TESTIMONIOS EN UNA PARROQUIA DURANTE LA REVOLUCIÓN ARMADA 18101817. CURA JOSÉ REMIGIO SÁNCHEZ DE PORRES Ortiz Minique Yvette María Auxilio Meléndez Vizcarra Dora Meléndez Vizcarra Lorena Universidad de Guadalajara Departamento de Historia Av. de los Maestros y calle Mariano Bárcena Puerta No. 3, La Normal, CP 44260 Guadalajara, Jalisco. [email protected] [email protected] [email protected] Introducción Los grandes movimientos sociales, culturales y científicos del siglo XVIII, tuvieron repercusiones no sólo en las potencias europeas, sino también en sus posesiones, como sucedió con las colonias españolas de América. La Ilustración, movimiento generado por una serie de factores de diversa índole, trae consigo una necesidad de madurez tanto intelectual como política, sin embargo, lo que más tiempo tomará es el despertar la conciencia social de igualdad, elemento tan enunciado por los filósofos y los nacientes sociólogos. Mientras el continente europeo se ve inmerso en una gran actividad, que da paso al desarrollo económico-social, tecnológico e industrial, América ya ha conocido la primera independencia, propiciada por ese espíritu de libertad que se ve cristalizada en la ruptura entre las trece colonias de Norte América y la monarquía inglesa en el último tercio del siglo XVIII. Asimismo, en septiembre de 1791 estalló la revolución en Haití que logró liberar a la isla de las manos francesas. Para la América hispánica la situación no difiere, esto a pesar de las reformas borbónicas y su intento de cambiar la administración tornándose más tolerante en materia colonial, los virreinatos españoles continúan con su política segregaria, la anhelada igualdad de las clases sociales se encuentra en textos, edictos, escritos y demás publicaciones. Pero la realidad es otra, el estigma racial permanece, no bastará un suspiro de tolerancia para contrarrestar el peso de casi tres siglos de dominación española. La formación del clero en los seminarios de finales del siglo XVII, implicó la preparación en las nuevas tendencias de la ilustración, claro está que fue bajo la supervisión de un grupo de teólogos, siempre vigilantes, especialistas en materia científica y filosófica; evitando así la introducción de lo profano, recalcando la religiosidad, a la vez que apoyaban el conocimiento científico. Todo ello llevó al futuro sacerdote a recibir una educación que le permitiría enfrentarse a 1 los cambios de la sociedad, a los cuestionamientos y dudas. Quizás lo más difícil fue establecer la postura política del clero o del cura frente a la desestabilización del régimen virreinal ante los hechos de Bayona. Las opiniones se dividieron, se pensó en apoyar a la monarquía española, no así al Virrey; otra vertiente apoyaría a ambos: Rey y Virrey, ¿pero qué pasaba cuando él o los curas se encontraban en regiones apartadas? Allí donde los derroteros difundían las noticias, los edictos, pronunciamientos y demás, eran transcritos en los libros de gobierno parroquial. Esto claro está es lo obligado, pero ¿qué opinión tenía el párroco, dónde se plasman sus ideas y su tendencia? Para más de alguno la gesta era inevitable, era el momento de aplicar el ideal de lo americano, de poder gobernarse, asimismo, de obtener una igualdad de derechos y tal vez ofrecer a la corona española su permanencia. Aquí esto no nos ocupa, sino, más bien, hablar del caso de un curato apartado en una accidentada región occidental de la Nueva Galicia, fundado en los primeros años del siglo XVII, aquí los curas gozarán del beneficio de la minería, así su título les permitió inclusive poseer y explotar minas, como también ser dueños de haciendas de beneficio. En principio se antoja una vida de lujos pero no lo fue, sino todo lo contrario; testimonio de ello es la correspondencia sostenida con el obispo donde, entre otras cosas, le suplica ver la posibilidad de su cambio a un sitio más benigno por considerar a éste insalubre y de mucha “fragosidad”, dicho de otra forma inhóspito. El curato del Real de San Sebastián y minas de Hostotipac (jurisdicción), enclavado en la Sierra Madre del Sur, de contrastante paisaje con sinuosos caminos y veredas, del cual llevó a cabo una pormenorizada y minuciosa descripción de todos y cada uno de los rincones de esta parroquia, fue por demás una gran labor, de ahí que hoy podemos gozar del resultado del penoso recorrido efectuado por el cura José Remigio Sánchez de Porres, éste por espacio de ocho años administró dicho curato mismos que le permitieron conocer las bondades y las penurias, no solo de la feligresía sino del territorio y su naturaleza. José María Remigio Sánchez es un hombre ilustrado nacido en el pueblo de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos el 1° de octubre de 1780, hijo de Don Miguel Sánchez y Doña Nicolasa de Anda, su nombre lo recibe de su abuelo, propiamente por ser el primogénito y conservándose así el linaje. Sánchez de Porres, estudió en el Seminario Conciliar Señor San José, sus títulos los obtiene en 1805 y para 1808 ya se encuentra en el Real de San Sebastián en calidad de auxiliar del cura Ignacio Isidro García, éste último muere al poco tiempo dejando vacante el curato hasta que el 17 de marzo de 1810, toma posesión Remigio Sánchez permaneciendo allí hasta finales de 1819. 