Antropología de la libertad

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An t r opologí a de la li ber t ad
E dgar Mor i n
*
Una liber tad es una pos ibilidad de elección
Una pos ibilidad de elección puede s er inter ior , es decir , s ubj etivamente o mentalmente pos ible;
es una liber tad de es pír itu. Puede s er ex ter ior , es decir , obj etivamente o mater ialmente pos ible;
es una liber tad de acción
Cuantos más s ean los dominios que ofr ecen pos ibilidades de elección, más , en cada dominio, las
elecciones s on numer os as y var iadas , mayor es s on las pos ibilidades de liber tades ; cuanto más
impor tante par a s u pr opia ex is tencia es el tipo de elección pos ible, más elevado es el nivel de
liber tad (elección de medio de tr ans por te, elección de pr ofes ión, de r es idencia, de vida)
A pr imer a vis ta, nos par ece evidente que el s er humano dis pone, en condiciones favor ables , de
pos ibilidades de liber tad. S entimos s ubj etivamente nues tr a liber tad cada vez que tenemos la
ocas ión de elegir entr e alter nativas y tomar una decis ión
A la inver s a, toda cons ider ación obj etiva de nues tr a condición par ece r educir la liber tad a una
ilus ión s ubj etiva; s ufr imos las coacciones de nues tr o medio natur al al que debemos adaptar nos ;
es tamos s ometidos por nues tr o patr imonio genético que pr oduce y s us tenta s in ces ar nues tr a
anatomía, nues tr a fis iología, nues tr o cer ebr o y, por tanto, nues tr a pos ibilidad de inteligencia y de
cons ciencia; es tamos s ometidos por nues tr a cultur a que ins cr ibe en nues tr o es pír itu, des de
nues tr o nacimiento, s us nor mas , tabúes , mitos , ideas , cr eencias , y es tamos s uj etos a nues tr a
s ociedad que nos impone s us leyes , r eglas y pr ohibiciones ; es tamos inclus o pos eídos por
nues tr as ideas que s e adueñan de nos otr os cuando cr eemos dis poner de ellas . De es te modo,
s omos ecológicamente dependientes y es tamos genética, s ocial, cultur al e intelectualmente
s ometidos . ¿Cómo podr íamos dis poner de liber tades cuando es tamos tan s ometidos por todas
par tes ?
E l i m per i o del m edio
Como fr ecuentemente hemos dicho (cf. El método 1 y 2), nos hace falta s us tituir la concepción
de que el medio ex ter ior impone s us fatalidades a los s er es vivientes por una concepción de la
autonomía dependiente
La autonomía viviente es ins epar able de la autoor ganiz ación; és ta pr oduce s us pr opias r eglas y el
s er vivo efectúa s u pr opio compor tamiento en el s eno de s u ambiente. Cier tamente, una
or ganiz ación as í depende de deter minaciones fís ico- químicas , per o és tas s on integr adas ,
tr as cendidas y utilizadas en y por la autoor ganiz ación viviente (cf. El método 1: 108- 110)
Como lo hemos ex pues to igualmente en otr a par te, la autonomía viviente depende de s u medio
ex ter ior , de donde ex tr ae ener gía y or ganización. As í, no hay autonomía viviente que no s ea
dependiente (1). L o que pr oduce la autonomía pr oduce la dependencia que pr oduce la autonomía
La ex is tencia s ocial ha dado al s er humano una autonomía cons ider able; los des ar r ollos técnicos
de la agr icultur a, los tr ans por tes , la indus tr ia, han cons tituido conquis tas de autonomía mediante
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s oj uz gamiento de ener gías mater iales y ex plotación de pr oducciones natur ales , conduciendo a
una efectiva dominación de la natur alez a, a tr avés evidentemente de una multiplicación de
dependencias y una dependencia global con r es pecto a la bios fer a de la que for mamos par te
Al des ar r ollar s u autonomía domes ticando la natur alez a, la s ociedad his tór ica des ar r olla e impone
s us coacciones s obr e los individuos (fr ecuentemente has ta s ometer al mayor númer o), lo que
nos conduce a pr eguntar nos : ¿la autonomía ganada con r es pecto a la natur aleza es tar ía per dida,
por los individuos , con r es pecto a la cultur a y la s ociedad?
L a in f lu en ci a de l os gen es
Antes de pas ar a es ta inter r ogación, es neces ar io ex aminar s i la autonomía viviente con r es pecto
al mundo ex ter ior no compor ta en s í mis ma una dependencia inter ior ineluctable
Des de luego la dependencia de una or ganiz ación autónoma con r es pecto a s í mis ma es la
condición evidente de toda autonomía. Per o el pr oblema s e pr ofundiz a cuando s e cons ider a que
la autoor ganiz ación viviente - y des de luego la humana- es genéticamente dependiente. S e tr ata
de una dependencia de or igen anter ior pues to que es her editar ia. Como los genetis tas
es pecifican el papel de los genes mediante la palabr a pr ogr ama, entonces la autonomía viviente,
incluida en ella la humana, es tar ía pr ogr amada como la de un autómata. As í genos (la
or ganiz ación genética) da a anthr opos la autonomía con r es pecto a oikos (el ambiente natur al),
per o poniéndolo baj o s u dependencia. S egún es ta concepción, el gen, unidad a la vez química e
infor macional, detenta la ver dader a s ober anía s obr e nues tr os s er es
Hemos ex aminado en otr a par te (El método 2) las for mas fetichis tas , r acionaliz ador as
(delir antes ) del pangenetis mo que ha s us tituido el imper io del medio por el imper io de los genes .
