El asombroso corredor

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20 LA VANGUARDIA
P O L Í T I C A
VIERNES, 16 NOVIEMBRE 2012
A 619 KILÓMETROS
Enric Juliana
El asombroso corredor
I elogio del corredor
mediterráneo se ha
convertido en el nuevo ritual de los polítiE cos españoles de visita a Catalunya, como en su momento lo fueron la barretina y el
porrón de Pío Cabanillas, simpáti-
de una potente articulación ferroviaria del litoral mediterráneo no
pueden evitar unas lágrimas de
emoción. Han triunfado.
Rubalcaba se ha pronunciado
en Tarragona y la ministra Pastor
ha hablado de "prioridad absolu-
co y sagaz ministro de Informa-
con laca antes de que se las lleve
el viento. Hay que esculpirlas antes de que el 26 de noviembre regresen los relativismos, puesto
ción y Turismo del gobierno de
Carlos Arias Navarro en 1974.
El corredor mediterráneo viene a sustituir la tradicional cita
de Josep Pla (el anciano Pla que
en la célebre entrevista con Joaquín Soler Serrano en TVE en-
ta". Hay que fijar esas palabras
que PSOE y PP trabajan discretamente en el Parlamento Europeo
por el descarrilamiento del proyecto. Un descarrilamiento sin
frente común en Bruselas para
trastocar las prioridades fijadas
Europa. Angela Merkel lo
acaba de repetir en su recien-
por el comisario de Transpor-
tes, Siim Kallas, en el plan de
infraestructuras aprobado en
te visita a Lis-
octubre del 2011 por la Comisión Europea.
Ayala y De Grandes preten-
boa: "Hemos
gastado demasiado en infraestructuras, en lugar de invertir
en la modernización de las pequeñas y media-
den reintroducir la denominada travesía central de los Pirineos en la lista de prioridades, contra los criterios del liberal estonio Kallas, que optó por un número limitado
de proyectos (que obtendrían mayor financiación de
ciende el pitillo y dice.: "Yo no creo en la
profundidad; lo más
profundo que tiene
el hombre es su su-
nas empresas".
Cánovas y Sagasta, Sagasta y
Cánovas, sin em-
«El corredor
Mediterráneo
'
Wa prioridad absoluta es "~"R`
para
I
el Gobierno de spañw>
perficie"). El eje me-
Mossén Cinto o una
apelación alseny.(El
otro día me lo dijo
un señor en Madrid:
"Espero que los cata-
dos europeos. Marca España.
PP y PSOE buscan en Bruselas
lanes
recuperen
pronto el seni").
El tren de mercancías de la costa se está transformando en
un sensato reclamo
-"regresad, regresad, que os vamos a
dar un poco la razón"-, en contraste
con las voces despechadas que han optado por el insulto: nazis, fascistas, locos,
Prioritario. A la
izquierda, Alfredo
Pérez Rubalcaba, la
semana pasada
Pastor, asegura en un foro del diario La Razón que es una "prioridad absoluta" de su departamento. Conmovidos por tanta unanimidad, los geógrafos valencianos
que hace diez años fueron los primeros en hablar de las ventajas
PP y PSOE dicen
defender el eje
mediterráneo,
mientras intentan
rehogarlo en Bruselas
ruido, mediante la inundación de
las vías. Rehogamiento en un
mar de prioridades. Cuando todo
es prioritario, nada lo es. Corredores para todos. Los eurodiputados Inés Ayala (socialista) y Luis
de Grandes (popular) han hecho
la UE), ante la tendencia de los
estados nacionales a considerarlo todo prioritario para así no enfadar a nadie.
Examinadas todas las propuestas, Rallas y sus colaboradores decidieron que los dos corredores
españoles que merecen apoyo eu-
ropeo para agilizar y abaratar el
transporte de mercancías en el
continente son aquellos que discurren por los pasos naturales
del País Vasco y Catalunya. Co-
rredor atlántico y corredor mediterráneo. Se desestimaba así la
perforación de un supertúnel en
los Pirineos, por considerar que
la pervivencia del negocio perforativo, atienden sus intereses electorales más inmediatos en Aragón -sin atreverse a cambiar de
discurso y defender que Zarago-
con Pere Navarro
en la ciudad de
Tarragona; arriba,
una portada del
diario 'la Razón',
con la ministra Ana
Pastor, también la
za puede ser un importante nódulo logístico entre el eje atlántico y
el mediterráneo- y sobre todo intentan una maniobra política de
semana pasada
que pueden definir un relanzamiento económico basado en la
logística, los puertos y la indus-
VICENC LLNRBA
totalitarios... (Ayer José Bono se
acto de Pere Navarro en Tarragona y la ministra de Fomento, Ana
doras gigantescas
en el Pirineo, pues-
to que la tuneladora es uno de los
símbolos del modelo económico espargos UerM tutti en
ñol ahora embatLmpat. , rrancado. La gran
coalición entre la ingeniería, la obra pública y los fon-
diterráneo comienza
a ser tan decorativo
como un verso de
apuntó, raudo, a lo de los nazis catalanistas, a ver si puede hundir
de manera definitiva al PSC, uno
de los sueños de su vida).
