el rol del comportamiento no verbal en la interacción

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EL ROL DEL COMPORTAMIENTO NO VERBAL EN LA
INTERACCIÓN HUMANA
Mark L. Knapp
Knapp, Mark. El rol del comportamiento en la interacción humana. En La ciencia de la Comunicación
Humana. Fdez. Collado, C. Dahnke, McGraw Hill. Pp. 199-222.
¿Pueden las personas identificar a sus cónyuges e hijos oliendo su ropa? ¿Podemos saber cuándo
alguien nos está mintiendo por su forma de moverse? ¿Afecta el clima nuestro comportamiento
comunicativo? En una conversación, ¿cómo sabemos que es nuestro turno para hablar? ¿Cómo
reaccionan las personas cuando hay mucha gente? ¿Qué mensajes comunicamos al tocar a otras
personas? Estas son sólo algunas de las múltiples y fascinantes preguntas que han sido exploradas
por los investigadores interesados en la comunicación humana. Considerando que muchas preguntas
acerca de la comunicación humana suelen orientarse hacia la palabra escrita y hablada, el sentido
fundamental de las preguntas precedentes se refiere a los sistemas de comunicación que acompañan
y en ocasiones suplantan al comportamiento verbal: los comúnmente conocidos como
comportamientos no verbales.
Estos "otros" sistemas de comunicación suelen incluir estos elementos: 1) cuál es nuestra apariencia
(rasgos físicos, ropa); 2) cómo hablamos (tono de voz); 3) cómo olemos; 4) cómo nos vemos,
individualmente y en unión con otros (gestos, posturas, miradas, expresiones faciales, contactos
corporales y proximidad); y 5) cómo el medio ambiente (la disposición del mobiliario, la temperatura,
otras personas, ruidos, etc.) actúan sobre los interactúantes humanos y es afectado por ellos.
Al final de este capitulo es proporcionar un entendimiento básico de la teoría y los descubrimientos de
las investigaciones que se han hecho sobre la comunicación no verbal.
LA IMPORTANCIA DEL COMPORTAMIENTO NO VERBAL.
No sería útil ni acertado, para el entendimiento del proceso total de la comunicación humana, discutir
si el comportamiento no verbal es más importante que el verbal. Aunque en cualquier situación dada
podamos atribuir la responsabilidad primaria al comportamiento verbal o no verbal, cada sistema
adquiere su importancia a partir del hecho de que el entendimiento de cada uno es necesario para
poder analizar la mayor parte de las situaciones de comunicación. Sin embargo, debido a que la
comunicación verbal ha recibido mucha mayor atención y estudio científico, lo que se presenta de
inmediato debe servirnos para recordar que tanto por su cantidad como por su influencia, las señales
no verbales desempeñan un papel crítico en el proceso de la comunicación.
Primero, las fuentes no verbales de información durante la conversación son abundantes. Hall (1959)
esboza diez formas separadas de actividades humanas que él llama "sistemas de mensaje primario".
El dice que sólo uno incluye al lenguaje. Ruesch y Kees (1956) indican que la comunicación humana
supone por lo menos siete sistemas diferentes: apariencia personal y forma de vestir, gestos o
movimientos deliberados, acciones casuales, vestigios de acciones, sonidos vocales, palabras
habladas, y palabras escritas. Sólo dos de los siete incluyen el uso abierto de palabras. Ray
Birdwhistell (1970 op. 157-158), a quien por lo general se le reconoce como una de las primeras
autoridades en el estudio del comportamiento no verbal, dice que, probablemente, no más de 30 a
35% del significado social derivado de una conversación se transmite por las palabras aisladas.
Existen algunas situaciones en que las señales no verbales pueden convertirse en especialmente
importantes. Esto ocurre cuando hay limitaciones impuestas con respecto al uso del lenguaje hablado.
En ocasiones, estos impedimentos surgen de factores ambientales, p.ej., los buceadores o quienes
trabajan en lugares con mucho ruido. En otras circunstancias, las restricciones en relación con el
lenguaje son autoimpuestas, como en el deseo de comunicar un efecto amoroso con un mínimo de
expresiones verbales. Y otras veces las limitaciones están incorporadas a las ceremonias culturales y
rituales. La abundancia de simbolismos no verbales asociados con los funerales, los casamientos, las
prácticas religiosas y el festejo de la Navidad parece particularmente apropiado, debido a que en estas
ocasiones se necesita obtener un mismo nivel general en lo que se refiere a la intensidad de las
emociones en personas que perciben la ocasión con distintas metas y antecedentes. Algunos trabajos
determinan limitaciones ocasionales para expresarse verbalmente p.ej., el equipo a cargo de la
producción de un programa de televisión durante una emisión "en vivo", o la comunicación entre un
doctor y una enfermera mientras utilizan mascarillas durante una operación quirúrgica. La mayoría de
los artistas se basan en comunicación no verbal.
Las personas incapacitadas físicamente o a quienes cuesta mucho trabajo expresarse verbalmente
recurrirán más que la mayoría a la comunicación a través de los canales no verbales. E incluso
aquellas personas que hablan perfectamente su idioma nativo, pero que no hablan o entienden ningún
otro lenguaje, utilizarán las señales no verbales al comunicarse con una persona cuyo leguaje verbal
les sea desconocido. Generalmente surge esta situación en encuentros interculturales, pero también
pueden suceder cuando se conocen personas de dos grupos subculturales distintos.
También hay ocasiones en que "las palabras son sospechosas". En estos casos, los mensajes no
verbales no deben tener prioridad sobre los mensajes verbales pero se les tiene más confianza que en
circunstancias comunes. Por ejemplo, al estar interrogando a un prisionero, o cuestionando las
afirmaciones de un testigo en un juicio, es muy importante fijarse tanto en las señales no verbales
como en las verbales. También en las sesiones terapéuticas se duda acerca de la veracidad absoluta
de las palabras.
Aparte de las situaciones precedentes, en las que el comportamiento no verbal tiene mayor
importancia, la gran influencia del apoyo constante de las señales no verbales proviene de su uso
frecuente a lo largo de nuestras actividades de comunicación diarias: en el hogar, en el trabajo, en la
escuela y mientras se juega. Las señales no verbales habrán de jugar un papel muy importante si nos
estamos formando una primera impresión de alguien que acabamos de conocer, al determinar el
estado de ánimo de una persona a la que conocemos desde hace mucho tiempo, al tratar de entender
lo que alguien nos quiere decir o al buscar convencer a una persona de que nos contrate. Y aunque lo
señalado pueda parecer hoy obvio o de sentido común, el estudio científico de la comunicación no
verbal en las relaciones humanas se descuidó hasta antes del 1950.
MOMENTOS HISTORICOS DESTACADOS
Pese a que antes de 1950 se publicaron algunos trabajos que profundizaron en varios aspectos de la
comunicación no verbal, los estudios sobre la comunicación llevada a cabo durante este tiempo se
habían enfocado casi exclusivamente al análisis de lo escrito y lo hablado. Hubo, sin embargo,
algunas excepciones importantes que ejercieron influencia sobre las investigaciones actuales. Por
ejemplo, las observaciones e ideas presentes en la obra de Darwin The Expression of the Emotions in
Man and Animal, escrita en 1872, han servido de guía para los estudios contemporáneos de las
expresiones faciales. Un homenaje en el centenario de Darwin, que incluyó investigaciones recientes
sobre las expresiones faciales de la emoción, señaló que "muchas de las observaciones de Darwin, y
gran pare de sus explicaciones teóricas y predicciones, han sido comprobadas por el conocimiento
actual" (Ekman, 1973 b, p. ix). Otra contribución importante de esa época fue el clásico de Efron, de
1941, Gesture and Enviroment. Efron, como Darwin, fue un observador minucioso que señaló detalles
muy precisos.
