Historia de la Ley Nº 20.614 Reajusta monto del ingreso mínimo

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Historia de la Ley
Nº 20.614
Reajusta monto del ingreso mínimo mensual
Téngase presente
Esta Historia de Ley ha sido construida por la Biblioteca del Congreso Nacional
a partir de la información disponible en sus archivos.
Se han incluido los distintos documentos de la tramitación legislativa,
ordenados conforme su ocurrencia en cada uno de los trámites del proceso de
formación de la ley.
Se han omitido documentos de mera o simple tramitación, que
proporcionan información relevante para efectos de la Historia de Ley.
no
Para efectos de facilitar la revisión de la documentación de este archivo, se
incorpora un índice.
Al final del archivo se incorpora el texto de la norma aprobado conforme a la
tramitación incluida en esta historia de ley.
Índice
1. Primer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados
5
1.1. Mensaje del Ejecutivo
5
1.2. Oficio Indicaciones del Ejecutivo
10
1.3. Oficio Indicaciones del Ejecutivo
12
1.4. Informe de Comisión de Hacienda
13
1.5. Discusión en Sala
17
1.6. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo
67
2. Trámite Insistencia: Senado.- Cámara de Diputados
68
2.1. Oficio del Ejecutivo a Cámara de Origen
68
2.2. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
69
2.3. Informe de Comisión de Hacienda
70
2.4. Discusión en Sala
73
2.5. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
129
2.6. Discusión en Sala
130
2.7. Informe de Comisión de Hacienda
132
2.8. Oficio Indicaciones del Ejecutivo
144
2.9. Discusión en Sala
145
2.10. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
188
3. Segundo Trámite Constitucional: Senado
189
3.1. Informe de Comisión de Hacienda
189
3.2. Discusión en Sala
205
3.3. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
276
4. Trámite Veto Presidencial
277
4.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo
277
4.2. Oficio del Ejecutivo a Cámara de Origen
278
4.3. Informe de Comisión de Hacienda
283
4.4. Discusión en Sala
288
4.5. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
312
4.6. Discusión en Sala
313
4.7. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
348
5. Trámite Finalización: Cámara de Diputados
349
5.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo.
349
6. Publicación de ley en Diario Oficial
351
6.1. Ley N° 20.614
351
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MENSAJE PRESIDENCIAL
1. Primer Trámite Constitucional: Cámara de
Diputados
1.1. Mensaje del Ejecutivo
Mensaje de S.E. EL Vice- Presidente de la República. Fecha 18 de junio, 2012.
Cuenta en Sesión 44. Legislatura 360.
MENSAJE DE S.E. EL VICEPRESIDENTE DE LA REPUBLICA CON EL QUE
SE INICIA UN PROYECTO DE LEY QUE REAJUSTA EL MONTO DEL
INGRESO MÍNIMO MENSUAL.
SANTIAGO, junio 18 de 2012.
A S.E. EL
PRESIDENTE
DE LA H.
CÁMARA DE
DIPUTADOS.
MENSAJE Nº 126-360/
Honorable Cámara de Diputados:
Tengo el honor de someter a vuestra consideración un proyecto de ley que
tiene por objeto reajustar el monto del ingreso mínimo mensual a contar del 1
de julio de 2012.
I.
FUNDAMENTOS DE LA INICIATIVA
1.
Contexto económico internacional
En los últimos meses, los indicadores económicos de la Eurozona han
mostrado el deterioro que experimenta la situación financiera y fiscal de la
región.
El crecimiento (anualizado y desestacionalizado) para el primer trimestre
del año 2012 ha sido nulo, mientras que la proyección de distintos analistas
económicos para la Eurozona durante 2012 es de contracción.
La incertidumbre que plantea el frágil contexto económico mundial no ha
golpeado aún de manera importante la actividad económica nacional. Sin
embargo, algunos signos de desaceleración económica se han comenzado a
observar. El crecimiento de la demanda interna del primer trimestre de 2012
(4.9%) fue más moderado que el del último trimestre del 2011 (5.5%),
debido a la desaceleración del consumo y de la inversión en maquinarias y
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MENSAJE PRESIDENCIAL
equipos. Asimismo, las ventas del comercio minorista registraron una nueva
disminución en abril de este año, confirmando un patrón de menor crecimiento
del consumo a nivel nacional. Con todo, a abril de 2012, la actividad
económica acumula un crecimiento de 5.4%, cifra algo menor al crecimiento
real de la economía durante el año 2011 (6.0%). Además, las proyecciones de
crecimiento del producto de acuerdo al Banco Central están en el rango de 4.0
a 5.0% para el presente año.
Si bien el mercado laboral chileno continúa mostrando signos de
dinamismo, una profundización de la crisis internacional podría tener
importantes efectos negativos sobre el empleo de jóvenes y trabajadores
menos calificados. En general, estos grupos presentan una mayor probabilidad
de perder sus empleos en períodos de crisis económicas debido a su bajo nivel
de capital humano.
En otro ámbito, el último reajuste del ingreso mínimo mensual alcanzó
un incremento de 5.8% nominal y un 2.5% real, situándose en $ 182.000
pesos mensuales. De acuerdo a la información de la base de datos del Seguro
de Cesantía para el segundo semestre de 2011, la relación entre el ingreso
mínimo mensual y la mediana salarial es de 55%; revelando que nuestro
ingreso mínimo es elevado en relación a nuestra realidad salarial y situando a
Chile dentro de los países con mayor ratio ingreso mínimo mensual-mediana
salarial dentro de un conjunto de países miembros de la OECD.
Considerando los antecedentes anteriormente descritos sobre la
situación económica mundial y nacional, no queda más que confirmar el
compromiso del Gobierno de velar por mejorar el bienestar de los trabajadores
chilenos por medio de aumentar el salario mínimo pero actuando con
prudencia y cautela al momento de establecer un nuevo reajuste del ingreso
mínimo mensual, de forma de velar por que éste mejore su poder adquisitivo
pero por sobretodo, protegiendo la empleabilidad de los trabajadores que lo
perciben.
Principales consideraciones para el incremento del ingreso mínimo
Se debe tener presente que incrementos reales del ingreso mínimo
superiores a los incrementos en la productividad pueden provocar algunos
efectos adversos sobre los trabajadores. Por ejemplo, aumentos desalineados
de las cifras de inflación y productividad pueden reducir las oportunidades de
empleo de los trabajadores poco calificados (en su mayoría jóvenes y
trabajadores con bajos niveles de instrucción formal).
Otros riesgos se relacionan con los aumentos del ingreso mínimo real
más allá de la productividad incrementan significativamente el precio de bienes
intensivos en mano de obra poco calificada, lo cuales representan un
porcentaje importante dentro de la canasta de consumo de los hogares más
vulnerables. Más aún, desincentiva a las empresas a efectuar programas de
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MENSAJE PRESIDENCIAL
capacitación para sus trabajadores, reduciendo las oportunidades de inserción
laboral de los trabajadores con bajos niveles de capital humano. Por último,
promueve el crecimiento de la informalidad, aumentando la brecha salarial
entre los trabajadores formales e informales.
Los efectos anteriormente descritos afectan especialmente a jóvenes,
trabajadores con baja instrucción y a pequeñas y medianas empresas. De
acuerdo a la Encuesta CASEN del año 2009, el 27.15% de las personas entre
18 y 21 años percibían el ingreso mínimo. Asimismo, el 31.31% de las
personas con menores niveles de escolaridad (entre 0 y 7 años) estaban
afectas al ingreso mínimo mensual. En relación a las pequeñas y medianas
empresas, cifras de la base de datos del Seguro de Cesantía para el segundo
semestre de 2011, indican que el 49.6% de los trabajadores que obtiene entre
1 y 1.05 ingreso mínimo mensual, se desempeñan en empresas de hasta 9
trabajadores.
Considerando los antecedentes anteriores, la fórmula de reajuste del
ingreso mínimo mensual propuesta por el Gobierno incluye como variables el
crecimiento de la productividad media del empleo durante el año 2011 y la
variación porcentual del IPC de mayo de este año respecto de igual período del
año anterior. Es importante recalcar que esta fórmula de reajuste está en
concordancia con la propuesta de la Comisión Asesora Laboral y de Salario
Mínimo establecida en abril de 2011.
II. CONTENIDO DE LA INICIATIVA
1.
Incremento del salario mínimo que se propone
Teniendo presente lo anteriormente planteado, la propuesta del
Gobierno es incrementar el ingreso mínimo mensual de $182.000 a $191.000,
lo que equivale a un incremento en torno a un 5%, porcentaje que será
aplicable también al ingreso mínimo mensual de los trabajadores menores de
18 y mayores de 65 años y al ingreso mínimo mensual con fines no
remuneracionales.
2.
FIJACIÓN ASIGNACIÓN FAMILIAR, MATERNAL Y SUBSIDIO
FAMILIAR
Con respecto a la fijación de la asignación familiar y subsidio familiar, se
debe recordar que en el acuerdo alcanzado el año 2008 con la Central Unitaria
de Trabajadores (CUT), se convino que a partir de la fijación del ingreso
mínimo del año 2009 las materias vinculadas a la asignación familiar y
maternal serían materias de esta ley, retirándose de la ley de reajuste de los
funcionarios públicos, donde se incluyó a partir del año 1999 hasta el año
2008.
Como gobierno, reconocemos dicho acuerdo, y proponemos un reajuste
para esos beneficios, a contar del 1° de julio de 2012, con mayor énfasis en los
grupos más vulnerables. En primer lugar, proponemos una variación de igual
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MENSAJE PRESIDENCIAL
nivel que la propuesta para el ingreso mínimo mensual, tanto para el subsidio
familiar destinado a personas de escasos recursos establecido en el artículo 1°
de la ley N°18.020, como para el tramo más focalizado de las asignaciones
familiares y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares, reguladas
en el decreto con fuerza de ley N°150, de 1982, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social.
Por su parte, para el segundo y tercer tramo de asignación familiar y
maternal, proponemos un reajuste que contempla la variación del costo de
vida desde el último reajuste.
Con todo, se fija en $7.525 mensuales por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual no exceda de $196.788; en $5.221
mensuales por carga, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso mensual supere
los $196.788 y no exceda de $317.407; y en $1.650 mensuales por carga,
para aquellos beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $317.407 y no
exceda de $495.0473.
Por su parte, el subsidio familiar, se fija en $ 7.525 a partir del 1 de julio
de 2012.
En consecuencia, tengo el honor de someter a vuestra consideración, el
siguiente
PROYECTO DE LEY:
“Artículo 1°.Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, de $182.000 a
$191.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores
de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, de $135.867 a
$142.586 el monto del ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores
de 65 años de edad y para los trabajadores menores de 18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, el monto del
ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales, de
$117.401 a $123.207.
Artículo 2°.Reemplazase, a contar del 1° de julio del año 2012, el
artículo 1° de la ley N° 18.987, por el siguiente:
“Artículo 1°.- A contar del 1 de julio del año 2012, las
asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares,
reguladas por el decreto con fuerza de ley N° 150, de 1982, del Ministerio del
Trabajo y Previsión Social, tendrán los siguientes valores, según el ingreso
mensual del beneficiario:
a)
De $7.525 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual no exceda de $196.788.
b) De $5.221 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $196.788 y no exceda los $317.407.
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MENSAJE PRESIDENCIAL
c)
De $1.650 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $317.407 y no exceda los $495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $495.047 no
tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su plena
vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2° del citado decreto con fuerza de ley N° 150, y los que se
encuentren en goce de subsidio de cesantía se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente.”.
Artículo 3°.Fíjase en $7.525 a contar del 1 de julio del año 2012, el
valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020.
Artículo 4°.El mayor gasto fiscal que represente durante el año 2012
la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de la presente ley, se financiará con
cargo a los recursos del Tesoro Público.”.
Dios guarde a V.E.,
RODRIGO HINZPETER KIRBERG
Vicepresidente de la República
JULIO DITTBORN CORDUA
Ministro de Hacienda (S)
EVELYN MATTHEI FORNET
Ministra del Trabajo
y Previsión Social
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INDICACIONES DEL EJECUTIVO
1.2. Oficio Indicaciones del Ejecutivo
Fecha 20 de junio, 2012. Indicaciones al Proyecto de Ley. Cuenta en Sesión
46, Legislatura 360.
FORMULA INDICACIONES AL PROYECTO DE LEY QUE REAJUSTA EL
MONTO DEL INGRESO MÍNIMO MENSUAL (Boletín N° 8387-05)
A S.E. EL
PRESIDENTE
DE LA H.
CÁMARA DE
DIPUTADOS
Santiago, 20 de junio de 2012.-
Nº 130-360/
Honorable Cámara de Diputados:
En uso de mis facultades constitucionales, por este acto se formulan las
siguientes indicaciones al proyecto de señalado, a fin de que sean consideradas
durante la discusión del mismo en el seno de esa H. Corporación:
AL ARTÍCULO 1º
1)
Para modificarlo del siguiente modo:
a)
Sustitúyase en el inciso primero, el guarismo “$191.000”, por el
guarismo “$193.000”.
b)
Reemplazase en el inciso segundo, el guarismo “$142.586”, por el
guarismo “$144.079”.
c)
Sustitúyase en el inciso tercero, el guarismo “$123.207”, por el
guarismo “$124.497”.
AL ARTÍCULO 2º
2)
Para sustituirlo por el siguiente:
“Artículo 2º.- Reemplázase, a contar del 1º de julio de 2012, el
artículo 1º de la ley Nº 18.987, que incrementa asignaciones, subsidio y
pensiones que indica, por el siguiente:
“Artículo 1º.- A contar del 1º de julio del año 2012, las
asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares,
reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de 1982, del Ministerio del
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INDICACIONES DEL EJECUTIVO
Trabajo y Seguridad Social, que fija el texto refundido, coordinado y
sistematizado de las normas sobre sistema único de prestaciones familiares y
sistema de subsidios de cesantía para los trabajadores de los sectores privado
y público, tendrán los siguientes valores, según el ingreso mensual del
beneficiario:
a) De $7.603 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso mensual no
exceda de $198.848.
b) De $5.221 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso
mensual supere los $198.848 y no exceda los $317.407.
c) De $1.650 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso
mensual supere los $317.407 y no exceda los $495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que acrediten cargas
familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $495.047, no tendrán
derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su plena vigencia los
contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan beneficios para
estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes mantendrán su
calidad de tales para los demás efectos que en derecho correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del artículo 2º del
citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y los que se encuentren en goce de
subsidio de cesantía, se entenderán comprendidos en el grupo de beneficiarios
indicados en la letra a) precedente.”.”.
AL ARTÍCULO 3º
3)
Para sustituir el guarismo “$7.525”, por el guarismo “$7.603”.
Dios guarde a V.E.,
RODRIGO HINZPETER KIRBERG
Vicepresidente de la República
FELIPE LARRAÍN BASCUÑÁN
Ministro de Hacienda
EVELYN MATTHEI FORNET
Ministra del Trabajo
y Previsión Social
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INDICACIONES DEL EJECUTIVO
1.3. Oficio Indicaciones del Ejecutivo
Fecha 20 de junio, 2012. Repone Indicaciones al Proyecto de Ley. Cuenta en
Sesión 46, Legislatura 360.
REPONE INDICACIONES AL PROYECTO DE LEY QUE REAJUSTA EL
MONTO DEL INGRESO MÍNIMO MENSUAL (Boletín N° 8387-05)
A S.E. EL
PRESIDENTE
DE LA H.
CÁMARA DE
DIPUTADOS
Santiago, 20 de junio de 2012.-
Nº 132-360/
Honorable Cámara de Diputados:
En uso de mis facultades constitucionales, por este acto vengo en
reponer la indicaciones al proyecto de ley del rubro que se hicieron presente
ante esta H. Corporación por medio del Mensaje 130-360.-
Dios guarde a V.E.,
RODRIGO HINZPETER KIRBERG
Vicepresidente de la República
FELIPE LARRAÍN BASCUÑÁN
Ministro de Hacienda
EVELYN MATTHEI FORNET
Ministra del Trabajo
y Previsión Social
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
1.4. Informe de Comisión de Hacienda
Cámara de Diputados. Fecha 20 de junio, 2012. Cuenta en Sesión 46.
Legislatura 360.
Valparaíso, 20 de junio de 2012.
El Secretario de Comisiones que suscribe, CERTIFICA:
Que el proyecto de ley originado en un mensaje
de S.E. el Presidente de la República que REAJUSTA EL MONTO DEL
INGRESO MÍNIMO MENSUAL (Boletín Nº 8.387-05), con urgencia calificada
de "discusión inmediata", fue tratado por la Comisión de Hacienda en sesiones
de fechas 19 y 20 de junio de 2012, con la asistencia de los Diputados señores
Silva, don Ernesto (Presidente); Auth, don Pepe; Godoy, don Joaquín
(Edwards, don José Manuel); Jaramillo, don Enrique; Lorenzini, don Pablo;
Macaya, don Javier; Marinovic, don Miodrag; Montes, don Carlos; Ortiz, don
José Miguel; Recondo, don Carlos; Robles, don Alberto (Meza, don Fernando);
Santana, don Alejandro, y Von Mühlenbrock, don Gastón. Acudieron, además,
los Diputados señores Osvaldo Andrade y Tucapel Jiménez.
Concurrieron a la Comisión durante el estudio de
la iniciativa el Ministro de Hacienda, señor Felipe Larraín; el Subsecretario de
Hacienda, señor Julio Dittborn; el Subsecretario General de la Presidencia,
señor Claudio Alvarado; el Subdirector de Racionalización y Función Pública de
la Dirección de Presupuestos, señor Hermann von Gersdorff, y el Asesor
Legislativo del Ministerio de Hacienda, señor Francisco Moreno.
En relación con la discusión general, cabe
señalar que los Diputados señores Auth, Lorenzini, Ortiz; Jaramillo y Robles se
manifestaron partidarios, habida consideración del argumento del Ejecutivo
formulado para la concesión del Bono Solidario de Alimentos recientemente
aprobado por el Congreso Nacional, del crecimiento experimentado en el
último año por la economía nacional y el aumento por sobre la inflación general
del llamado IPC de los Pobres, de elevar el salario mínimo hasta los 200 mil
pesos mensuales, lo que equivaldría a un reajuste más acorde con la variación
experimentada por el referido índice inflacionario y coincidente con la
proposición formulada al respecto por los parlamentarios del Partido
Renovación Nacional, quienes a su turno pidieron al Ejecutivo hacer un mayor
esfuerzo por mejorar el proyecto, lo mismo que el Diputado señor Marinovic.
Puesto en votación general el proyecto, fue
aprobada la idea de legislar por 7 votos a favor y 6 votos en contra. Votaron
por la afirmativa los Diputados señores Godoy, don Joaquín; Macaya, don
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Javier; Marinovic, don Miodrag; Recondo, don Carlos; Santana, don Alejandro;
Silva, don Ernesto, y Von Mühlenbrock, don Gastón. Se inclinaron por la
negativa los Diputados señores Auth, don Pepe; Jaramillo, don Enrique;
Lorenzini, don Pablo; Meza, don Fernando; Montes, don Carlos, y Ortiz, don
José Miguel.
En relación con la discusión particular, cabe
señalar que fue declarada inadmisible, por versar sobre una materia de
iniciativa exclusiva del Presidente de la República, una indicación de los
Diputados señores Auth, Lorenzini, Montes, Ortiz y Robles para reemplazar, en
el artículo 1º, el guarismo "191.000" por "200.000", ajustando en la misma
proporción los valores contenidos en los restantes artículos.
Por su parte, el Ejecutivo, haciendo hincapié en
la necesidad de proteger el empleo de los trabajadores más jóvenes y menos
calificados, y teniendo presente que quienes pagan el salario mínimo son
principalmente las micro, pequeñas y medianas empresas, formuló las
siguientes indicaciones:
1) Al artículo 1º, para modificarlo del siguiente
modo:
a) Sustitúyese, en el inciso primero, el guarismo
"$ 191.000", por el guarismo "$ 193.000".
b) Reemplázase, en el inciso segundo, el
guarismo "$ 142.586", por el guarismo "$ 144.079".
c) Sustitúyase, en el inciso tercero, el guarismo
"$ 123.207", por el guarismo "$ 124.497".
Puesto en votación el artículo 1º, con la
indicación, fue rechazado por 5 votos a favor, 7 votos en contra y una
abstención. Votaron por la afirmativa los Diputados señores Godoy, don
Joaquín; Macaya, don Javier; Recondo, don Carlos; Silva, don Ernesto, y Von
Mühlenbrock, don Gastón. Se inclinaron por la negativa los Diputados señores
Auth, don Pepe; Jaramillo, don Enrique; Lorenzini, don Pablo; Marinovic, don
Miodrag; Meza, don Fernando; Montes, don Carlos, y Ortiz, don José Miguel.
Se abstuvo el señor Santana, don Alejandro.
Al artículo 2º, para sustituirlo por el siguiente:
"Artículo 2º.- Reemplázase, a contar del 1º de
julio de 2012, el artículo 1º de la ley Nº 18.987, que incrementa asignaciones,
subsidio y pensiones que indica, por el siguiente:
"Artículo 1º.- A contar del 1º de julio del año
2012, las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones
Familiares, reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de 1982, del
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, que fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado de las normas sobre sistema único de prestaciones
familiares y sistema de subsidios de cesantía para los trabajadores de los
sectores privado y público, tendrán los siguientes valores, según el ingreso
mensual del beneficiario:
a) De $ 7.603 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual no exceda de $ 198.848.
b) De $ 5.221 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 198.848 y no exceda los $
317.407.
c) De $ 1.650 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 317.407 y no exceda los $
495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $ 495.047,
no tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su
plena vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2º del citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y los que se
encuentren en goce de subsidio de cesantía, se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente."."
Puesto en votación el artículo 2º, con la
indicación, fue rechazado por 5 votos a favor, 7 votos en contra y una
abstención. Votaron por la afirmativa los Diputados señores Godoy, don
Joaquín; Macaya, don Javier; Recondo, don Carlos; Silva, don Ernesto, y Von
Mühlenbrock, don Gastón. Se inclinaron por la negativa los Diputados señores
Auth, don Pepe; Jaramillo, don Enrique; Lorenzini, don Pablo; Marinovic, don
Miodrag; Meza, don Fernando; Montes, don Carlos, y Ortiz, don José Miguel.
Se abstuvo el señor Santana, don Alejandro.
Al artículo 3º, para sustituir el guarismo "$
7.525", por el guarismo "$ 7.603".
Puesto en votación el artículo 3º, con la
indicación, fue aprobado por 8 votos a favor, 4 votos en contra y una
abstención. Votaron por la afirmativa los Diputados señores Auth, don Pepe;
Godoy, don Joaquín; Macaya, don Javier; Meza, don Fernando; Recondo, don
Carlos; Santana, don Alejandro; Silva, don Ernesto, y Von Mühlenbrock, don
Gastón. Votaron por la negativa los Diputados señores Jaramillo, don Enrique;
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Lorenzini, don Pablo; Marinovic, don Miodrag, y Ortiz, don José Miguel. Se
abstuvo el señor Montes, don Carlos.
El artículo 4º fue aprobado sin enmiendas, por
11 votos a favor y 2 votos en contra. Votaron por la afirmativa los Diputados
señores Auth, don Pepe; Godoy, don Joaquín; Macaya, don Javier; Marinovic,
don Miodrag, Meza, don Fernando; Montes, don Carlos; Ortiz, don José Miguel;
Recondo, don Carlos; Santana, don Alejandro; Silva, don Ernesto, y Von
Mühlenbrock, don Gastón. Votaron por la negativa los Diputados señores
Jaramillo, don Enrique, y Lorenzini, don Pablo.
La Comisión acordó que el informe se emitiera
en forma verbal, directamente en la Sala, para lo cual designó Diputado
Informante al señor LORENZINI, don PABLO.
Se adjunta al presente certificado el informe
financiero sustitutivo N° 76, elaborado por la Dirección de Presupuestos, de
fecha 18 de junio de 2012.
En consecuencia,
propone la aprobación del siguiente texto:
la
Comisión
de
Hacienda
PROYECTO DE LEY:
"Artículo 1°.- Fíjase en $ 7.603, a contar del 1
de julio del año 2012, el valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1°
de la ley N° 18.020.
Artículo 2°.- El mayor gasto fiscal que
represente durante el año 2012 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de la
presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.".
Javier Rosselot Jaramillo
Secretario de la Comisión de Hacienda
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DISCUSIÓN SALA
1.5. Discusión en Sala
Cámara de Diputados. Legislatura 360. Sesión 46. Fecha 20 de junio, 2012.
Discusión general. Se rechaza.
REAJUSTE DEL
constitucional.
INGRESO
MÍNIMO
MENSUAL.
Primer
trámite
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Esta sesión fue
convocada con el objeto de analizar el proyecto de ley que reajusta el monto
del ingreso mínimo mensual, calificado con discusión inmediata.
Diputado informante de la Comisión de la Comisión de Hacienda es el señor
Pablo Lorenzini.
-Antecedentes:
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Suspendo la sesión por
cinco minutos, para esperar la llegada del informe que rendirá el diputado
señor Pablo Lorenzini sobre el proyecto enunciado.
-Transcurrido el tiempo de suspensión.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Continúa la sesión.
Para rendir el informe de la Comisión de Hacienda, tiene la palabra el
diputado señor Pablo Lorenzini.
El señor LORENZINI (de pie).- Señor Presidente, en primer lugar, quiero
dar la bienvenida al ministro de Hacienda, señor Felipe Larraín, quien está
presente esta tarde. También debo decir que hoy estuvo en la Comisión. El
proyecto comenzó a ser tratado en la tarde de ayer, por eso parto
agradeciendo al ministro, pues ayer no había ningún otro titular de cartera. La
ministra del Trabajo, señora Evelyn Matthei, no estuvo.
Este proyecto, originado en un mensaje de su excelencia el Presidente de la
República, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual, con urgencia
calificada de “discusión inmediata”, fue tratado por la Comisión de Hacienda,
con la asistencia de los diputados señores Ernesto Silva –presidente-, Pepe
Auth, Joaquín Godoy, Enrique Jaramillo, Javier Macaya, Miodrag Marinovic,
Carlos Montes, José Miguel Ortiz, Carlos Recondo, Alberto Robles, Fernando
Meza, Alejandro Santana, Gastón von Mühlenbrock y Pablo Lorenzini. Además,
asistieron los diputados señores José Manuel Edwards, Osvaldo Andrade y
Tucapel Jiménez.
Concurrieron a la Comisión durante el estudio de la iniciativa, como ya dije,
el ministro de Hacienda, señor Felipe Larraín; el subsecretario de Hacienda,
señor Julio Dittborn; el subsecretario General de la Presidencia, señor Claudio
Alvarado; el subdirector de Racionalización y Función Pública de la Dirección de
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Presupuestos, señor Hermann von Gersdorff, y el asesor legislativo del
Ministerio de Hacienda señor Francisco Moreno.
En la discusión general, los diputados señores Auth, Lorenzini, Ortiz,
Jaramillo y Robles se manifestaron partidarios, habida consideración del
argumento del Ejecutivo formulado para la concesión del Bono Solidario de
Alimentos, recientemente aprobado por el Congreso Nacional, del crecimiento
experimentado en el último año por la economía nacional y el aumento por
sobre la inflación general del llamado IPC de los Pobres, de elevar el salario
mínimo hasta los 200 mil pesos mensuales, lo que equivaldría a un reajuste
más acorde con la variación experimentada por el referido índice inflacionario y
coincidente con la proposición formulada al respecto por los parlamentarios del
Partido Renovación Nacional que estaban presentes en la Comisión, a lo cual se
sumó el diputado Marinovic.
Se debatió en general el proyecto con bastantes argumentos que esta tarde
los parlamentarios expondrán sus posiciones; asimismo, escucharemos a
quienes están de acuerdo y en desacuerdo con el proyecto.
Puesto en votación general el proyecto, fue aprobada la idea de legislar por
7 votos a favor y 6 votos en contra. Votaron por la afirmativa los diputados
señores Godoy, don Joaquín; Macaya, don Javier; Marinovic, don Miodrag;
Recondo, don Carlos; Santana, don Alejandro; Silva, don Ernesto (Presidente),
y Von Mühlenbrock, don Gastón. Se inclinaron por la negativa los diputados
señores Auth, don Pepe; Jaramillo, don Enrique; Lorenzini, don Pablo;
Marinovic, don Miodrag; Meza, don Fernando; Montes, don Carlos, y Ortiz, don
José Miguel.
En relación con la discusión particular, cabe señalar que fue declarada
inadmisible, por versar sobre una materia de iniciativa exclusiva del Presidente
de la República, una indicación de los diputados señores Auth, Lorenzini,
Montes, Ortiz y Robles para reemplazar, en el artículo 1°, el guarismo
“191.000” por “200.000”.
El ministro de Hacienda hizo presente la necesidad de proteger el empleo,
sobre todo el de los más jóvenes y menos calificados e hizo alusión al impacto
que iban a tener las micro y pequeñas empresas. Sin embargo, luego de un
receso, el ministro ingresó una indicación –por eso es importante que los
ministros asistan a las Comisiones- para modificar el guarismo “191.000” por
“193.000”, que es lo que está sometido esta tarde a la consideración de esta
Sala; por supuesto, también cambia en proporción otros aspectos del proyecto
que tienen relación con este guarismo.
Puesta en votación la nueva indicación del Ejecutivo fue rechazada por 5
votos a favor, de los diputados señores Godoy, don Joaquín; Macaya, don
Javier; Recondo, don Carlos; Silva, don Ernesto y Von Mühlenbrock, don
Gastón. Sin embargo, votaron en contra de la indicación del Ejecutivo los
diputados señores Auth, don Pepe, Lorenzini, don Pablo; Jaramillo, don
Enrique; Meza, don Fernando; Montes, don Carlos; Ortiz, don José Miguel;
Marinovic, don Miodrag, y Santana, don Alejandro.
El artículo 2° del proyecto fue objeto de una indicación, la cual fue
rechazada.
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El Ejecutivo formuló una indicación al artículo 3° para sustituir el guarismo
“$ 7.525” por el guarismo “$ 7.603”, la cual fue aprobada por 8 votos a favor,
4 votos en contra y 1 abstención.
El artículo 4° fue aprobado sin enmiendas con 11 votos a favor y 2 en
contra, de los diputados señores Jaramillo y Lorenzini.
El proyecto no viene con buenos pronósticos de la Comisión de Hacienda, en
cuanto a su punto más importante que es el guarismo de corrección de “$
191.000” a “$ 193.000”,
Puesta en votación la idea de legislar fue aprobada por un margen muy
estrecho.
De acuerdo con el informe financiero que se encuentra adjunto al proyecto,
el costo total del proyecto de ley durante el segundo semestre del presente
año asciende a
$ 9.181 millones.
A partir del año 2013, los recursos serán provistos en las respectivas leyes
de presupuestos.
Es todo cuanto puedo informar a la Sala.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Sobre el informe, tiene
la palabra el diputado don Miodrag Marinovic.
El señor MARINOVIC.- Señor Presidente, solo para señalar que este
diputado votó en contra del artículo 2° del proyecto para que quede en Acta.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- En discusión el
proyecto.
Tiene la palabra el diputado René Manuel García.
El señor GARCÍA (don René Manuel).- Señor Presidente, para mí es un
honor que usted haya tenido la deferencia de haberme dado la palabra antes
que a los demás diputados.
Debo reconocer que hemos tenido días bastante difíciles en lo que respecta
a la discusión del proyecto de ley sobre el salario mínimo. Nos han tratado de
Oposición y de miles de cosas. Pero quiero aclarar la postura nuestra.
Es evidente que en este momento somos de Oposición, pero de oposición a
una injusticia y no al Gobierno. Tenemos un planteamiento claro y preciso
respecto del salario mínimo y lo vamos a dar.
A mí me dio mucha lata estar veinte años hablándole al viento, diciendo las
cosas, guapeando, y al final se hacía lo que querían. Nosotros, como
Renovación Nacional, hace meses que le estamos diciendo al Gobierno que
queremos un sueldo mínimo de $ 200.000 para los trabajadores. Lo hemos
dicho sin tapujos y en forma clara, mirando a la cara. Incluso, al ministro de
Hacienda se lo dijimos aquí en varias oportunidades. Pero tenemos otra razón
mucho más potente que nos da la razón para votar en contra de este salario
mínimo. El propio Gobierno del Presidente Piñera da un Bono Especial de
Alimentación y tengo entendido que ese tipo de bonos se dan cuando los
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sueldos no alcanzan porque el IPC ha subido más de lo que todos esperaban
en cuanto a los alimentos.
Entonces, cuando dicen que van a quebrar las pymes, debo señalar que nos
hemos reunido con representantes de las pymes y con muchas personas que
trabajan con gente y nos han dicho que están dispuestas a hacer un esfuerzo.
El país crece a un 6 por ciento. Se ha ofrecido 193.000 pesos. Estamos a 7
mil de diferencia. Estos 193.000 pesos significan un 2,9 por ciento de aumento
real; si se diera
200.000 mil, el aumento real sería de un 6,9 por ciento.
Entonces, cuando a uno le dicen que está contra el Gobierno, que hay miles
de razones para no subir el guarismo, que se va a calentar la economía, que le
va a pasar lo que le sucedió al expresidente Frei, que quedó con un gran
porcentaje de cesantía, es decir, miles de cosas, pero no creo que sea así. Para
unas cosas tenemos plata y estamos resguardados y para otras no tenemos,
sobre todo, cuando se trata de nuestros trabajadores, lo que me preocupa
realmente.
Cuando vemos que hoy los propios empresarios están pagando salarios
sobre 200 mil pesos, significa que el ingreso mínimo se puede aumentar a esa
suma.
Por último, los 200 mil pesos que proponemos son una simple referencia,
para que nadie gane menos. Como digo, en la actualidad, la gran mayoría de
los trabajadores está ganando sobre 200 mil pesos.
Entonces, cuando uno toma esta bandera de lucha y dice estas cosas, lo
califican poco menos que de revolucionario; dicen que uno quiere quebrar al
país, que desea que se vaya el Presidente; es decir, pasa a ser poco menos
que un segundo Teillier o un segundo Carmona; da lo mismo. La verdad es que
no es así, porque lo único que estamos haciendo es dar una lucha justa en
defensa de los trabajadores de nuestro país. ¿Por qué la defensa de los
trabajadores tiene que ser siempre patrimonio de los mismos? ¿Acaso los
trabajadores tienen un solo color político? Lo que estamos tratando de hacer es
que los trabajadores ganen lo que merecen, lo que es justo.
Hoy, no estoy dispuesto a votar a favor un ingreso mínimo de 193 mil pesos
para los trabajadores chilenos y, por lo mismo, le digo al ministro de Hacienda
que es mejor que empecemos a trabajar en un monto de 200 mil pesos y a
hacer un esfuerzo gigantesco en ese sentido. Reitero que si ser justo, creer en
lo uno plantea y decir lo que uno siente de corazón es ser Oposición, entonces,
soy Oposición, pero en beneficio de las personas que realmente necesitan que
se les pague un poco más. Hay personas que deben recibir el salario mínimo.
El ministro no tiene por qué enojarse con nosotros, porque hemos votado a
favor y por unanimidad todos sus proyectos. Sacaba la cuenta de que son más
de treinta los proyectos que la Cámara ha votado favorablemente. Por eso, en
este minuto, le pedimos al ministro de Hacienda que apoye solo uno de
nuestros proyectos, que tome un lápiz y presente una indicación en ese
sentido. Así, vamos a quedar tan amigos como antes y seguiremos ayudándolo
en todo lo que podamos; los trabajadores de Chile se lo van a agradecer. Por
su parte, el Presidente Piñera, a pesar de que dice que prefiere un ingreso
mínimo de 193 mil pesos, también se lo agradecerá, cuando sepa que los
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diputados de todas las bancadas, transversalmente, hemos aprobado un
ingreso mínimo por el monto señalado. Entonces, comprenderá que no era un
capricho de un grupo de diputados de Renovación Nacional.
Sin temor a equivocarme, puedo decir que si estuviéramos discutiendo un
ingreso mínimo de 200 mil pesos, la mayoría de los colegas lo votarían a favor.
Entonces, ¿para qué hacer gallitos, para qué seguir peleando, para qué mandar
al Senado un proyecto rechazado por la Cámara? Le digo al ministro que, con
una mano en el corazón y no tanto en la billetera, apruebe los 200 mil pesos;
de lo contrario, por lo menos yo no estoy dispuesto a votar favorablemente el
proyecto.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Osvaldo Andrade.
El señor ANDRADE.- Señor Presidente, quiero aprovechar la oportunidad
que me da esta discusión vinculada con el reajuste del ingreso mínimo para
plantear lo que entiendo que es el problema de fondo: la estructura salarial
que tenemos en Chile.
Durante la Administración anterior, coincidíamos con el entonces diputado
Julio Dittborn, hoy subsecretario de Hacienda, respecto de la excesiva
importancia que tenía la discusión del reajuste del ingreso mínimo, sobre la
base de que ello ocultaba el problema de fondo, es decir, nuestra incapacidad
de construir una estructura salarial adecuada para nuestro mercado laboral.
Por esta razón, quiero expresar mi opinión respecto de esta materia.
En Chile, tenemos un sistema salarial profundamente inequitativo,
extraordinariamente desequilibrado y brutalmente contrario a los intereses de
los trabajadores. Por eso, cada vez que tratamos esta materia debatimos sobre
guarismos más o guarismos menos y eludimos la discusión de fondo. No
existirá un salario mínimo justo, si no nos hacemos cargo de la clave del
proceso de distribución primaria del ingreso, la cual se resuelve entre el
trabajador y el empleador. Es ahí donde radica el problema de fondo.
Mientras no exista una auténtica relación de diálogo entre el trabajador y el
empleador no tendremos un salario justo y, año tras año, tendremos que
asumir esta discusión. ¿Cómo se determina un salario justo? Mediante la
negociación colectiva, que es la posibilidad que tienen el empleador y el
sindicato de fijar las condiciones salariales y de trabajo en la empresa. No
existe otro mecanismo, y así ha quedado probado en el mundo entero. ¡Por
Dios que en Chile nos cuesta asumir esto! Como digo, es la negociación
colectiva; será en la empresa o en el tarifado nacional, cuando se trate de
quienes no pueden negociar.
Tanto es así que, incluso, en una época, la negociación del salario mínimo
fue reconocida como una negociación supra empresa, como una negociación
tripartita, en la cual participaban los empresarios, el gobierno y los
trabajadores. Por desgracia, hoy, esa posibilidad ha desaparecido. Es,
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paradójicamente, la negociación supraempresa más importante que existió en
el país, en la cual participábamos todos.
Por eso, es tan importante el diálogo social y el diálogo político. A algunos
les cuesta entenderlo, pero esperamos que se recapacite porque debemos
avanzar en esto. Los trabajadores deben ser parte del proceso de las
utilidades. En Chile, se elude el pago de la gratificación legal, a través del
subterfugio del multirrut o de la subcontratación. No hay participación en las
utilidades; las mejoras de productividad quedan en poder de los empleadores.
De manera que es necesaria una auténtica negociación colectiva que
simplifique el procedimiento, que termine con los reemplazos y con los
descuelgues, que tenga un piso para negociar, que exista derecho a huelga
real y que amplíe las materias a negociar.
Para eso, tenemos que respaldar a los interlocutores en esta negociación, a
los empleadores y a los sindicatos; solo así habrá un diálogo fecundo. Si éste
existiera, tendríamos un salario justo y la negociación supra empresa en que
estamos embarcados hoy día no sería tan relevante.
¡Miren qué paradoja! La Derecha se ha negado sistemáticamente a legislar
sobre este tema e insiste en que se debe resolver al interior de las empresas.
Sin embargo, se hace parte activamente en esta otra negociación, que va más
allá de las empresas.
Dicho esto, respecto del tema específico, quiero señalar lo siguiente. Según
entiendo, tenemos una economía potente, con alto crecimiento y, según se nos
ha dicho, con una tasa de empleo casi plena. Pero, según los dichos del
Gobierno, sigue siendo muy frágil; pero, lo es, cuando se trata de los ingresos
de los trabajadores.
(Hablan varios señores diputados a la vez)
Según veo, el salario de los trabajadores no es muy importante para
algunos colegas.
Cuando hablamos de una negociación de esta naturaleza, hay que
incorporar criterios de equidad. Quiero decirle al ministro que es algo básico
considerar inflación y productividad; pero, cada vez que se ha negociado y
conversado sobre el salario mínimo, hay un ingrediente de equidad básico que
tiene que ver con la eliminación de la pobreza, que es propio del acuerdo
tripartito del cual Chile es parte en la OIT, relacionado con el salario mínimo.
Por eso, cada vez que se ha debatido esta materia se ha considerado el factor
de equidad, que está por sobre la inflación y la productividad. Así, el salario
mínimo debe considerar inflación, productividad media y un objetivo social.
Esperamos que este try off, que tiene que ver con el salario mínimo y con la
tasa de desocupación, tenga un componente de equidad, que no vemos en la
estructura de este proyecto de ley.
Los economistas más dogmáticos señalan que existe una relación
automática entre salario mínimo y tasa de desocupación; pero, otros no opinan
lo mismo. En realidad, ambas opiniones me merecen el mayor respeto. Son los
llamados pragmáticos, es decir, aquellos que entienden que el salario mínimo
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corrige imperfecciones del mercado del trabajo y que no hay evidencia
empírica de esta relación automática a la cual me he referido. Hagámosle caso
a ambas opiniones; consideremos ambos factores. Pero, no cabe duda –lo digo
con el mayor respeto-, que la propuesta que se nos hace está lejos de lo que
han señalado el propio Presidente y el Gobierno.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Ignacio Urrutia.
El señor URRUTIA.- Señor Presidente, respecto de este proyecto de ley, lo
primero que debemos hacer es separar dos cosas.
En primer lugar, tenemos que preguntarnos si queremos que se reajuste el
salario mínimo. Digo esto, porque seis diputados de la Concertación en la
Comisión de Hacienda votaron en contra de la idea de legislar.
Eso significa que no desean aumento alguno, ni 200, ni 250 ni 300. No
quieren nada, tampoco legislar sobre la materia. Por eso, votaron en contra de
la idea de legislar. Cuando lo lógico es que solo hubieran votado en contra del
guarismo, lo que hicieron, efectivamente. Pero, además, votaron en contra de
la idea de legislar.
Me gustaría que quedara claro en la Sala que los diputado señores Auth,
Jaramillo, Lorenzini, Meza, Montes y Ortiz no quieren reajuste de ninguna
naturaleza, porque no desean legislar, no les interesa hacerlo.
Eso fue lo que realizaron en la Comisión de Hacienda; eso es lo que hay que
dejar sumamente claro y que el público entienda que la Concertación no quiere
que cambie el actual guarismo. Desea que se mantenga en 182 mil pesos.
Por eso, votaron en contra de la idea de legislar. En caso contrario, habrían
votado a favor de la idea de legislar y se la habrían jugado por votar en contra
del guarismo, que era lo lógico que deberían haber hecho. Pero, no, votaron en
contra de la idea de legislar.
Me gustaría que quedara claro eso, porque si repiten esa acción en la Sala,
reafirmarán una vez más la manera como obraron en la Comisión de Hacienda,
que es decir a todos los chilenos que ganan el sueldo mínimo que no quieren
subirlo en nada. Así es que por ese lado, dejemos las cosas claras.
En segundo lugar, después de oír al diputado Andrade, con el gran respeto
que le tengo, me cuesta tragarme sus palabras. Porque fue ministro del
Trabajo, durante varios años, en los gobiernos de la Concertación, y viene a
sacarle en cara a este Gobierno que no sube el salario mínimo en una cantidad
determinada. ¿Por qué no lo hizo él, si tenía todo el poder del mundo para
ello? Si el sueldo mínimo es fijado por los ministros del Trabajo y de Hacienda.
Cada vez que la Concertación reajustaba el sueldo mínimo, lo hacía en su
más mínima expresión.
¿Qué hacían los diputados de la Concertación? Como eran diputados de
Gobierno, lo votaban a favor, y con justa razón, porque eran leales con su
gobierno.
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¿Qué hacíamos nosotros como Oposición? Como somos responsables,
apoyábamos los sueldos que determinaba la Concertación en su momento.
Hoy, las cosas están al revés, y debemos decidir como Gobierno. Tanto
Renovación Nacional como la UDI debemos determinar si somos leales o no lo
somos; si somos leales o chuecos con el Gobierno. Tan sencillo como eso.
Exactamente igual como lo hizo la Concertación durante los veinte años que
fue gobierno. Ese es el tema. Somos o no somos leales con el Gobierno, o
somos chuecos con el Gobierno. Esa es la decisión.
Si quisiera, tengo todo para ser chueco con el Gobierno, porque este ha sido
chueco conmigo. Así de simple; así de sencillo.
La última vez que estuve en La Moneda me trataron de diputado Prieto, para
no ir más lejos. O sea, ni siquiera me conocen. Con mayor razón todavía
tendría argumentos para votar en contra. Sin embargo, la lealtad debe ser a
toda prueba; no solo cuando a uno le conviene. Siempre hay que ser leal,
porque esa es la única manera de caminar correctamente por la vida.
Por lo tanto, nunca, ni ahora, ni más adelante, dejaremos de ser leales,
como corresponde.
Nos costó veinte años llegar a ser gobierno. ¿Para qué? ¿Para que en una
jugada por sacar una tontera política, le juguemos chueco a nuestro propio
Gobierno? No, discúlpenme. Pero eso no tendría nombre.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado Pepe
Auth.
El señor AUTH.- Señor Presidente, después de escuchar al diputado Urrutia,
que intentó interpretar a los diputados que quisimos dar una señal inequívoca
de la incomprensión y el rechazo de esta manifestación del Gobierno, que ayer
le ofreció 233 pesos diarios de incremento y que, luego de la conversación con
Renovación Nacional agrega otros 60 pesos diarios, y le ofrece exactamente la
friolera de 293,3 pesos diarios de incremento en el salario mínimo. Eso es lo
que el diputado Urrutia está llamando a votar a favor.
Quiero decir que esto lo hace en el contexto de un país que atraviesa los
mares para proclamar a los cuatro vientos, urbi et orbi, el éxito
macroeconómico de Chile.
Lo hace un mes después de haber venido al Congreso Nacional a explicar
que debíamos aprobar un bono solidario de alimentos, porque la inflación
experimentada por los sectores más vulnerables no era la misma que la de
toda la población, pues la inflación de los alimentos era más del doble que la
habitual, es decir, del 10,6 por ciento.
Lo hace en el marco de una discusión reciente sobre el ingreso ético
familiar, que fue una conversión estatal de la medida planteada por el obispo
Goic sobre el salario ético, que fue transformado en el ingreso ético familiar, es
decir, en cómo el Estado compensará la desigualdad generada por el mercado.
La mitad de la población considerada indigente hoy tiene empleo. El 73 por
ciento de los pobres tiene empleo. Es decir, que la manera más efectiva de
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sacar a la gente de la pobreza no es la compensación estatal, no son
principalmente los bonos, sino la retribución digna del mercado laboral, el
trabajo decente, el piso que constituye el salario mínimo.
Sé que muchos argumentaron antes que el salario mínimo debía ser
eliminado, algunos de los cuales son autoridades gubernamentales.
Felizmente, nadie está planteando eso, ya que estamos discutiendo cuál es el
piso.
¿Por qué es importante el piso? Lo es no solo para los trabajadores que
reciben el salario mínimo, sino para el conjunto de los asalariados, porque el
edificio salarial del país se constituye a partir del cimiento, que es el mínimo
establecido por ley, es decir, el salario mínimo.
Tengo claro que se debe avanzar hacia el empleo decente, hacia una
retribución del mercado laboral suficientemente digna para que salir de la
pobreza y tener empleo sean sinónimos, para que no siga habiendo indigentes
con empleo, para que no siga habiendo pobres con empleo.
Es evidente que no es solo el piso salarial, sino la tasa de sindicación -lo dijo
el diputado Andrade-, la posibilidad de negociación colectiva, la relación
equilibrada entre empresarios y trabajadores.
Sin embargo, entre la lealtad al Gobierno y la lealtad a la gente, vi a este
Parlamento, hoy en la Oposición, ayer en el oficialismo, forzar a su gobierno,
votando en contra del guarismo ofrecido por el ministro de Hacienda, para
llegar a niveles decentes y dar una señal inequívoca de que Chile quiere seguir
progresando en equidad.
Estimados colegas, si aprobamos este salario mínimo, las personas que lo
reciban serán más pobres el próximo año si los comparamos con el año
anterior, porque más del tercio de los gastos de una familia del quintil más
pobre se invierte, precisamente, en alimentos, que, como sabemos,
aumentaron bastante más del 6 por ciento que se propone de reajuste.
En consecuencia, es evidente que si queremos avanzar en reducir los niveles
de desigualdad en nuestro país, primero, debemos incrementar el piso salarial,
a partir del cual se constituye el conjunto del edificio salarial de nuestro país.
Por estas razones, la bancada del Partido por la Democracia votará en
contra, con la pequeña esperanza, pero no completamente desaparecida, de
que el ministro de Hacienda y el Presidente de la República acojan el llamado
de establecer un itinerario o una senda que nos lleve a igualar tanto el salario
ético como el salario mínimo.
Entiendo que los economistas, en particular los encargados de conducir las
finanzas, digan que eso no se puede hacer de la noche a la mañana. Pero lo
que sí se puede hacer es establecer un horizonte nítido para que el país
convierta en una causa nacional que empleo y pobreza son sinónimos, para
que nunca más en nuestro país haya indigentes y pobres con trabajo. Tener
trabajo significa dejar de ser pobre, dejar de ser indigente, y con 293,3 pesos
diarios -pónganse una mano donde corresponde-, francamente, no avanzamos
ningún milímetro en esa dirección.
He dicho.
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El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Pablo Lorenzini.
El señor LORENZINI.- Señor Presidente, quiero comenzar refiriéndome al
diputado Prieto, quien habló de la deslealtad de algunos parlamentarios de
Gobierno. Pero quiero recordarle al diputado Prieto, al menos, así lo llamaban
en La Moneda dijo el diputado Urrutia, que él era uno de los que apoyaba el
término del impuesto específico a los combustibles. Pero la lealtad no es con el
Gobierno, sino con la ciudadanía. Y muchos lo sabemos, porque nos ha costado
más de algún tirón de oreja.
Me parece que en Renovación Nacional -lo veremos en el resultado de la
votación, ya lo vimos en la Comisión de Hacienda-, algunos están más cerca de
la lealtad al Gobierno y otros de la lealtad a la gente.
Pero es bueno que el ministro de Hacienda nos acompañe, porque él lo
sabe. Tres millonarios chilenos están entre los top cien del mundo. Buen dato,
pero no tiene nada que ver.
-Risas en la Sala.
Con Renovación Nacional proponemos elevar el salario mínimo a 200 mil
pesos y se produce toda una crisis y hecatombe.
¿Sabía usted, señor Presidente, que cinco familias de nuestro país tienen un
patrimonio equivalente al 20 por ciento del PIB? ¿Sabía que los que más ganan
en este país se piensan rebajar los impuestos para ahorrarse 200 mil pesos
mensuales, un salario mínimo?
Un gerente general en nuestro país, hasta las tres de la tarde, es decir, solo
en ese rato, gana lo mismo que recibe una persona que cobra un salario
mínimo mensual.
Pero, ¿qué dice la OCDE? Al ministro, que estuvo hace muy poco
participando en esa reunión, lo aplaudieron de pie, porque Chile es un ejemplo
para las principales economías del mundo. Lo mismo dijo el Presidente Piñera
en este propio Congreso y en un rato más nos contará el ministro, cuando esté
más tranquilo, lo que se dijo en el G20.
Aplausos por todos lados. ¡Pero se nos viene la crisis, estamos asustados!
Quizá, habría que comenzar a disminuir los almuerzos de los
parlamentarios, al igual que en La Moneda, en el Gobierno. Dieta para todos.
¡La crisis se nos viene terrible!
También resulta extraño que la ministra del Trabajo y Previsión Social,
señora Matthei, una mujer inteligente, además exparlamentaria, no estuviera
presente ayer en la Comisión de Hacienda, ¿acaso habrá alguna discrepancia
entre la UDI y Renovación Nacional? Pero no es mi tema.
¿Sabía, señor Presidente, que la diferencia entre el que más y menos gana
es de 32 veces, en Chile, 90; un diputado, solo 30. No somos los peores.
Por eso, defendemos a esa gente que no tiene capacidad de negociación,
como dijo el diputado Andrade. Sentémonos a conversar de verdad en un tema
ciudadano. No hemos escuchado todos los planteamientos, a pesar de que
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tenemos diputados que representan a todas las regiones. No es igual el IPC en
Arica que en Punta Arenas. Aquí está presente la diputada Goic que lo puede
decir. No es igual el de la Región del Maule, temporeros, agrícolas, al de otras
regiones. ¿Por qué no podemos tener un IPC regional? El ministro habló del
IPC de los pobres, como dijo el diputado Auth. ¿Por qué no tenemos un IPC
diferenciado? ¿Acaso es mucho trabajo? ¡Que se pongan a trabajar en el IPC
regional estos asesores que, a través de la rebaja de impuestos, van a cobrar
200 mil pesos mensuales más!
Qué bueno que se encuentra presente el ministro, porque ayer eran 191 mil
pesos, de los 200 que estamos pidiendo. Llegó el ministro y subió a 193 mil.
Diputado Auth, el Presidente Piñera regresa mañana, así es que podemos
llegar a 196 mil pesos. Se va de vuelta al Senado y, a lo mejor, se convence el
diputado René Manuel García, porque nos van a retar a todos, a usted allá y a
nosotros acá.
Concuerdo con el ministro en que no es una cantidad viable lo que se está
pidiendo. Lo comparto, por eso tome el papel, porque tiene la autoridad para
hacerlo, es el verdadero Vicepresidente de la República, y firme los 200 mil
pesos mensuales y se acaba el problema. La gente quedará contenta, porque
se subió el sueldo mínimo. Pero está equivocado el diputado Auth, porque no
son 293 pesos, sino 300.
El señor AUTH.- Líquidos, señor diputado.
El señor LORENZINI.- ¿Líquido? ¡Por favor, no se ponga tan sutil! Eso es lo
que recibe la gente, pero el papel dice 300 pesos. No venga a sacar las
imposiciones y todo lo demás.
Diputado Godoy, pongámonos de acuerdo, trabajemos en forma seria. No es
un tema de Gobierno-Oposición, sino ciudadano. ¡No hay crisis!
Tengo en mi poder una de las hojas del ministro, donde dice: “Chile
recupera el dinamismo”. Estamos creciendo más que nadie en el mundo.
¿Dónde está la inflación? ¿Dónde está el desempleo? ¿O acaso me van a decir
que la banca, las isapres, las empresas del sur o las AFP están ganando
menos? 2010, 2011, son los resultados hasta mayo. ¡Extraordinario!
Pregúntenle a los empresarios, a Luksic, Paulmann o Saieh, si van a echar a
alguien, porque tendrán que poner tres, cuatro o cinco mil pesos más. Son
familias que les ayudaron a obtener lo que tienen.
Concuerdo también con el ministro cuando habla de la micro y pequeña
empresa.
Así como la primera vez dimos un bono de 40 mil pesos, así como hay 30
mil millones de dólares depositados con una tasa de interés mínima, así como
esta Cámara aprobó 3 mil millones para las Fuerzas Armadas, por cuatro años,
por qué no damos un pequeño subsidio a la pequeña y mediana empresa. Es
cosa de sentarse a la mesa y conversar, no es un gallito. Sé que la UDI y
Renovación Nacional lo tienen, pero no nosotros, aunque una vez también lo
tuvimos, pero ya no. Repito, acá estamos viendo un tema de la gente.
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En esas circunstancias, agradezco que se encuentre presente el ministro,
porque los 300 pesos de ayer eran para un buen cuchuflí y si hoy los
aumentamos a 366 pesos, lo que me alcanzó para comprar Chocman.
Termino mi intervención, señalando que este reajuste, quizás, alcance para
dos Chocman al día.
Muchas gracias.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Lautaro Carmona.
El señor CARMONA.- Señor Presidente, existe un dato y no he escuchado
que lo desmienta ningún sector político ni autoridad de gobierno.
Chile tiene la peor brecha de distribución de la riqueza a nivel
Latinoamericano, y está entre los peores a nivel mundial. Además, tiene la más
profunda brecha de la desigualdad.
La pregunta que se hacen los trabajadores es, cuál es la razón de esa
brecha de desigualdad y cómo se corrige o se empieza a corregir.
Chile muestra un ingreso per cápita que bordea los quince mil dólares, uno
de los más altos de América Latina. Sin embargo, en la distribución de ese per
cápita, el 10 por ciento más rico recibe el 40 por ciento de los ingresos. El 10
por ciento más pobre recibe el 0,9 por ciento. Es decir, menos del 1 por ciento.
Esa es la realidad, y afecta, en particular, a los trabajadores.
No haber escuchado a la CUT, ni haber recogido ni siquiera a título de
ilustración folclórica lo que dicen los trabajadores organizados, no solo
demuestra cierta arrogancia, sino evidencia donde están puestos los intereses
del gobierno de este país. Inequívocamente, del lado de los grandes
empresarios y afectando a los trabajadores.
Una forma de distribuir la riqueza del país sería que el aporte que hacen los
trabajadores al funcionamiento de la economía, ya sea en productos o
servicios, tenga una retribución un poco más acorde con sus labores.
Sin embargo, se sustenta un salario de abierta explotación que se anota con
datos y políticas del propio gobierno.
Me pregunto, ¿por qué fue necesario tanto debate, tanta argumentación,
tanta referencia valórica para justificar una cantidad de bonos y subsidios que
ayudaran a las familias en condiciones más precarias y vulnerables?
¿Cuánto es la sumatoria de esos bonos?
Es un número mayor a 250 mil pesos.
¿Por qué fue necesario hacer un debate y aprobar un bono de subsidio, de
40 mil pesos, para esas mismas familias a propósito del alza de precios de los
alimentos?
Porque se toma nota de que es un dato inequívoco e indiscutible que el alza
de la canasta alimentaria supera por casi el doble al IPC promedio.
Hablamos de ese sector, de proteger a esos trabajadores, y alguna vez, más
allá de cualquier frivolidad, sarcasmo o asuntos nominales, es necesario
empezar a corregir para hacer un país más justo, más equitativo y más
democrático en la distribución de la riqueza.
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Me parece que es absolutamente coherente el planteamiento de la CUT al
exigir un salario mínimo de 250 mil pesos.
¡Les parece mucho, va a quebrar el país, se va a desajustar!
¿Quién conoce a una familia que viva dignamente con un ingreso menor a
250 mil pesos?
Más aún si consideramos que es un ingreso bruto, porque el neto supone los
descuentos previsionales, es decir, llega a 200 mil pesos.
Consumen el ciento por ciento de sus ingresos en el impuesto al valor
agregado y significa otro 20 por ciento menos.
Por lo tanto, hablamos de números exageradamente irrisorios y si no fuera
porque existe un drama mediante, las familias que deben vivir con esa
cantidad, francamente sería digno de otro espectáculo que no fuera un debate
político serio.
Creo que imaginarse un reajuste sobre la base del 5 por ciento, sabiendo
que lo que consumen no tiene un alza del mismo porcentaje, se sabe de
antemano, así lo han establecido otras políticas del Gobierno, es superior al 10
por ciento, es decirles que esto es nominal, referencial, como si consumieran
todos los productos que mide el IPC, pero en la práctica real todos sabemos
que van a ganar menos porque no van a alcanzar a proteger el poder
adquisitivo que tenían antes de este debate.
Es necesario un reajuste del salario mínimo que esté sobre la base del IPC –
estoy de acuerdo en que haya un IPC regional, Atacama efectivamente lo
necesita- y connote los productos que de suyo, de antemano, van a consumir.
Además, que considere el alza que han tenido esos productos para
mantenerles el poder adquisitivo, que sigan comprando los mismos kilos de
pan, de legumbres, de papas y puedan utilizar la locomoción para ir a trabajar.
De lo contrario, les están cortando una parte de sus ingresos.
A los que tienen ingresos altos no se les corta, se les protege.
No se puede manipular con la advertencia falsa de que cualquier alza de
salario significa pérdida de puestos de trabajo en una economía que dice que
tiene propensión al pleno empleo, no ocurre. En una economía en que los
ingresos van a demandar productos del mercado interno, lejos de afectarse el
empleo, se estimula.
Entonces, no me puedo imaginar una política seria y que no sea la de
desnudarse, como la política del gobierno, que protege los intereses de los
grandes empresarios y afecta los de los trabajadores.
Por esas razones, como bancada vamos a rechazar la propuesta de reajuste,
porque significa, en la práctica, una burla. No tiene consideración. Puede
sostenerse en datos macroeconómicos, pero hablamos de microeconomía, la
economía doméstica de una casa que debe soportar datos macroeconómicos
que no son su responsabilidad, ellos trabajan y no pueden, por dignidad o por
la idea que tengan hacia adelante, incluso, de construir familia, aceptar ser
explotados a este nivel en un país que muestra esas tasas de crecimiento y
concentración de la riqueza.
Esa es la negación de cualquier ética de respeto a los seres humanos y a los
trabajadores.
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El Gobierno debiera considerar escuchar a los afectados.
Este salario mínimo no está hecho para quienes tienen tareas, incluyendo
las nuestras, de ingresos que se pueden autoproteger. Este ingreso va a
perjudicar a una cantidad muy grande de trabajadores. El mundo laboral no es
indigente, pero recibe salarios por debajo de la línea de flotación de la pobreza.
Le pregunto al ministro de Hacienda, ¿hay algún trabajador en Chile que
aporte a la economía menos de 250 mil pesos? ¿Hay algún trabajador que se
dedique ocho horas, en sus faenas, cualquiera, ya sea en servicios o
producción, que aporte a la actividad económica menos de 250 mil pesos?
¿Por qué entonces no se legisla efectuando una corrección para que, lo que
tanto se promueve, sea el trabajo y se ubique a las personas y sus familias en
una condición de calidad de vida superior, más civilizada y acorde con este
siglo y con las normas de la OCDE, en la cual nos lucimos somos miembros,
pero presentando los peores indicadores en el plano de la equidad y de la
distribución de la riqueza? Ello, a fin de otorgar respeto a los trabajadores.
Vamos a votar en contra de la propuesta, porque atenta contra los
trabajadores.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tengo 23 señores diputados
inscritos para hacer uso de la palabra. ¿Habría unanimidad para restringir el
tiempo de los discursos a cinco minutos?
Acordado.
Tiene la palabra el diputado señor Orlando Vargas.
El señor VARGAS.- Señor Presidente, seré crítico del proyecto, porque
considero que aumentar el ingreso mínimo mensual en 9 mil pesos es irrisorio
e injusto. Además, constituye una grave ofensa a los trabajadores chilenos.
Somos un país que se desarrolla cada día más. El Gobierno señala que
nuestro país crece a paso firme. Según informó el Banco Central, Chile posee
un crecimiento, solo en el primer trimestre, de 5,6 por ciento.
También hemos visto al Presidente de la República reunirse en la Cumbre G20, en México, y hablar del gran desarrollo económico del país.
Pero en la Cámara de Diputados se nos presenta un proyecto para aumentar
solo en 9 mil pesos el sueldo mínimo.
Es vergonzoso que se nos haya presentado un sueldo mínimo de estas
características.
Declaraciones formuladas por algunos ministros de Estado a la prensa
señalan que no aprobar un proyecto de esta naturaleza constituye ser
populista y demagógico. Pero les digo a los ministros y a los diputados que esa
es la realidad pura. Y los invitaría a vivir con 250 mil pesos mensuales, si les
alcanzan.
Fíjese que el alcalde Manuel José Ossandón, de Puente Alto, dijo que subir el
sueldo en 300 pesos diarios es no entender lo que pasa en la calle, y agregó:
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“No alcanza ni siquiera para tomar la micro.”. Agregó también que es reírse de
la gente.
El subsecretario de Hacienda, don Julio Dittborn, señaló a El Mercurio que un
salario mínimo de 250 mil pesos estaba fuera de lugar. Nosotros creemos que
no. Pensamos en aquellos que diariamente trabajan para hacer crecer el país.
Por lo tanto, necesitan respeto y sueldos dignos.
La autoridad no señala otro punto importante. Por ejemplo, que somos una
de las 15 naciones con peor distribución del ingreso; donde el ingreso per
cápita autónomo del 5 por ciento de los hogares más ricos es 830 veces mayor
que el del 5 por ciento de los hogares más pobres; donde el 76 por ciento de la
población gana menos de 350 mil pesos; donde 9 mil pesos constituyen un
aumento salarial. ¿Parece justo, digno?
No, señor Presidente; no es justo ni digno. La fuerza productiva de Chile son
sus trabajadores. Ellos merecen nuestro respeto.
Este diputado considera que la forma de expresar respeto y retribuir el
trabajo de quienes, en forma anónima, construyen los cimientos del país, es
legislar para beneficiar justa y dignamente.
En mi opinión, el debate debe postular un ingreso mínimo de 250 mil pesos,
no menos.
Por lo tanto, anuncio mi rechazo al proyecto.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
José Manuel Edwards.
El señor EDWARDS.- Señor Presidente, en primer lugar, voy a hacer una
breve alocución sobre lo que han dicho algunos diputados que me han
antecedido.
En verdad, no puedo aceptar que se ponga en cuestión la lealtad de
Renovación Nacional. Me parece que es bastante injusto porque hemos
apoyado el 99,9 por ciento de los proyectos del Gobierno. Además, hemos
trabajado en conjunto. Por lo tanto, me parece de mal gusto e injusto que la
UDI nos critique en esta materia.
Solamente para refutar la afirmación. Hay dos propuestas: la de la
Concertación, o de amplios grupos de ella, que quieren llevar el sueldo mínimo
a 250 mil pesos. Y fíjese que acabamos de escuchar al diputado Osvaldo
Andrade que fue ministro del Trabajo. ¿Cuánto subió el sueldo mínimo cuando
fue ministro? Hoy quiere subirlo en un 34 por ciento. Cuando fue ministro, en
el 2006, lo subió en un 2,1 por ciento. Hoy, pide un 34 por ciento. El 2007, lo
subió en un 3,8, y el 2008, con la Presidenta Bachelet, en un 1,5 por ciento.
Por lo tanto, a esta discusión hay que ponerle un poco de realismo. Y hablar
qué sucedió en el pasado. Muchas personas de la Concertación muestran
chapitas que dicen: “250 mil pesos de salario mínimo”.
En la suma -es aritmética-, durante los cuatro años de la Presidenta
Bachelet, el aumento total del salario mínimo fue de 8,1 por ciento real, y hoy
día piden en un año 34 por ciento.
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Permítame, señor Presidente, no puedo dejar de decir que hay una
inconsistencia e incoherencia en los planteamientos de la Concertación, y que
me parecen ridículos.
En toda la época de Lagos, en todos los gobiernos socialistas, en todos los
años de administración Bachelet, sumados suman un 27 por ciento. Y hoy
piden, en un año, un 34 por ciento.
Por lo tanto, primero, tenemos que poner las cosas en su lugar, y decir qué
ha pasado, y cómo actuaron quienes hoy piden un sueldo mínimo de 250 mil
pesos.
Incluso, me voy a atrever a decir algo que no les va a gustar. Pero, hasta
cuestiono la intención de decir que el sueldo mínimo llegue a 250 mil pesos.
Porque es evidente que una subida así de brusca va a crear desempleo y,
quizás, eso es lo que quieren: que haya más desempleo para las elecciones
municipales, y más desempleo para las elecciones presidenciales, porque
quizás así vuelven al poder. Me parece de mal gusto la posición de la
Concertación.
Sin embargo, quiero hacerme cargo de la postura que hemos entregado en
Renovación Nacional. Creo que no es justo comparar la propuesta de 200 mil
pesos de Renovación Nacional, por ejemplo, con lo que pasó en el festín del
señor Frei cuando aumentó el sueldo mínimo en 1998 en un 7,4 por ciento,
que es más que lo que propone Renovación Nacional. En 1999, en plena crisis
asiática, a un 8,5, y el 2000, nuevamente, a más de que lo que nosotros
proponemos, en un 6,9 por ciento.
Señor Presidente, por su intermedio, al señor ministro, con mucha
responsabilidad, quiero decir que no es justo que se homologue la propuesta
de Renovación Nacional con el festín del Presidente Frei que fue a niveles tan
bruscos que provocaron desempleo.
Esta propuesta de 200 mil pesos, por su intermedio, al ministro de
Hacienda, no puede ser comparada con lo que ocurrió en esa época y no va a
generar, a nuestro juicio, el desempleo de ese tiempo.
Se habla, también, de la inestabilidad de la zona de Europa. Eso es verdad.
Existe inestabilidad. Tenemos que estar preocupados macroeconómicamente
de lo que está pasando. Sin embargo, también hay algunos signos que
morigeran esta preocupación, como el rescate prometido a España, y también
las elecciones en Grecia, que han determinado que los griegos quieren
permanecer con el euro. Eso da cierta estabilidad a la economía del mundo.
Finalmente, por su intermedio, quiero decir al ministro de Hacienda que
Renovación Nacional apoyará la postura para el establecimiento de un ingreso
mínimo mensual de 200 mil pesos, entre otras cosas porque Chile está
presentando un fuerte crecimiento, debido a que se están creando fuentes de
empleos y porque creo que están las condiciones dadas para hacerlo. Cuando
uno compara la posición relativa de Chile respecto del sueldo mínimo, se puede
observar que es una posición sana, que no es exageradamente alta ni baja, de
manera que creemos que hay un espacio para hacer un esfuerzo adicional.
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En consecuencia, con mucho cariño y respeto, así como con una actitud muy
leal con el Gobierno y la ciudadanía, pedimos que se suba el ingreso mínimo
mensual de 193 mil pesos a 200 mil pesos.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
José Miguel Ortiz.
El señor ORTIZ.- Señor Presidente, el pasado 21 de Mayo el Presidente
Piñera expresó, en forma textual, lo siguiente: “Hemos recuperado y duplicado
nuestra capacidad de crecimiento, superando en promedio el seis por ciento
anual.
Hemos creado 700 mil nuevos empleos, casi cuadriplicando la creación
promedio anterior.”. El Primer mandatario agregó: “Hoy son las empresas las
que buscan a los trabajadores y no los trabajadores a las empresas.”.
Por su parte, hace dos semanas, el ministro de Hacienda y la ministra del
Trabajo expresaron, en forma pública, su temor respecto de lo que puede
significar la crisis europea en nuestro país.
Chile, como economía abierta, ha tenido que soportar muchas crisis, pero la
crisis más grande de los últimos cincuenta años se produjo en septiembre de
2008, la que se vio reflejada en 2009. ¿Qué hizo la Presidenta Michelle
Bachelet en ese momento? Aplicó medidas contracíclicas, las cuales si bien
significaron la inyección de 9 mil millones dólares, la cesantía no llegó al nivel
que algunos temían, es decir, similar a la de España; no alcanzó al 24 o 25 por
ciento.
Entre esas medidas contracíclicas, quiero recordar dos.
En primer lugar, el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet destinó 1.100
millones de dólares, lo que equivale a aproximadamente el 0,8 por ciento del
PIB, a la capitalización de Codelco. Los resultados de esa medida están a la
vista: estamos gozando con buenos precios e inversión.
Por otra parte, se entregó un bono, como el que acabamos de aprobar hace
algunos días por un monto de 40 mil pesos para las familias más vulnerables,
pero la diferencia estaba en la asignación familiar, pues en el proyecto
sometido recientemente a nuestra consideración se aprobaron 7.500 pesos por
cada hijo menor de 18 años. Es decir, en el gobierno de la Presidenta Bachelet
existió la capacidad efectiva de hacer algo que no quiere llevar a cabo este
Gobierno: el diálogo social, el cual se efectúa sentándose a la mesa a
conversar. No es que estemos en contra del salario mínimo, todo lo contrario,
hay aproximadamente 600 mil trabajadores que lo reciben.
Lo que es más grave, en la exposición que hizo el subsecretario de
Hacienda, señor Julio Dittborn, debido a que el titular de esa cartera se hallaba
en el extranjero, reconoció que casi el 19 por ciento de las grandes empresas
pagan el salario mínimo, lo cual es inconcebible en el país. Señaló que hay
algunas empresas en las que aproximadamente el 50 por ciento de sus
trabajadores perciben el ingreso mínimo mensual. Se reconoció que todas las
empresas de servicio externalizadas, que tienen miles de trabajadoras y
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trabajadores pagan salario mínimo. Por lo tanto, ¿por qué no se hace un
esfuerzo?
Aquí algunos han planteado un reajuste para que el monto del ingreso
mínimo mensual llegue a 250 mil pesos. Nosotros, en la Comisión de Hacienda,
señalamos que si el ingreso mínimo se aumentaba a 200 mil pesos estábamos
disponibles para aprobar ese incremento, pues vale hacer ese esfuerzo en bien
de 800 mil personas que tienen que ver un aumento real en sus ingresos.
Quiero hacerme cargo de otra cosa que aquí se dijo.
El 1990, cuando asumió el primer gobierno de la Concertación, el ingreso
mínimo mensual era de 18 mil pesos. Sin embargo, si uno hace una proyección
en pesos, dos años atrás tendría que haber llegado a 80 mil pesos, y no fue
eso lo que ocurrió. Lo señalo en referencia a lo que señaló el colega que me
antecedió en el uso de la palabra. Es decir, en los gobiernos anteriores hubo
aumentos sustantivos.
Por lo tanto, creo que este es el momento de demostrar, de manera
efectiva, que queremos hacer un gran esfuerzo. Nosotros esperábamos que
salario mínimo llegara a los 200 mil pesos, sobre todo después de escuchar a
un presidente de un partido de Gobierno, quien señaló que el Ejecutivo
enviaría una indicación en ese sentido. Sin embargo, la indicación llegó con
solamente 2 mil pesos de aumento, de modo que, seguramente, los otros 2
mil, 3 mil, 7 mil u 8 mil pesos se conseguirán producto de una negociación en
el Senado. No obstante, no debemos olvidar que la ley debe comenzar a regir
a contar del 1 de julio, pero no vemos señales reales que indiquen que el
Gobierno quiera negociar, escuchar y llegar a acuerdo.
Por lo demás -con esto termino-, nosotros les dejamos tres grandes fondos
soberanos, como el Fondo de Responsabilidad Social, los cuales permiten
posibilidades efectivas de financiamiento.
En consecuencia, en nombre de la Democracia Cristiana, anuncio que
rechazaremos la idea de legislar, pero aprobaremos el artículo 4° del proyecto,
en el que se establece que el financiamiento del reajuste se hará con cargo al
Tesoro Público.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
René Alinco.
El señor ALINCO.- Señor Presidente, voy a hablar como un trabajador
chileno que por muchos años vivió con el sueldo mínimo. Por lo tanto, sé de lo
que se está hablando.
Tal vez no manejo muchas cifras, estudios y estadísticas, pero la vida me ha
enseñado que cuando uno no tiene un ingreso que le alcanza para sus
necesidades mínimas, las oportunidades para uno y para su familia obviamente
se restringen en esta sociedad.
Quiero hacer un paréntesis en mi intervención, porque estoy leyendo un
diario que señala que el actual sueldo mínimo es de 182.000 pesos y que el
gobierno propone subirlo a 191.000 pesos, lejos de la cifra de la solicitada por
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la CUT: 250.000 pesos. En esa publicación se hace una pregunta y una
encuesta: “¿De cuánto cree usted que debiera ser el salario básico?”, y en ella
hay un comentario que señala: “Seguimos en un país de Montescos y
Capuletos” -obviamente, señalando la historia italiana-. “Está bueno que la
corten”. Sobre el punto en discusión, el comentarista agrega: “Un estudio serio
y completo de hace cinco años, hecho por algunos académicos imparciales y
decentes, certificó que el sueldo mínimo, si se dieran las condiciones de
equidad, distribución justa del ingreso y etcétera, etcétera, sería de 432.000
pesos. Nunca fue publicado. Somos un país en muy buenas condiciones
económicas, pero con un régimen superliberal, que lo ha convertido en un país
feudal, donde los señores feudales, a quienes todos conocemos, trabajaban
como gánsteres y usureros, impidiendo progresar socialmente, exclusivamente
por sus “virtudes” tan conocidas y por la falta de un líder sabio y valiente que
termine con esta porquería.”.
Eso lo dice un chileno llamado Álvaro, el cual me interpreta plenamente.
Pero yendo al punto. En mis tiempos de dirigente sindical, en 1986, en la
Región de Aysén una entidad realizó el estudio del valor de una canasta
familiar tipo para cuatro personas. Y para ese año el valor de una canasta
familiar en la Región de Aysén equivalía a 360 mil pesos. Estamos hablando
del año 1986. Por lo tanto, creo que es obvio que debemos rechazar este
miserable reajuste que nos propone el Gobierno.
Pero yo quiero ir más al fondo.
Si bien es cierto que los gobiernos son los responsables, el problema de
fondo es el sistema que, como alguien dijo, es cruel e inhumano. Es un
sistema que privilegia el capital por sobre el ser humano, que maneja la oferta
y la demanda. Este sistema permite tener un ejército de cesantes para regular
los salarios, como ocurre hoy día. Aunque el Gobierno diga que estamos con
“pleno empleo”, salimos a la calle y vemos, perfectamente, que eso no es
verdad.
Señor Presidente, por su intermedio, le quiero decir al ministro que creemos
que el país está en condiciones de entregar un ingreso mínimo a los
trabajadores chilenos que, realmente, les sirva. La diferencia del poder
adquisitivo en Chile, de la repartija de la torta, obviamente, es superior a
muchos países del mundo.
Creo que el Gobierno debe hacer un esfuerzo para escuchar y entregar lo
que están demandando los trabajadores y que propone la CUT.
Por otra parte, si bien es cierto vivimos en un país unitario, no podemos
desconocer que las condiciones son diferentes en el norte, el centro y las zonas
australes. Por eso, reclamo desde acá: ¡qué pasa con el sueldo mínimo
regionalizado de la Región de Aysén! Las condiciones en nuestra región son
muy diferentes y el costo de vida es mucho más elevado.
Por lo tanto, anuncio mi voto en contra de este proyecto, porque creo que
los trabajadores chilenos merecen mucho más.
He dicho.
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El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra la diputada señora
Marisol Turres.
La señora TURRES (doña Marisol).- Señor Presidente, siempre que
discutimos en este Congreso temas, como el aumento del ingreso mínimo o el
reajuste para los empleados públicos a fines de año, se politizan, y es
razonable, porque esta es una cámara política.
Si hoy nos preguntamos si 191 mil, 193 mil o 200 mil pesos son suficientes
para mantener una familia, ¡obviamente, la respuesta es no! Nadie ha dicho ni
puede pretender que con 200 mil pesos puede vivir una familia. Además,
debemos considerar que alrededor de un 57 por ciento de las mujeres del país
no trabaja fuera de la casa. Por lo tanto, hay muchos hogares donde hay un
único ingreso. Sin duda, eso es verdad, pero quiero recordar que todos los
años hemos tenido este debate. Cuando fuimos Oposición, efectivamente,
siempre esperábamos que fuera un poquito más, pero siempre dimos los votos
para el aumento del ingreso mínimo, porque sabemos que es imposible llegar a
cumplir el sueño que todos tenemos, que es tener un ingreso mínimo que,
realmente, sirva para mantener una familia y poder satisfacer sus necesidades
básicas.
Pero, no podemos mirar el aumento del ingreso mínimo como la única cosa
que está haciendo el Gobierno. ¡El Gobierno está haciendo serios esfuerzos por
erradicar la pobreza de nuestro país! ¿En qué se traducen esos esfuerzos? Una
familia que reciba los 193 mil pesos de ingreso mínimo, puede acceder al
ingreso ético familiar, y eso significa un aumento en sus ingresos. ¿Es
suficiente? ¡Probablemente, no! Pero, es un beneficio que está recibiendo y que
hace uno o dos años no recibía.
Hoy, una familia que tiene ese bajo nivel de ingresos, si tiene un hijo que es
talentoso y le va bien en su PSU, tiene una menor tasa de interés al solicitar
un crédito para estudiar en la educación superior. Antes, cuando introdujeron
la banca, la tasa de interés era un 6 por ciento y hoy es un 2 por ciento.
Es más, si ese alumno quiere ser profesor, puede tener estudios superiores
sin pagar, porque tenemos la beca Vocación de Profesor.
Hoy, quienes son madres tienen la bendición de poder estar seis meses con
su hijo recién nacido, cosa que antes no podían hacer. La mujer que debía salir
a trabajar, como, personalmente, a mí y a muchas de nosotras nos pasó, tenía
que llevar a su guagua a la sala cuna con poco más de dos meses. Hoy, tiene
seis meses para disfrutar a su hijo.
Los adultos mayores, por años, reclamaron por ese descuento injusto del 7
por ciento. Muchos de ellos hoy no tienen ese descuento en salud y pueden
disfrutar de los mismos beneficios. A muchos otros no se les eliminó el
descuento, pero se les redujo.
¿Hay problemas? ¡Sí! Uno de los grandes problemas que presenta nuestro
país, hasta hoy, es la Ficha de Protección Social, porque, lamentablemente,
somos mentirosos. Por esa razón, la Ficha de Protección Social ha alterado la
muestra real de pobreza de nuestro país, pero se está trabajando en eso. El
ministro Lavín lanzó una especie de programa piloto y en muchos municipios
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se está actualizando la Ficha de Protección Social. Por consiguiente, vamos a
poder verificar si es verdad lo que la gente dice. Porque hay muchas familias
que viven en condiciones de pobreza y no tienen beneficios. En cambio otras
que están en mejor situación sí los tienen.
Por lo tanto, todas las políticas sociales van a ser mejor focalizadas en la
medida en que tengamos un mapa real de la pobreza en nuestro país.
A todos nos gustaría que el ingreso mínimo fuera mucho mayor, pero, en
verdad, lo que más queremos es que todos puedan tener empleo y colaborar
con este Gobierno que ha subido la tasa de empleo. Hemos tenido un
crecimiento cuando grandes potencias están en una muy mala situación
económica, y sabemos que eso en algún momento nos puede afectar.
Muchos parlamentarios de la Concertación, que hoy se oponen, nada dicen
respecto de cómo aumentó la brecha entre ricos y pobres en nuestro país
durante los gobiernos de la Concertación, durante el Gobierno del Presidente
Lagos. Durante esos gobiernos nunca hubo aumentos en el ingreso mínimo
como los que ha habido ahora.
Por lo tanto, ¿es justo este aumento? ¡No! Puede ser injusto, pero lo voy a
apoyar, porque creo que nuestro país crece más con empleo, con
emprendimiento, que solo con el ingreso mínimo.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Carlos Montes.
El señor MONTES.- Señor Presidente, por su intermedio, quiero decir a la
diputada que me antecedió en el uso de la palabra que el ingreso ético
familiar, legalmente, no existe. Está haciendo una construcción simbólica de
algo que no existe, porque la ley lo cambió.
Nunca ha sido fácil discutir el ingreso mínimo, porque es un debate ético,
político y también técnico.
Nosotros estamos por elevarlo significativamente. La propuesta del Gobierno
nos parece baja e insuficiente. De manera responsable y razonable pensamos
en que puede ser mayor.
Todas las referencias del diputado Edwards respecto de la historia más vale
no plantearlas. En todo caso, quiero decirle que, en 1990, el ingreso mínimo
era 26 mil pesos y el ingreso per cápita era 4 mil dólares. Habría que comparar
los distintos contextos y ver cómo ya, en 1994, era el doble de lo que era en
1990. Hubo distintos esfuerzos, dependiendo mucho de las coyunturas.
¿Qué es el ingreso mínimo? A algunos diputados parece que se les olvida. Es
un salario de protección, que refleja un acuerdo social en un piso de ingresos
para los que trabajan. Hay un cierto compromiso social detrás de la idea del
ingreso mínimo.
Se trata de evitar abusos del empleador con poder de contratación y que los
trabajadores tengan ingresos autónomos que les permitan vivir de ellos, más
que depender del asistencialismo del Estado. Es cierto que puede haber
ingresos mínimos muy altos, desproporcionados, que van a provocar
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problemas de desempleo, distintas crisis y que terminarán perjudicando a los
sectores más vulnerables socialmente, porque reducen las posibilidades de
encontrar empleo, pero hay niveles de aumento razonables y posibles distintos
de los que está planteando el Ejecutivo.
Renovación Nacional ha dicho 200 mil pesos y la CUT ha dicho 250 mil
pesos. Creo que ambas cifras tienen bases de legitimidad y posibilidad de
implementarse. Depende de las decisiones que tome la sociedad a través de
nosotros y de la iniciativa del Gobierno.
¿Dónde están y quiénes son los que ganan el ingreso mínimo? Creo que es
una pregunta que debemos hacernos todos los años. Así como el Ejecutivo
tiene una ecuación de reajuste, creo que debemos tener estadísticas muy
actualizadas respecto de quiénes son, dónde están y por qué ganan el mínimo.
¿Sabían ustedes que el Gobierno nos ha presentado un informe y ha dicho
que el 18 por ciento de los trabajadores que se desempeñan en grandes
empresas ganan el salario mínimo? O sea, no son empresas que no puedan
pagar más, ya que pueden hacerlo. En las empresas que tienen entre 10 y 199
trabajadores, el 32 por ciento gana el sueldo mínimo, y en las empresas que
tienen hasta 9 trabajadores, el 49 por ciento gana el sueldo mínimo.
Es bien importante descomponer esas cifras, porque, como lo hemos dicho
en todos nuestros gobiernos, una parte de los trabajadores que gana el sueldo
mínimo laboran en empresas que cumplen funciones que antes realizaba el
Estado, como quienes retiran residuos, los auxiliares de cocina de la Junta
Nacional de Auxilio Escolar y Becas, quienes mantienen los jardines de los
municipios, quienes realizan el aseo de las calles, etcétera. Se trata de un
conjunto de funciones que están estructuradas en torno a esto y el excedente
de las empresas es a partir de esos salarios mínimos. No obstante, algunas
empresas que pueden pagar más, pero abusan. Hay otras que no pueden,
pero, como se discutió en la comisión, en esos casos tenemos que evaluar qué
hacer en las que no lo pueden hacer y cómo elevar su productividad.
Señor ministro, por intermedio del señor Presidente, no basta con tener un
modelo de ecuaciones que establezca automáticamente la inflación, la
productividad y la equidad, ya que es muy importante también saber dónde
están para poder actuar.
El salario mínimo es una decisión política de la sociedad y tiene que ver con
sus valores. Distintas personas ya han dicho que el IPC de los dos primeros
quintiles es distinto al IPC del resto, ya que el primero alcanza al 10,4 por
ciento, como dijo el Gobierno, no lo inventamos nosotros. El Gobierno aplicó
este IPC a otro bono. Pensamos que el Ejecutivo tiene que hacerse cargo de
esto, porque reconoció que existe un IPC de los pobres.
Por otro lado, Chile tiene un ingreso per cápita de 16 mil dólares. No
podemos comparar esa cifra con otros niveles de ingreso y no podemos estar
satisfechos con el ingreso mínimo que tenemos, por lo que debemos buscar
caminos para elevarlo y para que menos trabajadores ganen ese ingreso
mínimo, porque no solo se trata del piso del salario mínimo, sino que también
de cuánta gente lo gana.
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El propio Gobierno ha generado expectativas con sus anuncios de que todo
está bien, de que todo va para arriba, por lo que estas restricciones generan
mucho desconcierto.
Aquí hay discusiones pendientes. ¿Cuántos puestos de trabajo se están
generando? De acuerdo con la publicidad del Gobierno, parece que estamos
llenos de puestos trabajos, ya que se aumentaron en 700 mil. Ayer sacó un
estudio Cristóbal Huneeus que dice que ese aumento está mal calculado, a lo
que contestó Cecilia Cifuentes, de Libertad y Desarrollo. Debemos traer ese
tema a las comisiones de Trabajo o de Hacienda, para determinar cuáles son
las cifras reales, porque aquí no se están diciendo las cosas tal como son. Se
indica que hay escasez de mano de obra, pero habría que ver si es efectivo.
Señor Presidente, el salario mínimo es un factor que explica la desigualdad,
porque, por una parte, por la opción cultural y valórica de la sociedad, nos
parece natural que algunas personas y familias ganen ese nivel de salario, y
por otro lado, por el nivel de ingreso de muchas familias.
Considero que hay que mejorar las pensiones y el sistema tributario, porque
es muy inequitativo; pero si queremos avanzar a un Chile más justo, tenemos
que ser consistente. El salario mínimo es una expresión global de qué tipo de
sociedad y de equidad queremos tener.
Por lo tanto, no es conveniente aprobar la propuesta del Gobierno, porque
puede ser mejorada.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Fernando Meza.
El señor MEZA.- Señor Presidente, estamos discutiendo el mensaje del
Ejecutivo, calificado con discusión inmediata, que reajusta el monto del ingreso
mínimo mensual.
Todos los años nos encontramos en esta misma situación; todos los meses
de junio se repite una historia absolutamente conocida por cada uno de los
actores que la interpretamos. Este año han estado alejados la CUT, la ANEF y
los escasos sindicatos que operan en Chile.
Quiero hacer un llamado a la unidad nacional en torno a una política que nos
ayude a establecer un salario mínimo justo en el tiempo, para que no estemos
discutiendo esta materia todos los años, ya que, a fin de cuenta y por más que
se estire el chicle, como se dice, no satisface a unos ni a otros.
Señor Presidente, la canasta básica de alimentos está por sobre los 70 mil
pesos por persona. De tal manera que el salario mínimo actual alcanza
aproximadamente para dos y media canastas básicas de alimentos. No
obstante, cuando un solo miembro de la familia, compuesta por cuatro
personas, el salario mínimo mensual solo alcanza para cubrir el 70 por ciento
de lo que se llama la línea de la pobreza.
De acuerdo con las palabras del propio ministro Felipe Larraín, que entre sus
obligaciones está cuidar la billetera fiscal, como todos los ministros de
Hacienda, para evitar descalabros como los que suceden en otros países, él
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utiliza una línea de la pobreza ajustada, según la cual el salario mínimo cubriría
alrededor del 90 por ciento de esa línea de la pobreza en 2017. Es decir, en
ese año podríamos aspirar a un salario mínimo de 433 mil pesos mensuales;
pero para conseguir lo que nos dice el ministro de Hacienda, don Felipe
Larraín, es necesario que el salario mínimo de hoy bordee los 215 mil pesos y
luego se vaya reajustando hasta 2017 en torno a los 40 mil pesos anuales, lo
que se parece mucho a lo que dijo el obispo Alejandro Goic en su momento, y
que todos conocemos, cuando planteó un salario ético de 250 mil pesos.
Cómo podemos recuperar unitariamente y a nivel nacional, propios y
extraños, moros y cristianos, el sentido y el valor del trabajo, que es, a fin de
cuentas, el motor de la economía. El capital es necesario, también el
empresariado, ya que sin un empresariado justo, no habrá tranquilidad social
ni desarrollo ni buenas cifras macroeconómicas en el país; pero se hace
necesario llevar esos éxitos y esas cifras macroeconómicas, como lo hemos
dicho tantas veces y no nos cansaremos de hacerlo, al hogar de las personas
humildes y sencillas de las poblaciones o a la gente de la clase media que pasa
necesidades, por no decir hambre, con corbata.
Cuánta gente en Chile está impedida de acercarse a un municipio en busca
de un subsidio para la luz o para el agua potable, porque se le considera rica
por tener cuarto medio o una vivienda en condiciones higiénicas aceptables.
Por lo tanto, se hace más necesario que nunca realizar una verdadera
reforma tributaria que permita distribuir mejor los grandes ingresos de Chile;
que obligue a quienes ganan más, que paguen más, y que también permita
una negociación colectiva que esté relacionada con el salario mínimo, para que
las empresas que reciban más utilidades puedan pagar mejores sueldos.
Señor Presidente, es un llamado a un gran acuerdo político de unidad
nacional para poner el trabajo en el centro de la estrategia de desarrollo, para
lo cual es necesario elaborar un plan nacional de reajuste del salario mínimo,
que nos acerque a los países de la OCDE que estamos mirando desde lejos.
La distribución de la riqueza en Chile es vergonzosa, por lo que se hace
necesario un llamado de atención para todos nosotros.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Joaquín Godoy.
El señor GODOY.- Señor Presidente, los diputados Montes, Ortiz, Lorenzini,
Espinoza, Auth, Meza, Vallespín, Andrade y Farías hablaron en esta Sala de
justicia, de ética, de lealtad a los trabajadores y no al Gobierno, pero todos
ellos votaron favorablemente reajustes del 0,5 real, del 2.1 por ciento real, del
1.4 por ciento real, del 0.7 por ciento real, y todos son menores al 2.9 por
ciento real que ofrece hoy el Gobierno.
Entonces, la pregunta es: estos señores, hoy día, por su intermedio, y con
todo respeto, ¿son leales con los trabajadores o tienen una intención política?
Bueno, la respuesta es obvia.
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Pero, entrando al fondo de lo que nos interesa, que es este proyecto, se nos
viene a la mente la siguiente pregunta: ¿Por qué tanto interés del Gobierno, si
el Gobierno no paga el salario mínimo? ¿Por qué?
La respuesta es muy sencilla: Como lo sabemos todos, el salario mínimo
influye directamente en las pegas que tienen los chilenos, pero sobre todo en
aquellos de recursos más escasos, en los chilenos que tienen menos
capacitación, en aquellos con quienes muchos parlamentarios hacen gárgaras
diciendo que quieren que salgan de la pobreza. Bueno, no hay peor pobreza
que no tener empleo, y eso defiende hoy el ministro de Hacienda.
Uno podría decir: ¡No, pues! ¿Sabe lo que pasa? ¿Por qué le voy a creer a
este ministro de Hacienda y a este Gobierno?
Señor Presidente, durante diez años de gobiernos de la Concertación
tuvimos más de 10 por ciento de desempleo, pero este Gobierno, hoy día –
como bien dijo el diputado Auth, por eso nos felicitan en el extranjero-, ha
logrado situarnos cerca del pleno empleo.
¿Qué significa eso? Que esos chilenos, que no tenían oportunidad de
trabajo, hoy día sí la tienen. Y quiero abundar en esto, porque
lamentablemente en este debate, como ya nos dimos cuenta, el interés es
netamente político y no técnico, para que los chilenos tengan una oportunidad
de trabajo.
Otra pregunta es: ¿Qué está pasando con los salarios en el sector privado?
¿Saben cómo se han reajustado? Al 6 por ciento. Entonces, ¿qué ocurre?
Muchos diputados han preguntado si el salario mínimo tiene alguna incidencia
en el empleo.
Pues bien, si en el sector privado se reajusta al 6 por ciento, y nosotros lo
hacemos en mayor medida, ¿qué va a pasar? Es obvio y evidente: que las
pymes, que hoy contratan con salarios mínimos, en lugar de contratar, van a
desafiliar empleados, nos les convendrá tenerlos trabajando, porque serán
muy caros para ellos, y eso es lamentable, ¿sabe por qué? Porque hay que ser
mezquino para decir que lo que queremos es un salario mínimo en las
condiciones que se pide. A todos nos gustaría un salario mucho mayor, pero
lamentablemente los análisis se deben hacer con mayor seriedad.
Una cosa es que la politiquería venga de las bancadas de enfrente, de los
colegas de la Oposición, y otra es que venga desde dentro, y eso es lo que no
entiendo, porque se esgrimen razones que son incorrectas. El diputado Montes
y otros colegas han manifestado opiniones respecto del bono de alimentos,
cuando este no tiene ninguna incidencia en el empleo. El gobierno se dio
cuenta de que ahí había un problema y se hizo cargo de él.
Pero es más, hoy día la inflación está estancada, lo cual quiere decir que no
seguirán aumentando los precios de los alimentos. Por lo tanto, aquellos que
creen que lo que hay que hacer es reajustar por salarios, están equivocados.
Asimismo, esgrimen que las pymes, hoy día, se han manifestado en contra
de la propuesta del Gobierno. Puede que algún parlamentario se haya reunido
con algún colega, amigo o conocido que tenga una pyme, pero la directiva de
la Conapyme, hoy en la mañana, en conferencia de prensa, señaló: “Estamos
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de acuerdo con la propuesta del Gobierno”. ¿Por qué lo dicen? Porque conocen
el impacto que va a tener sobre el empleo.
Entonces, nuevamente tenemos un problema de fondo, cual es tomar esta
decisión de manera seria. Por eso, hago un llamado no solo a la gente de
Oposición, sino también a la de mi bancada y de nuestra Coalición: En esto, no
hay que apoyar al Gobierno, sino a los trabajadores, y eso significa votar a
favor de la propuesta del Gobierno.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Ramón Farías.
El señor FARÍAS.- Señor Presidente, primero que todo, por su intermedio,
pido al señor Godoy, que me antecedió en el uso de la palabra, que se informe
respecto de cómo votamos y se dará cuenta de que en la última votación, en
estos temas, yo me abstuve, y que, en general, me he opuesto a las
propuestas de los gobiernos de nuestra coalición y trabajamos por
aumentarlas, porque distaban mucho de lo que los trabajadores requerían.
En todo caso, este mensaje que nos envió el Ejecutivo me provoca una
profunda decepción, porque lo encuentro mezquino y egoísta, porque hace
oídos sordos, no solo al millón de trabajadores asalariados a quienes impacta
el sueldo mínimo, sino más aún, al Congreso y a parlamentarios de su propia
Coalición.
A principios de este mes, en senda sesión especial de esta Cámara,
discutimos largamente respecto del salario mínimo, con el objeto de avanzar
en la construcción de un acuerdo que representara e incluyera las necesidades
reales de la gente, invitando al gobierno para que construyéramos un acuerdo
en este sentido. Pero una vez más, este Gobierno, autodenominado de los
mejores, hace oídos sordos, como ya lo hizo con los adultos mayores por la
libre elección en Fonasa, ahora lo hace con más de un millón de trabajadores
que esperan el merecido reajuste, del cual el Presidente Piñera ni siquiera
quiso dialogar –como lo ha hecho históricamente-para construir la mayoría en
beneficio del país, como lo hicieran todos los presidentes anteriores, quienes
dialogaron con los trabajadores. Ahora, no, ahora se manda directamente al
Parlamento sin haber dialogado, sin haber tratado de consensuar con los
trabajadores. Eso no es escuchar a la gente, eso no es escuchar a los
trabajadores, sino tratar de “sacarse el pillo”, como se dice en buen chileno,
mandando directamente a este Congreso el proyecto, para que nosotros lo
debatamos sin llegar a acuerdos previos con los trabajadores.
Realmente, ya resulta difícil saber en qué Chile vivimos, pues nuestro
Presidente, en su gira internacional, y nuestro ministro de Hacienda, alaban y
se congratulan por los resultados económicos del país en medio de la crisis,
claman a los cuatro vientos el éxito en la creación de empleos y un sinnúmero
de otras virtudes en el manejo fiscal. Entonces, me pregunto, ¿Cuál es el
momento para hacer un reajuste real y significativo? No entiendo. Cuando nos
va bien, no podemos mejorar el salario mínimo, porque se desacelera la
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economía, genera inestabilidad en el empleo y quien sabe cuánta cosa más, en
la medida en que la retórica se los permita. Y si estamos en crisis, menos aún.
Entonces ¿cuándo le toca a ese millón de chilenos Presidente? ¿Acaso,
nunca? Creo que no puede ser así.
Por eso, y en razón de la responsabilidad que tenemos con nuestros
representados, razón primera por la que estamos en esta Sala, debemos y
estamos mandatados a construir una mayoría transversal para rechazar los
191 mil pesos que propone el Ejecutivo, para que se haga cargo de presentar
un proyecto de verdad, que obedezca a la realidad sociológica y no a una
ficticia.
Ya lo dije en mi intervención en la sesión especial por este asunto, que tal
como sostuve el 2011, tengo la convicción más absoluta de que el sueldo
mínimo no puede ser inferior a 250 mil pesos, y por ese consenso lucharé.
Algunos podrán pensar que es populista, pero desde hace más de un año que
enarbolo esta bandera de lucha, y no la dejaré sin causa justificada y
razonable.
También hay colegas parlamentarios que están en disposición de construir
un consenso por un monto quizás un poco inferior y yo los entendería, pero
esta Cámara de Diputados no puede aprobar un salario mínimo de $191.000.
¡Basta! ¡Esto no es sostenible! Requerimos de un reconocimiento efectivo a la
clase trabajadora que se ha convertido en el pilar de la riqueza de un grupito
de chilenos ricos.
Por último, quiero decir al ministro de Hacienda, por intermedio de la Mesa,
que crear un millón de empleos con sueldos que no dan cuenta ni siquiera del
reajuste real acumulado, no es lo mismo que hacerlo con un sentido ético
social y garantizando un piso mínimo para cada trabajador chileno de
$250.000. En 2007, monseñor Goic planteó la necesidad de la existencia de un
salario ético, que fijó incluso en el mismo monto que hoy estamos planteando.
Por eso, pido al señor ministro, por intermedio de la Mesa, que nos escuche.
Construyamos lo que Chile espera; construyamos lo que necesitan nuestros
trabajadores.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado Fuad
Chahín.
El señor CHAHÍN.- Señor Presidente, varios parlamentarios de esta Cámara
nos reconocemos cristianos y muchos también han utilizado en distintos
proyectos de ley esa condición al momento de enfocar el debate.
En mi mano, tengo el compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que,
cuando se refiere al derecho de la justa remuneración y distribución de la
renta, entre otras cosas, lo hace también a la Encíclica “Laborem exercens”, de
Juan Pablo II: La remuneración es el instrumento más importante para
practicar la justicia en las relaciones laborales. El salario justo es el fruto
legítimo del trabajo.
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También recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica de Pío XI al señalar:
Comete una grave injusticia quien lo niega o no lo da a su debido tiempo y en
la justa proporción al trabajo realizado.
El salario es el instrumento que permite al trabajador acceder a los bienes
de la tierra.
La remuneración del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su
familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual,
teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno.
El tema sobre el salario mínimo no es solo económico, ni meramente
matemático, sino que es profundamente ético y de justicia. Por eso, a mi me
parece que hoy tenemos que ser capaces de cambiar el enfoque.
En forma permanente, repetimos como una monserga la necesidad de
mejorar la distribución del ingreso en nuestro país. No hay nadie que no diga
que el principal flagelo que hoy tenemos que combatir es la desigualdad en
Chile, y cuando tenemos que traducir ese discurso en hechos a través de
proyectos como este, buscamos justificaciones para avanzar en forma efectiva
hacia una mayor justicia social.
Hace poco, el diputado José Manuel Edwards, criticaba a algunos gobiernos
de la Concertación por haber propuesto un reajuste demasiado menor, y a
otros gobiernos, como el del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, por haber
entregado reajustes demasiado altos.
Lo que hoy estamos discutiendo, lejos de ser un reajuste, es una
disminución de la capacidad adquisitiva de las familias más modestas. Cuando
tenemos un IPC de los pobres del 10,4 por ciento, significa que las familias que
viven de un sueldo mínimo tienen un alza en el costo de la vida mayor que el
reajuste que hoy propone el Gobierno. Eso es un retroceso. Entonces, ¿cuál es
la propuesta? Bonitos electoreros, como el que aprobamos hace unos días, o
subsidios permanentes que lo único que hacen es seguir fortaleciendo una
dependencia de estas personas con el Estado y no somos capaces de generar
las herramientas para que, de acuerdo con su propio trabajo, tengan la
libertad y dignidad de vivir del fruto de su propio esfuerzo.
¿Cuál es la excusa? La misma de siempre. Cuando estamos en tiempos de
bonanza, se dice que no hay que afectar el crecimiento; cuando estamos en
tiempos de vacas flacas, se dice que las crisis no permiten reajustes y tenemos
que apretarnos el cinturón.
Por otra parte, si queremos que las pymes no tengan problemas para pagar
el salario mínimo, debemos hacer un esfuerzo real, con políticas audaces hacia
la pequeña y la mediana empresa para que realmente puedan pagar mejores
salarios. Parece que no es ético decir como país que para velar por la
sostenibilidad de las pequeñas y medianas empresas tenemos que pagar
salarios indignos a los trabajadores. Tienen que haber políticas más serías para
que este sector pueda realmente pagar mejores sueldos. Pero no puede ser
que siempre el hilo se corte por lo más delgado y al final tengamos reajustes
tan mezquinos.
Por último, creo que llegó el momento en que debemos discutir en serio no
solo un sueldo mínimo diferenciado para abordar la distinta realidad que se
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vive en cada región del país. Como se ha dicho en esta Sala, no es lo mismo
vivir en Punta Arenas, en Coyhaique, Ollahue, en Antofagasta, en Rancagua o
en Santiago. Son realidades distintas, las canastas son distintas y los IPC
también son distintos. Por lo tanto, es importante estudiar la posibilidad de
tener sueldo mínimo diferenciado.
Además, debemos tener instrumentos que objetivicen el reajuste no solo a
través del ingreso per cápita, el crecimiento económico, la cifra de desempleo,
sino que debemos tener también un factor de equidad que nos permita ir
avanzando en una mayor justicia social para nuestro país y lo debiéramos
tener plurianualmente para no tener todos los años un debate político que
muchas veces molesta porque lo que estamos discutiendo son migajas para la
gente más modesta de nuestro país.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado don
Marcelo Schilling.
El señor SCHILLING.- Señor Presidente, sobre el tema del salario mínimo,
el artículo 3° del Convenio 131 de la OIT establece que entre los elementos
que deben tenerse en cuenta para determinar el nivel de los sueldos hay que
considerar, primero, las necesidades de los trabajadores y de sus familias
habida cuenta del nivel general de salarios en el país, del costo de vida de las
prestaciones de seguridad social y del nivel de vida relativo de otros grupos
sociales; y, segundo, los factores económicos, incluidos los requerimientos del
desarrollo económico, los niveles de productividad y la conveniencia de
alcanzar y mantener un alto nivel de empleo.
Además, en el Acuerdo 134 de la OIT se establece que la fijación de salarios
mínimos debería constituir un elemento de toda política establecida para
eliminar la pobreza y para asegurar la satisfacción de las necesidades de todos
los trabajadores y de sus familias.
Guiándonos por estos factores, tenemos la siguiente situación: crecimiento
del año 2011, 6 por ciento; predicción para el año 2012, 5 por ciento, óptimo;
pleno empleo, 6,5 por ciento, de lo cual han hecho publicidad la ministra
Matthei y otros ministros; aumento de la productividad, como lo ha reconocido
el ministro de Hacienda inflación contenida, pero el Banco Central augura que
va a andar alrededor del 2,7 por ciento, o sea, un poco más de dinero en el
mercado. ¡Qué le hace el agua al pescado! ¡Nada!
Pero el mismo Gobierno, que nos da estas cifras que están en línea con lo
recomendado con la OIT para considerar la fijación de los salarios mínimos
más o menos elevados, cuando presenta el Bono Especial de Alimentos de 40
mil pesos dice que el IPC de los pobres o la canasta básica ha aumentado en
un 10 por ciento, y ofrece un reajuste nominal del salario mínimo de 5 por
ciento. Es decir, todo va viento en popa; no hay ninguna tormenta perfecta
que se avizore en el horizonte. Sin embargo, sé que, cuando al ministro le
corresponda intervenir, va a decir: “Europa, no nos olvidemos de Europa.”
