Atención de enfermería en las desviaciones de la salud más

Anuncio
Página 1 de 20
Tema 13: ATENCIÓN DE ENFERMERÍA EN
LAS DESVIACIONES DE LA SALUD MÁS
FRECUENTES EN EL PACIENTE GERIÁTRICO
Unidad III: cuidados de enfermería al paciente
geriátrico
Índice
Problemas
Problemas
Problemas
Problemas
Problemas
Problemas
Problemas
Problemas
respiratorios
cardiovasculares
neurológicos
osteoarticulares
urológicos
gastrointestinales
metabólicos
sensoriales
Enlaces & Bibliografía
Problemas respiratorios
Los cambios estructurales y funcionales que tienen lugar en el sistema respiratorio como
consecuencia del proceso de envejecimiento, unidos a factores relacionados con el estilo de vida
van a determinar que la persona mayor sea más vulnerable a la incidencia de problemas
respiratorios, siendo los más frecuentes la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la
neumonía.
n
ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) incluye la bronquitis crónica y el enfisema
pulmonar, trastornos que en la persona mayor se presentan habitualmente de forma conjunta
resultando difíciles de diferenciar. Estos trastornos tienen como característica común el producir
insuficiencia respiratoria crónica. En la EPOC se produce una limitación crónica del flujo
espiratorio, debida a un aumento de la resistencia en las vías aéreas, que provoca cambios en la
ventilación/perfusión (V/Q) que dan progresivamente lugar a un cuadro de hipoxia, hipertensión
pulmonar y cor pulmonale (insuficiencia cardiaca derecha).
BRONQUITIS CRÓNICA
Caracterizada por la presencia de tos productiva crónica o recurrente, por lo menos
durante 3 meses al año en 2 años consecutivos, y siempre que se hayan descartado
otros problemas que causan tos, como tuberculosis o cáncer de pulmón.
Es una de las enfermedades más frecuentes en el paciente geriátrico, estando muy
relacionada con el estilo de vida anterior (consumo de tabaco, exposición a
contaminantes atmosféricos y ambientadores, infecciones víricas o bacterianas de
repetición, etc.).
ENFISEMA PULMONAR
Alteración anatómica del pulmón con dilatación de los conductos alveolares. El
cuadro es muy similar al del "pulmón senil", pero en el enfisema son frecuentes las
complicaciones cardiacas en forma de cor pulmonale, que son precoces y graves y
pueden agudizarse por la poliglobulia secundaria a la hipoxia crónica. El enfisema
pulmonar suele presentarse en pacientes con bronquitis crónica de larga evolución.
Las manifestaciones típicas de la EPOC son disnea, tos, expectoración e intolerancia al decúbito.
En algunos casos se presenta agitación e irritabilidad, debidas a la hipoxia cerebral, y,
somnolencia y confusión mental, como consecuencia de la hipercapnia.
El tratamiento incluye el abandono del hábito tabáquico, fármacos broncodilatadores y, en algunos
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 2 de 20
pacientes con hipoxemia grave, oxigenoterapia, que requiere un compromiso por parte del
paciente ya que la administración no debe ser inferior a 15 horas diarias.
La EPOC provoca en el paciente una creciente intolerancia a la actividad, que va a deteminar una
progresiva limitación para la realización de las actividades de la vida diaria (AVD). Estos pacientes
son especialmente vulnerables a las infecciones respiratorias, situación que puede ocasionarles un
cuadro de reagudización y requerir hospitalización. El 20% de los ingresos hospitalarios de
personas mayores de 65 años son debidos a esta causa.
Durante la fase de EPOC estable son susceptibles de atención domiciliaria y las intervenciones de
enfermería serán principalmente de apoyo educativo al paciente y su familia o cuidador principal,
e iran encaminadas a mejorar la adherencia terapéutica. A continuación se exponen los
diagnósticos de enfermería más frecuentes en estos pacientes y las recomendaciones de
autocuidado que la enfermera deberá proporcionar.
Diagnósticos de enfermeria más
frecuentes
Patrón respiratorio ineficaz
Limpieza ineficaz de las vías aéreas
Intolerancia a la actividad
Alteración del patrón del sueño
Manejo inefectivo del régimen terapéutico
personal
Riesgo de infección
Riesgo de aislamiento social
Recomendaciones de autocuidado
Aconsejar dejar el tabaco
Enseñar ejercicios respiratorios: respiración diafragmática y espiración con los labios fruncidos
Ingesta suficiente de agua
Humidificación del ambiente
Evitar esfuerzos y ahorrar energía
Informar sobre los fármacos prescritos y la forma de administración
Oxigenoterapia: remarcar la importancia de mantener el flujo y el horario prescritos
Aerosolterapia: comprobar si la administración es correcta
Vacunas antigripal y antineumocócica
n
NEUMONÍA
La neumonía es una infección del parénquima pulmonar, conductos alveolares y alvéolos, que
suele ir acompañada de infiltrado celular y exudado. Los agentes patógenos llegan a los alvéolos y
producen una reacción inflamatoria con producción de exudado que pasa al espacio aéreo. Los
pulmones adquieren una estructura más sólida y se produce una ventilación inadecuada por la
presencia de secreciones, edema de las mucosas y broncoespasmo, que da lugar a una
disminución de la tensión de oxígeno alveolar o hipoxemia. La neumonía puede ser de dos tipos
según el agente patógeno que la origine:
I. Extrahospitalaria
II.
o comunitaria, cuyo agente etiológico más frecuente es el
Streptococcus pneumoniae, es la que se adquiere en el ámbito comunitario.
Intrahospitalaria o nosocomial, producida habitualmente por gérmenes gram negativos,
es la que aparece a partir de las 72 horas del ingreso en el hospital o hasta tres días
después del alta.También se considera nosocomial la adquirida en una residencia de
ancianos.
La neumonía suele ser la complicación más frecuente en personas mayores con patologías
crónicas, si bien también el proceso de envejecimiento, con la disminución de la eficacia de los
reflejos tusígeno y de la deglución, favorece la broncoaspiración que causa gran parte de las
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 3 de 20
neumonías en los pacientes geriátricos.
La forma de presentación de la neumonía en los ancianos no siempre se manifiesta con una
sintomatología clara, y pueden estar ausentes síntomas típicos como la fiebre, la leucocitosis, el
dolor costal, etc; por lo que ante síntomas más ambiguos tales como: malestar general,
disminución de las AVD, confusión mental, febrícula, ligera dificultad respiratoria, debe realizarse
una radiografía de tórax que descarte la existencia de una neumonía. Los parámetros a valorar y
las manifestaciones que pueden presentarse son las siguientes:
Valoración
Manifestaciones
Patrón respiratorio
Disnea, taquipnea, respiración
superficial, presencia de
secreciones bronquiales, tos,
incapacidad para expectorar y
signos de dificultad respiratoria
(aleteo nasal, aumento del trabajo
respiratorio, utilización de
músculos accesorios, cianosis)
Nivel de conciencia
Somnoliento, desorientado
Dolor costal
Localizado en la zona afectada
Estado hemodinámico
Fiebre, taquicardia
Grado de tolerancia a la actividad
Fatiga en la realización AVD
Capacidad deglutoria
Dificultad en la deglución
1. Condensación del
Pruebas diagnósticas:
1.
