Marta y el complejo. La recepcin popular del psicoanlisis en el franquismo. 165 HISTORIAS CON HISTORIA Marta y el complejo. La recepcin popular del Psicoanlisis en el franquismo. Andrs Porcel Torrens. Psiquiatra. Departamento de Salud 10. Consellera de Sanitat. Valencia. [email protected] al cine o la historieta o las obras de divulga(/%$"9) ":'$ $"!,"1!'.'#;,<"!,",.*+'$'&;,"'"!," Al menos en trminos de magnitud, psicologa Òal alcance de todosÓ y que tan en !" # $%& $'" ()!*)+,!" &-." ./0$/1(,*/2'" 3 !" boga estuvieron hasta entrados los aos sesiglo XX es el surgimiento de la cultura de tenta. No hay que olvidar por otra parte que masas. La extensin de la alfabetizacin por estamos en una industria cultural dirigida al una parte y la aparicin de nuevos medios de consumo y que la respuesta del pblico decomunicacin hicieron posible para una gran cide el xito y modula a su vez las sucesivas parte de la poblacin acceder a una visin del creaciones que se le ofrecen (3). mundo y a un conocimiento hasta entonces al Desde la perspectiva histrica, la alcance solo de reducidas minoras. En este aproximacin a la cultura de masas ofrece proceso, la integracin de la imagen secuen- la oportunidad de estudiar las representaciocial como vehculo de comunicacin jug un nes, valores y actitudes, pautas de conducta y papel determinante (1). Durante los dos pri- noticias tal como fueron difundidas entre el meros tercios del siglo los medios de masas estrato ms amplio de la sociedad (4). por excelencia fueron el cine y la historieta. La historieta consolid su importancia Ambos combinan palabra e imagen, y hacen como medio de masas en la dcada de los de la misma un elemento narrativo ms all aos treinta, si bien fue despus de la guedel papel de mero soporte al discurso litera- rra civil cuando alcanz en nuestro pas su rio jugado hasta ese momento. expansin ms relevante. En una sociedad En los productos de esta nueva cultu- lastrada por un clima de miseria moral y mara se encuentran, junto al discurso explcito, terial, los tebeos constituyeron un medio de vestigios de la tradicin oral, tanto narrativa ocio al abasto de todos los pblicos, conocomo de saberes, amalgamados con la incor- ciendo desde los aos cuarenta a los sesenta poracin de elementos nuevos, fruto de la una gran penetracin social, mucho ms all difusin de conocimientos que llegan de esta del pblico infantil al que tericamente se forma por primera vez a la poblacin gene- dirigan (5). Solo la llegada de la televisin +,!"4567"8!" .9) &,*/.&'"'"!,"./&:!/1(,(/%$" hizo cambiar esta situacin, que ya nunca Ðy hasta cierto punto, la degradacin- son el volvera a ser igual. Las publicaciones se precio a pagar para hacer inteligible un men- acogan a dos formatos fundamentales: los saje cuya complejidad original es necesario cuadernos, pliegos de diez pginas dedicareducir para hacerlo accesible a un pblico dos a una sola narracin, y las revistas, en sin preparacin previa. Valgan de ejemplo cuyas pginas aparecan distintos personajes desde las adaptaciones de clsicos literarios y autores. Respecto a la diferenciacin de Historieta e Historia Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2012; 32 (113), 165-180. doi: 10.4321/S0211-57352012000100012 166 A. Porcel HISTORIAS CON HISTORIA gnero, existi siempre una historieta diri0/3," .: (;1(,& $* " ,!" :=>!/('" # & $/$'7" Los tebeos Òde chicasÓ ofrecan una narrativa edulcorada, prxima a la tradicin de los cuentos de hadas, o una visin sublimada de las relaciones sentimentales, insertas en un modo de vida burgus idealizado, bastante ms brillante que el vivido diariamente por sus lectoras (6). Frente al dramatismo de las historietas de aventuras, las producciones cmicas mantuvieron una mayor proximidad al mundo real del lector, ofreciendo un testimonio ms directo de la sociedad que les vio nacer (7). Florita fue la revista femenina ms popular de los aos cincuenta. Editada en Barcelona por Cliper, apareci en mayo de 1949 y se prolong hasta entrado 1961, llegando a los 590 ttulos. Las revistas de Germn Plaza se caracterizaron por su elevada calidad formal, contando con un plantel de profesionales de los ms prestigiosos de su ?:'(,7"@,"A/.