impacto de Ias
grandesmigraciones internacionales.
Por su parte, Ias potencias no siempre separaron econornía de política en Ias relaciones que mantuvieron, y mantienen,
eonAmérica Latina. Por eIlo, fueron testigo y parte en muchas de
Ias luchas intestinas de Ias jóvenes naciones en formación, arbitrando en primera y en última instancia en su provecho. Existen
múltiples ejemplos donde los intereses económicos guiaron Ias
posturaspolíticas y Ia intervención armada de Ias grandes potenciasen Ia región, no sólo atentando contra su soberanía, sino tambiénabortando algunos intentos de integración regional. Esto Ilevó
a acercamientoscircunstanciales de los países latinoamericanos y
caribefioso a su distanciamiento efectivo.
En muchos casos, Ia vieja pugna franco-británica, devino
en alianza, ocasionalmente seguidos por Alemania o Italia. La
nueva rivalidad se manifestó entre Gran Bretafia y los Estados
Unidosa 10largo deI siglo XIX. Lo que acá nos interesa es que
Iasgrandes potencias supieron aprovechar Ias desavenencias surgidasen Ias ex-colonias. EI divide y reinarás fue aplicado muchas
vecescon suma habilidad, tal el caso de América Central que propusovarios proyectos integracionistas que culminaron en Ia fragmentaciónterritorial. Por ejemplo, el ideario de Francisco Morazánse inspiró en Estados Unidos. Lo cierto es que Gran Bretafía
obrópara desactivarel proyectode Morazán.Para 1839 el conservadorCarrera, apoyado por el Foreign Office, logró desarticular Ia Confederación, quedando para Morazán únicamente EI
~alvador,por 10que debió huir al extranjero aI afio siguiente. Sus
Ultentosde retomo terminaron en fracaso y con su fusilarnientoen
1842.
La rivalidad estadounidense y británica Ilevó a Ia lucha
por controlar Ias posibles vías interoceánicas entre el Atlántico y
~ Pac~fico por
los istmos centroamericanos.
De allí el Tratado
all~o-Bidlack de Estados Unidos y Colombia (1846) que
~emutióai primero Ia utilización de Panamá como vía alternativa
e tránsito, y Ia invasión de Ia Costa de los Mosquitos en Nicara. 117
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gua por los británicos en 1847 (reintegrada a Nicaragua en 1896).
Casi al borde de un enfrentamiento violento, ambas potencias de.
cidieron negociar el Tratado Clayton-Bulwer en 1850.
A principios deI siglo XX, culminó en un empate entre Ias
dos potencias rivales en el caso de Ia construcción deI canal de
Panamá. Sin duda, Ia secesión de Panamá es un claro ejemplo deI
imperialismo gestado en el siglo XIX.
En México los Estados Unidos llevaron una clara ventaja,
dado que devoraron una buena parte de su territorio. El caso de
Texas, donde por momentos Ias pretensiones de \os colonos Ias
llevaron a acercarse a Gran Bretafia, disparó desde Washington Ia
doctrina deI Destino Manifiesto, cuando los angloamericanos re.
c1amaron para sí el protagonismo de ejercer Ia hegemonía en todo
el hemisferio occidental, enmarcado por supuesto en Ia Doctrina
Monroe (1823), proceso que culminó con su anexión en 1845. A
renglón seguido se produjo el enfrentamiento armado de los vecinos que terminó en Ia derrota de México y Ia firma deI Tratado de
Guadalupe Hidalgo, reconociendo Ia pérdida de Texas, Nuevo
México, Arizona, (hoy Colorado, Utah y California), 10 que equivale decir Ia mitad deI territorio que hasta ese momento tenía MéXICO.
En Ias Provincias Unidas deI Río de Ia Plata bajo el gobiemo de Juan Manuel de Rosas, el primer golpe asestado por
Gran Bretafia fue Ia ocupación de Malvinas, donde se apresó ai
gobemador Vemet y aIos pocos funcionarios y habitantes que 10
acompafiaban, embarcándolos y remitiéndolos a Buenos Aires.
Este acontecimiento ocurrido en 1833 vo1có a Ia Argentina a una
posición irredentista a 10 largo de su existencia que llevó al breve
y fracasado intento de reconquista en 1982 durante el gobierno de
facto (1976-1983).
