París recibe con honores a Benedicto XVI y en Lourdes celebra los

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La Voz del Papa
Año III - Num. 33 - Octubre 2008 - Director: Manuel Pérez - c/ Dr. Fleming 5 - 11207 Algeciras (Cádiz)
París recibe con honores a Benedicto XVI
y en Lourdes celebra los 150 años de las apariciones
L
os millares de capillas, iglesias,
abadías y catedrales que adornan
el corazón de vuestras ciudades
–dijo el Papa durante el encuentro que
mantuvo con las autoridades del Estado
en el palacio del Elíseo poco después de
llegar a Francia– o la soledad de vuestras tierras, son signo elocuente de cómo vuestros padres en la fe quisieron
honrar a Aquél que les había dado la vida y que nos mantiene en la existencia”.
Sobre las relaciones de la Iglesia con
el Estado, el Papa dijo que “Cristo ya
ofreció el criterio para encontrar una
justa solución a este problema al responder a una pregunta que le hicieron,
afirmando: ‘Dad al César lo que es del
César y a Dios lo que es de Dios’”.
Ahondando en la expresión laicidad
positiva empleada por Nicolas Sarkozy,
el Romano Pontífice dijo: “Estoy profundamente convencido de que una
nueva reflexión sobre el significado
auténtico y sobre la importancia de la
laicidad es cada vez más necesaria”.
“Es fundamental –continuaba diciendo–, por una parte, insistir en la distinción entre el ámbito político y el religioso para tutelar tanto la libertad religiosa de los ciudadanos, como la responsabilidad del Estado hacia ellos y,
por otra parte, adquirir una más clara
conciencia de las funciones insustituibles de la religión para la formación de
las conciencias y de la contribución que
puede aportar, junto a otras instancias,
para la creación de un consenso ético de
fondo en la sociedad”.
“El Papa, testigo de un Dios que ama
y salva, se esfuerza por ser sembrador
de caridad y esperanza. Toda sociedad
humana tiene necesidad de esperanza, y
esta necesidad es todavía más fuerte en
el mundo de hoy que ofrece pocas aspiraciones espirituales y pocas certezas
materiales”. (12-IX).
Contra la idolatría,
la Santa Misa
N
o tengáis que ver con la idolatría”, escribió San Pablo a los
Corintios. Benedicto XVI comentó esta frase evangélica en la Misa
celebrada en la Explanada de los Inválidos en París, y dijo: “No tener que
ver con los ídolos significaba entonces
dejar de honrar a los dioses del Olimpo,
dejar de ofrecerles sacrificios cruentos”.
“Este llamamiento –dijo– a huir de
los ídolos sigue siendo válido también
hoy. ¿Acaso nuestro mundo contemporáneo no crea sus propios ídolos? ¿No
imita, quizás sin saberlo, a los paganos
de la antigüedad, desviando al hombre
de su verdadero fin de vivir por siempre
con Dios?”
“La condena radical de la idolatría
–recordó el Papa– no es en modo alguno una condena de la persona del idólatra. Nunca hemos de confundir en nuestros juicios el pecado, que es inaceptable, y el pecador del que no podemos
juzgar su estado de conciencia y que, en
todo caso, siempre tiene la posibilidad
de convertirse y ser perdonado”.
“Hermanos y hermanas, veneremos
fervientemente el sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, el Santísimo
Sacramento de la presencia real del
Señor en su Iglesia y en toda la humanidad. Hagamos todo lo posible por
mostrarle nuestro respeto y amor. Démosle nuestra mayor honra. Nunca permitamos que con nuestras palabras, silencios o gestos, quede desvaída en
nosotros y en nuestro entorno la fe en
Cristo resucitado presente en la Eucaristía”, añadió.
“La Misa es el sacrificio de acción de
gracias por excelencia, el que nos permite unir nuestra propia acción de gracias a la del Salvador, el Hijo eterno del
Padre”. “Dios está presente en el altar,
pero también está presente en el altar de
nuestro corazón cuando en la comunión
le recibimos en el sacramento de la
Eucaristía”. (13-IX).
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A N G E LU S
El “sí” más libre
En la estela
de Chiara Lubich
E
S
se sí limpio y sin
reservas se enraíza en
el misterio de la libertad del María, libertad
plena y total ante Dios, sin
ninguna complicidad con el
pecado, gracias al privilegio
de su Inmaculada
Concepción”, dijo el Papa
en el Ángelus en Lourdes.
“Este privilegio concedido a María, que la distingue
de nuestra condición
común, no la aleja, más
bien al contrario la acerca a
nosotros. Mientras que el
pecado divide, nos separa
unos de otros, la pureza de
María la hace infinitamente
cercana a nuestros corazones, atenta a cada uno de
nosotros y deseosa de nuestro verdadero bien”, siguió
diciendo.
“Estáis viendo, aquí, en
Lourdes, como en todos los
santuarios marianos, que
multitudes inmensas llegan
a los pies de María para
confiarle lo que cada uno
tiene de más íntimo, lo que
lleva especialmente en su
corazón. Lo que, por miramiento o por pudor, muchos
no se atreven a veces a confiar ni siquiera a los que tienen más cerca, lo confían a
Aquélla que es toda pura, a
su Corazón Inmaculado:
con sencillez, sin fingimiento, con verdad”.
“Ante María, precisamente por su pureza, el hombre
no vacila a mostrarse en su
fragilidad, a plantear sus
preguntas y sus dudas, a
formular sus esperanzas y
sus deseos más secretos. El
amor maternal de la Virgen
María desarma cualquier
orgullo; hace al hombre
capaz de verse tal como es
y le inspira el deseo de convertirse para dar gloria a
Dios”. (14-IX).
eguir con alegría y
valentía en el surco de
la herencia espiritual
de Chiara Lubich, recogida
en vuestros estatutos, incrementando cada vez más las
relaciones de comunión en
las familias, en las comunidades y en todo ámbito de
la sociedad”, dijo el Papa a
los Focolares participantes
de su Asamblea General
después del Ángelus.
