Eje Temático: “Salud: Adicciones, nutrición, salud y sexualidad

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Eje Temático: “Salud: Adicciones, nutrición, salud y sexualidad”.
Tema: “El desarrollo de las Habilidades para la Vida como medida de prevención ante
conductas de riesgo hacia la salud integral en la adolescencia”.
Existen diferentes teorías sobre el desarrollo humano, donde se plasman que el ser humano
presenta cierto grado de vulnerabilidad dentro de la etapa de la adolescencia. Por tal motivo,
es necesario brindar al adolescente herramientas a implementar dentro de su vida diaria para
un mejor desarrollo en todos los ámbitos. Dentro de este escrito se presentarán como las
habilidades para la vida, son una herramienta importante para retrasar el inicio o bien una
medida preventiva ante diversas conductas de riesgo en las cuales pueden enfrentarse los
adolescentes en la actualidad. El objetivo del presente texto, es dar a conocer la relevancia
de crear programas dentro del ámbito de salud que tengan como base la implementación de
las habilidades de la vida para mejorar el desarrollo del adolescente.
Para lograr respaldar dicha propuesta, se presentarán una variedad de datos que
comprueban la eficacia de lograr que no sólo se de la información acerca de en lo que
consisten las habilidades para la vida, si no que el lograr practicarlas en la vida diaria para
poder alcanzar un desarrollo optimo. También se darán a conocer las situaciones a las cuáles
se enfrenta el ser humano en la adolescencia que podrían crear un impacto negativo en su
desarrollo, como lo son consumo de sustancias, embarazo adolescente, contraer
enfermedades de transmisión sexual, entre otras.
En cuanto a las habilidades para la vida, es importante señalar que la Organización
Mundial de la Salud es promotora de la difusión de estas, en el trascurso del texto se darán a
conocer cuales son. La razón por la cual es relevante la revisión de este tema, es debido a
que es necesario crear consciencia de que los jóvenes son foco de vulnerabilidad ante
situaciones de riesgo y que se puede crear un factor de protección por medio de la educación
sobre la existencia de las habilidades para la vida para así promover la aplicación de ellas.
Para iniciar, es necesario mencionar que de acuerdo a la fundación EDEX (2014) la
división de salud mental de la Organización Mundial de la Salud promulgó la propuesta
llamada “Iniciativa Internacional para la Educación en Habilidades para la Vida en las
Escuelas” en 1993, con el objetivo de lograr enfrentar y sobrellevar desafíos que se pueden
presentar en la vida diaria. La iniciativa de la OMS, es de suma relevancia debido a que no
sólo se enfoca en el aprendizaje cognitivo, sino que va más allá para poder lograr una
educación psicosocial y obtener como resultado que el ser humano viva su vida más sana y
feliz.
Mangrulkar, Whitman y Posner (2001) realizaron una investigación titulada “Enfoque de
habilidades para la vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes” donde
describen que un modelo para contribuir al desarrollo saludable de los jóvenes, es aquel que
este enfocado en las habilidades para la vida. La razón que dan para explicar lo anterior es
que la adquisición de habilidades sociales, cognitivas y emocionales son fundamentales para
la supervivencia. Por tal motivo, se puede comprobar que la creación de nuestros programas
de salud deberías de tener la base el implementar y desarrollar destrezas psicosociales
podrían conllevar resultados más positivos en nuestros jóvenes mexicanos.
Por otro lado, Montoya y Muñoz (2009) dentro de su artículo “Habilidades para la vida”
enfatizan la relevancia de crear programas escolares con el enfoque de dichas habilidades
para poder abordar temas como lo son la violencia, consumo de sustancias, conflictos
escolares, etcétera. Según los autores, esto permitirá que los jóvenes desarrollen destrezas
y/o herramientas que le permitan enfrentar de manera asertiva los conflictos o situaciones de
riesgo a lo que se enfrentaran en un futuro.
Dentro de la investigación realizada por Choque-Larrauri y Chirinos-Cáceres (2009)
mencionan conceptualizan a las habilidades para la vida de la siguiente manera:
“Las habilidades para la vida son las capacidades y destrezas en el ámbito socioafectivo
de las personas, entre ellas habilidades sociales, cognitivas y de manejo de emociones, que
les permiten enfrentar con éxito las exigencias, demandas y desafíos de la vida diaria,
actuando competentemente y contribuyendo al desarrollo humano”.
De acuerdo con la fundación EDEX (2014) la propuesta de la Organización Mundial de
la Salud es muy flexible y amplia acerca de cuales son las habilidades para la vida, entre las
cuales se encuentran y las conceptualiza de la siguiente manera:
1. Autoconocimiento:
Conocerse es el soporte y el motor de la identidad y de la autonomía. Captar mejor
nuestro ser, personalidad, fortalezas, debilidades, actitudes, valores, aficiones… Construir
sentidos acerca de nosotros mismos, de las demás personas y del mundo que compartimos.
