Instructions for authors, subscriptions and further details: http://recei.hipatiapress.com Ya no les Quitemos la Voz a los Niños Indígenas: La Educación Intercultural Bilingüe la Solución Karla Berenice Del Carpio University of Northern Colorado Date of publication: October 1st, 2016 Edition period: October 2016- April 2017 To cite this article: Del Carpio, K. (2016). Ya no les Quitemos la Voz a los Niños Indígenas: La Educación Intercultural Bilingüe la Solución. Scientific Journal on Intercultural Studies, 2(2), 168- 196. doi: 10.17583/recei.2016.2063 To link this article: http://dx.doi.org/10.17583/recei.2016.2063 PLEASE SCROLL DOWN FOR ARTICLE The terms and conditions of use are related to the Open Journal System and to Creative Commons Attribution License (CC-BY). RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies Vol. 2 No. 2 October 2016 pp. 168- 196 Let’s Stop Taking Away Indigenous Children’s Voices: Intercultural Bilingual Education the Solution Karla Berenice Del Carpio University of Northern Colorado Abstract The transitional bilingual education that has been implemented in areas inhabited by indigenous peoples in Mexico where indigenous children have been discriminated against and their linguistic and cultural rights have been violated. This has damaged their personality and behavior, for example, children have become shy, quiet and isolated in the classroom. This article shows the findings of the research study conducted in Chenalhó, Chiapas aiming to demonstrate how education has influenced the attitudes of Tsotsil-Pedranos towards Spanish and their indigenous language. It is underlined that historically schooling has had the purpose of the assimilation of indigenous children to the dominant society by forcing them to abandon their language and culture, which is a problem that has happened in Mexico and in other Latin American countries as well as in nations such as Canada and Australia. Also, indigenous children’s voices have been taken away since they are taught in a language they do not understand. It is suggested that schools promote the benefits of bilingualism and cultural and linguistic diversity through quality intercultural bilingual education so that indigenous children can actually receive the education they deserve. Keywords: education, bilingual, children, indigenous, Mexico 2016 Hipatia Press ISSN: 2014-900 DOI: 10.17583/recei.2016.2063 RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies Vol. 2 No. 2 October 2016 pp. 168- 196 Ya no les Quitemos la Voz a los Niños Indígenas: La Educación Intercultural Bilingüe la Solución Karla Berenice Del Carpio University of Northern Colorado Resumen El presente artículo centra la atención en la educación bilingüe de tipo transicional que se ha implementado en áreas habitadas por pueblos originarios en México donde los niños indígenas han sido discriminados y sus derechos lingüísticos y culturales han sido violados lo cual ha dañado la personalidad y el comportamiento de estos pequeños volviéndolos tímidos, callados y aislados en el aula. Este manuscrito hace mención del estudio realizado en Chenalhó, Chiapas con el fin de mostrar cómo la escuela ha influido en las actitudes que tiene el pueblo pedrano-tsotsil hacia el español y hacia la lengua indígena. Se señala que históricamente la escuela ha tenido como propósito asimilar a los niños indígenas a la sociedad dominante, y con esto obligarlos a abandonar sus lenguas y tradiciones; problemática conocida en México, en otros países latinoamericanos y en naciones como Canadá y Australia. Además de que se les ha quitado la voz por instruirlos en una lengua desconocida en la que se les ha silenciado al violar sus derechos humanos, lingüísticos y culturales. Por tal motivo, se sugiere que la escuela promueva los beneficios del bilingüismo y de la diversidad lingüística y cultural por medio de una educación intercultural bilingüe de calidad para que de esta forma los niños indígenas puedan recibir la educación que se merecen. Palabras clave: educación, bilingüe, niños, indígenas, México 2016 Hipatia Press ISSN: 2014-900 DOI: 10.17583/recei.2016.2063 170 Del Carpio – Niños Indígenas L a implementación de una educación de calidad es fundamental para el progreso de cualquier sociedad ya que su propósito original es el de ser una herramienta valiosa que enriquezca al alumno a través de conocimientos que le permitan crecer de forma académica y personal además de desarrollar sus destrezas y habilidades para así contribuir a la sociedad a la que pertenece. Nicoletti nos recuerda que “educatio quiere decir acto de criar, y por extensión, formación del espíritu, instrucción; que deriva a su vez del verbo “ducare” que significaba conducir o guiar” (2006, p. 2). Por su lado, Dewey (s.f. citado en Rossi, 2011) describía a la educación como “la razón de ser de la vida misma”; el proceso que le permite a cualquier persona aprender técnicas de supervivencia y de desarrollo para después poder aceptar la moralidad de la sociedad en la que vive; un proceso “abierto, tentativo y sujeto a revisión a la luz de la continua experiencia” (Dewey, s.f. citado en Rossi, 2011, p.2). La educación es un proceso social en el cual el individuo debe convivir con otras personas y también con su entorno para así poder crecer, aprender y continuar en su proceso de madurez. La interacción es, pues, clave en este proceso. La educación ocurre a lo largo de toda la vida y no solamente en la escuela sino también afuera de dicha institución ya que dicho proceso también involucra las relaciones básicas de la persona y la sociedad. Sarramona (1989) nos decía que la educación es tan antigua como el hombre y que tiene diferentes significaciones generales, por ejemplo, se refiere a una institución social y también al resultado de una acción, es ahí cuando se habla de una “buena” o “mala” educación, “de una educación adaptada o no a las exigencias de los tiempos, de una educación conservadora o progresista” (Sarramona, 1989, p. 28). Por otro lado, la educación aparece “como medio imprescindible para que el hombre se realice en su plenitud y alcance su fin último, aunque la idea que se tenga del fin depende de la filosofía de partida” (p. 29). También la educación tiene que ver un conjunto de reciprocidad con respecto a influencias sobre los demás y al mismo tiempo la influencia de ellos sobre el individuo mismo. Por tal motivo, se dice que la educación es una influencia humana porque se trata de un fenómeno social lo cual nos recuerda las ideas de Dewey (s.f. citado en Rossi, 2011) con respecto al proceso educativo ya que la educación del sujeto supone su incorporación a la sociedad en donde el individuo RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 171 “adquiere lenguaje, costumbres, conocimientos y normas morales vigentes en ella” (Sarramona, 1989, p. 31). También vale la pena recordar que la escuela en esencia tiene como propósito “contribuir a la formación de niñas y niños que