La Voz del Papa Año III - Num. 33 - Octubre 2008 - Director: Manuel Pérez - c/ Dr. Fleming 5 - 11207 Algeciras (Cádiz) París recibe con honores a Benedicto XVI y en Lourdes celebra los 150 años de las apariciones L os millares de capillas, iglesias, abadías y catedrales que adornan el corazón de vuestras ciudades –dijo el Papa durante el encuentro que mantuvo con las autoridades del Estado en el palacio del Elíseo poco después de llegar a Francia– o la soledad de vuestras tierras, son signo elocuente de cómo vuestros padres en la fe quisieron honrar a Aquél que les había dado la vida y que nos mantiene en la existencia”. Sobre las relaciones de la Iglesia con el Estado, el Papa dijo que “Cristo ya ofreció el criterio para encontrar una justa solución a este problema al responder a una pregunta que le hicieron, afirmando: ‘Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’”. Ahondando en la expresión laicidad positiva empleada por Nicolas Sarkozy, el Romano Pontífice dijo: “Estoy profundamente convencido de que una nueva reflexión sobre el significado auténtico y sobre la importancia de la laicidad es cada vez más necesaria”. “Es fundamental –continuaba diciendo–, por una parte, insistir en la distinción entre el ámbito político y el religioso para tutelar tanto la libertad religiosa de los ciudadanos, como la responsabilidad del Estado hacia ellos y, por otra parte, adquirir una más clara conciencia de las funciones insustituibles de la religión para la formación de las conciencias y de la contribución que puede aportar, junto a otras instancias, para la creación de un consenso ético de fondo en la sociedad”. “El Papa, testigo de un Dios que ama y salva, se esfuerza por ser sembrador de caridad y esperanza. Toda sociedad humana tiene necesidad de esperanza, y esta necesidad es todavía más fuerte en el mundo de hoy que ofrece pocas aspiraciones espirituales y pocas certezas materiales”. (12-IX). Contra la idolatría, la Santa Misa N o tengáis que ver con la idolatría”, escribió San Pablo a los Corintios. Benedicto XVI comentó esta frase evangélica en la Misa celebrada en la Explanada de los Inválidos en París, y dijo: “No tener que ver con los ídolos significaba entonces dejar de honrar a los dioses del Olimpo, dejar de ofrecerles sacrificios cruentos”. “Este llamamiento –dijo– a huir de los ídolos sigue siendo válido también hoy. ¿Acaso nuestro mundo contemporáneo no crea sus propios ídolos? ¿No imita, quizás sin saberlo, a los paganos de la antigüedad, desviando al hombre de su verdadero fin de vivir por siempre con Dios?” “La condena radical de la idolatría –recordó el Papa– no es en modo alguno una condena de la persona del idólatra. Nunca hemos de confundir en nuestros juicios el pecado, que es inaceptable, y el pecador del que no podemos juzgar su estado de conciencia y que, en todo caso, siempre tiene la posibilidad de convertirse y ser perdonado”. “Hermanos y hermanas, veneremos fervientemente el sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, el Santísimo Sacramento de la presencia real del Señor en su Iglesia y en toda la humanidad. Hagamos todo lo posible por mostrarle nuestro respeto y amor. Démosle nuestra mayor honra. Nunca permitamos que con nuestras palabras, silencios o gestos, quede desvaída en nosotros y en nuestro entorno la fe en Cristo resucitado presente en la Eucaristía”, añadió. “La Misa es el sacrificio de acción de gracias por excelencia, el que nos permite unir nuestra propia acción de gracias a la del Salvador, el Hijo eterno del Padre”. “Dios está presente en el altar, pero también está presente en el altar de nuestro corazón cuando en la comunión le recibimos en el sacramento de la Eucaristía”. (13-IX). PEREGRINACIÓN al Santuario de Fátima y al monaterio de Guadalupe 14, 15 y 16 de noviembre Tel. 91 719 42 15 y 667 038 098 Se sale desde Madrid A N G E LU S El “sí” más libre En la estela de Chiara Lubich E S se sí limpio y sin reservas se enraíza en el misterio de la libertad del María, libertad plena y total ante Dios, sin ninguna complicidad con el pecado, gracias al privilegio de su Inmaculada Concepción”, dijo el Papa en el Ángelus en Lourdes. “Este privilegio concedido a María, que la distingue de nuestra condición común, no la aleja, más bien al contrario la acerca a nosotros. Mientras que el pecado divide, nos separa unos de otros, la pureza de María la hace infinitamente cercana a nuestros corazones, atenta a cada uno de nosotros y deseosa de nuestro verdadero bien”, siguió diciendo. “Estáis viendo, aquí, en Lourdes, como en todos los santuarios marianos, que multitudes inmensas llegan a los pies de María para confiarle lo que cada uno tiene de más íntimo, lo que lleva especialmente en su corazón. Lo que, por miramiento o por pudor, muchos no se atreven a veces a confiar ni siquiera a los que tienen más cerca, lo confían a Aquélla que es toda pura, a su Corazón Inmaculado: con sencillez, sin fingimiento, con verdad”. “Ante María, precisamente por su pureza, el hombre no vacila a mostrarse en su fragilidad, a plantear sus preguntas y sus dudas, a formular sus esperanzas y sus deseos más secretos. El amor maternal de la Virgen María desarma cualquier orgullo; hace al hombre capaz de verse tal como es y le inspira el deseo de convertirse para dar gloria a Dios”. (14-IX). eguir con