Los prisioneros de Filipinas Despachos telegráficos

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Viernes 3 0 de Agosto de 1901
Año L.IZ
ITúm. 18.398
M
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ADMINISTRACIÓN: CALLE DE LA LIBERTAD, 16
I IX U S PÍIXCIPALES IIBBERIAS DI MADSID T PSOVaCUS
Paria.—MM. Bojrveau et Cbevillet, rno do la BanOHe, 22.
Anuncios •apaüolas.—A 25 céntimos de peseta
línea en cuarta plana.
Idam axtpanjepoa y r a c l a m o a i i precios conToncionales.
Cada anuncio satisfará 10 céntimos do impuesto—
(Ley 14 Octubre 96.)
Diieooldn telegrifloa; ÉPOOA.—M.AT)-Rin
MIÉPONO KÚM. 89
APARTADO NÚM. 101
AS I PllCIAS n l i ÜRDI
NO SE DEVUELVAN LOS ORIGINALES
Los prisioneros de Filipinas
SAN SEBASTIAN-MADEID
Son interesantes las noticias que acerca de
los prisioneros de Filipinas comunica en un
extenso informe al ministerio de Estado el cónsul general de España en Manila, Sr. Marinas.
Sabido es que el anterior Gobierno del señor
Sagasta no supo aprovechar los momentos más
propicios para la liberación de los prisioneros,
que fueron aquellos en que no estando aún rotas las hostilidades entre filipinos y yankees podían abrigarse esperanzas de obtener por mediación de los Estados Unidos el rescate de los
cautivos. Una de las dificultades con que se
encontró el Sr. Silvela al subir al Poder era la
que representaba la liberación de los prisioneros una vez declarada la guerra entre tagalqs
y norteamericanos, y convencidos los primoros de que la retención de los cautivos les ayudaría á conquistar la independencia. Agravaban más todavía esta dificultad los clamores
de las familias de los cautivos, llenas de natural impaciencia por verlos restituidos á su patria y hogar. De gran serenidad de juicio dio
pruebas aquel Gobierno resistiendo y desbaratando las varias tentativas que se hicieron
para explotar al Tesoro español, so pretexto de
obtener la libertad de los prisioneros, y que
de haber sido acogidas no hubieran producido
el resultado que se deseaba y sólo sí el derroche estéril de sumas acaso cuantiosas. Por fin
se obtuvo la libertad de los cautivos, ayudando poderosamente á este fin las operaciones
jnilitarea realizadas en grande escala por las
tropas norteamericanas, que hicieron que se
convirtieran en inútil y peligrosa impedimenta
para loa insurrectos los prisioneros, y que
muchos de éstos pudiesen escapar aprovechan4o la confusión y el pánico que el avance de
Ibs yankees originó entre los tagalos.
Como durante la cautividad perecieron bastantes de los prisioneros, y otros se establecieron ea el país, por algún tiempo ha persistido la duda de si aún quedarían por libertar
Episioneros, aunque en estos últimos meses
ien notorio era que los escasos y diseminados
grupos insurrectos que quedan en armas no
podían retener más que contadísimoa cautivos, ai alguno conservaban. El informe del aeñor Marinas viene á disipar estas ultimas dudas y lleva al ánimo el convencimiento de que
no quedan ya prisioneros españoles en el archipiélago
filipino.
. u„-«
Queda, sin embargo, por hacer un trabajo
de investigación importante para reconstituir
los datos relativos al estado civil de los desaparecidos, á quienes se supone muertos, y
normalizar la difícil situación en que se encuentran sus familias: viudas que legalmente
no lo son, hijos cuya tutela no puede establecerse hasta que conste la defunción de sus padres, etc. A estas averiguaciones indispensables parece que alude también el informe del
Br. Marinas, que aparte publicamos, y no necesitamos encarecer la urgencia de que se poncan en práctica los medios conducentes á satisfacer esta necesidad que á muchas fami lie a,
desgraciadamente, alcanza.
Jueves, 29.
—¡Hermosas fiestas las del Casino!... Llena 'a terraza, rodeadas de gente las mesas de los caballitos y
duefia la juventud del salón do baile...
—Dasde los palcos se disfruta de un buen f olpe de
vista sobre el salón... Hace bonito efecto ver tantas
muchachas, con sus trajes claros y sus grandes sombreros, deslizándose sobre el paninet á les sor. es del
cadencioso vals...
—Empieza á aclimatarse el traja de casino, que resulta elegante y sugestivo, trajo que consisto on cuerpo ligorameute abierto, mangas hasta el codo y el gian
sombrero de paja, con la copa en forma de boina, que
ahora ea de moda, adornado con llores y plumas de pálidos matices.
