Diabolus in música. Historia de una nota infausta Autor: Carles Guinovart i Rubiella Erase una vez un Do, hace ahora muchos años, en tiempos de la Edad Media, que vivía en un convento. En aquel entonces, vivir en un convento comportaba una actitud sumisa y obediente: la liturgia y sus cantos, la música monódica, la severidad de los dogmas imponían en el canto litúrgico un régimen modal cuyo privilegio jerárquico podía recaer en cualquiera de los sonidos de la escala diatónica. Do era joven todavía y hubo de pasar mucho tiempo antes no hiciera sentir su potencial en la comunidad. El ambiente de perfección conventual en que se desarrolló aquella primera etapa parecía que había de conducirle a una vida contemplativa, de recogimiento, apartado del mundanal ruido. Do, como uno más entre los monjes, no ambicionaba, al principio, un marcado protagonismo, sino más bien aceptaba el más humilde anonimato en su condición de siervo de Dios. Sus frecuencias vibratorias resonaban, así como las de sus hermanos, bajo las bóvedas de los templos románicos. Más tarde, en la época gótica, los cantos empezaron a elevarse progresivamente, mezclados con el olor del incienso, hacia las altas bóvedas, en aquella atracción mística de las nuevas catedrales que, esbeltas y llenas de luz, apuntan al cielo. Él era pues uno más en aquella comunidad de sonidos; el modo Jónico que le representaba no era por cierto de los preferidos. Antes que el Jónico (Do), figuraban el Dórico (Re), el Frigio (Mi), el Lidio (Fa), el Mixolidio (Sol), cada uno de ellos con acentos y características propias, netamente definitorias. El primer modo gregoriano, el Protus (Dórico o modo de Re ya mencionado), había de ser necesariamente ecuánime – tal como un Padre Prior entre los modos – y, por tanto, el más equilibrado: (RE, es el centro dels sistema tonal y su escala absolutamente simétrica). Eran otros tiempos y hay que reconocer que en el medioevo, Do era insignificante. Vamos, que no estaba de moda! La música, en aquellos tiempos, no pretendía ser hedonista, ni se escribía para complacer, sino para estimular la devoción, la introversión, el recogimiento, el espíritu de abnegación. En el canto llano, el canto llamado Gregoriano, había de ser pues elevación de la palabra. Una filosofía eminentemente religiosa no podía sino jugar, en aquella época, con los conceptos opuestos del bien y el mal, de la Luz y la Tinieblas; es así que, maniqueísticamente, los dos sonidos más alejados del sistema diatónico, el Fa y el Si (el primer y último sonido en el Ej. 1 (serie diatónica por quintas) orden de los sostenidos o bemoles) resultan ser sonidos antinómicos, algo negativo, que se interpone a la devoción hacia lo divino. En una palabra, la sucesión de tres tonos consecutivos – sin ningún semitono que viniera a suavizar el giro monódico – fue considerado diabólico. De este modo, el malo de nuestra historia, el “Diabolus in musica” y su personificación 1 www.sonograma.org en el intervalo de cuarta aumentada, es decir el Tritono melódico (el Fa y el Si conectados), quedó marcado, definitivamente, desde este momento de ascetismo severo, por un sentido mefistofélico, opuesto a la perfección divina de la quinta justa. Ej. 2 ( El tritono melódico) Pero al paso del tiempo Do intuye, se da cuenta de que su lugar tal vez no sea necesariamente el seno de la iglesia, sus cantos religiosos y los contrapuntos gobernados por el “Cantus Firmus”. Dispuesto pues a colgar los hábitos i olvidar la sotana se propone entonces, como un nuevo Fausto, conquistar el mundo. Entretanto han pasado muchas cosas: la música hace tiempo que dejó de ser monódica; vivió los entrelazados de la gran polifonía modal hasta llegar a un gran cambio, profundo y revisionista: despertar humanista que se conoce con el nombre de Renacimiento. Esta nueva situación, mucho más mundana, despertará en Do nuevos apetitos, nuevas intuiciones y le inducirá a jugar su baza, íntimanente ligada al nacimiento de la armonía y de la incipiente tonalidad Desde ahora, lo que se estilará no será ya la ondulación melismática de los cantos