Imprenta_Santiago González10

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La política de colonización franquista en el término de Don
Benito: su influencia en la transformación social y agrícola
de la zona.
Juan Ángel Ruiz Rodríguez
Juan Carlos Pulido Gómez
Francisco Javier Caballero Babiano
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
Para Candi, Maite y Felisa,
por todo.
5
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
6
Índice
Prólogo....................................................................................... 11
1. Introducción .......................................................................... 15
Capítulo I................................................................................... 23
LA TRANSFORMACIÓN AGRÍCOLA DEL ESPACIO .... 23
1. Antecedentes históricos del Plan Badajoz. ............................. 25
2. El Plan Badajoz ...................................................................... 34
3. El Plan General de Colonización del canal de Orellana. ........ 39
4. Los Planes Coordinados de Obras del canal de Orellana........ 51
5. Expropiación de fincas y concentración parcelaria................. 62
6. El Plan General de Colonización del canal del Zújar. ............ 73
7. El asentamiento de los colonos y sus relaciones con el INC. . 77
8. El lento proceso industrializador de la zona: realidades. ........ 81
9. Estudio de un plan de explotación: Gargáligas en 1960. ........ 89
Capítulo II ................................................................................. 99
LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN ............... 99
1. Los nuevos pueblos............................................................... 101
2. Dinámica de la población y grupos sociales. ........................ 104
3. Estructura de la población. ................................................... 110
5. El Régimen Administrativo de los nuevos pueblos. ............. 125
7. El factor humano: los colonos. ............................................. 137
Capítulo III.............................................................................. 149
ARQUITECTURA Y URBANISMO EN LOS PUEBLOS. 149
1. Características de los trazados de ordenación de los nuevos
pueblos...................................................................................... 151
2. Las tipologías edificatorias. .................................................. 167
2.1. Las viviendas. ............................................................... 168
7
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
Capítulo IV .............................................................................. 173
LA POLÍTICA EDUCATIVA DEL INC.............................. 173
1. La Ley de Educación Primaria de 17 de julio de 1945. ........ 175
2. Las Escuelas Primarias Nacionales de Orient. Agrícola. ...... 181
2.1. La Junta Municipal de Enseñanza Primaria. ................. 194
2.2. Los Maestros de escuela en los nuevos pueblos .......... 196
2.3. El nivel cultural y la asistencia escolar.......................... 202
2.4. Los edificios escolares. ................................................. 207
3. Análisis de una Escuela de O.A.: el caso de Vivares. ........... 215
Capítulo V................................................................................ 223
SINGULARIDADES DE LOS NUEVOS PUEBLOS.......... 223
1. Conquista del Guadiana. ....................................................... 225
2. El Torviscal........................................................................... 233
3. Gargáligas. ............................................................................ 241
4. Hernán Cortés. ...................................................................... 253
5. Ruecas................................................................................... 263
6. Valdehornillos....................................................................... 269
7. Vivares .................................................................................. 273
Anexos ...................................................................................... 281
Bibliografía y fuentes documentales...................................... 289
Cuadros, gráficos, ilustraciones, tablas y fotografías........... 293
8
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
ABREVIATURAS
A.D.P.B.: Archivo Histórico Provincial de Badajoz
A.M.D.B.: Archivo Municipal de Don Benito
Art. cit.: artículo citado
BOE: Boletín Oficial del Estado
BOPB: Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz
E.O.A.: Escuela de Orientación Agrícola
Ha.: Hectárea
INC: Instituto Nacional de Colonización
IRA: Instituto de Reforma Agraria
IRYDA: Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario
J.M.E.P.: Junta Municipal de Enseñanza Primaria
Núm.: número
Ob. cit.: obra citada
p./pp.: página/páginas
9
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
10
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
Prólogo
Cuando me propusieron que prologara este libro, titulado
“La política franquista en el término de Don Benito: su
influencia en la transformación social y agrícola de la zona”
no pude negarme, no sólo por el interés que tengo por el tema
tratado, sino por la amistad y admiración que guardo por los
autores de este trabajo de investigación, que ha sido merecedor
de un accésit en el premio de investigación Santiago González
del año 2010. Es preciso resaltar que este premio, año tras año,
está contribuyendo de forma destacada a promocionar la
cultura y el conocimiento de Don Benito y su comarca.
Este trabajo aborda uno de los acontecimientos que más ha
condicionado la realidad socio-económica de las Vegas del
Guadiana. Los autores, en la introducción del trabajo,
haciéndose eco de estudios previos, nos avisan de cual podría
ser la situación de Don Benito de no haber sido por el “Plan
Badajoz”. Según ellos Don Benito sería un pueblo venido a
menos y en plena regresión demográfica, como les viene
sucediendo a otras poblaciones de la provincia.
El Plan Badajoz ha sido como se ha conocido el Plan de
Obras, Colonización, Industrialización y Electrificación de la
Provincia de Badajoz. El citado plan fue el resultado de la
elaboración de un Plan de Ordenación Económico-Social de la
provincia en el año 1945, motivado por una visita que realizó
Franco a Extremadura para la inauguración de un canal en las
Vegas Bajas del Guadiana. En esta visita el régimen franquista
11
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
pudo evidenciar la calamitosa situación social que atravesaba
la provincia pacense.
El presente trabajo que analiza el desarrollo del plan, desde
sus inicios hasta el año 1975, se encuentra estructurado en
cinco capítulos que permiten al lector seguir una lectura
ordenada del texto. Todos los capítulos vienen encabezados
por unos emotivos versos de Luis Chamizo, poeta que expresa
como nadie la crudeza y la belleza de la Extremadura rural de
la primera mitad del siglo pasado.
El profesor Félix Rebollo Sánchez, estudioso de la
trayectoria literaria de Chamizo, refiriéndose a la obra del
poeta dice: "A esta tierra canta, quizás para olvidar y, al
mismo tiempo, para señalar este trozo de geografía esquilmado
y abandonado, donde el analfabetismo, la opresión, el paro
ocupan lugar destacado. Son los frutos del latifundismo". Por
tanto, podemos considerar que representa un gran acierto citar
sus versos en una obra que trata de la transformación del agro
extremeño a mediados del siglo XX.
El trabajo además de riguroso y acertado podemos
considerarlo completo; abarcando en sus cinco capítulos los
aspectos más representativos del Plan Badajoz, como son: la
transformación agrícola, la dimensión social, la arquitectura y
el urbanismo, la política educativa del Instituto Nacional de
Colonización (INC) y las singularidades en los nuevos
pueblos.
En la transformación agrícola del espacio se presta atención
a los antecedentes históricos, haciendo un recorrido muy
interesante que va desde las ideas regeneracionistas de
12
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
principios del siglo XX, que demandaban una mayor atención
al desarrollo económico y cultural de la sociedad, “escuela y
despensa”, hasta el decreto que aprobaba el Plan del Canal de
Orellana en 1955.