2.
3.
4.
radiografía de tórax
gasometría arterial
hemograma
hemocultivo
2.
3.
4.
parénquima pulmonar
afectado
Hipoxemia y acidosis
respiratoria
Leucocitosis y desviación
izquierda,
fundamentalmente en las
neumonías de origen
bacteriano
Agente etiológico
Los pacientes geriátricos y, en especial, aquellos que padecen EPOC, pueden requerir ingreso
hospitalario para un mejor control de los síntomas y evitar las complicaciones asociadas.
Indicadores que determinan ingreso hospitalario
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Insuficiencia respiratoria aguda
Cavitación
Derrama pleural
Afectación multilobular
Sepsis o complicaciones sépticas extrapulmonares
Necesidad de terapeútica parenteral
Sospecha de neumonía por aspiración
Inmunodepresión o enfermedades crónicas o debilitantes
Perfil de paciente geriátrico
Actividades de enfermería en el hospital
Colocar al paciente en posición de fowler o semifowler.
Controlar las constantes vitales: frecuencia respiratoria, temperatura,
frecuencia cardiaca, presión arterial y saturación de oxígeno.
Administrar oxigenoterapia y aerosolterapia, según prescripción.
Administrar la medicación prescrita: antibióticos, analgésicos, antitérmicos,
etc. y valorar su eficacia.
Enseñar a respirar y toser correctamente: respiración diagfragmática,
respiración con labios fruncidos, tos eficaz.
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 4 de 20
Realizar fisioterapia respiratoria en función de la situación de cada paciente:
tos asistida, clapping, drenaje postural, vibraciones, etc. Se debe llevar a
cabo después de las sesiones de aerosolterapia.
Aspirar secreciones bronquiales, en caso de que el paciente no sea capaz de
expectorar.
Mantener el ambiente humidificado.
Canalizar una vía venosa para la administración de medicamentos.
Fomentar la ingesta de líquidos.
Controlar el balance hídrico para prevenir la sobrecarga.
Distribuir las actividades programando períodos de descanso para evitar la
fatiga del paciente.
Mantener una dieta blanda, evitando comidas flatulentas, y distribuir en
varias tomas de pequeñas porciones.
En aquellos casos en los que no sea necesaria la hospitalización, las recomendaciones de
autocuidado que la enfermera proporcionara al paciente y su familia serán:
Recomendaciones de autocuidado en el domicilio
Abundante ingesta líquida, siempre que no esté contraindicado.
Mantener el ambiente humidificado.
Enseñar a respirar y toser.
Controlar el dolor y la fiebre (antipiréticos y analgésicos).
Antibioterapia según prescripción.
Procurar ambiente tranquilo, evitando actividades que incrementen la
fatiga.
Problemas cardiovasculares
Las alteraciones cardiocirculatorias en el paciente geriátrico vienen determinadas por un conjunto
de tres factores: el envejecimiento fisiológico, las secuelas de los distintos procesos patológicos
que se hayan padecido y el estilo de vida. La hipertensión arterial y la cardiopatía isquémica son
los problemas que se presentan con mayor frecuencia.
n
HIPERTENSIÓN ARTERIAL
Se habla de hipertensión arterial (HTA) como carácter casi obligado del envejecimiento. Esta
afirmación es cierta en parte, ya que la prevalencia de HTA en personas de más de 65 años se
sitúa alrededor del 70%. Teniendo en cuenta que la población de personas mayores en España es
de aproximadamente 7 millones, estas cifras indican que en nuestro país hay cerca de 5 millones
de personas mayores hipertensas, de las cuales más de la mitad están afectadas de hipertensión
sistólica aislada. La importancia de la HTA viene también determinada por la elevada mortalidad
que presenta a consecuencia de complicaciones cardiacas, cerebrales y renales.
La presión arterial es el resultado del producto entre el gasto cardiaco y las resistencias
periféricas. La HTA sistólica es típica de la vejez y está relacionada con la pérdida de elasticidad de
las grandes arterias. La HTA diastólica está relacionada con el aumento de las resistencias
periféricas.
El tradicional criterio de la OMS para diagnosticar la HTA en el adulto, que determinaba cifras
superiores a 160 mmHg de presión arterial sistólica (PAS) y 95 mmHg de presión arterial
diastólica (PAD), ha sido sustituido por la propuesta del Joint National Committee norteamericano
que, desde 1993, fija en 140/90 mmHg los límites para considerar hipertenso a un adulto
cualquiera que sea su edad.
El abordaje terapéutico en los pacientes mayores de 65 años no difiere significativamente del
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 5 de 20
aceptado para el adulto. La única excepción está relacionada con el tratamiento farmacológico, ya
que con independencia del fármaco seleccionado, la dosis inicial deberá ser inferior a la
recomendada, y deberá incrementarse paulatinamente hasta conseguir las cifras tensionales
deseadas o la aparición de efectos secundarios. Evidentemente, en el tratamiento de la HTA el
primer paso es la modificación de hábitos no saludables, tarea no siempre fácil y en la que la
enfermera juega un papel primordial como educadora del paciente y su familia.
Recomendaciones de autocuidado
Control periódico de la presión arterial
Dieta pobre en sal
Evitar el sobrepeso
Ejercicio físico moderado (caminar)
Reducir el consumo de tabaco, café y alcohol
Evitar factores estresantes
Informar sobre la medicación prescrita: diuréticos, antagonistas del
calcio, inhibidores de la ECA
n
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
La cardiopatía isquémica se caracteriza por una circulación deficiente de la sangre a través de las
arterias coronarias, debida a un estrechamiento u obstrucción de la luz arterial producida por
aterosclerosis, espasmo o trombosis, que provoca un desequilibrio entre la demanda y el aporte
de oxígeno al miocardio.
La incidencia de cardiopatía isquémica se incrementa según avanza la edad y es mayor en los
varones, aunque la distribución por sexos se iguala progresivamente después de los 65 años. El
estilo de vida (tabaquismo, dietas desequilibradas, sedentarismo) y determinados problemas de
salud (HTA, hiperlipemia, obesidad, diabetes) son factores de riesgo que contribuyen a la
aparición de la cardiopatía isquémica.
El síntoma predominante es el dolor torácico, cuya intensidad no tiene ninguna relación con la
gravedad del proceso. Se trata de un dolor súbito que se describe como una sensación opresiva
localizada en la zona retroesternal y que puede irradiarse a los brazos, la espalda o el cuello. En
personas de edad avanzada es frecuente que no aparezca el dolor o que su localización sea atípica
(epigastrio y zonas dorsal o colecistítica). La presencia de disnea como síntoma inicial es más
habitual en el anciano, así como las manifestaciones vagales: náuseas, vómitos, mareos,
sudoración, etc. Una posible explicación de esta clínica es que en las personas mayores son
frecuentes los infartos posteriores, que suelen caracterizarse por una sintomatología atípica en
todos los pacientes o bien por la abundante circulación colateral.
La cardiopatía isquémica puede manifestarse de dos formas:
Angina de pecho o angor: dolor precordial agudo atribuible a isquemia miocárdica
transitoria, que no produce necrosis. El dolor aparece cuando la demanda de oxígeno
del miocardio sobrepasa el aporte del mismo y suele aparecer tras un esfuerzo físico,
temperaturas bajas o ante una situación de estrés. La duración oscila entre 1 y 3
minutos, no siendo en ningún caso inferior a 30 segundos ni superior a 15 minutos y
suele desaparecer con el reposo y la administración de vasodilatadores (nitroglicerina
sublingual).
