MADRID.-JÜEVESJSMJUNIO DE 1838 AÍ^OXXXn.-NÜiV!. 11.188 oí p3rióíí,io3 d3 mayo? oiranhoíón is E^paa» Tirada de EL !^4í»A'íaiAL ie ayar TARIFA DF ANUNCÍOS Raciónale!'5S ci^ntimos rie v,r«i.ta Ilusa.—E-ítrAaiSi-osi 7S néa*,t, Ku ta tercnrn plana: 3 pesetas Ua3i Cada «nuncio satisfará 10 oéuts. rteimpuesta.CSev U mtiiSrt'/a NÚMERO SUELTO 5 CÉNTIMOS CONFUSIÓN NOCIYA Ofrece la discusión del presupuesto de ingresos u n c a r á c t e r siugularísimo que r e t r a t a fielmente los tiempos a c t u a l e s . Trátase de reforzar los recursos del T e soro, y es el caso q u e los intereses p a r t i c u lares p r e t e n d e n ó eximirse de contribuir ó t a l refuerzo ó convertirlo todo e u sustancia p a r a abono s u y o . La g u e r r a exige gastos enormes. La g e n t e p a r e c e convencida de q u e la continuación de la g u e r r a es necesaria. Pero c u a n d o se t r a t a de p a g a r á fin de sostener la l u c h a , c a d a interés dice: «¡Ahí ¡Yo n o puedo p a g a r másl jQne p a g u e el vecino!» Y todavía no quedan ahi l a s cosas. Det e r m i n a d a s conveniencias p r o c u r a n a p r o v e charse de las difíciles circunstancias presentes, p a r a g a n a r m á s de l o q u e a n t e s g a naban. I n t é n t a s e , p o r ejemplo, b u s c a r u n a u m e n t o considerable de los ingresos del Tesóse, mediante a l g u n o s tributos sobre l a ex•portacióü. Esto c o n s U t u / é un objeto uelerm i n a d o , preciso, el cual n o tiene relación con otros objetos económicos. A p e s a r de ello, h a y quien se esfuerza p o r m e z c l a r semejantes propósitos con l a protección á det e r m i n a d a s industrias. Lus diputados q u e se a g i t a n con intención semejante desconocen ó afectan deseo n c c e r q u e lastimosamente confunden asunlos heterogéneos.' Porque n o se t r a t a a h o r a !Íe protección, n i d e librecambio; se t r a t a -juicamente de proporcionar a i Kstado m a yores recursos. El ])roblema de si conviene ó no conviene dificultar la exportación de p r i m e r a s m a t e rias, por si c o n dificultades t a l e s se desarrol l a n determinadas industrias, es u n problema m u y i u t e r e s a n í e , m u y digno de ser a m plia y concienzudamente estudiado, dilucid a d o , debatido y resuelto; pero es a h o r a de una completa inoportunidad. El problem.a planteado h o y es de n a t u r a l e z a m u y distinta. Lo q u e se ventila redúcese al a u m e n t o áe los ingresos del Tesoro, sin perjuicio sensible de la producción n a c i o n a l . En la comisión del Congreso, q u é t ' e n e á • su c a r g o estas difíciles cuestiones, h a y exceentes deseos y a p a r e c e el acierto en resoluliones y a t o m a d a s . Pero e n g r a n n ú m e r o de os diputados se m a r c a s o b r a d a m e n t e la t e n dencia á a r r i m a r , s e g ú n el dicho v u l g a r , e l ascua á su s a r d i n a . Se n o s antoja q u e l a s circunstancias no son p a r a eso. No obstante, los ejemplos m e n u d e a n . Señalaremos, si t a l tendencia p r e v a l e c e , los casos h a r t o concretos de proposiciones de l e y , en l a s cuales se h a perdido y a d e vista el objeto del tributo q u e se quiere establecer sobre la exportación, y se busca solo favorecer d e t e r m i n a d a s industrias, y quizás se godría decir con. m á s razón á d e t e r m i n a d o s idustríales. Los casos, que se p r e s e n t a r o n m u y aislados e n u n principio, v a n m e n u d e a n d o , y y a n o pnrece q u e el fin perseguido sea reforzar con 40 millones de pesetas, en que se c a l c u l a e] «eaultedo «Jel tributo d e l a exportación, el presupuesto d e i n g r e s o s , sino v e r d e q u é modo g a n a n m á s tales ó c u a l e s fabricantes. De suponer es q u e el gobierno resista esa alteración d e l a cuestión económica. De otra m a n e r a , habría de h a l l a r m u y entorpecida s u obra. Aparte d e q u e la n a t u r a l e z a transitoria d e esos impuestos sobre l a exportación n o es n a d a conforme con el c a r á c t e r de las medidas protectoras, y ofrecerían á l a s ind u s t r i a s , a las c u a l e s se p r e t e n d e favorecer, n n m a r g e n de tiempo