BRASIL, UNA CONSTRUCCIÓN HISPÁNICA. El papel de

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I Simpósio Luso-Brasileiro de Cartografia Histórica
BRASIL, U
A CO
STRUCCIÓ
HISPÁ
ICA
El papel de la Unión de las Coronas en la definición de un
urbanismo original ibérico.
Antonio Hoyuela Jayo
Investigador del Instituto Universitario de Urbanística. Universidad de Valladolid
(www.uva.es/iuu).
RESUMEN
Durante la colonización de América, entre Castilla y Portugal, habrán de producirse influencias
mutuas en relación a la formación del estado brasileño. La verdadera escala del Tratado de
Tordesillas y la “deconstrucción” de sus límites; la aparición de trazados y plazas “a la
castelhana” en las ciudades filipinas y en los trazados iluministas posteriores; la creacción de
un cuerpo jurídico unificado para la organización de villas y ciudades; las interacciones de la
política urbana y territorial castellana con la portuguesa hasta las intervenciones pombalinas; la
unificación de las escuelas de fortificación bajo el plan general de defensa atlántica y la
influencia indirecta pero sistemática de Spanoqui y Antonelli (si no del mismísimo Juan de
Herrera); la influencia de las órdenes misioneras en la aplicación de los principios urbanísticos
y del principio de pose (“uti possidetis”) en el siglo XVIII, fundamentalmente en Bahía, en los
territorios Guaranís y en Amazonas; son algunos de los elementos que consideramos
esenciales para la justificación de la hipótesis inicial. Un fecundo periodo analizado, en la
mayoría de los casos, desde perspectivas no convergentes, una manifestación singular
iberoamericana, el territorio hispánico en el sentido “imperial romano” que inspiró a Felipe II.
Brasil se convierte con ello en un hito en la historia del urbanismo ibérico. A diferencia de los
territorios castellanos, planificados y geometrizados y de los portugueses, adaptados a la
topografía y el lugar, Brasil unifica, elabora o sintetiza un modo original, caboclo, rico e
interesante de hacer ciudades, una forma ibérica, la “hispanica urbis in brasiliam”, como se
demuestra en la paradigmatica planta de Nova Mazagão.
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1.- El Brasil colonial como territorio “hispánico”.
“... em todos os cuadrantes avançava a exploração das terras brasileiras.
Expedições ao interior dilatavam as áreas conhecidas, partindo dos diferentes
centros de irradiação já consolidados. Frentes povoadoras anexavam novas
regiões às zonas de colonização efetiva. Um fluxo imigratório, espontáneo ou
forçado, ininterrupto, adensava a população. Enfim, sedimentava-se o Brasil como
entidade geográfica, agora posta sob nova soberania. Rigidamente falando: Um
Brasil hispánico”
(pag. 330, “Bases da Formaçao Territorial do Brasil”Antonio Carlos Robert
Moraes, 2000. Capítulo dedicado al gobierno filipino 1580-1640)
Compitiendo con Europa por el acceso a las Indias, Portugal primero, Castilla después,
avanzaron en los métodos de navegar, en la ingeniería de la fortificación, en la racionalización
de las fundaciones de villas y ciudades, en la legislación que servirá para administralas, en la
creación de las primeras escuelas de ingenieros de fortificación. Avanzaron en un conjunto de
instrumentos, en definitiva, que darán como resultado una original forma de hacer ciudades .
La “urbs hispánica” tendrá manifestaciones por todo el mundo pero que se singularizará
especialmente en el territorio brasileño gracias a la convivencia de las dos potencias en un
territorio en disputa.
Fig. 1 . Brasil se constituye como referente de la América Latina con más de 180 millones de
habitantes. El proceso de litorización se convierte, pausadamente, en un proceso de interiorización
y conquista del “certão”. La población urbana supera ya el 70 % y las grandes metrópolis de más
de 1000000 de habitantes superan la decena. Datos IBGE, 2000 y elaboración propia.
Sobre la herencia del renacimiento urbano musulmán y de sus núcleos de carácter comercial
(medinas), Santarém, Lisboa, Setúbal, Évora, Alcácer do Sal, Mértola y Silves se construye en
Portugal el estado moderno en 1128. Se transforma así en la primera nación del conjunto
europeo. Esta organización política, administrativa y civil permitirá avanzar en el proceso de
urbanización y de estructuración de un estado capaz de abordar la tarea de expansión.
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España construirá los cimientos de su condición de nación moderna con la unión de Castilla y
Aragón bajo el reinado de los reyes católicos. El sistema de las comunidades de villa y tierra y
las cortes como órgano de representación de los magistrados de las villas y ciudades con sus
sistemas de foros y prevendas (instituídas desde Alfonso XI a partir de 1345) antecede a dicha
organización y consolida los cimientos para el desarrollo de un estado moderno. La
independencia de poderes que identifica las repúblicas portuguesas genera los conflictos de
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las comunidades en contra del absolutismo de Carlos V en Castilla y León.
En la aventura colonial, frente al deseo de colonización y ocupación efectiva del territorio que
inspira las acciones castellanas, las portuguesas se ven dirigidas por una política orientada al
comercio y explotación y respetuosa con las características locales, por la adaptación
topográfica frente a la rigurosidad del trazado castellano. La zona de mayor altura se corona
en las ciudades de origen portugués con los edificios fundamentales. La Universidad en
Coimbra, la fortaleza de São Jorge en Lisboa, la iglesia en Viseu demuestran que no hay una
función única pero sí una opción por significar la principal actividad de la ciudad, su identidad.
La disposición de las corrientes (marinas y de vientos), las calmas, las mareas y olas en el sur
de África van a dar un giro inesperado a la expansión territorial. El viento definiría de nuevo el
papel de los territorios insulares de ambas coronas y su importancia capital en el equilibrio
geoestratégico del siglo XVI. Azores, Canarias, Madiera y Cabo Verde serán las protagonistas
por su posición tanto en las rutas hacia el sur de África como en las rutas de Indias. Servirán
como urbis experimentales en la tarea de colonización y sus intervenciones serán
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paradigmáticas para la colonización castellana y portuguesa de América y para la traslacción
de los movimientos y tendencias técnicas, artísticas y culturales.
Fig. 2 . Planta de la ciudad de Funchal. En el centro se puede observar la presencia dominante del
espacio del recolhimiento da Misericordia y la regularidad de trazado ya anticipada en el Barrio
Alto de Lisboa.
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La ciudad de Angra do Heroismo regulariza su traza y prepara su estructura para una etapa
decisiva de su historia. El modelo será repetido en Rio de Janeiro y Salvador de Bahía. A partir
de las “ruas Direitas” o calles originales y fundamentales de la traza, con los extremos
normalmente finalizados en dos iglesias con rossios, largos o terreros (espacios normalmente
expontáneos y poco formalizados), y paralelas a la línea de costa o a la ribera, comienzan a
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implantarse edificaciones.
Mientras, en las tierras recien descubiertas, la idea que acompaña a Colón hasta
prácticamente su muerte en 1506, y en las primeras imágenes de Colón que servirán de base
al tratado de Tordesillas de 1494. En dichas conversaciones, mientras Castilla defiende sus
nuevos descubrimientos y una ruta directa por el Occidente, Portugal piensa en el paso por el
sur de África y la vuelta del mar. Las expediciones posteriores a Colón intentaron definir los
límites del descubrimiento y aclarar el radio de la tierra y la “longitud” de las tierras de Nueva
España. También buscaron pasos hacia el Pacífico y las deseadas tierras de la India. Entre
ellas las más destacadas, en el actual Brasil, fueron las de Diego Velez y Vicente Yañez
Pinzón. Dichas expediciones tuvieron lugar en los primeros meses de 1500. Juan de la Cosa,
será el encargado de trasladar a un mapamundi los nuevos descubrimientos a través de la
recopilación de las mediciones de los pilotos hecha por el cartógrafo de la casa real, don Juan
Rodriguez de Mendoza. El mapa mundi verá la luz en 1501.
Fig. 3 . Mapa de Juan de la Cosa con las expediciones de Diego de Lepe y Pinzón a la costa norte
de Brasil y con la separación de la isla llamada “Brazil”.
Definitivamente el Tratado, ratificado en 1506, “gira” la línea inicial, de Alcaçobas, entre las dos
potencias “verticalizando” la división del mundo en un meridiano a 370 leguas de las islas de
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Cabo Verde . Este gesto produce además una imprecisión notable y manifiesta. La situación
en latitud es reconocible y medible con los conocimientos de la época, la longitud no.
La definición de los límites de Brasil se encuentra, de esta manera, con serias dificultades,
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errores, y situaciones ambiguas que de partida dificultan su aplicación . Las primeras
capitanías respetan los límites estimados del Tratado pero durante el gobierno general, y
especialmente durante la época filipina dichos límites se relajan. La progresiva ampliación de
los límites portugueses en territorio castellano se produce en diversos frentes. En el estado de
Marañón la situación está descontrolada hasta los hechos que derivan en la fundación de São
Luis y en la creación de las misiones de capuchinos, franciscanos y carmelitas. Los jesuítas
estarán presentes en Bahía, en Sacramento, Santa Catarina, Ceará y otros territorios que
contribuirán a su vez, involuntariamente, a la ampliación de los límites, tanto como en los
territorios guaranís. Sólo en 1750 las demarcaciones de los territorios de Brasil aplicando
preferentemente el principio de “pose” (usucapião) a las técnicas científicas y rigurosas de la
cosmografía de la época resolverán la cuestión. Apoyandose, como principio básico, en
elementos físicos del territorio transformarán de la rígida raya de Tordesillas en frontera.