alegría y valentía en el surco de la herencia espiritual de Chiara Lubich, recogida en vuestros estatutos, incrementando cada vez más las relaciones de comunión en las familias, en las comunidades y en todo ámbito de la sociedad”, dijo el Papa a los Focolares participantes de su Asamblea General después del Ángelus. Al saludar a las personas que están de vacaciones, el Santo Padre expresó el deseo de que “transcurran unos días tranquilos de descanso físico y espiritual. No me olvido –dijo– de los que no pueden disfrutar de un tiempo de descanso y de vacaciones: pienso en los enfermos que están en los hospitales, en los encarcelados, en los ancianos, en las personas solas y en quienes transcurren el verano en el calor de las ciudades. Aseguro a cada uno mi cercanía afectuosa y un recuerdo en la oración”. (27-VII). Medidas contra el hambre E n estos días –dijo el Papa tras el Angelus– se han elevado numerosas voces para pedir que se realicen los compromisos asumidos en las precedentes reuniones del G8 y se adopten valientemente todas las medidas necesarias para vencer el flagelo de la pobreza extrema, del hambre, de las enfermedades, del analfabetismo, que afligen aún a gran parte de la Humanidad”. “¡Me uno yo también –continuó– a este urgente llamamiento a la solidaridad! “, añadió. “Que en el centro de sus deliberaciones pongan las necesidades de las poblaciones más débiles y más pobres, cuya vulnerabilidad ha crecido a causa de las especulaciones y de las turbulencias financieras y de sus efectos perversos sobre los precios de los alimentos y de la energía”. Espero –concluyó– que la generosidad y la clarividencia ayuden a tomar decisiones para relanzar un proceso equitativo de desarrollo integral y salvaguardar la dignidad humana”. (6-VII). Protección a las madres L a Virgen Santa siga velando sobre todos y sobre cada uno de nosotros –exclamó Benedicto XVI en el santuario de la Virgen de Bonaria en la Cerdeña– para que el patrimonio de valores evangélicos se transmita íntegro a las nuevas generaciones y para que Cristo reine en las familias, las comunidades y los diversos ámbitos de la sociedad!” Después, refiriéndose a la festividad del nacimiento de María, pidió a la “Madre del Verbo encarnado y también Madre nuestra que proteja a todas las madres del mundo: a aquellas que, con su marido, educan a los hijos en un contexto familiar armonioso y a aquellas que, por tantas razones, afrontan solas una tarea tan ardua”. “Bajo la mirada de María –concluyó el Santo Padre– recuerdo a las queridas poblaciones de Haití, sometidas a duras pruebas durante estos días por el paso de tres huracanes. Rezo por las víctimas, desgraciadamente numerosas y para los que han perdido sus hogares. Estoy cerca de toda la nación y espero que reciba pronto la ayuda necesaria”. (7-IX). Ya de vuelta M i viaje ha sido como un díptico”, describió el Papa poco antes de tomar el avión de vuelta al Vaticano. “La primera tabla ha sido París, ciudad que conozco bastante bien y lugar de muchas reuniones importantes. Tuve la oportunidad de celebrar la Eucaristía en el marco prestigioso de la explanada de los Inválidos. Allí encontré un pueblo vivo de fieles, orgullosos y convencidos de su fe”, recordó. “Vine para alentarlos a que perseveren con valentía viviendo las enseñanzas de Cristo y de su Iglesia”. “La segunda tabla del díptico ha sido un lugar emblemático, que atrae y cautiva a todo creyente. Lourdes es como una luz en la oscuridad de nuestro ir a tientas hacia Dios. María ha abierto una puerta a un más allá que nos cuestiona y seduce. María, Porta caeli. He acudido a su escuela durante tres días. El Papa debía venir a Lourdes para celebrar el 150 aniversario de las apariciones. Ante la gruta de Massabielle, he orado por todos ustedes. He rezado por la Iglesia. He orado por Francia y el mundo. (15-IX). Viaje apostólico a Francia “Lourdes, entre el Cielo y la Tierra” L ourdes es uno de los lugares que Dios ha elegido para reflejar un destello especial de su belleza, por ello la importancia aquí del símbolo de la luz”, dijo el Papa en Lourdes después de la procesión de las antorchas en su visita con ocasión del 150 aniversarios de las apariciones a Bernardette. “Desde la cuarta aparición, Bernadette, al llegar a la gruta, encendía cada mañana una vela bendecida y la tenía en la mano izquierda mientras se le aparecía la Virgen. Muy pronto, la gente comenzó a dar a Bernadette una vela para que la pusiera en tierra al fondo de la gruta. Por eso muy pronto, algunos comenzaron a poner velas en este lugar de luz y su Bautismo, a alimentarse de la Eucade paz”, añadió. ristía, a sacar de la oración la fuerza “La misma Madre de Dios hizo saber para el testimonio y la solidaridad con que le agradaba este homenaje de miles todos sus hermanos en la humanidad. de antorchas que, desde entonces, man- Es, pues, una auténtica catequesis la tienen iluminada sin cesar, para su glo- que también a nosotros se nos propone, ria, la roca de la aparición. Desde en- bajo la mirada de María”. tonces, ante la gruta, día y noche, vera“La Hermosa Señora revela su nomno e invierno, un enramado ardiente bre a Bernadette: ‘Yo soy la Inmaculada brilla rodeado de las oraciones de los Concepción’. “Ella es la hermosura peregrinos y enfermos, que expresan transfigurada, la imagen de la nueva sus