cine María Antonieta pintada por David 66 / El Viejo Topo Kirsten Dunst cine Una niña en Versalles Una conversación entre Irene Castells y Alejandro Pérez P ara charlar sobre María Antonieta, la última película de Sofia Coppola, El Viejo Topo ha reunido a Irene Castells (profesora emérita de la Universidad Autónoma de Barcelona, especialista en la Revolución Francesa, en la Revolución liberal española y en el liberalismo europeo) y a Alejandro Pérez (Licenciado en Comunicación Audiovisual y Fotógrafo, que actualmente cursa el doctorado de Humanidades en la UPF y es colaborador de esta revista). El Viejo Topo: Podríamos empezar haciendo una valoración general del film, sobre el que existen opiniones muy dispares. Para algunos es una película magnífica; otros dicen que es prácticamente un vídeoclip. Irene Castells: Tomada en su conjunto, mi valoración es francamente positiva. Es la mejor película sobre María Antonieta hecha hasta la fecha. Más allá de algunos problemas de tipo histórico, y después de tanta basura made in Hollywood, producida siempre con hostilidad hacia la Revolución Francesa, siempre desde la perspectiva realista, y también después de que bastantes historiadores del sector contrario, defensores de la importancia de la Revolución, aceptaran como hechos ciertos los tópicos y las mentiras que circulaban sobre la austriaca, estamos ante la primera película que podemos calificar de buena, aunque este juicio requiere matizaciones desde el punto de vista histórico. Alejandro Pérez: A mí, en cambio, la película no me gustó demasiado. El personaje María Antonieta, sobre el que gira el film, es muy superficial, carece de complejidad, quizá porque el guión está mal desarrollado. A veces me parecía estar hojeando una revista tipo Vogue... Irene Castells: Discrepo de esa afirmación... en el sentido de que lo que ha pretendido Sofía Coppola es dar una visión femenina sobre la dimensión humana, y por tanto compleja, del personaje María Antonieta. Una visión que no ha querido que fuera lineal, aunque a veces haya caído en la superficialidad e incluso en el embellecimiento del personaje. Lo que le ha interesado a Coppola es María Antonieta, no la Revolución Francesa. En algún periódico se ha escrito que el film hablaba en realidad de algunas jóvenes ricas hollywoodienses, que viven una vida de lujos, alcohol y droga, pero me parece que no puede reducirse el film a eso, tiene otras muchas cualidades. Alejandro Pérez: Hay que tener en cuenta que el film va dirigido a un público muy amplio, que puede saber poco, mucho o nada acerca del personaje real. En mi opinión no está suficientemente bien tratada la complejidad del personaje histórico, que está delineado como un estereotipo de niña frívola. Por ejemplo, no se sabe absolutamente nada de ella antes de que llegara a Francia, y sin embargo en buena medida sus actitudes estaban determinadas por la gran diferencia que había entre la Corte austriaca y Versalles. Una diferencia que se traduce en cosas como ese pequeño mundo campesino que ella se fabrica en el Petit Trianon, pero que en la película no queda explicado. Yo no percibo ningún conflicto más allá de que necesita engendrar un heredero y que el Delfín no está por la labor. El Viejo Topo / 67 cine Irene Castells: En realidad, en la película se podrían distinguir dos partes. En la primera una niña de catorce años es enviada, por intereses dinásticos, políticos, a la Corte francesa, que es la más fastuosa de Europa en este momento, y que a ella le parece ridícula. Una Corte que en la película es mostrada sólo en parte, porque también había ilustrados en ella, y Coppola no nos los muestra. La directora trata de meterse en la piel de María Antonieta, y eso lo consigue en esa primera fase de la película, ofreciendo una reina adolescente a la que nadie quiere, y que se evade de la realidad creándose su propia realidad, tratando de no aburrirse. Cuando María Antonieta llega a Francia todo el mundo la odia, tanto la Corte como el pueblo, por pura xenofobia. La Corte, además, la veía como la