2 La jurisdicción de curato del Real de San Sebastián entre 1810 y 1818 estaba comprendida por 39 localidades, su categoría irá desde la cabecera hasta los ranchos, teniéndose noticia de estos en el pormenorizado Plan de el Curato de el Real de San Sebastián, firmado en noviembre de 1818, el documento es un manuscrito que el Párroco José Remigio Sánchez de Porres dedicó al Obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas, a quien le externa su obediencia y de paso le comenta que en la soledad de aquellos lugares lo escribe, esto simplemente con la esperanza de ser removido a otro curato, es así que el 22 de diciembre de 1819 pasa al curato de Tequila. Los primeros años de la administración parroquial de Remigio Sánchez coinciden con el inicio del movimiento armado, como testimonio de ello queda registrado en el Libro Cuatro de Gobierno de la parroquia del Real de San Sebastián, diversos sucesos originados entre 1810 y 1818 como fueron: “las actividades de los rebeldes, la ideología que se está difundiendo, los errores de la misma, la condena de Hidalgo”. En el Plan del Curato, escrito del Pbro. Sánchez, refiere a uno de los hombres más trabajadores y ricos, de nombre Juan Esteban de Isas que vivía en la localidad denominada La Estancia, conformada ésta por varios ranchos de los cuales se consideraba el más próspero y rico el llamado El Remate, propiedad de Isas que el cura distingue como el rancho más fértil y rico de toda la jurisdicción parroquial; al referirse a su propietario señala “el sujeto que lo posee es el más laborioso que hay en todo el Curato, quién como digo antes es Juan Estevan de Ysas. Yo quisiera hacer una digresión para elogiar como es justo, de los progresos y virtudes de este famoso Feligrés, pero no viniendo al caso solo diré que el es un infeliz Mulato de Origen Tepatiteco, vino a esta tierra buscando en que trabajar de operario, muy pobre y en el día tiene como 1600 pesos…” Estos comentarios revelan una postura racista, que sin ningún miramiento queda plasmada en un documento dirigido al Obispo, que seguramente pasó por manos del Secretario del mitrado Cabañas, así de una forma tan natural se refiere a Remigio a Isas como un infeliz mulato, ello tras aclarar que tiene virtudes, que es laborioso y da trabajo a mucha gente, dejándonos ver que simplemente no se contraponen su situación de mulato con lo rico y generoso que es, pero no deja de ser infeliz por su condición racial. Es aquí donde cabe la reflexión, pero no es válida si no comprendemos el medio social en que se educó José Remigio, sus estudios eclesiásticos, de su ordenación, de los cuales existen testimonios escritos que hablan de la importancia de poseer la pureza de sangre. También existe la posibilidad de que al referirse al mulato Isas, José Remigio establezca consciente, o inconscientemente, una comparación con el dueño de la Hacienda de Caña, llamada San Xavier, perteneciente a su hermano Pablo quien al no ser el primogénito quedó registrado como Sánchez de Anda, esta hacienda era poseedora de diez mil surcos de caña, con 20 o 30 3 operarios, 50 mulas de carga y de tiro; esto junto con la descripción que hace de otras propiedades que en su conjunto conformaban la localidad denominada La Estancia, deja entrever que al referirse a los otros propietarios lo hace en términos de ranchos o rancheros mientras que su hermano es poseedor de una hacienda, dándole así otro rango. Todo lo anterior nos llevó a seleccionar a José Remigio Sánchez de Porres como un buen ejemplo del cómo se miró y se vivió la independencia en una apartada región, de la que quedan una serie de testimonios que nos ayudan a comprender mejor la idiosincrasia, la situación socioeconómica y la reacción ante la guerra. Otro elemento fundamental es el discurso y la postura tanto del Virrey como del Obispo en turno, cuyos testimonios quedan manifiestos en los documentos transcritos en los libros de Gobierno Parroquial, por lo que se digitalizó (en fotografía) de la foja 155 a la foja 212, para hacer el presente trabajo. Tan sólo nos queda analizar ambas fuentes para establecer cuál fue la realidad, las causas que llevaron al gobierno virreinal a lanzar algunas proclamas y el cómo fueron recibidas e interpretadas en un pequeño curato. Caso de Estudio Se trata de 17 documentos, que como se dijo anteriormente corresponden al Libro de Gobierno número Cuatro/1804-1848 (entre circulares, proclamas, edictos, bandos, órdenes, oficios, cédulas y comunicaciones), breves algunos de ellos y otros de considerable extensión, los cuales una vez que se paleografiaron, nos permitieron hacer los planteamientos que recién hemos asentado en el párrafo precedente. A continuación se enlistarán dichos documentos con sus pormenores a fin de que, cuando se aborden en el texto, resulte más clara su alusión: Documento 1: Tipo de documento: Asunto: Proclama del Arzobispo Virrey Exhortación a la unión, la paz y lealtad en la México 23 de enero de 1810 Nueva España Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Circular de Arzobispo de Guadalajara 24 de mayo de 1810 16 de febrero de 1810 155-166 Tenemos una circular que exhorta a la unión, desterrando los temores, enfatiza esa unión en las ideas y los sentimientos de todos los habitantes y les recuerda el contenido de la circular de 808, 4 que, con motivo de los hechos de Bayona (abdicación de Carlos IV rey de España y su hijo Fernando VII), les envió y donde él promueve la unión y la paz. Concluye con la consabida orden de que el documento con la proclama deberá ser transcrito en el Libro de Gobierno y enviar el original al siguiente curato de acuerdo al orden del derrotero (itinerario). Luego viene la nota donde Remigio Sánchez certifica que queda transcrito en el libro de Gobierno, firmado por él en el Real de San Sebastián el 24 de mayo de 1810, esto sucedía a escasos 16 días de la destitución del Virrey por la Regencia establecida en Cádiz, provisionalmente se le otorgaba el poder a la Real Audiencia. En la proclama, el Arzobispo Virrey Javier Lizana y Beaumont se dirige a los vasallos del rey Fernando VII. El virrey enfatiza, que como es habitual en él, se dirige a ellos como un padre con sus propias palabras con estilo y dulzura. Les recuerda que le deben fidelidad al rey por el juramento que han hecho y así entonces deben de sostenerlo, que de ser necesario deben de defenderlo con su propia vida y con valentía. En el discurso se comprende la insinuación del virrey sobre que, en caso de que la antigua España caiga bajo la dominación del tirano Napoleón, su hermana la nueva España no reconocerá a otro rey que los Borbones y le dará asilo. En cuanto Napoleón Bonaparte recibe el calificativo de águila rapante de Córcega, de la misma forma figurativa señala que saltó