Infarto (IAM): proceso agudo provocado por la necrosis de una zona del miocardio,
causada por isquemia grave y prolongada que produce alteraciones cardiacas
irreversibles. La duración del dolor es superior a 30 minutos y puede mantenerse
horas o incluso varios días. El dolor no cede ni con reposo ni con la administración de
vasodilatadores.
Valoración
Evaluar el dolor y las características del mismo: localización, irradiación,
intensidad, tipo, duración de la crisis y factores que alivian el dolor.
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 6 de 20
Exploración física para conocer el grado de afectación de la función cardiaca
y la repercusión hemodinámica: sensación angustiosa de muerte inminente,
palidez intensa, coloración de piel y mucosas, nivel de conciencia, presencia
de disnea, sudoración profusa y frialdad de las extremidades, náuseas,
vómitos y alteración de los signos vitales (taquicardia, hipotensión,
taquipnea).
Valorar el estado emocional.
Identificar las situaciones precipitantes.
Pruebas complementarias:
Electrocardiograma (ECG), según el menor o mayor grado de afectación
miocárdica aparece:
1. inversión de la onda T cuando hay isquemia pero no se ha producido
muerte celular
2. elevación o descenso, dependiendo de si la lesión se localiza en la
zona subendocárdica o subepicárdica, del segmento ST > 1 mm
3. onda Q de mayor voltaje y duración que aparece cuando ya se ha
producido necrosis. En el caso del angor, el ECG puede resultar
normal si no se hace durante la crisis.
Elevación de las enzimas endocelulares: la isoenzima de la
creatinfosfokinasa (CPK-MB), propia del músculo cardíaco, facilita el
diagnóstico del infarto al elevarse de forma exclusiva por la necrosis del
miocardio, ya que la CPK no es un valor específicamente cardiaco y puede
elevarse también en las lesiones musculoesqueléticas. En la angina no se
detectan cambios de las enzimas cardiacas.
Rx Tórax
Para el diagnóstico del IAM deben darse al menos dos criterios: alteraciones
electrocardiográficas y manifestaciones clínicas o elevación de las enzimas
cardiacas.
Actividades de enfermería en el hospital
Colocar al paciente en posición semifowler.
Monitorizar el ritmo cardiaco, prestando especial atención a la aparición de
arritmias.
Administrar oxigenoterapia a 2-4 l/min.: disminuye el dolor producido por el
acúmulo de ácido láctico.
Controlar las constantes vitales: frecuencia respiratoria, temperatura,
frecuencia cardiaca, presión arterial.
Canalizar una vía venosa.
Administrar al inicio del dolor nitroglicerina sublingual, que relaja los
músculos lisos del corazón produciendo una dilatación vascular que
disminuye la resistencia de los vasos y la presión arterial. Hay que valorar
su efecto y registrar la presión arterial antes y después de su
administración.
Realizar un ECG de 12 derivaciones durante el episodio de dolor.
Administrar la medicación prescrita: morfina, vasodilatadores, fibrinolíticos,
antiarritmicos, etc.
Controlar la diuresis y el balance hídrico.
Controlar los factores de riesgo: glucemia en pacientes diabéticos y presión
arterial en pacientes hipertensos.
Mantener reposo absoluto las primeras 48 horas: realizar movilizaciones
pasivas y suplir al paciente en todas las actividades de autocuidado. Los
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 7 de 20
traslados y movilizaciones se realizaran con el menor esfuerzo posible del
paciente.
A partir del tercer día: movilizaciones activas progresivas, comprobando la
tolerancia al ejercicio (la frecuencia cardiaca no debe elevarse más de 20
pulsaciones por minuto de su valor en reposo y no deben aparecer signos
de cansancio o falta de aliento). El paciente comenzará a participar en sus
autocuidados y a pasear por la habitación.
Administrar una dieta fraccionada y progresiva, inicialmente líquidos y si la
evolución es favorable, a las 48 horas, se progresará hacia una dieta
blanda, de fácil digestión y con pocos residuos.
Administrar laxantes para evitar el esfuerzo.
Proporcionar un ambiente tranquilo y relajado.
Problemas neurológicos
Los trastornos neurológicos son de especial interés en geriatría por su elevada incidencia, la
gravedad de su pronóstico, la incapacidad residual que ocasionan y los importantes recusos
sociosanitarios que van a precisar estos pacientes. En este apartado se destacan el accidente
cerebrovascular agudo y la enfermedad de Parkinson.
n
ACCIDENTE CEREBROVASCULAR AGUDO
El accidente cerebrovascular agudo (ACVA), llamado también ictus, representa la tercera causa de
mortalidad en los países desarrollados y constituye uno de los trastornos neurológicos con mayor
morbimortalidad entre la población anciana, presentando una prevalencia media global entre el
4’5% y el 7% en pacientes mayores de 75 años, existiendo una clara relación de la frecuencia de
aparición de la enfermedad con la edad, ya que entre el 76% y el 85% del total de los ictus se dan
en personas mayores de 65 años.
El ACVA es una alteración de la función cerebral producida bien por una disminución de la llegada
de sangre y oxígeno a una parte del tejido cerebral, o bien por la rotura de un vaso, que conduce
a una extravasación de sangre en el interior del parénquima encefálico, en el espacio
subaracnoideo o en ambos a la vez.
Según su etiología el ACVA se clasifica en:
l
l
Isquémico (representa un 80% de los casos): es consecuencia de aterosclerosis y puede
ser debido a trombosis o embolia.
Hemorrágico (representa un 20% de los casos): causado por HTA, puede ser
subaracnoideo o intraparenquimatoso.
Según su duración el ACVA se clasifica en:
l
Accidente isquémico transitorio (AIT): duración entre 2-5 minutos y 24 horas. El
paciente se recupera sin repercusiones, ya que no se produce lesión tisular. En un 75% de
los casos suele repetirse.
l
Ictus en evolución: duración entre 48-72 horas. El déficit neurológico es reversible.
l
Ictus consolidado: siempre deja lesiones residuales.
La sintomatología depende de la zona afectada, pudiendo presentarse déficits motor, sensitivo y
cognitivo. Las lesiones tienen manifestaciones contralaterales, de forma que en términos
generales puede aparecer:
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 8 de 20
l
Lesión en el hemisferio izquierdo:
* Dificultad para el lenguaje de expresión o de recepción.
* Dificultad en la percepción de la realidad, lo que propicia una conducta cautelosa.
* Alteración de las funciones motora y sensitiva en el lado derecho del cuerpo.
l
Lesión en el hemisferio derecho:
* Dificultad para las relaciones espaciales.
* Problemas en la percepción de la realidad, que lleva a desarrollar una conducta
impulsiva.
* Alteración de las funciones motora y sensitiva en el lado izquierdo del cuerpo.
Independientemente del lado afectado, las personas que han sufrido un ACVA pueden presentar
las siguientes manifestaciones comunes:
* Hemiparesia o hemiplejía contralateral a la lesión.
