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PANEGIRICO
D E L S A N T O N IÑ O
Y MARTIR ZARAGOZANO
D O M U m aO
TOE
QUE EN L A SOLEMNE FESTIVIDAD
€ELESRAX>A EL a,6 DE AGOSTO DEL ANO 1806
£ N E L SA N TO T E M P L O M E T R O P O L IT A N O
DEL
SALVADOR
£>£
ZARAGOZA
P R E D IC Ó
E L P , CA M IL O D E
SAN TA TH E RESA
Retor del Colegio de las E scuelas Pía s
de dicha Ciudad:
Y DA
A LUZ
E L IL U S T R IS ÍM O C A B IL D O
D E L A SA N T A IG L E S IA M E T B O P O L IT A N Ju
CON' P E R M I S O :
E N L A O F IC IN A D E M A R IA N O H IE D E S
IM P K E S O Il D E D IC H O IL U S T R ÍS IM O
C A B IL D O .
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P a ter appellavit eum Benjam in , id est j filia s
dextrae. Su P a dre lo llamó Benjam in , que
quiere decir , hijo de la diestra. Palabras del
Genesis al cap. 3 5 . v. i8.
e8 esto Dios mió! ¿Qué nuevo cúmulo
dé circunstancias
plausibles
veo reunidas e|i
este Tem plo? ¿Qué es lo que os lia congregado
en tanto número y y con tanta alegría de es­
p ír itu , Ciudadanos? ¿Este dia desde los tiem r
-pos mas remotos ha sido mas que un dia co­
mún (a ), y que nada de singular ha tenido eo
vuestro Calendario? ¿Pensáis acaso por alguna
.equivocación inocente celebrar en él la solem­
nidad de V a le r o , de V ice n te , ó de otro de
aquellos heroes de prim er orden , que en los
(a )
L a Fiesta de Santo Dominguito se cetebraba el
de Agosto. E ste año p o r justos
.jnotivos se ha anticipado a l z f .
siglos prim liivos estendieron hasta lo
infinito
el catálogo de vuestros M ártires? Asi era pre­
ciso que discurriese qualquier Zaragozano, que
iguorante del nuevo beneficio, que habéis re­
cibido del Cielo , llegase repeminamente á es­
te congreso. ¿ Pero qual sería su pasmo y la
alegría de su corazon , quando enterado de to­
do lo acaecido , comprehendiese
la grandeza
d el nuevo obgeto que os reúne y los podero­
sos motivos de tan justa como alegre y reli­
giosa demostración? ¿Cómo era posible, que dexasen de enternecerse sus o jo s, de inflamarse
su espíritu , y
desatarse su lengua en cánti­
cos de alabanzas, y acciones de gracias al T o ­
do-poderoso? Bendito sea D io s , exclamaría sin
duda: alguna;,- y- benditas las entrañas de su
misericordia infinita:: y bendito el cariño ma­
ternal- de la Reyna- de los Cíelos para con el
pueblo Zaragozano. E sto , esto era cabalmente
por lo que suspiraron nuestros Mayores : esto
lo que desearon con ansia , y no pudieron lo­
grar tantas almas justas, tantos varones pia­
dosos á pesar de las humildes y fervorosas ora-
T
Clones , con que lo pidieron al Señor. Biena­
venturados los ojos 5 que ven lo que
vosotros
veis ; y los oídos que oyen lo que oís.
Es asi. Y
por tanto M etropoli Ilustrísiina,
largando en el exceso de tu alegría las velas
de tu d evo cio n , entona las palabras de Da­
v id (a). Audivit Domimis > et misertiis est mct:
Oyó por fin el Señor mis deseos , y tuvo com­
pasión de mi. Y
volviendo en seguida tu dis­
curso acia este R ey celestial : Convertisti , le
dirás (b ) p lan ctum meum in gaiidium mifd,
et
circum dedisti
me laetitia : T u , ó Señor,
has convertido en gozo mis gem idos, y me has
inundado de alegría. Ut cantei tibi gloria mea,
et non compungar : Dom ine D eus meus j in
ueternum
conjitehor tibi. Haciendo
que este
nuevo beneficio que acabas de concederme; es­
ta gloria que de él me resulta ; esta felici­
dad , en que por él me has colocado , sirva
á inflamar de nuevo en tu amor los corazo-
fo )
(6)
Ps.