—Especialmente cuando esos trajes son llevados
por las jóvenes bonitas que en San Sebastián se lian
reunido este año.
—Muchas de ellas son del país, cuyas mujeres siempre gozaron fama por su belleza y elegancia... Altas,
esbeltas y vestidas por estos modistos de San Sebastián, que reciben los últimos modelos antes que en
Madrid, nada tiene de extraño que tanto la llamen la
atención... A la mayoría do los madrileños les ocurro
lo mismo, y alguno hay que está en camino de aumentar la lista de bodas que suelen ser resultante del
veraneo.
—Este Gasino de San Sebastián es una Providencia
para las jóvenes casaderas. Ni San Antonio, el que
recibe los panes en el Colegio del Sagrado Corazón, ni
San Expedito, ni San Judas Tadeo, han arreglado más
bodas. En vez de Notre Dame de la Rouletts, como se le
llamó un tiempo, podría llamársele Notre Dame du
Mariag».
—¡Ay, si fuera verdad tanta bellezal, dirán algunas
mamas de las que vienen hace años con sus retoños,
sin haber podido salir de ninguno.
—Pues no puede negarse que esta tierra es propicia
al noviazgo... En otros casinos del extranjero la cocotle
domina, con sus toilettes estrepitosas y sus encantos
sugestivos. Ellas so llevan las miradas, el corazón, los
sentidos y él dinero de los jóvenes veraneantes. En la
crisis porque atraviesa el matrimonio, según las mamas, las cotottes hacen á las niñas, vestidas con sencillos trajes de batista y que no pueden desplegar los
mismos reéursos que las otras, una terrible competencia... Las niñas sirven como do aperitivos, y las pájaras se llevan el gato al agua...
—Un poco exagerada me parece la pintura.
- N a d a de eso pasa en San Sebastián. Aquí no
existe la cocotte. Si alguna, nacional ó extranjera, se
atreve á traspasar el Urumea, una autoridad municipal, encargada de velar por la pureza de la moral y de
las buenas costumbres, la expulsa. Mucho menos se
atrevería á hollar con su planta impura este recinto
casto del Casino, en que reinan la joven casadera y
los caballitos.
—Comprendo que á tantas familias guste venir todos los años á San Sebastián, aunque sólo fuera por
esto.
—El joven aquí, sin más distracciones que el bacarrat y los toros, se entrega al dulce placer del coqueteo. Se coloca en la acera del Boulevard ó en la terraza
del Casino, y las ve pasar una, dos, veinte veces, con
sus corees de moda, que las forman talles de avispa, sus
trajes de colores claros, sus inmensos sombreros, sus
miradas llenas do curiosidad y sus sonrisas llenas de
coquetería. Y, es claro, en seguida vienen las presentaciones, y el acompañarlas en la terraza, y el bailar
con ellas el cotillón, y el izar por ambas partes, como
diría un marino, bandera de inteligencia.
—Pero, ¡ayl, ol idilio bosqufjaio á orillas del mar
no siempre acaba en la vicaría. Los vientos de Octubre se llevan las hojas de los árboles y los amores veraniegos.
—Pero siempre queda un regular tanto por ciento
de parejas dispuestas á que no se acabe el mundo.,.
M.
^mCIDENTE FRANCO-TURCO
Deelaraelonea de Mr. Conslans.—Su llegada á
Paria.—L'na uola oficiosa.
Un correaponsal del Dai'y Mail ex» Viena lia interrogado á Mr. ConstanB.á BU paso por dicha olucal, Bobre
la cuestión franco-turca.
j . , .
Dicho diplomático se expresó del modo siguiente:
«—La cuestión está ahora en las menea del Gi bie;no pudiendo solamente terminar si el ¿uliái saiisfúce completamente las reclamaciones de Iramia.
.Oaalquler otra solución sería perjudicial, porque
al Turoula obtuviese el menor éxito en este cjnfiíoto,
emolearla la misma táctica con toda Nación que tuviese dificultades c^n la Sublime Puena.y todas, acaso, no tendrían la misma paciencia que na mostrado
Francia.>
El corresponsal preguntó al embajac'or si pensaba
regresar pronto á Constantinopla, y éste contestó TÍrimonie:—Ajamáis!Cestfini!
. ^ .
Mr. Constans piensa dedicarse á la poliiici interior
dd Francia.
En cuanto llegó Mr. Constans á París conferenció
con Mr. Pelcassé, exponiéndole las dificultades con
Due se iucha "Jara la solución del Incidente francoturco, no obstante lo cual opina que el desenlace ha
de ser satisfactorio.
,., „
,
,
. ,
Mas tarde conferenció Mr. Constans con el embajador de Turquía, Munir-Bey, cuyo súbito regreso á París es muy comentado.
