LA MENTE JURÍDICA EL RAZONAMIENTO JURÍDICO Y SUS FORMAS DE EXPRESIÓN (Editorial Novum) Juan Abelardo Hernández Franco Instituto de la Judicatura Federal Escuela Judicial México, D. F. 2014 1 CAPÍTULO 1 CONTEXTO DEL DESCUBRIMIENTO 1.1 La razonabilidad jurídica Para resolver problemas propios del campo jurídico y del Derecho, el pensamiento de los profesionales en ésta área no parte de operaciones lógico-formales. Incluso tampoco de métodos claramente definidos. El saber de los juristas no es un saber sistemático en su origen, aunque posteriormente echen mano de razonamientos formales para expresarlo. El razonar jurídico inicia a partir de conjeturas que la propia mente de los juristas plantea a modo de hipótesis, con la sola garantía de la experiencia acumulada a lo largo de los años de vida profesional, académica y experiencial. Todo el bagaje de conocimientos, aptitudes y actitudes asimilados por nosotros mismos se integra como un “fondo acumulado de saber”. A éste bagaje es al que acudimos cuando nos enfrentamos a un problema jurídico. La mente de los profesionales del Derecho la operamos mediante lo que los cognotivistas y epistemólogos denominan actualmente Inconsciente adaptativo. Las operaciones del razonar jurídico son prácticas y se manifiestan en un primer momento como si fueran intuiciones. En realidad se trata de hábitos aprendidos y procesos de lógica operativa (no formal) que lleva a cabo de manera racional el inconsciente adaptativo. Y, efectivamente, hay que señalar que el inconsciente adaptativo opera estos procesos racionalmente, ya que el hecho de ser operaciones inconscientes, no anula su carácter de racionales. La mente del experto en Derecho razona siempre sobre hechos de experiencia concretos, no sobre ideales y principios abstractos atemporales. Por esta razón recurre a sus experiencias acumuladas y no a modelos formales abstractos. Se puede decir –en todo caso- que la mente de un experto en Derecho puede emplear las fórmulas lógicas para expresar de una forma objetiva y coherente su razonamiento intuitivo. Pero el que se puedan expresar mediante ellas no significa que se opere a partir de ellas.1 Por esta razón el científico Hans Reichenbach2 consideró importante distinguir el contexto mental del descubrimiento del contexto mental de la justificación. Es decir, la operación mediante la cual resolvemos un problema jurídico es distinta de las operaciones de justificación del mismo. 1 Incluso se puede inferir inductivamente que los razonamientos se vinculan a ciertos principios filosóficos o ideológicos. Pero esto no quiere decir que deductivamente los principios dirijan los razonamientos operativos mentales. ¿Cómo sería posible explicarlo experimentalmente? 2 Experience and prediction (1938) 2 Efectivamente, no pensamos formulando premisas mayores ni premisas menores, ni estructurando silogismos o condicionales. Ante los problemas jurídicos nuestra mente se pone en movimiento espontáneamente explorando posibles soluciones. Planteando respuestas probables en decenas de direcciones distintas. Pero ninguna de ellas es gratuita. La mayoría de estas conjeturas son producto de la experiencia acumulada con el paso del tiempo por los expertos en Derecho. Experiencia de asuntos llevados, casos estudiados o bien experiencias transmitidas. El inconsciente adaptativo de la mente jurídica posee una conciencia práctica del mundo conformada por sus propios productos de experiencia. Nuestro pensar jurídico no inicia sus operaciones con esquemas estrictamente formales. De hecho gran parte las operaciones mentales que se realizan para poder resolver un problema jurídico, ni siquiera son conscientes. Y no por este hecho dejan de ser operaciones racionales. Los psicólogos Julian Jaynes de la universidad de Yale, el profesor Gerd Gigerenzer del instituto Max Planck3 y Timothy D. Wilson de la universidad de Virginia han señalado que varios de los tipos elementales de razonamiento ocurren sin conciencia.4 Hay un razonamiento