Evolución de las redes de oficinas de bancos y cajas de ahorros en

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TÍTULO DE LA COMUNICACIÓN: Evolución de las redes de oficinas
de bancos y cajas de ahorros en cambios de ciclo: una
perspectiva regional
AUTOR : Alejandro López González
Email: [email protected]
DEPARTAMENTO: Geografía y Geología
UNIVERSIDAD: León
ÁREA TEMÁTICA:
Especialización, competitividad y productividad regional
RESUMEN: Entre 2004 y 2009 la economía española ha vivido la rápida
sucesión de fases netamente contrastadas: auge de una burbuja
inmobiliaria sin precedentes, primeros síntomas de agotamiento del
ciclo expansivo y posterior recesión tras la constatación del estallido
del proceso especulativo precedente. Dado que en esta secuencia el
protagonismo del crédito bancario ha sido determinante, es
interesante comprobar cuál fue la dinámica en este período de la red
de oficinas de la banca comercial y las cajas de ahorro, con especial
atención a las disparidades entre las diferentes comunidades
autónomas.
PALABRAS CLAVE: Diferencias regionales, cajas de ahorro, banca
comercial
1. Introducción
La economía española está viviendo una profunda crisis
económica motivada por la combinación de una descomunal burbuja
inmobiliaria, falta de competividad exterior y el endeudamiento
generalizado de nuestra economía. Este proceso ha sido estudiado en
profundidad (Tortella y Núñez, 2009, 128 y sigs.; De la Dehesa,
2009), identificando desencadenantes internos y externos en la
formación y posterior implosión de una burbuja en la que la
sobrevaloración de un activo (los inmuebles) ha tenido repercusión,
aún no ponderada totalmente, sobre el sector financiero.
Todos
estos
acontecimientos
han
repercutido
sobre
la
dimensión de la red de sucursales de la banca y cajas de ahorro,
variable de especial relevancia tanto por el peso de la banca
minorista en nuestro país (vid. Calvo y otros, 2010: 331), y por la
singularidad de un subsector como el de las cajas de ahorro que
persiste entre nosotros aunque haya desaparecido como tal en otros
países europeos (Berges y otros, 2009) y los EEUU (Krugman, 2009:
171-178).
Esta comunicación se centra en dibujar la evolución comparada
de las redes de oficinas de banca y caja de ahorro en el período
2004-2009 tanto a escala estatal como regional. En gran medida
inspira este trabajo la literatura clásica sobre ciclos económicos,
concretamente la obra de Schumpeter (2002). Desde mi punto de
vista el comportamiento de la red de bancos y cajas de ahorro
muestra
en
los
últimos
años
un
perfil
claramente
cíclico,
especialmente visible en las regiones de mayor tamaño y dinamismo
socioeconómico. Shumpeter ponía el acento en las innovaciones como
base de los ciclos económicos, también reconocía la existencia de
otras oscilaciones cíclicas (“ondas secundarias”) que no encontraban
su origen en la innovación, sino en la especulación. En el caso del
sector financiero español existe un claro componente especulativo en
gran medida condicionado por la trayectoria del mercado inmobiliario,
que condiciona su comportamiento a lo largo del período estudiado en
esta comunicación. El papel atribuido a las innovaciones en este
comportamiento es menor, la incidencia de la adopción de las
tecnologías de la información por parte de las entidades de depósito
en muchas ocasiones propicia una menor utilización de las oficinas
bancarias convencionales (véase la banca electrónica).
El método seguido se sostiene en el análisis de series
indiciadas, tomando como base una fecha (base 100) se pretende
aislar el comportamiento de una variable, en este caso los stocks de
sucursales de bancos y cajas de ahorros. Esto significará reducir al
mínimo las referencias a cifras absolutas, aunque se es consciente
que entre las distintas regiones existen amplias disparidades entre el
tamaño de la red de sucursales, resultado de la confluencia del
tamaño demográfico y otros factores con repercusión en el volumen
de ahorro, consumo e inversión.
La fuente utilizada en este trabajo son las series estadísticas
publicadas
trimestralmente
por
el
Banco
de
España
http://www.bde.es/webbde/es/estadis/infoest/bolest.html
(
),
empleando la información relativa al número de oficinas de banca y
cajas de ahorros, la cuantía de créditos concedidos a otros sectores
residentes en ambas instituciones, los depósitos de estos mismos
sectores, así como la cuantía de créditos calificados como dudosos.