Al saludar a las personas
que están de vacaciones, el
Santo Padre expresó el
deseo de que “transcurran
unos días tranquilos de descanso físico y espiritual. No
me olvido –dijo– de los que
no pueden disfrutar de un
tiempo de descanso y de
vacaciones: pienso en los
enfermos que están en los
hospitales, en los encarcelados, en los ancianos, en las
personas solas y en quienes
transcurren el verano en el
calor de las ciudades.
Aseguro a cada uno mi cercanía afectuosa y un recuerdo en la oración”. (27-VII).
Medidas contra
el hambre
E
n estos días –dijo el
Papa tras el Angelus–
se han elevado numerosas voces para pedir que
se realicen los compromisos
asumidos en las precedentes
reuniones del G8 y se adopten valientemente todas las
medidas necesarias para
vencer el flagelo de la
pobreza extrema, del hambre, de las enfermedades,
del analfabetismo, que afligen aún a gran parte de la
Humanidad”.
“¡Me uno yo también
–continuó– a este urgente
llamamiento a la solidaridad! “, añadió. “Que en el
centro de sus deliberaciones
pongan las necesidades de
las poblaciones más débiles
y más pobres, cuya vulnerabilidad ha crecido a causa
de las especulaciones y de
las turbulencias financieras
y de sus efectos perversos
sobre los precios de los alimentos y de la energía”.
Espero –concluyó– que la
generosidad y la clarividencia ayuden a tomar decisiones para relanzar un proceso equitativo de desarrollo
integral y salvaguardar la
dignidad humana”. (6-VII).
Protección
a las madres
L
a Virgen Santa siga
velando sobre todos y
sobre cada uno de
nosotros –exclamó
Benedicto XVI en el santuario de la Virgen de
Bonaria en la Cerdeña–
para que el patrimonio de
valores evangélicos se
transmita íntegro a las nuevas generaciones y para que
Cristo reine en las familias,
las comunidades y los
diversos ámbitos de la
sociedad!”
Después, refiriéndose a la
festividad del nacimiento de
María, pidió a la “Madre
del Verbo encarnado y también Madre nuestra que
proteja a todas las madres
del mundo: a aquellas que,
con su marido, educan a los
hijos en un contexto familiar armonioso y a aquellas
que, por tantas razones,
afrontan solas una tarea tan
ardua”.
“Bajo la mirada de María
–concluyó el Santo Padre–
recuerdo a las queridas
poblaciones de Haití, sometidas a duras pruebas durante estos días por el paso de
tres huracanes. Rezo por las
víctimas, desgraciadamente
numerosas y para los que
han perdido sus hogares.
Estoy cerca de toda la
nación y espero que reciba
pronto la ayuda necesaria”.
(7-IX).
Ya de vuelta
M
i viaje ha sido
como un díptico”,
describió el Papa
poco antes de tomar el
avión de vuelta al Vaticano.
“La primera tabla ha sido
París, ciudad que conozco
bastante bien y lugar de
muchas reuniones importantes. Tuve la oportunidad
de celebrar la Eucaristía en
el marco prestigioso de la
explanada de los Inválidos.
Allí encontré un pueblo
vivo de fieles, orgullosos y
convencidos de su fe”,
recordó. “Vine para alentarlos a que perseveren con
valentía viviendo las enseñanzas de Cristo y de su
Iglesia”.
“La segunda tabla del
díptico ha sido un lugar
emblemático, que atrae y
cautiva a todo creyente.
Lourdes es como una luz en
la oscuridad de nuestro ir a
tientas hacia Dios. María ha
abierto una puerta a un más
allá que nos cuestiona y
seduce. María, Porta caeli.
He acudido a su escuela
durante tres días. El Papa
debía venir a Lourdes para
celebrar el 150 aniversario
de las apariciones. Ante la
gruta de Massabielle, he
orado por todos ustedes. He
rezado por la Iglesia. He
orado por Francia y el
mundo. (15-IX).
Viaje apostólico a Francia
“Lourdes, entre el Cielo y la Tierra”
L
ourdes es uno de los lugares que Dios ha elegido para reflejar un destello especial de su belleza, por ello la importancia aquí del símbolo de la
luz”, dijo el Papa en Lourdes después de la procesión de las antorchas
en su visita con ocasión del 150 aniversarios de las apariciones a Bernardette.
“Desde la cuarta aparición, Bernadette,
al llegar a la gruta, encendía cada mañana una vela bendecida y la tenía en la
mano izquierda mientras se le aparecía
la Virgen. Muy pronto, la gente comenzó a dar a Bernadette una vela para que
la pusiera en tierra al fondo de la gruta.
Por eso muy pronto, algunos comenzaron a poner velas en este lugar de luz y su Bautismo, a alimentarse de la Eucade paz”, añadió.
ristía, a sacar de la oración la fuerza
“La misma Madre de Dios hizo saber para el testimonio y la solidaridad con
que le agradaba este homenaje de miles todos sus hermanos en la humanidad.
de antorchas que, desde entonces, man- Es, pues, una auténtica catequesis la
tienen iluminada sin cesar, para su glo- que también a nosotros se nos propone,
ria, la roca de la aparición. Desde en- bajo la mirada de María”.
tonces, ante la gruta, día y noche, vera“La Hermosa Señora revela su nomno e invierno, un enramado ardiente bre a Bernadette: ‘Yo soy la Inmaculada
brilla rodeado de las oraciones de los Concepción’. “Ella es la hermosura
peregrinos y enfermos, que expresan transfigurada, la imagen de la nueva
sus preocupaciones y necesidades, pero humanidad”, añadió.
sobre todo su fe y su esperanza”.