logren el desarrollo de sus capacidades, competencias, actitudes y valores, que les permita conocer su realidad, comprenderla y actuar en ella para transformarla. En pocas palabras, una escuela para la vida” (Hernández, 2009, pp. 3-4). La escuela debe ir más allá de ser el espacio donde se “transmite” conocimiento ya que los niños además de conocimientos teóricos también necesitan apoyo para desarrollar herramientas para poder “desenvolverse en el mundo complejo que les ha tocado vivir y la escuela tiene que prepararlos para enfrentarlo” (Hernández, 2009, p.4). En el caso específico del niño indígena, la escuela, en muchas ocasiones, es el lugar donde aprenden “más allá de su comunidad, donde descubre otras culturas, otras formas de vivir y de ser” (Hernández, 2009, p. 4). Es el espacio donde aprende contenidos que van más allá de los libros, de las bibliotecas y del salón de clase. Por tal motivo, es fundamental que la escuela promueva un intercambio cultural de igualdad entre la cultura del niño y la cultura dominante en lugar de darse en condiciones asimétricas. Es por ello que la educación intercultural bilingüe debe ser la meta a alcanzar. Para resumir, las definiciones y los aspectos mencionados anteriormente con respecto a la educación muestran que ésta tiene que ver con crecimiento y con un proceso positivo y social en el cual se parte desde el alumno y de quién es. En este proceso al estudiante se le apoya para desarrollar habilidades que le permitan ser un alumno independiente donde el docente sea solamente un guía; un facilitador. En el caso específico de una educación intercultural bilingüe de calidad; al alumno se le impulsa a desarrollar su lengua materna a nivel oral y escrito y a preservar su cultura, así como también a desarrollar la segunda lengua (el castellano en este caso) y a aprender sobre la cultura de los hablantes de dicha lengua. Un verdadero programa bilingüe, pues, respeta, preserva y promueve ambas lenguas y culturas (Del Carpio, 2016) en un ambiente de armonía y de seguridad donde el alumno tiene la oportunidad de seguir creciendo en todos los aspectos de su vida, por ejemplo, a nivel intelectual, emocional, cultural y lingüístico. Una educación de este tipo busca mantener y promover la 172 Del Carpio – Niños Indígenas diversidad lingüística y cultural de una nación además de contribuir a la creación de una sociedad armoniosa e incluyente (Del Carpio, 2016). La educación bilingüe Desafortunadamente todavía se está lejos de poder implementar una educación intercultural bilingüe ya que se ha olvidado lo que realmente significa el concepto educatio. Un ejemplo de ello son los programas bilingües transicionales los cuales tienen como propósito que el estudiante pase de la lengua familiar minoritaria a la lengua socialmente mayoritaria. En este proceso de aprendizaje de la segunda lengua se pone en riesgo la vitalidad y el desarrollo de la lengua materna del estudiante (Ferguson, Houghton & Wells, 1977). Además, estos modelos han servido para asimilar a las minorías a la sociedad dominante y a la lengua hablada por dicha sociedad. Este ha sido el caso de diversas comunidades indígenas en México; país caracterizado por tener una población indígena significativa (Chacón, 2005). Las comunidades originarias en dicha nación han sido víctimas de discriminación y segregación lo cual se ha logrado a través de una educación bilingüe de tipo sustractiva que ha empobrecido a la sociedad mexicana lingüística y culturalmente (Del Carpio, 2012). Los programas bilingües transicionales han provocado que muchos niños indígenas quieran huir de su lengua y cultura para evitar la discriminación de la que han sido víctimas (Del Carpio, 2008). Por otro lado, estos programas también han afectado la personalidad, la autoestima y el comportamiento del niño indígena volviéndolo tímido (Hornberger, 2006), callado y aislado en el aula. Lo anterior ha tenido un impacto en su desempeño académico al igual que en su comportamiento en el salón de clases y en sus actitudes hacia la escuela y el sistema educativo. El deseo de asimilar a los pueblos indígenas a la sociedad dominante y con ello forzarlos a abandonar sus lenguas y culturas no es un problema que haya existido o que exista solamente en América Latina o en México específicamente sino también en otras naciones. Se hace referencia a esto para contextualizar la problemática a nivel internacional y mostrar su trasfondo histórico el cual ha afectado y continúa afectando a los niños RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 173 indígenas de diferentes naciones. Es importante recordar el pasado y sus efectos ya que solamente así podremos cambiar nuestro presente. Al respecto Freud (s.f., citado en Bessant, 2013) nos recuerda que la incapacidad de recordar el pasado puede afectar nuestra capacidad para pensar y actuar de manera razonable en el presente. En la siguiente sección se describe la realidad de destrucción que han vivido muchos niños indígenas en la escuela donde la educación ha sido un arma para forzar a dichos niños a abandonar su lengua materna y cultura con el fin de modernizarlos (Bessant, 2013) no solamente en México sino también en Canadá y Australia lo cual nos muestra que ha sido un problema a nivel internacional. El sufrimiento de los niños indígenas: Un problema internacional El daño y destrucción que el proceso educativo ha provocado en niños de pueblos originarios ha sido grave ya que en lugar de unificar y curar las heridas del pasado ha hecho esta herida más profunda y dolorosa; razón que me ha motivado a investigar el diseño e implementación de programas bilingües en español y en lengua indígena en el sureste mexicano (Del Carpio, 2008, 2012). En algunos casos la escuela y el sistema educativo han sido armas para oprimir, lastimar y destruir a comunidades indígenas; ejemplo de ello fueron las escuelas residenciales (Residential schools) en Canadá y sus pueblos indígenas mejor conocidos como First Nations o las Primeras Naciones. Partridge (2010) señala que muchos autores, historiadores e investigadores coinciden en que el impacto que las escuelas residenciales han tenido en las Primeras Naciones ha sido generacional y a nivel mental, emocional, físico y espiritual además de que también han afectado la estabilidad de las lenguas y de las culturas de dichas Naciones. Sin embargo, ellos mismos han luchado para poder conservar sus lenguas y tradiciones. También se han esforzado por mantener su bienestar y subrayar que “todavía están aquí” (Partridge, 2010, p. 33). La Exhibición Where are the Children? (2001) relata brevemente la historia de estas instituciones mencionando que: 174 Del Carpio – Niños Indígenas Entre los años 1831 y 1969, dichas escuelas fueron dirigidas por el gobierno canadiense y la iglesia católica, anglicana y las Iglesias unidas y presbiterianas. Esta relación concluyó en 1969 cuando el gobierno de Canadá se hizo cargo del manejo de las escuelas residenciales y empezó a