* Hemianopsia homónima, no se visualiza el lado afectado y la cabeza tiende a mirar
hacia el lado opuesto.
* Lentitud y cansancio al realizar cualquier actividad.
* Labilidad y antagonismo emocional.
Durante la fase aguda del ACVA el paciente requerirá ingreso hospitalario y presentará
principalmente problemas de colaboración. Los objetivos de cuidado estarán encaminados a
mantener la vida y prevenir las complicaciones. Las acciones de valoración y de cuidados serán las
siguientes:
Valoración
Controlar las constantes vitales: frecuencia cardiaca, frecuencia
respiratoria, presión arterial, temperatura y ritmo cardiaco en caso de
monitorización.
Evaluar el estado general del paciente mediante la observación del nivel de
conciencia y la posible aparición de crisis convulsivas.
Realizar una exploración física que incluya:
a. Nivel de conciencia (puede realizarse con la escala de Glasgow).
b. Habla y lenguaje (mediante identificación de objetos comunes y
respuesta a órdenes sencillas verbales y escritas).
c. Fuerza muscular (registrando los resultados con una escala de 0 para
la ausencia total de fuerza y 5 para la fuerza conservada).
d. Función sensitiva (para detectar hipoestesias, hipoalgesias, agnosias,
etc.).
e. Equilibrio y coordinación de la marcha (sólo si el paciente puede
mantener la bipedestación).
Entrevistar a la familia del paciente para obtener información de las
circunstancias que han acontecido en el episodio actual.
Actividades de enfermería en el hospital
Mantener la permeabilidad de las vías aéreas en pacientes con disminución
del nivel de conciencia: posición semifowler, retirar restos de alimentos y
prótesis dentales, aspirar secreciones, colocar sonda nasogástrica para
evitar
broncoaspiración,
administrar
oxigenoterapia,
fisioterapia
respiratoria, e intubación endotraqueal si procede.
Controlar las constantes vitales e iniciar las medidas oportunas en caso de
alteración (hipertermia, hipertensión arterial, arritmias...), monitorización si
procede.
Valoración neurológica: funciones cognitiva, motora, sensitiva, etc.
Cuidados posturales y prevención de úlceras por presión: mantener el
cuerpo bien alineado con los miembros paréticos en extensión, evitando
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 9 de 20
contracturas y atrofias (no colocar al paciente sobre el lado afectado y
elevar el brazo para evitar la aparición de edema), realizar ejercicios
pasivos, proteger las zonas de presión y las prominencias óseas, cambios
posturales cada 2 horas, mantener la piel limpia y bien hidratada, colocar
colchón antiescaras en encamamientos prologados.
Valorar la función de la deglución e iniciar la ingesta de alimentos teniendo
en cuenta las siguientes recomendaciones: mantener al paciente sentado o
semisentado (cama 30-40º), dieta blanda (yogures, flanes...) o líquidos con
espesantes, dar el alimento por el lado no afectado, en caso de síntomas de
atragantamiento no insistir y valorar si es preciso iniciar la alimentación por
sonda nasogástrica.
Iniciar medidas de prevención de la trombosis venosa profunda y el
embolismo pulmonar: movilización pasiva de las extremidades paréticas,
vendaje elástico de presión decreciente desde los tobillos, tratamiento
farmacológico según prescripción.
No colocar catéteres intravenosos en el brazo parético.
Valorar el control de esfínteres y las alteraciones de la eliminación: número
y características de las deposiciones, anotar diuresis y posibles anomalías
de la orina, evitar la incontinencia urinaria y/o fecal funcional (no utilizar el
sondaje vesical salvo en casos estrictamente necesarios).
Establecer un sistema de comunicación con el paciente que le permita:
poder avisar al personal de enfermería en caso de necesidad y expresar sus
necesidades, establecer sistemas de comunicación no verbal (gestos,
cuadernos, dibujos…).
Inicio precoz de la rehabilitación y reeducación de las AVD (salvo
prescripción contraria).
Proporcionar un ambiente tranquilo y relajado.
Una vez superada la fase aguda, la valoración geriátrica integral permitirá conocer las necesidades
de cuidados que requiere el paciente y establecer el plan terapéutico más adecuado a su situación.
n
ENFERMEDAD DE PARKINSON
La prevalencia de la enfermedad de Parkinson (EP) aumenta de forma exponencial con la edad,
siendo de un 3% en personas de más de 65 años y de un 10% en los mayores de 80 años.
Llamada también "parálisis agitante", es un trastorno neurológico de la vía extrapiramidal
caracterizado por cuatro síntomas principales:
l
l
l
l
Bradiquinesia: que se manifiesta como lentitud en los ademanes y los
movimientos voluntarios, y es uno de los signos más incapacitantes de esta
enfermedad.
Temblor: que afecta principalmente a las extremidades y posteriormente a la
cabeza. Se trata de un temblor característico con movimientos lentos de
pronación-supinación de antebrazo y mano, y, movimiento del dedo pulgar
contra los dedos restantes, como si se rodara una píldora entre ellos
(movimiento de pildoreo). Es un temblor de reposo, que cede con el
movimiento y aumenta cuando el paciente está concentrado en otras cosas.
Rigidez muscular: el paciente tiene dificultad para iniciar, conservar y
ejecutar los actos motores. Los signos incipientes abarcan rigidez de las
extremidades, así como rigidez cérica en la ejecución de todos los
movimientos (signo de la rueda dentada). Hay pérdida de los movimientos
normales de oscilación del brazo en la marcha y, finalmente, las extremidades
se tornan débiles. Al haber limitación del movimiento de los músculos, la cara
tiene tan poca expresión que parece una máscara (hipomimia), tardando en
aparecer y desaparecer la sonrisa.
Pérdida de los reflejos posturales: el paciente se para con la cabeza
inclinada hacia delante y camina de un modo propulsivo. La marcha es a
pequeños pasos y buscando el centro de gravedad. El paciente sufre
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 10 de 20
aceleraciones del movimiento, como impulsado hacia delante, precisando
pararse con algún obstáculo (marcha festinante). La dificultad en los cambios
de dirección en la marcha y la pérdida del equilibrio, en sentido anterior y/o
posterior, suele ocasionarle caídas.
Otras manifestaciones clínicas
Dificultad en el habla: modificación en la voz, que se hace monótona y
sorda, lo que impresiona de enronquecimiento. A veces aceleración del
recitado de la palabra o repetición del mismo vocablo (palilalia)
Alteraciones visuales: diplopía, visión borrosa
Disfagia
Dermatitis seborreica
Sialorrea
Trastornos vegetativos: sudoración, estreñimiento, disfunción vesical,
hipotensión ortostática
Trastornos del ánimo: apatía, depresión
Déficits cognitivos: pérdida de memoria, alteraciones en la percepción...
l
FISIOPATOLOGÍA
Actualmente se desconoce su etiología, la causa subyacente es la disfunción de los
ganglios basales del cerebro. Este conjunto de células nerviosas y tejidos de soporte
son el centro de la coordinación motora. Uno de los neurotransmisores principales en
dicha zona del cerebro es la dopamina, que tiene una notable función inhibitoria en el
control central de los movimientos. En la EP disminuye la concentración de dopamina
en la sustancia negra y el cuerpo estriado como consecuencia de la degeneración de
las neuronas dopaminérgicas. Los signos clínicos se manifiestan cuando se ha
perdido el 80% de esta dopamina.
l
DIAGNÓSTICO
El parkinsonismo es un síndrome causado por diversas situaciones que requieren la
necesidad de realizar un diagnóstico diferencial:
a. Clásico o EP.
b. Inducido por medicamentos: principalmente por fenotiacidas y tricíclicos
que provocan una reacción extrapiramidal.
c. Arterioesclerótico: ocasionado porque la arterioesclerosis produce deterioro
de los ganglios basales. Se observa rigidez, acinesia y cara inexpresiva, pero
rara vez temblor y sialorrea.