Poco después, a raíz de Ia política proteccionista de R~sas, elevando los aranceles a Ias importaciones en 1835, FranC1a
hizo reclamaciones frente aI gobiemo argentino. Los gestoS de
hostilidad mutua fueron en aumento hasta que en 1838 Ia escuadra francesa bloqueó el puerto de Buenos Aires para garantizar Ia
118
"protección de sus ciudadanos", léase de sus intereses, sin poder
imponersea Juan Manuel de Rosas, y ayudando a sus opositores.
Ai mismo tiempo se producía el bloqueo a Montevideo por Ias
tropas francesas que se retiraron en 1840. Esto permitió que el
uruguayo Oribe, apoyado por Rosas, triunfara sobre Rívera en Ia
campifiaoriental, y con Ias tropas argentinas sitiara Montevideo.
EUodesató Ia ira británica, que en compafiía de los franceses,
volvióa bloquear el Plata en 1845 sin mayor éxito.
Cuando Urquiza quedó a Ia cabeza de Ia Confederación
Argentina,tras derrotar a Rosas -que se refugió en tierras británicas-, tuvo que enfrentar Ia secesión de Buenos Aires. Francia y
Gran Bretafia 10apoyaron pensando que era mejor para sus intereses,si bien nunca cortaron sus relaciones con el gobiemo portefio. Por otra parte, cuando Buenos Aires fue derrotada en los
camposde batalla, supo negociar su posición política y modificó
Ia constituciónde 1853 para reingresar en Ia Confederación. Las
grandes potencias extracontinentales vieron con buenos ojos el
proceso reunificador. Para esa época una de Ias demandas más
importantesde los británicos era garantizar Ia libre navegación de
Iasrios. No tenían un buen recuerdo de los intentos de control de
Ia cuenca deI Plata del periodo rosista, y este reclamo había sido
contempladoen Ia Constitución de 1853. Sin embargo,con Ia extensiónde Ias vías férreas, comenzadas a construir en Ia década de
1860,Ia entrada de Ios barcos perdió importancia, pues el tendido
de Ia red ferroviaria en forma radial, uniendo eI interior con BuenosAires, sin favorecer Ia integración regional, permitió Ia salida
deIasproductos primarios hacia los mercados de ultramar por Ios
doso tres puertos más importantes y garantizó Ia distribución de
IasÍlnportacionesentodo el territorio.
Por su parte, Ia Gran Colombia bolivariana se desintegró
definitivamenteen 1830, dando lugar a Venezuela,Nueva Granad~y Ecuador, países que terminaron vinculados con sus exportaClonesa Europa a cambio de productos manufacturados británicos,franceses,holandeses yalemanes.
119
En 1847
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Madrid decidió encarar una aventura de cone
netamente colonial sobre el Ecuador. Esto despertó Ia reacción de
algunos de sus vecinos. Por ello, el gobiemo peruano convocó el
Congreso Americano en Lima entre el 11 de diciembre de 1847 y
ell° de marzo de 1848, aI que asistieron los países deI Pacífico: el
propio Peru, Ecuador, Chile, Bolivia y Nueva Granada, no así
aquellos con litoral sobre el Atlántico, ligados aios intereses de
Londres: Venezuela, Ia Confederación Argentina y Brasil. Si bien
no tuvo mayor proyección, es un antecedente il1).portante de acercamiento, dado que firmaron un tratado de confederación y navegación, un convenio consular y una convención postal. Para Demetrio Boersner estos intentos fracasaron no sólo por el caudillismo y el regionalismo semifeudal en el interior de cada república y el accionar imperialista de Ias grandes potencias, sino también a causa deI "patrón de Ias relaciones comerciales semicoloniales hacia que los grupos dirigentes de los países de Latinoamérica miraran hacia los centros hegemónicosultramarinos y desdefiaran el acercamiento y Ia unión con sus vecinos. Además, existia
una creciente rivalidad, derivada de los vínculos de dependencia
ante el comercio inglés, entre los diversos puertos deI Pacífico,
constituyendo esto un factor de división en Ias relaciones entre los
países de Ia costa occidental de Sudamérica.,,45
Respecto de Brasil, Ia diferencia de óptica con Gran Bretana no sólo se manifestó en Ia creación dei Uruguay como Estado
tapón que evitara Ia confrontación argentino-brasilefia en el estuario dei Plata, como también Ia posibilidad de que alguno de los
antagonistas terminaran por controlar de manera completa Ia
cuenca, sino que se puso en evidencia también en el ámbito de Ia
trata de esclavos. Gran Bretana, con fuertes intereses en Ia costa
africana, veía ahora con maIos ojos este comercio de hombres que
sí había practicado a Ia par de los portugueses durante el periodo
colonial. Esto llevó a un breve periodo de enfrentamiento a Río de
Janeiro Y Londres, que culminó en 1850.46
La vía aislacionista paraguaya nunca fue bien vista por
Ias grandes potencias. Carlos Antonio López tuvo que enfrentar
una fallida conspiración en su contra encabezada por Canstatt
quien,cuando fue apresado, reclamó el apoyo británico haciendo
valer sus antepasados ingleses.47En 1855 López, en su deseo de
"acelerar el aumento de Ia población y de mejorar Ia agricultura"
aprobó el contrato de inrnigración para crear Ia colonia Nueva
Burdeos,a Ia que concurrieron unos cuatrocientos franceses originarios de Ia ciudad puerto de Burdeos. Finalmente ésta fue
abandonadapor Ia resistencia de Ia población loca1.48
En 1860 Espana inició un abortado intento de reconquista
de sus antiguas posesiones en Ia República Dominicana y en Ias
islas deI Pacífico ubicadas frente a Ia costas dei Peru. Es interesantepues Ia aventura hispana no sólo frena los enfrentamientos
intestinosen el Peru, sino que produce una breve alianza entre
Chile,Bolivia y Ecuador.