cederle el control a los grupos indígenas. La última escuela residencial, Gordon Indian Residential School en Punnichy, Saskatchewan cerró en 1996 y con ésta se concluyó el periodo de este tipo de escuelas. Un objetivo de dicho tipo de educación fue la asimilación de niños indígenas (Legacy of hope Foundation, 2001). He aquí el testimonio de uno de los alumnos que asistió a una escuela residencial canadiense: Las escuelas residenciales me robaron mi lengua materna; Anishinaabamowin y con ello todo lo que representaba. Soy algo estático de lo que se conoce como uno de los impactos intergeneracionales de esas escuelas infames. Mi padre asistió a dos escuelas residenciales en el norte de Ontario, lejos de Wasauksing First Nation. Él y sus hermanos fueron encarcelados en Chapleau y después en la escuela residencial Shingwauk. Sus hermanos murieron en esa escuela. No puedo imaginarme el impacto que su muerte tuvo en los dos niños que permanecieron vivos; niños que estaban muy lejos de casa, sin nadie que los consolara por su pérdida. Este es un resumen de mi historia personal (…) (Partridge, 2010, pp. 3435). El relato anterior es un ejemplo claro que ilustra lo que The Guardian (2015) describe como: La obscura historia de abuso de Canadá ya que los niños fueron maltratados por mucho tiempo con el propósito de asimilarlos a la sociedad dominante. Al respecto, la Fundación Legacy of Hope (2016) explica que las escuelas residenciales existieron en casi todas las provincias y territorios de Canadá. Dichas escuelas también existieron en forma de hostales y campamentos. Dentro de las instituciones con mayor duración se encuentra el Instituto Mohawk en Brantford, Ontario el cual operó de 1831 a 1962. RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 175 La Fundación Legacy of Hope (2016) explica que a las familias indígenas en Canadá se les quitaba a sus hijos con el propósito de llevarlos a una escuela residencial la cual era dirigida por órdenes religiosas y el gobierno federal. Este tipo de escuela destruyó familias enteras y violó los derechos lingüísticos y culturales de estos niños. The Guardian (2015) nos recuerda que la realidad de los niños en este tipo de escuelas era una pesadilla en la que se les daba el nombre de perros y se les obligaba a comer verduras podridas. Fueron aproximadamente 150,000 los niños que asistieron a estas escuelas donde sufrieron rechazo, vergüenza y abuso sexual, mental y físico lo cual muestra que se les impidió vivir una infancia “normal.” Tristemente, el impacto de la terrible realidad que vivieron los niños indígenas canadienses continúa afectando generaciones de sobrevivientes al igual que a sus familiares y al resto de su comunidad. La Fundación Legacy of Hope (2016, p.3) declara que son aproximadamente 80, 000 los sobrevivientes de las escuelas residenciales, “notablemente en el rostro de esta tremenda adversidad, muchos sobrevivientes y sus descendientes han mantenido su lengua y cultura y continúan trabajando arduamente en el proceso de sanación y reconciliación”. El dolor todavía está ahí es por ello que se han llevado a cabo iniciativas de sanación en diferentes partes de Canadá. Dentro de éstas se encuentran los círculos compartidos (sharing circles), círculos de sanación (healing circles) y algunas prácticas o rituales característicos de las comunidades indígenas canadienses tales como el smudging, Sundances, the Potlatch, Pow-wows y otras ceremonias que han sido revividas en las últimas décadas. Prácticas que han proporcionado múltiples modelos positivos que no solamente conducen a la sanación sino que también permiten retomar la conexión con las raíces culturales de estos pueblos la cual permite un enfoque empoderado de la vida. De acuerdo con la Fundación Legacy of Hope (2016), esto es importante ya que las personas que tienen un fuerte sentido de su cultura contribuye a que también cuenten con un fuerte sentido de sí mismos (a strong sense of self). Con el objetivo de unificar a la sociedad canadiense han surgido diferentes proyectos. Dentro de ellos se encuentra la exhibición de arte titulada Where are the Children? (¿Dónde están los niños?) el cual se desarrolló en el 2001 con el objetivo de reconocer las experiencias de los 176 Del Carpio – Niños Indígenas niños indígenas en las escuelas residenciales y el impacto que éstas tuvieron en dichos pequeños. Se creó un registro público e histórico de este periodo de la historia canadiense con el fin de crear conciencia, promover entendimiento y educar con respecto a la historia y el legado de estas instituciones. A través de la documentación, concientización y educación se pretende promover el entendimiento y la reconciliación en Canadá. Las escuelas residenciales en dicha nación son un ejemplo claro de cómo los niños indígenas han sido víctimas de asimilación, discriminación, aislamiento y abuso físico, emocional y mental. Australia Desafortunadamente esta realidad también fue conocida por los niños indígenas en Australia entre los años 1910 y 1970 (Australians Together, n.d.), es decir, de forma obligatoria muchos padres de familia se quedaron sin sus hijos ya que agencias del gobierno federal y estatal al igual que misiones eclesiásticas básicamente “robaron” a estos pequeños a quienes se les conoce como the Stolen Children o the Stolen Generations; los niños robados o las generaciones robadas. Estos “forcible removals” o traslados forzosos estuvieron fundados en la idea errónea de que lo negro es inferior y de que lo blanco es superior lo cual sugería que las comunidades indígenas australianas tenían que desaparecer a través de un proceso natural de eliminación. La otra “alternativa” era la asimilación de estos grupos a la comunidad blanca (Australians Together, n.d.). Los niños indígenas fueron forzados a adoptar la cultura dominante y a rechazar la propia. A cada niño se le asignó un nombre diferente y se les prohibió hablar en su lengua materna. En documentos oficiales se hacía referencia a ellos como “internos.” Por otro lado, no contaban con ningún tipo de beneficio médico y muchos fueron dados en adopción a familias blancas (Gobierno de Australia, 2015) además de que otros fueron enviados a instituciones donde el abuso y el rechazo siempre estuvieron presentes (Australians Together, n.d, p. 3). Por ejemplo, era común despojarlos de su pelo y de cualquier tipo de pertenencias y darles un número (Gobierno de Australia, 2015). Las RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 177 condiciones en las que vivían eran totalmente controladas y era común castigarlos duramente además de que pasaban frío, hambre y obviamente no recibían ningún tipo de afecto; realidad que desarrolló en ellos depresión, ansiedad, estrés e intentos de suicidio. La educación que se les impartió fue deficiente y se les forzó a trabajar en actividades manuales o como sirvientes domésticos (Australians Together, n.d.). Uno de los resultados de esta realidad en la cual fueron forzados a