V. 1%.
Ib, V. i s , 14.
pes Zaragozanos, y excitarlos á cantar tus ala­
banzas por los siglos de los siglos. Tales soa
los sentimientos , de que todos debemos, pe-r
netrarnos íntimamente en este dia , Ciudada­
nos. Porque Dom ingo de Val (el divino D o 4
minguit.o » por acomodarme á vuestro estilo fa­
m iliar) uno de los mas brillantes Astros
de
esta M etropoli , de los mas distiiiguidos ador­
nos de esta C iu d a d ; pequeño en la estatur<^
y en los años , pero máximo , heroico , incom->
parabJe en los méritos y virtudes 4 dignísimo
de ocupar los primeros ordenes sobre la tierra
en la devocion de los fieles , asi como los ocu­
pa en el Empíreo en el amor de los Espírii£us celestiales ; y capaz por sí solo de elevar to*
davía á mas alto punto (cosa que quasi pa­
recía ya im posible) la gloria de su P atria, ar­
rebatando en pos de sí los corazones del mun­
do e n te ro ; yacía en cierto
modo desconoci­
do , y (digám oslo a sí) sepultado en el corto
recinto de esa (a) Capilla : y este mismo re-
(a )
Llam óse en otro tiempo deL^ Espíritu
sucitando (seam e licito este modo de hablar)
resucitando hoy á la luz del m u n d o , toma tan
rápid o Y u elo , que en b re v e , si vosotros sa­
béis corresponder á sus favores , y á vuestras
obligaciones , ha de llenar con la gloria de su
N om bre y benéficas influencias todos los án­
gulos del Universo.
Porque es verdad , que desde el
tiempo
mismo de su M artyrio comenzó á darsele cul­
to religio so ; erigiendose al momento en su ho­
nor esa insigne Cofradía ( a ) , mucho mas digna
de los mayores elogios por su zelo en conser­
varlo , que por toda la nobleza de sus Indivi­
duos , y por contar entre sus primeros Her-^
manos al mas glorioso de nuestros Reyes A ra­
goneses Don Jayme el Conquistador : pero era
un culto limitado , ceñido , estrechado á cier­
to sitio , á ciertos actos , á ciertas adoraciojies. Es v e rd a d , que todos los años al convi-
Sftntó y
ella se
. (a )
nidada
y hoy dia de Santo Dominguito : en
veneran sus Reliquias.
Jsistia en Cuerpo d la fu n ción con-p o r el Ilustrisimo Cabildo. ■
dar para su Fiesta Io3 Infantillos de esta Me­
trópoli 5 como mas inraediatamente interesados
en la gloria de tan divino Com pañero, publi­
caban por escrito (a) sus alabanzas : pero to­
davía no era lícito celebrarlas del modo mas
solemne , y desde la Cáthedra del Espíritu San­
to en
los religiosos congresos de su pueblo.
Es verdad , que la Reyna de las Ciudades Ame­
ricanas , la opulenta M é xico , ya desde los prin­
cipios del siglo precedente veneraba una ima­
gen suya en el Coro de aquella M etrópoli (b),
cuyos Infantinos la adornaban con luces y gu ir­
naldas olorosas en el dia de su fiesta, y te­
nían dedicado á Dios en honra de este mis­
mo ínclito M ártir el Oratorio de las Casas de
su habitación : es verdad , que no ha muchos
a ñ o s, que Don M iguel Estevan de V a l , qui­
zás oriundo de Zaragoza y de la antiquísima
familia de los V a le s , logró introducir su cul-
(<7 ) Con algunas Poesías impresas > llam'i*
das V illa n cico s, cjue se cantaban en su Fiesta.
[b)
Actas de los Bolandos en el día 31
de .Agosto.
to en Sevilla , erigiendole estatua pública , y
celebrandole fiesta
solemnísima , sin perdonar
expensas ni trabajos por promover su devocion:
pero aquello primero ¿á qi.ìan estreclios límites
se hallaba
reducido? Y
esto últim o
quantas
d ificultad es, -quantos -obstáculos no experimen­
tó? La prudente economía de la Ig le sia , y sus
«abias providencias para im pedir que «e intro­
duzca el m enor abuso en ios obgetos de nues­
tro culto , hacían indispensable este rigor. Q uan­
do he aqui en un momento allanadas todas las
dificultades ; rotos los diques ; disipada la con­
tradicción. L a misma Iglesia arrancando los lí­
mites que habia p u e s to , nos exorta á la ex­
tension (a) de su c u lto , y dá nuevo impulso
al fervor de «us devotos. Y a quiere que resue­
nen los Tem plos de esta Ciudad Augusta con
sus alabanzas ; que se santifiquen las lenguas de
sus Eclesiásticos con el rezo de su Oficio ; que
humeen los Altares con los sacrificios ofrecidos
(a )
D ecrelo de la Sagrada Congregación
de g i de Jgosto de i8oó.
á Dios en su N om bre ; y que se publique en
los Pulpito? el heroísmo de
inflamar mas y
sus virtudes para
mas en su imitación y amor
los pechos de sus Ciudadanos.
