El cerro de Villavieja, Trillo

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Baños en el Tajo
Especial Fiestas
Resumen Julio Cultural
María Morillejo
Octubre 2010 - número 10 - www.itrillo.es
Un minuto para la historia: El Cerro de Villavieja, Trillo
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El Cerro de Villavieja, Trillo
(Guadalajara).
Son muchas las historias y leyendas que existen alrededor
de este paraje. Un lugar que conocen todos los trillanos
como “Cerro de Capadocia” o “de Villavieja”, cuyo topónimo
por si mismo es indicativo. La “Villa –vieja”, es decir la
antigua población a nuestro asentamiento actual.
En las siguientes líneas se explicará un poco de historia de
la investigación de ese lugar, que ha llamado la atención
desde hace siglos a los eruditos viajeros y concurrentes al
cercano Balneario Carlos III.
Texto de Antonio Batanero. Arqueólogo.
Foto - Postal de fondo fotográfico Layna, nº 0705,
con texto: “Friso romano
hallado en el lugar
que llaman Capadocia,
Trillo”, Año 1935
El asentamiento
S
e trata de un cerro amesetado y alargado, cuya cima posee una longitud
de aproximadamente 460 metros y una
anchura máxima que se acerca a los 40
metros. Dicha elevación se dispone de norte
a sur, y está flanqueada por el río Tajo en la
base Este y Oeste de su ladera. Posee una
pared vertical rocosa de más de 70 metros
de altura en su vertiente Este, que hace inaccesible al asentamiento por aquella parte.
La ladera Oeste se encuentra aterrazada
por potentes muros formando bancales que
han servido para el cultivo de olivos y otras
especies. Son visibles en la superficie de la
cima del cerro, muros trabados en seco con
grosores que oscilan entre los 40 cm y los
100cm, y que corresponden a estancias o habitáculos rectangulares de un asentamiento
muy estable. Estas estructuras son evidentes
en los tres primeros cuartos desde el norte,
no habiéndose localizado en la parte más
meridional de la cima de cerro. Estos muros
alternan algunas hileras en spicatum, que
hace pensar en influencias orientales, ya sea
por presencia visigoda o por contingente
islámico. Según puede verse en superficie
se muestra un urbanismo de habitáculos
rectangulares dispuestos de forma adosada
a ambos lados de una calle central. Se distingue un fuerte basamento ciclópeo junto
a la entrada del camino actual, que correspondería con un amurallamiento al menos
en la parte norte, que es la más expuesta. El
yacimiento ha sido parcialmente destruido
por la realización de un camino y de zanjas
de acometida eléctrica hasta las antenas de
telefonía y TV instaladas en el extremo sur
de su cima y posee huellas de antiguos hoyos
de saqueo.
Existen numerosas citas a este yacimiento,
muchas de ellas se encuentran en las obras
de los eruditos que concurrían al cercano
Balneario Carlos III desde el siglo XVIII. Según
Juan de Rejusta, en 1768 el lugar era llamado
por los del pueblo “Capadocia” 1: “La Villa de
Trillo se halla situada en un valle orilla del
Río Tajo cercada de cuatro cerros... (...) ...y en
la inmediación hay un cerro que dicen se
llamó en tiempos Capadocia y hay vestigios
de algunas casas y hoy hay allí una ermita de
San Martín.”
Otros, como el autor del “Tratado de Aguas
termales de Trillo”, Casimiro Gómez Ortega,
aseguraba que el citado yacimiento se correspondía con la ciudad de Bursada:
“…Pero no falta quien presuma que ya en
tiempo de los Romanos era Trillo una de las
mas famosas ciudades de España, discurriendo con los argumentos siguientes. Al oriente
de Trillo, a poco más de una milla de distancia, se registra una montaña, que conserva
por tradición entre sus moradores el nombre
de Villavieja…( …) …se pudiera conjeturar con
grande verosimilitud haber estado fundada
en la referida montaña la ciudad de Bursada.
Habla Plinio en el lib. 3 cap. 3, de los pueblos
Bursorenses, y dice que eran de la España
Citerior, y tenían por confine, o aledaños a los
pueblos Calagurritanos, y a los Complutense;
y aunque esta noticia no sea suficiente para
dar fixa situación a la ciudad de Bursada,
sirve mucho para conducirnos a examinar
donde la colocó Claudio Ptolomeo en sus Tablas de Europa. En la segunda fixa el Mapa de
la antigua Provincia Cartaginense, en el qual
comprehende dentro de los pueblos Celtíberos
a Cesada, que es hoy la villa de Hita, a Ergávica, conocida por la Hoz de Peñaescrita, como
lo demostró el doctor Francisco Antonio Fuero
en su sitio de la antigua ciudad de Ergávica
y también incluye a Bursada que coloca a los
40 grados y 50 minutos de latitud, los quales
convienen puntualmente con la situación de
Trillo” 2.
