LA MÚSICA EN EL BARROCO Se suele considerar que el barroco en música comienza hacia el año 1600, con la aparición de las primeras óperas (Orfeo, de Claudio Monteverdi, es de 1607) y termina hacia 1750, con la muerte de Johann Sebastian Bach, el último gran compositor en este estilo y unánimemente considerado el más representativo del mismo. En el barroco se sigue empleando la polifonía en la música instrumental y en la música vocal religiosa, sobre todo, pero la textura predominante es la melodía acompañada: una melodía principal, cantada o interpretada por un instrumento agudo, centra la atención del oyente, mientras que el resto de las voces (instrumentales) ejecutan un acompañamiento que queda en un segundo plano, aunque es imprescindible. Una aportación fundamental del barroco es el bajo continuo, consistente en un instrumento grave que toca la línea del bajo (violoncello o fagot, por ejemplo) y un instrumento polifónico que toca un acompañamiento de acordes, un resumen de las demás voces de la polifonía (clavicembalo, órgano, laúd…). En casi toda la música barroca está presente el bajo continuo. También recibe el nombre de bajo cifrado, lo que significa que sólo está escrita la línea del bajo y mediante unos números situados sobre las notas se indica qué intervalos debe tocar el instrumentista. La ópera. Hemos dicho que las primeras óperas se escriben a comienzos del siglo XVII, en Italia. Rápidamente, la ópera se convertirá en el espectáculo preferido en toda Europa, ya que aúna teatro, música, danza (en algunos casos), escenografía, etc. Una ópera es una obra de teatro en la que los personajes cantan y con un acompañamiento orquestal. Alternan fragmentos instrumentales (el primero de los cuales suele llamarse obertura) con fragmentos cantados a solo o a dúo. En las producciones más costosas, podía haber coros y ballet (sobre todo en Francia). En la ópera hay dos tipos básicos de canto solista. Las arias son las partes cantadas propiamente dichas. En ellas, los personajes expresan emociones y sentimientos. Eran las partes favoritas entre el público, y los castrati demostraban su virtuosismo en ellas. Los recitativos son pequeños fragmentos en los que se emplea un tipo de canto cercano a la declamación, con ritmo libre y acompañamiento sencillo. Generalmente se reservan para las partes narrativas, sobre las que el compositor no quiere detenerse en exceso. Algunos compositores de ópera importantes son Alessandro Scarlatti (Italia), Georg Friedrich Haendel (Alemania), Jean Baptiste Lully (Francia) y Henry Purcell (Inglaterra). Música religiosa. Aunque el ambiente eclesiástico es más conservador y, por tanto, se siguen empleando formas polifónicas como el motete, la ópera impregna también a la música religiosa: surgen nuevas composiciones como el oratorio y la cantata que son como óperas, pero sin el aspecto escenográfico. Tienen arias, recitativos, coros y partes instrumentales. El principal autor es Johann Sebastian Bach. Bach es el compositor más reconocido del barroco (y uno de los más importantes de la historia de la música). Escribió todo tipo de obras, menos óperas. Música instrumental. En el barroco se desarrolla un lenguaje puramente instrumental (no dependiente de modelos vocales, de danza, etc). Aunque sigue predominando la música vocal (ya hemos dicho que el espectáculo más importante es la ópera y no hay que olvidar la omnipresencia de la religión en la Europa de la época), los músicos prestan cada vez más atención a la música puramente instrumental. La orquesta, aunque mucho menor en número que las actuales, empieza a ser ya un conjunto grande de instrumentistas, donde predominan las cuerdas frotadas (violín, viola, violoncello y contrabajo). Entre los aerófonos, los más importantes son las flautas (las de pico van dejando paso a las traveseras), los oboes y fagotes, las trompas y trompetas naturales (sin pistones). La percusión se usa muy poco, limitándose a los timbales. Como siempre, tiene que estar presente el bajo continuo: en la orquesta debe haber un clavecín o laúd (o similar) si la música es profana o un órgano positivo, si la música es religiosa. Aunque hay obras para instrumento solista (órgano, clavecín, laúd, cello, violín…), las formas más importantes son para conjunto: -Sonata a solo, para un instrumento agudo (violín, oboe, flauta) acompañado por el bajo continuo. -Trio sonata, igual que la anterior, pero para dos instrumentos solistas -Concerto solista, para orquesta e instrumento solista. Alternan solista (solo) y orquesta (tutti). En general, ésta suele realizar un ritornello variado y el solista tiene un papel virtuosístico. Mientras toca el solo, el acompañamiento se reduce al bajo continuo. -Concerto grosso, es como el anterior, pero el papel de solista no corresponde sólo a un instrumento, sino a varios instrumentos de la orquesta. En los cuatro casos, la composición está formada por varios movimientos contrastantes (rápido/lento, binario/ternario, enérgico/lírico, fuerte/piano, etc). Dentro de cada movimiento hay también contrastes de intensidad (escalones), de instrumentación, etc. Igual que en el renacimiento, hay obras basadas en la danza (suite), en la improvisación (toccata, fantasía) y en el contrapunto (fuga). Una fuga es una composición contrapuntística para teclado (aunque puede ser para orquesta) en el que las voces entran escalonadamente presentando un motivo. Se basa en la imitación entre voces. Compositores importantes son A. Vivaldi, J.S. Bach y A. Corelli.