Viei-nt`tt 27 do Febrero de ÍS91 Núm. _f. RAILR SEMANAL I l O

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Viei-nt'tt 27 do Febrero de ÍS91
Núm. _f.
RAILR SEMANAL
I
l O
DEDICADO AL BELLO SEXO MASflUNO <$• '''^»"'»»»»
«leljiñ la piorna rübur
'
f líoi-fine con la liga iietía..^
lo (^iie no quiero nombrar.
^h'BMÜíyM.XtiáO
BilubUínMld,.! homAGÍtin?iA T
* ' hombre íieUlprno
1 •'•o; pi-li tu inuieníU.
7^.
UE3AL1.N\
BAILE SEMANAL
DEDICADO
AL
HERMOSO SEXO MASCULINO
U n t E C T O H A i.ITEKAlMA
D.» PEPITA. SKNSIBLE
DIRKCTOHA. AHTISTICA
^§3^
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E-^W t í " 6
jf.
Solo hí» unm <:*i( mejor
qur uti buntirc; ilos lioBbrc.
UABIIII.P(TIT.
U ) cuiaidrl biKolü te
I «n humlire iDirrin rl t«- ,
nina de li 'Hiciitid.
PRUSEIiriNA
-g.^
on(gJíJfís^
•A-ño I ¡ Barcelona 27 de Febrero de 1891- ! Núm. 4
mozo de mi redacción á quién
desde que sé la funesta noticia,
no ceso de darfuribundos pelliz. ¡denunciado nnean!... digO; me cos en las carnosidades y que
sonriéndose con toda la placidez
La noticia me lia quitado ol que cabe en un gallego en tercer
"^ueno y la orto^'raria.
gríído, rae dice:
"ur eso no me atrevo á decir
—¡Caramba! Señorita
iMe
MUe va errado el inspirador de hace V. cosquillasl.
'adenuncia.,, el inspirador ¿eh?.
¡Miren ustedes que denunciar*^orque seria capaz de escribir me las Niñeriaínial segundo nú^.^6 va herrado, poniendo la ha- mero I.
j " e demás así como antes la puse
¡Que bien dice el refrán: quién
^'emenos.
con niños se acuesta
denun^látnenle ustedes hache.
ciado se levanta!.
I /^^nque, bien pensado todo, puePor eso doy á ustedes mi pala'0 afií-niarque el inspirador de bra deque en lo sucesivo no rae
.* denuncia, mejor dicho, délas acostaré con niños, sino con
^nuncios, porque son dos, va personas mayores en edad, saber
p^tlo con hache y sin ella.
y gobierno.
^. *''Se inspirador no puede liaber
Lo degobiernosobretodo, pues
"O otro que el mismísimo dela que á buen árbol se arrí
monio.
buena sombra la cobí.
^¡ X al demonio se le puede conAunque ahora pienso que tal
«liff'''^ errado en arabos dere- vez no sea suficiente la precauarv.1 ' ^^ ambas pezuñas y do ción.
•*"l»>as
Porque también ha sido denun_ —-• maneras.
'iiaiicrtus,
l'amL"^'^ soy sensible, de tempe- ciado ol e|>ígrafe de la lámina de
rue I,'":*í y de apellido. la noticia !a página 5 del susodicho numeftt,. '"• "npresionadodeun modo ro dos.
*• mucho más atroz que el
Estasegunda denuncia es laque
CRÓNICA
El. FANDANGO
m á s m e tiace c r e e r q u e el d e m o nio aiula en el asunto.
Fitíúi-ense ustedes q u e se trata
d e u n a chica q u e tiene la rnania
d e q u e cuando se pone sola el
abrigo no eiiira en calor.
Y que a ñ a d e q u e p a r a e n t r a r
en calor es necesario que ae !o
p o n g a Venturila.
Y que salló y vino... el íiscnl y
dijo, üs decir, supongo yo qiii!
til ría:
~ K s a m a n í a e s pornográfica.
Lo de c u b r i r es m á s pornográfico todavía, pe.se al Diccionario;
y lo de Venluiila pornografisiiiio... Porque, es clan): Veiiiurita
no es la concella de la cliica, ni
tampoco el niFrido ó un novio
inoceiiie y candido como un palomino, q u e tiene el gusto de ponerlao-l uorigo; nada de eso: Veulurita es nn boinnre obsceuo, retinto y bien a r m a d o , que hace
u n a porción de pornografias con
las criaturas.
