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Emmanuel Carballo: molesto pero necesario l La ópera del siglo XX
Octavio Paz: El privilegio del arte l María Félix, un gran mito
García Márquez y Paul Badura-Skoda l La Muerte de Helena Paz
Colaboraciones de Herminio Martínez, David Gutiérrez, Benjamín Torres
Uballe, Martha Chapa, Ulises Paniagua, José Juárez y Carlos Bracho
Consejo editorial:
José Agustín Griselda Álvarez (>) Raúl Anguiano (>) Carlos Bracho José Luis Cuevas Martha Chapa
Alí Chumacero(>) Alberto Dallal Beatriz Espejo Gelsen Gas David Gutiérrez Fuentes Andrés
Henestrosa (>) Luis Herrera de la Fuente Dionicio Morales Armando Prida Huerta Carlos Ramírez
Ignacio Retes (>) Bernardo Ruiz Sebastián Fernando Sánchez Mayans (>) Leticia Tarragó Betty
Luisa Zanolli Fabila
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Carlos Bazán
Director:
René Avilés Fabila
Subdirectora:
Rosario Casco Montoya
Coordinación de arte:
Félix Acevedo
Diseño:
Osam Malja García
Colaboradores:
Manuel Aceves Pulido(>) Eugenio Aguirre Héctor Anaya Hugo Argüelles (>)
Roberto Bañuelas
Martha Bátiz Roberto Bravo Salvador Bretón Rodolfo Bucio Salvador Camelo(>) Elsa Cano Emmanuel
Carballo Marco Aurelio Carballo Antonio Castañeda (>) Jesús A. Castañeda Joaquín Armando Chacón
Leonardo Compañ Jasso Marcela del Río Adán Echeverría Javier Esteinou Sergio Fernández Citlali
Ferrer Martha Figueroa de Dueñas Silvia Fong Robles Luz García Sandra García Enrique Gastélum
Eve Gil Otto-Raúl González (>) Francisco Javier Guerrero José Antonio Gurrea Humberto Guzmán
Saúl Ibargoyen Josu Iturbe Marco Aurelio Ángel Lara Daniel Leyva Roberto López Moreno Froylán
M. López Narvaéz Andrés de Luna Ramón I. Martínez María Eugenia Merino Mayté Noriega Carmen
Nozal Juan Luis Nutte Anabel Ochoa(>) José Luis Ontiveros Gregorio Ortega Federico Ortiz Quesada
Francisco Prieto Jorge Ruiz Dueñas Rafael Ruiz Harrel (>) Hugo Enrique Sáez Alejandro Sandoval
Perla Schwartz Ignacio Solares Ignacio Trejo Fuentes Francisco Turón Roberto Vallarino (>) Liborio
Villalobos Calderón Marcos Winocur Patricia Zama Silvio Zavala
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Artistas plásticos:
Gilberto Aceves Navarro Juan Alarcón Iris Aldegani Luis René Alva José Anaya Javier Anzures
Irene Arias
Sergio Ángel Beltrán
María Emilia Benavides Ángel Boligán Philip Bragar
Alejandro Caballero
Alberto Calzada
Alfredo Cardona Chacón
Estrella Carmona
Jesús
Castruita Guillermo Ceniceros Edgar Clement Felipe de la Torre Luis de la Torre Juan
Román del Prado Lourdes Domínguez
Aída Emart Francisco Eppens (>)
Francisco
Espino José Fernández Carmen Flores Olivia Fuentes Héctor García (>) Joaquín García
Quintana Luis Roberto García
Luis Garzón
Jaime Goded
Esther González Gabriel
Gómez Pizano Renato González Juan José Gurrola Víctor M. Hernández Rigel Herrera
Jazzamoart José Juárez Fernando Leal Audirac
Antonio Ledesma Miguel Ángel Ledesma
Jorge López Luckie
Leonel Maciel Elsa Madrigal Ángel Mauro(>)
Pepe Maya
Mel
Raúl Méndez Adolfo Mexiac Arturo Miranda Jesús Miranda Ofloc Soid Pastrana Carlos Pérez
Bucio Alejandro Pérez Cruz Felipe Posadas Laura Quintanilla Ma. del Carmen Razo Carlos
Reyes Alejandra Ríos Vicente Rojo Javier Roldán Gregorio Rosas Guadalupe Rosas Rruizte
Oswaldo Sagástegui Peter Saxer Fernado Silva Luciano Spano Antonio Tadeo Raúl Tame
Leticia Tarragó M. Tarbados Mauro Terán Miguel Ángel Toledo Mauricio Vega Roger Von Gunten
Daniel Zamitiz
e-mail para envío de colaboraciones:[email protected]
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Instituto Verificador de Medios
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Este artista originario del estado de
Oaxaca (nacido en 1993), realizó estudios de pintura al fresco con el maestro Jesús González Gutiérrez y con el
maestro español Enrique Martorell.
Considera que para poder transformar
el arte hay que romper con muchas
reglas, pues de otra manera se estanca, no se avanza; romper con la inercia
de la globalización que mueve la creación actual. En sus obras de reciente
manufactura se muestra interesado
en plasmar aves, rostros humanos,
haciendo constantemente una interacción entre ellos. Su gusto por este
arte inicia a los 15 años, guiado por
el maestro Martorell. Desde entonces
ha comenzado a realizar obra inédita
inspirada en su hábitat, en su entorno,
en su vida diaria, principalmente en el
color, la riqueza étnica y cultural de
Oaxaca, lo que plasma en sus lienzos.
Recientemente Carlos Bazán participó en la exposición titulada “las posibilidades de la forma, antología visual
entre siglos”, junto con los maestros José Luis Cuevas, Vicente Rojo,
Gustavo Arias Murueta, Guillermo
Ceniceros, Roger Von Gunten y René
Jiménez, en el museo de arte moderno
Guillermo Ceniceros de la ciudad de
Durango.
Ha participado en varias exposiciones tanto individuales como colectivas
en el país y en Estados Unidos.
Actualmente Bazán se encuentra
realizando el proyecto denominado:
“Taquicardia”; se trata de una serie de
pinturas dedicadas a un tema universal: el amor.
[email protected]
[email protected]
Circulación certificada por el Instituto Verificador de Medios
Registro No. 285 / 01
El Búho. Año 15. Abril 2014. Número 1589 Es una publicación mensual. Publicado por María del Rosario Casco Montoya. Calle Yácatas 242. Col. Narvarte. CP. 03020, Delegación Benito Juárez. Teléfono y fax: 56395910 y 56393266. Celular: 04455 20959228.
www.revistaelbuho.com. [email protected]. Editora responsable: María del Rosario Casco Montoya. Reserva de Derechos
al uso exclusivo: 04-2013-050811215600-203. ISSN: en trámite. Ambos realizados en el Instituto Nacional de Derechos de Autor.
Responsable de la última actualización de este Número, Dra. María del Rosario Casco Montoya, Yácatas 242, Colonia Narvarte, Delegación Benito Juárez, CP. 03020,
fecha de la última modificación, 24 de junio de 2013.
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la editora.
Contenido
Editorial
Luto en las letras mexicanas El Búho 4
l
De nuestra portada
Gabriel García Marquez y los advenedizos andares políticos Benjamín Torres Uballe 6
Octavio Paz: el privilegio del arte Miguel Ángel Muñoz 10
La ópera del siglo XX (2/3) Roberto Bañuelas 18
El complejo arte de narrar de Jean August Strimberg Edwin Lugo 30
Cuentos Herminio Martínez 34
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Confabulario
Revistas, mujeres y una enciclopedia Juan Luis Nutte 42
Atardecer con música de Yann Tiersen Ulises Velázquez Gil 47
Metrobús Fabiola Morales Gasca 48
Bitácora de una navegación efímera Ulises Paniagua 50
Tres cárceles Ileana Garma 56
Agustín y una mujer a la que llamó Ana Juan Mireles 62
Más dragonerías Alejandra Craules Bretón 68
Casa vacía Violeta Orozco 76
Poemas Roberto López Moreno 79
Marzo Amoroso Roberto Bravo 85
Poemas Leticia Herrera 87
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Letras, libros y revistas
La Biblioteca de David recomienda…
Apantallados
María Félix, un gran mito
David Figueroa 90
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Martha Chapa 92
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Arca de Noé
Fragmentos diarios 5 Hugo Enrique Sáez A 94
A propósito del 1º de mayo Gustavo Jiménez 97
El público y los medios informativos Cirilo Recio Dávila 99
Los trancos Carlos Bracho 104
La isla del toro José Juárez 107
La visita de García Márquez María Teresa Castrillón 113
Helena Paz, un signo del olvido Leonardo Compañ Jasso 115
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Para la memoria histórica
(archivo coleccionable)
Emmanuel Carballo: molesto, pero necesario de Héctor Anaya
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Páginas centrales
editorial
... Luto en las letras mexicanas
L
a revista El Búho se une a las muestras de dolor por las muertes de
grandes escritores, en su momento
lo ha hecho en forma individual. Resulta
especialmente doloroso cuando hombres de
letras de inmensa trayectoria fallecen uno
tras otro, como si una orden lamentable
hubiera sido dictada. José Emilio Pacheco,
Helena Paz Garro, Federico Campbel, Gabriel
García Márquez, Emmanuel Carballo… Son
huecos difíciles de cubrir.
Sin duda es la muerte de Gabriel García
Márquez la que más sinceros lamentos produjo. Su enorme obra, el haber obtenido el
Premio Nobel de Literatura, su activismo
periodístico, su generosidad y buen trato y
su apego a las causas progresistas le dieron un prestigio único. Para muchos de los
millones de dolientes fue el mayor narrador
del siglo XX, algunos lo calificaron como el
Cervantes de nuestra época. Tuvo un funeral
de Estado, como Octavio Paz y tanto literatos como políticos elogiaron su obra.
Luis Garzón
El Búho
Este año también se cumplieron los cien años
guardia y pendiente de las novedades ocurridas
del nacimiento de tres grandes creadores. José
en otros países. Las muertes ocurridas son lamen-
Revueltas, Efraín Huerta y Octavio Paz. El país
tables, pero naturales, se puede vivir cien años
reconoció sus altos méritos.
como Andrés Henestrosa, pero al final la parca
Acaso el problema sea que los fallecidos eran
muestra su invencibilidad. Lo significativo son las
personas de talento excepcional. El desafío para
obras que esos mexicanos ilustres han dejado para
los que viven y son jóvenes es superar los retos
goce y aprendizaje de las nuevas generaciones.
del trabajo artístico y cubrir los vacíos dejados en
Su ejemplo de talento e innovación.
nuestras letras.
México es un país que en materia de arte vive
siempre momentos estelares. Dicho de otro modo,
No es una nación tercermundista. Está a la van-
Autores: Oswaldo Sagástegui y Ángel Mauro
Los autores fallecidos, efectivamente descansan en paz, sabedores que nos legaron obras
principales.
El Búho
Editorial de nuestra portada
Benjamín Torres Uballe
S
ólo habían transcurrido unos cuantos minutos después de las 3 de la
tarde, era Jueves Santo. Mi mujer
y yo comíamos en un pequeño restaurante
ubicado en la Plaza Washington de la colonia
Juárez, en la inusualmente tranquila ciudad
de México.
De pronto timbró el iPhone y contestó.
Después de algunos segundos en los que escuchó con atención, concluyó la llamada sin
ninguna emoción especial en el rostro.
“Muchas
gracias”,
dijo
a
su
interlocutor.
Mientras siguió comiendo, lo compartió
conmigo:
El Búho
Oswaldo Sagástegui
“Ha fallecido García Márquez”.
del colombiano ganador del Premio Nobel
Es la subdirectora de un periódico de
en 1982.
circulación nacional y quien llamó para
Al buscar mayores detalles del deceso
avisarle era el editor de la sección cultural.
en los portales informativos y en las redes
Recordé, como en carrusel, muchas no-
sociales, observé manifestaciones de pésa-
tas periodísticas de los últimos días con-
me y vasta información al respecto. Los
teniendo las más diversas especulacio-
medios ya lo esperaban y se habían pre-
nes sobre la salud del admirado escritor
parado para la ocasión. Esto proporcionó
sudamericano.
abundantes datos biográficos.
Previamente, desde que supimos de
El pero ––lo detestable desde mi pun-
su ingreso al hospital y al sigilo con que
to de vista–– es el oportunismo mostrado
proporcionaron la información, habíamos
por diversos políticos para “lamentar pro-
comentado en varias ocasiones las proba-
fundamente” la muerte del destacadísimo
bles causas de esa secrecía. Nuestras con-
integrante del Boom latinoamericano,
clusiones eran que Gabo seguramente se
siendo que gran parte de ellos evidencia
encontraba más delicado de lo que inten-
su desconocimiento en la trayectoria y la-
taban aparentar y eso nos entristeció, pues
bor en las letras del nacido en Aracataca,
ambos somos admiradores y seguidores
Colombia.
irredentos de su espléndida obra.
Tanta es su miopía e insensibilidad,
Mi hija ya mayor se llama Amaranta,
particularmente en el tema de la cultura,
en honor a uno de los protagonistas de su
que apresuran textos y mensajes, meros
novela Cien Años de Soledad; así lo ima-
esperpentos, que sólo terminan por ex-
giné cuando hace aproximadamente 27
hibir su enfermiza adicción demagógica
años leí esa creación sublime. Me impactó
y deseo patológico de restregarse vana-
tanto la narrativa y el personaje que pen-
mente ante la ciudadanía.
sé malévolamente hacerme del nombre
La cultura ––está demostrado históri-
si alguna vez tenía una hija. Pocos años
camente–– interesa poco a los gobiernos,
después, tal deseo se me hizo realidad. Así
pues no es algo ––según ellos–– que les
de poderosa y convincente es la literatura
reditué altos beneficios políticos en el
de nuestra portada corto plazo. Prefieren patrocinar y apoyar
laciones que exige el sistema permanecen
los patéticos conciertos populacheros de
en una especie de inmoral exilio, “castiga-
Justin Bieber y demás fauna del ofensivo y
dos” mediante la exclusión de las becas y
frívolo circo del “espectáculo”.
estímulos de los programas oficiales, en-
Y van más allá, no sólo la mantienen
tre otras calamidades.
alejada, sino que obstaculizan a todo ar-
Así es que ciertos señores de la clase
tista que se convierte en crítico de la “no-
política harían bien en no agraviar con sus
menclatura” gobernante. En nuestro país
disparates y desatinos en el Twitter o Face-
existen cientos de talentosos creadores
book el doloroso momento que atraviesa
que por no plegarse a los intereses y adu-
el mundo cultural, el de las humanidades,
Carlos Bazán
El Búho
en el que los verdaderos afectados por la
a la cultura en México, por el contrario,
pérdida de García Márquez son millones
agraviaron a los seguidores de nuestro
de lectores.
querido y entrañable Gabo.
Si en verdad están interesados en la
Hechos son amores, dice el adagio
cultura deben mostrarlo en los hechos, en
popular, y es tan fácil para quienes mane-
destinar más recursos, y sobre todo privi-
jan el erario y asignan las partidas presu-
legiar el interés, disposición e inclusión
puestales hacerlo en serio, con la impor-
de ese rubro en los planes estructurales
tancia que merece la cultura, al tiempo de
de gobierno, pues ello irremediablemente
extender el compromiso con quienes día a
deviene en la grandeza de todo pueblo.
día aportan su talento y creatividad para
En el homenaje llevado a cabo en el
enaltecerla no sólo con aquellos beneficia-
Palacio de Bellas Artes, ahí estuvieron
dos por las prebendas obtenidas median-
los verdaderos críticos literarios que in-
te el halago fácil e inmoral y sobre todo
equívocamente encumbran a los virtuosos
con el abyecto silencio que imponen a las
y los hacen sus consentidos, y se dan a sí
críticas que deberían manifestar.
mismos el derecho inalienable de llamarle
“Gabito”, como le decían sus más cer-
“Gabo” en una relación espontanea, sin-
canos, se ha adelantado y, sin embargo,
cera y cariñosa. Sí, ellos, el ejército de lec-
Macondo no está de luto, le preparan
tores que labraron la gloria de este excep-
una fiesta que va a durar cien años, no
cional colombiano, quien a su vez eligió
de soledad, más bien de amor, aunque no
a nuestro México para radicar inmerso en
sean tiempos de cólera y haya una abuela
su calidez y nobleza.
desalmada o una Cándida Eréndira que
Ojalá que en un acto de sensatez y
platiquen precisamente del amor y otros
respeto se hubiesen abstenido de hacer
demonios, en tanto consuelan al coronel,
presencia todos los
profesionales del
pues a éste nadie le escribe, aunque siem-
politiqueo que nada tenían que hacer en
pre quiere hablar a todo mundo sobre las
la ceremonia y para quienes lo importante
memorias de sus putas tristes.
era aparecer en la foto lo más cerca del
Presidente, pero que no aportan un ápice
[email protected]
de nuestra portada Miguel Ángel Muñoz
Para Marie-Jo Paz, por las complicidades compartidas
La idea de la obra de arte es su composición.
ANDRÉ GIDE
El hombre es la palabra encarnada. Existe para
ser consciente de ella y para expresarla.
FIODOR DOSTOIEVSKI
«
Como tras de sí misma va esta línea/por
los horizontales confines persiguiéndose/y en el poniente siempre fugitivo/
en que se busca se disipa»1 esta visión poética
recorre no sólo la poesía completa de Octavio
Paz sino también su obra ensayística sobre
artes plásticas. Chopos y líneas mágicas que
nos acercan en sus palabras a Claude Monet.
Paz fue un autor que para desmenuzar y profundizar en su pasión por el arte necesitó la
exaltación de la memoria, el deslumbramiento por las vanguardias y la pasión constante
por la pintura. Dos caminos paralelos, el del
poeta y el del crítico de arte, y una obra en
prosa nacida a la luz del asombro. El poeta
José Luis Cuevas
10 El Búho
es un traductor que traduce sus palabras en
colores, en líneas, en símbolos, en signos. Fue un
arte. Desde muy joven sentí invencible atracción por
poeta fuera de todo encasillamiento, un obsesiona-
las artes plásticas y muy pronto empecé a escribir
do por descubrir, por dialogar. Su apertura intelec-
sobre ellas, nunca como un crítico profesional sino
tual fue la de un medievalista imantado por el saber,
como un simple aficionado»2. Quizá esta sensibili-
fruto de su experiencia social, histórica, cultural y de
dad poliédrica haya hecho de Paz un personaje de
una tradición crítica no sólo europea, sino también
definición complicada, huidiza, nada sencilla. Pero
japonesa e hindú, que siempre habitó la poesía.
me gusta pensarlo como lo definía el escritor cata-
Escapar de la repetición es un gran privilegio del
lán Josep María Castellet: «Todo él respira un equi-
arte, mientras que la vida se define en un sentido
librio adquirido probablemente a través de experien-
menos complejo por la inexorabilidad de la misma.
cias, lecturas, convicciones, de saberse él mismo y
El artista es un traductor, y el arte es lenguaje, ges-
otro»3. La grandeza de esta obra permite tantas in-
to, poesía. Se puede aventurar que el placer estético
terpretaciones, que es difícil de interpretaciones. No
aspira a la liberación de los deseos inconfesados de
es casual su obsesivo retorno a la traducción como
la voluntad y que por ello está obligado a ejercer la
tema cardinal de sus trabajos, paráfrasis de la obra
intuición poco más que la premonición. La crítica
entera, tan cercano en esto a la tarea titánica de
ejercida por Octavio Paz (México, D.F., 1914-1998) y
transversión lingüística de Vladimir Nabokov. Poco
la reflexión estética que en ella subyace, forjada a lo
dado a la especulación, sin embargo, y dispuesto
largo de seis décadas, participó de esa firmeza intui-
siempre a someter la erudición a su portentosa in-
tiva, continuada con su poesía, ensayos literarios e
tuición narrativa, fue, además, un polemista feroz,
históricos, y desde luego, en su privilegio de ver los
conversador ocurrente que vivió con pasión los
cambios del mundo como sólo Paz lo pudo hacer:
mundos del arte que tanta sutileza ha colaborado
deslumbrado por descubrir. No fue un erudito asép-
a fabular. Desde temprana edad comenzó a ver
tico ni un beligerante intérprete de las modas en uso.
pintura, a escribir poesía y ensayo literario. Nunca
Entendió la historia del arte dentro de los límites
dejó ninguna de estas disciplinas. Pero de pronto se
de una traducción occidental de la que absorbe los
ganaba la vida hablando sobre arte y poco tiempo
argumentos y, en cierto momento, la metodología.
después haciendo crítica de arte en Plural y Vuelta;
Para Paz, el artista es un creador de imágenes que
también, en múltiples catálogos y libros de artistas
tienen una historia condensada a lo largo del tiem-
que admiró siempre. Pronto se vuelve una referen-
po. Su gran enseñanza se resuelve en el aprendizaje
cia importante en el mundo del arte internacional
de la mirada. «Ver es un privilegio —dice Paz— y el
de la segunda mitad del siglo XX. El arte se convirtió
privilegio mayor es ver cosas nunca vistas: obras de
en uno de sus principales intereses. Entendió como
de nuestra portada 11
pocos el oficio de escribir sobre arte no como crítico
Cardoza y Aragón— el arte mexicano: Bustos, Posa-
de oficio sino en el sentido de Charles Baudelaire:
da, Velazco, Zárraga, Atl, Rivera, Orozco, Siqueiros,
la pintura vista desde la poesía. Fue visitante oca-
Montenegro, Charlot, Alva de la Canal, Castellanos,
sional en Francia, Italia, Inglaterra o España, donde
Ruelas, Lazo, Izquierdo, Tamayo. Pasado y presente
admiró el renacimiento, la primera modernidad, los
del arte de México y América Latina. Una pintura
movimientos de vanguardia. Descubrió el cubismo,
nacionalista que buscó cambios siempre convulsos
el dadaísmo, el surrealismo, el expresionismo abs-
y contradictorios, pero que encontró su mayor sig-
tracto y el informalismo Europeo, sobre todo el
nificado en el muralismo. El arte lo es todo: reverso
español que tiene su cumbre en el grupo El Paso.
e inverso: todo es. Comienza a descubrir su ansia
Vuelve a visitar esos espacios y esos tiempos con
de ver y el deseo por descubrir lo que ve. Le impre-
la vieja, cada vez más matizada idea de una histo-
siona la cultura prehispánica de tal forma que nos
ria social y cultural. Estados Unidos, más los años
descubre que toda cultura y todo arte deben contar-
que vivió en India, se vuelven su escenario intelec-
nos una historia. Para Paz, el artista ensaya solucio-
tual anclado alternativamente en México, a la par
nes desde y en una vieja tradición que es doble. Por
que continúa siendo un crítico nunca indiferente
una parte, la técnica, destreza, modos de represen-
a cuanto destaca en el mundo de la imaginación
tación. Por otro, imágenes consagradas, sabidas,
contemporánea. Se forjó a través de un disciplina-
que operan sobre el consciente del espectador. «Ante
do y nada complaciente aprendizaje de la mirada.
los cuadros de Picasso, Braque y Gris —sobre todo
Sin ficciones eruditas ni prescindibles sobreposi-
del último, que fue mi silencioso maestro— entendí
ciones de saberes adjetivos, a partir simplemente
al fin, lentamente, lo que había sido el cubismo. Fue
de la perpleja alerta de la sensibilidad del arte, su
una lección más ardua; después fue relativamente
mundo de arte es más bien caleidoscópico y cabe
fácil ver a Matisse y Klee, a Rousseau y a Chirico»
en él tantas propuestas como opciones en juego.
afirma Paz. La crítica de arte, el lenguaje y la pintura
Picasso no adelanta a Rafael, ni Matisse a Cézanne.
dieron sentido a su realidad. Un ejercicio en el que
Simplemente es un aprendizaje permanente. Lo que
nunca renunció a la reflexión sino que se convirtió
importa es la capacidad de dramatización de esas
en un alfabeto muy propio. Con Baudelaire: Salones
experiencias particulares y su conversión en mode-
y otros escritos sobre arte; Apollinaire: Les Peintres
los universales de sensibilidad. Descubre primero
cubistes; Breton: Le Surréalisme et la peinture, y
con Alfonso Reyes, José Vasconcelos y después con
Mallarmé aprende a someter la erudición a su in-
los poetas de la generación de los Contemporáneos
tuición narrativa. Doble lección constante: crítica
—Villaurutia, Pellicer, Gorostiza, Cuesta, Tablada,
y tradición. Un conversador excepcional que vivió
12 El Búho
con pasión contagiosa los mundos del arte que con
miento: el análisis, la descomposición y el revés de
tanta sutileza colabora a fabular en sus ensayos.
la velocidad»4. Duchamp será una obsesión de Paz
Octavio Paz fue uno de los poetas más brillantes que
y logrará arrancar al artista del Olimpo de las van-
han escrito de arte en la segunda mitad del siglo
guardias, donde mueren los grandes, para devol-
XX. Su obra escrita, directa, poética tiene su cumbre
verlo a la vida del gran Arte. He aquí una iluminación
en su libro Apariencia desnuda. La obra de Marcel
perfecta: Paz dio vida nueva a un artista genial.
Duchamp, que junto con Picasso fueron los artis-
Hay en su poesía y en su crítica de arte una ex-
tas que ejercieron mayor influencia en el siglo XX.
traordinaria consonancia entre el espacio interior y
«Duchamp —dice Paz— no es menos sorprendente
el espacio del mundo, entre la intimidad profunda
(que Picasso) y, a su manera, no menos fecundo. Los
y la extensión indefinida. Correlación entre micro-
cuadros de Duchamp son la presentación del movi-
cosmos y macrocosmos, una consonancia entre lo
Aída Emart
de nuestra portada 13
inmenso y lo íntimo. Desde un ángulo de luz, en la
encendía pequeñas fogatas, se revolcaba en la ceniza,
penumbra, ante un cuadro de Joan Miró, el poeta
salía con la cara tiznada gritando por las esquinas,
descubre universos, sueña su inmensidad; acuden
el viento iba y venía abriendo y cerrando puertas y
a él los sueños surrealistas, el silencio inmenso y
ventanas,
fabulador del pintor catalán. Así es el poema titu-
iba y venía por los crepusculares corredores del
lado «Fábula», dedicado a Joan Miró:
cráneo,
el viento con mala letra y las manos manchadas de tinta
El azul estaba inmovilizado entre el rojo y el negro.
escribía y borraba lo que había escrito sobre la pared
El viento iba y venía por la página del llano,
del día.
En el espacio de la pintura de Miró resuenan
las constelaciones lunares, los pájaros de mil colores, el universo surrealista, el jardín de piedras, el
azul, el negro, los siglos de la tradición y cultura
catalanas. Ahí es donde Paz descubre los azules, las
barcas, la imaginación interminable del artista. Por
momentos, la cualidad de la imagen nos permite
no sólo escuchar, sino ver.
Sigue Paz:
Miró era una mirada de siete manos.
Con la primera mano golpeaba el tambor de la
luna,
con la segunda sembraba pájaros en el jardín del
viento,
con la tercera agitaba el cubilete de las constelaciones,
con la cuarta escribía la leyenda de los siglos de
los caracoles…
Nombres tan fronterizos como Velázquez, Zurbarán, Tintoretto, Rafael, Camile Pissarro, Picasso,
Amadeo Modigliani, Man Ray, Fernand Léger,
Carlos Pérez Bucio
14 El Búho
Jacques Lipchitz, Paul Klee, El Greco, Solana, Henri
arte sino entender la pintura y su historia a partir
Michaux, Dubuffet, Eduardo Chillida, Chardin,
de la poesía. Paz decía sobre las diversas genera-
Valerio Adami, Edvard Munch, Joan Miró, Henry
ciones que se cruzan en la historia que los artistas
Matisse, Roberto Matta, Hans Hartung, Marino
deben redescubrir el punto de convergencia entre
Marini, María Helena Vira da Silva, Antoni Tâpies,
tradición e invención: «Ese punto es distinto para
George Segal, Balthus, Max Ernst, Giorgio Morandi,
cada generación y es el mismo para todas. Conver-
Maurice Denis, Pierre Alechinsky, Víctor Brauner,
gencia no quiere decir compromiso ecléctico sino
John Chamberlain, Juan Gris, Braque, José Luis
conjunción de los contrarios. El arte de nuestros
Cuevas,
Giacometti,
días está desgarrado por dos extremos: un concep-
Rauschenberg, Julio Le Parc, Joseph Cornell, René
tualismo radical y un formalismo no menos estric-
Magritte, Duchamp, Rufino Tamayo, Afro Basaldella,
to»5. Vanguardias que se pierden y se transforman
Rafael Canogar, Alberto Gironella, Fernando de
constantemente en el imaginario del poeta.
Francis
Bacon,
Alberto
Szyszlo, Juan Soriano, Vicente Rojo, Frida Kahlo,
Es conocimiento y, al mismo tiempo, recreación
María Izquierdo, Gerzso, Antonio Saura, Richard
del concepto artístico. Es cierto, muchos de estos
Serra, Josep Guinovart constituyen una primera y
artistas con algunas sensibilidades próximas a Paz
final apuesta de su visión estética. Es el arte de su
son los que sigue en su evolución constante. Sobre
tiempo, de su memoria, pero sobre todo de sus in-
todo Miguel Ángel: La Capilla Sixtina; Picasso: com-
clinaciones pictóricas. Geometría, abstracción, figu-
pleto; Gris y Braque: el cubismo; Degas: El baño,
ración, ilusionismo, realismo o simplemente: trans-
mujer enguagándose, Bailarinas en escena; Matisse:
figuración del arte. W.H. Auden decía que hay que
Las naturalezas; Cezánne: Vista del Estanque, Frute-
buscar y encontrar en la labor poética «diamantes
ro, plato y manzana, Taza, vaso y frutas, Tres bañistas;
en el barro»; Paz en cada línea, en cada reflexión
Miró: Las constelaciones; Marcel Duchamp: Desnu-
sobre arte no sólo encontró diamantes sino respu-
do bajando la escalera, Rueda de bicicleta, Fuente,
estas. En breves poemas o ensayos, el poeta explora
Con mi lengua en mi mejilla; Paul Gauguin: Los ár-
la revelación estética de diversos artistas. Experien-
boles azules, Perros corriendo en el prado, Visión
cia única e inédita; cómplice, reflexiva, cazadora,
del sermón, Pastor y pastora en el prado, La ronda
incandescente. Sus firmes convicciones surrealistas
de las niñas bretonas, La vida y la muerte; Chillida:
—André Breton sobre todo— lo llevan a detectar el
El peine de los vientos, Elogio de la luz, Yunque de
fuerte discurso estético y narrativo del informalismo
sueños; Tâpies: Los muros; Rauschenberg: Los ob-
europeo y la abstracción estadunidense. No le preo-
jetos; Matta: sus universos poéticos, su mundo sur-
cupa indagar en las retóricas de la historiografía del
realista; Motherwell: su poesía lineal y abstracta.
de nuestra portada 15
Éstos eran algunos de sus artistas preferidos del
nosotros, proyectando en el mundo algo de nues-
siglo XX. Ni abstracto ni figurativo, lo que gustaba
tra propia paranoia cultural, llamamos su trama. El
a Octavio Paz era un arte que nos enseñara a ver.
relato no depende de ningún repertorio de estable-
Cuando se situaba frente a una obra se dejaba po-
cido de ideas y costumbres: depende de su avance
seer y dominar por ella. «¿Qué podemos compren-
sobre los espacios»8. Ver, sentir, escribir se traducen
der de un retrato de Rembrandt? —decía Francis
en descifrar signos. A veces la cualidad de la imagen
Bacon— Nada»6. Octavio Paz agregaría: Miramos y
nos permite no sólo oír, sino ver la pintura, el eco
sentimos una sensación irrepetible. Más tarde sus
que el silencio traza en el cuadro, en el dibujo, en
intereses artísticos crecieron: Léger, Moore, Mas-
la escultura. Ver un cuadro es escucharlo, repetía
son, Klein, Esteban Vicente, De Kooning, Rothko,
Baudelaire. A Juan Gris: lo vemos y lo oímos. El es-
Morandi, Tinguely, Râfols-Casamada, Torres García
pacio de creación, el espacio de la página fue con
y siempre Rufino Tamayo. De él aprendió a compren-
frecuencia el tema de sus ensayos y de su poesía. El
der el puente que se abrió entre el arte prehispánico
poeta fue consciente del poder transformador de la
y la modernidad del arte en México: «Mi aprendizaje
imagen poética y de la poética de la imagen. Juego
fue también un desaprendizaje. Nunca me gustó
inverso. Convergencia lingüística. El poeta espera
Mondrian, pero en él aprendí el arte del despoja-
en un páramo desierto, en una superficie incierta,
miento. Poco a poco tiré por la ventana la mayoría
en un muro en llamas, como dice en el poema que
de mis creencias y dogmas artísticos. Me di cuenta
le dedica a Antoni Tâpies:
de que la modernidad no es la novedad y que para ser
Sobre las superficies ciudadanas,
realmente moderno tenía que regresar al comienzo
las deshojadas hojas de los días,
del comienzo. Un encuentro afortunado confirmó
sobre los muros desollados trazas
mis ideas: en esos días conocí a Rufino Tamayo y a
signos carbones, números en llamas.
Olga, su mujer. Ante su pintura percibí, clara e in-
Escritura indeleble del incendio,
mediatamente, que Tamayo había abierto una bre-
sus testamentos y sus profecías
cha. Se había hecho la misma pregunta que yo me
vueltos ya taciturnos resplandores.
hacía y la había contestado con aquellos cuadros
Encarnaciones, desencarnaciones:
a un tiempo refinados y salvajes. ¿Qué decir?»7. La
tu pintura es el lienzo de Verónica
exploración de las convergencias, la búsqueda del
de ese cristo sin rostro que es el tiempo.
comienzo y la excavación de los límites de la imaginación. «El relato —dice John Berger— no depende
Hace años nos vimos, —casi siempre nos en-
en última instancia de lo que se dice, de lo que
contrábamos en París, Barcelona, Madrid y algu-
16 El Búho
nas veces en México—, y lo escuché en Barcelona
sía de la segunda mitad del siglo XX. A lo largo de
en casa de Antoni Tâpies. Paz: era vehemente, bri-
setenta años el arte fue uno de los temas inacaba-
llante, devastador con el adversario. Un surrealista,
bles de una de las sensibilidades más brillantes y
un poeta, en suma. «No se trata —repetía Paz— de
excepcionales del siglo XX.
cambiar a los hombres como de acompañarlos, ser
uno de ellos» . Y ese fervor lo encontró en compañía
9
de muchos artistas. A su entender, toda obra de arte
es una traducción que desvirtúa una presencia real
originaria. La negación y la crítica, fueron para él, la
edad moderna. Y bien decía T.S. Eliot en su poema
Coros de la piedra:
Pues las acciones buenas o malas pertenecen a
un hombre sólo,
Notas
1
Octavio Paz, Cuatro chopos, en Los privilegios de la vista.Arte
moderno universal 1, t. 6, Fondo de Cultura Económica, México,
1994
2
Octavio Paz, op. cit.
3
Josep María Castellet, Los escenarios de la memoria, Editorial
Anagrama, Barcelona, 1988
4
Octavio Paz, Apariencia desnuda. La obra de Marcel Duchamp,
Editorial Era, México, 1973
5
Octavio Paz, prólogo al catálogo de la exposición de grabados
Cartón y Papel de México, Museo de Arte Moderno de México, 1980
6
David Sylvester, Entrevista con Francis Bacon, Debolsillo, España, 2013
7
Octavio Paz, prólogo a Privilegios de la vista 1. Arte moderno
universal. Círculo de Lectores, España, 1991
8
John Berger, El sentido de la vista, Alianza Editorial, Madrid,
1985
9
Jean Daniel, Los míos, Galaxia Gutenberg, España, 2012
10 T.S. Eliot. Poesías reunidas 1909-1962. Coros de la piedra.
Versión española de José María Valverde. Alianza Editorial, 1999,
Madrid, España
Cuando se yergue solo en el otro lado de la
muerte,
Pero aquí en la tierra tenéis la recompensa del
bien…10
Y, Octavio Paz fue un hombre solo, un seductor intelectual único en su tiempo, que siempre intentó dialogar con el otro, para hacerse entender,
para dejar un registro luminoso de su paso por la
vida. Fue un excelente observador de las convulsiones de las vanguardias artísticas de su tiempo.
Imaginación pura. Un ejercicio de demolición crítica. Un poeta que al igual que Joseph Brodsky, Derek
Walcott, Czestaw Milosz, Seamus Heaney, Adonis,
Yves Bonneffoy, John Ashbery, José Hierro, José
Ángel Valente, Wislawa Szymborska y John Bergen
crearon un grupo de influencia fuerte en la poe-
Mauricio Vega
de nuestra portada 17
Roberto Bañuelas
G
abriel Fauré (1845-1924), eminente organista
y gran pedagogo (maestro de M. Ravel), autor
de La bonne chanson y de numerosos gru-
pos de mélodies (canciones de arte comparables a los
Lieder alemanes), música de cámara y sinfónica, escribe
la ópera Penélope (1907) en un estilo entre wagneriano
y straussiano, logrando más emotividad que expresión. La orquesta,
que va de pasajes densos a una tímbrica variable, alterna colores de
empastes sombríos hasta llegar a
sutiles tintes de veladura que sirven
a la declamación casi debussyana
en un lirismo Belle Epoque.
Caso insólito para la música
de occidente y para la cultura de
Francia es la presencia de Igor
Stravinsky (1882-1971). Compositor ya famoso y celebrado
por sus ballets El pájaro de fuego,
Roberto Bañuelas
18 El Búho
Petruschka y La consagración de la primavera (que un
gración…, revelan una magia armónica y orquestal
crítico calificó como “La massacre du printemps”).
en un juego de la gama pentatónica para una músi-
Esta obra, novedosa y revolucionaria, lo revela como
ca plena de colorido que se abstiene de llegar a lo
un genio logrado de la experimentación. Paralelo a
pintoresco para lograr el encantamiento.