El trabajo de Darwin sugirió la posibilidad de que las criatura humanas, en todos los contextos
culturales, tienen elementos de expresión que les son comunes, mientras que el trabajo de Efron dejó
establecida la importancia del papel de la cultura en la formación de muchos de nuestros gestos. Efron
introdujo también nuevas formas de estudiar los gestos, su sistema para clasificar los
comportamientos no verbales impregna todavía las teorías e investigación actuales. La reedición de
las obras de Efron, treinta años después de su publicación original, es un homenaje a su perdurable
influencia (Efron, 1972).
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Otros dos libros anteriores a 1950 influyen aún en los investigadores interesados en saber si ciertas
características de la personalidad están asociadas con las formas del cuerpo. Estas formas se dividen,
con varios grados, en: gruesa, musculosa o delgada. Las obras de Kretschmer, Physique, and
Character (1925), y de Sheldon, The Variations in Human Physique (1940) proporcionan el marco de
referencia básico para las recientes investigaciones en esta área.
En Estados Unidos, la década de 1950 -1960 significó el despertar de la conciencia respecto a todas
las áreas de la comunicación humana. En el área de lo no verbal, ocurrieron por lo menos tres hechos
importantes. En 1952, el antropólogo Ray Birdwhistell escribió Introduction to Kinesics. Birdwhistell se
hallaba explorando la posiblilidad de que el movimiento corporal pudiese estar organizado de un modo
similar a la estructura del lenguaje. Sus esfuerzos por examinar minuciosamente el comportamiento
humano, mediante el uso de filmes, ejerció profunda influencia y proporcionó una nueva denominación
al estudio de los movimientos corporales y los gestos: Kinésica.
Otro antropólogo, Edward Hall, aportó el estímulo a muchos años de investigación acerca del uso del
espacio por los seres humanos cuando publicó en 1959 su obra clásica: The Silent Language. Hall
usó la palabra proxémica para referirse a esta área de estudio, y detalló más aún sus ideas unos años
después al publicar The Hidden Dimension (1966).
Fue en 1956 cuando se publicó el primer libro que utilizó el término "no verbal". Fue Nonverbal
Communication: Notes on the Visual Perception of Human Relations, obra del psiquiatra Jurguen
Ruesch y el fotográfo Weldon Kees. Esta obra proporcionó una visión más profunda de los orígenes,
usos y codificación del comportamiento no verbal, así como una amplia documentación gráfica.
Durante la décadas 1960-1980, algunos estudiosos establecieron individualmente programas de
investigación sistemática en distintas áreas del comportamiento no verbal. Por ejemplo, Sommer
(1969) continuó trabajando en el área de la proxémica, en tanto que Kendon (1970), Scheflen (1972) y
Duncan y Fiske (1977) examinaron más a fondo la estructura y organización del movimiento corporal y
la postura. Las expresiones de emoción fueron estudiadas como señales faciales (Ekman, Friesen y
Ellsorth, 1972) o vocales (Davitz, 1964). A esto siguieron nuevas áreas de investigación que incluían
el comportamiento del ojo (Arcle y Cook, 1975; Exline, 1971), las pausas (Foldman-Eisler, 1968) la
dilatación de la pupila (Hess, 1975), la atracción física (Herscheid y Waister, 1974) y la habilidad para
emitir y recibir señales no verbales en forma exacta y correcta (Rosenthal, Hall, Amatteo, Rogers y
Archer, 1979; Rosenthal, 1979).
Mehrabian (1972) buscó entender lo que varios grupos de comportamientos no verbales significaban
para los interactuantes. Otros progresos relacionados, que se desarrollaron en este lapso, incluyeron
el aumento de la investigaciónen psicología ambiental (Prohansky, Ittelson y Rivlin, 1970); libro de
Montagu (1971) resumió la variada literatura que había sobre el comportamiento del contacto y
diversos esfuerzos científicos para estudiar el papel que juegan la ropa, las joyas y los cosméticos en
la comunicación humana (Roach y Eicher, 1965). Dos importantes pero muy distintos hechos
ocurrieron durante los años 1969 y 1970. En 1969, Ekman y Friesen publicaron lo que es
probablemente una de las más importantes afirmaciones teóricas de los últimos tiempos, concerniente
a los orígenes, otros y codificación del comportamiento no verbal. En 1970, un periodista publicó un
libro que resumía las investigaciones de Birdwhistell, Hall, Scheflen y algunos otros (Fast, 1970). Su
obra se convirtió en un éxito editorial y atrajo la atención del público estadounidense hacia el
fascinante y relativamente desconocido mundo del comportamiento no verbal.
No mucho tiempo después se crearon cursos universitarios, seguidos, posteriormente, por cursos en
secundaria y primaria, y se publicó gran cantidad de libros de texto. Y, aunque el trabajo de
investigadores del área no verbal se publicó prácticamente en todas las áreas de las ciencias sociales,
una revista dedicada específicamente a los estudios no verbales fue fundada en 1976. Originalmente
se llamó Journal of Enviromental Psychology and Nonverbal Behavior, pero hoy se denomina
simplemente Journal of Nonverbal Behavior.
Esta breve revisión de la historia de esta área omite, inevitablemente, muchas personas y escritos
importantes. Para un mejor entendimiento y comprensión de este tema, se recomienda otras
relaciones históricas (Davis, 1979) y resúmenes de investigaciones (Burgoon, 1980; Knapp, 1978; y
Harper, Wiens y Matarazzo, 1978).
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Es difícil referirse al presente desde una perspectiva histórica, mas parecen existir algunas tendencias
que caracterizan los actuales estudios de comportamiento no verbal. Según parece, han disminuido
los estudios sobre las partes del cuerpo (ojos, cara, voz, etc.) y ha aumentado el interés por establecer
cómo se combinan las distintas partes del cuerpo para lograr ciertas metas comunicativas. Como
resultado de esta situación, parece que se realizan menos estudios que examinen una sola señal no
verbal.
El pasado reciente también ha sido influido intensamente por los proyectos de investigación
experimentales. Aunque estos proyectos siguen siendo útiles para algunas cuestiones de
investigación, parece que se realiza también un número creciente de estudios que se basan en otros
planes de investigación, por ejemplo, la observación de las personas en sus entornos naturales.
Gran parte de nuestras investigaciones en el pasado reciente fueron dedicadas al examen intenso de
los comportamientos individuales aislados de sus complejas interconexiones con el conjunto. Sin
embargo, hoy se realizan esfuerzos cada vez mayores con el fin de comprender cómo actúa el
individuo en relación con los demás. Pero, sin importar cuáles sean los avances actuales, es evidente
que nuestra comprensión del comportamiento no verbal es el reflejo de una ciencia cuyo origen es
relativamente reciente.
LA NATURALEZA DE LA COMUNICACION NO VERBAL.
Las seis preguntas que vienen a continuación son las que plantean con más frecuencia los alumnos
que buscan entender mejor la comunicación no verbal. Se refiere a varios temas fundamentales
acerca de la naturaleza del comportamiento no verbal.
¿Cómo se define la comunicación no verbal?