En este sentido hay que señalar que la investigación actual apunta a Borja (Zaragoza) como
la verdadera ubicación de dicha ciudad antigua.
También el Conde de Cornide realizó sus conjeturas, apuntando que el yacimiento debería corresponder con la ciudad de Contrebia (Cárbica):
“…en el cerro que Don Casimiro Ortega dice
está algo más de una milla de Trillo, y en el
qual cree, según informe de Don Francisco
Fuero, que pudo haber estado la antigua población denominada Bursada [ …] Este cerro,
a que he subido, forma como un procurrente
o península escarpado, y rodeado por el Tajo
por Oriente y Mediodia, y queda comprendido
entre Trillo, y sus baños. En él no hay vestigio
de población romana, o morisca pero sí de pequeñas casas de calles o senderos intermedios,
aquellas de piedra incierta tomada con tierra
o mezcla muy deteriorada. Yo creo que puede
haber sido población celtibérica, defendida
solo por la naturaleza y por el esfuerzo de sus
naturales , y por varias reflexiones que hago
en mi nota de la Celtiberia y sus ciudades en
la Memoria de Cabeza de Griego me inclino a
que hubiese sido Contrebia.” 3
Aunque de nuevo la investigación actual
apunta a Fosos de Bayona (Cuenca) como la
definitiva ubicación de Contrebia Cárbica, es
interesante la noticia que recoge Cornide al
respecto del primer hallazgo epigráfico en la
zona del cual se tiene conocimiento:
“Aunque el Conde de Cabarrús hizo sacar en el
dicho cerro (de Villavieja) una piedra con una
inscripción que mandó conducir a Madrid,
Don Jerónimo Carrillo, actual Maestro de Tri-
Foto - Vista general del asentamiento
51
llo, me aseguró que nada se podía leer en ella
por estar muy gastadas las letras….” 4
Ya en el siglo XIX, en el diccionario de Pascual
Madoz se menciona otra atribución de dichas ruinas, en esta ocasión a Thermide:
52
“ Esta población que probablemente debe su
origen y nombre, como su importancia, a las
célebres aguas que posee es antiquísima, aunque trasladada del sitio llamado Villavieja,
donde se conservan las ruinas de su existencia primitiva, en la que fue considerable,
mencionada por Ptolomeo en la región de los
carpetanos, con el nombre de Thermide, de
donde ha venido a decirse Trillo.” 5
Del mismo modo opinaba José María escudero de la Peña, que escribe en 1853:
“ En las cercanías de la actual villa de Trillo, en
el despoblado de Villavieja, existen las ruinas
de la antigua Thermida, cuya reducción a
Trillo no se hace difícil, teniendo en cuenta
las graduaciones que le aplicó Tolomeo en la
parte más septentrional de la Carpetania,
rayando con los arévacos de Sigüenza, y su
nombre derivado del de Thermos, calor, refiriéndose a sus famosas aguas. 6”
Así, aunque nuevamente la investigación actual apunta a Tiermes (Montejo de Tiermes,
Soria) como sede de dicha antigua ciudad,
esta profusión de citas señala que existió
un notable interés por las ruinas desde el
siglo XVIII, debido en parte a la cercanía del
Balneario Carlos III respecto al yacimiento,
pero también por la relevancia de los restos
conservados en superficie.
En este contexto, en 1889 se produce el
segundo hallazgo epigráfico del que se tiene
noticia. Fué Juan Catalina García López
el que halló en la ladera de poniente una
estela inscrita que hoy se encuentra en el
Museo Arqueológico Nacional, con doble
interpretación en su lectura, según la cual
pudiera tratarse de una lápida funeraria o
de una inscripción votiva de culto al dios
mitra, aunque actualmente la investigación
se inclina por la primera. Dicha estela fue
recogida y entregada al Museo Arqueológico
Nacional, donde se encuentra actualmente
y la primera interpretación de Juan Catalina
dice del siguiente modo:
“…hasta que la tradición fue confirmada por
una lápida romana que yo recogí en aquel
sitio en 1889 y la que dice de esta manera:
SOL. AVG. V.
DIO. G. LIB.
