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Eugène Latapi
(1824 –1868)
Eugène Latapi,
1824 - 1868
En 1854, procedente de Francia, llegó a México a los treinta años de edad Eugène Latapi;
se casó con una mexicana y tuvieron seis hijos, de los cuales descienden 550 Latapi mexicanos.
Durante los catorce años de vida en el país, Eugène estableció o dirigió negocios de
fotografía y de fabricación de vidrio; al mismo tiempo fue testigo de un período de extraordinaria
actividad en el México de esos años. Hay indicios de que pertenció a un grupo de socialistas
radicales a los cuales los gobiernos conservadores amenazaron con expulsar del país; fue
encarcelado y exigió después una indemnización al gobierno de Maximiliano por esa “detención
arbitraria”. Personalidad romántica, culta, sensible y compleja, la biografía de Eugène presenta
más preguntas que respuestas.
Hasta 2000 sus descendientes sabían muy poco sobre él. Varias casualidades detonaron la
investigación que ahora se publica, la cual provocó el extraordinario y feliz reencuentro de los
Latapí de México y Francia. El estudio transcurrió de sorpresa en sorpresa. Tras la publicación de
las dos primeras cartas de Eugène a su padre, se hallaron otras 38 que durmieron durante 150
años en el arcón de una vieja casa familiar en los Pirineos Atlánticos; se abrió así el misterioso
universo de la personalidad de Eugène, con múltiples pistas que llevaron a buscar documentos,
escritos, actas, periódicos y todo tipo de huellas de su existencia en ambos lados del Atlántico.
Reconstrucción de una biografía y de una época, la obra resulta un testimonio excepcional
de la búsqueda de raíces familiares y de fidelidad a valores que persisten, así como un álbum de
recuerdos que recupera la memoria de un pasado que sigue vivo. Es, también, una contribución
historiográfica a la mirada recíproca, y a las sensibilidades francesa y mexicana de mediados del
siglo XIX.
Elaborado por varios de sus descendientes, este libro contó con la colaboración de
investigadores mexicanos y franceses (de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la
Universidad Nacional Autónoma de México, la Association pour la Maison de la Mémoire de l’Emigration
y la Universidad de Pau), interesados en la extraordinaria vida de Eugène.
n N
Eugène Latapi (1824 – 1868)
Edición privada, no comercial.
México, 13 de julio del 2004,
180 aniversario de su natalicio.
Portada: pintura anónima de Eugène Latapi,
facilitada por Roberto Latapí Fox, bisnieto.
Fotografía de Pablo Gómez Gallardo, tataranieto,
Diseño de Juan Latapí Ortega, tataranieto.
Investigación de la familia para la familia,
coordinada por Javier Pérez Siller.
Colaboradores
En Francia:
Anne-Marie Lataste, sobrina tataranieta, transcribió las
cartas, contactó a los descendientes de Maurice Latapi
Rangel, hijo mayor, y realizó investigaciones en los
archivos municipales de Burdeos, Arudy, Izeste y el
Centro de Archivos Diplomáticos de Nantes.
Alain Lataste, sobrino tataranieto político, diseñó los
mapas donde se muestran los viajes de Eugène en
Francia y, junto con su hijo Sylvain Lataste, ayudó en
la reproducción informática de fotos y documentos.
La Association pour la Maison de la Mémoire de l’Emigration
(AMME), de Pau.
En México:
Rosa Isela Elias, Nayeli Cano, Mariel Rodríguez y
Pamela Romero apoyaron la investigación documental.
Los señores Rafael Rodríguez, propietario de la fábrica
Vidrios de Texcoco, y Enrique Alatriste, propietario de la
fábrica de vidrio El Crisol, continuadores de la fábrica
que poseía Eugène, facilitaron información y
documentos muy valiosos.
El Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP),
contribuyó a la coedición del libro y del CD ROM, y el
Archivo del Municipio de Texcoco.
Traducciones de textos franceses:
Eliane Cazanave Tapie y
Juan Latapí Sarre, bisnieto.
Fotografías antiguas:
Álbums de varias familias Latapí
Paulina Latapí Escalante: Mexicana, tataranieta de Eugène.
Historiadora por la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), donde actualmente es profesora de asignatura en el Colegio
de Historia. Ha publicado diversos materiales educativos e
impartido conferencias y talleres sobre difusión y enseñanza de la
Historia. Autora de varios libros de texto de Historia y Formación
Cívica y Ética, realizó la investigación en los archivos mexicanos.
Juan Latapí Sarre: Mexicano, bisnieto. Ingeniero mecánico
electricista por la UNAM, especializado en siderurgia y fundición.
Autor de diversos artículos, conferencias y del libro Compendio de
términos siderúrgicos (tres ediciones). Organizó y dirigió varias
empresas en México y Colombia. Ha sido presidente de la Sociedad
Mexicana de Fundidores, del Instituto Mexicano del Hierro y el
Acero, y de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el
Acero. Estableció el primer contacto con los parientes franceses
en el año 2001.
Pablo Latapí Sarre: Mexicano, bisnieto. Por más de 40 años ha
sido investigador de las políticas educativas de México y otros
países; autor de más de treinta libros, un centenar de artículos
especializados y numerosos artículos de divulgación. Es
investigador nacional emérito del Sistema Nacional de
Investigadores, trabaja en el Centro de Estudios sobre la
Universidad, UNAM. Recibió el Premio Nacional de Filosofía,
Historia y Ciencias Sociales y recientemente la Medalla Comenius
de la UNESCO.
Anne-Marie Lataste. Francesa: tataranieta de Joseph Latapi,
hermano de Eugène. Consejera en Economía Social y Familiar,
actualmente presta sus servicios de acción social en la Caja de
Ayuda Familiar de Pau. Ha hecho importantes investigaciones
sobre Eugène y la familia en diferentes lugares de Francia y ha
obtenido informaciones, documentos y fotografías de los
antepasados de la Familia Latapí.
Michel Papy: Francés, doctor en historia, especialista en la historia
de la región de los Pirineos Atlánticos, maestro honorario de
Historia en la Universidad de Pau, fundador y presidente de la
Association pour la Maison de la Mémoire de l’Emigration, de Pau.
Javier Pérez Siller: Mexicano, sociólogo por la UNAM, doctor en
historia por la Universidad de Paris I, es autor de varios artículos
y libros sobre el porfiriato y la presencia francesa en México. Ha
dado clases en universidades mexicanas y francesas. Trabaja en el
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, donde
coordina el proyecto México-Francia: memoria de una sensibilidad común,
siglos XIX-XX y es miembro del Sistema Nacional de Investigaodres
Jeanne Soust: Francesa, maestra de escuela, fue encargada de
cursos de Paleografía en los Archivos Departamentales de los
Pirineos Atlánticos. Miembro fundador de la Association pour la
Maison de la Mémoire de l’Emigration, de Pau.
Eugène Latapi
Ariane Bruneton-Governatori: Francesa, doctora en Etnología,
estudiosa de la correspondencia privada de emigrantes hacia las
Américas. Ha sido encargada de cursos en la Universidad de Pau,
animadora y fundadora de la Association pour la Maison de la Mémoire
de l’Emigration, de Pau.
(1824 –1868)
Autores
Lomo
EugèneLatapi
(1824 –1868)
Coedición privada
Familia Latapí
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades
A. Juan de Palafox y Mendoza 208
72000 Puebla, Pue.
Eugène Latapi:1824 - 1868
1. México, Francia, Primera mitad del siglo XIX, Emigración francesa a México
2. Biografía, Historia de familia, correspondencia privada
3. Fotografía, Industria del vidrio, álbum de familia
ISBN: 968-863-761-0
D.R. © Paulina Latapí Escalante
Picacho 258
Jardines del Pedregal
C.P.
México, D.F.
Impreso y hecho en México
Imprimée et fait au Mexique
ÍNDICE
Introducción...............................................................................................................................................1-8
I.-
Una época clave de la historia: 1848-1870
Javier Pérez
Siller.................................................................................................................................................9-47
II.- Itinerario de Eugène
Pablo Latapí Sarre y Paulina Latapí Escalante..............................................................................49-90
III.- Entorno sociofamiliar de un emigrante: 1820-1860
Michel Papy..................................................................................................................................91-128
IV.- Carta al señor Latapi
Ariane Bruneton-Governatori......................................................................................................129-142
V.-
Cartas y palabras: los rostros de Eugène
Jeanne Soust................................................................................................................................143-164
VI.- La viuda y los hijos
Juan Latapí Sarre.......................................................................................................................165-194
VII.- Reencuentro familiar y nuevo árbol genealógico
México Juan Latapí Sarre
Francia Anne-Marie Lataste....................................................................................................195-212
De la biografía a la historia de familia
Javier Pérez Siller.......................................................................................................................213-220
Anexos:
Cronologías: Historia de Francia, vida de Eugène, Historia de México..........................223-240
Fuentes consultadas................................................................................................................241-248
Indice de ilustraciones y documentos..................................................................................249-252
Reencuentro familiar y nuevo árbol
l
Introducción
Entre memoria e historia:
circunstancias, azar y coup de chance
Introducción
l
L
Introducción
L
a primera memoria colectiva que
los individuos encuentran es la de
su familia biológica o adquirida.
Esta se apoya en sentimientos, a
la vez precisos y sutiles, de parentesco y
complicidad que nacen en la convivencia y que
se explican por ella. Cada familia tiene una
historia singular marcada por los relatos y las
narraciones de la vida de sus miembros, por los
eventos y acontecimientos, por sus tradiciones
y costumbres, por un sistema de valores,
principios, creencias y prácticas compartidos.
Conjunto que se transmite y reproduce de
generación en generación por vía oral —de
padres a hijos—, pero también por escritos
(actas notariales, cartas, felicitaciones, diarios),
por imágenes (fotos, pinturas, vídeos, tarjetas
postales, dibujos), por lugares (casa familiar,
casa de campo, negocio, cementerio, barrio,
ciudad de origen, país natal), por ceremonias,
encuentros y rituales (bautizos, comuniones,
bodas,
aniversarios,
celebraciones,
convivencias, defunciones...).
Dado que la memoria familiar integra y
articula los sucesos de sus miembros, tiene un
carácter transversal; atraviesa distintas
categorías sociales, profesionales y
generacionales. Además, tiene la cualidad de
extenderse a diferentes territorios, reales o
imaginarios. Hay familias cuyas redes de
parentesco o amistad trascienden el barrio,
sobrepasan la ciudad, alcanzan varios
continentes: el tío que vive en otro pueblo, la
prima que se fue de viaje a Europa, los amigos
extranjeros... La memoria registra, integra, busca
articular. Aun cuando alguno de sus miembros
se mantenga lejos o tome distancia, ella termina
por hacer más cercanos los lugares, más
accesibles y aceptables los miembros alejados,
los transforma en sitios familiares, personajes
recordados.
Memoria e identidad familiar van de la mano.
Una refuerza la otra y ambas cohesionan cada
miembro al conjunto; a cada uno le da
seguridad para enfrentar los desafíos que la
sociedad le presenta y al mismo tiempo le ofrece
material para alimentar la construcción de su
memoria individual. La memoria familiar es, sin
embargo, cambiante. En realidad cambia con
Introducción
l
los nuevos acontecimientos que cada miembro
aporta y con la manera particular de
transmitirlos. Se enriquece con eventos que se
consideran importantes, dignos de ser
recordados y que por diversas vías y variados
mecanismos se integran. Sin embargo, no todo
es bienvenido en la memoria: hay eventos que
se reservan, de “triste memoria”...
Existe un proceso complejo, estricto, pero a
la vez flexible y lúdico, de selección y
clasificación de los acontecimientos y sucesos
que deben ser incluidos. En él intervienen las
personas que ocupan un rango importante en
la jerarquía de la propia familia: patriarcas y
personalidades; los viejos, los mayores; aquellos
que alcanzaron un prestigio moral, cultural,
espiritual, económico; los que lograron un éxito
social; los que tienen virtudes como la simpatía
o la entrega; así como los que han buscado abrir
caminos propios que se alejan de lo usual o
conocido y, de cierto modo, se les considera
fuera de las normas familiares. Muy a menudo,
los actos de esos “anti-héroes” resultan
espectaculares, seductores y se convierten en
elementos activos en la reconstrucción de la
memoria familiar, en la afirmación de sus
modelos. Se transforman en “los inolvidables”
y sus actos se vuelven memorables o
innombrables. En toda familia existe la memoria
“oficial” y la que “todos saben”... el tiempo, no
obstante, hace su trabajo y permite que ambas
memorias se reacomoden según los momentos
y exigencias que vive la familia.
Historia de una carta: las vías de la memoria
La historia de vida de Eugène Latapi pertenece
al género de “anti-héroe” y en su época y país
natal fue archivada en un arcón donde durmió
por más de siglo y medio. El azar y las
circunstancias, sazonados por lo que algunos
llaman suerte, han querido que esta historia
salga a la luz y alcance un brillo no imaginado.
Nuestro personaje se ha convertido en el
provocador de procesos venturosos para toda
la familia y para el lector de este libro. El
primero: favoreció el afortunado encuentro
entre dos ramas de la familia, francesa y
mexicana, que se ignoraban ¡desde hace ciento
cincuenta años! Y cuya descendencia, hoy
numerosa, descubrió con sorpresa raíces y
parientes en ambos lados del Atlántico.
Y todo ello sucedió al tratar de dar respuesta
a las múltiples incógnitas que Eugène dejó
escritas en sus cartas a su padre Jacques. El
trabajo de reconstrucción de la historia de su
vida está generando otro proceso extraordinario:
la reconstrucción y reacomodo de la memoria
familiar; al reinventar los cimientos de las raíces
familiares, ¿quiénes fueron los ancestros?, al
revelar partes de la historia del primer Latapi
que llegó a México; los procesos de
identificación con tal o cual aspecto de la vida
del ancestro Eugène —que resulta nuevo para
la memoria ya constituida de sus
descendientes— crea nuevas filiaciones, al
mismo tiempo que cuestiona los modelos
establecidos y provoca reflexiones.
Este libro da testimonio de esos procesos.
En el principio fue la suerte. En la primavera
del año 2001 una copia de dos cartas de Eugène
fue transmitida a Paulina Latapi Escalante y
leída en una reunión de los Latapí Sarre. Las
cartas revelaron aspectos desconocidos e
inquietantes sobre un ancestro del que se sabía
poco y que se estaba redescubriendo.1 Algunos
meses antes Pablo Latapí Sarre recibió copias
de los informes del embajador francés, Alexis
de Gabriac, donde se menciona un Latapi,
Pablo Latapí Sarre escribió un interesante relato, “El redescubrimiento de Eugenio Latapi Loustaunau”,
que da luz y testimonio de cómo vivió ese momento.
1
L 4
Introducción
presuntamente involucrado con un grupo de
socialistas franceses que apoyaban a los liberales
mexicanos. Ese grupo estaba a punto de ser
expulsado del país o detenido. La carta
corroboraba el encarcelamiento y revelaba la
relación con Juanita y el nacimiento de su
primer hijo, Maurice... Los dos documentos se
completaban y dieron fascinantes pistas sobre
las probables actividades de Eugène en México:
la fotografía, la fábrica de vidrio, la relación con
su padre, la fundación de su familia en Texcoco.
Explotaron así numerosas hipótesis e inició una
formidable aventura de investigación.
años más tarde los legó a su primera hija, Anne
Léonie. Ella los guardó celosamente en un arcón
de la casa familiar de Arudy, Vignalet, donde
pasaron rudos inviernos. Hasta que al leerlos
su nieta Jeanne —verdadera gouvernante de la
casa, hija de Arnaud— escogió las cartas que
consideró darían la clave para “encontrar a
Eugène”, las trascribió y las entregó a cada uno
de sus hijos: Marie, Edmond y Géneviève. Las
aventuras de Eugène empezaron a ser
conocidas; cuentan que en los años 1970 ya se
escuchaba en los cafés de Pau el contenido
épico y romanesco de su primera carta.2 Pero
nada de eso se sabía en México.
Creación de un entusiasta equipo
¿Quién había dado en Francia las copias de las
cartas a Javier Pérez Siller?, ¿quién las transmitió
a Arian Bruneton-Governatori en Pau? La
respuesta fue rápida y la sorpresa que recibió
Juan Latapí Sarre, en julio del 2001, fue del
tamaño del océano: Anne Marie Lataste había
dado la copia a Ariane quien la transmitió a
Javier. Pero se trataba de una descendiente
directa del hermano de Eugène; ¡una sobrina
lejana!
Lo significativo del hecho es identificar los
caminos misteriosos a través de los cuales se
filtra la memoria familiar... Eugène mantuvo
una correspondencia epistolar con su padre que
duró casi veinte años, de 1850 hasta el
fallecimiento de Jacques. La tradición en el Valle
de Ossau, región natal de los Latapi, mantiene
los derechos de primogenitura, por ello los
papeles de familia, incluidas las cartas, fueron
entregados a su hermano mayor, Joseph, quien
Mientras tanto, en los años 1990 un grupo
de académicos ligados a la Universidad de Pau
y al Archivo del Departamento de los Pirineos
Atlánticos (antes Bajos Pirineos), inició un
proyecto de investigación inspirado en el trabajo
realizado por la Association Mémoire Collective en
Béarn.3 Se trataba de recuperar la memoria de
los emigrantes berneses hacia América y,
aprovechando la derrama de recursos para
festejar los “500 años del Descubrimiento de
América”, emprendieron una colecta de papeles
de familia de los emigrantes. En 1992
publicaron sus primeros resultados: un boletín
con testimonios orales y correspondencia,
donde se incluyen las cartas de Eugène.4 Pero
nada de esto llegó a México...
¿Qué fue lo que unió el azar y las
circunstancias para activar el proceso de
búsqueda y reconocimiento? Desde 1997 un
grupo de historiadores mexicanos se propuso
investigar los problemas que plantea la presencia
Entrevistas con Edmond Labedan, Anne-Marie y Alain Lataste, Pau, 24 de nov. del 2001, y con Marie
Piussant, París, 30 de nov. 2001.
3
Ver: A. Bruneton-Governatori y A. Blázquez, “La voz de la emigración bernesa hacia América latina a
través de la correspondencia (siglos XIX y XX)”, en Memorias del Encuentro Internacional Miradas cruzadas: EuropaAmérica latina al alba del tercer milenio, Perú, San Marcos, 2001, pp.471-483.
4
Du Béarn aux Amériques ! Histoire d’émigrants, Bulletin N° 7 de l’Association Mémoire Collective en Béarn,
1992, p. 175-178.
2
Introducción
5
l
de franceses en México; las alteraciones que
viven los inmigrantes y la sociedad de recepción,
vistos como procesos de construcción de
sensibilidades.5 Ellos realizan trabajos a nivel
nacional, pero también local, grupal y, desde
hace poco, biográfico. En el año 2000, Javier,
uno de sus miembros, después de asistir al
Coloquio Internacional sobre la emigración
bernesa hacia América,6 donde Ariane le dio las
cartas, continuó sus pesquisas en Barcelonnette
—”capital” del antiguo departamento de Bajos
Alpes (hoy Alpes de la Alta Provenza)— lugar
de origen de numerosos inmigrantes que
llegaron a México en el siglo XIX. Al entrevistar
a la descendiente de Aimé Gassier, financiero
que vivió en México entre 1850 y 1867, tomó
algunas diapositivas de sus retratos. Y al llegar
a México se percató que una de ellas tenía una
mancha en la esquina inferior izquierda. Al
acercarse a la pantalla leyó con verdadera
sorpresa: “Latapi y Martel, México, 2a calle de
Plateros N° 2”. No podía creerlo: ¡se trataba
del autor de las cartas!
El terreno estaba ya muy abonado: Paulina,
Pablo, Juan y Anne Marie, unidos en la
fascinación por descubrir sus raíces, habían
iniciado el viaje hacia el pasado, buscando
indicios, huellas, documentos. Mientras que los
universitarios: Ariane, Michel Papy, Jeanne
Soust y Javier no podían más que sumarse;
saludar la búsqueda, gozar de cada
descubrimiento, aprender de un proceso inédito
y aportar sus métodos, conocimientos y
experiencias en el estudio del tema. Se creó así
un entusiasta equipo de trabajo.
¿Investigación globalizada?
La nueva tecnología de la comunicación, la
Internet, fue el recurso que aceleró el encuentro
entre las familias y facilitó la investigación en
ambos lados del Atlántico. Mientras Anne Marie
buscaba incansable otras huellas en Francia y
transcribía perseverante documentos y cartas,
los mexicanos descubrían que aún existía la
fábrica de vidrio y que Eugène figuraba, belle et
bien, entre los pioneros de la fotografía...
No es el propósito detenernos en la historia
de la investigación, pero sí enumerar sus
momentos estelares. El primero fue la noticia
del hallazgo de otras 38 cartas de Eugène a su
padre y hermano, guardadas en el arcón de
Vignalet que Marie, bisnieta primogénita de
Anne Léonie y actual propietaria de la casa
familiar, generosamente acordó dar a su
hermano Edmond para que las transmitiera a
los cousins mexicains. La segunda se derivó de la
visita a la fábrica de vidrio de Texcoco, donde
se consultaron las actas constitutivas y se
permitió digitalizar el libro copiador de cartas
del albacea de la Testamentaría de Eugène
Latapi, ¡una verdadera mina!. En fin, otro golpe
de suerte: Anne Marie logró establecer contacto,
telefónico primero, luego en entrevista, con los
descendientes de Maurice Latapi Rangel, ¡el hijo
primogénito de Eugène!
Los hallazgos se sucedieron uno tras otro
sorprendiendo cada vez a los miembros del
improvisado equipo. Después de tres años de
búsqueda en diferentes archivos franceses y
Bajo el mismo título: México Francia: memoria de una sensibilidad común, siglos XIX-XX se editó el primer volumen
en 1998, y, recientemente, salió su segundo libro, 2004.
6
Se trata del Coloquio Internacional sobre la migración bernesa en América, celebrado en la Universidad de Pau, del
29 al 31 de mayo del 2000.
5
L 6
Introducción
mexicanos, donde se encontraron huellas que
revelaron aspectos de la compleja personalidad
de Eugène, se articuló este libro. El lector
atento encontrará algunas repeticiones sobre
pasajes de la vida de nuestro personaje,
necesarias para capítulos redactados por
diferentes personas, así como el uso de criterios
sobre la ortografía de algunos nombres —Latapí
para la familia mexicana, Latapi, sin acento, para
la francesa, no hispanizar los nombres propios,
ni de lugares franceses— para guardar cierta
homogeneidad. También advertimos que las
cartas se citan en varias ocasiones y que su
catalogación no se encuentra en el libro, pero
las hemos incluido en un CD ROM junto a las
cartas del Albacea y todas las fotos de familia.
Para alegría de los lectores, el libro cuenta
con tres discursos que se complementan y
muestran aspectos diferentes de la vida de
Eugène: el de los capítulos, descriptivo y
analítico; el de las imágenes, que tiene una
riqueza exepcional; y el de los pies de
ilustraciones, donde se profundiza la
información sobre aspectos particulares. La
iconografía merece una explicación detallada.
Fruto de una minuciosa búsqueda, integra
litografías, documentos, periódicos, cartas de
Eugène y, sobre todo, una colección excepcional
de fotos que dan cuenta de las dos generaciones,
mexicana y francesa, de la familia de Eugène,
de la Odysée Latapi 2001 y de la convención del
2004 de sus descendientes. El conjunto
representa un verdadero álbum de familia. El
libro incluye, además, tres cronologías en anexo
que permiten ubicar la vida de Eugène en el
flujo de las historias de Francia y México.
¿Semblanza?, ¿biografía?, ¿historia de vida?
Los siete capítulos son piezas de un
rompecabezas y cada uno ofrece elementos para
ubicar y comprender al personaje. El primero
da una visión global del periodo que vivió
Eugène, 1824 a 1870, durante el cual se
resuelve la confrontación secular entre dos
proyectos políticos: el monárquico y el
republicano, y con la Intervención y el Imperio
de Maximiliano se unen los destinos de México
y Francia. Sitúa al lector en lo que era el México
de esa época, la importancia numérica de la
“colonia francesa”, los sectores donde habían
alcanzado influencia y las densas vicisitudes
políticas y militares que pasó el país. ¿De qué
manera influyó ese contexto en los derroteros y
planes de Eugène?
Fruto de los empeños de Pablo y Paulina, el
capítulo dos ofrece respuestas a esa pregunta.
Sigue el itinerario de Eugène desde su infancia
hasta la vida en México, pasando por los viajes
de negocios a la Guadeloupe y su búsqueda
personal en Francia. Detalla, además, las
actividades pioneras en la fotografía, así como
la dirección y compra de la fábrica de vidrio de
Texcoco y sus proyectos empresariales. Y
considera su posible pertenencia, aún no
probada, a un grupo de socialistas franceses que
ayudaron a los liberales mexicanos. En fin,
examina aspectos clave de su conducta: la
relación con su padre, el peso de una deuda
permanente y sus responsabilidades como jefe
de una familia que abandona con frecuencia.
El capítulo da luz sobre la naturaleza de Eugène
y deja incógnitas abiertas para futuras
investigaciones.
¿Cuál fue su vida antes de llegar a México?
El tercer capítulo, escrito por Michel Papy, es
una pieza de historia regional que nos adentra
en el fascinante mundo del Valle de Ossau, en
la vida de los pueblos de Izeste, donde nació
Eugène, y de Arudy, donde trabajó su padre,
así como en las causas de la migración hacia
América. Examina el oficio de greffier —que
ejercieron el abuelo, el padre, el hermano y el
sobrino—, así como las tensiones creadas por
la industrialización, las formas de propiedad de
la tierra y de transmisión de la herencia. Un
medio geográfico, histórico, social y jurídico que
Introducción
7
l
nos ayuda a comprender la cultura y los valores
que pesaron en el proyecto de vida del joven
bernés y que lo empujaron al “auto exilio” e
influyeron, sin duda, en la construcción de su
vida en México.
En el cuarto capítulo, Ariane se esfuerza por
ubicar a Eugène al interior del conjunto de
emigrantes berneses hacia América. Compara
el estilo y contenido de sus cartas con las de
sus paisanos. Le reprocha no ser como los otros
y nos descubre la elegancia de estilo en su
escritura, la singularidad de los temas, tan ajenos
a los relatos sobre el tiempo, el espacio, la
comida o la salud tan frecuentes entres los
emigrantes. Lo califica de viajero de negocios
que conoce el medio y domina las circunstancias
e insiste sobre la compleja relación que mantuvo
con su padre. Un esfuerzo por clasificar la
correspondencia de Eugène que nos acerca a
su singularidad.
El quinto capítulo llega más lejos. Jeanne
Soust dibuja una semblanza del temperamento
y la personalidad de Eugène a través del análisis
de los cambios de grafía en la correspondencia
con su padre. Revela un Eugène minucioso,
respetuoso, con principios fir mes y una
actividad sostenida; una mente clara, precisa y
metódica; un equilibro armónico entre el ideal
y lo instintivo. Destaca la firmeza de carácter y
el buen humor. Y logra identificar los ritmos en
los cambios de su personalidad que confronta
con los acontecimientos que vive. Rasgos que
contrastan con el ideal proyectado por Eugène
cuando se presenta como “héroe romántico,
sensible, exaltado, atento al honor y a sus
deberes hacia Juanita”.
La vida de Juanita y sus hijos después de la
muerte de Eugène es el tema del capítulo seis.
Basado en el copiador de cartas del albacea que
cubre de 1868 a 1875, Juan reconstruye lo que
pasó con los hijos mayores, Maurice y Juan, que
Eugène había llevado a París: su regreso a
L 8
Introducción
México, la sorprendente herencia que legó
Madame Boudet a Maurice, y nos avanza una
noticia sobre los cuatro hijos restantes. Revela,
además, la génesis de la fábrica de vidrio, su
funcionamiento y el proceso de liquidación, así
como los personajes que estuvieron
relacionados con el negocio. Evoca así las
vicisitudes que enfrentó una joven viuda para
sacar adelante a su familia.
El relato del encuentro y la reconstrucción
del nuevo árbol genealógico, escrito por el
inagotable Juan es el último capítulo. Donde
nos invita a vivir, momento a momento, las
sorpresas de cada descubrimiento y del
acercamiento entre las dos familias, pasando por
la recepción oficial en la Municipalidad de
Oloron, la gran reunión Odisée Latapi 2001, en
Lasseube, que culminó con la entrega de las
cartas originales de Eugène. Y concluye con un
resumen del número de parientes que se
conocieron con esta investigación.
El conjunto del libro presenta una historia
con múltiples aristas que no logra ser una
biografía —trabajo por hacer—, pero al integrar
las informaciones sobre el contexto y la vida
de Eugène y descubrir sus raíces en Francia y
México, cumple el propósito de nutrir la
memoria familiar. Destinado a la familia, los
especialistas podrán seguir un proceso de
escritura del pasado, una forma de autoexamen
y reconstrucción de la memoria, escrito y
animado por los propios familiares. Método
novedoso cuyos éxitos y defectos serán juzgados
por los lectores.
Javier Pérez Siller
San Bartolo Ameyalco, agosto del 2004
I. Una época clave de la historia: 1848-1868
Javier Pérez Siller
Una época clave en la historia
l
z El 12 de junio de 1864, en medio de muestras de algarabía y fiesta, llegaron los emperadores
Maximiliano y Carlota a la ciudad de México. Las principales calles por donde pasaron engalanaron
sus balcones y levantaron arcos triunfales. Uno de ellos se encontraba en la esquina de Plateros y
Alcaicería. Era el arco de los Potosinos, hecho de follaje, con trofeos en las pilastras y la estatua de
San Luis rey de Francia por remate. Eugène tenía casi diez años de estancia en el país y había visto
cinco cambios de régimen, ¿qué actitud tendría ante ese espectáculo que pasaba frente a su casa?
L
Javier Pérez Siller
E
l contexto en ambos países
El periodo que va de 1848 a 1868 es una
época clave de la historia: se define el futuro
del modelo de régimen —monarquista o
republicano— que dividió la escena política
de Occidente durante el siglo XIX. Francia
transita de la Segunda República al Segundo
Imperio, y de éste a la Tercera República.
Mientras que en México, guardando las
diferencias, sucede algo similar. Las historias
de los dos países corren paralelas hacia ese
proceso de maduración política y quedan
unidas por la fracasada intervención francesa
1
en México. En la lucha por dar forma a esas
direcciones, sus pueblos comparten, sin
embargo, sensibilidades políticas comunes y
1
afirman modelos culturales semejantes.
Ambas sociedades van hacia el progreso y
procuran alcanzar un estadio superior de
“civilización”.
La revolución de 1848, “la primavera de
los pueblos”, se expandió por Europa. Con
ella llega a su fin la época que inició con la
Restauración y el tratado de Viena, 1815 —
que suprimió las conquistas de la Revolución
francesa—, y se abre un periodo donde las
luchas sociales y políticas buscan más igualdad
y mejores condiciones de vida. Como
trasfondo las revoluciones materiales: en la
industria, los ferrocarriles y los bancos. Y la
expansión de las potencias. En ese 48 inicia en
Francia la segunda República, cuyo presidente
electo fue Luis Napoleón Bonaparte. Al fin
Los franceses prefieren calificarla de “Expedición”.
Una época clave en la historia
l
de su mandato, Bonaparte exige continuar en
el poder; como no lo logra da un golpe de
estado, el famoso 2 de diciembre de 1852;
instaura el régimen Imperial que le confiere el
título de Napoleón III (calificado por Víctor
Hugo como Napoleón “el pequeño”), con un
régimen monárquico y hereditario; aplica una
política represiva al interior —que provoca
el destierro y exilio de miles de republicanos,
anarquistas y comunistas—, fomenta el
desarrollo económico y la modernización del
país, y aplica un expansionismo —para
recuperar el poder que tenía antes de la
Restauración— que se tradujo en guerras de
conquista o intervenciones políticas en los
2
cinco continentes. Con una economía
floreciente, hacia 1865 el Imperio se torna
“liberal”, más flexible frente a la presión de
republicanos y socialistas, pero sucumbe ante
la guerra contra los prusianos. Instaurada el 4
de septiembre de 1870, la Tercera República
francesa tardará algunos años en consolidarse
y durará hasta 1940.
Mientras tanto, en el Nuevo Mundo la
expansión viene del norte. La separación de
Texas, 1836, la invasión de México por
Estados Unidos, con la guerra y la pérdida de
la mitad de su territorio, 1847-1848, dejó muy
debilitado al gobierno centralista. La pujanza
de los conservadores que veían en la
monarquía y la tutela europea la única vía para
gobernar el país y frenar la expansión
norteamericana, ganan terreno. En 1849, éstos
obtienen la mayoría en las Cámaras y
conquistan el Ayuntamiento de la ciudad de
México. Ya consolidados, aprovechan un
2
pronunciamiento en Guadalajara, septiembre
de 1852, para exigir el cambio de gobierno y
de Constitución. Así, una vez más, el general
Antonio López de Santa Anna regresa al
poder en abril de 1853, establece una
dictadura, con un gobierno dirigido por Lucas
Alamán, líder del partido conservador, y
aplica una política represiva —lleva al exilio a
numerosos liberales— e instaura un remedo
de “monarquía” que confiere a Santa Anna el
título de “Su Alteza Serenísima”. A la muerte
del ilustre Alamán, la dictadura se torna
militar. En respuesta, a principios de 1854, los
liberales proclaman el Plan de Ayutla, al que
se adhieren numerosos gobernadores, y
logran derribar la dictadura en agosto de 1855.
Con el triunfo de la Revolución de Ayutla
se cierra un ciclo de la historia mexicana:
termina el orden establecido desde la entrada
del Ejército Trigarante a la ciudad de México,
el 27 de septiembre de 1821; la generación
que luchó por la Independencia se va; queda
la vía libre para las nuevas generaciones de
conservadores, ahora fervientes monarquistas,
y de liberales, republicanos convencidos. Así,
el periodo que se abre de 1854 a 1867, se
caracteriza por una intensa lucha para enraizar
un modelo social y político —inspirado en la
historia francesa y norteamericana—,
construir en el interior una autoridad
reconocida en todo el país y conquistar en el
exterior el respeto a la soberanía nacional.
Este proceso tiene tres fases: la Reforma
1855 a 1857, donde se aplican leyes dirigidas
a secularizar la vida social, se llama a un
constituyente y termina con el establecimiento
En Europa: Crimea, 1854-56; Italia, 1859; Polonia, 1866; Alemania, 1866 y España, 1869. En África:
Argelia, 1857; Senegal, 1862, Obok, 1862; y el Canal de Suez, 1869. En Oriente: China 1857-1860, Saigón,
1862; Camboya, 1863; y la Conchinchina, 1867. En el Pacífico, Nueva Caledonia, 1853. Y en América:
apoya financieramente a los Confederados del sur, e interviene militarmente en México, 1861-1867.
L 12 Javier Pérez Siller
Vista aérea del puerto de Veracruz. Desde el Virreinato, el puerto de Veracruz fue la puerta de entrada. Trescientos años
mantuvo el monopolio del comercio, por lo que se construyó como ciudad amurallada. En el siglo XIX mantuvo su
preponderancia y siguió siendo el lugar donde llegaban los emigrantes.
de una nueva Constitución: liberal,
republicana y federalista. La guerra de tres
años, 1858-1861, que inicia con la reacción
militar de los clericales contra la Constitución,
se enfrentan dos gobiernos y termina con el
triunfo de los juaristas y la separación de la
Iglesia y el Estado. Y la tercera etapa, 18611867, donde conservadores y clericales
favorecen la intervención francesa y la
instalación del efímero Segundo Imperio
contra el cual lucharán, con apoyo de los
Estados Unidos, los republicanos. Este
momento ter mina en drama, con el
fusilamiento de Maximiliano en el Cerro de
las Campanas; en algarabía, con la entrada
triunfal de Juárez a la ciudad de México, el 17
de julio de 1867; en restauración, con el
restablecimiento del gobierno y de las
instituciones republicanas; y en
reconocimiento externo a la soberanía
nacional. Momento que los mexicanos de la
época no dudaron en calificar de “Segunda
Independencia”.
La vida de Eugène Latapi en México,
1854-1868, coincide con ese torbellino cuyo
vértice y vórtice se dio sin lugar a dudas en la
ciudad de México, y sus alrededores, lugares
donde se instaló nuestro personaje.
I.-Viaje de Veracruz a México.
¿Qué podría percibir un emigrante francés que
llegaba a México a fines de 1854?, ¿cómo era
la vida entonces? Embarcado en el Havre,
Eugène llegó a Veracruz entre la numerosa
tripulación del vapor Léontine a fines de
noviembre. Al acercarse a las costas del Golfo,
como todos los viajeros de su época, se
levantó de madrugada para ver con asombro
el magnífico Pico de Orizaba, llamado por
los nativos Citlaltépet, más alto que cualquiera
de las montañas de su querido valle de Ossau
o del famoso Mont Blanc. Pocas horas más
tarde, entre el revoloteo de los pelícanos, notó
la pequeña isla de Sacrificio y más adelante el
sólido fuerte de San Juan de Ulúa, justo frente
Una época clave en la historia
13
l
a los embarcaderos de Veracruz. A lo lejos,
percibió una línea recta del muro de la ciudad
por encima de la orilla del agua, y visibles sobre
ésta, los tejados planos de las casas, las torres
y cúpulas de muchas iglesias. “Todo de piedra
gris, sólo resaltaban las losas de colores
españolas en los techos de las iglesias, y una o
dos banderas en el puerto. No se veía ni un
3
fragmento de vegetación”.
Una chalupa lo transportó al muelle y, junto
a otros tripulantes desembarcó entre
numerosos bultos. Caminó entre una multitud
de cargadores descalzos, vestidos con
pantalón blanco de manta y el dorso cubierto
con un cuero de borrego, que llevaban en sus
espaldas pesadas pacas de algodón y, rápida
y silenciosamente, las depositaban en largas
filas frente a la aduana. Todo era calma y
algarabía, novedad y déjà vu por su experiencia
en la Guadeloupe. La majestuosidad del
puerto le impresionó. Como impresionó a su
compatriota Ernest de Vigneaux, quien en su
relato Viaje a México describe así la sorpresa:
Veracruz se ha desarrollado poco, pero reina en
ella cierto aire de opulencia que contrasta singularmente
con su poca animación. Sus casas son grandes,
elegantes, bien alineadas; hay algunas muy ricamente
ornamentadas, balcones cubiertos de ligeras galerías
cimbradas y sostenidas por graciosas columnitas,
gárgolas gigantescas y curiosamente trabajadas. Sus
calles son anchas y bien empedradas, generalmente
flanqueadas de portales. El cuidado de su limpieza
que no deja nada que desear, está sometido a esos buitres
negros y zancudos llamados zopilotes […] Por las
noches se posan en las cornisas de los edificios de la
3
manera más singular del mundo. Desde las ventanas
de la fonda nos complacíamos todas las tardes en verlos
colocarse sobre la cúspide de la catedral y en la torre
del palacio del gobernador, dos viejos edificios de
fisonomía morisca, situados en la plaza mayor.
La plaza del muelle no es fea; sobre todo está muy
animada, siendo la puerta que abre sobre el muelle la
única comunicación con la rada. Este monumento,
visto desde el mar, produce cierto efecto en medio de la
aduana y la tesorería; parece una especie de arco
triunfal, cuyo pórtico principal está flanqueado por
cuatro puertas bajas, rectangulares, coronadas de
escudos o bajorrelieves, y separadas por pilastras que
sostienen el entablamento. Enfrente está la fonda de
San Carlos o Gran Sociedad, la principal después de
4
la fonda de las Diligencias.
Veracruz, fundada en la región donde Hernán
Cortés desembarcó, fue el puerto que guardó
el monopolio del comercio con España. Y
durante la primera mitad del siglo XIX todavía
concentraba cuatro quintas partes del
intercambio mercantil. Por su importancia
estratégica estaba rodeada por una muralla.
Las defensas, como las murallas, los
monumentos y la mayor parte de las casas,
fueron hechas con piedra madrepórica,
llamada de múcara, que existía en las cercanías.
Solamente la cortina de San Fernando que se
levanta frente a la ciudad para su protección,
cuenta de Vigneaux, “es de piedra dura traída
de España poco a poco, según se dice, en la
época de la construcción del fuerte, por los
barcos de comercio, a los cuales imponía el
5
gobierno este gravamen a título de lastre”.
El fuerte de San Juan de Ulúa, completa la
E. Burnet Tylor, “Anáhuac o México y los mexicanos, antiguos y modernos”, en Cien viajeros en Veracruz.
Crónicas y relatos, T.VI, 1856-1874, Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz, 1992, p. 13.
4
E. de Vigneaux, “Viaje a México”, en Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos, T.V, 1836-1854, Veracruz,
Gobierno del Estado de Veracruz, 1992, p.319-322.
5
E. de Vigneaux, Op. cit., p. 232.
L 14 Javier Pérez Siller
Una de las primeras vistas aéreas de la ciudad de México, tomada desde un globo en 1855. Dibujo editado en el taller del
famoso litógrafo Joseph Decaen. La ciudad contaba apenas con 200 000 habitantes, se dividía en cuarteles y el clima político
era muy activo; los liberales iniciaban la discusión para crear las leyes de Reforma.
vigilancia y es la llave del puerto, como éste
fue la llave de todo el país.
Su población, numerosa a fines del siglo
XVIII, se había reducido a la mitad, “menos de
6
diez mil almas”. Radicaban muchos
comerciantes extranjeros, en su mayoría
españoles, franceses e ingleses, numerosos
corredores de bolsa, propietarios, y algunos
hacendados o dueños de fábricas de textiles.
Si bien era necesario arreglar sus asuntos en el
puerto, el clima tropical invitaba a los
extranjeros y gente adinerada a radicar una
temporada del año en ciudades cercanas. Por
su contacto con el exterior, los veracruzanos
tenían el privilegio de enterarse de las noticias
y adelantos antes que el resto del país. Muchos
de ellos se inclinaban por el liberalismo y
mantuvieron una participación activa y
determinante en la política nacional: Santa
Anna, Lerdo de Tejada y Payno fueron algunos
ejemplos.
Como todos los turistas, Eugène se dirigió
a la Casa de las Diligencias para pasar la noche.
Era “un verdadero palacio”, con un patio en
medio rodeado por un andén con columnas
de mármol. Desde ahí partían los carruajes
6
Según Juan N. Almonte en 1852, Veracruz tenía 8 228 habitantes, mientras que Antonio García Cubas, la
calcula en 9 647 para 1856. Ver: INEGI, Estadísticas históricas de México, México, inah, 1986, T.1, p. 31.
Una época clave en la historia
15
l
hacia la ciudad de México. “Sus aposentos,
están bien pavimentados y muy altos —
comenta de Vigneaux—, viéndose en todo
una limpieza admirable”. Este viajero,
aristócrata bordelés, había sido secretario del
famoso y desgraciado conde Gastón Rousset
de Boulbon, quien al frente de doscientos
mercenarios intentó varias veces apoderarse
de Guaymas y proclamar la República de
Sonora, pero fue derrotado y fusilado, ese
mismo año de 1854, por el general José María
Yánez. Una historia más de filibusteros e
invasores que seguramente se comentaba con
lujo de detalles en ese tiempo entre los
numerosos turistas del hotel.
Durante la espera, Eugène aprovechó para
ver los más notables edificios del puerto: la
aduana, la comisaría, la tesorería, el teatro, el
mercado y el muelle. Y se enteró de que
contaba con una línea de telégrafo, instalada
en 1851, que lo podía comunicar a México,
así como de un pequeño tramo de ferrocarril
de veinte kilómetros. Por la noche se
sorprendió con la iluminación de gas que le
permitió admirar algunas iglesias maltratadas,
constatar el estado desastroso de los
conventos —el dominico, el franciscano, el
agustino y el mercedario— y ver con sorpresa
la solidez de varios hospitales, como el del ex
convento de Belem, convertido en uno de los
mejores lazaretos del país.
Desde los años 1830, dos médicos
franceses, Chavert y Castagné, habían sido
encargados por Santa Anna de estudiar y
combatir el vómito negro y la fiebre amarilla
que, en la estación cálida, diezmaban la
7
población cada año. Esta circunstancia y las
continuas guerras que asolaban al puerto,
7
fueron el origen de la crisis demográfica, y
hacía que los miembros de la clase adinerada
pasaran una temporada en ciudades más
clementes como Jalapa, Orizaba o Córdoba.
Y aunque la plaga era más peligrosa de junio a
octubre, cuando Veracr uz merecía el
sobrenombre de ciudad de los muertos, no era
muy recomendable para los extranjeros
detenerse mucho tiempo en ese lugar.
Las diligencias salían todos los días hacia
México, excepto los domingos. Los viajeros
debían pagar 35 pesos con 4 reales por un
asiento que les servía de refugio durante los
tres días y medio que duraba el trayecto. A las
cuatro de la tarde, movida por ocho caballos,
la diligencia salía de Veracruz, y sin detenerse
en ninguna parte más que para cambiar
monturas, llegaba a Jalapa al día siguiente, a
las siete de la mañana. Allí almorzaban los
viajeros, y a las diez continuaban el viaje
rumbo a Perote, donde llegaban entre las
cinco o seis de la tarde para pernoctar. Al día
siguiente, a las cuatro de la mañana, continuaba
la diligencia a Puebla, para llegar a las cuatro
de la tarde, no sin antes haber almorzado en
el pueblo de Nopalucan. En Puebla se dormía,
y el día siguiente a las cuatro de la mañana
partían nuevamente para almorzar en Río Frío
a las diez y media, y llegar a las cuatro de la
tarde a la ciudad de México.
Los viajeros aprovechaban el trayecto para
recibir noticias sobre los lugares por donde
pasaban. Se enteraban que, por la exuberante
vegetación favorecida por su clima, Jalapa era
calificada de “pedazo de cielo bajado a la
tierra”. Un turista inglés decía que ahí “la
naturaleza, madre de todos los arquitectos, ha
concebido todos sus modelos de árboles más
Sobre estos médicos ver J.Ch. Demard, Une colonie française au Mexique, 1833-1926. Río Nautla. Etapes d’une
intégration, Langres, Dominique Guéniot, éditeur, 2000.
L 16 Javier Pérez Siller
En el Zócalo de la ciudad de México están representados
todos los poderes: religioso, en la catedral y el arzobispado;
político, en el palacio nacional y el del ayuntamiento;
económico en los establecimientos comerciales instalados
en los portales de las flores, diputación, mercaderes y las
calles aledañas; y popular, con la masiva presencia de
personajes representativos de la diversidad étnica y cultural
del país.
8
exquisitos”. Al pasar por Perote admiraron
la montaña de pórfido basáltico, de más de 4
mil metros, coronada con una roca cortada
por la naturaleza en forma de cofre. Y visitaron
el castillo; un basto paralelogramo flanqueado
por cuatro bastiones y ceñido por un foso,
situado en medio de una llanura. En su capilla
se guardaban las cenizas del emperador José
de Iturbide, fusilado el 19 de julio de 1824, a
9
su regreso del exilio.
La impresión fue más honda al llegar a
Puebla: ciudad que disputa el segundo puesto
con Guadalajara. Al llegar, los pasajeros ven
numerosas cúpulas o campanarios de iglesias
y conventos que dominan majestuosamente las
azoteas. Sus calles son anchas, rectas, limpias,
cuidadosamente empedradas con guijarros
redondos, dispuestos simétricamente y
flanqueadas de buenas aceras. Las casas son
altas y bien construidas; muchas fachadas, así
como habitaciones particulares, y
monumentos públicos o religiosos, están
adornadas con azulejos. Ciudad industriosa,
en ella se fabrican objetos de barro, de cristal,
de cerámica, así como jabón y, sobre todo,
textiles: hilos, telas, mantas y estampados
confeccionados con máquinas movidas por la
10
fuerza hidráulica, las más modernas del país.
Su población era de setenta mil
11
habitantes. Existían numerosas órdenes
religiosas, archicofradías y cofradías como la
de artesanos, orfebres y sastres, y una nutrida
clase acomodada, formada por activos
comerciantes, hacendados, clérigos y militares,
muchos de ellos muy cultos, ya que, desde la
colonia, se caracterizó por sus excelentes
centros de educación. Por sus tendencias
políticas, las familias ricas se parecían a las de
los países europeos: católicas, de ideas
avanzadas, algunos militaban por las ideas
conservadoras, otros por las liberales, incluso
pertenecían al clero o tenían algunos hijos en
el ejército o en el convento. La fama de
Esteban de Antuñano era conocida por todos
los extranjeros. Nativo de Veracruz, hijo de
un comerciante español, estableció en Puebla
una tienda de telas, fundó la fábrica más
moderna de México: La Constancia, y el
primer banco de Avío para financiar a la
industria. Tenía varias haciendas y, no obstante
8
R. A. Wilson, “México y su religión, con incidentes del viaje por ese país durante parte de los años 18511854”, en Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos, T.V, 1836-1854, Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz,
1992, p. p.300.
9
E. Vigneaux, Op. cit., p. 314.
10
E. de Vigneaux, Op. cit., p. 312.
11
INEGI, Op. cit., p. 30.
Una época clave en la historia
17
l
sus relaciones con el líder conservador Lucas
Alamán, con quien compartió su celo por
crear una industria, se inclinó por el
12
liberalismo. Sin embargo, numerosas fueron
en Puebla las familias acomodadas que
apoyaron a la Iglesia y que le heredaron
cuantiosas fortunas. Por ello a la ciudad se le
13
calificaba de “la Roma mexicana”.
Corrían proverbiales las historias de
asaltos a las diligencias al pasar por Río Frío.
Los extranjeros eran bajados a punta de
pistola, los curas y mujeres maltratados;
saqueadas sus pertenencias y, en algunas
ocasiones, hasta despojados de sus vestiduras.
Si al bandido le gustaban las botas, exigía que
se las entregaran. Cuentan que mientras
estaban desvalijando los baúles de una
diligencia, un artista francés se puso a dibujar
a los miembros de la banda. Advertido, el
cabecilla le arrancó los dibujos y al verlos, en
lugar de reprenderlo, le pregunto con buenos
modales cuánto le costaría uno de tamaño
entero... la respuesta fue: dejar pasar la
diligencia sin pérdidas. Negocio concluido,
todos partieron alegres.
La ciudad de los Palacios
Los viajeros y escritores de la época describen
la entrada a la ciudad de México de manera
apoteótica. Dejemos que uno de ellos, el
arqueólogo y fotógrafo francés, Désiré de
Charnay, nos guíe a su llegada en 1857:
Al abandonar Río Frío, pasaje culminante de la
cadena que separa Puebla de México, el viajero no ve
sin aprehensión la diligencia lanzarse a triple galope
por la terrible pendiente que lleva a la gran meseta del
12
Anáhuac. En medio de terribles sacudidas, lanzados
de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás, los
desdichados pasajeros atraviesan estos peligrosos
desfiladeros gracias a prodigios de equilibrio, á la
protección muy especial de la Providencia y terminan
deshechos, molidos, listos para entregar el alma. Pero
el primer claro entre los pinos indemniza ampliamente
al turista de los sufrimientos pasados. Desde ahí, los
ojos dominan todo el valle y éste es, les aseguro, un
magnífico espectáculo.
A la izquierda en segundo plano, por encima de
los pinos de la montaña, el Iztlaccíhuatl deslumbra
con el resplandor de su reverberación; el pico se haya
por lo menos a cuatro leguas y sin embargo, parece,
gracias á la pureza de la atmósfera, que podría tocarse
con la mano. Más lejos, en el mismo lado el
Popocatepetl, la cima más alta de México […] Más
abajo se ve Chalco, contemplándose bajo el sol en las
aguas de su laguna; á nuestros pies, Córdoba, Buena
Vista y Ayotla. El Peñón, la gran calzada que separa
la laguna de Ayotla del lago de Texcoco. En fin,
después la reina de las colonias españolas: la ciudad
de México, cuyas murallas brillan al sol y cuyas
cúpulas centellean.
Arriba, la mirada se pierde en los ribazos donde
se extienden San Agustín, San Ángel y Tacubaya;
un poco á la derecha, el velo de Nuestra Señora de
Guadalupe se desprende del fondo negro de la montaña
y, atravesando el lago, la sombra de la gran Texcoco
nos arranca la última mirada. Por todos lados hay
pueblos, villas, lagunas; un panorama espléndido, un
reflejo increíble, una riqueza de líneas inaudita. Sobre
todo, un sol brillante desparrama profundos tintes que
harían desesperar a un pintor. En una palabra, se
trata de una avalancha de colores que deslumbran los
ojos y alegran el alma; agreguen á esto que estamos por
14
llegar.
J. Bazant, Los bienes de la Iglesia en México. 1856-1875, México, Col-Mex, 1971, p.47.
Según J. Bazant, en Puebla la Iglesia poseía la mitad de todos los bienes raíces. Op. cit., p. 50.
14
D. de Charney, Ciudades y ruinas americanas, México, CONCACULTA, 1994, p.50-51.
13
L 18 Javier Pérez Siller
Fatigados por tres días de ruta, los viajeros
llegan por detrás del zócalo de la ciudad, dan
vuelta frente a palacio, cruzan el atrio de la
catedral hacia el poniente y el carruaje se
interna por la calle de Plateros (hoy Madero),
para dar otra vuelta al sur en Coliseo (Isabel
la Católica) y depositar a los pasajeros en el
majestuoso Hotel Iturbide, propiedad de
Manuel Escandón, promotor de la compañía
de las Diligencias Generales. La carroza se
interna en la casa de las Diligencias (16 de
Septiembre y Gante), a un costado de la
inmensa propiedad del convento de San
Francisco.
En ese año, la ciudad tenía 200 000
habitantes en el casco viejo, 250 000 con todos
15
los alrededores. Un Manual de viajero de
1857 nos dice que “se divide en 8 cuarteles
mayores, 32 menores, 245 manzanas, 304 calles,
140 callejones, 12 puentes, 90 plazas y
plazuelas, 12 barrios y cuenta con 4 100 casas
16
de piedra”. A principios de los años 1850
se hicieron muchos trabajos: se introdujo el
agua entubada a lo largo del acueducto de San
Cosme; se reconstruyeron los mercados de
Iturbide y de Villamil; se inauguró el de Santa
Catarina. También se embelleció el Palacio
Nacional con balcones de bronce, en
sustitución de los de hierro. En fin, a pesar de
que ya había muerto su iniciador, el señor de
la Granja, en 1854 la red de telégrafos ya
conectaba la capital con Guanajuato,
Querétaro, Celaya e Irapuato e iniciaba la
conexión con Morelia.
Calle de Roldan. En el siglo XIX la ciudad de México seguía
siendo lacustre. Existían numerosos canales por donde
transitaban canoas que traían las mercancías hasta el centro.
Algunas convertidas en puestos de verduras y flores traídas
desde Xochimilco o Texcoco. Uno de esos canales,
bautizado acequia real (hoy calle 20 de Nov.) se adentraba
en la ciudad y terminaba 20 metros antes del zócalo.
México se ganó el calificativo de Ciudad de
los Palacios por los numerosos y ostentosos
edificios civiles y religiosos que se encuentran
en su casco principal. Entre ellos destacan
numerosas iglesias, conventos, seminarios,
escuelas, etc. Muchos construidos durante los
siglos XVI, XVII y XVIII, y pertenecientes a
órdenes religiosas que se establecieron durante
el virreinato. Entre ellas destacan la de los
Franciscanos (1524), los Dominicos (1526),
los Agustinos (1579), los Dieguinos (1579),
los Carmelitas (1585), los Mercenarios (1593)
y la Compañía de Jesús que, expulsada varias
veces, fue restablecida por Santa Anna el 19
de septiembre de 1853, un año antes de la
llegada de Eugène. También había numerosas
congregaciones como la de San Vicente de
Paul, establecida en 1844 y la de San Felipe
15
En 1852, Juan N. Almonte la calcula en 170 000, para 1856, Miguel Lerdo de Tejada da la cifra de 185
000, Mientras que Antonio García Cubas la pone en 200 000, para 1857 y 1862. En 1869, da una cifra de
230 000. Ver: INEGI, Op. Cit., T.1, p. 24.
16
Marcos Arróniz, Manual del viajero en México, París, Librería Rosa y Bouret, 1858, edición facsimilar, México,
Instituto Mora, 1991, pp. 40-41
Una época clave en la historia
19
l
Neri (1697). Además de veintidós conventos
de religiosas, entre ellos los de las clarisas, de
Santa Isabel, de Corpus Christi, de San Juan
de la Penitencia, de Santa Catalina, las
Hermanas de la Caridad, entre otros. Así, del
mismo modo que las órdenes religiosas
competían en la riqueza y monumentalidad de
sus templos, conventos, colegios y
monasterios, los prósperos mineros, los
comerciantes ricos y los nobles de la incipiente
aristocracia criolla o mestiza hacían lo mismo
con sus mansiones y palacios.
La traza urbana era también digna de una
gran metrópoli que desafiaba su realidad
lacustre. El manual citado describe:
El aspecto que presenta la ciudad es hermoso […]
Sus calles tan rectas que se descubren en muchas de
ellas allá muy lejos los árboles del campo y las
montañas del anchuroso valle; á los lados del transeúnte
casas hermosas de arquitectura sólida y pintadas de
colores muy claros, que por órdenes gubernativas tienen
obligación sus dueños de renovar á menudo.
Describe además algunos personajes que
poblaban las calles, plazas y plazuelas:
Las elegantes señoritas mejicanas que por la
mañana salen á cumplir con sus devociones á los
templos, y cuyo breve pié se mueve con gracia; y muchas
van volviendo á renovar el uso de la graciosa mantilla
que les da al mismo tiempo un aspecto grave y recogido.
Los grupos de indios vendedores con sus trajes de lana
azul; los aguadores con el suyo propio original; los
rancheros con arreos de campo y sus caballos que lucen
la montura mejicana que tiene alguna semejanza con
la árabe; todo contribuye a dar un aspecto de grata
novedad.
17
Y se detiene en una de las más lujosas calles
del centro:
En la calle de Plateros se hallan los cajones o
tiendas de objetos de más lujo y de las últimas modas
francesas, ostentándose en hermosos aparadores de
cristales para tentar el apetito de las elegantes damas.
Allí también lucen su habilidad en escogidas muestras
las hábiles modistas francesas en tiendas notables por
el buen gusto. Las peluquerías despliegan en la misma
calle sus pomos abrillantados de esencias y pomadas y
todas las curiosidades propias del tocador, y también
pertenecen a franceses. A cada rato cruzan por allí
elegantes y estrepitosos carruajes en que graciosamente
reclinadas muestran sus encantos nuestras bellas
paisanas, pero se pierden rápidamente como las
ilusiones desvanecidas, de esperanza y amor; en México
es tan necesario un coche a la aristocracia como en
17
Venecia una góndola.
El trazo de la calle de Plateros, que continúa
con el nombre de San Francisco (actual
Madero), la hace atravesar la ciudad en línea
recta de oriente a poniente; fue el eje que unía
el Palacio Nacional con la Alameda y, para
1864, con el Castillo de Chapultepec,
residencia imperial. Esa calle fue al mismo
tiempo centro urbano del poder, símbolo de
la opulencia económica y de modernidad
cultural. En ella Eugène instaló sus estudios
de fotografía durante varios años.
Al inicio de la calle se encuentra el famoso
Palacio de Romero de Terreros, conocido
como Monte de Piedad. Frente a su estudio
también se encontraba el Hospital del Espíritu
Santo y, a un costado, sobre la calle del mismo
nombre (hoy Isabel la Católica), la iglesia del
Marcos Arróniz, Manual del viajero en México, París, Librería Rosa y Bouret, 1858, pp. 40-41
L 20 Javier Pérez Siller
Mercado de Iturbide. La vida del México profundo se agita en
los mercados. Desde su llegada al poder en 1853, Santa
Anna inició un programa de obras públicas que incluyó la
pavimentación de calles, renovación y creación de mercados.
Eugène debió haber visitado alguno de ellos, como este
de Iturbide, y admirado la variedad de productos que ahí
se exponían a la venta.
Espíritu Santo. Ambas fueron fundadas por
los Hermanos Hospitalarios, o de San
Hipólito. Orden que fue suprimida en 1820.
Entonces, el edifico se destinó a una escuela
primaria, bajo la dirección de Luis Octaviano
Chousel, y luego la ocupó la excelente imprenta
18
de Vicente García Torres. En 1853, por
decreto del 6 de julio, el general Santa Anna
confiscó esa propiedad y la entregó a los
padres de la misión de San Vicente de Paul,
de origen galo. Por un tiempo, la iglesia se
convirtió en centro de oración para muchos
inmigrantes franceses.
A un costado, en la esquina con Espíritu
Santo (actual Isabel la Católica) se encuentra
el Palacio de los Condes de Miravalle. A
principios de los años 1840, en esa casa se
instaló el Ateneo Literario, asociación fundada
por don Ángel Calderón de la Barca, primer
ministro plenipotenciario de España después
de la Independencia. Su esposa, Fany, animaba
las reuniones a las que asistían Juan N.
Almonte, Andrés Quintana Roo, y muchos
otros. Fany Calderón de la Barca fue cronistas
19
de esa época.
Entre los mercados y tianguis que los
extranjeros visitaban, destaca el de El Volador,
renovado en 1853. Todos asistían para
comprar víveres, conocer las frutas coloridas,
las extrañas verduras, los insectos comestibles,
la variedad de flores y frutas. Pero iban sobre
todo para admirar el gigantesco mástil de más
de 25 metros de altura, en el que se subían
cinco indígenas, ricamente ataviados, para
alcanzar una diminuta cruz, clavada en su
punta, acomodarse en cada extremo y saltar
al vacío, al ritmo de la flauta y un tambor,
amarrados de una cuerda que se desenredaba
y los depositaba boca abajo en el suelo, sin
desnucarse.
Como hombre letrado, Eugène no se privó
de conocer las escuelas y colegios que había
en la ciudad. Visitó el colegio de San Ildefonso,
el de San Juan de Letrán, admiró el de Minería,
la famosa casa de los Mascarones o de
Nilpantongo, así como la Escuela de
Medicina, en Santo Domingo, y la Academia
Nacional de San Carlos donde se realizaban
exposiciones anuales de pintura, escultura y
grabado. Como fotógrafo y pintor, Eugène
apreció el trabajo que Pelegrín Clavé y el
maestro de grabado Jaime Baygally realizaban
en la Academia. Seguramente vio algunas de
sus obras en la Séptima Muestra, inaugurada
en enero de 1855, donde se presentaron, por
18
Algunas viñetas y tipos que utilizamos en este libro fueron copiados del catálogo que usó García Torres en
esa época.
19
La Marquesa Calderón de la Barca (Frances Erskine Inglis) mantuvo una correspondencia muy nutrida
con su familia, de la que editó un libro: Life in Mexico, del que se han inspirado muchos autores.
Una época clave en la historia
21
l
segunda vez, los trabajos de grabado: una
novedad en México. En ella había muchas
obras de artistas franceses, entre los grabados
en dulce, “La educación maternal”, de De la
Roche, artista de l’École des Beaux Arts de París
que presentó, además, grabados en lámina
donde están “simbolizadas, dice un crítico en
un artículo periodístico aparecido en enero
de 1855, las diferentes épocas del arte: la
griega, la romana, la gótica y la del
renacimiento; y los hermosos grupos de
personajes históricos”. Entre los paisajes
destacó “El brillante golfo de Nápoles”, del
artista francés M. Lapite, así como un cuadro
de doña Paz Cervantes que es una vista del
Molino de Flores, hermosa posesión de su
20
familia que se encuentra cerca de Texcoco.
Tampoco debía desconocer el Museo
Nacional, ubicado en el primer piso de la
Universidad, a un lado de Palacio. Desde 1854
los objetos que se presentaban —de historia
natural y antigua: cuadros de figuras
jeroglíficas sobre la emigración de los aztecas;
manuscritos en papel de maguey; armas,
utensilios, objetos para el culto, ídolos, joyas,
adornos, etc.- habían sido remodelados por
el conservador José Fernando Ramírez, quien
les dio un “verdadero y científico arreglo”.
El corazón de la metrópoli
Imaginemos un recorrido de Eugène hacia las
oficinas de correos para enviar una carta a su
padre Jacques. Acostumbrado al ruido de los
caballos, del rodar de los coches y del crujido
de los carros, del caminar de los paseantes y
curiosos que transitan numerosos por la calle
de Plateros en dirección a Palacio o a la
20
Alameda, en el zócalo lo invaden los ruidos
de los vendedores ambulantes que gritan a
todo pulmón y con timbre destemplado, sus
mercaderías y los frutos de todas las
estaciones. Desde el alba hasta el anochecer
en ese lugar se oye el estruendo de mil voces
discordantes de personajes vestidos con trajes
tradicionales y multicolores que los distinguen
unos de otros. Temprano se escucha a los
carboneros: Carbosiú (carbón, señor), a las
indias que vienen de los establos, mantequía...
mantequía de a rial y dia medio...; los carniceros,
¡Cecina buena! ¡Hay sebooooooooo!!! A las indias
que intercambian, Tejocotes por venas de chile!!...
tequezquite por pan durooo!!!
Al pasar por la puerta de catedral un
pordiosero con voz mortificante grita
blasfemias, mientras un ciego parafrasea una
canción por un pedazo de pan. En las esquinas
de catedral, señoras gordas de reboso
ofrecen: ¿Gordiiitas de horno calieeentes,? Y a un
lado se encuentran los poblanos que traen sus
manufacturas, Petates de la Pueeeebla!.... jabón de
la Pueeeeeebla!, mientras que los indios de
Xochimilco les compiten: Petates de cinco
vaaaras! Petates de a media y tlaco! Al doblar la
calle de Seminario le sorprende una india que
le rasga los oídos cuando anuncia: Melcuiiiii!
(melcocha), y el quesero que con la fuerza de
su gaznate publica: Requesooon y melado
buenooo!... requesón y queso frescooo! Casi por
alcanzar el Palacio, el meloso clamoreo del
dulcero, que según su nomenclatura particular
ofrece a dos palaquetaaas!... a dos condumiooos...
caramelos de espelma... bocadillo de coco... Y, en la
calle de Moneda, al llegar a las oficinas de
correos, entonces administrada por Guillermo
Prieto, se topa con la trémula y aguardentosa
El Universal, México, enero de 1855, en I. Rodríguez Prampolini, La crítica de arte en México en el siglo
México, UNAM, 1997, T.1, pp. 378-410.
L 22 Javier Pérez Siller
XIX,
voz de un portador de fortuna que le ofrece
hasta por medio real el último billete que me ha
quedado para esta tarde...
La ciudad con sus ruidos, la ciudad con sus
olores, la ciudad con sus colores, la ciudad con
sus personajes o tipos mexicanos que fueron
verdaderas atracciones para los visitantes.
Entre ellos tenemos: el aguador, el charro, el
indio, el jaulero, el panadero, la frutera, el
cargador, el pollero, el aguador, el velero; los
diferentes vendedores: de petates, cabeza de
horno, fruta, comida, carbón; así como los
policías, el sereno, la china, el ranchero y los
vendedores de café que se establecen en los
arcos del portal de las Flores o de Diputación.
Sin faltar las numerosas religiosas que pasan
con hábitos y cofias distintivas de cada orden,
así como los párrocos, curas, frailes,
seminaristas y monaguillos vestidos
impecables. Durante el siglo XIX, las imágenes
de estos personajes fueron reproducidas en
figurillas de barro para los turistas, así como
en grabados y en litografías. Ya en 1860
algunos fotógrafos las retomaron a profusión
21
en las novedosas cartas de visita.
Esa heterogeneidad de personajes, a la que
se agrega la variedad de etnias indígenas que
existían en esa época y pululaban en la
metrópoli, fue vista por algunos viajeros y
literatos de la época de manera más
estructurada. Es el caso del viajero y novelista
francés Lucien Biart, quien señala:
El ojo menos avezado habría distinguido, entre
los transeúntes, las tres clases en que tan marcadamente
se divide la nación mexicana: las gentes decentes,
Para ningún extranjero pasaba desapercibida la composición
multiétnica de la sociedad mexicana. Algunos artistas la
expresaron en dibujos y figurillas de barro donde
representaban los tipos y trajes más llamativos que
calificaron de “mexicanos”. Desde fines de los años 1850
los fotógrafos también los incluyeron en sus temas.
Destacan las tarjetas de visita realizadas por Antioco Cruces
y Luis Campa.
vestidas á la francesa, bastón en mano, calzados y
enguantados como lechuguinos parisienses; los
artesanos, de chaqueta, sombreros de anchas alas y
envueltos en mantas de abigarrado aspecto, y,
finalmente, los indios y los mestizos, en calzones, sin
camisa ni zapatos, envueltos en jirones de tela
22
horriblemente sucios.
Por los mismos años 1850 otro observador,
de origen vasco español, Niceto de Zamacois,
también articuló la sociedad en grupos o clases
según su trabajo y los comparó con los
españoles, lo cual resulta ilustrativo:
Los indios: corresponden a lo que en
España son los leñadores, carboneros,
pastores y peones ínfimos en labranza. Son
gente tosca y sin instrucción [...] los léperos:
21
Al respecto ver: ¡Las once y serenooo! Tipos mexicanos. siglo XIX, México, FCE, 1994.
Lucien Biart, La tierra templada. Escenas de la vida mexicana, 1846-1855, citado por J.E. Covarrubias, Visión
extranjera de México, 1840-1867, México, UNAM/MORA, 1998, p.134.
22
Una época clave en la historia
23 l
equivalen á los gitanos de otros países [...] la
clase artesana: á la altura de la correspondiente
europea en cuanto á su ilustración. Clase de
los rancheros o labradores: gente robusta,
honrada, digna y patriota. La alta o “fina”:
sociedad muy educada, excelente en su
23
trato”.
La heterogeneidad de la sociedad a la que
llegó Eugène era tan amplia, que podemos
preguntarnos sobre el medio social en el que
se insertó. Y al conocer su origen, su cultura y
su idioma, inferir que, al menos en los
primeros meses, se relacionó con sus
compatriotas, miembros de lo que entonces
se denominó “la colonia francesa”.
II. El paisaje de franceses en México
Aunque gozaba de gran prestigio y algunos
de sus miembros habían logrado colocarse en
sitios estratégicos, la “colonia francesa” nunca
fue numerosa. A fines del Virreinato contaba
tan sólo con 800 miembros, pero ya para 1830
su número se había multiplicado y alcanzaba
los 6 mil; llegó entonces a ser la primera
minoría extranjera del país; los españoles
habían sido excluidos de la administración
23
pública, perseguidos y expulsados, por su
complicidad con los intentos de España por
24
recuperar su antigua colonia.
En el decenio siguiente las cosas cambiaron:
la famosa “Guerra de los pasteles” 1838-1839
y las expulsiones de que fueron objeto,
provocaron la disminución de galos. Un Registre
de la population française levantado por la
Legación en 1849 indica que residían en la
25
república 1775 jefes de familia. Desde
entonces hasta 1860 su número se estabilizó
en 3 mil individuos. Esas cifras son, sin
embargo, conservadoras; sólo incluyen a los
que fueron reconocidos oficialmente, ya sea
porque se inscribieron en la legación —para
obtener protección de las autoridades
francesas— o tramitaron su carta de seguridad
en las oficinas mexicanas, y dista mucho de
cubrir la totalidad de galos que radicaba en el
país y que se puede calcular en el doble o triple:
26
de seis a ocho mil miembros. No obstante,
en 1855, el ministro de Francia en México
avanzó la cifra de 12 mil a 15 mil, que resulta
27
exagerada. En todo caso, después de la
española, la “colonia francesa” era la minoría
28
extranjera más numerosa.
N. De Zamacois, Historia de México, citado por J.E. Covarrubias, Op. cit., p. 149.
En la década de 1820 el gobierno español, unido a la Santa Alianza, trató de recuperar las colonias y no
reconoció la independencia hasta 1836. Ese clima provocó una reacción en los gobiernos nacionales que
primero limitaron a los españoles el derecho a trabajar en puestos públicos, confiscaron sus bienes y terminaron
por emitir los decretos de expulsión.
25
J. Pérez Siller (Ed.), Registre des Français au Mexique au 31 avril 1849, Puebla, ICSyH, 2003.
26
En un informe al ministro francés de Relaciones exteriores, el embajador en México, André Levasseur,
indica que la cifra de 1737 franceses registrados en la legación en 1849 “no es, a mi parecer, ni la mitad del
número de nuestros nacionales que habitan el país”. Ver la introducción al Registre des Français au Mexique au
31 avril 1849, Puebla, ICSyH, 2003, p. 15.
27
J. Covo, “Un grand jounaliste français au Mexique au XIXE siècle: René Masson et Le Trait d’Union”, en
Caravelle, Cahiers du Monde Hispanique et Luso-brésilien, Toulouse, Université de Toulouse-le-Mirail, No. 78,
2002, p. 109.
28
Según algunas fuentes en 1855 vivían en el país: 5 141 españoles, 2 048 franceses, 615 ingleses, 581
alemanes, 444 norteamericanos y otros sin definir. Lo que nos da una idea de su importancia entre los
inmigrantes de otras nacionalidades.
24
L 24 Javier Pérez Siller
La actividad comercial de la ciudad se concentraba en el
zócalo y sus calles aledañas. Desde 1830, algunos franceses
establecieron en los portales sus cajones de ropa que, en
los años 1850, se transformaron en tiendas. A ellos acudía
lo más granado de la sociedad.
Con base en el Registre... citado se puede
hacer una radiografía socio-geográfica de los
miembros de la colonia francesa, unos años
antes de la llegada de Eugène a México, que
comprende: origen, profesión, estado civil,
número de hijos y lugar de residencia. En
cuanto al origen, esa fuente indica que si llegan
provenientes de todo el hexágono, la mayoría
es nativa de tres polos: la Haute Saône y la
Côte d’Or, 5%; París y sus regiones aledañas,
12%; y la región del sudoeste que comprende
los Pirineos Atlánticos, los Altos Pirineos y la
29
Gironde, 29%. Es a este último grupo al
que pertenece Eugène, lo que lo hace
“representante” de la minoría gala más
importante en el México de mediados del siglo
XIX.
Otro dato significativo es la distribución
de sus compatriotas en el territorio mexicano.
De acuerdo con el Registre... se asentaron
principalmente en los puertos —Veracruz,
18%; Tampico, 8%; Mazatlán, 4%—, en la
ciudades mineras —Zacatecas, 4%;
Guanajuato, 2%; Chihuahua, 1%—,
comerciales o fabriles —Puebla, 4%;
Guadalajara, 4%; San Luis Potosí, 1%. Y,
además de los colonos que fundaron
Jicaltepec, 8%, al norte de Veracruz, un buen
número decidió vivir en la metrópoli
mexicana, donde se concentró más de un
30
tercio, 36%. En este sentido Eugène también
sigue la gran tendencia.
Los móviles de la inmigración de franceses
hacia México son muy variados y responden
a motivos demográficos, económicos,
culturales, de coyuntura política, familiares y
de relaciones. Es cierto que el siglo XIX se
caracteriza por un formidable flujo de
hombres, mercancías, capitales y modelos
europeos hacia el Nuevo Mundo que se aceleró
con las revoluciones de 1848 y los efectos de
la industrialización. Para los franceses otro
factor importante fue la represión que siguió
al golpe de estado de Louis Napoleón, 1851,
que significó expulsión y exilio para
numerosos liberales, republicanos y socialistas.
También los sueños de abandonar la pobreza
individual o colectiva, para encontrar una
tierra nueva donde “construir un futuro
mejor” fue un elemento movilizador.
¡Venid y multiplicaos!
La inmigración fue favorecida por una política
muy ventajosa. Al igual que los demás
gobiernos del Nuevo Mundo, en México se
veía la inmigración como un medio para
poblar el territorio, explotar sus riquezas y
elevar la cultura de los indígenas, considerados
29
Los famosos Barcelonnettes, que para fines del porfiriato fueron la minoría más importante, en esta
primera mitad del siglo XIX no llegan ni a 3%.
30
Ibid, p14.
Una época clave en la historia
25
l
como un obstáculo para el progreso y la
civilización. Inspirados en esas ideas, los
gobernantes diseñaron una política de
“colonización” muy liberal que se fue
restringiendo con los traumas vividos por la
separación de Texas, 1836, y la guerra con
Estados Unidos, 1847-48. Lucas Alamán sacó
las lecciones de la historia y propuso que los
colonos que desearan vivir en México no
podían aspirar a la propiedad, ni instalarse
cerca de las costas y fronteras, y añadió el
requisito de “que profesen la religión católica,
que tengan un oficio útil y que contribuyan a
31
mejorar la población”.