los Pirineos. Es evidente no solamente el repudio sino la intención de demostrar que Napoleón y su ejército logran la hazaña no por méritos militares, sino por su perfidia, engaño y malicia. Hace la pertinente aclaración que aún quedan provincias españolas sin ser sometidas y no caerá en su totalidad la antigua España. Menciona la reciente guerra declarada a Dinamarca por parte de España, lo cual no debe de sembrar el temor en las colonias, se refiere a la patria en común e insiste que Napoleón no destruirá el imperio de Fernando en México, como corresponde a su investidura eclesiástica todo ello lo hará invocando a dios y presumiendo de las pruebas que de ello tiene el rey. Dentro del discurso se repiten los términos de engaño, traición, perfidia, sorpresa del ejército napoleónico o del propio Napoleón. Tranquiliza a la nueva España diciéndole que Napoleón les subestima al pensar que sus habitantes no tienen carácter ni son ilustrados, que no tiene ejército ni disciplina militar, en pocas palabras que no hay quién le enfrente en caso de invadir la colonia. Lo cierto es que el Arzobispo-Virrey le había dedicado especial atención al ejército reorganizándolo y dotándolo de armas recién compradas a Inglaterra, por consiguiente era una forma de demostrar su tino y previsión al respecto. Un aspecto social con repercusiones del orden económico-político, es el que pretende esclarecer sobre las supuestas diferencias que Bonaparte percibe entre los peninsulares, criollos ricos y el resto de la población, refiriéndose a los primeros dice que les considera “estar 5 sumergidos y afeminados en la opulencia” y de los segundos “están bajo el yugo duro e insoportable, sepultados en las cavernas de las minas”. Lanza el virrey una advertencia a Napoleón no sin antes hablar de las cualidades del ejército de la nueva España, para enseguida decirle del odio que le profesan a él y al nombre francés; concluye llamándole persona sacrílega. Cambia el tono del discurso al referirse al amado rey Fernando VII, pero nuevamente enfatiza la sed de vengar a la patria en común y de exterminar la raza y memoria de los napoleones, a quienes define como monstruos de la irreligión del despotismo. Otra parte que vale la pena rescatar, y que no está por demás decirlo, es cuando comienza recordándoles que son vasallos de Fernando VII, en esta parte se refiere a los diferentes recursos naturales y humanos con que cuenta la nueva España, les llama inimaginables y enormes, advierte que Napoleón desconoce dicho potencial, pero siembra el temor al decir lo que sucedería de llevar éste a cabo sus negras intenciones de esclavizar a “este pueblo feliz, que hoy es la envidia del universo”, “apoderándose del oro y la plata”. Lo más fascinante es la forma como prosigue en su discurso de terror, advierte sobre la forma como actúa Napoleón Bonaparte en los casos de invasión saqueando casas, iglesias, robando, violando tanto a las vírgenes como a las matronas, además el les concede a sus soldados dos horas para saqueo y lujuria, entre paréntesis el comentario del Pbro. Remigio Sánchez: 2y palpita el corazón al oírlo, la mano se estremece al escribirlo”. El discurso continúa y el virrey hace la pregunta: ¿permitirán tales atropellos los descendientes de aquellos héroes que lucharon contra los sarracenos? ¿Los que se establecieron en el Nuevo Mundo trayendo la religión católica y a Carlos V con sus sucesores?, menciona que este vasto y rico territorio se puede convertir en sede de la monarquía y de la iglesia. Esto le conduce a referirse a las dudas sobre qué partido tomar, aclarando que indudablemente debe de ser el de la Nueva España y su virrey, agrega que no hay que hacer caso sobre lo que se dice acerca de la pericia militar, lo numeroso y valeroso del ejército napoleónico, concluye que el triunfo de este último se debe a su política maquiavélica. Napoleón se encuentra mal informado por infames satélites (subordinados y/o mercenarios) sobre las diferencias existentes entre criollos y gachupines, que se cree se basan en envidias, resentimientos y odio. Enfatiza el virrey en la falacia, en la mentira que de seguro ha llevado al corzo a construir torres. No podemos pasar por alto que una de las grandes fallas del Arzobispo Virrey Lizana, es el haber sido negligente en materia de controlar la divulgación de las ideas de emancipación que directa o indirectamente se manifestaron a través de impresos, mismos que circulaban en la capital y diversas poblaciones. De ahí que como medida previsora enviaría circulares y proclamas a los 6 diferentes rangos de gobierno civil y eclesiástico, al tener este último el contacto directo con la población y el medio idóneo de la comunicación como lo fue el sistema del derrotero, es entonces al clero que le dirige un buen número de proclamas. Dentro del aspecto social pero que indudablemente atañe también al orden político, económico y cultural es la aclaración hecha por el Virrey Lizana Beaumont, cuando explica que en realidad no existe rivalidad ni diferencias entre los gachupines y los criollos, argumentando lo siguiente: “Los sencillos nombres de gachupín y criollo han servido por espacio de 300 años para indicar solamente el nacimiento personal de los españoles habitantes de este nuevo mundo; pero jamás han merecido distinción para el aprecio, los empleos y los honores, ni en la consideración de las leyes, ni en el ánimo de los monarcas. Gachupín es un español nacido en Europa, criollo es un español nacido en América; gachupín es el padre del criollo; criollo es el hijo del gachupín; gachupín es el marido de la hija del criollo, criollo es el abuelo de los hijos del gachupín ¿qué más? Los criollos y los gachupines son como 2 hermanos entre sí o como un tío y un sobrino, porque o todos son hijos de españoles o el gachupín es hermano del padre del criollo o como tales han vivido tres siglos pacíficamente habitando unos y otros este floreciente, rico y numeroso imperio y quien que no sea el atolondrado conquistador del orbe podrá persuadirse