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¿Qué está pasando en Europa? Que, ayer, Grecia fue rescatada por su
pueblo y pudo formar un gobierno. Ha comenzado el optimismo en los
mercados internacionales, y Francia, Italia, Grecia y España -de manera
hipócrita, pero, al fin y al cabo, de alguna manera- abogan para que se
termine con el apriete de cinturón de los pobres y para que se ponga el acento
en el crecimiento. De modo que ese fantasma que recorre el planeta no es otra
cosa que una invención de quienes quieren aterrorizarnos para que no pidamos
reajuste de salarios dignos y decentes. Lo cierto es que tal fantasma no existe.
Se dice que los gobiernos anteriores dieron reajustes mezquinos. Reajustes
nominales: el de ahora, 5 por ciento; los que otorgó la Concertación: en 1990,
44,4 por ciento; en 1991, 26,9 por ciento; en 1992, 17 por ciento; en 1993, 19
por ciento; en 1994, 13,4 por ciento. ¿Cuándo se empezó a poner mezquina la
cosa? En 2001, como consecuencia de la crisis asiática y de la necesidad que
había de reactivar el mercado interno. En realidad, estábamos viviendo una
crisis; no estas crisis de mentira que vienen de Europa, que terminarán sin ser
tales, y que se dan por ciertas solo para sembrar el terror. Al parecer, es la
política que entienden y practican quienes hoy están en el Gobierno, poniendo
en práctica la nueva forma de gobernar. Solo basura, señor Presidente.
Ahora, si es cierto que fuimos mezquinos -suponiendo que lo fuimos-,
precisamente por eso perdimos. Entonces, no podemos seguir con la misma
cantinela: “Es que hace veinte años …”. Perdimos por estos motivos que,
cuando volvamos a gobernar, no se volverán a repetir.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Guillermo Teillier.
El señor TEILLIER.- Señor Presidente, quiero hablar un poco inspirado en la
sensibilidad social que ha demostrado aquí nuestro colega René Manuel García.
Es la segunda vez que se expresa de esta manera; es posible que tenga oculto
por ahí algún gen.
Debo decir que, antes y ahora, los reajustes del salario mínimo siempre han
sido ratones. La única diferencia es que este Gobierno dijo que iba a terminar
con la pobreza. Pero, tengo una duda; los trascendidos indican que la encuesta
Casen viene mala. Es decir, la pobreza estaría aumentando, y es así, la causa
de ello sería, precisamente, en la disminución del poder adquisitivo de los
trabajadores, es decir, de sus bajos salarios.
Se ha dicho aquí que, si se aumenta demasiado el ingreso mínimo, no habrá
trabajo y que se verán muy perjudicadas las pequeñas empresas. Según la
información que tenemos, las únicas que podrían verse perjudicadas serían las
pequeñas empresas del comercio, que son una minoría. La mayoría de las
pymes están pagando sobre 250 mil pesos; las que no pagan salarios dignos
son las del retail, las salmoneras, las exportadoras de fruta que contratan
temporeros, las del sector tercerizado de la Administración Pública, y otras.
El punto es que se dice que hay pleno empleo. De ser así, habría escasez de
mano de obra. Entonces, uno se pregunta, ¿por qué no suben los salarios? Es
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decir, el mercado funciona para un lado, pero no para los intereses de los
trabajadores. El problema es que el crecimiento del empleo también se debe al
crecimiento del empleo precario; es decir, por una parte, salarios miserables y,
por otra, salarios que nos indican que, en Chile, una cantidad muy grande de
trabajadores están siendo explotados porque no se les paga el verdadero valor
de su trabajo.
Las pequeñas empresas, que se dice que se verían perjudicadas con un
aumento del salario mínimo, en realidad, serían muy beneficiadas porque no
forman parte del proceso exportador, que es el más dinámico y en el cual solo
participan las grandes empresas. Si hay mayor consumo, mejor para las
pequeñas empresas, porque viven de las ventas a los connacionales, no de las
que se hacen al exterior.
Uno se pregunta, ¿por qué no existe una cultura respecto del otorgamiento
de salarios dignos a los trabajadores chilenos? ¿Acaso quienes estamos aquí no
queremos que existan salarios dignos? Creo que todos deseamos eso. El
problema es que hay un sistema injusto; en nuestro país, existe una injusticia
estructural de fondo que está asociada, como lo han dicho otros diputados, al
problema de los derechos laborales. Han transcurrido veinte años de transición
a la democracia, pero lo que se ha avanzado en derechos laborales ha sido
prácticamente nulo. Los trabajadores no tienen derecho a negociación colectiva
ni a huelga, por lo tanto, carecen de un sistema que los defienda y que les
permita verse las caras con los empresarios y discutir, finalmente, su salario.
Para terminar, pregunto, ¿es posible que una familia pueda vivir con 150 mil
pesos, cuando un arriendo cuesta 100 mil? Estoy pensando en una vivienda de
una población casi marginal. ¿Con qué paga la locomoción, la educación de los
hijos y la salud? Ni siquiera una persona puede vivir con 150 mil pesos
mensuales.
Por eso, siguiendo la argumentación del diputado René Manuel García, creo
que el Gobierno debiera pensar con más profundidad sobre este tema. Así
como entregábamos a las Fuerzas Armadas presupuesto para cuatro años para
la compra de armas, ¿por qué no podemos asegurar algo que está mucho más
relacionado con la vida humana, como es el salario de los trabajadores?
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el honorable
diputado José Pérez.
El señor PÉREZ (don José).- Señor Presidente, ante todo, un saludo al
ministro de Hacienda y a las diputadas y diputados presentes en la Sala.
Quiero referirme a este proyecto de reajuste del ingreso mínimo mensual
que todos los años se presta para una larga y compleja discusión. Creo que en
esta oportunidad -ahora con mayor razón, porque antes no existían las
condiciones económicas de que hoy goza el país- nos estamos ahogando en un
vaso de agua.
El actual es un Gobierno de empresarios y estoy seguro de que ninguno de
los que lo integran tiene trabajadores que ganen menos de 250 mil pesos
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mensuales. La verdad de las cosas, es que no se puede vivir con un ingreso
menor. Coincido plenamente con el colega que me antecedió en el uso de la
palabra, en cuanto a que el salario mínimo, que debemos discutir año tras año,
debería ser analizado cada cuatro años, fijando las reglas del juego sobre la
forma en que debe operar, a fin de evitar estas tremendas discusiones en las
cuales muy pocas veces llegamos a puntos de encuentro.
Considero que con un salario medianamente digno de 250 mil pesos, que es
lo que está solicitando la Central Unitaria de Trabajadores y el resto de los
gremios, los trabajadores podrían vivir medianamente bien. En todo caso, no
resulta fácil solventar los gastos de un hogar con una suma tan mezquina.
Además, quiero destacar la actitud de los trabajadores y de los
representantes de los distintos gremios de trabajadores del país que se han
quedado en sus hogares, seguramente, viendo a través del canal de televisión
de la Cámara, esta larga discusión, dejando trabajar tranquilo al Congreso
Nacional. Si no están en las tribunas, debe ser por eso, porque bien pudieron
estar repletas de gente que lanzara epítetos, en uno u otro sentido, lo que
habría complicado más la situación.
Vaya un saludo a los dirigentes de los trabajadores, con quienes hemos
estado reunidos en las últimas horas.
Un país que crece al 6 por ciento, sin duda, está en condiciones de dar un
mejor trato a los trabajadores. Por eso, ahora compartimos que se debe
reajustar de manera abundante, notable, adecuada y decente el salario
mínimo. No antes cuando nos tocó enfrentar la crisis asiática o en otras
circunstancias.
Un ingreso de 250 mil pesos, por concepto de imposiciones queda en 200
mil. Si a eso le descontamos el valor de la luz, agua, gas y movilización, el
trabajador queda con poco más de 100 mil pesos para sostener las
necesidades de su hogar.
Por ello, al igual que otras bancadas de la Concertación, estimamos que
debemos hacer un esfuerzo y demostrar que el Gobierno está dispuesto a
mejorar las condiciones de quienes tienen menos. Para eso, debemos ser
justos en la determinación del salario mínimo, a fin de que se adecue a las
circunstancias, necesidades y reales posibilidades del país.
Somos ejemplo para muchas cosas en el mundo entero. Pero, en esta
oportunidad, me gustaría que entre todos hiciéramos un esfuerzo, lleguemos a
un punto de encuentro y solucionemos este problema que aflige a cientos de
miles de trabajadores que, sin duda, reciben un salario injusto.
Por lo tanto, al igual que las demás bancadas de la Oposición con las que
hemos conversado, los radicales vamos a rechazar la propuesta del Gobierno,
porque nos parece absolutamente insuficiente.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado
Alberto Cardemil.
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El señor CARDEMIL.- Señor Presidente, dado que esta es una sesión
pública, que ha despertado el interés de la prensa, simplemente, voy a tratar
de puntualizar, en mi calidad de jefe de bancada, nuestras deliberaciones y
decisiones que en esta materia no tiene una posición unánime.
En primer lugar, el Partido Renovación Nacional, como colectividad política,
se ha planteado la legítima aspiración de que el salario mínimo llegue a la cifra
de 200 mil pesos.
Lo ha hecho a través de las instancias de su partido y de los parlamentarios,
incluidos sus diputados.
Creemos que es una aspiración sensata, lógica, que la hacen posible la
economía, la producción, las condiciones del país. Es una aspiración prudente
que pondría en la clave, en la línea central de lo que ha sido el Gobierno del
Presidente Piñera: un país preocupado del progreso de la economía y de la
calidad de vida, coetáneamente.
Esta es la aspiración, y no renunciamos a ella. Este es el primer trámite del
proyecto que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual. Por lo menos,
quedan dos más. Esperamos que este esfuerzo fructifique; que si no podemos
llegar este año a los 200 mil pesos, nos aproximemos a esa cifra, y que en un
horizonte cercano la gente de trabajo pueda ver que su salario mínimo
alcanzará esa cifra más pronto que después.
Por eso, en forma muy responsable, afectuosa y colaboradora con nuestro
Gobierno, porque al que estamos pidiendo el esfuerzo es a nuestro Gobierno,
que hace bien las cosas, le pedimos que reconsidere este punto. Vamos a
aprobar en general la idea de legislar, porque es lo que corresponde, y la
mayoría de los diputados nos abstendremos en lo que se refiere al guarismo.
La idea es que con esa decisión alentemos, motoricemos, produzcamos
sinergia, que hagan posible en los trámites posteriores llegar a la cifra de 200
mil pesos o acercarse, sustancialmente, a ella.
Algunos diputados votarán a favor del proyecto, no porque no les guste la
posición de la mayoría de la bancada, sino por su situación o su rol dentro de
la Cámara, que los hace sentirse, éticamente, obligados a acompañar al
Gobierno en lo general y en lo particular, lo que consideramos muy razonable.
Esa será nuestra posición, nuestra línea. Si logramos aproximarnos a esa
cifra, votaremos con mucho gusto en la Cámara cuando vuelva el proyecto. Si
no es posible, que el Gobierno y el país se queden tranquilos, porque habrá ley
de salario mínimo de todas maneras. Somos gente responsable.
Sin embargo, con la misma solidez, fuerza y energía, quiero decir que lo que
estamos realizando en este momento es coincidente con la aspiración del país,
con los objetivos del partido y está en la buena línea.
La decisión de abstenernos, es absolutamente responsable.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado
Tucapel Jiménez.
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El señor JIMÉNEZ.- Señor Presidente, antes de hablar sobre la materia que
nos convoca, le pido que solicite la unanimidad de la Sala para reducir a tres
minutos las intervenciones de los diputados.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo para proceder en
ese sentido?
No hay acuerdo.
Tiene la palabra su señoría.
El señor JIMÉNEZ.- Señor Presidente, después de escuchar a los colegas y
al ministro, puedo concluir que al menos en algo estamos de acuerdo: en que
nadie puede vivir con 182 mil pesos o 193 mil pesos.
Eso está claro. Entonces, habría que preguntarse qué podemos hacer para
mejorar eso, porque la realidad nos indica que hay 600 mil trabajadores, otros
dicen que 1 millón, pongamos una cifra intermedia, 800 mil trabajadores, que
viven con el sueldo mínimo.
La solución es la negociación colectiva de los trabajadores. Eso evitaría que
el Gobierno todos los años esté presentando proyectos, a los cuales nos vamos
a oponer. Hago presente a los colegas del oficialismo que esto se ha hecho
siempre. Por lo menos, en nuestro gobierno realizamos lo mismo con nuestros
ministros de Hacienda.
Con el respeto que me merecen todos los ministros de Hacienda, este es un
problema provocado por la escuela donde estudiaron, Harvard, en la que, al
parecer, hay poca sensibilidad social.
Por eso, les digo que esta situación la hemos vivido con nuestros ministros
de Hacienda y los de ahora. Por eso, creo que es un problema de la
universidad.
En consecuencia, si el Gobierno desea evitarse esta discusión, este problema
que surgirá todos los años, deberíamos mejorar la posibilidad de negociar de
los trabajadores. Ésa es la solución. Se han presentado proyectos que mejoran
la posibilidad de la negociación colectiva de los trabajadores.
Si los trabajadores pudiesen negociar en forma colectiva, no tendríamos
para qué discutir este problema. Lo harían ellos con su respectiva empresa.
Pero hoy lo hace solo el 10 O 12 por ciento.
Si existiese un ánimo real para mejorar esta situación, solo habría que poner
urgencia a los proyectos que están en la Comisión de Trabajo y Seguridad
Social. Ese es el camino para mejorar no solo este problema, sino, también, el
de la desigualdad en el país.
Fortalezcamos los sindicatos y definamos el rol que deben jugar los
trabajadores. Esa sería la manera de ir terminando con las desigualdades,
insisto, la misma discusión todos los años.
Como dije al comienzo de mi intervención, no hay ninguna familia que viva
con un sueldo mínimo de 190 mil pesos. Por ejemplo, la canasta básica familiar
para cuatro personas es de 150 mil pesos; en arriendo, 100 mil pesos más. Es
decir, 250 mil pesos.
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Si comenzamos a calcular, más encima con el IVA de los pobres por sobre el
10 por ciento, no entiendo cómo hay familias que en nuestro país pueden vivir
con estas cifras.
Por ello, le pido señor ministro, por su intermedio, señor Presidente, que
haga un último esfuerzo. Es verdad que los 250 mil pesos no se pueden
aprobar de aquí a mañana, pero sí podríamos acercarnos y llegar a esa cifra en
forma gradual. Incluso, hasta un sector del Gobierno, como es Renovación
Nacional, está pidiendo un piso de 200 mil pesos. Entonces, póngase la mano
en el corazón y súbalo a 200 mil pesos. De lo contrario, votaremos en contra,
se tendrá que ir al Senado, lo subirán 2 mil pesos y nuevamente lo volveremos
a rechazar.
Si realmente existiese el ánimo de hacerlo, ya que se habla de crecimiento,
de estabilidad de los indicadores económicos y de la solidez que tiene nuestra
economía, entonces, hagamos que estos pocos pesos más, que tampoco es la
gran solución, les llegue en forma real a los trabajadores.
Por eso, apelo a la sensibilidad social del Gobierno, si es que la tiene, para
que evitemos nuevamente esta discusión el próximo año y pongamos urgencia
a los proyectos que están en trámite en la Comisión de Trabajo y Seguridad
Social, que es la negociación colectiva, y subamos a 200 mil pesos el salario
mínimo, como lo ha pedido la propia bancada de Renovación Nacional.
Todos lo hemos dicho: nunca es el turno de los trabajadores. Además, nos
parece extraño que, de un día para otro, estemos en crisis, si hasta hace sólo
un mes se hablaba de pleno empleo, de cifras económicas sólidas y de
indicadores económicos buenos. Sabemos que sólo pronunciar la palabra crisis
hace que los empleadores comiencen a despedir gente, a pesar de que
seguimos creciendo.
Se habla de una posible crisis, pero muchos pensamos que es justamente
para evitar que los trabajadores tengan un reajuste digno.
Repito, póngase la mano en el corazón señor ministro, por su intermedio,
señor Presidente, y el proyecto será aprobado en la Cámara de Diputados.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Marcos Espinosa.
El señor ESPINOSA (don Marcos).- Señor Presidente, la discusión del
proyecto de ley que reajusta el salario mínimo se da dentro de un contexto, no
de manera clara y desagregada de lo que es la realidad nacional.
¿Cómo está hoy nuestro país en pleno siglo XXI? Chile se muestra con un
número de crecimiento económico sostenido, grupos empresariales con un
poder económico considerable y altos niveles de desigualdad en la distribución
del ingreso, tanto bajo los parámetros latinoamericanos como de los países
que suscriben la OCDE, que es justamente el grupo de países que Chile busca
emular el desempeño.
Por otra parte, se hace evidente que, mientras el Gobierno y los medios de
comunicación indican que nuestro país se encuentra en una innumerable
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condición económica habida consideración de la crisis internacional, esto no se
refleja en una mejor situación para la mayor parte de los ciudadanos.
Los datos duros indican que al menos 650 mil personas perciben el salario
mínimo, tomando en cuenta los datos de la encuesta Casen de 2009. Cerca del
41 por ciento de los trabajadores que obtienen el salario mínimo son jefes de
hogar, bajo un grupo familiar promedio de cuatro personas.
Bajo esta realidad, cabe analizar los lineamientos que han llevado a tener
una política pública de esta forma. Se hace necesario afirmar que han primado
criterios técnicos de bases académicas cuestionables a la hora de enfrentar
esta discusión.
Esta ha sido la línea que se ha seguido desde el regreso a la democracia
hasta nuestros días. Y tal como lo dijo la propia ministra del Trabajo y
Previsión Social, los aumentos en el salario mínimo no pueden dejar de
considerar el impacto que podría tener en la reducción del empleo. Sin
embargo, la evidencia empírica ha demostrado que esta aproximación se trata
de una bastante simplista, que no considera otros factores relevantes que
pueden impactar en el empleo más que un reajuste justo y necesario para las
familias de menores recursos.
No existe un acuerdo absoluto en el mundo académico, respecto de la
relación de que un mayor salario mínimo lleve inevitablemente a un mayor
desempleo. Se trata más bien de una posición dogmática que no puede ser
sustentada en el tiempo.
En este momento, cuando la discusión abandona el carácter tecnocrático
que algunos sectores buscan afirmar como verdad irrefutable y se pasa al
plano político, carece de verdades absolutas y se hace necesario abrir sus
puertas para que todos puedan mostrar sus posiciones. Es aquí donde es
necesario lograr procesos más inclusivos, abiertos y vinculantes en la materia,
que consideren la realidad de los trabajadores y sus justas demandas, la
evidencia empírica y la teoría económica.
Se hace evidente que una aproximación monotemática basada en los
dogmas anteriormente señalados, sin una base clara en la realidad, ya no es
suficiente para lograr un nivel de desarrollo que sea comprensivo y llegue
efectivamente a la ciudadanía.
Obviamente, se necesitan reformas que incentiven la conectivización, por
ejemplo, en materia de sindicalización y negociación colectiva, que también
impactan en la definición y determinación del salario mínimo.
En conclusión, se hace evidente que queda mucho por avanzar y que el
proyecto en discusión, difícilmente, podrá ser catalogado como un avance
suficiente para la dignidad de los trabajadores de Chile. La baja disponibilidad
del Gobierno para entablar diálogos, el cierre de la discusión bajo dogmas
cuestionables y la excesiva liberalización del mercado laboral del país son
hechos que deben llamar la atención del Congreso Nacional, ante nuestro rol
de representantes directos de la ciudadanía y obligación de mejorar las
condiciones de vida de la población, a través de la discusión política.
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Esperamos que el Gobierno flexibilice su postura, ya que Chile no podrá ser
considerado un país desarrollado hasta que alcancemos cifras razonables en
ingreso mínimo, derecho y protección de los trabajadores.
Ante la exposición realizada, la bancada del PRSD, tal como lo anunciara
nuestro jefe de bancada, votará en contra del proyecto de reajuste, puesto que
no satisface en lo más mínimo las expectativas de los trabajadores ni menos el
crecimiento y desarrollo de nuestro país.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Gaspar Rivas.
El señor RIVAS.- Señor Presidente, he escuchado atentamente los
argumentos de los distintos colegas que han hecho uso de la palabra, tanto a
favor como en contra del guarismo del proyecto.
Comprendo y entiendo los argumentos y planteamientos que hablan de los
riesgos que podría tener nuestra economía y de la capacidad de otorgar
empleos, en caso de que se aumentara la cifra. A lo mejor, podrían tener
razón; sin embargo, al menos para mí, hace más eco la necesidad de
dignificar, de una vez por todas, la labor de los trabajadores a través de una
remuneración que sea verdaderamente justa. Se ha hablado de 250 mil pesos,
una cifra que ojalá se pagare, pero que es bastante imposible que así suceda.
Seamos realistas. También se ha hablado de 200 mil pesos, una cifra bastante
más cercana a la realidad. De verdad, no sé cuál es la cifra justa para que un
trabajador pueda mantener a su familia, pero lo que sí sé es que la oferta que
en este minuto está haciendo el Ejecutivo, que es de 193 mil pesos, es
absolutamente insuficiente para mantener en forma digna una familia media
en nuestro país.
Tal vez no alcancemos los 200 mil pesos, ojalá fuese así, pero mientras no
se mejore la cifra de 193 mil pesos, voy a votar a favor la idea de legislar, pero
voy a rechazar el guarismo, porque creo, sinceramente, que se puede hacer un
pequeño esfuerzo en favor de tantas familias de nuestro país.
En consecuencia, me sumo a lo dicho por mi colega, el diputado René
Manuel García, y espero tener una mejor oferta en el momento en que el
proyecto vuelva a la Cámara.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado
Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO.- Señor Presidente, hace algunos días la televisión
chilena nos entregaba imágenes, discursos y miradas alegres de nuestro
Primer Mandatario en sus viajes a eventos mundiales.
¿Qué piensan en el extranjero los que ven esas imágenes y aplauden a
nuestro mandatario?
Chile está muy bien.
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El PIB es el más alto de Latinoamérica, pero es necesario ver la realidad que
vivimos internamente.
Pregúntenle a los que viven con 182 mil pesos, y que gracias a ese buen
momento económico van a recibir 193 mil pesos.
Es necesario sentirse felices, contentos, alegres, pero acá no rige ese
axioma, porque el Primer Mandatario no goza de esa popularidad, de ese
afecto. Lo dicen las encuestas. En Chile es otra la imagen, y quien habla
quisiera que no fuera así.
Hace meses existe una división; las familias no están contentas y los
chilenos nos estamos dividiendo.
Por esa razón, creo que esta sesión es un llamado de alerta al Gobierno, la
mayoría de los integrantes de este Parlamento rechaza lo que se pretende
entregar como salario mínimo.
Gran parte del oficialismo les está pidiendo al señor Presidente y al ministro
de Hacienda que los escuchen.
Se dice que crecemos, que prácticamente tenemos pleno empleo, incluso,
que habría sectores deficitarios en cuanto a mano de obra. Sin embargo, al
hablar de subir los salarios, se comienza con el discurso del miedo: que la
crisis internacional, que la desesperación de las Conapymes, que el aumento
de la inflación, etcétera.
Es decir, para quienes manejan nuestra economía es peligroso fijar un piso
mayor de salario mínimo, porque, en otras palabras, el país corre peligro, y
que los que tienen más, sigan teniendo más. Ni siquiera quieren una reforma
tributaria verdadera.
Ese es el Chile de hoy, el que aumenta la pobreza y lo dice alguien que vive
en regiones, donde no está medida la cesantía, por algún motivo será, pero la
mayor cesantía que vive la Región de Los Ríos, en la provincia de Ranco, es un
hecho palpable y los que representamos al Poder Legislativo en esa zona,
podemos decir que es verdad. Allí existe un doble estándar, una tremenda
cesantía y hace mucho tiempo que se reclama por empleos asignados por el
Ejecutivo, pero no llegan. Sigue el descontento.
Las grandes empresas de retail, del sector financiero, de los servicios, de la
industria, las que de acuerdo con sus balances reciben millonarias ganancias,
pagan, a una gran parte de sus trabajadores, el salario mínimo o una cantidad
muy cercana a él. Si no existiera el mínimo legal, no me cabe ninguna duda de
que tratarían de pagar menos.
Muchas instituciones pagan el ingreso mínimo porque es ley, pero le
agregan, según metas.
Rechazaré la propuesta del Ejecutivo, porque el salario mínimo propuesto
nos divide. El mismo Ejecutivo se jacta de que es imposible que Chile no sea el
mejor de Latinoamérica.
Curioso el caso.
La reflexión de muchos debería ser qué es lo que nos está pasando, por qué
actuamos con la injusticia que tantos reclaman.
Queremos lo mejor para Chile, nadie se refiere a situaciones disparejas ni
adversas a la realidad. Acá hay que vivir mejor, porque se puede.
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El Ejecutivo no quiere que Chile viva mejor. Esa es la verdad.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado
Guillermo Ceroni.
El señor CERONI.- Señor Presidente, no hay duda de que vivimos en un
país en el que los presidentes y, especialmente, los ministros de Hacienda se
sienten orgullosos del crecimiento.
No hay duda de ello, pero está claro que ese crecimiento no le llega a la
gran mayoría de la gente. Al recorrer las poblaciones y conversar con las
personas se comprueba que la realidad es así.
Un PIB de 16 mil dólares per cápita, teóricas cifras, debería significar que
cada chilena y chileno recibiría ocho millones de pesos al año, y que un hogar
compuesto por cuatro personas recibiría 32 millones de pesos.
¡Por Dios que sería bonito ese país!
Los hogares recibirían 2,7 millones al mes.
¿Quién podría estar incómodo o molesto con esa situación?
Estaríamos todos felices.
Sin embargo, el 90 por ciento de los hogares chilenos vive con menos del 50
por ciento del PIB y el 60 por ciento con 3.500 dólares anuales. Alrededor de
un millón 750 mil pesos.
Vamos creciendo, y se calcula que el presente año vamos a hacerlo en
alrededor del cuatro o el cinco por ciento. Todo dice que nuestro país va por
buen camino, pero solo para unos pocos, no para la gran mayoría, porque el
gran pecado de nuestro país es la profunda desigualdad.
Llegó el momento en que pongamos un punto final a esa situación. No vale
la pena trabajar tanto ni que nos esforcemos para que nuestro país crezca solo
para unos pocos, los privilegiados de siempre.
Este no es un discurso exagerado, es realista, es lo que la gente vive en
carne propia, porque ve que el país crece, pero para otros, no para ellos.
Algo que la gente debe tener claro es que este Parlamento, o la gran
mayoría de sus integrantes, siempre hacemos un esfuerzo para que se corrijan
las desigualdades.
Finalmente, en estas materias, especialmente, en el salario mínimo, el
responsable de que sea mejor es el Gobierno, concretamente, el Presidente de
la República. Piñera es el que tiene que responderle al país si quiere un salario
mínimo digno, decente, Piñera con su ministro de Hacienda. Son ellos los
responsables. Lamentablemente, en el Congreso Nacional no podemos
formular una indicación para aumentar el salario mínimo si no están de
acuerdo el Presidente con el ministro de Hacienda.
Todo se justifica con el empleo, con que es necesario otorgar más empleos y
con fijar salarios mínimos adecuados. ¿Adecuados? ¿para quiénes? Para los
empresarios, pero no para la gente.
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La mayoría quiere que en nuestro país se generen más empleos, pero
dignos; no empleos con sueldos de miseria, de esos con que la gente no puede
cubrir sus necesidades básicas.
La gente, con los sueldos de que habla el Gobierno, que hoy vemos que han
aumentado de 191 mil a 193 mil pesos, no puede vivir.
Hagamos un esfuerzo de verdad para responder adecuadamente a la
ciudadanía, y se fijen salarios mínimos éticos y justos.
Los obispos dijeron hace bastante tiempo que una familia no puede vivir con
menos de 250 mil pesos mensuales.
Por mi parte, no voy a aprobar el salario mínimo planteado por el Gobierno.
No aprobarlo no significa que estemos en contra del salario mínimo, como dijo
un señor diputado. Simplemente, creemos que es la única herramienta para
presionar a este Gobierno que llegó al poder porque prometió mucho.
Vamos a rechazar el proyecto para presionar al Presidente Piñera a fijar un
salario digno para los trabajadores de Chile.
He dicho.
El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Fidel Espinosa.
El señor ESPINOZA (don Fidel).- Señor Presidente, hace un par de minutos,
el jefe de mi bancada, Marcelo Schilling, destacaba el artículo 3º del Convenio
131 de la OIT, que determina, entre otras cosas, los elementos a tomar en
cuenta para fijar los salarios mínimos: las necesidades de los trabajadores, el
costo de la vida, factores económicos, los niveles de productividad, etcétera.
Voy a votar en contra del salario mínimo por ser insuficiente y por todas las
razones esgrimidas por mis colegas. Sobre todo, porque para una familia vivir
con un salario mínimo insuficiente hace estéril el día a día.
El transporte diario de los trabajadores muchas veces representa un tercio
de sus recursos. Porque no estamos hablando de los 193 mil pesos propuestos
por el Gobierno, sino que cifras menores. Hay que considerar los descuentos
previsionales y de salud.
Los trabajadores con sueldos mínimos deben gastar en movilizarse a sus
fuentes de trabajo, pagar las cuentas básicas del hogar, como luz, agua, gas;
leña, en el caso del sur; alimentación de la familia. Además, los estudios de
sus hijos.
El tema del salario mínimo afecta a un millón de chilenos sujeto a esa
modalidad. Varios parlamentarios de Gobierno se han referido al tema. El
diputado Edwards dijo que aumentaron los porcentajes durante los gobiernos
pasados. Quiero recordar que, en 1998, teníamos un salario mínimo irrisorio
de 140 mil pesos. Entonces, cuando hemos tenido alzas cotidianas de la
canasta básica de alimentos durante los últimos seis años y que han alcanzado
a un 52 por ciento de aumento, se hace necesario fijar un salario digno. Por
eso, vamos a votar en contra.
No quiero dejar pasar la ocasión para plantear un tema importante y que no
es menor. Me refiero a una pancarta. A la gente le indigna que los senadores
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hayan subido sus ingresos en 2 millones mensuales. Nuestra clase política
demuestra cinismo. Eso molesta a la gente, porque los parlamentarios que van
a recibir dos millones de pesos más y van a votar en el Senado un incremento
irrisorio de 9 mil pesos mensuales para los trabajadores.
Cuando formulé esta crítica, muchos parlamentarios dijeron que no se
trataba de asignaciones; que no eran salarios. Pero son asignaciones que
aumentaron sus ingresos. Eso causa indignación. Vea lo que dicen las redes
sociales. Eso indigna a los chilenos. Indigna el salario mínimo. Tenemos que
mejorarlo.
La CUT ha planteado otorgar un salario de 250 mil pesos. No representa una
cifra estratosférica para el Gobierno, pues ha planteado subirlo. La llegada del
ministro de Hacienda determinó subirlo 2 mil pesos más, entre ayer y hoy.
¿Sabe el ministro de Hacienda cuánto cuesta vivir en regiones? La vida en
regiones resulta más cara en la medida en que la población se aleja más del
centro. El ministro de Hacienda lo sabe.
A muchos trabajadores no les alcanza el salario mínimo para proporcionar
una vida digna a sus hijos.
El Presidente Piñera casi todos los días por televisión se jacta, tanto nacional
como internacionalmente, de que somos un país que crece en forma tremenda,
pero cuando llega la hora de votar el salario mínimo, el ministro del ramo,
como también lo hicieron los ministros de la Concertación en su momento,
plantean cifras indignantes para el millón de trabajadores.
Por lo tanto, vamos a votar en contra de ese guarismo porque lo
consideramos insuficiente para los trabajadores.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra la
diputada señora María Antonieta Saa.
La señora SAA (doña María Antonieta).- Señor Presidente, el tema del
salario mínimo desata muchas pasiones. Algunos defienden al Gobierno; otros,
reclaman para que sea mayor. En verdad, es un tema crucial para miles de
chilenos y chilenas.
Se propone entregar 293,3 pesos diarios, casi trescientos.
En el caso de una familia, ¿para qué alcanza? Ni siquiera para cubrir el alza
del pasaje en el Transantiago.
Pensemos en una familia con una jefa de hogar con cuatro hijos y que
trabaja muchas horas. Por ejemplo, en la Cámara de Diputados trabajan
muchas mujeres en el servicio de aseo un montón de tiempo. Y usan la micro
de ida y vuelta. El sueldo no les alcanza.
El discurso más difundido señala que Chile está bien que está estupendo que
crece al 6 por ciento anual que es una maravilla que el señor Paulmann
construye una torre que parece monumento al patriarcado el mall más grande
de América Latina. Pero tenemos a un 1 millón de trabajadores y trabajadoras
con el sueldo mínimo. Hace cinco años, el Obispo Goic dijo que debíamos
avanzar a un salario ético. No me refiero a lo que señaló el ministro Lavín, ya
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que lo que él propuso ni siquiera se acerca a eso, puesto que consistía en una
especie de subsidio para las familias más vulnerables, de manera que no sé
por qué le denominó como proyecto de ley sobre Ingreso Ético Familiar, ya
que, simplemente, era una iniciativa con el objeto de ir en apoyo de las
familias más vulnerables.
Sin embargo, lo que sí es poco ético es que tengamos a miles de familias
chilenas, la mayoría compuestas por mujeres jefas de hogar, que ganan un
salario mínimo que es vergonzoso, que es poco ético, que es una falta a la
ética. ¿Cómo los empresarios, que a veces reciben tremendas utilidades, no se
ponen una mano en el corazón y deciden repartir un poquito de lo que ganan?
¿Por qué desde el Estado no les damos una señal en ese sentido?
Sé que hay muchos pequeños empresarios, pero me pregunto por qué no se
les apoya con un subsidio. Si se aprobó la entrega de un bono para
aproximadamente 2 millones de personas, ¿cómo no se va a poder sacar las
cuentas –el ministro de Hacienda es muy bueno para las matemáticas- y
calcular de qué forma se puede mejorar el aumento de aproximadamente un
millón de salarios mínimos? ¿Cómo no se va a poder, con el crecimiento del 6
por ciento que tenemos, pagar algo que realmente no nos dé vergüenza como
país? Lo que debe hacer el Ejecutivo es presentar una indicación para que más
de un millón de trabajadores y de trabajadoras no tengan que estar ganando el
actual sueldo mínimo.
La verdad es que me da vergüenza por Chile. Me avergüenza que un país
que crece al 6 por ciento y que está más o menos protegido de la crisis
económica que afecta a muchas naciones –de lo cual nos vanagloriamos- no
sea capaz de lograr que un millón de chilenos, que trabajan todo el día,
mejoren su ingreso mínimo mensual. Lo señalo porque su salario no es una
limosna, sino que se les entrega por su labor, para lo cual deben utilizar un
sistema de transporte complicado, lo que perjudica su calidad de vida.
Pongámonos en el lugar de ellos; pongámonos en el lugar de esa jefa de hogar
que tiene cuatro niños y que tiene miles de dificultades. El ingreso mínimo
mensual es poco ético. Con lo que se está proponiendo en el proyecto se falta
a la ética, porque una familia no puede vivir con eso.
No creo que si se mejora más el ingreso mínimo mensual se pierdan
empleos. Por último, hagamos la prueba, porque lo que se ha señalado es que
tenemos pleno empleo. Si como país estamos creciendo, no creo que ese
mejoramiento genere pérdida de empleo. La cantinela respecto de que se
pierde empleo la escuchamos cada vez que tratamos proyectos relacionados
con las leyes labores. Reitero que cada vez que se tratan iniciativas legales que
modifican las leyes laborales se plantea eso. Por ejemplo, cuando se trató el
proyecto que propuso la extensión de postnatal a seis meses, se señaló que
muchas mujeres iban a perder sus empleos. Cuando se trata cualquier materia
relacionada con temas laborales se dice lo mismo.
Hago un llamado a mis colegas, para que, de una vez por todas, aprobemos
leyes laborales decentes, que establezcan la negociación colectiva y la defensa
de los trabajadores.
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Realmente, estamos en un país poco ético, en el que se cometen todo tipo
de abusos, como los abusos infantiles y muchas otras cosas. Por lo tanto,
debemos dar un salto en favor de la ética nacional. De allí que –por intermedio
del señor Presidente- ruego al ministro de Hacienda que se ponga una mano
en el corazón, porque una familia con una jefa de hogar no puede vivir con el
salario mínimo que se propone, ni siquiera con un hijo, de manera que se debe
mejorar la propuesta y recuperar la ética nacional.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor David Sandoval.
El señor SANDOVAL.- Señor Presidente, he escuchado muchas
intervenciones relacionadas con esta materia, como la discusión que se efectuó
el año pasado, la cual tenía la misma dirección y el mismo contexto.
Respecto del debate que estamos llevando a cabo, quiero señalar que
lamento las expresiones del diputado señor Ceroni, cuando reclama o exige al
Presidente de la República y al Gobierno cambiar lo que propone en relación
con el aumento del ingreso mínimo mensual.
El 12 de junio de 2007, el entonces ministro del Trabajo y Previsión Social,
señor Osvaldo Andrade, descartó la idea del titular de la Central Unitaria de
Trabajadores, señor Arturo Martínez, de pedir un salario cercano a 180 mil
pesos. Al respecto, señaló: “Es una cifra referencial, nos parece excesiva, pero
insisto que es una conversación que vamos a iniciar y ahí veremos las cifras en
concreto”.
A propósito, quiero decir al diputado señor Ceroni –por su intermedio, señor
Presidente- que otro ex ministro de su sector señaló, sobre la misma materia,
lo siguiente: “Eyzaguirre advirtió que reajuste excesivo del salario mínimo
puede provocar desempleo”. El medio en que se publicaron sus declaraciones
agregó: “El ministro de Hacienda fue claro en señalar que en materia
económica las cosas deben hacerse de acuerdo a cómo son y no “por cómo
parecen”, al comentar la petición de CUT, de un salario de 145 mil pesos
mensuales.”.
Tengo un claro conflicto personal respecto del planteamiento que hace el
Gobierno en materia salarial; obviamente no me gusta. Desearía que los
trabajadores que perciben el sueldo mínimo ganaran 250 o 300 mil pesos, ¿por
qué no? Sin embargo, en mi región hay muchas empresas que son muy
pequeñitas, para cuyos dueños se está fijando un sueldo mínimo deberán
saber enfrentar para pagar a sus trabajadores.
Cuando analizamos la historia de este tipo de reajustes, siempre queda la
sensación mezquina de que no estamos haciendo el esfuerzo suficiente para
hacer frente a lo que realmente necesita nuestra comunidad, nuestra gente. Es
obvio que nadie quiere que ningún trabajador, que ninguna familia de nuestro
país, viva con lo que significa un salario mínimo. No estoy de acuerdo con los
193 mil, con los 200 mil ni con los 250 mil pesos. Ojalá pudiéramos hacer algo
totalmente distinto. Sin embargo, ¿cómo podemos lograr que esos pequeños
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empresarios, esos pequeños operadores de servicios puedan terminar
haciéndose cargo de esta realidad? No obstante, comparto que debemos
realizar un esfuerzo y un estudio serio para enfrentar, de manera concreta, la
forma de entregar a la comunidad y a los trabajadores remuneraciones de
acuerdo con lo que nuestro país dice ser.
Creo que no estamos en la antesala del desarrollo; nos falta mucho. Pero
también considero que cuando uno observa la secuencia histórica de los
reajustes de los últimos años, esta no se condice con los discursos que hemos
escuchado en la Sala, puesto que los reclamos que se plantean al Ejecutivo no
dicen relación con lo que aconteció en los años en los que se aplicaron
reajustes del ingreso mínimo mensual de 0,5; 3,2; 3,1; 2,1; 2,7 y 0,7 por
ciento. Los planteamientos que aquí se han hecho no se condicen con la
actuación que tuvieron quienes formaron parte activa del gobierno anterior,
como los reclamos y las exigencias que ha hecho el diputado señor Ceroni en
relación con el ingreso mínimo mensual.
Quiero señalar al ministro de Hacienda –por su intermedio, señor
Presidente- que me gustaría que se pagara un suelo mínimo de 300 mil pesos
o el monto que fuera necesario para sacar a nuestras familias más modestas
de la condición de pobreza y de extrema pobreza en las que muchas de ellas
viven, que es el gran objetivo que se ha trazado el Gobierno, pero la realidad
indica otra cosa.
Por lo tanto, quiero terminar mi intervención con lo que señaló en su
momento el ex ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre al respecto, en el
sentido de que las, las cosas deben hacerse de acuerdo a cómo son y no por
cómo parecen. Lamentablemente, hoy estamos enfrentados a esa realidad, de
manera que aunque hay muchas cosas que no comparto, las cosas hay que
hacerlas de acuerdo a como son.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Osvaldo Andrade.
-Hablan varios señores diputados a la vez.
El señor ANDRADE.- Señor Presidente, esperaría que las expresiones de
júbilo se manifestaran inmediatamente después de mi intervención, no antes,
pero haremos un esfuerzo al revés. Siempre es bueno escucharnos, sobre todo
cuando se trata de una materia como la que estamos tratando, respecto de la
cual quiero señalar lo siguiente.
En mi intervención anterior establecí el criterio que he tenido siempre: el
salario justo debe ser el producto de una negociación entre el trabajador y el
empleador. Eso lo pienso, lo he dicho y lo voy reiterar siempre. Creo que esa
es la fórmula con que estas cosas se deben tratar.
Señor Presidente, por su intermedio, quiero decirle a los parlamentarios que
me han señalado que, por eso, en mi intervención, no hablé de ninguna cifra.
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DISCUSIÓN SALA
Pero, en honor a la verdad, quiero decirles que ha habido otros que sí han
hablado de cifras, y es bueno recordarlo.
El señor Bruno Baranda habló, en su condición de subsecretario del Trabajo,
de un ingreso mínimo de 250 mil pesos. Eso le provocó una reprimenda, pero
él fue quien lo planteó y yo hago buena fe de sus impresiones. No tengo por
qué hacerle una crítica. Eso es lo que él cree y me parece bien.
El partido donde milita el Presidente de la República ha señalado al país su
interés en que el ingreso mínimo sea de 200 mil pesos. Esa no es una cifra que
hemos puesto nosotros; la ha señalado el partido del Presidente de la
República.
El ministro de Hacienda, que tiene la confianza del Presidente de la
República, ha señalado que él entiende que es 193 mil pesos. El juego de cifras
no ha provenido de la Oposición. Nos hemos limitado, en todas las
intervenciones, a decir que nos parece que el reajuste podría ser mejor. ¡A eso
nos hemos limitado! Las cifras las han puesto, desde el oficialismo, el señor
Baranda, el presidente de Renovación Nacional, don Carlos Larraín, y
Renovación Nacional. Ese es el problema que hemos tenido. Por eso, esto ha
estado permanentemente suspendiéndose, porque no ha habido forma de
encontrar un entendimiento entre el Gobierno y sus adherentes. ¡Perdónenme!
Si quieren que hablemos las cosas, hablémoslas con franqueza. ¡Es ahí donde
está el problema!
Entonces, como no se han puesto de acuerdo entre ustedes, nos trasladan el
problema a nosotros. Nosotros lo único que hemos dicho es que nos parece
insuficiente la propuesta que se nos ha hecho y que estamos en condición de
votarla en contra. ¡Es todo lo que hemos dicho!
Si queremos recordar el pasado -siempre ocurre que el pasado para algunos
opera solo los últimos veinte años-, no tengo ningún problema en que nos
hagamos cargo y lo hagamos como era antes, cuando se reajustaban los
sueldos vitales. ¡No tengo problemas en que tengamos esa conversación!
En 1990, en los gobiernos de la Concertación, se reajustó el ingreso mínimo
en un 44 por ciento. Uno también podría hacer un alegato respecto de eso,
pero no es mi intención. Lo que, simplemente, quiero transmitir es que nos
hagamos cargo del problema. Insisto, nosotros hemos dicho que este reajuste
nos parece insuficiente. Eso es lo que ha dicho la Oposición y ha manifestado
una voluntad. El juego de cifras ha deambulado por el frente, mi costado
derecho y, por cierto, mi izquierda. Lo mínimo que se le puede pedir a
cualquier gobierno es que fije un acuerdo básico.
¿Qué van a hacer el Gobierno y sus adherentes? Es un problema que tienen
que resolver entre ellos.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Iván Moreira.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, en primer lugar, por su intermedio,
le quiero decir al presidente del Partido Socialistas que agradecemos sus
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DISCUSIÓN SALA
consejos. Efectivamente, algo de cierto hay en sus palabras y nosotros
tenemos que asumir nuestra propia autocrítica, sobre todo cuando hablamos
de los guarismos y los supuestos mejores ingresos mínimos que debiéramos
aprobar.
¡Es muy fácil el discurso! Pero, cuando se es gobierno, otra cosa es con
guitarra. Quizás, creímos que la íbamos a tocar demasiado bien en algunas
materias y eso ha sido difícil para las personas que tienen que manejar la
economía, porque se tienen que enfrentar no solo a una Oposición dura y
obstructiva, en algunas oportunidades, sino también a los autogoles que nos
hacemos. ¡Eso es verdad!
Pero, llegó el minuto en que se tienen que terminar los autogoles. ¡Estamos
o no estamos! Las puertas son anchas para los que quieran irse. Tenemos que
hacer nuestra autocrítica. El peor error que podemos cometer en todo orden
cosas -ahora estamos hablando de economía, de una materia de Hacienda-,
como partido de Gobierno y de Derecha, es no ser perseverantes en nuestras
convicciones.
Si no hicimos populismo durante los veinte años de la Concertación, no lo
vamos a hacer ahora. Algunos piensan que pierden un voto, por ser –son
poquísimos- pinochetistas, piñeristas o meleristas, porque fijan claramente las
convicciones por las que hay que luchar en los momentos difíciles.
Cuando uno está con un Presidente y se la juega por él, porque conoce
cómo es, sabe cómo actúa y de qué manera va a conducir el Gobierno, sabe
perfectamente lo que está haciendo.
Lo que hoy está haciendo el Gobierno es una cuestión seria. Nosotros no
vamos olvidarnos de eso y vamos a estar, con lealtad, hasta el último día que
gobierne Sebastián Piñera, porque este partido, la UDI, no solo es Derecha,
sino que es derecho en sus convicciones y compromisos.
Por eso, vamos a votar como corresponde. ¡Vamos a dar la cara! Les
aseguro que la opinión pública y los trabajadores no se van a dejar llevar por
la confusión a la que hoy pretende llevarnos la Concertación. ¡Ordénense
ustedes primero! No nos den consejos. Prefiero que nos den consejos de
amigos, pero no políticos. ¡Por algo se fueron del gobierno!
Señor Presidente, por su intermedio, le quiero decir al ministro que lo vamos
a apoyar todos los diputados de la UDI, algunos con más convicción que otros,
pero con compromiso; obviamente, con aprensiones, porque es lógico todos
quisiéramos 280 mil, 300 mil o 500 mil pesos. Aquí –lo que voy a decir no le
va a gustar a algunos- hacen gárgaras con el ingreso mínimo, pero yo me
pregunto cuántos de ustedes, derechamente, estarían dispuestos ante el país a
decir: “Me rebajo el 50 por ciento de mi sueldo,” ¡Ninguno!
Un señor DIPUTADO.- El Partido Comunista.
El señor MOREIRA.- Sí, puede ser que el Partido Comunista lo haga, porque
tiene un buen contador.
He dicho.
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DISCUSIÓN SALA
El señor LARRAÍN (ministro de Hacienda).- Señor Presidente, después de
haber escuchado atentamente tres horas de discusión y comentarios, quiero
hacerme cargo de algunos temas que se han tocado y de apreciaciones que, en
algunos casos, no son correctas. Son equivocadas, porque no corresponden a
la realidad.
En primer lugar, el tema de la situación externa. Un diputado en su
intervención le atribuyó al Gobierno estar generando y describiendo una crisis
en Europa que no existe. Por su intermedio, quiero decirle que basta con mirar
las noticias, abrir los diarios, ver los mercados, para darse cuenta de que sería
sobrestimar extraordinariamente las capacidades de este Gobierno pensar que
nosotros hemos logrado generar lo que está ocurriendo en estos momentos en
Europa, la desaceleración en China y en muchos de los países vecinos. ¡Esa es
una realidad! Nos estamos desenvolviendo en un mundo extraordinariamente
complejo.
Hemos tenido la oportunidad de estar con el Presidente Piñera en la cumbre
del G-20 y palpar ahí los problemas que están viviendo muchos de nuestros
vecinos. Esta no es una invención, es la realidad. Quien pretenda argumentar
algo distinto, está desconociendo lo que ocurre en el mundo.
En segundo lugar, respecto de la situación interna, se ha dicho acá que si
estamos tan bien, por qué no ofrecemos un reajuste mayor. Creo que aquí hay
que actuar con justicia. Nosotros no vamos a cosechar aplausos en los
seminarios internacionales ni en las reuniones en que nos toca participar. Es
cierto que nos tratan muy bien y se admiran de lo que está ocurriendo en
Chile. Esperaría que los parlamentarios de la coalición de gobierno y los de la
Oposición se alegraran también de que tengamos una economía que crea
empleo, que está creciendo y que permite aumentar los salarios. Me parece
que eso es algo de lo cual deberíamos alegrarnos todos, en lugar de hacer
mofa de nuestra situación, como escuché en algunas intervenciones, o decir
que el Gobierno se vanagloria de nuestra realidad en el exterior. Ojalá que
pudiéramos sentirnos orgullosos de la economía que hemos construido entre
todos.
En tercer lugar, señor Presidente, se preguntan quiénes están afectos al
salario mínimo. Y aquí se afirma que vamos a ayudar a los trabajadores del
país que tienen menos si aumentamos mucho el salario mínimo.
Les diré que un gran incremento del salario mínimo perjudica a los
trabajadores, porque les impediremos mantener o encontrar un empleo.
Además, la investigación económica señala que un gran amento del salario
mínimo favorece a los trabajadores calificados, porque, por sustitución, se
aumenta la demanda por sus servicios. En consecuencia, no debemos creer
que con el aumento del salario mínimo estamos mejorando, dentro de ciertos
rangos, a los que tienen menos. Nuestra propuesta mejora la situación de los
trabajadores no calificados.
En cuarto lugar, se dijo que un millón de trabajadores recibe el sueldo
mínimo, lo que no es efectivo, ya que 200 mil trabajadores se ubican en el
rango de 1 a 1,05 veces del salario mínimo; 600 mil trabajadores reciben el
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DISCUSIÓN SALA
salario mínimo, lo que corresponde al 25 por ciento de la fuerza laboral; es
decir, no es un millón de trabajadores el que recibe el sueldo mínimo.
Más del 80 por ciento de las pymes pagan el salario mínimo. Estuve la
semana pasada con el Presidente de la República en una reunión con todos los
presidentes de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana
Empresa, Conapyme, quienes nos pidieron por favor fuéramos responsables
con el aumento del salario mínimo, porque son ellos quienes lo pagan y no,
estoy citando, los dirigentes empresariales ni quienes proponen los grandes
incrementos del salario mínimo.
Considero que uno debe tener un discurso consistente cuando quiere ayudar
a las pymes. Como dijo un señor diputado, representantes de la Conapyme
dieron una conferencia de prensa hoy día en la mañana, en la que plantearon
la inconveniencia de aumentar mucho el salario mínimo y dieron su respaldo a
la propuesta del Gobierno, y no porque sean partidarios de este, sino que
porque ellos pagan el salario mínimo.
En quinto lugar, alguien dijo en una de las primeras intervenciones que
abriéramos la billetera. Ese argumento es errado, porque el salario mínimo no
se paga con recursos fiscales; es decir, el sector público no paga el salario
mínimo. Este es un tema que afecta a las empresas, particularmente a las
pymes; el salario mínimo tiene un efecto fiscal muy bajo.
En sexto lugar, aquí se ha dudado de los efectos que produce en el empleo
un alza considerable del salario mínimo. No obstante, toda la investigación
económica señala que un aumento significativo del salario mínimo trae consigo
un deterioro en el empleo.
Como no nos creen a nosotros, invito a los señores diputados, por
intermedio del señor Presidente, a leer la columna escrita por el ex ministro
Eduardo Bitrán en La Segunda, donde plantea que incluso el 5 por ciento de
aumento del salario mínimo propuesto por el Gobierno, que se aumentó a 6
por ciento con la indicación que hemos presentado y repuesto en la Cámara, le
parece exagerada, si se considera la crisis mundial. Reitero, lo dice un ex
ministro de la Concertación, no nosotros.
En séptimo lugar, se afirmó que no queremos sentarnos a dialogar con los
trabajadores. Eso es completamente falso, ya que los representantes de la CUT
nos notificaron a través de la prensa que no estaban dispuestos a conversar
con el Gobierno. No obstante, hemos mantenido siempre la disposición y las
puertas abiertas al diálogo. No es responsabilidad nuestra que la otra parte no
quiera sentarse a conversar con nosotros.
En octavo lugar, se dijo que el aumento del salario mínimo es la forma de
reducir la desigualdad. Hay muchas maneras de reducir la desigualdad, pero
nada indica que ésta es una de ellas. El Gobierno ha creado una serie de
beneficios para ese efecto, como el ingreso ético familiar y los bonos de
distintos tipos que entrega a las personas de menores recursos, los cuales no
afectan el empleo.
En noveno lugar, alguien mencionó las cifras de reajuste en los años 90. Es
efectivo que el salario mínimo aumentó 26,9 por ciento en 1991, pero el
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reajuste real fue de sólo 2,6 por ciento, porque la inflación superaba el 20 por
ciento en ese momento.
Por lo tanto, para hablar con la verdad y sin lugar a equívocos, debemos
referirnos a incrementos reales, en lugar de incrementos nominales en los
casos en que la inflación ha superado el 20 por ciento.
Por último, anoté los términos que se usaron en algunas de las
intervenciones para describir la propuesta del Gobierno: mezquino, egoísta,
ofensa, vergüenza, irrisorio, indignante. Esos epítetos fueron emitidos con
mucha pasión y elocuencia frente a una propuesta que implica un alza del 6
por ciento nominal y del 2,9 por ciento real.
Sin embargo, durante el gobierno de la Presidenta Bachelet, el incremento
real del salario mínimo promedio fue 2,1 por ciento. En consecuencia, me
parece que hay una inconsistencia, una incoherencia al criticar de esta forma
una propuesta que aumenta en 40 por ciento más el porcentaje que
incrementó el salario mínimo en el gobierno anterior.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- En votación general el
proyecto.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el
siguiente resultado: por la afirmativa, 50 votos; por la negativa, 51 votos.
Hubo 1 abstención.
Nota: Las siguientes votaciones se extrajeron de la página web de la
Cámara de Diputados1
Materia: Reajusta el monto del ingreso mínimo mensual.
Artículo:
Sesión: 46
Trámite: Primer Trámite Constitucional / Primer Informe
Tipo de votación: General
Quorum: Quorum Simple
Resultado: Rechazado
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Rechazado.
1
http://camara.cl/trabajamos/sala_votacion_detalle.aspx?prmID=15485
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-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Sr. Alvarez-Salamanca R. Pedro Pablo Sr. García G. René Manuel Sr.
Morales M. Celso Sr. Silva M. Ernesto Sr. Baltolu R. Nino Sr. Kort G. Issa Sr.
Moreira B. Iván Sr. Squella O. Arturo Sr. Barros M. Ramón Sr. Godoy I.
Joaquín Sra. Nogueira F. Claudia Sra. Turres F. Marisol Sr. Bauer J. Eugenio Sr.
Gutiérrez P. Romilio Sr. Norambuena F. Iván Sr. Ulloa A. Jorge Sr. Becker A.
Germán Sr. Hernández H. Javier Sr. Recondo L. Carlos Sr. Letelier A. Cristian
Sr. Bertolino R. Mario Sra. Isasi B. Marta Sr. Rivas S. Gaspar Sr. Urrutia B.
Ignacio Sr. Bobadilla M. Sergio Sr. Kast R. José Antonio Sr. Rojas M. Manuel
Sr. Van Rysselberghe H. Enrique Sr. Browne U. Pedro Sr. Rosales G. Joel Sra.
Rubilar B. Karla Sr. Velásquez S. Pedro Sr. Cardemil H. Alberto Sr. Macaya D.
Javier Sra. Sabat F. Marcela Sr. Verdugo S. Germán Sra. Cristi M. María
Angélica Sr. Melero A. Patricio Sr. Salaberry S. Felipe Sr. Vilches G. Carlos Sr.
Edwards S. José Manuel Sra. Molina O. Andrea Sr. Sandoval P. David Sr. Von
Mühlenbrock Z. Gastón Sr. Eluchans U. Edmundo Sr. Monckeberg B. Cristián
Sr. Sauerbaum M. Frank Sr. Ward E. Felipe Sr. Estay P. Enrique Sr.
Monckeberg D. Nicolás
-Votaron por negativa siguientes señores diputados:
Sr. Accorsi O. Enrique Sr. Cornejo G. Aldo Sr. Jarpa W. Carlos Abel Sr.
Pérez A. José Sr. Aguiló M. Sergio Sr. Chahín V. Fuad Sr. Jiménez F. Tucapel
Sra. Saa D. María Antonieta Sr. Alinco B. René Sr. De Urresti L. Alfonso Sr.
Lemus A. Luis Sr. Saffirio E. René Sr. Andrade L. Osvaldo Sr. Espinosa M.
Marcos Sr. León R. Roberto Sr. Schilling R. Marcelo Sr. Araya G. Pedro Sr.
Espinoza S. Fidel Sr. Lorenzini B. Pablo Sra. Sepúlveda O. Alejandra Sr.
Ascencio M. Gabriel Sr. Farías P. Ramón Sr. Marinovic S. Miodrag Sr. Silber R.
Gabriel Sr. Auth S. Pepe Sra. Girardi L. Cristina Sr. Meza M. Fernando Sr.
Teillier D. Guillermo Sr. Burgos V. Jorge Sra. Goic B. Carolina Sr. Montes C.
Carlos Sr. Vallespín L. Patricio Sr. Campos J. Cristián Sr. González T. Rodrigo
Sra. Muñoz D. Adriana Sr. Vargas P. Orlando Sr. Carmona S. Lautaro Sr.
Gutiérrez G. Hugo Sr. Núñez L. Marco Antonio Sr. Venegas C. Mario Sr. Castro
G. Juan Luis Sr. Hales D. Patricio Sr. Ojeda U. Sergio Sra. Vidal L. Ximena Sr.
Cerda G. Eduardo Sr. Harboe B. Felipe Sr. Ortiz N. José Miguel Sr. Walker P.
Matías Sr. Ceroni F. Guillermo Sr. Jaramillo B. Enrique Sra. Pacheco R. Clemira
Se abstuvo el diputado don Sr. Tarud D. Jorge
No votaron por estar pareados: Sr. Pérez L. Leopoldo con Sr. Monsalve B.
Manuel Sr. Robles P. Alberto con Sr. Calderón B. Giovanni Sr. Rincón G.
Ricardo con Sr. Martínez L. Rosauro Sr. Tuma Z. Joaquín con Sr. Delmastro N.
Roberto
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Por haber cumplido con
su objeto, se levanta la sesión.
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OFICIO RECHAZO PROYECTO
1.6. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo
Oficio al Ejecutivo. Comunica rechazo en general de Proyecto. Fecha 20 de
junio, 2012.
Oficio Nº 10237
A S. E. EL
PRESIDENTE
DE LA
REPÚBLICA
VALPARAÍSO, 20 de junio de 2012
La Cámara de Diputados, en sesión de esta fecha, ha
desechado en general el proyecto de ley que reajusta el monto del ingreso
mínimo mensual, correspondiente al boletín N° 8387-05, originado en Mensaje
126-360.
Lo que comunico a V.E., para los efectos de lo dispuesto
en el artículo 68 de la Constitución Política de la República.
Dios guarde a V.E.
NICOLÁS MONCKEBERG DÍAZ
Presidente de la Cámara de Diputados
ADRIÁN ÁLVAREZ ÁLVAREZ
Secretario General de la Cámara de Diputados
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OFICIO INSISTENCIA
2. Trámite Insistencia: Senado.Diputados
Cámara de
2.1. Oficio del Ejecutivo a Cámara de Origen
Oficio por el cual S.E. comunica que ha resuelto hacer uso de la facultad de
Insistencia. Fecha 21 de junio, 2012. Cuenta en Sesión 47. Legislatura 360.
HACE USO DE SU FACULTAD DE INSISTIR EN PROYECTO DE LEY QUE
INDICA
A S.E. EL
PRESIDENTE
DE LA H. CÁMARA DE
DIPUTADOS
SANTIAGO, junio 21 de 2012.-
N° 168-360./
Honorable Cámara de Diputados:
En respuesta al oficio N° 10237 que me fue remitido con fecha 20 de junio del
año 2012, por medio del cual se me comunica que esta H. Corporación ha
rechazado en general el proyecto de ley que reajusta el ingreso mínimo
mensual (Boletín 8387-05), tengo a bien poner en conocimiento de V. E. que
he resuelto hacer uso de la facultad que me confiere la Constitución Política de
la República, en su Artículo 68, insistiendo en la tramitación del referido
proyecto. En consecuencia, ruego a V.E. disponer lo necesario para que la
iniciativa de ley sea remitida al H. Senado.
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COMUNICA INSISTENCIA DEL EJECUTIVO
2.2. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
Comunica Insistencia del Ejecutivo en proyecto de ley. Fecha 21 de junio,
2012. Cuenta en Sesión 30. Legislatura 360. Senado.
Oficio N° 10238
A S. E. EL
PRESIDENTE DEL
H. SENADO
VALPARAÍSO, 21 de junio de 2012
La Cámara de Diputados, en sesión 46ª, de 20 de junio,
desechó en general el proyecto de ley que reajusta el monto del ingreso
mínimo mensual (boletín N° 8387-05), originado en Mensaje N° 126-360.
En uso del derecho que le confiere el artículo 68 de la
Constitución Política de la República, S.E. el Presidente de la República ha
solicitado, mediante oficio N° 168-360, de esta fecha, la remisión al H. Senado
del referido Mensaje,
para los efectos contemplados en dicha norma
constitucional.
Remito, por consiguiente, a V.E. el Mensaje N° 126-360
y la totalidad de los antecedentes.
Dios guarde a V.E.
NICOLÁS MONCKEBERG DÍAZ
Presidente de la Cámara de Diputados
ADRIÁN ÁLVAREZ ÁLVAREZ
Secretario General de la Cámara de Diputados
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
2.3. Informe de Comisión de Hacienda
Senado. Fecha 04 de julio, 2012. Cuenta en Sesión 32. Legislatura 360.
CERTIFICADO
Certifico que el día 4 de julio de 2012, la Comisión de
Hacienda del Senado sesionó para tratar el oficio N° 168-360, de 21 de junio
de 2012, de S.E. el Presidente de la República, en que haciendo uso del
derecho que le confiere el artículo 68 de la Constitución Política de la
República, remite al Senado, para los efectos contemplados en dicha norma
constitucional, el proyecto de ley, que reajusta el monto del ingreso mínimo
mensual, boletín Nº 8.387-05, que cuenta con urgencia calificada de
“discusión inmediata”.
A la sesión en que vuestra Comisión conoció de la
iniciativa concurrieron, además de sus integrantes, los Honorables Senadores
señores Espina, Kuschel, Pizarro y Sabag.
Del mismo modo, asistieron los siguientes invitados:
Del Ministerio de Hacienda, el Ministro, señor Felipe
Larraín; el Coordinador Legislativo, señor Francisco Moreno; y el asesor, señor
César Valenzuela.
Del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, el
Ministro, señor Cristián Larroulet, y la asesora, señorita Constanza Castillo.
Del Ministerio Secretaría General de Gobierno, la
asesora, señorita Carolina Ubilla.
De la Biblioteca del Congreso Nacional, la asesora,
señorita María Soledad Larenas.
De la Corporación de Estudios para Latinoamérica
(CIEPLAN), la Secretaria Ejecutiva del Programa Legislativo, señorita Macarena
Lobos.
El asesor del Honorable Senador señor Frei, señor
Eugenio Fredes.
Los asesores de la Honorable Senadora señora
Rincón, señora Labibe Yumha y señor Josué Vega.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
El asesor de la bancada de Senadores del Partido
Demócrata Cristiano, señor Ramón Calderón.
--El proyecto de ley que reajusta el monto del ingreso
mínimo mensual, boletín N° 8.387-05, originado en Mensaje N° 126-360, es
del siguiente tenor:
“Artículo 1°.- Elévase, a contar del 1 de julio de
2012, de $182.000 a $191.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, de
$135.867 a $142.586 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, el monto del
ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales, de
$117.401 a $123.207.
Artículo 2°.- Reemplazase, a contar del 1° de julio del
año 2012, el artículo 1° de la ley N° 18.987, por el siguiente:
“Artículo 1°.- A contar del 1 de julio del año 2012, las
asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares,
reguladas por el decreto con fuerza de ley N° 150, de 1982, del Ministerio del
Trabajo y Previsión Social, tendrán los siguientes valores, según el ingreso
mensual del beneficiario:
a) De $7.525 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual no exceda de $196.788.
b) De $5.221 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $196.788 y no exceda los $317.407.
c) De $1.650 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $317.407 y no exceda los $495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $495.047 no
tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su plena
vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2° del citado decreto con fuerza de ley N° 150, y los que se
encuentren en goce de subsidio de cesantía se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente.”.
Artículo 3°.- Fíjase en $7.525 a contar del 1 de julio
del año 2012, el valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la
ley N° 18.020.
Artículo 4°.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de la presente
ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.”.
---
La Comisión de Hacienda, por la unanimidad de
sus miembros, deja constancia que ha escuchado al señor Ministro de
Hacienda, produciéndose un valioso intercambio de opiniones sobre la
materia, dejando a la Sala el pronunciamiento al que se refiere el
artículo 68 de la Constitución Política de la República, respecto del
proyecto de ley identificado con el boletín N° 8.387-05.
Acordado en sesión celebrada el día 4 de julio de
2012, con asistencia de los Honorables Senadores señor José García Ruminot
(Presidente), señora Ximena Rincón González, y señores Eduardo Frei RuizTagle, Ricardo Lagos Weber y Jovino Novoa Vásquez.
Sala de la Comisión, a 4 de julio de 2012.
ROBERTO BUSTOS LATORRE
Secretario
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DISCUSIÓN SALA
2.4. Discusión en Sala
Senado. Legislatura 360. Sesión 32. Fecha 04 de julio, 2012. Discusión
Insistencia. Se aprueba.
REAJUSTE DE MONTO DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL. TRÁMITE
HABILITANTE
El señor ESCALONA (Presidente).- Corresponde tratar la solicitud de insistencia
del Presidente de la República respecto al proyecto que reajusta el monto del
ingreso mínimo mensual, con urgencia calificada de “discusión inmediata”.
--Los antecedentes sobre el proyecto (8387-05) figuran en los Diarios
de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
Se da cuenta del oficio de la Cámara de Diputados en sesión
30ª, en 3 de julio de 2012.
Certificado de Comisión:
Certificado de la Comisión de Hacienda: sesión 32ª, en 4 de
julio de 2012.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Este proyecto fue desechado en general
por la Cámara de Diputados y, en virtud de lo dispuesto en el artículo 68 de la
Constitución Política de la República, el Primer Mandatario le solicitó a dicha
Corporación enviarlo al Senado para que este lo apruebe en general por los
dos tercios de sus miembros presentes.
La Comisión de Hacienda, por la unanimidad de sus
integrantes, Senadores señora Rincón y señores Frei, García, Lagos y Novoa,
deja constancia de que escuchó al señor Ministro de Hacienda, produciéndose
un valioso intercambio de opiniones sobre la materia y dejando a la Sala del
Senado el pronunciamiento a que se refiere el artículo 68 de la Carta
Fundamental acerca de esta iniciativa legal.
Cabe hacer presente que, de conformidad con la
disposición constitucional antes citada, el quórum especial para la aprobación
general del proyecto requiere los votos favorables de los dos tercios de los
Senadores presentes.
El señor ESCALONA (Presidente).- En discusión la solicitud de insistencia del
Presidente de la República.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Por tercera vez, ofrezco la palabra.
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Puede hacer uso de ella el Senador señor García.
El señor GARCÍA.- Señor Presidente, quiero recordar que estamos ante un
trámite de habilitación para continuar discutiendo el proyecto de reajuste del
salario mínimo en la Cámara de Diputados. No necesariamente debemos entrar
al fondo del reajuste o del monto que se propone, porque eso es posible
hacerlo en las etapas que proseguirán tanto en dicha Corporación como en el
propio Senado.
Este procedimiento, en realidad, se halla establecido
en la Constitución Política y permite al Presidente de la República insistir
cuando uno de sus proyectos de ley es rechazado en la Cámara de origen.
Debo agregar que esta iniciativa reajusta el salario
mínimo en un 6 por ciento, de acuerdo con la última propuesta que hizo el
Ministro de Hacienda en la Cámara de Diputados, dejándolo en 193 mil pesos
mensuales.
Pero esto último no es lo único -y me gustaría que lo
tengamos presente-, pues, de no reunirse el quórum suficiente para aprobar la
habilitación, no solo no tendríamos reajuste del salario mínimo -cosa que
considero bastante grave-, sino que tampoco se reajustarían las asignaciones
familiares y, particularmente, el subsidio único familiar.
Deseo recordar a esta Honorable Sala que hoy día
más de dos millones de causantes (más de dos millones de niños) reciben
dicho beneficio y, por ende, los estaríamos privando de un reajuste del 6 por
ciento.
En consideración a los argumentos que he señalado,
hago un llamado a la Sala para que habilitemos el proyecto. De eso se trata:
de que se siga discutiendo, de que continuemos conversando, a fin de
construir un diálogo y una solución que sean fructíferos.
Yo, señor Presidente, votaré a favor de habilitar el
proyecto para que prosiga su discusión en la Cámara de Diputados.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- A continuación, está inscrita la Honorable
señora Allende, quien no se encuentra en la Sala.
Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, estimados colegas: ¿qué debatimos
hoy? Debatimos si vamos a habilitar o no a la Cámara de Diputados para que
vuelva a discutir sobre el monto de reajuste al salario mínimo.
Y la pregunta, entonces, que surge es la siguiente: si
hoy el Primer Mandatario no está dispuesto a cambiar el monto del ingreso
mínimo que se discutió en la Cámara de Diputados hace dos semanas, ¿qué
sentido tiene este debate, salvo que el Senado de la República esté de acuerdo
con que el salario mínimo en el país sea de 193 mil pesos?
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DISCUSIÓN SALA
Francamente,
resulta
impensable
que
no
reflexionemos en este Hemiciclo sobre lo que ha ocurrido en Chile y lo que
significa el ingreso mínimo para un número importante de trabajadores.
Cuando uno revisa las cifras y ve que el ingreso per
cápita autónomo del 5 por ciento más rico de los chilenos es 830 veces mayor
que el del 5 por ciento más pobre; cuando vemos que dos de cada tres
hogares en Chile viven con menos de 600 mil pesos; cuando observamos que
el salario mínimo debe hacerse cargo de cubrir necesidades de alimentación,
vestuario, transporte, servicios básicos, sin recurrir al endeudamiento, la
verdad es que esta discusión se vuelve fundamental y no se halla dentro del
debate de los macrotemas económicos y de los supuestos de la economía, sino
que tiene que ver con el día a día de hombres y mujeres del país que hacen un
tremendo esfuerzo por sacar adelante a sus familias.
Ayer dijimos que necesitábamos escuchar al Ministro
de Hacienda, pues hasta el día de hoy, a las 3 de la tarde, no habíamos tenido,
como Oposición, explicación alguna de parte del Gobierno acerca del porqué de
este aumento tan exiguo del salario mínimo. Cabe hacer notar que uno
escucha al Presidente de la República y a sus Ministros exponer, dentro y fuera
de Chile, la situación expectante del país en materia de crecimiento, de pleno
empleo -6,5 por ciento de cesantía, la más baja en los últimos doce años- y,
en contraste, se registra un aumento del precio de los alimentos de un 7,1 por
ciento.
Solo hoy a las tres de la tarde pudimos oír al Ministro
de Hacienda.
Nos hizo una detallada exposición de lo que ocurre a
nivel internacional y del incremento que ha tenido el salario mínimo en nuestro
país. Y lo comparaba con su evolución en años anteriores.
La verdad es que uno, cifras más, cifras menos, llega
a la conclusión de que el ingreso mínimo, en un número importante de
familias, es realmente significativo para enfrentar los gastos que ellas deben
solventar.
El salario mínimo es hoy día absolutamente
insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia. La brecha que
existe entre su monto actual o mejorado, como lo explicaba el Ministro, y el
ingreso mínimo familiar, de acuerdo a los datos del Ministerio de Desarrollo
Social, es aún tremenda: el ingreso mínimo de una familia debe ser de 301 mil
pesos y fracción; el salario mínimo, con el incremento ofrecido por el Gobierno,
llega solo a 193 mil pesos.
Si el Gobierno no trae esta tarde al Senado una cifra
distinta, cercana a la que el propio Presidente del Partido del Primer
Mandatario ha señalado públicamente (200 mil pesos), la verdad es que no sé
qué sentido tiene que esta Corporación habilite la reposición de una discusión
que ya se registró en la Cámara de Diputados y que no ha variado hasta el día
de hoy.
Por ello, señor Presidente, creo que debiéramos
rechazar la habilitación.
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He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Rossi.
El señor ROSSI.- Señor Presidente, parto por el final: yo también soy
partidario de rechazar la habilitación.
La OIT afirma que para determinar el nivel de los
salarios mínimos deben considerarse “Las necesidades de los trabajadores y de
sus familias, habida cuenta del nivel general de salarios en el país, del costo de
vida”, etcétera. ¡Del nivel general de salarios en el país! Y aquí estamos
hablando de un país que próximamente va a tener un ingreso per cápita de 17
mil dólares,...
El señor KUSCHEL.- 20 mil.
El señor ROSSI.-... pero donde el 82 por ciento de la población vive con
ingresos familiares inferiores a 532 mil pesos.
Además, la OIT sostiene que el nivel del salario
mínimo debe hacerse cargo del costo de la vida. Y sabemos que del 2006 al
2010-2011 la canasta básica ha subido de 23 mil a 35 mil pesos. Recordemos
que el IPC de los alimentos motivó que el Gobierno enviara un proyecto de ley
que aprobamos con mucho entusiasmo -el del Bono Solidario de Alimentos-, el
cual nació para compensar, de alguna manera, el alza que se había producido
en esa canasta básica.
Todos saben muy bien que cuando sube, por distintas
razones, el precio de los alimentos, la que se ve más afectada es la gente más
pobre, la que tiene menor capacidad de ahorro. Y muchas personas que no
eran pobres pasan a integrar el grupo de la pobreza, con todo lo que eso
significa.
¿Saben ustedes cuánto debe ser el ingreso para que
una familia salga de la pobreza? 300 mil pesos. La cifra se calcula
multiplicando dos canastas básicas por el número de integrantes de una familia
promedio de los dos quintiles más pobres, del 40 por ciento más pobre.
Ese número es 4,2. Por cierto, los seres humanos no
se pueden dividir, pero todos entendemos que aquí estamos hablando de
estadísticas. 4,2 por 2 canastas básicas, que están a 35 mil pesos cada una,
implica multiplicar 4,2 por 70 mil. Es decir, debiésemos aspirar al menos a 300
mil pesos.
¿Qué ha hecho el Gobierno? Envió una primera
propuesta con un reajuste nominal de 5 por ciento, equivalente a 191 mil
pesos; una brecha muy grande respecto del nivel de la pobreza y, además,
respecto del promedio salarial. O sea, cada vez nos estamos alejando más de
la posibilidad de llegar a algún punto de acercamiento entre el promedio
salarial y el monto del salario mínimo.
Sin embargo, decimos que Chile crece, que Chile se
desarrolla, que tenemos una política fiscal seria, una macroeconomía sólida.
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Pero, cuando se discute este tema, se trae a colación la crisis europea, la
debacle de Europa: España, Grecia, Italia. Se olvidan de señalar que América
(Perú, por ejemplo) está creciendo; Oceanía, también; hasta África está
creciendo. Así y todo, no podemos hacer un esfuerzo para mejorar los 193 mil
pesos.
Nosotros no vamos a aprobar ninguna cifra que sea
menor a 200 mil pesos.
El Senador García tiene razón cuando señala que
estamos votando la habilitación, pero -digámoslo seriamente- la estamos
votando con una cifra.
Nosotros estábamos totalmente dispuestos a aprobar
200 mil pesos. Pero fíjense qué increíble: el Presidente del Partido del Primer
Mandatario, el Senador Carlos Larraín, dice que esa cifra es alcanzable.
Primera vez que estoy de acuerdo con él en el tiempo que llevo en el Senado.
No, me corrijo: segunda vez.
El señor WALKER (don Patricio).- ¿Cuál fue la otra?
El señor ROSSI.- La otra fue cuando él dijo que era bueno discutir harto de
política y que hubiese un buen plazo para participar de las primarias, porque
eso le hacía bien a Chile.
En este caso, el Senador Carlos Larraín afirma que el
país está preparado para un salario mínimo de un monto mayor al propuesto,
el cual no significaría ningún problema, ni una hecatombe económica, ni una
crisis financiera ni de desempleo.
Entonces, yo le pido al Ministro de Hacienda,
sinceramente, mayor esmero en esta materia. Aquí no hay ningún interés en
poner obstáculos a la tramitación del proyecto o de propinarle una derrota al
Gobierno, porque aquí perdemos todos. Lo que queremos, Ministro, es que
entendamos, como sociedad, que es posible hacer un esfuerzo mayor y que
ese esfuerzo es coherente, no va a poner en riesgo la solidez de nuestra
economía y va a introducir un poquito de equidad en un país muy desigual,
tristemente desigual, sobre todo en momentos en que muchas familias pasan
apreturas no solo por el incremento del precio de los alimentos. E insisto en
que fue el propio Gobierno el que se hizo cargo de ello cuando envió la
iniciativa sobre Bono Solidario de Alimentos.
Seamos consecuentes, entonces. Hay 800 mil
personas que viven del salario mínimo. Numerosas grandes empresas lo
pagan: las del retail¸ las multitiendas, cuando se contrata a empresas
suministradoras, cuando se tercerizan labores que incluso son propias del giro
principal.
Se señala que algunos economistas plantean que un
monto más alto podría producir desempleo. Eso es bien relativo, la verdad. Acá
tengo lo que afirma David Bravo, del Banco Central chileno -¡para qué vamos a
ir a buscar opiniones de otros países!-. Él dice: “El salario mínimo juega un
papel importante asociado a las imperfecciones existentes en el mercado
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laboral. Además la evidencia empírica no es concluyente respecto a los efectos
del salario mínimo sobre el empleo, tanto en Chile como a nivel internacional”.
Entonces, yo insisto, señor Ministro -por su
intermedio, señor Presidente-, en que debemos ser capaces de dar una señal
muy potente a todos los trabajadores en cuanto a que el Congreso se halla
sensibilizado con la situación que está sufriendo el pueblo de Chile. Muchas
personas de clase media, muchas personas humildes han caído bajo la línea de
la pobreza, por el terremoto, por el aumento en el precio de los alimentos -lo
reitero-, por el alza en el valor de los combustibles.
Por lo tanto, siento que en esta materia ha habido
una postura tremendamente intransigente del Gobierno. No ha habido diálogo
con los trabajadores, no hay diálogo con la Oposición. ¡Qué tema más
importante para discutir con el Gobierno que el salario mínimo que se les
ofrece a los trabajadores!
Así que lamento mucho tener que señalar que voy a
votar en contra de la habilitación, a la espera de que el Ministro de Hacienda,
en el transcurso de esta sesión, pueda hacer una propuesta distinta: al menos
200 mil pesos, porque estoy convencido de que eso significa un pequeño
avance, un microscópico avance, en la dirección de construir un país un poco
más justo.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, el otro día en Rancagua se me acercó un
empresario mediano, más bien cargado a pequeño, y me planteó lo siguiente:
“Cuando se discuta el salario mínimo en el Senado, por favor diga que hay
muchos pequeños empresarios que no estamos dispuestos a que nuestro
emprendimiento sea a costa de sueldos insuficientes para los trabajadores, que
hay muchos pequeños empresarios que no se escudan en el tema del sueldo
mínimo para emprender, que hay muchos pequeños empresarios que creen
que 200 mil pesos de sueldo mínimo es lo que Chile puede y debe ofrecer”.
Parto con esta reflexión, porque con todos los datos
que uno tiene a la vista acerca del país en que vivimos, lo primero que hay que
decir es que, cuando uno discute el sueldo mínimo, debe hacerlo respecto de
un lugar concreto. No es lo mismo debatir sobre el ingreso mínimo en la
segunda década del siglo XXI, en una nación con un ingreso per cápita de casi
17 mil dólares, que hacerlo en otra donde dicha variable no alcanza los 8 mil.
Chile hoy es tres veces más rico que hace 20 años.
Somos un país al que le ha ido bien.
Cuando se habla del ingreso per cápita, señor
Presidente, es bueno que el ciudadano común comprenda de lo que se trata. Si
una familia chilena de cuatro integrantes percibiera una renta mensual de
acuerdo al ingreso per cápita, tendría que recibir, al menos, 2 millones y medio
de pesos. ¡Dos millones y medio de pesos mensuales!
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Y lo que se pregunta la gran mayoría de los chilenos
es obvio: ¿Dónde está mi parte? ¿Dónde va a parar mi esfuerzo para construir
un país más rico al momento de recibir mi ingreso?
El Senador Fulvio Rossi entregó, al igual que la
Honorable señora Rincón, todos los datos de los promedios de nuestro país: el
ingreso promedio; cuántos ganan menos de 532 mil pesos, como ingreso
familiar (más del 70 por ciento de los chilenos); cuál debería ser el ingreso de
una familia para superar la línea de pobreza. Y todos los datos indican que no
vamos a ser un país desarrollado, porque para serlo el parámetro no es el
ingreso per cápita, sino el hecho de garantizar a todos los ciudadanos la
capacidad de satisfacer sus necesidades básicas, el acceso a un trabajo
decente -como ha sostenido la OIT-; o sea, contar con un ingreso suficiente
para su reproducción con dignidad.
Eso en Chile no lo hemos logrado, y nos falta mucho
para ello.
Cuando un país está en auge, cuando le está yendo
bien, no puede hacer siempre el ajuste con los débiles, con los que ganan el
sueldo mínimo, diciendo que si este aumenta habrá debacle, cesantía. No hay
ningún estudio que demuestre eso. ¡Ninguno! ¡Discúlpenme!
Para quienes hemos estudiado economía durante
muchos años no existe una correlación directa entre sueldo y empleo. Sí entre
costo y empleo, pero los salarios no son los únicos elementos que integran los
costos.
Un país como el nuestro podría tener mayores niveles
de cesantía debido a nuestra dependencia energética, con fluctuaciones que
algunos años alcanzan el 20 por ciento.
Señor Presidente, este debate que estamos
realizando es medio kafkiano, porque nos piden que aprobemos una
habilitación para poder hacer la discusión en la Cámara; pero, la verdad sea
dicha, hasta el momento el Gobierno no ha querido conversar el tema con
nosotros; no ha tenido ninguna disposición para dialogar con la Oposición. Y
dialogar significa, no hablarle al otro, sino hablar, escuchar y recoger del otro.
¡Ese es un diálogo! Porque, al parecer, el actual Gobierno nos quiere
acostumbrar a un monólogo.
El ingreso real que reciben las familias que ganan el
ingreso mínimo es de 148 mil pesos. Eso es lo que se llevan para su casa. Si es
que ahora llegamos a los 200 mil pesos, que es a lo que aspiramos, se van a
poder llevar, en términos concretos, 160 mil pesos. ¡Esa es la discusión: lo que
perciben las familias de esfuerzo!
Y, miren, no solo son las pymes las que pagan el
sueldo mínimo. No nos engañemos. Las empresas del retail, las de la
agricultura, las de varios sectores a los que les va bastante bien, también
pagan el salario mínimo. Y eso es una distorsión.
No podemos aspirar a que Chile tenga éxito como
país exportador a costa de ofrecer mano de obra barata. Sobre ese modelo se
halla construida nuestra economía. Y es tiempo de dar un salto, de dar señales
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claras. Si no hubiese sido por la posición de don Carlos Larraín, el Gobierno no
habría anunciado ayer que va a estudiar una fórmula para hacer algo en tres o
cuatro meses. La pregunta es: ¿por qué esperar tres o cuatro meses? Que el
Ministro de Hacienda nos diga ahora lo que va a hacer, si es que quiere que
apoyemos la habilitación. ¡Que nos diga ahora cómo vamos a llegar a un
sueldo digno!
No puede ser que les estemos ofreciendo a los
chilenos pasar de 148 mil a 155 mil pesos de ingreso neto y pensar que ese es
un buen indicador para el país.
Las familias de esfuerzo, de trabajo, destinan más del
60 por ciento de sus ingresos a pagar su sobreendeudamiento. Lo que hemos
generado para los sectores medios, pobres, y las familias de más esfuerzo es
una carga excesiva. Y hoy es tiempo de abrir un debate distinto.
Señor Presidente, me encantaría tener otra actitud,
pero primero necesito escuchar la voluntad del Ejecutivo para ver cómo
llegamos a un sueldo ético de 250 mil pesos, como planteó el Obispo Alejandro
Goic tiempo atrás; cómo el país se compromete a cerrar los abismos que
existen entre los que tienen más y los que tienen menos; cómo construimos
una opción diferente en un país como el de ahora, que sí puede, porque posee
más riqueza que antes.
Discutir el sueldo mínimo en un país que ahora
cuenta con 17 mil dólares per cápita no es lo mismo que haberlo hecho hace
diez o quince años. A algunos les gustaría sacar de contexto este debate, pero
esta discusión hay que llevarla a cabo en un contexto real.
Algunos dicen: “¡Es que Europa se puede caer!”.
Nosotros ya no tenemos la dependencia económica de Europa que teníamos
antes. Y esto, según el mismo Ministro, cuando habla de los éxitos que hemos
alcanzado al diversificar nuestra inserción internacional. Claro, se están
desacelerando los países asiáticos. En vez de crecer nueve, crecerán siete por
ciento. O en lugar de ocho, seis y medio. Pero eso para nosotros no va a
significar una debacle en los precios del cobre, que es lo que ha sostenido el
crecimiento del producto en nuestro país.
Señor Presidente, honestamente, me gustaría
escuchar cómo logramos, como nación, dar un paso para cerrar las
inequidades. Deberíamos escuchar que el Gobierno propone un sueldo mínimo
de 200 mil pesos y un mecanismo de transferencia de otros 50 mil pesos,
como se hace en las zonas extremas, para que efectivamente logremos que las
familias tengan un ingreso con el cual poder vivir, que les permita satisfacer
sus necesidades básicas. Y si no lo podemos hacer de un año para otro, habría
que definir una política plurianual con ese fin.
Eso es lo que estamos esperando para ver si
corresponde aprobar la habilitación, para que este debate tenga sentido.
Porque, si es para seguir en la discusión que hemos escuchado en las últimas
dos semanas, en verdad hay poca voluntad.
He dicho.
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El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Carlos
Larraín.
El señor LARRAÍN (don Carlos).- Señor Presidente, hoy día se plantea el tema
de la habilitación que permita la continuación del trámite del proyecto de ley
que reajusta el salario mínimo.
Nosotros entendemos que se trata de una situación
importante para la vida del país. Si no lo fuera, no habría habido tantas
gestiones para procurar que la tramitación de la iniciativa continuara. Porque
en esta materia se produce una dicotomía, como afirman los lingüistas, muy
rara. De pronto se nos dice que el salario mínimo afecta a un número muy
pequeño de personas, y dos minutos después, en la misma conversación, se
nos dice que afecta a poco menos que al 30 por ciento del mundo laboral.
Yo, francamente, me declaro perplejo en esta
materia.
En Renovación Nacional, cuando hace seis o siete
semanas formulamos una propuesta para tratar de llegar a 200 mil pesos,
estábamos anunciando una aspiración que creemos sumamente justificada.
Porque, cualquiera que sea el número de las personas cuyo ingreso está
decidido por el monto del salario mínimo, es altamente probable que se trate
del sector más rezagado de la población chilena. Y yo creo que todos, a diestra
y siniestra, tenemos interés en que los rezagados sean cada vez menos y, en
lo posible, no existan.
Ese es el fondo de nuestra aspiración.
Ahora, admitimos una relación entre el nivel de las
remuneraciones y la empleabilidad. Eso lo comprendemos. Pero, aun sin ser
técnicos en econometría, no nos sentimos al borde de una crisis universal
cuando nuestra economía se halla cerca del pleno empleo; cuando se registra
un crecimiento superior al 5,5 por ciento; cuando media un incremento
sustancial en los ahorros del Estado, los cuales permiten protecciones en caso
de una crisis y fueron utilizados, por lo demás, en 2009. Los fondos de
estabilización en el extranjero, más las reservas del Banco Central, superan los
50 mil millones de dólares.
Aceptamos que algunos mercados externos se están
“encogiendo”. Por ejemplo, en una intervención de hace un ratito se citaba a
Europa, la cual debe de representar un 20 por ciento de nuestro comercio
exterior. Pero, en ese 20 por ciento, la pieza fundamental es Alemania, que no
se encuentra en crisis, ciertamente.
Por eso hemos estado planteando la fórmula de 200
mil pesos, sobre la base de un intento de conciliar todos estos factores: la
empleabilidad; el deseo de que la gente más atrasada, de los quintiles
inferiores de ingreso, pueda acercarse a la situación que goza el resto del país,
y, al mismo tiempo, la idea de no generar grandes tensiones sobre las
empresas.
Porque sí hemos podido detectar -y creo que aquí
puedo citar a todos los Senadores de Renovación Nacional, que hicimos
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sondeos que podríamos llamar “informales”- que los que pagan el ingreso
mínimo no son, en su mayoría, las pymes. Hemos conversado con directivos
de pequeñas y medianas empresas y niegan tenerlo fijado en el piso inferior.
Entonces, tampoco creemos estar poniendo en un gran riesgo a ese sector de
la economía que genera tanto empleo.
Esa ha sido nuestra lógica: la búsqueda de una
ecuación. Nos habría gustado un poco más de contacto con las autoridades y a
tiempo, no en las estrecheces finales, cuando todo el mundo se torna un poco
tenso, cuando sube la presión, cuando se endurece el amor propio.
La expuesta ha sido la idea directriz de Renovación
Nacional. No se pretende poner a alguien en problemas ni sorprenderlo.
Quisiéramos lo mejor para la gente a la que, muchas veces, le toca poco en los
frutos de la cooperación social. Si, al fin y al cabo, se trata de eso. En Chile,
todos miramos las mismas estrellas; quisiéramos llegar a los mismos destinos.
Y eso nos anima a aspirar a más.
Lo digo porque se ha tejido una trama en orden a que
aquí median posiciones ultrapersonalistas y aun desquites, estos imaginarios.
No hay absolutamente ninguna postura de esa índole. Esta es una posición del
Partido entero: fue aprobada en un consejo general, y siempre en plan de
aspiración.
Sosteniendo tal aspiración, hemos aceptado darle
curso a la tramitación de la iniciativa para no provocar un daño mayor,
confiados en que vamos a poder llegar efectivamente a alguna solución algo
mejorada -aunque no se ha dado ninguna cifra- en el curso de las próximas
horas o días, antes de que se continúe en la Cámara de Diputados.
Puntualizo lo anterior para que no surjan malas
interpretaciones en el sentido de que hemos tenido un cambio de posición
brusco, o irracional, o caprichoso. Al contrario, lo que queremos es permitir
que en la materia se logre un acuerdo más amplio, que incluya a muchas
personas -en lo posible, a todos-, y, de ese modo, vamos a terminar más
contentos, más tranquilos, nuestra labor de cooperadores en esta función, y el
país saldrá ganando.
Eso es todo, señor Presidente.
Muchas gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- El señor Ministro vino a la Mesa a consultar
acerca de su inscripción. Si desea hacer uso de la palabra, tiene preferencia
para ello.
El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Después.
El señor ESCALONA (Presidente).- Prefiere esperar.
Como el Senador señor Ignacio Walker no está
presente, puede intervenir el Honorable señor Girardi.
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El señor GIRARDI.- Señor Presidente, pienso que tal vez nos encontramos ante
una de las principales demandas que subyacen detrás de la discusión.
Chile es un país que ha tenido éxito, diría,
fundamentalmente en una transición y en el restablecimiento de un proyecto
democratizador de la sociedad. Se debe en gran parte a la Concertación el
haber logrado recuperar la democracia y podido ofrecer justamente la
posibilidad de convivir en paz, de restablecer la vigencia de los derechos
humanos y de alcanzar finalmente la paz social para poder avanzar. Y el país lo
ha hecho. Pero, producto de los progresos que nosotros mismos impulsamos,
han emergido, como ha ocurrido en la sociedad mundial, demandas que se
podrían llamar “de segunda y de tercera generación”.
El mundo árabe clama hoy día por libertad, ya que
carece de ella. El día que la tenga va a exigir igualdad. Pienso que el problema
de nuestro mundo político es no atender justamente al hecho de que la
sociedad chilena no nos está pidiendo hoy día, fundamentalmente, democracia,
libertad, respeto a los derechos humanos, porque ya los consiguió. Lo que nos
está demandando es precisamente la construcción de un medio más igualitario,
más justo, más inclusivo. Y lo que se observa actualmente en la calle es una
brecha muy profunda entre la expectativa de cambio, de justicia, de igualdad,
de dignidad existente en la población y lo que la política, el Congreso, los
partidos hemos estado dispuestos a ofrecer en función de esa exigencia.
Esta última está generando un quiebre -incluso,
institucional-, porque, al no dar cuenta de ella la política, entonces la
ciudadanía ha tomado la decisión de configurar su propia agenda, de construir
con sus propias manos, en una evolución, además, que quizás es más
profunda por estar cambiando el siglo. Se está dando paso a una tercera
revolución industrial.
Tal vez los procesos no van a decir relación hoy día
solo con los tradicionales enfrentamientos entre la Izquierda y la Derecha, que
se mantienen, sino, sobre todo, respecto de cuestiones que vienen marcadas
justamente por una sociedad que quiere hacer frente a una visión desde la
política y que resulta excesivamente jerarquizada, vertical, de arriba para
abajo. Se trata de un mundo que se está asociando de abajo para arriba de
manera colaborativa, interactiva, y que está planteando un conjunto de
temáticas. Los partidos, por una visión lineal, no comprenden a veces las
variaciones complejas que se dan en una sociedad en red. Hay un cierto
anacronismo de la política, respecto a la sociedad.
A mi juicio, en el mundo entero se está levantando
una demanda de igualdad. ¿Y por qué Chile es paradigmático? Porque, si bien
ha registrado un proceso creciente de desarrollo económico, se encuentra
entre los países con mayores índices de desigualdad. Su coeficiente de Gini es
tal vez de los peores.
Existen distintas maneras de abordar la cuestión. Los
modelos de la socialdemocracia nórdica han implementado políticas que tienen
que ver con la construcción de la igualdad a través de mecanismos tributarios.
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El coeficiente de Gini en Suecia es de 0.20. Antes de impuesto es de 0.30 y
tantos, pero después de impuesto la sociedad se iguala más.
Algunos despliegan una campaña del terror frente a
las cargas tributarias elevadas. Los países a que acabo de hacer referencia
constituyen ejemplos muy evidentes de un tránsito a niveles de dignidad e
igualdad con algunas muy superiores a la nuestra y que más que la duplican. Y
ese es un camino, pero este no cuenta, evidentemente, con respaldo político.
Otro sistema es el que se está discutiendo hoy día: el
de políticas sociales compensatorias, y, particularmente, en materia de un
ingreso digno que le permita a la gente vivir con dignidad. Lo anterior,
además, sobre la base de un contexto donde en la salud no se dispone de
suficientes recursos y las personas tienen que seguir pagando de su bolsillo, en
parte, los medicamentos; donde la educación no es un derecho, a diferencia de
la mayoría de los países del planeta, y es necesario endeudarse para acceder a
ella. Entonces, si no contamos con la posibilidad de construir equidad a partir
de herramientas tributarias, es preciso recurrir a políticas compensatorias
mayores.
Y aquí se presenta un dilema. ¿Es justo para Chile el
ingreso mínimo que se está presentando? ¿Es posible convivir y construir paz
social con ese monto? Estimo que no. Pienso que estamos profundizando
justamente la brecha con la población, ahondando el desencuentro entre la
política y el mundo ciudadano, y dando la sensación cada vez más, en cierta
manera, de que la política, el Congreso, los partidos, no están resolviendo los
problemas como lo demanda la gente. Por lo tanto, no es menor abocarse a
una discusión como la que nos ocupa, pero esta encubre, evidentemente,
cuestiones mucho más profundas.
Se nos pide habilitar un ingreso mínimo de 193 mil
pesos. Cabe formularle, en consecuencia, un planteamiento al Gobierno. Y
entendemos que ello no debe hacerse con revanchismo, porque tal vez en
Administraciones pasadas, si bien se avanzó, eso se podría haber intensificado;
pero creo que estamos en un estadio distinto al de 15 o 20 años atrás. Existen
otros requerimientos. En el mundo de la política se podían verificar antes
algunos consensos sin participación de la ciudadanía que hoy día resultan
imposibles, ya que es preciso construirlos, al igual que las gobernabilidades,
con la concurrencia de la mayoría. Por lo tanto, se registra una demanda de la
sociedad chilena.
Como lo han repetido muchos parlamentarios, a lo
mejor no es posible atender hoy día la petición de la CUT en orden a un
ingreso mínimo de 250 mil pesos, pero me parece que media un gran consenso
respecto de que el país puede dar un salto en materia de dignidad y hacer un
esfuerzo para disponer un monto de al menos 200 mil.
Se puede pensar en distintos caminos para enfrentar
el asunto, pero juzgo evidente que hay un planteamiento de fondo en el
sentido de que Chile puede avanzar y asumir ese compromiso y que ello se
encuentra por sobre las diferencias. Algunos optarán por la habilitación del
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proyecto, con la esperanza de flexibilidad; otros la rechazarán para insistir con
más fuerza en un ingreso mínimo de 200 mil pesos.
Sin embargo, estimo que el país no puede seguir
eludiendo una cuestión principal y que creo que va a marcarnos en las
próximas décadas, así como también a las disputas municipal y presidencial: la
sociedad chilena está exigiendo niveles de igualdad muy superiores a aquellos
que ha sido posible satisfacer tanto en el pasado como hoy. Porque a veces no
se trata solo de voluntad. Tal vez no se han dado siempre las condiciones
políticas para poder avanzar en la materia.
Y esa discusión va a ser insoslayable. Diría que la
dimensión que ha adquirido en la ciudadanía el debate sobre el ingreso mínimo
tiene que ver con eso: con que aquí se está expresando a gritos una demanda
por un Chile más igualitario.
Por tal motivo, espero que el Gobierno recapacite y le
ofrezca a la sociedad chilena dar un salto grande, asumir un mayor
compromiso de solidaridad e igualdad, y, como lo han expuesto muchos otros
Senadores, disponer un monto de 200 mil pesos. Este todavía es insuficiente
para que una persona pueda vivir, pero al menos sería un avance.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Novoa.
El señor NOVOA.- Señor Presidente, todos los años discutimos sobre el ingreso
mínimo. No es un problema nuevo.
Si la cantidad que representa no es adecuada, si no
alcanza para una vida digna, ciertamente ello no data de este año ni obedece
al Gobierno. Durante más de dos décadas, los Ministros de Hacienda han
tenido que proponer al Congreso un reajuste. Y lo han hecho considerando las
condiciones económicas de Chile y del mundo. Por cierto, no creo que ninguno
de ellos, en los últimos 22 años, haya presentado una cifra inferior a la que el
país, a su juicio, es capaz de ofrecer.
Este último ha crecido en ese período. El ingreso per
cápita que hoy día nos enorgullece no se construyó de un día para otro ni de
un año para otro: es el resultado de la acumulación de un esfuerzo. Por lo
tanto, afirmar que el ingreso mínimo planteado por el Gobierno no condice con
ese factor implica que los aprobados año a año tampoco han exhibido esa
característica. Y no considero que, durante los Gobiernos del Presidente
Aylwin, del Presidente Frei, del Presidente Lagos y de la Presidenta Bachelet,
los Ministros de Hacienda hayan sido tan insensibles como para no tener en
cuenta esa situación.
El incremento de 182 mil pesos a 193 mil al que se
ha llegado ahora representa un 6 por ciento, el doble de la inflación
acumulada. Proporcional y conceptualmente, se encuentra en la línea de los
esfuerzos hechos por todos los Ministros anteriores. En consecuencia, no me
parece que sea el momento de rasgar vestiduras y sostener que no puede ser
aceptado.
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Cuando se habla de un ingreso mínimo de 250 mil
pesos, se hace referencia a un aumento de 40 por ciento, imposible de afrontar
en un año, obviamente.
Incluso 200 mil pesos representan un 10 por ciento
más, lo que importa un esfuerzo tremendo. Y es probable que muchas
empresas -pequeñas, medianas o grandes- no sean capaces de cumplir con
ese porcentaje, porque es preciso considerar que no solo estamos
refiriéndonos a los que ganan el ingreso mínimo. Probablemente, ese
incremento subiría en igual proporción las remuneraciones de todo el personal
Frente a este hecho, quisiera llamar a la reflexión y
que se hiciera un análisis, no de la situación en el año en curso, sino de la
trayectoria del asunto en los últimos 22.
Quisiera también que se adquiriera clara conciencia
de que acá no estamos disponiendo de fondos públicos, sino de la capacidad de
agentes del sector privado -pequeños, medianos o grandes- para aumentar, en
virtud de una ley, las remuneraciones. Los recursos estatales se han destinado
a complementar los ingresos de los sectores con mayores necesidades. Para
eso aprobamos el ingreso ético familiar; para eso existen subsidios y
transferencias monetarias.
¿Qué pasaría si en el Senado no se reúnen los dos
tercios para habilitar la discusión del proyecto enviado por el Gobierno?
Sucedería algo muy simple: no podríamos ni siquiera hacer referencia a 193
mil pesos y nos mantendríamos en 182 mil, y no sería posible el reajuste
automático de beneficios sociales cuyo incremento se halla unido al del ingreso
mínimo.
Por eso, llamo a esta Corporación a habilitar la
discusión de la iniciativa, para que esta pueda seguir su trámite, para que la
Cámara pueda verla nuevamente.
Con toda honestidad, creo que dejar el salario
mínimo en 182 mil pesos e impedir que asignaciones familiares u otros
beneficios se reajusten sería un error gigantesco, que espero que el Senado no
cometa.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Allende.
La señora ALLENDE.- Señor Presidente, esta discusión, en la forma, se refiere
a la habilitación de la iniciativa, pero resulta inescapable -y sería absurdo
sortear el punto- abordar el tema de fondo.
Además, se dio una situación bastante particular: la
Cámara de Diputados rechazó el proyecto -al Senado no le cabe
responsabilidad en ello- ante la ausencia de un diálogo. De hecho, el Gobierno,
entre otras cosas, no contaba con el acuerdo de sus dos partidos.
El Senador Carlos Larraín ha explicado aquí muy
detalladamente el acuerdo al que llegó Renovación Nacional. Dio a conocer las
razones que lo motivaron y los elementos considerados. En virtud de ello,
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dicho partido concluyó que, en definitiva, el país está en condiciones de
proporcionar un reajuste que dejara en, a lo menos, 200 mil pesos el salario
mínimo.
Todo lo anterior llevó al Gobierno, que tampoco tuvo
la capacidad de dialogar con la Oposición, a un resultado negativo en la
Cámara de Diputados.
Nosotros podemos decirle ahora al Ministro de
Hacienda, quien se halla presente en la Sala, que aprobaremos la habilitación,
si garantiza un piso de 200 mil pesos como ingreso mínimo. Pero no lo
haremos, si no es capaz de expresar dicha voluntad.
¿Por qué? Porque ello es posible, pese a que se
manejan muchas cifras desde una u otra mirada. Cuando países como
Australia, Bélgica, Estados Unidos, Holanda, Canadá, Francia (entre 1985 y
1990) tenían el mismo PIB per cápita ajustado por paridad de poder de compra
que hoy posee Chile, su salario mínimo era, por lo menos, el doble o el triple
del que exhibimos en la actualidad.
Por eso -y con razón-, la Fundación SOL plantea que
todos los años se discute el salario mínimo como si este se encontrara en una
situación de equilibrio o por sobre el valor adecuado para la economía chilena.
Señala que este error de diagnóstico se traduce en no reconocer una deuda de
arrastre.
Dicha Fundación, además, habla del salario mínimo
como proporción del PIB per cápita mensual. Hay un índice que expresa tal
aspecto. Si el ingreso mínimo es 0,3 veces dicho PIB o menor a él, como
ocurriría si nos quedáramos en los 191 mil pesos, en verdad estaríamos ante lo
que se llama un “minisalario”. Y nosotros sabemos que el país,
afortunadamente, ha logrado triplicar su ingreso per cápita. Al día de hoy
estamos hablando de 18 mil dólares.
Sin embargo, el desarrollo de nuestra economía tema que nos duele y que hemos tratado más de alguna vez- no se condice
con una distribución del ingreso más equitativa.
En los últimos 22 años, la economía chilena creció en
promedio 5 por ciento anual. Y, como dije, su PIB per cápita ajustado por
paridad de poder de compra será en 2012 de 18 mil dólares. No obstante,
somos una de las 15 naciones con la peor distribución del ingreso del mundo,
lo que resulta muy lamentable.
Aquí también se recordó que el per cápita autónomo
de los hogares más ricos es 830 veces mayor que el de los hogares más
pobres. Ello, claro, sin aplicar ninguno de los subsidios. Una vez incorporada la
cantidad de beneficios, fruto de las políticas sociales focalizadas en los sectores
más vulnerables, evidentemente que tal cifra se corrige.
Asimismo, no resulta aceptable, desde el punto de
vista de la igualdad, que dos de cada tres familias vivan con menos de 600 mil
pesos al mes, pues tal monto obviamente no les alcanza para cubrir sus
necesidades de alimentación, vestuario, transporte, salud, servicios básicos.
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Una de las principales razones que explican estos
enormes niveles de desigualdad se encuentra en el mundo del trabajo. Y para
revertir la situación, no basta con decir: “Estamos creando empleos”.
Necesitamos, tal como lo expresa la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), que estos sean de calidad en sus condiciones contractuales (formalidad,
protección, etcétera).
Chile es hoy uno de los países con mayor extensión
en su jornada laboral. Teóricamente, aquí es donde más se trabaja en el
mundo. No digo que tal situación conlleve mayor productividad, pero sí más
carga horaria.
Además, hay bastante precariedad. Hace dos años, el
11,6 por ciento del trabajo asalariado era tercerizado (subcontratación); hoy,
estamos casi en 17 por ciento.
Entonces, uno se empieza a preguntar por las
consecuencias que todo lo anterior acarrea.
Se ha recordado acá -y con razón- el costo de la
canasta básica. Y se ha planteado que el reajuste ofrecido por el Gobierno no
cubre la línea de pobreza.
En consecuencia, cabe preguntar: ¿Por qué
tendríamos que aprobar este minirreajuste? ¿Qué consideraciones éticas
podemos invocar?
Hasta hace muy poco tiempo, el propio Presidente de
la República nos hablaba del éxito de nuestra economía, que crece, a diferencia
de Europa. Y tiene razón. También se nos decía que sufriríamos muy pocas
consecuencias a raíz de la crisis internacional.
Pero el discurso ha empezado a cambiar lentamente.
