Pelota Mixteca

C.I.J.B.
Pelota Mixteca
miércoles, 29 de junio de 2005
JUGADORES DE PELOTA MIXTECA INVESTIGAN LA HISTORIA DE ESTE
DEPORTE, CON RESPALDO DEL PACMyC
Elisa Ruiz
Ejutla de Crespo,
Oax.- Quienes aún lo practican se muestran orgullosos de ser herederos de un
juego prehispánico con más de tres mil años de antigüedad y al mismo tiempo se
sienten obligados a transmitirlo a las nuevas generaciones a fin de garantizar
su existencia. Los jugadores de pelota mixteca, viejos en su mayorÃ-a, están
convencidos de que este juego no morirá, pero a la vez les preocupa que sus
hijos y nietos no se interesen en él por considerarlo caduco y
aburrido.
Investigadores como
Miguel León Portilla y MarÃ-a Teresa Uriarte han publicado diversos trabajos
sobre el juego de pelota cuya referencia documental más antigua procede del
Códice Borgia; pero en la práctica se trata de un deporte transmitido de padres
a hijos por tradición oral.
En este municipio el
juego de pelota mixteca lo practica una decena de seguidores cuyas edades
oscilan entre los 55 y los setenta años de edad. Los más viejos ya no ocupan su
lugar en el patio de juego, sino alientan a sus compañeros desde afuera y animan
a los jóvenes para que se acerquen y aprendan este deporte que aseguran, los
mantiene anÃ-mica y fÃ-sicamente en buenas condiciones.
Domingo a domingo al
filo del medio dÃ-a empiezan a reunirse los jugadores cargando un guante de piel
relleno con clavos que pesa entre cinco y siete kilogramos, el cual sirve para
golpear la pelota de caucho. Entre bromas, al pie de un gigantesco sabino,
marcan con cal los lÃ-mites del pasajuego, una cancha de cien metros de
largo por once de ancho.
"¿Ya llegaste
viejo?" le preguntan a Guillermo Canseco, de setenta años de edad. "Ya vine
-responde- dejé hecha a comida y lavada la ropa, porque si no, mi mujer no me da
permiso". Todos se carcajean.
Guillermo Canseco
Reyes, uno de los promotores más entusiastas del juego de pelota, ofrece su
testimonio: "Tengo setenta años, 40 de ellos jugando. Agarré el juego desde los
16 años pero ahora él me agarra a mÃ- y lo hace todos los domingos a buena hora.
He jugado contra quintas (equipo de cinco jugadores) de Tilcajete, Ocotlán,
Etla, Ayoquezco y El Mogote. En México he ido al parque Balbuena. Aunque ya
estoy viejo y me falla la vista sigo con el juego porque la pelota es grande y
medio la veo.
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Pero aunque sea
arrastrándome llegaré al pasajuego hasta que me muera porque soy jugador
de hueso colorado. Siempre lo hago para divertirme y divertir a otros, no he
sido un gran jugador pero realizo lo que puedo. De mis cinco hijos ninguno lo
practica; a veces vienen a vernos jugar pero no les llama la atención. Nada más
que estén un poquito más grandes animaré a mis nietos".
De acuerdo con el
Pequeño Diccionario Enciclopédico de Oaxaca de Manuel Zárate Aquino, el
juego de pelota mixteca se practicaba desde la época precolombina en los valles
de Yanhuitlán, Nochixtlán y Teposcolula de esta entidad y en la región de la
Alta Mixteca de Guerrero. En la antigüedad tuvo un carácter religioso, pues se
le relacionaba con el movimiento del universo y también se jugaba para resolver
conflictos por tierras.
Nelly Robles,
directora de la zona arqueológica de Monte Albán, sostiene que los antiguos
habitantes de esta ciudad se consideraban hijos de la tierra, por lo que el
control sobre los territorios, más que a los humanos, correspondÃ-a a los dioses;
por eso los conflictos por tierras se resolvÃ-an en primera instancia en el
ritual de la pelota o lachi, donde los mejores guerreros se esforzaban
por ganar el juego, ya que el vencedor era considerado favorecido por los
dioses. Los grandes sacerdotes observaban el desarrollo del rito para dar fe de
los resultados, y asÃ- el perdedor reconocÃ-a que la razón estaba en el
adversario, quien tomaba posesión del territorio en disputa.
En Monte Albán,
hacia el lado oriente, se encuentra el campo (gueya) del juego de pelota
(lachi), donde los guerreros recreaban el rito del movimiento
(ollin) del universo con una pelota. Era tan importante este rito, que en
el plano de la ciudad se habÃ-a señalado la construcción de cinco edificios para
el mismo fin, apunta la doctora Robles.
Los jugadores de
pelota mixteca de Ejutla de Crespo, afamados porque de ahÃ- han surgido grandes
exponentes de este deporte, han ofrecido exhibiciones en Monte Albán ataviados
con taparrabo y paliacate en la cabeza, recreando el juego en un campo original,
ante propios y visitantes. También se presentaron en el Museo Nacional de
AntropologÃ-a, según testimonio de Luis RamÃ-rez Barrita, de 55 años de edad, de
oficio talabartero.
"Empecé a jugar a
los diez años. Toda mi familia lo ha hecho; mi abuelo tuvo su propio
pasajuego. Siempre he usado guante pequeño y a la fecha sigo ocupando un
guante chico de dos kilos. El que tengo lo llevo desde hace siete años. Cuando
era joven, un señor alquilaba guantes a un tostón y asÃ- cada quien tenÃ-a el
suyo, jugábamos de las ocho de la mañana a las seis de la tarde. Llegaban cinco
o seis quintas. De esto hace unos treinta años.