una emulación perjudicial y una desavenencia de voluntades entre el padre y el hijo, entre el marido y su esposa, entre dos hermanos que tienen un mismo abuelo? El criollo da gustoso su hija y su caudal al español europeo, quiere, ama tiernamente a aquella y cuida este lo conserva lo aumenta y lo hace pasar florido a los nietos del español americano....” La conclusión es que se trata de tan solo un término que se había venido usando desde 300 años, que no puede tener otro significado que el de la procedencia, esto es, se aplica para los españoles nacidos en España y queda demostrado que los fuertes lazos que les une a los criollos se han dado a lo largo de la colonia y que el temible Napoleón no podrá romper, como sucede a lo largo de toda la proclama vuelve a exhortarlos a la unión. Aclara que tan solo son unos pocos los que se han dejado llevar por las influencias extranjeras, pero que se trata de personas sin educación, ni ideas que en realidad no desestabilizan al gobierno, pero sí molestan a la sociedad. Ni los hechos de la capital, ni los de Valladolid o Querétaro, como tampoco en el caso de los pueblos donde hubo leves acontecimientos y rumores. En cuanto a los que con su actitud han apoyado los sucesos acaecidos en España, él como virrey los ha pretendido corregir, se lamenta por su mala salud en más de una ocasión. Describe el como en ocasión del Te Deum y triduo llevado a cabo por la iglesia, la actitud del pueblo le conmovió hasta llegar a derramar lágrimas, cuando él mismo presenció que por las calles iban fraternalmente enlazados al español con el indio, al soldado con el paisano, al clérigo 7 con el jornalero, al religioso con el artesano, quienes vitoreaban a Fernando VII y repudiaban a Napoleón. Pide para el rey amor, unión dado que está a punto de perder la corona y con ello los pueblos que le dio el cielo. Indica que la esperanza está depositada en los hermanos de América. Se refiere a lo erróneo de las ideas entre otras cosas indecorosas de extranjeros filósofos y políticos en cuanto al carácter débil de los que han nacido bajo la zona tórrida, entonces él aclara “el clima de América no hace degenerar la sangre, ni las costumbres españolas, antes bien que los rayos del sol que hieren más perpendicularmente sobre vuestras cabezas os hacen vivos en el ingenio, más espirituosos en las virtudes y más entusiastas en el honor…”. Argumenta que para la defensa y libertad de ambas, la vieja y la nueva España, de ser necesario será capaz de él “junto con el clero secular y regular con un Crucifijo enarbolado a reclutar nuevos soldados fuertes y animosos, que unidos a los que ya tenemos impidan violar esta tierra por las impuras y sacrílegas plantas de las tropas francesas….”. Agrega a ello “y les diría lo que el rey David dijo al gigante Goliat: tú atrevido vienes a mí con tropas y armas poderosas yo saldré contra ti en nombre del Señor”. “Vuestro valor, nuestra unión recíproca, vuestros generosos y abundantes auxilios pondrán en las orillas del mar del norte de este precioso continente un muro impenetrable a las armas desoladoras del tirano de Europa...”. Aclara que podría continuar consolándolos pero dadas las apremiantes circunstancias y su mala salud se despide con el bastión y con el báculo pastoral en la otra mano da su bendición. Documento 2: Tipo de documento: Asunto: Orden Circular Exhorta a los párrocos para que inculquen Guadalajara, 13 de julio 1810 fidelidad a sus feligreses para con el gobierno legal. Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Obispo Juan Cruz 22 de agosto de 1810 171-174 Además del exhorto, critica el Obispo las proclamas del tirano Napoleón, de sus emisarios y satélites, aclara que ninguna persona sensata puede leerlas sin repudiarlas, menciona que ya han sido analizadas por las tres fuerzas más temidas: el Santo Tribunal de la Fe, el Superior Gobierno de la Nueva España y la Real Audiencia de la Nueva Galicia. Indica que le corresponde al clero inculcar el odio hacia “ese hombre que puja (mejora) a Maquiavelo, en su fuerza y astucia”. Paso 8 segundo lanza una crítica sobre el hermano de Napoleón, José a quien llama inepto para mandar no solo a una nación sino inclusive a “una miserable tribu de hombres errantes”. Asegura que para el logro de la encomienda como ya es costumbre en cumplimiento de su deber, tanto en lo particular como en lo público, promuevan la fidelidad al rey Fernando VII. Por último agrega que deberán de orientar a dos tipos de individuos aquellos que hablan sin entender el sentido de las cosas y los que aún comprendiéndolas las paran o reprimen “malignamente”. No existe diferencia alguna ni originalidad si le comparamos con la proclama del Virrey Arzobispo Lizana Beaumont del 16 de febrero y la presente del 13 de julio, firmada por el obispo Cabañas. En la foja 173 el Cura Remigio Sánchez hace la aclaración “Con el anterior vino incluso un bando que a la letra es del tenor siguiente”. Se trata de una proclama de José Napoleón rey de España y de América, emitida en Madrid el 3 de octubre del año próximo anterior, dirigida al clero de las Américas españolas y un ejemplar impreso sin fecha que se dirige a los ciudadanos de América. En todo caso ambas proclamas son condenadas a ser quemadas por el Arzobispo Virrey y la Real Audiencia, que lo mismo se haría en la plaza mayor de Guadalajara, advierte Cabañas que no sean leídas ni que circulen en caso de haber sido introducidas en este reino. Dado en México 16 de junio de 1810, lo firman Pedro Catani, Guillermo Aguirre y Tomás González. Lo copia y firma José Remigio Sánchez. Documento 3: Tipo de documento: Asunto: Edicto del Santo Oficio Exhibición México, 26 de enero de 1811 sediciosos Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: y presentación de documentos 19 de abril de 1811 174-177 Este documento es un edicto general de fe del Santo Oficio mediante el cual se exhortaba, requería y mandaba a cualquier celoso, católico y fiel vasallo, so pena de excomunión mayor y pecuniaria, a que trajesen, exhibiesen y presentaren las proclamas, bandos y cualquier otro papel sedicioso, impreso o manuscrito, ante la Inquisición y sus comisarios y denunciaren a los que los tuvieren, ocultaren y propagasen propuestas con espíritu de independencia y sedición. Los inquisidores referían haberles llegado a sus manos tres distintas proclamas, la del rebelde cura Hidalgo, otra de un patriota de Lagos y la de Ignacio Antonio Rayón en Tlalpujagua. 