Parece que Muñir Bey ha presentado nuevas propoaicion'iB de arreglo, y no falta quien sospecha que tiene orden expresa del Sultán para llegar á toda costa á
°"Da"todoB modos, en los centros oficiales se guaida
abaoluto reserva sobre todo cuanto se refiere á iste
**Los periódicos de París han publicado una nota oflolosa, redactada en los siguientes términos:
«El oersonal de la Embajada francesa permanecerá
en Constantinopla, pero sin tener relaciones con la
Sublime Puerta.
., - ^ j .
*
Oopstans ha participado su partida á todos los conBUlSTrwoeses de Turquía, ordenándoles continúen
DroteaienaJ los intereses franceses.
Aunaue la iuptura de las relaciones entre Francia
V Turoula ha sido motivada principalmente por cuestiones pecuniarias del memento, se considera que numerosas dificultades, de estos últimos tiempos han
Sopezado con los intereses de Francia, y que éstas
han contribuido principalmente á la resolución que
^ ' ¿ c u e í t i K u a l interesa también á otras Potenfilas porque todas las Embajadas en ConstantinoS a n tenido también que quejarse por el retraso
Ene sufre el arreglo de cuestiones muy importantes
Sara los intereseí de sus connacionales, y por las difloultades opuestas á las tranEacciones comerciales por
las querelUB de la administración de las aduanas
* " ^ g n o r a todavía el giro que tomarán los acontecíinientoB>>
,
(DI LA AOKNOIA TABBA)
Reonlón de ministros en Constantinopla,
nAVMANTiNOPLA 29.-LOS miulstros se reunieron
«ver en Consejo para ocuparte de la cuestión franco?nrca Berree que Francia recibirá muy pronto una saffición
completa. Se considera generalmente que
!a actitud de la Nación francesa no ha sido motivada
por intenciones políticas.
El Sultán y el sn«lllu(o de Mr. Constana.
pARf8 29 —Un despacho do Constantinopla, recib'do
asta maflaia, dice que el Sultán no se ha Oirigido todavía para nida al 8r. Bapst, que sustituye al seftor
Constans en la Embajada francesa.
ReetlOeaclón del embajador franccs.-jEn que
*^
quedamos?
PtRfs 29 -Como un periódico ingles había dicho
nue había dejado su pueeto definitivamente el señor
& t a n s éste lo ha negado, fftadiendo que volverá á
Ssípar la Embajada da^Francia en Constantinopla tan
S f o wno dwapapwcap las dificultades actúale»,
Despachos telegráficos
(DBL BKEVIOIO PAKTICULAE DK «LA ÉPOCA»)
Desgracia evitada por mllagre.
30 (8 mañana).—Al pasar un tren
de viajeros por el kilómetro núm. 27, cerca de esta
estación, un niño de cinco años, que iba asomado a
ana portezuela, se cayó á la vía.
El tren llevaba buena marcha, y por verdadero
milagro el niño resultó ileso.—iíodilía.
OANTALAPIKDRA
(DI
LA
AOIHOIA
I A B B A }
Huelga en sa»penao.
MARSELLA 29.—En virtud de las indicaciones hechas
por las autoridades, los obreros oarüleros han decidido volver al trabajo y aguardar el resultado de las
negociaciones que se siguen entre ,los patronos y los
Poderes públicos.
Jiuñ relaciones rugo-germanas.
PARÍS 30.—Un periódico de San Petersburgo publica un artículo, que se supone inspirado en elevadas
reglones, en el cual, hablando de las relaciones entre
Rusia y Alemania, dice que tienen un carácter natural, tradicional é indiscutible.
.La personalidad—añade—del Emperador de Alemania; este Soberano, dotado de altas cualidades, infatigable, enérgico y lleno de aspiraciones é ideales,
resulta tan grande, que habría sido extraño que este
año no se hubiera verificado la entrevista de dicho
Monarca con el Soberano ruso, á quien todos los pueblos del mundo veneran cada vez más, porque la políiioa de Rusia, exenta de todo egoísmo, no cesa de
inspirar respeto y confianza á todas las Naciones.
Por lo tanto, la próxima visita del Zar á Danzig,
que no es para Alemania más que la confirmación de
los sentimientos amistosos de Rusia, debe ser considerada de una manera absolutamente simpStica en
Francia, donde se ha olvidado en gran parte lo pasado y donde hay motivos para esperar una aproximación más estrecha y más seria entre franceses y alemanes, al inaugurares en Fiuropa una política elevada y práctica, basada en un acuerdo común.»
Rumor sin fundamento.
PARÍS 80.—Según noticias de Bruselas, no se confirman los rumores, de origen inglés, de haber estallado una gran insurrección en el Congo.
