Los “vientos de cola” y modelos económicos. Los vientos de cola de fines de los setenta, los de la década del’90 y los actuales1. Cerca del final de la segunda guerra mundial, importantes autores del campo de la economía entendieron que debían investigar las causas del subdesarrollo de las economías capitalistas de la periferia, y posteriormente, proponer políticas que posibilitaran a los países más atrasados “iniciar” un proceso de mayor desarrollo social, económico y cultural. Había una necesidad política por resolver dos situaciones que preocupaban a los países desarrollados: ninguna economía o país debía ser llevado nuevamente hacia estrangulamientos similares a los que sufrió Alemania en el período pos primera guerra; y segundo, no se debía exponer a muchas sociedades del este europeo, África y America Latina, a la tentación de resolver su atraso por un camino diferente al capitalismo. En ese contexto político y académico es que nace la Economía del Desarrollo. La intención o el propósito de estos autores, como ya se dijo, no era sólo participar de un debate teórico, sino influir en la toma de decisiones de los países subdesarrollados y especialmente, en los actores que, desde los países centrales, debían decidir “ayudar” para que supieran condicionar dicho desprendimiento de recursos. Generaron argumentos para que se supiera “como” ayudar y también, a “a cambio de que” un país se hacía merecedor de dicha ayuda. Más allá de la injusta subestimación de algunas autores de estas teorías, hacia los actores (públicos y privados) de cada país subdesarrollado, en el sentido de no reconocerles experiencias o estrategias propias y previas a sus aportes, importa traer a la discusión que los argentinos tenemos actualmente, aquellos argumentos de mitad del siglo XX y confrontarlos con los actuales que pregonan que nuestro país debería aprovechar el actual “viento de cola externo”. 1 Lic. Alejandro Barrios: Director de la Comisión Nacional de Comercio Exterior; Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Moreno (UNM). Este trabajo forma parte de los argumentos utilizados en el artículo “El comercio exterior, las políticas comerciales y los “vientos de cola” de fines de los setenta, la década de los’90 y la actualidad” del libros “Dos modelos económicos en disputa” UNM – Prometeo; Buenos Aires 2011. En primer lugar, en el trabajo se hará un brevísimo recorrido por algunos de los viejos argumentos en pro (no es un juego de palabras) de lograr una necesaria e inevitable ayuda externa para crecer y desarrollarnos. Si bien este debate está presente en nuestro país desde la independencia a inicios del siglo XXI, y se ha ido resolviendo, a veces con empates virtuosos, y otras con desempates aberrantes, como el de la última dictadura militar, hoy existen condiciones objetivas y subjetivas para alcanzar un nuevo empate que genere certezas, crecimiento sostenido y solvente para un mayor desarrollo económico, social y cultural de nuestro país. Posteriormente se intentará relacionar los actuales argumentos de actores políticos, intelectuales y mediáticos en pos de que los argentinos "aprovechemos la presente actualidad internacional", con aquellas teorías de mediados del siglo XX. Aquí también se presentarán argumentos sobre que los anteriores "vientos de cola" de los últimos treinta años, no sólo no han generado lo que sus actuales promotores prometieron en su momento (son los mismos actores), sino que las consecuencias de "la ayuda externa recibida", nos dejó muy lejos del escenario que los pioneros autores de la Economía del Desarrollo se planteaban como objetivos. Finalmente, nos haremos algunas preguntas sobre las potenciales consecuencias de que la mayoría de nuestro pueblo decida democráticamente cambiar de rumbo y retornar al pasado: una nueva apuesta a la integración pasiva de la Argetina a los mercados comerciales y financieros externos. Aquellos viejos argumentos2 Los primeros autores de la Economía del Desarrollo, ligados con las escuelas más ortodoxas, fueron los que explícitamente argumentaron que, sin un "gran impulso" externo (el Big Push de Rosestein-Rodan3), los países subdesarrollados no tenían posibilidades de despegar. La explicación venía de la mano de la falta de recursos para la 2 No se está diciendo aquí, que todos los aportes realizados en el marco de la Economía del Desarrollo hayan perdido vigencia. Es más, se argumentará más adelante que algunas de las actuales discusiones que se han dado, podrían verse como enseñanzas de algunos autores pertenecientes a dicha rama de la economía. 