EXTREMADURA CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2012 SOLUCIÓN DE LA PRUEBA DE ACCESO AUTOR: Pedro Pérez Bautista Opción A Parte 1 a) La autora del texto se alegra de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa, porque se trata de un escritor conocido y porque admira su obra. Y aprovecha esta manifestación para advertir que, pese a ello, puede no coincidir con sus ideas y que se debe diferenciar entre los escritores y sus creaciones, ya que, según ella, en literatura se puede perdonar todo, pero en la vida no se debe consentir ninguna falta de respeto. b) [Dado que se pide un texto personal, ofrecemos tan solo un ejemplo de composición de texto argumentativo, optando por una de las múltiples posturas que se podrían defender]. Estamos acostumbrados a considerar normales las excentricidades de algunos escritores, artistas y profesionales; asumimos sus exabruptos como algo consustancial a su condición de personas especiales; pensamos que su genialidad es tal que se les debe perdonar todo aquello que hagan o digan. Es decir, creemos que el hecho de ser un genio conlleva una patente de corso que permite desacatar las normas de convivencia a las que todos estamos sometidos, hasta el punto de que admitimos en algunos de estos personajes (naturalmente en aquellos a los que más admiramos) cualquier falta, o incluso delito, que puedan cometer, los absolvemos de culpa y los redimimos. Los numerosos ejemplos que se contemplan a diario en los programas del corazón emitidos por televisión pueden ilustrar esa actitud condescendiente que impulsa a muchas personas a perdonarles todo a aquellos a quienes admiran y que les obliga, de la misma forma, a conceder crédito a cualquier rumor negativo sobre aquellos que no son de su agrado. En mi opinión, resulta admisible la satisfacción por la propia genialidad e, incluso, las excentricidades de quienes están, en algún sentido, por encima de las capacidades de la mayoría; lo que no se puede admitir nunca es el hecho de que algunos de ellos crean que esta circunstancia les sitúa por encima del resto de los mortales, a quienes no les deben, por tanto, respeto. © Oxford University Press España, S. A. Sin embargo, considero que lo realmente censurable es la actitud de las personas admiradoras de esos ídolos, cuya falta de objetividad y amor propio hace que estos se arroguen la capacidad para incumplir normas o, incluso, leyes. Se debe reconocer su valía, pero nunca adorarlos como a dioses, pues eso conlleva irremediablemente que nos consideremos a nosotros mismos como meros comparsas, que nos faltemos al respeto que nos debemos y consintamos que otros también nos falten. 3 La literatura hispanoamericana: narrativa de la segunda mitad del s. XX [Antes de comenzar la exposición, cabe apuntar que la literatura hispanoamericana es tan diversa y compleja como los distintos países y culturas que integran ese amplio espacio geográfico y cultural unido por una lengua común. Sin embargo, trataremos de asumir características y conceptos que permitan resumir, aunar y concretar el tema sin perdernos en la especificidad de la producción narrativa de cada uno de los países]. Hasta los años treinta del siglo XX, la narrativa hispanoamericana seguía presupuestos decimonónicos, a los que incorporó algunos elementos modernistas. En esa época nos encontramos con diversas manifestaciones del realismo (concebido como representación literaria de la realidad), entre las que se cuenta la novela de la tierra o regionalista, la de la Revolución mexicana o la que se centra en la problemática indígena. Es a partir de los años cuarenta cuando, debido a la influencia de las vanguardias (sobre todo del surrealismo) y de la narrativa europea y estadounidense, se rompe con el realismo tradicional y se cuestiona el mundo percibido como real y la idea de verosimilitud. La nueva narrativa, que tendrá su punto álgido en el «boom» de los años sesenta, presenta unos rasgos temáticos y formales comunes, que implican una nueva visión del mundo. Formalmente, la renovación tiene lugar por medio de la incorporación de técnicas de la novela experimental (estructuras narrativas complejas —fragmentación, contrapunto, superposición de personas narrativas y puntos de vista, monólogo Lengua castellana y Literatura 4 EXTREMADURA interior…—, ruptura de la linealidad temporal) y de la búsqueda de un nuevo lenguaje literario mediante la experimentación lingüística (elaboración poética, lenguaje simbólico, neologismos, incorporación del habla popular…). Temáticamente, el rasgo definitorio de esta nueva narrativa consiste en la incorporación de elementos fantásticos, maravillosos o irracionales a la realidad cotidiana. A ello se une