Sin embargo, el diagnóstico precoz resulta difícil, ya que sólo puede realizarse a
través de la clínica, siendo importante valorar cuidadosamente los resultados de la
anamnesis y el examen neurológico, para evitar asociar sus manifestaciones con el
proceso de envejecimiento.
l
TRATAMIENTO
El objetivo terapéutico es mejorar la transmisión nerviosa dopaminérgica. Existen
distintos tratamientos farmacológicos actualmente:
a. Dopaminérgicos (Levodopa): es el más efectivo para mejorar los síntomas
y la capacidad funcional del paciente. Debe iniciarse el tratamiento con dosis
bajas e ir aumentando hasta que se restablezca la función. Los efectos
secundarios más frecuentes son anorexia, náuseas, hipotensión, confusión
mental, alucinaciones y discinesias. Tras 5 o 6 años de tratamiento es
frecuente que los pacientes vuelvan a la situación previa de deterioro
funcional, añadiéndose problemas motores como las discinesias, fluctuaciones
motoras predecibles (fenómeno final de dosis) o impredecibles (períodos
on/off).
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 11 de 20
b. Anticolinérgicos: tienen como finalidad el tratamiento de la sintomatología
c.
d.
extrapiramidal. Antagonizan la acción de la acetil-colina en el sistema
nerviosos central. Su inconveniente son los importantes efectos secundarios:
sequedad de boca, diplopia, hiperemia, exantemas, estreñimiento, retención
urinaria, confusión,etc. No se utilizan actualmente para tratar la EP, sino para
el parkinsonismo inducido por medicamentos que no se considera oportuno
suspender.
Agonistas de la dopamina: actúan como agonistas de los receptores de la
dopamina y resultan útiles asociados a la levodopa en estadios avanzados de
la enfermedad.
Inhibidores de la MAO: inhiben la degradación de la dopamina por lo que
aumentan los niveles disponibles, pero no han demostrado su efecto
neuroprotector.
Además de los fármacos antiparkinsonianos el paciente puede requerir el tratamiento de los
efectos secundarios que éstos le ocasionan.
El paciente con EP es un enfermo crónico que requiere un seguimiento médico y de enfermería a
través de consulta o visita domiciliaria.
Valoración
Antecedentes: historia de salud, medicación que toma.
Hábitos de autocuidado: modificaciones que ha tenido que adoptar en la
realización de las AVD.
Historia actual de síntomas.
Constantes vitales: presión arterial.
Patrón respiratorio.
Estado nutricional: índice de masa corporal (IMC).
Estado neurológico:
I.
II.
III.
IV.
V.
Marcha, coordinación, equilibrio
Reflejos posturales
Fuerza muscular
Funciones cognitivas: lenguaje, memoria
Capacidad deglutoria
Capacidad funcional.
Estado emocional.
Afrontamiento del problema.
Adherencia terapéutica.
Apoyo familiar con el que cuenta.
Diagnósticos de enfermería más frecuentes
Deterioro de la movilidad física
Riesgo de lesión
Déficit de autocuidado: aseo, higiene, vestido
Déficit de autocuidado: alimentación
Déficit de autocuidado: uso de WC
Riesgo de broncoaspiración
Riesgo de desnutrición
Deterioro de la comunicación verbal
Alteración del patrón del sueño
Déficit de autoestima
Deterioro de la interacción social
Alteración del patrón de eliminación vesical: retención urinaria, incontinencia
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 12 de 20
Estreñimiento
Recomendaciones de autocuidado
I. FAVORECER LA MOVILIDAD Y EVITAR LAS CAÍDAS
a. Dormir en cama con colchón duro y sin almohada para prevenir la
b.
c.
d.
e.
f.
g.
desviación hacia delante de la columna.
Cama baja para facilitar la salida.
Utilizar sillones para facilitar levantarse desde la posición de sentado.
Colocar asideros en el cuarto de baño.
Retirar obstáculos, evitar muebles con ruedas, suelos encerados y
alfombras.
Ejercicios activos para mejorar la movilidad de las articulaciones y
evitar contracturas y deformidades.
Mejorar el equilibrio durante la marcha:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Concentrarse y escuchar los pasos
Caminar con los pies separados
Apoyar siempre primero el talón
Sincronizar los brazos al caminar (brazo derecho/pie izquierdo)
Esforzarse por levantar los pies al caminar
Si se queda bloqueado, balancearse y volver a iniciar la marcha
Hacer un arco para dar la vuelta en lugar de girar
De vez en cuando cruzar los brazos en la espalda para mantener
la posición erecta
II. MANTENER LA INDEPENDENCIA EN LAS AVD
Higiene y vestido:
a. Baño en agua tibia y masajes para evitar espasmos
b. Zapatos de suela de goma y ropa fácil de quitar y poner
Alimentación:
a. Dieta blanda, evitar comidas líquidas o utilizar espesantes
b. Prevenir broncoaspiración: medidas de compensación deglutoria:
postura erecta, masticar despacio, etc.
Eliminación vesical:
a. En caso de retención urinaria vaciar la vejiga con regularidad
b. En caso de incontinencia urinaria entrenamiento de vejiga neurógena
Eliminación intestinal:
a. Medidas para evitar el estreñimiento: dieta rica en fibra, ingesta
suficiente de líquidos, programar horarios, laxante suave
Descanso y sueño:
a. Mantener un horario regular
b. Hipnóticos suaves
Medicamentos: información de efectos secundarios
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 13 de 20
a. Discinesias: movimientos involuntarios anormales, gesticulaciones,
b.
movimientos rítmicos espasmódicos de las manos, cabeceo,
movimientos de masticación, etc.
Períodos de apagado/encendido (on/off): alternan períodos repentinos
de inmovilidad con duración desde unos minutos hasta horas, seguidos
de la reanudación súbita de la actividad.
Forma de administración: 30 minutos antes de las comidas para evitar la
competencia con los aminoácidos y suficiente ingesta de agua para asegurar
la absorción intestinal.
III. MANTENER LA INTEGRACIÓN SOCIO-FAMILIAR
a.
b.
c.
d.
e.
Ejercicios de rehabilitación psicomotriz: lenguaje y memoria
Programar actividades diarias
Reforzar destacando las actividades que se van conservando
Contactar con asociaciones de familiares y pacientes de E.P.