3 Rosestein-Rodan, PN: “Industrialisation of Eastern and South-Eastern Europe”. Economic Journal Vol 53. 1943 producción, exclusivamente capital, porque afirmaban que había excedente de mano de obra en el sector rural. Pero la escasez del subdesarrollo en cuanto al capital, se extendía también a las "capacidades" privadas (espíritu empresarial) para un potencia! despegue, con lo cual la "ayuda" no debía limitarse sólo a proveerlos de recursos, ya que se los veía incapaces de administrarlos. Había que generar el marco institucional público y especialmente privado: organizar un trust encargado de liderar el proceso. Este último sería el receptor y administrador de los recursos externos que llegarían. El "gran impulso", externo podía ser mediante préstamos internacionales: a través de Inversión Extranjera Directa (1ED). Similar es el planteo de Nurkse4: los países subdesarrollados están en el "circulo vicioso de la pobreza" dada su escasa capacidad de ahorro, como consecuencia de sus bajos ingresos. Por lo tanto el ahorro a invertir debe ser necesariamente externo. Para este autor, hace falta una sincronizada y simultánea inversión de capital en lodos los sectores de la economía. Esto es lo que se conoció (junto al anterior) como la propuesta de desarrollo a partir de un crecimiento industrial balanceado impulsado por el ahorro externo. Los matices entre los autores de la Economía del Desarrollo se hacen evidentes con el trabajo de Hirschman5 y su apuesta al "crecimiento desbalanceado". Esta propuesta tendrá el costo de la "destrucción" de algunos sectores de la economía más atrasados, que se verán compensados por el crecimiento de los más adelantados, que al estar encadenados hacia "atrás" y hacia "adelante" en la cadena productiva provocarán el desarrollo de toda la economía. Aquí la inversión externa tiene dos roles: inicialmente cubrirlas falencias empresariales e institucionales y luego, igual que los anteriores autores, cubrir la brecha del ahorro. Otros autores de la Economía del Desarrollo presentaron argumentos un tanto más respetuosos con las experiencias de los países subdesarrollados, especialmente con los latinoamericanos. Precisamente, fueron autores de América Latina los que pusieron en debate los argumentos del supuesto beneficio de lo "externo" en el camino al desarrollo de nuestras economías. La crítica a la "ayuda" externa como necesario y suficiente para 4 Nurkse, Ragnar: "Problems of Capital Formauon in Underdevelopcd Counirics". New York: Oxford Universtty Press, 1953. 5 Hirschman, Albert: 'The Straietegy of Economic Devclopmcnt" New I laven: Yale University Press, 1958. alcanzar un mayor desarrollo no se reduce a la cuestión financiera (recibir capitales), sino que se extiende al comercio internacional (más comercio según la división internacional del trabajo). Raúl Prebisch6 fue uno de los principales autores latinoamericanos que pusieron en cuestión los argumentos a favor del "beneficio mutuo" del comercio exterior y también los de la división internacional del trabajo en función de las productividades relativas. El desempleo estructural, las heterogeneidades productivas, la especialización primaria, la baja elasticidad en el ingreso de nuestras exportaciones y la alta elasticidad de la demanda de importaciones de bienes de capital, provocan el deterioro de los términos del intercambio. Las diferencias entre la periferia y el centro, lejos de converger con el comercio exterior, se profundizan (ataque a los argumentos del "beneficio mutuo" en el comercio internacional según la división internacional del trabajo). La única solución es industrializar la periferia y para lograrlo se proponen cuatro metas: a) industrialización por sustitución de importaciones; b) reforma agraria, ya que la concentración en la tenencia de la tierra frena el proceso de industrialización; c) el Estado es el garante y planificador del todo el proceso y d) promover la integración latinoamericana para ampliar mercados para poder alcanzar mayores escalas de producción. Si bien no se sugiere un aislamiento del mundo, desde el pensamiento latinoamericano de aquellos años, difundido fundamentalmente por la CEPAL7, como si se propuso desde una visión más "autárquica", como la Teoría de la Dependencia 8, tampoco se presenta al capital o al comercio internacional como imprescindibles para alcanzar un mayor desarrollo de nuestras economías. Estas diferentes teorías que promovían un mayor desarrollo de las economías de la; periferia a través de la industrialización, entran en una etapa de silencio político y aca6 Prebisch, Raúl: "The Economic Developmcnt of Latín America and its Principal Problems". New York: United Nations, 1950. 