Emmanuel Carballo: molesto pero necesario l La ópera del siglo XX Octavio Paz: El privilegio del arte l María Félix, un gran mito García Márquez y Paul Badura-Skoda l La Muerte de Helena Paz Colaboraciones de Herminio Martínez, David Gutiérrez, Benjamín Torres Uballe, Martha Chapa, Ulises Paniagua, José Juárez y Carlos Bracho Consejo editorial: José Agustín Griselda Álvarez (>) Raúl Anguiano (>) Carlos Bracho José Luis Cuevas Martha Chapa Alí Chumacero(>) Alberto Dallal Beatriz Espejo Gelsen Gas David Gutiérrez Fuentes Andrés Henestrosa (>) Luis Herrera de la Fuente Dionicio Morales Armando Prida Huerta Carlos Ramírez Ignacio Retes (>) Bernardo Ruiz Sebastián Fernando Sánchez Mayans (>) Leticia Tarragó Betty Luisa Zanolli Fabila l l l l l l l l l l l l l l l l l l l Carlos Bazán Director: René Avilés Fabila Subdirectora: Rosario Casco Montoya Coordinación de arte: Félix Acevedo Diseño: Osam Malja García Colaboradores: Manuel Aceves Pulido(>) Eugenio Aguirre Héctor Anaya Hugo Argüelles (>) Roberto Bañuelas Martha Bátiz Roberto Bravo Salvador Bretón Rodolfo Bucio Salvador Camelo(>) Elsa Cano Emmanuel Carballo Marco Aurelio Carballo Antonio Castañeda (>) Jesús A. Castañeda Joaquín Armando Chacón Leonardo Compañ Jasso Marcela del Río Adán Echeverría Javier Esteinou Sergio Fernández Citlali Ferrer Martha Figueroa de Dueñas Silvia Fong Robles Luz García Sandra García Enrique Gastélum Eve Gil Otto-Raúl González (>) Francisco Javier Guerrero José Antonio Gurrea Humberto Guzmán Saúl Ibargoyen Josu Iturbe Marco Aurelio Ángel Lara Daniel Leyva Roberto López Moreno Froylán M. López Narvaéz Andrés de Luna Ramón I. Martínez María Eugenia Merino Mayté Noriega Carmen Nozal Juan Luis Nutte Anabel Ochoa(>) José Luis Ontiveros Gregorio Ortega Federico Ortiz Quesada Francisco Prieto Jorge Ruiz Dueñas Rafael Ruiz Harrel (>) Hugo Enrique Sáez Alejandro Sandoval Perla Schwartz Ignacio Solares Ignacio Trejo Fuentes Francisco Turón Roberto Vallarino (>) Liborio Villalobos Calderón Marcos Winocur Patricia Zama Silvio Zavala l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l Artistas plásticos: Gilberto Aceves Navarro Juan Alarcón Iris Aldegani Luis René Alva José Anaya Javier Anzures Irene Arias Sergio Ángel Beltrán María Emilia Benavides Ángel Boligán Philip Bragar Alejandro Caballero Alberto Calzada Alfredo Cardona Chacón Estrella Carmona Jesús Castruita Guillermo Ceniceros Edgar Clement Felipe de la Torre Luis de la Torre Juan Román del Prado Lourdes Domínguez Aída Emart Francisco Eppens (>) Francisco Espino José Fernández Carmen Flores Olivia Fuentes Héctor García (>) Joaquín García Quintana Luis Roberto García Luis Garzón Jaime Goded Esther González Gabriel Gómez Pizano Renato González Juan José Gurrola Víctor M. Hernández Rigel Herrera Jazzamoart José Juárez Fernando Leal Audirac Antonio Ledesma Miguel Ángel Ledesma Jorge López Luckie Leonel Maciel Elsa Madrigal Ángel Mauro(>) Pepe Maya Mel Raúl Méndez Adolfo Mexiac Arturo Miranda Jesús Miranda Ofloc Soid Pastrana Carlos Pérez Bucio Alejandro Pérez Cruz Felipe Posadas Laura Quintanilla Ma. del Carmen Razo Carlos Reyes Alejandra Ríos Vicente Rojo Javier Roldán Gregorio Rosas Guadalupe Rosas Rruizte Oswaldo Sagástegui Peter Saxer Fernado Silva Luciano Spano Antonio Tadeo Raúl Tame Leticia Tarragó M. Tarbados Mauro Terán Miguel Ángel Toledo Mauricio Vega Roger Von Gunten Daniel Zamitiz e-mail para envío de colaboraciones:[email protected] l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l Instituto Verificador de Medios l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l Este artista originario del estado de Oaxaca (nacido en 1993), realizó estudios de pintura al fresco con el maestro Jesús González Gutiérrez y con el maestro español Enrique Martorell. Considera que para poder transformar el arte hay que romper con muchas reglas, pues de otra manera se estanca, no se avanza; romper con la inercia de la globalización que mueve la creación actual. En sus obras de reciente manufactura se muestra interesado en plasmar aves, rostros humanos, haciendo constantemente una interacción entre ellos. Su gusto por este arte inicia a los 15 años, guiado por el maestro Martorell. Desde entonces ha comenzado a realizar obra inédita inspirada en su hábitat, en su entorno, en su vida diaria, principalmente en el color, la riqueza étnica y cultural de Oaxaca, lo que plasma en sus lienzos. Recientemente Carlos Bazán participó en la exposición titulada “las posibilidades de la forma, antología visual entre siglos”, junto con los maestros José Luis Cuevas, Vicente Rojo, Gustavo Arias Murueta, Guillermo Ceniceros, Roger Von Gunten y René Jiménez, en el museo de arte moderno Guillermo Ceniceros de la ciudad de Durango. Ha participado en varias exposiciones tanto individuales como colectivas en el país y en Estados Unidos. Actualmente Bazán se encuentra realizando el proyecto denominado: “Taquicardia”; se trata de una serie de pinturas dedicadas a un tema universal: el amor. [email protected] [email protected] Circulación certificada por el Instituto Verificador de Medios Registro No. 285 / 01 El Búho. Año 15. Abril 2014. Número 1589 Es una publicación mensual. Publicado por María del Rosario Casco Montoya. Calle Yácatas 242. Col. Narvarte. CP. 03020, Delegación Benito Juárez. Teléfono y fax: 56395910 y 56393266. Celular: 04455 20959228. www.revistaelbuho.com. [email protected]. Editora responsable: María del Rosario Casco Montoya. Reserva de Derechos al uso exclusivo: 04-2013-050811215600-203. ISSN: en trámite. Ambos realizados en el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Responsable de la última actualización de este Número, Dra. María del Rosario Casco Montoya, Yácatas 242, Colonia Narvarte, Delegación Benito Juárez, CP. 03020, fecha de la última modificación, 24 de junio de 2013. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la editora. Contenido Editorial Luto en las letras mexicanas El Búho 4 l De nuestra portada Gabriel García Marquez y los advenedizos andares políticos Benjamín Torres Uballe 6 Octavio Paz: el privilegio del arte Miguel Ángel Muñoz 10 La ópera del siglo XX (2/3) Roberto Bañuelas 18 El complejo arte de narrar de Jean August Strimberg Edwin Lugo 30 Cuentos Herminio Martínez 34 l l l l l Confabulario Revistas, mujeres y una enciclopedia Juan Luis Nutte 42 Atardecer con música de Yann Tiersen Ulises Velázquez Gil 47 Metrobús Fabiola Morales Gasca 48 Bitácora de una navegación efímera Ulises Paniagua 50 Tres cárceles Ileana Garma 56 Agustín y una mujer a la que llamó Ana Juan Mireles 62 Más dragonerías Alejandra Craules Bretón 68 Casa vacía Violeta Orozco 76 Poemas Roberto López Moreno 79 Marzo Amoroso Roberto Bravo 85 Poemas Leticia Herrera 87 l l l l l l l l l l l Letras, libros y revistas La Biblioteca de David recomienda… Apantallados María Félix, un gran mito David Figueroa 90 l Martha Chapa 92 l Arca de Noé Fragmentos diarios 5 Hugo Enrique Sáez A 94 A propósito del 1º de mayo Gustavo Jiménez 97 El público y los medios informativos Cirilo Recio Dávila 99 Los trancos Carlos Bracho 104 La isla del toro José Juárez 107 La visita de García Márquez María Teresa Castrillón 113 Helena Paz, un signo del olvido Leonardo Compañ Jasso 115 l l l l l l l Para la memoria histórica (archivo coleccionable) Emmanuel Carballo: molesto, pero necesario de Héctor Anaya l Páginas centrales editorial ... Luto en las letras mexicanas L a revista El Búho se une a las muestras de dolor por las muertes de grandes escritores, en su momento lo ha hecho en forma individual. Resulta especialmente doloroso cuando hombres de letras de inmensa trayectoria fallecen uno tras otro, como si una orden lamentable hubiera sido dictada. José Emilio Pacheco, Helena Paz Garro, Federico Campbel, Gabriel García Márquez, Emmanuel Carballo… Son huecos difíciles de cubrir. Sin duda es la muerte de Gabriel García Márquez la que más sinceros lamentos produjo. Su enorme obra, el haber obtenido el Premio Nobel de Literatura, su activismo periodístico, su generosidad y buen trato y su apego a las causas progresistas le dieron un prestigio único. Para muchos de los millones de dolientes fue el mayor narrador del siglo XX, algunos lo calificaron como el Cervantes de nuestra época. Tuvo un funeral de Estado, como Octavio Paz y tanto literatos como políticos elogiaron su obra. Luis Garzón El Búho Este año también se cumplieron los cien años guardia y pendiente de las novedades ocurridas del nacimiento de tres grandes creadores. José en otros países. Las muertes ocurridas son lamen- Revueltas, Efraín Huerta y Octavio Paz. El país tables, pero naturales, se puede vivir cien años reconoció sus altos méritos. como Andrés Henestrosa, pero al final la parca Acaso el problema sea que los fallecidos eran muestra su invencibilidad. Lo significativo son las personas de talento excepcional. El desafío para obras que esos mexicanos ilustres han dejado para los que viven y son jóvenes es superar los retos goce y aprendizaje de las nuevas generaciones. del trabajo artístico y cubrir los vacíos dejados en Su ejemplo de talento e innovación. nuestras letras. México es un país que en materia de arte vive siempre momentos estelares. Dicho de otro modo, No es una nación tercermundista. Está a la van- Autores: Oswaldo Sagástegui y Ángel Mauro Los autores fallecidos, efectivamente descansan en paz, sabedores que nos legaron obras principales. El Búho Editorial de nuestra portada Benjamín Torres Uballe S ólo habían transcurrido unos cuantos minutos después de las 3 de la tarde, era Jueves Santo. Mi mujer y yo comíamos en un pequeño restaurante ubicado en la Plaza Washington de la colonia Juárez, en la inusualmente tranquila ciudad de México. De pronto timbró el iPhone y contestó. Después de algunos segundos en los que escuchó con atención, concluyó la llamada sin ninguna emoción especial en el rostro. “Muchas gracias”, dijo a su interlocutor. Mientras siguió comiendo, lo compartió conmigo: El Búho Oswaldo Sagástegui “Ha fallecido García Márquez”. del colombiano ganador del Premio Nobel Es la subdirectora de un periódico de en 1982. circulación nacional y quien llamó para Al buscar mayores detalles del deceso avisarle era el editor de la sección cultural. en los portales informativos y en las redes Recordé, como en carrusel, muchas no- sociales, observé manifestaciones de pésa- tas periodísticas de los últimos días con- me y vasta información al respecto. Los teniendo las más diversas especulacio- medios ya lo esperaban y se habían pre- nes sobre la salud del admirado escritor parado para la ocasión. Esto proporcionó sudamericano. abundantes datos biográficos. Previamente, desde que supimos de El pero ––lo detestable desde mi pun- su ingreso al hospital y al sigilo con que to de vista–– es el oportunismo mostrado proporcionaron la información, habíamos por diversos políticos para “lamentar pro- comentado en varias ocasiones las proba- fundamente” la muerte del destacadísimo bles causas de esa secrecía. Nuestras con- integrante del Boom latinoamericano, clusiones eran que Gabo seguramente se siendo que gran parte de ellos evidencia encontraba más delicado de lo que inten- su desconocimiento en la trayectoria y la- taban aparentar y eso nos entristeció, pues bor en las letras del nacido en Aracataca, ambos somos admiradores y seguidores Colombia. irredentos de su espléndida obra. Tanta es su miopía e insensibilidad, Mi hija ya mayor se llama Amaranta, particularmente en el tema de la cultura, en honor a uno de los protagonistas de su que apresuran textos y mensajes, meros novela Cien Años de Soledad; así lo ima- esperpentos, que sólo terminan por ex- giné cuando hace aproximadamente 27 hibir su enfermiza adicción demagógica años leí esa creación sublime. Me impactó y deseo patológico de restregarse vana- tanto la narrativa y el personaje que pen- mente ante la ciudadanía. sé malévolamente hacerme del nombre La cultura ––está demostrado históri- si alguna vez tenía una hija. Pocos años camente–– interesa poco a los gobiernos, después, tal deseo se me hizo realidad. Así pues no es algo ––según ellos–– que les de poderosa y convincente es la literatura reditué altos beneficios políticos en el de nuestra portada corto plazo. Prefieren patrocinar y apoyar laciones que exige el sistema permanecen los patéticos conciertos populacheros de en una especie de inmoral exilio, “castiga- Justin Bieber y demás fauna del ofensivo y dos” mediante la exclusión de las becas y frívolo circo del “espectáculo”. estímulos de los programas oficiales, en- Y van más allá, no sólo la mantienen tre otras calamidades. alejada, sino que obstaculizan a todo ar- Así es que ciertos señores de la clase tista que se convierte en crítico de la “no- política harían bien en no agraviar con sus menclatura” gobernante. En nuestro país disparates y desatinos en el Twitter o Face- existen cientos de talentosos creadores book el doloroso momento que atraviesa que por no plegarse a los intereses y adu- el mundo cultural, el de las humanidades, Carlos Bazán El Búho en el que los verdaderos afectados por la a la cultura en México, por el contrario, pérdida de García Márquez son millones agraviaron a los seguidores de nuestro de lectores. querido y entrañable Gabo. Si en verdad están interesados en la Hechos son amores, dice el adagio cultura deben mostrarlo en los hechos, en popular, y es tan fácil para quienes mane- destinar más recursos, y sobre todo privi- jan el erario y asignan las partidas presu- legiar el interés, disposición e inclusión puestales hacerlo en serio, con la impor- de ese rubro en los planes estructurales tancia que merece la cultura, al tiempo de de gobierno, pues ello irremediablemente extender el compromiso con quienes día a deviene en la grandeza de todo pueblo. día aportan su talento y creatividad para En el homenaje llevado a cabo en el enaltecerla no sólo con aquellos beneficia- Palacio de Bellas Artes, ahí estuvieron dos por las prebendas obtenidas median- los verdaderos críticos literarios que in- te el halago fácil e inmoral y sobre todo equívocamente encumbran a los virtuosos con el abyecto silencio que imponen a las y los hacen sus consentidos, y se dan a sí críticas que deberían manifestar. mismos el derecho inalienable de llamarle “Gabito”, como le decían sus más cer- “Gabo” en una relación espontanea, sin- canos, se ha adelantado y, sin embargo, cera y cariñosa. Sí, ellos, el ejército de lec- Macondo no está de luto, le preparan tores que labraron la gloria de este excep- una fiesta que va a durar cien años, no cional colombiano, quien a su vez eligió de soledad, más bien de amor, aunque no a nuestro México para radicar inmerso en sean tiempos de cólera y haya una abuela su calidez y nobleza. desalmada o una Cándida Eréndira que Ojalá que en un acto de sensatez y platiquen precisamente del amor y otros respeto se hubiesen abstenido de hacer demonios, en tanto consuelan al coronel, presencia todos los profesionales del pues a éste nadie le escribe, aunque siem- politiqueo que nada tenían que hacer en pre quiere hablar a todo mundo sobre las la ceremonia y para quienes lo importante memorias de sus putas tristes. era aparecer en la foto lo más cerca del Presidente, pero que no aportan un ápice [email protected] de nuestra portada Miguel Ángel Muñoz Para Marie-Jo Paz, por las complicidades compartidas La idea de la obra de arte es su composición. ANDRÉ GIDE El hombre es la palabra encarnada. Existe para ser consciente de ella y para expresarla. FIODOR DOSTOIEVSKI « Como tras de sí misma va esta línea/por los horizontales confines persiguiéndose/y en el poniente siempre fugitivo/ en que se busca se disipa»1 esta visión poética recorre no sólo la poesía completa de Octavio Paz sino también su obra ensayística sobre artes plásticas. Chopos y líneas mágicas que nos acercan en sus palabras a Claude Monet. Paz fue un autor que para desmenuzar y profundizar en su pasión por el arte necesitó la exaltación de la memoria, el deslumbramiento por las vanguardias y la pasión constante por la pintura. Dos caminos paralelos, el del poeta y el del crítico de arte, y una obra en prosa nacida a la luz del asombro. El poeta José Luis Cuevas 10 El Búho es un traductor que traduce sus palabras en colores, en líneas, en símbolos, en signos. Fue un arte. Desde muy joven sentí invencible atracción por poeta fuera de todo encasillamiento, un obsesiona- las artes plásticas y muy pronto empecé a escribir do por descubrir, por dialogar. Su apertura intelec- sobre ellas, nunca como un crítico profesional sino tual fue la de un medievalista imantado por el saber, como un simple aficionado»2. Quizá esta sensibili- fruto de su experiencia social, histórica, cultural y de dad poliédrica haya hecho de Paz un personaje de una tradición crítica no sólo europea, sino también definición complicada, huidiza, nada sencilla. Pero japonesa e hindú, que siempre habitó la poesía. me gusta pensarlo como lo definía el escritor cata- Escapar de la repetición es un gran privilegio del lán Josep María Castellet: «Todo él respira un equi- arte, mientras que la vida se define en un sentido librio adquirido probablemente a través de experien- menos complejo por la inexorabilidad de la misma. cias, lecturas, convicciones, de saberse él mismo y El artista es un traductor, y el arte es lenguaje, ges- otro»3. La grandeza de esta obra permite tantas in- to, poesía. Se puede aventurar que el placer estético terpretaciones, que es difícil de interpretaciones. No aspira a la liberación de los deseos inconfesados de es casual su obsesivo retorno a la traducción como la voluntad y que por ello está obligado a ejercer la tema cardinal de sus trabajos, paráfrasis de la obra intuición poco más que la premonición. La crítica entera, tan cercano en esto a la tarea titánica de ejercida por Octavio Paz (México, D.F., 1914-1998) y transversión lingüística de Vladimir Nabokov. Poco la reflexión estética que en ella subyace, forjada a lo dado a la especulación, sin embargo, y dispuesto largo de seis décadas, participó de esa firmeza intui- siempre a someter la erudición a su portentosa in- tiva, continuada con su poesía, ensayos literarios e tuición narrativa, fue, además, un polemista feroz, históricos, y desde luego, en su privilegio de ver los conversador ocurrente que vivió con pasión los cambios del mundo como sólo Paz lo pudo hacer: mundos del arte que tanta sutileza ha colaborado deslumbrado por descubrir. No fue un erudito asép- a fabular. Desde temprana edad comenzó a ver tico ni un beligerante intérprete de las modas en uso. pintura, a escribir poesía y ensayo literario. Nunca Entendió la historia del arte dentro de los límites dejó ninguna de estas disciplinas. Pero de pronto se de una traducción occidental de la que absorbe los ganaba la vida hablando sobre arte y poco tiempo argumentos y, en cierto momento, la metodología. después haciendo crítica de arte en Plural y Vuelta; Para Paz, el artista es un creador de imágenes que también, en múltiples catálogos y libros de artistas tienen una historia condensada a lo largo del tiem- que admiró siempre. Pronto se vuelve una referen- po. Su gran enseñanza se resuelve en el aprendizaje cia importante en el mundo del arte internacional de la mirada. «Ver es un privilegio —dice Paz— y el de la segunda mitad del siglo XX. El arte se convirtió privilegio mayor es ver cosas nunca vistas: obras de en uno de sus principales intereses. Entendió como de nuestra portada 11 pocos el oficio de escribir sobre arte no como crítico Cardoza y Aragón— el arte mexicano: Bustos, Posa- de oficio sino en el sentido de Charles Baudelaire: da, Velazco, Zárraga, Atl, Rivera, Orozco, Siqueiros, la pintura vista desde la poesía. Fue visitante oca- Montenegro, Charlot, Alva de la Canal, Castellanos, sional en Francia, Italia, Inglaterra o España, donde Ruelas, Lazo, Izquierdo, Tamayo. Pasado y presente admiró el renacimiento, la primera modernidad, los del arte de México y América Latina. Una pintura movimientos de vanguardia. Descubrió el cubismo, nacionalista que buscó cambios siempre convulsos el dadaísmo, el surrealismo, el expresionismo abs- y contradictorios, pero que encontró su mayor sig- tracto y el informalismo Europeo, sobre todo el nificado en el muralismo. El arte lo es todo: reverso español que tiene su cumbre en el grupo El Paso. e inverso: todo es. Comienza a descubrir su ansia Vuelve a visitar esos espacios y esos tiempos con de ver y el deseo por descubrir lo que ve. Le impre- la vieja, cada vez más matizada idea de una histo- siona la cultura prehispánica de tal forma que nos ria social y cultural. Estados Unidos, más los años descubre que toda cultura y todo arte deben contar- que vivió en India, se vuelven su escenario intelec- nos una historia. Para Paz, el artista ensaya solucio- tual anclado alternativamente en México, a la par nes desde y en una vieja tradición que es doble. Por que continúa siendo un crítico nunca indiferente una parte, la técnica, destreza, modos de represen- a cuanto destaca en el mundo de la imaginación tación. Por otro, imágenes consagradas, sabidas, contemporánea. Se forjó a través de un disciplina- que operan sobre el consciente del espectador. «Ante do y nada complaciente aprendizaje de la mirada. los cuadros de Picasso, Braque y Gris —sobre todo Sin ficciones eruditas ni prescindibles sobreposi- del último, que fue mi silencioso maestro— entendí ciones de saberes adjetivos, a partir simplemente al fin, lentamente, lo que había sido el cubismo. Fue de la perpleja alerta de la sensibilidad del arte, su una lección más ardua; después fue relativamente mundo de arte es más bien caleidoscópico y cabe fácil ver a Matisse y Klee, a Rousseau y a Chirico» en él tantas propuestas como opciones en juego. afirma Paz. La crítica de arte, el lenguaje y la pintura Picasso no adelanta a Rafael, ni Matisse a Cézanne. dieron sentido a su realidad. Un ejercicio en el que Simplemente es un aprendizaje permanente. Lo que nunca renunció a la reflexión sino que se convirtió importa es la capacidad de dramatización de esas en un alfabeto muy propio. Con Baudelaire: Salones experiencias particulares y su conversión en mode- y otros escritos sobre arte; Apollinaire: Les Peintres los universales de sensibilidad. Descubre primero cubistes; Breton: Le Surréalisme et la peinture, y con Alfonso Reyes, José Vasconcelos y después con Mallarmé aprende a someter la erudición a su in- los poetas de la generación de los Contemporáneos tuición narrativa. Doble lección constante: crítica —Villaurutia, Pellicer, Gorostiza, Cuesta, Tablada, y tradición. Un conversador excepcional que vivió 12 El Búho con pasión contagiosa los mundos del arte que con miento: el análisis, la descomposición y el revés de tanta sutileza colabora a fabular en sus ensayos. la velocidad»4. Duchamp será una obsesión de Paz Octavio Paz fue uno de los poetas más brillantes que y logrará arrancar al artista del Olimpo de las van- han escrito de arte en la segunda mitad del siglo guardias, donde mueren los grandes, para devol- XX. Su obra escrita, directa, poética tiene su cumbre verlo a la vida del gran Arte. He aquí una iluminación en su libro Apariencia desnuda. La obra de Marcel perfecta: Paz dio vida nueva a un artista genial. Duchamp, que junto con Picasso fueron los artis- Hay en su poesía y en su crítica de arte una ex- tas que ejercieron mayor influencia en el siglo XX. traordinaria consonancia entre el espacio interior y «Duchamp —dice Paz— no es menos sorprendente el espacio del mundo, entre la intimidad profunda (que Picasso) y, a su manera, no menos fecundo. Los y la extensión indefinida. Correlación entre micro- cuadros de Duchamp son la presentación del movi- cosmos y macrocosmos, una consonancia entre lo Aída Emart de nuestra portada 13 inmenso y lo íntimo. Desde un ángulo de luz, en la encendía pequeñas fogatas, se revolcaba en la ceniza, penumbra, ante un cuadro de Joan Miró, el poeta salía con la cara tiznada gritando por las esquinas, descubre universos, sueña su inmensidad; acuden el viento iba y venía abriendo y cerrando puertas y a él los sueños surrealistas, el silencio inmenso y ventanas, fabulador del pintor catalán. Así es el poema titu- iba y venía por los crepusculares corredores del lado «Fábula», dedicado a Joan Miró: cráneo, el viento con mala letra y las manos manchadas de tinta El azul estaba inmovilizado entre el rojo y el negro. escribía y borraba lo que había escrito sobre la pared El viento iba y venía por la página del llano, del día. En el espacio de la pintura de Miró resuenan las constelaciones lunares, los pájaros de mil colores, el universo surrealista, el jardín de piedras, el azul, el negro, los siglos de la tradición y cultura catalanas. Ahí es donde Paz descubre los azules, las barcas, la imaginación interminable del artista. Por momentos, la cualidad de la imagen nos permite no sólo escuchar, sino ver. Sigue Paz: Miró era una mirada de siete manos. Con la primera mano golpeaba el tambor de la luna, con la segunda sembraba pájaros en el jardín del viento, con la tercera agitaba el cubilete de las constelaciones, con la cuarta escribía la leyenda de los siglos de los caracoles… Nombres tan fronterizos como Velázquez, Zurbarán, Tintoretto, Rafael, Camile Pissarro, Picasso, Amadeo Modigliani, Man Ray, Fernand Léger, Carlos Pérez Bucio 14 El Búho Jacques Lipchitz, Paul Klee, El Greco, Solana, Henri arte sino entender la pintura y su historia a partir Michaux, Dubuffet, Eduardo Chillida, Chardin, de la poesía. Paz decía sobre las diversas genera- Valerio Adami, Edvard Munch, Joan Miró, Henry ciones que se cruzan en la historia que los artistas Matisse, Roberto Matta, Hans Hartung, Marino deben redescubrir el punto de convergencia entre Marini, María Helena Vira da Silva, Antoni Tâpies, tradición e invención: «Ese punto es distinto para George Segal, Balthus, Max Ernst, Giorgio Morandi, cada generación y es el mismo para todas. Conver- Maurice Denis, Pierre Alechinsky, Víctor Brauner, gencia no quiere decir compromiso ecléctico sino John Chamberlain, Juan Gris, Braque, José Luis conjunción de los contrarios. El arte de nuestros Cuevas, Giacometti, días está desgarrado por dos extremos: un concep- Rauschenberg, Julio Le Parc, Joseph Cornell, René tualismo radical y un formalismo no menos estric- Magritte, Duchamp, Rufino Tamayo, Afro Basaldella, to»5. Vanguardias que se pierden y se transforman Rafael Canogar, Alberto Gironella, Fernando de constantemente en el imaginario del poeta. Francis Bacon, Alberto Szyszlo, Juan Soriano, Vicente Rojo, Frida Kahlo, Es conocimiento y, al mismo tiempo, recreación María Izquierdo, Gerzso, Antonio Saura, Richard del concepto artístico. Es cierto, muchos de estos Serra, Josep Guinovart constituyen una primera y artistas con algunas sensibilidades próximas a Paz final apuesta de su visión estética. Es el arte de su son los que sigue en su evolución constante. Sobre tiempo, de su memoria, pero sobre todo de sus in- todo Miguel Ángel: La Capilla Sixtina; Picasso: com- clinaciones pictóricas. Geometría, abstracción, figu- pleto; Gris y Braque: el cubismo; Degas: El baño, ración, ilusionismo, realismo o simplemente: trans- mujer enguagándose, Bailarinas en escena; Matisse: figuración del arte. W.H. Auden decía que hay que Las naturalezas; Cezánne: Vista del Estanque, Frute- buscar y encontrar en la labor poética «diamantes ro, plato y manzana, Taza, vaso y frutas, Tres bañistas; en el barro»; Paz en cada línea, en cada reflexión Miró: Las constelaciones; Marcel Duchamp: Desnu- sobre arte no sólo encontró diamantes sino respu- do bajando la escalera, Rueda de bicicleta, Fuente, estas. En breves poemas o ensayos, el poeta explora Con mi lengua en mi mejilla; Paul Gauguin: Los ár- la revelación estética de diversos artistas. Experien- boles azules, Perros corriendo en el prado, Visión cia única e inédita; cómplice, reflexiva, cazadora, del sermón, Pastor y pastora en el prado, La ronda incandescente. Sus firmes convicciones surrealistas de las niñas bretonas, La vida y la muerte; Chillida: —André Breton sobre todo— lo llevan a detectar el El peine de los vientos, Elogio de la luz, Yunque de fuerte discurso estético y narrativo del informalismo sueños; Tâpies: Los muros; Rauschenberg: Los ob- europeo y la abstracción estadunidense. No le preo- jetos; Matta: sus universos poéticos, su mundo sur- cupa indagar en las retóricas de la historiografía del realista; Motherwell: su poesía lineal y abstracta. de nuestra portada 15 Éstos eran algunos de sus artistas preferidos del nosotros, proyectando en el mundo algo de nues- siglo XX. Ni abstracto ni figurativo, lo que gustaba tra propia paranoia cultural, llamamos su trama. El a Octavio Paz era un arte que nos enseñara a ver. relato no depende de ningún repertorio de estable- Cuando se situaba frente a una obra se dejaba po- cido de ideas y costumbres: depende de su avance seer y dominar por ella. «¿Qué podemos compren- sobre los espacios»8. Ver, sentir, escribir se traducen der de un retrato de Rembrandt? —decía Francis en descifrar signos. A veces la cualidad de la imagen Bacon— Nada»6. Octavio Paz agregaría: Miramos y nos permite no sólo oír, sino ver la pintura, el eco sentimos una sensación irrepetible. Más tarde sus que el silencio traza en el cuadro, en el dibujo, en intereses artísticos crecieron: Léger, Moore, Mas- la escultura. Ver un cuadro es escucharlo, repetía son, Klein, Esteban Vicente, De Kooning, Rothko, Baudelaire. A Juan Gris: lo vemos y lo oímos. El es- Morandi, Tinguely, Râfols-Casamada, Torres García pacio de creación, el espacio de la página fue con y siempre Rufino Tamayo. De él aprendió a compren- frecuencia el tema de sus ensayos y de su poesía. El der el puente que se abrió entre el arte prehispánico poeta fue consciente del poder transformador de la y la modernidad del arte en México: «Mi aprendizaje imagen poética y de la poética de la imagen. Juego fue también un desaprendizaje. Nunca me gustó inverso. Convergencia lingüística. El poeta espera Mondrian, pero en él aprendí el arte del despoja- en un páramo desierto, en una superficie incierta, miento. Poco a poco tiré por la ventana la mayoría en un muro en llamas, como dice en el poema que de mis creencias y dogmas artísticos. Me di cuenta le dedica a Antoni Tâpies: de que la modernidad no es la novedad y que para ser Sobre las superficies ciudadanas, realmente moderno tenía que regresar al comienzo las deshojadas hojas de los días, del comienzo. Un encuentro afortunado confirmó sobre los muros desollados trazas mis ideas: en esos días conocí a Rufino Tamayo y a signos carbones, números en llamas. Olga, su mujer. Ante su pintura percibí, clara e in- Escritura indeleble del incendio, mediatamente, que Tamayo había abierto una bre- sus testamentos y sus profecías cha. Se había hecho la misma pregunta que yo me vueltos ya taciturnos resplandores. hacía y la había contestado con aquellos cuadros Encarnaciones, desencarnaciones: a un tiempo refinados y salvajes. ¿Qué decir?»7. La tu pintura es el lienzo de Verónica exploración de las convergencias, la búsqueda del de ese cristo sin rostro que es el tiempo. comienzo y la excavación de los límites de la imaginación. «El relato —dice John Berger— no depende Hace años nos vimos, —casi siempre nos en- en última instancia de lo que se dice, de lo que contrábamos en París, Barcelona, Madrid y algu- 16 El Búho nas veces en México—, y lo escuché en Barcelona sía de la segunda mitad del siglo XX. A lo largo de en casa de Antoni Tâpies. Paz: era vehemente, bri- setenta años el arte fue uno de los temas inacaba- llante, devastador con el adversario. Un surrealista, bles de una de las sensibilidades más brillantes y un poeta, en suma. «No se trata —repetía Paz— de excepcionales del siglo XX. cambiar a los hombres como de acompañarlos, ser uno de ellos» . Y ese fervor lo encontró en compañía 9 de muchos artistas. A su entender, toda obra de arte es una traducción que desvirtúa una presencia real originaria. La negación y la crítica, fueron para él, la edad moderna. Y bien decía T.S. Eliot en su poema Coros de la piedra: Pues las acciones buenas o malas pertenecen a un hombre sólo, Notas 1 Octavio Paz, Cuatro chopos, en Los privilegios de la vista.Arte moderno universal 1, t. 6, Fondo de Cultura Económica, México, 1994 2 Octavio Paz, op. cit. 3 Josep María Castellet, Los escenarios de la memoria, Editorial Anagrama, Barcelona, 1988 4 Octavio Paz, Apariencia desnuda. La obra de Marcel Duchamp, Editorial Era, México, 1973 5 Octavio Paz, prólogo al catálogo de la exposición de grabados Cartón y Papel de México, Museo de Arte Moderno de México, 1980 6 David Sylvester, Entrevista con Francis Bacon, Debolsillo, España, 2013 7 Octavio Paz, prólogo a Privilegios de la vista 1. Arte moderno universal. Círculo de Lectores, España, 1991 8 John Berger, El sentido de la vista, Alianza Editorial, Madrid, 1985 9 Jean Daniel, Los míos, Galaxia Gutenberg, España, 2012 10 T.S. Eliot. Poesías reunidas 1909-1962. Coros de la piedra. Versión española de José María Valverde. Alianza Editorial, 1999, Madrid, España Cuando se yergue solo en el otro lado de la muerte, Pero aquí en la tierra tenéis la recompensa del bien…10 Y, Octavio Paz fue un hombre solo, un seductor intelectual único en su tiempo, que siempre intentó dialogar con el otro, para hacerse entender, para dejar un registro luminoso de su paso por la vida. Fue un excelente observador de las convulsiones de las vanguardias artísticas de su tiempo. Imaginación pura. Un ejercicio de demolición crítica. Un poeta que al igual que Joseph Brodsky, Derek Walcott, Czestaw Milosz, Seamus Heaney, Adonis, Yves Bonneffoy, John Ashbery, José Hierro, José Ángel Valente, Wislawa Szymborska y John Bergen crearon un grupo de influencia fuerte en la poe- Mauricio Vega de nuestra portada 17 Roberto Bañuelas G abriel Fauré (1845-1924), eminente organista y gran pedagogo (maestro de M. Ravel), autor de La bonne chanson y de numerosos gru- pos de mélodies (canciones de arte comparables a los Lieder alemanes), música de cámara y sinfónica, escribe la ópera Penélope (1907) en un estilo entre wagneriano y straussiano, logrando más emotividad que expresión. La orquesta, que va de pasajes densos a una tímbrica variable, alterna colores de empastes sombríos hasta llegar a sutiles tintes de veladura que sirven a la declamación casi debussyana en un lirismo Belle Epoque. Caso insólito para la música de occidente y para la cultura de Francia es la presencia de Igor Stravinsky (1882-1971). Compositor ya famoso y celebrado por sus ballets El pájaro de fuego, Roberto Bañuelas 18 El Búho Petruschka y La consagración de la primavera (que un gración…, revelan una magia armónica y orquestal crítico calificó como “La massacre du printemps”). en un juego de la gama pentatónica para una músi- Esta obra, novedosa y revolucionaria, lo revela como ca plena de colorido que se abstiene de llegar a lo un genio logrado de la experimentación. Paralelo a pintoresco para lograr el encantamiento. Picasso, todo material -pictórico o musical- está Concebida por el autor como una “Burlesca transformado por ellos en un lenguaje personal tan para canto y danza”, Renard (La zorra, 1922), con vigoroso que linda con una invención de lo primi- más elementos de circo que de ópera, da lugar a tivo unido a la más vibrante modernidad. Sus imi- una especie de madrigal con mímica de bailarines tadores y epígonos no podrán alcanzarles nunca en acrobáticos, sonorizados en la expresión vocal por sus diversas renovaciones. La consagración… debe cantantes situados en el foso de la orquesta. entenderse como una monumental síntesis dia- Con L’histoire du soldat (La historia del soldado, léctica de composición: la violencia de ritmos, el 1918), Stravinsky aporta uno de los más concentra- tejido de síncopas bárbaras y