Violencia de género y Justicia Dirección Raquel Castillejo Manzanares Coordinación Cristina Alonso Salgado 2013 UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA Violencia de género y Justicia I dirección, Raquel Castillejo Manzanares: coordinación, Cristina Alonso Salgado. - Santiago de Compostela : Universidad e de Santiago de Compostela, Servizo de Publicación s e Intercambio Científico, 2013 818 p.; 24 cm. O.L. e 594·2013. -ISBN: 978·8q·1587G·01-4 1. Violencia contra as mullcres I. Castillejo Manzanares, Raquel, di!". 11. Alonso Salgado, Cristina, coord. 1II. Unlvcrsidadc de Santiago de Compostela. Scrvizo de Publicacións e lntcrcamblo Científico, cd. :Wl ..\4 Este trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto de Investigación Lo violencia contra las mujeres: lo mediación, una solución, Ref.: DER 2009-08806, financiado por el Ministerio de Innovación, Ciencia y Tecnología, y dirigido por la Prora. Dra. Raquel Castillejo Manzanares, catedrática de Derecho Procesal de la Universidad de Santiago de Compostela; así como del Proyecto de Investigación Muller, nome e ootencía de xénero: tratamiento actual y posibles soluciones, Ref. IOPXII3202054PR, financiado por la Conselleria de Economía e Industria de la Xunta de Galicla, y dirigido por la Prora. Dra. Raquel Castillejo Manzanares, catedrática de Derecho Procesal de la Universidad de Santiago de Compostela. © Universidade de Santiago de Compostela, 2013 Edita Servizo de Publicacións e Intercambio Científico Campus Vida 15782 Santiago de Compostela LIS c. es/pu bl¡ cacions Maqueta e Imprime Imprenta Universitaria Campus Vida \5'182 Santiago de Compostela Depósito legal: C 594··2013 ISBN 978·84·15876·01-4 XXIX CARRERA DELICTIVA YREINCIDENCIA EN , AGRESORES DE PAREJA EN PRISIONl Ismael LOINAZ Inocsfigador Univmidad del F'(lís \{j.j((J UPV/EIIU SUMARIO 1. INTRODUCCIÓN 2. CARRERA DELICTIVA 2.1. Carrera delictiva y violencia contra la pareja 3. ESPECIALIZACIÓN 3.1. Especialización en delito violento 3.2. Especialización en violencia contra la pareja 3.3. Métodos para el estudio de la especialización 4. LA CONTRIBUCIÓN DE LAS TIPOLOGÍAS DE AGRESORES J. LA INVESTIGACIÓN G. CONCLUSIONES 7. BIBLIOGRAFÍA 1 El trabajo ha sido posible gradas a las ayudas económicas concedidas por el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada (Departament de Justicia, Generalitat de CataJunya; Proyectos SC-3.167.10 y 5C-3.172.11) y el Gobierno Vasco (Programa de formación de Personal Investigador: Proyecto BFI-09.185). 648 1. VIOLENCIA DE GtNERO y JUSTICIA INTRODUCCIÓN Resulta casi un tópico en la literatura científica afirmar que la violencia contra la pareja (VCP) es un problema grave, que afecta a la salud física y psicológica de víctimas de cualquier estrato social y cuya prevalencia en nuestra sociedad la convierte en una prioridad a prevenir y tratar. Sin embargo, estas afirmaciones continúan siendo una realidad en estos momentos, al margen de las reformas legales' y sociales, y de los avances en el conocimiento sobre la cuestión. Por otro lado, algunas de las actuaciones politice-criminales desarrolladas freno te a la denominada "violencia de género" no han quedado exentas de polémicas. Así, son muchas las voces que se han mostrado críticas por la utilización del derecho penal como primera alternativa, por el gran reduccionismo de algunos de los postulados ampliamente difundidos entre los politicos y muchos sectores de la sociedad, o por el excesivo intervencionismo o incumplimiento, en algunos casos, de distintas garantías legales como el principio de igualdad o el de culpabilidad (Larrauri, 2007; Redondo, 2009). Lo que aún no ha pasado a parecer un tópico, por no contar con el mismo consenso social o académico, es la necesidad de comprender que un abordaje completo de la VCp' y la propia prevención de la misma, requieren, entre otras cosas, un tratamiento adecuado de los agresores que pueda evitar nuevas victirnizaciones. Ello incluye valorar de forma individualizada cada agresión o agresor (no pensar que lodos 50/1 iguales y que todo es lo mismo), conocer los factores que impulsan al agresor a cometer el acto violento (no presuponer que todo es fruto de la desigualdad social entre hombres y mujeres, que es cuestión de género y que el agresor solamente quiere dominar desde su machismo) e intervenir conforme a las distíntas variables personales y contextuales que puedan estar influyendo. El estudio de las características de los agresores de pareja (su clasificación, posibles alteraciones, factores de riesgo y otras muchas variables que pueden permitir diferenciar sujetos y acciones) es un área de investígación sobre el que se ha acumulado gran conocimiento a nivel internacional desde la década de los setenta del siglo veinte (p.e. Bowen, 2011; Dutton, 2006; Hilton, Harris y Rice, 20] O; O'Lcary y Woodin, 2009; Whitaker y Lutzker, 2009). Asimismo, el saber sobre esta temática en el contexto español se ha incrementado considerablemente desde los primeros textos en la materia (p.e. desde Echeburúa y Corral, 1997). 2 Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de protección de las víctimas (le la violencia doméstica; Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género; Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de Medidas de Prevención y Protección integral contra la Violencia de Género. Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión Ismael Loinaz 649 En la actualidad (ver Loinaz, 2011a) disponemos de numerosas evidencias empíricas que indican que: 1) Los agresores de pareja no forman un grupo homogéneo por lo que ni todos son iguales, ni presentan las mismas necesidades de intervención (ver Loinaz y Echeburúa, 2010). 2) Pese a que predecir el riesgo de violencia futura no es posible de forma absoluta, disponemos de herramientas útiles en el ámbito que pueden permitir una estimación acertada en muchos casos y la prevención de nuevas agresiones (ver Andrés-Pueyo y Echeburúa, 201 O; Andrés-Pueyo, López y , Alvarez, 2008; Echeburúa, Fernández-Montalvo y Corral, 2009; Echeburúa, Amor, Loinaz y Corral, 2010). 3) Un pilar fundamental, junto al tratamiento dc la víctima, es la necesidad de intervenir sobre distintas variables del agresor como forma de prevenir futuras agresiones (ver MilIana, 2011). 4) Las intervenciones psicológicas, y la propia prisión, tienen un efecto limitado sobre la reincidencia y es necesario mejorar su eficacia y las herramientas de evaluación y predicción. En los últimos años se continúa avanzando en el conocimiento sobre los agresores, modelos explicativos de la violencia y propuestas de intervención (penales, educativas, terapéuticas, etc.) ajustadas a una realidad con base empírica (Fariña, Arce y Suela-Casal, 2009; Lila, Garcia y Lorenzo, 2010; Quinteros y Carbajosa, 2008). La eficacia de estas medidas puede valorarse de distintas formas, lo cual depende principalmente del objetivo de la evaluación o del encargado de la misma. En el contexto científico y académico, la valoración de las intervenciones con agresores y otros penados se puede establecer mediante el análisis de la reincidencia pero, para ello, es necesario contar con cífras procedentes de distintas muestras, de distintos contextos y tras distintas actuaciones (Redondo, 2008). El presente capítulo busca profundizar en una serie de aspectos relacionados con la VCP centrando el foco de atención en los agresores. Estos aspectos giran en torno a tres pilares fundamentales: la heterogeneidad de los agresores de pareja como grupo, la valoración dcl riesgo de reincidencia y la necesidad de tratamientos ajustados a las distintas tipologías de agresores. Estos pilares de la línea de investigación están representados en uno de los principios criminológicos más avalado y con más implicaciones para la evaluación y el tratamiento de los delincuentes: el modelo Riesgo-Necesidad-Responsividad (RNR) de Andrews y