“La vocación primera del santuario
de Lourdes es ser un lugar de encuentro
con Dios en la oración, y un lugar de
servicio fraterno, especialmente por la
acogida a los enfermos, a los pobres y a
todos los que sufren. En este lugar,
María sale a nuestro encuentro como la
Madre, siempre disponible a las necesidades de sus hijos”. (14-IX).
“Al venir en peregrinación aquí, a
Lourdes, queremos entrar, siguiendo a
Bernadette, en esta extraordinaria cercanía entre el Cielo y la Tierra que nunca ha faltado y que se consolida sin cesar. Hay que destacar que, durante las
apariciones, Bernadette reza el Rosario
bajo la mirada de María, que se une a
ella en el momento de la doxología.
Este hecho confirma en realidad el
carácter profundamente teocéntrico de
la oración del Rosario. Cuando rezamos
el Rosario, María nos ofrece su corazón
y su mirada para contemplar la vida de
su Hijo, Jesucristo”. (13-IX).
Lugar de encuentro con Dios
B
ernadette –señaló el Papa durante la homilía de la Misa que, con
motivo del 150 aniversario de las
apariciones, tuvo lugar en la Pradera de
los Santuarios– era la primogénita de
una familia muy pobre, sin sabiduría ni
poder, de salud frágil”.
“María la eligió –siguió diciendo– para transmitir su mensaje de conversión,
de oración y penitencia”. “En su camino espiritual, también los cristianos
están llamados a desarrollar la gracia de
Acoger las vocaciones
D
urante el encuentro que el Papa
Benedicto XVI mantuvo con los
obispos franceses del Lourdes,
destacó que “se han de alentar más que
nunca las vocaciones sacerdotales y
religiosas”. “El Obispo y las comunidades de fieles deben –añadió–, por lo que
les concierne, favorecer y acoger las
vocaciones sacerdotales y religiosas,
apoyándose en la gracia otorgada por el
Espíritu Santo para el necesario discernimiento”.
“Seguid llamando –les insistía– al
sacerdocio y a la vida religiosa, como
Pedro echó las redes por orden del
Maestro, tras pasar una noche de pesca
sin obtener nada. Nunca se repetirá bastante que el sacerdocio es esencial para
la Iglesia, por el bien mismo del laicado. Los sacerdotes son un don de Dios
para la Iglesia. No pueden delegar sus
funciones a los fieles en lo que se refiere a las misiones que les son propias”.
“Os invito a seguir solícitos para ayudar a vuestros sacerdotes a vivir en íntima unión con Cristo. Su vida espiritual
es el fundamento de su vida apostólica.
Exhortadles con dulzura a la oración
cotidiana y a la celebración digna de los
sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación”.
“Todo sacerdote debe poder sentirse
dichoso de servir a la Iglesia. A ejemplo
del cura de Ars, hijo de vuestra tierra y
patrono de todos los párrocos del mundo, no dejéis de reiterar que un hombre
no puede hacer nada más grande que
dar a los fieles el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, y perdonar los pecados”.
“Los sacerdotes necesitan vuestro
afecto, vuestro aliento y solicitud. Estad
a su lado y tened una atención especial
con los que están en dificultad, los
enfermos o de edad avanzada”, añadió.
(14-IX).
.
La sonrisa de la Virgen
L
os cristianos han buscado siempre
la sonrisa de Nuestra Señora, esa
sonrisa que los artistas en la Edad
Media han sabido representar y resaltar
tan prodigiosamente, señaló el Papa en
la Misa que celebró para los enfermos
en la explanada del Rosario en Lourdes.
“María es para todos, pero se dirige
muy especialmente a quienes sufren,
para que encuentren en Ella consuelo y
sosiego. Buscar la sonrisa de María no
es sentimentalismo devoto o desfasado,
sino más bien la expresión justa de la
relación viva y profundamente humana
que nos une con la que Cristo nos ha
dado como Madre”.
“Desear contemplar la sonrisa de la
Virgen no es dejarse llevar por una imaginación descontrolada”, añadió. “María, anticipadamente, comparte con nosotros, sus futuros hijos, la alegría que
vive su corazón, para que se convierta
también en la nuestra”.
“En la sonrisa que nos dirige la más
destacada de todas las criaturas, se refleja nuestra dignidad de hijos de Dios,
la dignidad que nunca abandona a quienes están enfermos. Esta sonrisa, reflejo verdadero de la ternura de Dios, es
fuente de esperanza inquebrantable”.
“Quisiera decir humildemente a los
que sufren y a los que luchan, y están
tentados de dar la espalda a la vida:
¡Volveos a María! En la sonrisa de la
Virgen está misteriosamente escondida
la fuerza para continuar la lucha contra
la enfermedad y a favor de la vida.
También junto a Ella se encuentra la
gracia de aceptar sin miedo ni amargura el dejar este mundo, a la hora que
Dios quiera”. (15-IX).
Fiesta de la Ascensión
L
Una mirada al Cielo
a Virgen María, dijo el
Santo Padre en la fiesta
de la Ascensión, “constituye para nosotros un signo
de segura esperanza y de
consolación”.
“La fiesta de hoy –seguía
diciendo– nos impulsa a ele-
var la mirada hacia el cielo.
No un cielo hecho de ideas
abstractas, ni tampoco un
cielo imaginario creado por
el arte, sino el cielo de la verdadera realidad, que es Dios
mismo: Dios es el cielo. Y él
es nuestra meta, la meta y la
morada eterna, de la que
provenimos y a la que tendemos”.