S. I.
(Soli Augusto Dio Glai libertus solvit libens
Imerito)” . 7
Armin U. Stilow (Coordinador del Centro CIL
II), apunta que ya G. Alöldy 8 leyó COR o GOR
en lugar de SOL, indicando que se trataba
en realidad de una estela funeraria. Según
Armin U. Stilow se trataría de un epitafio de
[C(aius)?] Cor(nelius) C(ai) lib(ertus) [- - -],
que pertenecía a la cognatio de los Aucun(.?)
diqui, y data como mínimo de la segunda
mitad del siglo II. Así, el último análisis de la
inscripción quedaría de este modo:
[C(aius)?] Cor(nelius) Aucu+diq(um) ° C(ai) ° lib(ertus) °
(vac. V. Unus)
[---]+[---]
------?
Es de materia arenisca, rematada por un
semicírculo. Sus medidas son 70 x 42 x 14cm,
posee un rosetón en la parte alta redondeada y renglones separados por líneas incisas
profundas. Letras de 4,5 a 5cm e interpunción redonda.
Así, tras unos años de vacío en cuanto a
hallazgos se refiere, Francisco Layna Serrano
realiza una fotografía fechada en 1935 con la
siguiente anotación: “Friso romano hallado
en el lugar que llaman Capadocia, Trillo”.9
Del paradero de dicha piedra nada se
conoce pero según puede verse en la imagen,
efectivamente corresponde a algún tipo de
friso decorativo. Así, aunque también cabe
la posibilidad de que se corresponda con
alguna reutilización, y aunque no se trata
estrictamente de un hallazgo epigráfico,
se destaca aquí porque podría indicar la
existencia de algún edificio destacado en el
yacimiento de “Villavieja”.
A raíz de unos hallazgos en la necrópolis,
a partir de 1977 Ricardo Izquierdo Benito y
José María Izquierdo Bertiz realizaron varios
sondeos en el poblado. Los resultados no
fueron muy satisfactorios, hallando material
cerámico medieval y muros de trazado en
spicatum correspondientes a estructuras habitacionales de planta rectangular
cimentadas sobre la roca del cerro, la cual
aparecía a poca profundidad. En realidad,
según escribieron los arqueólogos, se trataba
de “un primer momento de excavación, en el
que sería inútil tratar de establecer conclusiones…” 10
Foto derecha - Vista general de la vertiente este del
cerro de “Villavieja” en la actualidad
La necrópolis
Recibe el nombre de los restos de una ermita
dedicada a San Martín, que constituye un
templo antiguo ligado sin duda a dicha
necrópolis. El yacimiento se encuentra muy
deteriorado debido a antiguas labores agrícolas y al expolio en busca de objetos valiosos, al menos desde mediados de siglo XX.
La primera noticia escrita al respecto de la
necrópolis se produce a mediados del siglo
XIX: “ Pero lo más antiguo y notable de ella
son unas ruinas de población, quizá más bien
celtibérica (según relación fidedigna, se veían
no hace mucho tiempo algunos nichos excavados para recibir los cadáveres, guardando
la forma del cuerpo humano al estilo de los
de Olérdula), que romana, a una milla al
oriente del pueblo” 11.
En 1970, Florentino García López y Antonio Linero Doña, trillanos aficionados a la
arqueología, realizaron varios sondeos en la
necrópolis. Entre los hallazgos hay que destacar tres tumbas de inhumación cubiertas
por losas de piedra, entre cuyos ajuares
aparecieron dos pendientes con la siguiente
descripción por parte de sus descubridores:
“...anillo de unos 4,5 centímetros de diámetro con broche, al estilo de la fíbula ibérica,
a la cual iba unida por medio de otra anilla
más pequeña una bellota de precioso dibujo
calado, todo ello en plata...(...)...Ensartados
en una de las falanges de la mano izquierda
aparecieron dos anillos, también de plata, en
los cuales se aprecia muy bien la talla hecha
por percusión”. 12 Tras los primeros hallazgos,
los descubridores pusieron en conocimiento
de las autoridades en materia de Patrimonio Histórico el hecho, interviniéndose de
manera profesional a partir de 1972. De ello
se encargaron Ricardo Izquierdo Benito y
José María Izquierdo Bertiz, que destacaron
tres zonas, bastante alejadas unas de otras,
exhumando varias tumbas de inhumación
en fosa cubiertas por losa de piedra. Concluyeron que la necrópolis se situaba cronológicamente en la transición del mundo visigodo
al altomedieval y destacando la importancia
arqueológica de la ermita de S. Martín, que
pudo ser un antiguo templo ligado al poblado de Villavieja. Finalizan clasificando la
urgencia de los trabajos arqueológicos dado
el peligro que poseía la necrópolis de seguir
siendo expoliada. 13
Y de hecho, tal como los anteriores autores
avisaron, años más tarde se publicó en WadAl-Hayara la noticia del hallazgo de un pendiente de plata “de cestecilla”, de influencia
bizantina, procedente de una intervención
clandestina. Se trata de un pendiente de plata, un collar de cuentas de ámbar y un anillo
que fueron depositados al Museo Provincial
de Guadalajara. 14
Actualmente son visibles en el paraje diversos fragmentos de losas destinadas a cubrir
las tumbas de inhumación; losas fragmentadas debido a que la necrópolis ha sido
saqueada desde hace mucho tiempo.