Instruir al cuidador primario
Problemas osteoarticulares
Los trastornos osteoarticulares presentan una elevada incidencia en las personas mayores,
repercutiendo de forma muy negativa en su calidad de vida, ya que afectan tanto al bienestar
como a la capacidad para la realización de las AVD, tanto básicas como instrumentales,
dificultando también la relación con el entorno. Los problemas osteoarticulares más frecuentes son
las fracturas y la artrosis.
n
FRACTURAS
Una fractura es una lesión del tejido óseo que origina la pérdida de la continuidad estructural del
hueso. El mecanismo de producción puede ser espontáneo, traumático, por debilidad anormal del
hueso o por estrés repetido. Los principales factores de riesgo de tener una fractura entre la
población de personas mayores son la osteoporosis y las caídas.
Osteoporosis
Es la pérdida progresiva de masa ósea que, unida a alteraciones estructurales del
propio hueso, condiciona la aparición de fracturas. El riesgo de osteoporosis está
estrechamente relacionado con la edad, el sexo, el estilo de vida (dieta, actividad
física, hábitos no saludables), el consumo de determinados fármacos (corticoides,
diuréticos) y ciertas enfermedades que producen una alteración en la absorción
digestiva de calcio y vitamina D o las que producen inmovilidad.
Desde el punto de vista epidemiológico, las fracturas relacionadas con la
osteoporosis se caracterizan porque su frecuencia aumenta con la edad de forma
considerable, son más frecuentes en las mujeres que en los hombres (3:1),
habitualmente se producen por traumatismos leves o moderados, incluso sin
traumatismo previo, y afectan a zonas óseas ricas en esponjosa.
Caídas
Se definen como una precipitación al suelo, repentina, involuntaria e insospechada,
con o sin lesión secundaria. Los factores de riesgo de sufrir una caída pueden ser:
a. Intrínsecos: alteraciones del equilibrio y sensoriales, presencia
b.
de determinadas patologías crónicas y consumo de ciertos
fármacos.
Extrínsecos: barreras arquitectónicas del entorno y uso de
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 14 de 20
calzado inadecuado.
Las fracturas más frecuentes en la población mayor son la de Colles y la de cadera, esta última
con una incidencia anual de 80 fracturas por cada 100.000 habitantes. Las fracturas vertebrales
son también muy frecuentes, pero probablemente por su clínica más insidiosa y evolución más
solapada, en muchas ocasiones pasan desapercibidas.
l
Fractura de Colles
Se trata de una lesión frecuente en los ancianos con osteoporosis y tejidos blandos
débiles que al sufrir una caída, el impacto de la mano con el suelo y el peso corporal
hacen que los extremos del radio se fracturen por encima de la muñeca, a una
distancia inferior a 2’5 cm. Las complicaciones más frecuentes son: rigidez de las
articulaciones de los dedos y del hombro, síndrome del túnel carpiano, dolor sobre la
articulación radiocubital distal y recidivas de la deformidad.
Valoración
Evaluar el estado general del paciente: nivel de conciencia,
intensidad del dolor, repercusión en otras zonas distintas a la de la
lesión.
Exploración física de la zona lesionada: cambios en la longitud o en la
forma ósea normal; grado de incapacidad funcional; dolor a la
exploración; presencia de edema, equimosis o hematoma; grado de
sensibilidad, entumecimiento u hormigueos.
Estudio radiológico de la zona lesionada.
Entrevista con el paciente y/o su familia para obtener información
sobre las circunstancias relativas a la lesión.
Recomendaciones de autocuidado
Administrar analgesia según prescripción.
Mantener la mano de la lesión elevada al nivel del corazón para evitar el
edema y aliviar el dolor.
Movilizar los dedos desde su extensión completa a la flexión.
Ejercitar activamente hombro y codo, incluyendo los ejercicios de
amplitud total de movimiento de ambas articulaciones.
l
Fractura de cadera
Las fracturas de cadera son aquellas que se producen en el tercio proximal del
fémur, formado por la cabeza, el cuello, el trocanter mayor y el trocanter menor,
extendiéndose hasta cinco centímetros por debajo de éste. Constituyen un proceso
patológico de importante repercusión sociosanitaria y representan la causa más
frecuente de muerte traumática después de los 75 años.
La principal causa de producción de este tipo de fracturas es la caída del anciano
(90% de los casos), que a menudo y, debido a la fragilidad ósea, es desde su propia
altura, por lo que se denominan fracturas de origen osteoporótico.
Las manifestaciones clínicas que aparecen en la fractura de cadera son:
a. Dolor en la zona del pliegue inguinal, pudiéndose irradiar a la cara interna del
muslo y hasta la rodilla
b. Impotencia funcional
c. Acortamiento de la pierna afectada y rotación externa, por acción del músculo
psoas-ilíaco
d. Imposibilidad para elevar el talón de la cama; este signo se presenta siempre
y resulta de gran valor diagnóstico frente a un cuadro clínico en el que los
otros signos sean poco relevantes.
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 15 de 20
El paciente con fractura de cadera requiere ingreso hospitalario por la posible
repercusión sistémica y la necesidad de tratamiento quirúrgico. Las acciones de
valoración y de cuidado serán las siguientes:
Valoración
Evaluar el estado general del paciente: patrón respiratorio, función
hemodinámica, nivel de conciencia, intensidad del dolor, repercusión
en otras zonas distintas a la de la lesión.
Exploración física de la zona lesionada: cambios en la longitud o en la
forma ósea normal; grado de incapacidad funcional; dolor a la
exploración; presencia de edema, equimosis o hematoma; grado de
sensibilidad, entumecimiento u hormigueos.
Estudio radiológico de la zona lesionada.
Entrevista con el paciente y/o su familia para obtener información
sobre las circunstancias relativas a la lesión.
Actividades de enfermería
Instaurar medidas de estabilización cardiorrespiratoria: vías aéreas
permeables, oxigenoterapia, control de constantes vitales, canalización
de una vía venosa para iniciar sueroterapia y/o transfusiones, balance
hídrico, etc.
Administrar analgesia según prescripción, para mantener al paciente
sin dolor.
Observar al menos cada 4-6 horas: coloración, temperatura,
sensibilidad y pulsos periféricos relacionados con la zona de la lesión.
Mantener correctamente alineado el cuerpo para evitar deformidades y
contracturas: puntas de los pies y rodillas dirigidas hacia arriba para
evitar la aparición de pie equino.
Durante el periodo de inmovilización en decúbito, enseñar la utilización
del trapecio y la forma correcta de movilizarse en la cama.
Ayuda en la realización de los autocuidados.
Extremar las medidas de prevención de aparición de confusión aguda,
ya que la prevalencia de esta complicación puede alcanzar hasta un
50%.
Establecer medidas preventivas de las complicaciones potenciales en el
paciente geriátrico.
n
ARTROSIS
Enfermedad degenerativa articular que consiste en un trastorno de carácter no inflamatorio de las
articulaciones móviles. Se caracteriza por un deterioro del cartílago articular y por la formación de
nuevas partes óseas en la superficie de las articulaciones (osteofitos). Es la enfermedad más
frecuente de las artropatías reumáticas. Habitualmente se presenta a partir de la 5ª década de la
vida, siendo mayor la incidencia en las mujeres, sobre todo a partir de la menopausia.
Las articulaciones más afectadas son las que soportan mayor peso corporal, principalmente las de
la rodilla y la cadera. El síntoma más común es el dolor, que cede con el reposo. Al principio se
presenta con el uso de la articulación, pero a medida que avanza el proceso puede aparecer con
una movilización mínima, incluso en reposo. Otros síntomas son rigidez, entumecimiento y
crepitación articular.
