El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes:

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El proyecto de represa
del arroyo Ayuí Grande
en Corrientes:
Impactos ambientales, políticos y
jurídicos de un atropello a la naturaleza
Por:
Aníbal Parera
Biólogo
Daniel Sabsay
Presidente de FARN;
ex Director Ejecutivo de FARN entre los años 1997-2007
Resumen ejecutivo
El arroyo Ayuí Grande, afluente natural del río Miriñay y perteneciente
a la cuenca del río Uruguay en la provincia de Corrientes (Argentina),
transcurre entre suaves lomadas del departamento Mercedes, cerca de
los Esteros del Iberá. Sus meandros están bordeados por bosques en galería, que junto al curso de agua y los pajonales periféricos encierran flora y fauna valiosas, con presencia de especies amenazadas y protegidas.
Aún cuando este es un curso de agua de dominio público y tanto sus
bosques nativos como varias de sus especies se encuentran protegidas
por la ley, un grupo de empresas privadas propone represar el arroyo,
para convertir buena parte de su curso en un espejo de agua artificial
(8.000 hectáreas), con el objeto de acumular agua para la irrigación de
cultivos. Los autores señalan que esta es una pretensión ilegal, de grave
impacto ambiental y jurídico, que traería consecuencias sobre el futuro
de la administración de los recursos naturales de esta provincia y de la
región. Curiosamente las autoridades provinciales acompañan este em295
Informe Ambiental Anual 2011 FARN
prendimiento, llegando incluso a afectar los derechos de los habitantes,
desoyendo los reclamos legítimos de la sociedad civil, e inclusive, oponiéndose a decisiones de la justicia.
I. El contexto geográfico del arroyo Ayuí Grande
El arroyo Ayuí Grande transcurre íntegramente en el Departamento Mercedes de la Provincia de Corrientes (República Argentina), encontrando
sus nacientes muy cerca de los Esteros del Iberá, en un humedal contiguo
denominado “Esteros del Pairirí”, del cual el mencionado arroyo funciona
como desagüe natural hacia el sistema Miriñay-Uruguay (Figura 1).
Si bien los Esteros del Pairirí ofrecen al Ayuí Grande un caudal de aguas
permanentes, el mismo resulta variable de acuerdo a la concurrencia
de las precipitaciones locales, con naturales momentos de crecidas y
estiaje.
El Ayuí Grande transcurre por espacio aproximado de 135 kilómetros
hasta su desembocadura en el río Miriñay, que a su vez desciende desde
los esteros del Miriñay, también contiguos a los esteros del Iberá. Cabe
aclarar que, si bien en el pasado habrían estado conectados superficialmente, los sistemas Iberá y Miriñay hoy se comportan como cuencas
diferenciadas. La primera (Iberá) lleva sus aguas hacia el río Paraná, a
través del río Corrientes, mientras que la segunda (Miriñay) lo hace hacia
el río Uruguay.
En el momento de volcar sus aguas sobre el río Miriñay, el Ayuí Grande
es ya un curso de significativo porte, perfectamente equiparable en ése
punto al propio Miriñay, e incluso de mayor caudal, según el concurso
momentáneo de las lluvias locales. A partir de la desembocadura, cercana al paraje San Roquito, el Miriñay serpentea otros 300 kilómetros
a través de la llanura de los departamentos Curuzú Cuatiá, Paso de los
Libres y Monte Caseros, hasta alcanzar el Río Uruguay, pocos kilómetros
aguas arriba de la ciudad de Monte Caseros, en una zona fronteriza con
la República Federativa de Brasil y la República Oriental del Uruguay.
Muy cerca de sus nacientes en los esteros del Pairirí, el arroyo Ayuí Grande encuentra el puente de la Ruta Provincial 40 que une Mercedes con
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El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
Figura 1.
Arroyo Ayuí Grande
Río Miriñay y
Embalse de la
Represa del Ayuí
Grande (proyectado)
Curso del Ayuí Grande
Curso del Miriñay
Tramo medio del Arroyo
Ayuí Grande (quedaría bajo
embalse)
Bosque en galería al norte
de Tupantuva, Arroyo Ayuí
Grande (quedaría bajo
embalse)
Desembocaruda del Ayuí
Grande en el Miriñay
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
Colonia Carlos Pellegrini. El único punto fácilmente accesible para el común de la gente, ya que el resto de su curso ocurre sobre zonas naturales, muy poco pobladas y mayormente libre de caminos vehiculares.
Allí donde es más conocido es aun un curso pequeño, inmaduro y bastante “deslucido” en tanto que no presenta todavía barrancas bien desarrolladas ni un bosque en galería maduro. Es recién aguas debajo de
un segundo puente, conocido como Paso Galeano, sobre un camino
rural secundario cuando el Ayuí Grande alcanza su madurez y esplendor,
con barrancas más importantes, bosques en galería maduros y hasta un
pequeño salto sobre rocas.
Poco antes del Paso Tupantuva, el Ayuí Grande recibe los aportes de los
arroyos Curupí y Yuquerí, en una zona de grandes establecimientos rurales que ya no tiene caminería formal y solo puede ser visitada navegando
sus aguas.