Bonta. Este modelo se basa en tres factores (ver Andrews y Bonta, 2010; Andrews, BontayWonnith, 2011): • Riesgo: consiste en ajustar la intensidad de los programas de intervención al nivel de riesgo del sujeto. Así, los niveles máximos de intervención 650 VIOLENCIA DE GÉNERO YJUSTICIA deberían destinarse a casos de alto riesgo, mientras que en aquellos de riesgo bajo la intervención debería ser mínima. Algunos estudios al respecto indican que la reducción de la reincidencia en sujetos de alto riesgo solo se da cuando son asignados a programas más intensos, mientras que cuando estos son aplicados a sujetos de bajo riesgo el efecto es negativo (la reincidencia aumenta) . • Necesidad: resalta la importancia de atender a las necesidades criminógenas o tomar en consideración las variables de cada sujeto relacionadas con la conducta delictiva. En este contexto se habla de factores dinámicos asociados empíricamente con la reincidencia, los cuales al ser modificados tienen un efecto positivo en la reducción de la delincuencia. violencia, etc. • Responsividad: destaca la necesidad de ajustar las intervenciones a la capacidad de respuesta de los sujetos (habilidades, capacidad de aprendizaje, etc.). El texto se centrará específicamente en un ámbito sobre el que existe poca información, la trayectoria delictiva de los agresores de pareja condenados a prisión. El estudio de la carrera delictiva analiza aspectos como la participación, frecuencia. especialización, escalada, duración y desistencia de la actividad antisocial de un sujeto (DeLisi y Piquero, 2011; Redondo y Andrés-Pueyo, 2007), que permiten conocer los motivos que hacen que un sujeto mantenga su actividad delictiva o violenta en el tiempo, así como los motivos que hacen que un sujeto o grupo de sujetos desistan en tal actividad. La temática no solo resulta de interés en el ámbito de la investigación sino que conlleva implicaciones prácticas de gran relevancia orientadas a la intervención y prevención. En esencia, es necesario conocer de qué sujetos estamos hablando antes de desarrollar o implementar programas de prevención y tratamiento, o diseñar políticas sociales y reformas penales (Dixon y Graham-Kevan, 2011). Desde esta perspectiva de investigación resultan centrales tres aspectos de los agresores que serán analizados en el presente trabajo: la carrera delictiva, la especialización y el riesgo. Para profundizar en estos apartados, se describirán parte de los resultados derivados de una linea de investigación desarrollada desde el año 2008 en el Centro Penitenciario Brians-2 (Barcelona), relacionada con la clasificación tipológica de estos sujetos. Se espera que los datos obtenidos en nuestro contexto, así como le revisión teórica y empírica del contexto anglosajón que se presenta, contribuyan a una mejor comprensión de la problemática y permitan avanzar en el conocimiento sobre este tipo de violencia e idear mejores formas de prevenirla. Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión Ismael Loinaz 651 2. CARRERA DELICTIVA Desde el punto de vista de la criminología, y la psicología de la delincuencia, uno de los aspectos de interés en el estudio de la conducta delictiva y violenta es el concepto de carrera delictiva. El constructo hace referencia a la secuencia longitudinal de delitos cometidos por un sujeto, cuya duración comprende el período que va desde la edad de ínicio de la actividad delictiva -iniciación- hasta la edad de ccse de la misma -desistencia- (Blumstein, 2004). Como se indicaba en la introducción, en su análisis existen algunos conceptos que deben tenerse en cuenta (ver Farrington, 2010) corno la prevalencia (dentro de una cohorte de sujetos solo una determinada proporción desarrolla una carrera delictiva), la frecuencia (durante su carrera los delincuentes pueden cometer una determinada tasa de delitos mientras se encuentran capacitados para actuar), la cronicidad (un pequeño porcentaje de delincucntes comete una gran fracción de todos los delitos) y, como abordaremos en el siguiente apartado, la especialización. La investigación en esta temática analiza patrones y características individuales o grupales que pueden explicar o permitir comprender mejor estas secuencias temporales y su evolución. En la bibliografía criminológica existe una amplia investigación y un cuerpo teórico extenso sobre los factores que contribuyen a la participación en actos delictivos comunes (género, raza, edad, y otros factores criminológicos como la delincuencia de los padres, cstatus socioeconómico, tipo de vecindario o éxito escolar). Por ejemplo, una de las variables más estudiadas en la conducta delictiva es la edad y las curvas de actividad delictiva (cuyo objetivo es analizar cómo la delincuencia crece o decrece según la edad) y, derivado de ello, las causas de la existencia de delincuentes persistentes y el estudio de las caracteristicas de los mismos (ver Piquero y Moffitt, 20I O). Sin embargo, respecto a los factores implicados en la duración de la carrera delictiva, o la frecuencia con la que se cometen delitos o agresiones, la investigación es más limitada (Blumstein, 2004). Por ello, resulta de especial importancia establecer, en concreto en el caso de la ve?, las variables que están relacionadas con la frecuencia dentro de la actividad delictiva (número de incidentes, agresiones o detenciones) y con el cese de dicha actividad, que conlleva una reducción en el riesgo para la víctima. Respecto a las variables relacionadas con el cese de la actividad delictiva, se puede afirmar que el efecto del matrimonio en la desistencia es uno de los factores por el que más interés se ha mostrado (ver DeLisi y Piquero, 2011; Siennick y Osgood, 2008). Sin embargo, la investigación más reciente indica que la asociación entre el matrimonio (o el establecimiento de una relación) y la delincuencia (o persistencia en la actividad) puede ser más compleja de lo que se afirmaba hasta ahora 652 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA pues, entre otros aspectos, se ha tendido a ignorar factores internos (endógenos) de la relación, como pueden ser sus cualidades o el apego que tenga el delincuente por su pareja (Barnes el al., 2011). Asimismo, si el matrimonio tiene un efecto inhibidor de la conducta delictiva, el divorcio podria o deberia tener el efecto contrario, factor que no ha sido analizado. Por tanto, los investigadores aún no pueden valorar el efecto aislado del matrimonio en la carrera delictiva sin considerar también el hecho de que la propia actividad delictiva influye en el establecimiento de una relación o matrimonio. Junto a estas limitaciones concretas, en la investigación el matrimonio siempre se ha contemplado como un factor protector que aleja al sujeto de la conducta delictiva, pero en los delitos estudiados tradicionalmente no existe una relación entre el delincuente/agresor y la victima. Por ello, cuando se aplica esta perspectiva al delito de VCP la existencia de una relación de pareja o matrimonio no es un factor protector sino que es un factor necesario para la existencia del delito (Buzawa y Hirschel, 2008). Por tanto, el establecimiento de una nueva relación puede considerarse un punto de inflexión en la carrera delictiva que permite la comisión de nuevos delitos. Como veremos a continuación , matices como este son los que dificultan la generalización de muchas teorías criminológicas a la violencia en la pareja, y en concreto, la aplicación de la información disponible sobre la carrera delictiva al caso de los agresores. 