“Todos somos hijos del
Padre, de Dios, todos somos
hermanos de Jesús y todos
somos también hijos de María, nuestra Madre. Todos
tendemos a la felicidad. Y la felicidad a
la que todos tendemos es Dios, así
todos estamos en
camino hacia esa
felicidad que llamamos cielo, que en
realidad es Dios”.
“Que María nos
ción continua a conocerse mejor y a respetarse”.
“Por su misma naturaleza, la Iglesia
católica se siente llamada a respetar la
Alianza establecida por el Dios a
Abraham, de Isaac y de Jacob. Ella se
sitúa también, de hecho, en la Alianza
eterna del Omnipotente, que no se arrepiente de sus designios, y respeta a los
hijos de la Promesa, los hijos de la
Alianza, como sus hermanos amados en
la fe. Ella repite con fuerza, a través de
mi voz, las palabras del gran Papa Pío
XI, mi venerado predecesor: ‘Espiritualmente, nosotros somos semitas’”.
(12-IX).
Cristo, pasado presente y futuro
L
a Hostia Santa expuesta ante
nuestros ojos proclama este poder
infinito del Amor manifestado en
la Cruz gloriosa. La Hostia Santa proclama el increíble anonadamiento de
Quien se hizo pobre para darnos su
riqueza, de Quien aceptó perder todo
para ganarnos para su Padre”, dijo el
Santo Padre al concluir la procesión
eucarística en la Pradera de Lourdes.
“La Hostia Santa es el Sacramento
vivo y eficaz de la presencia eterna del
Salvador de los hombres en su Iglesia”.
“La Santa Eucaristía, es Jesucristo
pasado, presente y futuro. Jesucristo
pasado –señaló el Papa siguiendo las
expresiones de San Pierre-Julien Eymard–, en la verdad histórica de la tarde
en el cenáculo, que se nos recuerda en
toda celebración de la Santa Misa.
Jesucristo presente, porque nos dice:
‘Tomad y comed todos, porque esto es
mi Cuerpo, ésta es mi Sangre’. Esto es,
en presente, aquí y ahora, como en
todos los aquí y ahora de la historia de
los hombres. Presencia real, presencia
que sobrepasa nuestros pobres labios,
nuestros pobres corazones, nuestros
pobres pensamientos”.
“La Eucaristía es también Jesucristo
futuro, Jesucristo que viene. Cuando
contemplamos la Hostia Santa, su cuerpo glorioso transfigurado y resucitado,
contemplamos lo que contemplaremos
en la eternidad, descubriendo el mundo
entero llevado por su Creador cada
segundo de su historia. Cada vez que lo
comemos, pero también cada vez que lo
contemplamos, lo anunciamos, hasta
que el vuelva, donec veniat”. (14-IX).
“Dedicad mucho tiempo
a meditar la Escritura”
L
a Palabra de Dios nos ha sido dada para ser el alma de nuestro
apostolado, el alma de nuestra
vida de sacerdotes. A lo largo de la jornada, la Palabra de Dios se convierte en
la materia de la oración de toda la Igle-
ayude, nos anime, a hacer
que todo momento de nuestra existencia sea un paso en
este éxodo, en este
camino hacia Dios.
Que nos ayude
–insistía– a hacer
así presente también la realidad del
cielo, la grandeza
de Dios en la vida
de nuestro mundo”.
(25-VIII).
sia, que desea así dar testimonio de su
fidelidad a Cristo”, dijo el Papa en la
celebración de las Vísperas en la catedral de Notre-Dame de París con los
sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y diáconos.
El Santo Padre exhortó a los sacerdotes a no tener miedo “de dedicar mucho
tiempo a la lectura, a la meditación de la
Escritura y al rezo del Oficio divino.
Casi sin saberlo, la Palabra leída y meditada en la Iglesia actúa sobre vosotros
y os transforma”.
Dirigiéndose a los seminaristas, dijo:
“Estáis destinados a ser depositarios de
esta Palabra eficaz, que hace lo que dice. Conservad siempre el gusto por la
Palabra de Dios. Aprended, por su medio, a amar a todos los que encontréis
en vuestro camino”. (12-IX).
“Espiritualmente,
somos semitas”
T
ambién la oración de Jesús se nutría de los salmos”, recordó el
Papa durante un encuentro con
representantes de la comunidad judía en
la nunciatura apostólica de París.
“Él acudía regularmente al Templo y
a la sinagoga. Tomó allí la palabra el día
del sábado”. “Con motivo de lo que nos
une y por motivo de lo que nos separa,
tenemos que vivir y fortalecer nuestra
fraternidad. Y sabemos que los lazos de
la fraternidad constituyen una invita-
Familia y vocaciones
P
ara hacer frente a los retos del
“individualismo, el hedonismo e
ideologías y costumbres que minan los fundamentos mismos del matrimonio, la familia y la moral cristiana”
son necesarios “el conocimiento profundo y el amor sincero al Señor Jesús,
en la meditación de la Sagrada Escritura, en la adecuada formación doctrinal y espiritual, en la plegaria constante
en la recepción frecuente del sacramento de la Reconciliación, en la participación consciente y activa en la Santa Misa y en la práctica de las obras de caridad y misericordia”, dijo el Papa a los
obispos panameños reunidos en su visita ad limina.
Benedicto XVI exhortó a pedir que el
Señor “envíe numerosas y santas vocaciones al sacerdocio”.
Se refirió a las tentaciones “que amenazan la solidez del amor conyugal, la
paternidad responsable y la armonía y
estabilidad de los hogares”. El Papa señaló que “nunca serán suficientes los
esfuerzos para desarrollar una pastoral
familiar vigorosa, de modo que las personas descubran la belleza de la vocación al matrimonio cristiano, defiendan
la vida humana desde su concepción a
su término natural y construyan hogares
en los que los hijos se eduquen en el
amor a la verdad del Evangelio y en
sólidos valores humanos”. (19-IX).
