RELACIONES ENTRE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL, LA

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RELACIONES ENTRE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL, LA
PERSONALIDAD Y EL CANSANCIO EMOCIONAL EN ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS.
(Relationships between emotional intelligence, personality, and emotional exhaustion in university
students.)
Francisco Ramos*; Consuelo Morán**; Miguel Pérez*; Dionisio Manga**.
* Universidad de Salamanca
** Universidad de Leon
PALABRAS CLAVE: Inteligencia emocional, Estudiantes universitarios, Cansancio emocional,
PANAS, NEO PI-R.
KEYWORDS: Emotional intelligence, University students, Emotional exhaustion, PANAS, NEO
PI-R.
RESUMEN:
En este estudio hemos investigado la asociación de la inteligencia emocional y de la personalidad
con el cansancio emocional. Los 120 estudiantes universitarios de la muestra contestaron a una
serie de cuestionarios sobre inteligencia emocional, afecto positivo y negativo (PANAS), cansancio
emocional y facetas de personalidad (NEO-PI-R). Se realizaron diversos análisis estadísticos,
como correlaciones, análisis de varianza y de regresión múltiple. Los resultados mostraron que,
mientras la inteligencia emocional se relacionaba negativamente con el cansancio emocional de los
estudiantes, era el afecto negativo la variable positivamente relacionada con ese cansancio.
Mediante la regresión múltiple se comprobó que el afecto negativo, la baja inteligencia emocional y
una faceta de la personalidad del factor responsabilidad explicaron el 43% de la varianza de
cansancio emocional, siendo afecto negativo e inteligencia emocional los más fuertes predictores
de cansancio emocional en los estudiantes. Se necesita más investigación sobre los instrumentos
de evaluación, tanto del afecto negativo como de la inteligencia emocional, con el fin de avanzar
más en el conocimiento del burnout causado por los estudios universitarios.
Abstract
The purpose of this study was to examine the association of emotional intelligence and personality
with emotional exhaustion. Participants were university students (N = 120) who completed
8º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2007. Psiquiatria.com
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questionnaires assessing emotional intelligence, positive and negative affect, emotional exhaustion,
and personality facets (NEO PI-R). Self-report data were subject to several statistical analyses:
Pearson correlations, analyses of variance, and multiple regression analysis were carried out.
Results suggested that negative affect, both general and present, were positively related to
emotional exhaustion among students, whereas the emotional intelligence was negatively
associated with exhaustion. The multiple regression analysis showed that negative affect, emotional
intelligence (negative measures), and a facet of conscientiousness explained the 43% of variance in
the emotional exhaustion scale. The negative affect and emotional intelligence were stronger
predictors of the emotional exhaustion, together with a facet of conscientiousness. Further
improvements are required in the assessment of negative affect and emotional intelligence to better
understand this specific students' burnout.
Introducción
Como síntoma y principal componente del burnout, el cansancio emocional es la respuesta más
destacada a los estímulos estresantes del ambiente ocupacional y es, por ello, la primera etapa del
proceso del burnout [1]. El cansancio no es algo de lo que simplemente se tiene experiencia, sino
que más bien es el que provoca en uno mismo reacciones de distanciamiento emocional y
cognitivo respecto al propio trabajo, presumiblemente como un modo de afrontar su sobrecarga [2].
El cansancio o desgaste emocional representa la respuesta básica al estrés y, merced a su
carácter emocional, ofrece una perspectiva más rica al estudio de su afrontamiento [3].
Al igual que sucede con el burnout en el ámbito profesional también podemos encontrar burnout en
los estudiantes universitarios [4], con la diferencia de que en estudiantes se produce la
identificación del cansancio emocional con el burnout, convirtiéndose sus otros componentes en
aspectos innecesarios. Hemos abordado en otro lugar [5] la naturaleza y medición del cansancio
emocional a causa de los estudios en la universidad. Nos interesamos ahora por la relación del
cansancio emocional de los estudiantes universitarios con medidas de su inteligencia emocional.
La perspectiva histórica [6] sitúa el origen del concepto de inteligencia emocional en 1990. Fueron
Salovey y Mayer [7] los primeros en utilizar la denominación de inteligencia emocional, a la que
supuestamente pertenecían tres categorías de aptitudes adaptativas: la primera es la apreciación y
expresión de la emoción, a la que se añaden la regulación de la emoción y su utilización para
resolver problemas. Aun cuando las emociones son centrales en este modelo, también abarca
funciones sociales y cognitivas relacionadas con la expresión, regulación y utilización de las
emociones.