complejo que ocurre continuamente sin la conciencia. Nuestras mentes trabajan mucho más de prisa que la conciencia. Es común hacernos enunciados generales, de modo automático, basados en nuestras experiencias pasadas, y sólo como idea posterior traemos a la mente algunas de las experiencias pasadas en que está basado nuestro enunciado o aserto. ¡Con cuánta frecuencia sacamos conclusiones firmes que no podemos justificar en absoluto! Precisamente porque el razonamiento no es consciente.5 La mente actúa con más eficacia relegando al inconsciente gran cantidad de pensamientos elaborados de alto nivel, igual que un reactor moderno vuela sirviéndose del piloto automático, con escasa o nula intervención del piloto humano “consciente”. El inconsciente adaptativo se las arregla estupendamente para hacerse una composición del lugar que nos rodea, advertirnos de los peligros, establecer metas e iniciar acciones de forma elaborada y eficaz.6 1.2. Momentos conscientes y del inconsciente adaptativo en el razonamiento jurídico 3 Gigerenzer, Gerd, Decisiones instintivas. La inteligencia del inconsciente, Ariel, 2008. El periodista Malcolm Gladwell, en su libro Blink, Inteligencia Intuitiva, reúne también los estudios de varios investigadores sobre este mismo tema. 5 Jaynes, Julian, El origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral, México, FCE, 1987, p. 48. 6 Wilson, Timothy D., Extraños a nosotros mismos, en Malcolm Gladwell, Inteligencia Intuitiva, Taurus, 2005, pp.19-20. 4 3 El razonar jurídico es un complejo conjunto de operaciones mentales. Si quisiéramos comprender cómo nuestro inconsciente adaptativo inicia el pensar jurídico, podríamos auxiliarnos de las investigaciones de Julian Jaynes. Este psicólogo detectó que al resolver problemas nuestra mente lleva a cabo tres momentos racionales conscientes y un momento racional inconsciente. Éste último lo lleva a cabo el inconsciente adaptativo. El primer momento consciente es aquel en el que el experto en Derecho lleva a cabo la comprensión del problema a resolver. Al leer un expediente, una demanda o, en general, al estudiar cualquier asunto jurídico; nuestra atención es enteramente consciente. Incluso, en este proceso de comprensión de problemas, para que nuestra mente pueda visualizarlos claramente nos auxiliamos mediante dibujos y gráficos que nos permitan representar el asunto en cuestión. Mediante estos dibujos es como logramos visualizar los asuntos jurídicos en una forma espacio temporal. Esto nos permite llevar a cabo un análisis ordenado de los mismos. Esta espacialización es característica de todo el pensar consciente. Si en este momento está pensando el lector en cuál de todas las teorías sobre la mente encaja mi teoría particular, primero, como es costumbre, recurrirá a su espacio mental en el cual las cosas abstractas se pueden “superar” y poner “una al lado de otra”, a fin de poder “observarlas”, lo que nunca ocurrirá en el mundo físico o real. El lector hace entonces la metáfora de teorías como objetos concretos, luego la metáfora de una sucesión temporal de tales objetos como si fueran un arreglo sincrónico, y en tercer lugar, la metáfora de las características de teorías como características físicas, todo en forma tal que puedan ser “colocadas” en una especie de orden. La conducta real de encajar o embonar, de la cual aquí “encajar” es el análogo en la conciencia, puede variar de una persona a otra y de una cultura a otra, dependiendo de la experiencia personal de disponer cosas en cierto tipo de orden, o de encajar objetos en sus receptáculos, etc. 7 Una vez que se ha comprendido el problema, el segundo momento consciente en el que nuestra mente opera de forma plenamente consciente, es aquel en el que dirige su atención al análisis de los elementos o los materiales mediante los cuales debemos de fundar nuestras respuestas. La conciencia debe trabajar detallada y profundamente en esta etapa ya que lo fundamental para responder a un problema es, ante todo, el comprender precisamente de qué se trata ese problema y los márgenes categoriales en los que debemos responderlo. Si no se entiende esto, cualquier respuesta es inútil. 