Y erigiéndose en padre de la
c r i a t u r a va y d e n u n c i a á Ventur i t a y á mi... ¡A mil á la m a s sonsiblü de las Pepitas y á la (uás pepita de las sensibles!
El i"acÍí»cÍnio queclebió h a c e r e l
d e n u n c i a n l e e s , pues, endemoniado, y se pánico al de aquel á quien
saludó olro diciéndole:—Adiós,
amigo mió.
Y q u e d e tan sencilla s a l u t a ción dedujo:
— ¡ M Í O ! MÍO dice el galo; ol gato se come al ralón; el ratón se
c o m e el queso; el queso se fabric a con leche; la leche se oblieue
lie las c a b r a s ó de las vacas; las
vacas y las c a b r a s tienen c u e r nos... ¡Luego me h a llamado cornudo!
Y le m a n d ó los padrinos.
líl íiscul no m e lia m a n d a d o
los padrinos, sino lo (jue es miiH^
triste, u n a citación.
7 -w
Como yo soy tan sensible, coi»
los p a d r i n o s me h u b i e r a entendido en seguida.
Y hasla con su representa<lo...
y ííiiti conlenti.
Poro con el juzgado... V a m o s á
ver: ¿como dialdos nic e n t i e n d a
yo con el juzgado?.
Sobre todo cuando me citan
á dar... explicaciones primero >
pesetas después.
¡Si. al menos, m e citaran á r e cibir!
P E P I T A SKNSIHLI;.
Postdata.—Dos declaraciones y
n i n g u n a de amor.'
P r i m e r a : Conste que todo Uv
anterior está dicho sin ánimo dC'
ivgraviar á nadie y solo hablando en defensa, como decimos la?*leguleyas.
Y segunda: Consto tambieu
que lo m á s triste del caso es q u j
mi KANFUNGO resulla mezchulo'
y confundido con los periódico;?
pornográficos, m e n g u a de laliter a l u r a del siglo XIX.
¡Que vergüenza para una m u j e r tan Pepila y laii Sensibii'
como yo!
KL FANDAN(iU
LOS CRIAÜITOS
Simplicio era u n miichaclio h n r JTioso, Irtísco, rollizo, y hasLu e x t r e me fio.
Cuauílouiialetoirnlin ¡íiy! no podiB
menos q u e recordür loscuibutiiloít do
su lii^rr», qutí llevan lantii fama.
Vinu (le su jjais natal con lanto c a n dor cunio desi'os de hacer l'orluna, y
desinii's do nvislnrse con nn nieino*rialista, á quien enlrepf» las dos íniic a s p e s o t a s q n e c o n s ü t i i í n n s u capilal,
consiguió entrar, en clasn de fregatriz,
pn cusa de la viuda de u n c o m á n dame.
¡Y q u é viuda aquella, Dios mfo!
\ ' n a mujer dp treinta afios, (íalante T
enaniüradiza. q u e era el terror d e los
donceles del barrio.
Siniplicio so presont» li ella con la
modestia propia en él, bajando los
ojos ante su escrutadora mirada.
La viuda quedó a^rradalilemente
sorprendida anle aquella dulce y virpinal criatura, en nada parecida ú los
domésticos audaces y de aire descarado q u e habla usado liasta e n l o n ccü.
—;.Cuanlos afios lienesV—le p r e fiuntó.
—Diez y nueve, señora.
—íl.a eilad do la inocencia y de las
pasiones blandas! ;.Has servido alguna vez'.'
— Nunca; en mi casa mientras mi
madre trabajaba en el ciinipo, y o e s puniaba el p u c h e r o y hacía calceta.
Así, que me dis]iensara V. ([ue al
rincipio n o lo haga tan bien c o m o
os criados de las capitales.
—Creo que nie seiviriísdivinamenle. j.A verV ¡alza la frente', eres bonito.
En lugar de deiliearle rt la cocina,
¿quieres sor mi ayuda de camaraY
—Y qué carreo es ese?
—Dnn de muy distinguido. Tínicam e n t e te ocuparás en vestirme, desn u d a r m e y h a c e r l o s recados q u e yote ordene."
—Sei\ora. allá en mi pueblo s* h i
F<
hiccn que en Mftlaga Imy
'liez y nueve mil «olteros...
Soii lüp (|UP. yo nccesltoj
linravofíauror miciier.pe.
EL FANDANGO
criticoclo siempre pse cargo. Eso d e
desmidür á una señora...