Viaje pastoral a Cerdeña
“Evangelizad la política, la economía”
A
Cerdeña el cristianismo llegó no con las espadas de los conquistadores
o por imposición extranjera, sino que germinó de la sangre de los mártires que dieron aquí su vida como acto de amor hacia Dios y hacia los
seres humanos”, dijo el Santo Padre en el santuario de Nuestra Señora de
Bonaria, en la homilía de la Santa Misa.
“Cerdeña –continuó– nunca llegó a ser
tierra de herejías. Su pueblo siempre ha
manifestado fidelidad filial a Cristo y a
la Sede de Pedro. Con la sucesión de las
invasiones y de las dominaciones, la fe
en Cristo permaneció en el alma de
vuestra poblaciones como elemento
constitutivo de vuestra misma identidad
sarda. Esta fe sencilla y valiente sigue
viviendo en vuestras comunidades, en
vuestras familias, donde se respira el
perfume evangélico de las virtudes pro- cer la totalidad de las verdades cristiapias de vuestra tierra: la fidelidad, la nas y de conocer estas verdades no
dignidad, la discreción, la sobriedad, el como verdades separadas sino en modo
orgánico, como una unidad, como una
sentido del deber”.
Al referirse a la celebración de los única verdad de fe en Dios”.
Hizo hincapié en el “gran florecicien años de la proclamación de la Virgen como patrona máxima de la isla, el miento de vocaciones religiosas femePapa invitó a los fieles a “dar gracias a ninas, de las que Cerdeña es un verdaMaría por su protección y a renovar dero y propio vivero”. Sin ellas “hunuestra confianza, reconociendo en Ella biera sido más difícil difundir el amor
la Estrella de la nueva evangelización”. de Cristo en los pueblos, en las familias,
El Santo Padre pidió a la Virgen que en las escuelas, en los hospitales, en las
ayudara a los sardos “a llevar a Cristo a cárceles y en los lugares de trabajo.
las familias, pequeñas iglesias domésti- ¡Este patrimonio de bien se ha ido acucas y células de la sociedad, que hoy mulando gracias a su dedicación!”
“Que no os asusten, ni os desanimen
están más necesitadas que nunca de
confianza y de apoyo, tanto en el ámbi- las dificultades”, les dijo. “Es importanto espiritual como en el ámbito social”. te ser granos de buen trigo que, caídos
Y añadió: “que os haga capaces de en tierra, dan fruto”. El sacerdote “debe
evangelizar el mundo del trabajo, de la proclamar con autoridad la palabra, reEconomía, de la Política, que tiene ne- novar los gestos de perdón y de oferta,
cesidad de una nueva generación de lai- ejercer su solicitud amorosa al servicio
cos cristianos comprometidos, que bus- de su rebaño en comunión con los pasquen con competencia y rigor moral so- tores y fielmente dócil a las enseñanzas
luciones de desarrollo sostenible”. (7- del Magisterio”. (7-IX).
IX).
“No os asusten las difcultades”
E
n el encuentro con sacerdotes y
seminaristas que tuvo Benedicto
XVI en la catedral de Cagliari, pidió a los formadores y profesores de
seminario que guien a los alumnos “a
través de la oración personal y comunitaria cotidiana, y sobre todo a través de
la Eucaristía, celebrada y sentida como
el centro de toda la propia existencia”.
La formación teológica, dijo a los
seminaristas y alumnos de la facultad
de Teología, “debe llevaros a poseer
una visión completa y unitaria de las
verdades reveladas y de su acogida en
la experiencia de fe de la Iglesia. De
esto deriva la doble exigencia de cono-
El peligro de los “atajos”
B
enedicto XVI advirtió a los jóvenes reunidos en la plaza Yenne de
Cagliari del peligro “de ser superficiales, de seguir atajos peligrosos
en pos del éxito, buscando en la vida
experiencias que suscitan satisfacciones
inmediatas, pero de por sí son precarias
y engañosas. Crece la tendencia al individualismo y cuando uno se concentra
sólo sobre sí mismo, se vuelve frágil
forzosamente; falta la paciencia para
escuchar, fase indispensable para entender al otro y trabajar juntos”.
El Papa volvió a proponer los tres
valores reafirmados por Juan Pablo II
durante su visita a Cerdeña hace 23
años, que siguen siendo “indicaciones
actuales todavía hoy”. La primera es
“el valor de la familia que hay que custodiar como una herencia antigua y
sacra”.
El segundo valor es “la formación
intelectual y moral”. “La crisis de una
sociedad –afirmó el Papa– comienza
cuando no sabe transmitir su patrimonio cultural y sus valores fundamentales a las nuevas generaciones”.
“La fe sincera y profunda” es el tercer valor. “Cuando se pierde el sentido
de la presencia y de la realidad de Dios
–explicó el Papa– todo se achata y se
reduce a una dimensión única, todo se
queda en lo material. Desaparece el
misterio de todo lo que existe: las cosas
y las personas interesan en la medida
en que satisfacen nuestros intereses y
no por sí mismas. Esto constituye un
dato cultural que se respira desde que
se nace y que produce efectos interiores permanentes. La fe, antes de ser una
creencia religiosa, es una forma de ver
la realidad, un modo de pensar, una
sensibilidad interior que enriquece
nuestro ser humano como tal.” (7-IX).
Paraguay
Son los laicos quienes
deben actuar en política
E
l mensaje cristiano, para poder
llegar hasta el último rincón del
mundo, necesita la colaboración
indispensable de los fieles laicos. Su
vocación específica consiste en impregnar de espíritu cristiano el orden
temporal y transformarlo según el
designio divino. Los Pastores, por su
parte, tienen el deber de ofrecerles
todos los medios espirituales y formativos necesarios para que, viviendo
coherentemente su fe cristiana, sean
verdadera luz del mundo y sal de la tierra, dijo el Papa a los obispos de
Paraguay reunidos en visita ad limina.
