26/8/08 13:10 Página 1 Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión PORTADA RCRF FINAL:Portada RCRF D. Bernal Casasola y A. Ribera i Lacomba (eds. científicos) Editado con motivo del XXVI Congreso Internacional de la Asociación Rei Cretariae Romanae Fautores Edita Colabora HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:00 Página 9 Índice Introducción.“What are we looking for in our pots?” Reflexiones sobre ceramología hispanorromana ................ 15 Darío Bernal Casasola y Albert Ribera i Lacomba Prólogo. La cerámica hispanorromana en el siglo XXI .............................................................................................. 37 Miguel Beltrán Lloris BLOQUE I. ESTUDIOS PRELIMINARES Los estudios de cerámica romana en las zonas litorales de la Península Ibérica: un balance a inicios del siglo XXI .............................................................................................................................. 49 Ramón Járrega Domínguez Los estudios de cerámica romana en las zonas interiores de la Península Ibérica. Algunas reflexiones .................. 83 Emilio Illarregui De la arcilla a la cerámica. Aproximación a los ambientes funcionales de los talleres alfareros en Hispania ......... 93 José Juan Díaz Rodríguez Hornos romanos en España. Aspectos de morfología y tecnología .......................................................................... 113 Jaume Coll Conesa El Mediterráneo Occidental como espacio periférico de imitaciones..................................................................... 127 Jordi Principal BLOQUE II. ROMA EN LA FASE DE CONQUISTA (SIGLOS III-I A. C.) Las cerámicas ibéricas. Estado de la cuestión........................................................................................................... 147 Helena Bonet y Consuelo Mata La cerámica celtibérica............................................................................................................................................. 171 Francisco Burillo, Mª Ascensión Cano, Mª Esperanza Saiz La cerámica de tradición púnica (siglos III-I a. C.) .................................................................................................... 189 Andrés María Adroher Auroux Cerámica turdetana .................................................................................................................................................. 201 Eduardo Ferrer Albelda y Francisco José García Fernández Cerámicas del mundo castrexo del NO Peninsular. Problemática y principales producciones ............................... 221 Adolfo Fernández Fernández HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:00 Página 10 La cerámica “Tipo Kuass” ......................................................................................................................................... 245 Ana Mª Niveau de Villedary y Mariñas La cerámica de barniz negro .................................................................................................................................... 263 José Pérez Ballester Producciones cerámicas militares en Hispania....................................................................................................... 275 Ángel Morillo BLOQUE III. NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS GUSTOS (AUGUSTO-SIGLO II D. C.) Las cerámicas “Tipo Peñaflor” .................................................................................................................................. 297 Macarena Bustamante Álvarez y Esperanza Huguet Enguita Producciones de Terra Sigillata Hispánica.............................................................................................................. 307 Mª Isabel Fernández García y Mercedes Roca Roumens Terra sigillata hispánica brillante (TSHB) ............................................................................................................... 333 Carmen Fernández Ochoa y Mar Zarzalejos Prieto Las cerámicas de paredes finas en la fachada mediterránea de la Península Ibérica y las Islas Baleares ................. 343 Alberto López Mullor Paredes finas de Lusitania y del cuadrante noroccidental ...................................................................................... 385 Esperanza Martín Hernández y Germán Rodríguez Martín Lucernas hispanorromanas ...................................................................................................................................... 407 Ángel Morillo y Germán Rodríguez Martín Las cerámicas “Tipo Clunia” y otras producciones pintadas hispanorromanas....................................................... 429 Juan Manuel Abascal Las “cerámicas bracarenses” ..................................................................................................................................... 445 Rui Morais El mundo de las cerámicas comunes altoimperiales de Hispania........................................................................... 471 Encarnación Serrano Ramos La producción de cerámica vidriada ........................................................................................................................ 489 Juan Ángel Paz Peralta BLOQUE IV. CERÁMICAS HISPANORROMANAS EN LA ANTIGÜEDAD TARDÍA (SIGLOS III-VII D. C.) Las producciones de terra sigillata hispánica intermedia y tardía.......................................................................... 497 Juan Ángel Paz Peralta La vajilla Terra Sigillata Hispánica Tardía Meridional .............................................................................................. 541 Margarita Orfila Pons Las imitaciones de cerámica africana en Hispania.................................................................................................. 553 Xavier Aquilué La cerámica ebusitana en la Antigüedad Tardía ........................................................................................................ 563 Joan Ramon Torres Las producciones de transición al Mundo Islámico: el problema de la cerámica paleoandalusí (siglos VIII y IX)........... 585 Miguel Alba Calzado y Sonia Gutiérrez Lloret HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:00 Página 11 BLOQUE V. ALGO MÁS QUE CERÁMICA: LA SINGULARIDAD DE LAS ÁNFORAS Las ánforas del mundo ibérico ................................................................................................................................. 617 Albert Ribera i Lacomba y Evanthia Tsantini La producción de ánforas en el área del Estrecho en época tardopúnica (siglos III-I a. C.)...................................... 635 Antonio M. Sáez Romero Ánforas de la Bética .................................................................................................................................................. 