II. Valores ecológicos
En esta zona es donde encontramos un curso francamente maduro, con
mayor estabilidad y notable belleza escénica, debido a la presencia de
frondosos bosques en galería dominados por ingá (Inga uruguensis),
timbó blanco (Albizia inundata), mataojo (Pouteria salicifolia) con notables agrupaciones de palmera pindó (Syagrus romanzoffiana), conformando un tapiz vegetal importante, adaptado al pulso natural de
crecidas y estiaje del arroyo (Figura 2).
El bosque en galería del arroyo Ayuí Grande, en conjunto con los extensos
pajonales que caracterizan su valle de inundación natural, en una franja
aproximada de mil metros de cada lado, constituye un valioso corredor
biológico, en el que recientemente se han detectado especies como el
mono aullador negro o carayá (Alouatta caraya), pavas de monte (Penelope obscura), águila coronada (Harpialiaetus coronatus) y el cardenal
amarillo (Gubernatrix cristata), típicos de zonas arboladas, mientras que
los capuchinos del género Sporophila –con varias especies amenazadas–
son relativamente corrientes en áreas de pajonal a lo largo del curso.
Párrafo aparte merece la presencia de tres de las especies consideradas
Monumento Natural Provincial (Decreto Ley 1.555/92), el lobito de río
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El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
Figura 2.
(Lontra longicaudis) muy observable en el Ayuí Grande, el aguará guazú
(Chrysocyon brachyurus) y el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), ambos muy escasos pero reportados recientemente.
Vale destacar la condición de “corredor biológico” del curso de agua y
sus costas, bien definidas y ecológicamente diferenciadas de un entorno
en que dominan pastizales y montes espinosos típicos de la ecorregión
del Espinal. Resulta claro que especies como el mono carayá y las pavas
de monte, sólo podrían estar presentes gracias a esta condición de corredor que proveen las galerías de los arroyos, ya que las mismas no se
hallan adaptadas a vivir en la matriz de sabanas del Espinal que caracteriza el entorno.
El normal funcionamiento de este ecosistema, con sus pulsos de crecientes y estiaje periódicos (al que la vegetación y la fauna se encuentran
adaptados), provee de importantes funciones reguladoras a la cuenca.
Tanto en lo referente a la disponibilidad de aguas (cantidad), como a su
condición (calidad), y a los aportes de nutrientes, intercambio de polen,
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
dispersión de semillas, flujo de peces aguas abajo. Esta condición contribuye al funcionamiento de toda una cuenca que se dispone aguas abajo,
hasta alcanzar el curso del río Uruguay y sustenta esquemas productivos
mixtos que no solamente están ajustados a estas condiciones, sino que
también son dependientes de las mismas, como la ganadería de campo
natural y el desarrollo de una determinada cuota de agricultura y forestaciones.
III. Agricultura, cultivo del arroz y represas para riego
La agricultura tuvo como emergente principal en los últimos años al cultivo de arroz. Las condiciones para su desarrollo son buenas en la zona,
aunque encuentran en la disponibilidad de agua un factor limitante, ya
que las parcelas de arroz deben permanecer inundadas para permitir
el adecuado desarrollo de plantas y la producción de los granos. En los
esquemas habituales de cultivo de arroz en Corrientes, donde existen actualmente unas ochenta mil hectáreas sembradas anualmente, el aporte
de las aguas para inundar las parcelas proviene de cuerpos de agua
naturales (lagunas, esteros, cañadas, ríos y arroyos) o bien de reservorios creados mediante movimientos de tierra que detienen el drenaje
superficial y alojan agua en superficie (denominadas genéricamente “represas”). Existe una tercera posibilidad de reservorio que consiste en la
deriva de una cuota del caudal de cursos naturales (ríos o arroyos) hacia
una cuba natural o artificial en su propio valle de inundación, pero a un
costado del curso natural. Esta es muy poco practicada en Corrientes.
Si bien requieren de cierta inversión, las represas permiten disponer de
agua en sitios relativamente alejados de los cuerpos de agua estables, y
tomar buen provecho de tierras de mejor condición y accesibilidad, por
ejemplo cercanas a las rutas. Las represas no son nuevas en la zona,
y han sido practicados desde hace decenas de años, en especial para
disponer de agua de bebida para los rodeos (en estos casos denominadas “tajamares”). Las represas destinadas a irrigar cultivos de arroz
tienen normalmente una dimensión mayor a las destinadas a bebida
de animales, y su espejo varía entre varias decenas y pocas centenas de
hectáreas.
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El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
De esta forma, es normal y previsible la creación de represas en los campos correntinos, y los productores disponen de mecanismos administrativos y legales para conseguirlas. Desde el punto de vista ecológico este
tipo de represas no resultan problemáticas y no han sido cuestionadas,
incluso se considera que aportan nuevos hábitats húmedos para la vida
silvestre, y proveen mayor estabilidad al sistema hídrico en general.
IV. La mega-represa del Ayuí Grande
El tamaño de las unidades productivas y el monto de las inversiones necesarias han mantenido estas intervenciones en el nivel de “cabeceras de
cuenca” (en zanjas o quiebres del terreno que conducen el escurrimiento
superficial de aguas hacia los arroyos), creando su endicamiento un cuerpo de agua estable en un sitio donde no lo había, sin interrumpir el flujo
natural de los cursos de agua estables y maduros.