Durante la época colonial, la lógica de fundación “protourbana”
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obedecerá a razones
territoriales contundentes: búsqueda de aguadas tranquilas, fondeaderos para grandes flotas,
defensas naturales (de cara al mar y de acceso por tierra), posibilidad de embarcaderos,
atarazanas y pequeños puertos, zonas accesibles desde los centros productores de azúcar, la
presencia de indios pacíficos y la posibilidad de cultivos, bosques y ganados (todos ellos
necesarios para la implantación). Durante esta época, “de afirmación de pose y defensa de la
costa” en palabras de Paulo Santos, se ocuparán con “puntos frágiles y móviles; campamentos
casuales que estaban poco más allá de los poblados nómadas de los salvajes; paraderos sin
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vida cristiana, sin ninguna manifestación de vida social o política” . Prácticamente
desaparecidas se establecen feitorias en Cabo Frío (Vespuccio 1503); en la Bahía de
Guanabara (João Braga, en 1519 es citada por Fernão de Magalhães); en São Paulo, la
feitoria de João Ramalho, Antônio Rodrigues y del Bacharel de Cananeia (sin fecha concreta
de fundación); en el sur, feitoria del Porto dos Patos (Santa Catarina) de Enrique Montes y sus
compañeros de 1516; y en Pernambuco, Iguaraçu, de Cristovão Jacques, también de 1516.
Los espacios más adecuados fueron rápidamente explorados, recogidos en las crónicas y
datados. La bahía de Guanabara, el resguardo de Recife, la gran Bahía de Todos los Santos
(capaz de albergar según Martim Afonso hasta tres flotas completas), el sistema fluvial Santos
– Guarujá y la Bahía de São Vicente y el sistema salobre de Ilha Comprida eran conocidos en
el Estado de Brasil antes de 1530. En el Amazonas y en Maranhão así como la futura bahía de
São Luis también habían sido descubiertas por colonizadores principalmente castellanos
(Velez y Pinzón en 1500, Orellana en 1542, etc...). En medio de esta cascada de
descubrimientos, la fundación de São Vicente y Piratininga por Martim Afonso de Sousa
constituye un hito. Como villas iniciales cumplirán tanto la función de servir de puerto y
conexión con la colonia como la de servir de plataforma para la exploración y explotación de
los recursos del interior.
Más allá de estas fundaciones las principales ciudades de Brasil se construirán durante las
capitanías hereditarias. No proceden así de una intervención directa del poder real sino, más
bien al contrario, de la iniciativa individual de los donatarios siguiendo una estructura y
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tradición feudal . Sus trazados hunden sus raíces en la tradición vernácula portuguesa . Su
localización obedece a la opción y a la decisión de los donatarios de dichas capitanías, nunca
arbitraria, pero sí condicionada por el conocimiento en la época del territorio litoral.
El sistema de las capitanías, como reconoce Leite, contribuyó a mantener la separación del
territorio manifestada desde la conquista, un feudalismo colonial, sin nexo entre sí, teniendo el
único punto de unión en Lisboa, colonialismo centralista, islas protourbanas. En total fueron
catorce las capitanías que se donaron entre 1534 y 1536. Se dividió el litoral en franjas de 50 o
100 leguas. La donación se completaba con una franja de diez leguas de tierra hacia el
interior. São Jorge dos Ilheus y Porto Seguro en Bahía, Nazaré en Marañón (asentamiento
temporal de Aires da Cunha), Iguaraçú y Santa Cruz de Cabralia en Pernambuco, Olinda
también en Pernambuco, Penedo en Alagoas y Santos en São Paulo son las principales villas
fundadas durante la época de las capitanias de ellas hablará Anchieta al general de los
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jesuítas en 1585 .
Con la institución del gobierno general en 1549 se inicia definitivamente el trabajo de
unificación de las capitanías y de creación del Estado de Brasil. Durante el gobierno general se
toma como capital Salvador fortificándola y ampliándola según proyecto de Diogo Dias. La
primera capital será planificada a la medida de su escala territorial. También pertenecen a esta
época la fundación de Nossa Senhora de Vitoria en Espirito Santo, São Paulo de Piratininga y
Nossa Senhora da Concepção de Itanhaem en São Paulo. Las capitanías se redujeron a siete
al objeto de concentrar el poder.
Quizás por las razones que justifican su ubicación y los escasos ejemplos, los asentamientos
que perdurarán hasta la unión de las coronas coincidirán, no por azar, con algunas de las
localizaciones más importantes, desde la perspectiva marítima y portuaria. En ellas o su
entorno inmediato se localizan hoy en día los puertos de Tubarão, Itaqui, Santos, São
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Sebastião, Sepetiba, Paranagua, … los 20 puertos con mayor tráfico de Brasil .
A excepción hecha de los puertos de la Lagoa dos Patos (Rio Grande do Sul) y Amazonas, los
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puertos originales coloniales coinciden básicamente con las bahías de Guanabara, de todos
los Santos, de Vitoria, de San Luis, con el reconcabo pernambucano, y otros fondeaderos
(“ancoradouros”) estratégicamente seleccionados desde el origen de la colonización. De hecho
está situación “óptima” se corresponde con el desarrollo de estas ciudades y de sus puertos de
forma tan directa cuanto la “pésima” posición coincide con su declive o su bloqueo (caso de
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Itanhaem, Iguape o Cananeia ).
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2.- Desarrollo y deconstrucción del territorio de Tordesillas durante la Unión Ibérica.
La muerte de D. Sebastião, o más bien su desaparición, plantea durante el final de este
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periodo una oportunidad para que su tío, Felipe II , intente optar a la corona de Portugal y
consolidar de esta forma la Unión Ibérica. El lento proceso de resolución de los derechos a la
corona se resuelve con la presencia del Duque de Alba y del marqués de Santa Cruz en
Lisboa en 1580. Estos hechos precipitan la firma de los acuerdos de Tomar que deben aceptar
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la pervivencia de la nacionalidad portuguesa a costa del sometimiento de sus estados. Las
cesiones del rey en los acuerdos consisten en cumplir que la nominación de cargos para el
Consejo de Portugal será exclusivamente entre personas de esta tierra. Con ello la burguesía
y la nobleza portuguesas garantizaban el control de los asuntos portugueses así como la
oportunidad de una rápida reorganización del estado en torno a un nuevo monarca en un
futuro aún incierto.
En América los objetivos de Portugal durante la Unión de las Coronas consistieron en: parar el
contrabando entre Castilla y Portugal; intentar localizar las minas de oro y plata que
presumiblemente existían también en Brasil; incrementar la plantación y producción de azúcar
y el control de las rutas del Amazonas y de la Plata para el acceso a las minas de Potosí y de
Perú. No todos estos objetivos serán compartidos por Castilla. Los territorios por otro lado
mantienen situaciones bien diferenciadas: la abolición de la exclavitud indígena en las tierras
españolas en 1542 y su mantenimiento en los territorios portugueses (gracias a la duplicidad
de la administración filipina y de sus leyes), las restricciones al libre comercio, la prohibición a
los extranjeros para residir en la colonia y el cierre de los puertos. En el centro de la economía
colonial se encontraba la producción del azucar (90 % de las exportaciones dependían del
azúcar 50 veces más rentable que el pau – brasil). El “siglo del azúcar” cubre según múltiples
autores el periodo filipino (1570 – 1670 según Charles Broxer).
Fig. 4 . Crecimiento urbano en Brasil. Observerse el proceso de expansión del litoral al interior.
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El proceso de sistematización de la producción urbana en Brasil se iniciará igualmente en este
periodo. Los principales ejes territoriales de intervención en el estado de Brasil fueron durante
el reinado castellano la racionalización de los trazados de las ciudades capitales, la
consolidación del estado de Marañón (independiente como virreinato y con su propia capital
desde 1621), la consolidación del nordeste con la construcción de Filipeia y una serie de
ciudades satélite (Penedo, São Cristovão, Sirinhaem, etc...), la construcción de un frente
costero seguro y sólido entre Cabo Frio y Cananeia y la consolidación del interior a través de la
política misionera. Serán esas estrategias compartidas con los jesuitas las responsables de la
construcción de las misiones de Ceará, Bahia y las reducciones guaraníes. Su alianza con
esta orden misionera llegará al límite a finales del periodo filipino cuando fueron armados los
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indios en 1638 por orden del rey después de los ataques de Raposo Tavares .
La falta de una red de ciudades previa a la colonización, la falta de la más mínima estructura
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territorial para el asentamiento (puertos, caminos, etc... ), o de estructuras sociales o
económicas (como los mayas o aztecas con sus cultivos ecológicos rotatorios, por ejemplo) y
la necesidad de impulsar el paso de un estado feudal a un estado moderno, exigirán un
esfuerzo superior al del resto de los territorios castellanos en América. Desde la perspectiva
territorial y urbanística, la diversidad y complejidad litoral, la historia, la economía y la política
configuran durante los 60 años del periodo filipino con un claro predominio político de la ciudad
de Salvador y económico del territorio de Pernambuco (en 1585 según relata Anchieta en sus
cartas al general de la Compañía tiene 66 de los 131 ingenios del azúcar inventariados por la
Compañía de Jesús en las ciudades de Pernambuco 66, Bahia 46, Ilheus 6, Espirito Santo 6,
Rio de Janeiro 3 y São Vicente 4) mientras Salvador será la capital de Brasil hasta mediado el
siglo XVIII.
Al Sur, las Bandeiras de Piratininga cobran, con las limitaciones al comercio exterior, un gran
auge como también los tráficos con el puerto de Buenos Aires y la comunicación de Perú por
el Amazonas. A partir de 1549 y con especial intensidad a partir de la Unión Ibérica, el interior
de Salvador (Arari 1598 y Orobo 1598), Porto Seguro (1549), Sur de São Paulo (Embitiba,
Laguna y Ararangua entre 1553 y 1605) e incluso Minas serán objeto de colonización jesuítica.