La connotación, más común de la frase comunicación no verbal equivale a comunicación realizada por
medios distintos a las palabras. Aunque esta definición parece ser adecuada para un entendimiento
general, deben aplicársele algunas restricciones. Por ejemplo, algunos gestos tienen las mismas
características que las palabras. Los gestos emblemáticos son, por definición, traducciones virtuales
directas de palabras o frases (véase fig 7-1), y el American Sign Language utilizado por los
sordomudos, tiene secuencias completas de gestos que son sustitutos de las palabras. En estos
casos, las palabras no se utilizan para producir la señal, sino que la señal misma y su interpretación
están entretejidas con palabras. Además, algunas de las palabras habladas no parecen ser clara o
especialmente verbales. Las palabras onomatopéyicas, como gárgara o cacarear y el habla de los
subastadores, que depende con frecuencia del ritmo y tono vocal para comprender lo que se les dice,
ya que las palabras resultan ininteligibles, son dos ejemplos. La línea divisoria de lo verbal y lo no
verbal es borrosa muchas veces. Esto puede resultarle incómodo a algunas personas, pero es un
claro reflejo de cómo se desarrolla la comunicación humana.
En ocasiones, dirijo un ejercicio en mi salón de clases, que demuestra la interdependencia entre el
comportamiento verbal y el no verbal. A dos alumnos se les dice que lleven a cabo una conversación
puestos de pie. A uno de los alumnos se les dice en privado, sin que el otro lo sepa, que se le acerque
a la otra persona. Así, se trata de lograr que el otro retroceda sin darse cuenta de lo que está
ocurriendo. Para distraer más aún a la persona a quien se le invade el espacio personal, le digo en
privado que, gradualmente, deje en claro que "esta en desacuerdo con lo que su compañero está
diciendo, y observe sus gestos". En vez de simplificar la labor del invasor, algunas personas,
especialmente aquellas que expresaron su desacuerdo verbal con mayor intensidad, no retrocedieron
cuando la otra persona se les acercó. En forma literal y figurada ellos "adoptaron una postura". Este
ejercicio muestra también cómo algunas personas realizan invasiones en el habla del otro en forma de
interrupciones, mientras tratan de invadir el espacio personal del otro con los pies y el cuerpo. Este
tipo de ejemplos sólo sirven para recordarnos que los sistemas verbales y no verbales se combinan y
actúan juntos en nuestras interacciones diarias.
En un esfuerzo por evitar los escollos de una sola definición, algunas personas definen la
comunicación no verbal mediante una lista de las áreas que suelen estudiarse, p. ej., las miradas, las
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expresiones faciales, el dolor, la apariencia física, los gestos, las posturas, las vocalizaciones, la
distancia, la forma de vestir, los adornos corporales, el contacto y los factores ambientales tales como
la arquitectura, el mobiliario, el color, la iluminación y la temperatura.
En resumen, la comunicación no verbal se puede definir como aquella que abarca señales distintas de
las palabras, siempre y cuando se entienda que la distinción entre las palabras y "otras" señales, a
veces no es muy clara y puede traslaparse. Los investigadores suelen preocuparse más por la
definición de su propio campo de estudio (p. ej., miradas, posturas, etc.) que por la etiqueta, más
abstracta, utilizada para definir la totalidad del campo de estudio.
¿Tiene cada comportamiento no verbal un significado propio?
Nosotros tendemos a asociar ciertos significados con determinados comportamientos no verbales,
pero así como en el comportamiento verbal, cada comportamiento no verbal puede tener varios
significados posibles, según el contexto en que ocurra. Si yo le pidiese a usted que escribiera el
significado de la palabra "rápido", usted podría discutirme legítimamente que el significado depende
de quién utilice la expresión, de lo que se dijo antes, de qué otras palabras se emplearon en la
oración, etc. Este mismo razonamiento ha de aplicarse a los comportamientos no verbales.
Mirar fijamente a los ojos de otra persona puede significar que usted está enamorado de esa persona
o muy enojado con ella. Una sonrisa puede significar que se está contento o ansioso; carraspear
puede ser una señal hecha a un niño, un modo de llamar la atención, etc. En ocasiones, dos
significados muy distintos pueden ser comunicados, simultáneamente, por la misma señal. Por
ejemplo, cuando usted regaña a un niño y lo sujeta firmemente por lo hombros, puede comunicar
"recuerda lo que te estoy diciendo", y a la vez "no me importa lastimarte para lograr que me
obedezcas". A veces, el mismo comportamiento puede significar cosas distintas para diferentes
personas, o incluso para la misma persona. Una señal de afecto puede transformarse en un acto de
agresión para la misma persona cuando pierde intimidad la relación.
Cuando usted hace cambios mínimos en la ortografía o entonación de una palabra, el significado
puede cambiar drásticamente. Esto ocurre también con las señales no verbales. Asentir con la cabeza
puede expresar que se está de acuerdo con el que habla, o un deseo de abandonar la conversación, o
incluso el deseo de hablar. El significado depende en parte de las características del comportamiento
mismo. La frecuencia, velocidad y movimiento vertical de la cabeza tienden a aumentar cuándo
señalan el deseo de salir o de hablar, más que para asentir con el que habla. Además, la ubicación del
comportamiento dentro de la corriente de interacción proporciona claves respecto a su significado. Los
asentamientos con la cabeza, de acuerdo y apoyo, se dan en las coyunturas naturales del discurso de
quien habla; las peticiones de palabra y de, apartarse de la conversación ocurren usualmente al azar,
sin importar mucho su situación dentro del discurso.
Es importante dejar en claro que otros comportamientos tuvieron lugar junto con el movimiento de
cabeza; por ejemplo, ¿la postura era relajada o tensa?, ¿miró su reloj la persona? Los participantes en
la conversación pueden proporcionar también algunas claves para determinar el sentido de ese gesto.
¿Se conocía al orador como un monopolizador de conversaciones? Pero también el medio ambiente
puede influir en nuestras atribuciones de significado. Estos y otros factores relacionados se utilizan
para determinar el significado de las señales no verbales.
Algunas señales no verbales, como las que aparecen en la figura 7-1, pueden obtener significados
semejantes de muchas personas aunque no tengan ninguna información del contexto en que se
desarrollan. Pero tan pronto como el gesto se localiza dentro de un contexto interaccional, el
significado "libre-de-contexto" puede o no aplicarse. Como las palabras, algunas señales no verbales
son abstractas y abarcan muchos significados: otras son más concretas y tienen un menor nivel de
significados. Y las señales y signos no verbales pueden, incluso, evolucionar hacia nuevos
significados, como por ejemplo la "V", que en la Segunda Guerra Mundial significó victoria y durante la
década 1960-1970 significó paz.
¿Hasta qué punto puede controlar la gente su comportamiento no verbal?
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El grado en que puede ser controlado un comportamiento no verbal depende del tipo de
comportamiento del que se trate. En nuestras interacciones diarias es común que controlemos
algunos de nuestros comportamientos, y otros se realizan en forma habitual. Con retroalimentación en
la cantidad apropiada y del tipo correcto, se podrían, probablemente, controlar de manera consciente
estos comportamientos.
Ekman y Friesen (1969) se ocuparon de cinco tipos de comportamiento no verbales y el grado en que
nos damos cuenta de que los estamos llevando a cabo. Los emblemas son actos no verbales que
tienen una traducción verbal directa (véase Fig. 7-1). Estamos muy conscientes de que realizamos
estos actos, y es muy probable de que estén bajo nuestro control en la misma medida que lo está la
selección de las palabras. Los ilustradores son gestos que acompañan e ilustran nuestra habla.