*'+/ *,"9) "+ :+'3)(/&'.",!"1nal, Marta y el complejo, es obra de Miguel Ripoll Guayadol, colaborador habitual de Plaza, dibujante de estilo muy personal y B( ! $* "('$'( 3'+"3 !"! $0),C "0+-1('7"8!" 0)/'$/.*,"1+&,"('$" !". )3%$/&'"3 "D,&E<"E" $'"A,E"3,*'."9) ": +&/*,$"/3 $*/1(,+! 7"F'labor con Ripoll en otras series del mismo semanario, como Elvirita (8). Al contrario que sta, Marta no es un personaje importante en la revista, y sus apariciones fueron espordicas. La historieta, de cuatro pginas, apareci en dos partes en los nmeros 160 y 161 de Florita, aproximadamente en 1952 (9,10). No podemos ofrecer una fecha exacta, pues lo habitual en los tebeos era que no constara la fecha de publicacin. No cabe esperar en un tebeo formulaciones explcitas de conceptos mdicos o psicolgicos. No hay pretensin didctica, ni siquiera testimonial directa, sino de simple divertimento. Sin embargo, una lectura que atienda a los aspectos implcitos, literarios E"0+-1('.<"3 C,",!"3 .()>/ +*'" !">,0,C "9) " los autores arrastran al plasmar en narracin sus visiones del mundo, en ltimo trmino compartidas con un pblico que forma parte de su misma esfera social (11). A pesar de su brevedad, esta historieta constituye una muestra de gran inters para acercarse a la visin popular del psicoanlisis, a la difusin de las ideas sobre ste, a las representaciones vinculadas a su prctica y las actitudes frente la misma. La recepcin espaola del psicoanlisis hasta 1952 La primera aparicin pblica del psicoanlisis en Espaa lleg en fecha tan temprana como 1893, con la publicacin en la Revista de Ciencias Mdicas de Barcelona del artculo ÒMecanismo psquico de los fenmenos histricosÓ, traduccin del que Breuer y Freud haban publicado tan solo un mes antes en alemn (12). Sin embargo, tal precocidad no se sigui de una corriente posterior de publicaciones, de manera que hasta 1908 se registran tan solo cuatro trabajos ms, diseminados en la prensa mdica. Es en !,". 0)$3,"3?(,3,"3 !"./0!'"(),$3'". ": +1lan ya las primeras polmicas en torno a unas ideas que exigen en la mayora de ocasiones la lectura directa de los textos sin traduccin al espaol. Dos psiquiatras, Valle y Albalade y Fernndez Sanz, son en esta etapa los representantes principales de las posturas de aceptacin y de crtica ante el psicoanlisis, a travs de sus colaboraciones en prensa es: (/,!/G,3,"4HI67"J +-",!"1$,!"3 "!,"3?(,3,"E" sobre todo en los aos veinte cuando la difusin se har generalizada, culminando con la edicin en 1922 del primer volumen de las obras completas de Freud, editadas por Marta y el complejo. La recepcin popular del psicoanlisis en el franquismo. 167 HISTORIAS CON HISTORIA Biblioteca Nueva, con traduccin de Lpez Ballesteros y prlogo de Ortega y Gasset. La primera edicin, de diecisiete volmenes, se prolongara hasta 1934 (14). En las revistas mdicas y las de la especialidad, las alusiones al psicoanlisis tienen una presencia creciente, en forma de reseas, traducciones y trabajos originales, en los que participan 10)+,."3 .*,(,3,."3 "!,":./9)/,*+;,<"9) "2,$" tomando parte en un acercamiento no exento de polmica. Csar Juarros, Rodrguez Lafora, Sanchs Bans o Sacristn dirigen progresiva atencin hacia las teoras freudianas, si bien en ningn caso las adoptan como paradigma teraputico. El mismo ao 1922 Mira i Lpez introduce una leccin sobre ÒLa repressi, lÕinconscient i el psicanlisiÓ en el curso de Psicologa Mdica que dirige en la Academia de Ciencias Mdicas de Catalua (13). A pesar de todo, cuando se examinan los repertorios especializados, se comprueba que la presencia del psicoanlisis en la literatura psiquitrica espaola estuvo siempre lejos de ocupar un puesto principal (15). En estos aos se asiste a la progresiva incorporacin de las ideas psicoanalticas al 3/.