7 Ibidem, p. 63. 4 Momento del inconsciente adaptativo: Ya que nuestra mente comprendió conscientemente el problema y los elementos que debe considerar parar resolverlo, nuestra consciencia se dirige a otros asuntos. Ocasionalmente regresa a la revisión del problema que debe resolver y de los elementos que debe considerar para hacerlo. Lo más sorprendente entre todos los procesos que realiza la mente jurídica es que después de estas dos etapas de conciencia, las operaciones clave para resolver los problemas, no son ejecutadas de forma consciente. Nuestra mente jurídica entra en una especie de trance inconsciente, pero ella no deja de ser racional. Nuestra forma de pensamiento se desplaza, sin dejar de razonar, de lo consciente a lo no consciente. Pues el hecho de no ser conscientes de algo, no quiere decir que no estemos razonando un problema. Manejamos nuestros autos, caminamos, comemos y hacemos un sinnúmero de actividades mientras conscientemente atendemos otros asuntos y hacemos otras cosas.8 A la hora de escribir nuestras ideas, la consciencia se encuentra en ellas y no en cómo las vamos escribiendo. El hombre primitivo razonaba antes de tener un lenguaje consciente. ¿Por qué afirmo que la respuesta no la obtenemos conscientemente? Basta con observar la experiencia misma para avalar lo dicho. Muchas veces tratando de resolver una cuestión, la respuesta se nos ocurre mientras la conciencia atiende a otros asuntos. Incluso mientras dormimos o estamos haciendo cualquier otra actividad. Son esos momentos en los que despertamos a media noche y decimos: “¡Eureka!”. Sin estar atentos la mayor parte del tiempo sobre cómo resolvemos los problemas, de repente se nos ocurren las respuestas. Tal vez el término adecuado que debería emplearse para describir este hecho es que “las respuestas se nos “ocurren” o bien “incurren” en nuestra consciencia.”9 Nuestra mente responde, mediante el inconsciente adaptativo, unas cuantas milésimas de segundo antes de que nuestra consciencia pueda darse cuenta de la respuesta. Plantear el problema y definir con qué resolverlo son operaciones racionales conscientes. La respuesta al problema acontece de forma racional inconsciente. Y como veremos más tarde, su justificación será racional consciente. …la reacción del cerebro para ejecutar un comportamiento, al parecer es temporalmente anterior –en un número variable de milésimas de segundo, dependiendo de cada investigación- a la propia expresión de la voluntad del sujeto, o al menos con respecto a su sensación de voluntad.10 8 No deja de ser curioso que exista un ejercicio dentro del budismo Zen que obliga a la gente a ser conscientes de los actos que suelen realizar inconscientemente. Por ejemplo, el ejercicio dice: cuando comas, come y no hables de cosas con la gente con la que estas. Cuando te bañes, concéntrate en bañarte y no pienses en otras cosas. 9 Sobre este momento de generación de conjeturas o hipótesis, David Perkins lo llama incubación de ideas. Cfr. Perkins, David, La bañera de Arquímedes y otras historias del descubrimiento científico. El arte del pensamiento Creativo. Paidós, España, 2003, p. 207 y ss. 10 Nieva Fenoll, Jordi, Proceso judicial y neurociencia: Una revisión conceptual del Derecho Procesal, en Neurociencia y proceso judicial, Taruffo,Michele y Nieva Fenoll, Jordi (dirs.), Marcial Pons, Madrid, 2013, p.170. 5 Los experimentos de [Benjamin] Libet son bastante sencillos. Cuando tomamos la decisión de realizar un movimiento simple, por ejemplo flexionar un dedo, el córtex motor del cerebro envía una señal eléctrica a los nervios motores implicados en el movimiento. En unos experimentos anteriores se había descubierto que previamente a ese proceso se puede detectar ya cierta actividad eléctrica en el cerebro, cuya función parece ser preparar el movimiento. A esta actividad se le denomina “potencial de preparación”. 