Aunque parecemos estar conscientes y ser capaces de controlar estos movimientos, el nivel de
conciencia y control es menor que el que tenemos con respecto de los emblemas. Las
demostraciones de afecto son expresiones de emoción, normalmente expuestas por el rostro. Una vez
que ha aparecido la expresión en el rostro, parecemos tener un alto grado de conciencia, más la
expresión se puede dar sin ninguna conciencia o control. Ekman y Friensen (1969b) creen que
generalmente controlamos bastante bien nuestras expresiones faciales, por lo que consideran que es
inapropiado buscar indicios en ellas sobre la veracidad de lo que nos dice una persona. Los
reguladores son los comportamientos que nos sirven para mantener el flujo de ida y vuelta del habla y
de escuchar en la conversación. En general no nos damos cuenta de estos comportamientos cuando
son propios, pero estamos muy conscientes de su presencia en otras personas. Éstas son las señales
que nos indican que nos apresuremos, dejemos de hablar, nos expliquemos, repitamos, etc. Los
adaptadores son los comportamientos que nosotros llamamos con frecuencia tics nerviosos, como son
morderse las uñas, enroscar el cabello con un dedo, rascarse, etc. Se cree que estos
comportamientos se desarrollan junto con nuestras primeras experiencias al estar aprendiendo
nuestros comportamientos sociales, emocionales e instrumentales. Normalmente, tendríamos poca
conciencia de estos actos, aunque nos preocupamos por los posibles efectos que pueda tener nuestra
apariencia, y hacemos ajustes para encajar en diversas situaciones sociales. Además, con frecuencia
estamos controlando el medio ambiente de una interacción cuando escogemos encontrarnos en un
lugar y no en otro, cuando modificamos la iluminación y el mobiliario pensando en los fines de nuestra
reunión, etc.
De este modo, a veces tenemos un alto grado de control sobre nuestro comportamiento no verbal,
como es el caso de los políticos, que planean con mucho cuidado su apariencia y movimientos cuando
van a aparecer en público. Pero en otras ocasiones parecemos tener muy poco control, como
demostraron unos profesores en un estudio dirigido por Rosenthal y Jacobson (1968). Se aplicaron
pruebas de inteligencia a un grupo de estudiantes de nuevo ingreso a primaria, antes de que tomaran
clases por primera vez. Elegidos al azar (no dependiendo de los resultados de las pruebas), estos
alumnos fueron enviados a distintos maestros. A algunos maestros se les dijo que tenían alumnos que
habían obtenido altas calificaciones en las pruebas de inteligencia, por lo que deberían mostrar gran
desarrollo durante el año. Estos alumnos mostraron un adelanto considerable en las pruebas de
inteligencia realizadas a fin de año. Entre otras cosas, los investigadores creen que el comportamiento
no verbal de los maestros contribuyó notablemente al aprendizaje de los alumnos al comunicar sus
esperanzas de triunfo por medio del contacto físico, las expresiones faciales, el tono de voz y otros
comportamientos no verbales, aunque el deseo de manipular estos comportamientos no fuese
consciente.
A pesar del hecho de que, en apariencia, tenemos más control sobre algunas áreas del
comportamiento no verbal que sobre otras, es una tendencia común a todos creer que las señales no
verbales suelen no estar bajo nuestro control. Como oradores nos apoyamos en esta creencia cuando
tratamos de evitar la responsabilidad por la comunicación de un mensaje particular. Por ejemplo, "No
fue mi intención que pareciera sarcástico". Y si estamos escuchando utilizamos esta afirmación
cuando nos decimos a nosotros mismos, "puede que él haya dicho que estaba de acuerdo conmigo,
pero me deja escéptico la forma en que lo dijo y la falta de contacto visual". Naturalmente que,
mientras más gente aprenda sobre el comportamiento no verbal, será más probable que los
comportamientos que estaban más allá de nuestro control lleguen a estar bien confrontados.
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¿Quienes son los comunicadores no verbales más hábiles?
Esta pregunta ha sido el centro de atención para cierto número de investigadores en años recientes.
(Rosenthal, 1979; Rosenthal et al., 1979; Buck, 1976). El procedimiento de pruebas más extenso ha
sido derivado de la prueba del Profile of Nonverbal Sensitivity también conocido como PONS, de
Rosenthal. La prueba PONS es una película cinematográfica compuesta por varios segmentos que
comunican distintos mensajes, como dominación, negatividad, etc. Cada uno de los mensajes puede
ser también administrado de modo tal que sea posible medir la habilidad de cada persona para
decodificar mensajes no verbales en un canal particular o en una combinación de canales, por
ejemplo, la cara, el cuerpo y la voz. Los resultados de esta prueba, que ha sido aplicada a miles de
personas, junto con los resultados de otros estudios sugieren las siguientes conclusiones:
Las mujeres, como grupo, tienden a lograr más altas calificaciones que los hombres en pruebas que
miden tanto la emisión como la recepción de mensajes no verbales. Las mujeres parecen ser
especialmente hábiles en la percepción de señales no verbales negativas. Algunos creen que la
sensibilidad femenina en general tiene sus raíces en el hecho de que las mujeres suelen estar
entrenadas para ser más atentas y corteses con los demás, y sensibles con respecto a la naturaleza
de las relaciones interpersonales. Otros grupos que han demostrado habilidad en la decodificación de
señales no verbales son los actores, los estudiantes que siguen cursos de comunicación no verbal y
quienes estudian artes visuales. Pero cualquiera que es considerado como excelente en la realización
de su trabajo tiende también a obtener buenas calificaciones en relación con la sensibilidad hacia lo
no verbal.
Aunque los hombres como grupo no lo hacen muy bien, otra evidencia sugiere que en los matrimonios
felices, los maridos son mucho más sensibles a las señales no verbales de sus esposas que los
maridos de matrimonios menos felices. Los que son hábiles en la decodificación de mensajes no
verbales tienen características de personalidad la extroversión, la popularidad, y un alto índice de
automonitoreo.
Los automonitores (Snyder, 1974) son sensibles a su propio comportamiento y utiliza un fuerte control
sobre él, pero son también sensibles a su propio comportamiento y utilizan un fuerte control sobre él,
pero son también sensibles a los comportamientos de los demás, y utilizan estas claves para observar
su propia presentación. La inteligencia no parece estar muy relacionada con las habilidades no
verbales de cada uno.
Por lo general, los que son decodificadores hábiles también son buenos codificadores. Las personas
hábiles en la decodificación de un canal, parecen demostrar también habilidades en otros canales; y
aquellos que son capaces de enviar y recibir mensajes en forma espontánea, parece que también lo
hacen bien cuando se trata de expresiones de posición. La gente puede mejorar su habilidad en la
emisión y recepción de mensajes no verbales. Una pericia en las habilidades no verbales es mas
probable que se desarrolle junto con el deseo de mejorar destreza, un conocimiento básico del
comportamiento no verbal, las experiencias guiadas y la práctica en muy diversas situaciones.
¿Son aprendidos todos los comportamientos no verbales?