La colonización misionera se rige por distintos parámetros aunque siempre supervisada y
controlada por la corona que ya la había puesto en práctica en las primeras reducciones del
lago Titicaca.
La corona se propone la consolidación del eje Sur de Brasil y de los límites fronterizos con
Castilla como puente hacia el paso al Pacífico por el estrecho de Magallanes y de puerto de
aguada en el viaje al Virreinato de la Plata. La fundación de São João Batista de Cananeia
(1600) en la costa sur de Ilha Comprida (hoy forma parte del parque regional de Ilha do
Cardoso y está sometido a una fuerte presión urbanística) y como complemento Iguape
(1635), la consolidación del camino tupi de Peabiru y del acceso a Piratiniga justifica la
fundación de Mojí das Cruzes (1611) y Santana de Parnaíba (1625). São Sebastiao se funda
en 1636 como lugar preminente en la costa sur (Ilha Bella) y como bahía al abrigo de las
corrientes frías del Atlántico; igual decisión justifica la fundación de Ubatuba en 1637 que
acercará São Paulo a Rio acortando las distancias de dicha ruta. La línea de costa Cabo Frío /
Cananeia queda conformada como un eje territorial de primer orden y su trascendencia hasta
hoy innegable aunque la actividad desde el XVII se traslada al interior, al eje del río Paraíba
del Sur.
El nordeste brasileño se manifiesta igualmente una de las piezas esenciales de la política
territorial castellana como centro productor de azúcar. Olinda fundada en 1537 y rodeada de
villas y factorías (Iguaraçú, Santa Cruz de Cabralia, ...) será el origen del sistema
pernambucano. Con Natal, fundada en 1599 constituirán el núcleo inicial sobre el que construir
este espacio territorial de carácter productivo que atraerá a los holandeses en 1630. El eje
nordestino se vé claramente influenciado por la política castellana y en 1585 se funda por
orden real la ciudad de Filipeia de Nossa Senhora das Neves, en Sergipe, actual João Pessoa.
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La producción azucarera pasará en estos años (según diversos autores ) de 66 a más de 130
ingenios entre 1580 y 1628. Consideradas las necesidades financieras de dichos ingenios y
que el total en Brasil al final de la época filipina rondaba los 300 ingenios, sólo Salvador
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competia con el territorio Pernambucano.
Las ciudades de Penedo (1636), Marechal Deodoro (1636) Porto Calvo (1636) en Alagoas;
Sirinhaem (1627) en Pernambuco y São Cristovao en Recife (1590) tendian a completar y
defender una línea de algo más de 1000 kms de litoral nordestina con ciudades equidistantes y
con numerosas fortificaciones (Reyes Magos en Natal, ...) en un lugar donde las incursiones
de las otras potencias europeas eran constantes y frecuentes no sólo por la cercanía de la
costa de las islas de Cabo Verde sino también por su estructurado sistema de producción
azucarera, mano de obra esclava y dificil defensa.
Fig. 5 . El Brasil Ibérico. Fundaciones reales, villas, poblaciones y reducciones creadas en Brasil
durante la Unión de las Coronas.
Salvador se consolidará durante el periodo ibérico como centro de tráfico de indios y esclavos
(en 1550 llega a Salvador la primeira carga de esclavos africanos y no se abolió la exclavitud
hasta el siglo XIX). Salvador de Bahía y Cairú (1608) serán los principales núcleos del área.
Con Ilheus y Porto Seguro (1534) la línea de defensa se encontraba más consolidada y
garantizaba ciertas dificultades a la llegada de barcos extranjeros.
Las poblaciones de Bahía empezaron a ser fundadas a partir de 1565 como cuenta en sus
cartas descriptivas de Brasil el padre Anchieta y el padre Leite en su “Historia de la Compañía
de Jesús en el Brasil”. La situación estratégica de las reducciones, entre las posesiones de
españoles y portugueses, se convirtió en cuestión peligrosa y una de las causas de su ruina,
porque las milicias de las reducciones se convirtieron en un obstáculo serio para el avance
portugués hacia el sur.
Debido a los conflictos con holandeses, franceses e ingleses, la recuperación y defensa de Rio
y de Salvador en 1625 serán claves para el fortalecimiento de las capitanías de los virreinatos
de Brasil. Para ello se funda Cabo Frío en 1615 como defensa avanzada del acceso a la bahía
de Guanabara siempre en la idea barroca de ciudades apoyadas entre sí y en la idea de
territorializar y expander la política urbana.
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El río de la Plata constituía una de las principales vías de acceso a las riquezas americanas y
en concreto a las minas de Potosí. Hasta los acuerdos definitivos de San Ildefonso España
luchará por conservar su dominio. Este territorio entró en conflicto rápidamente con la corona
portuguesa. En 1531 Martim Afonso de Sousa remonta el río de la plata y busca nuevos
caminos hacia el Pacífico. Con posterioridad se funda la colonia de Sacramento y las fronteras
se diluyen con la Unión Ibéria pero los conflicotos son constantes.
Helio Viana y Capistrano de Abreu coinciden en la importancia de esta “apertura” hacia la Plata
y el Amazonas en el futuro de la “deconstrucción de Brasil”. Aunque cabían múltiples
restricciones a dichos contactos y salvo raras excepciones, como la liberalización del puerto de
Buenos Aires en 1602 y la creacción de la aduana seca de Córdoba en 1622 en esta ciudad,
dichas redes de contrabando se mantendrán hasta después de la restauración portuguesa
creando “territorios calientes”.
Desde la expedición de Orellana (1542) y el fracaso de su tentativa de invertir la ruta tres años
más tarde donde perece con su tripulación y su mujer, Marañón queda sumida en un profundo
olvido. En el subsconsciente ibérico pervive el viaje inicial, la dificultad del camino pero, sobre
todo, la posibilidad de conectar las ricas tierras del Perú con el Atlántico a través de la red
hidrográfica (laberinto más bien) del Amazonas. Con las tropas y colonos franceses aparecen
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en la zona los padres capuchinos que fundan numerosas poblaciones que durante el periodo
pombalino serán reconvertidas en ciudades para la aplicación del principio de pose. Su
unificación con el estado de Brasil ocurrirá en 1774 bajo la administración pombalina cuando
se decide el traslado de la capital de Brasil a Rio de Janeiro como un arma de presión más
para los acuerdos de San Ildefonso de 1777 y la unificación tan deseada y defendida de los
territorios de Brasil y Marañón y el dominio de las “cuñas misioneras”.
Pero su papel será fundamental a partir de la fundación de São Luis de Marañón por los
franceses a finales del XVI y reconquistada en 1615 por tropas castellano - portuguesas se
manifiesta fundamental en relación a la conexión de Ceará con la desembocadura del
Amazonas. En 1616 se une al sistema urbano la ciudad de Belem punto clave en el acceso al
Amazonas. Posteriormente se crea el estado de Marañón en 1621. La posterior fundación de
São Luis según el trazado de Francisco de Frías da Mezquita se produce en 1615 y en la zona
también se fundan Belem (1615), Cameta (1635) y Gurupa (1639) en aras a consolidar el
recién formado Estado.
Los descubrimientos de Bolivia y Perú, el oro y la plata de Potosí significaron un fuerte acicate
para la colonización del interior. El movimiento de los bandeirantes desde São Paulo de
Piratininga toma un fuerte auge a partir de 1585 en el sertão dos Carijós. Son también de este
periodo las luchas contra los indios que acabarían con la conquista de Paraíba en 1584, las
guerras contra los índios en el norte de Bahia (actual Sergipe) de 1589, la bandera de Goiás
(1592), las primeras incursiones bandeirantes en Minas Gerais de 1596 y la bandeira del bajo
Paraná de 1604. Como aliados de la corona española para evitar el ataque de los
bandeirantes hacia el oeste los indios guaranís fueron armados en 1638 por orden del rey
después de los ataques de Raposo Tavares a dichas misiones. Domingos de Torres, llamado
“mestre dos índios no manejo das armas de fogo” consiguió incluso las victorias de Caaçapamirim, en 1638, y la de Caaçapaguaçu, en 1639 todavía bajo el dominio castellano.
A lo largo del periodo de la Unión Ibérica la fuerte presión de las villas y ciudades contra las
tasas y otras manifestaciones del poder central en distintos momentos de crisis a inicios del
XVII (crisis del azúcar, de los esclavos, guerras, etc...) crecerá provocando un dificil equilibrio
entre las necesidades de defensa y el apoyo a la monarquía y seguramente aumentando el
deseo de independencia y emancipación.
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3.- Coincidencias, tendencias y evolución en el sistema urbano “hispánico” colonial.
Desde los inicios de la colonización y desde el primer enunciado de la corona de 1513 a través
de distintas Instrucciones (Pedrarias Dávila, Hernán Cortes, Cédulas Reales ...) se construye el
cuerpo de normas para la regulación de los nuevos asentamientos (sintetizadas en las
“Ordenanzas de Descubrimiento y Población” de Felipe II de 1573). En Castilla y Portugal, la
ciudad se convierte en un organismo planificado desde la trama (la cuadrícula), la plaza, las
calles, la parcelación y la edificación. Un ente complejo a la vez que unitario como se describe
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en El sueño de Orden . Por otro lado, la ciudad del Brasil colonial se funda conceptualmente
sobre tres pilares: el dictado de la naturaleza, la cultura cabocla y lo sobrenatural. El fascinante
y exagerado medio ambiente brasileño y su clima; el artefacto urbano y los elementos de
intervención multiculturales de la época; y la presencia sobrenatural de Dios a través de los
misioneros, los colegios y las iglesias matriz, pero también a través del mito edémico y de la
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idealización del territorio como “el paraíso bíblico” identificarán la ciudad Ibérica en Brasil.