()+.'":./9)/-*+/('"E")$,"(/ +*,"/3 $*/1(,cin de las posturas a favor o en contra de las mismas con posiciones ideolgicas e incluso polticas que van ms all de una interpretacin aspticamente profesional de los textos. En este sentido, los puntos fundamentales de friccin son la incompatibilidad de las teoras freudianas con la ortodoxia catlica y el relieve dado a la sexualidad en la etiologa de las neurosis. Estas cuestiones seguirn operantes durante aos y marcarn, de forma ms o menos matizada, la difusin del psicoanlisis en la etapa posterior a la guerra civil (16). En cuanto a la prctica, algunos mdicos incorporaron aportaciones del anlisis, con especial inters en la tcnica de las asociaciones libres, siempre tras la idea de detectar !,."+,;( ."3 !"('$K/(*'"'()!*'"*+,." !".;$*'&," neurtico. De nuevo son Sanchs Bans, Sacristn, Lafora y Mira i Lpez quienes asumen este mtodo, interesndose tambin en la interpretacin de los sueos y el anlisis de actos fallidos (13). Sin embargo, ningn profesional espaol completar una teraputica ortodoxa hasta que el bilbano Angel Garma regrese de Berln, donde desde 1925 a 1931 . "A,"#'+&,3'" .: (;1(,& $* " $" !"L$.*/*)*'" Psicoanaltico. Su retorno a Espaa se sigui de una intensa produccin que culmin en 1936 con la publicacin de su libro El Psicoanlisis. La neurosis y la sociedad, editado precisamente a travs de la revista Archivos de Neurobiologa. Su actividad suscit el acercamiento de jvenes profesionales a su 10)+,<": +'"!,"0) ++,"(/2/!"E" !" B/!/'"3 "M,+ma en 1936 truncaron el desarrollo de un grupo formalizado de psicoanalistas en Espaa, que no llegara hasta dcadas despus (17). En paralelo a esta difusin del psicoanlisis entre los profesionales, hay una extensin del mismo al mundo de la cultura, que involucra no solo a mdicos no psiquiatras Ðel ejemplo ms conocido es el de Maran- sino a intelectuales y a un pblico ms amplio, cuyo inters se acrecienta en torno a los temas sexuales o a la interpretacin de los sueos y el acceso a un universo mental inconsciente. En 1911, Ortega y Gasset publica el artculo Psicoanlisis: una ciencia problemtica, abriendo as el camino a una divulgacin que aprovecharn Rodrguez Lafora o J M Sacristn publicando trabajos divulgativos en las pginas del diario El Sol durante la dcada de los veinte. Psiquiatras ms o menos cercanos al psicoanlisis publican en colecciones de libros ensayos dirigidos a un pblico general (18,19) y las ideas analticas penetran as en centros acadmicos, tertulias, conferencias, encontrando quien las interprete entre psiclogos, pedagogos o juristas (13). Los aos de la Segunda Repblica coinciden con un cierto auge de la edicin 168 A. Porcel HISTORIAS CON HISTORIA de textos espaoles y extranjeros en torno a la doctrina psicoanaltica, a menudo en colecciones dirigidas a un pblico culto, pero $'" .: (;1(,& $* " :+'# ./'$,!7" 8$" HNIO" !" editor Luis Miracle lanza su coleccin Biblioteca de Psicoanlisis y Caracterologa, que dirige el psiquiatra cataln Ramn Sarr Burbano, y que se inaugura con dos obras de Adler y de Jung. Interesado en convertirse en psicoanalista, Sarr haba contactado con Freud y viaj a Viena en 1924. Se encomend a Helene Deustch su anlisis didctico, y particip en el crculo ms prximo al fundador de la escuela. Sin embargo, la experiencia no fue satisfactoria y volvi a Barcelona en 1927 antes de dar por concluido su anlisis. Se senta decepcionado por la desconexin de los analistas con la psiquiatra ortodoxa, por su falta de atencin a los enfermos ms gra2 ." "/$(!).'":'+" !"