De los demás, en nuestro medio ambiente, aprendemos ciertas reglas de comportamiento (los
hombres no lloran, no hay que acercarse mucho a quienes no conocemos, etc.) Mediante la
observación de los demás aprendemos como reaccionar ante ciertos estímulos. Si las personas que
están a nuestro alrededor muestran temor en vez de alegría al ver, por ejemplo a una serpiente es
probable que nosotros mostremos temor en futuros encuentros con serpientes. Nuestro medio
ambiente es también un instrumento para determinar cuándo ocurre por primera vez un
comportamiento, y con que frecuencia ocurre después de eso. Algunos comportamientos se aprenden
de una persona y se comparten con ella; otros se comparten con grupos mayores, como familias o
culturas enteras. ¡Claro es que buena parte de nuestro comportamiento no verbal es aprendido! (La
Barre, 1964). Como resultado de ello, no es raro hallar personas de distintas culturas que reaccionan
de modo muy distinto ante los mismos hechos o estímulos.
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Al parecer, también existe un fundamento biológico en algunos de nuestros comportamientos. Hay
evidencia de que los programas neurológicos heredados constituyen la base de algunos de nuestros
comportamientos no verbales. Esta evidencia de una base hereditaria de nuestro comportamiento no
verbal se ha acumulado a partir de tres tipos distintos de investigación.
1) Eibl-Eibesfeldt (1973) ha comparado las expresiones faciales de niños ciegos y sordos de
nacimiento, así como de otros sin extremidades, ciegos, sordos. Aunque se advirtieron algunas
diferencias, las semejanzas morfológicas en las expresiones faciales de estos niños que no las
pudieron haber aprendido viendo, tocando u oyendo a otros, fue sorprendentemente similar a las de
los niños nacidos sin estas limitaciones.
2) Ekman (1973) encontró también semejanzas en la exposición y significado de expresiones faciales
entre culturas cuyos miembros saben leer y escribir, y culturas anteriores a esa etapa, en diversas
áreas del mundo. Incluso, algunas personas que habían estado casi completamente aisladas de todo
contacto con otras culturas respondieron en forma similar a rostros que manifestaban alegría, temor,
sorpresa, tristeza, enojo, y aversión / desprecio.
3) El tercer tipo de investigación utilizado para apoyar la idea de que algo de nuestro comportamiento
tiene una base genética proviene del estudio de nuestros parientes más cercanos, primates. Si se
pueden expresar similitudes entre las expresiones faciales humanas y las de los primates no
humanas, ello evidenciará todavía más la posibilidad de un desarrollo evolutivo. Chevalier - Skolnikoff
(1973) ha observado caminos evolutivos respecto a las manifestaciones faciales de colera en cuatro
primates vivos. Modelos similares de desarrollo se han encontrado también para la alegría (sonrisa,
carcajada) y la tristeza, (con llanto y sin él).Aunque la mayor parte de la evidencia en relación con la
idea de que algo de nuestro comportamiento no verbal se hereda está relacionada con las
expresiones faciales de emoción, se están investigando con otros comportamientos. Pitcarin y EiblEibesfedt (1976) han observado, por ejemplo, modelos similares de movimientos de cabeza en
rituales de saludo entre adultos, niños, primates e invidentes.
Nosotros, como especie, nacemos con la capacidad de aprender el lenguaje verbal (Lenneberg,
1969). Pero sin los estímulos ambientales y una educación correcta, no desarrollaremos nuestras
posibilidades de hablar. Los niños aislados de todo contacto humano no aprenden a usar el lenguaje.
De igual manera, parece que hemos nacido con la predisposición o capacidad de aprender ciertos
comportamientos no verbales. La medida en que se desarrollan estos comportamientos y las
peculiaridades de su manifestación estarán determinadas, no obstante, por el medio ambiente de
cada uno.
¿No es la comprensión del comportamiento no verbal la clave para el triunfo en las relaciones
interpersonales?
Si y no. Si, porque un entendimiento del comportamiento no verbal es seguro que aumentará su
pericia como comunicador; pero no, porque ello no garantiza el triunfo o el dominio sobre otros. El
comportamiento no verbal es una parte del proceso total de la comunicación. A veces es muy
importante; otras lo es menos para el resultado de la conversación.
Algunas personas sienten que una comprensión de estos comportamientos casi imperceptibles las
capacitará de alguna manera para aplicar un mayor control sobre los demás. Esto puede ser cierto
para algunas personas en algunas ocasiones. Los que son hábiles en la interacción verbal poseen
también ventajas similares en determinadas circunstancias. Pero el abuso generalizado de este
conocimiento es inhibido por dos factores: 1) nunca terminamos de aprender sobre la comunicación
no verbal. Las personas y las situaciones cambian. En años recientes se han dedicado muchas
investigaciones a la pregunta de qué es lo que los mentirosos exhiben en relación con el
comportamiento no verbal. Esta información será útil durante cierto tiempo, pero los mentirosos
aprenderán a cambiar y a controlar esos comportamientos que los demás buscan.2) No importa lo
hábiles o conocedores que seamos, pues todavía dependemos de las fragilidades de la percepción
humana. Todavía seremos desorientados por estereotipos, veremos cosas que no existen, trataremos
de proyectar nuestras propias cualidades y necesidades en los otros, percibiremos selectivamente lo
que queremos y dejaremos de ver los comportamientos que suceden con demasiada rapidez o
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cuando estamos distraídos. Debemos aprender tanto como podamos sobre los comportamientos no
verbales y animar a los demás a hacer lo mismo. No deberemos temer que nosotros u otras personas
estemos aprendiendo demasiado. Los retóricos han estudiado discursos a los largo de más de 2500
años, pero no nos preocupa el hecho de que muchas personas lleguen a descubrir los secretos del
discurso perfecto.
Una vez obtenida una perspectiva histórica y teórica para el estudio de la comunicación no verbal, la
última parte de este capitulo se centrará sobre la forma en que utilizamos estas señales no verbales
en la interacción diaria para alcanzar seis metas comunes y prácticas: nuestra identidad, nuestra
capacidad de relación y nuestras emociones hacia otros; tratar de ejercer influencia sobre los demás y
sobre nosotros mismos; tratar de obtener comprensión y de manejar interacción.
UTILIZACION DEL COMPORTAMIENTO NO VERBAL EN LA COMUNICACION DIARIA
El comportamiento no verbal es utilizado para comunicarse de varias maneras. Los que se presentan
a continuación incluyen algunos de los objetivos que con más frecuencia tratamos de llevar a cabo en
nuestros diarios encuentros.
Comunicar nuestra identidad
Hay muchas maneras de comunicar a los demás quienes somos. Nuestro sexo, edad, personalidad,
nivel socioeconómico, trabajo, origen geográfico, pertenencia a grupos y actitudes sociales; todo esto
lo podemos comunicar por medio de señales no verbales. En ocasiones, estas señales son reflejos
precisos de características asociadas con la identidad propia, por ejemplo, un acento determinado,
sugiere que usted nació o ha vivido mucho tiempo en algún lugar. Pero en otras ocasiones
manipulamos señales no verbales con el fin de comunicar una parte esencial de nuestra especial
identidad; por ejemplo , la persona que por lo general se viste de manera informal, se viste más
formalmente cuando va a una entrevista relacionada con una posibilidad de trabajo . También hay
ocasiones en la que la gente asocia nuestra ropa, voz o comportamiento con un estereotipo que
puede ser adecuado o no. Sin embargo, si los demás lo tratan a usted como si el estereotipo fuese
real, es muy probable que afecte su autopercepción de forma análoga.
Es muy probable que algunos aspectos de la identidad de una persona sean juzgados más
correctamente que otros. El sexo, la edad, y el nivel socioeconómico son determinados en forma
correcta la mayor parte de las veces a partir de fotografías o muestras de su voz. También hay
señales asociadas con los movimientos corporales que pueden distinguir a estos grupos. Por ejemplo,
las mujeres, en comparación con los hombres, parecen observar más a su pareja durante la
interacción, acentuar la actitud de sus cuerpos, mantener posturas menos relajadas y sonreír en más
ocasiones.