“Un aspecto significativo de la misión propia de los seglares es el servicio a la sociedad a través del ejercicio
de la política. Pertenece al patrimonio
doctrinal de la Iglesia que ‘el deber inmediato de actuar en favor de un orden
justo en la sociedad es más bien propio
de los fieles laicos’. Hay que alentarles,
por tanto, a que vivan con responsabilidad y dedicación esta importante
dimensión de la caridad social, para
que la comunidad humana de la que
forman parte con todo derecho progrese en la justicia, en la honradez, en la
defensa de los verdaderos y auténticos
valores, como la salvaguarda de la vida
humana, del matrimonio y de la familia, contribuyendo de esta manera al
verdadero bien humano y espiritual de
toda la sociedad”. (11-IX).
L A PA Z Y
LA J U ST IC I A
Pío XII y los judíos
E
l simposio de la Pave
the Way Foundation
ha permitido “conocer mejor y de manera más
completa lo que Pío XII
promovió y realizó a favor
de los judíos perseguidos
por los regímenes nazi y
fascista”, dijo Benedicto
XVI a sus participantes.
“Se puede ver, entonces,
que no ahorró esfuerzos,
allí donde fue posible, para
intervenir directamente o a
través de instrucciones
dadas a personas e instituciones de la Iglesia católica
en su favor”, añadió.
Muchas de sus intervenciones las realizó “de manera secreta y silenciosa precisamente porque, al tener
en cuenta las situaciones
concretas de ese complejo
momento histórico, sólo de
esa manera era posible evitar lo peor y salvar al
mayor número posible de
judíos”. (18-IX).
Tres pueblos
en conflicto
L
a tarea de construir
un mundo más justo
debe reconocer la
vocación sobrenatural
característica de todo individuo”, ha dicho el Papa
Benedicto XVI al aceptar
las cartas credenciales de la
nueva embajadora de
Bosnia y Herzegovina ante
la Santa Sede.
“La Iglesia en todas partes promueve una comprensión de la persona humana
que recibe de Dios la capacidad de trascender sus
limitaciones individuales y
constricciones sociales”,
añadió.
“Cada uno de los tres
pueblos que constituyen su
país, han sido causa de con-
flictos y guerras. Nadie
desea la guerra”. El Papa
recordó que la democracia
supone “un compromiso
inquebrantable en el imperio de la ley y la justicia, la
erradicación de la corrupción y otras formas de actividad criminal, el apoyo a
una judicatura independiente e imparcial, y la igualdad
de oportunidades en el mercado de trabajo”. (18-IX).
en Nicaragua. Ellos son testigos de que ‘cuanto más se
vive de Cristo, tanto mejor
se le puede servir en los
demás, llegando hasta las
avanzadillas de la misión y
aceptando los mayores riesgos’. Que no les falte el
reconocimiento de los
Pastores ni el aliento para
permanecer fieles a su propio carisma y misión específica en la Iglesia”.
Iglesia en Nicaragua
O
bservo con satisfacción que, como
Pastores –señaló el
Papa a los obispos nicaragüenses reunidos en visita
ad limina–, compartís las
vicisitudes de vuestro pueblo y, respetando escrupulosamente la autonomía de la
gestión pública, os esforzáis
en crear un clima de diálogo y distensión, sin renunciar a defender los derechos
fundamentales del hombre
y denunciar las situaciones
de injusticia y a fomentar
una concepción de la política que, más que ambición
por el poder y el control,
sea un servicio generoso y
humilde al bien común”.
“Os aliento –animaba el
Papa– en este camino,
exhortándoos al mismo
tiempo a promover y acompañar tantas iniciativas de
caridad y solidaridad con
los más necesitados como
hay en vuestras Iglesias,
para que no falte ayuda a
las familias en dificultad ni
ese espíritu generoso de
tantos laicos que, en ocasiones de forma anónima, se
esfuerzan por conseguir el
pan cotidiano para sus hermanos más pobres”.
“En éste, como en otros
muchos campos, no se ha
de olvidar el dinamismo, la
entrega y creatividad de los
religiosos y religiosas, un
tesoro para la vida eclesial
“Una mención especial
merecen las instituciones
educativas, en particular las
escuelas católicas a las que
acude la mayor parte del
alumnado nicaragüense,
cumpliendo así, en medio
de grandes dificultades y
falta de la debida ayuda,
una misión esencial de la
Iglesia y un inestimable servicio a la sociedad”.
“Es encomiable el servicio de los educadores que, a
veces con grandes sacrificios, se dedican a una formación integral que abra las
puertas de un futuro prometedor a los jóvenes. Un país
que busca el desarrollo y
una Iglesia que quiere ser
más dinámica, deben concentrar sus esfuerzos en
ellos, sin ocultarles la grandeza que tiene para el ser
humano la dimensión trascendente y religiosa”. (6IX).
“Ser hombres
de concordia”
E
l Papa se dirigió a la
Conferencia
Episcopal de
Colombia animando “las
iniciativas emprendidas en
el campo de la pastoral educativa y universitaria, en el
cuidado que otorgan a los
presos, a los enfermos, a los
ancianos, a los indígenas, a
los trabajadores, a los desplazados, a los jóvenes y a
las familias”.
“Con la certeza de que
están poniendo bases sólidas para un futuro prometedor, y para el bien de toda
la Iglesia –continúa–, los
animo igualmente a redoblar la atención que prestan
a los sacerdotes, seminaristas, misioneros, religiosos y
religiosas, y a dar nuevo
impulso a los diversos programas de formación de
catequistas, seglares y
agentes de pastoral”.
