La prevención de riesgos laborales en la pequeña y mediana empresa: el papel de los agentes de intervención externos TERESA LAWLOR*, MIKE RIGBY** Y SONIA PÉREZ HERNANDO*** 1. INTRODUCCIÓN A cinco años de la aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), en noviembre de 1995, la implantación de la legislación preventiva en las PYMEs españolas sigue siendo bastante problemática. En esa normativa, la actuación de los diferentes agentes de intervención externos es considerada como un elemento clave para mejorar la situación en la pequeña y mediana empresa. El análisis de esta actuación es precisamente el objetivo de este artículo. El artículo resume las conclusiones más relevantes de un estudio empírico sobre el papel desempeñado por los distintos agentes de intervención en materia de seguridad e higiene en las PYMEs llevado a cabo en 1999 1. Primero * Kingston University (Londres). South Bank University (Londres). *** Universidad Complutense (Madrid). 1 Esta investigación forma parte de un estudio comparado realizado en varios países de la U. E. que fue financiado por el instituto sueco SALTSA (Instituto Nacional de la Vida Laboral en Cooperación con las Asociaciones Sindicales). Además de las citadas en el apartado de refe** examina la situación actual de la siniestralidad para intentar determinar el impacto de la normativa. A continuación hace una evaluación del papel de los agentes de intervención a partir de la información recogida en las entrevistas mantenidas con ellos. Después, a través de una serie de casos o experiencias de buena práctica, en los que se han registrado un éxito relativo en la lucha contra la siniestralidad laboral, se examinan los criterios que han contribuido a este éxito. En las conclusiones se identifican los agentes que actualmente son más importantes en relación a las PYMEs y los factores considerados más rencias bibliográficas, se han consultado numerosas fuentes relativas a las características generales de las PYMEs, los aspectos esenciales de la cultura empresarial española en las PYMEs y las características de estas empresas PYMEs que pueden estar directamente relacionadas con los problemas de Seguridad e Higiene. Sería imposible dejar constancia de todas las que han aportado información para la elaboración del marco general del estudio, pero cabe citar entre ellas CURRAN et al. (1993), MAYHEW (1997), ONTIVEROS (1997), RAINNIE (1991), RIGBY (1998) y el monográfico de Información Comercial Española «Una Política de Apoyo a la PYME», núm. 771, 1998. También quisiéramos agradecer al Profesor Enric Sanchis, de la Universidad de Valencia, las sugerencias aportadas en las sucesivas versiones del artículo. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 93 INFORMES Y ESTUDIOS pertinentes y generalizables que se derivan del examen de los casos. nuestra atención fueron los de construcción, metal y hostelería. Para la realización del estudio se llevaron a cabo cuarenta y cinco entrevistas semi-estructuradas, mayoritariamente a diversos agentes de intervención (administraciones laborales de las comunidades autónomas, asociaciones empresariales, asesores, mutuas, sindicatos, graduados sociales e inspectores), con una pequeña muestra también de empresarios de PYMEs. Seguidamente se efectuaron quince entrevistas con el objetivo de detectar casos de buena práctica. Las entrevistas con los agentes de intervención se concentraron en Madrid y Valencia mientras que las relativas a los casos de éxito fueron realizadas en varios puntos del país. Los sectores de actividad económica en los que concentramos Antes de analizar los resultados del estudio es importante examinar la situación actual con respecto a la siniestralidad laboral, sobre todo en lo que se refiere a las PYMEs. Aún con las medidas de apoyo diseñadas para las PYMEs, el nivel de siniestralidad laboral a nivel nacional sigue aumentando. Así, mientras en 1996, primer año de implantación de la LPRL, el índice de siniestralidad por cada 1000 trabajadores fue del 50.20, en 1998 había alcanzado el 56.65 2. El cuadro 1 recoge los índices de siniestralidad según el tamaño de la empresa, y se puede observar que el nivel aumenta conforme disminuye el tamaño. CUADRO 1. SINIESTRALIDAD SEGÚN TAMAÑO DE EMPRESA, 1998 (%) Tamaño Total Menor Grave Mortal 1-9 trabajadores 18,0 17,9 25,3 26,9 10-25 15,8 15,8 15,7 19,5 26-49 10,4 10,4 8,9 10,6 50-100 9,2 9,2 7,1 7,3 101-249 8,9 8,9 6,3 7,4 250-449 5,1 5,2 3,4 2,6 500-1.000 3,3 3,3 2,5 3,3 más de 1.000 6,0 6,0 4,5 4,3 23,3 23,3 26,4 18,2 Sin especificar TOTAL 100 100 100 100 Fuente: MTAS: Anuario de Estadísticas Laborales y de Asuntos Sociales 1998. De hecho el 54 por ciento de los accidentes laborales tienen lugar en empresas de 100 trabajadores o menos, porcentaje que asciende al 64% en el caso de los accidentes mortales. 94 Como puede apreciarse también en el cuadro 1, hay un gran número de casos en los que se 2 MTAS, 1999. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO desconoce el tamaño de la empresa. Cabe suponer, por lo tanto, que la situación en las PYMEs sea aún más grave de lo que reflejan las cifras aportadas, teniendo en cuenta la menor rigurosidad en el registro de siniestros. La gravedad de la situación se acentúa aún más, cuando se tiene en cuenta la tendencia ampliamente reconocida hacia la reducción de tamaño que han ido experimentando las empresas en España a lo largo de los últimos años, igual que en el resto de Europa. La calidad de la implantación efectuada parece estar respondiendo a pautas similares. Un estudio del ISTAS sobre la situación existente en 1998 revela que un 62% de las empresas encuestadas tenían escaso o ningún conocimiento de la legislación vigente. Al detenerse en la variable tamaño de la empresa, se aprecia que el grado de conocimiento entre los empresarios de las PYMEs era ostensiblemente menor. En general es bastante deficiente, pero aún más conforme disminuye el tamaño de la empresa. Cabe destacar, sin embargo, el alto nivel de formación en las empresas de entre 50 y 249 trabajadores (parte de la explicación puede encontrarse en el apoyo proporcionado por los acuerdos sobre Formación Continua). CUADRO 3. APLICACIÓN DE ALGUNAS DE LAS MEDIDAS RECOGIDAS EN LA LPRL Tamaño de empresa núm de empleados) Se ha hecho la evaluación de riesgos* 1-9 10-49 50-249 17,3 37,6 65,0 Hay delegados de prevención* 1-9 10-49 50-249 13,8 28,7 48,6 Se ha hecho formación en S.e H. ** Menos de 6 10-49 50-249 17,9 51,9 85,0 Han acordado un modelo de prevención** CUADRO 2. GRADO DE CONOCIMIENTO DE LA LPRL Tamaño de empresa Puntuación* Más de 500 4,2 250-500 3,9 50-249 3,3 6-49 2,8 Menos de 6 2,2 * puntuaciones medias sobre 5. Fuente: BOIX et al., La Formación en la Prevención de Riesgos Laborales, ISTAS, 1998 Además el cuadro 3 muestra el grado de cumplimiento de alguna de las medidas preventivas más relevantes recogidas por la normativa, en empresas de diversos tamaños. Menos de 6 10-49 50-249 6,0 16,6 31,9 Fuentes: *III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo (1997), MTAS. **BOIX et al., La Formación en Prevención de Riesgos Laborales, ISTAS 1998 La LPRL parece estar calando, sin embargo, en uno de sus aspectos: las PYMEs identifican como sistema de prevención más eficaz el ofrecido por los servicios de prevención externos, como puede verse en el cuadro 4. 