7 CEPAL: Comisión económica para América Latina, organismo dependiente de las Naciones Unidas que en sus publicaciones hasta mediados de los ochenta promovió la industrialización de Latinoamérica. 8 Celso Furtado y Fernando Enrique Cardozo fueron autores destacados de la Teoría de la Dependencia, cuyos argumentos contradecían a los de la ortodoxia en cuanto al rol del capital externo en el despegue de las economías en desarrollo. démico con las reformas neoliberales de fines de los ochenta y en toda la década de los noventa. El ocaso de la Economía del Desarrollo9, con sus matices, dejó el campo libre a las viejas estrategias ortodoxas, que ahora travestidas con ropajes de modernidad, generaron en nuestro país la peor crisis social, económica y como consecuencia de ello, también política de toda nuestra historia. La recuperación económica, social y política a partir del arlo 2003, nos vuelve a generar la posibilidad de debatir qué modelo de país nos va a permitir entrar en un sendero de crecimiento sostenido y solvente para generar las bases para un mayo desarrollo de nuestro país. En esta discusión estamos los argentinos desde el año 2007, cuando el ex presidente Néstor Kirschner nos dejó, por primera vez desde más 60 años, un país ordenado, con solvencia fiscal y externa, las bases para dar una estrategia de desarrollo con autonomía y soberanía. A poco tiempo de empezar la discusión (2008), la sociedad se vio interpelada por la vieja discusión sobre dos modelos de país, que de alguna manera, había estado solapada mientras salíamos de la peor crisis de nuestra historia: 1999 - 2002. Como uno de los modelos propuestos actualmente a los argentinos, claro que sin muchas precisiones, es "aprovechar el viento de cola" externo, nuevamente aparecen aquellos argumentos ortodoxos de la Economía del Desarrollo: "solos no podremos"; "necesitamos el empuje externo" o "no tenemos escala". En efecto, aquellos argumentos di mitad del siglo xx, hoy aparecen desde dos posiciones políticas funcionales a la dependencia externa: a) La agroexportadora dice: "el beneficio de la fuerte demanda de productos alimenticios en el mercado internacional debe reforzar nuestra especialidad en dichos sectores que cuentan con precios al alza, "tenemos que aprovechar al máximo esta situación", es “la oportunidad". 9 Albert Hirschman: "Auge y ocaso de la Teoría Económica del Desarrollo", El Trimestre Económico, octubre 1980. b) La financiera endeudadota dice: “nuevamente se da la situación de mediados de los años ’70 y de los años ’90, la tasa de interés internacional vuelve a bajar, es más hoy es la más baja de la historia”, “aprovechemos este escenario, integrémonos al mundo”. Es en este sentido que parece necesario recordar dos cosas: que no es la primera vez que existe "viento de cola comercial y/o financiero" ; y tener presente cómo se "aprovechó" el viento de cola a fines de los '70 y en los años '90, diferenciándolo de lo que estamos haciendo ahora con el contexto internacional. Los anteriores vientos de cola: fines de los años 70 y la década del '90. La Argentina, como oíros países latinoamericanos, fueron receptores de dos flujos importantes de capitales externos en los últimos treinta anos: el de mediados de los años setenta y el de ta década del '90. En efecto, luego de la crisis en Estados Unidos a inicios de los años setenta, el mundo capitalista se enfrenta a una crisis estructural que aún hoy sigue dando señales de vida. Una forma de exportar su crisis fue en su momento (y actualmente) empapelar al mundo con una gran emisión de moneda. La devaluación a inicios de los setenta (agosto 1971) por parte de Estados Unidos, la crisis petrolera y la posterior gran liquidez internacional, posibilitaron un exceso de ahorro monetario en los bancos de los países centrales. Ese excesivo ahorro había que colocarlo y los viejos diagnósticos sobre el desarrollo volvieron. ¿Donde se necesitaba ahorro? En la periferia, especialmente en América Latina, y en ese proceso, nuestro país, para ser rigurosos, nuestra elite económica, fue muy activa en la captación de ese ahorro eterno a una tasa de interés en descenso (19741977). El "viento de cola" de mediados de los setenta no vino, como sugerían los primeros autores de la Economía del Desarrollo: para generar la imprescindible institucionalidad pública y privada necesaria para despegar; sino lodo lo contrario: vinieron a condición de destruir todo lo previamente logrado en la posguerra, especialmente las potencialidades generadas en el proceso