representante de los intereses austriacos. Esa parte del film, que llega hasta que la reina se convierte en madre, está muy lograda, y ese aspecto de la complejidad del personaje nunca se había explicitado en ninguna otra película. De todos modos hay que admitir que en relación con el personaje real hay cosas importantes que se omiten, como las relaciones con los hermanos del rey, que pretendían ser los herederos. Como toda adolescente, ella se refugiaba en sus amigas, con las que tenía relaciones no lesbianas (como a veces se ha insinuado) sino de afecto y compañerismo. crítico con la visión de Coppola. El Viejo Topo: Se han hecho muchos comentarios sobre la banda sonora de la película, que incluye temas rockeros. ¿Qué lectura hacéis de esa inclusión? Alejandro Pérez: Creo que con ello Coppola pretende modernizar al personaje, y hacerlo atractivo para el público contemporáneo. Y también tratar de conectarlo con la vida actual de las jóvenes... Irene Castells: De las jóvenes ricas de Hollywood... Alejandro Pérez: Claro. Y no sólo es la música, también la escenografía. Aunque, más que con Hollywood, yo le veo relación con el mundo de la moda, de ese mundo de los diseñadores de moda que crean grandes despliegues escenográficos. Tanto la música como el vestuario, sus colores, tienen mucho de intento de aproximar el personaje de María Antonieta a las jóvenes de hoy. Y ya que hablamos de sonido, un aspecto interesante que se esboza es el de los murmullos. La gente siempre está murmurando, habla a sus espaldas a lo largo de toda la película. Quizá Coppola podría haber jugado más con ellos para aumentar el grado de tensión. El Viejo Topo: ¿Y a partir de que es madre? Irene Castells: A partir de ese momento sí se puede ser más 68 / El Viejo Topo Irene Castells: A medida que avanza la película se va echando en falta el contexto en el que se desarrolla la segunda parte, los momentos prerrevolucionarios y la Revolución Francesa. Sólo surge brevemente el hambre, el déficit, los panfletos, pero de modo muy superficial. Pero a Sofía Coppola eso no le ha interesado, sólo ha querido centrarse en el personaje de María Antonieta, y lo ha hecho hasta tal punto que la reina ha quedado desfigurada en esa segunda parte a la que he hecho alusión. Coppola, desde que María Antonieta se instala en el Petit Trianon, ha querido mostrar una reina más moderna, preocupada por la naturaleza, criando a sus hijos un poco en el espíritu de Rousseau, pidiendo que se representara –con cortes– “Las bodas de Fígaro”, que es una crítica de la aristocracia, quizás porque cine se trataba de Mozart, un austriaco... Esa sensibilidad hacia lo doméstico no es propia de una corte barroca; es más propia de las dinastías del siglo XIX. Ahí creo que Coppola exagera tratando de pintarla más progresista de lo que era. De hecho nunca leyó a Rousseau, aunque es cierto que las ideas de éste flotaban en el ambiente. El Viejo Topo: Coppola se esfuerza mucho en transmitirnos la idea de que en la Corte no se enteraban de nada, que María Antonieta estaba totalmente fuera del juego político. ¿Fue tanto así? Irene Castells: Desde luego, en la Corte no se enteraban de nada. No toda la Corte; también había ilustrados en ella. Pero el núcleo duro, los que rodeaban al rey y a la reina, vivían en un mundo aparte. El Consejo de Estado informaba al rey, pero éste estaba muy limitado. Nunca comprendió la gravedad de la situación. Le informaban del déficit, y él le pedía a María Antonieta que no gastara tanto. Pero en la película ni siquiera aparecen los Estados Generales, y el asalto a la Bastilla sólo se menciona de pasada. Haber prescindido por completo de la Revolución es un error, sobre todo de cara al gran público. Pero lo cierto es que la propia María Antonieta hacía caso omiso de los durísimos panfletos que se cebaban en su persona. En cualquier caso, la reina intervenía políticamente cerca de su esposo, el rey, de dos formas: una, pidiendo favores para sus amigos; la otra se produce tras el derrumbe de Luis XVI en la crisis de 1787, cuando