2. EL PAPEL DE LOS AGENTES DE INTERVENCIÓN En este apartado se pretende identificar y evaluar el papel de cada uno de los distintos agentes de intervención y llegar a unas conclusiones iniciales sobre ellos. Esta valoración se ha hecho a partir de un balance REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 95 INFORMES Y ESTUDIOS CUADRO 4. SISTEMAS DE PREVENCIÓN SEGÚN TAMAÑO DE EMPRESA Núm. empleados Responsabilidad directa del empresario El empresario designa 1 o más trabajadores 11,6 11,6 Menos de 6 Servicio de prevención propio Servicio de prevención mancomunado Servicio de prevención ajeno (externo subcontratado) 11,6 65,2 7-49 40,0 13,3 6,6 53,3 50-249 39,7 39,9 3,1 35,5 250-500 27,0 64,6 14,0 18,9 Más de 500 19,3 85,5 12,9 12,9 Fuente: BOIX et al., 1998. equilibrado de las respuestas de los entrevistados. Entendemos por agentes de intervención tanto los formales, es decir, aquellos servicios de prevención que tienen un papel formalmente asignado por la LPRL (las diferentes administraciones públicas, la Inspección y las mutuas), como el resto de agentes a los que pueden recurrir las PYMEs para implantar algún sistema de prevención de riesgos laborales en sus centros de trabajo (asociaciones empresariales, asesorías privadas, sindicatos, graduados sociales o, como veremos en su momento, las grandes empresas cuando ejercen la función de subcontratista. Mutuas de accidentes Según los entrevistados las mutuas de accidentes son, junto a los inspectores de trabajo, el agente más importante para las PYMEs. A ello contribuye, entre otras cosas, el papel formal que tienen asignado en la legislación preventiva. Además, el hecho de que los empresarios perciban a las mutuas como primer agente relevante no resulta sorprendente dada la tradicional relación que mantiene con ellas (previa a la LPRL) en cuanto empresas aseguradoras en el ámbito de las relaciones laborales. El primer contacto entre mutua y 96 empresa suele partir de la PYME, a menudo con la mediación del graduado social y muchas veces como consecuencia de la visita de un inspector al lugar de trabajo. En las intervenciones más acabadas la labor de las mutuas suele ser muy significativa. Sin embargo, no se percibe un modelo consistente y unificado de intervención. El nuevo modelo preventivo de la LPRL demanda la adopción de cambios importantes en la cultura y en la organización interna de la mutua para sintonizar con el mayor énfasis asignado a la prevención, y no todas las mutuas se han adaptado al mismo ritmo. Hasta cierto punto era previsible, ya que, como señala Rodrigo Cencillo, el desarrollo de los servicios preventivos ofrecidos por ellas ha sido muy desigual desde hace muchos años y, por lo tanto, a algunas mutuas les resulta enormemente complicado reforzar esta faceta de su actividad [Rodrigo Cencillo, 1999]. Por otra parte en muchas PYMEs existe la percepción de que las mutuas se interesan más por las grandes empresas que por ellas, puesto que las primeras les proporcionan mayores beneficios económicos. Entre las críticas más habituales formuladas por los entrevistados está la escasez de técnicos que puedan proveer servicios espe- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO cializados en prevención. Es cierto que, en términos generales, entre 1997 y 1998 se registró un aumento importante del número de técnicos contratados en las mutuas; sin embargo, el reparto por Comunidades Autónomas es bastante desigual 3. Por lo tanto hay lista de espera para acceder a determinados servicios/productos. Otras críticas recogidas aluden a la insuficiencia (en cantidad y calidad) de los servicios no facturados, y a que muchas veces la actuación de las mutuas es reactiva en lugar de proactiva. En este sentido, su actuación estaría orientándose, sobre todo, a la resolución de problemas derivados de accidentes en lugar de a la prevención de los mismos. Por su parte, las mutuas argumentan que el nuevo sistema de cobro por determinados servicios aún no ha sido asumido en gran parte por las PYMEs. Por lo tanto, dudan en contratar nuevos técnicos, mientras no tengan la certeza de que las PYMEs están dispuestas a pagar los servicios que ofrecen. En algunas de las entrevistas con personal de las mutuas se ha hecho referencia al desbordamiento producido como consecuencia de la gran cantidad de peticiones que están recibiendo. Así, la única manera de hacer frente a esta situación sería limitar su intervención a cumplir sólo con las exigencias mínimas para poder atender a un mayor numero de clientes. De todo ello se desprende una situación paradójica. Por una parte, las mutuas parecen constituir el agente de intervención más relevante para las PYMEs, en cuanto a la mejora de su situación preventiva; sin embargo, sus tradiciones culturales como organización, la falta de recursos adecuados y la necesidad de adecuarse a la nueva situación de cobro por determinados servicios contribuyen a produ3 En la Memoria 1997-8 del Plan Marco se registra un aumento significativo de los recursos humanos destinados al área de la prevención de riesgos laborales. De ellos, el personal técnico aumentó de 882 en 1997 a 1098 en 1998. En cuanto a su distribución por autonomías, oscila entre 573 en Cataluña y 29 en Extremadura. cir una falta de consistencia en el compromiso de las mutuas 4, que sufren, sobre todo, las empresas más pequeñas, es decir, las de menos de 25 trabajadores. Para que las mutuas asuman plenamente el papel que la legislación les asigna, es probable que haga falta un cambio en la manera de entender su función. No obstante, sin intervención externa parece poco probable que puedan emerger las condiciones para que este cambio se haga realidad. Entre las iniciativas que podrían contribuir al cambio cabe citar, por ejemplo, la mayor clarificación normativa de las responsabilidades concretas de las mutuas y una reestructuración organizativa que permita reducir la competencia directa entre ellas. Esta reestructuración también podría contribuir a una mayor identificación con determinados sectores y determinadas regiones. Otro posible cambio sugerido por algunos entrevistados es la introducción de una mayor representación sindical en su gerencia. Inspección de Trabajo El papel clave de la Inspección de Trabajo deriva de un hecho señalado por casi todos los entrevistados: el miedo de los empresarios a la imposición de una multa constituye uno de los mayores incentivos para avanzar en el cumplimiento de la legislación. Este hecho quedó constatado también en la ya mencionada encuesta del ISTAS; en ella se planteaba la pregunta: «¿cuáles cree vd. que serían las principales razones por las que las empresas implantarían la URL?». La respuesta mayo4 En el curso de la investigación hemos detectado la existencia de una cierta indefinición en la estrategia empresarial de las mutuas de accidentes de trabajo. Ante la emergencia de lo que podría denominarse el «mercado de la prevención» suelen mostrar, por lo que conocemos, una actitud ambivalente. En algunos casos suelen percibir esta posible nueva área de actividad como un riesgo para su propia supervivencia. En otros casos, dicha área es considerada más bien como un nuevo campo de actividad. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 97 INFORMES Y ESTUDIOS ritaria, registrada en un 62,1 % del total de respuestas (y siendo mayor en las microempresas), fue «el temor a la Inspección»[Boix et al., 1998]. Sin embargo, el ya constatado limitado conocimiento y cumplimiento de la legislación por parte de las PYMES parece sugerir que la eficacia del papel de la Inspección podría ser aún mayor. Más específicamente, parece que en muchos casos las PYMES no sienten la necesidad de actuar hasta que surge un problema o la visita de la Inspección. Esta línea de interpretación, presente en muchas de las entrevistas de nuestro estudio, apunta hacia una clara conclusión: para activar la prevención es necesario intensificar la rigurosidad y el número de sanciones por falta de cumplimiento, puesto que ello constituye un instrumento mucho más eficaz de intervención que la autorregulación (algo que también observó Nichols 1997). A lo cual habría que añadir una acción complementaria: insistir en el cumplimiento efectivo de las sanciones, ya que en la actualidad muchas de las multas no llegan a ser cobradas 5. Otros factores que podrían ayudar a explicar las deficiencias en el desarrollo efectivo de las funciones de la Inspección serían, en primer lugar, la falta de recursos: no hay suficiente número de inspectores para cumplir adecuadamente con sus nuevas atribuciones en materia