Pues bendito sea Dios ^ (dexadm e exclamar
también á mi en alta v o z , y aun exclamad to­
dos conm igo) bendito sea D io s ; y benditas las
entrañas de su misericordia infinita ; y bendi­
to el cariño maternal de la Reyna de los Cie­
los para con el Pueblo Zaragozano ; por el que
se nos concede ver un dia tan alegre , oír nue­
vas tan venturosas , y desfrutar un suceso tan
deseado y tan amable. Pero pues os considero
ya á todos pendientes de mi voz , y que es­
peráis con ansia el elogio de este vuestro H ero e , tan antiguo por una, y tan nuevo por otra
p a r t e p r e s t a d m e atención , mientras os lo pro­
pongo baxo n n aspecto que me ha parecido el
mas adequado á su carácter , el mas conforme
á vuestras ideas , y mas propio para explicar
el cúmulo inmenso de sus méritos. T al es el
de Benjamin del Padre celestial habido en su
amada Raquel la Iglesia de Zaragoza. Para de-
scm peñarlo dignamente necesito auxilios y fuerras superiores , que vosotros me ayudareis á
conseguir por medio de la Santísima V irgen,
rezaudola con devocion una
A V E
M A ]a .X A .
P a tér appellam i eum Benjam in 3 id e s t jjíliu s
dextrae. Su P a d re lo llam ó B e n ja m in , que
quiere decir , hijo de la diestra. Palabras del
Genesis al cap. 3 5 . v. 18.
glesia santa , Cabildo y Ayuntam iento Ilusfrísimos , Confraternidad antiquísima y piado­
sísima , Pueblo Zaragozano , si la presencia del
Heroe J-: cuyas glorias se celebran , es la cir­
cunstancia mas propia para entusiasmar el es­
p íritu del: Orador , que pronuncia su panegí­
rico 5 é inflamar á quantos lo escuchan en su
amor y en el.deseo de im itar sus. virtudes; di*
choso yo , que la logro : dichosos vosotros qUe
la desfrutáis. P o rq u e Domingo de V a l , ese obgeto.'ditlcísim o dé nuestras adoraciones j esa azu­
cena candidísima de la inocencia y de la v ir ­
ginidad , rosa fragrantísima de la caridad y del
M artirio 5 gloria de la Iglesia m ilitan te, deli­
cias dé la triunfante ; parece que no solo des­
de el Cielo , en donde reyna ya coronado de
estrellas entre los Coros de los Serafines-su al-
ma purísima i sino que también desde esa Ca­
pilla , en que yace su tierno C u c rp e c ito , y
principalm ente desde ese altar , en que vene­
ramos su Cabeza (a) sagrada ; preside corpo­
ralmente á este Congreso , concurre á este sa­
c rific io , bendice á este su Pueblo , y escucha’
mis palabras para convertirlas en mayor glo­
ria de Dios y provecho nuestro , convidando-nos á la imitación de sus virtudes
inflaman--
donos con su. exemplo en el a m o f‘ de laá c o -'
saa celestiales. Pero pues tu conoces muy bien,
Serafín hümanadó , la
desproporcioti inmensa’
de mis fuerzas, incapaces de elogiar dignamén*'
te tus prendas singulares y méritos
divinos;
dígnate de suplir mi c o rted a d , imprimiendo
vigo r á mis palabras , para que á pesar de labaxeza de mis ideas y expresiones , surtan et
deseado efecto en los corazones de estos mis
oyentes- y Coociudad^nos tuyos;
{a) Colocada en una Urna de p la ta se dá
d adorar al Pueblo , y se hallaba, entonces
sobre e l A ltar Mayor.i ■
Con esta confianza voy á presentarosló des­
de luego , como el Benjamín del Padre
lestial
habido en su amada
ce­
R aquel la Igle­
sia de Zaragoza. Para demostrar la solidez de
éste mi pensam iento, ¿me valdré yo ahora de
la congruencia de haber nacido despues de tan­
tos otros y tan ilustres Hermanos ? Haré uso de
las
ideas , que
el Nom bre solo de Benjamin
presenta de un golpe á los ojos del esp íritu ,
de la m in o rid ad , de la te rn u ra , y del cari-*
ñ o ; ideas que en nuestro Dom inguito pare­
cen características é inseparables ? H e ! Son mu­
cho mas profundos y sólidos mis fundamento#
como apoyados
sobre la
piedra firmísima
do
las sagradas Letras. Según estas, Benjamín quie*
re d ecir , Hijo de la d ie stra : P a ter appella^
vit eum B en ja m in , id e s t , filia s dextrae. ¿ E
Hijo de la d ie stra , qué es sino Hijo del amor
y del poder de su Padre? ¿Hay cosa mas evi­
dente en Jas E scritu ras, que explicarse con el