Conocerse no es solo mirar hacia dentro, sino que también es saber de qué redes sociales se
forma parte, con qué recursos personales y sociales contamos para celebrar la vida y para
afrontar los momentos de adversidad. En definitiva, saber qué se quiere en la vida e
identificar los recursos personales con que se cuenta para lograrlo.
2. Empatía:
La empatía es una capacidad innata de las personas que permite tender puentes
hacia universos distintos al propio, para imaginar y sentir cómo es el mundo desde la
perspectiva de la otra persona. Poder sentir con la otra persona facilita comprender mejor
las reacciones, emociones y opiniones ajenas, e ir más allá de las diferencias, lo que nos
hace más tolerantes en las interacciones sociales. “Ponerse en la piel” de la otra persona
para comprenderla mejor y responder de forma solidaria, de acuerdo con las
circunstancias.
3. Comunicación Asertiva:
La persona que se comunica asertivamente expresa con claridad lo que piensa, siente
o necesita, teniendo en cuenta los derechos, sentimientos y valores de sus interlocutores.
Para esto, al comunicarse da a conocer y hace valer sus opiniones, derechos, sentimientos y
necesidades, respetando las de las demás personas. La comunicación asertiva se
fundamenta en el derecho inalienable de todo ser humano a expresarse, a afirmar su ser y a
establecer límites en las relaciones sociales.
4. Relaciones interpersonales:
Establecer y conservar relaciones interpersonales significativas, así como ser capaz
de terminar aquellas que bloqueen el crecimiento personal (relaciones tóxicas). Esta
destreza incluye dos aspectos claves. El primero es aprender a iniciar, mantener o terminar
una relación; el segundo aspecto clave es aprender a relacionarse en forma positiva con las
personas con quienes se interactúa a diario (en el trabajo, en la escuela, etc.)
5. Toma de decisiones:
Decidir significa actuar proactivamente para hacer que las cosas sucedan en vez de
limitarse a dejar que ocurran como consecuencia del azar o de otros factores externos.
Continuamente estamos tomando decisiones, escogiendo qué hacer tras considerar distintas
alternativas. Esta habilidad ofrece herramientas para evaluar las diferentes posibilidades en
juego, teniendo en cuenta necesidades, valores, motivaciones, influencias y posibles
consecuencias presentes y futuras, tanto en la propia vida como en la de otras personas.
6. Manejo de problemas y conflictos:
No es posible ni deseable evitar los conflictos. Gracias a ellos, renovamos las
oportunidades de cambiar y crecer. Pueden ser una fuente de sinsabores, pero también una
oportunidad de crecimiento. Podemos aceptar los conflictos como motor de la existencia
humana, dirigiendo nuestros esfuerzos a desarrollar estrategias y herramientas que
permitan manejarlos de forma creativa y flexible, identificando en ellos oportunidades de
cambio y crecimiento personal y social.
7. Pensamiento creativo:
Usar la razón y la “pasión” (emociones, sentimientos, intuiciones, fantasías, etc.)
para ver la realidad desde perspectivas diferentes que permitan inventar, crear y emprender
con originalidad. Pensar creativamente hace referencia a la capacidad para idear algo
nuevo, relacionar algo conocido de forma innovadora o apartarse de esquemas de
pensamiento o conducta habituales (pensar “fuera de la caja”). Esto permite cuestionar
hábitos, abandonar inercias y abordar la realidad de formas novedosas
8. Pensamiento crítico:
Analizar experiencias e información y ser capaz de llegar a conclusiones propias
sobre la realidad. La persona crítica no acepta la realidad de manera pasiva “porque
siempre ha sido así”. Por el contrario, se hace preguntas, se cuestiona rutinas, investiga. El
pensamiento crítico requiere la puesta en acción tanto de habilidades cognitivas (un
proceso activo de pensamiento que permite llegar a conclusiones alternativas), como de
competencias emocionales (relacionadas con las actitudes personales, ya que es necesario
también querer pensar).
9. Manejo de emociones y sentimiento:
Esta habilidad propone aprender a navegar en el mundo de las emociones y
sentimientos, logrando mayor sintonía con el propio mundo afectivo y el de las demás
personas. Las emociones y sentimientos nos envían señales constantes que no siempre
escuchamos. A veces pensamos que no tenemos derecho a sentir miedo, tristeza o ira. Este
es un ejemplo de cómo el mundo afectivo se puede ver distorsionado por prejuicios, temores
y racionalizaciones. Comprender mejor lo que sentimos implica tanto escuchar lo que nos
pasa por dentro, como atender al contexto en el que nos sucede.