Definir un marco para la vida en común desde la perspectiva organizativa y penal en las villas
y ciudades se convierte en una de las primeras acciones del poder filipino. De hecho las
Ordenanzas de Felipe II significaron una recopilación de los antecedentes acumulados del
urbanismo portugués, español y americano y, a la vez, un intento de encuadrar definitivamente
un proceso de estructuración urbana, cuyo modelo se había consolidado en la práctica
fundacional del nuevo continente. Las Ordenanzas Filipinas definitivamente aprobadas en
1603 no suponen un elemento nuevo. En realidad substituyen las Manuelinas y operarán en
Brasil hasta 1824 (año de la primera Carta Imperial) lo cual demuestra su eficacia y
adecuación al proceso y al territorio concretos. La preocupación por el código penal en dichas
Ordenanzas hará que con ciertos matices perdure durante todo la historia del derecho penal
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brasileño . Completando las Ordenanzas Filipinas y enriqueciéndolas se dictaron ordenanzas
aisladas completadas con instrucciones sobre las posibles acciones sobre las edificaciones en
un sentido más orientado a un código de obras que a una ordenanza urbanística.
Pero el crecimiento de la distancia entre el modelo urbano y las ordenanzas de Felipe II, tanto
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en los territorios castellanos como en los portugueses demuestra que su aplicación se
enfrentará a la tiranía del lugar, la ubicación dicta sus condiciones indiscutibles. Aún así se
hace evidente que varias de las formaciones urbanas portuguesas tienen vinculación con la
regularización del trazado como puede verificarse en el caso de Salvador o Río de Janeiro. La
herencia mediterránea (romana, medieval y musulmana), el tratadismo común en materia de
fortificación, la relación creciente entre ambas coronas, así como el éxito del modelo castellano
recomendaron, en no pocos casos, su adopción. Los primeros asentamientos obedecieron no
obstante a normas no escritas escogiendo los puntos facilmente defendibles y haciéndolos
compatibles con las actividades comerciales y portuarias. La lógica y sistemática de
regularización que comenzaba a dar sus primeros ejemplos en África o en la India, o incluso
en la propia metrópolis, estaba ausente.
También el proceso de urbanización colonial coincidió con la transformación del “arte de la
guerra”. De las murallas medievales se pasará, a lo largo de los siglos XVI y XVII a los
sistemas de fortificación moderna. La asunción de dichos conceptos nace en Italia y por vía de
los intensos procesos de colonización se exportan a las colonias a través de los ingenieros de
fortificación. La escuela de fortificación del Aula del Paço da Ribeira de Lisboa y después de la
Unión Ibérica la Academia de Matemáticas y Arquitectura de Madrid en 1582 (durante la
estancia aún de Felipe II en Lisboa) dirigen los designios y las tendencias de la fortificación en
este periodo. De este contexto surgen, becado el primero por Felipe II, Francisco de Frias da
Mezquita y el resto de ingenieros militares que intervendrán en Brasil formados en estas aulas
(Baccio da Filicaia, ...).
Los precedentes lisboetas (Felipe II vivió dos años y medio con Juan de Herrera en dicha
ciudad) anticipan un conjunto de operaciones sistemáticas de defensa y fortificación en Brasil
como pueden ser la construcción del Forte de São João da Barra Grande (llamado “forte dos
espanhois” aún hoy en día) en al entrada de la barra de Santos (diseñado en 1583
coincidiendo con el viaje de Diego Flores y Antonelli a Brasil), la forticación de Natal (forte dos
Reis Magos obra del jesuíta Gaspar Sanperes iniciada el 6 de Enero de 1598) u otras
11
fortificaciones como Santo Antònio da Barra y el de Montesserrate en Itapagipe de Diego de
Meneses en Salvador de Bahía. La presencia de ingenieros castellanos en Lisboa y la
creación de las escuelas de matemáticas, geometría, fortificación y arquitectura, el intercambio
de artístas (Camões o Gil Vicente llegan a usar el castellano en algunos de sus escritos,
sonetos y redondillas), el uso indistinto del castellano o portugués, el uso de una moneda
común (el “real de Vellón”) reflejan una situación donde las dos culturas prácticamente
23
conviven y se diluyen .
San Telmo de Nápoles, dibujos
de Francisco de Holanda
Fortaleza de los Reyes Magos, Francisco
Frias da Mezquita 1614. Sobre el trazado
inicial del jesuíta Gaspar Samperes
comenzado el 6 de Enero de 1598
Fig. 6 . Análisis comparativo entre los dibujos de Francisco de Holanda de San Telmo y el diseño
del fuerte de los Reyes Magos de atal de Sanperes.
Las villas y ciudades solían correr con gran parte de los gastos de las fortificaciones y sólo en
fundaciones reales la corona participaba. La situación financiera de la corona condujo así de
la utopía a la realidad. El Plan de Fortificación Atlántica y la mayor parte de los diseños no
fueron ejecutados o sólo parcialmente, como se observa en Río o Salvador. Es en Salvador
donde se manifiesta el complejo proceso de toma de decisiones respecto al diseño de las
fortificaciones. El rey Felipe III se vió directamente implicado en la decisión de la posición del
fuerte del Mar. Tanto Leonardo Turriano, como Spanoqui como Frias da Mezquita colaboraron,
en sus respectivos cargos de ingenieros mor de Portugal, Castilla y Brasil en la elaboración y
concrección de la ubicación y diseño de la fortaleza. La discusión sobre la adaptación
topográfica e hidrográfica entre el ingeniero mor de Brasil (Francisco de Frias da Mezquita) y
Spanoqui y Turriano en la península, en relación a la posición exacta de dicha fortaleza en la
bahía de Todos los Santos, da cuenta de la lucha entre la ortodoxia planificadora y la
24
necesidad adaptativa .
25
Más tardías pero sin duda inspiradas en dicho plan son las obras de Francisco Frias da
Mezquita de Fortaleza da Laje, Castelo do Mar, Forte de São Francisco o Forte do Picão en
Recife (la fortaleza fué iniciada en 1608 y las obras finalizaron en 1612); las obras de
consolidación del fuerte de San Mateo (São Mateus) en Cabo Frío y del Monasterio de San
Benito (Mosteiro de São Bento), en Rio de Janeiro; el fuerte del Mar (Forte do Mar, Fortaleza
de São Marcelo o Forte de Nossa Senhora del Pópolo) en Salvador con el fuerte de São Diogo
(posiblemente incluído en los modelos y trazas que Tiburcio Spanoqui manda a Bahía en Mayo
de 1606); la reforma de la Fortaleza de los Reyes Magos (Reis Magos) en Natal de 1614 y las
12
fortalezas de Maranhão, Forte de Quaxenduba o de Santa María y fuertes de São Felipe, São
Francisco e São José. En todas ellas se manifiesta ese equilbrio entre ciudad y artificio.
Este “estilo de la fortificación” fué objeto de debate en numerosas ocasiones como por objeto
de la recuperación de São Luis de Maranhão entre Diogo de Campos y Jerônimo de
Alburquerque. El primero proponia una fortificación “a la europea” (abaluartada) y el segundo
“a la moda de los indios” (seguramente más parecida a una factoría con empalizada y tapia).
La opción “a la europea” fué resuelta por Francisco de Frias da Mezquita mediante un
hexágono perfecto capaz de alojar a toda la expedición y defenderse con poco esfuerzo.
El tercer pilar del urbanismo hispánico surge de la relación con las distintas órdenes
misioneras que trabajarán en Brasil y más concretamente los jesuitas. Estos buscan en
América la esperanza de la evangelización nueva frente al reformismo que invade Europa
defendiendo a toda costa la fé, utilizando la razón y generando un nuevo espacio, virtual y real,
para dicho proyecto. Las intervenciones en colegios y plazas, la construcción de las casas de
padres, de lugares de catequesis en ciudades y villas, de poblaciones y, por extensión
territorial, de reducciones serán la respuesta. Nobrega y Anchieta se convertirán así en Brasil
en los agentes del contrareformismo y en “operadores urbanísticos” de la política filipina. La
necesidad de fomentar la conversión de los indios del Brasil y de mantenerlos en la fe para el
26
control del Estado del Brasil generó una serie de alianzas difíciles de demostrar pero
efectivas en términos territoriales. Sólo se conocen algunas pruebas como el encuentro de
Diego Flores con Anchieta en Salvador en 158327.
Desde un punto de vista político las ambiciones de la orden coinciden con las de la corona y se
complementan con la creación de colegios de la Compañía (Salvador, 1549; Rio, 1552 y
Recife, 1550). Desde la perspectiva urbanística y territorial podemos diferenciar, distintas
tipologías de núcleos misioneros: en el nivel más alto se encuentran los colegios con dotación
real; en segundo los focos emisores catequistas; en tercero los asentamientos coloniales con
presencia misionera y como una última categoría los asentamientos indígenas o poblados que
en su independencia social, y económica y en su dimensión territorial evolucionarán hacia el
sistema de reducciones.