Ahora nos llaman a la prudencia. Incluso, se justifica el minirreajuste
propuesto en función de ciertas “tormentas” que aparecen en el mundo. Y todo
ello no corresponde al mensaje que se nos daba hace unos meses, que era
exactamente el contrario. Llamaba la atención escuchar al Gobierno decir que
Chile se hallaba protegido; que no éramos Europa; que nuestras finanzas
estaban completamente arregladas. Sin embargo, ahora el discurso cambia, y
se trata de justificar este minirreajuste.
Cuando no existe pago de gratificaciones ni bonos de
locomoción, el salario mínimo líquido queda en 145 mil pesos, lo que equivale
solo al 49 por ciento de la línea de pobreza familiar.
Vuelvo a preguntar a los señores Senadores: ¿Eso es
lo que queremos? ¿Pensamos que eso es lo adecuado?
Por otro lado, quiero abordar un tema que aquí se
recordó.
Se paga salario mínimo a trabajadores no solo de las
pymes, sino también de otras empresas (de aseo y otras). Hablamos de casi
un millón de personas. Aquí se nos explica que no se puede aumentar más el
ingreso mínimo mensual porque el mercado fija su monto. Ello es así en
nuestro país debido a que, por desgracia, no existe una sindicalización fuerte.
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¡Cómo me gustaría que en esto fuéramos como
Alemania! Ahí existen sindicatos poderosos que se sientan a negociar, a
conversar con los empresarios y el Gobierno. Y llegan a acuerdos. En dicho
país hay un proceso de sindicalización sólido, una motivación para llevarlo a
cabo, un respeto al fuero sindical, ausencia de prácticas antisindicales y
negociaciones colectivas e interempresas, todo lo cual no ocurre en Chile.
Por eso resulta tan relevante la iniciativa que nos
ocupa. Debemos fijar el monto del salario mínimo para los sectores más
vulnerables, precisamente porque nuestros trabajadores no poseen dicha
capacidad sindical, la cual es muy necesaria.
Tampoco se cuenta con estudios, proyecciones,
estadísticas, simulaciones, que nos hagan creer lo que a ciertos sectores les
encanta señalar. Lo curioso de todo estriba en que a los grandes empresarios,
quienes normalmente no pagan el sueldo mínimo, es a quienes más les gusta
destacar la crisis que enfrentaría el país si se subiera demasiado dicho salario.
En verdad, estamos acostumbrados a oír ese discurso
catastrofista, porque se repite año a año.
Por último, no puedo dejar de reiterar que el monto
del ingreso mínimo mensual tiene directa relación con la igualdad, con la
distribución de la riqueza, con la disminución de la pobreza.
Fíjense, Sus Señorías, en la situación de la Región de
Atacama. El 17,5 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza, de
acuerdo a la CASEN 2009, lo que se contrapone con una tasa de desempleo
que llega a 4,2 por ciento. Esto es, prácticamente, pleno empleo. ¿Qué
significan esas cifras? No necesariamente que hay menos desocupados y más
pobres, sino que los trabajos que se están creando no son suficientemente
buenos, de acuerdo a los parámetros de la OIT, que nos permitirían afirmar:
“Tal empleo es decente y da para cubrir todas las necesidades”.
Termino diciendo nuevamente: Ministro, como se lo
ha pedido el partido del Presidente de la República, Renovación Nacional -lo
reiteró hoy el titular de esa tienda política-, si usted fija un piso de 200 mil
pesos, nosotros votamos a favor de la habilitación. No lo haremos, si no es
capaz de asumir un compromiso con los sectores más desposeídos de nuestro
país. Sí creemos que el salario mínimo refleja la desigualdad, la mala
distribución.
El señor ESCALONA (Presidente).- Consulto a la Sala lo siguiente.
Son las 19 horas. Ya es el tiempo de inicio de la hora
de Incidentes. Estaba previsto rendir homenaje por parte de los Senadores de
la Quinta Región al conocido radiodifusor señor Santiago Chiesa Howard.
Solicito el asentimiento unánime de la Sala para que
se pueda realizar este homenaje y, en consecuencia, abrir un paréntesis en el
debate que nos ocupa.
El señor LARRAÍN.- Pero en el entendido de que hoy despachamos el proyecto
en análisis.
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El señor WALKER (don Ignacio).- Sí.
El señor ESCALONA (Presidente).- Naturalmente. La “discusión inmediata” nos
obliga a despachar la iniciativa en esta sesión.
El señor NOVOA.- Se podría iniciar la votación.
El señor ESCALONA (Presidente).- Señor Senador, los problemas de quórum no
me permiten abrir la votación todavía.
¿Hay acuerdo para suspender el tratamiento del
proyecto para proceder a rendir el homenaje?
--Así se acuerda.
- oEl señor ESCALONA (Presidente).- Continúa la discusión del proyecto sobre
ingreso mínimo.
Solicito el acuerdo de la Sala para que el Honorable
señor Zaldívar asuma la presidencia accidental por unos momentos.
Acordado.
Tiene la palabra el Senador señor Ignacio Walker.
--Pasa a dirigir la sesión, en
Presidente accidental el Senador señor Andrés Zaldívar.
calidad
e
El señor WALKER (don Ignacio).- Señor Presidente, al retomar el debate,
quiero señalar que, cuando hablamos de la figura del salario mínimo, no nos
referimos a si es justo o ético -como lo calificó en su momento, generando
todo un debate muy positivo y virtuoso, monseñor Alejandro Goic-, sino a la
remuneración mínima para la subsistencia de una persona o de un grupo
familiar, que obviamente está muy lejos, muy distante de ser un salario justo o
ético.
En este momento, nuestra economía exhibe un
crecimiento económico importante (6,3 por ciento en 2011) gracias al esfuerzo
del país; del Gobierno y de la Oposición; de empresarios y trabajadores; de
muchos años de hacer las cosas bien, y cuando se generan cientos de miles de
empleos -hay una discusión estadística; podremos discutir, pero sin duda Chile
crece económicamente y se crean empleos-, es la oportunidad de plantear lo
relativo a las remuneraciones.
Resulta evidente que en ese aspecto hay un rezago,
una brecha, una contradicción, en fin, una realidad bastante chocante a ratos.
Porque, no obstante que el país es pujante, crece y genera empleo, los sueldos
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son bastante bajos. Basta decir que la remuneración promedio es de 405 mil
pesos, y el ingreso mínimo, de 182 mil pesos; o sea, menos del 40 por ciento
de dicho promedio.
Por lo tanto, es el momento de enfrentar la discusión
sobre las remuneraciones.
Hay una definición de los jesuitas de la Universidad
de los Trabajadores (INFOCAP) que me gusta mucho. En términos muy
sencillos expresa: “Trabajo digno y salario justo”, lo que resume con gran
elocuencia todo el tema social, desde el punto de vista del empleo y de las
remuneraciones: trabajo digno, trabajo decente -¡qué duda cabe; de eso se
trata!- y salario justo.
No hay un trabajo digno ni decente sin un salario
justo. De hecho, en la realidad nacional -de allí su impacto social-, poco menos
de un millón de trabajadores perciben el salario mínimo.
Muchos asalariados agrícolas de mi Región -por
ejemplo, de Petorca, Quillota, San Felipe, Los Andes, Limache, Olmué,
Puchuncaví y Quintero- ganan el salario mínimo. Lo mismo ocurre con la gente
que labora en estaciones de servicio o bencineras, en el retail. Y, ¡para qué
decir!, en el mundo de las pymes.
Por lo tanto, el ingreso mínimo tiene un impacto
directo real, y constituye una señal, desde la perspectiva de las
remuneraciones, para el sector privado.
Hoy día el salario mínimo es de 182 mil pesos. El
Gobierno ofrece aumentarlo en 6 por ciento; o sea, a 193 mil pesos.
Uno podría decir que es más o menos el promedio de
la última década. Efectivamente, entre 2000 y 2010, el promedio de reajuste
del ingreso mínimo fue de 5,6 por ciento.
Cabría acotar que estamos cerca del rango. Sin
embargo, el promedio muchas veces no da cuenta de la realidad económica
del país. El IPC de los pobres; la canasta familiar de los sectores más
populares; el precio de los alimentos, producto también del impacto del valor
de la energía -la más cara de América Latina-, etcétera, hacen que sea
absolutamente razonable pensar en esta oportunidad en algo así como un 10
por ciento de reajuste. Con ello, el monto del ingreso mínimo subiría de 182
mil a los 200 mil pesos, de los cuales varias personas han hablado.
Sí, 200 mil pesos ahora, con un aumento de 10 por
ciento, pero pensando -¿por qué no?- en un objetivo mayor, más ambicioso.
Un eventual salario mínimo de 250 mil pesos ya está
instalado. Naturalmente, sería muy irresponsable proponerlo para este año. Es
legítimo que la CUT lo sugiera. Pero un aumento de 30 y tantos por ciento, de
la noche a la mañana, de un año a otro, tal vez sería exagerado. Pero no así el
plantearlo como un objetivo a 3 o 4 años.
¿Qué significaría eso? El incremento a 250 mil pesos
en cuatro años, de aquí al 2015, implicaría un reajuste anual de 8,3 por ciento,
bastante más que el 5,6 por ciento de reajuste nominal del salario mínimo de
la última década. Y si fuera a tres años, sería de 11 por ciento anual nominal.
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Tal porcentaje incluye, por supuesto, el indicador tanto de la inflación esperada
como el de la productividad, así como el componente de equidad, que es más
político.
En ese sentido, no hay que temer a la palabra
“política” porque -insisto-, frente a la coyuntura actual del precio de los
alimentos, producto del impacto de la energía y de un IPC aproximado de 10
por ciento de la canasta para el mundo popular, no aparece como algo
descabellado pensar este año en elevar el ingreso mínimo a 200 mil pesos, por
lo menos como piso, para tratar de hacer frente al alza de los alimentos.
Señor Presidente, antes de terminar quiero exponer
una cuestión que es inescapable.
La discusión que tiene lugar, año tras año, sobre el
reajuste del salario mínimo y de las remuneraciones del sector público siempre
tensiona. Es bastante estresante para el Estado y para los partidos políticos de
Gobierno y Oposición. Es una discusión necesaria, por cierto, pero se impone la
necesidad de definir hacia el futuro, incluso más allá de este Gobierno, un
mecanismo, un sistema, un procedimiento o unos parámetros lo más objetivos
e independientes en esta materia.
Siempre habrá una decisión política y también un
margen de equidad. Pero es imperioso objetivar la discusión.
Por lo tanto, personalmente pienso que -creo que
también la Democracia Cristiana, donde hemos conversado tantas veces sobre
el punto-, surge el imperativo de definir hacia el futuro, en una perspectiva de
mediano y largo plazos, un sistema, mecanismo, procedimiento o parámetros
que en verdad permitan salir de la discusión que se realiza año a año, en la
que, evidentemente, el Ejecutivo siempre tiene la voz principal, porque
además le corresponde la iniciativa exclusiva sobre la materia, como debe ser.
Soy partidario de que, en una democracia como la
nuestra, el Gobierno, cualquiera que sea su color político, tenga el monopolio
de la iniciativa en materia económica. Pero, obviamente, debemos realizar en
el Parlamento un debate democrático, entre Gobierno y Oposición, que nos
permita definir -reitero- el monto del ingreso mínimo, que no es el salario
justo, que no es el salario ético, pero que ha de responder a las necesidades
de casi un millón de trabajadores.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el
Senador señor Muñoz.
El señor MUÑOZ ABURTO.- Señor Presidente, el monto de 193 mil pesos está
muy lejos de constituir un salario ético y justo y de las expectativas que el
propio Gobierno ha creado con su propaganda exitista.
Digamos las cosas como son.
No ha sido la Oposición la que ha señalado que la
economía crece viento en popa, como no ocurría desde hace años.
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No ha sido la Oposición la que se ha congratulado con
las cifras de empleo, sin reconocer que en gran parte se trata de trabajo
precario, independiente e informal.
No ha sido la Oposición la que ha llegado a decir,
incluso, que estamos cerca del pleno empleo.
No ha sido la Oposición la que ha sostenido que en
Chile faltan trabajadores y que podrían ampliarse los límites para mano de
obra extranjera en la agricultura.
No ha sido la Oposición la que ha manifestado que,
mientras el mundo cruje, Chile sigue avanzando.
Es el Gobierno el que ha sembrado en la ciudadanía y
en sus trabajadores la convicción de que esta economía puede y debe darles
más a los que menos tienen.
Es este Gobierno el que alentó esperanzas, en la
clase media, en torno de mejoramientos que no ha podido cumplir.
Sin embargo, ahora que se deben enfrentar esas
expectativas, viene el pánico. Se argumenta que un ingreso mínimo mayor
generará desempleo, que vendrá un frenazo, que habrá inestabilidad, y todo lo
que escuchamos.
Se argumenta, además, lo que sucedería con las
pymes. Pero resulta que muchas pequeñas y medianas empresas pagan
sueldos superiores al ingreso mínimo, y que, según revelan las encuestas, a
sus propietarios les parece justo que el salario se incremente a 200 mil pesos.
¿Quiénes son los que se oponen? Los grandes
empresarios; aquellos que ganan millones de dólares y que se dan el lujo de
construir torres faraónicas; los que se agrupan en las asociaciones gremiales
para seguir defendiendo este modelo de crecimiento basado en el chorreo.
Según las estadísticas, muchas de esas grandes
empresas pagan sueldos mínimos, sea directamente, sea a sus proveedores o
a sociedades de servicios tercerizados.
El nudo de nuestra economía está en un
empresariado acostumbrado a marginar reduciendo el costo de los recursos
humanos. Y esto no lo inventé yo. Hace algunos años, el actual Ministro de
Economía, Pablo Longueira, cuando era Senador, propuso un proyecto de ley
para que en la información oficial de las sociedades, se difundiera la política de
remuneraciones, considerando la relación entre aquellos que ganan más y los
que ganan menos.
La verdadera responsabilidad social se encuentra en
mantener trabajadores bien pagados.
Entonces, cuando ahora se plantea un incremento del
sueldo mínimo a 200 mil pesos -suma que sigue siendo muy baja, pero que es
simbólica-, autoridades y dirigentes gremiales cuestionan la oportunidad. Se
señala que la situación de la Eurozona no hace aconsejable este incremento.
O sea, nunca es el tiempo de los trabajadores: si
vamos bien, no hay que subir los sueldos ni los impuestos para no provocar un
frenazo. Si vamos mal, tampoco se puede y debemos apretarnos el cinturón.
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Señor Presidente, voy a votar en contra de la
solicitud de insistencia, porque creo que este sistema, donde algunos siempre
tienen la sartén por el mango y la parte ancha del embudo, no da para más.
Como le escuché decir a ese gran dirigente social que
es Iván Fuentes, los poderosos deben darse cuenta de que la forma de
conseguir seguridad y una mejor calidad de vida no pasa por rodearse de rejas
e irse a vivir cada vez más lejos, sino por pagar bien. Si el empresario
remunera bien a sus trabajadores, tendrá tranquilidad, estabilidad y mejor
calidad de vida, y podrá lucir su Audi último modelo y su casa en Chicureo.
Mientras eso no ocurra, esta sociedad desigual seguirá sembrando descontento
y no poca rabia.
Aspiro a que el rechazo al sueldo mínimo propuesto
genere un impacto social que apunte en tres sentidos.
1.- Llegar con el sueldo mínimo a 250 mil pesos en
un horizonte cercano.
2.- Cambiar la legislación laboral en tres puntos
claves que permitirían avanzar en el mejoramiento del nivel de
remuneraciones: perfeccionar la normativa sobre el pago de gratificaciones,
que hoy muchos burlan con subterfugios; terminar con el multirrut, y fortalecer
las organizaciones sindicales y la negociación colectiva.
Allí está la fórmula. Es en cada empresa donde se
puede avanzar hacia el objetivo de una mayor dignidad y valoración del
trabajo.
3.- Como Senador por Magallanes, reclamo la
necesidad de contar con un sueldo mínimo regionalizado. Es una antigua
aspiración de las Regiones extremas del país. Y se la he planteado desde 1994
a cada uno de los Ministros del Trabajo.
Ello se fundamenta, esencialmente, en el mayor costo
de la vida que significa habitar en dichas zonas. En general, se aprecia la
existencia de un valor más alto en calefacción; en suministros domiciliarios; en
servicios como salud y educación; en abarrotes, particularmente frutas y
verduras. Esto último incide, además, en la calidad de la dieta y en riesgos
sanitarios ostensiblemente más elevados.
Necesitamos un sueldo mínimo regionalizado, como
lo he propuesto, o a lo menos separado en las macrozonas norte, central, sur y
austral del país. Es hora de asumir que este territorio largo y diverso tiene
realidades distintas y que igualar los indicadores y beneficios construye
desigualdad. Obtener el ingreso mínimo en Magallanes implica un menor poder
adquisitivo. O sea, allá la faena de un trabajador de ocho o más horas diarias
vale menos. Esto es tan simple y evidente, y hay que corregirlo.
Señor Presidente, Honorables colegas, necesitamos
un salario más justo para nuestros trabajadores. Por ello, votaré en contra de
la solicitud de insistencia, en tanto no tengamos una proposición más
convincente o un compromiso en torno a los problemas que hemos esbozado.
Hasta el momento, no ha habido ninguna oferta o
nuevo planteamiento del Gobierno que nos lleve a cambiar de parecer.
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He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente accidental).- Tiene la palabra el
Senador señor Tuma.
El señor PROKURICA.- ¡Mire para este lado también, señor Presidente!
El señor TUMA.- Señor Presidente, ya vamos a tener la oportunidad de
escuchar al Senador Prokurica defendiendo, seguramente, el aumento del
salario mínimo a 200 mil pesos, monto que Su Señoría ha planteado en forma
pública,...
El señor PROKURICA.- ¡Por supuesto!
El señor TUMA.-... y quiero felicitarlo porque su proposición es bastante más
cercana a los trabajadores, aun cuando Renovación Nacional, quien habla y
otros Senadores han corrido el cerco.
Cuando los trabajadores pidieron 250 mil pesos, se
bajó el ofrecimiento a 200 mil, y espero que no siga disminuyendo. Por eso,
hoy día esperábamos que Renovación Nacional expresara en su votación un
rechazo a la posibilidad de seguir debatiendo la idea de legislar respecto de
este proyecto.
El Senador Carlos Larraín expresó que aprobará la
habilitación para abrir la posibilidad de que la iniciativa se siga debatiendo, y
confía en que el Gobierno va a volver al Senado, en el segundo trámite
constitucional -una vez que se apruebe la insistencia-, con una cifra de 200 mil
pesos mensuales. Y eso nos alienta y nos da una esperanza, que estamos
dispuestos a respaldar.
Por otra parte, en ese evento, queremos que el
Senado exprese su mayoría cuando deba votar cualquier cifra inferior o igual a
200 mil pesos mensuales. Y, en mi opinión, tendré la posibilidad de rechazar
un guarismo que no sea satisfactorio para los trabajadores del país.
En esta ocasión, creo que debemos permitir que la
Cámara de Diputados vuelva a debatir el proyecto, con el propósito de que el
Senado conozca alguna cifra sobre la cual podamos pronunciarnos, por cuanto
en este momento no estamos votando ningún guarismo, y no quiero ser
responsable de que los trabajadores no obtengan un reajuste.
De verdad, confío muy poco en que el titular de
Hacienda, alejado de la sensibilidad de los trabadores -que me perdone el
señor Ministro, pero quiero manifestarle, con toda estimación, que ha sido
bastante mezquino con este reajuste-, ofrezca un monto superior. Y tengo
mayor seguridad en que, si nosotros negamos la posibilidad de seguir
legislando, él dirá: “Conforme, los responsables son los Senadores, que
impidieron que pudiera seguir tramitándose el proyecto y, por tanto, los
trabajadores de Chile no tendrán reajuste”.
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¡Yo quiero un reajuste, pero uno mayor! ¡Quiero que
haya debate y que el Senado tenga la posibilidad de expresarse cuando
discutamos el guarismo final!
Sin duda, las discusiones sobre el salario mínimo y el
reajuste de remuneraciones del sector público son un cuento que viene
repitiéndose durante mucho tiempo y yo, invariablemente, desde hace al
menos diez años tanto en la Cámara Baja como en esta Corporación, he
planteado la necesidad de terminar con este sistema y establecer un
mecanismo automático, tal como se utiliza en otros países.
¿Por qué tenemos que provocarles esta tensión a los
trabajadores, a sus hogares, a sus familias, al Congreso, al Ejecutivo todos los
años? ¿Para qué? ¿Por qué no hacemos de una sola vez el debate y fijamos
cuáles serán los factores que vamos a considerar para este reajuste?
Sin duda, un elemento crucial dentro de esta
discusión consiste en si vamos a considerar entre esos factores la equidad.
Porque muchas veces hablamos de la falta de equidad y de que el mayor
cuestionamiento que se le hace al modelo -lo dicen incluso los Senadores de
las bancadas de enfrente- es la distribución del ingreso. ¡Bueno!, aquí tenemos
dos grandes oportunidades para mejorar la distribución del ingreso: la
discusión de un diseño apropiado acerca de cómo reajustar el salario mínimo y
asignar las remuneraciones del sector público, como también el debate sobre
la reforma tributaria.
Por consiguiente, el Senado tiene esas dos
oportunidades para hacerlo. Pero para ello necesita, indispensablemente,
contar con la voluntad y el patrocinio del Ejecutivo.
Me alegra que esto se plantee por primera vez. Los
Gobiernos de los cuales yo fui parte no acogieron la idea, por distintas razones,
de realizar algo más permanente. Y espero que este Ministro lo haga, en
función del interés nacional y del bienestar de los trabajadores.
Por tal razón, puntualmente en esta ocasión, mi
actitud será hacer posible con nuestros votos que se siga debatiendo algún
guarismo, y yo en particular lo haré con el titular de Hacienda.
Pero le aseguro al señor Ministro que mi voto y,
seguramente el de la mayoría de los que estamos aquí, incluyendo el de los
Senadores del Partido del Presidente de la República, no estarán disponibles
para un salario mínimo inferior a 200 mil pesos mensuales.
En consecuencia, la palabra la tendrá el titular de
Hacienda en la discusión que deberá seguir sobre esta materia si el Senado
aprueba este procedimiento de habilitación.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Bianchi.
El señor BIANCHI.- Señor Presidente, cuánto debate habríamos ahorrado si el
señor Ministro de Hacienda hubiera comenzado haciendo uso de la palabra
para señalar si está dispuesto o no a modificar la propuesta del Ejecutivo.
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Entonces, hablamos sobre algo incierto. Estamos
diciéndole al país que, faltando 15 minutos para las ocho de la noche, aún no
tenemos un acuerdo para ver si en definitiva se modifica o no el guarismo de
193 mil pesos y avanzamos hacia un sueldo distinto del propuesto hasta este
momento.
¿En qué estamos a esta hora, señor Presidente? Nos
encontramos votando si se habilita o no que este proyecto vuelva a la Cámara
de Diputados. Eso es todo. La verdad es que, en la medida en que el Ministro
se pierda la oportunidad de guiarnos, de señalarnos cuál será el rumbo que va
a tomar el Gobierno en esta materia, y mientras no se modifique aquella
cantidad, sinceramente, por lo menos mi voto no se hallará disponible para
respaldar la solicitud de insistencia. Porque mal podríamos aprobar lo que se
rechazó en la Cámara y, por la vía de la habilitación, hacer que el proyecto
volviera exactamente igual a esa Corporación.
Para tal situación, obviamente, no estoy disponible.
Siento que en esta materia hay que permanecer
firme hasta el final. En esta oportunidad nosotros decimos, de cara al país, que
el Senado tiene plena conciencia de que con ese sueldo mínimo es imposible
disponer de una calidad de vida aceptable, es imposible proyectar una familia.
Pero quiero abrirme un poco más a la discusión que
hemos sostenido durante toda esta tarde.
He formulado varias propuestas en la materia, y me
gustaría señalar a lo menos dos que me parecen del todo relevantes.
Hoy día hablamos del incremento al salario mínimo,
pero jamás se ha mencionado el de las pensiones. Hace poco tiempo presenté
un proyecto de ley sobre el particular. Fue declarado inadmisible. Pedimos el
patrocinio del Ejecutivo, en el Gobierno anterior y en el actual, y jamás hubo
un pronunciamiento. ¿Qué pasa con la pobreza dura que viven nuestros
adultos mayores, a quienes, cuando el IPC es negativo, no se les otorga
aumento alguno en sus jubilaciones? Sube el costo de la vida y nuestros
queridos viejos siguen quedando en la misma situación de siempre.
Obviamente, lo justo sería que cuando nos refiriéramos al incremento del
salario mínimo dijéramos que igual aumento debiera existir para nuestros
adultos mayores.
Otra situación que me parece del todo relevante,
sobre la que también hemos hecho una propuesta -creo que algún Senador
mencionó algo al respecto- es la siguiente: como somos un país unitario, se
considera un sueldo mínimo exactamente igual desde el extremo norte hasta el
extremo sur. No se reconoce lo que ocurre en el día a día: existen distintos
costos de la vida, y, por lo tanto, no da lo mismo un salario mínimo de 182
mil, 186 mil, 190 mil, 200 mil pesos, en Santiago que, por ejemplo, en Aysén;
en las Regiones del extremo norte; en la que usted o yo representamos, señor
Presidente; en Puerto Williams; en Tierra del Fuego; o en Última Esperanza,
donde ese costo es a lo menos un 35 por ciento más caro.
Entonces, ¡hasta cuándo vamos a seguir aceptando
que se fije un ingreso mínimo exactamente igual para todo Chile cuando las
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realidades son absolutamente distintas! Por eso, hemos propuesto en muchas
oportunidades que se establezcan macrozonas donde, dados los distintos
costos de vida en cada una de ellas, se apliquen salarios diferentes.
Una tercera reflexión en voz alta, señor Presidente,
es que -¡perdónenme!- resulta absolutamente repudiable el constatar que
empresas medianas y grandes pagan el mínimo. Cuando hablamos del salario
mínimo, nos referimos a que es lo mínimo que se debiera pagar, pero no a que
tengan que pagar exactamente eso. Y esa situación la vemos a diario en
empresas que perfectamente pueden cancelar remuneraciones mejores.
Por eso, a mi entender, debiera haber sueldos
mínimos que fueran en la línea de lo que facturan o venden las medianas y las
grandes empresas, versus lo que factura una pequeña. Esta claramente no
puede llegar al mínimo de los 200 mil o de los 250 mil que todos deseamos. Y
es allí donde el Estado de Chile, considerando que el país es solvente, que
crece al 6 por ciento, que no presenta endeudamiento, que está sano en su
economía, debiera respaldar a quienes se dice defender permanentemente: los
pequeños y los medianos emprendedores, que generan empleo para casi el 90
por ciento de los trabajadores.
Entramos hoy día a una situación donde ellos, los
emprendedores, las emprendedoras, ven que, en definitiva, se vuelve a caer
en un discurso que expresa una cosa pero que, en la práctica, los deja
absolutamente desamparados.
De ahí que nosotros hemos defendido con mucha
fuerza un instrumento que apunta a la contratación de mano de obra, como el
ex decreto ley N° 889. Y ¿qué ha pasado con esto? Le hemos planteado al
Gobierno, en muchas oportunidades, la conveniencia de que esa bonificación
de 17 por ciento a la contratación de mano de obra en Regiones, como las de
Magallanes, de Aysén, de Arica, vaya al trabajador o a aquel empleador que
pague sobre el sueldo mínimo y, por ejemplo, se le otorgue esa retribución
estatal al empleador que pague más de un 20 por ciento. Pero ¿sabe usted lo
que hace el Estado, señor Presidente? Dice: “Mire, le voy a dar el 17 por ciento
al empleador, siempre y cuando pague el mínimo”. O sea, produce un brutal
incentivo perverso, que hace que en definitiva los empleadores se vean casi en
la obligación de cancelar el salario mínimo, porque de esa manera el Fisco les
otorga esa bonificación.
Hemos señalado otras cosas insistentemente. Así,
hace dos años, con motivo de la discusión del reajuste de remuneraciones para
el sector público, presentamos indicaciones y enviamos un proyecto de
acuerdo donde le decíamos a este Gobierno: “Mire, establezca un nuevo
mecanismo para incrementar el salario, donde la discusión sea no solamente
política, sino además técnica, y según el cual cada tres años -un año antes
cuando haya elecciones- se pueda volver a negociar, y a negociar bien, en
favor de nuestros trabajadores, pero también con el equilibrio que debe existir,
para no perjudicar la situación económica sana que tenemos hasta el día de
hoy”. Esto también fue propuesto.
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Me alegra que ahora el Gobierno haya acogido igual
sugerencia de parlamentarios de Renovación Nacional. Qué bueno que así sea.
Eso ya fue consensuado, conversado, propuesto por varios de nosotros hace
aproximadamente dos años.
Señor Presidente, habría sido deseable que el señor
Ministro nos trajera una noticia positiva, tranquilizadora, esperanzadora. Y que,
después de todo lo que hemos hablado, el Gobierno se allanara a plantear una
fórmula distinta, un aporte distinto, un incremento distinto. ¡Y no ha ocurrido
así, desgraciadamente!
Por tanto, con un ánimo constructivo, estoy por
rechazar absolutamente este guarismo, pero me indican que los votos no
están. Aun así, creo que hay que sostener hasta el final una posición dura, que
en definitiva, les da a nuestros trabajadores mucha más dignidad. Si cedemos
en esto, desgraciadamente nos vamos a encontrar luego con el olvido del
incremento por el Ejecutivo.
En consecuencia, creo que debemos mantener un
voto hasta el final, para que el Ministro, antes del término de la presente
sesión, a lo menos le entregue un mensaje al país. En esto hay una
responsabilidad del Gobierno. Hubo una primera responsabilidad de la Cámara
de Diputados. No nos vengan a decir que nosotros somos los responsables.
¡Somos responsables de exigir un mejor salario, más dignidad para nuestros
trabajadores!
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor PROKURICA.- Señor Presidente, como lo planteaba el Senador Bianchi
hace un minuto, esta última semana hemos desarrollado un debate amplio
sobre el tema del salario mínimo. Yo siempre he creído que este, como
sostuvieron el Senador Bianchi y otros colegas, debiera determinarse a través
de un polinomio, de una Comisión técnica que evitara este debate. Porque esta
discusión trae varios efectos que a mi juicio son negativos. A quienes
proponemos que la propuesta del Gobierno debe ser mayor, se nos formulan
críticas: que somos irresponsables, populistas. Otros Senadores, de las bancas
contrarias, expresan que este reajuste es pequeño, insignificante o tacaño.
Yo no estoy en ninguna de esas vías.
Me parece que incorporar como explicación que en la
Administración anterior no se dio lo solicitado, también es un mal argumento.
Lo que le interesa a la gente es si el país y el Gobierno pueden hacer un
esfuerzo especial, en un momento como el actual, con el objeto de mejorar las
condiciones económicas de quienes ganan menos.
En esta oportunidad, señor Presidente, planteamos al
Gobierno la posibilidad de que este ingreso llegue a 200 mil pesos. Y hemos
sido serios al respecto. Hay economistas que han emitido su opinión acerca de
esta materia. Por ejemplo, el Decano de la Facultad de Economía de la
Universidad de Chile, don Manuel Agosín, declaró: “Los aumentos en el salario
mínimo que sean razonables” -como el que hemos planteado nosotros- “no van
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a tener un gran impacto sobre el empleo, especialmente lo que importa es
quién recibe el salario mínimo. Es decir, los trabajadores de pymes,
trabajadores sin calificación, o con muy poca educación”.
Chile figura hoy dentro de los cinco países con
mejores expectativas de incremento salarial. Y eso lo decimos todos los días
nosotros, quienes estamos en el Gobierno. Por eso, le señalo al Senador Tuma
que no solamente a través del salario mínimo se derrota la pobreza. El
Ejecutivo ha hecho muchos esfuerzos, en varias vías, que no se realizaron
anteriormente. A lo mejor no se podía antes. No obstante, digamos las cosas
como son: la actual Administración, mediante la inversión pública y privada, ha
generado más empleo de lo que muchos pensaban, incluso más allá de sus
propios planes y compromisos. Y esa sí que es una manera de derrotar la
pobreza y de crear mejores condiciones para los trabajadores.
Pero no solamente el Decano Agosín opinó sobre el
particular, también lo hizo don Joseph Ramos, quien afirmó que “el día que
lleguemos a un ingreso per cápita del orden de los 20 mil dólares,” (hoy día es
de 17 mil) “el ingreso mínimo debería estar en torno de 250 mil pesos”, como
plantea la CUT. Elevarlo ahora a esta cifra sería una irresponsabilidad, porque
se generaría una desocupación tremenda. Eso es lo que expresa el señor
Ramos.
Sin embargo, dicho economista agrega que, según
este mismo cálculo, “para llegar a esta meta, sin ocasionar efectos negativos
en materia de empleo, perfectamente el salario mínimo este año podría
aumentar entre un 7 y un 8 por ciento”, que es lo que hemos planteado en
Renovación Nacional.
Ya he expuesto sucintamente cuál es la condición del
país que justificaría, a nuestro juicio, un mayor esfuerzo.
Debo decir que, desde una perspectiva social y
económica, el aumento salarial se sustenta en el reciente escenario de alza en
los precios de los combustibles; en el IPC, que sube por el incremento de los
precios de los alimentos, el transporte, la electricidad; y, especialmente, en el
hecho de que al país le ha ido mejor.
Es cierto que por la vía de la ayuda social el Gobierno
ha realizado esfuerzos importantes, como lo expresé recién. Pero yo digo
derechamente: prefiero que la gente se gane su remuneración con su esmero.
Yo prefiero eso. Y esa es la razón por la cual hemos planteado esta vía que a
nuestro juicio es legítima y no populista.
Sin embargo, hoy día voy a votar a favor de habilitar
la tramitación de este proyecto, con el compromiso del Ministro de Hacienda de
que se van a hacer esfuerzos, en la forma en que se lo solicitamos al Gobierno,
para revisar esta iniciativa legal antes de que ingrese a tramitación en la
Cámara de Diputados. No obstante, debo dejar en claro que no he renunciado
a que se aumente la propuesta original, porque, a mi juicio, hoy día hay
espacio, conforme a la situación económica que exhibe Chile, para mejorar el
salario de quienes ganan menos.
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El señor ESCALONA (Presidente).- Estimados colegas, señor Ministro, señores
representantes de medios de comunicación, los quiero invitar -así, además,
puede fluir el pensamiento y surgir alguna solución- al cóctel con el cual vamos
a agasajar el aniversario del Congreso Nacional, porque somos una institución
republicana.
Se suspende la sesión por 20 minutos.
--Se suspendió a las 20.
--Se reanudó a las 20:40.
)------------------------(
El señor ESCALONA (Presidente).- Continúa la sesión.
Quedan ocho Senadores inscritos para hacer uso de
la palabra.
La nómina está encabezada por el Honorable señor
Gómez.
El señor CHAHUÁN.- ¿Me permite señor Presidente?
El señor ESCALONA (Presidente).- ¿Por un tema de Reglamento, Su Señoría?
El señor CHAHUÁN.- Solo quiero apelar a la buena voluntad de los colegas
cuya intervención se halla pendiente, entre los cuales me incluyo, para solicitar
que reduzcamos el tiempo de debate.
El señor GÓMEZ.- Después de mi exposición.
El señor ESCALONA (Presidente).- Quedan ahora nueve inscritos, señor
Senador. No es mucho.
Tiene la palabra el Honorable señor Gómez.
El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, la situación en que hoy nos encontramos
es similar a las que hemos vivido durante varios años. Y el tema siempre se
reduce a determinados porcentajes (inflación esperada, productividad,
etcétera), pero no hay una mirada a lo que es en realidad el sueldo mínimo, a
lo que necesita una familia para sobrevivir. Porque no vamos a decir que se
trata de una remuneración o sueldo que permite vivir con dignidad; solo
sobrevivir.
Lo anterior significa tomar en consideración que el
monto de que estamos hablando ahora -los 193 mil pesos que está ofreciendo
el Gobierno-, si uno lo traduce a la cifra real que recibe una familia promedio
de cuatro personas donde una trabaja, es de 154 mil 400 pesos.
Esa es la cantidad líquida de dinero que recibe una
familia de cuatro miembros para vivir.
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Obviamente esa discusión, en este contexto y como
se plantea hoy, no es entendible. ¿Por qué? Porque, conforme a la información
entregada por el propio Ministro, se supone que somos un país que avanza en
todos sus indicadores económicos y macroeconómicos: hay pleno empleo, un
desarrollo de inversiones de más de 100 mil millones de dólares en la minería,
etcétera.
Entonces, resulta increíble que no se pueda realizar
un esfuerzo verdadero para discutir un ingreso mínimo que le permita a una
familia, de alguna manera, sobrevivir, como decía.
Deseo recordar que un economista -tengo aquí el
texto- pidió ajustar la línea de la pobreza con nueva metodología en 2008:
“El economista de la Universidad Católica Felipe
Larraín hizo un llamado a actualizar la línea de la pobreza de Chile, ante un
estudio realizado por él mismo que arrojó que cuatro millones y medio de
personas viven en condición de pobreza en el país.”.
En esa oportunidad, señaló el economista, no el
Ministro, que quienes viven con 81 mil pesos al mes per cápita están bajo la
línea de la pobreza.
Proyectado ese análisis académico del actual Ministro,
hoy día estaríamos hablando de 94 mil 474 pesos. Por lo tanto, para cuatro
personas el ingreso tendría que ser de 377 mil 896 pesos, que correspondería
a lo que el economista señaló en ese momento. Insisto: no es el actual
Ministro de Hacienda, sino quien analizó las cifras entregadas por el Gobierno
de la época y que indicó que estaban totalmente equivocadas.
Hago esta mención porque, sin duda, lo que él hizo
como académico estuvo correcto. No se trata de culpar a esta Administración,
sino de ser claro en cuanto a que, cuando uno analiza la evolución del sueldo
mínimo, la única oportunidad en que este se reajustó en 12,7, 12,4 y 10,5 fue
en los años 98, 99 y 2000, respectivamente, época en que aumentó
considerablemente.
Sin embargo, nunca, ni en nuestros Gobiernos ni en
el actual, hemos llegado a determinar el monto real de dinero que necesita una
familia para vivir con un ingreso razonable.
Esa cantidad, sin duda -conforme al estudio
efectuado por el académico de la época-, no puede ser inferior a los 378 mil
pesos que proyectó con tanta propiedad en esa oportunidad Felipe Larraín.
Hoy día estamos discutiendo un ingreso mínimo de
193 mil pesos. El Presidente de Renovación Nacional, con quien concuerdo
claramente en que puede hacerse un esfuerzo mayor, plantea uno de 200 mil
pesos; la CUT pretende uno de 250 mil pesos, pero al final no hablamos de la
realidad.
En efecto, si uno desglosa el sueldo mínimo en una
familia: en educación debe gastar 10 mil pesos por un niño; en transporte, 33
mil; en vivienda, por arrendar una pieza, 90 mil; en la canasta familiar, 146
mil; en agua, 10 mil; en gas, 8 mil; en electricidad, 15 mil; en parafina, 3 mil
100; en medicamentos, 14 mil, etcétera.
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¿Alguien puede creer o pensar que los 900 mil
trabajadores que hoy reciben el sueldo mínimo -si lo proyectamos por cuatro,
que corresponde al grupo familiar, estamos hablando de 3 millones y medio de
chilenas y chilenos que viven con esa remuneración; porque esa es la realidadpueden vivir en esas condiciones? Por supuesto que no.
Entonces, no se trata de ser populista ni de decir que
este Gobierno es incapaz, sino de que entre nosotros, ojalá junto con el
Ejecutivo, que tiene la iniciativa, busquemos fórmulas que resuelvan este
asunto.
Porque la dificultad no radica en si hacemos un
reajuste trianual o cuatrienal para llegar a un poco más de 200 mil pesos, sino
en que discutamos el monto que realmente se necesita. Y no tengo duda
alguna de que no es menor al señalado por el académico Felipe Larraín: 378
mil pesos.
De ser así, habría que llegar de alguna manera en
cierta instancia a esa cifra y después ver la reajustabilidad que corresponda
para que no se pierda el valor adquisitivo.
La Fundación Sol, perteneciente a unos jóvenes
ingenieros, hace una propuesta. Plantea que el salario mínimo podría ser de
270 mil pesos. ¿Qué significa eso y cómo lo explica? Señala que las empresas
con ventas anuales de hasta 600 UF recibirían el 100 por ciento de subsidio, es
decir, 54 mil pesos; aquellas que venden entre 600 y 5 mil UF, el 80 por
ciento, es decir, 43 mil 200 pesos, y las que venden entre 5 mil y 25 mil UF, el
60 por ciento, que corresponde a 32 mil 400 pesos.
¿Cuál es el costo de esta propuesta? 374 millones de
dólares este año, porque cada 12 meses va bajando de manera tal que va a
llegar el minuto en que los chilenos tendrán un salario mínimo decente y digno.
¿Alguien me puede decir por qué no invertir, ya no es
gasto, 374 millones de dólares?
¿Cómo se hace? Colaborando con las pequeñas
empresas, a fin de evitar el desempleo, para lo cual el Estado se hace cargo de
las cotizaciones de esos trabajadores. Su costo es, reitero, de 374 millones de
dólares.
¿Quién podría señalar que invertir esa cantidad hoy
terminaría provocando una debacle nacional? No es posible entenderlo así.
Por eso, al final del cuento, los más afectados por
esta discusión y quienes van a terminar sufriendo con el sueldo mínimo que se
está planteando son el 65 por ciento hombres y el 35 por ciento mujeres; por
tamaño de empresa: en las de menos de 5 trabajadores, el 27 por ciento, y en
las de 5 a 10 trabajadores, el 11,7 por ciento; y por edad: entre 15 y 24 años,
el 28 por ciento; entre 25 y 34 años, el 22 por ciento, y entre 35 y 44 años, el
20 por ciento.
Entonces, por la forma en que se lleva adelante todos
los años la discusión, a través de porcentajes más, porcentajes menos, al final
terminamos hablando de familias (de 4 integrantes) que van a recibir 154 mil
400 pesos, con lo cual no tienen ninguna posibilidad de sobrevivir.
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Por eso, señor Presidente, a pesar de la situación que
se nos plantea, voy a votar en contra de la habilitación. Porque estoy seguro
de que este proyecto volverá de la Cámara de Diputados con una suma no
superior a 195 mil o 197 mil pesos. Y para ello es preferible poner la tranca
ahora, para que el Gobierno se obligue a llevar a cabo un proceso de discusión
que, sin ninguna duda, sin populismo ni debacle alguna, permita debatir, con
elementos precisos, la posibilidad cierta de contar con un sueldo mínimo digno.
Voto que no.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán
Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, a decir verdad, el giro del debate me ha
sorprendido en buena manera. Porque, como todos sabemos, estamos
llamados a pronunciarnos, no acerca del salario mínimo que deberíamos tener
para este año, no sobre el que tenemos que aprobar por ley para reajustar el
que se encuentra vigente, sino, simplemente, como se ha dicho hasta la
saciedad, en cuanto a habilitar o no a la Cámara de Diputados a los efectos de
que pueda continuar el debate respecto de esta iniciativa, en atención a que en
el primer trámite constitucional la rechazó.
Por lo tanto, la decisión me parece razonablemente
sencilla.
Yo puedo entender mucha de la argumentación -y,
probablemente, compartir buena parte de ella- referida a lo que significa el
sueldo mínimo actual para quienes deben vivir de él. Pero no es lo que
estamos discutiendo en esta oportunidad. Hoy día debemos resolver si
queremos que siga el debate sobre el ingreso mínimo en la Cámara de
Diputados.
Señor Presidente, lo que están haciendo quienes
señalan que aquí no ha habido diálogo -para mi gusto, esta es la mayor
contradicción-, y que por ello votarán en contra de la habilitación, es clausurar
definitivamente la posibilidad de llevarlo a cabo.
Esa es la gran contradicción de tal opción. Porque la
única manera de que exista diálogo es habilitar a la Cámara para que siga
discutiendo esta materia. No hay otra fórmula.
Si se vota en contra de la habilitación, no se podrá
volver a tratar esta materia hasta un año más. Así lo establece la Constitución.
Su artículo 68 lo dispone con claridad: “El proyecto que fuere desechado en
general en la Cámara de su origen no podrá renovarse sino después de un
año”. Hay una excepción, que es la que ha utilizado el Presidente de la
República, consistente, en este caso, en insistir ante el Senado para que
habilite a la Cámara de Diputados a los efectos de que pueda continuar
discutiendo esta materia.
Si nosotros rechazamos tal habilitación, va a ocurrir
lo que estoy anticipando: el diálogo quedará clausurado, y los trabajadores no
tendrán reajuste.
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Es simple, señor Presidente. Y lo hemos discutido
antes. A propósito del debate del reajuste de remuneraciones del sector
público se planteó la misma situación el año pasado. Y por idénticas razones se
aprobó la habilitación.
Claro, uno quisiera hacer la discusión ahora, pero me
parece que esta no es la oportunidad para hacerlo.
También quiero dejar entrever, en la actitud asumida
por la Oposición para enfrentar esta cuestión, una manera un poco fuera de
lugar. Porque una cosa es decir: “A mí no me gusta la proposición del
Ejecutivo; la considero injusta, inadecuada”, o como se la quiera calificar, y
una cosa distinta es rechazarla. De esta forma, pareciera que quien está
determinando el sueldo mínimo es el Congreso: “Yo fijo una cantidad. Y, si no
me la dan, ¡no hay sueldo mínimo!”.
Señor Presidente, esta no es una prerrogativa del
Parlamento. Sobre la base de una mayoría, estamos tratando de cambiar el
funcionamiento de nuestro sistema político. Si queremos modificarlo,
hagámoslo. Pero no juguemos las dos cartas, que es lo que me parece que
está ocurriendo.
Por eso -lo digo con todo respeto-, considero una
actitud irresponsable el impedir un trámite habilitante que permita seguir con
el diálogo. El turno será para la Cámara de Diputados si la habilitamos para
ese efecto. Ya llegará el proyecto acá, cuando tendremos la oportunidad de
fijar nuestras posiciones, de presionar y de dialogar hasta lograr lo que
estimemos más adecuado. Pero no me parece que ello sea factible a través del
camino que algunos han señalado, de rechazar la habilitación para que la
Cámara de Diputados pueda volver a discutir esta materia.
Cuando nosotros fuimos Oposición, en muchas
ocasiones quisimos un reajuste mayor para el sueldo mínimo. Y lo planteamos
una y otra vez. Pero entendíamos nuestro rol, que no era de gobierno, pues a
nosotros no nos habían elegido para gobernar, para conducir los destinos del
país. Para eso había sido electa la Concertación. Por lo tanto, hacíamos lo que
podíamos, pero dentro del margen de movimiento que teníamos como
parlamentarios.
¡Nunca rechazamos el alza del sueldo mínimo!
¡Jamás!
Y esa es una señal de responsabilidad política, no de
acuerdo político.
Hacer lo contrario me parece que instala un
precedente funesto, que genera la sensación de que estamos con una
Oposición que le niega la sal y el agua al Gobierno y que es capaz de rechazar
un reajuste para los trabajadores con tal de dejarlo mal.
No creo que esa sea una buena lectura. No es lo que
esperan los trabajadores de Chile. De modo que quisiera hacer un llamado a
actuar con mayor responsabilidad en esta materia, para entrar al debate de
fondo cuando corresponda.
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Sobre este último, no deseo dejar pasar la
oportunidad para manifestar algunas reflexiones.
La primera es que aquí no hay que confundir el
sueldo mínimo deseable con el sueldo mínimo posible.
Sin duda alguna, todos quisiéramos que el salario
mínimo fuese de 250 mil pesos o más. Porque es evidente que nadie puede
vivir en forma digna con un ingreso de 190 mil o de 200 mil pesos. Eso es así.
Los datos ya se han dado, y no me parece necesario abundar al respecto.
Sin embargo, ¿eso quiere decir que debemos subir el
sueldo mínimo a un monto que realmente permita vivir con dignidad? Si fuera
tan fácil, los Gobiernos de la Concertación lo habrían hecho hace rato y no
estaríamos con esta discusión. Si se tratara, simplemente, de una cuestión que
se puede solucionar a través de la ley, a lo mejor ya tendríamos un sueldo
mínimo de 300 mil pesos.
Si por ley pudiéramos subir el ingreso mínimo a lo
deseable -imagino que no se lo están pidiendo al Presidente Piñera por tener
alguna capacidad especial-, los Gobiernos de la Concertación ya lo habrían
hecho. Y si no lo hicieron es porque actuaron con alguna responsabilidad y con
cierto sentido común.
En Perú, el sueldo mínimo es la mitad del que se
gana en Chile. Por algo los peruanos se vienen a trabajar acá. No lo hacen
porque nos consideren muy simpáticos, aunque muchos a lo mejor no lo
piensen así. Llegan a trabajar a nuestro país porque aquí existen mejores
condiciones laborales, porque hay mejores ingresos. Y no es que en Perú
quieran mantener el sueldo mínimo en el nivel en que actualmente se
encuentra. Al contrario, también desearían subirlo. Pero no siempre se puede.
Por eso, hay que actuar con responsabilidad.
¿Cómo enfrentar esta situación en lo que queda,
señor Presidente?
En ello quisiera pedir también un esfuerzo adicional.
Pero a todos. Porque aquí yo los veo muy enamorados de sus cifras: al
Gobierno, fijo en los 193 mil pesos; a la Oposición y a parte de los partidos
oficialistas, firmes en 200 mil.
Bueno, si estamos en ese predicamento, si no hay
ninguna flexibilidad para buscar un entendimiento, difícilmente vamos a
resolver este asunto.
Y me parece que, precisamente por la naturaleza del
impacto que tiene el sueldo mínimo en nuestra economía, debemos actuar con
mucha responsabilidad, con mucha prudencia.
Ojalá que el mecanismo institucional que se busca
pueda darnos un horizonte: “¿Cuándo podemos llegar al sueldo mínimo
deseable; bajo qué variables?”. Porque estaríamos muy contentos de poder
ofrecerles a los chilenos un camino que nos permitiera alcanzar, en un plazo
razonable, el sueldo mínimo ético como sueldo mínimo legal.
Pero falta para eso.
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Por lo tanto, lo que hay que hacer es ir avanzando
gradualmente, con la mayor responsabilidad y prudencia, pero también con
flexibilidad. Que el proyecto vuelva a la Cámara de Diputados, y que lo haga
con el espíritu de negociar sin rigideces, sin hacer posible el diálogo solo si me
aceptan mi cifra, mi planteamiento, mi proposición, porque eso, al final, a lo
único que conduce es al orgullo personal, a la actitud soberbia de decir “O me
aceptan lo que propongo, o pierden”, que no es lo que corresponde a lo que se
espera del Parlamento.
Ojalá todos demostremos otra actitud, a fin de
resolver como corresponde una materia delicada: sin populismo, sin idealismo,
sin utopías, sin creer que solamente uno es el que se halla preocupado de la
situación de los más pobres, y los demás, solo de su realidad personal.
Yo, como todos ustedes, tengo un compromiso muy
fuerte con la pobreza. Es la razón que me llevó a involucrarme en política. Y
por eso mismo deseo que se resuelvan los problemas de desigualdad y de
pobreza. De ahí que he propuesto una reforma tributaria audaz y fuerte.
Pero no todo lo vamos a hacer de una. Hay que ir
paso a paso, y este, a mi juicio, que es una simple habilitación, es el primero
que debemos dar para resolver la situación que enfrentamos.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Ministro señor Felipe
Larraín.
El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, he escuchado
atentamente el debate y los planteamientos de los Honorables Senadores y me
parece que hay muchos puntos en los cuales podemos coincidir.
En primer lugar, creo que todos queremos un destino
mejor para nuestros trabajadores, especialmente para los que ganan menos.
No hay ninguna duda de eso. Y así, todos quisiéramos que el sueldo mínimo
fuera lo más alto posible: ni de 200 mil pesos, ni de 250 mil, sino uno superior
a dichas cantidades.
El problema y la situación compleja, e incluso
incómoda, que le toca representar, por el Gobierno, al Ministro de Hacienda -y
me refiero a todos los ministros de hacienda; no solamente al que habla-, es
venir con un planteamiento que cumpla ciertas características: recuperar poder
adquisitivo; entregar un reajuste real, más allá de simplemente compensar el
alza del costo de la vida, y plantear un monto que, satisfaciendo lo anterior, no
afecte y no comprometa las posibilidades de empleo de los que ganan menos.
Ese ejercicio se ha hecho en el pasado y lo hacemos
todos los años, incluido este, en que nos encontramos sometidos a esta
discusión.
Antes de entrar en algunos aspectos que considero
importante aclarar, deseo acoger el llamado a mostrar disposición para
conversar, del cual el Gobierno se hace parte. En mi opinión, tal disposición
nunca debe terminar. Uno quizás ha conversado, pero siempre se puede hacer
más. El Gobierno ha buscado instancias de diálogo, también con la Oposición,
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pero probablemente no han sido suficientes y es necesario esforzarse más, a lo
cual estamos dispuestos.
En el día de hoy nosotros hemos acordado, tanto con
la UDI como con RN, hablar más acerca de este tema y explorar distintas
opciones. Pero quiero decir que también manifesté la misma disposición en la
presentación que efectué ante la Comisión de Hacienda del Senado, donde se
me consultó si existía tal disposición de parte del Gobierno, y por supuesto que
existe.
Entiendo que este es un asunto que debemos abordar
todos, en conjunto; no solo la coalición de Gobierno, sino también la Oposición.
Y ojalá que podamos llegar a un esquema, aun cuando este pueda presentar
distintas modalidades. A veces las diferencias pueden ser semánticas. Se ha
hablado de mecanismos de ajuste plurianuales; igualmente, de crear una
nueva institucionalidad. Y creo que ambas cosas pueden subsumirse; incluso,
una puede ser un caso particular de la otra. Pero la disposición a explorar
mecanismos plurianuales, así como un instrumento de ajuste permanente que
signifique un caso mucho más general de un mecanismo plurianual -ya que
implicaría contar con un sistema fijo-, existe.
El viernes recién pasado invité a las oficinas del
Ministerio de Hacienda a un grupo transversal de economistas con los cuales
analizamos esa posibilidad. Digo “transversal” porque había expertos cercanos
a los partidos de la Concertación y otros afines a los partidos de la coalición de
Gobierno. Y hubo mucha acogida a tal idea.
Yo escucho los planteamientos de los señores
Senadores. Algunos han sido muy explícitos en señalar: “Todos los años nos
vemos sometidos a la misma situación”, “Esto se hace más complejo en
períodos preelectorales”. Y entiendo que sea así. Es una realidad.
Al país no le conviene que sostengamos una discusión
de este tipo. Eso es lo que se ha expresado. Lo hizo presente, por ejemplo, el
Senador Tuma. De tal manera que no corresponde a una idea que se le haya
ocurrido al Gobierno.
Sin embargo, nosotros hemos intentado impulsarla.
En efecto, el año 2010 convocamos a una comisión con representantes de la
CUT, de la Unión Nacional de Trabajadores, de la CONAPYME, de la CPC;
también del mundo académico y de entidades gubernativas, y elaboramos un
documento que puede servir de base para el trabajo que estamos dispuestos a
acometer.
Por lo tanto, hemos escuchado estos planteamientos
y nos hallamos disponibles para seguir escuchando y para conversar. Y aquello
lo oímos no solamente de parlamentarios de la Coalición, que lo propusieron el
jueves recién pasado, sino también de legisladores independientes. El Senador
Bianchi, por ejemplo, ha planteado la idea. Y yo no puedo estar más de
acuerdo.
Me parece que debemos abrir un espacio. Ahora, el
que se requiere para generar una institucionalidad permanente es un espacio
que, indudablemente, no tenemos en estos momentos. Es difícil crear y
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acordar toda esta institucionalidad en los tiempos que nos da la tramitación del
proyecto de ley que reajusta el salario mínimo, pero la disponibilidad para ello
está. Y considero que este puede ser un punto de quiebre, en que le leguemos
al país, cualquiera que sea el Gobierno que venga -cada coalición aspira,
legítimamente, a ser la que lo encabece-, un mecanismo más permanente que
constituya una contribución, quienquiera que sea -repito- el sector que esté en
el poder.
Quiero poner a consideración de Sus Señorías
algunos antecedentes.
Uno podría comparar períodos específicos y decir:
“Bueno, este es un reajuste de 2,9 por ciento real, considerando mayo a
mayo”. Sin embargo, estamos a punto de conocer la inflación de junio, que los
analistas vaticinan en torno a cero, con lo cual el reajuste real se elevaría a
3,05 por ciento, ya que la inflación acumulada alcanzaría 2,95 por ciento.
Estoy hablando de la proyección que tenemos hoy día. Y, en tales
circunstancias, el reajuste sería mayor, en términos reales, que los otorgados,
por ejemplo, durante el Gobierno anterior.
Pero, más allá de entrar en esa comparación, quiero
poner énfasis en la preocupación que, a mi juicio, nos envuelve a todos. No
creo que nadie pueda pensar que el Ministro de Hacienda del Gobierno de
turno -o sea, no me estoy refiriendo solo al actual, sino a cualquiera que le
toque jugar este rol- es mezquino con los trabajadores y no quiere entregar un
mayor incremento, porque, si este fuera el mecanismo a través del cual se
pudiera mejorar la situación permanente de los trabajadores, nosotros
estaríamos encantados de avanzar mucho más en él.
La preocupación es, en primer lugar, el empleo.
Algunos economistas independientes cercanos a la Concertación han planteado
que un monto de, por ejemplo, 200 mil pesos generaría -esto lo dijo Ricardo
Paredes, en un largo artículo publicado el fin de semana- un aumento en la
tasa de desocupación del orden de 2,3 puntos. Hay estimaciones similares de
economistas independientes del Gobierno y de algunos más cercanos a la
Oposición. También de expertos como David Bravo, en fin. Pero todos revelan
gran inquietud por el tema del empleo.
Asimismo, existe preocupación por la formalidad y la
informalidad. Mientras más sube el salario mínimo, el efecto de avanzar hacia
la informalidad se hace más atractivo. Y eso se observa en los números, cosa
que estamos dispuestos a conversar.
Las pymes son otro aspecto importante. Porque uno
tiene que pensar: ¿Quiénes pagan el salario mínimo? Alrededor del 82 por
ciento son las pymes, considerando a empresas de menos de 200
trabajadores. La mitad de los que lo ganan corresponde a entidades de menos
de nueve. Entonces, siempre se puede encontrar -es natural que así sea y no
tengo por qué ponerlo en duda- a empresarios del sector que manifiesten su
disponibilidad para pagar más.
Pero la declaración de la directiva de CONAPYME es
bien enfática al señalar que, para ellos, un ingreso mínimo superior resulta
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muy complicado, por sus problemas de financiamiento, etcétera. Expresan,
textualmente: “Las pymes no pueden pagar un salario mínimo que les reste
más competitividad en su precariedad por la falta de acceso al financiamiento y
la concentración económica”.
La preocupación por el mundo de las pymes tenemos
que conjugarla, en consecuencia, con el equilibrio respecto de los trabajadores.
Adicionalmente, solo mencionaré -es algo más o
menos conocido, pero a veces se olvida en la discusión- que esta no es una
cuestión de ingresos fiscales y de poner una cantidad mayor o menor de
recursos públicos. En realidad, los que se hallan involucrados son, para la
magnitud del asunto, relativamente poco significativos. Digo “relativamente”
porque el incremento del 6 por ciento propuesto para el ingreso mínimo, como
afecta al subsidio único familiar y al primer tramo de la asignación familiar -los
restantes se reajustan por el IPC-, el diferencial, o sea, el reajuste real,
importa 6 mil 400 millones de pesos para el Estado, en términos anuales. Ese
es el efecto en cuanto a recursos públicos.
Me inquieta mucho la cuestión de la desigualdad. Es
un tema en el que he trabajado.
Me inquieta también la pobreza. Se citó al respecto
un trabajo mío. Le hago presente al Senador señor Gómez que ese texto no
expresa que se requiere cubrir la brecha mediante aumentos en el ingreso
mínimo, porque hay otros mecanismos.
Y deseo mencionar al respecto que contamos con dos
sistemas: uno creado en el Gobierno anterior, y otro, en el actual, que nos
ayudan a avanzar en la dirección de entregar un ingreso mayor.
Uno de ellos es el del Empleo Joven, que empezó a
regir en 2009. Se trata de un 20 por ciento de subsidio respecto de personas
entre 18 y 25 años que ganen entre 160 mil y 200 mil pesos. Son 32 mil pesos
adicionales. Si los sumamos a los 193 mil de la propuesta, quedamos con un
ingreso completo de 225 mil.
Lo mismo dice relación con el del Empleo de la Mujer,
que forma parte del ingreso ético familiar y cuyo potencial -porque está recién
comenzando- es de 300 mil personas, correspondientes al 40 por ciento más
vulnerable. Básicamente, se lleva el ingreso a los mismos 225 mil pesos, si se
toman como base 193 mil.
Por
lo
tanto,
dos
mecanismos
permiten
complementar los ingresos de los que tienen menos: uno para mujeres de 25 a
60 años y otro para jóvenes de 18 a 25 años, sobre la base de una
remuneración entre 160 mil y 200 mil. Se cubre exactamente al grupo.
De que tenemos que preocuparnos de los ingresos de
los que disponen de menos no cabe ninguna duda. Y creo que es preciso seguir
explorando soluciones. Estimo que existen numerosas maneras de hacerlo.
Deseo terminar expresando que, como se ha dicho, lo
que se está analizando y se va a votar es la posibilidad de determinar un
aumento en el ingreso mínimo. Pero no se trata solo de eso, porque del
proyecto también depende el reajuste de las asignaciones familiares para un
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millón 400 mil causantes y del subsidio único familiar para más de 2 millones
de causantes.
Valoro la buena disposición al diálogo que he
observado en muchas de las intervenciones. Nosotros estamos abiertos a este
proceso con la coalición de Gobierno y, por supuesto, también con la
Oposición, para poder avanzar en la materia.
Muchas gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, me alegro mucho de que
el señor Ministro se haya abierto al diálogo, lo que no observábamos hasta el
momento. Incluso habíamos advertido su silencio, durante largas horas,
mientras nos abocábamos al debate.
Aún más, me parece que su posición, después de la
votación de la Cámara de Diputados, era de absoluta negativa a revisar la cifra
aprobada. Lo escuché rechazar absolutamente -no sé si me habré equivocadocualquier alza superior a 193 mil pesos, a pesar de la petición reiterada de 200
mil pesos formulada por un partido de Gobierno, encabezado por su propio
Presidente. Fue planteada también en la Sala por algunos Senadores de
Renovación Nacional.
Desde ya, considero positivo -repito- que se abra al
diálogo, pero en la medida en que mejore realmente la oferta del Gobierno y
no sea solo para conversar.
Lo otro que quisiera hacerle presente al señor
Ministro es que no es la primera vez que, por una falta de capacidad o de
movilidad del Gobierno, tiene que venir al Senado a que lo saquemos del
pantano. En esta ocasión contaba con los votos necesarios en la otra rama del
Congreso y le fallaron cuatro, habiendo perdido por uno solo. Entonces, ¡qué
cosa más sencilla que llegar aquí conforme al procedimiento, mucho más
difícil, de solicitar que por los dos tercios de los Senadores presentes pueda
habilitarse para seguir discutiendo el proyecto!
Al parecer, el Gobierno se ha malacostumbrado.
Porque no es la primera vez, sino en forma reiterada, que, por descuido en el
manejo de su mayoría en la Cámara, viene a pedirnos acá, donde no la tiene,
que le lancemos el salvavidas para poder seguir tramitando una iniciativa. Y
ello no es bueno: no muestra una manera de gobernar en forma eficiente.
Conviene que se corrija. En esta Corporación hemos manifestado siempre muy
buena voluntad para la habilitación requerida por el Gobierno, incluso en
situaciones difíciles, cuando ha sufrido este tipo de fracasos o traspiés en la
otra rama del Congreso. Por lo tanto, no es producto de una cerrazón nuestra
la afirmación de que no queremos una ley de reajuste del ingreso mínimo.
Ahora me ocuparé en la cuestión de fondo. A pesar
de que mi Honorable colega Hernán Larraín expuso que es preciso discutir otra
cosa: si habilitamos o no, tenemos que considerar, por desgracia, los aspectos
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que permiten la voluntad de hacerlo. ¿Porque se trata de habilitar para qué?
¿Para hacer lo mismo que en la Cámara de Diputados? En tal caso no hagamos
nada. Si habilitamos es precisamente para mejorar lo que pasó, efecto para el
cual tenemos que hacer presente lo que creemos que procede.
Desde ya, se ha registrado, en relación con el ingreso
mínimo, un planteamiento en virtud del cual un sector del Gobierno le ha dicho
a este que el monto propuesto no es suficiente y que es necesario llevarlo a
200 mil pesos.
Para estas bancadas, el problema no dice relación con
esa cantidad. Lo que están requiriendo dirigentes sindicales y otros son 250
mil. O sea, la brecha es mucho más grande. Pero, desde el momento en que
un partido de Gobierno hace referencia a 200 mil, no le pidan a la Oposición
que señale menos. Al menos, ese es el piso sobre la base del cual debiéramos
discutir el asunto.
El Senador que habla es partidario de algo de la idea
que estaba exponiendo el señor Ministro en el sentido de contar con un
sistema plurianual.
Creo que los 250 mil pesos rondan en todas partes
como una cifra establecida para el ingreso ético. Y ello, por diversas razones:
porque en la campaña presidencial los candidatos la mencionaron; porque
también lo hicieron autoridades religiosas importantes y con influencia, y
muchos otros, y por el mismo informe al cual hizo referencia el Senador señor
Gómez respecto a lo que decía el señor Felipe Larraín al actuar como
economista. Entonces, no se trata de una cantidad inventada. Es algo
posicionado en la gente como lo requerido para que exista un ingreso más o
menos mínimo.
Ahora, ¿por qué estimo que los 200 mil pesos
planteados por Renovación Nacional presentan bastante fundamento? Porque
el Gobierno vino acá hace poco tiempo y nos pidió aprobar una iniciativa para
otorgar un bono compensatorio por las alzas de alimentos, lo que representó
40 mil pesos de una vez, más 7 mil 500 por carga. Y la justificación que dio -y
tenía razón- fue el propósito de resarcir, en parte, el efecto del llamado “índice
de precios del consumidor de los pobres”, que era del orden del 10 por ciento.
En consecuencia, si aplicamos ese porcentaje a los 183 mil pesos del ingreso
mínimo, obtenemos 200 mil y fracción.
¿Y por qué también tenemos que hacerlo y avanzar?
Cuando recibimos el Gobierno, en 1990, el ingreso mínimo era de 18 mil
pesos. Si hubiéramos escuchado toda esta argumentación, lo que se hizo ese
año equivalía a una locura y a llevar al país al desastre, porque se subió en 8
mil pesos. O sea, tuvo lugar un incremento nominal de un 44 por ciento y uno
real de un 19 por ciento y fracción. Y no pasó nada. El empleo se mantuvo en
un 7,2 por ciento.
Lo relativo a que el alza de los ingresos, por sí
misma, genera desempleo es parte de la teoría económica. Pero la Economía
no es una ciencia exacta: incluye muchos elementos que pueden incidir en
resultados por completo diferentes. Si se observa la serial de reajustes del
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ingreso mínimo en relación con el empleo, resultan cifras totalmente distintas.
A veces se ha registrado un incremento del 7,30 por ciento, en términos
reales, y de 12 por ciento, en términos nominales, y el desempleo ha sido del
6,4 por ciento. En ocasiones, la serial sube, y en otras, baja. No afirmemos,
por lo tanto, que se trata del dogma.
¡Si los propios economistas han dicho en estos días
que no es así! Joseph Ramos, a quien se citó, expone que existe un margen.
Agostini señala que hay un espacio para aumentar el ingreso mínimo.
Aquí se presenta una cuestión que es necesario
asumir. Chile es mostrado hoy como un país ejemplar en el manejo de su
economía. Y creo que todo lo que se ha dicho en estos días sobre el particular
es cierto: se advierte que ella está sana y que la política fiscal es ordenada. Es
una conducción que se ha aplicado durante más de 20 años -y también
durante el Gobierno actual- y que ha dado buenos resultados. Pero surge un
contrasentido: nuestro ingreso per cápita es el segundo en América Latina -y
se halla a punto de ser el primero-, pero nuestro ingreso mínimo es el séptimo,
no el primero ni el segundo.
En consecuencia, resulta claro que nos falta hacer un
esfuerzo. Y es preciso efectuarlo sobre la base, no de otorgar un reajuste solo
compensatorio de lo que puede ser la inflación o en la medida de la
productividad, sino de irlo incrementando de tal manera que podamos llegar a
la meta de lo que estimamos ingreso justo o mínimo para que una persona no
baje al nivel de la extrema pobreza.
Si vamos a adoptar un sistema plurianual,
establezcamos un mecanismo con un reajuste por la recuperación nominal de
las remuneraciones, aumentemos conforme a la productividad e introduzcamos
también el elemento de la equidad, de modo que, en tres o cuatro años,
seamos capaces de lograr un ingreso mínimo con relación al ingreso per cápita
y avancemos también en terminar la desigualdad.
Por tales razones, creo que el Congreso tiene todo el
derecho de abocarse a este debate y de formular exigencias.
Y quiero decirle al señor Ministro que a lo mejor no
enfrentará problemas para seguir tramitando el proyecto. No vamos a ser un
obstáculo. Pero sí puedo expresarle lo siguiente: si pretende traernos las
mismas cifras, con los mismos argumentos, entonces encontrará aquí, en el
Senado y en estos Senadores, el rechazo, cualesquiera que sean los
resultados. Porque la única facultad que tenemos, como Congreso -y se lo
recuerdo a mi Honorable colega Hernán Larraín-, es la de desechar o aprobar,
y la ejerceremos. Espero que el señor Ministro nos traiga una buena solución,
para avanzar por lo menos en parte en satisfacer la aspiración de un ingreso
mínimo que convenga a los trabajadores.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Puede intervenir el Honorable señor
Quintana.
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El señor QUINTANA.- Señor Presidente, no es efectivo, a diferencia de lo que
algunos señores Senadores han afirmado, que la situación es muy similar a la
del año recién pasado. Si bien el Gobierno también llegó, producto de una serie
de errores políticos, al trámite de solicitar la habilitación, de acuerdo con el
artículo 68 de la Carta, lo cierto es que en esa ocasión se intentó por lo menos
un diálogo con el mundo social. Ello no se hizo ahora ni con este último ni con
el mundo político. Y si tuvo lugar con el mundo político, fue con su sector,
fundamentalmente, y sin éxito.
Para ser claro, el Gobierno no quiso dialogar con el
movimiento sindical agrupado en la CUT, no tuvo la voluntad de hacerlo, y no
pudo -al parecer, hasta ahora- conseguir el acuerdo de su sector, de su
coalición. Y hoy día intenta que la Oposición le resuelva el problema. Me parece
que el problema es de la Administración actual, es político.
Por lo tanto, no se trata de la misma situación
registrada el año pasado respecto de la prerrogativa exclusiva del Primer
Mandatario en orden a definir aquí la fijación del ingreso mínimo para
trabajadores con jornadas de 48 horas y trabajadoras de casa particular con
72 horas, sin perjuicio de los otros componentes expuestos por el señor
Ministro de Hacienda, relativos, básicamente, a los subsidios familiares.
Es enteramente distinta, también, porque el
Presidente de la República se encontraba hace pocos días en una reunión del
G-20, con los países más ricos del mundo, con las 20 economías más
desarrolladas. Entiendo que era un invitado especial.
En cuanto a la afirmación sistemática, durante los
últimos dos años, de que existe ocupación plena, de que se crean 700 mil
empleos, considero que hoy media efectivamente una percepción, como lo
demuestran las encuestas, de mayor tranquilidad hacia el futuro, en lo
económico. Entonces, no se comprende el ejercicio que el Gobierno nos hace
de compararse con los anteriores. ¡Si es la actual Administración la que instaló
esa idea desde el minuto uno en que asumió, el 11 de marzo de 2010!
A mi juicio, tenemos que sincerar la discusión.
Hace algunas semanas se sostenía también que no
cabía hablar de reformas políticas, sino de la agenda social. Me pregunto cuál
es la del Gobierno para el segundo tiempo del partido. ¿Existe alguna? ¿O se
va a afirmar que la constituye el proyecto en debate o el reajuste del sector
público, que llegará en un par de meses más?
¡No hay más agenda social, por favor! ¡Si todos los
proyectos del Gobierno comprometidos en campaña y que mayoritariamente
recibieron el respaldo de los Senadores de Oposición se encuentran acogidos y
despachados!
Hoy día se nos plantea lo de que vamos a
incrementar el ingreso mínimo en dos años; lo de que en tres años podríamos
llegar a 250 mil pesos. Ello se parece mucho a otro proyecto de la agenda
social ya aprobada, relativo al bono de las bodas de oro: 50 años de
matrimonio y se recibe el beneficio. Pero este viene para 2014, para 2015.
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Deseo hacerle presente al señor Ministro que la letra
chica, la cual ha sido la característica durante gran parte del Gobierno y
también respecto de su Cartera, de verdad no nos convence, no nos satisface
como explicación. Tampoco lo hace la explicación de los Ministros sectoriales,
incluido usted, la titular del Trabajo y el de Economía, en el sentido de que el
ejercicio que hoy día se nos presenta es el resultado de una compleja y
delicadísima ecuación macroeconómica y de que si ello se desajusta un
poquito, los trabajadores son los que pierden: se quedan sin ocupación.
El discurso de los economistas en Chile -no solo del
señor Ministro, sino también de los anteriores de Hacienda y de Economía- ha
sido siempre el de que si no se aprueba el proyecto que trae el Gobierno la
gente tiene que optar entre quedarse con un empleo mal remunerado, con un
ingreso mínimo, o quedarse sin trabajo.
Tal planteamiento es bastante particular. El mismo
razonamiento se lo podríamos aplicar a las grandes empresas, que obtienen
utilidades exorbitantes, cuantiosas, diciéndoles: “O ustedes ganan utilidades
normales o se quedan sin utilidades”.
En definitiva, el argumento esgrimido, esa ley del
embudo, beneficia a un lado nomás.
Es curiosa la realidad económica que intentan
explicar los Ministros de Economía, de Hacienda y del Trabajo. El mismo
fundamento se podría aplicar, incluso, a los bancos, que cobran altas tasas de
interés, asfixiando a ese millón de trabajadores que percibe el ingreso mínimo
de 182 mil pesos, quienes viven endeudados para cubrir sus necesidades de
salud, educación, vestuario, transporte, en especial en la Región Metropolitana.
Sin embargo, a los trabajadores se les dice: “Las
tasas de interés no pueden bajar porque eso afecta la economía. Y el ingreso
mínimo no puede subir porque también afecta a la economía”.
Ese razonamiento, inversamente proporcional, lo
único que nos muestra es el jamón del sándwich -la mortadela lisa del
sándwich, a estas alturas-: el millón de trabajadores que queda al medio y que
no tiene otro camino.
De ese tema debemos hacernos cargo hoy, como
asimismo del absurdo argumento -lo he escuchado una vez más- de que el 82
por ciento de quienes pagan el salario mínimo corresponde a pymes.
¡Todos sabemos que dentro de las pequeñas y
medianas empresas cabe el quiosquito de la esquina pero también hartos
emprendimientos de mucho mayor tamaño!
Eso de que las pymes no están en condiciones de
asumir un reajuste mayor no me convence. Todos sabemos que las pymes
chicas -no las que tienen contratos de tercerización con las grandes empresasposeen sistemas de bonificación por locomoción y un conjunto de subsidios que
les permiten incrementar el ingreso mínimo.
Entonces,
no
cabe
el
argumento,
que
permanentemente se usa, de que no se puede aumentar el salario mínimo
para no afectar a los que estrictamente lo pagan, cuando hay pymes -a favor
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de ellas supuestamente no se sube el monto-, que muchas veces pagan más
que el sueldo mínimo.
Señor Presidente, esta materia requiere un debate
bien de fondo, el que probablemente se realizará cuando el proyecto retorne al
Senado si se aprueba la habilitación. Tal discusión tiene que ver con la
desigualdad, con la batalla que a diario libran cientos de miles de familias
chilenas para subsistir con el ingreso mínimo.
Expreso lo anterior como representante de la Región
de La Araucanía, donde hay sectores muy dependientes de transferencias
monetarias, de subsidios -usted lo sabe, Ministro- y, en particular, de contratos
por el salario mínimo con empresas, que no son -insisto- las pequeñas.
En estos días, a muchos de nosotros se nos han
acercado trabajadores que ganan el mínimo diciéndonos: “Pa’ seis lucas,
rechácelo”. Y son personas que no laboran precisamente en el quiosco de la
esquina, en la carnicería o en el hotel chico de enfrente.
Señor Presidente, este es un problema político que el
Gobierno no ha sabido resolver -o no ha tenido la voluntad para ello- con los
gremios, lo que configura una situación bastante inusual.
Este es su proyecto, Ministro; no el nuestro. Es el
proyecto de la Derecha. Por lo tanto, llamo a ese sector a hacerse responsable
de él. Si se pretende aprobar el menguado incremento que se propone, bueno,
que se haga responsable la Derecha con los votos de sus parlamentarios.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Horvath.
El señor HORVATH.- Señor Presidente, ya se han dado casi todos los
argumentos.
Desde luego, el asunto hay que ubicarlo en un
escenario más abierto. Existe crisis en Europa, y países como China, India y
Estados Unidos están desacelerándose.
El planeta, por un lado, muestra avances en aspectos
importantes (el acceso al agua y lo relativo a la salud) y, por otro, se está
deteriorando en forma acelerada en sus recursos naturales, en la calidad de
vida, con grandes inequidades y con un efecto del cambio climático.
Entonces, aquí nos abocamos a una cosa que parece
muy puntual, pero que, como expresé, debe mirarse en un contexto más
amplio.
Como bien se ha señalado, el salario mínimo afecta el
empleo. Pero estamos hablando de rangos sobre los cuales hay diferentes
informes. Algunos señalan: “Puede bajar la cantidad de empleados de 2 a 4
puntos”; otros postulan que no pasará nada, y terceros estudios económicos
sostienen que se genera un círculo virtuoso, porque, junto con capacitación, es
posible reactivar la economía.
Ahora, ¿quiénes pagan el sueldo mínimo? Lo vemos
todos los días, por ejemplo, cuando vamos a echar bencina. Normalmente el
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bencinero recibe ese ingreso. Y se las arregla con propinas o “changuitas” de
otra naturaleza. También pagan el salario mínimo los restoranes, los
supermercados, las tiendas. O sea, este no es un problema solo de las
empresas pequeñas, que son más bien familiares o emprendedoras.
¿Qué tipos de salarios mínimos tenemos?
El mínimo económico se define en forma sana a
través de más empleo, de capacitación, de mejores emprendimientos, lo que
da como resultado, sin mediar ley, un mejor sueldo mínimo. Esta es
prácticamente la condición de pleno empleo, en la cual la sociedad se hace
cargo de los problemas de las personas que, por distintas razones, no acceden
a ello.
Se ha planteado también un salario mínimo éticosocial, en el que hay un componente de vulnerabilidad. El estímulo no debe
considerarse una red que atrape, sino una que eleve a las personas a través
del empleo, de la educación y del aseguramiento de la salud.
Además, se ha abordado aquí el salario mínimo
regionalizado, que es particularmente sensible en las zonas extremas de
nuestro país.
Uno de los puntos del petitorio del Movimiento Social
por Aysén se refiere a dicho ingreso, lectura que a nivel central no se hizo en
forma correcta. Lo que se plantea ahí es que el beneficio o estímulo que se
otorgue a los empleadores para que contraten mano de obra se vea
claramente reflejado en el salario de las personas. Eso es lo que nosotros
estamos esperando en la Comisión Especial de Zonas Extremas del Senado,
para poder verificar que esto efectivamente se cumpla.
En mi opinión, en buena medida gracias a la posición
de Renovación Nacional, se ha profundizado el debate sobre ese aspecto. Y
vamos a lograr que el proyecto sea repuesto en la Cámara de Diputados, con
el compromiso del Ministro de que estos temas serán analizados previamente
por consejos técnicos económico, sociales, transversales, de manera que las
distintas materias lleguen prediscutidas al Congreso. Así, dispondremos de más
elementos de análisis en el momento que corresponda.
Desde luego que vamos a votar a favor en esta
oportunidad para reponer un mejor proyecto, con la clara esperanza y el
compromiso de que su texto volverá perfeccionado a esta Corporación con un
ingreso mínimo de 200 mil pesos.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor RuizEsquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, cada vez que se toca esta materia
en el Senado -esto lo hemos vivido por casi 20 años- se genera una discusión
muy pormenorizada, que siempre ronda alrededor de los mismos factores.
Hoy día enfrentamos una situación en la cual la
Concertación ha adoptado ciertos acuerdos.
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Creo que los partidos políticos deben procurar un
orden para evitar explosiones demagógicas y, también, sociales, como las que
hemos vivido en el último tiempo. Por lo tanto, yo voy a votar de conformidad
con lo que resuelva el Partido Demócrata Cristiano en este trámite habilitante.
A mi juicio, la gran falla en la democracia chilena es
que nosotros mismos estamos creyendo que la política es un asco y que no
estamos en condiciones de levantarla, de manera que sea un camino posible
de seguir en una democracia que requiere ciertos retoques.
Necesariamente, uno debe cumplir con su deber en
conciencia.
Así, les manifesté a mis colegas que, por razones de
ética política, por mi convicción de que la desigualdad es la causa de gran
parte de los conflictos actuales, no puedo apoyar un proyecto que aumenta en
9 mil pesos el ingreso mínimo mensual y que no eleva su monto hasta los 200
mil.
Mi planteamiento permanente en estos días ha
recaído en tres aspectos.
Primero, ratifico mi adhesión a los acuerdos que
adopten los Senadores democratacristianos, porque, de lo contrario, nunca
vamos a tener una política sana. El libre pensamiento es parte de la
democracia, pero también lo es el cumplimiento de los acuerdos que se tomen
entre pares.
Segundo, creo que llegó la hora -se ha dicho hasta la
saciedad- de que seamos capaces de elaborar proyectos a tres o cuatro años,
en los que se abra un abanico de opciones, con los análisis correspondientes,
del cual surja el llamado “salario mínimo”, “reajuste mínimo” o como queramos
denominarlo. Se ha hablado mucho sobre el particular y se sabe exactamente
cuáles son los factores a los que debemos mirar.
Todos los análisis políticos demuestran que la
desigualdad es la causa fundamental de que tengamos una realidad social
tensionada. La acción de la sociedad, del Gobierno y también de los
parlamentarios en un momento determinado refleja que somos estrictos con
los que tienen menos defensas -tendencia natural que está en los genes de la
sociedad mundial y del ser humano- y muy duros con los débiles, pero
bastante blandos cuando se trata de enfrentar a las grandes empresas, los
grandes capitalistas, los grandes dueños del dinero.
Tercero, pienso que habrá que recoger lo que ha
dicho el Gobierno permanentemente, en el sentido de que Chile está
maravillosamente bien. Faltan algunas cosas, claro, pero estamos muy bien.
Se nos ha dicho, además, que nuestro país es el
número 16 o 17 en cuanto al costo de la vida, y ocupamos distintos lugares en
otros ámbitos, en fin.
Todos esos antecedentes deben considerarse. Si
exhibimos esas cifras, si tenemos esas expectativas, si adherimos a lo que
estamos haciendo sin dudar que somos el país más formidable de América
Latina, entonces no debemos cargarle la mano al último eslabón entregándole
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DISCUSIÓN SALA
apenas un 4 o 5 por ciento de reajuste, sin pasar de los 185 mil pesos
mensuales, arguyendo que, si se excede ese monto, se desmorona la
economía chilena.
Cuando uno analiza las cifras, se da cuenta de que
las condonaciones de impuestos a algunas empresas equivalen a la mitad o a
la tercera parte de los gastos sociales que el país requiere. Pero a esas
empresas, como alguien dijo, no les pedimos sobriedad ni siquiera para que
cumplan con lo elemental: pagar un “salario ético”, como lo llamaron algunos
representantes de la Iglesia. No estoy hablando de economistas, sino de
personeros sociales, religiosos, inteligentes, capaces, que han visto en sus
diócesis lo que pasa en el país. Sin embargo, no hacemos ningún juicio al
respecto; simplemente se sacan cuentas alegres, donde se suman dos veces
las cifras, etcétera, etcétera.
En tales condiciones, yo no puedo votar a favor de lo
que se ofrece.
Digo esto con honestidad, con franqueza, tal como se
lo expresé a mis camaradas. Y también se lo he manifestado al Ministro de
Hacienda, a quien mucho respeto y con quien hemos tenido una relación, a lo
menos, educada, respetuosa, amistosa. Porque, como sostenía Jacques
Maritain, la política es, además, educación y respeto a las opiniones propias y
distintas.
Señor Presidente, aprovechando la gentileza de los
minutos que me quedan, quiero señalar que la única manera de encontrar una
fórmula adecuada para resolver este problema implica atender a lo que se le
ha pedido al Ministro con mucha franqueza.
Primero, solicito que considere nuestra propuesta. Él
la entiende, pero dice que no se puede concretar. Si ello es así, entonces pido
que me saquen los titulares donde se señala: “Chile, el primero entre los
primeros”, “Aquí tenemos un ingreso fantástico”. Por favor, no nos engañemos
nosotros mismos.
Segundo, trabajemos durante uno o dos meses en el
estudio de ideas que permitan generar, de aquí en adelante, una suerte de
plan a tres años o uno quinquenal -uso la expresión, porque se la escuché a
algunos dirigentes de la Derecha hace un tiempo- para estos efectos.
Y, tercero, hagamos un esfuerzo por equilibrar la
realidad entre los que mucho tienen y los que poco tienen. Y repito un
razonamiento que ya ni siquiera se pone en duda: 3 mil años demoraría un
trabajador que recibe el actual salario mínimo en recaudar lo mismo que gana
aquel personero que posee la mayor riqueza y patrimonio en Chile.
En esas condiciones, lo único que me queda es
cumplir con mi deber. Este consiste en señalar, pública y notoriamente, que, si
yo votara en libertad absoluta, tendría que pronunciarme en contra de la
habilitación solicitada por el Primer Mandatario.
Soy Senador por obra y gracia de mis virtudes y
defectos, y básicamente, por el apoyo y respaldo que me dio mi partido, tal
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DISCUSIÓN SALA
como ocurrió con cada uno de nosotros. Por tanto, haré lo que me indique el
jefe de mi bancada, el ilustrísimo Senador Pizarro.
El señor PROKURICA.- ¡Por primera vez...!
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Pero -reitero- mi voto en conciencia es contrario al
proyecto. Así se lo dije al Ministro, con mucho respeto y afecto, conociendo la
voluntad y sentido de buena nacencia de él y del resto de los Secretarios de
Estado que nos acompañan. Más que eso no puedo hacer, salvo rezar para que
“arriba” lo reciban con alegría y satisfacción.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.
El señor LAGOS.- Señor Presidente, ciertamente el trasfondo de esta discusión
persigue establecer mayores oportunidades de igualdad, equiparar el piso,
permitir a ese gran número de chilenos que gana el ingreso mínimo que lo vea
aumentado.
Yo parto de la base de que nadie tiene la mala fe de
no querer ser más generoso. Entonces, se supone que existen razones detrás
de todo esto.
Ahora, entendiendo que hay criterios básicos de
economía y una discusión técnica de por medio -se hacen estudios para todo-,
el sentido común indica que, si incrementáramos el salario mínimo a un millón
pesos, se generaría un efecto en el empleo. De eso, no cabe duda.
Pero cae de maduro que también se abre un espacio
para una discusión más política. Y el propio Ministro de Hacienda lo puede
explicar.
Él ingresó un proyecto que eleva el monto del ingreso
mínimo a 191 mil pesos en la Cámara de Diputados. En esa oportunidad dio
todos los argumentos que le hemos escuchado permanentemente: que la
inflación pasada, que cómo trasladamos la productividad a los trabajadores,
etcétera.
Sin embargo, se produjo una magia en dicha
Corporación -¡llegó Harry Potter!-: la cifra de 191 mil pesos, justificada por un
argumento técnico sólido, amparada por un sinnúmero de estudios, incluidos
los del Ministro, se elevó a 193 mil. O sea, se incrementó en 2 mil pesos. De 4
por ciento nominal, subió a 6 por ciento.
Cabe preguntar: ¿era una rigurosidad extrema la que
regía el debate técnico? No. Había espacio para la conversación. Parece,
entonces, que la magia de la Cámara Baja tiene una explicación. No sé si
radica en los Diputados mismos o, tal vez, en alguna de sus bancadas.
Esto me lleva al segundo tema.
La discusión, si bien no es cien por ciento técnica y
contiene un elemento político -volveré sobre este punto al final-, no trata sobre
si el salario mínimo se incrementará a 193 mil o a 195 mil pesos, sino si
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habilitamos el trámite de la iniciativa para que vaya de vuelta a la Cámara de
Diputados.
En consecuencia, me parece que aquí se refleja una
tremenda impericia de parte del Gobierno.
Un dato. Consultado el Ministro de Hacienda acerca
de por qué ingresó este proyecto tan tarde, sacó una serie de estadísticas bien
grandes que indicaban que, durante los últimos Gobiernos de la Concertación,
las fechas de envío de esta misma materia al Congreso eran más o menos
parecidas.
No me cabe duda de que Velasco, Eyzaguirre, Aninat,
Foxley ingresaron en fechas similares el proyecto de reajuste del salario
mínimo, pero había una característica distinta que resulta fundamental: cuando
la iniciativa se enviaba tarde, venía con la aprobación y la “mosca” de todos los
parlamentarios de Gobierno...
El señor TUMA.- Y de los trabajadores.
El señor LAGOS.- No. No siempre se contaba con el apoyo de los trabajadores,
señor Senador. Eso no es cierto, y afirmar tal cosa sería populismo.
El punto es que el proyecto llegaba en la misma
fecha, pero ordenado.
¿Y qué sucede acá hoy día? Nosotros, los Senadores
de Oposición, tenemos que resolver, como dijo el Senador Zaldívar, un
problema del Gobierno, que careció de capacidad suficiente en esta materia.
Mostró “himpericia” -con hache para hacerla más brusca- para lidiar con una
bancada parlamentaria.
La bancada de Renovación Nacional, liderada por don
Carlos Larraín, se dio el gusto de defender su planteamiento. Tuvo la fuerza
política para ello o la visión, como quieran llamarlo. Seguramente al Senador le
han puesto calificativos de todo tipo en estos días.
Desde ese punto de vista, estamos acá resolviendo
un problema que no nos corresponde a nosotros.
En resumen, primero, ¿el debate es técnico? Hasta
por ahí nomás, porque aumentamos de un paraguazo 2 mil pesos en la
Cámara de Diputados. O sea, los tecnicismos se acabaron cuando entraron
acá.
Segundo, estamos discutiendo esto por impericia del
Gobierno, que no fue capaz de ordenarse. Entonces, hoy día tenemos que
salvar la situación.
Entiendo al Senador Ruiz-Esquide, quien dice que, en
su fuero interno, quisiera votar en contra. Yo, en el mío, no voy a
pronunciarme negativamente ni voy a obstruir la habilitación del proyecto,
porque creo en el diálogo y en la capacidad de ponerse de acuerdo. Pero
también el Gobierno tendrá que hacer un pequeño mea culpa, así sea
internamente o encerrado en una oficina con sus Ministros y parlamentarios,
para decir: “¿Cómo llegamos a esta situación por segunda vez?”.
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DISCUSIÓN SALA
Ahora, estamos discutiendo un tema delicado, que
tiene que ver con los quórums. Porque no se trata solo de que con un voto
más se aprueba esto. Se necesitan los dos tercios. Entonces, hay que fallar la
figura de que o nos obligan a votar a favor o nos vemos en la obligación de
pararnos e irnos para tener un universo más bajo y dar el quórum.
Todo esto ya es ficticio, por impericia. Y eso hay que
asumirlo.
Tercero, yo valoro las palabras del Ministro, porque
de lo que he escuchado en general en los medios, de lo que recuperé de mis
compañeros de Partido de la Cámara de Diputados -en particular de Pepe Auth,
nuestro representante en la Comisión de Hacienda- y de lo que escuché hoy
día en la tarde en la Comisión y ahora, hay un cambio.
Por lo menos -lo digo sin ánimo de festinar-, veo una
expresión corporal distinta, tal vez porque alguien se sintió cercano al
acantilado. Porque, en verdad, lo que va a ocurrir ahora no ha sido fácil de
construir, no solo para los parlamentarios de Gobierno, sino también para
nosotros en la Oposición. Y no tengo claro si vamos a tener unanimidad en la
forma en que vamos a abordar esto.
Entonces, algunos van a aprobar, otros seguramente
nos vamos a ausentar y algunos van a votar en contra. Pero toda esta
situación se produce como consecuencia -reitero- de una impericia.
Voy al tema siguiente: el Ministro habló de la nueva
institucionalidad. Yo estoy encantado de contar con esa propuesta. Pero
¿saben qué? Pensémosla bien. Porque lo que hay no da para más.
Lamento que no esté en la Sala el Senador Novoa,
porque quería hacer referencia a su intervención. Él planteó que nos
hiciéramos cargo de una trayectoria de 22 años; que no podíamos empezar de
nuevo, y que en la Oposición debíamos tener algo de pudor o estábamos
vetados, tal vez, para abordar temas más en profundidad porque no lo hicimos
en mucho tiempo.
La institucionalidad actual no sirve, porque ocurre
que estamos discutiendo nosotros acá; pero ¿quién va a tener la
responsabilidad de una decisión del Gobierno? Yo preferiría que el Presidente
de la República y el Ministro de Hacienda dijeran a los chilenos: “191 mil
pesos” y punto. Y se acabó la magia de la Cámara de Diputados y la figura que
estamos haciendo acá. Lo ideal sería una institucionalidad que operara
automáticamente y que a nosotros como Parlamento no nos involucrara.
Porque explicar al bombero de la COPEC se hace muy difícil.
Voy a otro tema más de fondo: la trayectoria. Quiero
señalar al Senador Novoa que precisamente porque en 22 años hicimos lo que
hemos hecho, hoy día estamos en una discusión sobre el salario mínimo que
no ha tenido nunca este tono. ¿Por qué? Porque se agotó un ciclo, una manera
de hacer las cosas.
Sí: los Gobiernos de la Concertación -tal vez por lo
mismo estamos en la Oposición- siguieron haciendo las cosas de la misma
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forma durante 20 años. Y los chilenos nos están pidiendo proceder de manera
distinta, incluso respecto del salario mínimo.
Quiero recordar el argumento del Senador Zaldívar las grandes mentes pensamos igual-: don Patricio Aylwin aumentó en 44 por
ciento nominal y 19 por ciento real el salario mínimo. Solo le faltó agregar,
creo, la tasa de desempleo; en qué estaba la economía chilena; cuáles eran las
cuentas públicas; cómo estaba de deteriorada la inversión, y para qué seguir.
Pues bien, hicimos la reforma tributaria encima de eso. Y ninguna catástrofe
ocurrió. Porque hay espacios. Y creo que Chile, con su ingreso per cápita, con
la posición sólida que tiene y con las demandas que están ocurriendo, debe
atinar.
Por eso, me preocupa que vayamos a la Cámara de
Diputados y luego tengamos que volver a lo mismo.
Quiero decir al Senador señor Novoa que hay que
leer lo que nos están diciendo los chilenos. En este Hemiciclo hay un Partido es el único- que no quiere reformar el sistema binominal, que no desea una
reforma tributaria y que, más encima, no tiene el ánimo de reajustar el salario
mínimo más allá de lo que sea necesario. Entonces, eso nos está diciendo algo.
¿Cuál es la lectura positiva? Que somos más los que
pensamos que algo tenemos que hacer. Porque, como estamos caminando, ya
nos pilló la calle, la ciudadanía; ya nos atrapamos nosotros mismos los dedos
en la puerta.
Entonces, no voy a contribuir a impedir la habilitación
de este proyecto. Espero, sí, que lo que volvamos a discutir acá sea
ciertamente un guarismo mejor. No me cabe duda. Estoy convencido de ello.
Si no, esto va a ser un desastre. Pero, por sobre todo, debemos tomar
conciencia de que el salario mínimo, el sistema binominal, la reforma política
son todos elementos de una misma película que nos está pasando por la vista.
Y nosotros no estamos atinando.
Finalmente, expreso al Senador Novoa que si lo
hicimos de una forma durante 20 años, tal vez por lo mismo hoy día estamos
hablando desde la Oposición y no desde el Gobierno, lo cual no es óbice para
que yo diga: “Eso hay que enmendarlo y cambiarlo de alguna manera”.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor WALKER (don Ignacio).- ¿Cuánto tiempo queda, señor Presidente?
El señor ESCALONA (Presidente).- Indefinido, hasta que se acabe la lista de
oradores. Quedan dos inscritos.
El señor PIZARRO.- En el día de ayer nuestra bancada y la Concertación en su
conjunto pedimos al señor Presidente del Senado que la solicitud del
Presidente de la República de habilitar el proyecto sobre el salario mínimo para
que pasara a la Cámara fuese a la Comisión de Hacienda. Nos parecía que era
un paso previo. Algunos decían: “¿Para qué va a ir a Hacienda cuando puede
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ser vista directamente en la Sala?”. Pedimos eso -y lo entendieron así las
bancadas de Gobierno-, porque queríamos contar con la oportunidad de
escuchar lo que el Ministro tenía que decir al Senado.
Desde el punto de vista de la Oposición, no había
habido oportunidad para conversar sobre esta materia, al menos formalmente,
en nuestras bancadas y en la Concertación en su conjunto.
Hoy a las 3 de la tarde, al inicio de la sesión de la
Comisión, preguntamos al Ministro: “¿Para qué quiere que habilitemos este
proyecto que ya fue rechazado en la Cámara de Diputados?”. Porque hasta el
momento, en el debate público, no recibíamos señal alguna de que la
habilitación de la iniciativa era necesaria para generar un diálogo, una
conversación, para buscar acuerdos que pudieran hacer sustentable una
política más permanente en materia de reajustes al salario mínimo.
El
Ministro
dijo:
“Bueno,
nosotros
estamos
disponibles para estudiar algunos mecanismos; algo ha salido en los medios de
comunicación”. La verdad es que en la Comisión no fue suficiente lo que él
planteó. No dio ninguna señal, ni a nosotros ni tampoco, parece, a uno de los
Partidos de Gobierno.
¿Qué pasa, entonces, con el debate en el Senado?
Hago la pregunta para que se nos pueda entender por qué, desde el punto de
vista de la Oposición, hemos tomado la decisión mayoritaria de posibilitar que
el proyecto vuelva a la Cámara.
Digo “posibilitar”, porque si cumplimos estrictamente
con lo que establece el Reglamento del Senado, que exige dos tercios de los
miembros presentes para aprobar esta solicitud del Presidente de la República,
y nosotros tuviéramos que votar de acuerdo a lo que nos nace y nos parece
justo, nos pronunciaríamos en contra, tal como hicieron nuestros Diputados en
la Cámara en el momento de discutir el guarismo.
Las razones aquí se han explicado por los colegas de
todas las bancadas de la Oposición. Lo hizo claramente el Senador Zaldívar
hace un rato: no es por capricho, sino porque consideramos que un salario
mínimo debe al menos tener en cuenta, en términos de ética, de justicia, de
equidad, la situación que viven los compatriotas que lo reciben en su día a día.
Y lo que han sufrido los sectores más vulnerables, en términos de alimentos,
de la canasta básica, es una inflación prácticamente de 10 por ciento en los
últimos 12 meses. Y del piso de 200 mil pesos ha estado hablando acá hasta
un propio partido de Gobierno, encabezado por el Senador Carlos Larraín.
También lo hemos planteado nosotros como punto de partida. No es un
capricho ni demagogia. Obedece a la realidad diaria de todos los chilenos que
sufren el IPC y el alza de los alimentos, que es lo que más les duele. Porque el
alza de los alimentos no afecta a los sectores de ingresos medios o más altos,
sino a aquellos que viven del salario mínimo.
Entonces, un claro acto de justicia a nosotros nos
indica que lo planteado en la Cámara es total y absolutamente insuficiente. A
eso obedece el rechazo del proyecto por los colegas Diputados.
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DISCUSIÓN SALA
Esa es la razón por la cual cuando el Ministro acoge el
planteamiento hecho de ir a un sistema plurianual, de acercarnos lo más
posible, en un plazo de 2, 3 años a lo que pueda ser lo denominado “salario
ético”, señalamos que eso es lo que nos interesa promover.
De hecho, para este debate,
nuestras bancadas
tienen preparadas propuestas concretas, que, si posibilitamos el debate en la
Cámara, haremos llegar a nuestros Diputados, a fin de que ellas puedan ser el
inicio de una discusión en esta materia, donde la equidad y el ingreso ético
sean la base del diálogo y el análisis con el Gobierno.
Si nosotros votáramos acá conforme a un acto de
justicia, tendríamos que hacerlo en contra. Pero, al mismo tiempo,
imposibilitaríamos el necesario diálogo para mejorar lo que hoy día existe. Y
tendríamos que esperar, efectivamente, un año más. Eso tampoco nos parece
justo con los chilenos ni con aquellos que viven con el salario mínimo, en el
cual uno, dos o tres puntos más puede ser la diferencia entre comer y no
comer.
Y ese también es un problema ético, moral y político.
Esa es la razón fundamental que nos mueve, a pesar de la impericia del
Gobierno, a hacer viable la discusión nuevamente en la Cámara de Diputados,
en el entendido de que, como ha dicho el Ministro, en el diálogo se va a
encarar lo relativo al establecimiento de mecanismos de cálculos permanentes,
donde la equidad necesariamente debe estar presente, o un sistema
plurianual.
Pero, para que esto tenga sentido, el compromiso
frente al país sea serio y se justifique el debate, el Ministro tiene que fijar un
cronograma claro. Esto no puede ser como en otras oportunidades, cuando el
señor Larraín nos ha dicho que va a enviar proyectos y después no llegan. No
hablemos del petróleo, porque eso parece cuento del tío.
Pero queremos creerle al señor Ministro, por el
problema ético que asume frente al país y porque estamos hablando de mayor
justicia social y mejor calidad de vida para la gente que más lo necesita.
La única manera que tenemos de ayudar a que el
proyecto sobre salario mínimo quede habilitado y vuelva a la Cámara -sé que
es difícil que la opinión pública entienda esto- es que no votemos. Es la
alternativa que nos queda. Y no vamos a hacerlo, porque como lo establece el
artículo 68 de la Constitución, con los dos tercios de los Senadores presentes
se puede aprobar la habilitación. O sea, vamos a dejar que se apruebe con los
votos de los partidos que respaldan al Gobierno, aun cuando sabemos que
costó mucho conseguir la mayoría necesaria, lograda sobre la base de la
promesa de dialogar con esas colectividades, pero también con el compromiso
del Ministro a nosotros de dialogar con la Oposición.
Esa es la razón por la cual la Senadora señora
Rincón, al inicio de este debate, dijo con claridad: “Si Renovación Nacional, si
el Senador Larraín, Presidente del Partido Renovación Nacional, vota en contra
la posibilidad de habilitar, con mayor razón todos nosotros vamos a votar en
contra”. En ese caso, era insostenible la postura del Gobierno, y habría sido
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ridículo que el partido del Presidente de la República se pronunciara en contra
de su proyecto y nosotros apareciéramos facilitándole la vida.
A mi juicio, es un acto de responsabilidad política -lo
vuelvo a decir-, el que ha hecho el Senador Carlos Larraín al anunciar su voto
negativo. Igualmente es un acto de responsabilidad política el del Gobierno al
abrirse al diálogo y comprometerse públicamente con los partidos de Gobierno,
pero, fundamentalmente, con la Oposición, porque, como se ha expresado acá,
si el Ministro Larraín no llega acá (no es amenaza, sino un compromiso) con un
proyecto en que el piso sea 200 mil pesos para ese salario ético, desde ya
estas bancadas, que son mayoritarias, le notificamos que lo vamos a rechazar.
Y seguramente, siendo coherentes, algunos Senadores de las bancadas de
Gobierno también actuarán de la misma manera.
Me parece que es la única alternativa que tenemos.
A muchos de nosotros, como se ha dicho, nos
gustaría, de una vez, votar en contra, pero vamos a darle una oportunidad al
Gobierno de hacer las cosas mejor, porque los chilenos lo necesitan.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Frei.
El señor FREI (don Eduardo).- Señor Presidente, una vez más, estamos en los
medios de prensa, porque tuvimos que suspender la sesión y postergar el
debate sobre la habilitación, porque había programado un “cotelé”, como se
dice. Una vez más somos objeto del desprecio de la ciudadanía y de la más
mala calificación de toda la institucionalidad chilena.
Hoy día en la tarde, en la reunión de la Comisión de
Hacienda, expresé al Ministro (a quien escuché anoche en la televisión) que el
proyecto sobre salario mínimo debía haberse aprobado el 30 de junio. Pero
ingresó a la Cámara de Diputados prácticamente el último día del mes, antes
de la semana regional. Y recién se habría iniciado su discusión en el Senado,
donde se habría aprobado o rechazado. Si se hubiera presentado con
anterioridad -durante la primera o segunda semana de junio-, podríamos haber
avanzado, tener el diálogo, la posibilidad de llegar a acuerdos y dar el paso
que hoy día se está iniciando, con las consiguientes complicaciones...
De lo otro de que nos imponemos permanente y
reiteradamente, tanto en versión del oficialismo como en otras expresiones, es
del tema de la responsabilidad, como si de parte nuestra ella no existiera en
cada uno de los proyectos que debatimos.
He escuchado también que una de las razones por las
cuales especialmente Renovación Nacional ha tomado la decisión de aprobar
esta habilitación, es que se produzca más adelante un diálogo fructífero y
conducente, que permita satisfacer a todos los involucrados. Y dentro de las
soluciones se habla de la propuesta de una solución plurianual.
Con mucha responsabilidad digo que en el 2008, el
2009 y el 2010 tuvimos tres años de reajuste sin un proyecto especial, sin
comisiones, sino con la voluntad del Gobierno de mandar un proyecto de ley
que fijaba el salario mínimo en tres años, con un criterio que consideraba los
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DISCUSIÓN SALA
factores de crecimiento, inflación, la situación del país y, además, un factor de
equidad. Porque lo que se echa de menos en el debate, en este proyecto y en
las cifras es la equidad. Porque las desigualdades, que son el germen de todos
los movimientos sociales que ha habido en el último tiempo, se han tornado
insostenibles, insoportables incluso para la estabilidad y la gobernabilidad del
país en el próximo tiempo. Y si la clase política no es capaz de resolver este
problema, lo vamos a pagar muy caro.
Este debate lo tuvimos extensamente en la campaña
presidencial, cuando Monseñor Goic habló del salario ético. Y todos nos
comprometimos al respecto, pero han pasado tres años y poco se ha
avanzado.
Por lo tanto, espero que, después de tanto tiempo,
dialoguemos de verdad, con toda la voluntad.
El proyecto de ley de reforma tributaria entró al
Congreso el 3 de mayo. Hasta hoy, 4 de julio -o sea, han pasado dos mesesno hemos tenido ninguna conversación ni diálogo. Al principio, a solicitud y a
propuesta del Presidente del Senado, el Ministro de Hacienda concurrió en dos
oportunidades y nos dijo: “Venimos a conversar no más”. Pero nunca más
hablamos del tema tributario.
Entonces, si queremos realmente un diálogo
conducente o fructífero, como dijo el Senador García, hagámoslo de verdad.
Existen las oportunidades para ello.
