LA FORM ACION D E LA FA M IL IA Y LA FR EC U E N C IA CON Q U E S E DAN D IV E R SA S R E L A C IO N E S D E P A R E N T E SC O ^K B U O T FC A ^ i 1 A G O 1997j ^ ^ Goodm¡m Nathan Kexfitz Thomas W. Pullum ' LaFORMACION de la FAMILIA y la FRECUENCIA con que se dan DIVERSAS RELACIONES de PARENTESCO CENTRO LATINOAM ERICANO D E D EM O G RA FIA Santiago de Chile, 1975 '¡O B C e n t r o L a t in o a m e r ic a n o d e D e m o g r a f í a CELADE: J.M. Infante 9. Casilla 91. Teléfono 257806 Santiago (Chile) CELADE: Ciudad Universitaria Rodrigo Fació Apartado Postal 5249 San José (Costa Rica) AGRADECIMIENTOS La investigación por L.A. Goodman fue respaldada en parte por el subsidio de investigación NSF GS 2818 de la División de Ciencias Sociales de la National Science Foundation. La investigación por N. Keyfitz fue respaldada por NSF Grant GZ 995 y NIH Research Contract 69-2200. La investigación por T.W. Pullum, fue realizada mientras era Visitante Asociado de Investigación en el Instituto de Población, de la Universidad de Filipinas, con el respaldo de la F ord Foundation. Documento recibido el 19 de enero de 1970 y publicado en “ Theoretical Population Biology” , Vol. 5, N° 1, febrero de 1974. © Centro Latinoam ericano de D em ografía, 1975 Serie E, N °2 1 IN D IC E Resum en Introducción 1. Descendientes directos 2. Progenitores directos 3. Hermanas 4. Sobrinas 5. Tías maternas 6. Primas 7. Número eventual esperado de parientes 8. Tamaño medio de la fam ilia Sumario Apéndice Evaluación numérica de las integrales Referencias bibliográficas Cuadro 1: Medidas de fecundidad y m ortalidad en tres países seleccionados Cuadro 2a: Número esperado de hijas tenidas y sobrevivientes de una mujer, según su edad, en tres países seleccionados Cuadro 2b: Número esperado de nietas tenidas y sobrevivientes de una mujer, según su edad, en tres países seleccionados Cuadro 2c: Número esperado de bisnietas tenidas y sobrevivientes de una mujer, según su edad, en tres países seleccionados 11 13 19 27 35 41 47 53 59 65 71 75 77 83 24 25 26 26 Cuadro 3a: Probabilidades de una mujer, según su edad, de tener la madre y la abuela sobrevivientes en tres países seleccionados Cuadro 3b: Probabilidad de una mujer, según su edad, de tener la bisabuela y la tatarabuela maternas sobrevivientes en tres países seleccionados Cuadro 4: Núm ero esperado-de hermanas nacidas y sobrevivientes de una mujer, según su edad, en tres países seleccionados Cuadro 5: Número esperado de sobrinas nacidas y sobrevivientes de una mujer, según su edad, en tres países seleccionados Cuadro 6: Núm ero esperado de tías nacidas y sobrevivientes de una mujer, según su edad, en tres países seleccionados Cuadro 7: Núm ero esperado de primeras primas (hijas de hermanas de la madre) nacidas y sobrevivientes de una mujer, según su edad, en tres países seleccionados Cuadro 8: Cantidades representadas en el gráfico 2, calculadas para tres países Gráfico 1: Diagram a de Lexis para una prima, hija de una hermana m ayor de la madre, de una niña de edad a G ráfico 2: Número esperado eventual de parientes en una población estable El estudio La form ación de la fam ilia y la frecuencia con que se dan diversas relaciones de parentesco, de Leo A. Goodman, Nathan Keyfitz y Thom as W. Pullum, que se publicó el año recién pasado, estam os seguros que llegará a constituir un texto fundamental, y por lo tanto imprescindible, en los cursos de dem ografía formal. Con rigor, y al mismo tiempo, con claridad y elegancia los autores derivan sucesivamente una serie de expresiones que establecen las fre­ cuencias esperadas de varias relaciones de parentesco necesarias en una población en la que han permanecido constantes sus leyes de fecundidad y de m ortalidad. Tan elemental y claro es el razonamiento que muchos lectores se preguntarán cóm o hasta ahora, después de tantos años transcurridos desde que Lotka planteó las primeras rela­ ciones de este tipo, no se desarrollaron las expresiones que se presentan en el docum ento reconociendo, com o se hace en el propio estudio, los hallazgos originales de Brass y Henry. El Centro Latinoam ericano de D em ografía (CELADE) al seleccionar este trabajo para su edición en español tiene la seguridad de hacer un aporte im portante, en el cam po de la dem ografía formal, a los estu­ diosos de habla hispana. Espera, además, que la utilidad de las ideas del docum ento se extienda también al terreno de las aplicaciones. No es aventurado prever que las relaciones establecidas en el estudio podrán ser em pleadas para realizar estimaciones sobre la fecundidad y la m ortalidad a partir de información que se pueda recoger en una población acerca de las relaciones de parentesco. RESUM EN Un conjunto de tasas de fecundidad y de m ortalidad por edad implica un número esperado de parientes. Una niña o mujer, seleccionada al azar en una población cuyas tasas de fecundidad y de mortalidad están dadas, puede esperarse que tenga un número determinado de hermanas m ayores, de hermanas menores, de sobrinas, primas, etc. En este docu­ mento se presentan expresiones que establecen esos valores esperados, tanto para el caso del total de parientes tenidos cuanto de sobrevivientes. Se examinan también fórmulas que dan las probabilidades de tener viva la madre, la abuela, la bisabuela y la tatarabuela de una niña o mujer según la edad de ésta. Los m étodos son aplicables para determinar el tam a­ ño de la familia nuclear y extendida. Todas las fórm ulas han sido escritas en programas de com putación, y en este docu­ mento se presentan ejemplos numéricos de su aplicación. ) 11 ( IN TRO D UCCIO N Si en dos com unidades las tasas de m ortalidad son iguales, las niñas de la com unidad cuyo nivel de fecu n didad sea m ayor es de esperar qu e tengan m ás herm anas y tías. Por el con trario, si las tasas de fecu n didad son iguales, las niñas de la com unidad de m enor m ortalidad es m ás probable que tengan a la m adre o la abuela viva. M ostrarem os aq u í cóm o calcular valores espe­ rados y probabilidades para éstas y diversas o tras relaciones de paren tesco; darem os tam bién expresiones para calcular el tam año m edio de la fam ilia nuclear y extendida. L o s resultados estarán b asad o s en un régimen dad o y fijo de m ortalidad y de fecu n didad representado por: a ) L a probabilidad qu e una niña recién nacida sobreviva a la edad x, sim bolizada por lx . E sto es lo m ism o que la colum na de sobrevivientes de la tabla de vida cuando la raíz lQ se hace igual a 1. Si la tasa de m ortalidad por edad en el intervalo (p o r unidad de tiem po) entonces de edades t a t + dt es lx = exp ( - ¡ * n t d t). A sí, dar las tasas de m ortalidad por edad íit (para 0 < t < » ) es equivalente a dar la probabilidad de sobrevivencia lx (para 0 < x < °°). b) L a probabilidad que una m ujer de edad x tenga un hijo en los p róxim o s dx años (esto es, en el intervalo de edades desde x a x + dx) sim bolizada por mx dx. D esignarem os las edades m enor y m ayor del perío do de vida reproductiva ) 15 ( ex y (3, respectivam ente. E sto es m x = 0 para * < o c y x > p , con fecundidad positiva sólo dentro de los lím ites de variación ex < x < p. (S u p o n em o s que mx es una fun ción integrable de x. Si adem ás su ponem os que mx es una fu n ción continua, tenem os entonces qu e poner mx = 0 para x < <x y x > p , con mx > 0 para a < x < P). L as tasas de m ortalidad y de fecu n didad serán tom ad as com o fijas. V erem os qué conclusiones sobre tam año de fam ilia y relaciones de paren tesco se derivan de un régim en dado de m ortalidad y fecu n didad, si suponem os que el régim en se apli­ ca independientem ente a los individuos considerados. C alcula­ rem os cuántas herm anas, tía s, abuelas, etc., habrá de acuerdo con diferentes regím enes. A unque la técnica que se presenta puede ser exten d ida para estim ar el núm ero esperado de her­ m anas, etc., en un régim en cam biante, no abordarem os a q u í ese problem a. N uestros resultados dan un m odelo para el estu dio de com u ­ nidades reales. Si el régim en de fecu n didad y de m ortalidad es conocido (y si varios su pu estos sobre el régim en son ciertos) no se necesitan entonces m ás dato s em píricos para determ inar el núm ero esperado de sobrinas de una m ujer de 45 añ os, o la probabilidad de que su m adre esté viva. En una com unidad de alta m ortalidad será frecu en te la orfan d ad; n uestros