preventiva. Esta limitación impide, sobre todo, la realización de un seguimiento riguroso de las empresas con deficiencias. Así, en el sector de la construcción se han dado casos en los que la sobrecarga de trabajo de este colectivo hacía imposible volver a visitar empresas para verificar la introducción de los cambios recomendados antes de que la obra terminara. Y ello a pesar de que el 52,31% de todas las actuaciones en Prevención de Ries- gos Laborales se concentraron en el este sector de actividad [Dirección General de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, 1998]. En segundo lugar cabe resaltar la diversidad de criterios existente hasta ahora dentro de la Inspección, aunque actualmente hay iniciativas para homogeneizar tales criterios. Otro factor, también resaltado ya por otros autores, es la insuficiente especialización técnica en el área de Seguridad e Higiene, problema que ya se ha reconocido. Finalmente, se ha comentado en algunas entrevistas cierta falta de coordinación entre los inspectores y los cuerpos técnicos dependientes de los organismos autonómicos. En este sentido el programa de visitas organizado anualmente por los inspectores, que teóricamente podría servir de referente para una estrategia conjunta, no siempre juega ese papel. El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) y las Administraciones Laborales Autonómicas Desde que se produjo el traspaso de las competencias en materia de Seguridad e Higiene a las comunidades, el INSHT no, desempeña una labor especifica directa respecto a las PYMES. La mayor parte de sus actividades se concentran en la elaboración de estudios e investigaciones, y en la realización de actividades de promoción y divulgación 6. Sin embargo, llama la atención que no tenga atribuida ninguna función coordinadora respecto a las distintas iniciativas autonómicas. Las comunidades autónomas llevan a cabo sus propias actividades con una organización y asignación de recursos especifica que varía en cada una de ellas, lo que acarrea ventajas e inconvenientes. Permite e incentiva el desarrollo de iniciativas locales «apegadas al te- 5 Esta situación, además de desincentivar el cumplimiento de la normativa por parle de los empresarios, constituye una fuente de desánimo y frustración para otros actores relevantes (pensamos, en particular, en el caso de los delegados sindicales de prevención). 98 6 Según la Memoria de Actividades del INSHT correspondiente a 1998, un 32,3 por ciento de las horas de los técnicas se dedicó a la elaboración de estudios e investigaciones y un 25,5 a promoción y divulgación. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO rreno», pero da lugar a una situación de desigualdad y falta de uniformidad en la provisión de servicios a nivel nacional. Así hemos encontrado algunas experiencias muy estimulantes, como las actividades de los tres Gabinetes de Seguridad e Higiene de la Comunidad Valenciana, y las del Instituto de Salud Laboral de Navarra. Por el contrario en otras autonomías la situación es menos reconfortante. Parte de la explicación de esta heterogeneidad puede encontrarse en el distinto ritmo con que se produjeron los traspasos competenciales. En el caso de Valencia y Navarra el traspaso tuvo lugar a mediados de los años 80, mientras que en algunas otras autonomías no se produjo hasta mucho más tarde. En cualquier caso las diferencias no se explican exclusivamente por este hecho, sino también por la importancia política otorgada en cada autonomía a la problemática de la seguridad e higiene en el trabajo. Como hemos dicho, las administraciones laborales de algunas comunidades autónomas están desarrollando varias actividades en este ámbito. Están ejecutando programas de visitas, normalmente más a iniciativa propia que de la empresa (el Proyecto 677 de Aragón, al que nos referiremos más adelante, y el Plan de Implantación de la LPRL en Navarra son una muestra). Otra actividad frecuente es la instalación de líneas de atención telefónica para ofrecer información a las empresas. En otros casos desarrollan iniciativas conjuntas junto a otros agentes. De hecho las asociaciones empresariales y las organizaciones sindicales valoran muy positivamente el apoyo de las administraciones laborales a sus iniciativas, por la credibilidad adicional que les otorga. Además en muchas ocasiones esta colaboración constituye una importante fuente de financiación, asegurando así la viabilidad de varios programas de intervención (el caso catalán de la Fundació ABSS, que se examina más adelante, es ilustrativo a este respecto). Con todo, cabe señalar que la eficacia de este tipo de intervenciones podría ser mayor, si mejorase el sistema de transferencia de algunas de las mejores experiencias a las autonomías más atrasadas. Junto a ello, además, habría que hacer constar algunas críticas formuladas por los entrevistados, como la escasez de conocimientos especializados en determinados sectores de actividad por parte de los técnicos que proporcionan apoyo a los inspectores de trabajo. También hicieron hincapié en la posibilidad de que la actuación conjunta de los inspectores y los técnicos pudiera provocar un efecto no deseado: el rechazo de los empresarios a solicitar ayuda de los técnicos por miedo a que, a causa de su estrecha relación con los inspectores, pudieran llegar a no respetar la confidencialidad de sus solicitudes. Organizaciones sindicales La actividad de los sindicatos en materia de prevención de riesgos laborales presenta varias facetas. En las líneas siguientes prestarémos particular atención a su actividad institucional. Sin embargo, también queremos dejar constancia de otras actividades que vienen desarrollando, a nivel nacional y local, de cara a mantener en el primer plano de la agenda público-mediática la problemática de la seguridad e higiene en el trabajo (y, en particular, la de la siniestralidad laboral). Entre ellas debemos mencionar sus apariciones ante la opinión pública para dar cuenta de sus propios datos sobre siniestralidad laboral y la movilización activa de los propios trabajadores. La más relevante de las intervenciones institucionales de los sindicatos se centra en su papel como principal apoyo externo de los delegados de prevención. Destacamos, concretamente, su labor como responsables de la formación de los delegados. Para ello organizan cursos básicos de 30-50 horas (que suelen abordar la legislación existente y el papel de los delegados en su cumplimiento) y cursos de nivel intermedio de 300 horas (en los que REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 99 INFORMES Y ESTUDIOS se procede al análisis de los riesgos laborales y de la actividad preventiva). Los empresarios se benefician de los conocimientos adquiridos por los delegados. Así, han comentado algunos entrevistados que en ciertos casos los pequeños empresarios, preocupados por introducir un sistema de prevención y reconociendo la experiencia de los sindicatos en este campo, ofrecen a los delegados formados por ellos la posibilidad de organizarlo. En este tipo de iniciativas existe, sin embargo, un riesgo: que el empresario se desentienda de sus obligaciones y la responsabilidad recaiga, de hecho, sobre el delegado de prevención sindical en lugar de sobre él mismo. Es importante resaltar su trabajo en colaboración con otros agentes (sobre todo los inspectores), con el objetivo de vigilar el cumplimiento de la legislación. De hecho, las organizaciones sindicales son una de las causas del mantenimiento, en primer plano, del papel sancionador de la Inspección. Sus campañas informativas, a nivel nacional y autonómico, sobre el aumento de la siniestralidad y sobre la vinculación entre siniestralidad y precariedad laboral, actúan como mecanismo de presión sobre la Administración para intensificar la vigilancia. También es importante señalar la importancia de las iniciativas llevadas a cabo conjuntamente con las asociaciones empresariales. Estas actividades pueden dividirse