nombre de diestra estos dos soberanos atribu­
tos? ¿Qué quiso darnos á entender el sapientísi­
mo
Salomon al sentar á
su madre
Betsabee
sobre un trono á su d erecha, shio que la pro­
fesaba un amor intensísimo ^ y que la
conce­
dia un poder inmenso ? (a) Y al describírsenos
en el Salmo 44 (b ) bajo el velo de los desposo­
rios de unos Reyes terrenos el d ivino epitalam io
de los Reyes celestiales, ¿de qué otra frase se
valió el Profeta para explicar el exceso de es­
te amor y este poder , con que el Rey Soberano
condecoraba á su Esposa 9 sino de la de : Astitit R egina á
dextris tuis
sentóse Ja Reyna
á tu diestra? E n fin el mismo Eterno Padre
para darnos la idea mas sublime del amor in ­
finito, c o n q u e ama á su V e rb o , y del poder
absoluto, que le comunica con su esencia; pa'
rece que no supo encontrar otros términos mas
expresivos que el decir : Sede a dextvis tueis: (c)
siéntate á mi diestra. Con que es indudable que
Hijo de la diestra es ser Hijo del amor y dei
poder de su Padre: y si yo logro demostra­
do)
[b)
(c)
i- Reg. c. 2 .
V. 9.
Ps. 109. V . I r
V.
2^.
ros, que Domingo fué por excelencia y con
la mayor propiedad Hijo dél amor y del poder d iv in o ; quedará también
demostrada mi
proposicion de haber sido el verdadero Ben­
jamín del Padi*e celestial habido en su amada
Raquel la Iglesia de Zaragoza. Considerémos­
lo
pues ya succesivamente bajo estos dos as­
pectos: Domingo de V al Hijo del am or; D o­
mingo de V al Hijo del poder divino ; que se­
rán las dos partes de mi discurso.
Hijo por eífcelencia del amor d iv in o : por
su niñez y por su inocencia: dos razones (d e ­
ja n d o o,tras m il) á q u a l mas poderosa y mas
convincente. .Que en el año i a 43 lo vió naper esta Ciudad de una
y
Familia antiquísima)
qpe ,ocup^ Jugar m uy distinguido en núes«
tras ^Historias,: que nació con señales prodigio­
sísimas., ;es :á psaber , .sellado con una C ruz so^
br.e la .espalda derecha j y Corona sobre su
cabeza , prendas indu/dables, aquella del amor,
ésta otra del poder d iv in o : que
fueron
sus
Padres Sancho de V a l , conocido por su cali­
dad de N otario del N úm ero, y Secretario de
este Ilustrisimo Cabildo , é Isa b e l, sin duela d«
igual nobleza, pero de incierto apellido: que
á impulsos de su devocion fervorosísim a, ape­
nas lo permitió
su e d a d , lo consagraron co­
mo á otro Sam uel, al culto del Aldslm o en­
tre los Seises , ó Infantillos de este Templo:
que pasaba los dias enteros el niño Domin­
go embelesado en el servicio de Jos A ltares,
y en cantar Jas
alabanzas de Dios
y de su
Madre : que no contento con e sto , como no
sabiendo ni queriendo ocuparse en otra cosa,
Jas acostumbraba
cantar
aun
por las calles,
hasta que en odio de su virtud , y del d ivi­
no A u to r, que se la inspiraba , en la tierna
edad de siete años lo crucificaron los ludios;
8on quasi las únicas noticias que nos han que­
dado
de su
vida. Pocas á la verdad , pero
autenticas, pero irrefragables; no conservadas
como quiera por
alguna tradición v u lg a r , ó
Escritores adocenados y muy posteriores á los
sucesos; sino por códices (a) antiquísimos, por
3
(o )
Cartuaríos del Archivo Metropolitano:
X V III
Autores (a) ya propios , ya (b ) estraños, gra­
vísim os, sapientísimos; y
sobre tocio por las
Actas de su M a rty rio , obra coetanea , escri­
ta (según todas Jas senas) por eJ grande A r­
naldo de Peralta (c) dignísimo Prelado de es­
ta Santa Iglesia , que atestigua en ella lo mis­
mo que vieron
sus o jo s, lo que oyeron sus
oidos, lo que tocaron sus manos : y cuyo tes­
timonio solo liaría por consiguiente, según las
reglas de la mas sana crític a , indudable toda
6u narración. Pocas noticias, vuelvo á d e c ir, pe­
ro
enfáticas,
misteriosas , sobradísimas
para
Porque fué N iño , y muy N iñ o , y
siem­
mi intento*
pre N iñ o : y al mismo tiempo Santo, y muy
S an to , y siempre Santo ; ¿cómo podia dexar de
ser
el
objeto mas tierno
de
los cariños de
Ordinaciones y Escrituras de la Cofradía:
Inscripciones 6 -c.