preocupaciones y necesidades, pero humanidad”, añadió. sobre todo su fe y su esperanza”. “La vocación primera del santuario de Lourdes es ser un lugar de encuentro con Dios en la oración, y un lugar de servicio fraterno, especialmente por la acogida a los enfermos, a los pobres y a todos los que sufren. En este lugar, María sale a nuestro encuentro como la Madre, siempre disponible a las necesidades de sus hijos”. (14-IX). “Al venir en peregrinación aquí, a Lourdes, queremos entrar, siguiendo a Bernadette, en esta extraordinaria cercanía entre el Cielo y la Tierra que nunca ha faltado y que se consolida sin cesar. Hay que destacar que, durante las apariciones, Bernadette reza el Rosario bajo la mirada de María, que se une a ella en el momento de la doxología. Este hecho confirma en realidad el carácter profundamente teocéntrico de la oración del Rosario. Cuando rezamos el Rosario, María nos ofrece su corazón y su mirada para contemplar la vida de su Hijo, Jesucristo”. (13-IX). Lugar de encuentro con Dios B ernadette –señaló el Papa durante la homilía de la Misa que, con motivo del 150 aniversario de las apariciones, tuvo lugar en la Pradera de los Santuarios– era la primogénita de una familia muy pobre, sin sabiduría ni poder, de salud frágil”. “María la eligió –siguió diciendo– para transmitir su mensaje de conversión, de oración y penitencia”. “En su camino espiritual, también los cristianos están llamados a desarrollar la gracia de Acoger las vocaciones D urante el encuentro que el Papa Benedicto XVI mantuvo con los obispos franceses del Lourdes, destacó que “se han de alentar más que nunca las vocaciones sacerdotales y religiosas”. “El Obispo y las comunidades de fieles deben –añadió–, por lo que les concierne, favorecer y acoger las vocaciones sacerdotales y religiosas, apoyándose en la gracia otorgada por el Espíritu Santo para el necesario discernimiento”. “Seguid llamando –les insistía– al sacerdocio y a la vida religiosa, como Pedro echó las redes por orden del Maestro, tras pasar una noche de pesca sin obtener nada. Nunca se repetirá bastante que el sacerdocio es esencial para la Iglesia, por el bien mismo del laicado. Los sacerdotes son un don de Dios para la Iglesia. No pueden delegar sus funciones a los fieles en lo que se refiere a las misiones que les son propias”. “Os invito a seguir solícitos para ayudar a vuestros sacerdotes a vivir en íntima unión con Cristo. Su vida espiritual es el fundamento de su vida apostólica. Exhortadles con dulzura a la oración cotidiana y a la celebración digna de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación”. “Todo sacerdote debe poder sentirse dichoso de servir a la Iglesia. A ejemplo del cura de Ars, hijo de vuestra tierra y patrono de todos los párrocos del mundo, no dejéis de reiterar que un hombre no puede hacer nada más grande que dar a los fieles el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y perdonar los pecados”. “Los sacerdotes necesitan vuestro afecto, vuestro aliento y solicitud. Estad a su lado y tened una atención especial con los que están en dificultad, los enfermos o de edad avanzada”, añadió. (14-IX). . La sonrisa de la Virgen L os cristianos han buscado siempre la sonrisa de Nuestra Señora, esa sonrisa que los artistas en la Edad Media han sabido representar y resaltar tan prodigiosamente, señaló el Papa en la Misa que celebró para los enfermos en la explanada del Rosario en Lourdes. “María es para todos, pero se dirige muy especialmente a quienes sufren, para que encuentren en Ella consuelo y sosiego. Buscar la sonrisa de María no es sentimentalismo devoto o desfasado, sino más bien la expresión justa de la relación viva y profundamente humana que nos une con la que Cristo nos ha dado como Madre”. “Desear contemplar la sonrisa de la Virgen no es dejarse llevar por una imaginación descontrolada”, añadió. “María, anticipadamente, comparte con nosotros, sus futuros hijos, la alegría que vive su corazón, para que se convierta también en la nuestra”. “En la sonrisa que nos dirige la más destacada de todas las criaturas, se refleja nuestra dignidad de hijos de Dios, la dignidad que nunca abandona a quienes están enfermos. Esta sonrisa, reflejo verdadero de la ternura de Dios, es fuente de esperanza inquebrantable”. “Quisiera decir humildemente a los que sufren y a los que luchan, y están tentados de dar la espalda a la vida: ¡Volveos a María! En la sonrisa de la Virgen está misteriosamente escondida la fuerza para continuar la lucha contra la enfermedad y a favor de la vida. También junto a Ella se encuentra la gracia de aceptar sin miedo ni amargura el dejar este mundo, a la hora que Dios quiera”. (15-IX). Fiesta de la Ascensión L Una mirada al Cielo a Virgen María, dijo el Santo Padre en la fiesta de la Ascensión, “constituye para nosotros un signo de segura esperanza y de consolación”. “La fiesta de hoy –seguía diciendo– nos impulsa a ele- var la mirada hacia el cielo. No un cielo hecho de ideas abstractas, ni tampoco un cielo imaginario creado por el arte, sino el cielo de la verdadera realidad, que es Dios mismo: Dios es el cielo. Y él es nuestra meta, la meta y la morada eterna, de la que provenimos y a la que tendemos”. “Todos somos hijos del Padre, de Dios, todos somos hermanos de Jesús y todos somos también hijos de María, nuestra Madre. Todos