Una vez realizada la introducción histórica los autores nos
desvelan los distintos planes que se engloban dentro del Plan
Badajoz, así como el asentamiento de los colonos y sus
relaciones con el INC, donde podemos encontrarnos con
elementos tan característicos como: la libreta del colono, el
período de tutela, el período de propiedad. Elementos que nos
ayudan a conocer la realidad del proceso colonizador.
En el segundo capítulo, a través del análisis de la estructura
y dinámica de la población, los grupos sociales y la definición
del régimen administrativo de los pueblos, podemos
acercarnos a la realidad social del proceso de colonización.
Quizás el urbanismo de los pueblos de colonización sea su
factor más característico. El perfecto orden y trazado de las
calles, así como la tipología de las viviendas nos ayudan a
diferenciar a simple vista un pueblo de colonización del resto
de los pueblos extremeños. Según nos recuerdan los autores,
los estudios de las características urbanas de los pueblos de
colonización son prácticamente inexistentes, presentando un
campo muy amplio sobre el que desarrollar futuras
investigaciones.
La educación es un factor clave en el desarrollo del proceso
colonizador. Por tanto, se hacía imprescindible una revisión de
la política educativa como la que se presenta en el capítulo
cuarto.
13
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
Podemos concluir que estamos ante un trabajo apasionante,
que analiza uno de los periodos de la historia que más ha
incidido en la configuración actual de las Vegas del Guadiana.
Nunca antes se había producido un cambio tan importante en
la estructura de la producción agraria, tanto en lo que respecta
a la distribución de la propiedad como a la puesta en valor de
las tierras gracias al regadío. Con sus luces y sus sombras los
efectos del Plan Badajoz explican de forma concisa y clara el
desarrollo económico y social de las Vegas del Guadiana.
Desarrollo que ha permitido a Don Benito y su área de
influencia situarse dentro de las zonas más productivas de
Extremadura.
José Antonio Gutiérrez Gallego
14
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
1. Introducción
La tradición agrarista y colonizadora llevada a cabo a lo
largo de los últimos siglos en España, sobre todo a partir de los
ministros ilustrados de Carlos III durante la segunda mitad del
siglo XVIII, se verá continuada en el siglo XX. En nuestra
zona de estudio contamos con un claro ejemplo de esa política
colonizadora cuando Fernando VII concede, en 1827, a un
centenar de vecinos de Don Benito la formación de la nueva
población de Santa Amalia en unos baldíos comuneros
ubicados en los términos de Don Benito y de Guareña. Se trata
del último intento de colonización interior puesto en práctica,
que venía a dar respuesta a la secular demanda de tierras para
cultivar por parte de los vecinos más modestos de Don Benito.
El siguiente período en el que se vuelven a retomar viejos
proyectos colonizadores en esta zona está relacionado con la
política llevada a cabo por el nuevo régimen franquista, a
través del Instituto Nacional de Colonización, a partir de la
segunda mitad del siglo XX.
La situación social y económica de Don Benito, justo antes
de ponerse en marcha el Plan Badajoz, distaba mucho de ser
boyante. Es más, podemos afirmar que poco había cambiado
con respecto a la que presentaba durante la centuria
decimonónica en lo que se refiere a la estructura de la
propiedad agraria o a la preeminencia de unos sectores
sociales sobre otros. Así, la excesiva concentración de la
propiedad de la tierra en un reducido número de personas, el
elevado número de trabajadores del campo dependientes de un
15
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
jornal y la escasa población activa dedicada a los sectores
secundarios y terciarios, eran notas características de esa
sociedad rural y agraria. Por lo que respecta al ámbito
educativo local, otro de los objetos de este estudio, baste decir
que se apreciaba una clara deficiencia en la oferta educativa,
con una falta evidente de escuelas y maestros, consecuencia de
lo cual, el nivel de analfabetismo existente en la localidad era
muy elevado.1
Todo este sombrío panorama comienza a cambiar con la
aprobación del Plan Badajoz en el año 1952 que supuso
importantes mejoras, no sólo para la localidad de Don Benito,
sino también para los cientos de familias que, procedentes de
otros puntos de la región extremeña, se trasladaron a vivir a
los nuevos pueblos de colonización creados bajo la tutela del
Instituto Nacional de Colonización. Y es que, la política de
colonización franquista tuvo una gran influencia en el término
municipal de Don Benito, tanto desde el punto de vista de la
transformación agraria como por la creación de nuevos
pueblos, como tendremos ocasión de comprobar.
Así, las actuaciones desarrolladas por el INC en el término
de Don Benito dieron lugar a la aparición de ocho nuevos
pueblos: Conquista del Guadiana, El Torviscal, Gargáligas,
Hernán Cortés, Ruecas, Valdehornillos, Vivares y Zurbarán.
En el caso del núcleo de Zurbarán, a pesar de que de sus 2.838
1
Algunos datos sobre el estado en que se encontraba la localidad de Don Benito en la
década de los años 50, así como la incidencia que supuso el Plan Badajoz, puede verse
en SOTO VALADÉS, D.: “El Plan Badajoz en Don Benito”, en Actas I Congreso
Nacional sobre Desarrollo Rural y Agrario en las Vegas del Guadiana. Cáceres,
2004, pp. 26-38.
16
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
ha, 2.400 ha pertenecían al término de Don Benito y tan sólo
438 ha al de Villanueva de la Serena, pasó finalmente, en
1978, a depender de ésta última localidad. Por ese motivo, al
no depender actualmente de Don Benito, no ha sido
desarrollado en este trabajo como el resto de pueblos, auque sí
citado en numerosas ocasiones. En la actualidad, seis de esas
nuevas poblaciones creadas al amparo del INC han pasado a
ser Entidades Locales Menores mientras que una, Conquista
del Guadiana, sigue siendo pedanía, y todas ellas dependientes
administrativamente de Don Benito como núcleo matriz.
Esta investigación abarca, cronológicamente, desde el
inicio del Plan Badajoz hasta su finalización definitiva, es
decir, desde 1952 hasta 1975, aunque hemos tenido que
remontarnos algunos años antes del inicio del Plan para
conocer el marco legal y la política hidráulica que se intentó
llevar a cabo.
Las fuentes documentales básicas que han sido utilizadas
para la elaboración de esta investigación proceden, en su
mayoría, del Centro de Estudios Agrarios de la Consejería de
Agricultura de la Junta de Extremadura, de la Biblioteca del
Ministerio de Agricultura y del Archivo Municipal de Don
Benito. Estas fuentes primarias, básicas para este estudio, han
sido complementadas con la bibliografía disponible, así como
con una amplia variedad de fuentes hemerográficas que al
final relacionamos. La documentación sobre los pueblos de
colonización de Don Benito existente en el Centro de Estudios
17
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
Agrarios de la Consejería de Agricultura es muy abundante,
aunque hay grandes diferencias según de qué pueblos se trate.2
Creemos que la realización del presente estudio está
suficientemente justificada ante la carencia casi absoluta de
investigación histórica sobre el proceso colonizador en los
pueblos pertenecientes al término de Don Benito. Hasta ahora
contábamos tan sólo con algunas referencias a los mismos en
publicaciones generales, pero sin ahondar en los objetivos que
aquí se persiguen: conocer la influencia que la aparición de
estos pueblos tuvo, tanto desde el punto de vista agrícola,
como social.3
En última instancia, estamos convencidos de que la historia
de Don Benito es también la historia de sus “desconocidos”
pueblos de colonización. El impacto de la colonización
franquista en Extremadura arrojó luces y sombras, pero es
cierto que el Don Benito de hoy, la Extremadura actual, no es
posible entenderla en toda su extensión sin el estudio de la
colonización llevada a cabo a partir de la segunda mitad del
siglo XX. Con este trabajo, por tanto, queremos contribuir a un
mejor conocimiento de la historia de Don Benito y, por
extensión, de Extremadura, en su etapa más reciente que,
atendiendo a la producción bibliográfica existente, no ha sido
objeto de una gran atención investigadora.