(fií) Andres ^ historia de Santo Domingo
de V a l : Dormer y D isertación sobre su M ar­
ty rio : B lan ca s: Espés: B lasco de Lanuza &c.
( 6 ) B zovio : M athenesio: Bolandos &c.
(c ) Andres en la citada historia cap. 8.
D ios? La N iñez sola arrebata todo su corazon;
¿qué será quando se juntan á sus atractivos la
inocencia mas pura , la santidad mas eminente?
N i necesitamos ahora de buscar congruencias:
el mismo Verbo encarnado nos hará patente
esta verdad. D ecid m e, Dios ralo , ¿c¡ué edad,
qué
estado ,
qué condicion de las
humana«
arrebataba quando vivíais sobre la tie r r a , con
decidida preferencia vuestro divino corazon, y
excitaba
en
él mayores y mas
cariñosos in­
cendios de amor ? Los N iñ o s, los N iñ o s, los
Niños , me parece que le oigo responder ane­
gado de ternura primera , y segun d a, y ter­
cera vez. En efecto ¿quereis verío irritado (^cosa rarísima en é l j contra sus mismos Apos­
teles?
Que se
guarden
estos
de impedir á
los N iñ o s , quantas veces quieran , llegarse á
su presencia; porque infaliblemente otras tan­
tas se irritara. Indigne tulit ^ dice San Mar­
cos. fa ) Y en tono de ind ignación; Sinite párvu­
los 3 les dirá , venire ad m e , et né prohí­
ba)
Cap. 10. V. 14.
bueritis
eos^. Sabedlo
para siempre. Dejad á
los Niños entera libertad para IJegarse á mí,
y jamás
se lo impidáis ; ésta es mi voluntad
eterna é
irrevocable. Y o quiero que se me
acerquen , q u e oigan mi voz. Gusto de ver­
los , y que me vean ; de bendecirlos , de po­
n er mis manos sobre sus cabezas, y aun apre­
tarlos dulcísiraamente entre mis brazos pater­
nales. F t complexans eos , et imponens ma-^
mis super illa s, beneáicebat eos (a)'. Id ahora;
escudriñad los Evangelios: mostradme, si podéis,
otra e d a d , que le haya merecido estas de­
mostraciones
de ternura , estos
dulces é inestimables. Y
abrazos tan
si tales eran á sus
ojos todos los Niños ; si tanta brecha abrian
en su corazón ; vos solo podréis exp licar,, Dios
mió 5, la ternura in efa b le , con que os arreba­
taría
éste nuevo y mejor Benjamin , siempre
N iño ,, siempre i»ocentísim o, é indeciblemen­
te Santo.
Porque á la verdad ¿si quisiéramos figu-
(q)
íbid. V. 16..
xxr
ram o s, que
el candor virginal ,
la sencillez
de co razo n , la hum ildad, la m odestia, la man­
sedumbre , la limpieza de cuerpo , la pure­
za
de espíritu , y todas
las demás virtudes
que forman una inocencia GonsurBada, desam­
parados los Cielos 5 venian á habitar sobre la
tie rra ; no me d iré is, ¿qué otra fig u ra , qué
otro c u e rp o , qué otra
alma pudieran haber
elegido mas á «u gusto que la de este Se-rafin en carne ? ¿Qué ojos pudieran desear ma#
modestos ? ¿Qué oidos mas castos? ¿Qué manos
mas limpias? ¿Qué carne mas angelical? ¿Qué
alma mas pura ? ¿Puede darse mayor inocen­
cia , que la que reconcentra en sí excelentísimamente
todo lo
bueno; y
excluye de sí
perfectísimamente todo lo malo? ¿Puede haber
m ayor inocencia que la de a q u e l q u e no so-*
lo no. siente los estím ulos, sino que ignora has­
ta el nombre , hasta la existencia del peca­
do? Pues esta es la inocencia de nuestro Domin­
go : inocencia
podemos d e c ir , superior á la
humana , propia solo de los Espíritus celes­
tiales. N i me digáis que en las batallas con­
tra el vicio se aumenta el m é rito , se per­
fecciona la
virtud. L o
sé m uy
b ie n : os lo
concedo. Este es el curso ordinario de la gra­
cia en
para
la santificación de
la gloria. Pero
ios
Predestinados
guardaos de sacar por
conseqüeucia, que esta virtud es siempre la
mas excelen te, la mas herm osa, la mas ama­
ble. Porque os pondré por delante el exemplo de
nuestros primeros Padres
raíso ; y sobre
todo el de la
en el Pa­
Reyna de los
Cielos 5 siempre libre de las batallas de la con­
cupiscencia 5 é indeciblemente superior en vir­
tud , amabilidad y hermosura á todos los hom­
bres y los A n g e le s; y quedareis confundidos,
y habréis de enmudecer.