Reitero: para el mecanismo plurianual no se
necesitan tantas comisiones. A veces nos llenamos de estas. Y también el
presente Gobierno ha caído en eso.
Se requiere voluntad política, mandar el proyecto y
establecer la fórmula plurianual. Así se dará un sello de equidad, porque es lo
que necesita y demanda la inmensa mayoría de los chilenos.
En
Regiones
el sueldo
mínimo
lo
percibe
prácticamente toda la gente. En Osorno y Valdivia son muy pocos los que
ganan un salario sobre los 250 mil pesos. Esa es la realidad.
El ingreso mínimo tiene una incidencia muy
importante en el país.
No me voy a referir más a las discusiones
económicas, etcétera, ni a las circunstancias en que cada una de estas
materias se ha discutido.
Espero que, aunque sea tarde, iniciemos ese diálogo
fructífero y conducente que todo el país espera.
Gracias, señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Cerrado el debate.
En votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su
voto?
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DISCUSIÓN SALA
El señor ESCALONA (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba la solicitud de insistencia del
Presidente de la República (16 votos a favor, 5 en contra y una
abstención).
Votaron por la afirmativa las señoras Pérez (doña
Lily) y Von Baer y los señores Chahuán, Coloma, Espina, García, GarcíaHuidobro, Horvath, Kuschel, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos),
Novoa, Orpis, Pérez Varela, Prokurica y Uriarte.
Votaron por la negativa la señora Allende y los
señores Girardi, Gómez, Muñoz Aburto y Rossi.
Se abstuvo el señor Bianchi.
El señor ESCALONA (Presidente).- Se ha dado cumplimiento a lo dispuesto en
el artículo 68 de la Constitución.
Se levanta la sesión, sin perjuicio de dar curso a las
solicitudes de oficio que han llegado a la Mesa.
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OFICIO APROBACIÓN INSISTENCIA
2.5. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
Oficio aprobación de Insistencia. Fecha 04 de julio, 2012. Cuenta en Sesión 51.
Legislatura 360. Cámara de Diputados.
Nº 700/SEC/12
A S.E. el Presidente
de
la
Honorable
Cámara de Diputados
Valparaíso, 4 de julio de 2012.
Tengo a honra comunicar a Vuestra Excelencia que el
Senado ha dado su aprobación en general al proyecto de ley originado en el
Mensaje Nº 126-360, de Su Excelencia el Presidente de la República, de 18 de
junio de 2012, del que se dio cuenta en esa Corporación con fecha 19 de junio
de 2012, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual, correspondiente
al Boletín Nº 8.387-05.
Hago presente a Vuestra Excelencia que el proyecto
fue aprobado con el voto conforme de 16 Senadores, de un total de 22
Senadores presentes, dándose cumplimiento de ese modo a lo dispuesto en el
artículo 68 de la Constitución Política de la República.
Lo que comunico a Vuestra Excelencia en respuesta a
su oficio Nº 10.238, de 21 de junio de 2012.
Dios guarde a Vuestra Excelencia.
CAMILO ESCALONA MEDINA
Presidente del Senado
MARIO LABBÉ ARANEDA
Secretario General del Senado
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DISCUSIÓN SALA
2.6. Discusión en Sala
Cámara de Diputados. Legislatura 360. Sesión 51. Fecha 05 de julio, 2012.
Discusión general. Se aprueba en general.
REAJUSTE DEL INGRESO
constitucional. (Insistencia).
MÍNIMO
MENSUAL.
Primer
trámite
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- En conformidad con los
acuerdos adoptados, corresponde votar en general el proyecto de ley, iniciado
en mensaje, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual.
-Antecedentes:
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Reitero, de acuerdo con
lo dispuesto en el artículo 68 de la Constitución Política de la República, sólo se
considerará desechado el proyecto si se rechaza con el voto de los dos tercios
de los diputados y diputadas presentes.
El señor JARAMILLO.- Señor Presidente, le faltó informar si el proyecto
viene con indicaciones el próximo mates.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Obviamente, señor
diputado, el proyecto viene sin indicaciones; se trata del proyecto original. La
indicación que lo reajusta a 193 mil pesos se va a renovar en la discusión
particular.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el
siguiente resultado: por la afirmativa, 32 votos; por la negativa, 31 votos Hubo
1 abstención.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Aprobado.
Nota: Las siguientes votaciones se extrajeron de la página web de la
Cámara de Diputados2
Materia: Proyecto de ley, iniciado en mensaje, que reajusta el monto del
ingreso mínimo mensual. ARTÍCULO 68 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA
REPÚBLICA
Artículo:
2
http://camara.cl/trabajamos/sala_votacion_detalle.aspx?prmID=15527
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DISCUSIÓN SALA
Sesión: 51
Trámite: Primer Trámite Constitucional /
Tipo de votación: General
Quorum: 1/3 Se requiere la aprobación de un tercio de los señores Diputados
en ejercicio
Resultado: Aprobado
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Sr. Baltolu R. Nino Sr. Edwards S. José Manuel Sr. Melero A. Patricio Sr.
Silva M. Ernesto Sr. Barros M. Ramón Sr. Eluchans U. Edmundo Sr.
Monckeberg D. Nicolás Sr. Squella O. Arturo Sr. Bauer J. Eugenio Sr. Kort G.
Issa Sr. Norambuena F. Iván Sr. Ulloa A. Jorge Sr. Becker A. Germán Sr.
Godoy I. Joaquín Sr. Pérez L. Leopoldo Sr. Letelier A. Cristian Sr. Bertolino R.
Mario Sr. Gutiérrez P. Romilio Sr. Rojas M. Manuel Sr. Urrutia B. Ignacio Sr.
Bobadilla M. Sergio Sr. Hasbún S. Gustavo Sr. Salaberry S. Felipe Sr. Van
Rysselberghe H. Enrique Sr. Browne U. Pedro Sra. Isasi B. Marta Sr. Sandoval
P. David Sr. Verdugo S. Germán Sr. Delmastro N. Roberto Sr. Rosales G. Joel
Sr. Sauerbaum M. Frank Sr. Vilches G. Carlos
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Sr. Andrade L. Osvaldo Sr. González T. Rodrigo Sr. Ojeda U. Sergio Sr.
Schilling R. Marcelo Sr. Araya G. Pedro Sr. Jaramillo B. Enrique Sr. Ortiz N.
José Miguel Sr. Teillier D. Guillermo Sr. Auth S. Pepe Sr. Jiménez F. Tucapel
Sra. Pacheco R. Clemira Sr. Tuma Z. Joaquín Sr. Ceroni F. Guillermo Sr. Lemus
A. Luis Sra. Pascal A. Denise Sr. Vargas P. Orlando Sr. De Urresti L. Alfonso Sr.
Lorenzini B. Pablo Sr. Pérez A. José Sr. Venegas C. Mario Sr. Díaz D. Marcelo
Sr. Marinovic S. Miodrag Sr. Rincón G. Ricardo Sra. Vidal L. Ximena Sr. Farías
P. Ramón Sr. Montes C. Carlos Sr. Robles P. Alberto Sr. Walker P. Matías Sra.
Goic B. Carolina Sra. Muñoz D. Adriana Sr. Saffirio E. René
Se abstuvo el diputado don Sr. Tarud D. Jorge
No votaron por estar pareados: Sr. Burgos V. Jorge con Sra.Molina O.
Andrea Sr. Cornejo G. Aldo con Sr. García G. René Manuel Sr. Cardemil H.
Alberto con Sr. Hales D. Patricio Sr. Vallespín L. Patricio con Sra.Turres F.
Marisol Sr. Chahín V. Fuad con Sr. Estay P. Enrique Sra.Rubilar B. Karla con Sr.
León R. Roberto
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
2.7. Informe de Comisión de Hacienda
Cámara de Diputados. Fecha 10 de julio, 2012. Cuenta en Sesión 53.
Legislatura 360.
Valparaíso, 10 de julio de 2012.
El Secretario de Comisiones que suscribe,
CERTIFICA:
Que el proyecto de ley originado en un mensaje
de S.E. el Presidente de la República que REAJUSTA EL MONTO DEL
INGRESO MÍNIMO MENSUAL (Boletín Nº 8.387-05), con urgencia calificada
de "discusión inmediata", fue tratado por la Comisión de Hacienda, en sesión
de fecha de hoy, con la asistencia de los Diputados señores Silva, don Ernesto
(Presidente); Auth, don Pepe; Godoy, don Joaquín; Jaramillo, don Enrique;
Lorenzini, don Pablo; Macaya, don Javier; Marinovic, don Miodrag (Delmastro,
don Roberto); Montes, don Carlos; Ortiz, don José Miguel; Recondo, don
Carlos; Robles, don Alberto; Santana, don Alejandro, y Von Mühlenbrock, don
Gastón.
Concurrieron, además, la Diputada señora María
Angélica Cristi y el Diputado señor Osvaldo Andrade.
Asistieron a la Comisión durante el estudio de la
iniciativa el Ministro de Hacienda, señor Felipe Larraín; la Ministra del Trabajo y
Previsión Social, señora Evelyn Matthei; el Ministro Secretario General de la
Presidencia, señor Cristián Larroulet; el Coordinador de Políticas Tributarias del
Ministerio de Hacienda, señor Miguel Zamora; el Coordinador Legislativo de
dicha Cartera, señor Francisco Moreno, y el Asesor Legislativo del Ministerio del
Trabajo y Previsión Social, señor Francisco del Río.
En sesión de la H. Cámara de fecha 20 de junio,
fue rechazada la idea de legislar del proyecto, ante lo cual el Presidente de la
República, en uso de la facultad que le confiere el artículo 68 de la Constitución
Política, solicitó que el mensaje pasara al H. Senado, donde fue aprobado en
sesión de Sala de 4 de julio, con el voto conforme de 16 Senadores, de un total
de 22 Senadores presentes, siendo remitido nuevamente a esta H. Cámara,
donde fue aprobado en general por mayoría de 32 votos a favor, 31 votos en
contra y una abstención, quedando pendiente su discusión particular.
En el actual trámite legislativo, la Comisión de
Hacienda adoptó los siguientes acuerdos:
Los Diputados señores Accorsi; Alinco; Araya;
Auth; Cerda; Chahin; Cornejo; Díaz; Espinosa, don Marcos; Espinoza, don
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Fidel; García; Jaramillo; Jiménez; Latorre; León; Lorenzini; Marinovic; Montes;
Ojeda; Ortiz; Rincón; Sabag; Saffirio; Schilling; Silber; Tarud; Vallespín y
Venegas, y las Diputadas señoras Goic; Isasi y Sepúlveda, presentaron la
siguiente indicación sustitutiva:
"Artículo 1°.- Elévase, a contar el 1° de julio de
2012, de $ 182.000 a $ 200.000, el monto del ingreso mínimo mensual. A
partir del 1 de julio de 2013 dicho monto será de $ 225.000 y, a contar del 1°
de julio del 2014, tendrá un valor de $ 250.000.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, de $
135.867 a $ 149.318 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad. Este mismo ingreso mínimo ascenderá a $ 167.983, a contar
de 1° de julio de 2013 y a $ 186.629, a contar del 1° de julio de 2014.
Elévase, a contar del 1º de julio de 2012, el
monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no
remuneracionales, de $ 117.401 a $ 129.024. Este valor se elevará a $
145.152 a contar del 1º de julio de 2013 y a $ 161.264 a contar del 1º de julio
del 2014.
Artículo 2°.- Reemplázase el artículo 1° de la ley
N° 18.987, por el siguiente:
"Artículo 1°.- Las asignaciones familiar y
maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares, reguladas por el
decreto con fuerza de ley N°150, de 1982, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social, tendrán para los años que se señalan los valores consignados
en la tabla siguiente, según el ingreso mensual del beneficiario:
A contar del 1° de julio De $ 7.880 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual no exceda de $ 206.079.de 2012
De $ 5.565 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $ 206.079 y no
exceda los $ 338.341.De $ 1.758 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $ 338.341 y no
exceda los $ 527.698.Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso
mensual sea superior a $ 527.698 no tendrán
derecho a las asignaciones aludidas en este
artículo.
A contar del 1° de julio De $ 8.865 por carga, para aquellos beneficiarios
de 2013
cuyo ingreso mensual no exceda de $ 231.839.De $ 6.260 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $ 231.839 y no
exceda los $ 380.634.-
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
De $ 1.978 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $ 380.634 y no
exceda los $ 593.660.Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso
mensual sea superior a $ 593.660 no tendrán
derecho a las asignaciones aludidas en este
artículo.
A contar del 1° de julio De $ 9.849 por carga, para aquellos beneficiarios
de 2014
cuyo ingreso mensual no exceda de $ 257.573.De $ 6.955 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $ 257.573 y no
exceda los $ 422.884.De $ 2.198 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $ 422.884 y no
exceda los $ 659.556.Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso
mensual sea superior a $ 659.556 no tendrán
derecho a las asignaciones aludidas en este
artículo.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2° del citado decreto con fuerza de ley N°150, y los que se encuentren
en goce de subsidio de cesantía se entenderán comprendidos en el grupo de
beneficiarios indicados en la letra a) precedente.".
Artículo 3º.- Fíjase el valor del subsidio familiar
establecido en el artículo 1° de la ley N°18.020 los valores que a continuación
se indican para los años que se señalan en la tabla siguiente:
FECHA
A contar del 1° de julio de 2012
A contar del 1° de julio de 2013
A contar del 1° de julio de 2014
VALOR SUF
$ 7.880
$ 8.865
$ 9.849
Artículo 4°.- El Ministerio del Trabajo contratará
a expertos externos, un estudio sobre el efecto del ingreso mínimo en Chile. El
estudio debe incluir, al menos, la caracterización de los perceptores del ingreso
mínimo y de las empresas y sectores en los que trabajan; la estimación de la
elasticidad del ingreso mínimo en el nivel de empleo, por tipo de trabajador; y
la comparación del nivel del ingreso mínimo en Chile versus otros países. El
precitado estudio deberá ser actualizado, a lo menos, cada 3 años.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
El estudio debe ser público y presentado por el
Ministro del Trabajo a las comisiones de Trabajo y Hacienda del Congreso, en
mayo del año correspondiente.
Artículo 5º.- El mayor gasto fiscal que
represente durante los años 2012, 2013 y 2014 la aplicación de la presente
ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público de la ley de
presupuestos respectiva.".
El Diputado señor Silva (Presidente) declaró
inadmisible la indicación, por versar sobre una materia de iniciativa exclusiva
del Presidente de la República, de conformidad a lo dispuesto en el numeral 4°
del inciso cuarto del artículo 65 de la Constitución Política de la República.
Artículo 1º
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, de $
182.000 a $ 191.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, de $
135.867 a $ 142.586 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, el
monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no
remuneracionales, de $ 117.401 a $ 123.207.
El Ejecutivo formuló las siguientes indicaciones:
1) Para modificarlo del siguiente modo:
a) Sustitúyese en el inciso primero, el guarismo
“$ 191.000”, por el guarismo “$ 193.000”.
b) Reemplázase, en
guarismo “$ 142.586”, por el guarismo “$ 144.079”.
el
inciso
segundo,
el
c) Sustitúyese en el inciso tercero, el guarismo
“$ 123.207”, por el guarismo “$ 124.497”.
2) Para incorporar el siguiente inciso cuarto,
nuevo:
“Para efectos del reajuste a realizarse el día 1°
de Julio del año 2013, el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores indicados en los incisos 1° y 2° de este artículo y el monto del
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
ingreso mínimo mensual para efectos de lo indicado en el inciso 3° del mismo,
se reajustará por una sola vez y por el solo ministerio de la ley, dependiendo
del porcentaje del crecimiento promedio del Producto Interno Bruto, en
adelante PIB, de acuerdo a una de las siguientes alternativas:
a) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o
igual a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas de crecimiento del
tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre del año 2013, con
respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la medición del PIB a
precios del año anterior encadenado según lo informado por el Banco Central,
los montos indicados anteriormente se reajustarán de acuerdo a la variación
porcentual del Índice de Precios del Consumidor, según datos reportados por el
Instituto Nacional de Estadísticas, entre los meses de mayo del año 2012 y
mayo del año 2013, más 3 puntos porcentuales adicionales.
b) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor
o igual a 4% y menor a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas
de crecimiento del tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer
trimestre del año 2013, con respecto a mismos trimestres del año anterior,
utilizando la medición del PIB a precios del año anterior encadenado según lo
informado por el Banco Central, los montos indicados anteriormente se
reajustarán de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del
Consumidor, según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas,
entre los meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013, más 2 puntos
porcentuales adicionales.”.
Artículo 2°
Reemplázase, a contar del 1° de julio del año
2012, el artículo 1° de la ley N° 18.987, por el siguiente:
“Artículo 1°.- A contar del 1 de julio del año
2012, las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones
Familiares, reguladas por el decreto con fuerza de ley N° 150, de 1982, del
Ministerio del Trabajo y Previsión Social, tendrán los siguientes valores, según
el ingreso mensual del beneficiario:
a) De $ 7.525 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual no exceda de $ 196.788.
b) De $ 5.221 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 196.788 y no exceda los $
317.407.
c) De $ 1.650 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 317.407 y no exceda los $
495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $ 495.047
no tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su
plena vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2° del citado decreto con fuerza de ley N° 150, y los que se
encuentren en goce de subsidio de cesantía se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente.”.
El Ejecutivo presentó las siguientes indicaciones:
3) Para sustituirlo por el siguiente:
“Artículo 2º.- Reemplázase, a contar del 1º de
julio de 2012, el artículo 1º de la ley Nº 18.987, que incrementa asignaciones,
subsidio y pensiones que indica, por el siguiente:
“Artículo 1º.- A contar del 1º de julio del año
2012, las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones
Familiares, reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de 1982, del
Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, que fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado de las normas sobre sistema único de prestaciones
familiares y sistema de subsidios de cesantía para los trabajadores de los
sectores privado y público, tendrán los siguientes valores, según el ingreso
mensual del beneficiario:
a) De $ 7.603 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual no exceda de $ 198.848.
b) De $ 5.221 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 198.848 y no exceda los $
317.407.
c) De $ 1.650 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 317.407 y no exceda los $
495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $ 495.047,
no tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su
plena vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2º del citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y los que se
encuentren en goce de subsidio de cesantía, se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente.”.”.
4) Para agregar los siguientes incisos segundo y
tercero, nuevos:
“Para efectos del reajuste a realizarse el día 1°
de julio del año 2013, los valores señalados en la letra a) del inciso anterior,
referido a las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de
Prestaciones Familiares, regulados por el decreto con fuerza de ley N° 150, de
1982, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, se reajustarán por una sola
vez y por el solo ministerio de la ley, dependiendo del porcentaje del
crecimiento promedio del Producto Interno Bruto, en adelante PIB, de acuerdo
a lo señalado en los literales a) y b) del inciso cuarto del artículo 1° anterior.
Asimismo, y sólo para efectos del reajuste a
realizarse el día 1° de julio del año 2013 y sólo en el caso de haberse
efectuado el reajuste de acuerdo a alguna de las alternativas señaladas en el
inciso cuarto del artículo 1° anterior, los valores señalados en las letras b), c) y
d), del inciso primero de este artículo, referido a las asignaciones familiar y
maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares, regulados por el
decreto con fuerza de ley N° 150, de 1982, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social, se reajustarán, por una sola vez y por el solo ministerio de la
ley, de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor,
según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los
meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013. Todos los valores
indicados en las letras b), c) y d) anteriores serán reajustados de esta manera,
salvo el valor del ingreso indicado como tope máximo para la letra a) del inciso
primero, el cual se reajustará de acuerdo a lo establecido en el inciso
anterior.”.
Artículo 3°
Fíjase en $ 7.525 a contar del 1 de julio del año
2012, el valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N°
18.020.
El Ejecutivo formuló las siguientes indicaciones:
5) Para sustituir el guarismo “$ 7.525” por el
guarismo “$ 7.603”.
6) Para agregar el siguiente inciso segundo,
nuevo:
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
“Para efectos del reajuste a realizarse el día 1°
de julio del año 2013, el valor señalado en el inciso primero de este artículo, se
reajustará, por una sola vez y por el solo ministerio de la ley, dependiendo del
porcentaje del crecimiento promedio del Producto Interno Bruto, en adelante
PIB, de acuerdo a lo señalado en los literales a) y b) del inciso cuarto del
artículo 1° anterior.”.
Artículo 4°
El mayor gasto fiscal que represente durante el
año 2012 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de la presente ley, se
financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.
El Ejecutivo presentó la siguiente indicación:
7) Para reemplazarlo por el siguiente:
“Artículo 4°.- El mayor gasto fiscal que
represente durante el año 2012 y año 2013 la aplicación de los artículos 1°, 2°
y 3° de la presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro
Público.”.
Artículo transitorio, nuevo.
El Ejecutivo formuló indicación para incorporar el
siguiente artículo transitorio:
“Artículo transitorio: En un plazo de 15 días
hábiles a partir de la fecha de la publicación de la presente Ley el Ejecutivo
enviará un Proyecto de Ley que instaure un mecanismo permanente para el
reajuste del ingreso mínimo. Este mecanismo considerará criterios tales como
la evolución de la inflación, la productividad media y el ajuste cíclico. Dicho
proyecto considerará también el establecimiento de una Comisión de Expertos
cuyos miembros serán propuestos por el Presidente de la República y
ratificados por el Senado, cuya función será elaborar un informe técnico con las
variables a incluir en el mecanismo de reajuste.”.
Puesto en votación todo el articulado del
proyecto con las indicaciones del Ejecutivo se aprobaron por 7 votos a favor y
6 votos en contra. Votaron por la afirmativa los Diputados señores Delmastro,
don Roberto; Godoy, don Joaquín; Macaya, don Javier; Recondo, don Carlos;
Santana, don Alejandro; Silva, don Ernesto, y Von Mühlenbrock, don Gastón.
Votaron en contra los Diputados señores Auth, don Pepe; Jaramillo, don
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Enrique; Lorenzini, don Pablo; Montes, don Carlos; Ortiz, don José Miguel, y
Robles, don Alberto.
La Comisión acordó que el informe se emitiera
en forma verbal, directamente en la Sala, para lo cual designó Diputado
Informante al señor LORENZINI, don PABLO.
Se adjunta al presente certificado el informe
financiero sustitutivo N° 82, elaborado por la Dirección de Presupuestos, de
fecha 20 de junio de 2012.
En consecuencia, se propone a la Sala el
siguiente texto:
PROYECTO DE LEY
"Artículo 1º.- Elévase, a contar del 1 de julio
de 2012, de $ 182.000 a $ 193.000 el monto del ingreso mínimo mensual para
los trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, de $
135.867 a $ 144.079 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, el
monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no
remuneracionales, de $ 117.401 a $ 124.497.
Para efectos del reajuste a realizarse el día 1°
de julio del año 2013, el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores indicados en los incisos primero y segundo de este artículo y el
monto del ingreso mínimo mensual para efectos de lo indicado en el inciso
tercero del mismo, se reajustará por una sola vez y por el solo ministerio de la
ley, dependiendo del porcentaje del crecimiento promedio del Producto Interno
Bruto, en adelante PIB, de acuerdo a una de las siguientes alternativas:
a) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o
igual a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas de crecimiento del
tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre del año 2013, con
respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la medición del PIB a
precios del año anterior encadenado según lo informado por el Banco Central,
los montos indicados anteriormente se reajustarán de acuerdo a la variación
porcentual del Índice de Precios del Consumidor, según datos reportados por el
Historia de la Ley N° 20.614
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Instituto Nacional de Estadísticas, entre los meses de mayo del año 2012 y
mayo del año 2013, más 3 puntos porcentuales adicionales.
b) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor
o igual a 4% y menor a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas
de crecimiento del tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer
trimestre del año 2013, con respecto a mismos trimestres del año anterior,
utilizando la medición del PIB a precios del año anterior encadenado según lo
informado por el Banco Central, los montos indicados anteriormente se
reajustarán de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del
Consumidor, según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas,
entre los meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013, más 2 puntos
porcentuales adicionales.
Artículo 2º.- Reemplázase, a contar del 1º de
julio de 2012, el artículo 1º de la ley Nº 18.987, que incrementa asignaciones,
subsidio y pensiones que indica, por el siguiente:
“Artículo 1º.- A contar del 1º de julio del año
2012, las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones
Familiares, reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de 1982, del
Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, que fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado de las normas sobre sistema único de prestaciones
familiares y sistema de subsidios de cesantía para los trabajadores de los
sectores privado y público, tendrán los siguientes valores, según el ingreso
mensual del beneficiario:
a) De $ 7.603 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual no exceda de $ 198.848.
b) De $ 5.221 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 198.848 y no exceda los $
317.407.
c) De $ 1.650 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 317.407 y no exceda los $
495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $ 495.047,
no tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su
plena vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2º del citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y los que se
encuentren en goce de subsidio de cesantía, se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente.”.
Para efectos del reajuste a realizarse el día 1°
de julio del año 2013, los valores señalados en la letra a) del inciso anterior,
referido a las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de
Prestaciones Familiares, regulados por el decreto con fuerza de ley N° 150, de
1982, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, se reajustarán por una sola
vez y por el solo ministerio de la ley, dependiendo del porcentaje del
crecimiento promedio del Producto Interno Bruto, en adelante PIB, de acuerdo
a lo señalado en los literales a) y b) del inciso cuarto del artículo 1° anterior.
Asimismo, y sólo para efectos del reajuste a
realizarse el día 1° de julio del año 2013 y sólo en el caso de haberse
efectuado el reajuste de acuerdo a alguna de las alternativas señaladas en el
inciso cuarto del artículo 1° anterior, los valores señalados en las letras b), c) y
d), del inciso primero de este artículo, referido a las asignaciones familiar y
maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares, regulados por el
decreto con fuerza de ley N° 150, de 1982, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social, se reajustarán, por una sola vez y por el solo ministerio de la
ley, de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor,
según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los
meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013. Todos los valores
indicados en las letras b), c) y d) anteriores serán reajustados de esta manera,
salvo el valor del ingreso indicado como tope máximo para la letra a) del inciso
primero, el cual se reajustará de acuerdo a lo establecido en el inciso anterior.
Artículo 3°.- Fíjase en $ 7.603 a contar del 1
de julio del año 2012, el valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1°
de la ley N° 18.020.
Para efectos del reajuste a realizarse el día 1°
de julio del año 2013, el valor señalado en el inciso primero de este artículo, se
reajustará, por una sola vez y por el solo ministerio de la ley, dependiendo del
porcentaje del crecimiento promedio del Producto Interno Bruto, en adelante
PIB, de acuerdo a lo señalado en los literales a) y b) del inciso cuarto del
artículo 1° anterior.
Artículo 4°.- El mayor gasto fiscal que
represente durante los años 2012 y 2013 la aplicación de los artículos 1°, 2° y
3° de la presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.
Artículo transitorio.- En un plazo de quince
días hábiles a partir de la fecha de la publicación de la presente ley, el
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Ejecutivo enviará un proyecto de ley que instaure un mecanismo permanente
para el reajuste del ingreso mínimo. Este mecanismo considerará criterios tales
como la evolución de la inflación, la productividad media y el ajuste cíclico.
Dicho proyecto considerará también el establecimiento de una Comisión de
Expertos cuyos miembros serán propuestos por el Presidente de la República y
ratificados por el Senado, cuya función será elaborar un informe técnico con las
variables a incluir en el mecanismo de reajuste.”.
Javier Rosselot Jaramillo
Secretario de la Comisión de Hacienda
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INDICACIONES DEL EJECUTIVO
2.8. Oficio Indicaciones del Ejecutivo
Fecha 10 de julio, 2012. Indicaciones al Proyecto de Ley. Cuenta en Sesión 53,
Legislatura 360.
FORMULA INDICACION AL PROYECTO DE LEY QUE REAJUSTA EL
MONTO DEL INGRESO MÍNIMO MENSUAL (Boletín N° 8387-05)
A S.E. EL
PRESIDENTE
DE LA H.
CÁMARA DE
DIPUTADOS
Santiago, 10 de julio de 2012.-
Nº 152-360/
Honorable Cámara de Diputados:
En uso de mis facultades constitucionales, vengo en formular la siguiente
indicación al proyecto de ley del rubro, a fin de que sea considerada durante la
discusión del mismo en el seno de esa H. Corporación:
ARTÍCULO TRANSITORIO, NUEVO
transitorio, nuevo:
Para incorporarle el siguiente artículo
“Artículo transitorio.- En un plazo de 15
días hábiles a partir de la fecha de la publicación de la presente ley en el Diario
Oficial, el Presidente de la República enviará un proyecto de ley que permita
instaurar un mecanismo permanente para el reajuste del monto del ingreso
mínimo mensual. Este mecanismo considerará criterios tales como la evolución
de la inflación, la productividad media del país y el ajuste cíclico de la
economía. Dicha iniciativa legal considerará también el establecimiento de una
Comisión de Expertos cuyos miembros serán propuestos por el Presidente de la
República y ratificados por el Senado, cuya función será elaborar un informe
técnico con las variables a incluir en el mecanismo de reajuste aludido.”.
Dios guarde a V.E.,
SEBASTIÁN PIÑERA ECHEÑIQUE
Presidente de la República
FELIPE LARRAÍN BASCUÑÁN
Ministro de Hacienda
EVELYN MATTHEI FORNET
Ministra del Trabajo
y Previsión Social
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DISCUSIÓN SALA
2.9. Discusión en Sala
Cámara de Diputados. Legislatura 360. Sesión 53. Fecha 10 de julio, 2012.
Discusión particular. Se aprueba en particular.
REAJUSTE DEL INGRESO
constitucional. Insistido.
MÍNIMO
MENSUAL.
Primer
trámite
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Corresponde tratar en
particular, y en primer trámite constitucional, el proyecto de ley, iniciado en
mensaje, con urgencia calificada de discusión inmediata, que reajusta el monto
del ingreso mínimo mensual.
Diputado informante de la Comisión de Hacienda es el señor Pablo Lorenzini.
-Antecedentes:
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado informante.
-Hablan varios señores diputados a la vez.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- No se encuentra en la
Sala el diputado Lorenzini.
Tiene la palabra el diputado José Miguel Ortiz.
El señor ORTIZ.- Señor Presidente, la Comisión de Hacienda sesionó hasta
alrededor de las 14.40 horas, con la presencia de los ministros de Hacienda,
del Trabajo y Previsión Social y de la Secretaría General de la Presidencia. Su
secretario está redactando el certificado, porque se presentaron cuatro
indicaciones.
Así es que le sugiero suspender la sesión, porque no es que el diputado
Lorenzini no quiera estar en la Sala, sino que está esperando el informe final.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Entonces, vamos a
suspender la sesión por diez minutos, mientras llega el informe.
-Transcurrido el tiempo de suspensión:
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Continúa la sesión.
Para rendir el informe de la Comisión de Hacienda, tiene la palabra el
diputado señor Pablo Lorenzini o, en su ausencia, el diputado señor José Miguel
Ortiz.
El señor ORTIZ.- El diputado informante es el señor Lorenzini, señor
Presidente.
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DISCUSIÓN SALA
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Como el diputado
Lorenzini no se encuentra presente, lo puede rendir usted, señor diputado,
para no seguir suspendiendo la sesión.
La señora SEPÚLVEDA (doña Alejandra).- El diputado Lorenzini recién
estaba en la Sala, señor Presidente.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Suspendo la sesión por
dos minutos, en espera del diputado Lorenzini.
Se suspende la sesión.
-Transcurrido el tiempo de suspensión:
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Continúa la sesión.
Tiene la palabra el diputado informante, señor Pablo Lorenzini.
El señor LORENZINI (de pie).- Señor Presidente, honorable Sala, la
Comisión se Hacienda fue citada a sesionar en la mañana de hoy. Sin
embargo, hubo sucesivas postergaciones en su horario, porque los ministros
de Estado, que traían las indicaciones del Ejecutivo, no llegaban. Recién, a las
14.00 horas, comenzó la sesión.
El informe no es muy largo, ya que se formuló una indicación para reponer
lo que ya votamos negativamente en el Hemiciclo, esto es, reponer los 193 mil
pesos como salario mínimo, en su artículo 1º.
(Manifestaciones en las tribunas)
Por lo tanto, en la sesión, aparte de los diputados Ernesto Silva, como
presidente; Pepe Auth, Joaquín Godoy, Enrique Jaramillo, Pablo Lorenzini,
Javier Macaya, Roberto Delmastro, que reemplazó al señor Miodrag Marinovic;
Carlos Montes, José Miguel Ortiz, Carlos Recondo, Alberto Robles, Alejandro
Santana y Gastón von Mühlenbrock, también nos acompañó durante un rato la
diputada señora María Angélica Cristi y, durante todo el período, el diputado
señor Osvaldo Andrade. Además, recibimos al ministro de Hacienda, señor
Felipe Larraín; a la ministra del Trabajo, señora Evelyn Matthei; al secretario
general de Gobierno, señor Cristián Larroulet, y a algunos asesores.
Las explicaciones dadas en la sesión no las voy a repetir, porque son más o
menos las mismas que saldrán a relucir en el nuevo debate.
Igualmente, las explicaciones sobre la mantención de los 193 mil pesos
como salario mínimo para el próximo ejercicio, con las cargas familiares y los
demás beneficios, las dará el ministro de Hacienda.
Se hizo una nueva oferta, a través de una indicación, que da un lineamiento
para fijar, el próximo año, este salario mínimo. Se trata de una fórmula que
seguramente vamos a debatir, y se establece en relación con el Producto
Interno Bruto esperado para el próximo año, y a partir de este año.
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DISCUSIÓN SALA
Se produce, entonces, una relación entre lo que se tendría a julio del
próximo año con este sistema. Si el PIB es mayor al 5 por ciento, se va a
agregar un 3 por ciento, a objeto de tener el reajuste del próximo año. Si el
PIB es entre 4 por ciento y 5 por ciento, se va a agregar un 4 por ciento.
No hay más fórmulas, por lo menos, según lo que se ha aprobado.
Seguramente, dada la creatividad de los señores diputados van a surgir
algunas fórmulas por arriba y por debajo de ese PIB. Esa es la propuesta,
junto con la idea del envío, en las próximas semanas, de un proyecto para
estructurar un sistema más a largo plazo. Al respecto, hubo un breve debate.
La ministra del Trabajo, señora Evelyn Matthei, dijo que había decenas de
iniciativas; algunos diputados señalaron que no habían visto ninguna. Hubo un
poco de discusión respecto de quiénes eran economistas serios y quiénes no.
Fue como una pelea de abogados. En todo caso, no se discutió respecto de
cuántos desempleados se producirían en el país si se sube en 2 mil o 3 mil
pesos el salario mínimo.
La ministra del Trabajo quedó en enviar los informes que maneja; el
diputado señor Osvaldo Andrade hizo presente que no estaban los estudios
pertinentes. Por lo tanto, había que abrir un diálogo serio al respecto.
Terminadas estas explicaciones, y luego de repetir un poco el debate de
hace algunas semanas, se produjo la votación sobre el tema.
El diputado que habla, junto con las firmas de más de 40 diputados, entre
otros, las de los señores Auth, Espinoza, Jaramillo, León, Ojeda y Tarud, y de
los miembros de la Comisión, señores Ortiz, Auth y Montes, presentamos una
indicación para elevar el salario mínimo a 200 mil pesos este año; a 225 mil
pesos el próximo año y a 250 mil pesos el 2014. Obviamente, el presidente de
la Comisión dijo que le encantaba la indicación, pero no la compartía; que era
prerrogativa del Ejecutivo.
La intención de quienes presentamos la indicación fue decirle al Ejecutivo
que hay que sentarse a conversar. Y, en un sistema plurianual, esta es una
propuesta que también el diputado René Alinco no firmó. Fue rechazada. Por lo
tanto, la propuesta no está incorporada.
El proyecto de ley viene con dos o tres indicaciones. En lo sustancial, se
mantienen los 193 mil pesos como base para el salario mínimo. Y, para el
próximo año, viene una fórmula en la cual se agrega la base que propone el
Ejecutivo.
(Manifestaciones en las tribunas)
El proyecto fue aprobado por siete votos a favor y seis en contra. Votaron a
favor: Joaquín Godoy, Javier Macaya, Carlos Recondo, Alejandro Santana,
Ernesto Silva y Gastón von Mühlenbrock; en reemplazo del diputado señor
Miodrag Marinovic votó a favor el diputado señor Roberto Delmastro; en
contra, lo hicieron los diputados señores Auth, Jaramillo, Montes, Ortiz, Robles
y Lorenzini.
Es cuanto puedo informar.
He dicho.
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DISCUSIÓN SALA
-Manifestaciones en las tribunas.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Felipe Salaberry por un punto de Reglamento.
El señor SALABERRY.- Señor Presidente, el artículo 118 del Reglamento de
la Cámara de Diputados obliga a la Comisión respectiva a entregar un informe.
Sin embargo, lo que acabamos de escuchar –lo digo con mucho respeto- es
una vergüenza.
(Aplausos en las tribunas)
Con lo que voy a señalar me van a dejar de aplaudir quienes están en las
tribunas, pero no puede ser la forma en que el diputado señor Lorenzini rindió
el informe. La manera en que lo hizo –reitero- constituye una vergüenza para
la Cámara de Diputados, porque lo que debe hacer el diputado informante es
dar cuenta de lo que resolvió la Comisión respectiva, no dar su opinión sobre el
mérito del proyecto que se someterá a discusión.
Entonces, solicito que le pida a la Comisión de Hacienda que busque a un
mejor diputado informante para que pueda ilustrar a la Cámara de Diputados
respecto del proyecto que votaremos hoy, pues considero que a la Corporación
no le hace bien haber escuchado un informe con esas características.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- En discusión el
proyecto.
En el tiempo del Partido por la Democracia, tiene la palabra el diputado
señor Jaramillo.
El señor JARAMILLO.- Señor Presidente, la seriedad con que debe actuarse
no ha sido pasada a llevar, eso me consta. Algunos hablan un poco más fluido,
otros demoran un poco en hacerlo, pero debemos entender que somos
diversos.
A estas alturas de la discusión acerca del ingreso mínimo pareciera
majadero insistir en la necesidad de un monto mayor para el ingreso mínimo
mensual para los que menos ganan, pero siempre hemos planteado que es
necesario cambiarlo en forma definitiva.
También han pedido eso la Iglesia Católica, los gremios, las organizaciones
sociales, incluso, hasta un sector del gobierno, el cual si bien no aspira al
salario ético que hemos sostenido, planteó, al inicio de la discusión, que aspira
a una cantidad mayor que la proposición que señala en este momento el
Ejecutivo, la cual es apoyada por la Unión Demócrata Independiente.
Los diputados de la Comisión de Hacienda nos reunimos ayer con el
presidente del Banco Central, con sus asesores y consejeros, ocasión en la que
dio cuenta de la gran cantidad de ganancias que ha recibido el país por efecto
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DISCUSIÓN SALA
de las ventas del cobre. Por su parte, el ministro de Economía, Fomento y
Turismo y la ministra del Trabajo y Previsión Social han hecho grandes
anuncios sobre el bienestar de nuestra economía y del avance que ha habido
en materia de disminución de la cesantía.
Además, el Gobierno se da ciertos lujos en el ámbito publicitario, con un
costo que para el erario que es considerable, puesto que, de acuerdo con lo
que se ha denunciado -lo que hasta ahora no ha sido desmentido- en lo que va
de este gobierno, hasta la fecha, el gasto en publicidad bordearía los 180
millones de dólares, es decir, casi 90 mil millones de pesos. En otras palabras,
cerca del 18 por ciento de lo que el Gobierno espera recaudar con la
modificación tributaria.
También, la directora de Presupuestos, señora Rosanna Costa, ayer entregó
antecedentes sobre la gestión financiera del sector público y sus proyecciones
a mayo del presente año, para lo cual dio a conocer algunas cifras en millones
de dólares.
Quiero que las personas que están en las tribunas entiendan esos
antecedentes.
La evolución de los activos consolidados del Tesoro Público, en millones de
dólares, a mayo de 2012, están sujetos al famoso Fondo de Estabilización
Económica y Social –FEES-, entre los que se cuentan los bonos soberanos y
otros activos. Ello suma, a la fecha, en resguardo de Chile, 34 mil millones de
dólares. Sin embargo, en esa cifra no se considera la reserva nacional que los
representantes del Banco Central nos señalaron ayer, la cual supera los 40 mil
millones de dólares. O sea, jamás en la historia de este país -gracias al sueldo
de Chile: el cobre- hemos tenido cifras que son prácticamente gigantescas. Sin
embargo, se señala que no se puede hacer un esfuerzo en la materia que
estamos discutiendo. ¿Si no lo hacemos ahora, entonces, cuándo?
Se ha dicho que los más pobres deben seguir esperando y que no se puede
hacer un mayor esfuerzo, porque ellos, que están en el último eslabón del
mundo salarial, podrían desequilibrar la economía. ¿Por aspirar a qué se podría
producir eso? A un incremento que les podría alcanzar –como lo ha dicho el
diputado señor Lorenzini- para comprar un cuchuflí o algo similar.
Ese desequilibrio no lo realizan quienes cada vez ganan más, los directores,
los gerentes de grandes consorcios, sino el aumento de nuestra brecha social,
la que nos mantiene entre los países más desiguales en la distribución del
ingreso del mundo. Los que más ganamos en Latinoamérica estamos en el
peor de los escenarios en comparación con los que menos ganan, con los que
menos tienen y más necesitan. Ellos son los pobres de Chile, los que hoy no
pueden acceder al bienestar económico del país.
No obstante, creo que esto ya se está convirtiendo en una discusión
bizantina, porque el Gobierno simplemente no escucha a las grandes mayorías.
Solamente he dado a conocer lo que señalan las estadísticas, de manera que
no nos queda otra cosa –como muchas veces se ha dicho-, así como con un
lápiz y un papel se pueden decir las cosas, que señalar con nuestro voto lo que
queremos: por eso, votaré en contra el proyecto.
He dicho.
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DISCUSIÓN SALA
-Aplausos en las tribunas.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Lautaro Carmona.
El señor CARMONA.- Señor Presidente, quiero partir mi intervención con la
reiteración del compromiso que han hecho las organizaciones de trabajadores,
la Central Unitaria de Trabajadores, con el mandato que me han entregado las
CUT provinciales de mi región, y por lo que ha hecho saber la Confederación
Coordinadora de Sindicatos del Comercio, en el sentido que lo que demandan
es un ingreso ético.
(Aplausos en las tribunas)
Lo señalo tal como lo planteé en el debate anterior, más allá de la sintonía
que, en términos correctos, pueda tener con quienes hoy –afortunadamentese encuentran presentes en las tribunas, lo digo por mi compromiso con los
trabajadores y por el gran sentido crítico que tengo por la falta de sensibilidad,
por la suerte de arrogancia que ha demostrado el Ejecutivo para escuchar
argumentaciones distintas a las propuestas hechas en términos oficiales, para
escuchar los argumentos que ha entregado el mundo social. Sin mediar
mayores argumentaciones, los termina por descalificar e insiste en un salario
mínimo de 193 mil pesos.
Creo que si analizamos los propios datos oficiales acerca de cuál es la
situación de pobreza en que vive todo trabajador que percibe un ingreso
inferior a 250 mil pesos -tomo esa cifra a raíz de la ley aprobada, la cual, en
rigor, no se llama así, pero que publicitariamente se ha indicado como ingreso
ético-, si uno suma las bonificaciones y los subsidios que se entregan, se debe
reconocer que no se puede vivir, en forma elemental y digna, con un ingreso
menor, pues para eso se requieren más de 250 pesos. Sin embargo, no sé por
qué se puede justificar que existe preocupación y sensibilidad social con la
mantención de un salario mínimo mensual que afecta violenta y directamente
a los trabajadores.
Se ha señalado que ese salario se debe calcular sobre la base del IPC, es
decir, mediante considerar cuál es el alza del costo de la vida, pero también
hay proyectos y fórmulas del Ejecutivo que sostienen, de manera oficial, que el
IPC de la canasta alimentaria, en definitiva, la inflación que tienen los precios
de los alimentos, de la locomoción colectiva, de los arriendos y de los servicios
que se usan en una casa superan el doble del IPC promedio. Por consiguiente,
si se va a calcular sobre la base del IPC, lisa y llanamente, significa que a los
trabajadores les están bajando los salarios desde el punto de vista de su poder
adquisitivo.
Entonces, no se puede justificar como una medida humanitaria, de
sensibilidad social, porque además estamos hablando de los ingresos de las
familias de los trabajadores, a partir del aporte que ellos hacen a la economía
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DISCUSIÓN SALA
del país, ya sea en productos o servicios. No es un regalo, sino lo que se les va
a retribuir.
Mientras más se aleja esa brecha, significa que hay más sobreexplotación de
los trabajadores de este país, a vista y paciencia de las autoridades.
(Aplausos)
Pero no habría que preocuparse, porque en el proyecto hay una fórmula que
indica el compromiso para que el próximo año, si el producto interno crece un
5 por ciento, se pueda aplicar, además del IPC, un aumento del 3 por ciento. Si
crece un 4 por ciento, el aumento sería de otro monto. Esto no es tan fácil,
porque son indicadores encadenados, pero un cálculo elemental nos indica que
se podría aspirar a llegar a un ingreso mínimo de 250 mil pesos, no antes de
cinco años, lo que, desde el punto de vista del poder adquisitivo, implica que,
con esos 250 mil pesos, se podrá comprar poco más de la mitad de lo que hoy
se puede comprar. Por ello, francamente, creo que no son comprensibles los
argumentos.
Hay un argumento que considero casi una manipulación, cual es que esto no
se puede hacer, porque quebrarían las pymes, debido a que no pueden pagar
esos salarios. Ellos mismos declaran que los ingresos asociados al ingreso
mínimo solo son de entrada, porque tienen conciencia de que, en lo principal,
estas unidades económicas de productos o servicios tienen por clientes a sus
propios trabajadores. Es decir, aumentar el ingreso mínimo -por eso no pagan
el mínimo en lo principal- potencia la demanda del mercado interno, que
favorece aquellas unidades económicas.
Entonces, ¿a quién le sirve el ingreso mínimo? A los grandes grupos, como
el retail, que lo usan como sueldo referencial, para recién ahí comenzar a hacer
crecer los ingresos de los trabajadores, si son capaces de rendir mucho más.
Desde esa perspectiva, nosotros, en un compromiso con nuestro
pensamiento y los interés
(Aplausos)
Y que se hagan responsables quienes están proponiendo esta ironía, esta
burla, esta falta de sensibilidad con los trabajadores.
Sé que entre nosotros hay más de un colega que está vinculado a la
actividad económica, como socio o empresario. Me pregunto, considerando su
conciencia, si este ingreso mínimo está hecho para ellos. Pienso que no.
Entonces, ¿a quién se está protegiendo? A los grandes grupos económicos que
abusan, pues así tienen tasas de ganancias. Porque, a fin de cuentas, no pagan
impuestos. La única forma de caminar seriamente hacia terminar con la
vergonzosa y repudiable brecha de la desigualdad es que se incrementen los
salarios de los trabajadores y se achiquen las vergonzosas tasas de utilidades
que tienen las grandes cadenas empresariales.
He dicho.
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-Aplausos.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Pablo Lorenzini.
El señor LORENZINI.- Señor Presidente, respecto de lo que señaló el
diputado Jaramillo, el día de ayer, la propia directora de Presupuestos, que es
una persona seria, dijo textualmente: “Detrás de una pequeña variación
respecto de la Ley de Presupuestos, hay gastos que se encuentran por debajo
de lo esperado, licencias médicas, pensiones y otros, que abren espacios de
financiamiento al mayor gasto del Transantiago.” O sea, hay plata, pero para el
Transantiago. Por supuesto, para las regiones, nada.
Luego dice: “A pesar de todo, la fortaleza de la economía chilena,
sustentada en una sólida posición financiera y la seriedad de sus políticas,
permite mantener confianza en los agentes económicos. Por lo tanto, el
escenario hoy día corrige algo –pichintún diría el diputado Latorre- a la baja.”
¿Qué nos decía ayer la directora de Presupuestos? El país galopa y es un
ejemplo.
El Banco Central –donde ayer estuvimos almorzando-, verbalmente, señaló:
“Creemos que los eventos extremos son parte de los riesgos posibles, lo cuales
no estimamos probables.” Más allá del uso del lenguaje, está diciendo: Sí,
claro, la crisis, algún día algo podría pasar.
Además, dijo: “Chile, internacionalmente, se diferencia claramente de otra
economía, por su solidez, su manejo macroeconómico y el funcionamiento de
sus instituciones. Absolutamente, estamos tranquilos y esto nos da mayores y
mejores herramientas para cualquier deterioro.”
Si miramos al Banco Central, independiente y capacitado, y a la directora de
Presupuestos, con toda la información, y escuchamos a los que dicen que se
nos viene la crisis, la hecatombe, agáchense que vienen los indios, párense
que ya pasaron, dice el diputado Delmastro, los marcianos por el norte, por lo
tanto, aquí no se mueve nada y no se puede aumentar un peso, ¿quién
entiende? Aplaudimos al señor ministro por lo bien que lo hace y tener al país
blindado, pero cuando vienen los aumentos de la gasolina –ahora está
bajando; del Sipco no hemos sabido nada, pero cuando empiecen a subir los
combustibles, lo vamos a tener por aquí- o tienen que entregarle algo a los
trabajadores, se viene la crisis. Pero, entre medio -no se ría diputado
Jaramillo-, nos mandan un proyecto de reforma tributaria, que debemos a
votar en la Comisión de Hacienda esta tarde, donde a los que ganan más de
tres millones de pesos les regalan 200 mil pesos mensuales.
(Manifestaciones en las tribunas)
¿Cómo se entiende eso?
Hay un tema que no sé si se ha tocado. No solo es el ingreso mínimo. En
este país, por ley, hay una gratificación legal que se debe dar a todos los
trabajadores de Chile, la cual es una parte de las utilidades que tienen las
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DISCUSIÓN SALA
empresas y, realmente, estamos tan mal, que las isapres se quejan porque
bajaron las utilidades de 33 mil millones a 30 mil millones de pesos en medio
año. ¡Y se están quejando! ¡Qué mal estamos! Sin embargo, el 87 por ciento
de las empresas no elige distribuir sobre las utilidades, porque sería mucho,
sino que toman la otra posibilidad que les da la ley, que es repartir un monto
fijo hasta un tope de 4,75 salarios mínimos al año. De este salario mínimo que
estamos fijando hoy día depende la gratificación anual de cuatro millones de
trabajadores. Si aquí -y aquí está lo que estaba escondido- si aquí se ahorran
7.000 pesos en vez de 193.200, 7.000 pesos por 4,75 salarios mínimos, son
33 mil pesos por trabajador. 3 millones que trabajan –basta multiplicar-, le
ahorran a las empresas 107 mil millones de pesos. Eso es lo que está en juego
hoy día. Ahí nos estamos metiendo, no en la cosa chiquitita, no en las pymes.
Perfectamente le pueden dar a las pymes, que tiene menos de 10
trabajadores, un bono de 5 mil pesos, y no pasa nada. Pero aquí les estamos
ahorrando a los medianos y grandes empresarios, a través de las
gratificaciones, 107 mil millones de pesos. Por lo tanto, a los que más ganan,
le rebajan el impuesto para que ganen doscientas luquitas más al mes. A las
empresas les regalan 100 mil millones, y el resto de la plata, los excedentes,
muy bien, para el Transantiago, otro error que viene de atrás.
Entonces, uno no entiende nada. ¿Estamos tan apretados, que no podemos
dar 7 mil pesos más? No se ve que lo estemos. Al menos, no se ve en las
cifras, no se ve en los regalos que les hacen a los empresarios, a los
ejecutivos, a los diputados, a los senadores, al presidente, a los ministros, a
todos. No se ve.
Yo quiero hacer aquí fe pública. Más de cincuenta diputados hemos
presentado una indicación. Están, entre otros, la diputada Alejandra
Sepúlveda, quien ha firmado esta indicación de 200 mil pesos, para quien pido
un aplauso.
-Aplausos.
El diputado Pedro Araya, independiente, ha firmado la indicación, para quien
pido un aplauso.
-Aplausos.
El diputado Alinco ha firmado esta indicación, para quien pido un aplauso.
-Aplausos.
El diputado Marinovic ha firmado esta indicación, para quien pido un
aplauso.
-Aplausos.
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DISCUSIÓN SALA
Y la diputada Marta Isasi ha firmado esta indicación, para quien pido un
aplauso.
-Aplausos.
Y también, en un gesto, el diputado René Manuel García también ha firmado
esta indicación.
Por lo tanto, por su intermedio, señor Presidente, notificamos a los ministros
presentes, dado que no dudamos de la palabra de esos diputados, que en este
minuto no hay ingreso mínimo. El proyecto se va al Senado, y esperamos que
allá lo suban.
He dicho.
-Aplausos.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor José Manuel Edwards.
El señor EDWARDS.- Señor Presidente, Renovación Nacional sabe que 182
mil pesos, que 193 mil pesos o 200 mil pesos no son suficientes para vivir con
un mínimo de dignidad, y que las familias tienen que hacer malabares para
llevar una vida razonable. Esto redunda, entre otras cosas, que muchas más
personas de las que quisiéramos tienen que salir a trabajar, incluso, algunas
veces, deben salir menores de edad a pedir o a realizar actividades que no son
propias de la edad.
Renovación Nacional también sufre cuando vemos que un gerente general,
al séptimo día hábil de enero ha recibido más de que lo que recibiría un
trabajador, que gana el sueldo mínimo, en todo el año.
Nosotros consideramos que esa realidad de nuestro país hay que cambiarla.
Por eso, Renovación Nacional hizo todo lo posible por subir el salario
mínimo. Nosotros entendemos que es muy probable, dada esa relación
asimétrica que puede darse entre el empleador y el empleado, que el sueldo
no esté siempre ciento por ciento acorde con la productividad. Por eso,
apoyamos en general la existencia de un salario mínimo.
También entendemos que si sube demasiado el salario mínimo, cierto sector
de trabajadores que va a lograr alcanzar el grado de productividad le va a
exigir al empleador, y eso creará mayor desempleo.
Nosotros teníamos la legítima aspiración de llegar a 200 mil pesos. Sin
embargo, Renovación Nacional y muchos de nosotros también entendemos que
si no apoyamos el reajuste que se propone, corremos el riesgo de que
simplemente no haya reajuste. Por eso, hemos tomado la determinación,
mayoritariamente, de apoyar el proyecto, dado que entendemos que tiene su
argumentación.
Sí quiero dejar claro que, en ningún caso, Renovación Nacional tomó una
postura irresponsable, como en algún minuto se dijo. Sí pensamos que subidas
permanentes, como las que hubo, y de magnitudes, en los años 98,99 y 2000,
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durante el gobierno de Frei Ruiz-Tale, ocasionaron desempleo de dos dígitos
por mucho tiempo, afectando a gran parte del país, en particular a la Región
de La Araucanía, con niveles que llegaron a 17 por ciento de desempleo. Por
eso, si este año no se puede, esperamos que muy pronto sí se logre un
aumento razonable.
Con todo, quiero hacer un par de comentarios sobre lo dicho por el diputado
que me antecedió, quien además informó el proyecto.
Entiendo que la propuesta del Gobierno para el próximo año es tener un
reajuste basado en IPC más 3 por ciento, si el país crece más de 5 por ciento;
en IPC más 2 por ciento, si crece entre 4 y 5 por ciento, y enviar un proyecto,
en caso que no se llegue a límite de 4 por ciento, para el reajuste del salario
mínimo.
Tengo en mi poder los montos de los reajustes que aprobó la Concertación,
cuando ellos fueron gobierno. Quiero darlos a conocer, especialmente para la
gente que nos está viendo. Los reajustes que otorgaron durante esos años,
especialmente los gobierno de la Presidenta Bachelet y del Presidente Ricardo
Lagos, fueron bastante más bajos que el que estanos debatiendo. Por lo tanto,
llamo a la cordura, y si bien no vamos a lograr lo que habíamos deseado,
aprobemos el proyecto para que los trabajadores de Chile tengan reajuste.
Por eso, aunque con mucho dolor, porque no es exactamente lo que
aspirábamos, y esperando que en un futuro muy próximo superemos la barrera
de los 200 mil pesos, anuncio mi voto favorable al proyecto enviado por el
Ejecutivo.
He dicho.
-Manifestaciones en las tribunas.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Iván Moreira.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, quienes más hablan de democracia
son precisamente los que hoy le dan la espalda a la democracia.
(Manifestaciones en las tribunas)
Señor Presidente, exijo garantías para continuar con mi intervención.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).-Señor diputado, le pido
que espere hasta que haya silencio.
Reitero a las tribunas que la Mesa resguardará el derecho de todo diputado
a intervenir en un ambiente de respeto y sin interrupciones.
Continúa con la palabra el diputado señor Moreira.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, este no es un problema de números,
sino que es un problema político.
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Pero digamos las cosas como son. Hay millones y millones de trabajadores a
lo largo del país que son respetuosos de las personas que piensan distinto.
(Manifestaciones en las tribunas)
Señor Presidente, le pido que resguarde la libertad de expresión en esta
Sala, porque no me están dando las garantías para hablar.
-Los ocupantes de las tribunas interpretan el Himno Nacional.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Se suspende la sesión.
-Transcurrido el tiempo de suspensión:
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Continúa la sesión.
Tiene la palabra el diputado señor Iván Moreira.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, aunque usted no lo crea, ni los
colegas de la Concertación, me hubiera gustado que los dirigentes, guardando
el debido silencio, se hubieran quedado en las tribunas de la Sala para
escuchar tres cosas que debo decir.
La primera, que es muy fácil estar sentado aquí –ojalá estuviera presente el
diputado Lorenzini-, y hacer gárgaras con la palabra democracia, cuando en los
bolsillos tienen 10 millones de pesos. ¡En los bolsillos, tienen 10 millones de
pesos, sí!
Y, ¿saben los diputados que me apuntan con el dedo? Me cansé de ver la
actitud desgarradoramente engañosa que provocó que esta gente se fuera
indignada, por culpa de la propia Concertación!
Mire, aquí hablan del ingreso mínimo. Los 193 mil pesos, ya dejó de ser el
problema; es un problema político, porque si vamos a hablar de cifras,
podemos decir que hay 300 mil personas que tienen subsidio al empleo joven.
En definitiva, llegan a un salario de 227 mil pesos. Nadie quiere un salario de
123 ni de 227 ni de 256 mil pesos. ¡Todos quisiéramos un mejor salario! Pero,
¿saben lo que es engañoso? Ser responsables con lo que decimos. La
Concertación tuvo a una oposición seria. Jamás, jamás, señor Presidente,
jamás votamos en contra de un salario mínimo, ¡Jamás!
A mi distinguido amigo, el mejorcito de los ministros que tuvo el gobierno de
la Concertación, por lo menos en la cartera de Trabajo, lo escuché, hoy día, en
la radio Agricultura, y, por favor, corríjame si me equivoco con lo que diré:
Usted, entre tantas cosas, señaló que el día en que el Partido Socialista dé la
espalda a los trabajadores, usted se iba del partido.
También, manifestó que la gente se le acercaba para decirle –el
puentealtino-: “Ayúdeme, diputado, porque 2 o 3 mil pesos, aunque sea una
cantidad pequeña, a nosotros nos sirven”. Este Gobierno está subiendo el
salario mínimo en 11 mil pesos.
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Seamos consecuentes con lo que decimos acá. Cuando usted fue ministro
del Trabajo, lo mismo que otros del gobierno de la Concertación, nosotros
jamás usamos esto para hacer populismo. Este Gobierno, de alguna manera,
ha ayudado y cumplido, porque ganó en las urnas, y en las urnas le cumplió a
todos los chilenos, y consumó propuestas que la Concertación no fue capaz de
cumplir durante veinte años. Es majadero decir veinte años, pero cuando nos
acusan de ser un Gobierno de empresarios...
¿Cuándo vi al Gobierno de Lagos, cuándo vi al Gobierno de mi amiga
Michelle Bachelet fiscalizar a los empresarios, como se les ha fiscalizado en
este Gobierno? ¡Jamás! Los empresarios chilenos se hicieron más ricos y los
pobres más pobres en los gobiernos de la Concertación. Ejemplo nítido es la
administración de Ricardo Lagos. Pero aquí vienen con una simpleza: a pedir, a
pedir y a pedir.
Lamento que no esté el honorable diputado Lorenzini, porque quiero decirle
que el lenguaje que tiene aquí es muy distinto del que usa en la OCDE, en
París. No quiero mentir, no quiero faltar a la verdad. ¿Irá una vez al mes, dos
veces en el mes, o tres, cuatro o cinco veces en el año? Y, ¿saben lo que va a
hacer el diputado Lorenzini a la OCDE? Va a defender el manejo económico
responsable. Allá, por su intermedio, señor Presidente, el señor Lorenzini no
habla ni de los marcianos ni de los cuchuflí, habla del manejo responsable de la
economía. Entonces, por favor, no engañemos a la gente con un doble
discurso.
¿Saben? Yo he sacado la cara por este Gobierno y voy a llegar hasta el final,
porque ha sido un Gobierno exitoso. Quizá no tengamos una sonrisa
maravillosa para captar votos, pero sí vamos a dejar una huella, una huella
que se demuestra con algunos ejemplos: con el posnatal, con la educación
preescolar, con el crecimiento en 6 por ciento, con el fin de las listas de espera
del AUGE, con el ingreso ético familiar, con el subsidio a la clase media, con el
Sernac Financiero, con el plan Chile Estadio, con el bono Bodas de Oro, con la
eliminación del 7 por ciento para una parte importante de los jubilados; con la
generación de más de un millón de empleos en un período de cuatro años –
este Gobierno lo va a cumplir-: hoy día hay más de 657 mil empleos nuevos;
becas y créditos: las becas de educación superior aumentarán a 110 mil y en
educación técnica a 280 mil, y en reconstrucción –por lo que muchos aleganhay dos tercios cumplidos. ¿Y nos vienen a decir que este es un Gobierno de
empresarios? Este es un Gobierno que ha cumplido con los chilenos, y nos
sentimos orgullosos de esto. Y aquí están, aquí ustedes pueden ver todas las
grandes obras (muestra lista).
Entonces, la discusión no pasa por el tema de los 193 mil pesos, porque
cuando yo pregunté, en la discusión de hace algunos días atrás, respecto del
guarismo 120, quién estaba dispuesto a rebajar la cantidad de diputados,
quiénes estaban dispuestos a limitar la reelección, quiénes estaban dispuestos
a rebajarse el sueldo, solamente escuché las voces del Partido Comunista, la
mía y la de otros parlamentarios. Pero como la Concertación está tan
preocupada... Sí, diputado Andrade, no se me va a olvidar, porque yo honro mi
palabra, sí, usted está de acuerdo en rebajar los sueldos, usted está de
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acuerdo en limitar las reelecciones, usted está de acuerdo en rebajarse el
sueldo, entonces, yo le pido que no le quite estos 11 mil pesos, señor diputado
Andrade, a los trabajadores de Chile, porque cuando usted fue ministro, por su
intermedio, señor Presidente...
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Señor diputado,
perdóneme, pero le voy a pedir, por razones mínimas de convivencia, que
cualquier interpelación que haga a un parlamentario la realice con el debido
respeto, a través de la Mesa.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, no sé si le he faltado el respeto a
algún diputado.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Hágalo, por favor, a
través de la Mesa, como acostumbramos.
El señor MOREIRA.- Bueno. Pero quiero que me diga qué artículo del
Reglamento indica que estoy faltando el respeto. Le exijo, señor Presidente,
que me diga si le he faltado el respeto a algún señor parlamentario.
Usted me puede pedir que me dirija a la Mesa. Sí. Pero no porque le dé una
pataleta al diputado señor Montes usted va a limitar acá el uso de la palabra.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Le pido, diputado, que
todas las interpelaciones que realice a otros parlamentarios las efectúe como
se hace siempre, y usted lo sabe, a través de la Mesa.
El señor MOREIRA.- Pero vamos al tema de fondo.
El tema de fondo es que el manejo económico responsable indica que el
Gobierno ha hecho un gran esfuerzo en buscar, en base a una fórmula de
crecimiento e inflación, el modo para que el próximo año exista un salario
plurianual que, de alguna manera, logre sobrepasar la cantidad de 200 mil
pesos.
Aquí hay voluntad para hacer las cosas; pero el populismo nace hoy día de
la Concertación.
Por eso, aunque haya pifias, aunque la gente nos grite toda esta cantidad de
insultos desde arriba, desde las tribunas, quiero citar una última frase: “El
pueblo unido jamás será vencido”.
Vengo escuchando esa misma frase durante veinte años.
El Gobierno de Chile ganó en las urnas.
En las urnas le ganamos la Concertación. Y le vamos a seguir ganando,
porque tenemos una gestión exitosa. Y manifiesto a sus parlamentarios que les
vamos a ganar y a demostrar que el populismo no los llevará a ninguna parte.
Por último, les señalo que el populismo…
El señor MONTES.- ¡Tiempo, señor Presidente!
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El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).-Tiempo, diputado.
El señor MOREIRA.- A la falta de respeto que está teniendo
consecutivamente el diputado Montes usted no ha sido capaz de aplicar el
Reglamento, señor Presidente.
No van a amedrentarnos ni con amenazas. Porque cumpliremos la ruta:
vamos a ganar las próximas elecciones presidenciales con o sin Bachelet.
-Hablan varios señores diputados a la vez.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Fuad Chahín.
El señor CHAHÍN.- Señor Presidente, por su intermedio, lo primero que
quiero hacer es felicitar al diputado Iván Moreira porque logró su objetivo:
provocó a los asistentes en las tribunas hasta que consiguió que los
desalojaran para decir impunemente todas las barbaridades que escuchamos
recién
Y también felicito a la UDI, ya que, de alguna manera, ha demostrado una
coherencia impecable en esto.
Ellos no creen en el salario mínimo; no creen en las regulaciones; piensan
que esto debiera fijarlo el mercado; creen en el más absoluto neoliberalismo.
Por eso, nos parece que la UDI actúa en consecuencia al pensar que ojalá el
salario mínimo no existiera, y si existe, que sea lo más bajo posible. Porque
ellos estiman que la forma de garantizar el crecimiento económico es
justamente maximizando las utilidades de las empresas.
Esa es su mirada.
Por lo tanto, dentro de todo –insisto- la UDI ha sido coherente.
Durante las últimas semanas hemos escuchado de parte de un conjunto de
parlamentarios -una vez más nos lo repiten- que la desigualdad en Chile es
escandalosa, que la mejor herramienta para derrotar la pobreza es el empleo
de calidad y el mejoramiento de los niveles de las remuneraciones; que la
diferencia de más de cien veces entre los salarios mínimo y máximo existente
en nuestro país es una vergüenza.
Hace pocos momentos un diputado manifestó que le dolía tener que votar
favorablemente este salario mínimo.
Creo que ahí está el problema.
También se cuenta el problema de la imagen que tenemos como Parlamento
y la que la ciudadanía tiene de la clase política en general. Porque existe un
problema serio de credibilidad, puesto que no es posible que durante estas
semanas parlamentarios de Renovación Nacional, encabezados por su
presidente, hayan dicho a quien les quisiera escuchar que no estaban
dispuestos a votar un salario mínimo inferior a 200 mil pesos. Hoy veremos
cómo votarán esos diputados. Pero ellos ya nos anticiparon que respaldarán el
proyecto del Gobierno sin que se hubiera aumentado un solo peso del monto
que discutimos la primera oportunidad en esta Sala.
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Entonces, nos podemos pasar la vida hablando de cómo nos duelen la
desigualdad y la injusticia, pero si no tenemos coherencia entre ese discurso y
cómo votamos en este Hemiciclo, la gente no nos va a creer; como tampoco
nos creerá si seguimos buscando la respuesta en el pasado. Porque cuando
empezamos a buscar respuestas en el pasado también caemos en
incoherencias.
Hace poco un diputado nos criticó porque en el Gobierno de Frei se aumentó
mucho el sueldo mínimo. Después, el mismo colega manifestó que en los
gobiernos siguientes aquel se incrementó muy poco. Y la verdad es que con el
ingreso per cápita y el aumento que estamos conociendo en esta oportunidad
en relación no solo con la inflación, sino que también con el crecimiento de
nuestro país, hoy día estamos viendo uno de los reajustes más bajos desde la
década de los 80. Porque lo que queremos nosotros para avanzar en mayor
justicia e igualdad social es que cuando al país le vaya bien, les vaya mejor a
los que tienen menos y no solo a los pocos que controlan el capital a costa de
la gente que tiene que trabajar para ellos.
Queremos que al país le vaya bien, pero también que el desarrollo alcance
para todos.
De la misma manera, una vez más encontramos las excusas de siempre.
Parece que la única política que tiene el Gobierno para las pymes es decirles
que garantizará sueldos bajos para sus trabajadores. Si queremos avanzar en
políticas pro pymes, discutamos políticas pro pymes y no solo medidas
puntuales para que se puedan pagar mejores salarios. Y si es necesario,
debatamos también la posibilidad de subsidiar. Si hoy día ya existe subsidio
juvenil, hay subsidio a la mujer, para que estas empresas puedan desarrollarse
realmente, también de la mano con sus trabajadores. Porque muchas veces
ellas son verdaderas familias.
Este es el momento en que debemos empezar a mostrar más coherencia y a
hacer las cosas de una manera distinta para obtener resultados distintos; que
dejemos de quejarnos de la desigualdad y la injusticia y empecemos a hacer
cosas concretas para corregirlas. A eso estamos llamados.
Y el diputado Moreira se podrá molestar cuando aquí se dice que este es “el
gobierno de los empresarios”. Pero este Gobierno, con este Presidente, con el
ministro de Hacienda aquí presente, quien está al mando de la Cartera de la
cual depende el Servicio de Impuestos Internos, le condonó a una sola gran
empresa: Johnson’s, 59 mil millones de pesos en intereses y multas por
deudas tributarias para que se le pudiera vender a Cencosud. Sin embargo,
este mismo Gobierno no es capaz de llegar a un salario mínimamente decente
para los trabajadores.
Por eso este Gobierno tiene la aprobación que tiene de la gente.
Sin duda, se reafirma que este es un Gobierno de los empresarios, pero no
de cualquier empresario, de los que no pagan los impuestos y los que no se
hallan disponibles para mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores.
Por tal razón, en un acto de coherencia, me gustaría que los mismos
parlamentarios que han llenado páginas de diario y minutos de televisión
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DISCUSIÓN SALA
hablando de un salario mínimo de 200.000 pesos, voten hoy día en
consecuencia, así como votará la bancada de la Democracia Cristiana.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado señor
Joaquín Godoy.
El señor GODOY.- Señor Presidente, aquí ha habido una larga discusión,
quizás en un tono que no es el que a todos nos gustaría.
Pero quiero iniciar mi discurso haciendo una reflexión, cual es que ya no
estamos discutiendo lo realizado por otros gobiernos. Porque, claramente, el
reajuste que plantea el Gobierno del Presidente Piñera es, de manera real,
mayor a lo que propusieron en promedio otros gobiernos, específicamente el
de la Presidenta Michelle Bachelet.
Por lo tanto, lo primero que tenemos que dejar de lado es que el Gobierno
no está planteando un reajuste mezquino, sino uno mayor a los efectuados
anteriormente, concretamente durante el Gobierno de la Presidenta Bachelet.
Por lo tanto, a uno le llama la atención la actitud de los diputados que hoy
están al frente y que son los mismos que defendían a ultranza esos reajustes;
pero había una gran diferencia con nosotros, ya que siempre los votamos a
favor, al contrario de lo que ha sucedido con esta discusión que,
lamentablemente, ha derivado a motivos que pueden ser muy populares, pero
al final son grandes falacias.
El diputado Chahín señalaba recién algo que para todos nosotros es muy
relevante, que es que de alguna manera logremos romper esa tremenda
brecha que hay en la distribución del ingreso, pero cuando se plantea hacer
efectiva esa política pública por medio del reajuste del salario mínimo, nos
damos cuenta de que lo que hay detrás de eso no es la verdadera voluntad de
cambiar el problema de fondo, sino más bien de querer ganar fácilmente una
mayor popularidad. No es menor defender un reajuste del salario mínimo,
sobre todo, porque es muy fácil contarle a la gente que con la aprobación del
proyecto sobre el salario mínimo van a solucionar el problema rápidamente.
Otra cosa es lo que algunos señores de la Oposición han venido contando
durante muchos años, porque ellos han planteado que tienen toda la voluntad
y la intención de romper esta brecha que existe, pero cuando fueron Gobierno
no lo hicieron cuando se trató el salario mínimo, porque sabían que no era el
camino, pero no solamente no lo hicieron a través del salario mínimo, sino que
tampoco lo hicieron respecto del crecimiento económico, y eso lo demuestra el
crecimiento que tuvo el país durante el último período del Gobierno de la
Presidenta Bachelet, que fue bastante pobre. Y lo que es más grave, las
políticas públicas que adoptaron no fueron a la vena de mejorar el ingreso de
las familias. ¡Qué raro! ¡Este Gobierno si lo hizo! Esa es la diferencia de fondo.
Por eso hemos defendido la propuesta del ministro de Hacienda, de la
ministra del Trabajo y del Presidente de la República, porque entendíamos que
lo que teníamos que hacer aquí era fijar de buena manera el reajuste del
salario mínimo para no dejar desempleados a los jóvenes y a los adultos
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mayores que no tienen capacitación. Esas son las personas que nosotros
queremos proteger cuando fijamos de buena manera el reajuste al salario
mínimo. Pero hay algunos en esta Sala que no les importa. Y nosotros no
estamos diciendo esto de la boca para afuera. Basta ver lo que ha ocurrido con
el Ingreso Ético Familiar. Esa si es una política pública donde estamos haciendo
la diferencia, pero no para llegar a $ 200.000, como quieren algunos, sino que
para llegar a $ 288.000.
Si uno hace un cálculo -tanto el ministro de Hacienda como la ministra del
Trabajo lo han explicado hoy de muy buena manera en la Comisión de
Hacienda-, si una mujer tiene tres niños y recibe los subsidios del Estado,
sumado a su salario mínimo, suma un total de $ 288.000. ¿Y por qué esa cifra?
Eso implica transferencias por dignidad, por deberes y por su propio esfuerzo.
Además, está el subsidio por empleo para la gente joven y para la mujer.
Entonces, uno se pregunta: ¿qué es lo que persigue la gente de Oposición?
¿Qué persigue la gente que antes votaba a favor de reajustes mezquinos y hoy
no está a favor de reajustes que son mucho mejores? Lo que persigue es
evidente, ganar popularidad de manera fácil.
He escuchado en esta Sala, con gran preocupación, que el desafío que
tenemos en la política es lograr un equilibrio entre no comprometer el
desarrollo futuro del país y entregar parte de la torta a todos los chilenos. A
propósito de eso, en una reunión que tuvimos ayer con personeros del Banco
Central, le preguntamos al Presidente de esa institución cómo veía el desarrollo
de la economía mundial, porque aquí han contado muchos cuentos, en cuanto
a que Chile estaba espectacular y que no iba a haber ningún problema, pero el
propio Presidente del banco Central nos señaló que estábamos en los peaks del
precio del cobre. ¿Y qué pasa si eso se cae mañana? Nos señaló que ante un
evento así había que tener resguardos, porque lo que se hizo en el gobierno de
la Presidenta Bachelet, durante la crisis de 2008, fue utilizar esos recursos
para que no hubiera una recesión en el país, pero hoy los mismos señores que
antes tomaban decisiones coherentes hoy nos dicen ¡No! ¡Ahora no! ¡Ahora
hay que ser irresponsables!
Con esas actitudes cometemos un error muy grave, porque en política no se
gana de manera pequeña. Por eso, le hago una invitación a la gente de la
Oposición, porque ya Renovación Nacional y la Coalición por el Cambio van a
votar a favor de la propuesta del Presidente Piñera.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado Ramón
Farías.
El señor FARÍAS.- Señor Presidente, me adhiero a las felicitaciones al
diputado Moreira. En este país tenemos buenos actores y también buenos
provocadores, pero en eso creo que Moreira gana el cetro. Ha logrado sacar a
la gente que tenía que escuchar esta discusión, cara a cara, pero están afuera,
aun cuando deberían estar aquí adentro, escuchando lo que queremos decir y
mirando a la cara a algunos que se han dado vuelta la chaqueta muy
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rápidamente. Tanto es así, que uno de sus presidentes se fue a su casa
enfermo, debido a la aplanadora que intentaron pasarle por encima en La
Moneda.
Debo reconocer que me ha resultado un poco difícil preparar esta
intervención, porque después de la senda discusión que tuvimos a principios de
junio en la sesión especial que realizamos, con la presencia del ministro de
Hacienda, y de todo el debate que dimos sobre el proyecto para finalmente ser
rechazado, me siento como Bill Murray, en “El día de la marmota”. Esto es casi
un diálogo de sordos, estéril y vacío, donde al final del día volvemos a empezar
otro idéntico. Esto significa que casi en cuarenta días de debate y análisis,
seguimos totalmente divididos y el Gobierno se mantiene sin escuchar a nadie
que piense distinto, aun cuando provenga de sus propias filas.
¿Cómo entender, entonces, que desde Renovación Nacional –Partido de
Gobierno- se hubiesen levantado voces para aumentar el salario mínimo a $
200.000, cuando distinguidos colegas de la Concertación ya lo habían
planteado y no los 193.000 pesos mezquinos que pretende entregar el
Ejecutivo. Pero hoy, para pesar de nuestros conciudadanos que trabajan día a
día por el salario mínimo, seremos testigos de las vueltas que da la política,
pues los parlamentarios de Renovación Nacional -solo espero que algunos
diputados de ese Partido honren sus planteamientos anteriores para con la
gente- han preferido dejar sus convicciones y su compromiso con la gente que
representan para dar una señal absurda de estabilidad y orden entre el
Gobierno y los partidos oficialistas. Pero la gente sabe que es mentira, la gente
no es lesa y sabe que esto no es más que una cortina de humo para que, en
un par de semanas, se develen nuevamente sus contradicciones internas.
La excepción es que esta artificiosa señal de unidad política la pretenden
construir en torno a uno de los temas más sensibles para la mayoría de los
chilenos que percibe el salario mínimo. Me pregunto y le pregunto a sus
conciencias: ¿qué es más importante? ¿La unidad de los partidos y un
Presidente sordo? ¿O la justicia y dignidad de los trabajadores que construyen
este país?
Si hoy el salario mínimo fuera de 193.000 pesos, deducidas las cotizaciones
previsionales, entendidas como AFP e isapre, dan como resultado un sueldo
líquido aproximado de 154.000 pesos. Si la persona pagara un arriendo o
dividendo de 70.000 pesos, su dinero disponible quedaría en 84.000 pesos,
esto es, 2.813 pesos diarios, con un aproximado de 1.000 pesos para
movilización y 1.000 pesos para comida, nos quedan 813 pesos para gastos
básicos, como electricidad, agua potable y gas.
Me pregunto, ¿con qué se visten? Si se enferman ¿cómo van a financiar los
remedios para recuperarse y volver a ser parte de la fuerza laboral que mueve
a este país? ¿Cómo podrían financiar los estudios de sus hijos? Para qué hablar
de las vacaciones. Ustedes dirán que alcanza para darse vuelta, para
sobrevivir; pero, si graficáramos esta forma de vida, en el mejor de los casos
tendríamos una línea recta, horizontal, sin curvas ascendentes. Frente a esto,
les pregunto, ¿cómo se pueden representar aquí las cifras de crecimiento que
ostenta con tanto orgullo el gobierno y que solo se aplican a algunos, pero no a
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la mayoría? Puesto de esta forma, tal vez, el Ejecutivo se dé cuenta de que ni
siquiera los 200 mil pesos son suficientes. Pero, sin lugar a dudas, habría un
mensaje claro y definitivo de cara a la gente, si avanzamos, de una vez por
todas, a una cifra de 200.000 pesos.
Durante la discusión del año pasado y en junio del presente, ocasión en que
rechazamos la propuesta del Presidente Piñera sobre el salario mínimo,
sostuve que mi voto estaría disponible para aprobar un ingreso mínimo de
250.000 pesos y que lucharía por lograr consenso al respecto, posición que no
dejaría sin causa justificada y razonable. Hoy, desde ya, le digo al Ejecutivo y
al ministro de Hacienda que cuentan con mi voto para aprobar un salario
mínimo, por lo menos, de 200.000 pesos.
Créanme que no es válido el argumento esgrimido, hace algunos días, por
algunos personeros de Gobierno, incluidos el ministro de Hacienda y la ministra
del Trabajo presentes en la Sala, en cuando a que este ingreso mínimo es
complementado con el mal llamado ingreso ético familiar o con el bono de
alimentos entregado por estos días. Estos bonos son transitorios, es decir, son
para un rato: pan para hoy, hambre para mañana. Es la Derecha la que nos
tiene acostumbrados al pan y al circo o, mejor dicho, a los bonos y al circo,
porque en los últimos días hemos visto al Presidente de la República
reentregando el bono bodas de oro, el bono de alimentos, y no sé cuántos
más, para ocultar lo que piensa la gente y, tal vez, para tener tranquila su
conciencia.
Seamos claros: estos bonos son transitorios, es decir, no complementan el
salario de los trabajadores en forma permanente. Por lo tanto, no sirven. Es el
momento de construir juntos, de avanzar en lo que esperan de nosotros.
¿Cuándo llegará el momento de la gente? Si Chile fuera otro, quizás como el
que soñamos algunos: con educación y salud pública de calidad y gratuitas,
con programas específicos enfocados al deporte, a las artes, a la cultura, a la
investigación científica y al desarrollo equitativo y armónico del país, sería
suficiente un salario mínimo de 193.000 pesos, porque estaríamos en un país
de oportunidades. Pero, estamos lejos de serlo.
Por lo tanto, anuncio mi voto en contra de este salario mínimo mezquino y
que se concede a espaldas de los trabajadores.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).- Ofrezco la palabra al honorable
diputado René Alinco.
El señor ALINCO.- Señor Presidente, ante todo, quiero enviar un saludo a
todos los pescadores artesanales, de Arica a Punta Arenas, que hoy se están
movilizando en todo el país. Así ocurre, por ejemplo, en Mocopolli, Chiloé,
Dalcahue, Chacao, puerto de Coronel, muelles de Quellón, Maullín, Cuatro
Puertos, en la Octava Región; en la Ruta 40, San Juan de la Costa, Lo Rojas,
Coronel, Carretera Austral, caleta La Arena, en Puelche y caleta Portales.
Hoy, 10 de julio, los pescadores artesanales están protestando en la calle,
con movilizaciones y tomas de caminos, en protesta por la ley maldita que se
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está aprobando, es decir, la “ley Longueira”, que regirá por 25 años y que, sin
duda, significará el exterminio del sector pesquero artesanal.
También hoy, una vez más, estamos discutiendo el ingreso mínimo que, sin
lugar a dudas, favorecerá a cientos de miles de chilenos y, aunque los oradores
han cambiado, se dan los mismos argumentos que en años anteriores.
Recuerdo que, durante nuestro último gobierno de la Concertación, el diputado
que habla y otros, en muchas oportunidades, fuimos calificados de díscolos
porque tampoco aceptamos la propuesta de nuestro gobierno relacionada con
el reajuste del ingreso mínimo de los trabajadores. Por eso, me alegra que
hoy, parlamentarios de Oposición, otrora de gobierno, den argumentos sólidos
y contundentes y citen estadísticas históricas y humanas, que nos permiten
afirmar por qué en esta oportunidad es necesario aumentar el reajuste que
propone el Gobierno.
Lamentablemente, en este momento, no está presente el diputado
Lorenzini. Hace un instante, nombró al diputado Marinovic, a la diputada
Alejandra Sepúlveda, al diputado Araya y a quien habla, de la bancada
regionalista, y dijo que nos habíamos comprometido con un proyecto de
acuerdo. La verdad es que, en lo personal, no necesito que el señor Lorenzini u
otro colega me atribuyan cosas de este tipo. Hace mucho tiempo, me pauteó
mi padre, y también dirigentes sindicales obreros; me pautearon familiares que
siguen desaparecidos desde hace mucho tiempo. No necesito consejos, pero sí
que me pauteen en estos asuntos, porque siempre he sido consecuente con los
trabajadores y voy a seguir siéndolo, aunque no sea militante. Mi conciencia y
mi compromiso de clase siempre van a estar presentes.
Digo esto porque, hace algunos años, cuando era dirigente sindical de la
construcción y de la CUT de Coyhaique, luché contra la privatización de las
empresas de energía eléctrica, a pesar de lo cual fueron privatizadas. Pues
bien, el presidente del directorio era el diputado Lorenzini. Entonces, hay que
tener cuidado, cuando pretenden menoscabarnos, poniendo en duda el
compromiso que tenemos los diputados regionalistas con los trabajadores.
En algún momento del gobierno anterior, fuimos acusados de díscolos
porque criticamos duramente al ministro de Hacienda. Hoy, también lo
hacemos; pero, nuestra crítica va más allá de los ministros o del gobierno de
turno; el problema de fondo es el sistema económico, por lo que debemos
buscar soluciones reales y de fondo. El sistema económico vigente habla de
macroeconomía, de economía estable; sin embargo, no se ve reflejado en el
nivel de vida de nuestro pueblo.
Los expertos dicen que tenemos una economía estable; pero, cuando vamos
a las poblaciones, a los campamentos y a los sectores rurales, la realidad nos
dice que el nivel de vida de la gente no es de los mejores, porque nuestros
compañeros trabajadores, hombres y mujeres, están a media tripa. Ese es el
problema de fondo; por lo mismo, hay que compatibilizar una economía
estable con bienestar para nuestros compañeros y para todos los chilenos. Ésa
sería una economía estable, saludable y humana; pero, el sistema imperante
es muy diferente.
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DISCUSIÓN SALA
Hoy, el gobierno y algunos parlamentarios de la Derecha dicen, a diferencia
de lo que argumentaban durante el gobierno anterior, que si el ingreso mínimo
se reajusta más allá de lo propuesto por el Ejecutivo, se producirá cesantía y
se castigará a las pymes. Creo que no es así; considero que lo que se pretende
es proteger, en forma socavada, no a las pymes, sino a las grandes empresas,
a los grandes consorcios que tienen miles y miles de trabajadores.
En mi tierra, la semana pasada hablé con algunos dueños de pymes de seis,
ocho y diez trabajadores, y no le temen al reajuste.
A una pyme de diez trabajadores, este aumento representa más o menos
70.000 pesos en su cartilla de pago.
Si la cifra de 70.000 pesos o un poco más perjudica a una pyme, quiere
decir que estas pequeñas empresas muy valorables carecen del respaldo
económico para mantenerse.
Eso significa que el Estado debe implementar políticas que fortalezcan a la
pequeña industria, a los pequeños empresarios.
En esta oportunidad, hago un llamado, porque uno que viene del mundo
obrero sabe lo que significan 11.000 pesos para el dueño de casa.
Con 11.000 pesos se compran varios kilos de pan al mes, lo que no es
menor. Pero aquí debemos buscar una vía y nuevamente solicitar sensibilidad
al Ejecutivo. Debería hacer un esfuerzo, porque los estudios dicen que tenemos
fondos y una economía capaz de aumentar en algunos billetes más la oferta
del salario mínimo.
Entiendo que para muchos trabajadores que me escuchan, 11.000 pesos son
necesarios. Son útiles para una familia proletaria. Pero el Gobierno tiene la
obligación de entregar más a nuestros trabajadores.
Por eso, voy a votar en contra, igual como lo hice en el gobierno de nuestra
Presidenta Michelle Bachelet. Muchos me acusaron de díscolo y de desleal con
la Primera Mandataria. Con mucha fuerza y humildad, quiero afirmar que mi
compromiso está y estará con los trabajadores chilenos, aun no siendo
militante, ni perteneciendo a un partido político, ni siendo parlamentario de la
Región Metropolitana; solo siendo parlamentario de región o de provincia,
como me dicen algunos.
Creo que es necesario darle una segunda vuelta al proyecto. Espero que sea
rechazado, pero no para hacer un gallito político con el Gobierno, de ninguna
manera, sino para el beneficio, bienestar y dignidad de los trabajadores
chilenos.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado
Ernesto Silva.
El señor SILVA.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero rescatar el gesto
de los parlamentarios de la Concertación que han intervenido, quienes han
reconocido el éxito rotundo del Gobierno del Presidente Piñera y de la Coalición
por el Cambio en el crecimiento económico.
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DISCUSIÓN SALA
Se ha repetido una y otra vez que el éxito del Gobierno en materia
económica ha sido rotundo, que el crecimiento ha sido algo impecable.
Desde ese punto de vista, deseo reconocer que me parece muy positivo,
porque es algo que la Concertación no pudo hacer, especialmente en el último
período en el que gobernó Michelle Bachelet.
Que los diputados de la Concertación valoren el crecimiento económico del
Gobierno del Presidente Piñera, como argumento en la discusión del reajuste
del salario mínimo, lo considero un gesto relevante. Espero que también sea
recogido en la discusión de otros proyectos de ley.
En segundo lugar, valorizo que exista acuerdo en nuestra coalición. Como
punto político, valoro el acuerdo y el apoyo que diputados de la UDI y
Renovación Nacional están brindando a una propuesta positiva del Gobierno,
con la que ha honrado su compromiso: que la propuesta que realizó en la
Cámara de Diputados saldrá de este Congreso Nacional aprobada o rechazada.
Ojalá que aprobada, tal como ocurrió con el reajuste del salario mínimo de los
años 2010 y 2011.
En eso, la palabra empeñada por el Gobierno tiene valor. Para la UDI, que
comprometió su apoyo desde el inicio, es un elemento muy importante.
En tercer lugar, me parece que el informe que se dio al inicio de esta sesión
no abordó con la profundidad requerida varios aspectos del proyecto. Por
ejemplo, tiene dos cambios fundamentales respecto del que la Cámara se
pronunció hace algunos días. En primer término, se incorpora un mecanismo
que permite que aprobemos el reajuste no solo para los doce meses que
vienen, sino también para el año siguiente. Es decir, para el período
comprendido entre julio de 2013 a julio de 2014.
En la propuesta, se incorpora un criterio que ha sido de amplia discusión en
esta Sala y en las Comisiones de Trabajo y Seguridad Social y de Hacienda
durante mucho tiempo. O sea, que los trabajadores puedan beneficiarse del
crecimiento económico. Si al país le va bien, a los trabajadores también les
debe ir bien, lo que va de la mano de sus remuneraciones.
En ese sentido, se propone que si el país crece más de un 4 por ciento hasta
un 5 por ciento, en julio del próximo año el reajuste del salario mínimo, en
forma automática, será la modificación del IPC más un 2 por ciento. Eso a la
actual fecha, llegaría a los 202.650 pesos. Ese es el avance que se ofrece.
Más aún, si el crecimiento económico superara el 5 por ciento, el reajuste
alcanzaría el monto de los 204.580 pesos.
En esa línea, el Gobierno plantea a este Congreso Nacional, nosotros vamos
a apoyar eso, y le pedimos a la Concertación que también lo haga, lograr un
acuerdo que no solo rija para este año, sino también para el próximo.
Todos hemos sido protagonistas y observado la tensión que ha generado en
el país y en todas las coaliciones un debate como este.
Por eso, hago un llamado a la Cámara para que se recoja el espíritu del
Gobierno de abordar no solo en un año, sino en un horizonte mayor de tiempo,
el reajuste del salario mínimo y tratar de acordarlo.
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La segunda propuesta adicional que se realiza con esta iniciativa, es que el
Ejecutivo está tomando un compromiso. Por lo mismo, hago un llamado a
todos los diputados a trabajar juntos en eso.
El Gobierno nos propone que en un plazo de 15 días, desde que se publique
la ley, presentará una iniciativa para establecer una nueva institucionalidad
que colabore en la determinación del salario mínimo.
Hace dos años, la Cámara aprobó prácticamente por unanimidad un
proyecto de acuerdo para establecer una institucionalidad permanente. Fue
una propuesta de parlamentarios de la UDI, que contó con el apoyo de
diputados oficialistas y de Oposición.
Invito a que una vez que el Ejecutivo haya enviado ese proyecto, nos
sumemos a trabajar y a buscar una manera de que el reajuste del salario
mínimo de los trabajadores del sector privado no se transforme en un rito.
Además, deberíamos aprovechar esta oportunidad para dejarle algo
permanente al país, haciendo espacio a la discusión política.
Deseo mencionar dos puntos más. Primero, se ha dicho que los subsidios
son transitorios. Quiero que las personas en sus hogares tengan la tranquilidad
de que si reciben un salario mínimo y acceden al Subsidio al Empleo Joven,
junto con recibir un subsidio que puede llegar a 34.000 pesos mensuales, es
decir, que puede colaborar a mejorar sus ingresos desde 193.000 pesos hasta
227.000 pesos, esa ayuda, en el caso de los jóvenes, dura desde que entran a
este sistema a los 18 años hasta los 24. Es por todo ese período, mientras
están en esa etapa. Son muchos los chilenos que pueden ser parte de ese
beneficio.
En el caso de las mujeres de los grupos vulnerables incorporadas al Subsidio
al Empleo de la Mujer, que se está implementando a raíz del Ingreso Ético
Familiar, que incluye mujeres entre 25 y 59 años.
Ahora bien, desde que se activa el beneficio, el subsidio dura 4 años, que en
un período de tiempo prolongado es una ayuda importante que no podemos
negar, ni menos desconocer.
Si Michelle Bachelet fuera Presidenta, el reajuste del salario mínimo sería
menos de 191.000 pesos. Eso fue lo que se promovió y presentó a este
Congreso Nacional como promedio durante los 4 años que gobernó. Repito, el
reajuste sería menos de 191.000 pesos.
Por ello, debemos apoyar la propuesta del Gobierno de la Coalición por el
Cambio del Presidente Piñera, que incluye un aumento real de 3 por ciento, es
decir, 193.000 pesos.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado señor
Osvaldo Andrade.
El señor ANDRADE.- Señor Presidente, es bueno que haya vuelto la
tranquilidad a la Sala para expresar las ideas que queremos exponer. Se trata
de encontrar un reajuste razonable, y en esto siempre habrá distintas
conjeturas.
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En mi opinión, un reajuste razonable es aquel que cumple con dos requisitos
básicos: Primero, no afecta el empleo y, segundo, es justo y digno. Es justo y
digno un reajuste que establece un ingreso mínimo que no puede ser menor a
la línea de la pobreza. No es posible tolerar, más aún en un país que es
miembro de la OCDE, que una persona que trabaja 45 horas semanales sea
pobre. ¡No es justo! En consecuencia, compatibilizar estos dos aspectos es lo
que nos llama a realizar este debate.
Por otra parte, sabemos lo que sucedió hace dos, cuatro o seis años, y
habrá muchas razones o explicaciones. Pero no tengo la virtud del diputado
que me antecedió en el uso de la palabra para presumir lo que pasaría en una
hipótesis como la que planteó. Sí le puedo decir que en los últimos veinte años
hubo reajustes de 44, 26 y 19 por ciento. Está claro que teníamos altos índices
de inflación. Por lo tanto, estas cosas se deben resolver en el mérito del año en
que se produjeron las negociaciones, porque no es razonable comparar
situaciones y contextos distintos.
Por consiguiente, la discusión la debemos instalar en el contexto de la
información que tenemos, y en eso me hago cargo de lo que señaló el diputado
que me antecedió en el uso de la palabra, como también de las noticias que
nos entrega el Gobierno para contextualizar el debate. Se nos dice que hay un
crecimiento sostenido, un aumento de la productividad, pleno empleo y una
inflación controlada. Por supuesto, habrá opiniones en una u otra dirección,
pero son afirmaciones del propio Gobierno. ¿Qué más nos dice? Que existe
incertidumbre debido a la crisis europea y que debemos esperar para saber
qué puede pasar con Chile.
Otra incertidumbre de la que debemos hacernos cargo es una forma seria
para enfrentar esta discusión, sin excesos verbales ni interpelaciones odiosas,
solo una forma seria.
Por lo tanto, el punto es en ese contexto, en ese ámbito. ¿Cuál sería un
reajuste razonable que nos constituya en una opinión común?
Voy a reiterar algo que dije –un poco de intruso- en la Comisión de
Hacienda. Hasta ahora hemos tenido tres afirmaciones de cifras. La primera,
de monseñor Goic, que hace algunos años se refirió al salario ético. Quiero
recordar que en aquella ocasión no estuve de acuerdo con esa cifra y empleé
un concepto distinto: salario justo, que entiendo es el que negocian los
trabajadores con sus empleadores. Lo dije antes y no tengo problema en
reiterarlo ahora. La segunda del subsecretario del Trabajo y Previsión Social de
este Gobierno, señor Bruno Baranda, que trabaja directamente con la ministra
que nos acompaña. Reconozco que anteriormente me equivoqué, porque
pensé que era Benito Baranda. Pero él señaló la cifra de 250.000 pesos, que
después supimos recibió una reprimenda y le tiraron las orejas. ¡Lo dijo el
segundo funcionario de la jerarquía de la autoridad laboral del Gobierno! Y la
tercera es la que expuso el presidente del partido donde milita el propio
Presidente de la República. Probablemente, donde cotiza, vota y decide las
cosas internas: Renovación Nacional. Es decir, el presidente del partido del
Presidente, que entiendo ahora se encuentra enfermo, porque tuvo algunos
problemas durante los últimos días, planteó la idea de 200 mil pesos.
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¡Excúsenme, pero la Oposición no ha puesto ninguna cifra en la mesa, sólo se
ha limitado a hacerse cargo de las cifras propuestas por los propios
funcionarios del Gobierno o desde la jerarquía de la Iglesia, que para algunos
es muy importante, o del partido donde milita el propio Presidente de la
República! ¡Eso es lo que hemos hecho!
Cuando suceden estas cosas, ¿qué es lo que le corresponde a la Oposición?
¿Acaso debemos votar por una cantidad menor a la que nos propone el
subsecretario del Trabajo y Previsión Social? ¿Debemos votar por una cantidad
menor a la que nos propone el Presidente del Partido de Renovación Nacional?
¿Por qué se nos pide a nosotros esa conducta, que ni siquiera tiene el propio
oficialismo?
Dicho aquello, me hago cargo del mérito de los argumentos. Se dice: la
gratificación la pagan las pymes y afecta a un número determinado de
trabajadores, los menos productivos. ¡No es así! ¡Discúlpenme, pero saben por
qué se le ha dado tanta importancia a esa información! Porque el reajuste del
sector público tiene dos implicancias importantes, y todas importan a las
grandes empresas. Primero, la señal para las negociaciones colectivas de las
grandes empresas, y vaya que les duele que les insinúen un reajuste de esta
naturaleza. Ese es el trasfondo de la discusión. Y segundo, cuestión que
importa a las grandes empresas, que el ingreso mínimo es la base de cálculo
de la gratificación, que no pagan las pymes, sino que precisamente las grandes
empresas. Por lo tanto, a ellos les duele un reajuste, porque son quienes
finalmente deben pagar el 4.75 por ciento de gratificación. Entonces,
terminemos con eso que es un error, por no decir una falacia.
En segundo lugar, se dice que tampoco importa, porque las pagan las
pymes. ¡No es así, porque buena parte de los salarios mínimos se pagan con
las subcontrataciones que, en este país, a propósito de los subterfugios y
abusos del multirrut, son empresas de las grandes empresas que prestan
servicios para estas grandes empresas! Incluso, haciendo el mismo giro, lo que
técnicamente se conoce como la subcontratación impropia. ¿Para qué? ¡Para
pagar menos! Porque ahí no hay gratificación, sino salario mínimo.
En tercer lugar, ¿a quiénes importa? Tampoco se dice que esto tiene que ver
con las grandes empresas del retail. ¿Saben cuál es? A propósito de una ley
dictada en la administración anterior a la que se refirió el diputado que me
antecedió en el uso de la palabra, donde se aprobó una iniciativa que
estableció que el salario base no puede ser distinto al ingreso mínimo. En
consecuencia, para todos los trabajadores comisionistas o que trabajan vía
variables -y en la mañana también aprobamos un proyecto de la
administración anterior que protege la remuneración de los trabajadores
comisionistas- también es importante, porque la variable se calcula
precisamente sobre esa base.
Por lo tanto, la modificación del ingreso mínimo afecta notablemente los
porcentajes de la variable. ¿O acaso ustedes creen que esas son pymes?
¿Acaso ustedes creen que son microempresas? ¡No! Son las grandes cadenas
de retail, donde también funcionan pymes, que parten de estas grandes
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cadenas. ¡Develemos las cosas de una vez por todas! Lo que se intenta por
esta vía es proteger los intereses de las grandes empresas y no de las pymes.
Desde ya le pido que se vote separadamente el artículo 4°.
En cuanto a los otros dos aspectos que se han señalado, la institucionalidad
permanente y el mecanismo plurianual, puedo decir que es la única
negociación supraempresa que existe en Chile. Todos cometemos la hipocresía
de decir que la negociación solo se hace en la empresa y que afecta a todas las
empresas. Lo que queremos establecer por este mecanismo es que ni las
empresas ni los trabajadores se hagan parte de esta negociación y que un
grupo de expertos nos diga cuáles son los parámetros para el próximo
reajuste. ¿O acaso ustedes creen que los expertos están preocupados de los
temas de equidad? Los expertos van a decir productividad, inflación, dos
puntos, equis cifras. ¿Y qué pasa con los temas de equidad? Entonces, le
reclamo al Gobierno que cumpla con sus compromisos internacionales, que
cumpla con lo que suscribe el Estado. El Estado de Chile dice que en el reajuste
del ingreso mínimo tiene que haber un factor básico de equidad, porque está
imbricado con las líneas de pobreza. Y la propuesta del Supremo Gobierno en
este acuerdo con Renovación Nacional, no se hace cargo de esto. Lo elude.
Solo dice: productividad, inflación, crecimiento igual equis cifra.
Quiero decir, como antecedente señalado por la Comisión Meller, que no
hubo acuerdo al respecto, como en muchas otras cosas.
Entonces, no es bueno argüir, como fundamento de antecedentes, un
documento que no contó con el respaldo de todos.
La discusión del salario mínimo hay que realizarla según el mérito y en el
contexto de lo que se está discutiendo.
Invito a la Derecha a hacerle caso al presidente del Partido del Presidente.
Invito a la Derecha a ser coherente en eso.
Muchas gracias.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado señor
Juan Carlos Latorre.
El señor LATORRE.- Señor Presidente, definir el salario mínimo es una
discusión ética y política, que no podemos eludir en nuestra sociedad.
Son más de quinientas mil las personas que reciben el salario mínimo y
alrededor de ochocientas mil las que perciben salarios cercanos al mínimo. Y,
mayoritariamente, como ha sido señalado por quien me antecedió en el uso de
la palabra, son trabajadores de empresas tercerizadas.
Discutir cómo mejorar su piso salarial, como se les traspasa parte del
crecimiento del país, es un asunto de carácter político y ético, y no puede ser
reducido a un debate de técnicos que, incluso, como lo hemos escuchado
muchas veces, no creen en la conveniencia de un piso mínimo porque
constituiría una rigidez del mercado.
Durante veinte años, este debate fue antecedido por un diálogo social del
Gobierno con la CUT y los empresarios. Probablemente, muchas veces, áspero
y duro, como son las negociaciones salariales, pero se convirtió en un rito de
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diálogo social y, muchas veces, legislamos en la Cámara un acuerdo previo
entre autoridades de Gobierno y la CUT. Incluso, en 1990, cuando el salario
mínimo era de 18.000 pesos, se reajustó en una cifra, después de un acuerdo
adoptado entre el ministro de la época, Alejandro Foxley, Manuel Bustos,
presidente de la CUT y, también, por el presidente de la CPC, Manuel Feliú.
Lamentablemente, hoy, este Gobierno, no dialoga; no dialoga con la CUT,
con los trabajadores, con los políticos ni los parlamentarios e, incluso, como se
ha afirmado reiteradamente, ni siquiera está dispuesto a dialogar con el
presidente del propio partido en que el Presidente de la República milita. Nos
parece que es un asunto ineludible de destacar en esta discusión, porque el
hecho de que el presidente de Renovación Nacional haya asumido
directamente la defensa de un piso mínimo salarial de 200 mil pesos, que
significó que partidos de la Oposición comprometieran su respaldo a esa cifra,
como una forma de obtener un acuerdo transversal en relación con este tema,
constituye un hecho no menor, y resulta una vergüenza que hoy el presidente
de Renovación Nacional haya sido presionado al extremo, y aquí se presente
por nuestros colegas parlamentarios como una forma de unidad, como una
forma de respaldo al actual Gobierno, en un tema tan sensible para los
trabajadores a lo largo de todo el país.
Reducir las desigualdades en el mundo del trabajo pasa por mejorar los
ingresos del trabajo; no solo por la vía de los bonos, como algunos lo plantean.
Y eso es lo que se realizó en los últimos veintidós años.
Si se mira el ingreso mínimo en relación con la remuneración promedio de
los trabajadores, los datos revelan que, en la primera parte de los años 90, el
salario mínimo era un 34 por ciento en la remuneración media de la economía,
y que, en la década siguiente, especialmente en el período 2004-2009, subió a
un 45 por ciento de la remuneración media de la economía, lo que revela un
fuerte salto para los receptores del mismo.
Pero, aún, debemos mejorarlo más.
Por eso, hemos planteado un camino de carácter plurianual, que pudiera
llegar el salario mínimo a 250 mil pesos, el salario ético del cual tanto se ha
hablado.
¿Qué nos propone el Gobierno?
Discusiones técnicas; elude el debate político; impone, como si
estuviéramos en una empresa, con un autoritarismo de carácter empresarial,
que no es aceptable para una discusión parlamentaria.
Desde que llegó al Parlamento la propuesta del Ejecutivo, no se ha movido
de 193.000 pesos. La rechazamos hace una semana, y ha vuelto con el mismo
guarismo, y con una fórmula para fijar ahora el salario mínimo el 2013. A esto,
le vamos a decir que no. No hay esfuerzo de diálogo y negociación. Este
Gobierno ha renunciado a la gestión política, y sigue con el juego
comunicacional de difundir, muchas veces, en forma distorsionada, las
necesidades y los avances que Chile necesita en materia social.
La semana pasada, el Presidente Piñera dijo que la oferta del Gobierno era
un 50 por ciento superior a la otorgada por los gobiernos de la Concertación.
Cualquier ciudadano o trabajador desinformado puede creer que son
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diferencias siderales, pero equivalen, en la práctica, a una cifra del orden de
1.400 pesos, ya que hoy otorga el 2.9 por ciento real y lo compara con el
promedio de 2.1 por ciento real de incremento en el período 2006-2009.
Nuevamente es un disfraz estadístico el que utiliza el Presidente Piñera, y
omite que en el período 2008-2009 se vivió la peor crisis económica mundial.
El PIB cayó en 1.8 por ciento. A pesar de ese escenario, el ingreso mínimo
siguió subiendo, y las familias más vulnerables tuvieron un apoyo directo de
40.000 pesos por carga familiar que significó una inversión fiscal cercana a 300
millones de dólares en el 2009. Y, a pesar de ese magro panorama económico
mundial, no se hizo pagar la crisis a los trabajadores, particularmente, a los
trabajadores más vulnerables.
Adicionalmente, debemos destacar que hubo programas especiales de
capacitación laboral para quienes recibían el ingreso mínimo, que
lamentablemente se han discontinuado en esta Administración.
Es una lástima que el Presidente Piñera haga este abuso estadístico y trate
de sacar ventajas políticas haciendo juegos con cifras que, en definitiva, no le
dan la razón.
