Arte Larra Mariano José de Larra nació en Madrid

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Arte
Larra
Mariano José de Larra nació en Madrid, el 24 de marzo de 1809, en la popular calle de
Segovia, edificio de la antigua Casa de la Moneda y uno de los barrios más castizos del Madrid
de la época.
Hijo de Don Mariano de Larra y Langelot, médico afrancesado, y de Doña Maria de los Dolores
Sánchez de Castro. La familia Larra se traslada a Francia siguiendo las filas de José Bonaparte
y sirviendo el padre de Fígaro como médico castrense en el hospital de Burdeos.
Tras los incipientes estudios del joven Larra en Francia, nuestro autor debe acoplarse a las
exigencias de una nueva lengua y a unas enseñanzas que no eran en verdad idénticas a las
del país vecino. Larra inicia, a los nueve años, sus estudios en España, incidiendo en su
formación esta intransigencia social.
Un nuevo periplo de centros docentes protagonizan los primeros estudios de Larra:
permanencia en Las Escuelas Pìas de Madrid; interno en un colegio de Corella (Navarra)
durante los años 1822-1823; nuevo regreso a Madrid -1824- ingresando en el Colegio
Imperial de los jesuítas y en los Reales Estudios de San Isidro. Su precocidad se manifiesta ya
en estos años juveniles: traduce la Ilíada del francés -1827-, compone una Gramática
castellana y escribe en verso una Geografía de España . Años más tarde, se inician tareas
periodísticas con la fundación de El Duende. Su artículo " El café" , escrito a los diecinueve
años.
Tras estos inicios estudiantiles, Larra comienza los estudios universitarios en Madrid. En el
año que cursaba leyes-1825-, Larra protagonizó un triste episodio, enamorándose de una
bella mujer de mayor edad , la cual no debió prestar gran atención a sus deseos, cosa que no
era obstáculo para que Fígaro la idealizara y la tomara como perfecto modelo de mujer. La
nota triste se produce en el justo momento que descubre que era la amante de su padre. El
infortunio despierta prematuramente la ingenuidad del adolescente, precipitando al autor a
una temprana madurez. Tras una corta estancia en Valladolid - no finaliza sus estudios -,
decide marcharse a Valencia a cursar Medicina con el mismo resultado que el anterior, pues a
partir de 1827 se encuentra en Madrid haciendo tertulias literarias y componiendo y fechando
una variada colección de poesías, que expresan las preocupaciones y sentimientos del novel
escritor . Sin embargo, de un total de cincuenta y cinco composiciones conocidas tan sólo
doce llegaron a publicarse en vida del autor. Después de estos comienzos literarios, Fígaro
abandona la poesía para entregarse de nuevo a la poesía , volviendo esporádicamente al
verso.
Alos veinte años de edad - agosto de 1829- decide casarse con Pepita Wetoret y Velasco,
matrimonio que durará escaso tiempo, pues en 1834 Larra rompe definitivamente con su
mujer. Hecho ampliamente comentado por la crítica e identificado con el artículo " El casarse
pronto y mal", publicado el 30 de Noviembre de 1832 en El Pobrecito Hablador. Se ha insistido
en una incompatibilidad de caracteres que presagiaban un matrimonio nada halagüeño.
Precisamente en el año de la ruptura había sentido una especial admiración por la cantante
Grissi, se trunca prontamente .
Bajo el telón histórico de la revolución liberal se lleva a cabo otro episodio sentimental en la
vida de Larra. Esta vez se trata de Dolores Armijo, dotada de una gran belleza y casada con
José Cambronero. Las relaciones debieron iniciarse hacia 1832, antes de la ruptura
matrimonial definitiva, continuándose hasta los umbrales del suicidio de Larra .
Larra fue redactor del periódico El Español . Por la correspondencia epistolar mantenida por
Fígaro y sus padres se puede decir que Larra sintió la tentación de quedarse en Francia y
proseguir allí su labor periodística. El éxito le avalaba los medios literarios franceses; aún así,
Larra decide regresar a España motivado no sólo por quehaceres periodísticos, sino también
porque había " llegado el momento de que mi partido triunfe completamente".
Durante su ausencia de España Mendizábal había subido al poder. En realidad, Larra se
identificó con el ministerio de Mendizábal por creer que con él se podía resolver la doble crisis
que atenazaba España (guerra civil- problema económico). Los juicios peyorativos que dedica
a la desafortunada desamortización de Mendizábal le acercarán paulatinamente a Istúriz.
Cuando llegó éste al poder, Larra sale elegido diputado por Ávila en las elecciones de agosto
de 1836; sin embargo, el Motín de la Granja dejó sin efecto las elecciones, con lo cual Fígaro
nunca pudo sentarse en el Parlamento. La Gaceta, del 23 de mayo publica la anulación de
dichas elecciones y anuncia la convocatoria de otras nuevas para el 24 de octubre.
El desaliento cunde en el año de Fígaro; intenta reconciliarse con Dolores Armijo. La cita tiene
lugar el 13 de febrero de 1837 en la casa de Larra, pero sólo consigue un adiós definitivo.
Dolores Armijo sólo quería recuperar unas cartas tan significativas como delatoras para el
resto de sus vidas, Dolores Armijo consigue su propósito. Larra decide quitarse la vida. Su
hija Adela, de 6 años de edad, cuando se disponía a dar las buenas noches a su padre,
encontró el cuerpo inerte de Larra .