11 En el 2008 John-Dylan Haynes y sus colaboradores detectaron hasta siete segundos antes de la decisión consciente pautas cerebrales que permitían predecir cuál sería la acción de un sujeto enfrentado a la elección entre presionar uno u otro botón, obteniendo un sesenta por ciento de aciertos en la predicción.12 Nuestra mente ya ha medido incluso la distancia a la que moverá el brazo para alcanzar un vaso de agua, milésimas de segundo antes de que manifestemos conscientemente nuestra voluntad de tomar agua. Este hecho por supuesto no niega directamente la existencia de la libertad y la voluntad humana. Nuestra mente toma decisiones, aunque no directamente en la conciencia. El hecho de tardar en llegar a la consciencia una toma de decisión, no suprime la idea de que el proceso inconsciente sea racional y tampoco libre. Pensemos que muchos de nuestros comportamientos encuentran su origen en el inconsciente, tal y como lo mostró Sigmund Freud a principios del siglo veinte. Esto lo señalo porque hay algunos autores como Michele Taruffo, Jordi Nieva Fenoll o Daniel González Lagier, que asumen la idea de que la voluntad se suprime por el hecho de no ser consciente. Observación atrabancada y sin fundamento. Tal como lo señala Jaynes, hacemos muchas cosas sin plena consciencia, pero con plena racionalidad. Por economía psíquica –término freudiano- no estamos conscientes a cada momento de todo lo que hacemos. Pero si podemos mantener la racionalidad en todos ellos. Incluso hasta cuando dormimos. Quentin Reynolds, describiendo la vida del jurista norteamericano Samuel S. Leibowitz, nos cuenta que éste siempre tenía a la mano, al lado de su cama, una libreta. La tenía ahí precisamente porque hacía anotaciones en los momentos en que repentinamente despertaba por las noches con buenas ideas para resolver 11 González Lagier, Daniel, ¿La Neurociencia y proceso judicial, p.27. 12 González Lagier, Daniel, ¿La Neurociencia y proceso judicial, pp.27 y 28. tercera humillación? (sobre neurociencia, Filosofía y libre Albedrío), en Taruffo,Michele y Nieva Fenoll, Jordi (dirs.), Marcial Pons, Madrid, 2013, tercera humillación? (sobre neurociencia, Filosofía y libre Albedrío), en Taruffo,Michele y Nieva Fenoll, Jordi (dirs.), Marcial Pons, Madrid, 2013, 6 los asuntos que llevaba. Incluso, Leibowitz estaba convencido de que muchos casos “[…] los había ganado en la cama.”13 ¿Qué ocurre mentalmente en esos momentos racionales e inconscientes que generan respuestas? Desde la perspectiva de la psicología constructivista lo que ocurre es que el experto en Derecho intenta ubicar inconscientemente el asunto que desea resolver, en alguna de sus experiencias o categorías mentales previas. Su mente conserva un fondo de experiencia que ha acumulado a lo largo de su vida universitaria y profesional. Los casos que ha estudiado y aquellos en los que ha participado constituyen un gran bagaje de conocimiento que le sirven para resolver cuestiones nuevas. El experto en Derecho emplea intuitivamente una especie de fondo de respuestas comprobadas, producto del ensayo y error, que conserva almacenadas en su mente. En la opinión de Arthur Koestler en su libro The Act of Creation (1964), la mente descubre o plantea respuestas cuando logra abandonar los marcos de referencia o de paradigma con los que trabaja. Parece que la mente creativa opera cuando logra combinar otro marco de referencia o paradigma. Darwin –explica Koestlerllevó a cabo un avance crucial de sus ideas sobre la selección natural mientras leía por entretenimiento el Ensayo sobre la población de Robert Malthus. En septiembre de 1938 hacía quince meses que Charles Darwin había regresado del famoso viaje en el H.M.S. Beagle. Durante su itinerario encontró en las Islas Galápagos pruebas acuciantes de la realidad de la evolución. Convencido de la existencia de ésta, Darwin buscó un mecanismo. Si la evolución era un hecho, ¿por qué se producía? Darwin