/$.)1(/ $* ">,0,C "(!;$/co de Freud (20). La experiencia determin su postura posterior: an respetando el papel de Freud como pionero y el valor general de la doctrina, rechaz el enfoque del psicoanlisis en los instintos y su bsqueda de las causas de enfermedad en las vivencias infantiles ms remotas, su determinismo en la formacin de la personalidad, el excesivo nfasis dado a la sexualidad y las generalizaciones arbitrarias. Sarr aspir a una psicoterapia basada en la fenomenologa y la antropologa existencialista (21). No es por lo tanto extrao que la primera obra de autor espaol que apareci en la coleccin que diriga llevara el expresivo ttulo de Lo vivo y lo muerto del psicoanlisis<" 9) " 1+&,>," P),$" P'.?" @%: G" Ibor, entonces catedrtico de Medicina Legal en Valencia. Pensionado por la Diputacin Provincial de Valencia, haba viajado a Munich, donde asisti a las clases de O. Bumke (22). El autor exhibe un buen conocimiento del psicoanlisis, frente al que adopta una postura parecida a la de Sarr. Tambin L- pez Ibor reconoce su valor, pero igualmente juzga excesivas la teora sexual freudiana y sus concepciones sobre la cultura. No acepta la interpretacin simblica de los sueos, el complejo de Edipo ni el mecanicismo de la estructura dinmica de la mente. Para l, como para el propio Sarr, lo vivo del psicoanlisis es su relieve puesto en el discurso del neurtico y la posibilidad que ofrece de elaborar una psicoterapia que lo supere a par*/+"3 ".).":+':/,."/$.)1(/ $(/,.<"('$" !",( $*'" :) .*'" $" !," ,$*+':'!'0;," 1!'.%1(," E" $" !," fenomenologa (13). Tras la guerra civil espaola el panorama de la psiquiatra cambi dramticamente. Muchos de los personajes ms relevantes se exilaron ÐRodrguez Lafora, Mira i Lpez, çngel Garma- y muchos ms ÐSacristn, Bartolom Llopis- quedaron en un silencio impuesto por las represalias y por el miedo 45I67"8!"/&:)!.'"(/ $*;1('" "/$* ! (*),!"3 "!,." dcadas anteriores desapareci entre las carencias materiales y una ideologa de rgido tradicionalismo que no admita discrepancia. @,",(*/*)3"'1(/,!",$* " !":./(',$-!/./." $"!'." primeros aos cuarenta parte de los supuestos crticos ms duros, interpretndolo a menudo como un producto semtico y decadente, contrario a una concepcin catlica de la vida y al alma del espaol. Junto a especulaciones existenciales y metafsicas, el enfoque biolgico fue el paradigma incontestable de la psiquiatra de posguerra (24). En aos posteriores, y a tenor de la derrota del fascismo en Europa, las posturas fueron hacindose menos speras. Junto a Antonio Vallejo-Ngera, Sarr y Lpez Ibor #) +'$"!,."10)+,."&-."10)+,."/&:'+*,$* ." $" el nuevo rgimen. Bien situados acadmica y polticamente Ðel tercero fue Consejero nacional de FET y de las JONS en 1939- encabezaron los intentos de reconstruir una labor psiquitrica slida que superase los peores tiempos de la posguerra. Marta y el complejo. La recepcin popular del psicoanlisis en el franquismo. 169 HISTORIAS CON HISTORIA En 1948 Biblioteca Nueva reedit en dos volmenes las Obras Completas de Freud. El propio precio al que salieron li&/*,>," !'" .)1(/ $* " !" ,(( .'" ," !'." !/>+'.7" El prlogo anterior de Ortega y Gasset se sustituy por otro de Jos Germain, en que se cuid bien de insistir en la conciliacin de psicoanlisis y catolicismo, invocando la 10)+," 3 !" :./9)/,*+," #+,$(/.(,$'" Q0'.*/$'" Gemelli (14). Esta insistencia en subrayar la compatibilidad con la religin acompaar a todas las apariciones del psicoanlisis en la escena cultural espaola en esos aos, especialmente cuando se dirige a un pblico no profesional (21). En las dcadas de los cincuenta a los . * $*,<"!,":'.*)+,"3 "!,":./9)/,*+;,"'1(/,!",$* " el psicoanlisis fue la de una cierta tolerancia crtica, insistiendo tanto en el reconocimiento de sus aportaciones como en sus limitacio$ .<"3 .3 ")$":)$*'"3 "2/.*,"*,$*'"1!'.%1('" como en cuanto prctica teraputica. Lpez Ibor mantuvo sus reservas expresadas ya an* ."3 !"