2
El núcleo con un mayor número de documentos es El Torviscal (96 documentos), le
siguen Gargáligas (91), Ruecas (71), Hernán Cortés (67), Vivares (59) Conquista (27)
y Valdehornillos, que tan sólo dispone de 7 documentos.
3
Una de las pocas referencias existentes, pero centrada en las Vegas Altas, fue el
Congreso celebrado en Don Benito en 2003 y cuyos estudios se publicaron en Actas I
Congreso Nacional sobre Desarrollo Rural y Agrario en las Vegas del Guadiana.
Cáceres, 2004.
18
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
Está fuera de esta investigación abordar la polémica
cuestión sobre el éxito o fracaso del Plan Badajoz. No
obstante, tal y como han puesto de manifiesto algunos
investigadores que han profundizado en el estudio de los
efectos de la colonización franquista en Extremadura, todo
parece indicar que la pretensión de crear auténticas empresas
agrarias y de transformación no se ha conseguido4, aunque no
cabe duda que la extensión del regadío y la transformación del
espacio agrario, con la aparición de un nuevo parcelario y
nuevos núcleos de población, son realidades visibles que el
citado Plan trajo consigo. El hecho de dejar el desarrollo
industrial de la zona en manos de la iniciativa privada puede
considerarse, seguramente, como uno de los defectos del Plan
Badajoz.
Es evidente que la obra colonizadora llevada a cabo por el
régimen franquista en el término de Don Benito fue decisiva
para el desarrollo económico y social de la localidad. Tanto la
transformación agrícola, con la extensión del regadío y el
aumento de la producción y productividad agraria, como el
asentamiento de un elevado número de familias en los nuevos
pueblos, supuso una mejora considerable en sus condiciones
de vida.
Lo que sí resulta más visible es que, como resultado de la
política colonizadora franquista, hemos asistido a una
4
JUÁREZ SÁNCHEZ-RUBIO, C. y RODRÍGUEZ CANCHO, M.: “Efectos de la
política de colonización en el regadío de Extremadura: balance y perspectiva”, en
VV.AA: Historia y evolución de la colonización agraria en España. Madrid,
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Secretaría General Técnica, vol. II,
pp. 35-59.
19
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
importante modificación del paisaje agrario tradicional en el
término de Don Benito. Así, ha aparecido un nuevo parcelario,
muy diferente de las antiguas dehesas de pasto y arbolado de
encina que caracterizaban la zona regable; nuevos cultivos
destinados a la agroindustria de transformación en detrimento
de los cereales tradicionales; una nueva estructura de las
explotaciones, así como nuevas relaciones sociales, fruto de la
creación de los núcleos de población. Es destacable, por
último, el importante cambio experimentado en la estructura
de la propiedad de la tierra con el aumento de pequeños
propietarios que cultivan directamente sus parcelas. En este
sentido, las palabras que escribía A. Baigorri hace ya treinta
años son, en cierto modo, una buena conclusión de los efectos
del Plan Badajoz sobre estas tierras:
“Gracias a los riegos la población ha sido
retenida en Vegas Altas, incluida el área VillanuevaDon Benito. Sin los regadíos, estas dos grandes
ciudades que hoy compiten con Badajoz no habrían
ido mucho más allá que Castuera o Herrera del
Duque, por poner dos ejemplos de ciudades venidas
a menos”.5
No quisiéramos acabar esta introducción sin reconocer
nuestro agradecimiento a los responsables y encargados de los
diferentes registros y archivos que tuvimos necesidad de
consultar por su amabilidad y disposición a colaborar. En este
sentido, la ayuda prestada por el personal del archivo del
5
BAIGORRI, A. et al.: “La gestión del agua”, en GAVIRIA et al., El modelo
extremeño. Ecodesarrollo de la Siberia y La Serena, 1980, pp. 151-171, ref. en p. 165.
20
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
Centro de Estudios Agrarios de la Junta de Extremadura,
especialmente Domingo Cáceres, es digna de destacar. Del
mismo modo, queremos agradecer las facilidades dadas por
Ana Isabel Rosas García, directora del CEIP “Ntra. Sra. de
Guadalupe” de Vivares, para consultar la documentación allí
custodiada. De igual manera, nuestro agradecimiento a don
Agustín Mohacho, director de la Biblioteca Pública Francisco
Valdés de Don Benito, por hacernos más accesible la consulta
de los fondos hemerográficos.
De manera muy particular queremos mencionar aquí a esos
vecinos de los pueblos de colonización que con sus
testimonios, de indudable valor histórico, han venido a
enriquecer este trabajo, aportando el lado más humano de la
colonización, un aspecto éste que los documentos escritos
nunca hubieran podido proporcionarnos. Por ello, este estudio
va dedicado a todos ellos.
Un recuerdo especial para nuestro querido amigo don
Miguel Ángel Suárez Álvarez, profesor de Historia en el IES
Cuatro Caminos, que nos proporcionó una interesantísima
documentación pero, sobre todo, por los consejos y apoyos
que nos brindó desde el mismo momento en que comenzamos
este ilusionante proyecto.
Por último, como no podía ser de otra forma, queremos
manifestar nuestra deuda con nuestras mujeres Candi Peña,
Maite García y Felisa Rodríguez, sin cuyo apoyo la tarea de
escribir este libro hubiera sido, sin ninguna duda, mucho más
complicada. Un reconocimiento especial para Felisa
Rodríguez, pues su participación en este trabajo ha sido
21
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
excepcional y desinteresada, contribuyendo de forma notable
al enriquecimiento del mismo.
Para terminar, nuestro gratitud hacia los miembros del
jurado del X Premio de Investigación “Santiago González” por
haber concedido a esta obra el accésit. A la concejalía de
Cultura del Ayuntamiento de Don Benito, encarnada en la
persona de don Manuel A. Núñez García, por considerar que
esta obra reunía la calidad suficiente para ser publicada en la
colección del fondo editorial. A las entidades convocantes del
certamen, Ayuntamiento de Don Benito, Asociación Cultural y
Recreativa Círculo de Artesanos y a la Asociación de Amigos
de la Cultura Extremeña, nuestro apoyo para que sigan
fomentando este tipo de iniciativas culturales que, sin lugar a
dudas, enriquecen a los pueblos y permanecen en el
imaginario colectivo de sus gentes.