Otras señales de identidad pueden ser juzgadas con gran precisión en algunas ocasiones, pero no
siempre están presentes indicadores confiables. El origen geográfico de una persona puede ser
identificado fácilmente si el acento o dialecto de de la persona es evidente o si la persona viste ropas
típicas de una región particular. En ausencia de estas claves, el lugar de nacimiento o residencia de
una persona pueden ser muy difíciles de determinar. El trabajo puede ser claramente definido por un
uniforme, forma de vestir o un estilo vocal especial. Pero muchas ocupaciones no se distinguen
claramente por la forma de vestir o la voz, por lo que al grado de precisión en el momento de
establecer la ocupación de una persona depende de la determinación del trabajo de la persona.
También éste es el caso al determinar la pertenencia a un grupo y las actitudes sociales. A veces,
estos indicadores son obvios a partir de la apariencia y conducta de la persona, pero en ocasiones
están bien escondidos. Tendemos a asociar las actitudes políticas y sociales extremas con las
personas que reflejan extremos en su peinado y forma de vestir. Los cabellos largos y la ropa informal
se asocian generalmente con una ideología más liberal que aquellos que visten de modo convencional
y tiene el cabello mas corto.
Las características de la personalidad son las más difíciles de establecer, aunque en ocasiones los
juicios al respecto son bastante precisos. Algunas particularidades son más fáciles de juzgar que otras
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a partir de señales no verbales. Usted puede ser capaz de juzgar la limpieza, la conformidad, el
espíritu práctico y la necesidad de atención de una persona por la manera en que viste, pero otras
características pueden ser mas difíciles de precisar, y ciertos aspectos de la personalidad son
fácilmente determinados en un contexto y otro no. El grado en que una persona desea dominar una
situación puede ser claramente mostrado por su selección de un asiento a la cabecera de la mesa o
por el arreglo hecho por la persona en el medio ambiente a fin de obtener más territorio. Las claves
vocales pueden proporcionarnos datos mas precisos sobre el nivel de actividad general de la persona
(activo /perezoso), más puede ser un indicador débil de su independencia /independencia).Y, para
bien o para mal, tendemos a asociar ciertas características de la personalidad con ciertas formas
corporales. Las personas de rostro afilado son comúnmente percibidas como retraídas , tensas ,
sospechosas y sensibles ; las personas gruesas con rasgos redondeados y suaves suelen ser vistas
como compasivas , dependientes sociables y perezosas; las complexiones musculosas y atléticas
hacen suponer que quienes las poseen son enérgicos , activos aventureros y determinados (Wills y
Siegel , 1961 ; Cortes y Gatti , 1965).
Comunicar nuestra capacidad de relación a otros.
A cierta distancia un observador puede percibir lo que Morris (1977) llama "signo de relación "(ticsigns). Los signos de relación son señales no verbales que indican que dos personas mantienen algún
tipo de relación personal entre sí. Situarse cerca de otra persona, saludar apretando la mano, dar
palmadas en la espalda, mantener las manos entrelazadas, abrazar a alguien, entrelazar los brazos
con otra persona, todo ello indica alguna forma de relación. No obstante, conocer la naturaleza exacta
de la relación dependerá de observar otras señales que ocurran simultáneamente, así como demás
detalles respecto de los signos de relación un beso puede indicar una relación amorosa o un ritual
muy cortés entre conocidos, según como se lleve a cabo), y de mayor conocimiento del contexto.
Existen muchos tipos de relación, pero las características descriptivas importantes afines a la mayor
parte de ellos se refieren a lo positivas o negativas que son, y las diferencias que hay en el poder, el
dominio y la posición. Los experimentos de Mehrabian (1969) trataron de identificar los
comportamientos no verbales asociados con estas circunstancias. Él descubrió que la simpatía hacia
los demás era comunicada, en primer lugar, por las siguientes señales: mayor inclinación hacia el otro,
mayor contacto con el otro, mayor apertura de brazos y piernas, mayor proximidad al otro, más mirada
hacia el otro. Una orientación corporal hacia el otro, mas directa, más relajación en la postura, mayor
cantidad de expresiones faciales y vocales positivas. Mehrabian analizaba la conversación diaria, por
lo que muchos actos no verbales de simpatía o desagrado de mayor intensidad (gestos obscenos,
puños levantados, etc.) no fueron incluidos por él desagrado en la conversación es normalmente
percibido como opuesto a los comportamientos de simpatía. Los descubrimientos de Mehrabian
pueden ser menos aplicables como indicadores de simpatía entre amigos cercanos e íntimos que
entre conocidos. Los íntimos tienden a revelar modelos únicos de afecto y simpatía para sus amigos.
A veces, las parejas íntimas mostrarán gran cantidad de sincronía en la interacción en sus posturas y
movimientos.
Mehrabian también halló varios comportamientos que estaban asociados con la posición social o el
dominio en la conversación. Quienes al interactuar eran más dominantes necesitaban más espacio o
territorio, observaban menos a las otras personas que los interactúantes no dominantes, mostraban
movimientos más expansivos y posturas más relajadas, hablaban con voz más fuerte, ponían los
brazos en jarras con más frecuencia, y buscaban una posición de altura.
Los distintos modelos para indicar la simpatía/desagrado y dominio/sumisión de una relación
aparecerán en otras culturas. Además, el modelo para lograr intimidad o poder puede ser muy distinto
a aquel necesario para mantenerla. Aunque las personas que se agradan entre sí tienden a pasar
largo rato observándose mutuamente, podemos advertir que las relaciones más o menos antiguas
debilitan claramente los modelos de observación diaria, excepto en las ocasiones en que se desea
recalcar la cercanía de esa relación. De modo similar, una persona poderosa puede observar mucho a
su acompañante con el fin de establecer su dominio, pero una vez que el otro le ha cedido el dominio,
la cantidad de miradas puede disminuir. Pero cuando se amenaza el poder de una persona, es
probable que surja una renovada vigilancia visual, miradas fijas y aumento de tensión en el cuerpo.
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Comunicar nuestros sentimientos y emociones.
Nuestros estados emocionales se evidencian primero a través de claves faciales y vocales. Ciertos
movimientos corporales pueden indicar un sentimiento de ansiedad o frustración, por ejemplo
morderse las uñas, rascarse en exceso, o jugar nerviosamente con los cigarros y los fósforos. Pero,
en general, los movimientos del cuerpo actúan más bien como indicadores de la intensidad de la
emoción que como indicadores del tipo de emoción sentida.