('$K/(*'7"J)"!/>+'"3 "HNIR". "+ 3/*%<" con ligeras variaciones, en 1951, esta vez con el ttulo de La agona del psicoanlisis. En una coleccin de amplia difusin -Austral, de Espasa Calpe- conoci reimpresiones hasta 1981 (22). En 1975 volvi sobre el tema en un nuevo libro, Freud y sus ocultos dioses, 3'$3 ". ",&:!/,>,$"E"+ ,1+&,>,$".).":'.*)ras y razonamientos. Ramn Sarr manifest su rechazo de las teoras freudianas, llegando a tildar al psicoanlisis de ÒneosionismoÓ (25) aunque eso no le impidi acercarse a la obra de autores como Jung (26). Mantuvo contactos en Barcelona con los psiquiatras del grupo Erasmo, pioneros en la recuperacin de la prctica analtica desde 1947, integrando a mdicos como J Corominas, Folch Mateu y Jesusa Pertejo en los cursillos organizados en 1950 desde el Dispensario de Higiene Mental. En 1955 abogaba por la aproximacin de la universidad al psicoanlisis (13), y en 1958 invit a Jacques Lacan al IV Congreso Internacional de Psicoterapia, repitiendo el contacto en 1972 (20). Desde Madrid, los psiquiatras Ramn del Portillo y Jernimo Molina viajaron a Berln en 1949 para analizarse, iniciando despus su propia prctica. De acuerdo con la Asociacin Psicoanaltica Alemana, la analista Margarita Steinbach se traslad a la (,:/*,!"3 "8.:,S," $"HNOT<","1$"3 "/$* $*,+" establecer una formacin reglada que facilitase la consolidacin de una escuela de psicoanalistas espaoles. A pesar de su temprano fallecimiento, en 1954, su trabajo tuvo continuidad y ese mismo ao el Ministerio de la Gobernacin reconoci a la Asociacin Psicoanaltica Espaola, que se integr posteriormente con el grupo cataln, dando lugar en 1959 a la Sociedad Luso Espaola de Psicoanlisis. En 1967, despus de la escisin del grupo portugus, la Sociedad Espaola de Psicoanlisis era reconocida por la Asociacin Psicoanaltica Internacional (13). Con todo, hasta entrada la dcada de los setenta, el peso de la actividad psicoanaltica en la psiquiatra espaola fue modesto. Probablemente bastante menor que su propia representacin social. En la cultura popular, !,"#)$(/%$"3 !":./9)/,*+,". "./0) "/3 $*/1(,$do habitualmente con la interpretacin de los sueos, el acceso al inconsciente y la bsqueda de los complejos ocultos. Marta y el complejo: el psicoanalisis en un tebeo La inclusin en el mismo ttulo de la historieta del trmino complejo implica una familiaridad asumida por parte del lector. Para el Diccionario de la Real Academia, complejo es el ÒConjunto de ideas, emociones y tendencias generalmente reprimidas y 170 A. Porcel HISTORIAS CON HISTORIA asociadas a experiencias del sujeto, que per*)+>,$".)"('&:'+*,&/ $*'U"45V6<"./0$/1(,3'" no muy alejado del recogido en el diccionario de psicoanlisis de Roudinesco, donde se .: (/1(,"9) ". "*+,*,"3 ")$"W*?+&/$'"(+ ,do por el psiquiatra alemn Theodor Ziehen (1862-1950), y utilizado esencialmente por Carl Gustav Jung, para designar fragmentos de personalidad desprendidos, o grupos de contenido psquico separados del consciente, que tienen un funcionamiento autnomo en el inconsciente. Desde all pueden ejercer inK) $(/,".'>+ " !"('$.(/ $* U"45X67"8$"Y+ )3<" esta terminologa se asocia nicamente al complejo de Edipo y al complejo de castracin. Sin embargo, es una palabra que se introdujo profundamente en el lenguaje coloquial, y que se populariz precisamente en la dcada de los cuarenta, como resea Carmen Martn Gaite: ÒPor los aos cuarenta, cuando nadie entre las personas que yo conoca haba ledo a Freud ni se haba banalizado el psicoanlisis, empez sin embargo a circular como moneda corriente una expresin que aluda globalmente a todas las torturas incomprensibles del alma: Òtener complejosÓ. La complejidad, como la rareza, no eran bien recibidas en una sociedad que pretenda zanjar todos los problemas tortuosos y escamotear todas las ruinas bajo un cdigo de normas entusiastas. El psicoanlisis, donde se prestaba atencin a todo aquel Ògalimatas de los complejosÓ, era algo extravagante que se comentaba con desdn, como el existencialismo y dems frivolidades decadentes que se gestaban en ParsÓ (29). " 8!" ./0$/1(,3'" A,>/*),!" ." !" 