rechazar su cultura, fue el desarrollo de actitudes negativas y vergüenza por su etnicidad. Por otro lado, a muchos niños se les hizo creer que sus padres habían fallecido o que simplemente los habían abandonado. Nunca se les hizo de su conocimiento que en realidad fueron robados de su familia (Australians Together, n.d.). Las consecuencias de estos traslados forzosos fueron graves tanto para el niño indígena como para su familia. Muchos padres estuvieron devastados y nunca pudieron recuperarse de la pérdida de sus hijos. El resultado, pues, de los traslados forzosos fue un legado de pérdida, dolor y trauma que continúa afectando a los que fueron víctimas de esta realidad y a sus familiares. Australian Institute of Families Studies (2003) declara que el trauma es una de las consecuencias más graves de los traslados forzosos ya que es una barrera difícil de cambiar. Por otra parte, la oralidad de la cultura indígena fue interrumpida resultando en la desaparición del conocimiento cultural de la comunidad además de que muchos de los niños que fueron robados han repetido un ciclo trágico con sus propios hijos. México La situación de las comunidades indígenas o pueblos originarios en México, en algunos aspectos, ha sido similar a la de los niños indígenas en Canadá o Australia ya que sus derechos lingüísticos y culturales no han sido respetados en su totalidad sobre todo por el tipo de educación que se les ha otorgado. El sistema educativo ha sido usado un arma para lastimar al niño indígena al igual que a su familia. Chacón (2005) declara que México también es parte de la lista de países con una presencia de pueblos 178 Del Carpio – Niños Indígenas originarios con aproximadamente 10 millones lo cual representa entre el 12% y 15% de su población mexicana. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2010) menciona que son alrededor de 6,695,228 los habitantes entre la edad de 5 años y más los que hablan una lengua indígena lo que representa el 6.8% de la población dentro de este rango de edad. La historia de la nación mexicana muestra los problemas enfrentados por los pueblos originarios. Un ejemplo de ello es el periodo de la colonización donde se dieron cambios dramáticos y permanentes a varios aspectos de la vida de dichos pueblos. Rippberger (1992) señala que “una gran parte de las comunidades indígenas fueron reducidas y subyugadas por los invasores españoles. A pesar de los pueblos originarios no contaban con armamento o con poder económico se resistieron a tal subyugación” (p. 39). Recio (2010) nos recuerda que fue un periodo caracterizado por “confrontaciones sociales tales como la desaparición, la movilización y la asimilación las cuales tuvieron un impacto violento en la preservación de las lenguas indígenas” (p. 2). Los pueblos indígenas fueron torturados y esclavizados para abandonar sus lenguas y tradiciones (Recio, 2010); esto con el fin de “modernizarlos.” Dichos pueblos han sido excluidos de la sociedad; sus derechos humanos han sido ignorados y se les han quitado sus pertenencias. Al respecto Ramonet (2002) recalca que “las comunidades indígenas han sido víctimas de un genocidio silencioso donde han sido olvidados por “todos”; donde se les ha obligado a ser invisibles además de ser condenados a ver cómo sus lenguas y valores son lentamente destruidos” (p. 137); realidad que también incluye a las nuevas generaciones, es decir, a los niños indígenas. La escuela ha sido uno de los lugares donde una educación intercultural pocas veces se ha impartido. Es por ello posible decir que muchas veces se ha olvidado el verdadero propósito de la escuela y de la educación ya que en lugar de respetar y enriquecer al alumno han sido utilizadas para oprimir y deshumanizar. Efectivamente la educación es una necesidad vital para cualquier niño. No obstante, ésta puede ser usada para insultar y marginar al niño indígena y a su familia. Uno de los primeros aspectos a mejorar es la forma en cómo es visto el niño indígena, es decir, percepciones erróneas tales como “el niño atrasado o deficiente” o “el problema que hay que resolver” son definitivamente RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 179 insultos que deben ser corregidos (Survival, n.d.). Otro aspecto a mejorar es el hecho de que la lengua dominante en este caso el español se ha usado para reemplazar a la lengua minoritaria (de Jong, 2011), es decir, la lengua que los niños aprendieron de los adultos de su comunidad es sustituida por la lengua mayoritaria. La escuela, pues, ha eliminado los sentimientos de identidad del niño y ha cultivado en él sentimientos de vergüenza hacia su lengua y cultura (Survival, n.d.). Parte de la sociedad mestiza cree que la ignorancia y la falta de alfabetización son dos de las razones por las que las comunidades indígenas no progresan; pensando erróneamente que son ellos mismos (los pueblos indígenas) los que rechazan reconocer la importancia de la educación en su vida (Survival, n.d.). Alimankinni (n.d citado en Survival, n.d.,p.1) indica que los niños indígenas se encuentran “atrapados entre un pasado que no entienden y un futuro que no los acepta y que no les ofrece nada”. Dicha situación sin sentido es una de las razones que me ha motivado a hacer investigaciones etnográficas para explorar cómo funcionan los programas bilingües en español y en lengua indígena en el sur de México con el fin de mejorar dichos programas (Del Carpio 2008, 2012). Recordemos que el pasado caótico y de desastre de muchos niños indígenas no es pasado sino presente; un presente que continúa afectando su vida e integridad al igual que a sus familiares. Bessant (2013) cita el trabajo de Manne para subrayar que “la inhabilidad de recordar el pasado puede afectar nuestra capacidad para pensar y actuar de forma razonable en el presente” (2013, p. 310) es por ello, pues, importante recordar y reflexionar sobre el pasado para así mejorar el presente. Olvidar la terrible realidad vivida por los niños indígenas en Canadá, Australia y México sería cerrar los ojos a la pesadilla de la que fueron víctimas. Al hacer esto, nos estancaríamos y no podríamos mejorar el tipo de educación que reciben los niños de hoy y aquéllos de las próximas generaciones lo cual conduciría nuevamente a la violación de sus derechos lingüísticos, culturales, entre otros. Esta realidad es la que ha motivado la realización de diferentes proyectos enfocados en los pueblos originarios especialmente en la niñez tsotsil de los Altos de Chiapas en el sureste mexicano. 