el impacto de timbres dos ejemplos de teatro musical como síntesis de es- diferentes en instrumentos conocidos, hacían sur- pectáculo en que con una orquesta reducida -entre gir esta música entre un pasado remotísimo y un conjunto de cámara y de Jass- se logra una com- alba deslumbrante. La paleta orquestal de su maes- binación prodigiosa de danzas, máscaras, actores tro Rimsky-Korsakov, en el discípulo Stravinsky se y músicos. Teatro experimental y música moderna torna violenta, dura, fogosa y precisa. Contraste y se fusionan en un nivel cualitativo de otro nuevo paradoja de una música como de otro tiempo y otro Stravinsky. El paralelo de politonalismo armónico espacio, impregnada de exuberancia selvática, viene y pintura cubista coincide en el nervio de audacia a ser representación del mundo contemporáneo. y creación. Si original en la música instrumental, Stravinsky Con Mavra (1922), con el tema y contenido de no lo es menos en sus experimentos teatrales de rela- una novela cómica de Pushkin, Stravinsky realiza ción con la ópera, aunque para ello haga mixtura y una divertida ópera en un acto. A la vez que cons- combinación de formas tradicionales: cantata escé- tituye un homenaje al ochocientos ruso, es tam- nica, ópera-oratorio, ópera-ballet, ballet cantado y bién una sátira contra el melodrama del XIX y la melodrama. Le Rossignol (El ruiseñor), iniciado en tragedia wagneriana. El autor de Mavra, en su 1908 y estrenada en 1914, en el primer acto muestra oportunidad de nuevo mito, declaró que había la influencia orientalista de su maestro Rimsky-Kor- más invención melódica en “La donna è mobile” sakov: en contraste de lenguaje y estilo, los actos del Rigoletto que en toda la vociferación de la segundo y tercero, realizados después de la Consa- Tetralogia de Wagner. de nuestra portada 19 En 1927, Stravinsky asombra y conmueve con el Eminente pianista de su tiempo, Ferruccio Buzo- tema de OEdipus Rex. Basada en la tragedia de Sófo- ni (1866-1924) se desarrolló también como un com- cles, reducida y arreglada como un libreto de inten- positor casi revolucionario, teórico y estético, tanto sidad emotiva por Jean Cocteau y traducida al latín que Stravinsky lo consideraba como un precursor por Jean Danielou, Stravinsky realiza la gran Ópera- de la ideología musical contemporánea. Profunda- oratorio. El carácter trágico del hombre sometido mente inclinado a la cultura y disciplina germanas, a un destino fatal, prisionero entre el terror de un se manifestó en el teatro como un neoclásico, anti- tiempo que girará en torno a su tortura, la acción wagneriano y pre-expresionista. Autor de sus pro- se narra con un recitante -en el idioma de cada país pios libretos, en lengua alemana, en 1917 presentó donde se presente- y se representa por “cantantes- dos óperas de asunto cómico: Arlechino y Turandot. estatuas” que se expresan en una gran declamación La primera, inspirada en los personajes de la “com- que el coro comenta con gran solemnidad. media dell’arte”, es realizada por Buzoni como una Con el estreno en Venecia de The Rake’s pro- obra para marionetas con la respectiva moraleja gress (La carrera del libertino, 1951), Stravinsky co- en que la trama se forma como un tejido de episo- rona su producción operística y dice adiós al teatro dios burlescos. Turandot, antecesora de la de Pu- con una ópera que pretende restituir el espíritu de ccini en argumento y autor teatral (C. Gozzi), tiene comedia y de estructura musical de Così fan tutte de su realización en dos actos de suprema economía Mozart. Sin llegar a pastiches de factura, sí se siente de medios, con un logro sorprendente de refinado el aleteo de los espíritus de Rossini, Bellini y Doni- orientalismo, lirismo dramático y singulares efectos zetti en el desarrollo de una obra que constituye un instrumentales que subrayan oportunamente los homenaje, con emoción e ironía, al teatro en que la momentos significantes de la acción. voz tiene su evidente protagonismo. Completada por su discípulo, Philipp Jarnach, en En 1923, con una refinada escritura orquestal y 1925 se estrena su ópera magna Doctor Faust, que elementos extraídos de un metodismo indú, Albert se la puede considerar como la culminación de sus Roussel (1869-1937) presenta la ópera Padmávati, ideales músico-teatrales en una creación antiverista resultado de sus viajes a Oriente (oficial de ma- y simbolista. Trasunto de su propia vida fáustica, rina como Rimsky-Korsakov). La obra, con ritmos la ópera condensa la elevación interior y un fluir po- de invocación ritual, escalas que sugieren tonos más lifónico que va de Bach a Mozart. Síntesis de una fraccionados y audaces armonías, se inscribe en la concepción germana y latina de la música, Buzoni serie de trabajos pertenecientes a la renovación llega a una renovación estilística que, aunado a un de la ópera francesa. libreto admirable, alcanza la expresión lírico-vocal, 20 El Búho armónica y orquestal, a la vez que muestra un mun- (El castillo del duque Barbazul, 1918). Obra para do impregnado de emotividad, inteligencia y fuerte dos personajes en las voces de barítono y soprano, penetración psicológica. la acción está concentrada en la soledad del hom- De Hungría, utilizando recursos de grandi- bre y la incapacidad de la mujer para redimirlo. La locuencia orquestal Wagner-Strauss y la ductilidad música, como corresponde a este gran exponente conversacional de Pelléas, Béla Bartók (1881-1945) del arte musical del siglo XX, transcurre luminosa filtra y resume en un lenguaje personalísimo la ex- y plena de emoción dentro de un espacio de rituali- presión de su única ópera A kérszakállú Herceg Vava dad y de singular ambiente sonoro. La escena es un juego continuo y simbólico de sombrasluz-color-expresión hacia un perfecto resultado de teatro moderno. Compañero de Béla Bártok en el estudio del folklor patrio, Zoltán Kodály (1882-1967) concibe un estilo personal derivado del espíritu musical húngaro. Si dio lo mejor de sí en la producción vocal, es en Háry János donde logra una obra suprema. Fuera de la estructura convencional, esta ópera es una especie de comedia con partes cantadas, habladas, danzadas e intermedios orquestales de fuerte colorido popular. Queda como ejemplo de actualización y afirmación nacional frente a un romanticismo germanizante que todo lo invadía. Una de las características esenciales de los operistas de este siglo es la de su vasta preparación técnica y estética en un panorama estilístico que los hace cautos en su aportación líricoteatral. Al contrario de los compositores Leticia Ocharán de nuestra portada 21 de la centuria pasada, que eran en su mayoría pro- En 1902, el llamado “padre de la música moder- veedores cautivos de un consumismo para un gusto na española”, Felipe Pedrell (1841-1922) estrena en establecido, los contemporáneos se han preocu- Barcelona la trilogía Els Pirineus (Los Pirineos, com- pado de lograr una obra de trascendencia artística, puesta de El Conde de Foix, Rayo de Luna y La jor- más allá de la confesión melódica y sentimental, a nada de Panissards). Escrita en catalán pero repre- veces renovadora y, en algún caso, revolucionaria sentada en italiano, hace confluir en esta ambiciosa y aislada. obra, con refinado gusto en la armonización y en la Aunque el gusto del gran público sigue siendo orquestación, recursos de procedencia wagneriana fiel al espejo del melodrama y a sus islas canoras, con la vena y el espíritu de la música española. Au- que antes flotaban y ahora vuelan de un conti- tor también de las óperas Cuasimodo, Cleopatra y nente a otro en persona, en disco fonográfico, C.D. La Celestina, se le considera como el fundador del y DVD, las creaciones y los estrenos no han deja- moderno drama musical español y de la moderna do de producirse, predominantemente en Europa musicología de su país, dividido lingüísticamente en que, vieja como es, se adapta y se compromete con cuatro idiomas y treinta y nueve dialectos. Su ejem- el presente plo, ahogado por la zarzuela y la incomprensión, fue determinante en músicos como Isaac Albéniz, Enrique Granados y Manuel de Falla. Anterior al inicio del siglo, Isaac Albéniz (1860-1909) escribe, además de una importante y variada obra pianística, surgida de la inspiración folclórica que combina con un ideal constructivo y un preciosismo armónico derivado del impresionismo, la ópera Pepita Jiménez que, más que guiada por la luz, sufre el lastre de la pesada sombra de Wagner. María Emilia Benavides 22 El Búho Ligado a la tradición romántica (Schumann, una tragedia grotesca, el drama de un pobre solda- Liszt, Chopin), Enrique Granados (1867-1916) logra do, víctima de un militarismo arrogante y de una so- fusionar con moderna sensibilidad el material pro- ciedad estúpida e incomprensiva, son los elementos veniente del espíritu popular de la música española. teatrales, psicológicos y de triste humanidad, expu- Autor de siete obras cantadas, destaca por su maes- estos por Georg Büchner y utilizado por Alban Berg tría y refinamiento la ópera Goyescas, música pia- (1885-1935). Wozzeck (1925), considerado como nística a la que agregó texto y argumento con la co- el supremo ejemplo de ópera expresionista, com- laboración de F. Periquet. La obra se estrenó en el parte y enfrenta los sentimientos de los persona- Metropolitan de Nueva York en enero de 1916. jes con los del público, asombrado éste, en toda En 1905 compone Manuel de Falla (1876-1946) representación y en todo lugar, del lenguaje musi- La vida breve; ligada argumentalmente a la tenden- cal que describe los sufrimientos de un proletariado cia verista, musicalmente alcanza el nivel de una atormentado. zarzuela ilustrada. Después de componer El amor Haciendo uso de todos los recursos del canto brujo y El sombrero de tres picos, el compositor al- teatral, Berg propone a los intérpretes -en forma canza y madura un estilo de esencia española y de anticonvencional- el uso de la voz cantada, la voz referencias modernas incorporadas a un lenguaje hablada (Sprechgesang), declamación con todas individual y trascendente. las sutilezas de intención y humor, en una estruc- Compuesta para tres voces y una orquesta re- tura que abandona toda tradición (arias, recitativos, ducida, usando el mundo de la titeresca, aparece la concertantes, etc.), y cada escena, de las quince que magistral ópera El retablo de Maese Pedro. Con un integran el total de la ópera, corresponde a un ar- canto de línea castellana, continuidad estructural quetipo o esquema formal de la música instrumen- y acertada ambientación tímbrica, surge esta obra tal. La estructura de esta ópera corresponde a una como uno de los más brillantes ejemplos de concre- disciplina creativa sin paralelo; frente a la comple- ción y belleza expresiva a favor de un episodio del jidad psicológica de los personajes, Berg, como Quijote. Lo español y lo moderno se integran en un quedó arriba señalado, organiza la ópera en for- documento de vibrante belleza y originalidad. mas y géneros instrumentales: el primer acto es una En relación a las óperas de Arnold Schoenberg, suite; el segundo, una sinfonía de cinco movimien- Alban Berg escribió: “Ya no se fingen más las pasio- tos, y el tercero, un grupo de variaciones. El empleo nes, sino que se expresan los sentimientos del in- del Leitmotiv va más allá de lo anecdótico y tiene consciente, shock, trauma, registrándolos sin disi- una función melódica, armónica y de timbre instru- mulo a través de la música”. La narración del caos en mental. La orquesta está reducida a lo esencial en de nuestra portada 23 dimensiones de música de cámara, con excepción sarrollo sexual del hombre desde la infancia hasta de los interludios, entre una y otra escena, tensos y el matrimonio, en nombre de la moral y de la re- dramáticos a plena orquesta. ligión, había terminado con hacer entrar en acción El lenguaje musical es atonal con algunos con- el más horrible mecanismo de dominio del mundo: trastes que reclaman la tonalidad en cantos de in- la ciega y obsesiva potencia del sexo combatida for- tención y entonación popular, salvo la escena cuarta malmente por las instituciones civiles, pero activada del acto primero, realizada sobre una serie de doce por los mismos compromisos de la moral burguesa sonidos que constituyen el tema de la passacaglia. y regulada por el dinero que mercantiliza el eros”. Wozzeck, con su realismo y violencia en el mun- Como en Wozzeck, la estructura de Lulú se basa do interior de los personajes y su entorno de opre- sobre formas instrumentales. En una etapa de madu- sión social, expresados en una música elaborada rez técnica, Berg utiliza el dodecafonismo y elabo- que refleja la complejidad de nuestro siglo (XX), ra, en base a la serie, los temas que configuran a marca un experimento histórico, intenso y amargo, los distintos personajes. Abiertamente melódica, en un retorno al drama in musica donde el canto y acepta relaciones armónicas que consienten la to- el teatro incorporan al espectador, emocional e in- nalidad sin definirla. La disonancia, sin constituir telectualmente, a un acontecer que alcanza la sínte- un principio de rigor, es mitigada dentro de una sis y dimensión de obra maestra. variante de entonaciones que van del canto lírico Los personajes de las óperas de Berg pertenecen al parlato libre, rítmico y tímbrico. El canto, inten- al mundo del dolor y de la información. Sonámbu- so y convulso, da sustancia y forma a la parte de los de la angustia, no pueden eludir el sufrimiento, la protagonista. Esta ópera constituye otra de las como sucede también con la sociedad que inventa más altas y originales expresiones del teatro lírico evasiones para desentenderse del retorno de la bar- de nuestro tiempo. barie en formas de sistemas que la domestican o la someten. De seis obras teatrales que Julius Weismann compuso, destaca Leonce und Lena (1925), ópera Inconclusa en el tercer acto, sobre todo en la ins- basada en un texto de Büchner y realizada en forma trumentación, Lulú es la otra ópera de Alban Berg. tradicional con partes cantadas y bailadas. Obra Fusionando el teatro de dos dramas de F. Wedekind, más ligada a un romanticismo tardío que a las nue- el compositor elabora de nuevo un extraordinario vas expresiones, figuró durante dos decenios en el libreto. “Esta temática -afirma Rognoni- venía aún repertorio lírico alemán. más acentuada en relación al espíritu burgués, el Paul Hindemith (1895-1963) es el compositor cual, reprimiendo los impulsos naturales en el de- contemporáneo que se convierte, por erudición y 24 El Búho legítima identidad, en el restaurador de la tradición En 1929, Hindemith crea la ópera bufa Neues germana de la música instrumental. El amplio ca- vom Tage (Últimas Noticias), obra importante y repre- tálogo de su música de cámara, sinfónica y operísti- sentativa del movimiento musical conocido como ca lo sitúan entre el solemne artesano barroco y el “Nueva objetividad”, que reacciona contra el expre- arquitecto innovador en oposición al dodecafonis- sionismo con un áspero lenguaje politonal y contra- mo. Su teoría del Grundtone (sonido fundamental) puntístico. Las voces se destacan con gracia y liris- constituye el núcleo de la construcción melódica, mo a pesar de la distancia que el compositor sitúa armónica y contrapuntística. Para Hindemith, todo entre la música y los personajes. sigue un orden cósmico que hace posible la fusión Después de muchos años de meditado y vibran- del contrapunto y la armonía, llegando a un croma- te trabajo, en 1938 Hindemith estrena la magistral tismo derivado de las relaciones acústicas de los ópera Mathis der Maler (Matías el pintor). Del len- sonidos armónicos. guaje politonal de su etapa anterior, pasa a un de- En 1926, un año después del estreno de Wozzeck, Hindemith da a conocer su ópera Cardillac, con la cual afirma su expresión objetiva de rechazo al romanticismo y al expresionismo, estableciendo un llamado más a la inteligencia que al sentimentalismo. La orquesta comenta el terror del drama dentro de un rigor de deslumbrante contrapunto. De 1927 es el Sketch con música Hin und zurück (Ida y vuelta), comedia satírica sobre la vida matrimonial, que termina en el punto donde comienza con un retroceso compositivo de la mitad hacia atrás. Jaime Goded de nuestra portada 25 cidido estilo contrapuntístico y a una ambientación cro y profano, con esplendentes partes solistas, así de resonancia arcaica. Con esta ópera, Hindemith como la polifonía coral y orquestal en un equilibrio reafirma su teoría compositiva basada en una serie de colorido y expresión que integran una obra maes- infinita de sonidos a partir del sonido fundamental. tra de la ópera contemporánea. Hindemith, para Hindemith elige, como modelo ético y estético, la hacer partícipes a todos los públicos donde no se figura de Mathis Grünewald, exaltado en su mundo representa su ópera, elaboró la maravillosa versión de misterio y misticismo. Con esta grandiosa con- sinfónica de su ópera Matías el pintor. cepción, el compositor produce un maravilloso fres- Para celebrar el orden entre la música y el cos- co musical que recrea formas de canto antiguo, sa- mos, Hindemith compone la ópera Die Harmonie der Welt (La armonía del mundo, 1957). Consagrada en homenaje al astrónomo Kepler, la obra transcurre en una dimensión sinfónica que sobrepasa toda intención dramático-teatral. Gracias a una gran capacidad para crear melodías que reflejan una personalidad incomparable, Giacomo Puccini pudo transitar por todas las influencias y técnicas compositivas sin caer en un estéril eclecticismo. Conocedor de la estética impresionista, asimila y filtra sus elementos armónicos y orquestales. Operista de éxito inmediato, no vacila en realizar viajes especiales para asistir a los estrenos de Salomé, de R. Strauss, La consagración de la primavera, de I. Stravinsky, y Pierrot Lunaire, de A. Schönberg. Famoso y celebrado, después de haberse impuesto mundialmente con La Bohème, Tosca y Madama Butter- Jesús Anaya 26 El Búho fly, Puccini avanza estilística y técnicamente con La Con esta obra, terminada por Franco Alfano en fanciulla del West. La armonía es más elaborada y la el dúo y escenas finales, Puccini logra la más mo- orquesta se muestra como un ejemplo de habilidad derna y audaz de sus óperas. Sobre la misma obra y ascenso expresivo. La temática y el colorido musi- de Carlo Gozzi que había utilizado F. Buzoni, Puccini cal de esta ópera han sido fuente de innumerables crea con originalidad y sabiduría la música para el pastiches destinados a música de fondo de los mil libreto que, dramática y poéticamente le confeccio- y un western. naron Adami y Simoni. En Turandot se hace paten- Con el realismo amargo de la ópera Il tabarro te otra vez el elemento exótico -chinesco en esta (El capote, 1918), Puccini se anticipa, teatral y esté- ocasión-, expresado en un lenguaje musical que ticamente, a la tendencia y moda del neorrealismo incorpora y filtra los elementos que constituían la cinematográfico. En este drama los personajes son vanguardia. Aunque esta obra no ha tenido la acep- portadores del dolor, la desesperanza y la destruc- tación internacional de la crítica, los públicos se en- ción. La gama orquestal va de un impresionismo ar- tusiasman hasta el delirio con esta obra que trans- mónico a un expresionismo tenso y cortante. curre entre la leyenda, la farsa y la historia tocada Correspondiente al Trittico, Gianni Schicchi al- por la magia de un amor que sí pudo ser. canza la categoría indiscutible de obra maestra. Puccini, en las obras citadas que componen una Il barbiere di Siviglia de Rossini y Falstaff de Ver- galería de personajes diferenciados y vitales, supo di, son las otras obras geniales dentro del teatro encontrar el equilibrio perfecto de una escritura vo- lírico-cómico italiano. Gianni Schicchi se muestra cal -nuevo belcanto- a través de un lirismo original digno heredero del Falstaff, aventajándolo en ironía, siempre expresivo, así como un lenguaje armónico, agudeza y configuración caricaturesca. Lo cómico, tímbrico y orquestal de sugerencia, colorido y vitali- apuntado en Bohème y Tosca, en Gianni Schicchi se dad. Su sentido y gusto de la concisión, sólo tiene hace patente con una fluidez verbal y una diversidad antecedente en Mozart. rítmica que lo sitúa en la nueva música del comienzo de siglo. Ernest Krenek (1900-1991), inquieto e inestable en su estética, lucha entre la audacia y la erudición. Creador de arquetipos cuyo destino es el sacrifi- En 1927 presenta Jonny spielt auf (Jonny dirige el cio, Puccini impregna de sensuales y conmovedoras baile), su más exitosa ópera, combinación de Jazz, melodías a todas estas mujeres que aman demasia- metodismo pucciniano y de un lenguaje contem- do. En Turandot (estrenada en 1926) confronta el poráneo en estructura tradicional. Al siguiente año, amor de la esclava Liù al poder y gélido egoísmo de con ambiciones artísticas de mayor profundidad y la wagneriana protagonista. alcance, presenta el tríptico para una sola velada: de nuestra portada 27 Der Diktator (El dictador), Das geheime Königreich a la que sigue Na und? (Ahora, ¿qué?), obras que (El reino secreto), y la opereta burlesca Schwerge- caminan y gravitan entre un postimpresionismo y la wicht (Peso completo). En 1930, continuando su Nueva objetividad, que sitúan al autor como figura delirante creatividad, estrena Leben des Orest (Vida de la Zeitoper (Ópera de actualidad), la cual pro- de Orestes), y, cuatro años más tarde, presenta el pone, dentro del teatro musical, temas de contenido drama musical Karl V, obra totalizante en la que in- político y social. La producción de Weill crece como corpora la técnica serial en la composición, mien- una familia sana: con libreto de Kaiser, acompañado tras que en la escena, como espectáculo integral, de humor desde el título, compone Der Zar läst sich combina el canto, la pantomima, el teatro hablado y photographieren (El Zar se deja fotografiar). una película proyectada, la cual funciona como personaje o situación. El encuentro de Weill con Bertolt Brecht es determinante para una colaboración de original y Músico especialmente dotado y erudito, ha in- complementaria creatividad. Ambos están de acuer- tentado plasmar lo contemporáneo en una mezcla do en que es más importante el mensaje a través de de feliz comunicación y de logro artístico. la música que la música misma. Brecht aporta un En 1930, después de ser tan admirado y com- teatro bullente de significación política y social que batido, Arnold Schönberg reaparece con una peque- perturba al espectador, lo irrita o lo hace meditar. ña y divertida ópera: Von heute auf Morgen (De hoy Libretista y compositor consideran que las personas a mañana), para demostrar que también la dode- del público no son mejores que los marginados y cafonía puede ser divertida hasta el punto de una perseguidos, poderosos y corruptos que se agitan espontánea comicidad. Con un contrapunto do- como ejemplos en el escenario. La objetividad críti- decafónico que casi anula la individualidad de los ca y satírica suple y desplaza al patetismo idealiza- personajes, lleva la temática a una animación de do de una problemática lejana. Brecht y Weill per- fantoches como figuras características del expre- feccionan con fuerza la comunicación del “Song”, sionismo que, en este caso, incorpora ritmos y ele- expresión neo-romántica y populista, acompañada mentos de la música de consumo. de ásperas armonías y sarcástica instrumentación. Kart Weill (1900-1950), después de haber estu- A Mahagonny, rara especie de cantata o de ópera diado con Buzoni, presenta en 1925 su Concierto formada de canciones, sigue la que es considerada para violín y alientos. Frente a una competencia de su obra maestra: Die Dreigroschenoper (La ópera músicos solemnes, autores visionarios de música de tres centavos), la cual es una versión actualizada instrumental, Weill opta por el teatro e inicia su pro- de La ópera del mendigo, de Gay y Pepusch (1728). ducción con Der Protagonist (El protagonista, 1926), Para esta ópera, Weill no titubea en extraer frescura 28 El Búho y vigor del estilo de la opereta y del estilo de cancio- una vaca). Otras obras, escritas en Estados Unidos, nes de cabaret, de la música de Jazz y de Café con- forman el catálogo de comedias musicales, música cierto, que se agregan a textos de franca crítica ha- para películas y canciones. cia una sociedad que goza su molicie y decadencia, Con una crítica que intenta poner de rodillas a sin darse cuenta del derrumbamiento de los valores la sociedad, Brecht y Weill organizan una sátira en morales que engendraron, al mismo tiempo que la que la provocación y la anarquía intentan un sueño evasión y el advenimiento del nazismo. a favor de la clase indefensa. Happy End, presentada como ópera aunque no lo sea, está formada de un conjunto de estimulantes canciones interpretadas por pandilleros y uniformados miembros del Ejército de Salvación. En 1930, ampliando a tres actos la historia de Mahagonny, presenta Aufstieg und Fall der Stadt Mahagonny (Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny). A partir de esta ópera, Weill estructura y hace funcional la música popular o de consumo, utilizando su naturaleza banal con fines que van de lo provocativo a la denuncia social. La música, como los personajes del teatro brechtiano, está en la acción a la vez que la comenta. El nazismo, en su demencia de constituir una nación con perseguidores de raza pura, convierte a Weill en fugitivo y emigrante. Weill, asilado en Londres, escribe el ballet Die sieben Todsünden (Los siete pecados capitales, 1933), la ópera Der Silbersee (El lago de plata) y el musical A Kingdom for a cow (Mi reino por Octavio Ocampo de nuestra portada 29 Edwin Lugo I ndependientemente de la pléyade de buenos escritores que nos ha dado Suecia, de los que merecen especial men- ción: Halmar Söderberg (1869-1941), Pär Lagerkvist (1891-1974), Harry Martinsson (1904-1978), Stig Dagerman (1913-1954), Willy Kirlund (1911-2009), Brigitta Stenberg (1932), Stig Claesson (1928-2008), Torgny Lindren (1938), e Inger Edelfeldt (1956) entre otros, dos nombres sobresalen a cual más importantes: Selma Lagerlöt (1858-1940), autora de El maravilloso viaje de Hils Holgersson y de El Carretero de la Muerte, premio Nobel en l909, y August Strimberg, (l849-l912) que si bien no consiguió la codiciada presea, es considerado hasta nuestros días el más destacado autor de la literatura sueca, no sólo porque su vasta producción literaria abarca todos los géneros: novela, cuento, drama, poesía, ensayo, periodismo, libros de viajes, biografía, tratados de Historia, de Lingüística Margarita Cardeña 30 El Búho y de Ciencias Naturales, sino porque su obra repre- de la Criada, que vio la luz en l886, la cual podría- senta una renovación que marcó además una época mos situarla como una novela autobiográfica y en en el desarrollo de la literatura sueca. la que no obstante la amargura que destila resulta Strimberg nació en Estocolmo y fue en su juven- fascinante, tanto por la descripción de los ambien- tud: docente, actor y funcionario de la Real Biblioteca, tes, como por los contenidos, caracteres de los cargo que le obligó a aprender incluso el chino a fin de personajes perfectamente delineados, y mensajes poder catalogar debidamente los manuscritos orien- abiertos u ocultos; El Cuarto Rojo novela realiza- tales que pertenecían a la ilustre institución, activi- da en 1879 y la cual es una pintura viva de la vida dad que seguramente debió despertarle la inquietud bohemia de la capital sueca, y que sirve además y el deseo de viajar por diversos países de Europa. de punto inicial a la era moderna de la literatura del No obstante su vida tortuosa y sumamente acci- país nórdico; Utopías de la Realidad la cual es una dentada, tanto por sus conflictos existenciales, psico- narración que al decir de los estudiosos pertenece lógicos, religiosos, su misoginia, y una enorme a una segunda etapa de la producción del artista y captación de múltiples conocimientos en los que que excepcionalmente posee un tono más bien opti- se podría enlistar, filosofía, teosofía, esoterismo, mista; Los campesinos de la Isla de Hemsö publicada ocultismo, historia y conocimiento de las religiones, igualmente en 1879 y cuyo escenario es el archipié- incluyendo el culto brahmánico, la religión maho- lago de la ciudad de Estocolmo en el que vive un metana y todas las variantes cristianas, partiendo grupo de estudiantes; en ella el autor nos traslada de la simiente católica al protestantismo luterano, virtualmente al friolento entorno geográfico donde alimentado por un envidiable conocimiento bíblico, convergen tierra y mar en una virtual competencia y por lo tanto un dominio absoluto del Antiguo y de maravillas; Inferno, publicada en 1898 de la que Nuevo Testamento. Pese también a su militancia in- nos habremos de ocupar más adelante, y en la que fatigable en el periodismo, el escritor, justamente se entremezcla la narración y un diario; El Alegato comparado con su homólogo francés Honorato de de un loco, producida en 1872 fehaciente demos- Balzac, fue a su vez un galeote de las letras, con- tración de una extraordinaria penetración psicológi- siderado como un connotado novelista y tan presti- ca, no sólo del protagonista que podría ser incluso giado dramaturgo como su colega noruego Henryk el propio autor sino del personaje femenino quién Ibsen, (1828-1906) -el primer auténtico feminista se desenvuelve en versiones diferentes, noble-ple- del mundo y autor de Casa de Muñecas, Peer Gynt, beya, dama-prostituta, abnegada compañera-difícil Espectros y El Pato Salvaje entre otras-. August legó esposa, roles en los que materialmente consume a la posteridad obras tan impactantes como El Hijo a su contraparte masculino, atrapado en las redes de nuestra portada 31 de una seducción casi enfermiza; El Inspector Alex cuyo antecedente podrá ser la Sefaradita de Bal- Boig, Antibarbarus, La Sonata de los Espectros y El zac. La obra corresponde a un turbulento período Pelícano obras publicadas a principios del siglo XX en el que el autor rodeado de teósofos, ocultistas, en el año de l907. psiquiatras, religiosos, influido a veces por Voltaire, Con amenidad recrea un libro de viajes El por Swendorf, por Lutero con su corriente protes- país de los Tártaros y en un documentado ensayo tante, y a la vez por el acendrado catolicismo que nos detalla la historia de las Relaciones de Suecia presidió su infancia y buena parte de su juventud, con China. nos transmite la demoledora inquietud que asedia Strimberg se magnifica con su vasta produc- al protagonista quien jamás encuentra un verdadero ción teatral, sus dramas históricos como El Maes- momento de reposo, perdido en ese inmenso déda- tro Olaf, Gustavo Wasa, Gustavo Adolfo y Carlos III, lo en el que dueño de una deslumbradora sabiduría y los escritos en el período místico-religioso de su busca entre los tormentos del insomnio, la miseria, vida A Damasco y Semana Santa son piezas magis- el egoísmo, el orgullo, la avasallante necesidad de trales, que al igual que La señorita Julia y El Padre, afecto y amistad unida al imperioso deseo de estar le han valido un prestigio internacional como co- sólo sufriendo entre la misoginia, sin encontrar el mediógrafo traducido a muchos idiomas, aunque remedio que alivie el mal del espíritu que pretende en su país natal sea más preferido en su modalidad aliviar con los libros del místico, filósofo y cientí- de novelista. fico sueco Manuel Swedenborg, (1688-1772) crea- Dignos son de mención también sus libros de poesía Blancura de Cisne y Juego de Sueño. dor de una nueva doctrina religiosa que inspiró a su muerte, la creación de la iglesia llamada Nueva Pero si la obra de Strimberg resulta extraordi- Jerusalén, y que poseído de la sincera certidumbre naria, su personalidad es asombrosa. En ella con- que había sido iluminado por una revelación acerca vergen el genio y la locura, la religiosidad y la blas- del verdadero sentido de la Biblia, obtuvo según él, femia, el realismo descarnado y la fantasía que se una visión directa del mundo espiritual, volcada en vuelve demasiado real, sus novelas contienen la sus libros: Cielo e Infierno, Amor divino y Sabiduría, narración y el diario y su realismo nos lleva a sos- La Verdadera Religión Cristiana entre otros. Súmese pechar que son biografías, o por lo menos vivencias a esta influencia la de la teósofa Helena Petrovna de su autor que se han entremezclado con su imagi- Blavatsky (1831-1891) Fundadora en 1875 de la So- nación, sin que sea posible separar lo que pertenece ciedad Teosófica de Nueva York y viajera por Méxi- a la vida real y a la ficción. co, la India y hasta el Tibet donde logró penetrar Inferno es un claro ejemplo de esa confusión, 32 El Búho en 1856, escribiendo las controvertidas obras: La Doctrina Secreta, La voz del Silencio y La Clave de carácter pseudo-científico del espiritismo propaga- la Teosofía y se tendrá una idea cabal de la terrible do por Alan Kardec, el hipnotismo difundido por el confusión en la que deambula en cada momento, el Dr. Charcot y el coronel Rochas, los revolucionarios protagonista de Infierno, que puede ser nada menos libros de Ouspensky y Gurdieff y los primeros ex- que el propio Strimberg; quien por si fuera poco perimentos de Freud. ha perdido a su segunda esposa y sólo después Inferno es una obra cuyo sabor amargo nos de largas peripecias logra ver a su hija a quién conduce a concluir la inútil búsqueda de la verdad, educa su suegra. En medio de esa soledad, ape- la que nos puede traer consigo el sosiego y la ver- nas mitigada por cierto éxito literario, el persona- dadera tranquilidad espiritual; y que inútilmente je apenas consigue sobrevivir enajenado además muchos buscan en las contradictorias conclusio- por las teorías múltiples que se difundieron en ese nes humanas; y que para los auténticos cristianos período crucial de la humanidad donde se asomaron está al alcance, resumida en las palabras del Divino además las primeras manifestaciones, algunas con Maestro: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Martha Chapa de nuestra portada 33 Herminio Martínez L Nómadas o encontré dormitando sobre una hoja de encino, a pierna suelta, sin ninguna prevención, junto a una roca que, para él, podría tener el tamaño de un castillo. Al principio lo confundí con una avispa o una libélula, pero era un guerre-ro joven, varón, por la agilidad para mover el mazo y lanzarme flechas, con una gritería casi inaudible y todo lo demás... Había más huellas; seguramente diez o veinte individuos que por ahí vagaban. Tal vez cazaban un ratón, un lagartijo o ¿por qué no? hasta una víbora o un conejo. Antes de la “pelea”, pude observarlo bien: sus músculos bien desarrollados, las piernas fuertes y velludas, sin más calzado que unas pequeñas fundas hechas de ala de grillo o escamas de serpiente. Rruizte 34 El Búho Pero el cuerpo, desnudo, sólo llevaba a la cintura una risible daga. Y no recuerdo más, porque inmediatamente me derrumbé como un tronco quebrado, ardiente, hueco, -¿Será verdad? -pensé-. Acaso sólo sea una jugada con una venda obstruyéndome la vista y un nudo en más de la imaginación, que así nos trata. ¿Qué es esto, la garganta. Sin embargo, pese a lo tembloroso de mis quién es y por qué está aquí? piernas y aquel dolor profundo, desde mi mano hasta Y ya lo iba a tocar con un popote, cuando de un la boca, la columna y los órganos, pude alcanzar a ver saltito el joven esquivó aquella basura, lanzándole a al joven abriéndose camino entre las falanges y mis mi dedo dos mazazos y con la velocidad de la centella uñas, rumbo a los otros pasos de diez, veinte indivi- asió el cuchillo. En realidad no era más grande que duos, marcados en el polvo, a quienes probablemente una nuez, pero aun así no fue sencillo someterlo. Lo allí estuvo esperando. atrapé como se atrapa un tábano para verlo mejor, de- Y no fue sino hasta el tercer día cuando volví a sa- jándole asomar la cara entre mis dedos. Él me veía con ber de mí; me habían hallado unos pastores, quienes susto; yo nada más con precaución. me llevaron a la clínica. De esto hace ya un poco más -Dime quién eres -le dije, sin gritar, al sentirlo latir de un año, pero aún no se me va de la cabeza aquel cubierto por mi piel. Él nada más callaba, flotando en sudor, la horrible fiebre, la fiera cuchillada, mordida el vacío, cautivo entre mis yemas. “Lo llevaré a la casa o punta de flecha con veneno, qué sé yo… ¡He aquí y me haré célebre por haber encontrado al hombre la cicatriz! más raro y pequeño de este mundo -pensé-. Vendrán Rayas de Sudamérica, el Japón, la India, Roma, todos con el anhelo de fotografiarlo y estudiar su especie”. Me hacía las ilusiones. Fantaseaba, soñando en -¡Don Plácido! -exclamé al ver al hombre sentado de- el dinero, la fama, el cine, los contratos. Y a mi mu- lante nada menos que de la jaula de los tigres-. Pero jer cada semana con vestido nuevo, joyas, un auto. hombre de Dios, ¿qué hace usted aquí? Se va a resfriar. Y yo en la hamaca del jardín, rodeado de periodistas -Cuidándolo… -respondió él con una tristeza que y científicos o leyendo poemas, cuentos y novelas me dio lástima-. Es lo que hago desde hace… ocho como A sangre fría. años. -¡Vaya que hoy sí me ha ido bien! Vine por leña y me encontré el tesoro… Mercedes va a volverse loca. En esto estaba cuando sentí el aguijonazo; la mordida -¿A quién, qué cosa, hombre? -A mi hijo… -sollozó-. Desde ese día vago detrás de él, de feria en feria y de pueblo en pueblo. o cortada que en mi carne enterró aquel zumo amargo. -Vamos -le dije, poniéndome a su lado-. Usted ya -¡Ay! -hice sintiendo el cerebro entorpecido-. ¿Qué no está para estos trotes. Déjelo que haga por su vida me picó? ¿Una araña? él solo. Somos de la misma edad, si acaso uno o dos de nuestra portada 35 meses… En muchas ocasiones Luis Manuel me co- sapareció, ni emigró a otro país, ni lo secuestraron, ni mentó que su mayor deseo era trabajar en algún circo, se fugó con una mujer de Cacalote. Fue la maldición, ¡de verdad, don Plácido! Si ya está aquí, pues déjelo. Isaías, la maldición de un padre… Tras mis palabras -¡Hasta que muera él o muera yo será éste mi destino! –argumentó tajante y comenzó a llorar. dejó su forma de hombre; le salieron orejas, cola, colmillos, mucho pelo y ya no habló. Sólo ladraba, echán- Al terminar la telesecundaria, como lo hicimos los dose a mis pies. “¡Dios mío!, ¿qué hice?”, me arrepentí; demás, Luis Manuel sintió el deseo de irse a la ciudad. mas ya era tarde. Un día supe del mago, el de este En el pueblo no había bachillerato, pero don Plácido circo… Lo vi en una función. “¡Magnífico! -pensé-. Si se opuso con argumentos que a nadie convencían: “Te convierte papeles en palomas y pañuelos en víboras, vas a pervertir. Lo único que los jóvenes hacen allí es podrá ayudar a Luis Manuel. De eso estoy seguro. Iré divertirse; se van con las mujeres, no estudian, fuman, a pedirle ayuda”. ¡Claro que lo ayudó! Le dio algo de beben, duermen en el antro. ¡No! Tu madre ha muerto, beber; le echó conjuros… Y desde entonces, mucha- somos nada más tú y yo, pero tenemos tierras, ganado, cho, aquí estoy, siguiéndolo, mirando cuánto come, las gallinas, este tractor. ¡A trabajar se ha dicho, a tra- qué come; cuándo lo sacan de la jaula para que salte bajar!”