Traduciendo Les Traducteurs dans l’histoire / Translators through History Martha Pulido Doctora, Profesora Asociada Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Sebastián García M.A. en Letras de la Universidad de Rouen-Fraqncia, estudiante de Doctorado en Letras de la Universidad de Rouen - Francia. Resumen Abstract Este artículo se propone describir las diferentes etapas que hicieron posible nuestro trabajo de traducción en Historia de la Traducción; también intentamos mostrar las características propias de esta obra particular, cuya escritura original está marcada por la multiplicidad discursiva. The aim of this article is to describe the various steps involved in our work of translation on the History of Translation. It also intends to bring to the fore the distinctive characteristics of this particular book, whose source writing has been marked by discursive multiplicity. Palabras clave: Historia de la traducción, historiadores de la traducción, proyecto de traducción, práctica de traducción. Key words: History of Translation, Historians of Translation, Translation project, Translation Practice. Introducción de calidad, dado el carácter particular de esta obra escrita a varias manos y sobre diferentes épocas, lugares y temas alrededor de la historia de la traducción. Esta consideración puso en evidencia la importancia de llevar a cabo un trabajo de traducción al español de la obra mencionada, a cargo del grupo de investigación en traductología. El proyecto nos permitiría analizar la práctica de la traducción dentro del programa de Traducción de la Escuela de Idiomas de la Universidad de Antioquia, desde un punto de vista pedagógico, al mismo tiempo que nos permitiría llevar a cabo una reflexión teórica y metodológica. Comunicamos nuestro proyecto al Profesor Jean Delisle quien nos envió la obra en francés que no conocíamos. El Profesor Delisle nos comunicó su deseo de ver publicada una traducción al español de Les Traducteurs dans l’histoire/ Translators through History. Apoyando nuestra iniciativa, señaló sin embargo, que dos o tres proyectos de traducción de esta obra al español habían intentado llevarse a cabo, sin éxito, haciendo entonces visible, la El libro Les Traducteurs dans l’histoire/ Translators through History, dirigido por Delisle y Woodsworth y publicado en 19951, no pretende ser una historia exhaustiva de la traducción. Su objetivo es presentar por temas las actividades realizadas por diferentes traductores en épocas cruciales de la historia. Así, las temáticas van desde la invención de alfabetos y la creación de lenguas y literaturas nacionales, pasando por la difusión del conocimiento y la propagación de religiones, hasta la elaboración de diccionarios. En todas estas actividades y épocas el traductor ha sido un testigo central y silencioso de la historia que va teniendo lugar en cada época. Comenzamos a considerar el proyecto de traducción de Les Traducteurs dans l’histoire/ Translators through History durante nuestras sesiones de estudio sobre traducción. El punto de partida fue la lectura de esta obra en inglés. Veíamos en el un trabajo 84 responsabilidad y la dificultad de la tarea que nos proponíamos emprender. ¿Porqué traducir al español Les traducteurs dans l’histoire/ Translators through History? La obra fuente La historia de la traducción cobra cada día más importancia; sacar del silencio a traductores del pasado es a la vez un deber y una necesidad de la traductología. La historia de la traducción nos permite tener una visión diacrónica de la obra traducida y analizar en ella tanto la intervención desde el horizonte del traductor (Berman: 1995), como el funcionamiento del fenómeno de supervivencia de la obra (Benjamin: 1923). Carol Jacobs en el artículo “The Task of the Translator” sobre Benjamin, se refiere a “The Monstrosity of Translation” (Jacobs: 1999, pp.75-91). Podríamos decir lo mismo de la inmensidad de la tarea que se propusieron Delisle y Woodsworth, y en consecuencia, de la nuestra al emprender la traducción. Desde el punto de vista de la crítica y la teoría de la traducción, las traducciones del pasado constituyen