ella empieza a tomar cartas en el asunto, sin llegar a entender jamás por qué se estaba produciendo una revolución. Alejandro Pérez: De la película parece deducirse que los excesivos gastos de la reina, su pasión por el juego, son elementos importantes del déficit que a la postre sería un elemento importante en la explosión revolucionaria. Pero eso es materialmente imposible. Irene Castells: Desde luego. Aunque es verdad que era muy dadivosa con sus amigos. Pero está claro que no fueron las partidas de naipes lo que dio lugar al déficit, sino la guerra americana. Hay muchos otros aspectos del film en el que la figura de la reina es tratada de un modo que no puede corres- Irene Castells y Alejandro Pérez ponderse con la realidad; por ejemplo la bella escena, cinematográficamente hablando, en la que desde el balcón la reina parece rendir pleitesía al pueblo que vocifera en Versalles. Eso es imposible: era una reina absolutista, y su orgullo no se lo podía permitir. Quizá lo que Sofía Coppola quiere dar a entender con esa escena es que se había llegado al final de una era. Alejandro Pérez: Ciertamente se echa de menos una mayor presencia del contexto histórico, pero yo insisto en que el personaje María Antonieta es muy plano. Sin matices. Por eso quizás hay quien se ha planteado que lo que quería Coppola era reflejar de manera irónica la vida de las niñas ricas de Hollywood, niñas como la propia Coppola, casi como una autobiografía solapada. De hecho, cuando ella entra en escena en el El padrino III, prácticamente le ocurre lo mismo que a María Antonieta cuando llega a la Corte de Francia, todo el mundo la rechaza. Yo no acabo de ver con claridad qué es lo que ha pretendido hacer Sofia Coppola. Irene Castells: A mí me parece que aunque es cierto que el film no recoge toda la conplejidad del personaje, especialmente desde que es madre, lo que ha hecho Coppola es lanzar, como ya he dicho, una mirada femenina y muy humana sobre esa adolescente rica que llega a Versalles, intentando entenderla, metiéndose en su piel. No creo que deliberadamente haya tratado de mostrar a las jóvenes ricas y ociosas de hoy. El Viejo Topo / 69 cine Pero le interesa la reina joven, y se preocupa menos de la reina madura, la que ya tiene influencia sobre el rey. Y por eso comete errores: la escena final, por ejemplo, es imposible que ella pudiera llegar a pensar que no iba a regresar a Versalles. La conversación de Luis XVI en el carruaje, cuando parten de Versalles, en realidad no la tuvo con ella, como muestra el film, sino con su hermana Isabel. Claro, es una licencia que Coppola puede tomarse, pero se equivoca, porque se acababan de enterar de que había una revolución, y no podían comprender la magnitud de lo que estaba ocurriendo. Alejandro Pérez: Y además, falta lo que vino después. Resulta difícil entender al personaje si la Revolución no existe... Irene Castells: Sí, precisamente la parte más desconocida y más compleja del personaje viene después, desde que la encierran en las Tullerías, en el 89, hasta la ejecución. En ese periodo era ya una mujer madura e inteligente, que trataba de impulsar la guerra entre Austria y Francia –porque creía que así podrían salvarse–, comportándose con gran dignidad, valentía e inteligencia en el juicio. Una María Antonieta así no se intuye en el film. Alejandro Pérez: Hay unas escenas, cuando ella está en una barca, navegando por un lago, que me recordaron al film de Kubrik, Barry Lindon. Y no es que Coppola debiera haber hecho lo mismo, pero creo que Barry Lindon es un magnífico ejemplo de cómo se puede tratar la vida de un personaje durante un largo periodo de tiempo, abriendo ventanas en momentos determinados y determinantes de la vida del personaje, y que lo interrelacionan con lo que está sucediendo en la época. En María Antonieta, esas ventanas son a veces interesantes, a veces intrascendentes, y en cualquier caso faltan bastantes. El Viejo Topo: Las personas que ven la película y que no tengan demasiada idea de María Antonieta y su época –lo cual en los tiempos que