La primera categoría consta de los componentes de apreciación y expresión de las emociones en
uno mismo, así como la apreciación de las emociones en otros. El primer componente se divide en
subcomponente verbal y no verbal, y, en cuanto aplicado a otros, se descompone en los
subcomponentes de percepción no verbal y empatía. La segunda categoría de la inteligencia
emocional, que es la regulación, tiene los componentes de regulación de las emociones en uno
mismo y regulación de las emociones en otros. La tercera categoría, que alude a la utilización de
las emociones, incluye los componentes de planificación flexible, pensamiento creativo, atención y
motivación redirigidas.
El modelo revisado de inteligencia emocional [8] pone mayor énfasis en los componentes
cognitivos de la inteligencia emocional y la conceptualiza en términos de potencial para el
crecimiento intelectual y emocional. El modelo revisado, también recogido en [9], se conoce como
el modelo de las cuatro ramas de la inteligencia emocional: percepción, apreciación y expresión de
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la emoción; facilitación emocional del pensamiento (uso de la inteligencia emocional); comprensión,
análisis y empleo del conocimiento emocional; regulación reflexiva de las emociones para ulterior
crecimiento emocional e intelectual. La percepción, apreciación y expresión de la emoción se
consideran los procesos más básicos, mientras que la regulación reflexiva de las emociones
requiere de procesamiento más complejo. Por fin, cada rama tiene asociadas con ella etapas o
niveles de aptitudes, las cuales dominan los individuos en un orden secuencial. Con todo, Mayer y
Salovey [8] han sugerido que las aptitudes cognitivas se confunden a menudo con rasgos de la
personalidad.
Siguiendo a Salovey et al. [9], la inteligencia emocional conlleva percepción adaptativa de la
emoción, su uso para facilitar la toma de decisiones, comprensión de la emoción y regulación de la
emoción. Existe el debate sobre si conceptualmente la inteligencia emocional se ha de considerar
como una aptitud latente, susceptible de ser evaluada con medidas de ejecución para
competencias, o bien como una ejecución típica cuyas diferencias individuales se pueden medir a
través de autoinforme. Existe relación entre las medidas de la inteligencia emocional por
cuestionarios y la medida por ejecución de tareas, dadas las correlaciones encontradas entre unas
y otras [10]. Los dos acercamientos son posibles, el de aptitud y el de rasgo, siendo éste último el
que se aborda en la línea que nosotros seguimos en el presente trabajo [11,12]. Sin ocultar su
preferencia por las medidas de aptitudes basadas en tareas como acercamiento más válido a la
evaluación de la inteligencia emocional, Salovey et al. [9] reconocen la proliferación de inventarios
para evaluar mediante autoinforme distintos aspectos de la inteligencia emocional, constructos que
consideran difíciles de distinguir de aspectos ya medidos de la personalidad.
Schutte et al. [11] proponían una medida de inteligencia emocional basada en un modelo coherente
y comprehensivo de la misma. Consideraban que el modelo original [7] de 1990 y el modelo
revisado [8] eran los modelos de inteligencia emocional más coherentes y comprehensivos. El
modelo original les sirvió para el desarrollo de una medida de autoinforme de la inteligencia
emocional, en la confianza de que un modelo como éste garantizaría una buena medida del nivel
actual de inteligencia emocional de los individuos. En una muestra de estudiantes universitarios
[13], se halló una estructura de 4 factores mediante análisis factorial confirmatorio de los 33 ítems
de Schutte et al. [11]. La denominación que dieron a estos factores fue: optimismo/regulación del
humor, apreciación de las emociones, habilidades sociales, utilización de las emociones.
El influyente libro "Inteligencia emocional" [14] presentó muchos correlatos importantes en un
constructo algo más extenso de inteligencia emocional, capaz de abarcar los cinco dominios o
competencias en que ésta se organiza. Goleman asume el concepto de inteligencia emocional que
exponen Salovey y Mayer [7] en su definición, en la que se hallan implícitas las inteligencias
personales [15], la intrapersonal y la interpersonal. En consecuencia con esta idea, las
competencias en que se organiza la inteligencia emocional son cinco, tres del ámbito personal
(inteligencia intrapersonal) y dos del ámbito social (inteligencia interpersonal). Entre las primeras se
hallan la conciencia de uno mismo (conocimiento de las propias emociones), la autorregulación
(capacidad de controlar las emociones) y la motivación (capacidad de supeditar las emociones a la
consecución de objetivos). Al ámbito social pertenecen las competencias en empatía
(reconocimiento de las emociones ajenas) y habilidades sociales (capacidad de dirigir con eficacia
las relaciones interpersonales).