una visión pesimista del mundo, con predominio de temas como la angustia existencial, la incomunicación, la soledad y el tiempo, y la inclusión, en la mayoría de las obras, del amor, el erotismo y el humor (en sus distintas variantes), como una nueva forma de observar la realidad. Algunos críticos han señalado dos variantes en el gusto de los nuevos narradores por la fantasía: El realismo mágico, que incorpora elementos maravillosos y se encuentra representado por Miguel Ángel Asturias, cuya novela El señor Presidente señala para algunos el inicio de la nueva narrativa, y Alejo Carpentier, con obras como El reino de este mundo o El siglo de las luces. El realismo fantástico, que presenta la realidad como ficción ambigua y caótica e incluye en ella lo irracional. El maestro indiscutido de esta corriente, Jorge Luis Borges, construye con sus cuentos mundos de ficción que cuestionan la lógica de la realidad: Ficciones, El Aleph, El informe de Brodie… Además de los anteriores, hay que mencionar otros grandes autores representativos de la nueva narrativa: Juan Rulfo ofrece en su colección de cuentos El llano en llamas la visión de un mundo desolado, en el que se incluyen elementos mágicos y misteriosos. Su novela Pedro Páramo es paradigma de la nueva narrativa, tanto por la forma de narrar (consta de sesenta y nueve fragmentos con saltos cronológicos y mezcla de narradores) como por su estilo, caracterizado por un lenguaje sencillo que mezcla lo popular con lo poético. Ernesto Sábato refleja en sus novelas (El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador) la soledad y la incomunicación del ser humano, así como la búsqueda del sentido de la existencia. Juan Carlos Onetti refleja en sus obras una visión totalmente pesimista del mundo, con personajes siempre conscientes del sinsentido de la vida. Entre ellas destacan El astillero o Juntacadáveres. © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2012 Augusto Roa Bastos pretende utilizar la literatura como medio de denuncia en obras como Hijo de hombre o Yo, el Supremo. Julio Cortázar utiliza lo fantástico y la transformación que esto provoca en lo cotidiano para plantear los temas que le preocupan, como la búsqueda del sentido de la existencia, el ansia de libertad o la reflexión sobre la literatura. Autor de una importante obra cuentística (Bestiario, Historias de cronopios y de famas, Todos los fuegos el fuego…), su obra más conocida es Rayuela, novela experimental compuesta por fragmentos desordenados que pueden leerse de dos maneras diferentes, en la que se vislumbran los temas y obsesiones presentes en toda la narrativa del autor y que exige la participación de un lector capaz de interpretarla. Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura en 1982) es el más influyente de los autores del «boom». Sus primeras novelas cortas (La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora, Los funerales de la Mama Grande…) tanteaban ya en la búsqueda de la unión de lo real y lo fantástico (el mundo imaginario de Macondo), pero fue Cien años de soledad la que marcó el surgimiento del «boom» y supuso todo un fenómeno en las literaturas hispánicas (y tal vez en la literatura mundial). A ellas hay que añadir obras como El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada o El amor en los tiempos del cólera. Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura en 2010) alcanzó la fama con su primera novela, La ciudad y los perros, un relato breve complejo. Además, merecen destacarse La casa verde, Conversación en la catedral (larguísimo diálogo muy complejo técnicamente), Pantaleón y las visitadoras (hilarante crónica de la adscripción al ejército peruano de un grupo de prostitutas) o La guerra del fin del mundo. Otros autores destacables de la narrativa hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX son Augusto Monterroso (maestro del relato breve), Carlos Fuentes (autor de obras como La muerte de Artemio Cruz o Terra nostra), Guillermo Cabrera Infante (Tres tristes tigres), Manuel Puig, José Donoso o Alfredo Bryce Echenique. En los últimos decenios, la narrativa plantea como principio ético común la defensa de la libertad y la actitud crítica ante las dictaduras, mientras que en lo puramente novelesco algunos autores (Isabel Allende, Fernando del Paso, Laura Esquivel) siguen cultivando el realismo mágico. Sin embargo, hay también autores, como Álvaro Mutis o Luis Sepúlveda, que se decantan Lengua castellana y Literatura 5 EXTREMADURA por una narrativa más realista, que vuelve al relato lineal, dejando a un lado la experimentación estructural y lingüística. Parte 2 a) En lo que se refiere al género, se trata de un texto periodístico perteneciente al