h a r t o escaso p a r a s u desarrollo. Las preocupaciones q u e l a g u e r r a origin a impiden q u e a q u e l l a s personas q u e n o están directa y p a r t i c u l a r m e n t e interesadas en este g é n e r o de a s u n t o s , fijen sobre ellos Ja atención. Por lo mismo, nos creemos en el deber de l l a m a r l a , a n t e s de q u e por descuido é indiferencia e n los m á s , y por sobra de actividad y cuidado e n los m e n o s , se p u e d a n producir v e r d a d e r o s daños. SENADO «emÓN DEL D!A 15 DE JUNIO DE 1898 S o b r e polif i e a i R t e r n a o i o n a l Rompió la marcha el Sr. Calvo y Martfn, recabando para los médicos de partido el pago de ias cantidades que el Estado les adeuda, y acto seguido quiso el señor marqués de Corvet a plantear un debate sobre la política interna- DIARIO LIBERAL FUNDADO POR D„ EDUARDO GASSET Y ARTIME cional del gobierno, deficiente, á su juicio, y falta de rirme y segura dirección, como lo demuestra S'i con.lucu ante las iutraccio'-es del derecho de gentes que, tanto cr> Cuba como en Filipinas, coiiicte á diario el gobierno de los Estados Unidos del Nüi'ce .América. Pero no logró su propósito el señor m a r qués, iiorque el señor ministro de listado diputó de peligrosa la discusión y ocasionada á quebranlrtf gravemente I0.3 prestigios y fuerza moral del goiiierno. No tuvo, pues, m á s remedio el interpelante que d a r por aplazado el debate para ocasión mas oportur.a, apelando á la confianza del S e nado en la vigilancia y solicitud del gobierna de S. i.!. P r e s u p u e s t o lie g a s f o s Y después da tomada en consideración u n a proposición del Sr. Comas en demanda del pago en pesetas de los billetes hipotecarios de la Tsla de Cuba, volvimos á nos monions, esto es, á nuestros presupuestos, y con ellos, como anunciábamos ayer, á las andadas, al consabido dorrofiíie de oratoria estéril y baldía. Bien es verdad que se seguía tratando del presupuesto de Gracia y Justicia y el asunto se ventilaba entre abogados, principalmente consagrados por razón de su carrera ai ejercicio del ¡US utendi y á las veces abutendi de la p a labra. Emulando las glorias en la anterior sesión conquistadas por los Sres. Fabié y Sáncliez Román, que se habían pasado la tarde conoersan.do sobre la totalidad de la sección, el Sr. Donoso de la Campa campó por sus respetos consumiendo el segundo turno en complicidad con el ministro del ramo. Con loque quedó aprobada la totalidad y seguidamente los capítulos primero y segundo de la sección. Al tercero hizo el señor conde de la E n cina, á propósito de la reposición de varios j u z gados suprimidos, algunas observaciones, que contestó el Sr. Sánchez Román. Y al cuarto, el señor conde de Tejada de Valdosera, que obtuvo contestación de los s e ñores Groizard y Sánchez Román. Al terminar este levantóse el señor conde de Peña Ramiro y pidió la lectura del artículo 109 del reglamento, según el cual, para continuar deliberando será necesaria la presencia de 30 señores senadores, y de 40 para tomar acuerdo. Y pidió se contase el número de señores presentes en la sala. Y como no resultase el necesario, á pesar del tiempo que se dio para que acudieran á la sala los que se encontraban por los pasillos, el señor presidente suspendió la discusión y s e ñ a ló como orden del día p a r a hoy los asuntos pendientes. CONGRESO SESIÓN DEL DÍA. 16 DB JUNIO DE 1893 Comenzó ésta con una pregunta del señor Ojeda acerca del desembarco en G u a n t á n a m o de que habla la prensa yanki. El ministro de la GOBERNACIÓN repitió lo que ya h a dicho otras veces el gobierno, ó sea que no tiene noticia de tal desembarco, lo cual le induce á creer que no se h a veridcado. Añadió el ministro, y esto es lo que no s a bíamos, que el general Linares se halla incamunieado con Guantánamo y la C a i m a n e r a , ^ que esta es la causa de que n o se tengan noticias dilectas del teatro de las operaciones. A otra pregunta respecto á la prisiór. del s e ñor Lerroux, contestó el ministro que ésta obedece á proceso anterior al estado de guerra, en el que aquél había sido declarado en reUeldia. El Sr. OJIiDA, al rectificar, pidió que se