tendemos a la felicidad. Y la felicidad a la que todos tendemos es Dios, así todos estamos en camino hacia esa felicidad que llamamos cielo, que en realidad es Dios”. “Que María nos ción continua a conocerse mejor y a respetarse”. “Por su misma naturaleza, la Iglesia católica se siente llamada a respetar la Alianza establecida por el Dios a Abraham, de Isaac y de Jacob. Ella se sitúa también, de hecho, en la Alianza eterna del Omnipotente, que no se arrepiente de sus designios, y respeta a los hijos de la Promesa, los hijos de la Alianza, como sus hermanos amados en la fe. Ella repite con fuerza, a través de mi voz, las palabras del gran Papa Pío XI, mi venerado predecesor: ‘Espiritualmente, nosotros somos semitas’”. (12-IX). Cristo, pasado presente y futuro L a Hostia Santa expuesta ante nuestros ojos proclama este poder infinito del Amor manifestado en la Cruz gloriosa. La Hostia Santa proclama el increíble anonadamiento de Quien se hizo pobre para darnos su riqueza, de Quien aceptó perder todo para ganarnos para su Padre”, dijo el Santo Padre al concluir la procesión eucarística en la Pradera de Lourdes. “La Hostia Santa es el Sacramento vivo y eficaz de la presencia eterna del Salvador de los hombres en su Iglesia”. “La Santa Eucaristía, es Jesucristo pasado, presente y futuro. Jesucristo pasado –señaló el Papa siguiendo las expresiones de San Pierre-Julien Eymard–, en la verdad histórica de la tarde en el cenáculo, que se nos recuerda en toda celebración de la Santa Misa. Jesucristo presente, porque nos dice: ‘Tomad y comed todos, porque esto es mi Cuerpo, ésta es mi Sangre’. Esto es, en presente, aquí y ahora, como en todos los aquí y ahora de la historia de los hombres. Presencia real, presencia que sobrepasa nuestros pobres labios, nuestros pobres corazones, nuestros pobres pensamientos”. “La Eucaristía es también Jesucristo futuro, Jesucristo que viene. Cuando contemplamos la Hostia Santa, su cuerpo glorioso transfigurado y resucitado, contemplamos lo que contemplaremos en la eternidad, descubriendo el mundo entero llevado por su Creador cada segundo de su historia. Cada vez que lo comemos, pero también cada vez que lo contemplamos, lo anunciamos, hasta que el vuelva, donec veniat”. (14-IX). “Dedicad mucho tiempo a meditar la Escritura” L a Palabra de Dios nos ha sido dada para ser el alma de nuestro apostolado, el alma de nuestra vida de sacerdotes. A lo largo de la jornada, la Palabra de Dios se convierte en la materia de la oración de toda la Igle- ayude, nos anime, a hacer que todo momento de nuestra existencia sea un paso en este éxodo, en este camino hacia Dios. Que nos ayude –insistía– a hacer así presente también la realidad del cielo, la grandeza de Dios en la vida de nuestro mundo”. (25-VIII). sia, que desea así dar testimonio de su fidelidad a Cristo”, dijo el Papa en la celebración de las Vísperas en la catedral de Notre-Dame de París con los sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y diáconos. El Santo Padre exhortó a los sacerdotes a no tener miedo “de dedicar mucho tiempo a la lectura, a la meditación de la Escritura y al rezo del Oficio divino. Casi sin saberlo, la Palabra leída y meditada en la Iglesia actúa sobre vosotros y os transforma”. Dirigiéndose a los seminaristas, dijo: “Estáis destinados a ser depositarios de esta Palabra eficaz, que hace lo que dice. Conservad siempre el gusto por la Palabra de Dios. Aprended, por su medio, a amar a todos los que encontréis en vuestro camino”. (12-IX). “Espiritualmente, somos semitas” T ambién la oración de Jesús se nutría de los salmos”, recordó el Papa durante un encuentro con representantes de la comunidad judía en la nunciatura apostólica de París. “Él acudía regularmente al Templo y a la sinagoga. Tomó allí la palabra el día del sábado”. “Con motivo de lo que nos une y por motivo de lo que nos separa, tenemos que vivir y fortalecer nuestra fraternidad. Y sabemos que los lazos de la fraternidad constituyen una invita- Familia y vocaciones P ara hacer frente a los retos del “individualismo, el hedonismo e ideologías y costumbres que minan los fundamentos mismos del matrimonio, la familia y la moral cristiana” son necesarios “el conocimiento profundo y el amor sincero al Señor Jesús, en la meditación de la Sagrada Escritura, en la adecuada formación doctrinal y espiritual, en la plegaria constante en la recepción frecuente del sacramento de la Reconciliación, en la participación consciente y activa en la Santa Misa y en la práctica de las obras de caridad y misericordia”, dijo el Papa a los obispos panameños reunidos en su visita ad limina. Benedicto XVI exhortó a pedir que el Señor “envíe numerosas y santas vocaciones al sacerdocio”. Se refirió a las tentaciones “que amenazan la solidez del amor conyugal, la paternidad responsable y la armonía y estabilidad de los hogares”. El Papa señaló que “nunca serán suficientes los esfuerzos para desarrollar una pastoral familiar vigorosa, de modo que las personas descubran la belleza de la vocación al matrimonio cristiano, defiendan la vida humana desde su concepción a su término natural y construyan hogares en los que los hijos se eduquen en el amor a la verdad del Evangelio y en sólidos valores humanos”. (19-IX). Viaje pastoral a Cerdeña “Evangelizad la política, la economía” A Cerdeña el cristianismo