22
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
Capítulo I
La transformación agrícola del espacio
“Jue´n la joya de las Torbiscas una
siesta,
cuando´l sol achicharraba;
una siesta qu´entumía los sentios
el bochorno de la calda;
sin arrullos de las tórtolas
ni continos sonsonetes de chicharras,
sin triníos de cogutas
y sin roncos gurrapeos de las ranas;
una siesta pa dormía baj´un chopo,
panz´arriba, junt´al agua.
Luis Chamizo: “La juerza d´un queré”
23
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
24
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
1. Antecedentes históricos del Plan Badajoz.
Sin ánimo de ser exhaustivos en la búsqueda de
antecedentes históricos, hay que reconocer que,
tradicionalmente, se ha visto en las ideas del
Regeneracionismo y, más concretamente, en los postulados del
aragonés Joaquín Costa, la base de lo que se ha venido en
denominar “política hidráulica”. Con el conocido lema
“escuela y despensa”, se resumía el sentir de una gran parte de
la intelectualidad española de principios del siglo XX que
abogaba por la regeneración política del país, al tiempo que
demandaba de los poderes públicos una mayor atención al
desarrollo económico y cultural de la sociedad.
Es ahí, en la cultura y en el desarrollo económico, donde el
ideario regeneracionista pondrá toda su atención. Conscientes
de la necesidad de reducir las tasas de analfabetismo
existentes, defendieron el fomento de la enseñanza primaria
gratuita, “escuela”, como uno de los medios fundamentales
para alcanzar el progreso. La instalación de nuevas escuelas,
así como las mejoras en las condiciones laborales y
profesionales de los maestros estarán presentes en sus escritos.
Al mismo tiempo, cuando utilizaban el término “despensa” lo
hacían tras analizar la realidad de la época, caracterizada por la
presencia del hambre entre una amplia capa de la población, el
paro, una deficiente estructura de la propiedad agraria y
estancamiento económico. De ahí que fuera necesario, entre
otras medidas, la intensificación del regadío.
25
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
En este contexto, en 1902, durante el Gobierno de Sagasta,
se aprobaba el primer gran proyecto para llevar a cabo la
extensión del regadío en España. Obra del Ministro Rafael
Gasset, aunque parcialmente modificado en los años 1916 y
1919, estaba destinado a poner en riego cerca de un millón y
medio de hectáreas, muchas de ellas, ubicadas en la provincia
de Badajoz, concretamente 406.602 ha. De hecho, dentro de
dicho Plan se incluía, con el número 30, el llamado “Plan
Cijara”. No obstante, hubo que esperar hasta el año 1921 para
que fuera redactado el primer proyecto de la presa de Cijara
sobre el río Guadiana, en el límite de las provincias de
Badajoz y Cáceres, aunque no se comenzaron las obras.
A finales de agosto de 1907 se promulgaba la Ley de
Colonización y Repoblación Interior auspiciada por el
Ministro de Fomento, Augusto González-Besada, y más
conocida por ese motivo como “Ley Besada”. Ya en su primer
artículo, podemos ver claramente los principales objetivos con
los que nacía la citada Ley y que pasaban, entre otras cosas,
por repartir tierras incultas pertenecientes al Estado entre
familias de labradores pobres:
Artículo 1º. Tiene por objeto esta ley arraigar en la
Nación a las familias desprovistas de medios de
trabajo o de capital para subvenir a las necesidades
de la vida, disminuir la emigración, poblar el campo y
cultivar
tierras
incultas
o
deficientemente
explotadas”. 6
6
Ley de Colonización y Repoblación Interior, BOE núm. 251, de 8 de septiembre de
1907, pp. 1.009-1.010
26
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
Pero, como ha sido puesto de manifiesto, la efectividad de
la Ley de 1907 fue escasa en la práctica, puesto que fruto de su
aplicación se crearon tan sólo 18 Colonias agrícolas en tierras
de ínfima calidad, que ocupaban 11.243 hectáreas y en las que
estaban instaladas 1.679 familias.7
La Ley de 1907, así como todos los organismos creados a
su amparo, fueron suprimidos con la llegada de la Dictadura
de Primo de Rivera. Durante estos años, lo único destacable en
la materia que nos ocupa fue la creación, en 1926, de las
Confederaciones Hidrográficas a propuesta del ingeniero
Manuel Lorenzo Pardo, quien luego tendría gran influencia en
la política hidráulica republicana.
Con el advenimiento de la Segunda República y la
aprobación de la Ley de Reforma Agraria de septiembre de
1932, se retomaban viejas ideas regeneracionistas en cuanto a
la necesidad de aumentar la producción y productividad
agraria mediante el regadío. En este sentido, la creación del
Instituto de Reforma Agraria (IRA) fue un destacado impulso
puesto que perseguía, entre otras cosas, un extenso proyecto de
colonización y puesta en riego de tierras en la provincia de
Badajoz. Un ejemplo de esto que decimos lo constituye la
decisión adoptada por el Consejo de Ministros de 10 de mayo
de 1952 que autorizaba la construcción del pantano del Cijara.
Fue el ingeniero Manuel Lorenzo Pardo quien, en 1933,
presentaba en las Cortes un ambicioso plan pero que, por
motivos diversos, no tendrá gran incidencia en la práctica.
7
GÓMEZ AYAU, E.: “Reforma agraria y revolución campesina en la España del
siglo XX”, en Revista de Estudios Agrosociales, núm. 77, 1971, pp. 7-53, ref. en p. 15
27
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
Aquí encontramos, sin embargo, los trabajos de construcción
de la presa de Cijara que, iniciados en febrero de ese mismo
año, quedaron inconclusos por el estallido de la Guerra Civil
y, posteriormente, objeto de grandes destrozos. A pesar de las
escasas realizaciones prácticas que contemplaba el plan de
Lorenzo Pardo, lo cierto es que se convertiría, años después,
en la base de la política hidráulica del franquismo.
Una vez finalizada la contienda fratricida se crea, en
octubre de 1939, el Instituto Nacional de Colonización (INC),
dependiente del Ministerio de Agricultura, que desde sus
inicios se presentará a la opinión pública española como la
institución que habría de llevar a cabo la tan añorada reforma,
tanto social como económica de la tierra. Y es que, como
algunos investigadores han señalado, el Instituto Nacional de
Colonización nace en realidad durante la Guerra Civil con el
nombre de Servicio Nacional para la Reforma Económica y
Social de la Tierra, lo cual da muestras de los objetivos
sociales y económicos que se proyectaban conseguir.8
El desarrollo legislativo que el nuevo régimen puso en
práctica comenzó con la Ley de Bases de 26 de diciembre de
1939 para la Colonización de Grandes Zonas Regables9. Esta
Ley constituye el primer paso en materia de legislación agraria
del período franquista, afectando directamente a las estructuras
8
VILLANUEVA PAREDES y LEAL MALDONADO, J.: “La planificación del
regadío y de los pueblos de colonización”, en Historia y Evolución de la Colonización
Agraria en España. Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación;
Ministerio para las Administraciones Públicas; Ministerio de Obras Públicas,
Transportes y Medio Ambiente, vol. III., 1988, p. 23.