Optimismo significa tener expectativas de que en general las cosas irán bien a pesar de las
adversidades [14], siendo el optimismo el gran motivador para lograr metas. En concreto, el
optimismo es un gran predictor del éxito académico y muestra una correlación positiva con la
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inteligencia emocional [11,12].
Aunque diversos estudios [16,17] han mostrado que las medidas de autoinforme sobre inteligencia
emocional se solapan considerablemente con las medidas tradicionales de la personalidad,
creemos que se ha seguir probando el modelo de Costa y McCrae [18,19] porque dispone de un
instrumento valioso para medir los Cinco Grandes factores de la personalidad, cada uno
compuesto por seis facetas.
Los cinco factores son neuroticismo (N), extraversión (E), apertura a la experiencia (O), amabilidad
(A) y responsabilidad (C). El instrumento es el NEO PI-R, de 240 ítems, que también existe en
forma abreviada de 60 ítems (12 por factor) con la denominación de NEO-FFI. Las escalas PANAS
que miden Afecto Positivo (PA) y Afecto Negativo (NA) [20] han sido comparadas con las
dimensiones de personalidad del modelo de los Cinco Factores. Según esta comparación, los 10
descriptores de PA se corresponden mucho con las puntuaciones altas en Extraversión, en tanto
que los 10 descriptores de NA se corresponden mucho con las puntuaciones altas en Neuroticismo.
Para medir el PA y el NA existen las escalas PANAS, cuyas propiedades psicométricas en su
versión castellana son satisfactorias y similares a las halladas en sus correspondientes en inglés
[21].
La intención del presente estudio fue la de investigar hasta qué punto existen relaciones negativas
entre Inteligencia Emocional (IE) y Cansancio Emocional (CE) en estudiantes universitarios. Para
ello, hemos construido un instrumento de medida de la inteligencia emocional mediante
autoinforme, el 5C-IE, con el fin de evaluar las cinco competencias de la inteligencia emocional
propuestas por Goleman [14]. Utilizamos el cuestionario 5C-IE junto con el instrumento de medida
de la inteligencia emocional de 33 ítems de Schutte et al. [11]. Ambos constructos, IE y CE, son
considerados en su relación con variables de personalidad, ya sean los Cinco Factores con sus
facetas, o también otros constructos de estrecha vinculación con las dimensiones de la
personalidad, como son el Afecto positivo (PA), el Afecto negativo (NA) y el Optimismo. Se esperan
correlaciones positivas y negativas de las variables que miden IE con variables que miden
personalidad. Igualmente, se esperan correlaciones negativas de IE con CE y NA, al contrario de
las correlaciones positivas que se esperan de esas medidas de IE con Afecto positivo (PA) y con
Optimismo.
Método
- Participantes
Los participantes fueron 120 estudiantes de las universidades de Salamanca y León, 103 mujeres y
17 varones, pertenecientes a titulaciones de psicología, psicopedagogía y enfermería.
- Instrumentos de medida
Escala de Cansancio Emocional (ECE). Escala de 10 ítems [5] que mide cansancio emocional en
los estudiantes universitarios. Los ítems se puntúan de 1 a 5, considerando los 12 últimos meses
de vida estudiantil, según ocurra lo que la frase dice: 1 raras veces, 2 pocas veces, 3 algunas
veces, 4 con frecuencia, 5 siempre.
Inteligencia Emocional (IE). Se empleó el cuestionario de Schutte et al. [11]. Este cuestionario se
compone de 33 ítems (IE-33) que evalúa hasta qué punto los que contestan suelen identificar,
entender, aprovechar y regular las emociones en sí mismos y en los demás. Se contesta en una
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escala que va desde 1 (en total desacuerdo) hasta 5 (totalmente de acuerdo), indicando mayor
inteligencia emocional las puntuaciones más altas. La consistencia interna de la que se ha
informado es de un alfa de Cronbach de .85 o superior, y en test-retest la fiabilidad a las dos
semanas es de .78. La consistencia interna, en el presente estudio, alcanza un alfa de Cronbach
de .77.