Como Democracia Cristiana hemos planteado otorgar un salario mínimo de
200.000 pesos, a partir del relato que el propio Gobierno nos ha entregado
sobre los éxitos que, en esta sesión, varios colegas parlamentarios han
destacado. Destacan un 6 por ciento de crecimiento el 2011; un probable 4.5
el 2012, y que esta bonanza les llega, en definitiva, a ejecutivos, a los
directores de empresas, pero no a los trabajadores.
Por eso, los diputados de la Democracia Cristiana vamos a rechazar esta
mezquina oferta gubernamental.
Muchas gracias.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado señor
Pepe Auth.
El señor AUTH.- Señor Presidente, cuando nosotros estábamos en el
Gobierno, nos demoramos muchos años en generar la autocomplacencia. La
Alianza se ha demorado muy poquito, liderada por el diputado Iván Moreira.
Pero, vamos al punto.
El salario mínimo es la principal negociación colectiva en Chile; un país
donde la negociación colectiva es escasa, donde la tasa de sindicación es
extremadamente baja y es la principal negociación colectiva, de la cual están
ausentes los trabajadores. Por decisión del Gobierno, se llega hasta esta
instancia sin haber conversado, en forma previa, con ellos.
La importancia de esa negociación es que no solo tiene impacto para los
trabajadores que perciben el salario mínimo, sino para el conjunto del edificio
salarial de Chile, para cuya construcción se toma como referencia el ingreso
mínimo mensual. Hay un conjunto de asignaciones de asalariados medios e,
incluso, más que medios, que toman como referencia el salario mínimo. En
consecuencia, esta discusión no solo importa al más de medio millón de
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chilenos que percibe ese ingreso mínimo o un poquito más, sino al conjunto de
los trabajadores de Chile.
Además, esa demanda laboral, que es muy legítima, tiene que ver con la
equiparación del salario como una condición mínima de salida de la pobreza,
con el objeto de terminar con esa condición que tiene casi la mitad de los
indigentes. El 48 por ciento de los indigentes tiene trabajo, pero a pesar de
tenerlo se les define en esa categoría por sus condiciones de vulnerabilidad y
de calidad de vida. El 73 por ciento de los pobres tiene empleo, a pesar de lo
cual está dentro de la categoría de vivir en condiciones de pobreza, porque por
su empleo no obtienen un pago digno y decente, puesto que no son retribuidos
en la exacta magnitud del aporte que hacen a la sociedad.
En ese contexto, el Gobierno nos dijo, hace muy pocos meses, que los
sectores más vulnerables de Chile no sufrían la inflación normal, sino que sus
canastas se veían afectadas por la denominada inflación de los pobres, es
decir, entre otras, por la evolución de los precios de los alimentos y del
transporte. Sin embargo, a la hora de argumentar en favor de una
determinada cifra de incremento del salario mínimo, por supuesto, desapareció
la argumentación del impacto diferenciado del IPC y hoy la referencia,
obviamente, es el IPC general, que en verdad no es lo que le interesa al
segmento más vulnerable, porque si el salario mínimo crece -como lo plantea
el Gobierno- solo 6 por ciento, la capacidad de consumo de una familia que
vive del salario mínimo será menor el próximo año que el año anterior, porque
los precios de los alimentos y del transporte habrán evolucionado, así como los
de los demás elementos que contiene una canasta una familia vulnerable,
mucho más que lo que está proponiendo el Gobierno como incremento salarial.
Lo que echo en falta es el horizonte de reducción de desigualdad, el objetivo
político que se debe plantear un gobierno para reducir la desigualdad por la vía
más básica, duradera y estable, que consiste en incrementar la retribución que
reciben los trabajadores por el aporte que hacen a través del empleo.
Hay una demanda social que se podría calificar de difícil de responder desde
el punto de vista de quien maneja las finanzas en Chile. Pero por qué no dar
una señal y establecer un itinerario en el que la sociedad entera, con unidad
nacional, se comprometa para cumplir ese objetivo en un plazo razonable.
Nadie está planteando que suba de un día para otro el salario, para satisfacer
una demanda laboral que es muy legítima, pero lo que estamos planteando es
que se dé una señal y que se establezca un itinerario.
Compartimos con buena parte de los parlamentarios de Renovación Nacional
la idea de que esa señal era pasar la barrera de los 200 mil pesos. Hoy, en la
Comisión de Hacienda, fueron presentadas varias indicaciones. En la primera
de ellas, el Gobierno proponía el aumento del ingreso mínimo mensual a 193
mil pesos, la cual implica, como ustedes saben muy bien, la friolera de 293
pesos, en términos del sueldo líquido que percibe el trabajador por día. Es
decir, lo que se está proponiendo de aumento es que el trabajador que gana el
mínimo reciba 293 pesos al día más de lo que tenía hasta hoy.
¿Qué es lo que ocurre? El Gobierno nos ha señalado: “No vamos a llegar a
200.000 pesos. Nos vamos a quedar en la cifra de 193.000 pesos, pero el
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próximo año vamos a superar los 200.000 pesos”. Eso lo hacen aparecer como
si fuera una innovación tremenda, pero si uno aplica el próximo año
exactamente la misma tasa de crecimiento del reajuste de este año, por
supuesto que se superará, con creces, los 200.000 pesos. Si hoy el ingreso
mínimo mensual se incrementa de 182.000 pesos a 193.000 pesos, bastaría
que creciera 5 por ciento el próximo año y llegaría a 204.580 pesos. Es decir,
la sola repetición -incluso con un punto menos de crecimiento- del reajuste que
se está proponiendo para este año, lo haría superar los 200.000 pesos.
Entonces, ¿de qué innovación me están hablando? ¿Qué tiene eso de nuevo
para hacer cambiar lo que creí que era una convicción profunda de los
parlamentarios de Renovación Nacional, en el sentido de que había que dar
una señal evidente de que se pone la proa en la dirección de hacer un esfuerzo
para llegar, en un plazo razonable, a un momento, en que tener empleo
signifique dejar de ser pobre, dejar de ser indigente?
El ministro de Hacienda nos ha señalado, como otra innovación, que en 15
días propondrá al Congreso Nacional un proyecto de ley que determinará
guarismos técnicos, criterios técnicos, a partir de cuya aplicación surgirá la
cifra de incremento del ingreso mínimo mensual año a año.
En el proyecto, al menos tal como está planteado, nos falta una cosa, la
cual, a mi juicio, es el alma de la cuestión: cuál es el horizonte y la apuesta
política que hace el país para reducir la distancia entre los salarios más bajos y
los salarios más altos. Cuando se nos dice en la discusión que el salario medio
está creciendo en torno al 5 por ciento como argumento para no hacer crecer
más del 6 por ciento el salario mínimo, lo que se nos está diciendo es que no
se quiere hacer un esfuerzo para reducir las desigualdades por la vía más obvia
para lograrlo, que es la retribución salarial que recibe la gente por su aporte al
desarrollo de la sociedad.
Para reducir la desigualdad, la principal herramienta -la más duradera, la
más estable, la definitiva- es la mayor y mejor retribución del trabajo, del
aporte que hace el trabajador, es decir, empleos mejor pagados; empleos más
decentes. La vía para reducir la desigualdad no es, como lo señaló un
diputado, ampliar el rol subsidiario del Estado para compensar los déficits del
mercado.
Por esas razones, hace dos semanas, rechazamos en general este proyecto,
pero aquí había mayoría bastante amplia para que se modificara la propuesta
del Gobierno. De hecho, escuché una apasionada intervención del colega René
Manuel García, la que me hizo mucho sentido, y espero que hoy mantengamos
nuestra palabra y que esta Cámara le diga al Gobierno que lo que propone es
completamente insuficiente, como señal de avance hacia una sociedad con
mayores niveles de equidad. Por lo tanto, esperamos que la iniciativa vuelva a
esta Sala desde el Senado con la cifra que a todos hemos dicho estamos
dispuestos a apoyar y que el Gobierno se anote el poroto de aprobar, por esta
vez, el aumento del salario mínimo con la votación ampliamente mayoritaria de
la Cámara de Diputados. Francamente, sería un cambio de actitud
extremadamente saludado y aplaudido no solo aquí, sino en todo el país.
He dicho.
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DISCUSIÓN SALA
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Fidel Espinoza.
El señor ESPINOZA (don Fidel).- Señor Presidente, hoy estamos en una
discusión, en un trámite más de un proyecto respecto del cual la ciudadanía,
en nuestro país, está mirando con atención lo que ocurre en el Congreso. Sin
lugar a dudas, el tema del ingreso mínimo nos preocupa a los chilenos. Le
preocupa a la ciudadanía, a aquellos que viven el día a día con muchas
dificultades, a aquellas familias que, en un alto porcentaje, tienen como único
ingreso el salario mínimo.
Por lo tanto, para ellos, sin duda, esta discusión es importante y
trascendente.
No hay algo que moleste más a los ciudadanos y ciudadanas de este país,
que la clase política se dé vueltas de carnero tan feroces, como las que se ha
dado en las últimas horas.
En particular, lo digo por la actitud que han tenido parlamentarios de
Renovación Nacional que hace unos días, en esta misma Sala, enarbolaron
fogosos y encendidos discursos, señalando que su partido, en su gran mayoría,
no se iba a mover un solo peso bajo la línea de los 200.000, pasara lo que
pasara.
Hoy, hemos visto que esa posición ha tenido un cambio sustancial, porque el
Gobierno les ha ofrecido a los partidos que le dan sustento la instauración de
una serie de fórmulas que permitirían, eventualmente, en un futuro -no
precisado con exactitud-, un ingreso superior a los 200.000 pesos.
¡Hablemos con seriedad! Los ciudadanos que viven con un ingreso mínimo
indigno, insuficiente y no ajustado a la realidad del Chile de hoy, no están para
ese tipo de chiste. Creo que no es el momento para plantear este tipo de
fórmulas, menos aún cuando uno de los principales y mayores argumentos que
da el Gobierno, para decir que es imposible subir de los 193.000 pesos, es que
viene el caos, el desempleo. Señalan que es un Gobierno responsable y, por
eso, si suben el ingreso mínimo a los 200.000 pesos, como lo ha dicho el
ministro de Hacienda, la ministra del Trabajo y el Presidente de la República,
poco menos que se generará el caos del desempleo en el país.
Objetivamente, creo que eso no es verdad. Siempre, para defender esa
postura pro empresarial de no permitir mejores salarios, se sacan a colación a
las pymes, a las pequeñas y medianas empresas, diciendo que ahí se
concentra la gran mayoría del empleo y que quebrarían.
He tenido el honor y orgullo de conversar con muchas personas que son
pymes en nuestra región y me dicen: “No nos afectaría tanto ese aumento. Sin
embargo, nos gustaría que el Estado fuera un poco más benevolente en otras
materias, por ejemplo, en los impuestos, en el tema tributario.”
Si el Estado fuera un poquito más benevolente en esas materias, sin lugar a
dudas, esta discusión no tendría ni siquiera que estarse generado. Si el
Gobierno a través de sus instituciones, como el Servicio de Impuestos
Internos, es capaz de dar perdonazos a empresarios que no han cumplido con
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DISCUSIÓN SALA
la legislación chilena, como las empresas Johnson's, a las cuales se les perdonó
miles de millones de pesos, ¿por qué el mismo Estado, si se preocupa tanto de
las pymes, no es capaz de ayudarlas más, para que ni siquiera sea discusión el
hecho de pensar en llegar a los 200.000 pesos? ¡Eso es lo mínimo que este
país debe ofrecerle a los chilenos!
Porque este es el país del que el Presidente Sebastián Piñera, cuando
recorre el mundo o las regiones, dice que se siente orgulloso. Este es el país
que tiene una gran economía, un gran desarrollo dentro del concierto
latinoamericano y de la región, pero cuando se trata de los trabajadores, se
olvida de ese desarrollo económico y de que somos los jaguares de
Latinoamérica, y tenemos que seguir condenándolos a recibir un ingreso
mínimo tan bajo, que, simplemente, no les permite vivir.
Es cierto, el ingreso mínimo vigente son 182.000 pesos, pero lo que reciben
los ciudadanos de este país es mucho menos con los descuentos de salud y
previsión.
Entonces, estamos condenando a miles de familias a tener que vivir en la
miseria, en una situación indigna. El otro día una familia de Llanquihue me
planteaba que cuatro personas vivían de un ingreso mínimo. Eso significa que
diariamente podían gastar en comida de 1.500 a 1.800 pesos, porque tienen
que pagar la luz, el agua y los gastos básicos. Simplemente, no se puede vivir
así.
Alguien podrá decir que llegar a los 200.000 pesos no cambia esa situación,
pero en un hogar humilde significa, por lo menos, comprar medio quintal de
harina más o pagar una cuenta más. ¡Eso es lo que estamos discutiendo! ¿Por
qué ese egoísmo? ¿Por qué siempre se le defiende el bolsillo a los más
grandes? ¿Por qué no pensar en que miles de compatriotas viven todos los
meses en una condición indigna?
¡Eso es lo que molesta a los ciudadanos! También les molesta que donde
más fácilmente se ha dado el trámite legislativo de este proyecto de ley es en
el Senado, donde los mismos señores que se arreglaron los bigotes hace un
mes para subirse las asignaciones parlamentarias dos millones de pesos.
Seguramente, allá este trámite pasará rápido, muy coladito.
Los mismos señores parlamentarios de la Derecha, de la Alianza por Chile,
que golpean las puertas en los puerta a puerta de campaña, pidiéndole el voto
a la gente y diciéndole que van a ser sus representantes en el Congreso, hoy
les están negando un ingreso mínimo más digno a los trabajadores de este
país.
Así como Chile, ciudadanamente, de alguna u otra manera, ha ido
demostrando que hoy es un país distinto y que saca la voz, como lo demostró
en Aysén, Punta Arenas, Freirina y Los Pellines, espero que también el país
abra los ojos en el futuro y cuando haya elecciones parlamentarias o de
cualquier otra índole, se dé cuenta de quien está, en un lado u otro,
defendiendo sus intereses.
Me quedo con las palabras de un importante economista en relación con
este tema, el cual dijo que el salario mínimo hoy cubre solo un 65 por ciento
de la línea de pobreza familiar, que debemos que tener un salario mínimo
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DISCUSIÓN SALA
acorde con nuestra realidad económica y luego -como señalé al inicio de mi
intervención- discutir las fórmulas de ajuste automático que quiere el
Gobierno, para que no todos los años haya estas discusiones. Eso es lo que
queremos hacer.
Termino mis palabras, señalando que este Gobierno está en ese lugar de
adhesión y de rechazo del Presidente de la República, porque no escucha a la
gente y es intolerante.
Vengo de la Comisión de Pesca donde llevamos más de cien horas de debate
legislativo. Ahí pasa exactamente lo mismo: unos defienden a los pescadores
artesanales y otros, a los industriales. Cuando ocurre eso, se dice que esta es
una lucha de clases. Hemos visto cómo han votado los parlamentarios en la
Comisión de Pesca, cuando hoy queremos implementar medidas para
sancionar el acoso laboral y las prácticas antisindicales. Esa es la realidad del
Chile que tenemos. Ojalá, el país se dé cuenta de quién es cada uno de
nosotros y tengamos un ingreso mínimo digno.
Por lo tanto, llamo a toda mi bancada a que, con fuerza, votemos en contra
de esta irrisoria oferta del Gobierno.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Alberto Robles.
El señor ROBLES.- Señor Presidente, “para la gran mayoría de los países, la
pobreza es un asunto de vital importancia, y muchas de las políticas sociales y
económicas apuntan sus esfuerzos a combatirla. La razón de esto es evidente:
la pobreza limita seriamente la vida de quienes la sufren, y aunque sus efectos
recaen principalmente sobre las personas afectadas, es un mal para la
población en general, por lo que debiera ser considerada una realidad
inaceptable en cualquier sociedad”.
Eso nos lo plantea, en la introducción del estudio que realizara hace poco el
actual ministro de Hacienda, don Felipe Larraín: “Cuatro millones de pobres en
Chile: Actualizando la línea de pobreza”.
El salario mínimo está ligado a la pobreza. El tema es cómo avanzamos para
solucionar un problema tan serio para nuestro país. En Chile se registran
exiguos niveles de sindicación y escasa cobertura e impacto en la negociación
colectiva.
Por eso, la política del salario mínimo es una de las principales herramientas
para aumentar la participación de los trabajadores chilenos en la distribución
de la riqueza. Además, es una herramienta protectora, necesaria para frenar la
explotación monopsónica que sufren los trabajadores que reciben bajas
remuneraciones y que no cuenta con mecanismos para mejorar el poder de
negociación, lo cual aumenta las probabilidades de ser remunerados por
debajo de su productividad.
La OIT define el salario mínimo como el nivel de remuneración por debajo
del cual no se puede descender y que en cada país tiene fuerza de ley y es
aplicable bajo pena de sanciones penales u otras sanciones apropiadas.
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DISCUSIÓN SALA
En Chile tenemos una realidad paradójica. De acuerdo con los datos de la
nueva encuesta suplementaria de ingresos y ajustados por jornada de trabajo,
778.000 trabajadores dependientes –entre jóvenes y tercera edad- ganaban al
año 2010 el sueldo mínimo o menos. Al año 2012, cerca de un millón de
trabajadores gana el sueldo mínimo o menos.
Sus hogares, los hogares de las personas que ganan el sueldo mínimo, se
caracterizan por tener una tasa de dependencia de uno es cuatro, es decir, una
persona trabaja y cuatro habitan en el hogar. Por lo tanto, el sueldo mínimo
atañe a más de cuatro millones de personas.
Considerando la actual línea de pobreza, que equivale a dos canastas de
alimentos, y que a precio de noviembre de 2011, era de 72.098 pesos, la
actual propuesta del Ejecutivo, que ofrece un salario líquido de 154.400 pesos,
solo cubre 54 por ciento de la línea de pobreza de una familia de cuatro
personas, con un jefe de hogar.
Si hacemos un ajuste de cálculo, de acuerdo con lo que propone el ministro
Larraín en su estudio, esa línea de pobreza sería de 92.470 pesos. En cambio,
la propuesta del Ejecutivo solo cubriría 42 por ciento de las necesidades de esa
familia de cuatro personas.
En Chile estamos en condiciones de hacer un esfuerzo mayor. Sin caer en la
demagogia ni muchos menos, algunos economistas plantean niveles mayores a
los 250.000 pesos. Por ejemplo, la Fundación Sol propone ingresos de 270.000
pesos. Ellos plantean algo muy objetivo. Señalan que si Chile tiene un per
cápita superior a los 15.000 dólares; que si Chile se ubica como el segundo
país del Cono sur con mejor PIB per cápita, el salario mínimo propuesto, en
relación con ese producto interno bruto per cápita mensual, ajustado por
paridad del poder adquisitivo, es lejos uno de los menores del área. Paraguay,
Ecuador, Bolivia, Argentina, Perú, Colombia, Venezuela, Brasil y Uruguay
tienen salarios mínimos, como proporción del PIB ajustado, bastante
superiores al de Chile.
Por eso, debemos hacer el esfuerzo para acercar el salario mínimo a la línea
de pobreza; para lograr que ese salario mínimo cubra las necesidades básicas
de una familia de cuatro personas. Es imperativo satisfacer las necesidades
básicas del trabajador y su grupo familiar.
A los radicales nos parece que el salario propuesto es bastante mezquino,
mezquino con las familias pobres, con los trabajadores, que requieren que su
trabajo dignifique a sus familias y les permita cubrir la canasta básica, para,
por lo menos, superar la línea de pobreza.
Si no hacemos un esfuerzo, si como sociedad no nos ponemos de acuerdo
para equiparar, en cuatro o cinco años, la línea de pobreza con el sueldo
mínimo, no entiendo esto como un objetivo de Estado.
Por último, la propuesta del Ejecutivo para institucionalizar reajustes al
salario mínimo, no resuelve el problema. Si queremos avanzar en esta materia,
es menester un gran acuerdo nacional con los trabajadores, con los
empleadores, con todos los involucrados en el tema que estamos tratando. No
se pueden lograr acuerdos entre cuatro paredes, para después ingresar una
indicación que pretende una institucionalidad permanente para fijar el salario
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mínimo, pero de acuerdo con números macroeconómicos. Recordemos que las
ciencias económicas no necesariamente son exactas; por lo tanto, sus
conclusiones dependen de cuáles son las miradas que tiene aquel que presenta
estas posiciones.
La posición de los economistas de la Fundación Sol, me parece más racional,
toda vez que plantean una política solidaria, que busca acercar los ingresos
entre los ciudadanos, para así disminuir la desigualdad existente.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Gaspar Rivas.
El señor RIVAS.- Señor Presidente, hace unos días discutimos en esta
misma Sala sobre el tema que hoy nos convoca. En ese momento manifesté
que no apoyaría un proyecto de ley que tuviera como punto de partida un
guarismo inferior a los 200.000 pesos. Pensé que el Gobierno, en el Senado,
iba a mejorar el proyecto. Pero, ¿con qué me encuentro hoy día? Con un
proyecto exactamente igual al que recibimos la primera vez, con el mismo
guarismo que rechacé en esa oportunidad.
Parece que lo que dijimos varios diputados, les entró por un oído y les salió
por el otro. Respeto mucho la postura que tiene la mayoría de los
parlamentarios de la Alianza, unos con más convicción, otros con menos, de
apoyar este proyecto. Yo lo haré, pero no porque haya tirado esa cifra sobre la
mesa el Presidente de mi partido, con quien tengo importantes diferencias. No,
yo lo apoyaré porque considero esa cifra medianamente digna, medianamente
digna como sueldo mínimo para los trabajadores chilenos, aunque estamos
muy lejos de alcanzar la plena dignidad.
Porque soy consciente y responsable, no quiero atrasar más este reajuste
salarial para los trabajadores chilenos. Solo por esta razón, apoyaré el
proyecto de ley. No lo hago convencido, como hubiera sido mi deseo. Lamento
que el ministro de Hacienda no esté presente en la Sala, para habérselo dicho
personalmente. Probablemente está en la cafetería tomando café. A lo mejor,
esta noche, acostado en su cama, cuando vea las noticias, se entere de lo que
estoy diciendo. En este país se puede tener un ingreso mínimo de 200.000
pesos.
Por intermedio del señor Presidente, debo decir al señor ministro que
aprobaré el proyecto de ley, por lo que debe estar tranquilo, no obstante que
considero que se puede entregar un sueldo mínimo de 200.000 pesos. El
Gobierno ha hecho muchas cosas positivas, como el establecimiento de un
posnatal de seis meses, la rebaja del 7 por ciento de salud para los jubilados;
sin embargo, por la mezquindad de un determinado ministro de Hacienda, hoy
aprobaremos un reajuste absolutamente insuficiente, miserable para los
trabajadores chilenos, en circunstancias de que el país puede determinar un
monto de 200.000 pesos como salario mínimo.
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DISCUSIÓN SALA
Por intermedio de la Mesa, le digo al señor ministro, quien ojalá estuviese en
la Sala, que votaré a favor este reajuste sin estar convencido, ya que el salario
mínimo se puede aumentar a 200.000 pesos.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor José Pérez.
El señor PÉREZ (don José).- Señor Presidente, saludo con el afecto que se
merecen la ministra del Trabajo, señora Evelyn Matthei y también al ministro
de Hacienda, señor Felipe Larraín.
Lamentablemente, estamos analizando una materia sobre la cual ya
intervinimos latamente hace unos cuantos días, la que pasó después a
tramitarse en el Senado, donde planteamos la necesidad de aumentar el
salario mínimo en una forma razonable, pero no ha sido posible que el señor
ministro de Hacienda ceda un solo milímetro.
La verdad de las cosas es que prácticamente la cuarta parte de esos
200.000 pesos se destinan a imposiciones, vale decir, se declaran esas
imposiciones; pero, lamentablemente, muchas veces no se pagan, lo que es un
hábito en el país. Además, debemos considerar que hay que pagar
movilización, luz, agua y gas, por lo que las familias tienen que vivir con un
ingreso que no supera los 70 mil pesos; o sea, deben vivir en una situación de
hambruna.
Señor Presidente, estamos conscientes de que en los gobiernos de la
Concertación no pudimos entregar reajustes de la magnitud como el que
estamos pidiendo hoy porque el país no estaba en condiciones de hacerlo, ya
que atravesamos por varias crisis económicas que afectaron distintos lugares
del mundo, las que, de una u otra manera, golpearon la economía nacional;
pero hoy día estamos en condiciones de entregar un reajuste más razonable y
acorde con el crecimiento del 6 por ciento que experimente nuestra economía.
Además, gran parte de este reajuste del salario mínimo lo pagará el sector
privado, ya que el Estado solo absorberá un bajo porcentaje de él.
Basta pensar que estamos entregando ese famoso bono de 40 mil pesos y
7.500 pesos por hijo porque han subido demasiado los alimentos en estos
últimos meses, tal como lo ha reconocido el Gobierno. De tal manera que con
mayor razón se justifica mejorar la oferta que hizo el Gobierno inicialmente en
materia de salario mínimo; pero, lamentablemente, no ha sido posible que se
entienda que todos apoyaríamos subirlo, si bien es cierto que inicialmente
pedimos aumentarlo a 250.000 pesos, a 200.000 pesos, porque es lo menos
que se puede ofrecer a nuestros trabajadores en la actualidad.
Señor Presidente, lamento que no podamos avanzar en esta materia, en
circunstancias de que sabemos, y lo debe saber también la señora ministra,
que muchas casas comerciales pagan sueldos que están muy por debajo del
salario mínimo, por lo que tienen que hacer la diferencia mediante comisiones,
tal como les sucede a los choferes, a los vendedores y una cantidad importante
de trabajadores, respecto de lo cual nadie dice absolutamente nada.
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DISCUSIÓN SALA
Por otra parte, que me ha llamado profundamente la atención la forma de
expresarse del diputado señor Iván Moreira, quien, por su forma de hablar
altanera, provocativa, agresiva, ofensiva y grosera, motivó que los
representantes de los trabajadores tuviesen que abandonar las tribunas de
este Hemiciclo como consecuencia de sus provocaciones.
Sin embargo, el señor Moreira se contradice en lo que expresa con ese tono
tan característico, de hombre enrojecido y embravecido para hacer uso de la
palabra. Recuerdo que el señor Moreira agredió hace muchos años al diputado
señor Jorge Schaulsohn en los pasillos del Congreso, a quien le dijo que la
política era una mierda; no obstante, él ha seguido en esto de la política, o
sea, le gusta la mierda al señor Moreira.
(Hablan varios señores diputados a la vez)
Rechazo categóricamente la forma grosera y ofensiva en que se ha dirigido
hoy el señor Moreira no solo a un diputado, sino que a todos los
parlamentarios de la Concertación. Incluso, emplazó al señor Presidente en
forma poco respetuosa.
Es conveniente que, a pesar de los cambios de temperatura o de los astros,
nos moderemos un poquito y nos acostumbremos a disentir, pero a
respetarnos.
Tengo una gran amistad con la gente de Renovación Nacional y de la UDI,
pero las intervenciones del señor Moreira hacen daño a la política, al
Parlamento y a los partidos de Gobierno. Eso explica los problemas que allí
existen.
Señor Presidente, en mi condición de jefe de bancada del Partido Radical,
debo anunciar que, lamentablemente, votaremos en contra del guarismo que
ofrece el Gobierno a los trabajadores de Chile, por considerarlo mezquino y
que no se ajusta a sus necesidades.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra la
diputada señora Denise Pascal por tres minutos.
La señora PASCAL (doña Denise).- Señor Presidente, es difícil expresar en
tres minutos toda la mezquindad que uno siente que existe en el Gobierno
para entregar 200.000 pesos de salario mínimo para los trabajadores.
Durante la campaña del señor Piñera le escuchamos decir claramente que
“hacemos un ferviente y urgente llamado al conjunto de la sociedad chilena, en
particular al Gobierno y a los Parlamentarios a escuchar el clamor de los
centenares de miles de hermanos y hermanas”. En consecuencia, hacemos un
llamado al Gobierno para que escuche a la clase trabajadora del país cuando
dice fuerte y claramente que 200.000 pesos es lo mínimo que les permite
comprar los alimentos para sus casas. Cuando miramos cómo ha aumentado el
precio de la canasta popular, cuando vamos a comprar y comprobamos cómo
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DISCUSIÓN SALA
han subido las cosas, realmente resulta una vergüenza el ofrecimiento del
Gobierno en relación con el salario mínimo.
En los pocos minutos de que dispongo, debo decir que me llama la atención
que la polémica que desataron las palabras del presidente de un partido de
gobierno, como es don Carlos Larraín, senador de la República, quien planteó
claramente que es necesario establecer un salario mínimo de 200.000 pesos,
una ministra diga que “Son gajes del oficio” y “que realmente se olvida en el
tiempo”.
Considero que la defensa de los derechos de los trabajadores y de las
trabajadoras no son gajes del oficio ni es algo que se olvida en el tiempo. Me
imagino lo que estarán pensando los trabajadores del país cuando escuchan
decir a un ministro que la defensa de un sueldo mínimo de 200.000 pesos “Son
gajes del oficio”.
Por último, se nos engaña cuando nos dicen que el salario mínimo ascenderá
a 193.000 pesos y que el próximo año llegará a 205.000 mil pesos; pero, como
siempre, la letra chica está detrás de eso, ya que solo ocurrirá si crecemos
entre el 4 y el 5 por ciento y si en nuestro país están dadas las condiciones.
Pero esto no es así, lo que se está planteando es un sueldo plurianual, o sea,
de dos años. Realmente, no se escucha a los trabajadores y se piensa en el
próximo año, cuando hay elecciones presidenciales.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Para una cuestión de
Reglamento, tiene la palabra el diputado señor Iván Moreira.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, por su intermedio, para preguntar al
diputado José Pérez cuánto le paga a los trabajadores de su campo.
He dicho.
El señor PÉREZ (don José).- Bastante más que el salario mínimo, si lo
quiere saber, señor diputado.
El señor MOREIRA.- Le paga una porquería a la gente y viene a hacer
gárgaras acá.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- ¿Habría acuerdo para
que los diputados señores Ojeda, Ceroni, Jiménez, Accorsi, González, Cardemil
y Schilling inserten sus respectivos discursos?
Acordado.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Antes de proceder a la votación, debo decir que la indicación sustitutiva
presentada a la Mesa por el diputado Lorenzini, fue declarada inadmisible en
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DISCUSIÓN SALA
conformidad al inciso segundo del número 6° del artículo 65 de la Constitución
Política de la República.
En votación particular el proyecto, con excepción del artículo 4°, que se
votará en forma separada.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el
siguiente resultado: por la afirmativa 57 votos; por la negativa, 60 votos. No
hubo abstenciones.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Rechazado.
Nota: Las siguientes votaciones se extrajeron de la página web de la
Cámara de Diputados3
Materia: Proyecto de ley, iniciado en mensaje, en primer trámite
constitucional, con urgencia calificada de “discusión inmediata”, que reajusta el
monto del ingreso mínimo mensual
Artículo: Texto aprobado por la Comisión de Hacienda con la salvedad del
artículo 4°.
Sesión: 53
Trámite: Primer Trámite Constitucional / Segundo Informe
Tipo de votación: Particular
Quorum: Quorum Simple
Resultado: Rechazado
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Sr. Alvarez-Salamanca R. Pedro Pablo Sr. García G. René Manuel Sr.
Monckeberg D. Nicolás Sr. Sauerbaum M. Frank Sr. Arenas H. Gonzalo Sr. Kort
G. Issa Sr. Morales M. Celso Sr. Silva M. Ernesto Sr. Baltolu R. Nino Sr. Godoy
I. Joaquín Sr. Moreira B. Iván Sr. Squella O. Arturo Sr. Barros M. Ramón Sr.
Gutiérrez P. Romilio Sra. Nogueira F. Claudia Sra. Turres F. Marisol Sr. Bauer J.
Eugenio Sr. Hasbún S. Gustavo Sr. Norambuena F. Iván Sr. Ulloa A. Jorge Sr.
Becker A. Germán Sr. Hernández H. Javier Sr. Pérez L. Leopoldo Sr. Letelier A.
Cristian Sr. Bertolino R. Mario Sra. Hoffmann O. María José Sr. Recondo L.
Carlos Sr. Urrutia B. Ignacio Sr. Bobadilla M. Sergio Sr. Kast R. José Antonio
3
http://camara.cl/trabajamos/sala_votacion_detalle.aspx?prmID=15550
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DISCUSIÓN SALA
Sr. Rivas S. Gaspar Sr. Van Rysselberghe H. Enrique Sr. Browne U. Pedro Sr.
Rosales G. Joel Sr. Rojas M. Manuel Sr. Velásquez S. Pedro Sr. Calderón B.
Giovanni Sr. Macaya D. Javier Sra. Rubilar B. Karla Sr. Verdugo S. Germán
Sra. Cristi M. María Angélica Sr. Martínez L. Rosauro Sra. Sabat F. Marcela Sr.
Vilches G. Carlos Sr. Delmastro N. Roberto Sr. Melero A. Patricio Sr. Salaberry
S. Felipe Sr. Von Mühlenbrock Z. Gastón Sr. Edwards S. José Manuel Sra.
Molina O. Andrea Sr. Sandoval P. David Sr. Ward E. Felipe Sr. Eluchans U.
Edmundo Sr. Monckeberg B. Cristián Sr. Santana T. Alejandro Sra. Zalaquett
S. Mónica Sr. Estay P. Enrique
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Sr. Accorsi O. Enrique Sr. De Urresti L. Alfonso Sr. León R. Roberto Sra.
Saa D. María Antonieta Sr. Aguiló M. Sergio Sr. Díaz D. Marcelo Sr. Lorenzini
B. Pablo Sr. Sabag V. Jorge Sr. Alinco B. René Sr. Espinosa M. Marcos Sr.
Marinovic S. Miodrag Sr. Saffirio E. René Sr. Andrade L. Osvaldo Sr. Espinoza
S. Fidel Sr. Meza M. Fernando Sr. Schilling R. Marcelo Sr. Araya G. Pedro Sr.
Farías P. Ramón Sr. Monsalve B. Manuel Sra. Sepúlveda O. Alejandra Sr.
Ascencio M. Gabriel Sra. Girardi L. Cristina Sr. Montes C. Carlos Sr. Silber R.
Gabriel Sr. Auth S. Pepe Sra. Goic B. Carolina Sra. Muñoz D. Adriana Sr. Tarud
D. Jorge Sr. Burgos V. Jorge Sr. González T. Rodrigo Sr. Núñez L. Marco
Antonio Sr. Teillier D. Guillermo Sr. Campos J. Cristián Sr. Gutiérrez G. Hugo
Sr. Ojeda U. Sergio Sr. Torres J. Víctor Sr. Carmona S. Lautaro Sr. Harboe B.
Felipe Sr. Ortiz N. José Miguel Sr. Tuma Z. Joaquín Sr. Castro G. Juan Luis Sr.
Jaramillo B. Enrique Sra. Pacheco R. Clemira Sr. Vallespín L. Patricio Sr. Cerda
G. Eduardo Sr. Jarpa W. Carlos Abel Sra. Pascal A. Denise Sr. Vargas P.
Orlando Sr. Ceroni F. Guillermo Sr. Jiménez F. Tucapel Sr. Pérez A. José Sr.
Venegas C. Mario Sr. Cornejo G. Aldo Sr. Latorre C. Juan Carlos Sr. Rincón G.
Ricardo Sra. Vidal L. Ximena Sr. Chahín V. Fuad Sr. Lemus A. Luis Sr. Robles
P. Alberto Sr. Walker P. Matías
No votaron por estar pareados: Sr. Cardemil H. Alberto con Sr. Hales D.
Patricio
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- En votación el artículo
4°.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el
siguiente resultado: por la afirmativa 112 votos; por la negativa, 1 voto. Hubo
3 abstenciones.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Aprobado.
Nota: Las siguientes votaciones se extrajeron de la página web de la
Cámara de Diputados4
4
http://camara.cl/trabajamos/sala_votacion_detalle.aspx?prmID=15551
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Materia: Proyecto de ley, iniciado en mensaje, en primer trámite
constitucional, con urgencia calificada de “discusión inmediata”, que reajusta el
monto del ingreso mínimo mensual
Artículo: Artículo 4°.
Sesión: 53
Trámite: Primer Trámite Constitucional / Segundo Informe
Tipo de votación: Particular
Quorum: Quorum Simple
Resultado: Aprobado
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Sr. Accorsi O. Enrique Sr. Eluchans U. Edmundo Sr. Melero A. Patricio Sr.
Salaberry S. Felipe Sr. Alinco B. René Sr. Espinosa M. Marcos Sr. Meza M.
Fernando Sr. Sandoval P. David Sr. Alvarez-Salamanca R. Pedro Pablo Sr.
Espinoza S. Fidel Sra. Molina O. Andrea Sr. Santana T. Alejandro Sr. Andrade
L. Osvaldo Sr. Estay P. Enrique Sr. Monckeberg B. Cristián Sr. Sauerbaum M.
Frank Sr. Araya G. Pedro Sr. Farías P. Ramón Sr. Monckeberg D. Nicolás Sra.
Sepúlveda O. Alejandra Sr. Arenas H. Gonzalo Sr. García G. René Manuel Sr.
Monsalve B. Manuel Sr. Silber R. Gabriel Sr. Ascencio M. Gabriel Sr. Kort G.
Issa Sr. Montes C. Carlos Sr. Silva M. Ernesto Sr. Auth S. Pepe Sra. Girardi L.
Cristina Sr. Morales M. Celso Sr. Squella O. Arturo Sr. Baltolu R. Nino Sr.
Godoy I. Joaquín Sr. Moreira B. Iván Sr. Tarud D. Jorge Sr. Barros M. Ramón
Sra. Goic B. Carolina Sra. Muñoz D. Adriana Sr. Teillier D. Guillermo Sr. Bauer
J. Eugenio Sr. González T. Rodrigo Sra. Nogueira F. Claudia Sr. Torres J. Víctor
Sr. Becker A. Germán Sr. Gutiérrez P. Romilio Sr. Norambuena F. Iván Sr.
Tuma Z. Joaquín Sr. Bertolino R. Mario Sr. Harboe B. Felipe Sr. Núñez L. Marco
Antonio Sra. Turres F. Marisol Sr. Bobadilla M. Sergio Sr. Hasbún S. Gustavo
Sr. Ojeda U. Sergio Sr. Ulloa A. Jorge Sr. Browne U. Pedro Sr. Hernández H.
Javier Sr. Ortiz N. José Miguel Sr. Letelier A. Cristian Sr. Burgos V. Jorge Sra.
Hoffmann O. María José Sra. Pacheco R. Clemira Sr. Urrutia B. Ignacio Sr.
Calderón B. Giovanni Sr. Jaramillo B. Enrique Sra. Pascal A. Denise Sr.
Vallespín L. Patricio Sr. Campos J. Cristián Sr. Jarpa W. Carlos Abel Sr. Pérez
A. José Sr. Van Rysselberghe H. Enrique Sr. Carmona S. Lautaro Sr. Jiménez F.
Tucapel Sr. Pérez L. Leopoldo Sr. Vargas P. Orlando Sr. Castro G. Juan Luis Sr.
Kast R. José Antonio Sr. Recondo L. Carlos Sr. Velásquez S. Pedro Sr. Cerda G.
Eduardo Sr. Latorre C. Juan Carlos Sr. Rincón G. Ricardo Sr. Venegas C. Mario
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DISCUSIÓN SALA
Sr. Ceroni F. Guillermo Sr. Lemus A. Luis Sr. Rivas S. Gaspar Sr. Verdugo S.
Germán Sr. Cornejo G. Aldo Sr. León R. Roberto Sr. Rojas M. Manuel Sra. Vidal
L. Ximena Sra. Cristi M. María Angélica Sr. Rosales G. Joel Sra. Rubilar B. Karla
Sr. Vilches G. Carlos Sr. Chahín V. Fuad Sr. Lorenzini B. Pablo Sra. Saa D.
María Antonieta Sr. Von Mühlenbrock Z. Gastón Sr. De Urresti L. Alfonso Sr.
Macaya D. Javier Sr. Sabag V. Jorge Sr. Walker P. Matías Sr. Delmastro N.
Roberto Sr. Marinovic S. Miodrag Sra. Sabat F. Marcela Sr. Ward E. Felipe Sr.
Edwards S. José Manuel Sr. Martínez L. Rosauro Sr. Saffirio E. René Sra.
Zalaquett S. Mónica
Votó por la negativa el diputado: Sr. Schilling R. Marcelo
Se abstuvieron los señores diputados don Sr. Aguiló M. Sergio Sr. Díaz D.
Marcelo Sr. Robles P. Alberto
No votaron por estar pareados: Sr. Cardemil H. Alberto con Sr. Hales D.
Patricio
El señor MONCKEBERG,
proyecto al Senado.
don
Nicolás
(Presidente).-Despachado
Por haber cumplido con su objeto, se levanta la sesión.
el
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OFICIO LEY
2.10. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
Oficio de Ley al Senado. Comunica texto aprobado. Fecha 10 de julio, 2012.
Cuenta en Sesión 34. Legislatura 360. Senado.
Oficio Nº 10265
A S.E. EL
PRESIDENTE DEL
H.SENADO
VALPARAÍSO, 10 de julio de 2012
Con motivo del Mensaje, Certificado y demás
antecedentes que tengo a honra pasar a manos de V.E., la Cámara de
Diputados ha tenido a bien prestar su aprobación al siguiente proyecto de ley,
correspondiente al boletín N°8387-05.
PROYECTO DE LEY:
“Artículo único.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 y el año 2013 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de
la presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.”.
Dios guarde a V.E.
NICOLÁS MONCKEBERG DÍAZ
Presidente de la Cámara de Diputados
ADRIÁN ÁLVAREZ ÁLVAREZ
Secretario General de la Cámara de Diputados
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
3. Segundo Trámite Constitucional: Senado
3.1. Informe de Comisión de Hacienda
Senado. Fecha 17 de julio, 2012. Cuenta en Sesión 35. Legislatura 360.
CERTIFICADO
Certifico que el día 17 de julio de 2012, la Comisión
de Hacienda sesionó para tratar el proyecto de ley, en segundo trámite
constitucional, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual, boletín Nº
8.387-05, con urgencia calificada de “discusión inmediata”.
Se hace presente que el proyecto sólo contiene
disposiciones de ley común.
Esta iniciativa de ley, de acuerdo al Mensaje, tiene
por objetivos reajustar el ingreso mínimo mensual, la asignación familiar y
maternal y el subsidio familiar.
A la sesión en que vuestra Comisión conoció de la
iniciativa concurrieron, además de sus integrantes, los Honorables Senadores
señores Espina y Navarro.
Del mismo modo, asistieron los siguientes invitados:
Del Ministerio de Hacienda, el Ministro, señor Felipe
Larraín; el Coordinador Legislativo, señor Francisco Moreno, y la asesora,
señorita Carmina Hernández.
Del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, el
Ministro, señor Cristián Larroulet; el Subsecretario, señor Claudio Alvarado, y
las asesoras, señoritas Constanza Castillo y Carol Parada.
Del Ministerio Secretaría General de Gobierno, la
periodista, señorita María Fernanda Valdés.
De la Confederación de la Mediana, Pequeña y Micro
Industria, CONUPIA: el Presidente, señor Pedro Davis; el Director Nacional,
señor Iván Vuskovic; el Director y Vicepresidente Zonal, señor Roberto Rojas.
De la Fundación SOL: los investigadores, señores
Marco Kremerman y Gonzalo Durán.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Del Instituto Libertad y Desarrollo: el economista,
señor Francisco Klapp.
De la Biblioteca del Congreso Nacional,
Coordinadora del Área Economía, señorita María Soledad Larenas.
la
De la Corporación de Estudios para Latinoamérica
(CIEPLAN), la Secretaria Ejecutiva del Programa Legislativo, señorita Macarena
Lobos.
Los asesores de la Honorable Senadora señora
Rincón, señora Labibe Yumha y señor Josué Vega.
---
Cabe señalar que la presente iniciativa fue ingresada
por Su Excelencia el Vicepresidente de la República, en primer trámite
constitucional, a la Cámara de Diputados. Dicha Cámara desechó en general el
proyecto.
Su Excelencia el Presidente de la República, haciendo
uso de la facultad contemplada en el artículo 68 de la Constitución Política de
la República, solicitó que el Mensaje fuera enviado al Senado, que lo aprobó en
general por los dos tercios de sus miembros presentes.
El proyecto de ley, en consecuencia, retornó a la
cámara de origen, que lo aprobó, asimismo, en general, prosiguiendo con su
tramitación.
Se hace presente que el precitado artículo 68 de la
Constitución Política de la República, señala, literalmente, lo siguiente: “El
proyecto que fuere desechado en general en la Cámara de su origen no podrá
renovarse sino después de un año. Sin embargo, el Presidente de la República,
en caso de un proyecto de su iniciativa podrá solicitar que el mensaje pase a la
otra Cámara, y si ésta lo aprueba en general por los tercios de sus miembros
presentes…..”. En mérito de lo expuesto, la Comisión de Hacienda consideró
aprobado ya en general el proyecto por la Sala del Senado, y en consecuencia
sólo discutió en particular la iniciativa.
El texto aprobado en general es el siguiente:
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
“Artículo 1°.- Elévase, a contar del 1 de julio de
2012, de $182.000 a $191.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, de
$135.867 a $142.586 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2012, el monto del
ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales, de
$117.401 a $123.207.
Artículo 2°.- Reemplazase, a contar del 1° de julio
del año 2012, el artículo 1° de la ley N° 18.987, por el siguiente:
“Artículo 1°.- A contar del 1 de julio del año 2012,
las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones
Familiares, reguladas por el decreto con fuerza de ley N° 150, de 1982, del
Ministerio del Trabajo y Previsión Social, tendrán los siguientes valores, según
el ingreso mensual del beneficiario:
a) De $7.525 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual no exceda de $196.788.
b) De $5.221 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $196.788 y no exceda los $317.407.
c) De $1.650 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $317.407 y no exceda los $495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $495.047 no
tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su plena
vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2° del citado decreto con fuerza de ley N° 150, y los que se
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
encuentren en goce de subsidio de cesantía se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente.”.
Artículo 3°.- Fíjase en $7.525 a contar del 1 de julio
del año 2012, el valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la
ley N° 18.020.
Artículo 4°.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de la presente
ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.”.
--DISCUSIÓN EN PARTICULAR
A continuación, se da cuenta del articulado del
proyecto de ley aprobado por la Cámara de Diputados:
"Artículo único.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 y el año 2013 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de
la presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.".
Enseguida, la Comisión analizó la
indicación de Su Excelencia el Presidente de la República:
siguiente
“- Para agregar los siguientes artículos 1º, 2º, 3º,
nuevos:
“Artículo 1°.- Elévase, a contar del 1 de julio del año
2012, de $182.000 a $193.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, de
$135.867 a $144.079 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, el
monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no
remuneracionales, de $117.401 a $124.497.
Reajústense a contar del día 1 de Julio del año 2013,
por una sola vez y por el sólo ministerio de la ley, el monto del ingreso mínimo
mensual para los trabajadores indicados en los incisos primero y segundo de
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
este artículo y el monto del ingreso mínimo mensual para efectos de lo
indicado en el inciso tercero del mismo, de acuerdo a una de las siguientes
alternativas, dependiendo del porcentaje del crecimiento promedio que
experimente el Producto Interno Bruto, en adelante PIB:
a) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o
igual a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas de crecimiento del
tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre del año 2013, con
respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la medición del PIB a
precios del año anterior encadenado según lo informado por el Banco Central
de Chile, los montos indicados anteriormente se reajustarán de acuerdo a la
variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor, según datos
reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los meses de mayo
del año 2012 y mayo del año 2013, más 3 puntos porcentuales adicionales.
b) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o
igual a 4% y menor a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas de
crecimiento del tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre
del año 2013, con respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la
medición del PIB a precios del año anterior encadenado según lo informado por
el Banco Central de Chile, los montos indicados anteriormente se reajustarán
de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor,
según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los
meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013, más 2 puntos porcentuales
adicionales.
Artículo 2º.- Reemplázase, a partir de la vigencia de
los incisos primero, segundo y tercero del artículo 1º de esta ley, el artículo 1º
de la ley Nº 18.987, por el siguiente:
“Artículo 1º.- A contar del 1 de julio del año 2012, las
asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares,
reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de 1982, del Ministerio del
Trabajo y Seguridad Social, que fija el texto refundido, coordinado y
sistematizado de las normas sobre sistema único de prestaciones familiares y
sistema de subsidios de cesantía para los trabajadores de los sectores privado
y público, tendrán los siguientes valores, según el ingreso mensual del
beneficiario:
a) De $7.744 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual no exceda de $202.516.
b) De $5.221 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $202.516 y no exceda los $317.407.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
c) De $1.650 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $317.407 y no exceda los $495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que
acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $495.047,
no tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su plena
vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2º del citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y los que se
encuentren en goce de subsidio de cesantía, se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente.
Reajústense a contar del día 1 de julio del año 2013,
por una sola vez y por el sólo ministerio de la ley, los valores señalados en la
letra a) de este artículo 1º, de acuerdo al procedimiento consignado en las
letras a) y b) del inciso cuarto del artículo 1° de la ley que reajusta el ingreso
mínimo mensual a partir del 1 de julio del año 2012.
Asimismo, reajústense a contar del día 1 de julio del
año 2013, por una sola vez y por el sólo ministerio de la ley, y sólo en el caso
de haberse efectuado el reajuste del ingreso mínimo mensual de acuerdo a
alguna de las alternativas señaladas en el inciso cuarto del artículo 1° de la ley
que reajusta el ingreso mínimo mensual a partir del 1 de julio del año 2012,
los valores señalados en las letras b), c) y d) de este artículo, de acuerdo a la
variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor, según datos
reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los meses de mayo
del año 2012 y mayo del año 2013. Todos los valores indicados en las letras
b), c) y d) de este artículo serán reajustados de esta manera, salvo el valor del
ingreso indicado como tope máximo para la letra a) de este artículo, el cual se
reajustará de acuerdo a lo establecido en el inciso precedente de este
artículo.”.
Artículo 3°.- Fíjase a contar de la vigencia de los
incisos primero, segundo y tercero del artículo 1º de la presente ley, en $7.744
el valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020.
Reajústese a contar del día 1 de julio del año 2013,
por una sola vez y por el sólo ministerio de la ley, el valor del subsidio familiar
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020, de acuerdo al procedimiento
consignado en las letras a) y b) del inciso cuarto del artículo 1° de la presente
ley.
- Para reemplazar el actual artículo único, por el
siguiente artículo 4º, nuevo:
“Artículo 4°.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 la aplicación del inciso primero, segundo y tercero del
artículo 1° de esta ley, de los incisos primero, segundo, tercero y cuarto del
artículo 1° de la ley N° 18.987, que se sustituye por el artículo 2° de la
presente ley, y el inciso primero del artículo 3° de esta ley, se financiará con
cargo a los recursos del Tesoro Público.
El mayor gasto fiscal que represente durante el año
2013 la aplicación del inciso cuarto del artículo 1° de la presente ley, de los
incisos quinto y sexto del artículo 1° de la ley N° 18.987, que se sustituye por
el artículo 2° de la presente ley, y el inciso segundo del artículo 3° de esta ley,
se financiará con cargo a los recursos contemplados en los presupuestos
respectivos.”.
- Para incorporar el siguiente artículo transitorio,
nuevo:
“Artículo transitorio.- En un plazo de 15 días hábiles a
partir de la fecha de la publicación de la presente ley en el Diario Oficial, el
Presidente de la República enviará al Congreso Nacional un proyecto de ley que
permita instaurar un mecanismo permanente para el reajuste del monto del
ingreso mínimo mensual. Este mecanismo considerará criterios tales como la
evolución de la inflación, la productividad media del país y el ajuste cíclico de
la economía. Dicha iniciativa legal considerará también el establecimiento de
una Comisión de Expertos cuyos miembros serán propuestos por el Presidente
de la República y ratificados por el Senado, cuya función será elaborar un
informe técnico con las variables a incluir en el mecanismo de reajuste
aludido.”.
- En votación, la indicación del Ejecutivo fue
rechazada por tres votos en contra y dos a favor. Votaron en contra la
Honorable Senadora señora Rincón y los Honorables Senadores
señores Frei y Lagos, y a favor los Honorables Senadores señores
García y Novoa.
La Comisión, por la unanimidad de sus miembros,
Honorable Senadora señora Rincón y Honorables Senadores señores García,
Frei, Lagos y Novoa, acordó dejar constancia de que, a pesar de que no
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
comparte el proyecto de ley aprobado por la Honorable Cámara de Diputados,
debido a que éste no contiene ninguna norma relativa al fondo del asunto y
presenta deficiencias de técnica legislativa, se pronunciarán sobre el mismo,
sólo con el ánimo de facilitar la tramitación del proyecto de ley, a través de
eventuales observaciones que formularía el Presidente de la República, según
lo anunciado por representantes del Ejecutivo durante la sesión.
Puesto en votación el artículo único del
proyecto despachado por la Honorable Cámara de Diputados, fue
aprobado por cuatro votos a favor y uno en contra. Votaron a favor la
Honorable Senadora señora Rincón y los Honorables Senadores
señores García, Frei y Lagos, y en contra el Honorable Senador señor
Novoa.
---
INFORME FINANCIERO
El informe financiero elaborado por la Dirección de Presupuestos del
Ministerio de Hacienda, con fecha 18 de junio de 2012, señala, de modo
textual, lo siguiente:
“I. Antecedentes.
1. A contar del 1 de julio de 2012, se fija el monto de
ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 18 años y hasta 65
años de edad, en $191.000.
II. Efecto del Proyecto sobre el Presupuesto Fiscal.
1. Como consecuencia de lo anterior:
a. Se modifican los niveles de ingresos inferiores y
superiores correspondientes al grupo C, a que se refiere el artículo 160 del
Decreto con Fuerza de Ley N° 1, de 2005, del Ministerio de Salud, que fija el
texto refundido, coordinado y sistematizado del DL N° 2.763 de 1979 y de las
leyes 18.933 y 18.469, de $182.000 a $ 191.000 y de $ 265.720 a $ 278.860,
respectivamente.
Estas modificaciones generan una disminución en la
recaudación de copagos en la modalidad institucional en los establecimientos
del Sistema Nacional de Servicios de Salud. Los menores ingresos fiscales
anuales ascienden a $ 1.757 millones, lo que implica que la menor recaudación
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
para el segundo semestre del año 2012 será de $ 878 millones.
b. Se modifica el valor del subsidio previsional a los
trabajadores jóvenes, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 82 de la Ley N°
20.255, lo que significa un costo fiscal durante el segundo semestre de 2012
de $ 53 millones.
c. A contar del 1 de julio de 2012 se fija el monto del
ingreso mínimo mensual que se utiliza para fines no remuneracionales en $
123.207.
La aplicación de este incremento origina un mayor
costo fiscal durante 2012 de aproximadamente $ 479 millones por el aumento
en el valor de la asignación por muerte de activos y pensionados del antiguo
sistema.
d. A contar del 1 de julio de 2012 se modifican los
tramos para la asignación familiar y maternal y los montos correspondientes a
cada tramo, con un costo de aproximadamente $ 1.492 millones para el
presente ejercicio fiscal.
A partir de la misma fecha, se fija en $ 7.525 el valor
del Subsidio Familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020, con un
costo de aproximadamente $ 4.774 millones para 2012.
2. El costo total del proyecto de ley durante el
segundo semestre del presente año asciende a $ 7.676 millones.
A partir del año 2013, los recursos serán provistos en
las respectivas leyes de presupuestos.”.
El referido informe fue seguido de un Informe
Financiero Sustitutivo elaborado por la Dirección de Presupuestos del Ministerio
de Hacienda, de 20 de junio de 2012, que señala, de manera textual, lo
siguiente:
“I. Antecedentes.
A contar del 1 de julio de 2012, se fija el monto de
ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 18 años y hasta 65
años de edad, en $193.000.
II. Efecto del Proyecto sobre el Presupuesto Fiscal.
1. Como consecuencia de lo anterior:
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
a. Se modifican los niveles de ingresos inferiores y
superiores correspondientes al grupo C, a que se refiere el artículo 160 del
Decreto con Fuerza de Ley N° 1, de 2005, del Ministerio de Salud, que fija el
texto refundido, coordinado y sistematizado del DL N° 2.763 de 1979 y de las
leyes 18.933 y 18.469, de $182.000 a $193.000 y de $265.720 a $281.780,
respectivamente.
b. Estas modificaciones generan una disminución en
la recaudación de copagos en la modalidad institucional en los establecimientos
del Sistema Nacional de Servicios de Salud. Los menores ingresos fiscales
anuales ascienden a $2.147 millones, lo que implica que la menor recaudación
para el segundo semestre del año 2012 será de $1.074 millones.
Se modifica el valor del subsidio previsional a los
trabajadores jóvenes, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 82 de la Ley N°
20.255, lo que significa un costo fiscal durante el segundo semestre de 2012
de $64 millones.
c. A contar del 1 de julio de 2012 se fija el monto del
ingreso mínimo mensual que se utiliza para fines no remuneracionales en
$124.497.
La aplicación de este incremento origina un mayor
costo fiscal durante 2012 de aproximadamente $586 millones por el aumento
en el valor de la asignación por muerte de activos y pensionados del antiguo
sistema.
d. A contar del 1 de julio de 2012 se modifican los
tramos para la asignación familiar y maternal y los montos correspondientes a
cada tramo, con un costo de aproximadamente $1.634 millones para el
presente ejercicio fiscal.
A partir de la misma fecha, se fija en $7.603 el valor
del Subsidio Familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020, con un
costo de aproximadamente $5.823 millones para 2012.
2. El costo total del proyecto de ley durante el
segundo semestre del presente año asciende a $9.181 millones.
A partir del año 2013, los recursos serán provistos en
las respectivas leyes de presupuestos.”.
Posteriormente,
fue
presentado
un
Informe
Financiero Sustitutivo elaborado por la Dirección de Presupuestos del Ministerio
de Hacienda, de 10 de julio de 2012, que señala, de manera textual, lo
siguiente:
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
“I. Antecedentes.
1. A contar del 1 de julio de 2012, se fija el monto de
ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 18 años y hasta 65
años de edad, en $ 193.000. Del mismo modo, se establece el monto del
ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 65 años y menores
de 18 años y el monto del ingreso mínimo mensual que se utiliza para fines no
remuneracionales. Finalmente, también se fijan los montos y tramos para la
asignación familiar y maternal y el valor del SUF.
2. Para efectos del reajuste a realizarse a partir del 1
de julio del año 2013, el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores indicados en los incisos 1° y 2° del artículo 1° del proyecto de ley
y el monto del ingreso mínimo mensual para efectos de lo indicado en el inciso
3° del mismo, se reajustará por una sola vez y por el solo ministerio de la ley,
dependiendo del porcentaje del crecimiento promedio del Producto Interno
Bruto, en adelante PIB, de acuerdo a una de las siguientes alternativas:
a) Si el crecimiento promedio del PIB en el último año
móvil es mayor o igual a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas
de crecimiento del segundo, tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del
primer trimestre del año 2013, con respecto a mismos trimestres del año
anterior, y utilizando la medición del PIB a precios del año anterior
encadenado, de acuerdo a lo informado por el Banco Central, los montos
indicados anteriormente se reajustarán de acuerdo a la variación porcentual
del Índice de Precios del Consumidor, según datos reportados por el Instituto
Nacional de Estadísticas, entre los meses de mayo del año 2012 y mayo del
año 2013, más 3 puntos porcentuales adicionales.
b) Si el crecimiento promedio del PIB en el último año
móvil es mayor o igual a 4% y menor a 5%, considerando para esto el
promedio de las tasas de crecimiento del segundo, tercer y cuarto trimestre del
año 2012 y del primer trimestre del año 2013, con respecto a mismos
trimestres del año anterior, y utilizando la medición del PIB a precios del año
anterior encadenado, de acuerdo a lo informado por el Banco Central, los
montos indicados anteriormente se reajustarán de acuerdo a la variación
porcentual del Índice de Precios del Consumidor, según datos reportados por el
Instituto Nacional de Estadísticas, entre los meses de mayo del año 2012 y
mayo del año 2013, más 2 puntos porcentuales adicionales.
Por su parte, también se reajustaran a partir del 1°
de Julio del año 2013 los tramos y valores de la Asignación Familiar,
Asignación Maternal y Subsidio Familiar, de acuerdo al mecanismo señalado en
el presente proyecto de ley.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
II. Efecto del Proyecto sobre el Presupuesto Fiscal.
A continuación se presenta el efecto fiscal que tendrá
el proyecto de ley en los dos escenarios de crecimiento del PIB señalados
precedentemente:
Cuadro N° 1 Escenario de Crecimiento PIB mayor o igual a 5%
(Millones de $ 2012)
2012
Menores Ingresos por Copago FONASA
Recaudación
Mayor
Gasto
Subsidio
al
64
Trabajador.Joven Ley N 20.255
Mayor Gasto Asignación por Muerte
2013
1.074
3.278
204
586
Mayor Gasto Asignación Familiar
1.740
1.634
5.386
Mayor Gasto Subsidio Familiar
5.823
17.779
Total
9.181
28.387
(*) En el año 2012 se considera el mayor gasto del segundo semestre de
dicho año.
Cuadro N° 2 Escenario de Crecimiento PIB igual o mayor a 4 % y menor a 5%
(Millones de $ 2012)
2012
Menores Ingresos por Copago FONASA
Recaudación
2013
1.074
Mayor Gasto Subsidio al Trabajador
64
Joven Ley N' 20.255
Mayor Gasto Asignación por Muerte
Mayor Gasto Asignación Familiar
3.089
192
586
1.640
1.634
5.238
Mayor Gasto Subsidio Familiar
5.823
16.757
Total
9.181
26.916
(*) En el año 2012 se considera el mayor gasto del segundo semestre de
dicho año.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
El mayor gasto que represente durante el año 2012
la aplicación del proyecto de ley, se financiará con cargo a los recursos del
Tesoro Público y partir del año 2013, con los respectivos presupuestos.”.
Finalmente, fue presentado un Informe Financiero
Sustitutivo elaborado por la Dirección de Presupuestos del Ministerio de
Hacienda, de 13 de julio de 2012, que señala, de manera textual, lo siguiente:
“I. Antecedentes.
1. A contar del 1 de julio de 2012, se fija el monto de
ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 18 años y hasta 65
años de edad, en $193.000. Del mismo modo, se establece el monto del
ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 65 años y menores
de 18 años y el monto del ingreso mínimo mensual que se utiliza para fines no
remuneracionales.
En el mismo proyecto de ley también se fijan los
montos y tramos para la asignación familiar y maternal y el valor del subsidio
familiar, reajustándose los valores del primer tramo de la asignación familiar,
maternal y del Subsidio Familiar en un 8% y los valores de los restantes
tramos en la variación del Índice de Precios al Consumidor experimentada
entre mayo 2011 y mayo 2012.
2. Para efectos del reajuste a realizarse a partir del
1° de julio del año 2013, el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores indicados en los incisos 1° y 2° del artículo 1° del proyecto de ley
y el monto del ingreso mínimo mensual para efectos de lo indicado en el inciso
3° del mismo, se reajustará por una sola vez y por el solo ministerio de la ley,
dependiendo del porcentaje del crecimiento promedio del Producto Interno
Bruto, en adelante PIB, de acuerdo a una de las siguientes alternativas:
a) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o
igual a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas de crecimiento del
tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre del año 2013, con
respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la medición del PIB a
precios del año anterior encadenado según lo informado por el Banco Central
de Chile, los montos indicados anteriormente se reajustarán de acuerdo a la
variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor, según datos
reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los meses de mayo
del año 2012 y mayo del año 2013, más 3 puntos porcentuales adicionales.
b) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o
igual a 4% y menor a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas de
crecimiento del tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre
del año 2013, con respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
medición del PIB a precios del año anterior encadenado según lo informado por
el Banco Central de Chile, los montos indicados anteriormente se reajustarán
de acuerdo a la variación porcentual del Indice de Precios del Consumidor,
según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los
meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013, más 2 puntos porcentuales
adicionales.
3. Por su parte, también se reajustarán a partir del
1° de Julio del año 2013 los tramos y valores de la Asignación Familiar,
Asignación Maternal y Subsidio Familiar, de acuerdo al mecanismo señalado en
el presente proyecto de ley.
4.- Finalmente y en un plazo de 15 días hábiles a
partir de la fecha de la publicación de la presente Ley en el Diario Oficial, el
Presidente de la Republica enviará al Congreso Nacional un proyecto de ley que
permita instaurar un mecanismo permanente para el reajuste del monto del
ingreso mínimo mensual. Este mecanismo considerará criterios tales como la
evolución de la inflación, la productividad media del país y el ajuste cíclico de
la economía. Dicha iniciativa legal considerará también el establecimiento de
una Comisión de Expertos cuyos miembros serán propuestos por el Presidente
de la República y ratificados por el Senado, cuya función será elaborar un
informe técnico con las variables a incluir en el mecanismo de reajuste aludido.
II. Efecto del Proyecto sobre el Presupuesto Fiscal
A continuación se presenta el efecto fiscal que tendrá
el proyecto de ley en los dos escenarios de crecimiento del PIB señalados
precedentemente:
Cuadro N° 1 Escenario de Crecimiento PIB mayor o igual a 5%
(Millones de $ 2012)
2012(*)
Menores Ingresos por Copago FONASA
Recaudación
Mayor Gasto Subsidio al Trabajador.Joven
64
Ley N 20.255
Mayor Gasto Asignación por Muerte
2013(**)
1.074
3.278
204
586
1.740
Mayor Gasto Asignación Familiar
1.891
5.959
Mayor Gasto Subsidio Familiar
7.719
21.693
Total
11.334
32.874
(*) En el año 2012 se considera el mayor gasto del segundo semestre de dicho
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
año.
(**) En el año 2013 se considera el efecto año de las modificaciones 2012 y el
efecto que tendrá el 2° semestre del año 2013 la aplicación del mecanismo de
reajustabilidad a partir del 1° de julio de 2013.
Cuadro N° 2 Escenario de Crecimiento PIB mayor o igual a 4 % y menor a 5%
(Millones de $ 2012)
2012(*)
Menores Ingresos por Copago FONASA
Recaudación
Mayor Gasto Subsidio al Trabajador Joven
64
Ley N' 20.255
Mayor Gasto Asignación por Muerte
Mayor Gasto Asignación Familiar
2013(**)
1.074
3.089
192
586
1.640
1.891
5.809
Mayor Gasto Subsidio Familiar
7.719
20.644
Total
11.334
31.374
(*) En el año 2012 se considera el mayor gasto del segundo semestre de dicho
año.
(**) En el año2013 se considera el efecto ario de las modificaciones 2012 y el
efecto que tendrá el 2° semestre del año 2013 la aplicación del mecanismo de
reajustabilidad a partir del 1° de Julio de 2013.
Se debe señalar que el
Comisión de Expertos no irroga mayor gasto fiscal.
funcionamiento
de
la
El mayor gasto que represente durante el año 2012
la aplicación del proyecto de ley, se financiará con cargo a los recursos del
Tesoro Público y a partir del año 2013 con los respectivos presupuestos.”.
En consecuencia, las normas de la iniciativa no
producirán desequilibrios macroeconómicos ni incidirán negativamente en la
economía del país.
--TEXTO DEL PROYECTO
En mérito de los acuerdos precedentemente expuestos, vuestra
Comisión de Hacienda tiene el honor de proponeros la aprobación del proyecto
de ley en informe, en los mismos términos en que fue despachado por la
Honorable Cámara de Diputados, cuyo texto es el siguiente:
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
PROYECTO DE LEY:
“Artículo único.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 y el año 2013 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de
la presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.”.
--Acordado en sesión celebrada el día 17 de julio de
2012, con asistencia de los Honorables Senadores señor José García Ruminot
(Presidente), señora Ximena Rincón González, y señores Eduardo Frei RuizTagle, Ricardo Lagos Weber y Jovino Novoa Vásquez.
Sala de la Comisión, a 17 de julio de 2012.
ROBERTO BUSTOS LATORRE
Secretario de la Comisión
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DISCUSIÓN SALA
3.2. Discusión en Sala
Senado. Legislatura 360. Sesión 35. Fecha 17 de julio, 2012. Discusión
particular. Se aprueba en particular sin modificaciones.
REAJUSTE DE MONTO DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL
El señor ESCALONA (Presidente).- Proyecto de ley, en segundo trámite
constitucional, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual, con
certificado de la Comisión de Hacienda y urgencia calificada de “discusión
inmediata”.
--Los antecedentes sobre el proyecto (8387-05) figuran en los Diarios
de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
Se da cuenta del oficio de la Cámara de Diputados en sesión
30ª, en 3 de julio de 2012.
En segundo trámite, sesión 34ª, en 11 de julio de 2012
Certificado de Comisión:
Certificado de la Comisión de Hacienda: sesión 35ª, en 17 de
julio de 2012.
Discusión:
Sesión 32ª, en 4 de julio de 2012 (se aprueba la insistencia
y vuelve a la Cámara de Diputados).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El debate en general se realizó cuando el
Senado habilitó la tramitación de la iniciativa al aprobar la insistencia por los
dos tercios de los Senadores presentes, de acuerdo al artículo 68 de la Carta
Fundamental.
La Comisión de Hacienda, en consecuencia, solo
discutió en particular el proyecto y, por cuatro votos a favor y uno en contra, lo
aprobó en los mismos términos en que fue despachado por la Cámara de
Diputados. Votaron a favor los Senadores señora Rincón y señores García, Frei
(don Eduardo) y Lagos, y se pronunció en contra el Honorable señor Novoa.
El texto de la iniciativa se transcribe en el boletín
comparado que Sus Señorías tienen a la vista en sus computadores.
El señor ESCALONA (Presidente).- En discusión particular el proyecto.
Se ruega a los Senadores y Senadoras realizar las
consultas bilaterales fuera de la Sala, dado que se necesita tranquilidad y
respeto para el desarrollo del debate.
Conforme a la lista de inscritos, tiene la palabra al
Honorable señor Frei.
Historia de la Ley N° 20.614
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DISCUSIÓN SALA
El señor FREI (don Eduardo).- Señor Presidente, no sé si el Senador García va
a informar lo resuelto por la Comisión de Hacienda.
El señor ESCALONA (Presidente).- El Honorable señor García no se ha inscrito
para intervenir.
El señor PROKURICA.- ¡Pero acaba de hacerlo!
El señor FREI (don Eduardo).- Que primero informe el señor Senador y
después yo hago uso de la palabra.
El señor ESCALONA (Presidente).- Acabo de tomar nota de la inscripción del
Honorable señor García.
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor GARCÍA.- Señor Presidente, la Comisión de Hacienda se reunió esta
mañana para estudiar el proyecto de ley que reajusta el monto del ingreso
mínimo mensual.
Escuchamos a representantes de la CONUPIA,
también a profesionales de la Fundación SOL, y a un economista del Instituto
Libertad y Desarrollo.
Luego de ello, oímos al señor Ministro de Hacienda,
quien además ingresó a la Comisión la indicación que repone el monto del
ingreso mínimo mensual en 193 mil pesos; que reajusta...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Excúseme, señor Senador.
Rogamos a nuestros invitados -que con todo gusto
los acogemos en las tribunas de la Corporación- evitar manifestaciones, porque
la sesión es muy larga y no se podrá desarrollar con la normalidad que debe
llevarse a cabo.
Continúa con la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCÍA.- Decía que también reajusta el primer tramo de la asignación
familiar fijándola en 7.744 pesos por carga, e incrementa en un ocho por
ciento el ingreso mensual que sirve de base para acceder a una carga familiar
de ese monto, determinándolo en 202.516 pesos; en 5.221 pesos la carga
familiar, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los 202.516
pesos y no exceda de 317.407 pesos; y en 1.650 pesos por carga, para los
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los 317.407 pesos y no exceda los
495.047 pesos.
También debo decir que en esta iniciativa se
incorporó una norma que establece un sistema de reajuste para el próximo
año, la cual estipula que se reajustará a contar del 1 de julio del año 2013, por
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DISCUSIÓN SALA
una sola vez y por el solo ministerio de la ley, el monto del ingreso mínimo
mensual de acuerdo con los siguientes porcentajes del crecimiento promedio
que experimente el producto interno bruto:
a) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o
igual a 5 por ciento, el reajuste estará determinado por la inflación, más 3
puntos porcentuales adicionales.
b) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o
igual a 4 por ciento y menor a 5 por ciento, el reajuste corresponderá a la
variación del índice de precios al consumidor del período, más 2 puntos
porcentuales adicionales.
Es decir, en la medida que haya un crecimiento
económico igual o superior a 5 puntos porcentuales, el reajuste del salario
mínimo será mayor.
En cuanto al artículo 2º, relativo a las asignaciones
familiares, ya señalé lo que se propone.
Por último, señor Presidente, se sugiere adicionar un
artículo transitorio, nuevo, en el cual se establece que “En un plazo de 15 días
hábiles a partir de la publicación de la presente ley en el Diario Oficial, el
Presidente de la República enviará al Congreso Nacional un proyecto de ley que
permita instaurar un mecanismo permanente para el reajuste del ingreso
mínimo mensual. Este mecanismo considerará criterios tales como la evolución
de la inflación, la productividad media del país y el ajuste cíclico de la
economía. Dicha iniciativa legal considerará también el establecimiento de una
Comisión de Expertos cuyos miembros serán propuestos por el Presidente de la
República y ratificados por el Senado, cuya función será elaborar un informe
técnico con las variables a incluir en el mecanismo de reajuste aludido”.
La indicación fue rechazada por 3 votos en contra y 2
a favor.
He dejado fuera de este informe, de manera expresa,
el artículo referido al financiamiento, en razón de que, en la medida que se
apruebe el precepto relativo al incremento de las asignaciones familiares,
obviamente habrá mayores recursos para atender las necesidades que ello
conlleve.
Es cuanto tengo que informar, en nombre de la
Comisión de Hacienda, señor Presidente.
Muchas gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Frei.
El señor FREI (don Eduardo).- Señor Presidente, el proyecto de reajuste del
salario mínimo ingresó a la Cámara de Diputados el 19 de junio. Allí fue
rechazado, y posteriormente el Senado habilitó su trámite en esa rama
legislativa. En la tercera instancia la Cámara Baja rechazó el articulado casi por
completo, y este es el texto que recibimos hoy día en la Comisión de Hacienda.
La discusión de fondo se centró, básicamente, en el
monto del ingreso mínimo. Se emitieron distintas opiniones al respecto, no solo
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DISCUSIÓN SALA
de Senadores de la Oposición, sino también de Gobierno. Y nosotros hemos
insistido en aumentar la cifra.
¿Por qué insistimos en aumentar la cifra? Por un
criterio de equidad, para disminuir la desigualdad en Chile.
Creemos que el país está en condiciones de elevar el
monto. Porque, de acuerdo con las informaciones de que disponemos, la
cantidad de personas que perciben el salario mínimo varía entre 600 mil y 700
mil, y, lógicamente, corresponden a los sectores de más bajos recursos.
Otro punto que suscitó debate fue la propuesta,
contenida en la indicación del Ejecutivo, en orden a crear una comisión técnica
encargada de elaborar un sistema de reajuste bianual o trianual, con el
propósito de evitar que el monto del salario mínimo deba discutirse año tras
año en el Congreso.
Nosotros rechazamos esa parte de la indicación y
sostuvimos que, en el evento de que se enviara un proyecto nuevo que
contemplara la creación de una comisión técnica de ese tipo, tendría que
contener un capítulo con relación a la equidad. No nos parece adecuado que
solo se barajen cifras, pues el país debe avanzar también en cuanto a equidad.
En diversas ocasiones se ha planteado que para qué
se necesita una iniciativa de ley para tal efecto, considerando, además, que en
el año 1998 enviamos al Parlamento un proyecto que reajustaba el ingreso
mínimo, durante 3 años, en una cifra superior al 8 por ciento. La crítica contra
ese mecanismo apunta a que con eso aumentaría el desempleo. Sin embargo,
tal como quedó demostrado hoy en la Comisión, en la que estuvieron, incluso,
representantes del Instituto Libertad y Desarrollo, casi no hay experiencias
empíricas que demuestren aquello. Existen estudios que justifican tal
afirmación, pero también hay otros que sostienen lo contrario.
En seguida, me referiré a un informe del Centro de
Estudios de la Universidad del Desarrollo, que no es precisamente de
Oposición. En él se indica que hay espacio para un aumento importante del
salario mínimo. Y para corroborarlo se cita la opinión de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), la cual postula que, si el salario mínimo
representara entre 30 y 60 por ciento del PIB per cápita, no tendría efecto
negativo sobre el empleo.
En la actualidad, el salario mínimo en Chile es del
orden de 34 por ciento del ingreso per cápita.
Si nosotros aumentáramos el ingreso mínimo a una
cifra superior a la propuesta por el Ejecutivo, estaríamos hablando de 35, 37 o
38 por ciento. Pensamos que, absoluta y claramente, hay espacio para eso.
Además, todos hemos escuchado, de modo permanente, el discurso oficial en
el sentido de que la economía chilena está sólida; de que tenemos reservas;
de que se han incrementado los empleos, etcétera.
Y si se compara el aumento del ingreso mínimo
versus el del PIB per cápita, este ha sido por lo menos 3, 4 o 5 veces más alto
en los últimos 15 o 20 años.
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DISCUSIÓN SALA
Por lo tanto, enfrentados nuevamente a esta
discusión y esta votación, en la Comisión de Hacienda nosotros rechazamos
casi en todas sus partes la indicación que el Ejecutivo presentó esta mañana.
Solo aprobamos, a fin de que la iniciativa prosiguiera su discusión en el
Parlamento, el artículo único despachado por la Cámara de Diputados, donde,
en síntesis, se establece que las platas para financiar el mayor gasto que
represente el proyecto provendrán del Tesoro Público.
Señor
Presidente,
nosotros
siempre
hemos
manifestado y mantenido la tesis del diálogo, de realizar conversaciones para
buscar acuerdos. Y lo hicimos otra vez ayer en la tarde, para demostrar que
nuestra posición no es inflexible; que siempre estamos dispuestos a dialogar y
a conversar. Desgraciadamente, en esta oportunidad no llegamos a acuerdo y,
al parecer, el único camino que va quedando es el del veto.
La discusión acerca del monto del salario mínimo se
inició durante la campaña presidencial de 2009, cuando el Presidente de la
Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, habló de un salario ético...
El señor ESCALONA (Presidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.
El señor FREI (don Eduardo).-... ascendente a una cifra cercana a los 250 mil
pesos en un horizonte de tiempo -finalizo en seguida, señor Presidente-, y en
todos los foros realizados en ese entonces, la totalidad de los candidatos
apoyamos esta proposición de la Iglesia.
En consecuencia, el trasfondo del debate sobre el
particular ha tenido presente esa discusión, que todavía no se ha cerrado.
La pregunta de fondo es ¿el país está en condiciones
de financiar un salario mínimo más alto? Yo creo que sí.
¿La economía chilena está en condiciones de hacerlo?
Yo creo que sí.
--(Aplausos en tribunas).
La semana pasada, el Servicio de Impuestos Internos
entregó la cifra de aumento de la recaudación tributaria en el primer semestre
del año en curso: casi 8 por ciento. Ello, proyectado hacia fin de año, significa
un ingreso adicional de más o menos 3 mil millones de dólares.
El señor ESCALONA (Presidente).- Concluyó su tiempo, señor Senador.
Puede redondear la idea.
El señor FREI (don Eduardo).- Paralelamente, el año pasado, con motivo de la
discusión presupuestaria para 2012, dicho Servicio aclaró que los ingresos
tributarios de 2011 se habían incrementado en 8,1 por ciento del presupuesto
fiscal, o sea, en cerca de 4 mil millones de dólares.
Por consiguiente, consideramos que hay espacio y
que existen las condiciones para subir el monto del salario mínimo.
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DISCUSIÓN SALA
Además, se encuentra pendiente también la reforma
tributaria.
El proyecto de reforma tributaria ingresó el 3 de
mayo último a la Cámara de Diputados, donde todavía no ha llegado a puerto.
Seguramente el Senado lo recibirá en el mes de agosto.
Con relación a esa iniciativa, distintos economistas
han señalado que, de aprobarse en la forma como se envió al Parlamento, en
virtud del ingreso adicional que se produciría, la carga tributaria se mantendría
prácticamente inalterable.
Por lo tanto, estimamos que hay espacio para elevar
el ingreso mínimo. En el debate realizado la semana pasada, en el cual
participamos junto con el Senador Novoa y donde estuvo presente el
Subsecretario de Hacienda, especialistas tributarios señalaron que el proyecto
mencionado adolece de una serie de defectos, pero, sobre todo, plantearon -lo
dijo el Subsecretario aludido- que hoy día el Fondo de Utilidades Tributables
supera los 200 mil millones de dólares.
Si aplicáramos una tasa impositiva solo a esa
cantidad, financiaríamos la educación, la salud y diversos programas sociales
que el país necesita.
Repito: están dadas las condiciones para un reajuste
mayor del salario mínimo; se puede hacer el esfuerzo. Creo que la gente, y en
especial los trabajadores, sentirían que aquí hay un espacio para avanzar en la
igualdad y la equidad que Chile tanto necesita.
Toda la gran discusión que hemos tenido en el último
tiempo,...
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Le advierto al Senador señor Frei que,
conforme al Reglamento, por ser esta la discusión en particular de la iniciativa,
cada Senador dispone de cinco minutos.
El señor FREI (don Eduardo).- Entonces, solo quiero reiterar que hay espacio
para incrementar el monto del salario mínimo. Ello no produciría desempleo y
daríamos la señal potente de que la clase política es capaz de enfrentar el
problema más difícil que tiene hoy la sociedad chilena: la desigualdad e
inequidad.
Considero que podemos avanzar en ello; que
podemos dar ese paso.
Gracias.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Ante la eventualidad de que no haya
quedado debidamente registrado, por la manera en que se ha tratado el
proyecto, repito: la discusión general, de acuerdo con el criterio de la
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DISCUSIÓN SALA
Secretaría, que la Mesa respalda, se realizó cuando el Senado analizó y aprobó
su trámite de habilitación, luego de ser recepcionado el oficio de insistencia del
Presidente de la República.
Naturalmente, la Sala puede modificar el criterio
adoptado por la Mesa.
En consecuencia, ahora estamos en la discusión
particular, y cada parlamentario tiene hasta 5 minutos para intervenir.
Tiene la palabra el Senador señor Gómez.
El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, cada vez que discutimos sobre el salario
mínimo nos referimos a porcentajes más o a porcentajes menos. Y pienso que
debiéramos hacer una reflexión más profunda: cómo logramos romper las
desigualdades existentes hoy día en Chile.
Vivimos en un país desigual, en el que una
importante cantidad de trabajadores ganan de 350 mil pesos hacia abajo y un
pequeño segmento supera los 2, 3 o 4 millones de pesos. Y esta fórmula de
desigualdad provoca que nos encontremos en una sociedad conflictuada.
Tengo la impresión de que, en algún minuto,
tenemos que discutir cómo romper tal desigualdad. Por eso he planteado que,
desde el punto de vista racional, así como hay un ingreso mínimo, debiéramos
establecer un ingreso máximo. Tanto en el sector público como en el privado
tendría que buscarse la manera de que no existieran las desigualdades y las
diferencias gigantescas que se dan entre unos y otros. Porque no cabe duda de
que con una remuneración de 193 mil pesos mensuales -que en definitiva son
154 mil líquidos- no se puede vivir.
En un diario aparece un reportaje sobre los rostros e
historias de quienes se encuentran detrás de la pobreza. En él se muestra a
gente que realiza esfuerzos gigantescos con los recursos que gana para lograr
tener casa, pagar la movilización. Es imposible que, en un país como este,
mantengamos tal desigualdad. En consecuencia, es indispensable que
debatamos a fondo cómo enfrentar esta situación.
Señor Presidente, no estoy de acuerdo con un salario
mínimo de 200 mil pesos. Me parece que debiéramos hacer un esfuerzo
mayor. Pero reconozco que esa cifra fue un tope y un piso que puso el
Presidente de Renovación Nacional, el Senador Carlos Larraín, a quien
aprovecho de felicitar por la fortaleza y valentía que tuvo al encarar este
problema, con las dificultades que implican ser de Gobierno y plantear una
diferencia tan profunda.
Cabe señalar que, si aumentáramos en 7 mil pesos el
sueldo mínimo para llegar a los 200 mil, estaríamos hablando de 84 millones
de dólares. El ex Presidente Frei acaba de mencionar cuál fue el aumento en
materia de impuestos. Además, si estableciéramos sueldos máximos, podría
lograrse un ahorro. O sea, para llegar a 200 mil pesos el país tiene que invertir
84 millones de dólares. ¿Y por qué digo que el país debe invertir? Porque
estamos planteando que esa plata se le asigne directamente a las empresas,
eventualmente pequeñas, que al incrementarse el ingreso mínimo podrían
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DISCUSIÓN SALA
despedir gente. Y este esfuerzo lo puede efectuar el Estado, porque no es
posible sostener que no dispone de recursos suficientes para tal fin.
El Presidente de la CONAPYME declaró que las pymes
no podrían pagar más, porque, en definitiva, ello implicaría despidos. Pero, a
través del esfuerzo del Estado y de la aplicación de normas tributarias o de
incentivos a las pequeñas empresas, es factible evitarlo.
Por su parte, hay otros que sostienen que a los
emprendedores el sueldo mínimo de 250 mil pesos de ninguna manera les
significa un problema.
Entonces, la manera de resolver esa situación radica
en nosotros. Desgraciadamente, carecemos de la facultad legislativa para
hacerlo, porque esta materia es de iniciativa exclusiva del Presidente de la
República.
Pero no podemos seguir con esa situación de
desigualdad.
Señor Presidente, siempre he escuchado con mucha
atención al Senador Ruiz-Esquide. Él hizo recuerdo de la situación vivida en los
años setenta. Se refirió, por supuesto, a las dificultades en materia de
convivencia en ese período; después, en el de la dictadura, etcétera. Pero, hoy
día, se incuba en Chile otro fenómeno sumamente grave: una caldera social
que, de alguna manera, debemos romper. Y para ello, en cierta forma,
tenemos que hacer gestos. El Senado y el sector público deben entregar una
señal en el sentido de establecer criterios que permitan terminar con las
desigualdades.
Vemos que las ganancias de las empresas son
inusitadas. Y no logro entender cómo el Gobierno -no me refiero solo a esta
Administración, sino que hablo en general- ha enfrentado siempre de mala
forma el problema del sueldo mínimo. Porque, al final, el aumento de la
productividad, de diversos porcentajes, de la UF, etcétera, no resuelven los
problemas de la vida diaria de los 800 mil trabajadores que reciben el ingreso
mínimo, es decir, de 800 mil familias donde 4 personas viven con ciento y
tantos mil pesos mensuales.
Creo que hay que realizar ese esfuerzo.
Y, en este caso particular -no me referiré ahora al
proyecto que quiero presentar, porque no tiene que ver con esta discusión,
sino con las desigualdades-, le pido al Gobierno que realice el esfuerzo de
aportar 84 millones de dólares. ¿Para qué? Para evitar que con la entrega de
200 mil pesos se produzcan despidos. ¡Nadie puede afirmar que eso es
imposible de cumplir! Ello permitiría alcanzar una cifra fijada en la opinión
pública, y, aunque no es el resultado positivo final que nosotros quisiéramos,
nos posibilitará avanzar.
Aquí se ha hablado mucho de que vamos a establecer
un sistema plurianual. Esto no será factible si no discutimos qué necesita una
familia de 4 personas para vivir, y, a partir de ello, cómo llegamos con dicho
sistema plurianual a un sueldo mínimo que le permita sobrevivir. Porque no
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DISCUSIÓN SALA
vamos a hablar de 200 mil pesos hoy día y de 203 mil el próximo año, cuando
vamos a seguir debatiendo si subió la productividad o no.
Me parece que llegó el minuto de que el Senado, el
Parlamento, nos pongamos las pilas para romper lo que nos tiene
conflictuados: la desigualdad.
En una sociedad que registra un PIB per cápita
cercano a 17 mil dólares, no es posible que la mayoría de la población reciba
350 mil pesos. ¡Existen diferencias gigantescas en las remuneraciones! Y esto
nos lleva, en definitiva, a una sociedad conflictuada.
Señor Presidente, hay que rechazar el proyecto, tal
como se hizo con anterioridad, porque no busca ni logra, finalmente, lo que
esperamos: una cierta equidad mínima, para que la gente que percibe un
sueldo mínimo tenga aseguradas por lo menos las condiciones básicas. Con lo
que aquí se propone, ello es imposible.
Por lo tanto, votaré nuevamente que no.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de
Hacienda.
El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, solo deseo
comentar algunos puntos respecto a lo que ha realizado hoy día el Ejecutivo, y
explicar el concepto que existe detrás de ellos.
En primer lugar, imagino que todos los Gobiernos -y
los anteriores, en particular- tuvieron en mente las desigualdades y otros
problemas que se plantearon acá, cuando se fijaron el salario mínimo y los
reajustes.
En tal sentido, no puedo creer que esas
Administraciones no hayan querido avanzar en la igualdad, en la justicia social
y, por lo tanto, que quisieran establecer reajustes del salario mínimo exiguos.
Me figuro -estoy convencido de ello- que cada uno de esos Gobiernos actuó en
forma responsable. Y de esa manera lo está haciendo también el del Presidente
Piñera.
El reajuste que se ha planteado -calificado de exiguo,
mezquino y de otras maneras-, de 11 mil pesos mensuales, significa un
aumento de 6 por ciento nominal y 3,3 por ciento real. Por lo tanto, es superior
en 60 por ciento al reajuste promedio efectuado durante la Administración
anterior.
Entonces, si lo juzgamos por eso, no se trata de un
reajuste que pueda ser calificado como exiguo.
Ahora bien, todos querríamos más. Yo parto de esa
base: todos quisiéramos tener un salario mínimo superior. Pero debemos
conjugar la equidad con la protección de los ingresos de los trabajadores que
reciben menos; la mejora de su poder adquisitivo -como se hace con este
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reajuste- con la posibilidad de que consigan empleo y, también, con lo que
pueden pagar las pequeñas y las medianas empresas.
El Presidente de CONAPYME nos ha dicho que las
pymes no pueden pagar más. Y hay que tener claro este punto: la cifra del
ingreso mínimo en sí no constituye en lo esencial un mayor costo fiscal. Este es
relativamente bajo, porque este salario mínimo no lo paga el Estado, ni las
instituciones públicas, sino las empresas privadas y, particularmente, las
pequeñas y las medianas. Más del 80 por ciento de los que ganan el salario
mínimo trabajan en pymes.
Entonces, ¿qué propone el Gobierno en la indicación
que presentó hoy, más lo que ya se conocía?
En primer término, establecer un mecanismo
plurianual que responde a planteamientos expuestos acá por parlamentarios
tanto de Gobierno como de Oposición.
En seguida, la idea es avanzar -aunque no en la
iniciativa en debate- hacia el establecimiento de un mecanismo permanente de
fijación del ingreso mínimo. Tendremos que ponernos de acuerdo al respecto,
porque es un proyecto que se mandaría al Congreso.
Y, por último -lo anunciamos hoy en la mañana,
haciéndonos eco de la petición de parlamentarios de la coalición de Gobierno:
de Renovación Nacional y de la Unión Demócrata Independiente, y también de
algunos de Oposición-, se apunta a mejorar la asignación familiar y el subsidio
único familiar. Para estos efectos, se pasaría de un reajuste del 6 por ciento a
uno del 8 para ambas variables, lo que implica una cifra real de 5,3. ¿Qué
significa lo anterior? Es un beneficio tangible, concreto, para más de 2 millones
500 mil beneficiarios del subsidio y de la asignación familiar del primer tramo.
Constituye un mecanismo focalizado, dirigido a los que tienen menos, sin
generar efectos negativos en el empleo ni en lo que pueden pagar las pymes.
Es netamente de costo fiscal. Y el Gobierno se encuentra disponible para ello,
tal como se ha expresado.
Finalmente, es preciso distinguir el concepto de
“ingreso” y el de “sueldo”. Nos interesa suplementar los niveles de ingreso de
los que ganan menos, para los cuales existen el subsidio al empleo joven y el
subsidio al empleo de la mujer, que determinan un incremento de 34 mil pesos
si cumplen con los requisitos necesarios: en el primer caso, edad de 18 a 24
años, y en el segundo, de 25 a 59 años, a lo que se agrega la pertenencia al
40 por ciento más vulnerable. Por lo tanto, se tendrían que sumar ambos
beneficios.
Además, si se halla empleado un solo miembro de
una familia del ámbito del ingreso ético familiar y existen tres cargas, por
ejemplo, se superan los 280 mil pesos.
El Gobierno es consciente -y lo ha señalado muchas
veces- de que se registran niveles de desigualdad. Pero no creamos que la
única manera de superarlos -ni siquiera que es la más potente- consiste en el
mejoramiento del ingreso mínimo: es necesario disponer de una batería de
elementos, que incluyen educación, capacitación y transferencias de este tipo,
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algunas por logros y otras por equidad, que suplementen los ingresos de los
que tienen menos.
Gracias.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Saludamos a los estudiantes del Instituto de
Educación Técnico Profesional de Copiapó. Bienvenidos.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
Han recorrido una distancia muy larga hasta acá.
Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.
--(Aplausos en tribunas).
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, estimados colegas, en la Comisión de
Hacienda escuchamos hoy día a los representantes de la CONUPIA, señores
Pedro Davis, Iván Vuskovic y Roberto Rojas; a Marco Kremerman y Gonzalo
Durán, dos jóvenes investigadores de la Fundación SOL, y a Francisco Klapp,
del Instituto Libertad y Desarrollo.
Cuando se revisan los datos entregados por ellos, las
informaciones que proporcionaron, solo cabe convencerse de que el debate es
mucho más profundo que una simple reflexión en torno a un guarismo, a un
monto.
¿Quiénes pagan en la actualidad el ingreso mínimo?
Claramente, no lo hacen solo pequeñas y medianas empresas. Es cancelado
directamente por aquellas que operan en rubros como aseo, guardias de
seguridad, porteros, e indirectamente, por las dedicadas a la subcontratación
en la minería, la construcción, la distribución de combustibles y el retail, así
como también en supermercados, farmacias, librerías, ferreterías y tiendas de
departamentos.
Hoy día nos acompañan varios trabajadores de esas
entidades.
Cuando se revisa a quién le conviene que el monto no
sea aumentado, la verdad es que la discusión no dice relación con las pymes,
sino que es mucho más profunda.
Nos han consultado muchas veces en estos días por
qué no se presionó por un alza mayor.
Quisiera destacar que, cuando se repasa la historia
de los últimos 22 años, se encuentran incrementos evidentemente importantes
en el ingreso mínimo. Y el más cercano, sin lugar a dudas, se registró en el
Gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle. El promedio real en el caso
de los tres años que se contemplaron en ese período fue de un 8 por ciento
real, y no provocó ninguna debacle ni despido masivo en el sector laboral.
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Todo apunta a la crisis asiática como responsable de lo ocurrido en los años
posteriores, pero no a una medida en el ámbito de que se trata.
Al preguntarnos a quién no le conviene el aumento
que nos ocupa, llegamos a la conclusión de que es a la mediana y gran
empresa. ¿Por qué? Por el mecanismo de la participación de utilidades a sus
trabajadores sobre la base del 25 por ciento de las remuneraciones, con un
tope de cuatro ingresos mínimos anuales. Lo mismo sucede por el hecho de
que, muchas veces, el personal se beneficia de convenios colectivos indexados
al concepto de que se trata. Y a ello se agrega el que, con el pretexto de este
último, se consigue mano de obra barata.
¿Quiénes son los que pagan las consecuencias del
ingreso mínimo? Las familias.
Ya lo expresaron quienes nos han antecedido en el
uso de la palabra: el 5 por ciento más rico de la población gana 830 veces más
que el 5 por ciento más pobre. La reflexión, entonces, es cómo acortamos la
brecha, cómo nos hacemos cargo de un análisis mucho más profundo, tal como
lo expusieron mis Honorables colegas Frei y Gómez.
Hoy día, una familia, de acuerdo con los datos del
Ministerio de Desarrollo Social, requiere al menos 301 mil 400 pesos para vivir.
¿Cuánto gana? La mayoría de las veces, el ingreso mínimo, y en el 48 por
ciento de los casos es el de una mujer. ¿Por qué? Porque ellas son las jefas de
hogar.
Entonces, ¿qué lamentamos, señor Presidente? Que
una vez más sostengamos esta discusión anual, en la que todos reconocemos,
sin lugar a dudas, que el monto no es suficiente. Pero, debates más, debates
menos, después nos olvidaremos de ello hasta el próximo año, cuando
nuevamente seremos convocados con motivo de una iniciativa similar.
¿Qué pedimos? Que nos hagamos cargo de la brecha
como país, porque la situación no da hoy día para más. Lo dijo la Iglesia
católica hace ya varios años. Lo recogieron todos los candidatos en la última
elección presidencial, quienes se comprometieron, sin excepción, a llegar a un
ingreso digno. Ha pasado el tiempo y ello no ha sido posible.
No queremos ser cómplices de un monto que no es
bastante. Existe una institucionalidad para la insistencia del Presidente de la
República.
¿Qué nos hubiera gustado? Que buscáramos una
fórmula creativa y distinta para subsidiar a las pymes, que son la excusa para
no subir el ingreso mínimo, por la vía de las cotizaciones previsionales, por
ejemplo, pero que hubiéramos tendido efectivamente a una suma superior, por
cierto, a 200 mil pesos.
Por ello, votaré en contra del aumento, que me
parece claramente insuficiente.
--(Aplausos en tribunas).
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El señor ESCALONA (Presidente).- Prosiguiendo con el debate, tiene la palabra
el Senador señor Rossi.
El señor ROSSI.- Señor Presidente, deseo saludar a quienes nos acompañan en
las tribunas y expresar que no creo que se desempeñen en el ámbito de las
pymes, sino más bien...
--(Manifestaciones en tribunas).
... en el de las grandes empresas que construyen
tremendas torres, que obtienen utilidades millonarias y que terminan pagando
el ingreso mínimo.
Entonces,
quisiera
partir
por
ahí,
porque
permanentemente y cada vez que intentamos fijar un monto más digno por
ese último concepto se advierte que habrá una crisis económica, desocupación
y desaceleración de la inversión.
Por lo demás, son los mismos argumentos que
emplean el Ministerio de Hacienda y el Gobierno cuando nos referimos a la
necesidad de efectuar una reforma tributaria y de que las grandes empresas
paguen más impuestos. Porque no hay otra manera de proceder. En un país
tan desigual, como decía el Senador señor Frei, tenemos que llevar a cabo una
reforma de esa índole y una educacional, así como también una laboral. Y el
ingreso mínimo es una política pública más en esa misma dirección.
Sin embargo, cuando hacemos referencia a un alza
de este último -y Chile está en condiciones de ofrecer uno mejor-, se sostiene
que se registrará desempleo.
Si afirmamos que es preciso fortalecer la negociación
colectiva y modificar el Código del Trabajo para darle más derechos al sector
laboral, se sostiene que se registrará desempleo.
Si planteamos la necesidad de aumentar la carga
tributaria de las grandes empresas, se sostiene que se registrará desempleo.
¡Cada vez que queremos alguna medida para
fomentar la justicia social, la equidad, y avanzar en la derrota de la
desigualdad, se sostiene que se registrará desempleo y no existirá inversión!
¡Es lo mismo que se manifestó cuando queríamos
fijar un royalty a las grandes empresas mineras: “No va a haber inversión
extranjera”! ¡Siempre se amenaza con el discurso del miedo!
Evitemos caer en esa trampa.
En seguida, cabe formular una consideración política
respecto de la iniciativa en debate. El Gobierno ha expresado en reiteradas
ocasiones, durante las últimas semanas, que quiere diálogo, que quiere
construir un consenso. ¿Qué mejor oportunidad que este tipo de discusiones,
tan relevantes, tan sensibles en el caso de numerosas familias modestas que
viven con lo mínimo, para alcanzar un gran acuerdo entre Gobierno y
Oposición en cuanto a la fijación del ingreso mínimo? El Gobierno está
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desperdiciando la posibilidad de lograrlo fruto del tratamiento de un asunto
relevante para los chilenos.
En consecuencia, sabemos y tenemos claro que el
ingreso mínimo no es la solución ni la panacea para todos los problemas de
Chile. ¡Claro que no! Pero es preciso enfrentar la desigualdad en todos los
frentes, y este es uno más.
Por eso, se equivocan los que señalan que es
necesario establecer un monto que diga relación solo con variables económicas
o técnicas. Es cierto que la productividad, el empleo, el crecimiento económico
y la inflación son elementos que han de considerarse a la hora de fijarlo. Pero
la verdad es que también tiene que mediar una consideración política, la cual,
a mi juicio, es la más importante.
¿Queremos avanzar en derrotar la desigualdad?
¿Queremos avanzar en derrotar la pobreza? Entonces, el ingreso mínimo debe
ser estimado una herramienta de política pública para que la sociedad chilena
diga: “Vamos a hacer un esfuerzo mayor”. Porque no son precisamente
microempresas las que recurren a servicios a través de subcontratistas que
cancelan esa cantidad y no ofrecen condiciones laborales dignas. Y ellas
pueden realizarlo. ¿Por qué no comparten las utilidades millonarias con sus
trabajadores y suben un poco lo que les pagan?
Lo anterior es bien importante. Dentro de los
aspectos más relevantes de una remuneración, y entendiendo que una labor
comprende hartas externalidades positivas, como el desarrollo humano -¡qué
duda cabe!-, el no ser pobre es algo básico. ¡Hoy, en Chile, la gente trabaja y
es pobre! ¡Qué contradicción! ¡Se podría comprender, en cambio, que alguien
lo fuera por no trabajar y carecer de remuneración!
Y se registra una brecha. En la actualidad, una familia
de los dos quintiles más pobres, para vivir con una mínima dignidad y darles
de comer a sus hijos las calorías que necesitan, requiere 300 mil pesos. ¡Y
estamos ofreciendo 193 mil!
Finalmente, quiero hacer un llamado al Gobierno para
que respete al Congreso Nacional. En dos oportunidades, la Cámara de
Diputados le ha dicho: “No” a su propuesta. En esa Corporación no tenemos
mayoría ni como Concertación ni como Oposición. Es cierto que el Presidente
de la República cuenta con la atribución de fijar el ingreso mínimo, pero
también lo es que, en un Estado de Derecho, tiene que considerar y escuchar
la voz de las instituciones.
Por eso, votamos en contra de la habilitación del
proyecto...
El señor ESCALONA (Presidente).- Concluyó su tiempo, señor Senador.
El señor ROSSI.- Pido un minuto más.
El señor ESCALONA (Presidente).- Lo tiene, Su Señoría.
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El señor ROSSI.- Gracias, señor Presidente.
Expresaba que votamos en contra, en ese caso,
porque sabíamos que la propuesta sería la misma.
Entonces, llamo al Gobierno a que, por una vez,
atienda al Congreso, al país.
Chile es demasiado desigual. Un millón de personas
viven con el ingreso mínimo. El 82 por ciento de la población gana una
remuneración inferior a 532 mil pesos. Eso está afectando a la democracia.
Existe una irritación social tremenda contra la clase política. Las instituciones
están perdiendo legitimidad justamente porque no tenemos en cuenta la voz
de la gente, porque no nos hacemos cargo de los problemas graves que se
enfrentan.
En nuestro país no hay mucha felicidad. La gente es
infeliz porque tiene miedo de no llegar a fin de mes, de no poder pagar el
crédito hipotecario, de que sus hijos se queden sin acceder a la educación
superior.
¡Hagamos hoy día un pequeño esfuerzo! ¡Aportemos
un granito de arena para que nuestra sociedad sea más justa y humana!
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Puede intervenir el Senador señor Kuschel.
El señor KUSCHEL.- Señor Presidente, escuché con mucha atención los
planteamientos de mis Honorables colegas que me antecedieron en el uso de la
palabra.
Comparto el diagnóstico de la situación que nos
preocupa, mas el ingreso mínimo no es el remedio para la desigualdad. Si lo
fuera,...
--(Manifestaciones en tribunas).
... lo ideal sería aprobar un monto superior, pero se ha
visto que ese no es el camino adecuado. Nuestra realidad es que, en sus
niveles más bajos, lo percibe menos del 4 por ciento de los trabajadores,
afortunadamente.
Represento una Región donde la mayor parte de las
empresas pagan más, pero algunas no pueden hacerlo, como ello tampoco ha
sido posible en oportunidades anteriores.
Hay estudios que confirman que el ingreso mínimo
genera desempleo. En Estados Unidos, específicamente, donde a veces se
hacen...
--(Manifestaciones en tribunas).
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... restructuraciones o se aprueban montos por regiones,
se ha determinado que un incremento de un 10 por ciento eleva tal efecto en
especial entre los jóvenes. En algunos países europeos, la misma medida lleva
a que fluctúe entre uno y 3 por ciento en ese mismo sector de la población.
Pero también se registra la experiencia dramática de
lo sucedido en la Samoa estadounidense...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Ruego a las tribunas mantener silencio para
que el Senador señor Kuschel continúe con su intervención.
El señor KUSCHEL.- Solicito que se me descuente el tiempo de la interrupción,
señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Así se hará.
Puede proseguir, Su Señoría.
El señor KUSCHEL.- En 2007 -no hace tantos años-, el Congreso de Estados
Unidos instauró un ingreso mínimo federal en el territorio mencionado. El
aumento fue un golpe duro para la economía local, ya que la tasa de
desempleo subió al 30 por ciento y la inflación llegó a dos dígitos.
Samoa es una especie de Isla de Pascua en ese país.
--(Manifestaciones en tribunas).
El empleador principal, Chicken of the Sea, cerró
completamente su planta de empaque en el año 2009, dejando a 2 mil 41
cesantes. El segundo...
--(Manifestaciones en tribunas).
... más importante, Starkist, despidió a 400 empleados al
año siguiente, con la proyección de 400 adicionales.
Dado que las exportaciones de atún envasado de la
isla colapsaron, recalaron menos barcos. Como consecuencia de ello, subieron
los precios de las importaciones -no había abastecimiento-, pues las primeras
ya no amortiguaron los costos del flete marítimo de las segundas. En efecto,
cuando se vendía el producto, era posible traer otras mercaderías.
Así, la isla sufrió el doble impacto del desempleo y de
la inflación.
El Congreso había logrado la destrucción de la
economía de Samoa, no mediante un acto de guerra, sino imponiendo un
sueldo mínimo demasiado alto para las condiciones de esa isla.
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Para superar la desigualdad disponemos de otras
herramientas. Ellas son el empleo y el crecimiento, en el corto plazo, y la
educación y la productividad, en el largo plazo...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Debo advertir a los asistentes en las
tribunas que, si reiteradamente interrumpen el ejercicio del uso de la palabra,
me veré en la obligación de proceder a la aplicación del Reglamento.
Puede continuar, Senador señor Kuschel.
El señor KUSCHEL.- Gracias, señor Presidente.
Hay herramientas más apropiadas, más directas, más
focalizadas para combatir la desigualdad y, particularmente, para mejorar las
condiciones del mercado del trabajo. Esas están siendo utilizadas en Chile,
aunque con seguridad en un nivel inferior a lo necesario. Pero, en la medida en
que somos capaces, siempre se van incrementando los recursos a tal efecto,
en especial los destinados a ayudar al empleo de los jóvenes y de las mujeres.
Otro aspecto muy importante, sobre todo en una
economía tan dinámica como la nuestra y con tantas diferencias regionales, es
facilitar la transición o el tránsito de trabajadores desde sectores en declive
hacia zonas en expansión o en progreso.