cálculos m uestran cuán com ún, dad os los regím enes de fecu n didad y m ortalidad (y siem pre que los varios su pu esto s sobre el régi­ men sean ciertos). Si el régim en no es con ocido y se pueden recoger dato s sobre el núm ero m edio de sobrinas de m ujeres de 45 añ os y otras edades, sobre la proporción de individuos que tienen su m adre viva, y asu n tos sim ilares, nuestras fó rm u las entonces pueden ser consideradas com o ecuaciones cuyas incógnitas son las tasas de fecu n didad y m ortalidad por edad. D ejam os para otra ocasión el exam en de las condiciones en las cuales p o ­ drían ser resueltas y el m étodo de solución. B asta decir aq u í que n uestros resu ltados pueden ser aplicados a d o s tip o s de ) 16 ( problem as op u esto s: encontrar los valores esperados de varias relaciones de parentesco im p lícito s en las lx y mx dad as, e inferir la lx y mx de las frecuencias observadas de las varias relaciones de parentesco. N uestro razonam iento, con alguna m odificación, es aplica­ ble tan to a hom bres com o a m ujeres, y sólo a fin de concretar la exposición serán consideradas única y reiteradam ente las m ujeres. ) l? ( DESCENDIENTES DIRECTOS Si una m ujer de edad a nos habla en un m om ento í, no hay ninguna duda que está viva, y puede considerarse que ha esta­ do expu esta en to d o m om ento a la fecun didad de la población de la cual ella es un m iem bro seleccionado al azar. Si la fecu n ­ didad es mx dx para el intervalo de edades x a x + d x , entonces el núm ero to ta l esperado de niños qu e dicha m ujer ha tenido lo da la integral / mx dx. (1.1.a) H em os integrado con respecto a x, la edad de la m adre en el parto, entre « , la edad fértil m ás b aja, y a, la edad presente de la m ujer. Si m x es la tasa de dar a luz hijas m ujeres, en ton ­ ces la integral da el núm ero esperado de ellas; para una edad a > j3, esto es, para una m ujer qu e ha pasado el perío do de vida reproductiva, la integral dará la cantidad que en dem o­ grafía se con oce com o la tasa bruta de reproducción , la cual se aplica a las m ujeres qu e sobreviven p asado el p erío d o de vida reproductiva. Si mx son las tasas de fecun didad para niños de am bos sexo s y a> (3 , la integral es entonces con ocida com o la tasa global de fecun didad. (E n los cálculos que siguen se tom a mx com o la tasa de dar a luz hijas m ujeres). L a probabilidad de que una hija, nacida cuando su m adre ten ía una edad x , esté viva cuando su m adre tiene una edad a , ) 21 ( depende de la supervivencia a través de un p erío d o de a-x años: una probabilidad la _x . D e ahí, la probabilidad de que una hija nazca de una m ujer entre la edad x y x + dx, y que la hija so b re­ viva al m om ento t, cuando la m adre tenga a añ os, es mx dx la _x . (Su p on em os a lo largo del razonam iento qu e la probabilidad de supervivencia a través d e a -x añ os es la _x , la qu e es indepen­ diente de qu e la m adre esté aún viva a la edad a , y tam bién es independiente de otros factores). A sí, ob ten em os la siguiente fórm ula para el núm ero esperado de hijas vivas qu e una m ujer de edad a (a > oc) tendrá en un m om ento t : / la x mx d x - (L L b ) E xpresión deducida por B rass (1953), y utilizada por él para estim ar la m ortalidad durante los prim eros añ os de vida. A vancem os ahora dos generaciones y bu sq uem os el núm ero esperado de nietas vivas en un m om ento t, cuando la mujer tiene una edad a. A l pasar de una edad * a x + dx se espera que una mujer tenga mx dx hijas. Considérese una de éstas. La p ro ­ babilidad que la hija sobreviva a la edad y y después tenga una hija, es ly my dy. Luego el núm ero esperado de nietas, hasta el m om ento t, a través de la hija nacida a la edad * de la m ujer original, debe ser J ° x dy. En vista que mx dx es el núm ero esperado de hijas tenidas por la mujer original a la edad x a x + d x , obten em os la siguiente fórm ula para el núm ero esp e­ rado de nietas nacidas hasta el m om ento t : / oc [/ oc Kmy dy] m dx. J J (1.2.a) Para calcular el num ero esperado de nietas aún vivas en el m om ento r, n ecesitam os in troducir en la expresión anterior una probabilidad de supervivencia para el p erío d o desde el nacim iento al m om ento t, esto es, a través de a-x^y años desde el nacim iento. E sto se obtien e com o la diferencia entre los años a , la edad presente de la abuela, y los x + y añ os que ) 22 ( pasaron desde el nacim iento de la abuela al nacim iento de su nieta. L a integral interior de (1.2.a) debe ser m ultiplicada por la probabilidad la _x _y a fin de determ inar el núm ero esperado de nietas vivas en el m om ento t : a f a-x [f ly m y la-x - y ¿y] m%dx. (1.2.b) El razonam iento puede repetirse para otras generaciones sucesivas. El núm ero esperado de hijas nacidas a la edad x a x + dx es siem pre mx d x ; el núm ero esperado de las q u e entre éstas tendrán hijas a la edad y es ly my d y ; el núm ero esperado de las qu e entre éstas (h ijas de las hijas) a su vez tendrán hijas a la edad z es lz mzdz. Para un valor particular de * , y y z el núm ero esperado de bisnietas es l2mz dz lymy dy mx dx. A hora, los intervalos de edad pertinentes son : para la edad x de <x a a ; para la edad y d e a a a - x , y para la edad % de a a a-x-y. O btenem os, en tonces, la fórm ula siguiente, para el núm ero esperado de bisnietas nacidas hasta el m om ento t: a a-x rr a-x-y f [/ 1/ /jW ( ¡z ] / m dy] m dx. (1.3.a) o c a ce y y ' x x 7 Para obtener el núm ero esperado de bisnietas que sobre­ viven hasta el m om ento t, se in trodu ciría un fa cto r la.x.y.z en la m ás interna de las integrales, lo que nos daría (1.3.b). Por m edio de reglas que resultarán ahora fáciles de percibir, p o d ríam o s obtener las fórm ulas correspondientes a generacio­ nes posteriores que design aríam os com o (1.4.a), (1 .4 .b ), (1.5.a), etc. M ediante el em pleo de un program a de com pu tación , des­ crito en el A pén dice, hem os estim ado los valores esperados de descendientes directos utilizando su p u esto s de poblacion es estables para los E stad o s U nidos (1967), V enezuela (1965) y M adagascar (1966). ) 23 ( L o s d ato s b ásicos qu e se ingresan en el program a de co m p u ­ tación para e sto s países fueron tom ad o s de K eyfitz y Flieger (1971), págs. 360, 376, 312). C om o lo indica el cuadro 1, estos con jun tos de d ato s representan tres patron es de fecu n ­ didad y m ortalidad, típ ic o s y op uestos. L o s E stad o s U n idos m uestran b aja m ortalidad y b aja fecu n didad; V enezuela, baja m ortalidad, pero alta fecu n didad; M adagascar, alta m ortalidad y alta fecun didad. Cuadro 1 MEDIDAS DE FECUNDIDAD Y MORTALIDAD EN TRES PAISES SELECCIONADOS Tasa bruta de reproducción Esperanza de vida al nacer (población femenina) Estados Unidos 1967 V enezuela 1965 Madagascar 1966 1,26 3,13 3,29 74,22 67,70 38,48 Presentam os en los cuadros 2a, 2b y 2c los resu ltados o b te ­ nidos m ediante las fórm ulas 1.1.a y b, 1.2.a y b, y 1.3.a y b, respectivam ente, las cuales dan el núm ero esperado de descen­ dientes fem enin os n acidos to tal y aún vivos según la edad de la mujer. C om o es m uy pequeña la fecu n didad antes de los 15 años, los prim eros valores positivos para nietas se producen a los 30 años. De un m odo sim ilar, ya que la m ayor parte del p eríodo reproductivo ha term inado hacia los 45 años, el n ú ­ m ero eventual de nietas tenidas debe estabilizarse ap ro xim ad a­ mente a la edad de 90 añ os a un nivel equivalente al prod ucto de la tasa bru ta de reproducción (tod a vez que la m ujer con si­ derada ha sobrevivido el p erío d o reproductivo de la vida) por la tasa neta de reproducción (ya que sus hijas pueden no haber sobrevivido). Para los tres países con siderados, esto s núm eros asintóticos son 1,5246; 8,8579; 6,1852, respectivam ente. En ) 24 ( los cuadros se presentan valores sólo hasta los 85 añ os, porqu e no dispon em os de los correspondientes a tasas de sobreviven­ cia m ás allá de esa edad. L o s núm eros de descendientes ten idos de Venezuela y M adagascar, exceden a los de E stad o s U nidos, debido a sus altas tasas de fecu n didad; pero la alta m ortalidad de M adagascar reduce grandem ente el núm ero de sobrevivientes. Por ejem plo, de acuerdo con el régimen de m ortalidad de este p aís una m ujer de 75 añ os puede esperarse que haya perdido 40 por ciento de sus nietas, en tan to que en los E stad o s