La revolución de mayo… ¿similar a la revolución francesa o a la independencia norteamericana? Florencia Grossi A continuación, en el marco de este esquematismo, RyR define la revolución de mayo como una revolución burguesa clásica y triunfante, para intentar explicar dicha formulación van a utilizar dos analogías. Por un lado, van a comparar la revolución de mayo con la revolución francesa, reeditando un esquema de acontecimientos. Por el otro, utilizarán la comparación con la independencia norteamericana para decir que aquella logró los mismos resultados (o más) que ésta. A su vez, recurren a dos definiciones de revolución contrapuestas sin ninguna explicación, una la de “transformación radical” para hablar de la revolución francesa y su comparación con la “glorias” de mayo, y otra, como “proceso que debe medirse por su ciclo”. Así, RyR se pregunta: “¿logró la burguesía llevar a su término la revolución burguesa o fue “traicionada” luego de 1810? (…) si una revolución implica la transformación de relaciones sociales de producción, entonces sus resultados deben medirse en décadas, no en años. (…) Por lo tanto, la revolución logró una expansión de las fuerzas productivas realmente notable, teniendo en cuenta la pobre demografía, la pérdida de territorio (…) Estados Unidos tardó 90 años en culminar su revolución burguesa (que termina en la Guerra de Secesión) y constituir un Estado nacional. Aquí, eso se logró en 50. Se creó un Estado, un mercado interno (se suprimieron las barreras aduaneras provinciales) y se desarrollaron relaciones capitalistas”1. Como se ve, según RyR la burguesía nativa logró un desarrollo mayor (¡y más rápido!) que la norteamericana. En principio, las independencias latinoamericanas son parte del ciclo de las revoluciones burguesas dieciochescas. Sin embargo, esta relación no implica ni una lectura mecánica ni la repetición histórica del mismo proceso 2. A diferencia de la revolución francesa, la revolución de mayo no transformó radicalmente la estructura social pretérita. Las clases dominantes criollas estaban limitadas por diversas cuestiones. Ya mencionamos más arriba que la tesis sobre el feudalismo en América no tiene ningún asidero. Entonces no hay una burguesía que masivamente expropie una clase “nobiliaria y feudal”. La clase dominante criolla sólo ampliará el poder económico previamente conquistado y profundizará las relaciones capitalistas. Trasformará las relaciones jurídicas y políticas derribando el poder real y expropiando, en algunos casos donde la guerra civil lo amerite, y en otro incorporando/reciclando a los peninsulares americanos. No es un traspaso del feudalismo al capitalismo, sino que, si bien ya hay elementos de relaciones capitalistas en América, éstas están limitadas por la subordinación colonial y por las propias características internas, de ahí las medidas que se toman contra el “antiguo régimen” que no implican una “transformación de las relaciones sociales de producción”, como dice RyR, sino “liberar” el desarrollo de relaciones netamente burguesas. A su vez, aunque hay una reconfiguración de las clases dominantes criollas, producto de la ruptura de la estructura colonial y el lazo con la metrópoli y la guerra civil, las independencias latinoamericanas no implicaron el traspaso de la propiedad real y de la iglesia de la tierra a manos criollas, sino que dicha reconfiguración 1 Harari, Fabián. El Aromo N° 54, mayo 2010 Al respecto, Perry Anderson señaló que “se encuentra en la propia naturaleza de las revoluciones burguesas el ser desnaturalizadas (…) más bien son una estructura que se presenta siempre compleja e irregular. La excepción es la regla. En este sentido, podemos decir que toda revolución burguesa, sin excepción, nace bastarda”. “La noción de revolución burguesa en Marx” en Revolta global 2 1 estará mediada desde el inicio por el capital inglés y francés. En este sentido, la revolución de mayo no es un símil de la vía francesa de modernización burguesa. Por otro lado, si algo no sufrirá ninguna “transformación radical” son las relaciones y formas de explotación de la inmensa mayoría de los oprimidos de la colonia. Cualquier historiador sabe que luego de 1810, aunque jurídicamente se hayan tomado algunas medidas excepcionales, ni la esclavitud, ni la mita o el repartimiento, ni el tributo fueron abolidos completamente. La enorme continuidad en las relaciones de explotación será una de las características centrales del siglo XIX. Un mercado de trabajo asalariado no se constituirá luego de décadas. En otro plano, como mencionamos antes, con la segunda definición de revolución buscan explicar (lo inexplicable bajo su visión) porque el Estado nación no sólo en Argentina sino en el conjunto de América Latina 3 se constituye muchas décadas después de las independencias, una de las claves explicativas que explican los límites de la revolución de mayo. La constitución del estado nacional argentino fue un largo y complicado proceso justamente por lo que niega RyR. La burguesía tanto agraria como ganadera o minera no tenía una formación similar a la francesa, inglesa, ni siquiera a la norteamericana, sino que la caracterizaba su localismo y su desarrollo subordinado al mercado mundial, lo que impidió que se ubicara como representante de una nación unificada. Durante