2.1. Carrera delictiva y violencia contra la pareja Al margen de los avances realizados en el ámbito de la VCp, los conocimientos disponibles sobre la carrera delictiva de los agresores son muy limitados (Piquero, Brame, Fagan y Moffitt, 2006). Asimismo, pese al interés de la inclusión del concepto en las investigaciones, se debe tener cn cuenta que las conclusiones habituales a las que se llega con los principales estudios longitudinales, como el de "Dunedin" o "the Cambridge Study" (ver Jones, 2008), tienen poca aplicación al ámbito de la VCr. Esto se debe al hecho de que, en estos estudios longitudinales, se analiza la delincuencia general o común (sin diferencias entre tipos de delincuentes) y a la escasez de estudios longitudinales específicos de la VCr. Así pues, a grandes rasgos se afirma que una carrera delictiva comienza con la edad de responsabilidad penal (por ejemplo a los 10 años en el Reino Unido), que el principal pico delictivo se concentra en la adolescencia y que existen eventos vitales que incrementan la frecuencia de infracciones o que promueven el desistimiento (como la inestabilidad laboral o el matrimonio respectivamente) (ver Farrington, 2010). Además, existe poca información sobre los delincuentes cuya actividad de- Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión Ismael Loinez 653 licliva comienza en la edad adulla, algo que puede considerase frecuente en los agresores de pareja. Otro de los factores que se afirma que puede interferir en la aplicación de los principios del estudio de la carrera delictiva al caso de la VCP puede ser la discrepancia existente entre los registros oficiales y la comisión real de los delitos. Este aspecto no es ajeno al conocimiento criminológico (ver por ejemplo la metáfora del iceberg respecto a la cifra negra de la delincuencia; Andrés-Pueyo el al., 2008) y desde luego no es exclusivo de los casos de violencia contra la pareja. Una revisión de 135 informes sobre la cuestión en el contexto anglosajón (Australia, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Suiza) llegaba a la conclusión de que existe gran variabilidad en los juicios y condenas por VCP (Gamer y Maxwell, 2009). El estudio concluye que aproximadamente un tercio de los delitos de VCP informados a la policía termina en un enjuiciamiento de la causa, mientras que en torno al 60% de las detenciones terminan en la presentación de cargos, Asimismo) un tercio de las detenciones y más de la mitad de los enjuiciamientos terminan en condena. Pese a la existencia de estas cifras, Felson y Pare (2007) afirman que la indulgencia a la hora de condenar los delitos por VCP comenzó a desaparecer en los años 90, influyendo directamente la opinión pública sobre el sistema de justica. Los autores encontraron que los sujetos que agreden a sus parejas no son especialmente propensos a eludir la condena a prisión. Respecto a estos datos, podríamos afirmar que los porcentajes varían considerablemente según la jurisdicción y que en los últímos años la realidad a la que se hace referencia ha cambiado notablemente. Al valorar estas conclusiones se debe tener en cuenta que las tasas de condenas, pese a poder ser bajas, pueden ser similares a las de los delitos violentos fuera de la pareja, y que se ha producido una variabilidad en el enjuiciamiento de estos delitos en los últimos años (esto sería asi en especial tras las modificaciones legales que implican la condena específica de los delitos relacionados como ha sido el caso de la Ley Orgáníca 1/2004, de 28 de diciembre, en España)'. En lo especificamente referente a los resultados sobre la trayectoria delictiva de los agresores de pareja, la investígación disponible es aún escasa y proviene del contexto anglosajón. Klein y Tobin (2008) concluyeron que, en estos casos, es frecuente la existencia de un historial delictivo y de violencia extenso, que los quebrantamientos de medidas son habituales y que la respuesta penal es un último recurso y no un método de prevención. Asimismo, Buzawa y Hirschel (2008) encontraron que el 39,4% presentaba un registro por delito violento y un 21,1% por delito 3 Según cifras del Observatorio contra la violencia doméstica y de género, del Consejo General del Poder Judicial (wwwpoderjudicial.es), el 75% de los enjuiciados por estos delitos acaba en condena. 654 VIOLENCIA DE Gt.NERO y JUSTICIA no violento (el 39,5% no contaba con detenciones previas). Una de las principales diferencias entre los que contaban con antecedentes y los que no es que, estos últimos, eran mucho menos propensos a encontrarse bajo los efectos del alcohol," otras drogas en el momento del incidente. A su vez, eran mucho menos propensos a reincidir en periodos de seguimiento de entre 3 y 5 anos (28,7% vs 75,1%). Todo ello indica el mayor riesgo de aquellos sujetos con antecedentes comparados con aquellos cuyo primer registro disponible es el de la agresión a la pareja. Por otro lado, la carrera delictiva de los agresores más graves, corno los que es· tán en prisión, podría diferir de la de sujetos que se encuentran en la comunidad (Piquero el al., 2006). Asimismo, se debe recordar que, dependiendo de la legislación vigente en cada país o territorio, la facilidad con la que se puede entrar en prisión puede variar considerablemente, por lo que, en las jurisdicciones menos estrictas. se podría encontrar sujelos más graves en la comunidad. Por ello, los datos disponibles en la actualidad, provenientes del contexto anglosajón, no serían aplicables en nuestro entorno ni en los distintos conlcxtos en los que se puede abordar la VCR Además, debemos tener en cuenta que, dentro de las carreras delictivas de los agresores de pareja, los factores de riesgo de reincidencia marcan una diferencia muy significaliva en el patrón de agresiones a lo largo de la vida del sujeto. Así, se ha comprobado que las situaciones de abuso más graves son estables y un indicativo de una mayor probabilidad de agresiones futuras (Jones, Heckert, Gondolf, Zhang e Ip, 2010). Por otro lado, se ha destacado el hecho de que no todos los agresores escalan en su agresión, pero que aquellos que inicialmente presentan una violencia más grave son más propensos a mantenerla en el tiempo (Piquero el al., 2006). Por ello, el análisis dc la carrera delictiva de los distintos subtipos de agresores es un tema de gran interés para futuras invesligaciones. Una meta-revisión reciente sobre la carrera delictiva (DeLisi y Piquero, 2011), basada en 364 estudios publicados entre 2000 y 2011, pone de manifiesto algunas limitaciones y retos de futuro en este ámbito de investigación. Entre las recomendaciones se encuentran las siguientes aplicables a la VCP: la utilidad de las tipologías o categorías de delincuentes/agresores, la necesidad de estudiar delincuentes/ agresores graves que comiencen su trayectoria abruptamente en la edad adulta, la necesidad de describir la existencia de distintos tipos de trayectorias y, por último, analizar de forma más precisa del efecto "incapacitante'" de las distintas intervenciones disponibles. 4 El concepto hace referencia al efecto que actuaciones como el ingreso en prisión provocan en el cese o parada de la carrera delictiva. El periodo de internamiento en sí mismo implica la ausencia del sujeto del contexto social (salvo en momentos de permisos, condicionales etc.) y por sí sola parece tener un efecto disuasorio, al menos a corto plazo tras la excarcelación (ver por ejemplo BALES, Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión 655 Ismael Loinaz 3. ESPECIALIZACIÓN En el estudio de la carrera delictiva resulta elave abordar la cuestión de la especialización (Nieuwbeerta, Blokland, Piquero y Swceten, 2011). El concepto hace referencia al grado en que un delincuente centra sus comportamientos en un solo delito o colección de delitos (Soothill, Fitzpatrick y Francis, 2009) y, por tanto, se contrapone a la versatilidad delictiva. En esencia, en muchos casos un delincuente o agresor no dedica su actividad a un solo tipo de delito (por ejemplo robo de coches) y, por contra, comete distintos tipos de delitos a lo largo de su vida (por ejemplo VCP). Los motivos que promueven la versatilidad o la especialización, e incluso el orden en que se da la comisión de los distintos delitos dentro de la