. Fue su respuesta. Pero Luis Manuel de todas por un aro encendido, sintiéndolo pasar y verme con maneras se las ingenió para inscribirse conmigo en el esos ojos que tanto me recuerdan a su madre. bachillerato, al que estuvo asistiendo hasta que defini- -¿De verdad? tivamente se perdió; es decir, ya no lo vimos más. -Allí está, el poder del mago logró que dejara de -Sucedió en ese tiempo… -continuó el hombre-. ser un simple perro. Cuando me desobedeció para irse a la ciudad. Sé que Por instinto volteé hacia la jaula donde una som- iba contento y que iba bien. Hasta que se lo prohibí de- bra se movía. También don Plácido. Un rugido estalló. finitivamente, advirtiéndole. “¡Y si no me escuchas, te Pero no era la voz de cualquier fiera, sino un derrumbe va a caer mi maldición! ¡Serás un perro!”… Y en perro de sonidos, un estruendo largo, que, tras hacerme es- se trasformó mi hijo. tremecer, me llevó hasta los años cuando aquel joven -Oiga… -iba a hablar, pero don Plácido no interrumpió el relato. y yo en su camioneta viajábamos a la ciudad donde había el bachillerato, él con los libros y sus cuadernos -Permíteme, Isaías; por favor escúchame; tú es- escondidos en una caja de madera debajo del asiento; tuviste con él; lo conociste; era un muchacho noble, conversando, haciéndonos preguntas sobre las mate- bueno, amoroso… Muy sonriente. rias que cursábamos. -¿Un perro? -insistí. No pude resistir; me acerqué un poco más a verlo -¡Un perro! ¿Te das cuenta? -continuó-. A nadie, y sí, aquel enorme tigre era el hijo de Plácido Santa- jamás, le revelé el secreto. Nada más a ti. Y no, no de- na. ¿En qué lo descubrí? En algo más masculino que 36 El Búho animal: las pupilas, su andar, el duro pecho y la suave a dormir. Vamos a especular: mientras se sentía toro sonrisa que, pese a los rugidos, era la misma de él. De de lidia en su actitud de clérigo, fino corcel llevando nadie más. Sólo mi gran amigo sabía reírse así. Ah, y la sobre sus lomos a alguno de esos, le falló el corazón, gran mancha entre la nariz y uno de los párpados. se tropezó en la almohada y cayó muerto. Eso es todo, señores. El frío de la muerte le atravesó el resuello Ceciliano Arcángel como una espada azul y su pelo color caca de perro se le bañó en sudores… El individuo, rigurosamente ¡Pero cómo diablos no!… De alguna manera el fanfa- supersticioso, es también casi siempre un creyente rrón encontró su merecido. La horma de su zapato. El ciego y a él le daba lo mismo creer en Dios que en el estigma de una criatura desgarrada. Frases de odio. instinto… Cuatro camionetas, dinero, amantes, casas, Astillas de desprecio. Un musculoso y patilludo tracto- juegos, comidas, fiestas… ¿Sigo? rista, vayan ustedes a saber, fue quien se le puso al tú por tú bajo aquel amarillento calor del medio día. Su fama se había convertido ya en un túnel de sombras cada vez más tétricas, donde su arcángel, sacer- Ladre o relinche (me refiero a él), igual que ustedes algunos creen que era toda una “dama”. Otros, sólo una maldición, me incluyo. Y no porque haya andado hablando mal de mí y de la que en unos días va a ser mi esposa, sino por tantas calamidades que nos trajo al pueblo su fanfarrón perverso. Suele suceder, aun entre los de su religión, que, por ser sacerdotes, debían de ser prudentes, respetuosos, no darse a conocer por estas cosas, y a él, ya les habrán dicho o lo habrán leído, cuando andaba borracho no le importaba nada, ni le salía bien el Padre Nuestro. Yo lo llegué a escuchar: “El pan dulce de cada día, dánoslo hoy…”. O: “El pan duro que nos diste ayer”... ¡Háganme el favor! Los labios relucientes y todavía húmedos de besos… Tampoco quiero imaginarlo; si habrá besado el hocico de un marrano o los bigotes de un vicioso, muy su gusto… Ah, porque al último, hasta borrachos levantaba; algunos de esos que ya no llegan ni Ixchel G. Télles Girón de nuestra portada 37 dotes, vivían en el fondo y aquí vino a tirar el alma res, papá, mamá, la casa, veintiocho años y la misma ese maldito. ¿De qué se espantan, pues? Hay bueno y novia... No había necesidad, ¿por qué? Soy ingeniero, malo: aquí y en todas partes. algo aprendí en el tecnológico, gracias a mi papá, que Sin embargo, busquen en todo el estado y aun en se sacrificó para que yo estudiara. Tal vez a eso se deba todo el país y en ninguna parte encontrarán aire más que desde el principio su cura no me dio confianza y puro, agua más transparente, un cerro más hermoso me veía como quien mira al diablo. y gente más hospitalaria que la nuestra. Somos hom- Tampoco es presunción, pero aquí las únicas bres de paz. Los Tercios, con sus trigales encorvados, echadas que nos gustan son las gallinas, y eso única- los surcos de maíz con las orejas levantadas y las guías mente cuando están poniendo. Las demás no... Ceci- de frijol trepando por las cañas, son una bendición liano Arcángel arribó a este pueblo con el espíritu en de Dios, de nadie más, aunque en el gobierno digan los huesos y una avidez, que ya la quisieran los más lo contrario… Aquí vivimos sin arrogancia ni molestar conspicuos comerciantes. Es la costumbre salir a re- a nadie. Yo tengo vacas, tierras, hermanos, dos tracto- cibirlos. En todos los lugares es igual: la gente va con Hugo Navarro 38 El Búho flores, música, cohetes, la comitiva, a darle la bien- Con muchos y con muchas quiso quedarse el hombre, venida al nuevo párroco. En esa ocasión yo también pero, por lo visto, aquí sí le falló. fui, acompañando a mi mamá y mis dos hermanas. Era un demonio el desgraciado. Un rufián. La tarde Hacía años que no había quien casara o bautizara en de los hechos yo no estaba aquí; por supuesto que pue- este pueblo y a las personas les pareció un milagro que do comprobarlo. Andaba en La Maroma con mi papá en la diócesis se hayan acordado de nosotros. y un tío. Fuimos por esa yegua blanca a la que hemos Después supimos que lo enviaron acá para es- llamado María Félix… Se la compramos a un Genaro conderlo de varios padres de familia y algunas inves- Silva, el dueño de la hacienda. Cuando hablen con él tigaciones judiciales. Y sin embargo, no dijimos nada. les va a decir lo mismo. Estuvimos allá toda la tarde, Hasta que se descontroló. Hasta que ya no pudo o ya mientras acá, alguien arrastraba a su angelito como se no quiso portarse bien y entonces, como en El Salitre y arrastra un puerco muerto, un bulto, a golpes, a pata- Paredones; El Rejalgar y El Berreadero; Colines y Panal das. Todo se ha declarado ya, coméntenle a su obispo de Arriba, la pus le reventó. que no sabemos nada. Que el padre desapareció como ¡Nos quiso ver la cara! Se le notaba de aquí has- desaparecen muchos ciudadanos y no duden de que ta la ciudad de donde ustedes vienen. Primero fue la alguna de las cabezas encontradas en San Fernando economía. Comenzó a pedir como si fueran enchila- Tamaulipas, haya sido la de este pérfido, que un día das. Hablaba de levantar una basílica a un mártir re- llegó aquí con su modo de ser más propio de ave de cién canonizado. Y se valía de las mujeres y los ni- rapiña que de párroco, presumiendo de influencias ños para convencer a los papás de que vendieran los y de pertenecer a una familia poderosa, relacionada potreros y el ganado para arrancar la construcción. con altos personajes de la economía y la política. Pero ya su prestigio era una flama oscura. De las comunidades, con las lluvias recientes habían llegado otras noticias. Sus treinta y tantos años no fueron suficientes -¿Y eso qué, padre? -le preguntó María Desamparada. -¿Cómo? -le respondió iracundo- ¿No sabes lo que es la sociedad? ¡Pobre pendeja! para darle la madurez al animal, que hasta para por- Ella guardó silencio. tarse bien se necesita. Yo andaba en veintiséis. Tam- -La educación, nuestra cultura, nuestras rela- poco voy a echar de cabeza a nadie, ¿para qué o por ciones personales, el conocimiento, buena ropa, las qué? Lo sucedido fue cuestión de muchos. Ofendía sin costumbres, el olor, comer bien, beber mejor, ser razón y andaba también con las esposas... Con varias, respetado. a las que les lavó la mente con el agua bendita de su -Mmmmm… -rodó un murmullo. vanidad y de su verbo, sólo para cubrir las apariencias, María Desamparada se quedó escuchándolo, vién- padres míos. Están equivocados si piensan otra cosa... dolo con sus bigotes rubios, sus cejas depiladas, aque- de nuestra portada 39 llas manos finas y toda la actitud que, desde ese día, cia… Pienso que se mató, señora”. “¡No digas eso! tendió ante nuestros pies como una alfombra de hoyos. ¡Juan Carlos era un ángel, Rosa! Me parece increíble Ahora todos nos preguntamos dónde se halla. que haya tenido valor para accionar el arma. ¡No!”, Ustedes presumirán que su alma está en los cielos; concluí, observándola. nosotros nada más que los esplendores de su pasado Les digo la verdad, Juan Carlos era un marido fiel, duermen en una tumba. Y en eso de que la pederas- muy obediente y responsable. Un ángel, a su modo. Nos tia tiene cura, yo les concedo la razón, señores, pero amábamos desde que los martes me llevaba flores, ¡uf! podríamos agregar que también obispo, cardenal y tal Lo que son las cosas, ahora seré yo quien se las tenga vez Papa. que llevar cada año hasta su tumba. Espero no sean muchas, porque de ahora en adelante, con su pensión, La puerta no alcanzaré a vivir. A cambio, ya no tendré que decirle no entres a la casa con zapatos, no sudes, no hagas ese La luz de la sala se veía encendida cuando los veci- molesto ruido al masticar, no leas, no escribas mien- nos oyeron la ambulancia; fue lo que me dijeron antes tras esté durmiendo, no ronques, no sueñes, no cenes, de las diez, cuando en su camioneta Libia Nájera me no comas ajo, no molestes a los pájaros, no guardes llevó a la casa. Habíamos ido a tomarnos un café; con en mis cajones tus camisas, no fumes, no reces, no frecuencia lo hacemos; hay temas de qué hablar y de- declames, deja en paz a los gatos, no te muevas, no liciosas galletillas en El Céfiros. uses el teléfono, porque está por llamarme Berenice. Algunos aseguran que se escuchó un disparo, Ah, porque para eso sí que era un fastidio… No cruces otros que dos o tal vez tres. Como haya sido, el ca- las piernas al hablar, no te rasures las patillas, córtate ballero llevaba ya veinte minutos de haber muerto… la uñas, ponte pomada para el pie de atleta, mañana Fue la opinión del médico. Y en cuanto llegué supe la voy a teñirte el pelo como a mí me gusta, ya no te pon- noticia: “Ya se lo llevaron”. “Iba con la cabeza destro- gas ese pantalón ridículo, no vayas a la plaza, no te zada”... “Lo sentimos, señora”. “La acompañamos en levantes tan temprano, líjate los talones antes de que su pena, doña Brígida”. te metas a las sábanas; ¿por qué no te mudas defini- Entré, olí la sangre, dije: “¿Qué pasó?”… “Cualquiera diría que fue un suicidio”, murmuró Rosita, la tivamente a la otra habitación? ¡No te bañes desnudo, no sea que Rosa María entre a la recámara! empleada del servicio, aquí presente. Al principio pen- No tuvimos hijos, pero sí cuarenta y nueve años sé que era una más de sus hipótesis. Le tengo prohi- de felicidad matrimonial. A veces discutíamos. Antier bido hablar e irse de la casa si no le he dado la orden. fue nada más una de tantas, aunque en esta ocasión lo “Escuché la explosión, corrí asustada -comentó la mu- sentí más débil, menos resistente, como si estuviera ya cama, ahogándose-, vinieron los vecinos, la ambulan- vencido: “¡Estúpido! -le grité-. La blanca es más boni- 40 El Búho ta. Es la que a mí me gusta, la del vitral con alcatraces hasta que nos estacionamos y nos metimos a la tien- rojos. No quiero otra; la que tú has señalado es de mal da, donde, si no se hubiese puesto a discutir, a dar gusto”. El sol era tan viejo al medio día. Quiero decir puntos de vista, a pronunciar contrariedades, el dueño que el resplandor me pareció más amarillo que otras del negocio de inmediato hubiese mandado colocar tardes, igual que las facciones de Juan Carlos. Había- aquélla puerta y ni Rosa María ni yo estuviéramos aquí mos ido a elegir la nueva puerta de la sala; pensábamos esperándolo. cambiarla, mejor dicho yo lo decidí. “Antes de la llega- ¡Ya entreguen el cadáver! Al fin que de todas mane- da de las lluvias, tendremos una nueva puerta. La que ras tarde o temprano habría de suceder. Morirse es tenemos ya no gira; raspa el piso”, le comenté después pan de cada día. ¿Por qué tantas preguntas? ¡Vamos del desayuno. “De acuerdo, Brígida -respondió-, ire- a darnos prisa! Porque, aunque cansadas y con sueño, mos cuando regrese de la loma; voy a ver si los bece- no vamos a dormir. Y todavía tenemos que velarlo. rros del Parchado no se han metido a la parcela”. Y sí, se fue temprano para estar pronto de regreso e irnos a la ciudad. No piensen que soy frívola, sencillamente tengo mejores gustos y él…, bueno, por algo se murió ¿verdad?, porque hasta para vivir hay que tener carácter. Era un marido muy viril, de eso no hay duda, aunque siempre corriendo como una gallina sin cabeza. Los vecinos son víboras, a veces cuervos, no hay que creerles todo, habrán dicho de mí: “Genio tan fuerte como el de la señora, sólo el mal tequila”. “En una crisis de violentas lágrimas lo empujó a morir”. “Para el pobre señor fue como un negro día de calabazas e ira”. ¡Malvados! Los conozco bien. Es envidia. Él me temía pero también me amaba. Las frías fuentes de su miedo fueron las que lo condujeron a morir. Cuando íbamos, lo sentí manejar sin novedad; el motor del vehículo ¡perfecto!, Gelsen Gas de nuestra portada 41 confabulario Juan Luis Nutte L a primera mujer que vi desnuda fue a mi madre. Y por extraño que parezca no conservo en la memoria ni una imagen de ella así. Sé que la vi desnuda. Tengo la certeza de ello. Y por más que exijo a mis recuerdos no logro visualizarla en su totalidad. No es bloqueo pudibundo de mi inconsciente… Ahora que lo pienso, sí, recuerdo sus piernas…, torneadas, blancas y regordetas, mojadas, con hilos de espuma escurriendo de un mechoncito de pelos nacido entre sus muslos, por las rodillas y de allí hasta sus pies. Me era imposible ver más de ella, mi cabeza debía permanecer agachada para evitar que la jabonadura penetrase mis ojos, o que el agua anegara mi nariz. Además las duchas parecían una tortura en vez de un ritual de relajación y limpieza. Las manos de mi madre, sus dedos, oprimían y rasguñaban mi cráneo como si deseara arrancar una costra de mugre. 42 El Búho Adolfo Mexiac Las otras mujeres que descubrí sin ropa o semi- conmigo a un lugar seguro, solos ella y yo, mis dedos desnudas, fue en una revista, la Interviú. Mi padre era y sus tetitas, mis ojos y su sonrisa, puerta entornada a un lector fiel de la publicación, seguro que le gustaban los placeres presentidos que sólo lograban endurecer, los artículos, pues se pasaba horas tendido en la cama para mi sorpresa, mi imberbe pene. leyéndola hasta que lo vencía el sueño. La revista res- Mis padres trabajaban todo el día. A veces mi balaba invariablemente de su pecho al suelo. Esa era madre nos llevaba con ella. Era profesora de prima- la señal para que yo, como un piel roja acechante me ria; nos mantenía presos en el salón de clases. Para arrastrara por el suelo, evadiendo la vigía de mi madre, mantenernos ocupados y que no la interrumpiéramos sorteando peligros entre el bosque de patas de mue- de su magisterio, debíamos hacer nuestros deberes, bles hasta llegar a mi presa. Tenerla entre las manos, ayudarla en alguna actividad sencilla, o debíamos leer temblando por la emoción y el temor a ser pillado en algún libro que nos proporcionaba. Pobre de mí y mis plena lectura, bueno, más que lectura, regodeo del ojo hermanos si no le dábamos un resumen oral del libro en esas mujeres encueradas…; mis dedos, animalitos en cuestión, nos reñía y nalgueaba frente a sus alum- nerviosos recorrían los contornos de las imágenes, nos. Humillados y furiosos contra los demás niños que se detenían allí, abajo del ombligo, en ese triángulo nos veían sin ocultar sus burlas, planeábamos vengan- oscuro que se presentía afelpado. Mis dedos instinti- zas. Pero todo eso terminó cuando entramos a la pu- vamente tocaban los senos, deseaban asir los pezones bertad, a la secundaria. Entonces nos dejaba solos en en la desesperante lisura del papel. Momentos de pla- la casa. Horas de ocio. Días de libertad y exploración. cer puro, primigenio, intuitivo. No había más… Qui- Así conocí verdaderamente mi casa, sus rincones, los zá una pregunta, ¿por qué estaban esas mujeres así? secretos tesoros de mis padres; explorador de mi casa Todas sonreían a pesar de que su piel erizada las de- la hice verdaderamente mía, seleccioné mis espacios, lataba friolentas. Las cimas de sus senos casi podían mis territorios, hallé placeres. Si mis padres se hubie- salirse de las páginas de tan erectas. Y así ojeaba una y sen enterado de mi curiosidad me habría ido mal. Mis otra vez las revista de inicio a fin pero me quedaba allí, búsquedas, ladrón de secretos, desvelador de place- justo donde la morena Marisol, rostro cándido, casi res prohibidos me llevaron a ser meticuloso en cada adolescente, peinada con descuido, lucía una blusita incursión. semitransparente que se le untaba al torso dejando El ropero de mis padres resguardaba fotografías ver los pechos concisos de prietas puntas, que pare- de ellos en varias épocas de sus vidas, el traje de novia cían ojos penetrantes, altivos, velados por una tela de mi madre, joyas que jamás usaba mamá, su ramo para evidenciar más su incógnita. En esos momentos de novia, un birrete dentro de su caja, prendas de mi cómo deseé arrancarla, doblarla con ternura y llevarla padre que sólo vestía en ocasiones especiales, un traje confabulario 43 negro que usó en el velorio de mi hermana recién na- orden mi madre la percibía. Si la premura o el descui- cida, una chaqueta cazadora de piel que nunca vistió, do me hacían errar, no me preocupaba, pues los recla- juguetes de mis hermanos y míos que dábamos por mos caían sobre mi padre que los ignoraba tirando de perdidos, plumas fuente que en su armazón tenían a loca a mamá. una geisha que al menor movimiento podía vestirse Otro lugar maravilloso, abrevadero de secretos, y encuerarse, ah, cómo me deleitaba descubrirle las era la cama de mis padres. Bajo el colchón. ¿Para qué chichitas a esas japonesas… Lo más importante de las guardaban tantas cosas allí y por qué?, ¿a falta de un exploraciones era devolver todo a su orden original, mejor lugar para ocultarlos? No creo. Teníamos tres colocar los objetos tal y como habían estado antes roperos, dos semivacíos, excepto el de mis padres. de mi curiosidad. La más imperceptible variante en el Aún hoy sigo buscando respuesta al enigma, a la costumbre practicada por mis padres. Levantar el colchón era abrir las fauces de una bestia, fuerte aliento exhalaba la cama: como a polvo y telas viejas, a papel y humedad. Había un traje de Arlequín que mi madre vestía los días del niño en la escuela, un camisón raído y pajizo, calzones de mi padre, una boina de mi abuelo, cartas, periódicos amarillos con titulares de la visita a la luna, revistas Buen Hogar, Mari Claire, tejidos inconclusos de bufandas y pantuflas, folders con documentos y recortes de recetas de cocina, monederos retacados de monedas oxidadas, medias raídas, libros… Libros y revistas. Me pasaba horas sentado en el suelo, al lado de Pedro Bayona 44 El Búho la cama, observando paisajes europeos, repasando a revelación, me excitaba imaginarlos, era tan vívido y las modelos de ropa interior, de vez en cuando leía al- vedado para alguien de mi edad. Ya no podía ver a mis guna cosa, media novela inédita de Corín Tellado. De tías, a mis compañeritas de la escuela sin imaginarlas los libros que allí había ninguno acaparó mi atención: desnudas y cogiendo en las mismas situaciones que Manual de Electricidad, muchos diagramas y fórmu- los personajes de la novelita. Fue el primer libro leído, las; antologías de poesía romántica, devoción, nostal- el primero que me sedujo con sus palabras y no cues- gia de la difunta, asuntos que yo no comprendía; un tioné su verosimilitud. Mi padre llevaba leída la mitad Manual de Carreño… Y me topé con un librito, edición del libro. Quizá lo aburría o demoraba su lectura para rústica de tapas manoseadas, los colores de la portada deleitarse más, quién sabe. parecían haber sido rojos, la ilustración era una pareja Pero cuando me masturbé por primera vez, fue desnuda que tomada de las manos, daba la impresión cuando descubrí entre las láminas a color de una en- de caminar con tranquilidad sobre una playa desierta ciclopedia de Historia del Arte, la sensualidad de los y enrojecida por un sol crepuscular, más al fondo, olas desnudos. Primero, las esculturas decapitadas, cojas y embravecidas, púrpuras, esmeraldas, que en lugar de mancas de algunas deidades griegas o romanas; esos amilanarlos los atraía más a ese torbellino de mar senos rotundos en su brevedad, con pezones erectos, apasionado. El libro, y su título sobre todo, seducido las túnicas que untadas a sus cuerpos sugerían los de- un poco por la imagen de la portada fue lo que me de- talles de sus honduras y pliegues íntimos me causa- cidió a hojearlo en desorden y luego leerlo completo ron algo, como una fiebre que me urgía a tocarme… durante una semana. Abismo de lujuria, palabras ex- Pero apareció una mujer, luminosa, prometía placeres trañas para un adolescente. En ese entonces me daba exclusivos al tacto y la vista. La dama, tendida de cos- por corresponder a las palabras que no entendía con tado sobre un lecho con paños sedosos y revueltos, colores y objetos, las relaciones casi siempre eran dis- se abandonaba cándida al reposo sobre almohadones paratadas. Y en este caso Abismo de lujuria tenía los blancos; sus brazos entrelazados detrás de su cabe- colores negro y rojo. Aún recuerdo a los protagonistas za en actitud de expectante coquetería, preparándo- de la novelita, un matrimonio que aburrido de la ruti- se para abrazar al amante; me veía con tranquilidad, na, comenzaba a buscar experiencias que les reviviera dibujando apenas una sonrisa de lasciva candidez, la pasión, exploraban su sexualidad, se iban olvidando casi despectiva, parecía aguardar un atrevimiento de el uno del otro, dando prioridad a sus gozos persona- mi parte, pues ella, allí, desnuda, estaba dispuesta a les, así asistieron a orgías en hoteles, clubs swingers, mi tacto. Recorrí su rollizo cuerpo demorando el índi- hasta hicieron una película porno, en fin, se abando- ce en las tetas, displicentes una de la otra, de dureza naban a un abismo de placeres. Cada capítulo, una evidente, diminutos pezones lechosos, aureolas nulas, confabulario 45 jamás mamadas pero urgidas de libación. Luego des- enjabonadas, su ombligo con una cicatriz, burda como cubrí su ombligo, pozo de promesa lúbrica, zócalo en un cierre, que bajaba casi hasta su pubis; el vientre la cartografía de su cuerpo desde donde podía viajar a ligeramente abultado de la dama del cuadro, inmacu- sus senos y de allí a su rostro de ingenua viciosa, luego lado y virginal, su ombligo, su pubis castaño, su lí- reculé demorando el desplazamiento, explorando las nea, sutil vereda que…; y mi mano aferrada a mi pene, cordilleras de sus nalgas hasta llegar postrado a sus una gana como de orinar; una explosión; un tumulto; pies y rozar cada uno de sus dedos chatos, infantiles un grito ahogado; un estremecimiento que se desea y regordetes… Y retorné al ombligo por senderos que eterno… un relajamiento, el cuerpo laxo, la mente fija bordeaban sus caderas, evitando caer en un triángulo en la dama de la pintura, ahora humedecida, colmada de castaño vello, pues tan sólo mirarlo se presentía el de uno mismo. Y la preocupación. ¿Qué hacer si mi abismo, el fin o el inicio a un tiempo, verlo producía madre descubría lo que hice? Sería malo. Vergonzoso. vértigo en mis apetencias, deseaba estar allí, no podía Arrancar esa página. Sí. Mejor eso. Podría conservar a soslayar el ardor. Así, mi ojos primero, luego mi tac- la dama conmigo, para futuras contemplaciones. to, recorrieron una vereda que nacía en su ombligo Un día que mi madre hacía limpieza y daba nuevo y florecía en su pubis; senda seguramente recorrida orden a la pequeña biblioteca familiar, hojeó fortuita- por sus amantes infinidad de veces. Y mi cuerpo es- mente el volumen mancillado; enfureció al descubrir tremecido, pródigo en sensaciones. Una de mis ma- la amputación de la página. Hizo indagaciones, ni yo nos trató de calmar el ánimo de mi pene, que de tan ni mis hermanos aceptamos el acto vandálico, sin em- erecto era doloroso; el masaje rítmico, arriba, abajo, bargo fuimos castigados severamente. relajó el dolor, atizó el placer, arriba, abajo… en mi Dejé pasar unos días, debía ser prudente antes de cabeza se mezclaban las piernas de mi madre; el ros- volver a pensar en un reencuentro con la dama de la tro de la dama del cuadro; el agua mojando los pies pintura. El único momento de intimidad era cuando de mi madre; mi pene duro, enrojecido, anheloso; el me bañaba. Me trastornaba el reencuentro, deseaba manchoncito de pelos entre los muslos de la dama del explotar nuevamente, vaciarme en ella. Fue casi impo- cuadro; el mechón de pelos de mi madre escurriendo sible verla, el papel que había plegado con delicadeza espuma; los senos redondos, orgullosos, el ombligo se rasgó al querer desdoblarlo. de la dama del cuadro; mi mano subiendo y bajando, Lo único que pude ver de la dama de la pintura fue enrojeciendo, irritando mi pene que presentía algo, in- la sonrisa, ahora francamente burlona, y un trozo de contenible; la mirada de esa mujer, la del cuadro, sus sus pies. No me explicaba por qué el papel, sus plie- brazos a punto del abrazo, sus rodillas lisas y brillan- gues, estaban tiesos, adheridos como si se le hubiese tes de tan blancas; las rodillas de mi madre, blancas y vertido engrudo. 46 El Búho Ulises Velázquez Gil En el bisbiseo del viento, acaba por injertarse en el tiempo: una hoja intenta contraponerse celebración de la vida, al sol en su puesta; agua cantante de un sueño recobrado. resuena, exagerada, tras una sombra con que se desgaja su presencia: figuración que habla al bosquejarse de recuerdos. Nunca el tiempo se antojó más huidizo, quiso perderse entre tantas hojas al unísono del otoño, postergado en el rumor cristalino de la tarde, a la par de unas horas hurtadas al silencio al amparo de una querencia auditiva de muchas espirales. Epifanía presentida, atardece sin premura –si todavía se permite esa licencia− y toda música de Yann Tiersen Peter Saxer confabulario 47 Fabiola Morales Gasca “No hallarás otra tierra ni otro mar. La ciudad irá en ti siempre. Volverás a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez” La ciudad, Constantino Cavafis S on las siete de la tarde, el tráfico en esta ciudad está en su apogeo. Esta ciudad está llena de gente a la que se la paga mal ¡Qué joda! No vale la pena más años de estudio pa que ganes casi nada. ¡Uta madre, si no hubiera sido tan burro en la secundaria, otro gallo nos cantara! Todos los demás como yo, obreros ansiosos, corredores tras una esperanza que nunca llega, esperamos la salida a las ocho. Si estoy a esta hora, ha sido por culpa de la mentada oferta y la demanda. Ni esperanzas de entender esa madre. A mí qué me importa el pinche capitalismo. No más producción es lo único que justifica al capataz de la fábrica, para darnos menos chamba hoy. Adiós a las horas extras de los Luis Argudín 48 El Búho sábados, eso sí está de poca, porque la verdad, sí fin, mientras veo la forma de darle aire de manera que me urgía juntar una lana. Ni modo, pos ahí será sutil, porque pese a todo soy caballero y mi amá me para la otra. Hoy es viernes y sin dinero para echar- enseñó a no ser grosero con las damas, el metrobús me una cerveza bien helodia en el centro botanero llega. Está hasta su má… xima capacidad pero qué donde siempre hay meseras buenas, no vale la pena se puede hacer. Ya es muy noche, ni modo de tomar seguir en la calle, mejor me largo pa mi cantón. otro autobús y luego taxi ¿verdad? y así de jodido Vivir a más de una hora de la casa te hace odiar pues ni hablar, es éste en el que me voy, no hay de al fregado tráfico y para acabarla de joder está Mar- otra. A empujar. La Marce entra primero, a empu- cela que no se quiere despegar de mí. Pero si yo jones nos abrimos paso, pero está tan flaca la po- nunca le di alas, la mera verdá es que esta feíta la bre que me da miedo empujarla; parece que se va a chava, le falta más de arriba y mucho más de abajo romper, pero ni modo, ¡empuja más morra!, le digo pa ser de las morras que a mí me gustan. Por más y al fin ¡de milagro, entramos! Suena el timbre, seis, que le echo indirectas pues no entiende, digo die- ocho segundos y la puerta se cierra. Ya la hicimos, ciséis años y que no entienda que nomás no, pues estamos adentro, le digo a la flaquita. Avanzamos no vale. Siempre amanezco guapo pero este día otra estación, el metrobús se detiene y la gente se exageré, voy a conquistar viejas por donde quiera y arremolina necia para entrar pero no hay espacio donde andaré, se oye en el cel del muchacho fre- ni para una mosca más; primero hay que esperar a sa de al lado. El paradero es de los pocos que hay que bajen. Aquí el oír: cuidado con mi niño, hey mi aún no grafiteados; la banda sí que se mueve rápido cartera o deje de estarme manoseando, en algunos para dejar su dizque arte urbano. Charros, aunque meses será algo normal. ¡Qué chido! jamás pensé hay luz y ni un mes tiene de inaugurado, está re- subirme al metro en esta ciudad. Qué fácil es estar cochino el lugar. Este méndigo metrobús no llega, en el DF, sin estarlo. somos muchos esperando. La raza se está ponien- La gente entra y entra en cada estación, son do de malas y esta sonsa de la Marce que no para pocos los que bajan y muchos los que suben. Por de hablar y de hablar. Habla hasta por los codos cierto Marce, cada vez siento tu cuerpo más pega- de su familia, de su casa y de esa maldita obsesión dito. ¿Oye, Marce, qué te hiciste? Estas más suave- por casarse; tiene hermanas casadas, primas casa- cita. Viéndolo bien flaca, flaca no estás, casi puedo das y hasta abuelas casadas. ¡Carajo, por el amor absorber toda tu cadera. Sé que hoy amanecí muy de Dios, está traumada! ¿Qué no tiene en su fa- guapo pero tal vez Marce, tal vez Marcela hoy sí te milia ni una madre soltera? No, no hay forma de haga caso. Pos ya estaría de Dios que seas la prime- deshacerse de ella, si no viviéramos tan cerca… En ra madre soltera de tu casa. confabulario 49 Ulises Paniagua Navegación Perpetua Mar Estático, 3 de Octubre E sta jornada nos dio por ponernos lúdicos. Decidimos circunnavegar el Mar Estático (que el contra- maestre conoce a la perfección) en completa libertad, sin rumbo. Es extraño declarar que la incertidumbre no era nuestra enemiga, como en aquella curiosa jornada de la revuelta. El motivo era el placer de viajar, de no permanecer en ningún momento. Desplegamos velas, agilizamos el timón; dimos bandazos a babor y a estribor, bajo un júbilo que los vientos benévolos se encargaban de esparcir entre nuestras sonrisas amplias, nuestras mentes abiertas; que navegaban a la par de un banco de rémoras que custodiaba nuestra puerilidad. Fuimos niños en felicidad; amplios… el periplo precisaba cierto límite; pero éramos Leonel Maciel 50 El Búho tan libres dentro de ese territorio que gozamos una menos reconocidos, De botánica y erotismo, descri- celebración inolvidable. Mientras un grupo de ánge- be las primeras aproximaciones a dicha especie con les adolescentes alborotaba el barco con el tañido expresiones de curiosidad y asombro. de sus panderos y castañuelas, entonando rondas Estoy convencido de que arribamos a las tie- de marineros beodos; un par de gnomos, traviesos rras que el mismo Plinio visitó en sus numerosos en todo momento, se encargó de iniciar sobre cu- viajes, donde se encontró, fascinado, con la planta. bierta una guerra a baldazos de agua. Sin embargo, Atzabel, un demonio alquimista que Empapados, primitivos; reímos eternos, en una viaja con nosotros desde hace más de tres meses, ruta donde la improvisación vencía la ciencia de comprobó un efecto que no se había descubierto cualquier astrolabio. Gozamos del sol y su agonía. hasta entonces: la fidelidad y la monogamia de las En cuanto el alba retorne a la quilla de la