periodismo de opinión, por cuanto la autora expresa, de una forma personal y subjetiva, su punto de vista sobre un tema. Por su extensión y estructura, podemos afirmar que se trata de una columna. En cuanto a su tipología textual, presenta una estructura argumentativa con la que se defiende la tesis (explícita en la conclusión, tras el empleo de ejemplos y experiencias personales como argumentos) de que el hecho de ser un buen escritor no conlleva necesariamente el de ser una buena persona. Predomina, por tanto, la función expresiva del lenguaje, aunque también están presentes la apelativa (al final del texto, cuando la autora utiliza la primera persona del plural con clara intención exhortativa y universalista), la representativa y la poética. El lenguaje utilizado es culto y formal (aunque con algún coloquialismo, como cubata), pero fácilmente inteligible por un público amplio, como corresponde a un texto periodístico de opinión. Este hecho hace también que predomine un uso connotativo de la lengua. Y puesto que la intención final del texto es persuasiva (convencer a los lectores de una idea), domina en él la subjetividad, reflejada en el uso de la primera persona, tanto en las formas verbales (he alegrado, avergonzarnos, he leído…) como en los pronombres personales (me, (tene)mos, (sea)mos…). En el plano léxico debe mencionarse el uso de un vocabulario acorde con el tema tratado, el de la literatura (versos, dramas, ficción, escritores, lectores…), y una adjetivación escasa, pero predominantemente valorativa (uso exacto, excelentes personas). En el morfosintáctico, predomina el pretérito perfecto simple de indicativo (por cuanto la argumentación se basa en la experiencia personal) y las oraciones enunciativas, muchas de ellas complejas (coordinadas —adversativas, concesivas…— y subordinadas —adjetivas, sustantivas, causales…—), rasgos lingüísticos propios de este tipo de texto. A ellos hay que sumar el acertado uso de los conectores textuales y de perífrasis y locuciones verbales que indican el carácter subjetivo del mismo. © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2012 Es de destacar, asimismo, el uso de marcadores modales (claro), incisos para aclarar opiniones (sobre todo entre paréntesis) y el uso de algunas figuras literarias como la ironía (versos etíopes) o el oxímoron (la verdad de sus mentiras), que completan un texto lleno de presuposiciones e inferencias que solo un lector avisado es capaz de comprender en su totalidad. b) El significado de las palabras propuestas es el siguiente: concesión: «otorgamiento de algo a alguien en reconocimiento a sus méritos, por lo general un premio o un galardón». [DRAE: concesión: 1. f. Acción y efecto de conceder. DRAE: conceder: 1. tr. Dar, otorgar, hacer merced y gracia de algo]. seducir: «convencer, atraer o persuadir mediante técnicas o estrategias». Puede poseer un significado sensual. [DRAE: 1. tr. Engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo]. coherencia: «actitud lógica que consiste en actuar de la misma manera que lo que se dice, siendo consecuente con las propias ideas». [DRAE: 1. f. Conexión, relación o unión de unas cosas con otras. 2. f. Actitud lógica y consecuente con una posición anterior]. Respecto a las oraciones, algunos ejemplos podrían ser los siguientes: El galardonado dirigió su discurso al auditorio tras la concesión del premio; Sedujo al auditorio mediante un incesante bombardeo de bellas palabras y alucinantes conceptos; La coherencia de sus acciones es consecuencia de un carácter marcado. c) Se trata de una oración compleja, compuesta por una oración principal (Otra cosa es que me gusten todas sus opiniones) y una oración subordinada concesiva (aunque no dejo de reconocer la coherencia con que las ha defendido a lo largo de su vida). La oración principal es enunciativa, atributiva, y tiene como sujeto una subordinada sustantiva (que me gusten todas sus opiniones), introducida por el nexo que y compuesta por un grupo nominal en función de sujeto (todas sus opiniones) y un grupo verbal en función de predicado (me gusten) y como predicado, un grupo verbal (otra cosa es) compuesto por el núcleo (el verbo copulativo es) y un sintagma nominal en función de atributo (otra cosa). La proposición subordinada concesiva es enunciativa negativa, predicativa, transitiva. Está introducida por el nexo aunque, el sujeto se halla Lengua castellana y Literatura 6 EXTREMADURA omitido (primera persona del singular) y el predicado es un grupo verbal formado por un núcleo (la perífrasis dejo de reconocer), un complemento circunstancial de negación (no) y un grupo verbal en función de complemento directo (la © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2012 