Expediploaes porluguesas á España.
LISBOA 30.-El tren especial organizado por loa industriales de esta ciudad, que ealdrá el 9 del próximo
Septiembre para Madrid, no se compondrá más que
de coches de primera.
Se cree que formarán parte de esta expedición muchas personas y familias distinguidas de Lisboa, que
se propouan visitar la capital de España, así como El
Escorial, Aranjuez y Toledo.
.
. .
j
Para más adelanto se proyecta organizar viajes de
trine» más eognómioos de secunda j tercera clase.
Indemnizaciones por la guerra anglo-cboer».
LONDRES 30.—La Comisión encargada de examinar
las reclamaciones presentadas por subditos extranjeros al Gobierno británico pidiendo indemnización
de daños y perjuicios por haber sido expulsados del
territorio del Transvaal de orden de las autoridades
inglesas, ha terminado ya sus trabajos preliminares,
El número de indemnizaciones reclamadas se eleva
á 1.G38, y el total de las sumas que se solicitan asciende á 1.133.521 libras esterlinas.
Entre los reclamantes figuran dos subditos españoles que solicitan indemnizaciones por valor de 52ü libras esterlinas.
LI DEMMGlGIOli DE LOS IISTITUTOS
El ministro de Instrucción pública ha remitido á la íirma de la Reina un proyecto de decreto fijando de una manera categórica la demarcación territorial correspondiente á cada
uno de los Institutos llamados ahora generales
y técnicos, incluso los dos de Madrid.
Nada habría que objetar á este disposición
si, al dar cuenta de ella, la Prensa no anunciase que en ese decreto se establece la prohibición de estudiar en otros Institutos distintos á
los alumnos domiliados en el territorio de cada
uno; pero esta medida, si no hay error en la
versión de los periódicos, no puede pasar sin
que se advierta cuando menos que constituye
un atentado á la libertad individual.
¿Con qué derecho se priva á los padres de
los alumnos de llevar sus hijos á estudiar en
aquellos centros que más convenga á sus intereses ó que por cualquier motivo merezcan su
confianza?
Se dice que esa disposición tiende á evitar
los libusos que se cometen actualmente, aglomerándose los alumnos en aquellos Institutos
que gozan fama de benévolos en loa exámenes,
y quedando, en cambio, casi desiertos aquellos
otros que tienen fama de rigurosos; pero si
esto es verdad, resulta que se castiga á los padres de familia por faltas que cometen los profesores. Estos no deben ser ni benévolos ni rif;urosos, sino justos; pero si con razón ó sin ella
o^ran fama de lo uno ó de lo otro, no deben
suírir las consecuencias las familias.
Tan absurda resultaría esta disposición, que
se daría el caso de que un padre domiciliado
en Madrid, en el barrio de Salamanca, se vería
imposibilitado de mandar á sus hijos al Instituto de San Isidro. No sólo absurdo, sino hasta
ridículo sería esto.
Si se quiere evitar la traslación de matrículas, medios hay para evitarlo sin coartar de
ese modo la libertad individual.
Celebraremos que resulte inexacta la noticia, á la que da cierta verosimilitud la tendencia que palpita en toda la reforma del señor
conde de Romanones.
I D e s d e L a Q-raxija
(DB NUESTRO CORRESPONSAL)
Terminó la agradable fiesta jugándose algunas en*
tretenidas cucañas.
Ai retirarse la Infanta fué de nuevo vitoreada con
entusiasmo por las personas de la colonia y el pueblo
de La Granja.
Por la noche se verificó en la Plaza del Ayuntamiento la vistosa función de fuegos artificiales preparada. ••;:^;:£:s',->'•
A las nueve y inedia llegó la Infanta á la Casa
Consistorial, acompañada por la condesa viuda de Toreno, la marquesa de Nájera y el Sr. Coello, siendo
recibida por el alcalde, los concejales y distinguidas
personas de la colonia, entre las cuales figuraban la
duquesa de Ahumada, la marquesa de Salas y la señorita de Coello.
La función comenzó á las nueve y media, siendo
presenciada por S. A. desde uno de los balcones del
Ayuntamiento, y resultó verdaderamente notable por
la originalidad de muchas de las piezas quemadas. Estas fueron 11 árboles de pólvora á cual más caprichosos y bonitos. En el último número apareció, dentro
de un marco de bengalas, la dedicatoria:
«A S. A. R. la Srma. Sra. Infanta D.* Isabel, protectora del Real Sitio.»
Amenizaba la sencilla fiesta una banda de música
colocada en ol centro de la plaza. A sus acordes
las gentes del pueblo improvisaron alegres y animados bailes.