diese traslado de la pregunta á lov.ministros de la Guerra y Gracia y Justicia para que ellos contesten en toda regla, pues supone que la detención fué originada por artículos pubhcados *n ¿I Progreso en contra del gobierno. El ministro de la GOBERNACIÓN negó que sea este el motivo, afirmando que sólo se trata del proceso instruido á consecuencia de los s u cesos ocurridos en el entierro del pescadero que fué muerto en la noche de la llegada á Madrid del general Martínez Campos. El general SUAREZ INCLAN, refiriéndose al supuesto desembarco, dijo que no se debe ocultar la noticia, pues en virtud de la derrota que cuentan sufrieron los y a u k i s , según su misma prensa, el suceso ha sido favorable. El ministro de la GUERR.\ repitió lo que y a había dicho el de la Gobernación, añadiendo: Mientras no tenga telegrama oficial, qua tan pronto como llegue comunicaré á la Cámar a , no conviene echar ias campanas á vuelo. El Sr. SOL Y ORTEGA, aludiendo al debate de la sesión auteriar, pregunta al ministro de la Guerra que cuándo piensa presentar & l a s Cortes el anunciado proyecto estabiocieado el servicio militar obligatorio. El ministro do la GUERRA: Haré lo posible por traerlo pronto á la Cámara. El proyect) se está confeccionando y se p r e sentará en esta legislatura para que sea discutido. El Sr. SOL y ORTEGA sostuvo que no sólo se debe presentar, sino que se debe aprobar el proyecto en e ^ g período de la legislatura. El señor nfflfistro de la GUERRA: Haré todo I gantescos que hacen la guerra á l a s gaviotas, se lanzó al espacio. Pero Cartahut habla podido ver de donde salía. El animal había partido de un ancho agujero que existía á diez pies por encima de las r a mas á que se habia agarrado, y Cartahut sintió (CONTINUACIÓN) renacer su confianza. Ya e r a tiempo, porque sus fuerzas comentó contra la roca y fué á caer en el abismo del zaban á agotarse y ias r a m a s cedían poco á mar. Cartahut permaneció como suspendido e n - poco. Alguna poca de la tierra vegetal que servía tre la tierra y el cielo. Sus pies, que buscaban un punto de apoyo, de alveolo á aquéllas empezaba á desmoronarse y á caer sobre las rocas, cegando á Carresbalaban sobre la roca. Abajo el abismo que rugía; arriba el cielo tahut. El joven hizo un esfuerzo supremo; frotando oscuro. Caf'tahut suspendido en el espacio compren- uno con otro los pies consiguió quitarse los z a día que sus manos acabarían por fatigarse y patos. Con los pies descalzos logró encontrar un que llegaría un momento en que ya sin fuerzas •e verta obligado á s o l t a r l a s r a m a s salvadoras punto de apoyo. Sujetó con una mano las r a y á seguir el mismo camino que su desgraciado mas y buscó con la que le quedaba libre otra aspereza en la roca. caballo. Al fin su mano se detuvo; halló lo que d e Sin embargo, no había perdido su presencia de ánimo en aquella situación angustiosamen- seaba. Entonces Cartahut emprendió u n a t a r e a te crítica. Cartahut h a b l a pasado su infancia en sobrehumana. Pegado á la roca comenzó á trepar como si Plouesnel y conocía el acantilado tan biep como los cuervos marinos y las gaviotas que tenían tuviese g a r r a s en los pies y en l a s manosLas piedras, los guijarros y lo que quedaba en él sus nidos. Pero aquel acantilado, del cual pendía Car- de tierra vegetal alrededor de aquellas m a t a s tahut tratando de buscar inútilmente s ó b r e l a se desprendían poco á poco y rodaban al fondo roca una aspereza que pudiese servirle momen- del abismo. táneamente de punto de apoyo, estaba sin e m Pero la g r a n voz del Océano impedía que bargo acá y allá horadado por agujeros n a t u - estos ruidos remontaran hasta lo alto del a c a n rales y sinuosidades, en los cuales se refugia- tilado, donde Keraniou y Ramel escuchaban ban las aves marinas. esperando oir el grito de agonía del desdichado Cartahut se acordó de que más de u n a vez al estrellarse contra las rocas. había atado cuando era niño una cuerda á a l Cartahut tenía las manos y los pies llenos gún punto de apoyo del camino, y sujetán- de sangre, pero el instinto de conservación se dosela á la cintura se habia dejado caer á lo habla