Otro capítulo se dio cuando el segundo imperio, utilizando el pretexto de una deuda impaga terminó invadiendo México.
Esta aventura iniciada con Ia ocupación de Veracruz con fuerzas
de Francia, Gran Bretafia y Espana en 1862, finaliza con Ia
aventura de Maximiliano. Autoproclamado emperador, mal visto
por Estados Unidos y finalmente abandonado por París, termina
fusiladoa manos de Juárez en una verdadera segunda guerra por
4.
En 1817 Londres con.~iguió que aI norte deI Ecuador, Portugal y Gran Bretaiía trabajaran
a favor de Ia prohibición dei tráfico de esclavos. AI reconocer Ia independencia dei Brasil
(1825), renovó Ias presiones. En 1826 firmó un tratado adicional que establecia Ia supresión
detinitiva de Ia trata, y Ia posterior liberación de los esclavos importados ilegalmente luego
de esa fecha. Sin embargo, los intereses de los latifundistas dei azúcar y el cate impidieron
~ue este objetivo fuera alcanzado. Por ello, en 1833 el comercio de esclavos en manos de
r.::rtugal creció. En 1845 el gobierno brasileiío denunció el tratado de 1826, por 10 cual
n~res aprobó Ia Ley Aberdeen, asumiendo Gran Bretaiía el papel de gendarme dei tráfico
~anno. Entonces, el gobierno brasileiío restringió Ia navegación británica por el Amazonas y
~
45 Demetrio Boersner, loco cito
120
~o Paraná. 13 abolición definitiva de Ia esclavitud tuvo que esperar nn tiempo todavia.
47 Le~ Aberdeen se derogó y se restablecieron Ias relaciones brasileiío-británicas.
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Carlos Pastore, loco cito
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Ia independencia en 1866. Para Halperin Donghi, Ia principal cansecuencia de esta intervención extracontinental es que el fusila.
miento de Maximiliano terminó legitimando a Ia república mexicana.
EI caso peruano es muy ilustrativo dei papel jugado por
Ias grandespotencias. Ya en 1837 eI proyecto de unificación de Ia
Confederación Peruano Boliviana de Andrés Santa de Cruz desembocó en Ia guerra contra Chile y Ia Argentina. La desconfian_
za entre estos dos últimos impidió un acercamiento efectivo, dejando heridas abiertas entre Chile y sus oponentesperuanos y bo.
livianos. Asi, el ejército argentino fue derrotado por Ia Confederación, mientras que Chile salió victorioso en 1839. Es decir, que
los propios receios entre los vecinos, más interesados en mantener
sus vínculos con Ias centros de poder económico y político, hicieron naufragar este intento integracionista de ambos países andinos.