Aunque experimentamos muchas emociones, la expresión de éstas en el rostro parece ser, ante todo,
una variación a partir de seis exhibiciones de afecto primarias. Estas son: sorpresa, miedo, cólera,
repugnancia, alegría y tristeza. Estas expresiones faciales han sido cuidadosamente analizadas y los
movimientos musculares precisos han sido filmados (Ekman, Friesen y Ellsworth, 1972; Ekman y
Friesen, 1975). Por ejemplo, la expresión pura o total de sorpresa se exhibe de la siguiente manera: 1)
las cejas se levantan y se curvan; 2) la piel que está debajo de la ceja se estira; 3) hay arrugas
horizontales a lo largo de la frente; 4) los párpados se abren; el superior se eleva y el inferior se
recoge hacia abajo; la parte blanca del ojo, la esclerótica, aparece redondeando al iris; 5) la mandíbula
se abre de modo que los labios y los dientes quedan separados, pero la boca no muestra tensión ni
está estirada. No obstante la expresión exhibida no es siempre completa o pura. En ocasiones
experimentamos varios sentimientos, y éstos se revelan en el resto en forma de mezclas que se
afectan entre sí. Una mezcla combina las características o rasgos de las emociones sentidas. Por
ejemplo, usted puede enterarse de que acreditó un examen que creyó haber reprobado. Su rostro
puede mostrar entonces una mezcla de alegría (sonrisa) y sorpresa (cejas alzadas y ligera separación
de la mandíbula). Cada emoción parece basarse en una parte (precisa) del rostro para transmitir la
información clave que la identifica. Para la repugnancia, arrugar la nariz es una característica clave;
para la tristeza son los ojos y las cejas los que dan la información crítica. Las expresiones faciales
comunes de emoción indican cómo se siente una persona en un momento determinado, aunque las
exposiciones faciales afectadas predicen, a veces, comportamientos subsecuentes. En un estudio, los
niños de sexo masculino que mostraban expresiones agradables mientras veían un programa de
televisión violento, tendieron a participar en comportamientos de juegos más agresivos después de
ver el programa que quienes mostraron expresiones desagradables.
Los componentes de las expresiones vocales de emoción han sido analizados con menos detalle que
el rostro, pero un investigador (Davitz, 1964) utilizó las siguientes características para identificar dos
emociones comunes.
Influir en otros y en nosotros mismos.
Obviamente, el punto hasta el cual estamos persuadidos de hacer algo por otra persona, es en parte
resultado del contenido del mensaje y resultado parcial del contexto dentro del cual fue enviado el
mensaje. Pero las señales no verbales pueden desempeñar también un importante papel en el
convencimiento de otros.
Una de las razones que nos persuaden a creer o actuar como otros es percibirlos como personas
simpáticas. Debido a ello, las señales que comunican simpatía y aprobación de otros pueden resultar
útiles en algunas situaciones de persuasión. Mehrabian y Williams (1969) llevaron a cabo
experimentos en los que ciertas personas pronunciaron discursos planeados con el fin de persuadir a
otros. Los descubrimientos apoyan, en general, la idea de que más indicadores de simpatía y menos
de dominio están asociados con una mayor capacidad de persuasión. Sin embargo, hay algunas
excepciones, que dependen del sexo del persuasor. Parece ser que los hombres necesitan disminuir
la posibilidad de que sus esfuerzos persuasivos sean percibidos como amenazantes; por ejemplo,
orientar la postura del cuerpo hacia la otra persona debe hacerse en forma más indirecta que si lo
hacen las mujeres; también debe tenerse cuidado de no mirar mucho a la otra persona, etc. Las
mujeres, por otro lado, fueron capaces de utilizar gran cantidad de miradas, orientaciones corporales
directas y tensión corporal como señales de interrelación, para obtener así una ventaja persuasiva.
Otra de las explicaciones comunes para explicar la habilidad de una persona para influir en otra está
relacionada con las percepciones de experiencia o pericia ¿Sabe el persuasor de lo que está
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hablando? Durante las etapas iniciales de un esfuerzo persuasivo, la atracción física ha demostrado
ser factor importante para obtener mayor credibilidad y aspiraciones a una presentación hábil y
diestra. Una presentación hábil quiere decir, en este caso, el estilo con que se emite el mensaje
persuasivo. Las investigaciones demuestran que la entrega eficaz de un mensaje comunica confianza,
equilibrio y energía. Hablando en términos de comportamiento, la entrega eficaz de un mensaje
persuasivo incluye elementos como lenguaje fluido ( pocos errores al hablar), hablar a una velocidad
relativamente rápida y hacerlo con un volumen tal que comunique un tono de autoridad, mantener una
postura ligeramente relajada, mirar constantemente al auditorio y manifestar variaciones en la
entonación, gestos y expresiones faciales.
A veces accedemos a las peticiones de otro por percibir que esa persona tiene poder sobre nosotros.
En forma no verbal, este mensaje puede ser comunicado por la apariencia de otra persona, por
ejemplo, la estatura, un uniforme policiaco, etc.
Cuando percibimos similitudes entre nuestra propia apariencia y comportamiento y los del persuasor,
podemos tender a creerle más. Una vez que se confía en una persona, su habilidad para influir en
otros aumenta considerablemente.
Influir en otros incluye a veces el engaño. En años recientes, el tema del mentir y el engaño ha sido de
especial interés para los científicos sociales, especialmente para los investigadores del área de lo no
verbal (Zuckerman, De Paulo y Rosenthal, 1981; Knapp y Comadena, 1979). El comportamiento
manifestado por los mentirosos puede estar relacionado con un deseo de controlar su
comportamiento, y lo hace parecer muy planeado, artificial o ensayado; puede ser un resultado de
impulso que los mentirosos sienten a menudo, por ejemplo, más errores al hablar, mayor dilatación de
la pupila, y aumentos en el tono de voz; puede ser un conjunto de claves de desagrado asociadas con
el efecto negativo experimentado por el mentiroso; o el comportamiento del mentiroso puede estar
relacionado con el hecho de que mentir es una acción cognoscitiva que exige más, revela más
inseguridades al hablar, o dilatación de las pupilas. Generalmente, los mentirosos son muy capaces
en el control de su comportamiento facial, por lo cual se pueden hallar pocos indicios de engaño en
esa parte del cuerpo. Aunque la mayor parte de las investigaciones muestran que los observadores no
entrenados pueden identificar correctamente a mentirosos desconocidos con un grado igual o mayor
de lo que se hubiese esperado obtener al azar, la proporción de la detección de los mentirosos puede
ser mucho mayor cuando el que miente es una persona que usted conoce bien, cuando usted tiene
alguna razón para sospechar engaño o cuando el receptor es excepcionalmente hábil en la lectura de
señales no verbales.
Nuestro comportamiento no verbal puede tener, también, un efecto modificador de nuestra propia
conducta, al igual que la de otros. A veces gesticulamos exageradamente al hablar por teléfono. Este
comportamiento de "autopreparación", a su vez, crea una mayor animación verbal y vocal, aunque el
receptor no puede ver los gestos. También sabemos que la gente físicamente atractiva suele tener
niveles más elevados de autoestima, y que el mejoramiento de la apariencia por medio de cosméticos
ha logrado que algunos pacientes hospitalizados se sientan más sanos.
Lograr precisión y entendimiento
Las señales no verbales también juegan un papel importante en la determinación de con qué precisión
se realiza el mensaje deseado y con qué precisión es recibido. Las señales verbales y no verbales se
interrelacionan de muchas maneras. En ocasiones, estas interrelaciones hacen que los mensajes
sean más fáciles de entender; en otros casos hacen que el mensaje sea más ambiguo. Un
comportamiento que era útil para atraer la atención en un momento determinado, puede convertirse
luego en un amaneramiento que distraiga e impida el entendimiento.
El comportamiento no verbal refuerza el comportamiento verbal de, por lo menos, dos maneras.
Primero puede duplicar sólo lo que se está diciendo verbalmente; por ejemplo, señalar hacia el norte a
la vez que usted está hablando de ir al norte. Segundo, puede complementar o apoyar el
comportamiento verbal. Esto es, cuando usted expresa afecto hacia otra persona de modo verbal, su
comportamiento no verbal tiende también a mostrar afecto. Se supone que los mensajes apoyados
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por ambos canales, verbal y no verbal, serán los que tengan mayor probabilidad de ser entendidos
claramente.