llegó no con las espadas de los conquistadores o por imposición extranjera, sino que germinó de la sangre de los mártires que dieron aquí su vida como acto de amor hacia Dios y hacia los seres humanos”, dijo el Santo Padre en el santuario de Nuestra Señora de Bonaria, en la homilía de la Santa Misa. “Cerdeña –continuó– nunca llegó a ser tierra de herejías. Su pueblo siempre ha manifestado fidelidad filial a Cristo y a la Sede de Pedro. Con la sucesión de las invasiones y de las dominaciones, la fe en Cristo permaneció en el alma de vuestra poblaciones como elemento constitutivo de vuestra misma identidad sarda. Esta fe sencilla y valiente sigue viviendo en vuestras comunidades, en vuestras familias, donde se respira el perfume evangélico de las virtudes pro- cer la totalidad de las verdades cristiapias de vuestra tierra: la fidelidad, la nas y de conocer estas verdades no dignidad, la discreción, la sobriedad, el como verdades separadas sino en modo orgánico, como una unidad, como una sentido del deber”. Al referirse a la celebración de los única verdad de fe en Dios”. Hizo hincapié en el “gran florecicien años de la proclamación de la Virgen como patrona máxima de la isla, el miento de vocaciones religiosas femePapa invitó a los fieles a “dar gracias a ninas, de las que Cerdeña es un verdaMaría por su protección y a renovar dero y propio vivero”. Sin ellas “hunuestra confianza, reconociendo en Ella biera sido más difícil difundir el amor la Estrella de la nueva evangelización”. de Cristo en los pueblos, en las familias, El Santo Padre pidió a la Virgen que en las escuelas, en los hospitales, en las ayudara a los sardos “a llevar a Cristo a cárceles y en los lugares de trabajo. las familias, pequeñas iglesias domésti- ¡Este patrimonio de bien se ha ido acucas y células de la sociedad, que hoy mulando gracias a su dedicación!” “Que no os asusten, ni os desanimen están más necesitadas que nunca de confianza y de apoyo, tanto en el ámbi- las dificultades”, les dijo. “Es importanto espiritual como en el ámbito social”. te ser granos de buen trigo que, caídos Y añadió: “que os haga capaces de en tierra, dan fruto”. El sacerdote “debe evangelizar el mundo del trabajo, de la proclamar con autoridad la palabra, reEconomía, de la Política, que tiene ne- novar los gestos de perdón y de oferta, cesidad de una nueva generación de lai- ejercer su solicitud amorosa al servicio cos cristianos comprometidos, que bus- de su rebaño en comunión con los pasquen con competencia y rigor moral so- tores y fielmente dócil a las enseñanzas luciones de desarrollo sostenible”. (7- del Magisterio”. (7-IX). IX). “No os asusten las difcultades” E n el encuentro con sacerdotes y seminaristas que tuvo Benedicto XVI en la catedral de Cagliari, pidió a los formadores y profesores de seminario que guien a los alumnos “a través de la oración personal y comunitaria cotidiana, y sobre todo a través de la Eucaristía, celebrada y sentida como el centro de toda la propia existencia”. La formación teológica, dijo a los seminaristas y alumnos de la facultad de Teología, “debe llevaros a poseer una visión completa y unitaria de las verdades reveladas y de su acogida en la experiencia de fe de la Iglesia. De esto deriva la doble exigencia de cono- El peligro de los “atajos” B enedicto XVI advirtió a los jóvenes reunidos en la plaza Yenne de Cagliari del peligro “de ser superficiales, de seguir atajos peligrosos en pos del éxito, buscando en la vida experiencias que suscitan satisfacciones inmediatas, pero de por sí son precarias y engañosas. Crece la tendencia al individualismo y cuando uno se concentra sólo sobre sí mismo, se vuelve frágil forzosamente; falta la paciencia para escuchar, fase indispensable para entender al otro y trabajar juntos”. El Papa volvió a proponer los tres valores reafirmados por Juan Pablo II durante su visita a Cerdeña hace 23 años, que siguen siendo “indicaciones actuales todavía hoy”. La primera es “el valor de la familia que hay que custodiar como una herencia antigua y sacra”. El segundo valor es “la formación intelectual y moral”. “La crisis de una sociedad –afirmó el Papa– comienza cuando no sabe transmitir su patrimonio cultural y sus valores fundamentales a las nuevas generaciones”. “La fe sincera y profunda” es el tercer valor. “Cuando se pierde el sentido de la presencia y de la realidad de Dios –explicó el Papa– todo se achata y se reduce a una dimensión única, todo se queda en lo material. Desaparece el misterio de todo lo que existe: las cosas y las personas interesan en la medida en que satisfacen nuestros intereses y no por sí mismas. Esto constituye un dato cultural que se respira desde que se nace y que produce efectos interiores permanentes. La fe, antes de ser una creencia religiosa, es una forma de ver la realidad, un modo de pensar, una sensibilidad interior que enriquece nuestro ser humano como tal.” (7-IX). Paraguay Son los laicos quienes deben actuar en política E l mensaje cristiano, para poder llegar hasta el último rincón del mundo, necesita la colaboración indispensable de los fieles laicos. Su vocación específica consiste en impregnar de espíritu cristiano el orden temporal y transformarlo según el designio divino. Los Pastores, por su parte, tienen el deber de ofrecerles todos los medios espirituales y formativos