661 Enrique García Vargas y Darío Bernal Casasola Las ánforas de la Tarraconense ................................................................................................................................. 689 Alberto López Mullor y Albert Martín Menéndez Las ánforas de Lusitania .......................................................................................................................................... 725 Carlos Fabião BLOQUE VI. OTRAS PRODUCCIONES ALFARERAS Y TENDENCIAS ACTUALES El material constructivo latericio en Hispania. Estado de la cuestión..................................................................... 749 Lourdes Roldán Gómez Terracotas y elementos de coroplastia ..................................................................................................................... 775 María Luisa Ramos Aportaciones de la arqueometría al conocimiento de las cerámicas arqueológicas. Un ejemplo hispano .............. 787 Josep M. Gurt i Esparraguera y Verònica Martínez Ferreras El grupo CEIPAC y los estudios de epigrafía anfórica en España................................................................................ 807 José Remesal Rodríguez HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:26 Página 617 Las ánforas del mundo ibérico Albert Ribera i Lacomba Ajuntament de València Evanthia Tsantini Universitat de Barcelona Introducción Después de 25 años sin volver a tratar genéricamente el tema (Ribera, 1982), habría mucho que revisar, matizar y añadir. En este cuarto de siglo se ha avanzado mucho en el estudio de la cultura ibérica, a la que no ha sido ajena su característica cerámica, como se puede ver en este mismo libro. Es más fácil y adecuada la caracterización y definición de la producción de ánforas ibéricas por el término ibérico que por el de ánfora. Técnicamente, estos envases presentan un proceso de fabricación del todo semejante a los otros vasos ibéricos, normalmente de mucho menor tamaño, de la denominada clase A (Mata y Bonet, 1992), incluido su fino grosor. Al contrario, pues, que las ánforas romanas, prácticamente no hay diferencias de espesor de las paredes entre las ánforas y las otras cerámicas ibéricas. El considerable mayor tamaño no implica grosores más grandes ni un tipo de cocción diferente que la restante vajilla. En los centros alfareros ibéricos se ha visto que normalmente se producía al mismo tiempo una amplia variedad de formas y tamaños, no debiendo existir alfares especializados para ánforas. Esta observación sobre el terreno se ha corroborado profusamente con los estudios arqueométricos, que demuestran las similitudes tecnológicas de las pastas de las ánforas con el resto de la producción. Por su tecnología de fabricación, su inclusión entre las producciones ibéricas no presenta ninguna duda. Más discutible sería incluir siempre estos grandes vasos en lo que se viene llamando ánforas. Si formalmente no habría ningún problema, vista su clara derivación de las ánforas globulares fenicias, funcionalmente sí que surgirían dudas, ya que cada vez es más evidente, y los nuevos hallazgos no hacen más que confirmarlo, que la gran mayoría de estos recipientes no se usaban para el transporte, sino para el almacenaje (Mata et alii, 1997), al menos en la mayor parte de sus tipos, como iremos viendo. A simple vista, es evidente que estos grandes sacos de cerámica no estaban concebidos ni diseñados para ser usados como medios de transporte. Su gran tamaño, sus excesivamente pequeñas y no siempre bien ajustadas asas, además de la fragilidad de una cerámica tan bien cocida (Tsantini, 2007) y su escasa manejabilidad, hacen que estos grandes jarrones sean poco recomendables e inseguros como contenedores viajeros. Toda regla tiene su excepción y no se puede descartar que algunas de sus formas más estilizadas (I-5, I-8, 2C) o pequeñas (I-7) hayan desempeñado el papel propio de las ánforas, al menos a nivel regional y mayormente a través del transporte terrestre. Sólo tres formas están atestiguadas en pecios o en las Baleares, la I-3, la I-5, tal vez de El Campello, y la catalana 2C. Estos recipientes tuvieron un uso secundario como urnas y ajuares funerarios, modalidad sólo registrada en Cataluña, desde el área indiketa a la layetana, destacando los hallazgos de Ampurias y, sobre todo, los de la necrópolis del Turo dels Dos Pins, con sus numerosas ánforas del siglo III a. C. usadas como urnas funerarias (García, 1993). Historiografía Los pocos estudios específicos de las ánforas ibéricas se han centrado en espacios geográficos actuales, más o menos relacionados con entidades geográficas antiguas, que básicamente se centran en el País Valenciano (Ribera, 1982) y en zonas de Cataluña (Sanmartí et alii, 1998 y 2004), sin que falte algún estudio de las ánforas de un HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:26 618 yacimiento concreto (Álvarez et alii, 2000; Miñarro, 2005; Sanmartí y Bruguera, 1998). Para Andalucía se echa de menos más precisión a la hora de diferenciar lo que serían producciones indígenas de las púnicas, ya que suelen presentarse conjuntamente bajo el epígrafe de “ánforas prerromanas” o “iberopúnicas” (Pellicer, 1978; Florido, 1984 y 1985; Muñoz, 1987). Hasta ahora, el único intento de establecer una tipología común a todas las ánforas ibéricas se puede ver en la gran recopilación del “DICOCER” (Py et alii, 1993, 4952), aunque el resultado es tan excesivamente genérico como confuso y no exento de errores de forma y de fondo. Se dispondría de un más completo bagaje bibliográfico si se hubieran publicado las actas de la Mesa Redonda que en 1997 organizaron la Casa de Velázquez y la Universidad Autónoma de Madrid sobre “Las ánforas del área ibérica: zonas de producción y evolución tipo-cronológico (siglos VI-IV a. C.)”. En estas inéditas sesiones se pasaron revista a los materiales anfóricos ibéricos producidos y difundidos desde Andalucía al Languedoc y Provenza, incluyendo su presencia en las Baleares. Su edición habría permitido disponer de un avanzado y completo estado de la cuestión que, en la actualidad, con la excepción del País Valenciano y Cataluña, es difícil de recomponer con el escaso y disperso material publicado. Los recientes y sistemáticos trabajos arqueométricos están abriendo nuevas y fructíferas perspectivas para conocer mejor las características y la problemática de estos recipientes (Tsantini, 2007). Especialmente significativos son los estudios realizados para averiguar cuál fue el contenido, o contenidos, de estos envases cerámicos, que para la zona catalana han demostrado que la cerveza fue uno de los principales productos que contuvieron (Juan, 2000), aunque probablemente no fuera el único. Tipología y cronología En su día, para el País Valenciano propusimos una tipología numérica de las ánforas ibéricas (fig. 1) basada en meros criterios tipológicos (Ribera, 1982). Posteriormente se han añadido otras para las ánforas de la Cataluña costera (Sanmartí et alii, 1998 y 2004). Con estos antecedentes, presentamos una propuesta de síntesis reuniendo el material que conocemos y ordenándolo según parámetros cronológicos y geográficos. Página 618 CERÁMICAS HISPANORROMANAS. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN En las últimas dos décadas, los innegables avances experimentados en el conocimiento de la cultura ibérica permiten corregir el esquema cronológico que en su día elaboramos. El mejor ejemplo lo tenemos en la delimitación exacta del momento final de varios de los grandes yacimientos ibéricos, como Edeta, la Escuera o la Serreta, entre fines del siglo III e inicios del siglo II a. C., lo que conlleva variar la datación de algunos de los tipos que habíamos llevado hasta los inicios del siglo I a. C., fiados en la hasta entonces identificación de Edeta con la Lauro destruida por Sertorio (Bonet, 1995). Los materiales edetanos y contestanos, pues, básicamente de los tipos I-5, I-6 y I-7 serían propios del siglo III a. C., del final del periodo Ibérico Pleno, y no de la fase tardía, que se convierte en la gran desconocida, al tener pocos materiales que se le puedan atribuir. Sobre algunas de estas ánforas, desde el siglo VI, y a lo largo de toda su zona de producción, se han registrado una amplia variedad de marcas impresas pre-cocción, principalmente en la parte superior del asa, e incisiones post-cocción en el cuerpo, sin que, hasta el momento, se haya relacionado o agrupado en relación a producciones concretas (Mata y Soria, 1997). La época ibérica antigua (siglos VI-V a. C.) En este periodo, las primeras producciones ibéricas ya se van diferenciando de sus modelos fenicios, aumentando su tamaño y conservando detalles de sus predecesores, como el hombro más o menos marcado y el borde alto. Los primeros especímenes ibéricos de este momento inicial serían las ánforas de l’Alt de Benimaquia (Dénia) (fig. 2, 1), de una altura de 56 a 46 cm, producidas entre fines del siglo VII y el siglo VI en el entorno del yacimiento, imitando miméticamente en un principio las ánforas fenicias R1/T.10.1.2.1. (Álvarez et alii, 2000), como las de Aldovesta (fig. 2, 2), aunque poco a poco fueron alargando su figura, como la ebusitana PE-11 y PE-12 (Ramon, 1991). En el Torrelló del Boverot (Almassora, Castelló) se comprueba, ya desde el siglo VII a. C., la abundancia de estas ánforas fenicias R1/T.10.1.2.1. y cómo en el siglo VI ya aparecen ejemplares ibéricos más alargados que ya recuerdan al tipo I-1 (Clausell, 2002). Del siglo V se conoce un taller que fabricó ánforas y otras cerámicas ibéricas en el entorno de Kelin, pero la fragmentación de las piezas impide identificarlas tipológi- HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 LAS ÁNFORAS DEL MUNDO IBÉRICO Figura 1. Tipología clásica de las ánforas ibéricas valencianas. 21:26 Página 619 619 HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:26 620 Página 620 CERÁMICAS HISPANORROMANAS. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN Figura 2. Ánforas del periodo ibérico Antiguo. 1: Alt de Benimaquia, siglo VI a. C. 2: Aldovesta, siglo VI. 3: Coll del Moro, siglos VI-V a. C. camente (Martínez Valle et alii, 2000 y 2001). También del siglo V son las ánforas del Tos Pelat (Montcada), muy cerca de Valencia, con la misma imprecisión tipológica (Burriel, 1997), lo mismo que los ejemplares de l’Alcudia de Elche, datados también en el siglo V a. C. (Tendero, 2005), las del Oral del tipo I-1 y I-2 (Abad y Sala, 2001) o los coetáneos del Puig de la Nau de Benicarló (Oliver y Gusi, 1995). Tipos semejantes se han encontrado, siempre en el siglo V a. C., en gran cantidad, más de un centenar, en el pequeño asentamiento de la Quéjola (San Pedro, Albacete), concentrados en grandes cantidades en tres casas-almacén y en un edificio singular (Blánquez y Olmos, 1993). En general, en el País Valenciano no se conocen muchos perfiles de las ánforas del siglo V, que serían de los tipos I-1 y I-2, a mitad de camino con los ejemplares de imitación fenicia de l’Alt de Benimaquia y Coll del Moro (fig. 2, 1 y 3). En Cataluña, en este grupo ibérico antiguo estarían las ánforas del Coll del Moro (fig. 2, 3), del siglo VI a mediados del V, que llegan a los 75 cm de altura, y que corresponden al tipo 1 de la más reciente clasificación de las ánforas de Cataluña (Sanmartí et alii, 2004, 381). Se en- cuentran desde el sur de Tarragona al Midi francés (Gailledrat, 1997), con especial presencia en Emporion, aunque estas últimas más septentrionales no se descarta que se trate de importaciones. La presencia de ánforas ibéricas de fines del siglo VI en el pecio mallorquín de cala Sant Vicent, con un cargamento básicamente griego, demuestra la temprana comercialización de estos primeros envases ibéricos en las Islas Baleares (Nieto y Santos, 2008). Esta primera forma derivada de los prototipos fenicios, que hemos ejemplificado en una pieza del Coll del Moro, y que habría que fechar entre la segunda mitad del siglo VI y casi todo el siglo V a. C., se repite en este mismo periodo en varios centros de producción, ya sean estos indígenas, como los centros púnicos de Ebusus (Tipo 1.3.1.2.), Baria (T.1.3.1.3.), el Estrecho (T.10.2.2.1.) o Cerdeña (T.1.2.1.2.) (Ramon, 1987-88 y 1995). Sin embargo, aunque se parte del mismo prototipo, a partir del siglo V, en cada uno de estos centros, los tipos van a evolucionar de forma diferente, adoptando una tipología propia y bien diferenciada en cada centro productor, tanto en el territorio púnico como en el ibérico. HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 LAS ÁNFORAS DEL MUNDO IBÉRICO La época ibérica plena (siglos IV-III a. C.) Los perfiles más antiguos son los del tipo I-1 del Puntal de Salinas (fig. 3, 1 y 2), aunque ya presentan una evolución más diferenciada de los prototipos fenicios, con alturas que ya oscilan entre 100 y 75 cm, manteniendo los bordes altos y las asas por encima del hombro. Aparecen junto a los tipos I-2 y I-3 en contextos de la primera mitad o de mediados del siglo IV (Hernández y Sala, 1996). En el País Valenciano se diferencian tipos exclusivos de la Contestania, el I-1, I-2 y I-4, de los de la Edetania, I-7 y I-8, mientras hay otros, I-5 y I-6, que aparecen tanto en la Edetania como en el norte (Bastida de Moixent, la Serreta de Alcoi, Amarejo de Bonete, Albacete) y en el litoral de la Contestania (Tossal de la Cala de