en tres categorías: formación, acuerdos pactados para profundizar en las cuestiones relacionadas con la prevención y, en tercer lugar, acercamiento a las empresas outreach. Como iniciativa paritaria de carácter formativo aludiremos al Plan de Formación de la Comunidad Valenciana. Con tres años de duración (1999-2001) el objetivo del proyecto, que cuenta con el apoyo financiero de la Administración, es formar a 25.000 empresarios, 15.000 delegados de prevención y 10.000 empleados con responsabilidades preventivas en las PYMEs. Está previsto que los sindicatos se encarguen de formar a los delegados de prevención, quedando el resto de los participantes a 100 cargo de las asociaciones empresariales. También en lo que se refiere a iniciativas sectoriales se destaca el convenio del sector de Metal en la provincia de Valencia, con elevado potencial de intervención. Firmado en diciembre de 1996, prevé el establecimiento de una comisión paritaria de prevención de riesgos laborales. Compuesta de tres representantes por cada una de las partes, tiene como objetivo la resolución de los conflictos más espinosos en materia de salud laboral que afecten a las empresas adscritas al convenio. Más adelante haremos referencia a dos ejemplos de outreach en el apartado sobre casos de buena práctica: la Fundación ABSS en Cataluña y los delegados sectoriales-territoriales en el sector de la construcción en Asturias. Gracias a su capacidad organizativa, los sindicatos están consiguiendo constituir la propia figura del delegado de prevención en muchas de las PYMEs que hasta ahora no han tenido representación laboral. Sin embargo, si se tiene en cuenta el informe de ISTAS que registra un 33,9 por ciento de las empresas de entre 6 y 49 trabajadores con la figura de delegado de prevención implantada (Boix, 1998) todavía queda mucho por hacer. Hemos detectado varios problemas que dificultan el cumplimiento de su misión. Primero, el limitado acceso de los sindicatos a las PYMEs constituye un problema a la hora de llegar a algunos de los grupos más necesitados de apoyo: sólo una minoría de estas empresas tienen delegados de prevención. En segundo lugar, es necesario reconocer las limitaciones de formación que imparten (demasiado generalista); para los delegados es básico insistir en la aplicación práctica y más específica de los conocimientos en su lugar de trabajo. A ello responde, por ejemplo, el nuevo modelo formativo introducido por ISTAS en CCOO; en él se incluyen horas adicionales destinadas a que los tutores visiten a los delegados de prevención en sus propias empresas. Un tercer problema es la escasez de los recursos que las organizaciones sindicales REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO pueden dedicar a prevención; ello provoca que sea difícil atender todas las demandas. Por último, y sobre todo en relación a los sectores más complejos desde el punto de vista de la seguridad e higiene, se ha visto que en algunos casos la competencia técnicas es insuficiente. intervención suele plantearse como un ejercicio burocrático (la «gestión de papeles» orientada a que los pequeños empresarios puedan «despreocuparse»). Esto es efectivamente lo que piden muchos empresarios, sobre todo de las empresas más pequeñas, pero impide que puedan involucrarse activamente en la acción preventiva. Graduados Sociales En cualquier caso es probable que el graduado social siga ejerciendo como intermediario en el futuro, dada la estrecha relación existente entre ellos y la insuficiente atención dedicada por las mutuas a las PYMEs, sobre todo las empresas más pequeñas. Según algunos entrevistados habría que buscar un equilibrio más satisfactorio entre las demandas del empresario (fundamentalmente asociadas a la resolución de problemas) y los servicios preventivos del graduado. Estos podrían ser orientados a liberar al pequeño empresario de determinadas tareas pero también a comprometerle con la acción preventiva. El Graduado Social (o más recientemente denominado diplomado en relaciones laborales), en cuanto consultor o gestor de las relaciones administrativo-laborales de las PYMEs, es un agente de intervención, cuyas funciones están en proceso de desarrollo; por ello, no es sorprendente que hayamos encontrado distintas valoraciones sobre su actuación actual y posible evolución futura. Las mutuas suelen apreciar, sobre todo, su labor mediadora como primer interlocutor de las PYMEs e intermediario indirecto (al actuar de enlace entre la PYME y la propia mutua). Por otra parte parece que un número significativo de graduados sociales perciben un campo más amplio de intervención potencial directa en el futuro. Así el Colegio de Graduados Sociales ya ha planteado (sin éxito hasta ahora) la posibilidad de obtener una acreditación básica, de carácter colectivo, para todos sus graduados. También organiza un Master en Prevención de Riesgos, con la colaboración de otros agentes, dirigido a sus afiliados. La actividad de los graduados sociales ya acreditados individualmente suele concentrarse en la realización de evaluaciones de riesgos y de planes de prevención. Esta actividad suele surgir a iniciativa del graduado social, como servicio adicional a los que ya dispensa a la PYME. En algunas ocasiones la iniciativa parte de la pequeña empresa, después de haber sido visitada por la Inspección. La crítica más frecuente formulada a la actuación de los graduados sociales es que su Para desarrollar esta nueva orientación parece necesaria la modificación del plan de estudios de su diplomatura, haciendo que incluya mayores contenidos formativos relacionados con la prevención de riesgos laborales. Otra posibilidad sería fortalecer el papel de enlace entre la mutua (o la empresa privada de prevención) y la PYME ofreciendo, en régimen de subcontratación, una serie de servicios de prevención previamente acordados con la mutua. Grandes empresas Hay ejemplos que demuestran el potencial preventivo existente en la relación entre las grandes empresas y sus proveedores (en el próximo epígrafe nos ocuparemos del caso de Ford), aunque cabe indicar que la gran empresa suele contratar como proveedores a las PYMEs de mayor tamaño, teniendo poca influencia en las PYMES más pequeñas. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 101 INFORMES Y ESTUDIOS Los motivos de la gran empresa para intervenir en materia preventiva (además de las posibles sanciones derivadas del incumplimiento de la normativa por parte de sus proveedores) suelen estar relacionados con la necesidad de proteger su imagen pública (un problema en una empresa proveedora puede repercutir negativa y directamente sobre la grande). En opinión de los entrevistados, la influencia de la gran empresa puede desempeñar un papel más importante en el futuro, sobre todo en el sector de la construcción. Su intervención parece especialmente necesaria en las PYMEs de este sector, donde, además de la complejidad de muchas obras en las que participan conjuntamente muchas pequeñas y medianas empresas, suelen darse unas relaciones entre trabajadores y empresarios de tipo amistoso o «fraterno» [Scase, 1995] en vez de una jerarquía más estricta: en ellas la relación empresario/empleado pasa a un segundo plano. Un factor a tener en cuenta, cuando se da la situación de varias empresas constructoras que trabajan juntas en una misma obra es el papel del coordinador de prevención. Se ha comentado en algunas entrevistas que el desarrollo de las atribuciones de este actor, nombrado por el promotor de la obra, a veces está acompañado de grandes dificultades. En este sentido queremos señalar que cualquier intervención, por su parte, que pueda suponer una disminución del ritmo de trabajo crea tensiones con el promotor y los contratistas, cuya prioridad es que la obra se termine a tiempo (o incluso antes de lo previsto). Por lo tanto, cuanto más activo sea el coordinador, menores serán sus posibilidades de volver a ser contratado por el mismo promotor; este