necesarios para que, viviendo coherentemente su fe cristiana, sean verdadera luz del mundo y sal de la tierra, dijo el Papa a los obispos de Paraguay reunidos en visita ad limina. “Un aspecto significativo de la misión propia de los seglares es el servicio a la sociedad a través del ejercicio de la política. Pertenece al patrimonio doctrinal de la Iglesia que ‘el deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es más bien propio de los fieles laicos’. Hay que alentarles, por tanto, a que vivan con responsabilidad y dedicación esta importante dimensión de la caridad social, para que la comunidad humana de la que forman parte con todo derecho progrese en la justicia, en la honradez, en la defensa de los verdaderos y auténticos valores, como la salvaguarda de la vida humana, del matrimonio y de la familia, contribuyendo de esta manera al verdadero bien humano y espiritual de toda la sociedad”. (11-IX). L A PA Z Y LA J U ST IC I A Pío XII y los judíos E l simposio de la Pave the Way Foundation ha permitido “conocer mejor y de manera más completa lo que Pío XII promovió y realizó a favor de los judíos perseguidos por los regímenes nazi y fascista”, dijo Benedicto XVI a sus participantes. “Se puede ver, entonces, que no ahorró esfuerzos, allí donde fue posible, para intervenir directamente o a través de instrucciones dadas a personas e instituciones de la Iglesia católica en su favor”, añadió. Muchas de sus intervenciones las realizó “de manera secreta y silenciosa precisamente porque, al tener en cuenta las situaciones concretas de ese complejo momento histórico, sólo de esa manera era posible evitar lo peor y salvar al mayor número posible de judíos”. (18-IX). Tres pueblos en conflicto L a tarea de construir un mundo más justo debe reconocer la vocación sobrenatural característica de todo individuo”, ha dicho el Papa Benedicto XVI al aceptar las cartas credenciales de la nueva embajadora de Bosnia y Herzegovina ante la Santa Sede. “La Iglesia en todas partes promueve una comprensión de la persona humana que recibe de Dios la capacidad de trascender sus limitaciones individuales y constricciones sociales”, añadió. “Cada uno de los tres pueblos que constituyen su país, han sido causa de con- flictos y guerras. Nadie desea la guerra”. El Papa recordó que la democracia supone “un compromiso inquebrantable en el imperio de la ley y la justicia, la erradicación de la corrupción y otras formas de actividad criminal, el apoyo a una judicatura independiente e imparcial, y la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo”. (18-IX). en Nicaragua. Ellos son testigos de que ‘cuanto más se vive de Cristo, tanto mejor se le puede servir en los demás, llegando hasta las avanzadillas de la misión y aceptando los mayores riesgos’. Que no les falte el reconocimiento de los Pastores ni el aliento para permanecer fieles a su propio carisma y misión específica en la Iglesia”. Iglesia en Nicaragua O bservo con satisfacción que, como Pastores –señaló el Papa a los obispos nicaragüenses reunidos en visita ad limina–, compartís las vicisitudes de vuestro pueblo y, respetando escrupulosamente la autonomía de la gestión pública, os esforzáis en crear un clima de diálogo y distensión, sin renunciar a defender los derechos fundamentales del hombre y denunciar las situaciones de injusticia y a fomentar una concepción de la política que, más que ambición por el poder y el control, sea un servicio generoso y humilde al bien común”. “Os aliento –animaba el Papa– en este camino, exhortándoos al mismo tiempo a promover y acompañar tantas iniciativas de caridad y solidaridad con los más necesitados como hay en vuestras Iglesias, para que no falte ayuda a las familias en dificultad ni ese espíritu generoso de tantos laicos que, en ocasiones de forma anónima, se esfuerzan por conseguir el pan cotidiano para sus hermanos más pobres”. “En éste, como en otros muchos campos, no se ha de olvidar el dinamismo, la entrega y creatividad de los religiosos y religiosas, un tesoro para la vida eclesial “Una mención especial merecen las instituciones educativas, en particular las escuelas católicas a las que acude la mayor parte del alumnado nicaragüense, cumpliendo así, en medio de grandes dificultades y falta de la debida ayuda, una misión esencial de la Iglesia y un inestimable servicio a la sociedad”. “Es encomiable el servicio de los educadores que, a veces con grandes sacrificios, se dedican a una formación integral que abra las puertas de un futuro prometedor a los jóvenes. Un país que busca el desarrollo y una Iglesia que quiere ser más dinámica, deben concentrar sus esfuerzos en ellos, sin ocultarles la grandeza que tiene para el ser humano la dimensión trascendente y religiosa”. (6IX). “Ser hombres de concordia” E l Papa se dirigió a la Conferencia Episcopal de Colombia animando “las iniciativas emprendidas en el campo de la pastoral educativa y universitaria, en el cuidado que otorgan a los presos, a los enfermos, a los ancianos, a los indígenas, a los trabajadores, a los desplazados, a los jóvenes y a las familias”. “Con la certeza de que están poniendo bases sólidas para un futuro prometedor, y para el bien de toda la Iglesia –continúa–, los animo igualmente a redoblar la atención que prestan a los sacerdotes, seminaristas, misioneros, religiosos y religiosas, y