—¡T'n ¡qué ülrasiidos vivís todavía
e n los pueblos!
—híi delicadeza no me permite
aceptar semejante pinza, por buena
q u e s e a . Hay mucbn» malas |pn|2:uiiíi
q u e fia complacerían en triturar mi
h o n r a , y esa es la flor mas apreciablu
q u e tenemos los donceles.
—Está bien; te relevarí de vestirme
y d e s n u d a r m e ¡lo entiendes'í pero
iiiero sacartedela cocinii donde acáortan de perder tus manos su sonrosado matiz,y te ocuparé en otros quehaceres mas agradables. ¿To parece
bienV
—Síseííora,
Y por tres duros mensuales, comida
j ropa limpia, quedó cerrado el trato.
¿(Jué domtístico se ha visto en su
Tida mejor tratado, mejor cuidado y
m i m a d o que lo era Simplicio por la
capitana?
Cuando el joven servía á la mesa,
era obsequiad^ con e! primor bocadito. Muchas vece."!, al alargar un plato
ú su dueñfl, sentía un apasionado e s c u l o en una de sus manos, y, ¡cuánt a s otras, al ir cargado con la bandeja
<í la sopera, cimbreando sus caderas
eon aire encantador, los brazos do
aquélla al)arcaban su cintura!
—Seilora, por Dios; estése V. q u i e ta, 6 me iff' cíe su casa—exclaninbo.
Ante esta amenaza, la capitana
desenlazaba sus brazos, lanzaba un
h o n d o suspiro, y contestaba:
" —Perdoaa:en lo sucesivo roprimíri»
m i s ímpetus amorosos.
Porque la buena señora, estaba enamoratfa del mancebo; aquella calavera desenfrenada, para" quien la conquista de los chicos m á s aristocráticos
n o habiaofrecido ditícullades,se veía
desairada por u n simple criado, u n
«campesino.
Simplicio, siempre recatado y temeroso de lasaseciianzaEdesu dueña,
tenía m u y buen cuidado al acostarse
d e cerrar la puerta dando dos vueltas
A la llave y guardándose ésta.
Iniílit era q u e l á viuda pretextando
BU a m o r y prometiendo todo lo pro-
S
melible, j u r a s e una pasión eterna.
La puerta del casto joven p e r m a n e cía siempre cerrada, sin que a b l a n dasen su corazón las ofertas de su
ama.
Esta se soliviantaba y maldecía dosu cslrella; su pensamiento estab»
siempre fijo en Simplicio, y los d o minfíos le regalaba flores y caramelos
que él lomaba, demostrando agradecimiento, pero nada más.
Hasla llegó i hacerle unos verso«
muv bonitos, que empezaban:
Snnplicio, angelito mío,
atiende ra¡ pasión tierna;
desde que te ví, no rio
y me suda la... frente como si tuviera
(roclo
y continuaban llamándole tórtoloinocente y querubín, difrno d e l u c i r
un bastón con borlas y estoque largo,
y otras cosas, ¡ay! que partían los c o razones.
Pero n a d a ; el mismo caso hacía él
de aquella pasión q u e del agua quellueve, y ni una sola vez se permitiú
alentaría con una frase de esperanza.
La capitana, comprendiendo q u e
no sacaría nada en limpio de aquella
virtud, dióse á pensar en la repulsión
que al doncel inspiraba.
—Esle chico—se decía—debe e s t a r
enamorado. ;,De quién? ¡Vaya u s t e j
ü .sabor! Son los h o m b r e s tan insondeables...
Y se propuso espiar hasta sus m e nores actos, mostrando cierto d i s i m u lo y frialdad, que estaba m u y lejos d »
sentir,
Al s e g u n d o d í a d e o b s e r v a r e s l a c o n ducta se fijó en un detalle que la s o bresaltó. Su amiga Anita, capitana
también ó viuda de capitán, una b u e na moza q u e iba á comer con ella
casi todas las noches, daba golpecilos.
al doncel, mientras éste colgaba en l a
percha su abrigo y su capota.
Simplicio no decía nada.
¡Oh! Los celos abrasaban á la c a p i tana.
—¿Te gusta mi don cello?—pregunta
á s u amiga,
-Nó.
—Como la tocas...
EL FANDANGO
—^(Bah! Es una c o s t u m b r e
Aquella noche la comida fué triste.
Antes liel café, la ilm!ña tln la casa,
pretextando u n dolor en un colmillo
se retiro.