Cuestionario de 5 competencias de Inteligencia Emocional (5C-IE). Este cuestionario, inspirado en
los cinco componentes de la Inteligencia Emocional según Goleman [14], se preparó para este
trabajo. Consta de 5 escalas que corresponden a los cinco dominios (competencias) diferenciados
de la IE, a saber, Conciencia emocional, Control emocional, Empatía, Motivación, Habilidades
sociales. Cada escala consta de 5 ítems, con similar modo de respuesta que para el cuestionario
de Schutte et al. [11], de 1 a 5 puntos. Son ítems de la escala de Motivación los siguientes:
"Persigo mis propias metas con esfuerzo, aunque requieran privaciones". "La sensación de falta de
salud no me desanima para intentar superarme". "Me motivo a mí mismo imaginando un buen
resultado para las tareas que emprendo". "Ayudar a los demás es una meta que me hace sentirme
realizado". "Nunca me siento desanimado ni abatido a causa de las molestias físicas".
NEO-PI-R (Inventario NEO de Personalidad Revisado). El NEO PI-R [1819] es un cuestionario de
240 ítems diseñado para operacionalizar el modelo de los Cinco Factores de personalidad.
Pretende medir esos cinco factores, a su vez con seis facetas o subescalas de cada factor. El
NEO-PI-R en cuanto a sus factores, lo mismo que en cuanto a sus facetas componentes, posee
propiedades psicométricas adecuadas [22]. Existe también el NEO-FFI, que es una versión
abreviada del NEO-PI-R de 60 ítems, 12 en cada factor según hayan tenido tales ítems pesos
factoriales altos en ese mismo factor, para la que hemos hecho comentarios y propuestas de
mejora en la elección de esos ítems en la versión castellana [23].
PANAS. EL afecto positivo (PA) y el afecto negativo (NA) fueron evaluados a través de la versión
castellana [24] modificada por nosotros en sus 20 adjetivos con un paréntesis aclaratorio de cada
adjetivo. El cuestionario PANAS consta de 20 adjetivos, 10 de los cuales describen estados de
ánimo positivos y los otros 10 los describen negativos.
Cuestionario de Orientación Vital Revisado (LOT-R). Los autores [25] elaboraron el Test de
Orientación Vital original (LOT) para medir el constructo de optimismo. En 1994, Scheier, Carver y
Bridges [26] propusieron la forma revisada como LOT-R: Life Orientation Test-Revised. Este nuevo
inventario contiene 10 ítems, de los que sólo 6 se usan en la puntuación de optimismo. La escala
tipo Lickert de puntuación va de 0 (en total desacuerdo) a 3 (totalmente de acuerdo).
- Procedimiento
Los datos se han obtenido de la participación voluntaria de estudiantes, en grupos de 15 a 25, una
vez que fueron invitados a contestar los cuestionarios en dos sesiones de prácticas con
cuestionarios, de una hora de duración por cada sesión. El lugar fue el aula de cada centro donde
cursaban los estudios correspondientes a la titulación.
Resultados
A. Estadística descriptiva y propiedades psicométricas de las variables
En la Tabla 1 se muestran las medias y desviaciones típicas (DT) de cada una de las variables
utilizadas, junto con el número de ítems que las componen. En la columna de la derecha aparece el
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valor del coeficiente alfa de Cronbach de cada variable, indicador de su consistencia interna. En los
5 Factores de personalidad (NEOAC), vemos los valores acostumbrados para el NEO PI-R, a los
que corresponden los de .83, .81, .78, .70, y .81 respectivamente en la versión abreviada que es el
NEO-FFI.
En general, la fiabilidad por consistencia interna es aceptablemente buena para el conjunto de las
variables del 5C-IE (Cuestionario de las 5 Competencias de la Inteligencia Emocional), si
exceptuamos la fiabilidad más baja de la escala de Conciencia, con alfa de Cronbach de .42 (aun
cuando sólo se compone de 5 elementos). También es moderada la fiabilidad hallada en IE_33,
con alfa Cronbach de .77, ya que son 33 los elementos o ítems componentes. Es satisfactoria la
fiabilidad de CE (alfa = .81), como también la de Afecto Positivo y Afecto Negativo de las escalas
PANAS.