U n idos una m ujer d é la m ism a edad habrá perdido m enos d e l4 por ciento. C onsecuencias sim ilares de las leyes básicas de fecu n didad y m ortalidad podrán apreciarse en to d o s nuestros resultados. Cuadro 2 a NUMERO ESPERADO DE HIJAS TENIDAS Y SOBREVIVIENTES DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, EN TRES PAISES SELECCIONADOS Hÿas tenidas Hijas sobrevivientes Edad Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 0,0021 0,1678 0,5923 0,9401 1,1336 1,2276 1,2534 1,2551 1,2551 1,2551 1,2551 1,2551 1,2551 1,2551 1,2551 0,0046 0,3163 1,0791 1,8729 2,4615 2,9178 3,0812 3,1220 3,1267 3,1267 3,1267 3,1267 3,1267 3,1267 3,1267 0,0076 0,3533 1,0906 1,7948 2,4912 2,9411 3,1795 3,2587 3,2888 3,2888 3,2888 3,2888 3,2888 3,2888 3,2888 0,0021 0,0043 0,2946 1,0038 1,7387 0,0056 0,2607 0,7928 1,2765 1,7301 1,9710 2,0324 1,9600 1,8441 1,7048 1,5693 1,4386 1,3084 1,1681 1,0073 ) 25 ( 0,1639 0,5784 0,9172 1,1043 1,1932 1,2143 1,2105 1,2028 1,1916 1,1752 1,1511 1,1166 1,0672 0,9964 2,2786 2,6914 2,8269 2,8430 2,8184 2,7801 2,7294 2,6617 2,5670 2,4334 2,2580 Cuadro 2 b NUMERO ESPERADO DE NIETAS TENIDAS Y SOBREVIVIENTES DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, EN TRES PAISES SELECCIONADOS Nietas tenidas Nietas sobrevivientes Edad Estados Unidos 2967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 0,0004 0,0149 0,0982 0,3109 0,6288 0,9558 1,2161 1,3836 1,4704 1,5066 1,5188 1,5218 0,0014 0,0508 0,3211 1,0395 2,2586 3,8064 5,4152 6,8043 7,7946 8,3893 8,6890 8,8093 0,0019 0,0477 0,2618 0,7609 1,5553 2,5604 3,6120 4,5384 5,2402 5,7003 5,9613 6,0886 0,0003 0,0146 0,0959 0,3036 0,6136 0,9319 1,1839 1,3442 1,4242 1,4528 1,4550 1,4441 0,0013 0,0473 0,2989 0,9667 2,0979 3,5296 5,0102 6,2762 7,1587 7,6582 7,8645 7,8799 0,0014 0,0352 0,1916 0,5513 1,1122 1,8011 2,4868 3,0376 3,3813 3,5123 3,4723 3,3203 Cuadro 2 c NUMERO ESPERADO DE BISNIETAS TENIDAS Y SOBREVIVIENTES DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, EN TRES PAISES SELECCIONADOS Bisnietas tenidas Bisnietas sobrevivientes Edad Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 45 50 55 60 65 70 75 80 85 0,0000 0,0014 0,0128 0,0599 0,1821 0,4035 0,7054 1,0333 1,3282 0,0003 0,0088 0,0752 0,3522 1,1122 2,6477 5,1078 8,3875 12,1272 0,0004 0,0070 0,0508 0,2083 0,5933 1,3126 2,4117 3,8382 5,4468 0,0000 0,0014 0,0125 0,0585 0,1778 0,3938 0,6879 1,0068 1,2923 0,0003 0,0082 0,0700 0,3277 1,0342 2,4597 4,7395 7,7709 11,2130 ) 26 ( Mada­ gascar 1966 0,0003 0,0052 0,0372 0,1518 0,4291 0,9400 1,7064 2,6751 3,7245 PROGENITORES DIRECTOS Se requiere un en foqu e diferente para establecer la probabili­ d ad de qu e un progenitor dad o de una niña esté vivo. T o m e­ m os al azar una niña de edad a, de entre to d a s las de esa edad de una población , y bu sq uem os la probabilidad de que su m adre esté viva. Si la m adre ten ía una edad x en el m om ento que dio a luz a la niña que ahora tiene la edad a , en tonces la probabilidad de qu e la m adre esté viva ahora es la+x/ l x ■ D esignem os M, (a) la probabilidad de que la m adre esté viva ahora e indiquem os con W(x\ t-a) la distribución por edad (en el m om ento t-a) de las m ujeres qu e dieron a luz una hija en el m om ento t-a. E n con tram os que MÁa) = j f ( U / U BTtU-a) dx. Se ju stifica el uso de la fórm ula arriba escrita si su ponem os q u e: a) la probabilidad la+x/lx se aplica a cada m ujer de edad x qu e dio a luz una hija en un m om ento t- a , y b ) qu e la dis­ tribución por edades (en el m om ento t-a) de las m ujeres qué dieron a luz una hija en el m om ento t-a, es igual a W (x\t-a), con dicionada a que la hija esté con vida en el m om ento t. Si la población que consideram os es estable, W(x | t-a) no ) 29 ( dependerá de t-a, y entonces po dem o s reem plazar W(x\t-a) por W(x) = I j n j í * * , donde r es la tasa intrínseca de crecim iento natural. A sí, en este caso, la probabilidad M (a ) que la m adre esté viva ahora e s ( L o t k a , 1931) M, (a) = / (W ü m d* = ¿ U ' V " * dx- i2'1)- E xpresión utilizada por Henry (1960), para estim ar la m or­ talidad en una población que carecía de registros de defunciones. Si la población que consideram os no es estable, las fórm ulas (a) diferirán de las del párrafo precedente. para W(x lt-a) y En este caso, la distribución por edades observada (en un m o­ m ento t- a ) de las m ujeres que dieron a luz una hija en un m om ento t-a p o d ría usarse com o W(x |t-a) en la fórm ula para Ai (a), presentada anteriorm ente; o, si no se con oce la distri­ bución por edades observada, se puede usar otro tipo de in for­ m ación dem ográfica para estim arla. Por ejem plo, si designam os con B ( t ) el núm ero de niñas n acidas en un m om ento t, p o d e­ m os estim ar W (x |t-o) m ediante W(x | t-a ) — B ( t- a - x ) lxmx / B ( t- a - x ) lxmx dx. N ótese qu e el denom inador en la expresión escrita arriba será igual a B ( t - a ) si: a) tom am o s las B com o núm eros espe­ rados, y b ) los regím enes descritos por las lx y mx son apli­ cables a to d as las niñas nacidas en un m om ento t - a - x (para < x < x < ¡3 ). Por su pu esto que a q u í nos interesa el caso donde t>a+j3. Para la validez del argum ento son esenciales tan to la selec­ ción aleatoria de la niña considerada com o la constancia de las leyes de fecu n didad y de m ortalidad. Si la niña de edad a tu ­ viera p o ca salud esto es, una m ortalidad superior a la prom edia, ) 30 ( y si la salud de m adres e hijas estuvieran correlacionadas, entonces esa niña ten d ría una probabilidad m enor qu e el p ro ­ m edio de tener la m adre viva. N ótese q u e hem os supuesto adem ás que las varias generaciones que entran en cada ex p re­ sión están in dependientem ente su jetas a las leyes de m ortalidad y fecu n didad que se han ad o p tad o . Por otra parte la población se considera cerrada a la m igración. La m ism a técnica puede extenderse a generaciones an terio­ res y la utilizarem os para encontrar la probabilidad de que una niña de edad a , tom ad a al azar de una población de régi­ m en fijo de m ortalidad, tenga viva la abuela m aterna. Si la m adre ten ía una edad x en el m om ento que dio a luz a la niña que ahora tiene la edad a , entonces la prob ab ilidad condicional que la abuela m aterna esté ahora viva es igual a la probabilidad M 1(a+x) que la m adre de una m ujer de edad a+ x (esto es, la m adre de la m adre de la niña) esté tod avía viva. Para la niña de edad a , designem os con M2(a) la p ro b ab i­ lidad de que su abuela m aterna esté aún viva. E n to n ces o b te ­ nem os la expresión: M2(a) = M1(a + x:) W(x\ t- a ) dx, donde W(x\ t-a ) es la distribución por edades definida en la sección anterior. De una m anera sim ilar, y considerándose sólo las ascen­ dientes m aternas directas de cada generación, para una niña de edad a , designem os co n M 3 (a ) y M4 (a ) las probabilidades de que su b isabu ela y tatarabu ela m aternas, respectivam ente, es­ tén vivas ahora. E n con tram os las expresiones M3(a) = M2(a + x) W(x\ t - a ) dx, MA(a) = M3(a + x) W(x| t- a ) dx. CX ) 31 ( C onsideraciones recurren te: sim ilares llevan a la relación general M ¡(a ) = f ^ M i_í (a + x) W(x\ t - a ) dx, donde M¡ (a) es la probabilidad de que esté viva en el m om ento t la progenitora fem enina de la generación de orden i'.