un objeto de estudio tan válido como el de las traducciones modernas. Cuando se hace historia de la traducción, se puede hacer visible el impacto de un texto traducido en diversas épocas; se hace evidente que «il n’y a pas de progrès en traduction», y al mismo tiempo que «pour l’historien, la manière de traduire à telle époque n’est pas meilleure ou préférable à celle d’une époque précédente ou postérieure» (Delisle: 2001, p. 211). En el contexto latinoamericano, en que la traductología comienza apenas a desarrollarse, la historia de la traducción es particularmente importante, pues funciona como una introducción a la traductología, y prepara el camino para que los Estudios de Traducción, en tanto disciplina académica, se consoliden. Todo esto nos motivó a emprender esta tarea de traducción, tan “monstruosa” para nuestro contexto. El trabajo original del libro Les traducteurs dans l’histoire/ Translators through History, se logró gracias a la dirección académica de Jean Delisle et Judith Woodsworth y su publicación data de 1995. Su aparición en inglés y en francés abrió la vía hacia una nueva visión de la historia de la traducción y de la traductología. Sus autores se propusieron dar a los traductores el lugar que merecen. El traductor es presentado como agente primordial del contexto histórico en donde se desarrolla su epopeya muchas veces silenciosa. A lo largo de la historia, los traductores permanecen a la sombra del original y la traducción, del autor y del lector, viviendo en medio de esta dicotomía omnipresente. Son a la vez extranjeros e íntimos, son la sombra que se eclipsa tras la luz que ellos reflejan: la de la obra fuente. Sin embargo, como podemos deducir a partir del título de cada capítulo, la tarea de los traductores no carece de importancia. Conocedores de saberes y de lenguas, centinelas de fronteras entre culturas, desempeñaron una función primordial en el desarrollo de sociedades, desde la invención de alfabetos, la formación de lenguas y literaturas nacionales, hasta la transmisión de religiones y de saberes. Les traducteurs dans l’histoire/ Translators through History propone una historia de la traducción que sobrepasa el mapa geográfico del occidente europeo, describiendo también la labor de los traductores en América, Asia y África. Evidentemente, un trabajo tal, no hubiera podido ser realizado sin un equipo internacional, personas de diferentes países y de diferentes lenguas acompañaron el proceso de escritura desde los comienzos de esta obra. No se puede afirmar entonces que la lengua materna de esta obra sea el francés o el inglés. Cada capítulo fue escrito por siete u ocho personas de diferentes nacionalidades. Podemos muy bien imaginar el trabajo inmenso de edición por el que debió pasar el texto para armonizar el estilo. Nuestro trabajo de traducción al español se presagiaba entonces difícil dada la tonalidad de la obra fuente –obra plural– armonizada a partir de diversas expresiones lingüísticas y proyectada como un producto final bilingüe. Esto modificó nuestra concepción de traducción directa desde una lengua fuente hacia una lengua meta. El grupo de investigación en traductología de la Universidad de Antioquia Para lograr esta tarea contábamos ya con algunas herramientas. El grupo de investigación en traductología –que trabaja con tres lenguas: inglés, francés, español–, comenzó sus sesiones de estudio en 1998, abordando diferentes temas alrededor de la literatura y la traducción. En 1999, el proyecto de investigación “Elementos que intervienen en el proceso de traducción literaria” esudió la relación entre filosofía, historia y traducción.2 En al año 2000, comenzamos a ver la necesidad de integrar la utilización de nuevas tecnologías en nuestras investigaciones, lo que nos llevó a la construcción de un sitio web sobre Teoría de la traducción,3 que presenta la 85 transición del enfoque lingüístico de la traducción hacia el enfoque propiamente traductológico, a través de talleres y comentarios sobre textos, y que se encuentra continuamente en transformación y actualización. Actualmente, el grupo de investigación cuenta con diversas