La Ley General de Colonización,
decretada el 16 de febrero de 1854 por el
gobierno del general Antonio López de Santa
Anna integró esas orientaciones. En ella se
ofrecían ayudas a los grupos de colonos que
desearan instalarse en el país: terrenos, auxilios
pecuniarios para el viaje y hasta se nombró a
un agente general de colonización en Europa,
al que se le entregó cincuenta mil pesos para
32
enganchar familias de colonos. La citada ley
estableció, además, la exigencia de inscribirse
en las oficinas de la Secretaría de Relaciones
Interiores y Exteriores para obtener una “carta
de seguridad”. Trámite que fue obligatorio y
que los extranjeros residentes en el país
deberían cubrir para diciembre de 1854 (se
31
dio una prórroga hasta marzo de 1855), fecha
en la que llegó Eugène a México.
Acostumbrado a las normas, no le resultó
difícil cumplir con esa formalidad. Y tal vez
utilizó la vía que un periódico de la ciudad de
México sugería en un anuncio, en francés, que
apareció desde el 20 de diciembre de 1854
hasta febrero del año siguiente:
El que suscribe suplica a los señores extranjeros que
deseen encargarle el trámite de sus cartas de seguridad para
el año 1855, que dejen sus nombres y direcciones en el depósito
de vidrio de los señores Ollin y Cía, en la Primera calle de
33
San Francisco No 15.
Firmaba un tal A. Dufour; posiblemente se
trataba de Marie Auguste Dufour, un tapicero
parisino que llevaba tiempo en México, tenía
una familia de 5 hijos, estaba relacionado con
un grupo de fabricantes de vidrio de Texcoco
y hábilmente buscaba cualquier medio para
salir adelante. En ese mismo periódico
encontramos otro anuncio de M. Boyer que
propone los mismos servicios en la calle de
Zuleta (Carranza y Bolívar). El costo del
trámite era de 4 pesos, ¡por lo elevado de los
impuestos!, más los servicios del trámite.
Ver el resumen de la política migratoria que hace el libro de Dieter George Berninger, La inmigración en
México (1821-1857), México, SepSetentas, 1974.
32
En esa tónica, es importante señalar —para relacionarlo con las hipótesis sostenidas en el capítulo II— que
por decreto del 31 de julio de 1856, Ignacio Comonfort estableció un contrato con el coronel italiano, Luis
Massi, para traer hasta doscientos colonos de los estados Sardos —territorios controlados por los republicanos
de Garibaldi— que fueron instalados cerca de Papantla, Veracruz. Una noche, los italianos desertaron hacia
las grandes ciudades y algunos fundaron, no lejos del primer asentamiento, una pequeñísima colonia que
llamaron Villa Luisa Salvador Quevedo y Zubieta, Manuel González y su gobierno en México.. Anticipo a la historia
típica de un residente mexicano. Madrid, Espasa-Calpe, 1928, p. 182.
33
Le soussigé pris MM les étrangers qui voudront bien le charger de prendere leurs cartes de sûreté pour
l’année 1855, de laisser leurs noms et adresse au dépôt de vers de MM. Ollin et Cie. première rue de San
Francisco No 15, toute attention y sera apportée. Le Trait d’Union, 20 déc. 1854, No. 15, Vol. 12.
L 26 Javier Pérez Siller
La Antigua Fábrica de Francia. Los emigrantes franceses habían logrado establecer muchos negocios, los más importantes y
numerosos fueron los cajones de ropa y novedades, donde se vendían productos importados de Europa. Ellos fueron
imponiendo la moda en el bien vestir y el confort de una buena casa... Este negocio se encontraba en la misma calle que el
estudio de Eugène.
Giros, prácticas e influencias
Además de la oferta de servicios para cumplir
con las formalidades de una política
migratoria “liberal”, en México se respiraba
un clima muy favorable a la llegada de
franceses. Desde la separación de España, las
élites buscaron distanciarse de los modelos
coloniales para construir un país original e
independiente y encontraron en la cultura
francesa inspiración para articular y dar forma
a sus ideales. Así, los modelos franceses —
monárquicos o republicanos— acompañaron
la construcción de esos proyectos. Y, por
extensión, cada francés que llegaba, aún
cuando en su pueblo hubiera dejado colgado
el bastón de pastor o sus sabots, era visto como
símbolo de esos anhelos, representante de los
valores infundidos por “la civilización y la
modernidad” y fácilmente podía acceder e
influir en las esferas más altas de la sociedad.
34
Así lo percibió Désiré de Charnay en sus
memorias sobre la estancia que realizó en el
país de 1857 a 1860.
La sociedad francesa en México se halla
compuesta de gente enérgica que, empezando
desde abajo, llegó a la fortuna gracias a un
trabajo obstinado y a sus facultades. Casi
todos liberales, infunden en México principios
que no son del todo del gusto de los
34
conservadores.
Esos principios fueron difundidos a través
de las prácticas que ejercían los inmigrantes
en sus diversos giros y oficios. Muchos galos
establecieron comercios en el primer cuadro
de la ciudad, que además de ofrecer
productos transmitieron modas, ideas,
modelos y un estilo de vida. Entre ellos los
comercios de ropa, sombreros, telas, paraguas,
muebles y novedades fueron los más
numerosos. Los hermanos Zolly, por ejemplo,
tenían una sombrerería en los portales de
D. Charnay, Ciudades y ruinas americanas, México, CONACULTA, 1994, p.58.
Una época clave en la historia
27 l
Mercaderes casi esquina con Plateros
(Madero) que imponía la moda femenina. La
firma Ebrard y Portolis con dos grandes
tiendas en las calles de San Bernardo (V.
Carranza) y en la esquina de Monterilla y
Refugio (16 de Sep. y 5 de feb.): Al Puerto de
Liverpool y A la Francia Marítima indicaban la
forma de vestir y de ajuarear las casas. A ellos
les hacía competencia el gran cajón de Jauffred
y Ollivier, Ciudad de Londres, que se encontraba
en Monterilla (16 de sep.), así como las tiendas,
A la Ciudad de México, de Victor Jacod, y La
Antigua Fábrica de Francia, que se encontraban
en la esquina de Plateros con Mercaderes, y
en la 2da calle de San Francisco (ambas en la
actual calle de Madero), muy próximas al
estudio de Eugène.
Otros franceses se dedicaron al sector de
servicios: hoteles, restaurantes, bares y cafés
donde extranjeros y mexicanos podían
conocer los ritmos de vida cotidiana, aprender
a degustar productos franceses y reunirse en
tertulias amistosas o políticas. Entre ellos
destaca la Dulcería Francesa, ubicada en la calle
de Puente del Espíritu Santo (I. la Católica y
16 de sep.), centro de reunión de damas beatas
de la alta sociedad. Ahí, Thomas Devers
proponía: Chocolats, bonbons, desserts, petits-fours,
chocolats au vainille, liqueurs... Le competía en
exclusividad la Dulcería francesa del Águila de Oro
de L. Raynaud y Cía, donde además se podían
comprar vinos y licores importados de
Francia.
Los restaurantes y cafés eran legión y muy
apreciados. Los gourmet preferían el Restaurant
français de Victor Eternaud, ubicado en la calle
de Santo Domingo, así como el Ancien Café
du Commerce, en el Portal de Coliseo Viejo (16
sep.). Para los viajeros lo mejor era el
restaurante café y Hotel de Bordeaux, en la calle
de Zuleta (V. Carranza), los sibaritas y
L 28 Javier Pérez Siller
tertulianos preferían asistir a La Belle-Union en
Espíritu Santo, que proponía pensiones de “a
25 al mes, desayunos a 4 reales y comidas de a
6”. En fin, entre los hoteles más concurridos
por los inmigrantes y viajeros se encontraba
El Hotel de Paris, en la calle de Tiburcio (R. de
Uruguay), que en 1855 había sido “ampliado
y renovado”.
Aunque existía competencia entre los
establecimientos de giros similares, también
practicaron la colaboración, ayuda y
complicidad. Esto funcionaba según las
regiones; entre paisanos del mismo pueblo o
parientes se daban la mano. Se traspasaban sus
comercios, se apoyaban con dinero o
mercancías y hasta formaban sociedades para
iniciar negocios, una práctica mercantil que se
fue extendiendo y perfeccionando hasta
convertirse, durante el porfiriato, en la base
para la creación de sociedades anónimas por
acciones. Un caso interesante es el de la
Dulcería del Paraíso Terrestre, centro de reunión
de madres de familia e hijas de los
comerciantes del centro, ubicada en la calle
del Coliseo Viejo (16 de Sep.), donde Charles
Grammond —originario de Loiret, casado,
padre de 4 hijos—, además de anunciar que
tiene el mejor surtido de dulces, subraya que
ha establecido un acuerdo formal con Charles
Plaisant, famoso “pastelero egresado de la
casa Jean Ricau, establecido en la segunda calle
35
de Plateros, y muy conocido por su trabajo”.
Y, añadimos nosotros, apreciado por señoras
de alta alcurnia... Cosa contraria sucedía en
las cervecerías de Federico Beserrer, de la
Plazuela de San Antonio, y en la de Couder y
Cía, de la plazuela de la Candelaria, antros
donde acudían numerosos tinterillos,
empleados públicos, poetastros y
trasnochados.
Otros inmigrantes se dedicaron a las
farmacias, droguerías o venta de productos
químicos. Sólo en la calle de Plateros y San
Francisco había dos: la de Auguste Frisac y la
de Louis Meunier, donde las señoras iban a
comprar sus cremas, productos de belleza y
algunos remedios y pociones para conservar
la salud. El establecimiento más famoso en
este ramo fue el de Eugène Maillefert, calle de
Tiburcio (R. de Uruguay). Fundado en 1845,
era el más antiguo almacén de productos
químicos, medicinas y farmacéuticos que
también comprendía todos los efectos y
enseres para laboratorios, boticas, hospitales,
imprentas y las artes: pintura, grabado y hasta
la fotografía. La trayectoria de Maillefert es
ilustrativa de los pioneros. Originario de la
Bourgogne, llegó a México en 1835 con dos
hermanos, Charles y Laurent, se asoció a los
hermanos Arnaud — famosos padres
fundadores del mito de los barcelonnettes—,
para crear un cajón de ropa y novedades, Las
36
Siete Puertas, que resultó muy próspero.
Pronto se independizó y estableció la
droguería, 1845, con sus ahorros se dedicó al
mantenimiento de una librería francesa, 1856,
en la esquina del Refugio y Puente del Espíritu
Santo (Palma y 16 de sep.), y a la edición de
obras prácticas. Una de ellas es el famoso
37
Directorio Comercial del Imperio Mexicano.
En fin, para belleza los franceses habían
ganado fama; sus peluquerías y perfumerías
fueron las más concurridas de la ciudad. Entre
ellas las mejores eran las de Enrique
Escabasse, la de Léon Marcou y la de los
Al Puerto de Liverpool. Si al principio la emigración gala a la
ciudad de México se dio de forma individual, una vez que
los establecimientos comerciales lograron éxito, se abrió la
posibilidad de traer otros paisanos de Francia. Así, desde
fines de los años cuarenta y principios de los cincuenta del
siglo XIX inicia una emigración en cadena que continuará
hasta fines del porfiriato.
hermanos Macé, todas establecidas entre las
calles de San Francisco y Espíritu Santo. A
ellas acudía lo más granado de la sociedad,
del gobierno y del cuerpo diplomático;
encontraban los estilos más actuales para
mantener una personalidad elegante y a la
moda.
No pocos franceses se dedicaron a la
pintura, dibujo, grabado y la fotografía. Entre
ellos destaca sin duda el nombre y la obra de
Joseph Decaen; parisino que llegó a México
en 1837 y trabajó en el taller litográfico de
Federico Mialhe. Asociado con Auguste
Massé, en los años 1840 realiza importantes
ediciones ilustradas como: Don Quijote, Gil
Blas, Historia de Napoleón, o la famosa obra de
Pedro Gualdi, Monumentos de México. Para el
decenio siguiente, en sociedad con Auguste
35
“patissier sortant de la maison Jean Ricau, seconde rue de Plateros, et si avantageusement connu par son
travail”. Le Trait d’Union, 10 de janvier 1855, Num 21, Vol. 12.
36
Para la historia de los hermanos Arnaud ver: Les Barcelonnettes au Mexique. Récits et témoignages, Barcelonnette,
37
E. Maillefert, Directorio Comercial del Imperio Mexicano, México, 1867.
Una época clave en la historia
29
l
Debray, es director del Taller litográfico más
prestigiado del país. En él se formaron jóvenes
que marcarían el arte mexicano: Casimiro
Castro, L. Campillo, Louis Aude, M. Serrano
y J. Rodríguez. No es extraño que Eugène se
haya enterado, en diciembre de 1855, que el
ministerio de Fomento escogió una de las
obras de Decaen, México y sus alrededores, para
ser llevado a la exposición de París;
“representará los adelantos que en México se
38
han logrado en el arte de la litografía”.
Entre los fotógrafos, los franceses fueron
introductores. J.F.L. Prelier, cuatro meses
después de su difusión en París, trajo la
primera cámara daguerriana a México y en
1840 vendió y rifó varios aparatos. Ya para la
época de Eugène, la profesión se había
consolidado y existían algunos estudios en el
centro. En 1855, el daguerrotipista Emile
Mangel Dumesnil abrió su estudio, La Fama
de los Retratos, en la calle de Monterilla (hoy 5
de febrero). Mientras que el parisino Jules
Michaud, librero, editor, vendedor de
substancias químicas para fotógrafos y vistas
estereoscópicas, tenía una doraduría, El
Antiguo Correo, en la Primera calle de San
Francisco (Madero), a una cuadra del de
Eugène, donde instaló un estudio de retratos.
En 1859 publicó el Álbum fotográfico mexicano,
con varias vistas de la ciudad de México y sus
alrededores tomadas por Désiré de Charnay,
39
así como un álbum de tipos mexicanos.
Otro que coincidió en esa época fue el
establecimiento fotográfico de Sangredo,
Valleto y Cía, localizado, desde 1860, en la
calle de Vergara, casi esquina con San
Francisco (Bolívar y Madero). Es indudable
que la experiencia de estos pioneros
contribuyó a la creación de un oficio que, con
el tiempo, empezó a ser valorado como arte.
Entre los franceses que se dedicaron a los
libros destaca Auguste Massé, originario de
los Pirineos, con su célebre Librería Mexicana,
ubicada en el ángulo de Mercaderes y
Agustinos (16 de sep. y zócalo). Massé ofrecía
una gran variedad de libros en francés, español,
inglés y latín muy demandados por los
establecimientos religiosos. A dos cuadras de
donde atendía Eugène, en la Segunda de San
Francisco, se encontraba el famoso Cabinet de
lecture animado por el parisino Isidoro
Devaux, donde se reunía un selecto número
de personas, en su mayoría liberales, a
intercambiar ideas sobre la literatura. También
se hacían traducciones y se impartían cursos
de idioma. El profesor Guillaume Langlois
daba clases de español, francés e inglés,
adaptadas especialmente para los franceses.
El Cabinet ofrecía además las más recientes
novedades de la edición francesa. En un
anuncio aparecido en agosto de 1854 en un
diario de la capital se lee:
Isidoro Devaux previene a los amantes de la
literatura francesa que acaba de recibir las novedades:
Boucher — Le Quêteur de Cordouan, intrigues
bordelaises.
— La femme du Conviet.
Molé— Laurence de Montmeylian,
Al. Dumas— L’ingénue, moeurs de 1788.
Michel— Le nouveau péché original.
Lurine— Ici l’on aime, folies du jeun âge.
Ferry— La chasse aux cosaques.
Chaho— Safer, ou les houirs espagnoles, legendes
40
amoureuses.
38 Le Trait d’Union, 16 dec. 1855, No. 14, Vol. 12.
39 R. Casanova y Olivier Debroise, Sobre la superficie bruñida de un espejo, México, FCE, 1989, p. 54-60.
40
“Isidoro Devaux previent les amateurs de la literature française qu’il vient de recevoir les nouveautés de
juillet, parmi lesquels on remarque...” Le Trait d’Union, 25 Nov.. 1854, No. 67, Vol. 12.
L 30 Javier Pérez Siller
Armería de Morel. Además de las tiendas de ropa y
novedades, los emigrantes franceses incursionaron en tros
ramos como: los hoteles, restaurantes, bares, chocolaterías,
tocinerías, tiendas de vinos, perfumerías, farmacias,
droguerías, plomerías, venta de aparatos científicos,
maquinaria, etc. Aquí vemos la Gran armería de Morel,
antigua de El Águila de Oro, fundada por Joseph
Limantour, padre, quien amasó una respetable fortuna con
la venta de armas a conservadores y liberales.
No sabemos si Eugène era un amante de la
literatura, pero por sus escritos suponemos
que tenía un cierto nivel cultural que exigía
estar al tanto no sólo de las novedades
editoriales, sino también de la información de
lo que sucedía en México y el mundo. Para
satisfacer esa exigencia, es muy probable que
haya acudido a la prensa francesa de México.
Desde hacía más de veinte años algunos
inmigrantes galos habían iniciado esa
41
tradición. El primer periódico en francés
editado en la ciudad de México apareció en
1836, bajo el título de El Universal. Fue
remplazado en 1838 por Le Courrier du Mexique
y en 1849 por Le Trait d’Union. Fundado por
René Masson, Le Trait se convirtió en el
periódico más influyente, liberal y longevo de
todos; llegó hasta 1897, con interrupciones,
entre 1861 y principios de 1868, por censura
41
y dificultades económicas. Eugène pudo
conocer al menos siete periódicos: L’Estafette,
fundado por Charles de Barrès (1859-1866);
la Gazette Officielle de l’Empire Mexicain (18631864); l’Ere Nouvelle, de E. Masseras (18641867); La France liberale, de A. Henry (1867);
La Tribune, de E. Lefèvre (1867-1868); y Le
42
Nouvelliste de P.A. de Thier (1867).
De todos ellos los más importantes e
43
influyentes fueron Le Trait y L’Estafette. El
primero, de marcado signo republicano y
liberal, cobró mucha influencia durante la
Revolución de Ayutla, 1854-55, el periodo de
elaboración de la Constitución, y la guerra de
Reforma. Mientras que el segundo, animado
por Charles de Barrès, antiguo colaborador
de Masson y propietario de una imprenta en
la calle de D. Juan Manuel (Rep. de Uruguay),
compartía las ideas de su colega, pero era más
tibio y pasó de la crítica hacia la política
conservadora, 1859, al apoyo abierto de los
René Masson dans le Trait d’Union. Journal français universel, Sélection et prologue Françoise Dasques, México,
CEMCA, 1998.
42
Ver: Laurence Coudart, “Periódicos franceses en la ciudad de México: 1837-1911”, en J. Pérez Siller,
México Francia: memoria de una sensibilidad común, siglos XIX-XX”, México, BUAP-CEMCA-El Colegio de San Luis, pp.
107-109.
43
En realidad el fundador de L’Estafette, Charles de Barrès fue colaborador de Le Trait d’Union. En 1856
lanzó el periódico L’Independant, que sólo apareció unos meses antes de fusionarse, el primero de diciembre,
con Le Trait . Y que puede considerarse como el antecesor de L’Estafette, que apareció tres años más tarde.
Una época clave en la historia
31
l
intervencionistas. Se dice que sirvió de eco a
44
los proyectos del Mariscal Bazaine.
Los libros, las litografías, las vistas y la
prensa no sólo difundieron una sensibilidad
en el arte y la cultura, sino que también
participaron en la formación de una cultura
política y, en cierta medida, contribuyeron al
debate político.
Reproducción de principios y valores
Las prácticas de fotógrafos, libreros y
periodistas tuvieron un gran impacto en la
difusión de valores y principios. Pero su
transmisión y, sobre todo aprendizaje, fue
animado por los franceses que se dedicaron a
labores educativas. En este sector
encontramos profesores, preceptores y, sobre
todo, institutrices que ofrecían cursos privados
a individuos o familias pudientes. Es muy
conocida la historia de Mathieu de Fossey,
quien después de escapar de la tragedia de los
colonos que se ahogaron en Coatzacoalcos,
1830, se pudo mantener durante algunos años
45
dando clases particulares de francés. Algunos
se especializaron en ciertas disciplinas que
podían ser útiles para los nuevos comercios.
Así vemos a Gustave Desfontaine, por largos
años profesor de francés, proponer clases
especiales de comercio y fundar una escuela.
44
Para la juventud y la niñez de familias
pudientes había verdaderas instituciones
como: el Lycée Franco-Mexicano de San
Cosme; el Instituto Franco-mexicano dirigido
por M. Dalcour, o esta otra institución que
recién se inauguró un mes después de la llegada
de Eugène:
M. Riboulet, nuestro compatriota, exalumno de
la Escuela Normal de Macôn, habiendo realizado en
Francia sus primeras incursiones en la instrucción
pública, y honorablemente conocido, en esa función,
en México, acaba de fundar un Colegio en la 2a calle
de San Francisco No. 10, antigua casa de correos.
46
Abrirá el 2 de enero de 1855.
Algunas mujeres participaron en la educación
ofreciendo sus servicios de manera privada o
creando también colegios. La decana en este
ramo era Isaura de Saint-Vital, que desde los
años 1830 fundó una escuela consagrada a la
educación de señoritas que se convirtió en
toda una institución. A su muerte, acaecida el
9 de febrero de 1855, acudieron numerosas
francesas, pero también una legión de
mexicanas. Muchas de sus alumnas ya eran
madres de familia y exigieron a su hermana,
Clemence Saint-Vital de Villard, que
sustituyera a Isaura y continuara su labor. Se
organizaron y aportaron recursos para la
Ver: Laurence Coudart, “Periódicos franceses de la ciudad de México: 1837-1911¨, en J. Pérez Siller
(coord.), México Francia: memoria de una sensibilidad común, siglos XIX-XX, México, BUAP-El Colegio de San LuisCEMCA, 1998, pp.103-141.
45
M. de Fossey, Viaje a México, México, CONACULTA, 1994.
46
M. Riboulet, notre compatriote, ancien élève de l’École Normale de Macôn, ayant fait en France ses
premiers preuves dans l’instruction publique, et fort honorablemment connu, sous le même rapport à Mexico,
vient de fonder un collège dans la 2a rue de San Francisco No. 10, ancienne maison de Courrier. Le Trait
d’Union, 20 Dic. 1854, No.15, Vol. 12.
47
Le Trait d’Union, 17 de feb. 1855, No.32, Vol. 12.
L 32 Javier Pérez Siller
Algunos franceses fueron pioneros en la fotografía. En
diciembre de 1839, cuatro meses después de su difusión
en París, Prèlier trajo las primeras cámaras daguerrianas a
México. Para la época de Eugène, 1855, ya existían algunos
estudios como el de Dumesnil, La Fama de los Retratos, y el
de Jules Michaud. En 1859 Michaud editó el Álbum
fotográfico mexicano, con varias vistas de la ciudad de México
y sus alrededores tomadas por Désiré de Charnay, que
vemos en este retrato. Arriba, la foto del “Convento de la
Merced” aparecida en su Álbum.
47
fundación de la Institución Saint-Vital.
Frente a ese vacío, en marzo de 1855 se
anunció la creación de otra Institución
francesa, dirigida por la señora Esteva de
Grammont, en el Portal de Agustinos. Se
trataba de una escuela-internado para las
jeunnes filles. Poco sabemos de los programas
de dichas instituciones, ni del perfil de sus
egresadas, pero es seguro que esas escuelas
transmitieron saberes, valores y habilidades a
jovencitas que, con el tiempo, se
transformaron en madres y divulgaron su
aprendizaje entre las nuevas familias.
Además de esas prácticas, los franceses
contaban ya con un lugar propio donde ejercer
su sociabilidad. Desde 1842 habían fundado
la Association française et suisse de Bienfaisance et
de Prévoyance, que tenía el propósito de dar
asistencia y ayuda, moral o pecuniaria, a los
compatriotas que llegaban al país. Contaba
con una Mutuelle que servía de caja de ahorros
y de préstamos, y que en esos años resultó muy
atractiva para aquellos que no tenían recursos.
Estaba dirigida por un Consejo de
Administración que se renovaba
periódicamente. En 1855 apareció el informe
anual del consejo saliente, firmado por su
secretario, el comerciante Pierre Martin.
En él se da la lista de los nuevos miembros
electos del Consejo de Administración: Ch.
de Barrès, E. Maillefert, L. Ricou, P. Chabrol,
S. Lamy y Thomas Devers. Y se dice que de
los antiguos sólo quedaron: J-B Vivent
(originario de Oloron Saint Marie, Pirineos),
A. Allan, Barbaroux, Gougaud, Fisch y J.B.
Fortoul. El comité auxiliar quedó formado
Una época clave en la historia
33
l
48
49
por los señores Prélier , I. Devaux y A. Hue.
Una semana más tarde fue electa la mesa
directiva de la Asociación y quedaron como
presidente del Consejo de Administración,
Stanislas Lamy, comerciante parisino con
cuatro hijos; secretario, Charles de Barrès,
nuestro periodista y editor; tesorero,
Barbaroux, originario de Barcelonnette; y
contable, Isidoro Dévaux, comerciante y
animador del Cabinet de lecture.
Las prácticas de la Association estaban
inspiradas en los principios republicanos de
solidaridad que se emparentaban con las
teorías socialistas. Así lo vemos en la
propuesta de crear una especie de bolsa de
trabajo —donde se podían inscribir los que
no estuvieran ocupados o presentar
solicitudes para contratar según las
necesidades— abierta para todos los franceses
y suizos. El razonamiento es ilustrativo:
“convencidos de que el objetivo de la
institución no es solamente el de socorrer, sino
también de prevenir la indigencia entre sus
50
miembros”.
Pero si las prácticas de algunos de estos
inmigrantes siguen la orientación sugerida por
Désiré de Charnay, no todos los franceses de
México eran liberales, también los había
48
conservadores y monarquistas. En esta
primera mitad del siglo XIX la diplomacia
francesa en México se caracterizó por tener
un origen aristocrático y una actitud
conservadora. Unos días después de la llegada
de Eugène a Veracruz, desembarcó el nuevo
ministro plenipotenciario, Vizconde JeanAlexis de Gabriac, quien presentó sus
credenciales el 13 de diciembre de 1854 y
ejerció el puesto hasta julio de 1860. Lo
sustituyó el Conde Dubois de Saligny, quien
fue reemplazado a los tres años por el Marqués
de Montholon, acreditado como ministro el
12 de agosto de 1863. Alphonse Dano se hizo
cargo de la embajada desde el 25 de febrero
de 1865, hasta la caída de Maximiliano.
De los cuatro diplomáticos que conoció
Eugène, el más activo e influyente fue sin duda
el vizconde Alexis de Gabriac; hombre ultra
conservador que no tenía ninguna experiencia
diplomática, ni conocía los países
51
latinoamericanos. Su correspondencia
muestra a alguien preocupado por defender
los valores y fueros de la Iglesia católica, y
propagar las ideas monarquistas. Como
representante del gobierno de Napoleón III,
de Gabriac no era bien visto por muchos
miembros de la colonia francesa. Sobre todo
Es importante señalar que se trata de Louis Prélier, grabador en cobre, instalado en México desde 1837,
quien trajo la primera cámara daguerriana en diciembre de 1839 y tomó las primeras vistas de Veracruz y de
la ciudad de México. Ver: Rosa Casanova y Olivier Debrois, Op. cit., p.59.
49
Le Trait d’Union , enero 25, No. 26, Vol. 12.
50
En los informes publicados por Le Trait d’Union se dice que el consejo de administración, “convaincu que
le but de l’institution est, non seulement de secourrir mais aussi de prévenir l’indigence, autant que possible,
a l’honneur d’advertir les Français et Suisses établis à Mexico et dans l’intérieur qu’il est ouvert au Comité un
bureau de resnseignements ou de placements ou ceux d’entreux qui sollicitent de l’ouvrage ou des emplois
pourront se faire inscrire et donner tous les rénseignements qui leur paraitront convenables”, y añadía que
debían dirigirse a M. Devaux, au cabinet de lecture rue de San Francisco. Le Trait d’Union, 17 feb. 1855, No.
32, Vol. 12.
51
Sobre Gabirac existe una interesante memoria de maestría. Ver: Anne-Juliette Chaudieu, “Le ministère de
Jean-Alexis de Gabriac au Mexique (1854-1860)”, DEA d’etudes Ibériques, Paris-X Nanterre, 2002.
L 34 Javier Pérez Siller
por los republicanos, los socialistas y aquellos
que creyeron en la “Primavera de los
pueblos”, o que habían tenido que dejar su
amada Francia exilados por la represión que
desató el gobierno después del golpe de
estado, del 2 de diciembre de 1851. Eso
sugiere algunos motivos para comprender la
deficiente relación que existió en este periodo
entre los miembros de la colonia y los
diplomáticos galos. Y eso sugiere el por qué
muchos inmigrantes no hayan querido
acercarse a su Legación y dejar huella en sus
registros.
La “colonia francesa” de Texcoco
Sabemos que Eugène también vivió en
Texcoco, donde trabajó en una fábrica de
vidrio y formó una familia. Por lo que conviene
examinar cuál era la situación de los franceses
en esa comunidad que apenas en 1861 ganó el
título de ciudad.
No existe mucha información al respecto
pero encontramos un registro de franceses en
Texcoco para el año de 1886, que da algunas
52
luces al respecto. Y que permite ver
retrospectivamente lo que era 18 años antes.
En la lista se cuentan 53 miembros: 12
hombres, 10 mujeres y 31 niños. Una
comunidad para nada pequeña, dadas las
dimensiones del pueblo. La lista detallada
contiene nombre, edad, lugar de nacimiento,
estado civil, número de hijos, profesión y
residencia. Ahí aprendemos que la colonia
francesa cuenta con sólo 13 jefes de familia:
siete hombres casados, una viuda y cinco
solteros. Los niños son 26.
Por medio de las prácticas de los inmigrantes galos,
realizadas en sus negocios y actividades, no sólo se
introdujeron saberes, técnicas y oficios nuevos, sino que
además se transmitieron principios y valores que
alimentaron a la sociedad mexicana. Los periódicos, las
librerías y las escuelas, participaron también en la
reproducción de valores y modelos de vida.
De esta comunidad gala llama la atención
que la mayoría manifiesta ejercer la profesión
de vidriero, lo que hace suponer que trabajan
para una fábrica de vidrio, en total ocho. Y de
ellos cinco son originarios del mismo pueblo:
Rive-de-Gier, en la Loire, cerca de Lyon y
Saint Etienne, lo que supone una emigración
52
CADN, Legation française à Mexico, Serie B, carton 81, “Implantation française au Mexique au 30 mai
1886”, y “Recensement des Français et de leurs familles résidants à Texcoco et dans ses localités”.
Una época clave en la historia
35
l
en cadena. Los cuatro restantes son hijos de
dos de ellos. La lista es ilustrativa:
Zeller, Jean-Baptiste, 56 años, casado, tiene siete
hijos no naturalizados
Frantz, Victor, 53 años, casado con tres hijos
naturalizados
Baichot, Joseph, 44 años, casado, cinco hijos no
naturalizados
Baichot, Joseph jr., 21 años, nacido en España,
naturalizado francés
Baichot, Jacob, 19 años, nacido en España
naturalizado francés
Gagnier, Eugène, 30 años, casado, un hijo
Raymond, Jean-Baptiste, 33 años, soltero
Rapp, Achiles, 28 años (Aveyron), soltero
Por sus edades podemos suponer que Jean
Zeller, Victor Franz y Joseph Baichot llegaron
en la época en que Eugène vivió en Texcoco
(entre 1859 y 1865) y tendrían entre 20 y 30
años. Podemos suponer también que se
casaron, tuvieron hijos y vivieron en ese lugar.
Y que esas familias y esos niños convivieron
con los de Eugène.... pero no dejan de ser
suposiciones.
En todo caso las preguntas son más
numerosas que las respuestas y merece la pena
formular algunas: ¿Cuál fue la actitud de
Eugène frente a sus compatriotas en la ciudad
de México y en Texcoco?, ¿cómo se insertó
en ese mundo de inmigrantes al que no sólo
pertenecía por cultura y lengua, sino también
por complicidad en su auto exilio?, ¿cómo
logró formar una familia?, ¿cuál fue el
entramado de situaciones políticas y
circunstancias en las que tuvo que tomar
decisiones y posiciones?
53
III. El paisaje político: dos proyectos de nación
En el largo trayecto desde Veracruz a la
ciudad de México, Eugène se informó sobre
la situación política. Notó la agitación y
escuchó hablar sobre el levantamiento del
general Juan Álvarez contra el gobierno. Le
comentaron que Santa Anna era el hombre
fuerte del país, que con principios políticos
cambiantes —republicano, centralista,
conservador, clerical, militarista y
monarquista— pudo dirimir la confrontación
entre los dos partidos más antiguos e
influyentes: el conservador y el liberal, y pudo
controlar los hilos del poder por más de treinta
años. Desde marzo de 1854 enfrentaba una
oposición armada que se extendía cada día
más.
Se trataba de un grupo de liberales,
encabezados por el viejo insurgente Juan
53
Álvarez que apoyado en militares jóvenes,
activos comerciantes, el bajo clero y sectores
urbanos se oponía a las pretensiones
monárquicas de Santa Anna. En el Plan de
Ayutla, este grupo exigía regresar a las
libertades civiles, cancelar los fueros de que
gozaban el clero y los militares, eliminar la
ingerencia de la Iglesia en la vida política,
desamortizar sus cuantiosos bienes, dividir la
propiedad agraria, garantizar la libertad de
cultos y crear un gobierno representativo
basado en la división de poderes. Para ello se
proponían deponer al “dictador”, llamar a
elecciones y establecer un constituyente que
redactara una nueva Carta Magna. Las tropas
del gobierno no habían podido acabar con
ellos. En diciembre la situación era incierta.
El general Juan Álvarez participó en la guerra de independencia al lado de Vicente Guerrero.
L 36 Javier Pérez Siller
la alta sociedad urbana— había alcanzado un
gran prestigio. Después de la separación de
Texas, 1836, José María Gutiérrez de Estrada
había propuesto la idea de establecer una
monarquía bajo la protección de alguna casa
real europea. Creía que sin el respaldo del
Viejo Mundo, el país caería víctima de la
expansión de los angloamericanos. La invasión
de los Estados Unidos y la pérdida de la mitad
del territorio, 1846-1849, dieron razón a esas
ideas y fortalecieron la popularidad del
partido conservador. Apoyado en una
sublevación militar, Santa Anna regresó al
poder en abril de 1853 y formó un gobierno
bajo la dirección de Lucas Alamán, líder de
los conservadores.
Alamán quería adoptar un modelo
monarquista y apoyarse en Francia para
lograrlo. En una conversación con el ministro
de ese país, André Levasseur, reveló sus
aspiraciones:
Animados por sus partidarios, desde la independencia dos
proyectos de nación se enfrentaron: el monárquista y el
republicano. Ante la separación de Texas, 1836, Gutiérrez
Estrada publicó una carta al presidente donde advertía que
el país podría ser víctima de la expansión norteamericana y
proponía establecer una monarquía católica y absoluta con
un príncipe europeo, como remedio para salvar al país.
Decía que ese sistema se “acomoda a las tradiciones, a las
necesidades y a los intereses de un pueblo que desde su
fundación fue gobernado monárquicamente”.
También le dijeron que desde los años 1840
el partido conservador —formado por
militares de carrera, alto clero, hacendados y
…en Francia, sobre todo, fundamos nuestras
esperanzas pues sabemos lo que ha hecho y aún puede
hacer por nosotros. A la población francesa establecida
en nuestro territorio debemos el desarrollo de todas las
artes útiles [...] queremos alentar lo más posible la
emigración francesa hacia México [...] pero para atraer
a los franceses es necesario que les garanticemos una
protección fuerte y justa [...] usted sabe cuáles
principios políticos queremos hacer prevalecer aquí, son
los que su ilustre soberano ha sabido imponer
valientemente en Francia y fortalecido en Europa [...]
Queremos calcar nuestras instituciones de las de
Francia, incluso querríamos seguir su ejemplo hasta
54
el fin estableciendo aquí una monarquía hereditaria...
54
Lilia Díaz, Versión francesa de México. Informes diplomáticos, 1853-1867, México, El Colegio de México, Vol. 1,
pp. 42-43.
Una época clave en la historia
37
l
Sin embargo, una pulmonía cortó la vida de
Alamán, y fue remplazado por líderes
militaristas que vaciaron de perspectiva sus
proyectos: se acentuaron los rasgos represivos,
se fortalecieron los fueros de la Iglesia y de
los militares y, con la venta del territorio de la
Mesilla a los Estados Unidos, por diez millones
de pesos, de los cuales solo recibió siete, Santa
55
Anna perdido toda legitimidad.
Al llegar a la capital, en esos primeros días
de diciembre, Eugène fue testigo de un
plebiscito donde se consultaba si Su Alteza
Serenísima —título oficial atribuido al
presidente Santa Anna— debería o no
continuar a gobernar con los poderes y
facultades dictatoriales que se le habían
56
atribuido. Los resultados oficiales fueron
dados a conocer el sábado 3 de febrero de
1855. Para celebrar la continuidad la ciudad
permaneció iluminada hasta el lunes 5, por ser
el día de San Felipe de Jesús, beato mexicano...
La Revolución, mientras tanto, ganaba
adeptos y se extendía a todo el país. El coronel
Ignacio Comonofort se había adherido a ella,
así como algunos intelectuales de gran prestigio
exilados en Nueva Orleáns. Las campañas que
dirigieron Comonfort en Michoacán, los
triunfos alcanzados por el general Santiago
Vidaurri en el Norte y las tentativas de
conspiración que estallaron en la ciudad de
México, desde julio, obligaron a Su Alteza
Serenísima a abdicar. Así, en medio de la
algarabía popular que constató Eugène, el 16
55
de septiembre los revolucionarios entraron a
la capital. Eligieron un gobierno provisional
presidido, primero, por Juan Álvarez y luego
por Comonfort, y nombraron ministros a
Benito Juárez, Melchor Ocampo, Ponciano
Arriaga, Guillermo Prieto y José María
Lafragua.
El triunfo del Plan de Ayutla significó el
inicio de la confrontación entre las nuevas
generaciones de liberales y conservadores.
Los viejos que habían participado en la
independencia y dominado la esena política
—representados por Santa Anna y Juan
Álvarez— pasaban a la historia, mientras que
los jóvenes, evocando modelos monarquistas
o republicanos, se empeñaron en diseñar el
futuro del país. El proceso abarca tres fases:
la de Reforma, 1855 a 1857, donde se
confrontan concepciones jurídicas para dar
forma y sentido a la sociedad; la guerra de
tres años, 1858 a 1861, donde se miden y
enfrentan por la vía de las armas; y la de la
intervención, 1861 a 1867, donde con el apoyo
externo de Napoleón III los conservadores
legitiman el Imperio de Maximiliano, y los
liberales, apoyados en un complejo juego
geopolítico, resisten y alcanzan el triunfo.
La lucha por las leyes
Una vez en el poder, entre noviembre de 1855
y noviembre de 1857, los liberales pusieron
en marcha su reforma en tres frentes: el
El 30 de diciembre de 1853 termina el arreglo de una disputa territorial que había “comenzado” en abril
entre los gobiernos de Nuevo México y el de Chihuahua. Después de amenazas diplomáticas, movilización
del ejército americano a la frontera, el gobierno firmó un tratado y recibió como indemnización 10 millones
de pesos.
56
El plebiscito se organizó desde el 1ero de diciembre de 1854. En la Ciudad de México los resultados de
la votación fueron: 12452 votos por el SI, y uno por el NO, cifras oficiales.... Le Trait Union, 12 de diciembre
de 1854, No. 13, Vol. 12.
L 38 Javier Pérez Siller
jurídico, el político y el militar. En el terreno
jurídico se diseñan, discuten, aprueban y
aplican algunas leyes que tienden a separar la
Iglesia del Estado —“Ley Juárez” que suprime
los fueros militares y eclesiásticos, “Ley
Lafragua” que da la libertad de imprenta, “Ley
Lerdo” que impone la nacionalización y venta
de bienes de la iglesia, “Ley Iglesias” que
suprime los derechos y obvenciones
parroquiales— , aseguran la secularización de
la vida pública y permiten seamortizar algunos
bienes de la Iglesia para minar su poder
material y “hacer circular la riqueza”. Esta fase
concluye el 5 de febrero de 1857 con la
aprobación de la Constitución, liberal,
republicana y laica; ¡día de San Felipe de Jesús!
En el terreno político la agitación fue
máxima: se llamó a elecciones para formar al
constituyente —que inició sus trabajos el 17
de febrero de 1856—, se for maron
numerosos clubes en la capital y principales
ciudades del país donde se discutían todo tipo
de proyectos. La prensa se convirtió en una
generadora de opinión sobre los modelos a
seguir. Es el momento de mayor actividad e
influencia de los periódicos galos: Le Trait
d’Union y L’indépendant. En los foros públicos
se respiran las ideas emanadas de la
Revolución francesa, sus modelos políticos y
sociales, la Declaración de los derechos del
hombre, las for mas de gobierno, la
57
distribución de la tierra.
Pero también es el momento de mayor
crítica por parte de la diplomacia gala hacia el
proyecto liberal: se opone a la separación de
la Iglesia y el Estado, a la secularización de la
La habilidad del general Santa Anna le ayudó para convertirse
en mediador necesario entre los partidos y mantener las
riendas del poder. Sus posturas republicana, centralista,
conservadora, clerical y hasta liberal dependían de las
circunstancias. Ofreció apoyo a Maximiliano para combatir
a Juárez, al ser rechazado, escribió a Don Benito para ofrecer
su espada...
vida social, y apoya las gestiones de
conservadores —Gutiérrez Estrada,
Almonte, Radepont, T. Murphy— que
solicitan la intervención de Napoleón III para
establecer una monarquía y crear un equilibrio
58
ante las pretensiones de Estados Unidos.
En varias ocasiones Alexis de Gabriac acusa
a sus compatriotas, en particular a René
57
Para la influencia de los modelos franceses en esta fase ver: J. Covo, Las ideas de la Reforma en México (18551861), México, UNAM, 1983.
58
Ver: Lilia Díaz, “Embajadores de Francia en la Intervención”, en Historia mexicana, México, El Colegio de
México, Vol. XXXVIII, No.1, 1988, pp.5-42.
Una época clave en la historia
39 l
Masson y Charles de Barrès, de tener
posiciones “republicanas exaltadas”, de
favorecer “la lucha entre castas y grupos” y
de ser financiados por Miguel Lerdo de
Tejada, ministro de Hacienda.... al punto que
el 10 de julio de 1856 un grupo importante
de franceses hizo una manifestación, frente a
las oficinas de la Legación, para protestar
contra su actitud conservadora y la política
expansionista de Napoleón III en Italia.
El gobierno tuvo que hacer frente a la
oposición clerical que se opuso usando todos
sus medios para impedir la aplicación de las
leyes reformistas. Se negaron a que los
burócratas jurasen la Constitución,
castigándolos hasta con la excomunión para
aqullos que así lo hicieran. Algunos obispos
alentaron la subversión y fueron amonestados;
el de Puebla, Pelagio Antonio de Labastida y
Dávalos fue expatriado y la Compañía de
Jesús fue suprimida. El Papa Pío IX —que
enfrentaba las tropas republicanas de
Garibaldi con la ayuda francesa— condenó
las leyes “Juárez” y “Lerdo”, mientras que en
Guadalajara, en una ceremonia solemne, el
obispo decretó la excomunión al Presidente
y a sus ministros. Los liberales trataron de
negociar con la Iglesia, enviaron una
representación a Roma para firmar un
concordato (práctica que desde Napoleón I,
1803, se venía aplicando) pero no fue recibida
por su Santidad. En medio de ese ambiente
de oposición creciente, que seguramente
constató Eugène, se realizaron las primeras
elecciones presidenciales. El 18 de noviembre
de 1857, el Congreso declaró presidente
constitucional a Ignacio Comonfort y
proclamó a Benito Juárez presidente de la
Suprema Corte de Justicia.
Agotado el terreno de las ideas, de las leyes
y de la negociación, la confrontación se
L 40 Javier Pérez Siller
desplazó al campo militar. Después de dos
sublevaciones fallidas —una encabezada por
los generales Félix Zuloaga y Haro y Tamariz
a fines de 1855, y la otra por el general Orihuela
en Puebla, octubre de 1856— los
conservadores lanzan el Plan de Tacubaya, en
diciembre de 1857, que exige la suspensión
de la Constitución y de las leyes reformistas,
llama a un nuevo constituyente, pero reconoce
la autoridad del presidente. Comonfort
titubea, por unos días se unie al Plan, luego se
arrepiente y Zuloaga aprovecha para
sublevarse en la capital y hacerse cargo del
poder Ejecutivo, derogar la Constitución y
establecer un régimen conservador.
Los republicanos, por su parte,
contraatacan. En calidad de presidente de la
Suprema Corte de justicia, Benito Juárez
reclamó la presidencia —de acuerdo a la
Constitución de 1857— y restableció el
gobierno constitucional en Guanajuato.
Rapidamente su autoridad fue reconocida por
muchos gobernadores, pero su debilidad
militar lo obligó a peregrinar, de una ciudad a
otra, para refugiarse de las tropas
conservadoras hasta que llegó a Veracruz, en
mayo de 1858, restableció el gobierno y
declaró al puerto capital de la República.
Un país con dos presidentes
Inicia así “la guerra de tres años”, en la que
conservadores y republicanos se disputan
pedazos de legitimidad y de territorio: los
primeros desde la ciudad de México, bajo la
presidencia, primero, de Zuloaga, luego, del
joven general Miguel Miramón. Y los
segundos desde Veracruz, con Benito Juárez
y sus ministros. Los conservadores controlan
la metrópoli y los estados del centro y el Bajío;
los liberales Veracruz, los estados del Golfo
“Fue tal el escándalo causado por la Constitución” (Justo
Sierra). “Desde que llegó a mis manos […] sentí la necesidad
de amonestar a los fieles... no podían prestar el juramento
prevenido en ella sin hacerse reos de un pecado muy
enorme” (Obispo Munguía). “Usaré todos los medios
que caben a mis facultades, para sostener ese Código
sagrado cooperando al desarrollo de los principios
humanitarios que contiene, a fin de que eche raíces
profundas en los corazones de los mexicanos” (Benito
Juárez).
y del norte. Ambos crean leyes favorables a
su proyecto, dirigen la administración, buscan
ganar batallas y negocian apoyos externos.
La actitud de las potencias ante los dos
gobiernos fue distinta. Mientras que España,
Estados Unidos y Hamburgo reconocieron a
Benito Juárez, las otras, encabezado por
Francia, se iclinaron ante Zuloaga y Miramón.
Este último negoció el tratado Mont-Almonte
con España donde se comprometió a pagar
exageradas reclamaciones españolas. A pesar
de la protesta del gobierno de Juárez y de
algunas potencias, el tratado fue aprobado y
firmado en París. Los conservadores lograron
así una victoria diplomática que coronaron
con un préstamo concedido por el banquero
59
Jean-Baptiste Jecker; a cambio de reconocer
una deuda de 15 millones de pesos, el
gobierno de Miramón sólo recibió 723 mil
en efectivo y 468 mil en vestuario y equipo
militar usado.
Los Estados Unidos, por su parte,
reconocieron al gobierno de Benito Juárez y
enviaron a su representante, Robert MacLane,
a negociar un tratado que otorgó a Estados
Unidos el derecho, a perpetuidad, de tránsito
por el istmo de Tehuantepec. El tratado no
fue ratificado por el Senado norteamericano,
pero dio legitimidad internacional al gobierno
republicano y abrió las puertas para apoyos
militares y financieros, aunque tuvo —sigue
teniendo— un costo político muy alto para
los liberales.
Fue durante este periodo, —enero de 1858
a diciembre de 1860— cuando las gestiones
de la diplomacia francesa se activan. No sólo
porque el vizconde de Gabriac difunde sus
ideas monarquistas, sino porque apoya las
gestiones en Europa de los monarquistas
mexicanos y trata de convencer a París de la
59
Jecker nació en territorio francés, ahora suizo, llegó a México en los años 1840, se dedicó al comercio,
participó en varias sociedades, la primera Jecker, Labadie y Cavalier, otra la de Jecker, de la Torre y Cía. y
apoyó a los filibusteros franceses que invadieron Sonora entre 1852 y 1854. Antes de otorgar el préstamo
quebró y se quedó con 113 mil pesos de la Société française et suisse de prévoyance, que se dice que pagó durante
el Imperio.
Una época clave en la historia
41
l
necesidad de una intervención en México,
alegando argumentos geoestratégicos: “frenar
la influencia angloamericana, establecer un
equilibrio y fortalecer la presencia francesa en
60
el Caribe”. Se dedica, además, a denunciar
61
la simpatía pro liberal de algunos franceses.
En una carta a París reconoce: “es curioso
constatar que hoy los extranjeros están
divididos en dos campos: del lado de los
conservadores, los españoles; del lado de los
62
radicales, los franceses”. Su influencia entre
el cuerpo diplomático y el gobierno de
Miramón creció de forma desmedida. Al
punto que, a pesar de la insistencia de sus
compatriotas para pedir su protección, el
periódico Le Trait d’Union fue suspendido por
el gobierno conservador y René Masson fue
perseguido, encarcelado y se vio obligado a
63
salir en exilio hacia Nueva Orleáns.
La guerra entre los proyectos era a muerte.
Atrincherados en las dos capitales: México y
Veracruz, sus ejércitos trataron de conquistar
la plaza enemiga. En 1859, mientras Miramón
se lanza contra el puerto, Santos Degollado
sitia la capital —de marzo 18 al 11 de abril—
pero fue derrotado. En marzo de 1860,
Miramón compra unos buques españoles en
la Habana, intenta sitiar Veracruz por tierra y
60
atacar por mar, pero la corbeta Saratoga, de
la armada de Estados Unidos, los detiene...
es el famoso “incidente del puerto de Antón
Lizardo” sobre el que José Manuel Hidalgo
protestó ante el ministro de relaciones
exteriores de Francia y pidió ayuda de
Napoleón III para hacer frente a los Estados
Unidos que favorecían:
[…] al partido demagogo de Veracruz [ y] ha
tomado la costumbre de hacer todo lo que le plazca en
América sin preocuparse ni de Europa ni de la opinión
general que tan severamente reprueba sus actos ...
México se dirige con firmeza a S.M. el emperador
Napoleón, y espera que el gobierno francés no le faltará
en estos momentos en que se trata de salvar una
nacionalidad de la raza latina y de hacer respetar los
64
derechos de las naciones.
En septiembre de 1860, las fuerzas liberales,
por su parte, expropian una conducta de plata,
de particulares de San Luis Potosí, valuada en
más de un millón de pesos que les permitió
65
reorganizar y equipar el ejército. Exhaustas
sus arcas, debilitado el gobierno, con soldados
desmoralizados, Miramón fue derrotado en
diciembre de 1860 en Calpulalpan. El día de
Navidad se refugió en la legación francesa,
Ver A-J Chaudieu, Ob. cit., p.
Es el caso de las denuncias repetidas que envía a París contra los periodistas de Barrès y Masson, y sus
compatriotas Latapie, Desfontaines, Bablot, Caire, Laurier, Prager, Isidoro Deveaux, Gustave y Edourd
Desfontaines, el Dr. des Nolhac, entre otros... Ver: Francisco López Cámara, “Los socialistas franceses en la
Reforma mexicana”, en Historia Mexicana, México, oct-dic 1956, Vol. IX, No 2, pp. 269-273.
62
“Il est curieux de voir aujourd’hui les étrangers divisés en deux camps. Du côté des conservateurs, les
Espagnols; du côté des radicaux, les Français”, Carta del 20 de octubre de 1858, citada por Francisco López
Cámara, Op. cit., p.270.
63
Sobre la prohibición del periódico, su cambio de nombre, la suspensión definitiva, y el arresto y exilio de
Masson ver : F. Dasque, René Masson das le Trait d’Union. Journal français universel, Méixco, CEMCA-UNAM, 1998,
pp. 287-289.
64
Lilia Díaz, “Embajadores... Op. cit., p.26.
65
Por este acto Juárez pidió la renuncia de Santos Decollado, quien fue sustituido por González Ortega.
61
L 42 Javier Pérez Siller
donde el nuevo ministro, Dubois de Saligny,
le ayudó a salir rumbo a Europa; fue recibido
como estadista por Napoleón III y la Reina
Isabel II. El sueño de una monarquía para
México seguía ganando promotores y
numerosos adeptos en el Viejo Mundo.
El paciente Emperador abandonado
El triunfo de los republicanos era efímero. Si
Juárez fue recibido con entusiasmo y algarabía
el 11 de enero de 1861, en la ciudad de México,
la lucha se había desplazado a nivel
internacional. Su gobierno podía continuar
sembrando la reforma pero no podía tocar
los intereses extranjeros. El decreto de
suspensión de los pagos de la deuda externa,
julio 17, fue dio motivos para que los
representantes de Gran Bretaña y Francia se
uniesen, rompieran relaciones con el gobierno
de Juárez y fabricaran el pretexto de la
intervención.
Esa noticia activó el anhelo del grupo de
mexicanos conservadores que se encontraba
en Europa. Los más activos fueron Gutiérrez
de Estrada, Juan N. Almonte y José Manuel
Hidalgo. Este último se había ganado la
simpatía de la emperatriz Eugenia y de
Napoleón III . En una entrevista con el
emperador se refirió a lo ocurrido en México
y señaló:
Inglaterra, del mismo modo que Francia y España,
irritados por la política de Juárez, enviará barcos a
nuestros puertos. Ahí tenemos, Majestad, la
intervención inglesa que necesitábamos, Francia no
procederá sola […] México ante las tres banderas
unidas, reconocería todo el poder y la superioridad de
66
Hasta 1867 los diplomáticos franceses apoyaron las causas
de los conservadores. Durante las negociaciones con la
comisión tripartita, el conde Dubois de Saligny se opuso a
todo entendimiento con el gobierno y presentó exigencias
imposibles: el pago de 60 millones de francos por
reclamaciones de súbditos franceses y la totalidad de bonos
Jecker. Había llegado a México nombrado por
recomendación de Morny, medio hermano de NapoleónIII,
que poseía un porcentaje de los bonos Jecker...
esta alianza y la inmensa mayoría del país podría
apoyarse sobre las potencias intervencionistas, aniquilar
a los demagogos y proclamar la monarquía, que es lo
66
único que puede salvar a la nación...
La convención de Londres, octubre de 1861,
entre los representantes de España, Francia y
Gran Bretaña fue el pacto para mandar las
escuadras a México. Pero la coyuntura
internacional ya era favorable. El 12 de abril
había estallado la guerra de secesión en
Estados Unidos y Napoleón III vio la
Citado en Lilia Díaz, “Embajadores...”, Op. cit., pp.36-37.
Una época clave en la historia
43
l
oportunidad para establecer su arbitraje en
América: apoyar las fuerzas del sur esclavista,
fortalecer un gobierno estable en México y
convertir en realidad su sueño de establecer
un Imperio latino. Las escuadras llegaron a
Veracruz cuando Juárez había derogado la
famosa ley de suspensión de pagos y, a pesar
de que ingleses y españoles quedaron
satisfechos con el Tratado de la Soledad,
Dubois de Saligny —acompañado de Juan N.
Almonte recién llegado de Europa— rompió
el dialogo y dio la orden para que el ejército
francés avanzara.
La resistencia en Puebla, al vencer primero
a las tropas de Lorencez el 5 de en mayo de
1862 y detener, después, al general Forey con
sus treinta mil hombres, en mayo de 1863, fue
precaria. Puebla cayó y, al mando del mariscal
Bazaine, los franceses ocuparon la ciudad de
México el 7 de junio. Para diciembre ya
controlaban la mitad del territorio. Se crea
entonces la Regencia del Imperio, integrada por
Juan N. Almonte, Mariano Salas y el arzobispo
Labastida y Dávalos. Y se ofrece el trono a
Maximiliano, que desde fines de 1861 espera
paciente el momento...
Se firman los tratados de Miramar y con el
apoyo del Papa Pío IX, cuantiosos recursos
otorgados por Napoleón III y el aval de los
reyes europeos, la pareja imperial emprende
la aventura. Llegan a Veracruz y, ante la
solemnidad de la alta sociedad y la febril
contemplación del pueblo, el 12 de junio
entran a la ciudad de México para tomar
posesión de su cargo. La fugaz aventura se
desarrolla en tres momentos. Durante el
primero, junio de 1864 a febrero de 1865,
forma un gobierno mediador —integrado
por conservadores, clericales, pero también
algunos liberales moderados—, amplía las
conquistas militares —del centro y sur, cae
prisionero Porfirio Díaz— y aplica una
L 44 Javier Pérez Siller
política que reconoce la libertad de cultos,
legitima la venta de bienes de la iglesia y da
protección a las comunidades indígenas. Esto
tuvo consecuencias funestas en el segundo
momento, de marzo de 1865 a abril de 1866,
donde pierde todos sus apoyos: lo abandonan
los monarquistas —Gutiérrez Estrada, José
Manuel Hidalgo, Francisco Arrangois—;
recibe las protestas de la Iglesia —arzobispo
Labastida y Dávalos y del Papa Pío IX que
rechaza el armisticio propuesto por la
comisión imperial— y su fuerza interna se ve
totalmente debilitada. La catástrofe inicia
desde abril de 1866 y concluye con su
fusilamiento.
Los republicanos tuvieron fe en la justeza
de su proyecto. La victoria, ciertamente
heroica, de Ignacio Zaragoza fue espiritual y
se convirtió en fuerza movilizadora para la
resistencia republicana ante los
intervencionistas y para articular la unidad
nacional. Frente a la intervención y el Imperio,
el gobierno de Juárez retoma la peregrinación
y se prepara para una larga resistencia: se
establece en San Luis Potosí, luego en
Monterrey, finalmente en Chihuahua y se
refugia en Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez).
Durante tres años, organiza desde ahí la lucha
contra la invasión. “La historia nos juzgará”
respondió a Maximiliano en una carta donde,
además, le reclamó el haber aceptado invadir
un país independiente y usurpar el poder
legítimamente establecido. La batalla era
moral, las armas diplomáticas y la fuerza
residía en la dignidad y soberanía de una patria
y en la certeza de su nacionalidad.
Desde abril de 1865 la situación
geopolítica vuelve a cambiar. Alemania va en
guerra contra Austria para consolidar su
unidad; una potencia emerge. Mientras que en
Estados Unidos los unionistas vencen y
termina la guerra de secesión. En julio
Washington ratifica el reconocimiento del
gobierno de Juárez y exige la salida del ejército
francés. Todo se acelera en 1866:Napoleón III
se da cuenta del enemigo potencial que crece
más allá del Rin y busca aliados. En febrero,
establece un tratado de amistad con Estados
Unidos y fija el retiro de sus tropas de México.
Manda un enviado especial para convencer a
Maximiliano de abdicar y evitar el drama;
hasburgo de origen, su Majestad acepta
pacientemente el patíbulo. En la medida que
salen las tropas francesas, los republicanos
ocupan las plazas, logran sitiar Puebla y vencen
los reductos del ejército imperial. El 29 de
junio de 1867, en el Cerro de las Campanas
concluye la aventura con su vida.
“La patria recobrada”, los juaristas entran
a la ciudad de México el 17 de julio para
restablecer la República, aplicar la
Constitución de 1857 y hacer efectivas las leyes
de reforma. El proyecto había vencido a su
rival, pero aún quedaba el desafío de aplicar
normas que distaban mucho de la cultura que
tenía la soiedad. El fondo del drama eran los
modelos de sociedad que se debatían en
occidente: la libertad contra los privilegios, la
República contra el Imperio, la tolerancia
contra el autoritarismo. Visionario, el gran
Victor Hugo lo había preconisado en su carta
de 1861 enviada a los poblanos:
el atentado contra la República mexicana, continúa
el atentado contra la República francesa. Una
emboscada completa la otra. El imperio fracasará,
así lo espero, en su tentativa infame, y vosotros
67
venceréis.
Llegó por fin el 5 de febrero ¡ Día de San... (¡San Felipe de
Jesús!), señalado para la evacuación de la capital. Desde
muy temprano se quitó la bandera francesa que flotaba en
el palacio de Buenavista y poco después las tropas francesas,
retirándose de los diversos puntos que ocupaban, se fueron
a forma en la calzada de la Piedad y en el Paseo Nuevo [...]
las calles por donde tenían que pasar estaban llenas de una
inmensa muchedumbre en medio de un gran silencio.
(Agustín Rivera).
Las concepciones de sociedad que se
oponían desde fines del siglo XVIII encontraban
tregua: el modelo imperial, monárquico,
jerarquizado y autoriatrio quedaba en el
pasado, mientras que el modelo republicano,
liberal, democrático y tolerante anunciaba el
porvenir. Su aplicación mostraría el arduo
camino por recorrer. ¿Qué tan consciente fue
Eugène de los procesos que vivió el país y de
los que fue testigo?, ¿dé que forma participó
en ellos?, ¿hasta dónde esos procesos
afectaron sus planes o cambiaron su
derrotero?
67
«L’attentat contre la République Mexicaine cotinue l’attentat contra la République Française. Un guet-apens
complète l’autre. L’Empire échouera, je l’espère, dans sa tentative infâme, et vous vaincrez». Carta de Victor
Hugo a los poblanos durante el sitio de 1863.
Una época clave en la historia
45
l
Gobernantes de México
1. Gral. Antonio López de Santa Anna
(20 abr. 1853 al 12 ago. 1854)
Gral. Martin Carrera,
(15 ago. al 12 sep. 1855)
L 46 Javier Pérez Siller
Gral. Juan Álvarez
(4 oct. a 11 dic. 1855)
Gral. Ignacio Comonfort
(11 dic. 1855 a 21 ene. 1858)
en tiempos de Eugene (1854-1868)
Gral. Félix Zuloaga
(23 ene. a 2 feb 1859)
Gral. Miguel Miramón
(2 feb. 1859 a 24 dic. 1860
Lic. Benito Juárez
(19 ene 1858 a 18 jul. 1872)
Integrantes de la Junta Superior de Gobierno
(18 jun. 1863 a 20 may 1864)
Gral. Juan N. Almonte
Arz. Pelagio Antonio de
Labastida y Dávalos
Emperador Maximiliano I
Emperatriz Carlota
(10 abr. 1864 a 15 may 1867)
Nota: Solo presentamos a los más importantes, algunos gobernantes dejaron el puesto un breve tiempo, para simplificar
hemos tomado las fechas extremas. El Arzobispo Labastida y Dávalos se separó de la Junta el 28 nov. 1863, en la que
también participó Mariano Salas.
Una época clave en la historia
47
l
II. Itinerario de Eugène
Pablo Latapí Sarre
Paulina Latapí Escalante
El itinerario de Eugène
l
z
Desde su llegada a México Eugène ejerció el arte de la fotografía y se relacionó con el
medio, aún incipiente, de fotógrafos. En 1855, se sabe que había siete estudios en las calles más
céntricas de la ciudad. Esta foto fue tomada en el estudio de Prevot, ubicado en la calle del
Espíritu Santo N° 1 ½, frente al hotel del Bazar, a sólo dos cuadras del lugar donde Eugène
instalaría su negocio.
L
Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
E
l descubrimiento del paquete
de cartas de Eugène Latapi
Loustaunau escritas a su padre,
fue decisivo para esclarecer no pocos hechos
y circunstancias de su vida en México. Las
cartas detonaron la búsqueda y hallazgos, en
diversos archivos, de otros documentos que
nos permitieron acercarnos a Eugène y
comprenderlo inmerso en sus circunstancias.
Las cartas
Estas cartas,1 escritas a tinta en papel muy
delgado, fueron cuidadosamente guardadas
por su padre y después por sus descendientes
en Arudy. Comprenden 18 años de
correspondencia, desde abril de 1850 cuando
Eugène se encuentra en Pointe-à-Pitre en
Guadeloupe hasta el 12 de diciembre de 1866,
Son 38 cartas que hemos numerado en orden cronológico dirigidas a su padre, con excepción de dos a su
tío François-Eugène y una a su hermano Joseph. El paquete encontrado incluía otros tres documentos: una
comunicación del Courtier de la Bourse, de Bordeaux, a Joseph Latapi sobre la compra de algunas mercancías
ordenadas por el tío François-Eugène para ser enviadas a Guadeloupe; el testimonio notarial por el que los
hijos de Jacques Latapi se obligan a pagar a su padre, mientras éste viva, 240 francos anuales por haber
recibido la herencia de dicho tío; y la carta de Joseph a su hermano Eugène en la que le notifica la muerte de
su padre acaecida el 22 de mayo de 1867 (carta escrita el 25 de junio de ese año). Las familias Labedan y
Lataste de Pau han recuperado otros documentos y actas civiles, que aportaron importantes precisiones
sobre los ascendientes y la familia de Eugène. Sin duda, esta extraordinaria riqueza documental se debe a los
hábitos de una familia de greffiers (escribanos forenses) por cuatro generaciones.
1
El itinerario de Eugène
l
cuando desembarca en Veracruz de regreso
de su último viaje a Francia, poco más de un
año antes de su muerte (15 de noviembre de
1868). Son documentos notables por su forma
y lenguaje que revelan una sólida educación
literaria y familiaridad con el género epistolar;
obedecen a un acuerdo explícito entre Eugène
y su padre de mantener una correspondencia
regular (carta 3).2 En ellas trata Eugène los
asuntos que considera serán de interés para su
padre: estado de salud, situación económica,
negocios y proyectos; proporciona también
información muy interesante, aunque parca,
acerca de su familia y de los acontecimientos
políticos de México.
Lamentablemente no conocemos ni una
sola respuesta de su padre; Eugène alude a
ellas y deja ver que había un intercambio
epistolar regular, aunque de frecuencia
variable: hay una carta en 1851, cinco en 1852,
12 en 1853 (el año con más correspondencia),
cuatro en 1854, tres en 1855, pero en los
últimos años disminuyen: una en 1856, tres en
1857, una en 1858, una en 1859, una en 1860,
una en 1861, ninguna en 1862 ni en 1863, y
una para cada año en 1864, 1865 y 1866.3 El
correo marítimo, vía Veracruz, Nueva York
y París, tomaba sólo tres semanas hasta Izeste
y era más confiable que en la actualidad.
En esta correspondencia se traduce un
sentimiento de respeto y afecto hacia su padre,
aunque también una relación conflictiva en la
que aparecen resentimientos y reproches,
como veremos más adelante; se revelan
asimismo rasgos de una personalidad muy
definida: un carácter emprendedor y animoso
que no se arredra ante las dificultades, un
temperamento efusivo y amiguero que
presume de sus éxitos, la tendencia a destacar
sus cualidades, y una fina sensibilidad por la
justicia. Algunos pasajes sugieren otros dos
rasgos: la tendencia a balandronear y una
imaginación que borda en lo fantasioso. A
partir de estos escritos procuraremos, en dos
partes:
I. Reconstruir el itinerario y los principales
hechos de la vida de Eugène.
II. Analizar algunas cuestiones más
particulares: la relación con su padre, el tema
de su deuda con él, los diversos negocios que
emprendió en México, y sus opiniones
políticas.
I. El itinerario
De la infancia de Eugène tenemos muy poca
información y algunas suposiciones. Nació el
13 de julio de 1824 en Izeste, pueblo que se
encuentra a dos kilómetros de Arudy
(cabecera cantonal) y a 22 kilómentros de Pau.
Perdió a su madre, Anne de Loustaunau, a los
nueve años de edad. El padre era greffier,
(escribano forense) del Juzgado de Paz de
Arudy (circunscripción del Tribunal de
Primera Instancia de Oloron), como lo había
sido el padre de éste, Joseph, y habrán de serlo
también Joseph el hermano mayor de Eugène
y el hijo de éste.4
En adelante los números entre paréntesis remiten a la carta referida.
Prescindimos de las escritas a su tío François-Eugène en 1850.
4
Disponemos de los nombramientos: el del abuelo de Eugène expedido por Napoleón Bonaparte, Cónsul
de Francia el 28 Fructidor de 1799; el de Jacques, expedido por Louis XVIII el 13 de enero de 1819; y el de
Joseph, expedido por Louis-Philippe el 22 de mayo de 1843. El significado de la profesión de greffier, que
2
3
L 52 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
El conocimiento de dos cartas de Eugène Latapi a su padre
–facilitadas en Pau, por Ariane Bruneton, a Javier Pérez
Siller y por éste a la familia Latapí de México-, fue lo que
detonó la presente investigación, cuyo principal y feliz
resultado fue el reencuentro de los Latapí de ambos lados
del Atlántico. Edmond Labedan, entregó a los Latapí de
México otras 38 cartas, escritas por Eugène a su padre,
hermano y tío, que permanecieron celosamente guardadas
durante 150 años en un arcón de la casa Vignalet, en los
Pirineos. Este capítulo reconstruye, a partir de dichas cartas,
el itinerario de Eugène.
Este hermano mayor, Joseph (1815-1897),
el preferido del padre, le llevaba nueve años y
su hermana Anne-Marie, Annette (1819-1875),
a la que siempre tuvo especial afecto (33),
cinco. Nada concreto sabemos de su
educación, suponemos fue esmerada a juzgar
por su manera de escribir y su cultura general.
Una pista sería indagar si fue enviado a estudiar
a Oloron, donde floreció un colegio de jesuitas
cuya construcción aún se muestra,5 o a alguno
de los colegios de Pau.
Por 1848, cuatro años después del
matrimonio de su hermano con Marie
Arribere Grammon y cinco después de que
éste ha sucedido a su padre en el oficio de
greffier, Eugène, de 24 años, decide abandonar
el hogar paterno y marcharse a la colonia
francesa de Guadeloupe en el Caribe, para
trabajar con su tío Francois-Eugène (el cual
nunca se casó) en un negocio comercial de
importación y exportación. Puede suponerse
que esta decisión se debió a la relación
afectuosa que tenía con este tío, cuyo nombre
llevaba,6 no menos que a la convicción de que
en Izeste no tenía mucho futuro, pues Joseph
disfrutaba de los privilegios de la
primogenitura y Annette, al casarse en 1839
con François Langlet, de oficio capador
(hongreur), se había mudado a otra población.
Emigrar a las colonias o al Nuevo Mundo, era
en esos años una alternativa nada inusual para
muchos jóvenes rurales franceses.
nosotros habíamos traducido inicialmente como notario, es más amplio y se acerca más a escribano forense.
El hijo de Joseph, Jean Baptiste, quien muere sin descendencia en 1883, le sucede en 1873.
5
Los jesuitas habían sido restablecidos en 1815 pero ignoramos cuándo funcionó este colegio.
6
En algunos documentos oficiales y en las primeras cartas, Eugène se firma François-Eugène; después
simplemente Eugène o Eug.
El itinerario de Eugène
53 l
En Pointe-à-Pitre
La colonia francesa de Guadeloupe constaba
de siete islas, de las cuales las principales eran
Basse Terre y Grande Terre cuya cabecera era
Point-à-Pitre.7 El cultivo principal era la caña
de azúcar. Las condiciones de vida eran muy
duras y el clima caluroso y húmedo del trópico
agravaba las dificultades.
Este clima le vino mal a la salud de Eugène.
Desde la primera carta se queja de su
enfermedad “…opresión en el pecho,
dificultad para respirar y vómitos con
sangre...” síntomas probables de tuberculosis
que el clima agravaba y de otra dolencia
gástrica; el tema de su salud será una constante
en toda la correspondencia. Los remedios
médicos se reducían a sanguijuelas, pociones
calmantes, baños medicinales, aceite de hígado
de bacalao y guardar cama.8 La búsqueda de
un clima más benévolo será una razón muy
poderosa al decidir sobre sus empleos durante
el resto de su vida.
Pronto Eugène se queda al frente del
negocio pues el tío, también por mala salud,
decide regresar a Izeste donde muere al poco
tiempo. En sus dos primeras cartas, dirigidas
al tío, Eugène le da cuenta de algunos
pendientes: venta del azúcar, de un carruaje y
un caballo, cobro de deudas, etcétera.
Tras la muerte del tío, Eugène permanece
en Pointe-à-Pitre dos años más; en las cuatro
cartas siguientes, escritas desde ese lugar, relata
a su padre asuntos de trabajo y le comenta su
mal estado de salud. A fines de 1851 regresa
también él a Francia en un viaje del que
tenemos pocas noticias (6); pero no llegó
hasta Izeste, y vuelve a Guadeloupe.
Finalmente, el 15 de noviembre de 1852,
regresa a Francia en el barco Orinoco con
ánimos de permanecer ahí, pues le han
ofrecido un buen empleo en una compañía de
seguros de Limoges (5).
En Limoges
A su paso por Southampton, el buque es
puesto en cuarentena por el almirantazgo
inglés a causa de traer enfermos de fiebre
amarilla; días después, precisamente en la fiesta
de Navidad, Eugène viaja a Londres, ciudad
que le causa gran admiración (8); entra a
Francia, pasa por París y se instala
inmediatamente en Limoges (9); ya antes (6),
Estas islas, descubiertas por Colón en su segundo viaje (4 de noviembre de 1493) fueron ocupadas en 1635
por dos franceses (Jean Duplessis y Charles d’Olive), representantes de la Compañía de las Islas de América.
En 1666 la Compañía de las Indias Occidentales sucede a esa y en 1674 vende estos territorios a la corona
de Francia. Para trabajar la caña de azúcar se importan esclavos de África de 1660 a 1848. Los ingleses
ocupan las islas de 1759 a 1763. Pointe-à-Pitre se funda en 1794. Se anuncia la abolición de la esclavitud en
tiempos de la Convención; los finqueros se unen a los ingleses, pero son vencidos por Víctor Hugues con el
apoyo de los negros. Sin embargo, en 1802 se restablece la esclavitud; los ingleses vuelven a ocupar las islas
en 1810-1814 y en 1815-1816. Finalmente, queda prohibida la trata de negros en 1815 y en 1833 se establece
un Consejo Colonial. La abolición definitiva de la esclavitud tiene lugar en 1848 por Shoelcher, por orden de
Napoleón III, precisamente por los años en que Eugène llega a la colonia. La producción de azúcar, el
principal cultivo, se desploma por 1860. Actualmente, desde 1946, la Guadeloupe es un Departamento de
Ultramar; en los ochenta fueron frecuentes los atentados y motines independentistas. La población total de
estas islas a mediados del siglo pasado se estima en unos 120 mil habitantes, mezcla de negros, mulatos,
creoles (blancos nacidos en las Antillas) y algunos europeos.
8
Posteriormente, en la travesía a Inglaterra en 1852, cae enfermo de fiebre amarilla.
7
L 54 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
Nombramientos de greffier, escribano forense de la corte de paz, a favor del abuelo de Eugène, Joseph Latapi. Dice:
“Bonaparte, primer Cónsul de la República, nombra al C. Latapi, antiguo escribano, para cumplir la función de escribano
de la justicia de paz del Cantón de Arudy, del 1er tribunal de primera instancia del distrito de Oloron, 28 fructidor del año
10 de la República (15 sep. 1802)”.
le había advertido a su padre que no podría
llegar a verlo en Izeste, pero que procuraría
hacerlo en la primera oportunidad (6 y 7). El
viaje a bordo del Orinoco le causa gran
admiración por la esplendidez de las
instalaciones, el servicio y las comidas; se queja
de haber sucumbido a la fiebre amarilla, lo
cual le ha dejado una gran debilidad y dolores
de cabeza (7).
Su trabajo en la compañía de seguros,
dirigida por M. Charanton (con el cual y con
cuya esposa establece una relación de gran
afecto) consiste en la administración y, sobre
todo, la correspondencia con los clientes;
también la dirección e inspección de las
oficinas que dependían directamente de la
Dirección General (9); aspira a ser nombrado
inspector de los establecimientos de la región
y con este objetivo emprende el estudio de
los códigos civil y de comercio. Sin embargo,
su mala salud continúa (10) y por ello, en julio
de 1853, parte a Agen para tomar los baños
de Cauterets, pasando por Francescas donde
vive Annette (13).(ver mapas al final del
capítulo) Ya en Francescas invita a su padre a
ir a verlo ahí (13), invitación a la que el padre
no corresponde. Regresa a Limoges donde
se agravan sus dolencias (15, 16) por la
El itinerario de Eugène
55 l
humedad del clima: sangra por la boca y se
siente muy debilitado. Partirá nuevamente a
Lot et Garonne para que lo cuide su hermana
y volverá a invitar a su padre a visitarlo ahí
(17), lo que tampoco sucede.