de industrialización del período 1945 - 1975. Tasas de Interés EE.UU. Promedios anuales en % 25,0 20,0 15,0 10,0 5,0 91 07 1 9 17 1 9 27 1 9 37 1 9 47 1 9 57 1 9 67 1 9 77 1 9 87 1 9 97 1 9 08 1 9 18 1 9 28 1 9 38 1 9 48 1 9 58 1 9 68 1 9 78 1 9 88 1 9 98 0,0 Promedio % Para tener un breve pantallazo de la mala herencia que nos dejó ese primer "empuje de ahorro externo" que tanto pedían los ortodoxos, se puede recurrir a un trabajo que hicimos con Benjamín Hopenhayn sobre el derrotero del modelo neoliberal en el período 1976 - 200210. El capítulo dedicado al período 1976 - 1983 lo llamamos "Las ruinas minadas". Es que, en vez de acercarnos a un sendero de mayor desarrollo económico, social y cultural, este primer flujo de ahorro externo nos dejó muy lejos de eso: dcsindustrializó, endeudó, destruyó capacidades públicas y especialmente, eliminó a una generación de argentinos que estaba dispuesta a liderar la marcha de nuestro país hacía aquel sendero al desarrollo largamente buscado. Si con marchas y contramarchas los procesos de acumulación económica de los 100 años anteriores (1880 - 1975) en nuestro país habían estado vinculados con la producción (modelo agroexportador y el sustitutivo de importaciones), a partir de este primer "impulso externo", nuestra elite económica se adapta y pasa a la acumulación financiera y deja, en sólo siete años a la economía argentina en aquellas "ruinas minadas" de 1983. 10 Benjamín Hopenhayn y Alejandro Barrios: Las malas herencias, ¿Qué dejan los gobiernos que se van?. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires 2003. Luego de la década perdida de los ochenta (exportación de ahorro latinoamericano hacia los países centrales), nos llegó "el segundo viento de cola": el de los años noventa. En estos años, ya habían pasado los procesos dictatoriales en el continente, ya se habían eliminado las subjetividades peligrosas y ahora faltaba terminar de eliminar las resistidas objetividades. Nuevamente, como a mediados de los años setenta, en los primeros años noventa, bajan fuertemente las tasas de interés internacionales: nuevo proceso de endeudamiento argentino. Tasas de Interes Internacionales en Dólares LIBOR a 90 días 9,0 8,0 7,0 6,0 5,0 4,0 3,0 2,0 1,0 0,0 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 Tasa en Dólares Para ello ya estaban disponibles los mandatos del Consenso de Washintong (CW): reforma del Estado (descentralización y privatizaciones), apertura comercial y financiera, flexibilización laboral, etc. Las viejas condiciones de Rosestein - Rodan, para recibir "el gran empuje" (el ahorro externo) para industrializar y desarrollarse, ahora se habían transformado en "sugerencias" para una integración eficiente de las economías subdesarrolladas a la creciente globalización. Luego de cumplir cabalmente con todos los mandatos del CW y de recibir importantes flujos de ahorro externo nada mejoró en nuestro país, al contrario, este segundo "viento de cola" dejó a nuestro país en la peor crisis económica, social y por eso política (toda la clase política quedó deslegitimada: el pueblo pedía "que se vayan lodos"). El aparato productivo quedó destruido, se generó un endeudamiento externo descomunal (180% del PIB), el Estado desfinanciado y sin activos y. como consecuencia de este proceso, se habían empujado al abismo de la pobreza y la indigencia a una parle importante de nuestra población. No es menor recordar que junto al fluyo de ahorro externo recibido, en dicho periodo también se contó con términos de intercambio favorables para nuestro país. En sólo seis artos (1990 a 1996) el índice de 'términos de Intercambio (1TI) aumentó 20 puntos, pasando de 89,8 a 109,811. En el gráfico siguiente se pueden ver las tendencias alcistas de los principales productos exportados por nuestro país en los primeros años noventa. Precios Internacionales U$S/Tn 1980-1996. Número Índice 1980 = 100 140 130 120 110 100 90 80 70 60 50 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 Trigo Maiz Soja De alguna manera, los anteriores párrafos pretenden poner en cuestión la pretendida verdad absoluta de que los "vientos de cola" hay que aprovecharlos porque nos hacen bien. No siempre es así o por lo menos no siempre ha sido así. La situación económica, social, institucional y cultural del país en el año 2002 ofrece evidencias de todo lo contrario. En este sentido, los actuales promotores de que debe aprovecharse el "viento de cola" internacional, tanto comercial como financiero, deberían explicar qué políticas públicas 11 INDEC: Estadísticas del Sector Externo, serie histórica del Poder de