He dicho.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Alvear.
La señora ALVEAR.- Señor Presidente, parto señalando que son muchos los
trabajadores a quienes les afecta la discusión que estamos efectuando hoy día:
alrededor de 500 mil reciben el salario mínimo y 300 mil ganan sueldos
cercanos al mínimo. Por tanto, estamos hablando de muchas personas, no de
pocas.
Ellas han sufrido una disminución de sus ingresos
este año, debido a alzas muy fuertes en el precio de los alimentos y en las
tarifas del transporte público, gastos que representan más del 70 por ciento
del consumo cotidiano de las familias que viven con el salario mínimo. Este es
un hecho real, señor Presidente. ¡Cómo podemos permitir que el 70 por ciento
de los ingresos se destine a esos efectos!
Claramente, el sueldo mínimo está generando una
angustia a muchos trabajadores y trabajadoras. Nuestro deber es escuchar ese
clamor y actuar sobre la base de criterios realistas.
El propio Gobierno ha señalado en varias ocasiones
que estamos en una situación de muy alto crecimiento y de gran empleo -casi
de pleno empleo-, de lo cual, por cierto, nos alegramos todos. Pero el
problema cuando discutimos el salario mínimo es de carácter ético: ¿Cuánto
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distribuir del crecimiento del país entre los chilenos y las chilenas? ¿Cómo lo
hacemos?
Más que traer a colación cifras técnicas, debemos
realizar una discusión ética y política. Ética, precisamente para avanzar en la
tan necesaria igualdad de oportunidades, y política, porque debemos oír el
clamor de la ciudadanía en las calles. Cada vez que conversamos con las
personas, nos lo dicen. Nos lo hacen saber a través de muchas vías y nos
piden apoyo y capacidad para responder.
Hoy quiero manifestar con absoluta claridad a la
opinión pública: el guarismo del salario mínimo lo determina el Ejecutivo.
¿Por qué digo esto, señor Presidente? Porque muchas
veces -y me ocurrió este fin de semana-, cuando vamos a la feria o nos
reunimos con la comunidad, etcétera, la gente nos señala: “Ustedes van a
discutir el salario mínimo; por favor, voten por una cifra mayor”. Yo respondo
lo mismo que expreso ahora: el monto que debemos votar es el que indica el
Gobierno. Los parlamentarios no tenemos capacidad para subir esa cifra.
Y hemos mostrado bastante paciencia al pedir al
Ejecutivo que aumente el guarismo. Sin embargo, no hemos sido escuchados;
nos ha ido mal. Y no solo a los parlamentarios de Oposición nos ha ido mal,
sino también al Presidente de Renovación Nacional, quien tuvo el coraje de
plantear la necesidad de los 200 mil pesos como ingreso mínimo. ¡Y se trata
del partido del propio Primer Mandatario!
No solo no se dialoga con la Oposición; tampoco, al
parecer, con todos o algunos de los personeros, parlamentarios o dirigentes
políticos del Gobierno. Menos se dialogó con los trabajadores a los efectos de
determinar el salario mínimo.
Señor Presidente, me cansa escuchar, de parte de
muchos economistas y, también, de personas del Ejecutivo, que se diga que un
aumento mayor del ingreso mínimo significaría el desempleo. Recordemos que
en el año 90, cuando se recuperó la democracia y era Presidente don Patricio
Aylwin, el salario mínimo estaba en 18 mil pesos. Se subió en 44 por ciento, lo
que significa un 19 por ciento real. ¡Un 19 por ciento real! Y durante el
Gobierno del Presidente Frei Ruiz-Tagle hubo un acuerdo trianual en esta
materia para el período 1998-2000. Entre paréntesis, en esa época estábamos
en plena crisis asiática. Pese a ello, se logró un ingreso mínimo superior al que
con antelación se había fijado.
Pues bien, señor Presidente, esto se conseguía con
diálogo, lo que ahora no existe. Este Gobierno, lamentablemente -y me duele
decirlo-, no conversa con los trabajadores. Los propios empresarios se quejan
de lo mismo. Nosotros, como Oposición, reclamamos que este no dialoga con
nosotros. Y muchos parlamentarios y dirigentes políticos oficialistas -lo
escuchamos y leemos a diario- dicen exactamente lo mismo.
Señor Presidente, el camino que debiéramos haber
seguido es el que hemos propuesto en distintas ocasiones: establecer el
ingreso mínimo de este año en 200 mil pesos y procurar un acuerdo plurianual
para llegar al salario ético de 250 mil pesos, como lo planteó monseñor Goic.
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Para ello, no solo se deben considerar criterios como el IPC o el porcentaje de
crecimiento del país; es preciso incorporar un factor de equidad social.
También se ha sugerido diseñar una política pública
para hacerse cargo de la situación de las pymes a las que les resultara
complejo pagar el salario mínimo. Así como existe una política pública para
establecer un subsidio a la contratación de mujeres o de jóvenes, por qué no
pensar entonces en una que apunte en esa dirección, considerando que ese es
el punto en el que estamos topando para incrementar el ingreso mínimo.
Señor Presidente, termino reiterando que solo al
Gobierno, al Presidente de la República le corresponde fijar el monto del salario
mínimo. Los parlamentarios no tenemos otra herramienta que decir “sí” o “no”.
Y yo digo “no” al que se propuso.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Corresponde el uso de la palabra al Senador
señor Espina.
El señor ESPINA.- Señor Presidente, el Gobierno del Presidente Piñera plantea
aumentar el salario mínimo en un 6 por ciento nominal, lo que equivale a un 3
por ciento real. El Gobierno de la Presidenta Bachelet, en promedio durante su
mandato, reajustó el ingreso mínimo en 2 por ciento real. Es decir, el
Presidente Piñera propone un incremento 60 por ciento mayor que el que hizo
la Presidenta Bachelet en cuatro años.
¡Yo no vi a ninguno de los parlamentarios de la
Concertación votar en contra de ese aumento de 2 por ciento! ¡Y nosotros,
entonces como Oposición, nunca en veinte años rechazamos las proposiciones
que formularon los Gobiernos de la Concertación!
Este doble estándar es lo que desprestigia la política:
la Administración actual, que busca elevar el salario mínimo en 3 por ciento
real -más de 60 por ciento respecto de lo que fijó la Presidenta Bachelet-, es
criticada por los mismos que defendieron un reajuste de solo 2 por ciento.
¿Critico a la Presidenta Bachelet por haber planteado
un incremento del sueldo mínimo de 2 por ciento? ¡No, señor Presidente!
Porque no tengo dudas de que la ex Jefa de Estado, al igual que el Presidente
Piñera, hizo un esfuerzo serio y responsable por reajustar lo más posible el
salario mínimo.
Los Presidentes de la República, cuando aumentan el
ingreso mínimo -es bueno que lo sepa el país-, no gastan un peso del Estado,
pues este no tiene trabajadores con dicho sueldo. Quienes lo pagan son más
del 60 por ciento de las empresas que tienen hasta nueve trabajadores.
Por lo tanto, un mandatario populista podría anunciar
que va a elevar el salario mínimo a 250 mil pesos, total no lo paga él. Subiría
en las encuestas y se volvería muy popular. ¡Pero por esa vía terminaríamos
como en Europa, señor Presidente!
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Por eso cada vez que sostenemos este debate soy
más partidario del presidencialismo. Si la demagogia que de repente veo en
algunos discursos se transformara en realidad con facultades legislativas, este
país, que se ha construido gracias al aporte de los Gobiernos anteriores y del
actual -hoy día somos mirados en el mundo como el milagro chileno-, estaría
derrumbado. Y yo no voy a ser cómplice de esa irresponsabilidad.
Por esa razón, siempre voté a favor de las propuestas
que hizo el Ejecutivo en esta materia.
Y les quiero decir más.
El Presidente de la entidad gremial de las pymes es
de Izquierda.
El señor LAGOS.- ¡No...!
El señor ESPINA.- No tiene nada de malo. No se asuste, señor Senador. Yo no
le tengo miedo a la gente de Izquierda. Usted es amigo mío y es de ese sector.
Dicho representante ha señalado: “Las pymes no
pueden pagar más”. Porque son ellas las que pagan el ingreso mínimo.
Entonces, señor Presidente, en esta materia nada
más fácil que irse por el camino de jugar con las ilusiones de los trabajadores
que esperan un aumento mayor del salario mínimo. Por cierto, este es
insuficiente. Me encantaría vivir en un país que pagara mucho más. Por ahora,
no se puede. Sin embargo, ahí están las políticas de subsidios que el Gobierno
está implementando para la mujer, a través del ingreso ético familiar, y para
los jóvenes, beneficios que provienen de la Administración anterior.
Por lo tanto, pido que en este ámbito actuemos con la
responsabilidad y el liderazgo que Chile exige hoy día a los parlamentarios.
Este asunto no debiera ser objeto de debate en el
Congreso cada año. Así lo está proponiendo el Gobierno: que haya una
Comisión que lo resuelva definitivamente en forma técnica y profesional.
Para concluir, solo quiero leer una declaración que se
hizo en el debate del salario mínimo en 2009, durante el Gobierno de la
Presidenta Bachelet: “En lo personal, comparto el discurso expresado acá de
que la política no se puede hacer en función de la popularidad, porque ello
pervierte y deforma, desvía la mirada de los hechos de fondo y de las acciones
concretas simplemente por la foto, por el titular en los medios de comunicación
o por la cuña televisiva.
“Ese es un gran mal que aqueja a la política en estos
días. Tales circunstancias rodean incluso la presente discusión. Por eso la
tentación por el destello de un flash o por el pantallazo es tan fuerte”.
No quiero atacar a nadie en particular. Esas palabras
las formuló el ahora Presidente del Senado, don Camilo Escalona, para
defender, con razón, lo hecho por la Administración de la Presidenta Bachelet.
Y lo felicito por haber expresado tal afirmación en ese momento.
Solo me gustaría que ahora actuaran con la
consecuencia con que en esa oportunidad defendieron a su Gobierno y que no
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nos pidan a nosotros que juguemos con demagogia, ilusionando a gente
humilde que recibe un salario bajo, porque se sabe que, si el ingreso mínimo
se aumenta más de lo que la economía chilena puede resistir, se generará
cesantía.
Por esa razón, Renovación Nacional apoya el proyecto
de salario mínimo del Gobierno.
El señor ESCALONA (Presidente).- A continuación se halla inscrito el Senador
señor Tuma.
Según nos ha hecho ver Su Señoría, la Mesa cometió
un error al no darle la palabra antes. Yo pensé que se había inscrito no para
intervenir, sino para plantear una cuestión reglamentaria.
Le ofrezco mis excusas.
Puede hacer uso de la palabra.
El señor ESCALONA (Presidente).- Continúe, señor Senador.
El señor TUMA.- Señor Presidente, ahora me referiré a la materia en análisis.
A veces esta se considera una discusión más, pero
para miles de familias en Chile representa poder alimentarse, poder comer,
poder sentir felicidad, poder acariciar a sus seres queridos con la tranquilidad
de no ser embargados.
En el último tiempo hemos conocido la situación
angustiante de los trabajadores: como complemento a un sueldo insuficiente,
han recurrido a los créditos. Y ahí tenemos el escándalo de La Polar, empresa
que, además de cobrar tasas de interés usurarias, abusó de las personas. Pero
esto no sucede solo en La Polar. En general, tenemos un sistema, un modelo,
que va agobiando y ahogando a los trabajadores, precisamente porque no
cuentan con remuneraciones que les permitan vivir de forma digna.
Quiero decirle a quien me antecedió en el uso de la
palabra que la mayoría de los trabajadores que hoy día están en las tribunas
no pertenece a las pymes.
Quiero saludar a los sindicatos de quienes prestan
servicios en los más grandes supermercados.
--(Aplausos en tribunas).
Estas no son pymes. Constituyen las empresas más
grandes del país: tienen la mayor concentración del poder económico y de la
oferta. Por tanto, la excusa de que no se puede aumentar el sueldo de los
trabajadores de las grandes empresas debido a los efectos que sufrirán las
pymes es un camino equivocado. La senda correcta, en mi opinión, señor
Presidente, se orienta a que el Gobierno se ponga las pilas para crear los
instrumentos que permitan ayudar a las pymes cuando estas presenten
dificultades, a fin de que también paguen remuneraciones dignas. ¡No puede
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ser que la rentabilidad de una pyme esté condicionada por los sueldos
miserables que deben pagar a los trabajadores!
Esta es una realidad.
No quiero politizar el debate determinando si fue la
Presidenta Bachelet, los Presidentes Lagos, Frei, Aylwin o el actual Primer
Mandatario quien hizo o hará el mejor ejercicio para ver cómo avanzar en el
tema de la igualdad. Estamos muy orgullosos de ser considerados un país
desarrollado y de pertenecer a la OCDE, pero miles de trabajadores reciben
remuneraciones propias de naciones subdesarrolladas.
Invito al señor Ministro -con la misma disposición con
que se llegó a acuerdo en lo relativo a la tasa máxima convencional, situación
que afecta a muchas personas en materia de créditos- a buscar una fórmula
que permita a los trabajadores -miles de ellos pertenecen a las más grandes
empresas de Chile- recibir un ingreso mínimo digno.
También le solicito que ayude a las pequeñas y
medianas empresas para que puedan costear el pago de esos salarios a sus
trabajadores.
Alguien me dijo: “Esto va a afectar la discusión que
vamos a tener en octubre sobre el reajuste del sector público. Por esa razón,
porque este incremento tiene un costo público y sirve como referencia para
dicho reajuste, el Gobierno no cede ni un peso más en esta materia”.
Por lo demás, este reajuste importa 366 pesos diarios
-¡366 pesos diarios!-, sin tomar en cuenta ni siquiera el índice de precios al
consumidor de los alimentos, a los cuales la mayoría de las familias destinan
gran parte de su remuneración.
Por tanto, en mi opinión, aquí falta voluntad política.
El Gobierno carece de la decisión de trabajar en una línea orientada más que a
si resulta políticamente correcto o no, a cómo aumentar los sueldos y también
el porcentaje de remuneraciones del sector público en su oportunidad.
Para eso, contamos con un instrumento, que se
encuentra en pleno debate, respecto del cual el Ejecutivo tampoco ha tenido
disposición a discutir. Me refiero a la famosa reforma tributaria, que no es tal,
sino solo un “ajustito”.
De manera que están todos los elementos en juego.
La Oposición se halla disponible para poner los votos
necesarios a fin de aprobar la reforma tributaria con tal de que se ayude a
alcanzar la igualdad; de que haya una sociedad más justa; de que se permita a
los hijos de los trabajadores contar con mejores condiciones de acceso a la
educación; de que llevemos a cabo una reforma a la salud, una previsional y
otra en materia de remuneraciones para las familias más vulnerables del país,
que son las de los trabajadores que están en las tribunas y de miles de
personas que están esperando este reajuste.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.
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El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, parte de este debate ya
lo realizamos al tratar este mismo proyecto con ocasión del trámite habilitante
para que fuera discutido en la Cámara de Diputados.
Nuevamente nos encontramos no solo con el
problema de que no hemos logrado que el Gobierno haga un mayor aporte
para encontrar una solución de consenso, un acuerdo, entre todos los sectores,
sino con una verdadera paradoja: dos tercios de los parlamentarios estaba de
acuerdo en que el piso del salario mínimo debía ser 200 mil pesos. Solo un
partido era contrario a eso.
Hoy, por razones respetables seguramente, la
colectividad política que apoyaba la tesis de los 200 mil pesos, nos dice que
somos populistas por tratar de lograr ese piso y vota con el Ejecutivo a favor
de 193 mil pesos.
¡Esa paradoja no la entiende nadie!
Parece que tenemos también un Gobierno que fue
populista durante la campaña y que ahora sufre de amnesia en cuanto a
aplicar las políticas públicas que prometió. No nos olvidemos de que, durante
la campaña presidencial, el actual Primer Mandatario -en realidad, todos los
candidatos- acogió en ese tiempo el llamado “ingreso ético” planteado por el
obispo Goic; y señaló expresamente en los debates y en documentos que ese
salario debía ser de alrededor de 250 mil pesos de la época, no de hoy.
Ahora se dice que la Presidenta Bachelet dio menos
reajuste. En efecto, en términos reales, ella entregó un incremento del orden
de 2 por ciento en relación con el 2,8 por ciento que está ofreciendo el actual
Gobierno en los tres años que va a aplicar el salario mínimo. Pero hubo una
diferencia: basta con sumar el bono de 40 mil pesos por carga que se entregó
en marzo de 2009, que en una familia tipo era de 160 mil pesos.
--(Aplausos en tribunas).
Si dividimos esa suma en un año, el resultado son 12
mil pesos mensuales que, si los agregamos a los reajustes al salario mínimo
que se aprobaron, nos da casi el doble que lo ofrecido por el Presidente Piñera
hoy.
¡Por lo tanto,
no realicemos comparaciones!
¡Hagamos las cosas reales!
¿Por qué estamos en esta discusión? Porque hubo un
compromiso de país -este problema es de política de Estado- en virtud del cual
nos comprometimos durante la campaña presidencial a hacer un esfuerzo para
fijar un salario ético que fuera equitativo. Y se propuso la cifra de 250 mil
pesos.
Eso no representa una novedad. Por eso estamos
solicitando avanzar en tal sentido. Sin embargo, el Gobierno se queda atrás y
da diversos argumentos para no llegar a esa cantidad, entre otras, porque va a
provocar más desempleo.
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DISCUSIÓN SALA
Eso es relativo, pues sabemos que -la economía no
es una ciencia exacta- un mayor salario mínimo no crea por sí mismo
desempleo. Ponemos como ejemplo que el Presidente Aylwin realizó un
incremento de casi 20 por ciento en términos reales; o sea, 10 veces más que
lo ofrecido por el Ejecutivo en este proyecto. Sin embargo, la cesantía se ubicó
en el 6,7 por ciento; es decir, casi un punto menos que en este período.
Si revisamos la evolución del reajuste del ingreso
mínimo y la de la desocupación, esa tesis no coincide. Si bien, por supuesto,
es sostenida por algunos economistas, otros afirman lo contrario.
Hay otro asunto que es preciso tener en cuenta. ¿Por
qué debemos avanzar al salario ético? Por razones sociales, debemos llevar a
cabo un esfuerzo.
Este Gobierno reconoció que daba el bono de 40 mil
pesos que acaba de pagar, porque el IPC de los pobres (alimento y transporte)
había subido 10 por ciento.
¿Y qué estaba planteando el Senador señor Carlos
Larraín? También se lo escuché al Honorable señor Espina, quien ahora se halla
en una posición diferente: dar 200 mil pesos.
¿Qué significa eso? Incrementar el ingreso mínimo en
10 por ciento; es decir, reconocer el IPC de los pobres.
¡Esa es la razón por la cual se está hablando de 200
mil pesos!
Debo agregar que el país tiene la obligación de
elaborar una especie de calendario para llegar en 3 o 4 años a un salario ético.
Chile, en la actualidad, es el segundo país de América
Latina con mayor ingreso per cápita, después de Argentina. En ese país el
salario mínimo es de 700 dólares, mientras en el nuestro no alcanzamos a
llegar a 400 dólares. Somos la segunda nación de América Latina en ingreso
per cápita y la séptima en cuanto al salario mínimo.
Entonces, todo llama a decir que no es posible
aceptar la cifra propuesta.
La Senadora señora Alvear sostuvo que el Gobierno
es el único que puede rectificar esa cantidad. Yo espero que lo haga y que
ojalá reflexione antes del envío del veto, pues todavía tiene la oportunidad de
solucionar la situación.
Mientras eso no ocurra, por supuesto que esta tarde
vamos a votar en contra de este reajuste, porque no lo consideramos justo.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.
El señor LAGOS.- Señor Presidente, tras escuchar a algunos colegas como el
Senador señor Espina y al Ministro de Hacienda, pareciera que no hemos
captado lo que está pasando, por lo siguiente.
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DISCUSIÓN SALA
Después de 20 años de Administraciones de la
Concertación, hay un nuevo Gobierno cuyo eslogan de campaña fue “una
nueva forma de gobernar”. Me parece que los chilenos entendieron que se
trataba de un nuevo cuño que tenía sintonía con lo que la ciudadanía estaba
pidiendo, lo cual, al parecer, la Concertación no fue capaz de ofrecer, por
diversas consideraciones: desgaste; prácticas erróneas; falta de una política
con mayor propensión a la equidad; abusos, como quieran.
¿Qué argumentos oye uno durante esta discusión del
incremento del salario mínimo? “Ustedes lo hicieron así durante 20 años y
ahora deben tener más pudor y no reclamar”. Frente a eso, respondo con la
pregunta: ¿No será hora de sacar alguna lección de lo ocurrido en 20 años y de
cómo cambió el país durante ese tiempo?
El Senador señor Zaldívar dio una cifra, que puedo
complementar: entre 1980 y 2012 el aumento del salario mínimo -¡rochen:
más de 30 años!- fue de 29 por ciento en términos reales, mientras el ingreso
per cápita en Chile creció más de 200 por ciento. O sea, el ingreso per cápita lo que la economía chilena produce, dividido entre todos los chilenos- iba hacia
arriba, mientras que el salario mínimo no se incrementó de la misma manera.
Si subió 30 por ciento, ¡bien! Pero el ingreso per cápita aumentó en 200 por
ciento.
Entonces, el argumento es que hay acá un término
de ciclo. Y eso talvez lo leyeron políticamente bien aquellos que ganaron la
última elección presidencial.
Señor Presidente, estoy tratando de ser justo con
algo que dijeron los chilenos. ¿Y qué veo aquí? A un Ministro de Hacienda y a
parte del oficialismo repetir los argumentos que en algún minuto eran válidos
cuando el ingreso per cápita era de 5 mil dólares, pero no cuando este es de
casi 17 mil.
Hasta el 2004-2005 el ingreso per cápita en Chile no
alcanzaba ni a 8 mil dólares. Hoy día es mucho más.
Por lo tanto, se trata de un país distinto, que puede
hacer un esfuerzo económico diferente.
Acá hay un fin de ciclo que no se entiende.
Es cierto que la economía no es concluyente. La
mayoría de los estudios señalan lo obvio: si fijo un salario mínimo en un millón
de pesos, voy a tener desempleados. Pero la economía también establece
tramos y puntos de equilibrio, dependiendo ello de si el mercado laboral es
perfecto o imperfecto.
Al respecto, diversos estudios recogidos por la
Universidad del Desarrollo indican en forma sencilla que “la evidencia empírica
en Chile es sorprendentemente escasa respecto al impacto del salario mínimo
en el nivel de empleo, y no existe consenso sobre la magnitud del efecto”.
Algunos estudios expresan que habría una clara
incidencia, y otros que no.
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Por último, la Comisión Asesora Laboral y de Salario
Mínimo que creó este Gobierno no es concluyente en la materia, manifestando
dos opiniones, una de mayoría y otra de minoría.
Pero dejo de lado por un momento lo tocante a los
economistas.
Por intermedio del señor Presidente, quiero decir al
Senador señor Espina que hoy en la Comisión de Hacienda nos reunimos con el
Presidente de la CONUPIA, don Pedro Davis, junto con Iván Vuskovic. ¿Y qué
manifestó el primero de ellos respecto de la incidencia del salario mínimo en el
resultado de las pymes? Que la primera barrera que tienen las pequeñas y
medianas empresas es el acceso al mercado, no el salario mínimo; que la
segunda barrera que es el acceso al crédito y su costo, no el salario mínimo, y
que el tercer grupo de barreras lo conforman el acceso a la información, el
conocimiento, el fomento productivo y las competencias en gestión.
Eso señaló Pedro Davis, quien representa a la
CONUPIA. Y no tengo idea de si él es de Izquierda, pero estoy claro de que sí
lo es el señor Araya, quien es Presidente de los camioneros.
¿Qué otras cosa manifestó el señor Davis? Que el
precio del trabajo es solo un componente más y que no deben escudarse en las
pymes para mantener sueldos mínimos bajos.
Entonces, repetir un argumento, como se ha hecho
en los últimos 10 años, quizás explica por qué yo hablo ahora desde la
Oposición y no desde el Gobierno. No me parece pertinente, pues, insistir en
ese planteamiento.
Tenemos todos el legítimo derecho de preguntarnos
si un país infinitamente más rico puede hacer algo distinto y no repetir lo que
hicimos antes.
En lo relativo al veto, me parece esencial expresar lo
siguiente. No lo voy a boicotear, pero deben asumir su responsabilidad el
Presidente de la República, el Ministro de Hacienda y las fuerzas del oficialismo
que lo quieran apoyar.
Porque si hay algo que nos pasó la cuenta en la
política nacional, fue no marcar las diferencias. ¡No marcar las diferencias!
Y de esta discusión sobre reajuste de salario mínimo
me queda claro que como Oposición no hemos perdido un segundo.
Por último, todo lo ocurrido acá es la consecuencia de
la profunda impericia de la actual Administración, que no fue capaz de arribar a
una propuesta conjunta.
Ningún Gobierno de la Concertación llegó con uno de
los principales partidos oponiéndose al reajuste del salario mínimo, por magro
que fuera.
Aquí tuvimos que habilitar al Gobierno y permitirle
que siguiéramos discutiendo el reajuste del salario mínimo, para volver a
escuchar lo mismo, con igual guarismo.
Espero que saquemos una conclusión. Yo ya la tengo,
y estoy atinando: los chilenos están pidiendo algo distinto. Y lo que haré,
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porque necesito marcar la diferencia, es votar en contra. Así estaremos en
sintonía con lo que se nos demanda.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Bianchi.
El señor BIANCHI.- Señor Presidente, no deja de llamar la atención que el
Gobierno, a sabiendas de que no tiene los votos, simplemente no manifieste
interés en llegar a un acuerdo.
Lo que se espera mañana es el veto; seguir
alargando esta discusión, afectando por supuesto y desgraciadamente a las
familias de los trabajadores que hoy nos visitan y a las que nos observan por
el canal del Senado y que esperan que, de una buena vez, nos coloquemos en
sintonía con las verdaderas demandas ciudadanas.
No me voy a detener en lo que pueda señalar un lado
de la Izquierda o una parte de la Derecha, con el respeto que ambas
posiciones me merecen. Me voy a centrar en lo que una familia necesita para
comer cada mes, en lo que requiere para llevar a un hijo al colegio, en lo que
precisa para comprar alimentos, remedios y pagar los gastos de luz, gas y
agua. A esos efectos no le sirven ni la Izquierda ni la Derecha, sino tener una
remuneración decente para llegar a fin de mes.
De eso estamos hablando, señor Presidente.
Por ello, en reiteradas oportunidades, he dicho que
no puede haber un sueldo mínimo igual para todo el país, sin reconocer la
diferencia que existe en Regiones extremas como la que yo represento. No
puede establecerse un sueldo mínimo igual tanto para las grandes empresas
como para las pequeñas.
¿Por qué las grandes empresas pagan el mismo
sueldo mínimo que las pequeñas?
Creo que debiera establecerse una diferencia.
Quienes hoy día nos visitan representan a los
supermercados, al retail. ¿Por qué estas grandes empresas pagan el mínimo
pudiendo otorgar mucho más?
Esa situación es del todo injusta. Y no solo no la
comparto, sino que exijo hacer una distinción, para que el Estado pueda acudir
en apoyo de la pequeña y mediana empresas, que tienen niveles de venta
distintos, y alcanzar un salario mínimo mucho más justo, como el que hoy
estamos intentando establecer.
Quiero
decir
al
Gobierno
que
la
tozudez,
desafortunadamente, nos va a llevar a una situación límite; que mantenerla
hasta el último instante no contribuye, como sociedad, a absolutamente nada.
Le expresamos al Ministro, cuando votamos hace un
par de días para habilitar a la Cámara de Diputados y continuar debatiendo
esta materia, que nos trajera una propuesta nueva, porque, de no ser así, no
contaría con mi voto.
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Tengo que dar a conocer al señor Ministro que hoy él
no cuenta con mi voto. No estoy dispuesto a aceptar esta situación de tanta
arrogancia, de tanta porfía, de tanta tozudez, que nos impide avanzar en lo
mínimo que pedimos: un sueldo que a lo menos permita proyectarse a una
familia.
En verdad, son muchos los requerimientos que
planteamos en ocasiones anteriores.
Manifiesto lo mismo que dije hace un par de
semanas: que cuando se discuta el reajuste del monto del salario mínimo
debiera debatirse también el aumento de las pensiones. ¡Sueldos mínimos hoy,
son pensiones mínimas el día de mañana! Y la gente que está aquí hoy día y
quienes nos ven en el país tendrán, por desgracia, pensiones de hambre.
Por eso es tan importante un salario mínimo decente
y tan relevante que cuando hablemos de ese ingreso mínimo también veamos
cómo reajustar las pensiones.
Cuando el IPC es negativo, nuestros jubilados no
registran aumentos en sus pensiones, las que quedan absolutamente
estancadas. Y el costo de vida, obviamente, se dispara.
Señor Presidente, quiero insistir en que el Gobierno
tiene que entender y allanarse a buscar mecanismos para apoyar a las
pequeñas empresas, a los pequeños emprendedores, con un sueldo mínimo
distinto.
¡No podemos permitir a las grandes empresas que
sigan con este permanente abuso de sostener determinado sueldo mínimo,
pudiendo pagar mucho más!
Voto en contra.
--(Aplausos en las tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.
El señor GIRARDI.- Señor Presidente, uno se pregunta qué ha cambiado como
para decir que hoy día las opiniones son distintas a las que había ayer. Y ello
tiene que ver con que los países no se pueden poner en el
congelador. Son sociedades dinámicas. Y, a mi juicio, una parte de la Derecha
tiene el mismo problema de hace algunas décadas, cuando no logró entender
las demandas profundas de la sociedad chilena: por democracia, por una vida
digna, por respeto a los derechos humanos. No fue capaz de entenderlo y fue
derrotada.
En mi concepto, producto de los cambios que
generamos en el pasado -hoy los chilenos pueden vivir en democracia, pueden
caminar libremente por las calles-, se han generado, en la última época,
derechos de segunda o tercera generación, vinculados con el reconocimiento
de quienes tienen una opción sexual distinta, con los pueblos originarios, con el
medio ambiente. Pero hay uno que ha emergido con particular fuerza y que
está ocupando las calles, relacionado con una vida más digna, con un Chile
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más justo, con un Chile más equitativo. Tal vez -es cierto- eso no existía hasta
hace un tiempo. Era un sentimiento larvado. Sin embargo, ahora se está
expresando con toda su fuerza: es la sociedad chilena que les exige a quienes
la representan avanzar en la construcción de un país más justo.
Yo diría que en la actualidad existe una enorme
brecha entre las demandas profundas de cambio y de mayor dignidad de parte
de la sociedad chilena y lo que la política, los partidos y particularmente los
parlamentos, que tienen la posibilidad de decidir e incidir en tales materias,
están dispuestos a contestar y entregar.
Ese es el punto.
Las demandas de hoy no existían ayer. Por ejemplo,
no se percibía de manera tan clara la demanda por educación pública; tampoco
se expresaban, con tanta fuerza, las demandas por el derecho a la vida y al
medio ambiente.
Pues bien, a este Gobierno le toca vivir ese proceso,
así como a los anteriores les correspondió enfrentar otros momentos.
Y entonces, cuando se intercambian opiniones sobre
el salario mínimo, ¿de qué estamos hablando? Los trabajadores que se hallan
en las tribunas, pertenecientes a compañías del retail -que, como ya se ha
dicho acá, no son empresas pobres-, casi todos ganan el sueldo mínimo. Por
tanto, resulta evidente que estamos en una situación de cuestionamiento.
¿Cuánto vale la dignidad en Chile? ¿Cuánto
representa, para una familia de cuatro personas, salir de la línea de la pobreza
y lograr un nivel de vida digno y decente que le permita enfrentar, por
ejemplo, los temas asociados a la delincuencia, más aún cuando -debo
agregar- el país ha ido privatizando progresivamente su salud, su educación,
bienes que en otros lugares ya están financiados?
Además -digámoslo claramente-, naciones de igual
ingreso per cápita que Chile -se ha citado el caso de Argentina- exhiben el
doble de salario mínimo, cuyo monto no alcanza a representar el 50 por ciento
de la línea de pobreza familiar. O sea, es absolutamente insuficiente. ¿Para
qué? Para tener una vida digna, decente. ¡Como si esto no importara!
¿Qué estamos discutiendo, en el fondo? Estamos
discutiendo que hay una parte del país que se niega a dar una respuesta a la
demanda, yo diría, más sentida de la sociedad chilena: la construcción de un
país más igualitario.
Se hace una verdadera campaña del terror. Pero no
solo contra aquello, sino también contra todos los instrumentos que buscan
construir una sociedad más equilibrada.
Se hace una campaña del terror cuando se habla de
aumentar los impuestos. ¡No se quiere! Y es uno de los instrumentos.
Se hace una campaña del terror cuando se habla de
una negociación colectiva que les permita a los trabajadores negociar mejores
salarios. ¡No se puede hacer!
Y ello, a pesar de que todos los países que han ido
avanzando en estas materias han logrado mayor dignidad, una mejor calidad
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de vida y, al
sustentables.
mismo
tiempo,
crecimientos
económicos
sustantivos
y
Sin embargo, hoy día, con el salario mínimo, se
vuelve a repetir la misma situación. Se afirma: “Esto va a generar desempleo,
más pobreza”.
¡No! Yo les quiero decir que mantener estas
situaciones de atentados contra los derechos humanos -porque cuando se
afecta la dignidad y la calidad de vida se atenta contra los derechos humanosva a traer consigo, sin ninguna duda, un grave problema de cohesión social y
de gobernabilidad. Porque la sociedad chilena no está dispuesta a seguir
aceptando una condición de dramática y vergonzante desigualdad.
Y el veto, ¿qué quiere decir? Que el Presidente y el
Gobierno están dispuestos a perder, a que el Congreso rechace su propuesta,
porque finalmente se desprecia...
El señor ESCALONA (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
Tiene un minuto más, para redondear.
El señor GIRARDI.- Gracias, señor Presidente.
Decía que, finalmente, se desprecia el rol del
Parlamento. Porque la Cámara de Diputados ha rechazado en dos
oportunidades este ingreso mínimo, por pequeño, por ser miserable desde el
punto de vista de las necesidades de la gente. Y lo mismo va a hacer hoy el
Senado.
Entonces, como aquí es tal el respeto por las
instituciones democráticas representativas del país, cuando el Congreso
resuelve y rechaza el monto propuesto -expresando muy bien, creo yo, el
profundo espíritu por demanda de igualdad existente en la sociedad chilena-,
se recurre al veto. ¿Y qué significa el veto? En definitiva, desconocer todo lo
que en Chile existe como representación democrática -quisiéramos que fuera
mucho más, pero “es lo que hay”-, así como imponer, de manera
absolutamente irreflexiva e insensible, una visión que no corresponde a la que
necesita el país.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García.
El señor GARCÍA.- Señor Presidente, voy a votar favorablemente el proyecto
de ley que reajusta el ingreso mínimo mensual, el subsidio único familiar y las
asignaciones familiares que nos ha propuesto el Gobierno del Presidente
Piñera. Y lo haré porque ofrece un incremento que se hace con seriedad, con
responsabilidad, con verdadero sentido de país.
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A la larga, son estas políticas las que les permiten a
las familias chilenas un mejor futuro, vivir con mayor prosperidad, optimizar
sus condiciones de vida.
El reajuste que nos plantea el Gobierno del
Presidente Piñera es de 6 por ciento, equivalente a 3 por ciento en términos
reales. Y ello se hace cuando el desempleo alcanza 6,5 por ciento (sin duda,
una baja desocupación), cuando la participación laboral llega casi a 60 por
ciento (la más alta de nuestra historia), y cuando la participación femenina a la
fuerza de trabajo también es la más alta de la historia.
Ese es el verdadero camino, el que nos tiene que
conducir a que las remuneraciones reales vayan subiendo, a que los empleos
sean más estables y cada día mejor pagados.
Señor Presidente, si fuera tan fácil subir el salario
mínimo a cualquier monto, ¿por qué no se hizo en Administraciones
anteriores?
¿Por qué todos los años se produce este
desencuentro entre el Gobierno de turno y el Parlamento? Porque, como lo han
expresado algunos colegas que me antecedieron en el uso de la palabra,
finalmente los Gobiernos terminan siendo mucho más responsables en el
cuidado de la capacidad de nuestra economía para crear empleos.
Señor Presidente, el 2007 “Los parlamentarios de la
Concertación -estoy leyendo el diario “El Mercurio” del 21 de junio de ese añole dieron la espalda al Gobierno y lo amenazaron con rechazar el proyecto de
ley de reajuste al sueldo mínimo si no se incluye una mejora en la propuesta.
“Esta situación llevó a que se postergara hasta hoy su
votación (...).
“Luego que el martes los diputados oficialistas
rechazaran la propuesta del Ejecutivo de $ 143.000, el Gobierno introdujo una
indicación sustitutiva, la que elevó este monto a $ 143.500 (...).
“Pese al cambio propuesto y al lobby de los ministros
de Hacienda, Secretario General de la Presidencia, de Gobierno y del Trabajo,
los parlamentarios de la Concertación se mantuvieron mayoritariamente en
contra. Esto se vio reforzado por el acuerdo de los cuatro presidentes de los
partidos de la Concertación, quienes establecieron que el mínimo para aprobar
el reajuste era de $ 145.000. Ni un peso menos, de una sola vez y sin
gradualidad”.
Finalmente, el monto aprobado fue de 144 mil pesos.
Entonces, no vengamos a rasgar vestiduras ni a decir
que el Gobierno ni siquiera ha querido escuchar a sus propios partidarios. El
Ejecutivo está actuando con seriedad, con responsabilidad.
Todos quienes estamos aquí quisiéramos que el
salario mínimo fuera más alto, pero también todos desearíamos que el empleo
fuera mayor, que las 500 mil personas que salen a buscar trabajo y no lo
encuentran tuvieran oportunidades laborales, la facilidad de acceder a un
empleo.
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Eso es lo que busca cuidar el presente proyecto de
reajuste del salario mínimo, que no es mezquino, como se ha dicho; tampoco
es generoso. Entrega un 6 por ciento, que es lo que la economía permite en las
actuales circunstancias, cuando el mundo se encuentra amenazado por una
crisis.
Gracias, señor Presidente.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.
El señor QUINTANA.- Señor Presidente, en las últimas semanas hemos estado
presenciando un espectáculo destinado, como la mayoría de los espectáculos,
a entretener, pero desviando la atención de los temas de fondo.
Y los aspectos de fondo tienen que ver con lo que
varios Senadores han planteado -el colega Rossi fue de los primeros en
intervenir sobre el particular- en relación con la desigualdad. Ese es el tema
central que debe abordarse cuando tratamos lo concerniente al salario mínimo.
Y eso no es nuevo, por cierto.
Como un Senador de las bancas de enfrente efectuó
un análisis de lo que pasaba en Samoa y en Estados Unidos cuando se
incrementaba el ingreso mínimo, yo quiero hablar de algo que pasa en Chile y
que se encuentra en un reportaje del diario “La Nación” del 2007:
“CENCOSUD
“Es la tercera empresa más respetada según la
encuesta Adimark-GfK de este año, y la quinta con más utilidades, pero el 30
de julio de este año despidieron a 230 trabajadores de Santa Isabel. ‘¿Sabes lo
que me dijeron cuando fui a pedir explicaciones por los despidos? Que no
tuvieron utilidades’, recuerda Marianela Fernández, presidenta de un sindicato
de la cadena de supermercados. En agosto del año pasado, el holding (...)
compró Economax y en diciembre despidió a más de 500 trabajadores. ‘Los
que veníamos de Economax teníamos mejores sueldos, por eso nos están
despidiendo y contratan gente nueva con sueldos muy bajos para abaratar
costos’, explica Fernández.
“En Santa Isabel la mayoría de los empleados bordea
el sueldo mínimo y está por debajo de los 200 mil pesos. Además, les
descuentan cada peso que falte al cuadrar las cajas. Y si trabajan un día
feriado, no perciben horas extra (...). El mismo sistema tienen en Paris. Pero
ahí un vendedor recibe un sueldo base -escúchenme bien, queridos colegas- de
20 mil pesos, y el resto de lo que gane depende de sus ventas. Los
administrativos tienen un poco más de suerte, con sueldos de 160 o 170 mil
pesos, pero sin ningún tipo de comisión. ‘Para abaratar costos, están echando
gente contratada a tiempo completo y traen gente part-time, que gana cuatro
mil pesos mensuales de sueldo base y puede hacer cerca de 80 mil pesos con
comisión’, explica Jorge Francovic, Presidente de la Federación de Trabajadores
de Paris”.
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Esa es la realidad actual del retail en muchos lugares
de Chile.
¡Para qué hablar de los bonos! En Paris, el bono de
colación no sobrepasa los 15 mil pesos, en promedio, y el de locomoción no
supera los 10 mil.
Tampoco vamos a referirnos a las condiciones
laborales. Los permisos para ir al baño están restringidos: solo a la hora de
colación.
En fin.
Lo anterior, señor Presidente, refleja el debate que
tenemos en Chile.
Algunos han hecho una comparación con el Gobierno
de la Presidenta Bachelet. Yo diría, simplemente, que ahora el país es distinto.
Las condiciones, la realidad, son completamente diferentes. Hoy tenemos esta
monserga permanente del Gobierno sobre el crecimiento, el pleno empleo.
Incluso, el Presidente de la República lo reafirmó en la cita del G-20 en Río de
Janeiro hace pocos días: solo crecimiento, solo desarrollo. Ese ha sido el
discurso permanente de estos últimos dos años: pleno empleo y crecimiento.
Entonces, el contexto es distinto, y no lo hemos
generado nosotros. Por cierto, hay estabilidad en el crecimiento. Es hoy cuando
tenemos un ingreso per cápita de más de 16 mil 100 dólares. Es hoy cuando
tenemos, además, un alza de 10 por ciento en el precio de los alimentos. Por
consiguiente, si solo se reajustara el sueldo mínimo para que este no perdiera
su poder adquisitivo, debiera estar sobre los 200 mil pesos.
Y no se trata de una cifra caprichosa, como he
escuchado de parte de la Derecha. El Senador Carlos Larraín plantea esta
“millonaria” cifra de siete mil pesos adicionales por sobre el monto propuesto
por el Gobierno. ¡No, señor! Si solo se reajustara el sueldo mínimo para no
perder el poder adquisitivo, estaríamos hablando de más de 200 mil pesos. Por
lo tanto, es una falacia hablar de aumento, y ni siquiera se puede hablar de
reajuste.
A mi juicio, más que compararse con Gobiernos
anteriores, el Ejecutivo debería escuchar lo que han manifestado sus propios
personeros.
La Comisión presidida por Harald Beyer, actual
Ministro de Educación -una de las tantas que creó este Gobierno, que señaló
que no iba a recurrir a ellas-, estableció, en junio de 2010, que el sueldo
mínimo para satisfacer las necesidades de subsistencia de una familia de
cuatro integrantes era de 260 mil pesos. ¡Lo dice Harald Beyer, actual titular
de la Cartera de Educación! Reajustados esos 260 mil pesos al día de hoy,
equivaldrían a 276 mil pesos. Con los 193 mil que el Gobierno ofrece hoy, se
satisface el 70 por ciento de las necesidades básicas de una familia -la canasta,
los alimentos (varios Senadores ya se han referido a eso)-. ¿Y de dónde se
obtiene el 30 por ciento restante? Bueno, ahí está La Polar, ahí están las
multitiendas, ahí están las tarjetas, ahí está el crédito: el crédito que está en la
educación, el que está por todos lados.
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DISCUSIÓN SALA
Entonces, señor Presidente, este no es un debate
sobre desigualdad o sobre equidad. Y es probable que tampoco lo llevemos a
cabo con ocasión del proyecto de reforma tributaria que este Gobierno está
presentando, el cual simplemente ajustará algunas cosas. Yo siento que el
verdadero proyecto de reforma tributaria llegará, quizás, durante la próxima
Administración.
Creo que constituye un distractor plantear en esta
discusión el tema de las transferencias monetarias, del aumento en los
subsidios, porque el 65 por ciento de quienes perciben el ingreso mínimo son
hombres, y en su gran mayoría, jóvenes menores de 34 años. Y estas
transferencias monetarias, estos subsidios, los recibirán fundamentalmente
mujeres, jefas de hogar, y por cierto se necesitan y hay que apoyarlos.
Por todas las razones expuestas, señor Presidente,
votaré que no.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma
El señor COLOMA.- Señor Presidente, quiero iniciar mi intervención recordando
algunas explicaciones que se plantearon durante la tramitación original de este
proyecto y que hoy resulta conveniente reiterar.
Pero antes -por su intermedio, señor Presidentedeseo decir que a mí no me parece adecuado lo que están haciendo las
tribunas en este momento. Yo jamás le he dado la espalda a los problemas.
Los problemas se enfrentan dando la cara, con respeto, con serenidad. Eso es
la democracia. No es simplemente desoír lo que el otro argumenta, ni menos
pifiar para callado.
Ese es el tipo de país que, lamentablemente, se
empieza a incoar. Y pocos enfrentan eso. Yo no tengo problema en enfrentarlo,
pues, así como cuando yo voy a cualquier junta de vecinos, a cualquier
sindicato, y doy la cara, no veo por qué en el Parlamento no debiera ocurrir lo
mismo.
Decía, señor Presidente, que hace un mes se dieron
algunas explicaciones para rechazar el salario mínimo.
En primer lugar, se señaló que este era un Gobierno
que dialogaba poco.
Bueno, han pasado veintisiete días de conversación,
de diálogo, y ese, que parecía un argumento de fondo, aparentemente solo era
un argumento de pantalla.
Luego, algunos parlamentarios de las bancadas de
enfrente advirtieron que no iban a votar a favor si en el sector oficialista no
había acuerdo sobre la materia, argumento efectista que apareció
profusamente en los medios de comunicación. Pues bien, resulta que estamos
de acuerdo.
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DISCUSIÓN SALA
Al parecer, también se trataba de un argumento de
pantalla, porque eso no ha enternecido a ninguno de los parlamentarios de
enfrente, que votarán de la misma forma como anteriormente lo habían
anunciado.
Y la tercera explicación que existe para un debate de
más de veinte años en esta materia es que nos encontramos ante una facultad
excepcionalísima del Presidente de la República, que precisamente busca -este
y todos los gobernantes que hemos tenido- ver dónde puede dar el máximo,
desde una perspectiva de Estado -aunque el salario mínimo no lo paga el
Gobierno, sino los particulares-, en función del resguardo de otros intereses.
Un Senador que me antecedió en el uso de la
palabra, a quien aprecio mucho -lo voy a nombrar: el señor Andrés Zaldívar-,
manifestó que esto era responsabilidad de un partido.
La verdad, señor Presidente, es que nosotros siempre
hemos actuado igual. Adoptamos idéntica posición cuando el Ministro
Eyzaguirre no tenía los votos de la Concertación para aprobar el salario mínimo
propuesto. Y lo mismo hicimos con Renovación Nacional cuando apoyamos al
Ministro Velasco, que tampoco contaba con los votos suficientes.
Entonces, no nos acusen por actuar siempre de la
misma forma. Porque uno debe tener convicciones, uno debe conducirse con
seriedad, uno debe mantener una línea y no dejarse arrastrar, a las primeras
de cambio, simplemente por el aplauso fácil.
En mi opinión, esta es una mejora sustancial respecto
del proyecto original, que tiene que ver con el incremento de la asignación
familiar y con el compromiso de reajustar adicionalmente de 2 a 3 puntos
porcentuales el monto del salario mínimo, según el tipo de crecimiento que el
país experimente.
A esos argumentos, quiero agregar otro: en la
medida que el Parlamento se demora, esos 11 mil pesos factibles de pagar a
partir de ahora se van a diferir.
Entonces, ya no se trata de cuál será el reajuste del
salario mínimo, sino de si se recibe o no a fin de mes el monto de tal
incremento.
Resulta obvio que el atraso de esa decisión no es
neutro, porque significará que miles de familias -ojalá cada vez menos- no van
a percibir los 11 mil pesos propuestos.
Quiero agregar, por otro lado, que aquí hay un tema
pendiente, de fondo -y yo lo asumo, creo que es bueno hacerlo-, relativo a la
vinculación del salario mínimo con la igualdad o con el mundo de las
oportunidades. Desde mi perspectiva, la pobreza no tiene que ver con el
salario mínimo -de ahí el ingreso ético familiar que este Gobierno ha
planteado-, sino con que haya pega.
Por eso los 700 mil empleos que se han creado los
últimos dos años son el mejor antídoto para que la extrema pobreza no siga
aumentando.
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DISCUSIÓN SALA
La pobreza se enfrenta bajando la tasa del CAE del 6
al 2 por ciento, porque es la oportunidad para que los que tienen menos
puedan recibir formación, educación, y así progresar.
La pobreza se soluciona mejorando la asignación
educacional, para que ningún niño o joven se quede sin opción u oportunidad
de desarrollarse.
La pobreza disminuye cuando el país crece al 6 y no
al 2 por ciento. La nación prospera cuando el reajuste promedio real del salario
mínimo es de 3,3 por ciento, como ha sido en este Gobierno, y no de 2 o 2,7
por ciento, como lo fue en las Administraciones anteriores.
Siendo este un debate de fondo, en el que hay que
dar la cara porque de espalda no se llega a nada, resulta esencial asumirlo con
seriedad.
Yo no tengo ningún inconveniente en decir que, tal
como apoyamos, sin mirar las cámaras, al Gobierno del Presidente Aylwin
respecto del reajuste del salario mínimo; tal como apoyamos, sin mirar las
cámaras, al Presidente Lagos, cuando estaba muy complicado con el ingreso
mínimo; tal como apoyamos al Presidente Frei -aquí presente- en los seis años
que tuvo que someter a la consideración del Congreso el reajuste del salario
mínimo; tal como apoyamos a la Presidenta Bachelet, cuando no tenía los
votos necesarios en sus filas, hoy actuaremos igual, porque se debe pensar en
el Chile grande, en el Chile profundo, en el que logra armonizar el máximo
crecimiento con el pleno empleo y con el máximo salario ético posible.
¡Así se construye el país!
El otro discurso es para la galería.
He dicho.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Ruego guardar silencio al público que se
halla en las tribunas.
En todo caso, estimado Senador Coloma, no es
responsabilidad de la Mesa que las tribunas le den la espalda a la Derecha.
--(Aplausos en las tribunas).
El señor COLOMA.- ¡No, Presidente!
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Silencio, por favor.
Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.- Señor Presidente, su misión es cautelar el derecho de todos
los parlamentarios, le gusten o no le gusten.
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DISCUSIÓN SALA
Yo no quiero volver a los tiempos donde el Presidente
era de una parte de los chilenos.
Usted es Presidente de todo el Senado, y, como tal,
debe cumplir ciertas obligaciones. Yo tengo la obligación de respetarlo, así
como usted también debe respetarnos a todos los que pensamos distinto.
Y lo que usted ha hecho, con un sentido del humor
anticuado, trasnochado, no tengo idea como calificarlo,...
--(Manifestaciones en tribunas).
... no tiene que ver con cuidar las formas. Las formas se
cuidan en las buenas y en las malas. Las formas se cuidan con los amigos y
con los que piensan diferente.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- ¡Silencio!
El señor COLOMA.- Lo que usted señaló, quiero entenderlo, porque en otras
situaciones ha mostrado igualdad y equivalencia, como un lapsus.
Pero, por favor, el día en que se distinga el respeto
entre unos y otros, vamos a destrozar nuestro Parlamento. Y eso no se lo
deseo a usted, ni a mí, ni a Chile.
--(Manifestaciones en tribunas)
Por eso, señor Presidente, le pido con seriedad, pero
con convicción, que ese tipo de comentarios no continúen entre nosotros.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Pido a las tribunas guardar silencio.
--(Manifestaciones en tribunas).
Sé que la sesión será larga y habrá que tener
paciencia.
En todo caso, no he proferido ningún adjetivo como
los que usted, Senador Coloma, manifestó hacia mi persona. Pero los paso por
alto.
Sin embargo, debo manifestarle que yo cumplo con el
Reglamento, en el cual también se incluye a las tribunas. Su artículo 23,
número 3º, señala: “Mantener el orden en el recinto; solicitar para el efecto, si
lo estima necesario, el auxilio de la fuerza pública; ordenar el empleo de ella
en resguardo del respeto y de la libertad del Senado;...
El señor COLOMA.- ¡Qué tiene que ver eso!
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DISCUSIÓN SALA
El señor ESCALONA (Presidente).-... disponer que se despejen las galerías y la
parte de las tribunas destinadas al público cuando los asistentes a ella
desobedezcan por dos veces su advertencia de no hacer ruidos o
manifestaciones, y poner a disposición de la justicia, con oficio, al individuo
que promueva desórdenes en cualquier lugar del recinto;”.
Esas son las obligaciones claramente establecidas que
corresponden a la Mesa hacer cumplir en el ejercicio de su cargo.
Tiene la palabra el Honorable señor Ignacio Walker.
El señor COLOMA.- Señor Presidente, pido la palabra para un asunto
reglamentario.
El señor ESCALONA (Presidente).- Ya usó de ella con ese fin, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Ignacio Walker.
El señor COLOMA.- ¡Usted leyó parcialmente dicha norma!
¡Dé lectura también a su número 8º, referido a la
dignidad!
El señor ESCALONA (Presidente).- ¡Senador Coloma, lo llamo al orden!
Tiene la palabra el Honorable señor Ignacio Walker.
El señor WALKER (don Ignacio).- Señor Presidente,...
El señor COLOMA.- Pido la palabra, para una cuestión de Reglamento.
El señor ESCALONA (Presidente).- Ya se la concedí con esa finalidad, Su
Señoría.
Tiene la palabra el Senador señor Ignacio Walker.
El señor COLOMA.- ¡Sobre Reglamento, Presidente!
El señor WALKER (don Ignacio).- Señor Presidente, lo cierto es que el salario
mínimo...
El señor ESCALONA (Presidente).- Ya le di la palabra por Reglamento, señor
Senador.
Puede continuar, Honorable señor Walker.
El señor COLOMA.- ¡Reglamento, Presidente!
¡Usted me cambió la respuesta!
El señor WALKER (don Ignacio).- Le pido, señor Presidente, que descuente de
mi tiempo estos 40 segundos perdidos.
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DISCUSIÓN SALA
Decía que lo cierto es que el salario mínimo en Chile
es de 182 mil pesos. Eso no es opinable. Es así, por las razones que fueren, y
cada uno tendrá su interpretación de la historia al respecto.
Ese monto lo perciben entre 600 mil y un millón de
trabajadores, según estudios muy serios que argumentan en uno u otro
sentido. Promediando, digamos que son 800 mil trabajadores los que ganan el
salario mínimo, el cual -como hemos dicho tantas veces no es justo ni ético-,
nominalmente, era de 18 mil pesos, en 1990.
Ahora bien, los Senadores de Gobierno han
preguntado
-legítimamente, porque la materia es opinable, y quiero
hacerme cargo de tal interrogante- cuál sería el problema de reajustar un 6
por ciento el salario mínimo -para pasar de 182 a 193 mil pesos- si el
promedio de reajuste anual durante la última década -lo pongo en esos
términos-, es decir, incluidos los Gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle
Bachelet, fue de 5,6 por ciento.
Es una duda legítima, porque estamos como en el
rango.
Entonces, ¿cuál sería el problema ahora de exigir a
un Gobierno de Derecha, del Presidente Piñera, lo que no otorgaron durante
las Administraciones de Lagos y Bachelet, dos Presidentes de militancia PPD o
socialista, respectivamente, o progresistas, como se quiera llamarlos?
El señor LAGOS.- ¡Buenos Presidentes!
El señor WALKER (don Ignacio).- Así es.
Hay dos razones, a mi juicio, para preguntarnos por
qué ahora y no antes.
Primero, porque partiendo de la base de que el
reajuste del salario mínimo -al parecer, habría consenso entre los economistas
al respecto- debería responder a una fórmula que incluyera el IPC más
productividad, más equidad, uno tiene que concluir, como un hecho, que, así
como el IPC de 2011 fue de alrededor de 3 por ciento -una gran noticia, muy
positiva, porque el IPC golpea principalmente a los asalariados, a los que viven
de una remuneración, o sea de un sueldo o salario- y el alza en el precio de los
alimentos, de aproximadamente 10 por ciento, si este se aplica al actual
ingreso mínimo, de 182 mil pesos, da más o menos 18 mil pesos, con lo cual
llegamos a los 200 mil pesos que se están pidiendo.
Y ello, porque, como sabemos, el incremento en los
precios de los alimentos golpea principalmente a la gente más pobre; a las
familias de menores ingresos; a las 800 mil familias que viven de un salario
mínimo.
Esa es la primera razón: que en los dos últimos años
el IPC de los pobres, o sea, el reajuste de precios de los alimentos de la
canasta popular no fue de 3 por ciento -cifra a la que llegó el IPC del país-,
sino de alrededor de 10 por ciento. Eso genera los 18 mil pesos para llegar al
salario mínimo solicitado de 200 mil.
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DISCUSIÓN SALA
Y la segunda razón es la siguiente.
Se nos pregunta ¿por qué se pide ahora ese monto y
no se hizo antes? Porque Chile crece económicamente, y este ha sido un
elemento de continuidad, por fortuna, durante 25 años: 6,3 por ciento en
2011; creación de cientos de miles de empleos.
Podremos discutir la metodología para alcanzar los
mentados 700 mil empleos -hay quienes sostienen que existe un problema de
ese tipo-, pero lo cierto es que, pese a que la economía chilena crece -esto se
debe aplaudir- y se crea esa gran cantidad de empleos, las remuneraciones
permanecen muy bajas: el sueldo promedio es de 405 mil pesos y el ingreso
mínimo, de 182 mil.
Por lo tanto, la demanda de un salario mínimo de 200
mil pesos no es un capricho de la Oposición. Como aquí se ha dicho, el
Presidente de Renovación Nacional también proponía una cifra similar.
Nosotros, como Democracia Cristiana, sector de la
Concertación de la Oposición, sugerimos elevarlo a 200 mil pesos ahora y a
250 mil pesos en 3 o 4 años. ¿Por qué? Porque eso permite avanzar
gradualmente -8 por ciento anual en 4 años; 11 por ciento anual en 3 añoscon un umbral, un horizonte, a un sueldo mínimo de 250 mil pesos.
Por lo tanto, lo que queda por resolver es el punto
político.
Se me acaba el tiempo, señor Presidente. Pido un
minuto más, para terminar.
El señor ESCALONA (Presidente).- Bien.
El señor WALKER (don Ignacio).- Y digo que resta por resolver el punto
político, por cuanto nosotros, en el Senado, tuvimos la deferencia de posibilitar
que de nuevo se admitiera a tramitación la iniciativa en la Cámara de
Diputados, porque el Ministro de Hacienda nos dijo aquí que estaba dispuesto a
conversar. Y resulta que el Gobierno, cuando el proyecto reingresó a la otra
rama legislativa, mantuvo los mismos 193 mil pesos iniciales para el salario
mínimo y fue rechazado por segunda vez.
Y pese a que la iniciativa ha sido rechazada en dos
oportunidades, el Ejecutivo no ha variado su postura.
Lo anterior indica que al Gobierno no le preocupa o le
da lo mismo ser mayoría o no en el Congreso. Sabe que es minoría en ambas
Cámaras. No le interesa el diálogo. Está en un monólogo. Es un Gobierno de no
interlocución. No le importa -repito- tener o no tener mayoría en el
Parlamento.
Por eso, los Senadores democratacristianos vamos a
votar en contra del proyecto.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
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DISCUSIÓN SALA
El señor COLOMA.- Pido la palabra.
El señor ESCALONA (Presidente).- Puede hacer uso de ella, Su Señoría.
El señor COLOMA.- Señor Presidente, cuando usted hizo referencia a sus
obligaciones como Presidente de la Cámara Alta, omitió una muy importante:
la establecida en el número 8° del artículo 23 del Reglamento, que expresa:
“Actuar, en todo caso y en representación del Senado, en resguardo del fuero
parlamentario y de la dignidad de la Corporación”.
Desde mi perspectiva, lo que usted señaló respecto a
quiénes se daba o no la espalda tiene una connotación política y se aleja por
completo de sus obligaciones. Entre ellas figura la de dirigir los debates.
Yo no tengo problema al respecto y no le he hecho
ninguna petición acerca de las tribunas. Dije, por su intermedio, que no me
parecía correcto lo que estaba haciendo el público asistente.
Entonces, de ahí a que usted dedujera que eso le
ocurre a un sector político constituye un grave error desde el punto de vista
reglamentario y de la convivencia. Porque el día de mañana puede haber en las
tribunas gente de otra connotación política, y yo, al menos, voy a ser de
aquellos que no querrán que se le dé la espalda a su sector; que se le grite o
se le pifie. Porque pienso que todos hemos aprendido a entendernos de mejor
forma.
Ese es el sentido de mi crítica, señor Presidente:
usted, por lo que manifestó, no condujo el debate acorde al Reglamento. Y lo
que yo hice fue, simplemente, como un parlamentario más, pedirle el
cumplimiento de esa obligación.
No pretendo hacer de esto una cuestión más allá de
lo adecuado. Pero si no nos respetamos entre nosotros; si no nos damos
garantía mutua de resguardar la debida conducta y la dignidad de la
Corporación, después no nos lamentemos de que la convivencia se deteriore.
Por eso, señor Presidente, le he pedido la palabra en
forma reglamentaria y en verdad espero que hacia delante, por el bien de
todos, esta situación se enmiende.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Su Señoría sabe perfectamente bien que
quien interpreta el Reglamento es el Presidente del Senado.
El señor COLOMA.- Pero eso no significa que sea ley.
El señor ESCALONA (Presidente).- Y, en mi opinión, en este caso el proceder a
tomar medidas...
El señor COLOMA.- ¡No las solicité!
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El señor ESCALONA (Presidente).-... en contra de las tribunas por el hecho de
darle la espalda, no es propio de mi responsabilidad,...
El señor COLOMA.- ¡Nunca lo pedí y usted lo sabe bien!
El señor ESCALONA (Presidente).-... y, además,
precisamente contra la dignidad de la Corporación.
implicaría
atentar
Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Alguien de las tribunas está solicitando
intervenir. ¡No se puede aceptar!
Le ruego guardar silencio. De lo contrario,...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ESCALONA (Presidente).- Se suspende la sesión por 10 minutos.
)----------(
--Se suspendió a las 18:36
--Se reanudó a las 18:45.
)-------------(
El señor ESCALONA (Presidente).- Continúa la sesión.
Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, la verdad es que no es
fácil retomar la discusión legislativa sobre un asunto tan importante como el
reajuste del salario mínimo después de las manifestaciones ocurridas en las
tribunas. No es fácil porque usted siempre ha guardado -lo quiero destacar- un
sentido republicano. Es importante, entonces, que acá aprendamos a tener
divergencias y, también, que el público asistente respete las diferencias de
opiniones de los parlamentarios.
Digo lo anterior porque usted ha sido un Presidente a
quien he respetado mucho justamente por eso, pues ha mantenido en forma
permanente ese sentido republicano.
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DISCUSIÓN SALA
Es difícil para nosotros entrar en este debate. Lo
planteo derechamente. Y deseo explicar un poco cuál ha sido la posición de
Renovación Nacional sobre este proyecto.
Nuestra colectividad tenía una legítima aspiración que
le hicimos ver en su oportunidad al Ministro de Hacienda. Y gran parte de los
planteamientos formulados por nuestro Partido fueron recogidos por la
propuesta del Ejecutivo.
Se consideró, primero, lo que dice relación con el
establecimiento de un salario mínimo plurianual. Esta fue una de las
proposiciones que entregamos al Gobierno del Presidente Piñera, al Ministro de
Hacienda, que van a posibilitar que en julio de 2013 haya un ingreso mínimo
de 205 mil pesos, si se dan determinadas condiciones económicas. Y todo hace
prever que, efectivamente, aquel superará con largueza los 200 mil pesos en
esa fecha.
En segundo lugar, propusimos que se estableciera
una comisión de expertos para los efectos de discutir respecto al salario
mínimo con base en criterios objetivos, considerando entre estos el aumento
de la productividad, la inflación subyacente, el crecimiento de la economía, las
tasas de cesantía. Y, nuevamente, nuestro planteamiento fue recogido por el
Ministro de Hacienda.
También sugerimos una fórmula que permitiera
armonizar la cifra entregada por el Ejecutivo con aquella que reflejaba la
legítima aspiración que tenía Renovación Nacional.
En tal sentido, el Ministro de Hacienda procedió a
incrementar en 8 por ciento la asignación familiar y el subsidio único familiar.
Estas dos medidas involucran 53 millones de dólares en régimen, entre 2012 y
2013, considerando el aumento que tendría el salario mínimo.
Por tanto, a mi juicio, puntos relevantes que estaban
sobre la mesa fueron recogidos por la Administración del Presidente Piñera, y
específicamente por el Ministro de Hacienda.
Pero hay otras materias adicionales que no se han
mencionado. Porque este es un buen Gobierno, que ha realizado la pega, que
ha sido responsable, que ha podido aprobar el Ingreso Ético Familiar, el cual,
sin lugar a dudas, va a significar una completa revolución en las políticas
públicas en términos de generar sinergia entre el Estado y los beneficiarios de
los subsidios.
En tal sentido, el Bono al Trabajo de la Mujer se va a
extender a un potencial de 300 mil mujeres trabajadoras y permitirá llegar a
un salario mínimo de 227 mil pesos. ¡De eso se habla poco! Y no se trata de
una aspiración o de un proyecto, sino de una realidad.
En ese mismo orden de ideas, el Subsidio al
Trabajador Joven que se encuentre en condiciones de vulnerabilidad también
dará la posibilidad cierta de contar con un sueldo mínimo sobre los 227 mil
pesos.
Asimismo, deseo aclarar algunos conceptos que se
han vertido aquí respecto a la cifra del reajuste. Debo señalar que este año el
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DISCUSIÓN SALA
Gobierno ha entregado un reajuste real -y no nominal- de 3,3 por ciento. ¡De
3,3 por ciento! En cambio, el reajuste promedio en el Gobierno de Bachelet fue
de 2 por ciento, y en el del Presidente Lagos, de 2,7.
En consecuencia, acá se ha hecho un esfuerzo
importante. ¡Sí! ¡La Derecha ha entregado un reajuste real superior a los
Gobiernos socialistas!
De otra parte, cabe señalar que se está trabajando
arduamente en el IPC de los más pobres y en el impacto del alza de los
alimentos. En este caso, la Administración del Presidente Piñera ha puesto
sobre la mesa el Bono Solidario de Alimentos, que va a permitir que las
familias más vulnerables reciban 40 mil pesos.
Y uno podría referirse a muchas otras cosas.
Sería posible mencionar que los 193 mil pesos son
insuficientes, y sostener que se tiene la aspiración legítima de que esa cifra sea
muchísimo mayor. Pero uno también debe tener en cuenta el impacto que ello
podría generar en las tasas de ocupación.
Quiero señalarle al señor Ministro -por su intermedio,
señor Presidente- que, si bien nosotros teníamos un anhelo legítimo y bien
fundado, pensamos que el Gobierno del Presidente Piñera ha sido responsable
y ha acogido parte importante de nuestros planteamientos. Y, en el futuro,
existirá un sistema de fijación del salario mínimo como no lo tiene ningún país:
con una comisión de expertos compuesta a base de una proposición que
presentará el Gobierno para que resuelva el Senado. De modo que será una
comisión transversal que, además, poseerá todas las sensibilidades, la cual nos
permitirá fijar más adelante el ingreso mínimo.
¡Por supuesto que todos quisiéramos un salario
mínimo mejor y más digno! Además, este no implica -como planteó al Senador
Espina- recursos del Fisco. Pero, por parte del Gobierno, ha primado la
responsabilidad.
Nosotros teníamos una aspiración mayor. Pero deseo
expresarle al Ministro de Hacienda que, finalmente, los temas de fondo, los
que van a permitir un nuevo sistema de fijación del ingreso mínimo, han sido
acogidos. Y se lo agradezco al señor Secretario de Estado.
Sentimos que la comisión de expertos y los asuntos
que dicen relación con un salario mínimo plurianual y con asegurar un monto
sobre los 205 mil pesos para el 2013 constituyen un legítimo anhelo que fue
recogido por el Gobierno del Presidente Piñera.
Muchas gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO- Señor Presidente, al parecer el sentido del humor no
abunda en la UDI, ni en la Senadora Von Baer, ni tampoco en el Senador
Coloma. Es un bien escaso.
Hemos escuchado de parte del Presidente de
Renovación Nacional un llamado profundo, intenso, a veces duro, para que el
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DISCUSIÓN SALA
Gobierno establezca 200 mil pesos como sueldo mínimo. Pero todo indica que
quien manda en el Gobierno no es RN -esto ha quedado claro una vez más-;
no es Carlos Larraín, sino la UDI popular que, con el llamado que hace a
aprobar los 193 mil pesos, más bien debería llamarse la “UDI empresarial”.
Claramente, el Presidente Piñera no escucha a
Renovación Nacional, y los 39 Diputados y los 8 Senadores de la Unión
Demócrata Independiente tienen su peso específico al interior del Gobierno.
Además, la ex Senadora Matthei, de la UDI, siempre
ha dicho que ¡ojalá que no hubiera sueldo mínimo! Lo sostuvo cuando era
Senadora y lo sigue creyendo ahora como Ministra del Trabajo. Yo respeto su
consecuencia.
Entonces, nos hallamos ante un Gobierno que en los
dichos y en los hechos cree que el ingreso mínimo o no debiera existir o
tendría que ser de 193 mil pesos.
El Senador Espina ha señalado que pedimos un
salario populista. ¡Ha llamado populista a Carlos Larraín! Populista ha sido RN
al exigir un salario mínimo de 200 mil pesos. Y Carlos Larraín ha sostenido esto
en todos los tonos y con valentía.
Por otra parte, el Senador Espina se declara más
partidario del presidencialismo. Yo soy un detractor de ese sistema, porque las
decisiones centralizadas son malas para la democracia.
Él planteaba que no les tenía miedo a los
parlamentarios de Izquierda. Yo le quiero decir que tampoco les tengo miedo a
los parlamentarios de Derecha. Y que no es un juego de ilusiones pensar en un
salario de 250 mil pesos. No lo era para la Iglesia Católica, ni lo es para la
Concertación ni para la Oposición. Somos realistas: pensamos que el Chile de
hoy puede hacerlo.
Con políticas de subsidio la situación no va a mejorar.
O sea, con más becas, con mayor endeudamiento, no se superará el problema.
Aquí hay una crisis de modelo. ¡Y esto es lo que los trabajadores lamentablemente, ya no se encuentran en las tribunas- debieran saber! Se
trata de una crisis del modelo de acumulación capitalista, neoliberal, que
efectivamente no redistribuye. ¡Estamos frente a un problema profundo de no
distribución, de mala distribución, de pésima distribución del ingreso!
Se nos señala que va a haber cesantía. ¡La verdad es
que ya estamos cansados de la demagogia y el chantaje! Si sube el sueldo
mínimo, obviamente que habrá variables que conjugar. Pero, tal como se ha
dicho en esta Sala en reiteradas ocasiones, no hay ningún informe concluyente
que indique que, si se incrementa dicho salario, se verá afectada la capacidad
de empleo, que habrá cesantía en determinados niveles. Y, por cierto, estoy
hablando de un sueldo de 200 mil pesos.
Walmart llegó a Chile y se jacta de ser la empresa
más grande del mundo. Pero no tiene sindicatos, porque los destruye.
Se fueron los trabajadores del supermercado Líder,
quienes estaban en las tribunas. Yo quería saludar a los valientes trabajadores
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DISCUSIÓN SALA
y dirigentes sindicales de Líder y de Walmart, por cuanto hay una campaña
sistemática para destruirlos.
¡Esa es la política que ha tenido Walmart en el mundo
entero!
Señor Presidente, en los últimos 22 años la economía
chilena ha crecido, en promedio, 5 por ciento. Se ha dicho que tenemos un
ingreso per cápita de 18 mil dólares. Sin embargo, estamos entre las 15
naciones con la peor distribución del ingreso.
El ingreso per cápita autónomo, en el 5 por ciento de
los hogares más ricos -escúchenme bien, lo dice la Fundación Sol-, es ¡830
veces mayor que en el 5 por ciento de los hogares más pobres! O sea, vivimos
en un país donde existe una profunda desigualdad, y esta se da precisamente
en los trabajadores que ganan el sueldo mínimo.
El Presidente Piñera, la Derecha, llegó al Gobierno
con promesas, y ahora gobierna con explicaciones. ¡Lo que escuchamos del
Ministro son explicaciones y más explicaciones! Pero queremos hechos, como
lo prometieron cuando pretendían llegar al poder.
En el desigual mundo del trabajo que existe no basta
con crear fuentes laborales. Se requieren empleos con dignidad.
Ahora bien, con respecto a la amenaza de crisis
permanente que se pronostica, de que se producirá un efecto catastrófico, se
debe tener en claro que ella ya se encuentra presente: hace dos años la fuerza
de trabajo tercerizada en subcontratación y suministro era de 11,6 por ciento,
hoy es de 16,7 por ciento. Además, un millón 100 mil trabajadores no tienen
contratos y laboran 2 mil 100 horas al año -¡es la carga laboral más grande del
mundo!-, y, por cierto, el 32 por ciento de los asalariados full time trabajan
más de 56 horas a la semana.
¡Qué tiempos aquellos cuando los trabajadores
luchaban en Chicago por ocho horas diarias! Sin embargo, en Chile tienen la
carga laboral más grande del mundo. Así lo dicen todos los estudios
internacionales.
Señor Presidente, quisiera terminar señalando lo
siguiente.
“Cuánto vale tu trabajo” es la pregunta que los
trabajadores debieran hacerse cuando dan esta pelea. Nosotros queremos
aumentar el monto del sueldo mínimo para acortar las brechas de la
desigualdad. Porque un gerente general de una gran compañía nacional
percibe una renta 102 veces -¡102 veces!- más alta que la de aquellos. En
2010 era de 91. Así, ese gerente, en cualquier año, en tres días, el 3 de enero,
a las 15:30, gana lo que un trabajador se demora un año en obtener.
Por eso, esperamos que la actual Administración
revise su situación.
Ojalá que cuando la Oposición sea Gobierno pueda
comprometerse para el 2015 con un salario mínimo de 250 mil pesos; no para
el 2016 ni el 2017. Pienso que ese esfuerzo se debe realizar, y la única manera
de que nos crean es adquiriendo el compromiso de determinar, cuando seamos
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Gobierno -espero que el 2014-, un sueldo mínimo para el 2015 que alcance a
ese monto.
Señor Presidente, voto en contra de este presupuesto
“ratón”.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, seré muy breve.
Solo quiero hacer algunas precisiones.
En primer lugar, deseo aclarar que no es correcto que
no exista evidencia de que el aumento del salario mínimo afecte el empleo. La
evidencia es bastante concluyente. Si bien es cierto algunos estudios arrojan
resultados mixtos, la gran mayoría arriba a conclusiones muy determinantes
en orden a que dicho sueldo afecta los niveles de empleo.
Los invito a leer, por ejemplo, una columna del
economista Eduardo Engel -quien ciertamente no es de Gobierno: fue asesor
en la campaña del Senador Frei durante la anterior elección presidencial-,
publicada en la sección Reportajes del diario “La Tercera” el fin de semana
pasado. Ahí se critica a lado y lado, pero contiene evidencias acerca de los
efectos del incremento del salario mínimo.
Así que les reitero mi invitación.
También han aparecido muchas otras publicaciones,
numerosas opiniones de economistas como David Bravo, Ricardo Paredes, en
fin. No son personas vinculadas al Gobierno, sino simpatizantes de la Oposición
y llegan a la misma conclusión.
Señor Presidente, otro punto dice relación con que
estaríamos amenazando con una crisis.
En ese sentido, cabe señalar que la crisis en Europa y
la desaceleración significativa no solo de economías como la de Estados Unidos
-según se dice-, sino también de China, India, Brasil y de otras de América
Latina, son un hecho: no es que vayan a ser una realidad. No creemos que
hayamos sido tan convincentes como para que con la discusión interna
lográramos generar un efecto en los mercados. Esa realidad está a la vista de
todos quienes deseen observarla.
Por último, señor Presidente, se ha dicho en la
discusión que nosotros no queremos dialogar, y se citaron dos ejemplos, uno
de los cuales es que habríamos llegado aquí sin conversar con los
trabajadores.
Y quiero recordarles a todos que esta situación se dio
no porque el Gobierno se negara a dialogar, sino porque los trabajadores,
particularmente la CUT, dijeron que no se sentarían a conversar con él. Esto es
distinto. El Gobierno siempre ha tenido sus puertas abiertas, como también
hemos mantenido una actitud de diálogo con la Oposición.
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Siempre es posible decir que pudo haber sido más.
Sin embargo, esa actitud ha existido, y quiero destacarla porque afirmar que
no se dialoga es distinto de expresar que no se accede a todas las peticiones.
Son dos cosas diferentes. El diálogo sí ha existido.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Cantero.
El señor CANTERO.- Señor Presidente, quiero señalar que, cuando se habla de
que existe falta de seriedad o demagogia, en realidad lo que hay son visiones
distintas, y son legítimas.
Yo valoro el 6 por ciento nominal, y creo que es
valioso un 3 por ciento real. Eso denota cierta preocupación. Sin embargo, lo
concreto es que cuando ese 3 por ciento se aplica sobre un monto bajo -es
decir, en poquísima plata- el efecto final es muy marginal.
¿Qué me preocupa? El descrédito de la política, la
molestia ciudadana, las asimetrías violentas, las grandes desigualdades que
afectan al país.
Ahora bien, la pregunta que me formulo es la
siguiente: ¿Chile está en condiciones de enfrentar el desafío de aumentar el
sueldo mínimo? Mi respuesta es que sí. Su economía sólida, las reservas en el
Tesoro Público, el ingreso per cápita de 17 mil dólares, el crecimiento
económico de 6 por ciento -verdadero éxito del Gobierno-, indican que
efectivamente estamos en situación de avanzar.
Con respecto a la relación entre sueldo mínimo mayor valor- y desempleo, bueno, todo depende de la productividad.
Y, en tal sentido, quiero señalar que me parece que
suplementar vía subsidio no ayuda a mejorar la competitividad de los
trabajadores. Considero que en esto se debe hacer un esfuerzo mucho mayor
en materia de educación y de capacitación, de manera tal que los trabajadores
puedan efectivamente mejorar su productividad.
Pienso que existe cierta relación entre salario mínimo
aumentado y desempleo, pero también que esto se puede equilibrar si se logra
mejorar la productividad. Para ello el Gobierno debe actuar con mayor
eficiencia y eficacia. Y la mejor manera de conseguirlo es involucrando al
sector privado en ese desafío. Cuando, por la vía de aumentar el sueldo, se
obliga a mejorar la productividad el resultado siempre es mucho mejor.
Unos dicen que la fuerza laboral ligada al salario
mínimo es solo 4 por ciento de la mano de obra del país; otros señalan que es
80 por ciento de la mano de obra de las pymes. Lo cierto es que las cifras
fluctúan entre los 4 mil y los 800 mil trabajadores. No es una cantidad menor
si se considera que se trata de un sueldo extraordinariamente bajo y del todo
insuficiente para crear condiciones de vida digna. Tampoco es menor que el
empleo haya avanzado, en mi opinión, con una tendencia a la precarización, a
la subcontratación, a la tercerización, a la mayor utilización de trabajadores de
contratistas.
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Me parece que se debe hacer un esfuerzo mucho
mayor en la materia. Y, en tal sentido, mi opción no va con el dogmatismo
económico de que un mayor ingreso mínimo genera desempleo. Las relaciones
se equilibran, y creo que ello es posible si podemos aumentar la productividad
de los trabajadores. Reitero que, para tal efecto, el concurso del sector privado
me parece fundamental.
Por esa razón, me pronunciaré en contra del monto
planteado, en la expectativa de que se avance efectivamente en ese sentido.
El Presidente podrá hacer uso del veto, pero aquí es
preciso diferenciar dos sensibilidades: la del Gobierno -el Ejecutivo- y la del
Congreso. Este último tiene que mostrar aquella que reclama la ciudadanía,
hacerse cargo del descrédito de la política, de las imputaciones, de la molestia
relativa al cumplimiento de su rol en la ruptura de asimetrías y desigualdades,
y comprender que no es lo mismo suplementar la situación social y económica
con subsidios que ir dignificando por la vía de darles cada vez mayor solvencia
a las remuneraciones de los trabajadores.
¿Por qué me preocupa más el punto? Porque, para
lograr un mejoramiento, hemos seguido la tendencia de sumar los ingresos
dentro del grupo familiar a fin de que se pueda conseguir un nivel aceptable y
digno. A mi juicio, es un camino inadecuado.
Votaré que no.
El señor PIZARRO.- ¿Me permite una consulta, señor Presidente?
El señor ESCALONA (Presidente).- Puede hacerla, Su Señoría.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente, en nombre del Comité Demócrata
Cristiano, pido abrir la votación. Entiendo que se someterá a la consideración
de la Sala la proposición de la Comisión, cuyo informe consigna el rechazo de
la indicación del Ejecutivo. Como es posible un solo pronunciamiento, formulo
la solicitud producto de la hora.
Los que estemos a favor de lo que recomienda el
órgano técnico desecharemos la indicación.
El tiempo es el mismo. No cambiarán los cinco
minutos.
Así que estimo que se trata de algo razonable.
El señor ESCALONA (Presidente).- No hay ninguna dificultad en requerir el
acuerdo de la Sala para tal efecto.
En todo caso, señor Senador, cabe precisar que la
cuestión es exactamente al revés de lo que usted ha expuesto. El órgano
técnico...
El señor PIZARRO.- La Mesa explicará la forma de proceder.
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El señor ESCALONA (Presidente).-... aprobó lo obrado por la Cámara de
Diputados.
Tiene la palabra el señor Secretario para efectuar la
precisión correspondiente.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La Comisión de Hacienda recomienda
acoger el proyecto en los mismos términos en que lo hizo la otra rama del
Congreso, vale decir, con un artículo único en el que figura solamente el
financiamiento.
La indicación fue rechazada y el Ejecutivo no la ha
renovado hasta el momento en esta Secretaría.
Por
consiguiente,
la
única
votación
es
la
correspondiente a la disposición con la cual llegó el texto desde la Cámara de
Diputados. Pronunciarse a favor significa despachar este último en los mismos
términos en que ella lo hizo, esto es, con sus otros artículos desechados.
El señor ESCALONA (Presidente).- En votación la proposición de la Comisión.
--(Durante la votación).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor RuizEsquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, quisiera expresar brevemente
algunas ideas.
La primera de ellas es que el debate me ha parecido
razonable en la medida, fundamentalmente, de la necesidad de saber a qué
obliga el ingreso mínimo, qué implica y cuáles son los elementos que, de una u
otra manera, permiten determinarlo.
No es lo único que interesa. Lo que importa, en
segundo lugar, es la complementación del monto respectivo con el crecimiento
y la productividad, con el aumento del producto nacional, con lo que tiene que
hacer hoy el Gobierno de turno para poder materializar el mayor valor que
estamos pidiendo.
Tercero, podemos dar mil razones, en verdad, acerca
de la cuestión que nos ocupa, porque detrás existe, quiérase o no, una visión
acerca del ingreso mínimo, respecto de lo que podemos hacer con esta suma
para lograr la validación de una igualdad básica entre los chilenos.
Como no tenemos mucho tiempo, voy a leer una
información que seguramente también les llegó a todos mis Honorables
colegas, en cuanto a la representación relativa de grandes fortunas en
comparación con el ingreso mínimo. Para los que creen que todo lo externo es
razonable, proviene de la revista Forbes.
Como uno de los hombres más ricos de Chile aparece
el Primer Mandatario. Antes de repetir lo que se expresa le pregunté al señor
Ministro si le parecía ético hacerlo aquí y me respondió que ello era
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perfectamente lícito por ser un antecedente que data de antes de la asunción a
la Presidencia de la República.
El texto se refiere primero a la familia Luksic.
Patrimonio en dólares: 17 mil 800 millones. Patrimonio en pesos: 8 millones
746 mil 919 millones. Rentabilidad anual esperada: 514 mil 318 millones 837
mil 200 pesos. Número de años de trabajo para igualar dicha rentabilidad,
sobre la base de un ingreso mínimo de 200 mil pesos: 214 mil 300.
En el caso de la familia Matte, la rentabilidad anual
de su patrimonio implica 122 mil 801 años de trabajo.
La de la familia Paulmann importa 111 mil 965 años
de trabajo.
Y la del señor Sebastián Piñera se traduce, para una
persona que gana un ingreso mínimo, en 28 mil 894 años de trabajo.
La verdad es que, por muy poco que sea lo que se
infiera de la realidad concreta y diaria, ello es una barbaridad, desde el punto
de vista de la inequidad en un país. Ninguna democracia puede resistir lo que
ahí se dice.
Se quiera o no, tales datos exhiben, por lo tanto, una
relación directa con la franca diferencia de ingresos en Chile y son parte de la
tremenda depresión que se registra. Por eso vamos a votar en contra. Por eso
vamos a rechazar lo que se plantea, que no es solo una cuestión numérica.
Hay personas a las que afecta dicho problema por la situación expuesta, no por
otros motivos.
Lo que se lamenta aquí, entonces, es que el país
puede aparecer muy elevado en las cifras en circunstancias de que estas
resultan ser completamente anticristianas. Espero que, cuando volvamos a
discutir el asunto, la gente pueda saber lo que estamos haciendo.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Horvath.
El señor HORVATH.- Señor Presidente, la vez anterior manifesté que había tres
aproximaciones básicas al ingreso mínimo mensual
Una de ellas es desde el punto de vista de la
economía, en cuanto al monto generado en una ecuación de empleo y
productividad. Y esta última tiene que estar amarrada a capacitación,
emprendimiento y también a participación. Se quiere que los trabajadores
participen de los resultados de los emprendimientos en los cuales se
desempeñan.
A propósito de las personas que nos acompañaban en
las tribunas, cabe recordar que años atrás muchas de ellas ni siquiera recibían
el mínimo: les daban una remuneración piso o base y tenían que construirlo a
través de la prestación de servicios o ventas y de la obtención de comisiones.
Todo eso, desde luego, constituía un verdadero escándalo.
En seguida, respecto del monto, el Gobierno lo ha ido
subiendo algo durante la discusión en el Congreso, desde 191 mil pesos a 193
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mil, y ahora está mejorando en forma significativa el subsidio único familiar y
las asignaciones familiares.
Pero, por otro lado, está el ingreso mínimo ético, el
cual depende, desde luego, de la vulnerabilidad, del compromiso con la
educación y la salud. En eso también se está trabajando.
Resulta claro que con un ingreso mínimo no se vive,
y se han dado acá todos los antecedentes.
El tercer aspecto que planteamos antes y que
reiteramos ahora es el del ingreso mínimo regionalizado. La vida es diferente,
no solo desde el punto de vista económico, sino también por dificultades y
características propias -todo tiene una cara positiva y una negativa-, en cada
uno de los rincones de Chile.
Una Región como la de Aysén, por ejemplo, carece de
un camino que la conecte con el resto del país. Es preciso viajar en buque,
sujeto a itinerario, cupo y condición climática. Tener que trasladarse por
Argentina cambia la vida radicalmente, desde luego, así como también el no
contar con una universidad con estudios completos ni con especialidades
médicas. Podría extenderme mucho en ello.
En este punto deseo formular una pregunta. Como
estamos en votación, es más difícil que sea respondida de inmediato, pero
solicito que para tal efecto se recabe el asentimiento unánime de la Sala. Dice
relación con el compromiso contraído en La Moneda por el Vicepresidente de la
República, en representación del Primer Mandatario, y los Ministros señores
Larroulet y Chadwick con el Movimiento Social por Aysén, ante la presencia de
los cuatro parlamentarios de la Región, en el sentido de que la petición de un
ingreso mínimo regionalizado comprenda, como componente, el traspaso a los
trabajadores, con los ajustes del caso, de la bonificación a la contratación
establecida por el decreto ley N° 889. Ello se asumió formalmente y se firmó
en La Moneda en marzo recién pasado, y queremos saber, por lo que nos han
planteado los dirigentes, cómo se va a cumplir.
La última versión que conocemos es que existe una
alternativa en la ley de zonas extremas y que otra se encuentra en convenir
que, a partir de la próxima discusión presupuestaria, se incluya el punto sobre
la base de salvaguardar el interés por emplear personas, con todos los
componentes que hemos señalado.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Puede intervenir el Senador señor Hernán
Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, no puedo sino lamentar que al iniciar mis
palabras tenga que manifestar una inquietud respecto de la conducción de la
sesión por la Mesa en la tarde de hoy.
A mi juicio, usted no ha guardado la debida forma
con relación al Reglamento, que lo obliga -no hago referencia a un Senador ni
a un Partido determinados- a tomar ciertas decisiones. El artículo 23, número
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3°, dispone, entre otras cosas, que le corresponde “disponer que se despejen
las galerías y la parte de las tribunas destinadas al público cuando los
asistentes a ella desobedezcan por dos veces su advertencia de no hacer
ruidos o manifestaciones”, etcétera.
¿Cuántas veces se dirigió usted a esas personas para
pedirles que dejaran de hacer manifestaciones o ruidos? Numerosas. Sin
embargo, no le hicieron caso y la situación se prolongó.
Pero, adicionalmente, como lo recordó mi Honorable
colega Coloma, el número 8° del mismo artículo expresa que el Presidente
tiene que actuar en representación del Senado para resguardar “la dignidad de
la Corporación”.
Pienso que los hechos ocurridos hoy día no se
concilian con ese concepto. Cuando los asistentes en las tribunas le dan la
espalda a la Sala en el momento en que intervienen un Senador o un Ministro,
efectúan un acto extremadamente grosero. Y le expreso, señor Presidente aunque no me esté mirando-, que usted debió haber velado por la dignidad del
caso.
Además,
Su
Señoría
hizo
una
afirmación
perfectamente injusta, para mi gusto: “No tengo la culpa de que los
trabajadores les den la espalda a los Senadores de la Derecha”. Usted tiene la
responsabilidad de reconocerles a los Senadores de la República -el
Reglamento no distingue por partido político- la dignidad que les corresponde.
Aquí deseo agregar también la de los Ministros de
Estado, porque los trabajadores hicieron exactamente lo mismo cuando
intervino el señor Felipe Larraín.
Estimo que ello no se cumplió.
Deseo puntualizar que quienes estaban ahí no eran
todos trabajadores. Esas personas repartieron un volante -lo tienen en sus
manos quienes quisieron recogerlo- firmado por el Partido Comunista Chileno.
Y ello lo acredita incluso la página web que ahí se señala, la cual he tenido la
posibilidad de abrir. Presentan una galería de fotos de homenaje, entre ellas la
de Stalin, y un artículo reivindica su imagen. En otro se respalda a la República
Popular Democrática de Corea. Es decir, se trata del Partido Comunista hecho
y derecho.
El señor LAGOS.- Es otro.
El señor LARRAÍN.- No sé si usted, señor Presidente, calificó de “trabajadores”
a quienes les han dado vuelta la espalda a los Senadores de la República.
Quisiera preguntarle si acaso así se defiende la dignidad de la Corporación y de
sus miembros.
Por mi parte, creo que la respuesta es negativa.
En seguida, considero completamente improcedente
el debate respecto de la desigualdad. La que se registra es una situación
heredada de Administraciones anteriores y que al menos en 20 años, durante
el período de la Concertación, no se movió un centímetro. Por lo tanto, hacer
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hoy día gárgaras en orden a que toda nuestra tarea debe apuntar a romper
una brutal disparidad, como si se viniera llegando de las Naciones Unidas, me
parece completamente fuera de foco, fuera de lugar.
Por cierto, tenemos que abocarnos a ello. Y estamos
empezando a hacerlo.
Espero, también, una reforma tributaria más fuerte,
porque el principal camino por seguir es la educación, no subir el ingreso
mínimo.
Deseo consignar que, como todos, habría esperado
un monto mayor. Me decepciona que no seamos capaces de otorgarlo por
distintas razones, las cuales no voy a analizar, porque no tengo tiempo.
Además, quiero referirme a un problema de carácter
constitucional que no es menor.
Si se acoge la proposición del informe sometido a
nuestra consideración, que consigna el rechazo de la indicación formulada en
este trámite por el Ejecutivo, lo que vamos a aprobar es un texto que dice así:
“Artículo único.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 y el año 2013 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de
la presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público”.
Quiero preguntarle, señor Presidente, si acaso ello
reviste el carácter de proyecto de ley.
Se trata de una ridiculez, de una burla jurídica, y no
me parece que el Congreso pueda despachar una norma de esa índole.
El señor ESCALONA (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor LARRAÍN.- Pido un minuto para poder concluir.
El señor ESCALONA (Presidente).- Muy bien.
El señor LARRAÍN.- Gracias.
Opino que ello resulta inadmisible, señor Presidente.
Considero que usted no puede firmar un oficio que despacha un texto irracional
en su contenido y que no se explica. En efecto, el artículo único se refiere a los
artículos 1°, 2° y 3°, y estos no existen.
Juzgo necesario hacerse respetar, pero para eso hay
que hacer las cosas bien. La redacción no es aceptable. Lo único razonable
sería votar en contra, para después acoger algunas de las disposiciones de la
indicación del Ejecutivo. Pero si se aprueba la proposición contenida en el
informe, estamos induciendo a que el país se ría, con razón, de la labor del
Congreso.
Y todavía más, la desaprobación de la acción
parlamentaria -ya no es la de los partidos políticos- se justifica por estas
cosas: porque no somos capaces de respetar la dignidad del Senado, como ha
ocurrido hoy día en la tarde, y porque despachamos proyectos de ley que son
irracionales. Eso no es respetable ni aquí ni en ningún país del mundo.
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He dicho.
--(Aplausos en la Sala).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Patricio
Walker.
El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente, durante el debate he
escuchado mucho el planteamiento de que deberíamos hacer o no hacer
determinadas cosas en materia de políticas públicas, en función de lo que se
efectuó o no se efectuó en los años anteriores.
La verdad es que discrepo de ese argumento.
En los años noventa se construían viviendas
progresivas de 24, 26, 28 metros cuadrados. Nos hubiera gustado levantar
casas más grandes, pero la realidad del ingreso per cápita del país no nos
permitía obtener una recaudación fiscal que lo hiciera posible. El Gobierno de
la Presidenta Bachelet terminó entregando viviendas dinámicas, sin deuda, de
más de 40 metros cuadrados. Y con esta modalidad, la gente dejó de pagar
dividendos.
Eso me parece bien, porque un edificio se construye
piso a piso. Una vez que se levantan los primeros, se puede seguir en los
demás.
Daré a conocer dos cifras muy elocuentes: el ingreso
per cápita ha subido en 200 por ciento desde el año 80 a la fecha; en cambio,
el salario mínimo real en ese mismo lapso se ha incrementado en 30 por
ciento.
Otro dato: el ingreso per cápita de Chile es el
segundo más alto de América Latina, pero nuestro ingreso mínimo en ese
mismo ámbito ocupa el séptimo lugar.
¡Quién vive con 193 mil pesos considerando gastos
de alimentación, vestuario, transporte, educación! ¡Quién!
Se dice que esto va a afectar a las pymes, señor
Presidente. En verdad, hoy día las grandes compañías están tercerizando, por
ejemplo, los servicios de aseo. Y la mayoría de tales empresas externalizadas
pagan el mínimo. Un antecedente: en los últimos 26 meses el porcentaje de
asalariados tercerizados subió de 11,6 a 17,5. Esto no es un invento;
constituye un dato duro del INE.
Por otra parte, se ha expresado que hay demagogia y
populismo en intervenciones que se han efectuado acá, incluso en la del
Presidente de Renovación Nacional. A mi juicio, quienes han manifestado eso
deben una explicación a varios Senadores en este Hemiciclo.
Es cierto que no es irrelevante el monto del salario
mínimo para el tema del desempleo. ¡No es irrelevante! Pero no siempre un
aumento significativo produce mayor cesantía. Recordemos que en el año 90,
durante el Gobierno del Presidente Aylwin, se subió en 20 por ciento real el
ingreso mínimo y el promedio en los cuatro años de mandato fue de 7 por
ciento real. No obstante, hubo un desempleo de 6,1 por ciento.
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Unas 600 mil personas -se discute la cifra- reciben el
sueldo mínimo, y 75 por ciento de los trabajadores ganan menos de 350 mil
pesos. Son datos duros proporcionados por el INE.
¡Y después algunos se escandalizan con los
movimientos sociales, con la rabia y con el descontento ciudadano!
Todos tenemos que contribuir a cerrar esas brechas.
Yo represento a la Región de Aysén, donde hubo un
movimiento social, a raíz de lo cual el Gobierno se comprometió a crear un
salario mínimo regionalizado. Hoy día existe un subsidio a la contratación de
mano de obra, que recibe el empleador. Son 31 mil pesos por trabajador. El
compromiso que hizo el Gobierno en La Moneda a fines de marzo con Iván
Fuentes, vocero del Movimiento Social por Aysén, fue que dicho subsidio iría a
parar al bolsillo del trabajador. Sin embargo, seguimos esperando que ello se
cumpla.
En mi Región el costo de la vida (en vestuario,
alimentación, transporte) es 30 a 35 por ciento más alto que en el resto de
Chile. No tenemos conectividad terrestre: la gente necesita más dinero para
movilizarse en barcaza o en avión. Y depende de Argentina para unirse con el
resto del país.
Me hubiera encantado que el anuncio del puente de
Chacao se hubiera replicado en Aysén en orden a asegurar la inversión para la
Carretera Austral, no solo para financiar los estudios, sino para la ejecución de
las obras. Hemos abordado este asunto en la Comisión Especial de Zonas
Extremas -varios Senadores lo plantearon-, al objeto de garantizar la
conectividad terrestre de la Región de Aysén con el resto del país, a través de
vías continuas propias y no seguir dependiendo de Argentina, del avión o de la
barcaza.
Señor Presidente, en Aysén necesitamos muchas
cosas (mañana tendremos una sesión sobre esto en la Comisión Especial):
zona franca, salario mínimo regionalizado, conectividad. Sin embargo, quiero
señalar, con convicción absoluta, que el Movimiento Social por Aysén se debió
-la rabia, la molestia, la indignación- en gran parte a la desigualdad que existe
en nuestro país.
Por ello, pido al Gobierno que cumpla su palabra y
que envíe el proyecto de ley sobre salario mínimo regionalizado. Mientras eso
no ocurra (lo hemos conversado con Iván Fuentes, con el Movimiento Social
por Aysén), quedará la sensación de que el compromiso asumido en La
Moneda no se ha cumplido. ¡No se ha cumplido! Por consiguiente, reitero dicha
petición a los Ministros que hoy día nos acompañan.
¡Aysén también es Chile! ¡Aysén es parte de nuestro
territorio y su gente necesita respeto y que se cumplan los acuerdos!
En consecuencia, voto a favor del informe de la
Comisión de Hacienda para pronunciarme en contra de lo propuesto por el
Gobierno.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Uriarte.
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El señor URIARTE.- Señor Presidente, una de las cosas que más detesta la
opinión pública en general de los políticos es verlos decir una cosa y hacer
otra; es argumentar en un sentido y al poco tiempo intervenir exactamente en
el sentido contrario.
Y eso es lo que a mí me ha pasado al revisar el Diario
de Sesiones del 27 de junio del año 2009, versión que contiene lo dicho en una
sesión que se verificó en este mismo Hemiciclo.
La Senadora Alvear aparece manifestando que le
preocupa “la evidente disminución de la actividad económica”, ante lo cual
llama a actuar con especial cuidado al momento de decidir lo relativo al salario
mínimo. Dice: “Quiero ser muy franca al señalar que me hubiera gustado -creo
que estábamos en condiciones de acogerlo- un incremento de 5 por ciento”.
Después el Senador Letelier -voy a citar solo a
colegas que siguen en el ejercicio del cargo- sostiene: “...no cabe duda de que
este debate se da en un contexto histórico determinado: la crisis global que
vive el planeta, derivada de un desastre financiero provocado por
especuladores que no solo generó pérdidas masivas para algunas personas
sino que repercutió sobre la economía real. Y Chile también ha sentido ese
impacto.”.
Después aparece la intervención del Senador Gómez,
quien, con gran clarividencia, afirma: “el Senado debiera sostener un debate a
fondo acerca de estas materias” -anoten- “y sobre las reales capacidades del
país para establecer criterios de ingreso mínimo posibles de llevar a la práctica,
que sean aceptables para aquellos trabajadores que, en esta oportunidad,
verán aumentadas sus remuneraciones de 159 mil a 165 mil pesos
mensuales”.
¡Realismo puro, señor Presidente!
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Luego, el Senador Navarro -hoy en la testera- señala:
“Claramente, este debate no debiera realizarse en el Parlamento. Lo hemos
dicho muchas veces. Integré por 12 años la Comisión de Trabajo en la Cámara
de Diputados y sostengo que discutir el sueldo mínimo -la única posibilidad que
le cabe al Congreso es decir “sí o sí”, porque pronunciarse en contra implica
que no haya aumento- constituye un ejercicio hasta inmoral”.
Agrega el Senador Navarro, también con mucha
sabiduría: “Sería bueno crear un consejo consultivo, como asesor permanente,
para que el sueldo mínimo no se debatiera en 48 horas”, sino como
corresponde a un proyecto de ley, etcétera, etcétera.
Y el Senador Escalona -tomen nota- sostuvo: “Señor
Presidente, creo que en la discusión no se ha subrayado con suficiente energía
un aspecto que, a mi juicio, es importante que asuma la opinión pública -o que
esta, tal vez, asume mucho mejor que nosotros-, cual es que vivimos una
situación difícil”.
Agrega más adelante, con destacada y notable visión
de Estado: “En lo personal, comparto el discurso expresado acá de que la
política no se puede hacer en función de la popularidad, porque ello pervierte y
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DISCUSIÓN SALA
deforma, desvía la mirada de los hechos de fondo y de las acciones concretas
simplemente por la foto, por el titular en los medios de comunicación o por la
cuña televisiva”.
Y concluye: “En todo caso, sin perjuicio de las
circunstancias y contingencias descritas, los partidos de la Concertación, a la
postre, damos claras muestras de la capacidad de gobernabilidad y de
entender el país más allá del estrecho límite de nuestras fronteras partidarias e
incluso de la propia coalición. Más allá de los temas de la política contingente
aquí hay algo mayor que se llama ‘Chile’.
“Voto a favor”.
Podría seguir enumerando citas, pero muchos de los
señores Senadores ya no son parte de esta Corporación.
Pero lo que importa señalar aquí es que no hay
coherencia entre lo que dijeron los Senadores en 2009 como Gobierno y lo que
manifiestan ahora como Oposición.
Tampoco existe coherencia, desde el año 90 a la
fecha, entre el tiempo promedio que demoraba la tramitación de los anteriores
proyectos y el que está tardando la de esta iniciativa. Esta materia se discutía
en general y en particular en 1 o 2 días. Ahora llevamos 27, y todavía no
logramos despacharla, a fin de que los trabajadores puedan gozar del reajuste
al salario mínimo.
De igual modo, no hay relación -con esto terminoentre el 2 por ciento en que se aumentó el salario mínimo en el Gobierno
anterior y el 6 por ciento real que se propone en esta ocasión.
El señor ROSSI.- ¡Ese no es el real!
El señor QUINTANA.- ¡No!
El señor URIARTE.- Por ello, más allá del guarismo, pido coherencia entre lo
que se dice y lo que se hace. Espero que el llamado a la seriedad, a la
responsabilidad y al sentido de país que se formuló en el pasado siga
prevaleciendo hoy.
En consecuencia, vamos a pronunciarnos a favor de
la posición del Gobierno, que en esta oportunidad se traduce en un voto
negativo al informe de la Comisión.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Muñoz
Aburto.
El señor MUÑOZ ABURTO.- Señor Presidente, las bancadas de Oposición han
sido sorprendidas por la interpelación de que ha sido objeto usted por parte de
un Senador de Gobierno.
Se le ha dicho, injustamente, que no ha resguardado
la dignidad de los parlamentarios presentes. ¡Nada más alejado de la realidad!
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DISCUSIÓN SALA
Si hay alguien respetuoso de la institucionalidad, de la democracia y de las
demás personas, es usted, señor Presidente.
Muchos Senadores se levantan de sus asientos,
conversan y no escuchan a quien interviene. ¿No es eso acaso faltar a la
dignidad de los que estamos presentes?
Cuando los trabajadores reclaman en forma
silenciosa, manifiestan de mejor modo su protesta contra un salario mínimo
que no los satisface. Según algunos, ¡eso atenta contra la dignidad de los
Honorables Senadores y de los señores Ministros...!
¡Qué alejados están de la realidad!
Lo que usted hizo, señor Presidente, fue una
afirmación que buscaba distender un ambiente tensionado en la Sala, situación
provocada por los partidos de Gobierno.
¡Para nadie es un misterio que durante estas
semanas el problema no ha estado radicado en los Senadores de la Oposición,
sino en los de Gobierno! ¡Algunos de ellos decían “200 mil pesos”, mientras
otros hablaban de “193 mil pesos”!
Hay quienes piensan que ese intento por distender el
ambiente afecta y ofende la dignidad de los Senadores. Ello no ha ocurrido en
ningún momento de la sesión. Muy por el contrario, los trabajadores realizaron
una expresión democrática esta tarde al manifestarse en la forma que
estimaron más conveniente.
Seguirá teniendo nuestro respaldo, señor Presidente.
No se preocupe por las críticas efectuadas.
En relación con la iniciativa que aumenta el salario
mínimo, quiero realizar algunas precisiones.
El fin de semana recién pasado fuimos objeto de una
campaña de parte del Gobierno a través de los medios de comunicación a nivel
nacional. Se indicó que seríamos responsables de no incrementar el ingreso
mínimo a los trabajadores del país y que estábamos demorando el trámite de
la iniciativa. Lo que no se dijo fue, primero, que el Ejecutivo presentó tarde el
proyecto; segundo, que el guarismo propuesto no satisface las aspiraciones de
las trabajadoras y los trabajadores, y tercero, que de todos modos se va a
enviar un veto para otorgar un escuálido reajuste que incrementa el salario
mínimo a 193 mil pesos.
¡Se le ha mentido a Chile, a los trabajadores! Pero la
gente se da cuenta de quién dice la verdad y quién dice falsedades.
Voy a votar en contra del aumento propuesto y a
favor del informe, por las consideraciones que ya expresé la semana pasada:
no se han atendido las peticiones que días atrás se formularon respecto del
ingreso mínimo regionalizado para zonas extremas; de posibles reformas
laborales; de fijar mecanismos para determinar un salario ético, un salario
justo, un salario que efectivamente supere la línea de la pobreza, como
recomiendan los diferentes acuerdos de la OIT.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Novoa.
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DISCUSIÓN SALA
El señor NOVOA.- Señor Presidente, quiero fundamentar mi voto en contra del
informe de la Comisión de Hacienda.
Pero, antes de ello, deseo referirme a algunos temas
que se han tratado en esta sesión.
Creo que efectivamente se atenta contra la dignidad
del Senado, en primer término, cuando llevamos 27 días discutiendo el
proyecto. Debiéramos haber tenido la capacidad de ponernos de acuerdo antes
o, por lo menos, de votarlo antes, pues esta materia afecta a cientos de miles
de trabajadores y a millones de beneficiarios de la asignación familiar y del
subsidio familiar.