9 Hacen referencia de anteriores edictos, emitidos por esa institución desde 1790 hasta 1810, contra todas aquellas personas que recibiesen papeles, mantuviesen trato y correspondencia con los sediciosos y les prestasen ayuda y los que no denunciaren ideas revolucionarias transmitidas de mano en mano con peligro de la patria y la religión. De manera puntual y con base en las ideas asentadas en el manifiesto de Miguel Hidalgo y Costilla, los inquisidores lo califican de hereje e impío por su ateismo y materialismo, de luterano, de hipócrita, antemural de la religión y estado, de ateo cruel y deshonesto por haber alucinado a tantos miserables y haberlos hecho víctima del proyecto de trastornar el trono y la religión. Hacen alusión de como todos estos documentos condenados ya se han quemado públicamente en la plaza y prohibidos bajo pena de alta traición. El párroco de nuestra población lo recibió y copió a poco menos de tres meses de haberse elaborado en la Inquisición de México. Documento 4: Tipo de documento: Asunto: Circular Previene medios para difundir los programas y 21 de febrero de 1811 doctrinas de rebelión Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Obispado de Guadalajara 31 de mayo de 1811 178 Pasados 42 días, de la trascripción del último documento, encontramos un circular previniendo medios para difundir los programas y doctrinas de rebelión, elaborado por el gobernador provisor y vicario del obispado. Se les pedía a los ministros continua predicación del evangelio y clara explicación de los principios de la religión y moral cristiana en el curato para consolidar la tranquilidad y sosiego que se disfrutaba y así alejar de los fieles las ideas falsas que inspiraron a los rebeldes y que solo trajeron males, desgracias y convulsiones. Paradójico fue que al término de la copia de este circular, el cura Sánchez, el mismo día haya recibido también un bando del Virrey, por conducto del pueblo de Tomatlán, con un oficio inserto del gobernador de la mitra de Guadalajara y no lo haya podido asentar en el libro de gobierno dado que, manifestó la llegada de los insurgentes a San Sebastián del Oeste y por ello no llegó a saber mas de dicho documento. Apenas si el circular anterior hablaba de consolidar la tranquilidad y sosiego que se vivía. 10 Documento 5: Tipo de documento: Asunto: Orden del Virrey Concesión de premios y distinciones a personal México, 30 de julio de 1811 militar por la defensa del virreinato Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Inquisición en Guadalajara 31 de marzo de 1812 179 Pasaron casi 10 meses para que el párroco recibiera y copiara en el libro de gobierno, una superior orden del virrey de México emitida dos meses después de la circular descrita en foja 178 pero cuya noticia llega con bastante retraso. Se trataba de la resolución de la máxima autoridad en la Nueva España para conceder premios y distinciones y dar las gracias en nombre de la nación a los jefes militares, oficiales y tropa por su papel preponderante en el restablecimiento y tranquilidad del reino cuya lealtad había sido inalterable y por ello los declaraba beneméritos de la patria dado que pusieron orden en las provincias seducidas. Esta información fue dirigida a todos los fieles vasallos para que se conociese en las ciudades, villas y lugares del reino a través de numerosos ejemplares que se publicaron y remitieron a los tribunales, prelados eclesiásticos, magistrados y jefes militares. Documento 6: Tipo de documento: Asunto: Edicto del Santo Oficio Exhibición México, 26 de enero de 1811 sediciosos Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Inquisición en Guadalajara 31 de marzo de 1812 13 de mayo de 1811 179-184 y presentación de documentos El último día del mes de marzo de 1812, se recibe en la población en cuestión, por parte del comisario de la Inquisición en Guadalajara, un oficio que acompañaba un edicto, mismo que arribó también con bastante retraso, se exhortaba a los clérigos por su pronta publicación, explicación y de hacerlo entender a los pueblos por convenir así al servicio de ambas majestades. El edicto 11 inquisitorial no era otro sino aquel relacionado con las proclamas rebeldes de Hidalgo y otros sediciosos que ya había sido copiado en toda su extensión por el mismo señor cura y el cual en párrafos anteriores hemos descrito. El señor cura vuelve a transcribirlo en el libro parroquial e hizo la anotación final de que concordaba en todo con el anterior copiado a fojas 174-177. Cuando el oficio fue elaborado, la algidez del movimiento libertario estaba en pleno fragor, aquí en Guadalajara, meses antes había llegado Miguel Hidalgo y Costilla con sus tropas, había permanecido en la ciudad, donde logró organizar el primer gobierno independentista, había abolido la esclavitud en los primeros días de diciembre de 1810; el 17 de enero de 1811 la batalla en Puente de Calderón, a las afueras de la ciudad, tuvo en vilo a las autoridades civiles y eclesiásticas; no en vano los afanes porque la estela sediciosa no se consolidara y aunque los principales gestores rebeldes morirían en pocos meses, el aparato de defensa virreinal seguiría su curso, no obstante que las comunicaciones llegaran a conocerse con mucha posterioridad, como lo es el caso, el mandato de publicación en todos los rincones para fijar copia auténtica en la parte acostumbrada, a continuación certificarlo y darle dirección al curato que por escala correspondiera no cesó. Quedaban aún por delante defensas importantes para ambas partes en gesta. Documento 7: Tipo de documento: Asunto: Edicto del Arzobispado