Pero una iniciativa denominada Proyecto Productivo de la Represa
Ayuí Grande impulsado por una Unión Transitoria de Empresas (UTE)
pretende un verdadero “cambio de escala”, apartándose de la condición
imperante en Corrientes, descripta líneas arriba. Su intención es crear la
primer “Mega-represa” (tal el nombre que el propio proyecto emplea),
para permitir la irrigación de unas veinte mil hectáreas de cultivos, a
partir de una misma fuente de agua. Ello supone indicar –mediando una
gran obra de infraestructura– un curso de agua maduro y permanente,
interrumpiendo su flujo natural y dejando bajo un espejo de agua artificial muchos kilómetros de costas, bosques en galería y otros ecosistemas
asociados.
Supone también acudir a la intervención de un bien público que se encuentra vecino a la propiedad (el arroyo), en lugar crear un cuerpo de
agua dentro del campo, quebrando así el escenario jurídico de la normal
situación de las represas de uso rural corriente.
El proyecto en cuestión propone la creación de un lago artificial de unas
8.000 hectáreas de superficie en reemplazo del propio cauce del arroyo Ayuí Grande por espacio de unos 50 kilómetros de meandros con
bosques en galería, que desaparecerían bajo las aguas de este espejo
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
permanente, con destino de riego de unas 25 mil hectáreas de cultivo
de arroz, que a su vez afectaría un total aproximado de 70 mil hectáreas de pastizales, tomando en cuenta el desplazamiento del cultivo en
rotaciones.
Entre las consecuencias ecológicas inmediatas de la construcción de esta
represa contamos la directa desaparición de ecosistemas acuáticos y terrestres por espacio exacto de la superficie del espejo artificial (8.000
hectáreas) y la interrupción del flujo natural de las aguas del arroyo,
detenidas por el dique y reguladas por una exclusa al servicio de las necesidades de riego de las empresas particulares intervinientes.
De más está decir que esto conlleva la muerte directa de innumerables
ejemplares pertenecientes a especies protegidas de la flora y fauna silvestres. Pero además, la construcción de la mega-represa acarrearía otros
impactos indirectos, como: a) cambio en las condiciones de uso de la
tierra por espacio cercano a las 70 mil hectáreas (las veinte mil hectáreas
a irrigar serían rotadas en turnos de 2-3 años), con la consecuente desaparición de sabanas en buena medida naturales, b) el aporte de agroquímicos al sistema, que podrían contaminar el agua del propio embalse,
ya que cierta fracción de las aguas empleadas para inundar las parcelas
de cultivo vuelven al mismo, c) la interrupción de un corredor ecológico
con consecuencias sobre el resto de la cuenca y d) los posibles cambios
cuali-cuantitativos en materia de flujo de aguas hacia los ríos Miriñay y
Uruguay. Estos últimos podrían acarrear escasez de agua, contaminación de las mismas e incluso crecientes calamitosas, en caso de siniestro
en dique de contención.
Sin embargo, este no es un tratado dirigido a evaluar el impacto de la
obra proyectada y aun no iniciada, sino dirigido a cuestionar la validez jurídica y moral de su proceso de aprobación e imposición en la sociedad,
mediando un variopinto juego de artilugios mediáticos, administrativos y
jurídicos en su ambicioso e irregular cometido.
En este capítulo cuestionaremos incluso la existencia de una Evaluación
de Impacto Ambiental (en delante EIA), ya que dicho instrumento, importante y trascendental por cierto, sólo debe asistir en el proceso de
aprobación a aquellos proyectos de base legal consolidada y no a pretensiones claramente ilegales como la que nos toca analizar.
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El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
Analizaremos también los aspectos más salientes del reprochable acompañamiento que las autoridades provinciales de Corrientes ofrecieron a
este proyecto, y la mecánica empleada en diferentes instancias en que
se pretendió sortear tanto los escollos legales, como el legítimo cuestionamiento público que despertó el proyecto.
V. Una campaña ciudadana para salvar al Ayuí
Visto en la perspectiva de los últimos cinco años, todo indica que este
proyecto de mega-represa hubiese estado ya realizado de no mediar el
importante cuestionamiento surgido de parte de un grupo de vecinos
organizados de la ciudad de Mercedes, encolumnados detrás de la Fundación Reserva del Iberá (en adelante FRI).
La FRI es una organización no gubernamental sin fines de lucro iniciada
en 1992 con la principal finalidad de apoyar la implementación de la
Reserva Provincial de los Esteros del Iberá, constituida por un Consejo de
Administración conformado por ciudadanos locales, mayormente profesionales y productores rurales con inquietud por temas ambientales y
vocación por el desarrollo sustentable de la provincia.
Cuando en el año 2005 se conocieron los anuncios del Proyecto Productivo de la Represa del Ayuí Grande, la FRI tardó muy poco en analizar la
situación para concluir que su concreción suponía un verdadero atropello, tanto en materia ambiental como legal.
Sin manifestarse en contra de la agricultura, o del cultivo de arroz según
su práctica habitual en Corrientes, la organización correntina fundamentó su rechazo al proyecto en un bien fundamentado “Documento de
Posición”.