Recor demos br evemente los ar gumentos que s e oponen a es a concepción imper ialis ta
1. S i es ver dad que la autonomía del individuo en el mundo ex ter ior pr ocede de una autonomía
genética, es ta autonomía genética depende ella mis ma de la autonomía individual que ella
pr oduce. Como vimos (El método 2: 115 s s ., y más ampliamente 101- 300), la autoor ganiz ación
viviente as ocia en el individuo, de maner a indis ociable y complementar ia, el genos (la es pecie, el
patr imonio her editar io, el pr oces o de r epr oducción) y el phenon (el individuo vivo hic et nunc en
un mundo de fenómenos ). S u r elación es en bucle r ecur s ivo, es decir , cons tituye un cir cuito
gener ador / r egener ador donde la pr oducción pr oduce un pr oducto que la pr oduce y r epr oduce,
donde cada tér mino es a la vez pr oducto y pr oductor del otr o, donde la es pecie pr oduce al
individuo que pr oduce la es pecie: el individuo es pr oducido por un ciclo de r epr oducción, el cual
tiene neces idad del individuo par a per petuar s e: el genos pr oduce el phenon que pr oduce el
genos . El ADN tiene neces idad de las pr oteínas que él es pecifica y que lo es pecifican como
es pecificador ; la invar iancia genética tiene neces idad de una actividad fenoménica s iempr e
r ecomenz ada. Más aún, el apar entemente todopoder os o ADN es tá s ometido a fis ur as , r otur as ,
br echas , y es la unidad global de la or ganiz ación geno- fenoménica la que per mite a las pr oteínas
con dedicación ancilar r epar ar , r eaj us tar , r ecomponer , r emendar los tr oz os inválidos . Y, en lo que
concier ne a las mutaciones del ADN en cur s o de r epr oducción, es , en el cas o feliz en que la
mutación pr ovoque una cualidad nueva, la mis ma unidad global quien r es taur a s u pr opia
or ganiz ación tr ans for mándola
Los engr amas genéticos s e tr ans for man en pr ogr amas s egún las neces idades y actividades . Lo
que es tá ins cr ito en es os engr amas es en pr imer lugar la for midable ex per iencia de nues tr o
linaj e, de nues tr a es pecie, de nues tr o or den (pr imate), de nues tr a clas e (mamífer a), de nues tr o
filo (ver tebr ado), de nues tr o r eino (animal), de nues tr a or ganiz ación (viviente). E s te capital
genético nos da nues tr a autonomía
La unidad global s e encuentr a en los individuos , los cuales s e encuentr an r ecípr ocamente en es ta
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unidad global que atr avies a las gener aciones . E l individuo es tá en un todo que es tá en los
individuos
As í los genes no s on los S eñor es de lo viviente: s on un momento en la autoor ganiz ación: en ellos
es tán concentr adas en for ma de engr ama la memor ia y la ex per iencia her editar ia. E s la actividad
computante pr opia de la autoor ganiz ación la que los tr ans for ma en pr ogr ama. L a auto(genofeno)- eco- or ganiz ación es s eñor a- dependiente y pr oduce la autonomía/dependencia del
individuo que la pr oduce
El cer ebr o humano es un apar ato epigenético que depende del bucle geno- fenoménico (el cual,
como ver emos más adelante, s e integr a en un gr an bucle ego- s ociocultur al donde el es pír itu s e
for ma como emer gencia, s in ces ar de depender del cer ebr o, e integr a en ella es te bucle). E l más
mínimo de nues tr os pens amientos es ins epar able de s íntes is y tr ans for maciones molecular es ,
ellas mis mas ins epar ables de la acción de los genes pr es entes en las neur onas . Y es en es tas
múltiples dependencias como emer ge la autonomía mental del s er humano, capaz de efectuar
elecciones y elabor ar es tr ategias
En lo que a la actividad cer ebr al del hombr e concier ne, lo innato y lo adquir ido no s e oponen
abs olutamente. S on también complementar ios . S ólo podemos adquir ir de modo autónomo
por que nues tr o cer ebr o dis pone de la aptitud innata par a adquir ir aptitudes no innatas . Cuanto
más r ico en competencias es el dis pos itivo cer ebr al innato, más r ica es la dis ponibilidad par a el
apr endiz aj e y par a la r ealización de cualidades autónomas
Más aún: el es pír itu humano ha podido, en las condiciones his tór icas de es te fin de s iglo, tomar
conocimiento, contr ol y pos es ión de los genes de los que depende, y ha comenz ado a
manipular los par a s us pr opios fines . Un moder no S aulo de T ar s o podr ía ex clamar : « Oh gen,
¿dónde es tá tu victor ia?»