a dar nuevo impulso a los diversos programas de formación de catequistas, seglares y agentes de pastoral”. Tras poner de relieve el esmero de los prelados “en ser hombres de concordia, así como sus continuas exhortaciones para que cesen la violencia, el secuestro y la extorsión que padecen muchos de los hijos de esa amada tierra”, el Papa concluye pidiendo “ardientemente a Dios que acaben cuanto antes estas situaciones, que tanto dolor han causado, y que en Colombia reine una paz estable y justa, en un clima de esperanza y prosperidad”. (2-VII). “Ciencia sin conciencia” R abelais dijo muy justamente en su tiempo: ‘La ciencia sin la conciencia no es más que ruina del alma’”, dijo el Papa Benedicto XVI en el Instituto de Francia, ante destacados académicos franceses. “Fue sin duda –añadió– para contribuir a evitar el riesgo de una semejante dicotomía que, a finales de enero, y por vez primera en tres siglos y medio, dos Academias del Instituto, dos Academias Pontificias y el Instituto Católico de París organizaron un Coloquio interacadémico sobre la cambiante identidad de la persona”. “El coloquio ilustró el interés que presentan amplias investigaciones interdisciplinares. Esta iniciativa podría continuarse para explorar conjuntamente los innumerables senderos de las ciencias humanas y experimentales”, concluyó. (13-IX). El “laicismo positivo” L a visita empezó en París, donde he encontrado idealmente a todo el pueblo francés, honrando así a una amada nación en la que la Iglesia, ya desde el siglo II, ha desarrollado un fundamental papel civilizador”, dijo el Papa evocando su reciente viaje a Francia en su Catequesis Semanal. Destacó que haya madurado la “distinción entre la esfera política y la religiosa, según el célebre dicho de Jesús: ‘Dad al César lo que es el César y a Dios lo que es de Dios’”. “Si en las monedas romanas –dijo– estaba impresa la efigie del César y por esto se le debían dar, en el corazón del hombre está la impronta del Creador, único Señor de nuestra vida. La auténtica laicidad no es por tanto prescindir de la dimensión espiritual, sino reconocer que precisamente ésta, radicalmente, es garante de nuestra libertad y de la autonomía de las realidades terrenas, gracias a los dictados de la Sabiduría creadora que la conciencia humana sabe acoger y realizar”. (17-IX). Pablo, apóstol P ablo se siente verdadero apóstol y parece claro, por tanto, que el concepto paulino de apostolado no se restringe al grupo de los Doce”, dijo el Papa en su Catequesis Semanal. “Obviamente, Pablo sabe distinguir su propio caso del de aquellos ‘que habían sido apóstoles anteriores’ a él: a ellos les reconoce un lugar totalmente especial en la vida de la Iglesia. Sin embargo, como todos saben, también san Pablo se interpreta a sí mismo como apóstol en sentido estricto”, añadió. Las tres características que hacen de una persona ser apóstol, explicó el Papa, a propósito de la figura de san Pablo son “haber visto al Señor, es decir, haber tenido con él un encuentro determinante para la propia vida”. “El apóstol no se hace a sí mismo, sino que lo hace el Señor; por tanto, necesita referirse constantemente al Señor”, aplicó. “La segunda característica es la de ‘haber sido enviado’. El mismo término griego apóstolo significa precisamente ‘enviado, mandado’, es decir, embajador y portador de un mensaje; debe actuar por tanto como encargado y representante de un mandante”. “El tercer requisito es el ejercicio del anuncio del Evangelio, con la consiguiente fundación de iglesias. El de ‘apóstol’, por tanto, no es y no puede ser un título honorífico, sino que empeña concretamente y también dramáticamente toda la existencia del sujeto interesado”. (10-IX). Una breve biografía E l Apóstol Pablo “nació en Tarso de Cilicia. Hebreo de la diáspora, hablaba griego, no obstante tuviera un nombre de origen latino y gozara de la ciudadanía romana. Tal vez aprendió de su padre a tejer la lana para fabricar tiendas de campaña”, ha comentado el Papa en su Catequesis Semanal. “Trasladado a Jerusalén con unos doce años, fue formado por el Rabino Gamaliel el Viejo en las rígidas normas del fariseísmo, mostrando un gran celo por la Ley Mosaica, lo que le llevó a perseguir a los cristianos. Su vida, sin embargo, experimentó un gran cambio camino de Damasco, llegando a ser un apóstol infatigable del Evangelio”, añadió. “Realizó tres viajes misioneros: el primero con Bernabé; en el segundo escogió como compañeros a Silas y Timoteo. Durante el tercero, Pablo fue arrestado en Jerusalén por los judíos a causa de un malentendido”. “Tras permanecer un tiempo en prisión, habiendo apelado al César, el Procurador Porcio Festo lo envió a Roma, donde pasó dos años en una casa custodiado por un soldado. Tradiciones sucesivas hablan de que Pablo fue liberado y pudo realizar desde Roma un viaje a España y otro a Oriente. Otras tradiciones señalan que fue encarcelado una segunda vez, acabando sus días martirizado. Que el ejemplo del Apóstol nos sirva de estímulo constante para nuestro compromiso eclesial”. (27-VIII). C AT E Q U E S I S S E M A NA L paganos, al mundo grecoromano”. “Para nosotros –concluía el Romano Pontífice– el cristianismo no es una filosofía nueva o una nueva moral. Sólo somos cristianos si encontramos a Cristo”. (3-IX). Feliz celebración V uestra acogida