3 " )$," idea que el sujeto tiene de s, que conlleva un sentimiento de inferioridad que le condiciona. As se entiende que se hable de complejo de inferioridad, de personas acomplejadas, o 3 !"('&:! C'"9) ":) 3 $"(,).,+"3?1(/*"('&'" tener la talla baja o usar gafas. Hay ejemplos de todo ello en los propios tebeos (30). No deja de ser curioso que este nfasis en el sentimiento de inferioridad tenga ms que ver con Adler que con Jung. El autor viens fue traducido tempranamente al espaol, en ediciones dirigidas al pblico general (31), como lo fue tambin Oliver Brachfeld, muy ledo tambin en los aos de posguerra, por su obra titulada precisamente Los sentimientos de inferioridad (32). En la actualidad el trmino parece haber reducido su uso, a favor quiz de la alusin a la Òbaja autoestimaÓ que omos casi a diario en la consulta. El problema que preocupa a nuestra protagonista est relacionado con el sueo, y con la reiteracin de pesadillas. Esta situacin deja un estigma fsico apreciable, que su amigo advierte. En busca de una solucin a esta circunstancia se plantea la necesidad de un especialista y se entiende de manera indudable que ha de ser el psiquiatra. Los sueos, pues, son dominio de la psiquiatra. El mayor xito entre las ediciones espaolas de Freud haba correspondido a la Psicopatologa de la Vida Cotidiana y a La Interpretacin de los Sueos, y ya en la dcada de los veinte Òla interpretacin de actos fallidos se haba convertido en un divertido juego de saln y en un fcil recurso literarioÓ (13). A la difusin de esta idea en nuestro pas haba contribuido decisivamente la edicin de libros de divulgacin sobre el psicoanlisis (33,34) en los aos anteriores a la guerra. Durante el franquismo se importaron con relativa frecuenta ediciones argentinas de autores posteriores a Freud (13). El tema #) " + K C-$3'. " *,&>/?$" $" '>+,." !/* +,+/,." de cierta popularidad, como La Sinrazn, de Snchez Mejas (1928), Las Adelfas, de los hermanos Machado (1928) o La Tnica de Neso, de Juan Jos Domenchina (1929) (35). Ms all de esta literatura culta, las alusiones a trminos o ideas del psicoanlisis llegaron a la literatura popular desde los aos treinta. En las novelas baratas de gnero romntico Marta y el complejo. La recepcin popular del psicoanlisis en el franquismo. 171 HISTORIAS CON HISTORIA o policaco, de enorme difusin, no es raro encontrar referencias al subconsciente, al ./0$/1(,3'"3 ",(*'."#,!!/3'."'","!'."('&:! jos ocultos que determinan los actos de los personajes. En 1949, el escritor cataln Jaume Ministral Maci inici la publicacin de una serie de seis novelas detectivescas protagonizadas por el psicoanalista holands Ludwig Van Zigman, que se sirve de las tcnicas freudianas de exploracin de la mente para /3 $*/1(,+","!'."()!:,>! ."3 !"3 !/*'7"@,."$'velas de Ministral se publicaron en la Biblioteca Oro de la Editorial Molino, la coleccin ms importante de novela popular en la posguerra (36). En mayor grado hay que inter:+ *,+"!,"/$K) $(/,"3 "!,":+ $.,"ZA &'."2/.*'" como desde fechas tempranas diarios como El Sol abrieron paso a reseas y trabajos con alusiones analticas- y por encima de todo la del cine, donde en ttulos como Recuerda, de Hichtcock, estrenada en 1945, las secuencias onricas y su interpretacin tienen un papel principal (37). Tres aos despus, Nido de vboras, de Anatole Litvak, que cont con seis nominaciones a los Oscar, basaba su argumento en la interpretacin analtica de un sentimiento de culpa inconsciente. La protagonista obtena su curacin con este mtodo, frente a las alternativas del tratamiento manicomial, presentadas como brutales (38). Cuando nuestra herona obtiene una referencia del profesional se explicita una ac*/*)3" 3 " ,>.'