2. El contexto: la evolución de la red de sucursales de bancos
y cajas de ahorro en el conjunto de España
Antes de abordar la dinámica regional de las redes de
sucursales de bancos y cajas, se ha optado por introducir una visión
de conjunto; esto es, se analiza la evolución para el la escala
nacional. Como paso previo se incorpora el marco a largo plazo, para
3
lo cual se ha tomado el período 1975-2009 (cuarto trimestre de
1975=base 100). En la figura 1 se representan las curvas a largo
plazo, suavizadas mediante medias móviles de cuatro observaciones
para remarcar el componente tendencial, y se introduce una línea
perpendicular al eje de abcisas con el cometido de señalar el inicio del
periodo estudiado en esta comunicación.
Figura 1: Crecimiento en el largo plazo de las redes de banca y caja
de ahorro (último trimestre de 1974= base 100).
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España
En la figura 1 se observa un comportamiento dispar de bancos
y cajas, que lleva a pasar del predominio de la primera (a 31 de
diciembre de 1974 la banca sumaba 7.598 sucursales frente las
6.363 de las cajas de ahorro) al dominio de la segunda en la
actualidad (a 31 de diciembre de 2009 los bancos contabilizan 14.840
puntos de venta frente los 24.202 de las cajas), resultando tasas de
crecimiento interanuales del 1,17 % para la primera y 2,12 % para la
segunda. Pero no sólo existen divergencias en las cifras, sino también
en las trayectorias seguidas por cada una de estas dos instituciones
de depósito.
4
Efectivamente, la banca posee un comportamiento que alterna
una prolongada fase de equilibrio de equilibrio (1983-1999, cuando el
número de oficinas se estabiliza en torno al triple de las existentes a
fines de 1974) delimitado por la crisis de la banca a caballo de los
años 1970 y 1980 (Gual y Vives, 1992: 20-33) y las grandes fusiones
de mediados de los años 1990, con etapas de fuerte crecimiento
(1975-1983) y otras caracterizadas por un comportamiento que
ofrece un perfil marcadamente cíclico (1999-2009). Por el contrario,
las cajas se caracterizan durante buena parte de este período por un
crecimiento monótono, con variaciones poco relevantes y sin apenas
incidencia de los procesos de reordenación consecuencia de las
fusiones de principios de los años 1990 (vid. García Roa, 1994;
Espitia y Santamaría, 1994), hasta que hacia 2008 este incremento
se detiene y comienza un incipiente retroceso. este comportamiento
tan contrastado tiene un punto de inflexión en 1999, cuando el
crecimiento acumulado de la red de oficinas de las cajas de ahorro
supera al de la banca poniéndose de manifiesto la mayor capacidad
de crecimiento de las primeras frene a las segundas, propiciada por
sus particularidades jurídicas, que les permite canalizar una porción
mayor de los beneficios hacia el crecimiento de la red de oficinas
(Marbella, 2006), por una mayor especialización en la banca
minorista (Coello, 1994), por las repercusiones de la liberalización
geográfica de estas entidades (Bernad y otros, 2005; Illueca y otros,
2005) e, incluso, por la repercusión de componentes extraeconómicos
(Berges y otros, 2009).
Pero, tal y como se puede observar en la gráfica ya comentada,
en los años más recientes parece que algo ha cambiado. Hay un
momento de inflexión que se convierte en singular por dos razones:
por primera vez bancos y cajas simultanean un mismo movimiento
(sincronizan trimestres de fuerte expansión seguidos por otros de
ajuste), y en el caso de las cajas se rompe con un largo período en el
que se concatenan trimestres de continuo crecimiento. Este cambio
5
viene reflejado más detalladamente en la figura 2, abarcando un
período más limitado y tomando los datos del último trimestre de
2003 como base.
Figura 2: Crecimiento de la red de oficinas de la banca y de las cajas
de ahorro para España. 2004-2009 (último trimestre de 2003=base
100).
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España
Figura 3: Tasas intertrimestrales anualizadas de crecimiento de las
redes de oficinas de bancos y cajas de ahorro. 2004-2009.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España
6
En la figura 2 se detalla la evolución de las redes de oficinas
entre 2004 y 2009, fijando el 31 de diciembre de 2003 como base.