9
Ley de Bases para colonización de grandes zonas, BOE, núm. 25, de 25 de enero de
1940, pp. 628-634
28
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
agrarias. Su finalidad primordial era la de llevar a cabo un
vasto programa de colonización y puesta en riego de extensas
zonas del territorio nacional que, según se apuntaba en el
propio texto legal, redundaría en beneficios económicos y
sociales para regiones económicamente deprimidas, a la vez
que mejoraría las condiciones de vida de un buen número de
españoles. No obstante, su vigencia fue corta ya que otra Ley,
promulgada en abril de 1949, vino a derogar, en gran medida,
lo contenido en la misma.
Un Decreto de julio de 1943 autorizaba al INC para la
compra de determinadas fincas al objeto de extender la
colonización10. A juicio de Pérez Rubio, debieron ser muchas
las ofertas de ventas de grandes fincas por parte de sus dueños
puesto que, tan sólo dos años más tarde, aparecía un nuevo
Decreto11 por el que se establecían criterios más selectivos de
compra y se suspendía temporalmente la admisión de fincas.
Según este investigador, a finales de 1944 se habían ofrecido
317 grandes fincas, con una superficie de 268.000 hectáreas,
estando localizadas la mayoría de ellas en Andalucía y
Extremadura.12
En abril de 1946 aparece un nuevo texto legal que ampliará
el intervencionismo del Estado en materia agraria y que va a
10
Se trata del Decreto de 23 de julio de 1942 aparecido en el BOE núm. 218, de 6 de
agosto de 1942, p. 5.820
11
Decreto de 5 de julio de 1944, por el que se dictaban normas para la compra y
parcelación de fincas por el INC, aparecido en el BOE núm. 208, de 26 de julio de
1944, pp. 5.703-5.705
12
PÉREZ RUBIO, J.A.: Yunteros, braceros y colonos: la política agraria en
Extremadura (1940-1975). Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación,
Serie Estudios, 1995, p. 379.
29
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
tener gran repercusión en nuestra zona de estudio. Se trata de
la Ley de Expropiación de Fincas Rústicas por Interés
Social13. En el preámbulo de la Ley se recogía el interés social
como causa justificativa para llevar a cabo las citadas
expropiaciones. Una vez expropiadas, esas fincas eran objeto
de parcelación o colonización y deberían ser entregadas a
nuevos propietarios o colonos en un intento de solucionar, se
decía, los graves problemas sociales existentes. No se
pretendía, afirmaba, abordar los numerosos aspectos de una
honda reforma agraria, sino dar solución a los problemas
sociales del campo mediante la expropiación de fincas
rústicas.
Según se contemplaba, quedaban exceptuadas de la
expropiación forzosa las fincas explotadas en cultivo directo y
personal, así como aquellas que por su ejemplar explotación se
considerasen modelo. También se exceptuaban las fincas que
hubieran sido puestas en riego por su propietario, de ahí que
bastantes dueños de fincas de tamaño mediano y grande
procedieron a solicitar las correspondientes autorizaciones
para captar agua de los ríos inmediatos a sus predios.
Los propietarios de fincas incluidas en una zona regable
tenían derecho a una reserva en ellas que no serían objeto de
expropiación. La modulación aplicada por el INC era diferente
según la extensión de la finca: si la finca tenía menos de 30 ha
los dueños continuaban con toda la propiedad; si la extensión
13
Ley de Expropiación de Fincas Rústicas por Interés Social, BOE núm. 118, de 28
de abril de 1946, pp. 3.087-3.091. Esta misma Ley fue publicada en el Boletín Oficial
de la Provincia de Badajoz (en adelante BOPB) en el número 101, del día 6 de mayo
de 1946.
30
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
de la finca se encontraba entre 30 y 120 ha, se les reservaban
30 ha; por último, los propietarios con más de 120 ha podían
solicitar la excepción y mantener, por tanto, la propiedad del
25 por ciento de la superficie.
Aunque la Ley contenía numerosos puntos de interés,
hay que referirse a uno de los temas más controvertidos de la
misma: el referido al valor de los terrenos a expropiar. El
justiprecio de cada finca objeto de expropiación lo realizaban
dos peritos: uno nombrado por el propietario de la finca y otro
designado por el INC. Para realizar la tasación se tenían en
cuenta una serie de criterios: valor catastral de la finca, renta
obtenida en el último quinquenio y el valor en venta. El precio
definitivo se fijaba siempre que la diferencia entre las dos
tasaciones no excediese del 5 por ciento del precio fijado por
el perito del INC. Si no fuera así, el Juzgado de Primera
Instancia nombraba un tercer perito que emitía su informe.
Posteriormente, el INC dictaba resolución atendiendo a los
informes emitidos por los tres peritos.
Una nueva Ley de expropiación por interés social saldrá a
la luz a finales de 195414 que venía a derogar la anterior de
1946. Pues bien, atendiendo a los datos aportados por Lamo de
Espinosa, el número total de fincas expropiadas hasta
principios de 1955 ascendió a 103, con una superficie de
67.876 ha, de las que se encontraban en Extremadura 22.922
14
Nos estamos refiriendo a la Ley de 16 de diciembre de 1954 sobre expropiación
forzosa que fue publicada en el BOE del día 17, pp. 8.261-8.278
31
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
ha, es decir, casi el 34 por ciento de la superficie total, y por
las que el INC pagó la suma de 339.915.174 pesetas. 15
Pocos años antes, la Ley de 21 de abril de 1949 sobre
Colonización y Distribución de la Propiedad de las Zonas
Regables16 reconocía que la colonización proyectada se estaba
realizando a un ritmo mucho más lento del inicialmente
previsto. De ahora en adelante, todas las colonizaciones de
alto interés nacional que se llevaran a cabo se realizan
teniendo en cuenta esta ley, convirtiéndose, de esta manera, en
el marco legal de las futuras actuaciones del INC. La
importancia de esta Ley radica, como bien ha apuntado Pérez
Yruela, en que con su puesta en marcha se tendió a repartir
tierra entre jornaleros o pequeños propietarios de las zonas
puestas en riego por el Estado17. Para algunos autores, su
promulgación marcó el inicio de un nuevo período en la
política colonizadora franquista al que han denominado
“modelo reformista” y que duraría hasta el año 1951.18
Pues bien, una vez declarada una zona de alto interés
nacional, el INC llevaba a cabo la redacción del Plan General
de Colonización de la zona regable correspondiente. En el
15
LAMO DE ESPINOSA, E.: “La expropiación forzosa de fincas rústicas por causas
de interés social a través de la jurisprudencia”, en Revista de Estudios Agrosociales,
núm. 10, enero-marzo de 1955, pp.
