213 Miradas dirigidas. Miradas controladas. Sigue el camino de

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MIRADAS DIRIGIDAS. MIRADAS CONTROLADAS.
SIGUE EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS...
Glances addressed. Controlled glances. Follow the road of yellow paving stone
Ana María Pérez Galán
Arquitecto. Máster en Educación Secundaria (UHU).
[email protected]
Resumen:
Desde pequeños nos han enseñado a consumir el arte de los museos. Tanto es así, que si
no has ido al Louvre, no has ido a París... Pero, ¿de dónde vienen esas respuestas aprendidas, esa
lista de objetos catalogados dignos de admirar? Para comprender por qué hacemos cola para ver
una obra de arte nos vamos a la periferia, donde las representaciones de la calle nos enseñan que
existen otros modos de expresión libres de etiquetas.
Lamentablemente, todo acaba
contaminado por la fuerte maquinaria de hacer dinero que supone el arte, pero el misterioso
Banksy nos ayuda a reflexionar sobre la figura del artista y de cómo el arte puede ser el
catalizador de nuestras experiencias sin necesidad de que éstas se encierren bajo una vitrina.
Palabras clave: museo, arte urbano, experiencia, reflexión crítica, arte objeto.
Abstract:
Since our childhood, we have been taught to consume art museums. consequently, if you
haven´t been to the Louvre, you haven´t been to Paris ... But where do those learned responses
come from? Which list of cataloged objects is worthy of admiration? To understand why we line
up to see an art work we should go to the periphery, where representations on the street teach
us that there are other tags-free ways of expression. Unfortunately, everything ends up
contaminated by the money-making heavy machinery that art involves, however mysterious
Banksy helps us to reflect on the figure of the artist and how the art can be the catalyst of our
experiences instead of they to be enclosed into a showcase.
Keywords: museum, street art, experience, critical reflection, art object.
Ana María Pérez Galán. Miradas dirigidas. Miradas controladas. Sigue el camino de baldosas amarillas....
Arte, educación y cultura. Aportaciones desde la periferia. COLBAA: Jaén, 2012.
Desarrollo
¿POR QUÉ VAMOS A LOS MUSEOS?: SIGUE EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS…
Casi todos cuando planeamos una escapada de nuestra monotonía a una gran ciudad (e
incluso a las más pequeñas), sentimos la necesidad de hacer una incursión en alguno de sus
museos a fin de admirar algunas de sus obras de arte. Pero, ¿de dónde viene el concepto de
museo que conocemos hoy día?
Etimológicamente la palabra museo proviene del latín museum y éste a su vez del griego
Μουσείον, es decir, “la casa de las musas”1.
Durante la dinastía Ptolemaica en Alejandría se levantó un museo dedicado al desarrollo
de todas las ciencias, un espacio que empezó a albergar la famosa biblioteca y que servía para que
los sabios, patrocinados por el Estado, dedicaran su tiempo a las tertulias y a la difusión del
conocimiento.
Las primeras colecciones de arte puede decirse que eran albergadas en muchos de estos
templos antiguos: Delfos, el Templo de Juno en Samos, la Acrópolis de Atenas… En su mayoría
esculturas, éstas hacían más ostentosas las marchas de los triunfos militares y también servían
para embellecer los conjuntos.
Pero para llegar al concepto de museo que tenemos hoy día hay que remontarse a la
Florencia del siglo XV. En este Renacimiento artístico los Medici se encargaron de reunir todas
las antigüedades posibles y, rápidamente, nobles y
reyes se disputaban la gloria coleccionando todo
tipo de objetos y enseres especiales.
Así, un colega y profesor de Arte me habló
de cómo surgieron las “cámaras de las maravillas”,
como esos habitáculos diseñados especialmente
para albergar los tesoros y recolectas de los viajes de
las
clases
nobles
y
burguesas:
especímenes
geológicos y zoológicos, artefactos, manuscritos,
1
Las musas eran las diosas hermanas que personificaban las artes y las
Su número
varía
la mitología,
1. ciencias.
Frontispicio
de cuarto
de según
maravillas
de Ole pero
Worm
se cree que eran nueve (Calíope -Poesía Épica-, Clío -Historia-, Erato
-Poesía
Lírica-,
Euterpe -Música-, Melpóneme (Musei
Wormiani
Historia).