hecho constituye evidentemente un elemento fuertemente disuasorio de cara al ejercicio de su actividad. En la actualidad el coordinador suele dirigir su acción más hacia la exigencia de formalidades (el cumplimiento a través de «papeles»), que hacia el seguimiento de los problemas detectados. Ello parece indicar que 102 la mayor eficacia de la intervención del coordinador de obra requiere una mayor autonomía contractual. Empresas de prevención privadas Su reciente aparición y la necesidad de pagar por sus servicios hacen que resulte bastante arriesgado predecir la magnitud de su clientela futura, especialmente en el caso de las PYMEs. Parece probable que tendrán mayor acogida entre las empresas más grandes, aunque allí se verán forzadas a competir con las mutuas, con las que ya mantienen una relación previa. Un posible campo de intervención para estas empresas de prevención podría ser aquellas situaciones en las que el servicio de prevención es contratado para un colectivo de PYMEs. En Valencia encontramos el ejemplo de la asociación empresarial Valmetal, que ha contratado una empresa privada de prevención para impartir formación a sus afiliados. El hecho de conocer previamente a la empresa de prevención a través de los cursos de formación está actuando de incentivo en muchos casos para contratar con ella servicios adicionales. Asociaciones empresariales Las actividades más frecuentes llevadas a cabo por las asociaciones empresariales son las campañas informativas y el desarrollo de cursos de formación básica para sus afiliados. En este último caso, la intervención suele llevarse a cabo con la ayuda de otros agentes (por ejemplo las mutuas). Hemos constatado la existencia de iniciativas interesantes, como la preparación de guías simplificadas y de uso práctico para pequeñas empresas en subsectores concretos (por ejemplo panaderías en la provincia de Toledo, talleres mecánicos en la provincia de Valencia). Sin embargo, nuestros entrevistados suelen percibir como muy limitada la actividad de las asociaciones empresariales en este área. En su REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO opinión, éstas no suelen dar suficiente prioridad a las cuestiones relacionadas con la prevención. Ello es coherente, por lo demás, con la ambivalencia hacia el tema que presentan la mayor parte de sus asociados. Esta relativa falta de actividad, según algunos sindicalistas entrevistados, puede apreciarse en la escasa inclusión de cláusulas sobre iniciativas preventivas concretas en los convenios colectivos (y ello a pesar de las presiones sindicales) y en el hecho de que las asociaciones empresariales no suelen desempeñar el papel más activo cuando participan en acuerdos a dos y tres bandas. Las organizaciones sindicales también aluden a su oposición, durante la elaboración de la LPRL, a la creación de la figura del delegado territorial (una reivindicación considerada esencial por parte de los sindicatos, para poder materializar una intervención preventiva efectiva que no consiguieron incluir en la ley). De hecho, consideramos que la participación de las asociaciones empresariales en iniciativas junto a otros agentes es potencialmente más fructífera que su actuación independiente, y esto se refleja, sobre todo, en las situaciones en las que se han conseguido acuerdos paritarios, como los ya mencionados en al apartado sobre organizaciones sindicales. En cualquier caso la intervención de las asociaciones empresariales, como la de las organizaciones sindicales, está muy limitada por su escasa accesibilidad a las PYMEs, especialmente si éstas son microempresas 7. 3. ALGUNOS CASOS DE BUENA PRÁCTICA Como ya se ha mencionado, parte de la investigación consistió en la identificación, orienta7 AGUAR et al (1999) hablan de los problemas de captar y mantener la participación de los pequeños empresarios de las PYME, sobre todo, en los ámbitos provincial y subprovincial. dos también por las experiencias y opiniones de los entrevistados, de algunos casos de intervención de determinados agentes con éxito relativo en la lucha contra la siniestralidad. A continuación se evalúan algunos de los más logrados, que ejemplifican la intervención de diversos agentes, intentando resaltar los factores que han contribuido en mayor medida a su éxito. A la hora de definir los criterios de «buena práctica», se adoptaron, además de indicadores cuantitativos relacionados con la reducción de la siniestralidad, otros de tipo cualitativo, tales como el nombramiento de delegados de prevención, la participación tanto de ellos como de los empresarios en cursos específicos de formación, la adopción de medidas como consecuencia directa del análisis de los riesgos existentes y la existencia de contactos regulares entre los agentes de prevención y las PYMEs. Unión de Mutuas: Un programa de formación y tutoría para reducir la siniestralidad en la Comunidad Valenciana En primer lugar, Unión de Mutuas seleccionó entre sus empresas las 2000 clientes con mayor tasa de siniestralidad. Para ellas impartieron un curso de formación, tras el que cada empresa recibió una, dos o tres visitas de técnicos de la Mutua. La función de estas visitas era aconsejar y apoyar a las empresas en la preparación de su evaluación de riesgos y del plan de prevención. La intervención se completó concentrándo el trabajo de los técnicos en las empresas de determinados sectores, lo que ofreció a los empresarios una utilidad práctica inmediata. Este resultado se refleja también en el trabajo de Eakin, Lamm y Limborg, (1998) que analiza un proyecto de formación con PYMEs danesas. Según estos autores, la inspiración del diseño de las intervenciones en criterios de utilidad práctica específicos y, sobre todo, la inclusión de una parte de la formación en el centro de REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 103 INFORMES Y ESTUDIOS trabajo de los participantes había facilitado considerablemente la asimilación de información y el interés por parte de los empresarios 8. Cuando se hizo la entrevista, el programa de la Unión de Mutuas llevaba casi dos años en marcha, y los datos del primer año habían registrado un descenso del 8% sobre las tasas de siniestralidad del año anterior. Posiblemente el éxito de esta iniciativa se debe, al menos en parte, a la alta participación de las empresas seleccionadas (cuando no respondieron a la primera invitación, se les visitó para insistir, explicándoles por qué habían sido incluidas). Pero también fue importante el apoyo de otros agentes de intervención: los sindicatos, con los que mantienen una relación a diversos niveles (por ejemplo, en planes de investigación y a través de su participación en el Consejo de Dirección), y las grandes empresas, que estimularon el interés por participar entre sus empresas proveedoras. Proyecto 677: Servicio Aragonés de Seguridad e Higiene El Proyecto 677 fue un programa desarrollado por el Servicio Aragonés de Seguridad e Higiene para reducir el nivel de siniestralidad en las empresas aragonesas. La primera fase del mismo consistió en la preparación de una base de datos estadísticos desagregados sobre la siniestralidad en la comunidad. A partir de ella, se seleccionaron las 677 empresas con el índice más elevado (casi todas PYMEs). Después se puso en marcha un programa de visitas informativas y de apoyo, de8 La investigación de Eakin et al. (1998) que se desarrolló en Dinamarca entre 1993 y 1995 se planteó cómo mejorar las relaciones entre las autoridades laborales y las PYMEs. Como primer paso, se consideró la necesidad de establecer un diálogo entre las dos partes sobre cuestiones laborales de interés para el empresario. La razón, sentar las bases para el desarrollo de cierta confianza mutua entre ellas. 