tan cordial conmueve al Papa! Gracias por haberme esperado aquí a pesar de ser tan tarde y de forma tan entusiasta”, dijo el Papa a un grupo de jóvenes desde la ventana de la nunciatura de París. La conversión de san Pablo A partir de entonces –dijo el Santo Padre al comentar la conversión de san Pablo en su Catequesis Semanal–, inesperadamente, empezó a considerar ‘pérdida’ y ‘basura’ todo aquello que antes constituía para él el máximo ideal, casi la razón de ser de su existencia ¿Qué había sucedido?” “Cristo resucitado se presenta como una luz espléndida y se dirige a Saulo, transforma su pensamiento y su misma vida”, respondía. “San Pablo, por tanto, no fue transformado por un pensamiento sino por un acontecimiento, por la presencia irresistible del Resucitado”. “El Resucitado –comenta el Papa– ha hablado con Pablo, lo ha llamado al apostolado, ha hecho de él un verdadero apóstol, testigo de la resurrección, con el encargo específico de anunciar el Evangelio a los “Doy gracias al Señor que me ha concedido realizar este primer viaje pastoral a Francia como Sucesor de Pedro y encontrar una respuesta tan estimulante entre los fieles”, añadió. “Estoy feliz de sumarme mañana a la multitud de peregrinos de Lourdes para celebrar el Jubileo de las apariciones de la Virgen. Los católicos en Francia necesitan más que nunca renovar su confianza en María, reconociendo en Ella el modelo de su compromiso al servicio del Evangelio”. (13-IX). H Frente a la Cultura de la Muerte oy en España vivimos una extensión de la Cultura de la Muerte ante la introducción de la eutanasia y una ampliación mayor, si cabe, del aborto. Dios quiere que luchemos ante el “espíritu de la muerte “ y que “derroquemos” la Cultura de la Muerte. El espíritu de la muerte se introduce hoy en el ser humano con el espíritu de la desobediencia y de la rebelión, y de esta forma el hombre va en contra de todas las reglas y mandamientos establecidos. Es Satanás, el destructor y el asesino de vidas –de la Vida de las almas–, quien ha traído a la Tierra la Cultura de la Muerte. E s el demonio y sus compañeros, quienes continúan devastando y destruyendo vidas con diferentes formas de muerte como guerras, terrorismo, aborto, eutanasia, suicidio, clonación humana, experimentos con embriones y fetos etc. El demonio de la muerte está tras la distribución y el consumo de drogas destructivas como el alcohol, el tabaco, etc., las cuales o bien acortan la vida o provocan enfermedades incurables que conducen prácticamente a la muerte. Actua tras todas las formas de inmoralidad y perversión que incrementa el aborto. Todo lo que Satanás hace es para prevenir el crecimiento de la raza humana y traer toda la destrucción y aniquilación posible sobre la Humanidad.y “La Iglesia de todos” Respeto al no nacido L E a “misión permanente de san Pedro –subrayó Benedicto XVI en la festividad de san Pedro y san Pablo– es hacer que la Iglesia no se identifique jamás con una sola nación, con una sola cultura o con un solo estado. Que sea siempre la Iglesia de todos”. El Papa puso de relieve que si bien Pablo “normalmente va a los lugares en los que no ha sido anunciado el Evangelio, Roma constituye una excepción. Allí encuentra una Iglesia de cuya fe habla el mundo. Ir a Roma forma parte de la universalidad de su misión como enviado a todos los pueblos; es expresión de la catolicidad de su misión. Roma debe hacer visible la fe a todo el mundo, debe ser el lugar de encuentro de la única fe”. (29-VI). l Papa Benedicto XVI ha recordado a los obispos africanos responsables de la pastoral cultural reunidos en Bagamoyo (Tanzania) que “evangelizar la cultura y inculturar el Evangelio es una misión antigua pero siempre nueva” y pide a los prelados deben esforzarse por encontrar “modos nuevos y eficaces de presentar la verdad inmutable del Evangelio y especialmente los valores de la alegría de la vida, del respeto por el niño todavía no nacido, el importante papel de la familia y el profundo sentido de comunión y solidaridad presentes en las culturas africanas”. (24-VII). INTENCIONES DEL PAPA “La condición de pastor se antepone a todo” L a imagen del cuerpo orgánico aplicada a la Iglesia es uno de los elementos fuertes y característicos de la doctrina de san Pablo, y por eso, en este año jubilar dedicado a él deseo confiar a cada uno de vosotros, a su protección celestial. Que el Apóstol de las gentes –dijo el Romano Pontífice Benedicto XVI al encontrarse con los 40 obispos metropolitanos que habían recibido el palio– os ayude a que las comunidades que se os han confiado crezcan unidas y misioneras, concordes y coordinadas en la acción pastoral, animadas por un constante impulso apostólico”. “La condición del servicio de cada pastor –resaltó el Santo Padre– es el amor a Cristo, al que no se debe anteponer nada”. (30-VI). General Que el Sínodo de los Obispos impulse a pastores, teólogos y catequistas a transmitir la fe con valentía. Misionera DL M-52405-2005 EN DIRECTO Que las Obras Misionales Pontificias estimulen a los cristianos a participar en la misión universal de la Iglesia mediante la oración, el sacrificio y su ayuda eficaz. ¡Suscríbete a La Voz del Papa! Sí, deseo suscribirme a LA VOZ DEL PAPA al precio de 0,19 euros por ejemplar, más gastos de envío. 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