Se observa un claro componente cíclico, prácticamente simultáneo,
para bancos y cajas de ahorro. Se han detectado tres fases
claramente diferenciadas, hasta diciembre de 2007, de expansión del
número de oficinas; desde la última fecha a idéntico mes de 2008
estabilización del número de sucursales; finalmente, a partir de ese
momento se inicia una notable caída de esta variable. Trasladado a
términos
de
variación
intertrimestral
anualizada
(figura
3)
encontramos como las tasas de crecimiento entre 2004 y 2007 son
crecientes, aunque menores para la banca. Para las cajas las tasas
intertrimestrales anualizadas crecen paulatinamente desde cifras
iniciales del 2,50 % hasta el máximo del primer trimestre de 2008
cuando alcanza valores en torno al 5,00 %; a partir de ese momento
se registra un claro estancamiento hasta el tercer trimestre de este
año, trimestre en el que se inicia una drástica reducción que culmina
en el último tramo de 2009 (-3,00 %). La banca mantiene estable la
red de oficinas durante los dos primeros trimestres de 2004, pasando
a valores positivos pero débiles hasta diciembre de 2005 (tasas en
torno 0,75-1,00 %), durante el año 2006 y los tres primeros
trimestre de 2007 las cifras se incrementan rápidamente (con un
máximo cercano al 4,20 %), desde ese momento se inicia un período
de de fuerte desaceleración tornándose los valores negativos en el
segundo trimestre de 2008 y llegando a valores de máximo
decremento en el último trimestre de la serie estudiada (se acerca a
un descenso del -5,00 %).
Retomando el análisis de la figura 2, la comparativa entre la
forma de sendas curvas ofrece muchas semejanzas, aunque se han
detectado disparidades. La primera diferencia deviene del distinto
comportamiento histórico de bancos y cajas (para la primera es un
ciclo coyuntural más, para la segunda es el punto de inflexión de una
trayectoria tendencial). La segunda, ya circunscritos al período 20047
2009, motivada por la distinta entidad del crecimiento registrado en
el período (las cajas alcanzan en su punto álgido un crecimiento del
19,71 % pasando de 20.895 a 24.253 sucursales, la banca sólo un
11,25 % incrementando su stock de oficinas desde las 14.116 hasta
las 14.876). Una tercera diferencia se encuentra en la intensidad de
la corrección en el tamaño de las redes de una y otra en 2009, pues
las cajas únicamente vieron retroceder un 3,2 % su número de
oficinas desde el máximo registrado en septiembre de 2008, la banca
eleva esta corrección a un -5,22 % desde el máximo de junio de
2008. En definitiva, la rapidez de ajuste se ha revelado mayor en la
banca que en las cajas que, en principio, acumularían mayores
desequilibrios en la dimensión de la red.
2.1 Los determinantes básicos del tamaño de la red
Las redes de oficinas de cajas y bancos constituyen la
plasmación de la estrategia territorial de cada entidad financiera.
Pero, en último término, la suerte de cada sucursal obedece de su
habilidad para captar recursos ajenos (ahorro de clientes que se
convierten en depósitos o pasivo bancario) y de distribuir los
productos financieros comercializados por la entidad (créditos o
activos bancarios, sea en forma de hipotecas, créditos personales, a
empresas o para financiar el consumo de las familias), variables que
dependen en gran medida de la coyuntura económica (demanda de
servicios financieros) y de las prácticas comerciales de cada entidad
financiera (oferta de servicios financieros). Un tercer elemento a
tener en cuenta son los fracasos en la actividad crediticia, pues cabe
la posibilidad que clientes que toman dinero prestado sean incapaces
de atender a sus obligaciones con la entidad con la que suscribieron
el préstamo. Mientras en los primeros casos suele haber una relación
directa entre expansión de la red bancaria y crecimiento de los
depósitos y créditos, en la tercera esta relación se torna inversa: una
sucursal
bancaria,
salvo
que
8
intervengan
otros
aspectos
extraeconómicos,
será
rentable
mientras
ofrezca
márgenes
operativos positivos (a ello contribuye, especialmente, el éxito en su
cartera de créditos; no tanto en lo que atañe a los depósitos, que
generan obligaciones en forma de pago de intereses al depositante),
su situación se verá especialmente dañada si la oficina acumula
créditos dudosos. El cierre vendrá dado, en consecuencia, de no
poder consolidar una cuota de mercado suficiente, de una caída
severa en su cartera de créditos y/o en un incremento insostenible en
los impagos de sus clientes.