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La producción dei guano en Peru, entre 1840 y 1879, según Nelson Manrique tuvo un efecto disociador entre este país y
. Bolivia. En Bolivia, sostiene, "Ia alianza entre capital chileno e
inglés es Ia que va a permitir Ia construcción dei ferrocarril hasta
Uyuni, y su extensión hasta Oruro, privilegiando al puerto de
Antofagasta, incluso con tarifas arancelarias diferenciales que van
a castigar con el 30% Ias importaciones que vienen via MoIlendo
desde el Peru, con 10 cual a Ia vuelta de 20 afios el grueso dei comercio externo podia entrar por Antofagasta y se va romper Ia
tradicional unidad entre Perú y Bolivia, que articulaba a ambos,
primero a través de Ia plata, y posteriormente a través de Ias la-
rninaron impulsando Ia Ilamada Guerra deI Pacífico (1879-1883)
que dejó a Bolivia sin salida al mar y con graves problemas económicosy políticos a largo plazo.49
Las guerras de independencia de Cuba, desarroIladas
primero entre 1868 y 1878 Y después a partir de 1895, concluyeron en 1898 con Ia intervención de Estados Unidos en el conflicto
cubano-espafiol.Como resultado de elIo, Ia isla quedó liberada de
sus antiguos lazos coloniales con Espafia, pero subordinada política y económicamente a los Estados Unidos. Este resultado se
consiguió con Ia imposición por el gobierno norteamericano a Ia
recién estrenada República de Cuba de Ia Enrnienda Platt como
apéndice a Ia Constitución de 1901. Era el anuncio deI próximo
cambio de liderazgo mundial: Ia definitiva declinación británica y
el futuro apogeo estadounidense, tras Ia finalización de Ia Gran
Guerra (1914-1918), proceso que se consolidaria tras Ia Segunda
Guerra Mundial.
Entre los primeros episodios de Ia rivalidad entre Estados
Unidos e Inglaterra estuvo el enfrentamiento con motivo de los
problemasfronterizos entre Ia Guayana británica y Venezuela,que
determinaron el envió por el gobierno de Estados Unidos de Ia
nota Olneyen 1895, que acusaba a Inglaterra de violar Ia doctrina
Monroe.
Los siguientes pasos de esa ofensiva norteamericana estuvieron relacionados con Ia firma con Inglaterra deI Tratado
Hay-Pauncefote(1901), que dio luz verde a Estados Unidos para
apaderarse de Panamá (1903) y concluir Ia vía canalera iniciada
por los franceses a fines deI sigla XIX, asi como lIevar después
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Cuando tiempo después, Ias dificultades econórnicas dei
gobierno peruan(), debidas a Ia declinación de Ia demanda de guano en el mercado internacional, favorecieron Ia búsqueda de una
alternativa econórnica en Ia explotación y posterior exportación
deI salitre, Ias intereses europeos, principalmente británicos -y con
muy poca injerencia estadounidense- representados a través de
operadores chilenos en el territorio costero peruano-boliviano ter-
4'
~ara ayudar a comprender Ia visión que los europeos tienen acerca de nuestros países
~nvlene recordar que en alusión a Ias consecuencias de un supuesto alejamiento dei
p ERCOSUR de Europa, Lord Garel Jones, ex canciller británico y asesor de Ia British
peu:oleum sostuvo que cuando el general boliviano Melgarejo, afios antes de Ia GueITa dei
ac::~co, expulsó de su país ai embajador británico desnudo y montado en una mula, y "Ia
:hcla lIegó a Ia reina, su Majestad ordenó borrar a Bolivia dei mapa." Dichas declaraciones
C ero? realizadas en el marco dei encuentro entre MERCOSUR y Ia UE organizado por Ia
anmng House en Buenos Aires, tratando de establecer un paralelismo acerca de Ias
~~ecuencias que traería un supuesto alejamiento de MERCOSUR
emayo de 1999.
de Europa. En Clarín,
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adelante una serie de intervenciones militares en el Caribe y Centroamérica bajo el amparo deI corolario Roosevelt (1904) a Ia
doctrina Monroe. Surgida como una respuesta de Ia diplomacia
norteamericana frente al descarnado bloqueo ítalo-británico_
germano aI insolvente gobierno venezolano de Cipriano Castro,
produjo también Ia decIaración deI argentino Drago que en 1902
sostuvo que el hecho de no pagar Ia deuda externa no daba derecho a una intervención armada. No obstante, Ia primera víctima
de Ia aplicación deI corolario Roosevelt fue Ia República Dominicana (1905), a Ia que seguirian otras intervenciones militares
norteamericanas, entre ellas Nicaragua (1909), México (1914 y
1917), Haiti (1915) y Santo Domingo (1916). Como parte de esa
ofensiva desenfrenada, Estados Unidos logró convertir aI Caribe
en un verdadero mare nostrum norteamericano, oscilando entre Ia
política deI big stick y los más sutiles mecanismos de Ia dominación económica, léase diplomacia deI dólar. Esa política agresiva,
típica de una potencia que llegaba tarde aI reparto deI mundo,
terminó por convertir a los países de Ia región en un rosario de
repúblicas bananeras o en simples eslabones de una cadena de
virtuales protectorados sometidos al control económico
-ytambién
político- estadounidense.