B. Correlaciones entre variables
De las esperadas correlaciones negativas de IE_33 con CE (-.24) y con NA (-.03), apenas es
significativa la primera e inexistente la segunda. En cambio, las esperadas correlaciones positivas
de IE-33 con PA (.33) y con LOT u Optimismo (.34) se cumplen claramente en ambos casos. De
las cinco escalas del 5C-IE, Conciencia, Empatía y Habilidades sociales son las que correlacionan
positiva y significativamente con IE_33, en tanto que con Optimismo (LOT) la correlación más alta
es la de Motivación (.49), seguida de Habilidades sociales (.30) y de Control (.27). Con Cansancio
Emocional (CE), Motivación (-.45) establece la correlación negativa más alta, seguida de Control
(-.37) y Habilidades sociales (-.24). Por fin, de las correlaciones de las escalas 5C-IE con NA son
negativas las de Motivación (-.28) y Control (-.27), resultando positiva la de Empatía (.26).
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Las correlaciones de los Cinco Factores del NEO PI-R con las demás variables utilizadas en el
estudio se hallan en la Tabla 2. Como se esperaba, Optimismo (LOT) correlaciona negativamente
con N y positivamente con E, como también correlaciona positivamente NA con N (negativamente
con A) y PA con E. De las 6 variables de Inteligencia Emocional, 3 correlacionan negativamente
con N (Control, Motivación e IE_33) y 4 lo hacen positivamente con E (Conciencia, Empatía,
Habilidades sociales e IE_33). También son de destacar las correlaciones positivas de Motivación y
de IE_33 con C. CE sólo correlaciona positiva y significativamente con N (.51). Las dos últimas
correlaciones, significativas y positivas, son las que establecen PA y Habilidades sociales con el
factor O.
C. Análisis de regresión múltiple
Se han realizado por separado cuatro análisis de regresión múltiple pasos adelante. La variable
dependiente era el cansancio emocional (CE) de los estudiantes. En el primero de los análisis se
introdujeron, como variables predictoras, los 5 factores del NEO PI-R, con el resultado de ser N
(beta = .59, p >. 001) y C (beta = .12, p < .05) las dos únicas variables significativas para explicar el
31% de la varianza. El segundo análisis se hizo introduciendo como predictoras las 6 variables de
INTELIGENCIA EMOCIONAL (5C-IE más IE) junto con los 5 factores del NEO PI-R. El resultado
fue de 3 predictores para explicar el 40% de la varianza: N (beta = .48, p < .001), MOT (beta = -.37,
p < .001) y C (beta = .33, p < .01). Para el tercer análisis se introdujeron las 6 facetas de N y las 6
de C, más las 6 medidas de Inteligencia Emocional, más las variables PA, NA y LOT-R. El
resultado fue del 41% de la varianza explicada por tres predictores que entraron en la ecuación de
manera significativa: NA (beta = .33, p < .01), MOT (beta = -.39, p < .001) e IE (beta = -.24, p <
.05). Para el cuarto análisis, cuyos resultados se recogen en la Tabla 3, se introdujeron las 30
facetas del NEO PI-R junto con el resto de variables. La varianza explicada llegó al 43%, siendo los
predictores que de manera significativa entraron en la ecuación: NA (en positivo), MOT (en
negativo) C3 (en positivo) e IE (en negativo). La Tabla 3 muestra también las demás variables
predictoras que entraron en la ecuación, aunque de manera no significativa.
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Conviene destacar la asociación positiva de C (Responsabilidad) con CE, lo mismo que lo hace N
(Neuroticismo) y NA (Afecto Negativo, de la escala PANAS); lo mismo vale para las facetas C3
(Sentido del deber) y C5 (Autodisciplina). De igual modo, se observa la asociación negativa de la
Inteligencia Emocional con Cansancio Emocional, es decir, la baja Motivación y la baja puntuación
en IE_33 [11] de nuestros datos predicen en torno al 14% de la varianza en CE. La escasa
aportación de las facetas de Amabilidad (A5 y A6) no merece mayor consideración, por no llegar a
la significación y por mostrar una asociación con CE de signo contrario la una a la otra. Por lo
demás, es digno de resaltar cómo suplanta NA, como predictor, al factor N cuando se introducen
en la ecuación las facetas componentes y no la puntuación global del factor. Estos resultados
parecen estar dando la razón a quienes entienden que Afecto Negativo (NA) es un constructo
coincidente en gran parte con Neuroticismo del NEO PI-R.