Compra de la Exportaciones: 1986 - 2010 www.indee.mecon.gov.ar diferentes a las de su pasado reciente piensan implementar para que nuestra sociedad alcance un mayor desarrollo. No parece claro que el solo dejarse llevar por el viento de cola nos lleve a esa patria que la mayoría de los argentinos soñamos: grande (mayor integración regional), justa (disminuyendo las desigualdades) y soberana (recuperando la autonomía para las políticas públicas). Los nuevos argumentos sobre la ayuda externa o los "vientos de cola". Como ya se dijo antes, luego de salir de la crisis (1999 - 2002), y cuando estábamos en condiciones de volver a discutir un nuevo proyecto de país, los argentinos nos vimos sacudidos e interpelados por un debate profundo que hasta tuvo en algunos actores importantes (políticos, económicos, mediáticos, sociales y religiosos) pretensiones desestabilizadoras del actual gobierno constitucional. El debate fue detonado por una política pública a principios del año 2008 (las retenciones móviles a las exportaciones granarías) que supuestamente atentaba contra el "aprovechamiento del viento de cola". Se decía en aquel invierno del 2008, que en vez de izar las velas, el gobierno nacional las destruía, impidiendo a la sociedad argentina disfrutar del excepcional contexto internacional: altos precios y bajas tasas de interés internacionales. Es verdad que nuestro país estaba en ese momento, y también lo está en la actualidad, "disfrutando" de un escenario de precios internacionales muy favorables, en el cual el índice de términos de intercambio que estaba en niveles de 109,8 en 1996, para el año 2008 llegaba a 140,812. 12 INDEC: Estadísticas del Sector Externo, serie histórica del Poder de Compra de la Exportaciones: 1986 - 2010 www.indee.mecon.gov.ar Precios Internacionales U$S/Tn 1980 - 2010 Número Índice 1980 = 100 210 190 170 150 130 110 90 70 50 1980 1983 1986 1989 1992 Trigo 1995 Maiz 1998 2001 2004 2007 2010 Soja Como el proceso de fuerte urbanización de China e India parece que vino para quedarse, que no hay vuelta atrás, es plausible pensar que la demanda de alimentos será creciente en el corto y mediano plazo en los mercados externos. Si esto es así, y la oferta alimentaria aumenta igual o menos que dicha demanda, es esperable que los .precios internacionales de nuestras exportaciones de alimentos por lo menos se mantengan en los actuales altos niveles. La discusión fue, y es, si nuestro país se embarca nuevamente en un nuevo modelo agroexportador o si la renta agraria se utiliza como parle del financiamiento necesario para construir un país integrado productivamente, regionalmente, socialmente y culturalmente como sugerían los autores latinoamericanos de la Economía del Desarrollo. El asunto es que el nuevo país agroexportador que se propone, aun los que argumentan a favor de pasar de ser el granero del mundo a ser los proveedores de las góndolas de los supermercados de los países centrales, agregando valor a nuestras exportaciones alimentarias, no ofrece salida a amplios sectores poblacionales urbanos y a varias regiones rurales extra pampeanas de nuestro país. En efecto, nuestras exportaciones no están sólo concentradas sectorialmente (10 subrubros explican casi el 70% de las ventas externas), sino que también lo están regionalmente: cerca del 70% están localizadas en la Pampa Húmeda. El resto (30%) se reparten entre la Patagonia y Cuyo y en menor medida el NOA y el NEA. Exportaciones Totales por Rubros y Regiones Año 2010 REGIONES TOTAL P. Primarios MOA MOI Combust. Total País 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 - Pampeana 70,8 62,3 83,3 75,6 29,7 - Patagonia 9,0 8,5 1,6 5,9 46,9 - NOA 6,9 21,2 2,8 2,7 3,4 - Cuyo 6,4 3,6 5,7 9,9 2,0 - NEA 1,6 3,3 1,6 0,9 0,2 Pampeana: Bs. As., CABA, Córdoba, E. Ríos, La Pampa y Santa Fé. Patagonia: Chubut, Neuquén, R. Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego. NOA: Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, S. del Estero y Tucumán. Cuyo: Mendoza, San Juan y San Luis. NEA: Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones. Fuente: INDEC – Origen Provincial de las Exportaciones Además, como se muestra en el gráfico siguiente, las tasas de interés internacionales, debido a la crisis generalizada en los países desarrollados están cercanas a cero. En este contexto vuelven a surgir actores políticos y sociales que argumentan que nuestro país se está perdiendo una oportunidad para iniciar un nuevo proceso de inversión externa. Tasas de Interés Internacionales en Dólares LIBOR a 90 dias 7,0 6,0 5,0 4,0 3,0 2,0 1,0 0,0 