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Las relaciones económicas con Europa
hasta Ia Primera Guerra Mundial
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A partir de 1840 Gran Bretaiía y Ias grandes potencias se proveían, de productos primarios de América Latina y el Caribe y, a
cambio, entregaban productos manufacturados y capitales, etapa
que Halperín Donghi llama nuevo pacto neocolonial. Por SUo
puesto esta fue también una relación asimétrica que incIinaba Ias
platillos a favor de 10spaíses industrializados. Así, Gran Bretafia
se transformó en Ia principal compradora de Chile, Peru, Brasil Y
124
Uruguay, mientras que Argentina, Nueva Granada, Venezuela y
México encontraron otros destinos. Por ejemplo los productos
argentinos se dirigieron a los mercados belga, francés y espano!.
AI mismo tiempo, Londres mantuvo su preeminencia en el sector
bancario Y financiero que se cristalizó en Ia cantidad de bancos
británicos que se instalaron en América Latina a partir de Ia década de 1860. Además, hacia fines de Ia centuria Gran Bretafia,
Francia, Alemania y Estados Unidos concentraban alrededor deI
60% de Ias exportaciones e importaciones mundiales. Eric Hobsbawm considera que estos vínculos transformaron a países como
Ia Argentina, Brasil o Chile en colonias informales de Gran Bretaiía. Otros Ia han denominadorelación semicolonial.50EI modelo
de crecimiento hacia fuera fue visto como negativo por los pensadores de Ia Comisión Económica para Ia América Latina
(CEPAL)y por Ia teoria de Ia dependencia.51
En cambio, Bulmer-Thomas no ve como negativo Ia que
él llama modelo de desarrollo guiado por Ias exportaciones,
porque: 1. En un primer momento Ia exportación de productos
alimentarias primarias e industrializados creció al son deI desaTrollode los países industrializados. 2. La industrialización transferia recursos deI sector agrario a Ias manufacturas y población
deI campo a Ia ciudad. Por ello Gran Bretaíia bajó sus barreras
arancelarias a Ia importación agroalimentaria favoreciendo a
AméricaLatina. Recién a fines deI siglo Europa colocaría barreras arancelarias a Ias importaciones. 3. Elliberalismo permitió en
el siglo XIX Ia entrada de mercaderias latinoamericanas. 4. A medida que crecían Ias exportaciones hacia Europa, América Latina
aumentabaIas importaciones procedentes de ese destino reforzando esta relación. Sostiene, que hacia mediados deI siglo XIX existia en Latinoamérica un consenso a favor de este modelo. Asi$0
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Demetrio
Boersner,
loco cito
Ver entre otros Fernando
;". América
Latina,
Henrique
México,
Cardoso
Siglo
~tlnoamericano
y Ia teoria dei desarrollo.,
ardoso y Héctor Pérez Brignoli, op. cito
y Enzo Faletto:
XXI,
1969;
Buenos
Dependencia
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Siglo
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ron aquellos ligados a Ia posesión de Ia tierra, que entrecruzaban
sus lazos con los sectores de Ia industria agroalimentaria, recibiendo un fuerte aporte de capitales externos procedentes de Ias
grandespotencias, en forma directa para su actividad, en obras de
infraestructura o en créditos. En el caso dei Paraguay, tras Ia guerra su soberania quedó muy debilitada bajo Ia tutela de Brasil, que
pasóa jugar un papel determinante en el ámbito socioeconómicoy
político.
C. Suter realiza una interesante puesta a punto de los
análisis referidos a Ias relaciones entre Europa y Latinoamérica.