publicaciones (libros y artículos) en el campo de la traductología. En coedición con la editorial Universidad de Antioquia hemos creado la colección de publicación Hermes. Traductología: Teoría y Práctica, cuyo segundo título es la traducción al español Les traducteurs dans l’histoire/ Translators through History de 2005. En el 2002, la misma editorial publicó la traducción francés-español de la obra del Profesor François Delaporte Filosofía de los acontecimientos. Hemos creado también la Cátedra Abierta en Traductología, que se encuentra hoy en su tercer año y que fue inaugurada por el Profesor Jean Delisle en marzo de 2003. Cursos como “Introducción a la traducción literaria”, “Estudios interculturales” y “Crítica de traducciones”, fueron concebidos e implementados por nuestro grupo de investigación. Proceso de traducción Decidimos entonces comenzar el trabajo de traducción. En la Universidad de Antioquia (Colombia) contábamos con: Olga Elena Marín, Paula Andrea Montoya, Indra Miguel García, Sebastián García y Juan Guillermo Ramírez, quienes trabajaron bajo la dirección de Martha Pulido; trabajamos también con el historiador Alberto Castrillón de la Universidad Nacional de Colombia para aclarar las dudas concernientes a fechas, nombres y hechos. En Canadá, Anna María Salvetti, estudiante de Maestría en traducción en la Universidad de Ottawa, se comprometió a traducir el capítulo IX del libro –desafortunadamente sus ocupaciones le impidieron participar en las múltiples revisiones que se hicieron a cada uno de los capítulos- y el Profesor Jean Delisle, director de la Escuela de Traducción e Interpretación de la Universidad de Ottawa y co-editor de la obra fuente se ofreció como asesor internacional. Entonces emprendimos nuestro recorrido de traducción. Así como en el proceso de escritura de la obra fuente, el proceso de traducción nos llevaba naturalmente al trabajo en grupo. Luego de lecturas detalladas de la obra completa en inglés y en francés, luego de numerosas discusiones alrededor de la obra, y luego de haber consultado libros en español con contenidos de cierta manera similares, nos atrevimos a lanzarnos a las primeras versiones de manera individual, cada uno trabajaba sobre el capítulo asignado. A esta actividad hermenéutica de 86 soledad seguía una sesión de trabajo en grupo, para identificar los problemas de traducción y sugerir correcciones o soluciones, haciendo siempre una lectura comparativa inglés-francés-español. Dicha corrección exigía entonces una segunda versión que era de nuevo analizada por el equipo. Este proceso se repitió tantas veces como fue necesario para cada capítulo. Consultamos historiadores y geógrafos para los nombres propios y los nombres de lugares cuando la información bibliográfica no daba respuesta a nuestros interrogantes o cuando la información encontrada en internet nos despertaba dudas, hasta el momento en que consideramos que el texto podía y debía ser leído por alguien exterior al grupo. Entonces enviamos una primera versión del texto a Canadá, leída por Carolina Herrera, quien estudiaba entonces con el Profesor Delisle; Indra Miguel García, de nuestro grupo asumió la responsabilidad de hacer de nuevo una lectura comparativa de los textos en inglés, francés y español. Cuando el trabajo leído por Carolina Herrera nos fue devuelto a Colombia, releímos el texto y realizamos otra corrección en grupo. Esta manera de trabajar nos permitió desarrollar actividades de crítica, de interpretación y de argumentación enriquecedoras. También nos obligó a asumir la responsabilidad con respecto al texto como un todo; cumplida la tarea individual, cada acierto y desacierto nos pertenecían. El trabajo de traducción es infinito, pero ya era tiempo de entregar el manuscrito a la editorial de la Universidad que se encargaría de publicar el libro. El director en ese momento, Luis Fernando Macías, recibió el trabajo como algo innovador dentro de las colecciones de la editorial, aún más cuando el mismo Profesor Delisle estuvo en Medellín, para discutir con él sobre la publicación del libro, los derechos correspondientes, las imágenes que debían