Las tentaciones, dice
mi Angélico
Maes­
tr o , dáii ocasion á los Justos para santificar­
se mas y
mas : pero no son e lla s , sino la
abundancia de la gracia la que obra esta san­
tificación.
quiera
¿Y
quién será el temerario , que
precisar á Dios á conceder la abun­
dancia de sus gracias por e ste , ó por aquel
m edio? Esto es hablando de las tentaciones en
X X III
g e n e ra l: porque si nos limitamos á las de la
carne , son de tan infame ralea ; es tan di­
fícil que sucedan sin tiznar algún tanto; que
parece , que sin temor puede tenerse por mas
privilegiado é inocente el que menos las ex­
perimenta 5 no dudando decir el grande Agus­
tino, (a) q u e : JVbn nullum est p ecca tu m , quan^
do caro concupiscit adversas spíritum : c[uando la carne se rebela contra el e sp íritu , siem­
pre
hay algún
resabio
de pecado. F t
ideo
Chrístus tentari volait ab hoste, sed non á
carne i concluye mi Angélico Maestro (b): y por
eso Jesu-Christo permitió ser tentado por el
D em on io, pero no quiso perm itir ser tenta­
do por la carne. Ahora bien. Y o no me atre­
veré á deciros , que Dom inguito estubo ab­
solutamente libre de todo combate de la con­
cupiscencia : no os aseguraré, que jamás ex­
perimentó el
menor
movimiento de ira > de
so berbia, ti otra pasión semejante: pero
(ít)
Zib. ip . B e Civ. D e l cap. 4.
(^ )
3 ' P - ?• 4 ^ *
3-
to -
X X IV
das ías circunstancias de su nacimiento , de
su vida 5 de su muerte me autorizan para ase­
guraros ,
que entre quantos
han llegado al
uso de la ra z ó n , es uno de los Predestina­
dos de prim er o rd e n , de los mas privilegia­
dos por la plenitud de la gracia santificante:
dignísimo por
te
con
tanto de
sus labios
entonar eternamen­
virginales é
las alabanzas del Cordero en
la
inmaculado«
Sion celes­
tial 5 al frente de aquellos escuadrones ino­
centísimos 5 que le siguen á do quiera que v£
Y
á vista de esto ¿podrá ya dudarse de que
es por excelencia el Hijo de la d ie stra , es­
to es , del amor divino : y el verdadero y
mejor Benjamín del Padre celestial habido ea
su amada Raquel la Iglesia de Zaragoza?
¿Q ué os parece? ¿Con esto mismo no queda­
ba también abundantemente ^emosti'ado haber
sido igualmente el Hijo de su Poder? ¿Todas
estas maravillas no llevan consigo el caracter
mas expresivo de la Omnipotencia? Sin embar­
go , vedlo todavía mas claro
en
su M artirio
prodigiosísíoio. O sea que el Cielo ( perm ita-
XXV
seme hablar asi) se hallaba ím pacientepor abra­
zar quanto antes entre sus Coros á este me­
jor Benjamin ; ó que la tierra era indigna de
poseerlo por mas tiempo ; ó que la rabia del
infierno no podia ya sufrir tanta virtud : todo
■e conjura en un momento para sacar del mun­
do á Dominguito, E l amor
del Padre celes­
tial empeña todo su poder infinito para hacer
de este tierno N iño una imágen suya perfectísima , fortaleciéndolo de tal manera con su
gracia 5 que aquellos miembros de leche, ápe^
sar de su delicadeza , sufriesen con ánimo in­
vencible toda la amargura del cáliz de su Pa•ion. Y a los succesores de aquellos que cru­
cificaron á Jesu-C hristo, y que abundaban de­
masiado en Zaragoza por entonces, se arman
para su ruina. Y a celebran sus nocturnos con­
ciliábulos en su J u d eria , es d e c ir, en Jos bar­
rios destinados para su habitación » que ocu­
paban esa parte de C iu d a d , en que aJ pre­
sente se hallan los Seminarios Conciliar y de
San C a rlo s, Graneros deJ Público y sus imediaciones. Y a se resuelve, que qualquiera que
4
XXVI
presente- un N iño Christiano para crucificar­
lo en odio de Jesu-C hristo,
qaede libre de
pechas y tributos.