La falta de respuesta por parte de las autoridades y de las empresas, y
aun el soslayo público de la preocupación esgrimida, movilizó a la FRI
a convocar la atención de la ciudadanía, a través de algunas piezas de
comunicación solventadas con imágenes fotográficas obtenidas en dos
visitas al arroyo Ayuí Grande: un breve audiovisual empaquetado para su
envío por correo electrónico; gacetillas de prensa destinadas a diarios y
radios y un video de 12 minutos de duración realizado gracias al aporte
desinteresado de un documentalista profesional.
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
Tanto estas piezas de comunicación, como en adelante la campaña en
defensa del arroyo Ayuí Grande fue realizada sin la participación de ningún auspiciante y sin contar con presupuesto específico, mediando el
concurso y motivación de los participantes. Tampoco se pagaron espacios de publicidad o cobertura en medios de comunicación.
Aquellos esfuerzos de difusión tuvieron su efecto en ciertos medios locales, provinciales y nacionales, aunque pronto pudo advertirse de qué
forma los medios relacionados con el Grupo Clarín evitaron publicar toda
noticia relacionada, poniendo en evidencia la relación entre la empresa líder del Proyecto Ayuí Grande y el principal grupo multimedios del país. El
dueño de la primera era el Vicepresidente del directorio de la segunda.
Resultó notable cómo algunos medios pertenecientes al grupo multimedios no advirtieron inicialmente esta relación y se hicieron eco de la
preocupación ambientalista. No tardaron en pagar consecuencias por su
“desatención”. Una de estas situaciones cobró notoriedad cuando fue
valientemente denunciada por el conocido conductor costumbrista Don
Luis Landriscina, a quién desde la conducción del Canal Rural censuraron
un programa del ciclo “Mano a Mano con el Campo”, dedicado a tratar
el tema. El asunto adquirió ribetes de escándalo, pues ante la negativa
de levantar el programa por parte de la producción de Landriscina, el
canal resolvió unilateralmente sacarlo del aire pocas horas antes de la
emisión y sin aviso previo, emitiendo en su lugar un programa anterior
(ya emitido), en lugar del que se había anunciado a la audiencia.
Otra de las impactantes repercusiones que la campaña de la FRI tuvo fue
la aparición de una columna editorial en el prestigioso diario La Nación
(edición del día 30 de Junio de 2005), que bajo el título “Las venas de
nuestro planeta”, dejaba bien destacado el rigor y agudeza con que la
fundación correntina intentaba evitar el represamiento del Ayuí Grande.
VI. Evaluación de Impacto Ambiental
Si bien la fundación cuestionaba por entonces las bases del emprendimiento en sí mismo y anunciaba que una EIA sería innecesaria para un
proyecto así, pudo tener acceso a la misma, para analizarla y ofrecer su
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El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
crítica adicional. Esta EIA era tan pobre, escasa y equívoca que no resistía
el menor análisis. Sin embargo la fundación decidió circularla a algunos
expertos en evaluaciones de impacto ambiental. Posiblemente el más
crítico de la misma fue el Ing. Agr. Jorge Adámoli, Profesor de la Universidad de Buenos Aires y destacado referente en temas de conservación
y desarrollo sostenible, además de líder de numerosas EIA vinculadas al
agro argentino, en particular muchas de las más polémicas y controvertidas desde el punto de vista ambiental.
Fue el propio Ing. Adámoli quién se encargó de hacer notar a los responsables del emprendimiento la inconsistencia técnica de la EIA que habían
encomendado. Su entrevista personal con los titulares de las empresa
líder marcó una bisagra en esta historia: a partir de allí, las empresas establecerían un compás de espera, para encomendar una nueva EIA, mucho más sólida y portentosa, sin escatimar en gastos, con la intervención
de equipos científicos, actualización de relevamientos y la revisión de
varios aspectos del proyecto. El propio Ing. Adámoli quedaría contratado
como director de estos procedimientos y el período de silencio por parte
de las empresas y las autoridades de gobierno duraría casi un año.
El experto de la Universidad de Buenos Aires, hasta allí contundentemente crítico de la mega-represa, alcanzó a explicar su cambio de rol a la FRI
en una charla de café señalando que su objetivo sería el de promover el
reemplazo de la gigantesca obra de acumulación por una alternativa que
implicaba la suma de represas menores que no afecte el curso principal
del Arroyo Ayuí Grande.
Sin embargo el curso de los acontecimientos dictaría una realidad diferente, y aunque su propuesta de pequeñas represas existió, finalmente
fue rechazada de plano en el seno de una reunión con los empresarios
en momentos en que los nuevos estudios estaban casi concluidos.
La mega-represa sería, de cualquier manera, un tanto menor en la nueva
etapa debido a que la firma Ayuí S.A., propietaria de la estancia donde
estaba proyectado el dique de contención había decidido retirarse del
proyecto. De esta forma, ciertos bosques en galería, que antes quedaban
incluidos bajo el proyectado lago artificial, quedarían fuera del alcance
del nuevo emplazamiento, con cabecera de obra en el Paso Tupantuva.
El director responsable de la EIA sería el encargado de que la nueva propuesta tuviera la aceptación de la FRI y las muchas otras organizaciones
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
que a esta altura defendían al arroyo Ayuí Grande. A los efectos podría
explicar que esos bosques quedarían “protegidos” por el nuevo proyecto
y destinados a una “reserva natural compensatoria” bajo las garantías
de las propias empresas, además de sumar otras previsiones de orden
ambiental y social antes no presentadas (donaciones a hospitales, plantaciones de árboles, financiamiento de monitoreos y una oferta a la FRI
para tomar a cargo un plan de mitigación).