Terminada la fundón de pirotecnia, el Ayuntamiento, que merece sinceros aplausos por la organización de los festejos de San Luis, obsequió á S. A. y
á todos los invitados con un delicado y bien servido
refresco.
Fiesta simpática y agradable en extremo ha sido la
infantil, celebrada hoy. S. A. no se olvida nunca de
los chiquillos, y este año, como todos, ha querido obsequiarles con sus regalos de juguetes. Hoy se ha verificado el reparto, en medio de atronadora algazara
de la alegre chiquillería.
A las nueve de la mañana esperaban los pequeñuelos, ya Impacientes, en la puerta del Vivero. Franqueada la cancela de hierro, penetró el batallón infantil en alocada carrera. Al llegar á la hermosa pradera
del Vivero, detuviéronse ios chicos entusiasmados, admirando los lotes de juguetes que pendían de las ramas de los árboles. El espectáculo era interesantísimo.
Hecho el sorteo de pucheros, dentro de los cuales
encontrábanse, encerradas en trozos de sabroso cascajo, las papeletas con los números de loa lotes, cada
chico se colocó bajo una rama, dando guardia de honor á sus juguetes. Después 8. A., auxiliada por laa
señoritas de Coello, Oflate, Travesedo, Manfredl y Rodríguez, fué descolgando los lotes y entregándolos á
los agraciados. La alegría contenida estallo entonces
en grandes gritos de entusiasmo.
Terminado el reparto salió el batallón Infantil, compuesto por unos doscientos chicos, llevando al frente
á la Infanta y acompañado por los acordes de una orquesta de guitarras y bandurrias, siguiendo la alameda de la fuente de la Fama y calle de Balsaln. Aquí
hizo alto para que las huestes infantiles formaran correctamente. Así formados fueron al Patio de las Herraduras, donde un fotógrafo sacó un interesante gru?o, poniendo á los pequeños en semicírculo, con la
nfanta en el centro.
Acompañaron también á S. A, sus damas y el obispo
de Segovia, que fué invitado á comer por la augusta
señora.
Los chicos y sus padres, agradecidos á la bondad
de la Infanta, la vitorearon con loco entusiasmo.
La fiesta fué animadísima, muy alegre, muy divertida, y principalmente muy ruidosa.
Terminó á la una y media de la tarde.
El próximo viernes se verificará la anunciada exourslón al Paular.—-S.
Las carreras de «blascs».—Premios en metállra.
—El «Ciinkana».—Otras carreras.—Fncgojü artillclales y baile al aire libre.—En los jardines.
—Fiesta Infantil.—Reparto de Juguetes.
SAN ILDEFONSO, 27 de Agosto.—Mny interesantes y
animadas resultaron las carreras de blases verificadas
ayer. Se esperaba que este número de las fiestas de
San Luis fuera el más divertido, y las esperanzas se
han confirmado plenamente.
El día era espléndido, un día de primavera por su
agradable temperatura. En la hermosa pradera del
Hospital Militar se había dado cita la flor y nata de la
colonia veraniega. A ella se unía un público muy numeroso.
A las tres de la tarde llegó S. A. la Infanta D.* Isabel, acompañada por la jefa de su cuarto particular,
condesa viuda de Toreno, su dama la marquesa de
Nájera y su secretario Sr. Coello. Fué recibida por el
gobernador civil de Segovia, Sr. Revilla; el administrador del Real Patrimonio, Sr. Cabrera; alcalde de
San Ildefonso, Sr. Armengol, y Comisión organizadora de la fiesta. La banda de música del Hospicio provincial de Segovia tocó la Marcha Real, y todos los
circunstantes aclamaron á S. A.
Ocupó la augusta señora la tribuna levantada al
efecto, y comenzó la fiesta en que habían de ser principales «actores» los bravos caballitos del país, fuertes y nerviosos, indispensables para caminar por los
riscos y breñales de la sierra. Las primeras carreras
fueron las de los premios en metálico, y BU result d)
fué el siguiente:
Carrera para blases que no pasaran de la marca.—
Premio del Ayuntamiento: 3) pesetas al primero y 16
al segundo.-La distancia era de vuelta y media á la
pradera, y ganó el primer premio José Marcos.
Segunda.—Premio también del Ayuntamiento: 30
pesetas al primero y 16 al segundo, para blases qu3
pasaran de la marca.—Li distancia era de dos vueltas,
y ganó el primer premio el Individuo apodado Mimito.
Tercera.-Para caballos de guardas, montados por
sus dueños. Premio de S. A. la Infanta D." Isabel: 50
pesetas al primero y 25 al segundo.—Distancia: dos
vueltas. Ganó el primero Manuel Villar y José Chones el segundo.