monacales sino la progresiva implantación del acorde de tres sonidos que propiciará el germen de una nueva era. Y, ahora sí, a través del acorde, un acorde al que se considerará Perfecto, Do empezará a tomar importancia. Ej.3 (el acorde Perfecto Mayor) EL PACTO Pasaron los años, las décadas, las centúrias y un día, ya en el Renacimiento, enconramos a Do, reflexivo, en su gabinete, elucubrando sobre su futuro, planificando cómo alcanzar su ambición, definir su destino y lograr la eterna juventud. Absorto en sus pensamientos, tratando de encontrar en viejos códices, polvorientos tratados e incunables una solución a sus anhelos, invoca, de manera insensata, las fuerzas ocultas y trascendentes del destino. Toma así contacto con el mundo antagónico de la perfección, el más alejado de la 5ª perfecta o divina, el “Tritono” musical, Mefistófeles o “Diabolus in Música”. Diabolus: Oh, mortal, me has invocado! Heme aquí, dispuesto a escucharte. Do: En los modos eclesiásticos me he movido con extrema discreción. Ningun modo importante me representa como nota referencial y estoy tristemente relegado a un modo Jónico de poco reconocimiento. Diabolus: Lo que dices es cierto: intervienes sin demasiados atributos en los 2 www.sonograma.org diferentes modos y tu nota final, como dices, tampoco tiene relevancia. Pero no te apures, yo puedo hacer de ti el gran maestro siempre respetado, Señor indiscutido, el centro del universo musical. Mira…, tengo poderes inmensos, el mayor poder resolutivo entre los intervalos; mis capacidades, abiertament pronunciadas, van directas al objetivo. Ej 4 (resolución armónica semitonal) Yo, abarcando los extremos de las siete notas ordenadas por quintas (Ej.1) he engendrado los semitonos; sin mi no tendríais ni la séptima ni la sensible del acorde de Dominante (Ej 5); Ej 5 (Acorde de 7ª de Dominante, negras el si y el fa) sin mi, no existiría el espíritu dinámico y direccional de la tonalidad: estaríais todavía en el régimen de la pentatonía (Ej. 6). Pobres diablos! Ej 6 (pentafonía y ciclo de 5as) Do: A qué te refieres en realidad? Diabolus A que hemos de hacer un pacto. Yo te daré los laureles y la gloria, serás el rey de la tonalidad (en su expresión más genuína de teclas blancas) y alcanzarás, como tónica que serás, el sentir de todas las épocas, desde antes del Barroco hasta el Expresionismo de la Segunda Escuela de Viena, pasando por los distintos “ismos” históricos hasta bien entrado el siglo XX. Gracias a mi, serás el soberano absoluto del universo tonal y penetrarás en lo más recóndito de la Música, en el arte excelso de los grandes genios. Como representante de todas las tónicas,serás el 3 www.sonograma.org “Rey de la Creación”… Do Y que me pides a cambio? Diabolus No crees que debo pedirte el alma?... Esta alma que vibra en los armónicos de tu Dominante, la constelación de su resonancia natural (Ej.7), y en ellos, el orden sublime de la tonalidad Ej. 7 (armónicos de Sol) Tu ausencia en este cortejo sonoro de Dominante y mi presencia (armónicos 5 y 7/ 7 y 10/ 10 y 14) entre la sensible y la séptima crean un engranaje resolutivo perfecto y nos complementa de modo maravilloso tendiendo semitonalmente hacia ti, que no figuras en este cuadro. Dado este idóneo ensamblaje entre tú y yo en la constitución de la Cadencia, me permito ofrecerte una extensa y larga vida, en tanto que ente tonal de más de cien…,qué digo cien!, docientos …, ten, si te parece, hasta trecientos años!. Pero luego, eso sí, habrás de entregarme, con tu desintegración, toda la Historia de la Música relativamente reciente: Renacimiento, Barroco, Clasicismo, Romanticismo, Impresionismo…, deberás entregarme tu misma esencia y el carácter resolutivo de tu acorde principal. Cuando esto se produzca perderás la Armonía que te había representado y con ella perderás también tus atributos genuínos: ya no serás perfecto!, ni Mayor, ni menor…, serás un simple individuo, como antes, parecido a cualquiera de tus congéneres. Do Diabolus Pero, dices…, pasará mucho tiempo antes de que esto suceda, verdad? (para sí, con actitud reflexiva), Tres cientos años…! Tú, Do, sin estos parciales, sin este cortejo sonoro que te acompaña, no tienes proyección. Tus propios armónicos te enriquecen, te dan vida y te justifican. 