coherencia con que las ha defendido a lo largo de su vida), que incluye una oración subordinada adjetiva de relativo (con que las ha defendido a lo largo de su vida) en función de adyacente del núcleo. Lengua castellana y Literatura 7 EXTREMADURA CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2012 Opción B Parte 1 a) En el texto, Antonio Muñoz Molina recuerda un viaje a Madrid con sus abuelos en el que descubrió la Feria del Libro: revive la honda impresión que le causó, acostumbrado a la sombría biblioteca y los escaparates de las papelerías de su ciudad natal, tanta novedad editorial, tanto color y tanto espacio. El hecho de no haber reconocido a ningún escritor (si es que vio a alguno) le permite aludir a su experiencia literaria: sus lecturas únicas de obras clásicas, su idea de que escribir era un oficio del pasado, y sus fantasías de convertirse en escritor. Por último, el autor recuerda el desconcierto y el mareo provocados por la masificación y la abundancia, su compra de dos obras, la vuelta a la pensión y el miedo que le causaba la ciudad de Madrid. b) [Dado que se pide un texto personal, ofrecemos tan solo un ejemplo de composición de texto argumentativo, optando por una de las múltiples posturas que se podrían defender]. La pasión por la escritura no la otorga el reconocimiento de los autores como personas reales, no son ellos quienes hacen que alguien necesite poner por escrito sus vivencias y pensamientos; son los libros, en los que se guardan los pensamientos, los sentimientos y los conocimientos de la humanidad, los que invitan a alguien a iniciarse en la creación literaria. Quien escribe no precisa saber que los autores son personas de «carne y hueso», lo que le anima a crear es el conocimiento de que estos han comunicado sus preocupaciones, sus ideas, a través de sus obras, y con ellas han vencido al tiempo y han llegado hasta el nuevo escritor para invitarlo a imitarlos. Este sabe que otros antes que él sintieron la misma necesidad de expresar las propias inquietudes; se anima a manifestar las suyas por necesidad, por admiración y respeto hacia la creación de otros, no por los otros. En el texto propuesto, Antonio Muñoz Molina nos cuenta que no recuerda si vio a algún escritor en la Feria del Libro y, sin embargo, su amor por los libros y por la literatura existía, hasta el punto de llegar a convertirse en uno de nuestros grandes autores actuales. Muñoz Molina, como muchos otros, no ha necesitado reconocer a los escritores como personas reales para dedicarse a la pasión de escribir, de contar historias y crear mundos ficticios con los que atraer a lectores ávidos de otras visiones del mundo. © Oxford University Press España, S. A. Quien escribe lo hace seguramente porque ha leído, no por los escritores. Es cierto que oír a alguno de ellos puede reforzar el ánimo para la lectura y la escritura, pero conocer a otros puede defraudar si no se comparten sus ideas políticas, religiosas, sociales… En mi opinión, es preferible saber de ellos únicamente por sus obras, por su maestría. Cuando alguien siente la pasión por la literatura, le resulta difícil admitir al escritor de carne y hueso que le decepciona; confiará únicamente en sus libros, porque ellos, a fin de cuentas, son solo ficción. c) La lírica española desde la posguerra hasta finales de los años cincuenta [Antes de centrarnos en el estudio de la lírica de este período, debemos realizar una breve introducción histórica, puesto que la creación literaria en España tras la Guerra Civil se encuentra muy influenciada por cuestiones políticas y sociales]. Al acabar la Guerra Civil en 1939, el panorama económico y social era desolador: la destrucción del tejido productivo provocó una fuerte recesión de la economía, desnutrición y racionamiento; los vencedores impusieron su visión del mundo, y la represión ideológica hizo que imperaran el silencio y el miedo. El control de la conducta de la población y la ideología nacionalcatólica caracterizaron el nuevo régimen, que utilizó la censura como un elemento más de coacción. Por lo que se refiere al panorama literario, tras la Guerra Civil la mayoría de los grandes escritores de la época anterior habían muerto (Federico García Lorca y Antonio Machado; y, en 1942, Miguel Hernández) o se habían exiliado (como la mayoría de los poetas de la generación del 27, que continuaron su producción, marcada por la añoranza y el recuerdo, en el exilio). A partir de los años cincuenta se observa un mejoramiento de las condiciones económicas y un reconocimiento internacional del régimen, que provocó que España fuera admitida en la ONU y se restablecieran las relaciones con Estados Unidos; creció el número de universitarios