10. Manejo de tensiones y estrés:
Las tensiones son inevitables en la vida de todas las personas. El reto que
representan no consiste en evadir las tensiones, sino en aprender a afrontarlas de manera
constructiva, sin instalarse en un estado crónico de estrés. Esta habilidad permite
identificar las fuentes de tensión y estrés en la vida cotidiana, saber reconocer sus distintas
manifestaciones y encontrar vías para eliminarlas o contrarrestarlas de manera saludable.
Ya mencionadas las diez habilidades para la vida, es importante señalar cuales son las
áreas de riesgo a las que los adolescentes se enfrentan actualmente.
De acuerdo con
Montoya y Muñoz (2009) es necesario trabajar en las instituciones escolares desde el
enfoque de habilidades para la vida, como lo es en la convivencia escolar y prevención de la
violencia entre pares, aprender a desarrollar relaciones interpersonales sanas, consumo de
sustancias, salud física y nutrición, salud reproductiva y derechos sexuales, y por último la
promoción de la resiliencia para poder crear un desenvolvimiento ante condiciones adversas.
Este texto esta enfocado en los jóvenes, por tal motivo se opta por dar a conocer datos
sobre esta población en específico en relación a las conductas de riesgo mencionadas con
anterioridad. Basándonos en las recientes estadísticas por parte del Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (2014) se arrojaron los siguientes datos:
“El Fondo de Población de las Naciones Unidas, argumenta que las probabilidades de
morir por razones obstétricas en las adolescentes de 15 a 19 años “son dos veces más,
respecto a las mujeres que se encuentran entre los 20 y 30 años de edad, y para las menores
de 15 años, los riesgos son cinco veces mayores”. Su impacto social también ha sido
analizado por los especialistas, ya que las madres adolescentes ven restringidas sus
oportunidades futuras y la mayoría sufre de exclusión social y pobreza”
El motivo por el cuál se plasman las cifras anteriores en relación al tema de salud
reproductiva, es debido a que tal como lo mencionan Mangrulkar, Whitman y Posner (2001)
dentro de su investigación, en el transcurso de la etapa de la adolescencia se desarrolla lo
que es la identidad, lo cuál abarca el papel que ejerce la sexualidad en sí mismo y por
consiguiente será necesario que el joven desenvuelva su autocuidado. Otro punto relevante
a enfatizar, es que el adolescente se enfrenta a diversos cambios hormonales y esto conlleva
como consecuencia las dudas acerca de su propio cuerpo, así como la experimentación de
una libido sexual latente.
Otros datos señalados por el INEGI (2014) específicamente del Distrito Federal es
que del total de nacimientos, 99 mil 852 (65.0%) corresponden a madres de 15 a 29 años, de
estos nacimientos 2 de cada 10 (24.2%) son de adolescentes de 15 a 19 años de edad, lo que
implica riesgos para su salud durante el embarazo o el parto. El inicio de la vida sexual es
un aspecto importante en la vida de los jóvenes, ya que se asumen nuevos roles y patrones
de conducta que influyen en la edad adulta. De acuerdo con la ENSANUT 2012, el
porcentaje de adolescentes de 12 a 19 años que han iniciado vida sexual es de 29.9%, cifra
que resulta mayor en comparación con la del año 2000 y 2006 (18.2 y 22.5%,
respectivamente). Por sexo, en los tres años en estudio, el porcentaje de los varones es
mayor al de las mujeres.
Por tal motivo, el impacto que podría ejercer que los jóvenes hayan desarrollado e
implementado las habilidades para la vida en temas de sexualidad, es el lograr aclarar sus
dudas acerca de los temas de salud reproductiva de manera asertiva,
realizar
autoexploraciones de su cuerpo para así poder conocerlo, toma de decisiones adecuada en
relación a tener o no sexo con su pareja, no forzar a su pareja y no permitir a ser forzado a
tener relaciones sexuales, entre otras.
Otra de las situaciones de riesgo a las que se encuentran vulnerables los jóvenes
mexicanos es al prematuro consumo de sustancias adictivas. De acuerdo con la investigación
“El enfoque de género en la producción de las estadísticas sobre salud en México”, se
arrojan los siguientes datos acerca de la población de jóvenes mexicanos en cuanto a las
adicciones:
•
El 67% de los varones y 77.3% de las mujeres han bebido cuando menos una copa
completa de alcohol antes de cumplir 18 años, edad legal para beber. El Índice de
consumo fuerte -esto es, 5 copas o más por ocasión, al menos una vez por mes- es
alto y llega a 3.6% en los varones y 1.5% en las mujeres, entre 12 y 17 años (42).