La arquitectura se inspira en la tradición de su matriz de Roma, el Jesú, y la ordenación de las
aldeas y reducciones funciona en torno a una plaza central comunitaria donde la Iglesia tiene
un papel predominante y los pobladores se reúnen siguiendo un estricto ritual cotidiano. La
Iglesia en las reducciones se hallaba rodeada de talleres, cementerio, residencia de los
padres, huertos y patios que formaban un conjunto (empleados, curas y almacenes se
organizaban en torno al primero de los patios, el segundo se reservaba para los talleres). A
ambos lados de esta edificación se construían el almacén y el “cotiguazú” (casa para las
28
mujeres solteras, viudas o solitarias) . En la plaza mayor las casas del cabildo y de los
caciques y en la parte opuesta a la plaza y en segunda línea las casas de los indios y, en la
mayoría de las reducciones, la posada para la recepción de los visitantes. Este carácter
representativo, incluso simbólico, de la plaza se asemeja al carácter representativo y político
de las plazas castellanas pero desde una perspectiva catequista que al transformarse en
política y social provocará el recelo de las coronas y su expulsión de ambos reinos.
A diferencia de las reducciones, las poblaciones desarrollan un programa más sencillo.
Alrededor de la Iglesia y en torno a una amplia plaza se sitúan las casas (incluidas las de la
cámara y el cacique). En el centro normalmente el pelourinho (símbolo de la justicia) y una
cruz. La plaza del pelourinho para los juicios y actos públicos en ocasiones ocupa un lugar
independiente del resto de las plazas públicas orientadas a los actos religiosos y civiles. A
medida que los sistemas urbanos evolucionan su función tiende a la especialización funcional.
El papel político y militar de los jesuítas se hará notar durante este periodo no sólo a través de
intervenciones directas en fortificación y defensa, como Gaspar Samperes en Natal, o a través
de su papel en las aulas de fortificación como maestros de matemáticas y geometría, sino
también de forma directa en la pacificación de los indios o en su formación militar como
durante las guerras contra las incursiones de los bandeirantes en el territorio Guaraní después
de los ataques de Raposo Tabares. Incluso serán llamados como expertos en geometría y
13
cartografía para los trabajos de demarcación. La expulsión de los jesuítas por Portugal en
1759 y por Castilla en 1772 será definitiva en el proceso de ocupación y de utilización de estos
territorios para los fines de la corona portuguesa. Antes, en la capitanía de São Vicente, en
1640, por decisión unánime de las cámaras de Itanhaem, São Paulo, São Vicente, Cananeia,
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São Sebastião fueron proscritos y en 1651, en una decisión similar, son expulsados de
Marañón.
La espiritualidad se une a la respuesta de la ciudad ante la naturaleza, predominantemente
adaptativa, que se justificará no sólo en la necesidad de respeto ante la magnitud y el riesgo
implícito en la naturaleza, sino también en la “tropicalización” de los modelos en una cultura,,
de origen portugués, cuyas referencias eruditas recomiendan la adaptación al ambiente como
respuesta cotidiana y normal. Por ello los instrumentos del urbanismo (trazado, retícula,
cuadrícula, plaza, arquitectura singular, calle, etc...) y de la fortificación (fuertes, baluartes,
defensas, ciudades fortificadas, ...) manifiestan una opción estilística, cultural, tecnológica y
temporal de adscripción hispánica por su combinación de elementos eruditos y vernáculos. El
respeto y la suma de ambos principios dotará a la ciudad brasileña de una riqueza
multidimensional.
También la extensibilidad se convierte en uno de los conceptos más importantes a la hora de
diferenciar las características de ambas formas de urbanismo. Mientras la ciudad topográfica
colonial portuguesa se proyecta como una ciudad acotada con límites precisos, la ciudad
castellana de América se planifica como una ciudad infinita, un orden que se extiende al
territorio como una forma urbana incontrolada y, que emana de la plaza central. La
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extensibilidad que caracteriza el urbanismo castellano no tiene por limitación la naturaleza
sino el propio crecimiento de la ciudad y la fuerza de su geometría.
La plaza evoluciona durante este periodo desde una visión de encuentro y comercio
ultramarinos hacia una especialización más urbana. Recordemos que en el origen de la plaza
31
en España esta la representación del poder, el escenario de la vida pública, el centro
geométrico y regulador de la traza, el origen de la cuadrícula extensible “ad infinitum”, sin
límites. La plaza ha de ser proporcional a la población, orientada contra los vientos dominantes
para evitar su azote entre sus calles, con las calles que acceden libres de paso y sus aceras
alineadas con las de las calles laterales. Una plaza mayor a la que se subordinan “plazas
menores de buena proporción”, normalmente para uso religioso, en torno a iglesias o
monasterios.
En Brasil, a la regularización de los primeros trazados (Salvador o Rio) sucedieron fundaciones
de acuerdo a los principios racionalistas castellanos como Filipeia o São Luis. Con ellas la
plaza se convirtió en elemento fundamental del trazado y aunque mantuvieron múltiples
funciones y una especialización que las diferencia de sus contemporáneas castellanas (Plaza
Mayor que centraliza los edificios principales) su carácter central y estructural, respecto a la
traza, perfilan un estilo propio, un estilo ibérico. La tradición de la plaza en las ciudades
coloniales de fundación portuguesa estaba vinculada a la función de la misma creciendo de
forma orgánica en relación a las edificaciones, los cambios en el uso y el tamaño de la ciudad.
Por su tradición ultramarina acostumbra a ser una plaza que mira al mar, una plaza mercado,
puerto, mirador, puerta. La plaza portuguesa se convirtió en un lugar privilegiado de
intercambio entre el mar y la tierra, entre la colonia y la metropoli. La función determinaba la
posición, en ocasiones casual, una intuición que arranca del lugar a partir de una percepción
inicial.
Las plazas en Brasil tienden a una especialización fusionando o segregando, según el caso,
en las ciudades brasileñas, el espacio del pelourinho (lugar de justicia), la plaza del gobierno
(espacio del legislativo), el poder civil (ejecutivo), el religioso, el educativo o catequista
(colegios y conventos) el uso comercial ultramarino. A medida que las ciudades crecen, como
en el paradigmático caso de Salvador de Bahía, dichas funciones se segregan, primero de la
plaza do Palacio (camara municipal y representacion real) para a praça da Sé (uso religioso)
despues “o Terreiro do Jesús” (colegio y monasterio) y luego, en épocas posteriores, a la plaza
de Pelourinho en la puerta do Carmo. Esta característica de distribución espacial y funcional
14
será igualmente original respecto a sus homólogas plazas castellanas.
Durante el periodo filipino la plaza se transforma así en elemento matriz y fundamental del
trazado. Se formalizan las plazas ribereñas (proyectos de Rio y Salvador para la mejora de los
frentes marítimos) y surgen nuevos espacios con fuerte carácter, representativo y simbólico,
incluso llegando a la “teatralización” monumental. El orden como elemento de definición del
poder se hace manifiesto en las plazas de São Luis, Iguape o Cananeia, donde con distintas
orientaciones y funciones, comparten una clara vocación de formalización y de definición de su
carácter, su forma y sus límites. La fusión cabocla de la morfología urbana brasileña (versión
“tupi” de las influencias ibéricas) da lugar a plantas y trazados variados y ricos como el de
Salvador de Bahía, limitado por su fachada al mar y por las lagunas y por la topografía, el de
Río de Janeiro que crece entre dos “morros” que enmarcan y limitan la trama empujando la
ciudad hacia el interior; o trazados más ortodoxos como Filipeia o bien ciudades fortificadas
como Belém. Las plazas de estas ciudades obedecen a esta doble experiencia.
15
4.- La construcción de un “urbanismo hispánico” y la deconstrucción de la frontera de Brasil.
Don Juan IV (João IV 1640 -1656) fue aclamado en 1640 nuevo rey de Portugal. La burguesía
estaba cansada de la monarquía despótica y las desavenencias en las colonias con múltiples
repúblicas como Piratininga (actual São Paulo) ya no dejaban espacio al mantenimiento de la
doble monarquía. Durante el periodo de la Restauración y el gobierno de la monarquía y hasta
1822 en que se instaura el imperio, y especialmente durante la organización pombalina, Brasil
sufrirá un proceso de consolidación de la forma “hispánica” de fundación urbana. El urbanismo
erudito castellano y el urbanismo vernáculo portugués se fundirán en una forma original e
ibérica que se manifiesta por el respeto al lugar y la planificación regular de las villas cuyo
paradigma será Nova Mazagão.
Gran parte de las colonias se hallaban bajo el dominio holandes no sólo en Pernambuco sino
también en Africa e India monopolizando el mercado del azúcar. La crisis provocó un
incremento en Brasil de las incursiones Bandeirantes en busca del oro y la plata que había
salvado al imperio castellano de la ecatombe. En este contexto, la creacción de las fronteras
ibéricas obedece a la necesidad portuguesa de defenderse del enemigo castellano, y las
incursiones bandeirantes fomentarán, junto a las misiones, la profundización interior. Un
ejercicio de estrategia no sólo militar sino cartográfica y geográfica. La definición de las
fronteras a través de elementos geográficos (Río Miño) se repetirá en tierras de Brasil al igual
que una intensa labor de fortificación y defensa de las plazas fuertes y de las villas, ciudades,
puertos y pasos entre el territorio portugués y el castellano.
Fig. 7 . La construcción de la frontera hispano – lusa se convirtió en un ejercicio de desarrollo de
las técnicas de fortificación. Imagen del Territorio del Miño y algunos de sus destacados ejemplos:
Goian, Valença do Minho.
Estas nuevas ciudades manifestarán la herencia del urbanismo hispánico y de la experiencia
colonizadora de Castilla y Portugal acumulada desde las primeras conquistas del siglo XIV.
Con Pombal se iniciará en Portugal un periodo de búsqueda de la consolidación del estado
moderno y de definición de las fronteras. Su política para Brasil se manifiesta en cinco grandes
proyectos: en primer lugar resuelve definitivamente la incorporación de las capitanías restantes
16
a la Corona adquiriendo las últimas en manos de los donatarios; promueve una ambiciosa
política de urbanización y fundación de ciudades; transfiere la capital de Salvador para Rio de
Janeiro con unas fuertes reformas urbanísticas (ejecutado en 1762); transforma el estatus de
la Colonia en Vicerreinato y estimular, en último lugar, diversifica la agricultura desenvolviendo
la incipiente industria colonial a partir de los yacimientos mineros de oro y piedras preciosas.