Detengamos es te lir is mo. Retengamos que s ólo podemos es cr ibir nues tr os des tinos obedeciendo
a la ins cr ipción genética incluida en cada una de nues tr as células . E s en es ta s er vidumbr e como
s e for j a nues tr a autonomía. E l individuo s ufr e un des tino que le per mite devenir autónomo
As í pues , el gen s ignifica a la vez her encia y her edad, car ga y r egalo, deter minación y
autonomía, limitación y pos ibilidad, neces idad y liber tad
No es tamos des tinados únicamente a la r epr oducción, es tamos igualmente des tinados a goz ar la
vida, y la r epr oducción mis ma es tá también des tinada a pr oducir individuos que puedan goz ar de
la vida. E l amor y la voluptuos idad utiliz an el acto r epr oductor par a r ealiz ar s e y pueden eliminar
s us cons ecuencias r epr oductor as mediante coito inter r umpido, pr es er vativos , píldor as . E s tamos
invadidos por la s ex ualidad, per o la s ex ualidad es tá invadida por el goce y el amor
Cuando cons ider amos nues tr a doble dependencia, con r es pecto a genos (el gen) y con r es pecto a
oikos (el medio), podemos ver que la dependencia con r es pecto a genos pr opor ciona autonomía
individual con r es pecto a oikos , y que la dependencia con r es pecto a oikos alimenta es a
autonomía. E l cier r e genético del individuo le impide s er des tr uido por la invas ión de
deter minis mos ex ter ior es , y s u aper tur a fenoménica le per mite cons tituir y des ar r ollar s us
pr ácticas autónomas
Más ampliamente, nues tr a dependencia genética nos per mite no s ufr ir totalmente los
deter minis mos ecológicos y los deter minis mos cultur ales . Nues tr a dependencia ecológica nos
per mite alimentar y des ar r ollar nues tr a autonomía. La autonomía individual s e for ma y s e
mantiene a par tir de es tas dos dependencias que s e oponen y s e unen en ella
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Más pr ofunda y fundamentalmente, la autonomía del individuo vivo, y s ingular mente el humano,
s e afir ma en s u cualidad de s uj eto. Recor demos que s er s uj eto es ocupar el centr o del pr opio
mundo, es decir , el lugar egocéntr ico del « par a s í» . La cons titución mis ma del s uj eto es
dialógica, pues to que compor ta al mis mo tiempo un pr incipio de ex clus ión (nadie puede ocupar
s u lugar ) y un pr incipio de inclus ión (en un « nos otr os » - la familia, la es pecie, la s ociedad- y de
inclus ión de es te « nos otr os » en s í mis mo), que incluye las actividades r epr oductor as , la
ins cr ipción her editar ia, la ins er ción comunitar ia en el inter ior del s uj eto. Además la
autoafir mación del s uj eto efectúa la apr opiación egocéntr ica de s u ins cr ipción her editar ia, la
apr opiación egocéntr ica de s u legado, no s ólo familiar , s ino, como hemos vis to, antr opológico,
pr imático, mamífer o, etc. As í el fatum genético s e tr ans for ma en des tino per s onal en el acto de
autoafir mación del s uj eto. E l individuo s uj eto s e apr opia de s u genos , per o s in dej ar de depender
de él, pues el ocupante egocéntr ico es tá él mis mo dialógicamente ocupado por el genos . E l
individuo s e autonomiz a al apr opiar s e del genos al que obedece. S u dependencia her editar ia
s ingular , s in dej ar de s er dependencia, deviene fundamento de la identidad per s onal: nues tr a
her encia plur al hace de nos otr os individuos s ingular es . Nues tr as vidas las vivimos r es ucitando los
ingr edientes de las vidas de nues tr os anteces or es . De modo que pos eemos los genes que nos
pos een
De ahí la par adoj a: toda ex is tencia humana es a la vez j ugador a y j ugada; todo individuo es una
mar ioneta manipulada des de el inter ior y des de el ex ter ior y al mis mo tiempo un s er que s e
autoafir ma en s u mis ma calidad de s uj eto
Es evidentemente mediante la cons ciencia como, difer enciándos e de todo animal, el s er humano
puede, en deter minadas condiciones y ocas iones a veces decis ivas , manifes tar s u liber tad
El individuo humano, no puede cier tamente es capar a s u s uer te par adój ica: es una pequeña
par tícula de vida, un momento efímer o, una ins ignificancia, per o al mis mo tiempo des pliega en s í
la plenitud de la r ealidad viviente: la ex is tencia, el s er , las actividades , y as í contiene en s í el
todo de la vida s in dej ar de s er una unidad elemental de la vida. Al mis mo tiempo, des pliega en
s í la plenitud de la r ealidad humana, con la cons ciencia, el pens amiento, el amor , la amis tad.