Tragedia-, Polimnia -Pantomima-, Talía -Comedia-, Terpsícore -Danza- y Urania -Astronomía-). El culto a las musas
estuvo muy difundido en el mundo griego a través de templos sagrados ya que éstas eran capaces de provocar y
conceder la inspiración artística.
imágenes, esculturas de marfil… Las cámaras de las maravillas eran toda una gran colección de
objetos fetiches y en ese espacio se jugaba con el factor sorpresa, con la ostentación y la
opulencia para demostrar que se conocía más mundo, que se era más poderoso y culto. Eran un
intento de generar un planeta en miniatura lleno de exclusividades que los demás debían
admirar, siendo ese “heterodoxo” modo de organizar y esa condensación de lo inusual el factor
principal de las cámaras como una maravilla más, ya que las hacía transgresoras de las normas y
de todo lo estipulado en el momento.
La primera de estas cámaras de las maravillas abierta al público de forma permanente fue
el Museo Ashmolean de Arte y Arqueología (Ashmolean Museum of Art and Archaeology) de la
Universidad de Oxford, que en 1683 decide exponer el gabinete de curiosidades de Elias Ashmole.
Las cámaras de las maravillas desaparecieron durante los siglos XVIII y XIX, fruto de una
Ilustración que pretendía “culturizar” al pueblo. Muchos de sus objetos fueron reubicados en los
museos de Arte e Historia Natural que hoy día conocemos y que siguieron al Ashmolen, como el
Museo Británico en Londres y el Louvre en París.
Sin duda, estas cámaras de las maravillas son las antecesoras de los museos que
conocemos hoy día. No obstante, aunque ambos se llenan de objetos de distinta variedad, el
orden pretendido en las primeras no tiene nada que ver con la composición de los museos
actuales. En su proceso de conformación, los museos han sido ordenados bajo un discurso hecho
por especialistas y eruditos. Sin duda, en aquel momento el rigor científico de la Ilustración era
necesario, pero ¿cómo se puede clasificar el Arte? ¿Tiene sentido hoy día esa clasificación?
Al igual que el hombre no puede verse sólo como una máquina, el arte no puede
concebirse únicamente a partir de la taxonomía de unos expertos porque entonces el resultado es
nuestra extrañeza ante unos objetos ajenos a nuestras vidas y que no nos conmueven. Cuando
iniciamos ese recorrido trabado sobre las baldosas amarillas que alguien ha dispuesto bajo un
discurso científico, a veces olvidamos uno de los factores más importantes para los que se concibe
el arte: ese caos y ese factor sorpresa que nos incita no sólo a ver una realidad, sino a
experimentar con ella, con el mundo.
Lo cierto es que esas cámaras de las maravillas continúan existiendo en los espacios más
íntimos de nuestras casas. Si bien en la mayoría de las ocasiones esos artefactos se reducen a un
no tan exclusivo “merchandising”, no podemos evitar reconocer que somos animales con
costumbres extrañas y que siempre sentimos esa necesidad de llevar con nosotros, y a otro nivel,
APORTACIONES DESDE LA PERIFERIA
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Arte, educación y cultura. Aportaciones desde la periferia. COLBAA: Jaén, 2012.
un pedacito de nuestro mundo, de nuestras experiencias, para poder rememorar lo que somos y
lo que nos ha fascinado.
No deja de asombrarme cuando visito alguno de estos grandes museos cómo los objetos
se muestran herméticos, inconexos, los espacios son mudos y no dejan lugar para la reflexión, que
no vaya más allá del banco dispuesto para ver (pero no para mirar o experimentar con la obra).
La mayoría de las personas que vamos a los museos lo hacemos para “reconocer” (que no reconocer) lo que hemos memorizado en nuestra lista de “objetos de admiración“, pero cuando
estamos delante de esos objetos sólo nos surgen datos: periodos, estilos, formas, composición,
temas…
Normalmente detrás de esos elementos siempre puede surgir un sinfín de preguntas
complejas. En la Olimpia de Monet, por ejemplo, el autor se revela frente a la hipocresía de la
época exponiendo a una conocida prostituta que reivindica la dignidad de su cuerpo y su posición
como mujer en una época en la que éstas pertenecen a sus padres, a sus maridos o ni eso. Estas
respuestas no están en las referencias objetivas de la obra sino que surgen cuando se
problematiza ese discurso aprendido. (AZNÁREZ-CALLEJÓN, 2006).