104 sarrollado por los técnicos del Servicio Aragonés, de cara a la preparación de la evaluación de riesgos y el Plan de Prevención. Tras esa visita, se procedió a la elaboración de un informe de recomendaciones técnicas, al que le siguieron otra u otras visitas (según necesidades), para supervisar su puesta en práctica. Durante el primer año de funcionamiento del programa el número de accidentes durante la jornada laboral con baja se ha reducido en un 24%, y ello a pesar de que en el mismo período se ha producido un aumento del 7% en la población ocupada en la región. A nuestro entender, uno de los factores que ha contribuido al éxito de la iniciativa ha sido la elaboración y posterior utilización de estadísticas desagregadas muy detalladas sobre la siniestralidad registrada. En la mayoría de los casos los empresarios que formaron parte del grupo 677 no sabían que las tasas medias de accidentes laborales en su sector de actividad eran sensiblemente inferiores a las de sus empresas. Así, el registro estadístico de la situación existente habría provocado su sensibilización, un deseo de mejorar la imagen de la empresa y un cambio de actitud con respecto a la problemática de la prevención de riesgos laborales. La cooperación de otros agentes ha sido también importante. Las mutuas fueron informadas de las empresas afiliadas que participaban en el programa. Asimismo las asociaciones empresariales prestaron su apoyo organizando reuniones preliminares para explicar el programa y facilitando, con ello, los primeros contactos con las empresas elegidas. Finalmente, la Inspección intensificó la vigilancia sobre las (pocas) empresas en las que los problemas persistieron. El delegado sectorial-regional en Asturias: una iniciativa paritaria La figura del Delegado Paritario Regional fue instituida en el convenio colectivo del sec- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO tor de la construcción de Asturias. Su labor principal consiste en sensibilizar a los empresarios y trabajadores de todas las empresas del sector en materia preventiva y sobre la necesidad de abordar determinadas tareas para avanzar en el cumplimiento de la normativa. Son, en este sentido, más asesores-colaboradores que inspectores internos. su establecimiento 9. Además, con posterioridad al lanzamiento de esta iniciativa, en 1998, en el convenio colectivo de Construcción de Asturias, se ha constituido una Comisión Paritaria de Seguridad, Prevención de Riesgos Laborales y Contratación, cuya función principal es la coordinación de todo lo relacionado con seguridad y prevención en el sector, lo que la consolida aún más. Hasta el momento han sido nombrados cuatro (dos por los sindicatos y dos por la patronal), desarrollando su trabajo en parejas mixtas (uno nombrado por la patronal con uno nombrado por el sindicato). Las empresas son seleccionadas aleatoriamente y pueden recibir hasta tres visitas de los delegados: la primera para evaluar la situación y dar los primeros consejos técnicos, la segunda para comprobar el grado de cumplimiento de las recomendaciones, y si éste no es todavía satisfactorio, pasado un plazo de tiempo, una tercera visita. El siguiente paso, en caso de que persistan los incumplimientos, es poner la situación en conocimiento de la Inspección (previamente la Comisión del convenio habría enviado un requerimiento adicional por escrito). Junto a ello, parece esencial la propia imagen de la figura del delegado regional que se ha conseguido fraguar; el hecho de que se perciba como un elemento predominantemente colaborador (no sancionador) y que no se identifique automáticamente al delegado con la parte social que le designó sino con ambas. Las visitas se iniciaron en mayo de 1997, y durante el primer año y medio se hicieron unas 1620; el 85% de las empresas incorporaron las recomendaciones que se les hicieron. Una de las claves que explican el éxito de esta inciativa es la existencia de la Fundación Laboral de la Construcción, institución paritaria bajo cuya tutela se estableció la figura y diversas actuaciones. El hecho de que ya a este nivel se haya forjado una identidad y dinámica de grupo común entre los agentes ha proporcionado una base muy sólida a la iniciativa. Asimismo, el hecho de tener ya establecido un dispositivo permanente de financiación para la Fundación que permite la asignación de fondos para el delegado sectorial-regional, ha facilitado También, con las visitas, el tema de la prevención se convierte en algo muy práctico y de utilidad inmediata, lo que contrasta con el formalismo excesivo que se había observado en algunas actuaciones, que corren el riesgo de convertirse en gestiones burocráticas. La Fundación ABSS, Cataluña: una iniciativa tripartita ABSS se creó en 1998 con la intención de impulsar el cumplimiento de la reciente normativa sobre seguridad e higiene laborales en Cataluña. Sus partes integrantes son la 9 La Fundación Laboral de la Construcción de Asturias, constituida en 1988, puede considerarse como uno de los ejemplos pioneros de paritarismo en España. Dispone de unos 1.500 millones de pesetas anuales que se recaudan a través de las cuotas obligatorias(por trabajador y día) pactadas en la negociación colectiva. Así, en la actualidad, se maneja el 4.5% de la base de cotización a la SS. Para hacemos una idea de la magnitud de esta cifra, podemos compararla con el 0.001% de que dispone la Fundación Nacional de la Construcción. En materia preventiva caven destacar, además de la creación de la figura del delegado de prevención sectorial, la elaboración, edición y distribución entre las empresas del sector de una compilación de la normativa relativa a la prevención de riesgos laborales(el Preco), y la integración de la formación preventiva en el conjunto de las actividades formativas impartidas por la Fundación. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 105 INFORMES Y ESTUDIOS asociación empresarial PIMEC-SEFES y los sindicatos UGT y CC.00. En ella participa también la Generalitat mediante una subvención destinada a sufragar los tres primeros años de su existencia. Su objetivo es servir como punto de referencia a los empresarios y delegados de todas las empresas de más de 10 trabajadores ubicadas en Cataluña, de cara a la aplicación efectiva de esta normativa. Para ello ofrece información, formación y asesoramiento, además de un servicio de evaluación (compuesto por técnicos propios de los servicios externos de prevención). Hasta ahora la Fundación ha realizado una campaña informativa dirigida a todos los sectores de actividad y unos quince programas de formación. La combinación de los servicios ofrecidos facilita la actuación preventiva del empresario: en un mismo lugar puede obtener información general, la normativa vigente, asesoramiento sobre los planes formativos pertinentes, un listado (previamente cribado en función de criterios de calidad) de las posibles empresas privadas de prevención con las que contratar estos servicios, etc. En este sentido su «modelo» de intervención se asemeja al de la ventanilla única, lugar donde se puede recibir información sobre diversos aspectos y actividades relacionados con el tema, ahorrando así esfuerzo y tiempo al empresario. Los responsables califican de éxito relativo los resultados obtenidos, ya que inicialmente fue más difícil de lo previsto despertar un interés por participar en las PYMEs de su entorno. En este sentido el interés de los empresarios de algunos subsectores del automóvil (en parte sensibilizados por sus relaciones con las grandes empresas automovilísticas) fue esencial. La intervención en estos subsectores actuó, por tanto, como punta de lanza y referente para futuras iniciativas en otros sectores de actividad. Los resultados relativamente satisfactorios, que ya se están experimentando, po- 106 drían ser explicados, en buena medida, por la adopción de un modelo de gestión paritaria, que estaría inspirando confianza tanto entre los empresarios como entre los delegados sindicales de prevención. Tanto los participantes en este tipo de intervención como otros agentes entrevistados consideran que la gestión paritaria goza de un grado de credibilidad superior al que se le asignaría de ser