180 Del Carpio – Niños Indígenas En la siguiente sección se dará el ejemplo de uno de los proyectos realizados en la comunidad tsotsil en el municipio de San Pedro Chenalhó en el estado de Chiapas. Se hace mención breve a este estudio ya que los resultados permitieron encontrar que la educación bilingüe de tipo transicional ha sido uno de los factores que ha afectado las actitudes de algunos tsotsiles hacia su lengua indígena, así como el factor que en un futuro podría poner en riesgo la estabilidad de dicha lengua. Un breve recuento sobre el proyecto realizado en Chenalhó, Chiapas Esta investigación cualitativa se tituló Los factores sociales, la preservación de la lengua y las actitudes hacia el español y el tsotsil en San Pedro Chenalhó, Chiapas y se llevó a cabo en el año 2008. Chenalhó es una de las 15 municipalidades del estado de Chiapas y se encuentra aproximadamente a 34 kilómetros de San Cristóbal de las Casas. “El municipio de Chenalhó cuenta con una población según encuesta intercensal 2015 de 39 mil 648 habitantes, que representa 0.76% del total del Estado de Chiapas; al comparar esta cifra respecto al Censo de Población y Vivienda 2010, el incremento es de 3 mil 537 habitantes y la distribución poblacional es de 19 mil 473 hombres y 20 mil 175 mujeres” (Instituto de Población y Ciudades Rurales, n.d., p. 4). Cabe señalar que la gran mayoría de los habitantes en el pueblo habla tsotsil como lengua materna (Arias, 1985). Este proyecto contó con la participación de padres de familia entre los 20 y 30 años y de origen tsotsil. Son conocidos como pedranos ya que nacieron en el municipio de Chenalhó. Además, son hablantes del tsotsil y del español. Para obtener información de los participantes, se realizaron observaciones pasivas y activas, así como también entrevistas individuales las cuales fueron grabadas, transcritas y analizadas por medio de “content analysis” lo que Berg (2009) define como la examinación e interpretación sistemática, cuidadosa y detallada de un material en particular con el propósito de identificar patrones, temas y significados. A los participantes se les preguntó sobre sus historias de vida incluyendo su infancia e historias relacionadas con su comunidad. También se les preguntó con respecto al uso, conocimiento y actitudes hacia las lenguas tsotsil y español. RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 181 Téngase en cuenta que el municipio de Chenalhó ha progresado en términos de construcción, transporte, educación y servicios público lo que ha contribuido a que sus habitantes se sientan orgullosos de ser pedranos porque relacionan su etnicidad con las características y los avances de su pueblo lo que los motiva a conservar algunas de sus tradiciones. Es importante notar que a pesar de que la modernidad se ha considerado un factor en contra de la preservación de una lengua minoritaria éste no ha sido el caso en Chenalhó. Por el contrario, el progreso en la comunidad ha favorecido el mantenimiento de la lengua indígena y el afecto y el orgullo que sienten por su pueblo. Por otro lado, los participantes explicaron que aprendieron tsotsil en el hogar ya que es la lengua que sus padres utilizan en dicho contexto y en algunos casos la única lengua que sus padres y abuelos saben. Los participantes también afirmaron que es la lengua indígena la que se usa durante eventos religiosos pero que se intercambia por el español cuando se cuenta con la presencia de mestizos. El hecho de que se use tsotsil en la iglesia; un espacio de formalidad y de importancia para el pueblo tsotsil, también ha contribuido al mantenimiento de la lengua indígena. Además, el uso de dicha lengua por parte de pastores o sacerdotes; miembros respetados en la comunidad, ha contribuido al prestigio de la lengua indígena en el municipio, aunque dicho prestigio no sea apoyado en la escuela. Cabe destacar que los participantes indicaron ver a la escuela como el espacio donde se debe aprender el castellano en lugar de la casa, es decir, tienen una distinción clara entre ambos espacios: la casa es el nido donde se aprende y se habla tsotsil y la escuela el lugar donde se aprende y se habla español. Al respecto Paciotto (2000) argumenta que las lenguas de los pueblos originarios son restringidas a la comunidad y al espacio oral comunicativo familiar mientras que el español ha ocupado los espacios sociales más amplios por ser la lengua nacional del país y la lengua de prestigio; realidad que nos recuerda que históricamente las lenguas indígenas mexicanas han sido estigmatizadas y asociadas con las minorías y con identidades en desventaja. Esto confirma lo que Dorian (1998) señala sobre dichas lenguas las cuales han sido asociadas con personas de bajo prestigio social y por sus identidades desfavorecidas; situación que ha motivado a algunos hablantes 182 Del Carpio – Niños Indígenas de lenguas indígenas a distanciarse de su lengua materna y de su cultura con el propósito de adoptar la lengua y la cultura de la sociedad mestiza (Dorian, 1998). De Jong (2011) sostiene que las actitudes positivas o negativas hacia un grupo de personas y el estatus social del que goza tienen un impacto en la forma en cómo la lengua y la cultura de este grupo son vistas por la sociedad dominante lo cual muchas veces también repercute en cómo los miembros de la comunidad se perciben a ellos mismos al igual que a sus lenguas y tradiciones. Desafortunadamente, las actitudes negativas hacia los pueblos originarios y sus lenguas han sido reforzadas en algunas escuelas por el tipo de educación bilingüe que se ha implementado (Del Carpio, 2012). Un ejemplo de ello es el programa bilingüe otorgado a los niños tsotsiles en Chenalhó. Fue interesante encontrar que los padres de familia que en ese momento tenían a sus hijos en la escuela primaria “bilingüe” han notado que entre más avanzan de grado sus niños, mayor es el uso del español en la escuela mientras que el uso de la lengua indígena disminuye. Los participantes consideran que es importante que sus hijos aprendan la lengua oficial del país para que puedan comunicarse con los mestizos y para que puedan tener un mejor futuro. Por tal motivo, los participantes tienen actitudes positivas hacia el español por ser percibido como una herramienta que incrementa las posibilidades de tener mejores oportunidades en la vida. Con respecto a la lengua indígena, los participantes mostraron tener actitudes positivas y negativas hacia ésta ya que opinan que hablar castellano representa mayores beneficios. Algunos de los hijos de los participantes muestran también tener estas actitudes. Lo dicho por los padres de familia que participaron en este estudio y por lo que mencionaron con respecto a las actitudes que tienen sus hijos hacia ambas lenguas, es posible decir que en Chenalhó el castellano es percibido como la lengua de prestigio y con alto estatus social mientras que existen actitudes positivas y negativas hacia el tsotsil. Cabe recalcar que, a pesar de ello, son más las actitudes positivas (que las negativas) hacia la lengua indígena lo cual difiere de lo que se ha encontrado en otros pueblos originarios en México. Ejemplo de ello son los padres de familia en las comunidades de Patla y Chocontla en la Sierra Norte del Estado de Puebla quienes han decidido no enseñarles la lengua totonaca a sus hijos con el fin RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 183 de que aprendan el castellano ya que se considera