Figura 4: Evolución de indicadores relacionados con los depósitos y
créditos a otros sectores residentes
Fuente: Elaboración propia a partir del Banco de España
Los motores en la expansión de la banca son los depósitos
(pasivos) y los créditos (activos). Dado el fuerte componente
minorista de la banca española creo pertinente referirme a la
evolución de los depósitos captados y créditos otorgados por la banca
con origen en otros sectores residentes (familias y empresas). En la
figura 4 incluimos cuatro gráficos que reflejan la evolución indiciada
9
de créditos y depósitos, la tasa de cobertura de los primeros por
parte de los segundos y, finalmente, la proporción de créditos
catalogados como de dudoso cobro.
Los depósitos han mostrado un crecimiento acelerado para la
banca hasta mediados de 2006, momento en que se ralentiza hasta
alcanzar el máximo en el cuarto trimestre de 2008, descendiendo
ligeramente desde esa fecha; para las cajas de ahorro la expansión
de los depósitos es más pausada, llega a su máximo también a fines
de 2008 y se estabilizan desde esta fecha; los bancos han sido más
eficientes en la captación de depósitos, pues se han incrementado en
este período un 92,05 %, mientras los de las cajas lo han hecho en
un 81,85 %. La actividad crediticia crece más rápido, si bien el
máximo en la concesión de créditos llega a su tope un poco antes (2º
trimestre de 2007 para la banca, 3º trimestre para las cajas),
mostrando desde ese máximo una tendencia descendente en la banca
y estabilizándose en las cajas; en este caso muestran las cajas una
mayor actividad (los créditos acumulados por la banca en el cuarto
trimestre son un 83,70 % superiores a los de idéntico trimestre de
2003; en el caso de las cajas de ahorro el incremento llega al 107,05
%) .
Existe cierta correlación entre la evolución del tamaño de la red
y en la de los depósitos y créditos; matizada por un comportamiento
procíclico de la red de sucursales, si bien asimétrico: en momentos de
bonanza se expande la red de oficinas, aunque a un ritmo menor que
el de captación de depósito y otorgación de créditos; en cambio, las
dificultades económicas se trasladan con mayor rapidez a la red,
reflejo de la existencia de un número considerable de oficinas con
baja rentabilidad. Esta hipótesis puede ser refrendada por el hecho de
la tasa de cobertura de créditos por parte de los depósitos es
persistentemente baja, especialmente en la banca (a lo largo del
período la banca tenía en depósitos en torno a los 70 euros por cada
10
100 que mantenía en créditos vivos, las cajas mantenían entre los 85
y 95 euros), con la sensible diferencia de que a lo largo del período la
banca fue cada vez más restrictiva (síntoma de desapalancamiento) y
las cajas han sido más tendido a acentuar los desequilibrios en la tasa
de cobertura de los créditos por parte de los depósitos..
El desequilibrio entre créditos y depósitos no se convierte en un
problema hasta que los impagos empiezan a hacerse manifiestos.
Este indicador implica no ya la eficiencia en la captación y
canalización de los recursos financieros, sino de los riesgos asumidos
y de la gestión del mismo, amén de su efecto negativo sobre la
cuenta de resultados de las entidades financieras.
A
nivel
de
agregados
la
evolución
de
las
operaciones
problemáticas se puede dividir en dos fases diferenciadas: hasta
diciembre de 2007 las operaciones dudosas se mantienen por debajo
del 1,00 % del total de créditos; desde ese momento y hasta la
actualidad el crecimiento del riesgo ha sido exponencial, alcanzando
porcentajes en torno al 5,00 % del crédito tanto de la banca como de
las cajas. La secuenciación temporal del riesgo es consistente con la
trayectoria reciente de la red de oficinas: mientras los créditos
dudosos estuvieron bajo control la red de oficinas siguió creciendo, en
cuanto los impagos iniciaron un incremento desmedido las entidades
de depósito comienzan a cerrar las oficinas menos rentables. Es de
destacar el comportamiento diferencial entre bancos y cajas, ya que
los primeros sufrieron en menor medida el crecimiento del riesgo, si
bien son los que reaccionaron más rápidamente y con mayor
intensidad para corregir la dimensión de su red de oficinas; todo lo
contrario ocurre en las cajas de ahorros, que muestran una mayor
rigidez en este campo.