llenó sus cuadernos de notas con conjeturas, algunas un tanto curiosas, acerca del modo en que la evolución podía tener lugar. El avance crucial sobrevino durante un momento en que se había apartado del problema. Darwin encontró la famosa obra de Malhthus “Ensayo sobre el principio de la población”. El texto se refería a la manera en que la desenfrenada expansión exponencial de las multitudes humanas conduce a un desastre por obra de la superpoblación. Reflexionando sobre la tesis de Malthus, Darwin comprendió que los organismos mejor capacitados sobrevivirían y transmitirían a la prole sus rasgos. Eso podría proporcionar un mecanismo para la evolución. En el camp del derecho, tanto juzgadores como abogados ante un asunto, revisan jurisprudencias, casos vinculados o temas relacionados con él. Todo ello con la finalidad y la esperanza de que se “encontrará algo” que ayude a resolver el asunto. Las resoluciones más creativas suelen acontecer cuando los profesionales del derecho logran resolver problemas difíciles, gracias al razonamiento análogo de factores de otros campos del conocimiento. 13 Reynolds, Quentin, Courtroom. In the criminal courtroom with Samuel S. Leibowitz, Lawyer and Judge., Farrar, Straus and Giroux, Nueva York, 1950, p. 29. 7 La memoria experiencial, de la que hemos hablado, así la combinación de paradigmas, se articulan bajo ciertas condiciones. Por una parte, dependiendo de ciertas formas limitadas por los estadios psicogenéticos de los operadores. Por otra parte, dependiendo de los límites culturales y mediáticos asimilados en el fenotipo del operador jurídico.14 Nuestra mente (condicionada por su estadio psicogenético y por sus condicionamientos culturales) articula ciertas estructuras sintácticas que tienen por objeto transmitir dependencias y relaciones mutuas causales, espaciales, temporales, condicionales y de contraposición, entre muchas otras. 15 Por eso, la mente jurídica con sus pensamientos tiende a comparar, separar y unir datos que recibe, con otros más que tiene asimilados a lo largo de su vida profesional. Intenta unir elementos presentes con otros anteriores. Un problema jurídico nuevo con una serie de experiencias acumuladas. Las estructuras sintácticas del pensamiento constituyen una especie de lógica operativa. O, mejor dicho, un “sentido común” preformado por un conjunto de descripciones más o menos normativas y más o menos conexas con las que funciona nuestra propia mente y la mente de los demás en nuestra cultura.16 Formas donde –como dice William James – lo “verdadero” es “lo que es bueno en materia de creencias”. Creencias que tenemos nosotros y suponemos que tiene todo el mundo a la hora de llevar a cabo cualquier programa de deseos y acciones.17 Es la lógica de lo que Wilhelm Dilthey llamó el Geisteswissenschaft (el saber del hombre basado en la cultura).18 Nuestra mente jurídica busca establecer una relación de datos en orden a sus formas mentales. Ésta serie de uniones conforma en su interior una reunión de datos organizados que se convertirán en información. Es decir, se reorganizarán de tal forma que establecerán, a modo de conjetura, una primera solución para resolver un problema. La estructura mental es producto de la necesidad de coherencia interior y de organización. Una especie de necesidad homeostática de la psiqué o bien, una forma estratégica de sobrevivencia. Ante un nuevo problema, el sujeto debe construir nuevamente la mente. Recrear un sistema de categorías con las cuales operar una nueva situación. Ello ocurre, siempre condicionado por el estadio psicobiológico (o psicogenético) y las formas culturales asimiladas por cada sujeto. La inteligencia es por definición la adaptación a situaciones nuevas y, por 14 Cfr. HERNÁNDEZ FRANCO, Juan Abelardo, Argumentación Jurídica, Oxford University Press, 2010. Cfr. Vigotski, Lev, “Conferencias sobre Psicología”, en Obras Escogidas, Madrid, Visor–Antonio Machado Libros, 2001, tomo II, p.397. 