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Tasa en Dólares Los argentinos mayoritariamente hemos elegido democráticamente un camino diferente: crecer con inclusión social (con mucho trabajo) y desendeudándonos. Hemos superado la vieja restricción externa con mucho esfuerzo, especialmente con un alto superávit comercial, y hemos logrado concretar muchos sueños sin recurrir al ahorro externo. Por supuesto que además hay que tener presente que, a pesar de tener indicadores de solvencia (Deuda/PBI; Deuda/Exportaciones; Intereses de la Deuda/Exportaciones), como nunca había tenido nuestro país, y mejores que muchos países centrales, el crédito internacional no está disponible para los argentinos. Hay un ensañamiento con nuestro país en los mercados voluntarios internacionales. Quieren castigar a un país que ha demostrado que se puede transitar un camino propio sin necesidad del ahorro financiero internacional. Preguntas, a modo de conclusiones, a los que promueven aprovechar los nuevos "vientos de cola". Los actores políticos, sociales, religiosos y mediáticos, que promueven un proyecto de país que tendrá como motor de crecimiento a las exportaciones agropecuarias deberían explicar: ¿Cómo van a seguir bajando el desempleo de una Población Económicamente Activa (PEA) que crece más que la población total? Lo que técnicamente se conoce como Tasa de Actividad (TA), la relación entre la Población Económicamente Activa (PEA) y la Población Total (PT). Si este indicador (PEA/PT) es creciente, implica que no sólo se están incorporando a la PEA los jóvenes, sino que parte del desempleo oculto (los desalentados, la No PEA atípica), están volviendo a ofrecer su fuerza de trabajo, que la incorporación femenina al mercado laboral sigue en aumento, etc. Por lo tanto cada año hay que generar cantidades crecientes de empleos para garantizar la baja del desempleo. Para graficar lo anterior. En el año 1983 la Tasa de Actividad era de 37,3%; en el año 1991 fue de 39,5%; en el 2000 de 42,6% y en el 2010 de 45,8113. No es menor la discusión sobre la cantidad de empleo necesario a generar anualmente para que los jóvenes ingresen al mercado de trabajo como ocupados. En ese sentido en cualquier discusión sobre un proyecto de país deberían estar claros cuáles son los 13 INDEC: Datos históricos de Mercado de Trabajo. sectores fuertemente demandantes de mano de obra para garantizar su sobrevivencia en el tiempo en un contexto de creciente globalización. ¿Cuál será el rol productivo del NEA y el NOA en dicho proyecto de país? En el proyecto de país agro-exportador esta claro el rol de las zonas rurales de la Pampa Húmeda, no así el del resto del país. ¿Volveremos a tener zonas argentina no viables económicamente? ¿Regiones ineficientes para la división internacional del trabajo? ¿Cuál será el rol de los centros urbanos de la Pampa Húmeda? La recuperación económica ha sido muy importante, especialmente la del sector industrial. No sólo por la cantidad de empleos generados, sino también por ser un sector fuertemente demandante de trabajo calificado y de bienes de capital. Con lo cual su potencial desarrollo debería seguirse estimulando. En el modelo agroexportador que se propone para aprovechar el actual "viento de cola", ¿se va a continuar apostando a la industria nacional? Si no se va a estimular la industria, las poblaciones del Gran Buenos Aires, Gran Rosario, Gran Córdoba, etc. verán nuevamente peligrar sus actuales fuentes de empleo. Los promotores del nuevo modelo agro-exportador pro "viento de cola" deberían explicitar cuál será el mecanismo de integración social para toda esta población urbana. ¿Qué va a pasar con la reciente industrialización pos 2003? Las inversiones industriales realizadas en el marco de un modelo productivo que apostó fuertemente a la recuperación del mercado interno como motor de crecimiento, en el nuevo modelo agroexportador verán disminuidas sus demandas, ya que en dicho modelo lo importante es la demanda externa, no la interna. Por último tres preguntas a los nuevos conservadores, que son tan proclives a decir cosas como: “hay que integrarse al mundo” (cuando ellos se refieren al mundo quieren decir el NAFTA (EE.UU., Canadá y México) y la Unión Europea (UE), ya que parte de los logros obtenidos desde el 2003 se deben a la protección comercial y a la integración con América Latina: ¿Para vender más soja y sus derivados, vamos a abrir nuestra economía? ¿Vamos a ceder a la presiones para terminar con la protección comercial a nuestra industria nacional? ¿Van a continuar el proceso de integración comercial y financiera con América Latina?