El corredor mediterráneo es el
nuevo mainstream. Lo defiende
Alfredo Pérez Rubalcaba en un
bargo, siguen soñando con tunela-
El recelo a dos vías
estratégicas con paso
obligado por
Catalunya y Euskadi
data de la era Aznar
una obra de ingeniería de esa envergadura está fuera del actual registro europeo. Francia no quiere
ese túnel -PP y PSOE lo saben
desde hace tiempo- y Alemania
no está para pagar nuevas infraestructuras faraónicas en el sur de
largo alcance: evitar que las conexiones de España con Europa
tria pasen exclusivamente por
Euskadi y Catalunya. Esa lógica
no es nueva. Ya la aplicó el gobierno Aznar en el 2003, excluyendo
el corredor mediterráneo de la
primera lista europea de prioridades. Hace tiempo que la independencia de Catalunya es una variable operativa en Madrid.
Todo ello da más importancia
a los pronunciamientos de Rubalcaba y la ministra Pastor. Del corredor mediterráneo apenas hay
colocadas cuatro traviesas, pero,
caray, hay que ver cómo se mueve el tren de la historia.»
EL ESPECTADOR -.12
Florencio Domínguez
Uno de los factores
que más llaman la
atención del giro
independentista de
Artur Mas es que se ha produci-
do sin que haya tenido la menor
contestación en el seno de CiU.
Se ha producido, sin que nadie
haya protestado, un cambio radical de la estrategia de una formación que, al margen de su pro-
grama máximo nacionalista o de
sus objetivos últimos, se había
caracterizado durante décadas
por el autonomismo y la moderación de sus postulados.
Es un giro copernicano que se
lleva a cabo fundamentalmente
por impulso del líder, sin que
genere el menor cuestionamien-
Detrás del líde
to público o sin que entre sus
seguidores aparezcan dudas.
Como si la defensa de la independencia fuera la continuación
natural del autonomismo anterior y no su quiebra.
No estamos ante un fenómeno exclusivo de CiU. Pasó también cuando el PNV se radicahzó bajo el liderazgo de Juan
José Ibarretxe y de la noche a la
mañana abrazó el soberanismo
que predicaban al alimón el nuevo lehendakari y el presidente
del partido, Xabier Arzalluz. En
el PNV habían existido históricamente dos almas, la autonomista y la independentista, pero de
pronto la primera de ellas se
quedó muda. Ni en público, ni
r
en los ámbitos internos del partido los autonomistas dejaron oír
su voz.
Dentro del PSOE ocurrió tres
cuartos de lo mismo con la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero. Todo el partido
secundó las decisiones del presidente de forma incondicional. A
pesar de que había sectores que
sottovoce se declaraban disconformes con muchas de sus políticas, entre ellas el apoyo al nuevo Estatut, a la hora de la verdad esas voces sólo podían oírse
en conciliábulos, nunca en los
órganos del partido ni en el espacio público.
Aunque estos ejemplos pue-
den hacer pensar que la genu-
flexión ante los líderes es lo
normal, hay que señalar que no
es lo habitual. Se trata de procesos concretos que cuando fracasan suelen llevarse al líder por
delante de manera brutal. Toda
la pasión que levantó se vuelve
contra él con la misma intensidad. Ahí está el caso de Zapatero, al que los suyos quieren olvi-
dar a marchas forzadas. O el de
Ibarretxe, al que pocos en su
partido echan de menos.
Lo habitual es que cuando un
líder trata de introducir cambios profundos que afectan a los
ejes medulares de la ideología o
la estrategia de su partido encuentre resistencia. Felipe González quiso eliminar la definición del PSOE como partido
marxista en el 27.0 congreso y
Lo habitual cuando
se introducen cambios
en la ideología
del partido es que
encuentren resistencia
perdió, aunque unos meses después logró salirse con la suya. Y
cuando quiso que el PSOE pasa-
ra de ser antiatlantista a partidario de la OTAN tuvo que esfor-
zarse para persuadir a los suyos
y hacer una intensa pedagogía
para convencer.*
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