Tras poner de relieve el
esmero de los prelados “en
ser hombres de concordia,
así como sus continuas
exhortaciones para que
cesen la violencia, el
secuestro y la extorsión que
padecen muchos de los
hijos de esa amada tierra”,
el Papa concluye pidiendo
“ardientemente a Dios que
acaben cuanto antes estas
situaciones, que tanto dolor
han causado, y que en
Colombia reine una paz
estable y justa, en un clima
de esperanza y prosperidad”. (2-VII).
“Ciencia
sin conciencia”
R
abelais dijo muy justamente en su tiempo: ‘La ciencia sin la
conciencia no es más que
ruina del alma’”, dijo el
Papa Benedicto XVI en el
Instituto de Francia, ante
destacados académicos
franceses.
“Fue sin duda –añadió–
para contribuir a evitar el
riesgo de una semejante
dicotomía que, a finales de
enero, y por vez primera en
tres siglos y medio, dos
Academias del Instituto,
dos Academias Pontificias y
el Instituto Católico de
París organizaron un
Coloquio interacadémico
sobre la cambiante identidad de la persona”.
“El coloquio ilustró el
interés que presentan
amplias investigaciones
interdisciplinares. Esta iniciativa podría continuarse
para explorar conjuntamente los innumerables senderos de las ciencias humanas
y experimentales”, concluyó. (13-IX).
El “laicismo positivo”
L
a visita empezó en
París, donde he
encontrado idealmente a todo el pueblo francés,
honrando así a una amada
nación en la que la Iglesia,
ya desde el siglo II, ha
desarrollado un fundamental papel civilizador”, dijo
el Papa evocando su reciente viaje a Francia en su
Catequesis Semanal.
Destacó que haya madurado la “distinción entre la
esfera política y la religiosa,
según el célebre dicho de
Jesús: ‘Dad al César lo que
es el César y a Dios lo que
es de Dios’”.
“Si en las monedas romanas –dijo– estaba impresa la
efigie del César y por esto
se le debían dar, en el corazón del hombre está la
impronta del Creador, único
Señor de nuestra vida. La
auténtica laicidad no es por
tanto prescindir de la
dimensión espiritual, sino
reconocer que precisamente
ésta, radicalmente, es
garante de nuestra libertad
y de la autonomía de las
realidades terrenas, gracias
a los dictados de la
Sabiduría creadora que la
conciencia humana sabe
acoger y realizar”. (17-IX).
Pablo, apóstol
P
ablo se siente verdadero apóstol y parece
claro, por tanto, que el
concepto paulino de apostolado no se restringe al
grupo de los Doce”, dijo el
Papa en su Catequesis
Semanal.
“Obviamente, Pablo sabe
distinguir su propio caso
del de aquellos ‘que habían
sido apóstoles anteriores’ a
él: a ellos les reconoce un
lugar totalmente especial en
la vida de la Iglesia. Sin
embargo, como todos
saben, también san Pablo se
interpreta a sí mismo como
apóstol en sentido estricto”,
añadió.
Las tres características
que hacen de una persona
ser apóstol, explicó el Papa,
a propósito de la figura de
san Pablo son “haber visto
al Señor, es decir, haber
tenido con él un encuentro
determinante para la propia
vida”. “El apóstol no se
hace a sí mismo, sino que
lo hace el Señor; por tanto,
necesita referirse constantemente al Señor”, aplicó.
“La segunda característica
es la de ‘haber sido enviado’. El mismo término griego apóstolo significa precisamente ‘enviado, mandado’, es decir, embajador y
portador de un mensaje;
debe actuar por tanto como
encargado y representante
de un mandante”.
“El tercer requisito es el
ejercicio del anuncio del
Evangelio, con la consiguiente fundación de iglesias. El de ‘apóstol’, por
tanto, no es y no puede ser
un título honorífico, sino
que empeña concretamente
y también dramáticamente
toda la existencia del sujeto
interesado”. (10-IX).
Una breve biografía
E
l Apóstol Pablo
“nació en Tarso de
Cilicia. Hebreo de la
diáspora, hablaba griego, no
obstante tuviera un nombre
de origen latino y gozara de
la ciudadanía romana. Tal
vez aprendió de su padre a
tejer la lana para fabricar
tiendas de campaña”, ha
comentado el Papa en su
Catequesis Semanal.
“Trasladado a Jerusalén
con unos doce años, fue
formado por el Rabino
Gamaliel el Viejo en las
rígidas normas del fariseísmo, mostrando un gran celo
por la Ley Mosaica, lo que
le llevó a perseguir a los
cristianos. Su vida, sin
embargo, experimentó un
gran cambio camino de
Damasco, llegando a ser un
apóstol infatigable del
Evangelio”, añadió.
“Realizó tres viajes
misioneros: el primero con
Bernabé; en el segundo
escogió como compañeros a
Silas y Timoteo. Durante el
tercero, Pablo fue arrestado
en Jerusalén por los judíos
a causa de un malentendido”.
“Tras permanecer un
tiempo en prisión, habiendo
apelado al César, el
Procurador Porcio Festo lo
envió a Roma, donde pasó
dos años en una casa custodiado por un soldado.
Tradiciones sucesivas
hablan de que Pablo fue
liberado y pudo realizar
desde Roma un viaje a
España y otro a Oriente.
Otras tradiciones señalan
que fue encarcelado una
segunda vez, acabando sus
días martirizado. Que el
ejemplo del Apóstol nos
sirva de estímulo constante
para nuestro compromiso
eclesial”. (27-VIII).
C AT E Q U E S I S
S E M A NA L
paganos, al mundo grecoromano”.