SefíaIaque si bien existen Ios trabajos que tratan acerca de Ias
relacionesde Francia, Alemania o Estados Unidos con América
Latina no alcanzan Ia cantidad y profundidad de los dedicados a
esas relaciones con Gran Bretafia. En segundo término sostiene
que se pueden encontrar cuatro orientaciones principales en Ias
investigacionesrelacionadas con los ciclos económicos:53I. EI
estudiode Ias fluctuaciones en los movimientos internacionales de
capital(cicloslong swings o Kuznetsde 15 a 20 afios),que vinculanel comercio exterior, los movimientos de población, Ias actividadesde construcción y Ia inversión extranjera. 2. Se toman en
cuentalos ciclos de inversión extranjera (ciclos Kondratieff de 50
afios),que se centran en Ia deuda pública, en especial durante Ia
primeramitad dei siglo XIX. 3. Se consideran los ciclos de liderazgomundial centrados en patrones de regulación de crisis de Ia
relaciónentre acreedores y deudores. En este sentido hay trabajos
q~esostienen que "Ias crisis financieras internacionales se negoClanconmayor rapidez en Ias fases hegemónicas que en los perio~osde rivalidad de núcleos, puesto que Ia potencia mundial está
Interesadaen mantener Ia estabilidad financiera." Por el contrario,
cUandoexiste una estructura de poder mundial "multicéntrica"
Sonmayores Ias presiones sobre los países deudores. Otro rasgo
quereconocenes el mayor intervencionismode Ia hegemonía esta-
mismo, "Ios países que adoptaron políticas congruentes a favor
dei desarrollo basado en Ias exportaciones fueron en general los
más beneficiados por Ia lotería de bienes, como Chile, con el cobre, o Ia Argentina y Cuba, con puertos bien establecidos en el
Atlántico." Uno de los problemas que sefiala este autor es que
para sustentar este modelo era necesario mantener una tasa creciente de Ias exportaciones, pero esto no fue posible por los comportamientos cíclicos de los mercados. A esto se sumaban otros
acontecimientos que impactaban de manera fuert~mente negativa,
como Ia Guerra de Secesión estadounidense (década 1860), Ia
guerra francoprusiana (1870), o Ia crisis británica de 1890. A su
vez Ia creciente presencia que muchos países latinoamericanos
llegaron a ganar en el mercado internacional sustentada en sus
exportaciones, tenía como contracara el aumento de Ias importaciones, 10cual, a largo plazo, era dificil de mantener. Entonces,Ia
única alternativa de este cuello de botella de su sector externo era
Ia diversificación de sus exportaciones y multiplicar sus mercados. En ese sentido, pocos fueron los países que para Bulmer
Thomas resultaron exitosos: uno de ellos fue Peru, que despuésde
Ia Guerra dei Pacífico, tras Ia declinación de Ia exportación de
guano, se diversificó exportando azúcar, algodón, café, plata, cobre, caucho y lana de alpaca y ovina. También opina que Paraguay, tras Ia Guerra de Ia Triple Alianza, logró articular Ias economias regionales sobre Ia base de Ia exportación de yerba mate,
tabaco, maderas, cueros, carne y extracto de quebracho. Considera que Ia Argentina fue Ia más exitosa aI ampliar su gama agroexportadora con trigo, linaza, centeno, cebada, maíz, carne congelada y refrigerada, corderos, lana y cueros, representando casi el
30% de los ingresos totales latinoamericanos por exportaciónteniendo sólo el 9.5% de los habitantes de Ia región.52Por supuesto
que este análisis al hablar de Paraguay, Peru o Argentina, no toma
en cuenta los sectores que se beneficiaron en el seno de estos países, ni cuáles se vieron perjudicados. Evidentemente se beneficia-
-SJ
S2 Víctor Bulmer- Thomas, loc. cito
liob~~bien existe un fuerte debate acerca de Ia existencia o no de los ciclos económicos, que
lraba' awm en La era dei imperio intenta saldar hablando de "ritmos.", 10 cierto es que estos
~os Contribuyen aI análisis de Ias tendencias observada5 en el campo de Ia economia.
126
127
dounidense en ese sentido comparada con Ia postura británica de.
cimonónica. 4. Se subraya el carácter irregular de los patrones
cíclicos en Ia inversión extranjera. AI respecto Kindleberger sos.
tiene que en los periodos de auge de préstamos los inversionistas
son atraídos a Ia especulación, llevando aI sistema financiero a Ia
fragilidad y a Ias crisis. 54
Además, estos trabajos pueden peffi1itirnos reconocer Ia
existencia de tendencias en Ias relaciones de América Latina y el
Caribe con los principales centros económicos, En este caso que.
dan verificadas Ias relaciones con Londres y los déstinos de estos
flujos de capital. Como sostiene C. Marichal, "si bien es claro que
Ias inversiones y préstamos británicos estaban distribuidos de ma.
nera extensiva (a 10 largo de América Latina) en 10s decenios de
1860 y 1879, entre 1880 y 1914 se concentraron en cinco países:
Argentina, Brasil, México, Chile y Cuba. ,,55
También deja abierto al debate 10s siguientes postulados:
los llamados ciclos de expansión económica de los sectores exportadores latinoamericanos reforzaron los lazos con los centros
hegemónicos en lugar de favorecer Ia integración entre los países
del continente. Dei mismo modo, los momentos de contracción
económica provocaron una situación de debilidad aios regímenes
populistas, dando lugar a una sucesión de gobiernos débiles. Suter
trata de encontrar estos vínculos en los casos dei Peru y Ia Argen-
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tina. 56 Partiendo de esta base se podría hacer Ia siguiente pregunta: si 10s momentos de expansión económica permitieron un reforzamiento de 10s lazos con Ias grandes potencias -principalmente
Gran Bretafia y Alemania para el siglo XIX, y por supuesto Estados Unidos- l,podria sostenerse que los momentos de crisis son
oportunos para impulsar proyectos de integración regional? l,O
~4
Cf. Christian Suter: "Las tluctuaciones
cícIicas en Ias inversiones extranjeras en 1850.