11
3. Las disparidades regionales en la evolución de la red de
oficinas de bancos y cajas de ahorro
Las figuras 5a, 5b y 5c reproduce la misma información que la
figura 2 para cada una de las 17 comunidades autónomas españolas,
entre ellas se observan bastantes diferencias pero, en general, no
suelen desmentir la idea general: en 2008, especialmente en lo que
atañe a las cajas de ahorro, se ha llegado a un punto de inflexión que
separa años de crecimiento de un período subsiguiente, de duración
aún desconocida, en el que los cierres superan a las aperturas. A
partir de la información reflejada en las gráficas regionales se
abordarán los siguientes aspectos: morfología de las curvas de cada
una de ellas, y duración e intensidad del periodo expansivo y de la
etapa de ajuste para cada región.
3.1 Los perfiles de las curvas de banca y cajas de ahorro
Las regiones mediterráneas (Baleares, Cataluña, Comunidad
Valenciana y Murcia), Andalucía y Madrid muestran curvas muy
semejantes a las del conjunto nacional, observándose claramente
tanto para la banca como para las cajas una etapa de crecimiento,
más o menos prolongada e intenso, seguida de una período de
ajuste. En las similitudes juega tanto el tamaño (caso de Andalucía,
Cataluña, Comunidad Valenciana o Madrid), como tratarse de los
territorios que más se beneficiaron del modelo de crecimiento que
caracterizó la economía española durante los años que van desde
1996 a 2008: especulación inmobiliaria y turismo; con las salvedades
introducidas por Cataluña y Madrid, con una base económica más
diversificada. Las únicas diferencias que encontramos entre las
regiones con pautas cíclicas semejantes al conjunto del Estado es el
crecimiento acumulado a lo largo de los años en los que predominan
las aperturas frente a los cierres de sucursales, de tal manera que los
máximos son menos pronunciados en Cataluña y Baleares (los
máximos para las cajas de ahorro se mueven en torno a al índice
12
115-120, para la banca en torno al 110), frente a valores mayores en
las otras regiones (en las cajas se disparan hasta 125-130 y en la
banca se mueven en la banda de 115-125).
Figura 5a: Evolución comparada entre la red de oficinas de banca
comercial y de cajas de ahorro para las comunidades de Andalucía,
Aragón, Asturias, Islas Baleares, Islas Canarias y Cantabria. 20042009
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España
13
Figura 5b: Evolución comparada entre la red de oficinas de banca
comercial y de cajas de ahorro para las comunidades de Castilla-La
Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Galicia y Madrid.
2004-2009
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España
14
Figura 5c: Evolución comparada entre la red de oficinas de banca
comercial y de cajas de ahorro para las comunidades de Murcia,
Navarra, País Vasco, La Rioja y Comunidad Valenciana. 2004-2009
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España
El resto de las Comunidades ofrece trayectorias particulares y
difícilmente
asimilables
al
patrón
general,
a
esta
diversidad
contribuye la banca en mayor medida pues la homogeneidad es
superior si nos centramos únicamente en las cajas de ahorro.
Así, un segundo grupo se corresponde con las regiones en las
que la curva de las cajas ofrece un perfil cíclico, semejante a las
regiones anteriores, pero la banca no: Aragón, Castilla y León, Galicia
y La Rioja. En la primera y la última el perfil correspondiente a la
15
banca ofrece la sucesión de dos fases diferenciadas, hasta finales de
2005 la red de oficinas tendía a la baja, a partir de esta fecha ofrece
un perfil cóncavo, más marcado en el caso riojano. En el caso de la
segunda y la tercera la banca ofrece una tendencia claramente
descendente.
Un tercer grupo lo componen comunidades en las que la curva
representativa de la evolución de la red de las cajas de ahorro
muestran la sucesión de una primera etapa de crecimiento seguida de
otra de estancamiento más o menos prolongado: Asturias, Canarias,
Cantabria, Castilla-La Mancha y Euskadi. Entre ellas Canarias y
Euskadi sobreponen un perfil cíclico para la banca, Castilla-La Mancha
una sucesión de estancamiento y ciclo, Cantabria un perfil irregular
que apunta hacia un estancamiento y Asturias una suave tendencia
hacia la reducción del número de sucursales bancarias.