En segundo lugar, considero que no ayuda al
prestigio de esta Corporación ni el desarrollo que tuvo la sesión, ni el texto que
debemos aprobar, que es uno vacío, sin contenido.
En tercer término, tampoco contribuye a la dignidad
de nuestro trabajo realizar un debate donde la disparidad de datos que se
esgrimen es tremenda. No existe un esfuerzo -o no se nota- por tratar de
llegar a una mínima base de entendimiento cuando los argumentos entregados
son tan disímiles. Y no estoy hablando de opiniones, porque se puede tenerlas
todas, siendo muy legítimo que cada uno pueda poseer una visión distinta.
Pero no es lógico que tengamos datos tan distintos sobre los afectados por el
salario mínimo, quiénes lo pagan y quiénes no lo hacen.
Se habla del tema regional. No obstante, nadie
señala, por ejemplo, que las Regiones extremas o las mineras son las que
muestran la menor cantidad de trabajadores que reciben el ingreso mínimo. Y
al contrario, otras, como la Novena Región, la Octava y la Séptima -donde lo
más probable es que no haya tantos subcontratistas-, por ser más bien
agrícolas, tienen un sueldo mínimo completamente distinto.
O sea, hay disparidad para poder analizar este asunto
tan impactante que a mí me asombra.
No desearía entrar en el debate, sino tan solo hacer
una reflexión: acá se habla de un salario mínimo de 193 mil pesos, que
significa un reajuste de 6 por ciento; o sea, el doble de la inflación.
Se ha planteado también el guarismo de 200 mil
pesos, que equivale, más o menos, a un reajuste de 10 por ciento. Y también
se habla del ingreso ético ascendente a 250 mil pesos, que implica un aumento
de 40 por ciento.
Quiero preguntar si alguien hoy día está en
condiciones de trasladar a precios 3, 4, 5, 8 o 12 por ciento de aumento de
costos así como así.
Vivimos en un país donde la inflación es de 3 por
ciento. Incluso, queremos que sea más baja aún.
Entonces, no resulta tan razonable plantear que
respecto de un elemento que no solo va a afectar el ingreso mínimo, sino que
subirá en general los costos, pueda tan livianamente plantearse que se quiere
20 o 30 por ciento más. La realidad es que no es razonable hacerlo.
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DISCUSIÓN SALA
No quiero entrar en el debate de otros elementos que
se han dado; pero sí señalar que un reajuste como el que propone el Gobierno
-el doble de la inflación pasada y que significa 8 por ciento de incremento en
las asignaciones familiares y en el subsidio único familiar-, va a beneficiar a 2
millones y medio de causantes. Creo que vale la pena considerar el proyecto y
que sería un error gigantesco del Congreso rechazarlo.
Voto en contra del informe de la Comisión.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente, en realidad, el debate o las
argumentaciones han ido derivando en algunos temas que es bueno que el
Senado encare de una buena vez por todas.
La semanada pasada, cuando se nos solicitó habilitar
el proyecto en debate para que pudiera conocerlo la Cámara de Diputados,
nosotros preguntamos, legítimamente, para qué quería hacer eso el Gobierno.
Hasta ahora, la respuesta que tenemos es que quería
eso, para volver a discutir en el Senado lo mismo que ya había rechazado dos
veces la otra rama legislativa.
Considero legítimo que el Senado se pregunte si
realmente es serio de parte de un Gobierno -es el que tiene la iniciativa en
esta materia- someter a la opinión pública y al Congreso a una tramitación de
una iniciativa respecto de la cual no ha pensado nunca establecer posibilidad
alguna de diálogo ni generar un consenso en una materia tan sensible para los
trabajadores, como es la fijación del salario mínimo.
Y digo esto en respuesta al señor Ministro de
Hacienda, quien no puede venir acá y afirmar por segunda vez que el
Ejecutivo ha tenido una actitud de diálogo, en circunstancias de que nunca lo
ha hecho con la Oposición, hasta ayer en la noche, cuando se reunió con
algunos colegas que nos representaban. Sin embargo, no fue un diálogo según la versión que tenemos-, sino que se les notificó que las cosas seguían
exactamente igual.
El Ministro no puede pensar que dialoga con la
Oposición -aunque así sea- cuando trata de llegar a un acuerdo con los
partidos que respaldan al Gobierno.
A lo mejor aquí se da el fenómeno kirchnerista de
que el Gobierno y la Oposición están en los mismos partidos de la Derecha.
Pero con nosotros no ha conversado ni tampoco con
los actores sociales. Y lo digo con respeto al señor Ministro, a propósito de la
intervención del Senador señor Hernán Larraín.
El Honorable colega tiene razón cuando dice que el
proyecto que estamos votando es una vergüenza. Pero digámoslo con claridad:
es una vergüenza, porque la petición tenía como propósito evitar el trámite de
Comisión Mixta aceptada en la Comisión. Y es una vergüenza, además, porque
el Gobierno -que es el que tiene la responsabilidad de la iniciativa en materia
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DISCUSIÓN SALA
económica- no repuso las indicaciones rechazadas en la Comisión, para
discutirlas en la Sala.
Entonces, la indignidad del Senado es la consecuencia
de la indiferencia y frivolidad con que el Ejecutivo trata al Congreso Nacional.
Esa es la situación.
El problema del país con las expectativas de un
salario mayor no fueron generadas por la Oposición, sino por el propio
Gobierno cuando el Presidente de la República el último 21 de mayo dijo que el
país ha crecido como nunca en la historia; que en Chile -hizo una frase
maravillosa-, por primera vez, los empresarios salen a buscar a los
trabajadores y no los trabajadores a los empresarios.
¿Qué quería decir con eso? Pleno empleo. Una
marcha económica que es espectacular.
A los diez días, cuando se supone que empieza a
discutirse lo referente al salario mínimo, la Ministra del Trabajo importa la
crisis española. De ahí en adelante todo caos, todo problema, todo desempleo.
No se puede hablar nada.
El salario de 200 mil pesos no es un capricho nuestro.
Tiene que ver con la inflación, el alza de los alimentos que conforman la
canasta básica familiar, que es la que consumen los sectores más vulnerables.
Carecen de otros indicadores.
Los 200 mil pesos no es una cifra que hayamos
inventado nosotros. La debatieron pública e internamente los Senadores de
Renovación Nacional. No es un antojo nuestro; es lo mínimo necesario para
que los trabajadores recuperen en parte el poder adquisitivo perdido por el
alza de los alimentos, lo que no ha sido desmentido acá. Porque eso sí que lo
viven los chilenos en el día a día.
Entonces, ¡por favor!, no confundamos las cosas.
Cuando se pide coherencia, nosotros también
tenemos derecho a exigirla.
El tema del salario ético lo planteó la Iglesia Católica;
lo asumieron los candidatos en la última campaña presidencial. El primero que
lo hizo fue el candidato que hoy día es Presidente de la República.
Entonces, los trabajadores tienen derecho a exigir
que cumpla su palabra a quien se comprometió.
Hablaba recién el jefe de la bancada de la UDI de
coherencia mínima; de por qué ayer decíamos una cosa y hoy día podemos
decir otra.
Exigimos coherencia; que el Presidente cumpla las
cosas que prometió. Recordaba el Senador señor Patricio Walker recién que en
Aysén, pese a las condiciones en que se encuentra, no han sido capaces de dar
lo ofrecido. Es un problema de expectativas. El país y los trabajadores
chilenos están cansados, al igual que nosotros en nuestro papel de Oposición.
Estamos aburridos con un Gobierno que no dialoga, que no escucha, que lo
único que pretende es imponer, pasar la aplanadora.
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Sacan las cuentas, no les importa, no tienen respeto,
sienten desprecio por la institucionalidad democrática que es el Congreso.
Parece que no les interesara buscar acuerdos que
permitan mantener políticas responsables en el tiempo.
El año 2009 los Senadores que intervinieron lo
hicieron en medio de una verdadera crisis, en que se buscó acuerdos y
consenso en el Parlamento para encararla, protegiendo a los más modestos.
Y quiero recordar una última cosa: el Senador señor
Hernán Larraín habló que desde el año 90 a la fecha no se ha avanzado nada
en igualdad. Sin embargo, la prioridad social, política, ética y moral de todos
los Gobiernos de la Concertación, hasta el último día del mandato de la
Presidenta Bachelet, fue tratar de avanzar para ir terminando con todos los
niveles de la pobreza extrema, con la pobreza dura.
Es inadecuado no reconocer que del 45 por ciento con
que recibimos el país el año 90 al 13 y 14 por ciento de hace dos años en
reducción de la pobreza, fue el éxito de una política pública de la cual formó
parte también el Congreso, incluyendo a la Oposición, que votó favorablemente
muchas de esas políticas sociales.
Entonces, ¡por favor!, venir aquí a hacer la afirmación
de que no se ha hecho nada en materia de igualdad es un contrasentido.
Absolutamente
El señor LARRAÍN.- Está muy equivocado, señor Senador.
El señor PIZARRO.- Y se lo digo por lo siguiente: los niveles de desigualdad y
de mayores ingresos de algunos pocos sectores se empezaron a producir bajo
la dictadura, con las privatizaciones. Con ellas los personeros gubernamentales
se enriquecieron. Y lo han hecho mucho más en los últimos años gracias a las
condiciones económicas, a la estabilidad y a la paz social que han procurado
las políticas de estabilidad de los Gobiernos de la Concertación.
El señor LARRAÍN.- ¿Me permite una interrupción?
El señor PIZARRO.- No puedo, señor Senador, porque estoy en la
fundamentación del voto.
Se podrá seguir después con las opiniones que se
quieran. El debate seguramente va a continuar.
En relación con lo expresado por el Senador señor
Novoa, no puede ser indigno que el Congreso discuta durante tantos días un
tema tan sensible como el salario mínimo. Es la oportunidad con que contamos
para revisar lo que pueden ser políticas conducentes para ir avanzando hacia el
mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores y de cada uno de los
chilenos. Pero ello también tiene una explicación: esto se demora porque no
hay diálogo ni vocación de búsqueda de acuerdos por parte de quien posee la
iniciativa para llevar adelante la materia en análisis.
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DISCUSIÓN SALA
Y lo quiero decir por última vez: el único responsable
-¡el único responsable!- de la cifra de un salario mínimo exiguo, mezquino, que
no se condice con la realidad que hoy vive el país es el Presidente de la
República. A nosotros no nos queda sino aprobar o rechazar lo propuesto.
Y por esa razón nos hemos opuesto el proyecto en
debate.
El señor ESCALONA (Presidente).- No concedió la interrupción que le habían
solicitado, señor Senador.
El señor PIZARRO.- Estamos en votación.
El señor ESCALONA (Presidente).- Estoy de acuerdo. No lo estoy interpelando.
El señor PROKURICA.- El Honorable señor Hernán Larraín fue aludido.
El señor ESCALONA (Presidente).- No sé si la voluntad de la Sala es otorgar la
palabra al Senador señor Hernán Larraín, porque el Honorable señor Pizarro no
se hallaba en condiciones de conceder una interrupción.
El señor PIZARRO.- La Mesa tendría que darla a todos los señores Senadores
aludidos en otras intervenciones.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Lily
Pérez. Tal vez ella pueda conceder la interrupción.
El señor LARRAÍN.- Solo si le sobra tiempo.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
La señora PÉREZ (doña Lily).- Señor Presidente, no pensaba intervenir, porque
no voy a defender un sueldo mínimo de 193 mil pesos. Renovación Nacional
aspiraba a un monto superior. Por ende, mis argumentos no avalarán algo en
lo que no creo. Estimo que se podía haber hecho un esfuerzo adicional, pero
somos parte de un Gobierno y, además, gente responsable.
En el pasado -como Diputados y también como
Senadores-, cuando fuimos Oposición, siempre tuvimos la nobleza de votar a
favor del sueldo mínimo, aunque nuestras aspiraciones chocaran con la
realidad de los hechos.
En el Gobierno de la Presidenta Bachelet, el sueldo
mínimo se aumentó en 2 por ciento. Hoy día se está incrementando en 3,3 por
ciento reales, lo que significa un 60 por ciento más.
Por lo tanto, ni siquiera me da rabia, sino pena de
escuchar algunas intervenciones de esta tarde en la Sala. Porque cuando se
habla en contra del Gobierno, del Presidente y de lo que se está haciendo en la
materia de que se trata se usan argumentos que únicamente generan
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hostilidad y odiosidad entre nosotros. Aquí lo importante deberían ser los
trabajadores y el velar por que realmente logremos un acuerdo pensando en
ellos.
Señor Presidente, he querido intervenir para sostener
que nobleza obliga. Reitero que siempre -¡siempre!- en el pasado votamos a
favor del ingreso mínimo, aunque no lo compartiéramos y lo encontráramos
exiguo y muy poco apegado a la realidad. Pero era la situación que vivía Chile:
debido al crecimiento más bajo -comparado con el experimentado durante el
actual Gobierno-, podía dar solo hasta 2 por ciento. Y considerábamos que eso
era serio.
Por tal razón, les solicito hoy día reciprocidad. Que la
Oposición actúe con la misma nobleza. Porque si no lo hacen, el Presidente
Piñera deberá enviar un veto para sacar adelante el ingreso mínimo, porque si
no lo votamos a favor -aunque no nos guste a muchos de nosotros, no vamos
a defender lo indefendible-, los trabajadores no van ni siquiera a contar con el
reajuste propuesto.
Pido votar a favor, no solo por la cuestión políticoética de tratarse de nuestro Gobierno, sino por la conducta histórica que
mostramos cuando éramos Oposición. Hoy día, ustedes se hallan al frente,
pero quisiéramos que actuaran con la misma nobleza con que nosotros
procedimos en el pasado: votar a favor del ingreso mínimo, porque no hay otra
salida.
Esperemos que el 2013 -que, por lo demás, es un
año de elecciones- tengamos un diálogo distinto, que realmente dé
posibilidades de marcar una diferencia en la gente.
Por lo expuesto, Renovación Nacional votará a favor
de la propuesta del Gobierno y en contra del informe de la Comisión de
Hacienda.
El señor ESCALONA (Presidente).- En el saldo del tiempo de la señora
Senadora, tiene la palabra el Honorable señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, hace unas semanas, me parece que
cuando se discutió la habilitación, precisamente me referí a lo que acaba de
señalar el Senador señor Pizarro, en el sentido de que durante los Gobiernos
de la Concertación se había rebajado la pobreza de 40 a 15 por ciento. Y ese
mérito había que reconocerlo. Tal vez fue producto de muchas otras cosas,
pero donde la Concertación tuvo una responsabilidad muy grande.
No obstante, debo expresar al Honorable señor
Pizarro -por su intermedio, señor Presidente- que es muy distinto bajar el
índice de pobreza que reducir la desigualdad. Son dos conceptos económicos y
políticos diferentes. En países como Estados Unidos hay una riqueza muy
grande pero una profunda desigualdad, y se manejan con políticas distintas.
En tal sentido, tenemos que trabajar siempre por
reducir la pobreza. Pero ello no resulta incompatible con reducir la desigualdad,
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DISCUSIÓN SALA
porque se puede ganar una batalla pero perder la otra. Y la Concertación ganó
una solo batalla. Eso dicen las cifras.
Ese me parece el punto de fondo, porque es un
problema conceptual. No se trata de desconocer lo que hizo la Concertación. Y
en mi intervención de hace dos semanas, manifesté exactamente lo que dijo
ahora el Senador señor Pizarro.
Pero la pobreza no es lo mismo que la desigualdad. Y
ojalá que respecto de esta última pudiéramos establecer una política de Estado
compartida, porque es el principal desafío de Chile: reducir una brecha social
escandalosa en tal sentido, tanto como la pobreza.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor
Escalona.
El señor ESCALONA.- Señor Presidente, quiero prolongar un par de minutos la
sesión solamente para referirme a dos temas.
Uno es el relativo a la dignidad.
Como se ha señalado, al Presidente del Senado le
corresponde velar por la dignidad de la Corporación. En este caso, hay una
decisión política del Ejecutivo que me parece muy injusto imputarla a la
Cámara Alta: optar por ir al trámite del veto aditivo. Por algo, el Gobierno lo
planteó de esa manera en la Comisión de Hacienda. E incluso, aceptando la
realidad política que pudiese modificar su opinión en relación con esta materia,
tuvo toda la tarde para haber presentado las indicaciones. Hasta el momento
de iniciarse la votación, ellas no habían llegado.
Por eso, resulta profundamente injusto que se aluda
al Senado y en particular a la Oposición -que es mayoría en esta Sala- como
los responsables de esta falta de dignidad, porque se va a votar por el informe
de la Cámara de Diputados, que en el fondo fue lo que aprobó nuestra
Comisión de Hacienda. Hay una cuestión política. El Ejecutivo, en su decisión
de no promover el diálogo -equivocada en mi opinión-, no quiso ir a Comisión
Mixta. Si hubiera presentado indicaciones, hubiésemos contado con una
instancia más de debate.
Ahora, el camino es distinto. El Parlamento, en sus
dos Cámaras, simplemente tendrá la opción de votar a favor o en contra de lo
que diga el veto del Ejecutivo.
Entonces, aquí hay una decisión de no dialogar. Por lo
tanto, es profundamente injusto que a nosotros se nos impute responsabilidad.
Y en segundo lugar, lamento profundamente -no era
mi ánimo- que se hubiesen retirado los trabajadores que estaban en las
tribunas. ¿Por qué razón? Porque ellos son del retail -como aquí se ha
señalado-, que corresponde a uno de los sectores más afectados por la
debilidad de la negociación colectiva en el país.
Ellos tienen como base el sueldo mínimo. Pero sus
gratificaciones se calculan sobre esa base. Por lo tanto, no les resulta
indiferente la cifra que finalmente alcance el salario mínimo. Porque, como los
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DISCUSIÓN SALA
empleadores del retail inscriben 100, 105, 110, 140 razones sociales distintas
y esos trabajadores tienen serias dificultades para llevar adelante la
negociación colectiva, en definitiva esta consiste en lo que aquí, en el Congreso
Nacional, se establezca como salario mínimo. Ello, debido a que la violación de
sus derechos laborales los debilita y, en muchos casos, les impide negociar
colectivamente frente a su respectivo empleador.
En consecuencia, producto de la violación de esos
derechos, somos nosotros, en los hechos, los que cumplimos la función de
sindicato. Entonces, resulta obvio que a ellos les importa cuál sea el monto del
salario mínimo, pues afecta directamente en los ingresos que van a percibir en
el curso del año.
Por tanto, señor Presidente, que no se recurra
simplemente al viejo argumento de que toda esta motivación responde a
demagogia y populismo.
Nosotros presentamos un proyecto de reforma laboral
-cuando el Diputado Andrade era Ministro del Trabajo- para resolver la falta de
negociación colectiva en el retail. Pero el actual Ministro de Defensa, don
Andrés Allamand, recurrió en ese entonces al Tribunal Constitucional, con la
firma de algunos colegas, y nos echaron abajo esa reforma.
El actual Presidente de la República comprometió un
proyecto de ley sobre el llamado “multirrut”, el que no se ha cumplido, hasta
hoy.
Incluso más, estimados colegas, la Central Unitaria
de Trabajadores y la Confederación de la Producción y del Comercio
presentaron una propuesta al Ejecutivo sobre la materia, para fortalecer la
negociación colectiva. Y ni siquiera ese planteamiento ha sido escuchado por el
actual Gobierno, ni siquiera el que viene de los propios empresarios.
Entonces, no nos agobien con ese argumento, no
extremen la retórica, porque eso también nos resulta ofensivo. Del mismo
modo, nosotros tenemos derecho a considerar que sus ofensas son hirientes
para los de este sector, quienes igualmente nos sentimos burlados en nuestra
condición de parlamentarios.
Arturo Martínez, tan vilipendiado como dirigente
sindical y del cual muchos de ustedes se mofan en sus intervenciones, puso su
prestigio como líder sindical para firmar un acuerdo con la organización de los
empleadores con el propósito de buscar alternativas que permitieran fortalecer
la paz social, para mejorar la negociación colectiva, cuya limitación constituye
uno de los más graves problemas que aquejan a nuestro país y una de las más
graves causas de la desigualdad. ¡Y el Gobierno, representado aquí por el
señor Ministro de Hacienda, ha hecho caso omiso! ¡Ni siquiera le ha dado
respuesta, estimados colegas, a una petición formulada por la Central Unitaria
de Trabajadores y la Confederación de la Producción y del Comercio!
Entonces, tengamos cuidado. Nosotros también nos
sentimos ofendidos por el abuso de la retórica.
He dicho.
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DISCUSIÓN SALA
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.
El señor LAGOS.- Señor Presidente, intervendré muy brevemente, porque ya
hice uso de la palabra.
He escuchado con atención. Y quiero decir, solo para
el record de este Senado, que aquí estamos ya en un mundo medio
esquizofrénico. Porque los que vamos a ayudar al Gobierno en esta instancia
seremos los miembros de la Oposición, ratificando lo que aprobó la Cámara de
Diputados en este artículo único, que es una ridiculez. Y en esto último
estamos todos de acuerdo, pues los cinco miembros de la Comisión de
Hacienda -quiero que quede en el record- sostuvimos que había que oficiar a la
Cámara Baja porque esto era impresentable. En la norma pertinente se señala
que los gastos que irroguen los artículos 1º, 2º y 3º serán con cargo al Tesoro
Público. El problema es que no hay artículos 1º, 2º y 3º. En realidad, estamos
ante algo francamente risible.
Por eso, yo les pediría más respeto, porque uno
comienza a “mosquearse”. ¿Me explico? Claro, porque, si eso ocurre, uno
puede decir: “¿Saben qué más? Hagámoslo al revés. Ustedes consigan la
mayoría para aprobar lo que hizo la Cámara de Diputados, y yo me pongo un
exégeta del procedimiento legislativo y rechazo esto”. Por consiguiente, el
problema es del Gobierno, por cuanto son el Ministro de Hacienda y el Ministro
Larroulet quienes han pedido, en todos los tonos posibles, que el proyecto no
vaya a Comisión Mixta y ni siquiera pase a tercer trámite.
Por lo tanto, pido que nos nivelemos un poco,
porque, si no, uno empieza a “mosquearse”, como diría mi abuelita, que en
paz descanse.
Gracias.
)-------------(
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Falta por fundamentar el voto el Senador
señor García-Huidobro, a quien le cedo el uso de la palabra.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, creo que no es el momento
de estar tratando ahora el tema de los animales peligrosos.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Por eso, precisamente, ha quedado
postergado.
Tiene la palabra, señor Senador.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- En primer lugar, señor Presidente, creo que aquí
tenemos una responsabilidad política e histórica en cuanto al ambiente que se
va creando con los discursos pronunciados.
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DISCUSIÓN SALA
Y lamento profundamente que lleguen no solo
insultos de parte de quienes visitan el Congreso, por muy dirigentes sociales o
políticos que sean, sino también agresiones ya físicas. Sus Señorías vieron la
cantidad de monedas que cayeron, y el día de mañana puede ser cualquier
otra cosa.
Y no solo el Presidente y la Mesa sino todos nosotros
tenemos que crear un clima de diálogo real y no seguir con estas tensiones
que, en definitiva, más mal le hacen al país y al Parlamento.
Entrando ya en materia respecto del proyecto que
nos ocupa, quiero valorar la decisión que adoptó el Gobierno en cuanto a
reajustar en 8 por ciento las asignaciones familiares, porque es una manera de
ayudar a quienes tienen más cargas familiares y más hijos. Y eso constituye
una señal importante, en el sentido de apoyar a las personas más vulnerables.
En cuanto a los planteamientos que señalan que este
es un reajuste mínimo, casi vergonzoso, uno también puede ocupar los
mismos términos.
¿Ustedes saben cuánto fue el incremento real del
sueldo mínimo entre 2003 y 2004, durante el Gobierno del Presidente Lagos?
Un 0,5 por ciento. En los años 2006 a 2007 fue de 1,9 por ciento. Y entre 2008
y 2009 -estoy hablando ahora del Gobierno anterior- se registró un 0,9 por
ciento de aumento real, contra un 3,3 por ciento que está ofreciendo hoy el
Ejecutivo y un 8 por ciento en las asignaciones familiares.
Me parece, señor Presidente, que se está llegando a
un límite que no le hace bien a la democracia ni a este Parlamento. Porque da
la sensación -ojalá me equivoque- de que la idea es negarle la sal y el agua a
este Gobierno...
El señor LAGOS.- ¡Si le hemos aprobado todos los proyectos!
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.-... y tensionarlo al máximo, primero, en las
elecciones municipales, y después, en los comicios parlamentarios y
presidenciales del próximo año.
Y podría darse la situación de que no hubiera
reajuste, cosa que nosotros nunca hicimos siendo Oposición. O, por último, de
que se postergara para el próximo mes, lo cual afectaría, justamente, a la
gente más pobre. Y ello no debiera ser responsabilidad de este Parlamento.
Le quiero decir con todo respeto a mi colega Pizarro
que la Ministra Matthei no importó la crisis española a nuestro país. Ella existe,
y por eso la cesantía ahí ya está llegando a cerca de 30 por ciento.
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DISCUSIÓN SALA
Por lo tanto, lo que ha hecho el Gobierno es mostrar
la realidad que están viviendo las economías más florecientes, que sin duda
nos va a afectar.
Ustedes, cuando estuvieron en el poder, actuaron de
manera responsable en estas materias, e igualmente lo hará este Gobierno,
porque está dirigiendo un país, no solo cumpliendo las intenciones políticas de
un sector.
Yo quisiera estar equivocado, pues vienen momentos
complejos, como la discusión del reajuste de remuneraciones del sector público
y la del Presupuesto de la Nación. ¿Qué pasará cuando tratemos esos
proyectos? ¿Se va a tensionar el ambiente de la misma forma que ahora?
Esas son las dudas que tengo, señor Presidente.
Por eso, espero que haya más tranquilidad y
responsabilidad en todos los sectores. Porque lo contrario no le hace bien al
país, ni menos al prestigio de la política, especialmente en este Parlamento.
Yo solo llamo a abrir mayores posibilidades de
diálogo, entre todos, pero entendiendo que este Gobierno tiene una
responsabilidad -por algo fue elegido por el pueblo-, cual es respetar lo
establecido en nuestra Constitución sobre el envío de estos proyectos con el fin
de cubrir las necesidades de los sectores más vulnerables.
De ahí que espero un cambio de ánimo, mayor
diálogo, mayor respeto, y que estos actos de los que hoy día hemos sido
testigos no se vuelvan a repetir. Porque, sin duda, a pesar de la fuerte
situación vivida, como bien dijeron los Senadores Coloma y Hernán Larraín,
debemos valorar el lugar donde estamos y respetar a quien es nuestro
adversario, siguiendo las reglas de juego de la democracia.
Así que, señor Presidente, pido al Senado continuar
en un ambiente de mayor diálogo, de mayor respeto, y evitar que las
actuaciones hoy día presenciadas tanto por nosotros como por el país se
produzcan nuevamente.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Ya intervinieron todos los inscritos.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su
voto?
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Terminada la votación.
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DISCUSIÓN SALA
--Se aprueba la proposición de la Comisión de
Hacienda (19 votos a favor, 13 en contra y dos pareos), y queda
despachado el proyecto en este trámite.
Votaron por la afirmativa las señoras Alvear y
Rincón y los señores Bianchi, Cantero, Escalona, Frei (don Eduardo), Girardi,
Gómez, Lagos, Muñoz Aburto, Navarro, Pizarro, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide,
Tuma, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Votaron por la negativa las señoras Pérez (doña
Lily) y Von Baer y los señores Chahuán, Coloma, Espina, García, GarcíaHuidobro, Horvath, Larraín (don Hernán), Novoa, Orpis, Pérez Varela y Uriarte.
No votaron, por estar pareados, los señores
Kuschel y Prokurica.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Habiéndose cumplido su objetivo,
corresponde levantar la sesión.
En todo caso, se dará curso reglamentario a las
peticiones de oficios que han llegado a la Secretaría.
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OFICIO APROBACIÓN SIN MODIFICACIONES
3.3. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
Oficio aprobación de Proyecto sin modificaciones. Fecha 17 de julio, 2012.
Cuenta en Sesión 57. Legislatura 360. Cámara de Diputados.
Nº 765/SEC/12
A
S.E.
el
Presidente de la
Honorable Cámara
de Diputados
Valparaíso, 17 de julio de 2012.
Tengo a honra comunicar a Vuestra Excelencia que el
Senado ha aprobado, en los mismos términos en que lo hizo esa Honorable
Cámara, el proyecto de ley que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual,
correspondiente al Boletín N° 8.387-05.
Lo que comunico a Vuestra Excelencia en respuesta a
su oficio Nº 10.265, de 10 de julio de 2012.
Devuelvo los antecedentes respectivos.
Dios guarde a Vuestra Excelencia.
CAMILO ESCALONA MEDINA
Presidente del Senado
MARIO LABBÉ ARANEDA
Secretario General del Senado
Historia de la Ley N° 20.614
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OFICIO LEY AL EJECUTIVO
4. Trámite Veto Presidencial
4.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo
Oficio de Ley a S.E. El Presidente de la República. Comunica texto aprobado
por el Congreso Nacional Fecha 17 de julio de 2012.
Oficio Nº 10286
A
S.E.
EL
PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA
VALPARAÍSO, 17 de julio de 2012
Tengo a honra comunicar a V.E. que el Congreso
Nacional ha dado su aprobación al siguiente proyecto de ley, correspondiente
al boletín N°8387-05.
PROYECTO DE LEY:
“Artículo único.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 y el año 2013 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de
la presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.”.
Dios guarde a V.E.
NICOLÁS MONCKEBERG DÍAZ
Presidente de la Cámara de Diputados
ADRIÁN ÁLVAREZ ÁLVAREZ
Secretario General de la Cámara de Diputados
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OFICIO OBSERVACIONES EJECUTIVO
4.2. Oficio del Ejecutivo a Cámara de Origen
Oficio observaciones del Ejecutivo. Fecha 17 de julio de 2012. Cuenta en
Sesión 57, legislatura 360.
FORMULA OBSERVACIONES AL PROYECTO DE LEY QUE REAJUSTA
MONTO DEL INGRESO MÍNIMO MENSUAL (Boletín N° 8387-05)
A S.E. EL
PRESIDENTE
DE LA H.
CAMARA DE
DIPUTADOS.
SANTIAGO, julio 17 de 2011.-
Nº 168-360/
Honorable Cámara de Diputados:
Mediante oficio de 17 de julio de 2012, V.E. comunicó que el H.
Congreso Nacional rechazó parcialmente el proyecto de ley que reajusta el
monto del ingreso mínimo mensual.
LA INICIATIVA
El proyecto originado en mensaje tiene por objeto reajustar el monto del
ingreso mínimo mensual a contar del 1 de julio de 2012.
El reajuste propuesto tuvo en consideración el contexto económico
actual y esperado tanto nacional, como internacionalmente, los incrementos de
productividad, los aumentos de la inflación y las características del mercado
laboral; además se tuvo en particular consideración, una previsible
profundización de la crisis internacional que podría tener importantes efectos
negativos sobre el empleo de jóvenes y trabajadores menos calificados. En
general, estos grupos presentan una mayor probabilidad de perder sus
empleos en períodos de crisis económicas debido a su bajo nivel de capital
humano. También se ha tenido en cuenta la situación de las pequeñas y
medianas empresas que se ven afectados por este reajuste y las
recomendaciones de la Comisión Asesora Laboral y de Salario Mínimo,
establecida en abril de 2011.
El reajuste propuesto representa un incremento en el ingreso mínimo
mensual de $182.000 a $193.000, lo que equivale a un incremento en torno a
un 6%.
Consideramos importante velar porque el salario mínimo mejore su
poder adquisitivo lo máximo posible, de acuerdo a las posibilidades del país, y
Historia de la Ley N° 20.614
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OFICIO OBSERVACIONES EJECUTIVO
refleje los aumentos en productividad que ha presentado el mercado laboral,
pero también es importante velar por la empleabilidad de los trabajadores a
los que justamente se pretende beneficiar.
EL PROYECTO APROBADO POR EL CONGRESO
La iniciativa fue rechazada en particular tanto en la Cámara de
Diputados, como en el Senado.
De este modo, el proyecto aprobado por ambas cámaras solo contempla
el artículo 4° original del proyecto del Ejecutivo, que establece el
financiamiento de la iniciativa legal, pero los preceptos con la cifra de reajuste
y otros montos como las asignaciones familiares actualizadas, fueron
nuevamente rechazados por la Sala del Senado.
FUNDAMENTO DE LAS OBSERVACIONES
Conforme a lo expuesto anteriormente, el proyecto aprobado por el
Congreso Nacional carece actualmente de normas de reajuste del salario
mínimo y de reajuste del monto de la Asignación Familiar y del subsidio
familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020.
Por esta razón, el Ejecutivo considera esencial la reposición de dichas
normas a fin de dar coherencia y eficacia a la normativa que el proyecto
propone.
EL VETO
Por las consideraciones anteriormente señaladas, las modificaciones
introducidas al proyecto son las siguientes:
1)
Se incorpora un artículo 1º que establece el monto del
reajuste del ingreso mínimo mensual, elevando a $ 193.000 la cifra para los
trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta 65 años de edad, de
$135.867 a $144.079 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad, y el monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para
fines no remuneracionales, de $117.401 a $124.497. Asimismo, se incorpora
una norma que establece el reajuste de las asignaciones familiar y maternal
del Sistema Único de Prestaciones Familiares.
2) Se incorpora una norma que establece el reajuste por el solo
ministerio de la ley del ingreso mínimo mensual, de las demás asignaciones y
del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020, si de dan
los supuestos que el mismo artículo establece para el año 2013.
Por las consideraciones anteriores, y en uso de la facultad que me confiere el inciso primero del artículo 73 de la Constitución Política de la República
y de conformidad con lo establecido en el Título III de la ley Nº 18.918,
Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, vengo en formular las
siguientes observaciones al referido proyecto de ley:
1)
Para agregar antes del actual artículo único del proyecto de ley,
los siguientes artículos 1°, 2° y 3°:
Historia de la Ley N° 20.614
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OFICIO OBSERVACIONES EJECUTIVO
“Artículo 1°.- Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, de
$182.000 a $193.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año
2012, de $135.867 a $144.079 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año
2012, el monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no
remuneracionales, de $117.401 a $124.497.
Artículo 2º.- Reemplázase a partir de la
vigencia del artículo 1° de esta ley, el artículo 1º de la ley Nº 18.987, por el
siguiente:
“Artículo 1º.- A contar del 1 de julio del
año 2012, las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de
Prestaciones Familiares, reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de
1982, del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, que fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado de las normas sobre sistema único de prestaciones
familiares y sistema de subsidios de cesantía para los trabajadores de los
sectores privado y público, tendrán los siguientes valores, según el ingreso
mensual del beneficiario:
a) De $7.744 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso
mensual no exceda de $202.516.
b) De $5.221 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $202.516 y no exceda los
$317.407.
c) De $1.650 por carga, para aquellos
beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $317.407 y no exceda los
$495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas
o que acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a
$495.047, no tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán
su plena vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que
establezcan beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos
causantes mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en
derecho correspondan.
Historia de la Ley N° 20.614
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OFICIO OBSERVACIONES EJECUTIVO
Los beneficiarios contemplados en la
letra f) del artículo 2º del citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y los que se
encuentren en goce de subsidio de cesantía, se entenderán comprendidos en el
grupo de beneficiarios indicados en la letra a) precedente.”.
Artículo 3°.- Fíjase a contar de la vigencia de los incisos primero,
segundo y tercero del artículo 1º de la presente ley, en $7.744 el valor del
subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020.
2)
4°, 5°, 6° y 7° nuevos:
Para incorporar los siguientes artículos
“Artículo 4º.- Reajústense a contar del
día 1 de julio del año 2013, por una sola vez y por el sólo ministerio de la ley,
el monto del ingreso mínimo mensual para los trabajadores indicados en los
incisos primero y segundo del artículo 1° de la presente ley y el monto del
ingreso mínimo mensual para efectos de lo indicado en el inciso tercero del
mismo artículo, de acuerdo a una de las siguientes alternativas, dependiendo
del porcentaje del crecimiento promedio que experimente el Producto Interno
Bruto, en adelante PIB:
a)
Si el crecimiento promedio del PIB es
mayor o igual a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas de
crecimiento del tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre
del año 2013, con respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la
medición del PIB a precios del año anterior encadenado según lo informado por
el Banco Central de Chile, los montos indicados anteriormente se reajustarán
de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor,
según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los
meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013, más 3 puntos porcentuales
adicionales.
b)
Si el crecimiento promedio del PIB es
mayor o igual a 4% y menor a 5%, considerando para esto el promedio de las
tasas de crecimiento del tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer
trimestre del año 2013, con respecto a mismos trimestres del año anterior,
utilizando la medición del PIB a precios del año anterior encadenado según lo
informado por el Banco Central de Chile, los montos indicados anteriormente
se reajustarán de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del
Consumidor, según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas,
entre los meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013, más 2 puntos
porcentuales adicionales.
Artículo 5°.- Reajústense a contar del día 1 de julio
del año 2013, por una sola vez y por el sólo ministerio de la ley, los valores
señalados en la letra a) del artículo 1º de la ley Nº 18.987, de acuerdo al
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OFICIO OBSERVACIONES EJECUTIVO
procedimiento consignado en las letras a) y b) del artículo 4° de la presente
ley.
Asimismo, reajústense a contar del día 1 de julio del
año 2013, por una sola vez y por el sólo ministerio de la ley, y sólo en el caso
de haberse efectuado el reajuste del ingreso mínimo mensual de acuerdo a
alguna de las alternativas señaladas en el artículo 4° de la presente ley, los
valores señalados en las letras b), c) y d) del artículo 1° de la ley N° 18.987,
de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor,
según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los
meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013. Todos los valores
indicados en las letras b), c) y d) del artículo 1° de la ley N° 18.987 serán
reajustados de esta manera, salvo el valor del ingreso indicado como tope
máximo para la letra a) del artículo 1° de la ley N° 18.987 antes señalada, el
cual se reajustará de acuerdo a lo establecido en el inciso primero de este
artículo.
Artículo 6°.- Reajústese a contar del día 1 de julio del
año 2013, por una sola vez y por el sólo ministerio de la ley, el valor del
subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020, de acuerdo
al procedimiento consignado en las letras a) y b) del artículo 4° de la presente
ley.
Artículo 7°.- El mayor gasto fiscal que represente durante el año
2013 la aplicación de los artículos 4°, 5° y 6° de la presente ley, se financiará
con cargo a los recursos contemplados en los presupuestos respectivos.”.
3) Para suprimir en el artículo único aprobado por el Congreso Nacional
las palabras “y el año 2013”.
En consecuencia, devuelvo a V.E. el referido oficio.
Dios guarde a V.E.,
SEBASTIÁN PIÑERA ECHENIQUE
Presidente de la República
FELIPE LARRAÍN BASCUÑÁN
Ministro de Hacienda
EVELYN MATTHEI FORNET
Ministra del Trabajo
y Previsión Social
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
4.3. Informe de Comisión de Hacienda
Cámara de Diputados. Fecha 18 de julio, 2012. Cuenta en Sesión 58.
Legislatura 360.
Valparaíso, 18 de julio de 2012.
El Secretario de Comisiones que suscribe, CERTIFICA:
Que el mensaje del Ejecutivo que formula observaciones al
proyecto de ley que REAJUSTA MONTO DEL INGRESO MÍNIMO MENSUAL
(Boletín Nº 8.387-05), con urgencia calificada de "discusión inmediata", fue
tratado por esta Comisión, en sesión de esta fecha, con la asistencia de los
Diputados señores Silva, don Ernesto (Presidente) Auth, don Pepe; Godoy, don
Joaquín; Jaramillo, don Enrique; Lorenzini, don Pablo; Macaya, don Javier;
Marinovic, don Miodrag; Montes, don Carlos; Ortiz, don José Miguel; Pérez,
don Leopoldo; Recondo, don Carlos; Robles, don Alberto, y Von Mühlenbrock,
don Gastón. Concurrió, además, el Diputado señor René Alinco.
Expuso en la Comisión durante el estudio de la iniciativa el
Ministro de Hacienda, señor Felipe Larraín.
Antecedentes de la tramitación
En sesión de fecha 10 de julio pasado, la H. Cámara
aprobó la idea de legislar del proyecto en informe, insistido por el H. Senado,
que proponía elevar en 5% el ingreso mínimo mensual para los trabajadores
del sector privado, así como las asignaciones familiares y maternal del Sistema
Único de Prestaciones Familiares y el subsidio familiar para personas de
escasos recursos establecido en el artículo 1º de la ley Nº 18.020. Asimismo,
esta Corporación aprobó el artículo 4º de la iniciativa, que pasó a ser único,
rechazando el resto del articulado, no obstante haber sido objeto de una
indicación del Ejecutivo para elevar el ingreso mínimo y demás prestaciones
relacionadas en 6%.
Por su parte, el H. Senado, en sesión de fecha 17 de julio
de 2012, aprobó en los mismos términos el proyecto despachado por la
Cámara de Diputados.
En este trámite legislativo, S.E. el Presidente de la
República, en uso de la facultad que le confiere el inciso primero del artículo 73
de la Constitución Política de la República y de conformidad con lo establecido
en el Título III de la ley Nº 18.918, Orgánica Constitucional del Congreso
Nacional, formuló las siguientes observaciones al referido proyecto de ley:
Historia de la Ley N° 20.614
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
1) Para agregar, antes del actual artículo único del
proyecto de ley, los siguientes artículos 1°, 2° y 3°:
“Artículo 1°.- Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012,
de $ 182.000 a $ 193.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, de $
135.867 a $ 144.079 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, el monto del
ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales, de $
117.401 a $ 124.497.
Artículo 2º.- Reemplázase, a partir de la vigencia del
artículo 1° de esta ley, el artículo 1º de la ley Nº 18.987, por el siguiente:
“Artículo 1º.- A contar del 1 de julio del año 2012, las
asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares,
reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de 1982, del Ministerio del
Trabajo y Seguridad Social, que fija el texto refundido, coordinado y
sistematizado de las normas sobre sistema único de prestaciones familiares y
sistema de subsidios de cesantía para los trabajadores de los sectores privado
y público, tendrán los siguientes valores, según el ingreso mensual del
beneficiario:
a) De $ 7.744 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $ 202.516.
b) De $ 5.221 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual supere los $ 202.516 y no exceda los $ 317.407.
c) De $ 1.650 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual supere los $ 317.407 y no exceda los $ 495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que acrediten
cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $ 495.047, no tendrán
derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su plena vigencia
los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan beneficios para
estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes mantendrán
su calidad de tales para los demás efectos que en derecho correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del artículo 2º
del citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y los que se encuentren en goce
de subsidio de cesantía, se entenderán comprendidos en el grupo de
beneficiarios indicados en la letra a) precedente.".
Historia de la Ley N° 20.614
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
Artículo 3°.- Fíjase a contar de la vigencia de los incisos
primero, segundo y tercero del artículo 1º de la presente ley, en $ 7.744 el
valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020.".
Puesta en votación esta observación, fue aprobada por 7
votos a favor y 6 votos en contra. Votaron por la afirmativa los Diputados
señores Godoy, don Joaquín; Macaya, don Javier; Marinovic, don Miodrag;
Pérez, don Leopoldo; Recondo, don Carlos; Silva, don Ernesto, y Von
Mühlenbrock, don Gastón. Votaron por la negativa los Diputados señores Auth,
don Pepe; Jaramillo, don Enrique; Lorenzini, don Pablo; Montes, don Carlos;
Ortiz, don José Miguel, y Robles, don Alberto.
2) Para incorporar los siguientes artículos 4°, 5°, 6° y 7°
nuevos:
"Artículo 4º.- Reajústanse a contar del día 1 de julio del
año 2013, por una sola vez y por el solo ministerio de la ley, el monto del
ingreso mínimo mensual para los trabajadores indicados en los incisos primero
y segundo del artículo 1° de la presente ley y el monto del ingreso mínimo
mensual para efectos de lo indicado en el inciso tercero del mismo artículo, de
acuerdo a una de las siguientes alternativas, dependiendo del porcentaje del
crecimiento promedio que experimente el Producto Interno Bruto, en adelante
PIB:
a) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o igual a
5%, considerando para esto el promedio de las tasas de crecimiento del tercer
y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre del año 2013, con
respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la medición del PIB a
precios del año anterior encadenado según lo informado por el Banco Central
de Chile, los montos indicados anteriormente se reajustarán de acuerdo a la
variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor, según datos
reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los meses de mayo
del año 2012 y mayo del año 2013, más 3 puntos porcentuales adicionales.
b) Si el crecimiento promedio del PIB es mayor o igual a
4% y menor a 5%, considerando para esto el promedio de las tasas de
crecimiento del tercer y cuarto trimestre del año 2012 y del primer trimestre
del año 2013, con respecto a mismos trimestres del año anterior, utilizando la
medición del PIB a precios del año anterior encadenado según lo informado por
el Banco Central de Chile, los montos indicados anteriormente se reajustarán
de acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor,
según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los
meses de mayo del año 2012 y mayo del año 2013, más 2 puntos porcentuales
adicionales.
Artículo 5°.- Reajústanse a contar del día 1 de julio del
año 2013, por una sola vez y por el solo ministerio de la ley, los valores
señalados en la letra a) del artículo 1º de la ley Nº 18.987, de acuerdo al
Historia de la Ley N° 20.614
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
procedimiento consignado en las letras a) y b) del artículo 4° de la presente
ley.
Asimismo, reajústanse a contar del día 1 de julio del año
2013, por una sola vez y por el solo ministerio de la ley, y sólo en el caso de
haberse efectuado el reajuste del ingreso mínimo mensual de acuerdo a alguna
de las alternativas señaladas en el artículo 4° de la presente ley, los valores
señalados en las letras b), c) y d) del artículo 1° de la ley N° 18.987, de
acuerdo a la variación porcentual del Índice de Precios del Consumidor, según
datos reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, entre los meses de
mayo del año 2012 y mayo del año 2013. Todos los valores indicados en las
letras b), c) y d) del artículo 1° de la ley N° 18.987 serán reajustados de esta
manera, salvo el valor del ingreso indicado como tope máximo para la letra a)
del artículo 1° de la ley N° 18.987 antes señalada, el cual se reajustará de
acuerdo a lo establecido en el inciso primero de este artículo.
Artículo 6°.- Reajústase a contar del día 1 de julio del año
2013, por una sola vez y por el solo ministerio de la ley, el valor del subsidio
familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020, de acuerdo al
procedimiento consignado en las letras a) y b) del artículo 4° de la presente
ley.
Artículo 7°.- El mayor gasto fiscal que represente durante
el año 2013 la aplicación de los artículos 4°, 5° y 6° de la presente ley, se
financiará con cargo a los recursos contemplados en los presupuestos
respectivos.".
Puesta en votación la observación precedente, fue
aprobada por 7 votos a favor y 6 votos en contra. Votaron por la afirmativa
los Diputados señores Godoy, don Joaquín; Macaya, don Javier; Marinovic, don
Miodrag; Pérez, don Leopoldo; Recondo, don Carlos; Silva, don Ernesto, y Von
Mühlenbrock, don Gastón. Votaron por la negativa los Diputados señores Auth,
don Pepe; Jaramillo, don Enrique; Lorenzini, don Pablo; Montes, don Carlos;
Ortiz, don José Miguel, y Robles, don Alberto.
3) Para suprimir, en el artículo único aprobado por el
Congreso Nacional, las palabras "y el año 2013".
Puesta en votación la observación anterior, fue aprobada
por 7 votos a favor, 5 votos en contra y una abstención. Votaron por la
afirmativa los Diputados señores Godoy, don Joaquín; Macaya, don Javier;
Marinovic, don Miodrag; Pérez, don Leopoldo; Recondo, don Carlos; Silva, don
Ernesto, y Von Mühlenbrock, don Gastón. Votaron por la negativa los
Diputados señores Auth, don Pepe; Jaramillo, don Enrique; Lorenzini, don
Pablo; Montes, don Carlos, y Ortiz, don José Miguel. Se abstuvo el Diputado
señor Robles, don Alberto.
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INFORME COMISIÓN HACIENDA
La Comisión acordó, además, que el informe se emitiera
en forma verbal, directamente en la Sala, para lo cual designó Diputado
Informante al señor Lorenzini, don Pablo.
Se adjunta al presente certificado el informe financiero
sustitutivo Nº 106, de la Dirección de Presupuestos, de fecha 17 de julio de
2012.
Javier Rosselot Jaramillo
Secretario de la Comisión
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DISCUSIÓN SALA
4.4. Discusión en Sala
Cámara de Diputados. Legislatura 360. Sesión 58. Fecha 18 de julio, 2012.
Discusión Veto Presidencial. Se aprueba.
REAJUSTE DEL INGRESO MÍNIMO MENSUAL. Veto.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Corresponde tratar las
observaciones de Su Excelencia el Presidente de la República al proyecto de
ley, iniciado en mensaje, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual.
Diputado informante de la Comisión de Hacienda es el señor Pablo Lorenzini.
-Antecedentes:
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Cito a reunión de
Comités, sin suspender la sesión.
También hago presente a la Sala que el Presidente de la Comisión Especial
de Deportes recuerda a sus miembros que están convocados para analizar el
proyecto de ley, iniciado en moción, con urgencia calificada de discusión
inmediata, que modifica la ley N° 19.327, que contiene normas para la
prevención y sanción de hechos de violencia en recintos deportivos con ocasión
de espectáculos de fútbol profesional.
Tiene la palabra el diputado informante.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Antes de escuchar el informe del
diputado Lorenzini, voy a darle la palabra al diputado Sergio Aguiló, que me la
ha solicitado.
Tiene la palabra su señoría.
El señor AGUILÓ.- Señor Presidente, solo quiero saber si después de
escuchar el informe que rendirá el honorable diputado Pablo Lorenzini habrá
tiempos acotados para la discusión y a qué hora precisa se votará la iniciativa.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Señor diputado, en este momento
están reunidos los Comités para definir el tratamiento que se dará a este
proyecto en la Sala.
Tiene la palabra el diputado Alfonso de Urresti.
El señor DE URRESTI.- Señor Presidente, he solicitado formalmente que la
Mesa nos informe acerca de dos situaciones que acontecieron durante el
homenaje que se rindió hace un rato al Escalafón Femenino de Carabineros de
Chile. Si bien es cierto me parece merecido el reconocimiento, quiero saber si
el acuerdo consideraba, y la Mesa así lo autorizó, en conformidad al acuerdo
previo, que se procediera a dar un discurso, además de la condecoración que
se entregó.
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DISCUSIÓN SALA
En concreto, quiero saber si había acuerdo expreso al respecto y cuándo se
adoptó, en qué momento.
La otra situación dice relación con el acuerdo que se adoptó para impedir
que dentro de la Sala se utilicen teléfonos celulares. Entiendo que se ha
instalado un sistema que impide que dichos aparatos se puedan usar, que hay
un bloqueo de señal; no obstante, durante todo el homenaje estuvieron
funcionando.
Me gustaría que la Mesa me aclarara esas dos situaciones.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Señor diputado, la Mesa le entregará
un informe escrito respecto de los acuerdos adoptados para efectos de los
homenajes, particularmente del que usted menciona.
El señor LORENZINI.- Señor Presidente, la Comisión de Hacienda me ha
encomendado informar las observaciones formuladas por el Presidente de la
República al proyecto de ley aprobado por el Congreso Nacional que reajusta el
monto del ingreso mínimo mensual.
Según consta en el certificado emitido por el secretario de la Comisión, el
mensaje del Ejecutivo mediante el cual formula observaciones al mencionado
proyecto de ley, calificado con urgencia de discusión inmediata, fue tratado por
dicha Comisión en sesión a la que asistieron su Presidente, el diputado Ernesto
Silva, y los diputados Pepe Auth, Ernesto Godoy, Enrique Jaramillo, Javier
Macaya, Miodrag Marinovic, Carlos Montes, José Miguel Ortiz, Leopoldo Pérez,
Carlos Recondo, Alberto Robles, Gastón Von Mühlenbrock y quien habla, Pablo
Lorenzini. Concurrió, además, el diputado René Alinco.
Como recordará, la mayor parte del articulado de la iniciativa original fue
rechazado en particular, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado,
por lo que el texto aprobado solo contenía un artículo, el 4°, que establecía el
financiamiento de la iniciativa.
En razón de lo anterior, el Presidente de la República, en uso de sus
facultades, envió a tramitación el veto que estamos tratando, el cual fue
aprobado por la Comisión de Hacienda en el transcurso de esta mañana.
El mensaje que contiene las observaciones consta de tres partes. Por la
primera se insiste en el reajuste originalmente propuesto por el Ejecutivo, esto
es, elevar el ingreso mínimo a 193.000 pesos mensuales, pero hace una
distinción respecto de las asignaciones familiares y maternal del Sistema Único
de Prestaciones Familiares, porque las sube en 8 por ciento, con un tope 7.744
pesos, para los beneficiarios cuyo ingreso mensual no excede de 202.516
pesos, y un mínimo de 1.650 pesos para quienes reciban un ingreso mensual
que supere los 317.407 pesos y no exceda de 495.047 pesos.
Entonces, este punto del veto presidencial mantiene el reajuste del ingreso
mínimo a 193.000 pesos, pero reajusta en un porcentaje mayor los beneficios
adicionales que acabo de mencionar.
De aprobarse la iniciativa -por lo menos está el informe financiero-, el costo
fiscal para el segundo semestre de 2012 llegaría a 11.334 millones de pesos.
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DISCUSIÓN SALA
Esta parte del veto fue aprobada por siete votos a favor y seis en contra.
Votaron a favor los diputados Godoy, Macaya, Marinovic, Pérez, don Leopoldo;
Recondo, Silva y Von Mühlenbrock. Votamos en contra los diputados Auth,
Jaramillo, Lorenzini, Montes, Ortiz y Robles.
El segundo aspecto del veto establece un mecanismo de cálculo del reajuste
del ingreso mínimo mensual para julio de 2013 y lo relaciona con el
crecimiento esperado. Si el crecimiento promedio del PIB a esa fecha es de 5
por ciento o más, el reajuste será igual al IPC más 3 puntos, con lo cual, según
mis estimaciones, el salario mínimo debería llegar a 204.580 pesos el próximo
año. Por supuesto, de igual forma se reajustaría la asignación familiar y los
demás beneficios que mencioné al referirme a la primera parte del veto, es
decir, en 8 por ciento.
Ahora, si el crecimiento del Producto Interno Bruto es menor a 5 por ciento,
pero superior a 4, o sea, entre 4 y 5 por ciento, el reajuste del ingreso mínimo
sería IPC más 2 puntos, con lo cual, según mis cálculos -supongo que serán los
mismos que los del ministro de Hacienda-, llegaríamos a 202.650 pesos.
Esta segunda parte del veto también fue aprobada por la Comisión con el
voto favorable de siete diputados, los señores Godoy, Macaya, Marinovic,
Pérez, don Leopoldo; Recondo, Silva y Von Mühlenbrock. Votamos en contra
los diputados Auth, Jaramillo, Lorenzini, Montes, Ortiz y Robles.
Finalmente, la tercera parte del veto, en concordancia con lo anterior, tiene
por objeto suprimir, en el único artículo aprobado del proyecto original, las
palabras “y el año 2013”, por lo que esa norma solo regiría respecto de 2012.
Esta parte también fue aprobada por siete votos a favor, pero hubo cinco votos
en contra y una abstención, la del diputado Alberto Robles.
En resumen, el veto consta de tres partes: un reajuste del ingreso mínimo
para este año que se mantiene igual que el originalmente propuesto, pero que
sería mayor para las asignaciones familiares y demás beneficios asociados; un
mecanismo de reajuste de dicho ingreso para el próximo año vinculado al
crecimiento del PIB, de manera que si este es de 5 por ciento o más el reajuste
será IPC más tres puntos, con lo cual llegaría a 204.580 pesos. Ahora, si es el
PIB tiene un crecimiento promedio de entre 4 y 5 por ciento, el reajuste sería
IPC más 2 puntos, lo que nos haría llegar a 202.650 pesos, obviamente con los
reajustes que correspondan al resto de los beneficios. Finalmente, la tercera
parte tiene por objeto ajustar el único artículo aprobado de la iniciativa original
con el texto propuesto en el mensaje que contiene las observaciones del
Presidente de la República, para lo cual se suprimen, en dicha disposición, las
palabras “y el año 2013”.
Señor Presidente, el informe completo está en los pupitres de los señores
diputados. Es cierto que existen muchas dudas, que serán resueltas por el
ministro o, bien, por los jefes de los Comités, para resolver cómo vamos a
votar.
He dicho.
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DISCUSIÓN SALA
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Los Comités acordaron el siguiente
tratamiento para el proyecto: podrán hablar solo dos diputados por bancada,
con un discurso máximo de cinco minutos, y se votará a las 16.10 horas.
En primer lugar, tiene la palabra el diputado señor Andrade.
El señor ANDRADE.- Señor Presidente, la discusión sobre el reajuste del
salario mínimo es la única negociación supraempresa que existe en Chile. Por
cierto, es la más importante, pues es el momento en donde los gobiernos
aprovechan la oportunidad para demostrar su talento y competencia, es el
momento en que los gobiernos muestran su capacidad de ser gobierno. Por
eso, es tan relevante. Se trata de un momento en donde el talento y la
competencia deben tener la capacidad de articular distintos intereses y
distintos actores; se trata de articular empleo, afectación, remuneración y
justicia; se trata de dar señales adecuadas y convenientes a la economía, se
trata de encontrar el salario y reajuste más razonable en el contexto de la
discusión en que este año se produce. Por eso, cada discusión tiene su mérito.
Se trata de articular un diálogo de los interesados, de los involucrados; un
diálogo entre los actores sociales y gremiales.
Obviamente, es un tema que interesa a los trabajadores, porque esto
implica una mejoría sustantiva de sus ingresos, y hace justicia al aporte que
hacen a la economía del país. En cambio, los empleadores están más
preocupados de la productividad y de cómo esta se expresa en la
determinación de la justicia por los salarios. Además, es un dato básico para la
determinación de la gratificación, de la participación de las utilidades y, en el
caso de los trabajadores del retail, implica la base desde donde se calculan las
participaciones por venta y comisiones. También son señales importantes para
las negociaciones colectivas que se desarrollan en este tiempo.
Articular el diálogo social-político, que implica resolver el tema del salario
mínimo, muestra el talento y la competencia de los gobiernos, muestra su
capacidad de ser gobierno. Sin embargo, cuando esto no resulta y termina
siendo un proceso crítico o de crisis de decires, o cuando el gobierno no es
capaz de articular ni siquiera su propio mundo, cuando no es capaz de articular
y seducir a sus propios adherentes, entonces, tenemos un problema de
competencia. Lo que finalmente se traduce en lo que ha pasado en esta
tramitación, un conjunto de decires, de malos entendidos, de situaciones
anómalas, de exabruptos, de señores que van a tomar desayuno, que se
enojan, que salen. Es decir, hemos tenido un festival caricaturesco al interior
de la Alianza que sustenta este Gobierno, costo que deben pagar los
trabajadores, que siguen esperando una adecuada resolución del tema. Por
ello, no me quiero referir a la primera parte al contenido mismo, sino al
contexto que ha adornado y acompañado este proceso.
Con el mayor respeto, quiero decir que, en este proceso, la falta de talento y
de competencia del Gobierno ha sido notable. Es mejor decirlo ahora, porque
el próximo año se nos viene otro en medio de una campaña presidencial y
parlamentaria, lo que, además, va a sugerir particulares intereses.
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DISCUSIÓN SALA
No seremos un obstáculo para que los trabajadores tengan un reajuste,
sería una falta de consideración a un compromiso básico. Hemos hecho un
esfuerzo importante para que sea mejorado en forma sustantiva y coincidido
con los partidos del oficialismo, pero no ha sido del todo posible, por la tozudez
y porfía que se han incorporado a la gestión del Ejecutivo, lo que ha hecho
imposible mejorar esta cantidad.
Repito, no seremos un obstáculo, pero queremos dejar sentado que es un
reajuste que solo tiene un responsable: el supremo Gobierno. Será la
ciudadanía la que finalmente evaluará si fue justo o injusto o suficiente o
insuficiente. No seremos un obstáculo, pero tampoco un factor decisivo de su
aprobación.
Dicho aquello, me quiero referir a los otros dos aspectos del proyecto o del
veto. No hay nada peor cuando la técnica reemplaza a la política, no hay nada
peor cuando las fórmulas reemplazan al quehacer político, lo que se nos
propone es resolver el problema del salario mínimo por la vía de una fórmula,
de un teorema, de un diagrama, y no estamos de acuerdo en eso.
Por ello, votaremos en contra, porque no nos parece razonable que sea un
algoritmo que reemplace a la política.
He dicho.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Edwards.
El señor EDWARDS.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero expresar mi
solidaridad al ministro de Hacienda por haber tenido que escuchar el discurso
que acaba de terminar.
Francamente, no sé cuál es la caricatura, porque, por lo menos, la que yo
veo y podemos apreciar es justamente la del diputado que me antecedió en el
uso de la palabra, que, además, cuando fue ministro del Trabajo, aumentó el
salario de los trabajadores en menos de un tercio de lo que este Gobierno está
proponiendo. Además, su promedio de reajuste es mucho menos que el 2 por
ciento, incluso mucho menos que el promedio actual.
Por lo tanto, que venga a decir que es una caricatura o que es un Gobierno
obtuso que no dialoga, me parece francamente increíble, porque lo que
debiese hacer el exministro del Trabajo es todo lo contrario, aplaudir un
aumento que es muchísimo mayor que él en su momento entregó.
Por otra parte, me extraña que cuando el gobierno anterior entregó un
reajuste anual real del 2 por ciento, que es la cifra que nos importa, versus un
reajuste que entrega este Gobierno de más del 3 por ciento, tengamos la
tramitación más larga del salario mínimo que se ha dado, según entiendo, en
todos los años de democracia. Llevamos 28 días tramitándolo. No entiendo por
qué es tan difícil para la Concertación dejar de obstruir un proyecto que es
mucho mejor que lo que ellos hicieron durante todos esos años.
También se argumenta que es un salario mínimo que no toma en
consideración ciertas materias, como el IPC de los alimentos. ¡Perdónenme!
Pero este Gobierno se ha preocupado de lleno, a través del bono solidario, de
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DISCUSIÓN SALA
paliar, de alguna manera, el alza de los alimentos. Por lo tanto, me parece que
los argumentos que acabamos de escuchar debieran ser más bien reconocer
las obras del Gobierno actual.
Se argumenta que el salario mínimo ayuda a reducir la desigualdad. Todos
sabemos que no es así, lo que reduce la desigualdad y la pobreza es una mejor
educación, un país que crezca, un mercado laboral que le entregue
oportunidades a la gente.
También se ha argumentado que el Gobierno no escucha. En Renovación
Nacional teníamos la legítima aspiración de llegar a los 200 mil pesos. El
Gobierno ha aceptado varias de nuestras propuestas. Por ejemplo, la
propuesta de reajuste automático del salario mínimo que considere inflación ojalá la subyacente-, el aumento de la productividad, el factor de crecimiento
y, quizás, introducir alguna variable de desempleo o de tasa ocupación.
También el Presidente está dándonos un piso de reajuste el próximo año,
que es el promedio del Gobierno anterior. O sea, lo mínimo que vamos a tener
en una economía razonable va a ser el promedio del Gobierno anterior.
Entonces, el Gobierno está escuchando.
Los diputados de Renovación nacional, y también algunos diputados de la
UDI, entre los que destaco a Alejandro Santana, junto con Joaquín Godoy y el
senador José García, le pedimos desde el inicio al Gobierno que tratáramos de
mejorar las asignaciones familiares. No tengo recuerdo de que la Concertación
haya reajustado las asignaciones familiares más allá del reajuste del sueldo
mínimo; hoy, el Gobierno lo está haciendo.
Decir que el Gobierno no escucha; que no se ha sentado a discutir por 28
días, creo que eso ya pasó. Eso podría haber sido el primer día, la primera
semana. Pero no después de 28 días de tramitación.
Hace poco tiempo aprobamos el ingreso ético familiar, que es una política de
ayuda exactamente a este mismo grupo de personas que tienen la necesidad
de que el Estado les tienda la mano.
Se están entregando bonos de dignidad. Pero también bonos de
responsabilidad no asistencial, como es enviar a los niños a controles de salud,
de asistencia en el colegio, bonos de excelencia para los mejores promedios.
Se está entregando el bono de la mujer que, en la práctica, está permitiendo
que el sueldo mínimo para las mujeres llegue a los 227 mil pesos. También
está el bono para el empleo juvenil.
Se están tomando medidas, porque sabemos que una familia con 193 mil,
200 mil o 250 mil pesos, no puede vivir. Basta con ir a un supermercado, ver
las cuentas del arriendo, del agua, etcétera, para entender que se necesita la
ayuda. Pero este Gobierno lo está haciendo.
Por lo tanto, llamo a los parlamentarios de la Concertación a dejarse de este
baile que lleva 28 días, y que, de una vez por todas, aprobemos lo propuesto,
porque es mucho mejor que lo que teníamos antes.
Termino diciendo que, para los trabajadores, para muchos trabajadores,
tener en vilo su aumento de sueldo, sabiendo que se están extremando todas
las medidas, con el peligro de que no tengamos reajuste, y vuelva de 193 mil a
182 mil pesos, es una actitud que se ha llevado demasiado lejos. Tener que
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DISCUSIÓN SALA
llegar a este veto, en un trámite que ya es como el séptimo -francamente se
pierde la cuenta-, me parece que no es responsable.
Por las medidas tomadas por el Gobierno, y cómo ha escuchado, cómo ha
trabajado con nosotros, y como está proponiendo medidas que les convienen a
los trabajadores, la bancada de Renovación Nacional va a apoyar
entusiastamente este proyecto de ley.
He dicho.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Tiene la palabra la diputada señora
Carolina Goic.
La señora GOIC (doña Carolina).- Señor Presidente, lamento escuchar
argumentos que desvirtúan el debate.
Todos coincidimos en que no es bueno que un tema como el salario mínimo
se resuelva por un veto.
¿Qué significa el veto?
Es usar la facultad del Presidente en el sistema. Es imponer una postura. Da
cuenta de la incapacidad de generar un acuerdo; un veto que tiene el mismo
monto que inicialmente presentó el Gobierno. Y que no ha tenido modificación,
sino que al contrario: suma una propuesta que busca zanjar, por la vía de esta
imposición, de este veto, el tema para el próximo año.
Es una caricatura escuchar, una vez más, a los diputados de Gobierno, con
esta suerte de campaña del terror, señalando que no va a haber reajuste. Lo
hemos señalado públicamente y desde el primer día: no vamos a dejar caer el
reajuste. Ese no es el objetivo. Lo que queríamos era que, en un país que le va
bien, aquellos 600 mil trabajadores y trabajadoras que ganan el salario
mínimo, también puedan recibir parte de esa bonanza, de ese crecimiento, del
desarrollo que ha tenido el país.
La mejor muestra de que era justo y posible fue dada por los diputados de
Renovación Nacional que inicialmente estuvieron bastante firmes en su
postura; pero que finalmente les doblaron la mano. Y que hoy, extrañamente,
tienen otro discurso.
Al respecto, se podrían buscar datos hacia atrás, comparar. En eso las
estadísticas siempre nos otorgan distintas alternativas. Pero, en los últimos 22
años, es el reajuste más bajo, si uno lo analiza respecto del ingreso per cápita.
Y ahí es donde una dice: a un país que le va bien eso se debe trasladar y
reconocer a los trabajadores.
Este finalmente es el reajuste que otorga el Gobierno, el que otorga el
Presidente Sebastián Piñera. Y comparto, como se ha señalado, que van a ser
los trabajadores y trabajadoras los que van a juzgar. Ellos saben que se podía
haber hecho un esfuerzo adicional. Saben que no es suficiente.
Se han planteado temas que dan cuenta de algo que a una no le gusta. Lo
quiero plantear sobre todo respecto de lo que viene. Esta incapacidad del
Gobierno de escuchar, presentarse y conversar. Ojalá no terminen en un veto
la reforma tributaria, los proyectos de educación, porque eso da cuenta de no
saber de gobernar en democracia.
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DISCUSIÓN SALA
Quiero recordar que el subsidio a la contratación de mujeres -hemos
escuchado en los medios de comunicación que es casi la fórmula que
reemplaza o complementa este mezquino aumento en el salario mínimo- es
una solución. Eso lo discutimos. Fue parte del trabajo como Oposición en la
discusión del proyecto del ingreso ético, donde no estaban contemplados los
cupos que hoy tenemos. Y, enhorabuena, hicimos nuestro trabajo como
Oposición ahí. No era pensando en el reajuste de salario mínimo. Era pensando
en cómo fortalecíamos las contrataciones de mujeres. Hicimos nuestra
propuesta y fue acogida. Eso mejoró el proyecto, que incluso tenía otro
nombre. No era ingreso ético. Reconocía el valor de esta bonificación para la
contratación de mujeres.
En este breve tiempo, quiero señalar que no vamos a rechazar la propuesta
de bianualidad; no nos parece que se pueda zanjar una discusión que
necesariamente esperemos que se dé en otros términos el próximo año. Pero,
sobre todo, que esa discusión el próximo año se haga cargo del debate más de
fondo. Cuando se nos llama a la discusión de un salario ético, eso tiene que ver
con la necesaria justicia social que se requiere en este país. Esa discusión no
ha estado aquí; no se resuelve vía un bono un tema que tiene que ver con la
dignidad de los trabajadores. Y es de la que tenemos que hacernos cargo.
El debate de fondo requiere también abrir la discusión de la agenda laboral,
en la que no hemos tenido ningún avance, ya que no se han acogido los temas
que tienen que ver con las demandas prioritarias de los trabajadores que
permitirían, en una discusión distinta de diálogo, mejorar la situación de
muchos y muchas trabajadoras.
He dicho.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Ernesto Silva.
El señor SILVA.- Señor Presidente, ha sido muy difícil para el Congreso
Nacional sacar adelante el salario mínimo de los trabajadores porque, a pesar
de que el Gobierno ha hecho todos los esfuerzos para dialogar, a pesar de
haber intentado buscar acuerdos en distintas instancias, no hemos tenido una
Oposición que permita hacerlo.
Estamos en la etapa del veto. Si se repasa el tema con una mirada crítica
hacia atrás, lo que se va a observar, es que, en primer lugar, la Concertación
rechazó la idea de legislar, no a avanzar en el reajuste del salario mínimo. Eso
hizo la Oposición. No dijo: den un poquitito más. Dijo no. Voto que no. No
quiero reajuste.
Fue necesaria la insistencia del Senado. Fue difícil. Y, en un gesto que
valoro, Renovación Nacional se sumó al planteamiento del Gobierno, que había
sido apoyado siempre por la UDI, en esta propuesta de reajuste del salario
mínimo, y se acordó iniciar la tramitación. Tuvo que volver a esta Sala y al
momento de la votación, de nuevo, hubo más de treinta votos en contra de la
idea de legislar. Todos los que pedían diálogo y que se avanzara en la materia
votaron en contra: no querían que se reajustara el ingreso mínimo mensual.
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DISCUSIÓN SALA
Primero, el Gobierno propuso al Congreso Nacional un reajuste de 5 por
ciento, es decir, 2 por ciento real, con lo cual el ingreso mínimo mensual
llegaría a 191 mil pesos. Quiero señalar qué significaba eso en la práctica, para
que lo pueda entender la gente que está siguiendo esta sesión desde su casa a
través del canal de televisión de la Cámara de Diputados: un reajuste –reiterode 2 por ciento real, equivalente a los que entregó la Presidenta Bachelet.
¿Qué más se hizo? Tan pronto como la iniciativa ingreso al Congreso
Nacional, en la Comisión de Hacienda, a solicitud de los diputados de la
Coalición de Gobierno, el reajuste del ingreso mínimo mensual se incrementó a
6 por ciento, lo que implicaba un aumento de 3 por ciento real -3,3 por ciento
después de la modificación de las cifras de la inflación-, o sea, más de un
punto que el promedio de los reajustes efectuados por el gobierno de la
Presidenta Bachelet. A pesar de eso, la Oposición votó en contra de la idea de
legislar. Por lo tanto, lo que le dijo a la gente era que no quería legislar para
que hubiera reajuste del salario mínimo, a pesar de que lo que se estaba
entregando era mayor de los incrementos que llevó a cabo la Presidenta
Bachelet.
Durante la discusión, el Gobierno recogió otras inquietudes. Señalo que el
reajuste que se estaba dando era mayor que los entregados durante el
gobierno pasado y que se debía tener en cuenta que estamos en un entorno de
amenaza de crisis mundial, de manera que había que cuidar el empleo. ¿Qué
hizo? Trabajó en conjunto con la Oposición un escenario que fuera más allá de
este año, de manera que el rito anual en que se transforma el reajuste del
ingreso mínimo mensual quedara resuelto para el próximo año, a través de
una fórmula que establecía que si el país crecía y avanzaba, los trabajadores
tenían que hacerse parte de ese beneficio. ¿Qué dijo la Oposición? De nuevo,
se negó a esa proposición.
¿Qué más propuso el Gobierno, para tratar de seguir avanzando en la
propuesta de diálogo de reajuste del salario mínimo? Planteó la creación de
una institucionalidad permanente, que dejara espacio a la política -a diferencia
de lo que señalaron algunos diputados que me antecedieron en el uso de la
palabra-, mediante la fijación de un criterio o de un marco en el que nos
podamos poner de acuerdo. Esos son los rangos de los cambios propuestos,
para que la gente lo sepa en sus casas.
Una vez más, la Concertación dijo “no”. No obstante, quiero solicitar al
ministro del Interior, por intermedio del señor Presidente, que el Gobierno
insista en esa idea, porque la Cámara de Diputados aprobó un proyecto, que
fue propuesto por la UDI, para crear una institucionalidad que colabore, de
mejor forma, en la aprobación del ingreso mínimo mensual.
En el tratamiento del proyecto en discusión hemos perdido mucho tiempo, lo
que ha generado un clima político complicado. Los pocos diputados que están
en la Sala en estos momentos saben que ha sido un clima político difícil, el cual
afecta a otros ambientes. Con honestidad, creo que la Concertación, en este
caso, se ha equivocado, pero espero que el veto aditivo presentado por el
presidente de la República nos permita enmendar esa postura y aprobar el
reajuste del salario mínimo. Creo que no tendría sentido que eso no ocurriera y
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que muchos trabajadores se quedaran sin reajuste del ingreso mínimo mensual
o que perdieran un mes sin recibirlo.
Por lo tanto, espero que eso se pueda corregir. Quiero recordar que la gran
discusión que tenemos acá es si el reajuste del ingreso mínimo mensual
produce efectos en el aumento el desempleo, porque esto no es un concurso
de buena voluntad. No estamos en un concurso respecto de quién es más
entusiasta y lo sube más, porque si así fuera, todos subiríamos el salario
mínimo. Tenemos mucha claridad en cuanto a que hay determinados niveles
de incremento del salario mínimo que producen efectos en el desempleo, lo
cual nadie quiere que ocurra, puesto que podría volver a pasar lo que ocurrió
en el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, en el que por tres años
se incrementó el ingreso mínimo mensual en 10 por ciento, lo que trajo como
consecuencia que tuvieron que pasar muchos años para superar el 11 por
ciento que alcanzó el desempleo.
En consecuencia, hago un llamado para que se aprueben las observaciones
del Presidente de la República, puesto que el veto aditivo, como lo señaló el
diputado informante, contiene tres aspectos, mediante uno de los cuales con el
reajuste que se propone se aumenta la asignación familiar en 8 por ciento, no
solo en 6 por ciento, con un costo para el Estado de más de mil millones de
pesos, sin perjuicio de otros 2 mil millones de pesos que se deberán disponer
hacia el futuro.
He dicho.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Lautaro Carmona.
El señor CARMONA.- Señor Presidente, más allá de cualquier
argumentación que por la vía de manipular las responsabilidades pretenda
justificar el que se debe aprobar el mal menor, es evidente que la cifra en la
que insiste el Ejecutivo da cuenta de una sola cosa: el Gobierno no escucha la
opinión de la mayoría en el Congreso Nacional. Que estemos a esta altura de la
tramitación, por la vía del veto, insistiendo en la misma cifra de reajuste del
ingreso mínimo mensual, es consecuencia de que fue rechazada la idea de
legislar, en razón del monto que se propuso.
Sin embargo, el Gobierno tampoco escucha a los trabajadores organizados,
porque no conozco ningún gremio que salude, celebre y aplauda esa propuesta
como la solución para tener empleos respetuosos de la dignidad y en los que
se manifiesta una justicia básica.
El propio Gobierno, para justificar un bono a propósito del alza de la canasta
alimentaria, reconoce que el índice de precios de esa canasta supera, en
promedio, el 10 por ciento, sin considerar el aumento que ha habido en el
costo del transporte y de los arriendos.
Con esta propuesta de reajuste, lo que hace el Gobierno, en forma directa,
es disminuir el poder adquisitivo del salario mínimo, porque para protegerlo
habría que aumentarlo en 10 por ciento. El 10 por ciento de 182 mil pesos -en
casi todo el mundo, para las escuelas de la educación básica y para los
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DISCUSIÓN SALA
académicos- es 18.200 pesos. En casi todas partes la suma de 182 mil pesos
más 18.200 pesos da como resultado 200.200 pesos. Si uno incorpora a ese
guarismo el crecimiento de la economía y una política de corrección de la
brecha de la desigualdad, encuentra la lógica de por qué los trabajadores
organizados y el planteamiento de la CUT es que debiera ser de 250 mil pesos.
Pero eso aparece con números relativos, exagerados, sin tomar nota de que
estamos hablando de un número absoluto, sobre una base que es miserable.
¿Acaso algún diputado o algún representante del gobierno ha sostenido en
esta Sala que una familia puede vivir con un ingreso de 182.000 pesos? No se
ha querido corregir esa base, porque se protegen determinados intereses. Es
evidente que el costo de este reajuste no lo pagará el Estado, sino los
empresarios, que están representados en el Estado a través del Poder
Ejecutivo. Entonces, se está protegiendo, en primer lugar, los intereses de los
grandes grupos económicos, para aceptar que este es un salario de
superexplotación. Los propios datos oficiales dicen que el 70 por ciento de los
pobres tienen empleo, pero ese empleo no los saca de la pobreza. Eso quiere
decir que es un salario de pobreza, pero se quiere que todos contemporicemos
y aceptemos como que eso fuera la gran obra de la humanidad, en beneficio
de corregir esa inhumana e injusta brecha de la desigualdad.
Creo que lo que corresponde es que el Ejecutivo tome nota, alguna vez, lo
que señalan los trabajadores organizados –insisto que no conozco ningún
gremio que haya planteado algo distinto- y el Congreso Nacional, como
pensamiento de mayoría, sin contar que, también, desde el punto de vista de
posición pública, uno de los partidos de Gobierno planteó un reajuste del
ingreso mínimo mensual para llegar a una cifra de al menos 200 mil pesos.
Ninguno de esos actores ha sido escuchado. Diría que eso no ha ocurrido
porque pesan miradas tecnocráticas ni debido a que pesan prevenciones
respecto de la crisis mundial, sino porque pesan razones políticas, que es en
las que no se pierde el Gobierno: favorecer y proteger los intereses de los
grandes empresarios, de quienes pagan esos salarios miserables, de quienes
afectan los intereses y la calidad de vida de la gente que vive en esas
condiciones.
Se justifica –de allí la incoherencia- que no se puede vivir con esos
reajustes, razón por la que se han sumado más bonos y se ha reajustado la
asignación familiar. ¿Por qué no se les asignan, de verdad, el respeto a los
trabajadores, a fin de que, en forma digna y como corresponde, perciban
mayores ingresos como retribución por su trabajo? Ellos no están esperando
que les regalen plata, sino que por el aporte que hacen a la economía reciban
un salario les que permita vivir. Lo menos que esperan es que se proteja su
poder adquisitivo.
Con el reajuste que se plantea, los trabajadores podrán comprar menos pan,
deberán gastar menos en movilización y podrán adquirir menos elementos
básicos para alimentarse, porque esa es la magia que tiene esta propuesta tan
avanzada: la disminución del aporte para las familias modestas para demandar
por las necesidades básicas.
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DISCUSIÓN SALA
Por las razones señaladas, la bancada del Partido Comunista, incluyendo el
MAIZ, votará en contra el proyecto.
He dicho.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Pepe Auth.
El señor AUTH.- Presidente, hace algunas horas, recibí en el hall a una
delegación de un centro de madres de Estación Central y me preguntaban si el
Gobierno había aflojado el bolsillo. En realidad, se referían más bien a si al
ministro de Hacienda le habían tocado el corazón –me decían ellas- y si íbamos
a subir o no el salario mínimo. En verdad, cuesta explicarle, primero, a la
gente que los parlamentarios no tenemos atribuciones para elevar salarios
mínimos y que la decisión es privativa del Ejecutivo y, en particular, de los
ministros de Hacienda que son los que sostienen la soga en torno a la
cartuchera donde están los ingresos de Chile.
Y fíjese, Presidente, que quedé impresionado con la profundidad con que se
ha extendido el debate sobre el salario mínimo entre la gente común y
corriente que tiene una opinión – obviamente, no hay dos opiniones al
respecto-, porque, probablemente, los argumentos que el propio gobierno fue
dando, durante las semanas previas, iban haciendo su camino, calando hondo.
Y el ministro fue muy entusiasta cuando nos propuso, en la Comisión de
Hacienda y en esta Sala, aprobar un bono solidario de alimentos en virtud de
que la inflación sufrida por el segmento más pobre de la población era bastante
mayor, superior al 10 por ciento, que la inflación general, lo que evolucionaba
en alimentos, en transportes y en los elementos de la canasta básica de una
familia que sobrevive con el salario mínimo. En consecuencia, eso llevó,
incluso, a hacer pensar a buena parte de los parlamentarios de la Alianza, que
el salario mínimo debía experimentar un crecimiento de 10 por ciento para que
las familias que viven de dicho salario pudieran mantener solamente su poder
adquisitivo; es decir, llevar la misma cantidad de comida y transportarse el
mismo número de veces que el año pasado. Porque es evidente que si el
salario mínimo crece solo 6 por ciento; o sea, cuatro puntos menos de lo que
experimentaron como crecimiento los precios de los productos básicos de su
canasta, el nivel de vida de las familias que sobreviven con el salario mínimo
va a decaer en 4 por ciento su capacidad de consumo. De allí que Renovación
Nacional dijera que, al menos, un crecimiento de 18 mil pesos significa
mantener el nivel de consumo de las familias que sobreviven a partir de ese
salario. Y no solo las familias que sobreviven a partir de ese salario, porque,
como todos sabemos, el salario mínimo es una referencia constitutiva del
edificio salarial de Chile; no solo impacta sobre ese más de medio millón de
personas que lo recibe, o un poquito más, sino sobre, por lo menos, los dos
primeros millones de asalariados que ganan entre uno y dos salarios mínimos.
Lamento que por este “gallito”, que se produjo entre Renovación Nacional y
la UDI, al final, pagaran el pato los trabajadores. Porque, a mí no me cabe
ninguna duda, por supuesto, que el ministro lo va a desmentir categóricamente
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DISCUSIÓN SALA
aquí, que el raciocinio de no establecer ventajas al interior de la Alianza estuvo
en la base de la cerrazón absoluta del Gobierno por elevar la puntería para
pasar de 193 mil pesos a una cifra que se acercara a los 200 mil pesos, que
era el planteamiento de uno de los partidos de su alianza, a la sazón, el partido
del Presidente.
En términos de dinero, en el bolsillo de un asalariado mínimo, significa la
friolera de 193 mil coma 3 pesos más al día, lo cual es completamente
insuficiente siquiera para empatar con la inflación que ha experimentado el
transporte y los alimentos básicos en la canasta familiar.
El Gobierno logró introducir el veto en el Senado con el compromiso de no
poner el punto del salario mínimo del 2013, y resulta que viene a la Cámara de
Diputados con 193 mil pesos y, además, con la consagración de un mecanismo
prácticamente idéntico. Es decir, si nosotros votáramos hoy ratificaríamos el
salario de 193 mil pesos, del 6 por ciento, para los trabajadores, y,
probablemente, una cifra equivalente el 2013.
Por eso, no vamos a votar el proyecto.
He dicho.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Tiene el uso de la palabra el diputado
señor René Alinco.
El señor ALINCO.- Señor Presidente, salario mínimo; salario digno, diría yo,
porque los que hemos vivido con el salario mínimo y no nos hemos olvidado,
sabemos que estamos hablando de comer o no comer, de poder educarnos o
no educarnos, de poder alimentarnos o no alimentarnos, de poder tener una
vivienda digna o no tenerla y vivir hacinados, y en este Hemiciclo, en las
discusiones en que he participado en este período y en el anterior, siempre
hablan de cifras, de puntos más o menos, de la gran economía; pero perdemos
el rumbo, a veces, o la esencia de lo que debe significar un salario mínimo
para un trabajador chileno. Entonces, creo que, a veces, imperan los intereses
políticos, partidistas, como hemos visto, entre el gobierno y un partido de
gobierno que, antes de un desayuno estaba por 200 mil pesos para los
trabajadores y, posteriormente, llegó a un acuerdo. Entonces, debemos ir
pensando en cómo elevamos el nivel de vida de nuestra gente. La repartija de
la torta, sin lugar a dudas, ha favorecido, desde hace mucho tiempo –es el sino
del sistema-, a los poderosos. Denante lo estábamos viendo; estábamos
discutiendo una nueva ley de pesca que perpetúa los intereses de la industria,
que privatiza el mar, en perjuicio de las grandes mayorías que son los
pescadores artesanales. Y no se trata tampoco de ofrecer más; pero la
estabilidad económica del país da para más si queremos dignificar y elevar
realmente el nivel de vida de nuestra gente. Recibir un sueldo digno significa
tener una buena educación. Tal vez el sistema tiene temor de que los hijos de
los trabajadores no tengan una buena educación para no disputarles el poder
político el día de mañana. ¿Por qué no? ¿Qué pecado hay de que los
trabajadores pidan un sueldo digno para poder tener una vivienda digna?
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DISCUSIÓN SALA
Por lo tanto, hay que rechazar este proyecto y llamaría al gobierno a evitar
el “gallito” de que hablaba el diputado Auth, porque nuestro pueblo, nuestros
trabajadores, hombres y mujeres, merecen mucho más.
He dicho.
El señor RECONDO (Vicepresidente).- Tiene el uso de la palabra el diputado
señor Pablo Lorenzini.
El señor LORENZINI.- Señor Presidente, el diputado Alinco habla de
“gallitos”; yo, más bien, hablaría de gallinas, porque durante el debate
escuchamos a varios parlamentarios de Gobierno, incluso a presidentes de
partidos, establecer 200 mil pesos como parámetro; pero, a la hora de votar,
los tirones de oreja desde La Moneda, la sapiencia del ministro de Hacienda –
por su intermedio, Presidente-, hicieron que, incluso, un parlamentario de
Renovación Nacional, que se sentó al lado mío, mostrara un cartelito de 200
mil pesos y con la otra mano votara en contra. Eso no sé si es “gallito” o ser
gallina, pero uno en la vida tiene que mantener sus principios.
Claramente, aquí no solo se trata del salario mínimo. Primero, ¿qué
hacemos con aquellas empresas, medianas y grandes, que aprovechan la
subcontratación, teniendo recursos, y están pagando el ingreso mínimo? Allí,
necesitamos una mayor supervisión.
Por otra parte, necesitamos fortalecer las negociaciones colectivas. En este
caso, estamos hablando de que la gente, jóvenes y mujeres, no tiene cómo
organizarse. Por lo tanto, acepta y recibe lo que se le da. ¡No hay justicia!
Entiendo que algo se está haciendo, pero hay que fortalecer aún más el apoyo
al empleo femenino y de los jóvenes.
¿Por qué no pensar en diferenciar salarios por regiones? No todas las
regiones son iguales ni tampoco están en las mismas condiciones. Es decir, la
discusión sobre el ingreso mínimo es mucho más que una cifra: es un concepto
más amplio y profundo que deberíamos durante el año, sin presión, dedicarle
más tiempo. Suerte que algunos diputados de Gobierno hicieron presión, como
el diputado Edwards que le alcanzó para subir solo 600 pesos el subsidio
familiar. ¡Ojalá le hubiese alcanzado para algo más y estaríamos hoy
apoyándolo!
Aquí, claramente, las empresas grandes no tienen problemas, dicen que no
pagan, y tampoco las medianas. La crisis de que se habla, algunos la ven no sé
dónde. De crisis hablan los diarios, pero vean lo que están ganando las
empresas chilenas. ¡No hay crisis! Sí, subcontratación, lo cual hay que
fiscalizar y eliminar.
Esto es muy simple. ¿En las microempresas cuántos trabajadores hay?
Algunos hablan de unos 300.000, en cambio, yo calculé 200.000. Podemos
debatir entre uno y diez trabajadores. ¡Démosle los cinco mil pesos adicionales
a estas empresas! Calculemos 200 mil por cinco mil, que son
aproximadamente 10 dólares, son 24 millones de dólares al año. ¡Nada! ¡Un
chiste!
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Señor Presidente, por su intermedio, invito al señor ministro, ya que
estamos viendo la reforma tributaria, -que debemos votar en las próximas
horas-, a evaluar y a eliminar el último tramo de rebaja de impuestos a los que
más ganan, a los que aquí estamos, a los ministros, a los presidentes,
etcétera. Bastaría con ello, para otorgar un subsidio de cinco mil pesos e,
incluso, el Estado se quedaría con plata. ¡Pero no! Los que más ganan son los
favorecidos y a estas personas, evidentemente, las postergamos.
Señor Presidente, faltó diálogo. En estos temas, uno se sienta y los
conversa. Alguien decía: “baile de 28 días”, y si hay que bailar todo el año para
estos ciudadanos, obviamente, que lo haremos. Entiendo que el señor Carlos
Larraín bailó un valsecito y cuando iba a bailar la cueca, desde La Moneda, le
quitaron el pañuelo y allí se acabó todo. ¿Por qué sucede esto si aquí podemos
caminar?
Por ejemplo, le dejo una idea. ¿Por qué, en vez de estos poquitos pesos,
pagamos desde el Estado las cotizaciones previsionales de estas personas?
¡Eso sería una ayuda! Porque esas cotizaciones tampoco las están pagando las
empresas y con ello terminamos con la elusión previsional y estaríamos
buscando niveles un poco más altos de jubilación de esas personas. Hay cosas
prácticas que podemos manejar, pero aquí lo que falta no es hacer un gallito ni
ser gallina. Debemos pensar que en esto no gana ni el Gobierno ni la
Oposición. Tuvimos estas mismas peleas con nuestro Gobierno, pero nadie nos
hace caso. Parece que en Hacienda tienen la misma matriz, la misma escuela,
los mismos “United States” y, sin embargo, para lo demás sí tenemos
recursos, sí tenemos plata, sí bajamos los impuestos, sí condonamos, sí
rebajamos los aranceles a cero. Por ello, para esta gente, que es la que menos
tiene, pido hacer un esfuerzo adicional. De lo contrario, personalmente, voy a
votar en contra de los tres números del veto.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el
diputado señor Marcelo Schilling.
El señor SCHILLING.- Señor Presidente, cada vez que abordamos el tema
del ingreso mínimo se dice que es una conversación que se vuelve tediosa y,
particularmente, este año ha sido un poco larga. Sin embargo, esta vez ha sido
tediosa, no porque sea una discusión que se repite año tras año, sino por la
tozudez que ha demostrado el Gobierno, no solo con la Oposición, sino que con
sus propios partidarios, a los cuales ha defraudado gravemente.
Han tratado de escabullir la responsabilidad que les corresponde como
Ejecutivo, a través de La Moneda, la señora Von Baer, diciendo que van a dar
las direcciones de los domicilios de las personas que voten en contra del
reajuste. El traslado de esa responsabilidad, a mi juicio, no significa otra cosa,
que una abdicación de las facultades del Presidente. La Constitución y las leyes
dicen que esta materia es una facultad privativa del Presidente. Abandonarla,
es dimitir. Esperemos que esa dimisión de facultades no vaya acompañada de
males mayores.
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La OIT define el ingreso mínimo, como la medida que busca proteger el
poder adquisitivo de las familias y el bienestar de los trabajadores, y propone
algunos parámetros para calcularlo: la cesantía que, según el Gobierno, no
existe en Chile, pues señala que hay pleno empleo; el nivel de inversión, el
crecimiento, del cual se solazan que hemos vuelto al 5 o 6 por ciento; el IPC
que se anuncia que ha disminuido, pero, al mismo tiempo, el Gobierno se
contradice al mandar el bono de los alimentos, diciendo que la inflación en
relación con los alimentos ha aumentado en un 10,5 por ciento.
Si se quieren ahorrar este tedio, en vez de proponer comités técnicos,
propongan, de una vez por todas, una institucionalidad permanente que
integre a los trabajadores, al Gobierno y a los empresarios en la discusión de
este tema o, mejor aún, en vez de un Consejo Económico y Social, permitamos
la sindicación automática y la negociación colectiva efectiva. Así serán los
propios trabajadores y los empleadores quienes irán regulando el alza, la
mantención o, incluso, la disminución de los salarios en función de la realidad
de sus empresas, que ambos conocen perfectamente bien.
En Chile, el sueldo mínimo, que algunos han calificado de “mini mínimo”, se
explica porque el verdadero factor competitivo de Chile, que ha permitido que
tenga éxito en el mercado mundial, es la pequeñez y la mezquindad de sus
remuneraciones. La verdadera ventaja competitiva de Chile no está en el clima
mediterráneo ni en la contraestación ni en todas las argucias que se nos ha
vendido. Está en que la mano de obra es barata, extremadamente barata. No
cabe duda de que hay una sobrexplotación de la mano de obra, pero, además,
estamos en un Chile, donde sería bueno que sus autoridades se dieran cuenta,
por lo menos las de turno, de lo que está ocurriendo.
Los que ya dejamos de ser Gobierno –y me cuento entre ellos- no nos dimos
cuenta y, por eso, hoy estamos sentados en las bancadas de la Oposición. Pero
si el señor ministro, el Presidente y los colegas que lo acompañan no quieren
pasar a ser Oposición, vean el Chile de hoy: 300 Porsche importados el año
pasado; 5 o 6 Rolls Royce importados este año; se construyen más metros
cuadrados de viviendas que tienen costos superiores a las ocho mil UTM, que
metros cuadrados de viviendas inferiores a las mil UTM. ¿De qué le está
hablando ello, señor ministro, usted, que supuestamente es bueno para los
números y un gran economista? Que Chile es un país rico y puede pagar a sus
trabajadores mejores salarios. ¿Por qué mantenerlos en la situación en que
están? ¡Pero, les da con el ingreso mezquino de 193 mil pesos!
Esperamos que el reflejo de lo que ustedes generosamente están ofreciendo
se vea ahora en la encuesta CEP. Vamos a mirar con especial detención lo que
opinan los chilenos de la gestión del ministro de Hacienda a cargo de las
finanzas.
Por todas estas razones, nosotros vamos a votar en contra del veto y,
además, de la sorpresa que trae, que es el pretendido reajuste plurianual que,
en realidad, no es otra cosa que una pequeña maniobra para eludir la discusión
del ingreso mínimo en un año electoral.
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DISCUSIÓN SALA
En consecuencia, vamos a rechazar los números 2 y 3 del veto y, en el
número 1, no vamos a opinar, dejándole toda la responsabilidad al Ejecutivo
sobre la mezquindad del reajuste.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Por último, tiene la
palabra el diputado señor Alberto Robles.
El señor ROBLES.- Señor Presidente, en tres oportunidades el Ejecutivo ha
querido convencer a esta Sala que el salario mínimo es un tema técnico. Nos
ha traído a colación argumentos técnico-económicos y los problemas que está
sufriendo Europa para justificar un mísero reajuste del salario mínimo.
El que el Gobierno hoy insista con su reajuste a través del veto presidencial,
es la mejor muestra de que el tema es político y de esta manera hay que
abordarlo. La pregunta es dónde nos paramos para mirar la sociedad que
queremos construir, el país que anhelamos.
Si nos paramos con la mirada de Karl Marx o de Benjamín Franklin, el
trabajo dignifica al hombre, pero lo dignifica cuando ese hombre recibe por su
esfuerzo un justo pago. Ese hombre no necesita que le regalen ni caridad;
tampoco quiere favores. Ese hombre quiere valerse por sí mismo, porque tiene
capacidades. Si el trabajo dignifica al hombre, entonces ese hombre digno
merece un ingreso digno, que lo hace sentirse capaz, útil, necesario,
autosuficiente y perteneciente a una sociedad económicamente activa.
Si queremos entregar a nuestra sociedad las herramientas para superar la
pobreza, para generar igualdad de oportunidades, tenemos que actuar
políticamente y entender que el salario mínimo es una de esas herramientas
para disminuir las inequidades y darle al hombre y su familia la posibilidad de
superar su condición de pobreza.
Mantener el actual salario mínimo, significa para quienes lo reciben
mantenerse en la pobreza y esperar los subsidios del Estado, esa batería de
bonos; mantener el actual salario mínimo es no permitirle a esos seres
humanos que dignifiquen su esfuerzo con un salario justo. Técnicos que
asesoraron a la CUT sostienen que 250.000 pesos debiera ser el salario mínimo
justo. Otros técnicos, pero que han asesorado al Presidente de Renovación
Nacional, sostienen que 200.000 pesos sería el salario justo. Sin embargo, los
técnicos del gobierno que asesoran al Presidente Piñera le dicen que hay
mantener este salario indigno, porque eso favorece a las grandes empresas.
Vamos a rechazar este reajuste del salario mínimo, porque por tercera vez
el monto sigue siendo el mismo. Está claro que el gobierno no escucha la voz
de los trabajadores, tampoco la de los parlamentarios y menos la de la gente,
que espera una sociedad más justa e igualitaria.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Antes de la votación,
dejo con la palabra el ministro de Hacienda, señor Felipe Larraín.
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DISCUSIÓN SALA
El señor LARRAÍN (ministro de Hacienda).- Señor Presidente, los
argumentos están sobre la mesa. Simplemente quiero aclarar un par de
puntos. Siempre se puede escuchar más, siempre se puede dialogar más, es lo
que hemos hecho. Hemos dialogado, hemos conversado. Sin embargo, se nos
ha criticado por no habernos sentado a conversar con las organizaciones
sociales, con los dirigentes de los trabajadores. Así fue, pero no porque el
Gobierno no haya querido, sino que fueron los dirigentes de la CUT quienes
dijeron que no querían discutir el salario mínimo con el Gobierno. Entonces, no
fue nuestra responsabilidad, sino que fue de quienes decidieron no sentarse a
conversar.
Respecto de otros temas, en el discurso han estado poco presente –solo los
han destacado algunos parlamentarios de la Alianza- los nuevos elementos que
tiene esta propuesta de los 193.000 pesos. Están la propuesta de un salario
mínimo plurianual y el aumento de las asignaciones familiares del primer
tramo y el Subsidio Único Familiar (SUF), en 8 por ciento. Esto supera en dos
puntos el incremento del salario mínimo, que es de 6 por ciento nominal y 3,3
por ciento real. Por lo tanto, el incremento del SUF y de las asignaciones
familiares del primer tramo, es de 5,3 por ciento real.
Hubiéramos querido que fuera más, pero esto tenemos que construirlo en el
tiempo. No se puede hacer de un año para otro. Si este reajuste sumamos el
subsidio al empleo de la mujer y el subsidio el empleo joven, nos encontramos
con que la persona que ganara 193 mil pesos, tendría un ingreso, solo por
subsidio de empleo joven o subsidio al empleo de la mujer, de 227.000 pesos.
Es decir, sobrepasa largamente el umbral de los 200.000 pesos.
El Gobierno, con esta propuesta, lo que ha hecho es absorber un mayor
costo en recursos fiscales, pero sin comprometer el empleo y sin comprometer
el costo de contratar de las pymes. Es decir, entre asignaciones familiares y
Subsidio Único Familiar, el único costo es de recursos fiscales, lo que
asumimos con gusto.
El costo, a tasa anual, de los incrementos en asignación familiar y subsidio
único fiscal está entre 40 y 55 millones de dólares, dependiendo si lo medimos
en 2012 o en 2013.
Finalmente, quiero clarificar los tres numerales que contiene la propuesta. El
numeral 1) corresponde al reajuste 2012; el numeral 2) contiene una
propuesta de reajuste para el 2013, tanto del salario mínimo como de las
asignaciones familiares y el SUF. Aquí no hay ningún elemento oscuro. Todo es
completamente transparente y sus señorías podrán pedir votación separada,
porque así hay que votar esta propuesta, toda vez que el Ejecutivo hizo sus
observaciones en forma separada. Por último, el numeral 3) es una corrección.
Es una observación para corregir técnicamente lo que salió de esta Cámara,
que contemplaba financiamiento para 2012 y 2013. Pero dado que lo del 2013
quedó en el numeral 2), que se votará en forma separada, no corresponde
contemplar financiamiento para el 2012 y el 2013. Lo que corresponde –repitoes sustraer el 2013, porque aborda recursos que estarán en el 2012 en el
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DISCUSIÓN SALA
Tesoro Público. En definitiva, se trata de corregir un problema estrictamente
técnico.
Muchas gracias.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Hago presente a la Sala
que su excelencia el Presidente de la República ha formulado tres
observaciones, con discusión inmediata, al proyecto de ley, iniciado en
mensaje, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual.
Habida consideración que se ha pedido votación separada, se votará, en
primer lugar, la observación 2); en segundo lugar, la observación 3 y, por
último, la observación 1).
Para una cuestión de Reglamento, tiene la palabra el diputado señor Sergio
Aguiló.
El señor AGUILÓ.- Señor Presidente, entiendo que las observaciones a este
proyecto son de quórum simple. Siendo así, no votar equivaldría a aprobar
algunos de los numerales.
En tal virtud, pido a los colegas votar en contra, para rechazar este salario
mínimo indigno.
He dicho.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Está claro que las
observaciones al proyecto requieren quorum simple.
La señora PASCAL.- Señor Presidente, el quórum simple se refiere a los que
votan, no a los que están presentes en la Sala.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Por supuesto, es el
quórum simple referido a los que participan en la votación.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- En votación la
observación número 2 de su excelencia el Presidente de la República, por la
cual se incorporan los artículos 4°, 5°, 6° y 7° nuevos al proyecto.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el
siguiente resultado: por la afirmativa, 51 votos; por la negativa, 54 votos. No
hubo abstenciones.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Rechazada.
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DISCUSIÓN SALA
Nota: Las siguientes votaciones se extrajeron de la página web de la
Cámara de Diputados5
Materia: Proyecto de ley, iniciado en mensaje, que reajusta el monto del
ingreso mínimo mensual
Artículo: Observación N°2 veto
Sesión: 58
Trámite: Observaciones del PResidente de la República /
Tipo de votación: Única
Quorum: Quorum Simple
Resultado: Rechazado
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Sr. Alvarez-Salamanca R. Pedro Pablo Sr. Eluchans U. Edmundo Sra. Molina
O. Andrea Sr. Santana T. Alejandro Sr. Arenas H. Gonzalo Sr. Estay P. Enrique
Sr. Monckeberg B. Cristián Sr. Sauerbaum M. Frank Sr. Baltolu R. Nino Sr.
García G. René Manuel Sr. Monckeberg D. Nicolás Sr. Silva M. Ernesto Sr.
Barros M. Ramón Sr. Godoy I. Joaquín Sr. Morales M. Celso Sr. Squella O.
Arturo Sr. Bauer J. Eugenio Sr. Gutiérrez P. Romilio Sr. Moreira B. Iván Sra.
Turres F. Marisol Sr. Becker A. Germán Sr. Hasbún S. Gustavo Sra. Nogueira F.
Claudia Sr. Ulloa A. Jorge Sr. Bertolino R. Mario Sr. Hernández H. Javier Sr.
Norambuena F. Iván Sr. Letelier A. Cristian Sr. Bobadilla M. Sergio Sra.
Hoffmann O. María José Sr. Pérez L. Leopoldo Sr. Van Rysselberghe H. Enrique
Sr. Calderón B. Giovanni Sr. Kast R. José Antonio Sr. Recondo L. Carlos Sr.
Velásquez S. Pedro Sr. Cardemil H. Alberto Sr. Rosales G. Joel Sr. Rojas M.
Manuel Sr. Verdugo S. Germán Sra. Cristi M. María Angélica Sr. Macaya D.
Javier Sra. Sabat F. Marcela Sr. Von Mühlenbrock Z. Gastón Sr. Delmastro N.
Roberto Sr. Martínez L. Rosauro Sr. Salaberry S. Felipe Sr. Ward E. Felipe Sr.
Edwards S. José Manuel Sr. Melero A. Patricio Sr. Sandoval P. David
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Sr. Aguiló M. Sergio Sr. Díaz D. Marcelo Sr. Lorenzini B. Pablo Sr. Saffirio E.
René Sr. Alinco B. René Sr. Espinosa M. Marcos Sr. Monsalve B. Manuel Sr.
Schilling R. Marcelo Sr. Andrade L. Osvaldo Sr. Espinoza S. Fidel Sr. Montes C.
Carlos Sra. Sepúlveda O. Alejandra Sr. Araya G. Pedro Sr. Farías P. Ramón
Sra. Muñoz D. Adriana Sr. Silber R. Gabriel Sr. Ascencio M. Gabriel Sra. Girardi
5
http://camara.cl/trabajamos/sala_votacion_detalle.aspx?prmID=15634
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DISCUSIÓN SALA
L. Cristina Sr. Núñez L. Marco Antonio Sr. Tarud D. Jorge Sr. Auth S. Pepe Sra.
Goic B. Carolina Sr. Ojeda U. Sergio Sr. Teillier D. Guillermo Sr. Burgos V.
Jorge Sr. González T. Rodrigo Sr. Ortiz N. José Miguel Sr. Torres J. Víctor Sr.
Campos J. Cristián Sr. Gutiérrez G. Hugo Sra. Pacheco R. Clemira Sr. Tuma Z.
Joaquín Sr. Carmona S. Lautaro Sr. Hales D. Patricio Sra. Pascal A. Denise Sr.
Vallespín L. Patricio Sr. Castro G. Juan Luis Sr. Jaramillo B. Enrique Sr. Rincón
G. Ricardo Sr. Vargas P. Orlando Sr. Cerda G. Eduardo Sr. Jarpa W. Carlos
Abel Sr. Robles P. Alberto Sr. Venegas C. Mario Sr. Cornejo G. Aldo Sr.
Jiménez F. Tucapel Sra. Saa D. María Antonieta Sra. Vidal L. Ximena Sr.
Chahín V. Fuad Sr. Lemus A. Luis Sr. Sabag V. Jorge Sr. Walker P. Matías Sr.
De Urresti L. Alfonso Sr. León R. Roberto
No votaron por estar pareados: Sr. Accorsi O. Enrique con Sra.Rubilar B.
Karla Sr. Urrutia B. Ignacio con Sr. Ceroni F. Guillermo Sr. Browne U. Pedro
con Sr. Harboe B. Felipe Sr. Vilches G. Carlos con Sr. Pérez A. José Sr. Latorre
C. Juan Carlos con Sra.Zalaquett S. Mónica
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- En votación la
observación número 3 de su excelencia el Presidente de la República, que
suprime, en el artículo único del proyecto aprobado por el Congreso, la palabra
“2013”.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el
siguiente resultado: por la afirmativa, 51 votos; por la negativa, 53 votos. No
hubo abstenciones.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Rechazada.