16 Jerome Bruner las llama “psicología intuitiva” o “psicología popular”. Crf. Bruner, Jerome, Actos de Significado, Más allá de la Revolución Cognitiva, Madrid, Alianza, 1991, p.53. 17 Ibidem, pp. 43 y 58. 18 Estas ideas tendrán gran influencia en Max Weber, quien conoció a Dilthey desde una muy temprana edad. Wilhem Dilthey junto con Theodor Mommsen frecuentaban la casa de los Weber gracias a la amistad que tenían con sus padres. 15 8 consiguiente, reconstruye continuamente sus estructuras.19 Establece nuevas categorías a partir de las cuales puede resignificar el mundo experimentado.20 La inteligencia jurídica consiste en recategorizar la mente para comprender nuevas situaciones legales y jurídicas. El estímulo externo o nueva conducta es asimilada o integrada a las anteriores. Dependiendo de los estímulos externos, la mente crea –no descubre– nuevas categorías a partir de las cuales se resignifica el mundo.21 Sólo a modo de ejemplo pensemos que hace unos cincuenta años las categorías de género para contraer matrimonio eran hombre y mujer. En la actualidad han surgido nuevas categorías como la de los transexuales, homosexuales, lesbianas, etc. Cuando los jueces tuvieron que concebir estas nuevas formas de matrimonio, tuvieron que recategorizar la forma en que su mente lo concebía.22 Un asunto jurídico es asimilado primero bajo las categorías del operador jurídico pero enseguida, ante las características circunstanciales de cada asunto; la mente lleva a cabo una recategorización para comprender el asunto bajo la nueva forma particular. Acontece un fenómeno de acomodación que consiste en el ajustamiento del esquema mental a la situación particular. En otras palabras, se empieza a operar con un nuevo razonamiento al mismo tiempo que se construyen nuevas categorías mentales. Por ello, la acomodación se determina por el objeto significado, mientras que la asimilación es determinada por el sujeto, conforme a su estadio. No hay acomodación sin asimilación. “La experiencia es un proceso que nos ofrece constantemente un nuevo material para digerir. Gestionamos este material intelectualmente a través de un conjunto de creencias que ya poseemos, las cuales nos permiten asimilarlo, rechazarlo o reestructurarlo de diverso modo. 23 ¿Emplea alguna forma lingüística en particular la mente al realizar todas y cada una de estas operaciones? En la opinión del psicólogo experimental Steven Pinker, la mente opera en su propio lenguaje, el cual él llama “mentales”.24 Sólo hasta que busca expresar los resultados finales en forma consciente, recurre a formas narrativas en el lenguaje de los operadores. Una vez que se ha llevado a cabo este proceso de asimilación y de ajuste, la mente del jurista propone -para resolver racionalmente los problemas analizados19 Bringuier, Jean –Claude, Conversaciones con Piaget, Mis trabajos y mis días, Barcelona, Ed. Gedisa, 2004, pp.78-79. 20 Amsterdam, Anthony y Bruner, Jerome, Minding the Law, Cambridge, Harvard University Press, 2000, pp. 27-28. 21 Ibidem, p.27. 22 Sobre la aparicicón de nuevas categorías en el campo social, recomiendo la lectura de Berger y Luckmann: La construcción social de la realidad. 23 James, William, El significado de la Verdad, Marbot, Barcelona, 2011, pp. 65-66. 24 Pnker, Steven, El Instinto del lenguaje, Alianza, Madrid, 2012. 9 una respuesta a modo de conjetura. En un sentido podemos decir que creamos la respuesta, pero en otro sentido también podemos decir que la encontramos. Desde el momento en que nos planteamos tal conjetura, “no podemos menos que tratarla como si fuera verdadera de antemano.”25 El filósofo y economista canadiense Bernard Lonergan (seguidor de Jean Piaget) afirma –en su obra Insight, un estudio sobre el conocimiento humano (1957)– que el planteamiento de estas conjeturas que hacemos para resolver problemas, son una cierta “iluminación” (chispazo o insight) que consiste en la comprensión de la nueva situación. En nuestro caso, de una nueva situación jurídica. Es el momento en que aparece