*(S e consideran solam ente las ascendientes m aternas directas de cada generación). Si la población considerada es estable, entonces W { x \ t - a ) puede ser reem plazada por la cantidad W(x) defin ida anterior­ m ente, y las fó rm u las de arriba pueden sim plificarse de la siguiente m anera: M2(a) = Mt (a + x ) W(x) dx, (2-2) M3(a) = M2(a + x ) W(x) dx, (2.3) M4(a) = M3(a + x) W(x) dx. (2-4) En los cu adros 3a y 3b,se dan los valores num éricos de las probabilidades de que la m adre, la abuela, la bisabuela y la tatarabuela de una m ujer, según su edad, esté viva, en los ejem plos ilustrativos de población estable que se han con si­ derado. A la edad ex acta 0, esto es en el m om ento del naci­ m iento, la probabilidad de que la m adre esté viva es necesa­ riam ente 1 (la unidad). E sta probabilidad dism inuye m uy * Nota del traductor: Se presenta en el texto otra expresión para designar la progenitora femenina de la generación de orden i, aprovechando la circuns­ tancia de que en el idioma inglés cada generación anterior, a partir de la abuela, tiene una denominación que se forma por la anteposición de la palabra “ great” . Asi, bisabuela se dice “ great-grandmother” , tatarabuela “ great-greatgrandmother” , etc. Empleando una forma análoga a la que se utiliza en matemáticas para indicar una potencia puede, por lo tanto, escribirse la expresión “ great1' 2 -grandmother” para designar a la progenitora femenina de la generación de orden i. No cabe una traducción literal al español de esta forma de expresión. ) 32 ( lentam ente en las condiciones de b aja m ortalidad de los E stado s U nidos y Venezuela, de m odo tal que el nivel 0,50 es alcan zado a las edades de 53 y 50 añ os, respectivam ente, en esos dos p aíses, pero sólo a la edad de 34 años en M adagascar. Cuadro 3a PROBABILIDADES DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, DE TENER LA MADRE Y LA ABUELA SOBREVIVIENTES EN TRES PAISES SELECCIONADOS Probabilidad de tener la madre viva Edad 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 Probabilidad de tener la abuela viva Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 1,0000 0,9946 0,9870 0,9758 0,9594 0,9356 3,9014 0,8527 0,7846 0,6931 0,5769 0,4393 0,2975 0,1629 0,0443 0,0006 1,0000 0,9895 0,9756 0,9569 0,9317 0,8971 0,8502 0,7879 0,7073 0,6083 0,4921 0,3591 0,2226 0,1029 0,0259 0,0005 1,0000 0,9256 0,8523 0,7817 0,7126 0,6421 0,5660 0,4806 0,3855 0,2859 0,1922 0,1160 0,0611 0,0286 0,0086 0,0002 0,9193 0,8790 0,8232 0,7485 0,6532 0,5385 0,4108 0,2815 0,1652 0,0756 0,0230 0,0035 0,0001 0,0000 0,0000 0,0000 0,8673 0,8125 0,7424 0,6557 0,5532 0,4383 0,3186 0,2055 0,1120 0,0478 0,0141 0,0022 0,0001 0,0000 0,0000 0,0000 0,5999 0,5190 0,4329 0,3438 0,2564 0,1773 0,1121 0,0639 0,0321 0,0136 0,0044 0,0008 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 El nivel 0,50 para la abuela m aterna es alcanzado a una edad que es m enor a las anteriores en casi exactam ente el valor del intervalo entre dos generaciones. T om a los valores de 27,22 y 6 años en los tres p aíses citados, respectivam ente. Una mujer de 25 años tiene aproxim adam en te una p ro b a­ bilidad tres veces m ayor de tener su abuela m aterna viva si ella habita en los E stad o s U nidos en lugar de M adagascar. ) 33 ( Cuadro 3 b PROBABILIDAD DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, DE TENER LA BISABUELA Y LA TATARABUELA MATERNAS SOBREVIVIENTES EN TRES PAISES SELECCIONADOS Probabilidad de tener la bisabuela viva Edad 0 5 10 15 20 25 30 35 40 Probabilidad de tener la tatarabuela viva Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 0,5069 0,3881 0,2716 0,1690 0,0899 0,0386 0,0123 0,0026 0,0003 0,3974 0,2902 0,1931 0,1140 0,0577 0,0239 0,0076 0,0016 0,0002 0,1636 0,1069 0,0642 0,0349 0,0168 0,0070 0,0023 0,0006 0,0001 0,0493 0,0205 0,0068 0,0017 0,0003 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0303 0,0124 0,0041 0,0010 0,0002 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0089 0,0037 0,0013 0,0003 0,0001 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 A plicando la fórm ula (2.3) hem os calculado que una niña en el m om ento de nacer tiene una probabilidad de tener con vida a su bisabuela (en la lín ea fem enina) equivalente a 0,5069 en los E stad o s U nidos, 0,3974 en Venezuela y 0,1636 en M adagascar. Com o cada persona tiene cuatro bisabu elas, a través de los padres y abuelos de am b os sex o s, podem os estim ar la probabilidad de que una o m ás de las bisabuelas esté viva (en el m om ento del nacim iento de la mujer considerada) com o l-(l-0,5069)4 = 0,94 en los E stad o s U nidos y solam ente 1-(1-0,1636)4 = 0,51 en M adagascar. Tal estim ación es inexacta puesto qu e su pon e la m ism a tasa neta de m aternidad (o de patern idad), tan to para hom bres com o para m ujeres. Sin em ­ bargo, uno puede inferir q u e la alta tasa de fecun didad y m or­ talidad en las sociedades tradicion ales restringirá la form ación de hogares exten d ido s linealm ente. Sean cuales fueren las norm as culturales q u e favorecen tales estru ctu ras, en una situación de alta m ortalidad, norm alm ente el núm ero de gene­ raciones con tem porán eas será pequeño. ) 34 ( HERMANAS Q ue una m ujer tenga herm anas m enores depende en p arte de la sobrevivencia de su m adre a partir de su propio nacim iento en con traste con lo qu e ocurre en relación con las herm anas m ayores. Por esta razón, consideram os separadam en te las her­ m anas m ayores de las m enores. N uestro prim er paso es encon­ trar cuántas herm anas m ayores puede esperarse que tenga una niña cuya edad actual sea a. C om o antes, su ponem os que la niña nació cuando su m adre ten ía una edad x. En ese m om ento X po d ría esperarse que la m adre hubiera tenido my dy niñas. E nton ces en contram os que el núm ero esperado de herm anas m ayores está dado por S(a) - <x m dy] W(x\ t-a ) dx, [/ a 3 donde W(x | t-a ) es la distribución por edades definida en la sección precedente. Si la población con siderada es estable, la fórm ula anterior puede ser reem plazada por: / cc í f my dy] W (x)dx, oc J (3.1.a) donde W(x) es la distribución definida tam bién en la sección citada. N ótese que (3.1.a) no depende de la edad a de la niña que estam os considerando. ) 37 ( A fin de encontrar el núm ero de herm anas m ayores que están actualm ente vivas se repite el m ism o razonam iento, aun ­ que in troduciendo ahora un facto r que tom e en cuenta la sobrevivencia de ellas. La niña nacida cuando su m adre tenía y años, ( y < x ) es x - y años m ayor que su herm ana que ahora tiene a años de edad, de m odo qu e la herm ana m ayor debe tener la edad a + x - y años en el m om ento t, si ella está viva. Por lo tan to , un facto r de sobrevivencia la +xy debe incluirse en la m ás interna de las integrales: f ifm y la ^ y d y ] ^ ) d x . (3.1.b) Para calcular el núm ero de herm anas m enores se requiere una ligera m odificación algebraica. La probabilidad de que la madre viva desde la edad x (cuando tuvo la hija que ahora tiene una edad a, en el m om ento t, que es nuestro punto de partida) hasta la edad z ( z > x ) , y luego dé a luz una hija en el intervalo de z a . z + dz es ( lz/lx )m z d z . El núm ero esperado de estas hijas a lo largo de los a años de posible exposición al riesgo de tener hijas es: f a+x a Ú A ) "•* dz = f (lx+y/¡x) m x+y d y . De donde se deduce que el núm ero esperado de herm anas m enores es: s '( a ) = [/ (lx+y/lx) mx+y dy] W (x\t-a) dx, siendo reem plazada esta fórm ula para la población estab le, por [ / ( lx +y / lx ) mx +y dy} w(x) dxUn facto r l (3.2.a) en la m ás interna de las integrales tom ará en ) 38 ( cuenta la sobrevivencia al m om ento t de las herm anas m enores: £ [ / (lx+y¡lx) mx+yla-y W(x) dx~ (3.2.K) N ótese que el valor lx , en el denom inador, se anula con el lx que está incluido en W(x), para dar una form a alternativa de (3.2.a) y (3.2.b). A dvertim os que en el m odelo usual de crecim iento de población , la tasa de fecu n didad mx de una m ujer de edad x puede depender de la edad de la m ujer (es decir, es una tasa por edad), pero no depende de característica otra alguna de la m ujer y, en particular, no depende del hecho de si esa mujer de edad x dio o no a luz durante los nueve m eses precedentes al m om ento considerado. En otras palabras, el p erío d o de em barazo y el de am enorrea post-parto es uno de los fen óm en os que en el m odelo usual de creci­ m iento de población no se tom a en cuenta. Para sim plificar hem os utilizado ese m odelo a lo largo del trab ajo , a pesar de darnos cuenta qu e un m odelo m ás com pleto (q u e considerara, entre otras cosas, el p erío d o de em barazo) nos con du ciría a fórm ulas qu e diferirían algo de las presentadas aq u í. Por ejem ­ plo, las fó rm u las (3 .2 .a) y (3 .2 .b ) diferirían porq u e una herm ana m enor de la m ujer considerada no puede nacer dentro de aproxim adam en te un año a contar del m om ento del nacim iento de ésta. Tam bién diferirían por esa razón las fórm ulas relacionadas con las que se exam inan, y que aparecen en las secciones 4, 5 y 6. E n el cuadro 4 figuran algunos resu ltados num éricos corres­ pondientes a esta sección. H em os com binado los resu ltados para las herm anas m ayores y m enores, presentando sim ple­ m ente el núm ero to tal de herm anas. E ste núm ero es m ás de dos veces m ayor en Venezuela y M adagascar que en los E stad o s U nidos. El noventa por ciento del núm ero to tal even) 39 ( tu ai de herm anas de una m ujer es alcanzado a la edad de 