redoblado en él por mudo sentimiento largo de la roca p a r a b u s c a r e n aquellas sinuo- del deber. tídades los huevos de las aves marinas. Si él moría, ¿quién iba á cumplir la misión Pero la noche e r a oscura, t a n oscura que la que íe había dado Cabestant penetrante mirada de Cartahut no lograba ver Y Cartahut, sudoroso, ensangrentado y deaKada. trozado, seguía trepando. De repente oyó nn ruido sobre t u c a b s í » . Al fin, u n a exclamación de triunfo, un s u s Un ruido de alas pesadamente aíritadas, y piro más bien de alegría, se escapó de au opri• » enorme pájaro, uno de esjü» móchueloe j i - mido pecho. CFol. 18.) LOS U i l E S DEL GRAI iUlOO PRECIOS DE S U S C R i a ó M Madrid, UNA peseta al m e s . Provincias, 6 pesetas trimestre; 10 semestjSe P o r t u g a l , 7,50 i d . íu» Kaciones comprendidas e n l a 10 pesetas trímasrsn Unión postal Kaciones n o comprendidas j.í , r id. i2. posesiones de América y Asia.) Toda l a eorrespondencia y giros deben tlirigirsoaj, ADMINISTRADOR DE «EL IMPARCIAL» 32, Calle de Mesonero Eomanos, ^\ lo posible por que se apruebe antes de cerrarse El señor conde de ROMANONES apoyó v a rias proposiciones de ley encaminadas á promover obras públicas en Madrid. El Sr. BALLESTEROS defiende la proposición incidental sobre el servicio militar obligatorio que publicamos en otro lugar y que fué aprobada por el Congreso. El d e b a t e s o b r e F i l i p i n a s Reanudóse ésto con la proposición de la m i noría republicana pidiendo una amplia información sobre los sucesos de Cavite. El Sr. MURO apoyó la proposición sosteniendo que hay necesidad de que se aclaren los sucesos y se determinen las responsabilidades de quien l i s tenga. La minoría republicana no pide juicios de residencia, sino ampliación á lo que hasta aquí de h a dicho respecto á lo ocurrido en Filipinas. El discurso del general Pri mo de Rivera en el Senado fué una verdadera denuncia, y hay necesidad d e v o l v e r sobre el asunto. El general Primo de Rivera dirigió, a c a s o contra su voluntad, u n a acusación á los g o biernos que olvidaron toda previsión desde 1881, y sobre todo desde 1897, fecha en que el conflicto con los Estados Unidos era inminente, y en que el mismo general Primo de Rivera avisó del peligro al gobierno, sin que éste a d o p tara precaución alguna para afrontar un c h o que internacional. El general Primo de Rivera pidió por lo m e nos dos cruceros p a r a alejar el peligro de u n a derrota segura y se le contestó lo mismo que al almirante Montojo: que estuviese preparado para la lucha, pero que no se le enviaba ningún elemento de auxilio de verdadera fuerza. No habiéndose hecho nada, deduce que son responsables los gobiernos: y si antes el descuido era lamentable, m á s lo es después de l a s últimas complicaciones. Censuró que se llevara á cabo pacto ninguno con los insurrectos, porqiieesto demostraba una debilidad por parte de España. Dijo que al acta acompañaba un p r o g r a m a , en el que se detallaba lo que se había de hacer dia por día. Tratando de si los generales Tejeiro y M o net estuvieron ó no en rehenes en el campo i n surrecto, leyó párrafos del citado p r o g r a m a , según los cuales el 7 de Diciembre llegaron á Biacnabató los generales citados con el teniente coronel Primo de Rivera y el Sr. Paterno, alojándose en la casa de Aguinaldo, y el día 18 se recibió un despacho de este, diciendo que podían marcharse, si gustaban, los generales. De aquí dedujo que estaban detenidos. Aguinaldo no telegrafió, probablemente, h a s t a después de recibir el dinero que se le h a bía ofrecido. Todos estos sacriflcios de dinero y de prestigio no sirvieron para nada, supuesto que la i n surrección continuó m á s ó menos pujante. Advirtió que no censuraba el que se hubiese concertado la paz; pero siendo, como era, posible haber terminado la guerra por las a r m a s , según afirmación del general Primo de Rivera, esto hubiera sido lo preferible. Sostuvo que eu el convenio no hay deshonor para el ejército, pero considera censurable que en dicho documanto aparezcan tratando de igual á igual el capitán general y el representante de los