aparecer, etc. Luego de este afortunado encuentro, la editorial de la Universidad encargó a Eva Zimerman la lectura del manuscrito. La profesora Zimerman ha publicado unas treinta traducciones de obras literarias en nuestro país, entre otras traducciones. Sus consejos y sugerencias fueron inmediatamente acogidos por el grupo, así que de nuevo nos sumergimos en el libro para otra lectura y corrección. Estas lecturas y correcciones nos permitieron ver el libro como unidad y no desde el espacio fragmentado del capítulo traducido, desde la perspectiva del lector, particularmente del lector hispanohablante. En busca de un enfoque para la práctica de traducción ¿Impondrá el texto a traducir su propio método? La verdadera reflexión metodológica ¿es posterior al trabajo de traducción? Todos estos interrogantes nos acompañaron desde el comienzo de nuestro trabajo. En lo que se refiere a las teorías de la traducción, estábamos familiarizados con las obras de García Yebra (1986, 1994), Newmark (1991, 1995, 1996), Hatim & Mason (1990) Venuti (1995), Steiner (1975, 1992), Toury (1995), Berman (1984, 1995), Pulido (2003) y algunos otros; también consultamos compilaciones como las de Miguel Ángel Vega (1994) o las de Schulter et Biguenet (1989, 1992). Decidimos apoyarnos particularmente en el recorrido hermenéutico expuesto por Steiner, en los estudios descriptivos propuestos por Toury, en “l’épreuve de l’étranger” sugerida por Berman, y de cierta manera, en el libro de Anthony Pym Method in Translation History (Pym, 1998). El libro de Pym presenta los elementos necesarios para llevar a cabo una investigación en Historia de la traducción; esta obra nos aportó en la medida en que nos permitió entender el trabajo realizado por los múltiples autores de Les Traducteurs dans l’histoire/ Translators through History: recolección de datos, búsqueda biográfica y bibliográfica, selección de información, reconstrucción de situaciones concernientes a la interculturalidad, la subjetividad, los poderes políticos y religiosos, etc. El objetivo de los Estudios Descriptivos de Traducción de Toury (DTS: Descriptive Translation Studies) es describir, explicar y predecir el hecho de traducción. Estos tres movimientos -descripción, explicación y predicción- alimentaban nuestro proceso de traducción; así como la preocupación por la cultura meta que recibiría la traducción. Una etapa importante del trabajo propuesto por Toury consiste en la elaboración de un analisis comparado de la obra fuente y del producto final de traducción. Nuestro trabajo exigía lecturas comparativas de las obras fuentes con relación al producto traducido. En consecuencia, las relaciones establecidas por Toury en sus DTS eran absolutamente pertinentes para nuestro trabajo. Para Berman, la traducción tendrá que apoyarse en un pensamiento analítico, una de cuyas tareas consiste en establecer los principios de una crítica productiva; en realidad, era lo que estábamos haciendo. Berman se apoyó, en buena medida, en el trabajo de Toury. Las lecturas comparadas que realizábamos nos llevaban sin duda hacia una crítica de traducción, campo en el que dábamos apenas nuestros primeros pasos. La preocupación cultural que Berman imprime a su obra era también el punto central de nuestro trabajo. Berman realiza un análisis de las diferentes teorías de la traducción y nos invita a pensar todos estos conceptos del pasado bajo la luz del presente, en una época en la que la tarea del traductor ha sido claramente evocada por W. Benjamin: participar en la supervivencia de las obras, traduciéndolas y retraduciéndolas. Berman, Toury y Pym tienen en común su interés por el aspecto crítico, así como la necesidad de interrogarse sobre el momento presente a partir de la historia. Esto permite al investigador analizar los espacios interculturales y las diferentes épocas en las que una obra y sus traducciones diversas se han desarrollado. El desplazamiento hermenéutico propuesto por Steiner se compone de cuatro etapas: la hermenéutica del impulso de confianza, la hermenéutica de la penetración, agresión o comprensión en el sentido heidggeriano, hermenéutica