fragata, mandrágoras. Al levantar un pedazo de esa tierra volverá la cotidianeidad de pulir pisos; de verificar húmeda y fértil, no mayor a cuatro varas cuadradas, amarres; de calafatear la armadura. Sin embargo, pudimos evidenciar cómo las raíces de estos seres sospecho que hoy hemos aprendido la imperiosa se agitaban interminables y constantes, en un ritmo necesidad del azar y el movimiento constante en frenético, unas sobre otras. Pero nos dimos cuenta, nuestras vidas. A mí me envolvió de nuevo la calidez tal como el demonio lo hizo notar, que entre toda de integrarme a la multitud, de ser un grano más en esa trama complicada, en ese amasijo de raíces que una playa de arena alegre. Este día he sido, inmensa seguro disfrutaban del contacto entre sus tallos, y llanamente, feliz. deleitándose amorosas con los roces más sutiles y también con los más desesperados; que a pesar El llanto de las mandrágoras de la aparente promiscuidad del tejido, al final de su Peña del Abandono, ubicación sin revelar entramado sensual y lascivo, las mandrágoras permanecen unidas en parejas, sujetándose firmemen- Las mandrágoras son, en principio, amorosas. Se- te a una sola raíz -y sólo una- que habían escogido res de comportamiento complejo e inusual, que de abrazar, y a la cual permanecían atadas terca y leal- vez en cuando pugnan por ganar mayores territo- mente, a pesar del bullicio y la fiebre de la comuna. rios; y que en estas batallas demuestran un aspecto Entonces, gozando del paisaje de la peña remo- afectivo, pues los espacios que consiguen con su ta, a la orilla del estrecho que comunica dos gran- lucha sirven para consolidar su nido de amor, un des océanos, el demonio, dada su natura, fue capaz tálamo vegetal al calor de las frondas vecinas. Plinio de uno de los actos más atroces que he presenciado Apuleyo, en uno de sus tratados más misteriosos y en mi vida: en un movimiento furtivo arrancó una confabulario 51 de aquellas plantas del montículo de tierra. La otra que permita cualquier pista, por insignificante que raíz, su compañera, lanzó terribles aullidos de dolor sea, que pueda servir a futuros exploradores para que se prolongaron en un llanto incontrolable. Los encontrar la peña de las amorosas mandrágoras. ejemplares de esta especie, ahora puedo entender- De esta manera evitaremos mayores atrocidades en lo, lloran cuando se ven alejadas de su amante, de contra de la pasión y la ternura. manera brusca. Reprendí al demonio con dureza, pero éste se excusó alegando fines de investigación y ciencia. La Visita a la ciudad de las pesadillas Estrecho de Utopía, equinoccio de Otoño pobre planta que subió al barco, llorosa y frágil, cobró de pronto una forma semihumana dentro de la Antes de que el sol se ocultara, Fado -en profundo botella a la que se le confinó. En su raíz enroscada trance donde recorrió el puente de mando, contan- pareció labrarse un rostro triste, y al tercer día de do justo trece pasos y ninguno más- profirió algu- navegación murió, víctima de una crisis depresiva. nas palabras que asumimos pertenecientes al reino El propio diablejo, a pesar de sus tendencias onírico. malignas y homicidas, y después de un profundo Sonámbulo y funámbulo, Fado se mecía sobre periodo de meditación, vino a mi camarote la tar- la cubierta, como una boya a la deriva; mientras de de anteayer para decirme cuán apenado estaba describía en voz alta pero melodiosa las visiones por haber roto de forma grosera el sagrado vínculo que irrumpían frente a él. Así nos habló de una vi- de las mandrágoras. Víctima de la vergüenza, pre- lla enorme, una comarca de piedra y acero poblada sintiendo haber violentado la armonía y el orden por millares de habitantes que semejan parvadas de un algo inexplicable, decidió desaparecer de la de cuervos tristes; custodiada por crepitantes palos cubierta de la fragata, aprovechando el desconcier- con formas de pajarera. Luego mencionó, en arre- to de las olas inmensas y la tormenta que anoche bato febril, una serie de invenciones imperfectas nos arremetió. pero poderosas: manadas de niños que encienden No sabemos si atribuir su desaparición a un re- una hoguera mientras se tatúan el rostro en invier- mordimiento suicida; o a un destierro voluntario va- no; una mujer del desierto columpiándose sobre un liéndose de sus artes de alquimia. Lo cierto es que angosto puente con amarres de telaraña; silencio- nunca más volvimos a saber de Atzabel; y después sos peregrinos que fuman soledad en un camino del episodio, en una demostración de solidaridad y alargado y sombrío. simpatía con una flora cariñosa, con nuestra san- Pero entre las imágenes que Fado invocó en su gre pactamos desaparecer todo mapa u orientación desvarío, capturó la atención aquélla de una terrible 52 El Búho mujer semidesnuda quien, oprimiendo un cuchillo a bordo no imaginaba por su cuenta. Como si se entre los muslos, invitaba a su vecino a apagar la tratara de una intersección de caminos, uno de esos luz para seducir a la Muerte. cruceros que habita el Diablo, Fado había interveni- De pronto, como si se tratara de un muñeco do- do las ficciones de otro soñante. La ciudad de pe- minado por un titiritero experto, Fado retrocedió, sadillas que nuestro amigo describía, estoy seguro, despacio, justo los trece pasos que había adelan- respiraba en la sorpresa y la complacencia de otro tado; y una vez llegado al punto de partida, abrió personaje que soñaba estas historias. De esta ma- los ojos con desmesura. Acto seguido se desplomó nera, del soñante desconocíamos el nombre y el sobre los tablones del barco. Tuve la certeza, ante rostro; más no la tesitura de su alma y la coloración tal situación, de que el metafísico que llevábamos púrpura de sus angustias cotidianas. Carlos Bazán confabulario 53 Presagio de muerte largo y delicado de una hermosa mulata que olía Taberna de Hades, 2 de Noviembre, por la a fragancia de rosas; una inquietud inexplicable se madrugada adueñó de mí. Incómodo ante la gritería y la banalidad de los marinos, que semejaban una jauría de Decidí otorgar una semana libre a la tripulación perros abandonando el cautiverio; decidí alejarme apenas tocamos tierra. Hemos vivido largos me- de la taberna y su bullicio. ses de viaje, ante sucesos asombrosos que nos han Seguí la escalinata de cedro rústico hasta lle- mantenido en expectación constante. Pensé que dis- gar a la azotea del lugar. Desde allí, recargado en traernos, bajo estas circunstancias, bebiendo unos una baranda, escuché rumores provenientes de un buenos toneles de vino y al calor de unos deliciosos hostal para peregrinos. La noche era cerrada. Un muslos de mujer, no nos causaría ningún daño. cúmulo de nubes, si bien no anunciaba tormen- Pero esta noche, al beber mi cuarta copa de ta, tampoco permitía resquicios a los rayos luna- un vino seco que arañaba la garganta con una de- res. Decidí encender un tabaco americano, de los licia incomparable, mientras retozaba en el cuello que acostumbro fumar en ocasiones especiales. No bien había raspado la cerilla contra la baranda, provocando el incendio del pequeño instrumento, cuando el tabaco resbaló desde mis labios mientras me limitaba, absorto, a mirar al cielo: un galeón enorme se abría paso entre nubarrones, como Moisés en el Mar Rojo. Al paso de la embarcación los cúmulos se dispersaban hacia los cerros vecinos, imitando el movimiento cadencioso del oleaje. Sobre el fulgor lechoso de la Vía Láctea, el galeón impuso su monumentalidad. Aún no terminaba de recuperarme de la sorpresa, cuando una segunda visión me cautivó. Sobre el puente del barco, una hermosa mujer, vestida a la usanza de un corsario, ostentaba un sombrero de pico de gran elegancia. Sus cabellos largos y castaños on- Carmen Parra 54 El Búho dulaban al viento, enmarcando un bellísimo, casi tos, las escoriaciones, la mutación en la piel de los diría perfecto rostro, en el que destacaban, dul- nativos. Pero de manera gradual, una vez estableci- ces, los ojos color miel. Su cuerpo, sostenido por do el trueque de nuestras sedas por sus joyas, les las amarras, echado adelante y heroico, también fuimos perdiendo el asco. destilaba sensualidad. Quedé atrapado en el mis- Andando las calles del puerto, decidí visitar a un terio de la pirata. Ella, en cambio, me lanzó una amigo. Hace mucho tiempo (más de dos décadas), mirada de ternura infinita. El gesto de simpatía me él había sido marino. Un día se cansó de las ama- desconcertó; luego, el desconcierto se transfor- rras y los aparejos. Decidió acercarse a un taller de mó en angustia: en las dulces pupilas de la bella pintura y escultura, para aprender el oficio con un distinguí, puros, los daguerrotipos de la Muerte. reconocido maestro. Comprendí que se trataba de un presagio funesto, un recordatorio de que la certeza de vivir cons- Al llegar, el olor a tinta, a aceites y a pigmentos, me fascinó. tituye sólo humo ante nuestros ojos. Recordé el -Qué bueno que llegas -dijo, como si no mediara episodio del anciano de la cueva que intentaba des- un largo periodo sin vernos-, quiero enseñarte esto. entrañar un patrón por demás inútil; recordé las te- Allí, entre algoritmos, secciones áureas y la rribles palabras de Fado en aquella jornada. Fascina- complejidad de espirales, procedió a demostrar do pero temeroso, perseguí la mirada de la corsaria cómo, en uno de sus dibujos al carbón, se reprodu- hasta que el navío se alejó por completo, internán- cían el iris y la pupila del ojo de su novia -una her- dose en el horizonte, llevándose con él mi corazón. mosa vendedora de frutas-, con la misma exactitud Esta noche, a pesar del calor de las sábanas y que asumían las distancias, en el cielo, entre una del cuerpo delicado de la mulata que duerme en mi regazo, no puedo apartar de mí la imagen de dos ojos claros, que me contemplan, apacibles, desde las profundidades del destino, con esa terrible precisión de una maquinaria de relojería. docena de estrellas. -Un ojo y la noche guardan similitudes fascinantes -afirmó, feliz. Esa tarde la pasé de maravilla en su compañía, recordando viejos tiempos, repasando anécdotas y juergas, romances fallidos, trifulcas estúpidas; pero Las distancias y la noche sobre todo, compartiendo experiencias sobre las 6 de Noviembre, tierra firme matemáticas sincronías que gobiernan al Universo y a la belleza. Llegamos a una isla donde la fealdad gobierna. Al principio nos horrorizaron los miembros tumefac- *Tomados del libro Bitácora de una navegación efímera de Ulises Paniagua. confabulario 55 Ileana Garma E I xisten mujeres calladas, mujeres que entran al día como a una condena impuesta por el sol, y para ellas, las horas no son ésas que los demás aceptan en el reloj de mano, porque el tiempo interno es mucho más lento, más agotador, y hablar cansa, mirar cansa, perseguir cansa. Yo soy una de esas mujeres. Desde pequeña me di cuenta de que prefería callar y hacer lo que mi madre me pidiera, los sacrificios a los que me obligaba mi padre en pro de mis hermanas pequeñas, con tal de no tener que hablar. Amaba cuidar pájaros, amaba criar pájaros, pero no para recibir su canto matutino, ya sabía desde niña que ellos cantaban por hambre o por vicio, como también nosotros, hablamos siempre para conseguir algo, para saciar nuestros deseos, por ambición y por costumbre. Así criaba pájaros, como pude criar cerdos o pavos. Criaba pájaros para ga- Enrique Zavala 56 El Búho nar dinero, antes de dar de comer a mi padre, a las realizábamos el intercambio de mercancía, me entre- pequeñas, y de haber permanecido junto a mi madre gaba sonriendo los billetes que yo sin sonreír repar- y asegurarme de que no guardaría comida debajo de tiría según las necesidades de la casa, y por fin volvía la almohada, para fingir que el perro se la había arre- a quedarme sola, callada, y comenzaba a trabajar batado y obligarme a darle más. de nuevo, incansablemente, para no pensar, para no Entre nada y nada, ¿qué puede haber?, y ¿qué puede significar tener cuarenta años o quince? Entre hablar, para no escuchar a los gorriones que estaban listos para partir, y lo sabían. nada y nada, sólo el canto de los pájaros, los que Entre la nada y la nada apareció Bruno. Era sába- nacen, los que están a punto de morir, las oxidadas do, porque mis hermanas que descansaban estaban jaulas en la terraza, los gorriones, el huevo revuelto, jugando lotería en el comedor, riendo bajito para no los frijoles en la comida, el sueño antes de las diez, despertar a papá. Yo las odiaba en ese instante. Más mis hermanas y yo en una sola recámara mientras mi que nada, me molestaba el hecho de no poder lavar padre hacía de guardia en el almacén de conservas las sábanas, porque el viejo no llegaba, ya casi iba y mi madre sacaba debajo de la almohada sus reser- a dar la una, y yo me había atrasado sobremanera. vas de comida. Entre nada y nada, apareció Bruno. Las sábanas no estaban limpias, el pescado crudo Todos los miércoles y los sábados de verano, el esperaba en el congelador, mi madre comenzaría a tiempo de los gorriones, llegaba a las doce del día, gritar en cualquier momento, mi padre se desper- puntual, aquel viejo que nos compraba pájaros para taría y ellas, las pequeñas, escaparían de casa rumbo venderlos en el mercado. Siempre me preguntaba al cinema, mientras los pájaros cantaban, mientras qué clase de personas compran pájaros. Nosotros los los pájaros cantaban antes de partir. Yo sólo quería criábamos porque nos procuraban una entrada de sumergir los brazos en las cubetas de agua helada, dinero, segura y mezquina, pero que daba de comer sumergir y levantar una y otra vez las sábanas blan- a nuestra inmensa madre y a las pequeñas. cas, las espesas sábanas blancas que más que polvo, Al medio día yo había terminado de lavar los pla- guardaban el sudor lechoso de las mujeres que duer- tos, alimentar al perro, había limpiado la cocina y la men juntas, de las mujeres que no se van. Quería hu- terraza, los pájaros tenían ya un periódico limpio, medecerme la piel, la ropa, tener un pretexto para alpiste y agua para todo el día, había bañado a mi andar húmeda en medio día, en el patio, y que el madre, mi padre dormía en el cuarto vacío que horas viento agitara las sábanas mojadas para que éstas antes había ocupado con mis hermanas, y me en- me golpearan el rostro mientras intentaba tenderlas; contraba a punto de comenzar a lavar la ropa. Si era eso quería, y justo cuando estaba a punto de intro- miércoles o sábado, esperaba a que llegara el viejo, ducir los brazos a una cubeta, llamaron. confabulario 57 Bruno era de esa clase de hombres que sonríen que venía a contarme una historia trágica, pero sólo y parecen tristes, preocupados, parecen guardar una era el tercero de nueve hermanos, casi un cuarentón, enorme historia en los ojos, una historia de exilia- que desde hacía más de veinte años trabajaba en el dos, de fugitivos o de amor, pero que al hablar te mercado, como ayudante aquí y allá, que vivía to- demuestran que si llevan esa historia, la tienen de davía con sus padres, ya viejos, y que odiaba cada nacimiento, pues nada recuerdan, crecieron como tarde el tener que regresar a casa. todos los niños, fueron a la escuela, se decidieron De todo esto me enteré poco a poco, después de por un trabajo, trabajan y eso es todo. Bruno era el muchas tardes en las que vino a visitarme, porque a ayudante del viejo. Me pidió disculpas por el retraso, los dos nos gustaba el silencio, nos gustaba el rumor dijo que no había podido encontrar fácilmente la del aire revolviendo las pequeñas hojas secas que casa, que su patrón estaba enfermo, que a partir de caían del tamarindo, el parloteo constante del refrige- ahora él se haría cargo de la compra de los gorriones. rador, los ventiladores de la casa prendidos todo el ¿Y qué? Yo acababa de cumplir treinta años, mis día, los carros que pasaban una y otra vez, y que hermanas pequeñas ya tenían novios, dos de ellas ya también eran una especie de pájaros, una especie de estaban planeando casarse. Cuando él se fue remojé pájaros que rompían la tarde; y los gorriones, el es- las manos en la cubeta de agua helada y pensé en tremecimiento de sus alas sobre los recipientes de sus ojos de un verde sucio, tristes, como pájaros que agua, su canto. Yo sabía que en cualquier momento caen sin fuerza, con las pestañas espesas y largas. me pediría matrimonio, y lo acepté mucho antes de Pensé en esos ojos mientras mis brazos se iban en- que me lo propusiera, acepté sus manos, sus duras friando, mis hombros se helaban y mis pezones se manos morenas, su bigote ya canoso, el agua verde crisparon. de su mirada, su descuidada manera de vestir y su Y una tarde, él apareció por la casa, se quedó unos minutos en la reja, esperando, observando la ondulado cabello castaño que enmarcaba una sonrisa sucia, a la que le hacían falta algunos dientes. tranquilidad que las aves dibujaban, los árboles del Nos casamos entonces, en la casa mi foto de jardín, la fachada alta y oscura, y yo, a mis treinta boda fue la primera en instalarse, luego vinieron años moviéndome de un lado a otro, como una otros cuadros, las bodas de mis hermanas, en la igle- quinceañera a la que no dejan salir. Sólo sé que olvi- sia, con los vestidos puritanos siempre hasta el cue- dé la cubeta roja en el piso y le abrí la puerta. Nos llo y de manga larga, encajes transparentes sobre los sentamos en las mecedoras blancas, sucias. Era del- hombros y los brazos, pero en todos los cuadros mis gadísimo y moreno, parecía un gitano que acababa hermanas sonreían junto a su pareja, y yo no sé por de regresar del desierto, de innumerables desiertos, qué el único recuerdo de mi boda, es esa foto donde 58 El Búho estoy con el vestido de novia carísimo comprado en taba. Recuerdo mi cuerpo blanco y delgado que él una tienda elegante, saliendo del carro, sin sonreír, sujetaba por la cintura, tensando mi vestido de flores sola. No sé por qué mi foto de boda no es como la de rojas. Yo no servía para esto. No, no era posible. Y todas mis hermanas, frente al altar, con mi esposo. una noche mi estómago comenzó a inflamarse. Poco Nos fuimos a vivir a una pequeña casa en las a poco a inflamarse, día a día a inflamarse. afueras de la ciudad y todos los días, no hacía más Él trabajaba más y más y llegaba tarde a casa. Se que preguntarme por la vida que llevaría ahora mi molestaba porque no le lavaba las camisas, porque la inmensa madre, y mi padre muerto de sueño tras su casa estaba sucia, porque en el fregadero se amon- trabajo de vigilante en la bodega de conservas. Me preguntaba por mis hermanas pequeñas que apenas estudiaban. ¿Qué hacía yo tan lejos de ellos, preparando un espagueti aguado para Bruno, que llegaría por la tarde, comería silencioso, sin mirarme, y luego me llevaría hasta la cama para abrirme las piernas? No lo soportaba, no toleraba que se sentara a mirar televisión, que la tristeza en sus ojos poco a poco comenzara a diluirse, que engordara con rapidez. No podía vivir yo en una casa sin pájaros, necesitaba a los pájaros que chillan antes de partir. Y aunque Bruno llevó un gorrión a la casa, nunca logré sentirme a gusto. Yo no quería lavar su ropa, no quería cocinarle, no quería abrir las piernas, las piernas que terminaban sucias, pegajosas, malolientes. Eso no podía permitirlo. A veces, los domingos, veíamos una película y luego almorzábamos en aquel sitio de comida italiana que tanto le gus- Guillermo Ceniceros confabulario 59 tonaban los platos de porcelana, los regalos de boda dose, y él venía cada vez más tarde, cenaba afuera, que él abría para no tener que lavar los trastos acu- levantaba mis piernas y me tomaba, hasta que una mulados, llenos de moscas. Yo permanecía el día en- noche le dije que eso no podía continuar, que me las- tero sobre la cama, como mi madre, y comía todo el timaba, que lastimaba al bebé, que iba a regresar con día, hora tras hora, y se me iban las fuerzas en apre- mis papás porque él no sabía cuidar de mí. tar los botones del control remoto. Ya no me preo- Y regresé a los pájaros. Mamá parecía mucho cupaba por mi aspecto, me quedaba desnuda, con más gorda. Papá estaba muy cansado y delgadísimo, los senos abriéndose sobre mi pecho, desparramán- su piel se había convertido en pellejo; ahora se dormía en la mesa, antes de desayunar. Bebía y bebía y había que llevarlo cargado hasta la recámara. Dos de mis hermanas se habían casado también, vivían ya con sus esposos y apenas visitaban la casa. Mis otras hermanas se dividían el trabajo de los pájaros, estudiaban, trabajan, y tenían novios que las iban a visitar por las tardes. Todas ellas querían casarse y salir, no entendían porque yo había regresado. Yo no respondía a sus preguntas. Recibieron a la misma hermana mayor, callada, inaccesible, y poco a poco volví a hacerme cargo de la casa, a ocupar el mando. Me deshice del perro para que mamá no inventara que éste se había llevado su pieza de pollo o su jamón, procuré que papá durmiera en lugar de beber, lavé toda la ropa y las sábanas con aquel inconfundible olor a leche de las mujeres que aún duermen juntas y solas, di de comer a los pájaros, madrugué para darles el alpiste y el agua, para escuchar su canto hambrien- Perla Estrada 60 El Búho to, cotidiano. Bruno venía algunas tardes, me daba padre sacó de sus ahorros para pagar médicos, mis dinero, me traía sus camisas para que las lavara, se hermanas abandonaron un tiempo sus estudios para quedaba a comer. Mis hermanitas se fueron encari- ayudarme, y Bruno, era lo que era, un ayudante de ñando con él y hablaban en voz baja de lo mal que lo mercado, cuarentón fracasado, un imbécil. trataba. En ese momento las odiaba por hablar ba- Una mañana, desesperada por la enfermedad de jito, porque no se iban, porque parecía que nunca Renato, fui a buscarlo, le dije que vendería la casa, iban a terminar de largarse. que vendería todas nuestras cosas, lo tomé de la A las cinco de la mañana nació Renato, tenía camisa, lo sacudí, le di bofetadas. Él, sin perder la que llamarse como mi padre, Renato. Llegó débil y paciencia, cual pájaro que no comprende los conflic- fue directo a la incubadora, parecía un pequeño pá- tos humanos, me entregó las llaves. Yo vendí la casa jaro sorprendido por la fría luz de la existencia. Sus toda amueblada. No me arrepiento, no me arrepiento grandes ojos verdes lo observaban todo. Bruno y yo de nada, pero no por eso Renato se salvó. lo miramos a través del cristal, inválidos, como si al- Lo enterramos justo a un año de su nacimiento, guna parte de nosotros hubiera desaparecido para y los pájaros seguían cantando aquella mañana, y que Renato estuviera ahora ahí, débil, despierto. Algo quizá alguien se levantó con la ilusión de comprar dijo Bruno acerca del futuro; yo nunca lo había visto un gorrión, porque las personas se levantan todos tan vulgar, tan mediocre, nunca lo había sentido tal los días felices de estar vivos, y sólo el que tiene a cual era, un simple ayudante de mercado, un pordio- su lado un cadáver, no escucha el rumor constante sero al que su familia, por caridad, le había regalado de los aparatos eléctricos, de los ventiladores, de los una casa. No llegaría a ningún lado con él, no podía carros que atraviesan el día y el canto de los pájaros. permanecer a su lado. Bruno no se apareció durante todo el funeral. Desa- Fui con Renato a casa de mis padres. Bruno pareció de la faz de la tierra durante años. nos visitaba una vez a la semana, puntualmente, al Yo seguí cuidando de la casa, de papá y mamá, de medio día, llevaba dinero y leche, a veces algunos las hermanas que aún quedaban, de las que volvían regalos para el bebé, hasta que Renato comenzó a para no volver a marchar. La vida no cambió mucho. enfermarse. Primero fue la fiebre, cada tres días la Procuraba el desayuno, las sábanas limpias, la en- fiebre, cada dos días la fiebre, hasta que la fiebre trada segura con la venta de los pájaros, que po- no pudo abandonarlo. Las diarreas, los vómitos, drían ser también cerdos o pavos, hasta que un día, yo iba a buscar a Bruno al mercado, detestaba que alguien me habló de Bruno, lo había visto salir del no pudiera responderme, que su miserable trabajo cine, con una chica a la que tomaba de la cintura, no fuera suficiente para comprar las medicinas. Mi parecía cansado, viejísimo, ausente. confabulario 61 Juan Mireles —¿La vida significa alguna cosa? —Tal vez. —¿Qué? —Tal vez signifique una sola cosa. —¿La inmensidad reducida a una sola cosa? —No sé, es posible que en realidad esa sola cosa, el significado del que hablas, no sea sino lo que queremos que sea. —Y tú, ¿qué quieres que sea? Ana se quedó esperando la respuesta de Agustín. El silencio tendido sobre ambos esperaba una palabra, un sonido, la voz de Agustín que en esos momentos se ahogaba en el sinnúmero de respuestas que no terminaban por ser claras porque se deshacían al mismo instante; al no lograr el desarrollo total de la respuesta a la pregunta de Ana, él prefería callar y pensar en que su respuesta podía ser simple y común: “la vida Juan Román del Prado 62 El Búho significamos tú y yo”; sin embargo, no iba a decir sensaciones extracorpóreas. Mira, trataré de ser lo semejante lugar común, cursilería vulgar. Ana no se más claro posible: ¿has sentido la llegada de la ins- merecería una respuesta tan de poco seso; si algo le piración? ¿Alguna vez la has captado? hubo de llamar la atención para fijarse en Agustín, era que él no sólo parecía que sabía alguna cosa, —No, yo no escribo; tú sabes que yo no entiendo de esas cosas. sino que podía conversar del tema que a ella se le —Yo sé mucho sobre ti y a la vez nada. ocurriese, en cualquier momento. Los temas siem- —Puf. A ver, ¿me dirás cómo es Dios? pre son inagotables, se ramifican infinitamente y se —Me llegó un mar de sensaciones, sustancias, puede saltar de uno en uno hasta quedarse sin voz. no podría describirlo mejor: sustancias, porque te- A menudo les sucedía que empezaban hablando nían peso; es decir, al encontrar a Dios en ese con- de, por ejemplo, una aceituna. Ana era clara al res- junto de ideas entrelazadas, que unidas lograban la pecto de porqué su fuerte sabor no iba de acuerdo composición ideal para que todo cobrara sentido, con su forma y color que representaba la aceituna: se sentían con peso, como aceitosas. “a primera vista se antojan, verdes, frescas, pero después, al morderlas te das cuenta que no lograrás —Ajá…—Ana trabajaba su respiración en favor de ser tolerante. el cometido de tragártelas, pasarlas sin saborearlas, —¿Te estoy aburriendo? y mejor escupes el pedazo”; “las aceitunas no son —No, para nada, es sólo que llevo media hora únicamente verdes, hay negras y de otros colores, pidiéndote que me digas cómo es Dios, y sigues con creo, no me hagas mucho caso, Ana, no soy un ex- tu letanía. perto en aceitunas”. —Está bien. No tiene importancia. —Sí la tiene, dime, anda. —Sabes, creo que encontré a Dios –le digo a Ana. —Dios está aquí conmigo es lo único que te puedo decir. —¿Encontraste a Dios? —¿Ahorita está contigo? —Sí… —Sí. —Y, ¿cómo es? —Y ¿qué te dice? —Lo encontré en la madrugada. Leía un cuenti- —Nada. No dice nada. to de Borges y de pronto llegó todo aquello que me hizo encontrarlo. Había que acercarse con sigilo y cierto dejo de timi- —Vale, pero ¿cómo es? dez a ella. Al tocarla su cuerpo se abría, eclosionaba —Es inexplicable la forma en que llegaron esas para mí, para mis manos, las yemas de mis dedos y confabulario 63 los labios rozando sus muslos y su sexo, porque no mundo en donde se puede quedar días y semanas tardaba ni un momento para llegar a su sexo, era con la pareja, recostados, besándose, sin comer, fascinante, como si su sexo fuese otra boca mucho apenas dormir un poco, haciendo el amor… Para más pasiva y lasciva: la besaba, me tomaba mi tiem- ella el amor era una cuestión de vida o muerte. Sin po al hacer movimientos circulares con mi lengua, amor la muerte, con amor, la felicidad: de cuando en cuando, en esos momentos donde la —¿Por qué no eres feliz? broma aparece -es frecuente en mí, comenzaba a —La felicidad no existe en este mundo, Ana. succionar su sexo-; Ana abría los ojos, despertaba —Sí existe. del trance placentero y decía que me detuviera: “no —No, lo que tú crees que es felicidad en reali- te estás comiendo una almeja…: No soy una alme- dad es solamente un engaño, autoengaño si me lo ja” sentenciaba. permites, para sobrellevar esta vida que, por si fuera Ciertamente Ana no era una almeja ni nada pa- poco, no pedí vivir. recido, era más bien, una mujer que entendía que su —Quénegativoeres,increíble,nosepuedepensarasí. cuerpo bastaba para aniquilar al mejor de los aman- —Tú misma sufres constantemente al no poder tes. Habitaba en ella la ternura necesaria de la ni- lograr todas tus metas. Uno termina por frustrarse, ñez, la inocencia del que cree que el amor lo puede por más que se lucha, todo siempre se siente lejano, arreglar todo. Sus ojos, esas espigas horizontales, porque cuando uno cree haber llegado al punto en alargaban el ánimo de quedarse con ella por tiempo donde está la felicidad, la plenitud, el equilibrio, se indefinido, en ocasiones, en otras: cae en la dolorosa verdad de saber que en realidad —¿Debes irte? —preguntó Ana como no queriendo hacerlo. esas cosas están más allá, mucho más allá. —No estoy de acuerdo contigo. A mí me alegra —Sí. mucho, una inmensa felicidad, el tocar el chelo por —No te vayas. No me dejes. Te necesito. ejemplo. —Pero debo irme. —Bueno… —Dijiste que no me dejarías ni un momento. —¿Bueno qué? —Yo digo muchas cosas, Ana, a veces sin pen- —Cada quién puede pensar lo que quiera. sarlo muy bien. —Pero yo quiero que seas feliz –agrega Ana. —Y yo también quiero ser feliz, estoy en la Ana se enfadaba como lo hace aquél que lo ha per- constante búsqueda de la felicidad, aun sabiendo dido todo, mezcla de enojo con tristeza y decepción: que aquí, en este mundo, no la encontraré; es decir, el abatimiento al pensar que el mundo no es ese la plenitud absoluta. Te he de confesar: vivo para los 64 El Búho destellos de felicidad, pedazos de luz, no para las no escribe una sola línea por obligación: “no es un emociones superficiales como la alegría o el estar trabajo, ni tampoco un hobby”: no es ni lo uno ni contento, etcétera, sino por las sustanciales, las que lo otro para él la acción de escribir. Agustín enten- vibran muy adentro, las que te hacen decir palabras día la escritura como un acto fuera del mundo y del que nunca habías dicho antes, por ejemplo, cuando tiempo, una acción causal y única que de pronto le te dije que te amaba. Te sorprendiste, ¿recuerdas?: llegaba. “Es el azar. Supongo que el azar es lo que “¿me amas? ¿En verdad me amas? ¿Por qué me hace que yo sea un escritor y tú una arquitecta” amas?”, y yo te dije “sí” y te pedí que no buscaras le dijo a Ana hace un par de semanas cuando vol- explicación a lo dicho porque no la tenía. vían de comer. Ella pidió un par de quesadillas de Agustín escribía cuando le venía en gana, al menos huitlacoche; él, chilaquiles verdes con pollo. El tema eso podría pensar cualquier persona que se detu- salió después de que Agustín se hubo gastado en viera a observar su vida, y era cierto. Él afirma que una librería de viejo que quedaba de paso, el último Alonso confabulario 65 billete. Ana no es que se disgustara, pero no tardó —Perdón, Ana. en señalarlo como un vicioso de los libros. —Tienes un vicio con los libros –afirmaba tajante Ana. Ambos se conocieron en el lugar menos pensado para ellos. La geografía ejemplificaba la distancia —No es un vicio. que había entre la vida de uno y la del otro. Ana —¿Entonces qué es? vivía en otra ciudad. Ana tenía pareja. Ana no tenía —Nunca lo entenderías, no te esfuerces. nada qué ver con la literatura. Ana no leía. Ana to- Ese día Agustín tuvo que esforzarse demás en maba mucha agua. Ana era más bien vegetariana. contentar a Ana después de finalizar el diálogo don- Ana gustaba de seguir y practicar la tradición indí- de ella se sintió agraviada. gena. Ana planificaba y se preocupaba por el futuro. —No me hables así. No me trates así. Trátame bien. Ámame, ámame. Ana no quería hijos –la única cosa en común entre los dos–. Ana prefiere a los hombres con el cabello Alberto Montero 66 El Búho largo. Ana piensa que los noticieros lastiman, transforman la energía de la gente para mal. Ana asevera —¿Cómo es posible que no alcances a leer los subtítulos? –dijo Agustín. que la historia precolombina es mentira, que nada —No leo tan rápido. de lo que se ha escrito e investigado acerca de la Hubo una pausa. Agustín se dejó sobre los ojos historia indígena es verdad: todo eso no era Agustín. orientales de Ana, no pudo pensar más, sólo alcan- Ana no lee, bueno, ya lo dije antes, pero Agustín zó a decir una plegaria: se dio cuenta de ello de inmediato, al conocerla en —¿Te puedo volver a ver? la banca de un cine. Agustín nunca iba al cine solo, —No lo sé –contestó Ana al tiempo que parecía ese día fue porque faltó la electricidad en casa y el irse de él. aburrimiento ya era absurdo; Ana, gustaba de ir al cine sola cuando el mundo comenzaba a asfixiar- Y de tanto en tanto, de conocernos lo suficiente la, cuando sentía que a nadie le importaba lo que puedo decir que lo nuestro es una serie de casuali- pasara con ella, cuando buscaba un abrazo, una dades consecutivas, de hechos aislados que en al- caricia, un algo que la hiciera sentir menos sola, gún punto van cobrando relevancia al irse uniendo menos desdichada; quitarse el desespero enfermizo de forma inesperada, sin forzar situaciones. que se le clavaba en el pecho. Por eso le gustaban Por fortuna para mí, supongo que para ella tam- las películas románticas, para vivir las situaciones bién, la naturalidad de la relación, que se gestó al de los personajes, sentirse en un mundo de fantasía inicio, ha continuado. Y me dice: donde podía amar y ser amada, así, así de cursi y —Soy tuya. a la vez tan hermoso de origen. Allí se conocieron, —Sí, lo sé. Si tú quieres esto no se terminará cuando Ana se acercó a él para preguntarle alguna cosa que él tuvo a bien contestarle de tal manera nunca. —No quiero que se termine –Ana lo abraza y que entraron a la sala de cine juntos. Claro, al final Agustín piensa que todo está hecho. tuvo que contarle la mitad de la película que habían No sé qué más seguirá después. Por ahora la inspi- visto –una película romántica, francesa, de larga ración se ha vaciado, no hay más. Tal vez en unas duración, en la que el final fue de una intensidad semanas pueda continuar escribiendo, para vivirme obscena que te hace repensar si ha valido la pena en Ana, para estar con Ana, para darme sentido gra- perder 3 horas de vida– hacía apenas unos momen- cias a Ana; y pensar que sí: la vida en verdad signi- tos, pues no leía tan rápido Ana como para llegar a fica una sola cosa. leer en su totalidad los subtítulos. confabulario 67 Alejandra Craules Bretón * Dragonerías Dragonerías es jugar a ser princesa y terminar siendo el dragón II Te hiciste amigo del dragón ahora tú eres él, él es tú III Dragón oculto antifaz de caballero en oscuridad cabalgas negros ojos pelo negro amar perfecto Manos magia boca magia La luna no es suficiente el sol ya no me importa Te creí Dragón ahora no te veo Ángel Boligán 68 El Búho IV Correr de nubes Dragón de ojos claros cristales bronceados de recuerdos llegas a cazar a la princesa Sólo cúpula del cielo Dragón cubre nuestros cuerpos imágenes fijas sin pasado Destilado del deseo soplaste tu fuego tu semen arbitrario polvos mágicos que penetran mi piel desfila por mi espalda corrige la historia Piel como la mía El dragón salvó a la princesa sabores de tu pasado V y de tu presente se mezclan La lengua de dragón despertando realidades inconclusas Más apetecible que la del caballero No te duermas, Dragón Pero no hablo dragonés mira que arriba el alba ¿Cómo decirle que lo deseo? VI VIII Dicen que los dragones murieron Trueno noche por no saber