—Puedes quedarte—dijo á su a m i ga—Yo saldré aquí olra vez c u a n d o
"1 dolor se atnanse.
--•Buftno; le esperaré.
Pero la capitana no estaba tranquila
y tenia u n a idea. Aquellos colpecitos
que su convidada había dado á Simplicio eran tan significativos...
Uelirúse, pues, á la estancia i n m e diata y atisbo por el agujero de la c e Tadura.
Apenas se puso en observación yi6
'' Auita q u e llamaba ó Simplicio.
Éste entró callandito y mirando t o do.i los rincones.
—Estamos solos, tontln,— dijo su
íiiuiga—tu dueña se ha retirado.
—¡Gracias ú Dios!
Y se acercó á ella cariñosarneule
Wtitándose en sus faldas.
Como dos tortolitos estaban, diciéndose q u e se yo cuanlas cosas, c u a n d o
e n t r ó l a capitana en el comedor, c o *^o un rayo.
—¿Qué es esto?...¡Infames!
—¡Señora!
—Amiga mía....
—Decidme, ¿qué bacíaisY ¡Ah, exclamó aproxiniiindose íí ellos, ¡qué
veo! ¡Anita tiene en l a - m a n o esa llave
que yo n u n c a he podido conseguir!
Simplicio quiso guardarla bajo el
'lelantal; pero bien q u e ésto estuviese
T r o U a d o . b i e n q u e e n su precipitación
''O atinase á esconderla, IB llave p e r uianecla e x p u e s t a á la vista.
A la capitana ¡qué efectos producen
'Os celos! le pareció m á s g r a n d e q u e
"unca.
Y furiosa, loca, fuera de sí, exclamó
•"fthando chispas:
—Después de esto fíese V. de los j ó venes tímidos.
¡Si cada día es más fingido el bello
8«xo!
SENSITIVA,
^«-C--^^'-^-!»—
EPIGRAMAS
Enfermo se creo Piscnal
de «mor, que le inortificH,
y dice q u e en la botica
linda hay q u e aplaque su m a l .
Mas yo, de opinión contraría,
juz^o q u e tal no dijera,
de fijo, si conociera
¡1 la linda boticaria.
Ayer entre varias gentes,
con acento lastimero,
u e le dolían los dientes
ecfa <lon Raldomero.
—1.0 que es yo por ese lado,
exclamó J u a n de ios Hizos,
puedo vivir descuidado...
V es q u e los lleva postizos.
3
Andrés q u e a u n no baca don nfSo»
es de Esperanza marido,
oyó exclamar á Pulido
contando sus desengaños:
—Para mi no hay alegría;
m n e r l a mi esperanza está!
Y dijo Andrés:—¡í)jalá
estuviese asi la mia!
SERMÓN PERDIDO
—«Óyeme por Dios, h e r m o s o ,
el de tez alabastrina,
el de bigote sedoso,
el de mosca suave y fina,
el de los ojos de cielo,
el de los cabellos de oro¡
que calmes mi ardiente anhelrv
a l u s pies h u m i l d e imploro.
Desde la hora dichosa
q u e te vi por vez primera
por ll suspira afanosa
esta niña s a n d u n g u e r a .
En tí cifro m i venturo,
tú eres mi sola ilusión,
n o desdeñes esta pura,
esta vehemente pasión...»
Así u n a polla decía
í un mancebo guapo y gordo
que ni siquiera la oía...
Y e s n a t u r a l : ¡era sordo!
PURA P A U S A .
TX^ES r^AjTAFl
Y fc marrfiaroii IOH dos
jtrtreFos trigo»dp [lins
iJu^l'm'.-* el pi-imti ñ su j>i iimi
" en i't ('tirtllrt un beso nrn'in».
tjrsr TIR.O
lií'íitíron m u y " ' " ""Bas.
Mata un rnz^ií'^&'''^'
el |>Ajaro... dol • ™ , ' ^ '
Níi VA VAS NUNCA Á CAZA»'' '
"i^E 1>UK
KDA TRONAK.
>1isa^ <1ii(! fiir-ron calientes
Itero, al prlnnipio, iitonentas.
Y !il ir íi cobrar la pieza
voó. ¿ Pti mujer iQU'! rnreiíB[
10
EL FANT)A\GO
EL DONCEL DESHONRADO
Ó
Las tribulaciones de un soltero.