de Guadalajara Denuncia de acciones rebeldes por parte de 11 de septiembre de 1811 clérigos Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Arzobispado de Guadalajara 31 de marzo de 1812 184-187 Este edicto fue elaborado en las circunstancias que acabamos de mencionar en el párrafo antecedente. Se ordenaba a los eclesiásticos: “Que cuantas veces sean requeridos por el gobierno legítimo sobre dar informes o comunicar noticias relativas a la persecución y destrucción de esas gavillas y de las infernales tramas de la rebelión, estén prontos a decir cuanto supieren y aun a comunicar oficiosamente cuantas juzgaren oportunas e interesantes, anteponiendo así en uno como en otro caso la protesta, de que cuanto dicen es con el fin solo de contribuir al sosiego y bien público; y suplicando así mismo que por su dicho no se siga muerte ni derramamiento de sangre; en la firme inteligencia de que así concilian las obligaciones de eclesiásticos con las de buenos ciudadanos y fieles vasallos.” 12 Esta ordenanza contenía diversos planteamientos y argumentaciones para hacer ver a los ministros de la iglesia que el acusar, denunciar e informar a jueces, militares y políticos, las acciones de los rebeldes, no constituía un crimen opuesto a la mansedumbre clerical y en estos casos las voces de los sagrados cánones que prohibían a los clérigos tener influjo en penas capitales y derramamiento de sangre no aplicaban, dado que se reconocía la necesidad en que éstos se hallaban de cooperar por ese medio, tal vez único, en defensa de la más santa de las causas y al decidido término de una sedición destructora. La predicación, el ejemplo y los consejos de los ministros del altar ya no habían sido eficaces para mover la obstinación de los sediciosos en su causa y para cuyo exterminio no quedaba otro arbitrio más que la fuerza que ejercía el gobierno legítimo y para aplicarla con la utilidad y tino, el auxilio en noticias oportunamente sabidas y comunicadas era lo que se necesitaba, con mucha más razón si se avisaba a los magistrados de las conjuraciones que se tramaban y de los atentados que se cometían contra la religión, la patria y el estado. La propagación sin límite de los males públicos de toda especie sí que dolerían si estuviesen apoyados en el delincuente silencio de algún clérigo que habiendo hablado a tiempo podía haberlos precavido y del mismo modo, sí aún después de sucedidos en un lugar pudo evitar que se cometiesen en otro. Se trataba de la restauración del orden y bien público, la conservación de la patria, la de los eclesiásticos mismos y la de los compatriotas y ciudadanos. Documento 8: Tipo de documento: Asunto: Edicto del Arzobispado de Guadalajara Dispensa para comer carnes en los días 13 de febrero de 1812 cuadragesimales y de abstinencia Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Oficio de la mitra 31 de marzo de 1812 188-190 En la misma fecha en que recibió el padre Sánchez los dos últimos documentos, asentaba igualmente un tercero, consistente en oficio y edicto del obispado de Guadalajara relativos a conceder a los fieles dispensa para que pudieran comer carnes saludables en los días cuadragesimales y de abstinencia, mismos que ya se acercaban, a falta de bulas de la santa cruzada. Todo lo anterior debido a la notoria escasez y carestía de alimentos de abstinencias que 13 se padecía por igual, ya en la propia ciudad como en el resto del obispado, derivado de la cuadrillas de asesinos y ladrones que infestaban los caminos, quienes ponían trabas al tráfico y comercio en todos los giros y que para el goce de esta dispensa habrían los creyentes de contribuir y poner en las arcas o cepos una limosna según la tasa relativa a su clase y condición. Documento 9: Tipo de documento: Asunto: Decreto de la Corte de Cádiz Celebración del aniversario de la publicación de Cádiz, 15 de marzo de 1813 la Constitución de la monarquía española Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Circular del Obispado de Guadalajara 19 de febrero de 1814 8 de febrero de 1814 191-192 Pasarían casi dos años para que se asentara un circular con decreto, elaborado por la Corte, mismo en el que se preveía la celebración del aniversario de la publicación de la Constitución de la monarquía española, el 19 de marzo; se decretaba vestirse la corte de gala todos los años, habría besamanos e iluminación general, se cantaría un solemne Te Deum en todas las iglesias y harían salvas de artillería todos los ejércitos en las plazas de la monarquía. Se dispuso que la regencia provisional del reino lo entendiera y dispusiera lo necesario para su cumplimiento haciéndolo imprimir, publicar y circular y por ello se mandó a todos los tribunales, justicias, jefes, gobernadores y demás autoridades civiles, militares y eclesiásticas. El obispo de Guadalajara, Juan Cruz, firmó el circular y once días después se recibe en San Sebastián del Oeste. El ministerio de gobernación de la península decretaba lo anterior en ausencia y por cautividad de Fernando VII; recuérdese había una regencia provisional del reino nombrada por las cortes generales y extraordinarias y se regían por la Constitución promulgada en Cádiz en 1812, misma de la cual el decreto ordenaba la celebración de su aniversario de proclamación. Documento 10: Tipo de documento: Asunto: Decreto del Virrey de la Nueva España Competencias de jurisdicción en todo el territorio México, 10 de noviembre de 1813 14 Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: 13 de mayo de 1814 192-195 El sacerdote Sánchez recibió y trascribió un decreto expedido por el Virrey de la Nueva España Félix María Calleja del Rey. El decreto de las cortes hablaba sobre competencias de jurisdicción en todo el territorio de la monarquía que el supremo ministerio de ultramar había comunicado casi seis meses antes. Doce eran los artículos que prevenían los casos a dirimir por el Supremo Tribunal de Justicia sobre competencias de las audiencias entre sí y las de las audiencias con los tribunales especiales, con jueces ordinarios