Es ascendido a inspector y secretario del
Consejo de Administración de la compañía
de seguros, lo cual implica viajar por la región
(17); por su precario estado de salud los
médicos le recomiendan el clima de Algeria o
Italia. Aunque su padre lo invita a curarse en
Izeste –lo que él califica como un ofrecimiento
“…muy afectuoso…” de toda la familia (18)–
no viaja allá por considerar que el clima natal
tampoco le sentará bien. Por su mala salud
tiene que renunciar al puesto de inspector (20)
el cual implicaba viajes continuos, decisión en
la que ve “…otra carrera frustrada…” a causa
de su salud.
En enero de 1854, ya fuera de la compañía
de seguros (de la que también se ha retirado
por enfermedad su amigo M. Charanton), hace
un rápido viaje a Bordeaux relacionado con
un asunto pendiente del tío François-Eugène,
y se dirige después a París (22) donde consulta
a médicos sobre su dolencia “…de pecho y
estómago”.
Es durante esta estancia en París, que se
prolonga varios meses de 1854, cuando
aparece México en el horizonte; la posibilidad
de viajar a este país se debe, en primer lugar,
al buen clima que será beneficioso para su
salud (23), por lo cual ha empezado a aprender
el arte de la fotografía, con lo que cree que
podrá sostenerse al llegar allá; y, en segundo
lugar, al proyecto de un negocio, pues dice
que hará “…un viaje de exploración, estudiar
el país, sondear el terreno y preparar los
caminos para una empresa planeada desde
París con algunos de mis amigos…” (24); será
un viaje de sólo un año.
Llegada a México
Zarpa de Havre el 3 de noviembre de 1854
en el barco Léontine; es la tercera vez que sale
de Francia. Debe haber llegado a Veracruz a
fines de noviembre, aunque su documento
oficial de ingreso al país, expedido por el
gobierno de Santa Anna, está fechado en la
ciudad de México el 27 de febrero de 1855;
tenía entonces treinta años. México le
maravilla: “…la región más bella de la tierra;
la naturaleza la ha dotado de sus tesoros y
maravillas…” (25).
La República Mexicana tenía a la sazón
ocho millones de habitantes y su capital unos
170 mil. Calificada por el viajero inglés Charles
Joseph Latrobe la Ciudad de los Palacios, contaba
con magníficos edificios coloniales que
superaban los de las demás capitales de las
excolonias españolas; fuera del centro, sin
embargo, el desarrollo urbano adolecía de
grandes deficiencias.9
Las dificultades políticas del país a raíz de
la Guerra de Independencia (1810-1821)
habían provocado una gran inestabilidad e
inseguridad. Eugène debe haber contado, en
la capital, con algunos contactos en la colonia
francesa, para orientarse en el nuevo contexto.
La ciudad se extendía: por San Cosme hasta la colonia Santa María la Ribera que empezaba a fraccionarse;
entre Balderas y Bucareli había ya edificaciones; nuevas construcciones adornaban las calles Ancha (Luis
Moya) y Revillagigedo; atrás de la Plaza de Toros se empezaba a fraccionar el Rancho de San Rafael y la
colonia de Los Arquitectos. La avenida Reforma aún no se trazaba; ordenó abrirla Maximiliano como
Calzada del Emperador. (Enciclopedia de México, 1976: vol. VIII, pp. 507ss.).
9
L 56 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
Instala su estudio de fotografía al cual nos
referiremos más adelante; aunque habla de
regresar a Francia en julio de ese año, aplaza
después la fecha a octubre y no viene a hacerlo
sino hasta dos años después, en junio de 1857.
El clima de México le sienta espléndidamente y la belleza del país le encanta; la
situación política, en cambio, le parece
desastrosa: califica a Santa Anna de “…tirano
vulgar y cruel que imita a nuestro innoble
Napoleón…” (26).
Viaje a Nueva York y a París
A fines de mayo de 1857, escribe a su padre
desde Nueva York (29) donde lleva ya dos
meses como turista; su salud ha mejorado
notablemente; y en vez de regresar a México
decide viajar a Francia por dos o tres meses,
lo hace en el vapor Arago que zarpa de Nueva
York rumbo al Havre el 2 de junio; será, dice,
un viaje de negocios, probablemente para
discutir el establecimiento de la sucursal
comercial. Ha perdido su pasaporte y demás
documentos, pero confía en que la policía le
permitirá ingresar a Francia sin ellos. Esta
estancia en París, pasando por Bordeaux y
Agen, donde esperó sin éxito saludar a su
cuñado Langlet, será breve. El proyecto de ir
a Izeste en agosto es nuevamente sacrificado
(29); se embarca en Havre de regreso a México
el 25 de septiembre.
“Carta de seguridad” expedida por el gobierno de Santa Anna
a favor de Eugène Latapi con su filiación. Este documento
que se encuentra en el Archivo General de la Nación está
fechado el 27 de febrero de 1855; por sus cartas sabemos
que llegó a finales de noviembre del año anterior. En él se
plasmaron algunos rasgos físicos como una cicatriz en el
“carrillo izquierdo” (del pómulo a abajo de la mandíbula)
así como su estatura (1.76 mts.).
Quebranto económico
Al llegar a México escribe que su socio en la
fotografía lo ha robado miserablemente y ha
arruinado el negocio; “…tres años de trabajo
perdido…” (31). Afirma tener que renunciar
a la ambiciosa idea que venía acariciando:
realizar un viaje alrededor del mundo
tomando fotografías, lo que hubiese sido un
El itinerario de Eugène
57 l
gran negocio. También dice verse obligado a
renunciar al deseo de establecer una empresa
comercial dada la inestabilidad del país, pero
no pierde la esperanza de tiempos mejores.
La guerra civil ha estallado; se combate en
Veracruz, Tampico y San Luis Potosí por lo
que los negocios se entorpecen seriamente.
Por fortuna sus amigos 10 lo apoyan
económicamente y le infunden ánimos (32);
proyecta dar clases particulares de francés y
de química para sostenerse, pero, pese a todo,
no pierde la esperanza (32). Esta situación se
prolonga por más de un año (incluyendo el
episodio de su encarcelamiento), pues en
mayo de 1859 (33) informa que aún continúan
sus penalidades financieras, en un contexto muy
difícil para cualquier negocio debido a las
luchas entre los partidos conservador y
republicano.
La prisión y el encuentro con Juanita
En marzo de 1859 Eugène fue arrestado y
encarcelado. Ello sucedío en el contexto del
sitio que los constitucionalistas impusieron a
la capital y que hizo que el gobierno conservador expidiera una ley de excepción por
la cual se detuvieron los sospechosos. En
mayo de ese año relata que “…acaba de pasar
tres semanas en las prisiones políticas bajo el
cargo de conspiración contra el gobierno
clerical y a favor del partido republicano…”
(33). Él considera esta acusación enteramente
infundada, pues jamás ha tenido ni siquiera la
idea de interferir de cerca o de lejos en los asuntos
internos de México; tan fue injusta su
detención, argumenta, que lo liberaron sin
proceso ulterior. Por esto eleva “…una
enérgica protesta contra el gobierno
mexicano…” y le reclama diez mil pesos11 de
indemnización. Ésta, por cierto, nunca llegó;
no fue apoyada por el gobierno de Napoleón
III; Eugène siguió pensando que se le pagaría
cuando Inglaterra y Francia otorgaran a
Maximiliano un préstamo de cien millones de
pesos, lo que nunca sucedió.
Un año y tres meses después de notificar a
su padre su encarcelamiento y liberación
(concretamente el 24 de julio de 1860), le
escribe (34) informándole que en la prisión
conoció a la joven mexicana Juana Rangel (la
nombra sólo como Juanita en la carta) con la
cual ha tenido ya un hijo y ha decidido
Son frecuentes las referencias a sus amigos cuyos nombres no da.
Eugène usa la denominación piastras. Respecto al valor del peso de plata mexicano en esa época, no existe
una serie histórica de sus equivalencias, pero el peso era firme. A mediados del siglo, cinco pesos equivalían
a una libra esterlina (con variaciones de 15 centavos); hasta 1867 había paridad del peso y el dólar. Una
especialista, Margarita Guevara, nos proporciona esta cita sobre la equivalencia con el franco: (Expediente
número cvviii, 1832: Valor de la moneda mexicana en Europa, 4849, 23, ix, 32: Chaviteau Hnos y Cía. [de París]
a Mangino). En respuesta a una consulta, le informa que “…los pesos y la plata, como la grana y cualquier
otro fruto o mercancía, varían en sus precios según la escasez o abundancia comparativamente a las necesidades
del mercado”. Las variaciones que registra el peso mexicano van de 5.28 francos a 5.38 francos, “y se puede
decir que el precio más constante es el de frs. 5.30 por peso fuerte mejicano (sic). La ley de algunos pesos
mejicanos es de 900/1000, de otros 898/1000 y de la mayor parte 896/1000. Estos últimos equivalen a diez
dineros y 18 ½ grs. españoles. El peso del peso mexicano es, cuando nuevo, sobre 27 gramos. El precio fijo
y constante de la plata en Francia es de 218.89 frs. por un kilo de plata de ley o plata virgen. Estos precios
corresponden o son equivalentes a los del peso de plata. Mil pesos remitidos por Méjico, por conducto a
Veracruz, pagan de flete y derechos de Estado 3%; derechos de exportación en Veracruz 3%; comisión,
10
11
L 58 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
En el centro de la ciudad de México, en la época de Eugène, se concentraron los poderes políticos, religiosos y económicos.
En el Portal de Mercaderes había varios “cajones de ropa y novedades” pertenecientes a franceses. Aquí vemos las carrozas
de alquiler (taxis de la época) listos para transportar a los paseantes. La foto fue tomada cerca de 1860, desde una torre de
catedral y la calle que se ve a la derecha, es la 1ª de Plateros.
contraer matrimonio. El relato de este suceso
amoroso debe leerse en la carta original (34):
Cuando estuve detenido en las prisiones políticas,
hace un año y medio, casi todos mis amigos habían
sido encarcelados como yo y por consiguiente me
encontraba sin recursos y completamente aislado,
abandonado en mi celda, cuando un día mi carcelero
vino a decirme que mi esposa pedía verme. Me
sobrecogió la sorpresa y de mal humor respondí al
vigilante que estaba equivocado puesto que yo no era
casado y que debía tratarse de otro prisionero que venían
a visitar.
¿Pero es usted el señor Latapi, no es así? Es a
usted a quien esta dama quiere ver. –Está bien, déjela
pasar. Un momento después vi entrar a una joven
cubierta con un velo y el carcelero cerró la puerta
gritando: “Disponen de media hora para estar juntos”.
sacos y mandaderos $15; de modo que sólo se embarcan en Veracruz, satisfechos los derechos y gastos,
$920. Flete de Veracruz a Burdeos: 2%; seguro: 2%; comisión de seguro, de venta, etc.: 1%; en todo 5% o
sea $46. Restan 874 pesos, que quedan líquidos en París o Burdeos y vendidos a 5.30 frs. Dan por producto
4,632, lo que hace el peso a 4.63 frs. Esta es la base de nuestros cálculos en nuestras especulaciones. Corresponde
poco más o menos al cambio de 43 o 44 peniques por peso sobre Londres.” (Citado en: Luis Weckman,
Las relaciones franco-mexicanas (1823-1838), Secretaría de Relaciones Exteriores, 1961, tomo I, pp. 246s.).
El itinerario de Eugène
59 l
Mi misteriosa visitante recorrió su velo hacia atrás
y me preguntó si la reconocía. Respondí que jamás la
había visto pero no por esto me daba menos gusto su
presencia; enseguida quise abrazarla pero ella me
rechazó con severidad diciéndome que no era una
cortesana; que si le había dicho al carcelero que era mi
esposa era porque sólo así podía llegar hasta mí, y que
la finalidad de su visita era simplemente cumplir con
una deuda de reconocimiento.
Entonces ella me recordó que un año antes,
aproximadamente, una tarde en que yo me paseaba
sólo por un barrio de la ciudad de México, una anciana
me había introducido hasta el lecho de su hija
agonizante. La pobre madre me había confesado que
por su miseria no podía comprar las medicinas
prescritas para su hija; y que entonces yo, en un impulso
de generosidad, había sacado de mi bolsillo todo el
dinero del cual disponía y lo había entregado a la
afligida madre.
Más tarde, la hija ya aliviada supo quién era yo y
sintió un ardiente amor por mí. Y por esto, añadió,
“hoy no he temido hacerme pasar por quien no soy
para venir a visitarlo a usted ahora que está en
desgracia”. Me dijo que era la hija de un general muerto
y arruinado por la Revolución, que su nombre y
reputación todavía eran influyentes y que ella gestionaría
que se me pusiera en libertad. Además, como la
alimentación de la prisión es nauseabunda, “le enviaré
sus comidas todos los días y vendré a visitarlo los días
permitidos, o sea los jueves y domingos.” Dicho esto y
habiendo abierto la puerta el carcelero, me tendió la
mano y me dijo adiós, al tiempo que de sus grandes
ojos negros rodaban dos lágrimas como perlas.
Yo permanecí un instante como bajo el hechizo de
un hermoso sueño. Lo que acababa de pasar parecía
una visión o la escena de una novela, tanto que me
quedé casi una hora en un estado de incertidumbre
inefable. Sin embargo, había que rendirse a la
evidencia; todos los días durante el tiempo que duró
mi cautiverio recibí mis dos comidas al día; Juanita
fue mi providencia.
Diez meses después de nuestro primer encuentro,
ella dio a luz un niño magnífico que se parece a usted
(padre) como dos gotas de agua. Le he dado mi
apellido y hoy me pregunto si debo también dárselo a
la madre. Ella no exige nada, se remite a mi corazón,
a mi generosidad. ¿Debo pagar con ingratitud tanta
entrega y nobleza de alma o más bien debo unir mi
destino a esta joven mexicana, la cual no tiene nada
para que ofrecerme que su corazón puro y su noble
pobreza?
Es ésta la cuestión que le planteo. Ahora que usted
conoce la historia de esta relación, dígame si es mi
deber legitimarla y, en este caso, envíeme por favor
todos los documentos necesarios. Espero
impacientemente su respuesta, querido padre, y
cualquiera que ella sea, la recibiré siempre con gusto y
respeto.
Su padre le envió los documentos
solicitados pero en su respuesta no tuvo
ninguna expresión de simpatía ni por Juanita
ni por el hijo de ambos, lo cual dolió
profundamente a Eugène: “No estaba usted
obligado –le contestó– a deshacerse en
expresiones de ternura, pero me hubiera
contentado con una sola palabra de simpatía
por ella…” (35).
No conocemos más detalles de su arresto
y liberación; al parecer no llegó a haber un
proceso judicial formal contra él 12 y los demás
Consultamos con dos especialistas en procesos judiciales de ese tiempo, el doctor Jaime del Arenal y la
doctora Elisa Speckman (comunicación personal) quienes nos sugirieron revisar los acervos del Archivo de
Concentración de la Suprema Corte de Justicia y del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
ambos en el Archivo General de la Nación, así como la Revista de Jurisprudencia en la Hemeroteca Nacional
y el Fondo de Presos y detenidos del Archivo del Ayuntamiento del Distrito Federal. Los especialistas nos
12
L 60 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
acusados, que puede suponerse fueron los
mismos que mencionaba el embajador de
Francia en sus informes a París como socialistas
y demagogos.
Texcoco
Un año y dos meses después de salir de la
cárcel, en julio de 1860, Eugène informa ser
el “...director de una fábrica de vidrio...” (34),
la cual “…de momento ha suspendido sus
trabajos pero los reanudará tan pronto se
restablezca la paz en el país…”; y estima que
este empleo le reportará entre 15 y veinte mil
francos al año, lo que era una suma
extraordinaria.
Seis meses después, el 28 de enero de 1861,
afirma (35) que asumirá pronto la dirección de
esa fábrica en Texcoco. Para estas fechas ya ha
nacido su segundo hijo. La siguiente carta (36)
es la única escrita desde Texcoco y está fechada
el 1 de diciembre de 1864, aunque sabemos
que desde 1858 tenía domicilio allí. 13
Mantenía, sin embargo, otro domicilio de
negocios en la capital (Escalerillas 16, que es
la actual calle de Guatemala, atrás de Catedral),
una Maison de Commerce Latapi, Verde et Cie.
dedicada al giro de cristalería, vinculada al
negocio de Texcoco.
Por esos años retorna la prosperidad para
Eugène. Ya en 1864, lastimado por la actitud
de reproche de su padre y por la exigencia de
éste de pagarle lo que le debe, Eugène presume
Sobre Juana Rangel fue poco lo que se encontró en el
transcurso de esta investigación. Por su fe de bautizo
conocimos su nombre completo, María Juana Tomasa de
la Soledad Rangel Montes de Oca y el de sus padres. Tal vez
fue así como Eugène la conoció y se enamoró de ella...
de sus éxitos económicos (36): tiene, afirma,
suficiente dinero para pagar su deuda, cuenta
con la fábrica de vidrio cuyo capital es de
cincuenta o sesenta mil francos, espera además
el pago de veinte mil francos de
indemnización del gobierno de México.
preveían dificultades en la búsqueda debido, principalmente, a que los archivos no están clasificados ni
completos, y de hecho así fue. Los resultados fueron nulos. También consultamos la prensa mexicana y
francesa editada en México de los meses de marzo a junio de 1859 y no encontramos nada.
13
En la escritura de venta de la Fábrica de Vidrio Plano de Texcoco del 4 de mayo de 1858, en que Eugène
aparece como fiador, se asienta que es vecino de Texcoco; diez años después, el 9 de agosto de 1868, en el
contrato de venta de la fábrica a favor de Eugène también se afirma que “…es industrial, vecino de Texcoco
y transeúnte en esta capital (México). Documentos notariales relativos a la fábrica de vidrio en poder del
señor Enrique Alatriste, fábrica El Crisol, Texcoco, Estado de México.
El itinerario de Eugène
61 l
También en el orden familiar es ahora muy
afortunado: es “…propietario legítimo de una
mujer mexicana…” a la que ama, “…una bella
mujer, a juzgar por lo que se dice…” que le
ha dado ya cuatro hijos varones y espera el
quinto, “…todos grandes, gordiflones y bien
portados…”; el mayor, Mauricio (único al que
menciona por su nombre), estudia en París;
es un niño extraordinariamente precoz que le
inspira las más bellas esperanzas. Esta carta
debió escribirla Eugène en un momento
emocional de gran resentimiento contra su
padre y quizás animado por un vino generoso;
se despide como “…vuestro hijo insumiso
pero siempre afectuoso”.
Último viaje a Francia
Por agosto o septiembre de 1865 (37) Eugène
viaja nuevamente a Francia; esta vez será un
largo viaje del que regresará hasta diciembre
de 1866 (38). Se ignoran los motivos de esta
larga ausencia, sobre todo si se considera que
dejaba sola a su esposa con cuatro hijos, todos
muy pequeños, recuérdese que Mauricio estaba
en París.
Desde París14 informa a su padre que está
planeando una empresa que construirá el
ferrocarril de Sonora; también le informa que
desde su llegada lo ha atacado una fuerte
gastritis, por lo que irá a pasar dos semanas a
los manantiales de Vichy antes de regresar a
México, donde ha dejado a “…un
representante digno de toda mi confianza”
(37).15 Como envía a su padre sus buenos
deseos de Año Nuevo así como los de su hijo
Mauricio, se infiere que éste continuaba
viviendo en París.
La última carta de Eugène a su padre (38)
está escrita al desembarcar en Veracruz; si bien
breve, es densa en contenido: el Imperio de
Maximiliano está a punto de derrumbarse,
Francia retira sus tropas. De sus negocios
afirma que una mala noticia la cual temía no
resultó ser tan desastrosa y afirma que podrá
“recuperarse de este fracaso”, a no ser que
este país “…que parece abandonado de Dios
y de los hombres” se hunda por completo en
el abismo. ¿Regresar a Francia? No lo dudaría,
se contesta, si pudiera liquidar todos sus
bienes, pero por ahora no es posible. Su
inquebrantable fortaleza está intacta:
“Esperemos contra toda esperanza es la divisa
de los caracteres fuertes que luchan por todos
los medios contra la adversidad. Me he visto
en situaciones tan desesperadas que nada me
sorprende tanto como verme aún de pie.”
La frase de despedida parece presagiar que
será la última comunicación con su padre,
pues éste muere cinco meses después: “Adiós,
padre, amistad en su derredor y tenga usted
siempre fe en mi ternura inalterable, Eugène.”
El final
Muy poco tiempo de vida le quedaba también
a Eugène. Recibe la noticia de que su padre
ha muerto el 22 de mayo de 1867; se la
comunica su hermano Joseph en carta del 25
de junio pidiéndole nombre a su representante
legal para la sucesión testamentaria; Eugène
nombra a su cuñado François Langlet.
Hemos identificado los domicilios de Eugène en París, todos por el norte de la ciudad.
Encontramos el poder notarial amplio que el 2 de agosto de 1865 otorga a Eugenio Lang, para que
atienda sus negocios durante su ausencia: “Poder judicial otorgado para pleitos y administración por
D.Eugenio Latapi a favor de D.Eugenio Lang”, Archivo de Notarías del Estado de México, notaría 1, caja
25.
14
15
L 62 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
II. Algunas cuestiones particulares
Anuncio aparecido en el periódico L’Estaffete, 15 de marzo
de 1860 (venía publicándose desde diciembre de 1859),
donde se indica que el negocio de la vidriera de Texcoco
abrió una “sucursal de ventas al menudeo en la calle de
Escalerillas N° 15, donde encontrarán vidrios de todos
tipos al mismo precio que los de otros fabricantes [...] Su
variedad en vidrios de colores es de lo más sorprendente”.
El padre muere de apoplejía a los 75 años
en Arudy y lo entierran en Izeste; la inscripción
de su tumba en el cementerio de este su pueblo
natal reza así: “Aquí yace Jacques Latapi, muerto
el 22 de mayo de 1867 a la edad de 75 años. Que el
recuerdo de este hombre de bien sea imborrable en la
memoria de sus amigos como en el corazón de sus hijos.
Rogad por él.” A su lado está enterrado Joseph,
quien muere el 19 de enero de 1897, a la edad
de 78 años.
Disponemos de la documentación de la
sucesión testamentaria, que resumiremos más
adelante. Eugène vive dieciocho meses más;
muere el 15 de noviembre, casi un año antes
de que termine la sucesión. El acta de
defunción determina que la causa de su muerte
fue una congestión cerebral. Sus restos
descansan en el Panteón Francés de La Piedad
en la ciudad de México, junto a los de Juanita
su esposa.
De las cartas se desprenden muchos temas que
pueden ser investigados en profundidad.
Hemos seleccionado algunos de mayor interés
desde la perspectiva de la historia familiar.
Aunque la buena suerte guió nuestras
indagaciones, los documentos que
encontramos en el lapso de tres años tanto en
archivos de Francia como de México, no
alcanzaron a responder todas nuestras
preguntas. En algunos casos hubimos de
contentarnos con dejar abiertas hipótesis para
ulterior investigación.
La relación con su padre
Aunque no conocemos ninguna carta de
Jacques a su hijo, con base en las de éste, se
percibe claramente que entre ellos había una
relación tensa y contradictoria: de parte de
Eugène se mezclaba un profundo y aun tierno
cariño por su padre con un sentimiento,
también muy hondo, de reproche e inconformidad; se sentía injustamente tratado.
Eugène es el menor de tres hijos; Joseph,
el mayor, le lleva nueve años y goza de todos
los privilegios de la primogenitura y de la
confianza del padre; más adelante le sucederá
en el oficio de greffier; la herencia se dividirá en
cuatro partes, pues, además de su parte de hijo,
se le asigna la parte viril que corresponde al hijo
mayor (derecho que el padre le concedió al
casarse en 1844); recibe por tanto el doble.
Annette le lleva cinco años a Eugène y, al
morir la madre, cuando éste tiene sólo nueve
años, puede asegurarse que ella la suplió y
dedicó a su hermano menor un cariño especial;
de aquí que Eugène siempre conservara un
gran afecto por ella, y por ello en sus viajes a
Francia la visitara varias veces. Annette también
recibe del padre al casarse una dote generosa
El itinerario de Eugène
63
l
de mil francos y un trousseau valuado en 500
francos (cantidades que se le descuentan al
momento de calcular la herencia).
Eugène, en cambio, no recibe apoyo
económico alguno de su padre; probablemente se marcha de la casa paterna a
Guadeloupe al sentirse marginado y
comprobar que allí no tiene futuro. Situación
que se constata aún más al anunciarle a su padre
su intención de casarse en México, y percibir
la reacción de dureza de Jacques: ni una palabra
de afecto o simpatía por Juanita ni por el hijo
ya nacido, ni tampoco apoyo económico
alguno.
La carta más dramática de Eugène (36) es
aquella en que echa en cara a su padre su
dureza hacia él; establece una comparación
–quizás inventada– entre este trato y la manera
generosa y afectuosa como su socio y amigo
Víctor Frantz es tratado por el suyo en
circunstancias similares. “Sólo faltó –le
escribe– que me echara encima a los
gendarmes” para cobrarle lo que le debía; y
añade: “La culpa la tienen las rocas de los
Pirineos: ¡son tan duras!”
El padre es afectuoso; siempre contesta sus
cartas, le da consejos, lo anima; también lo
reprende cuando se entera que ha ido a dar a
la cárcel. Pero se rehusa a movilizarse cien
kilómetros para irlo a ver a Francescas, quizás
porque juzga con toda razón que es Eugène
quien debe recorrer esa corta distancia para
venir a verlo a Izeste, ya que ha hecho la larga
travesía desde México.
La percepción que pudo tener Jacques de
Juanita es también fácilmente imaginable: una
mujer mexicana, en primer lugar, que va a
visitarlo a la cárcel y le manifiesta estar
enamorada de él, y que apenas salido Eugéne
de la prisión, empieza a vivir en su compañía
a los 16 años y ha dado a luz un hijo fuera de
matrimonio y espera otro; una joven, además,
sin fortuna, hija de un general arruinado y ya
difunto; en suma, muchas circunstancias que
ubican a la nueva nuera muy lejos de la imagen
ideal que Jacques hubiera podido tener de la
esposa de un hijo suyo.16
Hay, pues, una relación tensa entre ambos;
para Jacques, Eugène es el hijo rebelde e
independiente que no soportó el hogar
paterno y se fue a probar fortuna a un país
lejano; para Eugène, el padre representa el
orden y la estabilidad que él rechaza; lo percibe
como censura per manente o como
advertencia moral que se cierne sobre sus
actos. Pero lo que ahonda esta distancia
afectiva entre ambos es el matrimonio de
Eugène. Si ya antes evadía encontrarse con su
padre cuando iba a Francia, en adelante
resentirá aún más el rechazo. Juanita, por
supuesto, nunca se comunicó con la familia
francesa; Annette misma, parece haber
reaccionado como el padre respecto a su
cuñada mexicana (34).
Las fórmulas de despedida de las cartas son
elocuentes: “Je vous embrasse de coeur” o
“tendrement” o “affectueusement”. “Tout à vous de
coeur”. “Votre affectioné fils”. “Adieu, mon cher père,
La esposa de Joseph, en cambio, era la hija del alcalde de Arudy. Solicitamos al Archivo Histórico de
SEDENA información sobre el general José Fernando Rangel, del cual conocíamos su nombre a través de la
Fe de bautizo de Juana Rangel. (Archivo Histórico del Arzobispado de México, caja 44, rollo 310, partida
74, 8 de marzo de 1840). La respuesta en el oficio 26811/317 fue que “…no se localizaron datos del
supuesto general José Fernando Rangel”. En la fe de bautizo referida se encuentra el nombre de pila de
Juana Rangel, “María Juana Tomasa de la Soledad”, y también el de su madre María Ignacia Montes de Oca.
16
L 64 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
je vous embrasse de coeur”. “Adieu, amitiés à la
famille et à vous de coeur”. “Veuillez bien croire
toujours à ma tendresse pour vous.” “Votre fils qui
vous aime.” “Adieu, brave et bon père, recevez avec
mes souhaits de bonne santé et de longue vie, mes
affectueux embrassements que je vous adresse de coeur,
ainsi qu’à toute la famille.” “En attendant, je vous
dis adieu, ou plutôt au revoir, pour vous embrasser en
chair et os comme je vous embrasse ici de coeur.”
“Adieu, excellent père, veuillez embrasser tout le
monde pour moi et me croire toujours digne de votre
affection la plus tendre.”
Dos despedidas son excepcionales: cuando
está en la miseria, termina así su carta (31):
“Enfin, mon pauvre vieux Jacques, tout n’est pas rose
dans la vie. Il faut pour apprécier le bonheur avoir
éprouvé quelque malheur, c’est là la charme. Ne
désespérons pas, allez, nous chanterons encore “elle
aime à rire, elle aime à boire”. En attendant, réunissez
vous tous en famille –Pellecaas y Pountelous–17 pour
boire à ma santé et à ma prosperité. Je vous rendrai la
pareille. Amis, il nous faut faire une pause. Bonsoir!”
La otra (36) aparece en la carta en que
reprocha a su padre su dureza y le presume su
buena situación: “En attendant, je boie un verre de
Chambartin (vin de Bourgogne que vient de recevoir
mon associé, comme souvenir paternel) à votre santé,
ainsi qu’à celle de toute la famille. Votre fils insoumis
mais toujours affectueux.”
La deuda siempre presente y la sucesión
testamentaria del padre
Esta conflictiva relación se agrava por un
asunto económico: el dinero que Eugène debe
a su padre –240 francos al año, a partir del 25
de agosto de 1850–, en virtud de la obligación
Gaveta con los restos de Eugène Latapi y de Juana Rangel,
su esposa, en la Capilla del Panteón Francés de la Piedad,
en la ciudad de México (La fecha de nacimiento de Eugène
está equivocada: debe ser 1824).
impuesta a los tres hijos por el tío FrançoisEugène al heredarlos. Eugène recibió seis mil
francos como herencia de este tío, al igual que
los otros dos hermanos; es este capital el que
le permite emprender sus negocios en México
y le otorga independencia.18
Esta deuda está presente a lo largo de toda
la correspondencia y es motivo continuo de
fricción con su padre quien le exige su pago
ante sus morosidades. En agosto de 1853
Eugène envía a su padre dos billetes de cien
francos y una letra por otros cincuenta francos
que le adeuda un primo suyo en Laruns, con
objeto de cubrir la renta de ese año (los diez
francos restantes quedarían abonados para el
año siguiente) (14); el primo, sin embargo, no
reconoce esa deuda de cincuenta francos (16)
y Eugène le escribe indignado, pero acepta
seguir debiendo a su padre esa cantidad, pago
que efectúa cuatro meses después (20).
Expresión burlona para designar a los habitantes de Arudy e Izeste.
Reparto de herencia de François Latapi: documento notarial del 6 de octubre de 1851, firmado por los
herederos; Jacques, Joseph y Eugène Latapi. (Ver imagen del documento en la primera página del capítulo
V).
17
18
El itinerario de Eugène
65 l
En julio de 1854 reconoce la deuda de ese
año (23), pero se excusa de no cubrirla debido
a los gastos de instalación que tendrá al llegar
a México y los de la atención de su
enfermedad; pide que lo espere al mes de
octubre; menciona que espera le envíen de
Guadeloupe mil francos que le deben y
entonces pagará los 240 a su padre. Sin
embargo, ya en México, en abril de 1855 (26),
reconoce que ese dinero no le fue enviado al
padre y le promete enviarle 500 francos en
agosto de ese año, para cubrir los dos años
que adeuda; su padre no debe tener la menor
inquietud por este concepto. Tres meses
después le dice que, si ese dinero le urge puede
pedírselo al cuñado Langlet quien podrá
dárselo y que él le dará instrucciones en este
sentido; por “...una suma tan mínima...” los
bancos de México no aceptan hacer envíos.
Un año más tarde, en julio de 1856 (28),
Eugène se pone al corriente de tres años de
deuda; envía un giro por 800 francos para
cubrir 756 de las tres anualidades más los
intereses e instruye a su padre que lo que sobre
lo reparta entre los sobrinos de Arudy en
recuerdo suyo. Promete ser más puntual en el
futuro, pero esta promesa se queda sin cumplir
pues le sobreviene la mala fortuna (31 y 32) y
por añadidura el incidente de su
encarcelamiento (33). En adelante invocará la
esperada indemnización de diez mil pesos
exigida al gobierno mexicano, como razón
para no cubrir su deuda hasta disponer de esa
cantidad. En enero de 1861 (35) reconoce su
retraso de tres años, pero asegura a su padre
que le pagará tan pronto le sea posible, dado
que está a punto de entrar como director a la
fábrica de Texcoco.
19
Pasaron otros tres años sin que se pusiera
al corriente, y a fines de 1864, suponemos que
recibe una nueva y enérgica reclamación de
su padre, pues estalla en indignación
echándole en cara su dureza para con él (36).
Podría pagarle, le dice, pero no lo hace porque
no quiere; fanfarronea sobre su fortuna y
holgura económica. Está en pie la
indemnización que espera le pague el gobierno
de Maximiliano (ahora es “…de 20 mil
pesos…”); si se la pagan en mayo de 1865,
hará el soñado viaje alrededor del mundo
tomando fotografías. Sin embargo, en
diciembre de 1865 (37) informa desde París
que esa indemnización no le ha llegado y que
por razón de esta deuda no cubierta no quiere
presentarse ante su padre. Al volver a México,
la situación política por la inminente caída de
Maximilano (38) hace inseguros todos los
negocios, y ésta es una nueva razón para
aplazar el pago de sus adeudos.
En la sucesión testamentaria se le
descuentan de su parte los 2 mil 340 francos
que adeuda; también se le descuentan a Annette
720 y a Joseph mil 200 que también deben al
papá. Es probable que Eugène supiera de
estos incumplimientos de sus dos hermanos
y que Jacques no les exigía su pago como a él,
lo que aumentaría su enojo.
Es interesante analizar las cuentas de la
sucesión testamentaria. Hecho el inventario de
bienes inmuebles y el de los créditos que
adeudaban los tres hijos y otras varias personas
al padre difunto, se acomodan todos los
activos de tal modo que se completen las dos
cuartas partes del total que corresponden a
Joseph y las otras cuartas partes, una para
Annette y otra para Eugène; cada cuarta parte
representaba 4 mil 180 francos.19
Esta cantidad equivalía al precio de una granja agrícola pequeña en la región.
L 66 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
Nombramiento de greffier dado por el rey Louis Philippe
que “nombra escribano forense de la justicia de paz del
cantón de Arudy al Sr. Latapi (Joseph), antiguo burócrata,
en sustitución del Sr. Latapi (Jacques), su padre, quien
dimitió. Otorgado en Neuilly, el 22 de mayo de 1843”. Se
sabe que Jacques cobró a su hijo el traspaso del puesto que
ocupaba.
A Annette le restan de esta cantidad la dote
de mil francos y el trousseau de 500 que recibió
al casarse, así como su adeudo por las rentas
no pagadas y le quedan sólo 307 francos,
además de tres créditos de deudores
particulares que puede cobrar (de 314, mil 338
y 307 francos). Total, recibe 2 mil 266 francos.
A Eugène le restan los 2 mil 340 francos
de sus rentas no pagadas, con lo cual lo que se
le debe pagar son sólo mil 840 francos (de los
4 mil 180 que le corresponden). Esta cantidad
se le cubre entregándole cuatro créditos de
acreedores del padre: tres de personas
particulares (por 109 mil 333 y 336 francos) y
uno de 1060 francos del Crédit Foncier de France
(que suman mil 838 francos). De esta manera
se le cubre la parte de la herencia que le toca.
Joseph, en cambio, se queda con todas las
propiedades inmuebles y un crédito de un
particular; curiosamente no figura la casa de
Izeste en la lista de propiedades inmuebles,
que probablemente ya había pasado a ser
propiedad de Joseph.
Nada se dice sobre cómo harán llegar a
Eugène los créditos que le corresponden,
quizás porque ya sabrían que éste había muerto
un año antes; el acta de la sucesión
testamentaria se firma el 14 de enero de 1869.
Mucho menos hay mención alguna de Juanita;
seguramente no le enviaron nada.
Llama la atención la esmerada precisión de
toda la familia en materia económica. Joseph
se hace pagar puntillosamente todos los gastos
hechos con motivo de la muerte del padre y
de la sucesión (tres francos al campanero, seis
al sepulturero, seis por cada viaje a Oloron
para hacer trámites, etcétera). Esta actitud es
propia de la profesión de greffier. Eugène
también le hace notar a su padre (13) que si lo
va a ver a Francescas podrá regresar a Izeste
en el carruaje de Langlet franc de port, y en los
cálculos de sus adeudos siempre incluye la
consideración de los intereses.
Los negocios
Espíritu audaz y emprendedor, Eugène
estableció varios negocios durante sus años
en México, aprovechando su formación, la
cultura de negocios de su familia de origen,
sus amistades y sobre todo la experiencia
comercial que adquirió en Guadeloupe y en
su trabajo en Limoges.
El itinerario de Eugène
67
l
Para marzo de 1855, apenas cuatro meses
después de haber llegado a México, se asocia
con un joven de Lyon, apellidado Martel y
establecen Latapi y Martel como negocio
fotográfico en la segunda calle de Plateros 2.
En un anuncio publicado en el periódico El
siglo Diez y Nueve repetidamente entre los
meses de marzo y noviembre de 1855, Latapi
y Martel se presentan como daguerrotipistas y
fotógrafos. Anuncian “…retratos con la
mayor perfección posible, sobre planchas
metálicas, papel, vidrio y lienzo.”
Promocionan la reproducción en papel en
número infinito y la posibilidad de poder tomar
fotografías a domicilio.20 Estos datos dan pie
para suponer que aunque manejan el
daguerrotipo, promueven “…los adelantos y
progresos que se han hecho últimamente…”
y que, posiblemente, se refieren a las
fotografías producidas con la técnica de
colodión húmedo.
A diferencia de los daguerrotipos, estas
fotografías se podían copiar y, por ende,
vender a gran escala. Además, con esta técnica
perfeccionada por Frederick Scott Archer en
1851, el negativo era de mejor calidad y se
obtenía una gran definición tonal. La toma de
la fotografía se realizaba con una placa de
vidrio revestida de sales de plata y una
solución pegajosa llamada colodión. Las
impresiones obtenidas eran de tonos negrosverdosos. Una variante era un colodión
brillante que se barnizaba. Se podía o no
entonar, en el primer caso las impresiones eran
café-rojizas en el segundo café-púrpura o
púrpura.21 La única fotografía que hasta la
fecha se ha encontrado con el sello de Latapi y
Martel retrata a Aimé Gassier, empresario de
Barcelonnette, y posiblemente sea colodión
brillante.22
Resulta importante, establecer el lugar que
ocupa este negocio de Eugène Latapi dentro
del contexto de la historia de la fotografía en
nuestro país. Como se ha visto, su estudio fue
pionero en la introducción de la innovación
tecnológica del colodión húmedo. Con esta
técnica nació, por una parte, la posibilidad de
reproducir en serie copias sobre papel, lo cual
es el antecedente de las tarjetas postales cuyo
uso se popularizó a finales del siglo XIX. Por
otra, se difundió más la fotografía, pues se
facilitó su producción y sus costos, en
comparación con los daguerrotipos, fueron
más reducidos. Además, no sólo introdujeron
las nuevas técnicas sino que fueron también
un vehículo de constante actualización en
materia fotográfica. Latapí y Martel decían
pertener a la sociedad fotográfica de París,
fundada en 1851 y se consideraban los únicos
corresponsales en México. Cada mes recibían
un reporte científico con los últimos adelantos
así como los materiales necesarios para
practicarlos.23 Realizaban tanto miniaturas
como retratos tamaño casi natural y
Hemerotecas “El siglo Diez y Nueve”, 9 de marzo, 1855.
Juan Carlos Marín, Manual de conservación fotográfica, México, INAH, 2001, p.41 y 55.
22
El trabajo de identificación de la técnica de esta fotografía rebasa las intenciones de este libro. Queda en
manos de los especialistas en las técnicas fotográficas de esos tiempos determinarlo. Esta fotografía la
encontró Javier Pérez Siller, en abril del 2000, al realizar una entrevista a la historiadora Sylvie Patron,
descendiente directo de Aimé Gassier, en Barcelonnette. La pudo fotografiar gracias a la amabilidad de
Madame Patron.
23
Ma.Fernada Ríos Z., Noticias hemerográficas sobre el uso de la fotografía en México, Tesis para obtener el grado
de licenciada en Historia del Arte, México, Universidad Iberoamericana, 1985.
20
AGN,
21
L 68 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
contrataban dibujantes hábiles que los
retocaban. Ofrecían también clases de
fotografía en ocho sesiones y vendían lo
necesario para practicar ese arte.
Su negocio fue sumamente próspero. En
la carta de Eugène fechada el 3 de abril de
1855 relata que cobraba cien francos por
retrato y había días en que lograba hacer tres,
“…si bien el 50 por ciento de los ingresos se
ocupaba en los materiales y otros gastos”. Si
se considera que su pasaje, de primera clase
en el Orinoco, de Nueva York al Havre, le costó
800 francos, debe concluirse que el arte
fotográfico le deparó muy buenos ingresos .24
Para 1860 en la ciudad de México había siete
estudios, uno de ellos era el de Latapí y Martel.
Las calles de Plateros (hoy Madero),
Escalerillas y otras tres eran las más lujosas.
En el mes de enero de 1857 Latapi y Martel
publicaron un anuncio en uno de los
periódicos de la colonia francesa, L´Estaffeette,
en el que avisaban el cambio de domicilio de
su negocio a la calle de Alcaicería número 1
(hoy Palma) esquina con Plateros. El nuevo
local y su ubicación eran mejores. El anuncio
dice textualmente que el cambio obedece a
tener “…mayor amplitud y elegancia…”, en
“…el ya conocido y renombrado negocio”.
En la sesión del 18 de abril de 1865, tenida en Veracruz, la
Comisión de Reclamaciones del Imperio examinó la
reclamación N° 231 de E. Latapi: “... es motivada por el
encarcelamiento y la detención arbitraria de la que fuera
víctima, durante el mes de marzo de 1859, y por la cual
reclama una indemnización de 6,000 ‘piastras’. Al no venir
acompañada, esta reclamación, con los documentos
justificativos de los hechos que se alegan, la Comisión decide
que el Señor Latapi será invitado a presentar los
documentos necesarios”.
En él se impartían clases de fotografía y se
vendían toda clase de artículos relacionados
con este arte.25 En esa época Latapi y Martel
realizaron un retrato de Miguel Lerdo de
Tejada.26
La situación de prosperidad del negocio
fotográfico se enfrentó, sin embargo, a la
competencia. Ya preveía esto Eugène en su
carta de julio de 1856. 27 Dicha competencia
se infiere del análisis de dos expedientes
Carta número 28.
Hemeroteca Nacional, UNAM, Le Trait d’Union, 2 de junio de 1857 [microfilm 1857-1860]. El anuncio se
publicó repetidamente entre los meses de enero y junio.
26
Ma. Fernanda Ríos Z., ibidem, p.64. Se hizo una búsqueda en diversas fototecas para rastrear fotografías
tomadas por el estudio de Latapi y Martel. La búsqueda, sin embargo, fue infructuosa. Los acervos fotográficos
consultados fueron: Banco de México, Fototeca Casasola, Fototeca Manuel Toussaint (Instituto de
Investigaciones Estéticas, UNAM) fototeca Orozco y Berra, Monumentos Históricos del INAH, Museo Nacional
de Arte, Museo Franz Mayer y Secretaría de Relaciones Exteriores. Posiblemente la causa de la inexistencia
de fotografías firmadas por estos fotógrafos, sea que la mayoría de fotografías de ese tiempo no tiene sello
ni firma. La excepción es la fotografía (la única que tenemos) del empresario de Barcelonnette, antes citada.
Posiblemente esta fotografía dé la pauta a los especialistas para atribuir otras fotografías al estudio de Latapi
y Martel o bien, puedan hallarse otras más en otras colecciones o mexicanas en el extranjero.
27
Cfr. Carta 28.
24
25
El itinerario de Eugène
69 l
relativos a problemas por patentes, en los que
Eugène Latapi intervino solicitando al
Ministro de Industria y Fomento que no
otorgara los privilegios de exclusividad
solicitados por los franceses Oliver B. Curtis
y Roberto Chauner para retratos de bulto, y
de Juan Bautista Morales, poblano, para
fotografías de tamaño natural. En ambos casos
Latapi argumenta que dichos procedimientos
ya eran conocidos en Europa y que de
otorgarles los privilegios se favorecería la
creación de monopolios. Por supuesto que,
además, los propios intereses de Latapi y de
los estudios ya acreditados se verían afectados.
Uno de los documentos presentados por
Eugène Latapi tiene al final una nota que dice;
“Agregar a sus antecedentes, publíquese y cítese
para la junta de reglamento el día 12 del
actual”. Estos datos nos permiten saber que
Latapi estuvo muy activo en estas gestiones.
En 1857 los referidos fotógrafos Curtis y
Chauner introdujeron de Estados Unidos a
México los tynotipos que resultaron ser la
versión barata del colodión.28 Aunque los
tynotipos tenían menor calidad que las técnicas
usadas por Latapi y Martel el factor precio
fue decisivo,29 lo que provocó que el negocio
de Latapi y Martel decayera. Por ello, el hecho
de que, unos meses después del regreso del
viaje que realizó Eugène entre los meses de
mayo y septiembre de 1857, escribiera que
encontró arruinado su negocio, que su socio
le robó y que había perdido tres años de
trabajo, 30 posiblemente sea parcialmente
cierto, pues una referencia indica que, el
negocio que tenía en sociedad con Martel
continuaba funcionando en 1860 junto con
otros cinco estudios. Y no sólo permanecía
sino que seguía siendo uno de los estudios
más solicitados en la capital.31
Podemos detenernos un momento a
imaginar cómo se desenvolvió la vida de
Eugène en esos primeros años de su estancia
en México, con su negocio y su domicilio (2da.
de Plateros 8 ) en el primer cuadro de la capital.
Como ya se dijo en el capítulo I, a nivel
nacional, la situación era muy difícil: México
tenía poco tiempo de haber padecido las
pérdidas territoriales que habían provocado
un sentimiento de humillación en la población;
además había profundas divisiones internas
entre conservadores y liberales, la economía
estaba sumida en una crisis. Estas situaciones
se agravaron con la Guerra de Reforma. El
periodo que siguió a la victoria liberal no trajo
la paz social: la violencia era cosa común.
Un viajero que estuvo en la ciudad de
México cinco meses en 1857 fue el afamado
fotógrafo Désiré Charnay. Nos queda la duda
de si estuvo o no en contacto con Latapi. Sin
embargo podemos pensar que Charnay y lo
que él representaba, influyeron en Eugène
cuando se quejó ante su padre de su fracaso
en el negocio de fotografía y afirmó que tuvo
que renunciar a realizar un viaje alrededor del
mundo tomando fotografías.32 Además de la
ausencia en las cartas de una referencia a
Charnay, nos sorprende que Eugène no
Ma. Fernanda Ríos Z., Ob.cit., p.67. La competencia también se trasluce en dos pleitos de los cuales
tenemos noticias que sostuvo Eugène relativos a patentes. AGN, Solicitud de patentes, Sección Secretaría del
Fomento, Oficina de Patentes y Marcas, caja 4, número 350, 8 de marzo de 1858.
29
Ibid pp. 69 y 98.
30
Cfr.Carta 32.
31
Humberto Musacchio, Milenios de México, México, Editorial Raya en el Agua, 2001, tomo 1, p. 1002.
32
Cfr. Carta 31.
28
L 70 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
Anuncio aparecido en varios periódicos de la ciudad de
México a principios de 1855 donde se anuncia la instalación
del estudio fotográfico de Latapi y Martel en la 2ª Calle de
Plateros N° 2. “Acaban de llegar a esta capital los señores
Latapi y Martel acreditados daguerrotipistas y fotógrafos
de París para los que no era un secreto ninguno de los
adelantos y progresos que se han hecho últimamente en
este arte, retratan con la mayor perfección posible, sobre
placas metálicas, papel, vidrio y lienzo [...] Los retratos hechos
en papel pueden sacarse en un número infinito de
ejemplares, obteniendo el cliso, y podrán darse tantas copias
como se quiera mediante una pequeña retribución”.
mencione un fuerte temblor que sacudió a la
ciudad de México en 1859.
Prosiguiendo con su empresa fotográfica
hay que tener en cuenta dos situaciones
personales que, posiblemente, afectaron al
negocio en el año de 1859: su encarcelamiento
y su cambio de residencia a Texcoco. Es
probable que estos fuesen factores
significativos para que se disolviera la sociedad
con Martel. La fotografía, no obstante, cada
día fue teniendo más auge en la ciudad y
Eugène no se desligó de ella.33
Tiempo después lo encontramos asociado
con Jean Baptiste Prebot.34 El domicilio es el
mismo que el que tenía con Martel, de lo que
inferimos que Latapi no quedó arruinado. Al
final, y posiblemente relacionado con su
cambio de giro hacia la industria del vidrio en
Texcoco, también se disolvió la sociedad con
Prebot. En agosto de 1863 en el periódico
L´Estafette, encontramos un anuncio de venta
o traspaso del negocio Latapi y Prebot.35 Para
1866, en el mismo domicilio, existía ya otro
negocio.36
Prebot, no obstante la disolución de la
sociedad, continuó con el negocio. Tenemos
noticias de que ese año patentó un
procedimiento para lustrar fotografías.37 Era
el pleno boom de la fotografía debido a la
“...instauración del protocolo imperial...”38
pero Eugène ya no se benefició con esto, pues
se encontraba radicando en Texcoco dedicado
a la empresa de vidrio soplado.
Según Olirier Debroise, Fuga Mexicana, Un Recorrido por la Fotografía en México, México, Conaculta, 1994,
p.30, en 1860 había más de veinte estudios fotográficos en la ciudad de México.
34
El apellido Prevot aparece en los documentos como Prebot o Prevo.
35
Hemeroteca Nacional, Instituto de Investigaciòn Bibliográfica, UNAM, L´Estafette, el anuncio aparece diario
entre el 14 y el 31 de agosto de 1863.
33
El itinerario de Eugène
71 l
La fábrica Vidrios de Texcoco
La relación de Eugène Latapi con el negocio
del vidrio soplado data del mes de mayo de
1858. Latapi funge como fiador en la
operación de venta de la fábrica Vidrios de
Texcoco de Agustín Ollín a los franceses
Eugenio Lang y Juan Séller. Este negocio
contaba con un expendio de vidrio en la
ciudad de México, en la calle de San Agustín,
número tres. Al año siguiente, en el mes de
diciembre, lo encontramos en Escalerillas
número 15. Promocionan “vidrios blancos de
superior calidad, morados, verdes, amarillos,
azules y rojos”.39 Esta fábrica ya estaba
acreditada. Sabemos que en 1851 en una
exhibición de objetos industriales Vidrios de
Texcoco obtuvo un premio extraordinario por
los objetos que presentó.
¿Cómo se relacionó Eugène con esta
empresa? Posiblemente por dos razones, por
el vínculo entre la fotografía y el vidrio (la
necesidades de éste tanto para los
daguerrotipos como para el colodión
húmedo) y por el contacto con los inmigrantes
franceses que ya trabajaban en la fábrica La
Cantabra. En especial, es importante su
relación con Víctor Frantz quien había llegado
en 1855, junto con el alemán Arthur Joseph
Mayer, a trabajar a La Cantabra, instalada por
un francés apellidado Bert en 1800.40 Esta
fábrica posiblemente se había fusionado con
otra de antigua tradición llamada El Crisol.41
Afirmamos esto, pues en los datos estadísticos
de 1854 se hace referencia a una sola fábrica
de vidrio en Texcoco.42
Un año después de haber sido fiador,
sabemos que Latapi pagó los pasajes de
Christian Derflingher y otros alemanes
apellidados Kurle, Griner y Signar. También
llegó Antonio Derflingher, hermano de
Christian y yerno de Frantz. De ahí se puede
deducir que haya sido Frantz quien
recomendara con Latapi a los otros
Arturo Aguilar Ochoa, La Fotografía durante el Imperio de Maximiliano, México, UNAM/Instituto de Investigaciones
Estéticas, 2001, p. 154.
37
Inventos, patentes y privilegios, México, AGN, 1984, p. 19.
38
Debrois, Ibidem, p. 29.
39
AGN, Hemeroteca, Diario de avisos, c.1858-1860 [documento incompleto]. Hemeroteca Nacional, L’Estafette,
15, 03, 60. Reconstruir la historia del vidrio de Texcoco es un trabajo pendiente para los historiadores. Los
datos que se proporcionan en este apartado fueron aportados por la búsqueda en el Archivo Municipal de
Texcoco, los documentos notariales en poder del actual dueño de El Crisol, señor Enrique Alatriste y las
cartas de la testamentaría que resguarda el señor Rafael Rodríguez, dueño de Vidrios de Texcoco. La única obra
que hemos encontrado, que aborda la historia de vidrio en Texcoco (José Rogelio Álvarez, Vidrio Soplado,
México, Editorial Novaro / Instituto Mexicano de Cultura, 1968), contiene información incompleta e
incluso presenta datos incorrectos. Algunas referencias aisladas las da el texto de Mc. Gowan, Op cit., pp. 218
y 219.
40
Bancroft, Recursos y Desarrollo de México, en Humberto Musacchio, Milenios de México, México, Ed. Raya en el
Agua, 2000, tomo 3, p. 3218.
41
El Crisol fue fundada por Guillermo Hay, de nacionalidad belga, en 1749. Gerard l. McGowan (coord.)
Historia General del Estado de México, Toluca, Estado de México / Colegio Mexiquense, 1998, p.223.) El libro
de actas notariales en poder del señor Enrique Alatriste, contiene documentos relativos al predio que datan
del siglo XVI.
42
Anales del Ministerio de Fomento, Industria agrícola, minera, fabril, manufacturera y comercial, y Estadística General de
la República Mexicana, México, 1854.
36
L 72 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
trabajadores por ser “expertos sopladores
de vidrio”.43 Por otra parte se ve que Eugène
está ya involucrado en la administración de la
fábrica y cuenta con buenos recursos,
obtenidos de su estudio fotográfico, para
invertir trayendo trabajadores.
El año de 1865 es un año importante en el
negocio de vidrio para Latapi. En el mes de
mayo tomó en renta la fábrica del señor
Labadie, influyente empresario, también
francés. Esta negociación realizada mediante
un contrato particular estipulaba “…que si
conviniese al señor Latapi en cualquier tiempo
quedarse con la propiedad de esta fábrica se
realizaría la venta por la cantidad de 2 mil
500 pesos”.44
El 15 de julio de ese año se asoció con el
italiano Francisco Verde y con el español José
Azcona. En la sociedad, además de la fábrica
entraron la mina y los molinos de calcedonia
que eran importantes para la producción del
vidrio.45 Al mes siguiente, entre los días 24 y
30 de agosto, el emperador Maximiliano
realizó un viaje a Texcoco. Su secretario
particular relata que visitó las escuelas, la
cárcel, el hospital y la fabrica de vidrio donde
dirigió felicitaciones muy cordiales al
propietario, estimulándole a seguir haciendo
prosperar esta industria.46
Cabe la posibilidad de que haya visitado
Vidrios de Texcoco, pues tenemos noticias de que
Guillermo Hay, importante industrial belga
A pesar de haber ejercido el oficio de fotógrafo durante casi
una década (1854-1863), sólo hemos encontrado una foto
tomada por Eugène. Se trata de un retrato de Aimé Gassier,
originario de Barcelonnette, empresario futuro diputado
y senador, que vivió en México entre 1855 y 1867. En su
parte inferior izquierda, se ve un sello donde se lee: “Latapi
y Martel, México, 2ª de Plateros N° 2”. Signo de propiedad
intelectual que era poco utilizado en esa época. La foto fue
tomada entre 1855 y 1856, ya que en 1857, el estudio cambia
de domicilio.
Carta fechada el 23 de enero de 1869 Carta F25 (y 25 B) del albacea de la testamentaría de Eugène Latapi..
Documentos notariales referentes a Vidrios de Texcoco, en poder del señor Enrique Alatriste en la ciudad de
Texcoco. Oficio Público IIB. Notario Ignacio Burgoa.
45
Poder otorgado por Eugène Latapi a favor de Eugenio Lang el 2 de agosto de 1865 (por su viaje a
Francia). Archivo de notarías, Toluca, Estado de México.
46
José Luis Blasio, El emperador Maximiliano y su corte, Memorias de un secretario, México, UNAM, 1996, p.94 y 95.
43
44
El itinerario de Eugène
73 l
dedicado en Texcoco a la industria de la sal47
y tan cercano a Latapi, que en junio de ese año
le había nombrado albacea de su testamento,48
hizo una petición al emperador para que
visitara esa fábrica.49 Los historiadores de
Texcoco habrán de esclarecer esta hipótesis.
Existen registros de que fue tres años después,
el 9 de agosto de 1868,50 cuando Eugène
compró la fábrica. Fungir legalmente como
propietario duró a Latapi escasos tres meses,
pues la muerte le sobrevino el 15 de
noviembre. La trayectoria de la fábrica tras
su deceso es compleja, y puede seguirse en
cerca de cien cartas del albacea de su
testamento el señor Gustav Guichenné.51
Podemos ahora, como lo hicimos trazando
algunas pinceladas de su vida en la ciudad de
México, intentar reconstruir el contexto de
Texcoco que Eugène y su comunidad de
extranjeros, fundamentalmente familias
francesas, compartieron. A nivel nacional el
país vivió la Guerra de Reforma, el triunfo de
Juárez, la intervención francesa, el
establecimiento y derrumbe del Segundo
Imperio y la Restauración de la República. A
nivel regional, Texcoco fue cabecera de uno
de los dos distritos en los que, a partir de 1833,
estaba dividido el estado de México. A Eugène
le tocó vivir el cambio de nombre de Texcoco
a Texcoco de Mora en 1861. En las décadas
de 1830 y 1840, Texcoco se abrió a la
inversión extranjera, otorgando facilidades a
los inversionistas.52 Su cercanía con la ciudad
de México fue determinante. Los medios de
transporte del tiempo de Eugène fueron:
canoas o pequeños barcos de vapor en épocas
de lluvias53 (en canoa realizó el citado viaje
Maximiliano), carretas sujetas a una enorme
inseguridad originada por los frecuentes
asaltos y, desde agosto de 1859, el ferrocarril.54
Documentos sobre la explotación de las sales contenidas en la laguna. Fondo independiente, Hacienda,
Archivo Municipal de Texcoco, 1867, cajas 1858-1911. Se buscaron más detalles sobre la visita para determinar
qué fabrica de vidrios visitó, en el Diario del Imperio (1868-1867) y el Periódico Oficial del Imperio (1863-1864),
pero ninguno de estos periódicos aporta información al respecto, Fondo Reservado, Hemeroteca Nacional,
UNAM.
48
Testamento de Eugenio Latapi del 5 de junio de 1865. Archivo de Notarías del Estado de México, notaría
1 caja 25, legajo 6, fojas 104-111.
49
AGN, Peticiones, Imperio, Galería 5, Vol. 29-90, Exp. 61-64.
50
Oficio público sobre el contrato de venta de la fábrica vendida por Labadie y Cía. a Eugenio Latapi, (II
B). En el libro de documentos notariales que está en poder del señor Enrique Alatriste, dueño de El Crisol.
51
El hecho de que el albacea sea el señor Guichenné y no Guillermo Hay, nos lleva a pensar que Eugène
Latapi cambió su testamento o hizo uno nuevo. Hasta el momento en que terminamos esta investigación no
lo encontramos. Las cartas, copias en papel de arroz, muchas de ellas de difícil grafía, fueron transcritas para
esta investigación por Juan Latapí Sarre. Las originales están en poder del señor Rafael Rodríguez, dueño de
Vidrios de Texcoco.
52
Gerald McGowan, ibidem, p. 223.
53
Salían del Zócalo capitalino hacia Chalco. Vid. Ezequiel Escurra, De las chinampas a la megalópolis. El medio
ambiente en la cuenca de México, México, FCE, SEP, Conacyt, (Colección La ciencia desde México, no. 91), 1990,
p.45.
54
En el Diario de Avisos del 20 de abril de 1859 se anuncia “nueva línea de México a Texcoco, salida 7:00
AM., llegada a Texcoco 2:00 p. m”. AGN, Hemeroteca.
47
L 74 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
Anuncio aparecido en el periódico L’Estaffete que señala el
cambio de domicilio del negocio de fotografía de Eugène;
se publicó repetidamente de enero a junio de 1857. “Dicho
cambio –afirma el anuncio- no tiene otro objeto que dar
mayor amplitud, elegancia y extensión al ya conocido y
renombrado establecimiento”.
Otro aspecto fundamental que enlaza la
historia personal de Eugène con su tiempo,
son las constantes revueltas sociales. Estas
revueltas tenían múltiples razones de origen,
como el despojo de tierras, la inconformidad
por el aumento a impuestos o el descontento
de los pueblos con sus gobernantes y líderes
políticos. Las décadas de los cincuenta y
sesenta fueron las más violentas en cuanto a
rebeliones y coinciden justo con el periodo
que Latapi vivió en México.55
Las Leyes de Reforma fueron la gota que
derramó el vaso, pues las nuevas formas de
distribución y posesión de la tierra que
empezaron a imponer los liberales afectaron
internamente a la organización indígena
campesina. Las consecuencias de la
eliminación de las propiedades comunales,
entre otras, no sólo atentaron contra la vida
productiva de los pueblos sino también contra
sus demás formas de existencia.
Por un lado había enormes despojos de
tierras a los campesinos, y por otro, no se había
generado un proceso de industrialización
regular que absorbiera la fuerza de trabajo
desplazada del campo. Por lo tanto, este sector
en muchas ocasiones estuvo dispuesto a
aceptar las injustas relaciones de trabajo con
los hacendados, quienes acumularon muchas
tierras que eran de los pueblos. El campesino
entonces trabajaba las tierras que antes fueron
suyas.
Además de los problemas relativos a la
tenencia de la tierra, otra razón de los
levantamientos fue la búsqueda de autonomía
política. Hubieron conflictos electorales,
pugnas entre candidatos y caciques, y
problemas entre las cabeceras municipales y
los pueblos sujetos a ellas por falta de apoyo
económico o abusos de autoridad. Lo anterior
deriva del tratamiento legal que tuvieron los
pueblos de indios desde la Colonia, y que fue
justamente un aspecto que atacaron los
liberales mediante el argumento de la
“igualdad” que proporcionó el concepto de
ciudadanos ante la ley. En la búsqueda en
fuentes hemerográficas para reconstruir la
vida de Eugène Latapi, encontramos
Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en México 1890-1906, México, Siglo Veintiuno, (Colección América
Nuestra, no. 28), 1980, p.20 y ss.
55
El itinerario de Eugène
75
l
numerosas noticias sobre conflictos sociales
en Texcoco. Esta parte de la historia local que
vivió Eugène, es otro aspecto al que nos
condujo el proceso de la investigación y queda
aún por estudiar y escribirse.
Tan sólo dos meses después de su muerte,
los trabajadores que Eugène había traído de
Francia a la fábrica de vidrio, desobedecen
las órdenes del albacea y se ponen a favor de
los socios Azcona y Verde, quienes quieren
quedarse con ella. Víctor Frantz queda a cargo
y, posteriormente, se asocia con Juana
Rangel.56 En 1875 establecieron otra fábrica
de vidrio en Apipilihuasco. Sobre esto,
hallamos un expediente en el Archivo
Municipal de Texcoco, que da cuenta de un
conflicto originado por el corte de madera
del monte de Apipilihuasco. Posiblemente
estos problemas para la obtención del
combustible, así como las dificultades de
transportar el vidrio por las laderas, hayan
afectado negativamente a esta fábrica.
Encontramos que para 1890 Juana Rangel
ya no tenía ninguna participación en los
negocios del vidrio. En ese año identificamos
cuatro fábricas de vidrio en Texcoco:57 las que
suponemos que son: dos de Antonio
Derflingher, yerno de Frantz (una de ellas es
precisamente la de Apipilihuasco), otra de
Azcona (posiblemente sea Vidrios de Texcoco)
que después pasó a manos de los Derflingher
y una más, denominada Mayer, Hnos y Cía.,
fundada en 1870 por Arthur Joseph Mayer, el
amigo de Eugène, que había llegado con
Frantz y tuvo una participación conflictiva en
la vida familiar de Eugène tras su muerte.
Las dos fábricas de vidrio que existen hoy
en Texcoco son Vidrios Texcoco y El Crisol. La
disponibilidad del dueño, señor Rafael
Rodríguez, de la primera (la heredó de los
Derflingher), y Don Enrique Alatriste, dueño
en sociedad con su hermano de la segunda a
partir de 1957, fue sustancial en el proceso de
reconstrucción de esta parte de la vida
empresarial de Latapi.
El ferrocarril de Sonora
Por alguna razón Eugène empezó a especular
sobre otro posible negocio: la construcción
del ferrocarril de Sonora. Tal vez su interés
proviniera de su relación con el señor Labadie
de quien, como se dijo, compró Vidrios de
Texcoco, pues Labadie tenía fuertes intereses
en dicho negocio.58 Quizás su último viaje a
París tuvo por objeto entusiasmar a
inversionistas franceses para esa aventura; pero
el negocio no llegó a realizarse. Sonora se había
hecho muy famosa entre los franceses varios
años antes por la aventura del Conde
Raousset-Boulbon, quien intentó apoderarse
de ese territorio so pretexto de protegerlo de
los colonizadores americanos; acabó siendo
fusilado por el general José Luis Yáñez en
Cartas relativas a la testamentaría de Eugène Latapi en poder del señor Rafael Rodríguez de Vidrios de
Texcoco, F87-89.(Ver capítulo VI).
57
Archivo Municipal de Texcoco, Fondo México Independiente, Padrones y Circulares , “Cuadro Sinóptico
de la Industria Fabril y Manufacturera de este Distrito”, Texcoco, 13 de octubre de 1887, caja 1825-1889.
58
El informe diplomático dirigido a Alphonse Dubois de Saligny dice “estaba fuertemente comprometido
en la operación del famoso ferrocarril Veracruz al Pacífico, Sonora y el Istmo de Tehuantepec” (28 de
agosto de 1866). En: Lilia Díaz, (comp.) Versión francesa de México. Informes diplomáticos , México, Colegio de
México, 1964, 4 volúmenes, v.2, p. 270. Por cierto, que en los referidos informes diplomáticos se afirma que
Labadie tuvo relaciones comerciales con Manuel Escandón cuyos negocios se califican como sucios.
56
L 76 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
Guaymas el 12 de agosto de 1854, cuatro
meses antes de que Eugène llegara a México.59
Eugène no da mayor información respecto
a la empresa con la que está en pláticas en
relación con la construcción del ferrocarril de
Sonora. Se sabe que el extraño personaje
William M. Gwin (ex-senador norteamericano
que ambiciona dominar Sonora y propone sus
proyectos a sucesivos gobiernos mexicanos,
incluyendo a Maximiliano) había impulsado
en Estados Unidos, entre 1854 y 1858, la idea
de construir una línea ferroviaria
transcontinental en el sur del país, que
requeriría atravesar los territorios del norte
de México; más tarde propuso lo mismo a
Napoleón III, a través del medio-hermano de
éste, Morny, como parte de un Plan de
colonización de Sonora y Chihuahua que fue
aprobado por Napoleón III en marzo de
1864.60 Gwin “…soñaba con un ferrocarril que
comunicara Mazatlán con la boca del Río del
Norte y conectara con los ferrocarriles
texanos, con los puertos del norte y del sur”.61
Probablemente estos proyectos tengan
relación con la invasión que hace Bazaine de
algunas ciudades de Sonora (Hermosillo,
Guaymas y Ures) a principios de 1865.62
Maximiliano, sin embargo, vio con
desconfianza el proyecto de Gwin; temía que
sirviese de pretexto para que se infiltrasen en
territorio mexicano exsoldados confederados
norteamericanos, y nunca estuvo de acuerdo
L´ESTAFETTE
Des Deux Mondes
Journal Français.
Párrafos de un artículo publicado por Eugène en L’Estafette
que apareció en la primera plana el 14 de febrero de 1860,
en el que narra cómo un indígena se defendió de sus
asaltantes: refleja su sensibilidad por la justicia.
con la idea de Napoleón III de convertir Sonora
en un protectorado francés.63
El interés de Francia por Sonora jugó un
papel importante en la decisión de
NapoleónIII de intervenir militarmente el país;
abundaban las versiones de que ahí había
grandes minas de metales preciosos y, por otra
parte, se había llegado a la conclusión de que
ese territorio podría producir el algodón que
requería la industria textil francesa, cuyo abasto
de Estados Unidos se hallaba interrumpido
Abundantes informes sobre Raousset-Boulbon aparecen en los despachos diplomáticos de la embajada
francesa en México en los años 1853 a 1858 (Díaz: 1963). Ver también el artículo dedicado a él en la
Enciclopedia de México, 3ª. edición (1976), vol. XI, pp. 66ss.
60
Ana Rosa Suárez Argüello, Un duque norteamericano para Sonora, México, Conaculta, 1990, p.105, 113.
61
Ibidem p. 119.
62
Ibidem p. 98.
63
Gwin logró entrevistarse con Maximiliano en París en marzo de 1864, cuando éste discutió con Napoleón
las garantías que le daría al venir a México. Maximiliano llegó a México dos meses después y se negó a recibir
a Gwin. Ibidem. p. 127.
59
El itinerario de Eugène
77
l
por la Guerra de Secesión. Sonora, además,
recibiría inmigrantes latinos que renovarían la
sociedad mexicana y sería así pieza
fundamental en el propósito de poner un
dique a la expansión de los Estados Unidos.64
Con la entrada del ejército francés a la
capital en 1863, se desató la especulación de
nuevos negocios posibles en manos francesas,
entre ellos el de la explotación de las minas de
Sonora y del ferrocarril que comunicaría ese
territorio.65 De hecho, en el Tratado de la
Regencia firmado entre la Regencia y el
gobierno de Juárez el 27 de febrero de 1864,
México cedía a Francia el derecho de
explotación de las minas no denunciadas de
Sonora por 15 años. Este beneficio a favor de
Francia se anticipó a la llegada de
Maximiliano.
Paralelamente a estos ambiciosos
proyectos por el lado francés, corrían otros
semejantes por el lado estadounidense. Los
gobiernos de ese país, congruentes con su plan
de expander su territorio hasta sus fronteras
naturales que incluían los estados del norte de
México, elaboraron repetidos proyectos para
construir un ferrocarril que uniría el Golfo de
México con el Mar de Cortés pasando por
Chihuahua y Sonora.
A México le interesaba vivamente
construir su red ferroviaria, pero la
inestabilidad política retrasó estos proyectos
hasta el triunfo de la República. En el
desarrollo de las líneas del norte tuvieron parte
muy activa dos compañías estadounidenses:
la Richards, Smith y Brennan, adquirida por el
general William S. Rosencranz que había sido
ministro plenipotenciario en México en 1868
y 1869, y la Texas International Railway.66
En plena retirada de los franceses, el 5 de
abril de 1865, el gobierno en Chihuahua
decidió dar la concesión a una compañía
representada por el Gral. Trías (en realidad
constituida por norteamericanos y presidida
por James R. Whitling), para construir un
ferrocarril que partiría de Presidio del Norte
(Ojinaga) o de Paso del Norte (Ciudad Juárez)
hasta Guaymas. Esta compañía no cumplió sus
compromisos y contravino varias de las
condiciones pactadas, por lo que se le canceló
la concesión el 6 de agosto de 1866.67
Este era el contexto en el que Eugène
planeaba involucrarse con una compañía para
la construcción de ese ferrocarril, compañía
probablemente francesa, ya que en París
continuó ocupado de este asunto. Ignoramos
si al regresar a México en diciembre de 1867
traía algún proyecto más definido.
Sus opiniones políticas
El que Eugène figure, en los informes que
envían los embajadores de Francia a París, en
Ibidem, p.76.
Ibidem, p. 82 s, 87.
66
Enciclopedia de México, 3ª. edición, vol. 4, 134ss. De 48 líneas concesionadas por el gobierno de México,
con once se pretendía ligar a la capital con puntos del Golfo; doce atravesarían de costa a costa; y cuatro
irían al Pacífico desde el interior. Muy pocas llegaron a construirse: sólo tres de las primeras, dos de las
segundas y ninguna de las últimas. El ferrocarril México-Veracruz (El Mexicano) se terminó en 1873 y se
debatió vivamente la construcción de la línea que debía cruzar el Istmo de Tehuantepec.
67
Francisco R. Calderón, La vida económica, México, Ed. Hermes (Colección Historia Moderna de México,
dirigida por Daniel Cosío Villegas), 1989, p. 702.
64
65
L 78 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
En esta Primera Calle de Plateros (hoy Madero), que era una de las más lujosas, abrió Eugène su negocio de fotografía en
1855. Esta fotografía corresponde a 1865, unos dos años después de que Eugène se retirara de este negocio. En ella se
puede identificar la esquina de Plateros con Alcaicería (hoy Palma) en donde durante siete años estuvo su estudio fotográfico.
Además estableció una representación comercial, compró y dirigió una fábrica de vidrio en Texcoco y poco antes de morir
se involucró con otros franceses en la introducción del ferrocarril a Sonora.
la lista de “nuestros demagogos socialistas”
al lado de varios periodistas, y el que haya
llegado hasta la cárcel por “conspiración
contra el gobierno de México” sugiere que tal
vez no fuera tan inocente, como lo afirma al
decir que (33) no había tenido ni la idea
siquiera de interferir de cerca o de lejos en los
asuntos internos del país. Sin embargo, no
tenemos otros testimonios de sus actividades
políticas ni hemos encontrado, como ya se
dijo, documentación relativa a su arresto y
encarcelamiento.
En esos informes diplomáticos el nombre
de Latapi aparece dos veces en reportes
firmados por el embajador plenipotenciario
Vizconde Alexis de Gabriac: el 19 de agosto
de 1856 y dos meses después, el 22 de
octubre.68 Se le menciona junto con otros
Lilia Díaz, (comp.) Versión francesa de México. Informes diplomáticos (1853-1858), México, El Colegio de México,
1963, 2 volúmenes, p. 314 y p. 350.
68
El itinerario de Eugène
79 l
varios franceses residentes en México,
empezando por dos periodistas, Masson69 y
Barrès.70 Los pasajes son éstos:
Los generales Rómulo Díaz De la Vega, Miguel
Blanco, hermano del Ministro de Guerra de Santa
Anna, (Manuel Gamboa y (Juan) Suárez Navarro,
el Canónigo (Velázquez de la) Cadena y otros dos
eclesiásticos fueron aprehendidos hace tres días, puestos
en un coche y enviados a Veracruz para ser desterrados.
En México ya no se sabe dónde poner a los presos
políticos. La guerra contra el clero y las clases altas,
la persecución de sospechosos, en suma, todas las
medidas terroristas de las revoluciones más violentas
son puestas en práctica por consejo de los señores
Masson, Barrès, Latapie (sic) Desfontaines, Bablot,
Caire, Laurier, Pioger y otros franceses que forman
aquí el apoyo y el sostén de los radicales más
avanzados. (19 de agosto de 1856).