El cuarto grupo, que incluye a Extremadura y Navarra, muestra
perfiles complejos para la evolución de la red de oficinas de las cajas
de ahorro: la primera hasta mediados de 2007 muestra una suave
trayectoria ascendente, aunque con altibajos, a partir de esa fecha
una marcada estabilización; la segunda hasta mediados de 2005
tiende a la baja, alcanzando un mínimo bastante por debajo de los
niveles de partida, desde ese momento eleva el tamaño de su red
hasta el tercer trimestre de 2009. En lo que se refiere a la banca,
Extremadura
muestra
hasta
finales
de
2005
una
trayectoria
descendente, se recupera hasta el primer trimestre de 2009, cayendo
a continuación. En el caso de Navarra la red bancaria se muestra
bastante estable hasta finales de 2008, cayendo notablemente desde
esta fecha.
3.2 La fase expansiva en la red regional de banca y cajas de ahorro
En la figura 6 se refleja la duración (con notación en el gráfico
VAR00002) e intensidad (VAR00003) del último período de expansión
de las redes de bancos y cajas en las distintas regiones españolas. La
16
delimitación de dichos períodos es subjetiva, aunque me he basado
en las curvas incluidas en la figura 6, lo que implica que, en algunos
casos, dentro de la onda expansiva incluya estancamientos o, incluso,
algún trimestre negativo aislado. Se ha compartimentado esta figura
en cuatro sectores tomando como parámetros los valores estatales:
el
cuadrante
superior
izquierda
(primer
cuadrante)
agrupa
a
comunidades con una fase expansiva de duración inferior al promedio
y una intensidad superior a la media, el superior derecho (segundo
cuadrante) incluye regiones con expansión más prologada e intensa,
el inferior izquierdo (tercer cuadrante) abarca territorios con etapa
expansiva de duración e intensidad por debajo de las magnitudes
españolas,
y
el
inferior
derecho
(cuarto
cuadrante)
incluye
comunidades con duración e intensidad por debajo de la media
española.
Figura 6: Duración e intensidad de la fase expansiva más reciente en
la red de sucursales de la banca y cajas de ahorro
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España
Observando la gráfica representativa de la banca se observan
tres núcleos diferenciados:
17
- Los dos primeros se sitúan en el tercer cuadrante, por tanto
con una fase expansiva más corta y menos pronunciada que el
promedio; en este núcleo se incluyen regiones situadas en el centro y
norte peninsular. De entre los dos el primero está formado por los
territorios
más
noroccidentales
(Asturias,
Cantabria
y
Galicia),
caracterizados por la debilidad en el ritmo de apertura de oficinas
coherente con un dinamismo socioeconómico bastante modesto (el
máximo se corresponde con Cantabria, que a lo largo de ocho
trimestres ha visto crecer su red de oficinas bancarias en un 3,71 %).
El segundo lo podemos identificar con el eje Bilbao-ZaragozaBarcelona (Euskadi, Navarra, La Rioja, Aragón y Cataluña) y las
meseta (Castilla-La Mancha, Castilla y León, y Extremadura); en este
conglomerado la duración de la fase expansiva se extiende en un
rango que va desde los 10 a los 15 trimestres, mientras que la
intensidad en la expansión de la red de oficinas oscila entre valores
relativamente bajos para Extremadura y Castilla y León (3,00-3,50
%) y los más altos presentados por Cataluña, La Rioja y Castilla-La
Mancha (9,00-12,00 %).
- El tercer conglomerado está a caballo entre en primer y el
segundo cuadrante. Incluye regiones situadas a lo largo del litoral
mediterráneo, además de Madrid y los archipiélagos. La duración de
la fase expansiva es prolongada (varían entre 17 y 20 trimestres),
mostrando más diferencias en el dinamismo mostrado por la red de
oficinas: el mínimo lo ofrece las Islas Baleares (13,62 %), los
máximos se corresponden a Canarias, Murcia y Madrid (20,00-21,00
%).
En el caso de las cajas existe una clara aglomeración en torno a
los
valores
estatales.
De
hecho
partimos
de
una
primera
segmentación entre aquellas regiones situadas en las proximidades
de la magnitud promedio y las más alejadas.