la lengua de prestigio y de dominio económico y social (Beck & Lam, 2008). Por otro lado, se evita enseñar la lengua indígena porque se piensa que de esta manera las nuevas generaciones incrementan sus posibilidades de hablar el castellano con mayor fluidez. Tanto los padres totonacos de Patla y Chocontla así como los padres pedranos de Chenalhó piensan en los beneficios que el español puede brindarles a sus hijos; beneficios a nivel académico, laboral, económico, social entre otros. Estos beneficios reafirman la importancia y el status que se le ha otorgado al castellano los cuales son fortalecidos en la escuela. En el caso de los pedranos, hay que mencionar que son diferentes las presiones que obligan a los pedranos a aprender español; una de ellas es la necesidad que tienen de salir del pueblo para buscar empleo en la ciudad lo cual se puede observar en lo que una de las participantes dijo al respecto: (…) Me gustaría salir de mi comunidad para buscar trabajo porque soy madre soltera por eso necesito trabajar. No me gustaría ir a otra comunidad sino a una ciudad, a San Cristóbal, por ejemplo. El hecho de que haya pedranos que tengan que dejar el pueblo ha incrementado la necesidad que tienen de hablar español sobre todo si se mudan a ciudades donde solamente se usa el castellano. La cercanía de Chenalhó a ciudades, la buena condición de las carreteras y contar con diferentes medios de transporte ha facilitado la movilidad y el acceso que tienen los pedranos a las ciudades, así como el ingreso de mestizos al pueblo. Las posibilidades de que los pedranos tengan contacto con personas que solamente son monolingües en español son altas. Por tal motivo, opinan que deben aprender la lengua dominante. Vale la pena subrayar que los participantes no perciben al español como un enemigo que pueda extinguir su lengua materna sino como una herramienta que les ayuda a expandir sus redes sociales y que les permite tener mejores oportunidades en diversos aspectos de su vida. Como resultado desean transmitir la lengua indígena a las futuras generaciones para que ésta se sigan manteniendo. Es importante reconocer el esfuerzo de los pedranos por conservar su lengua y cultura sobre todo porque existen factores que no necesariamente los ayudan a alcanzar dicho objetivo; siendo la educación bilingüe de tipo transicional y algunos docentes dos de estos factores. Por ejemplo, los 184 Del Carpio – Niños Indígenas padres pedranos señalaron que hay docentes en la escuela bilingüe que no hablan tsotsil sino una lengua indígena diferente a la de los alumnos. También comentaron que algunos maestros solamente hablan español por ser mestizos. Los padres de familia señalaron que en la escuela bilingüe el uso del español es bastante significativo mientras que el uso de la lengua tsotsil cada vez disminuye más. Aunque esto no implique cambiar totalmente al español afuera del contexto escolar, los participantes admitieron que esta situación ha hecho que sus hijos prefieran hablar español no solamente en la escuela sino también en otros lugares del pueblo. Los participantes sienten que el uso del español por parte del docente ha influenciado las actitudes que los alumnos tienen hacia ambas lenguas. Las siguientes líneas muestran lo dicho por uno de los hijos de los participantes: (…) mi maestro me habla en español, entiendo cuando me pregunta ¿entiendes lo que te digo? No me regaña (…) me gusta el español. No me gusta el tsotsil porque a veces no lo entiendo muy bien (…) a veces uno de mis maestros dice que no debemos hablar tsotsil porque no comprende lo que decimos. Como el maestro no habla tsotsil, no entiende cuando un niño dice malas palabras por eso prefiere que usemos español. El ejemplo anterior muestra que también hay niños en el pueblo que comienzan a tener mayor facilidad en el español que en la lengua tsotsil y que el docente ha jugado un rol importante en las actitudes de ellos hacia ambas lenguas. Los participantes también indicaron que hay docentes que les han pedido que hablen más español en la casa con el fin de que los niños también practiquen dicha lengua en el hogar y que entiendan con mayor facilidad lo que se les explica en las clases. Sin embargo, para los padres de familia esto no significa que tengan que dejar de hablar tsotsil ya que lo que ellos desean que sus hijos continúen hablando tsotsil y que mejoren su nivel de español con el objetivo de que puedan comprender a sus maestros con facilidad. En otras palabras, los participantes desean que sus hijos experimenten un bilingüismo aditivo donde la segunda lengua sea aprendida pero no acosta de la lengua materna de sus hijos, es decir, buscan que ambas lenguas sean preservadas y que continúen desarrollándose en conjunto. RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 185 Recapitulando Galván (2007) confirma que la educación bilingüe no ha contribuido al respeto o a la difusión de la diversidad lingüística o cultural. Una de las críticas principales hacia este modelo educativo es que no ha sido fundado en el contexto del niño indígena sino más bien en la realidad de la sociedad mestiza. Por ejemplo, los niños indígenas no se ven reflejados en el contenido de los libros de texto que se les otorga en la escuela ya que muchas veces no pueden identificarse con dicho contenido por estar enfocado en el niño de la ciudad. Esto implica que el maestro en la escuela bilingüe tenga que adaptar los temas de acuerdo con la realidad de su alumno (Del Carpio, 2012). Otra de las dificultades es que en algunas escuelas bilingües la lengua de instrucción es la lengua dominante (de Jong, 2011) en lugar de usar el español y la lengua indígena. Como se mencionó con anterioridad, Paciotto (2000) ha encontrado que las lenguas de los pueblos originarios son consideradas de bajo prestigio. Por tal motivo, han sido reducidas a la oralidad y a los espacios informales. Por lo contrario, los espacios sociales formales han sido ocupados por el castellano. Esta práctica histórica que continúa repitiéndose en algunas escuelas bilingües de hoy está basadas en un modelo transicional que busca la asimilación del niño indígena. Por dicha razón, se les enseña en una lengua que no necesariamente comprende o domina; práctica sin sentido pedagógico que elimina la posibilidad de un aprendizaje significativo además de que viola los derechos del niño, lo margina y oprime (Del Carpio, in press). No hay que olvidar que una educación que ignora el bagaje lingüístico y cultural del niño lo empuja al aislamiento, a la desmotivación y a la alienación. Además de que se le quita la voz en el salón de clase. Hornberger (2006) encontró que dentro de las razones que causan la timidez y la reticencia en los niños indígenas está el hecho de que se le educa en una lengua que en muchos casos es ajena a ellos. Para ilustrar esta situación, Hornberger (2006) nos da el ejemplo de una niña indígena que adoptaba un 186 Del Carpio – Niños Indígenas rol pasivo en el aula y en el resto