Su muerte aparece publicada en el periódico El Español , calificándolo, entre lágrimas de
dolor, de " terrible catástrofe". En general, es destacable que la prensa del momento no
dedicó gran atención al suicidio de Larra. El Castellano y El Diario de Madrid guardan un total
silencio. El Patriota Liberal publica escasas líneas en tercera plana. El Eco del Comercio reseña
lacónicamente el suicidio de Fígaro.
La iglesia se vio oprimida por la corriente liberal del gobierno, que permitió por primera vez el
entierro de un suicida "en sagrado"; de ahí las connotaciones políticas que envolvieron a la
ceremonia. Curiosidad y efervescencia ideológica rodearon aquel cortejo fúnebre que se
dirigía a las cuatro de la tarde al cementerio de Fuencarral.
TRAYECTORIA LITERARIA
La trayectoria literaria de Larra resulta curiosa y compleja. Ello es debido a coincidir su breve
vida de escritor, de 1928 a 1837, con una época de transición en la literatura universal y en
España. Lo más significativo y característico de la obra de Larra es, sin lugar a dudas, su
producción periodística. Se trata de un escritor que ocupa uno de los lugares más
privilegiados de nuestra literatura gracias al periodismo. Por el contrario, su labor poética
queda relegada a un sector minoritario. En un término medio podrían situarse las incursiones
que Larra hace en el campo de la novela histórica. Podemos clasificar su producción en varios
apartados: poesía, artículos, novela, teatro, traducciones y adaptaciones. Incluso alguna vez
actúo como prologuista, sería el caso de su prólogo a la edición castellana de El dogma de los
hombres libres. Palabras de un creyente, por M.F. Lamennais. En este corpus general su labor
periodista destaca del resto; Larra es esencialmente periodista, el primero que ocupa un lugar
señero en nuestra literatura de este género.
LA POESÍA EN LA OBRA DE LARRA
La obra poética de Larra no ha merecido gran atención por parte de la crítica. Las primeras
composiciones poéticas de Larra son de tono elevado y con claras influencias de las
generaciones anteriores. La mayor parte de sus poemas se escribieron hasta el año 1830,
sintiendo Larra especial predisposición por las odas- A la exposición primera de las artes
españolas -, sonetos A una ramera que tomaba abortivos, A un mal artista que se atrevió a
hacer el busto de doña Mariquita Zavala de Ortiz después de su fallecimiento, anacreónticas,
letrillas, octavas...
En el año 1830 Larra abandona el verso para perfilarse ya como periodista; sus incursiones
irán esta vez al teatro y a la novela y sólo de forma esporádica a la poesía. A partir de esa
fecha sus versos serán de un claro matiz intimista.
TRADUCCIONES Y ADAPTACIONES
Una de las traducciones más conocidas de Larra fue Roberto Dillon. El católico de Irlanda,
traducción del original de Víctor Durange.
Otra traducción realizada por Larra fue la titulada Don Juan de Austria o la vocación, de
Casimiro Delavigne, comedia en cinco actos y en prosa.
Otras traducciones fueron: El arte de conspirar, de Scribe, Partir a tiempo, de Scribe, Tu amor
o la muerte, de Scribe, La madrina y Siempre ambas de Scribe.
OBRAS ORIGINALES
La primera obra que estrenó Larra fue No más mostrador, farsa cómica que intenta ridiculizar
a toda persona que intenta escapar de su clase social.
El conde Fernán González y la exención de Castilla se trata de un drama histórico en cinco
actos y en verso, es una obra escrita en los años juveniles de Larra que no llegó nunca
estrenarse. El drama se basa en La más hidalga hermosura, de Francisco de Rojas.
Una de las piezas más interesantes del corpus general de su obra la constituye el drama
Macías. Larra presentó su obra como todo autor , a la censura a finales del año 1833, y no se
estrenó por atentar a la moral de la época. Una de las obras más importantes de Larda fue El
doncel de don Enrique el Doliente.
TRAYECTORIA PERIODÍSTICA
Larra utiliza un medio de comunicación de vital importancia –el periódico- y se sirve de un
género que gozaba de un gran éxito en la época – el artículo.
Larra comienza su labor periodística en El Duende Satírico del Día, el 26 de febrero de 1828,
donde se refleja un agudo sentido crítico por las costumbres de la época.
El Pobrecito Hablador figura como el segundo periódico de las publicaciones de Larra, se editó
el 17 de agosto de 1832.
Más tarde Larra colabora en La Revista Española en 1832, como crítico teatral.
Su labor periodística desde las páginas de La Revista Española fue alternada por otro
periódico del momento, El correo de las Damas. Sus artículos pasan revista a los
acontecimientos teatrales de la semana.
El 7 de octubre de 1834 Larra colabora en El Observador, periódico en el que sus artículos van
desde la crítica teatral hasta el artículo costumbrista.
Larra colabora con la Revista Mensajero en la que Larra utiliza el recurso epistolar para poner
de manifiesto los males que afligen a España.
En 1836 Larra empieza a escribir en el periódico El Español por el que recibe una buena
cantidad a cambio de entregar dos artículos por semana.
Larra alternó su producción periodística de El Español con trabajos esporádicos a las
redacciones de El Mundo y El Redactor General. Entre sus artículos más importantes destacan:
" El café", " El casarse pronto y mal", " El castellano viejo", "Vuelva usted mañana", "El sí de
las niñas", " La sociedad", "La diligencia"... etc.
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