12 años en los E stad o s U nidos y a la edad de 15 añ os en Venezuela y M adagascar, lo que refleja la m ayor varianza en la edad de reproducción en los dos últim os países. El núm ero de herm anas sobrevivientes alcanza su culm ina­ ción a las edades 25-30 años en los E stad o s U nidos y V enezuela, y antes, a los 15-20 años, en M adagascar. El núm ero de herm anas aún vivas es m ayor en M adagascar que en los E stad o s U nidos hasta la edad de 51 años, a partir de la cual el efecto de la m ayor m ortalidad dom ina el efecto de la m ayor fecu n d id ad , de m odo tal que, para la edad m ás alta (85 añ os), una m ujer de los E stad o s U nidos tiene ap ro xim ad a­ m ente el doble de herm anas sobrevivientes qu e una de M adagascar. Cuadro 4 NUMERO ESPERADO DE HERMANAS NACIDAS Y SOBREVIVIENTES DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, EN TRES PAISES SELECCIONADOS Hermanas nacidas Hermanas sobrevivientes Edad Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 0,6103 0,8860 1,0837 1,1902 1,2351 1,2485 1,2508 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,3250 1,9299 2,4418 2,7934 2,9893 3,0697 3,0917 3,0957 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 1,3804 1,9484 2,4147 2,7351 2,9172 2,9999 3,0296 3,0378 3,0393 3,0393 3,0393 3,0393 3,0393 3,0393 3,0393 3,0393 3,0393 3,0393 0,5952 0,8633 1,0541 1,1548 1,1939 1,2003 1,1931 1,1794 1,1594 1,1305 1,0892 1,0309 0,9510 0,8458 0,7152 0,5650 0,4060 0,2544 1,2281 1,7852 2,2518 2,5648 2,7275 2,7761 2,7617 2,7186 2,6558 2,5704 2,4556 2,3040 2,1094 1,8680 1,5801 1,2545 0,9147 0,5980 0,9643 1,3342 1,6067 1,7506 1,7759 1,7170 1,6140 1,4941 1,3696 1,2425 1,1101 0,9679 0,8144 0,6535 0,4947 0,3503 0,2302 0,1385 ) 40 ( SO B R IN A S T om em os nuevam ente, com o punto de partida, una m ujer seleccionada al azar de edad a , nacida cuando su m adre ten ía una edad x , y pasem os a considerar el núm ero de sobrinas nacidas de herm anas m ayores. Una herm ana m ayor, nacida cuando su m adre ten ía una edad y , tiene un núm ero esperado ci+x-y de hijas n acidas que vale / lzm2dz (cu ando o+ x-y > a ). A sí, m ediante la in troducción de este facto r en la expresión (3 .1 .a ), obten em os la fórm ula siguiente com o expresión del núm ero esperado de sobrinas nacidas de herm anas m ayores: P f oc X [/ cc Ü + X -V Lf ce d z } rn, dy] W (x)dx. J (4.1.a) Si estam os interesados en el núm ero esperado de estas sobrinas que están sobrevivientes al m om ento t, debe in­ cluirse el facto r la+x_y_2 en la m ás interna de las integrales: R f o: x a+x-y [f U cc CC lzmA+x-y-z d z $ my ¿ y ] ^ ( x ) dx J J R eem plazando W(x) por W(x | t-a) se obtienen resu ltados (4 -1 -b) para poblacion es no estables en ( 4 .1 .a ) y ( 4 .1 .b ) , a sí com o en la expresión ( 4 .2 .a ) que se considera m ás adelante. ¿Q ué po dem o s decir só b re la s sobrinas nacidas de herm anas m enores de la niña de edad a ? A una herm ana m enor,nacida ) 43 ( cuando su m adre ten ía una edad w (w > x), le corresponde un núm ero esperado de hijas nacidas a-y / lz m z d z > donde y = w-x representa la diferencia en edad entre la niña cuya edad es a y su herm ana m enor cuya edad es a-y. A sí, m ediante la introducción de este facto r en la expresión (3.2.a), obten em os la siguiente fórm ula que nos da el núm ero esperado de sobrinas nacidas de herm anas m enores [/ 11/ y k mz d zl (lx *y /lx) mx*y W(x)dx. ( 4 .2 .a ) C om o se vio an tes, el fa cto r i que aparece entre paréntesis, se puede anular con lx contenido en W(x), lo que da una form a alternativa de esta expresión. Si estam os in teresados en el nú­ mero de estas sobrinas qu e están vivas en el m om ento t, el facto r la.y.z debe ser incluido en la m ás interna de las in tegra­ les de ( 4 .2 .a ) con el fin de obtener ( 4 .2 .b ) . En el cuadro 5 se m uestran resu ltados num éricos para el total de sobrinas sum an do las nacidas de herm anas m ayores y m enores. En razón de q u e esencialm ente hem os realizado una convolución por d o s veces de una función de fecu n didad, la de la m adre de la m ujer considerada y la de sus herm anas, o b ­ tenem os una distribución de “ tener so b rin as” qu e tiene una varianza m ay or y que es m enos asim étrica qu e la de “ tener h ijas” . A dem ás, la edad de una m ujer a la cual la m itad de sus sobrinas ha nacido es, consecuentem ente, cerca de dos años m ayor que la edad a la cual ha tenido la m itad de su s propias hijas. A sí, la m itad de las sobrinas de una m ujer ha nacido cuando éstas alcanzan las edades de 26, 31 y 30 años p á ra lo s E stad o s U n idos, V enezuela y M adagascar, respectivam ente. El núm ero de sobrin as aún vivas tiene un m áxim o a las edades de 55-60 años en los E stad o s U nidos y Venezuela y de 45-50 en ) 44 ( M adagascar; luego declina. Sin em bargo, a la edad de 85 años una m ujer en M adagascar aún tiene cerca de 50 por ciento m ás sobrinas vivas que una m ujer en los E stad o s Unidos. Cuadro 5 NUMERO ESPERADO DE SOBRINAS NACIDAS Y SOBREVIVIENTES DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, EN TRES PAISES SELECCIONADOS Sobrinas nacidas Sobrinas sobrevivientes Edad Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 0,0092 0,0336 0,0954 0,2203 0,4228 0,6844 0,9558 1,1853 1,3467 1,4420 1,4891 1,5086 1,5151 1,5169 1,5173 1,5173 1,5173 1,5173 0,0536 0,1712 0,4434 0,9659 1,8105 2,9637 4,3023 5,6378 6,7923 7,6580 8,2197 8,5342 8,6847 8,7451 8,7648 8,7700 8,7710 8,7712 0,0616 0,1661 0,3820 0,7632 1,3407 2,0897 2,9260 3,7395 4,4344 4,9578 5,3067 5,5129 5,6206 5,6701 5,6899 5,6968 5,6987 5,6992 0,0090 0,0328 0,0931 0,2150 0,4124 0,6671 0,9306 1,1522 1,3058 1,3932 1,4310 1,4382 1,4277 1,4048 1,3699 1,3200 1,2504 1,1568 0,0498 0,1592 0,4120 0,8968 1,6791 2,7447 3,9767 5,1971 6,2380 6,9961 7,4538 7,6586 7,6804 7,5774 7,3820 7,1017 6,7287 6,2496 0,0446 0,1198 0,2735 0,5417 0,9415 1,4468 1,9885 2,4802 2,8500 3,0622 3,1206 3,0562 2,9086 2,7114 2,4864 2,2433 1,9848 1,7121 )45( TIAS MATERNAS El núm ero de tía s m aternas de una niña de edad a depende del núm ero de herm anas que su m adre haya tenido. C onside­ rem os, prim ero, las herm anas m ayores de la m adre. En la sección 3, S(a) se utilizó para designar el núm ero esperado de herm anas m ayores de una niña o m ujer de edad a. Si la niña de edad a nació en el m om ento t-a de una m adre de edad x (en el m om ento t-a), el núm ero esperado de herm anas m ayores de la m adre es S (a + x ). A sí, el núm ero esperado de tía s m ater­ nas (d e la niña de edad a ) que son m ayores que su m adre (esto es, el núm ero esperado de herm anas m ayores de la m adre) es f ^ S ( a + x ) W (x ¡t-a )d x , expresión que tam bién puede escribirse cc [ f ^ í f y m d z } W (y\t-a-x) dy] W (x \t-a)d x . oc oc Para una población estable, la fórm ula de arriba se reem plaza por OC [ / ^ I / 7 m dz]¡ W (y)d y ] W(x) dx. OC (5.1.a) OC Si querem os saber el núm ero esperado de estas tía s m ater­ nas que están vivas en el m om ento t, debem os introducir el ) 49 ( facto r la+x+y_z en la m ás interna de las integrales, obteniendo a sí la expresión (5.1.b). Considerem os ahora las herm anas m enores de la m adre. En la sección 3, S'(a ) designaba el núm ero de herm anas m enores de una m ujer de edad a . Si la niña de edad a nació en el m o­ mento t-a de una m adre de edad x (en el m om ento t-a ), entonces el núm ero esperado de herm anas m enores de la m adre será S '( a + x ) . A sí, el núm ero esperado de tía s m aternas de la niña de edad a , que son m enores que su m adre (esto es, el núm ero esperado de herm anas m enores de la m adre) es CC S '(a + x ) W(x| t- a ) dx, la que puede tam bién escribirse / B [/ B „ a+x Lf (ly +w/ ly) my+w dw } W (y \t-a-x ) dy] W (x \t-a)d x ; y para una población estable la fórm ula anterior se reem plaza por B / [/ 0 ^ o+x 1/ (ly+u>/ly) my+w dw^ ^ ( y ) dy ] W (*)d x . (5.2.a) Para calcular el núm ero esperado de estas tía s m aternas que están vivas en el m om ento t , debe introducirse el factor la+x_w en la m ás interna de las integrales a fin de obtener la expresión (5.2. b ). El tipo de razonam iento desarrollado anteriorm ente po dría servir para establecer el núm ero esperado de tía s abuelas m a­ ternas o la frecuencia de otras relaciones de parentesco sim i­ lares. En el cuadro 6 se m uestran resultados num éricos para tías nacidas y tía s sobrevivientes. N ótese, en prim er lugar, que virtualm ente tod as las tías de una m