insurrectos. Dada y a como hecha la pacificación, falta a c l a r a r el siguiente punto. iSe ofrecieron d e terminadas reformas á Aguinaldo en pago de su adhesión á España? En el final del a c t a de 13 de Diciembre s e puede encontrar algo que parece indicarlo así. El señor presidente, poi ser la hora de e n t r a r en la orden del dia, suspendió el debate, reservando la palabra al S r . Muro p a r a que termine su discurso en la sesión de hoy. Presupuesto Puesto á discusión el articulado del presupuesto de ingresos, fueron aprobados los tres primeros. Después de discutirse una enmienda del s e ñor Vallarino y dos del Sr. Gasset (D. F e r n a n do), defendidas por sus autores, á quienes contestó el Sr. López Mora, pidieron los republicanos votación nominal para la última, que r e sultó desechada por 5? votos contra 10. El Sr. VALLARINO defendió otra e n m i e n da, contestándole el Sr. Requejo, y quedó a p r o bado hasta el articulo 7." inclusive, acerca del cual el Sr. Rosell pidió al ministro que hiciera ciertas concesiones en favor de las capitales que reúnan determinadas condiciones, excusándose aquél con que las disposiciones legales deben ser iguales para todos. Suspendido el debate sobre presupuestos, se pusieron á discusión varios proyectos de ley, entre ellos el referente á la reforma sobre e m pleados civiles propuesta por el señor Cabriaana. Este proyecto quedó á medio aprobar, porque cuando nadie lo esperaba, se presentó una enmienda que aceptó la comisión y que hubiese sido aprobada también como el resto del a r ticulado, si el marqués de Figueroa no h u biera pedido la palabra en contra, m á s que para combatir la enmienda, para que el Congreso pueda enterarse de una reforma que e n cierra tanta importancia. Suspendida también esta discusión, se entró en los acostumbrados proyectos sobre c a r r e t e ras, y despachados éstos, se levantó la sesión. Sus manos acababan de alcanzar el hueco que servia de refugio al cuervo marino. Por un último y supremo esfuerzo, haciendo de sus manos palanca para el resto del cuerpo, consiguió sentarsejen el agujero. Este tenía cuatro pies de ancho y tres d e alto. Era u n a especia de caverna que parecía p e n e t r a r en las profundidades de la roca. Cartahut estaba rendido. Duranto un momento permaneció inmóvil, aniquilado, casi moribundo. Se habla salvado de una muerto cierta, jpero cómo saldría de allí? Por un instante tuvo el propósito de gritar y de pedir socorro. ¿Le oirían acaso? Vendrían t a l vez en su auxilio y lo echarían una cuerda desde la alto del acantilado. Pero de pronto Cartahut se estremeció. El rumor da voces humanas había llegado á su oído, y una de ellas decía: —Creo qua no necesita m á s . Y Cartahut se asomó por el agujero y miró hacia arriba con precaución. Entonces vió dos sombras que se deslizaban á lo largo del camino del acantilado, á treinta pies por encima de él. Esto fué una revelación. Una revelación súbita, instantánea, terrible. Su calda no era la consecuencia de un a c cidente, sino el resultado de un crimen. iQaién tenía, pues, interés en su muerte? Y cuando las sombras desaparecían C a r t a hut oyó aún estas palabras: —Ya ves que la cuerda tenía su aplicación. Esta vez Cartahut había reconocido la voz de Ramel el normando. Entonces un velo se desgarró en su mente y lo comprendió to lo. 4N0 so había dicho infinitas veces en el país que él era hijO de Cabestan? Y los que creían esto^ | n o estaban convencidos de que él, por consiguiente, era el h e r e dero de aquel vie^ó moribundo? Y Cartahjúií vió do repente surgir ante si toda aquciiia nube de parientes y colaterales egoiálas que codiciaban la herencia da Cabestan y á cuyo servicio estaban, sin duda, K e r a - 3» los españoles y á p u n t o de rendirse si n o l l e a b a n refuerzos, esperados do un m o m e n t o otro. Londres 15 {2 tards) Siguen recibiéndose despachos de los « a cesos de G u a n t á n a m o . Aunque n o a c l a r a n c o m p l e t a m e n t e l o ocurrido, á t r a v é s d e los circunloquios s s evidencia q u e los y a n k i s , desalojados comp l e t a m e n t e de las posiciones que h a b l a n t o m a d o , se h a n