Creo mi deber en esta ocasión, señor Conde, pedirle
se sirva enviarme instrucciones en el caso de que sean
arrestados y expulsados varios de nuestros compatriotas
por el gobierno que suceda al actual.71 Han venido ya
a decirme en secreto que serán infaliblemente
expulsados, cuando retorne la tranquilidad y el orden,
los más notables de nuestros demagogos. Los señores
Masson y Barrès, periodistas, Pommier y Bablot,
corredores de cambio del señor Lerdo, Gambu,
Riboulet, Latapi, están más o menos seguros de ser
expulsados de México, según lo que entiendo. Me
interesa que V.E. se sirva trazarme la línea de
conducta a seguir por la legación imperial. Es sin duda
un derecho inherente a todo gobierno independiente y
libre, pero también es una situación delicada por la
que debe pasar un representante extranjero. Sé bien
que en la noticia hay cierta notoriedad pública, pero
deberemos exigir del gobierno mexicano pruebas que
en el fondo puede negarse a darnos, siendo esta especie
de procedimiento de policía, de ordinario secreto, o en
caso contrario, protestar por la forma. V.E. se servirá
decidir lo que juzgue más conveniente. (22 de octubre
de 1856)72
Es probable, por tanto, que Eugène
estuviera en relación estrecha con este grupo
de compatriotas que fueron apresados con
él,73 y especialmente con los dos directores
de periódicos.74 Un dato intrigante que pudiera
confirmar esto, es que, Eugène tenía un
expediente individual abierto por el consulado
francés en Nueva Orleans (Archives
Diplomatiques, Nantes, Nueva Orleans, Series
Director-Fundador del periódico Le Trait d’Union que se publicó en México de 1849 a 1897 (variando el
nombre entre 1858 y 1859).
70
Director de L’Estafette que se publicó de 1859 a 1866.
71
El Vizconde creía que el gobierno liberal de Ignacio Comonfort, caería ante la rebelión que desató en
Puebla, al grito de religión y fueros, el general conservador Osollo. Por ello dice: “...por el gobierno que suceda
al actual”. En realidad la rebelión fue derrotada. Sería hasta diciembre, cuando triunfa el Plan de Tacubaya
que cae el gobierno de Comonfort y que surgen los dos gobiernos: el liberal de Juárez y el conservador de
Zuloaga y Miramón.
72
Lilia Díaz, op.cit., pp. 314, 352.
73
Él afirma que todos sus amigos estaban también presos con él (34).
74
Laurence Coudart, Periódicos franceses de la ciudad de México (1837-1911), 1998, en: Pérez Siller, Javier (coord.),
México-Francia. Memoria de una sensibilidad común. Siglos XIX-XX, Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla, El Colegio de San Luis y CEMCA, México, D.F. Este estudio especializado sobre la prensa francesa en
México durante estos años, además de enumerar los más de 24 periódicos franceses que llegaron a publicarse
en México (p. 107), caracteriza a los dos periodistas mencionados (p. 119 s.) R. Masson, “republicano –
moderado– y liberal..., a pesar de sus declaraciones de neutralidad política, se involucra en los acontecimientos
69
L 80 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
D, Dossier individuel No. 30); este expediente,
que data precisamente de 1856, se encuentra
vacío.75
Sin embargo, no hemos encontrado aún
ningún artículo de Eugène en el Trait d’Union,
lo que sería esperable dadas sus dotes
literarias, si su relación con Masson hubiese
sido muy estrecha. En este periódico aparecen
los anuncios de la vidriería y la fotografía a
los cuales hemos hecho referencia.Pero,
además no encontramos ahí alguna nota
necrológica tras la muerte de Eugène. En
L’Estafette, en cambio, además del otro
anuncio ya mencionado, aparece una carta de
Eugène a la redacción, escrita desde Texcoco
el 14 de febrero de 1860, en la que narra un
incidente de un indígena que se defiende
heroicamente de sus asaltantes. Latapi aclara
que lo escribió a petición del director del
periódico.
Seis meses después de salir de la cárcel
Eugène comenta (34) que el embajador
Vizconde de Gabriac lo acusa de estar en
relación “...con los jefes revolucionarios de
Grupo de sopladores de la fábrica de Texcoco. De izq. a
der., en segundo lugar, Antonio Derflingher, en tercero
Eugène y en sexto Víctor Frantz (los demás no
identificados). Probablemente esta foto se tomó al
efectuarse la compra de la fábrica por Eugène (Fotografía
proporcionada por el actual dueño de Vidrios Texcoco, Sr.
Rafael Rodríguez Moreno)
Francia, Ledru-Rollin, 76 Víctor Hugo y
otros...”, por lo que el gobierno francés no
podía apoyar su reclamación de
indemnización. Tampoco parece que su
sucesor, M. de Savigny –pese a que Eugène
confiaba en sus virtudes– haya intervenido a
internos mexicanos. El periódico Trait d’Union, gran defensor de la Reforma, es importante no sólo para los
intereses franceses, sino también para el debate político mexicano en esa época de graves disturbios y
censura... Por eso es a veces castigado con multas y suspensiones y conoce varias interrupciones y cambios
de título, mientras que su director, con frecuencia perseguido, lo dirige a escondidas en 1858 y lo publica en
su exilio veracruzano de 1860 a 1861. Opositor a la intervención francesa, que lo indigna y lo sorprende,
deja de aparecer en mayo de 1863. Su silencio durará cinco años.” En cuanto a L’Estafette dirigido por
Charles de Barrès, “antiguo y fugaz colaborador de Masson, polemiza con el Trait d’Union, sostiene
incondicionalmente la intervención que juzga legítima y necesaria para la protección de los ciudadanos
franceses y en la cual quiere ver una ‘declaración de guerra a la doctrina Monroe’. Preconiza una gran
colonización europea y la extensión del imperio de Maximiliano con un tono repetidamente injurioso para
los mexicanos, y polemiza hasta con los periodistas conservadores.” Es en este último periódico en sus
primeros tiempos en el que hallamos el artículo de Latapi.
75
Ariane Bruneton comenta que Eugène o estuvo en Nueva Orleans en 1856 o en ese año era buscado; la
fecha coincide con el año en que Gabriac afirma que será próximamente expulsado de México (22 de
octubre de 1856).
76
Alexandre-Auguste Ledru-Rollin (1807-1877) se distinguió primero como abogado defensor de los políticos
revolucionarios; al caer la monarquía de Julio (1848) formó parte del gobierno provisional que le sucedió;
siguió siendo un político socialista radical, fue exiliado a Inglaterra de donde regresó a Francia en 1870.
El itinerario de Eugène
81 l
favor de esa indemnización. Al respecto existe
la hipótesis de que su viaje a Londres en 1852,
tuviera que ver con nexos políticos, pues
precisamente en ese año se creó ahí una
asociación, (Comité de Londres) presidida,
entre otros, por Ledru-Rollin, que estaba
integrada por políticos de diversas
nacionalidades exiliados por su participación
en las revoluciones liberales del 1848 y 1849.77
Encontramos también una mención de
Eugène en el catálogo de reclamaciones que
hacen extranjeros al gobierno de México;78
entre las reclamaciones de súbditos franceses
de 1861 y 1862 aparece la que ha hecho el
señor Víctor Frantz, “...dependiente de la
fábrica Vidrios de Texcoco...”, por los ultrajes
recibidos de un coronel Macín. El gobierno
de México contesta que en el Ministerio de
Relaciones Exteriores no hay constancia de la
nacionalidad “ni de Frantz ni de Latapi que lo
representaba”, por lo que la demanda no
procede.79
Las actividades políticas de Eugène deben
inscribirse en el contexto agitado que vivían
ambos países por esos años. 80 Algunos
indicios de su ideas políticas aparecen
esparcidos en la correspondencia: es muy
sensible a las injusticias y a los abusos del
poder; en Guadeloupe narra haber
presenciado una golpiza a un pobre negro
sospechoso de espiar a favor de los blancos,
que reprimió la policía a duras penas (2); y
sigue con gran interés el proceso judicial de
unos presos de una isla cercana, Marie Galante,
posiblemente acusados de rebelarse contra el
gobierno francés (1). En su primer viaje a
París se muestra escandalizado de las grandes
desigualdades sociales y de la miseria que
encuentra “...mientras unos mueren de
indigestión, otros mueren de hambre” (22).
Al llegar a México dedica una larga carta a
describir la situación política del país y no
oculta su simpatía por la causa republicana
(liberal) en contra del “...partido clerical...”
(25). Santa Anna quiere imponerse como
emperador, pero lo impedirá “...el
patriotismo de los mexicanos...”; ya dos jefes
liberales (Alvarez y Ceballos) controlan los
estados del sur. Santa Anna “...va a misa, se
confiesa y comulga con la conciencia cargada
de todos los crímenes y hace cantar el Te Deum
a sus cómplices vestidos de sotana...” (25).
Expresa a su padre sus opiniones burlonas y
despectivas sobre Napoleón III, lo que hace
suponer que serían compartidas por la familia
de Izeste. La revuelta del partido liberal contra
Esta información fue proporcionada por la antropóloga Ariane Bruneton.
Payno, 1982, p. 48.
79
Conviene aclarar que no fue Eugène el señor Latapi que Mariano Otero cita en su correspondencia (Tovar
De Teresa, 1996: 282) en relación con el llamado incidente Otero provocado por el embajador francés Barón
Alleye de Ciprey en el Teatro Nacional y que llevó a la renuncia de Ciprey a su puesto. Este incidente tuvo
lugar en 1845, nueve años antes de que Eugène llegara a México. De hecho, Otero escribe equivocadamente
el nombre: fue un señor Lestapis quien fungió como representante de Ciprey ante Otero, cuando ambos
querían batirse en duelo (Reyes Heroles, 1995, p. 180).
80
F. López Cámara, “Los socialistas franceses en la Reforma mexicana”, Historia Mexicana, oct. dic. 1956,vol.
IX, NO. 2, pp. 269-273, comenta el papel de los socialistas franceses en la Reforma y los pasajes de los
informes diplomáticos que hemos citado.
77
78
L 82 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
En la notaría de Ignacio Burgoa se encuentra este
“Testimonio de la escritura de venta de la Fábrica de vidrio
de Texcoco otorgada por el Sr. Don Aristides Subervielle
en representación de los señores F. Labadie y Compañía,
en liquidación, a favor del Señor Don Eugenio Latapi,
México 1868”. (Libro que tiene el Sr. Rafael Alatriste,
propietario de la fábrica de vidrio El Crisol).
los clericales81 –escribe en abril de 1858– ha
sumido al país en una situación de extrema
gravedad (32). Consta también otro dato
curioso82: que en 1868 Garibaldi envió un
grabado con su retrato y firma a los maestros
vidrieros de Texcoco para alentar a los
artesanos italianos que apoyaban a sus
compañeros mexicanos, lo que hace suponer
que tal vez el propio Eugène le hubiera pedido
este favor poco antes de morir.83
Por otro lado, no hay en toda la
correspondencia mención alguna religiosa.
Fuera de algunas expresiones banales “...se ve
que Dios no tiene empleo para mí allá
arriba...” (7), “...el país está abandonado de
Dios y de los hombres...” (38), por ejemplo,
no hay referencias de carácter religioso, ni
siquiera al expresar su esperanza de tiempos
mejores; en la Iglesia sólo ve el poder clerical
que defiende las injusticias y se opone al
progreso. Inclusive la carta que escribe desde
Londres el día de Navidad de 1852 (8) no hace
mención de la fiesta. Probablemente tampoco
su familia de origen fuese muy religiosa; el
epitafio de Jacques, salvo por el priez pour lui,
destaca que fue hombre de bien y nada más.84
Para terminar, cabe plantear una hipótesis;
que los viajes de Eugène hubiesen sido
motivados por razones políticas y estuviesen
relacionados con los movimientos del grupo
de Masson, el director del Trait d’Union. Es
una hipótesis difícil de probar. Si Eugène fue
encarcelado junto con “todos sus amigos” por
razones políticas, y si era mencionado por el
embajador Gabriac como perteneciente al
grupo de Masson, seguramente estuvo muy
cerca de él. Hay inclusive un poema en francés,
Después del levantamiento del Plan de Tacubaya, diciembre de 1857, al que se une el Presidente Comonfort
para desconocer la Constitución: de su arrepentimiento y del pronunciamiento de Félix Zuloaga, en enero
de 1858, el país se encontró con dos presidentes: Juárez por los liberales, y Zuloaga por los conservadores.
Se abre así la llamada Guerra de Reforma o Guerra de tres años, a cuyo inicio hace referencia la carta de Eugène.
82
Henestrosa et al., 1994, p. 96. Una copia de este retrato de Garibaldi se encuentra en la fábrica de vidrios
de Texcoco, aunque la dedicatoria y fechas son ilegibles.
83
Pudimos ver una copia de este cuadro en la fábrica Vidrios de Texcoco, gracias al señor Rafael Rodríguez.
Garibaldi (1807-1882), también escribe en 1867 una encendida carta de felicitación a Benito Juárez por su
triunfo.
84
Consta que los hijos de Eugène, Fernando y Juan, fueron hombres creyentes y piadosos, lo que indicaría
una influencia en este sentido de su madre.
81
El itinerario de Eugène
83 l
firmado por “X” el 5 de febrero de 1868,
sobre “la trinidad massoniana”85 en el que se
comenta jocosamente que, junto al periodista,
figuran otros dos personajes, Eugène y Ernest
(sin apellidos) que se identifican
profundamente con él y complementan sus
cualidades. La descripción de “Eugène” tiene
rasgos que corresponden sorprendentemente
a los de Eugène Latapi, “...hombre laborioso,
pensador, introductor del cristal fino y de la
porcelana, cuidadoso para tratar y enviar
piezas finas de cristal por los malos caminos
de México...”, y se concluye que “...de los tres
Masson, Eugène es el más recto; en todo caso,
hay que confiar en esta trinidad pues todos
ellos son buenos muchachos”. El tercer
personaje Ernest, podría ser Ernest Masson,
hermano de René y también periodista.
Esto no obstante, la fecha de
encarcelamiento de Eugène, marzo de 1859,
no coincide exactamente con la de ninguno
de los diversos arrestos de Masson; inclusive
nueve meses antes Masson ha huido a Nueva
Orleans y no regresará sino hasta junio de ese
año.
Masson llega a México cinco años antes que
Eugène (funda su periódico el 5 de mayo de
1849, día del aniversario de la muerte de
Napoleón I al que muchos revolucionarios
seguían rindiéndole culto); es seguro que
Eugène, al llegar al país a fines de 1854, haya
entrado en contacto con Masson y su grupo.
Las menciones de Gabriac de los socialistas son
ambas de 1856; en 1857 Masson escribe en su
diario sobre las infamias urdidas por el
embajador y se defiende de las calumnias que
publica otro periódico, El Tiempo. El viaje de
Eugène a Nueva York y París (marzo a
septiembre de ese año de 1857), tampoco
coincide con ningún viaje que conozcamos de
Masson, aunque pudo haber estado motivado
por la conveniencia de ausentarse del país y
quizás se haya detenido en Nueva Orleans (en
cuyo consulado francés, como dijimos, se le
abrió un expediente) para tomar contacto con
otros franceses revoltosos.
Del año 1859 sólo tenemos una carta de
Eugène a su padre, precisamente aquélla en la
que le participa que ha estado encarcelado, le
dice que está endeudado y comenta “la revuelta
del partido clerical” (la Acordada del General
Zuloaga). La primera persecución que sufre
en México Masson ha tenido lugar un año
antes, en 1858, Zuloaga suspende el periódico
(23 de enero) y ordena arrestar a los
periodistas, éstos huyen y se reúnen con Juárez
en Querétaro; después, en Guadalajara, son
arrestados durante la ocupación del general
Osollo y luego liberados, y Masson regresa a
México hasta el 10 de junio. El 29 de ese mes
se ordena a los periodistas salir del país, pero
por influencia de Manuel Robles son liberados
todos los presos políticos; salen a Nueva
Orleans y permanecen allá un año, o sea hasta
junio de 1859.86 El encarcelamiento de Eugène
se sitúa tres meses antes de este regreso.
Tres años más tarde, cuando llegan las
tropas francesas, Masson recibe la orden de
suspender la publicación del periódico (17 de
enero de 1862); se reanuda el 10 de abril, pero
el general Parrodi lo cierra nuevamente el 2
de mayo. Cuando cae la capital, Masson y su
Françoise Dasques, René Masson dans le Trait d’Union, Journal Francais Universel. Selection et prologue. México,
Instituto de Investigaciones Bibliográficas y Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos,
1998, p. 297.
86
Ibidem, 288.
85
L 84 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
El Texcoco de los años 1859-1868 es el de un pueblo
apacible, al lado de un lago, donde la gente aún se movía en
canoa, por los canales, o en el famoso ferrocarril que, desde
su inauguración en 1859, dio un impulso formidable al
intercambio entre Texcoco y la ciudad de México. La
Hermandad. Primer templo construido en Texcoco por
órden de Hernan Cortés.
grupo son arrestados y encarcelados, primero
en México y luego, por cuatro meses y medio,
en San Juan de Ulúa,87 hasta que Bazaine les
autoriza salir a Estados Unidos donde
permanecen cuatro años y medio; regresan
hasta que cae Maximiliano y el Trait d’Union
reaparece el 1 de febrero de 1868.
Durante estos años de exilio de Masson en
Nueva York, se ubica el último viaje de Eugène
a Francia, sin duda tocando Nueva York
(octubre de 1865 a diciembre de 1866);
ignoramos si Eugène visitó a Masson en Nueva
York y si en su larga estancia en París hizo
alguna gestión a su favor ante los diplomáticos
mexicanos.88
En conclusión, si bien hay indicios para
afirmar una estrecha vinculación de Eugène
con René Masson, el cotejo de fechas de los
viajes del primero no permite relacionar estos
viajes con los exilios del segundo.
Como se ha visto hasta aquí, la falta de
documentación más precisa sobre sus ideas o
participación política nos han puesto en
aprietos para reconstruir este aspecto de su
vida. Sin embargo, podemos aventurarnos a
imaginar, con base en la percepción que sobre
este personaje hemos ido pudiendo construir
que, a semejanza del grupo de franceses
radicados en México ya fuesen los dedicados
mayormente a actividades industrialescomerciales o al periodismo político, Eugène
posiblemente vivió dilemas que le condujeron
a presentar posturas ambiguas. Si bien sus ideas
eran liberales, estando inmerso en una realidad
de continuo sobresalto, se vio en la necesidad
de negociar con los gobiernos conservadores
en función de sus intereses como lo eran la
seguridad para sus negocios y su familia.
Conviene aclarar, sin embargo, que no sería
exacto generalizar la postura a los amigos de
Eugène ya que aquí cabrían diversidad de
tonalidades.
Pensamos que hay indicios para aventurar
la hipótesis, por ejemplo, de que las principales
intenciones en su viaje a París en 1865, hayan
sido el no estar cerca de Maximiliano y el
preparar el negocio de la introducción del tren
a Sonora; pero tenemos la información ya
mencionada de que precisamente en ese año
Maximiliano fue a Texcoco y muy
posiblemente fue invitado por un amigo
cercano de Eugène, a que visitara la fábrica
de vidrio que Latapi había arrendado hacía
tres meses (con una especie de compromiso
de venta por parte del vendedor).
Desafortunadamente, no sabemos si Eugène
estaba o no allí pues desconocemos la fecha
Ibidem, 290.
Masson deja de escribir, por un ataque cerebral, el 30 de septiembre de 1874 y muere el 13 de enero de
1875.
87
88
El itinerario de Eugène
85 l
exacta de su partida a Francia; de Maximiliano
sabemos que estuvo en Texcoco entre el 24 y
el 30 de agosto de 1865, pero ignoramos si el
viaje de Eugène inició en agosto o en
septiembre.
Este primer intento de adentrarnos a la
vida de Eugène Latapi, de buscar darle rostro
partiendo inicialmente de sus cartas, para
reconstruir su itinerario e indagar sobre
aspectos que emergieron del proceso de
investigación, como son sus opiniones
políticas, los vaivenes de sus negocios y su
aportación al naciente arte de la fotografía,
nos permitió ir tejiendo círculos donde se
enlazan su historia familiar, local, regional y
nacional, precisando circunstancias que nos
condujeron a entenderle y ubicarle como un
hombre de su tiempo. Sin embargo, nos
quedan muchos pendientes que podrían
investigarse para lograr comprenderle más
cabalmente. Dos miradas que ayudarían en
esta tarea serían, por ejemplo, la de la
psicohistoria que podría preguntarse ¿cómo
influyeron en Eugène las pérdidas que sufrió
en su estructura familiar (las muertes de sus
abuelas, su madre, su tía materna y la partida
de su hermana) y si esto tuvo alguna relación
con su venida a América? O bien, desde la
historia de las minorías, ¿cómo influyó la
minoría francesa en el proceso histórico de
Texcoco y qué papel desempeñó Eugène en
ello? Cruzando varios aspectos ¿el
distanciamiento de su padre estuvo originado
por diferencias de ideas políticas? ¿El
hermetismo que en ese sentido guardan las
cartas refuerza esta hipótesis?
L 86 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
Fotografía de Eugène tomada en París cerca de 1866. Y sello de la foto que ilustra la portada de éste capítulo, tomada por
el fotógrafo que fue su socio.
Una pista de las actividades de Eugène se dirige hacia
probables vínculos con republicanos y con los luchadores
de la unidad nacional en Italia. Entre ellos el famoso
Giussepe Garibaldi, símbolo de la lucha de los republicanos
de 1848 y de la construcción de la gran Italia. Esta litografía,
enviada por Garibaldi, con su firma, a los trabajadores de
la fábrica de vidrio, aún se encuentra en la Fábrica Vidrios de
Texcoco.
El itinerario de Eugène
87
l
Cronología y localización
Le Havre
Paris
France
Limoges
Bordeaux
Francescas
Agen
Bouscat
Pau
Cauterets
España
u
Pa
de
ve
Ga
Béarn
Ga
ve
D´
Pau
O
lor
on
Oloron
Abril 1850, viaja a Guadeloupe
para estar al frente del negocio
de su tío. Dicho negocio se
desplomó con la abolición de la
esclavitud
Eaux
Chaudes
Louvie Juzon
Bielle
Oct-Nov 1851 va a Francia y
visita Izeste. El viaje fue
originado por la sucesión de su
tío.
L 88 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante
Hautes
Pyrénées
Gave D´Ossau
España
Gave D´Aspe
France
Arudy
Izeste
15 Nov. 1852 viaja a Francia.
Trabaja en Limoges en una
compañia de seguros. Pasa por
Londres, París, Limoges y en Agen
busca reposo.
Dibujo: Rafael Vázquez Barrón: “Pillo”
de los viajes de Eugène
Arudy
Izeste
Nov. 1854 llega a México en
el barco Léontine, con la
expectativa de poner un
negocio.
Mar. 1857 viaja a Nueva
York dos meses y Jun-Sep.
viaja a Francia, está en
Havre, Bordeaux y París.
Ago. o Sep. 1865 vuelve a
Francia visita París y Vichy,
planea una empresa de
introducción del ferrocarril en
Sonora.
1866 Dic. Regresa
de otro viaje a
París, Francia.
El itinerario de Eugène
89 l
III. Entorno sociofamiliar
de un emigrante
Michel Papy
entorno sociofamiliar
l
z
“El conjunto de la Galia se divide en tres partes: los belgas habitan la primera; los
aquitanos, la segunda; la tercera está habitada por pueblos que se dicen celtas, en su propia
lengua, pero que nosotros llamamos galos”. (Julio César, 55 A.C.).
“Hemos dado el nombre de aquitanos a los pobladores que ocupan el territorio situado
desde el norte de los Pirineos hasta el océano [...] es un pueblo aparte, no sólo por su lengua,
sino también por su apariencia física que se asemeja más a la de los iberos que a la de los galos”
(Estrabon, 60 A.C.).
En esa región de los Bajos Pirineos, hoy Pirineos Atlánticos, viven dos comunidades que
reivindican su especificidad: vascos y berneses; cada una con su capital: Bayona y Pau; su lengua
y sus costumbres. El presente capítulo describe las características de esta región a mediados del
siglo XIX y ubica en ella la infancia de Eugène.
L
Michel Papy
C
uando en noviembre de 1854,
François-Eugène Latapi se
embarca en el Havre para su
primera estancia en México, con la idea de
“…estudiar el país, sondear el terreno y
preparar los caminos para una empresa
meditada en París con algunos de mis
amigos”, como lo escribe a su padre poco
antes de la partida, repite lo que ya es una
tradición en su provincia de origen, el Béarn.
En esos años del siglo XIX, la partida del hijo
de un escribano lejos de su pueblo de origen,
llega a ser un fenómeno trivial en Francia. El
despoblamiento de las campiñas ya se ha
iniciado, y no sólo se manifiesta por la partida
de una mano de obra agrícola en lo sucesivo
excesiva; se van también muchos artesanos,
comerciantes y miembros de las profesiones
llamadas liberales. Los pueblos, en los que vivía
una población diversa por sus actividades y
sus preocupaciones, testimonio de una
sociedad viva, van a transformarse poco a
poco en medios homogéneos para los
campesinos, en cuyo entorno se instalan
durante un tiempo algunos funcionarios. La
movilidad se encuentra aún en sus inicios.
La originalidad del Béarn, y más aún del
País Vasco, no reside en el hecho de que se
abandone progresivamente la campiña, sino
en que el éxodo rural, en lugar de tener como
único destino las ciudades vecinas o París,
alimenta una emigración lejana. La emigración
allende el Atlántico 1 se había vuelto
importante desde el siglo anterior, en
particular con destino a las Indias occidentales,
es decir a las Antillas. Un tío de François-
* Traducción del francés por Eliane Cazanave Tapie
1
La bibliografía sobre la emigración vasco-bearnesa a las Américas es tan abundante y variada, que parece
inútil proporcionar aquí una idea de conjunto sobre la misma.
entorno sociofamiliar
l
Eugène, portador del mismo nombre,
acababa de morir sin heredero directo tras
haber testado a favor de los tres hijos de su
hermano; de hecho, François-Eugène se había
reunido con él, pues la primera carta que
conservamos de este último data del 27 de
abril de 1850 y fue enviada de Pointe-à-Pitre.
Bastante rápido se amplía a todo el contorno
del mar del Caribe, las tierras de caña de
azúcar, que son entonces la gran especulación,
hasta el punto en que se pudo comparar el
interés económico de toda esa región con el
que representa el Golfo Pérsico en la
actualidad. Francia está muy presente en esa
región, en Luisiana, que va a ceder en 1803 a
Estados Unidos, y en Santo Domingo, en
donde los bearneses son particularmente
numerosos, pero que se emancipa (de 1791 a
1803) y deja de ser un destino para quien busca
fortuna. Pronto México toma el relevo, sobre
todo porque después de la guerra de 1846 a
1848, se distancia de los países anglosajones
protestantes, modelos de modernidad, a favor
de los países con una tradición católica, cuyos
inmigrantes busca atraer. A decir verdad, al
mismo tiempo los países de la Plata en el
extremo sur del continente empiezan a
volverse el destino privilegiado de los vascos
y de los bearneses, así como California desde
los primeros tiempos de la riada hacia el oro,
en 1848.
Las razones de esta tradición, que después
se definirá y adquirirá la suficiente importancia
para hacer del departamento de los Bajos
Pirineos la primera región francesa por el
número de partidas hacia las Américas, son sin
duda alguna múltiples.
Los contemporáneos se sorprendieron e
intentaron explicarlo. Se invoca a menudo la
miseria, y es un hecho que de 1854 a 1855 fue
un año de escasez, miseria y epidemia, pero el
suroeste de Francia no fue el único afectado:
L 94 Michel Papy
en una carta escrita en París en marzo de 1854,
poco antes de su partida, Eugène Latapi
describe así la situación en la capital: “El
invierno fue sumamente riguroso y la escasez
tornó su daño más cruel. Es muy caro vivir
en París sobre todo en donde la miseria es
más aparente que en provincia”. La miseria
no da cuenta de la especificidad vasco
bearnesa. De un modo más general, explica
tanto menos la emigración porque ésta última
no es sólo un hecho de los más pobres; Eugène
Latapi es un ejemplo palpable de ello. Muy a
menudo se invocaba otra razón que, por su
parte, permitiría comprender la originalidad
de nuestra región en la totalidad francesa; se
trata de un sistema familiar, caracterizado
sobre todo por la práctica del heredero único,
obligando a los menores que no se desposaban
con una heredera, a una situación subalterna
o a la emigración. La realidad parece ser
mucho más compleja y muchas evidencias
contradicen esta visión de los hechos: los
menores no emigran más que los
primogénitos, y más tarde se asistirá
francamente a la partida de familias completas.
El tema dista de haberse agotado; nos
contentaremos por el momento con
describirlo, expresando que la búsqueda de
una solución a todo tipo de dificultades, tanto
como la voluntad de triunfar, encuentran una
respuesta en la emigración, vieja costumbre
vinculada, sin duda, con la condición de la
tierra; sin olvidar que en las regiones de la
montaña, la antigua práctica de la trashumancia
hibernal en las laderas y las planicies del
Garona, de la que diremos algunas palabras
más adelante, acostumbra a partidas lejanas.
España fue, asimismo, durante mucho tiempo,
uno de los destinos de predilección: los
bearneses no van allá sólo para labores de
temporada; algunos de ellos, como los
capadores, practican oficios que requieren de
Vista de los Pirineos desde el castillo de Pau, sede del parlamento de Navarra y capital de la región de Béarn. Región
soberana gobernada por los Príncipes de Béarn de 1347 hasta 1620, cuando el rey Louis XIII la anexó y transformó en
provincia francesa. De esas montañas, frontera natural con España, descienden muchos torrentes (llamados Gave): el del
valle de Ossau pasa por Izeste, pueblo donde nació Eugène; tenía entonces menos de trescientos habitantes.
un conocimiento, otros están al servicio o a la
cabeza de casas comerciales. Esas actividades
suponen movilidad. Los viajes son un
horizonte familiar para los bearneses, y el
abanico de las direcciones predilectas se
amplió progresivamente, a partir de las
relaciones con España y las islas del azúcar. El
creciente recurso a esa respuesta es uno de los
muchos indicios de los trastornos que enfrenta
la región en el siglo XIX. Sin embargo, no habrá
que buscar en la siguiente descripción claves
de lectura, sino simplemente un relato del
entorno en el que vivió el joven Eugène.2 Cada
lector habrá de buscar en él imágenes
sugestivas, de esbozar paralelos con otros
hechos conocidos de la vida de nuestro héroe.
******
La Francia de los años de 1820 a 1860
enfrenta todas las mutaciones de la Revolución
Industrial; no se trata de la visión del
historiador acostumbrado a leer y a
reinterpretar el pasado desde la perspectiva
del tiempo, sino la comprobación hecha
entonces por los contemporáneos. La
impresión de vivir nuevos tiempos es general,
sin duda más vivaz de lo que es en nuestros
días, pues las condiciones de la vida cotidiana
se modifican de modo sensible para todos los
franceses, incluso para los de las campiñas que
constituyen todavía la inmensa mayoría. Dos
ejemplos que atañen al marco de la vida
cotidiana bastarán para sugerir los cambios
en curso: en la construcción, la primera mitad
del siglo XIX es la época en la que se termina
de instaurar el hábitat rural llamado en la
actualidad tradicional, y es así como en el
Bearn los techos de pizarra reemplazan
definitivamente los de bálago; la transición de
lo blando a lo duro y de lo vegetal a lo mineral
es más que simbólica. El segundo ejemplo es
la vestimenta: el algodón se vuelve el textil más
común, en perjuicio del cáñamo, lino y lana,
limitados progresivamente a los usos más
banales o por el contrario a los más nobles.
Para tener un buen conocimiento del medio pirenaico y prepirenaico en los dos primeros tercios del siglo
es necesario consultar la gruesa obra de Jean-François Soulet, Les Pyrénées au XIXeme siècle, Toulousse,
Eché, 1987, 2 tomos, 478 y 713 pp.
2
XIX,
entorno sociofamiliar 95 l
Sucede que en Izeste en 1850 se sigue
cultivando el lino,3 y el tejido industrial que
hasta esa fecha se practicaba en Pau se muda
a las nuevas fábricas de Nay. Se continúa
hilando la lana en casa. Por el contrario, el
tejido rural declina lentamente; sin embargo,
según la tradición oral, se consideraba a Izeste
un pueblo de tejedores, en el que las ventanas
se hacían para per mitir una máxima
iluminación de los telares.4 Sin embargo, el
lanificio evoluciona de manera espectacular
ante la competencia del algodón; el gran
centro es la ciudad de Oloron, distante de
Izeste unos veinte kilómetros. Hacia 1860, los
negociantes oloroneses, dueños de la fábrica
de esa ciudad, empiezan a buscar la materia
prima en Australia, donde la lana es de mucha
mejor calidad. Y la antigua actividad de punto
de aguja (polainas, boinas, etcétera) está
pasando a la fase industrial, aprovechando la
moda de la boina en las clases acomodadas.
No hay que imaginar, en una Francia que
se mueve, al Béarn como un rincón perdido
distante de la capital y fijo en un sueño
milenario de eternidad al pie de las montañas.
No se debe tomar al pie de la letra la literatura
de la época, aun si a menudo se complace en
descripciones que sugieren que ahí el tiempo
suspendió su vuelo. Cierto es que las imágenes
que se dan de la región insisten en ese aspecto:
el gusto por la tradición, la ausencia de pasión,
cierto conservadurismo social y económico.
Es un discurso que se encuentra bajo la pluma
de los observadores externos a la región, los
administradores por ejemplo, o los turistas
viajeros, como los berneses acomodados y
cultos. Discurso ambivalente: peyorativo
cuando intenta explicar la muy baja
industrialización por la falta de espíritu de
empresa, positivo cuando cree en la existencia
de un temperamento alegre y de una sociedad
armoniosa. En ambos casos, esta visión parece
superficial. El sentido de empresa es una
noción particularmente vaga; no hay razón
para limitarla a la empresa industrial, la
emigración lejana es también una empresa. La
vida de Eugène Latapi presenta un caso entre
muchos otros de los nuevos impulsos
continuos, que lo sitúan por completo en el
clima de la época. El estudio detallado de las
casas de comercio bearnesas y de las primeras
sociedades industriales sugiere impresiones
comparables.
En cuanto a la imagen tan difundida de un
mundo apacible, imagen en la que concurren
tanto los paisajes campestres y montañeses
como las estructuras familiares y comunitarias
que parecen distantes del individualismo
progresista, es resultado de la apertura de la
región al mundo. En efecto, en esta primera
mitad del siglo, el desarrollo de la organización
y explotación de las fuentes termales pone de
moda a los Pirineos y se apodera de ellos el
romanticismo.5 El Segundo Imperio acentúa
aún más la moda de los Pirineos, quizá por el
interés personal de Napoleón III en ellos.
Retomando una obra inaugurada por el
intendente d’Etigny, pone en marcha la
carretera de los Pirineos une los valles entre sí
por las célebres carreteras que tomó después
Picamilh, Statistique genérale des Basses-Pyrénées, Pau, Vignancour, 1858, 2 tomos, cita en tomo 2, p. 360.
Jean-Pierre Dugène, Les Inscriptions et décorations de l’habitat rural ossalois, 1986, 171 pp. cita en p. 53.
5
La literatura sobre el tema es abundante. Ver en particular J. Fourcassie, Le romantisme et les Pyrénées, París,
1940, 440 pp.; M. Gaston, Images romantiques des Pyrénées, Pau, 1975, 351 pp.; y M. Chadefaud, Aux origines du
tourisme dans le pays de l’Adour, Pau, 1988, 1010 pp.
3
4
L 96 Michel Papy
la Tour de France ciclista. En el alto valle de
Ossau, los balnearios frecuentados son EauxChaudes (Aguas Calientes) y sobre todo EauxBonnes (Aguas Buenas). Para llegar a ellos, y
sin importar el lugar del que se viene, se debe
pasar por Louvie-Juzon o Izeste, que se
encuentra frente al otro margen del torrente
pirenaico. Los indicios concuerdan en decir
que de 1830 a 1840 son años en los que se
acelera el despegue económico de esos
balnearios. Ahora bien, el público que los
frecuenta para recuperar la salud y la
tranquilidad, se complace viendo en esas
regiones el lado negativo del mundo en plena
transformación y agitación. Se publican las
primeras guías de viaje; una de las más
consultadas es la célebre Guide des Pyrénées
(Guía de los Pirineos) de Richard,6 cuya
primera edición data de 1834. Tuvo el
suficiente éxito para que se imprimiera una
segunda edición en 1840, luego una tercera
en 1845. En realidad, es una obra redactada
para uso de quienes frecuentan las aguas, como
se dice entonces; es decir, los balnearios. Los
trayectos que llevan a esos balnearios se
describen mucho más brevemente que los
balnearios mismos y sus entornos inmediatos.
El propio Eugène Latapi los frecuenta: en
julio-agosto de 1853 por consejo de su
médico pasa tres semanas “en las aguas de
Cauterets”, en compañía de su hermana Anne
y de su cuñado François, sin siquiera pasar a
ver a su padre, cuando Cauterets está situada
en un valle vecino al del torrente pirenaico de
Ossau que irriga a Izeste.
El valle de Ossau, Vallée d’Ossau, famoso por su belleza
natural: altas montañas, nutridos ríos, amplios valles,
célebres estaciones termales, densos bosques poblados de
variada fauna –aún queda el típico Oso de los Pirineos- y
con habitantes cultos y altivos como las rocas de sus montañas.
Los ossalois, nombre que se da a los habitantes del valle,
quienes vivieron la influencia romana, la ocupación visigoda
y la penetración cristiana, hasta que en 1005 se unieron a los
berneses.
La Guide Richard describe de modo muy
breve la carretera que sube el torrente
pirenaico de Ossau y lleva a las Eaux-Bonnes
y a las Eaux-Chaudes. He aquí lo que dice de
la cuenca de Arudy, que comprende los
municipios de Arudy, Izeste y Louvie-Juzon y
se sitúa en el punto en el que el torrente sale
de la montaña: “De Sévignac se desciende a
la planicie de Arudy, encantadora llanura
situada en la desembocadura de las montañas,
y formada por las aguas vagabundas del
torrente de Oléron7 que, bajo el puente de
Germe, se abrieron un paso a través de las
masas calcáreas a las que surcaron
profundamente. La bella gruta de
Richard, Guide aux Pyrénées, 2a ed. París, 1840, 426 páginas. Las siguientes citas fueron tomadas
directamente de las pp. 324-325 y 341-342.
7
Oléron por Oloron. De todas maneras es un error de la guía: se trata en realidad del torrente de Ossau,
que al unirse 20 kilómetros río abajo al torrente de Aspe, forma el torrente de Oloron.
6
entorno sociofamiliar 97 l
Esbalungue, 8 adornada por numerosas
estalactitas, se abre en medio de ese mármol
cavernoso; está situada en el territorio de
Izeste.9 El pueblo de ese nombre no está
separado más que por el torrente del Louvie
(en este último municipio) de los bancos de
mármol blanco, con escamas grandes y
pequeñas, que se presentan a las miradas del
observador; encierran bellas canteras, de las
que a veces se extraen bloques para escultura”.
Como vemos, la descripción es seca, los
pueblos parecen no merecer la atención que
sí despiertan las curiosidades naturales, y hasta
se pasa por alto el burgo principal de Arudy.
No son sino lugares de paso obligatorios. Sin
embargo, se presta mucho interés a las
poblaciones, pero de un modo muy diferente.
Las siguientes líneas, tomadas de un capítulo
titulado Costumbres del valle de Ossau, son un
ejemplar típico de la literatura de viaje relativa
a los habitantes de las regiones lejanas: “Todos
los viajeros que han recorrido este valle
concuerdan en alabar las costumbres de sus
montañeses, pueblo con una fisonomía viva,
abierta, con el corazón excelente y puro. Nada
más raro que encontrar a una joven que se deje
seducir. Desde hace mucho tiempo no se ha
visto hijo natural. En la iglesia, los hombres
están separados de las mujeres. Los hombres
ocupan el santuario, las mujeres las dos naves,
todas ocultas por grandes chales blancos que
dejan ver apenas al forastero su ojo negro y
su cara ovalada; parecerían españolas que
temen mostrarse ante la mirada de sus celosos
esposos. Si el vino no ocasionara aquí algunos
raros altercados, tan pronto aplacados como
provocados, uno se creería en el verdadero
Edén.”
La realidad, debe sospecharse, dista
bastante de esta encantadora descripción. La
descripción psicológica de los pueblos es un
género de moda que permite todas las
variaciones y que nos parece poco riguroso;
así esta descripción de los ossalences por Taine:
“Los ossalences suelen tener una fisonomía
dulce, inteligente y un poco triste”, descripción
complementada un poco más lejos: “Aquí los
hombres son flacos y pálidos; sus huesos son
salientes, y sus grandes rasgos atormentados
como los de sus montañas”.10 Aquí, mi
propósito no es comentar la mirada que se
tiene de la región y de sus habitantes, más que
para precisar que al lado de esa mirada
impregnada de afectividad, hay otra,
contemporánea y que se pretende de
conocimiento científico: es la mirada a la que
se puede calificar de etnográfica, la
observación de los hábitos y las costumbres
de los habitantes, de las curiosidades más
visibles –la vestimenta, las fiestas– y más
íntimas –las estructuras familiares y
comunitarias–. En efecto, estamos
exactamente en la época en que Frédéric Le
Play publica en Les Ouvriers des deux mondes (Los
obreros de los dos mundos) en 1857, la
monografía de la familia Mélouga en
Cauterets; su estancia en ese balneario fue por
tres años contemporánea de la que hizo
Eugène con su hermana y su cuñado. Se sabe
que Le Play se entusiasmó tanto por lo que
vio de esa familia que hizo de ella el modelo
familiar ideal y lanzó la moda del sistema
pirenaico al que más tarde bautizaría de
Esbalungue por Espalungue.
Se escribe indiferentemente Iseste e Izeste. La segunda ortografía es hoy día la única oficial.
10
H. Taine, Voyage aux Pyrénées, París, 1863, p. 136.
8
9
L 98 Michel Papy
familia-tronco. El tono de su estudio, que sin
embargo pretende ser fruto de observaciones
rigurosas, recuerda mucho la imagen del
verdadero Edén, que daba en 1834 la Guide
Richard. Sin embargo, no es necesario que nos
detengamos en esta visión, sobre todo porque
sin duda alguna el joven François-Eugène
Latapi, durante el tiempo que duraron su
adolescencia y su formación, no compartió
una representación tan idílica de los hechos.
Debido a la profesión de su padre
–volveremos a ella más adelante– como a sus
propias experiencias, percibió las cosas en su
trivialidad cotidiana. No retengamos de esta
cita, por el momento, más que el hecho de
que los Pirineos en general y el Béarn en
particular, son conocidos por la buena sociedad
y que en sentido inverso, la moda de las Aguas
Buenas anima a los pequeños burgos del valle
de Ossau.
Hay que comprender claramente los
estrechos lazos entre esta apertura al exterior
y la imagen de tranquilidad, hasta de
conservadurismo. Se produjo lo que se puede
llamar una folclorización del Béarn. Desde luego,
en todas las campiñas de Francia se recogen
entonces viejas canciones, bailes tradicionales
y demás costumbres; el movimiento se
extiende además a toda Europa, pero hay
regiones que, más que las demás, son objeto
de atención. El Béarn es parte de ellas; sin duda
alguna lo debe a la presencia de los balnearios
y de los paisajes montañeses. Esa mirada desde
afuera contribuyó fuertemente a fijar las
llamadas tradiciones, cuya fabricación se debe
sin embargo un poco –¿o mucho?– al interés
que le prestaban los extranjeros, debido a que
se designaba con ese nombre a todos aquellos
que no eran de la región, sin importar su
nacionalidad, la mayoría de ellos siendo
además franceses, parisinos o de otras partes.
Lavaderos municipales en la calle principal de Arudy: la
tenería era una industria importante.
La provincia que deja François-Eugène
Latapi es –en una Francia cuya construcción
nacional y muy particular mente la
representación que se forma de sí misma, están
casi terminadas–, una pequeña región a la que
se cree identificar claramente mediante
algunas nociones clave, por lo demás muy
fantasiosas. No es casualidad que esas
elaboraciones intelectuales sean contemporáneas de profundos cambios en la vida
cotidiana.
*******
El Béarn no representa gran cosa en la
unidad francesa: sólo 280 mil habitantes en el
censo de 1856, de los 36 millones de franceses.
entorno sociofamiliar 99 l
De ellos, el cantón de Arudy, que corresponde
a lo que se llama el Bajo-Ossau, es decir la
sección inferior del valle del torrente de Ossau
en su parte montañesa, sólo tiene diez mil
habitantes. Izeste es el municipio menos
poblado, con 483 habitantes exactamente,
pero colinda con la cabeza del cantón, Arudy,
poblada con mil 878 habitantes, en donde el
padre de Eugène ejerce la función de escribano
de la justicia de paz. Los dos municipios están
tan cerca, que él vive a menos de dos
kilómetros de su lugar de trabajo. Desde hace
exactamente diez años la población de la
provincia ha empezado a disminuir. Este
fenómeno preocupa a los administradores. Sin
embargo, los inicios de la emigración habían
sido vistos más bien con buen ojo pues se
pensaba que contribuía a aliviar la miseria. En
adelante ya no sucederá lo mismo. Desde hace
diez años, el saldo migratorio para el conjunto
de la jurisdicción de los Bajos Pirineos, con
una población en 1856 de 444 mil habitantes,
es de 37 mil 500 desaparecidos. Cierto es que las
partidas atañen sobre todo al País Vasco, pero
también el Béarn se ve afectado de modo
masivo en su parte suroeste, en donde se
encuentra precisamente Izeste. Es tanto más
desagradable, se piensa, porque la emigración
afecta sobre todo a los jóvenes y ese hecho
contribuye, sin duda, a explicar el menor
número de los nacimientos sobre los decesos,
otro motivo de preocupación.
Este detalle es más complejo: el municipio
mismo de Izeste alcanzó su máximo a partir
de 1831. Pero la cuenca de Arudy en su
conjunto conoce una evolución demográfica
más cambiante y menos negativa que el
municipio de Izeste: el máximo de población
se da en 1851. De manera general, el éxodo
se ve compensado por la instalación de
industrias vinculadas con los recursos locales:
en particular, marmolerías que pronto se
L 100 Michel Papy
montarán a escala industrial. El pequeño
pueblo de Izeste no se encuentra, pues, aislado,
casi colinda con los burgos de Arudy al norte
y de Louvie-Juzon al este del otro lado del
torrente de Ossau, que son mucho más activos
que él. Recordemos que el padre de Eugène
Latapi va todos los días a Arudy para trabajar,
pues la justicia de paz radica en la cabecera
del distrito del cantón. Más allá de Izeste, hay
que considerar todo el Bajo Ossau.
Lo cierto es que, a mediados del siglo, el
máximo de población sugiere cierta miseria;
innegable, aunque menor a la de otras regiones
francesas. Es lo que se llamó el tiempo de las
campiñas llenas. La última gran crisis de
desnutrición después de la de 1846 data de
1853 a 1854, y fue seguida por la tercera
epidemia de cólera del siglo; esos dos dramas
afectaron a la región. Fue la última crisis
presentada por los historiadores como una
crisis del antiguo régimen económico,
caracterizada por un incremento en el precio
de los productos alimenticios y una excesiva
mortalidad debida a la carestía y a las
enfermedades que provoca. Sin embargo,
estos dos fenómenos fueron mucho menos
marcados que en el momento de las crisis
anteriores, prueba de la progresiva
construcción de un mercado nacional que
estabiliza los precios, los progresos de la
medicina, y más aún, de la higiene, tanto en
las campiñas como en las ciudades. También
es resultado de los progresos de la
producción agrícola. Si la mano de obra
agrícola empieza a disminuir, se debe a que la
tierra produce más con menos hombres. La
evolución es poco perceptible a una mirada
superficial, pero continua. La emigración no
fue la única respuesta a la carga demográfica
excesiva. El país se mueve, incluso en el valle
de Ossau.
Litografías de mediados del siglo XIX con personajes del Béarn. Sus habitantes se dedicaban a la agricultura, al pastoreo
de borrego y al artesanado en madera, cerámica y pieles. Esa región conserva aún su lengua, canciones, danzas, fiestas y
trajes típicos.
******
Conviene describir la vida material de los
habitantes de Izeste; he aquí la tarjeta de identidad
del lugar como la elaboró un administrador
de la jurisdicción en 1858.11
Izeste: 483 habitantes
Situación geográfica. En planicie, a la entrada
del valle de Ossau, costeado por el torrente.
Monumentos y curiosidades naturales: Una iglesia
y un castillo poco notable; una gruta curiosa conocida
bajo el nombre de gruta de Espalungue; una haya
gigantesca llamada la haya de Bordeu y plantada
el día de su nacimiento.
11
En un vivero de peces dependiente de la propiedad
del señor de Bordeu, se pierde una derivación del torrente
en el suelo para no resurgir a la luz más que en
Rébénacq, tras un recorrido subterráneo de 12
kilómetros.
Administración: Alcalde, cura, maestro y maestra
municipales; servicio cotidiano de la oficina de correo
de Arudy, comisaría de policía y brigada de
gendarmería de Arudy, a dos kilómetros.
Productos agrícolas: trigo candeal, cebada, maíz,
lino, papa.
Mercados: Arudy, Nay, Oloron.
Ferias: Oloron, Pau.
Fiesta patronal: San Esteban, el 25 de diciembre.
Industria: capadores.
H. Taine, Op cit., p. 360.
entorno sociofamiliar 101 l
Notables: Los señores de Bordeu, Cenan, Laplace;
las señoras de Perpigna y Duformanoir.
Por escueto que sea, este cuadro no carece
de interés. Primero por lo que nos indica
acerca de la mirada del administrador. Al lado
de su aspecto de catálogo práctico –¿para
quién exactamente?– se lee en él la curiosidad
de un conocedor de la geología y la botánica,
que caracteriza bien a la época. Se ve asimismo
el lugar que ocupan en la sociedad los notables,
cuando el término ya no tiene significado
oficial y legal. Notemos a ese respecto que un
escribano de la justicia de paz, aun si se
distingue del común de los mortales de un
pequeño pueblo, no se cuenta entre los
notables. Volviendo al conjunto de los
habitantes de Izeste, a sus ocupaciones y a sus
medios de subsistencia, es necesario dejar
provisionalmente este documento, pudiendo
volver a él cuando se presente la oportunidad.
No es posible describir con precisión
rigurosa las actividades de los habitantes de
Izeste, a falta de esa fuente indispensable que
son las listas nominativas de los censos de
población. Elaboradas cada cinco años,
muestran, cuando se redactaron con cuidado
–lo que sucede en la mayoría de los casos–
una imagen fiel del municipio. Por desgracia
ni los archivos provinciales ni los municipales
las conservaron.12
En cambio, el registro catastral13 elaborado
en 1837, ofrece una imagen de todos los
terratenientes del municipio y permite hacerse
una idea de la población. En la mayoría de los
casos, no se indica la profesión, son
campesinos, pero es necesario saber que en
las familias campesinas, hay a menudo un hijo
o hija menores solteros, que tienen otra
actividad: algunos hombres tejen y las mujeres
sobre todo hilan. Una pequeña parte no posee
propiedades. Sin embargo, parece que no son
muchos los jefes de familia en esas
condiciones. En efecto, el registro da 140
nombres, de los cuales 120 viven en Izeste,
los demás tienen su domicilio en los
municipios vecinos, en particular en LouvieJuzon y Arudy. Ahora bien, Izeste cuenta
entonces con 550 habitantes; debido al número
promedio de personas por hogar en esa época,
es difícil evaluar el número de hogares por
encima de 120; casi todo el mundo posee algo.
Además, hay que precisar que cada uno está
inscrito sólo por los bienes que posee en el
territorio municipal. Algunos de los hombres
que parecen no poseer nada o casi nada, son
tal vez propietarios en uno o varios municipios
vecinos. Para medir con exactitud habría que
buscar a los habitantes de Izeste en los registros
catastrales de los demás municipios. Los
siguientes datos son, pues, respecto de
algunos, inferiores a la realidad.
Para atenernos al catastro de Izeste, casi la
mitad, 56 de 120, poseen menos de 50 áreas
(medida de 100 metros cuadrados), y el 62.5
por ciento de las propiedades, 75 de 120,
miden en total menos de una hectárea. Esto
corresponde, en el caso de los primeros, a una
simple casa con o sin dependencias, un jardín,
y una o dos parcelas. En esta categoría están
representados, casi siempre, respecto de un
Un examen de las actas del estado civil, nacimientos, matrimonios y decesos, podría dar una idea general
de las profesiones de los habitantes, a costa de precauciones en la exploración del documento; por desgracia
la consulta no está autorizada más que en forma de microfilmes, y la microfilmación fue muy mal hecha,
siendo el resultado a menudo casi ilegible, y no permite más que exploraciones parciales, sin gran interés.
13
Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, Izeste, 3P3/1.
12
L 102 Michel Papy
Esta litografía de 1834 muestra el tipo de transporte que se
utilizó, desde el siglo XVIII hasta fines del XIX, en la región
de los Pirineos. Muy probablemente fue el medio que
tomaron los Latapi para ir a Bayonne o salir del valle de
Ossau.
solo individuo, casi todos los pequeños oficios
de las campiñas: curtidor, zapatero,
almadreñero, carpintero, carpintero de obra,
albañil, papelero, calderero, herrero, tallador
de piedras, panadero –el único oficio de
alimentación presente– y oficios del ámbito
textil un poco más numerosos: tejedores y
sastres; sin olvidar dos pastores de ovejas y
más de la mitad de los sujetos a impuestos
cuya profesión no está indicada. Siempre se
trata, simplificando, de jornaleros y, en el caso
de las viudas, de hilanderas.14 Sin duda alguna
hay que contar en el grupo a los hombres que
van a trabajar a Arudy, distante, lo recuerdo,
menos de dos kilómetros. En efecto, Arudy
tiene algunas actividades industriales,
explotaciones de mármol, peletería y el
curtimiento en blanco, que ocupan en total a
unos 200 obreros;15 es más de lo que puede
albergar el municipio, por lo que muchos de
ellos proceden de los municipios vecinos. De
todas maneras, existe en Izeste como en otras
partes, toda una categoría de la población de
la que se puede afir mar que vive en
precariedad. Las hilanderas, debido a la
miseria de su sueldo y a su edad, jornaleros y
obreros porque deben asegurar la subsistencia
de su familia, se emplean aquí y allá en casa de
sus vecinos o más lejos, en el mantenimiento
de los setos y de las acequias durante la
estación mala; así como en las diferentes obras
de preparación de los suelos y de cosecha el
resto del tiempo. Todos tienen además la
posibilidad de enviar algunos animales en
busca de su alimento a las laderas y bosques
que pertenecen al municipio. Lo mismo sucede
con los 13 jefes de hogar que poseen de una a
dos hectáreas. Si casi las tres cuartas partes de
los habitantes disponen de menos de dos
hectáreas, hay que hacer a un lado a los
artesanos, que se encuentran todos en ese
grupo y cuya principal fuente de ingresos está
en su profesión; la jardinería y el
aprovechamiento de un campo o de un prado
no tienen más que una función de
complemento. En ese pequeño mundo de
trabajo artesanal, dos profesiones –sastres y
tejedores– se distinguen, sin embargo, por el
tamaño un poco mayor de su propiedad.
Ahora bien, la posesión de tierras es indicativa
de importancia social: garantiza a la vez una
mayor seguridad y un cierto prestigio.
Por ello es necesario señalar la situación
muy particular de una profesión de la que
hemos hablado poco hasta ahora: los
capadores, llamados en otros documentos
En los municipios que conservaron las listas nominativas del censo de población, y en donde se les puede
comparar con los datos del catastro, se observa que se trata casi sistemáticamente de jornaleros y de hilanderas.
De ahí la extrapolación hecha aquí.
15
Picamilh, Op. cit., p. 358.
14
entorno sociofamiliar 103 l
castradores, son quienes castran a los animales,
reservándose en principio el término de
castrador a quienes castran caballos. Oficio
calificado, que produce dinero, y para el cual
es necesario desplazarse, si es necesario muy
lejos. Se sabe, en efecto, que los ossalences se
especializaron en ese oficio y que lo ejercían
en toda España, donde habían adquirido
reputación por su destreza. 16 Izeste es
precisamente un pueblo de castradores. En el
registro catastral se señalan 12 castradores,
ocho poseen más de dos hectáreas, y tres de
ellos de cinco a diez hectáreas. Anne Latapi,
hermana de Eugène, se casó con un capador
y viven en el momento en que Eugène escribe,
en Francescas, en Lot-et-Garonne; por su
apellido no parece que su esposo sea de Izeste,
pero al parecer es claro que ese matrimonio
supone relaciones entre el escribano de la
justicia de paz, padre de Anne, y el medio local
de los castradores. De hecho, la
correspondencia de Eugène sugiere que su
hermana reside a menudo y conmuta su
residencia entre Francescas y Arudy. Los
castradores forman parte de la élite del mundo
rural: son hombres que viajan, si es necesario
lejos de su hogar, y manejan dinero. En el
grupo de quienes poseen más de cinco
hectáreas, con esos capadores se encuentran
13 labriegos –señalados, repetimos, sin
indicación de profesión–, dos rentistas, un
dueño, un tejedor, un sastre, y un escribano,
quien no es otro que Joseph Latapi.
Si por debajo de las cinco hectáreas
tenemos todavía a pequeños campesinos, por
encima se empieza a encontrar al grupo de
los campesinos medios, inclusive
acomodados. Lo pequeño de las superficies
puede sorprender, pero los datos del catastro
de Izeste son un mínimo referente: siendo el
territorio municipal muy limitado, existe la
posibilidad de que los habitantes posean
algunos terrenos en otra parte. También hay
que recordar que estos campesinos son
ganaderos, que tienen a su disposición no sólo
el uso de los bienes municipales como en casi
toda Francia, sino sobre todo el de los
pastizales de mediana y alta montaña, sin hablar
de los terrenos de planicie recorridos por una
parte del rebaño durante la trashumancia del
invierno. En cuanto a los que no son
campesinos, es evidente que no trabajan ellos
mismos sus tierras; algunos tienen bienes en
otra parte y viven a una escala diferente. Con
una propiedad de 5.33 hectáreas, Joseph Latapi
se encuentra entre los menos favorecidos de
esta categoría –de hecho no se encuentra entre
los doce más sujetos a impuestos del
municipio, aquellos a los que se consulta
cuando han de tomarse decisiones con
consecuencias financieras importantes–.
Quienes dirigen al pueblo poseen por encima
de cinco hectáreas. Con la introducción del
sufragio universal masculino en 1848, la ley
municipal de 1831 creó un sistema en el que el
derecho de voto dependía del censo; sólo los
sujetos a mayores impuestos participaban en
el escrutinio y podían ser elegidos, siendo el
alcalde de todas maneras designado. El límite
inferior que daba acceso al voto variaba según
el tamaño del municipio; en los pequeños y
pobres como Izeste, era más bajo que en otras
partes, para permitir un máximo de vida
municipal. De todas maneras son los
R. Arripe, Les crestadous. L’étonnante histoire des châtreurs de la vallée d’Ossau et de ses environs en terres d’Espagne et
du Portugal, Laruns, 1994.
16
L 104 Michel Papy
campesinos acomodados quienes tienen las
decisiones entre sus manos, quedando los
pocos propietarios muy grandes,
principalmente para servir de enlace con la
autoridad prefectoral.
Esos grandes propietarios son los notables
mencionados por su nombre en la descripción
antes señalada; el que no se distingan en el
catastro de los campesinos acomodados,
obedece a la dispersión de sus propiedades.
Las que poseen en Izeste, las únicas
mencionadas en el registro municipal, no
constituyen más que una pequeña parte del
conjunto. Su vida y su red de relaciones no se
mueven a la escala del pueblo; su prestigio y
su influencia son, desde luego, grandes pero
un tanto ajenos a la vida local. En cambio, son
lo bastante conocidos en el exterior para que
se mencione su nombre cuando se quiere
presentar al pueblo. Algunos de ellos son
personalidades bastante célebres, que ayudan
a la notoriedad del municipio. Izeste posee una
de esas celebridades: Théophile de Bordeu,
nacido en Izeste en 1722, fallecido en 1766,
tras una carrera que hizo de él uno de los
médicos y sabios más conocidos en el siglo
XVIII. Colaborador de la Encyclopédie, amigo
de Diderot y de D’Alembert, y en cierto
momento superintendente del Béarn, volvió
a París en donde se transformó en el práctico
facultativo más buscado de la capital. Es su
nombre el que surge bajo la pluma cuando se
evoca Izeste. En una Guide pittoresque du voyageur
en France17 que atañe a todas las jurisdicciones,
descritas distrito por distrito, Izeste no será
señalado, a diferencia de otros burgos más
La región del Valle de Ossau tenía una nutrida producción
agrícola, pastoreo y explotación de bosques que mantenía
un importante intercambio. Los productos eran
transportados en carretas y conducido a los pueblos y
ciudades para ser vendidos. Así lo muestra esta litografía
de los años 1840.
importantes, más que por ser la patria de
Théophile Bordeu: “Izeste, pueblo situado a
5 leguas ½ de Oloron. Es la patria del célebre
Théophile Bordeu, fallecido en París durante
su sueño, de una apoplejía fulminante, lo que
dio la ocasión de decir entonces que la muerte
temió tanto a ese hábil médico, que lo
sorprendió mientras dormía”.
Por el contrario, los campesinos
acomodados, que son económica y
socialmente muy inferiores a ellos, tienen en
el municipio alianzas que les permiten controlar
al pueblo. 18 Además, esos campesinos
siguieron monopolizando los consejos
municipales después de la instauración del
sufragio universal en 1848. En efecto, se
comprobó que los electores pobres
prefirieron confiar en ellos en vez de
encargarse de tareas para las que no se sentían
preparados, aunque fuese sólo por falta de
tiempo. Sin duda alguna, las relaciones de
Guide pittoresque du voyageur en France. Département des Basses-Pyrénées. Sin fecha (al parecer anterior a 1830),
p. 21.
18
C. Thibon, Pays de Saulñt. Les Pyrénées audoises au XIXème siècle: les villages et l’État, París, C.N.R.S., 1988. El autor
muestra, pp. 196-210, las reglas de elegibilidad de lo que llama la democracia de las casas y subraya sobre todo
la importancia de la red de alianzas.
17
entorno sociofamiliar 105 l
dependencia de diverso orden –oferta de
trabajos temporales, préstamos, etcétera–
desempeñaron un papel, sin hablar del
prestigio adquirido a la larga por esas familias.
Las actividades esenciales son agricultura
y ganadería. Éstas están evolucionando y dicha
transformación no carece de enfrentamientos
en el seno de la comunidad ossalece. Un vivo
debate opone desde más o menos 1840 a los
municipios del Bajo-Ossau, del cantón de
Arudy –del que es parte Izeste– y a los del
Alto-Ossau, del cantón de Laruns.
Corresponde a los campesinos ganaderos de
esa región de montaña adaptarse de la mejor
manera a los nuevos tiempos, adoptar la nueva
orientación de la economía agrícola. Para
comprender los datos del debate, es
indispensable tener en mente el
funcionamiento de la economía del valle.
Hasta fines del siglo XVIII, todo el valle de
Ossau tiene una economía pastoril, cuyo
funcionamiento es bastante complejo pues
descansa en la existencia de pastos lejanos y
exige desplazamientos continuos de los
rebaños; no se trata de nomadismo, sino de
trashumancia. El ganado está constituido por
ovejas sobre todo y vacas, pero también
caballos y cabras. En otoño y en invierno, de
octubre a abril, una parte del ganado es
enviada a la planicie; las vacas a la landa de
Pont-Long; ese nombre designa un territorio
largo –seis a diez kilómetros de ancho y unos
treinta kilómetros de largo– al norte
colindando con Pau, que es al mismo tiempo
la cabeza de distrito de la jurisdicción y la
ciudad principal del Béarn, situada también a
unos treinta kilómetros de la desembocadura
del valle de Ossau. Los derechos de uso de
las laderas del Pont-Long los comparten los
municipios del valle y los municipios vecinos,
entre los cuales se encuentra la ciudad de Pau.
Los borregos van mucho más lejos, cruzan
L 106 Michel Papy
lentamente las laderas, que todavía no son,
salvo en algunos lugares, el amplio bosque en
que se han transformado, pero que empiezan
a conocer esa sorprendente mutación; los
animales prosiguen su periplo hasta el valle
del Garona y el viñedo bordelés. Por el
derecho de pastar dan su estiércol y quesos. Si
llega el caso, algunos individuos conducen sus
rebaños de cabras a las grandes ciudades, y
hasta París, en donde se aprecia la leche de
cabra por sus virtudes medicinales. Sin
embargo, los caballos y las vacas lecheras
permanecen alrededor del pueblo, y algunas
veces en torno a los graneros en las cercanas
pendientes bajas. En abril y mayo, las ovejas,
de regreso de la lejana Gironda –la región del
viñedo– se dirigen a esos mismos pastizales
de las pendientes bajas. A mediados de mayo
el conjunto del rebaño llega a lo que se llama
las bajas montañas, por encima de los mil
metros de altura. A mediados de julio, es el
ascenso general, espectacular, a lo largo de la
carretera principal tras haber recorrido los
caminos escarpados hacia las estibas de la alta
montaña, en donde permanecen los rebaños
alrededor de seis semanas, al cuidado de los
pastores. Al pasar de agosto a septiembre,
descienden a las praderas de las montañas
bajas antes de volver al valle.
No se trata sino de un esquema general,
complejo en su realidad concreta, que es
necesario comprender bien si se desea
entender el medio social en el que fue criado
el joven Latapi. Este sistema social es
revelador de mentalidades; por ello pareció
indispensable exponerlo lo más claramente
posible. Está constituido de reglas imperativas
–por ejemplo la fecha del ascenso a las estibas
se fija cada año, la introducción del ganado
ajeno, es decir perteneciente a dueños de la
planicie o de los valles vecinos, está
estrictamente reglamentada– y de variaciones
La reglamentación de los intercambios fue una tradición
impuesta por los príncipes y los señores feudales que
gobernaban burgos y pueblos. En los mercados la justicia
verificaba los pesos y medidas de los productos. Aquí
vemos, en foto reciente, el lugar donde se verificaban los
pesos y medidas en el mercado de Arudy.
considerables, pues cada dueño y cada
comunidad intentan sacar el mejor partido de
ese forraje gratuito (o casi porque el derecho
que se paga es mínimo).
El conjunto descansa en un sistema de
propiedad y de usufructo más colectivo que
individual. Cada municipio es dueño de una
buena parte de los bosques y laderas que lo
rodean, pero sobre todo posee pastos en las
bajas montañas; en cuanto a las estibas de alta
montaña, llamadas montañas generales, son
manejadas, conforme a un sistema habitual en
el mundo pirenaico, por el conjunto de los
municipios del valle reunidos en una
asociación llamada Sindicato de Ossau. La
comisión sindical administra asimismo las
laderas del Pont-Long, cuyo sindicato se dice
su dueño, lo que había provocado antes de la
Revolución conflictos repetidos y a veces
violentos con los municipios del derredor
–Pau principalmente– que son también
usufructuarios. En el siglo XVIII, los espíritus
ilustrados, bajo la influencia del liberalismo y
del individualismo crecientes, fustigaron esas
prácticas colectivas acusándolas de congelar
las iniciativas porque exigían la unanimidad
para funcionar. Se predicaba la repartición de
las propiedades sindicales entre los municipios
y de las propiedades municipales entre los
particulares, como pruebas de progreso. Los
intendentes y los miembros de la alta sociedad
palesa y bearnesa no dejaban de reclamar que
se pusiera fin a la propiedad colectiva y se
favorecieran los desmontes y las nuevas
prácticas agrarias. La Revolución, marcada
por esa corriente de pensamiento, prohibe los
sindicatos del valle al igual que todas las
asociaciones, pero sin llegar a declarar ilegales
las prácticas colectivas del mundo rural. Los
primeros prefectos, a partir de su instalación
en 1800, retomaron el mismo discurso. En
realidad, las cosas funcionaron como antes y
la ley del 18 de julio de 1837 autorizó de nuevo
las comisiones sindicales, como una manera
de reconocer la realidad.
Sin embargo, la idea de repartición no deja
de ganar terreno, y no sólo entre los espíritus
ilustrados. Ya desde fines del siglo XVIII, el
progreso de las comunicaciones permite una
expansión del mercado de la que sacan
provecho los municipios del Bajo-Ossau,
incluyendo Izeste. Venden cada vez, mas no
sólo en el mercado de Arudy, que hasta
entonces era su única salida, sino en los
mercados de Oloron, Nay y hasta de Pau. Para
ello desbrozan las laderas para consagrarlas a
cereales –al trigo desde luego, pero también a
la cebada, mezclada al trigo para el pan– y el
maíz, sembrado en primavera con un cultivo
intercalado de frijol, se hace pan mezclándolo
con trigo, pero ese alimento es poco
apreciado; con él se hace sobre todo metura,
una pasta cocida al horno y una tritura hervida
semejante a la polenta italiana. Las tierras
labradas ocupan, pues, en la parcelación
catastral, un lugar mucho más grande que en
el Alto Ossau. En la primera mitad del siglo
entorno sociofamiliar 107 l
la papa toma a su vez un lugar creciente,
como cultivo principal u oculto, es decir
intercalado entre las hileras de maíz o a las
orillas de los campos. Esta evolución se hace
en detrimento de la ganadería tradicional, a la
que en cambio, el Alto Ossau ha permanecido
fiel. Los municipios del Bajo Ossau utilizan
menos los pastos de alta montaña, mantienen
más en la planicie al ganado, que proporciona
el estiércol que permite incrementar los
rendimientos agrícolas: los nuevos métodos
penetran lenta pero firmemente al Béarn, en
todo caso en la cuenca de Arudy. Al mismo
tiempo, los municipios vecinos y
usufructuarios del Pont-Long, en la planicie
próxima a Pau, presionan ante el Sindicato de
Ossau para que se repartan las laderas y poder
disponer de ellas a su antojo; es decir,
desbrozarlas en vez de reservarlas como
laderas para uso de los rebaños. También
eligen nuevos métodos. En resumidas cuentas,
se trata de pasar de un uso extensivo del PontLong a uno intensivo. Sólo se oponen a esta
evolución los ganaderos del Alto Ossau
apegados a la antigua trashumancia. Esta doble
presión alcanza mejores resultados porque las
autoridades administrativas comparten desde
hace tiempo ese punto de vista, que no habían
logrado imponer, pues conocían las
resistencias al código forestal de 1827 y sabían
que era delicado oponerse de frente a los
campesinos de la montaña. En 1853, el valle
de Ossau está dividido en dos comisiones
sindicales, el Alto y el Bajo Ossau, que
comparten los bienes colectivos, a saber el
Pont-Long y las montañas generales. El
Sindicato del Bajo Ossau aprovecha la
oportunidad para vender a los municipios
vecinos la parte de las laderas del Pont-Long
XIX
que le corresponde y para la que no tiene uso,
pues ya no envía ganado. Esto se hace el 6 de
noviembre de 1865: las 1,018 hectáreas de
terreno de las que disponía son vendidas al
señor Sellier, director de la Compañía de
Irrigación por 695 mil francos.
Pero esto no le basta; sigue presionando a
las autoridades para obtener también la
repartición de los municipios de las montañas
generales que le fueron otorgados. El
argumento expuesto en esta oportunidad
ilustra en términos muy claros el debate
económico de esa época. Se trata de un
informe redactado entre 1862 y 1863:
“Ya no es posible que una población se aísle en su
rincón, en sus ideas y sus viejos hábitos, para dejar
pasar el movimiento industrial, comercial y agrícola.
Las barreras han caído, o caen por todas partes, y
quienes se rezagan a lo largo del camino corren el gran
peligro de ser golpeados violentamente, y de padecer
cruelmente. Los pueblos, y por consiguiente las
pequeñas fracciones de pueblos, son empujados, de
grado o por fuerza, hacia la senda poderosa y sin límites
del progreso; hay que avanzar, trabajar, inventar y
producir, so pena de ser aplastado.” Sigue una
evocación de las posibilidades que ofrece la
explotación de las bellezas y recursos naturales:
a saber el turismo –aunque no se emplee la
palabra–, el termalismo y la explotación de
las minas, canteras y bosques. También hay que
fomentar la industria creando vías de
comunicación. “Para llegar a ese resultado, es
necesario que los viejos prejuicios se derrumben, es
necesario que toda indivisión cese... La propiedad debe
pertenecer exclusivamente a cada municipio.” 19
Se leen claramente en este texto las ideas
del liberalismo económico, que impregnan
tanto a los espíritus que hasta los partidarios
Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, 3 Z 105, Informe sobre la división de las Altas Montañas
indivisas entre los municipios del valle de Ossau formando el Sindicato del Bajo Ossau.
19
L 108 Michel Papy
de las protecciones y reglamentaciones las
presentan en esa época como provisionales,
hasta que sea posible abrir plenamente las
puertas a la libertad y a la iniciativa. Más aún,
el progreso es considerado como un
movimiento poderoso, ineluctable y
apremiante a la vez, si se comprende bien
como el motor y el objetivo de la lucha por la
vida.
Desde luego hay que imaginar que el joven
hijo del escribano de la justicia de paz del
cantón de Arudy, estaba al tanto de los asuntos
que se debatían aquí. No sabemos cuándo
salió hacia la Guadeloupe, ya que su primera
carta escrita en Pointe-à-Pitre en 1850, no dice
nada a este respecto. Tiene entonces 26 años.
Tampoco sabemos en dónde fue formado
–volveremos al tema–, pero es claro que el
medio familiar en el que vivió le permitía estar
al tanto de las evoluciones en curso, sobre
todo porque se traducen en tomas de posición
públicas y cambios institucionales. Estas
observaciones equivalen a decir que la
formación del joven Eugène no se limitó a
sus años de colegio, y a los contactos
personales que pudo tener desde que se
emancipó de la tutela paterna. Su formación
se inició con el conocimiento que adquirió de
las transformaciones que sacudían al pequeño
mundo de su infancia. Ahí había una especie
de telón de modernidad, que contribuía a
moldear las mentes. De hecho es una vieja
historia que permite comprender, por
ejemplo, que desde el inicio de la Revolución
había en todos los burgos de cierta
importancia, hombres dispuestos a seguir los
acontecimientos políticos y estaban en
contacto con los clubes parisinos para la
difusión de las noticias y de las ideas. Hay que
recordar que los pueblos, debido a una
diversidad sociológica que no han perdido
todavía a mediados del siglo XIX, tienen una
Vignalet, nombre dado a la casa de los Brousset en Arudy.
La hija de Joseph Latapi, Anne Léonie (1845-1933) se casó
con Auguste Brousset (1839-1915), comerciante de vinos,
que heredó esta casa. Desde fines del siglo XIX se convirtió
en el refugio veraniego de sus descendientes. La
primogénita, Léonie heredó y guardó celosamente las cartas
de Eugène. Marie Labedan de Piussan, tiene actualmente
la propiedad de esa casa.
franja de su población apta para traducir al
vocabulario letrado y con los argumentos de
moda las aspiraciones colectivas y la defensa
de los intereses contra los vecinos o contra la
administración. El debate entre iniciativa y
reglamentación, entre tradición y modernidad
está presente a todos los niveles.
No es todo: las oposiciones no sólo se
manifiestan entre el alto y bajo valle de Ossau,
lo que podría hacer pensar en una aparente
unanimidad de cada uno de los dos campos
en el asunto de la gestión de los bienes
colectivos. Existen también oposiciones en el
seno de cada pueblo. No se habla aquí de las
querellas más íntimas, sino sólo de las que
tienen un impacto económico. La tendencia
general a la repartición de los bienes colectivos
atañe a todos, incluso a las propiedades
municipales, consideradas también como un
obstáculo a los desbroces y a toda explotación
intensiva. Se describe sin matices la siguiente
doble igualdad: propiedad colectiva
= utilización extensiva; propiedad privada =
entorno sociofamiliar 109 l
utilización intensiva. Desde esta perspectiva,
se comprende hasta que punto el hecho de que
las montañas generales y el Pont-Long sean
propiedad de una colectividad de
colectividades, sea considerado el colmo de
lo irracional, un desperdicio. Las diatribas
contra ese sistema transmiten una verdadera
indignación, se mide con ellas la amplitud del
abismo que separa a los hombres de progreso de
aquellos que se obstinan en mantener prácticas
que a sus ojos dieron pruebas de sus aptitudes.
Regresando a las discrepancias internas del
pueblo, hay que recordar que hubo en el Béarn
durante el primer tercio del siglo un
movimiento de apropiación de los bienes
municipales, del que en general sacaron
provecho no quienes los necesitaban más, es
decir los jornaleros que no poseían más que
una casa, un pedazo de terreno y el derecho
de hacer pastar un poco de ganado en las tierras
municipales sino quienes tenían los medios de
desbrozar y cultivar las laderas. Son los
campesinos más acomodados, o si se prefiere
los menos pobres, quienes controlan a los
consejos municipales. Son ellos quienes
deciden las enajenaciones de los bienes del
municipio. A decir verdad, no siempre pasan
por la vía legal; muchos desbroces se hacen
sin la mínima autorización, a reserva de ser, a
veces, mas no siempre, ratificados y
regularizados después. Nadie en el cantón está
más al tanto de esos asuntos que el juez de
paz y su escribano.