de la escuela ya que perdía la voz en dicho espacio. Sin embargo, cuando regresaba a su casa recobraba la voz, la alegría y su personalidad extrovertida porque en dicho contexto tenía la libertad de hablar en su lengua indígena. Vale la pena, pues, preguntarse ¿Cuántas Basilias y Basilios existen hoy en el aula? ¿Cuántos niños indígenas se sienten reprimidos y mudos al no poder comunicarse en la lengua que dominan y con la que se identifican además de que se les enseña en una lengua que no dominan? Realidad que llama a la reflexión crítica sobre el verdadero propósito de la educación bilingüe y la educación en general. Cullen (1997) enfatiza que la escuela debe ser pensada como el lugar de habilidades y conocimiento; como el espacio donde el conocimiento se produce a través del proceso de enseñanza y aprendizaje. La escuela debe ser el lugar donde el niño o el estudiante, en general, se sienta aceptado, respetado y honrado por quién es y por la riqueza lingüística y cultural que trae consigo; elementos fundamentales en su historia. Por medio de la creación e implementación de una verdadera educación intercultural bilingüe podría lograrse dicho objetivo; una educación que considere principios que conduzcan a tomar decisiones educativas a nivel local y que informen cómo ambas lenguas deben usarse tanto en el salón de clases como en el resto de la escuela. Es necesario poner en práctica los principios que tienen como objetivo lograr la igualdad educativa, por ejemplo, “el principio para afirmar las identidades de los estudiantes, el principio para alcanzar un bilingüismo o multilingüismo aditivo y el principio de integración (de Jong, 2011)”. Por medio de estos principios se busca que el docente tenga un rol activo en prácticas educativas que sean adecuadas a la realidad de sus estudiantes para lograrlo es imperativo usar la lengua del niño indígena como punto de partida y también durante todo su proceso de aprendizaje. Asimismo, es importante usar la segunda lengua para así promover un bilingüismo aditivo donde los niños aprendan a leer y a escribir en ambos idiomas. Además, los instrumentos de evaluación deben ser consistentes y justos, es decir, deben estar escritos en ambos idiomas y contextualizados también con base a la realidad del niño indígena. RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 187 A través del uso de prácticas educativas que respondan a la diversidad lingüística y cultural de los estudiantes se puede afirmar su identidad. Por otro lado, como lo mencionan Worthman, Murillo & Hamann (2002) es fundamental que los padres de los alumnos tengan una participación activa en la educación de sus hijos lo cual requiere establecer el puente entre la casa y la escuela donde los padres de familia y los maestros trabajen en equipo. Erróneamente en múltiples ocasiones se ha considerado que el conocimiento de dichos padres es innecesario o irrelevante para informar o enriquecer la educación de sus niños. Por lo tanto, por ejemplo, en juntas en la escuela, solamente se les informa sobre el desempeño de sus hijos en lugar de darles una voz y solicitar su opinión o colaboración en lo que sucede en la escuela y en el proceso de enseñanza y aprendizaje (de Jong, 2011). Para poder mejorar la educación intercultural bilingüe es necesario eliminar un bilingüismo sustractivo en el cual la lengua materna del alumno es solamente una herramienta utilizada para facilitar y hacer más rápida: La transición al conocimiento, dominio y uso de la lengua oficial y la cultura hegemónica. Este modelo representa un modelo de bilingüismo sustractivo que relega a la lengua materna a la categoría de “lengua puente”, donde la cultura se incluye curricularmente en términos de folklore – si bien no así la cosmovisión o los saberes y creencias diferenciados (López, 1997, p. 55, Fajardo, 2011, p. 22), (Del Carpio, in press). También es importante informar a los estudiantes y a sus padres, a los docentes y a todas las personas involucradas en el sistema educativo con respecto a los múltiples beneficios que ofrece un bilingüismo aditivo sobre todo en un mundo globalizado. La Globalización y los Beneficios del Bilingüismo Aditivo Uno de los resultados de la sociedad globalizada es que cada vez se ha vuelto más necesario poder comunicarse en más de una lengua ya que el fenómeno globalizador busca facilitar, propagar y profundizar las relaciones internacionales en diferentes ámbitos de la vida social de hoy; proceso que 188 Del Carpio – Niños Indígenas ofrece ventajas y desventajas. Por una parte, este fenómeno ha fortalecido la estabilidad de lenguas mayoritarias lo cual ha motivado el aprendizaje de éstas y ha hecho posible que personas de diferentes sociedades puedan comunicarse sin dificultad. No obstante, la globalización también ha afectado a las lenguas minoritarias subrayando su situación desfavorecedora; ejemplo de ello son las lenguas indígenas. Por tal motivo, el fenómeno de la globalización es considerado uno de los factores que ha enfatizado la marginación y la exclusión de las lenguas minoritarias y que ha llevado a la homogenización lingüística y cultural y de formas de ser (de Jong, 2011). Como resultado se han intensificado las condiciones de desigualdad económica y las relaciones de poder que surgen al dar mayor importancia o prioridad a sólo uno de los lados de la moneda (de Jong, 2011). Es el sector educativo es, pues, importante concientizar con respecto a este fenómeno y sus aspectos positivos y negativos. Asimismo, es necesario enfatizar y promover los beneficios de hablar dos o más idiomas y así abrazar la diversidad lingüística y cultural como un fenómeno enriquecedor. No olvidemos que: Las múltiples creaciones no invitan al desorden ni a considerar a las diversas lenguas como enemigas de la humanidad. Sin embargo, el pequeño tirano moldea todo en un sólo cuerpo para controlarlas e imponerles su visión. Pese a esto, aquéllos que en realidad son grandes; aquéllos en el que tiempo ha dejado el regalo de la sabiduría están conscientes de que la verdad nace del ver y que todas las danzas de la humanidad son bellas y enriquecidas por las hermosas canciones de nuestro planeta (Kunene, 1982 citado en de Varennes, 2012, p. 2). Recordemos que “las lenguas son la fundación de las culturas y que son estas lenguas las que distinguen a sus pueblos y les dan identidad y afiliación a un grupo” (de Varennes, 2012, p. 2) lo cual muestra la relevancia que tienen y el privilegio que brinda el hecho de poder utilizarlas como herramientas de comunicación. Ser bilingüe es un hecho que proporciona diversos beneficios de manera personal y comunitaria. En la sociedad de hoy, es común que cuando se hace referencia al aprendizaje de una segunda lengua se piense en lenguas mayoritarias como el inglés, el francés o el español. Esto como resultado de las asociaciones y de los beneficios que se RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 189 asocian con dichas lenguas. En el caso del