Lo cierto es que la Mega-represa era en esencia lo mismo, tan ilegal
como la anterior. Era claro que de haber nacido de la forma que ahora
era presentada hubiese ocasionado exactamente la misma reacción en
defensa del curso público del Ayuí Grande y los bosques en galería del
sector Tupantuva y las desembocaduras de los arroyos Yuquerí y Curupí.
Hay que reconocer que el plan de “aceptación pública” no escatimó en
recursos, y un refuerzo científico vino de la mano de un prestigioso, aunque desprevenido, Dr. Otto Solbrig, emérito de la Universidad de Harvard, argentino de origen y referente mundial en temas ambientales.
VII. Carta abierta en defensa del Ayuí Grande
Con la nueva EIA y la reserva académica a bordo –el propio Solbrig viajó
desde los Estados Unidos a la ciudad de Mercedes–, el nuevo paquete
fue presentado en reunión solicitada a la FRI en su sede (Julio de 2008).
La organización correntina tardó minutos en reconocer el nuevo escenario tan inaceptable como el anterior, al tiempo que a sus impulsores
en una posición irreductible, ahora mucho más seguros de sí mismos,
habiendo hecho una inversión notable en materia de evaluaciones y procedimientos de previsión ambiental y mostrando cartas que simulaban
verdadero porte. Con ellas pretendían justificar la aceptación social, ya
que la habilitación administrativa no encontraría impedimento alguno.
Así también lo entendimos un grupo de personas que firmamos entonces la Carta Abierta en defensa del Arroyo Ayuí Grande, bajo el título
“El Ayuí Grande debe seguir siendo un arroyo” (ver Figura 3), firmada
por expertos en temas jurídicos y ambientales, productores y dirigentes
rurales, artistas, técnicos y científicos (incluso alguno que había participado de los grupos técnicos del segundo turno de evaluaciones ambien306
El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
tales, pero que no creía que la propuesta final sería similar a la anterior),
además de titulares de importantes organizaciones, referentes sociales,
vecinos y pobladores1.
La carta tuvo un nivel de adhesión tal que rápidamente fue sumando
firmas hasta llegar a miles en poco tiempo, aunque fue publicada en los
diarios locales con sus primeras cincuenta firmas, para ser presentada
en un escenario por demás notorio: la Sociedad Rural de Mercedes en
ocasión del acto público de re-lanzamiento del Proyecto Ayuí Grande,
organizado por las empresas y conducido por el Ing. Jorge Adámoli, con
la intervención de algunos de los técnicos contratados, en un clima de
consabida aprobación por parte de las autoridades, estando presentes
las de más alto rango de la Provincia de Corrientes.
El impacto de la carta fue notable y provocó tanto la desazón de los
empresarios, como el consabido pase de facturas a los responsables de
una supuestamente “infalible” nueva EIA.
Posteriormente la FRI inquirió a técnicos y titulares de las organizaciones
que avalaban la EIA, con notables resultados. La Universidad de Buenos
Aires, el INTA y varios de los técnicos consultados en forma independiente, ratificaron su “no aval” y hasta su desconocimiento de los resultados
de los estudios en cuestión2.
Algunos de los técnicos consultados se sorprendieron al entender que su
información científica, lograda en la zona del Ayuí Grande muchos años
atrás y en otro contexto, había sido ahora empleada en el marco de esta
EIA, y que sus nombres quedaban incorporados como “integrantes” de
los equipos de evaluación.
La situación era nuevamente escandalosa, y no sorprenderá que los integrantes de la FRI, así como varios de los que nos comprometimos y participamos en la denuncia y condena de un asunto cada vez más oscuro,
comenzamos a ser atacados y objeto de intentos de desprestigio. Otros
de los firmantes fueron blanco de tentativas de chantaje.
Ni lo anterior, ni la ingente lluvia de correos electrónicos que inundaban las
casillas de empresarios y funcionarios del gobierno correntino (enviados
1
2
Disponible en http://www.proteger.org.ar/download/archivos/ayui-solicitada.pdf
Los facsimilares de estos documentos han sido puestos a disposición del público y de la justicia.
Más información en http://www.proteger.org.ar/doc796.html
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
desde un sitio en Internet desarrollado con la asistencia de la Fundación
Proteger, que tomó el asunto como propio); ni la creciente condena pública; tampoco las cartas de personas reconocidas dirigidas a encumbrados
hombres de negocios relacionados con la inversión en el Ayuí Grande
(el mundialmente famoso financista húngaro-americano George Soros
era parte del emprendimiento desde que adquirió las acciones de Pilagá
S.A., una vez que esta también se vendió); ni las apariciones de nuevos
documentos de posición de organizaciones como FARN, Aves Argentinas,
Greenpeace, etc., harían torcer el rumbo de las empresas o las autoridades de gobierno, dispuestas a continuar adelante con el proyecto.