ujer ya han nacido en el m om ento en que ella alcanza la edad de 15 años. En form a más precisa, tod as las tía s de una m ujer deben haber nacido en el m om ento en que ella alcanza la edad 0 -2 ex. A fin de de­ ) 50 ( m ostrar esto su pongam os que una m ujer nace en el m om ento T. Su prim era nieta nacerá no antes del año T+ 2 a y su ú lti­ m a hija nacerá no después del m om ento T + p. L a últim a hija será la tía m enor de la prim era nieta y nacerá cuando su nieta alcance una edad (T +P ) - (T + 2cc) = (3-2oc, o m enor. (E n razón de que el valor de p no es el m ism o en los ejem p los num éricos, han resu ltado algunos núm eros pequ eñ os de nuevas tía s m ás allá de la edad de 15 años para V enezuela y M adagascar). En segundo lugar, el núm ero eventual de tía s esperado es idéntico al de las herm anas. E sto es sim plem ente porque las tía s de una m ujer son las herm anas de su m adre; observación qu e será utilizada m ás adelante en la sección 7 de este d o cu ­ m ento. Cuadro 6 NUMERO ESPERADO DE TIAS NACIDAS Y SOBREVIVIENTES DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, EN TRES PAISES SELECCIONADOS Tías sobrevivientes Tías nacidas Edad Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 1,2417 3,0400 3,0804 2,9745 3,0173 3,0332 3,0379 3,0390 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 3,0391 1,1891 1,1846 1,1694 1,1455 1,1112 1,0631 0,9975 0,9112 0,8027 0,6741 0,5320 0,3877 0,2551 0,1480 0,0739 0,0311 0,0108 0,0029 2,7257 2,7204 2,6745 2,6001 2,4981 2,3643 2,1934 1,9817 1,7298 1,4443 1,1399 0,8387 0,5666 0,3460 0,1877 0,0888 0,0357 0,0117 1,6379 1,5462 1,4315 1,3059 1,1739 1,0357 0,8910 0,7417 0,5923 0,4502 0,3231 0,2174 0,1361 0,0785 0,0413 0,0196 0,0083 0,0030 1,2491 1,2507 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 1,2509 3,0929 3,0957 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 3,0961 ) 51 ( En razón de que tan pocas tías de una m ujer nacen después que la m ujer m ism a, el núm ero de tía s sobrevivientes decrece m on ótonam en te, en proporcio'n aproxim ad a a la probabilidad que la m adre esté viva. En realidad, al m om ento en que una mujer nace, con form e al régimen supuesto para M adagascar, un 45 por ciento de sus tía s ya han m uerto. La edad de una mujer a la cual se puede esperar que la m itad de sus tía s (n aci­ das alguna vez) estén vivas, es de 47 , 43 y 6 años en los E stad o s U n idos, Venezuela y M adagascar, respectivam ente. Una m ujer en M adagascar puede esperar tener 2,4 veces más tías nacidas que una m ujer en los E stad o s U n idos, pero dadas las m ayores tasas de m ortalidad tendrá de hecho m enos tías vivas después de la edad de 23 años. En con traste con esta situación , una m ujer en Venezuela espera tener 2,5 veces m ás tías nacidas que una norteam ericana y a la edad de 50 años aún tendrá 2,1 veces más de tía s sobrevivientes. )52( PRIM AS C onsiderem os ahora las prim as m aternas (esto es, las hijas de tía s m aternas). N uevam ente em pezam os con una niña de edad a y nos preguntam os prim eram ente acerca del núm ero de sus prim as, hijas de las herm anas m ayores de su m adre. L a p ro b a­ bilidad de que su m adre tuviera la edad * a x + dx al m om ento de su nacim iento es W (x)d x y de que su abuela tuviera la edad y al m om ento del nacim iento de su m adre es W (y)dy. (E sto es para el caso de una población estab le; para aplicaciones a casos m ás generales, W(x) y IV(y) serían reem plazadas por W (x\t-a) y W (y\t-a-x), respectivam ente). L a probabilidad de qu e su abuela tuviera una hija m ayor a la edad z , donde z < y, es mz dz. El núm ero previsto de hijas qu e esta herm ana m ayor de su m adre hubiera ten ido, sería lwmwdw sum ado desde a h asta el m om ento presente, esto e s a + x + y - z , usando nuevam ente el artificio de contar el tiem po a través de las eda­ des de las diferentes personas consideradas. A fin de encontrar la respuesta com pleta, necesitam os solam ente m ultiplicar las probabilidades e integrar a lo largo de to d as las edades p o si­ bles x (la edad de la m adre al m om ento del nacim iento), y (la edad de la abuela al m om ento del nacim iento de la m adre) y z (la edad de la abuela al m om ento del nacim iento de la herm ana m ayor de la m adre) para obtener [ / U 7 (f CE OC OC 7 lwmw d w )m z d z l W (y)dy] W (x)dx. CX ) 55 ( (6.1.a) El gráfico 1 puede ayudar a seguir las lín eas de descenden­ cia involucradas en este razonam iento. Gráfico 1 DIAGRAMA DE LEXIS PARA UNA PRIMA, HIJA DE UNA HERMANA MAYOR DE LA MADRE, DE UNA NIÑA DE EDAD a Para las prim as cuya m adre es m enor qu e la m adre de la niña de edad a, necesitam os solam ente reem plazar la integral a lo largo de z. T enem os que tom ar en cuenta la sobrevivencia de la abuela hasta esa edad z y , con este p ro p ó sito , reem pla­ zam os mz en la expresión anterior por (lz/ly)mz . A dem ás, los lím ites de la integración correspondientes tienen que ser m od i­ ficad os; en lugar de integrar entre oc e y , debem os hacerlo entre y y a + x+y. Por lo tan to tenem os / '3 [ / ^ [ / oc oc y J 7 (/ oc 7 lwmw d w )^ m 2 d z} W (y)dy] W (x)dx, i y „ (6 .2 .a ) para prim as cuya m adre es una herm ana m enor de la m adre de la niña de edad a . L a l del denom inador pu ede sim plifi­ carse con la Z contenida en W(y). ) 56 ( L a sum a de las d o s integrales da el núm ero esperado de prim as relacionadas a través de las herm anas de la m adre de la persona considerada. Para obtener el núm ero de sobrevi­ vientes entre ellas, debem os in troducir el facto r la+x+y. z. w en la m ás interna de las integrales ,ñ r B „ y , a+x+y-z f [/ 1/ ( / lwmwla+x+y-z-w dw ) mz dz] W (y)dy] W(x) dx (6 -1 -b ) para las prim as a través de herm anas m ayores de la m adre, y R / R a+x+y [/ U “ “ a+x+y-z (f L lwmwla+x+y-z-w y dw^ T mz dz^ W(j) dv] &(x) dx V (6 .2 .b ) para las prim as a través de herm anas m enores. Cuadro 7 NUMERO ESPERADO DE PRIMERAS PRIMAS (HIJAS DE HERMANAS DE LA MADRE) NACIDAS Y SOBREVIVIENTES DE UNA MUJER, SEGUN SU EDAD, EN TRES PAISES SELECCIONADOS Primas nacidas Primas sobrevivientes Edad Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 Estados Unidos 1967 Vene­ zuela 1965 Mada­ gascar 1966 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 0,7332 0,9666 1,1701 1,3224 1,4207 1,4754 1,5016 1,5123 1,5160 1,5170 1,5173 1,5173 1,5173 1,5173 1,5173 1,5173 1,5173 1,5173 3,5129 4,6998 5,8527 6,8514 7,6223 8,1512 8,4725 8,6443 8,7243 8,7564 8,7673 8,7704 8,7711 8,7712 8,7712 8,7712 8,7712 8,7712 2,4824 3,2129 3,9064 4,5006 4,9601 5,2811 5,4833 5,5981 5,6566 5,6833 5,6940 5,6978 5,6990 5,6993 5,6993 5,6993 5,6993 5,6993 0,7137 0,9398 1,1353 1,2793 1,3684 1,4119 1,4231 1,4130 1,3872 1,3468 1,2897 1,2126 1,1125 0,9886 0,8432 0,6834 0,5202 0,3680 3,2437 4,3291 5,3729 6,2605 6,9197 7,3324 7,5239 7,5393 7,4212 7,1964 6,8749 6,4553 5,9327 5,3074 4,5915 3,8130 3,0158 2,2535 1,6694 2,1157 2,5050 2,7913 2,9519 2,9884 2,9211 2,7776 2,5834 2,3575 2,1111 1,8510 1,5828 1,3132 1,0516 0,8085 0,5938 0,4148 )5 7 ( En el cuadro 7 figuran resu ltados num éricos derivados de la inform ación de los tres países seleccionados. En el m om ento del n acim iento, com o se observó antes al considerar el núm ero esperado de herm anas, es cuando se alcanza algo m enos de la m itad del núm ero eventual de prim as que han de nacer. U tilizando el m ism o tipo de razonam iento que para las tía s, to d as las prim as de una m ujer habrán nacido hacia el tiem po en que ella tiene la edad (T+2(3) -(T +2oc) = = 2((3-oc), lo que es dos veces la edad a la cual to d a s sus her­ m anas habrán nacido. La edad a la cual una m ujer tiene el m ayor núm ero de prim as sobrevivientes es 30-35 añ os en los E stad o s U n idos y V enezuela, y 20-25 en M adagascar. El núm ero eventual de prim as nacidas es idéntico al de sobrinas nacidas. Se observó en la sección 5 qu e el núm ero eventual de tía s y de herm anas nacidas era igual. L a presente observación se deriva de aquélla, to d a vez que las prim as son las hijas de las tía s y las sobrinas son las hijas de las herm anas. L a ley q u e sigue el núm ero de descendientes se hace m ás ex p lícita en la sección 7. ) 58 ( NUMERO EVENTUAL ESPERADO DE PARIENTES Cada niña nacida viva puede ser tom ad a com o un origen o un punto de referencia en una lín ea de descendencia. E sto es, en el m om ento de nacer una niña representa una m adre, una abuela m aterna, etc., y tam