retirado á la p l a y a , donde n© p u e d e n a v a n z a r fuera d e l a l c a n c e d e los c a ñ o n e s de sus barcos q u e los p r o t e g e n d e l a s acometidas de las t r o p a s es¡)añolas. El Standard d e c l a r a que el resultado d e l ciwnbate d e l a C i i m a n e r a , p r i m e r o en e|ue h a n c o o p e r a d o los i n s u r r e c t o s , n o h a sido nada brillante. A ñ a d e , c o n referencia á s a corresponsal e n u n o d e los b a r c o s a m e r i c a n o s , q u e el t o m u l t o y desorden q u e se produjeron e n e l a t a q u e d e los españoles fueron t a n g r a n d e s , q u e los insurrectos l l e g a r o n á disparar c o n t r a l a s tropas norteamericaniís, sus a l i a d a s . Los españoles c o n t i n ú a n hostilizando d t e y n o c h e l a s líneas y a n k i s . IJOS soldados que defienden é s t a s , h á l l a n se fatigíidísimos p o r t a l g é n e r o d e g u e r r a que no esperaban. En W a s h i n g t o n empiezan á c o m p r e n d e r se l a s dificultades q u e se h a n de s o b r e l l e v a r en los c o m b a t e s t e r r e s t r e s d e Cuba. La infantería de m a r i n a y a n k i desembarc a d a e n G u a n t á n a m o esi)era ansiosa l a l l e g a d a de los cuerpo» expedicionarios, p e r o estos n o l l e g a n . A pesar d e q n e s e h a a n u n c i a d o oficialm e n t e l a partida de e l l o s , sólo se sabe q n e h a salido de T a m p a l a mitad d e l a s tropa» embarcadas. Añade el despacho q u e h a h a b i d o m a c h o desorden p a r a el e m b a r q u e de municiones j víveres. El ministro de Marina n o o c u l t a s a d i s g u s t o p o r estos y oíros sucesos s e m e j a n t e s . Se confirma q u e h a m u e r t o e n l a s a v a n zadas d e G u a n t á n a m o e l médico d e N u e v a York Gibbs. f LOS i i í [ S OE H l l DESDE L O N D B . E S (POR TELÉGRAFO) (PE NUESTRO CORPaíSPONSAL) Lontlres 15 (9 mañana) La p r e n s a publica n u e v o s despachos de N u e v a York y d e Cayo-Hueso refiriendo los c o m b a t e s ocurridos eu la Caimanera de G u a n t á n a m o , c o m b a t e s q u e h a n comenzado el dia 10 y q u e a ú n n o h a b l a n t e r m i n a d o el dia 14, ú l t i m a fecha d e los informes de l a p r e n s a yanki. Empezaré diciendo q u e aquí h a sorprendido m u c h o q u e n o t e n g a el g o b i e r n o español noticia a l g u n a a c e r c a de estos sucesos. No se cree q u e de t e n e r l a s las o c u l t a r a , p o r t r a t a r s e de acontecimientos t a n favorables á l a s a r m a s españolas, y q u e d e m u e s t r a n que e n los combates de t i e r r a los n o r t e a m e ricanos h a n de llevar la peor p a r t e . x\lguuos de los r e l a t o s que l a p r e n s a p n blica a c r e d i t a n desde l u e g o la característica fantasía del periodista y a n k i , t a n d a d o á e x a g e r a c i o n e s y á a b u l t a r todo a q u e l l o q u e les interesa. Asi, p o r ejemplo, s e s u p o n e q u e h a n tomado p a r t e e n el c o m b a t e 6.000 soldados españoles, 15 c u a l es imposible, porque n o c o n ese n ú m e r o , sino con u n o m u c h o m e n o r , n o h u b i e r a n podido resistir los n o r t e a m e r i c a n o s ni media h o r a siendo éstos 750. La infantería d e m a r i n a y a n k i q u e dese m b a r c ó en l a s costas d e l a Caimanera d e G u a n t á n a m o iba m a n d a d a p o r el c a p i t á n M a r r y a n y p o r el teniente EUiot. El MarbleJiead y el Texas hicieron fuego de cañón sobre l a costa p a r a a l e j a r á los g r u p o s d e soldados espafioles q u e e n trincheras improvisadas se oponían a l desembarco. El fuego d e l a infantería e s p a ñ o l a fué a l principio m u y vivo y t a n eficaz, q u e a l g u nos proyectiles a l c a n z a r o n a l Marbkhead, donde r e s u l t a r o n heridos u n piloto, u n c o n t r a m a e s t r e y seis m a r i n e r o s . Uno d e los proyectiles a g u j e r e ó la caja d e la b r ú j u l a , i n utililizando este a p a r a t o . Otro cortó u n o d e los cables q u e s u j e t a b a n á u n p e s c a n t e u n a l a n c h a d e v a p o r , y ésta se desprendió, s u friendo g r a v e s r o