El comportamiento no verbal actúa también de modo contrastante con el comportamiento verbal. A
veces, por ejemplo, se busca acentuar o disminuir la fuerza del mensaje verbal al agregarle fuerza
dando puñetazos en la mesa, apretando el brazo de una persona mientras se discute algo importante,
aumentando el volumen de la voz, etc. Cierto desencanto se presenta cuando, por ejemplo, se abre
un regalo y se dice "estoy realmente contento por tu obsequio" sin variar mucho el tono de voz y
acompañando lo que se dice con una sonrisa que muestra una alegría moderada (pero no extrema).
En ocasiones contrastamos los comportamientos verbal y no verbal en forma extrema, de tal forma
que el mensaje comunicado por un canal contradice el comunicado por el otro. A veces hacemos esto
cuando estamos tratando de comunicar sarcasmo, por ejemplo, cuando decimos: "yo creo que tú eres
la persona más atlética que he conocido" con un tono que señala que no creemos que la persona sea
en verdad atlética. Pero también podemos llegar a comunicar mensajes contradictorios entre sí en
ambos canales, verbal y no verbal, y lo hacemos sin querer; esto es el resultado de abrigar
sentimientos realmente ambivalentes sobre el tema o la persona, o de que se está mintiendo de modo
imperfecto. Como señalamos antes, el mensaje no verbal suele ser el que los otros interpretarán como
válido si el resto de la comunicación no deja en claro la discrepancia.
También utilizarnos las señales no verbales para organizar nuestros mensajes de modo que aumente
su comprensión. Esto se hace en diversas formas. Las pausas organizan la información hablada en
unidades; una serie de tres gestos en forma de golpes con el índice puede indicar que usted pretende
discutir estos tres puntos en forma separada; un gesto de apuntar con el dedo después de la
verbalización de los tres puntos tal vez indique que los tres se van a discutir juntos; y a veces
señalamos cambios de tema mediante cambios importantes de posición del cuerpo.
Dirigir la interacción
La dirección de la interacción se refiere al proceso de regular el ir y venir de esa corriente que es
hablar y escuchar. También incluye el inicio y término de nuestros encuentros.
Iniciamos nuestros encuentros con otras personas de varias maneras, pero como los saludos están
concebidos en esencia para establecer contacto y proporcionar un suave cambio a la conversación,
muchos saludos tiene elementos de comportamientos similares. De hecho, el "destello de la ceja" (un
movimiento veloz hacia arriba y hacia abajo de las cejas), se ha percibido en la mayor parte de las
esculturas en todo el mundo. Establecer contacto con los ojos de otra persona es un método común
para señalar que los canales de comunicación están abiertos, y que las dos partes están ahora
obligadas a decirse algo la una a la otra. Las sonrisas y diversos movimientos que se realizan con la
mano abierta, indican que el principio del encuentro va a ser agradable y amistoso. Decir adiós, por
otra parte, requiere de señales que indican el final del encuentro. A veces, estas señales preceden
bastante el final del encuentro, por ejemplo, cuando una persona observa su reloj poco después de
iniciada la conversación. En nuestra investigación, varias claves no verbales sirvieron para indicar la
partida inminente: menor cantidad de miradas a la otra persona; orientación del cuerpo hacia la salida;
rápidos asentimientos con la cabeza, indicando así que el oyente deseaba que al orador se
"apresurara y terminara de hablar"; recoger nuestras pertenencias (libros, paraguas, etc.)
organizándolas para así podérnoslas llevar (Knapp, Hart, Friedrich y Schulman, 1973).
El suave intercambio de turno para hablar a lo largo de las conversaciones diarias requiere que cada
participante señale sus propósitos de interacción. Los oradores pueden ceder su turno o conservarlo;
los oyentes pueden pedir un turno para hablar, o denegarlo cuando les es ofrecido. Wiemann y Knapp
(1975) resumieron algunas de las señales mencionadas en la investigación: ceder el turno, o renunciar
a un turno para hablar puede indicarse por un ritmo muy lento al hablar, tonos altos (preguntas) o
tonos bajos (afirmaciones), gestos que se terminan, pausas amplias, y/o la observación a la otra
persona. Ocasionalmente, si la otra persona no toma su turno para hablar, al orador puede añadir una
"estela" como "...entonces, eh..." o un "...y, este...". Para conservar el turno se requiere que el orador
continúe haciendo gestos; llene las pausas al hablar con "uhs" o "mms" u otras vocalizaciones,
aumente el volumen cuando se perciben indicios de que se está pidiendo el turno, y, a veces, un gesto
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de "alto" expresado educada y correctamente, ya sea en el aire o tocando ligeramente a la otra
persona.
Cuando los oyentes quieren pedir un turno, las señales más comunes incluyen: el índice elevado y
señalando; una respiración audible; el arreglo personal para indicar que se está preparando para un
nuevo papel en la interacción; asentimientos rápidos y al azar acompañados por vocalizaciones que
indican pseudoacuerdo con lo que se está diciendo, como "si...mmh...ajá..."animando así que el
orador ponga fin a su turno; inicios tartamudeados como "y...yo..yo...pe...pero..." Con el fin de
rechazar un turno, los oyentes pueden dejar de mirar al orador, mantener una postura relajada, o
pedirle que se explaye un poco más en lo que dice.
RESUMEN Y CONCLUSION.
Dentro de la larga historia de la investigación sobre la comunicación, el estudio sistemático de la
comunicación no verbal es de origen relativamente reciente. Debido a ello, hay mucho que aún no
entendemos. Sin embargo, debe quedar claro que nuestro entendimiento de la comunicación humana
se verá muy afectado sin la realización de esfuerzos constantes por aumentar nuestros conocimientos
del comportamiento no verbal.
Aunque el comportamiento no verbal fue descrito como una serie de sistemas de señales "distinto de
las palabras", las señales no verbales comparten algunas similitudes importantes, así como
diferencias, con el lenguaje hablado. El comportamiento no verbal, así como el verbal, parece tener
fundamentos tanto biológicos como aprendidos; y, como las palabras, algunos comportamientos no
verbales están muy controlados conscientemente, y otros no lo están tanto. Las palabras tienen
muchos significados y dependen del contexto en que se lleva a cabo la comunicación para su
aclaración final; lo mismo sucede con las señales no verbales. Las señales no verbales funcionan
junto con las verbales para comunicar quiénes somos, cómo nos sentimos acerca de otros, y cómo
logramos que los otros nos entiendan y hagan lo que deseamos.
Aunque el contenido de este capítulo responde a algunas de las preguntas planteadas al principio del
mismo, otras no fueron contestadas. Para todos aquellos que sienten una necesidad de concluir: 1) Sí;
las personas parecen ser capaces de identificar a sus cónyuges e hijos por el olor de su ropa 2);
aunque aún no sabemos hacer predicciones específicas, la temperatura, la presión barométrica y
otros factores relacionados con el clima sí parecen influir en nuestro ánimo y comportamiento
comunicativo; y 3) las personas reaccionan de manera diferente en situaciones de hacinamiento, lo
cual varía con las circunstancias: si escogieron estar allí, su mucho o poco contacto social con
quienes están a su alrededor, y si tienen los recursos necesarios para llevar a cabo ese encuentro.
15-Mar-2002 http://mailweb.udlap.mx/~jpriante/rol.html
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