VIII. La Ley de Bosques Nativos en Corrientes
Pero advirtieron un impensado escollo legal indiscutible: la prohibición
total de los desmontes establecida por la recientemente promulgada Ley
Nacional Nro. 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección de los Bosques Nativos, que establecía la detención de cualquier desmonte (incluyendo expresamente diques que afecten bosques nativos), hasta tanto la
provincia desarrolle y apruebe su Plan de Ordenamiento de los Bosques
Nativos (en adelante POBN), bajo determinadas premisas y “presupuestos mínimos” de preservación de las masas forestales, sus funciones ecosistémicas y sus servicios ambientales.
Este elemento era lo suficientemente contundente para detener el proceso de autorizaciones, pero también –en una provincia como Corrientes–
lo suficientemente maleable, como para convertirse en un nuevo tablero
de operaciones.
IX. Plan de Ordenamiento de Bosques Nativos
Por segunda vez, y como ocurrió cuando las empresas reconocieron la
debilidad del su primer EIA, los impulsores del proyecto se retiraron silenciosamente de la escena, para establecer un nuevo compás de espera,
esta vez para operar en el ámbito de elaboración del POBN de Corrientes,
308
El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
asegurándose por un lado su rápida aparición (contribuyeron activamente a ello, y no lo ocultaron, sino que lo hicieron público, como claros interesados en un rápido procedimiento), pero además asegurándose que
el mismo no fuera impedimento para emplazar la mega-represa. Esto
último sólo sería posible si los bosques en galería del arroyo Ayuí Grande
quedaban pintados de “verde”, es decir potencialmente desmontables.
De no mediar un fuerte ejercicio de control de la situación, era obvio que
los bosques en galería quedarían pintados de “rojo” (protegidos) o al menos de “amarillo” (utilizables pero no desmontables), en coherencia con
la Ley de Presupuestos Mínimos y la enorme cantidad de antecedentes
técnicos que expresan la importancia de la conservación de los bosques
que bordean los cursos de agua, denominados “bosques protectores”.
Hay que reconocer que la provincia encaró un proceso técnico conducido por la Dirección de Recursos Forestales (en adelante DRF) convenientemente respaldado con la participación de instituciones como el INTA
(Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), el CECOAL (Centro de
Ecología Aplicada del Litoral, dependiente del CONICET), la Universidad
del Nordeste, el IBONE (Instituto de Botánica del Nordeste).
El resultado de varias jornadas de discusiones técnicas en talleres y trabajo de gabinete dejaba a los bosques en galería protegidos de los desmontes, lo cual resultaba completamente razonable y en apego con la
norma madre.
Sin embargo, y sin mediar consulta con las instituciones mencionadas,
la DRF introdujo las modificaciones necesarias al POBN... No lo hizo aplicando una regla ecuánime a toda la Provincia, que posee poco menos
de un millón de hectáreas de bosques nativos, pero tampoco exclusivamente sobre el Ayuí Grande, lo que sería demasiado evidente. Operó
cambiando las fórmulas de una ecuación cuyo algoritmo modificaba automáticamente los colores de los mapas en una de las tres regiones en
que se proponía dividir los bosques correntinos: la región de los bosques
del Espinal, que incluía los bosques del Ayuí Grande, pero además todos
los bosques del centro y sur de Corrientes, algo así como un tercio del
total provincial. El resultado era un tercio de la provincia teñido casi por
completo de verde, pues había que modificar mucho para que “hasta los
bosques en galería, queden verdes”, manteniendo cierta lógica de las
fórmulas matemáticas intervinientes.
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
Postulamos que este acto rayó la criminalidad ambiental, pues para lograr el necesario color verde del Ayuí Grande en la zona de afectación
del proyecto cuestionado, se afectó un área mucho más grande y sustantiva.
Lo más curioso es que al conocerse estos mapas previamente a las “audiencias públicas” para su validación social, cualquiera podría darse
cuenta de la incongruencia imperante, ya que los bosques en galería del
norte, este y oeste correntino estaban pintados de “rojo”. Los del sur, en
“verde”. Peor aun, un mismo río, y hasta un mismo bosque ¡localizado
en un mismo campo!, pasaba de rojo al verde, al entrar en la zona artificialmente “castigada” (el Espinal).
El despropósito técnico era tal, que los técnicos del INTA se despegaron
de inmediato empleando un largo documento enviado a las autoridades
de la DRF, y ninguno de los demás institutos acompañó la vergonzosa
presentación de los responsables en las audiencias públicas.
Por su parte, la FRI sumó el acompañamiento de otras 23 organizaciones
ambientalistas de la provincia y el país, para presentar un Documento
de Posición sobre el POBN, que llevaba el siguiente título: “La provincia
de Corrientes tiene Bosques Nativos y debe preservarlos garantizando
al mismo tiempo el desarrollo sustentable3”. Este escrito fue llevado a
las tres audiencias públicas, pero jamás contestado por la provincia.
No mencionaba al Ayuí Grande ni a la represa. Simplemente se concentraba en el despropósito que significaba desproteger de esa forma
los bosques del Espinal, que constituían los relictos más importantes
de este ecosistema en toda la Argentina y sobre los cuales la Provincia
de Corrientes había contribuido a señalar su importancia y necesidad
de conservación4. A esta altura, quienes no sospechaban era porque
sabían que detrás de esto estaba el control ejercido por los impulsores
de la mega-represa.
3
Disponible en http://www.salvemosalibera.org/descargas/ayui/ayui_adj2.pdf
4
Informe “Determinación de Áreas Críticas para la Conservación del Caldenal y Ñandubayzal,
Octubre de 2007”. SAyDS y Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.