18
- Las más alejadas son, en el extremo más dinámico, Canarias;
y, en el menos vistoso, Extremadura y Navarra. La primera acumuló
durante la última fase expansiva una variación cifrada en un 40,73 %
a lo largo 23 trimestres. En el caso de Extremadura y Navarra la
duración es, lógicamente, menor (nueve trimestres para la primera,
doce para la segunda), y la intensidad en la expansión de la red es
irrelevante en el caso extremeño (2,53 %) y algo más pronunciada
en el navarro (8,45 %).
- El grueso de las regiones se arremolinan en torno a los
valores nacionales, lo que es prueba de que las cajas de ahorro
mantuvieron una política territorial homogénea en sus estrategias de
crecimiento. La estructuración geográfica de este conglomerado no
resulta sencilla, aunque se pueden discriminar algunos subnucleos
apoyándonos en diferencias de matiz: a caballo entre el tercer y
cuarto cuadrante se encuentran siete comunidades que abarcan el
nordeste peninsular (Aragón, Cataluña, La Rioja), parte del noroeste
(Cantabria y Galicia), Castilla-La Mancha e Islas Baleares; muestran,
por lo general, tasas de crecimiento por debajo del promedio (el
mínimo corresponde a Aragón y Cataluña con un 13,00 %, el máximo
a Castilla-La Mancha con un 20,54 %), y con una duración de la fase
expansiva que oscila entre los 19 trimestres de Cataluña y los 22 de
Cantabria, Castilla-La Mancha y La Rioja. El segundo subgrupo se
encuentra a caballo del primer y segundo cuadrante, abarcando
regiones del Levante y sur peninsular (Andalucía, Comunidad
Valenciana y Murcia), a las que se unen Asturias y Madrid; estas
regiones se mueven entre las siguientes magnitudes: en lo que atañe
a la intensidad el máximo corresponde a Murcia (28,57 %) y el
mínimo a Andalucía (24,68 %), en cuanto a la duración oscilan entre
los 19 y los 21 trimestres. Finalmente, Castilla y León y Euskadi se
mantienen claramente diferenciadas dentro de este conglomerado: la
primera está situada dentro del tercer cuadrante (17 trimestres y un
19
17,31 %), mientras que la segunda en el primero (15 trimestres y
22,90 %).
La fase de ajuste
En la figura 7 se representan las magnitudes ilustrativas del
ajuste que actualmente están viviendo las redes de oficinas de
bancos y cajas. Análogamente a la figura 7 incluimos las magnitudes
duración e intensidad, y se estructuran los gráficos resultantes en
cuatro cuadrantes siguiendo en todo momento las mismas reglas que
sirvieron de base para el análisis de la figura 6; la única salvedad
deriva del hecho que los cuadrantes deben ser interpretados
inversamente a dicha figura en lo que atañe a la intensidad del ajuste
al emplear valores negativos.
Figura 7: Duración e intensidad del ajuste en la red de sucursales de
los bancos y cajas de ahorro
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España
En el caso de la banca la disposición en el gráfico de los puntos
correspondientes a cada región complica en gran medida este
análisis. La dispersión observada en la gráfica aconseja un criterio
que prima la duración del ajuste como atributo principal:
20
- El recorrido del ajuste es, por el momento, corto en Cantabria,
Extremadura y Navarra: apenas cuatro meses, aunque con una
intensidad superior al promedio (en torno al -3,00 en las dos
primeras, superando el -5,00 % en la última).
- En las regiones en las que el ajuste se prolonga al menos
cinco meses incluye a tres núcleos menores delimitados por la
intensidad: es acelerado en La Rioja (-10,26 %); alcanza niveles
semejantes al promedio en Asturias, Islas Baleares, Castilla-La
Mancha, Euskadi, Madrid y la Comunidad Valenciana (abarcan una
gama que va desde el -4,56 % de la región mencionada en el inicio y
el -6,68 % de la relacionada al final); es menos virulento en Murcia (2,89 %).
- Un quinto conglomerado lo conforman Aragón y Castilla y
León, donde dura tanto como el conjunto del Estado (seis meses) y,
por añadidura, posee una intensidad igualmente semejante (superior
en la región castellano y leonesa con un -7,28 %, menor en Aragón
con un -5,42 %).