jPobre D óm inguito! T ú vives tranquilo: tú
descansas en el seno de tu inocencia , igno­
rante de la tempestad 5 que se forma sobre tu ca­
beza , y de que esa misma inocencia- te hace
el blanco de las iras infernales. Solo falta un
nuevo Judas que
te venda : pero no faltará
mucho tiempo. Ya-
se
presenta. jA y ! ja y de
t í ! A un tu Padre celestial parece que te aban­
dona ya en manos dé tus enemigos. jA y' Que
me parece que oigo ya resonar en mis oidos
su misma v o z , y que les repite aquellas pa­
labras: H aec est hora vestraj et potestas Zenebrarum. (a) Y o os lo permito : haced de él
quanto queráis:' azotad , d escoyuntad, cruci­
ficad;, alancead:, bebed; su sangre ; saciad en
él vuestra cólera : que yo también por estos
mismos medios á despecho vuestro saciaré mi
a m o r, y gibriíjcaré en él hasta lo sumo mi
[a )
L uc.
V.
á j.
X X V II
poder infinito. Con que ya está todo preveni­
do para el sacrificio. Calle d e VüJalobos, tú
eres la destinada , ¿d iré , para renovar Ja pa­
sión de Jesu-C bristo, 6 para representar otra
mas cruel? Pero sigamos uno por uno los ú l­
timos
pasos de Dominguito. Después
de ha­
b er cantado , qual divino Cisne próximo á su
m u e rte , las alabanzas de su M a d re , asistien:-.
do al anochecer á la Salve en este Sto. Tem­
plo ; se retiraba prosiguiendo en ellas acia su
casa paterna, que según se discurre (a ), es­
taba en la Calle de la Cadena , no lejos del
Arco de Lanao. Quando he aqui que de re­
pente
lo asalta el
Judio
Albayuceto ,
que
acechaba el lance: lo prende: lo ata: lo pre­
senta
á la Asamblea de su pérfida
Nación.
Vierais allí reunida la quinta esencia del odio
de A n á s, y de C a yfás, y de H erodes, y de
los Escribas y Fariseos j y de
recieron á Christo 5 en
aquellos
quantos abor­
sus
infames
herederos , roas obstinados en Ja pasión, mas
(a )
Andrés cap. J.
X X Y III
énvegecidós en la eruelclad.
A l panto
se le
sentencia á muerte cruelísima : al punto se co­
mienza la horrible execucion. Pero y a siento
entorpecerse mi le n g u a ; tnrbarse mi imagina­
ción ; comoTei'se mis entrañas ; enternecerse
mis ojos ; y
la
lejana
desfallecer
representación
inhumano , y
mi espíritu , á
de espectáculo
sola
tan
tan extraordinariamente cruel.
N iñ o amabilísimo , ó dame otro corazon me­
nos sensible para proseguir la historia de tu
M artyrio ; ó corrobora con tu
fortaleza in­
vencible este mismo corazon.
Figuraos un tierno
corderillo ,
separado
del pastor , y del rebaño , envestido de una
tropa d e lobos carniceros ; y habréis forma­
do la idea de I>ominguito en medio de aque­
llos verdugos sanguinarios. Todos parece que
quieren devorarlo á
porfía-. jQué turbión tan
desecho de injurias , de maldiciones , de pu­
ñ ad as, de empellones 5 de puntapiés, de gol­
pes 5 de bofetadas, de azo tes, veo descargar
tum ultuariam ente sobre su tierno cu e rp ecito !
N o consta, es v e rd a d , de sus Actas ; pero lo
X X IX
refieren Autores (a) gra ves, y las circunstan­
cias conspiran todas á hacerlo muy verosimii.
Lo
que
consta con evidencia es , que bar­
renando la pared , para que sirviese de Cruz,
lo íixaron en ella , taladrando sus manos de­
licadas
allí
y
pies
pendiente
inocentísimos ,
de
tres
y
dexandolo
clavos. ^Qué m arty­
rio! iQué tormentos tan superiores á su edad!
£t
qui non hahuit ,
quo ferrum
reciperet,
habuit 3 quo ferrum vincerei. Antes de tener
por decirlo a s i , miembros proporcionados pa­
ra sufrir 5 los tubo para triunfar. Entretanto
m iradlo levantar al Cielo sus ojuelos purísi­
mos ; sus ojuelos y su corazon inflamado
en
el amor d iv in o , y penetrar con esto de ter­
nura las entrañas del Padre Soberano. A su
voz se desprenden millones de Serafines pa­
ra acompañar el alma der su H ijito , que á
impulsos de una lanza sacrilega, que atravie-'
sa su costado derecho , vuela á las regiones
inmortales. Todo el Empireo se alboroza con
(a )
D o rm er, Andrés
XXX
su lle g a d a : unos aplauden su victoria : otros
le visten la rozagante estola debida á su ino­
cencia : otros presentan
palmas y
laureles á
su m a rtyrio : otros ciííen sus sienes con azu­
cenas fragrantísimas
y
jazmines candidísimos.