“Para nosotros –concluía
el Romano Pontífice– el
cristianismo no es una filosofía nueva o una nueva
moral. Sólo somos cristianos si encontramos a
Cristo”. (3-IX).
Feliz celebración
V
uestra acogida tan
cordial conmueve al
Papa! Gracias por
haberme esperado aquí a
pesar de ser tan tarde y de
forma tan entusiasta”, dijo
el Papa a un grupo de jóvenes desde la ventana de la
nunciatura de París.
La conversión
de san Pablo
A
partir de entonces
–dijo el Santo Padre
al comentar la conversión de san Pablo en su
Catequesis Semanal–, inesperadamente, empezó a
considerar ‘pérdida’ y
‘basura’ todo aquello que
antes constituía para él el
máximo ideal, casi la razón
de ser de su existencia
¿Qué había sucedido?”
“Cristo resucitado se presenta como una luz espléndida y se dirige a Saulo,
transforma su pensamiento
y su misma vida”, respondía. “San Pablo, por tanto,
no fue transformado por un
pensamiento sino por un
acontecimiento, por la presencia irresistible del
Resucitado”.
“El Resucitado –comenta
el Papa– ha hablado con
Pablo, lo ha llamado al
apostolado, ha hecho de él
un verdadero apóstol, testigo de la resurrección, con el
encargo específico de anunciar el Evangelio a los
“Doy gracias al Señor que
me ha concedido realizar
este primer viaje pastoral a
Francia como Sucesor de
Pedro y encontrar una respuesta tan estimulante entre
los fieles”, añadió.
“Estoy feliz de sumarme
mañana a la multitud de
peregrinos de Lourdes para
celebrar el Jubileo de las
apariciones de la Virgen.
Los católicos en Francia
necesitan más que nunca
renovar su confianza en
María, reconociendo en Ella
el modelo de su compromiso al servicio del
Evangelio”. (13-IX).
H
Frente a la
Cultura de la Muerte
oy en España vivimos una extensión de la Cultura de la Muerte
ante la introducción de la eutanasia y una ampliación mayor, si cabe,
del aborto.
Dios quiere que luchemos ante el
“espíritu de la muerte “ y que “derroquemos” la Cultura de la Muerte. El
espíritu de la muerte se introduce hoy
en el ser humano con el espíritu de la
desobediencia y de la rebelión, y de
esta forma el hombre va en contra de
todas las reglas y mandamientos establecidos.
Es Satanás, el destructor y el asesino de vidas –de la Vida de las almas–,
quien ha traído a la Tierra la Cultura de
la Muerte.
E
s el demonio y sus compañeros,
quienes continúan devastando y
destruyendo vidas con diferentes
formas de muerte como guerras, terrorismo, aborto, eutanasia, suicidio,
clonación humana, experimentos con
embriones y fetos etc. El demonio de la
muerte está tras la distribución y el
consumo de drogas destructivas como
el alcohol, el tabaco, etc., las cuales o
bien acortan la vida o provocan enfermedades incurables que conducen
prácticamente a la muerte.
Actua tras todas las formas de inmoralidad y perversión que incrementa el
aborto. Todo lo que Satanás hace es
para prevenir el crecimiento de la raza
humana y traer toda la destrucción y
aniquilación posible sobre la Humanidad.y
“La Iglesia de todos”
Respeto al no nacido
L
E
a “misión permanente de san
Pedro –subrayó Benedicto XVI
en la festividad de san Pedro y
san Pablo– es hacer que la Iglesia no se
identifique jamás con una sola nación,
con una sola cultura o con un solo estado. Que sea siempre la Iglesia de todos”.
El Papa puso de relieve que si bien
Pablo “normalmente va a los lugares en
los que no ha sido anunciado el
Evangelio, Roma constituye una excepción. Allí encuentra una Iglesia de cuya
fe habla el mundo. Ir a Roma forma
parte de la universalidad de su misión
como enviado a todos los pueblos; es
expresión de la catolicidad de su
misión. Roma debe hacer visible la fe a
todo el mundo, debe ser el lugar de
encuentro de la única fe”. (29-VI).
l Papa Benedicto XVI ha recordado a los obispos africanos responsables de la pastoral cultural reunidos en Bagamoyo (Tanzania) que
“evangelizar la cultura y inculturar el
Evangelio es una misión antigua pero
siempre nueva” y pide a los prelados
deben esforzarse por encontrar “modos
nuevos y eficaces de presentar la verdad
inmutable del Evangelio y especialmente los valores de la alegría de la vida,
del respeto por el niño todavía no nacido, el importante papel de la familia y el
profundo sentido de comunión y solidaridad presentes en las culturas africanas”. (24-VII).
INTENCIONES DEL PAPA
“La condición de pastor
se antepone a todo”
L
a imagen del cuerpo orgánico
aplicada a la Iglesia es uno de los
elementos fuertes y característicos de la doctrina de san Pablo, y por
eso, en este año jubilar dedicado a él
deseo confiar a cada uno de vosotros, a
su protección celestial. Que el Apóstol
de las gentes –dijo el Romano Pontífice
Benedicto XVI al encontrarse con los
40 obispos metropolitanos que habían
recibido el palio– os ayude a que las
comunidades que se os han confiado
crezcan unidas y misioneras, concordes
y coordinadas en la acción pastoral, animadas por un constante impulso apostólico”.
“La condición del servicio de cada
pastor –resaltó el Santo Padre– es el
amor a Cristo, al que no se debe anteponer nada”. (30-VI).
General
Que el Sínodo de los Obispos
impulse a pastores, teólogos y catequistas a transmitir la fe con valentía.
Misionera
DL M-52405-2005
EN DIRECTO
Que las Obras Misionales Pontificias
estimulen a los cristianos a participar
en la misión universal de la Iglesia
mediante la oración, el sacrificio y su
ayuda eficaz.
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