Consecuentemente el incremento de la actividad de fundación es notable durante la época. De
1640 a 1750 se erigieron distintos tipos de ciudades y así las capitales de Curitiba 1693, Recife
1709, Cuiaba 1719, Fortaleza 1725 y Florianopolis 1726 y las villas de São Roque 1663, São
Valentim 1663, Lagoa 1750, Santo Antonio de Lisboa 1751, Dez de Maio 1753 formando un
total de 10 fundaciones principales. Además se fundaron 87 ciudades en distintos lugares
repartidas de forma homogénea por todos los territorios anteriores al periodo y los nuevos
espacios de colonización. Entre las fechas del Tratado de Madrid y San Ildefonso, en los años
entre 1750 y 1777, se fundan 43 ciudades y villas. Se seleccionan estratégicamente las áreas
de desarrollo urbano con el objetivo de favorecer la extensión de la demarcación de
Tordesillas.
La ortodoxia castellana, heredada de los modelos mediterráneos, en Brasil será aplicada con
flexibilidad, imaginación y con multitud de manifestaciones heterogéneas. Dichos trazados han
sido tratados y analizados por numerosos autores como Paulo Santos, Ferrão o Roberta Marx
32
Delson . Sus conclusiones coinciden en la utilización sistemática de modelos regulares
durante el siglo XVIII (la fundación de Mocha en 1716 parece ser el origen de una
racionalización y sistemática de los tratados). Bien se tratase de la fundación de nuevos
núcleos, bien de la trasformación de poblaciones o reducciones a ciudades o villas, se
manifestó una preocupación real y persistente con la construcción regular, la alineación de las
calles y de las fachadas, con la normalización de los nuevos edificios, con el carácter y el
papel de la plaza y con la jerarquía del viario. Esta preocupación se manifiesta claramente
heredera de la tradición europea, hispánica, que venimos comentando pero también estos
nuevos núcleos tenían múltiples plazas orientadas a funciones diferentes siguiendo la
tradicción de las ciudades portuguesas.
Frente a la opción del orden rígido, la creacción de un orden hispánico se manifiesta en los
ejemplos más respetuosos con el lugar. Entre ellos cabe destacar la Villa de São José de
Macapá y en Villa Nova de Mazagão. En Macapá de nuevo observamos la presencia de dos
plazas generadoras del trazado (São João y São Sebastião), manzanas homogéneas y calles
ortogonales. Las instalaciones militares se separan de la ciudad en una península cercana a la
población y la conexión se realiza a través de calles que mantienen la trama a pesar de la
diagonal natural que comunica el núcleo con dichas instalaciones. El puerto, espacio esencial
de la ciudad, se instala al final de dicha conexión dejando un espacio libre importante antes de
llegar a la fortificación. Dicho espacio tiene una presencia menos destacada que en la ciudad
colonial tradicional del urbanismo portugués y brasileño de épocas anteriores. Además las
plazas se adecuan al modelo castellano, son plazas generadoras del trazado, centrales y
representativas. La iglesia tiene una presencia central, las calles se alinean con la plaza pero,
como es característico del urbanismo portugués, los usos se especializan y el pelourinho, la
justicia, se separa en una plaza independiente, eso sí del mismo tamaño que la original.
Pero el ejemplo más paradigmático del urbanismo brasileño será Mazagão, plano de 1769. En
él se manifestará la influencia castellana y la herencia portuguesa. La regularidad del trazado,
la situación central de la plaza, la cuadrícula y la extensibilidad, sensible, eso sí a la topografía,
demuestran y sintetizan una clara influencia de los modelos castellanos traducidos a partir del
dominio filipino y de la influencia de Juan de Solorzano. Por otro lado su especial atención a
los límites y bordes y la plaza ribereña demuestran una sensibilidad por el lugar, la naturaleza
de los fenómenos fluviales del Amazonas y la adaptación a las sinusoidades del río que
rememoran la tradición portuguesa. Además el plan se plantea aspectos muy interesantes que
sería necesario estudiar con mayor profundidad cual son la reordenación de las preexistencias,
el cambio del tamaño de la trama en determinados puntos para viabilizar la conexión entre dos
áreas sin renunciar a la cuadrícula o la existencia de pasos y conexiones temporales que
dependerán del nivel de las aguas para poder o no ser utilizados.
17
La política indiana aplicada bajo la administración pombalina busca, como hemos intentado
demostrar, la consolidación de la pose, el dominio territorial y la ocupación efectiva del
espacio. Para ello se volcará hacia la fundación de las ciudades a partir del mejor ejemplo de
sistemática urbanizadora: las misiones, no sólo jesuíticas, sino franciscanas, carmelitas,
mercedarias o capuchinas; el uso de la tratadística; la implantación de modelos regulares y la
continuación de la metodología fundacional. Su estrategia se resume en una triple dimensión,
la fundación de nuevos núcleos (ciudades o villas), la fortificación estratégica y la refundación
de poblaciones o reducciones misioneras.
Fig. 8 . La planta de Mazagão expresa mejor que ninguna otra imagen la apuesta por un
urbanismo respetuoso con el lugar, por la especialización de las plazas (una portuguesa en la
ribera, otra central y representativa, castellana, en el cento), por la cuadrícula (no sólo la
regularidad del trazado) y por la racionalidad frente al desleixo.
El territorio ocupado y dominado aumenta con la adhesión efectiva de los territorios de Ceará,
Marañón (Amazonas), interior de Bahía, Minas Gerais, interior de São Paulo y Colonia de
Sacramento. El territorio en peligro, en abierta disputa con Castilla, no es más que la diferencia
entre el meridiano 43,92º y dichas fronteras y especialmente aquellos lugares que se
someteran posteriormente a disposición de ambas coronas: colonia de Sacramento (hasta
Santa Catarina), la frontera norte (en disputa con Francia) y el territorio amazónico.
Posteriormente a la Restauración, el Tratado de Lisboa, de 1681, consigue la incorporación de
la Colonia de Sacramento ocupada hasta el momento por los castellanos. El apoyo de
Inglaterra fue decisivo para la consecución del acuerdo pero, a pesar de todo, la salida de los
castellanos sólo se produce en 1683. Otros acuerdos contribuirán progresivamente a la
deconstrucción de la frontera de Tordesillas. El primer Tratado de Utrecht entre Portugal y
Francia (1713) concreta la definición de las fronteras portuguesas al Norte de Brasil. El río
Oiapoque fue reconocido en este caso como límite natural entre la Guayana y la Capitanía del
“Cabo do Norte”. El segundo Tratado de Utrecht entre Portugal y España de 1715, trató de la
segunda devolución de la Colonia de Sacramento a Portugal.
18
El Tratado de Madrid de 1750 redefinió las fronteras entre las Américas Portuguesa y
Castellana anulando lo establecido en el Tratado de Tordesillas. Portugal controlaba la mayor
parte de la cuenca amazónica a cambio del Rio de la Plata y de la colonia de Sacramento
(además de Filipinas y sus islas próximas). El principio de “uti possidetis” (usucapião en la
legislación urbanística brasileña) será utilizado por primera vez viniendo a significar que la
tierra pertenece a quien la ocupa. Según Beatríz Siqueira: “Estaba en juego ajustar y negociar
la ocupación de la inmensa franja de tierra ocupada por los portugueses más allá (além)
Tordesillas” (Beatriz Siqueira, 2003)
"Este he o mapa falso, e errado segundo o
sistema castelhano, o qual onde se junta
aqui asim somente de que pondese ambos
abertos hum defronte do outro, se confirão,
e se venha facilmente no conhecimento da
verdade".
Fig. 9 . Mapa de SEIXAS, Francisco de, fl. ca. 1767 previo al Tratado de San Ildefonso, entre las
dos demarcaciones de 1750 y 1778. En la leyenda figura: "Este he o mapa falso, e errado segundo o
sistema castelhano, o qual onde se junta aqui asim somente de que pondese ambos abertos hum
defronte do outro, se confirão, e se venha facilmente no conhecimento da verdade".
A la muerte de Fernando VI (Agosto 1759) se interrumpen los trabajos de demarcación. En
1761 se firma el Tratado del Pardo y al año siguiente Pedro de Cevallos toma la colonia de
Sacramento y la población de Rio Grande. En 1763 el Tratado de París impone la devolución
de estas tierras a Portugal.
El Tratado de San Ildefonso (1777) confirmó el Tratado de Madrid y devolvió a Portugal la isla
de Santa Catarina. La Colonia de Sacramento, la isla de São Gabriel, las riberas norte del río
de la Plata y la región de los siete pueblos pasaron a manos castellanas en contrapartida por
esta devolución. La navegacion desde ese momento del Uruguay y del Plata pertenecían a
Castilla hasta el río Pepiri. El tratado de Badajoz de 1801 incorpora definitivamente los Siete
Pueblos de las Misiones a Brasil y el de Petrópolis de 1903 negociado entre Bolivia y Brasil por
el barón de Rio Branco incorporó al territorio brasileño la región de Acre.
19
5.- Hispanica Urbis in Brasiliam.