Vimos que el municipio de Izeste es pobre.
La búsqueda de recursos complementarios se
impone más que en otras partes, lo que explica
que sea un pueblo de capadores, pues el oficio
exige sobre todo una gran destreza. Se
comprende también que los campesinos
pobres, jornaleros y pequeños terratenientes,
estén particularmente apegados al derecho de
uso de los ejidos, sin los cuales no se puede
L 110 Michel Papy
garantizar su subsistencia. Ahora bien, el
municipio posee la mitad del territorio
municipal, exactamente 333 hectáreas de 672,
porcentaje excepcional fuera de la alta
montaña.
Existe otra fuente de conflictos: los que
acontecen en el seno de las familias. Evoqué
más arriba el tema de las estructuras familiares,
el sistema que Frédéric Le Play llamó la
familia-tronco y del que hizo un modelo que
propuso a la admiración del legislador. El
asunto atañe a todo el fenómeno de la
emigración, pues Le Play, retomando y
elaborando teóricamente reflexiones
anteriores, describe ese sistema como factor
al mismo tiempo de conservación social y de
dinamismo, este último manifestado sobre
todo por la emigración de los hijos menores
sin tierra; por esta razón el sistema es notable,
pues conciliaría rasgos de comportamiento
habitualmente incompatibles. La imagen del
tronco sugiere la continua partida de los
nuevos retoños sin que se vea afectado.
Se pueden presentar las grandes líneas de
ese sistema familiar, aunque su funcionamiento
sea en el detalle bastante complejo. Los bienes
son divididos de manera muy desigual entre
los hijos; en particular, las tierras son para un
heredero único, los demás hijos se contentan
con bienes muebles, algunas cabezas de
ganado que les dan la posibilidad de vivir,
además de recurrir a la renta de sus brazos.
Disposición complementaria importante: el
matrimonio entre un heredero y una heredera
es muy desaprobado por la costumbre, lo que
equivale a decir que ese sistema, desigual en el
seno de la familia, es igualitario en el seno de
la comunidad, pues no permite que se
constituyan fortunas demasiado grandes
mediante los matrimonios. De ello resulta que
un hijo o hija menor, que no heredan, siempre
tienen el recurso de desposar a una heredera
Izeste, lugar de origen de los Latapi, es un pequeño pueblo del valle de Ossau, cerca de una gruta llamada Espalungue,
célebre por los restos prehistóricos ahí encontrados. Se dice que por su amplitud (17 metros de altura) en ella se refugiaron
diez mil sarracenos expulsados de España. Desde el siglo XI, con ayuda de la población, los monjes desviaron el torrente
Geteu y recuperaron ricas tierras de labor. Cuenta con una abadía laica, una bella iglesia y mantuvo cierta autonomía. En
nombre de los fueros atribuidos a los berneses, desde el siglo XVII, Izeste tenía el derecho a ejercer la justicia en lo civil,
criminal y político. Tradición que ejercieron el abuelo, el padre y el hermano de Eugène como escribanos.
o a un heredero y de transformarse así en
terratenientes. Sin embargo, quedan hijos e
hijas menores que no cuentan con esa
oportunidad; los cuales son puestos en el
mercado laboral, se vuelven pastores
asalariados, jornaleros, obreros, o emigran.
Pero la solidaridad familiar es una obligación;
impone al padre de familia y a su heredero
asegurar la subsistencia de los hijos o hijas
menores que no pudieran o no desearan
abandonar la casa y emanciparse, o también
que hubieran fracasado y se encontraran sin
recursos; esos hijos e hijas menores gozan
entonces de lo que se llama el derecho de silla.
La primogenitura crea responsabilidades.
Acabo de hablar de primogenitura, pues
en el lenguaje común, primogénito equivale a
heredero. La realidad no es tan simple. Es
posible que haya existido en el pasado la
primogenitura integral, es decir la entrega de
los bienes al primer nacido sin importar su
sexo. En el siglo XIX, el hecho es rarísimo y se
prefiere a los varones. Pero cuando se analiza
el destino de una casa, se percibe que no
siempre es el primogénito el que permanece
y sucede a los padres. Lo importante es saber
si la regla de la herencia, correspondiente por
derecho al primogénito, es imperativa y se
aplica, sin importar la voluntad del padre y la
del hijo o hija mayor, pues eso se vive como
una pesada carga y el heredero puede sentirse
tentado a irse. De hecho, la regla no es tan
rigurosa; existe debate, conflicto latente, salvo
si todos los hijos se ponen de acuerdo, lo que
a menudo parece presionado por el juicio de
la comunidad. Es una fuente de tensiones. Hay
más: ese sistema ya no es legal desde la
Revolución que instauró la repartición igual,
de conformidad además con lo que sucedía
en la mayoría de las provincias francesas. El
Código Civil de Napoleón volvió un poco
atrás autorizando al padre de familia a
privilegiar a uno de sus herederos, pero
todavía está lejos la antigua costumbre. El
estudio de las sucesiones en el siglo XIX sugiere
que subsistió la práctica de una repartición muy
desigual, gracias a la complicidad del notario,
que sobreestimaba el valor de los bienes
entorno sociofamiliar 111 l
dejados a los hijos menores, y al silencio de
estos últimos. Esto no quita que la ley les
permite oponerse a dichos acuerdos
familiares. Llegaba a darse el caso. Justamente,
Le Play hace de ello una de las causas de lo
que llama la ruina del mundo rural por culpa
de la Revolución, que, dice, fue una máquina
para destruir la tierra y endeudar al campesino,
que queda obligado a rembolsar a sus
hermanos y hermanas.
Esta presentación de las cosas es hoy día
discutida por diversas razones que no se
expondrán aquí. Ciertas ideas de Le Play
fueron criticadas muy pronto, incluso por
algunos de sus alumnos, en particular uno de
ellos, Fernand Batel, magistrado palense, buen
conocedor del valle de Ossau que estudió
siguiendo las grandes líneas del método de Le
Play,20 y se opuso vivamente a su maestro
sobre un tema que aquí nos interesa
directamente, a saber, los estrechos lazos que
veía Le Play entre ese modelo familiar de la
familia-tronco y el dinamismo, que para él
encuentra su principal manifestación en la
emigración, producto natural del sistema del
heredero único. Para Batel, que se apoya en su
conocimiento de la región, la unidad
doméstica pirenaica está demasiado marcada
por el espíritu colectivo y por la tradición para
ser verdaderamente un tronco que dé origen
a nuevos árboles, un factor de dinamismo
favorecedor de una emigración creadora de
riqueza. Es cierto que Batel, fundador en Pau
de un diario católico partidario de la
República, combatía los puntos de vista de
los tradicionalistas y que una viva polémica lo
opuso al diario conservador palense. Sus ideas
lo distanciaban sobre este punto de las de Le
Play. Parecería que en uno y en otro, las
posiciones ideológicas interferían con las
conclusiones del trabajo de campo. Vieja
historia...
Me parece poco posible ahondar en este
tema. Sobre todo porque río arriba, si puede
decirse, se plantean asuntos previos: ¿qué
realidades se ocultan detrás de este esquema?
En efecto, quedan muchos puntos por aclarar.
Le Play escogía a una familia que se le había
señalado y hacía de ella un estudio
monográfico; Batel aborda el problema desde
un ángulo más general, pero se contenta con
ilustrar su demostración con ejemplos
precisos, sin que se tenga la menor idea de su
validez. Diversos trabajos sugieren que en las
regiones en las que dominaban esas estructuras
familiares, ese modo de repartición fue
frecuente en las familias del campesinado
acomodado, que a menudo se las arregló para
eludir la ley haciendo aceptar el hecho a sus
hijos menores; fue un medio para mantener
sus posiciones en el pueblo; debido a ello, esas
familias parecen haber conocido una mayor
estabilidad que las demás. Pero aún en ese
marco, hay que recordar que el heredero no
es sistemáticamente el primogénito –las
indagaciones lo muestran–, de manera que
puede serlo el preferido, o el que desea
permanecer, suponiendo que uno de los hijos
quiera quedarse, y suponiendo también que
sólo sea uno. Lo importante es que no hay
ningún automatismo, una regla imperativa que
se impone a todos y evita los desacuerdos. Lo
que se impone es el principio, no su aplicación.
F. Batel, “La vallée d’Ossau, étude sur la population originaire et la prétendue famille-souche des Pyrénées”,
en La Science sociale en siete artículos, de abril de 1892 a junio de 1893. Una versión abreviada de este texto fue
objeto de un libro, La vallée pyrénéenne: Ossau, París, Firmin-Didot, 1894.
20
L 112 Michel Papy
No es todo: ¿qué sucede con una familia
cuyo ingreso principal no es la tierra? ¿qué pasa
con el conjunto de aquellos pequeños
artesanos y jornaleros, que tenían tan poco para
transmitir a sus hijos? ¿y con los que, mucho
más acomodados, viven sobre todo de una
actividad exterior a las labores agrícolas? Los
capadores, por ejemplo, o el escribano de la
justicia de paz. ¿Esta práctica de la repartición
desigual estaba o no arraigada en los Latapi?
Lo que se sabe de las mentalidades colectivas
permite la siguiente hipótesis: el sistema
familiar pirenaico funcionaba mal que bien en
la clase media, con tantos arreglos que si se
hiciera de él un estudio estadístico
–suponiendo el seguimiento integral de todas
las familias sin ninguna excepción, cualesquiera
que fueran sus actividades e ingresos, y ello en
todos sus descendientes, asimismo sin ninguna
excepción– se le encontraría una baja realidad
estadística. En cambio, se impone sin duda
alguna como modelo ideal, incluso fuera del
medio campesino, incluso también cuando se
abandona. Las cartas de los emigrados lo
traslucen.
He aquí un ejemplo patente en muchos
aspectos:21 Maurice P., es el primogénito de
un maestro de Ogeu, pueblo grande en los
márgenes del torrente de Ossau, pero fuera
del valle de Ossau propiamente dicho, en la
parte de la planicie, a unos diez kilómetros de
Izeste, río abajo, a medio camino sobre la
carretera de Oloron. En 1860 parte hacia
Uruguay, en donde se transforma en ganadero,
primero como peón, luego por cuenta propia.
No da noticias suyas hasta once años después,
sin siquiera informar que está casado, lo que
se sabe sólo por un hermano menor que se
Alcaldía de Izeste, lugar donde se llevan, desde la Revolución
de 1789, los registros civiles de la población, muy
frecuentado por los escribanos. En sus archivos se
encuentran los originales de actas de nacimiento,
matrimonio y defunción de todos los Latapi, así como
documentos oficiales firmados por Jacques y Joseph. El
pórtico del edificio es una joya de arte regional.
expatrió a su vez a Uruguay en cuanto tuvo
noticias de su hermano mayor; además ambos,
allá, se encuentran lejos el uno del otro y casi
no se ven. Otro hijo parte más tarde hacia
California. En resumidas cuentas, un solo hijo
se queda en Francia, el último. Tras haber sido
seminarista, luego maestro, termina siendo
profesor en Libourne, cerca de Bordeaux. Es
M. Papy, “Lettres d’émigrés et typologie de l’émigration. Le cas des Béarnais aux Amériques (18501920)”, pp. 453-466 en Correspondre jadis et naguère, París, Ed. Du C.T.H.S., 1997, pp. 459-460.
21
entorno sociofamiliar 113 l
el ejemplo típico de una familia dispersa, aun
cuando el padre señala su apego a la unidad y
a la continuidad de la célula familiar. Por suerte
se dispone del borrador de sus cartas: “Según
el antiguo uso de la progenie, deseo que seas
nuestro heredero... Así no apresurarías
demasiado los preparativos de viaje a fin de
que no estés ausente en el momento de ese
llamado irrevocable”, escribe a su
primogénito, evocando el momento de su
muerte y sin darse cuenta que su hijo no
considera en lo absoluto el regreso. “No
esperes ser rico”, añade. Es cierto que en esa
familia sólo hay pocos bienes inmobiliarios
por distribuir. Sin embargo, curiosamente, es
ese jefe de familia quien, de todos aquellos
cuyas cartas reunimos, expresa más
claramente su apego al modo de transmisión
del patrimonio.
¿Cuál es el valor representativo de
semejante documento? Es muy difícil de
decidir. Las cartas, a pesar de su discreción
sobre asuntos íntimos, sugieren la existencia
de fallas en las estructuras familiares, que la
tradición pretendía sólidas. Es muy posible
que esas fallas estén precisamente vinculadas
con el peso de las tradiciones en las mentes.
El caso de Eugène Latapi y de sus relaciones
con su padre puede eventualmente ser
aclarado por semejantes hipótesis. El hermano
mayor Joseph, quien en virtud de una
costumbre a menudo respetada, lleva el mismo
nombre que su abuelo, el primer escribano de
la familia, siguió la senda trazada por la familia
por voluntad, por comodidad, por
conformidad con la tradición o por alguna
otra razón. Adquiere el cargo en 1843 por el
precio de 2 mil 500 francos,22 el monto se fija
en función del ingreso en el que se confía y
22
sucede a su padre Jacques quien había
renunciado. Cuando él mismo renuncia en
1873 y su propio hijo Jean-Baptiste se presenta
como candidato a su sucesión, el precio de
cesión se fija en 4 mil francos. A título
indicativo, el ingreso catastral de los bienes
inmobiliarios del padre eran en 1837 de 196.27
francos, lo que da, sobre las bases en vigor de
esa época, en la que el ingreso era por principio
considerado como equivalente al 5 por ciento
del capital, un capital de aproximadamente 4
mil francos. Como el padre cedió después
algunas parcelas de tierra al dueño del castillo
de Izeste, no hereda la totalidad a su muerte
en 1863. Pero en el registro catastral no hay
huella de los terrenos atribuidos a su hija o a
su hijo menor.
La hija Anne se casó con un capador del
mismo medio social, como vimos antes,
dotada –podemos suponerlo– como
convenía. La tradición establecía que las
disposiciones de familia se hicieran con
motivo del matrimonio del primogénito,
digamos más exactamente del heredero.
Joseph se casó el 7 de febrero de 1844, había
sucedido a su padre en el cargo de escribano
el 4 de mayo de 1843, momento que debe
corresponder a su proyecto de matrimonio.
Eugène tiene entonces 19 años, y no sabemos
ni dónde vive ni qué hace.
No conocemos las decisiones tomadas
respecto de la repartición de los bienes, pero
parece que lo anterior aclara singularmente el
contenido de algunas cartas de Eugène a su
padre. La carta del 1 de diciembre de 1864
contiene una cita de un recado enviado por el
padre, en el que recuerda a su hijo que está
obligado a pagarle anualmente como
coheredero de su tío fallecido una renta de
Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, 2 U 178.
L 114 Michel Papy
Vista general de la fachada y la puerta de la casa de Jacques
Latapi en Izeste, situada en la calle principal del pueblo, que
un clérigo erudito de la Edad Media bautizó con el nombre
de Hic siste! (detente aquí). A dos propiedades de ahí, se
encuentra la morada de Théophile Bordeu, famoso médico
de la corte de Luis XVI, calificado como el Voltaire de la medicina,
quien recomendaba a sus enfermos tratarse con aguas
termales, en particular las del valle de Ossau: Eaux-Chaudes
y Eaux-Bonnes, muy frecuentadas por Eugène.
240 francos. Eugène lleva siete años sin pagar
y por consiguiente debe 1680 francos que el
padre le insta a pagar sin más retraso. “Es una
pena, comenta Eugène, que usted no haya
agregado: ‘si no te envío a los gendarmes’,
eso habría terminado bien su frase paterna”.
El tono indica la profundidad de la herida en
el alma de Eugène, y abordamos aquí un
ámbito en el que las explicaciones históricosociológicas son impotentes. Pero si
evidentemente son incapaces de llegar al
fondo de las cosas –las biografías y
monografías en general procuran situar a los
individuos frente al misterio de la vida–
indican un contexto material, cuantitativo, en
el que las ideas se encarnan en la materia. Ahora
bien, el sistema familiar pirenaico y el
contenido de las cartas de Eugène se aclaran
el uno al otro de modo singular. Releamos las
cartas del 28 de enero de 1861 y del 1 de
diciembre de 1864. “A mi vez, permítame
hacerle una simple pregunta”, dice en la
primera, “¿Tengo según la conciencia, según
la naturaleza, según la vulgar justicia, los
mismos derechos que mi hermano y mi
hermana, a vuestro afecto y a vuestra ayuda
paterna? Si contesta afirmativamente, tengo
el derecho de preguntarle por qué dotó a los
demás en tanto que a mí parece querer
tratarme como un acreedor que ordena el
pago a su deudor. Es cierto que sus deberes
hacia mí son facultativos y no obligatorios,
mientras yo estoy obligado por la ley a ser
exacto en los vencimientos de su renta”.
Entonces tiene tres años de retraso en el pago,
pero se muestra dispuesto a honrar su deuda.
Casi cuatro años más tarde, el tono ha
cambiado. Ahora tiene siete años de atraso
en sus pagos y anuncia que no los abonará:
“Le debo, pues, 1680 francos que podría
pagarle de inmediato si lo deseara, pero no
quiero; es una idea como otra”. Y para poner
entorno sociofamiliar 115 l
los puntos sobre las ies, hizo preceder el
anuncio de su decisión por una comparación
–la palabra está escrita en letras grandes– con
la carta que su socio acaba de recibir de su
padre. Es lo bastante explícita para merecer
una cita completa: “Mi querido hijo, después
de las privaciones y de las miserias que tuviste
que soportar en estos últimos años de
revolución del país en el que vives, acabas de
casarte y no debes tener dinero de sobra, por
ello te envío 4 mil francos para la dote, monto
igual al que di a cada uno de tus hermanos el
día de su matrimonio. Añado a este envío de
dinero, mi querido hijo, todos mis deseos para
tu felicidad y no tengo mayor deseo que el de
besarte así como a tu esposa antes de morir”.
El comentario que da él mismo de este
ejemplo de amor paterno es el siguiente: “Por
lo que antecede, usted verá que los papás son
como los días: se suceden, pero no se parecen.
La culpa es quizás de las rocas de los Pirineos,
¡son tan duras!” ¿Habría imaginado esta carta
para hacer comprender a su padre lo que
esperaba de él?
Así pues, en el momento de decidir sobre
los asuntos familiares, sin duda con motivo
del matrimonio del primogénito, el mayor de
los hijos heredó; la segunda, una hija, se casó,
tal vez con un heredero, en todo caso fue
colocada, y el último fue hecho a un lado,
recibiendo al parecer mucho menos de lo que
recibieron los otros dos. Todo esto debió
hacerse, conforme a las reglas, con la
complicidad del notario, como se hacía en
semejantes casos cuando se apegaban a los
viejos hábitos con desdeño del texto de la ley.
El padre no debe, pues, legalmente nada a su
hijo menor, como lo reconoce Eugène. Lo que
el antiguo derecho pirenaico sugiere es la
profundidad del malentendido entre padre e
hijo. En realidad el padre no puede tener el
sentimiento de haber sido injusto; lo que hizo
L 116 Michel Papy
caía de su peso, y los hijos e hijas menores
suelen aceptarlo, de grado o por fuerza.
Asimismo lo que invoca Eugène contra la
costumbre, es una especie de derecho natural,
el corazón, pero también la ley, otra ley: “…la
conciencia, la naturaleza, la vulgar justicia”. La
comparación con la repartición igualitaria de
la que gozó su socio, pone en relieve la
originalidad de la costumbre pirenaica. Se
puede imaginar que, conscientemente o no,
(parece muy consciente), es ella el blanco de
la dureza de corazón que le reprocha a su
padre: “La culpa es tal vez de la influencia (de
las rocas) de los Pirineos, ¡son tan duras!”.
Pues hay que comprender bien que al
desfavorecer al benjamín, el que no va a seguir
la carrera paterna, Jacques Latapi actúa como
conviene; los sentimientos de afecto no deben
mezclarse con los asuntos de herencia.
Podemos imaginar al escribano de la justicia
de paz de Arudy como moderno en su visión
de los asuntos agrícolas y tradicional en su
comportamiento familiar; nada que no sea
muy trivial en esta aparente contradicción, en
esas respuestas diferenciadas ante situaciones
diversas. Se puede imaginar al padre tan atento
a su hijo menor como a los otros. Al mismo
tiempo, el vínculo que establece el hijo entre
sentimientos y dotación, lo proyecta tal vez a
otro mundo en el que no tiene ya puntos de
referencia.
Eugène se comporta abiertamente como
hijo rebelde, a su padre y a la costumbre; por
ello también es hijo de su época pues, si se
cree a muchos de sus contemporáneos,
existieron conflictos de este tipo y tal vez se
multiplicaron en la medida en que desde inicios
del siglo la ley daba a los desfavorecidos la
posibilidad de exigir una repartición más
igualitaria. Desde este punto de vista es
sorprendente que el éxito financiero de
Eugène lo refuerce en su determinación,
Acta de nacimiento de Eugène localizada en el archivo de la municipalidad de Izeste: nació el 13 de julio de 1824, a las cuatro
de la mañana. Según los astrólogos, su signo del zodiaco fue Cáncer y “pertenece a la generación que recibió la influencia de
Plutón en Aries: sembradora de semillas, buscadora de nuevos caminos, pero impaciente e impulsiva”.
entorno sociofamiliar 117 l
cuando por el contrario la esperanza de lograr
su vida exiliándose era considerada como un
estimulante para el no-heredero y lo llevaba a
aceptar ser desfavorecido; y cuando triunfaba
eso era visto como prueba de la legitimidad
de la costumbre, que exigía del jefe de familia
recibir al que se veía obligado, por la desgracia
o alguna otra circunstancia, a volver a casa.
Eugène se comporta a la inversa. En enero de
1861, sus asuntos van mal, pero espera una
recuperación pues la Revolución ha
terminado, “…y tendré la satisfacción de
pagarle íntegramente capital e intereses”. No
se rebela abiertamente más que en su carta de
diciembre de 1864, al mismo tiempo que
anuncia su éxito financiero y social; hasta habla
de su matrimonio en términos de triunfo
afectivo, defendiendo, al parecer también
sobre este punto, las reacciones contrarias a
las de su padre: “Dueño legítimo de una mujer
mexicana a la que amo”. Al negarse a pagar
cuando puede hacerlo, invierte radicalmente
la situación, ya que lo hace en el momento
mismo en el que podría al fin aceptar la antigua
repartición; cuando el viejo principio puede
finalmente ser aplicado, es el momento en que
está en mejor posición para rechazarlo. Este
rechazo se manifiesta en su última
proposición, en la que invierte su postura, lo
que puede hacer ahora que la enunció sin dar
más razón que su propia voluntad. El gobierno
mexicano le debe en principio 20 mil francos
“…a título de indemnización por el
encarcelamiento arbitrario del que fui víctima
en 1859 y es de esa cantidad como le pagaré
no sólo los siete años transcurridos sino
también siete años por venir.” Es muy difícil
medir exactamente la parte de ironía
contenida en esta promesa; lo esencial es que
al presentar su decisión como irrevocable y
soberana, enuncia claramente otra ley que la
inspirada por “…las rocas de los Pirineos...
tan duras”, en donde la regla colectiva se
impone a cada uno. Es pues necesario
distinguir bien lo que es casi universal e
intemporal en esta historia de relaciones entre
un padre y un hijo que se considera despojado,
y lo que debe vincularse con el contexto
geográfico e histórico. En efecto, Eugène
Latapi y su padre son pirenaicos que viven un
tipo de enfrentamiento como tuvo que haber
muchos en el siglo XIX. La ruptura con la
costumbre está de cierta manera inscrita en la
costumbre, que creó un contexto en el que la
decisión de partir puede ser interpretada como
señal de aceptación del destino o como un
gesto de rebelión; ambos están íntimamente
mezclados.
******
En esta pequeña parte del Béarn, este
pedazo del valle de Ossau, que dista de ser un
paraíso sereno en el que nada sucedería si no
es el paso de las estaciones (según la imagen
que difunden las guías, pero que a su manera
conoce las agitaciones del siglo), el escribano
de la justicia de paz está particularmente bien
situado para conocer sus contornos y sus
arcanos.
Las justicias de paz23 fueron creadas desde
inicios de la Revolución por la Asamblea
Constituyente. La idea fue tomada de
Holanda. Se trataba de remplazar las antiguas
justicias de pueblo, suprimidas como todas
las instituciones del antiguo régimen, por
M. Berthelot y varios, La Grande Encyclopédie, inventaire raisonné des sciences, des lettres et des arts, par une société de
savants et de gens de lettres, tomo XI, París, 1895. El artículo “jueces de paz” se encuentra en pp. 240-244.
23
L 118 Michel Papy
Firmas de Eugène, Jacques y Joseph Latapi asentadas en el
documento notarial donde se distribuyeron la herencia
legada por su tío François. Arudy, 6 de octubre de 1851.
Esta fue la última vez que Eugène estuvo en Izeste, a pesar
de que realizó diversos viajes a regiones francesas muy
próximas.
magistrados populares cercanos a los
administrados y destinados por su autoridad
paterna a anticipar los procesos más que a
juzgarlos. La ley del 16-24 de agosto de 1790
crea un juez de paz por cantón,
circunscripción que a su vez acaba de ser
creada. Debe ser auxiliado por lo menos por
dos asesores. Todos son elegidos por sufragio
universal por dos años. La Ley del 19
vendimiario año IV (11 de octubre de 1795)
crea un escribano, es decir un secretario,
destinado a cada juez de paz, nombrado y
revocado por él, y un ordenanza. Los
siguientes años introducen dos importantes
innovaciones: en el año IX, se suprimen los
asesores, y eso incrementa la importancia del
escribano, quien en lo sucesivo es el único que
auxilia al juez cuando emite sus juicios. El
senado-consulto del 16 termidor año X (4 de
agosto de 1802) vuelve al carácter
democrático de las disposiciones originales:
quita la elección directa del juez de paz a los
ciudadanos, que ya sólo tienen el derecho de
presentar candidatos. El Imperio irá más lejos:
es el jefe del Estado –en realidad su
representante en las jurisdicciones, que es el
prefecto– quien nombra y revoca este cargo.
El juez de paz debe llevar a cabo dos
audiencias públicas por semana en la sede de
la justicia de paz, o en caso necesario en su
domicilio; eventualmente puede hacer justicia
en los lugares de litigio si las circunstancias lo
exigen, pero no por ello se trata de una justicia
itinerante. Es primero y ante todo un
conciliador para los asuntos más comunes.
Juzga también sobre pequeños procesos civiles
en materia mobiliaria, salvo cuestiones
relativas al estado de las personas y de los
asuntos inmobiliarios y comerciales. Trata las
disputas entre patrones y obreros cuando no
hay tribunal de conciliación laboral. La ley del
25 de mayo de 1838 amplió sus competencias
a asuntos un poco más importantes, en
particular los actos de posesión y deslinde de
las propiedades que exigen muy a menudo el
examen del lugar y el conocimiento de los usos
y reglamentos locales, y los procesos que nacen
de las reparaciones a cuenta del inquilino que
enfrentan a propietarios y arrendatarios, o a
inquilinos en general. A título excepcional, la
ley le atribuyó ciertos actos de jurisdicción
graciosa, actos de notoriedad para quienes
quieren casarse y no pueden procurarse su acta
de nacimiento, actas de emancipación,
etcétera. Es el juez de las multas y forma el
tribunal de policía con el comisario de policía
y el escribano, y en este marco puede imponer
pequeñas multas, y hasta la pena de
encarcelamiento por cinco años o más. Sin
embargo, las infracciones forestales,
particularmente numerosas, no son de su
competencia.
La importancia del juez de paz en el cantón
es recalcada por el hecho de que actúa casi
impunemente, pues sus juicios no pueden ser
atacados ante un tribunal supremo (de
casación), lo que es una sorprendente
entorno sociofamiliar 119 l
derogación del derecho común y le da una
gran independencia. Es cierto que si viola la
ley muy a menudo, se le recuerda que no es
inamovible. El juez de paz es en efecto uno
de los notables del cantón. Es en ese medio
donde es reclutado. No se exige un
conocimiento particular del derecho; en
cambio, es bueno, lo vimos, estar
familiarizado con los usos locales en materia
de derecho rural, arriendos, etcétera. Una
notabilidad bien implantada en el cantón
puede resultar más útil que ser especialista. Los
candidatos a esta función proceden de
diversos horizontes profesionales: pueden ser
personas que conocen el derecho, abogados,
notarios, administradores y médicos. El
examen de los expedientes de candidaturas24
muestra que la calidad del contacto con la
población es tan apreciada como las
competencias técnicas. Se prefiere a tal médico
pues ningún otro “podría reunir en el mismo
grado las condiciones que dan el ascendente
sobre las poblaciones”; y tal antiguo
subprefecto es considerado “buen
jurisconsulto a menudo consultado por las
poblaciones”.
La justicia de paz es la oficina en la que se
conocen mejor los asuntos del cantón. Es el
lugar al que se llevan los desacuerdos entre
familias o individuos y encuentran a veces una
solución más o menos amigable. Se sabe que
en los municipios rurales, ese papel de
consejero y conciliador se reserva al alcalde,
aún cuando eso no entra para nada en sus
atribuciones oficiales. Se le pide que sea como
un padre para sus administrados; es muy a
menudo sobre esa base que se juzga, así como
sobre su capacidad para servir de
24
inter mediario entre la población y la
administración prefectoral para transmitir
quejas, peticiones y obtener las ayudas. Ahora
bien, el cantón es una unidad de vida muy
concreta, en todo caso en la montaña
bearnesa; se vio al Bajo Ossau, es decir el
cantón de Arudy, expresarse con una sola voz
frente al Alto Ossau –el cantón de Laruns– o
a los representantes del Estado. Puede
sorprender la ausencia en el sistema
administrativo francés de una institución
representativa al nivel del cantón. La
experiencia fue intentada por el Directorio en
1795 pero fue abandonada cinco años después
por el Consulado. Desde esa fecha, Francia
fue uno de los pocos países que tenía como
estructura administrativa de base una entidad
tan pequeña como el municipio, cuando el
cantón era también, por la misma razón, una
realidad en la vida cotidiana de las campiñas.
A escala del cantón, el juez de paz es, pues,
el único representante y el único garante de
esa realidad superior que es en toda sociedad
el buen orden del mundo. Por su origen y por
su conocimiento de las costumbres del país,
pertenece al medio local, en el que está mucho
más arraigado que los grandes notables,
quienes por sus propiedades y relaciones viven
a otra escala. Por su nominación y por la ley
que asume, pertenece al mundo del poder
superior. Por el poder, es un intermediario
inevitable, pues es considerado un buen
conocedor de las poblaciones. Es a él a quien
se dirige la administración cuando siente la
necesidad de ello. Cuando en 1848, la
Asamblea Nacional originada en la
Revolución de febrero lanza en todo el país
una encuesta económica y social cantón por
Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, 3 Z 519.
L 120 Michel Papy
Jacques Latapi (1795-1867), padre de Eugène, fue hijo de
Joseph (1755-1818), también escribano, y de Claire
Bordelongue (1768-1828). A la edad de 20 años se casó
con Anne Loustaunau (1791-1833). En su contrato de
matrimonio, a cambio de heredar la casa Loustaunau, de
Izeste, se compromete a mantener de por vida a su suegra,
Anne Jaulet Ayxage (1755-1825) y a su cuñada Marie (17791849). En las cartas se evidencia una relación tensa y
conflictiva entre Jacques y Eugène, lo admira y lo respeta,
pero le guarda un profundo resentimiento.
Joseph Latapi (1816-1894), hermano mayor de Eugène,
sucede al padre en el oficio de escribano en el juzgado de
paz y, y heredará -costumbre arraigada en los Pirineos-,
además de una parte del patrimonio igual a la de los demás,
la parte viril por ser el primogénito. Se casó con Marie
Arribere-Gramon (1824-1898), joven acomodada, hija de
un propietario que fue alcalde de Izeste.Tuvieron dos hijos:
Anne-Léonie y Jean Baptiste. Este último heredó el oficio
de escribano -pagando 4 mil pesos a su padre- y no lo
transmitió por no tener descendencia.
cantón, son los jueces de paz quienes se
encargan de la operación. También para las
poblaciones, es uno de los mejores
conocedores de los hombres y de las leyes.
Posee una evidente autoridad, pero debe estar
cerca de su gente. La función se quiso primero
como una función de conciliación, y al parecer
así fue. Se sabe que los bearneses tenían una
sólida reputación de picapleitos. Cualquiera
que sea la realidad tras esta reputación, se vio
que las oportunidades de conflictos de todo
tipo no faltaban en ese siglo en el que la
evolución general de las costumbres y de las
leyes chocaba de frente con hábitos bien
arraigados, en un mundo de campiñas
pobladas en exceso a pesar de los inicios de
un éxodo definitivo. En semejante contexto,
el papel del juez de paz es esencial.
Ahora bien, el escribano es el secretario de
ese personaje central de la vida social. Y más
que su secretario, es su colaborador, sin
pertenecer realmente al mismo mundo que él,
entorno sociofamiliar 121 l
aunque algunos escribanos forenses hayan
accedido, en la jurisdicción, a las funciones de
juez de paz; no fue así con ninguno de los que
en la familia Latapi ocuparon sucesivamente
la escribanía de Arudy. El escribano es un
funcionario público25 instituido ante cada
jurisdicción para guardar el depósito de los
archivos y minutas y servir de secretario. No
es un magistrado, pero forma parte del
tribunal en el que ejerce. Toma la pluma en la
audiencia, toma nota de todo lo que en ella
sucede, personas presentes, incidentes, juicios
y decisiones pronunciados; son notas que,
vueltas a copiar en la hoja de la audiencia, dan
fe. Ninguna acta del juez es válida si él no fue
auxiliado por el escribano que le da
autenticidad. Puede servir de intermediario
entre el juez y la parte que se queja de él, lo
rechaza o le ordena juzgar. Como guardián
del depósito de las actas y minutas, puede
entregar copia de ellas a quienes lo reclaman.
En fin, es responsable de los diversos objetos
depositados en la escribanía, cuerpos del
delito en las discrepancias entre las personas,
objetos embargados o confiscados; también
es él quien guarda los duplicados de los
registros del estado civil.
El conjunto de esas responsabilidades hace
de él una personalidad en el cantón. Es dueño
de su cargo, que compra a su predecesor, y
sin embargo es revocable. No debe tener lazos
familiares con el juez de quien es el auxiliar.
Al principio nombrado por el juez al lado de
quien ejerce, es después, como el propio juez,
designado por el jefe del Estado. Al ser
nominado, paga el monto que representa el
valor de su cargo. Recibe un sueldo; además
percibe una retribución fijada por la ley, por
cada copia de un acta de la justicia de paz.
Tiene una responsabilidad pecuniaria, y
debido a ello debe depositar un afianzamiento
en la Caja de Depósitos y Consignaciones.
Presta juramento de cumplir fielmente las
funciones que le son confiadas. Debido a sus
responsabilidades, algunas funciones le quedan
prohibidas: las de notario, de alcalde, de
subprefecto, prefecto, etcétera.
Al igual que en el caso de los jueces de paz,
no se exige diploma; pero ésta es una regla
general en todos los sectores de la
administración. Una buena salud es
indispensable; así en el cantón de Arudy, la
administración desecha la candidatura del
secretario de la alcaldía de Arudy, pues
“…estando absolutamente tullido de sus
piernas, no podría auxiliar al señor juez de paz
en los transportes a los lugares litigiosos que
en el cantón son a veces bastante frecuentes
así como las aposiciones de precintos”.26 Hay
que satisfacer algunas condiciones para poder
postular: tener por lo menos 25 años y haber
trabajado cierto tiempo en un bufete de
procurador judicial, de ujier, de notario, de
perito tasador, en una escribanía o con un
recaudador del Registro. Esta disposición
favorece desde luego a aquellos quienes el
medio familiar permite semejante formación.
Como además el escribano en funciones tiene
el derecho de presentar a su sucesor para su
aceptación por parte del gobierno, se
comprende que se hayan constituido dinastías
de escribanos forenses. Es el caso de la familia
Latapi.
Desde la creación de la función de
escribano de los jueces de paz el 19
vendimiario año IV (11 de octubre de 1795),
M. Berthelot y varios, Op. cit., tomo IX, París, 1894. El artículo “escribano” está en pp. 354-355.
Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, 2 U 178.
25
26
L 122 Michel Papy
Tumba del padre y del hermano mayor de Eugène, en el
cementerio de Izeste. En el epitafio del padre se lee: “Que
el recuerdo de este hombre de bien sea imborrable, tanto
en la memoria de sus amigos, como en el corazón de sus
hijos. Rogad por él.” Ambos fueron más longevos que
Eugène: el padre murió a los 72 años y el hermano a los 78.
ocupa el cargo en el cantón de Arudy. El
primero es el abuelo de Eugène, Joseph Latapi,
quien ocupa la función hasta una fecha que no
es posible definir. Su hijo Jacques lo sucede, y
posteriormente él mismo cede el cargo a su
hijo Joseph, hermano mayor de Eugène.
Entonces Jacques no tiene más que 48 años y
su primogénito 27 años. A su vez, este segundo
Joseph verá a su propio hijo Jean-Baptiste
sucederlo en 1873. Jean-Baptiste tiene apenas
25 años, la edad mínima requerida para cumplir
la función; es aún soltero, como lo era su padre
en las mismas circunstancias. Una de sus
ventajas frente a sus competidores es que
“…trabajó constantemente con su padre,
escribano titulado, y dio pruebas de
inteligencia y de capacidad”. La dinastía
termina al morir Jean-Baptiste en 1883 sin
hijos. Se encuentra en la misma época un
escribano de la justicia de paz del cantón de
Oloron-oeste, quien lleva el mismo nombre,
pero con la ortografía de Latapie; ¿se trata de
parientes?
Se desprenden varios hechos de esta breve
enumeración. El primero es que la familia
Latapi está sólidamente implantada como una
familia campesina. Cuatro escribanos forenses
se sucedieron de padre a hijo en el mismo
cantón durante casi todo el siglo XIX. Toman
posesión de su cargo jóvenes, y lo rescinden
cuando todavía son capaces de ejercer su
actividad, pero eso permite al hijo, que ya los
secundó, postular en cuanto alcanza la edad
legal, y obtener el cargo, con el respaldo de la
opinión del escribano dimisionario. La función
se presenta como un negocio que se transmite
de una generación a otra, como los bienes
inmobiliarios entre los campesinos. Se puede
suponer que el monto que el nuevo escribano
debe pagar a su antecesor está incluido en la
parte que él mismo hereda, y el derecho de
primogenitura existe aquí también,
entendiéndose que, como en el mundo
campesino, el heredero no es a veces el
primogénito, sino el que eligió quedarse, o el
que fue designado para quedarse. Los demás
hijos son invitados aquí a partir, o toman por
ellos mismos esa decisión en un gesto que
podemos interpretar de diversas maneras,
como se sugerió antes. De hecho, en la
generación que precedió a la de FrançoisEugène, el hermano de su padre Jacques,
llamado también François-Eugène partió para
la isla de Guadeloupe, en donde su sobrino
se reunió con él y morirá en Izeste sin heredero
directo. Según todas las probabilidades, el hijo
entorno sociofamiliar 123 l
menor inicia su carrera de emigrado sobre las
huellas de este otro hijo menor que era su tío.
Es tal vez en la familia Latapi una tradición
muy reciente, pero se inscribe en una larga serie,
si deseamos situarnos en el contexto bernés.
La analogía termina ahí; las vidas del tío y del
sobrino divergen visiblemente después, y de
todas maneras no se puede diluir una historia
individual en series estadísticas.
******
Se puede plantear un último tema, cuya
respuesta ayudaría a comprender la vida de
Eugène, el de su formación, su educación en
un sentido más general. No tenemos ningún
dato a ese respecto y sólo podemos emitir
hipótesis. El medio familiar fue sin duda
favorable a una buena formación de base. Su
padre, escribano, pertenece tanto por su
fortuna como por las relaciones que establece
–por ejemplo al casar a su hija con un
capador– a la élite del cantón, a ese mundo en
el que se encuentran, al lado de los castradores,
los campesinos acomodados que tienen el
poder. Desde 1820 es consejero municipal de
Izeste; su hijo Joseph lo será también. Pero si
por su nivel económico la familia pertenece al
grupo de los campesinos acomodados, por
su nivel cultural se le puede suponer bastante
por encima de ellos. En el expediente
administrativo que atañe a su nieto JeanBaptiste se lee que “los individuos disponibles
y aptos a secundar al señor juez de paz ya sea
en Arudy o en el cantón son difíciles de
encontrar por no decir que no existen en lo
absoluto”.27 Eso fue escrito más tarde, en
1874. Así era con más razón veinte años antes.
27
28
Lo que diferencia a la familia Latapi de las
demás familias del pueblo y la asemeja al
grupo muy limitado de los grandes notables
antes mencionados, va mucho más allá de la
práctica de la escritura, pues ésta está bastante
difundida. Ya en los años de 1830, el
porcentaje de hombres capaces de firmar es
muy superior al promedio y superó al 80 por
ciento en los años de 1850. En cambio, entre
las mujeres, la gran mayoría no sabe firmar en
los años de 1830, y todavía más de la mitad
veinte años después. De hecho Anne, la
hermana de Joseph y de Eugène, no sabe
escribir: no firma el inventario elaborado por
el notario de los bienes del padre en 1867.28
Lo esencial de lo que distingue a la familia
Latapi de las familias campesinas no está ahí.
La diferencia procede del dominio de lo
escrito, la práctica de la lectura, la naturaleza
de los textos leídos, es decir, la soltura general
frente al mundo de lo escrito. Es lo que expresa
el extracto anterior del expediente de JeanBaptiste Latapi. Hay que decir que la lengua
hablada en Izeste no es el francés, sino el
bearnés. No porque se ignore el francés; en el
Bearn, es bien dominado, inclusive es la lengua
en la que se componen ciertas canciones que
forman parte entonces del repertorio popular,
muy particularmente en el valle de Ossau. Así
es con la canción Autrefois le trône de France
(antaño el trono de Francia), que transmite la
nostalgia de la epopeya imperial y subraya por
contraste la pequeñez de los reyes que
sucedieron a Napoleón. Fue a su manera una
canción de oposición al régimen de la
Restauración, así como a la Monarquía de
Julio; es evidente que entre los Latapi se
practica el bernés. En la misma época, aún en
Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, ibid.
Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, III e 17120. Dato señalado por Ariane Bruneton.
L 124 Michel Papy
Pau, en donde sin embargo se instaura una
vida mundana para las distracciones de los
ricos invernantes, que constituyen la riqueza y
dan renombre a la ciudad, se sigue hablando
bearnés en el mundo de los abogados,
médicos y demás letrados. Lo que no quiere
decir que el francés ésta en esos medios sobre
un pie de igualdad con la lengua local, y eso
basta para diferenciarlos. Al parecer la primera
mitad del siglo XIX es la época en que el francés
empieza a suplantar al bearnés en la élite
cultural de la provincia. Un notable palense
hablando de los años de 1820 escribe: “Se
hablaba francés lo menos posible, y ¡qué
francés burlesco! Dábamos un epíteto
malicioso a quienes no hablaban nuestro
patois: los llamábamos francimanos”. Pero
observa ya un cambio en 1840.29
Acerca del tema de los estudios seguidos
por un hijo de escribano en los años de 1830
y 1840, nos vemos reducidos a las conjeturas.
En las dos ciudades gemelas de Oloron y de
Sainte-Marie, distantes veinte kilómetros, se
encuentran tres establecimientos de enseñanza
libre, las instituciones Dalmais, Périssé y SainteMarie. Pau, cabeza de distrito de la
jurisdicción, distante 25 o treinta kilómetros,
tiene un liceo imperial fundado en 1803.
Cuenta entre los primeros liceos fundados en
Francia por el Consulado. Es muy posible que
Eugène Latapi haya estudiado ahí sus
humanidades. En 1856, después de la época
en que tal vez lo frecuentó, tiene veinte
profesores y alrededor de 300 alumnos, de los
cuales las ocho novenas partes hacen estudios
clásicos, la restante novena realiza una
preparación comercial.30 La ciudad de Pau se
encuentra en plena trasformación en los años
en los que tal vez vivió ahí. Está convirtiéndose
en uno de los principales destinos de una
clientela rica y ociosa procedente de toda
Europa, pero sobre todo de la Inglaterra
triunfante, que frecuenta durante la bella
estación los balnearios que prosperan en los
Pirineos, y durante el invierno, algunas
ciudades en donde los atrae la suavidad real o
supuesta del clima. Pau conoce un crecimiento
excepcional; se encuentra en pleno Bearn, una
imagen del mundo nuevo que se instaura, más
exactamente, de su cara favorable.
Es también el lugar de una vida política, la
de una cabeza de distrito de jurisdicción, sede
del principal diario local, el que difunde las
noticias nacionales e internacionales y suele
apoyar sin pestañear al gobierno, sin importar
los cambios de la coyuntura política. En Pau,
ese diario, al que se suele llamar el diario de la
prefectura, es el antiguo Journal des Pyrénées
(Diario de los Pirineos), nacido en 1800,
transformado durante la Restauración en Le
Memorial, que aprobó los gobiernos de la
Restauración, y luego –después de 1830– los
de la Monarquía de Julio, antes de aliarse en
1848 a la República, para aceptar al fin el
régimen de Napoleón III. El hecho es trivial
en la historia de la prensa provincial. Sin
embargo, eso no reflejaba el estado de los
espíritus. En una ciudad tan tranquila como
Pau, varios incidentes habían mostrado que
fermentaban otras ideas bajo la aparente
tranquilidad; así fueron los de julio-agosto de
1824, que había conocido el joven oficial
M. Papy, “Les mutations des deux derniers siècles”, en P. Tucoo-Chala y otros, Histoire de Pau, Toulouse,
1989, pp. 163-303, cita en p. 215.
30
Picamilh, Op. cit., pp. 68-70.
29
entorno sociofamiliar 125 l
Alfred de Vigny, en la guarnición de la región,
y que hacía entonces sus inicios en la poesía.
Son contemporáneos del nacimiento de
François-Eugène. Los hombres que criticaban
el régimen monárquico, o por lo menos a sus
sucesivos gobiernos, no carecían de voz. La
liberalización relativa introducida por la
Monarquía de Julio, había permitido a partir
de 1830 la creación de un diario de oposición
dinástica, Le Montagnard des Pyrénées (El
Montañés de los Pirineos), convertido diez
años después en L’Observateur des Pyrénées (El
Observador de los Pirineos). Citando
frecuentemente a Le National, opuesto a la
enseñanza católica y favorable a la escuela
municipal, y partidario de una ampliación del
sufragio –el cual era muy limitado, salvo para
las elecciones municipales, cuando se le había
ampliado por la necesidad de encontrar
electores– llegó a proclamar en 1847 el
sufragio universal masculino en el caso de las
municipales, e igualaba en importancia, a fines
de la Monarquía de Julio, a Le Memorial
gubernamental.
En 1848, apoyó a Cavaignac contra Luis
Napoleón Bonaparte, quien fue sin embargo
elegido por un amplio margen, tanto en los
Bajos Pirineos como en el resto del país. Son
conocidas las ambigüedades de esa elección;
detrás de Luis Napoleón se encontraban al
lado de los conservadores, otros nostálgicos
de la revolución y del imperio, que a menudo
estaban mezclados en las representaciones
mentales. La popularidad del sobrino del
Emperador explica que el plebiscito
subsiguiente al golpe de Estado del 2 de
diciembre de 1851 haya sido un éxito total;
¡en la misma Izeste hubo un solo opositor
sobre 99 votantes! Esto no significa una
adhesión a las ideas conser vadoras.
L’Observateur des Pyrénées desapareció después
L 126 Michel Papy
del golpe de Estado, y Le Memorial volvió a
ser el único diario del Béarn. La calidad de las
informaciones y de los debates se resintió por
ello, pero no era un fiel reflejo de las opiniones.
De todo ello hay que señalar que más allá de
las apariencias, el partido del orden no
monopoliza la opinión y que el partido del
movimiento está bien presente. Después de
la caída inesperada del Segundo Imperio
debido a la derrota militar, los espíritus serán
muy pronto convencidos por la nueva
República.
Hablé antes de los animados debates que
oponían en el valle de Ossau a los partidarios
del mantenimiento de la trashumancia estival
e hibernal, que suponía que no se tocaran los
bienes colectivos y a los partidarios de una
agricultura más rentable que reclamaban su
división. La divergencia entre conservadores
y modernistas sobre esta cuestión no guarda
correspondencia con las discrepancias
políticas. Cualesquiera que sean sus opciones
en el aspecto ideológico, la mayoría de quienes
se interesaban en las cuestiones económicas
eran favorables a la modernidad y por tanto a
la división. En su espíritu, el progreso pasaba
por ahí. Sin duda alguna no es en ese aspecto,
por el contrario, en el que Eugène Latapi debía
distinguirse de sus compatriotas letrados. Si
así fue, y al parecer así sucedió, debe ser por
el carácter radical de sus ideas políticas. En el
interior del mundo de los oponentes dinásticos
–que eran bastante numerosos– de quienes se
adherirán más tarde a una República
conservadora, había un pequeño grupo de
radicales. En realidad, tenemos muy pocos
datos sobre lo que esto representaba en el
Béarn, y qué contactos locales pudo tener
Eugène. Sin duda, más bien hay que buscarlos
a nivel nacional, sobre todo porque partió
joven. Es uno de los campos en los que la
indagación se encuentra todavía en sus inicios,
campo tanto más oscuro porque las cartas que
tenemos de él guardan silencio sobre estos
asuntos, que debieron plantear entre su padre
y él tantos temas delicados como los relativos
a la transmisión de los bienes familiares. Se
comprueba que la historia general y la historia
familiar se mezclan a veces de diversas
maneras.
******
¿Qué balance sacar de estos cuantos datos
sobre el entorno de la niñez de FrançoisEugène Latapi? El Béarn en general y el valle
de Ossau en particular son lugares bien
localizados en la Francia de la Monarquía y
del Segundo Imperio. El desarrollo del
termalismo y del turismo podría bastar para
explicar el fenómeno. La región saca de ello
notoriedad y animación estacional. Reputada
tranquila y distante de las pasiones del siglo,
en realidad se vio cruzada por las evoluciones
bastante rápidas que imponía la modernidad
en marcha. Muy lejos de haber vivido la
trastornada historia social de las regiones de
gran industria, no conoció esas
transformaciones más que en la forma muy a
menudo oculta que tuvieron en el mundo de
las campiñas, pero ellas fueron muy reales,
duras y generadoras de conflictos como en
otras partes. Hasta vale preguntarnos si
ganaron en intensidad las oposiciones internas
ante las rigideces de las estructuras familiares
y socioeconómicas. El entorno en el que
Eugène vivió su tierna infancia estaba cruzado
por tensiones y contradicciones, que pueden
haber afectado al adolescente, tanto por el
conocimiento que tenía de ellas como por las
repercusiones que probablemente tuvieron
para su familia y él mismo. Más allá, en lo que
se refiere a la educación que recibió, casi no
sabemos nada, salvo la existencia en el Béarn
de instancias abiertas a los grandes debates
de ideas. De todas maneras, los destinos
individuales, pensamientos, palabras, acciones,
forman parte de un contexto que sólo se
puede describir mediante la observación.
entorno sociofamiliar 127 l
Los franceses en Texcoco
Registro de franceses y de su familia residentes en Texcoco y en sus localidades, 1886.
En 1858, Eugène es nombrado director de la fábrica de vidrio de Texcoco. Se sabe que para mejorar la industria, hizo
venir de Europa a varios maestros vidrieros. Instalado con Juanita en esa ciudad, formó su familia y mantuvo
estrecho contacto con la comunidad francesa local; los hijos de sus socios y empleados jugaron con los suyos. En el
registro vemos que más de la mitad de franceses residentes en Texcoco son originarios de Rive-de-Gier, pueblo
cercano a las ciudades de St. Etienne y Lyon; todos ellos declaran la profesión de vidriero; trabajaron en la fábrica de
Eugène. Entre estos se encuentran sus socios y amigos: Jean Zeller, Joseph Boichot y sus hijos, y Victor Frantz e
hijos. La hija de este último, Marie, se casó con el señor Derflingher quien, años después de la muerte de Eugène,
resultará el dueño de la fábrica.
L 128 Michel Papy
IV. Carta al señor Latapi
Ariane Bruneton-Governatori
Carta al señor Latapi
l
z
Carta original de Eugène a su padre Jacques, del 24 de julio de 1860. Una copia de ésta
regresó a México a finales del año 2000 y desató la investigación. En ella narra su encarcelamiento
injustificado, la manera cómo conoció a Juanita en la cárcel, reconoce su Mea Culpa, y anuncia que
nació su hijo; que se le parece como dos gotas de agua. (Ver texto en el capítulo II).
L
Ariane Bruneton-Governatori
O
loron, 1 de agosto de 2002*
Señor:
Tengo varias preguntas que hacerle y para
comprender mejor el sentido de mi diligencia
permítame antes presentarme.
Soy, se puede decir, la persona encargada
de clasificar y ordenar el rastro que nos dejaron
las personas que, como usted, partieron de
esta región del suroeste de Francia hace
muchos años, cruzaron los océanos y llegaron
a vivir a lejanos lugares. La huella se pudo
seguir esencialmente por sus cartas, periódicos,
relatos, fotografías y, en suma, toda clase de
documentos que hablan, o se les hace hablar,
sobre el fenómeno que llamamos emigración.
Dar a conocer este material, está en vías
de concretarse a través de una Casa de la
Memoria de la Emigración que se está
organizando en Oloron, no muy lejos de su
Izeste: ¡Esa “...otra capital del mundo...” junto
con París, como usted bien lo dijo! En efecto,
si todo el mundo está de acuerdo en pensar
que los hombres tienen siempre su propia
historia y ninguna vida se parece a otra, no
parecería inútil reunir en un mismo lugar los
escritos de los propios emigrados, para
recordar y no olvidar este fenómeno, que aun
siendo colectivo presenta for mas y
características muy diversas.
Tengo a mi cargo la responsabilidad de
insertar la colección de sus treinta y ocho cartas
en el contexto de aproximadamente otras mil.
Y si habitualmente no encuentro mayor
dificultad en ubicar el lugar de asignación a
las correspondencias reunidas en esa Casa, en
el caso de usted encuentro algunas dificultades.
* Traducción del francés por Juan Latapí Sarre
Carta al señor Latapi
l
Porque su singularidad, me atrevo a decir,
es tan flagrante que no sé si debo clasificarlo
en una categoría, o si usted representa, al
menos por los documentos que hasta el día
de hoy tenemos a nuestra disposición, el punto
extremo de un continuum decididamente muy
vasto.
Tal vez sea la elegancia de su estilo, el
itinerario personal y peripecias, o también su
personalidad lo que me ocasiona esta manera
de sentir. No cabe duda de que es un poco de
todo al mismo tiempo. Digamos que para
explicarle mi perplejidad me atengo a las cartas
(y algunas otras informaciones reunidas en los
archivos).
Por esto, al ponerlas en la perspectiva de
las cartas de los otros, usando en este caso una
amalgama que espero ellos me disculpen, a
continuación le pido su opinión.
En primer lugar, los otros escriben en francés
igual que usted, pero bañado en el bearnais de
la vida diaria; como los demás, incluye como
prueba un proverbio en una de sus cartas, el
cual nos ha sido difícil comprender.1 Sin
embargo, la duración del aprendizaje escolar
de los otros era inferior a la suya, y sobre todo
de menor avance; sus misivas muestran la
marca de un parto difícil. La ortografía de los
demás, a veces, está cerca de la fonética, su
sintaxis, su ausencia de puntuación, su
caligrafía –por cierto, a este respecto me
permito unirme a la aseveración benevolente
de una profesora de escuela o institutriz 2 sobre
la suya– hace difícil la comprensión, la cual se
aclara si la lectura se hace en voz alta, lo que
es sin duda la situación general; pero no es el
caso de las de usted, ciertamente leídas y
releídas en silencio y en la intimidad.
Al comienzo de casi todas las cartas ellos
utilizan una especie de trampolín que les
permite entrar al agua, diríamos sumergirse
en la escritura: una fórmula, cualquier tipo de
recurso “Queridos padres, les escribo las
palabras de esta carta para hacerles saber el
estado de mi salud, que es buena, y espero
que al presente ustedes se encontrarán en el
mismo estado como los dejé”. Ellos la
modulan al hilo del intercambio epistolar,
pero es de rigor en la introducción. Eso
mismo caracteriza un modelo de carta popular
que circulaba en un ambiente marcadamente
europeo.3 Usted está lejos de ese género de
preámbulo. Por sus estudios seguramente está
en guardia contra su empleo, como sinónimo
de vulgaridad. En la misma forma usted se
cuida bien de enviar saludos a sus conocidos,
dirigiéndoles en cambio solo unos buenos días.
Pero me atrevo a afirmar que hay otra
razón por la que no utiliza esa entrada de
materia ritual y es porque usted no tenía buena
salud.
Seguramente, mientras que los otros se callan
en caso de enfer medad, no dándole
importancia, usted se complace en entrar en
detalles. ¿Se imagina usted el efecto y la
inquietud de su lector?
Según la evidencia, hace mucho tiempo que
ese problema de salud lo trae usted a flor de
piel, y haría mal en no tocar ese punto; eso
mismo es el motor, al menos aparente, de sus
peregrinaciones. No importa, usted podría
Que bau mey u goli á las mas que ue toudo a las brenos.
Ver el Capítulo V, de Jeanne Soust.
3
A. Bruneton-Governatori y B. Moreux, Un modelo epistolario popular-las cartas de emigrados berneaises,
en Etnologías de Escrituras Cotidianas, Paris, Edición de La Maison de Sciences de l’Homme, 1997.
1
2
L 132 Ariane Bruneton-Governatori
escoger ser más discreto. Si no lo hace, según
observo, es por dos razones.
La primera, porque usted comparte el aire
del tiempo que hace que la enfermedad, y
particularmente la que a usted le toca –¿una
tisis pulmonar?– sea un signo de distinción
característico en las personas de letras,
generalizado en cierta élite. Su amigo
monsieur Charanton, el director de la
compañía de seguros ¿no estaba acaso como
usted sujeto a una salud delicada? Esa
hipótesis es sólo eso, pero puedo asegurarle
que sus compatriotas de origen campesino no
estarían dispuestos a mostrar una constitución
enferma, por temor –como le dice a su padre
a propósito de la prisión– “...de manchar el
apellido que usted me dio”. Para ellos la salud
era una cuestión de sangre y linaje cuya
reputación no debería ser dañada por la mala
constitución de uno de sus miembros. Tema
que se silenciaba, casi como tabú.
La segunda sería que sus cartas,
contrariamente a las de los otros, estaban
realmente destinadas a su padre y sólo a él, y
no corrían el riesgo de ser leídas a la
comunidad, de modo que su contenido fuese
divulgado fuera del círculo familiar. No veo
a su padre, como es el caso del escribano
forense de Lasseube, a 12 kilómetros de
Oloron, escribiendo a sus hijos en
Montevideo en 1866 “Voy a comunicar
inmediatamente tu carta a los vecinos cercanos
Piquet y Cabarrouy, así como a monsieur
Doumecq, juez de paz, que me solicita
frecuentemente noticias tuyas”.
Por lo demás ¿qué beneficio podría
obtener la comunidad? Usted nunca anima o
desamina a nadie a emigrar; no se lee de su
pluma, por ejemplo, el consejo de los hijos
del escribano forenese ya citado, como de
otros muchos, lo cual me lleva a compararlos
Matasello de Arudy del 15 de marzo de 1853.
Sobre de la carta dirigida a su padre desde Point-à-Pitre, del
26 de septiembre de 1852.
En el reverso de la hoja donde escribía la carta, se ponía la
dirección, así servía al mismo tiempo de sobre. Aquí vemos
un ejemplo con la carta de Eugène a su padre, que cuenta
con matasellos, destinatario y lacre que utilizaba al cerrarla.
Carta al señor Latapi 133 l
con usted. “Se me olvidaba decir, querido
padre, que ponga en conocimiento de toda la
gente joven de Laussebe, que si se vienen a
Montevideo, los que apenas saben cuidar
corderos obtendrán hasta cien francos al mes
y los que tengan una profesión mucho más”
(S.L. 1865, Montevideo). 4 En suma,
contrariamente a un buen número de los que
partieron jóvenes, usted no se sentía investido
de una misión de explorador; sus estudios lo
habrían distanciado de la comunidad, su mala
salud lo habría hecho descartarse de bueno para
el servicio; usted no compartió su complicidad
de clase ni de conscripto. Sus saludos a otras
personas son pocos y breves, limitados a la
familia y “...a todos aquellos que no me han
olvidado...” que usted no menciona sino una
vez. Los otros, al principio al menos, hacen una
larga y precisa enumeración de sus camaradas
y conocidos a quienes envían saludos.
Pero usted tampoco está animado por un
proyecto utópico fourierista que busque aliviar
la miseria del mundo, como algunos de sus
compatriotas, el doctor Brougnes, de Caixon
de los altos Pirineos; o Alexis Peyret de SerresCastet, cerca de Pau, quien fundó las colonias
de Villa Elisa y de San José en Argentina; o el
mismo Stephan Guénot, de el Alto Saonois,
del que seguramente oyó hablar en México.
No le reprocho esto; simplemente hago
constar cuáles son sus ideas y ambiciones de
armonía y justicia social –no se puede olvidar
la fórmula que le sugiere la miseria parisina, y
sin duda el remedio que usted propone: “Si
lo superfluo tuviera un límite, pudiera ser que
cada quien tuviera lo necesario”– el cual no
pasaría por la emigración.
4
Por el contrario, como los otros
emigrados, usted se encuentra aprisionado en
las mallas de un pacto epistolar, de una necesaria
continuidad que da a entender también que
usted lleva un registro de sus envíos; acuse de
recibo, agradecimiento, excusarse por no
haber escrito antes o al contrario reproches,
palabras claves todas ellas que aseguran un
seguimiento de la comunicación.
Por esta razón usted suele empezar sus cartas
por estos temas, lo cual le da oportunidad de
¡meter el pie en el estribo! Falta decidirse
porque, como escribe uno de ellos, “Se pasa
un día, pasa otro, después pasan también los
meses”.
Sin embargo, analizándolo de cerca,
percibo dos etapas en la correspondencia con
su padre, muy diferentes, que tienen cada uno
su propia sonoridad cuando se les compara
con las cartas de los otros.
La primera cubre esos dos años en que
usted flota, si se puede decir, entre la
reanudación de su estatus de dependiente
negociante en Guadeloupe después de la
muerte de su tío, y la esperanza de una carrera
en una compañía de seguros de Limoges
(diciembre del 51 a diciembre del 53, cartas 5
a 22); la segunda empieza con su visita y
estancia en París para el aprendizaje de la
fotografía, hasta el final en México (marzo del
54 a octubre del 66, cartas 23 a 40).
Al principio usted mantiene una relación
con su padre que yo calificaría de un buen nivel
de reconocimiento recíproco, filial, y paternal.
¿Podemos plantear una suposición y a la
vez hacerle una pregunta?
Hemos corregido la ortografía de las citas de otras cartas.
L 134 Ariane Bruneton-Governatori
Sobre de la carta enviada el 11 de marzo de 1853 desde Limoges, donde se lee: Monsieur Jacques Latapi / Basses Pyrenée/Iseste
A la muerte de su madre, a la edad de nueve
años, estaban en casa su hermana Anna y su
tía materna que lo acompañaban, pero la
elección de su padre es enviarlo a un internado.
Por eso no tiene nada de extraordinario que
pueda seguir sus estudios y avanzar en ellos,
mientras su hermana Anne declara no saber
firmar cuando su padre muere en 1867.5
Su hermana se casa primero, en 1839,
repartiendo su tiempo entre Bearn y Lot-etGarone; su hermano mayor en 1844 y acaba
de remplazar a su padre en el oficio de
escribano forense un año antes, de manera que
con su esposa continuará viviendo en el mismo
hogar y disfrutando la misma comida.
Usted, siguiendo los caminos de otros hijos
del país, se embarca para las islas, portando
cierto equipaje, para reunirse con el hermano
soltero de su padre. Esta relación con un tío
5
es frecuente; el joven Bourdenne que viaja con
usted de regreso a la Guadeloupe, después de
la muerte de su tío, se beneficia de su
experiencia y de su amigo íntimo, el capitán,
siguiendo el mismo patrón.
Con referencia a los viajes usted parece un
viejo trotamundo de mar. La relación que
usted hace de la travesía es más que lapidaria;
todo es sencillamente feliz, pero también
peligroso, puesto que se menciona un
verdadero rito de pasaje (¡cuando un rayo cae a
20 metros del barco y más tarde 200 toneladas
de agua entran en la escotilla!) En otra
ocasión, diferente a los otros que evocan el
mareo “...en el comienzo de mi viaje estuve
bastante enfermo, de hecho vomité con
frecuencia...” y los alimentos malos y corrientes
“...en la mañana café con queso, o té o
sardinas; para cenar un cuarto de vino, sopa
Inventario post-mortem. III E 17120, acta número 144 (ADPA).
Carta al señor Latapi 135 l
hecha con zanahorias y patatas, además de
puerco salado, en la noche morcilla con
patatas o arroz en conserva...”, ¡usted por el
contrario habla de cubiertos de plata y un
grupo musical! Son condiciones muy
favorables en las que viaja –basta ver el costo
(850 francos) que representa más que el salario
anual de un escribano forense (600 francos)–
usted escoge pasar por el Havre, lo cual no
hace la mayoría que se embarca en Burdeos, y
uno se da cuenta que el viaje inicial es superior
al de los demás. Hace el viaje como un hombre
de negocios, beneficiándose de sus
conocimientos, estando al corriente de los
movimientos en los puertos. ¡Seguramente no
utiliza los ser vicios de un agente de
emigración!
Volviendo a su padre, podemos suponer
que posiblemente no tiene mucha relación con
él; es su tío quien le hizo el relevo, y cuando
muere, –sin que usted tome ventaja de su
testamento, sólo un lugar allá, en su exilio
voluntario– es a partir de ese momento cuando
busca a su padre como un corresponsal y una
referencia. “Me dará gusto que no dude en
que mantenga con usted una correspondencia
frecuente, pero depende de usted que así sea”.
¿Por qué menciona esto? Cuando dice ”...hace
diez años, ¿recuerda que le escribía con
frecuencia y largamente, cartas a las que jamás
respondió?” Como ellas no llegaron, estoy
obligada a preguntarle ¿hubo una ruptura
entre ustedes por alguna razón que ignoramos
y es posible que quizá nos la comunique? o ¿es
que usted siempre se sentía invisible a los ojos
de su padre, que no se ocupaba realmente más
que de sus dos hijos mayores? En este caso,
podríamos eventualmente comprender, e
interpretar, lo que en las cartas de ese periodo,
lo mismo que en el siguiente, aparece
frecuentemente como exageración o una
jactancia.
L 136 Ariane Bruneton-Governatori
Pero regresemos al contenido de las cartas,
porque me doy cuenta de que cedo
insensiblemente a las consideraciones
psicológicas y a los eventos de su vida, lo cual
no estaba previsto.
Así es que en ese período usted ajusta
cuentas regularmente con su padre, le pide
consejo, muy contento de comunicarle sus
logros, avances y esperanzas. Es también
durante esos años cuando sus problemas de
salud son más detallados; por lo mismo ¿será
usted sujeto de ternura? ¡ Decididamente esa
salud, es verdaderamente un tema fuera de lo
normal !
Se encuentra lejos, sin embargo, de todo
lo que dice sobre las personas que se interesan
en usted, porque tiene un amigo y protector en la
persona del director de la compañía de
seguros; posiblemente él lo sabe. Pero su
reserva es igualmente grande en relación con
los negocios que usted continúa teniendo en
Guadeloupe y que comenta con su hermano.
Los otros, sobre todo al principio de su
separación, cuando parten jóvenes, buscan
también el pretexto en la escritura de una
carta, para tocar el punto y comunicar las
etapas exitosas realizadas. Esos hijos escriben
desde la Guadeloupe; “Me da gusto, queridos
padres, poner en su conocimiento que no
estoy mal, mi trabajo es mandar, ustedes
recuerdan que eso me convenía mucho” (P.B.
1846); y otro, el hijo del escribano forense de
Lasseube: “Tengo el gusto, querido padre, de
darle la buena nueva que después de un año,
igual que Joseph (mi hermano) nos hemos
establecido y tenemos una posición brillante”
(S.L. 1871); otro comenta con su padre, como
bien nacido, su regreso para hacer el servicio
militar.
Usted sabe también escribir sólo por el
placer de hacerlo; algo que los otros nunca
hacen. Esto se evidencia particularmente antes
Sobre de la carta a su tío François Latapi, en visita a Izeste, el 10 de mayo de 1850, con sellos de Gironde y Bordeaux. Es la
primera de la serie de 38 cartas.
de llegar a Londres y visitar esa ciudad. No
solamente prueba usted la dicha de escribir,
utilizando repetidamente yo ví como un efecto
de estilo en su relato, acompañado por el
“Adiós, porque es media noche. Me estoy
cayendo de sueño y cansancio”. Usted sitúa
bien la escritura de esa carta, que no contiene
nada de esencial, sólo como un pasatiempo.
Se parece a esas buenas cartas, las que recibe de
su padre, que califica así dos veces, esas
correspondencias familiares burguesas que se
utilizan en el siglo XIX como un rasgo de
actividad social, de placer y de descanso.
En esas cartas, como en muchas otras que
describen su llegada a México, no deja de
escribir lo que descubre, para compartir,
ponerse a usted mismo en escena y transmitir
lo que ve desde su ventana. Ahora bien, eso
es una cosa poco común en las cartas de los
emigrados, la preocupación por señalar a los
que se quedaron en su país la realidad de la
diferencia. Muy pocos se detienen, o se
Matasello de Arudy con fecha del 14 de junio de 1857,
fecha en que llegó la carta; ¡tardó sólo un mes!
Medio matasello de Veracruz con fecha del año 1855.
Carta al señor Latapi 137 l
entregan a esas descripciones y, menos aún,
utilizan la comparación, como usted lo hace
dos veces; la primera cuando evoca la
verdadera ciudad flotante que constituye su
barco, capaz de alojar dos mil personas “dos
veces la población de Izeste”; la segunda, la
mención de los volcanes de México que tienen
“tres veces la altura del Pico de Midi”.
¿No son esas palabras para describir su
asombro, lo que ellos sienten? ¿Acaso están
desorientados al punto de no encontrarse?
¿No saben ellos por dónde comenzar o
sintetizar? Todo esto debe influir, pero mi
familiaridad con las otras cartas me dirige a otra
hipótesis: si los otros no buscan contar ni
describir los paisajes y sus nuevas impresiones,
¿será que han sido mal recibidos por el país y
ellos lo saben? ¿por qué? Porque dar a ver es
compartir, es hacer que el otro viaje en espíritu,
con la imaginación en esos reportes
epistolarios; el emigrado, cuando escribe, hace
un recorrido por su país, no busca que su
familia se transporte a lo lejos. Por esto resulta
que la materia de sus cartas, fuera de aquellas
noticias ligadas a su posición, al trabajo, al
establecimiento del que partió, gira alrededor
de la casa natal y de su país de origen. ¡De tal
suerte que esos documentos nos aportan
cantidad de informaciones sobre la vida en
Bearn en esos años! ¡Pero bajo ese ángulo,
usted es realmente diferente y poco reactivo!
¡Todo lo que sabemos de su padre y de su
pueblo, es un fuerte catarro que menciona en
el invierno de 1854, la quiebra de un tal
Beterous y la muerte del pobre monsieur
Bordenave!
Algunas alusiones a hechos diversos, al
clima, la evocación de problemas políticos
(que rinden generalmente cuentas de las
dificultades que experimenta un emigrado,
como es su caso) y de noticias concernientes a
los otros países forman parte también de sus
L 138 Ariane Bruneton-Governatori
misivas. Usted no se escapa a la regla, dando
las noticias de Bourdenne o del “pobre viejo
Lartigue llamado Paché”. Aprovecho para
informarle que ese que se presenta como
instructor de la delegación en México para
hacerse registrar, al igual que otros 125 de su
departamento entre 1845 y1852, señalado
como portador de cicatrices y portador de un
pasaporte emitido en Bordeaux en 1846,
muere finalmente en el hospital francés en
1879, ¡más de diez años después que usted!
Pero lo que distingue siempre a los
emigrados es el reconocimiento de la deuda
que tienen con sus padres por razón de sus
sacrificios. Solamente para que ese
reconocimiento filial no se reduzca a meras
palabras, se entiende, considerando que la
deuda se duplica, como ellos lo dicen, lo
acompañan de un “pequeño recuerdo”, de un
“pequeño aguinaldo del primer día de año”,
de un “auxilio”, de “cualquier cosa”, de “bien
pocas cosas”, del “fruto de mis ahorros”, un
“servicio”, un “regalo”, una “pequeña
recompensa”, en suma del envío de una cierta
cantidad de dinero. Los padres, si es necesario,
saben reclamarlo, algunas veces en forma muy
apesadumbrada y con cierta culpabilidad. Los
hijos, en cierta forma, ¿no fueron acaso enviados
a América para eso?
A veces, ellos se absuelven: “Fiel a mis
compromisos, me apresuro, igual que Joseph,
a enviarles un giro por 500 francos a ser
pagado en Pau por el banquero al que ustedes
decidan presentarlo. Usted verá, querida
madre, que sus dos hijos, aunque alejados del
seno de sus afectos, vienen a darle testimonio
de su amor filial y así aliviar las penas y dolores
que le ocasiona su edad avanzada” ( J . B .
Argentina, 1892).
A veces, se sienten mal por no cumplir su
compromiso: “Yo les diría que al presente no
he podido obtener grandes ganancias en mi
Uno de los sobres, fechado el 30 de abril de 1858, que conservó un timbre de color verde, donde se lee: Correos de
Méjico, precio de dos reales, con la efigie de Hidalgo. En febrero de 1856 se estableció en México el uso del franqueo
previo y de las primeras estampillas, como ésta, que empezaron a circular en agosto de ese mismo año.
Matasello de Limoges con fecha del 17 de abril de 1853
.
trabajo. Actualmente tengo la esperanza de
reunir algunos fondos. Tan pronto pueda
hacerlo, créame, querida madre, que tendré el
cuidado de pasarle el fruto de mis ahorros”
(J.C. Argentina, 1858).
Otras veces encuentran excusas: “Querida
madre, veo que está usted inquieta porque no
le he enviado nada hasta ahora. Puede estar
segura de que no es mi culpa, solamente espero
juntar, supongamos, una suma de mil francos
para hacerle llegar cuando menos la mitad.
Desde que estoy en este país el tipo de cambio
del oro está muy caro para cambiar la moneda
local. Espero que día con día cambie para
poder enviarle algo” (J.B. Argentina, 1889). Y
algunos encuentran maliciosamente (un poco
como usted) ¡el pretexto de no querer enviar
un giro muy pequeño! “No es con dinero con
lo que yo pudiera pagar las penas que usted
ha pasado por mí” (J.B. 1891).
Entre su padre y usted también existe un
asunto de dinero.
No sería raro leer de vuestra pluma esta
proposición de un hijo de escribano forense
(¡siempre él!): “Querido padre, yo le aconsejo
hacer a un lado la alcaldía con el fin de que
pueda pasar los días de su vejez mejor de lo
que lo ha hecho hasta el presente. Le hago
una promesa, querido padre, a mi nombre y
al de mis hermanos, de que no le faltará nada;
si necesita cualquier cosa sólo tiene que
escribirnos y al momento le será enviada” (S.L.
Montevideo, 1866) ¡Pero si este extracto de
carta es verdad, y no pura invención, como
usted lo hace con la carta del padre de Victor
Frantz recurso hábil pero posiblemente
también el único para atreverse a decirle a su
Carta al señor Latapi 139 l
padre que usted encuentra injusto o, a partir
de ese momento, infundado el pago de esa
renta, considerando las cargas de familia!