L a Reyna lo acaricia : el Rey mismo arreba­
ta entre sus brazos á este su amado Benja­
min 5 á este Hijo de su diestra , de su amor,
y de su poder ; y : T ú serás , le dice , mis
delicias, y yo las tayas eternamente. Zarago­
za , tú has dado seguramente al Cielo muchos
dias gloriosísim os; pero jamás consentiré, que
dexes de contar éste entre los mas gloriosos.
Y
5 si el tiempo no me apremiase demasia­
do ; si no temiese abusar de vuestra pacien­
cia ; ¿4ué no os pudiera yo decir de la glo­
ria de sus Reliquias? En vano para ocultar sa
maldad , truncan los Judios las manos y ca­
beza , y arrojandolas en un pozo (p ozo que
existe todavía ( a ) , y cuyas aguas son la mas
[a ) E n la Casa que actualm ente sirve de
Oficina y depòsito de Utensilios.
XXXI
saludable piscina para sus devotos) entierran
furtivam ente
l o . restante
en esas riberas del
Ebro. Celestiales resplandores descubren uno y
o tr o : descubierto,5 se deposita en San G i l, á
donde concurren para trasladarlo á esta Ma­
triz en Procesion solemnísima Clero y Pueblo;
que quedan fuera de sí , al ver fa ) que tan­
tos dias despues de martirizado , y descuarti­
zado se levanta y sale el d iv in a N iño por sí
mismo á recibir á su Prelado. Conmuévese la
Ciudad entera con tamañas maravillas : A lb ayuceto convertido por ellas á nuestra Fé se ha­
ce Panegirista de quien habia sido tirano : co­
mienza el culto jamás interrum pido ; y se eri­
g e esa Cofradía nobilísima ^ que tanto ha con­
tribuido á conservarlo. Es así : y que para no
haber hecho mas teneis alguna escusa, Igle­
sia y Ciudad Augustas,-en la abundancia mis­
ma de vuestros heroes. Sin embargo , no acier­
to á escusar del todo esa especie de frialdad,
con que hasta aqui han mirado muchos las co*
(a )
Actas de su Martyrio.
X X X II
cas d é este Benjam in , tan digno d e levan tar
la cabeza entre todos ios Coicos d e lós -Iódeen*^
tes y de los M ártires. G racias
al
C ie ló , que'
nos dexa v e r este dia , e n q u e tom andb rínievo aspecto sus negocios , nos dá esperanzas fir­
mísimas d e su mas cum plida ■
gloriátíácldñ. Sus*
beneficios serán sin duda á m edida d el íérv<>r''
de sus devotos. H able p o r m i en este p unto
el corazon , Ja-;lengua:' y la plum a del mas a r-’
d ien te de todos ellos D on M igu el Estevan de
V al. E xisten en ese A rc h iv o inum erables C ar­
tas suyas , q u e rebosan devocion al Santo N i­
ño , y
agradecim iento á ■los
res recibidos d e
inefables
favo­
su mano. H e visto con es­
tos • oj0s •las.» inform aciones ju rídicas hechas en
S e v illa j p or Jas qu e consta ^ q u e hallándose el
año de 17 9 6 oleada ya y desauciada su Esposai
p o r una pulm onía
q u e le sobrevino despue»
de un p arto , apenas se le aplicó una R eliq u ia
del Santo N iñ o , qu an do com enzó á m ejorar,
y en b re v e recob ró perfecta salud. C o n sta , qu e
en la terrib le
año
de
peste ,
qu e padeció S ev illa el
1800 , sin mas d ilig en cia q u e enco-
X X X III
menclarse tocios los clias fervorosamente á su
p a tro cin io , sirvió dicho D on M iguel por sí
mismo (pues no pudo hallar quien les asistic-$e) á nueve apestados de su Familia , que to­
dos cobraron salud , y él mismo se libró del
contagio. Pero sería nunca acabar. Probadlo y
k) vereis. Sedie de cada dia mas devotos ; pro­
curad imitar su inocencia ; amadlo tiernamente;
y será vuestro Protector , y el A ngel tutelar
de vuestros hijos , y vuestras delicias en esta
vida 5 y mucho mas cumplidamente en la glo­
ria.
Quam mihi 6 ’c.
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