Ahora a jalones se
juntan dos quintas y con sacrificios uno ahorra para comprarse un guante que
cuesta como tres mil pesos. Mis hijos le entraron un poquito a este juego, pero
se fueron a trabajar lejos y ya lo dejaron. En 1992 dimos una exhibición en el
Museo de AntropologÃ-a e Historia de la ciudad de México y en Monte Albán;
tenemos un montón de invitaciones para ir a jugar a muchos lados, pero no
podemos ir porque a veces no tenemos recursos para el
transporte".
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Pero esas
demostraciones no son el principal interés de los jugadores de pelota mixteca,
para ellos, como dice Ignacio Canseco, lo que importa es practicarlo por amor,
por gusto y esto se puede hacer incluso fuera de su tierra, como en el caso de
los migrantes oaxaqueños que trabajan en Estados Unidos.
"Trabajé en Estados
Unidos donde hay migrantes que también juegan allá la pelota mixteca. Me fascina
este juego y encontré a otros como yo que jugaban en Santa Bárbara California en
espacios prestados. Por eso yo digo que a quien de plano le gusta, sabe por
dónde se juega la pelota mixteca y va a buscar compañeros, los domingo más que
nada. Empecé jugar a los quince años de edad; soy del barrio de Soritana, de
donde han salido los mejores jugadores de Oaxaca. Para este deporte debemos
prepararnos fÃ-sicamente, hacer ejercicio, porque el juego dura un promedio de
tres horas. También hay que protegernos las muñecas. Pero aquÃ- uno palomea
un poco con la pelota y ese es todo nuestro calentamiento. También se
necesitan muchos reflejos porque la pelota viene muy rápido.
"A mis hijos no les
llama la atención la pelota mixteca, les parece muy aburrida; es que ellos
tienen opciones mas modernas y por mucho que les quiera inculcar esto a los
jóvenes no lo ven atractivo; como es un deporte que no se ha modificado en años,
dicen que está caduco".
En el caso de don
Gustavo Canseco, la respuesta de sus hijos es distinta. Satisfecho habla de su
hijo Fredy, quien a sus 27 años empieza a ser una promesa en el juego de pelota.
Ha sido tal su interés que investiga la historia del mismo y recaba testimonios
entre los jugadores más viejos a fin de publicar una memoria con el respaldo del
Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias
(PACMyC).
Este es el
testimonio de don Gustavo: "Tengo 67 años y desde hace un año que no juego, pero
aunque viejito todavÃ-a le hago la lucha. Yo trabajaba en un rancho y toda la
gente que laboraba ahÃ- ganaba bien, entonces habÃ-a mucha pelota mixteca porque
podÃ-amos comprar nuestro guante, pero luego empezó a salir la gente a chambear
afuera y el juego se vino a menos. En algunas escuelas lo fomentaban enseñándole
a los jóvenes con una pelota de esponja y una tablita, pero cuando ya están
grandecitos se van a trabajar al norte y no siguen practicando.
El juego de esponja
no es tan bonito pero sirve para iniciar a los niños; yo les he dicho a los
profesores: les hago unas manoplas aunque sea de suela de zapato, pero no les
interesa, ellos ya no inculcan buenos modales; un deporte enseña cómo
comportarse con las personas grandes. Sólo nosotros le echamos ganas, yo apoyo a
estos muchachos para que vengan al patio y empiecen a tomarle gusto ¡Vente,
vamos al patio! les digo. Fredy, mi hijo, empezó a practicar ya grande, primero
estudió su carrera en computación y hasta ahora es que está aprendiendo el juego
de pelota ¡a qué edad! 27 años.
Los viejos ven
renacer en Fredy Mariano Canseco RamÃ-rez una nueva generación de jugadores,
confÃ-an en que como él, habrá más. De acuerdo con sus investigaciones, la pelota
mixteca proviene de la cultura Olmeca y se ha jugado desde hace tres mil años
desde la Alta California hasta la Patagonia al sur de Chile. Hay vestigios y
ruinas arqueológicas que asÃ- lo demuestran y aunque existen variantes entre uno
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y otro sitio, en esencia es el mismo juego. Actualmente se le conoce como pelota
mixteca porque al arribo de los conquistadores españoles eran los pueblos
mixtecos los que lo practicaban pero también ha recibido el nombre de Pelota
Mano FrÃ-a porque no se utilizaba ningún implemento que protegiera o fortaleciera
a la mano.
Se juega también en
el parque del Instituto Tecnológico de Oaxaca, en la Costa oaxaqueña, Sola de
Vega y en la región mixteca, particularmente en Nochixtlán. Cada año organizan
torneos con motivo de las festividades de la Guelaguetza.
Sin embargo, hace
falta mayor difusión a este deporte precolombino porque actualmente se
circunscribe a un grupo de personas mayores y son pocos los jóvenes que se
interesan en él. En opinión de Fredy Canseco, es indispensable contar con un
lote de al menos veinte guantes para poder invitar a los jóvenes a practicarlo.
También tener un terreno que se destine definitivamente al juego de pelota
porque generalmente practican en terrenos prestados, como el que ahora utilizan
y que pronto se convertirá en calle. En Oaxaca reciben apoyo ocasional del
Instituto de la Juventud Oaxaqueña, pero no de los
ayuntamientos.
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