versatilidad (por ejemplo el paso de robos a VCP y viceversa) son fuente de estudios y controversias en la materia. La especialización en el delito, y más específicamente en la conducta violenta, tiene implicaciones muy relevantes desde el punto de vista preventivo y de intervención (Soothill el al., 2009). Por un lado, nos permite hacer mejores predicciones sobre futuros delitos y, por ello, es un aspecto fundamental de la predicción del riesgo de conducta violenta y de la gestión del mismo (aspecto especialmente importante en la VCP). Por otro lado, el análisis de la especialización facilita el diseño de intervenciones especilicas para grupos concretos de agresores (si los delincuentes tienden a ser generalistas, intervenciones específicas podrían suponer un desperdicio de recursos). Existen distintas teorías e investigaciones partidarias de que la delincuencia es versátil más que especializada (DeLisi el al., 2011; Farrington, 2007; Piquero, Farrington y Blurnstein, 2007). La principal teoría criminológica en contra de la especialización es la de teoria general de la delincuencia, de Gottfredson y Hirschi (I990). Por el contrario, las teorias tipológicas (p.e. Moffitt, 1993) indican que son necesarias distintas etiologías para explicar la conducta ele los distintos agresores, que presentan diferencias cualitativas en su conducta. A continuación se analizan las principales conclusiones referentes a la especialización en el delito violento y, posteriormente, en la VCP especílicamente. W, & PIQUERO, A., "Assessing the írnpact of imprisonment on recldivism", Joumal of Experimental Criminofogy, 20] 1, en prensa, 001: ] 0.1 007/s 11292-01 1-9139-3; BHATI, A., & PIQUERO, A., "Estimating the impact of incarceration on subsequent offending trajectoríes: Deterrent, cnrninogenic, or nulJ cffccf?", Journa! of Crimina! Law and Criminofogy, 98, 2008; NAGIN, D., CULLEN, F. & JüNSüN, C; "lrnprisonrnent and rcoffcnding", en TONRY, M (Ed.), Crime and Justice: A Review of Research (Vol. 38), University of Chicago Press, Chicago, 2009; NIEUWBEERTA, P., NAGIN, O. & BLüKLAND, A., "Assessing Ihe irnpact of first-tirne imprisonment on offenders" subsequent criminal career development: A matched sample comparison", Joumal of Quantitatíoe Criminofogy, 25, 2009). 656 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA 3.1. Especialización en delito violento El conocimiento sobre la especialización en la delincuencia general es mucho más abundante que el existente en relación al delito violento. Así pues, existe cierta controversia y la literatura científica se divide entre quienes apoyan la existencia de especialización en delitos violentos (por ejemplo Dcanc, Armstrong y Felson, 2005; Osggod y Sehreck, 2007) y quienes argumentan que esta especialización no existe y que los delincuentes violentos incluyen en su trayectoria otro tipo de delitos comunes, resultando imposible diferenciar a delincuentes violentos de los no violentos (Messner, McHugh y Felson, 2004; Piquero, 2000; Piquero y Buka, 2002; Piquero el al., 2007). Por otro lado, se afirma que la gravedad de la violencia ejercida también afecta a esta relación y que los delincuentes implicados en niveles elevados de violencia cometen también otro tipo de infracciones (Brame, Mulvey y Piquero, 2001). Las investigaciones más recientes han demostrado la existencia de especialización en conducta violenta (Osgood y Schreck, 2007). Más aún, Besemer (2011) encuentra una transmisión intergeneracional de esta especialización. Sus resultados apoyan la existencia de distintos tipos de delincuentes, pero el autor señala la dificultad de encontrar delincuentes que solo comentan delitos violentos (esto seria asi en lo que se refiere a delincuencia general, donde seria difícil encontrar sujetos que se dediquen exclusivamente a cometer delitos de lesiones, sin cometer extorsiones, robos o tráfico de drogas). En definitiva, en la actualidad se defiende la veracidad de ambas proposiciones indicándose que el resultado depende de la fuente de información (oficiala autoinforme), de la población estudiada (juvenil, adulta o diferentes tipos de delincuentes) y de la metodología empleada en la investigación (Bouffard, Wright, Muftic y Bouffard, 2008). 3.2. Especialización en violencia contra la pareja La existencia de especialización en los agresores de pareja no ha quedado al margen de polémicas. De hecho, en el ámbito de la vep el debate sobre la especialización va más allá de disputas teóricas o propuestas de investigación, pues supone cuestionar la fundamentación y estructura preventiva y de intervención que se ha puesto en marcha y desarrollado en torno a este tipo de violencia (Piquero el al., 2006). Una de ias principales consecuencias, al cuestionar la especialización de estos agresores, es contraponer el resultado de la investigación con el abordaje diferenciado que se da al problema, con equipos policiales y juzgados especializados y, sobre todo, programas de tratamiento especificas (Bouffard el al., 2008). Carrera delictiva y reincidencia en agresores de pareja en prisión 657 Ismael Loinaz Investigaciones existentes en el contexto anglosajón indican quc la mayoria de los agresores de pareja con historial delictivo han estado implicados en delitos no violentos además del de VCr, encontrando pocos agresores especializados y muchos que presentan historial de delitos no violentos (Píquero el 01.,2006). Datos derivados de estudios de seguimiento amplios, como el de Dunedin, también han encontrado un solapamíento significativo entre VCP y delincuencia general, con un posible origen o causa común en ambas (Moffitt, Krueger, Caspi y Fagan, 2000). Por otro lado, en agresores de pareja, la especialización dependería del subtipo de agresor. Buzawa y Hirschel (2008) afirman que podría suponerse que la gran mayoría de estos agresores no cuentan con una carrera delictiva previa a la comisión de la VCP. Sin embargo, el estudio de las tipologías de agresores indica que esta afirmación está condicionada a la pertenencia del sujeto a un determinado grupo de agresores (diferencias que analizaremos en el apartado 4). En este sentido, Klein y Tobin (2008) encontraron que sólo el 5% de su muestra correspondía al agresor limitado a la pareja (normalizado), por lo que su muestra mayoritariamente no era especializada. La conclusión de los autores es que este subtipo de agresor no llega, o lo hace en menor medida, al sistema judicial. Como se mencionaba anteriormente, este hecho depende directamente del contexto legal y puede diferir en nuestro entorno, donde ta legislación actual podría considerarse severa y de rápida aplicación (en comparación con la aplicada en la materia en contextos anglosajones). Por ello, en nuestras prisiones (y no sólo en medidas penales alternatívas) la proporción de agresores normalizados cuya violencia y activídad delíctíva se limita a su pareja superaría el 40% (ver Loínaz, 2009, 201Ib). Asimismo, se tiende a concluir que los agresores de pareja propenden a no ser especializados y que se ven implicados en otro tipo de delincuencia más general que no se aborda ni atiende en los tratamientos especializados para ellos (Bouffard el al., 2008). De esta aparente versatilidad de los agresores se derivan distintas criticas a programas de tratamiento, tan específicos, como los diseñados en la actualidad. Al margen de matices ideológicos y opiniones generalizadas sobre la necesidad de tratar de forma diferenciada a esta población, desde cI punto de vista de la criminología el afirmar que los agresores de pareja no responden a un perfil de especialización implicaría modificar el sistema de atención, prevención y tratamiento establecido en la actualidad. Esto es así desde el punto de vista estrictamente empírico de la criminologia (fruto de la investigación derivada de las carreras delictivas) pues, desde otros puntos de vista como el de la psicología, parece acertado seguir tratando específicamente a estos agresores, tanto desde la prevención como desde la intervención psicosocial, al margen de que cometan o puedan cometer otro tipo de delitos. 