Desde siempre hemos visto que el arte se ha usado como un recurso para pertenecer a
una élite, para destacar el yo frente a las masas. Es una etiqueta (igual que Gucci o Chanel).
Tanto es así, que los que estamos “a otro nivel” no nos permitimos desdeñar o volver la mirada
ante una obra que ya desde pequeños nos enseñaban a ver.
El arte se nos ha mostrado como un objeto de consumo y en la Escuela se nos prepara
para ser mejores sólo si somos capaces de admirar ese arte, de consumirlo cual objeto de deseo.
Pero detrás de esa lista que llevamos en el bolsillo cuando vamos a los museos hay todo un relato
construido: por los gobiernos y sistemas que imponen sus leyes educativas, por unas editoriales
que tienen que vender o por unos críticos que establecen un valor como si el arte se tratase sólo
de dinero (aunque hoy día nadie duda de eso).
Si bien en un principio las cámaras estaban concebidas para una élite que mostraba
objetos a fin de destacar y de marcar un estatus, hoy día: ¿cuáles son los objetos que deben
formar parte de un museo?, ¿quién hace esa lista? Parece como si la cultura de un país pudiera
medirse mediante el consumo y el coleccionismo de formas externas que han sido objeto de
veneración a lo largo de la historia. Las distintas fuerzas políticas invierten miles de millones en
piezas como si los museos se tratasen del escaparate de sus riquezas, pero realmente (lo que no
se dice o no se debería decir) es que a la gente “de la calle” no le importaría que los museos
cerrasen.
La mayoría de las personas, tal vez yo, estamos en otro mundo, con otros problemas
reales mientras que es tanta la lejanía con la que se muestran estos espacios y los objetos que allí
se albergan, que al final acabamos indiferentes a todo lo que se muestra, y todo lo que a priori no
salga en nuestra lista (esa lista introyectada) no nos interesa, por lo que acabamos yéndonos a la
periferia para sentirnos libres.
EL “STREET ART” COMO EL ARTE DESDE LA PERIFERIA.
Cuando los artistas reniegan del funcionamiento de este sistema en el que el arte es un
objeto más que se comercializa, un espécimen a catalogar, o en el que como dice Kurt Schwitters
"Todo lo que escupe el artista, es arte", surgen otras necesidades y otros espacios en los que
expresarse que trascienden al propio museo: por ejemplo la calle.
Muestra de esa expresión artística en la periferia es el “street art” (traducción inglesa
como arte urbano o arte callejero).
Mucho más allá del famoso grafiti, el street art cobra cierta relevancia en la década de los
90 de la mano de un grupo de artistas muy heterogéneos cuya finalidad es dejar una impronta en
la calle. Desde pegatinas, plantillas o stencil, pósters y esculturas, instalaciones…el recurso del
espacio público y de su apropiación para poder expresarse libera a estos artistas de los
convencionalismos y las reglas museísticas. Esto junto con la nube que envuelve a Internet ha
permitido su gran difusión y ahora estos efímeros trabajos pueden ser compartidos por miles de
personas.
El street art es uno de los movimientos contraculturales
o “contra-artísticos” más fuertes del momento. Muchos de sus
representantes
usan
pseudónimos
porque
no
quieren
reconocimiento y porque muchas de sus obras son ilegales y
están penalizadas, pero se puede decir que ellos viven
verdaderamente su arte porque están ajenos al sistema y tienen
su propia galería en la calle.
La campaña de Shepard Fairey
de “OBEY” (“Obey
Giant”, “Obedece al gigante”), ideada a partir de la imagen del
2. “Obey Giant” (OBEY) de Shepard
Fairey
APORTACIONES DESDE LA PERIFERIA
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Arte, educación y cultura. Aportaciones desde la periferia. COLBAA: Jaén, 2012.
personaje de circo “André The Giant”, introduce en distintas ciudades por primera vez las
pegatinas y pósters como intervención callejera. Aunque inicialmente el mensaje estaba vacío de
contenido, Shepard
Fairey
se da cuenta del poder del street art porque, cuantas más
reproducciones haya de la obra, más empezará a cuestionarse la gente “qué es eso” y más
importante parecerá ser, y ESO ES PODER…
Así pues, el street art entra en una fuerte contradicción con el arte como objeto, ya que la
reproducción de una obra de arte nunca podrá ser concebida en un museo como tal dado que ”no
es la original” (ni aún teniendo en cuenta que los medios de hoy día permiten hacer
reproducciones de las más acertada fidelidad).