1930. EI debate histórico y el caso latinoamericano". En Carlos Marichal (coord.): Las
inversiones extranjeras en América Latina. 1850.1930. Nuevos debates y problemas en
historia económica comparada, México, FCE, 1995.
~5 Carlos Marichal (coord.): loco cito
56 ChristÍ<m Suter, loco cito
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128
por el contrario, Ias crisis refuerzan los vínculos con los centros
depoder POlítICOY económico?
Sin duda. 10sprocesos económicos y políticos latinoamencanos sintieron el efluvio de aquellos centros con los que estaban
en mayor o menor medida relacionados. Tal como se ha sefíalado,
en 1870 Ia guerra entre Francia y Prusia perturbó Ias importaciones francesas durante Ia primera mitad de los setenta; Ia crisis
financiera de 1890 también se hizo sentir en Ias importaciones de
ese origen enlos países latinoamericanos vinculados a Londres.
l,Cómo era Ia situación en los prolegómenos de Ia Primera
Guerra Mundial? Gran Bretafía era el principal destino para Argentina, Bolivia, Chile y PerÚ. Francia -que 10 redistribuía a otros
destinos de Europa- 10 era para Ecuador, Haití y Venezuela. EI
mercado alemán recibía productos de Guatemala, Paraguay y
Uruguay. Asimismo, 11 de los 21 países de América Latina habían transfornmdo a los Estados Unidos como su principal mercado: Honduras, Panamá y Puerto Rico colocaban alrededor deI
80% de sus productos en el mercado deI norte, Cuba y México,
más dei 70% y Colombia y Brasil destinaban allí Ia mayor parte
de Ias exportaciones de café, dado que Ias británicos mantenían su
tradicional consumo de té asiático. En cuanto a Ias importaciones,
Gran Bretafía también fue siendo sustituida por Francia, Alemania y Estados Unidos. Entre 1910 y 1913, el primer lugar en
América Latina 10 tenía EE.UU. con 3.052.9 millones de dólares,
seguido por Gran Bretafía con 2.383.5 millones, Alemania con
1.473.1millones y Francia con 874.4 millones.57
Otro elemento que reforzaba los lazos con Londres. como
bien sefíala Bulmer- Thomas, era Ia vigencia dei patrón oro. "La
adopción dei patrón oro y Ia plena convertibilidad de Ia moneda
entre Ias naciones industrializadas hizo que los países latinoamericanos no tuviesen ninguna razón para equilibrar su comercio bilateral."
"
La .George F.W. Young: "Los bancos alemanes V Ia inversión directa alemana en América
tina, 1880-1930". En Carlos Marichal (coord.)~ loco cit.
129
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Frédéric Mauro: "Las empresas Iranccsas y América Latina, 1850-1930",
(coord.).
loco cito
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CAT~enninada Ia guerra los principales bancos alemanes que tenían participación en Ia
co r venden una parte de sus acciones aios banqueros espaiioles, receptores durante Ia
n lenda de capitales alemanes. En 1920 se transformo en Ia Compaiiía Hispana Americana
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BuenosAires (Argentina) por el Deutsche Bank en 1886, el primeroen toda Ia región; el préstamo para el argentino Banco NaciOnal(1887) Y los créditos para Brasil y Chile de 1888-1889. A
partir de 1887 se fueron abriendo bancos con Ia activa participación alemana. Ese afio el Deutsche Bank participa en el Banco
AlemánTransatlántico, aI afio siguiente se abre en Río de Janeiro
(Brasil) el Banco Brasileiío Alemán donde está involucrado el
Disconto Gesellschaft, que en 1889 establece una sociedad en
comanditaen Ia Argentina con el empresario Ernesto Tornquist.
En 1895 se abre, también con intervención deI Disconto Gesellschaft, el Banco de Chile y Alemania, en Chile, naturalmente,
y en 1902 el Banco Alemán Transatlántico de Ia Argentina se extendióa México.