658 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA 3.3. Métodos para el estudio de la especialización La especialización se ha definido, y medido, como la tendencia a repetir el mismo tipo de delito en sucesivos hechos, como una dominancia relativa de un tipo delictivo en un período de tiempo específico o durante un número concreto de infracciones, o como la sobre-representación de un tipo de delito particular en la trayectoria de un sujeto en contraste con la distribución general de ese delito en la población (Nieuwbeerta el al., 2011). Sin profundizar en la cuestión, pues no es el objetivo del presente capitulo, a continuación se describirán algunas de las técnicas estadisticas que se emplean en el análisis empírico de la cuestión. Se podría afirmar que son 4 los principales métodos de análisis de la especialización en la carrera delictiva (ver por ejemplo Besemer, 2011; Nieuwbeerta el al., 2011; Osgood y Schreck, 2007; Sullivan, McGloin, Ray y Caudy, 2009): a) índice de diversidad (Diuersily Index; D): refleja la probabilidad de que dos delitos cogidos de forma aleatoria dentro dc la carrera delictiva de un sujeto pertenezcan a tipos delictivos diferentes. Refleja distintos niveles de especialización: desde O, para una especialización completa, hasta 1 para una completa diversificación. b) coeficiente de especialización hacia delante (Forward Specializalion Coetticient): mide la tendencia de que un delito venga seguido de un delito del mismo tipo y tiene un valor máximo de 1 para indicar la especialización absoluta. Es una derivación de las malrices de lransición, utilizadas para describir el grado de consistencia entre delitos en los actos de un sujeto, con la limitación, entre otras cosas, de que comparaban solo delitos adyacentes. e) teoría de respuesta al ítem iltem Response Theory; tRT): como el índice de diversidad, se centra en la variedad de delitos, al margen de su orden. Resulta especialmente útil para describir el tipo de especialización delictiva. Su limitación es que solo da información relativa y no absoluta sobre la especialización. d) análisis de clases latentes (Lalenl C/ass Ana/ysis)': al igual que la IRT es un método estadístico complejo y reciente. Su esencia es similar al análisis 5 Se recomienda la lectura de Besemer (BESEl'vIER, S., "Specialized versus vcrsatile intergenerational transmlssion of violence: A new approach lo studying íntergenerational transmission frorn viclent versus ncn-violent fathers: Latent class analysis'', Joumal of Quantitative Criminoíogy, 20\1, en prensa, 00[; ] 0.1 007/5 10940-011-914 J -y), para profundizar en la explicación del método estadístico v su aplicación al estudio de la especialización. Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión 659 Ismael Loinaz factorial pero permite incorporar variables categóricas y/o discretas, y no solo continuas. A partir de la variable observable (tipos de delitos u otras variables de interés que pueden ser incorporadas) se busca encontrar variables no observables o latentes (tipo de delincuentes). Utiliza la agrupación (cluslers) para valorar en qué medida se concentran los tipos de delitos entre tipos de delincuentes identificando clases. Cabe señalar que, en la investigación que se presenta, la especialización se ha analizado como complemento a una linea de trabajo mucho más amplia y que, por ello, el concepto de especialización que se ha adoptado (y por tanto el método para calcularla) es genérico y no responde a los estándares de la criminologia que se acaban de mencionar. 4. LA CONTRIBUCIÓN DE LAS TIPOLOGÍAS DE AGRESORES Frente a estos datos sobre especialización y trayectoria delictiva, que para muchos pueden ser desconcertantes, un gran avance en el conocimiento de la VCP ha sido la demostración de la existencia de una gran heterogeneidad entre los agresores (ver Amor, Echeburúa y Loinaz, 2009; Loinaz, 2009). Numerosos estudios han confirmado la posibilidad de diferenciar empíricamente distintos tipos de agresores que, a su vez, pueden distinguirse en su nivel de especialización, trayectoria delictiva y riesgo de reincidencia (Dixon y Browne, 2003). Asi, en estudios internacionales se ha propuesto la existencia de dos (Chase, O'Lcary y Heyman, 2001; Gotlman el al., 1995; Johnson, 1995), tres (Chambers y Wilson, 2007; Dutton, 1988; Fowler y Westen, 2011; Gondolf, 1988; Harnbergcr y Hastings, 1986; Hamberger, Lohr, Bange y Tolin, 1996; Holtzworth-Munroe y Stuart, 1994; Mauricio y Lopez, 2009; Saunders, 1992; Stoops, Bennctt y Vincent, 2010; Twed y Dutton, 1998) o cualro (Holtzworth-Munroe, Meehan, Herron, Rehman y Stuart, 2000; Johnson el al., 2006; Thijssen y de Ruiter, 2011) subtipos de agresores diferenciados a partir de sus trastornos de la personalidad, su ira, la extensión de su violencia o el apego, entre otras variables. En la Tabla I se presenta un resumen conceptual de los tres subtipos encontrados con más frecuencia (al margen de que su denominación pueda diferir de la utilizada en cada estudio), con sus caracteristicas principales, así como la estimación de su riesgo de violencia futura y unas pequeñas recomendaciones terapéuticas (para ampliar ver Loinaz y Echeburúa, 2010; Loinaz, Torrubia, Echcburúa, Navarro y Fernández, 2009). 660 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA Tabla l. Características de los principales subtipos de agresor de pareja :~~"-.Sllbtipo :_V<\riable~~ Nonnalizado Umlte/palológico Antisocial Predominante conla pareja Frecuente agresión a desccno cidos ~ Uhdá' rE1Xtension de Id j\iÓI~j\da Tipo de violencia Poco frecuente Gravedad variable Predominio de la violencia psico- Predominio de la agresión física lógica Antecedentes frecuentes y versos Versatilidad delictiva Estilo de apego Dependcllcib mOCiOllJI Seguro: flexibles, se adaptan en las relaciones y no necesitan manipular. Expresan sus necesidades, habitualmente sin recurrir a la violencia. Muestran mayor empaña (algunos presentan un estilo preocupado). Preocupado: menos distantes en las discusiones, El abandono de la pareja es el mejor predictor de su violencia. Son celosos, dependienles y con abuso psicológico. Temeroso: ansiosos e irritables ante el abandono; hipersensibles al rechazo. Rechazan/e: controladores y distantes. El mayor precursor de su agresión es la defensividad de la pareja, Muestran poco interés o poca capacidad de reconocer las cogniciones y emociones de los demás, Moderada Alta Baja Consumo de drogas Similar a la población nor- Moderado/Alto. Relacionado con mal. Negación de la violen- el malestar afectivo. Recurren alas cia ydel consumo de drogas. drogas para calmar la ansiedad. Posible relación entre el consumo y la agresión, pero sin dependencia. Alto (poli consumo). Patrón relacionado con la búsqueda de sensaciones, gratificación inmediata y hábitos delictivos. Ira Hostilidad Tende'tda a acumular Ira Ira reactiva frente al abandono hasta explotar Expresión hostil \1olencia sin ira Distorsiones cognitivas Nivel bajo Atribuciones negativas Justificación de la violencia Límite Antisocial y narcisista personiiiidild Dependiente, vo.cvitativo Riesgo Bajo Medio Alto Estile ce Programa rnédio,i1argQ. Espec:ial expresión ecueda de las relevancia alárnbitorelacional emociones vI:'n la gestión de (apego) ya 1<1 psicopaíclogla anIJir,]. s'osc o depresiva, Valord: ji.! necesidad del ira. Posible necesidad de tratamiento tamienlc toxicológico. toxicológico. ge!:eraEzadr~' Programa MUYellructura, do, directivo v centrado en consecuencias negativas de su conducta. Frecuente necesidad de tratamientotoxicológico. Aplicando la metodología internacional, en el contexto español se ha descrito, hasta la fecha, la existencia de dos subtipos de agresores en el ámbito penitenciario (Loinaz, 2009; Loinaz, Echeburúa y Torrubia, 2010; Loinaz, Ortiz-Tallo, Sánchez y Ferragut, 2011): Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión 661 Ismael Loinaz 1. Los sujetos denominados "violentos con la pareja/estables emocionalmente/ integrados socialmente" se caracterizan por una violencia limitada a la pareja, menor número de distorsiones cognitivas, menor abuso de sustancias, menor presencia de antecedentes penales, mayor autoestima, mayor control de la ira, poca presencia de síndromes clínicos y estilos de personalidad compulsivos, narcisistas e histriónicos. Con un estilo de apego predominantemente seguro, tienen mayor empatía y muestran mayor deseabilidad social. Este grupo equivale al denominado violento sólo en la familia (Hollzworth-Munroe y Stuart, 1994; Holtzworth-Munroe et al., 2000; Thijssen y de Ruiter, 2011), hipercontrolado (Dutton, 2007), baja patologia (Johnson et al., 2006), baja ira (Eckhardt, Holtzworth-Munroe, Norlander, Sibley y Cahill, 2008) o baja delincuencia (Stoops et al., 2010) descritos internacionalmente. 