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El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
X. Aprobaciones fraudulentas
Luego de las audiencias públicas, y en una maratónica concatenación de
trámites administrativos irregulares y fraudulentos, el Gobernador Arturo
Colombi aprobó el POBN por Decreto del Poder Ejecutivo Nro. 1439/09,
para habilitar entonces los dos pasos siguientes que completarían el plan
para aprobar la mega-represa: 1) convocar la audiencia pública para la
exposición de la EIA, ya que esta sólo podía ser convocada con el POBN
aprobado y, 2) Firmar, una vez cumplido el paso anterior, la aprobación
de la “Declaración de Impacto Ambiental” (DIA), último requisito para
habilitar las obras.
Ante esta desesperante situación la FRI presentó un Recurso de Amparo
ante la Justicia correntina, radicada en el Juzgado Civil y Comercial de
Mercedes, solicitando la inconstitucionalidad del Decreto que aprobaba
el POBN de Corrientes.
Con el pedido de amparo en curso y aun habiendo la solicitado la FRI la
impugnación de la Audiencia Pública, todo siguió su acelerado curso y
pocas horas antes de dejar su mandato el Sr. Gobernador firmó el Decreto de aprobación de la DIA de la mega-represa.
XI. La intervención de la Justicia
El fallo judicial fue contundente, y el Decreto Nro. 1439/09 fue considerado por la justicia correntina de “Nulidad Absoluta”, por inconstitucional. Al Juez interviniente no le hizo falta entrar en el análisis de los abundantes argumentos técnicos, ya que la propia Constitución Provincial impedía que las reglamentaciones de las Leyes Nacionales de Presupuestos
Mínimos sean realizadas por Decreto del Poder Ejecutivo.
Con el POBN anulado por la justicia y los trámites de aprobación de la
mega-represa resueltos pero en incierta posición, la situación debía ser
reparada, esto le tocó al nuevo gobierno que optó por enviar rápidamente el POBN, con todos sus vicios intactos en formato de “Proyecto
de Ley” a la legislatura provincial. Solo se agregaba a la versión anterior
un artículo que reconocía la validez de las actuaciones administrativas en
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
vigencia del Decreto 1439/09 (aunque a esa altura había sido anulado
por la justicia), quedando a la vista una nueva y disparatada operación al
servicio de intereses discretos.
La legislatura no mostró el menor interés por analizar un proyecto que
vino con todas las indicaciones necesarias para su aprobación, con una
única y encomiable excepción: la Comisión de Ecología de la Cámara de
Diputados, que se detuvo a revisar la cuestión minuciosamente y optó
por convocar uno por uno a los grupos de técnicos involucrados en el
desarrollo del POBN. Los representantes de los institutos y casas académicas contaron y denunciaron las manipulaciones realizadas por la DRF,
al cambiar los resultados del plan (afortunadamente los relatos fueron
captados por las versiones taquigráficas de la Cámara de Diputados y
aún por la prensa presente, que se hizo eco del nuevo escándalo).
Sin embargo, los intentos de esta comisión por cambiar el proyecto original y corregirlo, se toparon con la matemática de las mayorías y una
uniforme obediencia de los legisladores ante un mandato vertical, quedando aprobada por Ley Provincial.
La situación terminó con una denuncia de la presidente de la comisión
mencionada ante la Fiscalía de instrucción Nro. 1, que dio origen a una
investigación actualmente en curso.
Esta etapa del proceso convivió con un notable fallo del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Corrientes (en adelante STJ), luego del
recurso de revisión solicitado por el Ejecutivo Provincial en defensa del
POBN que había sido aprobado por Decreto y en disidencia con el fallo
de primera instancia, y que resultó en total apoyo a lo instruido en el fallo original, agregando además valiosos elementos que escapan al orden
meramente formal, y que nos detendremos a revisar a continuación:
El decisorio se funda en la que podríamos considerar como una flagrante
violación al principio de legalidad. Así, la sentencia de primera instancia
considera que el presente es un típico “Caso de inconstitucionalidad
formal”. Frente a la argumentación del estado provincial en su informe
sobre las supuestas prioridades a las que debe responder (en defensa del
Decreto 1439), en particular lo concerniente a las exigencias productivas
en la zona, el magistrado le responde con los criterios que se derivan
del modelo de desarrollo sustentable que contemplan las constituciones
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El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
nacional y provincial. En tal sentido, subraya que “Ni las necesidades de
explotación agropecuaria o de emprendimientos productivos autorizan
la violación a la Constitución (el fin no justifica los medios). Si la constitución provincial dice que la ley asegura la conservación y aprovechamiento racional e integral de los recursos naturales; que es la ley la que determina las condiciones de manejo de la tierra y que deben dictarse por
la Legislatura las normas complementarias de los presupuestos mínimos
de protección ambiental, significa que tales regulaciones, no pueden
realizarse por decreto ni por otra forma de resolución que no sea una
ley en sentido formal emanada de la Legislatura.”