Contiene en s í el todo de la humanidad, s in dej ar de s er la unidad elemental de la humanidad
Y, como vamos a ver ahor a, s u ins cr ipción en una cultur a y una s ociedad le hace s ufr ir una
nueva dependencia, que le ofr ece a la vez la pos ibilidad de una nueva autonomía, a veces el
acces o a la liber tad
E l i m per i o s oci ol ógico y la i n f l u en ci a cu l t u r al
Ex is te en pr imer lugar la influencia s ociocultur al
La cultur a de las s ociedades ar caicas per mitió la r ealiz ación de individuos que des ar r ollar on una
ex tr ema agudez a de s entidos , que les per mite captar como s ignos y mens aj es los múltiples
indicios y acontecimientos de s u ambiente natur al; individuos con aptitudes manuales
politécnicas , maes tr os en el ar te de manej ar s us ar mas par a la caz a, de fabr icar s us útiles y
edificar s u cas a
Los ar caicos s on s er es « libr es » , s in Es tado, per o no ciudadanos ; libr es per o s ometidos a tabúes ;
libr es en s u medio ambiente, per o limitados a es e ambiente; adquir ier on una autonomía técnica,
per o no pueden des ar r ollar el mundo de ideas que les per mita des ar r ollar s u autonomía mental
Las s ociedades his tór icas dotadas de E s tado s oj uz gan, dominan, no dan liber tades a las élites
s ino pr ivando de ellas a los infer ior es , condenándolos a la obediencia y a la ignor ancia. El E s tado
s e ins cr ibe como s uper yó en el es pír itu de los individuos e ins tala en ellos una cámar a s agr ada
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dedicada a s u devoción
Y, en todas las s ociedades , la cultur a s e impone a los individuos . El feto s ufr e influencias
cultur ales en s u vida intr auter ina (alimentos , s onidos , mús icas ) y des de s u nacimiento el
individuo comienz a a r ecibir el legado cultur al que as egur a s u for mación, s u or ientación, s u
des ar r ollo como s er s ocial; s ufr e tabúes , imper ativos , nor mas (que s e ins cr iben cer ebr almente
por es tabiliz ación s electiva de s inaps is ), y en él s e fij an los automatis mos s ociales
En todo individuo, el legado cultur al s e combina con s u her encia biológica, deter minando
es timulaciones o inhibiciones que modulan la ex pr es ión de es ta her encia. As í cada cultur a,
mediante s u s is tema de educación, s u r égimen alimentar io, s us modelos de compor tamiento,
r epr ime, inhibe, favor ece, es timula, s obr edeter mina la ex pr es ión de tal aptitud, ej er ce s us
efectos s obr e el funcionamiento cer ebr al y s obr e la for mación del es pír itu, y as í inter viene par a
co- or ganiz ar y contr olar el conj unto de la per s onalidad
La cultur a llega a ins cr ibir en el individuo s u impr inting, impr onta matr icial fr ecuentemente s in
r etor no que mar ca a los individuos en s u modo de conocer y de compor tar s e des de la tier na
infancia y que s e pr ofundiz a con la educación familiar y luego es colar . El impr inting fij a lo
pr es cr ito y lo pr ohibido, lo s antificado y lo maldito, implanta las cr eencias , ideas , doctr inas , que
dis ponen de la fuer za imper ativa de la ver dad o de la evidencia. Ar r aiga en el inter ior de los
es pír itus s us par adigmas , pr incipios iniciales que comandan los es quemas y modelos ex plicativos ,
la utilización de la lógica, las teor ías , pens amientos , dis cur s os . E l impr inting s e acompaña de una
nor maliz ación que acalla toda duda o impugnación de s us nor mas , ver dades y tabúes . De ahí el
car ácter apar entemente implacable de los deter minis mos inter ior es al es pír itu
I mpr inting y nor maliz ación s e r epr oducen de gener ación en gener ación: « una cultur a pr oduce
modos de conocimiento entr e los humanos s ometidos a es a cultur a, quienes , por s u modo de
conocimiento, r epr oducen la cultur a que pr oduce es os modos de conocimiento» (Las ideas : 2728)
As í s e efectúa la domes ticación de los es pír itus
Como, en el s eno de una mis ma s ociedad, los individuos s on ex tr emadamente diver s os , genética
y ps icológicamente, algunos individuos llegan a mos tr ar s e r es is tentes al impr inting j us tamente
por que s u individualidad s e manifies ta mediante una fuer te autonomía cer ebr al, y s er án r eacios
con r es pecto a lo que la mayor par te acepta como evidencia
El j uego entr e los car acter es individuales pr oducidos por la her encia biológica y la for mación de
la per s onalidad, mediante las nor mas cultur ales , diver s ifica los individuos , y per mite la apar ición
de no confor mis tas , inclus o des viantes , que podr án es capar al impr inting y s er án mentalmente
autónomos
La vitalidad de la autonomía cer ebr al/mental es una condición de la liber tad del es pír itu. S on
es pír itus libr es los que s e atr even a la ins umis ión o la r es is tencia. Algunos , des de Antígona a
S olj enits in, afr ontan inclus o el s uplicio y la muer te en s u r ebelión contr a un Or den implacable.
Per o muchos r eacios s ecr etos o potenciales des viantes no podr án manifes tar s e más que en
condiciones de debilitamiento del impr inting y la nor maliz ación
Por lo tanto podemos concebir las condiciones s ociocultur ales de la autonomía cognitiva y de la
liber tad. S on las de la alta complej idad s ocial: las que limitan la ex plotación, r es tr ingen el
s ometimiento, per miten la autonomía fís ica, mental y es pir itual, y, cuando hay democr acia, la
liber tad política
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Es ta alta complej idad es tá ligada a la impor tancia de la componente autoor ganiz ador a
es pontánea de la s ociedad, ella mis ma ligada al des ar r ollo de las comunicaciones , de los
inter cambios económicos que llevan cons igo los de las ideas , al j uego de los antagonis mos entr e
inter es es , pas iones y opiniones . Por lo tanto el campo de las liber tades humanas cr ece con el
cr ecimiento de las elecciones individuales (de mer cancías , par ej as , amis tades , ocios , opiniones ,
etc.)