NOVELA PREHISTÓRICA
escrita en francés por
1V1AX>AIV1I3 r S E I I M A
Versión española
(JO
LEONA VALIENTE
(CONTlNtlACIÍÍN)
Camila seextremeciú.
El hijo del alcalde con un cinismo
sin ejHiiipIo, sacó un cigarro.
Después que lo h u b o encendido,
aproximóse más al lecho y dijo con
voz de barítono acatarrado:
—¿Mama?
—¿Quien?—preguntó la p a r t u r i e n t a
en tono de do menor.
—Gentp de paz,—repuso ¿i.—O como si dijéramos, la criatura,
—Pues bien, si,—contestó Cnmlla
resueltamente.—No solo mama sino
que en estos momentos se está permitiendo otras libertadas do las q u e
no se hallan consignadas en la constitución.
—¡Ah!—exclamó el seductor tapándose las narices.—¡Escierto!... La d e s conozco... no la conozco, ni la reconozco.
Camila se irguió.
Las madres se dlTerencian mucho
de los padres.
Esto axioma que se sacó de su cabeza un beuedícitno digno de hatier inventado el licor de los padrea j'rfíw, r e sultó comprobado en aquel caso.
Colgada al pezón de uno de los pechos de Camila, hubo do erguirse
también Petronila,
;..\ que no hubiera sucedido otro
tanto si se huhie.se tratado do un padre?
—;.\h!—rugió Camila como una
leona herida en el rabo.—¿Con que no
1H reconoces?
—No... Me lo impiden mi conciencia y mi padre que me rompería u n
alón si se enterase de ello,
—¿Y serás perjuro?
—¡Ponteen mi lugar!
—¡Imbécil! ¿Cómo he d e hacerlo
sino me puedo mover de la cama p o r
mor de la criatura?
—Entonces ¡adiós para siempre!
—Buen viage.
El hijo del alcalde so marchó r e nunciando á sus criminales pro;j'<íCtos, puesdando muestras de exquisita
rudencia calculó que la recien naefa le hubiera molestado.
Cuando Camila se vio sola, apartó
de su pecho á la criatura con el desinteresado liu do que no siguiera c h u pando y dijo:
—!0n, tierna vdstaga! Todos le d e s amparan! Pues bien, el m u n d o será
t u j o . En cuanto rompas ú andar to
mandaré á Madrid y auujenlarás el
níimero de \as pobrfs... chicas.'
Petronila rompió Á llorar como u n
becerro mate, dándose por enterada
de que se la había condenado ñ estropajo perpetuo.
S
CAPITULO CUARTO
La nocia del baüdlon
Petronila lí los quince años ern m u cho más alta y más desarrollada q u e
cuando nació.
Su cariilosa madre que n ó t e n l a e n tero m a s q u e el carácter, cumpliendo
su promesa, la remitió a Madrid con
el ordinario que era un hombre bastante íino.
Tan fmo como que colocó á Petronila sobre un mulo enire u n a carga
de chorizos y un serón de huevos para que hiciera eí viaje con toda la incomodidad posible.
Al día siguienlH de su llegada á la
corte la m u c h a c h a tenia ya revuelta media guarnición.
EL FANDANGO
IlabÍQla visto n u pistólo y después
«üdpcirla:—•Benditos sean esos andares y esos lunares y esos dos p a "•es... (no sé de {iiKÍ serían; sobrevino
W cabo que pxclamú:
~ R e s p e l a la ordenanza y la metoníttiía d e tus superiores. Esta chica es
cosa líita.
—-¡Era!—rliio á su lado u n a c e n l o de
*a fuerza de dos galones rojos.
Y en electo era... el sargento de la
Compañía que oiladiendo ñl verbo s u sodicho algunas inlcrjecciones do
las ((ue no se e n c u e n t r a n en ningún
diccionario, logró despejar el campo
'I la calle que es lo mismo y quedarse
con Petronila.
Guando se viií solo con ella, la dijo;
—¡Tan cierto como el teniente Loez es el más bruto de todo el Mapa,
.! j u r o y te perjuro quo me estoy mu.'"lendo por tus pedazos y q u e , en con'Wcuencia, lo que procede es que tojnemos café con vmñuelos ahi e u frentel
, hs. chica con la inocencia propia
" 6 su e d a d , r e p u s o :
• —Vamos andando.