Discusión
Los resultados de este estudio con medidas de Inteligencia Emocional por autoinforme indican que
ésta se halla más o menos asociada con medidas de personalidad dependiendo de las escalas,
asociación que unas veces se establece en sentido positivo (E, PA y Optimismo) y otras en sentido
negativo (N, NA y CE). En términos generales, ha aparecido en nuestros datos una importante
fuerza predictora del cansancio emocional a causa de los estudios en la universidad, fuerza que
ronda el 43% de la varianza explicada, con Afecto negativo (NA) como principal predictor y escasa
capacidad de supeditar las emociones a los objetivos, o puntuación baja en la escala de
motivación, como segunda variable predictora. Vemos también que la puntuación global de IE_33
[11] contribuye con casi un 5% a la predicción de Cansancio, incrementando así la de Motivación
para alcanzar un 14% de varianza explicada por la inteligencia emocional. Así, pues, la inteligencia
emocional baja es un predictor importante de cansancio en los universitarios, si bien su mayor
fuerza se circunscribe a la escasa capacidad de subordinar la vida emocional al buen resultado en
los estudios, lo que se supone que es esencial en la motivación del estudiante universitario. A
conclusiones semejantes han llegado otros [27], al informar de la predicción de la salud estudiantil
a partir de la inteligencia emocional.
La escala de conciencia emocional del C5-IE -crucial en la concepción de Goleman [14]- no ha
alcanzado una fiabilidad aceptable ni ha mostrado una relación digna de tenerse en cuenta con el
cansancio emocional de los estudiantes. Por otra parte, dado que la baja puntuación en el
cuestionario IE_33 de Schutte et al. [11], de 33 ítems, efectuando una evaluación global y más
comprehensiva de la inteligencia emocional, ha mostrado una asociación más débil con el
cansancio emocional que la escala de motivación de 5 ítems, habría que averiguar más sobre
versiones reducidas del cuestionario de 33 ítems. Nuestros datos indican que hay aspectos no
solapados con medidas de la personalidad, como la motivación medida por la escala
correspondiente del cuestionario 5C-IE. Confiamos en la línea ya iniciada [13,28] de buscar
factores diferenciados en el cuestionario de Schutte et al. [11], posiblemente más útiles que la
puntuación global y menos solapados con medidas de personalidad.
Se ha informado de que las medidas de autoinforme sobre inteligencia emocional se solapan
considerablemente con medidas de personalidad [16,17]. Coincidiendo con otras investigaciones
que han hallado fuertes correlaciones de aspectos de la inteligencia emocional con extraversión y
neuroticismo [29], también nuestros resultados muestran esas correlaciones positivas con
extraversión y estabilidad emocional (negativas con Neuroticismo); concretamente, de las 6
variables de inteligencia emocional, 3 correlacionan negativamente con neuroticismo (Control,
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Motivación e IE_33) y 4 lo hacen positivamente con E (Conciencia, Empatía, Habilidades sociales e
IE_33).
También son de destacar las correlaciones positivas de Motivación y de IE_33 con C. Nuestro
estudio con el uso de medidas del NEO PI-R, de modo global por factores y también por
componentes o facetas, ha mostrado en el análisis de regresión múltiple una varianza explicada del
cansancio emocional ligeramente superior si se introducen las facetas, en cuyo caso se impone la
poderosa asociación del afecto negativo (NA) a las facetas del factor Neuroticismo. De igual modo,
se muestra la importancia relativa de la faceta C3 (sentido del deber) del factor Responsabilidad.
La relación del CE con la dimensión C de la personalidad (o su faceta C3) no es negativa, como sí
ocurre con las medidas de inteligencia emocional, sino que la correlación entre responsabilidad
(sentido del deber) y cansancio emocional del estudiante de universidad es positiva, lo mismo que
con la dimensión N (o también con NA). El optimismo no ha aparecido entre el grupo de variables
predictoras (en negativo) del CE estudiantil, a pesar de su correlación negativa con la variable CE.
En suma, la inteligencia emocional se halla implicada en el mayor o menor desgaste por los
estudios en la universidad, en el correspondiente burnout o cansancio emocional. Será conveniente
refinar los instrumentos de medida por autoinforme para conocer mejor los aspectos de la
inteligencia emocional que se están investigando, así como también las coincidencias sustanciales
con otros rasgos de la personalidad ya medidos en sus inventarios específicos [9]. A pesar de la
compleja relación de la inteligencia emocional con la personalidad, parece interesante avanzar más
investigaciones sobre la influencia saludable de una alta motivación por el éxito académico dentro
del campo de la inteligencia emocional, siendo dicha motivación un importante factor protector de
salud psicológica para el estudiante universitario.
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