Los des ar r ollos de las plur alidades , comunicaciones , inter cambios , antagonis mos en los campo
económico, en el campo político (democr acia), en el campo de las ideas cons tituyen as í los
caldos de cultur a de las liber tades individuales
En es tas condiciones , el s ometimiento de los individuos s e vuelve moder ado e inter mitente, las
dos cámar as del es pír itu s e comunican, el s uper yó no s ofoca al yo, las br echas s e multiplican en
el impr inting cultur al y la nor malización. La des viación no es ya eliminada s iempr e de r aíz y
puede des empeñar s u papel innovador . Pueden pr opagar s e ideas des conocidas , llegadas de otr os
lugar es o de los mis mos s ubs uelos de la s ociedad
La democr acia y la laicidad otor gan al ciudadano el der echo de fis caliz ar s obr e la ciudad y s obr e
el mundo. E l ex amen y la opinión le s on per mitidos , y has ta demandados , s obr e lo que ha dej ado
de s er s agr ado: la conducción de los as untos públicos y la r eflex ión s obr e s u des tino. A par tir de
entonces , la par te autónoma del es pír itu s e intr oduce en la cámar a que había s ido s ubyugada, y,
al mis mo tiempo, emer ge una liber tad que otor ga r aíces mentales a las libr es elecciones del
ciudadano; una liber tad del es pír itu individual. E s ta liber tad es dependiente y r elativa; en los
es pír itus s igue habiendo s antuar ios de lo s agr ado, impr intings pr ofundos , múltiples pr ej uicios ,
confor mis mos , y la nor maliz ación no ces a de r echazar las des viaciones ex tr emas . Al menos las
liber tades tienen un dominio más amplio que el pequeño cír culo de las decis iones de la vida
pr ivada
La vida cotidiana, al tor nar s e r elativamente autónoma, per mite ex pans iones per s onales
es pecialmente en el amor . L a ador ación y el culto dedicado a las divinidades s e ex tienden en la
vida pr ivada y s e encar nan en la per s ona amada. As í s e democr atiz a el complej o de amor que
compor ta s u par te de mitología y de r eligión, y que poetiz a las ex is tencias individuales
Entonces , ex is te una vida cultur al, intelectual y a veces política de car ácter dialógico, fundada
s obr e los conflictos de ideas , el inter cambio de ar gumentos , que compor ta s us r eglas de j uego,
que pr ohíben agr es iones y liquidaciones fís icas , y es ta vida cultur al nutr e la autonomía del
es pír itu. Cuando las r eglas dialógicas es tán ins cr itas en la cultur a y en la política (democr acia),
entonces el impr inting cambia de natur alez a y pr es cr ibe la liber tad. S e ar r aiga una tr adición de
es pír itu es céptico y cr ítico
S e cons tituye una intelectualidad s ocialmente medio des ar r aigada y par cialmente cos mopolita,
que llega a cons tituir el caldo de cultivo de las ideas univer s alis tas
Y en cier tos lugar es , en cier tos momentos pr ivilegiados , hay br otes de liber tad cr eador a en el
pens amiento. Algunos individuos des pliegan entonces s us aptitudes par a imaginar y concebir , y,
tr ans gr ediendo los impr intings , s e manifies tan como des cubr idor es , teór icos , pens ador es ,
cr eador es
Ocur r e inclus o, en deter minadas condiciones que hemos ex aminado (El método 4: 45 s s .), que
hay quienes efectúan inmer s iones r adicales en los pr oblemas impens ados de las es tr uctur as del
pens amiento o de la or ganiz ación de la s ociedad
En fin, en las democr acias , los individuos s e convier ten en ciudadanos r elativamente libr es . Es tán
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s ometidos a s us deber es par a poder dis fr utar de s us der echos . De ahí la impor tancia
antr opológica de la democr acia en el s entido de ins tituir pos ibilidades de liber tad humana
Los der echos per manecen des igualmente r epar tidos , inclus o en las s ociedades democr áticas de
alta complej idad, y las pos ibilidades de liber tad de movimiento, de acción, de goz os , de es pír itu,
es tán muy des igualmente r epar tidas ...
T ambién, en las s ociedades muy complej as que compor tan no obs tante s oj uz gamientos y
s uj eciones , algunos pas an a tr avés de las mallas de la s ociedad, anómicos , locos , vagabundos ,
hippies , bus can en el s ubs uelo r efugio par a s u liber tad per s onal, per o pier den s us liber tades
civiles en la ex clus ión. Otr os , s ituados en la mega- máquina, pr actican en ella una r es is tencia
colabor acionis ta, es decir , s e las ar r eglan par a que las cos as funcionen s in por ello confor mar s e a
las ins tr ucciones : s on las as tucias s ociales de la liber tad
Hay, pues , r epitámos lo aquí, ambivalencia a la vez en la r elación entr e la r elación s ociocultur al y
el individuo. L a cultur a impone s u impr inting y al mis mo tiempo apor ta s us habilidades , s aber es y
conocimientos que des ar r ollan la individualidad, cons tituye en las s ociedades plur alis tas un caldo
de cultivo par a la autonomía de las ideas y la ex pr es ión de las cr eencias o dudas per s onales . De
aquí s u ambivalencia r adical: la cultur a per mite la autonomía, per o s ometiéndos e a s us nor mas .