cantar llueven los sueños en las noches frías No pueden creer en ti, Dragón crecen grietas en mi fe Dragón carmesí No es tan fácil atrapar el amor en el aire tienes que ser astuto cazador Gana al viento Llegaron prestas palabras de borracho al tiempo llegaron frías a la sin razón y necias VII Tus besos llegaron durmiendo la vida del gorrión ciego brisa sobre mis senos Arma perfecta Ojos manos dedos palabras voz sin acento Hidra que devora cada célula de tus sueños Secas esperanzas confabulario 69 esperanzas rengas se les gastó la pierna izquierda Dame tus fantasías cumple las mías mira que aún son de niña Desafinado canto muere el lustro cúmplelas y vuela regresa a tu cueva Cardiopatía cardiopatía de ave con el blanco rojo Te lo digo no hay porvenir para los dos y el rojo muerto Alborada Sincronía Amanecen tus ojos Tu pupila derramada yo los busco inconsciente no sé por qué fantasías aullido vespertino La palabra de tu voz adelanto de noches separadas cenit quema fantasías Luna acoplada Fenece el primer canto Luciérnagas aprendiendo a brillar el ritmo sincronizado viento en tus palabras se desvanece los de tu especie no cumplen promesas en tu opacidad Nacimos con los ojos distintos Perderte de nuevo nombre sencillo absurda pesadilla acento parecido de vidas pasadas Yo mujer ¿Cuál? tú dragón aprendiendo de tu lengua ¿Cómo? ¿Cuándo? Tu aliento retuercen sesos fuego en mis senos en oleicos celos 70 El Búho Tengo miedo Luna miedo de acostumbrarme llena de terrores a la ausencia de tu boca al vacío sin la desmesura de tus palabras luna de no irradiar propio esplendor Es cierto y lo sé Deja ya luna habrá otros albores sueños de humanos fantasmas de niños Lunario bis ¡qué no te cansas de llorar! La luna piensa Besa mis labios luna triste sola no me dejes respirar en canciones El viento no demora de su lado oscuro tu tranquilidad Philippe confabulario 71 Luna niña deja que mi niño espejo te pueda por su lucero pronunciar Plenilunio Mis sueños alborotados exhaustos esparcidos se desploman sobre tu pecho Con los miedos cerrados suelo pensarte mientras palpo tus besos Asustada lloro por los eclipses en los que vivimos en distintos cielos La cordura Fenece ante la plenitud de tus labios Labios que llenan mi vientre entre sueño deseo inminente Dejé de confiar en el destino me cansé de imprecarlo Carlos Reyes 72 El Búho complacidos Novilunio No sé ni intento explicar por qué nos encontramos cuando soy alborada Conociste el cielo tú eres alba a media luna Yo rondaba Tiempo buscando el fin de la galaxia no hagas distinción El viento el viento nos hiere lloró un nombre en la misma vena como recuerdo de la noche láctea El temor dejó signos en tu cuerpo delata en la mirada no haber nacido Las constelaciones bajo el mismo menguante nos miraron acordaron nuestro encuentro El gorrión no miente apenas cielo sol Los astros luna despiertan los sentidos de sus intenciones no nos dan cuenta Tan sólo miran deslumbrados El ojo de Dios cómo saciamos el tiempo cómplice nos guiña siendo yo el eclipse ¿será otra de sus apuestas? de cada luna de tu cuerpo o tan sólo nos deja decidir y juega El escudo de aquiles adivina permite ocasiona Aquiles duerme su mano derecha resguarda mi seno izquierdo llovamos juntos No puedo alcanzarlo en el sueño solamente por esta luna llena estoy frente a él siento su piel no puedo tocarlo a través del plasma confabulario 73 Está cansado para creerlo ser héroe día a día no es tarea fácil nunca había sentido mi cuerpo tan lejos trabajar ocho horas y estudiar cuatro ni la fe tan épicamente justiciera y por supuesto el placentero cansancio tan seducida por el amor que sobreviene al orgasmo de un hombre tan lejano como mi cuerpo Quiero fumar Cierro los ojos un momento pero los semidioses no toleran la nicotina despierto sobresaltada y es cierto lucho contra mi cerebro que pide humo para su mano aún protege mi seno [meditar Aquiles duerme Sólo consigo aire ansioso tiemblo con sólo verlo que produce vértigo Éxtasis temo terminar en medio del Mediterráneo parece una treta de mi mente sin un rastro ni de él ni de un cigarro no hay espacio para dudas para morir tranquila temo a lo desconocido Las huellas de batallas caducas temo a la felicidad dejaron surcos al pie de la cama Mil palpitaciones El escudo se torna azulino no puedo respirar responde al nombre del mar huyo de él el va y ven de su voz salgo a la calle en cada confesión confusa mi cabello corre por mi rostro toma el aliento de mi razón mi aura está ciega Aquiles duerme sólo su escudo cubre mi desnudez acaricio su rostro de niño el escudo de Aquiles es la distancia recuerdo hace un rato el tiempo su cabello largo esparcido en la almohada el desafío de la incertidumbre mi boca traza desde su frente el destino obstinadoabsurdobromistamacabro el camino hacia su talón Abro los ojos no conozco su debilidad no está su mano en mi seno él dice que son mis senos pero quién dice que lo no real no es cierto Todo es ideal después de todo la justicia poética me faculta puedo un trago más de Smirnoff derogar o crear nuevas leyes 74 El Búho que convengan a mis fantasías a enloquecer con sus labios Soberbia relación Aquiles duerme la del héroe y la poeta ojos zarcos cuerpo perfecto la pasión basada en palabras voz que cruza el océano la esperanza enraizada en la quimera para ser escuchada en visiones Me da miedo no acostumbrarme a la reciprocidad de dimensión profética [es seguro huiré día a día sin que él lo sepa regresaré a diario de la misma manera a besar su talón Te amo Alejandra Yo le creo *Tomados del libro Laberintos y dragonerías de Alejandra Craules Bretón. Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo. Pachuca, Hidalgo, 2010. 84 pp. Edgar Mendoza confabulario 75 Violeta Orozco H abía en ella algo así como un aura de inmortalidad enrarecida, una fragilidad que apenas una brisa, una brizna de polvo perturbara en su paz, espar- ciendo destellos fragmentados a una ventana abierta que cedía al abrazo de un mar tácito y abismal; un manojo informe de luz revolviéndose mudamente en su lava vestigial. Y tal vez la luz tenía otro color; tal vez la luz tenía una nitidez hecha de suspiros atrapados en la vitrina, ardores congelados en las ventanas monumentales, en los vitrales de tu líquido palacio. Con la tarde, el espacio creció, tal vez, una pulgada, un diente de león desgreñado. Y los cacGelsen Gas 76 El Búho tus de tu cuarto florecían en aquella lujosa ari- Y la luz tenía tal vez otro sabor, helado de dez, en esa vibrante atmósfera de vigor aletar- ámbar que al tocar el aura de la mañana se ale- gado, en esa inmovilidad sacralizada. brestaba, fundiéndose en doseles de aturdida Y la luz tenía tal vez otro color, otro olor cu- placidez, abriendo ondas en su estanque de fi- ando la vi por vez primera. Tenía en ella rastros jeza. La luz se adormilaba para después agi- de agua y llanto y una aquiescencia sólida que tarse, dejando detrás de ella estelas de estu- asentaba el ánimo fluctuante. Como si algo fuera por en las vetas de las sábanas, de las cortinas, a nacer de esa pausa expectante, una suges- de tus palabras. Y todo sonaba lejano, las di- tión tenue de inestabilidad que algún día se mensiones de lo cercano se agigantaban como habría de materializar. si la niñez se revirtiera de una sola mirada, y el En tu casa no existía la muerte. Todo era orden y mesura y armonía. Nada irrumpía como sol reposaba quieto en un rincón detrás de un lienzo nacarado. por asombro. El rostro de las amenazas que Y la luz tenía, tal vez, un pabellón que se pegaban a las paredes de tu pecera no se la abrigaba. Tu casa era un asilo para la luz advertía, las lapas que se pegaban a la parte cansada, un reposo para el agua que la hacía de afuera de tu santuario no llegaban a verter pesada. Y cuando abriste el balcón para su baba dentro de tu concha cristalina. Todo que la luz retenida durante el día se saliera, se quedaba afuera: la miseria, el desahucio, las algo la detuvo en su flujo y todo el lujo de tu muecas de lo sórdido y lo viejo no pesaban, casa tuvo que condensarse para empujarla no herían, no tenían realidad alguna. Tu casa hacia afuera de golpe, como si fuera la piedra era un estado de suspenso. de una resortera. Y con la luz que se drenaba Pude entrever en el brillo de tus ojos, esa por las puertas y los tragaluces y las celosías y misma luz de variable centelleo. Esa oscilación las cúpulas y las claraboyas, nos quedamos de- pendular y lánguida que dispensaba esplen- siertos en un cuarto sin orillas, nadando entre dores a los ecos y rincones. La consigna de lo cordilleras hechas de sábanas y mantas pro- tremebundo no tenía allí existencia. Todo era longadas hasta el silencio. El centro del mundo claro y simple y majestuoso. Todo era lúcido estaba en el silencio. Y un alud de luz nació y risueño y lleno de transparencias juguetonas. de tus entrañas y se propagó como chispazo En tus ojos, en tu casa, todo sosegaba. Blando, hasta mi piel hecha de noche y capas de silen- como blanco arco de bóveda peraltada, todo cio. Y no podíamos tocarnos por más que nos lo irradiaba. buscamos. Hurgábamos desesperados el fondo confabulario 77 de nuestra superficie, ahogándonos por salir a luz hacia adentro de la tierra, el magma danza- flote, rozando siempre el principio, la cáscara, ba en el vientre del cráter, listo para demoler la máscara que nos envolvía como una mem- el rastro de toda luz minúscula y cantarina. brana impermeable. Cada vez más rápido la El cataclismo dormitaba en el silencio de la luz se fue escapando de nuestro asidero, hasta negrura, listo para restaurar el mundo que la que la casa quedó vacía y el sueño desvaneció sombra de la luz aniquiló. la belleza y realidad de todos los objetos. La casa se hizo pequeña y cayó como un guijarro Y la luz tenía, tal vez, otro color. Y la luz tenía en aquél entonces otro tiempo. a un agujero de negrura y devastación. Años Carlos Bazán 78 El Búho El Emmanuel Carballo directo y sincero El escritor y periodista de larga y fructífera carrera Héctor Anaya entrevistó a Emmanuel Carballo el 23 de agosto de 2010, cuando estaban vivos varios de los autores mencionados y criticados por Emmanuel: Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Gabriel García Márquez. La conversación en que se muestra Carballo con toda la crudeza de un crítico iconoclasta, se publicó en el capítulo Voces de la insolencia, del libro de Anaya, El arte de insultar, aparecido en agosto de 2012. Carballo nunca fue complaciente, pero en esta entrevista, como él mismo subraya (“Yo nunca he dicho tantas cosas tan terribles, como las que te cuento”) hace señalamientos contundentes, que tal vez expliquen por qué tan pocos escritores hablaron de Emmanuel a su muerte, a diferencia de los que se manifestaron ante el fallecimiento de García Márquez. Tal vez esta entrevista permita conocer más profundamente a quien se consideró un verdadero francotirador y quizás el último gran crítico literario que conoció el país, el supremo juez de la República de las Letras, que en su opinión gozaba de mejor salud que la real. El Búho reproduce esta entrevista excepcional por considerarla un documento literario en México con pocos antecedentes y acaso con pocos seguidores. Pero ya es tiempo que dejemos el tono complaciente o melifluo de la crítica literaria y veamos a las celebridades, tal como fueron, y que los medios de comunicación y el poder político han decidido que son las mayores de la humanidad. (Archivo coleccionable) Héctor Anaya partidario de la innovación, a escritores novicios que con su permanencia en la vida literaria demostraron el buen tino que tuvo al elegirlos. Pero también ejerció con rigor su juicio literario, que en no pocas ocasiones sepultó afanes de escribidores. El Búho Emmanuel Carballo: molesto, pero necesario V oces de la insolencia ha habido muchas. Por fortuna. De quienes están vivos, seguramente la más clari- dosa y fundamentada es la del reconocido iconoclasta, Emmanuel Carballo (1929– ), que se asume francoti- rador y disidente, y como crítico literario se autodefine «molesto pero necesario». Poeta y narrador en sus primeros años, se entregó tempranamente al estudio y a la crítica literaria, que a lo largo de su vida ha combinado con la edición, la promoción cultural, la docencia y el periodismo, tanto en prensa, como en radio y televisión. Perspicaz investigador, supo detectar talentos literarios a los que impulsó, promovió y editó, convencido Emmanuel Carballo para la memoria histórica En una larga entrevista se erigió en tribunal del magis- –Yo me di cuenta de que era crítico en una calle de la terio de la lectura, pues asegura que sólo le ha interesado Guadalajara de mil novecientos, años treinta, en el siglo XX. hablar de las mejores expresiones de los escritores nacio- Estábamos mamá y yo en la ventana viendo pasar la nales y extranjeros. Pero, ¿lo ha hecho con comedimiento vida. Y en el balcón de enfrente salió una señora con su o con insolencia? hijo. Yo me le quedé viéndola y digo: «Paco, ¡qué feo eres! –¿Te consideras una persona insolente? ¿Has sido insolente con alguien? Te pareces a tu mamá». Y entonces se cerró la ventana de los Ponce y se cerró la ventana de los Carballo. Y se acabó –Con quien lo merece sí. Pero no me parece una inso- una amistad simplemente por decir la verdad. Mi gran des- lencia, sino una justificación y al mismo tiempo decirle: gracia, era ésa. Me acuerdo que mi mamá me decía: «Hijito, «Eres un tonto. Soy tu espejo. Te estoy diciendo cómo te veo si tú no cambias te vas a parecer a Don Quintín, el amargo, y te veo así. Eres una porquería». pieza de algún autor español… creo que un sainete». –¿Y se lo has dicho a alguien de frente o nada más por escrito? –Zarzuela o algo así… –Yo cada semana ganaba un enemigo. ¿Por qué? Porque Fernando Del Paso II El Búho decía lo que veía. Decía lo que veía en un libro. Si me gus- verbalmente les decía lo que pensaba. A Ramón Rubín de taba decía porqué. Que es una cosa que en México, no se la Borbolla1 le dije, por ejemplo: «Hay que dedicarse a dice. Yo lo digo y ya. «Bueno éste es un pendejo». Pero tenía lanchero y no a escritor». Porque escribía sobre novelas que demostrar que lo que estaba diciendo fuerte, estaba del mar. Nao. Una botella arrojada al mar, o quién sabe basado en razones, no solamente en lógicas, sino estilís- cómo se llamaba… ticas, estructurales, que tenían que ver con la Filosofía del Lenguaje. –¿Y no supusiste que te podrían devolver la pelota? –Claro, claro, claro. Yo he sido… Yo he sido el eterno postergado. –Sí… Pero allí tenías mucho material. Hay muchos escritores en Jalisco… –Sí, pero escritores de segunda, de tercera categoría. Yo he tratado de formar una aristocracia en la literatura mexicana. De poner solamente lo mejor. Que lo tenemos. –Pero te inhibiste de hacer creación literaria, ¿no? Y no confundir lo excelente con lo mediano y con lo malo. –Bueno. Lo que yo escribo es creación literaria. Una Que los malos, se ocupen de los malos. Los críticos, que les crítica bien hecha… es tan importante como un soneto de pagan por escribir. O que quieren escalar puestos hacien- Shakespeare. do… elogios de su jefe. –Pero me refiero a una ficción ¿no? Novela, cuento… –Escribí, por ejemplo: Las memorias Los escritores que conoció –Y también escribiste los cuentos de Gran estorbo la Una de las facetas de este crítico e historiador literario, es esperanza. su labor periodística, particularmente como entrevistador –Escribí cuentos. Pero no era buen cuentista. Y, el de grandes escritores, que plasmó en su libro Protagonistas verdadero crítico empieza en su propia casa y en su propia de la literatura mexicana, que a partir de 1965, cuando persona. Si yo no era un buen cuentista como le exigía a los apareció la primera edición, se ha mantenido como una demás, y no podía dar textos que yo decía: «Hay que escribir obra de consulta obligada y por tal motivo ha sido objeto así». Me abstuve de molestar a la gente con mis obras. Y lo de reediciones y de adecuaciones por parte del autor. En la mismo hice con la poesía. Mi poesía era de 7.5 y yo exigía edición original se ocupó de 20 escritores fundamentales poesía de10 puntos. Y si no la podía escribir… la podía leer, para entender las letras del siglo XX, de José Vasconcelos a escrita por otras personas. Y, en mi crítica ser exigente. Si Carlos Fuentes. era exigente conmigo… tenía el derecho de ser exigente con –¿A Mariano Azuela2, lo conociste? los demás. –Ayer di una Conferencia sobre la novela de la –¿Pero no dejaste de escribir por pensar que te podrían atacar también a ti? –No, no. ¿A mí? ¡Ay!, mira… Estaría en un convento de tartufos. A mí si no me atacan, el desayuno no me sabe: ni Revolución. Y tomo como un ejemplo de la novela… Dos grandes escritores: Azuela, la versión popular. ¿Por qué se levantan los de abajo? Y Martín Luis Guzmán3… ¿Por qué se levantan los de arriba? la avena me sabe a avena, ni los frijoles a frijoles. A aserrín –A mí me parece mucho mejor prosista don Martín me sabrían las comidas. ¡Hombre! –Es el mejor prosista del siglo XX –¿A quién empezaste a criticar?¿Recuerdas cuál fue tu primera crítica un poco violenta, un poco amargosa, o algo parecido? –Yo empecé hablando de las gentes que tenía en mí alrededor. Los escritores de Guadalajara… a los que… –Pero Azuela es un poco lineal ¿no? –Azuela es un escritor del siglo XIX, que le tocó vivir en el siglo XX. –Es un poco lineal, ¿no? –Pues sí… Ahora, él no trató de ser más que eso. A para la memoria histórica III una gente le tienes que criticar lo que él quiso ser. No Entonces, no lo voy a entrevistar, voy a entrevistar a pedirle… peras al olmo. O que una gente sea Tolstoi y otra sus libros. Por cada pregunta que le quiera hacer, me voy Dostoievsky. Ya con que sean Pérez Galdós4, es suficiente. a encontrar en sus libros la respuesta. Y cuando lo termine –¿Quién, de los escritores que conociste, te causó la primera admiración? se lo traigo a ver qué le parece. Estaba emocionado». Pero dice: «Aquí yo fui demasiado severo con este escritor. Yo –Pues yo creo que con López Velarde5. no quiero tener problemas con nadie». Y se corregía a sí –¿López Velarde? Pero no lo conociste, el murió mucho mismo para que no lo fueran a… atacar ¿no? Tenía miedo. antes que tú nacieras. Porque, hasta Jesús Arellano, en un cuartito que rentaba –Él murió en 21, yo nací en 29. en la colonia Bondojito, tenía un altar de Alfonso Reyes. Y –¿Pero de los que conociste…? don Alfonso sufría con los colofones de metáfora… con las –Bueno… Por carta, mi primer entusiasmo, y sigue bromas. siendo un entusiasmo, sesenta años después, es Alfonso –Con las mentáforas, Reyes6. Si yo alguna influencia tengo en mi prosa de los –¡Mentáforas! Sí, sí. Yo quiero. Estoy haciendo un tra- últimos años –ya no es leer sus libros, sino recordar las bajo sobre la injuria en literatura. lecturas de sus libros–, es Alfonso Reyes. Sus obras com- –¿Tú también? pletas. No importa de qué habla... sino cómo habla de lo –Haciendo un juego, en los ataques que nos cruzamos. que habla. Habla de una naranja. Habla de este libro que Metáfora y la Revista Mexicana de la Literatura. La litera- está puesto sobre esta mesa. Y se ilumina la mesa y el libro tura que propugnábamos hacer Carlos Fuentes y yo, con por la manera cómo habla de las cosas. Ahora el gran pro- la literatura nacionalista. Los polkos, nos decían, en lugar blema de Reyes, es que realmente siempre habló del libro y de combatir a la influencia norteamericana, nos íbamos a la mesa. No de los grandes problemas humanos. los centavos de la Rockefeller. Era la lucha entre el pasado y –Eso le reprochó Borges el presente que querías en el futuro. Sin embargo, Arellano –La angustia, el deseo… El deseo de ayudar a tus se atrevía a decirnos cosas. Y esto en el México de ahora, semejantes, el terror a la muerte… a la enfermedad, al ya no lo encuentras. Añoras que ya no haya Arellanos. Que dolor, un miedo a todo eso. haya viles personas, que sin dar su nombre, te hagan las –Bueno, ya estaba muy lastimado por la muerte de su padre. maldades terribles contra tu vida, tu honra, tus trabajos. Todo eso. ¡Es horrible! –Eso te iba a decir… Ahora, El nueve de febrero… que es un libro precioso. Decía: «Ese día murió mi padre y morí La ruptura con Carlos Fuentes yo», «Preguntadle a los hados de febrero porqué soy como –¿Cómo van tus relaciones con Fuentes? ¿Se rompieron? soy. Allí murió mi padre y allí morí yo, frente a Palacio ¿Terminaron? ¿Se apartaron, no? Nacional». Y le preguntaba un reportero, no muy inteligen- –Absolutamente. Están rotas… completamente, rotas*. te: «¿Y de qué murió su papá, don Alfonso? …dicen que de Pero sin embargo, hay cosas que cuando yo hablo en ametralladora». mis memorias de Fuentes, cuando tengo que decir cosas –¿Cómo pueden llegar a entrevistar con tanta ignorancia? Pero bueno, sabemos que así hay muchos. que no me gustan de Fuentes lo digo. Por ejemplo, en… las cosas que andan publicando en la Revista de la Universidad. –Fíjate una cosa. Cuando entrevisté a Alfonso Reyes, le Carlos me atacó en la última novela suya. Que ya es la dije: «Mire, don Alfonso, vamos haciendo una cosa. Yo creo penúltima, parece conejo, pare cada tres meses una novela. conocer su obra bastante bien. Le pone a su personaje Lucha Zapata. Y Lucha Zapata era IV El Búho una mujer a la que yo quise mucho, Ya murió. –¿Crees? –¿Zapata Vela? –Le dio cierta tranquilidad a México y muchas injus- –Zapata Vela, exactamente. La famosa familia de izquierda Zapata Vela, comunista. ticias. Y luego se dedicaron a pelearse entre sí. Y a usar el botín que la derecha les daba y seguían siendo la izquierda. –Y me decía Carlos: «Emmanuel, ¿cómo puedes andar Yo llegué a la izquierda, pero no por gentes mexicanas de mi con Lucha, si es comunista»? «Carlos, es una mujer y me generación… O de generaciones anteriores. Yo llegué por la gusta mucho. Y para joderme, le pone a su personaje Lucha Revolución del 17… Zapata, duerme en un petate, y es una barrendera que hace tortillas con la mano y no con tortilladora. Y le digo: Escritores de izquierda y derecha «Carlos, eres un hijo de la chingada. Tú puedes… así…, –Pero, a Revueltas 12 , un escritor comunista, sí lo poner las cosas de una persona, al convertirla en personaje, apreciaste. pero no puedes usar su nombre. Es una canallada lo que –No como ideólogo. Sí, no me parecen los grandes has hecho». Ella está muerta, su familia también. Ya nadie escritores… de la línea de Dostoievsky. En mis memorias se acuerda, solamente las gentes como tú. –Y ¿cuál fue la razón de que se apartaran? –Razones políticas. –Porque tú eras más de izquierda. –Absolutamente. –Que apoyabas a Castro9, las luchas revolucionarias. En un principio Carlos también fue de izquierda –No, no. Fíjate. En un libro que escribió Orso Arreola, el hijo de Juan José10, en sus memorias, cuenta Juan José, cómo conoció a Fuentes. Era de la ACJM11. Era un católico absolutamente beligerante y… combatiente. Y cuando entró a la literatura vio que ser de derecha… –No era buena recomendación. –No era buen negocio. Que había que ser de derecha, pero no decirlo. Practicarlo, pero a oscuras. Y así es como hace su literatura. Fíjate que yo nunca logré, que Carlos entendiera lo que se estaba jugando en Cuba. Que era… Pensábamos, entonces, que iba a ser el futuro de América Latina. Y estábamos equivocados. Carlos tuvo razón. El inmovilismo es mejor que el movimiento, en política. El PRI vale más que… que el PRD Ángel Mauro para la memoria histórica venía diciendo que es uno de los grandes escritores. Yo no su ideología. Ahora, como ser político tengo mis amigos le publiqué sus obras completas en Empresas Editoriales. y mis enemigos. Y gentes que desprecio y gentes que amo. Neus le publicó sus obras completas obra por obra en Era. –¿Y con qué escritores de derecha o de izquierda has Nunca logramos que fuera popular, que la gente lo leyera. Sí a mí me parece extraordinariamente bueno, pero… Dios en la Tierra. Ese cuento… tenido más polémicas o conflictos? –Pues mira polémica… Mira como una buena polémica… Yo estaba haciendo unas entrevistas con un poeta –Es maravilloso. Sus cuentos son… estrujantes además. español al que admiro mucho. Creo que es el mejor poeta –Pero una cosa es el escritor y otra cosa es… Yo no de la generación del 27 en España: Luis Cernuda14. Y estaba estoy con las tonterías del Tolstoi de su última época haciendo una serie de entrevistas. Entregué mi artículo. Fui de salvar el alma del mundo, sino por La guerra y la paz, por a tomar un café. Regresé a Novedades a corregir mi artículo. la novela de la mujer adúltera que se echa a las vías de un Y me encuentro en el cubículo, o en los cubículos de México tren: Ana Karenina. Yo respeto a la gente de derecha, como en la Cultura, borrachos: Jaime García Terrés (1924–1996), François Mauriac13: me gustan mucho sus novelas, pero Fernando Benítez y Carlos Fuentes, bailando… Le habían Enrique Krauze VI El Búho echado alcohol, del que estaban bebiendo, a mis cuartillas. –Entonces con Del Paso, tienes esta polémica. Y gritaban: ¡Pinche, puto!, ¡Pinche, puto! ¡Pinche, puto! Y –Otra con Gabriel Zaid (1934– aquí lo cuento, tal como te lo estoy contando a ti. Perdí… –¿También con él? ¿Por qué? hoy pues Benítez, está muerto, García Terrés, está muerto –Yo era… Trabajaba en el Fondo de Cultura Económica, y Carlos Fuentes, está vivo15. Es la venganza, por ejemplo, hacía La Gaceta, hacía un programa de televisión, un pro- de Lucha Zapata. En fin. Pero yo lo vi hacer eso. Lo cuento grama de radio. ). en mi Diario público. Mi polémica con Fernando del Paso –Y con Gabriel cuál fue el problema (1935– ), aquí está. Cuando se trató de ponerle un ene- –Entonces manda un libro de su autoría… Un primer migo importante a Rulfo (Juan 1917–1986), se pensó en Del libro de poemas. Yo hago el informe respectivo: «Este señor Paso. Y Orfila (Arnaldo (1897–1997), creyó que iba a ser el hace muy bien sus versos. Es un repostero de primera. gran escritor, y su primera novela no funcionó. Su harina, sus huevos, su royal, todo es perfecto. Lo único –José Trigo, ¿no? que le hace falta es la gracia del verdadero chef. Y si ese –José Trigo. Y yo dije que, pues José Trigo, no era una chef sin la habilidad suprema que te dan los dioses, se te… buena novela, es una novela del montón. Lástima de tanto Metes al horno tu producto y se te cae en lugar de subir». Joyce (James 1882–1941) y tanta novela si no había talento Y eso le pasa a Gabriel Zaid. Sabe hacer un pastel y le falta en la persona que lo hacía. Y yo era jurado de Bellas Artes, la gracia para sazonarlo. Siempre será un erudito que hace para el premio Rómulo Gallegos. Leí las novelas de los últi- poemas y no un poeta que hace obras maestras. Mandó a mos años. No vi ninguna novela que valiera la pena. Hice sus achichincles que me atacaran. Le contesté y luego… una carta en que México se abstenía de concurrir a Caracas, –¿Y te contestó? al premio Rómulo Gallegos, porque no había ninguna nove- –Pues sí. Siempre mandaba a sus peones de brega. la… que mereciera representarlo. Matador. Tenía que matar y su espada no tenía filo. No –¿No fuiste muy drástico con eso? mataba al toro. Y ahora, han pasado por esta... Salió en –Fui muy drástico porque decía la verdad. Lo que falta Sábado, el suplemento de Huberto Batís (1934– ). en México es ser drástico. Decir las cosas con huevos, pero –Sí, que andaba siempre, amarrando navajas, ¿no? al mismo tiempo con cerebro. Saber leer, saber escribir y –Para que la gente hable. Ahora nadie habla. Toda la tener la presencia de decir lo que piensas en público. María gente te chinga, pero en tus trabajos. Te levanta falsos tes- del Carmen Millán (1914–1982) era la otra, el otro jurado, timonios. Ya te contaré las cosas que me pasan a mí que… Sergio Fernández, no podía ser, porque él había publicado Y, entonces, él (Zaid) habló con Orfila. La nota de Carballo la una novela. Y el ingenuo de Sergio pensaba que podía ser leí, pero no la tomé en cuenta y publico este libro. Perfecto, premio Rómulo Gallegos, que entonces era importante. Y pero usted, Orfila, cometió un error. No actuó como un a Fernando del Paso lo habían endiosado tanto… Querían verdadero director de una editorial. Sino un hombre ponerle a Rulfo un contrapeso. Y entre Rulfo y Del Paso, era que le conviene publicar a un autor que es importante… como comparar a Spota con Thomas Mann (1875–1955). No pero que no vale la pena. Y yo tenía razón, de eso hace hay absolutamente punto de contacto. No son de la misma cuarenta años. Él es ensayista, no es poeta. familia. –Y tuviste problemas con Del Paso… –Bueno. Pues no problemas. Entonces escribió, defendiéndose, y yo le contesté. Y fue un atorón… Y esa polémica está desde el principio hasta el final en este libro. –¿Te disgustaste con Orfila también por eso? –Bueno, hay razones y razón. Las razones se las dejo al lector... Y la razón es… que yo era un hijo de la chingada. No respetaba a nadie. –También con Benítez, tuviste problemas, ¿verdad? para la memoria histórica VII Porque no te dejaba decir todo lo que querías decir al prin- tra las leyes mexicanas. Es una potencia extranjera. Y no cipio ¿no? debemos aceptar medallas sin pedir permiso al Senado. –Cuando llegué de Guadalajara, recién llegado con O sea, que hasta legalmente está mal hecha la Academia. la beca Rockefeller… «Premio Mexicano de Escritores»… Después le quitaron ya lo de Real Academia. Es la Academia Llegué diciendo todo lo que pensaba. De toda la gente… Española de la Lengua. Quitaron lo de la Real. Seguíamos Yo nunca he atacado tontos, sino a la gente importante, siendo súbditos, doscientos años después. Y ellos son ¿no? Si un crítico se dedica a hablar de gente más tonta que súbditos de España. Y hablamos de libertad ¿Cuál libertad él, es difícil encontrarla. literaria si dependemos de Madrid? –Tienes que atacar a la gente que vale la pena. Y con la que quieres convivir y vivir. Tú quieres ser una de ellas. –Pero tú siempre has dicho que la República de las Letras goza de mayor salud que la República Política. –Pues sí, pero imagínate cómo estará la República de Los conflictos con Paz Carne y Hueso frente a la de Papel y Tinta. –¿Con Octavio Paz cómo te llevaste? –Escribí que el Laberinto de la Soledad era un libro Los inteligentes de México reaccionario. Era un libro que en lugar de ayudar a los La conversación toma otro sesgo. Emmanuel abre un nuevo mexicanos a dejar atrás sus complejos, se los aumenta- ramal, a partir de la admiración por la inteligencia y rinde ba. Que les explicaba toda una serie de cosas, pero no homenaje a un hombre que si en principio luchó a favor completamente. –Sí, ustedes tienen este mal, pero decir de la independencia de México, participó también en el vamos… cómo superamos ese mal, es lo que no supieron movimiento separatista de Yucatán y apoyó la separación ver ni Samuel Ramos (1897–1959) ni Octavio Paz. Y tenemos de Texas, por lo que el Estado le canceló la condición de complejo de inferioridad. Pero ahora, carajo, si no lo tuvié- mexicano al considerar que había traicionado al país. ramos, no tendríamos ni eso. Es nuestra única… el sarapito que nos cobijamos cuando hace frío en el mundo. –Sergio Magaña (1924–1990) decía que no tenemos complejo de inferioridad, sino que somos inferiores… – Yo creo que el mejor pensador, el hombre más inteligente de México en el siglo XIX fue Lorenzo de Zavala (1788–1836). Y este señor sirvió a Yucatán, primero, después fue… quiso ser separatista. Sirvió a España, fue dipu- –Ahora, atacar es muy fácil. Hay que construir. Es decir, tado a Cortes. Sirvió a México. Zavala, es el hombre más la literatura mexicana no es la francesa, no es la alemana… inteligente de México. Como escritor, El viaje a los Estados No es ni siquiera la española que es quizá la más floja de Unidos es notable, su periodismo es magnífico. Un hombre Europa. Aquí, una gente que no tiene talento puede llegar de inteligencia, atroz. a ser una luminaria. La Academia de la Lengua está llena –Y en el siglo XX, ¿quién podría ser el equivalente de de gente que firma con dedo… Porque no saben escribir. ese hombre más inteligente? ¿A quién encontrarías con una No han hecho una obra que valga la pena. No conocen la capacidad semejante…? gramática. Sobre todo tienen una riña permanente con el talento. –A ti jamás te llamarán para la Academia. –No y me han propuesto. Salvador Elizondo (1932– –Pues yo creo que sería en… pienso en varios, que entre todos harían uno. Mira, pondría a Octavio Paz, pondría a Vasconcelos. –Hasta cierta edad… A Vasconcelos 2006) me propuso… y obviamente me rechazaron. –Sí, a Vasconcelos, en cierto momento y además, como Oye, yo nunca hice la menor… al contrario. En general Ministro de Educación Pública. Y en el siglo XX, hace un las Academias son… la cosa irreal en la Academia, va con- modelo educacional, que todavía, a principios del siglo VIII El Búho XXI, si se pusiera en práctica, saldríamos de los dominios exploró también en la larga charla con el autor la literatura de la Profesora y seríamos un país… Cada vez estamos más y la ideología de Gabriel García Márquez (1927– bajo, más bajo, más bajo, mundialmente, en la educación. Nobel de Literatura en 1982: ), Premio Bueno… Yo metería a Paz, a Vasconcelos, quizá al histo- –Cuando Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, riador Francisco Bulnes (1847–1924). Ah y algo de Samuel estaban en Mundo Nuevo, este… uruguayo Emir Rodríguez Ramos, Jorge Cuesta (1903–1942)… Monegal (1921–1985)… era la derecha. Cuando se dio cuen- –No has incluido a ninguna persona de izquierda. O son del centro o son de derecha… –Pues mira Arnoldo Martínez Verdugo (1925– ta Gabo, de que por ahí no… entró a Prensa Latina como reportero… Nunca quiso ir a la Habana, nunca quiso meter- ), a se a la Casa de la cultura, a la Casa de las Américas, porque quien yo estimo mucho en lo personal, no dejó nada escri- no quería comprometerse. Ahora cuando vio la posibilidad, to. Adecentó, por dentro al Partido Comunista, lo adaptó ya siendo famoso, de tener un amigo de talla internacional al 20 Congreso… Valentín Campa (1904–1999), hombres que pudiera abrirle caminos, que podría hacerle cancha en que entregaron su tiempo, estuvieron en prisión, sus familias comían una vez al día… Yo los admiro, Héctor. El único partido, mientras existía el Partido Comunista, al que yo nunca pertenecí pero sí admiré, es el Partido Comunista… Yo fui Director de Difusión Cultural en la Universidad de Puebla, en la época en la que estábamos en contra del Estado de Puebla. Y en contra del gobierno mexicano. Íbamos cada semana a llevar un muertito al panteón, cantando La Internacional y las consignas más terribles. Yo hice una labor muy interesante… Antes de lo del 68, o no, después del 68. Sí, sí… Y coincide un poco cuando yo conozco a Beatriz. Iba por mí a Puebla los viernes y nos… Yo estaba de lunes a jueves hacía Diógenes, que era más de izquierda, jugaba el juego de la democracia que publicaba en la extrema... Yo jugaba con puros grupos: los Tupamaros, los Sandinistas, los Cubanos… Más de izquierda… yo podría ser… Ah, también, cuando era miembro de la revista Casa de las Américas de la Habana, la mejor revista de izquierda que hay en el mundo. Cuba y García Márquez En su revisión de los escritores que ha conocido, Emmanuel Carballo, quien está consciente de que su oficio «se presta más a la censura que al elogio», Ángel Mauro para la memoria histórica IX otros predios, empieza sus viajes a Cuba y lo tratan como –Pues sí, pero entonces tenía 20 años. Si todos eran un pachá de derecha y no como un luchador de izquierda. de determinada manera, él quería… y fue muy hábil. Era No hizo nada por Cuba. Cuba hizo por él. Lo ayudó a que un publicista de sí mismo notable. Esa cosa gruesa, gua- fuera famoso ahora sí como grandísimo escritor. Yo leí, yabera tan desagradable, tan cursi. Él la