En realidad, a partir de su estancia en París
esa cuestión no cesará de interferir en sus
intercambios, tomando un lugar prioritario
aun cuando no sea evocada. ¿Que usted no
tiene dinero? no escribe. ¿Lo tiene, o busca
enviarlo? ¡escribe! Como los demás, está
dividido entre la dignidad de anunciar que va
saliendo adelante en la vida, que ya gana bien
o aun muy bien (¡tres fotografías por día,
pagadas a cien francos cada una, lo cual
permite que la deuda equivalga a menos de
un día de trabajo!) y entonces la ausencia de
excusas para honrar las deudas (ya sean
morales o reales) o bien el riesgo de ver que
lleguen innumerables llamadas de socorro.
Esa cuestión del envío de subsidios pulula
en los reportes, pero la obligación no se
cumple por razón de los compromisos:
matrimonio, arribo de los hijos, instalación;
para ellos como para usted, las preocupaciones
se inician a partir de entonces, los
intercambios se agotan; el adulto se afirma y
L 140 Ariane Bruneton-Governatori
en la configuración particular que es la suya,
se manifiesta por la sublevación y el rechazo a
cumplir sus compromisos, “Mi pobre viejo
Jacques” escribe usted, ¡qué evolución!
Pero me doy cuenta de que mi carta se
alarga, se alarga y que voy a pasarme de las
dos dobles páginas. Es tiempo de terminar.
Me pregunto ahora si tengo todavía necesidad
de su consejo acerca del lugar que debo
asignarle en esta Casa de la Memoria de la
Emigración. A pesar de las preguntas que
quedan en suspenso, nosotros tenemos que
notar, probándolo todo a lo largo de esta
comparación, que su diferencia sobre el fondo
de semejanzas, reside en la calidad esencial de
las cartas que tenemos de usted, que impide la
confusión, que distingue los matices, que pone
en relieve la pluralidad. ¡Sin duda alguna, su
lugar está aquí!
Esperando no haberlo importunado con
mi palabrería y ofendido de alguna manera,
le ruego crea, señor, en mi gran simpatía y en
que nos reencontraremos en el más allá.
Ariane Bruneton-Governatori
Tipos de papel y membretes utilizados por Eugène
Tipo de papel, donde vemos un intaglio con las iniciales
de Eugène grabadas en relieve: E L
Segundo tipo de papel con intaglio, donde vemos las
iniciales grabadas en relieve y con un marco en forma de
corazón
Único ejemplar de papel membretado, de la Compañía de
Seguros donde trabajó Eugène en Limoges entre 1852 y
1853.
Tercer tipo de papel con un anagrama, donde se incluyen
las iniciales de Eugène entrelazadas en color rojo
Lacre rectangular que utilizaba Eugène Latapi para cerrar
los sobres y que lleva sus iniciales: E L
Carta al señor Latapi 141 l
V. Cartas y palabras: los rostros de Eugène
Jeanne Soust
Carta y palabras: los rostros de Eugène
l
z
Acta notarial firmada en Arudy el 6 de octubre de 1851, donde se establece el reparto
de la herencia del tío François Latapi. Los beneficiarios: Joseph, Anne y Eugène aceptan recibir
seis mil francos cada uno y pagar la renta anual de 240 francos a su padre Jacques, heredero
universal, a partir del 25 de agosto de 1850. Éste es el origen de una deuda permanente que
afectará mucho las relaciones entre Eugène y su padre.
L
Jeanne Soust
Si me dio tanto gusto leer las cartas de Eugène
se debe a que, de un extremo a otro,
son la oportunidad de un diálogo
con mi lengua materna,
lengua rica, joven y bella.
H
ace unos doce años conocí a
François-Eugène Latapi, en el
momento de la publicación de su
carta del 24 de julio de 1860 en la revista de la
AMCB1, y el personaje me interesó o más bien
intrigó. Su aventura poco trivial aguzó mi
curiosidad pero no creí volverlo a encontrar.
¿Casualidad? Helo aquí de nuevo presente en
estas 38 cartas entre las que aparece in extenso
la carta antes citada.
Su vida es rica en acontecimientos: viajes,
cambios de país, de rumbo, numerosos
problemas de salud, severos reveses de
fortuna; pero una esperanza inalterable lo
habita. Su correspondencia, en su evolución
cronológica, al capricho de las vicisitudes de
la suerte, se muestra reveladora de su
personalidad.
La impresión repentina –que influirá en las
siguientes apreciaciones–es producida por la
primera carta de François-Eugène a su tío,
fechada el 27 de abril de 1850; carta-faro
elegida como ejemplar porque está
impregnada de las reglas epistolares recibidas.
Obedece a las normas dictadas por la escuela,
pero también a los principios inculcados por
el medio familiar. Una herencia de hombres
de lo escrito: abuelo, padre,2 hermano mayor,
Traducción del francés por Eliane Cazanova Tapie
AMCB : Du Béarn aux Amérigues! Histoires d´émigrants, Bulletin No. 7 de Association Mémoire Collective en
Béarn, 1992 .
2
Un documento personal fechado el 16 de noviembre de 1830 permite la comparación entre la escritura de
Eugène y la de su padre: semejanza del grafismo de las mayúsculas, en particular de la G con trazo acortado
y la misma nitidez.
*
1
Carta y palabras: los rostros de Eugène
l
todos escribanos forenses en el tribunal de
justicia de paz de Arudy; de ahí el método, el
esmero, la claridad adquiridos, las muestras
de respeto hacia el destinatario.
El sentido común exige que el formato de
la carta sea proporcional a la importancia del
texto; aquí, este último se somete a las
exigencias del pliegue en el que en una de las
hojas, después del doblado, se inscribe la
dirección del destinatario; así el espacio útil
se reduce a tres páginas, lo que condiciona la
disposición material de la carta, el grafismo,
pero también verbo y pensamiento. Habiendo
establecido esta condición previa, señalemos
lo que nos revela el escritor a lo largo de la
carta.
Ante todo la impresión de conjunto: una
armonía entre el negro y el blanco, blanco
suavemente patinado por el tiempo que atenúa
el contraste. Los márgenes, las líneas escritas,
los blancos y los negros se organizan, se
individualizan en el texto.
El ceremonial de esta primera carta sigue
el modelo clásico todavía empleado en la
actualidad: el encabezado, tomado del mundo
de los negocios, para evitar toda confusión
precisa el lugar y la fecha; el punto final señala
el hábito de minuciosidad de FrançoisEugène.
Más abajo, el sobrescrito se destaca bien y
marca la deferencia, el respeto que se debe a
alguien de más edad; sin embargo, no hay
obsequiosidad excesiva que requiera un
intervalo más grande, ¿tal vez una amabilidad
un poco interesada ya que su tío le cede su
comercio en la Isla Guadeloupe?
Luego el cuerpo de la carta se desarrolla
respetando márgenes, puntos y apartes
pertinentes, indicios muy expresivos. Los
márgenes están reducidos por deseo de
economía de espacio, pero más seguramente
por reacción al cúmulo de preceptos
epistolares impuestos en su infancia. El
margen izquierdo estrecho, regularmente
respetado, indica firmeza de principios; una
actividad bien sostenida, lo que confirma y
refuerza la dirección resuelta de las líneas y su
paralelismo. El margen derecho –casi
inexistente– no es de origen escolar, es
personal y correctamente manejado: los
caracteres finales están trazados con tanta
regularidad como los iniciales; esta constancia
en el dominio del espacio da testimonio de
una mente clara, precisa y metódica.
En fin, la despedida y firma, muy breves,
son fórmula de saludo cuando uno se despide
de alguien, trivial aún en el siglo XIX.
La escritura –una cursiva que justifica su
nombre pues fluye– se estira en líneas rectas,
sin el apoyo de algún rayado,3 de una elegancia
casi femenina, halaga el ojo, y uno se complace
imaginando una mano fina, ágil, nerviosa, cuyo
trazo vivo y seguro sigue el ritmo del
pensamiento. A pesar de su rapidez esa mano
hace trazos gruesos y perfiles, se inclina
regularmente a la derecha, se proyecta hacia
el exterior y el porvenir.
Los trazos verticales y palos bien
proporcionados son de buena calidad,
mientras éstos se elevan hacia el ideal, esos se
sumergen hacia lo instintivo en un equilibrio
armonioso. Así las interlíneas están ocupadas
A la gente que tiene personalidad e iniciativa le gusta cierta autonomía y rechaza el papel rayado; hasta hace
relativamente poco tiempo, se aprendía a escribir derecho en clase. En tiempos más lejanos, esto se hacía en
el scriptorium de los copistas.
3
L 146 Jeanne Soust
Point-à-Pitre le 10 Mai 1850 / a su tío “Querido Tío, si un día desapareciera la confianza de la tierra, no será en las colonias
donde podremos encontrarla…”/Mon Cher Oncle, /Si la bonne foi disparaît jamais de la terre, ce n’est pas aux colonies qu’on la
retrouvera à coup sûr...
Point-à-Pitre 15 Dbre 1851/ A su padre: “Acabo de llegar a mi puesto después de 36 días en el mar. La travesía fue exitosa,
aunque estuvimos a punto de morir a causa de un rayo que cayó aproximadamente a 20 metros del navío” / Je viens d’arriver
à mon poste mon cher père après 36 jours de mer. La traversée a été assez heureuse quoique nous ayons failli périr par un coup de foudre qui
est tombé à 20 mètre environ du navire.
sin traslape que moleste. Esas cualidades del
grafismo ponen en relieve la precisión de la
vista, la igualdad relativa del humor, la
seguridad del trabajo de la mente así como la
firmeza de carácter de Eugène.
Las mayúsculas clásicas encantan por la
audacia del trazo; la elegancia de sus curvas
demuestra gran familiaridad con lo escrito,4
así como sentido estético.
Sin embargo, Eugène sabe distanciarse del
modelo convencional y se toma cierta libertad
al capricho de su fantasía. Un gancho
izquierdo descendente marca cada final en s;
el palo de la t es muy bajo; aquí y allá, una d
frívola se transforma en voluta rompiendo la
simpleza de la línea, y una s inicial pretenciosa
posa como uncial. En cuanto a esa G lisiada
sin piernas, ¿quién la identificará amputada
Es en las mayúsculas y en su empleo donde a menudo tropiezan nuestros bearneses emigrados en el
mismo período.
4
Carta y palabras: los rostros de Eugène 147 l
como está de su pata?5 A veces Eugène juega
con formas arcaicas para gran perjuicio del
transcriptor: r, v, signos dobles er, es ... ¡un
verdadero rompecabezas!
Pero hay que ir rápido, tan rápido como la
palabra: la escritura se abrevia, a veces las
sílabas se presentarán por medio de una sola
letra: comment (como) acortado se vuelve comt
y courant (corriente): court...
El discurso se desarrolla como una
conversación en un tono simple y natural: son
esencialmente informaciones susceptibles de
interesar a su tío (cuidado de cortesía
merecida, de deferencia), al mismo tiempo
carta íntima y carta de negocios. Eugène hace
avanzar su propósito por párrafos señalados
por sangrías retraídas del margen izquierdo,
cuyas mayúsculas estrictamente alineadas
afirman su respeto a las convenciones literarias
y sociales. Cada párrafo aborda un tema
diferente. El primero, preludio habitual de
nuestros escritores bearneses (5), trata de la
salud del escritor quien, a su decir, parece
bastante aleatoria; ello disculpa, sin que se
formule, el probable retraso de su correo.
Las informaciones subsiguientes atañen
más directamente al tío, antiguo comerciante
en las islas: la catastrófica sequía conducente a
la agonía en la Guadeloupe, la desastrosa
situación financiera provocada por elecciones
sociales, una descripción clara de la actividad
comercial condicionada por los acontecimientos, las transacciones hechas a nombre
del tío, la liquidación de los bienes pequeños
dejados en depósito. En fin, las noticias y la
conclusión detallada de los asuntos políticos
y coloniales que atañen a la isla.
Eugène revela aquí su talento como
narrador de los hechos precisos y detalles
pintorescos (su liquidación de las ventas del
caballo, damajuanas, tela azul, quejas de María),
cualidades que se precisarán en las siguientes
cartas, virtudes de un verdadero reportero
moderno.
De golpe, inesperado, cae un pequeño
despido “Adiós, de corazón”: el adiós
acostumbrado, luego ese silencio de la coma
y, como con pesar, ese toque sensible, aunque
trillado, del corazón.
Salvo tres cartas, de las cuales dos se dirigen
a su tío (abril-mayo de 1850) y una a su
hermano Joseph (20 de enero de1855), un lote
de 35 cartas que se escalonan a lo largo de 16
años (1850-1866) constituye la correspondencia entre Eugène y su padre. Aunque
incompleta, esta serie da testimonio de una
relación epistolar continua; sin embargo, sus
huecos no permiten analizar más que la
frecuencia de las cartas efectivamente
guardadas e intercambiadas: dos o tres por
mes hasta la llegada a Limoges en donde el
ritmo se acelera –una carta mensual a lo largo
del año de 1853– para minimizarse en los
golpes duros: “Como no me gusta afligir a
quienes amo con el relato de mis sinsabores y
de mis desgracias no encontrará mal que ya
no le escriba hasta el tiempo de la
prosperidad” (30 de abril de 1858).
La puntualidad de los intercambios
epistolares, tal como podemos percibir, está
sujeta a variaciones. En los años 1852-1853,
obedece a la regla clásica: la estricta cortesía
establecía entonces que toda carta recibiera
respuesta en un plazo de ocho días, lapso
Esta forma de G se encuentra trazada por Jacques Latapi, padre de François-Eugène en el documento
citado en la nota 2.
5
L 148 Jeanne Soust
Limoges 8 Janvier 1853/ A su padre : “Heme aquí, querido padre, instalado en Limoges desde hace cuatro o cinco días,
dedicado a la nueva carrera que he escogido”./ Me voici, cher père, installé à Limoges depuis quatre ou cinq jours et lancé dans la
nouvelle carrière que j’ai embrassée.
Limoges, 19 7bre 1853/ A su padre : “Tengo una grave enfermedad, querido padre” Je relève d’une grave maladie mon cher père.
considerado necesario para calmar la emoción
cuando la carta recibida había herido o
disgustado.
Eugène aprecia la exactitud de la
correspondencia paterna, se dice sensible pues
reconoce en ello “una dulce prueba del apego
y del afecto” que le tiene (26 de julio de 1852).
Si la respuesta tarda “lo acusa interiormente
de indiferencia para con él” pero reconoce su
error. Llega el tiempo de las pausas, las que
Eugène atribuye a la enfermedad, a la
búsqueda de una profesión, a las gestiones
indispensables; el de las playas de silencio –el
tiempo debilita las mejores resoluciones– y el
disparo de advertencia: “Más vale tarde que
nunca” lanzado rabiosamente después del
reproche paterno del 30 de julio de 1856. En
fin, el abismo: una ausencia que resplandece,
no una presencia que se apaga... “Hoy
cambiamos los papeles (...) usted rejuveneció
y yo envejecí”.
A lo largo de esta correspondencia de
dieciséis años se inscribe una época de la vida
de Eugène que lo conduce del final de la
Carta y palabras: los rostros de Eugène 149 l
adolescencia a la edad adulta, período en el
que se perfila y luego se forja la personalidad,
en el que se construye la vida material y social.
Mediante rebotes sucesivos, sus cartas revelan
un caminar penoso, sembrado de ardides.
Eugène nace con un prejuicio mayor: es el
tercer hijo de Jacques Latapi, un hijo menor
que no gozará ni de las mismas atenciones ni
de los mismos privilegios que su hermano
mayor Joseph6 cuyo destino está ya trazado:
éste será formado e instruido con vistas a la
sucesión de su padre en la función de escribano
forense de la justicia de paz, cargo que ocupa
en 1843. ¿Una ventaja? Tal vez... ¡pero a costa
de cortarle las alas!
Privado de la presencia materna en su
niñez, Eugène siempre está en busca si no de
ternura por lo menos de atención. “Cuando
era joven, hace diez años, ¿recuerda usted que
le escribía muy frecuentes y muy largas cartas
que usted nunca contestaba?”, reprocha a su
padre (28 de mayo de 1857). Pero se presenta
una escapatoria: alcanzar a su tío comerciante
en la Guadeloupe. En su primera carta lo
vemos muy al tanto de los acontecimientos
de la isla, de la situación personal del tío, y
entendemos la elección voluntaria que le garantiza
un modo de vivir: la certeza de una existencia
cómoda, de un status social honorable, con
muchos amigos y no de los menos favorecidos.
¿Es ésta su intención secreta?
A partir de diciembre de 1851 se operan
cambios en su correspondencia. Adiós al
esmero, al orden, a la seguridad de la mano, a
las reglas canónicas... es más, el encabezado
(señal de respeto) se incorpora al texto. La
escritura traiciona la gran excitación de
Eugène. Se alarga en forma exagerada, se
exaspera y proyecta trazos verticales y palos
grotescos, a pesar de que sus particularidades
siguen identificando al escritor. Es cierto que
François-Eugène acaba de llegar a Pointe-àPitre tras treinta y seis días de travesía por mar.
Sin duda regresa del pueblo en el que falleció
su tío, entonces ¿pesadumbre? ¿nostalgia?
¿escogió este exilio voluntario como lo precisa?
En la segunda carta, la escritura ha mejorado,
aunque los palos lanzados demasiado alto
muestran todavía mucho nerviosismo: la
agitación de la mente predomina sobre la
mano que pierde su control. Mas ¿cómo
quedarse impasible cuando todo participa en
la angustia?
Primero una salud muy deteriorada, como
nos enteramos desde la primera carta: dolores
de estómago, pecho débil, vómitos de sangre;
¿hemoptisis? ¿tuberculosis? Esas afecciones
influirán en la escritura que al capricho de los
accesos se crispará o se aplanará. Expresará
el sufrimiento –lo que vela el pudor–, por su
parte las palabras se alinearán en boletines de
salud con desprendimiento, casi indiferencia.
La enfermedad omnipresente, obsesiva,
aparece al principio de muchas cartas como
un leitmotiv. Se impone, invade el espacio del
relato, barre con cualquier otro propósito, tal
vez eco de un sufrimiento oculto, el del niño
ignorado (28 de mayo de 1857). En sus frases
agudas obnubila cualquier otro pensamiento
y anula todo proyecto de porvenir. El 19 de
septiembre de 1853 después de dos pleuresías
dice: “es pues necesario que levante mi tienda
y vaya a acampar en otra parte”, y el 9 de
diciembre de 1853 abandona, en efecto, su
En su carta del 28 de enero de 1861, Eugène hace vivos reproches a su padre: “¿No tengo según la
conciencia, según la naturaleza, según la vulgar justicia los mismos derechos que mi hermano y mi hermana
a su afecto, a su ayuda paterna?”
6
L 150 Jeanne Soust
Paris 1er Mars 1854/ A su padre : “Fui negligente hacia usted querido padre. En efecto, hace mucho tiempo que no le
escribo, pero usted debe ser justo para no atribuir mi silencio ni a la indiferencia ni al olvido”/ J’ai été bien négligent envers
vous mon cher père. Voilà en effet bien long temps que je ne vous ai écrit, mais vous serez assez juste, pour n’attribuer mon silence ni à
l’indifférence ni à l’oubli.
Havre 2 7bre 1854/ “Heme aquí, querido padre, en la víspera de dejar Francia por tercera ocasión. El navío Léontine que me
llevará a México zarpará mañana por la mañana”/ Me voici à la veille, mon cher père, de quitter la France pour la troisième fois. Le
navire Léontine qui m’emporte au Mexique mettra à la voile demain matin
cargo en Limoges; “¡de nuevo una carrera
truncada para mí!”, se subleva.
A veces la enfermedad se insinúa en formas
larvadas; entonces, a lo largo de la carta,
Eugène evoca su cansancio, su debilidad, su
febrilidad; sin embargo el tono jamás es
plañidero, ni patético. Levantándose de la
fiebre amarilla ironiza: “parece que Dios no
tiene trabajo que darme allá arriba puesto que
me deja aquí abajo” (20 de diciembre de
1952). La multiplicidad de sus males no lo
agobia, a veces hasta parece estimular sus
fuerzas vivas hasta el punto en que no duda en
clamar: “también está escrito, creo, que
Carta y palabras: los rostros de Eugène 151 l
ninguna (enfermedad) podrá matarme” (12
de febrero de 1853). Es cierto que Eugène
lucha con los medios de la medicina de
entonces: sanguijuelas, aceite de hígado de
bacalao, en su opinión remedios ineficaces.
A veces sus males se exacerban. Se
encarnizan hasta el punto de “hacerle la vida
de más en más insoportable” (6 de septiembre
de 1853). Algunos días después alcanzan su
paroxismo: en la carta del 19 de septiembre
de 1853, Eugène pierde sangre a pesar de todo
y lo lleva a un estado de debilidad que da piedad.
¿Quién no se asustaría? La sangre es savia de la
vida. Su derrame no dejó de vincularse con
visiones de muerte; su flujo evita toda
regulación y presenta los peligros, además de
los síntomas, de una enfermedad entonces
espantosa: la tuberculosis.7 “La enfermedad
que me afecta no es de las que el aire natal
puede aliviar ni sanar” (14 de octubre de 1853).
Aquí no hay enfermedad imaginaria, ni desidia
ni remilgo. Eugène no es el sensible (delicado),
el amanerado (niño de complexión delicada) de
quienes se burlan nuestros bearneses. En
nuestros valles, el mundo campesino quiere
ignorar la enfer medad considerada
degradante para el individuo, pero también
para el linaje.
Con una salud tan calamitosa, ¿cómo
concebir el porvenir?
La homeopatía está en sus balbuceos.8
Eugène prueba fortuna, se pone en manos de
un médico parisino y... ¡sana! ¡increíble!
¡inesperado! Sobre todo porque ese milagro se
efectúa en cinco meses (duración del
tratamiento homeopático), ¿habrían
preparado el terreno las medicaciones
anteriores? Esta información despierta el
malestar que, a lo largo de las cartas, se insinuó,
creó un ambiente malsano. ¿Jugaría Eugène
con su enfermedad? No un odioso chantaje,
pero sí tal vez, las angustias provocadas por
resentimientos hacia ese padre que en su
juventud jamás contestaba sus largas y frecuentes
cartas (22 de mayo de 1857).
En conjunto, el discurso trata del devenir
y porvenir de Eugène, gran preocupación
sujeta a su salud que restringe la elección, ésta
asimismo sometida a sus aspiraciones pues
apunta alto: una posición, palabra significativa,
bien establecida como el estado que se forja
con trabajo, constancia en el esfuerzo; palabra
cargada del mérito personal, pero también de
la mirada de los demás; palabra repetida,
precisada, bien específica de su ambición. Ya
posee, en la Guadeloupe, una “posición que
sin ser muy brillante” le ofrece oportunidades de
éxito; equilibra entre lo tienes y lo tendrás pero
enfrenta el riesgo... Opta por un cargo muy
ambicionado con el “deseo de hacerse lo más
pronto posible de una posición en la
administración de los seguros”. Esta carta
fechada el 8 de enero de 1853 magnifica tanto
al empleador –uno de sus amigos– como al
empleo, y anuncia todo un programa: “la
correspondencia –su especialidad–, la
dirección y la inspección de los despachos
bajo la autoridad del Director General”, el
estudio de los códigos civil y de comercio.
Un entusiasmo juvenil aguzado por la
esperanza “de subir de grado, de ser
nombrado inspector” y, además, el deseo de
En el siglo XIX, la tos persistente aterrorizaba: las enfermedades pulmonares causaban casi la tercera parte
de los decesos. A partir de los primeros 25 años, la tuberculosis ya ha eliminado a la décima parte de la
población; de los 15 a los 30 años, la mitad de los decesos son obra suya.
8
Nacida en 1835, la homeopatía se implantó con dificultades: después del rechazo de la Academia de
Medicina, Guizot apoya a Hahnemann sabio de gran mérito.
7
L 152 Jeanne Soust
Mexico le 3 Avril 1855/ A su padre : “Querido padre, aún cuando no he recibido respuesta a la carta que tuve el placer de
escribirle, a fines de enero, aprovecho con diligencia la ocasión de enviarle estas líneas...”/ Mon cher père, / Bien que je n’aie pas
encore reçu la réponse à la lettre que j’ai eu le plaisir de vous écrire, fin janvier dernier, je saisis avec empressement l’occasion de vous adresser
ces lignes.
Mexico 30 Juillet 1856 / A su padre: “Dice el proverbio, más vale tarde que nunca, mi querido papá”/ Le proverbe dit, mieux
vaut tard que jamais, mon cher papa.
interesar a su padre, como prueba esta
solicitud de correspondencia íntima con él.
Pero la enfermedad interviene, obstruye
sus proyectos; sin embargo, debe ceder a la
obstinación de Eugène pues “no hay obstáculo
para quien quiere bien” y hace suyo el precepto
de su padre “Valor, paciencia y sigo mi
camino.”
Sin embargo el mal triunfa, trunca la carrera
de Eugène. Una carrera significa etapas por
recorrer, luego “una salud a prueba del frío,
del cansancio”: entonces renuncia a ese
“empleo”. Sin embargo, antes de la curación,
Eugène forma nuevos proyectos en París:
entrar a una empresa comercial de gran porvenir.
¿Seguro? ¿Necesidad de consolarse y de
tranquilizar a su padre? Mientras restablece sus
fuerzas, descubre una ocupación que orientará
temporalmente su porvenir: la fotografía, que
en 1854 está aún en la etapa del daguerrotipo.
Eugène no da ninguna indicación respecto de
su aprendizaje, de sus dificultades, pero afirma
que “adquirió cierta fuerza en ese arte” (26 de
julio de 1854).
Carta y palabras: los rostros de Eugène 153 l
La fotografía lo atrae por dos de sus
aspectos: por un lado el arte, la alegría de la
creación –y conocemos su sensibilidad a la luz,
a los juegos de los contrastes, a la vida que
muestran sus descripciones– por otro, el
deseo prosaico de ingreso: “ganaré sumas
fabulosas con mi talento de fotógrafo”.
¡Castillos en el aire... en México! En realidad
una fuente de avatares en la que su arte no será
motivo de discusión, más bien su afición por
la novedad, la libertad de una vida plenamente
asumida, fuera de lo común.
El 2 de septiembre de 1854, víspera de su
partida hacia México, presenta a su padre el
resumen de sus proyectos: “preparar las vías
para una gran empresa meditada en París”,
proyectos ambiciosos pero vagos,
inquietantes también; una empresa exige
esfuerzos continuos. Ahora bien, Eugène se
considera no apto para un trabajo asiduo al que
estaría sometido. Sin embargo, el calificativo
meditada especifica que esa empresa fue larga
y maduramente pensada; ¡que el padre se
serene!
En julio de 1855, para Eugène la fotografía
perdió su prestigio, se vulgarizó y ya es del dominio
público, no es un arte, sólo una profesión
precaria. Entonces empiezan en México los
problemas, las rebeliones, las revoluciones y
para él la época de las incertidumbres, de los
titubeos. Su escritura alargada, relajada, con
líneas descendentes da testimonio de cierto
desasosiego.
En ese 31 de diciembre el balance de sus
actividades es desastroso. Lejos de dejarse
abatir, cambia el fusil de hombro, renuncia al
comercio, abandona las combinaciones demasiado
peregrinas (ese proyecto ambicioso tanto como
original de una colección de fotos de todo el
mundo). Sabiduría... Recuerdos...
“Cuando todo va mal se recuerda la lengua
materna, la que nos provee las palabras, las
ensoñaciones y los reniegos que consuelan”
(Jules Superbielle).9
Al igual que el escritor, en el momento del
desastre, Eugène rememora aquel proverbio
bearnés que apela a la sabiduría Que bau men u
goli a las mas que ua toude a las brumas,
literalmente: Más vale un petirrojo en las manos
que un cernícalo en las brumas. O también esos
apodos de Pele-caas y Pounxous (malos
peleteros y lenguas de víbora) que se lanzan
como burlas, injurias y que lo corrobora este
dicho bernés: Quien pasa por Izeste sin ser criticado
puede pasar por el infierno sin quemarse.
La suerte se encarniza. Eugène está
“arruinado, perseguido, desesperado”, peor
aún, pasa por la cárcel. De repente el destino
lo conduce a una aventura singular:
¿romántica, novelesca o... simplemente trivial?
Preciso... Eugène, él, se presenta como héroe
romántico, sensible, exaltado, atento al honor
y a sus deberes hacia Juanita.
¡Al fin el puerto! Hace el balance de su
situación –un éxito tanto en el aspecto familiar
como financiero– recalca su posición, “una
de las más ambicionadas aquí”. Pero la tregua
será breve; en su última carta anuncia un nuevo
fracaso mientras su esperanza permanece
inquebrantable. “Esperemos contra toda
esperanza, es el lema de los caracteres fuertes”.
Lo dejamos sobre esa convicción que no dejó
de clamar a lo largo de sus cartas.
Falsa salida. El lector ha caído en la trampa:
el personaje de Eugène lo intriga, entonces
entra al juego de la lengua, selecciona –elección
Jules Superbielle nació en Montevideo, Uruguay, y murió en París en 1960. Tiene una estela en el cementerio
de Arudy (Pirineos Atlánticos).
9
L 154 Jeanne Soust
Paris 18 Septiembre 1857/ A su padre: “Mi querido padre, heme aquí, desde la noche de ayer, en mi París bien amado”/
Mon cher Père, /Me voici rentré dans mon Paris bien aimé depuis hier soir.
Mexico 31 Octobre 1857/ A su padre : “Mi querido padre, hace un año, navegaba en plena prosperidad y parecía entrever
un futuro cercano con una posición pecuniaria independiente...”/ Mon cher Père, Il y a un an. Je voguais en pleine prospérité et il
me semblait entrevoir dans un avenir prochain une position pécuniairement indépendante.
Carta y palabras: los rostros de Eugène 155 l
delicada– y al final decide y recuerda palabras
clave, por lo menos lo supone.
Amigo: “Nada es más común que ese
nombre, nada es más raro que la realidad” (La
Fontaine).
Lous amics, espés semitas e clas sourtiz. Los
amigos nutridos sembrados y escasos, salidos
como el grano de las siembras. (Dicho bernés
que concretiza, aclara esta verdad).
Amigo, palabra tan del gusto de Eugène y
para el lector una de las claves de acceso a su
personalidad. Él diferencia a sus amigos. Ante
todo los compatriotas de Izeste, jóvenes
emigrados o veteranos de la emigración,
nombrados por ser habituales de la casa
paterna, de los “Paisanos”, objetos de sus
atenciones y a veces de sus consejos, siempre
con calidez humana.
Vienen los anónimos numerosos, amigos
confirmados: los de París, de México, del
bordelés y de otras partes... Desde luego, lazos
profesionales entre gente del comercio sin
duda con afinidades comunes; ¿quién sabe?
Ideologías compartidas...10
De todas maneras, una red eficaz de fieles
que interviene en los momentos críticos,
prodiga pareceres y ánimos, llegando hasta el
apoyo pecuniario.
En fin, en el pináculo, los íntimos, los que
ocupan un lugar privilegiado interior y oculto
a las miradas, secreto.
Esta intimidad se ve reforzada por el lugar
que le asigna Eugène para tornar lo abstracto
más sensible: el adjetivo íntimo precede al
nombre, recalca su caracterización, entra en
unión con el nombre amigo con el que se
combina. Las dos palabras pueden hasta
fundirse si, deslizando sobre el encuentro de
las vocales e-a, el lector refuerza la intimidad.
Si marca el hiato (¡pretencioso!) recalca el
íntimo. ¿Qué deseaba Eugène? Natural en el
siglo XIX, el adjetivo antepuesto es actualmente
percibido como anticuado, amanerado, una
nada pedante. Sin duda haría suya esta definición
del verdadero amigo según La Fontaine:
“Busca sus necesidades en el fondo de su
corazón, le ahorra el pudor de descubrírselas
usted mismo”.11
Afecto-ternura: dos sentimientos que se
encuentran, se cruzan o se unen, cercanos y
sin embargo diferentes: el afecto es prueba
del dulce cariño paterno; la ternura, promesa
ofrecida, sin cesar renovada, inalterable ternura,
prueba de amor filial. Al mismo tiempo
búsqueda y don, se respaldan para dar
testimonio de la sensibilidad de Eugène.
La voz de la ternura, tan suave para el oído,
lo arrulla como los cantos ligeros de las aves,
se funde en el corazón de las frescas corolas,
primavera evocada y deseada en los días
dolorosos de la enfermedad. Se desliza hacia
el amor filial, se integra a él una sola vez
nombrado. ¿La pluma de Eugène se negaría a
escribir amor? cuatro vocales encerrando una
consonante bastan para el amor-pasión
amado y temido, demasiado loco, demasiado
embrujador, contra el cual hay que mantener la
razón. Pero Juanita toma la decisión. No teme
insistir en la violencia del sentimiento, él que
emplea el pleonasmo “se prendió de un
ardiente amor por mí” (se enamoró de manera
demasiado pobre y trivial, por lo que Eugène
encarece el adjetivo ardiente, exaltado por su
posición delante del nombre amor).
Después de 1848, grupos militares luchan a favor del romanticismo, recomiendan las virtudes cívicas, el
apostolado humanitario, la emancipación de las naciones y se apasionan por la libertad.
11
Fábula “Los dos amigos” de Jean de Lafontaine (1621-1695).
10
L 156 Jeanne Soust
Mexico 30 Avril 1858/ “A su padre : Mi querido padre, los días se siguen y se repiten por la miseria en México”/ Mon cher
père, Les jours se suivent et se ressemblent par la misère au Mexique.
Texcoco 1er Dbre 1864/ A su padre: “Recibí, mi querido padre, su carta de septiembre”/ J’ai reçu, mon cher père, votre lettre de
7 bre.
Carta y palabras: los rostros de Eugène 157 l
Maneras de hablar
Leer las cartas de Eugène es acompañarlo en
sus peregrinaciones, sus esperanzas, sus
desengaños, es también embarcarse para un
paseo al país de las palabras, de su magia. Un
estilo al mismo tiempo simple, porque es
natural, y rico por variado; personal y
convencional dada la observación de las
reglas enseñadas. Más allá, es un acto de amor
a su lengua materna.
Eugène revela sus talentos de narrador;
verdadero reportero, sabe hacer compartir sus
emociones artísticas. En su viaje de
descubrimiento de México (2 de enero de
1855), se maravilla frente a los paisajes grandiosos
que se desplegaban ante sus ojos. Escuchen las
palabras que se estiran como el panorama...
A veces pone en escena instantes
dramáticos, como el huracán que asola la
Guadaloupe. Eugène describe sus perjuicios
en una larga frase que se extiende como la lista
de los daños, efecto reforzado por la
enumeración ternaria de los verbos en tiempo
pasivo cuyos participios pasados arrancados,
pulverizados y barridos, deslastrados del verbo
ser, se empujan, se atropellan hasta esa imagen
evocadora como el polvo más fino. ¡Arte!
Eugène emplea con gusto ese principio
básico en francés: lo mejor o lo más
importante para el final. “Voy a estudiar el
país, sondear el terreno y preparar las vías para
una gran empresa meditada en París” (2 de
septiembre de 1854); o lo peor, ese crescendo
del horror: “Pandillas de ladrones y de
asesinos detienen, despojan y masacran a los
viajeros en las ciudades y en las carreteras” (2
de enero de 1855).
De Santa Rosa, en unas cuantas líneas,
puede presentar un espectáculo. La puesta en
escena en la que es espectador y luego la
L 158 Jeanne Soust
primera secuencia: el barco en peligro;
segunda secuencia: la intervención de los
espectadores, su fracaso; en el último acto la
desaparición del barco y de sus ocupantes.
Una composición clásica pero adornada con
las sutilezas de su estilo, aquí destaca el manejo
de los tiempos de los verbos en lo que
sobresale. Primero, el pasado compuesto asistí
en cierta manera fija el tiempo seguido por el
imperfecto mirábamos que lo inmoviliza; de
repente, rápido, un presente percibimos; de
regreso al imperfecto hacían para una situación
de peligro cuya angustia se marca en la
duración; luego el pasado simple desaparecieron
más rápido en ese momento de pánico.
A veces, como para sacudir la indiferencia
paterna, Eugène intenta una descripción
original según la ocasión: su viaje a bordo del
Orinoco, su visita a Londres. El primero,
verdadero reportaje tanto por las
informaciones técnicas respecto del navío:
tonelaje, fuerza, velocidad, como por la
opulencia revelada: la riqueza de la platería, el
resplandor del cristal, los músicos y el precio
extraordinario de los lugares que indica la clase
de barco. Sin embargo, la tempestad y el
peligro corrido son tratados sin énfasis, sin
exageración y el relato termina con una pirueta
“por fin llegamos, olvidemos el pasado”.
Un bonito relato que alimentará las
conversaciones familiares, incitará la
curiosidad de los vecinos (en Izeste, en “el
Valle”, los “primeros vecinos” comparten los
acontecimientos dichosos o aciagos) de los
que Eugène se volverá el héroe.
De un género diferente, esta visita guiada
de Londres a la que Eugène lleva a su padre
con el deseo evidente de agradarle. Un paseo
en busca de los monumentos notables, de los
recuerdos históricos. Uno corre, se sofoca, tras
todos esos vi. ¿Una negligencia? ¿una solución
Paris le 29 Dbre 1865/ A su padre : “Mis ocupaciones y el estado de mi salud, me impidieron, mi querido padre, ir a
abrazarlo este fin de año”/ Mes occupations et l’état de ma santé, m’ont empêché, mon cher père, d’aller vous embrasser cette fin d’année.
de facilidad? El artificio del escritor presuroso
que se cae de cansancio y de sueño.
El lenguaje de las locuciones
Podemos interrogarnos sobre la abundancia
de las locuciones: los proverbios, las máximas,
los adagios, los dichos –pero no es necesario
preocuparse por sutiles distinciones-; Eugène
los incluye en su propósito de modo muy
natural. “Populares” en este siglo XIX ,
pertenecen actualmente a nuestro patrimonio
lingüístico del que son un florón.
Llamadas expresiones estereotipadas,
rebuscadas en las imágenes que constituyen
nuestro paisaje cultural, hoy ya no son más
que expresiones mecánicas cuyo sentido
original perdió su frescura. A veces pintorescas
y hasta chuscas: jalar al diablo por la cola,
ajetrearse como un diablo en una pila de agua
bendita, pasar el arma a la izquierda... otras
gráficas: echar un trago de la gran tasa, tener pan
sobre la plancha... o proverbiales: más vale tarde
que nunca, piedra que rueda no acumula musgo...
¡además hay que limitarse! Sin embargo,
presten atención particular a ese escollo que
inicia una controversia entre padre e hijo, un
consejo paterno y, para Eugène, la
oportunidad de justificarse.
Algunas expresiones hacen referencia a su
erudición: el Orinoco tiene un falso aire de Torre
de Babel, su carcelero se parece al perro
Cancerbero guardián de los Infiernos y él mismo
se siente como el Pont-Neuf (Puente Nuevo).
Eugène las introduce con soltura; las descubre
para todas las situaciones; formulan de manera
clara y concisa lo que se tiene dificultad de
decir, evitan un lenguaje demasiado personal.
Demuestran, si es necesario, que Eugène sigue
dominando un francés que no tiene una sola
arruga.
La firma
Para un grafólogo, el trazo de pluma de la
firma cristaliza las tendencias expresivas del
escritor. Éste firma con un gesto rutinario,
repetitivo, pero eficaz y rápido, susceptible de
revelar su personalidad.
¡El lector ordinario sólo distingue
evidencias! La señal discreta de Eugène
prudentemente alineada a la derecha se pega
Carta y palabras: los rostros de Eugène 159 l
al texto, se distancia de él apenas, fiel a ella
misma. Sin embargo...
Al igual que se reconoce una voz familiar,
la escritura basta para identificar a sus íntimos.
Ahora bien, Eugène inscribe el patronímico
que lo clasifica, especifica su pertenencia a un
grupo, su estrecho lazo con ese grupo cerrado
en torno a él. ¿Busca Eugène asentar su
posición en el linaje de los Latapi? ¿Desea
recordarle a ese padre olvidadizo que es su
hijo con pleno derecho? Tal vez no es éste más
que el acto habitual de los emigrados: ¿la
certidumbre de la transmisión contra vientos y
mareas de su correo?
La firma debe ser, en la medida de lo
posible, la réplica fiel del modelo que se trazó
el signatario. Ahora bien, la de Eugène varía
tanto en su estructura como en su grafismo,
una evolución significativa de la representación
de sus dos nombres. De éstos, la posteridad
no conservó más que Eugène: sin embargo,
L 160 Jeanne Soust
en el momento de su nacimiento recibió
también el nombre de François, de su tío,
hermano de su padre y sin ninguna duda su
padrino.
Primero, la abreviatura F. E. (FrançoisEugène), luego F. Eug. cuya letra g infla su
curva, se alarga, toma importancia. Eugène
afirma su personalidad. Sin embargo, cuando
escribe a su hermano Joseph (20 de enero de
1854) establece el F Eug. como un niño pillado.
Luego, en dos ocasiones, fir mará
familiarmente Eugène en el momento de
intercambios epistolarios bastante agresivos
con su padre. Tanto una señal de ternura, como
un pesar...
La rúbrica en fin, simple, más o menos
basada en las circunstancias, de la que una onda
suaviza la verticalidad.
Pero cedamos el relato a la imagen y
apreciemos:
-la delicadeza de la F hecha de un solo trazo
-la elegancia de la unión EL
-A lo largo del tiempo, evolución...
-ternura
Aquí termina, querido Eugène, este
sorprendente viaje. Con usted, su afecta lectora
conoció la Guadeloupe y sus huracanes,
navegó a bordo del suntuoso Orinoco, vivió
en Limoges, arrastró su lasitud y compartió
su melancolía, residió en su París bien amado,
deambuló en las calles de Londres y galereó en
México... La Señora Suerte le tendía la mano,
luego se obstinaba... mientras en la lejanía se
perfilaba Sonora.
Ahora, tenga la bondad de disculparme el
haberlo plagiado descaradamente: al igual que
usted en Londres ¡me caigo de cansancio!
Hasta luego, en Izeste, cuando con sus
parientes y amigos, nos uniremos a la
primavera, su primavera y su alegre cortejo de cantos
de aves y de flores.
Suya de corazón,
Jeanne.
Carta y palabras: los rostros de Eugène 161 l
Las despedidas
utilizadas por Eugène
A su tío: “Adiós de todo corazón”/adieu, de coeur/
F E Latapi. (27 abr. 1850)
A su padre: “Cariños a toda la familia y a mis amigos y
camaradas/ Lo abrazo con el corazón” /Amitiés à toute la
famille et à mes amis et camarades. /Je vous embrasse de coeur/
F E Latapi. (12 abr. 1852)
A su padre: “Adiós mi buen padre, lo abrazo con todo mi
corazón así como a toda la familia” Adieu mon bon pater, je
vous embrasse de tout mon coeur ainsi que toute la famille. /
F E Latapi. (8 oct. 1853)
A su padre: “Adiós valiente y buen padre, con mis deseos
de buena salud y larga vida, reciba mis afectuosos abrazos
de corazón, así como a toda la familia”/Adieu brave et bon
père, recevez avec mes souhaits de bonne santé et de longue vie, mes
affectueux embrassements que je vous adresse de coeur ainsi qu’à
toute la famille./ Eug Latapi.( 30 jul. 1855)
L 162 Jeanne Soust
donde notamos los cambios
de ánimo y de firma
A su padre: “Amigo, es necesario hacer una pausa, buenas
noches” /Amis, il nous faut faire une pause./ Bonsoir/
Eug Latapi. (30 abr. 1858)
A su padre: “Ruego acepte y transmita a todos mis
sentimientos afectuosos” / Veuillez bien agréer et faire
agréer à tous, mes sentiments affectueux./
Eug Latapi. (1 dic. 1864)
A su padre: “Vuestro hijo insumiso pero siempre
afectuoso” /Votre fils insoumis mais toujours affectueux./
Eugène. (29 dic. 1865)
A su padre: “Adiós padre, amistad alrededor suyo y
crea siempre en mi inalterable ternura” / Adieu Père,
amitiés autour de vous et croyez toujours à mon inaltérable
tendresse./Eug Latapi. (12 dic. 1866)
Carta y palabras: los rostros de Eugène 163 l
VI. La viuda y los hijos
Juan Latapí Sarre
La viuda y los hijos
l
z
El albacea de Eugène, señor Guichenné , tuvo el cuidado de guardar copias de todas
las cartas que enviaba en un libro copiador que conserva el señor Rodríguez, dueño actual de
la fábrica Vidrios de Texcoco. De esas cartas, la mayoría trata de la sucesión, con el fin de salvar
la propiedad de la fábrica para la familia; otras son escritas por instrucciones de Juanita sobre
asuntos de la testamentaría; y otras se refieren a los dos hijos mayores, Maurice y Juan (de
siete y cinco años respectivamente) que Eugène se llevó a vivir a París. Al morir Eugène,
Juanita da instrucciones de que ambos vayan a estudiar a un colegio en Bayonne y
posteriormente regresen a México. Aquí la vemos con el resto de sus hijos, alrededor de
1870.
L
Juan Latapi Sarre
S
e tiene poca información sobre
Juanita Rangel: varias fotografías
que la muestran en diferentes
etapas de su vida, en algunas se observa muy
joven –posiblemente como la conoció
Eugène–, en otras aparece cuando sus hijos
eran mayores; su acta de nacimiento, y una
serie de cartas posteriores a la muerte de
Eugène, son la fuente de mayor
conocimiento.
El actual dueño de la fábrica Vidrios de
Texcoco, Don Rafael Rodríguez, tiene en su
poder un libro con copias de la época en papel
de arroz, que contiene cerca de 140 cartas
escritas, en su mayor parte, por Gustav
Guichenné, albacea de la testamentaría de
Eugenio Latapi y tutor de sus seis hijos.
Visitamos dicha fábrica Paulina Latapi
Escalante, Pablo Latapi Sarre, Javier Pérez
Siller y yo, habiendo sacado fotografías
digitales de las cartas. También nos mostró
una fotografía donde aparece Eugène como
soplador de vidrio, por el año de 1865.
De todas las cartas, 13 son parcialmente
ilegibles y otra, la F74, totalmente ilegible.1
Treinta están escritas en francés y se refieren,
principalmente, a los niños Mauricio y Juan
Latapi Rangel que se encontraban en Francia;
en su mayoría, fueron enviadas a Emile
Détroyat, tío del albacea, que vivía en Bayona.
Los escritos en español refieren asuntos de
la fábrica y se dirigen, principalmente, a
Víctor Frantz. Dos de estas cartas se
encuentran firmadas por Juanita Rangel de
Latapi.
El conjunto de cartas se incluye en el CD ROM, con un índice y su númeración correspondiente; codificada
F, hoja, y su número.
1
La viuda y los hijos
l
Protagonistas de la correspondencia
Además de Juanita Rangel de Latapí y los
niños Mauricio y Juan, en las cartas aparecen
de manera central las siguientes personas:
Gustav Guichenné, oriundo de Bayonne
–donde vivía su mamá– fue amigo de
Eugène, albacea de la testamentaría de 1868
a 1874 y tutor de los seis niños. Conocía al
director del Colegio de St. Louis Gonzague.
Llevaba 20 años en México y se fue a vivir a
la capital después de residir en Veracruz. En
México se hace dueño de la Mercería de la
Ciudad de México en la calle de Plateros, que
posterior mente cambia a la calle de
Flamencos con el nombre de Mercería del
Norte. Es muy enérgico y recto en su oficio
de albacea; sin embargo, en lo familiar es muy
amable y cariñoso. Su esposa se llama
Caroline y tienen cuatro hijos. Entre 1869 y
1874 muere su madre en Francia.
Madame Boudet, originaria de Bordeaux
y radicada en París. Su nombre de soltera era
Elizabeth Brulator y nació el 5 de enero de
1818. El único hijo que tuvo murió a los tres
años. Aparentemente era amiga de Eugène y
con ella se encuentra viviendo Mauricio al
morir su padre. Madame Boudet muere en
Bordeaux el 24 de enero de 1871; entre los
hallazgos de nuestra investigación se
encuentra su testamento.
E. Eugenio Lafenêtre, radicado en
México y hombre de confianza de
Guichenné, pues en su ausencia firma las
cartas de la testamentaría en varias ocasiones,
además de llevar la contabilidad de la fábrica.
Arthur Joseph Mayer, de la firma A.
Mayer et Frères et C. de París, muy conocido
L 168 Juan Latapi Sarre
de Eugène, manejaba sus finanzas en París.
Se encarga de los dos niños, inicialmente en
febrero de 1869, después de que Mauricio se
separa de madame Boudet.
Emile Duviard, de Lyon, amigo de
Eugène y de Guichenné, quien le informa
sobre las enfermedades y forma como murió
Eugène.
J.B. Lafenêtre, de París, hermano de
Eugenio Lafenêtre, en quien deposita
Guichenné su confianza para retirar a los
niños de la tutela de Arthur Mayer y enviarlos
a Bayonne en noviembre de 1869. Cumple
su encargo y entrega cuentas detalladas sobre
el mismo.
Emile Détroyat, de Bayonne, tío de
Guichenné y banquero de oficio, a quien
Guichenné escribe cartas muy cariñosas, y
envía dinero periódicamente para los gastos
de educación de los niños. Él se encarga de
inscribirlos en el Colegio de St. Louis
Gonzague, en Bayonne.
Arnaud Détroyat, es hijo de Emile y
primo de Guichenné, por lo que apoya
directamente algunos asuntos de los niños
en Bayonne entre 1871 y 1874.
Víctor Frantz, amigo de Eugène, quien a
su muerte se hace cargo de la fábrica de
vidrio; después forma una sociedad con
Juanita para rentar y operar la fábrica. Al poco
tiempo, en julio de 1871, se extingue esta
sociedad y se queda él solo manejando la
fábrica, teniendo como fiador a José Azcona.
José Azcona, de la firma Verde y Azcona,
socio de Eugène, hace maniobras para tratar
de quedarse con la fábrica, por lo cual
Guichenné entabla juicio en su contra
durante 1869. Sin embargo, es el fiador de
Víctor Frantz cuando éste alquila la fábrica.
Señores Kurle, Griner, Signard y
Derflingher, sopladores de vidrio en la
fábrica de Texcoco, a quienes Eugène les
pagó su pasaje a México; a la muerte de éste,
desobedecen las órdenes de Guichenné, y
brindan apoyo a José Azcona.
M. Libaut, suegro de Víctor Frantz y
hombre de confianza que se encuentra en la
fábrica, colaborando con el primero.
Paulina Latapí Escalante junto con Juan y Pablo Latapí
Sarre examinan algunas de las cartas del albacea de
Eugène encontradas en Texcoco (2002).
Javier Álvarez, a la muerte de Eugène
está a cargo de la fábrica en Texcoco.
Agustín Ollín, dueño de la fábrica, la
vende en mayo de 1858 a Juan B. Zeller y
Eugenio Lang, siendo fiador Eugène.
Eugenio Lang y Juan B. Zeller, amigos
de Eugène, aparecen como compradores de
la fábrica. Aparentemente trabajaban allí.
Las cartas en francés
Con base en las cartas escritas por Gustav
Guichenné a Francia y en informaciones
adicionales, es posible reconstruir algunos
episodios de la vida de Mauricio y Juan Latapi
Rangel, hijos de Eugène, en el período de
1868 a 1874.
Mauricio, el mayor, nace el 6 de julio de
1859; Juan, el segundo, nace el 6 de octubre
de 1860. En una carta escrita desde Texcoco,
el 1 de diciembre de 1864, Eugène le comenta
a su padre que su hijo mayor se encuentra en
París donde estudiará el 8° grado, ese hijo
“…que tiene precocidad, es extraordinario y
me da bellas esperanzas”. Mauricio tenía
Firmas de Juanita R. de Latapi y del albacea de la
testamentaría de E. Latapi, Gustave Guichenné
La viuda y los hijos
169 l
solamente 5 años en 1864. En lo que
corresponde a Juan, no es posible determinar
fecha y circunstancias de su llegada a París.
Eugène muere en México el 15 de
noviembre de 1868 cuando Mauricio, que
tenía entonces 9 años, se encuentra en París
con madame Boudet y Juan, de 8, se
encuentra también en esa ciudad,
aparentemente con Arthur Mayer, después
de haber estado con madame Boudet. Parece
ser que Arthur Mayer conocía bien a madame
Boudet.
En las dos primeras cartas, escritas por
Gustave Guichenné, fechadas ambas el 27
de noviembre de 1868, y dirigidas a Arthur
Mayer et Frères et C., en París, sólo quince días
después de la muerte de Eugène, participa
dicho fallecimiento así como su
nombramiento como albacea y tutor de los
seis niños; hace referencia a las órdenes de
Juanita para que se retire inmediatamente a
Mauricio del lado de madame Boudet, se
reúna con su hermano Juan, y “…le hagan
olvidar los malos hábitos que haya aprendido,
de manera que la olvide, pues no tiene nada
que ver con ella, ya que si Latapi le tenía cierto
aprecio, él no le tiene ningún respeto”,
igualmente solicita la cuenta de los gastos
efectuados en provecho de los niños.
El 6 de diciembre de 1868 le escribe a su
amigo Duviard, de Lyon, quien había estado
anteriormente en México y también era
amigo de Eugène, participándole su muerte,
cuya causa fue hidropesía, que ocasionó un
tapón cerebral (el acta de defunción dice que la
causa fue una hemiplejia). Le menciona que
Eugène llevaba dos años enfermo del hígado
y cuatro meses antes el doctor le había
comunicado que debía guardar reposo si no
quería morir en poco tiempo; inclusive
“Eugène sabía que estaba perdido”. En esa
L 170 Juan Latapi Sarre
misma carta menciona que en los veinte años
que lleva en México no había visto una
situación tan mala, por la inseguridad
existente, los ladrones y plagiarios y un
gobierno de sinvergüenzas.
Tres meses después, el 9 de febrero de
1869, escribe nuevamente a Arthur Mayer,
diciéndole que Juanita lamenta que aún no
haya podido retirar a Mauricio del lado de
madame Boudet, por encontrarse ésta fuera
de París. También solicita la cuenta del dinero
que le administraba a Eugène, ya que
encontró un papel en donde consta que le
había mandado mil 500 piastres. Juanita
destaca las atenciones que le han dado a Juan
y pide le agradezcan a éste la carta de pésame
enviada.
El 27 de febrero, por carta escrita a Arthur
Mayer, reconoce el hecho de que haya
retirado a Mauricio del hogar de madame
Boudet, (transcurridos tres meses de haber
hecho la solicitud). A través suyo, la madre
manda decir al hijo que lo quiere mucho.
Finalmente, aprovecha la carta para agradecer
lo cariñosos que él y la señora Mayer han sido
con los niños; y nuevamente solicita el estado
de cuenta del dinero de Eugène.
En junio le envía a Arthur Mayer una carta
de Juanita para sus hijos y una pequeña
cantidad de dinero para Mauricio con motivo
del día de su santo. Ese mismo mes se dirige
a J.B. Lafenêtre, de París, presentándose y
solicitando investigue con Mayer lo ocurrido
con las mil 500 piastres (5 mil francos) que
le había enviado Eugène.
El 3 de agosto se dirige a Arthur Mayer,
que se encontraba en México, pidiéndole una
carta para la persona a quien había dejado
los niños; de manera que se los entregara
junto con su ropa, libros y otros objetos, al
comisionado que él nombraría. Solicita
A una edad muy temprano, Eugène envió a su primogénito, Maurice (en la primera foto) a que se educara en Francia.
En una carta comenta a su padre: Cet enfant dont la précocité est extraordinaire me donne les plus belles esperances (Este niño cuya
precocidad es extraordinaria, me da las más bellas esperanzas”). Se sabe que también viajó con Maurice y Juan en París.
En la segunda foto vemos a Juan; fue tomada en París por Vaury &Cia, 7 rue des Filles du Calvaire, en 1865.
también una cuenta pormenorizada de los
gastos que deben ser cubiertos.
El 9 de agosto escribe tres cartas, la
primera a la firma A. Mayer, Frères et C.
presentando a J.B. Lafenêtre; adjunta una
carta con la autorización de Juanita para que
le entreguen a los niños y sus pertenencias.
De nuevo insiste en que mande un estado de
los recursos de Eugène.
En la misma fecha le escribe a
J.B. Lafenêtre pidiéndole recoger a Mauricio
y Juan, de diez y nueve años respectivamente,
en la oficina de Arthur Mayer, en donde llevan
varios meses por estar asistiendo a la escuela.
Comenta que Mayer ya no está en París
(apareció en México) y ordena que los niños
no lo vuelvan a ver.
Igualmente le informa que habiendo
solicitado el pago de los gastos realizados por
ellos, está dispuesto a cumplir tan pronto
envíe la cuenta detallada. Por lo mismo,
remite una copia certificada de su título de
tutor así como una carta autorizándolo para
retirar a los niños. Después deberá mandarlos
a Bayonne para lo cual adjunta 300 francos
para gastos.
En la misma fecha escribe a su tío Emile
Détroyat, banquero de Bayonne, para que
solicite al Abad Labouret, superior del
Colegio de St. Louis Gonzague, a quien
La viuda y los hijos
171 l
aparentemente conoce, que Mauricio y Juan
ingresen como internos y reciban un trato
cariñoso. Envía dinero para los gastos del
colegio, ropa, etcétera; y solicita abrir una
cuenta para la transferencia de dinero según
los requerimientos que surjan. Así mismo,
adjunta las actas de bautizo de los niños,
mismas que le acaba de enviar el cura de
Texcoco, las cuales seguramente solicitarán
en el colegio.
El 25 de agosto escribe nuevamente a
Arthur Mayer en México, para recordarle que
desde noviembre 27 del año anterior le ha
estado pidiendo la cuenta corriente del dinero
que manejaba de Eugène, sin tener respuesta.
Hace referencia a su negativa formal a
devolver a los niños mientras no se liquide
lo que se le adeuda; sin embargo, no le ha
presentado dicha cuenta. Por lo mismo,
amenaza con proceder contra ellos por
ocultación de menores, exigiendo daños y
perjuicios por lo que su conducta origine a la
testamentaría.
El 25 de noviembre escribe a J.B. Lafenêtre
acusando recibo de su carta del 14 de octubre,
en donde le anunció que los niños habían
llegado bien a Bayonne (inclusive visitaron a
la mamá de Guichenné), a donde
aparentemente los llevó personalmente.
También Juanita recibió una carta de sus
hijos, “…la cual había esperado ansiosamente
durante siete meses, y esto le quita los malos
sentimientos sobre lo que les habían
inculcado en París”. Menciona que tanto él
como Juanita están muy agradecidos por la
forma como cumplió esa delicada misión,
habiendo inscrito finalmente a los niños en
el Colegio de St. Louis Gonzague.
Textualmente le dice: “…estaba muy
preocupado de ver a esos niños perderse en
París con madame Boudet, en un futuro
L 172 Juan Latapi Sarre
entenderán en su joven corazón que los
sentimientos sagrados deben ser para su
verdadera madre, circunstancia que me es
revelada por la correspondencia del difunto,
y que justifica la energía con la que insistí
para borrarles los malos consejos de Arthur
Mayer y madame Boudet; éste fue el deseo
de su padre en su lecho de muerte” (aquí hay
que recordar que Eugène murió de repente y
no en su cama). Acusa recibo de 101 francos
que le sobraron a J.B. Lafenêtre de los
trescientos que le había enviado, así como
de varias notas.
Ésta es la última correspondencia con J.B.
Lafenêtre, quien, como puede apreciarse, era
un hombre recto que cumplió,
desinteresadamente, con la complicada
misión de retirar a los niños de Arthur Mayer
y hacerlos llegar a Bayonne.
En noviembre 29 le escribe a Emile
Détroyat, refiriéndose a una carta del 14 de
octubre, en la cual le comunicó que los niños
llegaron a Bayonne bien y con buena salud, e
ingresaron al colegio el día 7 de ese mes, lo
cual significa que tardaron cerca de un año
después de la muerte de Eugène, para
incorporarse al colegio en Bayonne.
Reconoce que aprendieron en París buenas
nociones de latín y da instrucciones para que se
les entregue cuarenta francos a cada uno, con
motivo del año nuevo. Refiere que Juanita
piensa siempre en sus queridos niños y espera
todas las semanas cartas de ellos. Finalmente,
envía saludos a su madre y a su primo
Arnaud. Todas las cartas a su tío las termina
con un afectuoso “Adios mi querido tío. Tu
devoto sobrino”.
El 29 de septiembre de 1870 hace cuentas
con su tío de los recursos que ha mandado y
los gastos realizados: ajuar, 350 francos; dos
uniformes, 130 francos; primer trimestre del
mucho, y en el triste estado en que se
encuentran las provincias, donde la fuerza
bruta y la guerra son una cosa bárbara, un
juego terrible donde se pierde mucho. Pide
paciencia y confía en que Dios la proteja.
El 29 de agosto de 1871 relata a su tío:
“Arnaud me escribió que una dama, madame
Boudet, murió en Bordeaux y dejó su fortuna,
o una parte de ella, al joven Mauricio Latapi;
aquí remito un oficio hecho delante del
Cónsul de Francia en México, por el cual te
otorgo todo el poder para conseguir ese
dinero, o arreglar el asunto de la manera más
conveniente, a fin de asegurar los derechos
de Mauricio. Te pido que me tengas al
corriente de lo que hagas”.
Solicita el envío de la cuenta general de
los jóvenes Latapi para poner la suya al
corriente, y le informa que la señora Latapi
desea le entregue a Juan veinte francos con
Juan y Maurice Latapí Rangel en el colegio Saint Louis
Gonzague en Bayonne alrededor de 1876.
colegio 496.25 francos; envío a los niños de
su mamá, ochenta francos; total, 1,056.25
francos.
Gustav Guichenné aprovecha el medio
para solicitar una estricta economía, aunque
los niños estén en una posición económica
favorable. Como Juanita cree que deben
seguir una carrera comercial o industrial,
considera que el latín no es útil, por lo que es
mejor estudien matemáticas y francés, ya que
es probable que a su regreso ingresen a la
fábrica de vidrio que les pertenece.
Refiriéndose a la familia propia, plantea
que su valiente mamá debe ser fuerte, ya que
él se encuentra en un lugar donde los
negocios son malos y le es imposible
desarrollar otras actividades. Comenta sobre
la situación de la pobre Francia, a la que aman
Con la ayuda de Anne Marie Lataste se logró entrar en
contacto con los descendientes directos de Maurice Latapi
Rangel (1859-1884). En la foto vemos a la esposa de
Maurice, Marguerite Demouly (1864-1889) con sus dos
hijos, Marguerite Anne Jeanne (1883-1957) y Pierre
Eugène (1882-1960).
La viuda y los hijos
173 l
motivo del día de su santo. El 10 de enero de
1872 manda a su tío copia de la cuenta de
Mauricio y Juan, cortada al 19 de octubre, y
le adjunta un giro por ochenta libras
esterlinas, (todo el dinero que envió fue en
libras esterlinas).
Guichenné comenta que en los asuntos
de una sucesión hace falta que todo esté en
orden y “…los puntos sobre las íes”; pide de
nuevo una copia del estado de cuenta al
corriente bajo el nombre de Mauricio y Juan
Latapi, sin que aparezca su nombre, y
finalmente ofrece disculpas por molestarlo
con esas bagatelas.
El 6 de febrero de ese año, Guichenné le
confirma a Emile Détroyat su último envío
de dinero, y solicita le exprese al director del
Colegio de St. Louis que no continúen los
jóvenes Latapi con las clases de latín, y que
Arnaud personalmente los examine para ver
si están aprovechando la instrucción que
están recibiendo “…a costo de grandes
sacrificios”. (Por tener el libro de misa de
Juan, sabemos que hizo su Primera
Comunión el 26 de mayo de 1872; en el libro
hay una estampita como recuerdo del padre
Labeyre).
El 30 de abril escribe a su tío acusando
recibo de una carta de Arnaud del 10 de
marzo, en la cual demanda un documento
que lo acredite como albacea y tutor de los
menores Latapi, para poder arreglar la
sucesión de la viuda de Boudet. Guichenné
envía copia certificada del testamento de
Eugène, legalizada por el Cónsul de Francia
en México. Para terminar, transmite saludos
a sus primos Arnaud, Cecile y Lucy.
El 15 de septiembre de 1872 escribe una
carta al Ministro de Finanzas de Francia. Dice
textualmente:
“G. Guichenné, negociante en México
tiene el honor de exponerle el caso del joven
L 174 Juan Latapi Sarre
Mauricio Latapi, del cual soy tutor desde hace
tres años, habiéndole dejado en el testamento
la señora viuda Boudet, muerta en Bordeaux
el 24 de enero de 1871, el usufructo de una
sucesión consistente en mobiliario y valores
industriales por ocho o nueve mil francos, y
dos casas que según reporte tienen valor de
dos mil trescientos francos.
“Que por la lejanía de su residencia y la
inseguridad de las comunicaciones, en las
cuales a partir del primer semestre de 1872
más de cien veces fueron suspendidos los
correos a México, así como el robo de
correspondencias, no recibió el aviso legal
enviado a su pupilo indicando que debería
pagar los derechos de sucesión, para lo cual
se ha vencido el plazo.
“En espera de que esta observación sea
suficiente para justificar ante Vuestra
Excelencia una omisión que no dependía de
él evitar, la cual será remitida en su momento.
Falta que el Cónsul de Francia reúna al
Consejo Familiar para dar un poder al señor
Emile Détroyat, banquero de Bayonne, para
tomar posesión de los bienes de la sucesión
por cuenta del menor, y de pagar cuanto antes
la suma que se adeuda.”
El 13 de septiembre le confirma a su tío
el envío de la copia certificada del testamento
de Eugène, al mismo tiempo que adjunta:
1.- Copia de la solicitud que, por conducto
del Consulado de Francia en México, le envió
al Ministro de Finanzas en París, para que
disculpe a Mauricio por su tardanza en el
pago del impuesto.
2.- Acta del Consulado de Francia por la
cual el Consejo Familiar lo autoriza a
hipotecar los bienes de la sucesión de
madame Boudet, por cuenta de Mauricio,
para pagar los derechos de sucesión
acumulados con el tiempo.
Juan Latapí Rangel (1860-1903) se casó con Guadalupe
Toussaint (1873-1955)
3.- Un poder a nombre de Emile Détroyat
para hipotecar los bienes, pagar los derechos,
etcétera.
Considera que con esto se arreglará el
asunto y el tío podrá hipotecar las casas, así
como vender el mobiliario, el cual es
innecesario conservar para Mauricio. Con ese
dinero podrá pagar lo que haga falta, además
de amortizar la hipoteca con lo que
produzcan las casas. Le otorga completa
libertad para actuar como considere
conveniente, y expresa efusivamente su
agradecimiento por el apoyo brindado.
El 30 de enero de 1873 acusa recibo de
dos cartas de su tío Emile, la primera con la
cuenta corriente de los jóvenes Latapi con
saldo en su contra, por lo que le envía un
giro por 120 libras esterlinas. Sobre la
segunda, admite que con la cantidad de las
rentas, más las ventas, aún se hace necesario
vender algunos valores industriales para
cubrir los derechos de la sucesión de madame
Boudet a Mauricio. Espera que esto se hará
y recibirá con placer esa noticia.
Guichenné solicita que encargue a una
persona de toda su confianza en Bordeaux
el cobro de las rentas de las casas de Mauricio,
y se lleven cuentas separadas, una para Juan
y otra para Mauricio. Aprovecha para enviar
saludos de parte de su esposa Caroline y sus
cuatro pequeños sobrinos.
Guadalupe Toussaint con sus hijos: Luis (1903-1995), Enrique (1897-1971), Mauricio (1890-1929), Juan (1894-1966),
Margarita (1899-1994), tocando el piano.
La viuda y los hijos
175 l
En abril 15 de 1873 escribe a su tío
Détroyat quien, según le comunicó Arnaud,
observa por la carta del notario de Bordeaux
que, de acuerdo con la ley francesa, es la
señora Latapi la tutora de los niños. Por lo
tanto, remite un poder de la señora, por el
cual le otorga todas las facultades necesarias
para gestionar, administrar y arreglar por
cuenta de Mauricio la sucesión.
Con gusto recibió la noticia de que, por
juicio del tribunal de Bordeaux, el notario de
esa ciudad le permite hacer reparaciones y
vender el mobiliario de Neully, así como
recibir las rentas. No olvida solicitarle la
cuenta pendiente de1,902 francos que pagó
por la pensión al colegio.
El 1 de diciembre le comunica a Détroyat
que espera con impaciencia noticias suyas,
para saber si todo está en orden y arreglar
definitivamente la sucesión, le pide envío de
las cuentas de Mauricio y Juan cerradas al 31
de ese mes.
Con fecha 31 de marzo de 1874 acusa
recibo de las cartas del 11 de enero y 16 de
febrero. En la primera recibió la cuenta
cerrada al 31 de diciembre, existiendo un
saldo a favor del tío de 5 mil 214.10 francos
y en la segunda una nota por 704.35 francos
pagada por cuenta de los dos jóvenes.
Lamenta enterarse de que la sucesión de
madame Boudet no pudiera arreglarse,
haciendo imposible disponer de lo que
corresponde a Mauricio. Pide, por lo mismo,
se sigan haciendo todos los esfuerzos
posibles para alcanzar el objetivo. Observa
con tristeza que “…el asunto está bien
enredado en los ministerios de la
administración francesa” y lleva mucho
tiempo liquidar una pequeña sucesión, sobre
la cual cobran unos derechos exorbitantes.
El 29 de agosto de ese mismo año
confirma recibo de las cartas del 16 de mayo,
L 176 Juan Latapi Sarre
27 de abril y 28 de mayo; de esta última toma
nota del pago al colegio por 814.15 francos.
Se vuelve a lamentar porque el tío mismo no
ha podido arreglar la sucesión y le pide todos
sus esfuerzos para otorgar la posesión del
legado de madame Boudet a Mauricio. Le
envía un giro por 200 libras esterlinas.
“Como es tiempo de que estos jóvenes
regresen para estar cerca de su madre, favor
de comprar dos pasajes de 2ª clase para un
barco de vapor de la línea francesa Mrs.
Quenel Hce. para salir de Pavillac el 14 de
octubre. Los pasajes deben costar 600 francos
y se podrá regatear el precio si es posible. El
barco llegará a Veracruz después de tocar
Point-à-Pitre, St. Pierre y Kingston. Trata de
conseguir una recomendación con el capitán
a fin de que los traten lo mejor posible y, sobre
todo, que no desembarquen en las escalas.
“Supongo que los pasajeros de 2ª tienen
derecho al comedor y no comer con la
tripulación. Si no es así compra los pasajes
de 1ª de 800 francos, aunque por razón de
economía prefiero la 2ª clase, si es que tienen
derecho al comedor, como me lo aseguró el
agente de la compañía en México. Deseo
también que los jóvenes traigan toda su ropa,
linos en cantidad suficiente, dos juegos de
ropa de vestir (saco y pantalón) y tres pares
de botines cada uno. Además su madre pide
que les des treinta francos a cada uno para
que compren unas bagatelas para sus
hermanos y hermana. Que lleven un pequeño
Atlas de Marrans, de C. & Hachette, y los
números del último año (1873) del Journal
Ilustré, las oficinas están en París, rue Luger
3, puente S. Michel, director J. Moyuracq, y
la anualidad cuesta tres francos. Perdona
tanta molestia por lo que hace falta a los
jóvenes Latapi.
“Hazlos partir de Bayonne a tiempo para
que se presenten en el barco en Pavillac,
Fernando Latapí Rangel (1862-1929) y su esposa Pilar Contreras (1877-1957).
portando una carta para el agente y así
cumplan con las formalidades necesarias para
embarcarse; y sobre todo una buena
recomendación para el capitán del barco.
“Por el Paquebot de St. Nazaire del 20 de
octubre, avísame sin falta sobre su embarque
hacia México, espero tu aviso para que yo
Fernando
(1902 -1989)
Víctor
(1910 -1994)
pueda dar en Veracruz las órdenes necesarias
para que los trasladen a México. En la misma
carta envíame la cuenta corriente para que te
pague el saldo que te adeudaré. Puedes incluir
alguna remesa para Félix Détroyat, quien se
está portando como una roca, empleado en
un molino a las puertas de México.
Pilar
(1912-2000)
Alberto
(1917)
La viuda y los hijos
177 l
“Ayer en la tarde uno de mis compatriotas,
M. Paulat, murió de repente en su cama,
después de hacer su paseo de la tarde sin el
mínimo incidente, esta mañana lo
encontraron muerto. Mañana por la mañana
lo acompañaremos al Panteón Francés.”
Además, le pide que envíe con los jóvenes
Latapi su fotografía, misma que le había
prometido y desea tener en su poder. El 31
de diciembre de 1874 escribe la última carta.
Hace referencia a una fechada el 14 de
octubre, la cual recibió con las cuentas
diversas, y le envía 200 libras. Dice
textualmente:
“Mauricio y Juan llegaron a México en la
primera quincena de diciembre después de
un largo viaje, ya que se embarcaron el 14 de
octubre en Pavillac. Te agradezco las buenas
medidas tomadas para su embarque. Los
jóvenes ya están al lado de su madre, Juan
colocado en un buen almacén de bonetería,
y Mauricio entrará probablemente a un
almacén de novedades. Se ven fuertes y bien
educados sin embargo no he tenido tiempo
de examinar su instrucción, lo cual haré en
estos días, esperando que no hayan perdido
el tiempo.
“Como estos jóvenes, sus cuatro
hermanos y su madre, se encuentran en una
situación muy precaria, de nuevo te pido
hacer todo lo posible para que puedas entrar
en posesión de la sucesión dejada por la
señora viuda de Boudet a Mauricio, y te ruego
hagas todo lo que puedas para ayudar a esta
pobre familia, a la cual le hace mucha falta el
dinero.
“Como te he dicho desde hace tiempo, es
necesario que se arregle esa sucesión ya que
estoy sorprendido por el retraso. Te pido un
gran esfuerzo.
L 178 Juan Latapi Sarre
“Lamento que cuando salieron estos
jóvenes, tú no tuvieras a la mano las
fotografías de cada uno de ustedes, porque
el grupo que me enviaste, y el cual agradezco,
no está muy claro y no se distinguen las
personas. Como quiero tener una buena
fotografía, sobre todo tuya y de mis primos,
te agradeceré que la obtengas cuando Arnaud
y su señora regresen a tu lado, la metas en un
sobre, enviándola a Mr. Rousseau Oliver y Cia.
en París, para que me la hagan llegar en la
caja que me mandan cada mes en el vapor de
St. Nazaire. Si también tuvieras una fotografía
reciente de mi pobre madre, te agradeceré la
adjuntes, posiblemente mi tía Bergeret tenga
alguna.”
Hasta aquí las cartas. Cabe hacer notar que
los niños estuvieron alejados de su madre más
de seis años, por lo que seguramente parecían
más franceses que mexicanos.
La familia Latapi Rangel
Juanita Rangel Montes de Oca
Nació el 6 de marzo de 1840 y fue bautizada
en la Parroquia de San José, hoy día calle de
Ayuntamiento en el centro de la ciudad de
México, que era en esa época un barrio
indígena. Su nombre completo fue María
Juana Tomasa de la Soledad. Debe haber
conocido a Eugène hacia 1858, y
seguramente estaba enamorada de él, además
de admirarlo (a él y a Francia), ya que permitió
que sus dos primeros hijos se fueran a ese
país muy pequeños.
Los demás hijos hablaban bien el francés
e, inclusive, Eugenio fue a especializarse
como médico a ese país. En las diferentes
fotos que tenemos de ella se observa, con
Gabriela Latapí Rangel (1865-1951) con su hijo José Jiménez Latapí (1900-1959), llamado cariñosamente “Don Difi”.
los años, su envejecimiento y ceño fruncido.
Muere en 1888 cuando sus hijos eran
mayores, y sus restos se encuentran, junto a
los de Eugène, en un nicho en el Panteón
Francés de la ciudad de México.
Mauricio
Lo único que conocíamos de Mauricio era
su imagen, que aparece en una fotografía
sacada aproximadamente en 1875, con su
mamá y todos sus hermanos; tenía más o
menos 16 años. Hasta el año 2001 se localizó,
en Burdeos, su acta de matrimonio con Marie
Gábriele Marguerite Delmouly fechada el 1
de septiembre de 1881, la cual, en parte,
textualmente dice:
“En esa fecha se registró un contrato de
matrimonio bajo el régimen de comunidad
de ‘adquiridos emolumentos’ que
pertenecerán a futuro si no tienen hijos y el
usufructo solamente de la parte precedente
si tienen hijos, entre Maximilian Eupheme
Maurice Latapi, rentista de Bordeaux,
Camino Fosses N° 47 y Marie Gabrielle
Marguerite Delmouny, sin profesión, hija de
Pierre Adolphe Delmouny comerciante de
pianos en Bordeaux, y de Anne Caperonny,
su esposa, habitantes de Burdeos, Camino
Fosses N°47.