Luego q u e hubierou cafeteado, añar n 5 el sargCHto:
—Doce cuartos de gasto. Paga tu
.porque tí mi no me gusta ofendur tí
¡'as personas de mérito.
l_Petroni]a cambiií la peseta tiníca
pnie poseía.
' Guando el mozo del democrático
""'ablecimíenlo dí^volvió el cambio,
F{ sargento so metió la calderilla en
;pl bolsillo, sin contarla.
No puede concebirse ni pnrirse t a m •''^co, ranyor rasgo de desprendi, «lento.
Luego se levantiJ y dijo ií Petronila:
, ~~Tu no tienes experiencia del m u n *^i ni ciencia, ni nado... Se te conoce
I lüe ücnl as de llegar ú Madrid y quie|:^ enseñarte todo lo mejor que hay
;!2 6lla, con que nsí, Vdmos andando
p c i a la calle de Panaderos.
S
{Se continuará)
II
FANDANGUERIAS
Por lo q u e dice Pepita Sensible er»
la Crónica, se habrán enterado usle-des de que tenemos Ei. I-'ANDANOode'
nuuciado.
Pero lo que no sabrán r s que, tí consecuencia de la tnl d(muncia, se h a
hecho un descubrimiento prodigioso^
Mucho m á s prodigio.so q u e los de^
Kd tesón.
El día 27 de los corrientes se c e l e brará el juicio de faltas ú, md.'* bien,
de .sobras, tí que ha dado lugar n u e s tra denuncia.
De manera que yn está averiguado'
c u a n d o será el día del juicio.
El 27.
Ayer se produjo u n pequeño i n c e n dio en una habitación d é l a calledet'
Hobador.
La causa del suceso fueron los ojoslie un hermoso mozo, que hicieron
arder el corazón de una de las d o n c S '
lias ({ue habitan la casa, la cual se U>
comunicó á sus compañeras.
El fuego, no el mozo.
( i r a c i a s á l a oportuna ¡nlervenciói»
de vigorosas mangad, la cosa no pasí»
de ahf.
Una avellana oprimía
entre sus muelas. Meloso,
pero nunca se pnrlín
y í l se pojóla furioso.
Por fortuna, de r e p e n t e ,
le flijo J u a n a Carrasque:
—Te v a s a romiier u n d i e n t c ,
deja que yo te la casque.
Un criado q u e tenía la costumbrrt*
de fregar los cacharros con jabón délos Principes del Congo, ha tenido quesufrir la amputación de todos los d e dos de las manos.
jGlaro! ¿no está el m u n d o h a r t o desaber que ese. jabón no es t'itil para
lavar cacharros, sino otros c h i s m e »
mtís finos?
(¿
EL KANDANÍJO
LA VUELTA DEL MARIDO
—¡Ingralfl. pfrjuní, intiel;
En RI leclio híiy tfUiriifins
y hasla iiiirnlííndP3lioncKto.
enseñando el rabo, salía...
jQneíráa negar quo, en ral ausencia;
Qba dcfritHdó en otra cainn?
HL
Eli Píirís viiplve ii estar en muiUi
lile liis sefioras se lilaiunnVn ol calje" 0 cun polvos.
Siempre hun sido laa seíioríis niuv
«ncioiíadusdellort.
' O r i n a s quo tambicíu los cabiiU«ros...
, Aumiue á estos üUiniosno les gusiu
nacer de tíllos pública ostenlüciúii.
¡Qiii' loiiteriii!
jComo ai no supiéramos que usan
y hasta abusan de ellos!
AiiiofíitoVelilla
st; rHsgC) con el cuello u n a mejilla.
'Ay, los cuellos postizos
'íü ceban cruelmente en los hechizos!
Mencheteiias.
•fi'/ Aoliciero se mete con i'ernl ^ le
"ice q u e no ha lofrrado ni la diícima
parte de lo q u e orreció, q u e sus j u e '^es pueden sor acusados de debilidad
Pero no de mala fé y que los gastos
"el s u b m a r i n a han sido cuatro veces
•tiayoios de lo presupuestado.
¿Qué sabe Menclieta de esas cosas?
Loa asuntos submarinos solo p u e **en ser tratados con competencia por
•nosotras.
Sobre todo cuando en ellos anda
•iiezclíido todo un Peral.
Porque p a r a l a s peras nadie ticue
^ ' g u s t o tan delicado ni se muestra
^ n exijente como las mujeres.
Rn u n a s excavaciones practicadas
'^erca de la Cartuja de Jerez se ha
*'"contrado nn trozo de estatua des'nidii.