Picasso, todo material -pictórico o musical- está
Concebida por el autor como una “Burlesca
transformado por ellos en un lenguaje personal tan
para canto y danza”, Renard (La zorra, 1922), con
vigoroso que linda con una invención de lo primi-
más elementos de circo que de ópera, da lugar a
tivo unido a la más vibrante modernidad. Sus imi-
una especie de madrigal con mímica de bailarines
tadores y epígonos no podrán alcanzarles nunca en
acrobáticos, sonorizados en la expresión vocal por
sus diversas renovaciones. La consagración… debe
cantantes situados en el foso de la orquesta.
entenderse como una monumental síntesis dia-
Con L’histoire du soldat (La historia del soldado,
léctica de composición: la violencia de ritmos, el
1918), Stravinsky aporta uno de los más concentra-
tejido de síncopas bárbaras y el impacto de timbres
dos ejemplos de teatro musical como síntesis de es-
diferentes en instrumentos conocidos, hacían sur-
pectáculo en que con una orquesta reducida -entre
gir esta música entre un pasado remotísimo y un
conjunto de cámara y de Jass- se logra una com-
alba deslumbrante. La paleta orquestal de su maes-
binación prodigiosa de danzas, máscaras, actores
tro Rimsky-Korsakov, en el discípulo Stravinsky se
y músicos. Teatro experimental y música moderna
torna violenta, dura, fogosa y precisa. Contraste y
se fusionan en un nivel cualitativo de otro nuevo
paradoja de una música como de otro tiempo y otro
Stravinsky. El paralelo de politonalismo armónico
espacio, impregnada de exuberancia selvática, viene
y pintura cubista coincide en el nervio de audacia
a ser representación del mundo contemporáneo.
y creación.
Si original en la música instrumental, Stravinsky
Con Mavra (1922), con el tema y contenido de
no lo es menos en sus experimentos teatrales de rela-
una novela cómica de Pushkin, Stravinsky realiza
ción con la ópera, aunque para ello haga mixtura y
una divertida ópera en un acto. A la vez que cons-
combinación de formas tradicionales: cantata escé-
tituye un homenaje al ochocientos ruso, es tam-
nica, ópera-oratorio, ópera-ballet, ballet cantado y
bién una sátira contra el melodrama del XIX y la
melodrama. Le Rossignol (El ruiseñor), iniciado en
tragedia wagneriana. El autor de Mavra, en su
1908 y estrenada en 1914, en el primer acto muestra
oportunidad de nuevo mito, declaró que había
la influencia orientalista de su maestro Rimsky-Kor-
más invención melódica en “La donna è mobile”
sakov: en contraste de lenguaje y estilo, los actos
del Rigoletto que en toda la vociferación de la
segundo y tercero, realizados después de la Consa-
Tetralogia de Wagner.
de nuestra portada 19
En 1927, Stravinsky asombra y conmueve con el
Eminente pianista de su tiempo, Ferruccio Buzo-
tema de OEdipus Rex. Basada en la tragedia de Sófo-
ni (1866-1924) se desarrolló también como un com-
cles, reducida y arreglada como un libreto de inten-
positor casi revolucionario, teórico y estético, tanto
sidad emotiva por Jean Cocteau y traducida al latín
que Stravinsky lo consideraba como un precursor
por Jean Danielou, Stravinsky realiza la gran Ópera-
de la ideología musical contemporánea. Profunda-
oratorio. El carácter trágico del hombre sometido
mente inclinado a la cultura y disciplina germanas,
a un destino fatal, prisionero entre el terror de un
se manifestó en el teatro como un neoclásico, anti-
tiempo que girará en torno a su tortura, la acción
wagneriano y pre-expresionista. Autor de sus pro-
se narra con un recitante -en el idioma de cada país
pios libretos, en lengua alemana, en 1917 presentó
donde se presente- y se representa por “cantantes-
dos óperas de asunto cómico: Arlechino y Turandot.
estatuas” que se expresan en una gran declamación
La primera, inspirada en los personajes de la “com-
que el coro comenta con gran solemnidad.
media dell’arte”, es realizada por Buzoni como una
Con el estreno en Venecia de The Rake’s pro-
obra para marionetas con la respectiva moraleja
gress (La carrera del libertino, 1951), Stravinsky co-
en que la trama se forma como un tejido de episo-
rona su producción operística y dice adiós al teatro
dios burlescos. Turandot, antecesora de la de Pu-
con una ópera que pretende restituir el espíritu de
ccini en argumento y autor teatral (C. Gozzi), tiene
comedia y de estructura musical de Così fan tutte de
su realización en dos actos de suprema economía
Mozart. Sin llegar a pastiches de factura, sí se siente
de medios, con un logro sorprendente de refinado
el aleteo de los espíritus de Rossini, Bellini y Doni-
orientalismo, lirismo dramático y singulares efectos
zetti en el desarrollo de una obra que constituye un
instrumentales que subrayan oportunamente los
homenaje, con emoción e ironía, al teatro en que la
momentos significantes de la acción.
voz tiene su evidente protagonismo.
Completada por su discípulo, Philipp Jarnach, en
En 1923, con una refinada escritura orquestal y
1925 se estrena su ópera magna Doctor Faust, que
elementos extraídos de un metodismo indú, Albert
se la puede considerar como la culminación de sus
Roussel (1869-1937) presenta la ópera Padmávati,
ideales músico-teatrales en una creación antiverista
resultado de sus viajes a Oriente (oficial de ma-
y simbolista. Trasunto de su propia vida fáustica,
rina como Rimsky-Korsakov). La obra, con ritmos
la ópera condensa la elevación interior y un fluir po-
de invocación ritual, escalas que sugieren tonos más
lifónico que va de Bach a Mozart. Síntesis de una
fraccionados y audaces armonías, se inscribe en la
concepción germana y latina de la música, Buzoni
serie de trabajos pertenecientes a la renovación
llega a una renovación estilística que, aunado a un
de la ópera francesa.
libreto admirable, alcanza la expresión lírico-vocal,
20 El Búho
armónica y orquestal, a la vez que muestra un mun-
(El castillo del duque Barbazul, 1918). Obra para
do impregnado de emotividad, inteligencia y fuerte
dos personajes en las voces de barítono y soprano,
penetración psicológica.
la acción está concentrada en la soledad del hom-
De Hungría, utilizando recursos de grandi-
bre y la incapacidad de la mujer para redimirlo. La
locuencia orquestal Wagner-Strauss y la ductilidad
música, como corresponde a este gran exponente
conversacional de Pelléas, Béla Bartók (1881-1945)
del arte musical del siglo XX, transcurre luminosa
filtra y resume en un lenguaje personalísimo la ex-
y plena de emoción dentro de un espacio de rituali-
presión de su única ópera A kérszakállú Herceg Vava
dad y de singular ambiente sonoro. La escena es un
juego continuo y simbólico de sombrasluz-color-expresión hacia un perfecto
resultado de teatro moderno.
Compañero de Béla Bártok en el estudio del folklor patrio, Zoltán Kodály
(1882-1967) concibe un estilo personal
derivado del espíritu musical húngaro.
Si dio lo mejor de sí en la producción
vocal, es en Háry János donde logra una
obra suprema. Fuera de la estructura
convencional, esta ópera es una especie
de comedia con partes cantadas, habladas, danzadas e intermedios orquestales
de fuerte colorido popular. Queda como
ejemplo de actualización y afirmación
nacional frente a un romanticismo germanizante que todo lo invadía.
Una de las características esenciales de los operistas de este siglo es la
de su vasta preparación técnica y estética en un panorama estilístico que los
hace cautos en su aportación líricoteatral. Al contrario de los compositores
Leticia Ocharán
de nuestra portada 21
de la centuria pasada, que eran en su mayoría pro-
En 1902, el llamado “padre de la música moder-
veedores cautivos de un consumismo para un gusto
na española”, Felipe Pedrell (1841-1922) estrena en
establecido, los contemporáneos se han preocu-
Barcelona la trilogía Els Pirineus (Los Pirineos, com-
pado de lograr una obra de trascendencia artística,
puesta de El Conde de Foix, Rayo de Luna y La jor-
más allá de la confesión melódica y sentimental, a
nada de Panissards). Escrita en catalán pero repre-
veces renovadora y, en algún caso, revolucionaria
sentada en italiano, hace confluir en esta ambiciosa
y aislada.
obra, con refinado gusto en la armonización y en la
Aunque el gusto del gran público sigue siendo
orquestación, recursos de procedencia wagneriana
fiel al espejo del melodrama y a sus islas canoras,
con la vena y el espíritu de la música española. Au-
que antes flotaban y ahora vuelan de un conti-
tor también de las óperas Cuasimodo, Cleopatra y
nente a otro en persona, en disco fonográfico, C.D.
La Celestina, se le considera como el fundador del
y DVD, las creaciones y los estrenos no han deja-
moderno drama musical español y de la moderna
do de producirse, predominantemente en Europa
musicología de su país, dividido lingüísticamente en
que, vieja como es, se adapta y se compromete con
cuatro idiomas y treinta y nueve dialectos. Su ejem-
el presente
plo, ahogado por la zarzuela y la incomprensión,
fue determinante en músicos
como Isaac Albéniz, Enrique
Granados y Manuel de Falla.
Anterior al inicio del siglo, Isaac Albéniz (1860-1909)
escribe, además de una importante y variada obra pianística, surgida de la inspiración folclórica que combina con un ideal constructivo
y un preciosismo armónico
derivado del impresionismo,
la ópera Pepita Jiménez que,
más que guiada por la luz,
sufre el lastre de la pesada
sombra de Wagner.
María Emilia Benavides
22 El Búho
Ligado a la tradición romántica (Schumann,
una tragedia grotesca, el drama de un pobre solda-
Liszt, Chopin), Enrique Granados (1867-1916) logra
do, víctima de un militarismo arrogante y de una so-
fusionar con moderna sensibilidad el material pro-
ciedad estúpida e incomprensiva, son los elementos
veniente del espíritu popular de la música española.
teatrales, psicológicos y de triste humanidad, expu-
Autor de siete obras cantadas, destaca por su maes-
estos por Georg Büchner y utilizado por Alban Berg
tría y refinamiento la ópera Goyescas, música pia-
(1885-1935). Wozzeck (1925), considerado como
nística a la que agregó texto y argumento con la co-
el supremo ejemplo de ópera expresionista, com-
laboración de F. Periquet. La obra se estrenó en el
parte y enfrenta los sentimientos de los persona-
Metropolitan de Nueva York en enero de 1916.
jes con los del público, asombrado éste, en toda
En 1905 compone Manuel de Falla (1876-1946)
representación y en todo lugar, del lenguaje musi-
La vida breve; ligada argumentalmente a la tenden-
cal que describe los sufrimientos de un proletariado
cia verista, musicalmente alcanza el nivel de una
atormentado.
zarzuela ilustrada. Después de componer El amor
Haciendo uso de todos los recursos del canto
brujo y El sombrero de tres picos, el compositor al-
teatral, Berg propone a los intérpretes -en forma
canza y madura un estilo de esencia española y de
anticonvencional- el uso de la voz cantada, la voz
referencias modernas incorporadas a un lenguaje
hablada (Sprechgesang), declamación con todas
individual y trascendente.
las sutilezas de intención y humor, en una estruc-
Compuesta para tres voces y una orquesta re-
tura que abandona toda tradición (arias, recitativos,
ducida, usando el mundo de la titeresca, aparece la
concertantes, etc.), y cada escena, de las quince que
magistral ópera El retablo de Maese Pedro. Con un
integran el total de la ópera, corresponde a un ar-
canto de línea castellana, continuidad estructural
quetipo o esquema formal de la música instrumen-
y acertada ambientación tímbrica, surge esta obra
tal. La estructura de esta ópera corresponde a una
como uno de los más brillantes ejemplos de concre-
disciplina creativa sin paralelo; frente a la comple-
ción y belleza expresiva a favor de un episodio del
jidad psicológica de los personajes, Berg, como
Quijote. Lo español y lo moderno se integran en un
quedó arriba señalado, organiza la ópera en for-
documento de vibrante belleza y originalidad.
mas y géneros instrumentales: el primer acto es una
En relación a las óperas de Arnold Schoenberg,
suite; el segundo, una sinfonía de cinco movimien-
Alban Berg escribió: “Ya no se fingen más las pasio-
tos, y el tercero, un grupo de variaciones. El empleo
nes, sino que se expresan los sentimientos del in-
del Leitmotiv va más allá de lo anecdótico y tiene
consciente, shock, trauma, registrándolos sin disi-
una función melódica, armónica y de timbre instru-
mulo a través de la música”. La narración del caos en
mental. La orquesta está reducida a lo esencial en
de nuestra portada 23
dimensiones de música de cámara, con excepción
sarrollo sexual del hombre desde la infancia hasta
de los interludios, entre una y otra escena, tensos y
el matrimonio, en nombre de la moral y de la re-
dramáticos a plena orquesta.
ligión, había terminado con hacer entrar en acción
El lenguaje musical es atonal con algunos con-
el más horrible mecanismo de dominio del mundo:
trastes que reclaman la tonalidad en cantos de in-
la ciega y obsesiva potencia del sexo combatida for-
tención y entonación popular, salvo la escena cuarta
malmente por las instituciones civiles, pero activada
del acto primero, realizada sobre una serie de doce
por los mismos compromisos de la moral burguesa
sonidos que constituyen el tema de la passacaglia.
y regulada por el dinero que mercantiliza el eros”.
Wozzeck, con su realismo y violencia en el mun-
Como en Wozzeck, la estructura de Lulú se basa
do interior de los personajes y su entorno de opre-
sobre formas instrumentales. En una etapa de madu-
sión social, expresados en una música elaborada
rez técnica, Berg utiliza el dodecafonismo y elabo-
que refleja la complejidad de nuestro siglo (XX),
ra, en base a la serie, los temas que configuran a
marca un experimento histórico, intenso y amargo,
los distintos personajes. Abiertamente melódica,
en un retorno al drama in musica donde el canto y
acepta relaciones armónicas que consienten la to-
el teatro incorporan al espectador, emocional e in-
nalidad sin definirla. La disonancia, sin constituir
telectualmente, a un acontecer que alcanza la sínte-
un principio de rigor, es mitigada dentro de una
sis y dimensión de obra maestra.
variante de entonaciones que van del canto lírico
Los personajes de las óperas de Berg pertenecen
al parlato libre, rítmico y tímbrico. El canto, inten-
al mundo del dolor y de la información. Sonámbu-
so y convulso, da sustancia y forma a la parte de
los de la angustia, no pueden eludir el sufrimiento,
la protagonista. Esta ópera constituye otra de las
como sucede también con la sociedad que inventa
más altas y originales expresiones del teatro lírico
evasiones para desentenderse del retorno de la bar-
de nuestro tiempo.
barie en formas de sistemas que la domestican o la
someten.
De seis obras teatrales que Julius Weismann
compuso, destaca Leonce und Lena (1925), ópera
Inconclusa en el tercer acto, sobre todo en la ins-
basada en un texto de Büchner y realizada en forma
trumentación, Lulú es la otra ópera de Alban Berg.
tradicional con partes cantadas y bailadas. Obra
Fusionando el teatro de dos dramas de F. Wedekind,
más ligada a un romanticismo tardío que a las nue-
el compositor elabora de nuevo un extraordinario
vas expresiones, figuró durante dos decenios en el
libreto. “Esta temática -afirma Rognoni- venía aún
repertorio lírico alemán.
más acentuada en relación al espíritu burgués, el
Paul Hindemith (1895-1963) es el compositor
cual, reprimiendo los impulsos naturales en el de-
contemporáneo que se convierte, por erudición y
24 El Búho
legítima identidad, en el restaurador de la tradición
En 1929, Hindemith crea la ópera bufa Neues
germana de la música instrumental. El amplio ca-
vom Tage (Últimas Noticias), obra importante y repre-
tálogo de su música de cámara, sinfónica y operísti-
sentativa del movimiento musical conocido como
ca lo sitúan entre el solemne artesano barroco y el
“Nueva objetividad”, que reacciona contra el expre-
arquitecto innovador en oposición al dodecafonis-
sionismo con un áspero lenguaje politonal y contra-
mo. Su teoría del Grundtone (sonido fundamental)
puntístico. Las voces se destacan con gracia y liris-
constituye el núcleo de la construcción melódica,
mo a pesar de la distancia que el compositor sitúa
armónica y contrapuntística. Para Hindemith, todo
entre la música y los personajes.
sigue un orden cósmico que hace posible la fusión
Después de muchos años de meditado y vibran-
del contrapunto y la armonía, llegando a un croma-
te trabajo, en 1938 Hindemith estrena la magistral
tismo derivado de las relaciones acústicas de los
ópera Mathis der Maler (Matías el pintor). Del len-
sonidos armónicos.
guaje politonal de su etapa anterior, pasa a un de-
En 1926, un año después
del estreno de Wozzeck, Hindemith da a conocer su ópera
Cardillac, con la cual afirma su
expresión objetiva de rechazo
al romanticismo y al expresionismo, estableciendo un llamado más a la inteligencia que
al sentimentalismo. La orquesta comenta el terror del drama
dentro de un rigor de deslumbrante contrapunto.
De 1927 es el Sketch con
música Hin und zurück (Ida y
vuelta), comedia satírica sobre
la vida matrimonial, que termina en el punto donde comienza
con un retroceso compositivo
de la mitad hacia atrás.
Jaime Goded
de nuestra portada 25
cidido estilo contrapuntístico y a una ambientación
cro y profano, con esplendentes partes solistas, así
de resonancia arcaica. Con esta ópera, Hindemith
como la polifonía coral y orquestal en un equilibrio
reafirma su teoría compositiva basada en una serie
de colorido y expresión que integran una obra maes-
infinita de sonidos a partir del sonido fundamental.
tra de la ópera contemporánea. Hindemith, para
Hindemith elige, como modelo ético y estético, la
hacer partícipes a todos los públicos donde no se
figura de Mathis Grünewald, exaltado en su mundo
representa su ópera, elaboró la maravillosa versión
de misterio y misticismo. Con esta grandiosa con-
sinfónica de su ópera Matías el pintor.
cepción, el compositor produce un maravilloso fres-
Para celebrar el orden entre la música y el cos-
co musical que recrea formas de canto antiguo, sa-
mos, Hindemith compone la ópera Die Harmonie
der Welt (La armonía del mundo, 1957).
Consagrada en homenaje al astrónomo
Kepler, la obra transcurre en una dimensión sinfónica que sobrepasa toda
intención dramático-teatral.
Gracias a una gran capacidad para
crear melodías que reflejan una personalidad incomparable, Giacomo Puccini
pudo transitar por todas las influencias
y técnicas compositivas sin caer en un
estéril eclecticismo. Conocedor de la
estética impresionista, asimila y filtra
sus elementos armónicos y orquestales. Operista de éxito inmediato, no
vacila en realizar viajes especiales para
asistir a los estrenos de Salomé, de R.
Strauss, La consagración de la primavera, de I. Stravinsky, y Pierrot Lunaire,
de A. Schönberg.
Famoso y celebrado, después de
haberse impuesto mundialmente con
La Bohème, Tosca y Madama Butter-
Jesús Anaya
26 El Búho
fly, Puccini avanza estilística y técnicamente con La
Con esta obra, terminada por Franco Alfano en
fanciulla del West. La armonía es más elaborada y la
el dúo y escenas finales, Puccini logra la más mo-
orquesta se muestra como un ejemplo de habilidad
derna y audaz de sus óperas. Sobre la misma obra
y ascenso expresivo. La temática y el colorido musi-
de Carlo Gozzi que había utilizado F. Buzoni, Puccini
cal de esta ópera han sido fuente de innumerables
crea con originalidad y sabiduría la música para el
pastiches destinados a música de fondo de los mil
libreto que, dramática y poéticamente le confeccio-
y un western.
naron Adami y Simoni. En Turandot se hace paten-
Con el realismo amargo de la ópera Il tabarro
te otra vez el elemento exótico -chinesco en esta
(El capote, 1918), Puccini se anticipa, teatral y esté-
ocasión-, expresado en un lenguaje musical que
ticamente, a la tendencia y moda del neorrealismo
incorpora y filtra los elementos que constituían la
cinematográfico. En este drama los personajes son
vanguardia. Aunque esta obra no ha tenido la acep-
portadores del dolor, la desesperanza y la destruc-
tación internacional de la crítica, los públicos se en-
ción. La gama orquestal va de un impresionismo ar-
tusiasman hasta el delirio con esta obra que trans-
mónico a un expresionismo tenso y cortante.
curre entre la leyenda, la farsa y la historia tocada
Correspondiente al Trittico, Gianni Schicchi al-
por la magia de un amor que sí pudo ser.
canza la categoría indiscutible de obra maestra.
Puccini, en las obras citadas que componen una
Il barbiere di Siviglia de Rossini y Falstaff de Ver-
galería de personajes diferenciados y vitales, supo
di, son las otras obras geniales dentro del teatro
encontrar el equilibrio perfecto de una escritura vo-
lírico-cómico italiano. Gianni Schicchi se muestra
cal -nuevo belcanto- a través de un lirismo original
digno heredero del Falstaff, aventajándolo en ironía,
siempre expresivo, así como un lenguaje armónico,
agudeza y configuración caricaturesca. Lo cómico,
tímbrico y orquestal de sugerencia, colorido y vitali-
apuntado en Bohème y Tosca, en Gianni Schicchi se
dad. Su sentido y gusto de la concisión, sólo tiene
hace patente con una fluidez verbal y una diversidad
antecedente en Mozart.
rítmica que lo sitúa en la nueva música del comienzo de siglo.
Ernest Krenek (1900-1991), inquieto e inestable
en su estética, lucha entre la audacia y la erudición.
Creador de arquetipos cuyo destino es el sacrifi-
En 1927 presenta Jonny spielt auf (Jonny dirige el
cio, Puccini impregna de sensuales y conmovedoras
baile), su más exitosa ópera, combinación de Jazz,
melodías a todas estas mujeres que aman demasia-
metodismo pucciniano y de un lenguaje contem-
do. En Turandot (estrenada en 1926) confronta el
poráneo en estructura tradicional. Al siguiente año,
amor de la esclava Liù al poder y gélido egoísmo de
con ambiciones artísticas de mayor profundidad y
la wagneriana protagonista.
alcance, presenta el tríptico para una sola velada:
de nuestra portada 27
Der Diktator (El dictador), Das geheime Königreich
a la que sigue Na und? (Ahora, ¿qué?), obras que
(El reino secreto), y la opereta burlesca Schwerge-
caminan y gravitan entre un postimpresionismo y la
wicht (Peso completo). En 1930, continuando su
Nueva objetividad, que sitúan al autor como figura
delirante creatividad, estrena Leben des Orest (Vida
de la Zeitoper (Ópera de actualidad), la cual pro-
de Orestes), y, cuatro años más tarde, presenta el
pone, dentro del teatro musical, temas de contenido
drama musical Karl V, obra totalizante en la que in-
político y social. La producción de Weill crece como
corpora la técnica serial en la composición, mien-
una familia sana: con libreto de Kaiser, acompañado
tras que en la escena, como espectáculo integral,
de humor desde el título, compone Der Zar läst sich
combina el canto, la pantomima, el teatro hablado y
photographieren (El Zar se deja fotografiar).
una película proyectada, la cual funciona como personaje o situación.
El encuentro de Weill con Bertolt Brecht es
determinante para una colaboración de original y
Músico especialmente dotado y erudito, ha in-
complementaria creatividad. Ambos están de acuer-
tentado plasmar lo contemporáneo en una mezcla
do en que es más importante el mensaje a través de
de feliz comunicación y de logro artístico.
la música que la música misma. Brecht aporta un
En 1930, después de ser tan admirado y com-
teatro bullente de significación política y social que
batido, Arnold Schönberg reaparece con una peque-
perturba al espectador, lo irrita o lo hace meditar.
ña y divertida ópera: Von heute auf Morgen (De hoy
Libretista y compositor consideran que las personas
a mañana), para demostrar que también la dode-
del público no son mejores que los marginados y
cafonía puede ser divertida hasta el punto de una
perseguidos, poderosos y corruptos que se agitan
espontánea comicidad. Con un contrapunto do-
como ejemplos en el escenario. La objetividad críti-
decafónico que casi anula la individualidad de los
ca y satírica suple y desplaza al patetismo idealiza-
personajes, lleva la temática a una animación de
do de una problemática lejana. Brecht y Weill per-
fantoches como figuras características del expre-
feccionan con fuerza la comunicación del “Song”,
sionismo que, en este caso, incorpora ritmos y ele-
expresión neo-romántica y populista, acompañada
mentos de la música de consumo.
de ásperas armonías y sarcástica instrumentación.
Kart Weill (1900-1950), después de haber estu-
A Mahagonny, rara especie de cantata o de ópera
diado con Buzoni, presenta en 1925 su Concierto
formada de canciones, sigue la que es considerada
para violín y alientos. Frente a una competencia de
su obra maestra: Die Dreigroschenoper (La ópera
músicos solemnes, autores visionarios de música
de tres centavos), la cual es una versión actualizada
instrumental, Weill opta por el teatro e inicia su pro-
de La ópera del mendigo, de Gay y Pepusch (1728).
ducción con Der Protagonist (El protagonista, 1926),
Para esta ópera, Weill no titubea en extraer frescura
28 El Búho
y vigor del estilo de la opereta y del estilo de cancio-
una vaca). Otras obras, escritas en Estados Unidos,
nes de cabaret, de la música de Jazz y de Café con-
forman el catálogo de comedias musicales, música
cierto, que se agregan a textos de franca crítica ha-
para películas y canciones.
cia una sociedad que goza su molicie y decadencia,
Con una crítica que intenta poner de rodillas a
sin darse cuenta del derrumbamiento de los valores
la sociedad, Brecht y Weill organizan una sátira en
morales que engendraron, al mismo tiempo que la
que la provocación y la anarquía intentan un sueño
evasión y el advenimiento del nazismo.
a favor de la clase indefensa.
Happy End, presentada como ópera
aunque no lo sea, está formada de un
conjunto de estimulantes canciones interpretadas por pandilleros y uniformados miembros del Ejército de Salvación.
En 1930, ampliando a tres actos la
historia de Mahagonny, presenta Aufstieg
und Fall der Stadt Mahagonny (Ascenso y
caída de la ciudad de Mahagonny). A partir de esta ópera, Weill estructura y hace
funcional la música popular o de consumo, utilizando su naturaleza banal con
fines que van de lo provocativo a la denuncia social. La música, como los personajes del teatro brechtiano, está en la
acción a la vez que la comenta.
El nazismo, en su demencia de constituir una nación con perseguidores de
raza pura, convierte a Weill en fugitivo y
emigrante. Weill, asilado en Londres, escribe el ballet Die sieben Todsünden (Los
siete pecados capitales, 1933), la ópera
Der Silbersee (El lago de plata) y el musical A Kingdom for a cow (Mi reino por
Octavio Ocampo
de nuestra portada 29
Edwin Lugo
I
ndependientemente de la pléyade de
buenos escritores que nos ha dado Suecia, de los que merecen especial men-
ción: Halmar Söderberg (1869-1941), Pär
Lagerkvist (1891-1974), Harry Martinsson
(1904-1978), Stig Dagerman (1913-1954),
Willy Kirlund (1911-2009), Brigitta Stenberg
(1932), Stig Claesson (1928-2008), Torgny
Lindren (1938), e Inger Edelfeldt (1956) entre otros, dos nombres sobresalen a cual más
importantes: Selma Lagerlöt (1858-1940), autora de El maravilloso viaje de Hils Holgersson
y de El Carretero de la Muerte, premio Nobel
en l909, y August Strimberg, (l849-l912) que
si bien no consiguió la codiciada presea, es
considerado hasta nuestros días el más destacado autor de la literatura sueca, no sólo
porque su vasta producción literaria abarca
todos los géneros: novela, cuento, drama,
poesía, ensayo, periodismo, libros de viajes,
biografía, tratados de Historia, de Lingüística
Margarita Cardeña
30 El Búho
y de Ciencias Naturales, sino porque su obra repre-
de la Criada, que vio la luz en l886, la cual podría-
senta una renovación que marcó además una época
mos situarla como una novela autobiográfica y en
en el desarrollo de la literatura sueca.
la que no obstante la amargura que destila resulta
Strimberg nació en Estocolmo y fue en su juven-
fascinante, tanto por la descripción de los ambien-
tud: docente, actor y funcionario de la Real Biblioteca,
tes, como por los contenidos, caracteres de los
cargo que le obligó a aprender incluso el chino a fin de
personajes perfectamente delineados, y mensajes
poder catalogar debidamente los manuscritos orien-
abiertos u ocultos; El Cuarto Rojo novela realiza-
tales que pertenecían a la ilustre institución, activi-
da en 1879 y la cual es una pintura viva de la vida
dad que seguramente debió despertarle la inquietud
bohemia de la capital sueca, y que sirve además
y el deseo de viajar por diversos países de Europa.
de punto inicial a la era moderna de la literatura del
No obstante su vida tortuosa y sumamente acci-
país nórdico; Utopías de la Realidad la cual es una
dentada, tanto por sus conflictos existenciales, psico-
narración que al decir de los estudiosos pertenece
lógicos, religiosos, su misoginia, y una enorme
a una segunda etapa de la producción del artista y
captación de múltiples conocimientos en los que
que excepcionalmente posee un tono más bien opti-
se podría enlistar, filosofía, teosofía, esoterismo,
mista; Los campesinos de la Isla de Hemsö publicada
ocultismo, historia y conocimiento de las religiones,
igualmente en 1879 y cuyo escenario es el archipié-
incluyendo el culto brahmánico, la religión maho-
lago de la ciudad de Estocolmo en el que vive un
metana y todas las variantes cristianas, partiendo
grupo de estudiantes; en ella el autor nos traslada
de la simiente católica al protestantismo luterano,
virtualmente al friolento entorno geográfico donde
alimentado por un envidiable conocimiento bíblico,
convergen tierra y mar en una virtual competencia
y por lo tanto un dominio absoluto del Antiguo y
de maravillas; Inferno, publicada en 1898 de la que
Nuevo Testamento. Pese también a su militancia in-
nos habremos de ocupar más adelante, y en la que
fatigable en el periodismo, el escritor, justamente
se entremezcla la narración y un diario; El Alegato
comparado con su homólogo francés Honorato de
de un loco, producida en 1872 fehaciente demos-
Balzac, fue a su vez un galeote de las letras, con-
tración de una extraordinaria penetración psicológi-
siderado como un connotado novelista y tan presti-
ca, no sólo del protagonista que podría ser incluso
giado dramaturgo como su colega noruego Henryk
el propio autor sino del personaje femenino quién
Ibsen, (1828-1906) -el primer auténtico feminista
se desenvuelve en versiones diferentes, noble-ple-
del mundo y autor de Casa de Muñecas, Peer Gynt,
beya, dama-prostituta, abnegada compañera-difícil
Espectros y El Pato Salvaje entre otras-. August legó
esposa, roles en los que materialmente consume
a la posteridad obras tan impactantes como El Hijo
a su contraparte masculino, atrapado en las redes
de nuestra portada 31
de una seducción casi enfermiza; El Inspector Alex
cuyo antecedente podrá ser la Sefaradita de Bal-
Boig, Antibarbarus, La Sonata de los Espectros y El
zac. La obra corresponde a un turbulento período
Pelícano obras publicadas a principios del siglo XX
en el que el autor rodeado de teósofos, ocultistas,
en el año de l907.
psiquiatras, religiosos, influido a veces por Voltaire,
Con amenidad recrea un libro de viajes El
por Swendorf, por Lutero con su corriente protes-
país de los Tártaros y en un documentado ensayo
tante, y a la vez por el acendrado catolicismo que
nos detalla la historia de las Relaciones de Suecia
presidió su infancia y buena parte de su juventud,
con China.
nos transmite la demoledora inquietud que asedia
Strimberg se magnifica con su vasta produc-
al protagonista quien jamás encuentra un verdadero
ción teatral, sus dramas históricos como El Maes-
momento de reposo, perdido en ese inmenso déda-
tro Olaf, Gustavo Wasa, Gustavo Adolfo y Carlos III,
lo en el que dueño de una deslumbradora sabiduría
y los escritos en el período místico-religioso de su
busca entre los tormentos del insomnio, la miseria,
vida A Damasco y Semana Santa son piezas magis-
el egoísmo, el orgullo, la avasallante necesidad de
trales, que al igual que La señorita Julia y El Padre,
afecto y amistad unida al imperioso deseo de estar
le han valido un prestigio internacional como co-
sólo sufriendo entre la misoginia, sin encontrar el
mediógrafo traducido a muchos idiomas, aunque
remedio que alivie el mal del espíritu que pretende
en su país natal sea más preferido en su modalidad
aliviar con los libros del místico, filósofo y cientí-
de novelista.
fico sueco Manuel Swedenborg, (1688-1772) crea-
Dignos son de mención también sus libros de
poesía Blancura de Cisne y Juego de Sueño. dor de una nueva doctrina religiosa que inspiró a
su muerte, la creación de la iglesia llamada Nueva
Pero si la obra de Strimberg resulta extraordi-
Jerusalén, y que poseído de la sincera certidumbre
naria, su personalidad es asombrosa. En ella con-
que había sido iluminado por una revelación acerca
vergen el genio y la locura, la religiosidad y la blas-
del verdadero sentido de la Biblia, obtuvo según él,
femia, el realismo descarnado y la fantasía que se
una visión directa del mundo espiritual, volcada en
vuelve demasiado real, sus novelas contienen la
sus libros: Cielo e Infierno, Amor divino y Sabiduría,
narración y el diario y su realismo nos lleva a sos-
La Verdadera Religión Cristiana entre otros. Súmese
pechar que son biografías, o por lo menos vivencias
a esta influencia la de la teósofa Helena Petrovna
de su autor que se han entremezclado con su imagi-
Blavatsky (1831-1891) Fundadora en 1875 de la So-
nación, sin que sea posible separar lo que pertenece
ciedad Teosófica de Nueva York y viajera por Méxi-
a la vida real y a la ficción.
co, la India y hasta el Tibet donde logró penetrar
Inferno es un claro ejemplo de esa confusión,
32 El Búho
en 1856, escribiendo las controvertidas obras: La
Doctrina Secreta, La voz del Silencio y La Clave de
carácter pseudo-científico del espiritismo propaga-
la Teosofía y se tendrá una idea cabal de la terrible
do por Alan Kardec, el hipnotismo difundido por el
confusión en la que deambula en cada momento, el
Dr. Charcot y el coronel Rochas, los revolucionarios
protagonista de Infierno, que puede ser nada menos
libros de Ouspensky y Gurdieff y los primeros ex-
que el propio Strimberg; quien por si fuera poco
perimentos de Freud.
ha perdido a su segunda esposa y sólo después
Inferno es una obra cuyo sabor amargo nos
de largas peripecias logra ver a su hija a quién
conduce a concluir la inútil búsqueda de la verdad,
educa su suegra. En medio de esa soledad, ape-
la que nos puede traer consigo el sosiego y la ver-
nas mitigada por cierto éxito literario, el persona-
dadera tranquilidad espiritual; y que inútilmente
je apenas consigue sobrevivir enajenado además
muchos buscan en las contradictorias conclusio-
por las teorías múltiples que se difundieron en ese
nes humanas; y que para los auténticos cristianos
período crucial de la humanidad donde se asomaron
está al alcance, resumida en las palabras del Divino
además las primeras manifestaciones, algunas con
Maestro: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Martha Chapa
de nuestra portada 33
Herminio Martínez
L
Nómadas
o encontré dormitando sobre una hoja de encino,
a pierna suelta, sin ninguna prevención, junto a
una roca que, para él, podría tener el tamaño de
un castillo. Al principio lo confundí con una avispa o una
libélula, pero era un guerre-ro
joven, varón, por la agilidad para
mover el mazo y lanzarme flechas,
con una gritería casi inaudible y
todo lo demás... Había más huellas; seguramente diez o veinte
individuos que por ahí vagaban. Tal vez cazaban un ratón,
un lagartijo o ¿por qué no? hasta
una víbora o un conejo. Antes de
la “pelea”, pude observarlo bien:
sus músculos bien desarrollados, las piernas fuertes y velludas, sin más calzado que unas
pequeñas fundas hechas de ala
de grillo o escamas de serpiente.
Rruizte
34 El Búho
Pero el cuerpo, desnudo, sólo llevaba a la cintura una
risible daga.
Y no recuerdo más, porque inmediatamente me
derrumbé como un tronco quebrado, ardiente, hueco,
-¿Será verdad? -pensé-. Acaso sólo sea una jugada
con una venda obstruyéndome la vista y un nudo en
más de la imaginación, que así nos trata. ¿Qué es esto,
la garganta. Sin embargo, pese a lo tembloroso de mis
quién es y por qué está aquí?
piernas y aquel dolor profundo, desde mi mano hasta
Y ya lo iba a tocar con un popote, cuando de un
la boca, la columna y los órganos, pude alcanzar a ver
saltito el joven esquivó aquella basura, lanzándole a
al joven abriéndose camino entre las falanges y mis
mi dedo dos mazazos y con la velocidad de la centella
uñas, rumbo a los otros pasos de diez, veinte indivi-
asió el cuchillo. En realidad no era más grande que
duos, marcados en el polvo, a quienes probablemente
una nuez, pero aun así no fue sencillo someterlo. Lo
allí estuvo esperando.
atrapé como se atrapa un tábano para verlo mejor, de-
Y no fue sino hasta el tercer día cuando volví a sa-
jándole asomar la cara entre mis dedos. Él me veía con
ber de mí; me habían hallado unos pastores, quienes
susto; yo nada más con precaución.
me llevaron a la clínica. De esto hace ya un poco más
-Dime quién eres -le dije, sin gritar, al sentirlo latir
de un año, pero aún no se me va de la cabeza aquel
cubierto por mi piel. Él nada más callaba, flotando en
sudor, la horrible fiebre, la fiera cuchillada, mordida
el vacío, cautivo entre mis yemas. “Lo llevaré a la casa
o punta de flecha con veneno, qué sé yo… ¡He aquí
y me haré célebre por haber encontrado al hombre
la cicatriz!
más raro y pequeño de este mundo -pensé-. Vendrán
Rayas
de Sudamérica, el Japón, la India, Roma, todos con el
anhelo de fotografiarlo y estudiar su especie”.
Me hacía las ilusiones. Fantaseaba, soñando en
-¡Don Plácido! -exclamé al ver al hombre sentado de-
el dinero, la fama, el cine, los contratos. Y a mi mu-
lante nada menos que de la jaula de los tigres-. Pero
jer cada semana con vestido nuevo, joyas, un auto.
hombre de Dios, ¿qué hace usted aquí? Se va a resfriar.
Y yo en la hamaca del jardín, rodeado de periodistas
-Cuidándolo… -respondió él con una tristeza que
y científicos o leyendo poemas, cuentos y novelas
me dio lástima-. Es lo que hago desde hace… ocho
como A sangre fría.
años.
-¡Vaya que hoy sí me ha ido bien! Vine por leña y
me encontré el tesoro… Mercedes va a volverse loca.