La circunstancia de que el decreto en cuestión haya sido remitido a la Legislatura para su posterior tratamiento no hace otra cosa que reforzar la
idea de su invalidez constitucional. El fallo del STJ sostiene con muy buen
criterio que en el decreto que regula la materia “existe un vicio formal
de origen, por haber sido dictado por una autoridad, que de acuerdo a
la Constitución correntina, se encuentra inhabilitada para dictar normas
complementarias en materia de protección ambiental, pues (agrega) el
constituyente correntino puso expresamente en cabeza del Poder Legislativo el “deber” de sancionar las normas complementarias de los
prepuestos mínimos en materia de protección ambiental (art. 56).”
La decisión luego se interna en la relación que existe entre lo decidido
por el juez que intervino en primer término y los principios del derecho
ambiental contemplados por la Ley General del Ambiente, como postulados básicos para la interpretación y aplicación de toda la normativa
de presupuestos mínimos y de las disposiciones complementarias. En tal
sentido, sostiene contrariamente a lo que expresa el recurrente que la
inexistencia de daños “no es óbice para la procedencia de la presente
acción, pues en materia ambiental, precisamente una de los principios
rectores es la prevención. Así, en el art. 4º de la ley 25.675 se consagra el “Principio de Prevención”, tratando de prevenir los efectos negativos que sobre el ambiente se pueden producir. También el art. 3º de la
ley 26.331, apartado d) establece como uno de los objetivos de la ley:
“Hacer prevalecer los principios precautorio y preventivo, manteniendo
bosques nativos cuyos beneficios ambientales o los daños ambientales
que su ausencia generase, aún no puedan demostrarse con las técnicas
disponibles en la actualidad”. Ya que como bien se señala a continuación
si se aplicara el decreto recurrido el arreglo territorial que se dispondría
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Informe Ambiental Anual 2011 FARN
en Corrientes podría alterar el ecosistema, “con la producción de daños
eventualmente irreversibles, pues en materia ambiental su génesis es
esencialmente preventiva.”
Por último en la sentencia tampoco se acepta que una ley provincial
previa a la sanción de la ley 26.331 cumpla las veces de la normativa
complementaria, como también lo sostiene en su recurso el ejecutivo
provincial. Pues, dicha normativa -manifiesta el STJ- no efectúa ordenamiento alguno de los bosques nativos de la provincia.
De esta manera estamos frente a un pronunciamiento del STJ que interpreta de manera exhaustiva las disposiciones constitucionales de los
dos órdenes de gobierno, el modo como deben complementarse de
conformidad con el particular esquema de distribución de competencias
Nación-Provincias previsto en el tercer párrafo del art. 41 de la Constitución Nacional. Asimismo, en el ejercicio del control de constitucionalidad
efectúa una aplicación acabada de los principios del derecho ambiental.
Por último, analiza el modo como debe ponerse en marcha el esquema
establecido en el anexo de la Ley Nacional de Bosques Nativos y su modalidad de implementación, a través de una ley, de conformidad con el
derecho público provincial correntino.
De esta manera, si bien se ha salvado el incumplimiento del principio
de legalidad, quedan subsistentes todas las violaciones sustantivas a las
normas constitucionales y legales que ya se habían presentado contra el
decreto.
XII. Final abierto
Ante el nuevo escenario la FRI cursó un nuevo pedido de amparo en
la Justicia correntina, esta vez contra la Ley Provincial Nr. 5974/10 que
aprueba el cuestionado POBN.
Recientemente el Estado Nacional ha tomado cartas en el asunto y promovió una acción de amparo contra la Provincia de Corrientes en protección del ambiente a fin de hacer cesar a partir de su actitud omisiva
los eventuales impactos que pudiera tener el emprendimiento productivo “Proyecto Productivo Ayuí Grande”, acción que persigue además la
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El proyecto de represa del arroyo Ayuí Grande en Corrientes
obtención de todos los informes pertinentes para un pronunciamiento
nacional sobre la viabilidad del proyecto y la eventual responsabilidad
internacional que pudiese acarrear, en razón del posible impacto sobre
el río Uruguay, un curso de agua interjurisdiccional que podría provocar
el incumplimiento del Estatuto del Río Uruguay de 1975.
Asimismo, se hacen consideraciones en relación con las leyes General del
Ambiente N° 25.675 y de Presupuestos Mínimos de Protección de los
Bosques Nativos N° 26.331, y tratándose ya de un conflicto que opone al
Estado Nacional con una Provincia, se acude directamente ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.
El Tribunal accedió a dicha petición y luego de analizar la cuestión ordenó una medida cautelar por la cual suspende por noventa (90) días la
ejecución de dicho emprendimiento, reconociendo la competencia del
Poder Ejecutivo en la materia, otorgando el tiempo necesario para su
pronunciamiento.
El cierre del capítulo de este libro no coincide con el de la historia narrada, que seguirá su curso, por lo menos algunos meses más, y luego de
un largo derrotero, que dejó entre otras enseñanzas el reconocimiento
del valor que puede adquirir una custodia ciudadana perseverante, en un
país donde desafortunadamente no existen todas las garantías necesarias para la preservación del ambiente, de las instituciones ni aun de la
ética ciudadana.
Pero esperamos que además de enseñanzas, que podrán ser compiladas
en un volumen del que este capítulo anticipa un ligero resumen, deje un
arroyo Ayuí Grande vivo y funcionando de manera natural, y al servicio
de las personas que viven en su entorno, incluyendo a los productores rurales dispuestos a convivir armónicamente con la naturaleza correntina.
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