En muchos casos las “reacciones” en el street art son lo más importante y aunque
inicialmente los mensajes puedan ser nulos o hagan referencia a sí mismos (como es el caso de
“Obey”, “Space Invaders” o “Zeus”) acaban generando fenómenos y son tomados por otros
artistas para homenajear o ironizar con nuevos mensajes (y es que la apropiación de la obra está
permitida). Aquí la exclusividad no es lo importante, de ahí su calado en las periferias porque
asume que el medio es una parte más del propio arte y no trata de condicionarlo bajo cánones o
dictaduras estilistas.
Banksy fue el primer artista callejero es
traspasar los límites de las provocaciones del
street art al hacer del Muro de la Vergüenza una
de las galerías de arte más grandes y peligrosas
del mundo.
Lo que a nivel personal este artista
trasgrede es que aquí no importa la técnica, no se
3. Exhibición de Banksy, "Casi Legal" (2006)
busca la perfección estética. Banksy reniega de
su identidad como artista, no espera reconocimiento ni dinero y busca capturar un momento
apropiándose del espacio urbano para transmitir un mensaje impactante y subversivo a la vez
que irónico, utilizando mucho reciclaje visual.
La primera exhibición de Banksy “Casi Legal” recrea una especie de cámara de las
maravillas en donde transforma un viejo almacén de Los Ángeles en todo un espectáculo.
Introduce un elefante camuflado con pintura infantil aludiendo a “cómo a veces no vemos las
cosas que tenemos delante”, mientras que la prensa en cambio “sólo puede ver lo que tiene
delante” (y sólo informa sobre el elefante).
La controversia recreada por Banksy, a cuya exhibición en medio de un polígono industrial
acuden cientos de personas (incluidos “famosos de Hollywood”), marca un hito en el street art, ya
que nunca hasta ahora había destacado tanto este arte como en aquel momento.
Banksy pone de manifiesto varios aspectos: que el acercar el arte a la periferia y
extraerlo de los museos interesa a la gente, llegándoles a afectar y que a la gente no le importa
para nada si Banksy es un verdadero artista o no, porque se comunica con ellos desde la igualdad
que marca una periferia en la que poder experimentar, reflexionar... Es más, la gente se permite
opinar y criticar libremente a Banksy. (En la red hay todo tipo de seguidores que siguen su estilo
de denuncia en la calle o retractores que afirman que él y todo su equipo son timadores que
buscan lucrarse.)
Por encima de toda opinión, me interesa un aspecto de Banksy mucho más importante y
es cómo en el momento en el que el arte se lleva a espacios de igualdad es capaz de afectar a los
demás. Por lo tanto ser artista, ¿tiene que ver con cómo se le muestra a las personas una
realidad cercana a ellos? Para que tomen contacto, para que puedan conocerla, comprenderla,
participar, luchar, criticar…
Pero, de repente, la maquinaria del arte se pone en marcha y, como un buen virus gripal,
¡empieza a contagiar también la obra de Banksy! En un mes, los precios de sus obras y de muchos
artistas urbanos empiezan a subir. Ahora, “todo el que es alguien” quiere entrar en este mercado
aún por explotar. El arte urbano se ha convertido en un lujo digno de admiración por todos los
críticos y ningún coleccionista de arte que se precie puede estar completo sin “un Banksy”.
Pero aunque el arte urbano nunca se trató de dinero, a partir de ese momento, todo
giraba en torno a él. Y es así como surge la película-documental “Exit throught the gift shop”, de
esa necesidad de mostrar el origen y la verdadera finalidad de este arte.
La película que reza como “a Banksy film” no trata directamente sobre él, sino que cuenta
la historia de su amigo, Thierry Ghetta, un vendedor y diseñador de ropa vintage de Los Ángeles
obsesionado con grabarlo todo con su cámara de vídeo. Thierry Ghetta se acerca a los artistas
urbanos a través de su primo, “Space Invader”, y acaba filmando acciones de muchos de estos
artistas hasta que por casualidad conoce a Banksy.