En esto estaba cuando sentí el aguijonazo; la mordida
-¿A quién, qué cosa, hombre?
-A mi hijo… -sollozó-. Desde ese día vago detrás
de él, de feria en feria y de pueblo en pueblo.
o cortada que en mi carne enterró aquel zumo amargo.
-Vamos -le dije, poniéndome a su lado-. Usted ya
-¡Ay! -hice sintiendo el cerebro entorpecido-. ¿Qué
no está para estos trotes. Déjelo que haga por su vida
me picó? ¿Una araña?
él solo. Somos de la misma edad, si acaso uno o dos
de nuestra portada 35
meses… En muchas ocasiones Luis Manuel me co-
sapareció, ni emigró a otro país, ni lo secuestraron, ni
mentó que su mayor deseo era trabajar en algún circo,
se fugó con una mujer de Cacalote. Fue la maldición,
¡de verdad, don Plácido! Si ya está aquí, pues déjelo.
Isaías, la maldición de un padre… Tras mis palabras
-¡Hasta que muera él o muera yo será éste mi destino! –argumentó tajante y comenzó a llorar.
dejó su forma de hombre; le salieron orejas, cola, colmillos, mucho pelo y ya no habló. Sólo ladraba, echán-
Al terminar la telesecundaria, como lo hicimos los
dose a mis pies. “¡Dios mío!, ¿qué hice?”, me arrepentí;
demás, Luis Manuel sintió el deseo de irse a la ciudad.
mas ya era tarde. Un día supe del mago, el de este
En el pueblo no había bachillerato, pero don Plácido
circo… Lo vi en una función. “¡Magnífico! -pensé-. Si
se opuso con argumentos que a nadie convencían: “Te
convierte papeles en palomas y pañuelos en víboras,
vas a pervertir. Lo único que los jóvenes hacen allí es
podrá ayudar a Luis Manuel. De eso estoy seguro. Iré
divertirse; se van con las mujeres, no estudian, fuman,
a pedirle ayuda”. ¡Claro que lo ayudó! Le dio algo de
beben, duermen en el antro. ¡No! Tu madre ha muerto,
beber; le echó conjuros… Y desde entonces, mucha-
somos nada más tú y yo, pero tenemos tierras, ganado,
cho, aquí estoy, siguiéndolo, mirando cuánto come,
las gallinas, este tractor. ¡A trabajar se ha dicho, a tra-
qué come; cuándo lo sacan de la jaula para que salte
bajar!”. Fue su respuesta. Pero Luis Manuel de todas
por un aro encendido, sintiéndolo pasar y verme con
maneras se las ingenió para inscribirse conmigo en el
esos ojos que tanto me recuerdan a su madre.
bachillerato, al que estuvo asistiendo hasta que defini-
-¿De verdad?
tivamente se perdió; es decir, ya no lo vimos más.
-Allí está, el poder del mago logró que dejara de
-Sucedió en ese tiempo… -continuó el hombre-.
ser un simple perro.
Cuando me desobedeció para irse a la ciudad. Sé que
Por instinto volteé hacia la jaula donde una som-
iba contento y que iba bien. Hasta que se lo prohibí de-
bra se movía. También don Plácido. Un rugido estalló.
finitivamente, advirtiéndole. “¡Y si no me escuchas, te
Pero no era la voz de cualquier fiera, sino un derrumbe
va a caer mi maldición! ¡Serás un perro!”… Y en perro
de sonidos, un estruendo largo, que, tras hacerme es-
se trasformó mi hijo.
tremecer, me llevó hasta los años cuando aquel joven
-Oiga… -iba a hablar, pero don Plácido no interrumpió el relato.
y yo en su camioneta viajábamos a la ciudad donde
había el bachillerato, él con los libros y sus cuadernos
-Permíteme, Isaías; por favor escúchame; tú es-
escondidos en una caja de madera debajo del asiento;
tuviste con él; lo conociste; era un muchacho noble,
conversando, haciéndonos preguntas sobre las mate-
bueno, amoroso… Muy sonriente.
rias que cursábamos.
-¿Un perro? -insistí.
No pude resistir; me acerqué un poco más a verlo
-¡Un perro! ¿Te das cuenta? -continuó-. A nadie,
y sí, aquel enorme tigre era el hijo de Plácido Santa-
jamás, le revelé el secreto. Nada más a ti. Y no, no de-
na. ¿En qué lo descubrí? En algo más masculino que
36 El Búho
animal: las pupilas, su andar, el duro pecho y la suave
a dormir. Vamos a especular: mientras se sentía toro
sonrisa que, pese a los rugidos, era la misma de él. De
de lidia en su actitud de clérigo, fino corcel llevando
nadie más. Sólo mi gran amigo sabía reírse así. Ah, y la
sobre sus lomos a alguno de esos, le falló el corazón,
gran mancha entre la nariz y uno de los párpados.
se tropezó en la almohada y cayó muerto. Eso es todo,
señores. El frío de la muerte le atravesó el resuello
Ceciliano Arcángel
como una espada azul y su pelo color caca de perro
se le bañó en sudores… El individuo, rigurosamente
¡Pero cómo diablos no!… De alguna manera el fanfa-
supersticioso, es también casi siempre un creyente
rrón encontró su merecido. La horma de su zapato. El
ciego y a él le daba lo mismo creer en Dios que en el
estigma de una criatura desgarrada. Frases de odio.
instinto… Cuatro camionetas, dinero, amantes, casas,
Astillas de desprecio. Un musculoso y patilludo tracto-
juegos, comidas, fiestas… ¿Sigo?
rista, vayan ustedes a saber, fue quien se le puso al tú
por tú bajo aquel amarillento calor del medio día.
Su fama se había convertido ya en un túnel de sombras cada vez más tétricas, donde su arcángel, sacer-
Ladre o relinche (me refiero a él), igual que ustedes algunos creen que era toda una “dama”. Otros,
sólo una maldición, me incluyo. Y no porque haya
andado hablando mal de mí y de la que en unos
días va a ser mi esposa, sino por tantas calamidades que nos trajo al pueblo su fanfarrón perverso.
Suele suceder, aun entre los de su religión,
que, por ser sacerdotes, debían de ser prudentes,
respetuosos, no darse a conocer por estas cosas, y
a él, ya les habrán dicho o lo habrán leído, cuando
andaba borracho no le importaba nada, ni le salía
bien el Padre Nuestro. Yo lo llegué a escuchar: “El
pan dulce de cada día, dánoslo hoy…”. O: “El pan
duro que nos diste ayer”... ¡Háganme el favor! Los
labios relucientes y todavía húmedos de besos…
Tampoco quiero imaginarlo; si habrá besado el
hocico de un marrano o los bigotes de un vicioso,
muy su gusto… Ah, porque al último, hasta borrachos levantaba; algunos de esos que ya no llegan ni
Ixchel G. Télles Girón
de nuestra portada 37
dotes, vivían en el fondo y aquí vino a tirar el alma
res, papá, mamá, la casa, veintiocho años y la misma
ese maldito. ¿De qué se espantan, pues? Hay bueno y
novia... No había necesidad, ¿por qué? Soy ingeniero,
malo: aquí y en todas partes.
algo aprendí en el tecnológico, gracias a mi papá, que
Sin embargo, busquen en todo el estado y aun en
se sacrificó para que yo estudiara. Tal vez a eso se deba
todo el país y en ninguna parte encontrarán aire más
que desde el principio su cura no me dio confianza y
puro, agua más transparente, un cerro más hermoso
me veía como quien mira al diablo.
y gente más hospitalaria que la nuestra. Somos hom-
Tampoco es presunción, pero aquí las únicas
bres de paz. Los Tercios, con sus trigales encorvados,
echadas que nos gustan son las gallinas, y eso única-
los surcos de maíz con las orejas levantadas y las guías
mente cuando están poniendo. Las demás no... Ceci-
de frijol trepando por las cañas, son una bendición
liano Arcángel arribó a este pueblo con el espíritu en
de Dios, de nadie más, aunque en el gobierno digan
los huesos y una avidez, que ya la quisieran los más
lo contrario… Aquí vivimos sin arrogancia ni molestar
conspicuos comerciantes. Es la costumbre salir a re-
a nadie. Yo tengo vacas, tierras, hermanos, dos tracto-
cibirlos. En todos los lugares es igual: la gente va con
Hugo Navarro
38 El Búho
flores, música, cohetes, la comitiva, a darle la bien-
Con muchos y con muchas quiso quedarse el hombre,
venida al nuevo párroco. En esa ocasión yo también
pero, por lo visto, aquí sí le falló.
fui, acompañando a mi mamá y mis dos hermanas.
Era un demonio el desgraciado. Un rufián. La tarde
Hacía años que no había quien casara o bautizara en
de los hechos yo no estaba aquí; por supuesto que pue-
este pueblo y a las personas les pareció un milagro que
do comprobarlo. Andaba en La Maroma con mi papá
en la diócesis se hayan acordado de nosotros.
y un tío. Fuimos por esa yegua blanca a la que hemos
Después supimos que lo enviaron acá para es-
llamado María Félix… Se la compramos a un Genaro
conderlo de varios padres de familia y algunas inves-
Silva, el dueño de la hacienda. Cuando hablen con él
tigaciones judiciales. Y sin embargo, no dijimos nada.
les va a decir lo mismo. Estuvimos allá toda la tarde,
Hasta que se descontroló. Hasta que ya no pudo o ya
mientras acá, alguien arrastraba a su angelito como se
no quiso portarse bien y entonces, como en El Salitre y
arrastra un puerco muerto, un bulto, a golpes, a pata-
Paredones; El Rejalgar y El Berreadero; Colines y Panal
das. Todo se ha declarado ya, coméntenle a su obispo
de Arriba, la pus le reventó.
que no sabemos nada. Que el padre desapareció como
¡Nos quiso ver la cara! Se le notaba de aquí has-
desaparecen muchos ciudadanos y no duden de que
ta la ciudad de donde ustedes vienen. Primero fue la
alguna de las cabezas encontradas en San Fernando
economía. Comenzó a pedir como si fueran enchila-
Tamaulipas, haya sido la de este pérfido, que un día
das. Hablaba de levantar una basílica a un mártir re-
llegó aquí con su modo de ser más propio de ave de
cién canonizado. Y se valía de las mujeres y los ni-
rapiña que de párroco, presumiendo de influencias
ños para convencer a los papás de que vendieran los
y de pertenecer a una familia poderosa, relacionada
potreros y el ganado para arrancar la construcción.
con altos personajes de la economía y la política.
Pero ya su prestigio era una flama oscura. De las comunidades, con las lluvias recientes habían llegado
otras noticias.
Sus treinta y tantos años no fueron suficientes
-¿Y eso qué, padre? -le preguntó María
Desamparada.
-¿Cómo? -le respondió iracundo- ¿No sabes lo que
es la sociedad? ¡Pobre pendeja!
para darle la madurez al animal, que hasta para por-
Ella guardó silencio.
tarse bien se necesita. Yo andaba en veintiséis. Tam-
-La educación, nuestra cultura, nuestras rela-
poco voy a echar de cabeza a nadie, ¿para qué o por
ciones personales, el conocimiento, buena ropa, las
qué? Lo sucedido fue cuestión de muchos. Ofendía sin
costumbres, el olor, comer bien, beber mejor, ser
razón y andaba también con las esposas... Con varias,
respetado.
a las que les lavó la mente con el agua bendita de su
-Mmmmm… -rodó un murmullo.
vanidad y de su verbo, sólo para cubrir las apariencias,
María Desamparada se quedó escuchándolo, vién-
padres míos. Están equivocados si piensan otra cosa...
dolo con sus bigotes rubios, sus cejas depiladas, aque-
de nuestra portada 39
llas manos finas y toda la actitud que, desde ese día,
cia… Pienso que se mató, señora”. “¡No digas eso!
tendió ante nuestros pies como una alfombra de hoyos.
¡Juan Carlos era un ángel, Rosa! Me parece increíble
Ahora todos nos preguntamos dónde se halla.
que haya tenido valor para accionar el arma. ¡No!”,
Ustedes presumirán que su alma está en los cielos;
concluí, observándola.
nosotros nada más que los esplendores de su pasado
Les digo la verdad, Juan Carlos era un marido fiel,
duermen en una tumba. Y en eso de que la pederas-
muy obediente y responsable. Un ángel, a su modo. Nos
tia tiene cura, yo les concedo la razón, señores, pero
amábamos desde que los martes me llevaba flores, ¡uf!
podríamos agregar que también obispo, cardenal y tal
Lo que son las cosas, ahora seré yo quien se las tenga
vez Papa.
que llevar cada año hasta su tumba. Espero no sean
muchas, porque de ahora en adelante, con su pensión,
La puerta
no alcanzaré a vivir. A cambio, ya no tendré que decirle
no entres a la casa con zapatos, no sudes, no hagas ese
La luz de la sala se veía encendida cuando los veci-
molesto ruido al masticar, no leas, no escribas mien-
nos oyeron la ambulancia; fue lo que me dijeron antes
tras esté durmiendo, no ronques, no sueñes, no cenes,
de las diez, cuando en su camioneta Libia Nájera me
no comas ajo, no molestes a los pájaros, no guardes
llevó a la casa. Habíamos ido a tomarnos un café; con
en mis cajones tus camisas, no fumes, no reces, no
frecuencia lo hacemos; hay temas de qué hablar y de-
declames, deja en paz a los gatos, no te muevas, no
liciosas galletillas en El Céfiros.
uses el teléfono, porque está por llamarme Berenice.
Algunos aseguran que se escuchó un disparo,
Ah, porque para eso sí que era un fastidio… No cruces
otros que dos o tal vez tres. Como haya sido, el ca-
las piernas al hablar, no te rasures las patillas, córtate
ballero llevaba ya veinte minutos de haber muerto…
la uñas, ponte pomada para el pie de atleta, mañana
Fue la opinión del médico. Y en cuanto llegué supe la
voy a teñirte el pelo como a mí me gusta, ya no te pon-
noticia: “Ya se lo llevaron”. “Iba con la cabeza destro-
gas ese pantalón ridículo, no vayas a la plaza, no te
zada”... “Lo sentimos, señora”. “La acompañamos en
levantes tan temprano, líjate los talones antes de que
su pena, doña Brígida”.
te metas a las sábanas; ¿por qué no te mudas defini-
Entré, olí la sangre, dije: “¿Qué pasó?”… “Cualquiera diría que fue un suicidio”, murmuró Rosita, la
tivamente a la otra habitación? ¡No te bañes desnudo,
no sea que Rosa María entre a la recámara!
empleada del servicio, aquí presente. Al principio pen-
No tuvimos hijos, pero sí cuarenta y nueve años
sé que era una más de sus hipótesis. Le tengo prohi-
de felicidad matrimonial. A veces discutíamos. Antier
bido hablar e irse de la casa si no le he dado la orden.
fue nada más una de tantas, aunque en esta ocasión lo
“Escuché la explosión, corrí asustada -comentó la mu-
sentí más débil, menos resistente, como si estuviera ya
cama, ahogándose-, vinieron los vecinos, la ambulan-
vencido: “¡Estúpido! -le grité-. La blanca es más boni-
40 El Búho
ta. Es la que a mí me gusta, la del vitral con alcatraces
hasta que nos estacionamos y nos metimos a la tien-
rojos. No quiero otra; la que tú has señalado es de mal
da, donde, si no se hubiese puesto a discutir, a dar
gusto”. El sol era tan viejo al medio día. Quiero decir
puntos de vista, a pronunciar contrariedades, el dueño
que el resplandor me pareció más amarillo que otras
del negocio de inmediato hubiese mandado colocar
tardes, igual que las facciones de Juan Carlos. Había-
aquélla puerta y ni Rosa María ni yo estuviéramos aquí
mos ido a elegir la nueva puerta de la sala; pensábamos
esperándolo.
cambiarla, mejor dicho yo lo decidí. “Antes de la llega-
¡Ya entreguen el cadáver! Al fin que de todas mane-
da de las lluvias, tendremos una nueva puerta. La que
ras tarde o temprano habría de suceder. Morirse es
tenemos ya no gira; raspa el piso”, le comenté después
pan de cada día. ¿Por qué tantas preguntas? ¡Vamos
del desayuno. “De acuerdo, Brígida -respondió-, ire-
a darnos prisa! Porque, aunque cansadas y con sueño,
mos cuando regrese de la loma; voy a ver si los bece-
no vamos a dormir. Y todavía tenemos que velarlo.
rros del Parchado no se han metido a la parcela”. Y sí, se fue temprano para estar pronto
de regreso e irnos a la ciudad. No piensen
que soy frívola, sencillamente tengo mejores
gustos y él…, bueno, por algo se murió ¿verdad?, porque hasta para vivir hay que tener
carácter. Era un marido muy viril, de eso no
hay duda, aunque siempre corriendo como
una gallina sin cabeza.
Los vecinos son víboras, a veces cuervos, no hay que creerles todo, habrán dicho de mí: “Genio tan fuerte como el de la
señora, sólo el mal tequila”. “En una crisis
de violentas lágrimas lo empujó a morir”.
“Para el pobre señor fue como un negro
día de calabazas e ira”. ¡Malvados! Los
conozco bien. Es envidia. Él me temía pero
también me amaba. Las frías fuentes de su
miedo fueron las que lo condujeron a morir.
Cuando íbamos, lo sentí manejar sin
novedad; el motor del vehículo ¡perfecto!,
Gelsen Gas
de nuestra portada 41
confabulario
Juan Luis Nutte
L
a primera mujer que vi desnuda fue a mi madre. Y por extraño que parezca no conservo en la memoria ni una imagen de ella así.
Sé que la vi desnuda. Tengo la certeza de ello. Y por
más que exijo a mis recuerdos no logro visualizarla
en su totalidad. No es bloqueo pudibundo de mi inconsciente… Ahora que lo pienso, sí, recuerdo sus
piernas…, torneadas, blancas y regordetas, mojadas,
con hilos de espuma escurriendo de un mechoncito
de pelos nacido entre sus muslos, por las rodillas y de
allí hasta sus pies. Me era imposible ver más de ella,
mi cabeza debía permanecer agachada para evitar que
la jabonadura penetrase mis ojos, o que el agua anegara mi nariz. Además las duchas parecían una tortura
en vez de un ritual de relajación y limpieza. Las manos
de mi madre, sus dedos, oprimían y rasguñaban mi
cráneo como si deseara arrancar una costra de mugre.
42 El Búho
Adolfo Mexiac
Las otras mujeres que descubrí sin ropa o semi-
conmigo a un lugar seguro, solos ella y yo, mis dedos
desnudas, fue en una revista, la Interviú. Mi padre era
y sus tetitas, mis ojos y su sonrisa, puerta entornada a
un lector fiel de la publicación, seguro que le gustaban
los placeres presentidos que sólo lograban endurecer,
los artículos, pues se pasaba horas tendido en la cama
para mi sorpresa, mi imberbe pene.
leyéndola hasta que lo vencía el sueño. La revista res-
Mis padres trabajaban todo el día. A veces mi
balaba invariablemente de su pecho al suelo. Esa era
madre nos llevaba con ella. Era profesora de prima-
la señal para que yo, como un piel roja acechante me
ria; nos mantenía presos en el salón de clases. Para
arrastrara por el suelo, evadiendo la vigía de mi madre,
mantenernos ocupados y que no la interrumpiéramos
sorteando peligros entre el bosque de patas de mue-
de su magisterio, debíamos hacer nuestros deberes,
bles hasta llegar a mi presa. Tenerla entre las manos,
ayudarla en alguna actividad sencilla, o debíamos leer
temblando por la emoción y el temor a ser pillado en
algún libro que nos proporcionaba. Pobre de mí y mis
plena lectura, bueno, más que lectura, regodeo del ojo
hermanos si no le dábamos un resumen oral del libro
en esas mujeres encueradas…; mis dedos, animalitos
en cuestión, nos reñía y nalgueaba frente a sus alum-
nerviosos recorrían los contornos de las imágenes,
nos. Humillados y furiosos contra los demás niños que
se detenían allí, abajo del ombligo, en ese triángulo
nos veían sin ocultar sus burlas, planeábamos vengan-
oscuro que se presentía afelpado. Mis dedos instinti-
zas. Pero todo eso terminó cuando entramos a la pu-
vamente tocaban los senos, deseaban asir los pezones
bertad, a la secundaria. Entonces nos dejaba solos en
en la desesperante lisura del papel. Momentos de pla-
la casa. Horas de ocio. Días de libertad y exploración.
cer puro, primigenio, intuitivo. No había más… Qui-
Así conocí verdaderamente mi casa, sus rincones, los
zá una pregunta, ¿por qué estaban esas mujeres así?
secretos tesoros de mis padres; explorador de mi casa
Todas sonreían a pesar de que su piel erizada las de-
la hice verdaderamente mía, seleccioné mis espacios,
lataba friolentas. Las cimas de sus senos casi podían
mis territorios, hallé placeres. Si mis padres se hubie-
salirse de las páginas de tan erectas. Y así ojeaba una y
sen enterado de mi curiosidad me habría ido mal. Mis
otra vez las revista de inicio a fin pero me quedaba allí,
búsquedas, ladrón de secretos, desvelador de place-
justo donde la morena Marisol, rostro cándido, casi
res prohibidos me llevaron a ser meticuloso en cada
adolescente, peinada con descuido, lucía una blusita
incursión.
semitransparente que se le untaba al torso dejando
El ropero de mis padres resguardaba fotografías
ver los pechos concisos de prietas puntas, que pare-
de ellos en varias épocas de sus vidas, el traje de novia
cían ojos penetrantes, altivos, velados por una tela
de mi madre, joyas que jamás usaba mamá, su ramo
para evidenciar más su incógnita. En esos momentos
de novia, un birrete dentro de su caja, prendas de mi
cómo deseé arrancarla, doblarla con ternura y llevarla
padre que sólo vestía en ocasiones especiales, un traje
confabulario 43
negro que usó en el velorio de mi hermana recién na-
orden mi madre la percibía. Si la premura o el descui-
cida, una chaqueta cazadora de piel que nunca vistió,
do me hacían errar, no me preocupaba, pues los recla-
juguetes de mis hermanos y míos que dábamos por
mos caían sobre mi padre que los ignoraba tirando de
perdidos, plumas fuente que en su armazón tenían
a loca a mamá.
una geisha que al menor movimiento podía vestirse
Otro lugar maravilloso, abrevadero de secretos,
y encuerarse, ah, cómo me deleitaba descubrirle las
era la cama de mis padres. Bajo el colchón. ¿Para qué
chichitas a esas japonesas… Lo más importante de las
guardaban tantas cosas allí y por qué?, ¿a falta de un
exploraciones era devolver todo a su orden original,
mejor lugar para ocultarlos? No creo. Teníamos tres
colocar los objetos tal y como habían estado antes
roperos, dos semivacíos, excepto el de mis padres.
de mi curiosidad. La más imperceptible variante en el
Aún hoy sigo buscando respuesta al enigma, a la costumbre practicada por mis padres.
Levantar el colchón era
abrir las fauces de una bestia,
fuerte aliento exhalaba la cama:
como a polvo y telas viejas, a
papel y humedad. Había un traje
de Arlequín que mi madre vestía
los días del niño en la escuela,
un camisón raído y pajizo, calzones de mi padre, una boina
de mi abuelo, cartas, periódicos
amarillos con titulares de la visita a la luna, revistas Buen Hogar,
Mari Claire, tejidos inconclusos
de bufandas y pantuflas, folders
con documentos y recortes de
recetas de cocina, monederos
retacados de monedas oxidadas, medias raídas, libros… Libros y revistas. Me pasaba horas
sentado en el suelo, al lado de
Pedro Bayona
44 El Búho
la cama, observando paisajes europeos, repasando a
revelación, me excitaba imaginarlos, era tan vívido y
las modelos de ropa interior, de vez en cuando leía al-
vedado para alguien de mi edad. Ya no podía ver a mis
guna cosa, media novela inédita de Corín Tellado. De
tías, a mis compañeritas de la escuela sin imaginarlas
los libros que allí había ninguno acaparó mi atención:
desnudas y cogiendo en las mismas situaciones que
Manual de Electricidad, muchos diagramas y fórmu-
los personajes de la novelita. Fue el primer libro leído,
las; antologías de poesía romántica, devoción, nostal-
el primero que me sedujo con sus palabras y no cues-
gia de la difunta, asuntos que yo no comprendía; un
tioné su verosimilitud. Mi padre llevaba leída la mitad
Manual de Carreño… Y me topé con un librito, edición
del libro. Quizá lo aburría o demoraba su lectura para
rústica de tapas manoseadas, los colores de la portada
deleitarse más, quién sabe.
parecían haber sido rojos, la ilustración era una pareja
Pero cuando me masturbé por primera vez, fue
desnuda que tomada de las manos, daba la impresión
cuando descubrí entre las láminas a color de una en-
de caminar con tranquilidad sobre una playa desierta
ciclopedia de Historia del Arte, la sensualidad de los
y enrojecida por un sol crepuscular, más al fondo, olas
desnudos. Primero, las esculturas decapitadas, cojas y
embravecidas, púrpuras, esmeraldas, que en lugar de
mancas de algunas deidades griegas o romanas; esos
amilanarlos los atraía más a ese torbellino de mar
senos rotundos en su brevedad, con pezones erectos,
apasionado. El libro, y su título sobre todo, seducido
las túnicas que untadas a sus cuerpos sugerían los de-
un poco por la imagen de la portada fue lo que me de-
talles de sus honduras y pliegues íntimos me causa-
cidió a hojearlo en desorden y luego leerlo completo
ron algo, como una fiebre que me urgía a tocarme…
durante una semana. Abismo de lujuria, palabras ex-
Pero apareció una mujer, luminosa, prometía placeres
trañas para un adolescente. En ese entonces me daba
exclusivos al tacto y la vista. La dama, tendida de cos-
por corresponder a las palabras que no entendía con
tado sobre un lecho con paños sedosos y revueltos,
colores y objetos, las relaciones casi siempre eran dis-
se abandonaba cándida al reposo sobre almohadones
paratadas. Y en este caso Abismo de lujuria tenía los
blancos; sus brazos entrelazados detrás de su cabe-
colores negro y rojo. Aún recuerdo a los protagonistas
za en actitud de expectante coquetería, preparándo-
de la novelita, un matrimonio que aburrido de la ruti-
se para abrazar al amante; me veía con tranquilidad,
na, comenzaba a buscar experiencias que les reviviera
dibujando apenas una sonrisa de lasciva candidez,
la pasión, exploraban su sexualidad, se iban olvidando
casi despectiva, parecía aguardar un atrevimiento de
el uno del otro, dando prioridad a sus gozos persona-
mi parte, pues ella, allí, desnuda, estaba dispuesta a
les, así asistieron a orgías en hoteles, clubs swingers,
mi tacto. Recorrí su rollizo cuerpo demorando el índi-
hasta hicieron una película porno, en fin, se abando-
ce en las tetas, displicentes una de la otra, de dureza
naban a un abismo de placeres. Cada capítulo, una
evidente, diminutos pezones lechosos, aureolas nulas,
confabulario 45
jamás mamadas pero urgidas de libación. Luego des-
enjabonadas, su ombligo con una cicatriz, burda como
cubrí su ombligo, pozo de promesa lúbrica, zócalo en
un cierre, que bajaba casi hasta su pubis; el vientre
la cartografía de su cuerpo desde donde podía viajar a
ligeramente abultado de la dama del cuadro, inmacu-
sus senos y de allí a su rostro de ingenua viciosa, luego
lado y virginal, su ombligo, su pubis castaño, su lí-
reculé demorando el desplazamiento, explorando las
nea, sutil vereda que…; y mi mano aferrada a mi pene,
cordilleras de sus nalgas hasta llegar postrado a sus
una gana como de orinar; una explosión; un tumulto;
pies y rozar cada uno de sus dedos chatos, infantiles
un grito ahogado; un estremecimiento que se desea
y regordetes… Y retorné al ombligo por senderos que
eterno… un relajamiento, el cuerpo laxo, la mente fija
bordeaban sus caderas, evitando caer en un triángulo
en la dama de la pintura, ahora humedecida, colmada
de castaño vello, pues tan sólo mirarlo se presentía el
de uno mismo. Y la preocupación. ¿Qué hacer si mi
abismo, el fin o el inicio a un tiempo, verlo producía
madre descubría lo que hice? Sería malo. Vergonzoso.
vértigo en mis apetencias, deseaba estar allí, no podía
Arrancar esa página. Sí. Mejor eso. Podría conservar a
soslayar el ardor. Así, mi ojos primero, luego mi tac-
la dama conmigo, para futuras contemplaciones.
to, recorrieron una vereda que nacía en su ombligo
Un día que mi madre hacía limpieza y daba nuevo
y florecía en su pubis; senda seguramente recorrida
orden a la pequeña biblioteca familiar, hojeó fortuita-
por sus amantes infinidad de veces. Y mi cuerpo es-
mente el volumen mancillado; enfureció al descubrir
tremecido, pródigo en sensaciones. Una de mis ma-
la amputación de la página. Hizo indagaciones, ni yo
nos trató de calmar el ánimo de mi pene, que de tan
ni mis hermanos aceptamos el acto vandálico, sin em-
erecto era doloroso; el masaje rítmico, arriba, abajo,
bargo fuimos castigados severamente.
relajó el dolor, atizó el placer, arriba, abajo… en mi
Dejé pasar unos días, debía ser prudente antes de
cabeza se mezclaban las piernas de mi madre; el ros-
volver a pensar en un reencuentro con la dama de la
tro de la dama del cuadro; el agua mojando los pies
pintura. El único momento de intimidad era cuando
de mi madre; mi pene duro, enrojecido, anheloso; el
me bañaba. Me trastornaba el reencuentro, deseaba
manchoncito de pelos entre los muslos de la dama del
explotar nuevamente, vaciarme en ella. Fue casi impo-
cuadro; el mechón de pelos de mi madre escurriendo
sible verla, el papel que había plegado con delicadeza
espuma; los senos redondos, orgullosos, el ombligo
se rasgó al querer desdoblarlo.
de la dama del cuadro; mi mano subiendo y bajando,
Lo único que pude ver de la dama de la pintura fue
enrojeciendo, irritando mi pene que presentía algo, in-
la sonrisa, ahora francamente burlona, y un trozo de
contenible; la mirada de esa mujer, la del cuadro, sus
sus pies. No me explicaba por qué el papel, sus plie-
brazos a punto del abrazo, sus rodillas lisas y brillan-
gues, estaban tiesos, adheridos como si se le hubiese
tes de tan blancas; las rodillas de mi madre, blancas y
vertido engrudo.
46 El Búho
Ulises Velázquez Gil
En el bisbiseo del viento,
acaba por injertarse en el tiempo:
una hoja intenta contraponerse
celebración de la vida,
al sol en su puesta;
agua cantante de un sueño recobrado.
resuena, exagerada, tras una sombra
con que se desgaja su presencia:
figuración que habla
al bosquejarse de recuerdos.
Nunca el tiempo
se antojó más huidizo,
quiso perderse entre tantas hojas
al unísono del otoño,
postergado en el rumor cristalino
de la tarde, a la par de unas horas
hurtadas al silencio
al amparo de una querencia auditiva
de muchas espirales.
Epifanía presentida,
atardece sin premura
–si todavía se permite esa licencia−
y toda música de Yann Tiersen
Peter Saxer
confabulario 47
Fabiola Morales Gasca
“No hallarás otra tierra ni otro
mar. La ciudad irá en ti siempre.
Volverás a las mismas calles. Y en los
mismos suburbios llegará tu vejez”
La ciudad, Constantino Cavafis
S
on las siete de la tarde, el tráfico en esta
ciudad está en su apogeo. Esta ciudad
está llena de gente a la que se la paga
mal ¡Qué joda! No vale la pena más años de estudio pa que ganes casi nada. ¡Uta madre, si no
hubiera sido tan burro en la secundaria, otro gallo nos cantara! Todos los demás como yo, obreros ansiosos, corredores tras una esperanza que
nunca llega, esperamos la salida a las ocho. Si
estoy a esta hora, ha sido por culpa de la mentada oferta y la demanda. Ni esperanzas de entender esa madre. A mí qué me importa el pinche
capitalismo. No más producción es lo único que
justifica al capataz de la fábrica, para darnos menos chamba hoy. Adiós a las horas extras de los
Luis Argudín
48 El Búho
sábados, eso sí está de poca, porque la verdad, sí
fin, mientras veo la forma de darle aire de manera
que me urgía juntar una lana. Ni modo, pos ahí será
sutil, porque pese a todo soy caballero y mi amá me
para la otra. Hoy es viernes y sin dinero para echar-
enseñó a no ser grosero con las damas, el metrobús
me una cerveza bien helodia en el centro botanero
llega. Está hasta su má… xima capacidad pero qué
donde siempre hay meseras buenas, no vale la pena
se puede hacer. Ya es muy noche, ni modo de tomar
seguir en la calle, mejor me largo pa mi cantón.
otro autobús y luego taxi ¿verdad? y así de jodido
Vivir a más de una hora de la casa te hace odiar
pues ni hablar, es éste en el que me voy, no hay de
al fregado tráfico y para acabarla de joder está Mar-
otra. A empujar. La Marce entra primero, a empu-
cela que no se quiere despegar de mí. Pero si yo
jones nos abrimos paso, pero está tan flaca la po-
nunca le di alas, la mera verdá es que esta feíta la
bre que me da miedo empujarla; parece que se va a
chava, le falta más de arriba y mucho más de abajo
romper, pero ni modo, ¡empuja más morra!, le digo
pa ser de las morras que a mí me gustan. Por más
y al fin ¡de milagro, entramos! Suena el timbre, seis,
que le echo indirectas pues no entiende, digo die-
ocho segundos y la puerta se cierra. Ya la hicimos,
ciséis años y que no entienda que nomás no, pues
estamos adentro, le digo a la flaquita. Avanzamos
no vale. Siempre amanezco guapo pero este día
otra estación, el metrobús se detiene y la gente se
exageré, voy a conquistar viejas por donde quiera y
arremolina necia para entrar pero no hay espacio
donde andaré, se oye en el cel del muchacho fre-
ni para una mosca más; primero hay que esperar a
sa de al lado. El paradero es de los pocos que hay
que bajen. Aquí el oír: cuidado con mi niño, hey mi
aún no grafiteados; la banda sí que se mueve rápido
cartera o deje de estarme manoseando, en algunos
para dejar su dizque arte urbano. Charros, aunque
meses será algo normal. ¡Qué chido! jamás pensé
hay luz y ni un mes tiene de inaugurado, está re-
subirme al metro en esta ciudad. Qué fácil es estar
cochino el lugar. Este méndigo metrobús no llega,
en el DF, sin estarlo.
somos muchos esperando. La raza se está ponien-
La gente entra y entra en cada estación, son
do de malas y esta sonsa de la Marce que no para
pocos los que bajan y muchos los que suben. Por
de hablar y de hablar. Habla hasta por los codos
cierto Marce, cada vez siento tu cuerpo más pega-
de su familia, de su casa y de esa maldita obsesión
dito. ¿Oye, Marce, qué te hiciste? Estas más suave-
por casarse; tiene hermanas casadas, primas casa-
cita. Viéndolo bien flaca, flaca no estás, casi puedo
das y hasta abuelas casadas. ¡Carajo, por el amor
absorber toda tu cadera. Sé que hoy amanecí muy
de Dios, está traumada! ¿Qué no tiene en su fa-
guapo pero tal vez Marce, tal vez Marcela hoy sí te
milia ni una madre soltera? No, no hay forma de
haga caso. Pos ya estaría de Dios que seas la prime-
deshacerse de ella, si no viviéramos tan cerca… En
ra madre soltera de tu casa.
confabulario 49
Ulises Paniagua
Navegación Perpetua
Mar Estático, 3 de Octubre
E
sta jornada nos dio por ponernos
lúdicos. Decidimos circunnavegar
el Mar Estático (que el contra-
maestre conoce a la perfección) en completa libertad, sin rumbo. Es extraño declarar
que la incertidumbre no era nuestra enemiga, como en aquella curiosa jornada de
la revuelta. El motivo era el placer de viajar, de no permanecer en ningún momento.
Desplegamos velas, agilizamos el timón;
dimos bandazos a babor y a estribor, bajo
un júbilo que los vientos benévolos se encargaban de esparcir entre nuestras sonrisas amplias, nuestras mentes abiertas;
que navegaban a la par de un banco de rémoras que custodiaba nuestra puerilidad.
Fuimos niños en felicidad; amplios… el
periplo precisaba cierto límite; pero éramos
Leonel Maciel
50 El Búho
tan libres dentro de ese territorio que gozamos una
menos reconocidos, De botánica y erotismo, descri-
celebración inolvidable. Mientras un grupo de ánge-
be las primeras aproximaciones a dicha especie con
les adolescentes alborotaba el barco con el tañido
expresiones de curiosidad y asombro.
de sus panderos y castañuelas, entonando rondas
Estoy convencido de que arribamos a las tie-
de marineros beodos; un par de gnomos, traviesos
rras que el mismo Plinio visitó en sus numerosos
en todo momento, se encargó de iniciar sobre cu-
viajes, donde se encontró, fascinado, con la planta.
bierta una guerra a baldazos de agua.