- En Andalucía y Galicia dura más (siete meses), pero con
intensidad semejante de las de conjunto de España. Igualmente con
valores parecidos al promedio, pero aún más duradera (ocho meses),
encontramos a Canarias y Cataluña.
En el caso de las cajas de ahorros se ha detectado dos
situaciones tipo, si bien las hemos desdoblado en subgrupos: por una
parte regiones dispersas por el primer cuadrante (menor duración e
intensidad del ajuste), por otras comunidades situadas en el cuarto
cuadrante (ajuste más prolongado e intenso):
- Entre las que están situadas en el primer cuadrante están
comunidades donde el ajuste es poco severo, son tres territorios
situados en el norte peninsular: Euskadi, Navarra y La Rioja. En las
tres la duración es aún incipiente (1 a 2 trimestres), y la intensidad
21
llega a ser anecdótica en Euskadi (-0,29 %), si bien se deja sentir la
comunidad riojana (-2,96 %).
- El otro subgrupo dentro del primer cuadrante es bastante
amplio: abarca a nueve regiones, que tienen en común no estar
situadas en el arco mediterráneo. Entran en este grupo las cuatro
regiones
de
la
meseta,
los
archipiélagos,
Aragón,
Asturias
y
Cantabria. La duración del período de ajuste oscila entre los tres
trimestres para Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura, y los
cinco para Aragón y Asturias. En lo que a la intensidad de la
corrección varía entre el muy leve -0,34 % de Castilla-La Mancha y el
-1,97 % de Aragón.
- Ya en el cuarto cuadrante tenemos un primer subgrupo
compuesto por Galicia y dos regiones del arco mediterráneo
(Andalucía y Aragón). En los tres casos la duración es idéntica al
conjunto del Estado (cinco meses) y la intensidad es levemente
superior (el rango de valores va desde el mínimo de Galicia, -4,57 %,
y el máximo de la Comunidad Valenciana (-5,71 %).
- El segundo subgrupo situado en el cuarto cuadrante incluye
Cataluña y Murcia. La duración del ajuste se prolonga de seis a siete
trimestre, con una intensidad que llega -6,17 en la primera y -8,57 %
en la segunda.
3. Conclusión
La presente comunicación pretende describir la evolución más
reciente de la red de oficinas de bancos y cajas de ahorro. La
herramienta utilizada han sido las curvas trazadas por la evolución
temporal del tamaño de ambas redes, indiciadas de tal modo que el
último trimestre de 2003 adoptase la condición de base 100. Esta
circunstancia convierte esta aportación en un análisis aún insuficiente
y superficial. Sería necesario complementarlo con análisis estadísticos
22
que introdujesen la correlación a escala regional entre la evolución de
la red de sucursales de banca y cajas de ahorro con variables tales
como la inmigración, el desempleo o el número de viviendas visadas.
Se ha partido de la idea de que en los últimos años, debido a la
trayectoria seguida por numerosos indicadores, la dimensión de la
red de sucursales de ambas instituciones financieras ha tendido a
reproducir un perfil cíclico, lo cual no es inédito en la banca pero si en
las cajas de ahorros. La evolución de los depósitos y créditos
acumulados por otros sectores residentes, en especial la de los
créditos considerados dudosos, marcan claramente un cambio de
tendencia que se traslada al número de sucursales en nómina de
ambos tipos de entidades financieras.
España manifiesta un patrón para el camino más reciente
seguido por el stock de oficinas bancarias y de cajas de ahorro, perfil
al que se ajustan muchas regiones. Estas se ajustan a un retrato
tipo:
pobladas,
dinámicas
demográfica
y
económicamente
y,
preferentemente, situadas en el litoral mediterráneo (a ellas se unen
ambos archipiélagos y Madrid). Para el resto, más pequeñas, menos
dinámicas y alejadas de los ejes de crecimiento económico en los
últimos años; el perfil cíclico se difumina y las irregularidades se
hacen más patentes, aunque de una manera u otra se beneficiaron de
la expansión de la red bancaria (en especial en lo que atañe a las
cajas de ahorro) y en los trimestres que siguieron al estallido de la
crisis observaron cierres netos en el número de oficinas (si bien es
frecuente que la banca tuviese un comportamiento persistentemente
regresivo, como atestiguan las regiones del norte y noroeste, donde
la banca a lo largo del período analizado ha tendido a recortar
paulatinamente su nómina de oficinas).
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