Benidorm, Illeta de El Campello, Lucentum, Ilici). A nivel tipológico, pues, se aprecian claras relaciones de determinadas formas con regiones o agrupaciones políticas concretas. En algún caso, además, la existencia de hornos de ánforas ibéricas, confirma claramente estas producciones. Sin embargo, en el caso más conocido, el del alfar de El Campello, al lado del mar, nos encontramos en el siglo IV a. C. con un panorama distinto, ya que los recipientes pertenecerían más a un tipo estilizado de perfil alargado, como el I-3, de dudosa filiación ibérica, o el I-5, antes que a los típicos envases contestanos I-2 o I-4. Si, como se ha llegado a plantear (Álvarez, 1998; López Seguí, 2000), las ánforas fabricadas en El Campello fueran del tipo I-3, que es el más difundido y el único que se encuentra en algún pecio, esto, ligado a la posible producción de garum o similares, en el yacimiento/emporio de la Illeta de El Campello, significaría que esta forma ibérica sería la que más veces cumpliría la función clásica de recipiente de transporte. Sin embargo, creemos que muy posiblemente los alfares de El Campello también producirían el tipo I-5, difundido tanto por la Edetania como en el litoral contestano, y que también podría estar en el pecio de Binisafuller, junto a la forma I-3 (Guerrero y Quintana, 2000). Del poblado de El Campello la única ánfora ibérica completa es una I-5, aunque se haya publicado como I-3 (Pastor, 1998). Sobre su contenido, hay que tener en cuenta que no se conoce la fecha inicial de las piscinas de la instalación pesquera, que sí es seguro que funcionaron durante la fase romana imperial, además, hay que tener también muy en consideración la presencia de lagares en la fase ibérica del poblado del siglo IV, junto con otros espacios del interior 21:26 Página 621 621 del poblado que se dedicarían a elaborar derivados del pescado (Olcina, 2005; Pérez, 2000), lo que también daría una seria opción al vino como otro producto destinado a las ánforas. Otros alfares que hicieron ánforas contestanas se han excavado en los alrededores de Ilici. Como es habitual en las alfarerías ibéricas, también fabricaron otros vasos, caso de soportes de ánforas y platos pintados. Las ánforas serían de perfil fusiforme, de unos 86 cm de altura, borde plano, base redondeada y asas con acanaladura central, lo que coincidiría con los tipos I-4 y I-5 (López Seguí, 2000). En este periodo, en la Contestania (fig. 3) podemos distinguir cronológicamente dos grupos de poblados, a los que van ligados tipos de ánforas ibéricas distintos. Uno sería más antiguo, apenas pasando de mediados del siglo IV a. C. Incluye principalmente tres yacimientos del norte de la región, la Bastida de Moixent, el Puig de Alcoi y el Puntal de Salinas, y otro del sur, Los Saladares de Orihuela. En ellos aparecen los tipos más antiguos, los I-1 y I-2, que serían producciones locales, y el I-3, que tal vez proceda del alfar de El Campello. De la Edetania no se conoce bien ningún yacimiento de este mismo momento. El segundo grupo lo forman asentamientos que acabaron a fines del siglo III o a inicios del II a. C. y presentan un repertorio anfórico diferente, ahora con los tipos I-4 y I-5. En este grupo se incluyen poblados de un extremo a otro de la provincia de Alicante: la Escuera de San Fulgencio, el Monastil de Elda, Lucentum y la Serreta de Alcoi. En este último, el más septentrional, se encuentra también el tipo I-6, más común de la zona edetana, en la que ya se conocen bastantes yacimientos de estas mismas características: Tossal de Sant Miquel (Edeta), Castellet de Bernabé, Puntal dels Llops de Olocau, los Villares (Kelin). En ellos se encuentra sobre todo el tipo I-6, acompañado del I-5 y el I-7 (fig. 4). Del área edetana interior, en el entorno de Kelin, se conoce otra alfarería, La Casa Guerra (Requena) que produjo ánforas entre los siglos V y III a. C., entre una gran variedad de otras formas. Debido al estado de fragmentación, no se ha podido establecer qué tipo producirían (Duarte et alii, 2000), seguramente el I-6, que es el más abundante de esta zona durante esa época. Dentro del área general edetana, Arse-Saguntum tuvo una más que especial importancia y, por lo que parece, contó con una producción específica de ánfora, ya definida, el tipo I-8, del que se han localizado algunos de HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 622 25/8/08 21:26 Página 622 CERÁMICAS HISPANORROMANAS. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN Figura 3. Ánforas del Ibérico Pleno. Contestania. 1: Tipo I-1. Puntal de Salinas. Primera mitad siglo IV a. C. 2: Tipo I-2. Puntal de Salinas. Primera mitad siglo IV a. C. 3: Tipo I-2. La Bastida. Primera mitad siglo IV a. C. 4: Tipo I-4. Lucentum, siglo III. 5: Tipo I-6. La Serreta, siglo III. 6: Tipo I-5. La Serreta, siglo III. 7: Tipo I-5. Lucentum, siglo III a.C. HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS LAS ÁNFORAS DEL MUNDO IBÉRICO 25/8/08 21:26 Página 623 623 Figura 4. Ánforas del Ibérico Pleno. Edetania, siglo III a. C. 1: Tipo I-5. Edeta. 2: Tipo I-7. Edeta. 3: Tipo I-6. Edeta. 4: Tipo I-6. Kelin. 5: Tipo I-8. Arse-Saguntum. HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:26 624 sus alfares a lo largo del Palancia. Esta forma troncocónica destaca por su fondo acabado en pivote (fig. 4, 5), caso único entre las formas de ánforas ibéricas. Para su datación, han sido determinantes los recientes e inéditos hallazgos del norte de la periferia de la ciudad de Valencia, donde los fragmentos de estas ánforas se encuentran en contextos de la segunda mitad del siglo III a. C. Se ha señalado su probable presencia en el poblado cosetano de Alorda Park (Sanmartí et alii, 2004). De Ilergavonia no disponemos de materiales en el área valenciana, aunque se sabe de un horno, el de Mas d’Aragó (Cervera del Maestrat, Castelló), que fabricaría ánforas del tipo B-3, como los de Cataluña (Borras y Selma, 1989), de donde ya se ha señalado que procede una variante del tipo 2-C, como veremos a continuación. En Cataluña también se distinguen, a grandes rasgos, grupos regionales, como vienen a demostrar los estudios arqueométricos (Buxeda y Madrid, 2004; Tsantini et alii, 2005; Tsantini, 2007) pero, al mismo tiempo, se observan contactos entre las diferentes áreas ibéricas a través de las ánforas indígenas. A nivel tipológico, la gran mayoría de estas ánforas ibéricas del área catalana se incluyen en el tipo 2 (Sanmartí et alii, 2004), caracterizado por el hombro de inclinación variable, generalmente de casquete esférico acabado en un labio pequeño de sección redondeada, triangular o cuadrada. El cuerpo es cilíndrico o de paredes algo cóncavas. La parte inferior es cónica o troncocónica. Las