T oda cultur a s ubyuga y emancipa, apr is iona y liber a. Las cultur as de las s ociedades cer r adas y
autor itar ias contr ibuyen fuer temente a la s ubyugación, las cultur as de las s ociedades abier tas y
democr áticas favor ecen una plur alidad de liber tades
As í la complej idad del s er s ocial es el caldo de cultivo de la complej idad individual
L a in f lu en ci a de l as i deas
Los individuos no s e encuentr an s ometidos s ólo por s u s ociedad y s u cultur a, es tán también
s ometidos por s us dios es y s us ideas
Como vimos (El método 4, Las ideas : 105- 157) los dios es y las ideas , han s ur gido como
ectoplas mas colectivos a par tir de los es pír itus humanos , han llegado a s er entidades dotadas de
vida y de individualidad, s on alimentados por la comunidad de s us fieles y, r etr oactuando s obr e
nues tr os es pír itus s in los cuales nada s er ían, nos s ometen, r einan, or denan. Hemos s ecr etado
es tos s er es es pir ituales , per o tienen una autonomía r elativa y una ex is tencia r eal tanto en
nues tr os es pír itus como en nues tr as s ociedades
Es tamos pos eídos por los dios es y las ideas en el s entido vudú y en el s entido dos toievs k iano del
tér mino
Las ideas que nos pos een s on ideas - fuer z as , I deas - Mitos , es decir , de s us tancia s obr ehumana,
car gadas de pr ovidencialis mo. Véas e el ímpetu de las ideas que s e s ir ven de los humanos , los
encadenan, s e des encadenan y los ar r as tr an: « Las ideas han quebr antado al s iglo XX, incendiado
el planeta, hecho fluir un Danubio de s angr e, depor tado a millones de hombr es » (T chos s itch, Le
temps du pouvoir , L 'âge d'homme: 235)
Cuántos millones de individuos no han s ido víctimas de la ilus ión ideológica, cr eyendo obr ar por la
emancipación humana y obr ando de hecho por s u s oj uz gamiento
Per o, del mis mo modo que hay r uptur as del impr inting, hay, y fr ecuentemente baj o los efectos de
la ex per iencia vivida, fr actur as de ideas , des inflamientos de ideologías . Y hemos podido ver
es pír itus que s e liber aban, antes de r ecaer en otr as ilus iones
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No podemos pr es cindir de ideas maes tr as , de ideas - fuer z as . Per o entr e es tas ideas maes tr as e
ideas - fuer z as s e encuentr a la idea de liber tad. Y cuando es tamos pos eídos por ella, nos per mite
adquir ir liber tades
La liber tad es tá en una r elación dialógica con nues tr as ideas , de las que s omos pos es os y
pos eedor es
En fin, a tantas influencias r es ultantes de la s ociedad y la cultur a, es pr ecis o añadir la influencia
de la his tor ia: los individuos s on llevados , bamboleados en una his tor ia que apor ta s ometimientos
y liber aciones , que no s olamente opone s ino también as ocia civiliz ación y bar bar ie, y cuyo j uego,
cuya continuación... no conocen
L os cam in os de la l iber t ad
S i nos atenemos a una concepción deter minis ta del s er humano, no hay pos ibilidad de liber tad y
és ta apar ece como una pur a ilus ión. S i nos atenemos a una concepción es pir itualis ta de la
liber tad, ella s er ía independiente de las condiciones fís icas , biológicas , s ociológicas . Nos otr os
hemos intentado concebir las pos ibilidades de liber tades humanas en y por s us dependencias
ecológicas , biológicas , s ociales , cultur ales , his tór icas . Hemos intentado ir más allá del genetis mo,
del cultur alis mo, del s ociologis mo, per o integr ando el gen, la cultur a, la s ociedad
Lo que s ignifica en pr imer lugar que es neces ar io concebir el car ácter incier to y complej o de la
r elación entr e autonomía y dependencia. La autonomía neces ita dependencias , per o las
dependencias compor tan s er vidumbr es y pueden deter minar s ometimientos que aniquilen la
autonomía
No podemos ignor ar el pes o tr ágico de las dependencias , las deter minaciones , los s ometimientos ,
las s uj eciones , las pos es iones
Un s er humano puede es tar totalmente s ometido a la neces idad de vivir par a s obr evivir , es decir ,
tr abaj ar s in tener as egur ado el gozo de vivir , s i no es por flas hes , momentos pr ivilegiados de
poes ía... Vivir par a s obr evivir mata de r aíz la liber tad, y s on una aplas tante mayor ía de los
humanos los que, en la his tor ia y hoy por doquier en el mundo, s ólo han podido vivir par a
s obr evivir , y, en las s ociedades de baj a complej idad, en las peor es condiciones
E l n u do gor di an o
Y s in embar go la autonomía humana y las pos ibilidades de liber tad s e pr oducen, no ex nihilo, s ino
por y en la dependencia anter ior (patr imonio her editar io), la dependencia ex ter ior (ecológica), la
dependencia s uper ior (la cultur a), que la copr oducen, la per miten, la alimentan, a la vez que la
limitan, la s ubor dinan, y cor r en per manentemente el r ies go de s ometer la y des tr uir la
Recor demos que el individuo es un s uj eto cuya s ede egocéntr ica incluye la ins cr ipción
genocéntr ica (de la es pecie) y la ins cr ipción s ociocéntr ica. T odo ocur r e como s i s u cómputo/cógito
obedecies e a tr es s opor tes lógicos en uno, el del mí- yo, el de la es pecie, el de la s ociedad. E s te
pr ogr ama tr iúnico es dialógico, es decir , que s us ins tancias antagonis tas s on al mis mo tiempo
complementar ias al per mitir la autoafir mación del s uj eto