Sin embargo, Atzabel, un demonio alquimista que
Empapados, primitivos; reímos eternos, en una
viaja con nosotros desde hace más de tres meses,
ruta donde la improvisación vencía la ciencia de
comprobó un efecto que no se había descubierto
cualquier astrolabio. Gozamos del sol y su agonía.
hasta entonces: la fidelidad y la monogamia de las
En cuanto el alba retorne a la quilla de la fragata,
mandrágoras. Al levantar un pedazo de esa tierra
volverá la cotidianeidad de pulir pisos; de verificar
húmeda y fértil, no mayor a cuatro varas cuadradas,
amarres; de calafatear la armadura. Sin embargo,
pudimos evidenciar cómo las raíces de estos seres
sospecho que hoy hemos aprendido la imperiosa
se agitaban interminables y constantes, en un ritmo
necesidad del azar y el movimiento constante en
frenético, unas sobre otras. Pero nos dimos cuenta,
nuestras vidas. A mí me envolvió de nuevo la calidez
tal como el demonio lo hizo notar, que entre toda
de integrarme a la multitud, de ser un grano más en
esa trama complicada, en ese amasijo de raíces que
una playa de arena alegre. Este día he sido, inmensa
seguro disfrutaban del contacto entre sus tallos,
y llanamente, feliz.
deleitándose amorosas con los roces más sutiles
y también con los más desesperados; que a pesar
El llanto de las mandrágoras
de la aparente promiscuidad del tejido, al final de su
Peña del Abandono, ubicación sin revelar
entramado sensual y lascivo, las mandrágoras permanecen unidas en parejas, sujetándose firmemen-
Las mandrágoras son, en principio, amorosas. Se-
te a una sola raíz -y sólo una- que habían escogido
res de comportamiento complejo e inusual, que de
abrazar, y a la cual permanecían atadas terca y leal-
vez en cuando pugnan por ganar mayores territo-
mente, a pesar del bullicio y la fiebre de la comuna.
rios; y que en estas batallas demuestran un aspecto
Entonces, gozando del paisaje de la peña remo-
afectivo, pues los espacios que consiguen con su
ta, a la orilla del estrecho que comunica dos gran-
lucha sirven para consolidar su nido de amor, un
des océanos, el demonio, dada su natura, fue capaz
tálamo vegetal al calor de las frondas vecinas. Plinio
de uno de los actos más atroces que he presenciado
Apuleyo, en uno de sus tratados más misteriosos y
en mi vida: en un movimiento furtivo arrancó una
confabulario 51
de aquellas plantas del montículo de tierra. La otra
que permita cualquier pista, por insignificante que
raíz, su compañera, lanzó terribles aullidos de dolor
sea, que pueda servir a futuros exploradores para
que se prolongaron en un llanto incontrolable. Los
encontrar la peña de las amorosas mandrágoras.
ejemplares de esta especie, ahora puedo entender-
De esta manera evitaremos mayores atrocidades en
lo, lloran cuando se ven alejadas de su amante, de
contra de la pasión y la ternura.
manera brusca.
Reprendí al demonio con dureza, pero éste se
excusó alegando fines de investigación y ciencia. La
Visita a la ciudad de las pesadillas
Estrecho de Utopía, equinoccio de Otoño
pobre planta que subió al barco, llorosa y frágil, cobró de pronto una forma semihumana dentro de la
Antes de que el sol se ocultara, Fado -en profundo
botella a la que se le confinó. En su raíz enroscada
trance donde recorrió el puente de mando, contan-
pareció labrarse un rostro triste, y al tercer día de
do justo trece pasos y ninguno más- profirió algu-
navegación murió, víctima de una crisis depresiva.
nas palabras que asumimos pertenecientes al reino
El propio diablejo, a pesar de sus tendencias
onírico.
malignas y homicidas, y después de un profundo
Sonámbulo y funámbulo, Fado se mecía sobre
periodo de meditación, vino a mi camarote la tar-
la cubierta, como una boya a la deriva; mientras
de de anteayer para decirme cuán apenado estaba
describía en voz alta pero melodiosa las visiones
por haber roto de forma grosera el sagrado vínculo
que irrumpían frente a él. Así nos habló de una vi-
de las mandrágoras. Víctima de la vergüenza, pre-
lla enorme, una comarca de piedra y acero poblada
sintiendo haber violentado la armonía y el orden
por millares de habitantes que semejan parvadas
de un algo inexplicable, decidió desaparecer de la
de cuervos tristes; custodiada por crepitantes palos
cubierta de la fragata, aprovechando el desconcier-
con formas de pajarera. Luego mencionó, en arre-
to de las olas inmensas y la tormenta que anoche
bato febril, una serie de invenciones imperfectas
nos arremetió.
pero poderosas: manadas de niños que encienden
No sabemos si atribuir su desaparición a un re-
una hoguera mientras se tatúan el rostro en invier-
mordimiento suicida; o a un destierro voluntario va-
no; una mujer del desierto columpiándose sobre un
liéndose de sus artes de alquimia. Lo cierto es que
angosto puente con amarres de telaraña; silencio-
nunca más volvimos a saber de Atzabel; y después
sos peregrinos que fuman soledad en un camino
del episodio, en una demostración de solidaridad y
alargado y sombrío.
simpatía con una flora cariñosa, con nuestra san-
Pero entre las imágenes que Fado invocó en su
gre pactamos desaparecer todo mapa u orientación
desvarío, capturó la atención aquélla de una terrible
52 El Búho
mujer semidesnuda quien, oprimiendo un cuchillo
a bordo no imaginaba por su cuenta. Como si se
entre los muslos, invitaba a su vecino a apagar la
tratara de una intersección de caminos, uno de esos
luz para seducir a la Muerte.
cruceros que habita el Diablo, Fado había interveni-
De pronto, como si se tratara de un muñeco do-
do las ficciones de otro soñante. La ciudad de pe-
minado por un titiritero experto, Fado retrocedió,
sadillas que nuestro amigo describía, estoy seguro,
despacio, justo los trece pasos que había adelan-
respiraba en la sorpresa y la complacencia de otro
tado; y una vez llegado al punto de partida, abrió
personaje que soñaba estas historias. De esta ma-
los ojos con desmesura. Acto seguido se desplomó
nera, del soñante desconocíamos el nombre y el
sobre los tablones del barco. Tuve la certeza, ante
rostro; más no la tesitura de su alma y la coloración
tal situación, de que el metafísico que llevábamos
púrpura de sus angustias cotidianas.
Carlos Bazán
confabulario 53
Presagio de muerte
largo y delicado de una hermosa mulata que olía
Taberna de Hades, 2 de Noviembre, por la
a fragancia de rosas; una inquietud inexplicable se
madrugada
adueñó de mí. Incómodo ante la gritería y la banalidad de los marinos, que semejaban una jauría de
Decidí otorgar una semana libre a la tripulación
perros abandonando el cautiverio; decidí alejarme
apenas tocamos tierra. Hemos vivido largos me-
de la taberna y su bullicio.
ses de viaje, ante sucesos asombrosos que nos han
Seguí la escalinata de cedro rústico hasta lle-
mantenido en expectación constante. Pensé que dis-
gar a la azotea del lugar. Desde allí, recargado en
traernos, bajo estas circunstancias, bebiendo unos
una baranda, escuché rumores provenientes de un
buenos toneles de vino y al calor de unos deliciosos
hostal para peregrinos. La noche era cerrada. Un
muslos de mujer, no nos causaría ningún daño.
cúmulo de nubes, si bien no anunciaba tormen-
Pero esta noche, al beber mi cuarta copa de
ta, tampoco permitía resquicios a los rayos luna-
un vino seco que arañaba la garganta con una de-
res. Decidí encender un tabaco americano, de los
licia incomparable, mientras retozaba en el cuello
que acostumbro fumar en ocasiones especiales. No
bien había raspado la cerilla contra la baranda, provocando el incendio del pequeño
instrumento, cuando el tabaco resbaló desde mis labios mientras me limitaba, absorto,
a mirar al cielo: un galeón enorme se abría
paso entre nubarrones, como Moisés en el
Mar Rojo. Al paso de la embarcación los cúmulos se dispersaban hacia los cerros vecinos, imitando el movimiento cadencioso del
oleaje. Sobre el fulgor lechoso de la Vía Láctea, el galeón impuso su monumentalidad.
Aún no terminaba de recuperarme de
la sorpresa, cuando una segunda visión me
cautivó. Sobre el puente del barco, una hermosa mujer, vestida a la usanza de un corsario, ostentaba un sombrero de pico de gran
elegancia. Sus cabellos largos y castaños on-
Carmen Parra
54 El Búho
dulaban al viento, enmarcando un bellísimo, casi
tos, las escoriaciones, la mutación en la piel de los
diría perfecto rostro, en el que destacaban, dul-
nativos. Pero de manera gradual, una vez estableci-
ces, los ojos color miel. Su cuerpo, sostenido por
do el trueque de nuestras sedas por sus joyas, les
las amarras, echado adelante y heroico, también
fuimos perdiendo el asco.
destilaba sensualidad. Quedé atrapado en el mis-
Andando las calles del puerto, decidí visitar a un
terio de la pirata. Ella, en cambio, me lanzó una
amigo. Hace mucho tiempo (más de dos décadas),
mirada de ternura infinita. El gesto de simpatía me
él había sido marino. Un día se cansó de las ama-
desconcertó; luego, el desconcierto se transfor-
rras y los aparejos. Decidió acercarse a un taller de
mó en angustia: en las dulces pupilas de la bella
pintura y escultura, para aprender el oficio con un
distinguí, puros, los daguerrotipos de la Muerte.
reconocido maestro.
Comprendí que se trataba de un presagio funesto, un recordatorio de que la certeza de vivir cons-
Al llegar, el olor a tinta, a aceites y a pigmentos,
me fascinó.
tituye sólo humo ante nuestros ojos. Recordé el
-Qué bueno que llegas -dijo, como si no mediara
episodio del anciano de la cueva que intentaba des-
un largo periodo sin vernos-, quiero enseñarte esto.
entrañar un patrón por demás inútil; recordé las te-
Allí, entre algoritmos, secciones áureas y la
rribles palabras de Fado en aquella jornada. Fascina-
complejidad de espirales, procedió a demostrar
do pero temeroso, perseguí la mirada de la corsaria
cómo, en uno de sus dibujos al carbón, se reprodu-
hasta que el navío se alejó por completo, internán-
cían el iris y la pupila del ojo de su novia -una her-
dose en el horizonte, llevándose con él mi corazón.
mosa vendedora de frutas-, con la misma exactitud
Esta noche, a pesar del calor de las sábanas y
que asumían las distancias, en el cielo, entre una
del cuerpo delicado de la mulata que duerme en mi
regazo, no puedo apartar de mí la imagen de dos
ojos claros, que me contemplan, apacibles, desde
las profundidades del destino, con esa terrible precisión de una maquinaria de relojería.
docena de estrellas.
-Un ojo y la noche guardan similitudes fascinantes -afirmó, feliz.
Esa tarde la pasé de maravilla en su compañía,
recordando viejos tiempos, repasando anécdotas y
juergas, romances fallidos, trifulcas estúpidas; pero
Las distancias y la noche
sobre todo, compartiendo experiencias sobre las
6 de Noviembre, tierra firme
matemáticas sincronías que gobiernan al Universo
y a la belleza.
Llegamos a una isla donde la fealdad gobierna. Al
principio nos horrorizaron los miembros tumefac-
*Tomados del libro Bitácora de una navegación efímera de
Ulises Paniagua.
confabulario 55
Ileana Garma
E
I
xisten mujeres calladas, mujeres que entran al día como a
una condena impuesta por el sol, y para ellas, las horas no
son ésas que los demás aceptan en el reloj de mano, porque
el tiempo interno es mucho más lento, más agotador, y hablar cansa,
mirar cansa, perseguir cansa.
Yo soy una de esas mujeres. Desde
pequeña me di cuenta de que prefería callar y hacer lo que mi madre me pidiera, los
sacrificios a los que me obligaba mi padre
en pro de mis hermanas pequeñas, con tal
de no tener que hablar. Amaba cuidar pájaros, amaba criar pájaros, pero no para
recibir su canto matutino, ya sabía desde
niña que ellos cantaban por hambre o por
vicio, como también nosotros, hablamos
siempre para conseguir algo, para saciar nuestros deseos, por ambición y por
costumbre.
Así criaba pájaros, como pude criar
cerdos o pavos. Criaba pájaros para ga-
Enrique Zavala
56 El Búho
nar dinero, antes de dar de comer a mi padre, a las
realizábamos el intercambio de mercancía, me entre-
pequeñas, y de haber permanecido junto a mi madre
gaba sonriendo los billetes que yo sin sonreír repar-
y asegurarme de que no guardaría comida debajo de
tiría según las necesidades de la casa, y por fin volvía
la almohada, para fingir que el perro se la había arre-
a quedarme sola, callada, y comenzaba a trabajar
batado y obligarme a darle más.
de nuevo, incansablemente, para no pensar, para no
Entre nada y nada, ¿qué puede haber?, y ¿qué
puede significar tener cuarenta años o quince? Entre
hablar, para no escuchar a los gorriones que estaban
listos para partir, y lo sabían.
nada y nada, sólo el canto de los pájaros, los que
Entre la nada y la nada apareció Bruno. Era sába-
nacen, los que están a punto de morir, las oxidadas
do, porque mis hermanas que descansaban estaban
jaulas en la terraza, los gorriones, el huevo revuelto,
jugando lotería en el comedor, riendo bajito para no
los frijoles en la comida, el sueño antes de las diez,
despertar a papá. Yo las odiaba en ese instante. Más
mis hermanas y yo en una sola recámara mientras mi
que nada, me molestaba el hecho de no poder lavar
padre hacía de guardia en el almacén de conservas
las sábanas, porque el viejo no llegaba, ya casi iba
y mi madre sacaba debajo de la almohada sus reser-
a dar la una, y yo me había atrasado sobremanera.
vas de comida. Entre nada y nada, apareció Bruno.
Las sábanas no estaban limpias, el pescado crudo
Todos los miércoles y los sábados de verano, el
esperaba en el congelador, mi madre comenzaría a
tiempo de los gorriones, llegaba a las doce del día,
gritar en cualquier momento, mi padre se desper-
puntual, aquel viejo que nos compraba pájaros para
taría y ellas, las pequeñas, escaparían de casa rumbo
venderlos en el mercado. Siempre me preguntaba
al cinema, mientras los pájaros cantaban, mientras
qué clase de personas compran pájaros. Nosotros los
los pájaros cantaban antes de partir. Yo sólo quería
criábamos porque nos procuraban una entrada de
sumergir los brazos en las cubetas de agua helada,
dinero, segura y mezquina, pero que daba de comer
sumergir y levantar una y otra vez las sábanas blan-
a nuestra inmensa madre y a las pequeñas.
cas, las espesas sábanas blancas que más que polvo,
Al medio día yo había terminado de lavar los pla-
guardaban el sudor lechoso de las mujeres que duer-
tos, alimentar al perro, había limpiado la cocina y la
men juntas, de las mujeres que no se van. Quería hu-
terraza, los pájaros tenían ya un periódico limpio,
medecerme la piel, la ropa, tener un pretexto para
alpiste y agua para todo el día, había bañado a mi
andar húmeda en medio día, en el patio, y que el
madre, mi padre dormía en el cuarto vacío que horas
viento agitara las sábanas mojadas para que éstas
antes había ocupado con mis hermanas, y me en-
me golpearan el rostro mientras intentaba tenderlas;
contraba a punto de comenzar a lavar la ropa. Si era
eso quería, y justo cuando estaba a punto de intro-
miércoles o sábado, esperaba a que llegara el viejo,
ducir los brazos a una cubeta, llamaron.
confabulario 57
Bruno era de esa clase de hombres que sonríen
que venía a contarme una historia trágica, pero sólo
y parecen tristes, preocupados, parecen guardar una
era el tercero de nueve hermanos, casi un cuarentón,
enorme historia en los ojos, una historia de exilia-
que desde hacía más de veinte años trabajaba en el
dos, de fugitivos o de amor, pero que al hablar te
mercado, como ayudante aquí y allá, que vivía to-
demuestran que si llevan esa historia, la tienen de
davía con sus padres, ya viejos, y que odiaba cada
nacimiento, pues nada recuerdan, crecieron como
tarde el tener que regresar a casa.
todos los niños, fueron a la escuela, se decidieron
De todo esto me enteré poco a poco, después de
por un trabajo, trabajan y eso es todo. Bruno era el
muchas tardes en las que vino a visitarme, porque a
ayudante del viejo. Me pidió disculpas por el retraso,
los dos nos gustaba el silencio, nos gustaba el rumor
dijo que no había podido encontrar fácilmente la
del aire revolviendo las pequeñas hojas secas que
casa, que su patrón estaba enfermo, que a partir de
caían del tamarindo, el parloteo constante del refrige-
ahora él se haría cargo de la compra de los gorriones.
rador, los ventiladores de la casa prendidos todo el
¿Y qué? Yo acababa de cumplir treinta años, mis
día, los carros que pasaban una y otra vez, y que
hermanas pequeñas ya tenían novios, dos de ellas ya
también eran una especie de pájaros, una especie de
estaban planeando casarse. Cuando él se fue remojé
pájaros que rompían la tarde; y los gorriones, el es-
las manos en la cubeta de agua helada y pensé en
tremecimiento de sus alas sobre los recipientes de
sus ojos de un verde sucio, tristes, como pájaros que
agua, su canto. Yo sabía que en cualquier momento
caen sin fuerza, con las pestañas espesas y largas.
me pediría matrimonio, y lo acepté mucho antes de
Pensé en esos ojos mientras mis brazos se iban en-
que me lo propusiera, acepté sus manos, sus duras
friando, mis hombros se helaban y mis pezones se
manos morenas, su bigote ya canoso, el agua verde
crisparon.
de su mirada, su descuidada manera de vestir y su
Y una tarde, él apareció por la casa, se quedó
unos minutos en la reja, esperando, observando la
ondulado cabello castaño que enmarcaba una sonrisa sucia, a la que le hacían falta algunos dientes.
tranquilidad que las aves dibujaban, los árboles del
Nos casamos entonces, en la casa mi foto de
jardín, la fachada alta y oscura, y yo, a mis treinta
boda fue la primera en instalarse, luego vinieron
años moviéndome de un lado a otro, como una
otros cuadros, las bodas de mis hermanas, en la igle-
quinceañera a la que no dejan salir. Sólo sé que olvi-
sia, con los vestidos puritanos siempre hasta el cue-
dé la cubeta roja en el piso y le abrí la puerta. Nos
llo y de manga larga, encajes transparentes sobre los
sentamos en las mecedoras blancas, sucias. Era del-
hombros y los brazos, pero en todos los cuadros mis
gadísimo y moreno, parecía un gitano que acababa
hermanas sonreían junto a su pareja, y yo no sé por
de regresar del desierto, de innumerables desiertos,
qué el único recuerdo de mi boda, es esa foto donde
58 El Búho
estoy con el vestido de novia carísimo comprado en
taba. Recuerdo mi cuerpo blanco y delgado que él
una tienda elegante, saliendo del carro, sin sonreír,
sujetaba por la cintura, tensando mi vestido de flores
sola. No sé por qué mi foto de boda no es como la de
rojas. Yo no servía para esto. No, no era posible. Y
todas mis hermanas, frente al altar, con mi esposo.
una noche mi estómago comenzó a inflamarse. Poco
Nos fuimos a vivir a una pequeña casa en las
a poco a inflamarse, día a día a inflamarse.
afueras de la ciudad y todos los días, no hacía más
Él trabajaba más y más y llegaba tarde a casa. Se
que preguntarme por la vida que llevaría ahora mi
molestaba porque no le lavaba las camisas, porque la
inmensa madre, y mi padre muerto de sueño tras su
casa estaba sucia, porque en el fregadero se amon-
trabajo de vigilante en la bodega de conservas. Me preguntaba por mis hermanas
pequeñas que apenas estudiaban. ¿Qué
hacía yo tan lejos de ellos, preparando
un espagueti aguado para Bruno, que
llegaría por la tarde, comería silencioso,
sin mirarme, y luego me llevaría hasta
la cama para abrirme las piernas? No lo
soportaba, no toleraba que se sentara a
mirar televisión, que la tristeza en sus
ojos poco a poco comenzara a diluirse,
que engordara con rapidez. No podía
vivir yo en una casa sin pájaros, necesitaba a los pájaros que chillan antes de
partir. Y aunque Bruno llevó un gorrión
a la casa, nunca logré sentirme a gusto.
Yo no quería lavar su ropa, no quería cocinarle, no quería abrir las piernas, las
piernas que terminaban sucias, pegajosas, malolientes. Eso no podía permitirlo.
A veces, los domingos, veíamos una
película y luego almorzábamos en aquel
sitio de comida italiana que tanto le gus-
Guillermo Ceniceros
confabulario 59
tonaban los platos de porcelana, los regalos de boda
dose, y él venía cada vez más tarde, cenaba afuera,
que él abría para no tener que lavar los trastos acu-
levantaba mis piernas y me tomaba, hasta que una
mulados, llenos de moscas. Yo permanecía el día en-
noche le dije que eso no podía continuar, que me las-
tero sobre la cama, como mi madre, y comía todo el
timaba, que lastimaba al bebé, que iba a regresar con
día, hora tras hora, y se me iban las fuerzas en apre-
mis papás porque él no sabía cuidar de mí.
tar los botones del control remoto. Ya no me preo-
Y regresé a los pájaros. Mamá parecía mucho
cupaba por mi aspecto, me quedaba desnuda, con
más gorda. Papá estaba muy cansado y delgadísimo,
los senos abriéndose sobre mi pecho, desparramán-
su piel se había convertido en pellejo; ahora se dormía en la mesa, antes de desayunar. Bebía y
bebía y había que llevarlo cargado hasta la
recámara. Dos de mis hermanas se habían
casado también, vivían ya con sus esposos
y apenas visitaban la casa. Mis otras hermanas se dividían el trabajo de los pájaros,
estudiaban, trabajan, y tenían novios que
las iban a visitar por las tardes. Todas ellas
querían casarse y salir, no entendían porque
yo había regresado. Yo no respondía a sus
preguntas. Recibieron a la misma hermana
mayor, callada, inaccesible, y poco a poco
volví a hacerme cargo de la casa, a ocupar
el mando.
Me deshice del perro para que mamá
no inventara que éste se había llevado su
pieza de pollo o su jamón, procuré que
papá durmiera en lugar de beber, lavé toda
la ropa y las sábanas con aquel inconfundible olor a leche de las mujeres que aún
duermen juntas y solas, di de comer a los
pájaros, madrugué para darles el alpiste
y el agua, para escuchar su canto hambrien-
Perla Estrada
60 El Búho
to, cotidiano. Bruno venía algunas tardes, me daba
padre sacó de sus ahorros para pagar médicos, mis
dinero, me traía sus camisas para que las lavara, se
hermanas abandonaron un tiempo sus estudios para
quedaba a comer. Mis hermanitas se fueron encari-
ayudarme, y Bruno, era lo que era, un ayudante de
ñando con él y hablaban en voz baja de lo mal que lo
mercado, cuarentón fracasado, un imbécil.
trataba. En ese momento las odiaba por hablar ba-
Una mañana, desesperada por la enfermedad de
jito, porque no se iban, porque parecía que nunca
Renato, fui a buscarlo, le dije que vendería la casa,
iban a terminar de largarse.
que vendería todas nuestras cosas, lo tomé de la
A las cinco de la mañana nació Renato, tenía
camisa, lo sacudí, le di bofetadas. Él, sin perder la
que llamarse como mi padre, Renato. Llegó débil y
paciencia, cual pájaro que no comprende los conflic-
fue directo a la incubadora, parecía un pequeño pá-
tos humanos, me entregó las llaves. Yo vendí la casa
jaro sorprendido por la fría luz de la existencia. Sus
toda amueblada. No me arrepiento, no me arrepiento
grandes ojos verdes lo observaban todo. Bruno y yo
de nada, pero no por eso Renato se salvó.
lo miramos a través del cristal, inválidos, como si al-
Lo enterramos justo a un año de su nacimiento,
guna parte de nosotros hubiera desaparecido para
y los pájaros seguían cantando aquella mañana, y
que Renato estuviera ahora ahí, débil, despierto. Algo
quizá alguien se levantó con la ilusión de comprar
dijo Bruno acerca del futuro; yo nunca lo había visto
un gorrión, porque las personas se levantan todos
tan vulgar, tan mediocre, nunca lo había sentido tal
los días felices de estar vivos, y sólo el que tiene a
cual era, un simple ayudante de mercado, un pordio-
su lado un cadáver, no escucha el rumor constante
sero al que su familia, por caridad, le había regalado
de los aparatos eléctricos, de los ventiladores, de los
una casa. No llegaría a ningún lado con él, no podía
carros que atraviesan el día y el canto de los pájaros.
permanecer a su lado.
Bruno no se apareció durante todo el funeral. Desa-
Fui con Renato a casa de mis padres. Bruno
pareció de la faz de la tierra durante años.
nos visitaba una vez a la semana, puntualmente, al
Yo seguí cuidando de la casa, de papá y mamá, de
medio día, llevaba dinero y leche, a veces algunos
las hermanas que aún quedaban, de las que volvían
regalos para el bebé, hasta que Renato comenzó a
para no volver a marchar. La vida no cambió mucho.
enfermarse. Primero fue la fiebre, cada tres días la
Procuraba el desayuno, las sábanas limpias, la en-
fiebre, cada dos días la fiebre, hasta que la fiebre
trada segura con la venta de los pájaros, que po-
no pudo abandonarlo. Las diarreas, los vómitos,
drían ser también cerdos o pavos, hasta que un día,
yo iba a buscar a Bruno al mercado, detestaba que
alguien me habló de Bruno, lo había visto salir del
no pudiera responderme, que su miserable trabajo
cine, con una chica a la que tomaba de la cintura,
no fuera suficiente para comprar las medicinas. Mi
parecía cansado, viejísimo, ausente.
confabulario 61
Juan Mireles
—¿La vida significa alguna cosa?
—Tal vez.
—¿Qué?
—Tal vez signifique una sola cosa.
—¿La inmensidad reducida a una sola
cosa?
—No sé, es posible que en realidad esa sola
cosa, el significado del que hablas, no sea sino
lo que queremos que sea.
—Y tú, ¿qué quieres que sea?
Ana se quedó esperando la respuesta de Agustín.
El silencio tendido sobre ambos esperaba una
palabra, un sonido, la voz de Agustín que en
esos momentos se ahogaba en el sinnúmero
de respuestas que no terminaban por ser claras
porque se deshacían al mismo instante; al no lograr el desarrollo total de la respuesta a la pregunta de Ana, él prefería callar y pensar en que
su respuesta podía ser simple y común: “la vida
Juan Román del Prado
62 El Búho
significamos tú y yo”; sin embargo, no iba a decir
sensaciones extracorpóreas. Mira, trataré de ser lo
semejante lugar común, cursilería vulgar. Ana no se
más claro posible: ¿has sentido la llegada de la ins-
merecería una respuesta tan de poco seso; si algo le
piración? ¿Alguna vez la has captado?
hubo de llamar la atención para fijarse en Agustín,
era que él no sólo parecía que sabía alguna cosa,
—No, yo no escribo; tú sabes que yo no entiendo de esas cosas.
sino que podía conversar del tema que a ella se le
—Yo sé mucho sobre ti y a la vez nada.
ocurriese, en cualquier momento. Los temas siem-
—Puf. A ver, ¿me dirás cómo es Dios?
pre son inagotables, se ramifican infinitamente y se
—Me llegó un mar de sensaciones, sustancias,
puede saltar de uno en uno hasta quedarse sin voz.
no podría describirlo mejor: sustancias, porque te-
A menudo les sucedía que empezaban hablando
nían peso; es decir, al encontrar a Dios en ese con-
de, por ejemplo, una aceituna. Ana era clara al res-
junto de ideas entrelazadas, que unidas lograban la
pecto de porqué su fuerte sabor no iba de acuerdo
composición ideal para que todo cobrara sentido,
con su forma y color que representaba la aceituna:
se sentían con peso, como aceitosas.
“a primera vista se antojan, verdes, frescas, pero
después, al morderlas te das cuenta que no lograrás
—Ajá…—Ana trabajaba su respiración en favor
de ser tolerante.
el cometido de tragártelas, pasarlas sin saborearlas,
—¿Te estoy aburriendo?
y mejor escupes el pedazo”; “las aceitunas no son
—No, para nada, es sólo que llevo media hora
únicamente verdes, hay negras y de otros colores,
pidiéndote que me digas cómo es Dios, y sigues con
creo, no me hagas mucho caso, Ana, no soy un ex-
tu letanía.
perto en aceitunas”.
—Está bien. No tiene importancia.
—Sí la tiene, dime, anda.
—Sabes, creo que encontré a Dios –le digo a
Ana.
—Dios está aquí conmigo es lo único que te
puedo decir.
—¿Encontraste a Dios?
—¿Ahorita está contigo?
—Sí…
—Sí.
—Y, ¿cómo es?
—Y ¿qué te dice?
—Lo encontré en la madrugada. Leía un cuenti-
—Nada. No dice nada.
to de Borges y de pronto llegó todo aquello que me
hizo encontrarlo.
Había que acercarse con sigilo y cierto dejo de timi-
—Vale, pero ¿cómo es?
dez a ella. Al tocarla su cuerpo se abría, eclosionaba
—Es inexplicable la forma en que llegaron esas
para mí, para mis manos, las yemas de mis dedos y
confabulario 63
los labios rozando sus muslos y su sexo, porque no
mundo en donde se puede quedar días y semanas
tardaba ni un momento para llegar a su sexo, era
con la pareja, recostados, besándose, sin comer,
fascinante, como si su sexo fuese otra boca mucho
apenas dormir un poco, haciendo el amor… Para
más pasiva y lasciva: la besaba, me tomaba mi tiem-
ella el amor era una cuestión de vida o muerte. Sin
po al hacer movimientos circulares con mi lengua,
amor la muerte, con amor, la felicidad:
de cuando en cuando, en esos momentos donde la
—¿Por qué no eres feliz?
broma aparece -es frecuente en mí, comenzaba a
—La felicidad no existe en este mundo, Ana.
succionar su sexo-; Ana abría los ojos, despertaba
—Sí existe.
del trance placentero y decía que me detuviera: “no
—No, lo que tú crees que es felicidad en reali-
te estás comiendo una almeja…: No soy una alme-
dad es solamente un engaño, autoengaño si me lo
ja” sentenciaba.
permites, para sobrellevar esta vida que, por si fuera
Ciertamente Ana no era una almeja ni nada pa-
poco, no pedí vivir.
recido, era más bien, una mujer que entendía que su
—Quénegativoeres,increíble,nosepuedepensarasí.
cuerpo bastaba para aniquilar al mejor de los aman-
—Tú misma sufres constantemente al no poder
tes. Habitaba en ella la ternura necesaria de la ni-
lograr todas tus metas. Uno termina por frustrarse,
ñez, la inocencia del que cree que el amor lo puede
por más que se lucha, todo siempre se siente lejano,
arreglar todo. Sus ojos, esas espigas horizontales,
porque cuando uno cree haber llegado al punto en
alargaban el ánimo de quedarse con ella por tiempo
donde está la felicidad, la plenitud, el equilibrio, se
indefinido, en ocasiones, en otras:
cae en la dolorosa verdad de saber que en realidad
—¿Debes irte? —preguntó Ana como no queriendo hacerlo.
esas cosas están más allá, mucho más allá.
—No estoy de acuerdo contigo. A mí me alegra
—Sí.
mucho, una inmensa felicidad, el tocar el chelo por
—No te vayas. No me dejes. Te necesito.
ejemplo.
—Pero debo irme.
—Bueno…
—Dijiste que no me dejarías ni un momento.
—¿Bueno qué?
—Yo digo muchas cosas, Ana, a veces sin pen-
—Cada quién puede pensar lo que quiera.
sarlo muy bien.
—Pero yo quiero que seas feliz –agrega Ana.
—Y yo también quiero ser feliz, estoy en la
Ana se enfadaba como lo hace aquél que lo ha per-
constante búsqueda de la felicidad, aun sabiendo
dido todo, mezcla de enojo con tristeza y decepción:
que aquí, en este mundo, no la encontraré; es decir,
el abatimiento al pensar que el mundo no es ese
la plenitud absoluta. Te he de confesar: vivo para los
64 El Búho
destellos de felicidad, pedazos de luz, no para las
no escribe una sola línea por obligación: “no es un
emociones superficiales como la alegría o el estar
trabajo, ni tampoco un hobby”: no es ni lo uno ni
contento, etcétera, sino por las sustanciales, las que
lo otro para él la acción de escribir. Agustín enten-
vibran muy adentro, las que te hacen decir palabras
día la escritura como un acto fuera del mundo y del
que nunca habías dicho antes, por ejemplo, cuando
tiempo, una acción causal y única que de pronto le
te dije que te amaba. Te sorprendiste, ¿recuerdas?:
llegaba. “Es el azar. Supongo que el azar es lo que
“¿me amas? ¿En verdad me amas? ¿Por qué me
hace que yo sea un escritor y tú una arquitecta”
amas?”, y yo te dije “sí” y te pedí que no buscaras
le dijo a Ana hace un par de semanas cuando vol-
explicación a lo dicho porque no la tenía.
vían de comer. Ella pidió un par de quesadillas de
Agustín escribía cuando le venía en gana, al menos
huitlacoche; él, chilaquiles verdes con pollo. El tema
eso podría pensar cualquier persona que se detu-
salió después de que Agustín se hubo gastado en
viera a observar su vida, y era cierto. Él afirma que
una librería de viejo que quedaba de paso, el último
Alonso
confabulario 65
billete. Ana no es que se disgustara, pero no tardó
—Perdón, Ana.
en señalarlo como un vicioso de los libros.
—Tienes un vicio con los libros –afirmaba tajante Ana.
Ambos se conocieron en el lugar menos pensado
para ellos. La geografía ejemplificaba la distancia
—No es un vicio.
que había entre la vida de uno y la del otro. Ana
—¿Entonces qué es?
vivía en otra ciudad. Ana tenía pareja. Ana no tenía
—Nunca lo entenderías, no te esfuerces.
nada qué ver con la literatura. Ana no leía. Ana to-
Ese día Agustín tuvo que esforzarse demás en
maba mucha agua. Ana era más bien vegetariana.
contentar a Ana después de finalizar el diálogo don-
Ana gustaba de seguir y practicar la tradición indí-
de ella se sintió agraviada.
gena. Ana planificaba y se preocupaba por el futuro.
—No me hables así. No me trates así. Trátame
bien. Ámame, ámame.
Ana no quería hijos –la única cosa en común entre
los dos–. Ana prefiere a los hombres con el cabello
Alberto Montero
66 El Búho
largo. Ana piensa que los noticieros lastiman, transforman la energía de la gente para mal. Ana asevera
—¿Cómo es posible que no alcances a leer los
subtítulos? –dijo Agustín.
que la historia precolombina es mentira, que nada
—No leo tan rápido.
de lo que se ha escrito e investigado acerca de la
Hubo una pausa. Agustín se dejó sobre los ojos
historia indígena es verdad: todo eso no era Agustín.
orientales de Ana, no pudo pensar más, sólo alcan-
Ana no lee, bueno, ya lo dije antes, pero Agustín
zó a decir una plegaria:
se dio cuenta de ello de inmediato, al conocerla en
—¿Te puedo volver a ver?
la banca de un cine. Agustín nunca iba al cine solo,
—No lo sé –contestó Ana al tiempo que parecía
ese día fue porque faltó la electricidad en casa y el
irse de él.
aburrimiento ya era absurdo; Ana, gustaba de ir al
cine sola cuando el mundo comenzaba a asfixiar-
Y de tanto en tanto, de conocernos lo suficiente
la, cuando sentía que a nadie le importaba lo que
puedo decir que lo nuestro es una serie de casuali-
pasara con ella, cuando buscaba un abrazo, una
dades consecutivas, de hechos aislados que en al-
caricia, un algo que la hiciera sentir menos sola,
gún punto van cobrando relevancia al irse uniendo
menos desdichada; quitarse el desespero enfermizo
de forma inesperada, sin forzar situaciones.
que se le clavaba en el pecho. Por eso le gustaban
Por fortuna para mí, supongo que para ella tam-
las películas románticas, para vivir las situaciones
bién, la naturalidad de la relación, que se gestó al
de los personajes, sentirse en un mundo de fantasía
inicio, ha continuado. Y me dice:
donde podía amar y ser amada, así, así de cursi y
—Soy tuya.
a la vez tan hermoso de origen. Allí se conocieron,
—Sí, lo sé. Si tú quieres esto no se terminará
cuando Ana se acercó a él para preguntarle alguna
cosa que él tuvo a bien contestarle de tal manera
nunca.
—No quiero que se termine –Ana lo abraza y
que entraron a la sala de cine juntos. Claro, al final
Agustín piensa que todo está hecho.
tuvo que contarle la mitad de la película que habían
No sé qué más seguirá después. Por ahora la inspi-
visto –una película romántica, francesa, de larga
ración se ha vaciado, no hay más. Tal vez en unas
duración, en la que el final fue de una intensidad
semanas pueda continuar escribiendo, para vivirme
obscena que te hace repensar si ha valido la pena
en Ana, para estar con Ana, para darme sentido gra-
perder 3 horas de vida– hacía apenas unos momen-
cias a Ana; y pensar que sí: la vida en verdad signi-
tos, pues no leía tan rápido Ana como para llegar a
fica una sola cosa.
leer en su totalidad los subtítulos.
confabulario 67
Alejandra Craules Bretón *
Dragonerías
Dragonerías es jugar a ser princesa
y terminar siendo el dragón
II
Te hiciste amigo del dragón
ahora tú eres él, él es tú
III
Dragón oculto
antifaz de caballero
en oscuridad cabalgas
negros ojos pelo negro
amar perfecto
Manos magia
boca magia
La luna no es suficiente
el sol ya no me importa
Te creí Dragón ahora no te veo
Ángel Boligán
68 El Búho
IV
Correr de nubes
Dragón de ojos claros
cristales bronceados de recuerdos
llegas a cazar a la princesa
Sólo cúpula del cielo
Dragón
cubre nuestros cuerpos
imágenes fijas sin pasado
Destilado del deseo
soplaste tu fuego
tu semen arbitrario
polvos mágicos que penetran mi piel
desfila por mi espalda
corrige la historia
Piel como la mía
El dragón salvó a la princesa
sabores de tu pasado
V
y de tu presente se mezclan
La lengua de dragón
despertando realidades inconclusas
Más apetecible que la del caballero
No te duermas, Dragón
Pero no hablo dragonés
mira que arriba el alba
¿Cómo decirle que lo deseo?
VI
VIII
Dicen que los dragones murieron
Trueno noche
por no saber cantar
llueven los sueños
en las noches frías
No pueden creer en ti, Dragón
crecen grietas en mi fe
Dragón carmesí
No es tan fácil
atrapar el amor en el aire
tienes que ser astuto cazador
Gana al viento
Llegaron prestas
palabras de borracho
al tiempo
llegaron frías
a la sin razón
y necias
VII
Tus besos
llegaron durmiendo
la vida del gorrión ciego
brisa sobre mis senos
Arma perfecta
Ojos manos dedos
palabras voz sin acento
Hidra que devora
cada célula de tus sueños
Secas esperanzas
confabulario 69
esperanzas rengas
se les gastó la pierna izquierda
Dame tus fantasías
cumple las mías
mira que aún son de niña
Desafinado canto
muere el lustro
cúmplelas y vuela
regresa a tu cueva
Cardiopatía
cardiopatía de ave
con el blanco rojo
Te lo digo
no hay porvenir para los dos
y el rojo muerto
Alborada
Sincronía
Amanecen tus ojos
Tu pupila derramada
yo los busco inconsciente
no sé por qué fantasías
aullido vespertino
La palabra de tu voz
adelanto de noches separadas
cenit quema fantasías
Luna acoplada
Fenece el primer canto
Luciérnagas aprendiendo a brillar
el ritmo sincronizado
viento en tus palabras
se desvanece
los de tu especie no cumplen promesas
en tu opacidad
Nacimos con los ojos distintos
Perderte de nuevo
nombre sencillo
absurda pesadilla
acento parecido
de vidas pasadas
Yo mujer
¿Cuál?
tú dragón
aprendiendo de tu lengua
¿Cómo?