y se inició una minoritaria disidencia con las ideas establecidas. Es en este contexto en el que debemos situar la producción poética de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. En los años cuarenta se han diferenciado dos tendencias principales (la poesía neoclásica o Lengua castellana y Literatura 8 EXTREMADURA arraigada y la poesía existencialista o desarraigada), a las que hay que añadir una lírica que enlaza con las vanguardias. Poesía neoclásica o arraigada En esta corriente, que se desarrolló al inicio de la década, cobra importancia la aparición de dos revistas: Escorial y Garcilaso. Los poetas garcilasistas cultivaron al principio una poesía evasiva, en la que prima la perfección formal (con predominio del soneto y el uso de recursos expresivos), aunque más tarde evolucionaron hacia otras propuestas, con el tratamiento de temas como la familia, la vida cotidiana o la religión. Entre los poetas de esta tendencia sobresalen los siguientes: Luis Rosales, autor de títulos de contenido religioso cuya obra La casa encendida tiene como referente la cotidianidad; Leopoldo Panero (Escrito a cada instante); Luis Felipe Vivanco (Continuación a la vida); Dionisio Ridruejo (En la soledad del tiempo) y José García Nieto (Del campo y soledad). Poesía existencialista o desarraigada Con revistas como Proel, Corcel y Espadaña, esta tendencia, surgida a mediados de los cuarenta, trató temas existenciales y reflejó la miseria, la agonía, y, sobre todo, la falta de esperanza del ser humano. En ella destacan dos poetas de la generación del 27: Vicente Aleixandre, con Sombra del paraíso, y Dámaso Alonso, con Hijos de la ira (libro en versículos, con un lenguaje cotidiano, que constituye un canto ante la injusticia del mundo y la búsqueda del sentido de la existencia, y que marca un antes y un después en la evolución de la lírica española). En este decenio no hay que olvidar la corriente vanguardista, con el postismo, el grupo Cántico y la tendencia surrealista como ejes de una poética que, reivindicando las vanguardias, trataba de superarlas mediante la utilización de la imaginación, el humor y una postura estetizante caracterizada por el culturalismo y el barroquismo, entre otros rasgos. En los años cincuenta predomina la poesía social (como una evolución del existencialismo de la década anterior), crítica, centrada en la realidad y la vida colectiva y caracterizada por el tono narrativo, el rechazo del formalismo, y el ánimo de comunicarse con los lectores, ya que considera la literatura como una herramienta capaz de transformar la sociedad. Los poetas que se inscriben en esta corriente denuncian de un modo realista los males de la sociedad, expresan su desamparo ante las autoridades y ante Dios y se sienten comprometidos y solidarios con el © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2012 pueblo. Los más representativos son los que se indican a continuación. Gabriel Celaya. Cultiva una poesía combativa, de carácter narrativo y de estilo sencillo y léxico coloquial. Entre sus obras puede mencionarse Tranquilamente hablando, Cantos iberos, Los espejos transparentes… Blas de Otero. Es autor de una amplia obra que resume la evolución de la poesía de la posguerra. De tendencia existencial escribe Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia —refundidas y ampliadas en Ancia—, una poesía desgarrada, áspera, en la que un Dios lejano calla ante los desconsolados gritos de súplica del poeta, que se pregunta por el sentido de la vida y las consecuencias de la posguerra. Este existencialismo adquiere tintes sociales en los siguientes libros del autor (Pido la paz y la palabra, En castellano, Que trata de España), donde denuncia con expresión sencilla la falta de libertad. José Hierro. Tras haber escrito una poesía vanguardista durante la Guerra Civil y una poesía existencial, encuentra ya causas sociales a los problemas humanos en Quinta del 42. Parte 2 a) Por lo que se refiere al género, el texto propuesto es un artículo periodístico, en concreto una colaboración de un escritor de prestigio para el suplemento cultural de un conocido periódico. En él, mediante la remembranza de su juventud y la atracción que le provocaban los libros, el autor realiza un elogio de los mismos y de la Feria del Libro de Madrid, contrastándola con la escasa consideración que se tenía por estos en su Úbeda natal. En cuanto a la tipología textual, nos encontramos ante un texto de modalidad narrativa con algunos fragmentos descriptivos (que permiten contrastar las peculiaridades de las dos ciudades —Madrid y Úbeda— en el aprecio a los libros). No obstante, y puesto que el autor refleja una serie de valoraciones que transmite al lector (el elogio implícito), se puede considerar el uso de la narración con carácter argumentativo. En el texto, por tanto, predominan la función representativa, propia de las narraciones y la descripción; la expresiva, por cuanto de la narración se puede deducir una interpretación propia del mundo; y la poética, ya que el artículo presenta una evidente voluntad de estilo y de belleza formal. Su intención comunicativa no consiste, por tanto, únicamente en informar, sino también Lengua castellana y Literatura 9 EXTREMADURA CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2012 en convencer de una opinión personal, con un tono literario. b) El significado de las palabras propuestas es el que se indica a continuación. El lenguaje utilizado es culto y formal, pero accesible para un lector medio interesado por la literatura, y con un marcado carácter connotativo, como se observa en el uso de los adjetivos. azar: «casualidad, hecho fortuito». [DRAE: 1. m. Casualidad, caso fortuito]. El carácter narrativo del texto se evidencia en el predominio de los tiempos verbales de pasado (pretérito imperfecto —estaba, exageraban— y pretérito perfecto simple —desemboqué, vi—). Su subjetividad (se trata de un recuerdo personal) se manifiesta en el uso de la primera persona, tanto en los verbos (vi, mareé, imaginaba, había visto), como en los pronombres personales (yo, me) y los determinantes posesivos (mi, mis). Esta subjetividad se observa también en el empleo de adjetivos y adverbios valorativos (lúgubre, decrépito, espectrales, caprichosa, absurdamente). En cuanto a los sustantivos, predominan los concretos (mañana, sitio, libros), puesto que la narración pretende verosimilitud; pero se utilizan también los abstractos (vocación, cautela, miedo, soledad), por cuanto de ella se desprende una valoración personal de la realidad narrada. Y por este mismo motivo predominan los verbos relacionados con la percepción y la mente (mirando, recuerdo, vi, imaginaba). En el texto debe destacarse la presencia de períodos oracionales extensos, oraciones coordinadas y subordinadas, que permiten la enumeración, el contraste y la reflexión. En los fragmentos descriptivos abundan las largas enumeraciones construidas con la acumulación de grupos nominales (el tamaño de los árboles, el asombro de tantos árboles) o preposicionales (con lomos de encuadernación), que sirven al autor para reforzar el carácter subjetivo y literario del texto, puesto que lo llenan de connotaciones y de sugerencias. Por último, debe mencionarse las referencias a autores y obras, y el uso de figuras literarias como la comparación (como un niño), que crean un texto sugerente que va más allá de la simple narración de un recuerdo e incide en la valoración y el elogio de los libros. © Oxford University Press España, S. A. amortiguar: «atenuar, disminuir características o efectos de algo». [DRAE: 1. tr. Hacer que algo sea menos vivo, eficaz, intenso o violento, tendiendo a la extinción]. carterista: «Ladrón especializado en el robo de carteras de bolsillo». [DRAE: 1. com. Ladrón de carteras de bolsillo]. Respecto a las oraciones, algunos ejemplos podrían ser los siguientes: Si dejamos nuestra vida en manos del azar, esta no tendrá sentido; Se amortiguaron los efectos del desastre debido a la rápida intervención de los bomberos; En las fiestas, la calle está tan repleta de gente que los carteristas hacen su agosto. c) Se trata de una oración compleja formada por una oración principal (No recuerdo si vi a algún escritor) y una subordinada concesiva (aunque no creo que hubiera reconocido a ninguno). La oración principal es enunciativa negativa, activa, predicativa, transitiva; su sujeto está elidido (primera persona del singular), el predicado consta del núcleo (recuerdo), un complemento circunstancial de negación (no) y un complemento directo (una subordinada sustantiva introducida por el nexo si —si vi a algún escritor—). El sujeto de la misma está también elidido y coincide con el de la principal; y el predicado consta del núcleo (vi) y un grupo preposicional en función de complemento directo (a algún escritor). La oración subordinada es dubitativa, activa, predicativa, transitiva; está introducida por el nexo aunque, su sujeto se halla omitido (primera persona del singular) y el predicado está formado por el núcleo (creo), un complemento circunstancial de negación (no) y un complemento directo (una subordinada sustantiva introducida por el nexo que —que hubiera reconocido a ninguno—, cuyo sujeto elidido coincide con el de la principal y cuyo predicado presenta un núcleo —hubiera reconocido— y un grupo preposicional en función de complemento directo —a ninguno—).. Lengua castellana y Literatura 10