de la restitución o compensación, es decir, establecimiento de un equilibrio entre la obra fuente y su traducción al español. Habíamos experimentado la hermenéutica del impulso de confianza cuando realizamos la lectura en inglés del texto, sin tener todavía en mente el proyecto de traducción. Esta primera lectura nos dio la posibilidad de conocer detalladamente el tema que traduciríamos y nos permitió también, percibir de manera general, la importancia del trabajo de los traductores durante el desarrollo de las civilizaciones y de las culturas. Pasamos entonces a la segunda etapa de este impulso de confianza leyendo la obra en francés, pero teniendo ya en mente el proyecto de traducción. Esto nos servía a la vez de proyecto de lectura y de proyecto de sentido. La comprensión como acto se efectuaba a través de las lecturas individuales de los capítulos asignados o seleccionados por cada miembro del grupo. Esta lectura realizada en francés y en inglés tenía por objetivo utilizar el análisis comparado para lograr una comprensión del texto lo más precisa posible y también para descubrir desde la lectura misma, los problemas de traducción a los que tendríamos que enfrentarnos en el momento de la escritura del texto en español. Esto tomaba el aire ya de crítica de traducción, que tendríamos que enfrentar luego. En lo que se refiere a la importación del significado al español, cada uno de nosotros elaboró una primera versión de su capítulo, que era luego presentada al grupo, seguida de lecturas comparadas francés-español, inglésespañol, esta vez a tres voces. Las críticas y comentarios que resultaban de cada lectura triádica llevaban a correcciones, luego a nuevas lecturas comparadas y 87 siempre a tres voces. La traducción de cada capítulo siguió este esquema, que se repetía cuantas veces fuese necesario, anotando las dudas, los vacíos, las ausencias, los fracasos. En esta etapa de nuestra obra, nos dimos cuenta de que, al tratar de buscar el método más apropiado para traducir esta obra, actuábamos imitando a nuestros ancestros: esos traductores de la Edad Media que trabajaban en grupo compartiendo así la inmensa responsabilidad que tenían sobre sus hombros. La guía que nos había dado Steiner seguramente nos había ayudado. Sin embargo, la concepción gadameriana de la experiencia hermenéutica de la comprensión de textos (Gadamer 1976), vino a jugar un papel importante en nuestro trabajo. Para Gadamer la interpretación es más bien una actitud según la cual nos proponemos esclarecer (u oscurecer) una parte u otra del texto que leemos. Esto no era claro en Steiner; quizás lo que este último autor llama la incorporación, corresponde al momento de interpretación gadameriana, pero Steiner lo considera más bien como una técnica de “importación del significado”. La comprensión en Gadamer es ya interpretación, puesto que el traductor debe tomar cartas en el asunto y asumir la responsabilidad de sus decisiones de traducción. Veíamos en esto un aspecto crucial que tenía que ver con la deontología de la traducción, un verdadero problema traductológico. Y seguramente uno de los problemas más importantes de la traductología: el compromiso del traductor frente al texto. Yves Bonnefoy (2000) considera la actividad de traducción como un acto que va más allá de la tarea de la comprensión y de la recreación, «comme l’activité primordiale de la pensée au travail». Esta expresión de Bonnefoy nos lleva al concepto de aplicación en Gadamer, descrito como «expérience esthétique qui transforme le lecteur». Por lo tanto, paralelamente a la etapa de compensación sugerida por Steiner nos interesamos en el componente estético de nuestro trabajo, representado en primera instancia en el placer de aprender sobre estos personajes y estas épocas que han hecho la historia de la traducción; en segunda instancia, en la preocupación que acompañó todo nuestro trabajo: la recepción de la obra en español. De una dialéctica texto-lector / texto-traductor expandíamos nuestra experiencia de traducción, que integraba ahora una experiencia estética. La experiencia de traducción consiste en un movimiento dialéctico