En definitiva se trata de un importante yacimiento en el que la ocupación cronocultural
abarca de la Edad del Bronce a Época Islámica. Lugar muy maltratado y expoliado hasta
la actualidad. Y es que en el año 2005, una
empresa de telefonía móvil realizó una zanja
longitudinal en el asentamiento, destrozando parte del mismo. Pero también revelando
unos magníficos hallazgos epigráficos, de los
cuales hablaremos en próximos números de
esta revista.
4
Idem pág. 48.
MADOZ, PASCUAL; “Diccionario Geográfico-Estadístico- Histórico de España y sus
posesiones de ultramar”, Madrid, 1845-1850,
Ed. Facsímil, T II, Servicio de publicaciones dela
JJ.CC. de Castilla-La Mancha; Valladolid, 1987
, pág. 420.
5
ESCUDERO DE LA PEÑA, JOSÉ MARÍA, “Crónica de la Provincia de Guadalajara”, 1869,
(edición facsimilar de la de 1869, Guadalajara, 1994), pág 16.
6
GARCÍA LÓPEZ, JUAN CATALINA; (citado en
su obra “Aumentos a las Relaciones Topográficas de Felipe II en la provincia de Guadalajara”, Madrid, Real Academia de la Historia,
1903.)
7
ALFÖLDY, G.; “Addenda et corrigenda a la
epigrafía romana de la provincia de Guadalajara”, Studia Historica 6, 1988.
8
9
Fondo Layna, fotograma 0705, Centro de la
Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara (CEFIHGU).
10
IZQUIERDO BERTIZ, JOSÉ MARÍA; “Informes
de las excavaciones en Trillo”, en Wad Al Hayara, nº 5, Revista de Estudios de la Institución
Provincial de Cultura, “Marqués de Santillana”, 1978, págs. 273-275.
11
CUADRADO, JOSÉ MARÍA; DE LA PEÑA,
VICENTE; (1853, 1885), “Guadalajara y Cuenca,
Col. España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia, Castilla la Nueva, 2” 1853,
Reedición de 1978, Barcelona, pág. 148.
BIBLIOGRAFIA
1
BLÁZQUEZ GARBAJOSA, A.; “Relaciones
Topográficas de D. Tomás López, Pueblos de
la Provincia de Guadalajara”: Descripción de
Trillo según D. Juan Rejusta, 1768, En: Wad Al
Hayara, 11, 1984, pág. 101,
2
GÓMEZ ORTEGA, CASIMIRO; “Tratado de las
Aguas Termales de Trillo”,Madrid, 1778 (Ed.
Ayto. Trillo, 1989), págs. 3-6.
3
CORNIDE DE FOLGUEIRA Y SAAVEDRA, JOSÉ
ANDRÉS “Viajes histórico-arqueológicos
por las tierras de Guadalajara, 1793-1795”,
en: Vallejo Girvés, Margarita, “Los viajes de
Cornide por la Alcarria”, Guadalajara, 1999,
págs. 45-46.
12
BATANERO, JUAN JESÚS; “Descubrimiento
de una necrópolis prehistórica en Trillo”, en
Nueva Alcarria, 2 de mayo de 1970, pág 21.
13
IZQUIERDO BENITO, RICARDO; IZQUIERDO
BERTIZ, JOSÉ MARÍA; “Informes de las excavaciones en Trillo”, en Wad Al Hayara, nº 4,
Revista de Estudios de la Institución Provincial
de Cultura, “Marqués de Santillana”, 1977,
págs. 261-265.
14
CRISTÓBAL RODRÍGUEZ, RAFAEL; “Nuevo
ajuar funerario de la necrópolis visigoda de
Trillo”, en Wad Al Hayara, nº 8, 1981 (Hallazgo
donado por Juan José Suárez, Pedro Miranda,
Juan José Estéban, Félix Villaverde y Julián
Usanos al autor del artículo), págs. 425-429.
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