Aportan: el futuro (esposo)
1.- Sus efectos personales valuados en 800
francos
2.- El usufructo para toda la vida de dos
casas en Bordeaux, calle Bouffard N° 60 y
calle Porte Dijais N° 12, provenientes de
legado hecho para el futuro (esposo) por
madame Boudet, según testamento
depositado en el despacho de monsieur
Rabion, notario de Bordeaux, en 1870.
Usufructo valuado en 40,000 francos.
Total 40,800 francos.
La futura (esposa) aporta sus ropas y linos
valuados en 2,000 francos
Total 42,800 francos
Donación a la futura (esposa) por parte
de su padre y madre, en adelanto a lo que
será la sucesión de los dos, objetos y
mobiliario valuados en 3 mil francos
autorizado por el notario de Burdeos el 29
de agosto de 1881.”
Se deduce que Mauricio regresó a Francia
muy joven. Murió en 1884 a los 25 años y su
esposa poco tiempo después, dejando un
La viuda y los hijos
179 l
niño, Pierre Eugène, y una niña, Marguerite
Anne Jeanne, de los cuales descienden
respectivamente Maurice Latapi, que vive en
Rennes y los Souleau de París. Por cartas
existentes sabemos que Fernando Latapi
Rangel sostuvo correspondencia con sus
sobrinos, los hijos de Mauricio.
Juan
A su regreso de Francia, Juan, cuyo nombre
completo fue Jean François, vivió en México
al lado de su mamá y hermanos; se casó el
25 de enero de 1890 con Guadalupe
Toussaint, habiendo realizado su viaje de
bodas a Francia. En enero de 1893 solicitó la
ciudadanía mexicana aduciendo que tenía un
hijo mexicano. Fue dueño de la bonetería
(bastones, paraguas y guantes) La Esfinge en
la calle del Refugio, ciudad de México.
Es probable que Juanita –quien murió en
1888– haya conocido a su nuera. Juan muere
el 15 de abril de 1903 de tifoidea a los 41
años, dejando cuatro hijos, Mauricio, Juan,
Enrique y Margarita muy pequeños, y Luis
quien nacería después. Se sabe que Juan fue
hombre de orden y un buen católico;
inclusive cuando murió, en la cartera que aún
conserva la familia, llevaba varias estampas y
oraciones, siendo una de ellas la de una
imagen de la Virgen que encontraron unos
pastorcitos en Betharram, Béarn.
Fernando
Nació en 1864 y se casó con Pilar Contreras,
originaria de Tlacotalpan, Veracruz; tuvieron
cuatro hijos (Víctor, Fernando, Pilar y
Alberto); Víctor tuvo un hijo adoptivo.
Fernando fue un notable médico
dermatólogo quien descubrió la curación de
la lepra, se casó con Clemencia Espinosa y
no tuvieron hijos. Pilar se casó con Jorge Roca
y tuvieron cinco hijos, Alberto tiene cuatro
hijos. Sabemos, por cartas en poder de los
Souleau, que en los años 1906 a 1910
Fernando Latapi Rangel se escribía con la hija
de Mauricio su hermano, quien vivía en
Francia, a quien le daba consejos por ser
recién casada. Tuvo una mercería llamada
El Globo en la ciudad de México y publicó
una serie de tarjetas postales con vistas de
diferentes ciudades y lugares de la República
Mexicana, mismas que son de colección en
la actualidad.
Gabriela
Nació en 1865 y casó con José Jiménez
Rionda de ascendencia andaluza. Tuvieron
un hijo, José Jiménez Latapí, quien fue un
conocido cronista y filósofo de la tauromaquia,
bohemio y periodista de una gran cultura, y
muy buen hijo, quien no se casó ni tuvo
descendencia. Gabriela murió el 28 de
octubre de 1951.
Florentin Víctor
Eugenio
Nació el 5 de noviembre de 1861, y se sabe
poco de él. Se casó con Guadalupe Trell y
no tuvo descendencia.
L 180 Juan Latapi Sarre
Nació el 18 de julio de 1868 en Texcoco, y
estudió en la Facultad de Medicina de la
UNAM , posteriormente se especializó en
dermatología en París. En México fue
profesor en la Escuela Normal y fundó la
Inspección Médica Escolar. En 1903
Eugenio Latapí Rangel (1868-1944) con su esposa Aurora Estévez (1895-1956). Nacido en Texcoco, Eugenio, hijo
menor, llegó a ser eminente cirujano. Especializado en dermatología en París, fue profesor de fisiología, medicina
doméstica e higiene escolar. Miembro del Consejo Superior de Educación, estableció la cédula sanitaria, antecedente
de la tarjeta de salud. Y dirigió la Sociedad Mexicana de Dermatología. Una policlínica, en la calle de Guatemala de la
ciudad de México, lleva su nombre.
enseñaba Acústica en el Conservatorio
Nacional de Música. Fue miembro del
Consejo Superior de Educación Pública,
habiendo sido el médico que inició en el país
la Tar jeta de Salud. Fue profesor de
Dermatología en la UNAM y presidente de la
Sociedad Mexicana de Dermatología. Se casó
con Aurora Estévez y tuvieron cinco hijos:
Aurora Eugenia (Geni), Eugenio (Coco,
médico), Carmela, Ernesto (abogado) y Javier
1
(arquitecto). Eugenio murió el 21 de
noviembre de 1944.1
Después de la muerte de Eugène, llegó a
México un nieto de su hermano Joseph,
Joseph Brousset Latapi, quien se casó con
Elisa Trigos, oriunda de Veracruz. Al
enviudar Joseph regresó a Francia y
posteriormente dos de sus hijos, Marguerite
y Albert retornaron a México. Ignoramos si
tuvieron contacto con la familia Latapi.
Cabe hacer notar que conocí a los cuatro últimos. Véase árbol genealógico.
La viuda y los hijos
181 l
Actualmente viven en México sus
descendientes, las familias Brousset,
Izquierdo Brousset, Garcicrespo Izquierdo
y Caballero Brousset con los cuales
establecimos contacto a fines de 2001,
asistieron a la reunión Latapi en febrero de
2002 y en el 2004. También tenemos relación
en Francia con Anita Ruiz Brousset y con
Yvette Condou Brousset, esta última, hija de
Elisita Brousset Trigos.
Cartas en español
Basándonos en las cartas enviadas de
Texcoco y otras informaciones, hemos
reconstruido una etapa de la historia de la
fábrica de vidrio durante y después de la vida
de Eugène.
Según testimonios notariales, la fábrica fue
fundada en Texcoco por la Orden de los
Dominicos en 1595, en el sitio donde
actualmente está la fábrica Vidrios de Texcoco.
Años después aparece como dueño en 1850
el general Martín Carrera, quien fue
gobernador, militar y político del Distrito
Federal, fabricante de armas, y finalmente,
en agosto y septiembre de 1855, Presidente
de la República.
El 4 de mayo de 1858, el señor Agustín
Ollín vende la fábrica a Eugenio Lang y Juan
Bautista Séller en 2 mil 500 pesos. El precio
se convino en el equivalente a mil 800 cajas
de vidrios planos, para entregar a razón de
ochenta mensuales. Aparecen como fiadores
Eugène Latapi (quien, como garantía, entrega
su pasaporte a falta de propiedades) y
Santiago Pachod (quien hipoteca su casa
ubicada en la Plazuela de San Pablo, Distrito
Federal). La venta incluía las tierras,
refractarios y los cajones pertenecientes a la
fábrica en la capital, así como una mina de
cuarzo.
L 182 Juan Latapi Sarre
Aparentemente, el verdadero dueño era
Eugène, ya que en esa época los franceses
no podían tener propiedades. Más tarde
figura como dueño, debido probablemente
a que, pasado el imperio de Maximiliano, se
revocó esa prohibición. El 9 de agosto de
1868 se queda como dueño de la fábrica
Eugène, haciendo valer un contrato privado
en el que mencionaba que si le conviniese en
cualquier tiempo quedarse con la propiedad,
se efectuaría la venta, en 2 mil 500 pesos,
por los señores S. Labadie y compañía; allí
Eugène aparece como industrial y vecino de
Texcoco.
Al morir Eugène unos meses después, el
15 de noviembre de 1868 (según su acta de
defunción por una hemiplejia, en una
cafetería situada en la calle de la Pila Seca en
la ciudad de México), el albacea y tutor de
los niños, Gustav Guichenné, se hace cargo
de la fábrica y escribe una serie de cartas en
español. La mayoría de esa cartas son
dirigidas a Víctor Frantz como “Muy señor
mío y estimado amigo”. En esa fecha Juanita
y sus cuatro hijos menores viven en Texcoco.
A continuación se presenta un extracto de
dichas cartas, especificando cuando no son
firmadas por el albacea. Hemos omitido una
serie de cartas que se refieren a cobranzas y
otros asuntos cotidianos de la fábrica, así
como las cartas dirigidas a Francia, que se
citan anteriormente.
Año de 1868
El 19 de noviembre escribe la primera carta
de negocios y el 21 de ese mes se dirige al
señor Javier Álvarez, quien aparece como el
interventor del negocio, diciéndole que en
su calidad de albacea y tutor, y como amigos
del pobre Latapi, deben cuidar los intereses
de los niños Latapi. Solicita vigile que la
Hijos de Eugenio Latapí Rangel y Aurora Estévez: Carmela (1917-2002), Aurora-Eugenia (1911-2000), Ernesto
(1919 - ), Javier (1922- ) y Eugenio (1915-1994). Se sabe que Aurora Eugenia fue fotógrafa vanguardista en los años
1920 y 1930, calificada de ultramoderna, su obra causó fuertes polémicas. Expuso al lado de grandes maestros como
Manual Alvarez Bravo y Agustín Jiménez, y del escultor Guillermo Toussaint. Ejerció su carrera de 1920 a 1950. Tal vez
fue inspirada por los recuerdos que sobre su abuelo escuchó de niña.
fábrica marche bien y que le envíe el último
balance.
El 25 de ese mismo mes escribe a Verde y
Azcona, socios de Eugène, refiriéndose a un
dinero que tienen en caja perteneciente a la
fábrica y solicitando que se deposite en la
firma Casa Lascurain para poder disponer de
él.
En el mes de diciembre es muy activo y
escribe un gran número de cartas. Se dirije a
Javier Álvarez para que le diga a Don Juanito
que visitará el panteón con el herrero, para
que le pongan un barandal de fierro a la
tumba de Eugène. Sigue dando órdenes sobre
la operación y administración de la fábrica.
Escribe a Arthur Mayer, sobre materiales de
importación, refractarios, que le habían
vendido a la fábrica.
Menciona a Javier Álvarez una caja de
madera que se extravió y una cadena que
Azcona puso a disposición de la señora
Latapi. El día 11 comunica que irán a la
fábrica los señores Frantz, Azcona y Verde
para que envíe el guayín a la estación
Tepexpam del ferrocarril. En esa fecha pide
a Víctor Frantz y Lafenêtre que acompañen
a José Azcona, quien era socio del finado
Latapi, para practicar un balance.
Al señor Ignacio Díaz Trujeque le pide,
que junto con el señor Ventura Alcerreca,
practique un avalúo de los muebles que
pertenecen a la testamentaría. Comunica a
Jesús Álvarez que regresará Alcérreca para
continuar el avalúo, “…con Miguel le debe
mandar los cinco pesos para los cigarros que
le pidió” (a los pocos días le envía ochenta
cajetillas). Al señor Ramón Alba le solicita el
envío del inventario que practicó de los bienes
de la compañía Latapi, Verde y Azcona, para
someterlo al juez. El día último del año le
La viuda y los hijos
183 l
solicita a Jesús Alvarez le envíe los apuntes
que dejó pendientes, ropa de cama, libros y
armas, todos pertenecientes a Eugène Latapi.
Año de 1869
El 4 de enero demanda información a Jesús
Álvarez sobre los linderos de la fábrica,
incluyendo los nombres de los dueños de los
terrenos adyacentes. Allí mismo le envía a
Venine la orden de que cuide el cuarto de
crisoles, no dejando entrar a nadie, bajo su
responsabilidad, y advierte que las únicas
personas a las que les puede entregar
pequeñas sumas de dinero son: Venine, los
cuatro sopladores italianos, los dos
aplanadores, la señora Latapi y a él mismo.
Al licenciado Carmelo Prado envía el
balance al 30 de junio practicado por Latapi,
Verde y Azcona. A Ventura Alcérreca le aclara
que también es propiedad de la fábrica la
explotación de la mina de caledonia de
Salachica, que se encuentra en el Cerro de
San Pablo, en la hacienda propiedad de los
señores Olvera, a tres leguas de Texcoco.
El 16 de ese mes se dirige nuevamente al
licenciado Carmelo Prado, para decirle que
personalmente le propuso al señor Azcona
“…el nombramiento de un árbitro,
seleccionado entre cinco personas, pero éste
le contestó que no aceptaba a ninguno de
ellos, por lo que se ve que lo que quiere es
ganar tiempo”.
También le envió el señor Azcona cien
pesos, diciéndole que era el valor de la renta
de la fábrica correspondiente al mes anterior,
mismos que él rechazó planteando que la
fábrica no estaba rentada a nadie. Considera
que solamente lo están entreteniendo y que
ha llegado el momento de obrar por la vía
judicial, por lo que instruye al interventor,
señor Álvarez, para que suspenda todos los
L 184 Juan Latapi Sarre
trabajos emprendidos por él, o por el señor
Azcona, afirmando que le están ocasionando
perjuicios a la testamentaría. Esa orden debe
acatarse cuanto antes porque le han
anunciado que el día 20 van a soplar vidrio;
si esto sucede se tendrán que introducir al
horno los seis crisoles que tienen un valor de
240 pesos, sin contar el material que
contienen, debiéndose evitar esa pérdida. Se
debe actuar con premura ya que esos señores
sólo lo están engañando para ganar tiempo.
En esa misma fecha comunica al señor
Álvarez que se ha enterado de que están
dando pasos para iniciar la operación de la
fábrica, y que él (Guichenné) es el único que
puede dar órdenes, pues la fábrica pertenece
a la testamentaría, por lo tanto, deben
obedecerle. Expresa que la sociedad Verde,
Azcona y Latapi se terminó a la muerte de
Eugène y por lo tanto, los hace responsables
de cualquier acción que tomen.
El 23 de enero se dirige a Kurle, Griner,
Signard y Derflingher, expresando que con
sorpresa se ha enterado de que el día 19 han
metido los crisoles al horno, y han empezado
a soplar vidrio por órdenes de Verde y
Azcona; por lo que deben recordar que
fueron contratados por el difunto Latapi,
quien les pagó sus pasajes de Europa a
México. En este caso, teniendo él sus
contratos, están obligados a obedecerlo por
ser albacea. Deben dejar de trabajar
inmediatamente, haciéndolos responsables
de su conducta.
El 26 de enero le dice a Víctor Frantz que
se traslade a la fábrica de Texcoco, para
hacerse cargo de ella, dándole amplias
facultades para que represente allí a los
menores Latapi, sustituyendo a Jesús Álvarez.
Dos días después escribe al licenciado
Carmelo Prado informando que ya notificó
a Verde y Azcona que deben suspender los
En una carta a su padre, Eugène atribuye a Juanita un
origen modesto y poca instrucción que contrasta con la
actividad que ella desplegó al enviudar en 1868. Desde
entonces pudo sacar adelante su familia, conducir con
éxito la ejecución del testamento, los negocios de la
fábrica, enviar sus hijos mayores a estudiar a Francia y
transmitir una educación con valores morales y
espirituales a sus hijos.
trabajos en la fábrica, pero a pesar de ello
siguen con la intención de fabricar y sacar
vidrio. Lo exhorta a dar los pasos
convenientes a los intereses que representa.
En marzo escribe a Juanita,
recomendando acepte que el señor Álvarez
pague la contribución sobre fincas a la
aduana, por cuenta de la testamentaría, al
mismo tiempo que agradece y retorna las
expresiones de afecto que le envió a su
familia.
El 9 de julio envía carta a Víctor Frantz,
quien aparentemente ya se hizo cargo de la
fábrica, remitiendo telas para tamices. Le
expresa que si el juez lo apremia mucho, que
pague los 525 pesos de las diligencias que
practicó. Hace acuse de recibo del giro que
le mandó para el pago de rayas, y muestra su
alegría al saber que en dos meses podrán estar
soplando vidrio. A partir de ese momento
varias veces le comunica que no ha recibido
cartas para él, procedentes de Francia.
El 13 de ese mismo mes, comenta a Frantz
estar enterado de que estuvo el juez en la
fábrica, por encargo de Álvarez, para
certificar que se están utilizando materiales
de la empresa; lo cual no tiene importancia
porque ese señor no firmó el inventario. Le
recomienda siga utilizando todo lo que
requiera para trabajar; también comenta que
la señora Latapi regresará al otro día a
Texcoco y es probable que en pocos días se
vaya a radicar definitivamente a México. Le
habla de la importancia de que se alivie.
El día 14 escribe a Víctor Frantz una carta
en francés, confidencial, comunicándole que
es necesario, cuanto antes, hacer efectivo ante
notario el contrato de la Sociedad Viuda de
Latapi y Frantz y que no conviene hacerlo en
Texcoco, ya que todo el pueblo se enteraría,
por lo que le pide que se traslade a México
para hacerlo. Comenta que convino con Ollín
que cuando regrese la viuda, en cinco o seis
días, lo firmen ambos bajo su supervisión;
para ello, comunicó ya a la viuda la
conveniencia de que se mude a la ciudad de
México, por lo que partirá al día siguiente
para traer a su familia y los muebles, pues la
casa que le consiguió está lista.
En la misma fecha se dirige al general
Tuñón Cañedo para cobrarle cincuenta pesos
que le entregó Latapi, poco antes de la
rendición de México. Al mismo tiempo, el 3 de
agosto dice a Frantz que se da por enterado
de los pesares y malos ratos que le ha
ocasionado Lang, por lo que hizo bien en
La viuda y los hijos
185 l
acusarlo en el juzgado por las infamias que
ha cometido. Espera que lo dejen vivir en
paz con la circular que consiguió de la
autoridad, para que no pase a sus oficinas
ninguna persona ajena a la fábrica. Le
aconseja no excederse o abusar de sus
esfuerzos manuales. Le comenta que Azcona
no pudo llevar el avalúo que ofreció y está
próximo a terminar ante el Tribunal Superior,
el cual ha mandado entregarle el haber de la
testamentaría, por lo que está furioso
(Azcona). Cuando sea necesaria su presencia
en esos juzgados, él irá para arreglar los libros
y todo lo necesario.
El 10 de agosto escribe al señor Álvarez
por conducto de Víctor Frantz, pidiendo
aclare las entregas de dinero que le ha hecho
a la viuda, 125 pesos, correspondientes al
valor de un caballo que le había vendido
Eugène. El 18 de ese mes se dirige al señor
Mayer para reclamarle que entregue a Juanita
una serie de objetos que había dejado
guardados en su casa desde noviembre del
año anterior, pues éstos le hacen mucha falta,
amenazando con una demanda ante un juez,
en caso de negarse.
Tres días después plantea a Víctor Frantz
que se da por enterado de que están
preparando la molienda para cargar los
crisoles. Le envía 200 pesos (193 en oro y
siete en plata) para cubrirle un pago que hizo.
Acusa recibo del croquis de la mina,
disgustándose porque Azcona la está
escarbando y anuncia medidas para impedir
las actividades. En varias cartas trata
pormenores relacionados con el manejo de
la fábrica.
El 26 de agosto dice a Víctor Frantz, que
en caso de que le hagan falta los molinos que
se encuentran desarmados en la fábrica, y que
son propiedad de Azcona, ya tiene una
cotización del señor Bearang, para fabricarle
L 186 Juan Latapi Sarre
dos molinos iguales a los de Azcona,
entregando el primero en ocho días y el
segundo en doce. Enviará también unas
piedras para los molinos que tiene en su
poder. Además, le hace llegar un copiador
de cartas con una botella de tinta simpática,
cuyo uso le explicará el señor Libault.
El último de ese mes, al mismo Frantz le
anuncia que va a regresar el juez Soidor
Guerrero, pues su suplente les hizo una mala
jugada y Lafenêtre en breve irá a levantar
los sellos. Le recomienda patience et bon courage.
El 3 de septiembre le dice a Víctor Frantz
que no será hasta dentro de unos días cuando
podrá desocupar la pieza que necesita para
armar los molinos. Menciona que hizo bien
en rechazarle a Álvarez sus pretensiones, pues
en el inventario no figura ni la leña ni la
basura, así como tampoco el animal muerto.
De manera que si Álvarez sorprende al juez,
diga que tiene órdenes de no dejar entrar a
nadie ajeno a la fábrica, por lo que no tiene
que ver lo perteneciente a Azcona y Verde.
Pronto le enviará el reloj que mandó
componer. También le solicita una relación
de las cantidades que ha recibido para cuadrar
las cuentas.
El 22 de ese mes confirma que el juicio ya
fue enviado a Puebla, por lo que espera que
pronto se podrán levantar los sellos. El 4 de
octubre expresa que está en pláticas para
llegar a un acuerdo con Azcona. Si necesita
dinero puede ir al Molino de las Flores a ver
al señor Solac, quien se lo entregará con una
orden a su cargo. En el traslado de metálico
debe guardar sigilo y tomar todas las
precauciones.
El 13 de octubre le comunica que aún no
ha llegado en el paquete (barco) el aplanador
que había encargado. Cinco días después le
menciona que le mandó con Felipe Rangel
una carta que seguramente es sobre el
aplanador. Comenta que el tribunal ya falló a
su favor y espera que pronto se puedan quitar
los sellos del horno; que va a promover la
oposición a la denuncia que Azcona y Verde
hicieron de la mina de Caledonia. Pero que
guarde silencio sobre ese asunto.
El 20 de octubre le envía un cañón de plomo
y un medio cuero. Le confirma las instrucciones
que mandó con Libault, para que si Azcona
y Verde llegan a sacar cajas de vidrio, las haga
seguir, inclusive hasta la ciudad de México,
para saber cuál es su destino. El 29 del mismo
mes, de nuevo envía a Frantz el periódico
con la ley en donde se publicó el aviso de
denuncia de la mina por Azcona y Verde,
pidiéndole que presente un escrito de
oposición firmado por Lafenêtre.
El 2 de noviembre acusa recibo de una
carta en la que se le avisa que Azcona y Verde
evacuaron la fábrica y entregaron las llaves,
así como muebles y otros objetos. Siente
mucho que el hermano de Frantz no le pueda
enviar el aplanador de Francia. El 5 de ese
mes le dice que se alegra de que al día
siguiente van a encender el horno. También
refiere que la presión de un exhorto que está
ejerciendo Luis Cabrera seguramente es otra
pillada de Verde y Azcona, y solicita
información sobre el juzgado en el cual se
presentó en México.
Un día después se dirige al señor Dupre,
en Puebla, sobre un pedido de 200 cajas de
vidrio, y sus entregas. Agradece que haya
recomendado al señor Trasloseros como
proveedor de Tequesquite. El 10 de
noviembre, Lafenêtre escribe al señor Felipe
Enciso sobre la fábrica, diciendo que según
una cláusula del convenio celebrado entre la
testamentaría Latapi y los señores Verde y
Azcona, éstos se reservan el derecho de
reclamar objetos que comprueben son de su
Rama Souleau-Latapi, descendientes de Marguerite-AnneJeanne Latapi (1883-1937), hija de Maurice Latapi Rangel,
y de Charles Souleau (18??-1921). Los Souleau también
se han alegrado mucho del reencuentro con la rama
mexicana.
propiedad, pero que no se dejen enredar en
ese asunto, ya que debe tratarse en un juzgado
de México.
En esa misma fecha le pide a Víctor Frantz
un apunte con los objetos que no figuraron
en el inventario. Menciona que le entregó
dinero a Felipe Rangel de Texcoco. El 3 de
diciembre se dirige Lafenêtre a Señora Viuda
de Latapi y Frantz con referencia al
Tequesquite. Es decir, ya está operando la
Sociedad entre Juanita y Víctor Frantz, rentándole
la fábrica a la testamentaría. El 6 del mismo
mes de nuevo escribe diciendo que envía el
testimonio de la escritura de arrendamiento
de la fábrica.
La viuda y los hijos
187 l
Año de 1870
El 7 de febrero escribe Guichenné a Víctor
Frantz sobre el nuevo pleito que iniciaron
Verde y Azcona, pues alegan que no se les
entregaron objetos de su propiedad, y le pide
aclaraciones. El 9 de mayo escribe a Cornelio
Prado diciendo que en vista del aprecio que
le tiene por asuntos de la testamentaría, con
mucho gusto le hará un precio especial por
unos velocípedos que vende en su negocio
particular Mercería de la Ciudad de México.
El 25 de septiembre se dirige a Lafenêtre
en Atlixco, Puebla, en relación con una
reclamación que hace el dependiente Enciso
referente a su sueldo, el cual había convenido
en presencia del señor Ollín.
Año de 1871
En marzo 15 se dirige a Tuñón Cañedo,
expresando que como albacea de la
testamentaría, se encontró un pagaré fechado
el 5 de diciembre de 1861, por el cual le debía
a Eugène 637 pesos, mismos que le pide
pague. El 25 de mayo solicita de nuevo a
Frantz la cuenta corriente y le pregunta cómo
le va a pagar lo que debe. Aparentemente ya
no está asociado con Juanita.
El 9 de junio se dirige a Frantz secamente,
sólo como señor mío y le dice que envió a
cobrar al señor Azcona, que es su fiador, la
renta de la fábrica, y le dijeron que ellos no
tenían por qué pagarla y que su empleado, el
señor Libaut, también dijo que no la podía
pagar. Esto es completamente contrario a lo
que habían convenido, o sea que se pagarían
las rentas por adelantado, habiendo ya
transcurrido 18 días del primer mes de
arrendamiento. Le pide aclarar este asunto
para evitar que se repita en lo sucesivo.
L 188 Juan Latapi Sarre
El 3 de julio escribe a Felipe Rangel
diciéndole que, en calidad de su
representante, de acuerdo con el contrato de
arrendamiento de la fábrica de vidrios
perteneciente a los menores Latapi, se debe
practicar un inventario de la fábrica y la finca,
todo lo cual debe estar en buen estado. Ya
que Víctor Frantz se hizo cargo de las
obligaciones del contrato de la extinguida
firma Viuda Latapi y Frantz, deben correr por
su cuenta las composturas y reparaciones.
Con esa lista se determinará lo que pertenece
a la viuda y a la testamentaría, lo cual deberá
sacarse y guardarse en un lugar que la viuda
y él determinen en Texcoco. En esa misma
fecha envía a Felipe Rangel una carta poder
para realizar el inventario. También le escribe
a Frantz diciéndole que debe practicar el
inventario en compañía de Rangel y lo regaña
por no haber pagado a tiempo la contribución
predial, ya que ahora deberá pagar, además,
una multa del 10 por ciento.
El 4 de agosto plantea a Víctor Frantz que
no se explica por qué se ha tardado quince
días en mandarle un inventario que ya había
firmado Vidal y Castañeda. Aprovecha para
decirle que está retrasado en el pago de la
renta.
Año de 1872
El 18 de enero escribe a J.D.Villenave que se
enteró por Juanita de que ya tiene trabajo y,
por lo tanto, debe pagarle aunque sea en
abonos la letra (que él ya cubrió) por 500
pesos que había avalado Eugène. El 15 de
febrero vuelve a dirigirse a este señor diciendo
que no ha contestado su carta anterior y no
quiere verse en la necesidad de comunicarlo
a sus patrones, los señores Garnier y
Raynaud.
Eugène y Juanita alrededor de 1868
El 12 de junio recuerda a Frantz que,
como se acerca la temporada de lluvias, debe
hacer las composturas necesarias a los
edificios. También refiere que Azcona
mencionó que la contribución predial subió
de tres o cuatro pesos a seis y pide el envío
de los comprobantes.
Año de 1873
El 22 de abril escribe a Víctor Frantz
comentando la visita de su suegro, el señor
Libaut, y está de acuerdo con que la
testamentaría pague los sesenta pesos por
arreglos a la casa habitación. Se da por
enterado de que antes de las aguas quedarán
hechos los arreglos a los techos, así como
otras composturas del edificio. El 3 de mayo
le vuelve a insistir sobre los mismos asuntos.
El 9 de mayo le comunica el apoyo de
noventa pesos, en pro de la amistad y buena
armonía que debe existir entre ellos, para
ayudar a las reparaciones del edificio y queden
terminadas antes de las aguas. Le menciona
que, por otra parte, se equivocó y no le
corresponde pagar los arreglos de la casa
habitación por lo que retira ese ofrecimiento.
El 18 de julio menciona que cuando mandó
cobrar la renta en días pasados, le dijeron que
le iban a deducir el arreglo de los edificios,
con lo cual no está de acuerdo. Solicita el
recibo de los $ 617.91 que ha devengado de
la testamentaría, así como la cuenta corriente
que hizo Libaut.
El 23 de septiembre expresa que ya se ha
tardado demasiado en mandarle los recibos
antes mencionados.
Año de 1874
El 23 de febrero le dice que no contestó
las tres últimas cartas del año anterior. Pero
La viuda y los hijos
189 l
que el principal objeto de esa carta es que, de
acuerdo con el contrato de arrendamiento
que celebraron el 30 de mayo de 1871, el día
31 de mayo se vence el plazo de tres años
forzosos de renta, por lo que desea saber si
va a hacer efectiva la opción de
arrendamiento voluntario por otros dos años.
En la siguiente carta (sin fecha) Juanita se
dirige a Telésforo Tuñón Cañedo diciendo
que, como sólo le ha abonado diez pesos en
junio de 1871 de los 637 pesos de su deuda,
hace un nuevo llamamiento a su buen
corazón para que le siga abonando, y envíe
los pagos a su nombre a Fisher y Cia. Sucesores.
El 27 de marzo Juanita se dirige a Villenave
para decirle que, como sólo ha abonado
cuarenta pesos de su deuda, va a proceder a
embargar su sueldo. Y el 6 de abril da poder
al licenciado Francisco Algara para que lo
demande judicialmente.
En carta sin fecha dirigida al señor
Eduardo Trejo, informa que el sábado
siguiente irá Juanita a Texcoco y, en su
representación, irá el licenciado Don Vidal
de Castañeda y Nájera para que les entreguen
la fábrica, esperando que esto se haga
amistosamente.
En julio 17 se dirige a Víctor Frantz,
pidiendo le diga qué día va a entregar la
fábrica, para poder liquidar la cuenta de
arrendamiento con el señor Eduardo Trejo,
apoderado de José Azcona, quien además es
su fiador. Pues aunque se hizo un
reconocimiento del importe de las obras que
se deben hacer para poner la fábrica en el
estado en que la recibió, ya que ha seguido
ocupándola y trabajándola, es indispensable,
para los intereses de la testamentaría, saber
cuándo la va a desocupar y poner a su
disposición, pues tiene una persona que se
interesa por ella.
L 190 Juan Latapi Sarre
Año de 1875
El 19 de mayo se dirige al señor Macedonio
Uribe de Texcoco, en relación a la franquicia
de las contribuciones de la antigua fábrica de
vidrios perteneciente a los menores Latapi.
El 14 y el 17 de junio vuelve a escribir al señor
Uribe sobre el mismo asunto.
El 19 de junio le escribe Juanita al señor
Felipe Enciso diciendo que no le puede
prestar un molde para hacer vidrio acanalado,
ya que lo tiene en trato, junto con unas ruedas
de fierro, a una persona que se interesa por
él. Sin embargo, debe decirle cuánto da por
él, ya que si el precio es más conveniente se
lo puede vender a él. (En esta carta la letra es
diferente a la de la firma).
En julio 8 le escribe al licenciado D. Vidal
y Castañeda remitiéndole copia de la cuenta
de división y partición de los bienes de la
testamentaría, cuentas del albaceazgo
aprobadas por el juez en marzo de 1874 y
cuenta que debe presentar a la aprobación
del juez de todo el efectivo que ha entregado
a la viuda, lo cual pertenece a los menores
Latapi. Que cuando le avise, irán a su oficina
la viuda y él para firmar el escrito que deben
presentar. Le envía saludos a su señora.
El 24 de julio se dirige a Macedonio Uribe,
quien está arreglando el pago de
contribuciones. Y en agosto 25 se da por
enterado de que sólo se pagarán seis pesos
como contribución mensual, sobre el terreno
valuado en 400 pesos, como propiedad
rústica.
Año de 1876
La última carta de Guichenné, fechada en
marzo 9, dirigida a Macedonio Uribe, dice
que de acuerdo con la Ley de Contribuciones
quedan exceptuados de actos de pagos, los
capitales de menos de cinco mil pesos, por
lo que considera que quedará exceptuada la
arruinada fábrica perteneciente a los menores
Latapi, pues a la vista está que el edificio no
vale cinco mil pesos y por cuatro mil se
vendería de mil amores. Recurre a su eficacia
bondadosa para que den los pasos necesarios
y no sufra algún gravamen esa desgraciada
familia. Le agradece sus gestiones a nombre
de la viuda y de sus hijos.
Por lo que se observa, a pesar de haber
ganado los pleitos a Azcona, no lograron
administrar satisfactoriamente y sacar
adelante la fábrica ni Guichenné, ni Frantz,
ni Juanita. Se deduce que Guichenné era una
persona honesta y realizó su papel de albacea
con mucho interés (no se equivocó Eugène
al designarlo albacea en su testamento), sin
embargo, como comerciante, no tenía
experiencia como administrador industrial,
además que lo trataba de hacer a distancia.
Pensamos que deben haber vendido la
propiedad en Texcoco en una pequeña
cantidad. Se puede deducir que la compró
posteriormente Derflingher, yerno de Frantz,
ya que en la actualidad pertenece a sus
descendientes, quienes la operan en los
mismos terrenos y edificios en donde estuvo
establecida la antigua fábrica durante la
gestión de Eugène.
La viuda y los hijos
191 l
Primera Generación
Juanita, viuda, con sus hijos, 1878.
Maurice Latapi Rangel (1859-1884)
L 192 Juan Latapi Sarre
Juan Latapi Rangel (1860-1903)
de Latapi en México
Víctor Latapi Rangel (1861-19??)
Fernando Latapi Rangel (1862-1929)
Gabriela Latapi Rangel (1865-1951)
Eugenio Latapi Rangel (1868-1942)
La viuda y los hijos
193 l
VII. Reencuentro familiar y nuevo árbol geneálogico
Juan Latapí Sarre
Anne-Marie Lataste
Reencuentro familiar y nuevo árbol
l
z
Las dos ramas de la familia Latapi se encuentran después de 150 años. Establecido el
contacto entre las familias de México y Francia, cuatro Latapí Sarre (Ana, Pablo, Juan y
Andrés) viajaron a Pau en septiembre de 2001 para encontrarse con sus parientes. Éstos los
recibieron con gran afecto; fue un evento histórico para ambas familias.
L
Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
Donde mejor canta un pájaro
es en su árbol genealógico.
J. Cocteau.
E
n la familia Latapi de México, se
sabía muy poco sobre el primer
Latapi que emigró de Francia a
México: Eugène. Fue a principios del año
2001 cuando llegaron a nuestras manos dos
cartas, fechadas en 1860, en las cuales Eugène
se dirigía a su padre enterándolo de su
situación y actividades en México. Estas
cartas nos sorprendieron al ser leídas en una
reunión familiar. En ellas se mencionaba que
fueron entregadas por Anne Marie Lataste.
Así fue como empezamos a saber algo de él.
Por conducto de Javier Pérez Siller, a
mediados de julio del 2001 obtuvimos la
dirección electrónica de la persona que
entregó dichas cartas a la antropóloga Ariane
Bruneton, radicada en Pau, quien las había
publicado en 1992.1 El 24 de julio se inició la
comunicación entre Anne Marie Labedan de
Lataste de Pau, Francia, y Juan Latapi Sarre
de México.
Las sorpresas, interés y emociones fueron
en aumento conforme se investigaba y
conocía más información, hasta culminar con
una reunión de las dos familias, misma que
se celebró en Laussebe, cerca de Pau, el 22
de septiembre de ese año. Cabe mencionar
que todo esto se facilitó por la era de las
computadoras.
A continuación se transcribe un resumen,
por orden cronológico, de los comentarios
sobre la correspondencia entre Anne Marie
y Juan (omitiéndose las cartas que escribió
Eugène, ya que éstas figuran en otro capítulo).
AMCB, Du Béarn aux Amériques-Histoires d’émigrants, Bulletin N° 7 de l’Association Mémoire Collective en Béarn, 1992, pp.
175-176.
1
Reencuentro familiar y nuevo árbol
l
Juan Latapí (JL): Tan pronto obtuve la
dirección electrónica de Anne Marie Lataste,
decidí escribirle, sin saber siquiera si me
contestaría, ya que su apellido no me decía
nada. Le pregunté sobre nuestro parentesco
y también sobre la existencia de otros
parientes en Francia. Yo tenía planeado con
anterioridad viajar en septiembre a Francia y
tratar de indagar algo sobre los Latapí,
habiendo hecho contacto con el Centre
Généalogique des Pyrenées-Atlantiques, con sede
en Pau. Por fortuna, ahora ya tenía una pista
segura.
Anne Marie (AM): El 23 de julio de 2001,
Ariane Bruneton me telefoneó para
anunciarme una noticia extraordinaria.
Acababa de recibir un e-mail de Juan Latapi;
él buscaba contactar a los primos que tenían
las dos magníficas y preciosas cartas de su
bisabuelo Eugène. No podía creer, después
de tantos años, que nuestra familia estaba a
punto de descubrir finalmente la
descendencia de Eugène y darle así
seguimiento a esa bella historia descrita en
las cartas de 1860.
¿Quién era Juan Latapí? Estaba impaciente
y entusiasmada por conocerlo. Una parte de
mi historia familiar, se iba a encontrar de
pronto proyectada 150 años atrás. Mi
dirección le fue enviada por Ariane y al día
siguiente, recibí el mensaje tan esperado:
“Querida señora, Ariane Bruneton me dio
su dirección. Gracias por las dos cartas de
Eugène, que fueron una grata sorpresa para
toda la familia. Tenemos poca información
sobre él. Probablemente porque murió
cuando sus hijos eran pequeños. Nuestra
familia es numerosa, católica, con buena
posición económica, unida y llevamos con
orgullo el apellido Latapí.” (24 de julio).
Leí y releí esas primeras líneas escritas,
afortunadamente, en francés. Sorprendido, al
igual que nosotros, por las dos famosas cartas,
Juan buscaba conocer nuestro parentesco con
Eugène y saber si existían otros parientes en
Francia. En México tenían muy poca
información sobre su antepasado Eugène.
Inmediatamente le comuniqué la buena
noticia a toda mi familia, la cual se regocijó,
sin poder creerlo.
¿Cómo responderle a Juan? Nosotros sólo
conocíamos unas cuantas cosas de nuestra
liga del parentesco. Con mis padres reuní los
elementos del árbol genealógico que nos
había platicado mi abuela para poder clarificar
las diferentes ramas familiares y así encontrar
nuestras raíces.
Esas cuantas líneas de Juan nos motivaron
para conocer más y, al día siguiente, partimos
hacia Izeste en donde esperábamos encontrar
datos adicionales. Sorpresivamente nos
enteramos con gusto que los Latapí de
México formaban una familia numerosa y
que planeaban venir a conocernos en
septiembre.
JL: Me sorprendió recibir inmediatamente
la contestación de Anne Marie aclarando el
parentesco. “Querido Juan, ¡Qué alegría
poder leer tu e-mail en francés!, respondo a
tus dos preguntas. Sobre ‘mi relación familiar
con Eugène Latapi’, voy a intentar hacer un
árbol genealógico simplificado, mismo que
completaré en un próximo mail:
“Así que Eugène Latapi fue tío de mi
bisabuela Léonie Latapi. El hijo de Léonie,
Joseph Brousset, a su vez, se casó en México
con Elisa Trigos, y tuvieron 6 hijos. Algunos
de sus descendientes viven en México y otros
en Francia. Enviaré detalles y direcciones tan
pronto haga contacto con mi prima Yvette,
hija de Elisita, que vive cerca de Pau.
“Estoy sorprendida; resulta que, además
de los parientes franceses, tenemos familiares
en México, de los cuales no sabíamos nada.
L 198 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
Anne-Léonie-Ménagère Latapi de Brousset (1845-1933)
hija primogénita de Joseph, se casó con Simeon August
Brousset, (1839-1915). Vivieron en la casa Vignalet, en
Arudy.
En esta foto, tomada a la muerte de Joseph, 1894, vemos
a su esposa Marie Arribere-Gramon (1824-1898) rodeada
de sus nietos Brousset-Latapi. Arriba: Arnaud (1867-1907),
Siméon Auguste, Jean Baptiste (1875-1894) que murió
de fiebre amarilla en Veracruz. Mismo fin tuvo su
hermano Pierre que se encontraba en México. Las
mujeres: Anne-Léonie, Marie Arribere-Gramon y MarieMélanie (1874-1933), esposa de Arnaud y abuela de AnneMarie Lataste. Abajo Félicien (1888-1969).
Además existen más parientes en Francia,
descendientes de Joseph y Felicien Brousset.
A todos nos dará mucho gusto conocerte en
septiembre. Mientras, tendremos tiempo de
intercambiar datos sobre la familia Latapi.”
(25 de julio).
JL: Además me pidió información sobre
los descendientes de Eugène; me sorprendió
la certeza del parentesco y me dio mucho
gusto la familiaridad que, desde un principio,
mostraba en sus cartas. Se notó el interés por
indagar más sobre el tema. Tuve la sensación
de que se iniciaba un episodio interesante,
en el cual se aclararían muchas dudas y mitos.
Inmediatamente me comuniqué con Pablo,
mi hermano, para comentarle esta carta y para
empezar a planear el viaje. Deduje que los
parientes franceses tampoco habían indagado
mayormente sobre sus antepasados Latapi.
AM: Dos días más tarde una nueva
comunicación de México llegó a mi
computadora. Parece que Juan entendió bien
el árbol genealógico sintetizado que le envié.
Espontáneamente escribió: “…tu pronta
respuesta me llenó de gusto al poder
reencontrar a los primos después de 150 años.
Tanto mi padre como mi madre eran
descendientes de franceses. Mis hermanos y
yo estudiamos en escuelas francesas aquí. Mi
relación contigo está clara: soy tu tío”. Me dio
gusto esta afectuosa aseveración que
confirmó la autenticidad de nuestra relación
familiar. Además describió con precisión la
descendencia de Eugène, así como el número
de personas importantes de la familia, lo cual
nos dejó impresionados.
JL: La respuesta de Anne Marie no se hizo
esperar:
“Con mucho gusto leímos y releímos tu
carta. Nos da un gran placer conocer por fin
la descendencia de Eugène Latapi. Cuando
la hermana de mi abuela nos dio las cartas
Reencuentro familiar y nuevo árbol 199 l
de Eugène, hace veinte años, no nos
imaginamos encontrar hoy día 300 primos.
Esperamos la visita en septiembre con mucha
impaciencia, y pensamos que tres días es poco
para retomar 150 años.”
Nos pedía que se prolongara nuestra
estancia allá, “…para que mis hermanos,
hermanas y primas estén libres. Hemos
comenzado las investigaciones para
encontrar elementos y si es posible fotos de
la familia. Esta mañana fui a Izeste con mi
padre, Edmond, y encontramos en el
cementerio la tumba donde están enterrados
Jacques y Joseph Latapi (padre y hermano
de Eugène). Igualmente consultamos el
registro de nacimientos en la alcaldía de
Izeste. Con mucha emoción encontramos las
actas de nacimiento de Joseph, quien nació
el 1 de diciembre de 1816; de Anne, el 25 de
marzo de 1819; y François Eugène el 13 de
julio de 1824.
“Su madre, esposa de Jacques Latapi, se
llamó Anne Loustaunau. “Por fin conocimos
el segundo apellido de Eugène, lo cual aclara
ciertos mitos”. Vamos a continuar las
investigaciones, mi padre encontró la casa de
la familia y muchos recuerdos de su infancia,
que comentará con ustedes. Izeste es un
pequeño pueblito en los Pirineos, situado en
el Valle d’Ossau a 25 kilómetros de Pau.” (28
de julio).
A continuación describió a su familia,
padres y hermanos; todos ellos viven en Pau
a excepción de su hermano menor, Jean,
quien vive en Canadá. En esta carta empieza
a brotar infor mación sobre nuestros
antepasados; se observa que han tomado en
serio la investigación. La descripción de la
familia Labedan me va dando una idea de
cómo son esos nuevos parientes; se parecen
mucho a los Latapí de México. Me dio gusto
su sugerencia para prolongar la visita con
objeto de recuperar 150 años. A partir de ese
momento, le envié copia de las cartas de Anne
Marie a Pablo mi hermano, para hacerlo
partícipe de estas novedades.
AM: Juan escribió, “…nosotros siempre
tuvimos la idea de que el apellido Latapi se
escribía con una ‘e’ al final y que Eugène se
la quitó”. El 30 de julio, menos de una semana
después de nuestro contacto, se iniciaron las
investigaciones, tanto en México como en
Francia.
Juan informa: “…dos de mis sobrinas
encontraron, con los actuales propietarios,
el certificado de compra de la fábrica de vidrio
en Texcoco en 1858”. Piensa fotografiar una
pintura de Eugène que tiene uno de sus
primos. ¡Así podremos verificar la imagen que
tenemos de él! Tienen también la copia de
un libro en donde mencionan dos veces el
nombre Latapi, como un radical de izquierda
enemigo del gobierno.
Eugène es un personaje apasionante que
no acaba de sorprendernos, ya se metió en
nuestros espíritus y ha movilizado a toda la
familia. ¡Las piezas del rompecabezas familiar
empiezan a encajar mientras estamos
descubriendo la existencia de un gran hombre
de hautes lettres!
JL: A unos días de haber hecho el primer
contacto ya tenemos una buena
comunicación y, en nuestra familia, hay
mucho interés en seguir investigando para
saber más sobre el bisabuelo. Todos mis
hermanos se sorprendieron al conocer las
noticias.
AM: “Gracias por las fotos. Sus
investigaciones son también apasionantes, es
maravilloso el haberte conocido, reconstruir
y localizar poco a poco la historia familiar.
En las actas que hemos consultado en la
alcaldía de Izeste, el apellido Latapi nunca
estuvo escrito con una ‘e’. Hemos
L 200 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
Joseph Brousset (1868-1933), nieto de Joseph Latapi,
hermano de Eugène, vino a México a principios del siglo
XX se casó con Elisa Trigo en 1894 y tuvo cinco hijos:
Joseph, Elisita, Marguerite, Auguste y Albert. Fue cónsul
de Francia en Veracruz, miembro de la Association française,
belge et suisse de Bienfaisance y alojó en su casa a las primeras
religiosas de St. Joseph de Lyon que llegaron al país para
fundar el ”Colegio Francés para señoritas” (actualmente
Colegio Francés de El Pedregal). Las ramas Brousset de
Francia y de México han seguido con gran interés la
investigación sobre Eugène.
descubierto que Eugène se llamó François
Eugène. Su mamá, Anne Loustaunau, murió
joven, el 1 de diciembre de 1833 cuando
Eugène sólo tenía nueve años. Su padre
Jacques fue greffier del cantón de Arudy,
profesión en la que lo sucedió su hijo Joseph.
Encontramos, igualmente, el acta de
nacimiento de una hermana de Jacques
llamada Jeanne Marie, nacida el 4 de
septiembre de 1796. Los padres de Jacques y
Jeanne Marie se llamaron Joseph Latapi
(agricultor de oficio) y Anne Bordelongue.
“Joseph (hermano de Eugène) se casó con
Marie Gramon el 7 de febrero de 1844; Anne
Léonie nació el 1 de marzo de 1845; Jean
Baptiste nació el 24 de junio de 1848. No
hemos encontrado datos del último hermano,
François. Tengo dos muy buenas sorpresas:
“A) Mi tía Marie ha localizado más cartas
de Eugène, ¡es increíble!, las escribió a su
padre y a su hermano. Aún no las tengo en
mis manos pero mi papá las va a ir a buscar”.
“B) Mi prima Yvette (hija de Elisita)
regresó de vacaciones y me dio por teléfono
los nombres y coordenadas de los primos
mexicanos, también me contó su historia:
Joseph Brousset, hijo de Anne Léonie Latapi,
emigró a México donde se casó con Elisa
Trigos y tuvieron seis hijos: Joseph, Elisita,
Auguste, Marguerite, Albert y François. Elisa
Trigos murió cuando nació François; después
de la muerte, Joseph Brousset se regresó con
su familia a vivir a Arudy (a dos kilómetros
de Izeste) con su madre Anne Léonie y su
cuñada Marie (mi bisabuela), que siendo
viuda vivía con tres hijas. Mi abuela y sus
hermanas convivieron muchos años con los
primos mexicanos”.
“Joseph, el mayor, murió en 1914; Elisita
se casó en Arudy y se repatrió a México
(Yvette nació en 1925) y posteriormente
regresaron a Arudy en 1932; Auguste se
quedó en Francia; Marguerite y Albert se
regresaron a México; François murió sin dejar
hijos; Marguerite Brousset se casó con Juan
Izquierdo, y tuvieron tres hijos.” (3 de
agosto).
JL: Es sorprendente saber que tenemos
otros parientes en México, a quienes no
conocemos, y aunque no lleven el apellido
Latapi, trataremos de contactarlos. En esta
carta se sigue observando el gran interés que
Reencuentro familiar y nuevo árbol 201 l
Anne Marie y su papá tienen en obtener
información sobre la familia, lo cual no les
había interesado anteriormente. Los nombres
de los abuelos de Eugène, así como el de su
mamá, vienen a ser en este momento grandes
hallazgos.
AM: A principios de agosto las ligas
familiares se estrechan rápidamente. Juan ya
hizo contacto con la familia Brousset de
México, quienes también se sintieron
sorprendidos. Curiosamente, tanto en
México como en Francia tenemos nombres
comunes: Juan, Juan Bautista, Ana María,
Eugène, Genoveva, José, Francisco, María,
Felipe, Santiago, Juana y Alejandro.
JL: Anne Marie nos comunica las
novedades: “Visitamos la alcaldía de Izeste y
el apellido Latapi nunca llevó una ‘e’ al final.
La mamá de Eugène murió cuando él tenía
nueve años y su hermano Joseph se casó con
Marie Gramon”. Y la gran sorpresa, su tía
Marie encontró 39 cartas que Eugène escribió
a su papá y a su hermano, las primeras desde
las Islas Guadeloupe. Estas cartas, a pesar
de tener 150 años, están bien conservadas;
seguramente nos van a dar mucha
infor mación sobre su vida. ¡Esto es
extraordinario! Por otra parte, hemos ido
agregando los nuevos datos al árbol
genealógico de la familia”. (3 de agosto).
También me envió una foto de su familia:
sus padres, hermanos y hermanas, cuñados,
sobrinos y su esposo Alain Lataste, así como
de sus hijos Sylvain y Alexandre. Por mi parte,
le envié una foto de los ocho Latapí-Sarre.
Seguimos preparando el viaje, para lo cual
estoy animando a mis hermanos para que nos
acompañen, también lo comenté con mis
primos Roberto Latapí Fox y Jaime Latapí.
AM: La transcripción de las primeras
cartas les ha permitido descubrir la vida de
Eugène cuando tenía solo 26 años. Juan me
dice (agosto 14) que su familia me ha
nombrado transcriptora oficial de la familia. Ese
honor me hace sentir calificada con el grado
al que súbitamente he sido promovida. Esto
me motiva en mi lucha diaria con el teclado
de mi computadora, la cual no ha
comprendido por qué de repente se ha visto
asaltada con tanto trabajo. Juan informa que,
además de Pablo y su esposa María Matilde
que viajarán a Europa en esas fechas, al viaje
se nos unirá su hija Genoveva, quien se
encuentra estudiando en Inglaterra. Esta
noticia nos da gusto ya que vamos a conocer
a un Latapi de mi generación.
JL: Anne Marie ha empezado el laborioso
trabajo de transcribir y enviarnos las cartas
de Eugène que, a los 26 años, se hizo cargo
del negocio comercial de su tío en las Islas
Guadeloupe. Mientras tanto el tío muere y él
se enferma, aparentemente de fiebre amarilla;
finalmente decide liquidar el negocio y
regresar a Francia. Son cuatro cartas escritas
desde esa colonia francesa, otra desde el
barco Orinoco a su regreso, y una más desde
Londres en donde desembarcó. Roberto
Latapí Fox nos invitó a su casa para ver la
pintura de Eugène. Este cuadro fue
propiedad de la tía Gabriela Latapí Rangel y
posterior mente de Margarita Latapí
Toussaint.
AM: De una y otra parte del Atlántico,
cada quien pone su piedra para reconstruir
la vida de Eugène. Paulina, sobrina de Juan,
encontró el documento de registro de entrada
a México fechado el 27 de febrero de 1855,
en el cual se describen sus señas particulares:
altura 1.76 m, edad 29 años, color ordinario,
ojos pardos, nariz mediana, pelo castaño,
signos particulares: una cicatriz en el carrillo
derecho.
Juan informa que Anita, su hermana, ha
decidido hacer el viaje con ellos a Pau.
L 202 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
El encuentro de las dos ramas Latapi en el terruño de sus ancestros, también fue un acontecimiento importante para
las autoridades locales, quienes organizaron una recepción en el palacio municipal de la ciudad de Oloron. En la sala
Louis Barthou, el alcalde, junto a otras autoridades, dio la bienvenida a los Latapí mexicanos. En la foto vemos la
salida de los asistentes a la memorable ceremonia.
Caemos en la cuenta del impacto que han
tenido estas cartas y el entusiasmo que han
desatado. ¿Acaso no será este viaje un regreso
a las fuentes?
JL: Nos envía Anne Marie las cartas
escritas desde Limoges, Bordeaux, París, Lot
et Garone y la última desde el Havre el día
en que se embarca para México. También
recibimos los datos de la herencia de su tío.
“Estamos muy contentos de poder
conocerlos próximamente, los esperamos
impacientes para recibirlos y atenderlos en
la búsqueda de sus raíces”. (17 de agosto).
AM: A menos de un mes del reencuentro
todo parece acelerarse. La sed de conocer,
tratar de encontrar el menor detalle que nos
permita conocer mejor nuestra historia
familiar, se ha convertido en el centro de
nuestras preocupaciones. Juan ha estado
enviando a todos los Latapí boletines con los
comentarios sobre los hallazgos.
Por otra parte se saben pocas cosas de
Mauricio, hijo mayor de Eugène, del cual sólo
se tiene una foto con su hermano Juan,
cuando estudiaban en Bayonne. Ésta es una
pista a seguir ya que Bayonne se encuentra a
cien kilómetros de Pau y allí es posible
encontrar otros elementos.
La reunión familiar en Pau será un evento
muy importante; mientras trabajamos en la
elaboración de un expediente, un álbum
fotográfico y el programa del viaje. Su
entusiasmo debe satisfacerse, en su búsqueda,
como la de nosotros, por recobrar el tiempo
perdido.
JL: Anne Marie envío la transcripción de
la totalidad de las cartas de México (agosto
19); en ellas se muestra que su vida transcurría
Reencuentro familiar y nuevo árbol 203 l
con gran movimiento, su audacia, valor, ideas
y ambiciones, lo colocan como un personaje
famoso de la familia Latapí. Lástima que no
pudo lograr todos sus proyectos. Sin
embargo, quedan muchas dudas y preguntas
sin respuesta. Alain, marido de Anne, nos
envió un mapa del sur de Francia indicando
los lugares que se mencionan en las cartas,
lo cual nos ayudará a situar a Eugène en sus
viajes.
AM: El entusiasmo aumenta día con día.
Un sobrino fotografió la pintura de Eugène
que está en la casa de un primo. Estamos
impacientes de ver cómo era este ancestro
ya que hemos buscado en vano su fotografía
en la casa de la familia en Arudy. En Francia
tenemos sus cartas, en México tienen su
imagen; las dos se complementan. Es como
si se recogieran las piezas de un pasado
desarticulado y olvidado.
El intercambio continúa. Las
informaciones fluyen diariamente. “La
fábrica de vidrio en Texcoco fue adquirida
por Eugène en 1858 y se revendió en junio
de 1869. También tenemos el libro de
Primera Comunión de su hijo Juan, fechado
en mayo de 1872 en Bayonne, y un libro de
misa de 1874, mismos que mi papá Juan
Latapi Toussaint me heredó. Esto confirma
la foto de Mauricio y Juan en Bayonne;
debemos continuar las investigaciones en ese
sentido, aunque parece ser que los archivos
han sido destruidos, lo cual impide que
avancemos más rápido”.
JL: “Después de un mes hemos
reconstruido una parte de nuestra historia
familiar y aún quedan muchas
interrogaciones. Hace 150 años las cartas
tardaban dos meses entre Francia y México.
Las investigaciones que ustedes han hecho
son interesantes y, estoy segura que, después
de estudiar las cartas detenidamente,
encontrarán más datos. Eugène fue un
personaje fuera de lo común y su vida la de
un verdadero romano. Mi padre ha encontrado
una serie de documentos; un contrato de
matrimonio (escrito en bernés), actas de
sucesión, la sucesión testamentaria de los
herederos de Jacques Latapi (en la cual
Eugène se hace representar por su cuñado
François Langlet). También envío el borrador
de la carta en la cual Joseph le comunica a
Eugène la muerte de su papá. Con toda esta
información nos vamos formando una idea
de la vida del bisabuelo, quien era un viajero
incansable y ya había formado una familia
con Juanita Rangel. Estoy recolectando en la
familia fotografías de Eugène, Juanita y sus
hijos y, sorpresivamente, hemos encontrado
bastante material, distribuido entre las
diferentes ramas familiares.” (22 de agosto).
AM: Juan comenta que ha venido muchas
veces a Francia, tanto de trabajo como de
turismo, pero nunca al Suroeste, ya que
ignoraba la existencia de sus primos. “Sentimos
que Eugène no nos reuniera antes. Mi
hermano Andrés confirma que también hará
el viaje a Pau”. Estamos a 27 de agosto y
posiblemente vamos a tener en nuestra tierra
bernesa a toda la familia Latapi. ¿Cuántos
vendrán? Quizás tengamos que rentar un
vehículo para transportar a nuestros
huéspedes.
Hemos decidido que esta reunión histórica
se llamará Odisea Latapi y presagia una serie
de aventuras y descubrimientos. Por otro
lado, encontramos una foto antigua, sin
nombre, pero dudamos que sea de Eugène
ya que no coincide con los datos del
certificado de entrada a México. Por eso
esperamos con impaciencia la fotografía de
la pintura.
JL: A principios de septiembre se inicia la
salida, Pablo ya salió para Europa. Mi
L 204 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
Algunos periódicos locales (Sud Ouest, La République des Pyrenées, L´Eclaire ) dedicaron espacio para difundir la noticia
sobre el encuentro. Calificaron de histórica, de importante para conocer los flujos migratorios de los berneses, en fin
rehicieron la historia: “Cuatro mexicanos apellidados Latapi encontraron en Oloron sus lejanos parientes. Todo comenzó
en realidad con Eugène Latapi que en 1854...” La fecha del encuentro fue el jueves 20 de septiembre de 2001.
Reencuentro familiar y nuevo árbol 205 l
preocupación está centrada en el viaje y la
reunión Odisea Latapi. Mis hijos Gonzalo e
Ivonne han mandado hacer unas playeras con
la leyenda ODISEA LATAPI 2001. Aprovechando
la cercanía de las fiestas patrias voy a llevar
adornos mexicanos incluyendo un adorno de
papel picado. También será imprescindible una
botella de tequila. Todo parece indicar que
Anita, mi hermana, también viajará. Esto le
da un cariz especial al viaje, ya que los
hermanos no habíamos hecho un viaje juntos
desde que éramos niños. La frecuente
comunicación con mi sobrina Anne Marie
nos ha dado mucha familiaridad y, debo
confesar, que me he encariñado con ella.
AM: El entusiasmo de la Odisea Latapi se
ha extendido; Carmelita, hija de Anita que
vive en Canadá, está también considerando
la posibilidad de unirse al grupo. Estamos
reflexionando activamente en la organización
para que se desarrolle lo mejor posible. Unos
días después, nos dice Juan que ni Anita ni
Carmelita vendrán debido a un problema de
salud de su esposo Agustín. Esta triste
decepción nos recuerda una frase de Eugène
en uno de sus últimos escritos: esperar contra
toda esperanza.
JL: Finalmente Anita decide
acompañarnos. Así que el 16 de septiembre
saldremos para Francia, Andrés, Anita y yo
para llegar el 21 a Pau. Allí llegarán
directamente Pablo y María Matilde que se
encuentran en Praga, en donde le entregaron
a Pablo un importante premio como
reconocimiento a su labor en el campo de la
educación. Genoveva viajará de York, en
donde estudia, para llegar a Pau el 23. Anne
Marie me dice que han planeado la reunión
Odisea Latapi para ese día.
Debemos hacer todavía arreglos para el
viaje. Con datos obtenidos en el último mes
estamos actualizando el árbol genealógico ya
que debo hablar sobre ese tema. Observamos
sorprendidos cómo ha crecido dicho árbol.
(7 de septiembre).
AM: Como el encendido de una mecha,
se ha iniciado la cuenta regresiva. Solamente
nueve cortos días nos separan del reencuentro.
Juan me dice que está actualizando el árbol
genealógico con cierta sorpresa. Parece que
los Latapí son más prolíficos de lo que creía.
La tensión aumenta y la movilización de
todos para este reencuentro es impresionante.
Después de muchas semanas los
intercambios por Internet nos han permitido
crear entre nosotros una complicidad y un
deseo recíproco de conocer mejor nuestras
raíces familiares. Espontáneamente hemos
tejido una fuerte liga familiar y un profundo
afecto que se deja ver en los correos por
Querida sobrina y Querido tío Juan.
JL: Hablé con Andrés y Anita; estamos
de acuerdo con que el ataque terrorista en
Nueva York no nos va a detener, quizá sólo
nos origine molestias en los aeropuertos. Ya
ter miné el árbol genealógico y nos
encontramos con más de trescientos
descendientes de Eugène. Las reservaciones
de hoteles, tanto en París como en Pau, están
confirmadas. Por una casualidad hemos
escogido en Pau el hotel El Renacimiento. (13
de septiembre).
AM: Hace unos días, los acontecimientos
del 11 de septiembre nos hicieron pensar que
nuestro reencuentro no se llevaría a cabo.
Afortunadamente no altera los planes, y con
gusto sabemos que finalmente Anita podrá
participar en el viaje. Juan confirma, y
describe, los planes del viaje. Él nos precisa
que con expectación se espera una fecha
histórica, lo cual confirma el carácter
excepcional de nuestro reencuentro. Los
L 206 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
En 1957, Carmen Latapí Estévez, hija de Eugenio Latapí Rangel, y su esposo Carlos Belauzarán reconstruyeron un
árbol genealógico con lo que entonces se sabía sobre Eugène y sus descendientes.
sentimientos de nerviosismo y de entusiasmo
de nuestros primos del otro lado del mar son
idénticos a los nuestros, en menos de una
semana estaremos reunidos.
JL: Recibo la última comunicación de
Anne Marie. Todo está listo, todo parece
marchar bien. Ahora la pregunta es ¿cómo
serán nuestros parientes franceses y cómo
nos recibirán? El optimismo nos hace pensar
que el reanudar el contacto entre los
descendientes de Jacques, Eugène y Joseph
será un hecho maravilloso y, además será
precisamente en la tierra donde nacieron. De
no saber ni el nombre correcto del bisabuelo,
en poco tiempo hemos aprendido muchas
cosas de su vida y estamos descubriendo
nuestras raíces, así como a otra parte de la
familia. (14 de septiembre).
AM: Último e-mail antes de su salida,
nuestra próxima comunicación será verbal,
en el aeropuerto de Pau-Pyrenées. ¡Es
increíble y formidable, todo ha sucedido muy
rápido, en menos de dos meses, no por correo
marítimo sino por e-mails! Es una verdadera
dicha que un día de julio encontré, y
reencontré a un tío y a toda una familia en
México, esto es un verdadero tesoro que no
olvidaré ni olvidaremos jamás.
El reencuentro
A media mañana del día 20 de septiembre de
2001, llegaron al Aeropuerto de PauPyrenées: Anita, Andrés y Juan Latapi Sarre.
Allí los recibieron entusiastamente, con
banderitas mexicanas, Anne Marie y Alain su
marido, Edmond Labedan y Jeanne su
esposa, Ariane Bruneton, Sylvain y Alexandre
Lataste.
Desde el primer momento se estableció
entre todos una corriente de afecto y
familiaridad. Pablo Latapí Sarre y María
Matilde llegaron al hotel al medio día, después
hubo una comida en casa de los Labedan con
un delicioso Confit de Canard acompañado de
vinos Jurançon y Madiran, así como un queso
de leche de brebis (borrego), todos de la
región.
Durante esos días el grupo visitó Izeste
(en donde visitaron la tumba de Jacques y
Reencuentro familiar y nuevo árbol 207 l
Joseph, así como la casa donde nació
Eugène), Arudy, Biele, Eaux Chaudes y
Bayonne. Subieron a los Pirineos y en
Oloron-Ste Marie fueron recibidos por el
alcalde en una ceremonia for mal de
bienvenida, en donde, además, les ofrecieron
una comida, con el platillo típico de la región,
el garbure. Oficialmente Edmond Labedan
hizo entrega, a los familiares mexicanos, de
los originales de las cartas de Eugène, las
cuales fueron recibidas como un tesoro.
El 22 se celebró la Odisea Latapi en la
granja de Geneviève Labedan y su esposo
Michel, en Lasseube, con asistencia de todos
los Labedan (excepto Jean, quien telefoneó
desde Canadá), todos se pusieron las playeras
que llevaron de México. También asistieron
Yvette Condou Brousset con su marido Ivon
(quienes viven en Tolouse) y Ariane
Bruneton. A la hora de la comida llegó
Genoveva Latapí desde Inglaterra. Se remató
con una comida y hubo discursos, cantos,
regalos y, sobre todo, gran alegría y euforia.
Fue un gran reencuentro de las familias francesa
y mexicana, reunidas por primera vez después
de 150 años, aunque, por su trato, parecía
que hacía poco tiempo que dejaron de verse,
dejando en sus corazones gratos recuerdos.
El día 23, antes de separarse, todo el grupo
asistió a una misa en Lourdes. De esta forma
se inició una nueva relación, que ya se ha
extendido a los miembros de la familia y que,
seguramente continuará en las siguientes
generaciones.
3
Reconstrucción del árbol genealógico
A principios del Año 2001, en el árbol
genealógico de la familia Latapi habíamos
detectado 592 familiares, descendientes de
Eugène Latapi y su esposa Juanita Rangel.
Después del descubrimiento de las cartas
de Eugène y las investigaciones realizadas,
tanto en México como en Francia,
encontramos la existencia de otros 304
parientes, remontándonos al abuelo de
Eugène, Joseph Latapi y su esposa Claire
Bordelonge, incluyendo a Joseph Latapi
Loustaunau y sus descendientes, entre los que
están los Labedan y los Brousset, tanto de
México como de Francia. También se
incluyeron los descendientes de Mauricio
Latapi Rangel, los cuales desconocíamos, y
que habitan en Francia y Alemania.
Posteriormente encontramos en México a
Rolando Latapí y su familia, hijo adoptivo
de Víctor Latapí Contreras.
El árbol genealógico aumentó de 546 a
839 personas. En la Convención Latapí
celebrada en febrero de 2002 ya asistieron
parientes de nuevo encuentro, lográndose
una asistencia de 280 personas.
A continuación se presenta un cuadro
sintetizado mostrando, por una parte, los
familiares ya conocidos y por otra, los
parientes encontrados a partir de la fecha
referida. Solamente se mencionan los
nombres de las cuatro primeras generaciones
y, en las demás, se muestran solo cifras.3
Compilado por Juan Gómez Gallardo.
L 208 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
Maurice Latapí (de Rennes). Anne-Marie Lataste se dio a
la tarea de buscar a los descendientes de Mauricio Latapí
Rangel. Con apoyo en el directorio telefónico y con un
golpe de suerte, contactó en Rennes a Maurice (en la
fotografía), nieto de Mauricio Latapi Rangel e hijo de
Marguerite-Anne-Jeanne. Este escribió emocionado (7 de
febrero de 2002) “Jamás encontraremos las palabras para
expresarles a Anne-Marie y Alain Lataste nuestra inmensa
gratitud e infinito reconocimiento, y los acompañamos
en la gran felicidad de sentirse finalmente reunidos. Dejo
al destino la alegría de reunirnos lo más rápidamente
posible sea en Europa o en América, a fin de que podamos
reencontrarnos y descubrirnos ante los inmensos
recuerdos que compartimos.” (...) “¡Qué increíble felicidad
nos concede el Cielo a todos, por arriba de los océanos,
de reencontrarnos, unidos tan fraternalmente los unos a
los otros, por los fuertes lazos del corazón y por el “oro
de la memoria” que hace volver a la vida a nuestros
queridos antepasados! Nuestros corazones permanecen
afectuosos, cómplices y vivos, a pesar de los años que
vuelan. Es un milagro del amor que nuestros sentimientos
y pensamientos cancelen el tiempo y las distancias.”. En
septiembre de 2003, Juan Latapí Sarre lo contactó
personalmente en Francia.
En la investigación sobre Eugène participaron varios
investigadores de la Universidad de Pau especializados
en la emigración francesa hacia América Latina, entre ellos
Ariane Bruneton (en la foto), Michel Papy y Jeanne Soust.
Ariane, con Edmond y Jeanne Labedan, comenta la
pintura de Eugène –sostenida por Anne-Marie- que
adorna la portada de este libro.
Contamos con la generosa colaboración de Javier Pérez
Siller quien acompañó y coordinó el proceso de
investigación, redacción y edición de este libro. Su
publicación se hace en homenaje al 180 aniversario del
natalicio de Eugène Latapi: 13 de julio de 2004.
Reencuentro familiar y nuevo árbol 209 l
Convención
L 210 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
Latapí 2004
Asistentes a la “Convención Latapí ” de febrero de 2004
que reunió a 280 miembros de la familia; en ella se informó
de la investigación en curso sobre Eugène y se obtuvo el
apoyo financiero para la publicación de este libro, en
Edición no comercial. A la Convención anterior (2002)
vinieron a México, en representación de la rama francesa,
Anne-Marie y Alain Lataste.
Reencuentro familiar y nuevo árbol 211 l
Resumen del árbol genealógico de la familia Latapí
(nueve generaciones)
1a
2a
3a
4a
Joseph Latapi
0
Claire
Bordelongue Jacques Latapi
Joseph Latapi Anne Léonie Latapi
Anne Loustaunau Marie Arribere Simeon A. Brousset
Jean Baptiste Latapi
Marie Eugene Turon
Anne M. Latapi
François Langlet
Eugène Latapí
Juanita Rangel
Maurice Latapi
Marguerite Delmouly
Víctor Latapí
Guadalupe Trell
Fernando Latapí
Pilar Contreras
Gabriela Latapí
José Jiménez
Eugenio Latapí
Aurora Estévez
0
Totales conocidos actualmente
2
5
0
4
8
30 46 28
10 47 88 197
4
0
10 17 26 17
1
0
11 25
37 23
0
0
2
5
4
Se conocieron a partir de la investigación
0
8 14 34 65 56
0
Juan Latapí
Guadalupe Toussaint
Janne M. Latapi
Jean P. Mirande
François Latapi
5a 6a 7a 8a 9a Total
9
12 22 64 111 84 293
2
11
32 89 251 237
6
20
44 111 315 348 88 839
4 546
En este resumen actualizado del árbol genealógico se distinguen los descendientes mexicanos de Eugène que se conocían
antes de esta investigación (en normales), y los que ahora conocemos (en negro). El total de Latapí mexicanos vivos es
actualmente de más de 500, e incluye miembros de la segunda generación hasta la séptima.
Notas: 1.- Incluye a los parientes políticos. 2.- Actualmente viven 730 miembros de la familia. 3.- Elaborado en
Mayo de 2004
L 212 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste
De la biografía a la historia de familia
Javier Pérez Siller
De la biografía a la historia de familia
l
L
Javier Pérez Siller
Existen familias sin historia
pero no hay familias sin memoria.
as relaciones entre la historia de
vida y la social son tan complejas
que no se pueden limitar a los
acontecimientos del individuo y
de la sociedad; ¿quién condiciona a quién? La
pregunta es pertinente ¿hasta dónde el
individuo puede influir en los procesos de la
sociedad en que vive?, ¿cuáles son los límites
que tiene?, ¿de qué manera los procesos
sociales e históricos reducen o potencian sus
capacidades? A lo largo del libro nos hemos
enterado del contexto histórico, social,
político, cultural y familiar en el que vivió
Eugène, de su itinerario, sus empeños y
personalidad. Sin embargo, la falta de
información —de materia histórica— nos
obliga a describir su vida y presentarla al
interior del conjunto, mientras que lo óptimo
sería identificar la relación del hombre con su
tiempo, la influencia del tiempo y las
circunstancias sobre el hombre y su obra;
comprender el sentido y significado de una
vida, revelar su mensaje.
L
Métodos y fuentes novedosas
La reconstrucción del pasado se hace a partir
de las huellas que los hombres dejan a lo largo
de sus vidas. Eso constituye la materia histórica
que orienta y limita la comprensión del
pasado, y exige el uso de métodos adecuados.
Para esta investigación fueron cuatro las
fuentes principales que pudimos explotar,
algunas de ellas poco utilizadas por los
investigadores, como son: la correspondencia
privada, en este caso las cartas a su padre
Jacques; la correspondencia legal, el libro de
cartas del albacea; las fotos de familia; y una
impresionante documentación de la época.
Las fuentes han condicionado el estudio y
tienen su impacto no sólo en la escritura de
sus resultados, con estilos que varían según el
temperamento de cada autor de capítulo, sino
en el alcance y penetración sobre la historia
de vida de nuestro personaje. Las cartas nos
acercan a lo íntimo, al gesto solitario del que
De la biografía a la historia de familia
l
replegado sobre sí desea comunicar a otro su
realidad, sus vivencias, sus emociones,
transmitirle sus afectos. Así imaginamos la
relación que tenía con su padre, los reproches,
pero también el respeto y el profundo cariño.
Esta veta de los afectos de Eugène ha sido
poco explotada en el libro, aunque está bien
representada. La correspondencia epistolar da
para más y su empleo en la investigación es
novedoso pero limitado.
Lo mismo se puede decir de las cartas del
albacea que merecen una mayor atención. Ellas
pueden revelar las redes de relaciones que
Eugène estableció desde su práctica como
director primero, y propietario después, de la
fábrica de vidrio. Y enriquecer así la historia
sobre la actividad empresarial que logró
desarrollar. No sólo para responder a
preguntas elementales como la importancia
que tenía la fábrica en Texcoco, su impacto
local, regional y nacional, sino para ver el
conjunto de relaciones humanas que se
esconde tras una práctica económica, sus
implicaciones sociales y familiares. Toda una
red de sociabilidad basada en intereses, anhelos
y afectos que se tejen cuando el hombre
trabaja, gana el pan de cada día, sustenta una
familia y busca legarle un patrimonio...
Las fotografías de familia son un género
de fuente para el investigador poco utilizada
1
en historia. El esfuerzo que representa
arrancar las fotos de un viejo álbum no es
físico, sino emocional, pues se desprende y se
confía a otro la imagen de nosotros mismos,
de nuestra memoria familiar. En este libro ellas
forman, ahora, un verdadero álbum de familia
que muestra los rostros y posturas de los
miembros de tres generaciones de Latapí que
merecen atención particular, un estudio
detallado no sólo a nivel de su manufactura,
pues se trata de fotos tomadas en los orígenes
de esa práctica y que nos permiten cuestionar
el medio y preguntar ¿qué relaciones tuvieron
esos fotógrafos con el daguerrotipista
Eugène?, ¿cuál era el comercio de retratos en
esa época?, ¿hasta qué punto el retrato se
convierte en elemento íntimo y se introduce
en la esfera privada del hogar? También
habría que verlas con la mirada del que lee en
las imágenes lo que ellas enuncian: momentos
fijos, cristalizados, poses que revelan
personalidades, formas de ser; grupos que se
reúnen en ocasiones memorables y quedan
para la posteridad...