!)*," ('$1,$G,7"[,!" . $*/&/ $*'" sin embargo empieza a tambalearse cuando en la siguiente secuencia Marta contacta con l. Su caracterizacin es muy expresiva. En primer lugar, su apellido, de resonancias claramente centroeuropeas, abona la idea de la procedencia fornea de su ciencia. El entorno asistencial es la consulta privada, el mbito de actuacin por excelencia de los mdicos que aparecen en la historieta. Su atuendo, con una camisa de pijama blanco, le retrata inequvocamente como tal mdico. Sin embargo, su aspecto fsico no es nada convencional: de rasgos primitivos, el cabello descuidado, el gesto enrgico, la mirada inquisitiva y la barba puntiaguda le dan un aire dionisaco, muy alejado del arquetipo sereno y formal que se espera en la representacin habitual del mdico (39). Sus gestos exagerados y su grandiosidad al hablar de s mismo refuerzan la impresin de excentricidad e inadecuacin que transmite. Ello no obsta para que en la primera entrevista la paciente adopte una actitud de asombrada credulidad, bien subrayada por el dibujante. Hay varias alusiones en el mtodo de trabajo que remiten sin duda al psicoanlisis: el divn, la necesidad de Òabrir las puertas 3 !" .)>('$.(/ $* U" E" !," /3 $*/1(,(/%$" 3 !" problema a travs del relato de los sueos. En !":!,$'"/('$'0+-1('"!,":'.*)+,"3 !",$,!/.*,<" inclinado casi agresivamente sobre la cabeza de la paciente, transmite la intencin de penetrar en su mente. La presencia en el decorado de la consulta de un cuadro con un gran ojo no hace ms que subrayar esta pretendida clarividencia. Aunque presentadas de forma grotesca, es evidente que se supone en el pblico un cierto conocimiento de estas ideas. Para que todo esto resulte inteligible en escasas vietas hace falta un grado de familiaridad avanzado, nicamente posible cuando estas representaciones se han reiterado con anterioridad, en este o en otros medios de comunicacin de masas. Poco despus de haber hablado Mar*,<" !" :./9)/,*+," A,!!," ./$" 3/1()!*,3" !," $,*)raleza de su problema. Entre exclamaciones & 0,!'&,$;,(,.<"/3 $*/1(,"('&'"W*;:/('"3 " su generacinÓ el que Òla psicosis de guerra ha despertado los instintos brbaros y primitivos en el ser humanoÓ, empleando as una C +0," .: (;1(,& $* ":+'# ./'$,!<"3'$3 "!'." Òinstintos liberadosÓ tienen una vez ms resonancias de races freudianas. Despus, y esta es la clave de la historieta, hace explcito 172 A. Porcel HISTORIAS CON HISTORIA el ncleo del acto teraputico: descubre en la paciente el complejo que causa los sntomas, y la libera del mismo exteriorizndolo. La 1$,!/3,3" 3 " !," 2/./*," A," 9) 3,3'" ,.;" B:!/cada. Cuando, ante el estupor de la paciente, el mdico le presente su hallazgo, le insistir en que Òhoy en da todo el mundo tiene su complejoÓ, reforzando as el sentido mismo de su actividad profesional. Otra cosa, como se ver al progresar la narracin, sern los resultados. El descubrimiento del complejo como piedra angular del trabajo psicoanaltico es una idea reiterada en la asimilacin espaola de la doctrina. Carles et al explicitan bien esta /3 ,"(),$3'". "+ 1 + $","!,."3/.()./'$ ." $" la comunidad psiquitrica en los aos veinte: ÒOtra caracterstica de la `prctica psicoanaltica« espaola, al valorarlo exclusivamente como un mtodo de investigacin del incons(/ $* <" ."9) ".)"1$,!/3,3":+/&'+3/,!". +-"!," de hallar los complejos reprimidos causantes (primaria o accesoriamente) de la enfermedad, mientras que los acontecimientos que tiene lugar en esa bsqueda: resistencia y transferencia, sern descuidadosÉ el sujetoÉ queda relegado al papel de intermediario entre su inconsciente y el mdicoÓ (13). El propio Rodrguez Lafora se expresa en trminos muy similares en su utilizacin del mtodo de las asociaciones libres para poner Òal psicoanalista sobre la pista del complejo causante de la psiconeurosisÓ (13). " @,"+ :+ . $*,(/%$"0+-1(,"3 !"