La Unión Ibérica genera un giro en la politica portuguesa, en parte por el fenómeno de
transición de un sistema feudal (capitanías) a un estado moderno, en parte por la unificación
de la política de Brasil dentro de un marco más amplio como el que representa la política
hispánica del Atlántico y por tanto de convergencia a las colonias al norte, oeste y sur del
territorio ocupado por la corona portuguesa desde el tratado de Tordesillas. De la rígida raya
de Tordesillas se pasará a la disolución de las fronteras durante el periodo ibérico pero
también a una reafirmación lusa después de la restauración que traerá como resultado el
impulso de una política expansionista y de transformación de la línea recta en una frontera
topográfica y territorial. Brasil incorporará en pleno siglo XVIII casi un 80 % de su actual
territorio al oeste de Tordesillas en un proceso de apropiación sin precedentes en Iberoamerica
que se desarrolla en un contexto científico y técnico de singular en plena resolución del
problema de la longitud y en aplicación de sus.
Una de las primeras consecuencias se traduce en la consideración barroca de los
asentamientos, como sistema y no como centros neurálgicos, se pasa de los asentamientos al
territorio, del punto a la línea, de la fortificación individual o de la ciudad abaluartada a la
fortificación atlántica, litoral, continua y sistémica. El papel de Batista Antonelli en colaboración
y contacto con Spanoqui y Turriano será fundamental. La entrada de la fortificación moderna
abaluartada obedece a razones intrínsecas a los nuevos sistemas de guerrear y,
especialmente, a la aparición de las armas de fuego, a la dimensión logística de las batallas, al
rápido crecimiento de la capacidad operativa de los ejércitos y al armado de los barcos de
guerra pero sobre todo a una visión imperial y universal de la corona de Castilla.
La ciudad como símbolo del poder toma durante el periodo filipino sentido, escala y
proporciones anteriormente no vistas. A partir del gobierno general muchas ciudades
abandonan el litoral para organizar su crecimiento hacia el interior pero las mejoras en las
comunicaciones, en los sistemas constructivos y la disponibilidad de mano de obra favorecerá
la expansión de las ciudades y especialmente de Salvador, Rio, Sao Luis, … durante el
periodo filipino.
Las plazas brasileñas heredan la diversidad y la especialización de las plazas portuguesas. Así
asistimos durante el periodo estudiado a la generalización de plazas especializadas en
aspectos jurídicos, religiosos, educativos, representativos, simbólicos, etc... que aún hoy
perdura no existiendo, en la mayoría de los casos, como en los territorios de exclusividad de
Castilla, una única plaza central (Praza da Sé, Praza do Comercio, ...).
El respeto a la naturaleza, a su grandeza y al riesgo que entraña, por cultura y por la natural
convivencia con ella, se transforma en un concepto culturalizado y asumido en contexto
“antropófago” por la cultura urbana. A diferencia de los trazados más rotundos del urbanismo
castellano, el hispánico, se manifestará más sensible a la naturaleza.
El papel de las poblaciones y reducciones misioneras como elementos puente hacia la
definición del territorio de Brasil queda suficientemente demostrado. Durante la época
pombalina y con especial relevancia en el periodo entre el Tratado de Madrid y el de San
Ildefonso, los centros misioneros fueron laicizados (incluídos los nombres), y de esta forma se
aplicó el principio de “uti possidetis”. La transformación de la tradicción y de la forma de hacer
ciudad castellana en Brasil se manifiesta así en el siglo XVIII con Pombal.
En 1750 los encargados de crear villas en Brasil optan por un modelo hispánico. Lo hacen en
contacto directo con la ideología española de Juan de Solórzano inspirado en Aristóteles y
Cicerón que define los conceptos de aldea, metrópolis, municipio y pueblos y en relación a la
reducción de los indios planteaba tres tipologías que iban desde las reducciones y poblaciones
33
a las agregaciones . La estructura urbana y la política territorial colonizadora de Brasil se
enriquecerán con estos conceptos asumiéndlos de forma singular, siempre tropical, cabocla y
20
proyectándolos hacia su proceso de colonización e interiorización.
No hemos hecho más que abrir puertas. La evolución del sistema feudal de las capitanías al
estado moderno a través de la Unión Ibérica, el verdadero impacto de la dominación castellana
en la forma de hacer ciudades, las relaciones entre las escuelas de fortificación de ambos
países y sus ingenieros, el análisis de los mecanismos de gobierno y de los sistemas de toma
de decisiones, la originalidad y singularidad del fenómeno urbano en Brasil y otras muchas
preguntas siguen abiertas pero nuestro reto consiste en intentar cerrarlas.
21
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manuelinas.
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indios, negros, conquistadores, misioneros, ....
RW 6 .- Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional – IPHAN, Revista do Patrimônio,
http://200.150.191.211/iphan/pesquisapalavra.asp
RW 7 .- Departamento de Cartografía y Artes Gráficas. Real Academia de la Historia. RAHE.
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RW 8 .- Fortalezas do Brasil. http://www.fortalezasdobrasil.pro.br/. Responsable Carlos
Luis Marques Castanheira da Cruz.
RW 9 .- Ministerio de Cultura. Archivos Españoles en Red.
http://www.mcu.es/archivos/index.jsp
RW 10 .- Biblioteca Nacional de Brasil. http://www.bn.br/Script/index.asp
RW 11 .- Patrimonio Arquitetonico on-line da Direcção-Geral dos Edifícios e Monumentos
Nacionais (DGEMN) é um organismo da Administração Central tutelado pelo Ministério do
Ambiente, Ordenamento do Território e Desenvolvimento Regional
http://www.monumentos.pt/
RW 12 .- Literatura brasileira en meio eletronico.
http://www.cce.ufsc.br/~nupill/literatura/autores.html.
RW 13 .- CEHOPU. Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo. Ministerio
de Medio Ambiente. http://www.cedex.es/cehopu/index.html
25
ÍNDICE DE FIGURAS
Fig. 1 . Brasil se constituye como referente de la América Latina con más de 180 millones de habitantes.
El proceso de litorización se convierte, pausadamente, en un proceso de interiorización y conquista
del “certão”. La población urbana supera ya el 70 % y las grandes metrópolis de más de 1000000
de habitantes superan la decena. Datos IBGE, 2000 y elaboración propia. ........................................ 2
Fig. 2 . Planta de la ciudad de Funchal. En el centro se puede observar la presencia dominante del espacio
del recolhimiento da Misericordia y la regularidad de trazado ya anticipada en el Barrio Alto de
Lisboa. ................................................................................................................................................ 3
Fig. 3 . Mapa de Juan de la Cosa con las expediciones de Diego de Lepe y Pinzón a la costa norte de
Brasil y con la separación de la isla llamada “Brazil”. ....................................................................... 4
Fig. 4 . Crecimiento urbano en Brasil. Observerse el proceso de expansión del litoral al interior. ............. 7
Fig. 5 . El Brasil Ibérico. Fundaciones reales, villas, poblaciones y reducciones creadas en Brasil durante
la Unión de las Coronas. ..................................................................................................................... 9
Fig. 6 . Análisis comparativo entre los dibujos de Francisco de Holanda de San Telmo y el diseño del
fuerte de los Reyes Magos de Natal de Sanperes. ............................................................................. 12
Fig. 7 . La construcción de la frontera hispano – lusa se convirtió en un ejercicio de desarrollo de las
técnicas de fortificación. Imagen del Territorio del Miño y algunos de sus destacados ejemplos:
Goian, Valença do Minho. ................................................................................................................ 16
Fig. 8 . La planta de Mazagão expresa mejor que ninguna otra imagen la apuesta por un urbanismo
respetuoso con el lugar, por la especialización de las plazas (una portuguesa en la ribera, otra
central y representativa, castellana, en el cento), por la cuadrícula (no sólo la regularidad del
trazado) y por la racionalidad frente al desleixo. .............................................................................. 18
Fig. 9 . Mapa de SEIXAS, Francisco de, fl. ca. 1767 previo al Tratado de San Ildefonso, entre las dos
demarcaciones de 1750 y 1778. En la leyenda figura: "Este he o mapa falso, e errado segundo o
sistema castelhano, o qual onde se junta aqui asim somente de que pondese ambos abertos hum
defronte do outro, se confirão, e se venha facilmente no conhecimento da verdade". ..................... 19
26
No puedo dejar de agradecer la cariñosa recepción de mi idea y el apoyo en la figura de
Manuel Teixeira y la inestimable colaboración de Nestor Goulart y Beatriz Siqueira en
la elaboración de este estudio.
1.- El Brasil colonial como territorio “hispánico”. ................................................................... 2
2.- Desarrollo y deconstrucción del territorio de Tordesillas durante la Unión Ibérica....... 7
3.- Coincidencias, tendencias y evolución en el sistema urbano “hispánico” colonial. ... 11
4.- La construcción de un “urbanismo hispánico” y la deconstrucción de la frontera de
Brasil. .......................................................................................................................................... 16
5.- Hispanica Urbis in Brasiliam............................................................................................... 20
BIBLIOGRAFIA........................................................................................................................... 22
REFERENCIAS EN LA WEB ..................................................................................................... 25
ÍNDICE DE FIGURAS ................................................................................................................. 26
27
1
Ver la interesante reflexión sobre las disfunciones de estos dos sistemas de gobierno (el cierre del acceso
a los concejos a los que no pertenecieran a la nobleza, la dictadura de las villas sobre los villarejos o el
sometimiento de los representantes o magistrados) en “Aproximación histórica a Castilla y León” de Julio
Valdeón. Editorial Ámbito, Quinta Edición, 1988.
2
“... [la] ... ruta ordinaria sería Isla de Madeira o Canarias, seguir a Cabo Verde y luego a San Agustín
e ir recorriendo la Costa ...” AGS; 6/ G.A. Leg. 109 Fol. 451 / 2 folios; Sin Fecha. Año 1581. Relación
de la navegación que ha de seguir la Armada de Diego Flores para la Costa de Brasil.
3
Teixeira, 1999.