unilateral. Un factor singular en este caso es la atención prestada a la evaluación de los servicios de prevención, que ha actuado como un factor importante a la hora de promover la extensión de una cultura preventiva de calidad. Finalmente, hay que señalar la aportación financiera proveniente de la Administración laboral autonómica. Ford S.A.: el papel de la gran empresa Ford utiliza a unas 600 empresas del sector de metal como proveedores. Aunque muchas de ellas son bastante grandes, tampoco faltan las PYMEs, y el modelo de intervención es el mismo en todas. Su relación con ellas está condicionada por la LPRL que, concretamente en su artículo 24, otorga a la gran empresa subcontratista una responsabilidad en la vigilancia del cumplimiento de la normativa. La relación se hace efectiva a través del Servicio de Seguridad e Higiene de la empresa que sigue una política de fácil acceso para las llamadas y visitas de todas sus empresas proveedoras. Entre los servicios proporcionados están las consultas y el asesoramiento; además, en él se realizan las pruebas sobre materiales tóxicos, en caso de que la empresa proveedora no reúna las condiciones adecuadas para hacerlo. A nivel formal destaca la exigencia de Ford, a todos sus proveedores, de un certificado para constatar que el plan de prevención ha sido realizado. Sus empresas proveedoras han de adoptar, además, un plan de emergencia, siguiendo las directrices de Ford. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO En relación con materiales tóxicos, sobre los que Ford tiene una responsabilidad directa, las iniciativas son aún más específicas. Cada año se establece un calendario de visitas a las empresas para supervisar los aspectos relacionadas con la toxicología (productos, formación, etiquetado, etc.). Si se detecta algún problema, la empresa dispone de tres meses para rectificarlo y dar constancia a Ford. Si la empresa no cumple los requisitos en el plazo estipulado, la situación se da a conocer públicamente en el transcurso de una de las jornadas de información/formación destinadas a los proveedores. El éxito de esta relación se debe en parte a la necesidad de cumplir las obligaciones derivadas de la normativa legal, pero también al énfasis que pone Ford en vigilar el cumplimiento de los proveedores, con el objeto de preservar su propia imagen, uno de los elementos relevantes para mantener su competitividad. Se considera que un incidente en esta materia (y la publicidad consiguiente) en sus empresas proveedoras puede repercutir negativamente también sobre Ford. Por parte del proveedor, el temor a perder su contrato con Ford actúa como dinamizador de la puesta en marcha de la acción preventiva. También es importante señalar que la ubicación de las cuestiones relacionadas con la seguridad e higiene en el marco general de la estrategia de calidad de esta gran empresa refuerza los temas de prevención. Otro factor, apoyado también en las experiencias observadas a lo largo de nuestro estudio, es que la influencia de la gran empresa suele ser más efectiva cuando hay una proximidad física entre ella y sus proveedoras. Ford , situada en el polígono industrial de Almusafes junto a algunas de sus proveedoras, responde a este criterio. 4. CONCLUSIONES Para concluir, resumimos las cuestiones más significativas que se derivan de las en- trevistas. Asimismo, a partir de los casos de buena práctica que ilustran la intervención de determinados agentes, se pretende identificar los criterios de éxito más generalizables que pueden adoptarse en iniciativas futuras . Hasta ahora, los agentes identificados por los encuestados como los que están interviniendo más activamente son aquellos que tienen asignado un papel formal en la normativa: las mutuas de accidentes y la Inspección de Trabajo. Lo que se desprende del estudio es que, hasta ahora, no todas las mutuas han asumido de la misma manera el nuevo papel y el consiguiente cambio de cultura que esto supone y, por lo tanto no hay un panorama uniforme. En cuanto a la Inspección, haría falta conseguir un mayor cumplimiento de las sanciones para reforzar su actuación. Asimismo parece aconsejable aumentar la plantilla y avanzar en la consecución de una mayor especialización técnica en seguridad e higiene, incluso al nivel de especialización sectorial para los sectores con más alto nivel de siniestralidad. También se ha resaltado el papel que pueden desempeñar las Administraciones autonómicas y los interlocutores sociales, tanto actuando por separado como en colaboración. Por lo que se refiere a las actuaciones paritarias, se ha encontrado que gozan de una mayor credibilidad que las actuaciones por separado. En cuanto a las administraciones autonómicas, se han observado algunos casos de buena práctica, pero la experiencia es muy heterogénea y, por lo tanto, sería deseable buscar estrategias para conseguir la transferencia de las buenas experiencias más directa y rápidamente a las autonomías más atrasadas. De las organizaciones sindicales se destaca, sobre todo, su actividad de formación y apoyo a los delegados de prevención. La evidencia apunta hacia la necesidad de proporcionar una formación menos generalista, con más aplicación práctica en la misma empresa, y se han notado los primeros intentos en esta línea. Con respecto a las asociaciones empresariales, las actividades más frecuentes (formación, distribución de materiales) responden a REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 107 INFORMES Y ESTUDIOS las peticiones de sus asociados. No obstante, es, probablemente, en las actividades paritarias, donde su actuación tiene más relevancia. No hay que olvidar, sin embargo, que, tanto para las asociaciones empresariales como para las organizaciones sindicales, todas las actuaciones en las PYMEs se ven obstacularizadas por los muy conocidos problemas de acceso a las empresas de menores dimensiones. Otro mediador es la gran empresa subcontratista. En principio no parece un agente de intervención propiamente dicho, pero se ha visto que tiene una gran influencia sobre las empresas proveedoras, muchas de ellas PYMEs, que tienen fuertes incentivos económicos para someterse a sus requisitos. El graduado social es probablemente el interlocutor más próximo al pequeño empresario. Su actuación suele ser directa o como punto de enlace entre la empresa y la Mutua. Ya hay una tendencia creciente a incorporar la prevención al conjunto de los servicios profesionales que ofrecen. Sin embargo, ya que según los entrevistados a veces se trata el tema de prevención de una forma demasiado formal y burocrática, haría falta cuidar la calidad de las intervenciones. En cuanto a las sugerencias que se desprenden de los casos analizados, cabe hacer hincapié en la inexistencia de un one best way; sin embargo, pueden identificarse algunos factores que, cuando forman parte de la intervención y con independencia del agente de que se trate, suelen dar muy buenos resultados. Primero, parece muy adecuada la estrategia de concentrar la actuación en las empresas con mayores niveles de siniestralidad. De hecho, una estrategia parecida al caso aquí citado del Proyecto 677 ya ha sido adoptada a nivel nacional en la reciente iniciativa del gobierno de lanzar un plan de actuación que cubre las 30.000 empresas con mayor nivel de accidentalidad y que concentran un estimado 47 por ciento de los accidentes laborales. Po- 108 ner a estas empresas con mayor nivel de siniestralidad en evidencia como tales ha sido otra «enseñanza» importante; a la luz de los casos analizados, las empresas señaladas como «problemáticas» suelen mostrar interés por perder esa calificación, muy negativa para su imagen. El hecho de que las intervenciones se desarrollen a escala municipal también suele estar relacionado con esta cuestión. Hemos detectado la existencia de un cierto anhelo por conseguir mejores resultados, a nivel local, de los registrados a nivel nacional o en otras comunidades autónomas. Segundo, haremos