t u r a s . Los c a ñ o n e s d e tiro rápido del Marblehead y del Texas dispararon m á s de diez m i l proyectiles, con los q u e consiguieron, s e g ú n el r e l a t o y a n k i , q u e los españoles t u v i e r a n q u e retirarse de l a p r i m e r a línea y e n t o n c e s d e s e m b a r c a r o n las t r o p a s de i n í í n t e r i a d e marina norteamericana. P a r e c e q u e los españoles decidieron esper a r el d e s e m b a r c o fingiendo q u e se r e t i r a b a n , como lo hicieron. Los y a n k i s , e n g a ñ a d o s p o r esta m a m obra, t o m a r o n posesión del c a m p a m e n t o esp a ñ o l , destrozando l a s t r i n c h e r a s , q u e t e nían m u y poca i m p o r t a n c i a , como q u e estaban h e c h a s c o n a m o n t o n a m i e n t o s d e a r e n a . Al dia sig'uiente, ó sea e n l a m a ñ a n a d e l 11, volvieron los españoles 4 a v a n z a r , a t a c a n d o l a s posiciones y a n k i s . Terrible fué la acometida de l a infantería española. Los y a n k i s n o p u d i e r o n resistirla y p r e c i p i t a d a m e n t e retrocedieron h a s t a l a playa. Dícese q u e h a b í a n acudido a l g u n o s g r u pos d e insurrectos de Z a z i , P a l m a y Hatibonico, pero q u e los españoles consiguieron impedir q u e se r e u n i e r a n & los n o r t e a m e r i canos. Hubo u n m o m e n t o e n que los soldados d e E s p a ñ a tuvieron q u e pelear con los i n s u r r e c tos y con los y a n k i s , m a t a n d o a l t i t u l a d o c a p i t á n rebelde Sánchez Abarcoa. También c a y e r o n en esta acometida 16 soldados y a n k i s y el t e n i e n t e Elliot sufrió una herida en la mano derecha. Los españoles disponían de c u a t r o c a ñ o nes q u e , colocados conv^enientemente, c o n tribuyeron k la retirada. Hubieran conseguido Jos soldados españoles obligar á los y a n k i s á r e e m b a r c a r s e , á n o ser p o r el fuego q u e h a c í a n e l Marblehead y el Texas. Los proyectiles de los c a ñ o n e s l l e g a r o n cerca de estos barcos, p o r lo q u e se o r d e n ó que se r e t i r a r a n p a r a ponerse fuera d e l a l c a n c e de las baterías d e t i e r r a . Los últimos despachos dicen q u e el dia 13 se h a l l a b a n las t r o p a s y a n k i s r o d e a d a s p o r Loadrea 15 (10 mañafla) Publica h o y u n i m p o r t a n t e periódico y r e p r o d u c e n otros n u a ctirta fechada á bordo del barco tripulado p o r la p r e n s a y a n k i y q u e s i g u e á l a e s c u a d r a d e Sampson e n sua operaciones frente á S a n t i a g o de Cuba. La c a r t a es de 6 del corriente y r e l a t a e l ten-ible bombardeo d e a q u e l dia c o n t r a laa fortificaciones q u e a m j w r a n l a boca d e l ea^ n a l d e la bahía e'spañola. El c o m b a t e t u v o dos partea. Empezó á l a s ocho d e l a m a ñ a n a . Sampson dividió l a e s c u a d r a e n d o s secciones, c a d a u n a de e l l a s c o m p u e s t a d e itoa acorazados, dos c r t i e e r í ^ protegidos y un. cañonero. T o m ó el m a n d o d e u n a da l a s d i v i á o s e s , colocándose al Este d e l a e n t r a d a del «mnal. E n el lado opuesto s e s i t u a r o n , ¡los b a r c o s m a n d a d o s p o r Schley. Avanzaron l a s dos divisiones h a s t a colocarse á u n o s 2.800 metros d e distancia de l a s baterías españolas, é inmediatamente com e n z a r o n á c a ñ o n a í r de un modo i n c e s a n t e y terrible l a s baterías de tierra q u e defienden la p a r t e exterior de l a e n t r a d a del c a n a l . Hacía fuerte m a r e j a d a y caía copiosa l l u via. El periodista inglés no puede por m e n o s de reconocer q u e los proyectiles d e los barcos y a n k i s r a r a vea d a b a n e n i a s proximidades de las b a t e r í a s e s p a ñ o l a s . E n cambio los disparos de éstas fueroa t a n certeros, q u e e l acorazado Musmchussels y el cañonero S»wiíuce, q u e pertenecían é. l a división d e Schley, e n c a r g a d a d e b o m b a r d e a r ias posiciones españolas de la izquierda del c a n a l , tuvieron que retirarse coa graves averias, e s p e c i a l m e n t e á borda d e l acorazado, d o n d e ut\a g r a n a d a hizo