Las poli- dependencias s on factor es de autonomía en s u complementar iedad y s u opos ición: la
autonomía biológica s e debe a la r elación dialógica entr e el individuo y s u medio, la autonomía
cer ebr al s e debe a la dependencia genética, la autonomía mental s e alimenta de la dependencia
cultur al, la autonomía del compor tamiento es nutr ida por la cultur a que s uminis tr a las técnicas y
los conocimientos que per miten actuar de modo eficaz
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La mayor par te del tiempo s omos máquinas apar entemente tr iviales , pues obedecemos
s imultáneamente a nues tr as deter minaciones ecológicas , biológicas , s ociales y cultur ales . Per o
s omos de hecho máquinas no tr iviales , por que dis ponemos de un s opor te polilógico, genético,
cultur al y egocéntr ico, neces ar io par a nues tr a autoafir mación como s uj etos
Las dependencias genéticas tienden a r epr imir las dependencias cultur ales , y las dependencias
cultur ales tienden a r echaz ar las dependencias genéticas ; en es te j uego el es pír itu humano
for mado por la cultur a puede dis poner de bas tante autonomía cer ebr al par a r es is tir a los
impr intings de es a cultur a
Nues tr a autonomía s e s itúa en un bucle y una dialógica entr e los genes , el medio, el cer ebr o, el
es pír itu, la cultur a, la s ociedad. E s tamos en r elaciones antagonis tas con cada una de las
ins tancias de es te bucle que tiende a des tr uir nues tr a autonomía, per o es ta r elación es
complementar ia par a ins taur ar es ta autonomía. E s tamos pos eídos por y en es te bucle, per o en
nues tr os momentos de autonomía, cuando dej amos de vivir únicamente par a s obr evivir ,
pos eemos es te bucle que nos pos ee
E inclus o en los r ar os momentos cr eador es que s obr evienen en el mundo humano, la pos es ión
per manece en la cr eación aunque es ta tr ans cienda la pos es ión. E l acto cr eador es a la vez
autónomo y pos eído
Vivimos por ello efectivamente cas i como pos es os . Cumplimos de maner a alucinada nues tr o
oficio de vivir , como s i efectivamente fuér amos máquinas tr iviales pr ogr amadas des de s iempr e,
con nues tr o cor az ón que late automáticamente, nues tr o or ganis mo que tr abaj a hiper ciber néticamente con s us mir íadas de células y s us centenar es de ór ganos , nues tr o enor me
or denador viviente, cuyas oper aciones incons cientes tienen nues tr a cons ciencia a s u mer ced. ¿En
qué j uego es tamos ? E s tamos en var ios j uegos , j ugados , j uguetes , per o también s omos al mis mo
tiempo j ugador es
Y, en todo es to, inter viene el az ar que, inclus o antes del nacimiento, r epar tió los genes
par entales ; que a par tir del nacimiento inter viene en for ma de accidentes , muer tes , ex per iencias
s ingular es , encuentr os ; que en el inter ior de cada uno s ur ge de maner a ines per ada en s us actos
o decis iones de máquina no tr ivial, s obr e todo en la conver s ión a una fe o la des conver s ión, con
s us efectos as imis mo ines per ados
As í nues tr as liber tades dependen también del az ar : pueden r ealiz ar s e cogiendo el az ar al vuelo,
per o pueden s er abolidas por el az ar . Como nues tr as vidas , s on tr ibutar ias de la buena y de la
mala s uer te
S i la liber tad es elección y toda elección es aleator ia, entonces tomamos nues tr as libr es
decis iones en la incer tidumbr e y el r ies go
Y he aquí la par adoj a: es tando ins er tos en pr oces os tr ans individuales , genéticos , familiar es ,
s ociales , cultur ales , noológicos , es tando s ometidos a áleas de toda clas e, s omos individuos
r elativamente autónomos , r elativamente capaces de per s eguir nues tr os fines individuales y que
dis ponemos eventualmente de liber tades
El des tino humano s e conduce en z igz ag, en una dialógica de az ar , neces idad y autonomía.
T antos az ar es , tantas neces idades en una vida humana, y s in embar go hay pos ibilidades de
autocons tr ucción de s u autonomía:
- a tr avés de la integr ación y las lecciones de las ex per iencias de la vida;
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- a tr avés de la capacidad de adquir ir , capitaliz ar , ex plotar la ex per iencia per s onal (cier tamente
también con la pos ibilidad de enor mes er r or es e ilus iones );
- a tr avés de la capacidad de elabor ar es tr ategias de conocimiento y de compor tamiento (es
decir , de plantar car a a la incer tidumbr e y utiliz ar el álea);
- a tr avés de la capacidad de elección y de modificar la elección;
- a tr avés de la capacidad de cons ciencia
La ver dader a cons ciencia de la liber tad s e funda en la cons ciencia de la r elación
autonomía/dependencia, pos es ión/pos eedor , en la cons ciencia de la ecología de la acción, en la
voluntad de pens ar de modo autónomo a pes ar de pues tas en el índice, anatemas y peligr os
L as l iber t ades del es pí r it u
El es pír itu (mind) de un individuo/s uj eto es la s ede de la s uj eción y la s ede de la liber tad
Cuando algunos individuos dej an de es tar s uj etos a las ór denes , mitos y cr eencias que emanan
del Gr an Or denador y llegan a s er al fin s uj etos de conocimiento y de r eflex ión, entonces
comienz a la liber tad del es pír itu
Per o el pr oblema noológico per manece: el s ometimiento por las ideas , incluidas las