•
Un dato importante es que 31.1% de los fumadores que asistieron a clínicas de
tabaco en 1999 empezaron a fumar entre los 10 y 14 años y 48.5% entre los 15 y 19
años, lo cual resulta preocupante por tratarse de niños y adolescentes que están
poniendo en riesgo su salud.
•
La estructura por edad de los consumidores de drogas ilícitas presenta una
configuración joven, pues 60% de la población, tanto hombres como mujeres, se
encontraba entre los 18 y 34 años de edad.
Por medio de las estadísticas brindadas con anterioridad, es necesario señalar que existen
diversos programas de salud y/o centros que tienen como objetivo la atención a las personas
que se encuentran sumergidas en dicha problemática. La principal preocupación, es que solo
una minoría en la población de los adolescentes son lo que asisten a pedir ayuda para la
mejora de su bienestar. El beneficio que obtendrían los jóvenes al experimentar programas
de habilidades para la vida, es el contar con destrezas que les ayuden a no volver a consumir
aquellas sustancias que le provocaban un malestar en todas las áreas de su vida.
Para ultimar la información plasmada en el transcurso del texto, no sólo tiene como
finalidad presentar las ventajas de tener como base en los programas las habilidades para la
vida, sino también concientizar acerca de que dicho material debería ser parte de la
capacitación hacia los profesionales encargados de la salud. Esto conllevaría a resultados
más favorables en la comunicación entre adultos y adolescentes en cuestión a temas
relacionados con la salud. Hay más oportunidades para que los profesionales de la salud y
servicios sociales aumenten sus habilidades para trabajar con los adolescentes, y el constante
aumento de investigaciones sobre mejores prácticas en el desarrollo de adolescentes y
jóvenes está ofreciendo las herramientas y modelos de programa para hacerlo en una forma
más efectiva que nunca.
En la actualidad el enfoque de las habilidades para la vida en programas, talleres,
capacitaciones, entre otras formas de aprendizaje, ha comenzado a ser reconocido como un
modelo que logra unificar herramientas adecuadas para el ser humano y su desenvolvimiento
optimo. Esto ha sido desarrollado en diferentes partes de mundo, pues de acuerdo a diversas
evaluaciones muestran una mejora en la prevención de conductas de riego en el ámbito
sexual, manejo de emociones, mejora del desempeño académico y promover una ciudadanía
más positiva.
Por otro lado, se espera que con la información brindada el lector haya comprendido que
desarrollar estas habilidades por medio de métodos de enseñanza creativos que incluyen
diversas técnicas grupales como lo son, discusiones abiertas, role playing,
ensayo de
habilidades, evaluaciones de lo aprendido y actividades interactivas, son de mayor interés
para los jóvenes mexicanos. Se señala lo anterior, ya que la mayoría de los adolescentes
presentan una actitud de barrera ante proyectos o programas que solo cuentas con la
presentación de datos o información y esto crea apatía sobre el tema a tratar.
Lo último a mencionar, es que esta iniciativa puede ayudar a mejorar a la sociedad de Baja
California en diversas áreas para un optimo desarrollo. La mejora y aprendizaje del ser
humano no solo proviene del hogar, es necesario que se implemente en todas las instituciones
que se en cargan de la salud para poder formar una red o vinculo más fuerte para promover y
ayudar a un crecimiento social, cognitivo y emocional de cada uno de nuestros jóvenes.
Referencias Bibliográficas
Choque-Larrauri, R., & Chirinos-Cáceres, J. L. (2009). "Eficacia del programa de
habilidades para la vida en adolescentes escolares de Huancavelica, Perú" .
Recuperado el 20 de agosto del 2014, de Scielosp:
http://www.scielosp.org/pdf/rsap/v11n2/v11n2a02.pdf
EDEX. (2014). Habilidades para la vida . Recuperado el 20 de agosto del 2014, de
Habilidades para la vida: http://habilidadesparalavida.net/edex.php#
INEGI: Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2014). "Estadísticas a
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del 2014, de INEGI: Instituto Nacional de Estadística y Geografía:
http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/contenidos/estadisti
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INMUJERES, FNUAP, OMS, PNUD, UNICEF, UNIFEM, UNEGI. (s.f.). "El
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México". Distrito Federal, México.
Mangrulkar, L., Whitman, C. V., & Posner, M. (2001). "Enfoque de habilidades para
la vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes". Recuperado el
20 de agosto del 2014, de Organización Panamericana de la Salud:
http://www.buenosaires.esc.edu.ar/areas/des_social/adic/pdf/habilidades_para
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Montoya, I., & Muñoz, I. (2009). "Habilidades para la vida: . Recuperado el 20 de
agosto del 2014, de Compartim:
http://cefire.edu.gva.es/sfp/revistacompartim/arts4/02_com_habilidades_vida.
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