corren debe ser frecuente, sobre todo entre los jóvenes– van a salir del cine con tres ideas fundamentales: La primera es que María Antonieta es una adolescente, casi una niña, que se enfrenta a una situación que la desborda, lo cual nos inspira una gran simpatía hacia ella. La segunda, que la Corte no se enteraba absolutamente de nada. Y la tercera, que el origen –la culpa, podría decirse– de la Revolución Francesa está en la independencia e instalación de la democracia en América, a lo cual se alude al menos en tres ocasiones en el film. Es decir, la gente se va del cine con una visión muy simplona de lo que verdaderamente ocurrió. Irene Castells: Sí, el riesgo de que se haga una lectura simplista existe. De la Revolución sólo aparece el hambre; el déficit, relacionado con América, pero que no se sabe muy bien si no está creado por los gastos de la reina; tampoco hay una explicación clara de por qué Francia se mete en la guerra en América. La relación con Austria aparece un poco más... aunque también se obvia cómo Austria finalmente abandona a su suerte a María Antonieta... Jason Schwartzman (Luis XVI) Alejandro Pérez: Otro aspecto que Coppola obvia, y es raro siendo una película de una mujer sobre otra mujer, es la relación de María Antonieta con sus hijos. Irene Castells: Sí, ella siempre tuvo una relación intensa con los hijos, los amó profundamente. Eso tampoco aparece, efectivamente. Y es que, insisto, a Coppola le ha interesado fundamentalmente la reina adolescente. Desde luego, debería haber tratado bastante más el desarrollo de la Revolución, que está pero no está. 70 / El Viejo Topo Alejandro Pérez: Ahí Coppola podía haber jugado más y mejor con la lectura de las cartas con la madre de María Antonieta, con el embajador austriaco. En realidad, Coppola no mira más allá del perímetro de Versalles. Ni siquiera se entiende por qué el pueblo tiene hambre. Irene Castells: Claro, la gente que vaya al cine sin saber nada, sale sin saber nada, o con una idea equivocada. Al prescindir deliberadamente de la presencia de la Revolución, todo se hace incomprensible. Todo se centra en María Antonieta. Alejandro Pérez: No hay que olvidar el papel que juegan en las cine Los reyes almorzando… películas de Sofia Coppola su padre y su hermano. Por una parte el padre es el que ata toda la producción; por otra parte el hermano, Roman, es el director de la segunda unidad, y un renombrado director de vídeoclips. Probablemente él tiene bastante que ver con el look y con el resultado final de la película. Roman es bastante mayor que Sofia, y probablemente bastante ascendiente sobre ella. Por cierto, en relación con el personaje Fersen, ¿María Antonieta tuvo muchos amantes? Irene Castells: ¡No! No tuvo ninguno. Ni siquiera está claro que llegara a consumar nada con Fersen, de quien estaba enamorada. Fersen fue su gran amor, pero no se tiene constancia de que ese amor se concretara en nada. Tal vez sí, pero no lo sabemos. Fersen fue quién organizó la huida a Varennes, en el verano de 1791... El Viejo Topo: Gran película de Ettore Scola... La nuit de Varennes. Alejandro Pérez: En María Antonieta no abundan los detalles irónicos o críticos, pero alguno es divertido. Por ejemplo, que en la granja de la reina los criados limpiaran los huevos del gallinero para que la reina los recogiera bien limpios... Irene Castells: Me gustaría subrayar lo bien logrado que está el rococó de la época, la escenografía... Claro que está rodada en un marco ideal, el propio Versalles. Alejandro Pérez: El vestuario es impresionante, pero la escenografía a veces recuerda el vídeoclip. Tal vez porque la fotografía no tiene muchos matices, la luz es siempre igual, no hay texturas, no hay matices, salvo en los colores de la ropa. El Viejo Topo: Finalmente, y más allá de las críticas que habéis formulado... ¿podemos quedarnos con la idea de que es la mejor película que se ha hecho hasta ahora sobre María Antonieta? Irene Castells: Por supuesto. Me ratifico en ello. Todo lo anterior es basura, y encima basura■ El Viejo Topo / 71