asas suelen ser de sección circular implantadas verticalmente sobre el hombro. Este tipo, a grandes rasgos, se correspondería con el B-3 de la clasificación de Maña (Miró, 1983-84), cuya forma se diferencia bien de los especímenes del País Valenciano. Este tipo 2, más genérico y conceptual que concreto, esconde 4 variantes que son las que se corresponden a producciones reales y diferenciadas. El 2A (fig. 5, 1 y 2) se caracteriza por la parte inferior troncocónica o cónica, con el extremo redondeado. Su relación altura/diámetro del hombro-cuerpo estaría entre 2,3-2,7. La altura normal está entre 80-70 cm, llegando a veces a los 90. Derivaría del tipo 1 en los siglos V y III a. C. Es normal desde Layetania al Languedoc, con especial incidencia en el área indiketa, siendo muy rara más al sur, con un solo ejemplar, que tal vez no corresponda del todo con el tipo. Una pieza muy parecida a esta forma, aunque de altura algo menor a la normal, 59 cm, se ha encontrado en Página 624 CERÁMICAS HISPANORROMANAS. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN el Tossal de les Basses de Alicante, en un contexto del siglo IV a. C. (Rosser y Fuentes, 2007). El tipo 2B (fig. 5, 3-5) se diferencia del anterior por su fondo de paredes rectas o poco convexas y, sobre todo, por su extremo apuntado, su mayor altura media, entre 86-93 cm y una relación de medidas entre 2,5 y 3. Son más esbeltas y de mayor capacidad que las anteriores. Se fecharía un poco más tarde, entre mediados del siglo IV y el siglo II a. C. Son, al menos en parte, de origen layetano, ya que se conocen alfares en Can Vedell (Bigues i Riells) y otro en la Riera de Sant Simó (Mataró). Es en el centro del litoral de Cataluña donde son más abundantes, como atestiguan los numerosos ejemplares de Cabrera de Mar. Sin embargo, se han localizado desde el Languedoc al norte de la Cosetania (Alorda Park). El tipo 2C (fig. 6, 1 y 2) se diferencia claramente por su perfil aún más esbelto, con una altura media entre 7684 cm y una relación de medidas entre 3,1 y 3,5. Su área de distribución también es distinta, ya que, con la excepción de un ejemplar de Cabrera de Mar, el resto se centra en el sur de Cataluña, donde se han delimitado 3 subvariantes regionales: • la del Baix Llobregat, de inicios del siglo I a. C. • la de Cosetania, de fines del siglo III a. C. • la de Ilergavonia, de fines del siglo III a. C. El taller de les Hortes de Cal Pons (Vilafranca del Penedès) haría este tipo. El tipo 2D (fig. 6, 3) se diferencia por su perfil bitroncocónico, la parte inferior troncocónica, el fondo redondeado y las asas más grandes y en perfil de oreja, como las predecesoras fenicias. Su altura media está entre 77 y 82 cm y su relación de medidas entre 2,5 y 3. Destacan las señales de peinado precocción en el hombro, como en las producciones de El Campello. Es un tipo casi exclusivo de Ullastret (Sanmartí y Bruguera, 1998), además de dos ejemplares de Layetania. Se data al mismo tiempo que la 2A, entre los siglos V-III a. C. En Cataluña se han señalado otros tipos más esporádicos de ánforas ibéricas que se han descartado como producciones locales, tal como sucede con el tipo I-3. Precisamente, una de las formas que se ha supuesto foránea es una muy semejante, o idéntica, que se ha hallado en Ullastret y, significativamente, en los pecios de la Costa Brava de Ses Salines de la segunda mitad del siglo II a. C. (fig. 8, 3 y 4) y en el de Sa Tuna, de fines del siglo II HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS LAS ÁNFORAS DEL MUNDO IBÉRICO 25/8/08 21:26 Página 625 625 Figura 5. Ánforas del Ibérico Pleno. Cataluña. 1: Tipo 2A. Ullastret, siglo IV. 2: Mas Castellar, siglo III. 3: Tipo 2B. Alfar de Can Vedell, primera mitad siglo III a. C. 4: Tipo 2B. Cabrera de Mar, siglo III a. C. 5: Tipo 2B. Alorda Park, segunda mitad siglo IV-III a. C. Figura 6. Ánforas del Ibérico Pleno. Cataluña. 1: Tipo 2C. Alorda Park, 200 a. C. 2: Tipo 2C. Tivissa (Ilergavonia), 200 a. C. 3: Tipo 2D. Ullastret, siglo IV a. C. HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:26 626 a.C, lo que ya indica su más que probable procedencia foránea, ratificada por los ejemplares del pecio de Binisafuller en Menorca, además de los de la Bastida, ambos del siglo IV a. C., lo que plantea el problema de su perduración cronológica. Evidentemente, quedará por establecer el origen de esta forma viajera, que también habría que buscar en el área púnica. Los otros tipos supuestamente ibéricos registrados en el área catalana proceden de yacimientos costeros y son formas no parangonables a las conocidas en el País Valenciano (fig. 7). De la zona ibérica manchega, concretamente en la zona de Albacete, se conoce un gran recipiente sin asas que se asemeja al perfil de la forma I-6, bien atestiguado en yacimientos como Lezuza, pero apenas estudiados (Sánchez, 1947). La época ibérica tardía (siglos II-I a. C.) Se conocen pocos ejemplares del periodo final, especialmente perfiles completos, lo que hace difícil establecer cómo y cuándo se dejaron de fabricar estos envases. En la zona valenciana, en los niveles de la fundación de Valentia, alrededor del 138 a. C., aún aparecen bordes y paredes de estas ánforas ibéricas, pero siempre en escaso número y dentro de un contexto dominado por importaciones itálicas (Ribera, 1998, 2000; Ribera y Marín, 2003). En el interior de la provincia de Valencia, en el entorno de Kelin, se conoce una alfarería, la Maralaga (Sinarcas), que aún fabricó ánforas de tipo ibérico entre los siglos II y I a. C. (Lozano, 2006), periodo que aún coincide con la última fase del centro de Kelin, destruido en las guerras sertorianas (Mata, 1991). Afortunadamente, se ha podido completar la forma de un ánfora ibérica (fig. 8, 5) de este centro de producción, que presenta unos caracteres formales específicos que posibilitan que propongamos, a partir de este ejemplar, un nuevo tipo, que sería el I-9. Se distinguiría por un borde con el labio habitualmente engrosado hacia el interior, hombro redondeado, cuerpo cilíndrico, diámetro de la boca entre 16-20 cm y una altura entre 80-85 cm. En este nuevo tipo se incluirían otros dos ejemplares, que anteriormente se habían incluido en el tipo I-6, del que debe ser una evolución, ya que se pensaba antes que este tipo llegaría al siglo I a. C. Tras la revisión al alza de las fechas de Edeta y su entorno, se ha visto cla- Página 626 CERÁMICAS HISPANORROMANAS. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN ramente, desde Lliria a Alcoi, que el tipo I-6 es de finales del siglo III a. C. Precisamente, los otros dos ejemplares que encajan en este nuevo tipo I-9 son los únicos que presentan una datación más tardía. El de Cerro Lucena (Enguera) (fig. 8, 6) apareció con ánforas romanas, mientras que el de los Villares (Kelin) (fig. 8, 7) procede de sondeos irregulares de la parte baja del yacimiento, donde se concentran los hallazgos de la fase ibérica tardía. Un ánfora semejante, de los siglos III-II a. C., procede del Castellar de Meca (Mata y Soria, 1997). El tipo I-9, pues, al igual que el I-6, se extendería, al menos, desde el oeste de la Edetania al norte de la Contestania. Uno de los pocos yacimientos ibéricos excavados de este periodo tardío es el Tossal de la Cala de Benidorm, en el que las ánforas ibéricas son minoritarias respecto a las romanas y púnicas, en contextos de los siglos II y I a. C. El único ejemplar completo corresponde a la forma I-5 que, pues, podría perdurar. Sin embargo, al ser, de momento, el único caso, y conocidos los antecedentes de estas excavaciones antiguas de la provincia de Alicante, en las que se mezclaron materiales de Benidorm con otros de Alicante, la certidumbre de su procedencia no es total. Sin embargo, sí que es segura la presencia de muchos fragmentos de ánforas ibéricas en este yacimiento tardío (Ribera, 1982) Los tipos más tardíos catalanes son el 2B, en un contexto de Iesso (fig. 8, 1) del siglo I a. C. y el 2C, del que se conocen dos ejemplares de Molins de Rei (fig. 8, 2) datados hacia el 100 a. C. y que presentan un ciertamente anómalo pivote macizo derivado de las ánforas romanas (Sanmartí et alii, 2000). Las ánforas del tipo I-3 del pecio de la Punta de les Salines podría ser de fines del siglo II a. C., aunque estas fechas presentan dudas por la naturaleza dispersa y esporádica de los hallazgos de este naufragio. En Pollentia, fundada a mediados del siglo I a. C., y no en el 123 a. C., se han encontrado algunos fragmentos de estas ánforas, pero se supone que son materiales residuales del poblado talayótico anterior (Guerrero y Quintana, 2000). La difusión Dado el contexto de la inmensa mayoría de los hallazgos de estas ánforas, que suelen aparecer agrupadas en gran número en determinados departamentos de los poblados, como sucede en varios del País Valenciano, o en el de- HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS LAS ÁNFORAS DEL MUNDO IBÉRICO 25/8/08 21:26 Página 627 627 Figura 7. Ánforas del Ibérico Pleno. Formas de origen no establecido. 1: Burriac. 2: Tipo I-3. Bahía de Palma. 3: Tipo I-3. Pecio de Binisafuller, fines siglo IV-inicios siglo III a. C. 4: Tipo variante I-3: Pecio de Binisafuller. 5: Tipo ¿I-5? Pecio de Binisafuller. 6: Alorda Park. 7: La Bastida, siglo IV. HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:26 628 Página 628 CERÁMICAS HISPANORROMANAS. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN Figura 8. Ánforas del Ibérico Tardío. 1: Tipo 2B. Iesso, siglo I a. C. 2: Tipo 2C. Molins de Rei, 100 a. C. 3: Pecio de Punta de les Salines, ¿final siglo II a. C.? 4: Tipo I-3. Pecio de Punta de les Salines. 5: Tipo I-9. Alfar de la Maralaga, siglos II-I a. C. 6: Tipo I-9. Cerro Lucena, siglos II-I a. C. 7: Kelin, siglo II a. C.-inicio siglo I a. C. nominado “celler”, bodega, de Ullastret (Sanmartí y Bruguera, 1998), donde aparecieron no menos de 24 ánforas de los tipos 2A y 2D en un contexto de inicios del siglo IV, se ha supuesto a estos envases más una función de almacenaje que de transporte. Sin embargo, esta habitual y constatadísima función la compartieron, en algunos casos, con la más propia de las ánforas, la de servir de envase para transportar productos a cierta distancia. Los estudios de estas ánforas ibéricas en algunos yacimientos ya apuntaban a que algunos ejemplares, por su forma y morfología, deberían proceder de otras zonas geográficas, como se ha visto en algunos poblados catalanes (Sanmartí y Bruguera, 1998; Sanmartí et alii, 2004) y tal como han puesto de manifiesto los estudios arqueométricos (Tsantini et alii, 2005; Tsantini, 2007). En la zona valenciana se ha estudiado la difusión regional entre comarcas vecinas (Mata et alii, 2000) Totalmente definitivos han sido los materiales encontrados en las islas Baleares, que han evidenciado que, al menos entre los siglos IV y III a. C., algunas de estas ánforas ibéricas tuvieron cierta proyección exterior. El caso más destacado es el pecio menorquín de Binisafuller, cuyo cargamento principal fue de ánforas ibéricas, con 150 ejemplares registrados, de las que se han diferenciado 3 tipos: el I-3, el predominante, una variante del I3 y una variante del I-5. Completaban la carga algunas ebusitanas PE-14. Estas ánforas ibéricas se han relacionado con la producción del alfar de El Campello (Guerrero y Quintana, 2000), como también lo hacen otros autores que han investigado y conocen el alfar alicantino (Álvarez, 1998; Hernández y Sala, 1996; López Seguí, 2000), aunque haría falta disponer de análisis arqueométricos comparativos y, especialmente, conocer exactamente qué tipo, o tipos, se fabricaban allí, presumiblemente el I-3 y/o el I-5, ambos de perfil alargado y más estrechos que los otros tipos, lo que facilita su trasporte. Además del pecio de Binisafuller, el fondeadero de Cales Coves ha proporcionado cierta cantidad de estas ánforas, que llegan al 5% del total de las ánforas recuperadas. Fuera de sus zonas de producción, es precisamente en los yacimientos terrestres de Menorca donde estos recipientes alcanzan sus mayores proporciones. Destaca- HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 LAS ÁNFORAS DEL MUNDO IBÉRICO ríamos el caso, ¿anómalo?, del vertedero de mediados del siglo III a. C. de Toraixa, en el que el 28’9% de las ánforas son ibéricas, frente al 65’7% de ibicencas. De Trepucó procede un ánfora ibérica catalana de la forma 2B. En Mallorca también se encuentran estas ánforas, aunque parecen más escasas que en Menorca, como en los asentamientos costeros ebusitanos de Na Guardis y de Es Trenc. En este último, en el siglo II a. C., constituyen el 1’75% de las ánforas, frente al 66’6% de las ibicencas. Siendo escasas, no han dejado de identificarse en varios yacimientos talayóticos e incluso en uno del siglo IV, Sa Morisca, se han localizado algunas que podrían ser del alfar de El Campello (Guerrero y Quintana, 2000). El tipo I-3 también se ha señalado, durante el siglo IV a. C., en Tharros y Sulcis, en Cerdeña, junto a otros tipos ebusitanos (Bartoloni, 1988). Tanto estas ánforas ibéricas de los siglos IV-III a. C., mayoritariamente del tipo I-3, encontradas especialmente en las islas Baleares, como otros especímenes de este mismo tipo que aparecen en el territorio ibérico, suelen ir asociadas a contextos en los que predominan o, al menos, están presentes las ebusitanas PE-14. Entre estos yacimientos se incluyen tanto los de la costa, caso de la misma Illeta de El Campello (Álvarez, 