u otras justicias. Documento 11: Tipo de documento: Asunto: Manifiesto del Ministro Universal de Indias Regreso del soberano y restitución del Consejo Madrid, 20 de julio de 1814 Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: 4 de octubre de 1815 195-197 Este manifiesto del Ministro Universal de Indias, el español Miguel de Lardizábal y Uribe, hacía alusión de que en Madrid ya estaba Fernando VII como soberano para reinar en paz y en justicia; de la restitución que éste había hecho del Consejo, destruido por las Cortes; recalcaba la designación por parte del rey de cinco americanos en éste, además de otro en el Consejo y Cámara de Castilla y dos más a la cabeza de ministerios importantes como lo eran el de Estado y el de las Indias. Restablecido el ministerio que encabezaba, Lardizábal hacía ver que estando éste bajo una sola mano, las suyas y, no habiendo otro objeto más que atender los asuntos que surgiesen en las Indias, sus afanes y desvelos serían solventarlos para que ya no hubiesen órdenes contradictorias que tantas veces se presentaron, ni tampoco pasarían meses o años sin contestarse las peticiones o acciones que infinitas veces, en el pasado, no se atendieron. Recalcaba que por su conducto, al rey de pronta manera, le llegarían todas las quejas, agravios o solicitudes que se formularan. Aquí es prudente recordar que este personaje, tras la jura de la Constitución de 1808, en Bayona, se le designó representante de la Junta Central en Nueva España y aquí ejerció como tal; 15 escribió y publicó varios ensayos negando la legitimidad de las Cortes, lo que lo llevó a ser arrestado y repatriado en 1811 y pasado el tiempo, en 1814, al regreso del rey a su trono, se le da el ministerio de las Indias recién mencionado en el párrafo anterior. Cierra su manifiesto con la alusión “Acabad ya esa guerra destructora de vosotros mismos: conoced que la independencia es una quimera impracticable y que el intentarla no puede producir más que vuestra propia ruina. No haya entre vosotros esa fatal rivalidad de nacidos en España o en América: no seáis ingratos a vuestros padres, que es la monstruosidad más escandalosa, y de que tiembla la naturaleza y se horroriza. Sed verdaderos y honrados españoles si queréis merecer el nombre de buenos americanos; y si lo fuereis, contad seguramente con el rey y en segundo lugar contad con su ministro, vuestro fiel y afectísimo paisano.” Documento 12: Tipo de documento: Asunto: Orden del Virrey de Nueva España Orden sobre eclesiásticos rebeldes México, 1º de septiembre 1816 Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Obispo de Guadalajara 9 de diciembre de 1816 Zapopan, 1º de diciembre de 1816 197-199 La superior orden dada por el Virrey de Nueva España, Félix Calleja, mandaba que por ser notoria la pacificación del reino y esperándose el pronto restablecimiento de la tranquilidad pública y las comunicaciones aun de las provincias más distantes y de la capital y por haber quedado en su vigor y fuerza las leyes, bandos y órdenes que regían con respecto a los eclesiásticos, seculares y regulares, que todavía se encontraban entre los rebeldes que acaudillaban gavillas u operaban de cualquier modo a sostener el partido de los infieles, se abstuviesen en el resto de los casos los comandantes generales y particulares de las divisiones o distritos comprendidos en la diócesis del arzobispado a proceder contra cualquier eclesiástico. Debía darse cuenta a la superioridad y aguardar su resolución. Se asentaba igualmente que en el resto de las diócesis del reino los jefes militares debían proceder de la misma manera; serían los obispos o cabildos quienes acordarían las providencias convenientes a tomar cuando algún eclesiástico olvidase las obligaciones que le imponía su sagrado ministerio. Se encargaba particularmente a jefes y comandantes que sus subordinados faltasen al miramiento, aprecio y 16 distinción a que era acreedora esta clase del estado que con celo cuidaban del pacto espiritual de sus feligreses y los mantenían en la obediencia debida al rey. Documento 13: Tipo de documento: Asunto: Decreto Real Prohibición de algunos Catecismos Políticos España, 22 de marzo de 1816 Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: 3 de abril de 1817 199-202 Este decreto encargaba se recogiesen en las respectivas diócesis y territorios ejemplares de folletos con título de catecismos políticos y religiosos recibidos en las escuelas de primeras letras para la enseñanza de la niñez así como de los publicados y circulantes en los pueblos; la doctrina que contenían éstos era subversiva, sediciosa y destructora del orden público y en algunos se observaban errores teológicos. Prohibían la lectura y enseñanza de los catecismos dado que los fiscales del Supremo Consejo de las Indias expresaron que dichos escritos eran perjudiciales en España, y por ende mucho mas deberían serlo en los dominios ultramarinos, especialmente en las provincias insurrectas donde sus gobernantes pusieron mayor conato en esparcir esta clase de papeles incendiarios con el propósito de extraviar el espíritu de la juventud y corromper la opinión pública trayendo consigo un diluvio de calamidades sobre los pueblos sencillos e incautos que se dejaron deslumbrar con sus máximas y teorías por razón de sus títulos, por su poco costo y prodigalidad con la que se esparcieron. Se ordenaba proceder a recoger los ejemplares y advertir que se castigaría con la mayor severidad a los maestros que los continuaran usando después de recogidos. En el viejo continente, cuando este decreto se dio a conocer se remitieron cinco impresos: el primero titulado Catecismo Político arreglado a la constitución de la monarquía española para ilustración del pueblo, instrucción de la juventud y uso de las escuelas de primeras letras, por D. J. C., en Córdoba, imprenta real de Don Rafael García Domínguez, 1812; el segundo, denominado Catecismo Patriótico o breve exposición de las obligaciones naturales, civiles y religiosas de un buen español, compuesto