La cuarta carrera fué más divertida que las anteriores. Era para burros, montados por los dueños de
otros animales que también corrieran, y el premio del
Ayuntamiento, consistente en 15 pesetas, se concedía
al último. La distancia fué de media vuelta. Ganó un
muchacho á quien apodaban Pichichi.
Terminada esta chistosa carrera, se hizo un descanso en la fiesta. S. A. y sus damas fueron obsequiadas entonces con un refresco por el Ayuntamiento.
Procedióse á la segunda parte con el clásico Qinkana, carrera de dificultades, en las cuales habían de
tomar parte los distinguidos aficionados de la colonia. Como es sabido, en cada una de estas carreras se
impone al corredor una dificultad cualquiera, que ha
de vencer al mismo tiempo que llega primero á la
meta. He aquí el resultado:
Primera carrera.—Consistía la dificultad en que á
cada corredor hiciera una operación de suma una señorita. Si ésta era perfecta, ganaba el corredor que
llegara primero. El premio, deS. A., consistía en una
aitística cesta de campo, y la dlstaacla era ¿e una
vuelta. Ganó D. Juan Drumen.
Segunda.-Consistía la difioe'.íkd en enhebrar rápidamente una aguja. PrámlodelCandilóp: mess modernista, con juego de cerveza. Ganó D. Javier Girón.
Segunda.—El corredor había do atravesar un aro
cubierto de papel. Premio dei Bazar Brun: una columna con termómetro y reloj.-Distancia, media vuelta.
Ganó D. Juan Drumen.
Cuarta.—La dilloultad no era del todo desagradable, puesto que consistía en comerse un gran bizcocho y en beberse después el necesario vaso de agua.
Premio del Candüón español: una artística figura, tocando el violoncello. Ganó el niño Fernando Longoria.
Quinta.—La dificultad estribaba en coger con los
dientes una manzana que nadaba en un barreño de
agtia. Premio de Las tres B. B. B.\ una copa con retrato de S. M. el Rey.-Distancia, una vuelta. Ganó
V). Juan Drumen.
•yerminadas las carreras de blases, cuyos vaneadorea fueron muy aplaudidos, se verificó otra muy divertida y burlesca, do chicos metidos en saooB, S« A.
recompensaba con monedas de eiüco pesetas á loa
chicos que llegaban primero á la tribuna que ocupaba. No hay que decir que hubo mucl^as caídas y que
el público ge rió á plaoeri
MADRID.—Un mes, 4 pesetas; trimestre, I8| someft
tre, SS| año, 46.
PROVINCIAS.—Un mea, 5 ptas.; trimosfro, 12,901
•emestro, 2 4 | un año, 4 8 .
Unión pomtmIr—Cubnt P u a r i o Rice y Fili>
plnaa.—Un moa, 7 pesetas; trimestre, 2 0 | sernos ttt
4 0 | un año, 80 oro.
Portugal, Gibraltar y Marrueoos, el mismo precio
de proyinciaB.
Número del día, IB céntimos.—Atrasado, 25.
La correspondencia do Administración á U. JTras-"
olmoo Boronmtm
Eedaociótt y Administraoidn: LIBERTAD, 16.
cuanto está á su alcance para obtener la libertad de
los cautivos, habiendo empleado para ello la influencia religiosa y prodigado las ofertas; pero se trópica
con dos graves inconvenientes: uno, que no es posible
apelar á la fuerza, no sólo porque peligraría la vida
de los dos españoles, sino por las consecuencias que
podría eso tener, por lo cual ni el Gobierno español ni
ningún otro se decidiría, aunque el Sultán se prestase
á ello, á aconsejarle semejante cosa; y otro que, según
parece, los cautivos, sobre todo la muchacha, no muestran deseos de salir de su actual situación.
A pesar de estos inconvenientes el Gobierno continúa sus gestiones, que no ha abandonado ni abando'
na, y se propone obtener laa satisfacciones debidas,
que seguramente no le serán negadas, pues en Tánger
se dice que ni por un solo momento se ha resistido el
Majzen a reconocer la razón que asisto á España.
iVBV-ivoa
UEMBtJIDt DEL CONDE DE FERHiN-NUKEZ
(Desde la calda del conde de Aranda al suplicio de Luis XVI
y María Antonieta.)
A las tres cartas del conde de Aranda, de 8 de Diciembre de 1786 y 2 y 9 de Enero siguientes de 1787,
ni en el ánimo del Rey Garlos III, ni en el de su ilustre ministro el conde de Floridablanca pudo caber
duda de que el esclarecido embajador que había representado á España en París durante cerca do catorce años continuados quería á todo trance descansar.