4 www.sonograma.org Ej. 8 (armónicos de Do) Qué sería, por ejemplo, del piano – el magno instrumento romántico – sin el envolvente de la resonancia? El principio físico que te alimenta y su fantasmagórico espectro es la base de lo que entendemos por armonía. ¿No ves la relación secreta entre la palabra “armónico” y “armonía”? Es un sortilegio perfecto de la madre naturaleza! Una armonía proyectada, expresión físico matemática, desde Zarlino, de tu propia esencia. El orden artístico que genera esta quintaesencia, alma de la tonalidad hasta llegar a la Segunda Escuela de Viena, es la que vengo a buscar. Do Diabolus Y tú para que la quieres, qué consigues con ello? Vivir de modo exultante esta gran aventura, peripecia embriagadora, aunque también – y no en poca medida – por mi identificación en este espectro del cual formo parte. Ten en cuenta que mi poder casi ilimitado viene, como hemos visto (Ej. 7), de estar situado sobre tu Dominante. (Observa la significación impositiva del término!). Por esta posición estratégica serás un juguete de mi voluntad, pero gracias a mi potestad, que pongo enteramente a tu servicio, te enalteceré, según nuestro pacto, hasta cotas insospechadas. Do Y por el sólo hecho de tenerte a distancia de medio tono, en calidad de “nota sensible”, se alcanza la fórmula mágica? Diabolus Así es; además el Fa, que tiende hacia tu tercera Mi, satisface la resolución de los dos únicos semitonos diatónicos de la escala (Ej. 1, 4, 5 y 6), como nos muestra la cadencia. 5 www.sonograma.org Ej. 9 (Cadencia I- V- I) Esta fórmula universal otorgará tal poder, enriqueciéndose a sí misma, que en su desarrollo y elaboración evocará el genio de Bach, el de Mozart… y creará el milagro de su perfección, un poder que estructurará loas más grandes sinfonías, que jamás se hayan escrito. Un poder, casi ilimitado, mientras reine la tonalidad, macro-sistema musical del cual serás paladín y yo, en realidad, tu obediente impulsor. Do Maldito intervalo!..., tienes poder de convicción! Siento gran escalofrío, un estremecimiento que me cala los huesos y me atraviesa el espíritu más allá de la columna vertebral de los microintervalos resonantes (me rechina más allá del armónico 16!…) Hay que reconocer, sin embargo, que si es así, la propuesta es tentadora! Diabolus (con sorna) -Y cómo crees que debe de ser viniendo de mi, artífice supremo de la seducción.... Do La música por tanto será hedonista, se escuchará con placer, Escudriñando en las entrañas del ser, de la emoción, y yo, gracias a la fórmula cadencial que tú me procuras, gobernaré todos los estilos. Diabolus Lograrás hacer grandes prodigios también en tu propia tonalidad. ¿No es acaso Do Mayor la tonalidad de la “Júpiter” de Mozart, o “la Grande” de Schubert, las obras sin armadura con las que estos demiurgos de la música se depiden de la sinfonía?...o , no es también un sublime Do Mayor la “Arietta” final, con variaciones, la op. 111 con la que el último Beethoven cierra su ciclo de Sonatas para piano? No digas que no es maravilloso, que no sean experiencias excelsas las que vivirás pletóricamente desde el corazón mismo de tu tonalidad! 6 www.sonograma.org Ej. 10 (comienzo de la Arietta de la op. 111 Beethoven) Do Ya veo que insistes y no me dejas opción. Diabolus Mira…, tendrás una existencia tonal, un dominio absoluto, tal como hemos pactado, por lo menos de trecientos años! Digamos, para precisar, que te permito llegar hasta bien entrado el siglo XX, en el momento de desintegración de la tonalidad. Y pongamos como término la ópera “Wozzeck” de Alban Berg, una obra “atonal” aunque no sea todavía “serial”. El asesinato de María a manos de Wozzeck, en el tercer acto, y la “Invención sobre una nota”, precisamente la nota Si que me simboliza, deja al desnudo la substancia musical de la tragedia. El Si fatídico que inunda toda la orquesta en el siguiente interludio, se clava punzante en la sensibilidad