bién un núm ero esperado de hijas que se conoce com o la tasa neta de reproducción (N ) , un núm ero esperado de nietas (N 2 ), etc. En esta sección en con ­ trarem os que si uno con oce los valores num éricos de: a) la tasa neta de reproducción y b ) el núm ero eventual esperado de herm anas, entonces para una población estable se puede tam bién calcular el núm ero eventual esperado de cada una de las posibles categorías de parentesco. M ediante el uso del térm ino “ núm ero eventual esp erad o ” , querem os sólo significar que llevam os continuam ente la cuen­ ta de las personas que nacen en cada una de las relaciones de parentesco, tales com o “ t í a ” o “ so b rin a” . No querem os decir que la m ujer (para quien utilizarem os el térm ino an tropológico “ eg o ” ) que define la estructura, vive b asta o m ás allá de alguna edad esp ecífica. T o d o s los n acim ientos y m uertes ocurren con form e con las reglas fijas descritas previam ente. L as can ti­ dades obten idas no se refieren a una edad dada de ego y no son ni siquiera dependientes de que ella esté to d av ía viva. En el gráfico 2 se m uestra cóm o se generan las frecuencias eventuales esperadas. El m ovim iento hacia ab ajo de cada ) 61 ( Gráfico 2 NUMERO ESPERADO EVENTUAL DE PARIENTES EN UNA POBLACION ESTABLE Generaciones desplazadas desde ego -3 -2 -1 0 1* (8)* * (4)* 1# Tías bisabuelas: S K (8) Tías abuelas: S , ^ <2)* Ego: 1* [\ i a r K i (2) i Hijas: (2) N K (4) ... Tías: S (4) N Hermanas: SXN jS (8) K SXN (32) , i * . SXN2 (32) SXN3 (128) SXN3 (64) , SXN4 (256) , S X N4 * (128) S X N 54, SXNn (32) 1 ^ “S X N 31 SXN4* (8) (64) (16) Línea de descen­ Linea Primeras dencia primas principal de las her­ manas N3 i SXN ( 16) Sobrinas: SXN2 (4) SX. N (1 6) i ^ S X N2 i N2 2 3 ,,,, (Ib) Madre: 1* ir -■ 1 N i S X N 24, (64) S X Ns 4 (256) (512) 1 SXN6 (1024) Segundas primas Terceras primas S = Número eventual esperado de hermanas, IV = Tasa neta de reproducción. Los números entre paréntesis son sólo multiplicadores aproximados en un modelo de dos sexos, indica que el número es exacto. colum na, de una generación a la siguiente, involucra sim ple­ m ente la m ultiplicación del núm ero precedente por la tasa neta de reproducción , AL La equivalencia del núm ero espera­ do de herm anas, tía s, tía s abuelas, etc., puede requerir alguna ju stificació n . N ótese que ego tiene una y sólo una m adre, y esta m ujer (la m adre de ego) esperaría eventualm ente tener tantas herm anas com o ego en una población estable. D esde el punto de vista de ego las herm anas de su m adre son sus tías. En form a sim ilar se puede razonar para las tía s abuelas, etc. En el cuadro 8 se dan valores num éricos, para las celdas del gráfico 2, correspondientes a los tres con jun tos de d ato s u tili­ zados an tesen este docum en to. L as cantidades para herm anas, tía s, sobrin as y prim as concuerdan con las que se han dado )62( antes en el caso de que la m ujer hubiera sobrevivido hasta las edades m ás avanzadas. Por ejem plo, de acuerdo con las tasas para 1965 y 1967, una m ujer venezolana esperará tener 31,5 veces m ás prim as terceras (desplazado un tiem po cero) que una m ujer de los E stad o s U n idos, y 12,7 veces m ás bisnietas. Cuadro 8 CANTIDADES REPRESENTADAS EN EL GRAFICO 2, CALCULADAS PARA TRES PAISES Estados Unidos V enezuela Madagascar 1967 1965 1966 H 1,2509 3,0961 3,0393 H X N 1,5173 8,7712 5,6992 H X N2 1,8404 24,8488 10,6871 H X IV3 2,2324 70,3966 20,0404 H X /V4 2,7079 199,4335 37,5797 H X N5 3,2846 564,9951 70,4694 H X IV6 3,9842 1 600,6311 132,1442 N 1,2130 2,8330 1,8752 N2 1,4714 8,0259 3,5164 IV3 1,7848 22,7374 6,5940 T odas las cantidades calculadas hasta a q u í se han lim itado a m ujeres, relacionadas a través de m ujeres. Si el sex o de la relación de parentesco es ign orado, y no se considera el sexo de la persona investigada, el núm ero esperado de parientes aum enta rápidam ente con la distancia de la relación. El facto r m ediante el cual cada frecuencia se increm enta es ap ro xim ad a­ m ente una potencia de d o s, que depende de la razón entre sexo s a diferentes edades. Cada celda del gráfico 2 contiene un núm ero entre paréntesis qu e m uestra el aum ento en la fre ­ cuencia cuando el con cepto de “ m adre” se generaliza al de “ pad re” sin distinción de sex o , el de “ herm an a” al de “ her­ ) 63 ( m an o” , el de “ h ija” a “ h ijo ” , etc. N ótese que con esta gene­ ralización, el núm ero eventual esperado de herm anos y herm anas es sólo aproxim adam en te la m itad del núm ero de tíos y tías, etc. )64( TAMAÑO MEDIO DE LA FAMILIA C onsiderem os ahora fam ilias que estén com pu estas de un n ú ­ cleo fam iliar de m arido, m ujer e hijos so lteros (si hay alguno). Supóngase que to d o s los niños viven con sus padres hasta que se casan, y qu e a la inform ación que hem os utilizado a lo largo de este d ocu m en to, consistente de lx y mx , se agrega ahora una nueva in form ación : la proporción de m ujeres casadas entre tod as las m ujeres de edad a , representada por P(a). B u scam os la proporción de m ujeres casadas en el to tal de la población fem enina; la recíp ro ca de esta proporción será el núm ero m edio de m ujeres por fam ilia. (N o con tam os com o fam ilias separadas aquéllas en las cuales la esposa ha fallecid o ; su n ú ­ m ero está tom ad o en cuenta im plícitam en te com o parte de algunas otras fam ilias con esposa viva). Sea f(a 11) la distribución por edades de la población fe m e­ nina en el m om ento t. E ntonces la proporción de m ujeres casadas en la población fem enina es / 0 P (a )f(a \ t) da, donde u> es la edad m ás alta a la cual alguien llega con vida. Para una población estable, f ( a 11) puede ser reem plazada por m = ^ ~ ra/ / V r* dx. ) 67 ( En este caso, el núm ero m edio de m ujeres por fam ilia es 1 / f P (a )f(a )d a . (8.1) G oodm an (1953 y 1968) desarrolló expresiones para la razón entre sexos. H asta donde las poblacion es están fo rm ad as por núm eros aproxim adam en te iguales de hom bres y de m ujeres, el núm ero m edio de m iem bros de una fam ilia nuclear, tanto de hom bres com o de m ujeres, puede encontrarse m ediante la m ultiplicación por 2 de la expresión anterior, obteniéndose así 2 / f ° P(a) f(a ) da. (8.2) L a fórm ula (8 .2 ) es aplicable cuando: a) cada m ujer casada form a una fam ilia; b ) cada m ujer soltera es m iem bro de la fam ilia de alguna m ujer casada (su m adre o su m adre ad o p ­ tiva); c) cada hom bre es m iem bro de la fam ilia de alguna m ujer casada (su m adre, su m adre adoptiva o su esp osa). L a su po si­ ción im p lícita es que los hijos ilegítim os están tam bién inclui­ d o s en la fam ilia de alguna m ujer casada. E s necesario m od i­ ficar (8 .2 ), cuando las condiciones a), b) o c) no son satisfech as; pero no entrarem os en lo s detalles de esas m o d ifi­ caciones aq u í. C onsidérese ahora el caso de la fam ilia exten d ida en o p o si­ ción a la fam ilia nuclear, don d e: a) cada m ujer casada fo rm a una fam ilia si su m adre está m uerta; b) cada mujer casada es un m iem bro de la fam ilia de su m adre si ésta está viva; c) cada m ujer soltera es un m iem bro de la fam ilia de alguna mujer casada (su m adre o m adre ad o p tiv a); d) cada hom bre es un m iem bro de la fam ilia de alguna mujer casada (su m adre, su m adre adoptiva o su esp osa). En este caso el tam año m edio de la fam ilia está dado por la expresión 2 /í W(*\ t- a ) d * ] P («) /(« I 0 da, )68( donde W(x \ t-a ) es la distribución por edades definida en seccio­ nes anteriores. L a cantidad entre paréntesis de la fórm ula anterior es la probabilidad de que esté m uerta la m adre de una m ujer de edad a . Su pon em os a q u í que esta probabilidad no depende del hecho que la m ujer de edad a esté casada. Si este su pu esto no se satisface se requieren m odificaciones en la fórm ula, pero no n os ocuparem os de ellas aq u í. Para una población estable, la fórm ula de arriba que da el tam año m edio de la fam ilia exten d ida, se reem plaza por 2 /f W x) d x] P(a) f ( a ) da, (8.3) donde W(x) y f ( a ) se calculan m ediante las fórm ulas dadas anteriorm ente. R eferim os al lector a Coale (1965) y B u rc h (1970) para resul­ tad o s relacionados con los qu e acab am os de presentar sobre este pu n to, pero diferentes. D ichos autores proponen ex p re­ siones para el tam año m edio de la fam ilia nuclear y exten d ida, con