16
Ley de Colonización y Distribución de la Propiedad de las Zonas Regables BOE
núm. 112, de 22 de abril de 1949, pp. 1.805-1.812. Esta Ley fue publicada en el
BOPB en varios números aparecidos los días 1, 2, 4, 6, 7, 8 y 9 de junio de 1949.
17
PÉREZ YRUELA, M.: “La reforma agraria en España”, en GÓMEZ BENITO, C. y
GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, J. J. (eds.): Agricultura y sociedad en la España
contemporánea. Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación-Centro de
Investigaciones Sociológicas, 1997, p. 898.
18
JUÁREZ SÁNCHEZ-RUBIO, C. y RODRÍGUEZ CANCHO, M.: “Efectos de la
política de colonización...” art. cit., p. 36.
32
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
mismo se regulaban todos los aspectos necesarios para poner
en regadío las nuevas tierras. En el caso que nos ocupa, el Plan
del canal de Orellana, fue aprobado por Decreto de 17 de junio
de 1955 y en el mismo nos detendremos más adelante.
Queremos concluir este apartado con una acertada
reflexión, que queremos hacer nuestra, hecha por el profesor
López Martos, en el sentido de que las viejas propuestas
regeneracionistas sobre la extensión del regadío que los
Gobiernos republicanos retomaron, pero que no pudieron
llevar a la práctica, fueron ejecutadas en gran medida por la
dictadura franquista19. El postulado costista “escuela y
despensa”, como remedio a los problemas seculares de
España, especialmente los relacionados con la gestión y
planificación del agua adquiere, de nuevo, gran protagonismo
en tierras dombenitenses durante las primeras décadas del
régimen franquista, aunque bajo un nuevo discurso acorde,
lógicamente, con el régimen político existente.
19
LÓPEZ MARTOS, J.: “Función socioeconómica de las obras públicas”, en
Ambienta: La revista del Ministerio de Medio Ambiente, núm. 65, 2007, pp. 14-23.
33
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
2. El Plan Badajoz
En el año 1945 Franco, con motivo de la visita que hizo a
la provincia de Badajoz en el mes de diciembre, encargó la
elaboración de un Plan de Ordenación Económico-Social de la
provincia, que es un claro precedente de lo que luego
conoceremos popularmente como “Plan Badajoz” (Plan de
Obras, Colonización, Industrialización y Electrificación de la
Provincia de Badajoz).
Una Orden de 11 de septiembre de 1951 creaba una
Comisión Técnica Mixta encargada de elaborar el Plan
Coordinado de obras, colonización, industrialización y
electrificación de las Vegas del Guadiana en la provincia de
Badajoz. En esos momentos se encontraban muy avanzadas las
obras de construcción del embalse de Cijara (finalizarían a
primeros de enero de 1956) y casi terminadas las de la zona
regable de Montijo:
“La preocupación nacional de dar solución en plazo
inmediato a los problemas sociales de paro que tiene
planteados la provincia de Badajoz obliga a acelerar en
lo posible la realización completa del Plan de riegos de
las vegas del Guadiana…”20
El Plan Badajoz, aprobado por la Ley de 7 de abril de
195221, según se recogía en el preámbulo, nacía de “la
20
BOE núm. 258, de 15 de septiembre de 1951, p. 4.276
Ley del Plan de Obras, Colonización e Industrialización de la Provincia de
Badajoz, BOE núm. 99, de 8 de abril de 1952, p. 1.587.
21
34
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
preocupación de solucionar los problemas sociales planteados
en España por medio de un aumento de la riqueza nacional” y
se marcaba como objetivo inicial llevarlo a cabo en un plazo
de 14 años, es decir, hasta 1965, aunque por circunstancias
diversas, como las dos ampliaciones que sufrió, no finalizaría,
oficialmente, hasta el año 1975.
Entre los objetivos que perseguía el citado Plan Badajoz
destacaban la regulación del río Guadiana, la transformación
de unas 105.000 ha en regadío y su posterior colonización, y
un proceso doble de electrificación e industrialización. Para
ello, se proyectó la construcción de los pantanos de Cijara
(capacidad 1.500 millones m3), Puerto Peña (contraembalse
del Cijara, con 447 m3), Orellana (1.000 millones) y Zújar
(248 millones). El plan de industrialización comprendía el
establecimiento de nuevas industrias, unas dedicadas
expresamente para las obras de colonización y, otras, para la
transformación de los productos agrícolas y ganaderos.
El proyecto de ley presentado a las Cortes cifró el coste del
Plan Badajoz en 5.374 millones de pesetas, de los que 2.612
millones correspondían al capítulo de obras públicas, 1.799
millones para transformación agrícola y colonización, 163
millones para trabajos de repoblación forestal y el resto, unos
1.000 millones de pesetas, para acondicionamiento de la
deficitaria red de transportes.
35
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
Ilustración 1. Localización de las zonas regables de las Vegas del
Guadiana
El Ministro de Obras Públicas, Fernando Suárez de Tangil,
más conocido como conde de Vallellano, exponía ante las
Cortes algunas de las razones por las que se había proyectado
el Plan Badajoz. Comenzaba su intervención reconociendo los
graves problemas sociales y económicos que padecían los
habitantes de la provincia, que se traducían en un elevado paro
estacional motivado, en parte, por el hecho de que tan sólo se
cultivaba el 32 por ciento de la superficie agraria. Y terminaba
haciendo referencia a la política redentora y paternalista típica
del régimen franquista con las siguientes palabras:
“Cuando pasados estos años hayan cuajado en
realizaciones nuestros proyectos, nuestros hijos o
nietos podrán decir: Nuestros antecesores por seguir
36
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
fidelísimamente las consignas de ese inmenso estadista
que se llamó Franco, pudieron laborar con obras de
eficacia indiscutible que tiene mayor valor que las más
bellas palabras, por la unidad, la grandeza y la
libertad de España, que fue siempre el único ideal de
su actuación política”.22
El proceso de planificación llevado a cabo por el INC
comenzaba la declaración de urgencia de las obras e
instalaciones del Plan Badajoz. Seguía luego por los Estudios
de Viabilidad y contemplaba una serie de Planes que
sucesivamente deberían aprobarse y llevar a la práctica.
El Ministerio de Agricultura, mediante Decreto de 26 de
julio de 1946, declaraba de Interés Nacional la colonización
de las zonas regables de los pantanos de Cijara y del Zújar23.
Las zonas afectadas por el canal de la presa de Orellana y por
el canal del Zújar comprendían parte de los términos
municipales de Miajadas, Villanueva de la Serena, Rena,
Villar de Rena, Don Benito, Santa Amalia, Medellín y
Guareña, que ocupaban una superficie total de 42.460
hectáreas.
Habrá que esperar hasta el año 1955 para que vea la luz el
Plan General de Colonización de la zona regable por el Canal
de Orellana, mientras que el Plan General del Zújar se
aprobaría algo más tarde, en abril de 1963. En ambos, se
delimitan las áreas de influencia y se detallan las obras
22
23
Diario Los Sitios, 6 de abril de 1952, p. 7
BOE núm. 229, de 17 de agosto de 1946, pp. 6.331-6.332
37
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
públicas que iban a realizarse, entre otros aspectos que luego
veremos.