En principio estas grabaciones de varios años iban a servir para hacer un documental
sobre el arte urbano, pero cuando Banksy ve el caótico montaje final realizado por Thierry
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denominado “Life remote control”…decide encargarse él de la película y le pide a Thierry que
mientras tanto “haga su propio arte”.
En ese momento Thierry Ghetta se transforma en Mr. Brainwash y decide convertirse en
un nuevo artista urbano. Con todo lo visto y aprendido acompañando a sus amigos decide emular
la exhibición de Banksy y prepara una macro exposición denominada “Life is beautiful”.
Para
transformar un espacio cerrado en un espectáculo de street art necesita subcontratar a otros
artistas y llenarlo todo de instalaciones, pinturas, esculturas…
De repente, los coleccionistas empiezan a valorar las obras antes de verlas y
Mr.
Brainwash se muestra como un artista completamente formado. A la gente le entusiasma poder
ver sus obras y hay miles de personas esperando para ver el “show”. (Finalmente el cómputo de
sus ventas suma el millón de dólares.)
BANKSY VERSUS MR. BRAINWASH.
Banksy o Sherpard Fairey son en parte responsables de haber “creado” a Mr. Brainwash, y
como conclusiones de la película ambos no pueden negar su éxito, aun sin ajustarse a ninguna
regla, pero ¿a qué es debido? ¿Es suerte?, ¿es todo una broma?, ¿o es realmente Mr. Brainwash
un genio en sí mismo?
En bases al desarrollo de los acontecimientos: ¿qué reglas existen para determinar lo que
es arte de lo que no?
4. Banksy, fotograma “Exit throught the gift shop”
5. Mr. Brainwash, fotograma “Exit throught the gift
shop”
“Exit throught the gift shop” nos muestra las dos caras de la moneda. Si bien Banksy nos
habla desde la periferia para ofrecernos experiencia, Mr. Brainwash se ha corrompido por la
máquina de hacer dinero a través del “arte” y muchas de sus obras ya cuelgan en los museos
contraviniendo la idea original por la que fueron concebidas: el arte urbano como el poder de
reivindicación de la periferia.
Este tipo de manifestaciones en nuestra sociedad tiene una
enorme aceptación. El arte urbano se está cebando con la actual
crisis mundial y son muchos los blogs y webs donde pueden
encontrarse todo tipo de experiencias urbanas en las que las
personas, independientemente de ser considerados artistas o no,
nos ofrecen su visión personal de la vida a través de un arte libre
de evaluaciones.
Desde un punto de vista educativo, toda esta parodia que
Banksy recrea con la historia de Mr. Brainwash nos pone de 6. “Voice”del Museo Judío de Berlín:
manifiesto que el arte no se puede encorsetar, etiquetar o
instalación de Menashe Kadishman,
"Hojas muertas”.
encerrar en los museos. Por supuesto, estos son necesarios para la
conservación y la difusión del conocimiento, pero tal vez debamos acercar a los alumnos
indicándoles sólo algunas puertas de entrada para que ellos sean capaces de hacer su propio
itinerario. Existen muchos como el Museo Judío de Berlín cuyos recorridos a través de sus ejes
cargados de simbolismos nos ofrecen grandes experiencias de reflexión personal, y otros como el
Museo de Canova en Possagno que permiten la apreciación de las esculturas como joyas en sí
mismas tras conjugarse con los otros elementos del propio espacio como la luz, el agua, el
hormigón…
Indudablemente, a veces no podemos explicar porqué consideramos un elemento como
una obra de arte en sí misma. Tal vez porque son objetos que no somos capaces de idear, recrear
o porque generan reacciones químicas de placer en nuestro cuerpo que no podemos explicar ni
controlar…
Viendo cómo el arte puede manifestarse allí donde no
tenga restricciones, ¿no debemos cambiar nuestro modo de
acercarnos a él?
No se trata de enseñar a alumno la obra
memorística o reproductivamente, se trata de comprenderla en su
contexto para hallarnos en ella, pensar con ella… No se trata sólo
de lo que la obra hizo en su pasado, sino de lo hace en el presente
y lo que tiene que ver conmigo en cuanto a cómo me cambia o
actúa sobre mi persona (se relaciona con mi cuerpo, con mis
problemas, mi ideología, mi identidad…).
