220-49393 Asunto: Arrendamiento de bienes con o sin opción de compra Con toda atención se refiere el Despacho a la consulta formulada mediante comunicación radicada con el número 2001-01099137 en la cual indaga sobre la posibilidad de que una sociedad comercial, directa o a través de sus sucursales, pueda hacer negocios de arrendamiento de bienes, con o sin opción de compra, en el entendido de que hace uso de sus propios recursos, sin captar dinero del público y no es la única ni la principal actividad comercial comprendida en su objeto social. Sea lo primero señalar que la actividad a que se refiere se encuentra comprendida en la definición de arrendamiento financiero previsto en el artículo 2 del Decreto 913 de 1993, según el cual se entiende por operación de arrendamiento financiero “ ... la entrega a título de arrendamiento de bienes adquiridos para el efecto, financiando su uso y goce a cambio del pago de cánones que recibirá durante un plazo determinado, pactándose para el arrendatario la facultad de ejercer al final del período una opción de compra.” Sobre esta actividad la Superintendencia Bancaria en Concepto No. 95010597-4 de mayo 9 de 1995 expresó: “ (...) la realización de operaciones de leasing o arrendamiento financiero constituye un negocio jurídico exclusivo de las compañías de financiamiento comercial especializadas en leasing o tradicionales, actividad que sólo puede ser desarrollada por aquellas entidades que previamente hubiesen obtenido la correspondiente autorización de la Superintendencia Bancaria, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 53 y siguientes del Estatuto Orgánico del Sector Financiero. Es del caso anotar que el parágrafo del artículo 6º del Decreto 3039 de 1989 estatuye como ilegales las operaciones de arrendamiento financiero que se realicen por personas naturales o jurídicas sin contar con la autorización de la Superintendencia Bancaria con las consecuencias que adelante se anotan. Para una mejor ilustración, es importante anotar que el artículo segundo del Decreto 913 de 1993 tipificó el contrato de arrendamiento financiero, definiendo el mismo como... (...) Así, esta disposición contiene los elementos básicos y de la esencia de esta clase de contratos. En la medida que el acuerdo de voluntades contenga las características enunciadas en la norma estaremos en presencia de un contrato de arrendamiento financiero, el cual sólo puede ser celebrado en calidad de arrendadoras por las sociedades autorizadas por esta superintendencia, so pena de que, al ejecutarse por una persona natural o jurídica sin contar con el correspondiente certificado de autorización para funcionar, ésta deba sujetarse a las medidas cautelares contempladas en el numeral 1º del artículo 108 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, en concordancia con el numeral 325 del mismo, medidas que se circunscriben a la suspensión inmediata de tales actividades bajo apremio de multas..., o incluso la disolución de la persona jurídica y la liquidación rápida y progresiva de las operaciones realizadas ilegalmente.” Por lo anterior, las sociedades comerciales legalmente establecidas no pueden ni directa ni a través de sus sucursales, ni en desarrollo de su objeto social principal o secundario realizar actividades que impliquen la entrega a título de arrendamiento de bienes adquiridos para el efecto, financiando su uso y goce a cambio del pago de cánones que recibirá durante un plazo determinado, pactándose para el arrendatario la facultad de ejercer al final del período una opción de compra. En estas condiciones se da respuesta a la consulta formulada advirtiendo que la misma tiene el alcance señalado en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.