usó y la usó con en originales Cien años de Soledad. Él me llevaba todos dignidad: fue a Estocolmo a recibir su premio en guayabera. los sábados lo que había escrito en la semana para que lo La primera vez que una guayabera no estaba reñida con el leyera y le devolvía lo que había hecho la semana anterior. talento… Pobres yucatecos. Y le decía «Lo que tú escribiste es perfecto. Difícilmente los hombres pueden llegar a tal perfección» –¿Y tú no crees que sea necesario para un escritor hacerse ese tipo… de publicidad? –¿Es el escritor del siglo XX al que más admiras? –Yo he hecho al revés. Toda la gente me conoce. ¿Por –No, no… En su momento sí. Pero ya hay muchos muy buenos. Ya después, posteriormente… En sus memorias, qué? Porque he sido un iconoclasta 24 horas y tiempos extra. en el bogotazo, donde está Fidel Castro a quien no conoce, –Pero además has aprovechado todos los medios ¿no? tratando de cambiar la faz de América Latina, él rompe la –He usado todos los medios: la radio, la televisión. Tú vitrina de una tienda que vende artículos de lujo para caba- me has ayudado en eso. Y una cosa que es la mejor manera lleros y se roba un smoking. Fue lo que hizo en el bogota- de llamar la atención. Decir la verdad. Sin pudor, pero con zo… Asqueroso. Verdaderamente lamentable razones –¿Quién hizo eso? ¿García Márquez? –¿Te arrepientes alguna vez de haber hecho calificación? –Gabo. García Márquez. Claro. Sí, sí, en el bogotazo –Bueno, me he equivocado, me he equivocado. Por –¿Pues no que no le gusta el smoking? Recibió el premio Nobel vestido de otra manera. supuesto –Pero… ¿has corregido? ¿Le has dicho a la persona a la que criticaste mal que te habías equivocado? –No. Pero bueno, yo no tengo por qué decir: «Me equivoqué». Me lo digo a mí mismo. Con eso basta y sobra. Y si puedo, en otro texto digo: me equivoqué por esto, y por esto y por esto, más bien no supe entender. Con las mujeres escritoras –¿Has sido, más insolente con los hombres que con las mujeres? –Bueno, insolente no he sido… He tenido momentos de insolencia. Sobre todo cuando eres joven. Te sientes guapo, que tienes éxito con las mujeres, que la gente te conoce. Te vuelves un poco insolente. Pero, José Emilio Pacheco El Búho afortunadamente, verdad, la Naturaleza se cobra y tú eres la le dio la materia prima para que fuera una mujer desencan- primera víctima: te vuelves viejo, calvo, sin dientes, panzón, tada. El desencanto la llevó a la poesía. Y a la gran poesía. artrítico, diabético. Y ya, todo eso. Sin Ricardo hubiera sido una poetisa de tercer orden –Pero el veneno… el veneno no te falta. –Yo creo que el desencanto empezó cuando se enamo- –No. El veneno… algo me quedó. Ahora ya soy un… ró de Wilberto Cantón (1923–1979). humilde venenoso de tercera categoría, y antes fui de primera. –La perseguían puras cositas chiquitas, como Tito Monterroso (1921– 2003), como... Yo fui compañero de –Una cobra en reposo. estudios de beca en el Centro Mexicano de Escritores. –Eso, una cobra en reposo. Platicar con ella era como jugar «ping pong». Una malicia… –Bueno. Pero me refería a tu trato con las mujeres escri- tuya, y te contestaba otra. Igual o mayor. En cinco meses, toras. Con la gente de la cultura, que también has tenido que al carajo. Esto no conduce más que a la desviación de los comentar. ¿Cómo las has tratado…? ¿Has tenido especiales demás y de ti mismo. Pero, la inteligencia debe aplicarse consideraciones? a cosas positivas y que valga la pena. Pero en ese tipo, –Yo fui descubridor de Elena Garro (1920–1998)... de Inés Arredondo (1928–1989), de Beatriz Espejo (1939– esos torneos en que verbigracia. Rosario estaría en unos ), primeros lugares. Y femeninamente, yo no he conocido una de Elena Poniatowska. Yo creo que mi única equivocación mujer con un talento para ese tipo de cosas como Rosario fue Elena Poniatowska. Castellanos. –¿A Rosario Castellanos (1925–1974) cómo la trataste? –Yo conversé mucho con ella. Nunca fue mi maestra, –Bien, incluso fuimos compañeros de generación. formal, pero sí lo fue en la vida. Porque conversaba mucho En mis Protagonistas de la literatura mexicana digo que es con ella. A mí me llamaba mucho la atención la perfección una buena poetisa de segunda fila. Y como novelista es muy con la que hablaba. mala. Oficio de Tinieblas y todo eso, son novelas indigenis- –Rosario era 4 años mayor que yo. Y cuando yo llegué tas, de consigna. La literatura no es consigna, es exposición a México, ella era 20 años superior en cultura, en mundo, de un universo. Y que el lector saque sus consecuencias. No en toda una serie de cosas. Ha sufrido mucho. Los hombres se las estás dictando desde la primera línea fueron ingratos con ella. –¿Qué escribiste de Rosario en relación con su trabajo? –La entrevisto en mis Protagonistas… pero pues sin –Para comenzar su familia. Su familia fue terrible con ella. mucho entusiasmo. Que dé sus puntos de vista. Me gusta –Me hizo recordar, Rosario, una frase que es ésta: la mucho un poema suyo, “Lamentación de Dido”. Es extraor- definición de poetisa: «Poetisa es una mujer fea que se hace dinariamente buen poema, perdurará hoy y mañana y el amor a sí misma en verso.» No es mía esa frase. Es de un pasado mañana, entre los grandes poemas de la literatura escritor español, muy importante, cuyo nombre por razones mexicana. obvias, no cito… Es buena frase y se aplica a muchas… –Sobre todo porque se anticipó y resultó autobiográfico ¿no? En la entrevista ella te lo declara. –Muy misógina. –Como era en el siglo XIX… Cuando en 53 yo llegué a –Lo hizo autobiográficamente. Otro libro suyo que me México, la única escritora con la que podías hablar, era ella, gusta mucho. Que no sé si debieran publicarse: sus Cartas una mujer muy culta, muy inteligente. Ahora, ser muy inteli- a Ricardo Guerra. Que es un poco la “Lamentación de Dido” gente no quiere decir que sea buena escritora. Hay mujeres en prosa. Ricardo (Guerra 1927–2007) le hizo la vida… Pero que no son muy inteligentes y hombres que no son muy para la memoria histórica XI inteligentes y homosexuales que no son muy inteligentes, incultos. Entonces le pasó eso a Carlos. Ya no escribía para que hacen obras maestras. Y gentes muy talentosas que los lectores inteligentes. Para sus trescientos y algunos fracasan en la novela, en la poesía, en el ensayo. Y en todos más… los demás géneros literarios. –En los homenajes se estuvo hablando acerca de que –La cultura tampoco te da esa pasión creativa, ¿verdad? Monsiváis se había interesado en el pueblo, que escribía –Y hay quienes son incultos, solemnemente incultos, para el pueblo. Y yo creo que no. Yo creo que escribía… para y son grandísimos escritores. Y al revés: gente muy, muy que ciertos intelectuales supieran que se interesaba por el culta que cuando escriben sus cultismos los llevan a la pueblo pedantería… –Él era el pueblo. Yo cuando conocí a la mamá de Monsiváis me hablaba todos los días, una o dos veces Salvador Novo, Monsiváis diarias, hablando pestes de Carlos. Pero por cariño, no, –No hay muchos Góngoras, ¿verdad? no porque lo odiara, sino por ese cariño que le ves errores –Ni Quevedos. a tu hijo. Porque lo quieres mucho y te da pena y dices: «Yo –¿Tú crees que aquí haya habido un Quevedo? ¿Cómo amo a mi hijo». Le ves defectos, para que digan: «No señora consideras tú a Salvador Novo, que era el maestro de la está usted equivocada, su hijo…» No, Carlos Monsiváis tuvo invectiva? un arranque de caballo de aquí a Londres. Llegó a la meta –Bueno pasa por la línea de Quevedo... por la sátira como burro. aguda que tiene. Yo le publiqué en Empresas Editoriales… toda la prosa. Bueno, yo estuve un poco… –Sí, sí. Yo tengo ese libro. Claro que sí. José Emilio Pacheco –¿De José Emilio (1939– ), qué piensas? –Mis entrevistas que agregué a mis Protagonistas… las –También es otro descubrimiento mío. Él me hizo la más grandes son con Salvador Novo. Le publiqué sus notas Poesía del siglo XIX. Nunca se atrevió a hacer la autobio- en los periódicos. La vida en México por periodos presiden- grafía. Yo digo que tuvo miedo de ver qué traía adentro. ciales: Cárdenas, Ávila Camacho, Alemán. Mi admiración Fíjate que José Emilio nunca hablaba de sí. Se ha retratado por Novo era… más grande antes que ahora. Se repetía en algún personaje. Batallas en el desierto. Es un poco su mucho. Era un Monsiváis, con talento. infancia. Está medio enamorado de la mamá de un com- –¿Cómo te llevaste con Monsiváis? pañero. Fue la única infidelidad en… Que no podía ena- –Bueno, yo lo descubrí… Yo le publiqué La antología morarse de una mujer casada. El pecado más grande que de la poesía mexicana en Empresas Editoriales. … Tardaba ha cometido. La falta de erotismo, la falta de compromiso. cuatro o cinco años, se quedó como con 70 libros míos. Le Nunca ha sido un apóstol tratando cuestiones religiosas. publiqué su autobiografía que era muy buena. El primer Nunca ha cometido errores sexuales de enamorarse de una Monsiváis es excelente. A Monsiváis lo que lo pierde es la mujer equivocada. De una mujer mejor que la que tienes fama… y tener un público. Buscar un público. Entonces y que te da lo que tú necesitas y no te da nadie. Y su poe- escribía para ese público y ya sabía cómo divertir a ese sía… Es un filósofo que hace versitos. Es como las cosas de público. Ahora tú le escribes a un público, especial, con Selecciones, que ponen abajo de los artículos, pensamien- tus características morfológicas, sexuales, intelectuales, tos de los grandes hombres… dichos en pequeñas píldoras entonces no piensas en todo el público, sino en un sector –Sabiduría en pocas palabras muy reducido. Y cada vez Monsiváis escribía para sus admi- –Pero es una gente muy talentosa… Le tuvo miedo radores. Y sus admiradores son realmente tontos, pedantes, a la vida y a sí mismo… Que ahora, como escritor, yo no XII El Búho conozco a nadie en México, que tenga tanta cultura, tanta saber cómo poder encerrarlo en su jaula». Y así, pasó. Díaz capacidad personal para escribir. tuvo razón, conocía. Un hombre rico que nos quiere… que –Y de investigación. quiere que los pobres sigan tomando Madero XXXXX, y no –Bueno, todo. Como periodista en Proceso… alguna bebida de otra marca. Pues ese es Madero, un señor –Yo recuerdo que nos leía a todos. Siempre sabía lo que muy bien intencionado, pero las buenas intenciones en acababa de escribir, y así escribiera yo en un periódico poco conocido, en una revista. A mí me sorprendía: Bueno, ¿cuándo tienes tiempo de leernos a todos? política no cuentan sino los resultados. En la larga conversación sostenida en su casa de Cuajimalpa, de la cual Carballo es su cronista, se extiende –Mira, yo como talento en México. De gentes que yo con su facundia característica sobre cualquier tema. Y hay haya descubierto, es el más talentoso. Ahora, qué carajos que resistirse a la seducción sirenaica de sus palabras y ha hecho con su talento. Cosas inferiores a lo que pensá- taparse los oídos con la cera del motivo de la entrevista. bamos que iba a ser José Emilio. Han sido muy aplaudidas, pero van a ser muy pronto olvidadas. ¿Por qué? Porque no Luis Spota hay vida adentro. No hay una visión del mundo, de hom- –Tú tuviste fricciones muy fuertes con Luis Spota, ¿verdad? bres, de sí mismo. De sus horrores internos. De tus errores –Bueno, no fricciones. Puedes tener fricciones con personales. Políticos… Nunca se ha metido a la política. gentes de tu misma altura. Yo, decía lo que pensaba de él. Se va a la cargada, a la que firman los escritores. ¡Yanquis Ahora, por otro lado, desde el punto de vista puramente go home!, Díaz Ordaz. Nunca estuvo en Tlatelolco, como estuve yo, como estuvieron muchas gentes. Estamos vivos, porque tuvimos suerte. Pero nos la jugamos. Le faltó jugársela. Afrontar. Como si fuera un toro bravo, agarrar la brida por los cuernos. Tuvo miedo, es decir, ¡pastelero!, volviendo a los pasteles –Bueno, López Velarde también tuvo miedo de entrar a la lucha armada. –No, no, no. –Aunque fue maderista. Fue maderista, lo defendió como su abogado y con Pedro Antonio de los Santos (1854 –1913), hizo el Plan de San Luis. –Pero Madero, era como el liberalismo del siglo XIX en pleno siglo XX. Es una figura anacrónica la figura de Madero. La Revolución empieza más tarde, con Lázaro Cárdenas, con Calles, con Obregón. Madero era un pobre… Panchito. Porfirio Díaz: «Mira Panchito, vas a despertar al tigre y no vas a Carlos Monsiváis para la memoria histórica XIII de talento personal, si Spota no hubiera sido tan pillo, si ética, ¿sabes? La ética, pensaba que era un pastelillo que no hubiera querido triunfar tan rápido. Que los medios, vendían en Sanborn’s. Es una cosa que se nace con ella, o el box, que esto, lo otro, el más allá. Spota tenía dotes de sea, ya no se aprenden. Es como decían: «Ese no es Spota, ser un excelente novelista y él mismo se rompió las piernas es Sputa». Como cuando decía Novo de su mamá. para no hacerlo, aliándose a las causas innobles. Por ejem- –Pero, Spota era un buen contador de historias. plo… Esa cosa de Tlatelolco, que hizo… –Ah, pero excelente, excelente. –¿La plaza? –Ahora… ¿Eso es suficiente para ser buen escritor? –Es de las novelas más infectas que se han escrito en –Si tú te pones a estudiar. Y tienes una moral. Sabes México. Pagado por todos lados. Si Spota hubiera tenido qué es el papel que vas a representar. Y escoges tu público. Y tratas de ayudar a tu público. No a divertirte de la manera más fácil, sino agarrar la parte de arriba y buscar que tu lector se eleve a sí mismo al leer tus obras. Si en lugar de hacerte tres puñetas, te hacías cuatro, después de haber leído El paraíso. Era una cosa… Políticamente le decías «Eh, eso es una porquería. Váyase a que le paguen más». Y no hay moral, hay lana. Si Spota hubiera sido un hombre éticamente decente, hubiera sido un excelente escritor, no lo fue. Blanco Moheno (1920–2001), era otro caso parecido. Quiso ser un Bulnes y terminó siendo un mamarracho. –¿Pero basta la Pasión? –No, claro que no. pero no, ¿pero la pasión? –Que fue el caso de Blanco Moheno, por ejemplo. –Ah, es una isla… La isla de la pasión. La pasión es una isla. –Ésa es otra obra –Por un momento que estás afuera de ti mismo. Y crees que lo azul es rosa y lo rosa es azul. Pero las pasiones pasan muy pronto –Casi el paraíso es una obra muy lineal. Cuenta muchas cosas, pero no usa recursos literarios. –Y es muy inculto. Yo me acuerdo que XIV El Búho Juan Román del Prado Eduardo Villaseñor (1886–1978), uno de los fundadores El trato con Krauze y con Paz del Fondo de Cultura Económica, mandó una carta a La Con Emmanuel es fácil divagar. La entrevista comenzó tem- Gaceta cuando publicamos la obra para aclarar: “En Sicilia prano, con un convite de café y galletas, el crítico en traje no hay caza mayor”. Y unos personajes de Luis Spota, se de casa, cómodamente instalado para escribir y escribir, van de cacería cuando esos animales no existen, en el lugar la historia de la literatura, sus memorias, sus simpatías y a donde van a cazar. Se tiene que tener cultura, le faltaba diferencias, en honor de su admirado Alfonso Reyes, pero cultura y honradez. Era muy inculto. Era cultura de perio- hay que volver a la razón de querer conversar con un icono- dista de la época. De Denegri (Carlos, 1910–1970) y Barrios clasta, el «francotirador» de las letras, como se ha definido: Gómez (Agustín 1925–1999). Si hubiera sido más decente, su trato con escritores. pudo ser un excelente escritor. Tuvo algunos problemas, de novias: Elda Peralta (1932– ), que lo defiende y lo defiende. –Tus relaciones con Octavio Paz, nada más las insinuaste, ¿pero qué hubo con él, Y bueno, las regalías le tocaban a ella. Nunca le dio el título –Bueno, primero, es mi maestro. Después, hicimos la de esposa, sino de amante preferida, pero le dejó sus obras. revista Mexicana de literatura. Carlos Fuentes y yo éramos Que cada vez recibe menos. Yo digo que: «De tomar caviar los socios. Por «walkie talkie» le consultábamos todo a a tomar frijoles». Octavio y hacíamos lo que Octavio decía. Fíjate qué decen- –Alguna una vez tú hiciste una mención de Spota delante de su hija. Tú eras maestro de su hija. tes fuimos Fuentes y yo. Enrique Krauze, empezó a ser, primero el malvado… Una de las gentes más malvadas de –Sí. En la Ibero… Una señora salía, se iba llorando. cuello duro que yo conozco es Enrique Krauze. Primero Era la hija de Spota. Así pienso yo de su papá. Que llore más convenció a Paz de que era talentoso, después, se apoderó y le diga al papá ¿por qué eres tan pillo? Ojalá que la niña de la revista, luego, decía ¿quién es el heredero de Paz? le hubiera dicho a su padre. Lo hubiera salvado a él y a la Fuentes. Recuerdo que la única vez que yo he platicado literatura mexicana. Y no lo hizo la malvada muchacha. con Krauze, me invitó a comer. Fui. Ya trabajaba con Paz y En ti, esas cosas no corresponden a tu imagen de hombre era de sus hombres de confianza, después lo traicionaría. Él que… no define la sensiblería. sería el Judas de Octavio Paz. –Pero ¿sabes qué pasó? Que le llevó la queja a su papá. Y –¿Pero ya lo traicionó? Spota me contó. Porque yo colaboraba en el Suplemento cul- –Lo traicionó, pero ya te contaré por qué lo traicionó. tural del Heraldo. Entonces, me dijo que, para eso él era… –Me invitó a comer a un restaurante para que le habla- el Jefe de la Comisión de Box. Le voy a mandar a Emmanuel ra mal de Carlos Fuentes. ¿Qué pensaba Fuentes? ¿Cuáles Carballo uno de los gorilitas que tengo para que lo busquen eran sus intenciones? Si realmente admiraba a Paz Y todo en la calle y le hagan un pleito. No sé si lo hizo. apuntaba contra Paz. Yo, como nunca he hablado mal de –No, no lo hizo, afortunadamente. Pero yo hubiera seguido pensado lo mismo, es decir, que ese señor iba a aprovechar su puesto para mandar un gorilita… y darme en la madre. Fuentes, ni de Paz. Hasta Artemio Cruz, Carlos me parecía un excelente escritor. –¿A pesar de los modelos que según se ha dicho ha tomado siempre? –No lo hizo, me aseguras, pero ya el hecho de que lo –Bueno, bueno, el que no tiene buenos modelos, es un pensara… a mí me hizo sentir mal con él. Porque era un pinche escritor. El que tiene buenos modelos aunque sean pensamiento gangsteril, totalmente. Cómo voy a mandar unos pillos es un gran escritor. En ese sentido… Tú pue- a alguien... Oye, en todo caso vengo y te reclamo: «¿Por qué eres majadero y ofendes a mi hija?» des tomar influencias de un pillo…pero no puedes ser un pillo. para la memoria histórica XV –Pero si superas al que estás tomando de modelo, bueno. Pero si no lo superas… «–Las que usted quiera, maestro». Todas las abyecciones de la mala literatura, por escrito u oralmente, las hacía Krauze –Bueno, sí claro con Paz. Y ahora, él manda al maestro al diablo…, saca su –Los papeles de Aspern es mejor que Aura. Y está toma- propia revista para ser la gran figura. Es la gran figura de la do de allí. derecha. Cómo andará la derecha en México... –¿Quién carajos no tiene su genealogía? Como decía… no recuerdo quién… creo que Villaurrutia, la frase decía: Los arrepentidos de la izquierda «Hay que tomar y fusilarte a un artista, leer a un autor, apro- –Bueno, hay muchas figuras de la derecha vechar a ese autor y después matarlo para ser tú el único –Bueno… Pero ¿quiénes? que se queda con esa herencia» –Aguilar Camín. –Bueno, Octavio Paz lo dijo: «El plagio se justifica con –¿De la derecha? la muerte del plagiado», idea que a su vez tomó de Diderot –¿Dónde lo ubicarías? (Denis 1713–1784) y ciertamente la mejor. –En la pillería. Todo el dinero de Nexos y todo eso, se –Déjame contarte algo que no le he contado a nadie… Yo creo que esto que estamos haciendo, aparte de ser una los dio Salinas (de Gortari). Le hizo la revista, la editorial. Esas… son abyectas todas estas gentes entrevista. Yo nunca he dicho tantas cosas tan terribles, –Aguilar Camín venía de la izquierda como las que te cuento. –Venía de la izquierda, y muchas de las gentes venían –Te la voy a pasar para tu libro de la izquierda. La mayor parte. Como la izquierda no tiene –Sólo una gente inteligente cómo tú puede hacer que el dinero, se van a la derecha. Además el mundo se hace a una gente hable de cosas que valen la pena, desde un la derecha. Cada día, ya ser de izquierda es para que estés punto de vista de uno de los protagonistas de la literatura en una jaula, en un zoológico porque es una especie a mexicana punto de extinguirse. Somos unos cuantos que no nos han –Gracias, querido protagonista. ¿Qué es lo que ibas a decir? –Ah pues entonces te decía lo de Krauze. Entonces, apuntaba a toda la gente que conocía a Fuentes. Yo no cazado para llevarnos a Chapultepec. Dicen ¿dónde vives? Yo no voy a decir: «En la calle de Salazar, sino en la jaula número 4, a la izquierda en Chapultepec». Soy una joya de esos señores extinguidos, o en vía de extinción. le dije nada contra Fuentes, yo lo que tengo que decir lo –¿Y te arrepientes de haber sido de izquierda? escribo. Logró que Octavio Paz repudiara a Carlos Fuentes. –Ah, no, al contrario. Se apoderó de Octavio Paz. Vuelta. Muere Octavio Paz y –¿De tus amores juveniles? en lugar de seguir con la revista que hacía le paga, usu- –No, mira, todavía… Leo el Reforma para ver qué rariamente como un judío, a Marie-Jo, la viuda de Paz, las piensa la derecha. Leo el País, para saber qué pasa en acciones de Octavio Paz. Mata la revista que tenía la firma México, tienes que leer el País. Y entonces dije: «Bueno, y la fama de Octavio Paz y hace su propia revista en la que me falta algo». Me regalaban Excélsior, gratis. Dije: «Ya no no se habla de Octavio Paz, o de pasada. El importante me lo manden señores». Yo escribí en Excélsior en la época es él y se hizo una gran figura, es un héroe con pies de buena y éramos buenos escritores. No me lo manden. Dije: barro. Es un sinvergüenza a base de toda esa serie de ma… «Necesito algo…» Me suscribí a Proceso. Ayer llegó el primer Bueno, no mató a Paz, fue amable. Y empezó hablando de número. Y del Proceso de Julio Scherer (1926– ), al Proceso Paz. Ahora no sale una sola mención de Octavio Paz en la de ahora… Es como: de Thomas Mann a Luis Spota. revista. Antes: «Maestro, esto, lo otro», «–¿Qué horas son?» Verdaderamente es vergonzoso el Proceso, ¿verdad? Bueno, XVI El Búho apenas he leído un número. Pero era vergonzoso. Una cosa y esto, es un gran escritor, es un gran poeta, deslumbrante de Sor Juana, con una falta de información. Atacando a Paz, ensayista, pero es un reaccionario redomado y le voy a los sorjuanistas de derecha. Defendiendo al arzobispo que demostrar por qué. Y pongo todas las pruebas… Está en hizo que esta mujer vendiera su biblioteca, dejara de escri- los Protagonistas de la Literatura Mexicana. Ahora, Octavio bir, sus cosas de física, de música, todo eso. Proceso… real- Paz en uno de sus libros habla: «Mi polémica con Emmanuel mente podía estar de acuerdo, en desacuerdo, porque hacía Carballo», y pone lo que él dice y no lo que yo digo. Es como pensar. Te daba una visión coherente del mundo desde el el epistolario con Tomás Segovia (1927–2011), pone las car- punto de vista de la izquierda. Ahora lees Proceso y dices: tas de Octavio Paz, no pone las cartas de Tomás Segovia. «Carajo, con razón la izquierda ya no existe. Esta revista es –Así lo hizo también con la polémica con Monsiváis, para subdesarrollados». Es para decirles: «Señores les rega- –Eso es una… cochinada. Yo junto lo que decía Octavio lo los mil quinientos pesos que costó la suscripción, pero Paz y lo que digo yo. Y lo apabullo realmente, yo tenía por favor, ya no me la manden». la razón y él estaba equivocado. Ahora, es un libro que se ha vendido, se sigue vendiendo y quizá en el futuro sea un Octavio Paz: conflicto y admiración referente del México de los años cin…, cuarenta y nueve. –Bueno. Has rehuido la pregunta que te hice acerca de tus –Cincuenta. relaciones con Octavio Paz. Los conflictos que has tenido. –Sí, cincuenta. Yo tengo la primera edición de Cuadernos –Lo he puesto por escrito en mis libros Americanos, que hacía don Jesús Silva Herzog. Y tengo la –Pero yo no estoy entrevistando a tus libros. Dímelo, del Fondo de Cultura Económica, la reciente… Ya no hay dímelo de viva voz, por favor. mexicano de clase media, media, y baja que no haya leído –Bueno… Te conté que le preguntábamos todo lo que El laberinto de la soledad. hacíamos Fuentes y yo. Ahora, yo como gente de izquierda, –Lo piden en las escuelas. empecé a hablar de muchas cosas. Y me di cuenta, por –Sí, puede ser. ejemplo, que el Laberinto de la Soledad, era un libro encantador. Pero si tú leías un poco más atrás, era un libro, desde el punto de vista de la izquierda, que no correspondía realmente al México que queríamos construir, que estábamos haciendo… Sino que servía al México que había que sepultar y no en el Panteón de Dolores, sino en cualquier osamentario de Tlaxcala o del estado de Hidalgo. Entonces, Paz me contestó, hablándome, perdonándome la vida. No, yo volví a escribir. Todo esto era en México en la Cultura de Novedades, el mejor periódico de México, en ese momento. –Cuando lo hacía Benítez. –Entonces yo escribo como 10 cuartillas en que digo: Octavio Paz, es esto, y esto, Luis Spota para la memoria histórica XVII –Además el capítulo elegido es el de Los hijos de la –No, pues Emmanuel Carballo… Pues, mira. Yo soy una Malinche, tal vez por el atractivo de las groserías. ¿Y que figura… Hay una frase que ha corrido con suerte: «Soy una más con Octavio Paz? Porque creo que fue una figura fun- figura molesta, pero necesaria» Y es cierto… Yo me definí… damental, ¿no? Hice la crítica con una manera de ver el mundo, con dig- –Oye, yo nunca he dejado de admirar a Paz. No he nidad moral y con sapiencia y con amor a la literatura. Si estado de acuerdo con Paz. Pero la imagen de Paz… Yo soñé me leían sabían lo que pensaba porque estaba bien escrito. cuando era niño, ser como Alfonso Reyes, y si no podía, ser Estaba bien pensado y tenía muchos huevos. Ésa es la sín- como Octavio Paz… Como Luis Spota, si fracasaba total- tesis de Emmanuel Carballo. mente, mi ídolo sería Luis Spota. –¿Hay alguien que tome tu estafeta? –¿Y Emmanuel Carballo en qué nivel quedó? ¿Entre quiénes o más arriba de quién? –Bueno, yo digo que ya, que después de veinticinco años, la crítica, deja de ser crítica y se convierte en algo tan inútil como la ballena que está en la biblioteca José Vasconcelos. Ya es obsoleto como un Zeppelín. Yo digo que yo soy un Zeppelín. Y ya llegó la gente joven. Por eso me retiré. Yo ya no escribo con mi estética caduca. Cómo voy a hablar de los jóvenes si ya no los entiendo. ¿Por qué voy a hablar de lo que no entiendo? Guardas silencio. Dejas de hacer una vida activa y te dedicas a hacer tus memorias: Y yo fui, yo hice, pero nada más. –Alguna vez, así lo declaró, María Elvira Bermúdez (1916–1988), que fue una crítica, quien también decía que ya no escribía de los escritores jóvenes porque no los entendía. Es lo que pasa, ¿no? Necesariamente dejamos de entender… –Estoy totalmente de acuerdo. Ahora, hay que hacerlo. Ahora cuando ves gentes que llegan a los noventa años y siguen hablando del libro que salió hace seis semanas. Entonces te cuenta la historia de un libro, pero no te habla si el libro es bueno o es malo. Piensan que, contándote la historia, ya criticaron un libro, y no. ¿Pero, crítica? No hay crítica en México. Yo quizá fui el último crítico mexicano. Jaime Torres Bodet –Torres Bodet (1902–1974), tampoco fue una persona de tu consideración, de tu amistad ¿no? Lo criticaste mucho. Juan Alarcón XVIII El Búho –Cuando yo dirigí Empresas Editoriales, de Martín Luis él supo hacer las cosas muy bien. Pero no de una manera Guzmán y Rafael Jiménez Siles (1900-1991), hicimos, pues distinta a la que se hacían entonces. Él era un borrego muchas cosas, ya te he contado algunas de ellas. Una colec- más de esa manada. No empezó a hablar de los chivos. No ción Un mexicano y su obra. Yo tardé en hacer su libro tres fue chivo ni fue otra cosa. Fue un epígono de una manera años, pasaba dos tardes a la semana en Lomas Virreyes, de ser y de vivir. Ahora, no se hizo rico. Se casó con una con don Jaime, platicando con él. Yo… lo admiro mucho. mujer… [Decían que era homosexual. Yo creo que ni era No es Alfonso Reyes, pero casi, se le parece en muchos homosexual, ni era heterosexual, no le interesaba el «sexo sentidos. Y digo en algún lado, que en los dos, tres años, me da risa», como decía una señora novelista mexicana, que tardé en hacer el libro, nunca me ofreció… una taza Magdalena Mondragón (1913–1989), que a ella sí le gustaba de café. Es que me veía como una máquina, pero digo, no el sexo. solamente me veía a mí, él se veía a sí mismo como una –Hay gente asexual. máquina puesta al servicio de los demás. Como Secretario –Y yo creo que era un ser asexuado. Sí. Yo creo que de Educación Pública, como director de la UNESCO, entregó por ahí andaba la cosa. Pero pues muy respetable. Es su vida a los demás y cuando vio que ya no podía hacerlo, otra manera de ser, tan respetable como ser homosexual, se pegó un tiro con una enorme complicada enfermedad, que una mujer que le gusten las mujeres, a un hombre que que ya no la aguantaba por el dolor inmenso que sentía. le gusta que se la mamen, o que… o sencillamente, no tener Yo llegué a admirar a Torres Bodet. Ahora, yo no quisiera sexo. Es… todo… En cuestiones de sexo el que más sabe ser… Si yo hubiera sido como don Jaime, no sé qué hubiera es un pobre borreguero, que se la sabe de todas, todas, hecho, pero no me hubiera dedicado a la literatura, sería que se acuesta con sus borregas… Quizá sea el mejor sexo marinero… Sería alpinista. Viviría en Suecia, con el frío en que haya. Ya que todo es comprensible… y nada es repro- los huesos. Pero… llegué con el tiempo a admirarlo. Una bable. Yo aplaudo todas las posiciones, todas las opciones gente que dedicó su vida: primero a la literatura y después y a todas las gentes que practican el sexo como quieran a México. Y, después al mundo, en la UNESCO. Yo creo que y a la hora que quieran. En mi amplia moral que te dan en el servicio público, después de Vasconcelos, el otro gran los muchos años, una cosa que repruebo es que un padre mexicano, ha sido Torres Bodet. Me leí toda su obra, y real- se acueste con su… que viole a su hija. Todavía el hermano mente escribe muy bien. Su Balzac, es un precioso breviario a la hermana, yo creo que es más comprensible. Un hijo del Fondo de Cultura Económica; Tolstoi, que es muy bueno; con su mamá, pues también me parece eróticamente muy su Pérez Galdós, es muy bueno. Su crítica pictórica es muy bonito. Pero un hijo… un papá que viole a su hijo, si ya buena. Sus sonetos a la muerte de su madre, son excelentes realmente no tiene absolutamente ningún… asidero. sonetos. Sus prospectos… sus noveletas, que hizo cuando los Contemporáneos estaban en el poder. Pues era lo que se –Te va a excomulgar Juan Sandoval Íñiguez (1933– ), cuando lea esto ¿eh? hacía en España y en Francia. Benjamín Jarnés (1888–1949) –Pues lo publicas, me gustaría. Porque le quedan dos en español. No tuvo poder creador para inventar una nueva años de cardenal 16. Tienes que publicar pronto esta entre- manera de escribir. Pero dentro de la que escogió lo hizo vista, porque si no ya cuando… admirablemente bien. Allí yo corrijo mis juicios inexpertos –Ya se va a jubilar. Ya no llegó a Papa. de la juventud, con esta cosa que te digo. –Ahora, atacar al pobre de Sandoval Íñiguez, quién –Pero alguna vez expresaste que él tenía más biografía que vida… –Pues lo sigo diciendo. Es lo que te estoy diciendo. Que carajos no lo hace bien, pues todos lo haríamos muy bien. Es una presa fácil, hasta con los ojos cerrados le atinas en el corazón, en los campos de tiro. para la memoria histórica XIX – Tu amistad con Elena Garro, ¿no te distanció de Octavio Paz? Mi madre, es del mismo pueblo que su primera esposa, Sara Sánchez. Y me acuerdo de una cosa, el papá de Sara –No. Bueno. Yo defendí… Yo, yo me peleé muchas Sánchez, la esposa de Arreola, se llamaba Juan Sánchez y veces con Elena. Yo iba mucho a las tertulias que hacía era un hombre que llegó a tener cierto dinero en los pue- Octavio Paz en su casa. Cuando apenas era Subsecretario blos del sur de Jalisco. Y cuando yo comía y no agarraba de Organismos Internacionales en Relaciones, y la señora bien los cubiertos me decía mi mamá: «Pareces hijo de Juan de la casa, Elena Garro, cuando llegábamos todos los de la Sánchez». Y Arreola fue esposo de una hija de Juan Sánchez. generación de la Revista Mexicana de Literatura, y la gente Imagínate, qué equivocado estaba, él que estaba destinado importante de ese momento. Quien hablaba, quien se lucía, a camas principescas. quien nos seducía, era Elena, Octavio era un insecto y la otra, una especie superior, Elena se volvía hermosa, era de –Sí. Y a gustos de sommellier, también. Porque era muy buen bebedor... una inteligencia que Paz parecía su acólito y el sumo sacer- –Y sabía comer muy bien. Tenía muy buena idea para dote. Ahora, Paz sufrió mucho con Elena. Yo no sé cómo la muchas cosas. Pero ahora, la más auténtica de sus cosas es aguantó, le hizo… era una loca Elena Garro. Ahora, entre La feria e “Hizo el bien mientras vivió”, que fue su primer más loco eres, en algunos casos, produces mejor literatura. cuento impresionista. En mis entrevistas con Arreola… hay Octavio Paz ayudó tanto a Elena Garro: la puso en teatro en una cosa muy bonita. Me cuenta un cuento que le gustaría Poesía en voz alta, salvó una novela que tenía arrumbada hacer. Años después escribe ese cuento, y es mejor cuando en un mueble viejo, Los recuerdos del porvenir, se la lleva a me lo contó que cuando lo escribió. Arreola tenía un don Joaquín Mortiz, y es personaje del que se burla Elena Garro del lenguaje que yo no se lo he visto a nadie. Y mira que en todas sus obras, escribí para el público más de cincuenta años. Y entrevisté –Y además lo engaña con Bioy Casares (1914–1999)… a la gente más notable de este país. Y un talento verbal… –Acabo de oír un programa de Radio Educación… creo Como… gente que conversa. que era Radio Educación. Sobre Elena Garro. Yo participé –Una teatralización de su vida también. Él fue actor. diciendo, hablando críticamente de Elena y lo que te estoy –Fue un actor que no tuvo… que se realizó hablando diciendo. Y presentan una carta que le escribe Bioy Casares por televisión y escribiendo. Algunos textos de Arreola, sir- a Elena Garro. Una carta de amor tan maravillosa que es ven… cuando la ciencia la convierte en tecnología y hace para justificar esa infidelidad de Elena Garro. Con esa pin- Baby H. P. y El hombre que tiene el maniquí, que ahora ya che carta, si eres mujer le das la nalga a cualquier persona. existen. Ya te venden maniquíes… en las tiendas. Arreola Una carta de amor… ¡Ah! Te quedas con la boca abierta. inventó eso. Bueno, no lo inventó, pero fue uno de los pre- Ahora, a Octavio el sexo le interesaba, pero no tanto. Le cursores en este país de algo que hoy ya no es literatura, interesaba más la poesía, el conocimiento, la fama y escalar es realidad. derecho al Everest, que fue el premio Nobel. También muy merecido, por otra parte. Pero, pues sí… Yo creo que era El trato con escritores insolentes más dada al sexo Elena que Octavio. –Oye, tú trataste con unos insolentes. ¿Cómo te fue con –¿Y Arreola? Arreola, sí era muy erótico ellos? Un tal José Agustín (1944– –Era muy erótico, pero era más verbal que real. Saldaña (1944–1982), Gustavo Sainz (1940– –Pero tuvo muchos amoríos. ), Parménides García ) y otros... –Pues, mira… empiezo con Parménides. Ah, Parménides –Pues sí. Sí, bueno, la gente se enamoraba de él fácil- cuando llega a mí, es un muchacho. Su padre era car- mente. Realmente era fascinante. Yo traté mucho a Arreola. denista, hombre de izquierda, marxólogo, y al pobre de XX El Búho Parménides lo puso a estudiar marxismo y