referencia al efecto beneficioso de que las intervenciones impliquen un acercamiento físico a las PYMEs (outreach). Ello permite traducir sus contenidos, normalmente de carácter general y teórico, en aplicaciones prácticas próximas a la realidad cotidiana de la empresa. La relevancia de esta estrategia se encuentra subrayada repetidas veces, tanto en la literatura española como en la internacional y con referencia a todas las actividades que procuran estimular mayor contacto con las PYMEs. En tercer lugar, hay que destacar la colaboración de varios agentes en un mismo proyecto, aun cuando habitualmente sea uno de ellos quien lleve la iniciativa. En esta línea, son especialmente significativas las iniciativas paritarias y tripartitas, sólidamente asentadas por su inclusión en acuerdos y convenios colectivos. De hecho, en los casos que hemos tenido oportunidad de analizar, los entrevistados identifican esta fórmula de intervención como una fuente adicional de credibilidad y de eficacia. Una ventaja importante radicaría en que este ’modelo’ permite que los distintos agentes comparten y transfieren conocimientos y experiencias entre ellos. Aparte de las iniciativas paritarias hay también una dinámica cooperativa en otro tipo de actuaciones. Así, cabe citar que el INSHT suele facilitar la coedición de sus propios materiales en los cursos de formación organizados por otros agentes; los inspectores REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO participan en la formación que reciben los delegados paritarios en Asturias; las mutuas participaron en las iniciativas ya citadas del Servicio Aragonés de Seguridad e Higiene y del Instituto Navarro de Salud Laboral. En este sentido, un ejemplo de la evolución lógica de esta cooperación se encuentra en la concentración de las acciones de varios agentes en un solo lugar, siguiendo el modelo de ‘ventanilla única’ como en el caso de ABSS. Se trataría de que, a pesar de la diversidad de las actuaciones de los agentes, el empresario de las PYMEs tenga un único referente en materia preventiva. Además, este tipo de modelo podría facilitar una mayor comunicación entre ellos. Ello permitiría, a su vez, avanzar en la complementariedad de las acciones emprendidas (que exista una cierta coherencia y continuidad entre las que realiza cada agente). Quizá también promovería el desarrollo de iniciativas conjuntas entre ellos, aumentando la eficacia de las intervenciones. Finalmente, los casos de buena práctica aquí citados sirven para reforzar la eficacia y, por tanto, importancia de la orientación cualitativa de la intervención preventiva de los agentes. Superan lo que se podría identificar como una «deriva burocrática» que parecen estar adquiriendo algunas de las intervenciones que se vienen realizando (y, que podría materializarse también en las de los agentes con mayor potencial interventor). El formalismo de algunas de ellas («gestión de papeles», énfasis excesivo en el número de visitas efectuadas a las empresas, organización de actividades sin ningún tipo de especialización... ) puede llegar a convertirse, así está ocurriendo ya en algunos casos, en gestiones burocráticas (por ejemplo, realización a distancia de la evaluación de riesgos, a través de programas informáticos estandarizados o de comunicaciones telefónicas). En cambio, en los casos de éxito tanto agentes de intervención como empresarios y delegados de prevención se ven implicados a fondo y conjuntamente, lo cual, como demuestran las estadísticas, está condu- ciendo a una reducción significativa de la siniestralidad. BIBLIOGRAFÍA AGUAR, M.J., CASADEMUNT, A. y MOLINS, J.M. (1999): «Las organizaciones empresariales en la etapa de la consolidación democrática (19861997), Unión Europea, desconcertación y diálogo social» en F. Miguélez and C.Prieto (eds.) Las relaciones de empleo en España, Madrid, Siglo XXI. Asociación de Mutuas de Accidentes (1998): Plan Marco. BOIX, P., PAGE, A., VERDE, J., CANOSA, C. (1998): La Formación en Prevención de Riesgos Laborales, ISTAS, Valencia. CURRAN, J., JARVIS, R., BLACKBURN, R. y BLACK, S. (1993): «Networks and Small Firins: Constructs, Methodological Strategies and Some Findings», en International Small Business Journal, 11,2 p. 13-25. Dirección General de la Inspección de Traba o y Seguridad Social (1998): Informe Anual de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social : España, 1997. EAKIN, J., LAMM, F. y LIMBORG, H.J. (1998): «International Perspective on the Promotion of Health and Safety in Small Workplaces», ponencia presentada en el congreso sobre Occupational Health and Safety Management Systems and Workplace Change, Arnsterdam, 21-24 de septiembre, 1998. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (1998): Memoria de Actividades. Información Comercial Española (1998): Una Política de Apoyo a la PYME , N. 771 julio 1998. MAYHEW, C. (1997): Barriers to the Implementation of Known Occupational Health and Safety solutions in Small Business , Australian Govermnent Publishing Service, Australia. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (1998): Anuario de Estadísticas Laborales y Asuntos Sociales, 1997, Madrid. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 109 INFORMES Y ESTUDIOS Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (1999): III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, Madrid. NICHOLS, T. (1997): The Sociology of Industrial Injury, Mansell, London. NIETO, J. (2000): «El peor indicador de la legislatura» El País, 10 de febrero. ONTIVEROS, E. (1997): «Las empresas españolas en el fin de siglo», en Economistas, N.73, Madrid, Colegio de Economistas. RAINNIE, A.F. (1991): «Small Fírms: Between the Enterpríse Culture and the ’New Times’», en R.Burrows (ed) Deciphering the Enterprise Culture: Entrepreneurship, Petty Capitalism and 110 the Restructuring of Britain, Routiedge, London, pp. 176-199. RIGBY, M. (1998): «Education and Employment in Spain: a Labour Market in Transition», en T. Lawlor and M. Rigby Contemporary Spain, Longman, London. RODRIGO CENCILLO, F. (1999): «Presente y Futuro de las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enférmedades Profesionales de la Seguridad Social» , en Cuadernos de Relaciones Laborales 14, Madrid. SCASE, R. (1995): Employment Relations in Small Firms, Longman, London. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 TERESA LAWLOR, MIKE RIGBY, SONIA PÉREZ HERNANDO RESUMEN Con un nivel de siniestralidad que sigue aumentando, hacer efectiva la implantación de sistemas de prevención en las empresas es un elemento clave de la lucha contra la siniestralidad laboral. Implantar estos sistemas en las PYMEs es aún más importante, ya que las estadísticas apuntan hacia un claro aumento de la siniestralidad conforme disminuye el tamaño de la empresa. En este reto, los agentes de intervención externos pueden jugar un papel muy importante; sobre todo en las PYMEs, cuyo tamaño no les suele permitir tener infraestructura interna propia. Este artículo, basado en una investigación empírica realizada en 1999, identifica los agentes de intervención externos más importantes y evalúa su papel en relación con las PYMEs. Estos agentes van desde las Mutuas, la Inspección, los agentes sociales, las autoridades autonómicas hasta los graduados sociales y la actuación de la gran empresa para con sus proveedores. Analiza, además, unos casos concretos de intervención que han tenido buenos resultados en cuanto a la sensibilización de las PYMEs y la reducción de la siniestralidad y concluye, observando que en cuanto a los casos no se destaca una única fórmula como la mejor sino unos factores que se repiten en varios casos: la concentración de la actuación en las empresas con mayor nivel de siniestralidad, acercamiento físico a las PYMEs, colaboración de varios agentes en un mismo proyecto y la concentración de las acciones de varios agentes en un solo lugar. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 26 111