del espectador, hace un nudo en la garganta y angustia el alma. Este grito aterrador de la protagonista, que va desde el Si más agudo de la voz (observa, precisamente el Si!), en gran “glissando”, hasta las profundidades del abismo existencial, fondo insondable, ontológico, del ser; este grito, que procede como sabes de mi nota, te resonará a ti, Do, eso sí, por toda la eternidad…, y será tu sentencia, tu infierno, tu castigo. Este crimen teatral, Do, representará también tu muerte (y con ella, la de la tonalidad que simbolizas) y, en definitiva, el final de nuestro compromiso. Do En todo este tiempo los estilos irán cambiando, cada músico hablará su propio lenguaje, cada compositor tendrá su propia expresión. De qué modo intervendremos en este procesoevolutivo? 7 www.sonograma.org Diabolus Te dejaré acceder nuevamente en el seno de la Iglesia, edificar grandes cantatas, pasiones religiosas, réquiems, oficios, cábalas esotéricas… Si en un principio hablábamos de siete notas diatónicas, (recuerdas?), aquellas, por ejemplo, que configuran las teclas blancas del teclado (Ej. 11), aquella escala que tú mismo inaugurabas como primera nota principal y que llamamos escala de Do Ej. 11 (escala de Do mayor) poco a poco iremos introduciendo las teclas negras aportando, con intervalos más tensos, una mayor carga expresiva a través del cromatismo. Desde tu Dominante nos expandiremos, multiplicaremos wagnerianamente mis poderes tritónico-resolutivos, dentro de un exacerbado cromatismo y una “melodía infinita” que pospone sin cesar su asentamiento para manifestar los delirios de Tristán. Deseas otros ideales todavía? Te dejaré intervenir en el destino impoluto y la inocencia de “Parsifal”. La relación entre los sonidos, ya ves, llegará a ser muy intensa y parecerá que vas perdiendo potencia y autoridad, pero mientras yo te avale te mantendrás firme. Do Y cuando llegue Debussy? La Armonía-color, nuevas modalidades, exotismos… Diabolus Será el principio del fin! La modalidad arcaica, aquella incluso de la cual procedías, tomará nueva dimensión; surgirán también otras escalas, ajenas a la presencia de la sensible y, entonces, yo empezaré a abandonarte y devendrá finalmente tu declive. Ahora he de retirarme! 8 www.sonograma.org Entretanto, para empezar, tu ves a ver a nuestros amigos de la “camerata florentina”, al conde Bardi y sus amigos, abriéndonos paso en el nuevo mundo de la ópera. Luego, ves a visitar a Monteverdi para continuar nuestro periplo. Ya verás cuantas aventuras y vicisitudes nos esperan…! Do Sea, pues! …Y la sombra funesta se esfumó en la tiniebla… &&&&&&&&& Cerrado el círculo, Do, fuera ya de la tonalidad, volverá al anonimato: será una nota más entre muchas otras. La Escuela de Viena en primer lugar y luego el serialismo le habrán desposeído de todo protagonismo. Tal como se ha dicho ya en otras ocasiones, el socialismo o, incluso, el comunismo entre los sonidos le habrán arrebatado, a él, “príncipe de la gran época de la tonalidad”, toda jerarquía. Volviendo a los comienzos Do tendrá hora menos importancia que en laera modal (es parte de su castigo), pero habrá disfrutado una vida envidiablemente intensa. Sí, es verdad, los armónicos que le impulsaron (esa expansión física de la resonancia sonora) aún seguirán funcionando, pero de manera más universal y en otro contexto. Hasta llegará a surgir, en atención a ellos, una música espectral, eminentemente especulativa sobre las cualidades del timbre, que llegará a visualizar y manipular con aparatos electroacústicos…, pero la ilusión de perennidad de Do, su ideal constructivo basado en la Cadencia Perfecta, de acuerdo con el tritono armónico que dio lugar a toda una era gloriosa, auténtica Edad de Oro de la música, se habrá extinguido para siempre. Carles Guinovart i Rubiella Divertimento literario-musical, dedicado a Joan Guinjoan, miembro ilustrísimo de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, en reconocimiento por la gran labor que en pro de la música contemporánea realizó con el grupo “Diabolus in musica” que él tantas veces dirigió. 9 www.sonograma.org