entre la obra original y el texto que se escribe en la lengua de recepción. Este movimiento es un movimiento de transición del saber y la cultura de 88 la obra fuente que se convierte en el saber y la cultura de la obra traducida. En tanto que experiencia estéticotraductiva, al traducir Les traducteurs dans l’histoire/ Translators through History, hacíamos nosotros mismos, de cierta manera, obra de historiadores. Aprehendiendo hechos de traducción –en sus contextos políticos, religiosos, sociales– que tuvieron lugar en diferentes épocas, nos vimos confrontados con l’épreuve de l’étranger en el sentido bermaniano. Y esto, con referencia particular al hecho de asumir la gran responsabilidad en cuanto a la decisión de aplicar estrategias de domesticación o extranjerización de ciertos nombres propios o comunes conocidos o menos conocidos y para lo cual las reglas teóricas nos ofrecían soluciones de manual que nos dejaban insatisfechos. Contradiciendo teóricos como Estebán Torre (1994), dejamos, por ejemplo, Carl von Linneo en lugar de Carlos de Linneo: Torre propone para el asunto de los nombres propios –Carlos Darwin, para Charles Darwin–, elección que no aprobamos. Es verdad que existen nombres que han adquirido ya una popularidad en una lengua determinada y cuyo uso es difícil de cambiar. Es el caso de Linneo, cuyo trabajo tuvo gran resonancia gracias a las traducciones al francés en las que se le bautizó Carl von Linné; en inglés se ha adoptado el mismo nombre; nosotros hicimos lo mismo en español.4 Mientras más avanzábamos en la traducción, nos parecía menos eficaz el método que nos habíamos propuesto. Nos desestabilizaba el movimiento de las dos obras “originales” que leíamos y releíamos tanto en francés como en inglés. En tanto que traductores-lectores esta experiencia nos abría una puerta hacia la construcción de un método que consistiría en dejar que la obra propusiera su propia metodología de traducción. Era necesario entonces establecer una fusión de horizontes, el de los autores de la obra y el de los traductores. Para cada capítulo estudiamos también el contexto histórico correspondiente, para volver luego al texto original y enfrentar la interpretación, resolver los puntos de sentido oscuro, verificar las fechas cuando estas eran diferentes en las dos obras, verificar también los lugares y las obras referenciadas. Nuestra metodología consistió entonces en una búsqueda histórica y contextual, que se proponía ofrecer al lector contemporáneo, hispanohablante, una obra en la cual la coexistencia del pasado y del presente no impidiera la visibilidad. Buscábamos la aprehensión por parte del lector de los hechos que narrábamos en español, de manera que éste pudiera identificar las características de traducción esclarecidas gracias a la escritura de los ensayos contenidos en el libro. Nos interesamos entonces en la noción de fidelidad propuesta entre otros por Amparo Hurtado Albir; y nos interesamos también en el método histórico. Amparo Hurtado Albir (1990) propone una teoría interpretativa de la traducción centrada en la noción de fidelidad hacia el sentido. Las tres fases interpretativas –comprensión, deverbalización del sentido comprendido, reexpresión del sentido–, los tres parámetros de fidelidad –del querer decir del autor, de la lengua de llegada, del destinatario– , las tres dimensiones de la fidelidad –subjectividad, historicidad, funcionalidad–, que ella propone hacen parte de nuestras preocupaciones y de nuestro proceso de traducción. Encontrábamos en cada uno de los autores elementos que nos guiaban con frecuencia, modelos que implementábamos y que nos permitían esbozar una metodología. Pero para redefinir una metodología a seguir necesitábamos de un método. Nos interesamos entonces en el método histórico. Nos era necesario comprender cómo se escribe la historia ¿Qué método(s) utilizaron los autores para escribir estos textos sobre la historia de la traducción? ¿Qué método(s) utiliza el historiador? Paul Veyne nos serviría de “ayuda”, señalando que «l’histoire n’a pas de méthode» (Veyne: 1978). Conclusión, nos ocupábamos de una verdad narrada en estos