g r a n d e s destrozos, desbar a t ó u n o de los c a ñ o n e s d e m a y o r calibre y ocasionó a l g u n a s b a j a s . El fuego d e l a s b a t e r í a s españolas d e tier r a fué t a n vigoroso q u e Siiuipson manifestó públicajnente su asombro y expresó su c r e e n cia d e que los cañones gxandes de los a c o r a zados españoles debían h a b e r sido e m p l a a a dos e n las fortificaciones de la costa. P a r a disculpar e l periodista i n g l é s l a t o r - niou el mayordomo y el bajo normando RameL Entonces Cartahut se dijo: —No se trata solo de salir de aquí. Es preciso también salvar los documentos q u e m e h a confiado Cabostan y hacer que Ueguen á su destino. Y diciendo esto, Cartahut pronunció éi n o m bre de Olympe. De su a m a d a Olympe, que era y a su esposa, de Olympe, en quien tenía u n a g r a n fe y que continuaría su obra si por desgracia llegaba U & perecer. Y el joven no tuvo y a m á s pensamiento q u e dejar á sus enemigos en la creencia de que h a bía muerto, escapar de ellos y reunirse con Olympe. Eu su caida, en su ascensión milagrosamente realizada, sus ropas se habían desgarrado; pero no había perdido el canuto de h o jadelata que llevaba y en el que g u a r d á b a l o s papeles de Cabestan. Pero no bastaba haber salvado estos documentos ni haberse librado de u n a muerte cierta; era preciso safir del sitio en que se encontraba. Poco antes Cabestan había pensado en g r i tar por si llegaban á oírlo desde Plouesnel. Lo que entonces consideraba como la salvación, era ahora un riesgo gravísimo. , Gentes como Ramel y Keraniou no retrocederían en deshacerse de él de un tiro. Cartahut se veía, pues, obligado á renunciar á todo socorro por parte d e los habitaates del castillo. lEsperar el día! Era aún m á s peligroso. En efecto, podía suceder que los dos miserables viniesen al amanecer á buscar el cadáver de su víctima con la esperanza do hallarle s o bre las rocas. —¡May por tanto que salir de aquli—murmuró Cartahut. Como habla descansado ya, con l a s fuerzas físicas recobró toda au s a n g r e iría y toda su audacia. Poco á poco se habla acostumbrado á la« tinieblas y veía y a casi distintamente estrellarse á sus piea el m a r espumoso contra laa rocas* Volvióse hacia el interior de aquella r e d u d disima gruta que le servía de asilo, y á fuerza da examinar i a s tinieblas» la pareció v e r 4»» i tenía cierta profundidad. Como casi todos los marinos, Cartahut Be; vaba consigo un cuchillo y perdernal y yesca para hacer Juego, * Entonces se la ocurrió u n a idea. L a de e n cender luz. ' Sacó su pañuelo y lo enrolló como si t r a t a r a de hacer una cuerda. Después a t ó los dos extremos. Terminado esto, encendió l a yesca oon e l auxilio del pedernal. Despuéfl acercó el pañuelo á ella. El pañuelo comenzó á arder. Entonces Cartahut se sirvió de ella como ám una mecha, la agitó y obtuvo una claridad s e mejante á la de un carbón eneendido. Esta claridad le permitió ver que l a grafea penetraba profundamente en la roca. —iQ úón sabe?—so dijo—acaso tenga... . Y comenzó á caniinar con grandes ^ S e s i Afcabo de veinte pasos encontré una mMcié de escalera. ^^ La gruta parecía penetrar casi verticaiEneot e e n el acantilado. Da pronto, un lejano recuerdo acudió á l a mente de Cartahut. Sa acordó de que en su infancia habla orfá» decir que en lo antiguo, en tiempos del bloqueo continental, l a bahía de Canéala daba aaifo á numerosos contrabandistas. Indudablemente, él no era el primer ser h a m a n o que penetraba en aquella gruta, la cual habia debido servir da asilo á. los íugitivíM, y A proscritos ó defraudadores. Y sin m á s gula que el pañuelo que continuaba ardiendo, sa aventuro por aquella escalera de escalones desiguales que los h o m b r a a y el tiempo hablan destruido juntarnento. Llevando en u n a m a n o aquella antíwdía improvisada y en la otra su cuchillo, Caeíatwt comenzó á descender. A medida que iba feenatrando en las » » fundidas, graníticas del acantilado, sedeWulaba el murmullo del m a r , (Se eoniimatéhf EL 1 1 : 1 1 1 BlSilIiO RELATO DE M PERI03ISTAINBLÉS D E S D E I^OHDSBS (POR TELÉGRAFO) (BB NUESTRO CORaESPONSAL)