('&:! C'<"&)E"('$. 0)/3,<" .*-"3/+/0/3,","/3 $*/1carlo como producto de las partes ms primitivas del ser. Presentado con los rasgos de un caverncola, de expresin estpida, todo en l transmite tosquedad. Bien claro queda sin embargo que se trata de una parte de Marta, una parte que, a pesar de serle desconocida hasta que la accin liberadora del psiquiatra la extrae del subconsciente, es inseparable de ella y ha de acompaarla donde vaya. En las pginas siguientes asistimos al choque del complejo con normas y convenciones, y al espanto que causa en los parientes y amigos de la enferma. Sin inhibiciones, el ser originario no duda en piropear a la amiga de Marta, en besar a su padre o en agarrar a una de las muchachas del guateque mientras se muestra alegremente destructor. El hogar burgus de la protagonista, sintetizado en la imagen de ese padre enfundado en su batn, queda aterrado ante esa exhibicin de instintos que se antoja monstruosa, exigiendo de la herona su desaparicin. Sin excesivo riesgo de sobreinterpretar, parece que asistamos a la necesidad de la represin ante las exigencias del principio de realidad frente a las pulsiones de un ello liberado. Tal sntesis obliga a insistir en la penetracin de las ideas bsicas del psicoanlisis entre capas de la poblacin mucho ms amplias que aquellas que pudieron interesarse por la psicologa a travs de textos acadmicos. Al iniciarse la ltima parte de la historieta, Marta ha pasado de la fe ciega en la ciencia del psiquiatra a una hostilidad que dar lugar al escepticismo y a la crtica. Al inicio de su segunda visita al mdico, todava confa en que ste sea capaz de librarla de los problemas desatados por la exteriorizacin de su complejo. Para su sorpresa, se encuentra con que el terapeuta exhibe una insania mental evidente, con actos absurdos E"3 .:+'2/.*'."3 ". $*/3'7"8$" !":!,$'"0+-1co se representan las imgenes populares de la locura como prdida de la lgica y de la contencin, al empuar el mdico una escoba, con una pantalla de lmpara como sombrero, mientras entona canciones infantiles. Los lectores nos hemos preparado para este desenlace mientras comprobbamos los desastres desencadenados por lo que se expuso inicialmente como un procedimiento de curacin. La conclusin de la protagonista es rotunda: si el discurso del psiquiatra no tiene sentido, sus deducciones y su descubrimiento son tan irreales como el producto de un Marta y el complejo. La recepcin popular del psicoanlisis en el franquismo. 173 HISTORIAS CON HISTORIA delirio. El insomnio de Marta nada tiene pues que ver con subconscientes ni complejos, y .)"+ ,((/%$"1$,!". +-"3 "+ (A,G'" "/$3/0$,cin. Desde su modesto lugar, Marta y el complejo sirve de ilustracin a bastantes de las caractersticas que la recepcin del psicoanlisis tuvo en nuestro pas: el inters primero por su valor como modelo de exploracin de la mente; el esquematismo y la ./&:!/1(,(/%$"3 ".)."&?*'3'.\" !"?$#,./." $" sus propuestas iniciales y el rechazo de sus :+':'./(/'$ ." $)(! ,+ .7" ]'+" 1$<" E" $" ('$cordancia con los aos en que aparece la historieta, una actitud de desprecio que va desde la consideracin de doctrina superada a la de simple despropsito, abandonado en la cuneta de la historia. BIBLIOGRAFêA: (1) Ramrez JA. Medios de masas e historia del arte. Madrid: Ctedra, 1992. (2) Porcel P. Tragados por el abismo. La historieta de aventuras en Espaa. Castalla: Edicions de Ponent, 2010. (3) Eco U. Apocalpticos e integrados. Barcelona: Lumen, 1966. (4) Lpez Piero JM. Los tebeos y la historia. En: AAVV, Historia del Tebeo Valenciano. Valencia: Prensa Valenciana, 1992. (5) Cirici A. La esttica del franquismo. 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