("uya estatua, según dicpn, conserva las dos primeras mitades de los
íauslos.
Menos ranl.
Y i'l periódico q u e dií las autnriores
¡'üticias añade q u e la susodicha estadía debió representar un Hércules, á
J'izgüF por su vifiorosa m u s c u l a t u r a .
¡Ay de mi! ¡Ay de mt!
iQué me traigan uno así!...
'l'o lo digo en secreto, precioso
y amado lector:
V¿
KANDANtiO
;lia llegado ú la villa tiel oso
el moro Kandur!
Be seguro mi gozo te exiílicas
por sucoso tal...
;Kaltíi hacía... .Kandor á las chlcHi*
de la capital!
Tres individuos decentemente vcsl i d o s y n u p se dedicaban á d i s t r a e r
alhajas ae las joytrías de líeus, fueron presos y puestos á disposición d e l
juzgado.
Si h u b i e r a n ido indecenlemenlw
desnudos no se verían encausados p o r
ladronas.
Porque los habrían detenido e n s e guida por pornográficos.
De a q u í resulla i)alente
pese a muchos santurrones
que en algunas ocasiones
conviene ser Indecente.
I'I,.\TO DEL DÍA
Criadillas al natural.—"ÁV. cojeii coie
a m b a s manos y se conservan en ellaiihasta q u e y o avise.
Capa pocia...
Leo con indignación en Ül .\'oticiero:
líLas damas á q u i r n e s ?ff5 ttiúKiplr-'r
ej-ijeuv.ias de la sociedad imponen / « íiffiís coiiliftitas, se quejan ite ilolorer
liémosos que provienen de las vigilias, ¡tfx rixilffs y In tensión de iin espíritu inquieto siempre en biiitca dtr
iiorcdadcíi,-»
Ya sé tjue la prensa pornogrüficu
toma u n incremento escandaloso.
Pero la verdad nunca creí q u e l l e gase ii tal extremo su descaro.
¡Duro en ella y sin c o n t e m p l a c i o nes, señor fiscal!
@Bá
Se acerca la primavera, estaciót»
a b u n d a n t e en lilas de ambos sexos.
Al morir el invierno, la sangrú senone en ebullición y nosotras, pese ^
la fortalexa d e q u e hacemos gala, s e n timos picazones internas y nos afea—
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KL FANÜANíU)
PERRERÍAS
^=í^^v-¿^-"V- .. - >
Un parro muy pudurtoi'
:hacc á una ijula el amor
Mas la ^ a t a que es h o n r a d a
tíG mancha un poco escamada
V lasIítiiGcI |)crro ¡oh, nK^ngua:
eacantto un |»alino de lengua.
La catft Fe v¿ a p u r a d a
y al can larga una zarpsdu.
Tras cuyo apretaiio trance
í^e pone fuera de alcance
f.a Qt'C no qttinra hocicar
á ¡a gata ha de iiniiai-.
EL FANDANGO
'*i'is Con granos (íxtenios, es decir'
presentamos excrescencias ninguna
^e las cuales, por fortuna, toma el
^^PPCto de las varoniles.
Además, en la pn'txima estación
^Ufi Uaní,') iiiventud del año un poeta
''Clonado á poner moles á lodo el
¡r'^i'do la moda cambia radicalttieate,
In I '^^ pesados abrigos reemplazan
, ' ' g « r o s sacos.
M aya 111103 sacos que gasta el her•noso spxomasculino!
i.os do última novedad podnin h a j-^fsft este ailo con cincuenta centímetros dfi lela, pues no tienen mayóos diniBiisioiies que la chaquetilla de
"otoruro.
. E s t á n inverosímil la ¡lequeñez de
^^ sacos cuyos modelos he tenido
casiúii de ver que aseguro á ustedes
MUe nieparoceria hacer un mal negolos \v"**'* P*"!;^' "^^^^^ ^ cualquiera de
,"^.
liisJóvenes
de un pardedenuestra
pesetas.aristocracia,
on cambio los cülore.s son de fani^asfa.
Nada de esos vulgares tonos grises,
^^" es 6 canelas.
bln '^''l^i" fio ro33 virgen con molas
(íax ^"t ••« P o " i descabezada v en
J i j o n e s y de Mes de María* Esp,''ui, son los únicos admitidos.
l_^"*',ifieso que no sé ó que obedecen
¡vn ^'"Siilíii'es denominaciones, pero
Í'PK " 'isledes con lógicas á los m a n íoB
la moda y á sus cómplices,
j.^'^^Qfi'ccionadores de las ridiculas
U endas con que c u b r e n aquellos sus
"«rrnosas formas!