1998) o Ullastret (Sanmartí y Bruguera, 1998), como del interior, en la Bastida (Dies et alii, 1997). Estos datos hacen ver que el más o menos escaso relieve que alcanzara el comercio de estas ánforas, estaría supeditado y controlado por los ebusitanos, cuyos recipientes fueron los mayoritarios en los intercambios que tuvieron lugar en el litoral oriental ibérico, entre Emporion y Cartagena, entre los siglos IV y III a. C. (Asensio, 2001-2002; Sanmartí, 2000). Estas ánforas ibicencas llegaron a ser imitadas durante este mismo periodo, los siglos IV-III a. C., en alfares de Cosetania, lo que demuestra la gran interacción existente entre los púnicos y los iberos del litoral (Asensio, 2000). Hay que señalar también la posible presencia de ánforas saguntinas en el poblado cosetano de Alorda Park y de algunos tipos catalanes en Languedoc y Provenza (Gailledrat, 1997; Sanmartí et alii, 2004). La arqueometría, las ánforas ibéricas y el futuro de la investigación Desde finales de la década pasada se está desarrollando un amplio proyecto de caracterización de las ánforas ibé- 21:26 Página 629 629 ricas de la zona catalana, valenciana y balear (Buxeda y Madrid, 2004; Tsantini, 2007; Tsantini et alii, 2005). Este trabajo ya ha generado una buena cantidad de documentación importante sobre la producción y distribución de las ánforas ibéricas en el nordeste de la Península y ha creado una primera base de datos de las diversas producciones anfóricas. Dentro del marco del referido proyecto, se han analizado 469 individuos, procedentes en su mayoría de diferentes yacimientos de la Layetania y la Cosetania. También se han analizado algunos del área indiketa, la Ausetania, Ilergavonia, las Baleares y el País Valenciano. Hasta el momento ha sido posible distinguir las producciones de los diferentes territorios y, además, en alguno de estos territorios se ha identificado más de una producción diferente. Los análisis químicos han permitido identificar cuatro grupos de referencia (VA, CampA, CampB, LAI) y once Unidades de Referencia Composicional de Pasta (URPC) (PC, VB, A, B, P, IB, TB1, TB2, TB3, TB4) diferentes. En la Layetania, hasta el momento, se han identificado dos producciones diferentes para el mismo tipo, el 2B. Una de ellas, el grupo LAI, representa el grupo de referencia (GR) del horno de ánforas de Riera de Sant Simó (Mataró), ya que el 100% de los individuos muestreados de este horno pertenecen a este grupo. Dentro de este grupo de referencia, LAI, también se incluyen individuos procedentes de Can Bertomeu, Turó dels Dos Pins, Puig Castellar y el vertedero de Vista Alegre. Además, hay un individuo del tipo 2B del yacimiento cosetano de Alorda Park. La segunda producción anfórica identificada en esta zona es el grupo PC, que corresponde a la URPC de Puig Castellar (PC), que sólo está formada por cinco individuos, todos procedentes de este yacimiento. Este grupo es químicamente muy homogéneo y mucho más calcáreo que el LAI. En Layetania, más de la mitad de los individuos (50,43%) pertenece al grupo de referencia del horno de la Riera de Sant Simó y casi la mitad del resto (24,35%) se relaciona químicamente con la misma zona de producción de este horno. Un 5,22% pertenece a la producción PC, que es la URPC de Puig Castellar. Por el contrario, el 22,35% de los individuos no presenta ninguna relación química estricta con ninguna de estas manufacturas, lo que indicaría la existencia de una posible multiplicidad de producciones en la zona. Habría dos aspectos adicionales a destacar. El primero es que cuatro ánforas del tipo 2C, de supuesto ori- HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:26 630 gen cosetano, del yacimiento de Turó dels Dos Pins (Cabrera de Mar, Layetania) se encuentran perfectamente integradas en la producción layetana LAI, lo que indicaría que se imitaban las formas o que el origen del tipo es múltiple. El segundo es que el mismo centro de producción LAI también hacía cerámica común. Es decir, que con la misma pasta se hacían ánforas y cerámica común. En la Ausetania sólo se han estudiado algunos individuos del yacimiento de Camp de les Lloses (Tona), donde no se ha identificado ninguna de las anteriores producciones layetanas, aunque su composición química denota un origen geoquímico muy parecido a ellas, posiblemente también de la Layetania. En la Cosetania se han identificado cuatro producciones: VA, VB, A y B. De estos, VA y VB son grupos de referencia y A y B son URPC. Las dos primeras se pueden relacionar con el norte de la Cosetania y las otras dos con el sur. VA sólo engloba individuos del taller de les Hortes de Cal Pons (Vilafranca del Penedés), que también hizo cerámica común de distintos tipos. El grupo VA sería el Grupo de Referencia (GR) del taller de les Hortes de Cal Pons. En cambio, VB comprende el resto de los individuos de esa misma excavación de les Hortes de Cal Pons, con sólo dos excepciones, además de todos los individuos del yacimiento de la Font dels Igols y cuatro individuos de los silos de la Vinya d’en Pau. Los individuos de este grupo se corresponden mayoritariamente con ánforas ibéricas (6’7%), el resto son otros grandes contenedores cerámicos. Aunque muy fragmentadas, las ánforas parecen ser del tipo 2C. Según las características y la procedencia del material de este último grupo, cabrían dos posibilidades. La primera es que VB sea el GR del centro productor de les Hortes de Cal Pons y la segunda es que VB corresponda a la producción de un posible horno situado en el yacimiento de la Font dels Igols, muy cercano al otro taller. Los otros dos grupos que se relacionan con el área cosetana son el A y B, tanto por la tipología como por la compatibilidad química entre sus individuos con el sur de la Cosetania y más concretamente con la zona de Calafell. Sin embargo, hasta el momento no se ha encontrado en esta área ningún taller ibérico. Lo que sí se ha comprobado es que todos los individuos de ambos grupos coinciden tipológicamente con el tipo 2C, aunque siempre hay que resaltar que son dos producciones diferentes pero de una misma zona. De estas dos producciones, Página 630 CERÁMICAS HISPANORROMANAS. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN la A sólo comprende ánforas ibéricas del poblado de Alorda Park y el B, además de ánforas de este mismo poblado, también incluye individuos del campo de silos de la Vinya d’en Pau y de Trepucó (Menorca). Este panorama indicaría que el grupo A muy posiblemente sería una producción local del entorno de Alorda Park, mientras que el B se relacionaría por compatibilidad geoquímica con el sur de la Cosetania. Además, se han identificado otras producciones menos representativas de la zona (P, TB1, TB2, TB3, TB4), que, como en Layetania, hablan de una gran cantidad de producciones. Resumiendo los resultados de la zona cosetana, se puede hablar de variados centros de producción en la zona y también de un alto porcentaje (25,21%) de individuos de otras áreas. Las cuatro producciones predominantes serían la VA (26,89%), la VB (11,76%), la A (11,76%) y la B (14,29%). Mucho menos representadas están las producciones TB (2,52%) y P (3,36%), mientras de la PV (0’84%) y LAI (0’84%) sólo se conoce un único individuo. En la zona edetana tan solo se ha identificado una URPC, la PV. La mayoría de sus individuos (60%) proceden del entorno de Lliria (Tossal de Sant Miquel, Castellet de Bernabé, Puntal dels Llops) aunque se conocen algunos más lejanos, como los de la Muela de Arriba (Requena), e incluso se ha localizado uno en Alorda Park. Mayoritariamente se relaciona con la forma I-6. Lamentablemente no se puede relacionar este grupo con ningún centro de producción, aunque de estos estudios se deduce fácilmente la existencia de una red comercial a nivel regional, que en algún caso sale de este ámbito, llegando, al menos, al sur de Cataluña. En el vertedero de los alfares de El Campello se han delimitado dos producciones, CampA y CampB, aunque el 50% de los individuos no se ha podido clasificar. Cuatro procedentes del cercano poblado presentan similitudes químicas con el taller. Esta situación se podría explicar desde dos opciones plausibles. La primera sería la presencia de una multiplicidad de producciones anfóricas dentro del taller y la segunda sería un proceso de producción poco estandarizado. Con anterioridad, análisis efectuados sobre las cerámicas de este mismo alfar habían llegado a distinguir hasta 13 diferentes fábricas petrográficas (Echalier y Jullien, 1985), lo que reafirma la complejidad y variedad de este centro alfarero. El estudio arqueométrico de la producción del alfar de El Campello ha puesto de manifiesto que este grupo HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 LAS ÁNFORAS DEL MUNDO IBÉRICO no se ha señalado en otras zonas valencianas, ni en la Cosetania, ni en la Layetania ni en las islas Baleares, aunque no hay que descartar que esto también se pudiera deber a que se ha realizado un muestreo limitado y, por consiguiente, harían falta analizar más individuos para tener un panorama más fiable. A nivel general, se puede afirmar que cada territorio se encargó de producir la mayor parte de sus ánforas. El carácter territorial, e incluso local, de las producciones se constata con tres hechos adicionales: • El primero es el reiterado predominio de las producciones locales, tanto en la Cosetania como en la Layetania. • El segundo es que los talleres que se han localizado al norte de la Cosetania, en la zona de Vilafranca del Penedès, y también el layetano de la Riera de Sant Simó, producen al mismo tiempo cerámica común, sobre todo grandes jarras, boles y ollas, con la misma pasta que las ánforas. Serían talleres que utilizaban la misma receta de fabricación y las mismas materias primas, ya fuera por falta de otros materiales o por simple comodidad. • El tercero se refiere al caso del alfar de la Riera de Sant Simó, además de lo que serían las ánforas propias de la zona, también producen otras más comunes en Cosetania, la 2C, lo que implicaría establecer las causas de esta probable imitación, ya sean éstas utilitarias, al adoptar una forma más adecuada, o por la voluntad de camuflar el origen, como ocurrió continuamente en el mundo de las ánforas que tenían cierta proyección. Sobre la difusión de las ánforas ibéricas, los estudios arqueométricos han señalado indicios de difusión intrarregional en las zonas más estudiadas, layetana, cosetana y edetana y también entre ellas, como los individuos del taller layetano Riera de Sant Simó (Mataró) encontrados en otras zonas de la Layetania y en la Cosetania. Los productos del sur de la Cosetania llegaban al área indiketa y a la Ilergavonia y algunas piezas edetanas llegaron al sur de la Cosetania. También se han registrado contactos entre la Cosetania y Baleares. 21:26 Página 631 631 La complejidad química revela una posible multiplicidad de producciones en todas las áreas estudiadas, lo que complica un poco más la interpretación de la información disponible. Por todo esto, sería necesario en el futuro ampliar las investigaciones arqueométricas a otras áreas, especialmente al País Valenciano, y contar siempre con un mayor número de individuos. Sería necesario y muy útil completar y homogeneizar la tipología de estos envases y deseable que se localicen más talleres de estas ánforas para que sean objeto de muestreos intensivos que permitan ir formando una completa base de datos de los centros productivos. En este caso, son especialmente prometedores los recientes y numerosos hallazgos de varios centros alfareros que produjeron ánforas alrededor de Kelin (Duarte et alii, 2000; Lozano, 2006; Martínez Valle et alii, 2000 y 2001). La arqueometría ha permitido también conocer mejor los aspectos tecnológicos de la fabricación de las ánforas ibéricas mediante la Difracción con Rayos X (DRX) y las observaciones por Microscopio Electrónico (MER). Sus pastas presentan todas las posibles tendencias de las divisiones básicas que desde el punto de vista químico se pueden establecer en las cerámicas y que afectan significativamente a los aspectos mineralógicos relacionados con las temperaturas de cocción y la aparición de los diversos minerales de cocción. Hay tanto casos de cerámicas calcáreas, con un contenido de CaO superior al 5-6%, como los grupos PC, VA, VB, IB, CampA, CampB, como de poco calcáreas, con un contenido de CaO inferior al 5-6%, caso de los grupos LAI y PV. También hay grupos intermedios entre los dos anteriores. Del estudio de las propiedades mecánicas de estos recipientes se ha constatado que estas ánforas, independientemente de su resistencia mecánica, sólo podrían aguantar un transporte muy concreto y a un punto no muy distante, porque al estar fabricadas con un material tan compacto como poco elástico, no aguantarían la continua exposición a tensiones y presiones físicas y se romperían con cierta prontitud. Por el contrario, se trata de un material ideal para el almacenaje, tanto de productos sólidos como de líquidos. HISPANORROMANASGARAMOND:CERAMICAS HISPANORROMANAS 25/8/08 21:26 632 Bibliografía Abad, L. y Sala, F., eds. (2005): Poblamiento ibérico en el bajo Segura. El Oral (II) y La Escuera. Bibliotheca Archaeologica Hispana, 12, Madrid. Álvarez, N. (1998): “Producción de ánforas contestanas: el almacén de El Campello (Alicante)”, Cypsela, 12, Girona, pp. 213- 226. Álvarez, N., Castelló, J. y Gómez, C. 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