7. Museo-Gipsoteca de Canova,
Possagno.
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¿QUÉ SÉ YO DE ESTO? ¿CÓMO ME ATREVO A HABLAR?
Cuando este artículo era sólo un borrador, sentí la necesidad propia de mi inseguridad de
buscar una segunda opinión, así que cierta persona cercana a mí lo leyó y de la lluvia de críticas
puedo resumir una cuestión que me parece oportuna reflejar: ¿qué sé yo de esto para poder
hablar así?
Por supuesto, esta pregunta me provocó un impás. Hubo un antes y un después en el
desarrollo de este artículo porque tras ella surgieron otras dudas mucho más importantes: ¿qué
es lo que no sé?...Y ¿qué es lo que hay que saber?... (¿Qué sabe él?)
Si acepto que sólo los políticos pueden hablar de asuntos de estado, los físicos de energía
nuclear y los actores de cine, mi vida sería ciertamente aburrida si se redujera a poder hablar de
arquitectura, que es de lo que estoy supuesta y técnicamente
capacitada.
Cuando hacemos un recorrido en un museo sabiendo cuál
es la respuesta se nos está privando de la verdadera finalidad para
la que surge el arte que es la de crear experiencias. Cuando sólo
nos atrevemos a hablar reproduciendo lo que otros nos han dicho
que hay que decir o pensar, estamos reduciendo nuestra
experiencia del arte y de la vida a una repetición de las
experiencias de otras personas, a las que no conocemos y cuya
ideología solemos ignorar.
Desde luego, el punto de vista de los historiadores y
8. Zapatillas de Dorothy en el
Mago de Oz, Museo de Historia
Americana, Washington.
teóricos como Panofsky o Gombrich sigue siendo una valiosa condición de partida para acercarse
al arte, pero no podemos olvidar que es sólo un análisis y que no pueden cerrarnos a otros
posibles disfrutes y enfoques, ya que nuestras vidas se desarrollan en marcos sensiblemente
diferentes.
No podemos momificar el arte bajo verdades absolutas que la Escuela reproduce porque
precisamente el arte es un extraordinario creador de mundos y realidades. Momificamos
cuando privamos a nuestros alumnos de una experiencia distinta, cuando atribuimos un
significado preciso.
Lo importante del arte cuando no está encorsetada nuestra toma de contacto con él, es
que justamente podemos mirarlo de muchas maneras. Porque al final de ese camino de baldosas
amarillas, nuestro mago de OZ, ese artista mágico que puede ser un Banksy cualquiera de la
calle, es sólo nuestro catalizador, ese individuo
que nos impulsa a mirar nuestra realidad, a
construir nuestras propias respuestas para
crecer como personas.
Y si los amigos de
Dorothy fueron capaces de conseguir su corazón,
inteligencia y valentía, es porque supieron salirse
del guión establecido y vivir sus propias
experiencias.
El camino fue su excusa para crecer y
comprender, y el mago de OZ un referente con
respecto al que poder construir vidas y
pensamientos nuevos. Esto es lo que tiene que
ver con el arte, porque hacemos y disfrutamos
del arte cuando nos ayuda a construir nuestras
propias narrativas del mundo. Es parte de
nuestro ser libres…
9. Instalación de Zilvinas Kempinas,
Flux (2009). Museo Pompidou, París
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Nuevas posibilidades para la Educación Artística. Revista Red Visual nº8. Recuperado:
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crítico y complejo y una Escuela distinta. Revista Red Visual nº11, Recuperado:
septiembre 2007 desde
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8
APORTACIONES DESDE LA PERIFERIA
Ana María Pérez Galán. Miradas dirigidas. Miradas controladas. Sigue el camino de baldosas amarillas....
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Aznárez López, José Pedro y Callejón Chinchilla, Mª Dolores (2006). La necesidad de trabajar con
procesos de conocimiento y comprensión complejos. Escuela abierta, 9, p.181-197
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http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_urbano
http://obeygiant.com/
http://www.banksyfilm.com/
http://www.banksy.co.uk/
http://www.artofthestate.co.uk/
http://www.mrbrainwash.com/home.html
Filmografía (documental):
“Exit throught the gift shop”, 2010, Banksy (Reino Unido-Estados Unidos; Paranoid
Pictures).
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