¿Cuándo?
Tu aliento
retuercen sesos
fuego en mis senos
en oleicos celos
70 El Búho
Tengo miedo
Luna
miedo de acostumbrarme
llena de terrores
a la ausencia de tu boca
al vacío sin la desmesura de tus palabras
luna
de no irradiar
propio esplendor
Es cierto y lo sé
Deja ya luna
habrá otros albores
sueños de humanos
fantasmas de niños
Lunario bis
¡qué no te cansas de llorar!
La luna piensa
Besa mis labios luna
triste sola
no me dejes respirar
en canciones
El viento no demora
de su lado oscuro
tu tranquilidad
Philippe
confabulario 71
Luna niña
deja que mi niño espejo
te pueda por su lucero pronunciar
Plenilunio
Mis sueños
alborotados
exhaustos
esparcidos
se desploman sobre tu pecho
Con los miedos cerrados
suelo pensarte
mientras palpo tus besos
Asustada lloro
por los eclipses
en los que vivimos
en distintos cielos
La cordura
Fenece ante la plenitud
de tus labios
Labios que llenan mi vientre
entre sueño
deseo inminente
Dejé de confiar en el destino
me cansé de imprecarlo
Carlos Reyes
72 El Búho
complacidos
Novilunio
No sé ni intento explicar
por qué nos encontramos
cuando soy alborada
Conociste el cielo
tú eres alba
a media luna
Yo rondaba
Tiempo
buscando el fin de la galaxia
no hagas distinción
El viento
el viento nos hiere
lloró un nombre
en la misma vena
como recuerdo
de la noche láctea
El temor
dejó signos en tu cuerpo
delata en la mirada
no haber nacido
Las constelaciones
bajo el mismo menguante
nos miraron
acordaron nuestro encuentro
El gorrión no miente
apenas
cielo
sol
Los astros
luna
despiertan los sentidos
de sus intenciones
no nos dan cuenta
Tan sólo miran deslumbrados
El ojo de Dios
cómo saciamos el tiempo
cómplice nos guiña
siendo yo el eclipse
¿será otra de sus apuestas?
de cada luna de tu cuerpo
o tan sólo nos deja decidir
y juega
El escudo de aquiles
adivina
permite
ocasiona
Aquiles duerme
su mano derecha resguarda mi seno izquierdo
llovamos juntos
No puedo alcanzarlo en el sueño
solamente por esta luna llena
estoy frente a él
siento su piel
no puedo tocarlo a través del plasma
confabulario 73
Está cansado
para creerlo
ser héroe día a día no es tarea fácil
nunca había sentido mi cuerpo tan lejos
trabajar ocho horas y estudiar cuatro
ni la fe tan épicamente justiciera
y por supuesto el placentero cansancio
tan seducida por el amor
que sobreviene al orgasmo
de un hombre tan lejano como mi cuerpo
Quiero fumar
Cierro los ojos un momento
pero los semidioses no toleran la nicotina
despierto sobresaltada y es cierto
lucho contra mi cerebro que pide humo para
su mano aún protege mi seno
[meditar
Aquiles duerme
Sólo consigo aire ansioso
tiemblo con sólo verlo
que produce vértigo
Éxtasis
temo terminar en medio del Mediterráneo
parece una treta de mi mente
sin un rastro ni de él ni de un cigarro
no hay espacio para dudas
para morir tranquila
temo a lo desconocido
Las huellas de batallas caducas
temo a la felicidad
dejaron surcos al pie de la cama
Mil palpitaciones
El escudo se torna azulino
no puedo respirar
responde al nombre del mar
huyo de él
el va y ven de su voz
salgo a la calle
en cada confesión confusa
mi cabello corre por mi rostro
toma el aliento de mi razón
mi aura está ciega
Aquiles duerme
sólo su escudo cubre mi desnudez
acaricio su rostro de niño
el escudo de Aquiles es la distancia
recuerdo hace un rato
el tiempo
su cabello largo esparcido en la almohada
el desafío de la incertidumbre
mi boca traza desde su frente
el destino obstinadoabsurdobromistamacabro
el camino hacia su talón
Abro los ojos
no conozco su debilidad
no está su mano en mi seno
él dice que son mis senos
pero quién dice que lo no real no es cierto
Todo es ideal
después de todo la justicia poética me faculta puedo
un trago más de Smirnoff
derogar o crear nuevas leyes
74 El Búho
que convengan a mis fantasías
a enloquecer con sus labios
Soberbia relación
Aquiles duerme
la del héroe y la poeta
ojos zarcos cuerpo perfecto
la pasión basada en palabras
voz que cruza el océano
la esperanza enraizada en la quimera
para ser escuchada en visiones
Me da miedo no acostumbrarme a la reciprocidad
de dimensión profética
[es seguro
huiré día a día sin que él lo sepa
regresaré a diario de la misma manera
a besar su talón
Te amo Alejandra
Yo le creo
*Tomados del libro Laberintos y dragonerías de Alejandra
Craules Bretón. Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo. Pachuca, Hidalgo, 2010. 84 pp.
Edgar Mendoza
confabulario 75
Violeta Orozco
H
abía en ella algo así como un aura de inmortalidad
enrarecida, una fragilidad que apenas una brisa,
una brizna de polvo perturbara en su paz, espar-
ciendo destellos fragmentados a una ventana abierta que cedía
al abrazo de un mar tácito y
abismal; un manojo informe
de luz revolviéndose mudamente en su lava vestigial.
Y tal vez la luz tenía otro
color; tal vez la luz tenía una
nitidez hecha de suspiros atrapados en la vitrina, ardores
congelados en las ventanas
monumentales, en los vitrales de tu líquido palacio. Con
la tarde, el espacio creció, tal
vez, una pulgada, un diente
de león desgreñado. Y los cacGelsen Gas
76 El Búho
tus de tu cuarto florecían en aquella lujosa ari-
Y la luz tenía tal vez otro sabor, helado de
dez, en esa vibrante atmósfera de vigor aletar-
ámbar que al tocar el aura de la mañana se ale-
gado, en esa inmovilidad sacralizada.
brestaba, fundiéndose en doseles de aturdida
Y la luz tenía tal vez otro color, otro olor cu-
placidez, abriendo ondas en su estanque de fi-
ando la vi por vez primera. Tenía en ella rastros
jeza. La luz se adormilaba para después agi-
de agua y llanto y una aquiescencia sólida que
tarse, dejando detrás de ella estelas de estu-
asentaba el ánimo fluctuante. Como si algo fuera
por en las vetas de las sábanas, de las cortinas,
a nacer de esa pausa expectante, una suges-
de tus palabras. Y todo sonaba lejano, las di-
tión tenue de inestabilidad que algún día se
mensiones de lo cercano se agigantaban como
habría de materializar.
si la niñez se revirtiera de una sola mirada, y el
En tu casa no existía la muerte. Todo era orden y mesura y armonía. Nada irrumpía como
sol reposaba quieto en un rincón detrás de un
lienzo nacarado.
por asombro. El rostro de las amenazas que
Y la luz tenía, tal vez, un pabellón que
se pegaban a las paredes de tu pecera no se
la abrigaba. Tu casa era un asilo para la luz
advertía, las lapas que se pegaban a la parte
cansada, un reposo para el agua que la hacía
de afuera de tu santuario no llegaban a verter
pesada. Y cuando abriste el balcón para
su baba dentro de tu concha cristalina. Todo
que la luz retenida durante el día se saliera,
se quedaba afuera: la miseria, el desahucio, las
algo la detuvo en su flujo y todo el lujo de tu
muecas de lo sórdido y lo viejo no pesaban,
casa tuvo que condensarse para empujarla
no herían, no tenían realidad alguna. Tu casa
hacia afuera de golpe, como si fuera la piedra
era un estado de suspenso.
de una resortera. Y con la luz que se drenaba
Pude entrever en el brillo de tus ojos, esa
por las puertas y los tragaluces y las celosías y
misma luz de variable centelleo. Esa oscilación
las cúpulas y las claraboyas, nos quedamos de-
pendular y lánguida que dispensaba esplen-
siertos en un cuarto sin orillas, nadando entre
dores a los ecos y rincones. La consigna de lo
cordilleras hechas de sábanas y mantas pro-
tremebundo no tenía allí existencia. Todo era
longadas hasta el silencio. El centro del mundo
claro y simple y majestuoso. Todo era lúcido
estaba en el silencio. Y un alud de luz nació
y risueño y lleno de transparencias juguetonas.
de tus entrañas y se propagó como chispazo
En tus ojos, en tu casa, todo sosegaba. Blando,
hasta mi piel hecha de noche y capas de silen-
como blanco arco de bóveda peraltada, todo
cio. Y no podíamos tocarnos por más que nos
lo irradiaba.
buscamos. Hurgábamos desesperados el fondo
confabulario 77
de nuestra superficie, ahogándonos por salir a
luz hacia adentro de la tierra, el magma danza-
flote, rozando siempre el principio, la cáscara,
ba en el vientre del cráter, listo para demoler
la máscara que nos envolvía como una mem-
el rastro de toda luz minúscula y cantarina.
brana impermeable. Cada vez más rápido la
El cataclismo dormitaba en el silencio de la
luz se fue escapando de nuestro asidero, hasta
negrura, listo para restaurar el mundo que la
que la casa quedó vacía y el sueño desvaneció
sombra de la luz aniquiló.
la belleza y realidad de todos los objetos. La
casa se hizo pequeña y cayó como un guijarro
Y la luz tenía, tal vez, otro color. Y la luz
tenía en aquél entonces otro tiempo.
a un agujero de negrura y devastación. Años
Carlos Bazán
78 El Búho
El Emmanuel Carballo directo y sincero
El escritor y periodista de larga y fructífera carrera Héctor
Anaya entrevistó a Emmanuel Carballo el 23 de agosto de 2010,
cuando estaban vivos varios de los autores mencionados y
criticados por Emmanuel: Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco,
Gabriel García Márquez. La conversación en que se muestra
Carballo con toda la crudeza de un crítico iconoclasta, se
publicó en el capítulo Voces de la insolencia, del libro de Anaya,
El arte de insultar, aparecido en agosto de 2012. Carballo
nunca fue complaciente, pero en esta entrevista, como él
mismo subraya (“Yo nunca he dicho tantas cosas tan terribles,
como las que te cuento”) hace señalamientos contundentes,
que tal vez expliquen por qué tan pocos escritores hablaron
de Emmanuel a su muerte, a diferencia de los que se manifestaron ante el fallecimiento de García Márquez.
Tal vez esta entrevista permita conocer más profundamente a quien se consideró un verdadero francotirador y quizás el
último gran crítico literario que conoció el país, el supremo
juez de la República de las Letras, que en su opinión gozaba de
mejor salud que la real.
El Búho reproduce esta entrevista excepcional por considerarla un documento literario en México con pocos antecedentes y acaso con pocos seguidores. Pero ya es tiempo
que dejemos el tono complaciente o melifluo de la crítica
literaria y veamos a las celebridades, tal como fueron, y que
los medios de comunicación y el poder político han decidido
que son las mayores de la humanidad.
(Archivo coleccionable)
Héctor Anaya
partidario de la innovación, a escritores novicios que con
su permanencia en la vida literaria demostraron el buen
tino que tuvo al elegirlos. Pero también ejerció con rigor su
juicio literario, que en no pocas ocasiones sepultó afanes
de escribidores.
El Búho
Emmanuel Carballo: molesto,
pero necesario
V
oces de la insolencia ha habido muchas. Por
fortuna.
De quienes están vivos, seguramente la más clari-
dosa y fundamentada es la del reconocido iconoclasta,
Emmanuel Carballo (1929–
), que se asume francoti-
rador y disidente, y como crítico literario se autodefine
«molesto pero necesario».
Poeta y narrador en sus primeros años, se entregó
tempranamente al estudio y a la crítica literaria, que a
lo largo de su vida ha combinado con la edición, la promoción cultural, la docencia y el periodismo, tanto en
prensa, como en radio y televisión.
Perspicaz investigador, supo detectar talentos literarios a los que impulsó, promovió y editó, convencido
Emmanuel Carballo
para la memoria histórica En una larga entrevista se erigió en tribunal del magis-
–Yo me di cuenta de que era crítico en una calle de la
terio de la lectura, pues asegura que sólo le ha interesado
Guadalajara de mil novecientos, años treinta, en el siglo XX.
hablar de las mejores expresiones de los escritores nacio-
Estábamos mamá y yo en la ventana viendo pasar la
nales y extranjeros. Pero, ¿lo ha hecho con comedimiento
vida. Y en el balcón de enfrente salió una señora con su
o con insolencia?
hijo. Yo me le quedé viéndola y digo: «Paco, ¡qué feo eres!
–¿Te consideras una persona insolente? ¿Has sido insolente con alguien?
Te pareces a tu mamá». Y entonces se cerró la ventana de
los Ponce y se cerró la ventana de los Carballo. Y se acabó
–Con quien lo merece sí. Pero no me parece una inso-
una amistad simplemente por decir la verdad. Mi gran des-
lencia, sino una justificación y al mismo tiempo decirle:
gracia, era ésa. Me acuerdo que mi mamá me decía: «Hijito,
«Eres un tonto. Soy tu espejo. Te estoy diciendo cómo te veo
si tú no cambias te vas a parecer a Don Quintín, el amargo,
y te veo así. Eres una porquería».
pieza de algún autor español… creo que un sainete».
–¿Y se lo has dicho a alguien de frente o nada más por
escrito?
–Zarzuela o algo así…
–Yo cada semana ganaba un enemigo. ¿Por qué? Porque
Fernando Del Paso
II El Búho
decía lo que veía. Decía lo que veía en un libro. Si me gus-
verbalmente les decía lo que pensaba. A Ramón Rubín de
taba decía porqué. Que es una cosa que en México, no se
la Borbolla1 le dije, por ejemplo: «Hay que dedicarse a
dice. Yo lo digo y ya. «Bueno éste es un pendejo». Pero tenía
lanchero y no a escritor». Porque escribía sobre novelas
que demostrar que lo que estaba diciendo fuerte, estaba
del mar. Nao. Una botella arrojada al mar, o quién sabe
basado en razones, no solamente en lógicas, sino estilís-
cómo se llamaba…
ticas, estructurales, que tenían que ver con la Filosofía del
Lenguaje.
–¿Y no supusiste que te podrían devolver la pelota?
–Claro, claro, claro. Yo he sido… Yo he sido el eterno
postergado.
–Sí… Pero allí tenías mucho material. Hay muchos
escritores en Jalisco…
–Sí, pero escritores de segunda, de tercera categoría.
Yo he tratado de formar una aristocracia en la literatura
mexicana. De poner solamente lo mejor. Que lo tenemos.
–Pero te inhibiste de hacer creación literaria, ¿no?
Y no confundir lo excelente con lo mediano y con lo malo.
–Bueno. Lo que yo escribo es creación literaria. Una
Que los malos, se ocupen de los malos. Los críticos, que les
crítica bien hecha… es tan importante como un soneto de
pagan por escribir. O que quieren escalar puestos hacien-
Shakespeare.
do… elogios de su jefe.
–Pero me refiero a una ficción ¿no? Novela, cuento…
–Escribí, por ejemplo: Las memorias
Los escritores que conoció
–Y también escribiste los cuentos de Gran estorbo la
Una de las facetas de este crítico e historiador literario, es
esperanza.
su labor periodística, particularmente como entrevistador
–Escribí cuentos. Pero no era buen cuentista. Y, el
de grandes escritores, que plasmó en su libro Protagonistas
verdadero crítico empieza en su propia casa y en su propia
de la literatura mexicana, que a partir de 1965, cuando
persona. Si yo no era un buen cuentista como le exigía a los
apareció la primera edición, se ha mantenido como una
demás, y no podía dar textos que yo decía: «Hay que escribir
obra de consulta obligada y por tal motivo ha sido objeto
así». Me abstuve de molestar a la gente con mis obras. Y lo
de reediciones y de adecuaciones por parte del autor. En la
mismo hice con la poesía. Mi poesía era de 7.5 y yo exigía
edición original se ocupó de 20 escritores fundamentales
poesía de10 puntos. Y si no la podía escribir… la podía leer,
para entender las letras del siglo XX, de José Vasconcelos a
escrita por otras personas. Y, en mi crítica ser exigente. Si
Carlos Fuentes.
era exigente conmigo… tenía el derecho de ser exigente con
–¿A Mariano Azuela2, lo conociste?
los demás.
–Ayer di una Conferencia sobre la novela de la
–¿Pero no dejaste de escribir por pensar que te podrían
atacar también a ti?
–No, no. ¿A mí? ¡Ay!, mira… Estaría en un convento de
tartufos. A mí si no me atacan, el desayuno no me sabe: ni
Revolución. Y tomo como un ejemplo de la novela…
Dos grandes escritores: Azuela, la versión popular. ¿Por
qué se levantan los de abajo? Y Martín Luis Guzmán3…
¿Por qué se levantan los de arriba?
la avena me sabe a avena, ni los frijoles a frijoles. A aserrín
–A mí me parece mucho mejor prosista don Martín
me sabrían las comidas. ¡Hombre!
–Es el mejor prosista del siglo XX
–¿A quién empezaste a criticar?¿Recuerdas cuál fue tu
primera crítica un poco violenta, un poco amargosa, o algo
parecido?
–Yo empecé hablando de las gentes que tenía en mí
alrededor. Los escritores de Guadalajara… a los que…
–Pero Azuela es un poco lineal ¿no?
–Azuela es un escritor del siglo XIX, que le tocó vivir
en el siglo XX.
–Es un poco lineal, ¿no?
–Pues sí… Ahora, él no trató de ser más que eso. A
para la memoria histórica III
una gente le tienes que criticar lo que él quiso ser. No
Entonces, no lo voy a entrevistar, voy a entrevistar a
pedirle… peras al olmo. O que una gente sea Tolstoi y otra
sus libros. Por cada pregunta que le quiera hacer, me voy
Dostoievsky. Ya con que sean Pérez Galdós4, es suficiente.
a encontrar en sus libros la respuesta. Y cuando lo termine
–¿Quién, de los escritores que conociste, te causó la
primera admiración?
se lo traigo a ver qué le parece. Estaba emocionado». Pero
dice: «Aquí yo fui demasiado severo con este escritor. Yo
–Pues yo creo que con López Velarde5.
no quiero tener problemas con nadie». Y se corregía a sí
–¿López Velarde? Pero no lo conociste, el murió mucho
mismo para que no lo fueran a… atacar ¿no? Tenía miedo.
antes que tú nacieras.
Porque, hasta Jesús Arellano, en un cuartito que rentaba
–Él murió en 21, yo nací en 29.
en la colonia Bondojito, tenía un altar de Alfonso Reyes. Y
–¿Pero de los que conociste…?
don Alfonso sufría con los colofones de metáfora… con las
–Bueno… Por carta, mi primer entusiasmo, y sigue
bromas.
siendo un entusiasmo, sesenta años después, es Alfonso
–Con las mentáforas,
Reyes6. Si yo alguna influencia tengo en mi prosa de los
–¡Mentáforas! Sí, sí. Yo quiero. Estoy haciendo un tra-
últimos años –ya no es leer sus libros, sino recordar las
bajo sobre la injuria en literatura.
lecturas de sus libros–, es Alfonso Reyes. Sus obras com-
–¿Tú también?
pletas. No importa de qué habla... sino cómo habla de lo
–Haciendo un juego, en los ataques que nos cruzamos.
que habla. Habla de una naranja. Habla de este libro que
Metáfora y la Revista Mexicana de la Literatura. La litera-
está puesto sobre esta mesa. Y se ilumina la mesa y el libro
tura que propugnábamos hacer Carlos Fuentes y yo, con
por la manera cómo habla de las cosas. Ahora el gran pro-
la literatura nacionalista. Los polkos, nos decían, en lugar
blema de Reyes, es que realmente siempre habló del libro y
de combatir a la influencia norteamericana, nos íbamos a
la mesa. No de los grandes problemas humanos.
los centavos de la Rockefeller. Era la lucha entre el pasado y
–Eso le reprochó Borges
el presente que querías en el futuro. Sin embargo, Arellano
–La angustia, el deseo… El deseo de ayudar a tus
se atrevía a decirnos cosas. Y esto en el México de ahora,
semejantes, el terror a la muerte… a la enfermedad, al
ya no lo encuentras. Añoras que ya no haya Arellanos. Que
dolor, un miedo a todo eso.
haya viles personas, que sin dar su nombre, te hagan las
–Bueno, ya estaba muy lastimado por la muerte de su
padre.
maldades terribles contra tu vida, tu honra, tus trabajos.
Todo eso. ¡Es horrible!
–Eso te iba a decir… Ahora, El nueve de febrero… que
es un libro precioso. Decía: «Ese día murió mi padre y morí
La ruptura con Carlos Fuentes
yo», «Preguntadle a los hados de febrero porqué soy como
–¿Cómo van tus relaciones con Fuentes? ¿Se rompieron?
soy. Allí murió mi padre y allí morí yo, frente a Palacio
¿Terminaron? ¿Se apartaron, no?
Nacional». Y le preguntaba un reportero, no muy inteligen-
–Absolutamente. Están rotas… completamente, rotas*.
te: «¿Y de qué murió su papá, don Alfonso? …dicen que de
Pero sin embargo, hay cosas que cuando yo hablo en
ametralladora».
mis memorias de Fuentes, cuando tengo que decir cosas
–¿Cómo pueden llegar a entrevistar con tanta ignorancia? Pero bueno, sabemos que así hay muchos.
que no me gustan de Fuentes lo digo. Por ejemplo, en… las
cosas que andan publicando en la Revista de la Universidad.
–Fíjate una cosa. Cuando entrevisté a Alfonso Reyes, le
Carlos me atacó en la última novela suya. Que ya es la
dije: «Mire, don Alfonso, vamos haciendo una cosa. Yo creo
penúltima, parece conejo, pare cada tres meses una novela.
conocer su obra bastante bien.
Le pone a su personaje Lucha Zapata. Y Lucha Zapata era
IV El Búho
una mujer a la que yo quise mucho, Ya murió.
–¿Crees?
–¿Zapata Vela?
–Le dio cierta tranquilidad a México y muchas injus-
–Zapata Vela, exactamente. La famosa familia de
izquierda Zapata Vela, comunista.
ticias. Y luego se dedicaron a pelearse entre sí. Y a usar el
botín que la derecha les daba y seguían siendo la izquierda.
–Y me decía Carlos: «Emmanuel, ¿cómo puedes andar
Yo llegué a la izquierda, pero no por gentes mexicanas de mi
con Lucha, si es comunista»? «Carlos, es una mujer y me
generación… O de generaciones anteriores. Yo llegué por la
gusta mucho. Y para joderme, le pone a su personaje Lucha
Revolución del 17…
Zapata, duerme en un petate, y es una barrendera que
hace tortillas con la mano y no con tortilladora. Y le digo:
Escritores de izquierda y derecha
«Carlos, eres un hijo de la chingada. Tú puedes… así…,
–Pero, a Revueltas 12 , un escritor comunista, sí lo
poner las cosas de una persona, al convertirla en personaje,
apreciaste.
pero no puedes usar su nombre. Es una canallada lo que
–No como ideólogo. Sí, no me parecen los grandes
has hecho». Ella está muerta, su familia también. Ya nadie
escritores… de la línea de Dostoievsky. En mis memorias
se acuerda, solamente las gentes como tú.
–Y ¿cuál fue la razón de que se apartaran?
–Razones políticas.
–Porque tú eras más de izquierda.
–Absolutamente.
–Que apoyabas a Castro9, las luchas revolucionarias. En un principio Carlos también fue
de izquierda
–No, no. Fíjate. En un libro que escribió
Orso Arreola, el hijo de Juan José10, en sus
memorias, cuenta Juan José, cómo conoció
a Fuentes. Era de la ACJM11. Era un católico
absolutamente beligerante y… combatiente.
Y cuando entró a la literatura vio que ser de
derecha…
–No era buena recomendación.
–No era buen negocio. Que había que ser
de derecha, pero no decirlo. Practicarlo, pero a
oscuras. Y así es como hace su literatura. Fíjate
que yo nunca logré, que Carlos entendiera lo
que se estaba jugando en Cuba. Que era…
Pensábamos, entonces, que iba a ser el futuro
de América Latina. Y estábamos equivocados.
Carlos tuvo razón. El inmovilismo es mejor
que el movimiento, en política. El PRI vale más
que… que el PRD
Ángel Mauro
para la memoria histórica venía diciendo que es uno de los grandes escritores. Yo
no su ideología. Ahora, como ser político tengo mis amigos
le publiqué sus obras completas en Empresas Editoriales.
y mis enemigos. Y gentes que desprecio y gentes que amo.
Neus le publicó sus obras completas obra por obra en Era.
–¿Y con qué escritores de derecha o de izquierda has
Nunca logramos que fuera popular, que la gente lo leyera.
Sí a mí me parece extraordinariamente bueno, pero… Dios
en la Tierra. Ese cuento…
tenido más polémicas o conflictos?
–Pues mira polémica… Mira como una buena polémica… Yo estaba haciendo unas entrevistas con un poeta
–Es maravilloso. Sus cuentos son… estrujantes además.
español al que admiro mucho. Creo que es el mejor poeta
–Pero una cosa es el escritor y otra cosa es… Yo no
de la generación del 27 en España: Luis Cernuda14. Y estaba
estoy con las tonterías del Tolstoi de su última época
haciendo una serie de entrevistas. Entregué mi artículo. Fui
de salvar el alma del mundo, sino por La guerra y la paz, por
a tomar un café. Regresé a Novedades a corregir mi artículo.
la novela de la mujer adúltera que se echa a las vías de un
Y me encuentro en el cubículo, o en los cubículos de México
tren: Ana Karenina. Yo respeto a la gente de derecha, como
en la Cultura, borrachos: Jaime García Terrés (1924–1996),
François Mauriac13: me gustan mucho sus novelas, pero
Fernando Benítez y Carlos Fuentes, bailando… Le habían
Enrique Krauze
VI El Búho
echado alcohol, del que estaban bebiendo, a mis cuartillas.
–Entonces con Del Paso, tienes esta polémica.
Y gritaban: ¡Pinche, puto!, ¡Pinche, puto! ¡Pinche, puto! Y
–Otra con Gabriel Zaid (1934–
aquí lo cuento, tal como te lo estoy contando a ti. Perdí…
–¿También con él? ¿Por qué?
hoy pues Benítez, está muerto, García Terrés, está muerto
–Yo era… Trabajaba en el Fondo de Cultura Económica,
y Carlos Fuentes, está vivo15. Es la venganza, por ejemplo,
hacía La Gaceta, hacía un programa de televisión, un pro-
de Lucha Zapata. En fin. Pero yo lo vi hacer eso. Lo cuento
grama de radio.
).
en mi Diario público. Mi polémica con Fernando del Paso
–Y con Gabriel cuál fue el problema
(1935–
), aquí está. Cuando se trató de ponerle un ene-
–Entonces manda un libro de su autoría… Un primer
migo importante a Rulfo (Juan 1917–1986), se pensó en Del
libro de poemas. Yo hago el informe respectivo: «Este señor
Paso. Y Orfila (Arnaldo (1897–1997), creyó que iba a ser el
hace muy bien sus versos. Es un repostero de primera.
gran escritor, y su primera novela no funcionó.
Su harina, sus huevos, su royal, todo es perfecto. Lo único
–José Trigo, ¿no?
que le hace falta es la gracia del verdadero chef. Y si ese
–José Trigo. Y yo dije que, pues José Trigo, no era una
chef sin la habilidad suprema que te dan los dioses, se te…
buena novela, es una novela del montón. Lástima de tanto
Metes al horno tu producto y se te cae en lugar de subir».
Joyce (James 1882–1941) y tanta novela si no había talento
Y eso le pasa a Gabriel Zaid. Sabe hacer un pastel y le falta
en la persona que lo hacía. Y yo era jurado de Bellas Artes,
la gracia para sazonarlo. Siempre será un erudito que hace
para el premio Rómulo Gallegos. Leí las novelas de los últi-
poemas y no un poeta que hace obras maestras. Mandó a
mos años. No vi ninguna novela que valiera la pena. Hice
sus achichincles que me atacaran. Le contesté y luego…
una carta en que México se abstenía de concurrir a Caracas,
–¿Y te contestó?
al premio Rómulo Gallegos, porque no había ninguna nove-
–Pues sí. Siempre mandaba a sus peones de brega.
la… que mereciera representarlo.
Matador. Tenía que matar y su espada no tenía filo. No
–¿No fuiste muy drástico con eso?
mataba al toro. Y ahora, han pasado por esta... Salió en
–Fui muy drástico porque decía la verdad. Lo que falta
Sábado, el suplemento de Huberto Batís (1934–
).
en México es ser drástico. Decir las cosas con huevos, pero
–Sí, que andaba siempre, amarrando navajas, ¿no?
al mismo tiempo con cerebro. Saber leer, saber escribir y
–Para que la gente hable. Ahora nadie habla. Toda la
tener la presencia de decir lo que piensas en público. María
gente te chinga, pero en tus trabajos. Te levanta falsos tes-
del Carmen Millán (1914–1982) era la otra, el otro jurado,
timonios. Ya te contaré las cosas que me pasan a mí que…
Sergio Fernández, no podía ser, porque él había publicado
Y, entonces, él (Zaid) habló con Orfila. La nota de Carballo la
una novela. Y el ingenuo de Sergio pensaba que podía ser
leí, pero no la tomé en cuenta y publico este libro. Perfecto,
premio Rómulo Gallegos, que entonces era importante. Y
pero usted, Orfila, cometió un error. No actuó como un
a Fernando del Paso lo habían endiosado tanto… Querían
verdadero director de una editorial. Sino un hombre
ponerle a Rulfo un contrapeso. Y entre Rulfo y Del Paso, era
que le conviene publicar a un autor que es importante…
como comparar a Spota con Thomas Mann (1875–1955). No
pero que no vale la pena. Y yo tenía razón, de eso hace
hay absolutamente punto de contacto. No son de la misma
cuarenta años. Él es ensayista, no es poeta.
familia.
–Y tuviste problemas con Del Paso…
–Bueno. Pues no problemas. Entonces escribió, defendiéndose, y yo le contesté. Y fue un atorón… Y esa polémica está desde el principio hasta el final en este libro.
–¿Te disgustaste con Orfila también por eso?
–Bueno, hay razones y razón. Las razones se las dejo
al lector... Y la razón es… que yo era un hijo de la chingada.
No respetaba a nadie.
–También con Benítez, tuviste problemas, ¿verdad?
para la memoria histórica VII
Porque no te dejaba decir todo lo que querías decir al prin-
tra las leyes mexicanas. Es una potencia extranjera. Y no
cipio ¿no?
debemos aceptar medallas sin pedir permiso al Senado.
–Cuando llegué de Guadalajara, recién llegado con
O sea, que hasta legalmente está mal hecha la Academia.
la beca Rockefeller… «Premio Mexicano de Escritores»…
Después le quitaron ya lo de Real Academia. Es la Academia
Llegué diciendo todo lo que pensaba. De toda la gente…
Española de la Lengua. Quitaron lo de la Real. Seguíamos
Yo nunca he atacado tontos, sino a la gente importante,
siendo súbditos, doscientos años después. Y ellos son
¿no? Si un crítico se dedica a hablar de gente más tonta que
súbditos de España. Y hablamos de libertad ¿Cuál libertad
él, es difícil encontrarla.
literaria si dependemos de Madrid?
–Tienes que atacar a la gente que vale la pena. Y con la
que quieres convivir y vivir. Tú quieres ser una de ellas.
–Pero tú siempre has dicho que la República de las
Letras goza de mayor salud que la República Política.
–Pues sí, pero imagínate cómo estará la República de
Los conflictos con Paz
Carne y Hueso frente a la de Papel y Tinta.
–¿Con Octavio Paz cómo te llevaste?
–Escribí que el Laberinto de la Soledad era un libro
Los inteligentes de México
reaccionario. Era un libro que en lugar de ayudar a los
La conversación toma otro sesgo. Emmanuel abre un nuevo
mexicanos a dejar atrás sus complejos, se los aumenta-
ramal, a partir de la admiración por la inteligencia y rinde
ba. Que les explicaba toda una serie de cosas, pero no
homenaje a un hombre que si en principio luchó a favor
completamente. –Sí, ustedes tienen este mal, pero decir
de la independencia de México, participó también en el
vamos… cómo superamos ese mal, es lo que no supieron
movimiento separatista de Yucatán y apoyó la separación
ver ni Samuel Ramos (1897–1959) ni Octavio Paz. Y tenemos
de Texas, por lo que el Estado le canceló la condición de
complejo de inferioridad. Pero ahora, carajo, si no lo tuvié-
mexicano al considerar que había traicionado al país.
ramos, no tendríamos ni eso. Es nuestra única… el sarapito
que nos cobijamos cuando hace frío en el mundo.
–Sergio Magaña (1924–1990) decía que no tenemos
complejo de inferioridad, sino que somos inferiores…
– Yo creo que el mejor pensador, el hombre más inteligente de México en el siglo XIX fue Lorenzo de Zavala
(1788–1836). Y este señor sirvió a Yucatán, primero, después fue… quiso ser separatista. Sirvió a España, fue dipu-
–Ahora, atacar es muy fácil. Hay que construir. Es decir,
tado a Cortes. Sirvió a México. Zavala, es el hombre más
la literatura mexicana no es la francesa, no es la alemana…
inteligente de México. Como escritor, El viaje a los Estados
No es ni siquiera la española que es quizá la más floja de
Unidos es notable, su periodismo es magnífico. Un hombre
Europa. Aquí, una gente que no tiene talento puede llegar
de inteligencia, atroz.
a ser una luminaria. La Academia de la Lengua está llena
–Y en el siglo XX, ¿quién podría ser el equivalente de
de gente que firma con dedo… Porque no saben escribir.
ese hombre más inteligente? ¿A quién encontrarías con una
No han hecho una obra que valga la pena. No conocen la
capacidad semejante…?
gramática. Sobre todo tienen una riña permanente con el
talento.
–A ti jamás te llamarán para la Academia.
–No y me han propuesto. Salvador Elizondo (1932–
–Pues yo creo que sería en… pienso en varios, que
entre todos harían uno. Mira, pondría a Octavio Paz, pondría a Vasconcelos.
–Hasta cierta edad… A Vasconcelos
2006) me propuso… y obviamente me rechazaron.
–Sí, a Vasconcelos, en cierto momento y además, como
Oye, yo nunca hice la menor… al contrario. En general
Ministro de Educación Pública. Y en el siglo XX, hace un
las Academias son… la cosa irreal en la Academia, va con-
modelo educacional, que todavía, a principios del siglo
VIII El Búho
XXI, si se pusiera en práctica, saldríamos de los dominios
exploró también en la larga charla con el autor la literatura
de la Profesora y seríamos un país… Cada vez estamos más
y la ideología de Gabriel García Márquez (1927–
bajo, más bajo, más bajo, mundialmente, en la educación.
Nobel de Literatura en 1982:
), Premio
Bueno… Yo metería a Paz, a Vasconcelos, quizá al histo-
–Cuando Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez,
riador Francisco Bulnes (1847–1924). Ah y algo de Samuel
estaban en Mundo Nuevo, este… uruguayo Emir Rodríguez
Ramos, Jorge Cuesta (1903–1942)…
Monegal (1921–1985)… era la derecha. Cuando se dio cuen-
–No has incluido a ninguna persona de izquierda. O son
del centro o son de derecha…
–Pues mira Arnoldo Martínez Verdugo (1925–
ta Gabo, de que por ahí no… entró a Prensa Latina como
reportero… Nunca quiso ir a la Habana, nunca quiso meter-
), a
se a la Casa de la cultura, a la Casa de las Américas, porque
quien yo estimo mucho en lo personal, no dejó nada escri-
no quería comprometerse. Ahora cuando vio la posibilidad,
to. Adecentó, por dentro al Partido Comunista, lo adaptó
ya siendo famoso, de tener un amigo de talla internacional
al 20 Congreso… Valentín Campa (1904–1999), hombres
que pudiera abrirle caminos, que podría hacerle cancha en
que entregaron su tiempo, estuvieron en prisión,
sus familias comían una vez al día… Yo los admiro, Héctor. El único partido, mientras existía el
Partido Comunista, al que yo nunca pertenecí
pero sí admiré, es el Partido Comunista… Yo fui
Director de Difusión Cultural en la Universidad de
Puebla, en la época en la que estábamos en contra
del Estado de Puebla. Y en contra del gobierno
mexicano. Íbamos cada semana a llevar un muertito al panteón, cantando La Internacional y las
consignas más terribles. Yo hice una labor muy
interesante… Antes de lo del 68, o no, después
del 68. Sí, sí… Y coincide un poco cuando yo
conozco a Beatriz. Iba por mí a Puebla los viernes y nos… Yo estaba de lunes a jueves hacía
Diógenes, que era más de izquierda, jugaba el
juego de la democracia que publicaba en la extrema... Yo jugaba con puros grupos: los Tupamaros,
los Sandinistas, los Cubanos… Más de izquierda…
yo podría ser… Ah, también, cuando era miembro
de la revista Casa de las Américas de la Habana, la
mejor revista de izquierda que hay en el mundo.
Cuba y García Márquez
En su revisión de los escritores que ha conocido,
Emmanuel Carballo, quien está consciente de que
su oficio «se presta más a la censura que al elogio»,
Ángel Mauro
para la memoria histórica IX
otros predios, empieza sus viajes a Cuba y lo tratan como
–Pues sí, pero entonces tenía 20 años. Si todos eran
un pachá de derecha y no como un luchador de izquierda.
de determinada manera, él quería… y fue muy hábil. Era
No hizo nada por Cuba. Cuba hizo por él. Lo ayudó a que
un publicista de sí mismo notable. Esa cosa gruesa, gua-
fuera famoso ahora sí como grandísimo escritor. Yo leí,
yabera tan desagradable, tan cursi. Él la usó y la usó con
en originales Cien años de Soledad. Él me llevaba todos
dignidad: fue a Estocolmo a recibir su premio en guayabera.
los sábados lo que había escrito en la semana para que lo
La primera vez que una guayabera no estaba reñida con el
leyera y le devolvía lo que había hecho la semana anterior.
talento… Pobres yucatecos.