El tratamiento es sintomático y consiste en analgesia, fisioterapia (termoterapia) y cirugía
ortopédica (artroplastia), según el nivel de afectación.
El principal problema es la limitación/incapacidad que produce en el paciente, afectando de forma
significativa su calidad de vida.
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 16 de 20
Problemas urológicos
Los problemas urológicos afectan a una proporción importante de personas mayores y su
trascendencia viene determinada por la repercusión que tienen en las diferentes esferas de la
persona, afectanto tanto el bienestar físico como la autoestima y la interacción social, así como
por la carga familiar que conllevan. Los trastornos más frecuentes son la incontinencia urinaria y
la hipertrofia prostática.
n
INCONTINENCIA URINARIA
La Sociedad Internacional de Continencia define la incontinencia urinaria (IU) como "la pérdida
involuntaria de orina que condiciona un problema higiénico y/o social, y que se puede demostrar
objetivamente".
La IU nunca es un proceso derivado del envejecimiento fisiológico, sino un problema ocasionado
por un trastorno patológico o funcional. Sin embargo, la prevalencia de la IU aumenta con la
ya que las modificaciones que genera el envejecimiento condicionan una mayor vulnerabilidad en
los ancianos. La IU afecta en una mayor proporción a los ancianos institucionalizados (50-60%)
que a los que viven en su domicilio (10-15%).
Según su etiología la IU puede ser:
l
Incontinencia por inestabilidad del detrusor o incontinencia de urgencia
Es la causa más común de incontinencia urinaria establecida en el paciente geriátrico
(50-75%). Recibe diversos nombres: hiperreflexia del detrusor, vejiga no inhibida,
vejiga espástica, etc.
Se produce cuando la vejiga escapa del control inhibitorio por parte del sistema
nervioso central y las contracciones del detrusor ocurren espontáneamente.
El desorden de base puede hallarse en la vejiga (lesiones locales secundarias a
infecciones, radiación, litiasis, quimioterapia, neoplasias) y/o en el sistema nervioso
(enfermedad de Parkinson, demencias, ACVA, tumores, esclerosis múltiple, etc.).
Los síntomas característicos suelen ser: urgencia miccional, polaquiuria, nicturia y
escapes de orina de volumen moderado o grande.
l
Incontinencia de estrés o de esfuerzo
Es común en las mujeres mayores e infrecuente en los varones, a no ser que se haya
lesionado el esfínter externo durante una prostatectomía. Suele demostrarse en un
tercio de las mujeres incontinentes. Las causas suelen estar originadas por un fallo
en el soporte del cuello vesical y la uretra, aunque también se puede producir en
caso de incompetencia del esfínter, inestabilidad uretral o estrés inducido por
inestabilidad del detrusor.
Las situaciones de obesidad, los partos y la deficiencia de estrógenos favorecen su
aparición. Clínicamente se manifiesta por pequeñas pérdidas involuntarias de orina,
cuando la presión intravesical supera la máxima presión uretral, como ocurre en los
accesos de tos, risa o esfuerzos.
l
Incontinencia por rebosamiento
Se presenta cuando la presión intravesical excede de la uretral, pero sólo con
grandes volúmenes de orina en el interior de la vejiga. Los dos mecanismos básicos
de producción son la obstrucción a la salida de la vejiga (hipertrofia prostática,
tumores pélvicos, estenosis uretrales, impactación fecal), que constituye la causa
más frecuente, y el detrusor acontráctil (lesión neurológica, ACVA, etilismo crónico,
efecto medicamentoso). Los síntomas clínicos son la dificultad para iniciar la micción,
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 17 de 20
la sensación de micción incompleta, la retención urinaria y la ausencia de deseo
miccional. Los escapes de orina son de escaso volumen.
l
Incontinencia funcional
Se caracteriza por la incapacidad física o falta de deseo para acudir a tiempo al
cuarto de baño. Las causas más frecuentes son el deterioro de la movilidad, los
trastornos emocionales y cognitivos, las barreras medioambientales o la falta de
cuidadores.
El tratamiento de la IU está en función del tipo de incontinencia, aunque de forma general incluye
las siguientes medidas:
MEDIDAS GENERALES
Higiénico-dietéticas: utilizar ropa con sistemas de apertura y cierre
sencillos; reducir el consumo de sustancias excitantes (alcohol, café, té);
reducir el consumo de líquidos durante la tarde-noche.
Reducir o cambiar la medicación que favorece la IU.
Eliminar barrreras medioambientales: facilitar el acceso al cuarto de baño,
etc.
TÉCNICAS DE ENTRENAMIENTO DE LA CONDUCTA
Ejercicios de suelo pélvico (Kegel): realizar contracciones repetidas de los
músculos del suelo de la pelvis 3 o 4 veces al día (25-30 contracciones cada
sesión). Muy útil en la IU de esfuerzo.
Reentrenamiento vesical: establecer un hábito miccional mediante un
esquema variable de vaciamiento vesical. Es necesaria una hoja de registro
para programar la periodicidad de las micciones voluntarias, que de forma
progresiva se ira prolongando. Esta técnica es útil en la IU de urgencia.
Entrenamiento del hábito miccional: en los pacientes incapacitados, el
cuidador instaura un esquema variable de vaciamiento miccional,
incrementando progresivamente la periodicidad.
Micciones programadas: establecer un esquema de vaciamiento vesical fijo,
intentando condicionar las micciones voluntarias a través de la estimulación
periódica y las técnicas de refuerzo positivo.
FÁRMACOS
agonistas alfaadrenérgicos
anticolinérgicos
estrógenos
OTRAS OPCIONES TERAPÉUTICAS
Cirugía (técnica de elección en la IU de estrés y en la IU por rebosamiento
de causa obstructiva), conos vaginales, estimulación eléctrica, cateterismo
vesical.
APOYO EMOCIONAL
Fomentar la autoestima reforzando las conductas de continencia
Favorecer la interaccion social
n
HIPERTROFIA DE PRÓSTATA
La hiperplasia benigna de próstata es el trastorno responsable de la mayoría de los problemas
urinarios en el varón anciano. A partir de los 40 años de edad, la próstata va aumentando de
tamaño y haciéndose más consistente porque el tejido glandular se va rodeando de fibras
conectivas. A los 60 años toda la próstata glandular muestra una deficiencia funcional y cuando se
superan los 65 años es posible percibir masas duras en número cada vez mayor de sacos
glandulares. La hipertrofia de próstata provoca retención urinaria e incontinencia urinaria por
rebosamiento. La vejiga sólo excreta orina por sobreflujo, cuando la presión de la misma llega a
ser demasiado grande para el control del esfínter. El paciente presenta polaquiuria, a veces sólo
gotea orina, mientras que la vejiga permanece distendida. Todo ello favorece la infección urinaria.
El tratamiento de elección es la cirugía transuretral.
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 18 de 20
Problemas gastrointestinales
n
OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
La obstrucción intestinal es un síndrome caracterizado por la interrupción completa y persistente
del tránsito intestinal que se manifiesta con dolor abdominal de tipo cólico, vómitos, distensión
abdominal y detención de gases y heces. La obstrucción intestinal se clasifica en:
1. Mecánica u obstructiva: el tránsito se detiene por un obstáculo real, orgánico, ya sea por
causas intrínsecas o extrínsecas. Puede ser simple, cuando no hay trastornos circulatorios o
con estrangulación, cuando existe compromiso vascular.