El Plan Coordinado de Obras del Canal de Orellana se
dividirá en dos fases: en la primera, puesta en marcha en la
primavera de 1957, afectaba a una parte de la zona regable,
mientras que la segunda, más extensa, fue puesta en marcha a
finales de ese mismo año. Este documento tiene una mayor
concreción que los anteriores y es el que más influyó en el
término municipal de Don Benito. El Plan Coordinado del
Zújar, como hemos comentado, se retrasará en el tiempo y
afectará en menor medida al término dombenitense, como
luego tendremos ocasión de comprobar.
Pues bien, una vez llegados a este punto, el siguiente paso
consistía en el proyecto de parcelación de cada uno de los
sectores en que se había subdividido la zona regable. Más
tarde, el Decreto de puesta en riego de los distintos sectores
era el punto final a todo el proceso de colonización.
38
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
3. El Plan General de Colonización del canal de
Orellana.
El 17 de junio de 1955 el Ministro de Agricultura, Rafael
Cavestany, firmaba el Decreto por el que se aprobaba el Plan
General de Colonización de la zona Regable por el canal de
Orellana24. Dicho Plan había sido redactado por el Instituto
Nacional de Colonización conforme al artículo 4º de la Ley de
21 de abril de 1949, antes comentada. Entre las directrices que
guiaban el citado Plan podemos destacar las siguientes:
La zona regable por el canal de Orellana ocupaba una
extensión de 77.300 ha, comprendiendo parte de los términos
municipales de Navalvillar de Pela, Orellana la Vieja,
Acedera, Villar de Rena, Villanueva de la Serena, Rena, Don
Benito, Medellín, Santa Amalia, Guareña y San Pedro de
Mérida, todos ellos en la provincia de Badajoz. También
afectaba a los términos de Madrigalejo, Alcollarín, El Campo,
Miajadas y Almoharín, pertenecientes a la de Cáceres.
La zona regable se subdividía en varios sectores, entre los
que citamos los nuevos pueblos de colonización que se
proyectaron en el término de Don Benito:
• Subzona A. Esta zona ocupaba los terrenos
comprendidos entre el canal de Orellana y los ríos Guadiana,
Ruecas y Gargáligas, que abarcaba una extensión de 8.800
24
Plan General de Colonización de la Zona Regable de Orellana, BOE núm. 186, de
5 de julio de 1955, pp. 4.045-4.052. Toda la información que exponemos sobre las
zonas afectadas por el canal de Orellana proceden de esta fuente directa.
39
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
hectáreas. En este sector se encontraba bastante avanzada la
construcción de la nueva población de Valdivia y se proyectó
la construcción de los nuevos pueblos de Huerta del Guadiana
y Ruecas, ambos en término de Don Benito.
• Subzona B. Terrenos delimitados por el canal de
Orellana, los ríos Gargáligas y Ruecas, con una superficie de
6.100 hectáreas. En este espacio se proyectó la construcción de
los núcleos de Zurbarán y El Torviscal.
• Subzona C. Terrenos situados entre el canal de Orellana
y los ríos Ruecas y Alcollarín, con una superficie de 6.330
hectáreas.
Ilustración 2. Zona regable del Canal de Orellana
Fuente: Centro de Estudios Agrarios. Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural de
la Junta de Extremadura.
40
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
• Subzona D. Terrenos limitados por el canal de Orellana,
los ríos Alcollarín y Ruecas y el arroyo de Matapeces, con una
extensión de 7.560 hectáreas, hallándose incluidos en esta
subzona los pueblos de Rena y Villar de Rena.
• Subzona E. Terrenos comprendidos entre el canal de
Orellana, arroyo Matapeces, ríos Ruecas, Guadiana y Búrdalo
y arroyo del Hornillo, con superficie de 19.530 hectáreas. En
esta zona se encontraba el pueblo de Santa Amalia y se diseñó
la construcción de tres nuevos núcleos: Vivares, Hernán
Cortés y Valdehornillos.
• Subzona F. Terrenos situados entre el canal de Orellana,
arroyo del Hornillo y río Búrdalo, con una extensión de 4.485
hectáreas.
• Subzona G. Terrenos delimitados por el canal de
Orellana, ríos Búrdalo y Guadiana y arroyo de la Fresneda,
con superficie de 11.005 hectáreas. En esta zona se
proyectaron los pueblos de Conquista del Guadiana y Alonso
de Ojeda.
• Subzona H. Terrenos comprendidos entre el canal de
Orellana, canal secundario número dos y ríos Cubilar y
Gargáligas, con extensión de 2.990 hectáreas. Aquí se
ubicaría, posteriormente, el nuevo núcleo de Gargáligas.
• Subzona I. Terrenos situados entre el canal de Orellana,
canal secundario número tres y ríos Cubilar y Gargáligas, con
superficie de 7.005 hectáreas.
• Subzona J. Terrenos comprendidos entre la traza del
canal de Orellana, canal secundario número cuatro y río
41
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
Ruecas, con superficie de 865 hectáreas. En esta subzona se
encontraba enclavado el pueblo de Madrigalejo.
• Subzona K. Terrenos delimitados por la traza del canal
de Orellana, canal secundario número cinco y río Ruecas, con
superficie de 2.630 hectáreas.
Las obras necesarias para la transformación en regadío y
colonización de la zona regable por el canal de Orellana se
clasificaron en varios tipos:
a) Obras de interés general para la zona:
• Entre las numerosas obras que afectaban a los nuevos
regadíos podemos destacar las grandes obras hidráulicas de la
presa de Cijara, que estaba ya prácticamente terminada; el
contraembalse de Puerto Peña; la presa de embalse y
derivación de Orellana que estaba en construcción, así como
una extensa red de acequias y desagües. Otras obras tenían que
ver con la red de caminos generales y vecinales entre los
principales núcleos de población, así como la culminación de
la línea del ferrocarril entre Villanueva de la Serena y Talavera
de la Reina.
• Caminos generales; defensa de márgenes y protección
contra las crecidas de los ríos Guadiana, Gargáligas, Cubilar,
Ruecas, Alcollarín y Búrdalo.
• Abastecimiento de agua potable, alcantarillado,
acometida de energía eléctrica y obras de pavimentación en los
nuevos núcleos urbanos que debían construirse.
• También se incluían en el Plan la construcción de
edificios sociales: administrativos, casa y almacén para la
42
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
Hermandad sindical, iglesia y casa rectoral, escuelas y
viviendas de maestros, consultorio y vivienda del médico, etc.
• Repoblaciones forestales en masa, bosquetes de
protección en los nuevos pueblos.
b) Obras de interés común para los sectores en que se
subdividían las subzonas consideradas:
• Redes de acequias, desagües y caminos rurales necesarios
para el acceso a las distintas unidades susceptibles de riego.
• Obras de nivelación, planeamiento y abancalamiento de
terrenos.