'Ira novedad primaveral.
Vf 1^'"" "^' verdadero zaragozano, (el
^^•fdaiUíro ¿oh? porque hay viles fálg-'^^flores), la próxima primavera
lo, 'Hny lluviosa y de consiguiente
¡Jl artículos de goma tendrán u n a
^ ^ » salida.
gi^''"soladores son los escaparates de
. KUnas tiendas como I.a villa de Pa~
^\ia '*''''^s tantas que ostentan todo
d„*'*toen cuestión de fflOí/ícAoíícA puej/iecesilarla humanidad d o l i e n t e .
(Ig^fQ más consoladora os la moda
'^s elásticas do goma laca y los
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calzoncillos de pasta de chanclo que
íiOD la última palabra, el non plus ultra de la elegancia.
La perruuterfa también ha experimentado grandes relormas.
Con la primavera comie'nzan l o i
bailes al uÍro libre v jiara acudir á e s tos es de rigor perfumar el pafluelo
con unas gotas de esencia de sáiidalo
liiiUy (5 de copaihn vaiiiillizac/a.
NMngi'in hombro que se estime deja
de usar tan aristocráticos perfumes,
así como ningún verdadero gomoso
deja lie dar preferencia á la goma sobre lodo otro articulo, especialmente
para los guantes.
Un par de estos encerrados dentro
de una cíl.scara de nuez, constituyo el
colmo de lo cftic.
Hasta otro día.
l'iH.i.A K L E C . A N T K .
COHRESPOITD ENCÍA
v v A b A h J - i w j . w A t A / ^ A , I WAAA
P/ff-.Veo.— J/í7í/r/•(/.—¿Me tiuiere V.
decir qué le imiiorta a n a d i e q u e le
haya pegado su novia?
VaiHitta—Calirn.— Sí, señora, creo
que su apellido es digno de V, Lo que
no creeré nunca es que su soneto sea
publiciible.
homia Jíol/ih'.—Üar-cfloHii.—i'Le p a rece ü V. que
elanrifero metul
debe arrojarse en el objeloque el consonante marca?
Corte Sttfio.~Gracia.~&[
en vez de
llamarse Corle, se nominase usted
Raja, admitirtajnos la composición
piíro lo que es así iioii puede sor. Aquí
no colaboran mas que el/as.
Faiiilauffuifo.—Miidn'd.—Hasttí
que
nvPiigUemos si su nombre pertenece
al género hembra, no podemos a d m i tir tampoco su poesía.
Pollo Tieso.—Idfi-i.—Qüe usted eslé
así ú de otra manera no lo importa
una berengenu a las lectoras de Ei.
FANDANGO.
Quedan querido lector
de cartas por contestar
¡otra mar!
Tip. calle !\finii, »úm. S.
IG
EL KANDA>!(.i(í
BELLEZAS MASCULINAS
Esposo lie ojos tan lienioa,
aiieiiiis \c. ha dado el sol
ui aire larga los cuernos
lo misino quH u n caracol.
.A^ivrjivoio s
La hermosa fragata Kieres admito
cart'a y pasajpros. Merced a la Kriui
capacidaíl de sus fondos, puede íilberfrar en ellos inncho tlete, por grandes que sean líf piezas.
Viajes cotnplelnmenle gratis a Manila. Dará razón un joven que lia
lieclio multitud do veces la Iravesfa.
MKMORIAS DE UNA SASTRA
Interesa nie estudio del cuerpo masculino. T r a m p a s que caben en éljiara
ocultar sus defeclos y explicación
técnica de sus deformi'dadeshuecosy
g í l a s . Arte de rellenos y postizos.
Vale nna pésela columnaria.
A LOS
NOVIOS
Camas de las mejores fábricas, li
prueba, siempre q u e se deposite un
duro de fianza.
Si Cornelio, 15.
Los señores del m u n d o eleganteem"
plean en su rostro ilnicaracníel»
CREMA SIMEONA
compuesta por esladoctora con materias especiales de su propiedad.
Se desea » n mozo para echar vaina
á espadas y espadines.
Ini'itil es q u e se presenten los mellodos i5 picados de viruela.
Casia Susana, Id-pjso sexto.
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