Nota: Las siguientes votaciones se extrajeron de la página web de la
Cámara de Diputados6
Materia: Proyecto de ley, iniciado en mensaje, que reajusta el monto del
ingreso mínimo mensual
Artículo: Observación N°3 veto
Sesión: 58
Trámite: Observaciones del PResidente de la República /
Tipo de votación: Única
6
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DISCUSIÓN SALA
Quorum: Quorum Simple
Resultado: Rechazado
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Sr. Alvarez-Salamanca R. Pedro Pablo Sr. Eluchans U. Edmundo Sra. Molina
O. Andrea Sr. Santana T. Alejandro Sr. Arenas H. Gonzalo Sr. Estay P. Enrique
Sr. Monckeberg B. Cristián Sr. Sauerbaum M. Frank Sr. Baltolu R. Nino Sr.
García G. René Manuel Sr. Monckeberg D. Nicolás Sr. Silva M. Ernesto Sr.
Barros M. Ramón Sr. Godoy I. Joaquín Sr. Morales M. Celso Sr. Squella O.
Arturo Sr. Bauer J. Eugenio Sr. Gutiérrez P. Romilio Sr. Moreira B. Iván Sra.
Turres F. Marisol Sr. Becker A. Germán Sr. Hasbún S. Gustavo Sra. Nogueira F.
Claudia Sr. Ulloa A. Jorge Sr. Bertolino R. Mario Sr. Hernández H. Javier Sr.
Norambuena F. Iván Sr. Letelier A. Cristian Sr. Bobadilla M. Sergio Sra.
Hoffmann O. María José Sr. Pérez L. Leopoldo Sr. Van Rysselberghe H. Enrique
Sr. Calderón B. Giovanni Sr. Kast R. José Antonio Sr. Recondo L. Carlos Sr.
Velásquez S. Pedro Sr. Cardemil H. Alberto Sr. Rosales G. Joel Sr. Rojas M.
Manuel Sr. Verdugo S. Germán Sra. Cristi M. María Angélica Sr. Macaya D.
Javier Sra. Sabat F. Marcela Sr. Von Mühlenbrock Z. Gastón Sr. Delmastro N.
Roberto Sr. Martínez L. Rosauro Sr. Salaberry S. Felipe Sr. Ward E. Felipe Sr.
Edwards S. José Manuel Sr. Melero A. Patricio Sr. Sandoval P. David
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Sr. Aguiló M. Sergio Sr. Díaz D. Marcelo Sr. León R. Roberto Sr. Saffirio E.
René Sr. Alinco B. René Sr. Espinosa M. Marcos Sr. Lorenzini B. Pablo Sr.
Schilling R. Marcelo Sr. Andrade L. Osvaldo Sr. Espinoza S. Fidel Sr. Monsalve
B. Manuel Sra. Sepúlveda O. Alejandra Sr. Araya G. Pedro Sr. Farías P. Ramón
Sra. Muñoz D. Adriana Sr. Silber R. Gabriel Sr. Ascencio M. Gabriel Sra. Girardi
L. Cristina Sr. Núñez L. Marco Antonio Sr. Tarud D. Jorge Sr. Auth S. Pepe Sra.
Goic B. Carolina Sr. Ojeda U. Sergio Sr. Teillier D. Guillermo Sr. Burgos V.
Jorge Sr. González T. Rodrigo Sr. Ortiz N. José Miguel Sr. Torres J. Víctor Sr.
Campos J. Cristián Sr. Gutiérrez G. Hugo Sra. Pacheco R. Clemira Sr. Tuma Z.
Joaquín Sr. Carmona S. Lautaro Sr. Hales D. Patricio Sra. Pascal A. Denise Sr.
Vallespín L. Patricio Sr. Castro G. Juan Luis Sr. Jaramillo B. Enrique Sr. Rincón
G. Ricardo Sr. Vargas P. Orlando Sr. Cerda G. Eduardo Sr. Jarpa W. Carlos
Abel Sr. Robles P. Alberto Sr. Venegas C. Mario Sr. Cornejo G. Aldo Sr.
Jiménez F. Tucapel Sra. Saa D. María Antonieta Sra. Vidal L. Ximena Sr.
Chahín V. Fuad Sr. Lemus A. Luis Sr. Sabag V. Jorge Sr. Walker P. Matías Sr.
De Urresti L. Alfonso
No votaron por estar pareados: Sr. Accorsi O. Enrique con Sra.Rubilar B.
Karla Sr. Urrutia B. Ignacio con Sr. Ceroni F. Guillermo Sr. Browne U. Pedro
con Sr. Harboe B. Felipe Sr. Vilches G. Carlos con Sr. Pérez A. José Sr. Latorre
C. Juan Carlos con Sra.Zalaquett S. Mónica
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DISCUSIÓN SALA
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Finalmente, en votación
la observación número 1 de su excelencia el Presidente de la República, para
agregar, antes del actual artículo único, los artículo 1°, 2° y 3° nuevos.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el
siguiente resultado: por la afirmativa, 51 votos; por la negativa, 32 votos.
Hubo 1 abstención.
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Aprobada.
Nota: Las siguientes votaciones se extrajeron de la página web de la
Cámara de Diputados7
Materia: Proyecto de ley, iniciado en mensaje, que reajusta el monto del
ingreso mínimo mensual
Artículo: Observación N°1 veto
Sesión: 58
Trámite: Observaciones del PResidente de la República /
Tipo de votación: Única
Quorum: Quorum Simple
Resultado: Aprobado
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Sr. Alvarez-Salamanca R. Pedro Pablo Sr. Eluchans U. Edmundo Sra. Molina
O. Andrea Sr. Santana T. Alejandro Sr. Arenas H. Gonzalo Sr. Estay P. Enrique
Sr. Monckeberg B. Cristián Sr. Sauerbaum M. Frank Sr. Baltolu R. Nino Sr.
García G. René Manuel Sr. Monckeberg D. Nicolás Sr. Silva M. Ernesto Sr.
Barros M. Ramón Sr. Godoy I. Joaquín Sr. Morales M. Celso Sr. Squella O.
Arturo Sr. Bauer J. Eugenio Sr. Gutiérrez P. Romilio Sr. Moreira B. Iván Sra.
Turres F. Marisol Sr. Becker A. Germán Sr. Hasbún S. Gustavo Sra. Nogueira F.
Claudia Sr. Ulloa A. Jorge Sr. Bertolino R. Mario Sr. Hernández H. Javier Sr.
Norambuena F. Iván Sr. Letelier A. Cristian Sr. Bobadilla M. Sergio Sra.
Hoffmann O. María José Sr. Pérez L. Leopoldo Sr. Van Rysselberghe H. Enrique
Sr. Calderón B. Giovanni Sr. Kast R. José Antonio Sr. Recondo L. Carlos Sr.
Velásquez S. Pedro Sr. Cardemil H. Alberto Sr. Rosales G. Joel Sr. Rojas M.
Manuel Sr. Verdugo S. Germán Sra. Cristi M. María Angélica Sr. Macaya D.
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http://camara.cl/trabajamos/sala_votacion_detalle.aspx?prmID=15636
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DISCUSIÓN SALA
Javier Sra. Sabat F. Marcela Sr. Von Mühlenbrock Z. Gastón Sr. Delmastro N.
Roberto Sr. Martínez L. Rosauro Sr. Salaberry S. Felipe Sr. Ward E. Felipe Sr.
Edwards S. José Manuel Sr. Melero A. Patricio Sr. Sandoval P. David
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Sr. Aguiló M. Sergio Sr. Díaz D. Marcelo Sr. León R. Roberto Sr. Robles P.
Alberto Sr. Alinco B. René Sr. Espinosa M. Marcos Sr. Lorenzini B. Pablo Sr.
Saffirio E. René Sr. Araya G. Pedro Sr. Espinoza S. Fidel Sr. Monsalve B.
Manuel Sr. Schilling R. Marcelo Sr. Ascencio M. Gabriel Sr. Farías P. Ramón Sr.
Ojeda U. Sergio Sra. Sepúlveda O. Alejandra Sr. Campos J. Cristián Sr.
González T. Rodrigo Sr. Ortiz N. José Miguel Sr. Silber R. Gabriel Sr. Carmona
S. Lautaro Sr. Gutiérrez G. Hugo Sra. Pacheco R. Clemira Sr. Teillier D.
Guillermo Sr. Castro G. Juan Luis Sr. Hales D. Patricio Sra. Pascal A. Denise Sr.
Torres J. Víctor Sr. De Urresti L. Alfonso Sr. Lemus A. Luis Sr. Rincón G.
Ricardo Sr. Venegas C. Mario
No votaron por estar pareados: Sr. Accorsi O. Enrique con Sra.Rubilar B.
Karla Sr. Urrutia B. Ignacio con Sr. Ceroni F. Guillermo Sr. Browne U. Pedro
con Sr. Harboe B. Felipe Sr. Vilches G. Carlos con Sr. Pérez A. José Sr. Latorre
C. Juan Carlos con Sra.Zalaquett S. Mónica
El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Despachado el
proyecto.
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OFICIO APROBACIÓN OBSERVACIONES EJECUTIVO
4.5. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
Oficio aprobación observaciones del Ejecutivo. Fecha 18 de julio, 2012. Cuenta
en Sesión 36. Legislatura 360. Senado.
Oficio Nº 10289
A S. E. EL
PRESIDENTE
DEL
H. SENADO
VALPARAÍSO, 18 de julio de 2012
La Cámara de Diputados, en sesión
de esta fecha, ha tenido a bien prestar su aprobación a la
observación N°1) formulada por S.E. el Presidente de la República al proyecto
de ley que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual, correspondiente al
boletín N° 8387-05, en tanto que ha rechazado la N°2) y la N°3).
Acompaño los antecedentes respectivos.
Dios guarde a V.E.
NICOLÁS MONCKEBERG DÍAZ
Presidente de la Cámara de Diputados
ADRIÁN ÁLVAREZ ÁLVAREZ
Secretario General de la Cámara de Diputados
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DISCUSIÓN SALA
4.6. Discusión en Sala
Senado. Legislatura 360. Sesión 36. Fecha 18 de julio, 2012. Discusión Veto
Presidencial. Se aprueba.
REAJUSTE DE MONTO DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL
--Los antecedentes sobre el proyecto (8387-05) figuran en los Diarios
de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
Se da cuenta del oficio de la Cámara de Diputados en sesión 30ª,
en 3 de julio de 2012.
En segundo trámite, sesión 34ª, en 11 de julio de 2012
Observaciones del Ejecutivo, en segundo trámite, sesión 36ª, en
18 de julio de 2012.
Certificado de Comisión:
Certificado de la Comisión de Hacienda: sesión 35ª, en 17 de
julio de 2012.
Informe
de
la
Comisión
de
Hacienda
(verbal
sobre
observaciones): sesión 36ª, en 18 de julio de 2012.
Discusión:
Sesiones 32ª, en 4 de julio de 2012 (se aprueba la insistencia y
vuelve a la Cámara de Diputados); 35ª, en 17 de julio de 2012 (se
aprueba la proposición de la Comisión de Hacienda).
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Las observaciones presentadas por el
Ejecutivo al texto despachado por el Congreso Nacional son tres:
La observación N° 1 incorpora un artículo que establece el monto del
reajuste del ingreso mínimo mensual y otras normas que fijan el reajuste de
las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones
Familiares y del subsidio familiar contenido en el artículo 1° de la ley N°
18.020.
La observación N° 2 contiene disposiciones que determinan el reajuste,
por el solo ministerio de la ley, del ingreso mínimo mensual, a contar del 1° de
julio de 2013, de las demás asignaciones y del subsidio familiar, si se dan los
supuestos que el mismo artículo contempla para el año 2013.
Y la observación N° 3 efectúa una adecuación en el artículo único
aprobado por el Congreso Nacional.
Cabe hacer presente que las observaciones se discuten en general y en
particular a la vez y se votan separadamente, sin que proceda dividir la
votación de cada una de ellas.
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DISCUSIÓN SALA
El señor ESCALONA (Presidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para que
se adopte la resolución de que haya una intervención por Comité, de hasta 10
minutos.
El señor PROKURICA.- Muy bien, señor Presidente.
--Así se acuerda.
El señor ESCALONA (Presidente).- Sin perjuicio de lo que se acordó recién,
ofreceré la palabra al Presidente de la Comisión de Hacienda para que relate su
informe.
En la discusión general y particular de las observaciones, tiene la
palabra el Senador señor García.
El señor GARCÍA.- Señor Presidente, Honorable Sala, nuestra Comisión,
durante la tarde de hoy, se abocó al estudio de las observaciones formuladas
por Su Excelencia el Presidente de la República al proyecto de ley que reajusta
el monto del ingreso mínimo mensual.
Ellas se refieren a lo siguiente.
La observación N° 1 eleva el monto del ingreso mínimo mensual, a
partir del 1° de julio del presente año, de 182 mil pesos a 193 mil para los
trabajadores mayores de 18 años y de hasta 65 años de edad; de 135 mil 867
pesos a 144 mil 79 para los trabajadores mayores de 65 años y los menores
de 18 años de edad, y de 117 mil 401 pesos a 124 mil 497 el monto del
ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales.
Además, a partir del 1° de julio del año en curso, las asignaciones
familiares tendrán los siguientes valores:
a) De 7 mil 744 pesos por carga, para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de 202 mil 516 (en este tramo el aumento es de 8
por ciento).
b) De 5 mil 221 pesos por carga, para quienes perciban rentas
superiores a los 202 mil 516 pesos e inferiores a 317 mil 407.
c) De 1.650 pesos, para los que obtengan rentas que superen los 317
mil 407 pesos y no excedan los 495 mil 47.
Las personas con ingresos superiores a 495 mil 47 pesos no tendrán
derecho a asignación familiar.
Finalmente, a partir del 1° de julio de este año se fija en 7 mil 744
pesos el valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N°
18.020.
Señor Presidente, con respecto a esa observación, se produjo una
primera votación, en la que se registraron 3 abstenciones y 2 votos favorables;
y una segunda, en la que se alcanzó el mismo resultado.
En virtud de ello, se aplicó el procedimiento dispuesto en el
Reglamento para estos casos. Y, por lo tanto, informo a la Sala que la
observación N° 1 fue aprobada por unanimidad en la Comisión de Hacienda.
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DISCUSIÓN SALA
A su vez, la observación N° 2, que buscaba implementar un
mecanismo de reajuste para el año 2013, se rechazó por 3 votos en contra y 2
a favor.
Por último, la observación N° 3, cuyo objetivo era suprimir, en el
artículo único aprobado por el Congreso Nacional, la expresión “y el año 2013”,
también fue rechazada por dicho órgano técnico por 3 votos contra 2.
Lo expuesto, señor Presidente, es absolutamente concordante con lo
que acogió la Sala de la Cámara de Diputados durante el día de hoy.
Es cuanto puedo informar.
Muchas gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- A los señores Senadores que no estaban
presentes en la Sala en su momento les comunico que se acordó que hubiera
una intervención de hasta 10 minutos por Comité.
Además, les recuerdo que la discusión de las observaciones es en
general y particular a la vez, según lo indicó el señor Secretario.
Tiene la palabra el Honorable señor Novoa, por el Comité Unión
Demócrata Independiente.
El señor NOVOA.- Señor Presidente, seré muy breve, porque hemos sostenido
un largo debate sobre el salario mínimo.
Nosotros, como Comité de Senadores de la UDI... (FIN DE TURNO)
(El señor NOVOA)... de Senadores de la UDI, hemos respaldado las propuestas
hechas por el Gobierno en materia de reajuste de salario mínimo, de las
asignaciones familiares y del subsidio único familiar, y también apoyamos la
indicación que hizo ayer el Gobierno en cuanto a dejar resuelto en este trámite
el reajuste del próximo año, en función del crecimiento. En concreto, el
Gobierno proponía dar un reajuste de 2 puntos por sobre la inflación si el
crecimiento del país era de 4 por ciento o superior, o de 3 puntos sobre la
inflación si el crecimiento era de 5 puntos o superior.
En seguida, cabe consignar que la UDI no solo ha apoyado los
planteamientos efectuados por este Gobierno en materia de salario mínimo o
de reajustes del sector público, sino que, por regla general, actuó de igual
forma respecto de las proposiciones efectuadas por los Gobiernos anteriores, a
pesar de estar nosotros en la Oposición.
Y lo hacemos en el convencimiento de que en la conducción de las
finanzas públicas, en el caso del reajuste del sector público, y en la fijación de
precios -que es, básicamente, lo que significa un reajuste del salario mínimoquienes tienen los mejores elementos para poder determinar qué es lo más
adecuado normalmente son los Gobiernos, cuando estos actúan seriamente. Y
hay que reconocer, salvo algunos casos en que hemos estado en desacuerdo
con medidas de Gobiernos anteriores, que el manejo de la macroeconomía se
ha mantenido en forma -yo diría- muy adecuada, muy correcta y hemos
logrado, como país, tener un alto nivel de reservas y controlar la inflación; y,
salvo algunos períodos muy puntuales, en que se han producido déficits en las
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DISCUSIÓN SALA
cuentas fiscales, la regla general ha sido una conducción ordenada de la
economía.
Y esto, que muchas veces es criticado por ser un enfoque ortodoxo,
poco flexible, poco comprensivo, la realidad es que, al margen de las
declaraciones que se puedan hacer, refleja un manejo económico que en
definitiva protege los intereses de los sectores más necesitados del país.
Hoy día ya estamos acostumbrados a tener estabilidad en las cifras
macroeconómicas. Hoy día estamos acostumbrados a tener una inflación a
buen recaudo. Hoy día estamos acostumbrados a tener unas cifras de
desempleo que cuando se produce una situación tremendamente compleja
llegan a 10, 11 por ciento.
Eso, desgraciadamente, no fue siempre así en nuestro país. La
inflación azotó y empobreció a millones de chilenos. Era muy fácil dar reajustes
por sobre las capacidades del país. Era muy fácil fijar precios en la economía.
Era muy fácil dictar normas de intervención. Pero, en definitiva, el costo lo
pagaba la gran mayoría del pueblo chileno, por el impuesto inflación, que es el
más tremendo de todos.
Desde ese punto de vista, quiero rescatar la seriedad en el manejo de
las finanzas públicas y señalar que no es patrimonio de este Gobierno, sino que
-debo reconocerlo- ha sido un mérito de los Gobiernos anteriores, de la
Concertación.
Me preocupa, sí, cuando veo que dentro de las filas de la Concertación
hay como una vergüenza de haber actuado bien en esos veinte años. Eso
realmente le hace un daño al país. Yo creo debiera existir un legítimo orgullo
de haber mantenido el manejo de las finanzas en niveles razonables, en
niveles que le han dado a nuestro país prestigio y que han permitido superar la
pobreza. Tal como se señaló ayer, los índices o los niveles de pobreza bajaron
de cerca de 40 por ciento a 15 por ciento, que son las cifras actuales.
Por esas consideraciones, señor Presidente, ratificamos nuestro apoyo
a la propuesta del Gobierno. Nos hubiera gustado haber zanjado el reajuste del
próximo año. Pero entendemos que existe una posibilidad al discutir un
mecanismo de reajuste, llamémoslo “permanente”, del salario mínimo. Si
concordamos en un buen mecanismo, probablemente él se pueda aplicar para
el próximo año y para los siguientes, de manera de evitarnos esta discusión
que es, creo yo, odiosa no solo para quienes están, en un momento
determinado, apoyando una postura, sino que también para quienes, por
distintas razones, se oponen a ella.
Concluyo con una razón de tipo práctico. Dado que las observaciones
2) y 3) no fueron aprobadas en la Cámara, no se van a poder transformar en
ley. Por tanto, yo propongo que se vote el informe de la Comisión de Hacienda,
que aprueba la observación N° 1), que implica el reajuste del salario mínimo,
el reajuste en un 8 por ciento de las asignaciones familiares y del SUF.
Nosotros en la Comisión votamos también a favor de las observaciones N°s 2)
y 3), pero no sé si el Presidente las va a poner en votación una por una o va a
votar el informe de la Comisión. En todo caso, quienes estaban en contra o a
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DISCUSIÓN SALA
favor de las observaciones 2) y 3) ya manifestamos nuestra posición en la
Comisión.
Por lo tanto, anuncio de parte de la bancada de la UDI el respaldo al
informe de la Comisión, y, si se votan separadamente las observaciones, el
apoyo a las tres.
Gracias, señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- En relación a su consulta, la Mesa entiende,
de acuerdo con la Ley Orgánica Constitucional, que las observaciones se votan
cada una por separado.
Tiene la palabra el Senador señor Muñoz.
El señor MUÑOZ ABURTO.- Señor Presidente, Honorables colegas, lamentamos,
como bancada socialista, que se haya demorado tanto la tramitación de este
proyecto, que fija el reajuste del salario mínimo.
La demora no es imputable a los Senadores de la Oposición, sino que
ella es una responsabilidad que le cabe al Gobierno. Primero, por haber
enviado tarde el proyecto, y segundo, porque este reajuste no satisfacía las
necesidades de los trabajadores y trabajadoras; porque no hubo acuerdo entre
las bancadas que apoyan al Gobierno y porque no existió ningún tipo de
diálogo: no hubo conversación con las organizaciones sindicales; tampoco con
la Oposición, salvo lo que ocurrió el lunes recién pasado, donde no se llegó a
ningún tipo de acuerdo.
Lamento, también, las descalificaciones y denostaciones que ha hecho
el Ministro Secretario General de Gobierno en contra del ex Presidente y actual
Senador don Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Como socialistas, creemos que ha sido
una crítica injusta, que está fuera de la amistad cívica que se ha ido creando a
partir del año 90, cuando se recuperó la democracia en nuestro país.
No fue el ex Presidente Frei, actual Senador, el responsable de la crisis
por la que atravesó el país cuando él tuvo la valentía y la responsabilidad de
fijar uno de los reajustes del salario mínimo más altos de los 20 años de la
Concertación.
Pero, lo que yo he querido recalcar hoy día es que hay que mejorar el
ambiente dentro de quienes formamos parte de las diferentes bancadas, pero
también en el diálogo, en la conversación y en la discusión que debe realizarse
no solamente en este proyecto de ley, sino que en otros futuros, con las
actuales autoridades de Gobierno...
(El señor MUÑOZ ABURTO)... con las autoridades de Gobierno. Desde hace ya
varios días hemos venido escuchando -lamentablemente, es la realidad- que
este no atiende, no dialoga. Y si no lo hace con su propio sector, que aspiraba
a un ingreso mínimo de 200 mil pesos, qué queda para la Oposición.
Ojalá que el Gobierno entienda. Porque creo sinceramente que lo
ocurrido en los últimos 18 o 20 días le ha significado una derrota política. Ha
tenido que recurrir al veto para otorgar a los trabajadores un reajuste bastante
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DISCUSIÓN SALA
escuálido, miserable, el cual en ningún caso va a satisfacer las expectativas
que ellos se habían cifrado cuando se eligió al actual Primer Mandatario.
Muchas gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCÍA.- Señor Presidente, los Senadores de Renovación Nacional
vamos a concurrir con nuestros votos a aprobar la observación de Su
Excelencia el Presidente de la República, la cual permite el reajuste del monto
del ingreso mínimo mensual en la última etapa legislativa contemplada por
nuestro ordenamiento institucional.
Cuidar el empleo particularmente en momentos en que Europa
atraviesa por una crisis cuya dimensión y duración nadie es capaz todavía de
predecir; en que Estados Unidos crece a ritmos muy inferiores a lo esperado;
en que China, nuestro principal socio comercial y el más grande comprador de
nuestro cobre, también lo hace mucho menos de lo esperado, es lo serio, lo
responsable, sin duda, en esas circunstancias internacionales.
Es, por lo demás, el criterio que se siguió durante el año 2009, durante
la crisis que asimismo afectó a la economía internacional. Y tanto el Ministro de
Hacienda como la Presidenta de la República de la época, a pesar de las
peticiones de sus propios parlamentarios, optaron por entregar un reajuste
muy inferior al que se esperaba. Ello, no por mala voluntad, no porque se
quisiera ser mezquino con los trabajadores, no porque se intentase privilegiar
o atender los intereses de empleadores o empresarios, sino porque lo que más
se deseaba precisamente era proteger el empleo.
Todos nosotros recibimos permanentemente en nuestras oficinas
parlamentarias a personas cuyo principal problema, cuyo principal drama, es
recorrer las calles, las fábricas, las distintas fuentes productivas buscando una
ocupación, sin encontrarla. Y van perdiendo la esperanza, la fe, incluso la
convicción en sus propios talentos y capacidades.
Distinta es la actitud de quienes salen por un trabajo y lo consiguen. Y,
en eso, todos tenemos que reconocer que, durante los últimos dos años,
durante la Administración del Presidente Sebastián Piñera, se ha registrado un
crecimiento notable en el empleo y un récord histórico en crearlo, en la
participación laboral y en aquella que les cabe a las mujeres. Ese camino es el
que queremos seguir cuidando, el que queremos seguir construyendo juntos, a
fin de que sea más fácil encontrar trabajo, de que los puestos sean más
estables, de que las ocupaciones sean mejor remuneradas, no por disponerlo
una ley, sino porque las condiciones para desempeñarse sean mucho mejores.
En consecuencia, abrigamos la convicción de que el Gobierno del
Presidente Piñera y su Ministro de Hacienda han actuado con seriedad, con
responsabilidad, y que también asumen que una familia que recibe el ingreso
mínimo necesita un mayor apoyo. Por eso se ha creado, entre otros
programas, el ingreso ético familiar, y dentro de este, en particular, el del
subsidio al empleo femenino, para facilitar, para estimular más aún la
participación de las mujeres en el mundo laboral más formal. Este último no
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DISCUSIÓN SALA
dice relación solo con contar con un trabajo, sino también con el derecho a
enfermarse, con la previsión correspondiente, con la posibilidad de recurrir a
FONASA y con todos los beneficios asociados.
El reajuste en un 8 por ciento del primer tramo de la asignación
familiar y del subsidio único familiar, que reciben los niños más vulnerables, es
una medida importante que se suma a otros avances sociales que el país ha
venido desarrollando durante los dos últimos años.
Habríamos querido que la observación número 2), que establece un
mecanismo de reajuste para el año 2013, hubiera sido acogida. La verdad es
que no solo en la discusión registrada durante el proceso actual de tramitación
del reajuste del ingreso mínimo, sino también en muchas intervenciones de
señores Senadores en años anteriores y que se pueden leer en una revisión, se
ha venido pidiendo con insistencia en la materia un sistema permanente,
automático.
Aquí no se estaba estableciendo este último, porque, para eso, el
Gobierno se ha comprometido a enviar un proyecto especial, y esperamos que
este ingrese dentro de los próximos días para poder tratarlo. Lo que se estaba
haciendo a través del veto, sencillamente, era definir un mecanismo para
2013, un año de elecciones presidenciales y parlamentarias en el que resulta
mucho mejor, desde mi punto de vista, tener despejados estos aspectos tan
sensibles.
No estuvieron los votos.
Pero, por lo menos, en la Cámara de Diputados se registraron los
necesarios -y espero que en el Senado ocurra lo mismo- para que el reajuste
del ingreso mínimo, el de las asignaciones familiares y el del subsidio único
familiar llegue a los trabajadores ahora, en sus liquidaciones de fines de julio.
Ha sido un camino difícil, duro, áspero, pero abrigo la convicción de que,
terminada la discusión del proyecto, el efecto de dicha medida será recibido
por aquellos que ganan ese tipo de remuneración, que son los que más apoyo
necesitan, así como también por las mamás y los niños.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Lagos.
El señor LAGOS.- Señor Presidente, creo que esta es la tercera oportunidad en
que tratamos en la Sala el ingreso mínimo mensual.
Se ha llevado a cabo la tramitación de un proyecto tortuoso, …
(El señor LAGOS)... de un proyecto tortuoso, tal vez deficiente, conducido con
una fuerte impericia. No solo llegó tarde. Alguien decía -creo que fue el señor
Ministro- que en épocas anteriores era recibido por la misma fecha. La
salvedad, en el presente caso, radica en que no se ha contado con el apoyo de
uno de los dos partidos de Gobierno. Eso sí que es inusitado, y no registra
precedentes en los 20 años de nuestras Administraciones anteriores.
Lo anterior incidió en que la iniciativa comenzara trastabillando. Y la
discusión al interior del oficialismo se terminó trasladando al Congreso y a
Historia de la Ley N° 20.614
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DISCUSIÓN SALA
nosotros para poder dirimir el conflicto. La situación llevó a que, como
Oposición, ayudáramos en dos oportunidades al Gobierno.
En efecto, primero actuamos responsablemente, con motivo del
trámite habilitante, para que el texto empezara a ser debatido en la Cámara de
Diputados, por cuanto había sido rechazada la idea de legislar.
El Gobierno, dados los días transcurridos, se dio cuenta de que si el
asunto no se resolvía hoy, sobrevendría la semana de trabajo regional y no
habría ingreso mínimo hasta agosto. Al observar que el resultado iba a ser el
mismo, ya fuere con un veto, o con un tercer trámite, o con una Comisión
Mixta, ¿qué camino siguió? Lo señaló derechamente: “Vamos por el veto,
entonces”. Y nosotros, en vez de obstaculizar, ¿qué dijimos? “Vamos por el
veto”.
Pero el proyecto, para llegar a esta instancia, experimentó muchas
modificaciones. Y eso es bien notable. Partió con 191 mil pesos. Sesudos
análisis y estudios econométricos demostraban que ese era el punto de
equilibrio en el cual la economía no iba a resentir la empleabilidad de los
trabajadores.
Sin embargo, en la discusión en la Cámara de Diputados, el Gobierno
aumentó la cantidad en 2 mil pesos. ¿Por qué razón? Hay distintas
interpretaciones. ¿Pudo mediar un nuevo estudio? No. Lo que sucedió fue que
el presidente de una colectividad política, don Carlos Larraín, la princip... -el
partido del Primer Mandatario, entre paréntesis-...
El señor CHAHUÁN.- ¡El principal...!
El señor LAGOS.- Iba a decirlo así, Su Señoría, pero no sé cómo definirlo a
estas alturas, para ser franco. Mas no cabe duda de que es el del Jefe del
Estado.
Al cruzarse el Senador señor Larraín, se decidió ese incremento en el
ingreso mínimo. Entonces, toda la argumentación técnica se fue al tacho de la
basura, en parte, o bien, para expresarlo en forma optimista, se abrió un
espacio para la discusión política y para encontrar un punto de equilibrio
distinto, ya no en 191 mil pesos, sino en 193 mil. ¿Como consecuencia de qué?
De tener que conseguir “el favor” y el voto de algunos Diputados.
¿Cuál fue el resultado? Malo. El aumento era bueno para los
trabajadores, pero al Gobierno le rechazaron igual el proyecto.
Este último tiene mayoría en la otra rama del Congreso, entre
paréntesis, ya que por algo la preside un parlamentario de su coalición.
El que he señalado fue el primer cambio.
El segundo consistió en que, a partir del debate del asunto -y es algo
que valoro del Gobierno-, surgió acá la interrogante de por qué no pensar en
un mecanismo distinto. Durante 22 años se ha venido discutiendo el ingreso
mínimo como en un mercado de alfombras: “Súbele un peso”; “Súbele cuatro”;
“Te consigo tres votos”, y se preguntó por qué no considerar una
institucionalidad que pueda operar de manera permanente, tal vez con la
participación del Senado, y en la que algunos técnicos den algunas luces
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respecto a cuál debe ser el monto. Al mismo tiempo, se planteó la
conveniencia de una plurianualidad, o sea, de no fijar un monto solo por el
año, sino por un período más largo. Es algo similar a lo que hizo el Presidente
Frei Ruiz-Tagle durante tres años seguidos.
Entonces, en ese esquema de análisis teórico, el Gobierno hizo algo
inusitado al llegar el minuto de las observaciones. Y expreso mi profunda
molestia por ello y me parece que también la de mi bancada. Porque el
acuerdo que el primero mantenía en el día de ayer -y nadie me va a sacar de
tal posición- era muy sencillo: “Vamos por el veto, que es el camino corto”. A
cambio, le expresamos: “Perfecto, pero todo lo que es institucionalidad y
plurianualidad del ingreso mínimo corresponde a un proyecto aparte, por ser
una materia que no hemos discutido nunca”. Nunca estuvo en el texto original
del Gobierno lo de tratar el monto del próximo año. Ello es nuevo.
Lo menos que se puede pedir es que la cuestión se tramite en una
iniciativa distinta para conocer las variables. Porque una de las
argumentaciones expuestas -y fue un buen razonamiento, como nunca se ha
registrado, a mi juicio, en muchos años de tratamiento del ingreso mínimodecía relación con cómo sería la nueva institucionalidad, quiénes participarían,
cuáles serían los niveles. Algunos mencionaban factores como inflación,
crecimiento, productividad, y otros agregaban la desigualdad, cómo romper la
brecha, el componente ético. O sea, es preciso introducir una discusión.
Al conversar ayer con el señor Ministro de Hacienda, fuimos muy claros
y categóricos en que el pronunciamiento solo se refería al monto del ingreso
mínimo, de la asignación familiar y del subsidio único familiar. ¿Y con qué nos
encontramos? Únicamente cuando terminó la votación, cuando logramos evitar
que el veto se frustrara, los Ministros sorprendieron a la salida con aquello de
que en las observaciones se incluiría la fijación del ingreso mínimo, por el solo
ministerio de la ley, para la próxima vez.
¿Saben lo que es eso, en castellano, Honorables colegas? Nos
pistolearon, para usar una palabra antigua, pero suave. Lo digo con todo
respeto.
Entonces, ¿por qué motivo caemos en tal situación?
Aquí se hicieron gárgaras -tal vez correctamente por algunos- con que
se faltaba a la dignidad de esta Corporación, con que la política se caía a
pedazos, de lo cual discrepo.
Integrando los Senadores señor Frei y señora Rincón la Comisión de
Hacienda, abrigo la convicción de que era claro que el proyecto no incorporaba
la plurianualidad. Y hemos sido sorprendidos al respecto, o mejor dicho,
pistoleados. ¿Porque qué nos queda por decir ahora? ¿Vamos a rechazar el
veto?
Cuando se hace referencia a la dignidad de la política, a cómo
procederemos, concluyo que vamos marcha atrás. Lo digo sinceramente.
Cuesta generar confianza, entendimiento.
No es posible que la Comisión de Hacienda tenga que pedirle la
próxima vez al señor Ministro que ponga por escrito los compromisos.
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Todos llegamos al acuerdo. Puedo comprender las presiones que en un
Gobierno ejerza un partido determinado, pero de lo que se trataba aquí era de
salvaguardar el ingreso mínimo. Y eso no se cumplió.
El Honorable señor Novoa alababa lo que había sido nuestra gestión en
materia de responsabilidad macroeconómica. Lo tenemos claro. Pero
manifestaba también que quería coherencia.
Al respecto, voy a reiterar un argumento que dimos ayer, señor
Presidente. No es cuestión solo de coherencia, sino de advertir que el país ha
cambiado: su ingreso per cápita ya no es de 7 mil dólares, sino de 15 mil. El
ingreso mínimo, en términos reales, ha crecido un 29 por ciento en 30 años.
¿Saben Sus Señorías en cuánto se ha incrementado el primero? En 200 por
ciento, también en términos reales. Entonces, ¿no habría sido posible que la
torta se repartiera un poco mejor? Es sobre la base de ese esquema que uno
afirma la posibilidad de plantear cosas distintas.
¿Y saben por qué razón no hemos sido populistas, señores Senadores?
Porque me encuentro convencido de que, si hacemos las cosas bien,
llegaremos a ser Gobierno en dos años más y estaremos discutiendo el ingreso
mínimo acá nuevamente. En consecuencia, no estamos proponiendo cosas que
no podamos cumplir, porque nos van a rebotar.
Soy responsable, por lo tanto, cuando sostengo: “Había espacio para
más de 193 mil”. Y el Gobierno no lo dio por mantener un gallito con un
presidente de partido que está sentado en la bancada de enfrente. Esa es la
firme.
Como tendrá lugar la situación que señalo y enfrentaremos otra vez el
mismo debate, se va a tomar todo lo expuesto de uno y otro lado y se repetirá
lo que aseveraron dos años antes el Senador señor Lagos, el Senador señor
Coloma, el Senador señor Novoa, la Senadora señora Rincón.
En la medida en que actuamos con seriedad, respondemos
afirmativamente a la búsqueda de la institucionalidad nueva, de la
plurianualidad. Pero tratemos ello en su mérito, en un proyecto específico. ¡Si
lo que estamos haciendo es una novedad tremenda!
Lamento el tono con que ha terminado el asunto, porque había sido
una buena discusión; pero ayer tuvimos “flor” de tropiezo, que el señor
Ministro atribuye a un malentendido. No pienso lo mismo. Creo que no se pudo
mantener un compromiso como consecuencia de presiones de un partido de
Gobierno que tiene que llevarse, al final, algo para la casa. Porque no logró ni
los 200 mil pesos ni el alza en la asignación por las cargas, ya que eso pareció
concebido a partir de conversaciones con nosotros. Entonces, ¿a qué se
recurre? A la plurianualidad, que es para la forma, porque, así como se rechazó
en la Cámara de Diputados, correrá la misma suerte acá.
Muchas gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro.
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El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, solo intervendré
para los efectos de una aclaración, porque se ha expresado que se faltó a un
compromiso, lo que no es correcto.
En primer lugar, se señaló que entramos tarde a la tramitación. No sé
qué se puede entender por ello, porque lo hicimos el 19 de junio recién
pasado, y desde el año 2003 los proyectos se presentan en fechas similares o
posteriores, incluso...
(El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda))... en fechas similares o posteriores,
incluso. ¿Cuál es la diferencia? Que ellos se han tramitado en pocos días.
Aquí se planteó que lo ocurrido se debió a la impericia del Gobierno.
Pero hay que tener presente que, cuando la Oposición rechazó la iniciativa en
general en la Cámara de Diputados, indudablemente el proceso se tornó más
largo.
El Senador Lagos hace un gesto indicando a los parlamentarios de la
Alianza, señor Presidente. Ante ello, preciso que los partidos de Gobierno
aprobaron la idea de legislar en la Cámara Baja. Nunca estuvieron en contra de
ella, más allá de que existieran aspiraciones distintas sobre el particular.
En cuanto a la afirmación de que enviamos tarde el proyecto, lo
correcto en realidad es aseverar que nos hemos demorado casi 30 días en su
tramitación.
Eso es así.
Sin embargo, debemos analizar ese cargo de mejor forma que
simplemente decir que ha sido fruto de la impericia de nosotros. Este Gobierno
no cuenta con mayoría en ninguna de las dos ramas del Parlamento: ni en la
Cámara de Diputados, ni en el Senado.
El señor LAGOS.- ¡Pero allá tienen al Presidente!
El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- Una cosa es que el Presidente sea
de nuestro sector y otra...
El señor LAGOS.- ¡Cómo no va a ser importante!
El señor LARRAÍN (Ministro de Hacienda).- En todo caso, señor Presidente,
quiero referirme al tema del acuerdo.
Aquí se ha pedido -lo hizo con mucha fuerza el Senador Lagos, pero
también lo plantearon muchos parlamentarios, tanto de la coalición de
Gobierno, como de la Oposición- establecer una institucionalidad permanente
en esta materia y que ello se discuta en su mérito en un proyecto aparte.
Nosotros tomamos ese compromiso, y lo vamos a cumplir:
presentaremos la iniciativa pertinente a esta Corporación. Por tanto, ese
anhelo, esa aspiración, expresada con mucha fuerza, quedará plasmada en un
proyecto que enviaremos al Congreso en un tiempo más, cuestión que no se
halla contemplada en el veto que nos ocupa.
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Distinto es, señor Presidente -es muy importante que todos lo
comprendan-, decir que el veto -la manera de elaborarlo es una prerrogativa
del Presidente de la República- podría haberse redactado como una sola
observación que incluyera el reajuste de 2012 y el de 2013. Así aparecía en el
texto de las indicaciones presentadas en el trámite anterior: salario mínimo
para los años 2012 y 2013, asignación familiar para 2012 y subsidio único
familiar.
Sin embargo, y con el único motivo de que había opiniones diferentes
en cuanto al aumento del salario mínimo para 2012 respecto del fijado para
2013, el Primer Mandatario redactó el veto de modo distinto: la observación 1)
dice relación con el reajuste de 2012; la observación 2), con el de 2013, y la
observación 3) era un tecnicismo relativo al financiamiento de 2013.
Correspondía sacar esta última materia, pero, en realidad, no genera mayor
consecuencia.
No escapa a nadie, menos al Ejecutivo, que cada una de las
observaciones requiere ser aprobada en ambas Cámaras para convertirse en
ley. No basta con que una sola de ellas las apruebe; no hay Comisión Mixta.
Por consiguiente, como el Gobierno no cuenta con mayoría en ninguna de las
dos ramas del Parlamento -y claramente no la posee en el Senado-, si la
fórmula que planteamos para incrementar el ingreso mínimo de 2013 nosotros la consideramos buena- no es del parecer de la Oposición, esta tiene
todo el derecho de rechazarla -así lo hará- y cuenta con todos los medios para
ello.
Entonces, señor Presidente, aquí no hay ningún “gato encerrado”, ni
una cosa turbia. ¡Nada de eso! El veto es transparente y fue redactado con el
mismo texto de las indicaciones que hicimos en su momento al proyecto. No
hay nada nuevo en esta materia.
Ya vendrá -insisto- la iniciativa legal que proponga un mecanismo
permanente en esta materia.
Quiero reiterar, tal como lo expresé en la Comisión, que, a mi juicio,
aquí se ha producido un malentendido: no hubo un acuerdo en el sentido de no
incluir en el veto lo relativo al año 2013, pero sí en cuanto a plantear una
institucionalidad permanente en un proyecto aparte.
En todo caso, más allá de la discusión semántica, ello tiene poca
relevancia porque, como ya expliqué, la Oposición cuenta con mayoría en el
Senado para rechazar la observación 2).
Gracias, señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Eduardo
Frei.
El señor FREI (don Eduardo).- Señor Presidente, no soy populista, ni
demagógico.
Se nos dijo, textualmente: “... ellos con su populismo y su demagogia
dan pan, algunas migajas para hoy y hambre para mañana”.
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DISCUSIÓN SALA
Quiero recordar que en 1998, como Presidente de la República, mandé
un proyecto de ley, que esta Sala discutió el 13 de mayo de ese mismo año. El
reajuste comenzó a regir en julio. O sea, estábamos bastante adelantados. No
siempre estas iniciativas se han mandado a última hora.
El acuerdo se firmó con la CUT, con los trabajadores y con diversas
organizaciones gremiales, como ASEXMA, CONUPIA, Confederación del
Comercio Detallista.
También solicitamos un estudio a la Organización Internacional del
Trabajo sobre la situación del salario mínimo en Chile y las posibilidades de
reajustarlo a los niveles en que finalmente se concluyó.
Eso significó elevar el salario mínimo para tres años.
La Cámara de Diputados aprobó el proyecto por 94 votos favorables y
cero en contra.
Y cuando lo vio nuestra Corporación, antes de aprobar el proyecto, los
Senadores señalaron que era factible dar más, que todos los aumentos
propuestos podrían haber sido mayores. Se dijo: “la posibilidad de dar
beneficios superiores se explica por efecto del crecimiento del país, ya que,
como consecuencia de ser sostenido, los ingresos fiscales prácticamente se han
triplicado en los últimos ocho años. La pregunta que cabe formularse es por
qué no se han triplicado la asignación familiar, el subsidio familiar y los bonos
y aguinaldos para quienes perciben pensiones mínimas o asistenciales”.
Ahí no había ni populismo, ni demagogia, ni muchas otras cosas que se
han manifestado.
Ahora bien, durante el debate en la Comisión de Hacienda tuvimos
oportunidad de escuchar a distintos organismos que estudiaron la materia. En
aquella ocasión conocimos especialmente un informe de la Universidad del
Desarrollo, basado en un estudio de la OIT -ya lo había mencionado-, que dice:
“... cuando el ingreso del salario mínimo está entre 30 y 60 por ciento del
ingreso per cápita del país no hay impacto marginal en el empleo”.
Con eso me quedo, señor Presidente.
Reitero: no hemos sido ni populistas, ni demagógicos.
Podríamos decir lo mismo de Senadores de Renovación Nacional que
han insistido en un mayor aumento del monto del salario mínimo, o de las
declaraciones que hizo en la prensa hoy el Vicepresidente de ese partido, quien
expresó: “Utilizar el veto presidencial sería otro error político”. Y habla de dar
la batalla hasta el final por los 200 mil pesos propuestos por su tienda.
Luego de referirse al veto, expresa algo que, a mi juicio, constituye la
razón por la cual se ha dilatado la tramitación de este proyecto en el Congreso.
Él dice que Renovación Nacional “estará siempre por proponer y debatir, sin
pensar en lealtades malentendidas. Si la UDI optó por cuadrase a cualquier
precio, ellos verán. Ya todos saben qué piensan la UDI y RN en temas
relevantes. Nosotros queremos reformar el binominal y ellos no; nosotros
creemos que es factible un sueldo mínimo mayor, ellos no. Ahí está la
diferencia”.
Tendríamos que concluir que el Vicepresidente de RN es un populista y
un demagogo. No será ese el comentario que haré, señor Presidente.
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Yo podría señalar muchos ejemplos -lo dije a la prensa- de populismo.
Pero lo central es que nosotros hemos planteado críticas políticas. Jamás he
hecho descalificaciones personales. No es mi modo de actuar en política.
Creo que, cuando se manifiestan puntos de vista diferentes, no es
aceptable la descalificación casi matonesca o dictatorial. Por lo tanto, debemos
cambiar ese tipo de lenguaje. No es la primera vez que ocurre una cosa como
esta en los últimos días.
Según se ha dicho muchas veces, ello fue parte del clima de violencia,
de no amistad cívica, de destrucción democrática que vivió Chile.
Respetémonos en nuestras opiniones.
Aquí dijimos -y lo reiteramos- que el país se encuentra en buenas
condiciones. Existen los recursos para realizar un esfuerzo mayor.
Lo mismo planteamos respecto de la reforma tributaria, cuestión que
no solo señalamos nosotros. El Centro de Estudios Públicos efectuó un análisis
con CIEPLAN, que arrojó cifras absolutamente distintas. Por eso, esperamos
poder discutir dicha reforma y ver la posibilidad de llegar a acuerdos que
permitan financiar los proyectos y las demandas sociales del país.
Señor Presidente, en ese ánimo estoy, y participo en cada uno de los
debates.
Las materias de interés nacional son discutibles y se deben abordar sin
descalificaciones, sin insultos y siempre pensando en el bien común.
Todos sabemos que durante la campaña presidencial de 2009 se habló
del salario ético, planteado por monseñor Goic. Esta es una tarea pendiente de
la sociedad chilena. Estamos claros en que hay desigualdad e inequidad. Y en
la medida que realicemos los cambios necesarios, podremos avanzar en la
construcción de una sociedad con más estabilidad, con más gobernabilidad.
Esa es una tarea que quedará pendiente si no resolvemos los
problemas del presente.
Ahora bien, con respecto al famoso veto, respaldo lo dicho por el
Senador Lagos. Ayer quedamos de acuerdo en posibilitar -y no dilatar- el
trámite de hoy con el compromiso de que no se enviara ninguna indicación
tocante a la fijación de un mecanismo permanente. Dijimos claramente que
esa materia debería ir en un proyecto aparte...
(El señor FREI (don Eduardo))... debería ir en un proyecto aparte.
Señor Presidente, le agradezco al Senador señor Novoa especialmente
que haya dicho que en los últimos 22 años ha habido disciplina fiscal,
responsabilidad para actuar. Durante el último año de mi Gobierno, con toda la
crisis asiática encima, podría haber pedido créditos (me los ofrecieron) por 5,
10, 20 mil millones de dólares. No lo hice. Acometimos la tarea, y ya en mayo
de 2000 estábamos creciendo a tasas superiores al 5 por ciento.
Fue la responsabilidad que asumimos. Y por eso lo hicimos.
De la misma manera hemos enfrentado cada uno de los debates, y
esperamos que situaciones como la descrita no se repitan, porque, en
definitiva, solo desprestigian a la clase política.
Gracias.
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DISCUSIÓN SALA
El señor ESCALONA (Presidente).- Se ha inscrito el Ministro señor Chadwick, a
quien le ofrezco la palabra.
El señor CHADWICK (Ministro Secretario General de Gobierno).- Señor
Presidente, no hay duda alguna de que debemos respetarnos en nuestras
opiniones. Y un principio o una actitud básica para ello es no solo ver la viga en
el ojo ajeno, sino mirarse los propios ojos.
Yo no pertenezco a un Gobierno ni soy Ministro de un Gobierno que le
está ofreciendo al país, Senador Frei, un reajuste miserable...
El señor ESCALONA (Presidente).- Diríjase a la Mesa, señor Ministro.
Respete el Reglamento.
El señor CHADWICK (Ministro Secretario General de Gobierno).- Disculpe,
señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Comencemos respetando el Reglamento,
señor Ministro.
El señor ESPINA.- ¡El mismo respeto debiera pedir siempre...
El señor CHADWICK (Ministro Secretario General de Gobierno).- Sí, señor
Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Estoy haciendo uso...
El señor ESPINA.-... porque se lo hemos reclamado!
El señor ESCALONA (Presidente).- Lo llamo al orden, Senador señor Espina.
El señor ESPINA.- ¡No siempre ha actuado así!
El señor ESCALONA (Presidente).- Honorable señor Espina, lo llamo al orden.
Puede continuar, señor Ministro.
El señor CHADWICK (Ministro Secretario General de Gobierno).- Señor
Presidente, no tengo ningún problema en respetar...
El señor LARRAÍN.- Contribuya al ánimo.
El señor CHADWICK (Ministro Secretario General de Gobierno).- Por eso
mismo.
Yo no soy, señor Presidente, Ministro de un Gobierno al que se le
puede decir que ha presentado un reajuste indigno, miserable o ratón.
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El señor LAGOS.- ¡Y sin cola, más encima...!
El señor CHADWICK (Ministro Secretario General de Gobierno).- Cuando uno
emite esas expresiones, tiene que asumir que puede recibir una respuesta de
carácter político.
Nunca he tenido la intención -y en este Senado me conocen de muchos
años- de utilizar formas de descalificaciones personales ni nada que se le
parezca. Pero me gustaría que, para respetarnos, todos manifestemos el
mismo espíritu. Y si alguien señala que aquí estamos actuando sobre la base
de conductas miserables, indignas, ratonas y de que estamos causándole un
daño a los sectores más pobres del país, como Ministro de Estado me veo en la
obligación de responder.
Y reitero lo que he dicho recientemente: respeto todas las opiniones.
Una de las razones, a mi juicio, para que en este país -como ha
manifestado el Senador señor Novoa- haya habido equilibrio, estabilidad fiscal
es que los parlamentarios de la Coalición por el Cambio -muchos de los cuales
se hallan aquí presentes (incluido quien habla)-, durante 21 años votaron
siempre favorablemente los reajustes al salario mínimo que proponían los
Presidentes o Presidenta de los Gobiernos de la Concertación, porque
entendían que era una contribución a Chile actuar, en esta materia, con la
mayor seriedad y responsabilidad posibles. Y porque partían siempre del
principio de la buena fe, en el sentido de que aquellos que gobiernan saben
que al establecer un reajuste deben hacer los mayores esfuerzos para que sea
lo más alto para los sectores más vulnerables y lo más unido a actuar con
responsabilidad y seriedad cuando se trata de la administración de los recursos
públicos.
De lo contrario, lo único que se consigue es dañar a quienes se
pretende beneficiar, dándoles algo que después el país no es capaz de
sostener, lo que trae consigo -como hemos visto en nuestra historia y muchos
chilenos lo han sufrido- el problema del desempleo.
Por eso, señor Presidente, que, respetando todas las opiniones, ojalá
no caigamos -y si lo he hecho pido las disculpas del caso- en la perspectiva de
solo ver mi posición y no considerar la del otro: actuemos con respeto mutuo.
Y habiendo respeto de unos, tengan la absoluta certeza de que va a
existir respeto por parte del Gobierno y del Ministro que habla.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Bianchi.
El señor BIANCHI.- Señor Presidente, en primer lugar, le pido a nombre del
Comité Independientes que recabe el asentimiento de la Sala para abrir la
votación.
El señor ESCALONA (Presidente).- No hay acuerdo para acceder a lo solicitado.
Entonces, pido la unanimidad de la Sala para tramitar el proyecto que
nos ocupa hasta su total despacho.
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La señora RINCÓN.- Sí.
--Así se acuerda.
El señor ESCALONA (Presidente).- Puede continuar, Su Señoría.
El señor BIANCHI.- Señor Presidente, espero en algo oxigenar la presente
conversación con el siguiente sentido.
Cuando recién comenzó esto -hace no sé cuántas semanas- se me
preguntaba en qué pensaba que podía terminar el debate. Ya se habían hecho
algunos anuncios, en el caso de un sector de la Alianza, que señalaban que se
iba a insistir en un salario mínimo de 200 mil pesos.
Hasta ahí, todo bien.
Pero la discusión anterior versaba sobre el salario ético mínimo de 250
mil pesos. Eso era lo que manifestaban la Iglesia, la CUT; lo que pedían los
trabajadores. Correspondía a una opción que podíamos abordar, obviamente
de una manera progresiva, en el transcurso de aquí a dos, tres años más.
Formaba parte también de las propuestas de muchas Senadoras y Senadores.
Y fíjese, señor Presidente, que eso quedó absolutamente -yo diríaolvidado. Luego no se discutió más. Y todo se focalizó y centralizó en los 200
mil pesos.
Entonces, empecé a darle vueltas al tema. Y me dije: “¿Esto no será
un acuerdo político, donde, en definitiva, se quita de la discusión los 250 mil
pesos -ya no es tema- y todo se centra en los 200 mil?”. Pero uno no puede
ser mal pensado. Uno no puede discurrir que una situación así pudiera darse,
porque estamos frente a una necesidad de quienes ganan el salario mínimo.
Entonces, considero que, en definitiva, una de las pocas cosas que
puede honrar a un ser humano es ser consecuente, es mantenerse en la línea
de lo que comenzó a defender. Si bien con el transcurrir de los días, de las
semanas, de las discusiones uno puede ir cambiando el criterio primero,
siempre se premia la concordancia con el discurso que se ha llevado adelante.
Y por ese nivel de consecuencia -voté en contra del proyecto de ley
porque comparto un piso superior a los 200 mil pesos- hoy no voy a concurrir
con mi voto favorable a esta propuesta de veto que ha hecho el Presidente de
la República.
Y mis explicaciones no son tan políticas, sino más reales, más cercanas
a lo que la gente quiere escuchar. A la gente poco y nada le importa la
presente discusión: si fue en el Gobierno anterior, si fue en el actual, si será en
el que viene el día de mañana. Da lo mismo. La persona tiene que ir a comprar
el pan, tiene que pagar la luz, el colegio, las cuentas, el arriendo de la casa, el
dividendo, y ha de hacerlo hoy día. ¡Y para ello necesita plata! ¡Necesita un
mejor salario!
Pero eso es hoy.
Mañana, en la medida en que sigamos discutiendo lo que respecta al
salario mínimo en las mismas condiciones actuales -¡excúseme, señor
Presidente!-, tendremos más adultos mayores con una pensión que los seguirá
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manteniendo en una precaria condición de vida. Y sin la posibilidad de tener
dos empleos, sino, desgraciadamente, solo el ingreso que les significa su
pensión.
Por eso que resultaba tan necesario no farrearse esta oportunidad...
El señor BIANCHI.-... Por eso era tan necesario no farrearse esta oportunidad y
opción de haber podido avanzar, por ejemplo, en un mecanismo para que,
cuando se discuta el salario mínimo, también se debata el reajuste de los
pensionados. De tal materia nadie quiso hablar ni hubo referencia alguna a la
urgente necesidad de que nuestros queridos viejos puedan gozar de
incremento en sus pensiones año tras año. Porque, cuando el IPC es negativo,
simplemente ellos no tienen reajuste, a pesar de haberse encarecido mucho
más el costo de vida.
Entonces, salario mínimo bajo hoy, desgraciadamente, pensión baja el
día de mañana. Y esa situación por supuesto que es dolorosa y evidentemente
debiera llamarnos a la reflexión para avanzar en su regulación.
Otra cuestión que deseo plantear es la siguiente: ¿Qué buscamos,
mejor empleo o más empleo? No dudo ni un instante en sostener que mejor
empleo. Quiero que la gente que trabaja gane para vivir bien. ¡No deseo que
haya miles de empleos si ellos no implican que una familia viva decentemente
en nuestro país! ¡Y de esto tampoco nada se dijo ni se ha dicho!
Reitero: ¿Qué es lo que queremos? ¿Mejores empleos o más empleo?
Yo anhelo que una persona que trabaja pueda solventar sus gastos todo el mes
con lo que produce. ¿Eso es pedir o exigir mucho? Obviamente que no.
Ese es el debate que falta y el que debimos haber tenido hoy día. Yo a
ratos, cuando veo esta discusión política y culparse recíprocamente, en mi
fuero interno reflexiono y pienso que no sabemos leer lo que está pasando en
el país; no nos damos cuenta de lo que está ocurriendo ni de lo que nos está
diciendo la gente en cuanto a sus necesidades.
Otro requerimiento que hemos hecho a los Ministros de anteriores
Gobiernos, a los de este y lo más probable, a los próximos, se refiere a lo
siguiente: ¡Cómo puede fijarse un salario mínimo igual para todo el país, sin
considerar su geografía! ¿Eso parece razonable y justo? ¿Representa lo
necesario para cubrir las necesidades, fundamentalmente en las Regiones
extremas, donde el costo de vida allí es superior al 30 por ciento? Y a la mujer,
al hombre y al joven trabajadores se les paga la misma cantidad que en la
zona central. ¿Parece lógico y justo? ¡Obviamente que no!
Me apena que, sin darnos cuenta, nos farreemos estas oportunidades y
posibilidades de discutir de lo que es el día a día, la realidad y lo que le toca
vivir a la gente de carne y hueso: ¡Tener que llegar a fin de mes sin poder
cubrir muchas veces las deudas, sin poder comer lo que desean! Porque hay
que priorizar: o la leche del niño o el almuerzo para toda la familia. ¡Esa es la
realidad! ¡Esto no es ciencia ficción! ¡De eso tenemos que hablar! ¡A eso
tenemos que abocarnos! A poder pensar y razonar que, de una vez, Chile, si
quiere ser un país como nos ven desde afuera -como lo hemos dicho tantas
veces- con mayor equilibrio social, con una mejor distribución. Bueno, pues,
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partamos, entonces, estableciendo que el salario que se fije a lo menos
permita vivir y comer a las familias en Chile.
El señor ESCALONA (Presidente).- Como no está en la Sala el Senador señor
Gómez, tiene la palabra al Senador Hernán Larraín, en el resto del tiempo de
su Comité: un minuto y medio.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, solo quiero complementar las palabras
que, en nombre de nuestro Comité, pronunció el Senador señor Novoa,
agregando que lamento la forma como ha terminado esta discusión.
Creo que nadie en esta Sala considera que el salario de 193 mil pesos
sea justo, ético, razonable. Todos quisiéramos más. Si alguien sostiene lo
contrario, obviamente no dice la verdad.
La pregunta es por qué se ha producido tal situación. Y
bien
se
recordaba que hoy, como en los últimos 22 años, se ha observado un camino
de responsabilidad por parte de los Gobiernos, que son los que tienen la
iniciativa.
Pero no solamente ha habido responsabilidad de los Gobiernos. La ha
habido también de parte del Congreso. En ocasiones en que los reajustes que
se propusieron en algún minuto fueron inferiores al 1 por ciento nominal,
nosotros hicimos esfuerzos para que se mejorara el sueldo. Porque todos
queremos que se acerque lo más rápido posible al salario ético, al sueldo
mínimo justo. Pero entendemos que los Gobiernos hacían lo que podían.
Hay que fijarse que los criterios utilizados por la ex Presidenta Bachelet
eran de 2 por ciento agregado a la inflación. Si aplicáramos tal sistema hoy
día, la propuesta de reajuste habría sido de 190 mil 550 pesos. Eso es lo que
hubiera propuesto la Presidenta Bachelet, aplicando sus criterios. A lo mejor,
con la presión, habría llegado a 193 mil.
Yo me pregunto si los Senadores de la Concertación habrían actuado
como lo han hecho ahora. Y creo que es bueno reflexionar sobre eso. Porque
aquí uno tiene también que actuar con responsabilidad. Una cosa es hacer el
máximo esfuerzo, la máxima presión, si se quiere, para que tengamos un
mejor o mayor sueldo mínimo. Es lo que yo habría esperado. Pero no se pudo.
Y una de las razones es porque en realidad la responsabilidad no recae sobre
recursos fiscales. Subir el sueldo mínimo no es un mayor gasto para el Fisco,
sino para terceros, para las pymes. Es gratis en realidad subir el sueldo cuando
otro lo paga. Se trata de pequeños empresarios, en 70 u 80 por ciento,
quienes tienen que hacerse cargo de esa deuda.
Hay, por lo tanto, un ejercicio de responsabilidad de parte del Gobierno
actual y de los anteriores en esta materia.
Por eso, con lástima por el debate que se ha producido, por la falta de
comprensión de esa realidad, nosotros siempre quisimos dar finalmente apoyo
al Gobierno. Lamento que hoy día no hayamos tenido igual espíritu y el mismo
consenso.
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)----------(
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Gómez.
El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, como afortunadamente no soy
economista, decía al Ministro Larraín que este no es un problema de los
Gobiernos. Todos los Ministros de Hacienda son iguales: llegan a defender la
caja fiscal y tienen una mirada técnica, que va más allá de lo político. Imagino
que esa es la fórmula para que el Secretario de Estado pueda desempeñar su
trabajo.
Como seguramente les sucede a todos,
muchas veces, por
responsabilidad, tuvimos que votar un reajuste o un sueldo mínimo que no nos
parecía correcto. Pero quien está en el Gobierno tiene la obligación de cumplir
con su ideal y con su Gobierno.
En nuestro caso, creemos que las condiciones del país cambiaron; son
distintas a las enfrentadas en otras oportunidades. Y por eso no voy a hablar
en forma peyorativa, sino decir claramente que a mí me parece que el
Gobierno actual podía y puede hacer mucho más de lo que está haciendo.
Porque él y sus propios parlamentarios dicen en esta Sala que están felices por
el pleno empleo y porque el país crece al 5 o 6 por ciento; porque las
exportaciones son tremendas; porque vienen cien mil millones de dólares de
inversión en la minería, y porque vamos a recaudar miles de millones de pesos
a través del Servicio de Impuestos Internos.
Hace poco estábamos discutiendo un proyecto de ley sobre
donaciones, para permitir donar a aquellos que tienen recursos y que van a
gozar, entonces, de una rebaja tributaria.
Entonces, todo el tema económico, y economicista finalmente, tiene la
siguiente capa. Dicen: “Nos hemos preocupado de la macroeconomía y el país
ha crecido gracias a ella”.
El señor GÓMEZ.-... gracias a ella”. Pero, ¿qué es eso y qué significa para la
gente común? Algunos dicen, empleo.
Pero cuando uno observa las remuneraciones que se pagan en el país
y se da cuenta de que el 80 o el 85 por ciento de los chilenos gana menos de
300 mil pesos mensuales, entonces todo ese manto de la macroeconomía y del
gran desarrollo del país se viene al suelo. Porque el gran desarrollo no se da
solo en función de las estadísticas, sino por cómo lo recibe la gente, la familia.
Entonces, esa mirada yo la veo fuera del debate de ahora.
Tenemos un problema de porcentajes.
El Presidente de Renovación Nacional planteó 200 mil pesos; o sea,
con lo propuesto hay una diferencia de 7 mil pesos, cantidad que, según
algunos, puede producir la crisis económica mundial; se nos vendría encima la
crisis económica de España y se produciría un desempleo gigantesco.
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DISCUSIÓN SALA
7 mil pesos equivalen más o menos a 14 dólares por trabajador, que
se distribuyen entre 4 personas que conforman el grupo familiar. Esa cantidad
produciría la crisis económica en Chile. Seríamos todos irresponsables por eso.
Pues bien, como nosotros no queremos ser irresponsables y deseamos,
de alguna manera, dar una señal política al país, más allá del aspecto
económico, de que nos estamos preocupando -yo lo señalé hace días- de la
caldera que estamos viviendo en Chile; de la desigualdad; del desánimo; de la
ira que hay en la gente respecto de la forma en que el país crece; de este Chile
desigual y de que no somos capaces de resolver la situación de manera
distinta.
Lo que hemos dicho al Ministro y al Gobierno, con el respeto debido, es
que como ellos son tan buenos para rebajar impuestos, por qué no ocupar los
recursos tributarios para resolver algo tan simple como multiplicar los 14
dólares por los 800 mil trabajadores -o menos, según el Ministro de Hacienda-,
lo que sumaría 87 o 100 millones de dólares que tendría que poner el
Gobierno, para pagar la previsión de los trabajadores en las pymes pequeñas
para que no haya desempleo. Con eso no habría problema en subir a 200 mil
pesos el salario.
No se produce la crisis en Chile ni debacle económica, pero sí hacemos
algo correcto que es transmitir a una familia -es el mínimum minimorum- la
posibilidad de sentir que el Gobierno y los parlamentarios fueron capaces de
proponer algo que, aunque no resuelva su problema, sería concordante con
ese crecimiento enorme y con esa mirada internacional fabulosa de Chile en el
extranjero. Ello no va a satisfacer a aquel que se moviliza en un pésimo
transporte, que no tiene cómo comer y al que le cuesta 30 mil pesos
semanales alimentar a sus hijos.
Entonces, yo no entiendo nada.
Menos mal que no soy economista. Solo estoy planteando una cuestión
humana que tiene que ver con algo que no puedo entender: que en el Senado
algunos sostengan que un mayor reajuste del salario mínimo puede significar
crisis de Chile.
En realidad no lo logro entender ni creo que pueda hacerlo nunca. No
se va producir crisis, porque podemos ocupar los mecanismos tributarios estoy viendo la página que habla del salario ético, donde se establecen una
serie de criterios- para entregar 7.500 pesos por niño. Eso lo pudo hacer el
Gobierno. Y bien que lo haya realizado.
No puedo entender que 7 mil pesos no puedan ser recaudados a través
del sistema, igual que se hizo aquí para resolver ese problema.
Este debate -en el que hemos sido ásperos y donde hemos tenido
diferencias-, al final, el que nos está mirando -si es que alguien nos ve, porque
no creo que sea muy atractiva esta discusión- no entiende absolutamente
nada.
Lo único que podemos decir es que, como esos 800 mil trabajadores
representan a 3,5 millones de personas, existiría, por lo menos, una visión más
humana de los problemas cotidianos que hoy día vive la gente.
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DISCUSIÓN SALA
En verdad no puedo entender que una situación así no pueda ser
resuelta técnicamente, y que el espacio de discusión, de conversación, no se
dé para mirarla de esa manera. Porque se tienen otras fórmulas, se buscan
otras posibilidades. Vemos un montón de subsidios que se han dado
últimamente que salen del Tesoro Público, sin haber pasado por el Parlamento;
sin embargo, se anuncia su entrega y se buscan soluciones por esa vía. Pero,
cuando queremos hablar de lo que es la dignidad del trabajador, estamos
tratando de que tenga un sueldo digno, porque 200 mil pesos no lo son. Pero,
pero por lo menos lo tendría y sentiría dignidad.
Sobre esa materia no discutimos. Hablamos de porcentajes; hablamos
de per cápita; hablamos de “la señora OCDE”, a la cual se nos ocurrió ingresar,
y de que somos los “top” de América Latina. Y resulta que el 90 por ciento de
los chilenos gana menos de un millón de pesos.
Entonces, considero que el esfuerzo se podría haber hecho. Y el debate
y todas las dificultades habrían terminado de buena manera, incluso para el
propio Gobierno, si este hubiera hecho caso al Presidente de Renovación
Nacional. Inclusive habría contado con los votos de todos nosotros, a pesar de
que su propuesta no nos gustaba. Habría salido un proyecto consensuado. La
gente estaría feliz. Al respecto, recuerdo que muchos bomberos en las
bencineras nos dicen: “No voten el sueldo mínimo como está”. A mi juicio,
habría habido una mirada distinta en el país.
Por eso nosotros hablamos de falta de experiencia desde el punto de
vista político. Vuelvo a insistir que nuestra aspiración de entregar 14 dólares a
800 mil trabajadores, con un total de 80 a 100 millones de dólares, para
invertirlos en humanidad, en familias, no habría significado de ninguna manera
la destrucción económica de Chile.
Eso es lo que no puedo entender, señor Presidente.
Y realmente es lamentable que no hayamos sido capaces de ponernos
de acuerdo para resolver una situación como esta.
En estas circunstancias, obviamente como lo hemos hecho muchas
veces, votar en contra significa dejar a la gente con rentas más bajas todavía.
Pero la discusión respecto del futuro no hay que hacerla en forma acelerada,
porque implica un debate de fondo.
El señor ESCALONA (Presidente).- En el tiempo del Comité de la Democracia
Cristiana y con el aporte del Comité Independiente, tiene la palabra la
Senadora señora Rincón.
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, hoy día, al comentar un peluquero la
aprobación de la Ley de Pesca decía a un cliente: “Las cosas no van a cambiar
nunca”.
Cuando terminemos de tramitar el proyecto en análisis, creo que ese
peluquero va a repetir probablemente, con más desazón y fuerza, esa misma
frase.
Y creo que la discusión que encierra el famoso guarismo es mucho más
profunda.
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DISCUSIÓN SALA
Cuando el ex Presidente Frei hacía un juicio político respecto de que
este era un Gobierno mezquino, miserable e indigno, hoy día nosotros,
después de escuchar al colega señor Lagos -que me interpreta plenamente-,
podríamos agregar que además no cumple su palabra.
Solo podemos ratificar lo dicho por el Senador señor Frei: es indigno,
porque este aumento no cubre ni siquiera el 10 por ciento del alza de los
alimentos; es miserable, porque, como hemos escuchado al Honorable señor
Gómez, no es sensible frente a las necesidades de miles de familias, y es
mezquino, porque claramente el país puede más.
Cuando uno escucha al Presidente de la República hablar del
crecimiento del país; cuando se refiere al pleno empleo o al desempleo más
bajo de los últimos 12 años -lo que es cierto-; cuando uno revisa los
indicadores económicos, claramente tiene que llegar a la conclusión de que el
país no solo puede más, sino que debe hacer más...
(La señora RINCÓN)... debe hacer más.
Señor Presidente, hoy día leíamos una declaración del Vicepresidente
de Renovación Nacional, señor Ossandón, donde decía que el veto presidencial
significaba ganar este partido por secretaría.
Es lamentable que así sea, porque podríamos haber efectuado una
tremenda discusión en cuanto al fondo del tema que nos convoca, cual es la
desigualdad, y además haber consensuado la propuesta.
Cuando uno revisa la historia y ve cómo se construyeron mayores
reajustes en nuestro país, concluye que ello se hizo con la sociedad, se hizo
con los trabajadores, se hizo con los gremios, y se hizo también con este
Parlamento. Y se lograron aprobaciones rápidas y expeditas.
Chile ha cambiado y requiere que, así como el resto del mundo corre a
salvar los capitales cuando estos entran en crisis, nosotros corramos a salvar a
las familias a través de un esfuerzo mayor y profundo de parte de todos.
Repito: podíamos más, pero no hemos estado a la altura de las
demandas de los trabajadores, hombres y mujeres, de nuestro país.
He dicho.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, este es un proyecto de ley que se
discute desde las alturas.
Yo le quiero preguntar al Ministro y a los miembros de la Comisión de
Hacienda: ¿Dónde estuvieron los trabajadores? ¿Escuchó la Comisión la voz del
pueblo?
¡Esta iniciativa se ha hecho desde la altura, desde la opulencia, desde
la distancia! ¡Y no me cabe ninguna duda de que el Presidente Piñera va a
seguir cayendo en las encuestas, en las que ha registrado entre 57 y 64 por
ciento de desaprobación!
Se nos argumenta lo peor: que esto se hace para proteger el empleo.
O sea, el mensaje que le estamos dando a toda la clase trabajadora es, por un
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lado: “Si tú produces más, pide un aumento de sueldo”, y por otro: “Si pides
un aumento de sueldo, te pueden despedir”.
Claramente, el Ejecutivo no se atrevió a subir más el sueldo mínimo
para evitar el desempleo. Y aquí la Derecha nos dice que si los trabajadores
ganan más, pueden ser despedidos.
El mensaje es brutal para quienes trabajan más y legítimamente
aspiran a ganar más. Pero les decimos: “¡No, no pidan aumento de sueldo!”.
¡Es un mensaje de extorsión, de chantaje!
¡Yo califico este proyecto de reajuste del ingreso mínimo como un
chantaje cuando se argumenta que un mayor monto producirá la caída del
empleo!
Se dice que se trata de apoyar a los trabajadores, pero la idea es
generar mayor igualdad.
Y se hace uso del veto. O sea, esta monarquía presidencial, por cierto,
usa el veto. Y la Derecha, también.
El veto es un mecanismo que existe desde la Constitución de 1833 y
continuó en la de 1925 y en la de 1980. Se ha utilizado 73 veces: Aylwin, 12;
Frei Ruiz-Tagle, 24; Lagos, 14; Bachelet, 15, y Piñera, hasta ahora, 8.
¡El veto presidencial se ha usado como un elemento para doblegar la
facultad popular!
Y entonces, cuando el Senador Novoa -por su intermedio, señor
Presidente- alaba la política económica de la Concertación, yo me empiezo a
preocupar. Porque, evidentemente, en Chile tenemos un problema estructural.
¡Cuando cuatro familias, según la OCDE, acaparan el 47 por ciento de
todo lo que la Bolsa chilena ofrece, estamos con un problema estructural!
Con este veto se cierra un ciclo: el presidencialismo extremo, la
monarquía presidencial. Y, al final del día, esta Derecha y este Gobierno ponen
de rodillas no solo a millones de trabajadores, sino también al Senado y al
Congreso en general, que no tienen facultad alguna para poder interpretar el
sentir popular, para poder interpretar con nitidez lo que los trabajadores
quieren.
Hemos asistido a una obra griega: El ineluctable destino. ¡Todo el
debate es un drama, una gran obra de teatro! Porque si en definitiva hoy se
aprueba este proyecto ratón, ¡qué validez tenía, entonces, discutirlo durante 3
o 4 días si finalmente vendría el veto presidencial y sabíamos a todas luces que
se iba a aprobar igual!
¿Para qué ese desgaste político? ¿Por 500 pesos, 200 pesos, 2 mil
pesos, 3 kilos de pan más al mes? ¿Ese es el debate que hacíamos: cuántos
kilos de pan más se podían comprar al mes?
¡Esto es una burla! ¡Esto sí implica pisotear la dignidad de la gente, de
los trabajadores y también del Senado!
¡No significa pisotear la dignidad del Senado el hecho de que los
trabajadores, en un debate, le den la espalda a la Derecha!
No fuimos capaces de respetar que los trabajadores le dieran la
espalda, de manera pacífica, a la Derecha, sin reprimirlos con las fuerzas
especiales.
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Siento que la Constitución del 80 se ha agotado; esta Constitución
agonizante del 80; esta Constitución nauseabunda, maloliente, que, en
definitiva, no contempla instrumento alguno para que la gente pueda
expresarse.
Y me asiste la convicción de que en un próximo debate sobre el salario
mínimo, si los trabajadores quieren subir el monto y llegar a 250 mil pesos, no
tienen que confiar en el Senado, no tienen que confiar en el Congreso, sino
organizarse y movilizarse.
Esa es la fórmula que, en último término, a quienes queremos ser
electos el año entrante, nos obliga a defender los intereses de la gente:
organización y movilización.
Aquí, señor Presidente, hay una Constitución que debe morir porque
ha colapsado el sistema.
Yo sostengo que se agotó el sistema neoliberal. Porque -y este es un
emplazamiento a los colegas de la Derecha-, ¿permite distribuir la riqueza? ¡La
crea, pero no la distribuye! Y ahí están las familias, absolutamente
endeudadas. Como dice el Banco Central en su informe del 2010, las familias
chilenas se hallan endeudadas, en promedio, en 10 millones de pesos.
Cada compatriota destina el 52 por ciento de su ingreso líquido a pagar
las cuotas de su deuda. Ello demuestra, por tanto, el agotamiento, no de la
capacidad de diálogo del Gobierno, no de la capacidad del Ministro, sino del
modelo económico.
Algunos pueden sonreír, pero yo les digo: ¿vamos a convencer a
alguien de que se puede mejorar, incluso por la Izquierda, la situación de los
trabajadores con este modelo neoliberal de acumulación de riqueza?
Había 27 AFP; hoy día hay 6. Y lo mismo ocurre con los bancos, las
farmacias, los supermercados. ¡Ahí está la concentración!
En Chile hay cuatro multimillonarios: Piñera posee 2 mil 400 millones
de dólares; Matte, 10 mil 400; Horst Paulmann, 10 mil 500; Luksic, 19 mil
200. O sea, estas cuatro personas reúnen el ingreso anual del 80 por ciento,
no de los trabajadores, sino de la población del país.
Y aquí, señor Presidente, este proyecto de reajuste del salario mínimo
se discute sin los trabajadores, a quienes se les niega la posibilidad de
participar. Y eso sí es una falta de respeto.
Ojalá en nuestro país existiera el referéndum revocatorio, porque es un
instrumento de control, una suerte de contraloría social para los elegidos por
voluntad popular.
Ojalá tuviéramos plebiscito vinculante.
Ojalá tuviéramos voto de los chilenos en el exterior.
Ojalá tuviéramos elección directa de los intendentes.
Ojalá tuviéramos indígenas en este Parlamento.
Ojalá tuviéramos un Defensor del Pueblo.
Ojalá tuviéramos iniciativa popular de ley.
Ojalá tuviéramos prensa de Oposición, para enfrentar el debate
político. Porque, ¿qué ha hecho un diario de Gobierno? El ex Presidente Frei se
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reunió en su casa con el Ministro de Hacienda. ¿Y qué dijo “La Tercera”? “La
Oposición está dividida frente al sueldo mínimo”.
¿Estaba dividida la Oposición? ¿Cómo le podemos replicar desde
nuestro sector si no tenemos ni un solo periódico, ni un solo canal de televisión
para discutir de verdad sobre política?
Considero que esta situación se agota. Deberíamos establecer el mapa
de la extrema riqueza. Porque unos pocos han crecido y se han enriquecido. Se
enriquecieron, por cierto, durante los Gobiernos de la Concertación. Pero hoy
esto se ha extremado a la barbarie de la explotación.
Señor Presidente, se nos ha dicho de manera permanente que
podemos mejorar el salario mínimo si hay crecimiento económico. Y la verdad
es que no me explico por qué ello no ocurre si estamos con pleno empleo. ¡Eso
es lo que le escucho al Ministro de Hacienda! Y aquí afirman: “Hoy día los
empresarios salen a buscar a los trabajadores, no como antes, en que los
trabajadores buscaban al empresario para solicitarle un puesto”.
Entonces, ¿cuándo llega la posibilidad de distribuir? ¿Cuándo “pelamos
bien el chancho”? ¿Cuándo será factible tener, realmente, una adecuada
distribución del ingreso?
Un gerente general gana 102 veces más que un trabajador que percibe
el sueldo mínimo. Y el 5 por ciento más rico gana 832 veces más que el 5 por
ciento más pobre.
Señor Presidente, este sistema no da para más.
Yo hago un llamado a la Oposición: ¿Cuándo discutimos el modelo? Por
supuesto, no vamos a ir al socialismo, como algunos quisiéramos.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- ¡Al modelo venezolano...!
El señor NAVARRO.- Pero este modelo neoliberal, este modelo capitalista, esta
Constitución Política nauseabunda y agonizante tienen que cambiar.
Pregunto: ¿es ratón el proyecto? Es ratón. ¿Es indigno? Es indigno. ¿Es
miserable? Es miserable. ¿Es mezquino? Es mezquino.
¿Por qué debemos apoyarlo, entonces, si hemos venido rechazando
constantemente el salario mínimo que se propone?
Tengo la convicción profunda de que este mismo debate lo vamos a
realizar el próximo año, en plena campaña presidencial. Y espero que los
trabajadores tengan la capacidad de discernir respecto al fondo del problema,
que no lo constituyen las canastas familiares, las prebendas ni el dinero que
pone el Gobierno de turno, sino un hecho concreto: este es un modelo que se
agota, que no distribuye y que va a crear efervescencia y movilización social.
Yo no estoy disponible, señor Presidente, desde la Izquierda, para
seguir avalando ese modelo. Lo criticaremos e intentaremos cambiarlo.
Vamos a discutir cómo lo podemos cambiar, con la ciudadanía y en
democracia, no por la vía de las armas. Porque así se hacen los cambios. ...
(El señor NAVARRO)... Porque así se hacen los cambios.
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Y espero que, a poco andar, los Ministros señores Laurence Golborne y
Andrés Allamand, tal como lo hizo la Presidenta Bachelet, que renunció a la
Cartera de Defensa 15 meses antes de la elección presidencial, salgan del
calorcito de sus Ministerios y entren a la política real. A mí me gustaría
preguntarles cuál es su opinión sobre el sueldo mínimo. Porque este Gobierno,
definitivamente, va de salida.
Señor Presidente, voto con rabia, voto con pena, voto con decepción,
voto “no” a este reajuste ratón del sueldo mínimo.
¡Nueva Constitución ahora!
¡Patagonia sin represas!
He dicho.
El señor LAGOS.- ¿Ratón con cola o sin cola?
El señor NAVARRO.- ¡Sin cola, porque esta se quedó en el McDonald’s...!
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Espina,
en los 2 minutos que le restan a Renovación Nacional.
El señor ESPINA.- Señor Presidente, quiero referirme a tres afirmaciones que
aquí se han hecho.
En primer lugar, se ha criticado que el Presidente Piñera haya enviado
el veto. Sin embargo, debo señalar que, si no lo hace, no hay reajuste del
salario mínimo en el país. Y los trabajadores tendrían que pasar un año más
con un sueldo mínimo de 182 mil pesos y no con uno de 193 mil.
Por lo tanto, gracias al veto del Presidente Piñera habrá un reajuste del
salario mínimo de un 6 por ciento nominal y un 3,3 por ciento real.
En segundo término, se ha dicho, en un lenguaje inaceptable, más aún
para quien fue Presidente de la República, que estamos frente a un
presupuesto ratón y miserable.
Si el reajuste entregado por el Presidente Piñera, que es de un 3,3 por
ciento real, fuera ratón y miserable, ¿cómo habría que calificar el que otorgó la
Presidenta Bachelet, que fue de apenas 2 por ciento, o los concedidos por
Gobiernos anteriores de la Concertación, inferiores a ese porcentaje e incluso
uno de un ínfimo 0,5 por ciento?
Entonces, la demagogia, el insulto, la descalificación, demuestran que
poco se ha avanzado en construir una política de Estado con la Oposición en
esta materia.
Y tercero: durante 20 años nosotros aprobamos siempre los reajustes
del salario mínimo propuestos por los Gobiernos de la Concertación. Y lo
hicimos porque nunca dudamos de que los Presidentes actuaran de buena fe.
Solo creemos que algunos se pueden haber equivocado gravemente, pero
jamás pusimos en duda que, al no gastar un peso del Estado, procedían en
forma correcta.
En conclusión, señor Presidente, nos alegramos de que los
trabajadores reciban un reajuste del salario mínimo. Nosotros no jugamos con
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DISCUSIÓN SALA
las ilusiones de las personas modestas de Chile, pues eso constituye un abuso
de poder.
Por cierto, estamos seguros de que si el país sigue creciendo, como lo
está haciendo con el Gobierno del Presidente Piñera, vamos a tener mejores
sueldos en el futuro, sin demagogia y con realismo.
Por eso, voto a favor del veto.
El señor ESCALONA (Presidente).- El Senador señor Frei ha pedido vindicación
de su honra.
Para ese efecto, tiene la palabra.
El señor FREI (don Eduardo).- Señor Presidente, solamente deseo hacer una
aclaración.
El Ministro Chadwick -entiendo que ya se retiró-, cuando terminó sus
palabras, me señaló que las declaraciones que había formulado no
correspondían exactamente a las que había informado la prensa. Yo le hice
presente que de cualquier manera aquellas eran las que había leído la gente, y
que por eso me había referido al tema.
En todo caso, reitero que, si uno lee las opiniones tanto del
Vicepresidente como del Presidente de Renovación Nacional, más el incidente
que se registró en La Moneda hace pocos días, se habrían requerido
calificativos mucho más duros. Sin embargo, ya que el señor Ministro me
indicó al final que se disculpaba si existía en mí algún tipo de molestia, yo,
como no soy rencoroso, le acepté sus disculpas, reiterando que siempre opino
acerca de los temas sobre la base de argumentos y no de descalificaciones
personales.
Gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- En votación el veto.
--(Durante la votación).
El señor ESCALONA (Presidente).- Las votaciones son tres.
El señor Secretario informará a la Sala qué se está votando en estos
momentos.
El señor LABBÉ (Secretario General).- En conformidad a lo dispuesto en la Ley
Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, atendido el hecho de que Su
Excelencia el Presidente de la República numeró las observaciones que
formuló, corresponde votar inicialmente la primera de ellas.
Por consiguiente, está en votación la observación N° 1) del veto
aditivo, que repone la norma relativa al reajuste del ingreso mínimo y las
adicionales referidas a las asignaciones familiar y maternal y el subsidio
familiar.
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El señor ESCALONA (Presidente).- Para fundamentar su voto, tiene la palabra
el Senador señor Carlos Larraín.
El señor LARRAÍN (don Carlos).- Señor Presidente, seré muy breve.
Solo deseo fundamentar mi voto argumentando en contra de lo que le
oí a un colega que me antecedió en el uso de la palabra, que dijo que quienes
íbamos a votar a favor del veto estábamos “de rodillas”.
Bueno, ponerse de rodillas ante la autoridad es algo que a mí no me
nace. Yo me he pasado muchos años en posición vertical. De tal manera que si
apruebo el veto es porque estoy de pie en favor de una idea.
Enseguida, quiero señalar que aquí no se ha escenificado ningún
drama griego. Los dramas griegos no tienen salida, no tienen esperanza, y
son, en general, muy tristes. Este drama tiene salida, cual es que el proyecto
en que se traduce el veto supone una mejoría de las condiciones originales,
inferior a la que a nosotros -a muchos- nos habría gustado, pero supone una
mejoría: por el monto, por la cifra absoluta, pero también por el SUF y la
asignación familiar, que precisamente favorecerán al núcleo familiar.
Ahora bien, nosotros votamos favorablemente, no porque estemos
sometidos a una Constitución “nauseabunda”, como se ha dicho. Yo, de veras,
no veo cómo un legislador puede ocupar un asiento en esta Sala si lo hace en
virtud de un aparato institucional que considera nauseabundo.
Me parece que esas son palabras que de verdad hieren el sentido
institucional de lo que aquí se trata de hacer por todo el mundo, sin excluir a
nadie. Quienes votamos a favor del veto lo hacemos entendiendo que se trata
de un recurso constitucional perfectamente lícito y legal, en el sentido del
Derecho Positivo. Existe la facultad del veto y este puede ser usado de manera
recta, tal como está ocurriendo en esta oportunidad.
Digo todo esto, en definitiva, porque considero que juicios de esa
magnitud terminan apocando la función de esta institución, a la cual todos
quieren -unos llevan más tiempo en ella; otros, menos; yo, poco-, pero, al fin
y al cabo, el Senado cumple un rol institucional importante que no hay que
devaluar. No por un momento de entusiasmo se pueden expresar cosas de ese
tipo.
No estamos actuando de rodillas ni estamos obedeciendo dictámenes
nauseabundos de una autoridad abusiva: estamos colaborando en un proceso
legal.
En cuanto al mapa de la extrema riqueza, que se elaboró hace ya
muchos años -si no me equivoco, con el aporte del padre de un Senador aquí
presente-, me atrevo a decir que de él debe quedar en pie más o menos un 20
por ciento.
El señor LAGOS.- ¡Pero está más concentrado ahora! ¡Son menos familias!
El señor LARRAÍN (don Carlos).- A lo que voy es a que dicho mapa ha sufrido
bastantes variaciones. Y eso prueba que el sistema es flexible, que este no
representa la cristalización de un sistema oligárquico, opresivo, que resulta de
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la aplicación de una Carta Fundamental nauseabunda. Al contrario, se
observan muchas fuerzas positivas en operación, y nosotros tenemos que ser
vehículo para eso, porque, de otro modo, todos vamos a terminar, o muy
amargados, o muy desilusionados, o muy tristes, o muy arrepentidos de ser
chilenos.
Muchas gracias.
El señor ESCALONA (Presidente).- Para fundamentar el voto, tiene la palabra el
Senador señor Orpis...
El señor ESCALONA (Presidente).- Para fundamentar el voto, tiene la palabra el
Senador señor Orpis.
El señor WALKER (don Ignacio).- ¡Votemos, señor Presidente!
El señor ORPIS.- Señor Presidente, seré muy breve.
Solamente deseo dejar constancia de que me ha impactado, entre el
día de ayer y hoy, el tono del debate. La verdad es que cuando uno escuchaba
ayer el tono de la discusión y cómo se iba agudizando, cabía preguntarse si
estábamos frente a un asunto muy polarizado en términos del contenido del
proyecto o si mediaban diferencias muy medulares.
Y, tal como ha quedado en evidencia en el transcurso del debate, las
diferencias estaban en el margen de lo opinable, es decir, especialistas de
distintos sectores y tendencias mantenían opiniones diversas, lo cual nos
llevaba a la conclusión de que nos hallábamos ante una materia discutible.
Termino señalando que en este tipo de debates la agudización debe
producirse solo si se trata de diferencias muy profundas, pero no en relación a
un margen opinable porque lo único que eso hace al final -yo diría- es
complicar la amistad cívica y el respeto institucional que debe existir en las
discusiones que se desarrollan en el Senado.
He dicho.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su
voto?
El señor ESCALONA (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba la observación Nº 1) del Presidente de la
República (15 votos a favor, 1 en contra y 2 pareos).
Votaron por la afirmativa las señoras Pérez (doña Lily) y Von Baer y
los señores Chahuán, Espina, García, García-Huidobro, Horvath, Kuschel,
Larraín (don Carlos), Larraín (don Hernán), Novoa, Orpis, Pérez Varela,
Prokurica y Uriarte.
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Votó por la negativa el señor Navarro.
No votaron, por estar pareados, los señores Bianchi y Coloma.
El señor ESCALONA (Presidente).- En votación la observación Nº2).
--(Durante la votación).
El señor LAGOS.- Quiero fundamentar mi voto brevemente, señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos,
para fundamentar su voto.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene hasta cinco minutos, Su Señoría.
El señor LAGOS.- Treinta y cinco segundos, señor Presidente.
Solo deseo expresar que, formalmente, rechazo esta observación. Se
trata de un tema bien delicado que no venía en la idea matriz del proyecto y
que el Gobierno introdujo a la hora nona o undécima.
No tuvimos oportunidad de debatirlo y, a mi juicio, el Ejecutivo faltó a
un compromiso al que habíamos llegado en esta materia.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor CHAHUÁN.- Pido la palabra, señor Presidente. Solo por 30 segundos.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán,
para fundamentar su voto.
El señor WALKER (don Ignacio).- ¡Por treinta segundos!
La señora RINCÓN.- ¡O si no va a hablar el Senador Navarro!
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, lamento que la Concertación rechace
esta observación.
Esta es una de las materias respecto de las cuales nosotros logramos
que el Gobierno pudiera abrirse, a efectos de asegurar, para el próximo año,
un salario mínimo superior a los 200 mil pesos.
Creemos que la Concertación está cerrándole la puerta a esa
posibilidad.
Este punto fue parte de las importantes negociaciones que tuvo
Renovación Nacional, junto con el aumento de la asignación familiar y del
subsidio único familiar, con el objeto de abrir la expectativa y romper con la
barrera psicológica de los 200 mil pesos.
Lamento que la Concertación vote en contra de un salario mínimo
superior a los 200 mil pesos para todos los chilenos.
El señor PIZARRO.- ¡Ahora se supo todo!
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DISCUSIÓN SALA
El señor LAGOS.- ¡Ah, era RN! ¡A confesión de parte...!
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.
La señora RINCÓN.- Señor Presidente, también seré muy breve.
Es buena la discusión porque permite aclarar la historia y, como ahora
nos queda absolutamente claro cuál era la idea de consignar esta materia en el
veto, me alegro de que quede consignado en actas que Renovación Nacional,
al menos, el próximo año apoyará un incremento superior a los 200 mil pesos.
Gracias, señor Presidente.
El señor CHAHUÁN.- ¡Absolutamente! ¡Y ustedes no quisieron asegurar ese
monto hoy día!
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro,
para fundamentar su voto.
El señor PROKURICA.- ¡Nos rendimos, señor Presidente!
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.Venezuela...!
¡Vamos
a
escuchar
cómo
se
hace
en
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, la idea de un reajuste plurianual que
contemple un mecanismo diferente a esta tragedia griega -esto para quienes
sostuvieron que en nada se parece esta tramitación al eterno retorno- nos
indica que la historia vuelve a repetirse,
Para quienes vamos a cumplir cerca de 20 años en el Congreso
Nacional, este debate nos agota.
Creo que el actual mecanismo es la peor forma de discutir un tema tan
sensible, tan importante y, por tanto, cualquier fórmula que busque corregir
esta situación debe ser discutida con los trabajadores. No es aceptable tratar
esta materia en un debate de seis horas, mediante un veto presidencial, con
exclusión de los interesados y los beneficiarios.
Por lo tanto, el mecanismo alternativo a esta tragedia griega, a este
eterno retorno que vivimos cada año cuando discutimos el sueldo mínimo,
requiere participación, concepto que cuesta mucho instalar. Y este Gobierno no
ha querido dialogar ni escuchar, ni menos aún oír a los trabajadores.
Yo escuché al señor Ministro decir que la CUT no quiere conversar y
eso ocurre porque se perdió la credibilidad, la confianza. ¡Lo peor que le puede
pasar a un sistema constitucional es eso! Y creo que la ciudadanía está a punto
de perder la confianza total en este Congreso Nacional, porque en el Gobierno
ya la perdió.
Por lo tanto, señor Presidente, teniendo presente que este es un
elemento necesario, rechazo la forma, el corto tiempo y la exclusión a la hora
de discutir mecanismos alternativos, pues soy partidario de fijar un reajuste no
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DISCUSIÓN SALA
por medio de un debate como al que hemos asistido, sino a través de fórmulas
que propendan a la mayor justicia en el sueldo mínimo.
Voto en contra, señor Presidente.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
El señor ESCALONA (Presidente).- También ha solicitado hacer uso de sus
minutos el Senador señor Gómez.
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor BIANCHI.- ¡Por favor...!
El señor WALKER (don Ignacio).- ¡Menos de un minuto...!
El señor GÓMEZ.- ¡Menos de un minuto me han pedido que hable todos los
Senadores...! Pero, ¿por qué tengo intervenir en ese tiempo?
El señor COLOMA.- ¡Hable los cinco minutos, entonces!
El señor GÓMEZ.- Muchas gracias, Senador. ¡Entonces, voy a hablar los cinco!
El señor ESCALONA (Presidente).- Diríjase a la Mesa, señor Senador.
El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, cuando se establece un sistema bianual cabe recordar que el que hoy rige no es plurianual- que ocupa el mismo
mecanismo existente hoy día, el reajuste no produce los efectos que queremos
obtener.
Si vamos a hablar de un mecanismo plurianual, deberíamos discutir en
función de cuáles son las necesidades que tiene una familia de cuatro
integrantes y, sobre eso, fijar los plazos, aunque implique más tiempo, para
llegar a un sueldo mínimo que resuelva las necesidades básicas de ese grupo
familiar. Pero no es un problema de un porcentaje más o un porcentaje menos.
Por eso, nosotros no estamos de acuerdo con la fórmula que presenta
el Gobierno.
Sencillamente, queremos discutir el fondo del problema, no los
números ni los porcentajes porque ellos nos van a llevar a siete mil u ocho mil
pesos más y no es esa la discusión que queremos tener con relación a un
mecanismo que debe ser de más largo plazo.
Gracias, señor Presidente.
El señor ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.
El señor QUINTANA.- Señor Presidente, seré muy breve y solo ocuparé un
minuto.
Simplemente deseo señalar que este mecanismo que hoy día se nos
presenta como la panacea es solo un distractor, uno más de los tantos que
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DISCUSIÓN SALA
forman parte de esta comedia de desencuentros que hemos vivido en el marco
de los 28 días que discutimos acerca de este incremento.
Yo pensé que la letra chica se había terminado en el Gobierno, pero
nuevamente acá vemos que se nos presenta un mecanismo que no es lo que
se comprometió, que no agrega más factores que el crecimiento y la inflación
ni tampoco se hace cargo de un contexto mucho más amplio.
Queda claro que esta observación no la redactó la Fundación Sol, por
cuanto hay muchos otros aspectos que debieron haberse tomado en
consideración, por de pronto, la encuesta CASEN.
En consecuencia, yo le pregunto al Gobierno, ya que le gusta hablar de
política social, qué está esperando para dar a conocer los datos de la encuesta
CASEN que indican los niveles de pobreza.
El señor CHAHUÁN.- ¡Bajó la pobreza!
El señor QUINTANA.- Ese contexto es muy importante para mirar realmente
qué vamos a hacer en materia de distribución, porque el mecanismo que se
nos presenta no reúne ese propósito.
Por esas razones, vamos a votar en contra de esta observación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su
voto?
El señor ESCALONA (Presidente).- Terminada la votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Resultado de la votación: 14 votos a
favor, 14 votos en contra y 3 pareos...
(El señor LABBÉ (Secretario General))... y 3 pareos.
Votaron por la afirmativa las señoras Pérez (doña Lily) y Von Baer y
los señores Chahuán, Espina, García, García-Huidobro, Horvath, Larraín (don
Hernán), Larraín (don Carlos), Novoa, Orpis, Pérez Varela, Prokurica y Uriarte.
Votaron por la negativa las señoras Alvear y Rincón y los señores
Escalona, Frei (don Eduardo), Gómez, Lagos, Navarro, Pizarro, Quintana, RuizEsquide, Sabag, Tuma, Walker (don Ignacio) y Walker (don Patricio).
No votaron, por estar pareados, los señores Bianchi, Coloma y
Kuschel.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Como se ha producido empate, de
conformidad con el Reglamento, corresponde repetir la votación.
El señor ESCALONA (Presidente).- Si le pareciere a la Sala, se acogería la
misma votación.
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DISCUSIÓN SALA
El señor COLOMA.- ¿Qué pasa en ese caso?
El señor LABBÉ (Secretario General).- Conforme al Reglamento, repetida la
votación, observándose el mismo resultado y habiéndose acordado despachar
el proyecto en esta sesión, quedaría rechazada la segunda observación.
--Con la misma votación anterior (14 votos favorables, 14 en
contra y 3 pareos)), queda rechazada la observación N° 2 del
Presidente de la República.
El señor ESCALONA (Presidente).- ¿Habría acuerdo para considerar la misma
votación respecto de la tercera observación?
La señora RINCÓN.- Sí, señor Presidente.
El señor LAGOS.- ¿Cómo es eso?
El señor LABBÉ (Secretario General).- Como se aplicaría la misma votación
anterior, quedaría rechazada también esa observación, sin perjuicio de que
puede insistirse en ella; pero el resultado sería el mismo porque en la Cámara
de Diputados las observaciones números 2 y 3 fueron rechazadas.
--Se rechaza la observación N° 3 del Ejecutivo con la misma
votación anterior (14 votos a favor, 14 en contra y 3 pareos) y queda
concluida la discusión del veto.
El señor ESCALONA (Presidente).- Habiéndose cumplido su objetivo, se levanta
la sesión, sin perjuicio de que se dé curso reglamentario a la petición de oficio
que ha llegado a la Secretaría.
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OFICIO APROBACIÓN OBSERVACIONES EJECUTIVO
4.7. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
Oficio aprobación observaciones del Ejecutivo. Fecha 18 de julio, 2012. Cuenta
en Sesión 60. Legislatura 360. Cámara de Diputados.
Nº 769/SEC/12
A
S.E.
el
Presidente de la
Honorable Cámara
de Diputados
Valparaíso, 18 de julio de 2012.
Tengo a honra comunicar a Vuestra Excelencia que el
Senado ha aprobado la observación número 1) formulada por Su Excelencia el
Presidente de la República al proyecto de ley que reajusta el monto del ingreso
mínimo mensual, correspondiente al Boletín N° 8.387-05, y ha rechazado las
contenidas en los números 2) y 3).
Lo que comunico a Vuestra Excelencia en respuesta a
su oficio Nº 10.289, de 18 de julio de 2012.
Devuelvo los antecedentes respectivos.
Dios guarde a Vuestra Excelencia.
CAMILO ESCALONA MEDINA
Presidente del Senado
MARIO LABBÉ ARANEDA
Secretario General del Senado
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OFICIO LEY AL EJECUTIVO
5. Trámite Finalización: Cámara de Diputados
5.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo.
Oficio de Ley a S.E. El Presidente de la República. Comunica texto aprobado
por el Congreso Nacional. Fecha 18 de julio, 2012.
Oficio Nº 10292
A
S.E.
EL
PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA
VALPARAÍSO, 18 de julio de 2012
Mediante oficio N°168-360, de 17 de julio del año en
curso, V.E. tuvo a bien formular diversas observaciones al proyecto de ley que
reajusta el monto del ingreso mínimo mensual, correspondiente al boletín
N°8387-05.
Al respecto, tengo a bien comunicar a
Congreso Nacional ha aprobado el siguiente
V.E. que el
PROYECTO DE LEY:
“Artículo 1°.- Elévase, a contar del 1 de julio del año
2012, de $182.000 a $193.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, de
$135.867 a $144.079 el monto del ingreso mínimo mensual para los
trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de
18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, el monto
del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales, de
$117.401 a $124.497.
Artículo 2º.- Reemplázase a partir de la vigencia del
artículo 1° de esta ley, el artículo 1º de la ley Nº 18.987, por el siguiente:
“Artículo 1º.- A contar del 1 de julio del año 2012, las
asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares,
reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de 1982, del Ministerio del
Trabajo y Seguridad Social, que fija el texto refundido, coordinado y
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OFICIO LEY AL EJECUTIVO
sistematizado de las normas sobre sistema único de prestaciones familiares y
sistema de subsidios de cesantía para los trabajadores de los sectores privado
y público, tendrán los siguientes valores, según el ingreso mensual del
beneficiario:
a) De $7.744 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual no exceda de $202.516.
b) De $5.221 por carga, para aquellos beneficiarios
cuyo ingreso mensual supere los $202.516 y no exceda los $317.407.
c) De $1.650 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual supere los $317.407 y no exceda los $495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que acrediten
cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $495.047, no tendrán
derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su plena
vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que establezcan
beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes
mantendrán su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del artículo
2º del citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y los que se encuentren en
goce de subsidio de cesantía, se entenderán comprendidos en el grupo de
beneficiarios indicados en la letra a) precedente.”.
Artículo 3°.- Fíjase a contar de la vigencia de los incisos
primero, segundo y tercero del artículo 1º de la presente ley, en $7.744 el
valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1° de la ley N° 18.020.
Artículo 4°.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 la aplicación de los artículos 1°, 2° y 3° de la presente
ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.”.
Dios guarde a V.E.
NICOLÁS MONCKEBERG DÍAZ
Presidente de la Cámara de Diputados
ADRIÁN ÁLVAREZ ÁLVAREZ
Secretario General de la Cámara de Diputados
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LEY
6. Publicación de ley en Diario Oficial
6.1. Ley N° 20.614
Tipo Norma
Fecha Publicación
Fecha Promulgación
Organismo
:Ley 20614
:20-07-2012
:19-07-2012
:MINISTERIO DEL TRABAJO Y PREVISIÓN
SOCIAL; SUBSECRETARÍA
DEL TRABAJO
Título
:REAJUSTA MONTO DEL INGRESO MÍNIMO
MENSUAL
Tipo Versión
:Única
De : 20-07-2012
URL
:
http://www.leychile.cl/N?i=1042016&f=2012-07-20&p=
LEY NÚM. 20.614
REAJUSTA MONTO DEL INGRESO MÍNIMO MENSUAL
Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su
aprobación al siguiente
Proyecto de ley:
"Artículo 1°.- Elévase, a contar del 1 de julio del año
2012, de $182.000 a $193.000 el monto del ingreso mínimo
mensual para los trabajadores mayores de 18 años de edad y
hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, de
$135.867 a $144.079 el monto del ingreso mínimo mensual para
los trabajadores mayores de 65 años de edad y para los
trabajadores menores de 18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio del año 2012, el monto
del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no
remuneracionales, de $117.401 a $124.497.
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LEY
Artículo 2º.- Reemplázase a partir de la vigencia del
artículo 1° de esta ley, el artículo 1º de la ley Nº 18.987,
por el siguiente:
"Artículo 1º.- A contar del 1 de julio del año 2012, las
asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de
Prestaciones Familiares, reguladas por el decreto con fuerza
de ley Nº 150, de 1982, del Ministerio del Trabajo y
Seguridad Social, que fija el texto refundido, coordinado y
sistematizado
de
las
normas
sobre
sistema
único
de
prestaciones familiares y sistema de subsidios de cesantía
para los trabajadores de los sectores privado y público,
tendrán los siguientes valores, según el ingreso mensual del
beneficiario:
a) De $7.744 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual no exceda de $202.516.
b) De $5.221 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual supere los $202.516 y no exceda los $317.407.
c) De $1.650 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo
ingreso mensual supere los $317.407 y no exceda los $495.047.
d) Las personas que tengan acreditadas o que acrediten
cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a
$495.047, no tendrán derecho a las asignaciones aludidas en
este artículo.
Sin perjuicio de lo anterior, mantendrán su plena
vigencia los contratos, convenios u otros instrumentos que
establezcan beneficios para estos trabajadores.
Dichos afiliados y sus respectivos causantes mantendrán
su calidad de tales para los demás efectos que en derecho
correspondan.
Los beneficiarios contemplados en la letra f) del
artículo 2º del citado decreto con fuerza de ley Nº 150, y
los que se encuentren en goce de subsidio de cesantía, se
entenderán
comprendidos
en
el
grupo
de
beneficiarios
indicados en la letra a) precedente.".
Artículo 3°.- Fíjase
incisos primero, segundo
presente ley, en $7.744
establecido en el artículo
a contar de la vigencia de los
y tercero del artículo 1º de la
el valor del subsidio familiar
1° de la ley N° 18.020.
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LEY
Artículo 4°.- El mayor gasto fiscal que represente
durante el año 2012 la aplicación de los artículos 1°, 2° y
3° de la presente ley, se financiará con cargo a los recursos
del Tesoro Público.".
Y por cuanto el Congreso Nacional ha aprobado las
observaciones
formuladas
por
el
Ejecutivo;
por
tanto
promúlguese y llévese a efecto como Ley de la República.
Santiago, 19 de julio de 2012.- SEBASTIÁN PIÑERA
ECHENIQUE, Presidente de la República.- Evelyn Matthei
Fornet, Ministra del Trabajo y Previsión Social.- Felipe
Larraín Bascuñán, Ministro de Hacienda.
Lo que transcribo a usted para su conocimiento.- Bruno
Baranda Ferrán, Subsecretario del Trabajo.
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