llegó haciendo –Sí, fue muy bien recibido por gente joven. realismo socialista. Entonces entre Elena Poniatowska y –Pues que bueno, me da mucho gusto saberlo. Yo yo, hicimos que abandonara semejante cosa. Que entrara pensaba que era una antigualla más: los editores ya no lo a la Universidad a estudiar Letras, en lugar de Economía. publican. Le presté libros, algunos no me los regresó, pero los supo aprovechar muy bien para hacer su primer libro de cuentos. –A estos jóvenes de la Escuela de Escritores, les gustó su apasionamiento. Fui su editor. Le prestaba dinero. Cuando no tenía dinero –Fíjate, una de las cosas que le ayudó mucho a me visitaba: «Carballo, maestro, ábrame, necesito dinero, Parménides fue morir literariamente. Como Margarita deme mis regalías». Me rompía vidrios para que saliera. Era Gautier, murió como debía morir, de tuberculosis. insoportable, insolente. O su papá venía: «Oiga ayúdeme a salvar a Parménides, anda mal». «Pues señor, la culpa es suya, no lo supo educar. Yo soy solamente su editor. No lo puedo enseñar a escribir. Él sabe escribir a su modo. Y es lo que a mí me interesa, cómo escribe su hijo, no que yo le diga cómo debe escribir». Se ve que no lo educó. Y qué bueno que no lo educó a su manera troglodita de izquierda. Lo dejó vivir. Ahora, este hombre, su mejor literatura es su propia vida. Es extraordinaria. Él vivió su literatura. –Sí. Y también murió su literatura –Cómo muere. En un departamento, llegaba borracho, cruzado. Su padre ya no podía aguantarlo. Le daba primero mensualidades, al final le rentó un departamento en Polanco, en la azotea, un cuarto de servicio, llegó cruzado, cerró la puerta. El invierno fue muy frío y murió de pulmonía. Y tres días después lo encontraron. Yo le publiqué Pasto verde, pues toda su obra importante. Y no me arrepiento. Creo que es uno de mis descubrimientos… Ahora, es literatura para una época. Yo creo que hoy leer a Parménides es un error, aunque en los años sesenta y setenta era una obligación. Y así es la literatura. –Yo les leí textos de Parménides a mis alumnos –¿Y todavía les gusta? Oswaldo Sagástegui para la memoria histórica XXI Parménides murió de borrachera cruzado con la droga. De veces han tratado de matar a Cervantes. Y a Shakespeare. vivir esperando la muerte todos los días. Por fin llegó La Las reglas de las tres unidades. Shakespeare no las usa… Muerte para llevárselo. Y fue coherente. es un mal comediógrafo. Y viene después una genera- –Como escribió Elías Nandino, su epitafio, que nunca ción diciendo: «El gran escritor… de teatro es William supe si lo pusieron o no: «A mí no me mató la muerte, a mí Shakespeare». A Cervantes. Y Cervantes es una monserga. me mató la vida». Hay mucha adoctrinación, muchas recetas de todo. Cómo –A mí De perfil, me parece una buena novela. Ahora, la volví a leer… muchos años después, y ya no me gustó. Es hacer esto, cómo hacer lo otro, cómo hacer aquello. Es una literatura didáctica. Luego vienen otras gentes que la literatura envejece, son como las modas de Christian –Y es excesiva, también. Yo creo que sí es excesiva Dior y de Hugo Boss y de fulanito de tal. –Y a mí, Cervantes nunca ha sido… Yo prefiero –¿Y por qué muchas obras no envejecen? a Quevedo. Yo lo leí como todas las gentes, pero… –Pues porque son genios. Son genios, pero cuántas Honradamente, no soy un Cervantista, ni soy un lector XXII El Búho Héctor Aguilar Camín agradecido. Me gustaban más sus pequeñas obras. Ahora, lo leí y dije esto está raro. Me leí una novela suya. Como por supuesto que es importante El Quijote. Pero, no es den- diálogos. Sin guión al principio. Cambia completamente. tro de mis gustos, un referente. No sabes dónde sucede, quiénes están hablando, dónde empezaron y adónde van a terminar. Es absolutamente una Un clásico reciente novedad, ¿verdad? –Acabo de releer. Por unas clases que doy de Lecturas de –Una experimentación constante… los clásicos… a Albert Camus (1913–1960), con La peste. –A los 60 años es muy interesante eso, ¿eh? Les conté a los alumnos cómo se relaciona esto con lo que –No, ya tiene más. Ya tiene más años, nació en 1940. vivimos hace un año con la influenza. –Si yo tengo 80, él tiene 70. Que terrible. Sí yo soy viejo, –Muy buena comparación. las gentes que yo descubrí cuando eran jóvenes… ya son –Esa actualidad que tiene La peste con la Influenza. maduros o están empezando a dejar de ser maduros para Tiene vida. Es vigente. –Sí, hay mucha... Se puede entender… mejor La peste, después de haber pasado por la influenza. La conversación fluye de la literatura a la política, ser viejos. –Has mencionado pero no has abundado en tu relación con ella, ni cómo la has tratado ni cómo la tratas ahora: Elena Poniatowska. de la salud pública a la manipulación gobiernista para –No, es… mira, yo… pues mira… Elena Poniatowska, plantear falsas disyuntivas entre la salud y la libertad. Con duele porque… Yo hice una Antología del cuento que casi Emmanuel se puede hablar de todo, pero hay que regresar nadie conoce, que publicó Libro Mex al tema de la insolencia. Costa Amic. Uno que empezaba con Carlos Fuentes y ter- Editores que era –Oye, pero a Agustín lo siguen leyendo los jóvenes. minaba con los más jóvenes. Es muy interesante porque –Pues sí, pero lo que te decía, no te lo acabé de contar. en lugar de las notas biográficas de los antólogos, yo les A mí me gustó mucho la novela anterior. pedí a los autores que dijeran… que me contestaran dos –La tumba. preguntas: ¿Por qué escribo? y ¿Para quién escribo? Y entre –La tumba. Cómo de un escritor que todavía está apren- ellas estaba Elena Poniatowska. Tengo en mis archivos diendo a escribir. Que hace cosas que un escritor hecho y de correspondencia, muchas cartas de Elena Poniatowska. derecho no hace. Pero eso es bonito en la literatura de los Yo la conocí cuando tuvo su relación amorosa con… jóvenes. Un libro que no acabó de ser bueno. Pero que si Arreola. Y es curioso, el chico que nació de esa unión, tú sabes lo que es la literatura, ves dónde está el acierto que sus padres no querían que naciera y tuvo los ovarios y dónde está el defecto. Y dices: «¡Carajo! Este muchacho hay suficientes para que el niño llegara; vivía en Roma, donde que seguirlo y hay que ayudarlo. Tiene talento». Me gustó la mandaron sus padres. Me escribía y me mandó las De perfil. Lo… metí mucho a la onda de la buena literatura. respuestas para esa Antología. Es una variedad de cosas, Me gusta, pero yo creí que iba a ser más José Agustín, que empieza con Fuentes y termina con… Está la Poniatowska iba a hacer obras mejores. Fíjate que Sáinz, a quien también ahí…, antes de Lilus Kikus. Hablé muy bien de Lilus Kikus yo ayudé mucho. Lo invité a hacer su Autobiografía. Con era una buena periodista. Ahora, muchas gentes malévolas, esa ida a Estados Unidos, ha evolucionado de tal manera trataron de hacer un ícono de la izquierda cuando esta niña que ya no lo entiendes. Ahora, si no lo entiendo yo, sí lo no ha leído… no digamos a Marx, ni a Engels, no ha leído entienden los jóvenes. Y quizá esté totalmente en la cúspide a esa señora que publicaba Siglo XXI, ¿Cómo ser comunista de la ola y lo que él está haciendo técnicamente en la novela en 24 lecciones? sea moneda corriente dentro de cuatro o cinco años… Yo –Marta Haenecker para la memoria histórica XXIII –…que se vendió muchísimo. Marta Harnecker, cierto. Quiso ser la papisa de la izquierda. Tener doble personali- –¿Y no hay dos Poniatowskas? Una, antes de Arreola. Y otra sin Arreola dad: en la calle eres una y en tu casa eres otra. Yo quiero que –Muy bien. Ahora mira entramos a la cosa del escritor la gente en su casa y en la calle sea la misma. Que no pueda ayudante. El escritor que no da su nombre y que ayuda engañar a los demás, que no se engañé a sí misma. mucho a hacer una obra. Esto es feo, desagradable. Se –¿Pero literariamente? dice… por ejemplo, Hasta no verte Jesús mío, se puede leer –Literariamente no existe. Hay dos Elenas: una para la hasta cierta página con cierto estilo Y termina con otro gente inteligente y se escribe sin H, Elena Garro. Hay otra estilo. O sea que hay dos autores en ese libro. Ahora, para que se escribe con H y su apellido no es español, es para la mí es el mejor libro de la Poniatowska. Muy lindo libro. Un gente ignorante. excelente libro… la Jesusa Palancares de ese libro me parece una gente de primera como Los hijos de Sánchez de Oscar Lewis, son libros de la misma familia. –Claro. –Por ejemplo, la de Demetrio Vallejo que después hace novela y sale un tren en la portada. Y era una entrevista que tenía. Y la hace novela, es una novela mal urdida, mal hecha, mal estructurada, mal escrita, para lectores, peores que los de Spota. Spota tenía el don nato del escritor. La Poniatowska, pues es una buena muchacha, con buenas intenciones… Nunca ha hecho nada malo, literariamente. Ha ayudado a que el mundo sea mejor. Ahora, el mundo es mejor no con las novelas sino con las ideas y con las elecciones en los países democráticos y esas cosas. Notas: 1 Ramón Rubín de la Borbolla (1912–1999), 2 Mariano Azuela (1873–1952), 3 Martín Luis Guzmán (1887–1976) 4 Benito Pérez Galdós (1843–1920), 5 Ramón López Velarde (1888-1921) 6 Alfonso Reyes (1889-1959) 7 Jesús Arellano (1919-1979), poeta y periodista jalisciense 8 La entrevista se efectuó el 23 de agosto de 2010. Fuentes murió en 2012. 9 Fidel Castro (1926– ) 10 Juan José Arreola (1918–2001) 11 Asociación Cristiana de Jóvenes Mexicanos 12 José Revueltas (1889–1959) 13 François Mauriac (1885–1970) 14 Luis Cernuda (1902–1963) 15 La entrevista se efectuó el 23 de agosto de 2010. Fuentes murió en 2012. 16 La entrevista se efectuó el 23 de agosto de 2010. Sandoval dejó de ser cardenal en 2012. *Anaya, Héctor. El arte de insultar. Promociones y proyectos Culturales XXI S.A. de C.V. 1ª edición, 2012. Pp. 466. María Emilia Benavides XXIV El Búho Roberto López Moreno * LA MUCHACHA DE ACÁ Esta era una muchacha que andaba en muchas camas y seguía siendo quinto acá (sin hijos, sin ojos, sin hojas, sin ajos) acá nunca la abrieron nunca la aventaron sobre el fuego lo tenía bastante duro dicen los que la conocieron en el catre y en la vida que candado era su alma que hoteles desiertos como esos de arena que se encuentran en los mapas Aída Emart con dos adentro y nadie uno en uno a mil y nadie me cae si el recuerdo hasta las ansias confabulario 79 moriré de morirme silencioso Quema Marías y seco el grosor de esta pluma y todo que hoy te perdona aquello era una muchacha la herida, que andaba en muchas camas la del alma y seguía siendo quinto y la del cuerpo acá nunca la abrieron que son tan duro la misma era su corazón honda... honda... una piedra tirada sin respuesta ¡Qué onda! en uno de los tiraderos de la colonia en donde decimos que vivimos. QUEMA MARÍAS Quema Marías el grosor de esta pluma María del aire María del mar María del fuego María de ésta tierra que se alarga y se en coge como nunca recoge, como finalmente siempre la intención incendiaria de este ver gatos en cada zumo de tus palpitares y yo también, cuando te veo, palpito. 80 El Búho José Juárez TEN TRAPITO la trompeta me tocas los recuerdos en pedazos Niño de la calle de noche que no calle me tocas y retocas tú tan lejos donde vibres hambre a la intemperie yo te doy la que coge la tonada el frío la torneada por la pescuezona la no-nada suerte gruesa tu recuerdo hay les va la mera neta vuelto música niño de la calle y grandeza con la jerga tu recuerdo dónde como bandera adelante creces frente a los cristales y te naces anuncia y te me haces al ojote del ocaso una larga y gruesa y fiel ten por ojo nostalgia ten por gacho donde vives ten de estos caracolitos y vivimos -y mostrándole la jerga- dónde crece tu mirada ten trapito y me alumbras y me... TOQUE DE NOSTALGIA en-llamas. La corneta... Toca la corneta LA ILUSIÓN MALTRECHA su motivo tendrá tanto quebranto Antes que me la refresques sé déjame ponerla quiebra la noche a que repose sé que recoja quiebran los llantos la sal de sus heridas, y tú el sol que en su piel arde confabulario 81 deja que descanse PETICIÓN DEL CULTO en la poblada vecindad de su fatiga Tunas pobrecita aterida la dueña de la verba lastimada siéntate cómoda en medio del fragor extranjera que la doblega desde tu lengua que me ultraja Florida baja dame una y aja hora navaja de sueños de tu Chicaspiare. y de empeños LA CHICHARRONES pobrecita deja que se recueste Acá mi ilusión solamente sus chicharrones truenan deshilvanada dice él que repose y ya dicho después refréscamela con tu sonrisa vida sea de paso mía el silencio sólo el silencio CHIRAS con su ruido de chicharrones masticados La luna con el frío hicieron chiras los minutos acá abajo los segundos tu y yo ya como aquella iglesia sábanas rota del frío entre tus piernas de la esquina ni la luna ni yo tengo hambre y como tú y yo ya bueno sábanas tengo algo paquetes de hilo la chicharrones está cuando chiras en frente pelas por su puesto vendiendo la ilusión de sal y trueno 82 El Búho por treinta con bolsas destartaladas que llegan rotas monedas de desahucio hasta el suelo hasta el sueldo NI PEPE DIJO EL COSACO hasta el cielo chilla arriba y baja y taja Ni Pepe dijo el cosaco de golpe aquí nací la garganta mos taza vacía de agua café sin fondo a este pobre ni Pepe de azúcar ni cosaco vana ni perro que le taladre la ilusión armada el piedrón de la tristeza Jesús Anaya confabulario 83 ESTANCIAS como todas las cosas ayunando ayunando Como ayunando ayunando sol en el día como luna en la noche EL ALEPH como A Jorge Luis Pérez (El Detec “Peter”) verso si hay verso como aire si hay aire Sólo es asunto de levantar un brazo como y arrancar con su mano allá la uisquiza un pedazo de cielo como mientras los pies acá danzoneando sostienen todo como sobre un pedazo de tierra sal en la mesa En el centro como del segmento manocielo-piestierra crema en los tacos se encuentra la unidad del universo, coma vértice absoluto y punto sus ojos que a veces coma cuando hambre y punto los míos cuando cruje coma provoca que las estrellas tiemblen y punto sus senos sobre la sábana oscura de él coma infinito. y punto mis bríos coma GRAMÁTICAS y punto sus muslos coma Yo tú y punto mis manos El nosotros acá como y... sol en el día ellos. como crema en los tacos 84 El Búho *Tomado del libro ACÁ LÓPEZ, TÚ, EL NOSOTROS Roberto Bravo L a vocación amorosa de dos pichones, un macho gordo de doble pechuga y una dama más bien común, eligió mi azotehuela para procrear. Pasó desapercibido su romance hasta que una mañana el desagüe de la lavadora se desbordó e inundó el piso hasta la cocina. Pensé que la máquina había dado de sí, y al escudriñar en la manguera descubrí el nido de los pichones encima del hoyo del drenaje, y en medio de él, un huevo blanco como sol de invierno flotaba entre las breñas que taparon el escape del agua. Me sentí aliviado, porque eso me libraba de comprar otra lavadora, pero a su vez me preocupé porque el agua fría pudo dañar al huevo que estaban empollando. Limpié, acomodé el nido y el huevo en una caja de zapatos, y lo puse en otro lugar. Vi a la pareja de pichones observándome desde la azotehuela de otro apartamento. La mañana entera estuve pendiente de las aves y el nido. Los vi merodear el huevo sin atreverse a entrar en la caja. Preo- Rigel Herrera confabulario 85 cupado de más pensaba que lo abandonarían por La fuerza voluntariosa de la naturaleza y la estar ya dañado o por miedo de caer en una trampa. eminencia de la primavera estimularon a la pareja Me sentía malo, e imaginaba el sufrimiento de los que otra vez acarrearon briznas de hojas, ramitas, y animales como si fuera uno de ellos. Al observar su construyeron un nuevo nido en el lugar donde antes conducta temerosa, pensé poner la caja en el mis- puse la caja. Al terminarlo, se emparejaron con fer- mo lugar y cuando ocupara la whirlpool, la quita- vor haciendo su sostenido sonido de placer, y otra ría para que no obstruyera otra vez el conducto del vez la pichona clueca se sentó en el nido, puso dos agua. Así lo hice procurando no ir a la azotehuela huevos, y luego, bajo la mirada hostil y el abasteci- sino lo indispensable. Muy pronto empezaron los miento de comida del macho gordo doble pechuga, sonidos del cortejo y los de placer porque estuvie- los empolló hasta que nacieron los pequeñuelos. ron apareándose como desesperados. El siguiente Después del alumbramiento de los hijos, la pare- sábado que puse la lavadora, encontré en el nido ja se ausentó llevándoselos a destino incierto. Volví tres huevos más y excremento de pichones cubrien- a limpiar sus porquerías, y decepcionado porque no do la whirlpool y parte del piso. Molesto por el co- conocí a los polluelos di por concluido el asunto. chinero, aseé feliz el lugar porque los tres huevos A dos semanas de cerrar el caso, luego de estar me quitaron la culpa definitivamente. Vi a los cón- en Cuernavaca por tres días, al abrir la azotehuela, yuges observándome desde la base de una ventana salieron volando alarmados los pichones a otro bal- de enfrente, molestos porque había movido la caja. cón; la lavadora que había dejado impoluta y con la Una vez que dejé de usar la máquina, puse el nido tapa abierta, la encontré convertida en el inodoro en el mismo lugar. de los apasionados amantes. El suelo, como si no Al nido-caja podía mirarlo desde el fregadero cada vez que limpiaba los trastes. Días después vi hubiera sido suficiente el depósito de la whirlpool estaba cubierto de porquería. rastros de yema y cascaron regados por el piso. Sólo Furioso y aguerrido, dispuesto a terminar con un huevo cubierto del contenido viscoso de sus aquello, limpié el excremento acumulado, y el nido hermanos seguía intacto. Rescaté el nido y lo puse que habían dejado lo puse en la basura. Como me junto a la ventana de la sala, y limpié aquella ruina. observaban desde el otro departamento, les hice La tarde completa pensé en los motivos del macho un ademán de que saltaría por ellos, y se fueron gordo para destruir los huevos y reducir a escom- volando. bros el futuro hogar de sus pequeños. La caja de Puse después, a lo largo de la barandilla de la zapatos era estrecha y al entrar en ella pudo haber azotehuela, cartones que les impidieran aterrizar roto alguno de los huevos provocando esto su ira nuevamente en mi vivienda. exterminadora. 86 El Búho Leticia Herrera Quién ¿quién en su sano juicio no anduvo balcones bobos sobre sandalias de fuego quién dejó pasar sin tocar la piel balsámica del vecino los despeñaderos de aquella muchacha en llamas? ¿quién no lloró aturullado rescoldos desamores ingratos dioses menores se purgó de silencio regresó al perol de la incitación con su pequeña historia bajo el brazo? ¿quién dijo nunca basta quedó indiferente a la ebullición de pubis ambarinos quién no se aturdió en licores amaneció ojos en la nuca hablando lenguas extrañas comiendo lenguas extrañas? Edgar Mendoza confabulario 87 ¿quién tuvo nunca que persignarse botones de lumbre pedir perdón al Señor por ser amado se quedó a dormir por amar a deshoras por gemir guardián del alabastro quién dijo nunca beberé que destilaban miel? del río de leche nutricia de aquellos miembros se cubrió en vez de ir desnudo a través de la tarde? ¿quién quiso ser loco estúpido de remate ¿quién no tuvo en sus manos y se quedó varado pechos diamantinos al borde de alguna letra muerta mientras aquellas nalgas demandaban por piedad ser mensuradas palmo a palmo? si hay quién que se atragante se atenga a sus parvas conclusiones nos deje a los otros nuestra dulce muerte Acerca de un tema muy delicado que no debe decirse en voz alta o cuando haya hombres presentes no voy a entender jamás por qué la vida no nos enseñó pronto y bien a las mujeres que los patrones de conducta sólo son eso pedazos de papel de estraza que buscan meternos a todas en el mismo vestido ridículo de flores que alaciemos los mismos pelos con los mismos centímetros de largo que adoptemos con dignidad la absurda tontera de andar en zancos como muñecas de circo mal pagadas Carlos Bazán 88 El Búho yo amo a mis pies como si fueran No soy una mujer barbuda parte de mi inteligencia son tan hermosos los pies durante no soy una mujer barbuda pero el acto del amor que por eso los cuido natura me proveyó de vellos protectores tanto y siempre de apreturas y torturas que con precisa terquedad sonsaco a mi piel de raspones y mugre para ir por el mundo entre los otros de juanetes y talones rajados a los señores les preocupan esas cosas los pelos las barbas los bigotes meterlos por fuerza en zapatitos (prohibido el vello en las mujeres) que obligan al cuerpo a retorcerse mientras con gesto doctoral por mantener la vertical registran los centímetros de cadera gastar alguna parte de mi tiempo y que los senos rebasen el cuenco de sus manos en ir a una escuela de señoras para aprender a andar sin parecer gallina y allá va una de idiota a depilarse a no entra en mis planes cincelarse las cejas a pelear toda la vida con los vellos pero aparte conciliar y el pie desnudo con los dones de hetaira prudente y sumisa acaso fue alguna vez las heredades con hilo y aguja símil de existencias vibrantes y estrambóticas modas pasajeras así de jaez culinario y hogareño sin más como si estuviésemos las mujeres si me resisto o no dirán que es cosa mía en un mercado de peces pero a qué mujer en sus edades le acontecerían que aún coleteamos a ver quién nos compra? el gozo y la lujuria de la carne si no claudica con elegancia a la erradicación yo me quedo con mis pies de la pelambre? neciamente me quedo con ellos a resguardo se los dejo a los ratos de placer que aún mientras descifro mis angustias me toque gastar rutinariamente me avengo y según los cánones de cultura me depilo que lleguen lindos aseados las cejas susirios los bigotes con dedos sanos y uñas cortas las piernas y de una vez las lágrimas en vez de garras francesas achaques y risas explosivas pues ni que fuera yo aguilucha que tampoco son populares oh dios cuánta exigencia. confabulario 89 letras libros revistas David Figueroa E l juego de Ripper. La más reciente novela de Isabel Allende nos adentra por los senderos de una in- vestigación policial recordándonos las más grandes inspiraciones de Sir Arthur Conan Doyle, donde el arte de atrapar al asesino serial es el objetivo más importante en el juego macabro de las muertes y los personajes. Así, a través de un juego, conocido como Ripper, la autora, muy a su estilo de estupendos personajes en los que unos complementan a otros en términos de atmósferas, vidas singulares, conocimientos y actividades cotidianas, componen este rompecabezas para identificar al asesino. En esta novela, Isabel Allende nos introduce en la vida del personaje principal, Amanda, quien es una adolescente inquieta, que vive según los parámetros de la juventud actual, entre amores cibernéticos y actividades escolares; no obstante, la intriga se presenta cuando observa a las persoCarlos Bazán 90 El Búho nas que visitan a su mamá, llamada Indiana, a su padre (y de paso a la policía), con algunos y quien recibe en su consultorio a pacientes teoremas sobre la forma de actuar del asesi- para ayudarlos a combatir sus males al tiempo no serial, con lo que obtienen indicios únicos que les enseña kármicamente a solucionar sus y acceso a expedientes que les permiten saber problemas. quién es el verdadero culpable no sólo de las Dentro de esta atmósfera la autora nos describe uno a uno a los diferentes personajes muertes y la relación entre ellas, sino también de la inquietante desaparición de Indiana. que visitan a Indiana. Al mismo tiempo, con- Casi al final de la novela, el clímax aumenta juga la trama biográfica con pequeñas historias desesperadamente y la búsqueda de Indiana de amor en las que se ven involucrados su ex por toda la bahía de San Francisco, será la clave marido, un ex novio y un ex combatiente seal para saber si el asesino obtendrá una víctima de los Estados Unidos que busca su amor y que más a su colección macabra. su sinceridad es su mayor arma. Sin embargo, La cadena de asesinatos se muestra con una la relación irá más allá entre estos tres persona- sagacidad característica de la autora; su miste- jes al ser, el primero un comisario de policía, el rio por mostrar al lector quien es el asesino, sin segundo un hombre cariñoso y el tercero, con duda hará que se vislumbren muchas opciones el tiempo y las pistas, un sospechoso de los para evidenciar al culpable; con el paseo de las asesinatos. hojas, se mostrará y se sabrá por qué lo hace. Cuando leemos la novela, pasamos por alto Todo en la lectura tiene una relación y nada está algunas evidencias y solamente los asiduos a de más; todas las preguntas son contestadas y buscar la mínima pista, podrán dar en prime- al final, se reconocerá el estilo de esta singular ra instancia con el asesino. Además, también escritora chilena. participan en la historia algunos personajes Por último, bien vale la pena mencionar que importantes como son los diversos jugadores Amanda consigue descifrar los enigmas, unir de Ripper -entre los que destaca el abuelo de los cabos que la policía no pudo pero sobre Amanda-; un perro sumamente inteligente pero todo, el amor por su madre la llevará a utilizar lisiado por la guerra y que fuera el eterno com- su inteligencia al máximo en contra del tiempo, pañero del ex seal; pero sobre todo, los pacien- que es su peor enemigo. tes que acuden a ver a Indiana. Con el ímpetu que es notable en una adolescente, Amanda logra unir las pistas y ayudar El juego de Ripper. Isabel Allende. Plaza y Janés. 2014, 477 pp. [email protected] letras, libros y revistas 91 apantallados Martha Chapa A cien años de su nacimiento, María Félix confirma que es todo un mito a la vez que se va aclarando con nuevas e impactantes revela- ciones de quienes la conocieron o vieron en sus películas y hoy le sobreviven. Así, es evidente que el gran público tenga mayor información sobre su destacada trayectoria profesional en el cine, más que en la vida personal, que tantas veces se ocultó o distorsionó entre rumores y chismes coyunturales. Por ejemplo, pocos sabían de sus inclinaciones incestuosas hacia uno de sus hermanos que con el tiempo hasta ella aceptara públicamente. Su vida fue entonces o estuvo marcada por claroscuros, lo mismo de triunfos resonantes que de episodios sombríos e incluso trágicos. Una carrera fulgurante en el cine que le atrajo riqueza, poder y admiración, contrastando con amores fallidos o interrumpidos por la muerte del ser amado, como ocurrió en el caso de Jorge Negrete o de Alex Berger. Y qué decir del que seguramente fue el golpe más fuerte de su vida como la muerte de su adorado e hijo único, Enrique. Una mujer que tuvo una presencia influyente al lado de personajes célebres de la música, la política o los toMaría Félix 92 El Búho ros. Cómo no recordar a Agustín Lara o al torero Luis desafortunada decisión de la diva mexicana porque su Miguel Dominguín. casa de Polanco bien pudo haberse convertido en un El hecho paradójico es que ahora se sabe más de ella, de su intimidad, de sus amores, sus anécdotas o museo de y para ella, en lugar de haber sido regalada o incluso demolida ya tristemente en nuestros días. sus debilidades, que parecieran fueran antes dosifi- La astucia y agudeza de la sonorense tejió en for- cadas con un toque de misterio que sin duda también ma paralela y produjo frases inolvidables como aqué- contribuyó a la formación del mito cinematográfico y lla de que “Si bien el dinero no proporciona la felicidad, en la propia vida social de México. como calma los niervos”, aunque por cierto nuestro Hoy, nos cuenta uno de los hombres con los que amigo y colega José García Ocejo, también cercano a ella sostuvo una relación sentimental, Antoine Tzapoff, ella, afirma que quien en realidad lo dijo antes fue la que ella era muy diferente de lo que se creía, pues por actriz “mejor pagada del mundo” Zsa Zsa Gabor. momentos no era tan fuerte ni tenía ese carácter que Una vida apasionante e intensa fuera y dentro de se le atribuía, pues buscaba la protección masculina, los sets cinematográficos y con etiquetas múltiples: de- como tampoco la dureza o frialdad de quien era evi- voradora de hombres, amante de las joyas y del dinero, dente su ternura y sentido del humor en el trato íntimo. puros, viajes, relaciones con intelectuales, uso impla- Pero más allá de tantas historias o leyendas que cable del poder en su carrera hacia el éxito, y dueña de su vida se cuentan, es sin duda uno de los grandes de una deslumbrante belleza física y embrujadora personajes, de la llamada época de oro del cine mexi- personalidad, que llenaba sobradamente las pantallas cano y de la cultura popular o por igual de la vida del cine, además de importantes espacios de la vida palaciega y de la élite social, desde los años cincuen- social, política y cultural en México y el Extranjero. ta hasta los últimos días de su vida, dada su amistad Hace ya 12 años que murió y cien que han pasado cercana con personalidades de la talla del genial pin- desde su nacimiento, ameritan recordarla hoy en toda tor Diego Rivera o del expresidente Miguel Alemán, su dimensión y carga emocional, tanto de las oleadas así como en el plano. Internacional ya se trate de de sus admiradores como de sus críticos y detractores Eva Perón, George Marchal, Yves Montand y Gérard que nunca la faltaron. Philipe o Jean Cocteau, quien llegó a decir que: “es tan bella que hace daño”. Su mismo deceso fue polémico y ya no digamos la formulación de la herencia y los herederos de sus Una mujer, una actriz, una mexicana que seguiremos viendo en retratos y películas y de la que de seguro no dejaremos de hablar, para bien o para mal, tal como ocurrió en su arrolladora vida misma. bienes que tanto lamentara otra luminaria de México como lo es Elenita Poniatowska, en el campo de las letras, el arte y la cultura, quien piensa que fue una [email protected] www.marthachapa.net twitter: @martha_chapa facebook: Martha Chapa Benavides apantallados 93 arca de Noé Hugo Enrique Sáez A. Disquisición sobre jerarquías ¿ Qué es el Primer Mundo? Primero es por varias razones. Primer lugar en consumo de energías per cápita. Primer poseedor de las armas de guerra más mortíferas. Primero en apropiarse territorios y poblaciones allende sus fronteras. Primero en inventar fabulosos mitos, como el de la libertad y la igualdad. Primero en contaminar el medio ambiente. Primero en desnaturalizar la naturaleza con sus productos transgénicos. Primero en hacer una mercancía hasta del amor. Primero los bancos, después las vidas humanas. Después, detrás de todo, escondido e invisible a los ojos de la publicidad y de la propaganda, la miseria, el desamparo, el dolor, la crueldad, la impunidad. Ahí se reproduce esta fauna teratológica, ahí pre- 94 El Búho Francisco Tejeda Jaramillo cisamente, en el patio trasero de las abro- de París, junto a los jóvenes del Mayo del 68, queladas mansiones en que se aíslan de vendiendo su periódico La voz del pueblo. la “peste”. Eso ya es historia que no sirve si alguien la imita para hacer su propia historia, porque La producción en serie de la estupidez -como dice el adagio- la tragedia se convier- La pareja de Jean Paul Sartre y Simone de te en farsa cuando se repite. Sopla desde esas Beauvoir ha despertado admiración y curio- páginas un aire liberador en el que compren- sidad por su carácter singular, o dicho con demos que ser diferente es posible. otras palabras, novedoso e irrepetible. En la versión vulgar, la moralina reduciría todo Las ecuaciones del aparato emocional a que ambos se consentían amantes y hasta Muy fácil es comprender que en el mundo compartían vacaciones con ellos y ellas. Hay domina el cálculo por encima de todo. Quién que revisar las palabras y los valores con que tiene más y quién tiene menos. Los países se percibimos los hechos y dejar que la repre- ubican en un ranking de producción, de edu- sentación de lo nuevo no sea leída con los cación, de respeto a los derechos humanos, anteojos de lo viejo. Se impone la máxima del número de millonarios, de democracia, de Sartre: la existencia precede a la esencia. y de cuanto fenómeno se deje convertir en Que la complementó con su idea de que en algo medible, inclusive un fenómeno tan la fábrica de la política a los humanos se los cualitativo como la felicidad. También es está produciendo en serie, como a cualquier fácil rechazar, por absurda, esa concepción muñeco. Luego, hacer un proyecto de la objetivante de las personas. Sin embargo, existencia es la máxima creación, pero exige difícil es no practicar el cálculo en la vida valor y no someterse al miedo. cotidiana. Al mismo tiempo que se descalifica Simone y Jean Paul coincidieron en que su la visión parcial de la humanidad, se educa amor era “necesario” y que, por consiguien- a los hijos con los mismos fundamentos que te, se permitirían amores “contingentes” que fuimos educados: quién vale más y quién no alterarían su relación, aun con los celos vale menos. Entonces, en lugar de que el iniciales de ella. Sería imposible encuestar a otro sea considerado IGUAL a mí (yo=otro), tantas mujeres que experimentaron un cam- aparece casi de inmediato una ecuación de bio de rumbo en su vida después de leer El superior/inferior (yo>otro, o bien yo<otro). segundo sexo. Y ahí estuvo Sartre en las calles Cada miembro de la sociedad, según la ideo- arca de Noé 95 logía dominante, es un rival en ciernes. Y esta do o lento. ¿Será posible practicar con mayor convicción está arraigada en el aparato emo- frecuencia la ecuación yo=otro? cional. Si prevalece la ecuación YO>otro, el corazón se hincha de orgullo. Caso contrario, Trilogía del Budismo Zen es decir, si predomina la ecuación yo<OTRO, Culpan al monje Ryôkan de haber que- la depresión puede conducir al suicidio, rápi- mado la cabaña de la sal en un pueblo donde él había pernoctado durmiendo en la arena. Un médico que pasa por el lugar lo reconoce y lo salva de ser enterrado vivo. Intrigado le pregunta al sabio por qué no había dicho que era inocente. Su respuesta fue: -Cuando los hombres creen poseer la verdad no son muy sensibles a los argumentos sensatos. *** Es verano. Un hombre corpulento duerme la siesta y el zumbido de un mosquito lo despierta de mal humor. Empieza a perseguir al mosquito con un periódico en la mano. El pobre individuo corre sin música mientras se reduce al tamaño del insecto. *** -Y ese auto, ¿por qué me rebasó a 150 km por hora? -Acabas de ver una máquina que se divierte jugando con las emociones de un chofer que está a su merced y que cree ser él quien conduce ese aparato mecánico. Roger von Gunten 96 El Búho Gustavo Jiménez E l hombre en su naturaleza nació libre, libre de hacer con el fruto de su trabajo lo que quisiera, además libre de trabajar la tierra, de ir y venir en el hemisferio, de crear o de imaginar cuanto estuviera a su alcance, con el paso del tiempo el hombre se sujetó a diversos tipos de intercambios; decía Thomas Hobbes que todos somos en esencia iguales, unos más hábiles que otros, pero iguales en modo general. Esta diferencia de ser más hábiles y más fuertes generó con el tiempo la idea de superioridad y así la necesidad de dominar a los demás, la mejor de las veces ideológicamente, otras por la fuerza, habría que someterse por voluntad o por la espada. La revolución industrial trajo consigo muchos avances tecnológicos, la máquina de vapor y el telar, ¡qué cosas tan ingeniosas!, la población en las ciudades creció, surgió la propiedad privada, el desempleo, algunos acuñaron en sus manos los medios de producción, nada nuevo, el feudalismo era algo parecido, pero sin el revulsivo “salario”, Rocco Almanza arca de Noé 97 un pago por el trabajo que hacían los obreros, en el mundo irreal de las oportunidades, todos pode- que desposeídos de todo sólo podían ofrecer su mos aspirar a una vida plena con un buen