2. Los sujetos denominados "violentos generalizados/poco estables emocionalmente/no integrados socialmente" se caracterizan por una violencia que se extiende más allá de la pareja y presentan antecedentes penales con mayor frecuencia. Estos sujetos están más afectados por síntomas clínicos, tienen más distorsiones cognitivas, dependen más del alcohol/drogas y muestran rasgos de personalidad antisocial, paranoide y negativista. Asimismo, son más impulsivos y se muestran menos empáticos que los sujetos del grupo anterior, con estilos de apego inseguro u hostil. Este grupo sería algo más heterogéneo (incluiría a los agresores más patológicos) aunque sus rasgos coinciden principalmente con los propuestos a nivel internacional para el subtipo denominado violento en general/antisocial (Hollzwoth-Munroe y Stuart, 1994; Holtzworth-Munroe et al., 2000; Thijssen y de Ruiter, 2011), antisocial (Johnson et al., 2006), instrumental/subcontrolado (Dutton, 2007), psicopático (Fowler y Westen, 2011) o ira alta-expresivo (Eckhardt et 01.,2008). 5. LA INVESTIGACIÓN A continuación se presentarán de forma resumida los principales objetivos y resultados obtenidos, dentro de una línea de investigación más amplia, relacionados con la carrera delictiva y la reincidencia de los agresores de pareja condenados a prisión. Elleclor puede encontrar información más detallada sobre la investigación en Loinaz, Irureta y Doménech (2011) y Loinaz (2011a). A grandes rasgos, podríamos afirmar que los objetivos de los apartados que se analizarán a continuación pretenden dar respuesta a dos cuestiones principales: 1) ¿Quiénes son los agresores condenados a prisión y cuál es su trayectoria?; 2) ¿Qué ocurre con los agresores tras su paso por prisión?, zfuncíona la intervencíón", zde qué depende? 662 VIOLENCIA DE GtNERO y JUSTICIA Metodología Los resultados provienen de una muestra de 100 agresores de pareja condenados a prisión, que fueron evaluados desde el año 2008 en el Centro Penitenciario Brians-2 (Barcelona). De ellos, se ha podido realizar el seguimiento a 40 sujetos tras su puesta en libertad, considerando un seguimiento mínimo de 4 meses. Los objetivos de estudio se han desarrollado a partir de dos fuentes de información principales. Por un lado, las variables psicológicas provienen de un amplio protocolo de evaluación compuesto por diez instrumentos y una entrevista (ver Loinaz, 2011a,b). Las variables estadístícas, de uso principal para los aspectos relacionados con los delitos, detenciones y otras variables jurídicas y criminológicas, se obtuvieron de testimonios de sentencia, informes profesionales y de la base de datos penitenciaria de Cataluña (SIPC). El seguimiento de los casos puestos en libertad, para valorar la reincidencia penitenciaria, se ha realizado mediante el escrutinio de las bases de información penitenciaria SIPC (Catalufla) y SIP (España). La investigación también incluye una escala de predicción del riesgo, el BSAFER (Kropp y Hart, 2004; Kropp, Hart y Belfrage, 2005), compuesta por 10 ítems y derivada de la SARA, que fue traducida y adaptada especificamente con este objetivo (ver Tabla 2). Esta escala ha sido utilizada en un estudio reciente cuyo objetivo era clasificar tipológicamente a los agresores a partir del siguiente criterio: severidad de la violencia (ítem 1), generalidad de la violencia (ítem 6) y psicopatología/trastornos de la personalidad (íterns 9 y 10) (Thíjssen y de Ruiter, 2011). Tabla 2. Ítems que componen el B-SAFER (Kropp y Hart, 2004; Kropp, Hart y Belfrage, 2005' Blóqtiel:(lgresi6n a la pareja l. Conducta violenta 2. 3. 4. 5. Amenazas (pensamientos violentos) Escalada de violencia Quebrantamientos Actitudes violentas (distorsiones) Bloque Hs ajuste psicológico Delincuencia general 7. Problemas en relaciones intimas 8. Problemas laborales 9. Problemas toxicológicos la. Problemas mentales 6. . Loinaz, lrureta y Domenech, 2011; Traducido y reproducido con el permiso de Jos autores. iD200S R. Kropp, S. Hart y H. BeJfrage Procedimiento Todos los casos fueron evaluados y analizados por el autor de la investigación. El protocolo de evaluación se aplicó en sesiones individuales y grupales, Iras obtener el consentimiento informado de cada participante y ofreciendo únicamente la devolución de los resultados como motivación para participar (en ningún momento la participación estaba asociada a algún tipo de beneficio). Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión Ismael Loinaz 663 Tras disponer de la evaluación psicológica de cada sujeto y la recopilación de • las principales variables de interés socio-demográficas, penales y criminológicas, la escala de predicción del riesgo fue aplicada de forma ciega (desconociendo la reincidencia real del sujeto) y cumplimentada de forma independiente por dos de los investigadores participantes en el estudio original sobre reincidencia (ver Loinaz, Irureta y Doménech, 2011). La información sobre la reincidencia se actualizó por última vez en octubre de 2010 (SIP y SIPC). El seguimiento medio tras la puesta en libertad definitiva del CP Brians-2 ha sido de 15 meses (DT=7,9; rango; 4-27). Resultados Características de la muestra. En la Gráfica 1 se compara la presencia de distintos factores de riesgo en la muestra total (n= 100) y en la de seguimiento (n=40). Corno se puede observar, ambas muestras son semejantes y las variables más presentes son las relacionadas directamente con el perfil prototípico de "maltratador" (racionalización, negación y celos) y con el consumo de sustancias. Gráfica l. Comparativa muestra de seguimiento y muestra total WlWi $ 70% ... 60% ~ _.~.~ ........................•.....• , • muestra total seguimiento ,~,.-- ._----.._---_ •...... 50% 40% I •• 30% 20% 10% 0% . Delito actual. La condena media actual es de 48 meses (DT= 35,8; rango; 8-216) y dicha condena corresponde al cumplimiento de una media de 3,4 causas por condena" (DT= 2,5; rango: 1-18). En dicha condena se han apreciado 6 El concepto causas por condena hace referencia al número de delitos por el que ha sido juzgado y condenado cada interno en la pena que cumple en el momento de incorporarse al estudio. 664 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA circunstancias modificadoras de la responsabilidad penal en el 39% de los casos. Un 29% presenta una o varias agravantes (reincidencia 20%, parentesco 12% y traición 1%) y un 18% alguna atenuante (reparación 3%, drogadicción 6%, embriaguez 5%, trastorno mental 2%, obcecación 1% o confesión y arrebato 1%). En la Gráfica 2 se presenta la distribución de los delitos condenados (con la terminología utilizada en los registros oficiales). Respecto a la agresión a la pareja, un 21 % de los sujetos ha utilizado algún arma u objeto que pudiese causar daño (como puede ser una cuerda, fuego o incluso un vehículo). En un 53% de los casos puede afirmarse que ha existido violencia física y en un 50% violencia psicológica. En el 50% de los agresores se da una posible relación entre la violencia y el consumo de drogas: en un 22% la droga relacionada es el alcohol, en un 10% la cocaína, la mezela de cocaína y alcohol está presente en un 5%, las pastillas en un 3% y la heroina en un 1% de los casos. El consumo o la dependencia han sido contemplados como atenuantes en el 5% de las condenas. Gráfica 2. Prevalencia de delitos en la condena actual (según nomenclatura oficial) 30% 25';', , 20% 15'Y, , 10% .1.. 