En cuanto a Ia inversión directa, se destinó en un primer
momentoaios ferrocarriles sin grandes éxitos. En un segundo
momentose dirigió a tranvías y electricidad, donde compitieron
exitosamentecon los británicos. En 1895 Siemens abrió oficinas
en Brasil y México. A su vez los gobiernos municipales de Buenos Aires y Santiago de Chile habilitaron a Ia AEG, institución
financierade Ia Siemens, para que abriera estaciones generadoras
de electricidad. En Ia Argentina Ia nueva compaiíía se llamó
CompaiííaAlemana Transatlántica de Electricidad (CATE) que
Uegóa actuar de maneramonopólicay se convirtióen Ia mayor
inversiónalemana de ultramar. Fue tal su poder que en 1907 adquirióIa mayor cantidad de compafiíastranviarias de Ia ciudad de
BuenosAires. En Chile compró dos empresas eléctricas en San":
tiago (1905) y Valparaíso (1906). Así en Ia Argentina, Chile y
BrasilIas compafiías de electricidad alemana se transformaron en
Iastres más importantes deI exterior. Hacia 1914 los dos tercios
de Ia inversión directa germana se distribuían así: 8% en bancos,
24,3% en servieios públicos, 30,4% en casas comerciales, 2,6%
enplantacionesy ranchos y 2,2% en minería.59
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EI segundo exportador de capitales a Ia región detrás de
Gran Bretafia en el periodo 1880-1890 fue Francia, particular_
mente por Ia baja de Ias tasas de interés en Europa como conse_
cuencia de Ia crisis de 1873. Estos capitales se destinaron espe_
cialmente aI sector público. En Ia Bolsa de París se realizó en este
periodo una emisión de títulos para los países latinoamericanos
con un promedio de 340 millones de francos anuales. En el caso
específico de Ia construcción deI canal de Panamá se emitieron
225 millones de francos en acciones y 710 millones en obligacio_
nes. Entre 1890 y 1900, el impacto de Ia dep"resióneconómica
redujo el flujo de inversiones a un promedio de 100 millonesde
francos anuales, sintiéndose Ia recuperación entre 1900 y 1914.
Esta vez los capitales, en lugar de dirigirse mayoritariamente aI
sector público, fueron en un 70% aI privado. Los principales destinos fueron Ia Argentina y Brasil, que entre 1902 y 1913 concentraron alrededor de Ia mitad de Ias inversiones de Ia región.58
Alemania que, tras su tardía unificación lidereada por
Prusia, había entrado en un acelerado proceso de industrialización, estaba en condiciones en Ia segunda mitad de Ia década de
1880 de comenzar a competir exitosamente frente a Ias grandes
potencias. Si bien siente el impacto de Ia crisis de 1890, hacia
1914 su presencia crece hasta colocarse en el tercer lugar detrás
de Gran Bretafia y Francia. Para ese momento América Latina
recibía el 16% de Ias inversiones alemanas en el extranjero, el
18,5% de Ias de origen británico y e117,7% de Ias provenientesde
Francia. En cuanto aI comercio, entre 1910 y 1913 Alemania era
tercera tras los Estados Unidos y Gran Bretaiía, seguida por
Francia. Además, los principales destinos de esta inversión entre
los países latinoamericanos eran Argentina, Brasil, Chile y México. También en esos cuatro países concentraba en 1890 el 87,8%
del comercio regional.
Uno de los sectores más dinámicos fue el sector bancaria,
como 10 demuestran los préstamos otorgados a Ia provincia de
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Podría concluirse que en Ia medida que los países de
América Latina y eI Caribe establecieron fuertes lazos econól11i.
cos con Europa, pocas fueron Ias posibilidades de poner en mar.
cha otras alternativas integracionistas estrictamente latinoameri.
canas. En otras palabras, esta fuerte dependencia de Londres, el
acrecentamiento deI papel de los Estados Unidos en el hemisferio
sumado a Ia aparición en Ia propia Europa de competidores exito~
sos como Francia y Alemania pusieron en eI escenario internacio.
nal importantes polos de atracción que obsta?ulizaron los proyectos de inspiración bolivariana.
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de Electricidad (CHADE) controlada desde entonces por hanqueros espafioles, intereses
belgas y angloamericanos.
De todos modos los alemanes siguen teniendo intere~~
íinancieros en Ia compafiía. George F. W. Young: "Los bancos alemanes y Ia inver510n
directa alemana en América Latina, 1880-1930" en Carlos Marichal (coord.): loco cit,
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