décadas, una vez roto el lazo colonial, diversas oligarquías y poderes regionales disputarán contra Buenos Aires la renta aduanera y la posibilidad de conformar un poder central. Ni un mercado interno, ni siquiera una moneda unificada son tareas que la burguesía pudo resolver en 1810. RyR no sólo no da cuenta de todas estas décadas de historia, sino que para justificar el “triunfo burgués” en mayo de 1810, menosprecia la influencia del capital inglés y francés en todo el período. Según ellos, los revolucionarios tenían derechos legítimos de apelar a la diplomacia, y nada de ello “impidió el desarrollo posterior del país, todos los gobiernos post 1810 fueron dirigidos por los hacendados, más allá de sus matices. La influencia del capital inglés y francés no implicó que fuésemos “una colonia o semicolonia” 4. Así, las tareas pendientes de 1810 fueron resueltas por los futuros gobiernos, “en especial quienes pueden entenderse como los mejores herederos del legado revolucionario: Rivadavia y Rosas”. RyR ubica a un representante del mito liberal y otro del revisionista, bajo los cuales la futura nación que emergía se fue subordinando al capital extranjero, como los continuadores directos de la revolución de mayo y baluartes de la independencia nacional. No vamos a repetir aquí los datos y los acontecimientos que demuestran la subordinación temprana de la oligarquía criolla al capital mundial 5, la mayoría son conocidos por todos. Ni Mitre ni Puiggrós llegaron tan lejos. Negar la gravitación del capital inglés es una verdadera impostura histórica. 3 Ya Aricó planteo una cuestión nodal para pensar (a nivel general) la formación de los Estados nacionales latinoamericanos. Por un lado, que si bien la constitución de estados es un fenómeno histórico que caracterizó el siglo XIX, no se puede pensar la misma dinámica procesal para Europa que para Latinoamérica. Por otro, que a diferencia de Europa las “naciones” no anteceden a los Estados, sino que son una construcción posterior, en este sentido afirma que luego de las independencias “la construcción “nacional” tendió a ser durante un largo período un hecho puramente estatal, protagonizado por minorías defensoras de intereses sectoriales y sin voluntad nacional, y caracterizado por la ilustrativa continuidad de las delimitaciones territoriales coloniales en los nuevos estados independientes”. Aricó, José. Marx y América Latina. Perú, Centro de Estudios para la Participación y el Desarrollo: 1980, página 103 4 Harari, Fabián. “Por un Bicentenario Rojo. El sentido de la Revolución de Mayo hoy” en El Aromo N° 54 5 Ver: Castillo, Christian, “De la dominación colonial a la subordinación al imperialismo. La Argentina capitalista “celebra” sus doscientos años”. Cuadernos de La Verdad Obrera, Mayo 2010. 2 Finalmente, con respecto a uno de los temas más importantes y polémicos alrededor de la revolución de mayo, el jacobinismo, RyR muestra una profunda confusión. Para ellos, el Cuerpo de Patricios, “el partido de la revolución” dirigirá diversas alianzas sociales constituyendo un fenómeno similar a los sans-coulottes6. Debemos decir que la búsqueda de “glorias” en su burguesía les impide negar una de las centrales contradicciones de la época. Las clases dominantes criollas mirarán con horror el “momento jacobino” de la revolución francesa. Es que la revolución antiesclavista en Haití mostró a ojos de éstas la posibilidad de un levantamiento social que cuestionaría su poder. A partir de 1804 son recurrentes las “conspiraciones de esclavos”, sólo para tener una dimensión de la cuestión, en la Buenos Aires de entonces el 30% de la población era negra. Esto explica la ambivalencia constante entre la revolución y el orden de las clases criollas durante estos años, que negó la posibilidad de una alianza social. Esta visión apologética de la burguesía llevará a RyR a plantear una visión sobre la relación entre las clases dominantes y las masas explotadas que ni los liberales se animarían a decir: “¿por qué los indígenas no apoyaron el proceso revolucionario? Porque no se trataba de una sociedad sin clases: la revolución burguesa venía a romper la comunidad indígena, razón por la cual la abolición del tributo dejaba colgados a todos los kurakas (jefes) que lo cobraban. Algunos indígenas que se habían asimilado y procuraban comprar tierras, apoyaron la revolución. Aquellos que defendían formas de sujeción de tipo feudales, como las clases dominantes indígenas, la enfrentaron. El socialismo revolucionario no defiende modos de producción precapitalistas. (…) Cualquier revolución provoca masacres. El problema no es la muerte de seres humanos, sino su sentido histórico. Si la disolución de antiguos modos de producción en forma violenta es una tarea reaccionaria, entonces ninguna revolución representó un avance para la humanidad. (…) Una revolución burguesa no busca el socialismo, sino la instauración del capitalismo. El sujeto de la revolución es la burguesía, no los explotados, que no portan ningún programa histórico superador”7. Lamentablemente, compañeros de RyR, Roca estaría muy de acuerdo con esta definición. 6 de Abril, 2011 6 Harari, Fabrían, Hacendados…, página 316 Mariano Schlez, “Homero, Krusty y la izquierda argentina. Improvisación y conocimiento histórico” en El Aromo N° 55 7 3