form e con su pu estos algo más restringidos que los nuestros. Suponen que to d a s las m ujeres se casan; que to d o s los casa­ m ientos tienen lugar exactam ente a la edad m edia del m atri­ m onio, y que to d o s los nacim ientos ocurren a la edad prom e­ dio de dar a luz. Si esto s su pu esto s no se cum plen (com o de hecho sucede) las fórm ulas utilizadas en las obras m enciona­ das pueden dar resu ltados in correctos, pero las qu e se presen­ tan a q u í continuarán siendo aplicables. )69( SUMARIO En este artícu lo se presentan algunas técnicas sim ples que pueden ser u tilizadas a fin de establecer las frecuencias esp e­ radas o las probabilidades correspondientes a varias relaciones de paren tesco. Para las siguientes seis catego rías estas frecuen ­ cias esperadas o probabilidades son dad as según la edad de una m ujer: 1) hijas y otras descendientes; 2) m adre y otras progen itoras; 3) herm anas; 4) sobrin as; 5) tía s; 6) prim as. En lo s casos 1) y de 3) a 6) los núm eros esperados de nacidas y sobrevivientes son in dicados con fó rm u las designadas a y b , respectivam ente. El m étodo es aplicable a parientes m ás dis­ tantes y , con alguna m odificación, a la lín ea m asculina tan to com o a la fem enina. En la sección 7 m ostram os que la even­ tual frecuencia esperada para cualquier posible relación de parentesco en una población estable, depende sólo de la tasa neta de reproducción y del núm ero eventual esperado de herm anas. En la sección 8 dam os fórm ulas para el tam año esperado de la fam ilia nuclear y la extendida con form e con su posicion es sim ples sobre fo rm ación de fam ilia. L as aproxim acion es num éricas a las integrales fu ero n calcu­ ladas utilizando com o dato de entrada solam ente las tasas por edad de fecu n didad y m ortalidad (véase el A pén dice). L os cóm pu tos para la sección 8 requerirían, adem ás, la proporción de m ujeres casadas en cada intervalo de edad. )73( APENDICE EVALUACION NUMERICA DE LAS INTEGRALES L a fórm ula (2.1), com o ejem plo de una integral sim ple, estaba dada por la relación: Md * ) = / U ' V -'* dx- (A-1) G eneralm ente, no podem os evaluar las fu n cion es lx y mx para valores arbitrarios de x, ya que la inform ación se recoge, por lo usual, para intervalos quinquenales de edad. A sí, cuando x es un m últiplo de 5, tenem os la fun ción de la tab la de vida sLy = / r+5 lx dx (A.2) y las tasas de fecu n didad observadas para grupos quinquenales v+5 sFy - f v+5 mxkx d x / f kx dx (A .3) donde kx es proporcion al a la distribución por edades obser­ vada. E xten dem os algo el intervalo de integración redefiniendo oc com o el m últiplo de 5 m ás grande, que es m enor o igual que la edad m enor del intervalo de reprod ucción , y 0 com o el ) 77 ( m enor m últiplo de 5 que es m ayor o igual que la edad m ás alta del intervalo de reproducción . E n ton ces, si y se restringe a m últiplos de 5, p odem os escribir nuevam ente (A .l) com o (A.4) En razón de que cada térm ino de la fun ción integranda es una función continua, podem os aplicar el teorem a fu n ­ dam ental del cálculo integral a fin de obtener, para y = a , oc+ 5 , , /3—5, la relación (A.5) donde y es algún núm ero entre y e y + 5 , esto e s y < y < y + 5 . Su pon em os adem ás, prim ero, que y = y + 5/2, y segundo que my = my+s¡2 = $Fy . L a segunda suposición será cierta si mx es constante entre y e y + 5 , aunque puede ser tam bién verdadera conform e con otras condiciones, dependiendo de la distrib u ­ ción por edades den tro del intervalo. A sí pues em pleam os la siguiente aproxim ación para (a): (A.6) Las o tras integrales sim ples (1.1.a) y ( l.l.b ) fueron evaluadas en form a análoga. In dicarem os nuestra aproxim ación num érica a integrales dobles utilizando una form a general en lugar de una form a particular. C ada integral doble en este docum en to tiene la siguiente fo r m a : S = / a f(x,y) dy) g(x)dx, b¿x) )78( donde bl y í>2 son el m enor y el m ayor de los lím ites de in te­ gración de la integral interna y son ellos m ism os fun cion es de x . Luego la integral interna puede ser resum ida por un nuevo sím b olo b Jx ) f(x,y)dy, Kx) = I &,(*) que es una función de x , tal que (3-5 Z+5 fí S = ¡ oc I(x)g(x)dx = 2 / Z=OC Z I(x)g(x)dx, donde ce, (3, y z son todos múltiplos de 5. De nuevo ahora, aplicando el teorem a fun dam en tal del cálculo integral, to d a vez q u e / ( x ) es continua, (3-5 S = Z+5 2 I(z)f Z-CC Z g(x)dx para una z, z < z < z+5. Nuestra información es tal que la I ( x ) puede ser evaluada solamente para argumentos que son múl­ tiplos de 5, de modo que nos aproximam os al valor de /(z) haciendo [I(z) + I(z+ 5)]. Esta aproximación será exacta si I(x ) es constante entre z y z + 5, pero también puede ser exacta o más o menos precisa dependiendo de la configuración de las funciones que la componen. H em os ya m ostrado cóm o reducir integrales dobles a in te­ grales sim ples, las que a su vez ya han sido exam in adas; la reducción de integrales triples, etc., se efectú a en form a an á­ loga, lo que no necesita ser detallado. Hay dos cam inos obvios para m ejorar la calidad de estas aproxim aciones. Uno puede suponer que dentro de los in ter­ valos de cinco años lx y mx son lineales, cuadráticas, etc. En form a alternativa, las funciones SLX y SFX podrían ser aju s­ tadas para edades singulares, o para intervalos de edad aún m enores; y las sum as precedentes, establecidas para unidades )79( de cinco añ os, deberían ser m od ificad as a fin de tom ar en cuenta que la unidad de sum a sería ahora la de un año. El segundo cam ino es m ás sim ple en principio, pero hubiera requerido m ucho tiem po de com putador. C alculam os la p ro ­ babilidad de tener una abuela sobreviviente (fórm u la 2.2) con los dato s de V enezuela de 1965, utilizando intervalos de cinco años e intervalos de añ os sim ples de edad, a fin de estim ar el orden de aproxim ación de las sum as a lo largo de cinco años. En la tabla I se m uestran nuestros resultados con tres deci­ m ales. Para cada edad parece que los cóm p u tos hechos a intervalos de cinco añ os subestim an ligeram ente el valor de la probabilidad verdadera de tener la abuela sobreviviente, por una cantidad que nunca excede de 0,004 en valor ab solu to. La discrepancia p o d ría presum iblem ente ser m ayor para nuestras integrales triples y cuádruples, y m enor para las integrales sim ples. Tabla I COMPARACION DE LOS VALORES DE M2(a) CALCULADOS A INTERVALOS DE CINCO AÑOS Y A INTERVALOS DE UN AÑO. VENEZUELA, 1965, POBLACION FEMENINA Edad exacta de la niña 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 (2.2) Probabilidades de tener la abuela sobreviviente calculadas a Intervalos de cinco años de edad Intervalos de un año de edad 0,867 0,812 0,742 0,656 0,553 0,438 0,319 0,206 0,112 0,048 0,014 0,002 0,000 0,869 0,814 0,745 0,659 0,556 0,442 0,322 0,209 0,114 0,049 0,015 0,002 0,000 )80( El programa de com putador que produjo los resultados numéricos de los cuadros 1-7, y que podría ser aplicado a cualquiera de las fórmulas de las secciones 1-6, fue escrito en FORTRAN IV, estando disponible, a solicitud del lector. ) 81 ( REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Brass, W., “ The derivation of fertility and reproduction rates from restricted data on reproductive histories” , en Population Studies 7, 1953, pp. 137-166. Burch, T.K,, “ Some demographic determinants of average household size: An analytic approach” , en Demography 7, 1970, pp. 61-70. Coale, A.J., “ Appendix: Estimates of average size of household” , en Aspects o f the Analysis o f Fam ily Structure ( A,J. Coale, Ed.), Office of Population Research , Princeton, N.J., 1965, pp. 64-69. Goodman, L.A., “ Population growth of the sexes” , en Biometrics 9, 1953, pp. 212-225. Goodman, L.A., “ Stochastic models for the population growth of the sexes” , en Biom etrika 5 5 ,1 9 6 8 , pp. 469-487. Henry, L., “ Mesure indirecte de la mortalité des adultes” , en Population 15année, 1960, pp. 457-465. Keyfitz, N. y Flîeger, W., Population: Facts and Methods o f Demography, W.H. Freeman and Company, San Francisco, 1971. Lotka, A.J., “ Relation between birth rates and death rates” , en Science N.S. 26, 1907, pp. 21-22. Lotka, A.J., “ Orphanhood in relation to demographic factors: A study in population analysis” , en Metron 9, 1931, pp. 37-109. ) 85 ( Impreso en los Servicios de Reproducción de CELADE.