emancipador as : la liber tad de es pír itu debe llevar s e a efecto en dialógica con el mundo noológico
La liber tad del es pír itu es mantenida, for talecida por :
- las cur ios idades y las aper tur as hacia los más allá (de lo ya dicho, conocido, ens eñado,
r ecibido);
- la capacidad de apr ender pos s í mis mo (autodidactis mo);
- la aptitud pr oblematizador a;
- la pr áctica de es tr ategias cognitivas (las es tr ategias compor tan s iempr e un j uego entr e las
decis iones y acciones autónomas , por un lado, y, por otr o, las condiciones ex ter ior es incier tas );
- la invención y la cr eación, que r evelan el car ácter no tr ivial del es pír itu humano;
- la pos ibilidad de ver ificar y de eliminar el er r or ;
- la cons ciencia r eflex iva: la capacidad cer ebr al s e autocomputar s e es integr ada, pr olongada y
s uper ada por la capacidad del es pír itu par a autoex aminar s e, y del individuo par a autoconocer s e,
autopens ar s e, autoj uz gar s e;
- la cons ciencia mor al
En toda s ociedad, hay una minor ía de es pír itus r eacios al impr inting y a la nor malización, s on
des viantes potenciales y s on (a veces con la s uer te de un s ober ano también des viante) los
pr ecur s or es de las liber tades del pr ój imo
D es pier t os y s on ám bu l os
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S omos autómatas , s onámbulos , pos es os , per o podemos s er cons cientes de nues tr o
s onambulis mo, de nues tr os automatis mos , de nues tr as pos es iones . S omos máquinas la mayor ía
de la veces tr iviales , per o s omos también s uj etos cons cientes capaces de autoafir mar nos y, por
ello, s omos también máquinas no tr iviales . E n cier to modo, podemos tomar pos es ión de lo que
nos pos ee. E l bucle de doble pos es ión pr olonga y tr ans for ma el bucle de autonomía/dependencia.
La autoafir mación del s uj eto s e apr opia de lo que lo pos ee s in dej ar de s er pos eído
Lo mis mo que podemos pos eer el amor que nos pos ee, el s uj eto cons ciente puede pos eer lo que
lo pos ee
La cons ciencia, emer gencia de tantas pos es iones pos eídas , de tantas dependencias pr oductor as
de autonomía, metapunto de vis ta r eflex ivo de s í s obr e s í, metapunto de vis ta del conocimiento
del conocimiento, es la condición de la liber tad humana
La autoafir mación del s uj eto (s ubj etiva) es el acto en el cual toma pos es ión de s us pos es iones , el
acto de apr opiación de s u des tino. En la cons ciencia, s e da el acto de autoafir mación del s uj eto, y
en el acto de autoafir mación del s uj eto humano, s e da el acto de autoafir mación de la
cons ciencia
Es tá clar o que las concepciones dominantes que ignor an al s uj eto, la cons ciencia, la cr eatividad
s on incapaces de per cibir autonomía y liber tad. El s uj eto es tá en el cor az ón de la autonomía
humana: en él, la cons ciencia, la r eflex ividad, la ex is tencialidad
La complej idad bio- ántr opo- s ocial es la condición de la liber tad. Cuanto más gr andes s on las
complej idades biológica, s ocial, cultur al, ideológica, tanto más gr ande es la par te de autonomía
individual, más gr andes s on las pos ibilidades de liber tad
La liber tad tiene neces idad de r eglas y coacciones ex ter ior es (las leyes de la s ociedad) e
inter ior es (los imper ativos mor ales ). La liber tad que s e quier e s upr ema tr ans gr ede la ley, puede
conver tir s e en cr imen y en el límite s e autodes tr uye como en el s uicidio de K ir ilov, donde la
pos es ión total de s í s e convier te en la des tr ucción total de s í
La liber tad s in fr eno va hacia el cr imen y, al afir mar s e contr a el s ometimiento y la s uj eción, cor r e
r ies go de muer te. La liber tad o mata, o es tá condenada a muer te
En democr acia el pens amiento libr e es una des viación fr ecuentemente toler ada, per o s in más , y
debe con fr ecuencia aceptar la incompr ens ión y la s oledad
As umir cons cientemente las tr es finalidades , la del individuo/s uj eto, la de la es pecie humana, la
de la s ociedad humana, es elegir el des tino humano con s us antinomias y s u plenitud, y es por
ello afir mar al más alto nivel la liber tad que es , as í, pues ta al s er vicio, no s ólo de s í mis ma, s ino
también de la es pecie y de la s ociedad
La liber tad alcanz a s u mayor fuer z a cuando es tá pos eída por el es pír itu de liber tad. S u mayor
capacidad par a afr ontar lo s agr ado s ólo la logr a cuando ella mis ma es s acr aliz ada
N ot as
1. S u dependencia con r es pecto al ecos is tema es en bucle. L a biocenos is (par te viviente del
ecos is tema) es tá cons tituida por las inter acciones entr e s er es vivos , y por tanto depende de los
s er es vivos que dependen de ella
* Nota : T ex to publicado en: GRAS CE (Gr oupe de Recher che s ur l'Adaptation, la S ysémique
t
et la
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Complex ité É conomique) (ed.), Entr e s ys témique et complex ité, chemin fais ant... Mélanges en
hommage à Jean- Louis L e Moigne, PUF, Par ís , 1999: 157- 170. T r aducción de Jos é Luis S olana
Ruiz , pr ofes or de Antr opología S ocial de la Univer s idad de Jaén. Agr adecemos a Edgar Mor in s u
amabilís ima autor iz ación par a tr aducir y publicar es te tex to
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