5% . 0% .: l:::I:::I::i : L -- -- " ~'« , j , ---~--~"""._."." j ..... .. ..... ... lid _---_.~-~-.--.-. , ¡iJ --.- .. - LJ , _ M " " M bd """" '""" _ ¡ - «'"' »_ Perfil procesal, carrera delictiva y especialización (n-- 100). En la Gráfica 3 se presentan los principales porcentajes relacionados con el perfil delictivo de los agresores. La edad media del primer ingreso en prisión es de 32 años y se dan de promedio 2 ingresos en total (un 15% presenta 4 o más ingresos). Del 64% se ha podido constatar su reincidencia penal (por la presencia de condenas previas en su historial) y un 41 % presenta detenciones por vep previas a la causa actual que ha motivado el ingreso en prisión. Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión Ismael Loinaz 665 La carrera delictiva' media, para aquellos sujetos que cuentan con más de un 'ingreso en prisión, es de 10,7 años (DT=7,8; mediana 8; rango: 2-38). Respecto a la especialización, se pude afirmar que 50% de la muestra presenta registros y condenas por otro tipo de delitos al margen de la VCP. Tal como se puede apreciar en la Gráfica 2, la prevalencia de delitos condenados no relacionados con la VCP no supera el 10%, y principalmente responde a robos (9%), resistencia a la autoridad (8%) y delitos relacionados con la seguridad vial (4%). Gráfica 3. Presencia de {actores relacionaos con el perfil delictivo *SI 100% 90% 80% 70% ............... 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% .,-_.. ""_ __ ~._----~-~ ._-•......................._._ ~_ _.~.~.- •...,.., , .. ,~ - -"" , ~_.- . Reincidencia observada (n =40). El 22,5% ha vuelto a ingresar en prisión, pero realmente el 17,5% lo ha hecho por la condena de un delito cometido tras su puesta en libertad, mientras que el resto han sido internados por un delito previo a la última condena. Un 15% de la muestra ha reincidido en VCp, principalmente por quebrantamientos (60%) y/o amenazas (40%), y la mayoría lo ha hecho en un plazo inferior al año (X=292 días; DT= 188 días). Como se puede ver en la Gráfica 4, un seguimiento de 12 meses permitiría detectar el 80% de las reincidencias en VCP. 7 Se han calculado los años transcurridos desde el primer ingreso en prisión, condena conocida o fecha de comisión de! primer delito, hasta la fecha actual, o última estancia en prisión (para el caso de sujetos excarcelados en el momento del análisis), sólo de aquellos sujetos en los que consta más de un Ingreso en prisión (47%). El método presenta diversas limitaciones, como el desconocimiento exacto de la {echa de comisión de algunos delitos, la existencia de delitos previos no registrados o la inclusión de distintos periodos privados de libertad, pero puede considerarse una primera aproximación a la cuestión a espera de un diseno metodológico especifico para analizar la variable en estudios futuros. 666 VIOLENCIA DE Gt:NERD Y JUSTICIA Gráfica 4. Reincidencias y tiempo en libertad _ n° sujetos reincidentes =~ __ % reincidencia en VCP acumulado ~ % reincidencia acumulado , 120 .., 100 : 100% " .-< ! 100% 80% ,, 80 , 83% 66% 60 ..¡ 40% 40 ~ , : 33% 20·' 2 2 O ~~,,~~~~~~~--~~.~~~~ ••••~~--~1-6m 1 1 12-18m 18-24m • Corresponde a un caso condenado por robo con violencia Predicción de la reincidencia. La predicción de la reincidencia se ha realizado a partir de la información disponible antes de la excarcelación, cumplimentando el B-SAFER. Una puntuación ,,13 en la escala ha sido capaz de predecir correctamente el 70% de los casos, tal como se muestra en la Gráfica S. Pese a que el 100% de los reincidentes fueron detectados correctamente, existe un 36,5% de falsos positivos (a fecha de cierre de seguimiento) que puede tener importantes implicaciones éticas relacionadas con la gestión del riesgo. Gráfica 5. Eficacia predictiva det B-SAFER predicción sa aciertos ~ errores Características del reincidente. Por último se ha querido analizar el perfil del agresor reincidente y ver en qué medida se puede describir un tipo de agresor con mayor riesgo y qué variables pueden ser de interés en la gestión del riesgo. El 71% de los reincidentes corresponde al subtipo "anlisociallpalológico". Asimismo, diferenciando entre grupos, los "antisociales/patológicos" reinciden casi el doble que los sujetos "normalizados" (ver Gráfica 6). Carrera delictiva y reincidencia en agresores de pareja en prisión hmael Loinaz 667 Gráfica 6. Reincidencia según subtipo de agresor normalizados antisociales reincidentes reincidentes 21% no inciden 79% Por otro lado, la puntuación media de los reincidentes en el B-SAFER es significativamente mayor a la de los no reincidentes (14 vs 10), lo cual indica nuevamente que los sujetos son clasificados correctamente por la herramienta según su riesgo estimado (tomando como referente su conducta tras la excarcelación). Por último, una de las variables que se ha encontrado que tiene un peso considerable en la predicción o explicación de la reincidencia es el haber realizado un programa de tratamiento en la prisión (al margen de su duración o el resultado del mismo). La proporción de no reincidentes que se habían sometido a tratamiento duplica a la de los reincidentes (88% vs 43%). A su vez, entre los sujetos no tratados la probabilidad de reincidencia asciende a un 50% mientras que entre los sujetos tratados se reduce a un 9%. Del análisis de regresión logística se desprende que recibir tratamiento es un factor protector que explica el 23% de la reincidencia, mientras que la aceptación de la violencia y la menor edad en la comisión del delito incrementan el riesgo. 6. CONCLUSIONES Los resultados presentados ponen de manifiesto la complejidad del perfil de los agresores de pareja condenados a prisión, con una amplia trayectoria y versatilidad delictiva, que se refleja en la prevalencia de ingresos previos en prisión (47% con más de uno), la elevada frecuencia de antecedentes penales (en el 64%), la comisión de otros delitos no relacionados con la VCP (solo del 45% se puede afirmar que limiten su actividad a estas infracciones), o la existencia de agresiones a parejas anteriores (un 17% lo autoinforma) y la reincidencia en este delito (el 49% presenta registros previos por VCP y e146% quebrantamientos de condena). Asimismo, se ha demostrado la posibilidad de distinguir entre tipos de agresores y predecir, de forma acertada, futuras reincidencias en un plazo breve de 668 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA tiempo (un 80% de ellas se han dado en el plazo de un año). El dato es congruente con estudios previos que indican que una amplia proporción de las reincidencias se dan en los primeros meses de seguimiento (Gondolf, 2000; Kingsnorth, 2006; Lin el al., 2009). Teniendo en cuanta las limitaciones del estudio respecto al tamaño de la muestra y el periodo de seguimiento, la herramienta de predicción del riesgo (B-SAFER) predijo correctamente todas las reincidencias que se han dado, aunque a costa de tener un 36,5% de falsas alarmas en el momento del cierre del estudio. La cuestión de los falsos positivos tiene implicaciones éticas de gran calado, especialmente cuando las predicciones de riesgo están asociadas a medidas como la negación de permisos penitenciarios o el cumplimiento diferencial de las condenas. La aplicación más deseable de los instrumentos de predicción, y la consecuente gestión