2. Funcional: el tránsito no progresa debido a una parálisis (íleo paralítico) o a un espasmo
intestinal (íleo espástico).
El tratamiento, con muy pocas excepciones, es siempre quirúrgico.
Valoración
Dolor: suele ser de tipo cólico debido a la distensión abdominal. Si
evoluciona a continuo, localizado y de mayor intensidad sugiere
estrangulación o perforación.
Vómitos: son más intensos y abundantes cuanto más alto sea el nivel de
la obstrucción. El contenido del vómito puede ser alimentario, bilioso,
intestinal o fecaloideo.
Patrón intestinal: el estreñimiento es absoluto en caso de obstrucción
total. En ocasiones pueden eliminarse heces distales al punto de
obstrucción por mecanismo reflejo.
Distensión abdominal: es resultado del acúmulo de gases y líquido en la
zona proximal a la obstrucción. La distensión abdominal es mayor cuanto
más distal es la obstrucción.
Ruidos abdominales: puede detectarse desde un aumento del
peristaltismo (obstrucción mecánica) hasta ausencia total (íleo paralítico).
Fiebre: sólo aparece en caso de estrangulación o isquemia de asas
intestinales.
Estado hemodinámico: taquicardia, hipotensión, etc.
Estado general: grado de hidratación, aspecto de piel y mucosas.
Pruebas diagnósticas: hemograma, bioquímica sanguínea y análisis de
orina, y, radiografías de tórax y abdomen.
Actividades de enfermería en el hospital
Colocar al paciente en una posición que le resulte cómoda.
Controlar las constantes vitales: frecuencia respiratoria, temperatura,
frecuencia cardiaca y presión arterial.
Realizar sondaje nasogástico y conectar a aspiración continua.
Canalizar una vía venosa para la administración de líquidos y
medicamentos prescritos.
Dieta absoluta.
Control del balance hídrico.
Medidas específicas relacionadas con la etiología del cuadro: preparación
del paciente para pruebas diagnósticas, analíticas, etc.
Preparación quirúrgica.
Problemas metabólicos
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 19 de 20
n
DIABETES
La diabetes es un trastorno que se caracteriza por hiperglucemia y alteraciones en el metabolismo
de los carbohidratos, las proteínas y las grasas, relacionados con un déficit parcial o total de
insulina. Hay dos tipos de diabetes:
n
n
Tipo I: insulín dependiente. Poco frecuente que personas mayores de 65 años la
desarrollen.
Tipo 2: no insulín dependiente o diabetes del adulto. Los niveles de glucosa en sangre
están relacionados con la edad, produciéndose un incremento gradual a medida que se
envejece, debido a una producción insuficiente de insulina o un uso anómalo de ésta.
La prevalencia de la diabetes en personas mayores es de alrededor de un 20%, de las cuales un
80% presentan diabetes tipo 2. Se consideran factores predisponentes la obesidad, el
sedentarismo, la polifarmacia, la enfermedad aguda, etc.
La diabetes del adulto se suele presentar de forma insidiosa y frecuentemente es un hallazgo de
una exploración rutinaria. Las manifestaciones clínicas son escasas y, a menudo, los síntomas
clásicos (poliuria, polidipsia, polifagia, pérdida de peso y fatiga) están ausentes.
El tratamiento incluye dieta, ejercicio físico moderado y fármacos hipoglucemiantes orales
(sulfonilureas / biguanidas). En algunos casos es necesaria la administración de insulina (1 o 2
dosis de acción intermedia), ya que determinadas situaciones (enfermedad aguda, intervención
quirúrgica, etc.) pueden descompensar al paciente. Las acciones de enfermería iran encaminadas
a favorecer la adeherencia terapéutica del paciente.
Recomendaciones de autocuidado
Dieta: alimentación variada, evitar azúcares simples, restringir grasas
saturadas y fomentar el aporte de fibra vegetal. Establecer un horario
sistemático de las tomas de alimento (6 tomas/día).
Ejercicio físico moderado: caminar diariamente.
Actividad/descanso: programar períodos de descanso entre las actividades
y evitar el sobreesfuerzo.
Cuidados de la piel y de los pies, con secado minucioso y correcto corte de
uñas.
Medicación: forma de administración de insulina.
Enseñar a identificar signos de hipo/hiperglucemia.
Problemas sensoriales
n
CATARATAS
Las cataratas son debidas a la opacidad del cristalino y constituyen una de las patologías más
frecuentes en la vejez. Puede ser consecuencia de la fibrosis y el endurecimiento del cristalino,
ocasionados por cambios bioquímicos asociados al envejecimiento, o secundarias a otros
problemas de salud, como la diabetes o el glaucoma evolucionado. Provocan una pérdida de visión
progresiva que afecta habitualmente a ambos ojos, pero con distinta velocidad de progresión.
Actualmente el tratamiento de elección es quirúrgico con implantación de una lente intraocular.
Recomendaciones de autocuidado
Apósito oclusivo 1 día.
Movilización precoz.
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Página 20 de 20
Evitar esfuerzos (laxantes) y agacharse.
Tratamiento de la diplopía con midriáticos.
BIBLIOGRAFÍA
García López MV, Rodríguez Ponce C, Toronjo Gómez, AM. Enfermería del
anciano. Madrid: DAE; 2001.
Guillén Llera F, Ruipérez Cantera I. Manual de Geriatría Salgado Alba. 3ª
ed. Barcelona: Masson; 2002.
Guillén Llera F, Pérez del Molino Martín J. Síndromes y cuidados en el
paciente geriátrico. Barcelona: Masson, S.A.; 1994..
n
n
n
Smeltzer S, Bare B. Enfermería Médico-Quirúrgica de Brunner y suddarth.
9ª ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 2002.
Beare P, Myers J. Enfermería Médico-Quirúrgica 3ª ed. Madrid:
Harcourt/Brace; 1999.
n
n
García M, Torres P, Ballesteros E. Enfermería Geriátrica. 2ª ed. Barcelona:
Masson; 2000.
Carnevali DL, Patrick M. Enfermería Geriátrica. 3ª ed. Biblioteca Enfermería
Profesional. Madrid:Interamericana McGraw-Hill; 1996.
Jiménez Murillo M, Montero Pérez FJ. Protocolos de actuación en medicina
de urgencias. Madrid: Mosby; 1996.
Gotor P, Martínez ML Urgencias de los procesos agudos geriátricos. En
urgencias geriátricas (en edición)
n
n
n
n
RECURSOS ELECTRÓNICOS
© M Luisa Martínez Martín
n
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. SEGG.
n
Asociación Española para el Parkinson. Parkinson España.
×ATENCIÓN DE ENFERMERÍA EN LAS
DESVIACIONES DE LA SALUD MÁS
FRECUENTES EN EL PACIENTE GERIÁTRICO ×
Actualizado a 16/10/2005
file://C:\WEBSHARE\WWWROOT\wwwategg\ategg\2_asignatura\temas\unidad3\13\tema_13enfermedades.htm
... 16/10/2005
Descargar