• Plantaciones lineales.
c) Obras de interés agrícola privado:
• Viviendas y dependencias agrícolas para los colonos en
los nuevos núcleos de población, así como en las parcelas
cuando estas queden fuera del área de influencia de aquéllos.
Se consideraban como obras e instalaciones complementarias:
• Viviendas con locales para comercios y artesanías en
los nuevos pueblos.
• Nuevas industrias agrícolas.
• Centros de formación de colonos.
Las obras de interés general y de interés común eran
proyectadas y ejecutadas por los Ministerios de Obras Públicas
y de Agricultura de forma conjunta. Por su parte, las obras de
interés agrícola privado fueron ejecutadas por el INC o por los
particulares, según proyectos presentados y que debían ser
aprobados por el citado organismo.
Por lo que respecta a los nuevos núcleos de población, hay
que decir que se proyectó la construcción de 19 poblaciones,
43
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
además de la finalización del núcleo de Valdivia. Estos nuevos
pueblos eran los de Huerta del Guadiana, Ruecas, Zurbarán,
Torviscal, Vivares, Hernán Cortés, Alonso de Ojeda,
Conquista del Guadiana y Gargáligas (dentro del término de
Don Benito), Pizarro (en El Campo), Cijara y Puebla de
Alcollarín (en Villar de Rena), Casar de Miajadas (en
Miajadas), Valdehornillos y Yelbes (en Santa Amalia),
Orellana del Caudillo y Torrefresneda (en Guareña), Vegas
Altas (en Navalvillar de Pela) y Los Guadalperales (en
Acedera).
La ubicación aproximada que se pensó para cada uno de los
pueblos localizados en el término de Don Benito era como
sigue:
- Huerta del Guadiana. En la subzona A, a un kilómetro al
Sur del camino de Orellana de la Sierra a Orellana la Vieja.
- Ruecas. También en la subzona A, al Norte y en las
proximidades de la variante de la carretera nacional 430, en
el tramo de Santa Amalia a Valdivia.
- Zurbarán. En la subzona B, al Norte del arroyo de la Balsa
y al Este del camino de Madrigalejo a Mata.
- El Torviscal. También en la subzona B.
- Vivares. En la subzona E, al Oeste del “camino del Molino
Nuevo” a “Arenillas”.
- Hernán Cortés. En la subzona E, al Norte e inmediato a la
variante de la carretera nacional 430.
- Valdehornillos. En la subzona E, términos de Santa
Amalia y de Don Benito, en el camino de Santa Amalia a
Miajadas.
44
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
- Conquista del Guadiana. En la subzona G, a quinientos
metros a la izquierda de la carretera N-V, a la altura del
punto kilométrico 305.
- Alonso de Ojeda. En la subzona G, en las proximidades
del cruce del camino del “Cuadrado de Almoharín” a Santa
Amalia con la línea divisoria de las provincias de Cáceres y
Badajoz.
- Gargáligas. En la subzona H, en las proximidades del vado
del “camino del Tamborilero”, al sur del río Gargáligas.
La situación definitiva de los nuevos pueblos, no obstante,
quedó definida en el Plan Coordinado de Obras que debía
redactarse posteriormente y en el que luego nos detendremos.
Este Plan contemplaba que se llevaría a cabo en dos fases: la
primera, que comprendía las subzonas A, B, H, I y J, que
afectaba a los pueblos de Ruecas, Zurbarán, El Torviscal y
Gargáligas; y la segunda, las restantes, que por lo que se
refiere al término de Don Benito afectaba a los núcleos de
Vivares, Hernán Cortés y Valdehornillos (Subzona E) y
Conquista del Guadiana (Subzona G).
Por otro lado, atendiendo a la productividad de la tierra, y a
efectos de la aplicación de los precios máximos y mínimos en
secano abonables a los propietarios, se establecieron las
siguientes clases para las tierras afectadas por el canal de
Orellana:
a) Clase primera. Labor primera.
• Color rojizo, gran fertilidad, mucho fondo, consistencia
media, textura franca. Son tierras que admitían el cultivo de
año y vez, con barbecho semillado en el 50% como mínimo.
45
J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano
Sólo se encontraban en los términos de Acedera y
Madrigalejo.
• Color blanco amarillento, buena fertilidad, mucho
fondo, sueltas, textura franco-arenosa. Susceptibles de cultivo
de año y vez con barbecho semillado hasta el 50% como
máximo. Estas tierras se localizaban en las vegas
comprendidas entre los ríos Ruecas y Guadiana, hasta el límite
de los términos de Don Benito y Villanueva de la Serena.
b) Clase segunda. Labor segunda.
• Tierras de vega, con fertilidad media, sueltas, con
predominio de arena, susceptibles de cultivo de año y vez,
semillando el barbecho como máximo el 50% sin cultivar.
Correspondía con las tierras de vega de la finca Encomienda,
en Villanueva de la Serena, y otras zonas de los términos
municipales de Acedera y Navalvillar de Pela.
c) Clase tercera. Labor tercera
• Tierras de vegas de poca fertilidad, profundas, ligeras,
textura arenosa, susceptible de cultivo de año y vez con
barbecho blanco, o bien en giros de tres y cuatro hojas. Eran
las tierras que más abundan en la zona regable por el canal de
Orellana.
d) Clase cuarta. Labor cuarta
• Tierras que no eran susceptibles de cultivo regular, con
suelo de poco espesor, abundancia de elementos gruesos y
cubiertas, en general, de monte bajo.
e) Clase quinta. Pastos
46
La política de colonización franquista en el término de Don Benito
• Se trataba de tierras sin suelo que no podían cultivarse.
Los pastos de esta zona eran también pobres por tratarse de
formaciones rocosas.
Uno de los apartados que tuvieron bastante repercusión
entre muchos propietarios de tierras afectadas por el Plan de
Colonización del canal de Orellana tenía que ver con las
unidades de explotación, según se tratase de “Tierras en
reserva”, de “Tierras en exceso” o “Tierras exceptuadas”.
Las “Tierras en reserva” eran las tierras que quedaban en
poder del propietario después del proceso de expropiación o
cesión al INC. Así, se dispuso que en las tierras que se
reservasen a los propietarios las unidades de explotación
serían de extensión variable, pero ajustadas a la parcelación
técnica de la zona.
Por su parte, las “Tierras en exceso” eran las que quedaban
en poder del INC dentro de la zona que había sido declarada
de Interés Nacional y que constituirán, posteriormente, las
parcelas que serán entregadas a los colonos. Pues bien, en las
tierras declaradas en exceso, la superficie de cada uno de los
tipos de unidades fue la siguiente: unidad de tipo medio
(mínima de 4 a 5 hectáreas; máximo de 8 a 10 hectáreas). Al
huerto familiar, por su parte, se le asignaban hasta 40
centiáreas.
Por último, las “Tierras exceptuadas” eran las que el INC
no declaraba en exceso por encontrarse en aquellos momentos
regadas o cultivadas intensamente por sus dueños.
En cuanto a los criterios y normas para la selección de los
colonos, hay que decir que se tuvieron en cuenta aquellas
47
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