Su traslado desde la Presidencia del Consejo de Castilla á la embajada cerca del Rey Luis XV de Francia, se había verificado cuando él se hallaba en la plenitud de la vida y del prestigio, y en el mayor esplendor de la fortuna y aun de sus propias facultades. La
inocente esposa, D.» Ana de Silva, á quien en la flor
de sus años hioiéronle unir sus padres, siendo él duque de Almazán y teniendo veintiún años, el 1." de
Septiembre de 1740, en el oratorio privado de su casa,
haciendo de celebrante, como amigo de familia, aque
sabio historiador Fray Nicolás do Jesús de Helando,
en quien el cura de San Andrés, D. Manuel Manchanos, delegó sus licencias, no había tenido la suerte de
ser la mujer chispeante y atractiva que convenía á un
hombre de su temple. Su tálamo había sido infecundo; y aunque ella, calificada siempre por él de tontita,
le idolatraba, no había tenido gancho bastante para
contenerle en el fogoso curso de sus pasiones mundanas; le permitió vivir, ya en los campamentos, ya ea
las Cortea extranjeras, ya en la distraída ocupación
de los supremos cargos políticos y palatinos, y aun on
el círculo de los hombres de talento, con una libertad
que le erigía en un casi extraño dentro de la intimidad de su hogar, y así había olla envejecido prematuramente, y aun llegado al término de su vida, participando sólo del fatuo reflejo de los públicos resplandores, pero en una perpetua proscripción del alma do
su marido, y aun casi de su mentó. Da aquí pudo dimanar aquel tono, único que se conoce en la historia
de la diplomacia, que dio el conde de Aranda á la embajada de España durante su larga residencia en París, en Veraalles, en Cjompiegne y en Fontalnebleau.
La situación de 1773, cuando tomó su embajada
para ser testigo de la transformación que se verificó en
L a viuda de Félix Faure.-Preparativos en
Francia á la muerte del anciano y consunto Luis XV,
Dunkerque.
y á la exaltación de su nieto Luis XVI, unido á aqueLa viuda de Félix Faure ha recibido aviso de que
lla que se reputó frivola, á fuerza de espiritual y aniesté prevenida ante la posibilidad de que el Zar y la
ñada, María Antonieta, y de 1789, cuando sobre las auZarina muestren deseos de recibirla.
Las autoridades marítimas están inspeccionando ac- gustas cabezas de aquel Rey bondadoso y aquella Reitualmente la rada de Dunkerque, en previsión de que
na presumida y fatua, con loa coquetismos de su sexo
si durante la revista naval hace mal tiempo, los buy
de su estado, comenzaba á cernirse la revolución,
ques que tomen parte en aquélla tengan que bascar
era tan diversa bajo el aspecto político y las relacioallí fondeadero.
nas de las dos Cortes, como para el mismo embajaE l regalo de Cemplegne al Zar.—Dos tmenna»
artísticos.
dor. Reducido en el trato ordinario on que sa oona.
La suscripción iniciada por el Municipio de Com- tituyó al papel de una especie de solterón caprichopiegne para ofrecer un regalo al Zar se eleva actual- •0 y galante y de un hombre de gran mundo, amigo
mente á 1.360 francos. La Junta organizadora duda
de todos los sibaritismos que proporciona el gusto
entre ofrecer al Soberano una reducción de la estatua
de Juana de Arco, situada en la Plaza del Ayunta- y la opulencia, con un tantico de filósofo y escéptlco
miento de Compiegne, ó un magnífico jarrón contey ana propensión espléndida y generosa á dejar lleniendo un ramillete de brezos, fiores predilectas de la
gar hasta él toda cumbre y hasta toda sima de la inEmperatriz.
teligencia culta de su tiempo, desde que Aranda puso
Los menrn de los almuerzos naval y militar con que
el pie on París, «he sido—como él mismo escribía
se obsequiará al Zar en Reims, son verderas obras artísticas, según la Prensa parisiense.
á Floridablanca-el embajador único que ha dado
Representa el primero el puerto de Dunkerque Hede comer con ordinario abierto, sin contar con loa
no de barcos, con el vasto hoi izante del mar sirvienconvites
extraordinarios; he creado un sinnúmero de
do de fondo.
oonocimlentoB que, regularmente, sólo para aquella
La figura simbólica de Rusia avanza gallardamente sobie las aguas, envuelta en los dorados reflejos de
hora y día que les conviene se acuerdan deserto míos;
ana aurora esplendorosa, que da al conjunto el aspecme veo todos los días con dos, cuatro, ocho, doce y
to de una brillante apoteosis. Es autor de este proyecmás que, á la francesa, se me plantan, y fuese enhorato el afamado pintor Mr. Devambes.