capítulos, nuestra responsabilidad era crear nuestro propio método de traducción para esta obra particular. La historia que traducíamos, es una historia más bien biográfica que ofrece mucha información sobre los traductores presentados; teníamos en esto elementos para reflexionar sobre nuestra propia práctica de traducción , puesto que aprendíamos sobre el trabajo de nuestros ancestros, sobre la manera como habían sufrido, sobre lo que habían logrado, sobre los errores que cometieron. Leíamos la historia con una proyección hacia el futuro, llegando así a la aplicación gadameriana o a la experiencia estética. La historia es una novela que narra una verdad. En ese sentido podíamos en buena medida acercar la traducción histórica a la escritura literaria. El lector confía en el autor cuando lee la historia. El lector debía confiar en nosotros en tanto que traductores de esta historia, este trabajo merecía que realizáramos todos los esfuerzos necesarios para ofrecer al lector el mejor resultado posible. El trabajo del traductor depende además de quien lo solicita, del poder de una institución, de las líneas de publicación de una editorial, etc. En nuestro caso, podemos decir que el trabajo fue motivado por nuestro propio deseo de aprender sobre la traducción y estábamos decididos a traducir el libro, aun sin recibir beneficios económicos. Dada nuestra experiencia literaria, acercamos la narración histórica hacia la narración literaria, por lo menos en lo que concernía a la narración de los hechos sobre la historia de la traducción. Encontramos ciertas frases narrativas que funcionaban como una especia de hilo conductor a través de toda la obra, esto por lo menos nos permitía ver el enorme trabajo de edición que necesitaría nuestra traducción. Así que, en lugar de simplemente narrar de la manera más fiel posible la historia que leíamos, seguimos el texto narrativo, seguimos la historia, y esto gracias a las lecturas paralelas al trabajo de traducción. Y es que los intereses de historias eran también los nuestros: “Suivre une histoire, comprendre les actions, les pensées et les sentiments successifs en tant qu’ils présentent une direction particulière” (Ricoeur, 1983, p. 267). Conclusión: Horizontes de la práctica de la traducción La relación tan estrecha que experimentamos entre las lecturas de las obras fuente y las reescrituras en la traducción española, nos llevaron a sentirnos actores de la historia que narrábamos. Por esto nos propusimos crear alternativas de práctica de traducción en nuestro contexto institucional local (Montoya 2003).5 La transmisión de la cultura pasa por la historia, así como la teorización de la traducción exige un conocimiento histórico. En este sentido, consideramos que entregar en español esta obra Translators Through History/ Les Traducteurs dans l’histoire, era un trabajo de gran responsabilidad y de gran importancia para el desarrollo de la traducción en América Latina. El camino tortuoso seguido por la traducción para ser reconocida y considerada como una disciplina académica, como una profesión, está apenas construyéndose en nuestras sociedades. De esta manera participamos en la difusión de una parte importante del conocimiento. Esperamos entonces haber abierto la vía para que exista en nuestros contextos un espacio que motive el trabajo de traducción de una manera sistemática, rigurosa y reflexiva. Abrir el espacio teórico y práctico en el cual se pueda desarrollar el trabajo de traducción sobre historia de la traducción, impone el acercamiento hacia otras disciplinas que entran en relación con la traductología, a saber, estudios literarios, históricos, culturales, religiosos, con el fin de comprender la organización de sentido motivada por la transferencia lingüística, por la transferencia cultural de sensibilidad y de conocimiento. En lo que se refiere al método, ¿nos atreveríamos 89 a enunciar que el método se encuentra ya en el mismo movimiento de arriesgarse a emprender una traducción? También, podríamos decir que nuestra imposibilidad para seguir un método específico se debe al hecho de que la traducción tiene que ver con el