Como señala Ariane “hay fuentes —para
la historia de los hombres— que se esconden,
otras que duermen, otras en fin que no
2
queremos ver”. Las cartas, el libro del albacea
y las fotografías de familia son de ese género.
Si pudimos conseguir esas raras fuentes fue
gracias al método que seguimos: reconstruir
la historia familiar con los mismos familiares.
Un gesto usual al interior de algunas familias
que buscan sus raíces, pero que articulado con
el quehacer del historiador puede dar
resultados extraordinarios.
1 El colombiano Armando Silva nos regaló un libro pionero en este género de estudios, Ver:
Álbum de familia. La imagen de nosotros mismos, Bogotá, Grupo Editorial Norma, 1998.
2 A. Bruneton Governatori, “Lettres et correspondances d’émigrés (XIXe-XXe siècles). Une source à recueillir
et exploter”, en Par monts et par vaux. Migration et voyages, Montbrison, VIII Festival d’Histoire, 2001,
pp.85-105.
L 216 Javier Pérez Siller
Luces y sombras: pistas para comprender al
personaje
Eugène Latapi Loustaunau nació en 1824,
pertenece a una generación de pioneros que
se lanzan a descubrir nuevos mundos, a
sembrar semillas, hacer proyectos, una
generación impaciente, impulsiva que
emprendió muchas cosas, pero que no las
consolidó como: el 48, la primavera de los
pueblos o la Reforma mexicana... Se trata de
una generación de cambio, sembradora de
esperanzas. ¿Fue Eugène un representante de
esa generación?
Al igual que su acta de nacimiento, que una
parte queda en una hoja y la otra en el dorso,
así transcurrió su vida entre Francia y México;
vivió en dos realidades. En este libro poco
logramos investigar sobre la vida en Francia,
en Bayona, en Eaux Chaudes, en Arudy, en
Izeste. Las huellas que poseemos nos autorizan
a seguir su itinerario a partir de los 26 años y,
con más certezas, de su llegada a México, a
los 30; un hombre ya maduro para la época.
Pero no sabemos ¿cómo vivió su infancia?,
¿qué ambiente tenía en casa?, ¿qué tipo de
estudios realizó?, ¿en qué momento se
desprendió de su familia?, ¿cuál fue su
evolución sentimental?, ¿qué relaciones
afectivas, sociales y políticas tejió?...
numerosas incógnitas que quedan por
investigar y que nos devolverían a un hombre
de carne, huesos, espíritu y pasiones.
En su itinerario mexicano aún hay sombras.
Su quehacer como fotógrafo no ha sido
evaluado. Vimos que entre 1855 y 1863
participó en la creación de un oficio artísticocomercial que iniciaba en México, pero
ignoramos hasta qué punto contribuyó a él:
¿cuáles fueron sus aportaciones?, ¿cómo
desarrolló su práctica?, ¿cuáles sus relaciones
con el medio de fotógrafos?, ¿qué clientela
tuvo? Suponemos que tenía una clientela
adinerada que le dejó ganancias suficientes para
financiar sus numerosos viajes, por lo que nos
preguntamos: ¿estableció alguna relación con
esos personajes que lo consolidaron como
fotógrafo y le abrieron el mundo empresarial
o político? Y, después de ocho años de ejercer
un oficio, tristeza para el investigador, ¡sólo
tenemos una foto! a pesar de que se
consultaron numerosos fondos de imágenes.
Urge continuar la búsqueda en colecciones
privadas o familiares.
También merece la pena ver más a fondo
las relaciones que Eugène estableció con sus
compatriotas. Si no fue un elemento típico —
emigrante en cadena, por razones de pobreza,
con oficios mínimos, etc...—, su caso es
significativo para la historia de la emigración
francesa hacia México y aporta muchas luces
sobre las relaciones al interior de la “colonia”
y la integración de los galos a la sociedad de
recepción. En sus diversas prácticas lo vemos
asociado con franceses: en la fotografía,
primero con Martel y luego con Prevot; en la
fábrica de vidrio, lo vemos junto a Zoller,
Mayer y Frantz; escribió un artículo para
L’Estaffete; fue electo vocal de la Societé de
Bienfaisance. Lo que sugiere una “carrera” in
crescendo al interior de la “colonia francesa”
donde fue respetado, conocido y alcanzó un
lugar entre los miembros más activos; ¿hasta
qué punto es una carrera singular para otros
inmigrantes?, si su nivel cultural y económico
lo favorecieron ¿pesaría también su origen
regional? Con esas prácticas permaneció unido
a su cultura materna, pero a diferencia de
muchos compatriotas que como norma
idealizaron la endogamia, Eugène forma una
familia mexicana, ¡y qué familia!; lo que sugiere
una voluntad de integrarse a la sociedad de
De la biografía a la historia de familia
217
l
recepción y, desgraciadamente, no conocemos
su vida ni entre la sociedad metropolitana, ni
la de Texcoco; seguramente asistió en más de
una ocasión a fiestas sociales, conciertos,
ceremonias, obras de teatro, exposiciones,
otro campo virgen a explorar.
Lo mismo puede decirse del proyecto
sobre el ferrocarril de Sonora, del que no
contamos con evidencias concretas. En fin,
quedan aún sombras sobre su participación
con el grupo de franceses socialistas, en
particular con René Masson. Un tema
apasionante que en sí mismo merece ser
indagado, pues si ciertamente fue encarcelado
por el gobierno conservador en marzo de
1859 —junto a sus “amigos” que se considera
son esos compatriotas perseguidos por su
militancia en la causa republicana—, él mismo
reconoce que su detención fue injustificada y
exige una indemnización a la Comisión
Imperial de Reclamaciones. Además, es muy
extraño que si colaboró con Masson, no
aparezca en su periódico ninguna noticia
necrológica después de su muerte. Si
perteneció a ese grupo o no, es la pregunta
para investigar y devolvernos el ambiente de
esa generación de sembradores y luchadores
por un cambio...
Eugène en la intimidad familiar
El temperamento, la personalidad y el genio
de Eugène emergen como temas a descubrir
en su itinerario, pero poco sabemos sobre
cómo se nutrieron y las tensiones que
desarrolló. Un caso excepcional es la relación
que estableció con su familia de Izeste, ¿por
qué no regresó jamás a su pueblo?, en otros
términos ¿cuáles fueron las razones de la
separación familiar por varias generaciones?
L 218 Javier Pérez Siller
El libro aporta algunas pistas: la relación
conflictiva con Jacques, la preferencia que éste
tenía por su primogénito Joseph, el sentirse
relegado y sin futuro, la deuda permanente con
su padre, aspectos que ciertamente se
redimensionan con la falta de tendresse hacia
Juanita y su familia mexicana. Hay, sin
embargo, otras pistas que pueden relativizar
el peso de esas circunstancias. Por ejemplo,
no se ha indagado la relación entre los
hermanos. Eugène manifiesta más cariño por
Annette, a quien visitó en dos ocasiones antes
de instalarse en México, y notifica un encuentro
fallido con su cuñado François Langlet,
mientras que jamás regresó a Izeste desde la
muerte de su tío François, en 1851. ¿Cuál es el
motivo para no ir a su casa materna a pesar
de estar a unos cuantos kilómetros de ella, en
un viaje desde México? La relación con Joseph
puede dar algunas respuestas. En dos
ocasiones sus cartas revelan fricciones entre
ambos: la primera es cuando le reclama la
inversión de un dinero común en la compra
de un terreno, “me hubiera rendido más en la
Guadeloupe”. La segunda es a la muerte de
su padre cuando Joseph le pide una carta
poder para solucionar la herencia en un tono
casi amenazador. Sombras sobre las relaciones
familiares a indagar aún y cuyas consecuencias
se reflejaron en la ignorancia entre sus
descendientes que viven en México: los Latapí
y los Brousette. Y que con esta investigación
¡se re-descubrieron!
Sombra más inquietante fue el paradero de
su primogénito Maurice y encontrar la razón
por la que se quedó a vivir en Francia.
Sabemos del esfuerzo de Eugène por darle
una educación sólida, imaginamos los
sacrificios de Juanita al verse separada de su
primogénito a una temprana edad, y luego de
Juan, su segundo hijo. Los dos regresan a
México. Pero Maurice parte nuevamente;
desconocemos los motivos, aunque sabemos
que Madame Boudet, persona a quien Eugène
confió la educación de sus hijos en París, legó
una herencia respetable a Maurice... Hay
indicios de que la relación con México no se
rompió. En la investigación se encontraron
tres cartas postales de Fernando Latapí Rangel
a su sobrina Marguerite, hija de Maurice, a
quien, por cierto, Fernando envió un ropón
para el bautizo de sus hijos. Historias
memorables y afectivas que portan los
objetos: ¡sus descendientes aún lo utilizaron
el año pasado! aunque la relación ya se había
3
perdido.
Mayor oscuridad pesa, desgraciadamente,
sobre la historia de Juanita. La investigación
no aporta elementos para conocer su vida, su
origen, el medio familiar en el que nació y se
desarrolló. No sabemos siquiera la
composición de su familia y quedan dudas
sobre el nombre de sus padres. ¿Cómo se
conocieron realmente?, ¿cuál fue su relación
amorosa con Eugène?, ¿cuál su afecto
maternal? La vemos junto al albacea
recuperando el patrimonio, pero no más. Lo
que sí sabemos de Juanita es que logró
consolidar una familia, cimentar en cada uno
de sus miembros valores y principios tan
sólidos que se han transmitido ya a varias
generaciones. Aplicó con todas sus fuerzas la
conseja de los pedagogos: “al educar a tus
hijos piensa en tus nietos...”
Indagar el pasado es verse por dentro
El método de reconstruir el pasado con la
conciencia de que somos sus portadores,
genera procesos profundos. Fue un
procedimiento de reconstrucción de la
memoria que pasó de la búsqueda de
documentos, a las emociones que despertaron
las nuevas informaciones sobre el pasado de
Eugène y a los encuentros entre sus
descendientes, hasta entonces desconocidos;
las imágenes que se tenían sobre el pasado
familiar se van transformando, las nuevas
fantasías se abren paso deshaciendo algunos
mitos, creando otros, mientras se fortalece un
nuevo sentimiento de pertenencia e identidad.
De la biografía se transita así a la historia
de familia. Y la familia, se puede convertir en
laboratorio para estudiar la sociedad y sus
mecanismos, para comprenderse como sujeto
histórico. ¿Será que la globalización tiene un
impacto profundo en la seguridad de las
personas y las motiva a replegarse en los
rincones donde se nutre su identidad? La
búsqueda de los orígenes es el gesto que
reproducen los individuos, los grupos y las
sociedades cuando se han sacudido los
cimientos que mantenían su estabilidad. Y hoy
se vive un cambio no sólo de generación, de
modas intelectuales o culturales, de ideologías
y paradigmas, se vive un cambio de horizonte
histórico que exige redefinir las relaciones que
mantienen los individuos con su entorno, con
el “otro”, con los “otros”, con la sociedad,
3 Relata Juan Latapí Sarre que el ropón fue utilizado por Bertrand Souleau, bisnieto de Marguerite, el año
pasado al bautizar a su hija Agate.
De la biografía a la historia de familia
219
l
con la naturaleza y con su pasado. ¿Qué
relaciones fomentar para este nuevo milenio?,
¿cuál será el lugar que ocuparán los individuos
y el rol de las familias en él?
El resultado más trascendente de esta
investigación puede dar algunas respuestas. Me
refiero al encuentro entre individuos, ahora
familia, que no se conocían. Como lo refiere
Pablo: “no sólo fue un encuentro para
identificarnos como parientes, sino un
verdadero reencuentro de familias muy
semejantes, con valores humanos y cristianos
que compartimos. El aprecio y el afecto fueron
creciendo por ambos lados a medida que nos
L 220 Javier Pérez Siller
conocíamos mejor...”. Y lo confirma Anne
Marie: “mis familiares se interesaron mucho,
me preguntan sobre las nuevas informaciones
y me dicen que debemos escribirlo”. La
identificación y la emoción se genera por la
comunión en principios, valores, prácticas y,
ahora, por la titánica tarea de reconstruir la
memoria familiar. De hecho, para gozo de
todos, el 16 de octubre próximo se prepara
el encuentro histórico entre todas las ramas
de la familia, la cita será en Izeste. Será un
evento memorable y un espacio más donde
continuará el gesto de reconstruir la memoria
familiar...
CRONOLOGÍAS*
Francia
Eugène Latapi
México
1815
Junio 8: Inicia la Segunda
Restauración. El gobierno de Louis
XVIII (1814-1824) aplica una política
de terror blanco contra los
revolucionarios y adeptos a Napoléon
(setenta mil arrestos y muchos
generales bonapartistas fusilados).
Septiembre 28: Se crea la Santa
Alianza, dirigida por Austria: agrupa
a Rusia y Prusia. Se les une España y
Francia. Reprimirá movimientos
nacionalistas entre 1821 y 1849, y
amenazará las independencias de las
antiguas colonias hispanas.
Abril 20: Matrimonio de Jacques
Latapi, de 20 años, y Anne
Loustaunau de 24. En el contrato se
estipula que, a cambio de heredar la
casa Loustaunau, Jacques se
compromete a mantener y dar techo
a su suegra Anne de 60 años, y a su
cuñada Marie de 36, mientras vivan.
Diciembre 22: Después de suceder
a Hidalgo en la dirección del
movimiento insurgente, emitir los
Sentimientos a la Nación en el
Congreso de Chilpancingo,
septiembre 1813, y redactar la primera
Constitución mexicana, Apatzingán,
el “Siervo de la Nación”, José María
Morelos fue aprehendido y fusilado
por las tropas realistas. Termina así
una etapa de la lucha armada y
popular por la independencia.
1816
Abolición del divorcio en Francia.
Diciembre 1: Nace el hermano
mayor de Eugène, Joseph, en Izeste.
Muere Joseph Latapi, abuelo de
Eugène.
Llega a México el Virrey Juan Ruíz
de Apodaca, con ánimo conciliador,
para sustituir a José María Calleja,
perseguidor de los insurgentes.
1819
Enero 13: Jacques es nombrado
greffier du juge de paix du Canton d’Arudy.
Marzo 25 Nace su hermana Anne.
1821
Desde la invasión de España por las
tropas de Napoléon, 1808, el imperio
español vive un proceso de
desarticulación. Entre 1821 y 1830 se
consuma el nacimiento de nuevos
países.
Mayo 5: Napoleón I muere cautivo
en Santa Elena. La Revolución Liberal
inicia en Europa, y con ella el mito
del gran general.
*
Agosto 24: Firma de los tratados de
Córdoba y el recién llegado nuevo
Vir rey, Juan de O’Donojú que
reconocen la independencia, aunque
“se ofrecerá la corona al rey Fernando
VII o al que las cortes del Imperio
designen”.
Septiembre 27: Entrada triunfal del
Ejército Trigarante a la ciudad de
México, con Iturbide como jefe
supremo.
Se
consuma
la
Independencia.
Elaboración y diseño de Javier Pérez Siller con la ayuda de Paulina Latapi Escalante
Cronologías
l
Francia
Eugène Latapi
México
1822
Octubre-Dic: Congreso de la Santa
Alianza en Verona. Francia es
encargada de poner fin a la revolución
liberal en España y restablecer la
monarquía.
Diciembre 12 Los Estados Unidos
reconocen las independencias de los
nuevos países de América.
Julio 21: Agustín de Iturbide es
coronado emperador de México.
Diciembre 2: En Veracruz, el general
Antonio López de Santa Anna se
levanta en ar mas y pide el
restablecimiento del Congreso y la
República, disueltas por Iturbide el 2
de noviembre.
1823
Septiembre 22: Las tropas francesas
ayudan a Fernando VII para recuperar
el trono de España.
Diciembre 2 El presidente de
Estados Unidos se opone a toda
intervención europea en América y
se compromete a no intervenir en los
problemas europeos.
Abril: El levantamiento de Casa Mata,
dirigido por Santa Anna, Nicolás
Bravo, Guadalupe Victoria y Vicente
Guerrero, triunfa; se elige un
Congreso y un Supremo Poder
Ejecutivo.
1824
Septiembre 16: Muere Louis XVIII, lo
reemplaza su her mano bajo el
nombre de Charles X, que gobernará
de 1824 a 1830, apoyado en la Iglesia
y los ultra conservadores.
Julio 13: Nace Eugène en Izeste a las
cuatro de la mañana. En la casa viven:
abuela materna, Anne, tía materna,
Marie, mamá, papá y dos hermanos
mayores: Joseph de ocho años, y
Anne, de cinco.
Octubre 4: Se promulga la segunda
Constitución del país: republicana,
federalista y bicameral, con periodos
presidenciales de cuatro años y
México vicepresidencia. Guadalupe
Victoria (Miguel Fernández Félix) es
electo primer presidente y Nicolás
Bravo, vicepresidente.
1825
Abril 27: Se vota una ley para
indemnizar a los ricos que emigraron
y fueron expoliados por la revolución.
En total reciben 30 millones de
francos de renta.
Marzo 24: Muere Anne Jaulet
Ayxage, la abuela materna. Eugène
tiene ocho meses.
Enero La Gran Bretaña reconoce la
independencia de México y Colombia.
Noviembre 18 Se rinde el último
reducto español en México, ubicado
en San Juan de Ulúa.
1827
Mayo 8: Sebastián Camacho,
Ministro de Relaciones Exteriores,
firma en París un acuerdo comercial
y de amistad con Francia.
Diciembre 1: Alexandre Martin es
nombrado cónsul general en México.
Diciembre 20: El Congreso decreta
la expulsión parcial de los españoles
de México decreta la expulsión parcial
de los españoles de México.
L 224 Cronologías
Francia
Eugène Latapi
México
1828
Abril 29: Muere Claire Bordelongue,
abuela paterna. Eugène tiene tres años
con nueve meses.
1830
Agosto 28: Presionado por los
intereses comerciales, Louis-Philippe
reconoce la Independencia de México
y desecha la política que lo ligaba a
España y la Santa Alianza, opuestos
a esa medida.
Mayo 16: Charles X disuelve la
Asamblea Nacional, censura la
libertad de prensa y restringe el voto.
Junio-Julio El ejército francés
conquista Argelia y establece una
colonia.
Julio 26-29: Sublevación que se
generaliza en las principales ciudades
(Paris, Lyon, Marseille, etcétera);
jornadas que se conocen bajo el
nombre de Les trois glorieuses.
Agosto 9: Charles X es obligado a
abdicar.Louis Philippe d’Orleans, el
rey burgués lo remplaza. Inicia la
Monarquía de julio (1830-1848) que
aplica una política de conciliación e
industrialización.
1831
Marzo 13: Representantes de México
y Francia, firman un tratado comercial
que no será ratificado por el Congreso
mexicano.
Noviembre 21-24: Revuelta de los
tejedores de seda en Lyon, les canuts,
que fueron reprimidos en un baño de
sangre.
1832
Tras la muerte del duque de
Reichstadt (1811-1832), hijo de
Napoléon I y María Luisa de Austria,
el sobrino del emperador, Luis
Napoleón Bonaparte, asume el
liderazgo de la causa bonapartista.
1833
Diciembre 1: Muere su madre, Anne
Loustaunau. Eugène tiene nueve años
y cuatro meses.
Marzo 30: Antonio López de Santa
Anna es electo presidente; gobernará
(1833-1835) junto con Valentín
Gómez Farías, como vicepresidente.
Aplicación de las primeras reformas
liberales.
Cronologías 225 l
Francia
Eugène Latapi
México
1834
Abril 29: Antonio López de Santa
Anna disuelve las Cámaras y llama a
un constituyente.
Agosto 4: Convención provisional
entre México y Francia, que no será
ratificado por el Congreso mexicano.
Abril 10-14: Grandes sublevaciones
en Paris y Lyon contra la ley del 10
de abril que limita los derechos de
asociación. Fueron duramente
reprimidas.
1835
Julio 22: Fernando Manguino,
ministro Plenipotenciario de México
es recibido por el gobierno francés.
Noviembre 7: Texas declara
separarse de México, si éste abandona
el sistema federal.
Julio 28: En un clima de represión
contra la oposición y de
manifestaciones obreras, se da un
atentado fallido contra el rey, LouisPhilippe.
1836
La Santa Sede reconoce la
Independencia de México.
Abril 22: En la campaña contra los
tejanos Santa Anna fue hecho
prisionero, ordena el retiro de las
tropas y firma los tratados de Velasco.
Diciembre 28: Mediante la firma de
un tratado de amistad y comercio
España reconoce la Independencia.
Octubre 31: Luis Napoléon
Bonaparte fracasa en su intento
golpista en Estrasburgo: se exilia en
Inglaterra.
1838
Abril 16: Inicia la Guerra de los
pasteles: al mando de una escuadra,
desde febrero el Barón Deffaudis
había mandado un ultimátum para
exigir el pago de reclamaciones, e
inicia un bloqueo al puerto de
Veracruz que durará cinco meses.
Noviembre 27: Dirigidas por Baudin
con el príncipe de Joinville, hijo del
rey de Francia, la escuadra francesa
toman San Juan de Ulúa. Tres días
después, México declara la guerra a
Francia.
Diciembre 5: En su retirada de
Veracruz, los franceses disparan un
cañonazo que hiere a Santa Anna y le
hace perder una pierna.
L 226
Cronologías
Francia
Eugène Latapi
México
1839
Julio 15: Se casa su hermana Anne,
llamada cariñosamente Annette, con
François Langlet. Eugène tiene 15
años.
Marzo 9: Firma del tratado de paz
que será ratificado el 18 por la Cámara
mexicana y por París el 6 de agosto:
Septiembre 25: Pago de la última de
tres partes de indemnización
mexicana a los franceses.
1840
Agosto 6: El príncipe Luis Napoléon
Bonaparte desembarca en Pas-deCalais, se dirige a Boulogne para dar
un golpe de estado que fracasa.
Detenido y juzgado, fue condenado
a prisión perpetua. Se escapa en 1846
y se refugia en Inglaterra.
Diciembre 15: Fueron trasladadas las
cenizas de Napoléon Ier al cuartel de
Los Inválidos.
A pesar de las protestas de México,
Inglaterra reconoce a Texas como
República Independiente.
1841
Enero 13: Victor Hugo es elegido
Paire de Francia.
Sepiembre 17: En Yucatán continúa
la pretensión independentista;
representantes del gobierno
separatista firman un tratado de
comercio, amistad y ayuda con la
República de Texas.
1842
Julio 9: El gobierno, encabezado por
Guizot y Soult, logra una pequeña
victoria en las elecciones legislativas.
Las ideas socialistas y republicanas
(Ledru-Rollin) ganan terreno.
Se promulga una ley que permite a
los extranjeros la posesión de bienes
raíces.
Diciembre 23: Se crea una asamblea
con ochenta notables.
1843
Mayo 22: Su hermano Joseph,
antiguo burócrata, es nombrado
greffier para remplazar a su padre quien
renunció al puesto. Joseph indemniza
a su padre por el puesto con 2500
francos.
Marzo: Santa Anna regresa al poder
que ocupará hasta el 4 de octubre.
Junio 12: Se promulga la constitución
centralista conocida como Bases de
Organización Política de la República
Mexicana que suprime al Supremo
Poder Conservador.
Cronologías 227 l
Francia
Eugène Latapi
México
1844
Febrero 7: Se casa su hermano
Joseph con Marie Arribere Gramond.
Eugène tiene 20 años.
Diciembre 6: Sube al poder José
Joaquín de Herrera.
Texas solicita su anexión a los Estados
Unidos.
1845
Diciembre 2: Con la elección de
James K. Polk, partidario del
expansionismo, Texas es aceptado
como el 28 estado de la Unión.
Propone a los representantes de
México la compra de California y
Nuevo México.
Junio 3: Una ley de amnistía permite
que Santa Anna, prisionero desde el
6 de diciembre de 1844, salga a La
Habana en exilio.
.
1846
Mayo 11: Bajo el pretexto de
incidentes en la frontera, el presidente
de Estados Unidos declara la guerra
a México. Las hostilidades inician el
18 de mayo. De Junio a diciembre el
ejercito americano ocupa parte del
territorio y bloquea Veracruz.
Junio 12 Es reelecto Paredes Arrillaga
por un Congreso Extraordinario. Pide
licencia para dirigir las tropas contra
Estados Unidos.
Agosto: Mariano Salas se pronuncia
en la Ciudadela para entregar el poder
a Santa Anna y Gómez Farías. En
diciembre 26 el Congreso los nombra
Presidente y Vicepresidente.
1847
Junio 4: Víctor Hugo pronuncia un
discurso en la Cámara de paires de
Francia sobre la familia Bonaparte,
donde reclama poner fin al exilio de
Louis Napoléon.
L 228
Cronologías
Enero 26: Sublevación de los Polkos
contra la venta de bienes de la Iglesia
decretada para hacer frente a los
gastos de guerra.
Marzo 28: El general Scott toma
Veracruz y avanza hacia México.
Abril 2: Santa Anna regresa del frente
de batalla y anula el decreto de
confiscación de bienes de la Iglesia.
Mayo 21: Se restaura el federalismo
mediante el Acta Constitutiva y de
Reformas que adopta la Constitución
de 1824; durará hasta 1853.
Francia
Eugène Latapi
México
1847
Septiembre 14: Después de la
derrota del Castillo de Chapultepec
(Niños Héroes), los yankees toman
Palacio Nacional, Santa Anna
renuncia a la presidencia, Manuel de
la Peña y Peña establece su gobierno
en Querétaro.
1848
Febrero 24: Inician las revoluciones
populares en toda Europa, La
primavera de los pueblos. La guardia
nacional de París se une a los
manifestantes y obligan a LouisPhilippe a abdicar. Fin de la
monarquía. En el Hôtel-de-Ville, V.
Raspail proclama la República, y se
forma un gobierno con la
participación de: Lamartine, LedruRollin, Arago, Garnier-Pagès, Marie,
Louis Blanc y el mecánico Albert.
Mayo 27: Ante la sublevación de los
esclavos, que exigen la aplicación del
decreto de abolición de a esclavitud
del 25 de abril, la administración
colonial de la isla de Guadeloupe
impone la liberación de los esclavos.
Junio 4: Ministro del interior del
gobierno provisional, Ledru-Rolland
organiza las primeras elecciones
generales con voto universal.
Junio 26: En París, una insureeción
obrera que pide trabajo es duramente
reprimida. Se cuentan más de cinco
mil víctimas, 11 mil arrestos y
cuatro mil 300 deportados.
Agosto 1: Aparición del periódico
L’Evenement favorable a la candidatura
de Louis Napoléon y dirigido por el
hijo de Victor Hugo.
Diciembre 10: candidato del partido
del Orden, Louis Napoléon
Bonaparte, que había regresado el 25
de febrero de su exilio en Inglaterra,
fue electo presidente de la República
por un periodo de cuatro años.
Febrero 2: Se firma El Tratado de
Paz, Amistad y Límites, Guadalupe
Hidalgo, con Estados Unidos. México
pierde los territorios de Texas, Nuevo
México y Alta California y recibe 15
millones de pesos. El tratado fue
ratificado por el Congreso mexicano
el 30 mayo.
Junio 3: José Joaquín de Herrera es
electo Presidente.
Junio 12: Las tropas de Estados
Unidos salen de la ciudad de México.
El 30 de julio se embarcan en el
Puerto de Veracruz.
Cronologías 229 l
Francia
Eugène Latapi
México
1849
Febrero: En medio de un
movimiento popular, Mazzini
proclama la república italiana y
propone un programa de unidad. El
Papa Pío IX busca la ayuda militar de
Austria, Francia y Nápoles. Garibaldi
rechaza las tropas francesas y vence
en Valletri a Nápoles.
Mayo13: Elecciones legislativas:
Ledru-Rollan y Victor Hugo son
electos, este último se acerca a las
posiciones de izquierda.
Junio 13: Marcha organizada por la
izquierda para protestar por el envío
de tropas a Roma.
Julio: Entran las tropas francesas a
Roma, luchan contra las fuerzas
republicanas para defender al Papa.
Garibaldi se refugia en Saint-Martin.
El 19 de octubre Victor Hugo
pronuncia un discurso contra esta
política.
Octubre 31: El presidente Louis
Napoléon disuelve el gobierno y
establece uno nuevo de liberación.
Noviembre 23: Muere Marie, su tía
materna. Eugène tiene 25 años. En la
casa suponemos que sólo queda
Jacques, su padre, aunque también
podrían vivir su hermano Joseph y su
esposa.
Euapi
1850
Mayo 31: La Cámara de diputados
reduce el derecho a voto a más de tres
millones de personas, al aumentar los
requisitos censatarios (más de tres
años de domicilio fijo).
Abril: Se encuentra en la Guadeloupe,
en El Canal, al frente de un negocio
de materias coloniales de su tío
François Latapi, quien exporta azúcar
al continente y está en Izeste,
gravemente enfermo.
Agosto 25: Muere su tío François en
Izeste. Hereda a Theophile Pitat, de
El Canal, Guadeloupe, seis mil
francos. El resto fue dividido entre sus
sobrinos. Eugène hereda seis mil
francos, por los que tiene que pagar
una renta anual de 240 francos a su
padre Jacques. Per manece en
Guadeloupe para ar reglar la
liquidación del negocio de su tío.
1851
Enero 3: El presidente Louis
Napoléon toma la dirección del
ejército.
L 230 Cronologías
Noviembre 9: Regresa a Pointe-àPitre, la Guadeloupe, de un viaje a
Francia, para arreglar la sucesión de
El Partido Conservador conquista el
Ayuntamiento de la ciudad de México
y parte importante de la Cámara de
Diputados.
Francia
Eugène Latapi
México
1851
Abril: Instalación de un gobierno
conservador que sustituye al formado
el 24 de enero.
Julio 17: Discurso de Victor Hugo
contra la revisión a la Constitución y
las aspiraciones imperiales del
Príncipe-presidente a permanecer en
el poder.
Julio 18: La Cámara de Diputados
rechaza la revisión a la Constitución
Republicana, para ampliar el periodo
presidencial más allá de los cuatro
años.
Diciembre 2: Para mantenerse en el
poder, Luis Napoléon y el duque de
Morny organizan un golpe de estado
contra la Asamblea. Inicia la
persecución de la oposición que será
muy activa en provincia (protestas en
la Drôme y Basses-Alpes).
Diciembre 3: Abolición de la
libertad de prensa. Victor Hugo,
Ledru-Rollan y muchos republicanos
intentan organizar la resistencia. El
11 parten en exilio a Bruselas, luego
a Londres.
Diciembre 20 El gobierno organiza
un plebiscito para legitimar el golpe
de estado. La mayoría se proclama por
el sí, 7.4 millones, contra 0.6. Se
cuentan en más de dos mil los
muertos durante la “consulta”.
su tío François en Izeste (último viaje
a su pueblo natal).
Enero 8: El Congreso nombra al
general Mariano Arista Presidente
Constitucional. Forma un gobierno
con elementos moderados, liberales
puros y conservadores.
1852
Enero: Se establece una nueva
Constitución; el Presidente del
Ejecutivo dura diez años.
Febrero 3: Se desata la represión:
veinte mil arrestados y diez mil
deportados en Argelia, Guyana o
expulsados de Francia (muchos
emigran a países de América).
Agosto 1: Victor Hugo y los suyos
mudan su exilio a Jersey, en Inglaterra.
Escribe el panfleto Napoléon le Petit.
Noviembre 7: El imperio es
restablecido por plebiscito. Napoléon
III es ungido Emperador.
El gobierno francés crea un presidio
en la Isla del Diablo, Guayana
Diciembre 1: Decide irse de la
Guadeloupe por problemas de salud,
se embarca en el Orinoco rumbo a
Francia, sobrevive de fiebre amarilla
(¿tuberculosis?, ¿hemoptisis?).
Septiembre 13: Apoyado por varios
estados, los militares líderes del Plan
del Hospicio exigen la renuncia del
presidente, que se derogue la
Constitución y el retorno del general
Santa Anna.
Octubre 24: Con un cuerpo armado
de doscientos franceses, el conde
GastónRaousset-Boulbon
desembarca en Guaymas y proclama
la independencia de Sonora. Es
rechazado por las tropas mexicanas
y huye del país.
Cronologías 231 l
Francia
Eugène Latapi
México
1853
francesa. Recibirá a los deportados de
la revolución de 1848 y los opositores
al imperio. En este año suman ya más
de 18 mil personas.
Enero 29: Boda de Louis Napoléon
Bonaparte con la española Eugenia
de Montijo.
Enero: Se va a Limoges a trabajar en
la Compagine d’Assurance Mutuelle,
dirigida por M. Charanton, uno de sus
amigos.
Julio: Buscando curarse viaja a Agen,
para ir a los baños de Cauterets, y
visitar a su hermana Annette, en
Francescas, Lot-et-Garone (misma
región donde vive su padre, pero no
va a visitarlo).
Octubre: Lo ascienden de puesto en
la compañía de seguros: inspector y
secretario del Consejo de
Administración. Está muy enfermo y
le recomiendan buscar otro clima.
Nuevamente viaja a Francescas, Lotet-Garone, donde pasa diez días con
su hermana Annette. Tampoco va a
Izeste para ver a su padre, al que
agradece y rechaza la oferta de vivir
en la casa paterna.
Diciembre:Renuncia al puesto de
inspector de la compañía de seguros.
Abril 20: Regresa al poder (después
de dos años de exilio en Turbaco,
Colombia) el general Santa Anna,
forma un gobierno conservador.
Abril 23: Se dieron a conocer las
Bases para la Administración de la
República. Se aplica una política
represiva contra la prensa y los
republicanos; muchos líderes liberales
salen al exilio.
Diciembre 30: Por diez millones de
pesos, el gobierno vende el territorio
de la Mesilla (100 mil kilómetros) a
los Estados Unidos.
1854
Inicia la intervención y conquista
militar francesa de Argelia que
terminará en 1865.
Guerra de Crimea (1854-56): Francia
y Gran Bretaña se alían contra Rusia;
sitio de Sebastopol.
L 232 Cronologías
Enero 1: Se disgusta con su hermano
Joseph porque decide invertir un
capital común en la compra de un
terreno en Buscat. Eugène le reclama:
Je comptais sur ces fonds pour augmenter
d’autant mes affaires de la Guadeloupe et
voilà qu’ils se trouvent dans quelques hectares
de terre qui ne rapporteront pas plus de 2%
tandis que là bas, ils m’auraient rapporté
30 à 40%. (Contaba con esos fondos
para aumentar mis negocios en la
Guadaloupe y he aquí que ahora se
encuentran en algunas hectáreas de
tierra que no producen más que 2%,
mientras que allá, me hubieran
reportado de 30 a 40%).
Enero 22: Visita a Annette en
Francescas, Lot-et-Garone, y
tampoco va a Izeste.
Febrero fines: Llega a París para
consultar a un médico homeópata.
Observa y denuncia la desigualdad
social y la miseria de la gente.
Marzo 11: Juan Álvarez e Ignacio
Comonfort adhieren al levantamiento
del Plan de Ayutla contra el gobierno
de Santa Anna.
Mayo 8: Después de varios meses de
invasión de Baja California y partes
de Sonora (desde noviembre 1853),
el filibustero William Walker, que se
hacía llamar Presidente de la
República de Sonora y Sinaloa, fue
expulsado del territorio mexicano.
Julio 13: El general Rómulo de la
Vega y la guarnición de la ciudad de
México se unen al Plan de Ayutla.
Agosto 12: El conde Gastón Rousset
de Boulbon, al mando de un grupo
de franceses, desembarca por segunda
vez en Guaymas. Fue vencido por las
tropas mexicanas y fusilado.
Sepiembre 16: En el gran Teatro de
Santa Anna se estrena el Himno
Nacional Mexicano, aún vigente.
Diciembre 4: El vizconde Alexis de
Gabriac, Ministro Plenipotenciario de
Francia
Eugène Latapi
México
1854
Jul.-Sep: La homeopatía tiene sus
efectos: “je suis entièrement guéri”.
Su corresponsal y amigo Ch. Géraud,
recibió mil francos de sus negocios
en Guadeloupe. Inicia sus estudios de
fotografía y piensa ir a México en
busca de un clima favorable a su salud.
Nov. 3 Sale del puerto de Havre, en
el navío Léontine. Llega a México a
fines de mes o principios de
diciembre.
Francia, llega a Veracruz, para
sustituir a André Levasseur.
1855
Abril 9: Carta de Victor Hugo a Louis
Napoleón a propósito de su viaje a
Londres.
Febrero 27: Matriculación ante el
gobierno mexicano. Pone su estudio
de fotografía en la 2ª. Calle de Plateros
no. 2, actualmente Madero, en
sociedad con un francés de Lyon de
apellido Martel. En las calles del
centro de la ciudad sólo existen siete
estudios de fotografía.
Mar.-May.: Le va muy bien en la
fotografía; saca anuncios en varios
periódicos como El Siglo Diez y Nueve,
El Universal y Le Trait d’Union. Realiza
retratos sobre planchas metálicas,
papel, vidrio y lienzo. Y en especial
aquellos que se pueden reproducir de
forma infinita y enviar por correo...
introduce la carta de visita que se
acaba de patentar en Francia, 1854.
Junio: Se da cuenta de que la
fotografía “pronto dejará de ser buen
neg ocio”. Pretende poner una
sucursal de una compañía de París, de
la que será director.
Agosto 9: Después de varias derrotas,
Santa Anna abdica y se embarca, el
día 18, en Veracr uz, r umbo a
Colombia. Un congreso nombra
presidente interino al general Martín
Carrera hasta septiembre 11.
Agosto 13: La guarnición de la ciudad
de México se pronunció a favor del
Plan de Ayutla.
Sepiembre 16: Los liberales ocupan
la ciudad de México.
Octubre 4: Los representantes de los
estados nombran presidente a Juan
Álvarez. Se convocan elecciones para
formar un Congreso Constituyente.
Noviembre 25: Benito Juárez decreta
una ley que suprime los fueros
eclesiásticos y militares.
Diciembre 11: Ignacio Comonfort es
nombrado presidente en sustitución
de Juan Álvarez.
Diciembre 12: Encabezados por
Haro y Tamariz y el general Félix
Zuloaga, los conser vadores
desconocen al gobierno y proclaman
el Plan de Zacapoaxtla que exige la
vigencia de las Bases Orgánicas de
1843.
Cronologías 233 l
Francia
Eugène Latapi
México
1856
Marzo 16: Nace en París el príncipe
imperial: Eugène Louis Napoléon.
Junio 30: Envía a su padre 800
francos para pagar la renta de 1854,
1855 y 1856, por la herencia de su tío
François. Le pide “repartir
equitativamente lo que sobre entre sus
sobrinos de Izeste y Araudy, para que
se acuerden de él” (carta 29).
Febrero: Instalación del Congreso
Constituyente en la ciudad de México.
Mayo El obispo de Puebla, Pelagio
Antonio de Labastida y Dávalos, es
expatriado por participar en la
rebelión de Zacapoaxtla.
Junio 26: Ley Lerdo que decreta la
desamortización de los bienes de las
corporaciones religiosas y civiles.
Agosto: El Papa Pío IX condena la
“Ley Juárez” y la “Ley Lerdo”. El
obispo de Guadalajara decreta la
excomunión del presidente y sus
ministros.
1857
Febrero 28: El emperador de Austria,
Francisco José nombra a Maximiliano
de Habsburgo gobernador de las
provincias de Lombardía y Venecia.
Julio 27: Maximiliano de Habsburgo
y la princesa Carlota de Bélgica
contraen matrimonio.
Enero: Cambia de dirección su
estudio fotográfico, en la esquina de
la Segunda de Plateros, entrada por
Alcaicería No.1, actualmente Palma.
Vendía artículos de fotografía y daba
clases.
Mar.-May.: Viaja a Estados Unidos
como turista.
Jun.-Sep.: Se embarca para Francia.
Está en Havre, Burdeos y París. No
va a Izeste.
Octubre: Regresa a México y
encuentra arruinado su negocio de
fotografía... su socio “le robó...” (carta
32).
Febrero 5: Se jura la Constitución
Política de la República Mexicana, de
corte republicana y federal, que
confirma la secularización y protege
las garantías individuales.
Noviembre 18: El Congreso
Constituyente declara presidente
constitucional a Ignacio Comonfort
y a Benito Juárez presidente de la
Suprema Corte de Justicia.
Diciembre 17: Plan de Tacubaya
proclamado por Félix Zuloaga, que
se opone a la aplicación de la
Constitución y propone llamar a un
nuevo constituyente. El presidente
Comonfort apoya el Plan, encarcela
a Juárez, y continúa al frente del
poder.
1858
Enero 14: Napoléon III escapa a un
atentado del nacionalista Orsini, que
le reprocha haber traicionado la
independencia italiana.
Julio 13: Entrevista de Plomblières
entre Napoléon III y Cavour, el
emperador apoyará el Piamonte
contra Austria para crear un estado
confederado italiano bajo la
presidencia del Papa (de los Alpes al
Adriático). Acuerdan la distribución
de Italia: el Piamonte se anexa
L 234 Cronologías
Vive en Texcoco (no sabemos a partir
de cuándo).
Marzo 8: Interviene en una disputa
por patentes fotográficas. Eugène se
opone a la solicitud de patente que
presentó Juan Bautista Morales para
hacer daguerrotipos o fotografías de
tamaño natural, Morales “intenta
obtener un monopolio que afectaría
a los fotógrafos”.
Mayo: Según escritura pública No.
84, del notario José M. Guerrero,
Enero 11: Félix Zuloaga se pronuncia
en la Ciudadela contra el presidente
Comonfort, y se hace cargo del Poder
Ejecutivo; establece un régimen
conservador, gobernará desde la
ciudad de México del 23 de enero al
23 de diciembre.
Enero 19: Liberado por Comonfort,
Benito Juárez sale para Querétaro en
calidad de defensor de la Constitución
y se refugia en Guanajuato. Su
autoridad de Presidente es reconocida
por varios gobernadores.
Francia
Eugène Latapi
México
1858
territorios austriacos (Lombardía y
Venecia), Parma, Modena, el norte de
los Estados de la Iglesia; la Toscana
se integra a Italia central. Y Francia
recibirá Nice y la Saboya.
aparece, junto con Santiago Pachard,
como fiador en la compra de la fábrica
de vidrio de Texcoco que realizan
Eugenio Lang y J. B. Zeller a Agustín
Ollín y Cia. La garantía de Eugène es
su pasaporte.
Enero 22: Zuloaga es nombrado
presidente por los conservadores,
deroga la Constitución de 1857,
suspende la ley de secularización de
bienes de la iglesia y envía tropas para
combatir a los liberales.
Mayo 4: Perseguido por el ejército
conser vador, después de una
peregrinación, Juárez se establece en
Veracruz, donde es reconocido Jefe
Supremo de la República.
1859
Mayo 3: Francia declara la guerra a
Austria para defender el Piamonte,
según los acuerdos de Plomblière.
Junio 8: Los franco-piamonteses
ganan la batalla de Magenta contra
los austriacos y toman Milán. Prusia
se moviliza para ayudar a Austria.
Julio 12: Acuerdos de Villafranca:
Francia abandona a los piamonteses
y negocia con Austria por temor a la
entrada de Prusia en el conflicto.
Agosto 15: Napoléon III acuerda la
amnistía a los proscritos de 1851, con
el fin de atemperar con los
republicanos. Victor Hugo rechaza la
amnistía.
Noviembre 10: Tratado de Zurich
que pone fin a la guerra contra
Austria. Francia abandona la idea de
defender una Italia unificada, a pesar
de los plebiscitos a favor de Piamonte
celebrados en Bologne, Toscana,
Parma y Modena. Cavour renuncia en
signo de protesta.
Marzo: Permaneció tres semanas en
la cárcel; en una carta dice que por
problemas políticos, en otra que su
arresto fue totalmente injustificado.
Señala, además, que conoció a Juana
Rangel y se une a ella.
Julio 6: Nace su primer hijo,
Maximilien Eugène Maurice.
Diciembre 1: La vidriería de Texcoco
anuncia, en el periódico L’Estafette,
que abrió una tienda de venta al
menudeo, en Escalerilla No. 5,
actualmente Guatemala, en la ciudad
de México (se publica hasta octubre
de 1860).
Febrero 2: Miguel Miramón se hace
cargo del gobierno conservador, hasta
el 13 de agosto de 1860.
Marzo: Miramón fracasa en su
intento por tomar Veracruz.
Abril 6: El gobierno de Benito Juárez
es reconocido por los Estados Unidos
como legítimo.
Abril 11: La capital fue sitiada por los
liberales (desde el 20 de marzo),
gracias a los refuerzos de los
generales Leonardo Márquez y
Miramón derrotan a los liberales en
Tacubaya y fusilan a todos los
prisioneros, incluyendo a médicos.
Julio 12: En Veracruz, el gobierno
liberal decreta las Leyes de Reforma;
separación de la Iglesia y el Estado,
así como la nacionalización de bienes
de la Iglesia.
Septiembre 26: El gobierno
conser vador es reconocido por
España.
Octubre 14: Miramón recibe un
préstamo de 723 mil pesos en efectivo
y 468 mil en vestuario y equipo militar
usados, del banquero Jecker; a cambio
entrega 15 millones de pesos en
bonos de la deuda pública.
1860
Enero 20: Victor Emmanuel II llama
a Cavour a dirigir el gobierno para
que continúe con la unificación de
Italia.
Febrero 14: En l’Estafette aparece un
artículo de Eugène sobre un robo a
un indígena.
Agosto 31: Eugène fue elegido
consejero de la Asossiation Française,
Marzo 6: Miramón sitia el Puerto de
Veracruz, sede del poder liberal,
compra dos buques en La Habana
para atacar por mar, pero fueron
Cronologías 235 l
Francia
Eugène Latapi
México
1860
Marzo 24: Tratado de Turín: Francia
reconoce la anexión de Par ma,
Modena, la Toscana y la Romaña al
Piamonte.
Abril 15: De acuerdo con el tratado
de Turín, un plebiscito favorable hace
que Nice y Saboya sean anexadas a
Francia.
Diciembre 24: Maximiliano y
Carlota se instalan en el castillo de
Miramar, cerca de Trieste, Italia.
Suisse et Bèlge de Bienfaisance.
(L’Estafette).
Octubre 6: Nace su segundo hijo,
Jean François.
Octubre 23: En una carta, después
del mea culpa por su relación con Juana
Rangel y haber tenido un hijo, solicita
a su padre los documentos para
contraer matrimonio.
interceptados por la armada de
Estados Unidos.
Junio 28: Llega a Veracruz el Conde
Dubois de Saligny, nuevo Ministro
Plenipotenciario de Francia en
México, en sustitución del Conde
Alexis de Gabriac.
1861
Febrero 18: En Turín el parlamento
proclama la Unidad Italiana.
Abril 12: En Estados Unidos inicia
la guerra de secesión que opone a los
Unionistas (del norte industrial) con
los confederados (del sur esclavista).
Julio 27: Francia e Inglaterra rompen
relaciones con México en protesta
por la suspensión de pagos de la
deuda decretada por el gobierno de
Benito Juárez.
Sepiembre 1: En Biarritz, el
conservador mexicano José Manuel
Hidalgo propone a Napoléon III y a
la emperatriz Eugenia la idea de
intervenir, e instaurar el Imperio en
México.
Octubre 4: En Miramar, el ministro
de asuntos exteriores de Austria
informa a Maximiliano y Carlota los
planes de Napoléon III para México.
Octubre 31 En Londres, los
representantes de Francia, Gran
Bretaña y España fir man una
Convención para exigir a México el
pago de la deuda.
Noviembre: Once barcos franceses
salen de Tulon rumbo a México.
Noviembre 5: Nace su tercer hijo,
Florentin Víctor.
Diciembre 22: Las tropas liberales
derrotan a Miguel Miramón en
Calpulalpan; es el fin de la dualidad
de poderes y de la guerra.
Enero 11: Entrada triunfal de Benito
Juárez a la ciudad de México, se
restablecen los poderes republicanos.
Junio 11: El Congreso declara
Presidente de la República a Benito
Juárez: toma posesión el 15 de junio.
Julio 17: El Congreso emite un
decreto que suspende por dos años
el pago de la deuda externa.
Noviembre 23: El gobierno de
Juárez deroga el decreto del 17 de julio
sobre la suspensión de la deuda.
1862
Agoosto 28: Con cuatro mil camisas
rojas, Garibaldi intenta tomar Roma,
como lo deseaba el parlamento de
Turín, pero es derrotado en Calabria.
L 236 Cronologías
Nace su cuarto hijo, Fernando.
Enero 14: Los representantes de las
potencias extranjeras envían un
ultimátum a Juárez.
Febrero 19: Las tres potencias firman
el “Tratado de La Soledad”: se
Francia
Eugène Latapi
México
1862
reconoce la soberanía de México y el
gobierno
de Juárez pagará las reclamaciones y
deudas.
Abril 9: Se disuelve la Alianza
Tripartita. Francia reniega el “Tratado
de La Soledad” y ordena el avance de
tres mil soldados hacia Puebla.
Mayo 5: En Puebla, el general Ignacio
Zaragoza vence a los franceses.
Septiembre 21: Desembarcan en
Veracruz más de 30 mil soldados bajo
las órdenes del general Forey.
1863
Intervención de tropas francesas en
la guerra de Polonia.
Mayo 31: La oposición gana terreno
en las elecciones legislativas francesas:
obtiene dos millones de votos, contra
5.5 de los candidatos oficiales.
Agosto 14-31: Aparece un anuncio de
venta o traspaso del negocio de
fotografía de Latapi y Prebot, en
L’Estafette.
Mayo 17: Después de un sitio de casi
sesenta días, el ejército francés toma
la ciudad de Puebla.
Mayo 31: Sin fuerza para defender la
capital, el gobierno de Juárez se
establece en San Luis Potosí, donde
permanece hasta diciembre. Luego se
establece en Saltillo, 9 de enero de
1864.
Junio 7: Las tropas del general
Achiles Bazaine entran a la ciudad de
México.
Junio 13: Por decreto, Forey crea la
Regencia del Imperio ofrecen el trono
a Maximilaino.
1864
Marzo 5: En París, Maximiliano y
Carlota se reúnen con Napoléon III.
Abril 10: Con la firma del tratado de
Miramar, Maximiliano renuncia a la
sucesión al trono de Austria, acepta
protección y financiamiento franceses
para establecer el Imperio en México.
Abril 14: Maximiliano y Carlota salen
de Trieste, ven a Pío IX en Roma, y se
embarcan para México el 21 de abril.
Septiembre: Convención entre el
Piemonte y Francia, ésta retira las
tropas de Italia, mientras que el
Piemonte se compromete a defender
el estado pontifical. La capital se
transfiere de Turín a Florencia.
Febrero 4: En la parroquia de
Texcoco, Eugène solicita permiso
para casarse con Juana Rangel Montes
de Oca, hija de José Fernando Rangel
e Ignacia Montes de Oca, quien se
encuentra gravemente enferma.
Declara ser católico, apostólico,
romano, soltero, con domicilio, desde
hace cinco años, en Texcoco. Afirma
que tiene cuatro hijos y que su mujer
está embarazada.
Abril 3: Perseguido, Juárez establece
su gobierno en Monterrey.
Abril 10: Maximiliano acepta el trono
de México y firma los “tratados de
Miramar.”
Mayo 28: Llegan a Veracruz
Maximiliano y Carlota.
Junio 12: Maximiliano y Carlota
entran a la ciudad de México. El
ejército conservador controla ya 18
de los 25 departamentos del territorio
nacional.
Agosto 15: Benito Juárez es atacado
en Guadalajara y sale para Chihuahua,
donde establece su gobierno.
Cronologías 237 l
Francia
Eugène Latapi
México
1865
Abril 9: Fin de la “Guerra de
secesión” en Estados Unidos: los
Unionistas triunfan e imponen la
libertad a los esclavos en los estados
del sur.
Octubre 4: Bismarck se reúne con
Napoléon III en Biarrtiz; obtiene una
promesa de neutralidad en la guerra
que prepara contra Austria y en su
política de unidad de Alemania.
Nace su quinto hijo, Gabriela
Abril 18: En la sesión de la Comisión
de Reclamaciones del Imperio, se da
una negativa a la solicitud de
indemnización, de 6 mil pesos, por el
encarcelamiento injustificado del que
fue víctima y lo invitan a presentar
pruebas.
Mayo: Eugène adquiere en forma de
arriendo la fábrica de Vidrio de
Texcoco por 2 mil pesos, que paga de
contado. Da como domicilio la calle
de Plateros N° 8.
Octubre: Viaja a París y se lamenta
de no haber podido ir a ver a su padre.
Febrero 26: Maximiliano dicta la ley
de tolerancia de cultos y de
desamortización de bienes de la
Iglesia.
Abril 10: Se expide el Estatuto
Provisional del Imperio Mexicano.
Junio 8: El Papa Pío IX rechaza el
proyecto de concordato presentado
por la comisión imperial mexicana.
Junio 27: Maximiliano fija el monto
de las reclamaciones francesas; no
incluye los bonos Jecker, ni la
demanda de Eugène Latapi.
Julio 16: Se ratifica el reconocimiento
del gobierno de Juárez por los
Estados Unidos quien exige la salida
del ejército francés de México.
1866
Julio 3: La guerra de Prusia contra
Austria, iniciada el 8 de abril,
encuentra su fin en la batalla de
Sadowa. Bismarck impone la unidad
en torno a Prusia y anexa los estados
alemanes vencidos. La fuerza de los
prusianos empieza a inquietar a
Napoléon III.
Octubre 12: Regresa de su viaje por
Francia y desembarca en Veracruz.
En el directorio comercial del Imperio
aparece la Cristalería Latapi, Verde y
Azcona, Cía.
Febrero: Tratado de amistad entre el
Emperador de Francia y el Presidente
de los Estados Unidos, donde se
establece el retiro de las tropas
francesas en México.
Junio 17: Juárez regresa a Chihuahua
y establece su gobierno.
Octubre 25: Ante el Consejo de
Ministros, Maximiliano decide no
abdicar.
Diciembre 18: Parten los primeros
contingentes de soldados franceses
1867
Tercer desembarco de Garibaldi
contra Roma, que es detenido y
vencido por las tropas francesas en
Mentana.
Abril 1: Inicia la Exposición
Universal de París, inaugurada por
Napoléon III . En una visita que
celebra el 1 de julio, recibirá la noticia
de la ejecución de Maximiliano en
México.
L 238
Cronologías
Mayo 22: Muere su padre Jacques,
cuando cenaba con su nieta Léonie,
en la casa Vignalet, de Arudy, y es
enterrado en Izeste. En su tumba se
lee: “Aquí yace Jacques Latapi, muerto
el 22 de mayo de 1867 a la edad de 75
años. Que el recuerdo de este hombre
de bien sea imborrable en la memoria
de sus amigos como en el corazón de
sus hijos. Rogad por él.”
Junio 25: Recibe una carta de su
hermano Joseph donde le anuncia la
muerte de su padre, le explica los
problemas de la sucesión y urge le
envíe un poder notarial. El tono es
Enero 22: Los liberales recuperan las
plazas abandonadas por el ejército
francés en el norte. Juárez establece
el gobierno en Zacatecas, luego, 11
marzo, en San Luis Potosí.
Febrero 5: Bazaine sale de la ciudad
de México con su ejército, se
embarcan en Veracruz el 11 de marzo.
Abril 2: Después de mantenerla
sitiada, la ciudad de Puebla cae en
manos del general Porfirio Díaz.
Mayo 15: Después de dos meses de
sitio a la ciudad de Querétaro,
Maximiliano y los generales Miguel
Miramón y Tomás Mejía fueron
Francia
Eugène Latapi
México
1867
amenazador: J’aime la voie de la
conciliation j’espère que nous en terminerons,
j’abhorre les procès qui me regardent… /
me gusta la vía de la conciliación
espero que nostros terminaremos,
odio los pleitos en mi contra...).
aprehendidos. El 29 de junio fueron
fusilados.
Julio 15: Entrada triunfal del
presidente Benito Juárez a la ciudad
de México.
Noviembre 28: Salen de Veracruz en
La Novara, rumbo a Europa, los
restos de Maximiliano.
Diciembre 20: Fueron electos Benito
Juárez como Presidente de la
República y Sebastián Lerdo de Tejada
como Presidente de la Suprema Corte
de Justicia: inicia la Restauración de
la República.
1868
Mayo 11: Ley favorable a la libertad
de prensa. Los republicanos ganan
terreno.
Noviembre 2: Manifestación
republicana ante la tumba de Alphose
Baudin; León Gambetta impugna el
régimen imperial francés.
Julio 18: Nace su sexto hijo, Eugenio
Felis. Fueron testigos: Eugenio Lang,
francés, artesano, casado y con
residencia en Texcoco, y el
comerciante Carlos Rotinat, de
México.
Agosto: Compra la fábrica de vidrio
de Texcoco, paga a Aristides
Subervielle, representante de la casa
F. Labadia y Cia., en liquidación.
Noviembre 15: Muere Eugène a las
cinco de la tarde, en un bar de la calle
de La Pila Seca (actualmente Rep. de
Chile, entre Belisario Domínguez y
Rep. de Perú), en la ciudad de México.
Al revisar noviembre y diciembre, no
se encontró ninguna nota necrológica
sobre Eugène en el periódico francés
Le Trait d’Union.
Sus restos, junto con los de Juana
Rangel, están en la Capilla del Panteón
Francés de la Piedad, en un nicho.
Fueron exhumados en 1904 y
depositados ahí.
.
Cronologías 239 l
FUENTES UTILIZADAS 1
I. ARCHIVOS
EN MÉXICO:
AADF:
Archivos del Ayuntamiento del Distrito Federal,
Sección: Siglo XIX
Presos, detenidos, 1850-1857, 1860-1870
AGISUD: Archivos Genealógicos de la Iglesia de los Santos de los Últimos días, Salt Lake City, EUA y
Tlalnepantla, Edo. Méx.
Catálogos genealógicos de América Latina, México 1850-1890.
Sección: Microfilms. Solicitudes y matrimonios en la ciudad de México y Texcoco.1860-1875
Secciones: Bautismos, hijos legítimos e ilegítimos en Texcoco de Mora, 1850-1869
AGN: Archivo General de la Nación, México, D.F.
Administración Pública:
Justicia 1821-1863
Justicia e Imperio, 1861-1867
Justicia Siglo XIX, 1829-1920
Industrias Nuevas, 1846-1881
Movimientos marítimos, pasaportes y cartas de seguridad, 1854-1856
Juntas de Fomento y Tribunales Mercantiles. Patentes 1858- 1859
Archivo Personal del Mariscal Bazaine
Gobernación, Extranjeros, 1857-1859
Segundo Imperio:
Solicitudes y Peticiones
Solicitudes de reos franceses
Guía de forasteros
Archivo de Concentración de la Suprema Corte de Justicia 1857-1859
AHAM: Archivo Histórico del Arzobispado de México, México, D.F.
Sección: Bautismos. Micropelículas de Parroquias de la Cd. de México, 1560-1960
AHDF: Archivo Histórico del Distrito Federal, México, D.F.
Cárceles y Juzgados, 1800-1883
Presos, detenidos y sentenciados, 1856-1860
AHSEDENA: Archivo histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, México, D.F.
Sección: Siglo XIX
Ingreso de militares 1830-1840
AMT: Archivo Municipal de Texcoco, Texcoco, Edo. Méx.
1 La información que contiene este libro es fruto de la consulta de diversos fondos de archivos, documentos, periódicos
de la época y bibliografía. Dado que toda investigación es incompleta nos pareció adecuado advertir a los que deseen
continuarla las fuentes que consultamos, con el objeto de no repetir esfuerzos.
Fuentes
241 l
Registro Civil:
Libros de nacimientos de 1862-1869
Libros de fallecimientos 1863-1875
Justicia 1858
México independiente 1858-1899
Hacienda, 1864
Conflicto por el corte de madera en un monte de Apipilihuasco, 1864
Padrones y circular de pueblos y barrios 1860-1887
Registro civil, estadísticas, 1860, libros de nacimientos y fallecimientos, 1862-1880
Estadísticas de la población de Texcoco 1800-1890
Fondo independiente: 1824-1890
ANEM: Archivo de Notarías del Estado de México, Toluca, Edo. Méx.
Testamentos. Poderes notariales. Transacciones mercantiles. Siglo XIX.
ARE: Archivo de Relaciones Exteriores, México,D.F.
Extranjeros, peticiones, 1855-1859
Documentación del Embajador M. Gabriac, 1858-1859
COLMEX: El Colegio de México, México, D.F.
Microfilms de los Archives du Ministaire des Affaires Etrangères, 1853-1868.
DP: Documentos privados sobre la propiedad de la Fábrica de Vidrio de Texcoco pertenecientes al
Sr. Rafael Rodríguez, Texcoco, Edo. Méx.
LAN: Libro de actas notariales sobre la propiedad de la Fábrica de vidrios de Texcoco, en posesión del
Sr. Enrique Alatriste, Texcoco, Edo. Méx.
LC: Libro copiador de cartas de la testamentaría de Eugène Latapi, copia en papel arroz, en posesión
del Sr. Rafael Rodríguez, Texcoco, Edo. de México.
EN FRANCIA:
AMAE:
Archives du Ministère des Affaires Etrangères, Quai d’Orsay, Paris.
AMI: Archives de la Mairie d’Izeste.
CADN: Centre des Archives Diplomatiques de Nantes, Francia.
Legation de France à Mexico 1829-1900
Series A y B
II. HEMEROTECAS
Hemeroteca del AGN, México, D.F.
El Aprendiz, 1859
Boletín de noticias, 1860
Diario de Avisos, 1855, 1857, 1858, 1859 (incompleto)
El Momo, 1859
El Monitor Republicano, 1859
El Pájaro Verde, 1855, 1858
La Sociedad: Periódico político 1859
El Siglo Diez y Nueve, 1854, 1855, 1858, 1859
El Tiempo, 1857-1858
L 242 Fuentes
Diario del Imperio, 1867
Periódico Oficial del Imperio, 1865-1867
El correo de México, 1865
Periódico oficial del gobierno constitucionalista de la República Mexicana, 1864-1866
Periódicos editados por franceses en la ciudad de México:
L´Estafette, enero a diciembre, 1860, y enero a 15 de abril, 1861
Le Trait d´Union, 20 de marzo a 16 junio, 1858 (incompleto) y de septiembre a noviembre,
1859 (incompleto).
CEMCA: Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, México, D.F.
Colección “Lartilleux”
Le Trait d´Union, mayo a octubre 1857, febrero a septiembre, 1861
octubre de 1868 a mayo de 1869.
HM: Hemeroteca Nacional, (UNAM), México, D.F.
Diario de avisos, 1859 (incompleto)
El Universal, junio a octubre, 1858; septiembre, 1859 (incompleto)
El Heraldo, 1858 a 1860
Periódicos editados por franceses en la Cd. de México:
Le Trait d´Union, 4 noviembre de 1856 al 31 de mayo de 1857; enero-marzo, 1858, 1859
(incompleto)
L´Estafette, enero-diciembre, 1863; 28 junio-noviembre, 1864;
julio1865 a junio 1866.
III. FOTOTECAS
AFMUNAL:
Acervo fotográfico del Museo Nacional de Arte, México, D.F.
AHSRE: Archivo histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D.F.
CI: Centro de la Imagen, México, D.F.
Colección 1888-1917
FBNM: Fototeca del Banco Nacional de México, México, D.F.
FC: Fototeca Casasola, México, D.F. y Pachuca, Hidalgo.
Sección: Fotografía del siglo XIX.
FMT: Fototeca Manuel Toussaint del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, México, D.F.
Colecciones:
Enrique Bordes Mangel
Abelardo Carrillo y Gariel
Colección Fotografía Mexicana en el siglo XIX y XX-Katy y José Horna-Luis Márquez
Romay
Julio Michaud
José Verde Orive
Márquez-Orozco
Manuel Toussaint
Salvador Toscano
MMH-INAH:
Fototeca de monumentos históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Fuentes 243
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P. 15 “Vista aérea de la ciudad”, Lit. de J. Decaen, tomada de Guillermo Tovar y de Teresa, La
ciudad de los Palacios, México, vuelta, 1991, p. 18.
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nación de Arte, 1994 portada del libro.
P. 19 “Calle de Roldán”, Litografía J. Decaen, Portal de Coliseo Viejo, tomada de Nación de
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P. 21 “Mercado de Iturbide”, Litografía de J. Decaen, Portal de Coliseo Viejo, tomada de Nación
de Imágenes...Op.cit., p. 67,
P. 23 Trajes mexicanos, Litografía J. Decaen, Portal de Coliseo Viejo, tomada de Nación de
Imágenes...Op.cit., p.198
P. 25 Casa municipal, Litografía J. Decaen, Portal de Coliseo Viejo, tomada de Nación de
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Mexicano, México, Ed. Facs. Instituto Mora, 1992, p. 193.
P. 29 Publicidad de Al Puerto de Liverpool, tomada de Directorio...Op.cit., p.201.
P. 31 Foto de la Armería de Morel, Guillermo Tovar y de Teresa, ...Op. cit., p.115.
P. 33 Retrato de Désiré de Charnay, tomado de N. Broc, Amerique, Dictionnaire illustré des explorateurs
et grands voyageurs Francais du XIX siècle, Paris, Editions du CTHS, 1999, p.69. Y foto de Désiré
de Charnay del Convento de la Merced, 1857-1859, Albúmina, tomada del Album fotográfico
mexicano, Col. DDF, aparecida en O. Debroise, Fuga mexicana, México, CONACULTA, 1998.
P. 35 Anuncios publicitarios: “Colegio Franco-Mexicano”, “Eugenio Crombe”, “Librería
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T. IX, p. 58 y 137. Gral. Miguel Miramón, Lic. Benito Juárez tomados de E. Krauze y
F. Zerón Medina, Porfirio. LaGuerra, México, Clío, 1993, p.32. Carlota y Maximiliano I,
Identificación y crédito de ilustraciones 249 l
Testimonio artístico de un episodio fugaz (1864-1867), México, Museo Nacional de Arte, 1995,
p.38.
P. 49: Foto de Eugène tomada por Prevot.
P. 53: Edmond Labedan y el arcón de Vignalet. Foto de Pablo Latapí Sarre.
P. 55: Copia del Nombramientos de Greffier transmitido por Anne-Marie Lataste.
P. 57: Copia de la carta de seguridad encontrada en el Archivo General de la Nación.
P. 59: Vista del Portal de mercaderes, tomada de Guillermo Tovar y de Teresa, ... Op. cit., p.44.
P. 61: Juanita con Rebozo (foto coloreada de álbum de familia).
P. 63: Anuncio del periódico francés, L’Estaffete, 15 de marzo de 1860.
P. 65: La lápida de la gaveta de Eugène y Juanita, foto de Paulina Latapí.
P. 67: Nombramiento de Greffier de 1843, documento aportado por Anne-Marie Lataste.
P. 69: Resolución de la Comisión Imperial de Reclamaciones, documento transmitido por JeanChirstophe Demard, obtenido en el Centre des Archives Diplomatiques de Nantes.
P. 71: Anuncio aparecido en el periódico mexicano El Siglo Diez y Nueve, 1855.
P. 73: Foto de Aimé Gassier tomada por Eugène Latapi y facilitada por Sylvie Patron, en
Barcelonnette.
P. 75: Anuncio aparecido en el periódico francés L’Estaffete, enero 1857.
P. 77: Extracto de un artículo de Eugène aparecido en el periódico francés L’Estaffete, el 14 de
febrero de 1860.
P. 79: Foto de la 1ª calle de Plateros, tomada de Guillermo Tovar y de Teresa, ...Op. cit., p.56.
P. 81: Grupo de sopladores, foto perteneciente al Sr. Rafael Rodríguez Moreno, Vidrios Texcoco,
foto tomada por Javier Pérez Siller, en adelante: JPS.
P. 83: Testimonio de la escritura de venta de la Fábrica de vidrio de Texcoco, propiedad del
señor Rafael Alatriste, fábrica de vídrio El Crisol.
P. 85: Litografía de la iglesia de Texcoco, foto JPS.
P. 87: Litografía de G. Garibaldi, perteneciente a la fábrica de Vídrios de Texcoco, foto JPS; foto
de Eugène Latapi tomada por Penabert et Cía, Paris, albúm familiar; sello de la foto de
Eugène, álbum familiar.
P. 88-89
Dibujo de Rafael Vázquez Barrau: «Pillo».
P. 91: Departamento de Basses Pyrénées, litografía francesa de fines del XIX, foto JPS.
P. 93: Vista de los Pirineos, Litografía francesa de medidos del siglo XIX, foto JPS.
P. 97: El valle de Ossau, Litografía francesa de mediados del siglo XIX, foto JPS.
P. 99: Lavaderos municipales en la calle principal de Arudy: tarjeta postal de fines del siglo XIX.
P. 101: Litografías francesa de mediados del siglo XIX con personajes del Béarn, foto JPS.
P. 103: Litografía francesa de 1834, foto JPS.
P. 105: Litografía francesa de fines de los años 1840, foto JPS.
P. 107: El mercado de Arudy, foto JPS.
P. 109: Vignalet, foto JPS.
P. 111: Panorama de Izeste, foto JPS.
P. 113: Alcaldía de Izeste, foto JPS.
P. 115: Vista general de la fachada y la puerta de la casa de Jacques Latapi en Izeste. fotos JPS.
P. 117: Acta de nacimiento de Eugène localizada en el Archivo de la Municipalidad de Izeste,
foto JPS.
P. 119: Firmas de Eugène, Jacques y Joseph Latapi, documento del Archivo Familiar Latapi.
(carta 40, página 2, en adelante L40.P.2)
P. 121: Jacques y Joseph Latapi fotos transmitidas por Anne Marie Lataste.
P. 123: Tumba de Jacques y Joseph Latapi en Izeste. Foto de Pablo Latapí Sarre.
L 250 Identificación y crédito de ilustraciones
P. 128: Recensssement des Francais et de leur famille résidents à Texcoco, Centre des Archives
Diplomatiques de Nantes.
P. 129: Carta de Eugène a su padre Jacques, del 24 de julio de 1860. Archivo de la familia.
( L35: P.1)
P. 133: Matasello de Arudy; carta de Eugène a su padre, del 15 de marzo de 1853. (L12: P3);
sobre de la carta de Eugène a su padre del 26 de septiembre de 1852. (L6: P.4).
P. 135: Carta de Eugène a su padre del 11 de marzo de 1853 (L11: P.3).
P. 137: Sobre de la carta a su tío Francois Latapi, del 10 de mayo de 1850 (L2: P4), matasello de
Arudy de una carta de Eugène a su padre, del 28 de mayo de 1857. (L30: P4); medio
matasello de Veracruz, de una carta de Eugène a su padre del 30 de julio de 1855 (L28: P4)
P. 141: Carta de Eugène a su padre del 11 de marzo de 1852, (L12: P.1); intaglio de la carta de
Eugène a su padre del 26 de julio de 1854. (detalle... L24: P1); intaglio de la carta de
Eugène a su padre del 7 de octubre de 1857 (detalle L31: P1); lacre rectangular que
utilizaba Eugène para cerrar los sobres , carta a su padre del 30 de abril de (L33: P.4);
papel con un anagrama. Carta de Eugène a su padre del 12 de octubre de 1866. (L39: P.1)
P. 129: Sobre de una carta del 14 de mayo de 1857. (L30: P4).
P. 139: Sobres de la carta del 30 de abril de 1858 (L32: P4) y matasello de Limoges con fecha del
17 de abril de 1853. (L11: P.3).
P. 143: Acta notarial del 6 de octubre de 1851, Archivo familiar (L40: P1).
P. 147: Carta de Eugène a su tío Francois, del 10 de mayo del 1850 (L2: P1) y carta de Eugène a
su padre, del 15 diciembre de 1851 (L4: P.1).
P. 149: Carta de Eugène a su padre, del 8 de enero de 1853 (L10: P1) y carta de Eugène a su
padre del 19 de septiembre de 1853 (L17: P1).
P. 151: Carta de Eugène a su padre del 1ero de marzo de 1854 (L23: P1) y carta de Eugène a su
padre del 2 de septiembre de 1854 (L25: P1).
P. 153: Carta de Eugène a su padre del 3 de abril de 1855 (27P: 1) y carta de Eugène a su padre
del 30 de julio de 1856 (L29: P1).
P. 155: Carta de Eugène a su padre del 18 de setiembre de 1857 (L31: P1) y carta de Eugène a
su padre del 31 de octubre de 1857 (L32: P1).
P. 157: Carta de Eugène a su padre del 30 de abril de 1858 (L33: P1) y carta de Eugène a su padre
del 1ero de diciembre de 1864 (37: P1).
P. 159: Carta de Eugène a su padre del 29 de diciembre de 1865 (L38: P1).
P. 161: Firmas de Eugène.
P.P. 162-163: Carta de Eugène a su tío Francois del 27 de abril de 1850 (L1: P4); carta de Eugène
a su padre del 12 de abril de 1852) (L4: P2); carta de Eugène a su padre del 8 de octubre
de 1853 (L17: P3); carta de Eugène a su padre del 30 de julio de 1855 (L27: P.3); carta de
Eugène a su padre del 30 de abril de 1858 (L32: P3); carta de Eugène a su padre del 1 de
diciembre de 1864 (L36: P4); carta de Eugène a su padre del 29 de diciembre de 1865
(L37: P5); carta de Eugène a su padre del 12 de diciembre de 1866 (L39: P1).
P. 165: Juanita con sus hijos foto álbum familiar.
P. 169: Paulina Latapí Escalante junto con Juan y Pablo Latapí Sarre, foto JPS;
firmas de Juana R. de Latapi, en el Libro copiador de cartas del albacea, foto JPS; firma del
Albacea, Gustave Guichenné, Copiador de cartas, foto JPS.
P. 171: Foto de Maurice Latapi Rangel, álbum familiar y foto de Juan Latapi Rangel, álbum familiar.
Identificación y crédito de ilustraciones 251 l
P. 173: Marie-Gabrielle-Margueritte Demouly y sus hijos, foto de álbum familiar, foto de Juan y
Maurice Latapi en Bayonne.
P. 175: Juan Latapi Rangel y Guadalupe Toussaint; y Guadalupe Toussaint y sus hijos, fotos de
álbum familiar.
P. 177: Fernando Latapí Rangel, foto álbum familiar y Pilar Contreras, foto de álbum familiar.
P. 179: José Jiménez y Gabriela Latapí Rangel, fotos de álbum familiar.
P. 181: Eugenio Latapi Rangel; y Aurora Estévez, fotos de álbum familiar.
P. 183: Hijos de Eugenio Latapi y Aurora Estévez, foto de álbum familiar.
P. 185: Juana Rangel, foto álbum familiar.
P. 187: Familia Souleau-Latapi, foto de álbum familiar.
P. 189: Eugène y Juanita, fotos de la “Genealogía de la familia Latapí. 5 generaciones hasta 21 de
dic. de 1957”.
PP. 192-193: Juanita viuda con sus hijos en 1870, foto de Valleto, álbum familiar.
P. 195: “Odyssée 2001”: el reencuentro, foto Pablo Latapí Sarre.
P. 197: Anne-Léonie-Ménagère Latapi de Brousset (1845-1933); y familia Brousset-Latapi, fotos
transmitidas por Anne-Marie Lataste.
P. 201: Joseph Brousset, foto transmitida por Anne Marie Lataste.
P. 203: A la salida de la Alcaldía de Oloron, foto Juan Latapí Sarre.
P. 205: Recorte de periódicos, transmitidos por Juan Latapí Sarre.
P. 207: Fotos de identidad tomadas de la Genealogía de la familia Latapí, 5 generaciones, hasta
diciembre de 1957.
P. 209: Maurice Latapi (de Rennes); los Labedan y Ariane Bruneton; y Pablo Latapí Sarre, Javier
Pérez Siller y Pualina Latapi Escalante, fotos de Juan Latapi Sarre.
PP. 210-211: Fotos de la Convenciones Latapí en México 2004.
L 252 Identificación y crédito de ilustraciones
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