Y le decía «Lo que tú escribiste es perfecto. Difícilmente los
hombres pueden llegar a tal perfección»
–¿Y tú no crees que sea necesario para un escritor
hacerse ese tipo… de publicidad?
–¿Es el escritor del siglo XX al que más admiras?
–Yo he hecho al revés. Toda la gente me conoce. ¿Por
–No, no… En su momento sí. Pero ya hay muchos muy
buenos. Ya después, posteriormente… En sus memorias,
qué? Porque he sido un iconoclasta 24 horas y tiempos
extra.
en el bogotazo, donde está Fidel Castro a quien no conoce,
–Pero además has aprovechado todos los medios ¿no?
tratando de cambiar la faz de América Latina, él rompe la
–He usado todos los medios: la radio, la televisión. Tú
vitrina de una tienda que vende artículos de lujo para caba-
me has ayudado en eso. Y una cosa que es la mejor manera
lleros y se roba un smoking. Fue lo que hizo en el bogota-
de llamar la atención. Decir la verdad. Sin pudor, pero con
zo… Asqueroso. Verdaderamente lamentable
razones
–¿Quién hizo eso? ¿García Márquez?
–¿Te arrepientes alguna vez de haber hecho calificación?
–Gabo. García Márquez. Claro. Sí, sí, en el bogotazo
–Bueno, me he equivocado, me he equivocado. Por
–¿Pues no que no le gusta el smoking? Recibió el premio
Nobel vestido de otra manera.
supuesto
–Pero… ¿has corregido? ¿Le has dicho a la persona
a la que criticaste mal que te habías
equivocado?
–No. Pero bueno, yo no tengo por
qué decir: «Me equivoqué». Me lo digo
a mí mismo. Con eso basta y sobra. Y
si puedo, en otro texto digo: me equivoqué por esto, y por esto y por esto,
más bien no supe entender.
Con las mujeres escritoras
–¿Has sido, más insolente con los
hombres que con las mujeres?
–Bueno, insolente no he sido…
He tenido momentos de insolencia.
Sobre todo cuando eres joven. Te
sientes guapo, que tienes éxito con
las mujeres, que la gente te conoce.
Te vuelves un poco insolente. Pero,
José Emilio Pacheco
El Búho
afortunadamente, verdad, la Naturaleza se cobra y tú eres la
le dio la materia prima para que fuera una mujer desencan-
primera víctima: te vuelves viejo, calvo, sin dientes, panzón,
tada. El desencanto la llevó a la poesía. Y a la gran poesía.
artrítico, diabético. Y ya, todo eso.
Sin Ricardo hubiera sido una poetisa de tercer orden
–Pero el veneno… el veneno no te falta.
–Yo creo que el desencanto empezó cuando se enamo-
–No. El veneno… algo me quedó. Ahora ya soy un…
ró de Wilberto Cantón (1923–1979).
humilde venenoso de tercera categoría, y antes fui de
primera.
–La perseguían puras cositas chiquitas, como Tito
Monterroso (1921– 2003), como... Yo fui compañero de
–Una cobra en reposo.
estudios de beca en el Centro Mexicano de Escritores.
–Eso, una cobra en reposo.
Platicar con ella era como jugar «ping pong». Una malicia…
–Bueno. Pero me refería a tu trato con las mujeres escri-
tuya, y te contestaba otra. Igual o mayor. En cinco meses,
toras. Con la gente de la cultura, que también has tenido que
al carajo. Esto no conduce más que a la desviación de los
comentar. ¿Cómo las has tratado…? ¿Has tenido especiales
demás y de ti mismo. Pero, la inteligencia debe aplicarse
consideraciones?
a cosas positivas y que valga la pena. Pero en ese tipo,
–Yo fui descubridor de Elena Garro (1920–1998)... de
Inés Arredondo (1928–1989), de Beatriz Espejo (1939–
esos torneos en que verbigracia. Rosario estaría en unos
),
primeros lugares. Y femeninamente, yo no he conocido una
de Elena Poniatowska. Yo creo que mi única equivocación
mujer con un talento para ese tipo de cosas como Rosario
fue Elena Poniatowska.
Castellanos.
–¿A Rosario Castellanos (1925–1974) cómo la trataste?
–Yo conversé mucho con ella. Nunca fue mi maestra,
–Bien, incluso fuimos compañeros de generación.
formal, pero sí lo fue en la vida. Porque conversaba mucho
En mis Protagonistas de la literatura mexicana digo que es
con ella. A mí me llamaba mucho la atención la perfección
una buena poetisa de segunda fila. Y como novelista es muy
con la que hablaba.
mala. Oficio de Tinieblas y todo eso, son novelas indigenis-
–Rosario era 4 años mayor que yo. Y cuando yo llegué
tas, de consigna. La literatura no es consigna, es exposición
a México, ella era 20 años superior en cultura, en mundo,
de un universo. Y que el lector saque sus consecuencias. No
en toda una serie de cosas. Ha sufrido mucho. Los hombres
se las estás dictando desde la primera línea
fueron ingratos con ella.
–¿Qué escribiste de Rosario en relación con su trabajo?
–La entrevisto en mis Protagonistas… pero pues sin
–Para comenzar su familia. Su familia fue terrible con
ella.
mucho entusiasmo. Que dé sus puntos de vista. Me gusta
–Me hizo recordar, Rosario, una frase que es ésta: la
mucho un poema suyo, “Lamentación de Dido”. Es extraor-
definición de poetisa: «Poetisa es una mujer fea que se hace
dinariamente buen poema, perdurará hoy y mañana y
el amor a sí misma en verso.» No es mía esa frase. Es de un
pasado mañana, entre los grandes poemas de la literatura
escritor español, muy importante, cuyo nombre por razones
mexicana.
obvias, no cito… Es buena frase y se aplica a muchas…
–Sobre todo porque se anticipó y resultó autobiográfico
¿no? En la entrevista ella te lo declara.
–Muy misógina.
–Como era en el siglo XIX… Cuando en 53 yo llegué a
–Lo hizo autobiográficamente. Otro libro suyo que me
México, la única escritora con la que podías hablar, era ella,
gusta mucho. Que no sé si debieran publicarse: sus Cartas
una mujer muy culta, muy inteligente. Ahora, ser muy inteli-
a Ricardo Guerra. Que es un poco la “Lamentación de Dido”
gente no quiere decir que sea buena escritora. Hay mujeres
en prosa. Ricardo (Guerra 1927–2007) le hizo la vida… Pero
que no son muy inteligentes y hombres que no son muy
para la memoria histórica XI
inteligentes y homosexuales que no son muy inteligentes,
incultos. Entonces le pasó eso a Carlos. Ya no escribía para
que hacen obras maestras. Y gentes muy talentosas que
los lectores inteligentes. Para sus trescientos y algunos
fracasan en la novela, en la poesía, en el ensayo. Y en todos
más…
los demás géneros literarios.
–En los homenajes se estuvo hablando acerca de que
–La cultura tampoco te da esa pasión creativa, ¿verdad?
Monsiváis se había interesado en el pueblo, que escribía
–Y hay quienes son incultos, solemnemente incultos,
para el pueblo. Y yo creo que no. Yo creo que escribía… para
y son grandísimos escritores. Y al revés: gente muy, muy
que ciertos intelectuales supieran que se interesaba por el
culta que cuando escriben sus cultismos los llevan a la
pueblo
pedantería…
–Él era el pueblo. Yo cuando conocí a la mamá de
Monsiváis me hablaba todos los días, una o dos veces
Salvador Novo, Monsiváis
diarias, hablando pestes de Carlos. Pero por cariño, no,
–No hay muchos Góngoras, ¿verdad?
no porque lo odiara, sino por ese cariño que le ves errores
–Ni Quevedos.
a tu hijo. Porque lo quieres mucho y te da pena y dices: «Yo
–¿Tú crees que aquí haya habido un Quevedo? ¿Cómo
amo a mi hijo». Le ves defectos, para que digan: «No señora
consideras tú a Salvador Novo, que era el maestro de la
está usted equivocada, su hijo…» No, Carlos Monsiváis tuvo
invectiva?
un arranque de caballo de aquí a Londres. Llegó a la meta
–Bueno pasa por la línea de Quevedo... por la sátira
como burro.
aguda que tiene. Yo le publiqué en Empresas Editoriales…
toda la prosa. Bueno, yo estuve un poco…
–Sí, sí. Yo tengo ese libro. Claro que sí.
José Emilio Pacheco
–¿De José Emilio (1939–
), qué piensas?
–Mis entrevistas que agregué a mis Protagonistas… las
–También es otro descubrimiento mío. Él me hizo la
más grandes son con Salvador Novo. Le publiqué sus notas
Poesía del siglo XIX. Nunca se atrevió a hacer la autobio-
en los periódicos. La vida en México por periodos presiden-
grafía. Yo digo que tuvo miedo de ver qué traía adentro.
ciales: Cárdenas, Ávila Camacho, Alemán. Mi admiración
Fíjate que José Emilio nunca hablaba de sí. Se ha retratado
por Novo era… más grande antes que ahora. Se repetía
en algún personaje. Batallas en el desierto. Es un poco su
mucho. Era un Monsiváis, con talento.
infancia. Está medio enamorado de la mamá de un com-
–¿Cómo te llevaste con Monsiváis?
pañero. Fue la única infidelidad en… Que no podía ena-
–Bueno, yo lo descubrí… Yo le publiqué La antología
morarse de una mujer casada. El pecado más grande que
de la poesía mexicana en Empresas Editoriales. … Tardaba
ha cometido. La falta de erotismo, la falta de compromiso.
cuatro o cinco años, se quedó como con 70 libros míos. Le
Nunca ha sido un apóstol tratando cuestiones religiosas.
publiqué su autobiografía que era muy buena. El primer
Nunca ha cometido errores sexuales de enamorarse de una
Monsiváis es excelente. A Monsiváis lo que lo pierde es la
mujer equivocada. De una mujer mejor que la que tienes
fama… y tener un público. Buscar un público. Entonces
y que te da lo que tú necesitas y no te da nadie. Y su poe-
escribía para ese público y ya sabía cómo divertir a ese
sía… Es un filósofo que hace versitos. Es como las cosas de
público. Ahora tú le escribes a un público, especial, con
Selecciones, que ponen abajo de los artículos, pensamien-
tus características morfológicas, sexuales, intelectuales,
tos de los grandes hombres… dichos en pequeñas píldoras
entonces no piensas en todo el público, sino en un sector
–Sabiduría en pocas palabras
muy reducido. Y cada vez Monsiváis escribía para sus admi-
–Pero es una gente muy talentosa… Le tuvo miedo
radores. Y sus admiradores son realmente tontos, pedantes,
a la vida y a sí mismo… Que ahora, como escritor, yo no
XII El Búho
conozco a nadie en México, que tenga tanta cultura, tanta
saber cómo poder encerrarlo en su jaula». Y así, pasó. Díaz
capacidad personal para escribir.
tuvo razón, conocía. Un hombre rico que nos quiere… que
–Y de investigación.
quiere que los pobres sigan tomando Madero XXXXX, y no
–Bueno, todo. Como periodista en Proceso…
alguna bebida de otra marca. Pues ese es Madero, un señor
–Yo recuerdo que nos leía a todos. Siempre sabía lo que
muy bien intencionado, pero las buenas intenciones en
acababa de escribir, y así escribiera yo en un periódico poco
conocido, en una revista. A mí me sorprendía: Bueno, ¿cuándo tienes tiempo de leernos a todos?
política no cuentan sino los resultados.
En la larga conversación sostenida en su casa de
Cuajimalpa, de la cual Carballo es su cronista, se extiende
–Mira, yo como talento en México. De gentes que yo
con su facundia característica sobre cualquier tema. Y hay
haya descubierto, es el más talentoso. Ahora, qué carajos
que resistirse a la seducción sirenaica de sus palabras y
ha hecho con su talento. Cosas inferiores a lo que pensá-
taparse los oídos con la cera del motivo de la entrevista.
bamos que iba a ser José Emilio. Han sido muy aplaudidas,
pero van a ser muy pronto olvidadas. ¿Por qué? Porque no
Luis Spota
hay vida adentro. No hay una visión del mundo, de hom-
–Tú tuviste fricciones muy fuertes con Luis Spota, ¿verdad?
bres, de sí mismo. De sus horrores internos. De tus errores
–Bueno, no fricciones. Puedes tener fricciones con
personales. Políticos… Nunca se ha metido a la política.
gentes de tu misma altura. Yo, decía lo que pensaba de él.
Se va a la cargada, a la que firman los escritores. ¡Yanquis
Ahora, por otro lado, desde el punto de vista puramente
go home!, Díaz Ordaz. Nunca estuvo en
Tlatelolco, como estuve yo, como estuvieron muchas gentes. Estamos vivos, porque
tuvimos suerte. Pero nos la jugamos. Le faltó
jugársela. Afrontar. Como si fuera un toro
bravo, agarrar la brida por los cuernos. Tuvo
miedo, es decir, ¡pastelero!, volviendo a los
pasteles
–Bueno, López Velarde también tuvo
miedo de entrar a la lucha armada.
–No, no, no.
–Aunque fue maderista. Fue maderista,
lo defendió como su abogado y con Pedro
Antonio de los Santos (1854 –1913), hizo el
Plan de San Luis.
–Pero Madero, era como el liberalismo del siglo XIX en pleno siglo XX. Es una
figura anacrónica la figura de Madero. La
Revolución empieza más tarde, con Lázaro
Cárdenas, con Calles, con Obregón. Madero
era un pobre… Panchito. Porfirio Díaz: «Mira
Panchito, vas a despertar al tigre y no vas a
Carlos Monsiváis
para la memoria histórica XIII
de talento personal, si Spota no hubiera sido tan pillo, si
ética, ¿sabes? La ética, pensaba que era un pastelillo que
no hubiera querido triunfar tan rápido. Que los medios,
vendían en Sanborn’s. Es una cosa que se nace con ella, o
el box, que esto, lo otro, el más allá. Spota tenía dotes de
sea, ya no se aprenden. Es como decían: «Ese no es Spota,
ser un excelente novelista y él mismo se rompió las piernas
es Sputa». Como cuando decía Novo de su mamá.
para no hacerlo, aliándose a las causas innobles. Por ejem-
–Pero, Spota era un buen contador de historias.
plo… Esa cosa de Tlatelolco, que hizo…
–Ah, pero excelente, excelente.
–¿La plaza?
–Ahora… ¿Eso es suficiente para ser buen escritor?
–Es de las novelas más infectas que se han escrito en
–Si tú te pones a estudiar. Y tienes una moral. Sabes
México. Pagado por todos lados. Si Spota hubiera tenido
qué es el papel que vas a representar. Y escoges tu público.
Y tratas de ayudar a tu público. No a divertirte de la manera más fácil, sino agarrar
la parte de arriba y buscar que tu lector
se eleve a sí mismo al leer tus obras. Si
en lugar de hacerte tres puñetas, te hacías
cuatro, después de haber leído El paraíso.
Era una cosa… Políticamente le decías
«Eh, eso es una porquería. Váyase a que le
paguen más». Y no hay moral, hay lana. Si
Spota hubiera sido un hombre éticamente
decente, hubiera sido un excelente escritor,
no lo fue. Blanco Moheno (1920–2001), era
otro caso parecido. Quiso ser un Bulnes y
terminó siendo un mamarracho.
–¿Pero basta la Pasión?
–No, claro que no. pero no, ¿pero la
pasión?
–Que fue el caso de Blanco Moheno,
por ejemplo.
–Ah, es una isla… La isla de la pasión.
La pasión es una isla.
–Ésa es otra obra
–Por un momento que estás afuera
de ti mismo. Y crees que lo azul es rosa y lo
rosa es azul. Pero las pasiones pasan muy
pronto
–Casi el paraíso es una obra muy lineal.
Cuenta muchas cosas, pero no usa recursos
literarios.
–Y es muy inculto. Yo me acuerdo que
XIV El Búho
Juan Román del Prado
Eduardo Villaseñor (1886–1978), uno de los fundadores
El trato con Krauze y con Paz
del Fondo de Cultura Económica, mandó una carta a La
Con Emmanuel es fácil divagar. La entrevista comenzó tem-
Gaceta cuando publicamos la obra para aclarar: “En Sicilia
prano, con un convite de café y galletas, el crítico en traje
no hay caza mayor”. Y unos personajes de Luis Spota, se
de casa, cómodamente instalado para escribir y escribir,
van de cacería cuando esos animales no existen, en el lugar
la historia de la literatura, sus memorias, sus simpatías y
a donde van a cazar. Se tiene que tener cultura, le faltaba
diferencias, en honor de su admirado Alfonso Reyes, pero
cultura y honradez. Era muy inculto. Era cultura de perio-
hay que volver a la razón de querer conversar con un icono-
dista de la época. De Denegri (Carlos, 1910–1970) y Barrios
clasta, el «francotirador» de las letras, como se ha definido:
Gómez (Agustín 1925–1999). Si hubiera sido más decente,
su trato con escritores.
pudo ser un excelente escritor. Tuvo algunos problemas, de
novias: Elda Peralta (1932– ), que lo defiende y lo defiende.
–Tus relaciones con Octavio Paz, nada más las insinuaste, ¿pero qué hubo con él,
Y bueno, las regalías le tocaban a ella. Nunca le dio el título
–Bueno, primero, es mi maestro. Después, hicimos la
de esposa, sino de amante preferida, pero le dejó sus obras.
revista Mexicana de literatura. Carlos Fuentes y yo éramos
Que cada vez recibe menos. Yo digo que: «De tomar caviar
los socios. Por «walkie talkie» le consultábamos todo a
a tomar frijoles».
Octavio y hacíamos lo que Octavio decía. Fíjate qué decen-
–Alguna una vez tú hiciste una mención de Spota delante de su hija. Tú eras maestro de su hija.
tes fuimos Fuentes y yo. Enrique Krauze, empezó a ser,
primero el malvado… Una de las gentes más malvadas de
–Sí. En la Ibero… Una señora salía, se iba llorando.
cuello duro que yo conozco es Enrique Krauze. Primero
Era la hija de Spota. Así pienso yo de su papá. Que llore más
convenció a Paz de que era talentoso, después, se apoderó
y le diga al papá ¿por qué eres tan pillo? Ojalá que la niña
de la revista, luego, decía ¿quién es el heredero de Paz?
le hubiera dicho a su padre. Lo hubiera salvado a él y a la
Fuentes. Recuerdo que la única vez que yo he platicado
literatura mexicana. Y no lo hizo la malvada muchacha.
con Krauze, me invitó a comer. Fui. Ya trabajaba con Paz y
En ti, esas cosas no corresponden a tu imagen de hombre
era de sus hombres de confianza, después lo traicionaría. Él
que… no define la sensiblería.
sería el Judas de Octavio Paz.
–Pero ¿sabes qué pasó? Que le llevó la queja a su papá. Y
–¿Pero ya lo traicionó?
Spota me contó. Porque yo colaboraba en el Suplemento cul-
–Lo traicionó, pero ya te contaré por qué lo traicionó.
tural del Heraldo. Entonces, me dijo que, para eso él era…
–Me invitó a comer a un restaurante para que le habla-
el Jefe de la Comisión de Box. Le voy a mandar a Emmanuel
ra mal de Carlos Fuentes. ¿Qué pensaba Fuentes? ¿Cuáles
Carballo uno de los gorilitas que tengo para que lo busquen
eran sus intenciones? Si realmente admiraba a Paz Y todo
en la calle y le hagan un pleito. No sé si lo hizo.
apuntaba contra Paz. Yo, como nunca he hablado mal de
–No, no lo hizo, afortunadamente. Pero yo hubiera
seguido pensado lo mismo, es decir, que ese señor iba a
aprovechar su puesto para mandar un gorilita… y darme
en la madre.
Fuentes, ni de Paz. Hasta Artemio Cruz, Carlos me parecía
un excelente escritor.
–¿A pesar de los modelos que según se ha dicho ha
tomado siempre?
–No lo hizo, me aseguras, pero ya el hecho de que lo
–Bueno, bueno, el que no tiene buenos modelos, es un
pensara… a mí me hizo sentir mal con él. Porque era un
pinche escritor. El que tiene buenos modelos aunque sean
pensamiento gangsteril, totalmente. Cómo voy a mandar
unos pillos es un gran escritor. En ese sentido… Tú pue-
a alguien... Oye, en todo caso vengo y te reclamo: «¿Por
qué eres majadero y ofendes a mi hija?»
des tomar influencias de un pillo…pero no puedes ser un
pillo.
para la memoria histórica XV
–Pero si superas al que estás tomando de modelo,
bueno. Pero si no lo superas…
«–Las que usted quiera, maestro». Todas las abyecciones de
la mala literatura, por escrito u oralmente, las hacía Krauze
–Bueno, sí claro
con Paz. Y ahora, él manda al maestro al diablo…, saca su
–Los papeles de Aspern es mejor que Aura. Y está toma-
propia revista para ser la gran figura. Es la gran figura de la
do de allí.
derecha. Cómo andará la derecha en México...
–¿Quién carajos no tiene su genealogía? Como decía…
no recuerdo quién… creo que Villaurrutia, la frase decía:
Los arrepentidos de la izquierda
«Hay que tomar y fusilarte a un artista, leer a un autor, apro-
–Bueno, hay muchas figuras de la derecha
vechar a ese autor y después matarlo para ser tú el único
–Bueno… Pero ¿quiénes?
que se queda con esa herencia»
–Aguilar Camín.
–Bueno, Octavio Paz lo dijo: «El plagio se justifica con
–¿De la derecha?
la muerte del plagiado», idea que a su vez tomó de Diderot
–¿Dónde lo ubicarías?
(Denis 1713–1784) y ciertamente la mejor.
–En la pillería. Todo el dinero de Nexos y todo eso, se
–Déjame contarte algo que no le he contado a nadie…
Yo creo que esto que estamos haciendo, aparte de ser una
los dio Salinas (de Gortari). Le hizo la revista, la editorial.
Esas… son abyectas todas estas gentes
entrevista. Yo nunca he dicho tantas cosas tan terribles,
–Aguilar Camín venía de la izquierda
como las que te cuento.
–Venía de la izquierda, y muchas de las gentes venían
–Te la voy a pasar para tu libro
de la izquierda. La mayor parte. Como la izquierda no tiene
–Sólo una gente inteligente cómo tú puede hacer que
el dinero, se van a la derecha. Además el mundo se hace a
una gente hable de cosas que valen la pena, desde un
la derecha. Cada día, ya ser de izquierda es para que estés
punto de vista de uno de los protagonistas de la literatura
en una jaula, en un zoológico porque es una especie a
mexicana
punto de extinguirse. Somos unos cuantos que no nos han
–Gracias, querido protagonista. ¿Qué es lo que ibas a
decir?
–Ah pues entonces te decía lo de Krauze. Entonces,
apuntaba a toda la gente que conocía a Fuentes. Yo no
cazado para llevarnos a Chapultepec. Dicen ¿dónde vives?
Yo no voy a decir: «En la calle de Salazar, sino en la jaula
número 4, a la izquierda en Chapultepec». Soy una joya de
esos señores extinguidos, o en vía de extinción.
le dije nada contra Fuentes, yo lo que tengo que decir lo
–¿Y te arrepientes de haber sido de izquierda?
escribo. Logró que Octavio Paz repudiara a Carlos Fuentes.
–Ah, no, al contrario.
Se apoderó de Octavio Paz. Vuelta. Muere Octavio Paz y
–¿De tus amores juveniles?
en lugar de seguir con la revista que hacía le paga, usu-
–No, mira, todavía… Leo el Reforma para ver qué
rariamente como un judío, a Marie-Jo, la viuda de Paz, las
piensa la derecha. Leo el País, para saber qué pasa en
acciones de Octavio Paz. Mata la revista que tenía la firma
México, tienes que leer el País. Y entonces dije: «Bueno,
y la fama de Octavio Paz y hace su propia revista en la que
me falta algo». Me regalaban Excélsior, gratis. Dije: «Ya no
no se habla de Octavio Paz, o de pasada. El importante
me lo manden señores». Yo escribí en Excélsior en la época
es él y se hizo una gran figura, es un héroe con pies de
buena y éramos buenos escritores. No me lo manden. Dije:
barro. Es un sinvergüenza a base de toda esa serie de ma…
«Necesito algo…» Me suscribí a Proceso. Ayer llegó el primer
Bueno, no mató a Paz, fue amable. Y empezó hablando de
número. Y del Proceso de Julio Scherer (1926– ), al Proceso
Paz. Ahora no sale una sola mención de Octavio Paz en la
de ahora… Es como: de Thomas Mann a Luis Spota.
revista. Antes: «Maestro, esto, lo otro», «–¿Qué horas son?»
Verdaderamente es vergonzoso el Proceso, ¿verdad? Bueno,
XVI El Búho
apenas he leído un número. Pero era vergonzoso. Una cosa
y esto, es un gran escritor, es un gran poeta, deslumbrante
de Sor Juana, con una falta de información. Atacando a Paz,
ensayista, pero es un reaccionario redomado y le voy a
los sorjuanistas de derecha. Defendiendo al arzobispo que
demostrar por qué. Y pongo todas las pruebas… Está en
hizo que esta mujer vendiera su biblioteca, dejara de escri-
los Protagonistas de la Literatura Mexicana. Ahora, Octavio
bir, sus cosas de física, de música, todo eso. Proceso… real-
Paz en uno de sus libros habla: «Mi polémica con Emmanuel
mente podía estar de acuerdo, en desacuerdo, porque hacía
Carballo», y pone lo que él dice y no lo que yo digo. Es como
pensar. Te daba una visión coherente del mundo desde el
el epistolario con Tomás Segovia (1927–2011), pone las car-
punto de vista de la izquierda. Ahora lees Proceso y dices:
tas de Octavio Paz, no pone las cartas de Tomás Segovia.
«Carajo, con razón la izquierda ya no existe. Esta revista es
–Así lo hizo también con la polémica con Monsiváis,
para subdesarrollados». Es para decirles: «Señores les rega-
–Eso es una… cochinada. Yo junto lo que decía Octavio
lo los mil quinientos pesos que costó la suscripción, pero
Paz y lo que digo yo. Y lo apabullo realmente, yo tenía
por favor, ya no me la manden».
la razón y él estaba equivocado. Ahora, es un libro que se
ha vendido, se sigue vendiendo y quizá en el futuro sea un
Octavio Paz: conflicto y admiración
referente del México de los años cin…, cuarenta y nueve.
–Bueno. Has rehuido la pregunta que te hice acerca de tus
–Cincuenta.
relaciones con Octavio Paz. Los conflictos que has tenido.
–Sí, cincuenta. Yo tengo la primera edición de Cuadernos
–Lo he puesto por escrito en mis libros
Americanos, que hacía don Jesús Silva Herzog. Y tengo la
–Pero yo no estoy entrevistando a tus libros. Dímelo,
del Fondo de Cultura Económica, la reciente… Ya no hay
dímelo de viva voz, por favor.
mexicano de clase media, media, y baja que no haya leído
–Bueno… Te conté que le preguntábamos todo lo que
El laberinto de la soledad.
hacíamos Fuentes y yo. Ahora, yo como gente de izquierda,
–Lo piden en las escuelas.
empecé a hablar de muchas cosas. Y me di cuenta, por
–Sí, puede ser.
ejemplo, que el Laberinto de la Soledad,
era un libro encantador. Pero si tú leías un
poco más atrás, era un libro, desde el punto
de vista de la izquierda, que no correspondía realmente al México que queríamos
construir, que estábamos haciendo… Sino
que servía al México que había que sepultar
y no en el Panteón de Dolores, sino en cualquier osamentario de Tlaxcala o del estado
de Hidalgo. Entonces, Paz me contestó,
hablándome, perdonándome la vida. No, yo
volví a escribir. Todo esto era en México en
la Cultura de Novedades, el mejor periódico
de México, en ese momento.
–Cuando lo hacía Benítez.
–Entonces yo escribo como 10 cuartillas en que digo: Octavio Paz, es esto, y esto,
Luis Spota
para la memoria histórica XVII
–Además el capítulo elegido es el de Los hijos de la
–No, pues Emmanuel Carballo… Pues, mira. Yo soy una
Malinche, tal vez por el atractivo de las groserías. ¿Y que
figura… Hay una frase que ha corrido con suerte: «Soy una
más con Octavio Paz? Porque creo que fue una figura fun-
figura molesta, pero necesaria» Y es cierto… Yo me definí…
damental, ¿no?
Hice la crítica con una manera de ver el mundo, con dig-
–Oye, yo nunca he dejado de admirar a Paz. No he
nidad moral y con sapiencia y con amor a la literatura. Si
estado de acuerdo con Paz. Pero la imagen de Paz… Yo soñé
me leían sabían lo que pensaba porque estaba bien escrito.
cuando era niño, ser como Alfonso Reyes, y si no podía, ser
Estaba bien pensado y tenía muchos huevos. Ésa es la sín-
como Octavio Paz… Como Luis Spota, si fracasaba total-
tesis de Emmanuel Carballo.
mente, mi ídolo sería Luis Spota.
–¿Hay alguien que tome tu estafeta?
–¿Y Emmanuel Carballo en qué nivel quedó? ¿Entre
quiénes o más arriba de quién?
–Bueno, yo digo que ya, que después de veinticinco
años, la crítica, deja de ser crítica y se convierte en algo
tan inútil como la ballena que está en la biblioteca José Vasconcelos. Ya es obsoleto como un
Zeppelín. Yo digo que yo soy un Zeppelín. Y ya
llegó la gente joven. Por eso me retiré. Yo ya no
escribo con mi estética caduca. Cómo voy a hablar
de los jóvenes si ya no los entiendo. ¿Por qué voy
a hablar de lo que no entiendo? Guardas silencio.
Dejas de hacer una vida activa y te dedicas a hacer
tus memorias: Y yo fui, yo hice, pero nada más.
–Alguna vez, así lo declaró, María Elvira
Bermúdez (1916–1988), que fue una crítica, quien
también decía que ya no escribía de los escritores
jóvenes porque no los entendía. Es lo que pasa,
¿no? Necesariamente dejamos de entender…
–Estoy totalmente de acuerdo. Ahora, hay
que hacerlo. Ahora cuando ves gentes que llegan
a los noventa años y siguen hablando del libro
que salió hace seis semanas. Entonces te cuenta
la historia de un libro, pero no te habla si el libro
es bueno o es malo. Piensan que, contándote la
historia, ya criticaron un libro, y no. ¿Pero, crítica?
No hay crítica en México. Yo quizá fui el último
crítico mexicano.
Jaime Torres Bodet
–Torres Bodet (1902–1974), tampoco fue una persona de tu consideración, de tu amistad ¿no? Lo
criticaste mucho.
Juan Alarcón
XVIII El Búho
–Cuando yo dirigí Empresas Editoriales, de Martín Luis
él supo hacer las cosas muy bien. Pero no de una manera
Guzmán y Rafael Jiménez Siles (1900-1991), hicimos, pues
distinta a la que se hacían entonces. Él era un borrego
muchas cosas, ya te he contado algunas de ellas. Una colec-
más de esa manada. No empezó a hablar de los chivos. No
ción Un mexicano y su obra. Yo tardé en hacer su libro tres
fue chivo ni fue otra cosa. Fue un epígono de una manera
años, pasaba dos tardes a la semana en Lomas Virreyes,
de ser y de vivir. Ahora, no se hizo rico. Se casó con una
con don Jaime, platicando con él. Yo… lo admiro mucho.
mujer… [Decían que era homosexual. Yo creo que ni era
No es Alfonso Reyes, pero casi, se le parece en muchos
homosexual, ni era heterosexual, no le interesaba el «sexo
sentidos. Y digo en algún lado, que en los dos, tres años,
me da risa», como decía una señora novelista mexicana,
que tardé en hacer el libro, nunca me ofreció… una taza
Magdalena Mondragón (1913–1989), que a ella sí le gustaba
de café. Es que me veía como una máquina, pero digo, no
el sexo.
solamente me veía a mí, él se veía a sí mismo como una
–Hay gente asexual.
máquina puesta al servicio de los demás. Como Secretario
–Y yo creo que era un ser asexuado. Sí. Yo creo que
de Educación Pública, como director de la UNESCO, entregó
por ahí andaba la cosa. Pero pues muy respetable. Es
su vida a los demás y cuando vio que ya no podía hacerlo,
otra manera de ser, tan respetable como ser homosexual,
se pegó un tiro con una enorme complicada enfermedad,
que una mujer que le gusten las mujeres, a un hombre que
que ya no la aguantaba por el dolor inmenso que sentía.
le gusta que se la mamen, o que… o sencillamente, no tener
Yo llegué a admirar a Torres Bodet. Ahora, yo no quisiera
sexo. Es… todo… En cuestiones de sexo el que más sabe
ser… Si yo hubiera sido como don Jaime, no sé qué hubiera
es un pobre borreguero, que se la sabe de todas, todas,
hecho, pero no me hubiera dedicado a la literatura, sería
que se acuesta con sus borregas… Quizá sea el mejor sexo
marinero… Sería alpinista. Viviría en Suecia, con el frío en
que haya. Ya que todo es comprensible… y nada es repro-
los huesos. Pero… llegué con el tiempo a admirarlo. Una
bable. Yo aplaudo todas las posiciones, todas las opciones
gente que dedicó su vida: primero a la literatura y después
y a todas las gentes que practican el sexo como quieran
a México. Y, después al mundo, en la UNESCO. Yo creo que
y a la hora que quieran. En mi amplia moral que te dan
en el servicio público, después de Vasconcelos, el otro gran
los muchos años, una cosa que repruebo es que un padre
mexicano, ha sido Torres Bodet. Me leí toda su obra, y real-
se acueste con su… que viole a su hija. Todavía el hermano
mente escribe muy bien. Su Balzac, es un precioso breviario
a la hermana, yo creo que es más comprensible. Un hijo
del Fondo de Cultura Económica; Tolstoi, que es muy bueno;
con su mamá, pues también me parece eróticamente muy
su Pérez Galdós, es muy bueno. Su crítica pictórica es muy
bonito. Pero un hijo… un papá que viole a su hijo, si ya
buena. Sus sonetos a la muerte de su madre, son excelentes
realmente no tiene absolutamente ningún… asidero.
sonetos. Sus prospectos… sus noveletas, que hizo cuando
los Contemporáneos estaban en el poder. Pues era lo que se
–Te va a excomulgar Juan Sandoval Íñiguez (1933–
),
cuando lea esto ¿eh?
hacía en España y en Francia. Benjamín Jarnés (1888–1949)
–Pues lo publicas, me gustaría. Porque le quedan dos
en español. No tuvo poder creador para inventar una nueva
años de cardenal 16. Tienes que publicar pronto esta entre-
manera de escribir. Pero dentro de la que escogió lo hizo
vista, porque si no ya cuando…
admirablemente bien. Allí yo corrijo mis juicios inexpertos
–Ya se va a jubilar. Ya no llegó a Papa.
de la juventud, con esta cosa que te digo.
–Ahora, atacar al pobre de Sandoval Íñiguez, quién
–Pero alguna vez expresaste que él tenía más biografía
que vida…
–Pues lo sigo diciendo. Es lo que te estoy diciendo. Que
carajos no lo hace bien, pues todos lo haríamos muy bien.
Es una presa fácil, hasta con los ojos cerrados le atinas en
el corazón, en los campos de tiro.
para la memoria histórica XIX
– Tu amistad con Elena Garro, ¿no te distanció de
Octavio Paz?
Mi madre, es del mismo pueblo que su primera esposa,
Sara Sánchez. Y me acuerdo de una cosa, el papá de Sara
–No. Bueno. Yo defendí… Yo, yo me peleé muchas
Sánchez, la esposa de Arreola, se llamaba Juan Sánchez y
veces con Elena. Yo iba mucho a las tertulias que hacía
era un hombre que llegó a tener cierto dinero en los pue-
Octavio Paz en su casa. Cuando apenas era Subsecretario
blos del sur de Jalisco. Y cuando yo comía y no agarraba
de Organismos Internacionales en Relaciones, y la señora
bien los cubiertos me decía mi mamá: «Pareces hijo de Juan
de la casa, Elena Garro, cuando llegábamos todos los de la
Sánchez». Y Arreola fue esposo de una hija de Juan Sánchez.
generación de la Revista Mexicana de Literatura, y la gente
Imagínate, qué equivocado estaba, él que estaba destinado
importante de ese momento. Quien hablaba, quien se lucía,
a camas principescas.
quien nos seducía, era Elena, Octavio era un insecto y la
otra, una especie superior, Elena se volvía hermosa, era de
–Sí. Y a gustos de sommellier, también. Porque era muy
buen bebedor...
una inteligencia que Paz parecía su acólito y el sumo sacer-
–Y sabía comer muy bien. Tenía muy buena idea para
dote. Ahora, Paz sufrió mucho con Elena. Yo no sé cómo la
muchas cosas. Pero ahora, la más auténtica de sus cosas es
aguantó, le hizo… era una loca Elena Garro. Ahora, entre
La feria e “Hizo el bien mientras vivió”, que fue su primer
más loco eres, en algunos casos, produces mejor literatura.
cuento impresionista. En mis entrevistas con Arreola… hay
Octavio Paz ayudó tanto a Elena Garro: la puso en teatro en
una cosa muy bonita. Me cuenta un cuento que le gustaría
Poesía en voz alta, salvó una novela que tenía arrumbada
hacer. Años después escribe ese cuento, y es mejor cuando
en un mueble viejo, Los recuerdos del porvenir, se la lleva a
me lo contó que cuando lo escribió. Arreola tenía un don
Joaquín Mortiz, y es personaje del que se burla Elena Garro
del lenguaje que yo no se lo he visto a nadie. Y mira que
en todas sus obras,
escribí para el público más de cincuenta años. Y entrevisté
–Y además lo engaña con Bioy Casares (1914–1999)…
a la gente más notable de este país. Y un talento verbal…
–Acabo de oír un programa de Radio Educación… creo
Como… gente que conversa.
que era Radio Educación. Sobre Elena Garro. Yo participé
–Una teatralización de su vida también. Él fue actor.
diciendo, hablando críticamente de Elena y lo que te estoy
–Fue un actor que no tuvo… que se realizó hablando
diciendo. Y presentan una carta que le escribe Bioy Casares
por televisión y escribiendo. Algunos textos de Arreola, sir-
a Elena Garro. Una carta de amor tan maravillosa que es
ven… cuando la ciencia la convierte en tecnología y hace
para justificar esa infidelidad de Elena Garro. Con esa pin-
Baby H. P. y El hombre que tiene el maniquí, que ahora ya
che carta, si eres mujer le das la nalga a cualquier persona.
existen. Ya te venden maniquíes… en las tiendas. Arreola
Una carta de amor… ¡Ah! Te quedas con la boca abierta.
inventó eso. Bueno, no lo inventó, pero fue uno de los pre-
Ahora, a Octavio el sexo le interesaba, pero no tanto. Le
cursores en este país de algo que hoy ya no es literatura,
interesaba más la poesía, el conocimiento, la fama y escalar
es realidad.
derecho al Everest, que fue el premio Nobel. También muy
merecido, por otra parte. Pero, pues sí… Yo creo que era
El trato con escritores insolentes
más dada al sexo Elena que Octavio.