inglés, éste es relacionado con el mundo “moderno”, con la globalización, con prestigio y con oportunidades laborales y académicas y acceso a otras realidades. Además de que se usa como lingua franca a nivel internacional. Lenguas dominantes como el inglés han creado un imperialismo lingüístico lo cual ha servido para remarcar desigualdades estructurales y culturales entre dicha lengua y otras (Phillipson, 1992 citado en de Jong, 2011). La elección de un individuo por el inglés es el resultado de condiciones de desarrollo histórico, político, social y económico (de Jong, 2011). Por otra parte, Pease-Alvarez (2002 citado en de Jong, 2011) nos recuerda que la elección de una lengua sobre otra está influenciada por presiones de asimilación y por la disponibilidad y la calidad de los programas académicos además de las actitudes que existen en la comunidad. Rara vez se asocia la idea de la importancia de aprender una segunda lengua con el aprendizaje de una lengua indígena o minoritaria lo cual subraya la situación de desventaja en la que se encuentran dichas lenguas y sus hablantes y el estigma hacia ambos lo que muestra que “cuando los saberes y las prácticas de los pueblos originarios son contrastados con la vida moderna, éstas son vistas como reactivas y tradicionales sin ningún potencial ligado al futuro o progreso” (de Jong, 2011, p. 88). Se olvida que aprender una segunda lengua es una habilidad que va más allá de la lengua que sea. El bilingüismo es un potencial natural disponible a cada ser humano y no una excepción inusual: “Dado un ambiente apropiado; poseer dos lenguas es tan normal como poseer dos pulmones” (Cook, 2002, p. 23 citado en Paradowski, n.d., p. 1). Paradowski (n.d.) sostiene que las ventajas de ser bilingüe “no son solamente a nivel lingüístico sino también en el ámbito cognitivo, social, personal, académico y profesional (Thomas y Collier, 1998, p.4)”. Tanto los niños como los adultos que aprenden una segunda lengua “han demostrado tener mejor habilidad de concientización y percepción lingüística (habilidades metalingüísticas, por ejemplo, para detectar frases anómalas; Bialystok 2001)” (Paradowski, n.d, p. 5). En el caso de los niños, ser bilingüe contribuye a que tengan un mayor entendimiento de cómo funciona la lengua además de que desarrollan su habilidad para manipularla a la hora de pensar y de resolver problemas (Cummins, 1981). 190 Del Carpio – Niños Indígenas Los niños bilingües tienen mejor distinción entre el significado y la forma de una palabra; desarrollan mayor sensibilidad para entender su propia lengua (Johnson et al., 1963 citado en Paradowski, n.d.), aprenden con mayor rapidez en ésta y desarrollan habilidades para comunicarse eficazmente además que tienen buen desempeño a la hora de leer ya que desarrollan estrategias de lectura gracias a su experiencia como aprendientes de dos lenguas (Nayak et al., 1990). Se debe destacar que los niños bilingües también saben lidiar mejor con distracciones y cuentan con buena memoria para retener y procesar información (Paradowski, n.d.). Por otro lado, tienen un vocabulario más amplio en su lengua materna, mejor oído para escuchar y les es más fácil aprender en contextos institucionalizados ya que cuentan con una capacidad desarrollada para aprender lenguas debido al conocimiento y la alta conciencia lingüística que poseen (Wolff, 2006 citado en Paradowski, n.d.). Aprender dos lenguas lleva consigo desarrollar flexibilidad cognitiva, mayor creatividad, habilidades de razonamiento analógico y pensamiento divergente. Asimismo, los bilingües tienen la capacidad de jugar con dos idiomas, es decir, de cambiar de código lingüístico cuando lo deseen o lo consideren necesario (de Jong, 2011). El aprendizaje de lenguas ayuda a expandir horizontes y a estar adentro y afuera de la propia cultura. En otras palabras, se tiene la posibilidad de ver la cultura propia desde una nueva perspectiva con la que se puede comparar, contrastar y comprender conceptos que son parte de la cultura de los hablantes de la lengua meta. Hablar una segunda lengua significa ganar múltiples perspectivas (Kennedy, 1994) y desarrollar habilidades de pensamiento crítico. Es verdad que son diversas las ventajas que ofrece ser bilingüe a nivel personal y comunitario es por ello necesario motivar y promover que los alumnos aprendan más de una lengua ya que esto enriquece diferentes aspectos de su vida. Conclusiones Para terminar, se reconoce que los resultados obtenido a través de la investigación realizada en Chenalhó, Chiapas, no pueden ser generalizados RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (2) 191 ya que el número de participantes fue reducido es por ello que se invita a que futuras investigaciones consideren la participación de más tsotsiles y que también tomen en cuenta a los maestros y a los alumnos de la escuela bilingüe del pueblo. Sin embargo, los resultados obtenidos en Chenalhó nos dan una idea de lo que sucede con los pedranos y la lengua tsotsil. De la misma manera, los resultados nos informan con respecto a las actitudes positivas que los pedranos tienen hacia el español y las actitudes positivas y negativas que tienen hacia la lengua indígena; actitudes influenciadas por los docentes y por un programa bilingüe de tipo transicional que favorece a la lengua y a la cultura de la sociedad dominante. La investigación realizada en Chenalhó invita a la reflexión y subraya la necesidad de resaltar los beneficios de un bilingüismo aditivo en verdaderos programas bilingües interculturales que tengan como objetivo respetar, desarrollar y difundir la lengua y la cultura del niño indígena (Fajardo, 2011) y de esta manera respetar los derechos que tiene de recibir una educación que lo dignifique y lo respete. Es esencial recordar que la infancia es una de las etapas más significativas en la vida de cualquier ser humano es por ello que lo que le sucede en esta etapa tiene un efecto importante en su futuro. Por lo tanto, si el sistema educativo y las escuelas han hecho que los niños indígenas se vuelvan tímidos y se aíslen, es decir, han afectado su personalidad y comportamiento también hay que transformar a los mismos agentes para que en lugar de perjudicar a los pequeños los beneficie. En otras palabras, la educación y la escuela en lugar de ser armas deben convertirse en herramientas poderosas que faciliten un aprendizaje significativo y que promuevan la lengua y cultura de los niños indígenas. De esta forma, recibirían una educación digna y de calidad que disminuiría las posibilidades de que la violencia, la discriminación, la desmotivación, la timidez, la marginalización o segregación se apoderen de ellos y de la escuela. 192 Del Carpio – Niños Indígenas References Arias, J. (1985). San Pedro Chenalhó: Algo de su historia, cuentos y costumbres. México: Gobierno de Chiapas. Secretaría de Desarrollo Rural. Australians Together. (n.d.). The stolen generations. 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