del riesgo, tiene que venir delimitada por una compensación entre falsos positivos, falsos negativos y una validez predictiva adecuada de la herramienta. La cifra de reincidencia penitenciaria tras la excarcelación, un 15% en violencia contra la pareja, puede considerarse baja respecto a valores internacionales, situados entre el 21 % Yel 60% (Gondolf y Wernick, 2009; Gondolf y White, 2001; Grann y Wedin, 2002; Hilton, Harris, Popham y Lang, 2010; Klein y Tobin, 2008; Tollefson y Gross, 2006; WiIliams y Houghton, 2004). Sin embargo, la rnagnitud de victimizaciones que de ella se deriva a nivel nacional requiere nuestra atención. Durante el año 2011, la cifra de presos cuyo delito principal era la violencia de género podía superar los 6000 casos (incluyendo prisiones Catalanas), lo que implica que una reincidencia media del 15% supondría la victimización de 900 mujeres. Por otro lado, se ha confirmado que la cifra de reincidencia difiere según la tipología de agresor del que estemos hablando (Eckhardt el al., 2008; Thijssen y de Ruiter, 2011), con 21% entre los sujetos anlisociales/patológicos y un 12% en los normalizados. Asimismo, el sometimiento a tratamiento parece tener un efecto protector sobre la reincidencia (Coulter y VandeWeerd, 2009; Un el al., 2009; Stoops el al., 2010; Tollefson y Gross, 2006), con un 50% de reincidentes entre los no tratados y 9% entre los tratados. Antes de proponer algunas recomendaciones para futuras investigaciones, es necesario recordar las limitaciones de los resultados presentados. En primer lugar, la muestra a la que se ha podido realizar el seguimiento es pequeña y puede no ser representativa de los resultados generales de los agresores en prisión. Asimismo, pese a que el periodo de seguimiento medio es superior al de otros estudios que analizan la eficacia de programas de intervención (Eckhardt el al., 2008; Gondolf y Wernick, 2009; Jones y Gondolf, 2001; Un el al., 2009), también puede considerarse corto para poder estimar correctarnente la reincidencia (estudios internacionales dernuestran que el porcentaje varía considerablemente entre seguimientos a corto Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisión 669 Ismael Loinaz. plazo y periodos de hasta diez años; ver Klein y Tobin, 2008). A su vez, se considera imprescindible disponer de otras fuentes de información para contrastar los resultados penitenciarios (por ejemplo fuentes judiciales, policiales y de las propias víctimas) así como replicar los resultados referentes a las tipologias y el riesgo en distintos contextos (como las medidas penales alternativas; ver Pérez y Martínez, 2011). En la investigación sobre la temática se recuerda que el estudio de la especialización se beneficiaría del uso del autoinforme de víctimas y agresores, frente al acceso exclusivo de registros oficiales (Lynam, Piquero y Moffitt, 2004; Piquero el 01.,2006). Ésta puede considerarse otra de las limitaciones de los resultados presentados relacionados con la reincidencia pues, en la práctica, solo parte de los delitos o agresiones son detectados a nivel policial y los autoinformes ofrecen una imagen más completa (Besemer, 2011). Otra complicación habitual es que múltiples delitos o agresiones suelen agruparse en una única condena y que los informes disponibles sobre denuncias y condenas en muchos casos no son representativos (Garner y Maxwell, 2009). En este sentido, se afirma que el efecto de las intervenciones es ligeramente positivo cuando se analiza a partir de registros oficiales, pero puede ser nulo cuando la fuente de información es la víctima (Feder y Wilson, 2005). Tras la información presentada en este capítulo, el lector habrá podido comprobar cómo algunos de los postulados presentados en relación a la carrera delictiva difícilmente pueden ser aplicados al problema de la vep, al menos con los conocirnientos disponibles en la actualidad. Por ello, una de las principales recomendaciones que se podrían hacer es el desarrollo de estudios específicos en agresores de pareja (analizar su evolución bien retrospectivamente o longitudinalmente) y el análisis de la trayectoria de aquellos jóvenes que, en la actualidad, forman parte de los estudios sobre dating vio/en ce y que son identificados como agresores (ver por ejemplo González, 2011; Rodriguez-Franco el al., 2012). Ello permitiría conocer la medida en que los agresores inician sus conductas violentas por distíntos motivos en la edad adulta o, por el contrario, muestran indicadores (o incluso agresiones) desde edades más tempranas como la adolescencia. Respecto a la efectividad de las intervenciones, se critican los análisis basados exclusivamente en indicadores binarios de reincidencia (como puede ser presencia de nueva agresión Si/No) en vez de patrones conductuales más complejos que capturen variaciones en el tiempo en objetivos o intensidad de la violencia (Janes el al., 2010). Por otro lado, se afirrna que la predicción del riesgo puede mejorar cuando se incorporan variables específicas de la violencia, como tácticas, dinámicas y contingencias, pero ello implica estudios longitudinales más complicados y costosos (Douglas y Skeem, 2005; Heckert y Gondolf, 2005). Así pues, resulta necesario seguir avanzando en los estudios sobre eficacia terapéutica y en la descripción de las variables asociadas a ella y a la adherencia al tratamiento (Arce y Fariña. 201 O; 670 VIOLENCIA DE GENERO Y JUSTICIA Boira y Jodrá, 2010; Boira, López, Tomás y Gaspar, 2010; Echauri, Martínez y Azcárate, 201 O; Echeburúa y Femández-Montalvo, 2009; Echeburúa, Sarasua, Zubizarreta y de Corral, 2009; Pérez y Martinez, 2011). Los resultados y la discusión presentada tienen implicaciones prácticas que deben ser tenidas en cuenta. Por un lado, las conclusiones a las que se llegue respecto a la carrera delictiva de los agresores de pareja, su especialización y su riesgo, afectan a la forma en que deberíamos orientar la prevención del problema y la intervención sobre el mismo (Piquero el al., 2006). En linea con el modelo RNR (Andrews y Bonta, 2010), los programas deben diseñarse teniendo en cuenta las características del delincuente/agresor y, por ello, las intervenciones estandarizadas que no tengan en cuenta la existencia de distintos tipos de agresores de pareja tendrán un efecto limitado sobre un sector considerable de sujetos tratados (Loínaz el al., 2009; Loinaz y Echeburúa, 2010), prolongando la trayectoria delictiva de los mismos. La investigación y las teorías explicativas deberian desarrollarse de forma específica a los delitos cometidos y desde una perspectiva tipológica que aborde los rasgos, características y situaciones aplicables al tipo de agresor concreto. Asimismo, los cambios en las trayectorias de violencia podrían utilizarse para ajustar las intervenciones y diseñar protocolos de gestión del riesgo que mejoren los resultados de las predicciones y de los tratamientos (Janes el 01.,2010). Desde el punto de vista estadístico, las diferencias existentes respecto a la proporción de delitos por VCP condenados (y las diferencias entre códigos penales) ponen de manifiesto la importancia de realizar una aproximación comparada a la hora de analizar los resultados sobre reincidencia o eficacia de las intervenciones entre distintos países (Felson y Pare, 2007). Sin esta aproximación, resulta difícil conocer la medida exacta en que nuestros resultados se asemejan a los disponibles internacionalmente. Por último, se ha de tener presente el hecho de que la investigación tiene que poder ser aplicada a la realidad social y que, por ello, los resultados deberían traducirse en mejoras en el diseño de programas de intervención para agresores, de herramientas de predicción del riesgo y de medidas de protección para las víctimas, que redunden en una mayor prevención, y una menor reincidencia y victimización. 7. 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