–Oye, tú trataste con unos insolentes. ¿Cómo te fue con
–¿Y Arreola? Arreola, sí era muy erótico
ellos? Un tal José Agustín (1944–
–Era muy erótico, pero era más verbal que real.
Saldaña (1944–1982), Gustavo Sainz (1940–
–Pero tuvo muchos amoríos.
), Parménides García
) y otros...
–Pues, mira… empiezo con Parménides. Ah, Parménides
–Pues sí. Sí, bueno, la gente se enamoraba de él fácil-
cuando llega a mí, es un muchacho. Su padre era car-
mente. Realmente era fascinante. Yo traté mucho a Arreola.
denista, hombre de izquierda, marxólogo, y al pobre de
XX El Búho
Parménides lo puso a estudiar marxismo y llegó haciendo
–Sí, fue muy bien recibido por gente joven.
realismo socialista. Entonces entre Elena Poniatowska y
–Pues que bueno, me da mucho gusto saberlo. Yo
yo, hicimos que abandonara semejante cosa. Que entrara
pensaba que era una antigualla más: los editores ya no lo
a la Universidad a estudiar Letras, en lugar de Economía.
publican.
Le presté libros, algunos no me los regresó, pero los supo
aprovechar muy bien para hacer su primer libro de cuentos.
–A estos jóvenes de la Escuela de Escritores, les gustó
su apasionamiento.
Fui su editor. Le prestaba dinero. Cuando no tenía dinero
–Fíjate, una de las cosas que le ayudó mucho a
me visitaba: «Carballo, maestro, ábrame, necesito dinero,
Parménides fue morir literariamente. Como Margarita
deme mis regalías». Me rompía vidrios para que saliera. Era
Gautier, murió como debía morir, de tuberculosis.
insoportable, insolente. O su papá venía: «Oiga
ayúdeme a salvar a Parménides, anda mal».
«Pues señor, la culpa es suya, no lo supo educar. Yo soy solamente su editor. No lo puedo
enseñar a escribir. Él sabe escribir a su modo.
Y es lo que a mí me interesa, cómo escribe su
hijo, no que yo le diga cómo debe escribir».
Se ve que no lo educó. Y qué bueno que no
lo educó a su manera troglodita de izquierda.
Lo dejó vivir. Ahora, este hombre, su mejor
literatura es su propia vida. Es extraordinaria.
Él vivió su literatura.
–Sí. Y también murió su literatura
–Cómo muere. En un departamento, llegaba borracho, cruzado. Su padre ya no podía
aguantarlo. Le daba primero mensualidades,
al final le rentó un departamento en Polanco,
en la azotea, un cuarto de servicio, llegó cruzado, cerró la puerta. El invierno fue muy frío
y murió de pulmonía. Y tres días después lo
encontraron. Yo le publiqué Pasto verde, pues
toda su obra importante. Y no me arrepiento.
Creo que es uno de mis descubrimientos…
Ahora, es literatura para una época. Yo creo
que hoy leer a Parménides es un error, aunque
en los años sesenta y setenta era una obligación. Y así es la literatura.
–Yo les leí textos de Parménides a mis
alumnos
–¿Y todavía les gusta?
Oswaldo Sagástegui
para la memoria histórica XXI
Parménides murió de borrachera cruzado con la droga. De
veces han tratado de matar a Cervantes. Y a Shakespeare.
vivir esperando la muerte todos los días. Por fin llegó La
Las reglas de las tres unidades. Shakespeare no las usa…
Muerte para llevárselo. Y fue coherente.
es un mal comediógrafo. Y viene después una genera-
–Como escribió Elías Nandino, su epitafio, que nunca
ción diciendo: «El gran escritor… de teatro es William
supe si lo pusieron o no: «A mí no me mató la muerte, a mí
Shakespeare». A Cervantes. Y Cervantes es una monserga.
me mató la vida».
Hay mucha adoctrinación, muchas recetas de todo. Cómo
–A mí De perfil, me parece una buena novela. Ahora, la
volví a leer… muchos años después, y ya no me gustó. Es
hacer esto, cómo hacer lo otro, cómo hacer aquello. Es una
literatura didáctica. Luego vienen otras gentes
que la literatura envejece, son como las modas de Christian
–Y es excesiva, también. Yo creo que sí es excesiva
Dior y de Hugo Boss y de fulanito de tal.
–Y a mí, Cervantes nunca ha sido… Yo prefiero
–¿Y por qué muchas obras no envejecen?
a Quevedo. Yo lo leí como todas las gentes, pero…
–Pues porque son genios. Son genios, pero cuántas
Honradamente, no soy un Cervantista, ni soy un lector
XXII El Búho
Héctor Aguilar Camín
agradecido. Me gustaban más sus pequeñas obras. Ahora,
lo leí y dije esto está raro. Me leí una novela suya. Como
por supuesto que es importante El Quijote. Pero, no es den-
diálogos. Sin guión al principio. Cambia completamente.
tro de mis gustos, un referente.
No sabes dónde sucede, quiénes están hablando, dónde
empezaron y adónde van a terminar. Es absolutamente una
Un clásico reciente
novedad, ¿verdad?
–Acabo de releer. Por unas clases que doy de Lecturas de
–Una experimentación constante…
los clásicos… a Albert Camus (1913–1960), con La peste.
–A los 60 años es muy interesante eso, ¿eh?
Les conté a los alumnos cómo se relaciona esto con lo que
–No, ya tiene más. Ya tiene más años, nació en 1940.
vivimos hace un año con la influenza.
–Si yo tengo 80, él tiene 70. Que terrible. Sí yo soy viejo,
–Muy buena comparación.
las gentes que yo descubrí cuando eran jóvenes… ya son
–Esa actualidad que tiene La peste con la Influenza.
maduros o están empezando a dejar de ser maduros para
Tiene vida. Es vigente.
–Sí, hay mucha... Se puede entender… mejor La peste,
después de haber pasado por la influenza.
La conversación fluye de la literatura a la política,
ser viejos.
–Has mencionado pero no has abundado en tu relación
con ella, ni cómo la has tratado ni cómo la tratas ahora:
Elena Poniatowska.
de la salud pública a la manipulación gobiernista para
–No, es… mira, yo… pues mira… Elena Poniatowska,
plantear falsas disyuntivas entre la salud y la libertad. Con
duele porque… Yo hice una Antología del cuento que casi
Emmanuel se puede hablar de todo, pero hay que regresar
nadie conoce, que publicó Libro Mex
al tema de la insolencia.
Costa Amic. Uno que empezaba con Carlos Fuentes y ter-
Editores que era
–Oye, pero a Agustín lo siguen leyendo los jóvenes.
minaba con los más jóvenes. Es muy interesante porque
–Pues sí, pero lo que te decía, no te lo acabé de contar.
en lugar de las notas biográficas de los antólogos, yo les
A mí me gustó mucho la novela anterior.
pedí a los autores que dijeran… que me contestaran dos
–La tumba.
preguntas: ¿Por qué escribo? y ¿Para quién escribo? Y entre
–La tumba. Cómo de un escritor que todavía está apren-
ellas estaba Elena Poniatowska. Tengo en mis archivos
diendo a escribir. Que hace cosas que un escritor hecho y
de correspondencia, muchas cartas de Elena Poniatowska.
derecho no hace. Pero eso es bonito en la literatura de los
Yo la conocí cuando tuvo su relación amorosa con…
jóvenes. Un libro que no acabó de ser bueno. Pero que si
Arreola. Y es curioso, el chico que nació de esa unión,
tú sabes lo que es la literatura, ves dónde está el acierto
que sus padres no querían que naciera y tuvo los ovarios
y dónde está el defecto. Y dices: «¡Carajo! Este muchacho hay
suficientes para que el niño llegara; vivía en Roma, donde
que seguirlo y hay que ayudarlo. Tiene talento». Me gustó
la mandaron sus padres. Me escribía y me mandó las
De perfil. Lo… metí mucho a la onda de la buena literatura.
respuestas para esa Antología. Es una variedad de cosas,
Me gusta, pero yo creí que iba a ser más José Agustín, que
empieza con Fuentes y termina con… Está la Poniatowska
iba a hacer obras mejores. Fíjate que Sáinz, a quien también
ahí…, antes de Lilus Kikus. Hablé muy bien de Lilus Kikus
yo ayudé mucho. Lo invité a hacer su Autobiografía. Con
era una buena periodista. Ahora, muchas gentes malévolas,
esa ida a Estados Unidos, ha evolucionado de tal manera
trataron de hacer un ícono de la izquierda cuando esta niña
que ya no lo entiendes. Ahora, si no lo entiendo yo, sí lo
no ha leído… no digamos a Marx, ni a Engels, no ha leído
entienden los jóvenes. Y quizá esté totalmente en la cúspide
a esa señora que publicaba Siglo XXI, ¿Cómo ser comunista
de la ola y lo que él está haciendo técnicamente en la novela
en 24 lecciones?
sea moneda corriente dentro de cuatro o cinco años… Yo
–Marta Haenecker
para la memoria histórica XXIII
–…que se vendió muchísimo. Marta Harnecker, cierto.
Quiso ser la papisa de la izquierda. Tener doble personali-
–¿Y no hay dos Poniatowskas? Una, antes de Arreola. Y
otra sin Arreola
dad: en la calle eres una y en tu casa eres otra. Yo quiero que
–Muy bien. Ahora mira entramos a la cosa del escritor
la gente en su casa y en la calle sea la misma. Que no pueda
ayudante. El escritor que no da su nombre y que ayuda
engañar a los demás, que no se engañé a sí misma.
mucho a hacer una obra. Esto es feo, desagradable. Se
–¿Pero literariamente?
dice… por ejemplo, Hasta no verte Jesús mío, se puede leer
–Literariamente no existe. Hay dos Elenas: una para la
hasta cierta página con cierto estilo Y termina con otro
gente inteligente y se escribe sin H, Elena Garro. Hay otra
estilo. O sea que hay dos autores en ese libro. Ahora, para
que se escribe con H y su apellido no es español, es para la
mí es el mejor libro de la Poniatowska. Muy lindo libro. Un
gente ignorante.
excelente libro… la Jesusa Palancares de ese libro me parece
una gente de primera como Los hijos de Sánchez de Oscar
Lewis, son libros de la misma familia.
–Claro.
–Por ejemplo, la de Demetrio Vallejo que después hace
novela y sale un tren en la portada. Y era una entrevista
que tenía. Y la hace novela, es una novela mal urdida, mal
hecha, mal estructurada, mal escrita, para lectores, peores
que los de Spota. Spota tenía el don nato del escritor. La
Poniatowska, pues es una buena muchacha, con buenas
intenciones… Nunca ha hecho nada malo, literariamente.
Ha ayudado a que el mundo sea mejor. Ahora, el mundo
es mejor no con las novelas sino con las ideas y con las
elecciones en los países democráticos y esas cosas.
Notas:
1 Ramón Rubín de la Borbolla (1912–1999),
2 Mariano Azuela (1873–1952),
3 Martín Luis Guzmán (1887–1976)
4 Benito Pérez Galdós (1843–1920),
5 Ramón López Velarde (1888-1921)
6 Alfonso Reyes (1889-1959)
7 Jesús Arellano (1919-1979), poeta y periodista jalisciense
8 La entrevista se efectuó el 23 de agosto de 2010. Fuentes murió
en 2012.
9 Fidel Castro (1926– )
10 Juan José Arreola (1918–2001)
11 Asociación Cristiana de Jóvenes Mexicanos
12 José Revueltas (1889–1959)
13 François Mauriac (1885–1970)
14 Luis Cernuda (1902–1963)
15 La entrevista se efectuó el 23 de agosto de 2010. Fuentes murió
en 2012.
16 La entrevista se efectuó el 23 de agosto de 2010. Sandoval dejó
de ser cardenal en 2012.
*Anaya, Héctor. El arte de insultar. Promociones y proyectos
Culturales XXI S.A. de C.V. 1ª edición, 2012. Pp. 466.
María Emilia Benavides
XXIV El Búho
Roberto López Moreno *
LA MUCHACHA DE ACÁ
Esta era una muchacha
que andaba en muchas camas
y seguía siendo quinto
acá
(sin hijos, sin ojos, sin hojas, sin ajos)
acá nunca la abrieron
nunca la aventaron sobre el fuego
lo tenía bastante duro
dicen los que la conocieron en el catre
y en la vida
que candado era su alma
que hoteles desiertos
como esos de arena que se encuentran en los mapas
Aída Emart
con dos adentro y nadie
uno en uno a mil y nadie
me cae
si
el recuerdo hasta las ansias
confabulario 79
moriré de morirme silencioso
Quema Marías
y seco
el grosor de esta pluma
y todo
que hoy te perdona
aquello era una muchacha
la herida,
que andaba en muchas camas
la del alma
y seguía siendo quinto
y la del cuerpo
acá nunca la abrieron
que son
tan duro
la misma
era su corazón
honda... honda...
una piedra
tirada sin respuesta
¡Qué onda!
en uno de los tiraderos de la colonia
en donde decimos que vivimos.
QUEMA MARÍAS
Quema Marías
el grosor de esta pluma
María del aire
María del mar
María del fuego
María de ésta
tierra
que se alarga y se en
coge como nunca
recoge, como finalmente siempre
la intención incendiaria
de este ver gatos
en cada zumo
de tus palpitares
y yo también,
cuando te veo, palpito.
80 El Búho
José Juárez
TEN TRAPITO
la trompeta
me tocas los recuerdos en pedazos
Niño de la calle
de noche
que no calle
me tocas y retocas
tú
tan lejos donde vibres
hambre a la intemperie
yo te doy
la que coge
la tonada
el frío
la torneada
por la pescuezona
la no-nada
suerte gruesa
tu recuerdo
hay les va la mera neta
vuelto música
niño de la calle
y grandeza
con la jerga
tu recuerdo dónde
como bandera adelante
creces
frente a los cristales
y te naces
anuncia
y te me haces
al ojote del ocaso
una larga y gruesa y fiel
ten por ojo
nostalgia
ten por gacho
donde vives
ten de estos caracolitos
y vivimos
-y mostrándole la jerga-
dónde crece tu mirada
ten trapito
y me alumbras
y me...
TOQUE DE NOSTALGIA
en-llamas.
La corneta...
Toca
la corneta
LA ILUSIÓN MALTRECHA
su motivo tendrá
tanto quebranto
Antes que me la refresques
sé
déjame ponerla
quiebra la noche
a que repose
sé
que recoja
quiebran los llantos
la sal de sus heridas,
y tú
el sol que en su piel arde
confabulario 81
deja que descanse
PETICIÓN DEL CULTO
en la poblada vecindad
de su fatiga
Tunas
pobrecita aterida
la dueña de la verba
lastimada
siéntate cómoda
en medio del fragor
extranjera
que la doblega
desde tu lengua
que me ultraja
Florida
baja
dame una
y aja
hora
navaja de sueños
de tu Chicaspiare.
y de empeños
LA CHICHARRONES
pobrecita
deja que se recueste
Acá
mi ilusión
solamente sus chicharrones truenan
deshilvanada
dice él
que repose y ya
dicho
después refréscamela con tu sonrisa vida
sea de paso
mía
el silencio
sólo el silencio
CHIRAS
con su ruido de chicharrones
masticados
La luna con el frío hicieron chiras
los minutos
acá abajo
los segundos
tu y yo ya
como aquella iglesia
sábanas
rota
del frío entre tus piernas
de la esquina
ni la luna ni yo
tengo hambre
y como tú y yo ya
bueno
sábanas
tengo algo
paquetes de hilo
la chicharrones está
cuando chiras
en frente
pelas
por su puesto
vendiendo la ilusión de sal y trueno
82 El Búho
por treinta
con bolsas
destartaladas
que llegan rotas
monedas de desahucio
hasta el suelo
hasta el sueldo
NI PEPE DIJO EL COSACO
hasta el cielo chilla arriba
y baja y taja
Ni Pepe dijo el cosaco
de golpe
aquí nací
la garganta
mos taza vacía
de agua
café sin fondo
a este pobre ni Pepe
de azúcar
ni cosaco
vana
ni perro que le taladre
la ilusión armada
el piedrón de la tristeza
Jesús Anaya
confabulario 83
ESTANCIAS
como todas las cosas
ayunando ayunando
Como
ayunando ayunando
sol en el día
como
luna en la noche
EL ALEPH
como
A Jorge Luis Pérez
(El Detec “Peter”)
verso si hay verso
como
aire si hay aire
Sólo es asunto de levantar un brazo
como
y arrancar con su mano
allá la uisquiza
un pedazo de cielo
como
mientras los pies
acá danzoneando
sostienen todo
como
sobre un pedazo de tierra
sal en la mesa
En el centro
como
del segmento manocielo-piestierra
crema en los tacos
se encuentra la unidad del universo,
coma
vértice absoluto
y punto sus ojos
que a veces
coma
cuando hambre
y punto los míos
cuando cruje
coma
provoca que las estrellas tiemblen
y punto sus senos
sobre la sábana oscura de él
coma
infinito.
y punto mis bríos
coma
GRAMÁTICAS
y punto sus muslos
coma
Yo tú
y punto mis manos
El nosotros acá
como
y...
sol en el día
ellos.
como
crema en los tacos
84 El Búho
*Tomado del libro ACÁ LÓPEZ, TÚ, EL NOSOTROS
Roberto Bravo
L
a vocación amorosa de dos pichones,
un macho gordo de doble pechuga y
una dama más bien común, eligió mi
azotehuela para procrear. Pasó desapercibido
su romance hasta que una mañana el desagüe
de la lavadora se desbordó e inundó el piso hasta la cocina. Pensé que la máquina había dado
de sí, y al escudriñar en la manguera descubrí el
nido de los pichones encima del hoyo del drenaje, y en medio de él, un huevo blanco como
sol de invierno flotaba entre las breñas que
taparon el escape del agua. Me sentí aliviado,
porque eso me libraba de comprar otra lavadora,
pero a su vez me preocupé porque el agua fría
pudo dañar al huevo que estaban empollando.
Limpié, acomodé el nido y el huevo en una caja
de zapatos, y lo puse en otro lugar. Vi a la pareja
de pichones observándome desde la azotehuela
de otro apartamento. La mañana entera estuve
pendiente de las aves y el nido. Los vi merodear
el huevo sin atreverse a entrar en la caja. Preo-
Rigel Herrera
confabulario 85
cupado de más pensaba que lo abandonarían por
La fuerza voluntariosa de la naturaleza y la
estar ya dañado o por miedo de caer en una trampa.
eminencia de la primavera estimularon a la pareja
Me sentía malo, e imaginaba el sufrimiento de los
que otra vez acarrearon briznas de hojas, ramitas, y
animales como si fuera uno de ellos. Al observar su
construyeron un nuevo nido en el lugar donde antes
conducta temerosa, pensé poner la caja en el mis-
puse la caja. Al terminarlo, se emparejaron con fer-
mo lugar y cuando ocupara la whirlpool, la quita-
vor haciendo su sostenido sonido de placer, y otra
ría para que no obstruyera otra vez el conducto del
vez la pichona clueca se sentó en el nido, puso dos
agua. Así lo hice procurando no ir a la azotehuela
huevos, y luego, bajo la mirada hostil y el abasteci-
sino lo indispensable. Muy pronto empezaron los
miento de comida del macho gordo doble pechuga,
sonidos del cortejo y los de placer porque estuvie-
los empolló hasta que nacieron los pequeñuelos.
ron apareándose como desesperados. El siguiente
Después del alumbramiento de los hijos, la pare-
sábado que puse la lavadora, encontré en el nido
ja se ausentó llevándoselos a destino incierto. Volví
tres huevos más y excremento de pichones cubrien-
a limpiar sus porquerías, y decepcionado porque no
do la whirlpool y parte del piso. Molesto por el co-
conocí a los polluelos di por concluido el asunto.
chinero, aseé feliz el lugar porque los tres huevos
A dos semanas de cerrar el caso, luego de estar
me quitaron la culpa definitivamente. Vi a los cón-
en Cuernavaca por tres días, al abrir la azotehuela,
yuges observándome desde la base de una ventana
salieron volando alarmados los pichones a otro bal-
de enfrente, molestos porque había movido la caja.
cón; la lavadora que había dejado impoluta y con la
Una vez que dejé de usar la máquina, puse el nido
tapa abierta, la encontré convertida en el inodoro
en el mismo lugar.
de los apasionados amantes. El suelo, como si no
Al nido-caja podía mirarlo desde el fregadero
cada vez que limpiaba los trastes. Días después vi
hubiera sido suficiente el depósito de la whirlpool
estaba cubierto de porquería.
rastros de yema y cascaron regados por el piso. Sólo
Furioso y aguerrido, dispuesto a terminar con
un huevo cubierto del contenido viscoso de sus
aquello, limpié el excremento acumulado, y el nido
hermanos seguía intacto. Rescaté el nido y lo puse
que habían dejado lo puse en la basura. Como me
junto a la ventana de la sala, y limpié aquella ruina.
observaban desde el otro departamento, les hice
La tarde completa pensé en los motivos del macho
un ademán de que saltaría por ellos, y se fueron
gordo para destruir los huevos y reducir a escom-
volando.
bros el futuro hogar de sus pequeños. La caja de
Puse después, a lo largo de la barandilla de la
zapatos era estrecha y al entrar en ella pudo haber
azotehuela, cartones que les impidieran aterrizar
roto alguno de los huevos provocando esto su ira
nuevamente en mi vivienda.
exterminadora.
86 El Búho
Leticia Herrera
Quién
¿quién en su sano juicio
no anduvo balcones bobos
sobre sandalias de fuego
quién dejó pasar sin tocar
la piel balsámica del vecino
los despeñaderos de aquella
muchacha en llamas?
¿quién no lloró aturullado
rescoldos
desamores
ingratos dioses menores
se purgó de silencio
regresó
al perol de la incitación
con su pequeña historia bajo el brazo?
¿quién dijo nunca basta
quedó indiferente
a la ebullición de pubis ambarinos
quién no se aturdió en licores
amaneció ojos en la nuca
hablando lenguas extrañas
comiendo lenguas extrañas?
Edgar Mendoza
confabulario 87
¿quién tuvo nunca que persignarse
botones de lumbre
pedir perdón al Señor por ser amado
se quedó a dormir
por amar a deshoras por gemir
guardián del alabastro
quién dijo nunca beberé
que destilaban miel?
del río de leche nutricia
de aquellos miembros
se cubrió en vez de ir desnudo
a través de la tarde?
¿quién quiso ser loco
estúpido de remate
¿quién no tuvo en sus manos
y se quedó varado
pechos diamantinos
al borde de alguna letra muerta
mientras aquellas nalgas
demandaban por piedad
ser mensuradas palmo a palmo?
si hay quién que se atragante
se atenga a sus parvas conclusiones
nos deje a los otros
nuestra dulce muerte
Acerca de un tema muy delicado que no
debe decirse en voz alta o cuando haya
hombres presentes
no voy a entender jamás por qué la vida
no nos enseñó pronto y bien a las mujeres
que los patrones de conducta
sólo son eso
pedazos de papel de estraza
que buscan meternos a todas en el mismo
vestido ridículo de flores
que alaciemos los mismos pelos
con los mismos centímetros de largo
que adoptemos con dignidad
la absurda tontera de andar en zancos
como muñecas de circo mal pagadas
Carlos Bazán
88 El Búho
yo amo a mis pies como si fueran
No soy una mujer barbuda
parte de mi inteligencia
son tan hermosos los pies durante
no soy una mujer barbuda pero
el acto del amor que por eso los cuido
natura me proveyó de vellos protectores
tanto y siempre de apreturas y torturas
que con precisa terquedad sonsaco a mi piel
de raspones y mugre
para ir por el mundo entre los otros
de juanetes y talones rajados
a los señores les preocupan esas cosas
los pelos las barbas los bigotes
meterlos por fuerza en zapatitos
(prohibido el vello en las mujeres)
que obligan al cuerpo a retorcerse
mientras con gesto doctoral
por mantener la vertical
registran los centímetros de cadera
gastar alguna parte de mi tiempo
y que los senos rebasen el cuenco de sus manos
en ir a una escuela de señoras
para aprender a andar sin parecer gallina
y allá va una de idiota a depilarse a
no entra en mis planes
cincelarse las cejas a pelear toda la vida
con los vellos pero aparte conciliar
y el pie desnudo
con los dones de hetaira prudente y sumisa
acaso fue alguna vez
las heredades con hilo y aguja
símil de existencias vibrantes
y estrambóticas modas pasajeras
así
de jaez culinario y hogareño
sin más
como si estuviésemos las mujeres
si me resisto o no dirán que es cosa mía
en un mercado de peces
pero a qué mujer en sus edades le acontecerían
que aún coleteamos a ver quién nos compra?
el gozo y la lujuria de la carne si no
claudica con elegancia a la erradicación
yo me quedo con mis pies
de la pelambre?
neciamente me quedo con ellos a resguardo
se los dejo a los ratos de placer que aún
mientras descifro mis angustias
me toque gastar
rutinariamente me avengo y según
los cánones de cultura me depilo
que lleguen lindos
aseados
las cejas susirios los bigotes
con dedos sanos y uñas cortas
las piernas y de una vez las lágrimas
en vez de garras francesas
achaques y risas explosivas
pues ni que fuera yo aguilucha
que tampoco son populares
oh dios cuánta exigencia.
confabulario 89
letras libros revistas
David Figueroa
E
l juego de Ripper. La más reciente
novela de Isabel Allende nos adentra por los senderos de una in-
vestigación policial recordándonos las más
grandes inspiraciones de Sir Arthur Conan
Doyle, donde el arte de atrapar al asesino serial es el objetivo más importante en el juego
macabro de las muertes y los personajes.
Así, a través de un juego, conocido como
Ripper, la autora, muy a su estilo de estupendos personajes en los que unos complementan a otros en términos de atmósferas,
vidas singulares, conocimientos y actividades cotidianas, componen este rompecabezas para identificar al asesino.
En esta novela, Isabel Allende nos introduce en la vida del personaje principal,
Amanda, quien es una adolescente inquieta, que vive según los parámetros de la juventud actual, entre amores cibernéticos y
actividades escolares; no obstante, la intriga se presenta cuando observa a las persoCarlos Bazán
90 El Búho
nas que visitan a su mamá, llamada Indiana,
a su padre (y de paso a la policía), con algunos
y quien recibe en su consultorio a pacientes
teoremas sobre la forma de actuar del asesi-
para ayudarlos a combatir sus males al tiempo
no serial, con lo que obtienen indicios únicos
que les enseña kármicamente a solucionar sus
y acceso a expedientes que les permiten saber
problemas.
quién es el verdadero culpable no sólo de las
Dentro de esta atmósfera la autora nos describe uno a uno a los diferentes personajes
muertes y la relación entre ellas, sino también
de la inquietante desaparición de Indiana.
que visitan a Indiana. Al mismo tiempo, con-
Casi al final de la novela, el clímax aumenta
juga la trama biográfica con pequeñas historias
desesperadamente y la búsqueda de Indiana
de amor en las que se ven involucrados su ex
por toda la bahía de San Francisco, será la clave
marido, un ex novio y un ex combatiente seal
para saber si el asesino obtendrá una víctima
de los Estados Unidos que busca su amor y que
más a su colección macabra.
su sinceridad es su mayor arma. Sin embargo,
La cadena de asesinatos se muestra con una
la relación irá más allá entre estos tres persona-
sagacidad característica de la autora; su miste-
jes al ser, el primero un comisario de policía, el
rio por mostrar al lector quien es el asesino, sin
segundo un hombre cariñoso y el tercero, con
duda hará que se vislumbren muchas opciones
el tiempo y las pistas, un sospechoso de los
para evidenciar al culpable; con el paseo de las
asesinatos.
hojas, se mostrará y se sabrá por qué lo hace.
Cuando leemos la novela, pasamos por alto
Todo en la lectura tiene una relación y nada está
algunas evidencias y solamente los asiduos a
de más; todas las preguntas son contestadas y
buscar la mínima pista, podrán dar en prime-
al final, se reconocerá el estilo de esta singular
ra instancia con el asesino. Además, también
escritora chilena.
participan en la historia algunos personajes
Por último, bien vale la pena mencionar que
importantes como son los diversos jugadores
Amanda consigue descifrar los enigmas, unir
de Ripper -entre los que destaca el abuelo de
los cabos que la policía no pudo pero sobre
Amanda-; un perro sumamente inteligente pero
todo, el amor por su madre la llevará a utilizar
lisiado por la guerra y que fuera el eterno com-
su inteligencia al máximo en contra del tiempo,
pañero del ex seal; pero sobre todo, los pacien-
que es su peor enemigo.
tes que acuden a ver a Indiana.
Con el ímpetu que es notable en una adolescente, Amanda logra unir las pistas y ayudar
El juego de Ripper. Isabel Allende. Plaza y Janés. 2014, 477 pp.
[email protected]
letras, libros y revistas 91
apantallados
Martha Chapa
A
cien años de su nacimiento, María Félix confirma que es todo un mito a la vez que se va
aclarando con nuevas e impactantes revela-
ciones de quienes la conocieron o vieron en sus películas y hoy le sobreviven.
Así, es evidente que el gran público tenga mayor información sobre su destacada trayectoria profesional
en el cine, más que en la vida personal, que tantas veces
se ocultó o distorsionó entre rumores y chismes coyunturales. Por ejemplo, pocos sabían de sus inclinaciones incestuosas hacia uno de sus hermanos que con el
tiempo hasta ella aceptara públicamente.
Su vida fue entonces o estuvo marcada por claroscuros, lo mismo de triunfos resonantes que de episodios
sombríos e incluso trágicos. Una carrera fulgurante en
el cine que le atrajo riqueza, poder y admiración, contrastando con amores fallidos o interrumpidos por la
muerte del ser amado, como ocurrió en el caso de Jorge
Negrete o de Alex Berger. Y qué decir del que seguramente fue el golpe más fuerte de su vida como la muerte
de su adorado e hijo único, Enrique.
Una mujer que tuvo una presencia influyente al lado
de personajes célebres de la música, la política o los toMaría Félix
92 El Búho
ros. Cómo no recordar a Agustín Lara o al torero Luis
desafortunada decisión de la diva mexicana porque su
Miguel Dominguín.
casa de Polanco bien pudo haberse convertido en un
El hecho paradójico es que ahora se sabe más de
ella, de su intimidad, de sus amores, sus anécdotas o
museo de y para ella, en lugar de haber sido regalada
o incluso demolida ya tristemente en nuestros días.
sus debilidades, que parecieran fueran antes dosifi-
La astucia y agudeza de la sonorense tejió en for-
cadas con un toque de misterio que sin duda también
ma paralela y produjo frases inolvidables como aqué-
contribuyó a la formación del mito cinematográfico y
lla de que “Si bien el dinero no proporciona la felicidad,
en la propia vida social de México.
como calma los niervos”, aunque por cierto nuestro
Hoy, nos cuenta uno de los hombres con los que
amigo y colega José García Ocejo, también cercano a
ella sostuvo una relación sentimental, Antoine Tzapoff,
ella, afirma que quien en realidad lo dijo antes fue la
que ella era muy diferente de lo que se creía, pues por
actriz “mejor pagada del mundo” Zsa Zsa Gabor.
momentos no era tan fuerte ni tenía ese carácter que
Una vida apasionante e intensa fuera y dentro de
se le atribuía, pues buscaba la protección masculina,
los sets cinematográficos y con etiquetas múltiples: de-
como tampoco la dureza o frialdad de quien era evi-
voradora de hombres, amante de las joyas y del dinero,
dente su ternura y sentido del humor en el trato íntimo.
puros, viajes, relaciones con intelectuales, uso impla-
Pero más allá de tantas historias o leyendas que
cable del poder en su carrera hacia el éxito, y dueña
de su vida se cuentan, es sin duda uno de los grandes
de una deslumbrante belleza física y embrujadora
personajes, de la llamada época de oro del cine mexi-
personalidad, que llenaba sobradamente las pantallas
cano y de la cultura popular o por igual de la vida
del cine, además de importantes espacios de la vida
palaciega y de la élite social, desde los años cincuen-
social, política y cultural en México y el Extranjero.
ta hasta los últimos días de su vida, dada su amistad
Hace ya 12 años que murió y cien que han pasado
cercana con personalidades de la talla del genial pin-
desde su nacimiento, ameritan recordarla hoy en toda
tor Diego Rivera o del expresidente Miguel Alemán,
su dimensión y carga emocional, tanto de las oleadas
así como en el plano. Internacional ya se trate de
de sus admiradores como de sus críticos y detractores
Eva Perón, George Marchal, Yves Montand y Gérard
que nunca la faltaron.
Philipe o Jean Cocteau, quien llegó a decir que: “es tan
bella que hace daño”.
Su mismo deceso fue polémico y ya no digamos
la formulación de la herencia y los herederos de sus
Una mujer, una actriz, una mexicana que seguiremos viendo en retratos y películas y de la que de seguro no dejaremos de hablar, para bien o para mal, tal
como ocurrió en su arrolladora vida misma.
bienes que tanto lamentara otra luminaria de México
como lo es Elenita Poniatowska, en el campo de las
letras, el arte y la cultura, quien piensa que fue una
[email protected]
www.marthachapa.net
twitter: @martha_chapa
facebook: Martha Chapa Benavides
apantallados 93
arca de Noé
Hugo Enrique Sáez A.
Disquisición sobre jerarquías
¿
Qué es el Primer Mundo? Primero es por varias
razones. Primer lugar en consumo de energías
per cápita. Primer poseedor de las armas de
guerra más mortíferas. Primero en apropiarse territorios y poblaciones allende sus fronteras. Primero
en inventar fabulosos mitos, como el de la libertad y la igualdad. Primero en
contaminar el medio ambiente. Primero en desnaturalizar la
naturaleza con sus productos
transgénicos. Primero en hacer
una mercancía hasta del amor.
Primero los bancos, después las
vidas humanas. Después, detrás
de todo, escondido e invisible a
los ojos de la publicidad y de la
propaganda, la miseria, el desamparo, el dolor, la crueldad,
la impunidad. Ahí se reproduce
esta fauna teratológica, ahí pre-
94 El Búho
Francisco Tejeda Jaramillo
cisamente, en el patio trasero de las abro-
de París, junto a los jóvenes del Mayo del 68,
queladas mansiones en que se aíslan de
vendiendo su periódico La voz del pueblo.
la “peste”.
Eso ya es historia que no sirve si alguien la
imita para hacer su propia historia, porque
La producción en serie de la estupidez
-como dice el adagio- la tragedia se convier-
La pareja de Jean Paul Sartre y Simone de
te en farsa cuando se repite. Sopla desde esas
Beauvoir ha despertado admiración y curio-
páginas un aire liberador en el que compren-
sidad por su carácter singular, o dicho con
demos que ser diferente es posible.
otras palabras, novedoso e irrepetible. En
la versión vulgar, la moralina reduciría todo
Las ecuaciones del aparato emocional
a que ambos se consentían amantes y hasta
Muy fácil es comprender que en el mundo
compartían vacaciones con ellos y ellas. Hay
domina el cálculo por encima de todo. Quién
que revisar las palabras y los valores con que
tiene más y quién tiene menos. Los países se
percibimos los hechos y dejar que la repre-
ubican en un ranking de producción, de edu-
sentación de lo nuevo no sea leída con los
cación, de respeto a los derechos humanos,
anteojos de lo viejo. Se impone la máxima
del número de millonarios, de democracia,
de Sartre: la existencia precede a la esencia.
y de cuanto fenómeno se deje convertir en
Que la complementó con su idea de que en
algo medible, inclusive un fenómeno tan
la fábrica de la política a los humanos se los
cualitativo como la felicidad. También es
está produciendo en serie, como a cualquier
fácil rechazar, por absurda, esa concepción
muñeco. Luego, hacer un proyecto de la
objetivante de las personas. Sin embargo,
existencia es la máxima creación, pero exige
difícil es no practicar el cálculo en la vida
valor y no someterse al miedo.
cotidiana. Al mismo tiempo que se descalifica
Simone y Jean Paul coincidieron en que su
la visión parcial de la humanidad, se educa
amor era “necesario” y que, por consiguien-
a los hijos con los mismos fundamentos que
te, se permitirían amores “contingentes” que
fuimos educados: quién vale más y quién
no alterarían su relación, aun con los celos
vale menos. Entonces, en lugar de que el
iniciales de ella. Sería imposible encuestar a
otro sea considerado IGUAL a mí (yo=otro),
tantas mujeres que experimentaron un cam-
aparece casi de inmediato una ecuación de
bio de rumbo en su vida después de leer El
superior/inferior (yo>otro, o bien yo<otro).
segundo sexo. Y ahí estuvo Sartre en las calles
Cada miembro de la sociedad, según la ideo-
arca de Noé 95
logía dominante, es un rival en ciernes. Y esta
do o lento. ¿Será posible practicar con mayor
convicción está arraigada en el aparato emo-
frecuencia la ecuación yo=otro?
cional. Si prevalece la ecuación YO>otro, el
corazón se hincha de orgullo. Caso contrario,
Trilogía del Budismo Zen
es decir, si predomina la ecuación yo<OTRO,
Culpan al monje Ryôkan de haber que-
la depresión puede conducir al suicidio, rápi-
mado la cabaña de la sal en un pueblo
donde él había pernoctado durmiendo
en la arena. Un médico que pasa por
el lugar lo reconoce y lo salva de ser
enterrado vivo. Intrigado le pregunta
al sabio por qué no había dicho que
era inocente. Su respuesta fue:
-Cuando los hombres creen poseer
la verdad no son muy sensibles a los
argumentos sensatos.