arte, y siguiendo a Octavio Paz, que todo acto de traducción es un acto de creación, por lo tanto es literatura. Bibliografía BERMAN, Antoine (1984): L’Epreuve de l’étranger. Culture et traduction dans l’Allemagne romantique, París, Gallimard. BERMAN, Antoine (1995): Pour une critique des traductions: John Donne, París, Gallimard. BONNEFOY, Yves (2000): La communauté des traducteurs, Strasbourg, Presses Universitaires de Strasbourg. DELISLE et WOODSWORTH (dir.) (1995): Les traducteurs dans l’histoire, Ottawa, Presses de l’Université d’Ottawa, París, Unesco. DELISLE and WOODSWORTH (dir.) (1995): Translators through History, Amsterdam, John Benjamin, París, Unesco. DELISLE y WOODSWORTH (dir.) (2005): Los traductores en la historia, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, traducción al español del grupo de investigación en traductología, bajo la dirección de Martha Pulido. DELISLE, Jean (dir.) (1999): Portraits des traducteurs, Ottawa, Presses de l’Université d’Ottawa, Arras, Artois Presses Université. DELISLE, Jean (2001): “L’évaluation des traductions par l’historien”, Meta, XLVI, 2, pp. 109-226, BASTIN, Georges (dir.), Presses de l’Université de Montréal. DELISLE, Jean (dir.) (2002): Portraits des traductrices, Ottawa, Presses de l’Université d’Ottawa, Arras, Artois Presses Université. DELISLE, Jean et LAFOND, Gilbert (2002): CD-ROM Histoire de la traduction / History of Translation, École de traduction et d’interprétation de l’Université d’Ottawa. GADAMER, Hans-Georg (1976): Vérité et méthode, trad. Étienne Sacré, révision de Paul Ricoeur. París, Seuil. GARCIA YEBRA, Valentín (1994): Traducción: Historia y Teoría, Madrid, Editorial Gredos. HURTADO ALBIR, Amparo (1990): La notion de fidélité en traduction, París, Didier Érudition. JACOB, Carol (1999): In the Language of Walter Benjamin, Baltimore, Maryland, Johns Hopkins University Press. PULIDO, Martha (2003): Filosofía e historia en la práctica de traducción, Medellín, Ed. Universidad de Antioquia, Escuela de Idiomas. PYM, Anthony (1998): Method in Translation History, Manchester, St. Jerome. 90 RICOEUR, Paul (1983): Temps et récit 1. L’intrigue et le récit historique, París, Seuil. STEINER, George (1975, 1992): After Babel. Aspects of language and translation, Oxford, Oxford University Press. STEINER, George (1995): Después de Babel. Aspectos del lenguaje y de la traducción, trad. Adolfo Castañón y Aurelio Major, México, Fondo de Cultura Económica. STEINER, George (1978): Après Babel, trad. Lucienne Lotringer, París, Albin Michel. TOURY, Gideon (1995): Descriptive Translation Studies and beyond, Amsterdam, Philadelphia, John Benjamins. VEYNE, Paul (1978): Comment on écrit l’histoire, París, Seuil. Nota DELISLE and Woodsworth (dir.), (1995): Translators through History / Les traducteurs dans l’histoire, Ottawa, Presses de l’Université d’Ottawa / París, UNESCO. 2 Los resultados de este proyecto están publicados en PULIDO (2003): Filosofía e Historia en la práctica de traducción, Medellín, Editorial de Antioquia. 3 La dirección web de este sitio es: http:// docencia.udea.edu.co/TeoriaTraduccion. 4 “The Swedish botanist Carolus Linnaeus (Carl von Linné, 1707-78) is considered to have been the first scientist to introduce a systematic classification of the species first in botany, then in zoology, adopting a binomial nomenclature (genus/species).” p. 122 en la versión original inglesa. “...le botaniste suédois Carl von Linné est considéré comme le premier homme de science à avoir formulé une classification des espèces en botanique, puis en zoologie, en adoptant une nomenclature binaire (genre/ espèce).” p. 129 en la version original francesa. “... el botánico sueco Carl von Linné se considera como el primer hombre de ciencia en haber formulado una clasificación de las especies en botánica y luego en zoología, adoptando una nomenclatura binaria (género/ especie).” p. 103 en la traducción al español. 5 Montoya, Paula “Por una práctica investigativa en el programa de Traducción de la Escuela de Idiomas”. Ikala, vol. 8, # 4, enero-diciembre de 2003, Escuela de Idiomas, Universidad de Antioquia, pp. 239-247. 1