buena
su venida para la mesa, pero nunca hacen veEl menú del almuerzo militar es también de grandiosa composición. La Imagen simbólica de Francia
nir sus coches hasta de cinco á seis, momento on que
aparece en primer término. Consiste aquélla en una
se van á espectáculos ó á sus visitas»; y el boato inhearrogante figura de matrona romana, sentada junto á
un león, cuya cabeza rodea con el brazo Izquierdo, rente que á estas costumbres correspondía le había
obligado á gastos excesivos, cuyos dispendios, carganmientras ofrece con la mano derecha un ramo de oliva á dos ángeles que descienden del Cielo sosteniendo
do sobre su fortuna particular, más da una vez le ha*
los escudos de Francia y Rusia. Si ven de orla á la com- bían compelldo á la enajenación de aquella parte liposición las banderas de ambas Naciones, elegantebre de sus bienes que era el mayor desahogo de su
mente plegadas. Sobre la bandera francesa, y destafortuna. Su mujer, entretanto, permanecía alejada y
cándose en medio de un grupo de nubes, canta el gallo galo. Este proyecto de menú artístico ha sido pre- obscurecida en Madrid. La pasividad de su carácter,
sentado al Municipio de Reims por Mr. Guiüonet.
el hábito del aislamiento, habían embotado totalmen(DI LA AOBNOIA IABRA)
te sus pasiones, y cuando llegó á los dinteles del sepulLa familia Imperial en Dinamarca.
cro ni íjra joven ni era vieja, ni era exigente ni era toGoPBNHAQUB 29.—El Zar, la Zarina y sus hijos lle- lerante, era un ser Indiferente, tal vez bueno á fuerza
garán aquí el lunes, á bordo de su yate.
d'ol propio abandono en que había caldo, y de quien,
sin embargo, ni los que se hallaban á su lado pudie-.
ron aplicarla calificativos de desconoepto, ni los q^uo
reoibleroa sus beneficios se permitieron llamarla sanEn una carta de Tánger que firma el conocido es- ia. EL conde, rapetlmos, en sus cartas muy urbanas, á
critor Abd-Al-Alah, al ocuparse do la cucátíón de los
cautivos españoles, se hacen las siguientes atinadas vdces basta cariñosas, no la llamaba más que tontita,
Aranda había traspasado la cumbre de los sesenta
consideraciones:
cuando
se quedó viudo. La sirvió de pretexto para
«Además de las gestiones oficiales y da la indemnivenir á Madrid, en 1784, el arreglo do los intereses y
zación diaria exigida, que dicen ea con plazo de un
mes, se han puesto en acción otros medios particulade la testamentaría de su mujer, y su breve estancia
res, que he do reservar por lo pronto, para que no se
en la capital, de donde hacía tantos años quo faltaba,
perjudiquen las gestiones que se efectúan.
Según mis informes, los cautivos estaban sin nove- sólo le sirvió para prendarse de las dotes de la más
dad hace pocos días; la joven, en la kábiia de Beni- joven de sus sobrinas, María del Pilar de Silva, la úlMesara, y el niño, en la de Khamaz, convertido éste
tima de las hijas del duque de Híjar, y para oaaarsfl
en musulmán y sirviendo de mozo de té á los moros
con ella. Aquí pensó que al presentarse ante sus oaen cuyo poder se encuentra.
maradas de París con tal joya le valdría un triunfo,
Se dirá: ¿cómo sabiendo su paradero, no envía fuerPero el núcleo de sus amistades en la capital de Franzas el Gobierno marroquí para rescatarlos?
¡Ah! Desgraciadamente, esas kábiias son más fuercia lo componían hombres: unos, sabios; otros, p*.
tes en sus posiciones que todas las desorganizadas y
dantes, y todos, inciviles y fatuos. La joven espoaa no
harapientas fuerzas que pudiera reunir el Sultán; que
se sintió halagada en aquel mundo y precipitó su
si las emplease en esto, provocaría la revolución en
vuelta á Madrid pretextando que aquel olima la entodas las tribus próximas, que darían buena cuenta
de las tropas sherilflanas después de asesinar á los
fermaba, y el viejo enamorado, cuando so halló solo,
cautivos.
se entregó á la pasión del recuerdo de su amada, y ya
Es necesario, pues, y cciao dije, llevar este asunto
no le halagó más deseo que el de dejar su embajada y
con paciencia y hiuiíiaad.
venirse á morar con su mujer.
Tiempo habrá para censurar ó aplaudir; esperemos
los hechos, procurando no agravar la situación de osos
Solicitando con apremio su retiro, escribía á Fiorldesgraciados.»
De otros informes que hemos recibido se deduce
dablanoa; «—Tres años hace que pasé á España en la»
Viaje del Zar á Francia
Los cautivos en Marruecos
que el BuUán ba hecho y sigue bacieodo en raalldad
olroaQSta^oi&a que á todos son notorias, y falto de tw
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