***
Es verano. Un hombre corpulento
duerme la siesta y el zumbido de un
mosquito lo despierta de mal humor.
Empieza a perseguir al mosquito con
un periódico en la mano. El pobre
individuo corre sin música mientras
se reduce al tamaño del insecto.
***
-Y ese auto, ¿por qué me rebasó a 150
km por hora?
-Acabas de ver una máquina que
se divierte jugando con las emociones
de un chofer que está a su merced
y que cree ser él quien conduce ese
aparato mecánico.
Roger von Gunten
96 El Búho
Gustavo Jiménez
E
l hombre en su naturaleza nació libre,
libre de hacer con el fruto de su trabajo
lo que quisiera, además libre de trabajar
la tierra, de ir y venir en el hemisferio, de crear o
de imaginar cuanto estuviera a su alcance, con el
paso del tiempo el hombre se sujetó a diversos
tipos de intercambios; decía Thomas Hobbes que
todos somos en esencia iguales, unos más hábiles que otros, pero iguales en modo general. Esta
diferencia de ser más hábiles y más fuertes generó con el tiempo la idea de superioridad y así la
necesidad de dominar a los demás, la mejor de las
veces ideológicamente, otras por la fuerza, habría
que someterse por voluntad o por la espada.
La revolución industrial trajo consigo muchos
avances tecnológicos, la máquina de vapor y el
telar, ¡qué cosas tan ingeniosas!, la población en
las ciudades creció, surgió la propiedad privada,
el desempleo, algunos acuñaron en sus manos los
medios de producción, nada nuevo, el feudalismo
era algo parecido, pero sin el revulsivo “salario”,
Rocco Almanza
arca de Noé 97
un pago por el trabajo que hacían los obreros,
en el mundo irreal de las oportunidades, todos pode-
que desposeídos de todo sólo podían ofrecer su
mos aspirar a una vida plena con un buen trabajo,
fuerza de trabajo. Trabajo, según los convenios de
una bonita familia, jardín y perro, no se les olvide
los hombres que le otorgan significado a las cosas
un buen auto y hasta podemos someter a alguien,
y conceptos, es una actividad remunerada, ¿cómo
una mucama por ejemplo, ¿qué bueno sería no? Ser
se les ocurrió, cuándo fue que los hombres per-
el opresor, ser el que manda, decía mi padre para
dieron su libertad y, sería en definitivo?, trabajo,
eso traemos dinero hijo, para poder humillar a la
trabajo que cuesta tener un trabajo, trabajo que
gente así lo veía él, quizás no lo decía tal cual pero
hace de la vida monotonía necesaria, el trabajo
la frase “el que paga manda” lo resume todo.
nos ha esclavizado desde entonces hasta nuestros
Nuestra sociedad reproduce de manera verti-
días, vivimos para trabajar y trabajamos para vivir,
ginosa la ideología de la clase dominante. La conciencia de clase es un bien escaso,
esta situación empeora día con día,
sufrimos un deseo interminable de
llegar a ser, los wannabe, el término anglosajón que nos reduce al
deseo, la globalización ha producido
incluso la pérdida de las letras, cada
vez más hablamos en otro idioma,
desperdiciamos la riqueza literaria,
pero aún peor no lo notamos, la gran
población no le sobra tiempo para
cultivar un poco el intelecto, la vida
cotidiana resulta abrumante, del trabajo al hogar, si sobra tiempo podré
descansar, el ciclo está completo, el
desposeído no le queda ni su fuerza
de trabajo, al final del día le han quitado todo, habrá que esperar el día
de pago para comenzar de nuevo, se
abre la ilusión, se cierra la ilusión.
Perla Estrada
98 El Búho
Cirilo Recio Dávila*
E
n ciertos momentos se observa que la participación
de un público frente al conjunto de estímulos producidos por una extensa red de información, publicidad
y comunicación, es escasa, pese a tratarse del auditorio, destinatario, consumidor o simple receptor de mensajes de los más
distintos contextos. Sin embargo,
el público tiene sus propias circunstancias e intereses inherentes,
conflictos que lo singularizan y
preferencias particulares. De ahí
la pertinencia de establecer pautas
de trabajo que permitan a los auditorios normar sus propios criterios
de selección. Como veíamos la gran
cantidad de medios y la amplia
proliferación informativa puede
producir intrusiones en la privacidad, abusos sobre terceros y sobre
los individuos sin que estos tengan
la misma posibilidad de responder
ante el exceso mediático, porque los
Leticia Tarragó
arca de Noé 99
medios forman conglomerados que tienen un mayor
to de un representante social ante las facultades de
poder que el que puede ejercer el ciudadano común.
los medios de comunicación masiva, mediaría entre
En diversos momentos se ha sugerido estable-
los intereses de los particulares, frente a consorcios
cer, dentro del medio informativo mexicano, una
que definen de forma unilateral los contenidos y
figura formal para garantizar el mejor ejercicio posi-
pautas de información y publicidad. Aunque esta
ble de los derechos de los usuarios del mercado de
figura no existe en la actualidad, algunos medios
la información y la comunicación. El establecimien-
como el Canal 22 de televisión, han incorporado
esquemas como el de la defensoría del
televidente, que procura cubrir estas necesidades de mejorar la relación entre el
público y el medio de comunicación.
Necesariamente una figura social de
esta índole en un marco general para
el país, tendría que convocarse a través de un marco gubernamental, porque sus funciones conllevan la protección
de los derechos individuales y colectivos,
ante esa aparentemente inacabable avalancha mediática. Además, tanto su vigencia
como su autoridad moral se han de basar,
en ese caso, en la independencia frente al
poder político y en su autonomía respecto
de los propios medios. En estos apuntes,
una representación social de naturaleza
semejante ya se ha definido, aunque hay
que decir que no tiene los alcances que
debiera. En efecto, el Instituto Federal
de Acceso a la Información Pública —creado en junio de 2003— es un representante
social que media entre el ciudadano y las
dependencias de gobierno para conocer
Pepe Maya
100 El Búho
cualquier información del ámbito público, pero
cendencia de que las empresas informativas den
no tiene las facultades de un representante social
a conocer a sus públicos sus pautas de conducta
—un ombudsman— que medie entre la sociedad y
profesional. La calidad moral del comunicador
los medios de comunicación.
se eleva conforme su trabajo corresponde a esa
Es cierto que por sí mismo, cada medio infor-
expresión pública de sus compromisos. Esto es, si
mativo y de comunicación es un ombudsman de
el informador tiene una relación transparente sobre
sus audiencias, públicos, lectores, radioescuchas
los criterios con los cuales trabaja su oficio frente
o televidentes, así como cada informador, indivi-
al público, su calidad moral es más pertinente.
dualmente, es un vocero e interlocutor social. No
La atingencia ética de esta representación y
obstante, es necesario precisar que las actitudes,
forma de intermediación social puede valorarse
tendencias y formas del ejercicio profesional en los
bajo un enfoque humanista. Esto así porque los
medios, son tan diversas y plurales como su propia
medios, por lo común, hacen alarde complaciente
composición lo establece en su desempeño profe-
de valores humanos, pero con frecuencia es debi-
sional. Por lo tanto, se aprecia entonces claramente
do únicamente al propósito de congraciarse con
la pertinencia de formar consensos, convergencias
el auditorio, sin que exista ningún compromiso
y pautas de conducta profesional entre distintos
con tales valores. Un ombudsman de la sociedad
medios, como parte de sus propias responsabilida-
para la salvaguarda de sus derechos en el campo
des ante sus auditorios.
informativo puede permitir apreciar con mejor
Esta responsabilidad social, esta vocación de
perspectiva realidades humanas acuciantes.
servicio público del medio informativo no puede
No obstante, en nuestro contexto, el obstácu-
ejercerse de manera impositiva u obligatoria,
lo para ejercer las facultades de un representante
excepto mediante consideraciones legales que así
social de esta naturaleza es inmenso. Algunas situa-
lo determinen. Esta imposibilidad para asignar una
ciones que lo impiden son: la difusión de informa-
condición de servicio público o de compromiso
ciones halagadoras y serviles hacia las burocracias
frente a la sociedad, es lo que ha llevado a México
y el poder económico, la sobreabundancia de infor-
a plantear la autorregulación de los propios medios
mación, el amarillismo que atiende exclusivamente
en su práctica profesional según sus criterios éticos
a la venta del morbo —en lugar de poner en tela
inherentes. Ahora bien, a la luz del razonamiento
de juicio lo que ocurre en los medios de extremo de
expuesto de que los medios de información y de
la línea roja—, la autocomplacencia indolente de la
comunicación son representantes, son ombudsman
labor informativa y la multiplicación de estímulos
de sus audiencias, se observa claramente la tras-
generados por los propios medios.
arca de Noé 101
Situaciones todas ellas que hacen perder a los
cambiado es que hoy tenemos más información
públicos los horizontes de visión, comprensión y
que antes sobre esta inequidad. Hoy vemos,
reflexión crítica de la realidad, como ha sido apun-
precisamente a través de los medios, todo lo
tado por Noam Chomsky y, en nuestro medio, por
que pasa de aberrante en el mundo: los niños
Carlos Monsiváis. Los medios se alejan del interés
muertos de hambre, la venta de esclavos, la
público en la medida en que solamente sirven a sus
tragedia cotidiana que diariamente viven millo-
propios intereses y a los intereses del poder que
nes de personas. Podríamos hacer mucho al
los patrocina. Por ello resulta de suma importancia
respecto. Pero no lo hacemos. [...] Estamos tan
prestar atención a los criterios que acercan a los
ocupados con la belleza del pasado, con la gran
medios a las realidades que de verdad tienen rele-
literatura, con la filología, que nos olvidamos de
vancia para su vida.
la realidad que hoy vivimos [...] la clase termina
En una entrevista publicada por La Gaceta1,
y es como si saliéramos de un trance, un tran-
el pensador y lingüista George Steiner, autor ente
ce que nos ha marcado emocionalmente y nos
otras obras de Después de Babel, incide en este
acompaña de regreso a nuestra casa y estamos
punto que tratamos. Señala que algunas pautas
tan profundamente inmersos en la elocuencia
informativas del mundo actual inmovilizan a los
poética, que no somos capaces de escuchar
usufructuarios de los medios de comunicación
a los que desde la calle nos piden ayuda, nos
masiva ante las realidades más extremas. El que
piden ser escuchados, a quienes no participan
debe ser receptor privilegiado de la información,
de esas formas de belleza.
quien puede en verdad servirse de ella para transformar las realidades a que esa información alude,
Las palabras de Steiner revelan un aspecto de la
queda excluido de ellas por fenómenos que tiene
ética abordado frecuentemente por los medios desde
que ver con esta hiperinflación informativa.
un doble discurso: los temas humanos son emplea-
Pregunta: [...] Como nunca antes se cuenta hoy
dos como bandera mediática, mientras permanecen
con una enorme riqueza, no sólo intelectual o
políticas de difusión noticiosa que producen una
científica, sino abiertamente monetaria y mate-
desproporcionada concentración de los recursos
rial. Sin embargo, la distribución social de esta
económicos en grandes empresas. Oligopolios y
riqueza no guarda un equilibrio social.
dominancias de negocios mediáticos que inclusive
George Steiner: [...] Siempre ha existido
deducen sus ingresos a través de programaciones
injusticia, el mundo siempre ha estado dividido
de recolección económica para causas sociales. El
entre quienes tienen y no tienen. Lo que ha
Teletón y otros programas similares son ejemplos
102 El Búho
de esto que se apunta aquí, aun cuando sus propó-
Se ha señalado que uno de los cometidos esen-
sitos no están exentos de un impacto positivo para
ciales de los medios es informar, crear el debate
determinadas causas, resultan insuficientes por el
público y vigilar a favor del ciudadano. En consi-
volumen informativo que manejan y parciales por
deración con lo que hemos apuntado, la relación
los sectores que reciben sus beneficios.
entre el público y los medios informativos precisa
No significa esto que los medios tengan entre
plantear tres aspectos: participación del usuario
sus responsabilidades y tareas la de la asistencia
en los medios, definición de una autorregulación
social, aunque en ciertos momentos su papel y res-
deontológica del medio frente a la sociedad y la ela-
ponsabilidad se encuentran en el campo exacto de
boración de un esquema legal que proporcione vali-
la ayuda social, pero sí representa un llamado a la
dez tanto al usuario como al medio informativo.
conciencia para que las empresas de la información
y de la comunicación mejoren sus nexos con las
realidades humanas de nuestro mundo de hoy. Por
otra parte cuando requerimos de una información
oportuna, completa, veraz, comprensible, sucede
que el inmenso volumen informativo dominado
Notas
1Fondo de Cultura Económica. Agosto, 1998.
* Tomado de su libro Apuntes sobre ética periodística. Universidad
Autónoma de Coahuila. Colección Siglo XXI. Escritores coahuilenses quinta serie. México, D.F. 2003. 122 pp. Por la temática y la
actualidad de este libro, vamos a publicarlo por capítulos. Ahora
presentamos a ustedes la Introducción.
por la publicidad y por noticias de los
más diversos orígenes que buscan
seducirnos, incluso los chismes más
intrascendentes del espectáculo, es
imposible disponer de la información
necesaria. La relación que establece
el informador, individualmente, con
su auditorio, es un reflejo de la relación que se genera entre los medios
informativos y sus públicos. Por lo
tanto, a partir de la conciencia de cada
comunicador, de la manera en que se
vincula con su comunidad, es que se
forma su calidad moral y la autoridad
que tiene ante la sociedad.
Carmen Parra
arca de Noé 103
Carlos Bracho
TRANCO I
A
madas lectoras, queridos lectores de
este nuestro espacio en donde vuelan
las ideas y se encuentran las razones
para designar y catalogar las cosas, y a las
sinrazones se les da la espalda o bien se les da
golpe marro, el maestro Bracho da rienda suelta a una de sus pasiones: las artes plásticas. Si,
a lo largo de su colaboración -a la que tanto
estimamos la mayoría de los ínclitos miembros
de este siete veces H Consejo Editorial- nos va
dando cuenta de la amistad que sostiene con
el escultor hidalguense Manuel Fuentes. Como
siempre le hemos hecho hay que dejar que
corra la tinta y leer lo que el maestro Bracho
nos remite:
Allá por la década de los años 60, el poeta
Leopoldo Ayala y yo teníamos una flamante
Oswaldo Sagástegui
104 El Búho
galería de arte ubicada nada menos que en el
JUEGOS, escrito que tantos ataques recibió de
Paseo de la Reforma, justo enfrente del edificio
los “honorables” críticos e intelectuales ali-
del IMSS y en donde hoy se yergue el edificio
neados al sistema… etc., etc. Así que aquellas
de la Torre Mayor, y que como seña particular,
veladas eran una delicia y una fiesta inacabable.
a unos metros, en la glorieta cercana se ubi-
De los actores y actrices que a la poesía
caba majestuosa y oronda la Diana Cazadora.
le daban un lugar en el cielo cósmico eran
Efraín Huerta, asiduo visitante nuestro, con
Sonia Furió, Sergio Jiménez, Julia Marichal y
quien pasábamos largas horas contemplando
más, muchos más. Bien, pues en ese ambiente
la espalda y las nalgas de la diosa. De estas
y un día determinado llegó a escuchar, a ver
vistas venusinas y lúdicas, nació el Manifiesto
lo que allí sucedía, el joven Manuel Fuentes
Nalgaísta, de la rotunda inspiración del gran
Estrada, y recordando esos ayeres, yo vi en
Cocodrilo. También solía acompañarnos a
él a un muchacho rural que azorado contem-
tomar el coñac nuestro maestro Juan José
plaba las obras de Cuevas y “pelaba” los ojos
Arreola -Leopoldo y yo estábamos formando
al escuchar a la Furió decir poemas ardientes
parte del grupo Mester, o sea participábamos
de Miguel Hernández. Su “voraz” apetito por
activamente en el Taller de Juan José. Y el
estar presente en la creación trabó amistad
grupo de pintores jóvenes que exponía en la
con pintores y poetas. Manuel también quería
galería Edvard Munch -que ése era el título
ser fotógrafo. Lo llevé a mi cuarto oscuro que
con el que la habíamos bautizado en home-
en las calles de la Villa de Guadalupe yo tenía.
naje al gran autor de EL GRITO-, lo forma-
Su primera impresión, al yo cerrar la cortina,
ban Alfredo Meneses, Armando Villagrán, José
apagar la luz y vaciar las botellas de los ácidos
Luis Cuevas, fotógrafos como Héctor García,
y los químicos para revelar, a Manuel casi le
Álvarez Bravo, Moya, y más, muchos más
provocan un soponcio. Todo aguantó, y todo
nombres que hoy son parte de la historia de
lo retenía. Todo lo aprovechaba. Su vocación
la plástica mexicana. Y como tarea específica
primaria era la escultura y a ella se dedicó con
cultural y social, era que cada lunes en la tarde
pasión torera. Para qué decir que con el tiempo
noche se leía a algún poeta: Carlos Pellicer,
tuvo en su haber exposiciones individuales y
Efraín Huerta, Juan José Arreola, Ramón López
colectivas. Viajó a Europa y en Bélgica estable-
Velarde, Mayakowski, Miguel Hernández, Lope
ció un taller. Total que aquel joven provinciano,
de Vega; René Avilés Fabila hacía sus prime-
sin olvidar sus orígenes, se levantó y desde
ras lecturas de su provocadora novela de LOS
ese entonces hasta los días que corren Manuel
arca de Noé 105
Fuentes ganó un nombre, nombre que nadie se
nos culturales que confluyeron en la historia
lo puede discutir. Y en mis manos está un bello
de México. En sus esculturas ha logrado que
libro editado por CONACULTA en donde se
las representaciones simbólicas prehispánicas
puede leer lo que Lourdes Parga Mateos dice
se resignifiquen a través de los cánones de la
de mi amigo Manuel: “En 2010, año significa-
estética occidental y expresen una visión de
tivo para la historia nacional, dicha Comisión
lo mexicano y de la identidad contemporánea
acordó por unanimidad entregar el galardón al
del país”. Amigas no pripanistas,
maestro Manuel Fuentes, escultor hidalguense
agregar más a lo dicho por Lourdes. Yo desde
originario de la tierra tolteca, quien fue tocado
este Tranco le envío a Manuel mis parabienes
por la belleza, dedicando su vida a la creación
y le deseo que siga con el ímpetu con el que
y difusión del arte.
llegó aquellos años dorados a la galería Edvard
“Célebre por su talla en piedra, Manuel
Fuentes representa el sincretismo de los entor-
para qué
Munch regenteada por Leopoldo Ayala y Carlos
Bracho. Vale.
Luis Garzón
106 El Búho
José Juárez
E
n este lugar paradisiaco único en el altiplano,
que fuera bastión de agua y fuente alimenticia para
los aztecas, existe una isla llamada del Toro, en el
lago de Xochimilco. Aquí aún se escuchan desde las primeras horas de la mañana las notas musicales. A medida que
vamos avanzando en la trajinera,
se oye la vocalización de las aves:
el cenzontle con sus mil voces
despierta al resto de los pájaros,
y de tanto en tanto escuchamos
el vuelo de las gallaretas, las que
se elevan para cambiar de sitio o
las que planean, posesionándose
con delicadeza en las márgenes
de los canales y apantles. Hay infinidad de gallaretas, que constituyen la mayor población, pero también las hay cuyo nombre común
varían: como aves acuáticas de la
familia Rallidae. Todas las especies
Carlos Bazán
arca de Noé 107
del género Fulica, —Gallinula chloropus— nombre
gaviotas— como los porrones buceadores, par-
común de la gallareta pico rojo o polla de agua, las
delas, cormoranes fochas, pretreles buceadores,
que habitan esta zona y otras más que han emi-
mirlos acuáticos, alcatraces, cisnes, cigüeñas, fla-
grado, pero que la gente mayor vio antes de que
mencos y águilas pescadoras. Además de pájaros
se fueran poblando las chinampas con los agri-
cantores que pertenecen a los fringílidos: son estos
cultores que viven, hoy en día, de las hortalizas y
pájaros conirrostros como el gorrión y el jilguero.
del turismo.
Las trajineras viajan a una velocidad impercep-
El conductor de la trajinera en que viajaba
tible con el ir y venir del conductor apoyado por
me contó que hace muchos años las había nada-
una pértiga de cinco metros de largo; en algunos
doras como los patos canadienses y pequineses,
canales se acercan varias trajineras que ofrecen sus
los gansos impulsados por las patas, —no así las
servicios de música o la venta de comida, flores y
recuerdos a los pasajeros de otras embarcaciones. Este tipo de transporte se utilizó
durante la primera mitad del siglo XX para
el comercio entre el lago de Xochimilco y la
ciudad de México y se mantuvo por medio
del Canal Nacional que, inaugurado en
1877, permitía el paso desde la garita de La
Viga en la ciudad de México pasando por
Mexicalzingo.
Mientras viajaba en la trajinera cuyo
nombre era Ileana, la cual estaba adornada con un arco floral, que resaltaba al
frente del techo, embellecido con flores de
diversos colores y tamaños, ella se reflejaba sobre el agua con todos los matices
propios, deslizándose suavemente en un
silencio sepulcral. El arco es una remembranza de los grandes adornos que se
hacían en la antigüedad, que eran hechas
por artesanos especializados, los mismos
Javier Anzures
108 El Búho
que aun hacen los pórticos floridos para las fies-
muchacho un poco mayor que ella. La niña después
tas patronales tales como la del Niño-Pan, usando
de defenderse por algunos minutos cayó al agua y
una estructura de barras y un relleno de tule que
no la volvimos a ver, no sé si buscó un acceso por
resaltaba. Me contaba el conductor de la trajinera
un lugar más cómodo para subir al islote o se la
que las embarcaciones antes del desecamiento se
tragaron las raíces del lirio o el lodo del fondo de la
hacían trajineras por todas las poblaciones ribe-
laguna; mientras tanto el resto de los demás jóve-
reñas pero al quedar solo el lago de Xochimilco
nes ebrios de alcohol y de frenesí no se percataron
los pueblos y barrios de la zona se especiali-
del accidente y de la agresividad a su compañerita.
zaron en la construcción de diferentes tipos de
—Cuando pregunté a mi guía, él me dijo eso
embarcación, por ejemplo el Jumbillos o tulillos
suele suceder con frecuencia, cuando por negligen-
se elaboraban en la zona serrana de Xochimilco en
cia los padres no cuidan ni corrigen a sus hijos.
el pueblo de Momozco hoy en la delegación Milpa
—¿Y qué va a pasar con esa niña?
Alta. Estas embarcaciones se usaron extensamente
—¡No se preocupe señor, ya la buscarán sus
para el transporte no sólo de Xochimilco sino de
padres, si es que tiene!... Si usted quiere venga
todos los pueblos originarios de la cuenca del Valle
un sábado por la noche cuando haya lunadas en esa
de México, como Tacubaya, Tlalpan, Iztapalapa,
isla y le mostraré cómo se comportan esos jovenci-
Coyoacán, Azcapotzalco, Texcoco, Cuautitlán,
tos. Si quiere déjese venir el próximo sábado, yo lo
Ecatepec, Zumpango, etc. Muchos de los cuales por
invito a una de esos reventones, tengo apalabrada
la pérdida de los lagos de la cuenca hoy son difícil-
una fiesta con el hijo del señor Aguilar, uno de los
mente relacionados con un pueblo lacustre.
caciques de Xochimilco. Si se anima búsqueme
Al llegar a la Laguna del Toro en cuyo centro
en el Embarcadero Celada. Xochimilco tiene otra
estaba un islote con el mismo nombre de aquel
cara, otro lado oculto, que pocos conocen y que
espacio abierto, en el que confluían diversos cana-
de vez en cuando pasan desapercibidos por las
les y apantles.
autoridades, porque nadie se quiere meter en pro-
En ese momento se llevaba a cabo una fiesta
blemas. En cada uno de estos lugares hay cosas que
en tal isla, con jóvenes entre los quince y los veinte
nos sorprenden y apaciguan nuestra imaginación
años —hay varones y mujeres— la música y el baile
y hasta nuestras debilidades carnales; desde sus
resonaba como un tam-tam en la jungla solitaria
museos, los canales, las chinampas y su riqueza
de la Delegación Xochimilco. De pronto vi que en
natural, las tradiciones que prevalecen y hacen que
el borde poniente de la isla una jovencita de esca-
una visita a Xochimilco sea una exaltación a nues-
sos dieciséis años manoteaba y forcejeaba con un
tros sentidos.
arca de Noé 109
—¡Pero que descuido de las autoridades, no
mientras mis amigos y yo platicábamos y echába-
es posible que esa situación empañe esta parte
mos unos tragos a pico de botella, mientras uno
encantadora que prevalece dentro de la capital
de mis amigos cantaba el Cielito Lindo tocando
mexicana!...
su guitarra para amenizar el viaje a la Isla del Toro;
Finalmente pasadas algunas semanas, me entró
saben esta canción que tantos autores se la adju-
la curiosidad de presentarme con el “Chindo1”
dican es de un compositor de Tuyehualco que se
como le apodaban al canoero que me condujo por
llama Quirino Fidelino Mendoza y Cortés. Poco a
los canales de Xochimilco, era un sábado como a
poco nos fuimos metiendo por los pequeños cana-
las veinte horas de la noche. En el embarcadero
les llenos de cipreses; dimos una vuelta para llegar
Celada había mucho ambiente, todos los faroles
por el oriente de la isla. Al desembarcar nos recibió
encendidos daba la impresión de estar a mediodía.
el “comité d’accueil” y de inmediato comenzamos a
Pregunté por el Chindo y otro canoero le gritó entre
relacionarnos con el grupo de muchachos y mucha-
las oscuras trajineras varadas y ordenadas como un
chas que bailaban al compás de un conjunto de
pelotón de floridas trajineras, formadas en innume-
música “guapachosa”.
rables filas. Él salió abrochándose la bragueta del
Uno de los organizadores me decía: —“Maestro
pantalón y acomodándose las gorra que traía puesta.
qué bueno que vino, venga para que le presente
—¿Quién es preguntó a sus compañeros que
una chava que seguramente lo disfrutará; con ella
pacientes esperan clientes sentados sobre las
no hay fijón. También les presentaré unas chavas
escaleras?
para sus amigos, para que no le vayan a jalar el
—¡Soy su cliente! Le grité desde arriba de las
escaleras. ¿Ya se acordó de mí?...
—¡Claro patroncito!, ¿quiere ir a una de esas
lunadas que le platiqué?
pescuezo al pato. ¡Ja,ja,ja,ja!…
—Seguramente él me confundió con algún
maestro por mi edad, y calculó o intuyó, que yo, ya
no me cocía al primer hervor.
—Por supuesto Chindo, pero hoy sí vengo deci-
Mis amigos cada vez más se sorprendían del léxi-
dido a participar en uno de esos reventones que me
co parroquial de Juan el organizador. Pero ellos se
platicó; pero vengo con dos amigos míos.
divertían al igual que yo al son de la Guantanamera.
—Do-not problems! Así será más fácil introdu-
Tres horas después, el Chindo me dice al oído:
cirnos a la fiesta… Hoy hay un “huateque” de cha-
Patrón me dijo el Juan que nos subamos a la tra-
vos universitarios, esos ya saben a lo que le tiran.
jinera que nos invitan a un pequeño grupo para ir
—Después de abrirnos paso entre la multitud
a la casa de otro de los organizadores. Súbase a
de trajineras, salimos del embarcadero Celada,
la trajinera para seguirlos. Y tráigase a las chavas
110 El Búho
que seguramente ahí se va a poner a todas “M´s”.
durante la noche.
Después de un recorrido de una hora, bajo la
—Esos juguetes nos dice el Chindo: “que cau-
luz de la luna, llegamos a la Isla de las Muñecas,
san ternura en las niñas son invocados para ahu-
por unos apantes, para mí desconocidos entre
yentar a los malos espíritus y mejorar los cultivos,
árboles plagados de muñecas, que pudimos obser-
y quien comenzó con esa costumbre fue el cam-
var durante el viaje en la trajinera fantasma, por los
pesino mexicano Julián Santana, que durante cin-
históricos canales de Xochimilco, isla que ya se ha
cuenta años convivió y conversó con sus muñecas.
convertido en amuleto para algunos supersticiosos
Eran muñecas viejas que colgaba del cuello de un
y un terror para niños y adultos que pasan por allí
brazo o de donde podía, sobre las ramas de los
Rigel Herrera
arca de Noé 111
ahuejotes2, algunos de estos amuletos eran como
La relación entre nosotros se hacía cada vez
los preferidos de Santana, ciertas muñecas estaban
más íntima como si se tratara de una gran familia,
arregladas o decoradas con collares, lentes oscuros
a esas alturas de la noche todos se tuteaban y el
y hasta con biquinis”.
agasaje subía de tono. Nuestras acompañantes con
Los rumores en esa zona del sur de la Ciudad de
México dicen que hace dos años apareció ahogado
la historia de la muerte de Santana, se acurrucaban
en nuestros regazos.
Santana en su chinampa (muerto y flotando en una
El Chindo se acercó y me dijo al oído, patrón
laguna de este lugar) y entre las versiones que cuen-
suba al primer piso ahí hay varias recamaras vacías,
tan los lugareños está la de que fueron sus propias
se puede quedar toda la noche, yo tengo que irme
muñecas las que lo mataron”. Nuestro conductor
sólo le pido que se moche con un “quinientón”, ya
explicó que, después de la muerte de Santana, se
ve aquí todo le saldrá gratis; pero apúrese o le gana
cuentan historias de que este chinampero puso las
la paloma.
muñecas porque una muchacha se ahogó ahí, cerca
El baile continuó, en aquel lugar, ahí todos
de su chinampa y por temor a su espíritu que solía
bailaban contra todos, parecía una danza macabra
espantarlo, él las colgaba para protegerse.
al compás de la música, de los “pericasos” y los
—Después de un largo recorrido por algunos
toques de la achicalada. Algunos chavos y chavas al
canales llegamos al Apatlaco uno de los canales
día siguiente, crudos y desvelados lloraban descon-
más grandes e impresionantes, con casi cincuen-
solados porque en esa bacanal habían perdido su
ta metros de ancho, la luz de la luna plateaba sus
orgullo y su virginidad.
aguas y todo el paisaje. Para entonces mis compa-
Yo no ingerí alcohol, ni ningún alucinóge-
ñeros comenzaron a inquietarse, con la historia de
no, para poder cuidar de mis amigos franceses y
Santana. Sólo escuchaba en la soledad de la noche
sacarlos sanos y salvos de aquel lugar. Alrededor
algunos gritos, seguramente de los demás invi-
de las siete de la mañana los desperté a jicarazos
tados en las dos trajineras que nos seguían en la
de agua y salimos caminando hasta la carretera
inmensidad del canal que parecía no tener regreso.
a San Gregorio Atlapulco; ahí tomamos un taxi que
Nos orillamos al borde del Apatlaco sobre una
nos llevó de regreso a nuestros hogares, sanos
chinampa que estaba muy cerca de la carretera que
va a san Gregorio, ahí nos bajamos y caminamos
por entre sembradíos de rábanos, nopales y coliflores, hasta llegar a una casa enorme con una enramada en el patio.
112 El Búho
y salvos.
México, 20 de noviembre de 1972
Notas
1 Espalda mojada o trabajador del edo. de México que emigra
al D.F. para buscar trabajo.
2 Salix bonplandiana, es un árbol de la familia de las salicáceas, a la que pertenecen, entre otros, el sauce llorón.
María Teresa Castrillón
F
ue a principio de los años 80 cuando un
día sonó el teléfono preguntando por mí.
“Soy Gabriel García Márquez” me dijo
la voz “sé que el pianista Paul Badura-Skoda va a
llegar a su casa y yo quisiera conocerlo. ¿Puedo
ir a su casa mañana?”
Badura-Skoda, gran amigo mío estaba de
pasada por México y había estado recientemente en Colombia para dar un concierto y García
Márquez se enteró que además de gran pianista,
era un fanático del ajedrez como él y que incluso
viajaba con un ajedrez de bolsillo. Esto le llamó
mucho la atención y con ese motivo había escrito
recientemente en la revista Proceso un artículo
muy simpático aludiendo a esa afición compartida. Desde hacía tiempo quería conocerlo, pero no
habían coincidido. Alguien le dijo que iba a llegar
a México y que estaría en mi casa y le dieron mi
número de teléfono.
Badura-Skoda estaba por llegar a México, así
que concertamos una cita en mi casa para conocerlo y llevár-
Leticia Tarragó
selo a comer a su casa en el Pedregal.
Al día siguiente, mi coche para variar no arrancó en la
mañana, por lo que yo llamé a la AMA (Asociación Mexicana
Automovilística hoy desaparecida) para que vinieran a com-
arca de Noé 113
ponerlo. Cerca de medio día tocaron a la puerta
ya había leído unos diez libros suyos, bajó con ellos
y mi hija Clara, de 14 años entonces fue a abrir.
a la sala y se los enseñó, lo cual le simpatizó mucho
Preguntó por mí un señor vestido sencillamente
al escritor y se los firmó. No sólo eso sino que en la
con una chamarra café; cerró la puerta y entró
noche cuando vino a traer de regreso a Badura- Skoda
a decirme: “Mamá, ahí está el mecánico de la
a la casa le trajo otros volúmenes dedicados que
AMA “Yo grité” “!Clarita, qué has hecho. Es García
ella atesora desde entonces, además de que siguió
Márquez y le cerraste la puerta!” Y corrí a abrirle y
leyendo sus obras y a la fecha se puede decir que
lo pasé a la sala. Badura-Skoda bajó y se saludaron
las ha leído todas.
cordialmente pues tanto uno como el otro tenían
A mí me impresionó mucho la sencillez de
interés en conocerse. Yo fui por mi cámara y tomé
García Márquez al mostrar su interés en conocer
una foto de los dos genios conociéndose en mi
al pianista y hasta venir por él. Desde entonces
casa, momento histórico en los anales de Espíritu
Paul y Gabo conservaron una gran amistad. Los
Santo (mi casa).
dos de la misma edad, nacidos en 1927 y yo el
Clara, que desde chiquita era una viciosa
de la lectura admiraba mucho a García Márquez y
114 El Búho
honor de haber sido testigo de ese hecho junto
con Clara.
Gabriel García Márquez, Badura-Skoda
Leonardo Compañ Jasso
M
urió Helenita Paz Garro, un día antes que
festejaran el centenario del nacimiento
de su papá. Ninguna mariposa amarilla
quebró el aire ni el Réquiem de Mozart, ejecutado
en su honor, como merecía,
cubrió de oro, luz y voces graves el silencio. Simplemente,
nuestro dolor la veló y, en su
momento, sepultó.
La Universidad Autónoma
del Estado de Morelos jamás
quiso reconocerla en vida.
Guardó silencio y, hasta la
fecha, ha preferido callar, aunque lance diatribas por la paz
y dignidad.
En sus últimos días recordaba
la
amistad
epistolar
con su “Mago Blanco”, Ernst
Jünger, único poeta y escritor reconocido y respetado
Alonso
arca de Noé 115
por Adolf Hitler; estudiado y analizado por
de Jünger, “La Rueda de la Fortuna”, poco
Martin Heidegger. Por cierto, nunca aceptó
leído y apreciado. También la poesía –le dice
a Paz como amigo; cosas de la aristocra-
Jünger- tiene su linaje y situaba en Rimbaud
cia espiritual. Ojalá un día se publique su
su fuente. Entre sus poemas hay uno que,
correspondencia.
en especial, llama mi atención: Disolvencias,
Por mera casualidad, Fondo de Cultura
en Morado. Da cuenta de una bella joven,
Económica publicó, en el año 2007, un poe-
que puede ser Anastasia, bebiendo café
mario de Helenita, precedido por una carta
en Paris, mientras recuerda días hermosos,
116 El Búho
Helena Paz
alrededor del huevo de Pascua, ése que cada
o, mejor dicho, no tan publicada. Quedó
año fabricaba Fabergé al último Zar de Rusia
en ese espacio en blanco a que se refiere
para sorprenderlo. Cuando acaba, se va sin
Lyotard y, probablemente por lo mismo, fue
pagar y es acremente criticada por los parro-
poco atendida como escritora. Al menos
quianos. Casualmente, la nobleza no mane-
aquí, en este pobre México, que se conduele
ja dinero y desconoce ese código burgués
por su falta de imaginación y abundancia de
del que tanto se burla Oscar Wilde, en su
narcos y corruptos. Requería de un escritor
comedia La Importancia de llamarse Ernesto.
de la talla de Jünger para ser apreciada.
Casualidad, o coincidencia, con anarquis-
Acá se desestimaron sus Memorias, que la
tas como Bakunin y Kroptokin, incluso con
editorial Océano extrañamente publicó, diz-
Fourier y Hitler, para quienes el origen de
que por frívola. Sinceramente, hay muchos
estos males se halla en la moneda; también,
escritores y escritoras banales, que venden
para Cervantes.
mucho. No es el caso de Helenita que, sólo
Helenita, apenas cobraba por sobrevivir. Una televisión y sus cajas de papeles y
por su valor testimonial, pues da cuenta de
sus padres, debía ser citada.
recuerdos la rodeaban, alejada ya de sus
Helenita vivió en la diferencia, como sitúa
gatos y perritas, pues los vecinos se quejaron
Lyotard a ese espacio en blanco existente
del mal olor. ¿Qué lleva a mujeres de elevada
entre letra y letra, pero generó letras, igual
conformación espiritual a rodearse de esos
que sus padres, que han de leerse para com-
animales? Heráclito, según narra la leyenda,
prender una alternativa que tiene México,
prefirió pasar sus últimos días en un ester-
ligada a valores elevados, donde la cultura es
colero a vivir entre humanos. Y Aristóteles
un instrumento de construcción de Nación y
puntualiza, en su Política, que un hombre
no un linimento para heridas restableciendo
alejado de la sociedad es un dios, o una
el “tejido social”. Sí, la cultura como “ethos”
bestia. Hölderlin escribe un drama dedicado
hesiódico, wildeano, jüngeriano, donde los
a Empédocles, que murió en el Etna, fiel a
esfuerzos puedan encaminarse a develar la
sus convicciones filosóficas. ¿Qué significa
belleza y la justicia, como advierte Heidegger
la soledad de Helenita? ¿Su muerte?
tras analizar a Jünger.
Debe reflexionarse desde ese marco lite-
Por ahora, Helenita, simplemente murió,
rario que fueron sus padres: Elena Garro y
sin homenajes, entre el hueco de las letras,
Octavio Paz. No fue tan prolífica como ellos
esperando que sus huellas sean rescatadas.
arca de Noé 117
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