por un párroco del arzobispado de Toledo, Madrid, imprenta de Ibarra, 1813; el tercero llamado Lecciones políticas para el uso de la juventud española, por el Dr. Don Manuel Cépero cura del Sagrario de Sevilla, impreso en Sevilla por Don José Hidalgo, 1813; el 17 cuarto, Catecismo Político Español Constitucional que a imitación que el de doctrina cristiana compuesta por el Sr. Reynoso, por S. D. D. S. A., en Málaga, en la oficina de Don Luis Carrera, 1814; y el quinto, Catecismo Cristiano Político, por un magistrado para la educación de su hijo, Ayuntamiento de Antequera para uso de sus escuelas, impreso en Atenquera por la viuda e hijos de Gálvez, 1814. Documento 14: Tipo de documento: Asunto: Cédula Real Comunicación de matrimonios reales 22 de marzo de 1816 Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: 3 de abril de 1817 203 El cura recibió y copió esta Cédula del rey relativa a su matrimonio con su sobrina Doña María Isabel Francisca, así como también el matrimonio de su hermano Carlos con otra de sus sobrinas, Doña María Francisca de Asís. Documento 15: Tipo de documento: Asunto: Oficio del Brigadier, Gobernador, Comandante Comunicación de triunfo de tropas reales sobre Militar e Intendente de provincia los jefes insurgentes Mier y Sardà Zacatecas, 23 de junio de 1817 Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: Obispado de Guadalajara 11 de julio de 1817 26 de junio de 1817 209-210 La comunicación versaba sobre que el comandante general de San Luis Potosí, el día 15 de junio, acabó con todos los enemigos que se hallaban fortificados en el fuerte de Soto la Marina, los cabecillas Mier y Sardà, compañeros de Mina. Recordemos que el revolucionario español Francisco Javier Mina organizó la División Auxiliar del Congreso Mexicano para encuadrar las fuerzas insurrectas desplegadas en territorio mexicano fue quien convenció a Fray Servando 18 Teresa de Mier para pelear por la Independencia del virreinato de la Nueva España. El mayor José Sarda fue parte de esta lucha que igualmente cayó con Mier en la toma de este fuerte. Documento 16: Tipo de documento: Asunto: Decreto Comunicación sobre los avances del general Guadalajara, 23 junio de 1816 Mina y orden sobre esto Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: 11 de julio de 1817 210-211 Por el arrojo del general Mina, a quien se adjetivaba como execrable y pérfido, al penetrar hasta la provincia de San Luis Potosí para unirse a los rebeldes del Bajío y dar aliento a la rebelión, a la cabeza de mas de 300 extranjeros se mandaba a los párrocos apurar los esfuerzos de vigilancia y celo; así para estar a la mira de cuanto pudiera ocurrir y avisarlo con oportunidad, como para inspirar en los feligreses los sentimientos mejores y mas conducentes, a consolidarlos en su adhesión a la justa y santa causa; a excitarlos a sostenerla con vigor; a preservarlos de la perversión y extravío; a prevenirlos contra tales enemigos con una patética descripción o explicación de la horrenda y negra empresa de los insurrectos y con vivos y frecuentes anuncios de los indecibles males que ello pudiera producir en lo espiritual y temporal si todos como son obligados por todos títulos y aún por el de evitar su propia ruina no cooperaran a la destrucción del movimiento libertario. Documento 17: Tipo de documento: Asunto: Oficio Derrota de Mier y sus fuerzas Guadalajara, 26 junio de 1816 Tramitación hecha por: Fecha de trascripción y fojas: 11 de julio de 1817 211-212 19 Se ordenaba a los párrocos el esmero en dar gracias solemnes al todopoderoso en reconocimiento a la ya mencionada, en párrafos anteriores, toma del punto Soto la Marina, por ser este hecho singular e interesante a la iglesia y al estado, a la pacificación de este reino y a su verdadera felicidad. La destrucción de los rebeldes extranjeros que le ocupaban y la aprehensión del apóstata padre Mier y demás socios suyos y del infame Mina con cuanto allí tenían. La visión de José Remigio Sánchez de Porres Dentro de las proclamas, las circulares y demás documentos recibidos en el Curato del Real de San Sebastián, existe una constante llamada a la unidad, a la defensa del Rey Fernando VII, el absoluto repudio a las acciones bonapartistas y el fomento al odio a la figura de Napoleón Bonaparte. Como también a través de los documentos el Arzobispo Virrey, El Obispo de la Nueva Galicia y otras autoridades, enfatizan la forma tan cordial como los diferentes grupos sociales conviven bajo el mismo cielo novo hispano, sin embargo, en ninguna parte de los textos que hemos estudiado, vemos reflejada la presencia de los mulatos y negros, inclusive en los padrones de 1817 realizados por José Remigio Sánchez sobre su feligresía. La mayor de las sorpresas es ver el índice tan elevado de mulatos, y la mención del término esclavo. De inmediato nos viene a la mente el cuestionamiento ¿Dónde quedó la abolición de la esclavitud decretada por el propio Hidalgo?, ¿Los edictos pronunciados sobre aspectos fundamentales como la tenencia de la tierra? Ha siete años de dichos pronunciamientos, aquí en este apartado rinconcito de la Nueva Galicia, la situación virreinal no ha cambiado, a excepción de la nota donde Sánchez de Porres advierte que tiene que suspender la trascripción del derrotero por la presencia de los rebeldes insurgentes, fuera de este evento no habrá alguna otra alusión a la insurgencia, entonces por un lapso de siete cruciales años, no hubo señales del impacto social, económico o político que se esperaba encontrar. Todo concluye con el escrito que hemos referido al principio denominado Plan de el Curato de el Real y Minas de San Sebastián, escrito por su cura Remigio Sánchez, mismo donde lejos de realzar los logros o derrotas, tanto de los realistas como de los insurgentes, se pone en alto la naturaleza, las bondades de la tierra, los errores en su aprovechamiento y las marcadas diferencias sociales. 20 Fuente Libro de Gobierno número Cuatro (1804-1848). Archivo Parroquial del Curato de San Sebastián del Oeste Jalisco. 21