4
Si consideramos únicamente la cuenta "verdadera", y estimamos que toda la tripulación era de Castilla
(Andalucía en aquella época al igual que Cantabria o Basconia, eran Castilla), y que Colón hacía casi diez
años que no navegaba, hemos de suponer lógicamente que la unidad de medida era la legua marinera
castellana, unidad que se definía como "de a veinte" porque en el Ecuador 20 leguas equivalían a un
grado de circulo máximo terrestre. Por tanto una legua equivale a 5.572 metros. 370 Leguas al Oeste de
las Islas de Cabo Verde = 370*5572 = 2.061.640 metros = 2061 kms de Cabo Verde (25º42’
aproximadamente), es decir, aproximadamente el meridiano 43º92’ O.
5
En carta mensajera de los Reyes Católicos (citado en Varela, 1996) a Colón en Barcelona a 5 de
Septiembre de 1493 estos subrayan: “ ... después de la venida de los portugueses en las pláticas que con
ellos se ha tenido algunos quieren decir que lo que está en medio desde la punta que los portugueses
llaman de Buena Esperanza, que está en la rota que agora ellos llevan por la Mina del Oro e Guinea
abajo fasta la raya que vos dijiste que debía venir en la Bula del Papa, piensan que podrá haber Islas y
aun Tierra firme, que según en la parte del sol que está se cree que serán muy provechosas y más ricas
que todas las otras; y porque sabemos que desto sabeis vos mas que otro alguno; vos rogamos que luego
envieis vuestro parecer en ello, porque si conciniere, y os pareciere que aquello es tal negocio cual acá
piensan que será, se enmiende la Bula; por eso por servicio nuestro que luego nos lo escribais”
6
Rafael Moreira, “A criação da rede urbana do Norte do Brasil”, en Teixeira, 2004.
7
Citado en Paulo Santos, 2001: “Franco, Afonso Arinos de Melo. “Desenvolvimento da civilização
material no Brasil”, Revista do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional, nº 11, 1944, pag. 30”
8
Entendemos lo feudal como “una forma específica de organización de la sociedad, caracterizada por la
generalización de las relaciones de dependencia, tanto a nivel militar como económico”. Valdeón, 1988.
9
Manuel Teixeira, 2004.
10
Anchieta cita en su "XXXII. Informação da Provincia do Brasil para nosso Padre - (1585)" las
siguientes informaciones: la cifra de 10000 esclavos de Guinea y 2000 indios de la tierra en Pernambuco;
en Bahía: 2000 portugueses, 10-12000 personas, 3000 esclavos de Guinea y 8000 indios (entre libres y
esclavos); en Ilheus: 150 vecinos portugueses, 1000 personas, 6 ingenios de azúcar; en Porto Seguro: 50
vecinos portugueses; en Santa Cruz de Cabralia: 50 vecinos portugueses, 0 ingenios de azúcar; en Espirito
Santo: 150 vecinos; 6 ingenios; en aldeas hasta 4500 almas; en Rio de Janeiro: 150 vecinos portugueses; 3
ingenios; en las aldeas de Sao Lourenço y Barnabe 3000 indios; en Sao Vicente; se despuebla por haberse
llenado la ensenada y no llegar naves; en Santos: 100 vecinos; en Itanhaem; 30 vecinos; en Piratininga:
120 vecinos (fogos de portugueses); entre las aldeas de Nossa Senhora dos Pinheiros y Sao Miguel 1000
indios. Se convierte en una de las fuentes más fidedignas para el censo económico y social de la época.
11
www.brasil.gov.br da acceso a la mayor parte de las informaciones públicas en materia de
infraestructuras, medio ambiente, vivienda, urbanismo, geografía, historia y patrimonio, territorio, etc...
12
Posiblemente el aumento del calado de las naves y la propia saturación natural de sus accesos hayan
contribuído a su declive.
13
La madera brasileña, pangelín, resistente y resinosa, de su sencillísimo ataúd, en 1598, cierra
simbólicamente un rico y variado periodo de relaciones con Brasil a través de Lisboa ya que se hará con
los restos de uno de los legendarios galeones portugueses de Indias, el Chagas, después de haber sido
utilizada la mayor parte para la cruz del remate del altar mayor.
14
Max Fleiuss, se adelantó en 1923 interpretando que Portugal había perdido la soberanía sin perder la
nacionalidad. Citado en Roseli Santaella, Stella, 1993.
15
Volveremos a tratar este tema un poco más adelante de esta exposición.
16
Salvo el célebre “caminho do Peabiru”, el gran camino indígena que desde los andes cruzaba el actual
Paraguay entrando en Brasil atravesando los ríos Piqueri, Ivaí, Tibagi, Ribera hasta la región de Apiaí y
luego bifurcándose en dos troncos uno hacia São Vicente y otro hacia Cananeia. Este camino aún persiste
en algunos puntos menos antropizados habiéndose medido su anchura en unos 15 metros que los
indígenas se encargaban de mantener libre.
17
Stuart Schwartz, Vera Ferlini, Joaquim Verissimo Serrão y Godinho. Citados en Robert Moraes, 2000.
28
18
CLAUDE, d'Abbeville, ?-1632. “Histoire de la mission des Peres Capvcins en L'isle de Maragnan et
terres circonuoisines... / Par le R. P. Claude d'Abbeuille Predicateur Capucin. - A Paris : Imprimerie de
François Huby, 1614” [16], [395], [34] p. : il. ; 8º (13 cm) http://purl.pt/212. - NUC NC 0467443
19
El Sueño de un Orden. CEHOPU, CEDEX y Ministerio de Fomeno. Reedición 1997, Madrid. Fernando
de Terán y otros autores.
20
“Todo o Brasil é um jardim em frescura e bosque e não se vê em todo ano árvore nem erva sêca. Os
arvoredos se vão ás nuvens de admiravel altura e grossura e variedade de especies. Muitos dão bons
frutos e o que lhes dá graça é que ha neles muitos passarinhos de grande formosura e variedade e em seu
canto não dão vantagem aos rouxinois, pintasilgos, colorinos, e canariso de Portugal e fazem uma
harmonia quando um homem vai por êste caminho que é para louvar ao Senhor, e os bosques são tão
frescos que os lindos e artificiais de Portugal ficam muito abaixo. Ha muitas árvores de cedro, aquila,
sandalos e outros paus de bom olor e várias côres e tantas diferenças de folhas e flores que para a vista é
grande recreação e pela muita variedade não se cansa de ver” (Anchieta, XXXII. Informação da Provincia
do Brasil para nosso Padre - (1585) Bosques)
21
Para el “pecado de sodomia ” la pena prevista era cruel: “seja queimado, e feito por fogo em pó, para
que nunca de seu corpo e sepultura possa haver memória” (História do Direito Penal Brasileiro,
Instituições de Direito Penal, Vol. 1, Tomo 1, p.115 / 135, Basileu Garcia, Editora Maxlimonad, São
Paulo, 1975).
22
CITA DEL SUEÑO DE UN ORDEN ..... DIFERENCIAS ....
23
Gabriel Soares de Sousa dedica a Felipe II su “Livro que da razão do Estado do Brasil” en 1587 (aún se
conserva en la Biblioteca del Escorial).
24
Consciente de la tarea, el propio Escrivá define la postura del ingeniero o arquitecto ante el lugar,
alejándose de las recetas y de los modelos “ad hoc”: “que como ningun lugar hay que totalmente sea
como el otro, asi variamente se deven las fortalezas a los lugares acomodar”.
25
En carta de Diogo de Menezes de 22 de Abril de 1609 al rey, el gobernador critica la planta dibujada
por Tiburcio Spanoqui por no estar de acuerdo con el sitio luego las intervenciones de Frias están
inspiradas en dichos diseños.
26
Carta régia de D. Sebastião garantindo a liberdade dos índios de 1570. Mas as leis não são suficientes
para conter os ataques e violências contra os índios.
27
54/ Leg.148 Fol.166 / 2 folios; 1583/Agosto/7 . Bahía de Todos los Santos; Carta de José de Anchieta,
Provincial de la Compañía de Jesús del Brasil, a S.M. informándole cómo encontró Diego Flores, General
de la Armada del Estrecho de Magallanes, las capitanías de Río de Janeiro y de San Vicente y de la
conveniencia de que éste visitase la Capitanía del Espíritu Santo por la presencia de galeones ingleses y
que dicha capitanía pasase a dominio español para mayor seguridad del Estado del Brasil. Necesidad de
fomentar la conversión de los indios del Brasil y de mantenerlos en la fe para la conservación del Estado
del Brasil.
28
En el plano del pueblo de San Nicolás de las Misiones de José Maria Cabrer , geógrafo perteneciente a
la comisión de demarcación castellana (entre 1750-1777) se substituye dicha construcción por un jardín
denominado “La Florida”.
29
Esta decisión colegiada de las cámaras avanza una primera estructuración de un sistema de cortes (sin
participación real) o de reunión territorial comarcalizada inicio de los consejos regionales.
30
São Luis, trazada “a la espanhola” por Fco de Frias da Mezquita, tiene, como Ferrol, alguna de sus
ortogonales calles en cuesta y no accesibles por carromatos sino a través de escaleras y escalinatas. La
traza no alteraba la topografía pero generaba calles difícilmente utilizables.
31
“La plaza mayor, desde donde se ha de comenzar la población, ... siendo en costa de mar se debe hacer
al desembarcar del puerto; y siendo en lugar mediterráneo, en medio de la población” (ordenanza de
Felipe II, 1573).
32
Ochi Flexor, Maria Helena “A rede urbana brasileira setecentista. A afirmação da vila regular”
33
Ochi Flexor, Maria Helena “A rede urbana brasileira setecentista. A afirmação da vila regular”
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