trabajo, fuerza de trabajo. Trabajo, según los convenios de una bonita familia, jardín y perro, no se les olvide los hombres que le otorgan significado a las cosas un buen auto y hasta podemos someter a alguien, y conceptos, es una actividad remunerada, ¿cómo una mucama por ejemplo, ¿qué bueno sería no? Ser se les ocurrió, cuándo fue que los hombres per- el opresor, ser el que manda, decía mi padre para dieron su libertad y, sería en definitivo?, trabajo, eso traemos dinero hijo, para poder humillar a la trabajo que cuesta tener un trabajo, trabajo que gente así lo veía él, quizás no lo decía tal cual pero hace de la vida monotonía necesaria, el trabajo la frase “el que paga manda” lo resume todo. nos ha esclavizado desde entonces hasta nuestros Nuestra sociedad reproduce de manera verti- días, vivimos para trabajar y trabajamos para vivir, ginosa la ideología de la clase dominante. La conciencia de clase es un bien escaso, esta situación empeora día con día, sufrimos un deseo interminable de llegar a ser, los wannabe, el término anglosajón que nos reduce al deseo, la globalización ha producido incluso la pérdida de las letras, cada vez más hablamos en otro idioma, desperdiciamos la riqueza literaria, pero aún peor no lo notamos, la gran población no le sobra tiempo para cultivar un poco el intelecto, la vida cotidiana resulta abrumante, del trabajo al hogar, si sobra tiempo podré descansar, el ciclo está completo, el desposeído no le queda ni su fuerza de trabajo, al final del día le han quitado todo, habrá que esperar el día de pago para comenzar de nuevo, se abre la ilusión, se cierra la ilusión. Perla Estrada 98 El Búho Cirilo Recio Dávila* E n ciertos momentos se observa que la participación de un público frente al conjunto de estímulos producidos por una extensa red de información, publicidad y comunicación, es escasa, pese a tratarse del auditorio, destinatario, consumidor o simple receptor de mensajes de los más distintos contextos. Sin embargo, el público tiene sus propias circunstancias e intereses inherentes, conflictos que lo singularizan y preferencias particulares. De ahí la pertinencia de establecer pautas de trabajo que permitan a los auditorios normar sus propios criterios de selección. Como veíamos la gran cantidad de medios y la amplia proliferación informativa puede producir intrusiones en la privacidad, abusos sobre terceros y sobre los individuos sin que estos tengan la misma posibilidad de responder ante el exceso mediático, porque los Leticia Tarragó arca de Noé 99 medios forman conglomerados que tienen un mayor to de un representante social ante las facultades de poder que el que puede ejercer el ciudadano común. los medios de comunicación masiva, mediaría entre En diversos momentos se ha sugerido estable- los intereses de los particulares, frente a consorcios cer, dentro del medio informativo mexicano, una que definen de forma unilateral los contenidos y figura formal para garantizar el mejor ejercicio posi- pautas de información y publicidad. Aunque esta ble de los derechos de los usuarios del mercado de figura no existe en la actualidad, algunos medios la información y la comunicación. El establecimien- como el Canal 22 de televisión, han incorporado esquemas como el de la defensoría del televidente, que procura cubrir estas necesidades de mejorar la relación entre el público y el medio de comunicación. Necesariamente una figura social de esta índole en un marco general para el país, tendría que convocarse a través de un marco gubernamental, porque sus funciones conllevan la protección de los derechos individuales y colectivos, ante esa aparentemente inacabable avalancha mediática. Además, tanto su vigencia como su autoridad moral se han de basar, en ese caso, en la independencia frente al poder político y en su autonomía respecto de los propios medios. En estos apuntes, una representación social de naturaleza semejante ya se ha definido, aunque hay que decir que no tiene los alcances que debiera. En efecto, el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública —creado en junio de 2003— es un representante social que media entre el ciudadano y las dependencias de gobierno para conocer Pepe Maya 100 El Búho cualquier información del ámbito público, pero cendencia de que las empresas informativas den no tiene las facultades de un representante social a conocer a sus públicos sus pautas de conducta —un ombudsman— que medie entre la sociedad y profesional. La calidad moral del comunicador los medios de comunicación. se eleva conforme su trabajo corresponde a esa Es cierto que por sí mismo, cada medio infor- expresión pública de sus compromisos. Esto es, si mativo y de comunicación es un ombudsman de el informador tiene una relación transparente sobre sus audiencias, públicos, lectores, radioescuchas los criterios con los cuales trabaja su oficio frente o televidentes, así como cada informador, indivi- al público, su calidad moral es más pertinente. dualmente, es un vocero e interlocutor social. No La atingencia ética de esta representación y obstante, es necesario precisar que las actitudes, forma de intermediación social puede valorarse tendencias y formas del ejercicio profesional en los bajo un enfoque humanista. Esto así porque los medios, son tan diversas y plurales como su propia medios, por lo común, hacen alarde complaciente composición lo establece en su desempeño profe- de valores humanos, pero con frecuencia es debi- sional. Por lo tanto, se aprecia entonces claramente do únicamente al propósito de congraciarse con la pertinencia de formar consensos, convergencias el auditorio, sin que exista ningún compromiso y pautas de conducta profesional entre distintos con tales valores. Un ombudsman de la sociedad medios, como parte de sus propias responsabilida- para la salvaguarda de sus derechos en el campo des ante sus auditorios. informativo puede permitir apreciar con mejor Esta responsabilidad social, esta vocación de perspectiva realidades humanas acuciantes. servicio público del medio informativo no puede No obstante, en nuestro contexto, el obstácu- ejercerse de manera impositiva u obligatoria, lo para ejercer las facultades de un representante excepto mediante consideraciones legales que así social de esta naturaleza es inmenso. Algunas situa- lo determinen. Esta imposibilidad para asignar una ciones que lo impiden son: la difusión de informa- condición de servicio público o de compromiso ciones halagadoras y serviles hacia las burocracias frente a la sociedad, es lo que ha llevado a México y el poder económico, la sobreabundancia de infor- a plantear la autorregulación de los propios medios mación, el amarillismo que atiende exclusivamente en su práctica profesional según sus criterios éticos a la venta del morbo —en lugar de poner en tela inherentes. Ahora bien, a la luz del razonamiento de juicio lo que ocurre en los medios de extremo de expuesto de que los medios de información y de la línea roja—, la autocomplacencia indolente de la comunicación son representantes, son ombudsman labor informativa y la multiplicación de estímulos de sus audiencias, se observa claramente la tras- generados por los propios medios. arca de Noé 101 Situaciones todas ellas que hacen perder a los cambiado es que hoy tenemos más información públicos los horizontes de visión, comprensión y que antes sobre esta inequidad. Hoy vemos, reflexión crítica de la realidad, como ha sido apun- precisamente a través de los medios, todo lo tado por Noam Chomsky y, en nuestro medio, por que pasa de aberrante en el mundo: los niños Carlos Monsiváis. Los medios se alejan del interés muertos de hambre, la venta de esclavos, la público en la medida en que solamente sirven a sus tragedia cotidiana que diariamente viven millo- propios intereses y a los intereses del poder que nes de personas. Podríamos hacer mucho al los patrocina. Por ello resulta de suma importancia respecto. Pero no lo hacemos. [...] Estamos tan prestar atención a los criterios que acercan a los ocupados con la belleza del pasado, con la gran medios a las realidades que de verdad tienen rele- literatura, con la filología, que nos olvidamos de vancia para su vida. la realidad que hoy vivimos [...] la clase termina En una entrevista publicada por La Gaceta1, y es como si saliéramos de un trance, un tran- el pensador y lingüista George Steiner, autor ente ce que nos ha marcado emocionalmente y nos otras obras de Después de Babel, incide en este acompaña de regreso a nuestra casa y estamos punto que tratamos. Señala que algunas pautas tan profundamente inmersos en la elocuencia informativas del mundo actual inmovilizan a los poética, que no somos capaces de escuchar usufructuarios de los medios de comunicación a los que desde la calle nos piden ayuda, nos masiva ante las realidades más extremas. El que piden ser escuchados, a quienes no participan debe ser receptor privilegiado de la información, de esas formas de belleza. quien puede en verdad servirse de ella para transformar las realidades a que esa información alude, Las palabras de Steiner revelan un aspecto de la queda excluido de ellas por fenómenos que tiene ética abordado frecuentemente por los medios desde que ver con esta hiperinflación informativa. un doble discurso: los temas humanos son emplea- Pregunta: [...] Como nunca antes se cuenta hoy dos como bandera mediática, mientras permanecen con una enorme riqueza, no sólo intelectual o políticas de difusión noticiosa que producen una científica, sino abiertamente monetaria y mate- desproporcionada concentración de los recursos rial. Sin embargo, la distribución social de esta económicos en grandes empresas. Oligopolios y riqueza no guarda un equilibrio social. dominancias de negocios mediáticos que inclusive George Steiner: [...] Siempre ha existido deducen sus ingresos a través de programaciones injusticia, el mundo siempre ha estado dividido de recolección económica para causas sociales. El entre quienes tienen y no tienen. Lo que ha Teletón y otros programas similares son ejemplos 102 El Búho de esto que se apunta aquí, aun cuando sus propó- Se ha señalado que uno de los cometidos esen- sitos no están exentos de un impacto positivo para ciales de los medios es informar, crear el debate determinadas causas, resultan insuficientes por el público y vigilar a favor del ciudadano. En consi- volumen informativo que manejan y parciales por deración con lo que hemos apuntado, la relación los sectores que reciben sus beneficios. entre el público y los medios informativos precisa No significa esto que los medios tengan entre plantear tres aspectos: participación del usuario sus responsabilidades y tareas la de la asistencia en los medios, definición de una autorregulación social, aunque en ciertos momentos su papel y res- deontológica del medio frente a la sociedad y la ela- ponsabilidad se encuentran en el campo exacto de boración de un esquema legal que proporcione vali- la ayuda social, pero sí representa un llamado a la dez tanto al usuario como al medio informativo. conciencia para que las empresas de la información y de la comunicación mejoren sus nexos con las realidades humanas de nuestro mundo de hoy. Por otra parte cuando requerimos de una información oportuna, completa, veraz, comprensible, sucede que el inmenso volumen informativo dominado Notas 1Fondo de Cultura Económica. Agosto, 1998. * Tomado de su libro Apuntes sobre ética periodística. Universidad Autónoma de Coahuila. Colección Siglo XXI. Escritores coahuilenses quinta serie. México, D.F. 2003. 122 pp. Por la temática y la actualidad de este libro, vamos a publicarlo por capítulos. Ahora presentamos a ustedes la Introducción. por la publicidad y por noticias de los más diversos orígenes que buscan seducirnos, incluso los chismes más intrascendentes del espectáculo, es imposible disponer de la información necesaria. La relación que establece el informador, individualmente, con su auditorio, es un reflejo de la relación que se genera entre los medios informativos y sus públicos. Por lo tanto, a partir de la conciencia de cada comunicador, de la manera en que se vincula con su comunidad, es que se forma su calidad moral y la autoridad que tiene ante la sociedad. Carmen Parra arca de Noé 103 Carlos Bracho TRANCO I A madas lectoras, queridos lectores de este nuestro espacio en donde vuelan las ideas y se encuentran las razones para designar y catalogar las cosas, y a las sinrazones se les da la espalda o bien se les da golpe marro, el maestro Bracho da rienda suelta a una de sus pasiones: las artes plásticas. Si, a lo largo de su colaboración -a la que tanto estimamos la mayoría de los ínclitos miembros de este siete veces H Consejo Editorial- nos va dando cuenta de la amistad que sostiene con el escultor hidalguense Manuel Fuentes. Como siempre le hemos hecho hay que dejar que corra la tinta y leer lo que el maestro Bracho nos remite: Allá por la década de los años 60, el poeta Leopoldo Ayala y yo teníamos una flamante Oswaldo Sagástegui 104 El Búho galería de arte ubicada nada menos que en el JUEGOS, escrito que tantos ataques recibió de Paseo de la Reforma, justo enfrente del edificio los “honorables” críticos e intelectuales ali- del IMSS y en donde hoy se yergue el edificio neados al sistema… etc., etc. Así que aquellas de la Torre Mayor, y que como seña particular, veladas eran una delicia y una fiesta inacabable. a unos metros, en la glorieta cercana se ubi- De los actores y actrices que a la poesía caba majestuosa y oronda la Diana Cazadora. le daban un lugar en el cielo cósmico eran Efraín Huerta, asiduo visitante nuestro, con Sonia Furió, Sergio Jiménez, Julia Marichal y quien pasábamos largas horas contemplando más, muchos más. Bien, pues en ese ambiente la espalda y las nalgas de la diosa. De estas y un día determinado llegó a escuchar, a ver vistas venusinas y lúdicas, nació el Manifiesto lo que allí sucedía, el joven Manuel Fuentes Nalgaísta, de la rotunda inspiración del gran Estrada, y recordando esos ayeres, yo vi en Cocodrilo. También solía acompañarnos a él a un muchacho rural que azorado contem- tomar el coñac nuestro maestro Juan José plaba las obras de Cuevas y “pelaba” los ojos Arreola -Leopoldo y yo estábamos formando al escuchar a la Furió decir poemas ardientes parte del grupo Mester, o sea participábamos de Miguel Hernández. Su “voraz” apetito por activamente en el Taller de Juan José. Y el estar presente en la creación trabó amistad grupo de pintores jóvenes que exponía en la con pintores y poetas. Manuel también quería galería Edvard Munch -que ése era el título ser fotógrafo. Lo llevé a mi cuarto oscuro que con el que la habíamos bautizado en home- en las calles de la Villa de Guadalupe yo tenía. naje al gran autor de EL GRITO-, lo forma- Su primera impresión, al yo cerrar la cortina, ban Alfredo Meneses, Armando Villagrán, José apagar la luz y vaciar las botellas de los ácidos Luis Cuevas, fotógrafos como Héctor García, y los químicos para revelar, a Manuel casi le Álvarez Bravo, Moya, y más, muchos más provocan un soponcio. Todo aguantó, y todo nombres que hoy son parte de la historia de lo retenía. Todo lo aprovechaba. Su vocación la plástica mexicana. Y como tarea específica primaria era la escultura y a ella se dedicó con cultural y social, era que cada lunes en la tarde pasión torera. Para qué decir que con el tiempo noche se leía a algún poeta: Carlos Pellicer, tuvo en su haber exposiciones individuales y Efraín Huerta, Juan José Arreola, Ramón López colectivas. Viajó a Europa y en Bélgica estable- Velarde, Mayakowski, Miguel Hernández, Lope ció un taller. Total que aquel joven provinciano, de Vega; René Avilés Fabila hacía sus prime- sin olvidar sus orígenes, se levantó y desde ras lecturas de su provocadora novela de LOS ese entonces hasta los días que corren Manuel arca de Noé 105 Fuentes ganó un nombre, nombre que nadie se nos culturales que confluyeron en la historia lo puede discutir. Y en mis manos está un bello de México. En sus esculturas ha logrado que libro editado por CONACULTA en donde se las representaciones simbólicas prehispánicas puede leer lo que Lourdes Parga Mateos dice se resignifiquen a través de los cánones de la de mi amigo Manuel: “En 2010, año significa- estética occidental y expresen una visión de tivo para la historia nacional, dicha Comisión lo mexicano y de la identidad contemporánea acordó por unanimidad entregar el galardón al del país”. Amigas no pripanistas, maestro Manuel Fuentes, escultor hidalguense agregar más a lo dicho por Lourdes. Yo desde originario de la tierra tolteca, quien fue tocado este Tranco le envío a Manuel mis parabienes por la belleza, dedicando su vida a la creación y le deseo que siga con el ímpetu con el que y difusión del arte. llegó aquellos años dorados a la galería Edvard “Célebre por su talla en piedra, Manuel Fuentes representa el sincretismo de los entor- para qué Munch regenteada por Leopoldo Ayala y Carlos Bracho. Vale. Luis Garzón 106 El Búho José Juárez E n este lugar paradisiaco único en el altiplano, que fuera bastión de agua y fuente alimenticia para los aztecas, existe una isla llamada del Toro, en el lago de Xochimilco. Aquí aún se escuchan desde las primeras horas de la mañana las notas musicales. A medida que vamos avanzando en la trajinera, se oye la vocalización de las aves: el cenzontle con sus mil voces despierta al resto de los pájaros, y de tanto en tanto escuchamos el vuelo de las gallaretas, las que se elevan para cambiar de sitio o las que planean, posesionándose con delicadeza en las márgenes de los canales y apantles. Hay infinidad de gallaretas, que constituyen la mayor población, pero también las hay cuyo nombre común varían: como aves acuáticas de la familia Rallidae. Todas las especies Carlos Bazán arca de Noé 107 del género Fulica, —Gallinula chloropus— nombre gaviotas— como los porrones buceadores, par- común de la gallareta pico rojo o polla de agua, las delas, cormoranes fochas, pretreles buceadores, que habitan esta zona y otras más que han emi- mirlos acuáticos, alcatraces, cisnes, cigüeñas, fla- grado, pero que la gente mayor vio antes de que mencos y águilas pescadoras. Además de pájaros se fueran poblando las chinampas con los agri- cantores que pertenecen a los fringílidos: son estos cultores que viven, hoy en día, de las hortalizas y pájaros conirrostros como el gorrión y el jilguero. del turismo. Las trajineras viajan a una velocidad impercep- El conductor de la trajinera en que viajaba tible con el ir y venir del conductor apoyado por me contó que hace muchos años las había nada- una pértiga de cinco metros de largo; en algunos doras como los patos canadienses y pequineses, canales se acercan varias trajineras que ofrecen sus los gansos impulsados por las patas, —no así las servicios de música o la venta de comida, flores y recuerdos a los pasajeros de otras embarcaciones. Este tipo de transporte se utilizó durante la primera mitad del siglo XX para el comercio entre el lago de Xochimilco y la ciudad de México y se mantuvo por medio del Canal Nacional que, inaugurado en 1877, permitía el paso desde la garita de La Viga en la ciudad de México pasando por Mexicalzingo. Mientras viajaba en la trajinera cuyo nombre era Ileana, la cual estaba adornada con un arco floral, que resaltaba al frente del techo, embellecido con flores de diversos colores y tamaños, ella se reflejaba sobre el agua con todos los matices propios, deslizándose suavemente en un silencio sepulcral. El arco es una remembranza de los grandes adornos que se hacían en la antigüedad, que eran hechas por artesanos especializados, los mismos Javier Anzures 108 El Búho que aun hacen los pórticos floridos para las fies- muchacho un poco mayor que ella. La niña después tas patronales tales como la del Niño-Pan, usando de defenderse por algunos minutos cayó al agua y una estructura de barras y un relleno de tule que no la volvimos a ver, no sé si buscó un acceso por resaltaba. Me contaba el conductor de la trajinera un lugar más cómodo para subir al islote o se la que las embarcaciones antes del desecamiento se tragaron las raíces del lirio o el lodo del fondo de la hacían trajineras por todas las poblaciones ribe- laguna; mientras tanto el resto de los demás jóve- reñas pero al quedar solo el lago de Xochimilco nes ebrios de alcohol y de frenesí no se percataron los pueblos y barrios de la zona se especiali- del accidente y de la agresividad a su compañerita. zaron en la construcción de diferentes tipos de —Cuando pregunté a mi guía, él me dijo eso embarcación, por ejemplo el Jumbillos o tulillos suele suceder con frecuencia, cuando por negligen- se elaboraban en la zona serrana de Xochimilco en cia los padres no cuidan ni corrigen a sus hijos. el pueblo de Momozco hoy en la delegación Milpa —¿Y qué va a pasar con esa niña? Alta. Estas embarcaciones se usaron extensamente —¡No se preocupe señor, ya la buscarán sus para el transporte no sólo de Xochimilco sino de padres, si es que tiene!... Si usted quiere venga todos los pueblos originarios de la cuenca del Valle un sábado por la noche cuando haya lunadas en esa de México, como Tacubaya, Tlalpan, Iztapalapa, isla y le mostraré cómo se comportan esos jovenci- Coyoacán, Azcapotzalco, Texcoco, Cuautitlán, tos. Si quiere déjese venir el próximo sábado, yo lo Ecatepec, Zumpango, etc. Muchos de los cuales por invito a una de esos reventones, tengo apalabrada la pérdida de los lagos de la cuenca hoy son difícil- una fiesta con el hijo del señor Aguilar, uno de los mente relacionados con un pueblo lacustre. caciques de Xochimilco. Si se anima búsqueme Al llegar a la Laguna del Toro en cuyo centro en el Embarcadero Celada. Xochimilco tiene otra estaba un islote con el mismo nombre de aquel cara, otro lado oculto, que pocos conocen y que espacio abierto, en el que confluían diversos cana- de vez en cuando pasan desapercibidos por las les y apantles. autoridades, porque nadie se quiere meter en pro- En ese momento se llevaba a cabo una fiesta blemas. En cada uno de estos lugares hay cosas que en tal isla, con jóvenes entre los quince y los veinte nos sorprenden y apaciguan nuestra imaginación años —hay varones y mujeres— la música y el baile y hasta nuestras debilidades carnales; desde sus resonaba como un tam-tam en la jungla solitaria museos, los canales, las chinampas y su riqueza de la Delegación Xochimilco. De pronto vi que en natural, las tradiciones que prevalecen y hacen que el borde poniente de la isla una jovencita de esca- una visita a Xochimilco sea una exaltación a nues- sos dieciséis años manoteaba y forcejeaba con un tros sentidos. arca de Noé 109 —¡Pero que descuido de las autoridades, no mientras mis amigos y yo platicábamos y echába- es posible que esa situación empañe esta parte mos unos tragos a pico de botella, mientras uno encantadora que prevalece dentro de la capital de mis amigos cantaba el Cielito Lindo tocando mexicana!... su guitarra para amenizar el viaje a la Isla del Toro; Finalmente pasadas algunas semanas, me entró saben esta canción que tantos autores se la adju- la curiosidad de presentarme con el “Chindo1” dican es de un compositor de Tuyehualco que se como le apodaban al canoero que me condujo por llama Quirino Fidelino Mendoza y Cortés. Poco a los canales de Xochimilco, era un sábado como a poco nos fuimos metiendo por los pequeños cana- las veinte horas de la noche. En el embarcadero les llenos de cipreses; dimos una vuelta para llegar Celada había mucho ambiente, todos los faroles por el oriente de la isla. Al desembarcar nos recibió encendidos daba la impresión de estar a mediodía. el “comité d’accueil” y de inmediato comenzamos a Pregunté por el Chindo y otro canoero le gritó entre relacionarnos con el grupo de muchachos y mucha- las oscuras trajineras varadas y ordenadas como un chas que bailaban al compás de un conjunto de pelotón de floridas trajineras, formadas en innume- música “guapachosa”. rables filas. Él salió abrochándose la bragueta del Uno de los organizadores me decía: —“Maestro pantalón y acomodándose las gorra que traía puesta. qué bueno que vino, venga para que le presente —¿Quién es preguntó a sus compañeros que una chava que seguramente lo disfrutará; con ella pacientes esperan clientes sentados sobre las no hay fijón. También les presentaré unas chavas escaleras? para sus amigos, para que no le vayan a jalar el —¡Soy su cliente! Le grité desde arriba de las escaleras. ¿Ya se acordó de mí?... —¡Claro patroncito!, ¿quiere ir a una de esas lunadas que le platiqué? pescuezo al pato. ¡Ja,ja,ja,ja!… —Seguramente él me confundió con algún maestro por mi edad, y calculó o intuyó, que yo, ya no me cocía al primer hervor. —Por supuesto Chindo, pero hoy sí vengo deci- Mis amigos cada vez más se sorprendían del léxi- dido a participar en uno de esos reventones que me co parroquial de Juan el organizador. Pero ellos se platicó; pero vengo con dos amigos míos. divertían al igual que yo al son de la Guantanamera. —Do-not problems! Así será más fácil introdu- Tres horas después, el Chindo me dice al oído: cirnos a la fiesta… Hoy hay un “huateque” de cha- Patrón me dijo el Juan que nos subamos a la tra- vos universitarios, esos ya saben a lo que le tiran. jinera que nos invitan a un pequeño grupo para ir —Después de abrirnos paso entre la multitud a la casa de otro de los organizadores. Súbase a de trajineras, salimos del embarcadero Celada, la trajinera para seguirlos. Y tráigase a las chavas 110 El Búho que seguramente ahí se va a poner a todas “M´s”. durante la noche. Después de un recorrido de una hora, bajo la —Esos juguetes nos dice el Chindo: “que cau- luz de la luna, llegamos a la Isla de las Muñecas, san ternura en las niñas son invocados para ahu- por unos apantes, para mí desconocidos entre yentar a los malos espíritus y mejorar los cultivos, árboles plagados de muñecas, que pudimos obser- y quien comenzó con esa costumbre fue el cam- var durante el viaje en la trajinera fantasma, por los pesino mexicano Julián Santana, que durante cin- históricos canales de Xochimilco, isla que ya se ha cuenta años convivió y conversó con sus muñecas. convertido en amuleto para algunos supersticiosos Eran muñecas viejas que colgaba del cuello de un y un terror para niños y adultos que pasan por allí brazo o de donde podía, sobre las ramas de los Rigel Herrera arca de Noé 111 ahuejotes2, algunos de estos amuletos eran como La relación entre nosotros se hacía cada vez los preferidos de Santana, ciertas muñecas estaban más íntima como si se tratara de una gran familia, arregladas o decoradas con collares, lentes oscuros a esas alturas de la noche todos se tuteaban y el y hasta con biquinis”. agasaje subía de tono. Nuestras acompañantes con Los rumores en esa zona del sur de la Ciudad de México dicen que hace dos años apareció ahogado la historia de la muerte de Santana, se acurrucaban en nuestros regazos. Santana en su chinampa (muerto y flotando en una El Chindo se acercó y me dijo al oído, patrón laguna de este lugar) y entre las versiones que cuen- suba al primer piso ahí hay varias recamaras vacías, tan los lugareños está la de que fueron sus propias se puede quedar toda la noche, yo tengo que irme muñecas las que lo mataron”. Nuestro conductor sólo le pido que se moche con un “quinientón”, ya explicó que, después de la muerte de Santana, se ve aquí todo le saldrá gratis; pero apúrese o le gana cuentan historias de que este chinampero puso las la paloma. muñecas porque una muchacha se ahogó ahí, cerca El baile continuó, en aquel lugar, ahí todos de su chinampa y por temor a su espíritu que solía bailaban contra todos, parecía una danza macabra espantarlo, él las colgaba para protegerse. al compás de la música, de los “pericasos” y los —Después de un largo recorrido por algunos toques de la achicalada. Algunos chavos y chavas al canales llegamos al Apatlaco uno de los canales día siguiente, crudos y desvelados lloraban descon- más grandes e impresionantes, con casi cincuen- solados porque en esa bacanal habían perdido su ta metros de ancho, la luz de la luna plateaba sus orgullo y su virginidad. aguas y todo el paisaje. Para entonces mis compa- Yo no ingerí alcohol, ni ningún alucinóge- ñeros comenzaron a inquietarse, con la historia de no, para poder cuidar de mis amigos franceses y Santana. Sólo escuchaba en la soledad de la noche sacarlos sanos y salvos de aquel lugar. Alrededor algunos gritos, seguramente de los demás invi- de las siete de la mañana los desperté a jicarazos tados en las dos trajineras que nos seguían en la de agua y salimos caminando hasta la carretera inmensidad del canal que parecía no tener regreso. a San Gregorio Atlapulco; ahí tomamos un taxi que Nos orillamos al borde del Apatlaco sobre una nos llevó de regreso a nuestros hogares, sanos chinampa que estaba muy cerca de la carretera que va a san Gregorio, ahí nos bajamos y caminamos por entre sembradíos de rábanos, nopales y coliflores, hasta llegar a una casa enorme con una enramada en el patio. 112 El Búho y salvos. México, 20 de noviembre de 1972 Notas 1 Espalda mojada o trabajador del edo. de México que emigra al D.F. para buscar trabajo. 2 Salix bonplandiana, es un árbol de la familia de las salicáceas, a la que pertenecen, entre otros, el sauce llorón. María Teresa Castrillón F ue a principio de los años 80 cuando un día sonó el teléfono preguntando por mí. “Soy Gabriel García Márquez” me dijo la voz “sé que el pianista Paul Badura-Skoda va a llegar a su casa y yo quisiera conocerlo. ¿Puedo ir a su casa mañana?” Badura-Skoda, gran amigo mío estaba de pasada por México y había estado recientemente en Colombia para dar un concierto y García Márquez se enteró que además de gran pianista, era un fanático del ajedrez como él y que incluso viajaba con un ajedrez de bolsillo. Esto le llamó mucho la atención y con ese motivo había escrito recientemente en la revista Proceso un artículo muy simpático aludiendo a esa afición compartida. Desde hacía tiempo quería conocerlo, pero no habían coincidido. Alguien le dijo que iba a llegar a México y que estaría en mi casa y le dieron mi número de teléfono. Badura-Skoda estaba por llegar a México, así que concertamos una cita en mi casa para conocerlo y llevár- Leticia Tarragó selo a comer a su casa en el Pedregal. Al día siguiente, mi coche para variar no arrancó en la mañana, por lo que yo llamé a la AMA (Asociación Mexicana Automovilística hoy desaparecida) para que vinieran a com- arca de Noé 113 ponerlo. Cerca de medio día tocaron a la puerta ya había leído unos diez libros suyos, bajó con ellos y mi hija Clara, de 14 años entonces fue a abrir. a la sala y se los enseñó, lo cual le simpatizó mucho Preguntó por mí un señor vestido sencillamente al escritor y se los firmó. No sólo eso sino que en la con una chamarra café; cerró la puerta y entró noche cuando vino a traer de regreso a Badura- Skoda a decirme: “Mamá, ahí está el mecánico de la a la casa le trajo otros volúmenes dedicados que AMA “Yo grité” “!Clarita, qué has hecho. Es García ella atesora desde entonces, además de que siguió Márquez y le cerraste la puerta!” Y corrí a abrirle y leyendo sus obras y a la fecha se puede decir que lo pasé a la sala. Badura-Skoda bajó y se saludaron las ha leído todas. cordialmente pues tanto uno como el otro tenían A mí me impresionó mucho la sencillez de interés en conocerse. Yo fui por mi cámara y tomé García Márquez al mostrar su interés en conocer una foto de los dos genios conociéndose en mi al pianista y hasta venir por él. Desde entonces casa, momento histórico en los anales de Espíritu Paul y Gabo conservaron una gran amistad. Los Santo (mi casa). dos de la misma edad, nacidos en 1927 y yo el Clara, que desde chiquita era una viciosa de la lectura admiraba mucho a García Márquez y 114 El Búho honor de haber sido testigo de ese hecho junto con Clara. Gabriel García Márquez, Badura-Skoda Leonardo Compañ Jasso M urió Helenita Paz Garro, un día antes que festejaran el centenario del nacimiento de su papá. Ninguna mariposa amarilla quebró el aire ni el Réquiem de Mozart, ejecutado en su honor, como merecía, cubrió de oro, luz y voces graves el silencio. Simplemente, nuestro dolor la veló y, en su momento, sepultó. La Universidad Autónoma del Estado de Morelos jamás quiso reconocerla en vida. Guardó silencio y, hasta la fecha, ha preferido callar, aunque lance diatribas por la paz y dignidad. En sus últimos días recordaba la amistad epistolar con su “Mago Blanco”, Ernst Jünger, único poeta y escritor reconocido y respetado Alonso arca de Noé 115 por Adolf Hitler; estudiado y analizado por de Jünger, “La Rueda de la Fortuna”, poco Martin Heidegger. Por cierto, nunca aceptó leído y apreciado. También la poesía –le dice a Paz como amigo; cosas de la aristocra- Jünger- tiene su linaje y situaba en Rimbaud cia espiritual. Ojalá un día se publique su su fuente. Entre sus poemas hay uno que, correspondencia. en especial, llama mi atención: Disolvencias, Por mera casualidad, Fondo de Cultura en Morado. Da cuenta de una bella joven, Económica publicó, en el año 2007, un poe- que puede ser Anastasia, bebiendo café mario de Helenita, precedido por una carta en Paris, mientras recuerda días hermosos, 116 El Búho Helena Paz alrededor del huevo de Pascua, ése que cada o, mejor dicho, no tan publicada. Quedó año fabricaba Fabergé al último Zar de Rusia en ese espacio en blanco a que se refiere para sorprenderlo. Cuando acaba, se va sin Lyotard y, probablemente por lo mismo, fue pagar y es acremente criticada por los parro- poco atendida como escritora. Al menos quianos. Casualmente, la nobleza no mane- aquí, en este pobre México, que se conduele ja dinero y desconoce ese código burgués por su falta de imaginación y abundancia de del que tanto se burla Oscar Wilde, en su narcos y corruptos. Requería de un escritor comedia La Importancia de llamarse Ernesto. de la talla de Jünger para ser apreciada. Casualidad, o coincidencia, con anarquis- Acá se desestimaron sus Memorias, que la tas como Bakunin y Kroptokin, incluso con editorial Océano extrañamente publicó, diz- Fourier y Hitler, para quienes el origen de que por frívola. Sinceramente, hay muchos estos males se halla en la moneda; también, escritores y escritoras banales, que venden para Cervantes. mucho. No es el caso de Helenita que, sólo Helenita, apenas cobraba por sobrevivir. Una televisión y sus cajas de papeles y por su valor testimonial, pues da cuenta de sus padres, debía ser citada. recuerdos la rodeaban, alejada ya de sus Helenita vivió en la diferencia, como sitúa gatos y perritas, pues los vecinos se quejaron Lyotard a ese espacio en blanco existente del mal olor. ¿Qué lleva a mujeres de elevada entre letra y letra, pero generó letras, igual conformación espiritual a rodearse de esos que sus padres, que han de leerse para com- animales? Heráclito, según narra la leyenda, prender una alternativa que tiene México, prefirió pasar sus últimos días en un ester- ligada a valores elevados, donde la cultura es colero a vivir entre humanos. Y Aristóteles un instrumento de construcción de Nación y puntualiza, en su Política, que un hombre no un linimento para heridas restableciendo alejado de la sociedad es un dios, o una el “tejido social”. Sí, la cultura como “ethos” bestia. Hölderlin escribe un drama dedicado hesiódico, wildeano, jüngeriano, donde los a Empédocles, que murió en el Etna, fiel a esfuerzos puedan encaminarse a develar la sus convicciones filosóficas. ¿Qué significa belleza y la justicia, como advierte Heidegger la soledad de Helenita? ¿Su muerte? tras analizar a Jünger. Debe reflexionarse desde ese marco lite- Por ahora, Helenita, simplemente murió, rario que fueron sus padres: Elena Garro y sin homenajes, entre el hueco de las letras, Octavio Paz. No fue tan prolífica como ellos esperando que sus huellas sean rescatadas. arca de Noé 117