la respuesta al intento de asimilación y ajuste. En mi opinión esta “iluminación” es ciertamente producto de veloces e inmediatas inferencias racionales inconscientes que se desarrollan en el inconsciente adaptativo. Jean Piaget llama a ello “la comprensión terminal en el momento de la terminación de la estructura.” Este fenómeno del pensamiento analizado por Bernard Lonergan, fue llamado insight y para él se trataba de una cierta forma de tomar conciencia de una respuesta, aunque en un primer momento no se tuviera una idea clara de cómo estamos siendo conscientes de ello. Esta respuesta intuitiva, producto de la asimilación y acomodación de categorías mentales no se nos presenta como una estructura claramente definida en nuestra mente. Tampoco se presenta como un “discurso” definitivo o una explicación clara. El brillante psicólogo Lev Vigotski nos brinda una pista mucho más clara sobre este asunto. Afirma que toda respuesta que aparece en nuestra mente la percibimos como una gran imagen que apreciamos desde lo lejos. Parece ser que visualizamos las respuestas a los problemas como un todo. Como una imagen completa visualizada en su totalidad contemplativamente.26 La conjetura generada aparece ante nuestra consciencia como un dibujo enorme. Como una extensa y difusa imagen mental en la que de algún modo percibimos una respuesta. En este contexto, hay que considerar que nuestras respuestas inmediatas pueden no ser exactas. Y esto no es extraño. No somos máquinas de alta precisión, sino que estamos sujetos a errores de inferencia.27 Sin embargo, también contamos con la capacidad de revisar nuestros planteamientos y aprender de nuestros errores y corregirlos. Nuestras respuestas se van ratificando y canalizando gradualmente en los procesos mentales.28 La mente en la medida que se va retroalimentado, va puliendo sus conjeturas. 25 James, William, El significado de la Verdad, Marbot, Barcelona, 2011, p. 87. Cfr. Vigotski, Lev, “Pensamiento y Lenguaje”, Obras Escogidas, Madrid, Visor-Antonio Machado Libros, 2001, tomo II, cap. VII, p. 341. 27 Bruner, Jerome, La fábrica de historias, derecho, literatura y vida, Argentina, FCE, 2003, p. 49. 28 Goodman, Nelson, Fact, fiction and forecast, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1955, pp. 89-90. También en Chomsky, Noam, Conocimiento y Libertad, España, Ariel, 1972, p. 39. 26 10 Tercer momento consciente: Para expresar de una forma clara su idea total, los operadores jurídicos organizarán simbólicamente los términos del lenguaje y llevarán a cabo una justificación de su respuesta. A este ejercicio de justificación se le llama “argumentación” y por lo menos debe constar de dos maneras para ser plenamente sustentable: Una justificación o exposición narrativa y una justificación lógico formal. Es decir, una vez obtenida la conjetura que brinda una respuesta a un problema jurídico, el operador deberá argumentar narrativa y lógicamente su justificación para sustentar su respuesta. Este proceso argumentativo es el tercer momento pleno en el que opera nuestra conciencia, según Julian Jaynes. La palabra argumentación deriva del término arguere que quiere decir “sacar en claro” o “dejar ver con claridad”. Los fonemas indoeuropeos de los que deriva son argu y arg, términos que se refieren a la claridad y al brillo. La argumentación jurídica se distingue –por lo menos en su sentido clásico y etimológico– como el ejercicio de razonamiento que busca que una idea o una explicación sea clara y brille por sí sola. Por eso Cicerón define a la argumentación como “las razones que hacen fe de una cosa dudosa”, y San Isidoro de Sevilla sostiene que: “El argumento no ofrece nunca prueba a base de testigos o de documentos escritos, sino que encuentra la verdad sirviéndose únicamente del raciocinio. Y de ahí viene el nombre de argumentum, es decir, argutum inventum (invención sagaz).29 29 Hernández Franco, Juan Abelardo, Argumentación Jurídica, México, Oxford University Press, 2010, p.32. 11